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PERIODO INTERBÉLICO (1918 – 1938)
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Se denomina así al período entre guerras, ya que se encuentra entre la 1ª y la 2ª Guerra Mundial. Duró veinte años, fue muy
problemático y en vez de ser de paz fue de preparación para la 2ª Guerra Mundial. Se caracterizó por el surgimiento del
Comunismo (Marxismo), Fascismo y Nazismo, la Crisis Económica de 1929, el Fracaso de la Sociedad de Naciones y la
Guerra Civil Española.
SURGIMIENTO DE REGÍMENES TOTALITARIOS
Tanto el Fascismo como el Nazismo y el Comunismo (Marxismo), toman cuerpo y se imponen en naciones cuyos regímenes
tenían grandes problemas económicos y en los cuales el régimen parlamentario no había logrado resolverlos: Italia y Alemania.
En ambos países los partidos que proclaman esas doctrinas hacen tan grandes manifestaciones masivas y ponen en tal
desprestigio al gobierno que lo presionan hasta que sus líderes son incluidos en el mismo para que solucionen la crisis;
paulatinamente esos líderes se apoderarán del gobierno. Así surgirá el Estado Fascista Italiano, con Benito Mussolini como
“Duce” (Conductor), su dominio se inicia en 1922 y el Estado Nazista Alemán (Tercer Reich = Tercer Imperio) con Adolfo
Hitler como “Führer” (se impone desde 1933).
EL REGIMEN MARXISTA
A raíz de la Revolución de Octubre de 1917, inspirada en la filosofía de Marx, se implantó en Rusia la llamada “Dictadura del
Proletariado”. Imperaba en el país el gobierno zarista (monárquico) de los Romanof, encabezado por Nicolás II. El Zar y su
familia fueron asesinados durante los acontecimientos de 1917. El líder de la Revolución era Vladimir Lenin, quien gobernó hasta
1923 y murió en 1924, dejando en el poder a José Stalin, quien lo conservó hasta su muerte en 1953.
Características del Comunismo (Marxismo):
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La implantación del Estado Totalitario.
Se reduce la propiedad privada individual y se sustituye por la propiedad colectivista.
Se implanta el gobierno de un solo partido (el Comunista).
Se eliminan la mayor parte de las libertades personales y colectivas.
Se pone en práctica el INTERNACIONALISMO.
EL FASCISMO
Es una doctrina Italiana que defendió la exaltación nacionalista y el corporativismo. Su fundador fue Benito Mussolini quien
organizó Las Camisas Negras, en 1922, como reacción de descontento por la firma del Tratado de Versalles, por medio del cual
Italia salía muy perjudicada. Esa organización marchó sobre Roma para exigirle al Rey Víctor Manuel III una cuota de poder. El
monarca accedió a las pretensiones de Mussolini. Se implantó una dictadura de partido y se hizo reconocer como “Duce”.
Durante este período se firmó el Tratado de Letrán, en 1929, mediante el cual se reconoció al Vaticano como Estado Soberano
e Independiente.
La doctrina fascista era:
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ANTILIBERAL: porque proponía la fe en dogmas y la obediencia incondicional a un solo jefe.
ANTIDEMOCRATICA: porque aspiraba a un mundo gobernado por los individuos, las razas y
las naciones más fuertes.
ANTIMARXISTA: porque propugnaba la sujeción de todos los grupos sociales a los objetivos
nacionales bajo la dirección del Estado.
Dentro de sus manifestaciones se destacan los RITOS: para los militares: saludos marciales,
uniformes, himnos, actitudes paramilitares y algunas veces racistas.
En la mayoría de las ocasiones utilizaban la FUERZA o las acciones violentas para lograr sus objetivos.
La actividad intelectual pasó a un segundo lugar después de la militar.
EL NAZISMO
En Alemania el resentimiento popular contra el Tratado de Versalles y las desastrosas consecuencias de la crisis de 1929
prepararon el camino para el surgimiento de un líder llamado Adolfo Hitler. En un ambiente de tensiones sociales llegó al poder
el Partido Nacionalsocialista (Nazi) en 1933. El jefe de ese partido, Adolfo Hitler, estableció un régimen dictatorial, revanchista y
racista. Hitler fomentó el desarrollo económico de Alemania mediante obras públicas y la industria armamentista.
Posteriormente inició la expansión hacia el este. Esta política dio origen al estallido de la 2ª Guerra Mundial.
Fue una doctrina ultranacionalista, cuyos puntos básicos fueron:
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Defensa del espíritu racista, con respaldo de algunos filósofos y científicos de su partido.
Expansión imperialista, basada en la conquista de otros territorios para incorporarlos a Alemania.
Consagración de la supremacía de la raza alemana (aria) sobre las demás razas. Hitler sostuvo que
la única raza superior y pura era la aria o indoeuropea (descendientes de griegos, romanos
y germanos) y que era preciso depurarla de los semitas, principalmente de los judíos que la habían
contaminado. Por ello, el régimen desató una furiosa y cruel persecución contra los judíos.
Se calcula que para 1945 habían muerto más de 6 millones de judíos en campos de concentración, crematorios, cámaras
de gases y otros sitios siniestros. Es de triste recuerdo para la humanidad los nombres de los siguientes campos de
concentración, testigos mudos de los crímenes más horrendos que un ser humano pudo cometer contra otro ser humano:
AUSCHWITZ, TREBLINKA, SOBIBOR, BELZEC, CHELMNO...
AUSCHWITZ
SOBIBOR
BELZEC
CHELMNO
Esta doctrina fue acogida por el pueblo alemán progresivamente, hasta que en 1923 Adolfo Hitler fundó el Partido Nazi, con el
cual llegó al poder en 1933. Se dio inicio a un gobierno nacionalista, con características de progreso a nivel económico-social,
pero con carácter dictatorial, desde el punto de vista político.
LA GUERRA CIVIL ESPAÑOLA
El período que va desde 1931 hasta 1939 en España, se divide en dos etapas: La República, de 1931 a 1936 y la Guerra Civil de
1936 a 1939. El conflicto bélico dio comienzo en Julio de 1936, a raíz de la sublevación de un sector del ejército contra el
gobierno de la II República Española y que concluyó el 1º de Abril de 1939 con la victoria de los insurgentes. Las elecciones
de 1936 dieron el triunfo al frente popular, integrado por las fuerzas de la izquierda. El 17 de Julio de 1936, las tropas de la
guarnición de Melilla (Norte de África) se sublevaron contra el Gobierno Republicano. En poco tiempo la rebelión se extendió
por diversas regiones del norte y del centro de España. Desde el primer momento, el territorio nacional quedó divido en dos
bandos: los Republicanos y los Nacionalistas. Desde el día 18 de Julio, ni el gobierno ni los rebeldes controlaban la totalidad
del país. En un principio, la sublevación dejó en manos de los rebeldes Galicia, Navarra, Álava, Aragón, Islas Baleares e Islas
Canarias. Pronto pudo comprobarse que el conflicto iba a convertirse en una cruel y larga guerra de tres años. En Marzo de
1938, Francisco Franco inició una ofensiva con el fin de ocupar la costa del mar Mediterráneo; en su avance obtuvo varias
victorias. En Marzo de 1939, la Junta de Defensa creada en Madrid, apoyada por los grupos republicanos y socialistas, entabló
conversaciones con Francisco Franco. El 1º de Abril de 1939 finalizó la guerra civil española con la derrota de los ejércitos
republicanos.
Se inició una Dictadura de 40 años, que concluirá en 1978.
Importante: Lejos de ser la Guerra Civil Española un conflicto regional fue un conflicto internacional donde los países
enfrentados en la 1ª Guerra Mundial, encontraron en este conflicto un laboratorio importante para probar sus armas, ejércitos,
técnicas y tácticas de guerra. Países como Alemania e Italia, ayudaron a Franco. Países como Rusia... ayudaron a los
republicanos. Lo que en definitiva supuso la guerra fue: probar sus armas como antesala a la 2ª Guerra Mundial.
FRACASO DE LA SOCIEDAD DE NACIONES
La Sociedad de Naciones (SDN) fue un organismo internacional creado por el Tratado de Versalles, el 28 de junio de 1919. Se
proponía establecer las bases para la paz y la reorganización de las relaciones internacionales una vez finalizada la Primera
Guerra Mundial. La SDN se basó en los principios de la cooperación internacional, arbitraje de los conflictos y la seguridad
colectiva. El Pacto de la SDN fue redactado en las primeras sesiones de la Conferencia de París por iniciativa del Presidente de
los Estados Unidos, Woodrow Wilson. El 15 de noviembre de 1920 se celebró en Ginebra (Suiza) la primera asamblea de la
sociedad, con la participación de 42 países. Tras el final de la Segunda Guerra Mundial a mediados del siglo XX, la SDN fue
disuelta el 18 de abril de 1946, siendo sucedida por la Organización de las Naciones Unidas (ONU). La experiencia de la Sociedad
de las Naciones es el más cercano a la actual ONU. La SDN constaba originalmente de 42 países, 26 de los cuales no eran
europeos. Alcanzó el número máximo cuando tuvo 57 países miembros. La Sociedad tenía dos objetivos básicos. En primer
lugar, buscaba preservar la paz por medio de una acción colectiva. Las controversias se remitirían al Consejo de la Sociedad
con fines de arbitraje y conciliación. Si fuera necesario, se usarían sanciones económicas y luego militares. Dicho en otras
palabras, los miembros se comprometían a defender a otros miembros ante una agresión. En segundo lugar, la Sociedad
deseaba promover la cooperación internacional en asuntos económicos y sociales. Estaba organizada en tres organismos,
según el Tratado de Versalles: La Asamblea, El Consejo y El Secretariado… La Sociedad de Naciones fracasó porque carecía
de medios para hacer valer sus decisiones. Incluso, Wilson no logró que Estados Unidos formara parte de la Sociedad, pues el
Senado de ese país se negó a ratificar el Tratado de Versalles, principalmente porque no quería compromisos con bloques
europeos o mundiales que pudieran limitar las libres decisiones norteamericanas. A medida que se extendía la Segunda Guerra
Mundial, se hizo obvio que la Sociedad había fracasado en su objetivo principal de preservar la paz. La Sociedad no tenía
poder militar propio, dependía de la contribución de los miembros y sus miembros no estaban dispuestos a usar sanciones, ni
económicas ni militares. La autoridad moral era insuficiente. Varias grandes potencias no apoyaron a la Sociedad: fue decisivo
que los Estados Unidos nunca se asociaran; Alemania fue miembro durante sólo siete años, desde 1926, y la URSS por sólo cinco
años, desde 1934; el Japón e Italia se retiraron en los años treinta. La Sociedad entonces dependía principalmente de Gran
Bretaña y Francia, que, como se puede comprender, dudaban antes de actuar en forma decidida. Era realmente difícil para los
gobiernos, acostumbrados por tanto tiempo a actuar en forma independiente, colaborar por conducto de esta nueva
organización.
LA GRAN CRISIS DE 1929 (1929 – 1933)
Terminada la 1ª Guerra Mundial, Estados Unidos era el gran banquero mundial: los aliados debían varios miles de millones de
dólares por préstamos hechos durante el conflicto. Ellos cancelaban los préstamos con las indemnizaciones que, a su vez,
Alemania no pudo pagar y, aunque el monto de la indemnización fue reducido, varios países aliados entendieron que
también debían reducir sus deudas a Estados Unidos. Por otra parte, el gobierno norteamericano hizo préstamos a
Alemania para que saldara la deuda a los aliados y éstos le pagasen a Estados Unidos.
El otro factor de la crisis fue la superproducción industrial de los Trust (compañías) norteamericanos y europeos. Llegó un
momento en que no hubo mercados capaces de comprar tal cantidad de productos. En Octubre de 1929, los valores de la
Bolsa de Nueva York bajaron bruscamente; miles de negocios y bancos quebraron y el cierre de las industrias y comercios dejó
sin empleo a millones de hombre y mujeres.
Estados Unidos suspendió los préstamos a Alemania y Austria, cuyos bancos tuvieron que cerrar. Los aliados, al no cobrar de
Alemania, dejaron de pagar a Estados Unidos y abandonaron sus créditos a los países compradores, generalizándose la
paralización industrial, comercial y bancaria en todo Occidente. Las cosas llegaron al extremo de que el Banco de Inglaterra dejó
de garantizar con sus reservas de oro el valor de la libra esterlina, la moneda más fuerte del mundo. La crisis del desempleo, que
ya existía en Europa porque muchos veteranos de la guerra habían quedado sin trabajo, se agudizó. Como resultado, la agitación
obrera y el descontento de los capitalistas cundieron en toda Europa, Estados Unidos y aún en Latinoamérica.
Ante la crisis, dos soluciones: a. revisar los fundamentos teóricos del Capitalismo, o sea, del Liberalismo Económico. b.
Recomendar el Neoliberalismo, el cual acepta y recomienda la intervención del Estado en la economía, pero facilitando y
regulando la libre empresa; reconoce la función social de la propiedad privada y de la contratación de trabajadores y la función
de los sindicatos para lograr mejoras del trabajador y solucionar las necesidades de los mismos. Esta doctrina comenzó a operar
en Estados Unidos, Inglaterra y otros países.
Consecuencias:
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El número de desempleados aumentó vertiginosamente.
En 1932 había más de 30 millones de desempleados en Europa y Estados Unidos.
Se extendió el hambre y la miseria y se produjeron grandes tensiones sociales.
En algunos países los ciudadanos apoyaron soluciones autoritarias (Nazismo, Fascismo...)
frente a las democracias, a las que culpaban de la crisis.
Los gobiernos comenzaron a intervenir en la economía para paliar la miseria y la radicalización de las masas.