"EVOLUCIÓN RECIENTE DE LA TASA DE COBERTURA DE LOS

II CONGRESO “TRABAJO, ECONOMÍA Y SOCIEDAD”
Fundación 1º de Mayo – CCOO
21, 22 y 23 de octubre de 2015 – Madrid
"EVOLUCIÓN RECIENTE DE LA TASA DE COBERTURA DE
LOS DESEMPLEADOS"
Doctor José Francisco Bellod Redondo
Grupo de Investigación “Economía, Territorio y Medio Ambiente” de la Universidad
Politécnica de Cartagena (UPCT)
[email protected], www.jfbellod.blogspot.com
Resumen: La extraordinaria duración e intensidad de la crisis económica ha dado lugar
a tasas de desempleo históricamente altas y a niveles de protección social
dramáticamente reducidos. El nivel de protección de los desempleados depende de dos
variables: la “tasa de cobertura” y el importe medio de las prestaciones obtenidas. Tanto
la tasa de cobertura de los desempleados como el importe medio que estos perciben del
SEPE, se han ido reduciendo conforme se alargaba la duración de la actual crisis, que
data de 2007 (año de la implosión de las “hipotecas subprime”). En esta comunicación
ofrecemos una cálculo alternativo a la “tasa de cobertura” oficial del SEPE, ya que
entendemos que aquella está sobreestimada y ofrece una idea maquillada e idílica del
verdadero nivel de protección social. También ofrecemos una estimación del importe
medio de las prestaciones que están percibiendo los desempleados, tanto en términos
nominales (euros/mes) como en términos reales (descontando el efecto de la inflación).
Según nuestros cálculos la tasa de cobertura se sitúa en un 42% frente al 58´5%
declarado por el SEPE en julio de 2015. Según nuestros cálculos los desempleados
perciben actualmente un ingreso medio nominal de 744 € mensuales (equivalente a
601€ a precios constantes de 2005), lo cual supone en términos reales la prestación de
menor cuantía desde 1996.
Introducción: evolución reciente del PIB.
La intensidad y duración de la actual crisis económica está poniendo a prueba en España
el sistema de protección social
Como se demuestra en el Gráfico 1, construido con datos de la Contabilidad Nacional
Trimestral (INE), si comparamos la actual crisis (iniciada en 2007, con la implosión de
las “hipotecas subprime” en USA y la “burbuja inmobiliaria” en España) con la crisis
anterior (años 1992 y 1993), observamos que la actual crisis es mucho más intensa
(nivel de contracción del PIB) y duradera (número de trimestres).
En la crisis de los años 1992 y 1993 sólo hubo 4 trimestres con crecimiento interanual
negativo y la mayor caída del PIB fue del -2´5% (1993:T1). La crisis que ahora parece
finalizar, ha acumulado 16 trimestres de crecimiento negativo, y la mayor contracción
(2009:T2) fue mucho más intensa: el -4´3%.
1
Se aprecia en ese mismo gráfico que la economía española ha sufrido dos recesiones
desde 2008 y aunque los datos de coyuntura económica del INE parecen indicar que el
final de la crisis puede estar próximo, aun se ciernen sobre la economía española
notables incertidumbres que impiden lanzar las campanas al vuelo1.
Gráfico 1
PIB trimestral: tasa interanual
5,0
3,0
-3,0
-5,0
20
11
TI
I
20
13
TI
V
20
06
TI
I
20
08
TI
V
20
01
TI
I
20
03
TI
V
19
91
TI
I
19
93
TI
V
-1,0
19
96
TI
I
19
98
TI
V
1,0
-2,5
-2,5
-4,3
Fuente: Contabilidad Nacional Trimestral (INE) y elaboración propia.
Breve descripción de nuestro sistema de protección a los desempleados.
Trasciende el objetivo de esta comunicación examinar en profundidad el sistema
español de protección social a los desempleados. Sobre dicha materia existen guías
oficiales exhaustivas y una amplia bibliografía. Por eso nos limitaremos a recordar
algunos elementos que son clave para el análisis que deseamos desarrollar.
Grosso modo puede afirmarse que el sistema español de protección a los desempleados
está integrado por diversas fuentes de renta que se pueden agrupar en dos grandes
familias: a) prestaciones contributivas y b) prestaciones no contributivas.
Son “prestaciones contributivas” aquellas cuyo origen radica en el derecho adquirido
por el trabajador por el hecho de haber cotizado a la Seguridad Social durante un tiempo
determinado. Por el contrario, las “prestaciones no contributivas” tienen un origen
“solidario” o “asistencial” y nacieron para evitar situaciones de miseria cuando el
trabajador no podía acceder a las “prestaciones contributivas”.
Este catálogo de prestaciones tiene dos características muy relevantes a efectos de
nuestro estudio: a) su limitación temporal (no duran siempre) y b) su limitación
cuantitativa (su importe se reduce con el paso del tiempo).
Para evitar que las prestaciones puedan suponer un desincentivo a la aceptación de
ofertas de trabajo, tiene un carácter limitado en el tiempo, cumplido el cual la prestación
se agota y el desempleado tiene que acogerse a una prestación de menor cuantía o
2
simplemente queda en situación de desprotección. Así, la “prestación por desempleo”
tiene una duración que depende del tiempo de cotización acumulado por el desempleado
pudiendo obtenerse del SEPE una prestación de duración máxima equivalente a 720
días para aquellos trabajadores que hayan cotizado 2.160 días o más, al cabo de los
cuales puede acogerse, si reúne las condiciones objetivas, al “subsidio de desempleo”
con una duración que varía según las citadas condiciones. Actualmente la “prestación
por desempleo” tiene una cuantía equivalente al 70% de la cuantía cotizada durante los
6 primeros meses de disfrute y del 50% en los restantes, con un importe máximo
mensual equivalente al 225% del IPREM2, es decir 1.198 € mensuales. Por su parte, el
“subsidio de desempleo” tiene un importe de 426 € mensuales.
El mero transcurso del tiempo aboca al trabajador desempleado a unos ingresos cada
vez menores e incluso nulos, al pasar de las “prestaciones contributivas” a otras de
menor cuantía (las “no contributivas”) e incluso quedar sin derecho a ninguna. Esta
circunstancia es de especial relevancia en los momentos actuales: en 2007 comenzó la
desaceleración de la economía española, han trascurrido ya 7 años y las previsiones
indican que, pese a la aceleración del PIB en el primer semestre de 2015, probablemente
sufriremos un elevado nivel de desempleo en los años venideros.
Dicho esto, estamos ya en condiciones de discutir con detalle en el apartado siguiente
una variable ampliamente utilizada en el debate político y social cuando se habla del
nivel de protección de los desempleados: la “tasa de cobertura”.
La Tasa de Cobertura como indicador de protección social.
La “Tasa de Cobertura” es el indicador oficial más habitualmente utilizado para evaluar
el grado de protección de los trabajadores desempleados. Es elaborado mensualmente y
divulgado a través del “Boletín de Estadísticas Laborales” del Ministerio de Empleo y
Seguridad Social. Su cálculo responde a la siguiente expresión:
Tasa Cobertura =
Total beneficiarios
⋅100
Parados registrados con exp eriencia + Eventuales agrarios con subsidio
(1)
Los datos empleados en la expresión (1) proceden del sistema SISPE, dependiente del
Sistema Público Estatal de Empleo (SEPE, antes INEM): esta herramienta informática
permite integrar información procedente de los servicios autonómicos de empleo.
Conviene hacer algunas consideraciones.
En primer lugar, para su cálculo se compara el número de “beneficiarios”
(desempleados que obtienen alguna prestación, contributiva o no) con el número de
“desempleados registrados con experiencia laboral previa”.
De ahí deviene su primera deficiencia como indicador de protección social: no tiene en
cuenta toda la población susceptible de ser protegida (todos los desempleados) sino solo
aquella que reúne los requisitos jurídicos aprobados por el Gobierno. Concretamente
excluye a la población desempleada sin empleo anterior ya que no puede haber cotizado
3
(estudiantes o amas de casa que se incorporan al mercado de trabajo), así como a los
desempleados no registrados como demandantes de empleo en el SEPE.
¿Por qué no considerar “población desempleada necesitada de protección” a aquellos
que bien por ser estudiantes, bien a causa de la extraordinaria duración de la crisis, aún
no han logrado cotizar los 360 días que como mínimo exige la legislación vigente?
¿Y por qué no considerar “población desempleada necesitada de protección” a aquellos
parados que, por cualquier razón, desisten de mantenerse inscritos en el SEPE? Como es
sabido, el desempleo registrado es un indicador “sesgado a la baja” del verdadero
volumen de desempleo, que se mide mediante la Encuesta de Población Activa (EPA).
Numerosos trabajadores desempleados desisten sistemáticamente de registrarse en el
SEPE como demandantes de empleo o, una vez inscritos, no realizan los trámites
necesarios para continuar registrados.
Este fenómeno se acentúa en los periodos críticos tal y como se aprecia en el Gráfico 2:
en ese gráfico hemos reflejado la evolución del número de desempleados registrados
(SEPE) y el número de desempleados estimados (EPA). Se aprecia que hay una
importante brecha entre ambas variables, brecha que además es creciente a partir de
2008 entre ambas categorías de desempleados3.
Actualmente los datos de la EPA indican la existencia de 5.149.000 desempleados4,
mientras que el SEPE arroja un total de 4.046.276 desempleados5, es decir una
diferencia de 1.102.724 personas (un 21´4% menos). Además los desempleados “sin
empleo anterior” ascienden actualmente a otras 358.165 personas, y su exclusión del
cómputo reduce entre un 6% y un 8% el número de personas computadas en el
denominador de la fórmula (1). Por la forma en que está diseñada la fórmula (1), el
denominador de la fracción está sistemáticamente infravalorado y, por esa razón, el
cálculo oficial de la “tasa de cobertura” está sistemáticamente sobreestimado,
ofreciendo una imagen de protección social muy superior al real.
Gráfico 2
Desempleados según EPA y SEPE
(miles de personas, medias trimestrales)
7.000
6.000
5.000
4.000
3.000
2.000
1.000
EPA
20
15
20
14
20
13
20
12
20
11
20
10
20
09
20
08
0
SEPE
Fuente: EPA, Boletín de Estadísticas Laborales y elaboración propia.
4
Para evitar este sesgo y ofrecer una información más verídica del grado de protección
social de los desempleados, hemos realizado un cálculo alternativo que responde a la
expresión (2) y que hemos denominado “Tasa de Cobertura Alternativa EPA”:
Tasa cobertura alternativa EPA =
Total beneficiarios
⋅ 100
Parados según E.P. A.
(2)
¿Cuáles son las diferencias con la fórmula (1)?
Conceptualmente, el numerador de la fórmula (2) es idéntico al de la fórmula (1). La
fórmula (1) está calculada con datos mensuales. Sin embargo la fórmula (2) está
diseñada para datos trimestrales ya que algunos de los datos necesarios, los procedentes
de la EPA, sólo están disponibles con esa periodicidad. Como el dato “total de
beneficiarios” es publicado mensualmente, lo hemos trimestralizado mediante una
sencilla operación aritmética: hemos imputado a cada trimestre natural la media
aritmética de los beneficiarios de los meses comprendidos en él. Aparte también hemos
anualizado la serie “total de beneficiarios” por un procedimiento análogo al anterior: el
dato anualizado está disponible en el Cuadro 1, así como los del primer y segundo
trimestres de 2015, lo cual nos permite tener una percepción de más largo plazo de
forma sencilla.
En el denominador de la fórmula (2) hemos incluido a todos los desempleados
existentes según la Encuesta de Población Activa (EPA), elaborada trimestralmente por
el INE. Hemos corregido así la “tasa de cobertura oficial” al considerar que la población
susceptible de protección social está compuesta por todos los desempleados que
potencialmente pudieran solicitarlo, independientemente de consideraciones jurídicas
restrictivas. En el Cuadro 1 ofrecemos el dato de desempleados – EPA, anualizados por
el propio INE así como los dos últimos trimestres disponibles.
Los datos resultantes de aplicar la fórmula (2) se ofrecen en el Cuadro 1 y en el Gráfico
3, donde comparamos la evolución de la “Tasa de Cobertura Oficial” (SEPE) y la “Tasa
de Cobertura Alternativa” (EPA).
Puede apreciarse que contrariamente al discurso oficial, la caída en el porcentaje de
desempleados protegidos comienza nada más iniciarse la crisis económica (2007) y es
dramática: en el tercer trimestre de 2007 alcanza un máximo de 79´2% y desde entonces
ha decrecido hasta llegar al 42´4% actual, el valor mínimo de todo el periodo
considerado. Sin embargo, según la “tasa de cobertura” oficial en la actualidad el nivel
de protección sería muy, superior: el 58´5%, lo que supone una diferencia de 16´1
puntos.
5
año
Cuadro 1
Tasas de Cobertura
(datos en medias anuales/trimestrales y porcentajes)
Tasa de cobertura
Desempleados
Beneficiarios
EPA
Oficial (SEPE) Alternativa (EPA)
2001
1.099.570
1.904.400
56,2
2002
1.196.892
2.171.125
58,0
2003
1.206.676
2.267.175
57,7
2004
1.262.373
2.233.525
59,7
2005
1.295.060
1.933.550
62,0
2006
1.330.429
1.840.900
64,9
2007
1.421.478
1.846.100
69,5
2008
1.814.630
2.595.900
71,8
2009
2.681.217
4.153.500
75,4
2010
3.042.734
4.640.100
78,4
2011
2.845.652
5.012.700
70,7
2012
2.942.061
5.811.000
65,8
2013
2.865.153
6.051.100
62,3
2014
2.542.977
5.610.400
58,8
2015q1
2.369.327
5.444.600
55,9
2015q2
2.182.753
5.149.000
55,0
Fuente: Boletín de Estadísticas Laborales y elaboración propia.
57,7
55,1
53,2
56,5
67,0
72,3
77,0
69,9
64,6
65,6
56,8
50,6
47,3
45,3
43,5
42,4
Gráfico 3
Tasas de Cobertura
78,4
80,0
75,0
75,4
71,8
70,7
65,8
70,0
65,0
62,3
69,9
64,6
60,0
58,8
65,6
55,0
55,9
55,0
43,5
42,4
2015q1
2015q2
56,8
50,0
50,6
45,0
47,3
40,0
45,3
35,0
30,0
2008
2009
2010
2011
Tasa oficial (SEPE)
2012
2013
2014
Tasa alternativa (EPA)
Fuente: Boletín de Estadísticas Laborales y elaboración propia.
6
¿Cuánto cobran los parados?
Una segunda deficiencia del indicador “tasa de cobertura” como indicador de protección
social es que no nos informa de la “intensidad” con la que se protege económicamente
al trabajador desempleado: una misma tasa de cobertura puede corresponder a niveles
de protección muy desiguales dependiendo del importe que cobran los desempleados.
Ha de tenerse en cuenta que, según se ha comentado antes, la regla general del sistema
de prestaciones supone que la cuantía percibida por el desempleado se reduce
progresivamente conforme pasa el tiempo llegando por supuesto a agotarse. Además,
las prestaciones de naturaleza “contributiva” son de cuantía superior a las de naturaleza
“no contributiva”: si la situación de desempleo se alarga en el tiempo el trabajador
percibirá prestaciones cada vez menores e incluso cero. Tal y como está diseñada, la
“tasa de cobertura” oficial no nos proporciona información alguna al respecto y puede
generar la apariencia de un elevado nivel de protección cuando en realidad puede estar
produciéndose una empobrecimiento de la población desempleada.
No existe una fuente que de forma sistemática informe de los ingresos que los
desempleados perciben del Estado. Y sería deseable que existiera, al igual que de forma
sistemática el propio Estado calcula la “tasa de cobertura” a pesar de sus deficiencias.
Por esta razón hemos procedido a nuestro propio cálculo, comparando el gasto mensual
en prestaciones y subsidios del SEPE con el número de beneficiarios que perciben ese
gasto. De ese modo podemos estimar mensualmente el cobro que (de media) obtiene un
trabajador desempleado. Obviamente hay trabajadores que bien por estar al inicio de su
prestación, por proceder de grupos de cotización elevados o bien por percibirla del
ámbito contributivo, reciben unos ingresos del SEPE superiores a la media que hemos
calculado. Y hay trabajadores que por razones opuestas a las anteriores reciben unos
ingresos muy inferiores. En cualquier caso la evolución del importe medio mensual que
hemos calculado nos indica la tendencia en los ingresos del conjunto de los
beneficiarios.
En el Cuadro 2 y en el Gráfico 4 podemos comprobar la evolución media del importe de
las prestaciones (contributivas + no contributivas) percibidas mensualmente por los
beneficiarios, tanto en términos nominales como en términos reales (a precios
constantes de 2005).
Entre 1999 y 2009 la prestación media se incrementó tanto en términos nominales como
en términos reales y precisamente en 2009 la prestación media registró su valor
máximo: 978 euros al mes.
Este crecimiento obedecía a dos factores. De una parte a la evolución pro – cíclica de
los salarios nominales y reales durante la fase expansiva del ciclo (1999 – 2007) que se
tradujo en bases reguladoras y cotizaciones crecientes a la Seguridad Social. En
segundo lugar debe tenerse en cuenta que en los primeros años de la crisis hubo una
creciente proporción de beneficiarios de prestaciones “contributivas”, ya que se trataba
de desempleados de corta duración o con empleo anterior.
7
Gráfico 4
Prestación media a los desempleados euros/mes
(base IPC 2005 = 100)
1.100
967
1.000
900
800
841
841
879
978
897
878
898
867
805
849
842
872
884
883
782
700
744
755
753
716
600
667
601
500
400
2005
2006
2007
2008
2009
2010
nominal
2011
2012
2013
2014
junio15
real
Fuente: EPA, Boletín de Estadísticas Laborales y elaboración propia.
año
Cuadro 2
Importe Medio de las Prestaciones y Subsidios a Desempleados
Importe medio
Gasto total
Beneficiarios
(euros/mes)
IPC
(Millones de €) (media anual)
Base 2005:100
nominal
real
1996
9.428,1
1.342.309
585
751
77,9
1997
8.879,4
1.246.538
594
748
79,4
1998
8.248,9
1.130.051
608
753
80,8
1999
8.009,1
1.051.760
635
768
82,6
2000
8.270,2
1.042.690
661
773
85,5
2001
8.749,9
1.099.570
663
755
87,9
2002
10.924,3
1.196.892
761
835
91,0
2003
11.232,5
1.206.676
776
826
93,9
2004
12.233,9
1.262.373
808
835
96,7
2005
13.065,2
1.295.060
841
841
100,0
2006
14.039,2
1.330.429
879
849
103,6
2007
15.299,7
1.421.478
897
842
106,5
2008
21.047,7
1.814.630
967
872
110,9
2009
31.462,5
2.681.217
978
884
110,6
2010
32.237,9
3.042.734
883
782
112,9
2011
29.995,8
2.845.652
878
755
116,3
2012
31.687,0
2.942.061
898
753
119,2
2013
29.804,8
2.865.153
867
716
121,0
2014
24.576,9
2.542.977
805
667
120,8
2015 – junio
1.608,0
2.160.397
744
601
123,8
Fuente: elaboración propia a partir de “Boletín de Estadísticas Laborales” y Servidor
Estadístico del Ministerio de Hacienda.
8
Como se aprecia en el Cuadro 3, el número de beneficiarios de prestaciones “no
contributivas” descendió en proporción al total de beneficiarios conforme avanzaba el
ciclo expansivo iniciado en 1999 hasta llegar a un mínimo de 39´3% en 2009. A partir
de ese año, debido a la prolongación de la crisis iniciada en 2007, los desempleados
agotan las prestaciones no contributivas mientras se suman nuevos desempleados que
no han conseguido un primer empleo o al menos no de la duración suficiente6. El
número de beneficiarios de prestaciones no contributivas crece rápidamente y
actualmente supone ya un 63´8% del total.
Desde 2009 el importe medio percibido por los desempleados ha ido disminuyendo
tanto en términos nominales como en términos reales. Los datos más actualizados
indican que el importe medio nominal es de 744 € mensuales, es decir, un 23´8% menos
que en 2009. Si a ello sumamos la erosión del poder adquisitivo provocado por la
inflación la prestación media en términos reales sería de 601 € mensuales, lo que supone
una reducción del 32% respecto a 2009. Esto quiere decir que, en términos reales, el
ingreso medio que un desempleado con cobertura obtiene del SEPE es la menor desde
1996: incluso si goza de cobertura, un desempleado es hoy mucho más pobre que si
hubiese incurrido en esa misma situación en cualquiera de los últimos 20 años.
Esta reducción del nivel de protección de los desempleados es uno de los factores
explicativos, junto a la precarización laboral y a la mal llamada “moderación salarial”,
de dos fenómenos perversos que atenazan el bienestar de la sociedad española: el
incremento de la desigualdad y el deterioro de las condiciones alimentarias de la
población, ambos estudiados en Bellod Redondo (2013, 2014); fenómenos que pueden
cronificarse de no acometerse una reforma progresista de la protección social a los
desempleados.
Cuadro 3
Beneficiarios de Prestaciones y Subsidios por Desempleo
No
De Prestaciones De Prestaciones
contributivas
Contributivas No Contributivas
sobre total
2001
1.099.570
500.963
598.606
54,4%
2002
1.196.892
565.701
631.191
52,7%
2003
1.206.676
630.126
576.550
47,8%
2004
1.262.373
662.938
599.435
47,5%
2005
1.295.060
686.822
608.238
47,0%
2006
1.330.429
720.327
610.103
45,9%
2007
1.421.478
780.159
641.319
45,1%
2008
1.814.630
1.100.647
713.983
39,3%
2009
2.681.217
1.622.301
1.058.916
39,5%
2010
3.042.734
1.468.609
1.574.125
51,7%
2011
2.845.652
1.319.668
1.525.984
53,6%
2012
2.942.061
1.364.046
1.578.015
53,6%
2013
2.865.153
1.289.192
1.575.961
55,0%
2014
2.542.977
1.059.799
1.483.178
58,3%
2.160.397
783.108
1.377.289
63,8%
junio – 2015
Fuente: Boletín de Estadísticas Laborales y elaboración propia.
Total
Beneficiarios
9
Conclusiones.
Cada vez son menos los desempleados protegidos y cada vez lo son con menor cuantía.
Eso hace que cada vez sea mayor la probabilidad de que los desempleados incurran en
situaciones de miseria absolutamente incompatibles con los valores de una Europa
cohesionada.
Sería deseable que el Ministerio de Trabajo reformulase su definición oficial de “tasa de
cobertura” ya que de acuerdo con lo aquí expuesto sobredimensionan el verdadero nivel
de protección de los desempleados. Según los últimos datos oficiales unos 58 de cada
100 desempleados gozan de ingresos oficiales: en realidad no pasan de 42 y la cifra
sigue cayendo.
En ese mismo sentido, sería deseable que el Ministerio de Empleo acometiese la
difusión periódica y sistemática del importe medio que los desempleados obtienen del
SEPE. De hecho el Ministerio de Trabajo dispone de información más amplia y
actualizada que la que nosotros hemos empleado en la redacción de esta comunicación.
Dicha información podría aportar información valiosa si se cruza con otras variables
como el género, grupos de edad, niveles de formación o lugar de residencia. No se trata
de hacer estudios ocasionales sino de definir nuevas variables y sistematizar su difusión
pública por parte del Estado. Entre otras cosas ello permitiría guiar la intervención
pública en materia de protección social.
Aunque trasciende el alcance de esta comunicación, los resultados obtenidos en nuestra
investigación nos llevan a poner muy en duda el carácter “desincentivador” de las
prestaciones económicas del SEPE sobre la oferta de trabajo: son tan pocos los parados
que cobran algo y es tan poco lo que cobran en términos reales que no es razonable
pensar que el elevadísimo volumen de desempleo en España obedezca a la decisión
racional y voluntaria de ciudadanos que prefieren renunciar a un puesto de trabajo y al
correspondiente salario para “gozar” de los beneficios del SEPE.
Finalmente no podemos dejar pasar por alto un hecho alarmante: si tal y como las
principales proyecciones indican, la situación de elevado desempleo (superior al 20%)
continúa en España incluso más allá de 2016, conviene exigir una reforma del actual
sistema de prestaciones de desempleo, con un perfil mucho más generoso. De otro
modo ¿cómo evitaremos que la tasa de cobertura descienda al 20% o 25%? ¿Y cómo
evitaremos que el ingreso medio descienda significativamente por debajo de los 744 €
mensuales?
Bibliografía.
BELLOD REDONDO, José Francisco: “Desigualdad y pobreza: deterioro de las
condiciones de vida en España”, Contribuciones a la Economía – Eumed, 2013. En:
http://eumed.net/ce/2013/condiciones-vida-espana.html [consultado el 18 de septiembre
de 2015].
BELLOD REDONDO, José Francisco: “El impacto de la crisis en el deterioro
alimentario en España”, Contribuciones a la Economía – Eumed, 2014. En:
10
http://eumed.net/ce/2014/3/crisis-alimentaria.html [consultado el 18 de septiembre de
2015]
1
En el momento de redactar esa comunicación el principal riesgo económico es la previsible contracción
de la economía China. Durante las dos últimas décadas esta economía ha crecido a costa de alimentar dos
graves desequilibrios: una burbuja bursátil y una burbuja inmobiliaria. La contracción de la principal
Bolsa de Valores del país (Shanghai) ha sido de un -39% entre junio de 2014 y septiembre de 2015. Esto
parece anunciar el “pinchazo” de esas burbujas y un notable enfriamiento de la actividad económica
china.
2
El IPREM (Indicador Público de Renta de Efectos Múltiples) ha sido fijado para el año 2015 en 532´51
€ mensuales.
3
Como el dato “desempleo registrado” es calculado mensualmente por el SEPE, hemos utilizado la media
aritmética de cada trimestre natural.
4
Segundo trimestre de 2015.
5
Julio de 2015.
6
Recordemos que las prestaciones contributivas exigen al menos 12 meses de cotización.
11