Hongos alergógenos

Hongos alergógenos
Los hongos son seres vivos ubicuos que en el curso de su desarrollo liberan al aire estructuras
fúngicas como conidios, esporas, artrosporas, hifas, etc., que pueden alcanzar concentraciones muy
elevadas en la atmósfera. En algunos casos, estas estructuras se comportan como potenciales
alergenos, y los hongos que las producen se denominan ALERGÓGENOS, capaces de
desencadenar reacciones de hipersensibilidad en algunos hospederos. Es raro encontrar sujetos
monosensibles a un solo tipo de conidio/espora, estando asociada esta reactividad fúngica a otros
tipos de alergenos como polen o ácaros. La propia fisiología de los hongos hace que unas veces se
comporten como patógenos, otras como oportunistas, y otros como alergógenos, dependiendo
también de la respuesta de los sujetos. Esta versatilidad de los hongos hace, que todavía hoy, haya
un desconocimiento generalizado de los mismos y haya aspectos biológicos y funcionales oscuros,
que dificultan su control e incluso una defensa real de sus efectos patógenos.
En la relación hongos/alergias, es importante no sólo la influencia estacional, sino el medio en el
que se desenvuelve el posible paciente, las condiciones particulares de los hábitats de interiores
(pues muchas especies fúngicas se reproducen de una manera casi continua), o los fenómenos
meteorológicos (especialmente aumentos bruscos de humedad) por la facilidad de los hongos para
reproducirse con gran rapidez. Todos estos aspectos marcan una diferencia entre el estudio de polen
y hongos presentes en la atmósfera.
Según los datos bibliográficos, los núcleos urbanos son donde se producen las mayores
concentraciones de esporas/conidios de hongos y por tanto mayores sensibilizaciones a los mismos,
estando claramente al alza esta tendencia en los últimos años. En cuanto a los síntomas, el 80 % de
los pacientes los presentan constantemente, mientras que sólo el 2 % los tienen estacionalmente,
siendo la rinoconjuntivitis alérgica (55 %) el cuadro clínico predominante.
Reacciones inmunológicas en las infecciones producidas por hongos
En el desarrollo de procesos infecciosos y alérgicos, es importante el estado de las barreras de
defensa del organismo. Desempeña un papel primordial en las fases iniciales la inmunidad innata,
cuya función es la destrucción y eliminación de los conidios inhalados. Una vez superada esta
barrera defensiva, se desencadena una respuesta inmunitaria tanto humoral como celular más
específica, inmunidad adaptativa que tiene como objetivo el control de la infección.
1
Mecanismos para la eliminación de alergenos fúngicos
Los conidios fúngicos que se depositan en el tracto respiratorio son eliminados por el transporte
mucociliar y proteínas con actividad específica en la capa mucosa, como ser:
a-proteínas producidas por células epiteliales con actividad antimicrobiana
b- proteínas surfactantes, IgA secretora, componentes del sistema del complemento y proteínas
ligadoras de manosa que facilitan la fagocitosis de los conidios mediante su efecto opsonizante en la
superficie fúngica.
Por lo tanto, alteraciones de la función mucociliar o de las proteínas involucradas en la respuesta
innata, pueden contribuir a la infección o colonización por hongos.
Alergenos Fúngicos
En el desencadenamiento de la reacción alérgica y de una sintomatología clínica determinada, tiene
importancia la cantidad, naturaleza y tamaño de las partículas inhaladas.
Generalizando, aunque con ciertas excepciones derivadas por ejemplo, del tipo de respiración y de
las características de cada tipo de propágulo, se considera que las esporas/conidios fúngicos con un
tamaño superior a las 5 micras se depositan con facilidad en el árbol bronquial y son responsables
de reacciones inmediatas tipo I (según la clasificación clásica de Gell y Coombs, 1963), mientras
que aquellas de un tamaño inferior, de aproximadamente 1 micras, tienen capacidad para penetrar
en las vías respiratorias más pequeñas y se asocian con mecanismos de hipersensibilidad retardada,
reacciones de tipo III.
Las partículas fúngicas que actúan como alérgenos se producen mayoritariamente durante la
germinación de los conidios o después de la muerte de las células (se ha demostrado que los
alergenos obtenidos después de la muerte son más solubles). De ahí la importancia de que éstos
sean rápidamente eliminados del tracto respiratorio. Dado que el proceso de germinación difiere
según las especies fúngicas, esto podría explicar en parte, una diferente capacidad de
sensibilización.
En el caso de los alergenos fúngicos se ha demostrado que algunos de ellos poseen actividad
enzimática, actuando como enzimas hidrolíticas (proteasas, amilasas, ribonucleasas) o enzimas no
hidrolíticas (enolasas, alcohol deshidrogenasas, aldolasas y fosfogliceratocinasas), o bien ejerciendo
funciones de proteínas reguladoras. Las proteasas fúngicas son relevantes en el desencadenamiento
de las reacciones inmunológicas a hongos ya que tienen, por un lado, capacidad para aumentar la
permeabilidad epitelial y, por el otro, modular la respuesta inmunológica. El aumento de la
2
permeabilidad es importante ya que si no se produce una disrupción epitelial, debido a los fuertes
puntos de unión del epitelio, las células dendríticas no pueden entrar en contacto con el antígeno y
procesarlo para su posterior presentación a las células T.
Métodos de diagnóstico inmunoalergológico
3
Prueba
rueba de puntura (prick test)
La prueba de punción con aguja o lanceta conocida con el nombre de prick, es la más utilizada por
su sencillez, reproducibilidad y rapidez. Esta prueba es ideal para estudiar una batería amplia de
alergenos y conocer la respuesta cutánea inmediata, puesto que el grado de reactividad está en
relación con la concentración del antígeno y el nivel de anticuerpos IgE fijados a los mastocitos de
la piel. Por ello, refleja con fidelidad el estado de sensibilización del individuo a uno o más
alergenos. Los alergenoss fúngicos más comunes son: Alternaria, Cladosporium, Aspergillus y
Penicillium. Un estudio exhaustivo debería completarlo con Helminthosporium (Exerohilum),
(Exerohilum)
Aureobasidium, Stemphylium,, Curvularia, Fusarium, Botrytis, Rhizopus, Mucor,
Mucor Candida y otros,
que pueden tener un interés epidemiológico particular.
Prueba intradérmica
La prueba intradérmica permite analizar la respuesta inmediata mediada por anticuerpos IgE,
IgE la
respuesta celular tardía (aa las 48 hh) y la respuesta llamada «semirretardada»
» que se presenta a las 44
6 hs de la punción y que es mediada por IgG. Siempre es conveniente iniciar el estudio con el prick,
que según el resultado puede conducir a la necesidad de emplear la prueba intradérmica. Ésta puede
diagnosticar una alveolitis alérgica
érgica por hongos en que no se produce una respuesta mediada por IgE
y también para el estudio de aspergilosis broncopulmonar alérgica en la que coexisten las
reacciones inmediatas, semirretardada y retardadas.
Prueba de provocación conjuntival
La prueba conjuntival no requiere equipamiento especial y consiste en depositar una gota de una
dilución –inicialmente
inicialmente baja o muy baja
baja– del alergeno en un ojo y la de una solución salina estéril de
4
control en el otro. Si a los 15-20 min no se produce ningún tipo de reacción, se pasa a una
concentración superior, por lo general doble, hasta que aparezcan los síntomas de conjuntivitis
aguda.
Prueba de provocación nasal
Esta prueba consiste en aplicar en forma de aerosol, gotas más o menos gruesas de una solución
acuosa del alergeno en una narina, mientras en la otra se ha aplicado previamente un aerosol de
solución salina, para valorar la reactividad inespecífica. La reacción alérgica implicará el desarrollo
de rinitis de mayor o menor intensidad, en función de la concentración del alergeno y la reactividad
del paciente. Se considera que un porcentaje elevado de pacientes (30% o superior) es demasiado
sensible para este procedimiento y presenta reacciones inespecíficas. No siempre se encuentra una
relación directa entre el grado de la reactividad cutánea y de la prueba nasal.
Laboratorio clínico
a- Hemograma:suele registrarse eosinofilia, la ausencia de ésta, no descarta el diagnóstico, y lo
mismo sucede con los eosinófilos presentes en el moco nasal o en el esputo.
b- IgE sérica: se encuentra elevada en la mayoría de los casos, llegando a alcanzar valores
sumamente altos en la aspergilosis broncopulmonar alérgica y otros procesos por asma a hongos.
c-Determinación de Ac. circulantes: Se puede detectar y cuantificar con gran sensibilidad los
anticuerpos IgE específicos.
d- IgG: son fácilmente detectables porque su concentración sérica es mucho más alta. Pueden ser
determinados por : inmunoprecipitación en sus variantes (doble difusión ). El interés por cuantificar
IgG es para el diagnóstico de las alveolitis alérgicas y en la aspergilosis broncopulmonar alérgica.
5
Laboratorio Micologico:
Se realiza la búsqueda de levaduras de Candida en reservorios del tracto gastrointestinal, tracto
genitourinario y 4to espacio interdigital de pie. Para esto se evalúa orina, flujo vaginal, materia fecal
y escamas del 4to espacio interdigital de pie, realizando el análisis micológico de rutina.
CÓMO ESTUDIAMOS LOS HONGOS ALERGÉNICOS PRESENTES EN EL AIRE?
Variables que afectan el recuento de esporas/conidios
Las esporas/conidios se distribuyen en el aire de distinta forma según estemos evaluando esta
variable en una ciudad o en una zona rural, dado que las corrientes de aire son distintas en estos
ámbitos y de ellas dependen la mayor o menor circulación y dispersión de los propágulos fúngicos.
Con igual fundamento se encuentra diferencia en la carga fúngica ambiental según se trate de zonas
costeras o zonas continentales, donde los vientos y el paisaje interfieren en la circulación de los
esporos/ conidios.
También son distintas las condiciones ambientales en el interior de las viviendas, edificios
(circulación del aire, falta de iluminación, materiales orgánicos expuestos al agua y humedad) que
en el exterior (temperatura, lluvia, humedad, dirección y velocidad de los vientos) de los mismos.
De todas estas variables depende la calidad del aire que se respira y la posibilidad de que en un
hospedero susceptible se manifieste clínicamente alergia.
Cómo estudiamos la calidad del aire?
 Método aerobiológico (Método Hirst)
 Métodos microbiológicos:
 Gravimétrico de cultivo
 Por contacto directo
 Volumétrico (aspirador de esporas): Cultivo por impactación sobre placas
Método aerobiológico de Hirst
Se trata de un aparato que se coloca en la zona donde se quiere hacer el estudio de las partículas
circulantes. Posee un rotor con una cinta engomada donde el aire va impactando y las partículas
circulantes quedan atrapadas. El rotor se puede programar para que trabaje días, o semanas.
Periódicamente se saca y se visualiza al microscopio la cinta con las partículas que han quedado
pegadas. Tiene la ventaja de que se hace un muestreo continuo de conidias/esporas, o recuentos por
intervalos horarios. Además los resultados se informan en “espora o conidias/m3” lo que permite
establecer comparaciones con otros estudios del mismo tipo. Si bien es una herramienta muy útil
6
para los pólenes, en el caso de las esporas/conidias puede suceder que no sea tan fácilmente
reconocible el conidio o espora con el género fúngico productor de la misma.
Contador de Hirst
Métodos microbiológicos
Gravimétrico: Consite en trabajar con palcas de Petri que se dejan 5 minutos abiertas en las zonas
donde se quiere estudiar la flora fúngica ambiental. Luego esas palcas son incubadas a 28ºC y se
procede al conteo de los géneros fúngicos predominantes, haciendo un informe en% de los géneros
aislados.
Método por contacto directo: con el mismo fundamento del anterior, sólo que aquí se utilizan placas
de Rhodas donde el medio de cultivo se pone en contacto directo con la superficie a estudiar.
7
Método volumétrico: se trabaja con un aparato que además de un aplaca de Petri,
Petri tiene un software
incorporado donde se programa la velocidad de succión de aire que se quiere realizar, cuánto
tiempo, etc. Es decir, las variables están más contr
controladas
oladas que en el método gravimétrico.
Posteriormente la placa de Petri sigue el estudio micológico de rutina, incubación y posterior
identificación con recuento de los géneros hallados.
HONGOS ALERGÓGENOS
Alternaria
Género forma que engloba unas 50 especies de distribución cosmopolita. Sus conidios pueden aparecer
solitarios o en cadenas cortas, con una forma típica de pera, con septos tanto transversales como
longitudinales. Tamaño de 20-70
70 x 10
10-18 µm. Habitat: se encuentran en el aire, suelo, en residuos húmedos
de materia orgánica (Caretta, 1992). También puede encontrarse en el interior de las casas sobre fibras
textiles, creciendo a expensas de keroseno, lana, alimentos y zonas húmedas de la pared. Es capaz de
deteriorar diversos sustratos,
s, grano almacenado, madera y material celulósico en general.
Numerosos autores lo citan como el hongo alergógeno y productor de asma más importante (Hyde, 1972;
Gravesen, 1979; Petersen ett al., 1981, Solomon, 1980, Subiza et al. 1883-;; Grant Smith, 1984a).
1984a Se han
identificado los antígenos de muchas de sus especies, algunos de estos antígenos dan reacciones cruzadas con
hongos alergógenos (Budd, 1986). Pueden producir lesiones cutáneas (Hoog et al, 1995).
8
Cladosporium
Género cosmopolita, de amplia distribución, con más de 50 especies (Hawksworth et al., 1995) que no
se diferencian fácilmente. Sus conidios se forman en conidióforos de tamaño y forma variable según la
especie y pueden ser unicelulares o tener uno o varios septos transversales (1-3 generalmente). Pueden
presentar cicatrices en ambos extremos que corresponden a su unión con otro conidio o con el
conidióforo, generalmente una de ellas más marcada. Algunas de las especies más comunes pueden
identificarse en las preparaciones por su tamaño, forma y septos, las más comunes son C.
cladosporoides y C. herbarum. La mayoría de las especies son saprófitos y crecen sobre una gran
variedad de sustratos, plantas en descomposición, cuero, caucho, tela, papel, madera. Otras son
fitoparásitos fundamentalmente de Gramíneas (Groth, 1997). Aunque no es un género de interior, se ha
aislado del polvo de casas (Infante et al., 1987, 1988a y 1988b) en colegios (Angulo, 1990 y Angulo et
al., 1993) y también en silos (Mediavilla, 1991 y Mediavilla et al., 1992).
Después de Alternaria es el género que causa con mayor frecuencia síntomas alérgicos (Solomon,
1980; Subiza, 1983; Gravesen, 1981; Vijay et al. 1991). También puede producir infecciones
pulmonares y ocasionalmente oportunistas (Malling, 1986), 1988), aunque generalmente este tipo de
infecciones no son causadas por inhalación de conidios. Algunas especies producotras de patologías en
humanos fueron descriptas previamente dentro de este género, actualmente están incluidas dentro del
género Cladophialophora (Hoog el al., 1995).
9
Aspergillus
El género Aspergillus es de ubicación cosmopolita, su hábitat es el suelo,
materia orgánica en descomposición. Ha sido muy involucrado en patologías con componente
alérgico. Actualmente se lo reconoce como agente etiológico de: alveolitis alérgica, asma,
rinitis alérgica, aspergilosis broncopulmonar alérgica y aspergiloma.
Penicillium
10
Penicillium tiene una distribución ubicua en la naturaleza. Al ser un hongo hialino, al igual que Aspergillus, se
encuentra mayoritariamente en los interiores de viviendas y edificios, generalmente en edificios húmedos
deteriorando materiales de construcción. Coloniza vías respiratorias con la posibilidad de desarrollar
alergias respiratorias.
Si bien muchos otros géneros fúngicos han sido reportados como agentes productores de alergias, tales
como: Candida, Mucorales, dermatofitos, Malassezia, no han tenido hasta la fecha la repercusión en
esta patología como los descriptos más arriba.
11