ESCULTURA ROMÁNICA, CARACTERÍSTICAS GENERALES.Fue en Francia donde los artistas románicos comenzaron a decorar las iglesias con esculturas. En este arte religioso todo cuanto perteneciese a la Iglesia debía responder a una idea concreta relacionada con el adoctrinamiento de la fe. El pórtico de finales del siglo XII de St. Trophime (Arlés) es un ejemplo de este estilo. El tímpano muestra a Cristo rodeado de los símbolos de los cuatro evangelistas, símbolos que proceden de la Biblia: el león para San Marcos, el ángel para San Mateo, el toro para San Lucas y el águila para San Juan. En el dintel vemos doce figuras sentadas, los doce apóstoles. Se distinguen a la izquierda de Cristo una hilera de personas desnudas y encadenadas, los condenados que son conducidos al infierno; a la derecha están los bienaventurados. Debajo están las figuras de los santos, cada uno bien reconocible para los fieles, a quienes recuerdan que pueden ser sus intercesores el día del Juicio Final. Así, las enseñanzas de la Iglesia acerca del destino final de la vida humana se materializaban en estas esculturas de la puerta de una iglesia. La Iglesia pretendía que las imágenes viviesen en el espíritu de la gente con mayor intensidad que el sermón pronunciado por el cura. Una característica básica de la escultura románica es su adaptación al marco arquitectónico que va a ocupar (a la forma del capitel o de San Bartolomé, Santiago el Mayor y San las arquivoltas, por ejemplo). En Trófimo consecuencia las esculturas se caracterizarán por su rigidez y ausencia de movimiento. El contenido religioso condiciona la iconografía románica, como es lógico, pero también su expresión plástica, cuyo objetivo es la transmisión de contenidos ideográficos (sentido místico de la vida, alejamiento de la realidad del mundo). Se trata de un arte simbólico que pretende facilitar su lectura reduciendo sus representaciones a meros esquemas, su estética es antinaturalista y más bien expresionista. La escultura románica se desinteresa de la representación del volumen real, no le interesa el realismo, lo que buscaba era lograr funciones expresivas impactantes o simbólicas; por ejemplo, el uso Ángeles en las arquivoltas del exagerado de su bestiario aspiraba a pórtico de San Trófimo de Arlés producir un impacto emocional intenso. Por tanto, la escultura es un complemento del templo y su localización está marcada por la jerarquía religiosa de los temas: los Pantocrator (Cristo en Majestad) y los Cuatro Tetramorfos (representación simbólica de los evangelistas) normalmente van en los tímpanos; en posiciones menos relevantes se colocan otros temas como la Ascensión o el Juicio Final. Arquivoltas, jambas y capiteles se decoran también con temas Esquema de portada románica muy variados: motivos vegetales o geométricos, bestiarios, imágenes de apóstoles y santos. Existe también una escultura exenta románica de pequeñas tallas en madera, marfil u orfebrería en la que destacan dos motivos iconográficos: los Cristos y la Virgen con el Niño. Los primeros se caracterizan por su hieratismo, la composición simétrica, la figura se representa con los cuatro clavos, los ojos muy abiertos y una actitud serena, que huye de la representación realista de dolor. Las imágenes de la Virgen con el Niño son igualmente antirrealistas, en las que la figura de la Virgen se representa como trono de Dios y el Niño con gestos y actitudes de adulto.
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