Cómo desarrollar una mejor relación con los hijos (6) Invitado: Reb

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Cómo desarrollar una mejor relación con los hijos (6)
Invitado: Reb Bradley
Serie: Criar hijos de corazón a corazón
SONIDO PRESENTACIÓN QUE DA PASO A:
Roberto: (A SEÑAL) Esto es “Vida en familia hoy”. Nuestro anfitrión es Dennis Rainey…
y yo soy, Roberto Lepine. (T) Permanezca en sintonía.
SONIDO SUBE MÚSICA Y BAJA A RESOLVER
Dennis:
(A SEÑAL) Con este programa, se suman seis encuentros con nuestro amigo
Reb Bradley, pastor y escritor muy reconocido por sus libros dedicados a la
familia. Y bueno, pues, hoy culminamos esta serie de “Vida en familia hoy”,
dedicada a desarrollar una mejor relación con nuestros hijos, o lo que es mejor,
cómo aprender a criar a los hijos de corazón a corazón. (T) Bienvenido
nuevamente, Reb.
Reb:
Me encanta compartir con ustedes.
Dennis:
Y bueno, en el programa anterior, Roberto comenzó a hacernos una anécdota
relacionada con la educación que su esposa y él, le daban a sus hijos en casa.
(T) ¿Puedes terminarla, Roberto?
Roberto: Claro, Dennis. Resulta que mi esposa Ana María, en lugar de enviar a nuestros
hijos a la escuela, los educaba en casa.
Dennis:
Anjá…
Roberto: Y hemos ido a las ferias de libros para la educación en casa, hemos visto
familias con 12 hijos, todos vestidos y arreglados perfectamente. Y mi esposa,
ante todas estas imágenes, casi siempre me mira y me dice: “¿Qué estamos
haciendo mal? Nuestros hijos no se ven así de perfectos”. Y tienen que oír a
esos niños cantando en armonías, cantan himnos bellísimos. (T) Mi esposa
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me mira siempre y me dice: “Estamos fracasando como padres porque
nuestros hijos no hacen esas cosas”.
Dennis:
(EN CHISTE) No es eso. Lo que pasa es que no han encontrado al fotógrafo
preciso. La fotografía retocada hace maravillas, Roberto.
LOS TRES (RÍEN)
Roberto: Entonces, saben de lo que hablo, amigos míos. Uno finalmente ve eso y dice:
“Estamos perdiendo de vista las cuestiones del corazón, como padres, y nos
estamos enfocando demasiado en lo externo”. Realmente hay un fariseísmo
incipiente en la forma en que criamos a los hijos, como cristianos, ¿verdad?
Reb:
Claro que sí y, ¿sabes una cosa? Ya no me impresiona. Yo era como tú.
Veía otras familias y pensaba: “Quiero que mis hijos sean así”, pero como
pastor y consejero, como alguien que trata con varios problemas, he hablado
con cientos y cientos de padres cuyos hijos perfectos crecieron y se desviaron
del camino. Y no fue la formación externa lo que causó esa situación. No fue
la forma de vestir, no fue el tener hijos que podían decir: “Sí, mamá” y: “Sí,
papá”, a la edad de 19 años. Eso ya no me impresiona porque puede ser algo
muy superficial.
Roberto: ¿Qué es lo que te impresiona ahora?
Reb:
Son los padres que tienen una fuerte relación con sus hijos, donde los hijos,
por amor, miran a sus padres y abren su corazón a ellos. El hijo, por respeto, y
estoy hablando de hijos adultos o adolescentes, por respeto dice: “Por favor,
háblame, opina sobre mi vida”. Nada me bendice más. Por cierto, mis hijos
adultos, a pesar de que echamos todo a perder cuando eran más jóvenes y no
cultivamos una relación, ha sido emocionante ver cómo en su edad adulta,
todos tienen más de 20 años, nos llaman, hablan con nosotros y nos piden
consejos, en ocasiones varias veces por semana. Ha sido emocionante
reparar esas relaciones.
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Dennis:
Ahora das conferencias sobre cómo ganar el corazón de los hijos. Por favor,
explícanos lo que eso significa y luego comparte con nosotros algunas
maneras muy prácticas en las que un padre y una madre que quizá, a lo mejor
están en el límite de ser, ¿cómo fue que lo describiste, Roberto?
Roberto: ¿Fariseos?
Dennis:
Sí, fariseos. Siguen firmes en una religión que se enfoca en lo externo.
Roberto: Están limpiando la parte de afuera de la taza, pero todo el tiempo hay basura
por dentro. Te he escuchado citar ese versículo en tus seminarios.
Reb:
El versículo es Proverbios 23:26. Salomón, quien, por cierto, compiló los
Proverbios para sus hijos, trata de guiar a sus hijos adolescentes. De eso se
trata el libro de Proverbios, y dice lo siguiente: “Dame, hijo mío, tu corazón y no
pierdas de vista mis caminos”.
Dennis:
Es fascinante el libro de Proverbios.
Reb:
Y Dennis, creo que Salomón, en primer lugar, no pensaba que tenía el poder
de ganarse el corazón de su hijo, simplemente dijo: “Hijo mío, debes tomar la
decisión de darme tu corazón y, si lo haces, será mejor que tus ojos se fijen en
mis caminos”. Salomón quería llegar a ese punto. Nuestros hijos deben
darnos sus corazones. (T) Ahora, yo no tenía el corazón de mi hijo mayor, pero
él se me acercó cuando tenía 20 años una noche, llorando. Él me había
causado vergüenza en la iglesia, pero acudió a mí llorando y me dijo: “Papá,
quiero decirte una cosa:- “Hace algunos meses, yo te entregué mi corazón”-.
Él tomó esa decisión y yo sabía que algo había cambiado, pero él nunca me lo
explicó.
Roberto: Qué experiencia como padre para ti, querido Reb.
Reb:
Realmente es una bendición, Roberto. (T) Entonces, debo decir, en primer
lugar, que no hay nada que pueda hacer, no hay ninguna fórmula que pueda
darle a la gente, ni decirles: “Aquí les comparto algunos pasos para ganar el
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corazón de los hijos”. En cambio puedo decir: “Aquí les comparto algunos
consejos para cultivar una relación con cualquier persona, aquí tengo varios
consejos sobre cómo pueden cultivar una relación con sus hijos y aumentar en
forma drástica la probabilidad de que ellos les den su corazón”.
Dennis:
¿Cuál era ese Proverbio, Reb?
Reb:
Capítulo 23, versículo 26. Proverbios 23: 26.
Dennis:
Realmente me gusta lo que acabas de decir, porque verdaderamente
reconoces la autoridad que tiene el hijo sobre su propio corazón, que él puede
tomar la decisión de darle su corazón a su mamá, y eso no es invadir la vida de
ese hijo. Es darle permiso para desarrollar esa relación en reciprocidad a los
padres y comunicarle al hijo que usted es seguro, que está disponible. (T)
Ahora, ¿cómo podemos conectar nuestros corazones con nuestros hijos?
Digamos que se dio esta conversación. Un papá le dice a su hijo: “Hijo, en
verdad me gustaría tener una relación contigo. ¿Podrías contar conmigo como
una persona segura, como para que me entregues tu corazón?” ¿Por dónde
puede comenzar?
Reb:
Bueno, mi primera recomendación es que el hombre o la mujer, que los padres
puedan hacer una pausa y hacer una evaluación: ¿Qué estamos haciendo
para aplastar el corazón de nuestros hijos, para cortar la relación? Y mi primer
argumento es que los padres tratamos a los hijos como si fueran una fórmula.
Ya hablamos de esto en uno de los programas anteriores.
Roberto: Sí, tienes razón.
Reb:
Y yo le digo a todos los padres que nos están escuchando, que deben tener
una nueva visión. Tienen que ver a sus hijos y decir: “Estas son personas con
las que deseo tener una relación”. Tienen que verlos de diferentes maneras.
Deben tomar la decisión de dejar de tratarlos como si fueran un objeto
inanimado, y comenzar a tratarlos como personas verdaderas con las que se
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puede dialogar, que tienen corazón y sentimientos a los que vale la pena
escuchar…
Dennis:
(CONITNÚA IDEA DE REB) Que necesitan ser perdonados, que necesitan
gracia, que necesitan misericordia, que necesitan amor. (T) Si nos
preguntamos cómo es eso, solo tenemos que ver la forma en que Dios nos
trata, ¿verdad? Perdónense unos a otros, como Dios los ha perdonado a
ustedes en Cristo.
Reb:
Acabas de tocar un punto muy importante porque yo no sabía cómo aceptar a
mis hijos, debido a que tenía este legalismo sutil en mi propio corazón con
Dios. Hace algunos años, Dios me abrió los ojos con respecto a esto y me
mostró: “Reb, no puedes comunicarles aceptación a tus hijos porque no
disfrutas mi aceptación”.
Dennis:
Eso es vital. Es realmente importante.
Reb:
Así es. No disfrutaba la aceptación. Lo sabía, podía enseñarlo, había grabado
prédicas sobre el tema, que eran muy buenas. Se vendían muy bien.
LOS TRES (RÍEN)
Reb:
Pero no disfrutaba la aceptación de Dios. Eso significa que, cuando me siento
como todo un fracasado, Dios dice: “Todavía eres mi hijo y eres bienvenido en
mi regazo. Ven aquí”.
Dennis:
Nos has dicho que debemos arrepentirnos de las cosas que rompen las
relaciones. Tenemos que asegurarnos de que estamos a cuentas con Dios y
disfrutando de Él, para que podamos reflejar Su amor con nuestros hijos.
¿Qué más podemos hacer, de manera práctica, para tener esa relación segura
y conectar nuestros corazones con nuestros hijos?
Reb:
Bueno, la aceptación probablemente es algo muy vital. Tenemos que aceptar
a nuestros hijos tal y como son. Tengo una anécdota sobre eso.
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Dennis:
Pues, estamos esperando a que la cuentes.
Reb:
Bueno. Mi esposa me llamó un día, como hace unos cinco años, y me dijo: “Tu
hijo mayor acaba de llamar. Parece que se encontró contigo en el parque y le
hiciste un comentario acerca de su cabello”. (T) Mi hijo iba de camino a una
entrevista, una de sus primeras entrevistas para ser policía, y mi esposa me
dijo: “Le hiciste un comentario acerca de su cabello y eso lo dejó devastado”. Y
todo porque yo le había sugerido que se cambiara el corte de cabello. (T)
Entonces mi hijo le comentó a mi esposa: “Mamá, ¿por qué papá tiene tanto
poder sobre mi vida? ¿Por qué necesito tanto de su aprobación?”
Dennis:
“La probación de papá”:
Reb:
Así es. Y cuando mi esposa me estaba contando estas cosas, me puse a
pensar: “Yo sé por qué él actúa así: sencillamente porque no le he dado
aprobación durante toda su vida”. Así que le dije a mi esposa: “Que Dios
bendiga a nuestro hijo”. Ella terminó nuestra conversación diciendo:
“Simplemente pensé que tenías que saberlo”. (T) Cuando terminé de hablar
con mi esposa, llamé por teléfono a mi primogénito y le dije: “Hijo, tengo que
decirte algo. No quiero que llegues a los 40 años y que te preguntes si tu papá
te aceptaba. Quiero decirte que te acepto ahora tal como eres en este
momento, no como un hombre sobresaliente que quiere ser policía, sino por la
persona que eres, y que ni siquiera conozco bien. Con todo y más, te acepto”.
Dennis:
Qué hermoso, Reb.
Reb:
Ay, Dennis… Mi hijo lloraba a gritos en el teléfono, y yo también lloraba, así
que cerramos la conversación. Eso pasó hace muchos años. (T) Hace seis
meses, él me llevó en su automóvil de policía y comenzó a comunicar por la
radio el número de la placa de otro automóvil. En eso, comenzó a tartamudear
y le dijo a la persona al otro lado de la radio: “Te hablo en un momento”. Se
volvió a mí y me comentó: “No sé por qué estoy tartamudeando”. Eso le pasa
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algunas veces, cuando está nervioso. “Hijo, estás tartamudeando porque estás
con tu papá, y todo hijo quiere que su papá esté orgulloso de él”. Y agregué:
“Mira, ¿no me ves? Ya orgulloso de ti. Siento el mayor de los orgullos”. (T)
Ustedes no se imaginan, cómo me gustaría que él hubiese crecido de esa
manera.
Roberto: Como nos dijiste en un programa anterior: -“Si pudieras viajar en el tiempo,
criarías a tu hijo mayor de manera diferente”-.
Reb:
Y lo haría, Roberto. Pero, bueno, mis hijos menores sí están creciendo de esa
manera.
Roberto: (AFIRMATIVO) Pero encuentras consuelo en el hecho que Dios ha podido
restaurar los años que las langostas se comieron, Reb.
Reb:
En lo personal, eso es lo que estoy disfrutando ahora mismo.
Dennis:
¡Qué increíble historia de redención!
Reb:
Sí.
Dennis:
Gracias por ser humilde para aprender, Reb. En serio, hay muchos papás y
mamás inflexibles, que están motivados por los estándares y que nunca se
arrepienten, que nunca admiten que están equivocados. En esta serie nos has
demostrado que tienes un corazón de humildad, delante de un padre o dos que
quizá necesitan clamar a Dios y decir: “Oh, Señor, Dios, permíteme disfrutar mi
relación contigo y dame el privilegio de disfrutar mis relaciones con mis hijos.
Hazme un padre seguro con ellos, para que se sientan amados y aceptados.
Sí, queremos transmitir un estándar. Vamos a transmitir la verdad, pero quiero
estar lleno de GRACIA y VERDAD como Cristo”.
Reb:
Así debería ser siempre con todos los padres del mundo, Dennis.
Dennis:
Quisiera darte las gracias, Reb, por estar en Vida en Familia Hoy y oro para
que las bendiciones y el favor de Dios estén sobre ti en tus próximos años de
ministerio.
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Reb:
Estoy ansioso por ver lo que Dios va hacer y tengo curiosidad por ver qué
pasará.
LOS TRES (RISAS CON MESURA)
Roberto: Has iniciado muy bien tus próximos años de ministerio con esta serie en
nuestro programa. Apreciamos tu presencia junto a nosotros.
Reb:
Muchas gracias a ustedes, amigos queridos.
Roberto: Solo quiero recordarles a nuestros oyentes que queremos asegurarnos de que
nos dirigimos a la misma dirección al criar a nuestros hijos. Claro, debemos
formarlos y enseñarles cómo comportarse de una manera apropiada…
Dennis:
(CONTINÚA IDEA DE ROBERTO) Queremos que su comportamiento y su
conducta estén bajo control, pero también deseamos asegurarnos de NUNCA
sacrificar nuestra relación con ellos en el proceso… y que estamos apuntando
hacia su corazón, ese corazón que debemos ganar en el camino.
SONIDO DESPEDIDA QUE DA PASO A:
Roberto: (A SEÑAL) Y así llegamos al final de esta entrega en “Vida en familia hoy”. (T)
Gracias por la preferencia. (T) Trabajamos para usted: (DA CRÉDITOS).