Boletín 25 años.indd

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25 AÑOS LEYENDO OTRO CHILE
MANIFIESTO LOM 1995
ARKAKSÉLAS kius ktœl sa LOM karsekcéjer-hójok jálau jámana
LOM palabra de la lengua yámana cuyo significado es Sol
Somos un conjunto de poesía y prosa,
de amor y odio, de fe y escepticismo,
somos una mezcla extraña
que emulsiona lo bueno y lo malo
y hace estallar el rayo de luz
en los instantes de duda.
Luis Olea
La etnia yámana o yagán, de cuyo vocablo recuperamos LOM,
su sol, tuvo como hábitat el canal de Beagle y el cabo de Hornos.
Fue el pueblo más austral de la tierra, desarrollando una vida de
canoeros nómades. Su extinción la llevaron a cabo loberos, nutrieros
y balleneros de todas las nacionalidades, y otro tanto hicieron los
buscadores de oro. La obra iniciada con las balas continuó con la
sífilis, el sarampión y la tuberculosis. El alcohol finalizó la tarea.
Igual o similar historia sucedió con las etnias vecinas: selknam u
onas, kaweshqar o alacalufes, y haush, todas habitantes de la Tierra
del Fuego.
Como experiencia editorial nacida en 1990, queremos mantener
en la piel la sombra de sus espectros y en la retina de nuestros ojos
esas fotografías de principios de siglo que captaron con toda su vida
a Inxiol, Ceilapantesis, Latabilik Kipa, Ángela Loij y tantos otros sin
nombre a los que evocamos.
Con su remota mirada sellada en nuestro logotipo, junto a este
ancestral nombre, LOM, iniciamos desde el libro la caminata para
recorrer, reconocer y construir aliados para la invención y la herencia.
Situados en el sur en el aspecto geográfico y cultural, en la
condición de segundo mundo, nos reconocemos en las posibilidades
transformadoras, en los territorios de sueños y utopías. De esta
manera LOM viene a ser el desarrollo de un deseo, un proyecto en
constante construcción, la invitación a hacer una senda cuya sola
orientación es posibilitar el asombro y así continuar la búsqueda
de caminos en que esté permitida la duda, el cuestionamiento, el
conocimiento, la identidad, la diversidad, la integración, en pos de
una vida más humana y solidaria.
El cuerpo expresivo de nuestro quehacer es EL LIBRO, desde su
posibilidad de recrear la vida y mantener viva la cultura. Nos hemos
empeñado en revalorizarlo como instrumento interpelador de
nuestras visiones de mundo, de nuestra realidad; como un espacio
de encuentro e intimidad con otras vivencias, como una posibilidad
de nuevos caminos, como objeto de placer en sí mismo (por su
corporalidad), como vehículo de diversos lenguajes y, finalmente,
como un elemento indispensable para esta travesía de fin de milenio
que nos exige conjugar pasados y presentes.
Hemos trabajado el tema de la memoria, la identidad, la creación,
el ejercicio de la reflexión y la crítica, de gozar todo lo que está para ser
gozado. De esta manera hemos venido desarrollando colecciones de
libros desde distintas manifestaciones de la creación: poesía, ensayo,
novela, crónica, teatro, cuento, testimonio, reportaje, fotografía.
Creemos que una editorial, si bien tiene carácter comercial, no
puede hacer de este su principal objetivo. La fundamentación del
libro está en sus características estéticas e históricas, en el saber
develar lo humano, sus sueños y cotidianidades. El mercado no es
su fin. Por ello, a la par de la editorial, formamos la imprenta, que
a través de sus trabajos comerciales permita la existencia de este
proyecto con independencia de las modas, leyes y gustos que rigen
el mercado.
Mantener viva nuestra memoria, expresada en el libro como
contenido y como objeto, es una tarea que le corresponde a la
sociedad y a sus miembros. Chile es un claro ejemplo de la limitación
en ese aspecto. Los libros nacen y mueren, no por su valor propio,
sino que por fuerzas ajenas y muchas veces antagónicas a él. No
sólo lo nuevo tiene vida, sino también debemos mantener vivas y
en circulación las obras que trascienden a su propio tiempo, manteniendo vigente su lectura. Y en ello nos empeñamos.
En tal sentido, nos complace que junto con ser un espacio para
la expresión de nuevas voces, podamos desenterrar la literatura
omitida, acallada, marginada. Nuestra cultura necesita reafirmar
su historia; a ello se debe la necesidad de reinstalar estas obras –en
un país donde se respira con pulmones de jaguares–, de desenterrar
memoria, historia e identidad.
Desde la literatura y el placer de la escritura, con todos sus
posibles significantes, queremos seguir buscando e integrando
nuevas y viejas obras que enriquezcan consistentemente el tejido
cultural, soporte indispensable de nuestra humanidad.
En el contexto de estas sociedades latinoamericanas al borde de
la esquizofrenia, disociadas y complejas, incapaces de conjugar los
elementos constitutivos de nuestras culturas, embarcadas en imitar
la modernidad del Norte y absorber sus niveles técnicos y científicos,
mientras se mantienen espacios que estructuralmente permanecen
marginales y marginados a la gran tendencia, pretendemos que
nuestra labor sea un aporte para ayudarnos a mirar lo que sólo es
visto superficialmente. Queremos tender puentes a fin de encontrar
rasgos, sombras y trazos de pertenencias históricas, cuyas identidades nos inviten a buscar espacios de creatividad y elementos propios
para una construcción con contenidos, destinada a la formación de
individuos más libres y humanos, gestores de su propio caminar.
equipo de redacción de este boletín: Ignacio Aguilera / Francisco Miranda / Braulio Olavarría / Silvia Aguilera. diseño: Estelí Slachevsky.
comité editorial Silvia Aguilera, Mario Garcés, Luis Alberto Mansilla, Tomás Moulian, Naín Nómez, Jorge Guzmán, Julio Pinto, Paulo Slachevsky, Hernán Soto, José Leandro Urbina,
Verónica Zondek, Ximena Valdés, Santiago Santa Cruz secretaria editorial Marcela Vergara edición Braulio Olavarría producción editorial Guillermo Bustamante prensa Patricia Moscoso
proyectos Ignacio Aguilera área educación Mauricio Ahumada diseño y diagramación editorial Leonardo Flores, Max Salinas, Gabriela Ávalos corrección de pruebas Raúl Cáceres
comunidad de lectores Francisco Miranda ventas Luis Opazo, Elba Blamey, Olga Herrera, Daniela Núñez bodega Francisco Cerda, Pedro Morales, Hugo Jiménez, Maikot Calderón, Lionel
Díaz librerías Nora Carreño, Ernesto Córdova, Luis Cifuentes comercial gráfica lom Juan Aguilera, Danilo Ramírez, Eduardo Yáñez servicio al cliente José Lizana, Ingrid Rivas diseño y
diagramación computacional Luis Ugalde, Marjorie Doe, Pablo Barraza, Francisco Orellana secretaria comercial María Paz Hernández producción imprenta Elizardo Aguilera, Carlos
Aguilera, Gabriel Muñoz, Rómulo Saavedra secretaria imprenta Jasmín Alfaro preprensa Daniel Alfaro impresión digital William Tobar, Carolay Saldías, Daniela Farías, Karina Mardones
impresión offset Rodrigo Véliz encuadernación Ana Escudero, Andrés Rivera, Edith Zapata, Pedro Villagra, Héctor Carrasco, Juan Molina, Rodrigo Flores, Romina Salamanca, Carlos
Mendoza, Fernanda Acuña despacho Cristóbal Ferrada, Julio Guerra mantención Jaime Arel administración Mirtha Ávila, Alejandra Bustos, Andrea Veas, César Delgado, Boris Ibarra.
Cada cinco años nos reunimos para celebrar la vida de este proyecto, para celebrar
los libros, las ideas y complicidades que hemos ido tejiendo en el tiempo con la
comunidad que se crea en torno a los libros. Aquí estamos nuevamente para llevar
a cabo el rito celebratorio, nos acompañan todos los presentes y también los
ausentes, a quienes hemos querido y de quienes llevamos una profunda huella.
20 años LOM
José Miguel Varas
Escritor de destacada trayectoria en las letras chilenas desde mediados
del siglo XX. Premio Nacional de Literatura en 2006. Varas fue además
un periodista de notable y larga trayectoria en la prensa escrita,
la radio y la televisión. Fue locutor del programa Escucha Chile.
Fue editor de la revista Rocinante. Falleció en septiembre de 2011.
A
noche, tarde, le mandé un mail a
Paulo Slachevsky preguntándole cuántos
títulos aparecen en el catálogo de LOM.
Hasta las 0 horas 45 minutos no había
recibido una respuesta. No lo critico por eso.
Me imagino que había muchas cosas que
hacer en las vísperas de este ágape fraternal
de aniversario en este viejo convento
fresco y acogedor… Me parece estar viendo
a Jorge leyendo el diario, sentado en un
sillón. Recuerdo como en un sueño un
largo sendero bordeado de hortensias, los
almendros de Matilde, los grandes árboles
de la entrada, la piscina, el viento Raco de
Pirque y la sensación de la felicidad.
Se me había ocurrido como tema para
este discursito, un proyecto precioso: hacer
una exposición analítica sobre el catálogo
de LOM. Establecer cuántos y cuáles títulos
se habían publicado en 20 años en ciencias
sociales, en prosa narrativa chilena, en poesía
chilena, en literaturas hispanoamericanas,
europeas y de otros continentes, cuántos
autores clásicos y cuántos contemporáneos
de uno u otro género, principales temas de los
libros sobre asuntos históricos, económicos,
sociales, demográficos, políticos… Y luego
evaluar y clasificar todo ese material desde
una perspectiva histórico-social.
Bonito proyecto, que me sobrepasa. Me
temo que va a quedar pendiente hasta un
nuevo aniversario. A lo mejor alguien con
mejores herramientas académicas lo hace
realidad algún día.
El jueves por la noche en la Plaza Yungay,
mientras el juglar de «Juana Fe» daba saltos
de batracio al compás sísmico de la percusión
y el consumo de chelas aumentaba al mismo
ritmo entre los y las jóvenes ondulantes
que se apretujaban cerca de la vereda, me
acerqué por entre la multitud a uno de los
mesones donde se vendían libros y consulté
a un joven sobre un título editado por LOM
en 1999 o talvez en el 2000, que no se veía
entre los expuestos. En vez de encogerse de
hombros, el joven cogió una especie de guía
de teléfonos, un grueso manojo de hojas de
papel con listas y listas apretadas, impresas
en letras diminutas. Era el Catálogo de LOM.
Talvez sólo parte de él. Al mirar aquellas
listas, en las que mis añosos bifocales no
me permitían leer gran cosa, al ver esa
masa gris de líneas y líneas y líneas, de
títulos y más títulos, sufrí un vahído o una
descompensación, semejante a la náusea
metafísica inventada por Sartre, es decir, la
reacción visceral del ser humano indefenso
ante lo absoluto. Descubrí en ese momento
que el Catálogo de LOM es el catálogo de la
Biblioteca de Babel.
Conozco a LOM y sus muchachos desde
que eran chicos, desde que leí ese libro tremendo titulado «Haceldama» de Guillermo
Rodríguez, o incluso antes, desde los tiempos de la calle de los «Patriotas Uruguayos»,
que conocí sólo de oídas. Me acuerdo de
aquella diminuta librería situada en una calle atravesada difícil de encontrar, a una cuadra de la Alameda por la avenida República
o algo así. Asistí al milagro de ver ese pequeño recinto iluminado por los ojos de la bella
Geraldine Chaplin y su sonrisa chaplinesca.
La vi con mis propios ojos y talvez fui visto
por sus propios ojos. I hope. Me acuerdo que
la acompañaba un chileno particularmente
pesado. Después vino la época de Maturana y su solapado expansionismo territorial,
que nunca ha terminado; la librería de la
Casa Colorada que me gustaba tanto, con su
caballito de madera en la puerta, y la de la
Biblioteca Nacional y, en fin, el palacio que
fue alguna vez de Edwards Bello en la calle
Concha y Toro 23, donde celebramos los
diez años de LOM.
A lo largo de este tiempo, a la par con
la editorial, estos niños no han dejado de
crecer. Veo a Silvia, a Paulo, a las preciosas
Estelí y Natalia; al inquieto gigante flaco
Nicolás descubriendo la pólvora de la dialéctica; veo a Juan, Elizardo, Ignacio, veo
a Elba y Mauricio, y muchos otros, todos
cada vez más grandes, mientras el suscrito se va achicando con la perspectiva histórica de llegar a ser un viejo chico vestido
de plomo. C’est la vie, como dijo Flaubert
después de la batalla de Waterloo. Me
acuerdo de los almuerzos de trabajo y la
dulzura de la señora Raquel. LOM es una
empresa familiar, que combina ideas críticas del presente e ideales del futuro con el
culto de la amistad, la devoción familiar,
un impulso juvenil indestructible y ¡oh
sorpresa! eficiencia empresarial.
En torno a las complicidades y los mensajes que LOM le trae y le esparce, descubrí
en sus libros (aunque no los he leído todos)
muchas cosas nuevas en las letras, en la
poesía y en las ciencias, en el pensamiento
crítico y en la memoria y, además, adquirí
una nueva familia muy extendida, nuevos
amigos y amigas perdurables.
Brindemos, entonces, por estos 20 años
y todo lo que significan, por la esperanza
siempre viva a pesar de todo, por el
desarrollo, por el presente y por el mañana
que canta de LOM, de Chile y la Humanidad.
|3
¡25 años!
LOM florece con fuerza
4|
Peter Winn
Profesor de Historia y Estudios
latinoamericanos en la
Universidad de Tus (Boston) y
ha enseñado en las universidades
de Princeton y Yale. Ha escrito
para The New York Times,
The Washington Post y
The Nation, y ha sido senior
editor de la revista International
Labor and Working Class History
(ILWCH).
H
ace 25 años nacían en Chile dos proyectos
políticos de largo aliento. El primero, una
democracia que se instalaba con las limitaciones
propias de la constitución pinochetista y con el
objetivo de ir eliminando sobre la marcha los
«enclaves autoritarios». El otro fue LOM ediciones,
un proyecto de izquierda amplio que buscaba dar la
palabra escrita a las visiones y temas de izquierda
que habían sido reprimidos por la Dictadura y que la
Concertación buscaría también silenciar.
Por esos años, el éxito de una transición a la
democracia, crecientemente conservadora, parecía
una apuesta mucho más segura que la apuesta por el
éxito de una prensa abiertamente de izquierda.
Sin embargo, veinticinco años después, mientras
la democracia que la Concertación conformó se
debate en una crisis múltiple de corrupción, representación y legitimidad, el proyecto editorial de
izquierda que LOM levantara florece con fuerza. Esta
es una de las muchas ironías de la historia chilena
reciente; en 1990, pocos lo habrían creído posible.
En el Chile neoliberal posterior a 1990, en que la
derecha controlaba los medios, y en que la misma
Concertación era incapaz de sostener un medio de
centro o de izquierda, el solo hecho de sobrevivir
era una señal de éxito para un proyecto editorial de
izquierda, como LOM. Pero, en un contexto que vio
el eclipse y la muerte de APSI, Análisis, La Época y
Siete+7, LOM hizo mucho más que sobrevivir. LOM
alzó el vuelo y logró crecer, desde los tres títulos
que publicó en 1991, a los 74 de 2014, llegando a
promediar 80 por año en este siglo XXI, y alcanzando
a la fecha 1581 en total. De ese modo, en un Chile
dominado por gigantes conglomerados editoriales
internacionales, LOM se ha transformado en una de
las editoriales más grandes del país, y en un referente
para la edición independiente, a nivel nacional e
internacional. Este es uno de los muchos éxitos no
reconocidos a LOM, que refleja la singular sapiencia
que han tenido Paulo y Silvia, y quienes dirigen,
para combinar el compromiso intelectual y político
propio del siglo XX con un modelo de negocios del
siglo XXI.
Pero el éxito de LOM no ha sido sólo en el plano
de las cantidades, sino también en el de las calidades.
Ha publicado libros revolucionarios, que han permitido una nueva lectura no sólo del presente, como
el best-seller Chile actual, anatomía de un mito, de
Tomás Moulian, sino también del pasado, como la
profundamente renovadora Historia Contemporánea de Chile, de Gabriel Salazar y Julio Pinto, y junto
a ellas, otras importantísimas obras en el campo de
las humanidades, las artes y las ciencias sociales, así
como también un maravilloso catálogo en literatura.
Al mismo tiempo, LOM ha realizado su proyecto
político, dando tribuna a todas las izquierdas –viejas
y nuevas– y publicando influyentes e innovadoras
obras que han examinado críticamente la historia
reciente de Chile y de la izquierda chilena. LOM
ha publicado libros de grueso volumen, cuya
importancia política o académica era mayor que su
público, como por ejemplo los libros sobre Derechos
Humanos, estados de excepción y memoria histórica
de Elizabeth Lira y Brian Loveman; y ha publicado
también libros de bolsillo sobre temas polémicos,
como el consumismo, para un público masivo. Ha
publicado obras críticas fundamentales sobre el
neoliberalismo y los nuevos enfoques de género,
etnicidad, feminismo y cultura mapuche. Los cerca
de ochenta títulos que en la última década LOM
ha publicado en torno a la conmemoración de los
30 años del Golpe de Estado –un momento clave
en la reconfiguración de la memoria histórica de
Chile– fueron en sí mismo un acto de realización del
proyecto político. Igualmente importantes han sido
los innumerables títulos publicados sobre Derechos
Humanos y su violación, durante la Dictadura, desde
testimonios de los sobrevivientes hasta relatos sobre
la DINA y la CNI y sus centros de tortura y exterminio.
En este proceso, LOM también se ha transformado en traductor y editor de grandes autores extranjeros. Desde el inglés ha traducido a historiadoras
estadounidenses, como Heidi Tinsman y Elizabeth
Hutchison; del francés, a expertos en temas de memoria, como Pierre Nora y a investigadores del mundo de los trabajadores, como Franck Gaudichaud,
autores cuyas renovadoras investigaciones, de no
mediar este proyecto, hubiesen permanecido desconocidas para el público chileno. Y por si todo ello
fuera poco, LOM ha dado espacio a las nuevas generaciones de académicos que se plantean preguntas
innovadoras, como Edén Medina cuyo libro sobre el
proyecto de Allende de incorporar los primeros computadores a la gestión del Área de Propiedad Social
modificó la imagen de la Unidad Popular y su relación con la tecnología moderna. En una palabra, y
a diferencia de la democracia chilena, LOM ha más
que cumplido las expectativas con las que se inició
hace 25 años.
Lamentablemente, escribo estas líneas lejos de
Chile y de la celebración de los 25 años de LOM,
los que quisiera haber compartido con ustedes en
Santiago. Solo en mi estudio en Nueva York, alzo,
pues, una copa (¿o mejor un libro?) en nombre de
Paulo, Silvia y el equipo directivo, de los trabajadores,
editores, autores –¡y lectores!– que han contribuido
al notable éxito de LOM ediciones. ¡Felicitaciones a
todos! ¡Y que sean 25 años más!
«Los LOM»
|5
(a Matilde)
L
OM no es solo una editorial independiente sino un gesto político de resistencia
cultural, un polo de pensamiento crítico y un proyecto de carácter existencial.
Con cerca de mil seiscientos títulos que recogen lo más esencial y valioso de la
creación y reflexión de Chile y América Latina, LOM nació con la democracia, en 1990,
pero a diferencia de nuestra transición, no asumió el consenso como política, ni tuvo
en la amnesia o el temor al debate su corolario cultural, y menos barrió bajo la alfombra
nuestros dolores.
Es lo contrario. Como una flecha que apunta en sentido opuesto a la configuración
de una postdictadura llena de olvidos y omisiones, LOM fue estructurando el correlato
lúcido y plural de un país que podía leerse, sentirse y pensarse más allá de las claves que
la política de los acuerdos, basada en la mantención del modelo político-económico,
podía permitir.
Entonces LOM alimentó los sueños de país, las ansias de futuro, los vacíos de la
memoria convocando a los poetas nuevos y viejos, a los historiadores, narradores,
ensayistas, investigadores, a sus artistas e intelectuales, a toda esa multitud de lúcidos
y creadores que no solo contribuyen al espesor cultural de un país, sino que además
definen su ethos y habitan sus entrañas.
Porque durante un cuarto de siglo LOM ha plasmado en letras de molde lo que se ha
omitido, pensado y discutido más allá del Chile oficial.
Por ejemplo, cuando a inicios de los años noventa abrió sus colecciones a la fuerza
arrolladora de los poetas e intelectuales provenientes de nuestros pueblos originarios,
como Elicura Chihuailaf; o cuando editó el más demoledor de los ensayos sobre la
transición pactada, en la reflexión de Tomás Moulian y su anatomía de un mito; o con
un pie en el presente y el ojo puesto en la memoria reeditó a clásicos de la talla de Pablo
de Rokha; o textos míticos como Selva Lírica, o la célebre Antología de la Poesía Chilena
Nueva, de Volodia y Anguita.
LOM es también una apuesta provocadora que irrumpe en la escena cultural
nacional bajo el rótulo de «editorial independiente», poniendo el dedo en la llaga,
porque en la noche todos los gatos no son pardos. Así, exhibiendo a la intemperie los
discursos propios de las leyes de la oferta y la demanda, y apostando por el desarrollo
de una industria del libro nacional, separó las aguas con las transnacionales, liderando
una postura y disputando en una arena que ningún «chico» se había atrevido a pisar.
En fin, un cuarto de siglo leyendo a Chile y aportando a la diversidad con un catálogo
de lujo en el reino de los monopolios, duopolios y pensamiento hegemónico, y cuyo
punto de inflexión lo constituye la creación de la revista Rocinante, en la cual fuimos
socios y que convocó a seres entrañables e imprescindibles como José Miguel Varas.
Pero LOM es también «los LOM», cuando el gesto cultural deviene en una dimensión
afectiva, entrañable que significa nuestros queridos amigos, Silvia, Paulo, Elizardo, Juan,
Ignacio y toda la tribu Slachevsky - Aguilera , con ellos, sus hijos, y hasta hace poco
Matilde, y antes Jorge… Todos compartiendo la misma línea editorial que va más allá de
los libros y que nos remite a una forma de vivir, de trabajar, de entender la justicia, la
libertad, la democracia, el futuro, la memoria…
En esa línea y en ese catálogo radica quizás el éxito de los 25 años de LOM. Y es que
no son solo los libros… ¡son «los LOM»!
Faride Zerán Chelech
Periodista, escritora y profesora
titular de la Universidad de Chile.
Con una larga trayectoria como
periodista cultural, fue fundadora de
la revista Rocinante y anteriormente
de Pluma y Pincel; redactora del
diario La Época y de las revistas
Análisis, Cauce y Los Tiempos, entre
otros medios. Premio Nacional de
Periodismo 2007. Actualmente
es vicerrectora de extensión de la
Universidad de Chile.
6|
Opus Dei En el contexto de
beatificación de monseñor
Escrivá de Balaguer, Jaime
Escobar, analista de la política
del Vaticano para América
Latina, expone aquí, con
abundante documentación,
el génesis, la expansión e
influencia del Opus Dei en
Europa y Latinoamérica.
1990
Nace LOM ediciones. Sus primeras publicaciones fueron un afiche de un planisferio
invertido titulado De la tierra incógnita del
sur, y una serie de postales cuya gráfica era
un fragmento de un plano de Santiago y sobre
este algunas fotografías de detenidos desaparecidos.
¿Quién dijo que el norte naturalmente
debía estar arriba? El planisferio que abría
las puertas de esta casa editorial, se proponía
sugerir que lo que parecía algo natural,
inamovible, sólo era una convención, una
manera de ver, decir y representar el mundo.
La serie de postales nos situaban aquí y ahora,
y formulaban la pregunta ¿dónde están?,
declarando que aquí no estábamos todos.
Son los primeros elementos que sitúan
y definen las motivaciones de este proyecto
editorial que daba sus primeros pasos en
un Chile que comenzaba a salir de la larga y
brutal dictadura.
Tierra de humo. Libro
homenaje a las etnias que
habitaron el extremo austral
de Chile: alacalufes, selk´nam,
aonikenk y yámanas, canoeros
y cazadores. Según la mirada
del capitán Cook en 1769, «era
el grupo más miserable que
exista hoy sobre la tierra»,
por lo que fueron usurpados,
capturados y finalmente
extinguidos.
Memorias en Blanco y Negro
Treinta y seis imágenes de
diversos fotógrafos-testigos
nos devuelven los instantes
y días posteriores al fatídico
11 de septiembre de 1973,
imágenes que han estado
presentes en la memoria
colectiva, que nos han sido
heredadas para no olvidar, no
olvidar, no olvidar.
Clotario Blest, precedido
por una inmensa cruz de
troncos y seguido por una
muchedumbre que camina
en silencio, fue una de las
imágenes que llevaron
a Mónica Echeverría a
la convicción de que ese
hombre frágil y humilde,
tenía la fuerza y tenacidad
de un gigante, por lo que era
imprescindible contar su
historia.
1991
1992
1993
Se publican los tres primeros libros que
conjugan las miradas fundantes de la propuesta,
dando también la partida a dos líneas de
trabajo que LOM ha desarrollado de manera
sistemática en su trayectoria: la Narrativa y el
Ensayo en Ciencias Sociales. Estos libros son:
Haceldama, novela de Guillermo Rodríguez,
que señala el punto de partida de una opción
por abrir espacio a otras escrituras; en este caso,
una literatura centrada en el mundo popular y
producida por un sobreviviente de la dictadura.
La invasión a un mundo antiguo, novela de Rosa
Miquel, que desde la ficción literaria, plantea
el gran desencuentro de los españoles con los
mapuches. Y Desafío Alimentario. El hambre
en el mundo, de Jacques Chonchol, ensayo que
analiza la situación del hambre en el mundo
hacia fines del siglo XX, planteando que este
flagelo no es a causa de escasez alimentaria,
sino centralmente un tema de distribución
alimentaria. La actividad editorial de LOM debía
conjugarse con la posibilidad de sostener y
proyectar esta propuesta en el tiempo, por lo que
el pequeño grupo que constituía el equipo estaba
dedicado principalmente a realizar trabajos de
diagramación e impresión para terceros, y con
ello sostener y desarrollar el proyecto.
Este año se publican seis libros, y nace la colección Mal de Ojo, la primera en estructurarse
como tal, con un formato, diseño de interior y
cubierta que daría continuidad a los títulos que
siguieron. Destinada a publicar libros de fotografías en pequeño formato, con 36 fotografía en
blanco y negro, como la cantidad de exposiciones
que contenía un rollo de fotografías. Esta colección se propuso tomar la potencia mágica del
Mal de Ojo e invertirla, para contagiar y centrar la
mirada sobre algunas imágenes totalmente desconocidas que hacían parte de nuestra historia,
como las fotografías de los pueblos del extremo
austral, de los mapuche, de la comunidad andina. Así también, incorporaba la fotografía de autor, propuestas personales de fotógrafos chilenos
como Claudio Pérez y Oscar Wike. Bajo Mal de
ojo, durante los últimos años, se ha venido desarrollando la serie Cazadores de Sombras, propuesta que transita por la misma senda.
La memoria se ha puesto en marcha con la recuperación de algunos «clásicos», innombrados
desde el 73; con el ejercicio de nombrar y recordar viejas y nuevas luchas, y personajes claves en
ellas, así es como se publica el volumen IV de la
Interpretación marxista de la historia de Chile,
de Luis Vitale; y al año siguiente el volumen V,
dando continuidad a los tres primeros volúmenes publicados hacia fines de los sesenta. Entre
el 2011 y el 2012 se publicará la colección íntegra
de los seis volúmenes en tres tomos. Aparece la
primera edición de Antihistoria de un luchador,
biografía de Clotario Blest escrita por Mónica
Echeverría. Ambos libros reponen en la escena
editorial –pero sobre todo en el panorama social,
político y cultural– personajes, temas, interpretaciones, ideas y luchas que durante diecisiete
años –y hasta sólo cuatro años antes– habían
sido perseguidas y supuestamente erradicadas
de la sociedad chilena. Este año LOM publica
ocho títulos, tres de ensayos, uno de fotografía,
dos de poesía y dos de narrativa.
1991. Ambientada en la
Penitenciaría de Santiago
hacia finales de los años
ochenta, la obra nos
introduce, a través del
lenguaje carcelario, a los
códigos morales de distintos
grupos de reos, en un
universo conformado por
encarcelados políticos, presos
comunes y gendarmes, entre
los cuales se origina una
lucha sangrienta.
1991. Primera obra de la
autora, que desde la ficción
hace una reflexión informada
y creativa para releer lo que
fue el choque frontal entre
los «conquistadores» y los
«conquistados», saliendo
al paso de los preparativos
del quinto centenario
del «encuentro entre dos
mundos»
1991. Ensayo escrito en
el exilio por quien fuera
ministro de Agricultura
de Salvador Allende, es la
primera traducción que
se incorpora al catálogo.
Fue escrito y publicado
en francés por Larousse.
en 1987.
Con esta novela José Miguel
Varas se integra al catálogo
LOM. Este libro constituye
una verdadera crónica de la
pequeña y de la gran historia
del pueblo chileno, a través
de la vida de una pareja que
lucha por un mundo más
justo. Premio Municipal 1997
y Consejo del Libro 1997.
Reeditado en el centenario
del nacimiento del poeta
(1994), es un poemario que
en su primera publicación
de 1922 fue recibido con
el repudio absoluto de la
crítica de su época. Sin
embargo, años más tarde,
será considerado como una
de las obras fundamentales
de la vanguardia
hispanoamericana.
¿Cómo abordar el tema de
la delincuencia más allá
de los titulares de prensa,
la anécdota, el rechazo o
los anhelos punitivos? Del
estudio en profundidad, la
autora aborda el problema de
manera global, analizando el
trasfondo social, la sicología,
las motivaciones y la autopercepción de los propios
actores.
En 1912 Julio Molina N. y Juan
Agustín A., por medio de una
publicación en Pluma y Lápiz,
invitaron a los creadores de
todo el país a participar en una
antología de la poesía chilena,
con intenciones de ser la más
completa hasta el momento.
Publicada en 1917, se convirtió
en el libro más importante de la
época y anunció el éxito de los
que serían los padres de la poesía
chilena del siglo XX. Reeditada en
coedición con la DIBAM.
1994
1995
Se estructuran y organizan dos colecciones:
Sin Norte (para las Ciencias Sociales) inaugurada con los títulos: Delincuencia común, de Doris
Cooper, y Las chilenas de la colonia. Virtud sumisa, amor rebelde, de Cecilia Salinas. En estricto
rigor, y según el ordenamiento que hoy haríamos
en el catálogo, el libro de C. Salinas es la primera
publicación de investigación historiográfica realizada por la editorial (Historia). En ella la autora
plantea que la historia de la colonización y formación colonial ha sido contada siempre desde
un punto de vista masculino, lo que ha invisibilizado el verdadero rol e importancia que tuvieron las mujeres en ese (o desde ese) periodo de
la historia nuestra. Esta publicación viene a inaugurar la presencia de la perspectiva de género en
las publicaciones de LOM. La segunda colección,
Entre Mares (para Literatura: Poesía y Narrativa),
inaugurada con el libro Los gemidos, de Pablo de
Rokha. Con esta obra se dio inicio a una línea de
reedición de textos poéticos, y de este modo se
comenzó a estructurar un segundo rasgo de la
política editorial de LOM, la de rescatar del olvido y la omisión a autores claves de la poesía y las
letras de Chile.
Se inaugura la colección Clásicos de la novela
social, una de las colecciones entrañables para
LOM. Rescatando la tradición de los «clásicos
de la novela social» chilena, en una serie de al
menos unos quince títulos, que incluye Hijo del
Salitre de Volodia Teitelboim, Los hombres obscuros, de Nicomedes Guzmán y Vidas mínimas,
de José Santos González Vera, entre otros. La
Generación literaria de 1938 representa la más
madura y contundente creación de autores que
miraron con seriedad el mundo popular urbano,
a los trabajadores, sus familias y sus barrios, sus
dramas, sus sueños y sus luchas. Con Antología
autobiográfica, de Manuel Rojas, LOM aferra
su camino a las raíces más profundas de la mejor literatura chilena. En este libro, el autor nos
muestra la génesis de sus obras más destacadas,
distinguiendo los hechos y los personajes reales
de los ficticios. Se inicia una línea de coediciones
con la Universidad ARCIS con la colección La
invención y la herencia. Cuadernos ARCISLOM. Estos «cuadernos» reunían artículos sobre
temas relevantes para la discusión y desarrollo del
pensamiento crítico de autores franceses y chilenos, entre ellos Pierre Bourdieu, Jacques Derrida,
Tomás Moulian, Pablo Oyarzún, Nelly Richard y
Willy Thayer.
Treinta y seis fotografías
nos devuelven las imágenes
de los albores del siglo XX
en el Cuzco, Perú. Bellas e
impresionantes escenas,
algunas de ellas del célebre
fotógrafo Martín Chambi,
dan cuenta del sincretismo
cultural andino, que de
alguna manera representa el
sincretismo latinoamericano.
Publicada por primera vez en
1952, es una epopeya social de los
trabajadores salitreros del Norte
Grande que narra la historia de Elías
Lafere, y las injusticias humanas
y sociales que enfrenta junto a los
demás trabajadores del salitre.
Aparece sin restricciones
Mal de amor de Oscar Hahn.
En 1981, la dictadura prohíbe la
circulación de la primera edición,
cuando la obra ya se encontraba
en librerías. El Washington Post
afirmó que «uno de los poemas
tenía un verso que, por decisión
del gobierno, era irrespetuoso
hacia la Virgen María»
|7
1994. Rafael Barahona
recibe el Premio del
Consejo Nacional del Libro
y la Lectura en la categoría
Cuentos inéditos por el
libro Los pasos del andarín.
1995. Alicia Salinas recibe
el Premio del Consejo
Nacional del Libro y la
Lectura en la categoría
Poesía por el libro De arriba
- cielo y otros textos.
1997. Raúl Barrientos es
reconocido con el Premio
del Consejo Nacional del
Libro y la Lectura en la
categoría Poesía inédita
por el libro Llave de neón.
1997. José Miguel Varas es
galardonado con el Premio
del Consejo Nacional del
Libro y la Lectura, categoría
Novela, por La novela de
Galvarino y Elena.
25 años de sintonía con las
necesidades de la base social
8|
Gabriel Salazar
Doctor en Historia Social y Económica en la Universidad de Hull, en el Reino Unido.
En 1985 reanudó su labor académica en Chile y, en 1992, se reincorporó al
Departamento de Ciencias Históricas de la Facultad de Filosofía y Humanidades de
la Universidad de Chile, donde dirige el programa de Doctorado en Historia. Es autor,
coautor y editor de numerosas publicaciones. El año 2006 recibió
el Premio Nacional de Historia.
Q
ue una editorial privada, centrada
en el pensamiento crítico y sin apoyo estatal
permanezca operativa durante 25 años, con
producción maximizada (2.900.000 libros
vendidos durante ese tiempo) y ventas
globales por más de $ 10.000 millones en
igual período, es un caso notable, sin duda,
en un país como Chile.
En un país donde, como tendencia
general, los proyectos «empresariales» o
de gran política identificables como «de
izquierda» terminan habitualmente en el fracaso o –más a menudo– en la autodestrucción. Como ha sido el caso, por ejemplo,
del Frente Popular, de la Confederación de
Trabajadores de Chile (CTCh), del llamado
Frente de Trabajadores, del Movimiento de
Izquierda Revolucionaria, de la Universidad
ARCIS, etc.
¿En qué ha radicado la fortaleza de
LOM ediciones para no caer de lleno en esa
tendencia general?
Podría decirse, en primer lugar, que
apareció en el lugar preciso y en el momento
histórico adecuado. Es decir: después
que la tiranía militar destruyó las bases
de la industrialización chilena, la política
parlamentarista y el populismo de tipo
ideológico y vanguardista, que saturaron
la cultura social y política chilena entre
1938 y 1973. Cuando, por esa misma
destrucción, fue necesario reflexionar no
sólo sobre la reconstrucción de la identidad
social y política de los sujetos populares y
ciudadanos, sino también sobre la necesidad
de cambiar el modelo económico y político
heredado de la tiranía miliar. Es decir:
cuando fue necesario recordar socialmente
el pasado, recrear socialmente la cultura
militante y construir socialmente la nueva
política popular.
La producción editorial de LOM ediciones ha estado dirigida, sin duda, a nutrir esa necesidad reflexiva con textos,
obras, investigaciones y creaciones especializadas, precisamente, en la búsqueda y
producción de datos, respuestas y creaciones demandadas por esa necesidad. No hay
duda de que en Chile, entre 1990 y 2015, se
ha vivido un boom editorial vinculado a la
memoria y a la reflexión sociales. Sin esa
necesidad y sin aquella búsqueda y producción, LOM ediciones, sin duda, no habría podido tener el éxito que tiene hoy, por sí solo.
Es por lo anterior que esta editorial ha
tendido a publicar, cada vez más, libros clasificados en el «campo» de las Ciencias Sociales y Humanas. A la par, precisamente, con
la agudización del conflicto socio-político.
Hasta el año 2005, por ejemplo, la publicación de libros de Literatura casi duplicaban
a los de Ciencias Sociales y Humanas. Desde
el quinquenio 2006-2010, en cambio, las últimas superan a la primera. Con todo, la Literatura ocupa de todos modos un lugar central en la producción anual de la Editorial.
El Arte y la Fotografía, aunque presentes,
tienen un peso considerablemente menor,
casi simbólico.
¿Qué ciencia o línea de análisis predomina
en el campo editorial de las Ciencias Sociales
y Humanas? Desde luego, en los catálogos de
LOM no se encuentra una definición precisa
de cada ciencia social o humana. Los libros
de Historia, por ejemplo –según los datos
proporcionados por los directores–, que habría
vendido sobre 195.000 títulos en 25 años,
aparece, a veces, como ciencia independiente,
otras, como Ciencia Social, y otras como
Ciencia Humana. Y lo mismo puede decirse
de las otras disciplinas. No estando disponible
el listado del número de ejemplares vendidos
por título-autor, no se puede calcular el
impacto real de las publicaciones científicosociales de LOM en la masa de lectores. Las
ventas de libros de Historia representan,
de hecho, menos del 6 % del total de libros
vendidos. Y lo mismo puede decirse de las
demás disciplinas sociales y humanas. En
cualquier caso, la publicación de libros de esas
disciplinas, con seguridad, supera de lejos la
de otras editoriales.
Un indicador interesante puede ser el
que muestra los autores más publicados.
Un autor que ha publicado a través de LOM
cinco (5) o más libros, debería considerarse
un indicador tendencial de la línea editorial.
En este sentido, predominan los autores
de Literatura (14), sobre Historia (5), sobre
Ciencias Humanas (5) y sobre Ciencias
Sociales (4), lo que daría un empate entre
lo literario y lo científico-social. Los autores
más publicados son: Ramón Díaz Eterovic
(24 títulos), Hugo Fazio (15), Oscar Hahn (11),
Tomás Moulian (11), Grínor Rojo (10) David
Rosenmann-Taub (14), José Miguel Varas (14)
y el que escribe estas líneas (16).
Como quiera que sea la tendencia global
de la línea editorial (en el entendido que
privilegia el pensamiento y la creación
críticas), lo cierto es que ha sido y es
congruente con la tendencia reflexiva
que marca la inquietud racional de la
ciudadanía. Faltaría por conocer cómo
es la organización empresarial de LOM
para determinar si también ésta explica
la duración y efectividad de este proyecto
‘contestatario’. El elemento familiar que,
sin duda, está presente en su dirección. O
el peso efectivo del Consejo Editorial. O la
relación entre la dirección superior de la
Editorial y la situación contractual y social
de sus trabajadores.
En estas líneas he tratado de proponer
conclusiones basadas en datos objetivos,
para no incurrir en la subjetividad que
emana del no manejo de esos datos y para
no sustentarse sólo en los obvios lazos de
amistad y camaradería que nos unen a los
directores de este proyecto… Al menos, lo
intentamos… Por tanto, ahora podemos
dar rienda suelta a nuestro entusiasmo por
la celebración de estos 25 años de trabajo,
de sintonía con las necesidades de la base
social, y de oportunidad para todos los que
tratamos de ajustar nuestros esfuerzos
profesionales y nuestros objetivos políticos
a las necesidades y movimientos de la base
popular y ciudadana de nuestra sociedad.
¡Salud!
LOM, tentar los límites para
ensanchar el mundo de los lectores
Jorge Fondebrider
Poeta, ensayista, traductor y periodista cultural de Argentina. Entre 1986 y 1992 fue secretario de redacción
de la revista Diario de Poesía, cuyo consejo de dirección integró durante los primeros diez años de existencia
de la publicación. En 2009, junto con Julia Benseñor, fundó el Club de Traductores Literarios de Buenos Aires.
L
OM, tentar los límites para ensanchar
el mundo de los lectores.
Desde cierta perspectiva, una editorial es
una empresa que se dedica a la publicación
de libros, revistas, periódicos o discos. Sin
embargo, el gran editor argentino José Luis
Mangieri –a quien debemos La Rosa Blindada y Libros de Tierra Firme, entre otros sellos, y cientos de títulos que nadie más que él
se atrevió a publicar–, solía decir que cuando
al sustantivo «editorial» se lo convertía en
adjetivo anteponiéndole la palabra «empresa», el concepto cambiaba por completo y la
finalidad altruista que para él implicaba editar libros tendía a borrarse. ¿Por qué? Porque
ya no se perseguía el bien de los demás de
manera desinteresada y, en cierta forma, se
dejaba de realizar una labor social. El objetivo era inmediatamente otro.
Tal vez la visión de Mangieri fuera
extremadamente romántica y se corresponda
a un tiempo en que el mundo giraba a otra
velocidad. Con todo, no fue el único en
tratar de establecer una relación entre la
publicación de libros con fines altruistas y
lograr, al mismo tiempo, la subsistencia de
un sello con las circunstancias que implica
existir en un mercado y resistir los embates
de la economía. Alguna vez el Fondo de
Cultura Económica fue eso en México y el
Centro Editor de América Latina hizo otro
tanto en la Argentina. Se trataba de empresas
editoriales gigantescas cuya razón de ser
eran los lectores y su educación, y en las
cuales el lucro no era una meta, sino apenas
una contingencia.
El FCE, una institución fundada en
1934 por Daniel Cosio Villegas, sostenida
parcialmente por el Estado mexicano, malas
administraciones mediante, hoy perdió el
sentido y el brillo que supieron darle sus
antiguos directores y sobrevive como una de
las tantas instancias burocráticas de ese país.
El CEAL, creado en 1966 por Boris Spivacow, existió hasta 1995, resistiendo los muchos embates de las diversas dictaduras argentinas –incluida la censura, la incautación
y quema de libros–, pero terminó como víctima de la fluctuante economía trasandina.
Por supuesto que las editoriales mencionadas no son las únicas, pero quizás sí
sean las que mejor simbolizan el esfuerzo
asumido en Latinoamérica por dotar a los
pueblos de la región de catálogos ejemplares
–acaso la razón profunda de ser de esas casas
y de toda editorial– que les permitieran a
sus lectores un acceso posible a lo mejor del
pensamiento y de la imaginación del mundo
entero, dotando así a sucesivas generaciones
de hispanohablantes de herramientas de
juicio, de cambio, de belleza y de consuelo
ante las muchas fealdades que la vida nos
depara a los seres humanos.
Hace veinticinco años, cuando apenas
comenzaban, Paulo Slachevsky y Silvia
Aguilera tuvieron el mismo norte. Hoy LOM,
con un catálogo vivo que supera holgadamente los mil quinientos títulos, es un magnífico ejemplo de cómo una editorial también puede ser una empresa, sin olvidar su
razón de ser.
Ahora bien, que esto ocurra en un país
donde el libro continúa siendo un objeto
suntuario resulta excepcional. La excepción
–como todas las excepciones de este género–
se sustenta en una sólida política cultural
que, como se sabe, es el andamiaje sobre el
que se construye toda idea de cultura. Los
LOM (como suele llamárselos en el medio
editorial) saben lo que quieren que sea su
editorial. No buscan transitar caminos
seguros limitándose a hacer libros lindos y
caros –que, por otra parte, ya hicieron antes
otros–, sino tentar los límites para ensanchar
el mundo de los lectores. En consecuencia,
dejan que otros hagan los libros que con
dinero cualquiera puede hacer, para
concentrarse en aquéllos que sirvan para
explicar lo que es y lo que no es Chile, lo que
ellos querrían que fuera su país y lo que hay
que evitar que sea. Y para hacerlo tanto vale
un clásico olvidado como un autor nuevo, un
punto de vista probado por el tiempo o uno
enteramente novedoso –sea éste nacional o
foráneo–, la recuperación del pasado remoto
o inmediato, la conservación de la memoria
para evitar la repetición de errores y plantar
una pica en un futuro que reconocemos
siempre esquivo, pero no imposible.
Y cierro esta celebración con dos digresiones personales.
La primera tiene que ver con lo que puedo
advertir por mi condición de argentino o,
mejor aún, de porteño. Siempre he observado
con curiosidad hasta qué punto nuestros
vecinos chilenos viven preocupados
con ellos mismos, considerando que las
desgracias les ocurren sólo a ellos, como si
pensaran que los Andes son algo más que
meras montañas. Y justamente, por desearles
lo mejor a mis muchos amigos chilenos y
por la ya larga historia compartida, veo con
simpatía cualquier esfuerzo que se lleve a
cabo para quebrar la autorreferencialidad, el
regodeo en la pacatería, el discurso repetido
sobre la propia infelicidad –a esta altura,
más un rasgo de coquetería que una verdad
absoluta–, sobre el encierro, sobre el tan
cacareado provincianismo. En los años de
amistad con Paulo, Silvia y sus familias no he
visto otra cosa que la imperiosa voluntad de
romper con ese absurdo aislamiento y con el
fatalismo al que éste lleva. La curiosidad ha
hecho que los LOM recorran el mundo para
comparar experiencias, considerar otras
maneras de hacer las cosas, afirmándose
en lo que está bien hecho y corrigiendo lo
que puede mejorarse. Y esa curiosidad se
ha traducido en libros que son una ventana
para Chile y los chilenos, y, por qué no, para
toda la región. Lo que me lleva a mi segunda
digresión, que es de naturaleza mucho más
íntima.
Al cabo de muchos libros propios y ajenos,
publicados en Argentina, México, España,
Francia y Gran Bretaña, me ha tocado tratar
con editores de toda laya. En consecuencia,
he aprendido que escribir, traducir, editar
o corregir un libro son tareas de índole
profesional con un valor determinado, que
autorizan a ciertos derechos y que conllevan
las correspondientes obligaciones. Nunca
me ha tocado trabajar en condiciones más
justas y claras que con LOM. Y entiendo
que no es exclusivamente mi caso. Con esto
no quiero decir que estemos siempre de
acuerdo. Por supuesto que discutimos, yo
con mi impertinente vehemencia argentina;
ellos, con su sobresaltado pudor chileno.
No obstante, se trata apenas de matices
sobre una base común. De hecho, estoy
muy orgulloso de saber que a dos horas
de avión, del otro lado de los cerros, hay
una editorial como LOM. Y lo escribo con
verdadera alegría. Su política de puertas
abiertas me ha incluido, así como a muchos
otros extranjeros que fuimos integrándonos
a una familia, que siempre nos hace sentir
queridos y en nuestra propia casa. ¿De
cuántas editoriales se puede decir lo mismo?
|9
10|
Con Loco afán y De perlas y
cicatrices se fue afianzando
la singular voz literaria de
Lemebel, que mezclaba lo
barroco y lo marginal en
un tono de provocación
y resentimiento. La
presentación performática
de Loco afán en la Biblioteca
Nacional, significó una
irrupción de la propuesta
crítica y liberadora de
Lemebel en espacios
institucionales.
Obra que se ha
transformado en un
long seller, habiendo
transcurrido 18 años de su
primera edición, quienes
vuelven hoy sobre sus
páginas, pueden apreciar
la vigencia crítica de su
diagnóstico.
El dramaturgo fue el primero
en convertir a marginados
sociales en personajes
principales de su dramaturgia.
Sin grandes escenografías,
recurriendo al lenguaje oral
y a sus propias vivencias,
creó un teatro que combate,
reflexiona y dignifica.
Estas obras, hablan de la
marginalidad, asociadas al
contexto político, económico
y cultural de la dictadura.
Libro fundamental de un
poeta que ha perseguido con
fe creadora la integración de
la naturaleza y el tiempo de
la historia humana, a través
de la preservación de ciertos
símbolos ancestrales.
Incluye una selección de
las obras más relevantes de
la segunda mitad del siglo
XIX y comienzos del XX, así
como referencias sobre los
autores, el contexto histórico
y cultural, la visión de los
críticos y las problemáticas de
la época.
Con Apuntes para el fin de siglo
y Cien relatos breves, de Eduardo
Galeano, LOM afianza el cobijo a
las letras americanas, abriendo
las fronteras para los lectores de
nuestro país. De este modo, si
por una parte se corren cercos
para ampliar el ámbito de las
escrituras al interior de nuestra
sociedad, con estas obras se
derriban los límites del exterior
para expandir aún más los
horizontes de las utopías.
1996
1997
1998
Con la Antología crítica de la poesía chilena,
Vol.1, de Naín Nómez, se inicia el lustro con
un ambicioso proyecto: hacer un recorrido
exhaustivo y crítico por la poesía chilena, que
abarca desde mediados del siglo XIX hasta el inicio
del siglo XXI. A la fecha, existen cinco volúmenes
publicados, los que se hacen cargo del enorme
legado poético patrimonial que tenemos, más
allá de los clásicos. Restan aún dos volúmenes
para concluirlo. Tejas verdes: diario de un campo
de concentración en Chile, es uno de los primeros
testimonios de la represión política. Luego de 22
años de su aparición en España, es publicado en
Chile e inicia la colección Septiembre de LOM.
Con la publicación de los libros Loco afán y De
perlas y cicatrices (1998), de Pedro Lemebel,
LOM una vez más corre cercos a los estrechos
márgenes de la industria del libro en Chile y a
nuestra pacata moral, permitiendo la entrada
de las crónicas, en este caso, relacionadas con la
marginalidad homosexual de nuestro país y de
Latinoamérica. Se incorporan al catálogo Beatriz
García Huidobro, con su primera novela Hasta ya
no ir, obra finalista en el Premio Sor Juana Inés
de la Cruz, México, y Mempo Giardinelli, escritor
argentino, Premio Rómulo Gallegos en 1993, con
una selección de cuentos titulada Señor con pollo
en la puerta.
Este año se publican 65 títulos que van
consolidando los sentidos de las líneas trazadas.
18 de estos son de Ciencias Sociales y Humanas y
26 de literatura: cuento, poesía, novela, crónicas.
Las publicaciones dialogan entre sí desde sus
escrituras hasta sus contenidos. La historia,
la reflexión crítica, se van encontrando con la
memoria y la creación. Mitos y realidades del
sistema de AFP de F. Zapata, o Mapa actual de la
extrema riqueza de H. Fazio, van a dialogar con
la memoria que nos devuelven La muerte y la
doncella de Ariel Dorffman, o ¿Qué hacía yo el
11 de septiembre?, encontrándose luego con Flor
de enamorados de Hahn, El circo en llamas de E.
Lihn, Desacatos al desencanto de F. Zerán, para
llegar al Chile actual, de Tomás Moulian.
Chile actual. Anatomía de un mito, publicación que se transformó en un hito para el
mundo editorial y para el Chile transicional. El
libro provocó un remezón en el ámbito social
y político del Chile de los noventa. Moulian
aquí enfrenta y desenmascara en profundidad
el «transformismo» del Chile postdictadura,
cuestionando los vicios fundantes del pacto
transicional.
Luego del impacto provocado por Chile
Actual, lo cual nos animaba a estimular y
promover el encuentro con el libro para ampliar
el horizonte de la ciudadanía, había que
incorporar a otros a este ejercicio de pensar,
sentir y compartir, bajo el impulso que nos diera
la palabra escrita. Aparece la colección Libros
del Ciudadano, libros pequeños, de determinada
cantidad de páginas, de bajo precio (como una
cajetilla de cigarros, imitando lo que hizo en
otro momento Quimantú), y que ponen en
circulación joyas literarias de la literatura clásica,
textos narrativos y poéticos de autores locales, y
breves ensayos cuestionadores, interpeladores.
Lom, junto a la periodista Faride Zerán da
inicio a la publicación de una revista mensual de
carácter político cultural: Rocinante, que durante
siete años contribuyó a enriquecer el debate y la
reflexión crítica, en un país donde el monopolio
periodístico marca la información y la agenda
política. Muchos fueron los intelectuales
nacionales e internacionales entrevistados por
la revista, entre ellos: Eric Hobsbawm, Armand
Maelart, Volodia Teitelboim, Oscar Godoy,
Horacio Verbitsky, Eliseo Verón, Jean Franco,
Ernesto Ekaizer, Mateo Iribarren, Patricio
Guzmán e Ignacio Ramonet.
Obra poética mayor de Manuel
Rojas, que en este largo poema
expresa una inmensa ternura
y una honda y viril delicadeza
a raíz de la temprana muerte
de su esposa.
Desacato al desencanto,
de Faride Zerán. Treinta y
cinco entrevistas aparecidas
en el diario La Época cada
domingo, desacatan la efímera
existencia a que estaban
destinadas, para hacer del
pensamiento y propuestas de
sus entrevistados
–personalidades del arte, la
política y la cultura– reflexión
activa e interpeladora de
futuro.
Esto no es hueveo… Se trata
de un estudio lingüístico
de la palabra «huevón» y
sus derivados. Sin duda,
la palabra más popular y
socorrida de nuestra habla,
que sirve para insultar,
denigrar, desacralizar, y
también para expresar
cariño o admiración. Este
volumen integra los Libros
del Ciudadano.
Elicura Chihuailaf. Esta obra,
configura un discurso que
logra revitalizar el relato oral,
oralitura, expresando ya la
doble inspiración de la literatura
contemporánea mapuche: la
propuesta estética o artística y
la dimensión ética y política. La
intención de comunicar al lector
(chileno) una verdad silenciada,
la de este pueblo expropiado,
arrinconado y negado, pero que
sigue allí.
Su autor nos relata la
experiencia del horror en los
campos de concentración.
Aquí no hay ficción. El texto
trasciende el testimonio
común, incursionando en
la novela autobiográfica, el
ensayo filosófico, la psicología
y la política, todo lo cual la
transforma en una obra maestra
de un testigo del siglo XX.
Con esta obra, se incorpora a
LOM uno de los principales
escritores chilenos del neo
policial latinoamericano, género
menospreciado, pero que ha
devenido en una reactualización
de la literatura social al sacar los
casos policiales del ámbito de lo
privado, para adentrarse en los
crímenes políticos, económicos
y sociales que azotan a los
marginados.
Este libro busca destacar el
poder de los discursos en
tanto articuladores de las
categorías de discriminación,
igualdad de oportunidades,
género y derechos
reproductivos. Así, deja al
descubierto la preeminencia
de una discursividad
conservadora y una notable
carencia de argumentaciones
más progresistas respecto de
los derechos de la mujer.
1999
2000
Aparecen los primeros dos tomos de la
Historia contemporánea de Chile, de un total de
cinco que se completan el año 2002. Proyecto que
surge desde LOM, y que se hace cargo de revertir
el malestar que nos provocaba la historia oficial,
invitando a nuestros historiadores a realizar una
reflexión crítica y desde una perspectiva popular
sobre nuestra historia, con el fin de contrapesar
la historia cronológica, de una elite oligárquica y
de héroes individuales.
Se activa la primera red de editores independientes, «la cuadrilla», compuesta por cuatro
editoriales de lengua castellana (Era en México,
Lom en Chile, Trilce en Uruguay y Txalaparta en
el País Vasco, España), las que emprendieron una
serie de proyectos con el fin de enfrentar las lógicas y dinámicas que imponían al mundo del libro
la concentración editorial y las transnacionales de la edición. Sus objetivos fueron extender
la presencia de los libros a distintas zonas de la
lengua, alimentar la diversidad editorial y la difusión de los autores y sus obras, desarrollar un
intercambio solidario y mancomunado para contratar derechos, realizar traducciones y alentar
el agrupamiento y organización de los editores
independientes.
Hacia este último periodo LOM comienza
a publicar un promedio de 80 títulos por año,
insistiendo en la memoria, el presente y la
proyección hacia el futuro. Caballo Bermejo,
novela que relata del hallazgo de los D.D. de
Pisagua. Su autor, Nelson Muñoz, juez a cargo del
caso, desentierra una historia que da testimonio
del dolor, el abuso y la ignominia. B. Loveman y
E. Lira nos entregan el segundo volumen de su
exhaustiva investigación: Las suaves cenizas del
olvido. Vol I, y Las ardientes cenizas del olvido. Vol
II, que hace un amplio recorrido por la historia de
Chile, demostrando que la reconciliación política
fundada en la impunidad, históricamente han
hecho de la primera una utopía. Se publican:
El pensamiento político de Jaime Guzmán, de
R. Cristi, ensayo crítico de la obra y un trabajo
expositivo de las ideas de uno de los ideólogos
de la dictadura. Por su parte J.A. Guzmán y M.
Ramos investigan a la institución que más influyó
en definir qué era la delincuencia, en La guerra y
la paz ciudadana, y plantean que esta sirvió para
generar un enorme negocio del control del delito,
evadir el problema de la pobreza y estigmatizar a
una generación entera de jóvenes pobladores. Se
recuperan e incorporan al catálogo importantes
obras ensayísticas y literarias, como la Historia
del pueblo mapuche, de J. Bengoa; Labradores
peones y proletarios de G. Salazar y La historia
del libro en Chile, de B. Subercaseaux. Este año
aparece también el libro La sociedad en que
vivi(re)mos, de M. A. Garretón.
Logotipo que identifica a la primera red de editoriales
independientes, también conocida como «cuadrilla».
Declaran su independencia de las lógicas de mercado,
reafirmando su libertad de pensamiento y autonomía en
la toma de decisiones, las que no se deben a directorios
transnacionales.
El autor intenta desentrañar
las complejas relaciones que
se han dado entre el libro, la
cultura y la sociedad, desde
fines de la Colonia hasta el
Chile del Bicentenario. Plantea,
entre otros temas, la idea del
libro como fenómeno dual:
bien cultural y bien social,
pero nunca desvinculado de la
sociedad que lo crea.
|11
2000. Premio del Consejo
Nacional del Libro y la
Lectura, categoría Ensayo,
a Recado confidencial de
Elicura Chihuailaf.
1998. Revista de cultura
y política. Fue el primer
medio en aparecer tras el
cierre del diario La Época.
Abordó temas de derechos
humanos, memoria y
pasado reciente de nuestro
país, democracia y creación
artística, con énfasis en
literatura, siempre haciendo
esfuerzos por incorporar
nuevas propuestas
La mesa de la tierra, de
Efraín Barquero. Libro
fundamental de un poeta
que ha perseguido con fe
creadora la integración de la
naturaleza y el tiempo de la
historia humana a través de
la preservación de ciertos
símbolos ancestrales.
2000. Se crea la Asociación
de Editores Independientes
de Chile, compuesta por
siete editoriales: Dolmen,
Cesoc, Ril, Cuarto Propio,
Cuatro viento, Pehuén y
Lom, organización que más
tarde deviene en Editores
de Chile, que hoy agrupa
a más de 45 editoriales
independientes.
Aventuras de un catálogo
12|
Danilo Martuccelli
Doctor en Sociología. Actualmente se
desempeña como profesor en la Université
Paris Descartes, Faculté des Sciences
Humaines et Sociales-Sorbonne (Francia)
e investigador en el laboratorio CERLIS-CNRS.
Sus temas principales de investigación son la
teoría social, la sociología del individuo y la
sociología política.
I.
II.
Uno de los grandes dramas de la historia
de América Latina desde los inicios del siglo
XIX fue la exigüidad del público lector. El
resultado fue cruel: por abiertas y generosas
que las obras se concebían en el momento
de su producción, sus destinatarios reales
siempre fueron escasos. La República de las
Letras tuvo pocos ciudadanos.
¿Qué decir de este catálogo? En primer
lugar, sería fácil, muy fácil, expresar, con
la ayuda de un ejercicio matemático, un
asombro para no escribir una admiración
inmediata. La editorial ha publicado más de
1.500 títulos en 25 años. Por malo que sea el
lector en aritmética, eso hace prácticamente
60 títulos por año. Lo digo de otra manera:
eso hace más de un nuevo título, todas las
semanas, durante más de 1.400 semanas.
Cierto, no en todas las semanas se publicó
necesariamente un libro: el volumen total se
repartió sin duda a otro ritmo. El resultado no
es menos imponente.
La situación, desde entonces, claro, ha
cambiado mucho. El público no ha cesado
de crecer a través de la generalización de la
alfabetización, el mayor acceso a los estudios
secundarios, y en las últimas décadas, por un
significativo incremento de estudiantes en
las universidades o en los centros técnicos
de formación. Las condiciones para superar
la tragedia de los públicos culturales, durante
tanto tiempo casi inexistentes en la región, se
presentan hoy, qué duda cabe, bajo un mejor
auspicio.
En la inflexión de este viejo drama de
la cultura en América Latina, una función
mayor les corresponde a las editoriales. Los
autores lo reprimen y los lectores lo olvidan,
pero su encuentro solo es posible gracias a
un tercero, el editor. Es por eso que detrás de
los datos asociados a la edición –la variedad
de títulos publicados por año, las tiradas de
los libros, el volumen de las ventas, incluso
el número de librerías–, es una historia
colectiva la que se diseña. Una que revela
que más allá de la exigüidad de los públicos,
se encuentra el hecho de que se editaba poco
en la región. La fuerza de aventuras, con una
proyección latinoamericana, como Fondo de
Cultura Económica, Losada o Siglo XXI, no
debe llevar a menoscabar el hecho de que
la ausencia relativa de editores reforzó en la
región la tendencia a un consumo cultural en
donde las ideas, los libros como las modas,
tenían que venir de afuera. En algún texto, al
evocar este período, Pablo Neruda habló con
justeza de esa «época en que esperábamos
los barcos».
Las editoriales producen justamente transformaciones en las relaciones entre los productores de la cultura, sus intérpretes y sus
consumidores. Progresivamente, gracias a su
crecimiento, la producción cultural conoció
en la región un proceso de sustitución de importaciones que, sin menoscabar el trabajo
de traducción –signo viviente de una cultura
abierta–, posibilitó la afirmación de la creación a nivel nacional. Hoy, en América Latina, se esperan menos los barcos. Es en esta
historia que se inscribe el catálogo de una
editorial como LOM.
Pero no es eso lo que más aprecio del
catálogo de LOM. Algunos tal vez se interesarán por saber, de los títulos editados,
cuántos son obra de mujeres, traducciones
o inéditos. En lo que me atinge, son los
géneros publicados lo que más retiene mi
atención. Forzando las cosas, creo que es
posible afirmar que dos grandes dominios
se imponen, incluso de manera transversal
a las colecciones: la literatura por un lado y
las ciencias sociales y humanas por el otro.
En cada uno de estos dominios, los géneros
varían desde la poesía a la novela, del teatro
a la narrativa infantil, desde la historia a
la sociología, de la política a la filosofía,
sin descuidar los títulos dedicados a la
educación. Pero a menos que el lector haga un
conteo pormenorizado de los géneros (algo
que matiza lo que voy a escribir), es difícil,
creo, no ser sensible a una doble impresión
de conjunto –la importancia de la poesía y de
la historia.
Los dos núcleos resumen bien el espíritu
general del catálogo. Una editorial como
LOM, al ser expresiva de la producción
nacional, sin sorpresas, refleja el interés
de un país en donde la poesía tiene una
significación literaria particular. En verdad,
sería más justo decir que defiende, no sin
riesgo económico, un género que muchas
casas editoriales, por doquier en el mundo,
abandonan. A este primer gran eje editorial,
se añade una fuerte preocupación por la
historia, entendida en un sentido amplio,
pues alrededor de ella cohabitan estudios
históricos, memorias, trabajos de ciencias
sociales que revelan un interés constante por
el pasado y el presente de Chile. Esto hace de
LOM a la vez una editorial abierta al mundo
(como lo atestiguan sus traducciones) y un
verdadero co-actor de las interpretaciones
que la sociedad chilena produce de sí misma.
|13
Detrás de esta elección, existe, qué duda
cabe, un trabajo de selección. Trabajo difícil,
ambivalente, probablemente asaltado por
momentos por los escollos entre lo que se
quiere, se puede y se debe editar. Algunos
títulos han debido ser objeto de discusiones
–supongo, en todo caso me lo invento– más
o menos ásperas en el comité editorial entre
lo que parecía editorialmente arriesgado,
pero asumible económicamente –títulos
o traducciones–, y lo que se presentaba
como financieramente interesante, pero
inasumible como política editorial. Estos
dilemas insoslayables testimonian en el
catálogo hasta qué punto, tratándose de
una editorial independiente, la edición es
también una cuestión moral.
Esta moral editorial, por lo demás, se
prolonga en una ética comercial. Es otra de
las cosas que me gusta saber a propósito del
catálogo de LOM. Una vez acogido, cada libro
es respetado en su historia singular. Algunos
–como Chile actual: anatomía de un mito o
Ser niño «huacho» en la historia de Chile–
tuvieron un importante destino de ventas;
muchos otros, una vida más corta y trunca en
las librerías. Pero no así en la preocupación
de la editorial que se esfuerza por mantener
vivo el catálogo, dándole chances a una obra
para que se instale en el tiempo, incluso
arriesgando un nuevo título de un autor,
con el fin expreso que su primer libro, ya
publicado, no naufrague por solipsismo.
Todo esto es sin duda encomiable, pero
como sociólogo, debo confesar, que no es
empero lo que más admiro del catálogo. Lo
que más suscita mi admiración es mucho más
importante y sin duda infinitamente más
evidente. Cada vez que recorro una librería
en Santiago o cada vez que leo un estudio
de ciencias sociales sobre Chile, me es
simplemente imposible no toparme con un
título de LOM. Y eso es lo que más me gusta
del catálogo. Para qué ahondar entonces en
superlativos; una frase simple lo dirá todo.
Sin el catálogo de títulos publicados por
LOM durante 25 años, las ciencias sociales
chilenas no serían lo que son.
III.
LOM, como tantas editoriales, es
indisociable de una historia individual. En
verdad, en este caso, de dos historias. Dos
personas. Una pareja. Sin menoscabo del
proyecto colectivo y familiar que sostiene
LOM –en el cual coinciden hermanos, hijos,
primos–, de la acción decisiva de asociados
y colaboradores, creo que no miento a la
verdad si digo que la editorial no habría
existido –ni existiría– sin el concurso de
Silvia y Paulo. Nada de extraño por ello que la
sensibilidad del catálogo –a caballo entre la
literatura y las ciencias sociales, entre el arte
y la historia– refleje sus intereses, sus gustos,
sus pasiones. Es por eso que me es imposible
no terminar esta visita del Catálogo de LOM
con palabras más personales hacia ellos.
Los conocí juntos hace varios años, y
estoy seguro de que, desde entonces, a pesar
de haber coincidido muchas veces con ellos,
jamás he cruzado al uno sin el otro. Sé que
no debería escribirlo pero a veces termino
pensando que son como una doble hélice. De
seguro que no siempre deben estar anudados
(amigos me han dado fe de ello), pero la
distancia, me digo, jamás debe alcanzar
diafragmas demasiados amplios.
No es una boutade. Los proyectos editoriales, sobre todo cuando son la obra de
casas independientes, son una actividad sin
desmayo en donde se alternan visitas a los
bancos, problemas de créditos, retraso en los
pagos, relaciones con las librerías, dificultades en la imprenta, la evaluación sin término
de manuscritos que no cesan de llegar, mails
de autores que se inquietan por los plazos y
las repuestas, y, por supuesto, la gestión de
egos imposibles. Este trabajo múltiple da lugar a una actividad trepidante llena de usuras
y de algunas satisfacciones. Cada semana,
durante 1.400 semanas, con convicción, hay
un título que «sacar», «defender», «presentar». Por supuesto, este trabajo no puede ser
nunca la actividad de una sola persona.
Pero ese trabajo colectivo no es posible,
en su tráfago cotidiano, sin pasiones encarnadas. Es por eso que las grandes aventuras
editoriales solo son posibles –solo han sido
posibles– de la mano de aventuras personales en donde confluyen, a través de una
alquimia secreta, pasiones intelectuales, inquietudes políticas, horizontes económicos.
Fue esa pasión que hizo que durante tanto
tiempo las editoriales llevaran como sello
distintivo un apellido. Esa firma era la prueba que un editor, al empeñar su nombre, se
comprometía con un título. Es lo que hacen,
detrás de cada libro publicado, Silvia Aguilera y Paulo Slachevsky. En su caso, en el caso
de LOM, esta pasión personal, la aventura de dos individuos, se expresa a través de
un vocablo yámana vuelto un pseudónimo
editorial.
14|
Del legendario editor francoestadounidense, es un
despiadado diagnóstico del
presente y del futuro editorial
en lengua inglesa, y por
extensión de otras lenguas,
y es además la autobiografía
profesional de un editor y su
testimonio de resistencia
Publicado en el contexto de
los 30 años del golpe, este es
el testimonio biográfico de
los días posteriores al 11 de
septiembre de 1973. Un relato
auténtico, honesto y claro, que
no busca ser un texto político
jurídico.
Intelectual belga,
especializados sobre los
problemas centrales de la
comunicación en América
Latina, Europa y el mundo.
El libro que nos presenta
es la reflexión de más de
diez años en torno a las
comunicaciones, la cultura
y el mercado al pulso de los
acontecimientos de este
tiempo de la globalización.
Considerada una de las
más importantes escritoras
brasileñas del siglo XX, nos
entrega este texto para niños
y niñas. «Voy a comenzar
explicando lo que quiere
decir «vida íntima». Es esto:
vida íntima quiere decir que
nosotros no debemos contarle
a todo el mundo lo que ocurre
en nuestra casa. Son cosas que
no se le cuentan a cualquier
persona. Yo voy a contarles la
vida íntima de Laura».
Aparece el volumen V de
la Historia contemporánea
de Chile de Julio Pinto y
Gabriel Salazar, cerrando
así un proyecto iniciado
el año 1999. Estos cinco
volúmenes nos proponen
una perspectiva distinta para
leer e interpretar nuestra
historia.
Ante la hegemonía del
neoliberalismo, que ha puesto
en el centro de su interés
la historia del capitalismo
en sus distintas fases y
formaciones históricas, M. A
Illanes narra la experiencia
de su construcción social en
Chile, como parte de nuestra
memoria histórica nacional.
2001
2002
2003
Se inicia el siglo XXI con nuevas publicaciones que van actualizando viejos temas y
con ello problematizando las argumentaciones
y el estado de las cosas. Transcurridos once
años desde la apertura democrática, se siguen
haciendo esfuerzos por ensanchar los espacios
de participación que permitan ir transformando
nuestra sociedad autoritaria, discriminadora,
punitiva y controladora. Los libros van poniendo
en el debate temas soterrados en el dominio
público. Así, Aborto en Chile, de Claudia
Lagos, con información sólida y actualizada
a la fecha, invita a debatir sobre una práctica
soterrada que con urgencia requiere, abierta
y desprejuiciadamente, ser enfrentada. Por su
parte, Elizabeth Lira mira hacia la historia para
poder leer con mayor claridad el presente en
Historia, política y ética de la verdad en Chile,
1891-2001. Mientras Jorge Magasich y Jean-Marc
de Beer, con América Mágica, desentrañan las
fantasías que traían los conquistadores y cómo
estas animaban un imaginario para la búsqueda
del oro y lugares maravillosos como el paraíso
terrenal. Y volvemos sobre el «nosotros» y Jorge
Larraín publica Identidad chilena, un texto que
discute sobre cómo somos los chilenos y sobre
qué construimos nuestra identidad. La literatura
y la ética viajan juntas en Matar a los viejos y La
señorita Lara, de Carlos Drogue. Por último, los
sonidos de la onda corta se hacen texto con los
libros Noches de radio I y II, de la mano de uno de
sus protagonistas, Volodia Teitelboim.
Se publica Las sombras del mañana de
Norbert Lechner, quien aborda la dimensión
subjetiva de la política, la dificultad de hacer
memoria y el manejo de nuestros miedos. Será
también el momento para la publicación de
Carta abierta a Agustín Edwards, de Armando
Uribe, Premio Nacional de Literatura 2004. El
texto desclasifica el rol político cumplido por
Edwards a través de 50 años en la historia de Chile
con una mirada crítica y serena a las prácticas
conservadoras. Tomando su sitio de Mario
Garcés, se incorpora al catálogo. En él el autor
describe y analiza el movimiento poblacional
de la década del 60 en Santiago, inaugurando
una forma de relación distinta con los partidos
políticos y el Estado, constituyéndose así en un
actor social capaz de influir en la satisfacción de
la necesidad de viviendas y en el ordenamiento
urbano de la capital. Carlos Germán Belli,
destacado poeta peruano e iberoamericano,
perteneciente a la generación del 50, publica
este año En las hospitalarias estrofas, libro que
nos muestra un sujeto contento de sí mismo,
dedicado a escribir y amar «en el restante tiempo
terrenal». En esta, su última etapa creadora, nos
sigue sorprendiendo con sus ríspidos versos y
su afán de fundar un futuro con un lenguaje que
se arraigue en la tradición, más allá de cualquier
ominoso signo de postergación y alienación.
Bajo la dirección de M. E. Tijoux, se inicia
la publicación de la revista Actuel Marx
Intervenciones, variante editorial de la revista
francesa Actuel Marx. Se trata de una revista
abierta a la reflexión en un diálogo entre historia
y filosofía; una experiencia para la construcción
de perspectivas críticas desde un marxismo
heterogéneo, en el contexto del capitalismo
global. En sus hasta ahora dieciocho volúmenes,
numerosos e importantes autores han sumado su
voz a este proyecto. Entre ellos, Mauricio Amar,
Alain Brossat, Jacques Bidet, Adrián Scribano,
Carlos Ruiz, Francois Chesnais y Eugenia
Palieraki.
Con Copyright, la poeta Nadia Prado construye un viaje inverso y alterno sobre los significados de la lengua y la cultura local, desalojando a
la sujeto de toda certidumbre, en abierta disyunción consigo misma. 20 poetas mapuche contemporáneos, ocupan la escena en una antología
a cargo de Jaime Huenún; en ella, una muestra
bilingüe y la más amplia realizada a la fecha, se
recoge la diversidad de tonos, sensibilidades y
miradas, práctica escritural que se mueve entre
dos mundos.
El prestigioso
fotógrafo Louis
Stener nos presenta
50 imágenes de su
Chile en el corazón,
captadas en Santiago
y Valparaíso, que
formaron parte de la
exposición del mismo
nombre.
Poeta, dramaturgo,
novelista, cuentista
e historiador. Es
considerado uno
de los fundadores
de la literatura rusa
moderna. Aquí se
presentan cuatro
cuentos, que recogen
lo mejor de los
cuentos tradicionales
rusos.
Investigación histórica que
retrata los primeros días
en un partido que debió
pasar inmediatamente a la
clandestinidad, al sigilo y el
secreto luego del golpe de
Estado.
Desde su 1ª edición en 1854,
las imágenes del Atlas de
Claudio Gay solo habían sido
reproducidas parcialmente en
algunas publicaciones. Con el
concurso de LOM, el archivo
Barros Arana de la DIBAM y el
Consejo del libro, se publica
por primera vez la reedición
facsimilar íntegra de los dos
volúmenes originales.
Relato testimonial,
descarnado y honesto de las
realidades vividas, con sus
variadas aristas y facetas,
por muchos militantes que
entregaron buena parte de
su vida por la causa de la
libertad, la justicia. En su
recuento el autor revela el
abismo entre la pureza de la
intención y la crudeza de los
acontecimientos.
Revela uno de los hechos
más trescendentes de la
arqueología contemporánea.
Este sitio arqueológico
ubicado en Puerto Mon,
al sur de Chile, cambió
radicalmente esta teoría del
poblamiento americano,
situando la presencia del ser
humano en el continente,
1800 años antes de la teoría
hasta ahora aceptada.
Wallerstein, principal teórico
del análisis de sistemamundo, caracteriza a Estados
Unidos como una potencia
capitalista hegemónica en
proceso de decadencia,
proyectando el análisis que ha
venido desarrollando en torno
al problema de la historia y de
las tendencias generales del
capitalismo moderno.
2004
2005
Será el año de la colección de Nosotros
los chilenos que, retomando la idea original
llevada a cabo por Quimantú en los 70, hace una
radiografía segmentada del Chile del 2000. Con
nueve títulos, la colección puso el foco sobre
temas como: El Chile de la era consumista; el sexo
y los derechos; el despertar del pueblo mapuche;
nuestro cobre; la juventud; los trabajadores,
entre otros.
La necesidad de contribuir a la formación de
ciudadanía, nos lleva a impulsar dos iniciativas:
la Serie Universitaria, orientada centralmente
para estudiantes, con temas sobre ciudadanía,
política y democracia; todos fueron textos
traducidos del francés, entre ellos: La democracia
representativa, de A. Daniel Gaxie; Los partidos
políticos, de Michel Offerlé; El voto, de Olivier
Ihl. Se da inicio la Comunidad de lectores de
LOM, una invitación a crear su propia biblioteca,
recibiendo un libro mensual a un módico precio.
Este año LOM se propone hacer un recorrido
por la producción poética de América Latina,
convocando a poetas de mediados del siglo
XX en adelante. Es así como inicia la serie de
Antología de poesía latinoamericana, que a la
fecha cuenta con la de Bolivia, Argentina, Perú,
Venezuela, México y por aparecer la ecuatoriana.
George Perec, importante autor de la literatura
francesa del siglo XX, ingresa al catálogo con
la novela W o el recuerdo de la infancia, libro
en el que se alternan dos relatos. Por un lado,
la historia de la isla W y sus habitantes, que
nos adentra en los horrores de una sociedad de
deportistas obligados a competir por la gloria
más evanescente o aceptar la miseria como
justicia. Por el otro, el intento de una biografía de
la infancia durante la Segunda Guerra Mundial.
Ambos relatos no pueden evitar mirarse, al igual
que dos espejos que se enfrentan y multiplican
sus imágenes y figuraciones hacia lo infinito. De
la misma manera podemos referirnos a dos textos
que enfrentados proyectan imágenes que se
contraponen, y sin embargo las dos se inscriben
en la misma historia, terminando una de aniquilar
a la otra, estos son: Cuando hicimos historia,
antología de estudios históricos cuyo objetivo
fue rescatar una dimensión olvidada del proceso
que dio forma al gobierno de la Unidad Popular,
el protagonismo entusiasta y esperanzador de
quienes fueron actores y constructores de esa
historia. Y La escuela de las Américas de Lesley
Gill, estudio muy documentado que analiza en
profundidad la formación de oficiales y soldados
latinoamericanos en la doctrina de seguridad
nacional. Lugar donde se incuba la siniestra
Operación Cóndor.
Es la historia de un grupo de
trabajadores que soñó con un
Chile distinto, democrático,
igualitario y participativo.
Winn postula que «a través de
la historia local de la fábrica
Yarur se podría dilucidar gran
parte de la historia moderna
de Chile».
En este libro, Plantú,
ilustrador permanente del
diario Le Monde, nos entrega
su mirada, ácida, irónica y
divertida de los problemas
del mundo de hoy.
|15
2002. Volodia Teitelbiom,
recibe el Premio Nacional
de Literatura.
2004. El poeta Armando
Uribe recibe el Premio
Nacional de Literatura.
2004. Malú Urriola recibe
el Premio del Consejo
Nacional del Libro y la
Lectura en la categoría
Poesía por el libro Nada.
2004. Nadia Prado es
reconocida con el Premio
del Consejo Nacional del
Libro y la Lectura en la
categoría Poesía inédita
por el libro Job.
2002. Se crea la Alianza
internacional de Editores
Independientes, que
agrupa a 90 editoriales y
9 colectivos de 45 países
del planeta. LOM se
integra a esta instancia
como socio fundador del
movimiento de la edición
independiente.
Nace la Comunidad de
Lectores de LOM. Una
invitación a crear su biblioteca LOM, una comunidad
de intereses en el área de
Literatura y Ciencias sociales y humanidades. Cada
suscrito recibe un libro al
mes de su elección.
El domicilio de la letra
16|
Nadia Prado
Poeta. Estudió Filosofía en la Universidad de Arte y Ciencias Sociales (ARCIS). Es doctora (c) en
Literatura Hispanoamericana en la Universidad de Chile. Es académica de la Universidad Andrés
Bello en Viña del Mar. Sus poemas han aparecido en diversas antologías en Chile y el extranjero.
U
«
n libro es solo una nueva manera
de estar vivo», escribió E. E. Cummings. «El
libro es aquello que no cesa de escribirse. En
la fibra del árbol, la letra hace su lecho, que
se vuelve libro», escribió Eugénie LemoineLuccioni. ¿Qué sería de nosotros sin libros,
sin esa conmoción al entrar a las letras de
una página?, ¿cómo sería un mundo en el
que no pudiéramos pensar que «una nueva
letra se agrega y nos ilumina»?
Para Mistral, la pasión de leer es una
calentura que casi alcanza a la del amor y a la
de la amistad. Para Lispector el libro es como
un amante: exaltación, éxtasis, garantía de
libertad. Como sea, nos la pasamos en los
libros.
¿Qué seríamos sin leer?, ¿qué seríamos
sin esa reunión, sin poder «fojear el mundo»?
¿Qué seríamos sin esa «avidez niña» que es
la lectura?
Hoy, a veinticinco años de existencia
de Lom ediciones, los mismos años con los
que cuenta nuestra democracia, decenas de
escritos se siguen rebelando gracias a este
proyecto, que finaliza estos veinticinco y que
comienza iluminando sus veintiséis con la
Obra reunida. Mi culpa fue la palabra, de
Gabriela Mistral, compilada por Verónica
Zondek.
El trabajo de una editorial es inconmensurable: los libros vuelven horizontales las
jerarquías, las derrumban al poner a disposición de la mayoría la palabra, que es,
precisamente, lo que ha venido haciendo
Lom todo este tiempo: inscribir la producción literaria más importante dentro y fuera de nuestro territorio.
Desde sus inicios, en 1990, Lom nace
como un proyecto cultural que vendría a
impulsar y restituir la lectura en un país
que había pasado de ser un gran lector en
tiempos de la Unidad Popular, con los grandes tirajes de la mítica Quimantú, cuyos
ejemplares –es cierto, lo sé, lo recuerdo: esa
fiesta sucedió– tenían el mismo valor que
una cajetilla de Hilton. Mi madre caminaba
conmigo hasta el quiosco de la esquina y
compraba unos cigarros para ella y un pequeño universo de la colección Minilibros
para mí. Entonces comenzó mi amor por Poe,
Thomas Mann, Melville, Horacio Quiroga,
London, Dostoievski, y conocí el realismo
social chileno de la mano de El chiflón del
diablo; así tuvimos acceso a lo mejor de la
literatura universal. En ese entonces, nos
habían quemado los libros y la cabeza. Y
en ese vacío surgió Lom, con la fuerza y la
diversidad que debe tener un catálogo de
libros, libros que liberan, que nos permiten
acceder a la cultura y que democratizan las
sociedades.
Lo primero que publicó Lom fue un
planisferio invertido que tenía el sur arriba
y que se llamó De la tierra incógnita del
sur; lo segundo fueron las postales de un
plano de la ciudad, con las imágenes de
algunos detenidos desaparecidos, que ceñía
el compromiso político de la editorial junto
a esos rostros que vibraban y que siguen
vibrando; lo tercero Los gemidos, de Pablo
de Rokha. Elevado comienzo. Ya estábamos
en democracia, pero la hoguera del fascismo
hacía vibrar aún la frase de Heine: «Donde se
queman libros, se acaba quemando también
seres humanos», y así había ocurrido. Sin
embargo, los libros que nos liberan, que nos
permiten acceder a la cultura y que nos hacen
preguntarnos, llegaban poco a poco. Con las
páginas incendiadas, hacía diecisiete años
atrás, alumbramos nuestras lecturas cuando
Lom, en una «faena a favor del libro», echó
a andar la máquina offset en su taller, y con
esas palabras, fotografías e imágenes, puso,
nuevamente, al alcance de estudiantes,
profesores, pobladores y artistas un gran
cúmulo de obras y pensamientos entre
nosotros. Esas señales –hoy digitales– nos
llegaron para reunirnos y diferenciarnos
otra vez, restituyendo la experiencia de la
lectura y la escritura, devolviéndole a cada
uno su singularidad. Leer es eso: hacernos y
sabernos distintos.
Como ocurrió con los Minilibros, cada
ejemplar de la colección Libros del Ciudadano valía, nuevamente, lo mismo –o menos–
que una cajetilla de cigarros. Así como yo me
llenaba de libros de Quimantú, luego me empecé a llenar de libros de Lom. Y destellaban,
como antes y como nunca antes, Mistral,
Drogue, De Rokha, Huidobro, Manuel Rojas, Lihn, Guadalupe Santa Cruz, Pedro Lemebel y Diamela Eltit, entre tantos otros.
Lom –un sol yagán, archipiélago (la palabra),
nómade, nombrante, meridional, norte, pirita de hierro para encender fuego contra el
frío y no contra los libros– volvía a alimentar
nuestro «estómago de lector».
Son más de mil quinientos títulos, en los
que podemos encontrar la más importante
colección de poesía del país, textos fundamentales en historia, filosofía, ciencias políticas, sociología, psicología, novelas y cuentos, memorias y testimonios, dramaturgia,
literatura infantil y juvenil, investigación
periodística, humor, fotografía y arte, pedagogía y educación; un catálogo que reúne a
autores nuevos y connotados, creadores e
intelectuales chilenos y latinoamericanos,
además de los clásicos a los que siempre
retornamos y que, aun cuando no sean suficientes, «nos pueden consolar».
Lom ha sido y es un proyecto cultural
totalmente independiente, que fomenta la
lectura, la creación, la reflexión, la memoria
y el pensamiento a través de la escritura. Hay
que leer, hay que enamorarse de la lectura,
hay que leer por leer.
¿Qué es leer?, se han preguntado tantos,
dialogar con otros; por ejemplo, con Pascal
Quignard que nos dice que aquel que toma
un libro se expone al riesgo de ser sometido
a la emoción de una página desde donde
surge un suceso dramático, y entonces
corremos el riesgo de ser desestabilizados.
Leer es conmoción, inquietud, impulso
hacia el lenguaje y hacia el sentimiento de
las páginas. Libros –que somos–: «Palomas
aleteantes» ante los censores de todos los
tiempos, que relampaguean cada vez que
son movidas, que transforman, alteran
y alternan, porque la lectura y los libros
siempre se resisten: «Hay que leer hasta
la herida y hasta la sangre» (Derrida) y por
todos los libros que están por venir y que
gracias a los hechores de libros, como Lom
ediciones, se vuelven hábito y habitar. Entre
nosotros, entre tú y yo, siempre, libros.
LOM, una bella aventura
política, económica y cultural
|17
Georges Couffignal
Profesor emérito de Ciencia Política en la Universidad Sorbonne-nouvelle-París 3.
Fue director del Instituto de Altos Estudios de América Latina. Ha dirigido el
Instituto Francés de América Latina en México y el Instituto
Chileno-Francés de Cultura de Santiago.
L
a creación de esta casa editorial
el mismo año que se celebró la primera
elección democrática, la de Patricio Aylwin,
fue un acto político mayor que ponía punto
final a la siniestra dictadura de Augusto
Pinochet. Era una hermosa respuesta a las
primeras medidas adoptadas por la junta
militar después del golpe de Estado del 11
de septiembre de 1973, que «ordenaban»
quemar libros, quemar libros y quemar
más libros. Era preciso extirpar el «cáncer
marxista» y todo lo que se pareciera de cerca o
de lejos al pensamiento socialista. La Editora
Nacional Quimantú, creada por el gobierno
de Salvador Allende, que difundía cientos de
miles de ejemplares de libros de literatura,
análisis de la sociedad chilena o libros para
la juventud, fue cerrada y sus colecciones
quemadas. Querer que las producciones del
espíritu y el libro fueran accesibles al mayor
número de personas mediante una política
deliberada de bajos precios y de apertura,
no podía sino ser considerado como profundamente subversivo por los nuevos amos
del poder. En aquel pequeño Chile donde lo
escrito era tan importante, en aquel Chile
que había dado al mundo dos de los tres
premios Nobel con que contaba la literatura
latinoamericana en ese entonces, en aquel
Chile que contaba también con escritores
reconocidos internacionalmente (Francisco
Coloane, Vicente Huidobro, José Donoso…),
debía desaparecer el mayor número posible
de librerías y editoriales, fuentes potenciales
de subversión. Aquel empeño sistemático de
aculturación no fue algo exclusivo de Chile,
pero los militares que aquí tomaron el poder
fueron más sistemáticos que sus homólogos
de la época en Argentina, Uruguay, Brasil,
Bolivia o Paraguay, y encarcelaron u
obligaron a exilar a un número incalculable
tanto de oponentes políticos en el marco
de la siniestra Operación Cóndor, como
de productores de cultura: escritores,
intelectuales, artistas, cantantes y músicos.
Crear en 1990 una casa editorial después
de que durante 17 años un pesado telón de
acero ocultara lo escrito, era un acto político
especialmente significativo.
LOM es también una bella aventura económica, la de un pequeño equipo que empezó sin recursos y con apenas experiencia
en el oficio, que creó una empresa editorial
sometida a las leyes del mercado en una época en que, con la globalización, comenzaban
los fenómenos de concentración y constitución de grandes grupos. La edición no era
una excepción. En un país con un número de
lectores potenciales relativamente restringido y librerías escasas, querer ser y conseguir
seguir siendo «independiente» era y es una
verdadera apuesta. LOM la ha ganado, ha
sabido llevar a cabo una política editorial y
asociarse a otros editores independientes
de América Latina. Entre todos han sabido
crear una red eficaz que les permite existir sin pasar por las horcas caudinas de los
grandes distribuidores. LOM se mantiene en
buena salud financiera, lo que es tanto más
admirable cuanto que en un sector cercano,
el de la prensa escrita, la vuelta de la democracia en Chile ha tenido como efecto el ver
desaparecer los medios de comunicación
independientes que existían antaño.
Si crear una casa editorial era un desafío
en 1990, pareciera que verla crecer lo es
más en la actualidad. Lo escrito, en el
curso de los últimos veinticinco años, ha
conocido una revolución probablemente de
la misma importancia que la que conoció
el siglo XV con el invento de la imprenta
por J. Gutemberg. Internet y los buscadores
permiten hoy día una difusión mundial del
escrito y del saber a niveles impensables
hace veinte años. La facilidad de acceso a
textos más diversos y más alejados es tal que
son numerosas las Casandra que predicen
a corto plazo la muerte del escrito impreso.
Pero también son numerosos los que, como
el equipo de LOM, están convencidos de
que el libro no está condenado, a condición
de que sepa inventarse y adaptarse a los
cambios tecnológicos de nuestra época.
LOM así lo hace, como lo prueba la oferta tan
variada de libros digitales.
Pero LOM es también, y quizá, sobre
todo, una hermosa aventura cultural. Esta
casa editorial quiso ser, desde el principio,
«un proyecto de carácter cultural que
fomenta la lectura, la creación, la reflexión,
la memoria y el pensamiento crítico a través
de la palabra escrita». Basta con consultar
el impresionante catálogo de 1600 títulos
para ver que el proyecto ha sido llevado a
cabo, y con creces. En él se codean los más
grandes intelectuales y autores chilenos con
los que todavía no conocen la celebridad.
Se encuentran las grandes obras clásicas
así como las producciones más recientes
en ciencias sociales y humanas del mundo
entero. Podemos sumirnos en la filosofía o en
la historia, interrogarnos sobre los grandes
cambios que sacuden nuestras sociedades,
desde el fenómeno religioso hasta el medio
ambiente, analizar las conmociones del
orden mundial… Ningún cuestionamiento
escapa a la vigilia del Comité editorial a la
hora de elegir las publicaciones. La lectura
implica cuestionar, pero también soñar,
meditar, acceder a la belleza. Podemos
igualmente leer poesía, admirar fotos o
dibujos, descubrir las realizaciones de
grandes arquitectos… Es imposible describir
todas las ganas de leer que procura este
impresionante catálogo profundamente
arraigado en la realidad chilena y al mismo
tiempo en la sociedad mundo.
¡Larga vida a LOM…!
Han seguido apareciendo bajo
este sello varios de los mejores
libros del autor, en particular
dos novelas de la tetralogía
de Aniceto Hevia: La oscura
vida radiante y luego Mejor
que el vino.
Los administradores de la
nueva democracia chilena
implantada en 1990 creyeron
inventar la técnica del parto
político sin dolor, es decir,
la transición sin ruptura.
Por medio de secretas
negociaciones cupulares,
aderezaron un guión que
pretendía ofrecer ganancias
para todos, sin vencedores ni
vencidos.
18|
Esta obra analiza la
resurrección de la derecha
partidaria a mediados de
los años sesenta, período
en que se produjo la muerte
de la derecha histórica y la
emergencia de dos nuevos
referentes en el Partido
Nacional y el Movimiento
Gremial de la Universidad
Católica.
Jorge Larraín con este libro
da inicio a la serie de cuatro
volúmenes donde traza un
recorrido por las diferentes
corrientes de pensamiento
respecto a una teoría de la
ideología, partiendo desde
Karl Marx hasta entrar de
lleno en el pensamiento
contemporáneo y los primeros
años del siglo XXI.
Desde la ficción literaria,
el autor constituye una
implacable evaluación
del proceso histórico de
formación de la matriz
estatal de Chile, logrando
atrapar magistralmente la
subjetividad del momento
histórico que aborda, y
motivar al lector con la
peculiar manera de describir
la psicología de los personajes.
2006
2007
2008
Este año tres títulos de fuerte huella
sociológico-historiográfica comparten una
especial capacidad de (hacernos) confrontar
pasado, presente y futuro: las Obras Escogidas de
Norbert Lechner, dos volúmenes, que contiene
la visión singular del intelectual y cientista
político que reflexiona sobre la importancia
de una teoría política de la democracia desde
Latinoamérica, que, en su particularidad, debe
ser abordada desde su frágil inserción en la
modernidad y el desarrollo, y con democracias
inestables. Los textos de Lechner constituyen
un mapa conceptual que aborda la necesidad
de la construcción del orden social como una
actividad humana permanente y siempre
inacabada. ¡...Escucha Winka…!, fruto de una
invitación que hiciera el Comité Editorial de
LOM a un grupo de intelectuales mapuche,
quienes respondieron con este libro de ensayos,
considerado hasta hoy como el primer intento
sistemático de descolonización intelectual y de
sistematización historiográfica mapuche. Y Su
revolución contra nuestra revolución, libro en
dos volúmenes, de Julio Pinto, Rolando Álvarez
y Verónica Valdivia, sondea la experiencia
militante de las agrupaciones de derecha y de
izquierda durante la dictadura en Chile, dejando
instaladas preguntas fundamentales, de cara al
proceso democratizador.
Desde distintos registros, destacamos
algunos libros que buscan representar la ética y
la subjetividad subalterna: El gobierno de Lagos,
los pueblos indígenas y el «nuevo trato», texto
colectivo editado por José Aylwin y Nancy Yáñez,
analiza la relación entre los pueblos indígenas y
el Estado chileno. Desde varios planos, el libro
aporta antecedentes y pone en evidencia las
limitaciones de la política de Gobierno. Al hablar
de vindicación de derechos, vamos al de la mujer
sobre su cuerpo y su sexualidad con un libro
que vuelve sobre El drama del aborto, de Aníbal
Faúndez y José Barzelao, quienes plantean la
necesidad de enfrentar abiertamente y desde lo
público lo que es un hecho concreto. Ser niño
«huacho» en la historia de Chile, texto en que
Gabriel Salazar, posicionado «en la piel humana»,
desata la trama de la historia adulta para descubrir
«entre líneas, en los bordes», la capacidad de los
niños «huachos» por constituirse en sujetos de
la historia, rasgo en el que el autor ve el fulgor
de la rebeldía del movimiento popular chileno.
Con Autobiografía de mi madre, LOM comienza
a publicar la tetralogía de esta destacada autora,
Jamaica Kincaid, quien desde su origen popular
antillano se radica en Estados Unidos y allí
escribe una literatura honda y transparente.
Luego se agregarán Mi hermano, Lucy y Mr.
Poer.
Recuperamos del olvido Alma Chile. Obras
completas 1912, de Carlos Pezoa Véliz. Poesía
de rebeldía y denuncia, es ironía y parodia, y
también es de un lirismo sencillo y profundo. Por
su parte, la poeta Verónica Zondek en su libro Por
gracia de hombre, indaga en la memoria de un yo
individual que al mismo tiempo es conglomeral,
pues su meditación se dirige siempre hacia un
tácito nosotros. Y Juan Mihovilovic nos presenta
Desencierro, donde las pesadillas y los sueños, se
confunden con el mundo aparente y cotidiano,
adquiriendo una inquietante y perturbadora
dimensión metafísica que nos enfrenta con las
situaciones límites de la existencia humana.
El historiador Pedro Milos nos lleva a 1935 y
1938, con su libro Frente popular en Chile. En él
describe e interpreta el proceso de configuración
del Frente Popular, centrando el análisis en los
partidos que lo constituyeron. El año anterior el
mismo autor nos presentó en 600 páginas el libro
Historia y memoria. 2 de abril de 1957, cuando
Chile fue sacudido por una serie de protestas
sociales en reacción al alza del transporte urbano,
constituyéndose en uno de los principales
movimientos populares del siglo XX.
Susana Münnich, con su
ensayo literario Casa de
hacienda / carpa de circo,
título más que sugerente,
contrapone dos lugares, dos
miradas, dos manera de vivir y
de crear: María Luisa Bombal
y Violeta Parra: «ambas
representan dos mundos
en un mismo país y que son
opuestos»
En dos volúmenes, Jorge
Magasich nos entrega una
rigurosa investigación sobre
Los que dijeron «No». Historia
del movimiento de los marinos
antigolpistas de 1973. Desde
las revueltas navales del siglo
XX y los conflictos sociales
que estremecieron a la
Armada chilena en 1925, 1931
y 1961, hasta los álgidos días
de 1973
Esta antología de Michael
Löwy agrupa en orden
cronológico un conjunto de
documentos, fragmentos
de ensayos, artículos,
resoluciones de partidos y
otras organizaciones, y otros
escritos, que reconstruyen
la evolución histórica del
marxismo en América Latina,
desde principios del siglo XX
(1909) hasta principios del
siglo XXI (2005).
El anarquismo fue «un
fantasma» en los discursos de
la elite, desde mucho antes de
su aparición en Chile.
El hombre estatua, de Jaime
Casas. Cuando Benito Alonso
y su ex compañero de prisión
deciden cambiar de rumbo,
buscan hacer frente a una
sociedad y una historia que ya
una vez les ha asestado una
derrota. Con originalidad, el
autor va enlazando la historia
de estos personajes en un
relato de gran verosimilitud.
Primera novela de Fátima Sime.
Narra la historia de una joven
enfermera chilena que, unos años
después del Golpe de 1973, es
secuestrada por la policía secreta,
torturada sicológicamente, y luego
«entrenada» para cometer un
crimen político que sacudió al país
entero.
Libro premiado en Europa
y traducido del danés para
esta edición. Es la historia de
Sapito, que cayó de las estrellas
e hizo un montón de travesuras
que a muchos no gustaron.
Sapito es una mezcla de
ingenua entretención para los
niños, pero con un trasfondo
ácido para el lector adulto.
Las Malas Juntas comenzó
a escribirse a partir de 1974,
estando Leandro Urbina, su
autor, ya fuera de Chile, tras el
Golpe de Estado. Sin embargo,
no fue un libro de exilio; su
destino de obra narrativa llena
de preguntas y de intuiciones
habría de situarla entre los
textos fundamentales para
comprender el Chile de las
últimas décadas.
2009
2010
El diario de Agustín, es el fruto de una
investigación que recogió testimonios de más de
cien personas, entre altos ejecutivos y editores
de El Mercurio. El trabajo, coordinado por
Claudia Lagos, indaga en el rol que cumplió el
diario en la violación de los derechos humanos
durante la dictadura. La publicación de Estados
depredadores de J. Patrice McSherry sobre
de la Operación Cóndor, ayuda a entender la
articulación internacional, destinada a eliminar
opositores incluso fuera de sus países de origen,
contando para ello con una coordinación
regional de los servicios de inteligencia, con
uso de moderna tecnología, capacitación y
apoyo técnico y económico de los EE.UU. Por
su parte, Heidi Tinsman nos presenta La tierra
para el que la trabaja, libro que vuelve sobre la
reforma agraria, recuperando la memoria para
entender las trasformaciones actuales en torno
a la dimensión de género, reflejada en las luchas
de las temporeras de hoy. La huachita, se hace
literatura en la mano de José Miguel Varas, quien
en los trece cuentos que componen el volumen es
capaz de concebir a los personajes más variados
y los espacios más distintos, siempre sin perder
de vista las emociones de los protagonistas y la
atmósfera del contexto en el que se desenvuelven:
el humor, lo absurdo, la nostalgia, la historia…
Carla Cordua, a cargo de la selección, traducción y notas, nos entrega Kaa en primera
persona. Selección de los diarios del autor, que
son nutridísimos, muy extensos y diversos:
se narran en ellos muchos sueños e incluso
visiones involuntarias que lo asaltan al despertar
o durante el día. Y de los sueños de Kaa
volvemos a la realidad con Ricos y pobres de
L. E. Recabarren, donde el autor desnuda las
condiciones de vida de las clases populares y
medias, y los vicios de toda índole y origen que
impiden un desarrollo igualitario y equilibrado
para todos los ciudadanos: la descomposición
del orden social que condena a una buena parte
de la población a la miseria, la corrupción moral y
la ignorancia, mientras la burguesía se enriquece
impúdicamente; este análisis Recabarren lo hacía
en el centenario de la República. Su reedición,
cien años después, nos permite constatar que el
tiempo es «relativo». Se reedita también el libro
Ser política en Chile, Julieta Kirkwood, uno de los
textos fundamentales del pensamiento feminista
chileno y latinoamericano, escrito en los años
más duros de la dictadura en Chile. Ella señalaba
«Más que una historia feminista exhaustiva,
este texto es una lectura feminista de nuestra
historia con mis ojos abriéndose a la idea. Es una
historia para que la conversemos, la dudemos, la
reflexionemos, le restituyamos vida».
2006. José Miguel Varas
recibe el Premio Nacional
de Literatura
2007. Recibe el Premio
Marta Brunet de literatura
para niños y jóvenes,
otorgado por el CNLL, por el
libro Conducta de un gato
2006. El Premio Nacional
de Historia le es otorgado a
Gabriel Salazar
El trabajo de Patricio Guzmán es un eslabón
imprescindible en la historia de la fotografía
chilena, constituyendo un enorme legado
para nuestro imaginario visual y para nuestro
patrimonio fotográfico. Para él, sus fotos fueron
la casa, el territorio, la patria extrañada.
2008. Claudio Romo Torres
recibe el Premio del Libro y
la lectura. Premio Amster /
Core, al diseño e ilustración
editorial, otorgado por el
CNLL por el libro El álbum
de la flora imprudente.
2009. Claudio Romo y
Alexis Figueroa reciben
el Premio del Libro
y la lectura. Premio
Amster / Core, al diseño
e ilustración editorial.
Otorgado por el CNLL, por
el libro Fragmentos de una
biblioteca transparente.
2007. Faride Zerán recibe
el Premio Nacional de
periodismo.
2009. Grínor Rojo es
galardonado con el Premio
del CNLL, categoría Ensayo,
por la obra Las armas de
las letras.
2007. El Premio Nacional de
Humanidades y Cs. Sociales
le es otorgado a Manuel
Antonio Garretón.
2008. Efraín Barquero
recibe el Premio Nacional
de Literatura.
Con un lenguaje sencillo, de
expresión coloquial, de una
fuerza mística y cósmica
vital, Cardenal le ha cantado
al amor, a sus raíces en los
pueblos originarios, a la
naturaleza, a Dios entre los
hombres y a la vida, desde
una poesía con compromiso
social.
Informe Tunkuska, nos entrega un trabajo
un trabajo de gráfica, texto e imaginación
en el que se indagan acontecimientos
extraordinarios. Creativo y a ratos delirante,
una muestra contundente de por qué la
literatura fantástica ha buscado siempre el
complemento de la ilustración.
|19
2008. Se inicia la actividad
de CARCAJ, revista digital
orientada a la reflexión y el
debate de temas literarios,
políticos y culturales. Una
flecha de sentido que
vincula a autores, libros y
lectores.
2009. Ramón Díaz Eterovic
recibe el Premio del CNLL,
categoría Novela, por La
oscura memoria de las
armas, decimotercer título
de la saga del detective
Heredia. Obra traducida y
publicada en Francia por
Ediciones Métailié.
2010. Marcelo Escobar,
Marcela Paz Araneda y
Marcelo Baeza reciben
el Premio Amster / Core
al diseño e ilustración
editorial. Otorgado por el
CNLL, por el libro Mito del
Reyno de Chile.
20|
El libro debe contribuir a la formación
de ciudadanos y ciudadanas
Ximena Valdés
Geógrafa de la Université Paris VII y doctora en Historia
Económica y Social de la Universidad de Santiago de
Chile. Actualmente es directora del CEDEM. Académica
de la Universidad Academia de Humanismo Cristiano y
miembro del Comité editorial de LOM.
E
l Comité Editorial de LOM se reúne con una periodicidad semanal.
Yo no falto casi nunca. Es un lugar como pocos: por un lado muy grato, por
otro destinado a recibir publicaciones, revisarlas, leerlas, darlas a leer a
terceros para dar curso a un procedimiento de revisión de pares previo a la
selección de cada texto, que dará lugar a una publicación.
Sin embargo, estas sesiones semanales tienen además la virtud de
constituir un lugar en que el debate, a veces de risa, también de sorpresa,
en ocasiones la no poca indignación frente a hechos que todavía nos
conmueven, han dado lugar a la formación de una comunidad de personas
que persiguen velar por democratizar la lectura sin caer en cualquier lectura,
sino la que contribuye a descifrar el pasado, interpretarlo a contrapelo del
discurso histórico oficial, brindar herramientas para lograr comprender el
presente, abrir un espacio a la novela, el cuento y la poesía incorporando a
una gran cantidad de autores/as jóvenes.
Los aportes de LOM, en una sostenida labor editorial de producción
y difusión del libro en Chile, son notables. No sólo por la diversidad
de géneros que abarca –poesía, narrativa, fotografía, ensayo, ciencias
sociales, humanidades, derecho, arquitectura, literatura infantil–, y por la
enorme cantidad de títulos dirigidos a un público diverso, sino por lo que
señalábamos al referirnos a esta comunidad de personas que han logrado
brindar, durante todos estos años, un sello singular a LOM. Tal sello, a
mi modo de ver (desde mi lugar en el Comité Editorial durante cerca de
un lustro y más cercana a las ciencias sociales y humanidades), consiste
en dar a conocer la producción de una cantidad de autoras y autores que
escriben bajo una línea editorial que no esconde su voluntad de habitar la
vereda de quienes piensan que el libro debe contribuir a la formación de los
ciudadanos y ciudadanas, al despliegue del conocimiento, al fortalecimiento
de la cultura, a la puesta en escena de la memoria, el combate al olvido, a
dar a conocer lo que permanece oculto, a develar la situación de grupos
discriminados.
No está de más destacar que estos 25 años de vida de LOM corresponden
a un período particular, como es la emergencia de un largo proceso de
democratización del país, todavía demasiado precario y parcial; todavía
muy apegado a un modelo legado de la dictadura, todavía plagado de
reclamos desoídos. LOM ha caminado como editorial este tiempo y lugar
jugando un papel significativo en la formulación de ideas y preguntas,
reclamos y denuncias.
LOM ha vivido su experiencia
con las velas desplegadas
|21
Naín Nómez
Poeta, crítico literario y académico. Estudió Filosofía en la
Universidad de Chile. Master of Arts de Carleton University y Ph. D.
en la Universidad de Toronto, Canadá. Autor de más de una decena de
libros. Actualmente es profesor titular – académico de excelencia de
la Universidad de Santiago.
T
al vez lo que yo quería contar era
otra historia, como diría Kipling, no la que
estoy contando, pero de alguna manera es
también la que quería contar. Lom, el Sol del
libro, nació hace 25 años gracias al empuje
visionario de dos jóvenes, Silvia y Paulo,
que creyeron y pensaron que la producción
del libro, que la lectura, que la reflexión y la
fantasía que la misma crea, eran importantes
para la educación y para la cultura de
este país. Lo que empezó en 1990 como la
aventura personal de una familia y algunos
amigos, con la publicación de unos pocos
libros, creció en el tiempo como una bola de
nieve, hasta transformarse ya a fines de esa
década en una producción de 80 a 100 libros
anuales, promedio que se mantiene hasta
nuestros días. Sin contar las reediciones,
en la actualidad la editorial ha publicado
alrededor de un millar y medio de libros,
hazaña que difícilmente puede ostentar otra
editorial del país y que se parangona con las
mejores casas editoriales del pasado, como
fueron el caso de Zig-Zag, Ercilla y otras.
Pero todo ello sería secundario si no
se considerara el contexto del sistema
económico neoliberal libremercadista en que
esta empresa se ha tenido que desarrollar. A
ello habría que agregar la privatización de
la cultura, el desarrollo de las tecnologías
alternativas, el capitalismo salvaje y la
penetración de las industrias culturales
trasnacionales, factores algunos heredados
de la dictadura y otros aportados por nuestra
problemática transición a la democracia,
frente a las cuales la producción cultural ha
intentado y ha podido sobrevivir en Chile. A
ello habría que agregar el apoyo casi nulo del
Estado al trabajo y la expansión editorial; a
la articulación entre creadores, productores
y lectores; a las relaciones entre los colegios,
las universidades y, en general, el sector
educativo con los productores de cultura. Un
tema no menor y que se agrega a lo anterior
es el impuesto leonino que equipara el libro a
cualquier bien de consumo, así como la falta
de un precio único para un mismo título.
Pese a ello, la editorial Lom ha sobrevivido;
más que eso, ha vivido su experiencia con las
velas desplegadas aumentando su caudal de
libros año tras año. Sus colecciones se han
ampliado desde las primeras incursiones
en la fotografía, la narrativa y la poesía a
cerca de treinta colecciones en géneros tan
diversos como la crónica, la historia, las
ciencias sociales, el ensayo, el testimonio,
el reportaje, el teatro, la literatura social o el
rescate de obras olvidadas y discontinuadas.
Hoy día en que han proliferado las
editoriales independientes (y en buena
hora), con el desarrollo de los nuevos
medios de producción, las redes virtuales
y el énfasis en la producción individual,
la proyección de Lom sigue siendo real y
simbólicamente signo de una propuesta
específica de rescate de la memoria cultural
del país y América Latina y de contribución
activa a las problemáticas de la democracia y
la historia crítica, y de proyección reflexiva
hacia los temas de la sociedad futura. En este
sentido, uno de los mayores méritos de la
editorial es su disponibilidad permanente al
riesgo, a la aventura editorial, a remar contra
la corriente y a fomentar las igualdades de
todo tipo entre los seres humanos a partir
de los contenidos de su producción. En
este sentido, Lom es una editorial con una
conciencia social, una editorial al servicio de
las mayorías, una editorial cuyos miembros
saben que la globalización ha traído como
consecuencia un desafío fundamental para
las culturas nacionales: su transformación en
nuevas identidades híbridas sobre las cuales
los libros nos ayudan a conocernos mejor y
a saber cómo podemos convivir mejor. Una
editorial que entiende que una formación
social sin una narrativa propia, sin un
imaginario distintivo, sin una identidad con
sus historias, imágenes, escenarios, paisajes,
acontecimientos históricos, símbolos y
rituales que le den sentido, no existe como
comunidad real o imaginada.
Admiro el empuje, la fuerza, el entusiasmo, la calidez y el cariño de los participantes y miembros de esta Editorial que este
año cumple 25 años, y en la que participo de
manera más o menos constante casi desde
sus inicios. Admiro a Silvia, a Paulo, al clan
de los Aguilera, por el tesón que siempre
han mostrado frente a las dificultades de un
sistema económico y político generalmente
adverso; por su tozudez y perseverancia en
continuar un proyecto que a veces ha estado
a punto de fenecer en las oscuras aguas de
nuestra globalización carnívora; por la firmeza de sus convicciones y por su amistad,
siempre constante y a toda prueba.
Estoy seguro de que la Editorial Lom,
nuestra editorial, seguirá celebrando su
Octubre con una «revolución» de libros en
los próximos 25 años.
22|
Guillermo Calderón. Teatro
I y II. Dos volúmenes reúnen
seis de las más reconocidas
obras de este dramaturgo.
En el Vol. II, a partir de una
mirada generacional, esta
trilogía –o gran obra en tres
partes– provoca al lector
por una cruda transparencia
que se afirma de ciertas
contingencias de la sociedad
para develarla en toda su
desnudez.
Un origen donde podría
sostenerse el curso de las
aguas, de Nadia Prado. Sin
duda, se trata de una escritura
cuyas exigencias deshacen
cualquier complicidad, una
escritura que nunca se rinde
a la lucidez cínica de una
derrota orgullosa ni al débil
atesoramiento de ausencias.
Revolucionarios cibernéticos.
Tecnología y política en el
Chile de Salvador Allende.
Eden Medina, la autora,
reconstruye magistralmente
una de las aplicaciones más
ambiciosas de las ideas
cibernéticas en la historia y el
contexto que la hizo posible:
el experimento socialista de la
Unidad Popular.
De Carranco a Carrán. Las
tomas que cambiaron la
historia de José Manuel Bravo.
Es una historia como tantas
otras vividas por los pobres de
este país, durante las décadas
del 60 y del 70; situada en
la zona cordillerana de la
provincia de Valdivia, en el
corazón de lo que se convirtió
en el Complejo Forestal y
Maderero de Panguipulli.
Cortejo y Epinicio. Obra
completa. Señala Francis
de Miomandre: «Cortejo y
Epinicio: la esencia de lo que
es, para el hombre, vivir en la
tierra, en un particular tiempo
y espacio, desde su ahora
hasta su adiós». RosenmannTaub, poeta mayor, cuya
producción se encuentra
reunida de manera íntegra
en LOM.
2011
2012
2013
La obstinada memoria se presenta con Las
Letras del horror, Vol. I, la DINA y Vol. II, la CNI,
de Manuel Salazar, constituye un pormenorizado estudio de las organizaciones represivas de
la Dictadura, las motivaciones sico-sociológicas
de los victimarios, la experiencia traumática de
las víctimas, y tras ellos, toda la red de delito,
corrupción y degradación moral que permitió la
existencia de estos modelos del horror. En un registro más monográfico, Orlando Letelier: el que
lo advirtió, de Hernán Soto y Miguel Lawner, es
un libro que reivindica la visión política de Letelier y su capacidad para leer el golpe de Estado
como el paso previo a la implantación del neoliberalismo en Chile. En otro registro, Fernanda Moraga García y Maribel Mora Curriao, nos
presentan Kümedungun / Kümewirin. Antología
poética de mujeres mapuche (siglos XX - XXI). Un
libro que recupera el arte de las «palabras bellas»
del pueblo mapuche, que desde su título reafirma la natural presencia del canto en esta sociedad y la centralidad que en dicho arte adquieren
las mujeres. Se trata de una edición crítica bilingüe que abarca desde los registros tradicionales
hasta la creación poética contemporánea mapuche de ambos lados de la cordillera.
Varios son los títulos que van a dialogar
directamente con la efervescencia política abierta
el 2011: Desafíos comunes. Retrato de la sociedad
chilena y sus individuos. Tomos I y II, de Kathya
Araujo y Danilo Martuccelli. Luego de una larga
investigación empírica, los autores proponen
una visión de conjunto de los grandes desafíos
que los individuos deben afrontar en la sociedad
chilena contemporánea. El despertar de la sociedad, de Mario Garcés, presenta el desarrollo
histórico de los «movimientos sociales» en la
historia de Chile, como forma de contextualizar
y dimensionar el impacto presente y futuro de
los movimientos de protesta acaecidos en Chile y
América Latina. José Marimán nos propone una
lectura comprensivo-aclaratoria, clasificatoria y
comparativa de las ideas políticas de los mapuche
autodeterministas en Autodeterminación. Ideas
políticas mapuche en el albor del siglo XXI. Su
propósito es ayudar a clarificar y distinguir,
a cualquier lector interesado en seguir el
antagonismo Estado versus minorías nacionales
en Chile, los detalles de un pensamiento político
mapuche en desarrollo, el que muestra una
voluntad de autoafirmación política que no
estaba presente antes, al menos bajo la forma
de búsqueda de empoderamiento. En el terreno
literario, se publica Poesía Completa, de Óscar
Hahn, abarcando desde Esta Rosa Negra hasta
La Primera Oscuridad.
Como hemos visto a través de todo el catálogo,
cada año los textos de LOM van alimentando los
temas del debate actual. Aquí Fernando Atria nos
trae La constitución tramposa, un análisis que busca
recoger argumentos y contraargumentos para
consolidar la urgencia de una nueva constitución,
establecida sobre la base de la expresión popular
y la participación de las mayorías soberanas. En
la misma línea tenemos El derrumbe del modelo.
La crisis de la economía de mercado en el Chile
contemporáneo, de Alberto Mayol, obra penetrante
e implacable, que interpreta el movimiento social
por la educación como una expresión de la crisis
sistémica del modelo neoliberal chileno. Por su
parte, Radiografía crítica al «modelo chileno», con
G. Martner y E. Rivera como editores, contiene
17 textos que reflexionan sobre el modelo de
desarrollo, consignando el agotamiento del contra
modelo denominado «crecimiento con equidad».
Julio Pinto nos presenta Luis Emilio Recabarren.
Una biografía histórica. A cuarenta años del
golpe de Estado, y a cien de la fundación del
Partido Obrero Socialista, una nueva biografía de
Recabarren, contextualizada en su tiempo puede
aportarnos elementos importantes de reflexión y
contraste para entender mejor nuestro complejo e
incierto comienzo de siglo. Tan complejo e incierto
como el que en su momento debió enfrentar el
protagonista de este libro. Se publican en dos
volúmenes la Narrativa Completa de José Miguel
Varas.
Fotografía. El arte de visibilizar
la pregunta. Koen Wessing es
reconocido como uno de los más
importantes fotoperiodistas de los
conflictos sociales y políticos de
nuestro tiempo. Hombre de pocas
palabras y muchas imágenes,
la fotografía le parecía una vía
para llevar una existencia libre y
comprometida a la vez.
Reducciones, de Jaime
Huenún. Profundiza
poéticamente en la historia
mapuche y mestiza del país,
configurando un despliegue
de voces y escrituras en las
que se cruzan los cantos y
relatos ancestrales, la crónica,
el testimonio y el relevamiento
de fuentes documentales
y de archivo referidas a las
sociedades indígenas de Chile.
Angelson H y el ultimátum.
De Kim Fupz Aekeson. Dios
está muy cansado de escuchar
sobre guerras, miseria y
contaminación. Llama a su
oficina a Angelson H, uno de sus
ángeles más choros, y le ordena
bajar a la tierra y salvarla. ¡Y si
ese mundo no se puede salvar,
entonces acabamos con todo!
Clásicos latinoamericanos.
Para una relectura del
canon, siglos XIX y XX,
en dos volúmenes, de
Grínor Rojo. En ellos hace
una revisión exhaustiva
de la obra de autores que
considera clásicos, ejercicio
que lleva a cabo a partir de
un cuestionamiento radical
de la antítesis entre autores
canónicos/del Poder y no
canónicos/liminares.
José María Arguedas.
La agonía de Rasu-Ñiti y
otros cuentos, y El zorro de
arriba y el zorro de abajo,
dos textos que dan cuenta de
la riqueza de su obra. En ella
aborda la multiculturalidad
de la sociedad peruana,
especialmente en la
yuxtaposición de universos
simbólicos y de sistemas de
dominación-resistencia.
Luchín. Es la canción que
Víctor Jara escribió inspirado
en un niño que jugaba con
una pelota de trapo, un
gato, un perro y un caballo.
Hoy, gracias a los dibujos
de Raquel Echenique, se
transforma compartir con
los más pequeños, uno de los
temas más bellos del folclor
latinoamericano.
Trabajos y familias en el
neoliberalismo. Hombres y
mujeres en faenas de la uva,
el salmón y el cobre. Ximena
Valdés y otros. Investigación
que se ocupa de los profundos
cambios que los regímenes
excepcionales de trabajo y la
flexibilidad laboral tienen en la
vida familiar de tres sectores de
la economía exportadora:
la fruticultura, la acuicultura
y la minería.
Rodolfo Walsh, periodista, escritor y revolucionario, 1927-1977,
de Michael McCaughan, es una
biografía apasionante de su
recorrido desde el periodismo al
relato policial, a la novela de no
ficción y al periodismo militante,
que en Cuba lo llevó a desbaratar
las operaciones de la CIA y en
Argentina a enfrentar desde la
contrainformación montonera
a la feroz dictadura militar de
mediados de los setenta.
2014
2015
Fernando Atria pone en el debate público
un tema presente en las mesas de los chilenos:
Derechos sociales y educación: un nuevo paradigma de lo público, el libro plantea la emergencia de un nuevo paradigma, el de los derechos
sociales, debate que cuestiona la base del sistema neoliberal y discierne sobre su superación.
La lista del Schindler chileno, de Manuel Salazar, narra la historia de una secreta estructura
clandestina que permitió sobrevivir durante la
dictadura militar a varias decenas de militantes
de diversos partidos de la izquierda. Sobre el terrorismo occidental: de Hiroshima a la guerra
de los drones, en este trabajo se han convocado
Noam Chomsky y Andre Vltchek, este último
periodista de investigación, que ha cubierto guerras y conflictos en decenas de países. Un texto
de denuncia y un llamado de atención sobre las
catástrofes humanas que ha generado el colonialismo y el post colonialismo, que ha causado la
muerte de millones de personas, y todas respaldadas por la propaganda occidental de ir tras la
defensa de la libertad y la democracia, justificando así el saqueo, el exterminio y la opresión de
otros pueblos. Sociologías de la modernidad, de
Danilo Martuccelli, es uno de los libros más importantes sobre teoría social actualizada de que
disponemos en lengua castellana.
Bajo la dirección de Jorge Fondebrider, hace
su aparición la colección Cuentos en tono de humor, con seis traducciones de diversas lenguas,
la que reúne a una pléyade de clásicos de la literatura: Ring Lardner, Francis Sco Fitzgerald,
Mijaíl Bulgákov y Luigi Pirandello, entre otros.
Cerramos un nuevo lustro con un recorrido intenso y extenso en libros, autores, temas
y nuevos desafíos, los que se van abriendo
permanentemente. En este periodo se han integrado cuatro nuevas colecciones al catálogo,
las que ensanchan el horizonte de nuestras miradas e intereses, al tiempo que ellas mismas
abren el marco de sus propias disciplinas. La
colección Arquitectura busca relevar y difundir
el pensamiento, el proyecto y la obra realizada
en América Latina, vinculada a un espacio, una
historia y una configuración del habitar. La colección Derecho en democracia es un esfuerzo
por abrir la discusión acerca del derecho, y potenciar los valores de igualdad, libertad, dignidad y democracia, los que deben expresarse en
las normas y principios jurídicos.
Por su parte, Cuentos en tono de humor nos
hace volver a los clásicos desde el humor en
diversas lenguas y culturas, y Heterodoxos recorre y ensaya sobre diversos temas en torno
a la creación, las ideas y el quehacer vinculado al libro y todos sus mundos. Mientras otros
títulos siguen transitando por la memoria, los
temas de género y pueblos indígenas, entre
otros, sin dejar de mirar el horizonte que sigue
estando allí, y por ello no olvidarnos de los niños y niñas, nuestros futuros buenos lectores.
No podemos dejar de destacar la presencia de
la poesía, con la publicación de la antología Un
puñado de cenizas, de Nicanor Parra y Gabriela
Mistral. Poesía Reunida. Mi culpa fue la palabra, de próxima aparición.
Cómo se empieza a narrar.
Es una pregunta que ronda
a los escritores y que suelen
aparacer en los momentos más
inesperados. A esa pregunta
responde diez narradores
latinoamericanos. Este libro
hace parte de la colección
Heterodoxos.
Historia rural de Chile central,
vol. I y vol. II, de José Bengoa,
realiza un recorrido por la
sociedad y el sistema de poder
que allí surgió, ligado a la
posesión de la tierra. Cinco
siglos en dos tomos para
explicar –desde ese escenario
y esos actores, hacendados
y campesinos–, el dramático
proceso vivido por nuestro
país desde la segunda mitad
del siglo XX.
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2011. Juan Radrigán recibe
el Premio Nacional de las
Artes Escénicas. Y en el
año 2014 es galardonado
con el Premio del Consejo
Nacional del libro y la
Lectura, en Dramaturgia,
por el libro Juan Radrigán
Teatro I.
2011. Ramón Díaz Eterovic
es galardonado con el
Premio del Consejo
Nacional del Libro y la
Lectura por la novela La
muerte juega a ganador.
2011. Eduardo Mella y
Martín Correa reciben
el Premio del Consejo
Nacional del Libro y la
Lectura categoría ensayo,
por el libro Las Razones del
Ilkun /Enojo.
2013. Jaime Huenún recibe
el Premio del Consejo
Nacional del Libro y la
Lectura, por el poemario
Reducciones.
2013. Manuel Salazar,
recibe el Premio del
Consejo Nacional del libro
y la Lectura en la categoría
Escrituras de la memoria,
por el libro Las Letras del
Horror: la CNI.
2014. Damaris Calderón
recibe el Premio del
Consejo Nacional del Libro
y la Lectura, Poesía, por
la obra Las pulsiones de la
derrota.
2014. Fernando Atria recibe
el Premio del Consejo
Nacional del libro y la
Lectura, categoría Ensayo,
por el libro La Constitución
tramposa.
2012. Óscar Hahn recibe
el Premio Nacional de
Literatura.
2013. Guillermo Calderón
recibe el Premio del Consejo
Nacional del Libro y la
Lectura, en Dramaturgia,
por el libro Guillermo
Calderón. Teatro II. Villa,
Discurso, Beben.
2015. Tomás Moulian
recibe el Premio Nacional
de Ciencias Sociales y
Humanidades.