LECTURAS 2-A SEMANA DE OCTUBRE 2015

LECTURAS 2-A SEMANA DE OCTUBRE
2015
Coordinadores
Robinson Salazar-Pérez
Nchamah Miller
MIL DISCULPAS POR ATRASO, MOTIIVOS DE VIAJES Y
DESPLAZAAMIENTOS IMPIDIERON QUE LA ENTREGA
FUERA PUNTUAL
Libros, revistas, vídeos y eventos
NANCY FRASER DE CÓMO CIERTO FEMINISMO SE CONVIRTIÓ EN CRIADA DEL
CAPITALISMO. Y LA MANERA DE RECTIFICARLO
http://old.sinpermiso.info/textos/index.php?id=6362
CRISTÓBAL, J. (1987). ¿TODOS MURIERON? LIMA: EDICIONES TIERRA NUEVA
Enlace: http://goo.gl/7Li4KM
ZYGMUNT BAUMAN AMOR LÍQUIDO. ACERCA DE LA FRAGILIDAD DE LOS VÍNCULOS
HUMANOS
Enlace: http://ow.ly/SGCuj
ALEXANDRA KOLLONTAI. LA MUJER EN EL DESARROLLO SOCIAL
http://porelpanyporlasrosas.weebly.com/uploads/1/1/8/1/11810035/alexandra_kollontai__la_mujer_en_el_desarrollo_social.pdf
ECOLOGÍA Y GÉNERO EN DIÁLOGO INTERDISCIPLINAR
1
Plaza y Valdés Editores - España, Colección Moral, Ciencia y Sociedad en la Europa del
siglo XXI, 2015. 413p. ISBN: 978-84-16032-43-3.
http://www.plazayvaldes.es/upload/ficheros/ecologia_y_genero_en_dialogo_interdisciplinar_ebook.pd
f
FITZGERALD, F. (2014). EL GRAN GATSBY. SAN JOSÉ: IMPRENTA NACIONAL
Enlace: http://goo.gl/W1PmL0
IRATI FERNÁNDEZ PUJANA. FEMINISMO Y MATERNIDAD:¿UNA RELACIÓN INCÓMODA?
http://porelpanyporlasrosas.weebly.com/uploads/1/1/8/1/11810035/irati_fern%C3%A1ndez_pujana__
_feminismo_y_maternidad__%C2%BFuna_relaci%C3%B3n_inc%C3%B3moda__.pdf
LA ACUMULACIÓN DEL CAPITAL.
Autora: Rosa Luxemburgo
País: Polonia
Temática: Marxismo
Descarga: http://ow.ly/RHzqA
LA EXPERIENCIA MORAL.
Autor: Humberto Giannini
http://ow.ly/RHVcN
EL HOMBRE Y LO SAGRADO.
Autor: Roger Caillois
Temática: Sociología, mitología
Descarga: http://ow.ly/Sf7VB
43 POETAS POR AYOTZINAPA
http://www.revistasinfin.com/wp-content/uploads/2015/08/Los-43-Poetas-por-Ayotzinapa.pdf
LIBRO COMPLETO SOBRE AYOTZINAPA
http://issuu.com/movimientocomunistamexicano/docs/ayotzinapa_j_alonso_y_reynoso
43 POR AYOTZINAPA
http://issuu.com/43porayotzinapa/docs/43_por_ayotzinapa_ok_parte1
INFORME DE AYOTZINAPA
http://ep00.epimg.net/descargables/2015/09/06/1278bc5c8971178c094d1d88c29749a6.pdf
AYOTZINAPA, DESAPARICIÓN POLÍTICA
2
http://issuu.com/pensarecartoneras/docs/ayot_0.2/54?e=14168272%2F10021408
DE LA DEMOCRACIA LIBERAL A LA SOBERANÍA POPULAR. VOL. 2
CLACSO - Libros
http://www.clacso.org.ar/librerialatinoamericana/libro_detalle.php?orden&id_libro=1003&pageNum_rs_libros&totalRows_rs_libros=0
DICCIONARIO DE PSICOLOGIA.
Autor: Umberto Galimberti
Temática: Definiciones, psicología, psicoanálisis
Descarga: http://ow.ly/SI0st
GIORGIO-COLLI-DESPUES-DE-NIETZSCHE
https://mega.nz/#!0xBxRDLK!ZHUdRrKBRfzVIzfraiPN64n3eErfiBNykoX2MWWi87E
ENSAYOS CRÍTICOS DE ROLAND BARTHES
http://www.mediafire.com/view/kykgpc59o23zo7i/Barthes_Roland_-_Ensayos_Criticos.pdf
EL SUSURRO DEL LENGUAJE DE ROLAND BARTHES
http://www.mediafire.com/view/befr9a0du5935da/Barthes_Roland__El_Susurro_Del_Lenguaje.pdf
20 LIBROS DE PAULO FREIRE PARA DESCARGAR
POR UNA PEDAGOGÍA DE LA PREGUNTA
► https://goo.gl/EqavDE
2. PEDAGOGÍA DE LA INDIGNACIÓN
► https://goo.gl/sYngNP
3. PEDAGOGÍA DE LA AUTONOMÍA
► https://goo.gl/r4KndX
4. PEDAGOGÍA DEL OPRIMIDO
► http://goo.gl/i3LXGw
5. PEDAGOGÍA DE LA ESPERANZA
► https://goo.gl/ZwLdhO
6. LA EDUCACIÓN COMO PRÁCTICA DE LIBERTAD
► https://goo.gl/el6Dsh
3
7. CARTAS A QUIEN PRETENDE ENSEÑAR
► http://goo.gl/qmmOC7
8. MIEDO Y OSADÍA
► https://goo.gl/Z7plGG
9. EL GRITO MANSO
► https://goo.gl/Q2Kxdo
10. LA IMPORTANCIA DE LEER Y EL PROCESO DE LIBERACIÓN
► https://goo.gl/Sr0Yn8
11. LA CONCIENTIZACIÓN
►https://goo.gl/X0iQYi
12. LA NATURALEZA POLÍTICA DE LA EDUCACIÓN
► https://goo.gl/yXr7uk
13. SOBRE LA ACCIÓN CULTURAL
►https://goo.gl/tBxCH0
14. POLÍTICA Y EDUCACIÓN
►https://goo.gl/Fnf3TK
15. EDUCACIÓN Y MUDANZA
►https://goo.gl/8sZBs3
16. CARTAS A CRISTINA
► https://goo.gl/KocC44
17. CARTAS A GUINEA-BISSAU
►https://goo.gl/kPzupK
18. A LA SOMBRA DE ESTE ÁRBOL
► https://goo.gl/Fqpg8P
19. PEDAGOGÍA: DIÁLOGO Y CONFLICTO.
► https://goo.gl/RE1ynm
20. PRAXIS DE LA UTOPÍA Y LA ESPERANZA
http://goo.gl/YfaOe9
RED MEXICANA DE ARQUEOLOGÍA
http://remarq.ning.com/?xg_source=msg_mes_network
"ANTROPOLOGÍA"
Clyde Kluckhohn
https://drive.google.com/file/d/0Bw-3yPOp2B3dWlNsTlBoOTBidTA/view?usp=sharing
4
"FILOSOFÍA ANDINA: SABIDURÍA INDÍGENA PARA UN MUNDO
NUEVO"
Josef Estermann
https://drive.google.com/file/d/0Bw-3yPOp2B3ddlhEcjU2T2MyeXM/view?usp=sharing
"LA ARQUEOLOGÍA SOCIAL LATINOAMERICANA: DE LA
TEORÍA A LA PRAXIS"
Henry Tantaleán y Miguel Aguilar (compiladores)
https://drive.google.com/file/d/0Bw-3yPOp2B3dMUhhNnl5eDZJWVE/view?usp=sharing
5
"EL ORIGEN DE LAS CIVILIZACIONES ANDINAS"
(Culturas Andinas del Perú- Lexus-)
Jorge Silva Sifuente
https://drive.google.com/file/d/0Bw-3yPOp2B3dSWhPSENya2FLMXM/view?usp=sharing
"ARQUEOLOGÍA MOCHICA. NUEVOS ENFOQUES"
-Editores: Luis Jaime Castillo Butters,Hélene Bernier, Greg Lockard , Julio Rucabado
Yong. (2008)
https://drive.google.com/file/d/0Bw-3yPOp2B3dSV9SUThpQTdfREk/view?usp=sharing
"INTRODUCCIÓN AL ESTUDIO DE LAS RELIGIONES"
Francisco Diez de Velasco
https://drive.google.com/file/d/0ByhI9Rlpc4q_SVI5Skd4d29hTUU/view?usp=sharing
FILOSOFÍA Y EDUCACIÓN
http://www.mediafire.com/view/d4tvktopm1i852d/Zambrano_Maria_-_Filosofia_Y_Educacion.pdf
CÓMO LA GUERRA FRIA TRANSFORMÓ LA FILOSOFIA DE LA CIENCIA
http://www.mediafire.com/view/kv2lelafjqekubu/Reisch_George_A__Como_La_Guerra_Fria_Transformo_La_Filosofia_De_La_Ciencia.pdf
SOCRATES Y YO
http://www.mediafire.com/view/4cxe8ohi78m6dk5/Reinaga_Fausto_-_Socrates_Y_Yo.pdf
CURSO DE TEORÍA DEL CONOCIMIENTO 4
http://www.mediafire.com/view/y9p6j74b90pe1hd/Polo_Leonardo__Curso_de_teoria_del_conocimiento_IV.pdf
CURSO DE TEORÍA DEL CONOCIMIENTO 3
http://www.mediafire.com/view/41vfb52g7hl24be/Polo_Leonardo__Curso_de_teoria_del_conocimiento_III.pdf
CURSO DE TEORÍA DEL CONOCIMIENTO 2
http://www.mediafire.com/view/o69ejkx73p7z53s/Polo_Leonardo__Curso_de_teoria_del_conocimiento_II.pdf
CURSO DE TEORÍA DEL CONOCIMIENTO 1
http://www.mediafire.com/view/td8oadngfa191ff/Polo_Leonardo__Curso_de_teoria_del_conocimiento_I.pdf
HEIDEGGER LA POLÍTICA DEL POEMA
http://www.mediafire.com/view/n1j7c4784345o6r/Lacoue_Labarthe_Philippe__Heidegger_La_Politica_Del_Poema.pdf
6
LA PREGUNTA POR LO ACONTECIDO DE ALEJANDRO KAUFMAN
http://www.mediafire.com/view/8solkxy197vet3m/Kaufman_Alejandro__La_Pregunta_Por_Lo_Acontecido.pdf
LA ESCLAVITUD ANTIGUA E IDEOLOGÍA MODERNA
http://www.mediafire.com/view/5a7e7wzqgfillel/Finley_Moses__La_Esclavitud_Antigua_E_Ideologia_Moderna.PDF
LA ESTÉTICA COMO IDEOLOGIA
http://www.mediafire.com/view/2w6re28vmotfzt8/Eagleton_Terry_-_La_Estetica_Como_Ideologia.PDF
FILOSOFÍA DE LAS FORMAS SIMBOLICAS
http://www.mediafire.com/view/edm8bprv6k9n1vd/Cassirer_Ernst__Filosofia_De_Las_Forma_Simbolicas_-_I_-_El_Lenguaje.pdf
INTRODUCCIÓN AL ESTUDIO DE PLATÓN
http://www.mediafire.com/view/1rrh3p0tvyd5b9p/Eggers_Lan_Conrado__Introduccion_Historica_Al_Estudio_De_Platon.pdf
LA PSICOLOGIA DE AVERROES
http://www.mediafire.com/view/q77y0nly9nc1vtu/Averroes_-_La_Psicologia_De_Averroes__Comentario_Al_Libro_Sobre_El_Alma_De_Aristoteles.pdf
ETIMOLOGÍAS GRECOLATINAS
http://www.mediafire.com/view/utmphxlhhcull69/Arana_Rodriguez_Alejandra__Etimologias_Grecolatinas.pdf
EL CAMINO DEL PENSAMIENTO DE CHARLES PIERCE
http://www.mediafire.com/view/nlcn8pavork9xzf/Apel_Karl_Otto__El_Camino_Del_Pensamiento_De_Charles_S_Peirce.pdf
FILOSOFIA MEDIEVAL Y LOS TRASCENDENTALES
http://www.mediafire.com/view/j7jxk3w3wae2468/Aertsen_Jan__La_Filosofia_Medieval_Y_Los_Trascendentales.pdf
DIBUJAR A MCLUHAN
http://www.mediafire.com/view/m472zrqk4ao5izd/Dibujar_A_Mcluhan__Visualsonointerficialidades.pdf
ANTROPOLOGÍA LINGÜÍSTICA
http://www.mediafire.com/view/7w7h6i9or5chz7g/Duranti_Alessandro_-_Antropologia_Linguistica.pdf
INTRODUCCIÓN AL PENSAMIENTO FEMINISTA CONTEMPORÁNEO
http://www.mediafire.com/view/9sbtfzye9spa9u2/Evans_Mary__Introduccion_Al_Pensamiento_Feminista_Contemporaneo%282%29.pdf
NUEVAS IDEAS REPUBLICANAS
http://www.mediafire.com/view/fl1zvpc6ttke1ba/Nuevas_Ideas_Republicanas.pdf
LA RELIGIÓN, EL MUNDO Y EL CUERPO
http://www.mediafire.com/view/ur94gfo94h7gb2z/Panikkar_Raimon__La_Religion_El_Mundo_Y_El_Cuerpo.pdf
METAHISTORIA
http://www.mediafire.com/view/0ba7pdne4r49qcp/White_Haydn__Metahistoria_La_Imaginacion_Historica_En_La_Europa_Del_Siglo_XIX.pdf
EL FILÓSOFO ENTRE LOS AUTOFAGOS
http://www.mediafire.com/view/dnxrr7g56phc2d3/Bouveresse_Jacques__El_Filosofo_Entre_Los_Autofagos.pdf
MARIA ZAMBRANO- UNA PENSADORA DE NUESTRO TIEMPO
http://www.mediafire.com/view/hwf8i7t5654r7bo/Abellan_Jose_Luis__Maria_Zambrano_Una_Pensadora_De_Nuestro_Tiempo.pdf
EL COMENTARIOS SEMIÓTICO DE TEXTOS
http://www.mediafire.com/view/b5bwjj96cu511bo/Romera_Castillo_Jose__El_Comentario_Semiotico_De_Textos.pdf
VIRNO, PAOLO. AMBIVALENCIA DE LA MULTITUD- ENTRE LA INNOVACIÓN Y LA
NEGATIVIDAD.
https://mega.nz/#!A5YggTqB!lBw4B3FgA4EIBGTEXwai8GiZWaoLfrw7T44N85pXmpY
THE SOCIAL SCIENCE POST
http://thesocialsciencepost.com/es/
7
INSTITUTO DE ESTUDIOS DE AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE
NOVEDADES EDITORIALES
http://iealc.sociales.uba.ar/publicaciones/#articulos
LIBROS DIGITALES DEL INSTITUTO GINO GERMANI DE LA UNIVERSIDAD DE BUENOS
AIRES
http://iigg.sociales.uba.ar/libros/
REVISTAS DEL INSTITUTO GINO GERMANI
http://iigg.sociales.uba.ar/revistas-2/
REVISTAS DE LA CARRERA DE SOCIOLOGÍA DE LA UNIVERSIDAD DE BUENOS AIRES
http://sociologia.sociales.uba.ar/index.php/publicaciones/
CIENCIAS SOCIALES Y RELACIONES INTERNACIONALES: NUEVAS PERSPECTIVAS DESDE
AMÉRICA LATINA
http://www.flacso.org/secretaria-general/ciencias-sociales-y-relaciones-internacionales-nuevasperspectivas-am-rica-latina
FORMACIÓN FEMINISTA 1
http://www.bibliotecafragmentada.org/formacion-feminista-1/
LIBROS GRATUITOS DE LA FACULTAD LATINOAMERICANA DE CIENCIAS SOCIALES
http://www.flacso.org/secretaria-general/publicaciones-secretar-general
PUBLICACIONES DE LAS UNIDADES FLACSO
http://www.flacso.org/publicaciones-flacso/
REVISTAS EN LÍNEA
FLACSO ha suscrito revistas extranjeras, conformando un consorcio con los Centros Públicos Conacyt,
para facilitar su consulta se han agrupado en el portal EJS-EBSCO en donde encontrarán más de 700
títulos con acceso a texto completo, la búsqueda puede realizarse por autor, título, editor, temática, etc
http://biblioteca.flacso.edu.mx/index.php/recursos-digitales/revistas-academicas/en-linea
EL REPOSITORIO FLACSOANDES LLEGÓ A LAS 278 TESIS DE MAESTRÍAS Y DOCTORADO
DE NUESTRA SEDE EN TEXTO COMPLETO.
Las últimas incorporadas son las que se detallan a continuación:
http://flacso.org.ar/noticias/repositorio-flacsoandes-8/
8
Participación infantil: la mirada de las niñas sobre su participación en los consejos
comunitarios de desarrollo de niñez y adolescencia, Guatemala
Autora: María Emilia Numer
Maestría de Diseño y Gestión de Programas Sociales
http://hdl.handle.net/10469/7141
Cambios recientes de la enseñanza de la producción escrita en la escuela primaria
argentina
Autora: Ana María Finocchio
Maestría de Ciencias Sociales con Orientación en Educación
http://hdl.handle.net/10469/7239
Un análisis de la literatura académica sobre presupuestos participativos en
Latinoamérica: los casos de Argentina, Chile, Perú y Uruguay
Autor: Mariano Suárez Elías
Maestría en Desarrollo Humano
http://hdl.handle.net/10469/7233
Una mirada con perspectiva de género a los materiales educativos digitales de la
asignatura de formación cívica y ética para primaria y secundaria en México
Autora: Gisela Santiago Benítez
Maestría Virtual en Género, Sociedad y Políticas Públicas
http://hdl.handle.net/10469/7234
Un estudio de los mecanismos de selección y regulación de la matrícula en tres escuelas
públicas de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires
Autor: Emigdio Osvaldo Osorio
Doctorado en Ciencias Sociales
http://hdl.handle.net/10469/6864
Políticas públicas y territorios de relegación: la experiencia del presupuesto participativo
en Arturo Seguí, Gran La Plata
Autora: María Graciela Diloretto
Maestría de Diseño y Gestión de Programas Sociales
http://hdl.handle.net/10469/6863
9
Las implicancias de la cuestión cubana en la política exterior argentina : 1958 – 1962. Un
análisis desde una perspectiva autonomista
Autor: Carlos Javier Ramírez
Doctorado en Ciencias Sociales
http://hdl.handle.net/10469/6781
Friendship networks and international student adaptation in Buenos Aires : a
longitudinal analysis of study abroad programs and their impact
Autor: Blake Allan Hendrickson
Doctorado en Ciencias Sociales
http://hdl.handle.net/10469/6777
10
LIBROS GRATUITOS DE LA BIBLIOTECA DE FLACSO, COSTA RICA
http://www.flacso.or.cr/index.php/publicaciones-jb-br-jb-i-labor-editorial-jb-i/libros
AGRICULTURAS CAMPESINAS EN LATINOAMÉRICA: PROPUESTAS Y DESAFÍOS
http://www.rosalux.org.ec/attachments/article/831/Agriculturacampesina.pdf
CELIA AMOROS. FEMINISMO, IGUALDAD Y DEFERENCIA
http://www.mediafire.com/download/iqp4q90ayvc8ib7/Amoros+Celia++Feminismo+Igualdad+Y+Diferencia.pdf
MAX WEBER ENSAYOS SOBRE METODOLOGÍA SOCIOLÓGICA MAX WEBER ENSAYOS
SOBRE METODOLOGÍA SOCIOLÓGICA
http://www.mediafire.com/view/5y2du4891w99wen/weber,_max__ensayos_sobre_metodologia_sociologica_(1973).pdf
PRIMER NÚMERO DE NUESTRA REVISTA DIGITAL DE FANTASÍA, CIENCIA FICCIÓN Y
TERROR;
http://goo.gl/PNLjru
EL DEBATE SOBRE EL TRABAJO DOMÉSTICO. ANTOLOGÍA.
Molyneux, Maxine; Benería, Lourdes; Gardiner, Jean; de Barberi, M. Teresita; Goldsmith,
Mary; Seccombe, Wally;Ironmonger, Duncan; Himmelweit, Susan; Rodríguez Chaurnet,
Dinah y Cooper, Jennifer (2005):
http://ru.iiec.unam.mx/1990/1/27ElDebateSobreTrabajoDomestico.pdf
GEORG SIMMEL. FILOSOFIA DEL DINERO
Enlace: http://bit.ly/1NWm9bK
INVESTIGACIÓN SOBRE LOS MODOS DE EXISTENCIA
http://www.mediafire.com/view/s72u5aazqej9kas/Latour_Bruno__Investigacion_Sobre_Los_Modos_De_Existencia.pdf
CÓMO PENSAMOS?
http://www.mediafire.com/view/gg02xl5gfkg1zug/Dewey_John_-_Como_Pensamos.pdf
EL PROYECTO DE INVESTIGACIÓN
http://www.mediafire.com/view/z4y8a6y88b8ywyq/Arias_Fidias_G__El_Proyecto_De_Investigacion.pdf
TEORÍA DE CONJUNTOS PARA ESTUDIANTE DE CIENCIAS
http://www.mediafire.com/view/e6joxc6q8oxh0k7/Amor_Monta%C3%B1o_Jose_Alfredo__Teoria_De_Conjuntos_Para_Estudiantes_De_Ciencias.pdf
ANTROPOLOGIA DE LA IMAGEN
http://www.mediafire.com/view/m3k8a3a9z8cdk6u/Belting_Hans_-_Antropologia_De_La_Imagen.pdf
CASTORIADIS Y EL IMAGINARIO RADICAL
http://www.mediafire.com/view/q7t34x3ijj13mfi/Tello_Nerio__Cornelius_Castoriadis_Y_El_Imaginario_Radical.pdf
DISCUSIÓN SOBRE LA TÉCNICA
http://www.mediafire.com/view/nop9cqvos18tvd8/Dessauer_Friedrich__Discusion_Sobre_La_Tecnica.pdf
FEMINISMO, IGUALDAD Y DEFERENCIAS
http://www.mediafire.com/view/iqp4q90ayvc8ib7/Amoros_Celia__Feminismo_Igualdad_Y_Diferencia.pdf
LA NATURALEZA Y SUS SIMBOLOS
http://www.mediafire.com/view/o48k22ggqhga3fg/Impelluso_Lucia__La_Naturaleza_Y_Sus_Simbolos.pdf
BESTIARIO DE CRISTO 2
http://www.mediafire.com/view/o6sdis5ky3alh6j/Charbonneau_Lassay_Louis__El_Bestiario_De_Cristo_-_Vol_2.pdf
BESTIARIO DE CRISTO 1
http://www.mediafire.com/view/x0h02iec1sws5m0/Charbonneau_Lassay_L__El_Bestiario_De_Cristo_vol1.pdf
NARRACIONES Y CUENTOS ANARQUISTAS
11
http://www.mediafire.com/view/8s11t01537rsz8c/narraciones_Y_Cuentos_Anarquistas.pdf
OBRA LÓGICO SEMIÓTICA
http://www.mediafire.com/view/3ht1vvb6rmt20is/Peirce_Charles_S_-_Obra_Logico_Semiotica.pdf
INTEGRACIÓN REGIONAL EN NUESTRA AMÉRICA
http://www.rebelion.org/docs/203891.pdf
REVISTA CUADERNOS MARTE
UN ESPACIO DE REFLEXIÓN SOBRE EL TEMA DE LA GUERRA Y DE LA VIOLENCIA
POLÍTICA.
ACTUAL > NÚM. 8 (2015)
http://publicaciones.sociales.uba.ar/index.php/cuadernosdemarte/issue/current
INSTITUTO DE ESTUDIOS DE AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE
NOVEDADES EDITORIALES
http://iealc.sociales.uba.ar/publicaciones/#articulos
LIBROS DIGITALES DEL INSTITUTO GINO GERMANI DE LA UNIVERSIDAD DE BUENOS
AIRES
http://iigg.sociales.uba.ar/libros/
REVISTAS DEL INSTITUTO GINO GERMANI
http://iigg.sociales.uba.ar/revistas-2/
REVISTAS DE LA CARRERA DE SOCIOLOGÍA DE LA UNIVERSIDAD DE BUENOS AIRES
http://sociologia.sociales.uba.ar/index.php/publicaciones/
THE SOCIAL SCIENCE POST
http://thesocialsciencepost.com/es/
CIENCIAS SOCIALES Y RELACIONES INTERNACIONALES: NUEVAS PERSPECTIVAS DESDE
AMÉRICA LATINA
http://www.flacso.org/secretaria-general/ciencias-sociales-y-relaciones-internacionales-nuevasperspectivas-am-rica-latina
PARA ENTENDER AYOTZINAPA
Por La Redacción
12
BAJE LOS TEXTOS
http://www.jornada.unam.mx/ultimas/ayotzinapa/para-entender-ayotzinapa-849.html
A lo largo del año, las editoriales y los columnistas y articulistas de La Jornada abordaron el
caso de Ayotzinapa desde diversos ángulos. Ofrecemos aquí una selección de esos textos.
Editorial: Cacería de opositores en Guerrero. Publicada el 28 de septiembre de 2014
Ayotzinapa y la matanza de Iguala. Por Luis Hernández Navarro. Publicada el 30 de
septiembre de 2014
Del 2 de octubre al 26 de septiembre. Por Abel Barrera, director del Centro de Derechos
Humanos de la Montaña Tlachinollan. Publicada el 3 de octubre de 2014
Ayotzinapa, crimen de Estado. Por Imanol Ordorika y Adolfo Gilly. Publicada el 6 de
octubre de 2014
Editorial: La masacre de Iguala, ante el escrutinio mundial. Publicada el 8 de octubre de
2014
Regrésenlos. Por Elena Poniatowska. Publicada el 26 de octubre de 2014
Los aparecidos. Por Hermann Bellinghausen. Publicada el 27 de octubre de 2014
Dos meses después: ¡Vivos los queremos! Por Adolfo Gilly. Publicada el 24 de
noviembre de 2014
Guerrero: maestros, privilegios y violencia. Por Luis Hernández Navarro. Publicada el
30 de diciembre de 2014
Editorial/ Iguala: 120 días. Publicada el 27 de enero de 2015
Ayotzinapa: entre la política y la justicia. Por Francisco López Bárcenas. Publicada el
29 de enero de 2015
Ayotzinapa: más inconsistencias. Por Octavio Rodríguez Araujo. Publicada el 5 de
febrero de 2015
Sobre el Ifai y el 27 batallón de Iguala. Por Carlos Fazio. Publicada el 16 de marzo de
2015
Ayotzinapa: desaparición forzada. Por Magdalena Gómez. Publicada el 24 de marzo de
2014
Se vale soñar. Por John M. Ackerman. Publicada el 30 de marzo de 2015
Ayotzinapa, el rayo que no cesa. Por Adolfo Gilly. Leído el 26 de abril de 2015, en el
antimonumento por Ayotzinapa.
Editorial/ Ayotzinapa: herida abierta.Publicada el 27 de abril de 2015
Editorial/ GIEI: acatar recomendaciones y corregir la investigación. Publicada el 7 de
septiembre de 2015
Iguala: malabares y funambulismos. Por Pedro Miguel. Publicada el 8 de septiembre de
2015
La imposibilidad de la hoguera. Por Javier Flores. Publicada el 8 de septiembre de 2015
Opinión: Madera y Ayotzinapa. Por Abel López Rosas. Publicada el 21 de septiembre de
2015
Ayotzinapa: la disputa por la verdad. Por Magdalena Gómez. Publicada el 22 de
septiembre de 2015
Ayotzinapa; un grito desde la humanidad. Por Gilberto López y Rivas. Publicada el 25
de septiembre de 2015
AGRICULTURAS CAMPESINAS EN LATINOAMÉRICA: PROPUESTAS Y DESAFÍOS
http://www.rosalux.org.ec/attachments/article/831/Agriculturacampesina.pdf
13
ESTIMADAS AMIGAS, ESTIMADOS AMIGOS: VOLVEMOS A ENCONTRARNOS CON LAS
NOVEDADES Nº 463 DEL SITIO BIODIVERSIDAD EN AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE
(http://www.biodiversidadla.org de la última semana.
INTEGRACIÓN REGIONAL EN NUESTRA AMÉRICA
http://www.rebelion.org/docs/203891.pdf
CONVOCATORIA PARA ESCRIBIR
http://revistas.utadeo.edu.co/index.php/TyE/index
REVISTA SIN PERMISO
http://www.sinpermiso.info/
Por un Sí o por un No: una izquierda en falsa escuadra en el 27S catalán
Antoni Domènech
G. Buster
29/09/2015
27 de septiembre de 2015: elecciones en Cataluña. Dossier
Joan Martínez Alier
Jordi Borja
Guillem Martínez
27/09/2015
Noam Chomsky habla de Bernie Sanders, Jeremy Corbyn y el potencial de la gente común
para traer un cambio radical. Entrevista
Noam Chomsky
27/09/2015
Las mentiras de Volkswagen. Dossier
John Vidal
Ecologistas en Acción
27/09/2015
Los últimos zarpazos de Franco (27 de septiembre de 1975)
Pau Casanellas
27/09/2015
Corbyn: ¡Que no cunda el pánico!
Paul Demarty
27/09/2015
Indonesia: Suharto y el genocidio anti-comunista de 1965
Jess Melvin
14
27/09/2015
La flexibilización cuantitativa, las tasas de interés y el "dinero helicóptero"
Michael Roberts
25/09/2015
El Papa no debería canonizar a un misionero brutal
Rosa Aguilar
27/09/2015
La crisis mundial de los refugiados y la crisis de la Unión Europea
Pierre Rousset
26/09/2015
Kim Soohaeng (1943-2015): patriarca de la economía marxista en Corea del Sur
Jeong Seonjin
27/09/2015
El derecho y la mentira en la crisis europea
Alejandro Nadal
27/09/2015
Reino de España: ¿Qué Unidad Popular en Extremadura?
Jónatham F. Moriche
27/09/2015
Grecia: ¿Quien ocupará la Villa Máximos?
Charles-André Udry
26/09/2015
EE UU: La visita del Papa Francisco pone a los republicanos a la defensiva
James Hohmann
26/09/2015
Cuba antes de la Revolución
Samuel Farber
26/09/2015
La globalización a debate
Fernando Luengo
27/09/2015
Colombia: La paz se anuncia en La Habana. Dossier
Guillermo Almeyra
Verdad Abierta
27/09/2015
La democracia no se hace en silencio
René Fidel González García
25/09/2015
Una alquimia del siglo XX: el amianto transmutado en sangre. La maldición de Macbeth
Paco Puche
24/09/2015
Los refugiados como apátridas
15
Manuel García Fonseca
24/09/2015
Paraguay. Rebelión estudiantil
José Antonio Vera
27/09/2015
REVISTA CUADERNOS MARTE
UN ESPACIO DE REFLEXIÓN SOBRE EL TEMA DE LA GUERRA Y DE LA VIOLENCIA
POLÍTICA.
16
ACTUAL > NÚM. 8 (2015)
http://publicaciones.sociales.uba.ar/index.php/cuadernosdemarte/issue/current
Noticias en corto y de análisis
En corto
GRAN ESTAFA DE ORO DE EE.UU. QUE "CONDUCE EL MUNDO AL COLAPSO"
http://actualidad.rt.com/economia/187242-gran-estafa-oro-eeuu-colapso-mundo
EL MUNDO EN PELIGRO: LA GUERRA DE SIRIA A PUNTO PARA UNA GRAN ESCALADA
MILITAR
http://elrobotpescador.com/2015/09/30/el-mundo-en-peligro-la-guerra-de-siria-a-punto-para-unagran-escalada-militar/
RUSIA E ISRAEL CAMINO DE LA COLISIÓN EN SIRIA
http://elrobotpescador.com/2015/09/29/rusia-e-israel-camino-de-la-colision-en-siria/
MANIPULADORES DEL PRECIO_SUIZA INVESTIGA A SIETE BANCOS POR POSIBLE FRAUDE
CON METALES PRECIOSOS
http://actualidad.rt.com/economia/187109-bancos-sospecha-acuerdos-metales-preciosos
VLADIMIR PUTIN SE PRONUNCIA POR ENFRENTAR AL TERRORISMO A NIVEL GLOBAL
http://www.librered.net/?p=40682&utm_source=feedburner&utm_medium=email&utm_campaign=Fe
ed%3A+librered+%28LibreRed+Not%C3%ADcias%29
“EUROPA TIENE ARMAS NUCLEARES DE EE.UU. ¿ES UN CRIMEN TENER NUESTRAS
TROPAS EN NUESTRO TERRITORIO?
http://www.diario-octubre.com/?p=13513
PUTIN BUSCA EN SIRIA UN ÉXITO QUE ‘BORRE’ EL EMPATE DE UCRANIA
La gran coalición que busca Putin, una fuerza de choque que integre a Damasco, ya tiene un embrión. Y
la alianza de Estados Unidos contra el ISIS (y Al Asad) ha encontrado una nueva grieta
http://www.elconfidencial.com/mundo/2015-09-28/putin-busca-en-siria-un-exito-que-borre-el-empatede-ucrania_1040807/
PUTIN EMPUÑA LAS ARMAS EN SIRIA
Varios indicios sobre el terreno apuntan un incipiente despliegue militar ruso. Primero fueron fotos de
barcos, luego aviones. Ahora, en redes sociales, hay imágenes de soldados rusos posando en Siria
http://www.elconfidencial.com/mundo/2015-09-17/putin-empuna-las-armas-en-siria_1020262/
BOMBARDEO RUSO
http://mundo.sputniknews.com/orientemedio/20150930/1051986139/aviones-rusosdestruyen-estado-islamico.html
LOS KURDOS PREPARAN UNA OFENSIVA CONTRA EL ISIS
"EL ESTADO ISLÁMICO ES UNA ENFERMEDAD Y NOSOTROS VAMOS A ERRADICARLA"
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En las afueras de la ciudad siria de Hasaka, tropas kurdas se preparan para nuevas ofensivas contra el
'Califato'. El Estado Islámico ha perdido territorios que conquistó, pero está lejos de ser derrotado
http://www.elconfidencial.com/mundo/2015-09-28/el-estado-islamico-es-una-enfermedad-y-nosotrosvamos-a-erradicarla_1037073/
EE.UU. SUSPENDE EL PROGRAMA DE ENTRENAMIENTO DE REBELDES SIRIOS
http://actualidad.rt.com/actualidad/187200-eeuu-suspende-programa-entrenamiento-rebeldes
INFANTES DE MARINA RUSOS SE UNEN A HEZBOLLAH EN LA PRIMERA BATALLA EN SIRIA
http://elrobotpescador.com/2015/09/25/infantes-de-marina-rusos-se-unen-a-hezbollah-en-la-primerabatalla-en-siria/
RUSIA ENSAYA MANIOBRAS MILITARES A GRAN ESCALA CON LA MAYOR AGRUPACIÓN
AÉREA DESDE LA URSS
http://actualidad.rt.com/actualidad/187194-rusia-agrupacion-ejercicios-150-aviones
UN PORTAAVIONES CHINO LLEGA A SIRIA PARA APOYAR A RUSIA E IRÁN
http://elrobotpescador.com/2015/09/26/noticia-bomba-un-portaaviones-chino-llega-a-siria-paraapoyar-a-rusia-e-iran/
12 datos económicos de América Latina que probablemente no
conocías
http://www.unitedexplanations.org/2015/09/28/12-datos-que-no-sabias-de-americalatina/?utm_source=feedburner&utm_medium=email&utm_campaign=Feed%3A+unitedexplana
tions+%28United+Explanations%29
9 DATOS ECONÓMICOS DE AMÉRICA LATINA QUE POCOS CONOCEN
http://actualidad.rt.com/economia/187165-datos-economicos-poco-conocidos-america-latina
PETRÓLEO DE AUTODESTRUCCIÓN: ARABIA SAUDITA 'SE DESHACE' DE LAS ACCIONES
OCCIDENTALES
HTTP://ACTUALIDAD.RT.COM/ECONOMIA/187175-ARABIA-SAUDITADESHACER-ACCIONES-OCCIDENTE
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POBREZA Y DESIGUALDAD EN AMÉRICA LATINA (1980-2014)
Por: Autor Invitado | 30 de marzo de 2015
Por, Gerardo Caetano, profesor de la Universidad de la República, Uruguay / Gustavo de Armas,
especialista en política social de UNICEF, Oficina Uruguay
http://blogs.elpais.com/contrapuntos/2015/03/pobreza-y-desigualdad-en-america-latina-19802014.html
EQUIDAD Y JUSTICIA SOCIAL EN AMÉRICA LATINA: EL RETORNO DE LA HISTORIA
Por: Autor Invitado | 03 de mayo de 2015
Por, Adrián Bonilla, Secretario General de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO)
http://blogs.elpais.com/contrapuntos/2015/05/equidad-y-justicia-social-en-america-latina-el-retornode-la-historia.html
LA INFANCIA DE TIMOCHENKO
Por: César Augusto Romero Aroca
(Esta historia es una construcción a partir de los relatos de las personas que conocieron a Rodrigo
Londoño Echeverry, Timochenko, en su infancia. Todas las fuentes decidieron no ser citadas de manera
directa
Ver más en http://elsalmonurbano.blogspot.com.ar/2015/09/la-infancia-detimochenko.html?utm_source=feedburner&utm_medium=email&utm_campaign=Feed:+Elsalmo
n-Revista+(ELSALMON+-+Revista+Cultural)
MÉXICO SE ABRE A PETROLERAS ACUSADAS DE CORRUPCIÓN, VIOLENCIA Y REPRESIÓN,
DENUNCIA PODER
http://www.sinembargo.mx/29-09-2015/1501752
DEL ZAPATO DE KRUSCHEV AL "HUELE A AZUFRE" DE CHÁVEZ, LOS 7 DISCURSOS MÁS
POLÉMICOS EN LA HISTORIA DE LA ONU
ÁNGEL BERMÚDEZ
BBC MUNDO
http://www.bbc.com/mundo/noticias/2015/09/150927_onu_discursos_polemicos_asamblea_general_
ab
UN PORTAAVIONES CHINO LLEGA A SIRIA PARA APOYAR A RUSIA E IRÁN
http://elrobotpescador.com/2015/09/29/rusia-e-israel-camino-de-la-colision-en-siria/
EL LÍDER DE LA REPÚBLICA RUSA DE CHECHENIA: “EL OBJETIVO PRINCIPAL DE
OCCIDENTE ES ASSAD, NO EL EI”
http://actualidad.rt.com/actualidad/187226-republica-rusa-chechenia-assad-siria-occidente
AFIRMAN QUE EL ESQUEMA RUSO DE LUCHA ANTITERRORISTA EN SIRIA YA FUNCIONA
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http://mundo.sputniknews.com/politica/20150929/1051933064/rusia-siria-lucha-terrorismo-plan.html
EMBAJADOR DE BOLIVIA ANTE LA ONU A RT: "NECESITAMOS UNA REVOLUCIÓN DENTRO
DE LA ONU"
http://actualidad.rt.com/actualidad/187223-embajador-bolivia-onu-consejo-seguridad-revolucion
CUATRO DIFERENCIAS FUNDAMENTALES SOBRE SIRIA ENTRE PUTIN Y OBAMA
http://es.rbth.com/internacional/2015/09/29/cuatro-diferencias-fundamentales-sobre-siria-entreputin-y-obama_443821
29 de septiembre de 2015 NIKOLÁI SURKOV, RBTH
La reunión que mantuvieron Vladímir Putin y Barack Obama en el marco de la 70ª Asamblea General de
la ONU no sirvió para que los dos líderes acercasen posiciones respecto a la resolución de la crisis siria.
RBTH propone un listado de algunas de las principales razones que dificultan el establecimiento de una
coalición conjunta.
1. El destino de Asad
Es el mayor motivo de discrepancia. Da la impresión que para los EE UU, el cese de al Asad es más
acuciante que la lucha contra el Estado Islámico. Se ha invertido mucho capital político y
propagandístico en la guerra contra, primero Hafez el Asad, y posteriormente contra Bashar el Asad, de
modo que podría verse como una muestra de debilidad y los EE UU tendrían que reconocer un error.
Los EE UU apoyan a la oposición laica y se niegan a colaborar con Asad, al que han calificado
oficialmente como “tirano”. Los estadounidenses quieren que el presidente sirio se vaya y, a
continuación, unir a los grupos de oposición y a los restos del ejército para continuar la lucha contra los
islamistas radicales.
Al contrario, Rusia subraya que solo se puede considerar a al Asad como el líder legítimo de Siria, que no
hay nadie ahora que lo pueda sustituir y que su ejército es que realmente lucha contra el Estado
Islámico. En base a esto, Rusia no idealiza a al Asad y da a entender que Siria necesita reformas políticas,
pero sin intervenciones externas. El Kremlin se inclina por un enfoque pragmático: primero derrotar al
Estado Islámico y después las negociaciones entre el poder y la oposición.
2. El papel de la ONU en la regulación de la crisis
Moscú ha dado a entender que está listo a aliarse con los EE UU en una coalición antiyihadista, pero
exige que sea bajo el mandato de la ONU. Esto requiere que se definan claramente las “reglas del juego”
y no se repita el escenario libio, cuando bajo el pretexto de la defensa de la población civil los países
occidentales prácticamente derribaron a Gadafi. El Kremlin quiere una resolución del Consejo de
Seguridad de la ONU en la cual se determinen los objetivos de la coalición internacional y los recursos
para la lucha contra el Estado Islámico.
3. El papel de los actores regionales
Moscú opta por el acercamiento de Irán en la lucha contra el Estado Islámico y la regulación de la crisis
siria. Sin embargo, esto se opone a las alianzas que los estadounidenses mantienen con las monarquías
20
del Golfo Pérsico, sobre todo Arabia Saudí y Catar, para los cuales Irán es un competidor por el dominio
regional.
De hecho, para muchos analistas la crisis siria es el resultado de esta confrontación entre saudíes e
iraníes. Teherán apoya a al Asad mientras que los yihadistas obtienen apoyo financiero de los países del
Golfo.
4. Motivos políticos internos de Putin y Obama
En los EE UU ha comenzado la carrera por las elecciones presidenciales. Una de las acusaciones que se
hace a los demócratas es su indecisión en política exterior, de modo que para Obama es importante
demostrar firmeza y consistencia. Sobre todo ante Rusia, que para los medios comunicación
estadounidenses se ha convertido en en nuevo “imperio del mal”.
Para Putin la posibilidad de éxito en la lucha contra el Estado Islámico le daría la oportunidad de
demostrar una vez más a la población de que es un líder decidido que puede restaurar el estatus de
superpotencia de Rusia.
GERARDO CAETANO, HISTORIADOR Y OBSERVADOR AGUDO DE LA POLITICA URUGUAYA
“LOS GOBIERNOS PROGRESISTAS HAN GENERADO SOCIEDADES MÁS DEMANDANTES”
http://www.pagina12.com.ar/diario/dialogos/21-282609-2015-09-28.html
Enclavado en medio de dos gigantes, Uruguay es percibido como un territorio atado a la suerte de
Argentina y Brasil. En estas líneas, Caetano subraya los retos estratégicos de Uruguay a largo plazo, el
presente de su sistema político y las difíciles relaciones con sus socios del Mercosur.
Por Patricio Porta
–¿Qué diferencias hay entre José Mujica y Tabaré Vázquez?
–En primer lugar, son dos figuras que manejan el centro presidencial de manera antagónica. Vázquez es
un planificador, Mujica entiende la política como un ensayo y error. Vázquez es más cauteloso, Mujica
mucho más audaz. Vázquez tiene un perfil de mayor moderación. Mujica también es un pragmático
neto, pero Vázquez tiene una mayor capacidad de ejecución. A Mujica no le gusta ejecutar, no le gusta
mandar. Vázquez tiene una vocación presidencial y Mujica, en realidad, llenó el lugar presidencial de
política, porque le gusta hacer política. A Vázquez no. Pero lo que marca la diferencia es que el país, el
mundo y el Frente Amplio son muy distintos en relación a 2005, cuando Vázquez asumió su primer
gobierno. El Frente Amplio gobernó diez años con bonanza, como casi toda Sudamérica. Estamos en el
decimotercer año de crecimiento económico ininterrumpido, pero hasta 2014 con un promedio cercano
al seis por ciento. Ahora empieza una desaceleración que tiene que ver con el contexto internacional, y
las previsiones son de entre un 2,5 y un 2,8, de acuerdo a la Cepal. Entonces el Frente Amplio debe
demostrar que tiene el libreto para épocas que no son de abundancia. Este segundo gobierno de
Vázquez comienza a desplegarse. Pero las señales que ha dado son contradictorias. Las pautas salariales
para el sector privado fueron muy rechazadas por el movimiento sindical, que le ha hecho un paro muy
importante. Las pautas salariales para el sector público han sido mucho más aceptables. Uno advierte
que este gobierno no se ha instalado, que conviven dos enfoques. Uno cauteloso, liderado por el equipo
económico, que busca una adaptación al nuevo contexto de desaceleración, y otro más neodesarrollista,
que intenta responder a esa desaceleración con la profundización de algunas reformas. Pero Vázquez
cuenta con un libreto, que estuvo presente durante la campaña y que es exigente. El incremento del
presupuesto educativo de un 4,5 a un 6 por ciento es un salto importante, aun cuando la transformación
21
educativa va más allá de la inversión. Se ha anunciado un mega plan de inversiones públicas con fuerte
orientación a la infraestructura superior a los 12 mil millones de dólares, que representa un quinto del
PBI del Uruguay. Hay un planteo de aumentar la inversión en ciencia y tecnología al uno por ciento del
producto, con el objetivo de cambiar la matriz productiva. Hay libreto, el tema es ver cómo se financia y
cómo se orienta la perspectiva.
–Uruguay viene sosteniendo que se ve perjudicado dentro del Mercosur. Incluso Tabaré Vázquez
coqueteó con la idea de un tratado de libre comercio con Estados Unidos. ¿Por qué piensa que el
Mercosur está fallando para Uruguay?
–El Mercosur tuvo una etapa comercialista en donde creció en comercio e inversiones en los 90. Pero
con la crisis de la convertibilidad no tenía muchas posibilidades de dar respuestas a esa crisis. Parecía
atisbarse otro Mercosur, más integral, que discutiera otros temas además del comercio, como el
financiamiento intrazona, políticas públicas regionales, complementación productiva. Esto está en los
grandes planes de 2013, en el Acta de Copacabana y en el Acta de Buenos Aires. En el Plan 2004-2006 de
la Cumbre de Asunción de 2003. Lo cierto es que los gobiernos progresistas no consolidaron ese otro
Mercosur. Y más aún, profundizaron su nivel de incumplimiento. Para el Uruguay eso es particularmente
perjudicial, porque necesita ampliar mercados. No tiene estrategia mercado internista. Uruguay
necesita que el Mercosur sea un bloque que pelee espacios en un contexto internacional complejo.
–¿Qué debería cambiar entonces?
–La agenda del Mercosur es paupérrima. Ha sabido decir que no cuando era necesario. Le dijo no al
ALCA y fue muy importante. Pero no pudo construir una alternativa en términos de expansión
comercial. En un mundo de mega concertaciones comerciales, donde Estados Unidos impulsa un
acuerdo transpacífico y transatlántico, y China hace lo suyo en el sudeste asiático, tiene el peligro de
quedar aislado. En ese sentido, Uruguay y Paraguay necesitan un Mercosur mucho más dinámico. El
problema es que Argentina y Brasil tienen políticas muy proteccionistas, y han mantenido una dinámica
del mercado interno y del mercado regional con preferencias arancelarias que Uruguay no puede tener.
Entonces reclama más vigor. Ahora Brasil se suma a ese reclamo, porque la era de las commodities se ha
acabado. La iniciativa norteamericana de un TLC con Uruguay en 2006 tenía como único objetivo poner
una cuña en el Mercosur. En términos comerciales, Uruguay no es nada para Estados Unidos. Sin
embargo, aquello parecía la tormenta perfecta, porque Uruguay tenía el contencioso con Argentina, que
no eran solamente las pasteras. Eran los puertos, las políticas cambiarias, el turismo, el dragado de los
ríos.
–¿Cómo ve la relación entre Argentina y Uruguay, que se muestra muchas veces como de amor-odio?
–Durante el período de Mujica se dio una situación rara. Mujica ha sido el presidente más filoargentino
de la historia del país. Entre otras cosas porque la filosofía histórica que genuinamente tiene construye
una historia rioplatense. Esa idea de una nación y dos estados. Cuando Mujica dice que Argentina y
Uruguay no son hermanos, sino gemelos que nacieron de la misma placenta, dice de manera muy
gráfica su visión de la historia del Río de la Plata. Esa visión no es mayoritaria en el Uruguay. Argentina, y
sobre todo Buenos Aires, es el Otro del Uruguay. Eso no le daba votos a Mujica, y sin embargo apostó
todos los boletos a construir una relación privilegiada con Argentina. La verdad es que no encontró el
eco que esperaba. Cuesta no ver una responsabilidad importante en el gobierno argentino, cuando del
otro lado tuvo un interlocutor como Mujica, obsesionado por reconstruir el vínculo entre los dos países.
Ahora es más difícil, porque Vázquez tiene otra visión. Perdimos una gran oportunidad. Pero insisto en
que más allá de los vínculos de amorodio, Argentina y Uruguay tienen muchos vínculos virtuosos como
para estar condenados al enfrentamiento. Uruguay y Argentina son mucho más que sus gobiernos.
22
–¿Y cómo evalúa la relación entre Uruguay y su otro gran socio, Brasil?
–Lo de Brasil es lo más preocupante en estos momentos en América latina. Aunque suene descabellado,
hay una hipótesis golpista. La democracia está en peligro. No creo que prospere, pero el hecho de que
estemos hablado de un movimiento pro impeachment contra Dilma Rousseff, de una corrupción
generalizada que afecta al gobierno y al PT, es muy grave. Porque la región ya tiene focos de crisis
política que erosionan la solidez de las democracias. Pero Brasil es el país más importante de América
latina. Allí una desestabilización, más allá de la caída del PT, sería un golpe mortal para los gobiernos
progresistas de la región. La corrupción no es de derecha ni de izquierda. Pero el impacto de un hecho
de corrupción en un gobierno de derecha es una cosa, y en un gobierno de izquierda es otra. Para la
izquierda es algo devastador, porque pierde toda legitimidad. A esto se suma una crisis económica
importante. En el corto plazo implica una recesión muy fuerte para este año. Los gobiernos progresistas
han generado sociedades más demandantes. Ahí está su éxito, pero también representa un
compromiso.
–Usted ha escrito sobre la partidocracia y su papel en la construcción del Estado uruguayo. ¿Cree que
luego de diez años de gobiernos del Frente Amplio los partidos tradicionales están algo desorientados?
–A nivel internacional, el concepto de partidocracia no tiene buena prensa, aunque en realidad es la
idea de un sistema político en el que los partidos serían los actores centrales. Creo que ese ha sido y
sigue siendo, en buena medida, una de las virtudes de la democracia uruguaya. Esto es, que los partidos
sean fuertes, que no se fragmenten y que tengan solidez. De todas maneras, no cabe duda alguna de
que hay uno de esos partidos tradicionales que hoy está siendo muy desafiado, que es el Partido
Colorado, históricamente un partido de gobierno en el Uruguay. Después de la crisis de 2002 ha caído
en un pozo político y electoral muy hondo del cual no está pudiendo salir. En la elección del 2004 sacó
un diez por ciento, en la de 2009 un 17 por ciento y en la del año pasado un 13 por ciento. Para un
partido cuya peor performance histórica había sido del 30 por ciento, y que tenía vocación de gobierno,
es una situación muy grave. El Partido Nacional (Blanco) ha estado entre guarismos muy bajos de 22 por
ciento, pero por lo general está en un 30 o más, mientras que el Frente Amplio está entre un 48 y un 50.
El desafío de supervivencia lo tiene el Partido Colorado.
–Hace unos años, usted afirmó que el Frente Amplio había hecho una “renovación política sin
renovación ideológica”. ¿A qué se refería?
–Esto tiene que ver en buena medida con el desafío de las izquierdas y de los progresismos en América
latina. Las izquierdas no han tenido renovación ideológica. Aquello que decía Marco Aurélio Garcia:
antes teníamos muchas ideas y pocos votos y ahora tenemos muchos votos y pocas ideas. El
pragmatismo es una parte de la renovación ideológica, pero no es todo. Por ejemplo, Uruguay se
encuentra ante desafíos importantes, como la revolución en el sector agropecuario, con un incremento
muy vigoroso en la tasa de inversión. Pero la tasa de inversión ha crecido básicamente por la inversión
extranjera directa. Y la revolución productiva en el sector agropecuario requiere de una diversificación
de la matriz productiva. Si se quiere dar un salto en el desarrollo, la intensificación productiva
sustentable no basta. Para esa cuestión el Frente Amplio todavía no avizora grandes cosas. Y lo que
necesita es financiar la continuidad de la era progresista. Pero por otro lado se ha autocercenado la
posibilidad de discutir impuestos. Hay un reforma fiscal importante que ha dejado al gran capital por
fuera, entre otras cosas porque el país necesita inversión extranjera. Pero eso supone demandas
importantes.
–También podría pensarse que las demandas de la sociedad son más fuertes.
23
–Hay una sociedad que se ha vuelto mucho más demandante, y ese es uno de los éxitos del Frente
Amplio. Cuando llegó al gobierno en 2005, el movimiento sindical tenía 100 mil trabajadores afiliados.
Hoy tiene 400 mil. Hay una vieja dialéctica en el Uruguay, que es impulso y freno. Y un movimiento
transformador que se detiene a mitad de la jornada termina anquilosándose. Esta falta de renovación
ideológica tiene que ver también con debates como el del nuevo modelo de inserción internacional,
sobre todo con la participación de Uruguay en el TISA, que es la negociación plurilateral impulsada por
Estados Unidos y la Unión Europea para definir reglas en términos de servicios. Ahí hay un debate muy
fuerte, sobre todo dentro del Frente Amplio. Hay además un debate respecto a temas cruciales como la
intensificación de la producción con cuidado medioambiental. El tema de la megaminería durante el
gobierno de Mujica fue crucial y este gobierno dejó afuera ese proyecto. Pero a la demanda de
renovación ideológica se le suma una demanda ineludible: la tríada de liderazgo que orientó al Frente
Amplio para este crecimiento electoral y para el ejercicio del gobierno está viviendo su último partido.
Mujica tiene 80 años y Vázquez y Danilo Astori tienen 75.
–Pero hay toda una nueva generación de dirigentes dentro del Frente, como Constanza Moreira, Mónica
Xavier, Sendic hijo y Daniel Martínez, muchos de los cuales ocupan cargos importantes.
–Liderar el Frente Amplio no es una tarea fácil. Son nombres que están lejos de concitar los apoyos
necesarios como para liderar una fuerza política que es tan extraña. Nació como una coalición y un
movimiento en el 71, se ha convertido en un partido de coalición, tiene tensiones importantes y hasta
ahora las ha administrado bastante bien. Pero las ha administrado con liderazgos fuertes. ¿Quién
sustituye a Mujica en términos de la construcción política permanente, en la captación electoral?
¿Quién sustituye a Vázquez en el ejercicio del gobierno, en esa capacidad de decisión? ¿Quién sustituye
a Astori en ese rol complicado y poco amable de marcar los equilibrios en términos de una política
macroeconómica sólida? No es sencillo y falta poco tiempo. Las próximas elecciones son en 2019, y hay
por delante un gobierno en donde el Frente tiene que demostrar que puede gobernar en un ciclo
económico no tan favorable.
–En su último libro, La provocación del futuro. Retos del desarrollo en el Uruguay de hoy, habla de
“reforma permanente” y del espíritu de transformación. ¿Cuáles son los cambios estructurales que debe
atender Uruguay en el presente?
–El Uruguay ha tenido una década muy buena. El último informe del Banco Mundial pone al Uruguay
entre los países de renta alta. Ha bajado la pobreza de un 40 por ciento en 2004 a un 9,7 por ciento el
año pasado. Sin embargo, tiene retos estructurales que si no son enfrentados con éxito hará perder al
país la capacidad de seguir avanzando desde la perspectiva del desarrollo. El primer reto es la
transformación educativa con sentido igualitario. Es un país de escala pequeña, con 3,4 millones de
habitantes, que siempre se quiso hijo de la educación. Pero la educación ya no es el instrumento de
integración social que era, sino que por el contrario se ha vuelto un instrumento de desintegración. Los
hijos de los ricos tienen rutas de incremento del conocimiento y de la formación muy buenas, y los hijos
de los pobres tienen rutas contrarias. Ni los gobiernos anteriores a la izquierda ni la izquierda lo han
logrado revertir. El segundo desafío es cambiar la matriz productiva. Uruguay sigue dependiendo de sus
exportaciones del sector agropecuario en un porcentaje gigantesco. Tiene poca agregación de valor en
términos de industrialización y complejos productivos y en términos de incorporación de ciencia y
tecnología. Si eso no se consolida, Uruguay va a seguir dependiendo de las oscilaciones de los precios.
Hace diez años no se plantaba prácticamente soja. Hoy hay océanos de soja en el territorio uruguayo.
Hace diez años no teníamos un rodeo con trazabilidad. Hoy lo hay. Si no hay transformación en ese
plano, es difícil imaginar que el Uruguay vaya a soportar ciclos económicos adversos sin generar
impacto. Tercero: el modelo productivo rural ha estallado y existe una situación de infraestructura y de
logística muy deteriorada. En cuarto lugar hay un reto en lo que tiene que ver con políticas sociales de
nuevo tipo para profundizar la cohesión social. Ha bajado la pobreza pero tenemos todavía un sector
importante de la población con vulnerabilidad importante.
24
–¿Dónde más observa esos problemas de inequidad?
–Uruguay es un país con perfil igualitario, pero tiene una injusticia de género terrible, que se ve en unos
indicadores de violencia doméstica impresionantes. La participación política de la mujer en lugares clave
de poder es muy baja. En el Congreso y en los sindicatos es bajísimo.
–El primer reto que enumera es la educación pública, un tema sobre el que usted tiene una postura muy
crítica. ¿Piensa que la educación en Uruguay está en crisis?
–Es una crisis de largo aliento y multicausal ante la cual todos los partidos fracasaron. La educación en el
Uruguay tiene una gran relevancia. Es un país pequeño que siempre ha apostado por desarrollar sus
recursos humanos. Uruguay tiene los niveles de igualdad en la inclusión digital más altos de toda
América latina. Sin embargo, la traducción de esa inclusión digital en términos de transformación
educativa de los jóvenes no ha sido lograda. Y esto particularmente en la educación pública, porque si
bien no hay grandes diferencias entre los desempeños en enseñanza privada y pública, a la privada van
los hijos de los ricos y a la pública los hijos de los trabajadores en un porcentaje muy grande. Los barrios
con niveles socioeconómicos más bajos tienen los desempeños educativos más bajos. Si se mejoran las
condiciones económicas, se lleva a cabo una política redistributiva y se desarrollan nuevas
oportunidades en base a una economía más sólida, pero no se transforman las capacidades de los
ciudadanos, uno encuentra las dos rutas: los hijos de los ricos que ingresan tardíamente al mercado
laboral, pero con mejores condiciones y mayor formación, y también tardíamente a los roles de la
adultez, mientras los hijos de los pobres ingresan muy tempranamente, aunque en condiciones de
extrema debilidad, en el mercado laboral y desertan rápido del sistema educativo. Esto genera
reproducción de marginalidad y de pobreza. Políticas educativas de nuevo tipo y mayor presencia del
Estado son los ejes de la transformación.
–¿Cuáles son los pros y los contras de ser un país pequeño?
–La escala siempre es relativa. En términos geográficos, no es tan claro que el Uruguay sea un país
pequeño. Si estuviera en Europa no sería visto como un país pequeño. Pero está entre Argentina y
Brasil, dos países gigantescos. Entonces, geográficamente, se autopercibe como un país pequeño. Pero
sobre todo, el tema de la escala tiene que ver con la población. Uruguay tiene la misma población desde
los años 60. Tiene, por lo menos, 600 mil uruguayos fuera de fronteras, una diáspora importante, con la
cual tiene niveles de conectividad diversos, algunos virtuosos y otros no tanto. Ser un país pequeño da
muchas posibilidades. Por ejemplo, permite ser lo que Uruguay ha sabido ser: una república
experimental. En un país pequeño se pueden experimentar políticas públicas audaces, cosas que en
países gigantescos cuestan todavía más. Se puede construir una cultura política que puede dar a
funcionar por la escala. Hay muchas ventajas.
ENTREVISTA AL ESCRITOR COLOMBIANO ANDRES BURGOS, OTRO DE LOS INVITADOS AL
FILBA/ “LA VIOLENCIA ME ROBÓ LA TRANQUILIDAD”
http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/espectaculos/4-36788-2015-09-28.html
Su novela Manual de pelea es un ajustado retrato de lo que significaba vivir en Medellín en
los peores años del auge del narcotráfico. “Hay heridas que se curan; te rompían la nariz y
la nariz se curaba. Pero hay otras que no se curan”, señala.
Por Silvina Friera
25
La escritura es el modo de cauterizar las heridas que encontró Andrés Burgos. El narrador y
cineasta colombiano –invitado al Filba (Festival Internacional de Literatura) que termino ayer–
aprendió a usar las manos para mucho más que repartir puñetazos por las calles de Medellín,
la ciudad donde nació hace 41 años. En Manual de pelea –publicada en 2004, editada por
primera vez acá por Letranómada–, Santiago, un adolescente paisa que estudia en un colegio
privado, crece a los golpes en los años 90. Hay una escena, hacia el final de esta excepcional
primera novela, que estremece. Santiago está viendo, junto a sus padres, un informe de última
hora del noticiero. “El periodista cuenta que en un allanamiento de un escuadrón especial
antinarcóticos a un sector del centro de la ciudad se desmanteló un laboratorio para el
procesamiento de cocaína, que funcionaba en un depósito de materiales para construcción.
Dice que se capturó a dos hombres y se dio muerte a un individuo que abrió fuego contra las
fuerzas de seguridad. No se divulga el nombre de este último porque se trata de un menor de
edad. Pero me basta una pasada rápida de la cámara sobre el cadáver, que nadie se ha
molestado en cubrir, para captar, sin lugar a confusiones, la expresión de pánico detenida en el
rostro rígido de Oscar”. Ese cadáver fue el mejor amigo de Santiago, “mi ídolo durante muchos
años”, confiesa el adolescente.
Aunque Burgos ahora vive en Bogotá y tiene tres novelas más publicadas –Nunca en cines,
Mudanza y Sofía y el terco, que también filmó y se puede ver en Netflix–, no perdió el acento
paisa. “Yo no busco el habla callejera y cotidiana porque sé que se va a sentir, porque la
cadencia paisa, la forma en cómo armamos la frase, la extensión de nuestros párrafos, esa
musicalidad, va a estar en lo que escribo”, explica el escritor a Página/12. “En Medellín somos
de enredar con el lenguaje; pertenecemos a toda una estirpe de comerciantes. La figura del
culebrero está muy extendida en mi región. Los culebreros eran unos viajantes que vendían
pócimas y lo hacían con una culebra. Le hablaban a la serpiente y le decían: ‘Quieta, Margarita,
que Jesucristo estuvo antes que vos y tenés que obedecer’. Y no paraban de hablar hasta
vender la pócima para la calvicie o la pócima para los dolores. Tenemos fama de enredadores
con el habla. Las fiestas de los paisas no son fiestas de baile –los que bailan son los
caribeños..; en nuestras fiestas hablamos todo el tiempo. El baile es con el lenguaje”.
–¿Qué heridas “se curan con mayor facilidad”, como sugiere Santiago González, el
narrador-personaje de Manual de pelea?
–Yo creo que las heridas físicas. Una de las premisas del libro es que hemos resuelto muchos
de nuestros conflictos a puñetazos; en Colombia decimos “darse en la jeta”, “que te den en la
jeta”. Con la llegada del mundo del narcotráfico fuimos conscientes de un nuevo elemento: yo
no me puedo dar puñetazos con cualquiera, no puedo pretender la chica de cualquiera... Esto
creaba adolescentes prudentes, lo cual es una contradicción en sí. Uno de los detonantes de la
historia era contar el final de las peleas a puños. Hay heridas que se curan; te rompían la nariz
y la nariz se curaba. La vida seguía, aparte de algún trauma tonto que es parte de crecer. Pero
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hay otras heridas que no se curan; son esas heridas internas, las marcas que llevamos, las
cicatrices, a veces el estigma. A mí me robaron la adolescencia; la violencia me robó la
tranquilidad, me robaron muchas relaciones normales. Me inyectaron el miedo. Pero es el
mundo que me tocó vivir.
–¿Qué experiencias o sensaciones le prestó al personaje de Santiago?
–Se parece a mí por la rabia, el miedo y el humor malvado, pero yo no tengo un hermano que
se haya ido con el narco. Todos teníamos en ese momento un vecino, un familiar, un amigo
que estaba en algún enredo extraño. Eso llegó a ser motivo de admiración.
–¿Por qué cree que se admiraba el mundo narco?
–Por el dinero fácil, que se veía como sinónimo de pujanza. Medellín es una sociedad bastante
retorcida en ese sentido. Las historias dicen que la mamá de Pablo Escobar, cuando él era
chico, le decía: “Consiga plata honradamente, m’hijo. Y si no puede, consiga plata”. Los
colombianos somos muy laxos y manejamos una cantidad de matices a la hora de las
conveniencias.
–La Medellín que aparece en Manual de pelea hoy no es la misma, ¿no? ¿La violencia y
el narcotráfico ya no asedian como lo hacía en los 90?
–Por lo menos no es tan obvio. Yo me fui de Medellín hace muchos años. Hoy en día el
narcotráfico no es lo que era; nosotros teníamos bombas en las calles, teníamos bombas todas
las noches, nos podían toques de queda no oficiales, toques de queda del cartel de Medellín:
“Se van todos a dormir temprano...”. Y teníamos 15 años y queríamos estar en las calles. El
narcotráfico sigue existiendo y sigue permeando todas las instancias de la sociedad
colombiana con otras formas porque en eso también hay evolución. Uno no eligió ese mundo y
te podías volver un ser gris y apocado. Pero lo que siento es que sucedió lo contrario: ¡mierda,
vamos a vivir, a florecer ahora, si me voy a morir mañana!... Me puedo morir triste o me puedo
morir viviendo a tope.
–La sensación de rabia de Santiago, ¿era su rabia mientras escribía la novela?
–No, sabes que no, porque no es tanto la rabia, aunque en Colombia tenemos una tradición de
escritura con rabia. Fernando Vallejo es nuestro gran representante; más que una diatriba y la
rabia yo quería mostrar lo que nos tocó vivir y las dificultades que tuvimos. Mi viaje a la meca
como escritor era decir: “listo, va una historia sobre el narco, va esta”. Pero nunca me han
gustado los temas frontales. El mundo del narcotráfico y la violencia entra en la novela
tangencialmente. Manual de pelea no es una novela rabiosa; está más cargada por la ironía y
el humor que por la rabia.
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–¿Cómo ha evolucionado el Andrés Burgos escritor?
–Me he amariconado (risas). Es como si con Manual de pelea se me hubiera acabado la
testosterona de tantos golpes. De un tiempo para acá, en mis siguientes novelas y mi película,
me ha dado por escribir sólo historia de mujeres que huyen. Sofía y el terco es la historia de
una mujer de 70 años que no conoce el mar y cada año su marido encuentra una excusa,
hasta que ella decide que se va a ir. Mi novela Mudanza es la historia de una chica colombiana
que se va a vivir a Estados Unidos huyendo de su familia. Vamos a ver si a estas alturas
recupero mi masculinidad... Yo me considero un escritor lado B en Colombia.
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–¿Tiene más inserción o reconocimiento como cineasta que como escritor?
–No tengo ni idea... Me parece muy probable que me suceda lo que les sucedía a Les Luthiers:
los comediantes decían que eran buenos músicos y los músicos decían que eran buenos
comediantes. Es probable que los cineastas digan que yo debo ser buen escritor y que los
escritores digan que a lo mejor están bien mis películas (risas).
AMÉRICA LATINA: LA DESIGUALDAD QUE NO CESA
Por Juan Pablo Pérez Sáinz, investigador de FLACSO, Costa Rica
http://blogs.elpais.com/contrapuntos/2015/03/am%C3%A9rica-latina-la-desigualdad-que-no-cesa.html
¿Tenemos la mirada adecuada sobre las desigualdades?
Es un lugar común afirmar que América Latina es la región más desigual del planeta. Pero no se trata de
cualquier desigualdad, es la desigualdad de ingresos la que otorga a nuestra región ese más que dudoso
privilegio. Suele medirse a través del coeficiente de Gini referido al ingreso de los hogares en los
respectivos países. Es de esta manera que se ha construido el imaginario sobre desigualdades en la
región. Pero, cabe preguntarse ¿tenemos una mirada adecuada sobre el fenómeno de las desigualdades
de ingreso en la región?
Aplicar el coeficiente de Gini parece congruente con la naturaleza de la desigualdad pues refleja un
juego de suma cero. Lo que gana un decil o varios deciles lo pierden otro u otros deciles. El problema es
lo que mide: el ingreso del hogar. Aquí surgen varios inconvenientes. Primero, al focalizarse en el hogar
se está observando la redistribución. O sea, ya ha habido una distribución previa que se da por buena y
que acaece en ciertos mercados cuya naturaleza veremos más adelante. Implícito está el argumento
que las “fuerzas del mercado” han actuado virtuosamente y, de esta manera, no se discute la
distribución primaria que acaba siendo aceptada como natural. Segundo, el ingreso es un resultado y,
por tanto, no nos enfocamos sobre las causas de las desigualdades; nos arriesgamos así a tener una
compresión superficial del fenómeno. Y tercero, en tanto que los hogares se entienden como agregados
de individuos, se trata de desigualdades entre individuos.
Además hay otro inconveniente: dentro de estos individuos, debido a la fuente de información utilizada
(las encuestas de hogares), no se captan a los miembros de las élites, los que detentan el poder.
Incorporarlos es la gran contribución a la comprensión de la desigualdad que hace Thomas Piketty, en su
afamado libro, cuando plantea trabajar con datos fiscales referidos a los impuestos. Así, tomando los
ejemplos latinoamericanos de su texto, el 1% más rico de Argentina controló un poco menos de un 20%
de la riqueza de ese país durante la primera década del presente siglo. Ese mismo percentil acaparó un
poco más del 20% en Colombia. Utilizando la misma metodología, tres economistas de la Universidad de
Chile, Ramón López, Eugenio Figueroa y Pablo Gutiérrez, han estimado, a partir de las declaraciones de
impuestos, la concentración de la riqueza en su país. El 1% más rico se ha apropiado, en promedio, del
30,5% del ingreso total del país durante el período 2005-2010. Pero, en términos de desigualdades de
ingresos entre hogares, se nos viene diciendo que las inequidades están descendiendo en nuestra
región. No parece que sea así en todos los países.
Es obvio que debemos intentar otras miradas. Por el momento, la de Piketty, independientemente de
coincidir o no con sus premisas analíticas, no es factible ya que son muy pocos los países de la región
donde se puede acceder a información de impuestos. Pero, hay alternativas.
Otra mirada que privilegia los procesos de empoderamiento de los de arriba (las élites) y el
desempoderamiento de los de abajo (los subalternos)
Hay que desplazar la mirada a la distribución porque ahí se reparte la torta y no las migajas como pasa
en la redistribución. Centrarse en la distribución supone mirar a los mercados básicos que son donde se
intercambian los recursos básicos de la sociedad: el trabajo, el capital, la tierra (o en un sentido más
amplio, la naturaleza) y, más recientemente, el conocimiento. Pero lo que está en juego en esos
mercados es algo mucho más importante: se están definiendo las condiciones de generación y de
apropiación del excedente económico.
Hablar de excedente, es hablar de pugna sobre su generación y apropiación y en esa pugna no sólo
inciden los individuos sino también categorías opuestas en pares (de género, étnicos, de raza,
territoriales, etc.) y, sobre todo, clase sociales.
Vemos, por tanto, que nos hemos movido desde las desigualdades de ingresos entre los individuos a la
pugna por el excedente entre clases sociales, entre pares categóricos de distinta naturaleza y también
entre individuos. Hemos operado un giro que, si bien no es copernicano, es lo suficientemente radical. A
ello ha contribuido el imprescindible texto de Charles Tilly, Durable Inequality. En nuestra opinión la
propuesta analítica sobre desigualdades más importante de las últimas décadas y que ha rescatado la
tradición radical de estirpe rousseauniana. Este autor nos señala el camino a seguir para analizar el
excedente. Tenemos que diferenciar sus dos formas de generación: la explotación y el acaparamiento de
oportunidades. Términos que nos remiten, respectivamente, a dos clásicos del pensamiento social: Karl
Marx y Max Weber.
Es desde estas premisas que se puede proyectar otro tipo de mirada a las desigualdades en América
Latina. Veamos que nos revela esta nueva perspectiva.
Mercados de trabajo signados por la precarización
Para reflexionar sobre la primera modalidad de generación de excedente, o sea sobre las condiciones de
explotación de la fuerza de trabajo, debemos mirar a los mercados de trabajo. Y al respecto, lo
importante es señalar que la pugna por el excedente se da en términos de la oposición entre trabajo y
empleo, entendiendo a este último y recurriendo a la conocida distinción de Robert Castel, como
trabajo con estatuto de garantías no mercantiles o, si se quiere, sociales. Así, cuando en el mercado
laboral lo que predomina es la creación de trabajo, se está ante un campo de desigualdad signado por
una gran asimetría a favor del capital. Por el contrario, cuando predomina la generación de empleo, ya
que los trabajadores han logrado imponer reivindicaciones, la asimetría se ha relativizado.
La imposición de los procesos de ajuste estructural en América Latina, que siguió a la década pérdida de
los años 1980, conllevó la crisis del empleo formal, gestado en las décadas precedentes, y las relaciones
asalariadas se empezaron a configurar en términos de precariedad. Este es el fenómeno clave a
considerar. ¿En qué consiste?
Minor Mora Salas, de El Colegio de México, nos ha sugerido priorizar tres aspectos de este complejo
fenómeno. El primero tiene que ver con la desregulación de normas laborales del período previo
asociadas, justamente, al empleo formal. En la década de los años 1990 hubo interpretaciones opuestas
al respecto: el Banco Mundial postulaba que los mercados laborales latinoamericanos se caracterizaban
aún por su rigidez (término peyorativo) y pedía más flexibilidad (término lisonjero) y remitía, como
ejemplos a seguir, al Chile pinochetista y al Perú fujimorista; por otro lado, la Organización Internacional
del Trabajo (OIT) argumentaba que los cambios legales habían sido numerosos y se habían dado en la
mayoría de los países por lo que las reformas laborales se habían generalizado en la región.
29
Pero, independientemente, de la desregulación en términos normativos hay un segundo aspecto que
tiene que ver con las estrategias de reestructuración de las empresas y que nos habla de algo más
importante: una desregulación de facto. México es un caso interesante al respecto. Hasta la reforma
laboral de fines de 2012, este país tenía una legislación protectora pero numerosos estudios sobre
relaciones laborales, a nivel micro de empresas, mostraban de manera fehaciente que existía
desregulación de facto. Estrategias de flexibilización laboral que se han impuesto de manera unilateral a
los trabajadores o externalización de actividades que son, posteriormente subcontratadas a través de
distintos mecanismos de subcontratación o intermediación laboral (con empresas pequeñas o
trabajadores independientes, con agencias de intermediación laboral o incluso con cooperativas de
trabajadores), muestran que las estrategias del capital en la región para implementar la desregulación
de facto son múltiples.
Un tercer aspecto a considerar es la crisis del sindicalismo. Kenneth Roberts ha estimado que la tasa de
sindicalización (porcentaje de sindicalizados sobre total de asalariados) en la región ha descendido de un
22,9% ante de los años 1980, al 10,7% en 2005. Esto supone que las negociaciones laborales, si es que
acaecen, tienden a individualizarse o en el mejor de los casos se hacen a nivel de empresa lo que
implica, en ciertas situaciones, que los sindicatos se pliegan a las exigencias empresariales ya que lo
prioritario es mantener el puesto de trabajo.
Por consiguiente, los mercados laborales de la región tienden a mostrar relaciones asimétricas a favor
del capital y en contra de los trabajadores. Con algunos de los gobiernos denominado “posneoliberales”,
en Argentina, en Uruguay y, sobre todo, en Brasil se han dado tendencias hacia la desprecarización.
Pero, en términos generales de la región, se puede decir que el trabajo predomina sobre el empleo y así
se reproducen mecanismos de desigualdad profunda.
Globalización o exclusión social
Regresando a Charles Tilly, la segunda forma de generación de excedente tiene que ver con el
acaparamiento de oportunidades que, en este caso, son oportunidades de acumulación. Aquí entran en
juego los otros mercados básicos, el de capitales y seguros, el de la tierra, que se proyecta hacia los
territorios incluyendo el subsuelo, y el del conocimiento, recurso clave en la actual globalización. En este
caso la pugna es entre el cierre y la apertura. Cuando cualquiera de estos mercados se caracteriza por el
cierre, ya que unos pocos propietarios de medios de producción acaparan las principales oportunidades
de acumulación, se está ante una situación de clara asimetría generadora de desigualdades profundas.
Esa asimetría se puede relativizar si se dan procesos de apertura que permiten a más propietarios
participar de tales oportunidades.
La actual globalización ha impuesto condiciones más exigentes para acumular y, por tanto, ha
acentuado las tendencias al cierre. El conocimiento no es accesible a todos y se protege con patentes
que suelen beneficiar a las grandes empresas multinacionales. Se han constituido, finalmente, mercados
de capitales en la región pero el financiamiento se ha estratificado. Los pequeños propietarios sólo
tienen acceso al microcrédito cuyos montos exiguos y altos intereses se complementan con la retórica
del “emprendedurismo”. Y la tierra y la naturaleza se han visto en los últimos tiempos sometidas a una
auténtica ofensiva que recuerda a la que acaeció en el siglo XIX sobre las tierras de las comunidades,
especialmente las indígenas. Por un lado, hay procesos rampantes de extranjerización de tierras
similares a los que ocurren en el África Oriental. Por otro lado, la región ha vuelto a una reprimarización
de sus economías que ha supuesto el surgimiento de un nuevo extractivismo que, como certeramente
señala Eduardo Gudynas, está redefiniendo la geografía de los países. Estas tendencias de
reprimarización y neoextractivismo no son cuestionadas por los gobiernos “posneoliberales”.
De esta manera, se ha generado un polo globalizador al cual acceden pocos. Su reverso es un polo de
exclusión social sobre el que queremos hacer unas breves reflexiones.
El polo de exclusión social lo alimentan aquellos que en los mercados básicos sufren
desempoderamiento profundo: los desempleados intermitentes, un fenómeno novedoso en la región;
los asalariados sometidos a una precarización extrema; y lo que se puede denominar una masa
marginal, recuperando el término que José Nun acuñó a fines de los años 1960. Esta masa marginal está
constituida por una población afuncional que para la globalización resulta redundante tanto en términos
de trabajo como de consumo y, por tanto, prescindible.
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Desde el mundo de la exclusión social han surgido respuestas colectivas importantes en la región. El
Movimiento Sin Tierra en Brasil o los piqueteros (más allá de su cooptación política) en Argentina son
ejemplos de este tipo de repuestas que se extienden por todas las latitudes de Latinoamérica. Pero
también hay otros tipos de respuestas que han generado dinámicas que muestran, probablemente, la
cara más sórdida de las desigualdades gestadas en este contexto de globalización. Nos vamos a referir a
dos.
La primera respuesta tiene que ver con el drama de la emigración, no sólo a los países del Norte. Varios
documentales sobre el tránsito de migrantes, especialmente centroamericanos a través de México para
llegar a la frontera con los Estados Unidos, muestran con crudeza ese dramatismo. Pero, la importancia
que ha adquirido el flujo de remesas en la región, y en especial en ciertos países, ha conllevado un
cambio radical de la representación de los emigrantes. Esto ha supuesto que estos han pasado de ser los
“perdedores del ajuste”, que tuvieron abandonar su país, a los nuevos “héroes globalizadores” que
envían remesas. Esta transmutación, en la que el discurso del poder ha hecho gala de su cinismo innato,
ha supuesto su reincorporación a la sociedad por la puerta grande de la sociedad.
La segunda es más temida socialmente: la transgresión delictiva. La generalización de la violencia ha
erigido al tema de la seguridad ciudadana en una preocupación primordial de la sociedad en América
Latina. La no obtención de ingresos laborales suficientes, debido a la precarización salarial,
conjuntamente con la exposición al consumismo innato a la globalización, lleva a prácticas delictivas
donde la trasgresión es considerada legítima. También el abandono del Estado de territorios, por los
procesos de ajuste estructural, ha llevado al surgimiento de actores que acaban monopolizando la
violencia. Este es el caso de pandillas juveniles en barrios marginales urbanos como los combos en
Colombia o las temidas maras del triángulo norte de Centroamérica. Pero también, el abandono de
regiones de colonización agraria de las décadas de los años 1960 y 1970 ha permitido el surgimiento del
narcotráfico. En este caso hay regreso a la sociedad pero no por la puerta grande como los migrantes
con sus remesas, sino horadando los cimientos de la propia sociedad.
Por lo tanto, como ha sido una constante en la historia de la región, con la globalización las verdaderas
oportunidades de acumulación siguen estando en manos de unos pocos reproduciendo así otro
mecanismo básico de generación de desigualdades profundas.
Niño
¿Qué tipo de ciudadanía social ha gestado el neoliberalismo en América Latina?
Hasta aquí hemos observado asimetrías profundas entre clases sociales. Pero las dinámicas individuales
también juegan y si son lo suficientemente sólidas puede relativizar esas asimetrías. Para ello se
necesita ciudadanía y, en concreto la ciudadanía social.
En América Latina durante ese período que llamamos de modernización nacional, gestado a partir de la
crisis de los años 1930 y que concluyó con otra crisis, la de los años 1980, la ciudadanía social comenzó a
desarrollarse a partir de sus dos pilares básicos: la educación y la salud. No obstante, este segundo se
articuló a un tercer pilar, el de las pensiones, con el desarrollo de los sistemas de seguridad social. Esta
se constituyó la piedra angular del empleo formal pero tuvo limitaciones: fue importante en los países
de modernización temprana (los del Cono Sur) o rápida (Brasil, Colombia y México); excluyó a la
población rural; y no benefició a todos los pobladores urbanos. Es decir, la ciudadanía social no tuvo
alcance universal.
Esto no implica que no hubiera procesos significativos de movilidad social. Estos se reflejaron en lo que
se puede denominar la “utopía del buen migrante”: se escapaba de la miseria del campo, migrando a la
ciudad para obtener algún trabajo informal e invertir en la educación de los hijos con la esperanza que
ellos accedieran al empleo formal. Si esto se lograba, dentro de un mismo hogar y en el lapso de dos
generaciones se podía transitar de la exclusión a la inclusión. Esas décadas, previas a la crisis de los años
1980, representaron un momento rousseauniano para la región en el que las desigualdades se
relativizaron. Este proceso no fue ajeno al surgimiento de regímenes populistas pero tampoco se limitó
a ellos.
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El advenimiento de un orden neoliberal en la región ha supuesto una metamorfosis profunda de esa
ciudadanía social a partir de tres transformaciones.
La primera ha sido la mercantilización de la seguridad social en sus dos componentes. Por un lado, se
han dado procesos de privatización del sistema de salud que ha profundizado su estratificación previa:
salud privada para las élites (que muchas veces se hacen atender en clínicas privadas de los Estados
Unidos) y sectores medios/altos; seguridad social para sectores medios; y salud pública deteriorada para
los sectores subalternos. Aprovechemos para mencionar que también la educación se ha visto afectada
por un rampante proceso de mercantilización de consecuencias nefastas tal como lo ha argumentado en
este mismo blog recientemente Pablo Gentili. Por otro lado, las pensiones han tenido reformas
drásticas, a partir del ejemplo chileno implementado durante el gobierno de Pinochet, logrando en
algunos casos sustituir los principios tradicionales (prestación, reparto o capitalización parcial colectiva y
administración pública) por nuevos criterios (cotización definida, régimen de capitalización plena
individual y administración privada). De esta manera, el sistema de pensiones ha tendido a reproducir
las desigualdades del mercado laboral como ha argumentado la voz más autorizada en la región sobre
esta problemática, Carmelo Mesa-Lago.
Una segunda transformación ha tenido que ver con la invención de la “pobreza”, a partir del enfoque de
necesidades básicas del Banco Mundial y su recepción en la región por parte de la CEPAL. Aclaremos que
no estamos diciendo que no existen pobres en el sentido de personas con carencias importantes. Lo que
argumentamos es el tratamiento de la problemática de las carencias que, desde los supuestos
neoliberales, se hace de manera no relacional. O sea, los pobres no se definen respecto de los ricos y
viceversa, sino en términos de estándares (sobre los cuales en la región hay una amplia discusión
metodológica con propuestas para todos los gustos) establecidos por expertos. Esto implica que en el
tratamiento de las carencias se evacua toda referencia al poder y al conflicto. Esto ha hecho que este
tipo de enfoque sea tan políticamente correcto ya que ha conllevado la despolitización de la cuestión
social. Pero, se ha inventado un actor no existente, los “pobres”, gestando así una ciudadanía social
vacía. La ciudadanía social previa tenía, por el contrario, un sujeto bien configurado, los empleados
formales, que se expresaban como actor sindical.
Finalmente se ha operado una deriva de lo social hacia el consumismo. Desplazando el locus de la
ciudadanía social desde la empresa y el empleo al hogar y al consumo, se ha priorizado la redistribución
sobre la distribución, como hemos señalado al inicio de este texto. Con esta deriva se ha dado la
transición del individuo/ciudadano al individuo/consumidor. Una transición que se enmarca en la
centralidad que ha adquirido el consumismo con la globalización en nuestras sociedades.
Por consiguiente, la deriva consumista implica que la ciudadanía social (neo)liberal no intenta
neutralizar las desigualdades que emergen en las diferentes modalidades de la generación y apropiación
de excedente económico. Para el (neo)liberalismo, la pertenencia a la sociedad pasa por el consumo y su
exaltación a través del consumismo ya que este sería el hecho central de la sociedad y no la producción.
Sólo con ciertos gobiernos “posneoliberales”, Bolivia, Ecuador y, especialmente, Venezuela con las
denominada misiones, se ha revitalizado la ciudadanía social básica incorporando a la sociedad sectores
subalternos que históricamente han estado excluidos. Justamente, la legitimidad de esos gobiernos
radica, en gran medida, en este fenómeno.
La mirada hacia lo profundo: la persistencia de la inferiorización
Pero la mirada que hemos propuesto no ha finalizado aún su recorrido. Queda por visualizar las
dinámicas más profundas y, probablemente, las más importantes en la generación de las desigualdades
que estamos contemplando. A la base de los procesos de configuración de ciudadanía hay una cuestión
clave que suele ignorarse al abordar las desigualdades: cómo la sociedad procesa sus diferencias.
Toda sociedad tiene que abordar diferencias de distinto tipo: de sexo, de cultura, de raza, de lugar, etc.
Su procesamiento se puede hacer de diferentes maneras. El antropólogo Santiago Bastos, reflexionando
sobre la cuestión étnica en Guatemala, ha identificado tres lógicas. La primera es la de la inferiorización
en la que la categoría dominante (sea hombre, no indígena, blanco o lugareño) subordina a la subalterna
(sea mujer, indígena, afrodescendiente o foráneo) de manera extrema invocando la naturalización de la
diferencia. La lógica opuesta sería la del reconocimiento de la diferencia. Los subalternos logran hacerse
reconocer equiparándose a los previamente dominantes. Y habría una lógica intermedia donde existiría
32
una cierta hibridación entre los grupos. Normalmente no es producto de una mezcla consensuada sino
más bien de una “oferta” del grupo dominante que logra -en cierto grado- asimilar a los otros grupos.
¿Por qué toda esta digresión es importante para entender las desigualdades? Porque cuando existe
reconocimiento, las categorías (hombres y mujeres; no indígenas e indígenas; blancos y
afrodescendientes; etc.) tienden a equiparase y una ciudadanía robusta es viable. Si, por el contrario,
predomina la inferiorización o una asimilación no negociada (que en el fondo es una inferiorización
implícita) las categorías de los pares se polarizan y es difícil constituir ciudadanía ya que no todos somos
iguales porque las diferencias se transmutaron en desigualdades. De esta manera, se constituyen pares
categóricos.
Pero, aún hay más. En este caso, las categorías subordinadas (mujeres, indígenas, afrodescendientes,
etc.) de esos pares acceden a los mercados básicos de manera desventajosa. Pueden ser que no tengan
acceso como ocurrió por largas décadas a mujeres de sectores medios y altos en términos de ingreso al
mercado laboral o a la población afrodescendiente liberta en Brasil que fue marginada del auge de café
en la región paulista en el último tercio del siglo XIX. Pueden ser que aunque accedan al mercado laboral
se vean confinados en nichos laborales estigmatizados como les ha ocurrido a los indígenas que
migraron a las ciudades y se vieron confinados a “oficios de indios”. O incluso, aunque superen este
último tipo de segregación, puede ser que sufran discriminación como padecen, actualmente, la
mayoría de mujeres o afrodescendientes profesionales. Es decir, las dinámicas de segregación y
discriminación se acoplan a las desigualdades de clase reforzándolas.
En América Latina, los orígenes de la inferiorización remiten, en primer lugar, a un legado colonial. De
ahí que estemos hablando de raíces profundas. Pero, las élites de las nuevas repúblicas reformularon
ese legado definiendo el mundo en términos de la dicotomía civilización (ellos) versus barbarie (los
otros). La ciudadanía social que surgió en el período de modernización nacional, la relativizó ya que la
movilidad social que acaeció mostró que las fronteras de estos dos mundos no eran totalmente
impermeables. Curiosamente, ha sido a fines del pasado siglo que se han manifestado las dinámicas más
importantes de reconocimiento que ha experimentado históricamente la región y que han tenido como
protagonistas dos sectores subalternos importantes: las mujeres con la “segunda ola” del feminismo y
los indígenas.
Pero, si bien estos logros de reconocimiento no son despreciables, no hay que magnificarlos -en relación
a los mercados básicos- por varias razones. La primera es que al ser resultado de luchas “desde abajo”
(desde los grupos subalternos), las élites no las asumen plenamente. Segundo, como en el caso de la
regulación laboral, una cosa es el reconocimiento plasmado en textos legales y otra es el
desconocimiento (o sea, no reconocimiento) de facto. Tercero, las categorías (hombres y mujeres; no
indígenas e indígenas; blancos y afrodescendientes; etc.) cuando tienden a equiparase, especialmente
en el mercado de trabajo, lo suelen hacer “hacia abajo”. O sea, formulándolo en términos de género, no
es tanto que las mujeres se empoderen sino son los hombres quienes se desempoderan. Este ha sido el
caso con el cierre de brechas salariales en términos de raza y, sobre todo, en términos de género porque
se han cerrado “hacia abajo” favoreciendo al capital. Cuarto, el reconocimiento puede llevar a la
“autosegregación” de la categoría subordinada generando nuevas desigualdades. Así, han surgido
ámbitos etnizados sólo accesibles a los indígenas. Finalmente, estos logros de reconocimiento se ven
desvalorizados porque la globalización privilegia el consumismo antes que la ciudadanía.
Por consiguiente, todavía los efectos de procesos de reconocimiento son limitados y las estrategias de
inferiorización y/o de asimilación no generosa siguen siendo utilizadas y priorizadas por los poderosos.
De hecho, la precarización salarial, uno de los principales procesos generadores de desigualdad con la
globalización, ha sido -justamente- viabilizada por la incorporación masiva de mujeres al mercado
laboral desde la última década del siglo pasado. Han sido las mujeres las que han ocupado
mayoritariamente los puestos inferiores de la estructura ocupacional. Así, precarización salarial y
feminización laboral son caras de una misma moneda mostrando como desigualdades socioculturales
siguen acoplándose a las de clase reforzándolas.
A lo largo de toda la historia de la región, las élites han sabido y han logrado desempoderar al “otro”
subalterno (mujer, indígena, afrodescendiente, inmigrante, etc.), despojándole de una ciudadanía plena
e impidiéndole así el acceso a las verdaderas oportunidades de acumulación o condenándole a la
explotación. Esta es la principal imagen que deja esta otra mirada sobre las desigualdades de América
Latina que es más compleja que la mera pugna entre individuos por ingresos.
33
Desde San José, Costa Rica
Referencias
Bastos, S. (2005): Análisis conceptual de la diversidad étnico-cultural en Guatemala. (Reflexiones en
torno a lo aparentemente evidente), texto preparado para el Informe de Desarrollo Humano del PNUD,
Guatemala.
Castel, R. (1997): La metamorfosis de la cuestión social: una crónica del salariado, (Buenos Aires,
Paidós).
López, R; Figueroa B., E y Gutiérrez C., P. (2013): La ‘parte del león’: nuevas estimaciones de la
participación de los súper ricos en el ingreso de Chile, Serie Documentos de Trabajo, Nº 379, (Santiago
de Chile, Facultad de Economía y Negocios/Universidad de Chile).
Mesa-Lago, C. (2004): “Evaluación de un cuarto de siglo de reformas estructurales de pensiones en
América Latina”, Revista de la CEPAL, Nº 84.
Mora Salas, M. (2010): Ajuste y empleo: la precarización del trabajo asalariado en la era de la
globalización, (México, El Colegio de México).
Roberts, K. M. (2012): The Politics of Inequality and Redistribution in Latin America´s Post-Adjustment
Era, Working Paper, Nº 2012/08, (Helsinki, UNU-WIDER).
Juan Pablo Pérez Sáinz es sociólogo e investigador de FLACSO desde 1981. Ha trabajado en FLACSOEcuador, FLACSO-Guatemala y, desde 1992, en FLACSO-Costa Rica. Posee una Maestría en Sociología,
Université Paris-Sorbonne, y en Estudios del Desarrollo, Institute of Social Studies, La Haya. Obtuvo su
Doctorado en Economía en la Universidad Libre de Bruselas. Las reflexiones de este texto provienen de
su último libro: Mercados y bárbaros. La persistencia de las desigualdades de excedente en América
Latina (2014).
2º nota de la serie La persistencia de las desigualdades en América Latina. que publicará Contrapuntos
con aportes de diversos/as intelectuales latinoamericanos/as sobre los procesos de producción y
reproducción de las desigualdades en Latinoamérica.
EL PENSAMIENTO SOCIAL LATINOAMERICANO Y LA PERSISTENCIA DE LAS
DESIGUALDADES
Por, Sonia Álvarez Leguizamón, profesora de la Universidad Nacional de Salta, Argentina
http://blogs.elpais.com/contrapuntos/2015/05/el-pensamiento-social-latinoamericano-y-lapersistencia-de-las-desigualdades.html
La persistencia de las desigualdades en América Latina, 9
América Latina ha sido el primer subcontinente en descolonizarse del poder europeo a comienzos del
siglo XIX. Sin embargo, no por esto se han erradicado las relaciones coloniales de dominación basadas
en la creencia de que las culturas vinculadas con Europa son superiores a las nativas o a sus mezclas.
Luego de la conformación de los estados-nación, las ciencias sociales locales han desarrollado
concepciones con las que se ha pensado la desigualdad étnico-social y nuestra propia identidad, usando
diferentes conceptos para explicarla: sociedades dependientes, repúblicas neocoloniales,
neocolonialismo interno o heterogeneidad estructural, entre otros. La producción y reproducción de la
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pobreza masiva y de la desigualdad socio-étnica, han sido objeto de una problematización persistente
en las ciencias sociales críticas latinoamericanas, en contraposición a las nociones de civilización,
progreso y desarrollo.
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América Latina sigue siendo la región más desigual del mundo. Sin embargo, la desigualdad no es un
sinónimo del subdesarrollo, sino una forma particular de capitalismo. Entre los 15 países más desiguales,
están: Bolivia, Brasil, Ecuador, Colombia, Paraguay, Honduras, Panamá, Chile y Guatemala. La Comisión
Económica para América Latina (CEPAL) y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo
Económicos (OCDE) reconocen que en los últimos años ha habido una reducción de la desigualdad en
países como Brasil, Argentina, Bolivia, Venezuela, Uruguay y México. Esto gracias a la generalización de
programas sociales llamados de “transferencia condicionada” para pobres y sobre todo - entre los
primeros cinco países - a la llegada de gobiernos de carácter popular, los cuales han desarrollado
políticas de distribución del ingreso hacia las poblaciones más desfavorecidas, como son la mejora de los
salarios reales, el aumento de la cobertura de seguridad social y el acceso a servicios de salud y
educación básica.
Estas mejoras, sin embargo, no cambiaron las condiciones de profunda desigualdad vividas en la región.
Algunos factores explican dicho proceso. El primero tiene que ver con que estos gobiernos accedieron al
poder luego de las luchas sociales que protagonizaron las víctimas de los procesos de empobrecimiento
generados por las “reformas” neoliberales, llevadas a cabo en las mayoría de los países
latinoamericanos durante las décadas de los 80 y los 90. El neoliberalismo “democrático” privatizó
servicios públicos y energéticos, desmantelando o fragmentando a los ya débiles Estados de Bienestar
por medio de la disminución de derechos sociales, la precarización del trabajo, la concentración de
ingresos y riqueza, al mismo tiempo que expulsaba a millones de personas a la pobreza y les negaba sus
derechos fundamentales.
El segundo está relacionado con que estas políticas no modificaron las estructuras de poder
neocoloniales aunque algunos de estos países, como Ecuador y Bolivia, están avanzando en esa
dirección.
Finalmente, un tercer elemento para explicar la persistencia de la desigualdad se relaciona con la
intensificación, en las últimas décadas, de un modelo extractivista de los recursos naturales en manos
de corporaciones multinacionales, asociadas con los dueños de grandes latifundios y de una burguesía
local que producen procesos de desposesión creciente, como el caso del monocultivo para
biocombustible o la expansión de la soja transgénica.
Viejos temas para los nuevos rostros de la desigualdad
Los análisis que la teoría social critica latinoamericana ha desarrollado sobre la desigualdad y la pobreza,
antes mismo de la "era neoliberal", ya habían explicado de cierta forma la dinámica de estos factores
estructurales.
Estos estudios mostraron:
1º) la estrecha relación entre las diversas formas de expansión del capitalismo en la geopolítica mundial
y los discursos que construyen la inferioridad de las sociedades “dependientes” como siendo
subdesarrolladas, atrasadas, incivilizadas o perezosas, mediante los cuales se pretende justificar dicha
expoliación;
2) que la desigualdad en el contexto de una economía neocolonial globalizada concentra, expropia y
succiona excedentes diversos de sus economías satélites hacia las “centrales” por medio de relaciones
de dominación diversas y, entre otros, por procesos llamados de “acumulación originaria” constante;
3) que existe una tendencia del capital a desvalorizar el trabajo por medio de diversos mecanismos de
superexplotación, ya sea por la vía de su precarización o del sobretrabajo no pagado, al mismo tiempo
en que una creciente masa de personas quedan fuera de la posibilidad de conseguir empleo; todo ello a
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pesar de su capacitación, de las luchas por la mejora del nivel de vida y la adquisición paulatina de
derechos sociales debilitados con diversas artimañas.
Generalmente para medir la desigualdad se usa el llamado coeficiente de Gini el que se construye a
partir de la medición de los salarios y otras fuentes de ingreso de la población. A partir de allí y de otras
triquiñuelas de la economía política se invisibilizan los procesos de concentración de los recursos básicos
para la vida como lo son la tierra, el capital, el agua y el empleo. Se obvia entonces estudiar los procesos
de concentración de la riqueza que en realidad son los que producen pobreza y carencia de medios de
empleo y subsistencia. Por esto, es fundamental observar el grado de concentración de los recursos
sociales en general y de los factores económicos o de los medios de producción; esto es la propiedad de
la tierra, del capital, de la ciencia y la tecnología aplicada a la producción, como señalaría Marx.
Los estudios sobre la importancia del latifundio y de la hacienda - iniciados por el peruano José Carlos
Mariátegui a principios del siglo XX - para explicar el sojuzgamiento de las poblaciones indígenas, la
desposesión y la pobreza, tienen ahora gran actualidad cuando se observa la dinámica de
acaparamiento de tierras a gran escala que desarrollan los agro-negocios del capital transnacional y
local, produciendo pérdida de autonomía alimentaria, creciente deforestación y ecocidio. Datos sobre la
magnitud de este proceso pueden encontrarse en los estudios promovidos por la FAO.
El pensamiento social latinoamericano crítico ha hecho hincapié continuamente en la necesidad de
explicar la desigualdad, teniendo en cuenta estos aspectos asociados a los diversos estilos de
discriminación étnica o de procedencias estamentales que la potencian y naturalizan. Si bien éstas
prácticas parecieran erradicadas por la retórica multicultural y “tolerante” del capitalismo posmoderno
o por el surgimiento de los derechos “culturales” de los pueblos indígenas, todavía se mantienen
indelebles en nuestras sociedades y también en las europeas, como la persistencia de la nobleza y sus
sucedáneos.
Estas dinámicas de producción de desigualdad, exclusión y desposesión han sido interpretadas y
analizadas por la teoría social latinoamericana con conceptos de gran importancia como son el
neocolonialismo (Pablo González Casanova, Silvia Rivera Cusicanqui, Rodolfo Stavenhagen) o la
neocolonialidad del poder (Anibal Quijano, Enrique Dussel, entre otros); las que se anclan en un racismo
global y local contra poblaciones “originarias” (indígenas), ex esclavas, provenientes de países o regiones
bajo vínculos neocoloniales o descalificados con el término genérico de “subdesarrolladas”.
Estos autores y muchos otros conformaron la llamada "teoría de la dependencia” desarrollada en la
década de los 70. Desde dicha perspectiva, la dependencia es concebida como un sistema de
interdependencia inscripto en relaciones de dominación diversas, mediante el cual parte del excedente
generado en los países de la periferia, es apropiado concentradamente por la fracción hegemónica de la
burguesías o por las oligarquías locales y transferido hacia los grupos concentrados del centro. Estas
perspectivas serán complementadas y enriquecidas con los aportes de la "teoría del intercambio
desigual" de Samir Amin, uno de los grandes intelectuales africanos, y la "teoría del sistema-mundo
capitalista", del sociólogo norteamericano Immanuel Wallerstein. La caracterización de las economías
latinoamericanas como enclaves extractivistas será una cuestión central de estas perspectivas y sigue
siendo fundamental para entender las formas de dependencia que actualmente vive la región, poniendo
en evidencia además que los beneficios que el “desarrollo” ha traído a nuestro continente no se
“derraman” generosamente ni se traducen necesariamente en más bienestar para las grandes mayorías.
Acumulación por desposesión
Un aspecto vinculado al neocolonialismo y a la condición extractivista de nuestras sociedades, con
relación a la producción de la pobreza, fue puesto de relevancia por los teóricos de la dependencia: la
acumulación originaria constante producida por la expropiación de tierras de las poblaciones de origen
nativo y campesinas en América Latina, donde, a diferencia de Europa, según señaló Marx, se había
desarrollado sólo en el período de la transición al capitalismo. Estos estudios demostraron que las
relaciones capitalistas en el Sur no destruyeron radicalmente las formas de producción anteriores a su
expansión, como pensaba el propio Marx, sino que las funcionalizaron a su lógica. Así, se puso en
evidencia que no se trataba de zonas atrasadas o subdesarrolladas - construcción discursiva que justifica
la opresión y el desprecio hacia las poblaciones nativas o explotadas - sino de expresiones “modernas”
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que facilitaron la provisión de una reserva de mano de obra barata para la hacienda, el ingenio, la mina
o para la provisión de servicios a bajo costo. En aquellos países como Chile, México y Bolivia, donde las
luchas campesinas e indígenas a mediados del siglo XX arrancaron a los poderes de turno las llamadas
“reformas agrarias”, si bien se modificó la estructura de propiedad y grandes grupos de la población
accedieron a la tierra, no hubo cambios en los diferenciales de poder, puesto que en la negociación
entre los pequeños propietarios y los grandes se produjo, a largo plazo, una renovada concentración y
desigualdad en el acceso a la tierra y a sus recursos.
Un ejemplo paradigmático de estos procesos de desposesión neocolonial en América Latina, es la
expansión actual de la soja transgénica, sobre todo en el Sur del subcontinente. Las proyecciones del
Fondo Mundial para la Naturaleza con relación a las zonas deforestadas y áreas afectadas por las
plantaciones de monocultivos de soja son que Brasil llegará a deforestar de 70 a 100 millones de
hectáreas entre el Chaco, la Mata Atlántica y los bosques tropicales; Argentina, deforestará 25 millones
de hectáreas entre la Pampa Húmeda, la Yunga y el Chaco; Paraguay, 3,5 millones de hectáreas entre el
Pantanal, la Mata Atlántica y el Chaco; Bolivia, deforestará 1,2 millones de hectáreas en bosques
tropicales y el Chaco. Los procesos de expansión de la frontera agrícola con la soja transgénica, tanto
como la reconversión de la existente, tienen efectos positivos desde el punto de vista de la lógica
utilitaria del discurso del “desarrollo” porque aumentan el Producto Bruto Interno pero, sus efectos
sobre la producción de pobreza, son evidentes. Como también lo son la depredación del medio
ambiente; la pérdida de la seguridad alimentaria por la tendencia al monocultivo y a la expropiación de
medios de subsistencia básicos como el agua y la tierra de comunidades indígenas y campesinos; la
precarización de los pocos empleos que genera como la estiva; la migración forzosa a las ciudades
medianas cercanas; el empobrecimiento en los asentamientos de esas periferias urbanas, etc. Por otra
parte, la biotecnología aplicada a las semillas transgénicas y a los herbicidas como el glifosato que se
riega en avionetas, está produciendo también malformaciones y cáncer a poblaciones cercanas a los
cultivos. Los casos de muerte por hambre y desnutrición en la zona del Chaco argentino, en provincias
como Salta y Formosa, tienen un vínculo estrecho con esta forma de expansión neocolonial del
capitalismo local y global.
La constatación de la acumulación constante por desposesión de tierras que habían señalado los
teóricos de la dependencia latinoamericanos será tomada más tarde por el sociólogo inglés David
Harvey, quien desarrollará el concepto de acumulación por desposesión, como una forma particular de
expansión del capitalismo contemporáneo a través de la permanente actualización de modalidades de
desapropiación y despojo tratadas por Marx (que la distingue de la acumulación regular o reproducción
ampliada del capital basada en la producción de mercancías) cómo “nuevos” métodos de saqueo y
privatización de recursos y bienes comunes (como tierras y servicios públicos de salud o seguridad
social, por ejemplo).
Los velos que naturalizan la desigualdad en el discurso del "desarrollo humanizado"
Otro aporte de los intelectuales latinoamericanos para entender la persistencia de la desigualdad, será
la crítica a la idea del desarrollo y su contracara el subdesarrollo como productor de pobreza, mostrando
que en esta división subyace una visión evolucionista de las sociedades mediante la que se naturaliza la
expansión del capitalismo, al mismo tiempo en que culpabiliza a las víctimas. El discurso del desarrollo
como un dispositivo de poder se inicia a finales de la década de los 40 con la creación del sistema de
Naciones Unidas, el Banco Mundial y la hegemonía creciente de los Estados Unidos en la geopolítica
mundial. Su “invención” podría fijarse hacia 1949, según el colombiano Arturo Escobar, cuando asume
el presidente Truman en los Estados Unidos y afirma que "la vida económica de los pobres es primitiva y
estancada y su pobreza es una desventaja y una amenaza tanto para ellos como para áreas más
prosperas" y más tarde cuando Robert McNamara, en los 70, afirmará su desprecio hacia “la pestilencia
de la pobreza que cubre toda la mitad Sur del planeta”. El "desarrollo" surgió como un campo
especializado dentro de la economía política destinado básicamente a promover la intensificación del
capitalismo (industrialización, inversión en infraestructura productiva, formación de capital por medio
de introducción de tecnología, intensificación de las relaciones de intercambio y del comercio
internacional sobre todo de inversión privada, crecimiento del producto interno bruto PIB). Sin
embargo, semejante discurso no ha dejado de esconder un engaño o una paradoja. Los organismos de
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cooperación multinacional y la filantropía internacional “para el desarrollo” que surgieron a partir de
aquellos años, aunque buscarán promover el capitalismo como forma de lograr “el mejoramiento del
nivel de vida y el bienestar de las personas”, muy lejos han estado de lograrlo.
A partir de los años 90, se desarrollará un arsenal de mediciones de la pobreza, entre los que se destaca
el Índice de Desarrollo Humano (IDH). Ganará fuerza también la "teoría del capital humano",
destacándose así las destrezas y habilidades de las personas convertidas en capital para venderse en el
mercado de trabajo. Las teorías hegemónicas destinadas a explicar la pobreza, reforzarán que la misma
es una cuestión individual y no social, debida a una carencia de capital humano, produciéndose así su
transmisión intergeneracional. Términos técnicos de la economía política neoliberal que ponen las
causas de la pobreza en sus propias víctimas y no en los procesos sociales e históricos en los que tienen
origen. Sabemos que la pobreza no se "hereda". También, que la educación de calidad no es un bien al
que pueden acceder todos ni, mucho menos aún, una oportunidad que asegure por sí misma salir de la
pobreza o superar las condiciones de exclusión.
Estas teorías fueron refutadas antes mismo de su nacimiento por los teóricos de la dependencia,
quienes demostraron que la persistencia de la pobreza, vinculada con formas descalificadas de trabajo
como la subocupación, la precarización y el trabajo ilegal, intermitente e inestable entre los jornaleros,
los minifundistas campesinos y los trabajadores urbanos latinoamericanos no se debían a carencias o a
una falta de capacidades de las poblaciones por obtener los mejores empleos, sino a que el capitalismo
se expandía ocupando trabajadores bajo formas ilegales de contrato laboral y sin cobertura de
seguridad social. Situaciones agudizadas bajo condiciones diversas de neocolonialismo moderno sobre
grupos racializados por su condición colonial. Estas teorías que analizaban las características de la
condición precaria del empleo y su funcionalidad a las diversas lógicas de dominación y acumulación
fueron denominadas de diversa manera: superexplotación del trabajo (Ruy Mauro Marini);
heterogeneidad estructural (José Nun y Aníbal Quijano) para mostrar la diversidad de formas de trabajo
existentes y la tendencia a la marginalización de millones de personas del empleo estable y digno.
Las recientes políticas asistenciales para los pobres latinoamericanos, basadas en transferencias
condicionadas que requieren trabajo u obligaciones tutelares de control disciplinario sobre los cuerpos
de los sujetos y que significan magros subsidios al desempleo y a la pobreza sin constituirse en derechos
efectivos (significando aproximadamente un 30% de los salarios reales), han disminuido la indigencia y
han bajado la tasa de explotación. Sin embargo, las condiciones de marginalidad laboral persisten y
adquieren nuevas formas más severas que en otros tiempos.
Estos y otros aportes de la teoría social crítica podrán ayudarnos a pensar la persistencia de la
desigualdad en América Latina, así como también los procesos de empobrecimiento de la actual
reconversión neoliberal en Europa.
Sonia Álvarez Leguizamón es doctora en Antropología Social y Cultural de la Universidad de Sevilla. Se
desempeña como docente investigadora del Instituto de Investigaciones en Ciencias Sociales y
Humanidades de la Universidad Nacional de Salta, Argentina. Actualmente, es miembro asociado de
CROP y del Grupo de Trabajo de Pobreza y Políticas Sociales de CLACSO. Entre sus publicaciones se
encuentran: Trabajo y producción de la pobreza en Latinoamérica y el Caribe: estructuras, discursos y
actores (CLACSO, 2005); Pobreza: un glosario internacional (CLACSO, 2009); Pobreza y desarrollo en
América Latina. El caso de Argentina (EUNSA, 2008); Neocolonialismo, capitalismo, pobreza y
resistencias subalternas (Pro Historia, 2015).
CIUDADES LATINOAMERICANAS: IMÁGENES DE LA SEGREGACIÓN Y REALIDADES
DESIGUALES
Por, Carlos Fidel, profesor de la Universidad Nacional de Quilmes, Argentina
http://blogs.elpais.com/contrapuntos/2015/07/ciudades-latinoamericanas-imagenes-de-la-segregaciony-realidades-desiguales.html
La persistencia de las desigualdades en América Latina, 10
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Las ciudades fueron transformándose y acentuando su relevancia en el mundo occidental.
El mapa urbano de América Latina está en permanente mutación, aumenta su extensión y gravitación
relativa, a la par que varían las formas de gobernar, administrar y participar de los ciudadanos. El
despliegue de nuevas tecnologías desarrolla innovaciones digitales que transforman las redes y los
dispositivos que inciden en la configuración y diseño de la trama urbana de amplias zonas. Tal es el caso
de los usos del suelo, circuitos de tránsito y de los procesos de construcción, produciendo formas de
ciudad en el que operan agentes que se apropian de las “ganancias extraordinarias localizadas”, al
tiempo en que se generan nuevos modos de segregación que, muchas veces, se suman a las existentes.
OsGemeosObra de "Os Gemeos" (Gustavo y Octavio Pandolfo), los más reconocidos artistas del graffiti
brasileño.
Los ejes del poder capital/trabajo se asentaron interactuando y moldeando el territorio, prendiendo sus
signos en todas las formas donde fluían las nacientes relaciones sociales que se transmutaron y
desarrollaron a lo largo del tiempo en las superficies del mundo.
Dicha forma concreta de producción, circulación y consumo de bienes y servicios se proyectó en el
presente, borrando significaciones del pasado y penetrando en los imaginarios de los paradigmas
futuros. Cruzando los cánones de la disposición política, cultural y los soportes de los centros del poder,
irradió su modo de organizar los usos del espacio moldeando las tecnologías y estilos de vida
rural/urbana.
En este escenario los grupos de dominio estrecharon y concentraron los vínculos entre los capitales,
atravesados por las negociaciones, los enfrentamientos y las tensiones de la lucha por el poder. Los
capitales se expandieron y ampliaron incesantemente la acumulación de objetos, transformándolos
incesantemente en “mercancías”. Las luchas por la apropiación entre las clases sociales y los aparatos
político-estatales fueron el contexto de expansión y opresión. Las sedes imperiales más poderosas
tendieron a expandirse y disputarse sus dominios a escala mundial, incluyendo la geografía americana.
Esa amplia área fue rápidamente dividida bajo las órbitas de influencia manejadas por pocos centros
dominantes y extendiendo la ocupación y producción de los espacios urbanos.
En los territorios urbanos se fueron concentrando los habitantes, de modo tal que, en la actualidad, el
54% de la población mundial total se localiza en suelos de uso urbano. La tendencia es que esta
dinámica seguirá en aumento y que, en el año 2050, llegará al 66%, según datos de la ONU. Hoy, Asia
concentra el 53% de la población urbana mundial, seguida por el continente Europeo con el 14% y
América Latina y el Caribe con el 13%.
Entre los años 1990 y 2014 el mundo ha pasado de 10 megaciudades con más de 10 millones de
habitantes, a 28. Se estima que para 2030 habrá 41 ciudades con más de diez millones de habitantes.
Además, casi la mitad de los 3.900 millones de habitantes urbanos actuales residen en áreas urbanas
con menos de medio millón de habitantes.
En la actualidad, en América Latina y el Caribe, aproximadamente 80% de su población (cerca de 468
millones de personas) viven en áreas urbanas, la mitad de ellas reside en ciudades de menos de 500 mil
habitantes. Más de 111 millones de latinoamericanos viven en viviendas degradadas, sobreutilizadas y
en zonas suburbanizadas. Ese segmento representa el 24% de la población total urbana en la región, la
cual sufre graves problemas de acceso al agua y al saneamiento.
Segregación y desigualdad urbana
En la literatura especializada el término “segregación” remite a la proximidad espacial donde se
localizan las unidades familiares que son parte de un mismo segmento social y/o la distancia con otros
grupos étnicos o socio-económicos. El concepto se utiliza para identificar a los grupos más pobres así
como a los que más poseen. Estos últimos tienden a auto-segregarse, en muchos casos como forma de
mostrar su poder patrimonial, viviendo en zonas exclusivas donde solo pueden acceder las personas de
grandes fortunas. En otros casos, sectores medios se localizan en terrenos cerrados, “imitando” las
conductas de los segmentos que concentran las riquezas de la sociedad.
Así, como señala Martha Schteingart, es posible diferenciar entre las formas de “segregación pasivas”,
es decir que derivan de rechazos sociales y económicos a los más pobres, de las formas de “segregación
activa”, que emerge en los comportamientos de aislamiento de los sectores más poderosos. Estas
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modalidades de segregación son expresiones de la desigualdad patrimonial, cultural y simbólica que
imperan en las sociedades urbanas latinoamericanas. una de cuyas formas de reproducción son el uso y
la tenencia del suelo urbano.
El suelo y el marco construido
En los últimos tiempos, uno de los fenómenos que más afecta a los habitantes de las ciudades es la
incesante oscilación hacia la suba o a la baja relativa de los precios de los metros cuadrados del suelo
urbano. Esa modificación de la estructura del suelo y edificaciones registra la intervención de agentes de
producción y comercialización del mercado inmobiliario que suelen ser una extensión de grupos
económicos y, en muchos casos, provienen de extensiones de sociedades que operan en las esferas
financieras transnacionales.
Otro hecho es el alto ritmo y nivel de construcción de marcos edificados en “cercadas franjas urbanas”,
dedicados a distintos usos que agrietan la mancha urbana, estropean el ambiente y obturan la
comunicación; distorsionando la distancia real y simbólica entre los distintos segmentos de los
habitantes de la ciudad.
En el proceso constructivo juegan los entramados de las variaciones del empleo de fuerza de trabajo y
de las tecnologías en la edificación, con permanentes alteraciones en tipos y precios de los materiales e
insumos en el sector de la construcción.
Considerando el ínfimo y caro crédito público y privado destinado a la adquisición de viviendas, en
América Latina, la situación se torna más problemática para los usuarios de vivienda destinada a las
clases medias y medias bajas, siendo aún más grave en las clases populares.
Mientras las carencias habitacionales se expanden en muchas ciudades, en las urbes que se destinan
para la recreación o el turismo, hay sobrantes de viviendas y espacios de alta categoría constructiva sin
ocupación ni utilidad la mayor parte del año. Así, se evidencia una disposición edificada que expresa la
virulenta contradicción entre la superabundancia de la capacidad construida instalada y las agudas
insuficiencias de la utilizada.
La escasa planificación y las debilidades de las políticas estatales fueron dando lugar a espacios públicos
que privilegian el uso del automóvil individual, en detrimento del acceso al transporte colectivo que
mantiene o refuerza la segregación social y espacial, incrementa la contaminación ambiental y
despilfarra las fuentes de energía natural no reproducible. A la vez, el despliegue de nuevas tecnologías
desarrolla innovaciones digitales que transforman las redes y los dispositivos que inciden en la
configuración y diseño de la trama urbana de amplias zonas. En las últimas décadas se registró un fuerte
cambio en el que irrumpieron fisuras que atravesaron la morfología segregada, modificaciones que
continúan hoy día, profundizando la alteración y desigualdad de la distribución del acceso al suelo, a la
vivienda y al uso de la ciudad.
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Regeneración y vestigios
Uno de los rasgos más característicos que se derivan del apartado precedente es que las urbes están
marcadas por la profunda diferenciación que existe entre ellas; al tiempo que internamente son
atravesadas por complejas y variadas diferencias en la hechura arquitectónica, los rasgos culturales y
políticos, las utilidades del suelo urbano, los modos y las formas constructivas, acoplados a los entornos
ambientales que van cambiando en las distintas ciudades.
Cruzado con los anteriores aspectos, otro eje analítico ineludible es el modelo de política económicosocial que predomina a nivel macro, que demarca los tipos de estructura de ciudad: la extensión de la
pobreza, la localización concentrada de la opulencia de edificios y de los automotores que circulan por
sus calles: un estilo de modelo social-económico sostenido en estrategias de gobierno que van
demarcando los grados de separaciones que segregan en zonas diferenciadas a los habitantes.
En este marco, podemos distinguir a los países que aplican estilos de políticas gubernamentales
ortodoxas y tradicionales, frente a nuevas tendencias con enfoques que tienden a sociedades urbanas
más igualitarias con aperturas participativas de la población.
Fisuras conflictivas o violentas
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Uno de los rasgos que asemeja a las ciudades latinoamericanas es la presencia de diversas formas de
violencia que se ejercen cotidianamente contra las mujeres; las que deben prestar un tributo especial
para residir en las ciudades. En un contexto en el que persiste la violencia de género, hay
manifestaciones recurrentes de carácter sangriento, siendo notable que gran parte tiene un fuerte
contenido sexual.
Otro factor que refuerza las fracturas que atraviesan intensamente muchas de las urbes
latinoamericanas son las oleadas de miedo que se instalan en los habitantes, olas provenientes de
niveles de violencia e inseguridad reales o ficticios, muchas veces replicados por los medios de
comunicación. En las urbes latinoamericanas es clave la falta de una política de seguridad ciudadana,
además de políticas públicas locales basadas en una estrategia participativa y democrática con el objeto
de prevenir y atender las necesidades fundamentales de un amplio conjunto de la población, buena
parte de ellos olvidados de los derechos civiles.
Otra aguda problemática vinculada a la violencia y a la inseguridad proviene de los estrechos y
engañosos acuerdos que se establecen entre camarillas organizadas y fracciones del poder tanto
públicas como privadas. Esos acuerdos son el marco que propicia y encuadra el crimen ampliado: el
tráfico de personas, así como el de armas y productos prohibidos; transgresiones que desbordan el
espacio de las ciudades latinoamericanas.
Estas uniones de agrupaciones ilegales se mueven extendiéndose hacia los sitios ocultos de los sótanos
urbanos, pactando con otros núcleos similares de otras regiones cercanas y de otros países. En general,
derivan sus ganancias y basan su estabilidad en negocios lícitos. Uno de los sectores preferidos para
incorporar a la legalidad el dinero de origen ilegal es el sector de la construcción y el mercado
inmobiliario, porque la dinámica de los agentes y las modalidades comerciales y financieras permiten
inflar u oscurecer los orígenes y las reales cantidades de los fondos que se destinan a dichas actividades.
La creciente gravedad de los hechos con las consecuencias violentas que conlleva exige la pronta
aplicación de esfuerzos y el diseño de estrategias rápidas, inteligentes y participativas que coordinen a
todos los niveles de gobierno y convoquen al conjunto de la población, para llevar a cabo acciones de
prevención efectivas e integradoras.
Conclusiones y reflexiones
Las ciudades latinoamericanas transitan tiempos de cambio.
Con el riesgo de simplificar o esquematizar excesivamente, por un lado, se observa una tendencia al
predominio de gobiernos locales que llevan a cabo políticas de corte neoliberal, propiciando así la
disminución de la intervención y la regulación gubernamental, acompañada por la privatización de los
servicios colectivos rentables y delegando las acciones inmobiliarias a los agentes del mercado, lo que
produce una transferencia de los sobrantes monetarios hacia las zonas habitadas por los sectores de
mayores ingresos. Todo esto agudiza la segregación del uso y la circulación del espacio urbano,
conformando ciudades atravesadas por la polarización y la exclusión social.
Por otro lado, América Latina también es uno de los escenarios privilegiados para el desarrollo de
políticas heterodoxas, inspiradas en los “Estados del Bienestar” de la segunda mitad del siglo pasado y
nacidas de una matriz de pensamiento neo-keynesiana. Esos gobiernos colocan en el centro de sus
acciones un fuerte acento en las cuestiones sociales, en el desafío de disminuir la pobreza, mejorar el
empleo, ampliar los derechos de los ciudadanos y promover una mejor distribución de la riqueza.
En este contexto, las ciudades adoptan políticas para avanzar progresivamente en la disminución de los
múltiples factores que se acoplan potenciando la segregación, al tiempo que tienden a unir a los
habitantes en el uso del espacio. Generan así una progresiva igualación en los niveles de distribución de
los ingresos, gracias a la aplicación de iniciativas públicas o privadas que mejoran las condiciones de vida
de los segmentos desposeídos, modificando las inserciones en el aparato productivo y ampliando los
accesos a la educación en tanto determinantes de la igualdad y la integración social.
Estos nuevos escenarios sociales de las ciudades latinoamericanas van ampliando los derechos y
creando ciudadanía sobre la base de formas participativas y democráticas de los gobiernos locales;
diseñando políticas que buscan sistemas igualitarios de géneros y enfrentando las diversas violencias
contra las mujeres en los ámbitos urbanos.
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Uno de los ejes centrales de los gobiernos locales progresistas se concentra hoy en la elaboración planes
integrales y participativos, que buscan crear ensambles estables entre actores académicos, especialistas,
gubernamentales y la conjunto de la población, diseñando estrategias efectivas de acción que
desarrollen mejores condiciones de vida en ciudades edificadas sobre la justicia social y la igualdad.
En las urbes latinoamericanas hay mucho por transformar. Las tareas son arduas y complejas si lo que
aspiramos es a abordar, con decisión política, desigualdades sociales crónicas; si queremos abolir de
manera definitiva la asimétricas distribución de oportunidades y beneficios entre ricos y pobres; si
queremos combatir las persistentes formas de violencia de género, las causas de la contaminación
ambiental, las carencias alimentarias y educativas, las de transporte y seguridad, el déficit habitacional y
los estructurales problemas de saneamiento. De esto dependerá que las ciudades latinoamericanas
dejen de ser el espejo en el que se refleja una realidad de segregación, abandono e injusticia.
Carlos Fidel es profesor titular de la Universidad Nacional de Quilmes (UNQ). Ha sido profesor en
diversas universidades latinoamericanas. Es director del Centro de Desarrollo Territorial de la
Universidad Nacional de Quilmes. También dirige las revistas Mundo Urbano e Investigación Crítica I+C,
esta última publicada por el Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO). Es autor y coautor
de 18 libros académicos y de 4 de ficción, también de 99 artículos publicados en libros, revistas y
periódicos en varios países. A lo largo de su actividad como investigador desarrolló varias líneas
temáticas, convergiendo en las problemáticas sociales y económicas de la ciudad. Entre sus obras se
destacan: (Des)encuentros entre reformas sociales, salud, pobreza y desigualdad en América Latina
(Tomo I y Tomo II); Mujeres: violencia y sociedad urbana; y Miradas y controversias del desarrollo
territorial en Argentina. Fue consultor del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), del
Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y del Banco Mundial (BM).
¿ESTÁ MURIENDO LA IDENTIDAD NACIONAL EN PLENA GLOBALIZACIÓN?
http://mneudecker.blogspot.com.ar/2015/09/esta-muriendo-la-identidad-nacionalen.html?utm_source=feedburner&utm_medium=email&utm_campaign=Feed:+blogspot/PfkmX+(LAS+R
EGLAS+DEL+JUEGO)
En plena globalización las personas de distintas partes del mundo están más interconectadas que nunca.
Una de las consecuencias de esta cercanía es que, en teoría, es posible superar las limitaciones físicas y
culturales impuestas tradicionalmente por los estados-nación que estarían en decadencia, en pleno
proceso de lenta pero imparable desaparición de las fronteras. Este proceso afectaría también a nuestra
identidad, que dejaría de ser estrictamente nacional. Sin embargo, según el profesor Michael Billig, la
globalización no está haciendo que la nación esté desapareciendo como la principal identidad del
individuo. De hecho, el uso de la identidad nacional estaría presente en todas partes. Estaríamos ante
un tipo de “nacionalismo banal”, más vivo que nunca.
Un día cualquiera en la Plaza de Cibeles, en pleno centro neurálgico de Madrid. La estatua de la antigua
diosa romana se encuentra rodeada de mástiles, todos ellos con una bandera de España ondeando al
viento. Sin ser un día especial o sin que se produzca ningún tipo de celebración nacional, es posible
contar hasta 14 banderas rojigualdas desplegadas en torno a la Cibeles, más otras enseñas de España
ondeando en las fachadas de los edificios oficiales que rodean la plaza. Otro ejemplo. Subiendo por el
Paseo de Recoletos, a unos cuantos cientos de metros de distancia de Cibeles, una enorme bandera de
España domina el cielo en la Plaza de Colón, mientras que otras decenas de edificios presentan más
banderas sin que exista un motivo especial aparente.
Son solamente algunos ejemplos de la multitud de banderas españolas con las que cualquier ciudadano
nos encontramos a diario en Madrid o en cualquier otra ciudad del país, aunque raras veces nos damos
cuenta realmente de que están ahí. Entonces, ¿por qué y para qué sirven tantas banderas?
42
El profesor Michael Billig defiende en su libro “Nacionalismo banal” que no solamente en los lugares en
pugna por crear un estado-nación, sino también “en las naciones consolidadas, la nacionalidad se
“enarbola” o recuerda de forma continua. Las naciones consolidadas son aquellos Estados que tienen
confianza en su propia continuidad y que, concretamente, forman parte de lo que convencionalmente
se califica como ‘Occidente’”. Si estos estados ya se han consolidado como estados-nación, ¿por qué
insisten en visibilizar los símbolos de esa nación que aparentemente no corre peligro y que cuenta con
un apoyo y una legitimación mayoritaria?
Según Billig, esto es así porque “la nacionalidad suministra un telón de fondo continuo a sus discursos
políticos, a sus productos nacionales e, incluso, a la estructuración de los periódicos. De sutiles e
innumerables formas se recuerda diariamente a la ciudadanía cuál es su lugar nacional en el mundo de
las naciones. Sin embargo, la forma de recordarlo resulta tan familiar, tan constante, que no se registra
de manera consciente como un recordatorio. La imagen metonímica del nacionalismo banal no es la de
una bandera agitada conscientemente con ferviente pasión, es la de la bandera que vemos colgada en
un edificio público y pasa desapercibida”.
Es decir, a diferencia de aquellos lugares en los que el estado-nación se encuentra en plena construcción
o todavía en lucha por nacer, en los estados-nación consolidados no es necesario un despliegue agresivo
de nacionalismo. Debe ser sutil. De hecho, aparece en nuestras rutinas prácticamente sin darnos cuenta.
Como explica Billig, “la identidad nacional se encuentra en las costumbres encarnadas en la vida social.
Entre ese tipo de costumbres se encuentran las del pensamiento y las de la utilización del lenguaje.
Tener una identidad nacional es poseer formas de hablar de la nacionalidad”.
Billig quiere decir que “las nociones de nacionalidad están profundamente arraigadas en las formas de
pensar contemporáneas”, que se trata de “una ideología que es tan familiar que apenas parece
perceptible”. Por ejemplo, sin darnos cuenta identificamos a las personas que provienen de un lugar
geográfico diferente al nuestro en primer lugar por su nacionalidad antes que por cualquier otro rasgo
personal. También tendemos a identificar otros elementos cotidianos, como por ejemplo la comida
(tortilla española), los coches (alemán, japonés), etc., por su ‘nacionalidad’.
Ocurre porque, afirma Billig, “la nacionalidad no es algo remoto en la vida contemporánea, sino que está
presente en ‘nuestras’ pequeñas palabras, en los discursos familiares que damos por sentados”. Casi
nadie pone en duda la nacionalidad como elemento de identidad propio y hacia los demás, a pesar de
que se trata de un fenómeno de apenas dos siglos de antigüedad.
¿La globalización significa el fin de la nación?
Por otro lado, en los últimos años se multiplican los análisis que prevén la desaparición del estadonación y la subsiguiente muerte de la nación como principal elemento de de identidad y de
identificación de las personas. La causa sería la globalización y el impresionante fortalecimiento de la
interdependencia e interconexión entre las personas independientemente de sus naciones, y que
amenazan con convertir las fronteras en vestigios del pasado: “El resultado es que la soberanía del
estado-nación se desmorona bajo la presión de fuerzas globales y locales. Las necesidades económicas
obligan a los estados a ceder parte de su soberanía a organizaciones supranacionales”.
Michael Billig
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“Las tesis posmodernas sugieren que la vida en el mundo contemporáneo viene marcada por una
globalización banal. A diario se enarbola la ‘aldea global’ y la globalización banal está suplantando las
condiciones del nacionalismo banal”, explica Billig que, sin embargo, enseguida puntualiza que la
globalización no significa la creación de una nueva identidad global: “Las fuerzas de la globalización no
están produciendo homogeneidad cultural absoluta. Tal vez estén erosionando diferencias entre
culturas nacionales, pero también están multiplicando las diferencias en el interior de las naciones”.
Es decir, según el profesor Billig, la globalización efectivamente está erosionando al estado-nación
clásico, pero no por ello está poniendo en peligro a la nación como identidad: “La percepción de la
importancia de una patria con fronteras y la distinción entre ‘nosotros’ y ‘los extranjeros’ no han
desaparecido. Es más, esos hábitos de pensamiento persisten no como vestigios de una era pasada que
haya sobrevivido a su función, sino que hunden sus raíces en formas de vida en una era en la que el
Estado tal vez esté cambiando, pero todavía no ha desaparecido”.
Así pues, Billig afirma que el Estado puede estar cambiando, pero no por ello las personas dejan de
sentirse identificadas con una nación, ya sea una consolidada en forma de Estado o en búsqueda de uno
nuevo, como son los casos escocés o catalán en Europa. Muchos escoceses rechazan ser británicos y
muchos catalanes rechazan ser españoles, pero no por ello dejan de identificarse con una nación que,
según sus aspiraciones, debería ser también un Estado. Pero no son los únicos que apuestan por la
nación.
En el conjunto de la Unión Europea, prácticamente todos sus ciudadanos se identifican en primer lugar
con su nación antes que con ‘Europa’ u otros conceptos supranacionales. Pero no son las mismas
naciones que las que conocieron nuestros abuelos. Las mezclas culturales y étnicas tras años de oleadas
de inmigración han hecho pedazos el aspecto más homogéneo que presentaban esas naciones en el
pasado. Ahora la mayoría de los estados-nación europeos presentan una gran diversidad, lo que está
produciendo en muchos casos conflictos de integración. Pero no se trata de conflictos porque los
nuevos europeos quieran crear una nueva identidad o una nueva nación en el seno de las antiguas. Su
objetivo es participar e integrarse en sus lugares de acogida y convertirlos en sus propias identidades,
aspiración que provoca rechazo entre algunos de los ‘viejos’ nacionales.
En este sentido, Billig afirma que “aunque el multiculturalismo podría poner en peligro viejas
hegemonías que afirmaban hablar por la totalidad de la nación, y aunque podría prometer una igualdad
de identidades, sigue estando ordinariamente constreñido en el seno de la noción de nacionalidad. (…)
acepta el mundo de naciones en el que la nacionalidad es algo aceptado como algo importante y digno
de definirse”.
Por ello, la conclusión a la que llega Michael Billig es que, a pesar de la globalización, la nación sigue
siendo la identidad más importante para la mayoría de las personas, aunque eso no signifique que sean
unos nacionalistas furibundos y agresivos. El hecho de que la mayoría sigamos pensando en términos de
nacionalidad se debe a las influencias diarias a las que estamos sometidos por el nacionalismo banal y su
“bajo y discreto tono”. “En las prácticas rutinarias y los discursos cotidianos, en especial los de los
medios de comunicación, se enarbola de forma habitual la idea de nacionalidad. Hasta el pronóstico
diario del tiempo lo hace. Mediante este tipo de enarbolamientos, las naciones consolidadas se
reproducen como naciones, donde se recuerda sin alharacas a la ciudadanía cuál es su identidad
nacional”.
Para que no se nos olvide.
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LA DIMENSIÓN URBANA DE LA DESIGUALDAD
Por, Alicia Ziccardi, directora del Programa Universitario sobre Estudios de la Ciudad de la Universidad
Nacional Autónoma de México (UNAM)
http://blogs.elpais.com/contrapuntos/2015/04/la-dimension-urbana-de-la-desigualdad.html
La persistencia de las desigualdades en América Latina, 4
Perú_graffitti
Graffiti en una calle de Lima, Perú. Fuente: Cazadores de Graffitis
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En el marco de una nueva oleada modernizadora del espacio urbano - impuesta para adecuar el
territorio a los requerimientos de la economía global - las ciudades han transformado rápida y
profundamente no sólo su fisonomía, sino también las relaciones entre la economía, la sociedad y el
territorio. Se trata de construir nuevas relaciones que sustituyan a las construidas durante el proceso
industrializador fordista característico del siglo XX. En este contexto uno de los rasgos que signa el
espacio urbano en la región es la expansión de las condiciones de pobreza y desigualdad.
En este sentido, las ciudades latinoamericanas no sólo son la expresión espacial de profundas
desigualdades económicas y sociales sino que son producto de un intenso proceso de apropiación y uso
del espacio urbano de corte neoliberal, generador de nuevas y diferentes inequidades en el acceso a los
bienes y servicios de la ciudad. Precisamente son estas desigualdades urbanas las que modifican y
amplifican las desigualdades estructurales que han caracterizado históricamente a nuestras sociedades.
Por ello interesa analizar particularmente las dinámicas urbanas de las grandes regiones urbanas (como
Ciudad de México, San Pablo o Buenos Aires), en las que existen marcadas desigualdades territoriales
asociadas a procesos de diferente naturaleza. Por un lado, se trata de particulares procesos de pobreza
urbana y segregación residencial. Por otro, de obstáculos que persisten para el ejercicio pleno de la
ciudadanía y los desafíos que enfrentan los nuevos movimientos sociales urbanos para hacer efectivo el
derecho a la ciudad.
Desigualdades estructurales y refuncionalización del espacio urbano
Como lo ha señalado Manuel Castells las ciudades son el motor de la economía y asumen el papel de ser
los principales medios productores de innovación y riqueza. Más aún actualmente son el espacio de
flujos y redes de capital que desterritorializan la producción, el espacio propicio para generar
condiciones de competitividad urbana que logren atraer y retener la inversión y generar empleo.
Sin duda, las ciudades albergan los sectores económicos más modernos de la sociedad del
conocimiento, generando empleos bien remunerados para la mano de obra que posee alta escolaridad
formal y que se inserta los servicios avanzados (la banca, las finanzas, la informática). En particular, se
crean elites gerenciales que viven en barrios o zonas exclusivas de la ciudad acordes a sus altas
expectativas de vida.
También viven en las ciudades los sectores medios de la población, conformados por heterogéneos
conjuntos sociales que se insertan predominantemente en las actividades propias de los servicios a la
producción y los servicios personales. Estos sectores logran obtener remuneraciones adecuadas,
seguridad social y acceder a múltiples opciones habitacionales en función de su capacidad de ingreso.
Sin embargo, la principal es la adquisición o la renta de una vivienda en conjuntos habitacionales.
Pero en un contexto modernizador el hecho socio-económico más contrastante de las grandes regiones
urbanas es su evidente desindustrialización y la expansión de actividades del terciario de su economía.
Se trata de diferentes formas de empleo precario e informal, muchas veces íntimamente vinculadas a la
economía global, pero de muy baja productividad, propias de los servicios personales y del comercio
popular pero que permiten obtener un ingreso que en ocasiones es mayor que el de la industria
manufacturera. Este es el principal mercado de empleo de los trabajadores con baja o nula calificación
que en el caso del comercio popular de calle se apropian de espacios y que confronta cotidianamente el
derecho al trabajo con el derecho a la ciudad generando condiciones de conflictividad social y poniendo
en tensión el ejercicio de gobierno y de administración urbana de las autoridades locales. Para estos
sectores populares la principal forma de habitación es en barrios populares que han tenido distintas
denominaciones en las diferentes ciudades de la región (favelas, villas miseria, colonias populares o
barriadas) y que se caracterizan por ser el resultado de masivos procesos de auto-producción de
viviendas, en terrenos baratos o invadidos, los cuales gradualmente y muchas veces a partir de la lucha
social son dotados de infraestructuras y equipamientos básicos.
El resultado de este mosaico de intensas transformaciones económicas y territoriales registradas en
muchas ciudades latinoamericanas, en las tres últimas décadas, lleva a que estos espacios urbanos
pierdan su principal función de ser un mecanismo de integración social, tal como lo había observado el
sociólogo italo-argentino Gino Germani en sus tempranos análisis sobre el populismo. A cambio de ello,
surge una nueva morfología urbana, grandes regiones urbanas, dispersas y fragmentadas, en las que
persisten o se profundizan las desigualdades socio-económicas y territoriales.
Pobreza urbana y desigualdad territorial
Las relaciones entre las condiciones de pobreza y desigualdad de ingreso que se registra en las ciudades
de la región son complejas y su evolución no muestra necesariamente el un comportamiento o
tendencia únicos. Un estudio reciente de ONU-HABITAT y la Corporación Andina de Fomento (CAF),
realizado en nueve ciudades, indica que la disminución de la población pobre no necesariamente
significó una disminución la desigualdad de ingresos. Se observa que en Montevideo, Lima y Panamá la
brecha del ingreso se redujo; en el Alto y en Santiago se incrementó; en Santo Domingo, La Paz, Quito y
Buenos Aires se mantuvo estable. Por ello puede afirmarse que no existe una tendencia única entre la
evolución de la pobreza y la desigualdad de ingresos en las ciudades latinoamericanas.
Ahora bien muchos académicos han señalado ya que, tanto la pobreza y como la desigualdad, son
fenómenos muy complejos cuyo análisis no puede restringirse a la dimensión económica; requieren
adoptar una perspectiva multidimensional utilizando indicadores tales como: educación, salud o a los
bienes de la ciudad cuyo acceso, calidad y distribución suele ser muy inequitativo.
Por ello conviene definir los límites conceptuales que existen entre la pobreza y la desigualdad urbana
ya que son conceptos que aunque suelen usarse indistintamente y están interrelacionados son
sustancialmente diferentes. La pobreza es un complejo proceso de privación y escasez de recursos
económicos sociales, culturales, institucionales, políticos y también territoriales que afecta a los sectores
populares y que está asociado principalmente a las condiciones de inserción que prevalecen en el
mercado de trabajo: inestabilidad, informalidad, bajos salarios, precariedad laboral. En cierta medida a
diferencia de la pobreza rural, que es principalmente pobreza alimentaria y de capacidades, la pobreza
urbana es patrimonial, está vinculada a las dificultades para acceder a los bienes básicos de la ciudad,
principalmente vivienda, equipamientos y servicios urbanos, transporte o espacios públicos. Por ello
como apuntó Townsend en los años setenta del siglo pasado, la pobreza urbana es una pobreza relativa
al estándar de vida que es aceptado en una sociedad y un tiempo dado, que está más vinculada a la
distribución de los recursos que ofrece la ciudad que a los ingresos de cada ciudadano, que debe
vincularse con los patrones y las trayectorias de vida, las costumbres y las actividades particulares que
se realizan en el medio urbano. Esto lleva a afirmar que el alto porcentaje de los hogares urbanos
pobres en nuestras ciudades es principalmente consecuencia de las bajas remuneraciones que perciben
grandes mayorías que se insertan de manera precaria en el sistema productivo, del desempleo puede
afectar a varios miembros de una familia, del peso de los hogares para mujeres que son jefa de familias
y que se incorporan en el mercado de trabajo de manera desventajosa, recibiendo menores
remuneraciones y del elevado número de jóvenes que no logra dar continuidad a sus estudios de nivel
medio superior ni incorporarse plenamente al sistema productivo.
Pero también es cierto que a este proceso de acumulación de desventajas sociales que deben aceptar
estos colectivos sociales se agregan las desventajas urbanas que genera la localización de las viviendas
que habitan, ya sea en zonas centrales degradadas o en masivas periferias urbanas cada vez más lejanas,
donde autoproducen precarias viviendas en terrenos de muy bajo precio, carentes de infraestructuras y
equipamientos adecuados. En otros casos se trata de viviendas completas en grandes conjuntos
habitacionales que son adquiridas a través del financiamiento que otorgan organismos públicos. Se trata
46
de los financiamientos que otorgan los organismos responsables de administrar los ahorros de los
trabajadores que acceden a la seguridad social y que forman parte de las políticas de vivienda diseñadas
y aplicadas por los gobiernos nacionales. Lo cierto es que estamos en presencia de un proceso de
urbanización de la pobreza, es decir, que el peso de la población urbana pobre en el total nacional de los
pobres es cada vez mayor respecto a la población rural.
La desigualdad, en cambio, es un concepto relacional, de diferencias y dispersión de la distribución del
ingreso y de los recursos en una sociedad. Es claro entonces que la desigualdad está fuertemente
relacionada con la pobreza, pero también con la riqueza. Esto es así aun cuando se pueda constatar que
dado un ingreso medio, cuanto más desigual es la distribución del ingreso mayor será el porcentaje de la
población en situación de pobreza. Pero a ello se agrega que en las grandes ciudades es donde las
formas diferenciadas de acceso y calidad de la vivienda y los bienes y servicios colectivos – agua,
drenaje, equipamientos, espacios públicos o transporte de calidad- son indicadores inequívocos de
grandes desigualdades que existen en el territorio.
Desigualdades urbanas y segregación residencial
En el estudio de ONU-Habitat y la CAF al que ya se hizo referencia se afirma que cuando los procesos de
desigualdad de ingresos se acentúan, los ricos se auto-segregan en condominios y los pobres en la
periferia. Cuando esto ocurre se agudiza la condición de ciudades divididas, fragmentadas y
segmentadas. Pero lo importante es reconocer las diferencias que existen entre estos dos tipos de
procesos de segregación residencial aún cuando lo común de ambos es la amplificación de las
desigualdades estructurales que se observa en nuestras sociedades.
En el caso de los procesos de segregación de los sectores populares es el acceso a suelo barato lo que ha
determinado la concentración de amplios segmentos de trabajadores de más bajo ingreso en barrios de
autoproducción social de viviendas, carentes de equipamientos y servicios, los cuales se han ido
consolidando con el trabajo colectivo y familiar realizado por sus habitantes y por su capacidad de lucha
y negociación frente a los gobiernos locales, responsables de la provisión de estos bienes colectivos de
la ciudad.
Pero en el caso de México, más recientemente, se asiste a procesos de segregación residencial de
naturaleza diferente producidos por la política de vivienda impulsada desde principios de las década del
2000 por el gobierno federal para lo cual se creó la Comisión Nacional de la Vivienda. La misma se funda
en procesos de desregulación del uso del suelo de origen ejidal o comunal y en la disponibilidad de los
recursos de los fondos de vivienda de los trabajadores que pasan a ser administrados privilegiando
criterios financieros y no de política social. Debe decirse que la ambiciosa meta cuantitativa de producir
cientos de miles de viviendas anuales fue alcanzada gracias la existencia de una industria de la
construcción en la que se advierte la presencia dominante de un pequeño número de grandes grupos de
desarrolladores inmobiliarios que poseen mucha experiencia en el submercado de la vivienda popular y
que pudieron expandir su producción recibiendo subsidio gubernamental. Sin embargo, el objetivo de
abatir el déficit cuantitativo de la vivienda no alcanza a cubrir la demanda de los sectores de menores
recursos, sino a cubrir en el mejor de los casos logra atender las necesidades de los sectores medios
bajos. La oferta es principalmente de masivos conjuntos habitacionales ubicados en la periferia cada vez
más lejana, en terrenos baratos y en conjuntos constituidos por casas de muy pequeño tamaño que
condenan a las familias al hacinamiento; sus diseños y materiales son de baja calidad y muchas veces de
la infraestructura, los equipamientos básicos y de recreación que debe ofrecer cualquier ciudad.
Por ello puede decirse que la presencia de estos nuevos y masivos barrios periféricos acrecienta las
desigualdades en las ciudades del siglo XXI ya que se construyen muchas vivienda y muy poca ciudad.
Ante esto la respuesta de las familias trabajadoras que adquirieron una de estas viviendas,
principalmente con la intención de mejorar su calidad de vida y construir un patrimonio familiar, ha sido
abandonarlas masivamente lo cual trae como consecuencia el deterioro de ese parque habitacional y la
creación de condiciones para que prolifere en estos espacios el vandalismo y la violencia.
En el lado opuesto están los procesos de suburbanización producidos por una oferta de vivienda en
enclaves periféricos de clase alta, que pretenden materializar valores como la privacidad, la
exclusividad, el medio ambiente saludable, la seguridad privada y las actividades sociales. Estas nuevas
formas urbanas, que son formas de autosegregación de las clases altas, también constituye una oferta
de vivienda segregada, productora de un enclave urbano sin conexión con estructura urbana
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consolidada ni con la ciudad central, debilitando el sentido de pertenencia y exigiendo que se inviertan
muchas horas de traslado en carro particular lo cual genera efectos ambientales negativos. Lo cierto es
que éstos y otros procesos de periferización de la vivienda constituyen fuentes de grandes
desigualdades urbanas y sociales.
Ambos procesos están presentes en la mayor parte de las grandes ciudades latinoamericanas y son
considerados por la ciudadanía como las principales causas de las marcadas desigualdades urbanas
actualmente existentes. Según una encuesta de percepción realizada por ONU-HABITAT la localización
de los barrios de la ciudad es considerada el principal componente de la desigualdad urbana. Así, el 37%
de los entrevistados consideró que son los barrios pobres y el 34% que eran las urbanizaciones cerradas,
producto de la autosegregación de las elites.
Pero no es sólo la vivienda y su localización sino el acceso a los equipamientos servicios básicos otros de
los indicadores que expresan claramente el vínculo entre pobreza urbana y desigualdad terrritorial.
Mientras que en las grandes regiones urbanas los sectores populares que viven en la periferia pasan por
todo tipo de penurias cotidianas para acceder al agua en los barrios de las clases altas la dotación está
ampliamente garantizada y los excesos en su consumo suelen ser penalizados sólo a través tarifas más
altas. Por ejemplo, en la Ciudad de México, el acceso al agua por día por habitante es marcadamente
inequitativo. El promedio del Distrito Federal es de 327 litros por habitante y por día. Una de sus
divisiones administrativas internas, denominada Cuajimalpa, dispone de una dotación es de 525 litros,
porque allí se localiza un enclave de modernidad denominado Santa Fe, que es el espacio de trabajo y
de vida de las elites gerenciales y las clases altas. Mientras que en otra denominada Tláhuac, una de las
demarcaciones más pobre que aun conserva actividades rurales de la ciudad, sus habitantes sólo
cuentan con cuenta con 177. Es decir la diferencia entre estas zonas de la ciudad es casi de 3 a 1 e indica
las dificultades que tienen los sectores populares de la capital para hacer efectivo su derecho al agua.
Pero además otros indicadores tales como hacinamiento y calidad de los materiales de las viviendas, la
existencia de espacios públicos abiertos o el acceso a los servicios de basura, transporte público o
alumbrado público, tienen comportamientos particulares. Sin embargo, cada uno nutre el proceso de
acumulación de desventajas urbanas que comparten ciertos colectivos pobres de la ciudad y que, como
afirmamos, amplifican las desigualdades socio-económicas y ponen en evidencia el cúmulo de
obstáculos que existen para el ejercicio pleno de los más elementales derechos ciudadanos.
Ciudad, ciudadanía y gobernanza local democrática
Debe decirse que a pesar de que América Latina es la región más desigual del mundo, en la última
década se registra una disminución de la desigualdad del ingreso, medida según el coeficiente de Gini.
Sin duda, estas mediciones presentan dificultades ya que sus resultados son altamente sensibles a la
unidad de análisis territorial considerada, puesto que no es lo mismo medir la desigualdad de la ciudad
central o sus divisiones internas que de la gran región urbana donde se registran principalmente los
procesos de segregación residencial que describimos. Pero además de estas primeras mediciones puede
corroborarse que ha habido un paulatino mejoramiento de la calidad de vida de los barrios populares
más centrales, principalmente por tener actualmente una mejor dotación de infraestructura social y
equipamientos básicos.
Sin embargo, es mucho lo que resta por hacer para que existan espacios urbanos en los que prevalezcan
condiciones materiales y ambientales dignas, haciéndose efectivos los derechos ciudadanos para todos
los habitantes de nuestras ciudades, transitando por el camino de construir ciudadanía, de hacer de los
habitantes de las ciudades, ciudadanos con derechos cívicos, sociales, culturales, políticos y urbanos.
En un contexto en el que se acrecientan las desigualdades y la pobreza no cede terreno, es difícil lograr
la democratización de la gestión urbana y, por el contrario, existen las condiciones propicias para que
persistan las viejas prácticas clientelísticas de intercambio de bienes básicos por votos lo cual no
permiten avanzar en la construcción de una gobernanza local democrática.
Esto se traduce en cierto desencanto por la democracia representativa como forma de gobierno capaz
de garantizar una mejor calidad de vida para el conjunto de la ciudadanía. Asimismo, supone aceptar la
existencia de una ciudadanía fragmentada que expresa las grandes desigualdades del ingreso y el acceso
diferenciado a los bienes y servicios básicos. Una realidad en la que los derechos son plenamente
ejercidos sólo por algunos ciudadanos, mientras que un amplio conjunto dela población vive en
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condiciones precarias y para acceder a los mismos debe crear organizaciones y movimientos sociales
con capacidad de transformar no sólo el espacio urbano sino la institucionalidad del aparato
gubernamental y la misma vida social.
Por ello, en años recientes, han surgido nuevos y originales movimientos sociales en varias ciudades de
la región, particularmente de Brasil, los cuales reivindican a través de diferentes formas de lucha y
negociación el derecho a la ciudad. Se trata de movimientos que apelan a que una parte del excedente,
que se genera principalmente a partir de las actividades inmobiliarias, sea redistribuido en zonas
populares de la ciudad que requieren de inversión pública para mejorar su calidad de vida. Cuando estos
movimientos logran su objetivo alteran sustancialmente las condiciones de desigualdad urbana que
caracteriza a nuestras ciudades y avanzan sustancialmente en el ejercicio del derecho a la ciudad.
Referencias
Alicia Ziccardi. [Compiladora] Procesos de urbanización de la pobreza y nuevas formas de exclusión
social. Los retos de las políticas sociales de las ciudades latinoamericanas del siglo XXI. CLACSO, Buenos
Aires, 2008.
Alicia Ziccardi, Carmen Midaglia, Verónica Villarespe Reyes. [Coordinadoras] Persistencias de la pobreza
y esquemas de protección social en América Latina y el Caribe. CLACSO, Buenos Aires, 2013.
María Mercedes Di Virgilio, Mariano D. Perelman. [Coordinadores] Ciudades latinoamericanas.
Desigualdad, segregación y tolerancia. CLACSO, Buenos Aires, 2014.
T. Bolívar Barreto, M. Guerrero Echegaray, M. Rodríguez Mancilla. [Compiladores] Casas de infinitas
privaciones. ¿Germen de ciudades para todos? Volumen I. Abya-Yala, CLACSO; Universidad Central de
Venezuela. Quito, 2014.
Teolinda Bolívar, Marcelo Rodríguez Mancilla, Jaime Erazo Espinosa. [Coordinadores] Ciudades en
construcción permanente ¿Destino de casas para todos? Volumen II. Abya-Yala, CLACSO, Universidad
Central de Venezuela. Quito, 2015.
Alicia Ziccardi es investigadora del Instituto de Investigaciones Sociales (IIS) y Directora del Programa
Universitario sobre Estudios de la Ciudad de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Investigadora del Sistema Nacional de Investigadores de México.
LA ENCRUCIJADA DE LA DESIGUALDAD Y LA POLÍTICA SOCIAL EN AMÉRICA LATINA
Por, Carlos Barba Solano, investigador de la Universidad de Guadalajara, México
http://blogs.elpais.com/contrapuntos/2015/04/la-encrucijada-de-la-desigualdad-y-la-politica-social-enamerica-latina.html
La persistencia de las desigualdades en América Latina, 5
Mercado
Ciudad de México. Artista: Minoz
La desigualdad social en América Latina no debe ser abordada con la mirada que actualmente prevalece
en Europa. En el caso europeo y también en el anglosajón, el crecimiento reciente de la desigualdad
implica una verdadera contrarrevolución que marca una clara ruptura con lo ocurrido durante el siglo
XX, cuando se desarrollaron Estados de Bienestar que impulsaron un movimiento continuo de reducción
de las desigualdades.
A escala global, la concentración creciente del ingreso y del patrimonio en el 1% de la población ha sido
explicada por Thomas Piketty (2014) como resultado de la propensión estructural a que las ganancias
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derivadas de las inversiones financieras (tasa de ganancia del capital) sean mayores que la tasa de
crecimiento económico. Esta tendencia que está llevando al reestablecimiento de un capitalismo
patrimonial semejante al que prevaleció hasta antes de la Primera Guerra Mundial.
En los países desarrollados está en juego la posibilidad de preservar una vida en común. El desafío,
como señala Rosanvallon (2012), es rehacer el Estado del Bienestar para reconstruir el “interés general”,
ante la evidencia de que una sociedad desigual y fracturada es más violenta y enfrenta costos crecientes
en materia de salud, educación, vivienda y seguridad social.
Sin embargo, en América Latina la desigualdad es una vieja y persistente herencia histórica, que exige
otra tarea: construir versiones regionales del Estado de Bienestar. En Latinoamérica, no tiene sentido
hablar del retroceso de la ciudadanía social frente a la ciudadanía política, sino de una democracia
desgarrada, donde la segunda parece haberse consolidado pero no así la primera. Se trata de un mundo
donde la democracia no ha logrado minar las desigualdades heredadas, que aún son un destino
inexorable para numerosos grupos sociales.
Luis Reygadas y Alicia Ziccardi (2010) afirman con razón que en América Latina hay al menos tres
matrices generadoras de desigualdad: las desigualdades de la sociedad agraria, las de la sociedad
industrial y las de la sociedad postindustrial. Las primeras heredadas de la época colonial y de la
modernización basada en la exportación de bienes primarios; las segundas legadas durante la etapa de
industrialización orientada al mercado interno; y las terceras que corresponden a la etapa actual de
intensa globalización económica.
La primera modernización y la primera matriz de la desigualdad
Como lo señala Rosemary Thorp (1998), durante la etapa de crecimiento impulsado por la exportación
(siglo XIX, hasta la crisis de 1929) se fijaron algunas de las características estructurales que explican una
parte importante de las desigualdades sociales en América Latina. Tres casos contrastantes revelan esta
impronta, que condicionó profundamente el futuro de esas sociedades: el caso argentino, el brasileño y
el mexicano.
Durante la Belle Époque argentina, un flujo masivo de recursos desde el exterior generó un boom
económico de casi 40 años, hasta la Primera Guerra Mundial, fundado en la exportación de bienes
primarios (lana, carne y cereales). El rasgo social distintivo fue una gran migración europea que dejó una
traza social distinta a la de la mayoría de los países de la región, pues en Argentina se produjo una
movilidad social ascendente, una temprana aparición de capas medias y el desarrollo precoz de
instituciones de bienestar.
El modelo brasileño, el país más grande y complejo de la región, se basó en acuerdos entre distintas
élites exportadoras (de café, azúcar, caucho, algodón), que concentraban la propiedad de la tierra, a
través de la acción del estado, que facilitó un auge moderado del sector servicios, procesos de
urbanización, instituciones de bienestar más excluyentes que en el caso argentino, la aparición de un
mercado interno limitado y una fuerte protección de las nacientes industrias. Este modelo se basó en
una concentración extrema de la propiedad de la tierra y en el uso del trabajo de los antiguos esclavos
en condiciones de gran precariedad y exclusión social.
En el caso mexicano, después de una tormentosa guerra de independencia y una gran inestabilidad
política que impidieron la inversión extranjera y limitaron seriamente el crecimiento económico, se
produjo una modernización conservadora encabezada por el gobierno de Porfirio Díaz, quien durante 30
años garantizó estabilidad política, atrajo inversión extranjera directa y alcanzó un rápido crecimiento
económico basado en la exportación de metales no preciosos, petróleo y productos agrícolas. La
intervención estatal impulsó un moderado crecimiento industrial, procesos de urbanización, el
desarrollo de un sistema bancario y la modernización de los sistemas de comunicación. En lo social el eje
fue la ampliación del mercado de la tierra, que se concentró en muy pocas manos, a partir de la
expropiación de las tierras de las comunidades campesinas e indígenas, cuya mano de obra fue utilizada
en condiciones de precariedad extrema y de un fuerte racismo.
Lo ocurrido en Argentina, Brasil y México se reprodujo en distintos grados en varios países
latinoamericanos: concentración de la tierra en pocas manos; agudas desigualdades entre el mundo
50
rural y el urbano; y la exclusión sistemática de los indígenas y los afrodescendientes. Las etapas de
modernización posteriores no alteraron radicalmente estas tendencias.
La segunda modernización y las nuevas formas de la desigualdad
El modelo de industrialización vía sustitución de importaciones (ISI), en auge en América Latina entre la
Segunda Guerra Mundial y 1982, privilegió el crecimiento económico por encima de la inclusión de
quienes fueron hechos a un lado en la etapa previa. Las actividades económicas que se desarrollaron
fueron intensivas en capital, la creación de empleos fue más lenta que el crecimiento de la Población
Económicamente Activa (PEA) y la política social no fue progresiva y ofreció derechos sociales y mejores
servicios a quienes tenían una mayor capacidad organizativa y eran cruciales para apoyar el proceso de
industrialización.
Durante los años cincuenta y sesenta, la CEPAL impulsó la industrialización forzada de América Latina y
le atribuyó un rol central al Estado porque se consideraba que este proceso requería de una conducción
deliberada y que el desarrollo debería planificarse. La CEPAL consideraba fundamental modificar la
estructura de la propiedad agraria, lograr una distribución más equitativa del ingreso, absorber
económicamente a los grupos desposeídos a través del proceso de industrialización e integrarlos
socialmente a través de políticas activas de empleo.
En la década de 1970, este optimismo fue abandonado porque la industrialización basada en la
adopción de tecnología avanzada no producía los beneficios esperados. La diferencia entre el ingreso
rural y el urbano aumentaba y la concentración del ingreso no permitía el surgimiento de un mercado
interno de grandes dimensiones. El crecimiento de la población sobrepasaba la capacidad de la industria
para incorporar mano de obra.
La CEPAL perdió su unidad intelectual e ideológica y muchos de sus miembros la abandonaron para
alimentar las filas de lo que se conocería posteriormente como la teoría de la dependencia. Fernando
Hernique Cardoso y Enzo Falleto (1978) llegaron a la conclusión de que el modelo ISI había fracasado
porque aunque el sector industrial se fortaleció, no generó ni desarrollo social ni político.
Aunque se ampliaron las capacidades estatales y se establecieron amplios sistemas de bienestar en los
años 1940 y 1950, eso no alteró la lógica distributiva heredada de la etapa previa. Se desarrollaron
importantes sistemas sectoriales de educación y salud que garantizaban prestaciones básicas para
amplios sectores de la población, pero la seguridad social tendió a ser excluyente y se caracterizó por
una aguda segmentación institucional.
En términos generales, la política social privilegió a los grupos de ingresos medios (trabajadores
industriales, empleados estatales, clases medias) que respaldaban el proceso de industrialización. Los
campesinos, trabajadores urbanos informales y pueblos indígenas quedaron al margen de las principales
instituciones de bienestar.
En este proceso hubo matices importantes. En los regímenes de bienestar universalistas, desarrollados
en países con escasa población indígena o afrodescendiente (Argentina, Chile, Uruguay y Costa Rica),
hubo una mayor expansión del empleo formal y mayor cobertura institucional en educación, salud y
seguridad social. Allí se alcanzaron los niveles más altos de protección pública y de ampliación de la
ciudadanía social. La seguridad social siguió un modelo bistmarckiano (estratificado, contributivo, con
un régimen de seguros múltiples) y descansó en un modelo familiarista: los varones asalariados
responsables de proveer ingresos y aseguramiento para los miembros del hogar, las mujeres a cargo de
las labores de cuidado.
En México o Brasil, los países y las economías más grandes de la región, se instituyeron los mismos tipos
de sistemas de bienestar, pero tendieron a concentrarse en las áreas urbanas, dejando a un lado a
quienes no participaban en la economía formal urbana, a los campesinos y a una gran variedad de
grupos indígenas o de descendientes afro-latinos, quienes constituían una parte significativa de la
población total. Por eso se les caracteriza como regímenes duales.
En la mayoría de los países de América Central y de la América Andina, con población indígena muy
numerosa, los regímenes fueron excluyentes. El Estado tuvo un muy pobre desarrollo institucional y
51
benefició solamente a pequeñas oligarquías. Por ello, los principales recursos de los pobres para hacer
frente a los riesgos sociales fueron sus familias y redes comunitarias.
Como ya lo he señalado (Barba, 2007) en 1970, antes de las grandes crisis latinoamericanas, en los
regímenes universalistas sólo el 15.3% de todos los hogares se encontraban en la pobreza; en los
regímenes duales la cifras era mayor: 38.3 %. Sin embargo, en los regímenes excluyentes al menos el
50% de los hogares eran pobres. Ese mismo año, la desigualdad en la distribución del ingreso, medida a
través del Coeficiente de Gini (cuyos valores fluctúan entre 0 y 1, donde los valores que se aproximan a
1 indican mayores grados de concentración del ingreso) en promedio alcanzaba en los regímenes
universalistas valores cercanos a 0.48, en los duales próximos a 0.55, y en los excluyentes rondaban
0.60.
Para 1980, en los regímenes universalistas el gasto social promedio como porcentaje del PIB era de
16.4%, en los regímenes duales 10.8% y en los excluyentes 6.5%. La seguridad social cubría en el primer
caso al 62% de la PEA, en el segundo al 34% y en el tercero al 27%. La matrícula en educación media
como porcentaje de la población entre 12 y 17 años en 1980 era respectivamente 66%, 49% y 43%.
Este nivel de protección bastó para que tanto en los regímenes universalistas como en los duales se
desarrollaron sectores de clase media urbana que lograban acceder a niveles de enseñanza media y
superior, tenían empleos estables y podían esperar que sus hijos gozaran de una situación mejor que la
suya. Esas ambiciones fueron cortadas por las crisis económicas de los años 70 y 80 que implicaron una
reducción de empleos públicos, la privatizaciones de empresas estatales y un importante proceso de
desindustrialización que en conjunto socavaron los cimientos de la clase media.
La modernización liberal y las nuevas desigualdades
Esas crisis, los procesos de ajuste y restructuración económica, encaminados a sustituir el modelo ISI por
un modelo orientado a las exportaciones, produjeron un gran desempleo, subempleo y la expansión del
trabajo informal.
Este escenario permitió a organismos financieros internacionales, como el Banco Mundial (BM) o el
Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y a numerosos gobiernos de América Latina justificar la
adopción de una paradigma de bienestar liberal que considera al mercado el eje en la generación y
distribución de bienestar y que sólo encomienda al estado hacer frente a la pobreza.
Las nuevas políticas sociales se focalizaron en los más pobres, apoyaron la participación privada en la
educación, la salud y los sistemas de pensiones e impulsaron la descentralización de los servicios
sociales. El empleo se conceptualizó como un asunto del mercado, por ello se promovieron la
desregulación y flexibilización de los mercados laborales y se recomendó reemplazar los sistemas
pensionarios por otros de capitalización individual.
Inicialmente la pobreza fue considerada un costo social, producto de los procesos de estabilización y
ajuste que siguieron a la crisis de 1982 encaminados a reorientar las economías nacionales hacia el
mercado mundial. Más tarde fue concebida como una externalidad del mercado que debía corregirse.
A partir de los años 80, a los indígenas, los campesinos y los descendientes afro-latinos, que constituían
el núcleo duro de la pobreza estructural, se sumó un nuevo tipo de pobres: los sectores medios que
perdieron cobertura de seguridad social debido a una crisis de empleo.
En esa década, se crearon los primeros programas focalizados para aliviar la pobreza del ciclo liberal,
conocidos como Fondos de Inversión Social (FIS), apoyados por el BM o el BID. Los FIS reducían la
responsabilidad social del Estado, fueron temporales, compensatorios y de baja calidad. Fracasaron
porque su focalización no fue rigurosa, fueron clientelistas y se conducían con una gran opacidad.
Durante los años 90, en los regímenes duales, inició un segundo ciclo con los programas de
transferencias monetarias condicionadas (TMC). Destacan “Oportunidades” en México y “Bolsa (beca)
Familia” en Brasil, los programas de TMC más grandes del mundo (en 2013 cubrían respectivamente 58
y 32 millones de personas). Hasta 2013, este tipo de programas se habían implantado en 19 países de
América Latina y tenían una cobertura de casi 127 millones de personas. Su principal objetivo es impedir
la reproducción intergeneracional de la pobreza, al menor costo posible. Fueron diseñados para
impulsar que los hijos de las familias pobres utilizaran los servicios públicos de educación y la salud,
52
para que pudieran adquirir capital humano suficiente para aprovechar las oportunidades de empleo o
ingreso que supuestamente son generadas por el mercado
Estos programas han sido evaluados favorablemente y han logrado la incoporación de millones de
pobres a esquemas de protección social de baja calidad. Sin embargo, conviene ubicarlos en el contexto
socioeconómico que prevalece en la región, donde el crecimiento económico y el aumento del empleo
formal se encuentran enfrentados y donde los mercados laborales demandan cada vez mayores niveles
de calificación. El desempleo, el subempleo o la informalidad se muestran como características
estructurales de nuestras economías. El empleo formal cada vez es más precario y la protección de la
seguridad social es selectiva, de baja calidad y suele ser temporal. Por ello, cabe preguntarse si las
tendencias predominantes en materia de protección social durante los años 90 son las adecuadas para
hacer frente al funcionamiento del empleo. La respuesta obviamente es no.
Los resultados de las nuevas políticas a lo largo de los años 90 fueron mediocres. De acuerdo con CEPAL
(2001): bajo crecimiento económico, acompañado de una moderada reducción de la pobreza que entre
1990 y 1999 en los regímenes universalistas pasó del 28.5 al 14.5 % de los hogares, en los regímenes
duales de 42.3 a 38.9% y se mantuvo por encima del 50% en los regímenes excluyentes. Sin embargo, el
porcentaje de personas en la pobreza y la indigencia, tanto en el campo como en el medio urbano,
siguió siendo mayor que durante la década de 1980. Además, La desigualdad del ingreso creció en los
regímenes universalistas, se mantuvo constante en los duales y se incrementó en los excluyentes.
Desigualdad_ElRotoEl Roto, El País.
La crisis del Consenso de Washington: en busca de una ruta hacia el universalismo
Estos magros resultados pusieron en crisis al paradigma liberal de política social. La apertura económica
continuó, aunque en mejores condiciones. Quenan y Velut (2014) señalan que entre 2003 y 2008
América Latina, experimentó una fase de fuerte crecimiento económico, vinculado a la exportación de
materias primas (soya en Argentina y Brasil; caña de azúcar, bauxita y estaño en Brasil; cobre, litio en
Chile; hidrocarburos en Venezuela, México, Brasil, Bolivia y Ecuador) en un contexto de estabilidad de
precios.
Predomina ahora la tendencia a la re-primarización de las grandes economías latinoamericanas, con la
excepción de México donde las exportaciones de productos manufacturados constituyen el 73.5% del
total. Sin embargo, la coyuntura económica favorable parece haber llegado a su fin debido a las crisis de
2007-2008 y de 2011 y 2012, así como a la caída de los precios de las materias primas en 2008-2009 y la
de los precios del petróleo de 2014.
Durante la etapa de auge las clases medias se recuperaron, tuvieron acceso a mejores salarios,
consumo, vivienda, salud, crédito, educación superior para sus hijos. Sin embargo, al igual que en
Europa o los países anglosajones, enfrentan una creciente incertidumbre, producto de la precariedad e
inestabilidad laboral, los elevados costos de la educación de sus hijos, la amenaza de perder sus empleos
o de sufrir gastos catastróficos en materia de salud. Esta vulnerabilidad ha llevado a una mayor agencia
de esos sectores que demandan al Estado: protección, regulación económica, seguridad social; también
ha impulsado giros electorales hacia la izquierda en varios países (a escala local y nacional) y ha puesto
nuevamente el tema de la reducción de la desigualdad en la agenda social.
En Chile y México los cambios en la política social han sido moderados, pero en países como Argentina,
Brasil, Ecuador, Venezuela, Bolivia y Uruguay han sido significativos en busca de un nuevo equilibrio
entre crecimiento y equidad y un retorno del Estado. Sin embargo, exceptuando los casos de Brasil y
Argentina, esto se ha producido en contextos de una muy reducida capacidad fiscal y en adelante muy
probablemente en contextos de bajo crecimiento económico.
A diferencia de lo que ocurre en los países desarrollados, la tarea no es rehacer los estados de bienestar
desgarrados, sino terminar de construirlos con escasos recursos y con un instrumental híbrido. Como
señalan Luis Reygadas y Fernando Filgueira (2011) y también Barba y Valencia (2014) las políticas
sociales incluyen tanto programas de corte liberal, como las TMC, reformas liberales a los sistemas de
pensiones, cuasi mercados de servicios sociales, mercados laborales liberalizados; como políticas socialdemócratas como sistemas unificados de salud, ampliaciones a los derechos laborales y sociales,
53
promoción del desarrollo, pensiones solidarias, reformas fiscales progresivas y asistencia social fundada
en derechos.
No obstante, el resurgimiento de una agenda universalista define un panorama lleno de claro-oscuros.
Reducción de la pobreza nacional e inclusión de los más pobres en esquemas de protección, pero no la
reducción de la pobreza rural. Datos de CEPAL (2012) indican que en 2002 el 44% de la población se
ubicaba en la pobreza, para 2008 ese porcentaje había bajado a 33%; pero en 2011 la pobreza rural
alcanzaba aún al 50% de la población (mientras la pobreza urbana comprendía al 24%). En los países
donde se produjeron giros a la izquierda la reducción fue aún mayor, en Uruguay, Argentina, Costa Rica
y Brasil la pobreza nacional se sitúo por debajo del 28% de la población.
También la concentración del ingreso se redujo, pero con gran variabilidad. Entre 1990 y 2012, de
acuerdo con CEPAL (2015), en Argentina, Uruguay, Venezuela y Brasil el Coeficiente de Gini disminuyó,
en el primer caso pasó de 0.501 a 0.475, en el segundo de 0.492 a 0.383, en el tercero 0.471 a 0.407 y en
el cuarto de 0.627 a 0.567. Aún así, con la excepción de Uruguay, la desigualdad en estos países
continúo siendo muy alta y en el caso Brasileño extrema.
La CEPAL (2015) señala que aunque el acceso a la educación mejoró considerablemente en todos esos
países, pero se mantuvieron grandes brechas entre los jóvenes más pobres y los más ricos. En 2012
mientras el 83% de los jóvenes de 20 a 24 años del 20% más rico de la población había concluido la
enseñanza secundaria, sólo el 33% del 20% más pobre había logrado el mismo nivel de escolarización.
Esta situación se agrava por la gran deficiencia de la calidad de la educación a la que tiene acceso el 40%
de los más pobres, quienes no alcanzan los niveles de aprendizaje mínimos para desempeñarse como
ciudadanos competentes en áreas de lectura y matemáticas.
Esta agencia señala también que los avances en el campo educativo no se han trasladado al campo
laboral, ya que el desempleo de los jóvenes es mayor que el de la población adulta y su inserción laboral
es más precaria.
En esta encrucijada de desigualdades históricas, persistentes e inerciales y de otras nuevas, globales y
cambiantes, en América Latina tres temas continúan pendientes: (1) el viejo tema de la reforma fiscal
para asegurar la viabilidad de las políticas sociales; (2) el de la integración de los sistemas de protección
cada vez más fragmentados; y (3) el de la construcción de estados de bienestar que de manera
consistente reduzcan tanto las desigualdades sociales heredadas, como las que se han ido agregando al
pasar de un modelo económico a otro y que, por otra parte, sean capaces de generar formas de
ciudadanía social que permitan una vida en común entre los pobres y los sectores medios, integrados en
las mismas instituciones sociales.
Referencias
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Regímenes de bienestar en transición al iniciar el Siglo XXI. Guadalajara: Universidad de Guadalajara.
Barba, Carlos y Valencia, Enrique (2014) “Brasil y México: regímenes duales en transición divergente”.
Ponencia presentada en el XXXII International Congress of the Latin American Studies AssociationLASA2014.
Cardoso, Fernando Henrique y Enzo Falleto, (1978) Dependencia y Desarrollo en América Latina. Ensayo
de interpretación sociológica. México: Siglo XXI editores.
CEPAL-Comisión Económica Para América Latina y el Caribe (2001). Panorama Social de América Latina
2001, Santiago de Chile: Naciones Unidas.
CEPAL (2012). Panorama Social de América Latina 2012, Santiago de Chile: Naciones Unidas.
CEPAL (2015). Panorama Social de América Latina 2015, Santiago de Chile: Naciones Unidas.
Quenan, Carlos y Sébastien Velut ( 2014) Los desafíos del desarrollo en América Latina. Dinámicas
socioeconómicas y políticas públicas. París: Institut des Amériques.
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Cordera (Coord.), Presente y Perspectivas México: Fondo de Cultura Económica, pp. 250-308.
54
Luis Reygadas y Fernando Filguiras (2011) “Desigualdad y crisis de incorporación: la caja de herramientas
de políticas sociales de la izquierda”. En Theottonio Dos Santos (ed.) América Latina y el Caribe:
Escenarios posibles y políticas sociales. Vol. 3, Montevideo: FLACSO y UNESCO, pp. 133Thomas Piketty (2014), Capital in the Twenty-First Century. Londres: The Belknap Press of Harvard
University Press.
Rosanvallon, Pierre (2012) La Sociedad de Iguales. Buenos Aires: Manantial.
Thorp, Rosemary (1998) Progreso, Pobreza y Exclusión. Una historia económica de América Latina en el
Siglo XXI. Washington, D.C.: Banco Interamericano de Desarrollo y Unión Europea.
Carlos Barba Solano es profesor e Investigador de la Universidad de Guadalajara, México. Miembro del
S.N.I. nivel III. Designado CROP Fellow 2014-2018. Doctor en Ciencias Sociales por la Universidad de
Guadalajara y el Centro de Investigación y Estudios Superiores en Antropología Social. Coordinador del
Doctorado en Ciencias Sociales de la Universidad de Guadalajara. Co-Director de la Revista Espiral:
Estudios de Estado y Sociedad. Ex-coordinador y miembro del Grupo “Pobreza y políticas Sociales” de
CLACSO. Fue miembro del comité directivo de CLACSO. Ha sido profesor invitado, ha realizado estancias
de investigación y ha dictado conferencias en instituciones de América Latina y Europa. Ha participado
como experto y/o consultor en temas de protección social invitado por EUROSOCIAL y CEPAL. Ha
editado y publicado libros y artículos científicos sobre política social, programas sociales, desigualdad y
cohesión social, ciudadanía social, estudios comparados de regímenes de bienestar y estudios
comparados sobre procesos de reforma social y de los sistemas de salud en América Latina.
DO VOCACIONAL AO CAOS: DESIGUALDADES DECORRENTES DO SISTEMA EDUCACIONAL
BRASILEIRO
Por, Zilda Márcia Grícoli Iokoi, professora da Universidade de São Paulo
http://blogs.elpais.com/contrapuntos/2015/04/do-vocacional-ao-caos-desigualdadesdecorrentes-do-sistema-educacional-brasileiro.html
La persistencia de las desigualdades en América Latina, 6
Tratar das desigualdades no Brasil requer um cuidado muito especial, pois temos em
nossa sociedade riquezas profundas em lugares cuja pobreza denunciaria a existência de
uma população embrutecida e desprovida de produção cultural de valor profundo. Mas, ao
contrário, existe no Brasil profundo um acervo criado pelos resistentes camponeses,
sertanejos, favelados, em diferentes espaços deste país continente que é reserva moral e
cultural, diferenciando pobres e ricos, capaz de mediatizar as avaliações realizadas por
objetivos ufanistas ou desagregadores que devem ser repensados com cuidado. A vasta
literatura de cordel, as festas e tradições religiosas, o candomblé, a presença e
crescimento das populações originais deste território, depoimentos e escritas de ouvido
abrem um mundo ignorado pelos meios de comunicação ou apenas folclorizados em
determinados momentos, quando separada a cultura do lugar do vivido.
Demonstrado em prosa e verso existe um saber necessário para que não se produza a
homogeneização de nossas referencias culturais, saber esse até certo ponto ignorado
pelos processos educacionais, na maioria das vezes desconectados da vida real dos
estudantes e de suas experiências de vida. Acessar essas ignorâncias pode ser um
caminho para combater as discriminações existentes no país e aproximar o Brasil da
América Latina, dos valores e desafios em busca das liberdades perdidas. Vejamos alguns
problemas.
55
Os processos educacionais brasileiros apresentam paradoxos que permitem verificar as
conjunturas decorrentes dos valores das classes sociais que, em disputas, oscilaram entre
os processos normativos de viés autoritário e noções constitutivas de pequenos espaços
movidos pelo fazer-se livre. Da criatividade e dos desafios, os estudantes que vivenciaram
esses dois processos e foram marcados por valores e referências distintos. Uns tornaramse senhores de si considerando-se superiores aos demais, acomodaram-se no STATUS
QUO e, trataram de reproduzir hierarquias de mando e poder. Outros, puderam com
autonomia perceber que a escolarização vivida com a alegria da descoberta, cuja potencia
transforma o corpo e a alma, permitindo vôos imaginativos e gozo permanente, puderam
construir com os demais, relações de respeito e valorização das diversidades, chave para
a incorporação da solidariedade e, pela crítica, traçar caminhos, as vezes dolorosos, nas
lutas pelas transformações sociais necessárias ao viver coletivo numa democracia
profunda.
Neste artigo pretendo analisar dois processos, o primeiro, entre as décadas de 1960 –
1980 e, a situação do sistema no limiar do século XXI. Dois momentos: o primeiro em que
das experiências geradas no Pós Segunda Guerra Mundial o país pôde incorporar em
escala restrita projetos educacionais marcados pela necessidade de solucionar os
impasses de nação dividida entre o Norte e Nordeste das florestas tomadas
pelos ÍNDIOS, da seca, com o deslocamento dos retirantes, do coronelismo e dos
resquícios da escravidão e o do Sul, potência moderna, das hierarquias, mas do trabalho
alienado e da necessidade de disciplina e educação normativa. Essas representações
objetivavam a construção de uma nação integrada e justa, potenciada pela presença
majoritária da juventude. Eram esses objetivos originários de alguns lugares estratégicos,
discursos sobre o desenvolvimento dos direitos fundamentais, já que o país havia
assinados a adesão à Declaração Universal dos Direitos Humanos; o segundo, tempo em
que a conjuntura mundial se apresenta sem construto moral decorrente inicialmente da
Guerra Fria, depois do domínio do capitalismo contemporâneo, centrado na concepção de
guerras permanentes espalhadas pelos mais diferentes espaços do planeta, cuja base
material é a indústria bélica, o narcotráfico e a especulação financeira que destruiu as
bases materiais das moedas e virtualizou o cotidiano. Tempo da desagregação do
humano, da hiper concentração de riquezas que sobrepõem taxas elevadíssimas aos
meios de sobrevivência, desonerando patrimônios, cujos benefícios atingem um pequeno
número, dos que se compõem nas esferas de poder globalizadas e de dimensões
também planetárias. Poderes destruidores de valores fundamentais e para quem a
educação deve ser pensada como meio para dominar os fracos, os irrelevantes, as
multidões de vidas desnecessárias – HOMOS SACER na concepção de Giorgio
Agamben.
OS GINÁSIOS VOCACIONAIS
Por volta do final dos anos 1940 e início dos anos 1950, cerca de 55% da população
brasileira maior de 18 anos era constituída por analfabetos. Foi nesta ocasião que a
UNESCO liderou o movimento de estímulo à criação de programas nacionais de educação
de adultos analfabetos, principalmente nas regiões consideradas mais atrasadas,
elaborando o conceito de educação funcional. O Brasil era um desses países, com mais
de 70 milhões de habitantes sendo 40 milhões de analfabetos.
População Residente, por situação do domicílio e por sexo - 1960-1991
Anos
Total
Homens
Mulheres
56
1960
1970
1980
1991
35.055.457
46.331.343
59.123.361
72.485.122
35.015.000
46.807.694
59.879.345
74.340.353
IBGE- Geral
o
Taxa de analfabetismo em 1960
o
Total 40.233.000
o
Taxa de analfabetismo 39,7%
As reformas do ensino primário e médio, que a promulgação das Leis Orgânicas efetivou,
fez com que o ensino técnico-profissional passasse a ser organizado segundo as áreas da
economia (ensino industrial, ensino comercial e ensino agrícola). Pode-se afirmar que
essas reformas representaram o início da transferência de responsabilidades da
qualificação dos trabalhadores do Estado para os empresários, situação que de alguma
forma, permanece até hoje.
Assim, se atribuiu à União, a área da educação de adultos em sua fase de
institucionalização efetiva, cuja tarefa era a de regulamentá-la e implementá-la; e isso
aconteceu ao mesmo tempo em que se consolidava, no pensamento industrial brasileiro, a
incorporação da organização científica do trabalho, em busca de eficiência e
produtividade. O Brasil industrialista precisava educar os jovens e adultos da classe
trabalhadora tanto no que tangia à alfabetização (daí as campanhas nacionais de
alfabetização e educação básica), quanto no que se referia à qualificação e treinamento da
mão-de-obra, sendo neste último caso, encaminhado na criação do Serviço Nacional de
Aprendizagem Industrial – SENAI, o seu exemplo mais significativo. O desafio enfrentado
pelas elites era o de criar as condições básicas, materiais e ideológicas, para a
acumulação de capital e para difundir uma concepção de mundo favorável às novas
exigências da produção. Entre essas condições estava o controle da formação e da
reprodução de uma força de trabalho psíquica e fisicamente adaptada às técnicas e à
disciplina da produção fabril.
O Ministério da Educação, a partir de uma concepção mais orgânica do ensino
profissional, propôs a eliminação das diferenças entre o trabalho manual, industrial e
agrícola, por meio da obrigatoriedade do ensino profissional, da possibilidade de estendêlo às escolas profissionais de nível médio, e até a criação da Universidade do Trabalhador,
esta última proposta nunca efetivada. Por outro lado, o Ministério do Trabalho, a partir de
uma visão mais pragmática, preocupada em atender às necessidades mais imediatas das
indústrias decidiu pela criação de cursos profissionalizantes isolados, vinculados
diretamente a este Ministério; pretendia, também, repassar os custos aos industriais,
enquanto o Ministério da Educação defendia a criação de um órgão burocrático federal
para controlar o sistema de ensino profissional em todo o País.
Desse embate, sobrepondo-se às duas propostas, em 1942 foi criado o SENAI, nos
moldes definidos pelo Ministério do Trabalho, quase simultaneamente ao surgimento da
Lei Orgânica do Ensino Industrial, em consonância com as discussões ocorridas no âmbito
do Ministério da Educação. Formou-se assim uma disputa entre os dois Ministérios, que se
explicitou novamente na década de 1990, na experiência do Plano Nacional de Formação
Profissional (PLANFOR).
Nessa retrospectiva histórica, é importante verificarmos que, apesar das reformas, o
ensino médio profissional não teve a expansão exigida pelo desenvolvimento de então.
Além disso, a indústria necessitava, cada vez mais, uma formação mínima para seus
operários. O Serviço Nacional da Indústria surgiu assim, para superar este impasse. Este
57
sistema, paralelo ao oficial, é mantido até hoje, pela contribuição dos estabelecimentos
industriais filiados à Confederação Nacional da Indústria. Em 1946, o governo criou o
Serviço Nacional de Aprendizagem Comercial (SENAC) que igualava-se a do SENAI,
diferindo daquele pelo fato de ser um sistema ligado ao setor comercial e por ser dirigido e
organizado pela Confederação Nacional do Comércio. O Serviço Nacional de
Aprendizagem Rural (SENAR) também foi criado pelo mesmo processo, voltado para a
aprendizagem rural.
Estas agências de qualificação são articuladas às políticas públicas, na medida em que
são regulamentadas pela Consolidação das Leis do Trabalho e mantêm vínculo com o
Ministério da Educação e com o do Trabalho, mesmo que não atreladas aos
mesmos. Pode-se, deste modo, afirmar que a regulamentação do trabalho realizada tinha
dois objetivos muito claros: garantir capacitação técnica aos trabalhadores dos diversos
ramos de produção e impedir sua autonomia, isto é, condicioná-los às hierarquias dentro
das fábricas e no meio rural bloquear a organização dos mesmos, tanto nos espaços
sindicais, como no sistema partidário.
No campo, um convênio firmado entre a Igreja Católica e o Ministério da Educação e
Cultura deu início a um sistema de educação radiofônica, realizada dentro das fazendas.
Equipe eram instaladas em cada local destinados a reunir camponeses para a
alfabetização. Monitores deveriam utilizar os materiais enviados pelo Ministério de
Educação para servir ao letramento, criar noções de higiene pessoal, evitar o proselitismo
político e desarmar os camponeses.
As estruturas desses cursos respondiam a controles ideológicos rígidos e faziam parte dos
mecanismos da denominada MODERNIZAÇÃO SEM MUDANÇAS tão bem definida por
Peter Eisemberg. A ESCOLARIZAÇÃO ERA NECESSÁRIA APENAS PARA QUE O
TRABALHADOR PUDESSE SE ADAPTAR AOS PROCESSOS DE TRABALHO E
TORNAREM-SE SUBMISSOS AOS VALORES RELIGIOSOS E AOS MANDOS DOS
CORONÉIS. O radio terminou por servir de meio de comunicação entre os camponeses e
foi utilizado pelas Ligas Camponesas que se rebelavam naquele período.
Mas, essa situação não foi apoiada por intelectuais que iniciaram um amplo movimento
para renovar a educação básica no país. Em 1959, impulsionado pelo chamado
"movimento reformador escolanovista", o Ministério da Educação publicou a Portaria Nº
35.069, que autorizou o funcionamento de Classes Experimentais, flexibilizando a rigidez e
a centralização da legislação educacional do período. A medida impulsionou mudanças
curriculares em algumas escolas públicas e particulares de todo o país. Em 1961, derivada
de uma dessas Classes Experimentais e, com o apoio do Governo do Estado de São
Paulo, nasceram os Ginásios Vocacionais, projeto experimental que chegou a contar com
seis unidades escolares, situadas nas cidades de São Paulo: Americana, Barretos,
Batatais, Rio Claro e São Caetano do Sul. Essas escolas, diferentemente das demais
procuraram desenvolver um projeto integrado para a formação libertaria de seus
estudantes, motivando-os a refletirem sobre os dilemas do mundo, posicionarem-se sobre
eles com vistas a sua transformação.
É interessante constatar que, em seus quase oito anos de existência, de 1962 a
1969, os Ginásios Vocacionais se aproximaram de vários conceitos e métodos que
ainda hoje são muito discutidos e necessários, quando se procuram alternativas
para o planejamento escolar, para o desenvolvimento de ferramentas que promovam
os direitos humanos e as liberdades fundamentais ao exercício pleno da vida.
Temas como interdisciplinaridade, estudo do meio, processo de avaliação ao longo dos
anos letivos; formação contínua do professor, trabalho em equipe, vínculo entre escola e
comunidade, entre outros, eram proposições que efetivamente norteavam o trabalho
desenvolvido naquelas unidades. Havia também, uma maneira muito particular de
ensinar, A área das humanidades tinha um papel chave no currículo das escolas, uma vez
58
que os "Estudos Sociais" se iniciavam com a equipe de planejamento realizando um
estudo da comunidade onde a escola estava situada, visando selecionar temas/questões a
serem abordados por todas as disciplinas de maneira integrada. O centro do processo
educativo procurava servir de eixo de esclarecimento entre o viver dos estudantes naquela
comunidade e, a compreensão dos problemas ali existentes como parte de um processo
social desigual. Os estudantes eram levados a formularem alternativas que pudessem
superar os dilemas e as desigualdades existentes e, deste modo, construir suas utopias.
Outra característica importante daquela experiência foi a autonomia administrativa dos
Ginásios, e possibilitou a concretização de uma proposta pedagógica que foi sendo
aperfeiçoada e, em certo sentido, radicalizada ao longo de sua existência, levando as
escolas a se engajarem em um projeto de transformação social. Todas as unidades
desenvolviam seu planejamento curricular específico e estavam subordinadas apenas ao
Serviço de Ensino Vocacional (SEV), órgão que respondia diretamente ao gabinete do
Secretário da Educação e era paralelo a toda estrutura burocrática da Secretaria. O SEV
era composto pelos supervisores de cada uma das áreas e uma equipe pedagógica, além
da coordenadora geral, a educadora Maria Nilde Mascellani, uma das idealizadoras da
experiência, que juntamente com Paulo Freire concebiam a educação como prática da
liberdade e como engajamento em movimentos sócio-culturais, relacionais entre pobres e
estudantes das classes medias, entre a cidade e o campo.
FOI UM TEMPO DE EFERVESCÊNCIA POLÍTICA E CULTURAL PERMITINDO QUE
OS JOVENS PUDESSEM SONHAR E CRIAR ESPAÇO EXTREMAMENTE
SIGNIFICATIVOS DE REALIZAÇÃO PESSOAL E DEFESA SOCIAL DOS DIREITOS
FUNDAMENTAIS QUE NÃO MAIS SE REFERIAM SOMENTE AOS CAMPOS
ECONÔMICOS E POLÍTICOS, MAS TAMBÉM AOS DIREITOS
CULTURAIS. Reuniões, seminários, teatros, grupos musicais entre os jovens e nas
periferias promoviam novas articulações com vistas a liberdade de criação, ao uso do radio
para organização dos camponeses, debates na imprensa alternativa revigoramento dos
partidos contrários ao autoritarismo que se formava. Alegando o perigo das liberdades
para a segurança nacional essas experiências, principalmente devido ao Estado autoritário
que se instalou no País em 1964, as escolas foram sendo paulatinamente eliminadas, pois
passaram a ser consideradas "caras", "mal sucedidas" ou "subversivas". Foi o caso dos
Ginásios Vocacionais, acusados em 1969 de "preparar mentes para o
comunismo”. Muitas escolas foram invadidas pelos agentes da ditadura, seus alunos
expulsos ou convidados a se retirarem,, funcionários e professoes exonerados e Maria
Nilde perseguida e considerada terrorista.
O CAOS NO APROFUNDAMENTO DAS DESIGUALDADES
Toni Venturi, estudantes dessas escolas, produziu no ano de 2014 um documentário
sobre uma delas, o Ginásio Oswaldo Aranha na cidade de São Paulo. Reunindo um
magnífico acervo documental, locando a filmagem na antiga escola realizou um reencontro
de professores e alunos que no ano de 1969 vivenciaram a invasão policial daqueles que
anos antes golpearam a democracia brasileira. Um filme de rememoração
denominado VOCACIONAL UMA AVENTURA HUMANA, O CHOQUE DE UMA
ESCOLA LIBERTARIA CONTRA A DITADURA MILITAR, permite perceber que
passados mais de 46 anos, vivemos hoje dilemas muito mais profundos na educação
brasileira e cujas soluções já estavam sendo realizadas por aquelas escolas.
O desmantelamento das equipes, a burocratização das atividades de diretores e
coordenadores pedagógicos, dedicados apenas aos controles formais e a repressão. A
precariedade atual tomou conta da maioria das escolas em relação ao espaço físico. Mas,
os problemas mais graves estão centrados nos campos dos valores, dos
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conhecimentos, das vontades dos profissionais e, de certo modo, nos jovens que
vivenciam um mundo com estímulos egoístas e sem noções e exemplos da importância da
cidadania. O imediatismo e o individualismo deste tempo histórico abraçam os jovens, que
sem estruturas familiares, ou comunitárias não se sentem concernidos a romper esse
círculo vicioso. As escolas deixaram de ser lugar de conhecimentos do mundo e de
possibilitarem estímulos ou inspiração literária, musical ou teatral artes capazes de permitir
o descentramento da vida. Não mais se pode observar um viver integrado no convívio
entre gerações, impregnados em debates e descobertas culturais. Os jovens sofrem as
ausências e não vêm perspectivas ou estímulos para imaginar um outro mundo possível.
Do Vocacional, o belo edifício que servia a antiga experiência hoje se assemelha a uma
prisão, constituída por grades em todos os andares, nas portas e janelas. As salas de
aulas estão deterioradas, carteiras quebradas, quadras cheiras de entulhos, refeitório
tornado depósito de papéis velhos, laboratórios e oficinas fechados com suas máquinas e
equipamentos enferrujados e quebrados, sem qualquer uso. Esse filme revela o atual
estado da educação brasileira. Destruída a experiência dos vocacionais o sistema escolar
passou por um processo de intervenção que atingiu todos os níveis de ensino, chegando
mesmo até ao nível superior. Aceleração, controles, aumento exponencial das jornadas
de trabalho, precarização das condições contratuais, rebaixamento extremo dos salários,
redução das salas de aulas com conseqüências desastrosas para o exercício da profissão.
Ao lado dessas medidas desagregadoras, estimulou-se de modo efetivo a criação de
cursos rápidos com vistas a elaboração de indicadores de matrículas e vagas capazes de
alimentar a propaganda governamental do projeto Brasil Grande. De certo modo, a crise
dos Vocacionais foi forjada por dentro do sistema, uma vez que as denúncias sobre seus
membros estarem servindo ao comunismo internacional se fizeram por opositores que não
admitiam a existência de um projeto que exigia de todos dedicação integral ao processo de
conhecimento crítico com participação do conjunto de seus membros, professores, alunos
e comunidade na definição dos conteúdos e métodos com avaliação plenária dos
resultados.
Contraditoriamente, o processo de regulação da educação nacional se tornou um
campo de disputas, entre os vários grupos políticos e intelectuais que elaboram
planos, definem leis, exigem procedimentos que não promovem mudanças efetivas
no chão das escolas. As militâncias ocupam espaços públicos, organizam greves,
denunciam as violências, criminalizam os estudantes, mas não conseguem organizar e dar
significado e qualidade ao trabalho que deveria estar sendo implementado nas escolas.
Sem apoio das comunidades, em busca do direito a uma educação crítica, capaz de servir
como o ponto inicial de um processo de solidariedades, fica difícil preparar os jovens para
lutarem contra as desigualdades crescentes que atingem as maiorias substantivas em
nosso país. Resultados desse processo aparecem nos indicadores escolares, todos eles
vergonhosos e sem qualquer avaliação que se proponha transformar esse descalabro. Os
números apresentam percentuais elevadíssimos, mas os sistemas de avaliação de
conhecimentos mostram a realidade alarmante da falta de qualidade desse serviço
público.
Há um conjunto de sistemas nacionais de avaliação, como o Sistema de Avaliação da
Educação Básica (SAEB), o Exame Nacional de Desempenho Escolar (ENADE), o Exame
Nacional do Ensino Médio (ENEN), quando em nível nacional os estudantes são
submetidos a prova, mas os resultados são muito baixos, significando que na maioria das
escolas os alunos não conseguem responder a nenhuma das áreas do conhecimento em
nível satisfatório. Professores com remuneração pouco acima do salário mínimo, com
formação deficiente e sem acesso aos bens culturais.
Ao lado desse processo temos que proceder a um amplo movimento de investigação para
recuperar os muitos esforços isolados de educadores que tem procurado ganhar maior
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eficácia em seus programas educacionais promovendo esforços de articulação com
comunidades criadoras de encontros culturais como ocorre em diferentes Estados da
Federação com participação das universidades e de grupos de jovens que buscam
recuperar elos de ligação em redes. Destaco aqui os projetos culturais nas periferias de
São Paulo, como o Samba da Vela em Santo Amaro, as atividades artísticas e
especialmente culturais na Comunidade do Paraisópolis, a Orquestra Jovem em Heliópolis
e as experiências de produção partilhada de conhecimentos realizadas pelos docentes do
Diversitas que juntamente com os Mestres das tradições orais tem atuado nas disciplinas
de História do Brasil e da Cultura no Departamento de História da USP e, na produção de
vídeos documentários com camponeses, mestres griôs e Xavantes que apoiados com
tecnologias e seus manejos tem realizado filmes de suas histórias cujos nexos criticam ou
esclarecem as narrativas realizadas sem suas participações.
Zilda Márcia Grícoli Iokoi e professora titular do Departamento de História da
Universidade de São Paulo (USP). Coordenadora do Diversitas - Núcleo de Estudos das
Diversidades, Intolerâncias e dos Conflitos e do Programa de Pós Graduação em
Humanidades, Direitos e Outras Legitimidades da mesma universidade.
LA GUERRA CONTRA EL NARCO SE PERDIÓ: A MÉXICO LE QUEDAN LEGALIZAR Y CORTAR
DINERO ILÍCITO: JOHANN HARI
http://www.sinembargo.mx/28-09-2015/1497722
Por
Juliana Fregoso septiembre 28, 2015
- 00:04h 3 Comentarios
México pudo haber evitado miles de muertos si su política antidrogas no la hubiera dictado EU. Johann
Hari pregunta ¿por qué la sociedad no actúa?
El escritor inglés Johann Hari afirmó que, a estas alturas, sólo existen dos soluciones para terminar con
el problema de las drogas: la legalización y cortar los ingresos de los cárteles. Foto: Luis Barrón,
SinEmbargo
Ciudad de México, 28 de septiembre (SinEmbargo).– La actual guerra contra las drogas fracasó en todo
el mundo. Algunos países, principalmente México y Estados Unidos ya deberían de estar planeando una
nueva forma de atacar a los grandes cárteles que contemple la legalización y la manera de llevar a la
bancarrota a la siguiente generación de narcotraficantes, así lo señaló el escritor británico Johann Hari,
experto en el tema.
Para Hari México ha pagado el precio de librar una guerra bajo las condiciones impuestas por Estados
Unidos, lo cual ha cobrado más de 60 mil muertes, la penetración de los cárteles en todas las esferas
gubernamentales, en la economía y “escenas atroces”.
Durante su reciente visita al país dijo, en entrevista con SinEmbargo, que si México hubiera librado una
guerra contra las drogas bajo sus condiciones y términos, en este momento la economía de los estados
del norte no estaría dominada por grupos como Los Zetas ni la sociedad viviría en la indefensión en la
que se encuentra actualmente en ciudades como Juárez, Chihuahua, en donde “los traficantes pagan a
los policías para que maten a la gente”.
Para el autor del libro Tras el Grito [Paidós, 2015], el gobierno de México cedió a una serie de “chantajes
de Estados Unidos”, para iniciar esta guerra que ya cumple nueve años, parte de esas amenazas habría
sido limitar los programas de ayuda que EU tiene para distintas naciones
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“Hay una frase que todos los mexicanos deben saber: hace unos años, Michele Marie Leonhart, que era
la jefa de la DEA –entre 2007 y 2015-, le preguntaron hace qué pensaban de los miles de muertos en
México y ella respondió, ‘esa es una señal de éxito de nuestra guerra contra las drogas’”, señaló.
“Lo que argumentaría es que la sociedad civil mexicana debería de hacer campañas hacia la gente de
Estados Unidos, decir: ‘bueno, esta guerra les ha fallado a ustedes, pero ha sido mucho peor para
nosotros. Hay mejores maneras de protegernos ustedes y nosotros’. David Simon, un escritor de una
serie dice que Estados Unidos va a pelear esta guerra hasta el último mexicano, porque son los
mexicanos los que están muriendo”, expresó.
Consideró que parte de este reclamo debería ir enfocado a la forma en que Estados Unidos combate el
consumo, pues en más de cien años ha invertido trillones de dólares y matado a millones de personas, y
ni siquiera ha logrado eliminar el tráfico y consumo de drogas en sus prisiones.
En su libro, el escritor británico narra historias como la de Rosario Reta, un sicario de Los Zetas,
reclutado, a los 13 años y que actualmente está detenido en Estados Unidos purgando cadena perpetua;
la de Marisela Escobedo Ruiz, activista asesinada en 2010 mientras protestaba en Chihuahua por la
muerte de su hija Rubí Frayre Escobedo. Pero también cuenta experiencias de capitales completas
secuestradas por la violencia, como es el caso de Ciudad Juárez.
En la búsqueda de justicia para su hija, Marisela fue asesinada frente al Palacio de Gobierno de
Chihuahua. Foto: Cuartoscuro
En la búsqueda de justicia para su hija, Marisela Escobedo fue asesinada frente al Palacio de Gobierno
de Chihuahua. Foto: Cuartoscuro
CIEN AÑOS DE GUERRA INÚTIL
–Los más afectados por el combate contra el narco son los ciudadanos, ¿qué papel juega la sociedad en
esta guerra?
-La sociedad mexicana está en una posición muy fuerte para pedir a los gobiernos de su país y de
Estados Unidos que terminen esta guerra, para decir: ‘¡dejen de matarnos, de darle poder a estos
asesinos ¡y mejor escojan el camino de quitarles el dinero, poner orden social’. Es algo que el gobierno
puede recuperar de los años 30, cuando México fue punta de lanza en al guerra contra las drogas.
–¿Es posible que la sociedad emprenda una lucha más activa en un país donde el nuevo sueño mexicano
es ‘nacer pobre y morir como narco’?
–Rosario [el sicario de Los Zetas preso en EU] me platicó que los niños decían que en México en lugar de
decir ‘quiero ser un bombero’, decían ‘quiero ser un narcotraficante’. El problema es que cuando los
cárteles controlan la economía, secuestran al Estado: le van a pagar más dinero a la Policía que el
gobierno, van a secuestra conciencias y obviamente la gente, si ve ahí más dinero, quiere formar parte
de esa economía, de ese pastel. Hay que quitarles a los narcotraficantes ese dinero. La razón por la que
los cárteles tienen una tradición cultural es porque tienen el control del dinero, entonces la gente va a
estar más atraída a los autos, las mujeres, las mansiones, que a la otra economía en la que tienes que
trabajar mucho para vivir. Yo sostengo que a los grandes cárteles hay que llevarlos a la bancarrota.
–¿Qué papel juegan las grandes instituciones bancarias como HSBC o Citigroup en la expansión de estos
cárteles?
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–Lo que debemos de entender es que estas instituciones nunca afectan a la gente rica. Quien va a
prisión es la gente pobre por posesión o por adicción y “El Chapo”, aunque se haya escapado. HSBC es el
ejemplo clásico de que a los ricos no los tocas. Es parte de la hipocresía de la guerra contra las drogas y
eso está pasando aquí en México. La demanda va a encontrar sus proveedores, siempre ha pasado eso.
Estados Unidos ha gastado trillones de dólares, en 100 años ha matado millones de personas y al final ni
siquiera puede eliminar las drogas en sus prisiones. Si no pueden sacar las drogas de sus prisiones, el
narcotráfico nunca lo van a poder sacar de México.
–Otros expertos, como Roberto Saviano, han comentado que ahora los bancos ingleses juegan un papel
muy importante en el lavado de dinero de los cárteles mexicanos, ¿se han relajado en los últimos años
sus controles antilavado?
–Yo como ciudadano británico me da pena que Londres ha sido el centro de todas las operaciones
económicamente corruptas y es una vergüenza absoluta porque hay gente muy importante en
Inglaterra que está haciendo eso y ese dinero no debería de ser usado por asesinos. Me da pena decir
que Inglaterra y Suecia son los peores países en esta materia.
Foto: EFE
El de HSBC es un caso emblemático de bancos que se han visto envueltos en escándalos de lavado de
dinero. Foto: EFE
“TODO HA FALLADO”
–Además del control financiero, ¿qué más ha fallado en esta guerra contra las drogas?
–Ha fallado todo. Esta guerra ya está perdida. Hay mas drogas, más muertes, más adictos; el norte de
México ha sido tomado por criminales armados, barrios enteros en todo el mundo, ¿qué hemos
ganado?, es lo que yo me pregunto.
–Si esta guerra ya se perdió ¿entonces qué queda por hacer?
–En lo que debemos de pensar es cómo meter en bancarrota a la siguiente generación de cárteles y eso
se puede hacer legalizando las drogas, y una vez que las legalizas vas a acabar con ese dinero ilícito.
–Entonces volvemos a la eterna discusión de la legalización.
–Cuando las drogas se legalicen esto se va a ir. La legalización es un a parte enorme de la solución.
Hablemos de Suiza: tenía un gran problema con los traficantes de heroína, entonces, legalizaron la
heroína hace 10 años y los resultados han sido impresionantes, no ha habido muertes relacionadas con
el consumo de esta droga y nadie ha muerto de una sobredosis. El argumento que usaron en Suiza y que
se podría usar en México es que el Presidente le explicó a la gente: ‘cuando hablamos de legalización
piensas en violencia y anarquía cuando sea legal, pero lo que tenemos ahora es esa violencia y
anarquía’, tenemos criminales que no conocemos vendiendo químicos que nadie conoce. Están
vendiéndole a todo mundo, incluyendo a niños, todo está bajo la mesa, todo es caos es violencia; la
legalización restablecería orden a esa violencia, esa anarquía y ese caos, es poner esas cosas bajo
control es poner en bancarrota a los criminales y tratar a los adictos de una manera sensible y también
evitar que la droga llegue a los niños. En el caso de Suiza, al principio sólo el 30 por ciento de los
ciudadanos suizos estaban de acuerdo, después hicieron un referéndum y el 70 por ciento estaba de
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acuerdo; también se ha hecho en Portugal, Uruguay… Al principio es muy controversial, pero cuando la
gente empieza a verlo en los resultados hay mejoras significativas. Yo pienso que eso podría pasar en
México.
–Pero también tenemos el ejemplo de Holanda que legalizó y ahora está intentando disminuir el
consumo.
–Holanda tiene una legalización muy menor en cafés. Lo que pasa es que la mayoría de los cafés legales
están en Amsterdam y llegan muchos turistas a esta ciudad a consumir y ese es un problema, pero en
los lugares que venden drogas legales se quiere mantener la legalización. Hubo un movimiento muy
conservador que trató de restringir las reglas donde no se podía. Es como el Tea Party –un movimiento
de legisladores de derecha de EU–, lo que paso en Holanda, que legalizó desde 1976, es que en los
últimos años han llegado estos conservadores tratando de restringir muchas cosas. Tienes otro ejemplo
en Colorado, Estados Unidos, que ya legalizó la mariguana, al principio 55 por ciento votaron para
legalizarla ahora el 70 por ciento lo apoya.
–¿La legalización es la única solución?
–Lo único que terminaría la actividad de los cárteles es la legalización. Hay movimientos como el de
Javier Sicilia [El Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad], si hay un movimiento en México diciendo
‘dejen de matarnos’, ese sería parte de un movimiento global que va creciendo y que podría terminar
con esta guerra; antes nadie estaba a favor de la prohibición de alcohol, fue estúpido, se legalizó el
alcohol y ahora los grandes cárteles del alcohol se llaman Heineken, Smirnoff… y así se va a recordar la
guerra contra las drogas. Gente como Marisela Escobedo –la activista de Chihuahua- no debía morir.
–También hay otro asunto: ¿Que debería hacer el gobierno mexicano con los jefes de cárteles que están
en la cárcel, como el Z-40, por ejemplo?
–Lo primero es ver hasta dónde llega la corrupción entre los cárteles y el gobierno mexicano. Sabemos
que en Colombia el jefe de la Policía, del Ejército… Todos estaban comprados, no sé en México el caso
hasta dónde llega, no sé qué tan metida está la corrupción. La historia de “El Chapo” es una locura y
alguien debe darme la razón porque el gobierno mexicano está mintiendo sobre su fuga –a través de un
túnel-, es un insulto a la inteligencia, yo prefiero leer Alicia en el país de las maravillas, pero yo pienso
que esta gente debe quedarse en prisión.
–¿En prisión, pero en Estados Unidos?
–Si se los llevan a Estados Unidos alguien más va a ocupar su lugar; puedes matar a Ronald McDonald
pero no vas a solucionar el problema de la comida chatarra, es una distracción, nadie pensó que matar a
Pablo Escobar pudiera hacer la diferencia en Colombia, entonces, mientras tengas este problema
siempre alguien puede tomar los acuerdos y el liderazgo. Estos cárteles no son fuerzas inevitables son
producto de la situación que hemos creado. “El Chapo” y Los Zetas son el producto de la producción de
drogas, si hubiera prohibición no existirían.
Foto: Luis Barrón, SinEmbargo
Para la gente que vive en Ciudad Juárez simplemente no existe quien la proteja, opinó Johann Hari
después de entrevistarse con activistas y analizar cómo se mueven los cárteles en la población. Foto:
Luis Barrón, SinEmbargo
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JUÁREZ VIVE EN EL TERROR
En su libro, Johann Hari hace una amplia referencia a la situación que se vive en Ciudad Juárez, que
visitó en 2012, y donde conoció casos como el de la activista Marisela Escobedo.
–¿Cómo fue la experiencia de escribir sobre Ciudad Juárez y toda su problemática?, ¿cómo se ve desde
afuera?
–Antes de responder esa pregunta debo decir que en México hay reporteros muy valientes que son de
lo más admirables y abiertos que jamás conocí. Ciudad Juárez es muy extraña. Yo me quedaba en El
Paso -en Texas- y caminaba hacia Juárez, porque fue un consejo que me dieron. Pero cuando vas a este
lugar parece una ciudad americana hay comercios muy americanos, como Wendy’s, pero cuando hablas
con la gente te das cuenta de que viven en el terror, básicamente el asesinato ha sido legalizado. La
ciudad tuvo un momento terrible, pero tal vez los mexicanos ya estén acostumbrados a esto. En Juárez
me empezaron a presentar gente que sus familiares habían sido asesinados por los policías, entonces yo
pedí entrevistar a gente que tuviera familiares que habían sido asesinados por los cárteles y la respuesta
fue: ‘los cárteles ya no matan, pagan a la policía para que nos mate’; ya no son fuerzas separadas son lo
mismo la policía y los cárteles. Entonces entendí lo terrible que debe ser, no hay nadie que te pueda
ayudar, la gente que debe protegerte está en tu contra. Rosario Reta me contaba cómo mataba a las
personas, cómo les sacaba las entrañas y que a veces iba acompañado por la policía y policías eran los
encargados de tirar, de deshacer los cuerpos.
–¿Y cuál fue su impresión después de conocer lo que pasa en la ciudad?
–Este es un producto de la guerra contra las drogas, son cárteles que pelean por territorio y la violencia
es un producto de ello, esto habla de la gente como Rosario, por eso pasa todo esto, por eso matan a
todos los que se interpongan. Mi experiencia en Juárez fue conocer a estos chicos que han crecido en
este lugar de extrema violencia y lo más triste de vivir así es que cuando ves gente muerte en la calle,
pasan y ven, pero nadie se detiene a ver qué fue lo que pasó. Pero también lo increíble es como los
mexicanos tienen esperanza ante una situación así, como Marisela Escobedo. Una amiga suya, Bertha,
me dijo que estaba muerta de miedo, pero el amor a sus hijos es más grande que el miedo y para mi esa
fue una cosa inspiradora. Para mi el mensaje es que esto no debe continuar, es una atrocidad, parte
gracias al mundo externo y parte es culpa del gobierno de México por haberse dejado intimidar.
–¿Acaso había manera de evitarlo?
–Esas muertes han sido innecesarias. Nunca hubieran permitido hacer una guerra contra las drogas
obligados por Estados Unidos; hay una frase que todos los mexicanos deben saber: hace unos años,
Michele Marie Leonhart, que era la jefa de la DEA [la agencia antidrogas de EU], le preguntaron hace
unos años qué pensaban de los 60 mil muertos en México y ella respondió: ‘esa es una señal de éxito de
nuestra guerra contra las drogas’, de esa manera hablan acerca de sus paisanos es lo que dicen acerca
de los asesinatos, de todas estas muertes, decapitaciones, asesinatos. Dicen que es una señal de éxito
de esta guerra. Lo que argumentaría es que la sociedad civil mexicana debería de hacer campañas
dirigidas a Estados Unidos y decir que esta guerra les ha fallado ‘a ustedes, pero ha sido mucho peor
para nosotros’ hay mejores maneras de protegernos ustedes y nosotros. El problema es que cuando
Estados Unidos emprendió su guerra contra las drogas “chantajeó” a muchos países con dejar de
ayudarlos, y muchos de ellos, como México, se sintieron intimidados.
–¿Quiere decir que en esta guerra contra las drogas existe algo que no sabemos?
–Durante mi investigación me di cuenta de que al principio de la guerra contra las drogas México fue
líder. Todo empezó con una ‘histeria racista’ en 1914, pero cuando Estados Unidos se impone ante el
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resto del mundo, los primeros que hicieron la amenaza de ‘plata o plomo’ no fueron los cárteles sino el
gobierno estadounidense diciendo a todos los países: ‘si accedes a pelear contra las drogas te vamos
apoyar con dinero, si no te vamos a castigar de una manera terrible’. El Gobierno mexicano le dio a EU
un doctor que fue el líder del programa antidrogas y decía que la canabbis no era mala y que a la
adicción deberíamos de responder con amor y compasión y ayudar a los adictos, en lugar de
criminalizarlos porque entonces el tráfico de drogas iba a tomar al país. Pero el gobierno de Estados
Unidos dijo: ‘deshazte de ello y dijo está política no iba a funcionar en su país y no va a funcionar en
nuestro país’. Entonces cortaron la demanda de opiatos hacia México, que son calmantes, lo que
ocasionó que en los hospitales la gente empezara a morirse del dolor; luego, el Gobierno mexicano tuvo
que doblar las manos y cambió la historia de México. Si Estados Unidos no hubiera intimidado tanto al
gobierno mexicano nada de esto hubiera pasado. Pero si México quisiera, podría cambiar las cosas.
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IGUALA: LA RUTA Y LA COMPLICIDAD DE LA HEROÍNA
http://contralinea.info/archivo-revista/index.php/2015/09/27/iguala-la-ruta-la-complicidad-de-laheroina/
27. septiembre, 2015 Autor: José Reveles Análisis, D, P, Portada
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Los expedientes ministeriales del caso de los 43 normalistas rurales desaparecidos en Iguala ya ha
revelado, al menos, la existencia de una organización trasnacional dedicada al trasiego de heroína desde
Guerrero hasta distintas ciudades de Estados Unidos. Un operativo permanente de trasiego de drogas y
dinero sólo pudo haberse realizado con complicidades que rebasan a las autoridades locales
En testimonios ministeriales de policías presos por la masacre de Iguala de hace 1 año –seis muertos, 40
heridos, 43 normalistas rurales desaparecidos bajo una lluvia de balas– aparece no solamente el modus
operandi del tráfico de drogas en la zona, sino cómo se permitió pasar cargamentos ilícitos la tarde de
ese mismo 26 de septiembre, que muy probablemente fueron colocados en clavos de alguno de los tres
autobuses que esa noche, accidentalmente, tomaron en préstamo forzado los estudiantes de la Escuela
Normal Rural Raúl Isidro Burgos, de Ayotzinapa, Guerrero.
¿Cuántos viajes en automóviles, camionetas, autobuses, tractocamiones y demás vehículos de carga
desde las ligeras estaquitas hasta los ruidosos torton se requieren para sacar decenas de toneladas de
goma de opio de las zonas amapoleras de Guerrero? ¿Cuántos contrabandos hormiga para sacar la
heroína ya obtenida en decenas de laboratorios, o cocinas como familiarmente las llaman los
traficantes? La heroína guerrerense alimenta a más de la mitad del mercado de los adictos
estadunidenses. La droga mexicana invade al país vecino: de eso no hay duda. ¿Y cómo sale desde aquí?
El cotidiano tráfico de los opiáceos se concentra en Iguala sin problemas. En los alrededores se han
instalado retenes cuya función es encubrir y proteger cargas ilícitas. No tienen otra razón de ser que la
cobertura al narco.
En los momentos precisos, en las horas y para los vehículos pactados, simple y convenientemente dejan
pasar automotores previamente “aprobados”, que no son revisados por orden de la autoridad. Los
policías comisionados en los filtros carreteros deben hacerse de la vista gorda o simplemente
ausentarse cuando así lo ordenan sus jefes. Este sistema de falsa vigilancia ha sido la tradicional
coladera para el trasiego de drogas, pero con careta de tarea cumplida.
Consulté miles de páginas del expediente sobre la agresión conjunta de autoridades y delincuentes en
Iguala y hallé el ADN del tráfico de drogas como pretexto y causa de la desaparición de 43 normalistas,
el asesinato de seis personas y de heridas a 40 más.
El 4 de octubre de 2014 rindió su declaración uno de los policías de Iguala con más experiencia.
Interrogado por el agente del Ministerio Público Miguel Ángel Cuevas Aparicio, el hombre comenzó a
describir este modus operandi consentido 1 día sí y otro también por autoridades de Iguala y los policías
encargados de los retenes.
Honorio Antúnez Osorio ya no es un jovencito. Pero lo era cuando causó alta en el 27 Batallón de
Infantería en Iguala, adscrito a la 35 Zona Militar en 1984. Después de pertenecer, entre 1991 y 1993, a
la Jefatura Regional de Servicio de Materiales de Guerra en la Novena Zona Militar, fue enviado a Ciudad
Juárez en funciones similares. Se jubiló y, ya cuarentón, en 2006 ingresó a la Policía Municipal de Iguala.
Hoy tiene 51 años, y a partir de 2012 fue asignado a filtros y puestos de revisión en El Tomatal, El
Naranjo y Loma de Coyotes, en las afueras de Iguala.
En septiembre de 2014 se le encomendó ir a Loma de Coyotes a bordo de la patrulla 007, una Ranger de
doble cabina, con sus compañeros Alfonso Reyes Pascual, alias Guanchope, y Julio Salgado. Allí, el
exmilitar Antúnez escuchó a Reyes Pascual (o Rey Pascual) comunicarse, vía Radio Matra, con otro
policía de apellido Vieyra, alias el Taxco, quien le dio instrucciones de que, cuando pasara una
camioneta roja de Protección Civil, “los demás elementos nos moviéramos de ahí y que no se revisara
ningún vehículo”, porque estaba pasando la camioneta oficial, casi siempre seguida de otros vehículos,
autorizados para transportar droga y personas que se iban desde allí al poblado de El Naranjo, que está
por la salida a Taxco.
Todas las cargas seguían la misma ruta de la heroína. Por el rumbo está otro filtro que custodiaba
usualmente el policía Pánfilo Quintero, alias Pangola, y en algunas ocasiones Rey Pascual, “quien
siempre se hace acompañar de su hermano Marco Antonio Pascual, alias la Mula; siempre andaban
juntos”. Delante de Fernando Pantoja y Pánfilo Quintero, “en una ocasión, le pregunté a mi B12 Alfonso
Reyes Pascual, alias Guanchope, que por qué se le permitía el paso libre a ese vehículo. Que eso me
valía madres, me respondió, ya que era ‘del jefe’. Entonces le dije: ‘¿de Valladares?’, situación que le
molestó aún más y me gritó: ‘¡Cállate el hocico!’, que no mencionara el nombre del jefe”.
Honorio, el policía exmilitar, cuenta que corroboró estos hechos con su compañero Guadalupe Arriaga,
quien, cuando pasaba la camioneta oficial, decía: “Ahí van esos coches de nuevo; vienen a hacer sus
chingaderas y luego se van”, refiriéndose a que siempre se entrevistaban, antes de ingresar a Iguala, con
Francisco Salgado Valladares, director de la Secretaría de Seguridad Pública, el mismo que la noche del
26 de septiembre ordenó por radio y teléfono parar los autobuses “a como diera lugar”, por
instrucciones precisas del A-5, clave con la que se identificaba el entonces alcalde José Luis Abarca
Velázquez.
Ese jefe al que urgía impedir que los autobuses salieran de Iguala, Francisco Salgado Valladares, era ni
más ni menos el controlador principal del paso de droga y de las cantidades que se manejaban. De
ninguna manera iba a permitir que se extraviara un cargamento ya contabilizado por los Guerreros
Unidos, ya sumado al activo del cártel. No era posible que, por un error de logística de quienes se
encargaron de empaquetar y colocar la droga en el autobús o por la ignorancia de quienes secuestraban
el camión, la droga tuviera un futuro incierto, después de pactada y colocada de manera que ninguna
revisión oficial pudiera ubicarla, embarcada ya con ruta y destino previstos, ya con mercado y paga
asegurados.
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Que no le daban dinero por hacerse de la vista gorda, aseguraba Honorio, pero sí lo amenazaban con
enviarlo a la policía de Cocula, municipio de Teloloapan, si hablaba del asunto. Que la camioneta
tolerada, con permiso de circular con cargas ilícitas que ha mencionado, tiene las siguientes
características: es roja, tiene una torreta, luces, un tubo sobre la ceja, que tiene dos luces arriba; la tapa
de atrás es blanca, no cuenta con placa en la parte trasera. Que este vehículo lo veía como a 20 metros
de distancia, porque “mi B12 (jefe de grupo) Reyes Pascual siempre nos ordenaba alejarnos de allí”
cuando pasaba la camioneta.
La mujer policía Verónica Bahena era la encargada de avisar a su pareja sentimental, Héctor Aguilar,
alias el Chombo, cuando iba a pasar algún convoy de militares o policías federales. Usaba la clave 67,
que quiere decir “alerta”, y también le informaba directamente al jefe Salgado Valladares para que no
coincidieran y se toparan los vehículos con droga y los convoyes de vigilancia federal.
68
Por reportar actividades y movimientos, o por simplemente cerrar la boca, Guerreros Unidos repartía al
menos 2 mil pesos mensuales a cada uno de los policías-halcones, por medio de sus jefes, a quienes les
tocaba más dinero. Era un sobresueldo, porque los policías continuaban cobrando del erario y fingiendo
que cumplían con sus deberes de vigilancia.
La tarde del 26
Otro policía, Salvador Herrera Román, confirmó ante el Ministerio Público (14 de octubre de 2014) que
estaba comisionado en el puesto de revisión que está a unos 20 minutos al Poniente de Iguala, justo a la
entrada del pueblo de Ahuehuepan, rumbo a Teloloapan, y actuaba “bajo las órdenes del policía tercero
Rey Flores”.
Además de Salvador, hay otros tres elementos que utilizan la patrulla 09, una Ford con cabina, y un
radio de comunicación Matra, que en ese lugar no funciona bien: “No tiene buena señal porque la red
está caída”. Tampoco hay señal para los celulares en Ahuehuepan.
El fatídico 26 de septiembre de 2014 los policías fueron, como era la rutina diaria, por sus armas largas,
fusiles .223 marca Beretta, y pistolas también Pietro Beretta de 9 milímetros. No había mayores
novedades en el retén. Después de la comida, pasó el comandante Rey Flores y ordenó a sus hombres ir
a hacer “un recorrido de rutina” por el pueblo. “¿Y qué hacemos con el retén?”, tímidamente
preguntaron los subalternos. El jefe reiteró la orden de manera tajante. Tardaron poco más de 1 hora y
media en esa rara y distractora tarea, sin aparente razón de ser, pero dejando sin vigilancia el filtro
carretero. Saben que en el lapso pasó la droga en vehículos oficiales. Volvieron al puesto de inútil
revisión y pasaron allí toda la noche, hasta que a las 07:30 horas nuevamente el jefe pasó por ellos para
llevarlos al edificio de la policía estatal.
Se les indicó a estos policías del retén, ahora retenidos, que caminaran por un pasillo rumbo a una
cancha de básquetbol. Y en el recorrido vieron que estaban varios individuos encapuchados quienes los
señalaron con el dedo moviéndolo en sentido afirmativo.
“Como a las 11[:00] horas me enteré que unos futbolistas habían ido a Iguala a jugar un partido de
fútbol y que había habido un desbarajuste, sin saber de qué se trataba [ni siquiera nombra a los
normalistas], razón por la cual estoy en la mejor disposición de que se realicen las pruebas necesarias
para el esclarecimiento de los hechos y que se me haga el dictamen en materia de rodizonato o lo que
se necesite, pues la última vez que disparé fue hace más de 1 año, cuando fui a realizar prácticas”, decía
inocentemente Salvador Herrera Román, a quien su propio jefe había entregado a la autoridad, sin
deberla ni temerla, según su primeras declaraciones.
La maniobra distractora realizada por el jefe Rey Flores, justamente el 26 de septiembre por la tarde,
con el consecuente abandono en la vigilancia del retén instalado en Ahuehuepan para revisar cada
vehículo que por ahí transita, tiene todos los visos de haber franqueado el paso de heroína o goma de
opio bajo control de mandos superiores.
Los tiempos dan para que la droga haya podido colocarse o programarse para ser ubicada dentro del
autobús Costa Line que llegó de México a Iguala el viernes 26 a las 18:30 horas y que saldría, operado
por Ismael Sánchez Hernández, a las 07:50 del sábado 27 de regreso al Distrito Federal. Transcurrirían
más de 12 horas de estancia del transporte en la terminal de Iguala. Las 2 y media primeras horas, el
chofer se ausentó de la unidad y regresó por sus llaves, que casualmente había dejado pegadas en el
tablero, hasta las 21 horas. Muchas veces un conductor ni siquiera está enterado si se utiliza el autobús
a su cargo para algún trasiego ilícito. Este Costa Line 2510 era un vehículo ideal para ser “cargado” con
droga.
De hecho podría ser cualquiera de los otros dos, pues los transportes de pasajeros van lo mismo a la
capital del país que a Chilpancingo, Acapulco, y otros puntos de posible entrega-recepción de
cargamentos ilícitos. Ya hay corridas directas desde Iguala hasta la frontera Norte, asunto que jamás ha
inquietado a las autoridades antidrogas ni lo ven sospechoso.
Lo cierto es que aparece, en actas ministeriales, la descripción de un descuido ordenado y programado
en un retén carretero a unos pocos kilómetros al Poniente de Iguala. Eso ocurrió a las 17:00 horas, 4
horas antes de que comenzara la embestida contra los normalistas por la orden tajante del “párenlos a
como dé lugar”.
Otro posible portador de la droga era el autobús 2513 de Costa Line, que recién llegaba de Acapulco y
que no pudieron tomar los normalistas, porque el chofer Alejandro Romero Bustos encerró a los
estudiantes que lo acompañaron desde la entrada a Iguala. Después se escondió para que los
normalistas no pudieran encontrarlo.
Pero el Grupo Interdisciplinario de Expertos Internacionales (GIEI) halló múltiples irregularidades
respecto de un quinto autobús, el Estrella Roja 3278, el último en salir esa noche con normalistas y que
se fue por detrás de la terminal de Iguala hacia Periférico Sur, el cual fue parado por la Federal de
Caminos frente al Palacio de Justicia, los jóvenes bajados y amenazados por federales y municipales
hasta que huyeron por los cerros cercanos.
El quinto autobús tomado por los normalistas, el Estrella Roja 3278, “nunca fue identificado ni
investigado como escena del crimen” ni de las desapariciones de los estudiantes. Ese vehículo fue
“desaparecido” del informe oficial de la Procuraduría General de la República (PGR); se mintió diciendo
que había sido inutilizado por los propios normalistas en cuanto salieron de la Terminal de Iguala. El
chofer dio varios testimonios contradictorios. Fue examinado por los expertos en julio de 2015, 10
meses después de la masacre. Pero… ¡no era el autobús original, sino otro que lo suplantó! La bitácora
fue alterada, como si hubiera ido a Jojutla, pero en realidad fue a Cuautla, ambas ciudades en Morelos.
“Se da la circunstancia que fue el único [entre seis autobuses] que no fue atacado en la aciaga noche de
Iguala. La acción de tomar autobuses por parte de los normalistas podría haberse cruzado con la
existencia de drogas ilícitas o dinero en uno de los autobuses, específicamente en ese Estrella Roja”,
concluyeron los expertos de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).
69
El trasiego de toneladas de goma de opio y de heroína hacia y desde Iguala se opera en autobuses de
pasajeros y en camiones de carga, en tractocamiones, en vehículos particulares y rutas de colectivos que
conectan poblaciones cercanas. ¿Hay modos más económicos y accesibles para sacar la droga desde los
campos amapoleros hasta Chicago, Los Ángeles, o cualquier ciudad del país vecino que irá a parar a las
venas, bocas, narices y gargantas de los adictos estadunidenses?
Para trasegar droga o dinero en efectivo, lo mismo en la República Mexicana que a través de su frontera
Norte con Estados Unidos, se utilizan clavos o compartimientos secretos fabricados exprofeso, que, en
la mayoría de las ocasiones, logran cruzar retenes, aduanas y todo tipo de controles (electrónicos, rayos
láser, arcos detectores, binomios caninos, etcétera), pero gracias, siempre y principalmente, al
elemento que suele aceitar la maquinaria de la corrupción con generosos sobornos monetarios.
También es posible llevar cargas en pipas de gas, en los neumáticos o amarradas en los sitios más
inverosímiles, bajo contenedores o junto al motor de un tractocamión o autobús (aire acondicionado,
adosadas a la caja de velocidades, aparejadas al depósito de combustible, bajo el camastro en que
suelen descansar los choferes detrás del asiento del conductor), o simplemente en maletas dentro del
compartimiento del equipaje, con o sin doble fondo, todo ello en algún autobús de pasajeros.
Que se sepa, no hay alguna investigación sobre el envío de opiáceos desde Iguala; aunque la PGR
presumió que sí, pero sin ofrecer detalles.
Se indaga, pero en Estados Unidos, donde autoridades capturaron a media docena de mexicanoestadunidenses que enfrentan cargos federales en una Corte de Chicago, precisamente por haber
diseñado una estructura de transporte –crearon dos empresas legales– para desplazar heroína y goma
de opio en autobuses de pasajeros y, en esos mismos vehículos, regresar millones de dólares a México.
Pablo Vega Cuevas, de 40 años, y su cuñado Alejandro Figueroa, de 37, en diciembre de 2004, cuando
fueron arrestados y se exhibió el trasiego de droga en autobuses, movieron al GIEI a pedir información
de esta presunta célula de Guerreros Unidos en Chicago y Oklahoma a las agencias de inteligencia de
Estados Unidos.
¡Párenlos a como dé lugar!
“¡Captúrenlos a todos!”, vociferaba en aquella noche de septiembre el radio operador José Natividad
Elías Moreno, según contó el supervisor de tránsito municipal Francisco Narciso Campos.
Pero lo hacía por órdenes precisas del entonces secretario de Seguridad Pública Francisco Salgado
Valladares, el mismo que autorizaba el paso de camionetas cargadas a través de los retenes, ordenando
que nadie las revisara.
Además de transmitir sus órdenes al radio operador, Salgado Valladares personalmente llamó a varias
patrullas para impedir a toda costa que los jóvenes y los autobuses se fueran de Iguala.
Y en testimonios ministeriales aparece que Salgado Valladares emitió el “¡párenlos a como dé lugar!”
por instrucciones precisas del exalcalde Abarca, pero las culpas y las responsabilidades no son tan
locales, no se quedan en el ámbito municipal, sino en el estatal y, sobre todo, en el federal, que permitió
que toda esta pudrición progresara.
70
David Cruz Hernández, apodado el Chino, empleado de Protección Civil del municipio de Iguala, le pidió
a su comandante Federico León Rubio que lo mandara a cubrir el partido de futbol entre la selección de
Iguala y los Avispones de Chilpancingo, en vez de acudir al informe del Sistema Nacional para el
Desarrollo Integral de la Familia de María de los Ángeles Pineda, esposa del exalcalde, en la explanada
del Palacio Municipal. Se fue en la camioneta Ford con número de serie PC-03:
“Cuando terminó el primer tiempo (21:15 horas), iba ganando Iguala 1-0 y en ese momento escuché por
el radio portátil que estaban reportando de la base de Protección Civil una clave 200, que quiere decir
‘balacera’; la reportaban a la altura de la explanada del Palacio Municipal de Iguala”.
El Chino se dirigió al lugar y en el trayecto escuchó por las frecuencias de la policía que había personas
heridas a la altura del Puente del Chipote. Al pasar por ese sitio vio que tres o cuatro camionetas de la
policía municipal impedían el paso de dos autobuses. De esos transportes “bajaron aproximadamente
40 personas, todos civiles, algunos de ellos portaban armas de fuego, tipo escopetas, pero no escuché
disparos, y algunos de ellos abordaron una camioneta modelo Urvan, color blanco, del servicio público,
y otros abordaron una Suburban, y enseguida tomaron rumbo a la colonia Loma de los Pajaritos”. Los
policías nada hicieron por detenerlos (si es verdad que iban armados, se trataba de sicarios de
Guerreros Unidos, pues ni uno solo de los normalistas portaba algún arma y menos tipo escopeta o
rifle).
Otra vez por la radio, el Chino David Cruz se enteró que había un herido cerca de Periférico, en la
Avenida Juan Álvarez, “por lo cual me dirigí a ese lugar y al llegar observé que había varios policías
municipales resguardando el lugar, así como desviando la circulación de vehículos… todos los policías
estaban encapuchados” (¿eran todos policías o había sicarios o inclusive militares de negro entre ellos?).
Tienen razón los expertos de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos Claudia Paz –de
Guatemala–, Ángela Buitrago y Alejandro Valencia –de Colombia–, el chileno Francisco Cox y el español
Carlos Martín Berinstáin cuando piden que se esclarezcan perfectamente los tiempos y las
circunstancias de la ocupación de los autobuses:
“Primero, hay dos autobuses tomados por los normalistas; en éstos van a tomar otros vehículos. Hay un
tercer autobús que los normalistas toman en lo que se llama la Casa del Cura o cruce de Huitzuco (en la
carretera, antes de entrar a Iguala), en el que algunos normalistas se suben para ir a la Central de
Autobuses de Iguala. Cuando llegan a la terminal [a los jóvenes] los encierran y no pueden salir. Llaman
a sus compañeros y los dos primeros autobuses van a la central. En ese segundo escenario hay ya tres
autobuses. De ahí salen ya cinco vehículos. Cada uno tiene diferentes trayectorias o rutas.”
Todo parecía indicar que uno de los tres camiones tomados en Iguala pudo haber librado la línea de las
balaceras, la muerte y las desapariciones, porque no fue reportado a un corralón ni se le hicieron
peritajes por haber recibido disparos. Simplemente no aparece en actuaciones con número económico
ni placas y, según testimonios de varios normalistas y los demás choferes, era un Estrella Roja del Sur
que pasó por la carretera rumbo a Chilpancingo después de las 21:00 horas, sin encontrarse
aparentemente con policías o sicarios ni con nadie más que le ordenara parar. Era demasiada fortuna
para ser verdad. En realidad, aunque ya iba tomando la carretera, dejando atrás a Iguala, cerca del
Palacio de Justicia, fue retenido en un puesto de revisión de la Policía Federal de Caminos; un policía,
apuntándoles con su arma, les gritó: “¡Hijos de su puta madre, alto!”. Los jóvenes retrocedieron y
subieron unas escalinatas por el llamado Cerro de la Bandera, mientras los policías disparaban y
gritaban: “¡Deténganse, cabrones, o los vamos a chingar!”. A 10 de los jóvenes les dio asilo una mujer en
su casa, en donde permanecieron hasta la madrugada del 27, cuando se encontraron con varios
compañeros y todos se presentaron ante el Ministerio Público. Los otros cuatro caminaron durante
horas, cruzaron un cerro y al final hallaron refugio con una familia, hasta las 05:00 horas, cuando fueron
a la Fiscalía de la Zona Norte. Hay que destacar que los normalistas se presentaron voluntariamente a
71
declarar porque no tenían delito, ni el mínimo asomo de conducta ilegal qué esconder. Esta
comparecencia ante la autoridad demuestra, por sí misma, cómo los únicos agredidos fueron los
normalistas.
Toda esta maniobra encubridora explica el saldo de cientos de muertos, secuestrados, hallados en fosas
y desaparecidos en Iguala y sus alrededores en los meses anteriores, horror que se logró destapar
después de la infame y absurda desaparición de los 43 de Ayotzinapa.
“Los crímenes de septiembre de 2014 son sólo los más recientes de una larga historia de atrocidades en
Guerrero”, como lo sugiere el descubrimiento de decenas de nuevas fosas con cadáveres, dice el
informe de Open Society.
72
De 80 grupos criminales identificados en la República Mexicana, 26 tienen asiento en Guerrero, dice
citando a Contralínea. “Documentos de inteligencia revelan que el gobierno federal sospechaba que al
menos 12 presidentes municipales de Guerrero, ocho de ellos del Partido de la Revolución Democrática,
tenían presuntos vínculos con organizaciones criminales”, asienta en la página 13, en donde consigna
que el Ejército, por falta de confianza en autoridades locales, habría tomado el control sobre 13 alcaldías
guerrerenses.
De los 19 mil 434 homicidios dolosos registrados oficialmente en Guerrero de 2005 a 2014, en ninguno
de esos años ha llegado al 10 por ciento el porcentaje de sentencias condenatorias. Nadie ha sido
consignado en una larga historia de desapariciones forzadas y de torturas. “La impunidad ha sido
absoluta”.
Mientras en todo Guerrero su Fiscalía registró 239 denuncias por desaparición en 7 años, solamente en
Iguala con “los otros desaparecidos” ya suman 273. Si se agregan los 43 de Ayotzinapa y al menos 100
en el municipio de Chilapa y varias decenas en Cocula, estamos hablando de una tragedia de
dimensiones colosales que había permanecido oculta antes de la desaparición de los 43 normalistas en
Iguala.
En cuanto a la heroína, el negocio es tan próspero que ya hay sucursal de los Guerreros Unidos en
Chicago, Estados Unidos. Eso descubrió la Agencia Antidrogas estadunidense en más de 1 año de
espionaje telefónico a Pablo Vega, alias el Transformer, y socios, quienes almacenaban en exceso la
droga en Aurora, Batavia y otros suburbios de Chicago. Así como están registradas las cantidades de
cientos de miles de dólares por cada envío (y son varios a la semana), aparecen las dos líneas de autobús
que los traficantes crearon: Vulcano y Monarca, en Guanajuato y Zacatecas, y las claves para autobús
(tía), para paquetes de droga (niños), para clavos o compartimientos ocultos (cartera), o para dinero que
regresa a México en los mismos autobuses (documentos), según constató el espionaje telefónico de los
servicios de inteligencia de Estados Unidos a los Guerreros Unidos.
Nada casual que haya varios teléfonos intervenidos que se comunicaban todos los días a celulares con el
prefijo 733, es decir, a Iguala.
José Reveles*
*Periodista
LO QUE MÉXICO OLVIDÓ
¿Y EL PLAN DE INFRAESTRUCTURA PARA MOVER A MÉXICO? LA CORRUPCIÓN LO
QUEBRÓ: EXPERTOS
http://www.sinembargo.mx/28-09-2015/1496442
Por
Daniela Barragán septiembre 28, 2015
- 00:05h 0 Comentarios
A casi dos años de su anuncio, ¿qué pasó con el Plan Nacional de Infraestructura para modernizar a
México? Expertos exigen que el gobierno explique en qué quedó, tras la crisis financiera y escándalos de
corrupción.
El Plan Nacional de Infraestructura fue planeado bajo condiciones muy diferentes a las que ahora se
viven. Foto: Cuartoscuro
El Plan Nacional de Infraestructura fue planeado bajo condiciones muy diferentes a las que ahora se
viven en el país, pero de origen no tenía congruencia, dicen analistas del sector. Foto: Cuartoscuro
Ciudad de México, 28 de septiembre (SinEmbargo).– En la presentación del Plan Nacional de
Infraestructura, el Presidente Enrique Peña Nieto afirmó: “a mayor y mejor infraestructura, hay más
oportunidades de atraer inversiones, generar empleo y mejorar el ingreso de las familias”, y añadió que
la zona sur-sureste sería la que tendría la mayor prioridad del Plan Nacional de Infraestructura (PNI), por
ser la región “que más lo necesita”.
Se plantearon entonces la construcción de trenes de pasajeros, acceso a Internet de alta velocidad,
pozos petroleros de aguas profundas, infraestructura para la extracción de gas shale, plantas
hidroeléctricas que aseguraran el agua destinada a consumo humano y riego, así como protección
contra inundaciones, gasoductos, infraestructura en salud, y viviendas. Esto es, 743 programas y
proyectos de inversión, en el que seis de cada 10 pesos los pondría el Estado, el resto sería de inversión
privada.
Para el doctor Marcelo Delajara, director de Crecimiento Económico y Mercado Laboral del Centro de
Estudios Espinosa Yglesias (CEEY), el actuar del Gobierno federal demuestra poca congruencia con lo
que anunció “con mucha fanfarria”: su Plan Nacional de Infraestructura 2014-2018, “que preveía
inversiones multimillonarias durante ese periodo de tiempo, en el que incluso estaban las obras
detalladas una por una, pero que, por lo que se observó con la cancelación del Tren a Querétaro es que
ese Plan venía, de origen, con fundamentos débiles”.
Sin duda, continúa Delajara, hay poca congruencia en el tiempo de un mismo gobierno en términos de
lo que promete y lo que hace. Y si bien es cierto que la caída en los precios del petróleo fue inesperada,
el PNI está en entredicho por causas internas e incluso por escándalos de corrupción y, mínimo, debería
haber un pronunciamiento del gobierno en el que informe en qué quedó.
En esto coincide Edna Jaime, directora de México Evalúa, quien destaca que hoy la confianza en el país
está erosionada porque cada licitación se acompaña de escándalos por conflictos de interés, al grado
que la nueva Ley de Obras Públicas, que está ahora en discusión en el Senado de la República, es
llamada ya “Ley casa blanca”.
La inversión en infraestructura es también un motor de desarrollo social, al ser una fuente importante
en la generación de empleo. Como lo indicó en entrevista para SinEmbargo el investigador Julio Boltvinik
Kalinka, una política de crecimiento económico es una política para mejorar e incluye la forma en cómo
se puede combatir la pobreza. Sin embargo, en este caso y de acuerdo con la apreciación de la doctora
73
María Fonseca Paredes, la infraestructura no coincide con ese argumento: se ha frenado por la baja
producción de las empresas y esto se traduce también en menos empleos y salarios más bajos.
El Gobierno federal estimó que de 2014 a 2018, el crecimiento económico se ubicaría entre 3.5 y 3.8 por
ciento anuales, pero con la implementación de las reformas y del PNI se ubicaría en 4, 4.8, 5.1, 5.4 y 5.5
por ciento, también para cada año. La realidad es que el pasado agosto, la Junta de Gobierno del Banco
de México (Banxico) estimó que la economía crecerá este año entre 1.7 y 2.5 por ciento, la cuarta
reducción a la baja que hace en 2015. En tanto, mantuvo la previsión para 2016 a un rango de 2.5 a 3.5
por ciento.
Analistas de la calificadora Moody’s también se han pronunciado al respecto y sitúan un crecimiento
para el país de 2.3 por ciento para la economía mexicana para este año y entre 2.5 a 3 por ciento para
2016. Incluso sostienen que, a este ritmo, un crecimiento de 3 por ciento podría alcanzarse hasta finales
de la década.
Pasaría lo mismo con la Reforma Energética, de la que se verían resultados en mediano plazo; es decir,
más o menos a finales del sexenio actual.
Alertaron que la posible caída de los convenios y otras transferencias, comúnmente utilizadas para
financiar proyectos de infraestructura, que están programadas para disminuir 23.58 por ciento respecto
al monto aprobado en 2015, puede llevar a un aumento en el endeudamiento, dado que los estados
pudieran optar por financiar proyectos de infraestructura planeados a través de deuda.
LA CORRUPCIÓN, UN LASTRE
El principal objetivo del Plan Nacional de Desarrollo 2013-2018, de acuerdo con l Tercer Informe de
Gobierno, es llevar a México a su máximo potencial, es convertirlo en una nación más próspera y
equitativa.
“Con la puesta en acción de las seis Reformas Transformadoras en materia económica, el país cuenta
con mejores condiciones estructurales para alcanzar un crecimiento más elevado, sostenido,
sustentable e incluyente, que facilite el desarrollo y el bienestar de la población”, asegura el documento.
Y así lo afirmó también el Presidente durante su mensaje a la Nación, en el que se debe perseverar en la
implementación de la reformas –que seguirán siendo prioridad– para beneficiar a las familias
mexicanas.
Dijo que concluirán las grandes obras de infraestructura que tienen proyectas o que ya están en
construcción y “continuaremos edificando sobre las bases que hemos cimentado en la primera mitad de
esta administración” transformando las instituciones y las políticas, así como cambiando las situaciones
cotidianas de inseguridad, injusticia y corrupción.
Para organizaciones civiles, el escenario con menos obra pública, aunado a débiles mecanismos de
transparencia, puede profundizar la percepción de corrupción que rodea al Gobierno federal.
“La confianza está erosionada porque cada obra pública importante está acompañada de un escándalo”,
destacó Edna Jaime, directora de México Evalúa, al respecto de la Ley de Obras Públicas que está por
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votarse en el Senado de la República, y que especialistas han bautizado como “Ley casa blanca” o “Ley
OHL”.
En el mismo sentido, Eduardo Bohorquez, director de Transparencia Mexicana, alertó que dado que el
gasto público se irá reduciendo, las condiciones de competencia al rededor de los contratos podrían ser
también más delicadas.
“No habrá más competencia, necesariamente, pero sí puede haber una competencia desleal que
siempre incorpora a la corrupción. Menos recursos significan menos proyectos, y más jugadores que
buscarán atajos para obtenerlos. Preocupa que el próximo año se tenga un presupuesto acotado y que
quienes quieran encontrar la ruta fácil de la corrupción logren hacerlo de manera legal. La corrupción
puede legalizarse en México a través de instrumentos como éste”, expuso.
En abril de 2014, Peña Nieto sostuvo que la infraestructura actual era insuficiente; 2015 fue un año de
recortes presupuestales y de perspectivas de crecimiento corregidas continuamente a la baja. Para
2016, estas tendencias continúan y las principales reformas parecen no avanzar.
LO QUE SERÍA EL PNI
-Sector energía
Uno de los gasoductos de Salina Cruz, Oaxaca. Foto: Cuartoscuro
El Presidente, en uno de los gasoductos de Salina Cruz, Oaxaca. Foto: Cuartoscuro
Según el Statistical Review of World Energy, en 2013, México ocupó el lugar 6 a nivel mundial en
producción de petróleo crudo y el 14 en producción de gas natural. El objetivo del PNI en este ámbito,
era el de asegurar el desarrollo óptimo de la infraestructura para contar con energía suficiente, con
calidad y a precios competitivos.
Para este sector se planearon 93 proyectos como centrales eólicas, gasoductos, subestaciones
eléctricas, redes y líneas de transmisión, construcción y remodelación de plantas, terminales de
almacenamiento, ductos, etcétera.
El financiamiento sería a través de la instrumentación de la reforma energética “será posible atraer
inversiones complementarias que permitirán mantener el superávit energético”.
“El aumento en la inversión estará logrado tanto al incremento del PIB generado por el efecto
combinado de las distintas reformas estructurales en proceso de instrumentación y por las
oportunidades de negocios que se abren bajo el nuevo marco legal y regulatorio del sector energético
en nuestro país”, puede leerse en el documento que desglosa el PNI.
Se preveían entonces hasta 20 mil millones de dólares anuales de 2015 a 2018 a partir de la Reforma.
Sin embargo, la realidad ha sido diferente. La energética, en la que más se han invertido esfuerzos, tuvo
un primer descalabro el pasado 15 de julio, al adjudicar solo 2 de los 14 bloques de exploración y
extracción de hidrocarburos. La empresa que los ganó, el consorcio integrado por Sierra Oil & Gas S. De
R.L. de C.V., Talos Energy LLC y Premier Oil PLC, fue creada apenas en 2014, “es la primera empresa
mexicana independiente de petróleo y gas”– según la descripción de su página de Internet– y recibió
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recursos por 75 millones de dólares de Infraestructura Institucional, entonces propiedad de Jerónimo
Gerard Rivero, cuñado del ex Presidente mexicano Carlos Salinas de Gortari.
La Ronda Uno fue, o es, el primer paso histórico para abrir los hidrocarburos al capital privado, luego de
décadas de férreo control estatal. Representa, además, la consolidación de la Reforma Energética, parte
del paquete de “cambios estructurales” promovidos por el Presidente Enrique Peña Nieto.
-Comunicaciones y Transportes
En el Índice de Competitividad Global de 2012 del Foro Económico Mundial, México ocupa el lugar 50 en
carreteras, 60 en ferrocarriles, 64 en puertos y 64 en aeropuertos de un total de 144 países. Asimismo,
ocupa el lugar 81 de 142 países en infraestructura de telecomunicaciones y contenido digital conforme
al índice de conectividad.
En el discurso, la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT), presidida por Gerardo Ruiz Esparza,
se ha enfatizado en la importancia de fomentar la construcción de nueva infraestructura de transporte,
sobre todo, al ferroviario, al que se le han destinado en dos años, 15 mil 878 millones 400 mil pesos.
Gerardo Ruiz Esparza ha sido un de los personajes relacionados en la presunta red de corrupción de
OHL. Foto: SCT
Gerardo Ruiz Esparza ha sido un de los personajes relacionados en la presunta red de corrupción de
OHL. Foto: SCT
Entre los proyectos ferroviarios propuestos en el PNI están el Tren de Alta Velocidad México-Querétaro,
el Tren Interurbano México-Toluca, el Tren Transpeninsular, la Ampliación del Sistema del Tren Eléctrico
Urbano en la zona metropolitana de Guadalajara, la implementación de Transporte masivo en el Oriente
del Estado de México, la Línea 3 y 4, y Ecovía en Monterrey, la modernización del transporte público de
la región Lagunera y Sistema de Transporte Articulado en Tijuana.
En lo que respecta a Telecomunicaciones, entre los principales proyectos están la Red Compartida, que
tiene un costo de 130 mil millones de pesos; Proyecto México Conectado, que busca dotar de Internet
todas plazas públicas del país, para el que se destinaron 18 mil 600 millones de pesos; y el Sistema
Satelital Mexsat, con el que se haría el despliegue de tres satélites de vanguardia tecnológica y alta
capacidad.
Otros como agilizar el despliegue de redes a través de la reutilización infraestructura, la Transición
Digital Terrestre y la puesta en marcha el Programa Nacional de Espectro Radioeléctrico (que incluiría las
bandas de 700 MHz y 2.5 GHz).
Sin embargo, analistas han señalado que estas políticas públicas, que tienen como principal objetivo el
acercamiento de contenidos audiovisuales de mejor calidad y alcanzar una mayor cobertura de telefonía
e Internet, al quedar en manos de la SCT, han fallado en su implementación, además de que por su alto
costo, el entorno económico también pone en la cuerda floja una puesta en marcha satisfactoria.
Ernesto Piedras, director General del Competitive Inteligence Unit, consultoría especializada en
regulación de telecomunicaciones, considera que los objetivos de la reforma son ambiciones muy altas
que se buscan implementar con mecanismos aceleradores.
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“Se pone la fecha y se intenta forzar al sistema para llegar al objetivo. Eso lleva al fracaso de Tijuana –en
la primera edición del apagón la red analógica–, que poco tiempo después se encendió de nuevo porque
no estaban listas las condiciones”, dice el experto.
Sostuvo que un factor que durante la discusión de la Reforma y sus leyes secundarias no se previó fue el
de las finanzas públicas y la situación de la economía mexicana, y que ahora pueden dificultar la
calendarización. “Esta administración va en un buen cauce, pero se tiene un récord de postergación en
las fechas”, agregó.
En este sector se ha advertido una especie de castigo en las inversiones, factor que contribuyó a que
México tenga el precio por megabit por segundo, de 1.69 dólares, el más caro de todos los países de la
Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). Este precio es aproximadamente
tres veces más caro que el promedio entre los países miembros, aunado a los bajos niveles de
penetración de banda ancha fija y móvil, poco interés de servidores de llegar a regiones marginadas,
baja calidad, baja cobertura y altos costos.
-Sector hidráulico
A principios de 2013, el país contaba con infraestructura hidráulica relevante: más de 5 mil presas y
bordos para el almacenamiento de 138 mil millones de metros cúbicos de agua para atender las
necesidades de consumo humano e industrial, generación de electricidad, uso agrícola y otros usos. En
lo que corresponde a las plantas potabilizadoras, se tienen registradas 699 instalaciones con una
capacidad instalada total de procesamiento de 135 mil 135 litros por segundo.
El objetivo para este sector, era el de incrementar la infraestructura hidráulica, tanto para asegurar agua
destinada al consumo humano y riego agrícola, como para saneamiento y protección contra
inundaciones.
Los proyectos del PNI (en total 23), son canales, más acueductos, plantas de tratamiento, túneles
emisores y la construcción de la tercera línea del Sistema Cutzamala. La fuente de financiamiento corre
por parte de los Gobiernos estatales, municipales e iniciativa privada. Según el documento, la Comisión
Nacional del Agua (Conagua) enfatizaría en esta última, para dar la oportunidad de “potenciar” los
recursos del gobierno.
Uno de los principales era el de Monterrey VI Región Norte, con el que se pretendía mejorar el abasto e
incrementarlo, a través de un acueducto que tomará agua del río Tampaón. La inversión era de 18 mil
283 millones de pesos.
El proyecto está en manos de Concretos y Obras Civil del Pacífico, filial de Grupo Higa, y también fue una
de las promesas de Enrique Peña Nieto como candidato a la Presidencia. Organizaciones civiles
consideran que esta obra no es necesaria, pues la licitación se hizo bajo la premisa de que la zona a la
que abastecerá enfrenta escasez de agua, cuando estudios técnicos comprueban que sin el acueducto,
la zona cuenta con el vital líquido suficiente hasta el año 2030.
-Sector salud
Según la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE), en 2011 México contaba
con 1.7 camas por cada mil habitantes, mientras que el promedio para los países miembros de la OCDE
es de 4.8, por tal razón, se planeaba fortalecer y optimizar la infraestructura interinstitucional en salud
para garantizar el acceso efectivo a servicios de salud con calidad.
77
Se contemplaban nuevas torres de hospitalización, hospitales, fortalecimiento de la infraestructura,
nuevos institutos, producción de vacunas; 38 proyectos en total.
Según el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), alrededor de 21.8
millones de personas viven con carencia en servicios de salud; en dos años, la política sólo benefició a
3.5 millones de personas, y acotó que un factor no evaluado era la calidad de los servicios.
Otro factor a considerar es el del presupuesto que se prevé otorgar en 2016, que estima una reducción
de 5 mil 181 millones de pesos en comparación con lo aprobado en 2015, lo que para el Centro de
Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP), evidencia que el gasto que México destina a salud está
muy por debajo del promedio que los países mas desarrollados gastan en este rubro.
-Turismo
Este sector que abona al crecimiento económico nacional, es puerta de entrada de divisas y genera
empleos. Si bien es un sector que camina conforme la buena aplicación de otros también requiere de
atención ya que, por ejemplo, algunas zonas son las que más basura generan en el país.
Los proyectos fueron: rescate de playas, rehabilitación de centros históricos, programas de apoyos a
pueblos mágicos, protección de patrimonios, construcción de centros de convenciones, modernización
de puertos, nuevos accesos carreteros, destinos sustentables.
"TODOS SOMOS AYOTZINAPA" FRENTE AL ESTADO CAPITALISTA MEXICANO
http://www.rebelion.org/noticia.php?id=203782
Miguel Ángel Adame Cerón
Rebelión
“ES UNA COYUNTURA QUE ABRE LA OPORTUNIDAD DE CAMBIAR EL PAÍS. A UN
AÑO, AYOTZINAPA ES FACTOR DE UNIDAD, PORQUE PUEDE SER UN PUNTO DE
NO RETORNO, PORQUE HA IDO ALLÍ ADONDE NO HAN IDO OTROS, HA DICHO
LO QUE NO HAN DICHO OTROS. O SEA, LUCHAR POR LOS DESAPARECIDOS ES
LUCHAR POR UNA TRANSFORMACIÓN”. (Omar García, 24 de septiembre de
2015)
Significado y trascendencia de los hechos criminales
“HAN DESNUDADO LA REALIDAD DEL PAÍS” (antropólogo Abel Barrera)
Los brutales y sanguinarios sucesos contra los estudiantes normalistas de Ayotzinapa
la noche/madrugada de 26/27 de septiembre de 2014 en la ciudad de Iguala,
Guerrero, no solo son una tragedia o una atrocidad más perpetrada por las fuerzas
represoras públicas y oscuras del Estado mexicano capitalista, son y representan una
fortísima conmoción política y un sacudimiento de las conciencias, a nivel político,
moral y emocional para todos los pobladores excluidos de México, y especialmente
78
para los sectores populares que luchan en la resistencia y tratan de ser o convertirse
en antisistémicos y/o antagónicos.
Revelaron y pusieron en evidencia atroz, el actuar no sólo de un Estado-gobierno
ultra neoliberal, cínico y corrupto, sino la grave situación económica-política-social
de una nación-pueblo, agobiados por los saqueos, la inseguridad, el narcotráfico, la
criminalidad, la semiesclavitud, la pobreza, la precariedad, el sistema de partidos,
los fraudes, la simulaciones, la clase política, la oligarquía, las instituciones podridas.
En fin, la necropolítica (Arizmendi dixit, 2015) exudada por todos los poros del poder,
desde el presidente en turno hasta las autoridades municipales, incluyendo el sistema
judicial, el ejército, la marina y las policías de todo nivel. Además, como han
demostrado con mayor crudeza y fuerza la actuación de autoridades durante los
últimos años y, especialmente evidentes en los últimos 12 meses, el contubernio
entre autoridades, intereses capitalistas (nacionales y trasnacionales, legales e
ilegales) y grupos delincuenciales de todo tipo se ha convertido en sistémica. “Son lo
mismo”, se ha dicho en vox populi.
Por ello, con la masacre de Iguala y lo acontecido en los últimos 365 días desde el
26/27 de septiembre, hay un claro y decisivo antes y después, que marca
indeleblemente la historia reciente de México; pues como se dijo, las repercusiones
y los efectos en lo sociopolítico y en lo ideológico-moral conectado con lo demostrado
con las movilizaciones, las protestas y la férrea persistencia de los familiares y
normalistas (sus aliados y solidarios) son lo suficientemente contundentes para
reconocer que no se trata de cualquier tipo de acontecimiento o sólo de una raya
más del tigre narco-neoliberal, sino que, en sus profundidades y su contenidos se
trata de acontecimientos topes, límites a los que ha llegado la necropolítica en su
agravio al pueblo-nación, pues junto con Tlatlaya, Apatzingán y Tanhuato, significan
y anudan ese vuelco a la coyuntura y a una naciente nueva ventana política y social.
Lo que cabe resaltar y que sigue vigente desde dichos acontecimientos de hace 12
meses, es que reiniciaron una nueva oleada de protestas, exigencias, movilizaciones,
rebeldías y develaciones, que obligaron y han obligado a todas las organizaciones,
movimientos, fuerzas y personas que participan en la política nacional (e inclusive
mundial) a definirse desde un posicionamiento, desde una actuación, desde una
decisión, o desde la indiferencia, la complicidad, la apatía o la incredulidad. Y como
hemos dicho se trata de un parteaguas o, como ha dicho Adolfo Gilly [1] , de un rayo
histórico del pasado reciente, que relampaguea en el presente y que marca lo que
viene de resistencia y de antisistema masiva en el México de los próximos años. No
sólo porque la masacre de Iguala-Ayotzinapa fue un crimen del Estado burgués
mexicano, sino porque es un paradigma que condensa los crímenes y la atrocidades,
las violencias y las explotaciones del régimen y del sistema capitalista mexicano y
por tanto mundial.
Concepciones y caracterizaciones críticas de la economía política del Estado
mexicano burgués y la sociedad en la coyuntura o “fase actual”
El Estado mexicano burgués responde y se inserta a una lógica capitalista mundial
imperante, cumple un papel y se ajusta en esa lógica de acumulación y reproducción
de capital como formación económico-social específica en la situación llamada
“neoliberal”.
a) El capitalismo planetario para resolver sus crisis profundamente decadentes y
degradadoras, utiliza mecanismos sumamente violentos y destructivos para tratar de
garantizar sus ganancias y detener sus caídas, hace violentas y dañinas todas las
fuerzas productivas (tecnológicas, naturales y procreativas) y las relaciones humanas
actuales. La llamada acumulación por despojo o desposesión no es novedosa de suyo,
79
sólo es un redoblamiento de ella y se expresa más dramáticamente en las geografías,
naciones y comunidades más sometidas por el imperialismo y más dependientes y
vulnerables (precarizadas). Así las formaciones socio-económico-culturales
latinoamericanas forman parte de esas naciones y regiones, algunas de ellas (Bolivia,
Venezuela, Ecuador, Cuba, Brasil, Paraguay y Argentina [2] ) han puesto algunos
diques y han resistido de la mejor manera que han podido a estos avasallamientos y
estas dinámicas de la economía política del capitalismo mundial global (industriales,
bio-ciber-tecnológicas, financieras, de mercados, militares y de espionajes,
geopolíticas, geo-médicas, geoculturales, diplomáticas, etc. [3] ).
México participa dominado por el imperialismo yanqui, es decir, como Estado nacional
fuertemente subordinado, por eso es que hay autores que lo denominan como un
semiestado, pues no muestra signos o elementos mínimos de resistencia u oposición;
así pues, no ha hecho valer, su soberanía ni su nacionalismo con su
“neoliberalización” desde 1982. Por el contrario, se ha caracterizado por engendrar
una dictadura neoliberal o un neoliberalismo cínico y extremo, que ha destruido la
industria nacional y el mercado interno, ha mantenido una ofensiva de sometimiento
hacia los trabajadores, sus condiciones de vida y sus conquistas, ha privatizado de
manera extenuante, lo que ha permitido toda clase de saqueos con sus políticas
entreguistas, narcopolíticas y necropolíticas. Ha utilizado todos sus aparatos de
poder, oficial y fáctico, para dominar y controlar las contradicciones y oposiciones de
su bloque de poder y las que hacen a la nación-pueblo con el fin de permitir y dar
viabilidad macro regional-nacional-local a esas dinámicas del capitalismo imperialista
mundial.
b) El debate teórico-político en torno a cómo caracterizar o categorizar al Estado
mexicano en la “fase” o coyuntura actual, Luis Arizmendi (2014) lo denomina
«capitalismo necropolítico» (y que según este autor deriva de otras dos: “cínico”
entre 1982 y 1988 y “criminal o narcopolítico”, entre 1988 y 2006), y, en general, el
debate que se abrió desde 1982 aproximadamente, ha sido en los últimos 30 años
amplio, controversial y hasta confuso, pues se han involucrado posturas y enfoques
tanto de derecha, centro-izquierda, izquierda y ultraizquierda; en suma, todo el
espectro político, y por cierto no sólo nacional. Cabe aclarar que el meollo del debate
ha sido responder a la pregunta, del tipo de Estado que se constituyó y se impuso a
partir de la llegada de Miguel de la Madrid a la presidencia de la República Mexicana;
las respuestas también han llevado a referirse necesariamente al tipo de régimen
político, a las formas de gobernar y de gobierno, a las políticas y procesos
implementados y desplegados, a sus basamentos económicos y a sus vínculos
internacionales, etc.
Ejemplos al respecto: la discusión sobre el cambio de régimen, con el fin de los
gobiernos emanados de la posrevolución mexicana, la inserción de un
presidencialismo tecnocrático y ya no caudillista, la ofensiva de las políticas
neoliberales y la implementación de una asistencia social de “baja intensidad” como
pseudoremedio a la pobreza y extrema pobreza. Asimismo, la llamada “transición
democrática” con la llegada del Partido Acción Nacional (PAN) al Gobierno del Estado
mexicano que no fue más que una alternancia cosmética; también la polémica sobre
el “Estado fallido”, “Estado faltante”, el “achicamiento del Estado” o el “Semiestado”.
Igualmente, el manejo del concepto de «desvío de poder» para subrayar el
incumplimiento estructural de las funciones “clásicas” del Estado como “mediador”
entre las clases antagónicas y entre las clases y fracciones dominantes y/o bloque
dominante, lo que tiene que ver con otro debate central: el del papel que cumple lo
hegemónico, la ideología y los consensos, los controles tecno-mediáticos, electorales,
de cooptación, corporativos y clientelares etc., sobre las masas y no sólo los aspectos
coercitivos y represivos, etcétera.
80
c) Los análisis de las diferentes dimensiones coadyuvantes y concomitantes, de las
manifestaciones estructurales del poder político estatal y gubernamental, también
son muy importantes en tanto que son dialécticamente causas y efectos de la nueva
época abierta con la llamada «dictadura neoliberal». Destaca la cuestión de la
violencia y de las violencias en plural (Adame, 2013b), dimensión estructural
incorporada en todos los poros de la sociedad capitalista, tanto en sus procesos de
acumulación, como en todo los niveles de la reproducción sociocultural (Adame,
2013b); y que en México, y otros países latinoamericanos (como Colombia) se ha
generalizado, atrozmente comandada por las fuerzas capitalistas, estatalesgubernamentales, paraestatales y semiclandestinas-clandestinas. Nos referimos
principalmente a las guerras de baja intensidad contra los rebeldes y/u opositores
(matanzas, desapariciones, encarcelamientos, etc.), al terrorismo y al terror que
causan intencionadamente, a la presencia de militares y policías de los territorios del
país, al uso de la represiones masivas y selectivas, a la propia existencia organizada
y armada de las bandas de criminales, narcos, traficantes, golpeadores,
secuestradores, etcétera. Además de todas las expresiones y formas de manifestarse
en la vida cotidiana y en las relaciones intersubjetivas, la violencia (violencia de
género, violencia simbólica, acosos e intimidaciones, etc.).
Aunada a la violencia como un reflejo matizado de ella, está la corrupción, también
estructural al sistema y particularmente al Estado-nación mexicano en todos los
niveles y venas de las instituciones gubernamentales (robos, desvíos dinerarios,
redes de complicidades, ocultamientos, sobornos, compra y venta de servicios y
lealtades, lazos entre poderes institucionales y fácticos: funcionarios, oficiales,
traficantes, empresarios y comerciantes, etc.), pero también extendida a otros
espacios de la reproducción y de las esferas socioculturales como áreas de trabajo,
unidades domésticas, espectáculos y diversiones/entretenimiento.
Otra esfera vinculada a las dos anteriores, lastimosa y temeraria a nivel mundial y
especialmente en México, es la de las desigualdades y polarizaciones
socioeconómicas: la pobreza, la desnutrición, las enfermedades de todo tipo, el
hambre y la falta de oportunidades de satisfacción de las necesidades básicas y los
deseos, lo que tiene por consecuencia efectos nefastos para el 80-90% de la
población en lo económico-social, en lo biofísico y en lo psíquico, una total
deshumanización y carencia de realización de las personas.
d) Todo ello ha propiciado que las caracterizaciones críticas de la coyuntura actual
del capitalismo mexicano y sus aparatos de estado y de gobierno, en relación a las
situaciones sociales, tiendan a poner el acento en esos aspectos arriba señalados,
porque han sido preponderantes, han actuado como áreas y factores dominantes y
agravantes de la crisis y las transformaciones degradantes, podridas y vergonzantes
y nocivas. No porque los factores de lo “hegemónico-ideológico” no sean importantes
y no funcionen, sino porque aquellos ligados a la violencia y al control por miedo, se
han hecho cada vez más importantes para garantizar el estatus quo (nivel social) del
Estado nacional mexicano. La gente sigue votando por el PRI, el INE sigue recibiendo
altos presupuestos, la televisión, el internet y los celulares van en aumento, los
sindicatos y sus líderes charros no se han exterminado, el consumismo neurótico no
se detiene, etcétera. ¡Claro!, entre lo hegemónico y el uso de fuerzas oficiales y no
oficiales del Estado existe una recursividad, ambos ejes se alimentan unos a otros.
La fase necropolítica del capitalismo extiende lo tanático, las fosas clandestinas, la
criminalización y la militarización que respalda las políticas capitalistas, oligárquicas
y fórbicas, tanto de los Forbes internacionales como de los Forbes nacionales
amalgamados y dispuestos a operar, en conjunto con violencias gubernamentales y
violencias no gubernamentales (llevadas a cabo por otros agentes), las
acumulaciones por despojos, saqueos, rapiñas, extractivismo y neoextractivismo.
81
En México se han volcado en contra de los salarios, el fondo de consumo de las
masas, las resistencias, los movimientos antisistémicos, antagónicos, anticapitalistas
y antineoliberales, contra las comunidades y sus formas de autodefensa, contra las
propias condiciones de trabajo de sectores proletarios que habían sido ganadas en el
anterior periodo del estado keynesiano (trabajadores de la educación, del sector
salud, de la cultura, de la investigación y la ciencia, etc.), las privatizaciones llamadas
“reformas estructurales” se imponen a capa y espada, entregando con ellos los
recursos de la nación-pueblo a la iniciativa privada internacional y nacional (petróleo,
minerales, semillas, biodiversidad, patrimonio, etcétera)
Este es el punto clave, así es como se está manifestando tanto la subordinación
formal y real del proletariado bajo el capitalismo mundial-nacional (Veraza, 2011),
como la lucha de clases en México, donde la burguesía mexicana amalgamada con la
global, domina por los métodos y formas señaladas. El Estado mexicano, sus
aparatos, bloques, mecanismos de operación y funcionamiento cumplen esos roles,
porque sus partidos, instancias y agentes han hecho su labor no como Estado
“fallido” (¿fallido para quién?) sino como Estado burgués debilitado a nivel
internacional y formal, dócil con el imperialismo pero poderoso y exitoso a nivel
interno en sus labores de contención, dominio y represión (uso de la fuerza el Estado
y de los poderes fácticos); facilitador, pues, de la acumulación y de mercado mundial.
También porque no ha habido suficiente oposición y resistencia desde la burguesía
nacionalista, sus organizaciones y sus personajes, ni desde las izquierdas socialistas,
anarquistas, revolucionarias o anticapitalistas, para hacerle contrapeso y tratar de
detener sus dictados apabullantes y ominosos contra la inmensa mayoría de los
mexicanos. Sólo focos de resistencia, algunos importantes (como los neo zapatistas,
los municipios o pueblos con democracia autonómica, las autodefensas y policías
comunitarias, las organizaciones regionales o nacionales como asambleas, Frentes,
partidos, movimientos, etc. Adame, 2013), relativamente apoyados, aislados, más o
menos articulados o desarticulados, pero insuficientes para detener y tratar de
impedir de forma coordinada y cohesionada el embate de las fuerzas capitalistas y
estatistas.
Así tenemos categorizaciones y terminologías que se cruzan y se emparentan
tratando de captar esas modalidades en que se presenta El Estado-gobierno, las
dinámicas económicas y sociopolíticas, las coyunturas y especialmente la develada
por los criminales sucesos de Iguala-Ayotzinapa. Se habla de Estado cínico, de Estado
mafioso, de Estado forbesiano, de Estado necropolítico, de Estado totalitario, de
Estado protofascista o terrorista, de Estado militarizado; se habla de narco Estado,
de sicariato, Estado de militarización, de criminalización, de degradación y
podredumbre de las instituciones y políticas de Estado-gobierno (presidencia,
secretarías, INE y elecciones, tribunales y jueces, ejército, marina, policías, partidos,
cámaras, organizaciones empresariales, oligopolios de los medios de comunicación,
etcétera, etcétera).
Recuento: A manera de conclusión
La noche/madrugada del 26/27 de septiembre de 2014 fue, en efecto, un
relámpago/rayo fulgurante de sangre y represión, pero también de descubrimiento,
donde como ha dicho Kosik, la esencia se mostró en las superficies y escenarios
ominosos y nefastos; no se trató de una esencia positiva sino de claroscuros. En los
meses siguientes (Adame, 2015), efectivamente, se mostró lo siguiente:
a) La gravísima situación económico-político-social de una nación-pueblo muy
lastimada.
82
b) Las amalgamas de la criminalización, de degradación y de podredrumbre antes
señaladas. Pero también:
c) Las posibilidades para resarcir agravios y las dignidades de la nación mexicana de
la lucha de los agrupados y por aglutinar en «Todos somos Ayotzinapa»; es decir, la
fundamental importancia de enlazar e impulsar las luchas, movilizaciones y
movimientos antisistémicos y antagonistas mexicanos (y potencialmente
internacionales) en el contexto de una nueva fase o ventana de la lucha de clases en
México (y su influjo para Latinoamérica y otras latitudes).
Para lograr detener y posteriormente revertir la furia capitalista, violenta, tanática y
oponerle la furia orgánicamente unificada de los despojados y violentados en vistas
a reconstruir la nación-pueblo, sus tejidos, recursos, organizaciones, poderes e
implantar una nueva gobernabilidad, un nuevo gobierno nacional (y no sólo gobiernos
locales o municipales), mayoritariamente proletario-popular. Para lograr tal
reconstrucción, necesitamos de manera prioritaria, decidida e inteligente, unir
sólidamente las confluencias y articulaciones de todos los rostros (sintetizados en
esos 43 en los que íntimamente nos reflejamos), de todos los focos, de todas las
resistencias, de todas las luchas y oposiciones, contra este Estado antinacionalista y
narco/necropolítico. Estado-gobierno facilitador e impulsor de la acumulación y del
mercado mundial capitalista imperialista y su terribles expresiones globalizadoras y
nacionales expoliadoras, narcomafiosas y terroristas.
Sí no lo hacemos así (la urgente necesidad organizada de las convergencias y
unidades antineoliberales) y dejamos pasar esta coyuntura, manteniendo las
trincheras relativamente aisladas o desarticuladas, perderemos una de las
oportunidades más valiosas que nos da la historia del presente: la lucha de «Todos
somos Ayotzinapa» que concentra todas esas luchas y todas nuestras potencialidades
como nación, pueblo proletario que construye su emancipación como gran fuerza
productiva de una nueva historia.
Bibliografía
ADAME CERÓN, Miguel Ángel. 2013. Movimientos sociales, políticos, culturales y
populares. La disputa por la democracia y el poder en México (1982-2013) , Editorial
Ítaca, México, 2013.
2013b. Violencias, bullying y juegos de la muerte, Editorial Navarra, México, D. F.
2014. Ébola y la mundialización epidémica, ecocrisis, geopolítica y medicina
dominante, Editorial Navarra, México.
2015. (Editor y compilador). Iguala-Ayotzinapa y el nuevo despertar antisistémico.
ARIZMENDI ROSALES, Luis. 2014. “Capitalismo necropolítico y Ayotzinapa”,
en Rebelión, 28 de noviembre
ALMEYRA, Guillermo. 2015. “La tozudez de los hechos y la ceguera suicida”, en La
Jornada, 30 de agosto de 2015, p. 16.
GILLY,
Adolfo.
2015.
Ayotzinapa,
el
rayo
cesa”, http://www.jornada.unam.mx/2015/04/27/opinion/005a1pol
que
no
VERAZA, Jorge (2011). Subsunción real del planeta bajo el capital, Editorial Itaca,
México, D. F.
83
Notas
[1] “Este pueblo no olvida ni olvidará el crimen de Ayotzinapa, así pasen días, años,
vivan seguros de ello los jefes de este Estado. En el alma y la vida del pueblo
mexicano esta tragedia seguirá presente, irreductible, dolorosa y viva.” Véase Adolfo
Gilly:
“Ayotzinapa,
el
rayo
que
no
cesa”, http://www.jornada.unam.mx/2015/04/27/opinion/005a1pol
[2] Con gobiernos “progresistas” o “populistas”, a los cuales –desgraciadamente– al
parecer se les está acabando su ciclo de vigencia, pues las condiciones
geoeconómicas y geopolíticas que impone el capitalismo imperialista (por ejemplo:
están haciendo mella a sus políticas reguladoras e intervencionistas) los está
ahogando, semejante a lo que pasó con la URSS y el bloque llamado “soviético”.
Véase Almeyra (2015: 16). Sin embargo, esta tendencia hacia al “ahorcamiento” de
las economías políticas de dichos gobiernos, que va acompañada con toda una
parafernalia imperialista que incluye cuestiones propagandísticas, ideológicas,
diplomáticas e intervencionistas, está abierta, pues depende de condiciones y
circunstancias tanto objetivas como subjetivas.
[3] Véase Adame, 2014.
REBELIÓN ESTUDIANTIL EN PARAGUAY
http://www.rebelion.org/noticia.php?id=203769
José Antonio Vera
Brecha
Los decanos de las 12 facultades quedaron secuestrados durante 16 horas por miles
de estudiantes que reclaman “moralización, democratización y una reforma integral
de la educación nacional”. Y como primer paso, la renuncia del rector y de todos los
decanos.
El rector de la Universidad Nacional de Paraguay (Una) está escondido desde el lunes
de noche, arrinconado por un movimiento estudiantil que se refuerza hora tras hora.
Los decanos de las 12 facultades, que lo han abandonado, se reunieron de urgencia
el martes de mañana y, tras difundir un acuerdo conciliatorio, quedaron secuestrados
durante 16 horas por miles de estudiantes que reclaman “moralización,
democratización y una reforma integral de la educación nacional”. Y como primer
paso, la renuncia del rector y de todos los decanos.
El campus universitario quedó sitiado en la madrugada del martes 22 por unos 2 mil
jóvenes que cerraron todos los accesos y prohibieron el ingreso de un amenazante y
fuerte contingente de los Cascos Azules, el cuerpo de elite de la represión, haciendo
valer el estatuto de autonomía de la universidad. A las ocho de la mañana llegaron
los decanos y una hora después quedaron atrapados en un edificio sin aire
acondicionado, con la electricidad cortada por manos anónimas. Bajo un calor
superior a los 40 grados, vivieron quizás el peor momento de su suntuosa existencia.
Recién se les permitió salir cerca de la medianoche, dominados por un confeso pavor
ante la inmensa masa de gente que, en las puertas del recinto, escenario de décadas
de prepotencia, nepotismo, tráfico de influencias y discriminación, los esperaba para
escracharlos.
84
Las cabezas visibles de la rebelión estudiantil les dieron garantías de no agresión y
formaron un pasaje custodiado por un férreo cordón de jóvenes, por donde fueron
desfilando los decanos bajo ensordecedores silbidos y una lluvia de epítetos.
“Decana, basura, vos sos la dictadura”, debió escuchar la titular de Filosofía, María
Angélica Galeano, quien prohíbe en su facultad las reuniones de más de cuatro
alumnos y exige revisar sus bolsos y conocer el contenido de los filmes y
audiovisuales que quieren proyectar, además de calificar a “los pensantes” de “zurdos
asquerosos”. Ignacio Vallejo, decano de Ingeniería, quien se ha permitido suspender
durante meses a estudiantes por trasmitir por las redes mensajes en su contra, fue
otro de los repudiados por corrupción administrativa y nepotismo. Se le recordó que
hizo perder un año a un estudiante que criticó a su hija por recibir un salario de la
facultad sin trabajar. “Delincuentes”, “canallas”, “crápulas”, “ladrones”, “ignorantes”,
“esbirros de los partidos”, “asesinos de sueños”, se escuchó durante la intensa hora
que duró la evacuación de los decanos.
Froilán Peralta, veterinario y rector de la Una, quedará en los registros como el
profesional que más abusos, humillaciones y bochorno ha causado en la historia de
la educación en este país. Desde el martes 22, cuando el estudiantado sitió el campus
que siempre consideró su propiedad personal, cortó toda comunicación con sus
colegas, a los que horas antes había prometido presentar su dimisión. Peralta tiene
todas sus suntuosas residencias bajo doble llave, protegido por una guardia
pretoriana. Entre sus aportes a la cultura se recuerda su ufana declaración de que
para él una vaca o un perro son iguales a cualquier alumno. Con esos méritos fue
ungido al frente de la Universidad por la fracción más poderosa y cavernaria del
Partido Colorado. Peralta es hombre del extravagante senador Juan Carlos Galaverna,
íntimo del presidente Horacio Cartes, pero temporalmente distanciado.
Esta revuelta estudiantil es algo inusitado en Paraguay. Sus protagonistas son miles
de estudiantes secundarios y universitarios. Hace dos meses los primeros
comenzaron por realizar una sentada en un colegio salesiano de Asunción, una
protesta que se fue extendiendo. En su inicio la protesta fue casi ignorada por la
ciudadanía, que la miraba como una diablura más de chicos de instituciones privadas.
Al cabo de un mes resultó que esa ocurrencia había tomado fuerza, y el viernes 18,
sin mucho esfuerzo ni recursos, desbordó el centro de la capital con reclamos de una
educación de calidad y rechazando las flores que, a su llegada al Ministerio de
Educación, les ofreció la titular de esa cartera, junto con su colega de Hacienda: “No
es
con
flores
que
se
soluciona
este
desquicio”,
le
espetaron.
http://brecha.com.uy/
EN EL TRIÁNGULO NORTE CENTROAMERICANO EL DRAMA CONTINUARÁ
http://www.rebelion.org/noticia.php?id=203779
Nils Castro
Rebelión
El Triángulo Norte, la zona del istmo centroamericano con mayor integración
regional y el destinatario de la Alianza para la Prosperidad propuesta por
Washington, está en situación crítica y seguirá produciendo acontecimientos
imprevistos y lecciones inusitadas. En Guatemala como en Honduras, la casta
empresarial y política dominante desbordó las dimensiones y el cinismo habituales
85
de sus prácticas corruptas y desató reacciones sociales no solo masivas sino
inusualmente tenaces. Anteriores abusos no habían ocasionado reacciones tan
notorias. Eso reconfirma el agotamiento del sistema político establecido y abre
posibilidades no solo de adecentarlo, sino incluso de quitarle a esas camarillas el
control del país y emprender mejores caminos.
Detrás hay una constante que varios otros países comparten: se ha vuelto
insoportable e insostenible la extrema privatización neoliberal de la política, donde
ya no se enfrentan distintos proyectos nacionales sino grupos de interés que financian
la disputa entre sus respectivos operadores políticos. Por consiguiente, cuando estas
protestas colectivas exigen combatir la corrupción y reclaman transparencia,
rendición de cuentas y llevar a los bandidos --públicos y privados-- a los tribunales,
lo que reclaman es ponerle fin a esa degradación de la política, buscando que ella
exprese a las diversas corrientes sociales y no a quienes la mangonean.
Por lo tanto, esta lucha por la autenticidad cívica no es un fin en sí misma, sino un
medio necesario y una etapa intermedia de un proceso mayor. Cuando logren
vencerla, abrirán otra etapa donde luchar por los objetivos de un quehacer político e
ideológico de superiores proyecciones. Más allá de sus actuales demandas
inmediatas, estas jornadas ciudadanas son oportunas para educar y organizar
fuerzas que en esa siguiente etapa podrán ser decisivas. Por ello, hoy quienes
procuran desarrollar esta posibilidad mientras otros quieren limitarla o descalificarla,
desde uno u otro flanco.
En El Salvador, a su vez, donde el problema de la corrupción y la impunidad ahora
está mejor resuelto que en la mayor parte del continente americano, otro reto se ha
levantado. Uno que también Guatemala y Honduras deberán enfrentar, tan pronto
logren resolver sus actuales desafíos: el reto de las organizaciones pandilleras y las
dificultades adicionales que ellas le contraponen a la lucha por el desarrollo. Más allá
de ganar la presente lucha también podrán plantearse mayores objetivos.
1. Los crímenes según el color del cuello
En los tres países esos procesos ocurren en un contexto de multiformes violencias,
que hacen del Triángulo Norte una de las zonas de peor índice mundial de homicidios.
Los observadores foráneos, por razones de diferentes signos, suelen reducir sus
causas al tamaño de las pandillas, el impacto del narcotráfico y sus posibles
complicidades. Omiten examinar la violencia en las relaciones de poder --como la
criminalidad política y la de los terratenientes-- y obvian el hecho de que en estos
países, como en muchas partes, también se computan asesinatos que tienen otras
causas y formas, como los crímenes pasionales, las reyertas de cantina o los delitos
personales, y dejan de prever que enseguida de esta coyuntura empieza otro capítulo
de la historia regional.
En estas páginas no cabe abarcar todo el complejo de la violencia y criminalidad en
el área ni todas sus implicaciones, y solo nos ocuparemos de lo que actualmente es
la cuestión principal en estos tres países, para extraer unas conclusiones más
generales.
El Salvador vive un ambiente histórico y geográfico similar al de sus vecinos, pero no
tiene costa en el Caribe, por donde fluye el mayor corredor del narcotráfico. Además,
allí la corrupción político-empresarial y el narcotráfico no son ahora el problema
principal, pues los acuerdos de paz de 1992 y la fortaleza del FMLN posibilitaron
imponerle límites más rigurosos a la voracidad oligárquica. Aunque la derecha política
86
y económica no abandona sus viejas mañas --como lo demuestran las que pusieron
en prisión al expresidente Francisco Flores--, desde que el partido de las izquierdas
entró al gobierno en 2009, los dueños del derechista ARENA están privados de la
impunidad que antes se dieron.
El mayor problema salvadoreño es otro que, aunque también aflige a Honduras y
Guatemala por el momento lo hace de forma menos prioritaria: el de la delincuencia
organizada no-oligárquica, de extracción popular. Esta diferenciación es
indispensable. El saqueo de los fondos del Seguro Social durante los gobiernos de
Porfirio Lobo y Juan Orlando Hernández, en Honduras, o la operación de la Línea en
el de Otto Pérez Molina, en Guatemala, igualmente fueron operaciones de
delincuencia organizada, pero de un género mucho más lucrativo, que las cúpulas
empresariales y políticas instrumentan a través del Estado que ellas controlan. De
esta modalidad de delincuencia --la de cuello blanco-- el Salvador ha logrado zafarse,
aunque quienes la disfrutaron siguen activos y esperan la oportunidad de reinstalarla.
La modalidad que hoy agobia a El Salvador es otra --la de cuello sudado--, que por
el origen social de sus actores y su tipo de actividades suele calificarse de pandillera.
Ante menor presencia del narcotráfico y refrenada la delincuencia oligárquica, esta
esta otra modalidad predomina en el escenario. En Honduras y Guatemala, donde
quienes operan la corrupción oligárquica controlan el Poder, hoy el modo de
enfrentarla son las grandes movilizaciones populares que reclaman poner a sus
responsables ante los tribunales. En El Salvador, la forma de combatir la variante
pandillera es la acción judicial y policial, combinada con las inversiones sociales que
ofrecen opciones para recuperar a los pandilleros que no sean culpables de crímenes
mayores.
Comparar los tres casos evidencia que un Estado corrompido no puede combatir al
crimen organizado ni desintegrar las pandillas mediante instrumentos asimismo
corruptos o corruptibles. Para alcanzar ese objetivo es preciso empezar por sacar a
la casta corrupta de la cabeza del Estado.
2. La excepción salvadoreña
Aparte de los aspectos morales y cívicos del problema, la actividad pandillera dificulta
y encarece la gestión económica de cualquier sociedad. Las maras --contracción de
“marabuntas”
que
en
Centroamérica
designa
a
esas
organizaciones
delictivas-- vienen del pobrerío urbano y se dedican a extorsionar a la gente modesta
y los pequeños y medianos negocios. Le cercenan ingresos y le encarecen sus
consumos corrientes a gente humilde, restringen sus actividades y generan
inseguridad. Las grandes empresas y las familias adineradas cuentan con medios y
servicios de seguridad privada pero, aun así, ello incide sobre su mano de obra y
causa inconvenientes y gastos adicionales, puesto que solo quienes venden esos
medios y servicios lucran con ese problema. En otras, el pandillerismo perjudica el
desenvolvimiento de cualquier tipo de economía y sociedad.
Aunque también hay maras en Honduras y Guatemala, el caso salvadoreño sobresale
por el alto volumen de la población involucrada. Se estima que allí las pandillas tienen
más de 60 mil miembros --incluidos unos 13 mil ya encarcelados--, cuantía que al
sumarle sus dependientes y asociados, sube a más de 250 mil personas. Pero, como
dice una canción antillana, “no hay cama pa’tanta gente”. El tamaño de la economía
y la sociedad salvadoreñas no puede sostener una carga proporcionalmente tan
enorme. Corregir esa distorsión se vuelve una responsabilidad de todos.
¿De dónde surgió semejante fenómeno? Viene de los años 80, cuando los gobiernos
de ARENA adoptaron las recetas neoliberales, descartando las políticas rurales que
87
históricamente habían sostenido y caracterizado al país, lanzándolo sin transición a
la economía de servicios. Si poner dinero a plazo fijo pagó hasta el 24% en intereses,
no quedó quien aceptara invertir en el agro. Eso causó el desplazamiento de millares
de familias campesinas depauperadas hacia las periferias urbanas y a la emigración.
Entre esa población proliferó la delincuencia menor.
A su vez, muchos de los jóvenes que emigraron --mayormente a California--, allá
hicieron parte de bandas, tanto para protegerse en un medio hostil como para darse
una identidad. No pocos delinquieron, purgaron condenas y fueron deportados,
retornando al país sin más calificación ni alternativas que ese acervo cultural y
delictivo, que pronto contribuyó al salto de la delincuencia menor al poder de las
maras, y la ostentación de sus símbolos en las paredes de sus territorios y el tatuaje
de sus cuerpos. A su vez, al recrudecer la lucha entre las pandillas por controlar
territorios, se multiplicaron sus enfrentamientos armados que, agregados al
asesinato de quienes rechazan las extorsiones, convirtieron al país en el tercero del
mundo por su tasa anual de homicidios.
En 2012, el primer gobierno con participación del FMLN consintió negociar con los
jefes mareros una tregua que detuviese los choques entre pandillas. Aunque eso
redujo la tasa local de homicidios de 14 a “solo” 5 semanales --lo que deslumbró a
ciertos organismos internacionales--, tuvo dos efectos perversos: primero, que ello
en nada mejoró la vida de los ciudadanos comunes, que siguieron siendo igualmente
extorsionados. Y, además, que la tegua facilitó a las maras consolidar sus zonas de
dominio territorial, dejó a los jefes pandilleros presos dirigir operaciones desde la
cárcel y les dio una equívoca visión de que podían negociar de poder a poder con el
Estado, como antaño pudieron lograrlo las organizaciones guerrilleras.
Por consiguiente, el actual gobierno del FMLN, presidido por Salvador Sánchez Cerén,
optó por la política de aplicación de la ley, lo que ha vuelto a incrementar las acciones
de la policía nacional, ahora respaldada por el ejército.
Ofuscada por dicha equívoca visión, un sector de la Mara Barrio 18 ideó contragolpear
al gobierno imponiendo, a fines de julio pasado, un paro forzoso del transporte
público, con la amenaza de matar a los conductores de vehículos, nueve de los cuales
fueron asesinados. El paro causó serias molestias a la población y poco después fue
controlado por la policía. Acto seguido, esa organización pandillera fue intensamente
perseguida y sufrió importantes bajas entre jefes apresados y miembros abatidos,
mientras algunos de sus jefes pudieron fugarse a Honduras.
Este año el número de enfrentamientos armados entre la policía nacional y las
pandillas creció en más de un 170 por ciento y triplicó la cifra de pandilleros muertos.
Con eso, en agosto pasado la tasa de homicidios fue 90 por ciento mayor que el año
anterior; aún así, la tasa de muertes generada por los tiroteos entre las maras fue
mayor que la causada por los combates entre estas y la policía.
El gobierno salvadoreño ha logrado constituir el Consejo Nacional de Seguridad y
Convivencia Ciudadana, en el que participan organizaciones sociales, religiosas,
empresariales y representantes de la oposición política. Este Consejo aprobó un plan
que integra varios ejes y acciones a corto, mediano y largo plazos para coordinar y
financiar el combate a la criminalidad, garantizar el acceso a la justicia y atender a
las víctimas, y ratificó la decisión de no negociar con las pandillas.
A su vez, la Corte Constitucional acordó declarar grupos terroristas a las maras
Salvatrucha y Barrio 18 “y cualquier otra pandilla u organización criminal que busque
arrogarse el ejercicio de las potestades pertenecientes al ámbito de la soberanía del
Estado", o que actúen "atemorizando, poniendo en grave riesgo o afectando
88
sistemática e indiscriminadamente los derechos fundamentales de la población o de
parte de ella", o realicen atentados contra la vida, seguridad e integridad personal
de la población y la propiedad, o “extorsión a personas naturales o jurídicas;
vulneraciones al derecho de […]residir en cualquier lugar del territorio [u
obligándolas] a abandonar sus residencias mediante amenazas".
Esas decisiones del Consejo y de la Corte le dan al gobierno suficiente respaldo
político y el medio legal para ampliar sus acciones y obtener apoyos técnicos y
económicos internacionales. Con todo, las grandes empresas y los legisladores de
derecha obstaculizan crear tributos que ayuden a financiar el combate a las maras y
la rehabilitación de pandilleros.
Algunos dirigentes del FMLN sostienen que la extrema derecha solivianta a las maras
para incrementar un clima de inseguridad y violencia que desacredite al gobierno,
como parte de su estrategia de “golpe blando” contra el gobierno. La actitud de la
derecha en la Corte Constitucional --donde bloquea toda iniciativa económica
gubernamental--, en el parlamento y en sus medios de comunicación es consistente
con esa opinión. Aun así, carece de base el supuesto de que Estados Unidos
incrementó la deportación de pandilleros de origen salvadoreño para desestabilizar
al gobierno. Según datos oficiales, las mayores deportaciones de mareros ocurrieron
en los años 90 y actualmente ellos son expulsados a medida que cumplen sus
condenas. Lo que faltaba es un sistema salvadoreño de reinserción de los retornados,
que ahora es preciso financiar.
Aún está por verificarse si la nueva estrategia contra el pandillerismo seguirá
ocasionando tan alto número de muertes. De hecho, la reducción del campo de
actividades de las maras, del número de miembros que ellas pueden reclutar y
movilizar, y de su disponibilidad de armas, en el próximo período se traducirá en una
disminución de sus delitos y víctimas.
3. La rebelión hondureña
Por decenios, en Honduras han convivido tres formas principales de criminalidad
organizada. Primero, la delincuencia de cuello blanco de la oligarquía dominante y
sus asociados, cuya cara más visible es la corrupción de altos funcionarios
gubernamentales --afiliados a uno y otro de los dos partidos tradicionales-- que
operan en complicidad con empresarios privados, lo que deriva en la corrupción de
múltiples instituciones, entre ellas la policía. Su sede principal es Tegucigalpa.
Segundo, las mafias transnacionales del narcotráfico y sus asociados locales, con
asiento principal a lo largo de la costa del Caribe y en San Pedro Sula, con abundante
penetración en las instituciones gubernamentales y las actividades políticas. Y tercero
las maras, menores que las salvadoreñas, que eventualmente pueden prestar
servicios a las dos anteriores.
El detonador inicial de las actuales manifestaciones de masas fue la revelación del
enorme desfalco por más de 300 millones de dólares a los fondos del Instituto
Hondureño de Seguridad Social. Este fue cometido por políticos y empresarios
durante el pasado gobierno del partido Liberal, quienes dedicaron una parte de ese
atraco a financiar la candidatura presidencial de Juan Orlando Hernández, del partido
Nacional. La noticia disparó las alarmas sociales: era una suma demasiado grande,
robada de forma demasiado cínica a una institución demasiado sensible, incluso para
una población anteriormente resignada a la corrupción de la clase dominante, pero
que ahora venía del sismo político-cultural causado por el golpe militar de 2009 y la
subsiguiente quiebra del tradicional sistema político bipartidista.
89
Ese desfalco incapacitó a la institución para prestar servicios por cuya falta fallecieron
numerosos pacientes. Su revelación desató un amplísimo movimiento cívico que, tras
varios meses de estar en marchan sigue activo. Cada semana las manifestaciones
han reiterado su naturaleza multitudinaria, pacífica, plural y ordenada, pese a no
responder a algún liderazgo definido sino a una consigna incluyente y unitaria: ¡basta
de corrupción!, ligada a la certeza de que lograrlo exige cambios de fondo del sistema
político y la justicia.
Aunque el ahora presidente Juan Orlando Hernández --que dispone un partido y una
importante bancada parlamentaria-- maniobra políticamente para enfriar la crisis y
dividir a quienes protestan, los indignados exigen constituir un organismo similar a
la Comisión Internacional Contra la Impunidad que existe en Guatemala (la CICIG),
donde esa entidad se constituyó con apoyo de la ONU como una secuela de los
Acuerdos de Paz de 1996, que allá terminaron la guerra civil.
De instalarse una entidad con facultades similares a las de la CICIG el presidente
Hernández podría quedar en una situación parecida a la que sufrió su encarcelado
colega guatemalteco Otto Pérez Molina. Para eludir esa posibilidad, ideó crear un
llamado Sistema Integral Hondureño de Lucha Contra la Corrupción y la Impunidad,
integrado por organizaciones locales, e invitó a la OEA y la ONU a asesorar su
creación. Fiel a sus antecedentes, la OEA designó al diplomático chileno John Biehl,
mismo que en 2009 envió a Tegucigalpa ante la crisis causada por el golpe de Estado,
gestión que no detuvo sus consecuencias ni sugirió sancionar a sus responsables.
Los indignados rechazan el remedo que Hernández intenta cortar a su propia medida
para investigarse a sí mismo. Tampoco aceptan el diálogo convocado por él para eso,
porque “para nosotros es una mentira, es dar más de lo mismo, no resolver los casos,
ni enjuiciar a los corruptos y seguir en un clima de impunidad”, aclaró uno de sus
voceros. En el ínterin, las manifestaciones continúan en todas las ciudades del país,
reiterando que ningún diálogo vale si no garantiza anular la sentencia judicial que
permite la reelección de Hernández, concertar una nueva ley electoral y crear en
Honduras un órgano similar a la CICIG que asegure erradicar la corrupción y la
impunidad, como lo demandan todos los partidos de oposición.
Al concluir la primera etapa de su tarea, Biehl reconoció que “hace falta mucho para
generar la confianza de la gente de Honduras en su gobierno y la institucionalidad”.
Elogió al presidente Hernández por “su voluntad de trabajar con todos lo sectores
pero admitió que “él es víctima de la falta absoluta de credibilidad” que persiste en
ese país.
Aunque prometió traer enseguida una propuesta “superior” a la de los indignados, de
regreso presentó un proyecto para reformar el sistema hondureño de justicia
mediante asistencia técnica del Centro de Estudios de Justicia de las Américas (CEJA),
de la misma OEA, que antes realizará estudios y diagnósticos sobre la situación de
este sistema. El proyecto no dice cuánto eso podrá demorar, ni cuánto le costará al
país, pero establece que expertos escogidos por ese Centro dirigirán esta reforma y
le asignarán jueces y fiscales de “altísimo nivel” que dependerán del secretario
general de la OEA, quien se encargará de “dar las tareas que tienen que hacer”. La
ONU declinó ser parte de esta proposición.
La crisis hondureña --que incluye una profusa penetración del narcotráfico en las
estructuras públicas y privadas-- afecta a todos los órganos del Estado. La corrupción
no se limita al poder judicial ni cabe pensar que con sanearlo ni tecnificarlo se
resolverá la grave descomposición de las demás instituciones del país. Pasa de
extraño que los “expertos” de la OEA se muestren tan incapacitados para percibirlo.
90
En todo caso, es previsible que un prolongado flujo de asesores y funcionarios
panamericanos se tomará generoso tiempo en consumir el fondo que ad hoc aporten
el erario hondureño y determinados donantes. No cabe duda de que a ese sistema
judicial hay que remecerlo sin demoras y enérgicamente. Pero sí cabe dudar que el
parto de los montes traído por Biehl ayude a restablecer la credibilidad del gobierno,
ni la confianza que el pueblo indignado pueda tener en la OEA. En el ínterin, la cúpula
encabezada por Hernández gana tiempo.
4. Guatemala ante sus próximas disyuntivas
Guatemala vive la emersión de una nueva etapa histórica cuyas perspectivas aún es
difícil prever. País mayoritariamente indígena, con larga historia de injusticias,
pobreza, desigualdades y marginaciones, donde décadas de cruenta represión,
guerra contrainsurgente y paz mezquina implantaron una resignación nacida del
terror, de pronto abrió paso a una amplísima rebelión cívica que devolvió voz y
esperanza a los ciudadanos.
La revelación de varios casos de corrupción de escandalosas dimensiones, que
involucran a gran parte del grupo gobernante y a centenares de empresarios, disparó
la salida de multitudes a las calles, conglomerando gente de todas las edades y
orígenes étnicos y sociales, niveles educacionales y preferencias políticas y religiosas.
La convocatoria nació principalmente de los jóvenes de la clase media urbana, a partir
de consignas sencillas e incluyentes: basta de funcionarios corruptos, queremos
justicia.
Las demostraciones empezaron en la capital, mientras el medio rural aún siguió
paralizado por la memoria del terror contrainsurgente; luego fueron extendiéndose
por todo el país. Desde abril en las marchas participaron semanalmente decenas de
miles de personas, de forma inusitadamente pacífica, ordenada, respetuosa de la
propiedad pública y privada. Las movilizaciones rompieron la compartimentación
histórica de la población guatemalteca; pusieron a dialogar la gente de la ciudad con
los hombres y las mujeres de las distintas etnias, a los activistas de diferentes clases
sociales, a los estudiantes de las universidades públicas y privadas, a entretejer
sociedad nacional.
Las investigaciones fueron posibles por el trabajo de la Comisión Internacional Contra
la Impunidad en Guatemala (CICIG), organismo internacional auspiciado por la ONU
y constituido en 2007 por efecto de los Acuerdos de Paz de 1996. La CICIG, que goza
de la confianza ciudadana, procura evitar que las falencias del sistema judicial
permitan burlar la justicia. Anteriormente, ya había logrado la investigación y
enjuiciamiento del expresidente Alfonso Portillo y resolver otros casos importantes.
En colaboración con el Ministerio Público, la CICIG ahondó pesquisas sobre la
defraudación fiscal que finalmente alcanzaron al presidente Otto Pérez Molina, dieron
pie a su desafuero y, finalmente, a su renuncia, sin esperar por las elecciones
generales del 6 de septiembre, ni menos hasta el cambio de mando presidencial,
fijado para el 14 de enero.
La descomposición de la rosca política dominante es tan grave que ni los principales
candidatos escaparon a las pesquisas. Jesús Barquín, aspirante a la vicepresidencia
en la fórmula encabezada por el favorito, Manuel Baldizón, fue encausado por un
presunto lavado multimillonario de dinero urdido a través de 200 empresas fantasma.
En mayo, obtuvieron la renuncia de la vicepresidenta de la República, Roxana
Baldetti, implicada en la organización delictiva La Línea, dedicada a evadir los pagos
aduanales a cambio de pagos directos de muchos empresarios.
91
Con todo, la presión popular no pudo coronar su consigna de que ¡en estas
condiciones no queremos elecciones!, que intentó posponer los comicios --sin diferir
el cambio de mando presidencial-- para que antes el Congreso aprobara la reforma
del sistema electoral. Dados los graves antecedentes de la historia guatemalteca, a
muchos, dentro y fuera del país, les pareció muy riesgoso alterar el calendario
electoral, pese a las conocidas perversiones del sistema. Las otras dos reformas
exigidas por el movimiento popular son instaurar el servicio civil y depurar el sistema
judicial. Las tres quedaron estancadas en el Congreso, donde los diputados evadieron
darles curso.
Aun así, se espera que, más allá de los efectos temporalmente distractivos y
divisorios de estas elecciones, el movimiento ciudadano se reanude. No solo porque
el malestar social y moral seguirá, sino porque el clientelismo electoral aún facilita
que cerca de un tercio de los diputados se reelija, y que nada de fondo cambie
mediante comicios si no se garantiza impulsar esas tres reformas.
Sintomáticamente, al tomar posesión el presidente interino, el conservador Alejandro
Maldonado, alentó a continuar el movimiento en las nuevas circunstancias, y
prometió convocar a los principales líderes del país a acordar una reforma
político-electoral antes de la segunda vuelta, marcada para el 25 de octubre. Sin
calificar la sinceridad de ese llamado ni las posibilidades reales de cumplir esa
propuesta, que Maldonado lo hiciera implicó reconocer que esas exigencias no
cesarán.
El 6 de septiembre tuvieron lugar lo que alguien llamó “unas extrañas elecciones”
entre candidatos que venían de la época anterior a las movilizaciones sociales. Pese
a la generalizada desconfianza en el sistema electoral hubo una participación mayor
que la usual --incentivada por el voto que rechaza, no por el que escoge-- pero
ninguno de los principales candidatos presidenciales alcanzó siquiera un 30% de la
votación, quedando por definirse el ganador en la segunda vuelta. Baldizón, quien
fuera el mayor contrincante de Pérez Molina en las anteriores elecciones y en estas
largamente encabezó las encuestas, quedó descartado al perder el segundo lugar
ante Sandra Torres, líder y candidata del partido Unión Nacional de la Esperanza
(UNE), de origen socialdemócrata.
En la recta final, ambos fueron superados por el evangélico Jimmy Morales,
comediante y empresario de la televisión que, presentado como “no político” con el
slogan de “ni ladrón ni corrupto”, sobrepasó a sus contrincantes sin tener un partido
con estructura ni proyecto nacionales. Eso reflejó el repudio de los electores a los
políticos conocidos. Sin embargo Morales no cayó del cielo: es apoyado por la
Asociación de Veteranos Militares --organización de los oficiales que plagaron al país
de atrocidades durante la guerra contrainsurgente-- y la derecha más radical.
Las votaciones alcanzadas mostraron que ninguno de esos candidatos tiene peso
político significativo. Cualquiera que en octubre resulte ganador enseguida deberá
buscar entendimientos con el movimiento ciudadano para poder gobernar. Tanto el
sistema político como el tributario están en crisis y carecen de confiabilidad. Las cajas
están vacías. Además de la situación económica agravada por cinco meses de
protestas masivas, se avecina una crisis alimentaria, pues la sequía malogró la
cosecha de maíz y redujo las demás. Y en ese contexto el ese gobierno deberá
atender apremiantes exigencias y encauzar las reformas.
Además, deberá enfrentar al narcotráfico tras unas elecciones en las que se afirma
que este financió las campañas de no pocos candidatos legislativos y municipales de
diversos partidos.
92
5. Algunas evidentes conclusiones
Algunos se preguntan si los grandes movimientos ciudadanos que han surgido en
Honduras y Guatemala constituyen una revolución, o representan la posibilidad de
una revolución y, en tal caso, qué género de revolución.
Asimismo, ante la aparición de fenómenos de esa envergadura y los procesos que a
partir de ahí podrán desatarse (o ser desviados, o dejarse de continuar) ¿cuáles son
las reacciones de Estados Unidos, el otro gran actor regional? Contestar tales
preguntas amerita una breve disquisición previa.
Los países del Triángulo Norte, como la mayoría de sus vecinos, están entrampados
entre un conjunto de obstáculos al desarrollo. Sobre todo, las desigualdades y
rezagos de su estructura de relaciones sociales, de donde derivan las deficiencias
institucionales que hemos mencionado. Tanto la delincuenca organizada –ya sea
de cuello blanco o de cuello sudado-- como la corrupción gubernamental y privada
son indicios visibles de un iceberg de mayor magnitud y complejidad que los genera.
Sin embargo, unos indicios capaces de provocar dinámicas adicionales e incidir sobre
otros aspectos de la realidad.
No cabe recapitular aquí la acumulación histórica de formas de explotación y
represión --así como de resistencia y rebelión--, ni sus efectos socioculturales, que
están tras las cifras regionales de desempleo e informalidad, pobreza, insalubridad,
etc. Pero sabemos que eso se corresponde con una estructura de las relaciones de
poder, del Estado, la política y la gestión pública que no solo dejan de corregir de raíz
esos males, sino que viabilizan su existencia y reproducción, dado que son el poder,
la política y la gestión estatal que resuelven lo que le interesa a quienes dominan
esas estructuras.
En gran parte del mundo, pero sobre todo en el subdesarrollo, esas desigualdades e
injusticias estructurales continuamente arrojan población fuera de las actividades
más rentables de la economía. Generan trabajo depreciado, desempleo e
informalidad, población desplazada y “sobrante” y, con ello, disgusto social y
emigración. Un estudio reciente del PNUD y la FAO en el Triángulo Norte desdijo al
acostumbrado discurso norteamericano, al demostrar que el hambre es la mayor
causa de emigración hacia Estados Unidos, más que la violencia o la inseguridad.
Antaño emigrar fue una esperanza; hoy es el modo de fugarse para sobrevivir. Y su
expresión más dramática se presentó en 2014, cuando millares de menores sin
compañía de adultos intentaron llegar a ese país, en una zaga amarga que a muchos
nos recordó la medieval Cruzada de los niños.
No obstante, como lo advirtió Omar Torrijos: “no hay mal que dure cien años ni
pueblo que se lo aguante”. Por un lado, la sumisión de las otras clases sociales tiene
un límite, como los jóvenes, la clase media y sectores populares aún desorganizados
lo están demostrando. Por otro, el desenvolvimiento del capitalismo --incluso en el
subdesarrollo-- no puede repetir indefinidamente las formas primarias de
acumulación primitiva del capital. Su progreso y globalización requiere renovar las
fuerzas productivas --incorporar nuevas tecnologías, reactualizar técnicas de gestión
y crear otros mercados--, donde no encajan las viejas formas de explotación.
No solo el pueblo desposeído y la clase media necesitan darle vuelta a la situación y
encontrar opciones programáticas y organizativas para lograrlo. En los países del
Triángulo del Norte, como en muchos otros, ese desarrollo también desgaja al capital
entre los explotadores aferrados a los viejos métodos y quienes buscan invertir en
alternativas de nueva eficiencia. Se rivaliza entre rudos y técnicos por el control de
las manijas del gobierno y la ley. Los primeros, enfrentando creciente resistencia
93
popular; los segundos, reconociendo la necesidad de capacitar y motivar trabajadores
más calificados. Aunque esto excede el tema de estas páginas, vale anotar que ello
asimismo genera un desgajamiento entre las respectivas opciones culturales y
proyectos de país.
En Guatemala y Honduras, esa disyuntiva entre antiguas y nuevas formas del
desarrollo capitalista también explican que algunos grupos empresariales --tanto
locales como transnacionales-- secunden las movilizaciones ciudadanas. Al efecto,
juegan una carta de dos caras. Una procura determinados cambios, como quitar el
monopolio del Estado a los sectores más atrasados y corruptos, buscar una gestión
gubernamental más racional y fiable, sanear los órganos del Estado e instituciones
para obtener servicios más eficientes y, en especial, para lograr una administración
de justicia donde litigar con transparencia las querellas que interesan al capital
nacional y foráneo y, finalmente, establecer un sistema electoral y un parlamento
representativos donde quepa concertar acuerdos en los que el capital pueda confiar
a largo plazo.
A la par, su otra cara busca que los acontecimientos no desborden los límites de la
racionalidad capitalista y evitar que puedan darse izquierdazos que desborden ese
objetivo o lleven al caos y el retorno al despotismo militar. Aunque este progreso
acotado es mucho menos de lo que los dirigentes populares desean, o lo que algunos
ideólogos pequeño burgueses reclaman, aun quedarse en ese limitado punto sería un
progreso en países que hasta ahora tuvieron la condición de cotos de caza de la
acumulación primitiva del capital. Por supuesto, debemos aspirar a mucho más, pero
esto solo podrá realizarse si esta oportunidad intermedia es aprovechada para formar
las fuerzas necesarias para ir más allá. Al cabo, ella no difiere mucho de lo que antes
del
reinado
neoliberal
las
izquierdas
admitían
como
revoluciones
liberal-democráticas, democrático-burguesas o procesos de liberación nacional.
Así las cosas, en el horizonte inmediato no estamos ante revoluciones sino frente a
rebeliones ciudadanas por el saneamiento cívico de la nación. Procesos que, además,
tienen lugar en contextos de crecida inseguridad ciudadana y violencia criminal, tanto
delictiva como política, lo que implica no poco coraje moral. Ni ética ni políticamente,
ninguna opción progresista o de izquierda puede sustraerse de un movimiento de
masas contra la corrupción. Quienes alegan que eso no basta deben asumir la
responsabilidad de organizar y darle viabilidad a algo mucho mayor.
6. Las falencias del otro gran actor de este drama
El dominio norteamericano sobre la región no es retado por ninguno de estos
movimientos. Por lo demás, la óptica del gobierno estadunidense y el manejo de sus
medios de influencia no es muy diferente de dicho reformismo empresarial. De hecho,
la mayoría de las empresas involucradas manejan franquicias norteamericanas o
están asociadas a transnacionales estadunidenses. Procurando darle al área la
racionalidad necesaria para que no colapse, además de la usual preocupación de
Washington por el combate al narcotráfico, ahora agega otras dos cartas bajo el
impacto de la marea migratoria que los países del Triángulo siguen generando y,
especialmente, ante el drama de los niños migrantes. La primera, busca que los
gobiernos del caso actúen contra la corrupción, refuercen el cumplimiento de la ley,
persigan al crimen organizado, reduzcan la criminalidad y respeten la
institucionalidad democrática. Busca abatir la violencia como causa de emigración.
En ese contexto, algunos funcionarios norteamericanos han criticado a ciertos
personajes corruptos y, en Honduras, el embajador estadunidense hizo acto de
presencia en una marcha ciudadana.
94
La otra carta del gobierno norteamericano propone y promueve la Alianza para la
Prosperidad, proyecto de apoyo al progreso socioeconómico de los países del
Triángulo cuya lógica descansa, asimismo, en que mejorar las condiciones de vida en
esos países mitigará su emisión de migrantes. Al igual que en la primera carta, esa
lógica no está equivocada sino erróneamente enfocada. Ciertamente, la violencia y
la inseguridad, así como la desesperación por las malas condiciones de supervivencia
y el hambre --en Centroamérica como en Puerto Rico, México y otros
países-- incrementan la marea migratoria. Pero tales cartas solo perciben los
síntomas externos más visibles del fenómeno, cuando para superar esos males hay
que ir al núcleo del iceberg para superar sus causas estructurales. Mientras eso no
suceda, los males que se quiere paliar seguirán multiplicándose.
El proyecto fue anunciado y defendido personalmente por el vicepresidente Joe Biden
y la Casa Blanca ha solicitado al Congreso aprobar 1,000 millones de dólares para
implementarlo. Pero los repetidos escándalos morales y legales de los gobiernos de
Guatemala y Honduras erigen muros de desconfianza sobre la posibilidad de que
tantos millones vayan a tener un uso aceptablemente racional y justificable. En el
Senado de Washington, su monto ya fue reducido a 673 millones, en la Cámara de
Representantes a 300 y en ambas instancias tiende a seguir a la baja. Un alto
dirigente del gobierno de uno de los países del Triángulo pronostica que la Alianza
para la Prosperidad simplemente se esfumará.
DIEZ RAZONES POR LAS QUE LOS AUTORES SE OPONEN A ESTA REFORMA DEL TTIP QUE,
A SU JUICIO, NO CAMBIA NADA DE LO ESENCIAL
POR QUÉ RECHAZAR EL “NUEVO” SISTEMA DE ARBITRAJE DEL TTIP
http://www.rebelion.org/noticia.php?id=203774
Juan Hernández Zubizarreta y Pedro Ramiro
La Marea
La comisaria de Comercio de la Comisión Europea, Cecilia Malmström, presentó la
semana pasada una propuesta para la modificación del mecanismo de solución de
controversias entre inversores y Estados —el conocido como ISDS, por sus siglas en
inglés— que está contemplado en el Tratado Transatlántico de Comercio e
Inversiones (TTIP). Según Malmström, con esta reforma y el nuevo “sistema de
tribunal de inversiones” (Investment Court System), se produce una “modernización
del antiguo sistema de resolución de conflictos”. No es así, en realidad, porque los
nudos sustanciales del sistema arbitral se mantienen: las modificaciones formales
que se plantean son tan solo un pequeño peldaño de la larga escalera de impunidad
a favor de las corporaciones transnacionales que el arbitraje destila por todas partes.
En la propuesta se modifican diferentes cuestiones: el sistema de designación pública
de los jueces —que no formarán parte del poder judicial, serán “expertos” elegidos
por un comité creado por el mismo Tratado—, su retribución, la duración de su
mandato, la configuración de dos salas —una de instancia y otra de apelación, ambas
en el marco del nuevo tribunal arbitral— y aspectos relacionados con el
procedimiento: el sorteo de los casos, el conflicto de intereses, la publicidad, el plazo
95
máximo para la resolución y la posibilidad de acudir ante el tribunal arbitral en
primera instancia tras haber obtenido una resolución negativa en el ámbito estatal.…
Pero, sin negar la importancia de algunas de las reformas, en esta “nueva” versión
del arbitraje los elementos centrales de la propuesta permanecen inalterables.
Veamos.
1. Los tribunales arbitrales nacieron para resolver conflictos entre Estados; el
neoliberalismo amplía su labor a conflictos entre Estados y particulares. Así,
las corporaciones transnacionales —personas de Derecho Privado que
representan intereses particulares— pueden demandar a los Estados ante
tribunales internacionales de arbitraje, prevaleciendo su propio interés sobre
el interés general. Solo las empresas tienen la posibilidad de demandar a los
Estados, no al revés; es una asimetría al servicio del capital transnacional.
2. Las personas y los pueblos que sufren la vulneración de sus derechos por las
prácticas de las empresas transnacionales, por su parte, ¿ante qué tribunal
internacional pueden interponer sus denuncias? Mientras en Argentina, por un
lado, la nacionalización de la filial de Repsol puso en marcha la “arquitectura
de la impunidad”, con la petrolera ejerciendo acciones legales ante tribunales
argentinos, españoles y estadounidenses e interponiendo un recurso ante el
Centro Internacional de Arreglos sobre Diferencias Relativas a Inversiones
(CIADI) —tribunal internacional de arbitraje dependiente del Banco Mundial—
en base al Acuerdo de Protección y Promoción Recíproca de Inversiones entre
Argentina y España, los mapuches, por otro, únicamente pueden defender su
vida y su integridad como pueblo ante los tribunales argentinos. No puede
demandarse directamente a Repsol —ni a ninguna empresa transnacional,
claro— ante un tribunal internacional; es una justicia para ricos.
3. En el Investment Court System presentado por la comisaria no se mencionan
ni una sola vez los derechos humanos, laborales, medioambientales, sociales,
culturales… De este modo, los jueces del citado tribunal deberán aplicar,
fundamentalmente, las normas comerciales y de inversiones que el TTIP
contenga. Es decir, no cruzarán el sistema internacional de derechos humanos
con las reglas de comercio e inversiones, lo que implica desconocer que el
Derecho Internacional de los Derechos Humanos es jerárquicamente superior
al contenido de cualquier tratado comercial; de lo contrario se vulneran, al
menos, el artículo 103 de la Carta de las Naciones Unidas y el artículo 53 de
la Convención de Viena sobre Derecho de los Tratados.
4. El planteamiento de la Comisión Europea se construye sobre el concepto de
“seguridad jurídica” vinculado a la lex mercatoria, cuyo único fundamento
resulta ser la protección de los contratos y la defensa de los intereses
comerciales de las compañías multinacionales. Se pretende así proteger las
inversiones de las transnacionales extranjeras eludiendo la normativa
comunitaria, nacional e internacional sobre los derechos humanos, sociales y
medioambientales. Pero la seguridad jurídica es un principio internacional que
no debería estar vinculado únicamente a valoraciones económicas: la
verdadera seguridad jurídica es la que sitúa al Derecho Internacional de los
Derechos Humanos por encima de la lex mercatoria, es decir, a los intereses
de las mayorías sociales frente a los de las minorías que controlan el poder
económico. Las constituciones europeas, la Carta de Derechos Fundamentales
y las normas que componen el Derecho Internacional de los Derechos
Humanos deben prevalecer sobre las normas del TTIP.
5. Las normas que tutelan los derechos de los inversores son muy precisas,
detalladas y numerosas: el concepto expansivo de inversión; la repatriación
96
de fondos que sean parte de la inversión de las empresas transnacionales en
el país; los compromisos de compensar por pérdidas en caso de guerra,
conflicto armado o expropiación directa o indirecta; el respetar los contratos
firmados y las obligaciones contractuales… y un largo etcétera de reglas a
favor de las grandes corporaciones. En el planteamiento de la Comisión, sin
embargo, no se recoge el derecho de los Estados a reestructurar sus deudas
y el respeto a la inmunidad soberana de los Estados, omitiendo la resolución
aprobada el 14 de septiembre en la Asamblea General de Naciones Unidas;
toda norma o principio jurídico que defienda los intereses de las mayorías
sociales queda fuera de esta propuesta.
6. Los conceptos de inversión y expropiación indirecta, igualmente, se regulan a
imagen y semejanza de los intereses corporativos. Así, la definición del
término inversión es muy amplia y se identifica con los activos, de forma que
incluye las acciones y otras formas de participación en sociedades; derechos
derivados de todo tipo de aportes con el fin de crear valor económico; bienes
muebles e inmuebles; derechos reales; propiedad intelectual e industrial;
servicios públicos; concesiones otorgadas por ley o contrato, incluidas las que
tienen que ver con la prospección o explotación de recursos naturales… Y se
protege toda expectativa “legítima” de ganancia, teniendo en cuenta tanto el
daño emergente como el lucro cesante; es decir, una inversión paralizada por
el poder público debe ser compensada tanto por la cantidad gastada como por
el futuro beneficio dejado de percibir, incluso, más allá de la consecuencia
directa e inmediata del hecho causante.
7. El principio de “trato justo y equitativo” se mantiene como eje central de la
propuesta de la Comisión. Es este un concepto jurídico indeterminado que
puede adolecer de cierta inseguridad material; pero que, enmarcado y dirigido
a la protección del inversor extranjero frente al Estado receptor, queda
perfectamente delimitado. Eso implica que el Estado receptor no puede
discriminar al inversor extranjero y deberá tratarle de manera justa y
equitativa, lo que requiere un escenario legal estable y compatible con las
expectativas de dicho inversor. Una interpretación fundamentada en la
equidad, sin embargo, implica tratar igual a los iguales, no igual a los
desiguales. Dicho de otro modo: no permitir cláusulas de acción positiva a
favor de los sectores sociales y económicos más desfavorecidos de los países
empobrecidos significa, de hecho, apuntalar prácticas discriminatorias. Firmar
contratos, aprobar tratados de comercio e inversiones, aceptar ajustes
estructurales bajo la falsa premisa de la igualdad entre las partes, es situar a
las relaciones asimétricas de poder en el centro de la técnica jurídica
8. La comisaria Malmström ha manifestado que la reforma propuesta no afectará
al sistema arbitral previsto en el Acuerdo Económico y Comercial Global entre
la UE y Canadá (CETA). Eso implica que las empresas transnacionales de EEUU
y las de terceros países —a través de sus filiales con sede en Canadá o en la
Unión Europea— podrán activar el mecanismo arbitral tradicional establecido
en el CETA. Y la Comisión Europea, además, defiende el sistema de arbitraje
anterior (ISDS) en los más de mil tratados de protección de inversiones que
tiene ratificados por todo el planeta.
9. En la propuesta de la Comisión Europea, las modificaciones que países como
India, Indonesia y Sudáfrica están proponiendo —tras evaluar los impactos de
los tratados comerciales y de inversiones firmados en los últimos años— han
sido totalmente ignoradas. Pero hay que destacar cómo estos países están
abogando por una nueva regulación de las obligaciones de los inversores, de
los Estados de origen de las mismas y de los Estados anfitriones, planteando
la protección de los derechos humanos, medioambientales y culturales frente
97
a las normas de comercio e inversiones; una redefinición del concepto de
inversión, del trato justo y equitativo, de la expropiación y del mecanismo de
solución de diferencias; el derecho a la soberanía de los Estados y el derecho
al desarrollo; la rendición de cuentas; la protección de la salud y el conjunto
de los derechos sociales.
10. Frente a esta propuesta “alternativa”, por nuestra parte, proponemos la
eliminación de los tribunales arbitrales y la creación de una Corte Mundial
sobre Empresas Transnacionales y Derechos Humanos, que complemente los
mecanismos universales, regionales y nacionales; que garantice que las
personas y comunidades afectadas tengan acceso a una instancia
internacional independiente para la obtención de justicia por violaciones de
los derechos civiles, políticos, sociales, económicos, culturales y
medioambientales; que sea la encargada de aceptar, investigar y juzgar las
denuncias interpuestas contra las empresas transnacionales, los Estados y las
instituciones internacionales económico-financieras que las apoyan por las
violaciones de derechos humanos que hayan cometido.
Juan Hernández Zubizarreta es profesor de la Universidad del País Vasco
(UPV/EHU). Pedro Ramiro (@pramiro_) es coordinador del Observatorio de
Multinacionales
en
América
Latina
(OMAL) –
Paz con Dignidad.OMALTTIP
LAS ARMAS DE EEUU Y RUSIA EN PODER DEL ESTADO ISLÁMICO
http://www.rebelion.org/noticia.php?id=203775
Thalif Deen
IPS
Estados Unidos y Rusia incrementan las ventas de armas a Iraq y Siria, dos de sus
aliados en Medio Oriente, a pesar del temor de que parte de ese armamento termine
en poder del Estado Islámico (EI) y otros grupos insurgentes que combaten a las
fuerzas gubernamentales.
Entre las ventas previstas de Estados Unidos a Iraq, por más de 15.000 millones de
dólares, se incluyen 175 tanques Abrams y 1.000 vehículos blindados Humvee, junto
con aviones de combate, helicópteros de ataque y misiles guiados por láser.
Rusia, por su parte, reforzó recientemente al asediado gobierno sirio del presidente
Bashar al Assad con aviones de combate, helicópteros artilleros y de transporte, seis
tanques de combate T-90, 15 obuses y 35 vehículos blindados de transporte de
personal, según informes publicados.
Pero los beneficiarios finales podrían llegar a ser grupos insurgentes – entre ellos el
extremista EI, la red Al Qaeda y el Frente Nusra – que capturen esas armas o las
confisquen a las fuerzas militares, que ya han abandonado sus armas varias veces
en el pasado al huir del campo de batalla.
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El diario estadounidense The Wall Street Journal informa que algunos legisladores de
Estados Unidos, conscientes de los riesgos, condicionan su aprobación a la venta de
armas a Iraq a las “garantías de que las armas no caigan en manos del enemigo”.
Se prevé que el presidente estadounidense, Barack Obama, y el presidente ruso,
Vladimir Putin, mantendrán conversaciones bilaterales, en concreto sobre el futuro
de Siria, cuando visiten Nueva York el 28 de este mes para hablar ante la 70
Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, afirma que la guerra civil siria, que
comenzó en marzo de 2011, solo puede resolverse políticamente y no por la vía de
las armas.
Estados Unidos protestó por la infusión de nuevas armas al gobierno de Assad, pero
Rusia sostiene que solo está cumpliendo los contratos militares que firmó con Siria,
que es un aliado militar que se remonta al gobierno de Hafez al Assad (1971-2000),
padre del actual presidente.
Según fuentes de inteligencia de Estados Unidos, Rusia también es responsable de la
escalada militar en la ciudad portuaria de Latakia, al instalar cuarteles con capacidad
para alojar un máximo de 2.000 personas, presumiblemente para asesores rusos.
Patrick Wilcken, investigador de Amnistía Internacional, dijo a IPS que la mayoría de
las armas en poder de los grupos insurgentes “se capturaron en el campo de batalla”,
especialmente del arsenal iraquí, durante los avances del EI en 2014, cuando el grupo
extremista tomó las bases militares de Faluya, Mosul, Tikrit y Ramadi, pero también
en Siria, cuando se apoderó de las bases de Raqqa y Tabaqa.
Si bien es prácticamente imposible rastrear el armamento utilizado por el EI y otros
grupos armados en Iraq y Siria, Wilcken aseguró que se pueden sacar algunas
conclusiones generales en base a la evidencia disponible, como las imágenes, vídeos
y evidencia física recogidos por la organización Investigación sobre Armamentos de
Conflictos.
La mayor parte de las armas que circulan actualmente en Siria e Iraq son de
producción soviética o de países que pertenecían al Pacto de Varsovia, como
variantes del rifle de asalto AK, que se fabrica en todo el mundo, explicó Wilcken.
Muchas de esas armas tienen más de 20 o 30 años de antigüedad, y algunas son de
la guerra entre Irán e Iraq (1980-1988), si no anteriores, precisó.
También se comienzan a ver armas de la Organización del Tratado del Atlántico
Norte, cuando los militares iraquíes, ya bajo la ocupación de Estados Unidos, se
equiparon con armas ligeras de esa alianza militar, agregó.
Cuando el EI capturó en octubre un tesoro de armas estadounidenses de manos de
soldados iraquíes que se habían dado a la fuga, uno de los líderes insurgentes declaró,
irónicamente: “Esperamos que los estadounidenses cumplan con sus acuerdos y
brinden servicio a nuestros helicópteros”.
Algunos de los ataques aéreos de Estados Unidos contra objetivos del EI,
paradójicamente, fueron contra helicópteros de fabricación estadounidense,
Humvees, vehículos blindados y piezas de artillería antiaérea suministrados
originalmente para las fuerzas armadas iraquíes y actualmente en poder del grupo
extremista.
99
No es de sorprender que todos tengan la garantía de mantenimiento y reparación de
Estados Unidos.
El mercado negro prosperó en Iraq desde la caída de Sadam Hussein, y sigue
creciendo, según Wilcken. Hay algunas pruebas de corrupción del ejército sirio ya
que, por ejemplo, municiones fabricadas en Rusia terminaron en el arsenal del EI, no
solo mediante su captura, sino también por su venta, aseguró el activista.
“Una gran cantidad de intercambio de armas se logró a través de las deserciones del
ejército y de las fusiones de grupos armados”, añadió.
“La proliferación de armas en la región tiene un extenso pedigrí – al menos del lado
iraquí – y los futuros Estados proveedores tendrán que tener mucho cuidado para
evitar una mayor proliferación regional y sus consecuencias catastróficas”, advirtió
Wilcken.
Mientras tanto, de acuerdo con el medio noticioso DefenseNews, con sede en
Washington, la venta de armas a Iraq en 2014 también incluyó 681 misiles antiaéreos
Stinger, 40 camiones lanzamisiles, radares Sentinel, tres baterías antiaéreas con 216
misiles Hawk, 50 portatropas Stryker, 12 helicópteros y cientos de millones de
dólares en mantenimiento y apoyo logístico para miles de vehículos militares
fabricados en Estados Unidos.
Además, Washington también acordó la venta de misiles Hellfire, tanques Abrams
M1A1, ametralladoras, rifles de francotirador, granadas y municiones por miles de
millones de dólares.
Nadie sabe cuánto de ese armamento terminará en poder de las fuerzas insurgentes.
TRADUCIDO POR ÁLVARO QUEIRUGA
Fuente original: http://www.ipsnoticias.net/2015/09/las-armas-de-eeuu-y-rusia-enpoder-del-estado-islamico/
BOLIVIA-LA DERROTA DEL GOBIERNO
Raúl Prada Alcoreza
http://www.bolpress.com/art.php?Cod=2015092402
Perder como ha perdido el gobierno y su ocupación de los aparatos del Estado, en el referéndum
autonómico sobre los estatutos, es perder cuantitativamente y cualitativamente. Ha perdido en los
departamentos donde se hizo la consulta. En Chuquisaca el No gano por casi el 57%, en La Paz por cerca
de 70% (68%), en Cochabamba el No ganó por cerca del 62%, en Oruro el No llega al 74% y en Potosí
llega a casi el 70%. En cambio, el Si llega en Chuquisaca a cerca del 43%, en La Paz al 32%, en
Cochabamba al 38%, en Oruro al 26%, y en Potosí al 31%. La suma no llega al 100%, la diferencia
corresponde a los votos blancos y nulos. Las cifras nos hablan de una diferencia porcentual que viene
del 14%, en el caso de Chuquisaca, al 48%, en el caso de Oruro. En La Paz la diferencia es del orden del
38%, en Cochabamba es del orden del 24% y en Potosí del orden del 39%. Esta es la magnitud de la
derrota. No hay por donde perderse; sin embargo, parece que hay gente que se pierde, de todas
maneras, a pesar de los números. Esto se nota en las estrambóticas interpretaciones. El decir que el
mensaje de los resultados del referéndum autonómico es que el occidente del país no quiere
autonomías, también se ha dicho que no está preparado para las autonomías, no está maduro, no es
otra cosa que muestra de desesperación delirante, ante la contundente derrota.
Raúl Prada Alcoreza
100
Raúl Prada AlcorezaEscritor, docente-investigador de la Universidad Mayor de San Andrés. Demógrafo.
Miembro de Comuna, colectivo vinculado a los movimientos sociales antisistémicos y a los movimientos
descolonizadores de las naciones y pueblos indígenas. Ex-constituyente y ex-viceministro de
planificación estratégica. Asesor de las organizaciones indígenas del CONAMAQ y del CIDOB. Sus últimas
publicaciones fueron: Largo Octubre, Horizontes de la Asamblea Constituyente y Subversiones
indígenas. Su última publicación colectiva con Comuna es Estado: Campo de batalla.
Desde que el gobierno impuso la Ley Marco de autonomías, con su ocupación institucional del Estado,
usando los órganos de poder como apéndices del ejecutivo, se vio claramente que el gobierno no quiere
autonomías, no quiere acatar la Constitución, no quiere construir un Estado Plurinacional Comunitario y
autonómico, como manda la Constitución. El “ideólogo” gubernamental, sus apologistas y la masa de
llunk’us que merodean, creen que se puede manipular doblemente; en el terreno de los discursos, creen
que se pueden manipular los sentidos, los significados, los conceptos, que transmiten los discursos,
sobre todo lo que está escrito en la Constitución. En el terreno de la realidad, por así decirlo, sin
pretender sacar de la realidad a los discursos, sino usando la figura del sentido común, creen que se
pueden manipular los hechos, los sucesos, los eventos, implementando una maquinaria monopólica de
la desinformación, que es la ocupación casi total de la esfera comunicacional, efectuada por el control
de los medios de comunicación. Esta es su pretensión descomunal y desfachatada; sin embargo,
sabemos que no se puede hacer esto, aunque lo hagan provisionalmente, recurriendo a artilugios, al
dominio coyuntural, a la prepotencia insistente. En todo caso, los sentidos, los significados, los
conceptos, no responden a maniobras verbales, sino a estructuras conceptuarles y categoriales,
teóricas, o incluso meramente discursivas, intentando quizás, en el mejor de los casos, la pretensión
descriptiva. La llamada realidad no responde al capricho paranoico y absolutista de los gobernantes,
sino al juego de azar y necesidad, que se efectúa en la concurrencia de las fuerzas.
Al hablar de fuerzas no nos referimos al contar con el monopolio de la violencia; esto último es apenas
un efecto del juego de las fuerzas. Nos referimos a las relaciones de fuerzas, a las estructuras,
diagramas, cartografías de fuerza, distribuidas en los espacios, espesores, territorios, donde estas
fuerzas concurren.
Entonces, si los significados inherentes y los conceptos ventilados no responden al capricho verbal,
tampoco los hechos responden a la obsesión absolutista de los gobernantes, qué es lo que ocurre
cuando el “ideólogo” del populismo del siglo XXI dice que el mensaje es que no se quiere autonomías,
sino un “Estado centralista y fuerte”. Los estatutos autonómicos están muy lejos de expresar a las
autonomías, a lo establecido en la Constitución en el entramado de competencias, a lo establecido en la
Constitución en lo que respecta a esa articulación dinámica de lo plurinacional, comunitario y
autonómico. Más parecen garabatos mal dibujados de lo que opacamente se entiende por autonomía y
por lo que establece la Constitución. Pretender que el rechazo popular a esta propuesta mamarracho de
estatutos es un mensaje negativo para las autonomías es una muestra patética no solamente de
delirante desesperación por la derrota, sino una muestra de estar hace tiempo completamente
desenfocado, fuera de la realidad, acurrucado en su burbuja, la que, a pesar de su vaguedad,
vulnerabilidad y provisionalidad, pretende reducir al mundo a la curvatura cristalina de sus propias
angustias.
Lo que hay que hacer es explicarse la mecánica de la derrota, por así decirlo. ¿Qué es lo que ha
ocurrido? Descartamos desde ya el exaltado triunfalismo de la llamada “oposición”, que cree,
equivocadamente, que esta actitud popular se debe a su convocatoria. Esta oposición, llamada
“derecha” por el oficialismo, que no se sabe que tiene de “izquierda”, no tiene la fuerza de esa
convocatoria que pretende. No es por aquí por donde hay que buscar las causas, usando una figura
usual. Para responder a esta inquietud es indispensable hacer investigaciones al respecto, usando
metodologías sociodemográficas y de las ciencias sociales, auscultando en el detalle de las
circunscripciones. Nosotros no pretendemos sustituir esta investigación, provisionalmente, con
hipótesis; sino sugerir falencias por el lado del gobierno, al ingresar al referéndum autonómico. La
fenomenología de las decisiones tomadas por el pueblo votante tendrá que captarse en las
investigaciones mencionadas.
Sin tocar la Ley Marco de autonomías, que es, mas bien, un dispositivo de autonomicidio, el elaborar
estatutos sin la participación necesaria y requerida de la población, es no solamente una vulneración de
101
los derechos democráticos, en el alcance participativo establecido en la Constitución, sino un abuso de
poder, contando con la connivencia y complicidad de los delegados de las asambleas departamentales y
ciertamente del triste Ministerio de autonomías. No vamos a hablar aquí, ya lo hicimos en otro
escrito[1], de la distancia enorme que despliegan los estatutos con lo establecido en la Constitución;
sino apuntar un dato conocido por todos; los estatutos eran desconocidos para los votantes. ¿Qué se
pretendía? ¿Qué voten a ciegas? Por mera confianza en el líder. Esto es una muestra de desprecio a la
gente, al pueblo, a los votantes. Como si no tuvieran derecho a pensar, a decidir por ellos mismos; su
obligación supuesta sería la de la obediencia. ¿Qué es lo que les ha llevado a los gobernantes y sus
“estrategas” hacerles creer que esta exigencia a lo que consideran las masas capturadas absolutista iba
a respondida dócilmente, que iban a actuar de una manera tan sumisa, tan esclava? ¿Su exacerbado
orgullo? ¿Su extravagante alucinación de grandeza? ¿Por ser ellos los “héroes” asumidos de un “proceso
de cambio”, que aunque no aparezca por ninguna parte, esta difundido por todos los medios,
propaganda y publicidades, buscando dar vida a una de las ficciones del poder: Creer que cambio es que
ellos estén en vez de otros?
Se puede incorporar, en estas sugerencias, los escándalos de corrupción, que estallaron y fueron
conocidos públicamente, la larga lista de atropellos a la Constitución, a las naciones y pueblos indígenas
originarios, la vulneración de la misma soberanía, cuando desnacionalizan con los contratos de
operaciones, lo que nacionalizaron solo por un año, la traición a la patria efectuada en su Ley minera,
que entrega los recursos minerales a las empresas trasnacionales extractivitas en condiciones altamente
onerosas, incluso más de lo que hacían los propios neoliberales. Sin embargo, si bien estos son eventos
que marcan decursos histórico-político-económicos en la coyuntura, no sabemos, de qué manera han
impactado en la consciencia popular y por lo tanto en su decisión subsecuente. La respuesta a esta
pregunta corresponde a las investigaciones mencionadas. Lo que sí se puede constatar, en los
resultados del referéndum autonómico, es que, esta vez, la que se considera masa capturada por la
sombra del caudillo y por la demagogia populista no ha acatado a sus órdenes, ha decidido por sí mima.
Como cuando quisieron imponer los magistrados, legalizando la imposición, a pesar de haber ganado el
voto nulo; aunque, de todas maneras, torpemente, lo hicieron, de todas formas, quedó el veredicto
popular inscrito en los resultados de esa votación; el pueblo anuló esas elecciones de magistrados.--NOTAS
[1] Ver de Raúl Prada Alcoreza Autonomicidio; también La comparsa autonómica. Dinámicas
moleculares; La Paz 2015.
PODER ES SABER (IV): LA CRÍTICA DE MARCUSE. UNA INTRODUCCIÓN
Por Jacobo Ruíz Centeno
http://thesocialsciencepost.com/es/2015/09/poder-es-saber-iv-la-critica-de-marcuse-una-introduccion/
“Los filósofos se han limitado a interpretar el mundo de distintos modos; de lo que se trata es de
transformarlo.” Karl Marx
Introducción
Con el notable éxito que supone para los nuevos partidos de cuño reformista y socialdemócrata la
conquista de las alcaldías de Madrid, Barcelona o Valencia, y sus aspiraciones futuras puestas en el
gobierno del país, todo en el contexto de un debate más amplio a nivel europeo entre austeridad y
políticas neokeynesianas, quizás parezca poco prudente elegir este momento para contrastar los
presupuestos del movimiento recién nacido con la mirada crítica de una izquierda que históricamente
ha sido menos complaciente con el sistema capitalista. El tiempo podría demostrar que esta crítica es
incluso injusta, dado que el verdadero ariete del movimiento social no son (sólo) sus propuestas
programáticas, sino el acercamiento de la democracia a la sociedad, con la consiguiente conversión de la
política en una suerte de pedagogía ciudadana necesaria.
102
En este escenario, uno de los tópicos con los que se enfrenta cualquier oposición teórica o práctica al
capitalismo es la denuncia de la falta de un modelo económico y político que proporcione bienestar a
los ciudadanos, ya sea por su supuesta inviabilidad técnica, caso de los ecosocialismos con sistemas
marginales como el descrecimiento, o por su consustancial falta de legitimidad, como ocurriría con los
regímenes totalitarios de cualquier signo político. No obstante, esta ausencia de alternativas visibles no
ha sido siempre el panorama intelectual que ha afrontado Europa.
Si ha existido una escuela filosófica comprometida con su presente y su realidad social, esa fue sin duda
la llamada Escuela de Frankfurt. Bajo el rótulo marxiano que conjuraba a los filósofos para la
transformación del sistema, y con la inclusión de bases teóricas diversas (fundamentalmente el análisis
marxista y freudiano), este grupo de pensadores se reunió bajo el liderazgo de Theodor Adorno y Max
Horkheimer, comprometidos con la crítica al funcionamiento del sistema capitalista sin por ello plegarse
a ninguna exigencia del totalitarismo soviético. En este contexto, hemos elegido rescatar la figura del
filósofo Herbert Marcuse, considerado ascendiente de las revoluciones estudiantiles que sacudieron la
Europa de mayo del 68, no sólo por la audacia de sus propuestas, sino por su optimismo ante las
posibilidades del género humano en el ambiente generalmente desesperanzador de la teoría crítica.
La intención de este artículo no es por supuesto agotar el pensamiento marcusiano, sino dar pie a una
reflexión privada que cuestione la racionalidad del sistema en el que nos vemos inmersos y sus
condiciones epistemológicas. Para ello nos centraremos en bosquejar las ideas principales de sus dos
obras más importantes y citadas: “Eros y civilización” y “El hombre unidimensional.” La primera
pretende refutar el lúgubre pronóstico de Freud según el cual la represión es la base y condición de
cualquier cultura; la segunda es una crítica a la sociedad industrial en sus modelos sociales, políticos y
especialmente intelectuales. Cabe destacar que Marcuse escribe en la década de los sesenta,
probablemente los mejores tiempos de la socialdemocracia europea y que su crítica tiene como objetivo
un sistema que, al menos aparentemente, funcionaba.
El pensamiento de Marcuse en El hombre unidimensional.
Marcuse partía de un hecho de facto: que el nivel de la tecnología en la sociedad industrial había
alcanzado un punto en el que “la pacificación de la lucha contra la existencia” era posible, esto es, la
satisfacción de las necesidades humanas vitales (“alimento, vestido y habitación en el nivel de cultura
que esté al alcance”) que determinaba la victoria del individuo respecto a su supervivencia. De
cumplirse, la progresiva automatización del trabajo debía dar lugar a un cada vez mayor espacio de
libertad individual donde las potencias que habitan en el hombre pudieran realizarse. También parecía
tener la convicción de que esto no iba a suceder.
De entrada no existía (ni entonces ni ahora) ninguna verdadera fuerza política o presión social que
reclamara la mera satisfacción de las necesidades básicas más la disposición creciente de tiempo libre.
Quizás voces aisladas (el derecho a la pereza de Paul Lafargue es ya un clásico) pero no un discurso bien
construido y con respaldo. En los sectores socialdemócratas, la petición consistía en una mayor
participación de las clases populares en el crecimiento económico, es decir, ingresos que permitieran los
bienes que hoy (o ayer) nos resultan (o nos resultaban) perfectamente naturales: coches, televisores,
electrodomésticos, buenas vacaciones y un largo etcétera de fácil relleno para el lector. No se trata
tanto de que Marcuse condene estos deseos desde un punto de vista moral, lugar común hoy en día de
la vulgarización del debate sobre el consumismo, sino de la distinción que hace entre necesidades
verdaderas y falsas, donde las falsas son aquellas que, intereses sociales particulares, imponen al
individuo para su represión y que “perpetúan el esfuerzo, la agresividad, la miseria y la injusticia.” Para
el pensador alemán, la sociedad industrial capitalista es totalitaria en la medida en que determina las
necesidades y aspiraciones individuales buscando no la liberación de los sujetos de sus cargas sino el
mantenimiento del dominio al que se ven sometidos en su lucha por la vida con el fin de sostener
intereses ajenos, todo lo cual es perfectamente compatible con elecciones de gobierno, pluralismo de
partidos o prensa, siempre y cuando se mantenga un control ideológico permanente.
103
Este control ideológico incluye la gradual oclusión del universo político, la asimilación que el sistema
lleva a cabo de los elementos más subversivos del arte y la cultura, y la reducción en el campo
intelectual al operacionalismo en las ciencias físicas y behaviorismo en las ciencias sociales, que
determina la famosa (y falsa en opinión del filósofo) “neutralidad de la tecnología”.
En el espectro político hemos encontrado el fenómeno en aumento del bipartidismo unido a la
convergencia de valores, conceptos y discursos. Quizás el ejemplo paradigmático sea el acuerdo de
todas las fuerzas políticas en identificar el PIB y su crecimiento con el nivel de bienestar de una
población, asumiendo que un mayor nivel de consumo implica un aumento de la satisfacción, o en
términos más llanos, de la felicidad. En este caso, la necesidad del aumento de la producción no se
discute (provocando la invisibilidad del que sería un debate posible), sino que el desacuerdo se fragua
entorno a las políticas que nos permitirán alcanzar el objetivo compartido. Refiriéndonos a la situación
actual de crisis económica en España, no pretendemos negar ni banalizar con este párrafo el dolor
provocado por la miseria que millones de hogares viven a diario, sólo apuntar que en parte ese dolor
está provocado por una concepción de la vida y las necesidades de carácter histórico y por tanto
contingente.
Este debilitamiento de las bases y los valores de los partidos de izquierda y de los sindicatos (caso de los
partidos comunistas en Francia o Italia) se explicaría por la atenuación del antagonismo de clases
mediante los avances logrados por la socialdemocracia y la asimilación de los modos de vida entre las
distintas clases: Reducción del trabajo físico en las fábricas como consecuencia de la mecanización
primero y de la deslocalización más tarde, la conversión del obrero manual en trabajador de cuello
blanco, la transformación de la explotación en administración racionalizada donde la desigualdad se
percibe como dictada por leyes objetivas de necesidad económica y la integración social y cultural de la
masa trabajadora.
“… es aquí donde la llamada nivelación de las distinciones de clase revela su función ideológica. Si el
trabajador y su jefe se divierten con el mismo programa de televisión y visitan los mismos lugares de
recreo, si la mecanógrafa se viste tan elegantemente como la hija de su jefe, si el negro tiene un
Cadillac, si todos leen el mismo periódico, esta asimilación indica, no la desaparición de las clases, sino la
medida en que las necesidades y satisfacciones que sirven para la preservación del sistema establecido
son compartidas por la población subyacente.”
También el arte, que históricamente ha sido el mejor representante del Gran Rechazo hacía los valores
imperantes (piénsese en el Marqués de Sade, en Rimbaud, en André Breton o en Jean Genet, pero
también en Gauguin, Picasso o Dalí), ha sido asimilado por el sistema industrial hasta el punto de ver
invalidada su potencia subversiva, su capacidad de poner en cuestión el discurso oficial mediante la
racionalidad negativa de exponer lo que no es (lo que no es aún, lo que no es todavía, pero que desde
luego podría ser). Si procesos judiciales como los llevados a cabo contra Flaubert por Madame Bovary o
contra D.H. Lawrence por El amante de Lady Chatterley sólo sirvieron para incrementar su fama y
promover su carácter inquietante, ha sido su distribución a escala masiva, su conversión final en
mercancía de consumo (con la estructura que eso comporta de objeto para la satisfacción privada sin
resonancia política) la que lo ha convertido en una mercadería más integrada en el sistema industrial. En
resumen, el arte deviene en pasatiempo, en una mera ocupación de nuestro tiempo de ocio y pierde su
valor de oposición.
Pero la crítica más importante que realiza Marcuse es contra las corrientes intelectuales que dominan el
pensamiento occidental: Operacionalismo en las ciencias físicas, behaviorismo en las sociales y,
animándolas a ambas, filosofía del lenguaje y empirismo positivista, en la academia filosófica.
104
El positivismo, hijo aventajado del empirismo inglés del S.XVII, nace con la pretensión de librar al
pensamiento de sus aventuras metafísicas, moneda corriente del racionalismo, el idealismo y el
materialismo histórico. Su intención es terapéutica, “curar de las ilusiones, los engaños, las oscuridades,
los enigmas insolubles, las preguntas sin respuesta, los fantasmas y los espectros”, y su método el de la
descripción minuciosa mediante el lenguaje concreto sin ninguna teoría correctora. No habría pues
ninguna intención crítica hacia la realidad conocida, ya que la intención de la filosofía debía ser dejar las
cosas tal y como son, bien fijadas con la máxima precisión y exactitud posible.
“Y no debemos adelantar ningún tipo de teoría. No debe haber nada hipotético en nuestras
consideraciones. Debemos hacer a un lado toda explicación y la sola descripción debe ocupar su lugar…”
… puede leerse en las Investigaciones filosóficas de Ludwig Wittgenstein, adalid del movimiento. “Los
problemas no se resuelven aportando nueva información, sino poniendo orden en la que hemos
conocido siempre”, sigue en la misma página. En una línea mucho más radical, su obra más conocida, El
tractatus logicus-philosophicus cierra con la solemne sentencia “sobre lo que no se puede hablar, hay
que callar”, que más allá de la perogrullada, hace referencia a la existencia de aquello que aunque
sentimos, no puede concretarse en un concepto positivo relacionado con una experiencia objetiva, y
que es mejor dejar en silencio pues su realidad última es inexpresable. El campo de la ética o de la
experiencia mística quedarían inscritos en este campo.
Para Marcuse, el problema del positivismo radica precisamente en esta reserva hacia aquello que no se
da en la experiencia objetiva. La negativa de los positivistas a buscar y aislar los factores últimos que
explican la realidad del comportamiento del hombre o de la historia tiene un enorme sesgo ideológico,
dado que la mera descripción desconectada de un contexto cultural más amplio, nos ofrece una imagen
mutilada e incomprensible del mundo. Es cierto que la especulación puede conducirnos al error, pero su
supresión nos impide el premio de una comprensión creciente con las transformaciones de la realidad
social que esa comprensión nos ofrece. Condenados a la pasividad por el positivismo, la historia se
convierte en un conjunto de imágenes inconexas, y así, por ejemplo, el conflicto en una fábrica entre
dirección y trabajadores no puede enlazarse con otro conflicto similar en otro lugar del mundo a falta de
una teoría sobre los mecanismos subyacentes que los explican.
Lo mismo sucede con las ciencias particulares guiadas por el principio positivista. Lo que ha venido
llamándose operacionalismo y behaviorismo. Como el mismo Marcuse expone “el rasgo distintivo del
operacionalismo […] reside en la tendencia lingüística a considerar los nombres de las cosas como si
fueran indicativos al mismo tiempo de su manera de funcionar, y los nombres de las propiedades y
procesos como símbolos del aparato empleado para descubrirlos o producirlos”. Esto es, una identidad
entre la cosa de la que se habla y lo que se dice de ella, entre el sujeto y sus múltiples predicados. Pero
en esta oclusión reside el peligro, puesto que, como el sujeto no es más que la suma de los predicados, y
los únicos predicados válidos son aquellos que hemos podido observar, nuestro análisis no puede
develar nuevas formas de ser que habitaran en el sujeto como potencialidades y que aunque no se
hayan dado, bien podrían darse.
Piénsese, por ejemplo, en una psicología puramente conductual que sólo toma por válido objeto de
estudio la conducta de los seres humanos, y el uso de la misma que lleva a cabo la ciencia económica.
Quizás pudiéramos contrastar, por ejemplo, la hipótesis de que los conductores de Rolls Royce están
más satisfechos con su medio de transporte que los conductores de coches eléctricos o los usuarios de
autobús. Sin embargo, esa probable verdad estadística adquiere un significado más profundo cuando la
ubicamos en un modelo social concreto, en este caso uno en el que la consideración personal de los
individuos está más conectada con su nivel de renta que con el respeto a bienes comunes como el
medio ambiente. Esta nueva comprensión de una verdad estadística inserta en un contexto cultural da a
la sociedad la posibilidad de iniciar una reflexión sobre sí misma, sobre sus resortes y valores, y le
permite iniciar una transformación si así lo desea, todo lo cual sería imposible manteniéndonos en la
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simple descripción fáctica (y verdadera) de que en España los conductores de Roll Royce valoran más su
medio de transporte que los dueños de medios no contaminantes.
Frente a esta concepción de la filosofía en connivencia con el sistema industrial, Marcuse propone el
modelo dialéctico y la primacía del concepto trascendente. En este contexto, la trascendencia consiste
en la capacidad de la Razón para proyectar alternativas históricas a partir de un concepto que, en su
abstracción, no se identifica con sus formulaciones concretas. Para el filósofo, realidad y pensamiento se
encuentran enfrentados en mutua tensión, la de “lo que es” frente a “lo que debe ser” (donde lo que
debe ser consiste en la coincidencia entre concepto y representación).
“En la ecuación Razón = Verdad = Realidad, que une los mundos subjetivo y objetivo en una unidad
antagónica, la razón es el poder subversivo, el “poder de lo negativo” que establece, como razón teórica
y práctica, la verdad para los hombres y las cosas; o sea, las condiciones dentro de las que los hombres y
las cosas llegan a ser lo que son realmente.”
Para Marcuse, como para Hegel, la historia es ese escenario de representaciones sucesivas guiadas por
una lógica dialéctica (los momentos de tesis, antítesis y finalmente una síntesis que cumple el papel de
nueva tesis seguida por una antítesis…) en la que la humanidad a través de muchos cambios alcanza a
ser lo que es, esto es, donde su concepto y su formulación histórica concreta coinciden. En este sentido,
dado que un elemento esencial del concepto de hombre es su libertad, mientras éste viva en un sistema
que perpetúe la servidumbre, la humanidad no habrá cumplido su destino, no habrá llegado a ser lo que
es, y ahí entra en juego la tensión entre la realidad y lo que debería ser. La filosofía unidimensional, la
filosofía del positivismo, en la medida en la que aspira a ser una fiel descripción de aquello que sucede,
no crea esa tensión, se queda en el mero registro de sucesos. Su papel es asistir pasivamente a los
hechos y anotarlos. Y no puede ni errar en un desvarío especulativo ni provocar un cambio. La pregunta,
en conclusión, sólo puede ser: ¿A quién interesa este enfoque?
Disquisiciones y Conclusión
Es fácil llegar a un cordial desacuerdo con Marcuse sobre muchos de los puntos expuestos. No en balde
han pasado cincuenta años desde que se publicó su obra El hombre unidimensional, coincidiendo casi
con la eclosión primero del estructuralismo y posteriormente del posestructuralismo, años muy
fructíferos para la academia filosófica, que determinarían los nuevos horizontes epistemológicos de las
ciencias sociales. Nombres como Foucault, Lacan, Derrida, Althuser, Levy-Strauss o Roland Barthes
habían de aparecer y poner en jaque las nociones ya centenarias del marxismo y sus presupuestos
básicos sin que eso significara la sumisión al modelo capitalista o a la ideología liberal.
El primer contraargumento que quisiéramos exponer contra la invectiva sobre el modelo de consumo es
el de la libertad, que si bien no está suscrito por el autor del presente artículo, igualmente no puede
obviarse. Podríamos resumirlo diciendo que en tanto el hombre tiene libertad de elección, el mismo
puede desechar los bienes que se le ofrecen, y que si el trabajo que realiza tan oneroso le resulta, su
solución ideal no consiste más que en reconsiderar y redistribuir su trabajo hasta la obtención de unos
ingresos que le permitan satisfacer sus necesidades vitales. Para refutarlo se pueden argumentar, entre
otras, dos respuestas. La primera, argüida por Marcuse, es la hipótesis de la falsa conciencia, según la
cual el trabajador erróneamente no se identifica con los intereses objetivos de su clase social, en este
caso el fin de una posición de servidumbre en el esquema del sistema productivo, y contribuye desde la
ignorancia al mantenimiento de la opresión de la que es objeto con su actitud consumista.
“Los productos adoctrinan y manipulan; promueven una falsa conciencia inmune a su falsedad. Y en la
medida que estos productos útiles son asequibles a más individuos en más clases sociales, el
adoctrinamiento que llevan a cabo deja de ser publicidad; se convierten en modo de vida.”
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Desde este artículo no nos parece que esta sea la respuesta adecuada al problema planteado. El
inconveniente que encontramos es que Marcuse parte de una noción esencialista del concepto de clase
social. Esto es, para el alemán, la clase social no es un mero instrumento entre otros posibles con el que
explicar los antagonismos que vive la sociedad, sino que es la única y verdadera clasificación que explica
el conflicto. Siguiendo las ideas prototípicas del marxismo ortodoxo, la historia sólo podría explicarse
apelando a la lucha de clases en función del desarrollo del modelo productivo. La única identidad
verdadera para el trabajador es su ser obrero, sus únicos intereses auténticos, los intereses objetivos de
su clase, y cualquier otra identidad colectiva que el mismo pueda otorgarse, cualquier otra meta que
persiga, una ilusión que lo aparta de su verdadero ser. Como el debate sería extenso, nos permitimos
aquí remitirnos contra este punto de vista, los argumentos de Ernesto Lacla y Chantal Mouffe, en su
obra Hegemonía y estrategia socialista.
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Lo dicho anteriormente no implica, por supuesto, ceder ante los argumentos liberales. Sostener
simplemente que el hombre es libre parece una respuesta burda ante las probadas conductas gregarias
del sujeto. Es cierto que los individuos pueden elegir, pero esa elección se da siempre dentro de un
marco social, de una visión concreta del mundo, a fin de cuentas, dentro de un discurso. Ese discurso,
que se hereda, explica a los hombres quiénes son, qué es el mundo y cómo funciona, y ante el mismo, el
sujeto tiene poco margen de maniobra. Quizás la forma más general de discurso sea eso que
difusamente conocemos como cultura. Vale que el discurso heredado puede someterse a crítica y
modificarse (esto sucede continuamente) pero desde luego eso no obsta para que, al mismo tiempo, no
discutamos a quién interesa su “versión oficial”, de dónde procede y a quién va dirigida, al mismo
tiempo que ponemos de relieve otros discursos que, creemos, mejorarían la vida social.
Desde luego el ataque a las posturas esencialistas sostenido hace unas líneas contra la primacía del
concepto de clase social y la hipótesis de la falsa conciencia, es válida también contra los restos de
pensamiento metafísico hegeliano o marxista que invaden la teoría de Marcuse, sin perjuicio de que su
crítica pueda reelaborarse desde otros planteamientos. En este sentido, vale decir que no se pretende
denostar el concepto de clase social (o cualquier otro) declarándolo irrelevante o mistificador, sino de
modificar su estatus transformándolo de categoría metafísica a elemento articulador dentro de un
discurso.
Otro punto polémico es la reducción del arte a materia de consumo como consecuencias de su
producción en masa y su conversión en mercancía. Contra este argumento, puede esgrimirse el punto
de vista que Umberto Eco (famoso por sus novelas pero capital en su labor como semiólogo y crítico de
la cultura) expone en su ensayo Apocalípticos e integrados:
“El error de los apocalípticos-aristocráticos consiste en pensar que la cultura de masas es radicalmente
mala precisamente porque es un hecho industrial. […] La aparición de ediciones críticas o colecciones
populares son muestra de una victoria de la comunidad cultural sobre el instrumento industrial […] El
problema de la cultura de masas es en realidad el siguiente: en la actualidad es maniobrada por “grupos
económicos”, que persiguen finalidades de lucro, y realizada por “ejecutores especializados” en
suministrar lo que se estima de mejor salida, sin que tenga lugar una intervención masiva de los
hombres de cultura en la producción. […] De ello se desprende la necesidad de una intervención activa
de las comunidades culturales en la esfera de las comunicaciones de masas. El silencio no es protesta, es
complicidad; es negarse al compromiso.
En definitiva, para Eco lo preocupante no es la masificación que ha puesto la obra al alcance de todos,
sino que el mercado esté bajo el control de intereses particulares unido a la pose del intelectual que
despreciando los medios de masas, se niega a participar cuando lo necesario sería una intervención
pedagógica.
Por último quisiera plantear una cuestión para la que no encuentro una respuesta satisfactoria. Si
Marcuse parte del nivel de tecnología actual que permitiría (a nivel hipotético) al hombre librarse de la
esclavitud a la que le someten sus necesidades básicas, y si ese nivel de tecnología ha sido alcanzado por
la ciencia merced a los métodos positivistas criticados y a una separación estricta entre el pensamiento
formal y los valores incompatible con su propuesta del método dialéctico, ¿qué futuro deja a la
investigación científica? ¿Su fin, su necesidad de un nuevo método –cuando el que utiliza probadamente
funciona- u ocurre que la crítica al positivismo no pretende anularlo sino tratarlo con cautela?
Finalmente, hay un punto que dejamos sin tratar, pues es objeto del siguiente artículo: ¿Qué función
cumple en nuestra vida anímica el trabajo? ¿Puede una sociedad sobrevivir sin el trabajo?
Nota: Todas las comillas del presente artículo pertenecen a “El hombre unidimensional” a no ser que se
diga lo contrario en el texto.
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Bibliografía
El hombre unidimensional – Herbert Marcuse
Eros y civilización – Herbert Marcuse
Hegemonía y estrategia socialista – Ernesto Laclau y Chantal Mouffe
Apocalípticos e integrados – Umberto Eco
TEORÍA DE LAS MICRORREVOLUCIONES: LA GUERRA DE GUERRILLAS EN EL SIGLO XXI
http://thesocialsciencepost.com/es/2015/09/teoria-de-las-microrrevoluciones-la-guerra-de-guerrillasen-el-siglo-xxi/
No siempre hay que esperar a que se den todas las condiciones para la revolución; el foco insurreccional
puede crearlas.
Ernesto Che Guevara.
Por Fidel Ernesto Narváez
La realización de la gran revolución social hoy en día, tal como se planteó con mayor ahínco durante el
último tercio del s. XIX y casi todo el s. XX, parece algo inasequible. La organización de los trabajadores y
de los partidos políticos de tendencia revolucionaria, salvo contadas excepciones, experimentan una
tendencia decreciente en términos electorales, en simpatía política como factores de cambio, e incluso
hasta los conceptos como lucha de clases, dictadura del proletariado, guerra de guerrillas, sindicatos o
movimientos estudiantiles son percibidos inmediatamente como cuestiones atávicas, anacrónicas y sin
capacidad de transformación social. Este artículo no consiste en hacer un revisionismo de esos
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conceptos, al contrario, nos centraremos en vislumbrar de qué modo esos conceptos se han moldeado o
adaptado, tal como la Regla Lesbia aristotélica, a la superficie socio-económica de este siglo dominado
por el triunfo del sistema demo-liberal y de producción capitalista por encima de cualquier otro.
Una de las razones por las cuales la gran revolución social es observada como algo lejano, cuando no
imposible, se debe a un efecto propio del sistema en el que se vive. Dicho efecto podría denominarse
provisionalmente como velocidad mercatoria, a saber: la velocidad con la que el mercado atraviesa
todos los rincones del mundo creando necesidades donde no las hay y acrecentándolas allá donde ya las
hay. Algo así como lo que Deleuze y Guattari entendieron en la simbiosis entre Máquina social y
Máquina deseante, o mejor dicho, que somos máquinas a rebozar de deseos y que la máquina social en
su vertiente capitalista trata de satisfacer esos deseos y a la vez aprovecha para la creación de más
deseos hasta hacer infinita la deuda y el consumo. Nadie negará que para satisfacer la mayoría de
nuestros deseos debe recurrirse al dinero y al consumo. Ni leer un libro, algo tan sencillo, está exento de
ello, ya lo decía Eduardo Galeano: A los libros ya no los prohíben los gobiernos, los prohíben sus precios.
Todo ello se hace a una velocidad a la que es casi imposible rescatar elementos del pasado
revolucionario que hablábamos para detener esa dinámica o siquiera alcanzarla. Ni siquiera los Estados
y sus instituciones son capaces de mantenerle el pulso a esa velocidad mercatoria en la que lo producido
durante un día ya pertenece al pasado al día siguiente. Véase por ejemplo la moda, donde la ropa, el
diseñador, el coche, la discoteca o el móvil con el que vive una actriz, una modelo, un futbolista o un
multimillonario, hace que todo lo que no sean esas prendas y accesorios sea un hecho del pasado.
En este sentido, es fácil afirmar que no existe estrategia medianamente efectiva para detener una
velocidad en la que todos estamos inmersos y de la cual somos parte. Ni siquiera las estrategias liberales
o socialdemócratas son capaces de garantizar un bienestar social debido a que el volumen de deuda y
de consumo se vuelve cada día más veloz y descontrolado. Se vive, por decirlo de algún modo, en una
constante futurista. Para ejemplificar lo perjudicial de la velocidad mercatoria y la constante futurista no
sólo para el olvido de los conceptos revolucionarios sino que también para los grupos, partidos y
organizaciones revolucionarias, recurriré al numeral 4 del Manifiesto Futurista de Filippo Tommasso
Marinetti, el cual reza del siguiente modo: Afirmamos que el esplendor del mundo se ha enriquecido
con una belleza nueva: la belleza de la velocidad. Un coche de carreras con su capó adornado con
grandes tubos parecidos a serpientes de aliento explosivo… un automóvil rugiente que parece que corre
sobre la metralla es más bello que la Victoria de Samotracia.[1]
De lo dicho anteriormente, se desprende que pensar en la teoría de la organización revolucionaria del
mismo modo que lo hicieron autores como V.I. Lenin, Ernest Mandel o el mismo Fidel Castro (es
indistinta la posición que se mantenga), y, teniendo en cuenta la animadversión que el sujeto del siglo
XXI posee para simpatizar con dichas ideologías, hacen que estas no se conviertan en una estrategia
para este tiempo (eso no las convierte en ilegítimas sino únicamente inadecuadas para este tiempo).
Una época que se caracteriza por el ascenso de una forma de control político de la vida o biopolítica, la
cual ha desarticulado alevosamente la funcionalidad de la revolución o de la vida organizada en los
términos que las vanguardias socialistas y altermundistas la habían configurado. Las políticas educativas
globalizadoras, como expresiones biopolíticas por antonomasia, han superpuesto términos como
empresa, emprendedor, sociedades de capital, competitividad, franquicia e internacionalización de los
negocios, por encima de conceptos tales como cooperativa, la protección social, el trabajo colectivo y
voluntario, la solidaridad internacionalista, entre otros. No se puede pretender, entonces, que de la
educación del sujeto de este siglo aparezcan conceptos que fueron desechados por las expresiones
políticas del capital, llámese neoliberalismo, ordoliberalismo, neothatcherismo o fundamentalismo de
mercado.
Tampoco tardaremos mucho en aceptar que la guerra de guerrillas es un proyecto acabado con la
Guerra Fría. Igualmente aceptaríamos sin resistencia que es una estrategia política sin funcionalidad
alguna y propia de sociedades periféricas (América Latina, Sudeste Asiático, África Subsahariana),
aunque todos los días los enfrentamientos bélicos se incrementen en la misma medida que lo hace la
industria armamentística. Eso sí, como tales enfrentamientos no ocurren a poca distancia de los centros
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de poder y los centros financieros, son como si no existiesen, algo así como que los problemas o los
fenómenos sociales existen en la medida en que más cerca se sitúen de los centros de decisión global,
una especie de arquitectura del mundo en términos concéntricos. Por ejemplo, la malaria o la muerte
por desnutrición será un problema real mientras esté a pocas millas de Londres, Nueva York o París y no
de Somalia, República Democrática del Congo o Etiopía. Este artículo consiste también en analizar en
qué medida la guerra de guerrillas, como una estrategia que ha estado presente en muchos de los
conflictos bélicos que conllevaban una carga política o revolucionaria, puede ser repensado y
actualizado para ser utilizado en un contexto de sociedades pacíficas y en donde el modelo económico
demo-liberal haya triunfado. Del mismo modo, analiza si los logros y los alcances de comprender la
guerra de guerrillas en contexto demo-liberal y pacífico, podrían ser mayores para llegar a la gran
transformación social a través de microtransformaciones realizadas con prácticas microrevolucionarias
en el centro de las sociedades industrializadas y exportadoras del modelo capitalista.
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Para iniciar, debe reconocerse que en un contexto demo-liberal, todas las formas de activismo político
que no pretendan la gran revolución social en términos de masa, organización y lucha política tal como
se experimentó a partir de la Revolución Bolchevique, sino que pretenden microvictorias, microcambios
a partir de dar la batalla en microfrentes, son una expresión de guerra de guerrillas adecuadas para el
siglo XXI. Con microfrentes o microbatallas no quiero señalar una categoría de dimensión o tamaño del
activismo, pues existen pequeñas batallas que pueden suponer una subversión del status quo muy
considerable (BDS, Stop Desahucios; #groundthedrones; Anti-nuclear movement, etc.). Por ejemplo, el
activismo que propugna una redefinición de la paz y la seguridad internacional a través de las campañas
de desarme nuclear y de desinversión armamentística, puede generar la configuración de un orden
geopolítico que no atraviese la amenaza nuclear, el desplazamiento y la muerte de personas en una
ascendente carrera de belicismo, así como una redefinición de la energía nuclear por alternativas menos
nocivas y más garantistas de las paz internacional, entre otras. En este sentido, el activismo político que
puede ser comprendido y extrapolado a los principios básicos de una guerra de guerrillas pero sin
escenario bélico, puede obtener resultados tan básicos para la convivencia, la seguridad, la paz y la
responsabilidad intergeneracional, sin el costo humano, trágico y traumático que pudo tener la guerra
de guerrillas en escenarios bélicos durante el pasado siglo. En esta faceta pacífica los logros son mayores
que las bajas, pues si entendemos por logros de guerra de guerrillas en escenarios bélicos las
experiencias de Vietnam, Cuba o Nicaragua, desde luego que el componente traumático es mayor que el
beneficio obtenido pero no superior a la dignidad esgrimida por estos y otros pueblos.
No obstante, triunfar en pequeñas batallas de forma consecutiva, en diferentes o múltiples espacios y
no sólo en un único frente, aprovechando la especialización y movilidad de los activistas para hacer más
ágil el cumplimiento de los objetivos teniendo en cuenta la constante futurista y la velocidad mercatoria
en la que se vive, son características de la guerra de guerrillas que en el presente siglo podrían ser útiles
para alcanzar pequeñas victorias. Estas pequeñas victorias a la postre, y sólo si ese activismo esporádico,
desordenado, sin apoyo popular y débil se fortalece con los principios de una guerra de guerrillas,
alcanzará y conseguirá pequeños cambios revolucionarios que irán haciendo posible las
microrrevoluciones. Dichas microrrevoluciones y no la gran revolución social a la que se aspiraba
durante el siglo XX, podría ser una estrategia política que no se reduce a alcanzar la representación de
partidos de izquierda en las instituciones, que es un paso pero no el fin, sino que procuraría un cambio
de actitud y de comportamiento en cada uno de los individuos. Con esto no olvidaremos que se debe
deshacer la biopolítica educativa perniciosa de este siglo, (Des)educación le llamaría Chomsky[2], que
está en la raíz de los problemas generados por la suma de la velocidad mercatoria y la de un Homo
Economicus que actúa cada vez más con mayor libertad debido al olvido y antipatía de las tesis
solidarias.
Considero finalmente que una estrategia microrrevolucionaria toma en cuenta los factores actuales de
la composición de la sociedad moderna, es decir, que parte de la premisa que el neoliberalismo o el
fundamentalismo de mercado ha triunfado, y, que sólo un cambio de actitud y comportamiento en
aquellos que son parte constituyente de dicho sistema podría deshacer los efectos negativos del mismo.
A diferencia de los sistemas vigilados y dirigidos a través de dictaduras o de neocolonias propias del s. XX
con el apoyo o el patrocinio de los ejes de poder de la Guerra Fría, ahora en las sociedades demoliberales del s. XXI todos los ciudadanosque a través del abandono de las tesis del cambio social por las
de una vida biopolitizada y tendente exclusivamente hacia el consumo, el placer subjetivo, la ganancia
particular, el crecimiento individual y la mundología del mercado y la competitividad, son los
responsables a título individual de que el status quo se mantenga como tal. En una sociedad
microrrevolucionaria, en la que cada persona se responsabilice de generar microluchas de forma
permanente y paralela a la velocidad mercatoria, tal como las campañas de boicot, desinversión y
sanción propuestas para un tipo especial de problema internacional por Omar Barghouti[3] por ejemplo,
en donde se busca que los mismos impulsores del laissez-faire y el triunfo del individualismo, que somos
todos, se inmiscuyan en la subversión de sus efectos más dañinos. Se trata de que sientan como propia
la responsabilidad de hacer explotar un misil vendido a un país que hace uso de él sin el respeto a las
normas de derecho internacional, Arabia Saudí contra Yemen por ejemplo.
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Referencias:
[1] MARINETTI, Filippo Tommasso. 1909. “Manifiesto Futurista”. Le Figaro. París
[2] CHOMSKY, Noam. La (Des)educación. Crítica. Madrid (2007)
[3] BARGHOUTI, Omar. Boycott, Divestment, Sanctions: The Global Struggle for Palestinian Rights.
Haymarket books. Chicago (2012)
TEORÍAS INNOVADORAS SOBRE LA DEMOCRATIZACIÓN (I): ¿PODEMOS P REVER UN
RESULTADO DEMOCRÁTICO DE LOS CICLOS DE PROTESTA EN ORIENTE MEDIO, ASIA O
LATINOAMÉRICA?
http://thesocialsciencepost.com/es/2015/07/teorias-innovadoras-sobre-la-democratizacion-i-podemosprever-un-resultado-democratico-de-los-ciclos-de-protesta-en-oriente-medio-asia-o-latinoamerica/
Por María Luque
En esta serie de artículos, que comenzaré con el de hoy, trataré de presentaros, para someterlas a
debate abierto, los enfoques académicos más novedosos, o al menos que copan más tiempo e interés
en la literatura científica moderna acerca de los factores que llevan a un país a democratizarse.. o a reautocratizarse.
Hong Kong, Burkina Faso, Méjico, Turquía, US, #BringBackOurGirls, El Ice Bucket Challenge, Escocia,
Malawi, Sri Lanka..
Nos pasamos el día viendo cómo tanto académicos, como especialistas en Relaciones Internacionales, -o
periodistas-, tratan de descifrar las claves de cada movimiento popular, de cada protesta, de cada
huelga mínimamente relevante en cualquier punta del mundo, intentado predecir su importancia
relativa en un contexto mayor: ¿Este movimiento de protesta ciudadana crecerá? ¿Llevará a algo?
¿Estás huelgas en Hong Kong, serán reprimidas, intervendrán terceros países para evitar una masacre?
¿Se está despertando algún sentimiento de conciencia colectiva aquí, o… aquí.
El abanico de preguntas varía según se trate de países desarrollados o subdesarrollados. Y tanto desde
el periodismo como desde el ámbito académico se dan respuestas diferentes según el caso. En
Occidente, tiramos de sociología, la ciencia social por excelencia que estudia los movimientos sociales.
Como para estudiar los países en transición necesitamos una visión más estructural, el estudio de la
movilización popular recae en los científicos políticos: ¿Moverá masas? ¿Habrá algún resultado que
implique cambio institucional, adquisición de derechos y libertades? ¿Y si lo hace? ¿Hay algún patrón
visible, algo a lo que atenernos para saber si una movilización puede ser triunfal y llevar a un proceso de
#democratización?
Para discernir algunas de las respuestas más recientes a estas cuestiones, hoy analizaremos el impacto
de las fuerzas sociales (bottom-up) en la democratización, bajo la guía del teórico Jan Teorell, en su
“Determinants of Democratization” (2010)(*1).
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Bermeo, Collier, Lipset, Przeworski.. Todo coinciden en que al menos el colapso de los regímenes en
Asia, Europa del Este y el África Subsahariana están relacionados con la acción colectiva llevada a cabo
por la población, y este parece ser un fenómeno que ocurre con bastante frecuencia, relacionado con
efectos pro-democracia. (Bratton and van de Walle 1997, pp 83-4; Schock 2005). Más evidencia viene de
las revoluciones de colores o coloridas, en Europa del Este y Asia Central , cuya evidencia apunta en la
misma dirección. Aún más, apunta Teorell, hay cierta evidencia anecdótica que sugiere que la
democratización en Europa Occidental y Latinoamérica a principios del siglo XX tuvo algo que ver con el
despertar del malestar social y la acción popular colectiva.
Hablamos de anecdótica porque la literatura académica sobre esta tradición nunca ha sido
extremadamente específica a la hora de establecer mecanismos causales entre movilización y..
democratización.
Algunos académicos han dado preeminencia a la ‘actividad de huelga’ como forma de movilización
popular que impulsa la democratización. En la línea de esta tradición está la que pone énfasis en el
papel del ‘trabajador organizado’, – la lucha a través de la sindicación activa-, que trabajan
Rueschemeyer (1992) o Collier (1999). Bermeo (2003a) se hace eco de la importancia que tuvieron la
movilización de los trabajadores y las huelgas en el derrocamiento de las democracias latinoamericanas
en los años 70. Pero lo cierto y bueno es que esta relación entre acción-democratización se puede
conjeturar con otro tipo de actividades de protesta que lleven a cabo otros grupos de la sociedad, como
las demostraciones pacíficas, los violent clashes.. Hay de todo.
Sorprendentemente, hay pocos estudios de N-grande sobre el posible efecto de la movilización popular
en la democratización. Aparte del estudio de Teorell, que recordemos, se completa en 2010,
únicamente otros dos autores, Lipset y Przeworski, abordan el efecto de la movilización popular en
estudios globales sobre la democratización. Pero ninguno de ellos lo hace en el contexto de un modelo
dinámico que explique los cambios de régimen. Así que si, hasta la llegada de este agradable sueco, y
como decía Coppedge (2003, p. 125), “the true impact of political mobilization.. remains an open
question”.
En el estudio de N-larga que hace Teorell, se da a entender que, durante la tercera ola de
democratización, grandes números de manifestaciones pacíficas anti-gobierno facilitaron un repunte
hacia la democracia.
En él, de cara a establecer la relación causal, Teorell retrasa un año el efecto de cualquier tipo de
movilización, es decir, lo que captura es el impacto de la movilización popular medida durante un año,
en la propensión a democratizarse el año siguiente. Los resultados confirman que la movilización
popular jugó un papel más influyente de lo que se creía en la democratización durante la tercera ola,
más allá de lo que los teóricos del paradigma de la transición (más ortodoxos) querrían o les gustaría
reconocer.
Captura de pantalla 2015-07-28 a la(s) 23.42.21
[Para cada tipo de protesta, -demostraciones pacíficas, revueltas y huelgas-, divide el impacto causado
en la democratización tanto a corto plazo, -general, impacto positivo/negativo-, como a largo plazo]
Y sucede algo interesante con respecto a previos estudios: Teorell reconoce distintos impactos según el
tipo de acción colectiva que se registraba en cada caso. Por ejemplo, las ‘revueltas’ (enfrentamientos
violentos que incluyen el uso de la fuerza física) no registraron ningún impacto en la democratización.
Tampoco lo hicieron las huelgas, al menos las dirigidas a las políticas del gobierno nacional o a las
autoridades. Así que, aunque el efecto de las demostraciones es consistente con la línea general de la
tradición de las ‘fuerzas sociales’, Teorell no encontró una evidencia sistemática a favor de una especial
relevancia de los trabajadores organizados en actividades de protesta, en la democratización. Como sí
propondrían en su momento Landman (1997) o Collier (1999).
¿Nos estamos perdiendo algo? Preguntaréis. Teorell también lo hacía, pero de la siguiente manera: ¿Es
el pacifismo de las manifestaciones anti-gobierno crítico para conseguir cambios, o es que se da la
casualidad de que hemos estado observando una forma de contención popular que ha operado a una
escala lo suficientemente grande como para echar abajo regímenes autoritarios?
La evidencia parecía ir demostrando que las revueltas violentas no tienen un efecto positivo, ni tampoco
las huelgas pacíficas… Algo a lo que se oponen los teóricos del impacto de la guerra civil en la
democratización, como Watchekon, que sugieren que las partes en un conflicto civil podrían elegir
invitar a terceras partes (y consecuentemente a la población civil) como árbitros en un conflicto: Esto
sería visto como un mecanismo para la resolución de conflictos (las partes median para hacer frente a
unas elecciones y pasar el poder a un gobierno elegido democráticamente).
Animado por estas teorías, Teorell genera un índice sobre el impacto de las guerras civiles a medio y
largo plazo en la conversión democrática, y registra un efecto únicamente marginal para el periodo de la
tercera ola, descartando las conjeturas de Acemoglu y Robinson (2006)(*2) y Watchekon (2004). Para el
autor, este descarte termina de brindar apoyo a la asunción de que el efecto de las manifestaciones no
solo deviene del hecho de que sean una forma de movilización popular, sino del hecho de que sean
pacíficas.
¿Por qué llega a resultar crítico que sean manifestaciones pacíficas? Como ya comentaba aquí, Kurt
Schock, en ‘Insurrecciones Desarmadas’, apuntaba que la principal explicación podría recaer en aquello
que Smithey y Kurtz llamaban ‘la paradoja de la represión’. Esta paradoja explicaba que, sencillamente,
un desafío desarmado podía sostenerse e incluso fomentarse en un contexto en el que el estado
dirigiera hacia él la fuerza bruta. Hay varias razones por las que esta dinámica puede tener lugar.
Principalmente, la protesta no violenta no requiere ni equipación ni tecnologías especiales o costosas, y
tampoco depende del estado físico de los protestantes. Ésto parece algo obvio. Y va a dar a la protesta
pacífica el ‘potencial para permitir el grado máximo de participación activa en la movilización de la
proporción más grande de población posible’. Además, la represión o brutalidad policial dirigida a una
protesta pacífica por parte del estado puede tener incluso un efecto movilizador, propagando un
sentimiento de victimización o de martirización de personas inocentes. Puede avanzar o incluso generar
divisiones en las élites políticas, – algunos pueden comenzar a preguntarse acerca de la legitimidad del
113
régimen -, y se corre el riesgo de que lleve a motines e incluso deserciones en el ejército o en las fuerzas
de seguridad, cuando se les ordena torturar, disparar a personas inocentes. Finalmente, y no menos
importante, la protesta no violenta aumenta la probabilidad de que terceras partes, como movimientos
sociales transnacionales, organizaciones internacionales o gobiernos extranjeros tomen parte o
expongan al mundo el conflicto.
Schock también deja caer que el éxito de la protesta pacífica dependerá de si llega a afectar o no a
alguna de las relaciones de dependencia que hacen del Estado una maquinaria en funcionamiento. Si la
protesta es sectorial, como por ejemplo, el caso del funcionariado (médicos, profesores,
administradores..) las élites no tendrán más remedio que, al menos, aceptar una posición de
negociación. Ésto también va a depender de lo mejor o peor que estén coordinados estos sectores.
De todo ello, podríamos deducir entonces que un resultado democrático se produce con más facilidad
en el despertar de las demostraciones pacíficas, porque (1) provoca a grandes cantidades de población,
(2) exacerba las divisiones entre las élites y (3) moviliza a terceras partes en contra del régimen.
No contento con ello, (no nos da demasiadas pistas para predecir la relevancia de una movilización
espontánea) Schock, además, resalta la importancia de las características internas del movimiento –
como estar descentralizado pero coordinado bajo una organización paraguas- que puede facilitar su
recuperación de cara a acciones represivas de la autoridad. Otro factor a tener en cuenta para su
supervivencia y triunfo es si la resistencia puede aprovecharse de las relaciones de dependencia del
estado, como comentamos antes, así:
“En cualquier sociedad, el estado depende directamente de segmentos de su propia población para
gobernar. Si alguno de estos segmentos, como por ejemplo, el militar, los oficiales de policía,
administradores, o trabajadores de las reservas de energía, transporte, comunicación, comercio u otros
sectores clave se negaran o amenazaran con negarse a llevar a cabo sus obligaciones, el poder del
estado es socavado significativamente”
A estos grupos de apoyo doméstico, Schock añade las ‘relaciones de dependencia indirecta’ potenciales
que el régimen puede tener con terceras partes en la escena internacional. En ambos casos la asunción
clave es que un estado autoritario, de forma explícita o implícita, se apoya en algunos grupos o sets de
actores, y que la rescisión de ese apoyo socava la supervivencia del régimen y abre la veda de la
democratización. Las demostraciones pacíficas pueden llevar a la democratización si mantienen el
desafío a la autoridad frente a la represión, (thereby spawning) generando de ese modo divisiones entre
las élites y movilizando el apoyo de terceras partes, y perturbando las bases de apoyo material y no
material del régimen.
Con ésto, Schock, -explica Teorell-, restablece uno de los paradigmas más aceptados y reconocidos de la
teoría de los movimientos sociales: La perspectiva de la oportunidad política. El hecho de que la
represión sea capaz de estimular la protesta en algunos movimientos y de pararla en otros ha sido un
tema de debate de largo recorrido en la academia. Él ofrece una sencilla respuesta a la paradoja de la
represión-disenso: Resulta que el efecto de la represión en la protesta depende de la medida en que
otras dimensiones de la oportunidad política (el apoyo de terceras partes o actores, las divisiones en la
élite gerencial..) resulten favorables al movimiento.
La tesis general es que grandes movilizaciones populares afectan a las relaciones de dependencia de un
estado, que depende de grupos de actores para subsistir. Si afectan al sector público, a inversores
estratégicos y a la comunidad internacional, se verán forzados a buscar una solución o irse.
114
Algo que debe quedarnos claro (tras digerir bien el desguace) es que parece que tanto Schock como
Teorell han abierto un nuevo camino en el estudio de las movilizaciones sociales.. y la democracia. Si
Collier, Acemoglu y Robinson trataban este aspecto de manera transversal a sus estudios (siempre
dando predominancia a la dimensión económica, la ayuda de terceros países..) Schock, con su sumisión
en el aspecto estructural y Jan, con su estudio detallado parecen haber arrojado algo de luz a este
campo. Ahora preguntáos: Grosso modo, ¿Coinciden estas teorías con el triunfo de, por ejemplo, la
marea blanca en España en comparación con otras como la marea negra? ¿Ha sido la descentralización
del movimiento 15-m – y su flexibilidad- la que lo ayudó a subsistir, transformándose y ramificando,
para posteriormente institucionalizarse? ¿Las protestas ciudadanas en Brasil -dando la cara frente a la
corrupción- , cuya composición se homogeniza más y más con el paso del tiempo ( más en el informe de
CIVICUS) llevarán Roussef a tomar al fin una decisión drástica? Para contestar ésto y mucho más, pero
desde luego no para predecir, parece que hace falta que los estudiosos de los movimientos sociales
entablen al fin lazos con aquellos de la democratización, y aporten esas nuevas dimensiones
interdisciplinares que tanto necesitamos al estudio de las identidades colectivas.. a sus relaciones con la
protesta organizada … y con la democratización.
___________________________________________________________________
Referencias
*1 El principal incentivo para que teorell introdujera como dimensión a tomar en cuenta la ‘movilización
popular’ en el estudio de las transiciones democráticas,es la falta de una teoría acerca de cómo la acción
organizada de las clases bajas (de los de abajo) interactúa con las decisiones políticas de los de arriba
para atraer un cambio de régimen, o la estabilidad al sistema. Collier (1999), por ejemplo, (bridging
approach) usa un enfoque bajo el cual tanto las clases como los actores políticos, la actividad de
protesta y la negociación, los movimientos de los grupos excluidos socialmente y las respuestas de la
élite del régimen se incorporan en el mismo marco analítico. La última falla de la tradición de las fuerzas
sociales es su exclusión relativa de actores colectivos no-de-clase, o de identidades colectivas no
materiales, más generalmente. Es decir, estas teorías reconocen que otras fuerzas sociales que no son
actores económicos, como los activistas políticos y por los derechos humanos, los estudiantes
universitarios, los líderes religiosos, las élites regionales.. han jugado un papel importante en las
resurrecciones de movilización popular que han llevado a la democratización a muchos lugares del
mundo, estos últimos años.
*2 Acemoglu y Robinson en sus estudios de caso de 2006 analizaron procesos de democratización
previos a la tercera ola que comenzaría en los 70 (filipinas, sudáfrica, tailandia..) y no vieron que las
movilizaciones populares incidieran en esos cambios. Ellos se preguntan por qué las élites concederían
al pueblo una democracia estando bajo la amenaza de una revolución, en lugar de simplemente
decidirse por implementar unas políticas aparentemente más redistributivas. Su explicación resalta la
importancia de la democracia como la solución a un problema de compromiso. Si los detentores del
poder político (los ricos) no son ellos mismos los beneficiarios de las políticas redistributivas, no
parecerá que hagan un compromiso creíble para honorar en el futuro la promesa de esas políticas que
acataron en el pasado bajo la amenaza de una revolución.
Bibliografía
Acemoglu, D. and Robinson, J. A. (2006) Economic Origins of Dictatorship and Democracy: Economic and
Political Origins. Cambridge: Cambridge University Press
Cheibub, J. A., Alvarez, M. E., Przeworski, A. and Limongi, F. (2000)Democracy and Development:
Political Institutions and Well-Being in the World, 19501990 (Cambridge Studies in the Theory of
Democracy). 1st edn. Cambridge, England: Cambridge University Press
115
Collier, R. B. (1999) Paths toward Democracy: The Working Class and Elites in Western Europe and South
America (Cambridge Studies in Comparative Politics). Cambridge, U.K.: Cambridge University Press
Hristov, J. and Schock, K. (2006) ‘Unarmed Insurrections: People Power Movements in Nondemocracies’,
Canadian Journal of Sociology / Cahiers canadiens de sociologie, 31(3), doi: 10.2307/20058723
Schock, K. (1999) ‘People Power and Political Opportunities: Social Movement Mobilization and
Outcomes in the Philippines and Burma’,Social Problems, 46(3), pp. 355–375. doi: 10.2307/3097105
Teorell, jan (2010) Determinants of Democratization: Explaining regime change in the world , 19722006. United Kingdom: Cambridge University Press
LA ECONOMÍA DE ESTADOS UNIDOS NO ESTÁ LOGRANDO SOSTENERSE
por Mario Briones R. (Chile)
http://piensachile.com/2015/09/la-economia-de-estados-unidos-no-esta-lograndosostenerse/?utm_source=feedburner&utm_medium=email&utm_campaign=Suscripciones%3A+piensac
hile+%28piensaChile%29
Publicado el 29 septiembre, 2015 , en Análisis
Los analistas de Deutsche Bank hacen bien en diferenciar los datos para referirse al sector doméstico de
EE UU., que separa el consumo de las familias como muy fuerte en Agosto, diferenciado de los datos
provenientes del sector manufacturero afectado negativamente por la caída de las exportaciones, para
referirse al PIB de EE UU., que anualizado es de 3%, con un II trimestre revisado esta semana de 3,9%.
Esta forma de mostrar los datos para analizar los avances económicos requiere de una explicación más
detallada sobre el significado de la tendencia. Los intereses corporativos y los grandes bancos privados
utilizan algunas cifras para crear realidades positivas, que son discrepantes con el lento
empobrecimiento que vive la mayoría de los norteamericanos. Algunos analistas incluso niegan que
pueda ocurrir una nueva una recesión, siete años después de la anterior, pese a la caída generalizada de
los commodities, y la evidencia abismante que está afectando a casi ¾ partes de la economía mundial.
Para entender el giro que está ocurriendo en los datos de la economía norteamericana, debemos
considerar que después del II trimestre, la aceleración en Septiembre de los acontecimientos en Asia ha
generado un sesgo que motivo a la FED a mantener la tasa en 0% a 0,25%. Los indicadores económicos
de Estados Unidos están virando, con algunos que son optimistas como la disminución de la tasa de
desempleo de Agosto que fue de 5,1%, en contraste con las cifras negativas de las ventas de viviendas
de segunda mano que en Agosto, cae a US$ 5,31 millones desde US$ 5,55 millones que era lo esperado
por el mercado.
Respecto a los avances en el valor de los bienes y servicios producidos por Estados Unidos, estos
aumentaron a una tasa anualizada de 3.9 % en el II trimestre (Abr-Jun) de 2015 como indicamos más
arriba, desde un 0,6% del 1º trimestre (Ene-Mar), lo que también es positivo. Sin embargo, el
porcentaje de las importaciones cayeron – 1,8 % en Agosto, después de una disminución de un – 0,9 %
en Julio y de 0,1 % en Junio. Respecto de las exportaciones estas disminuyeron en un – 1,4 % en Agosto
tras una caída del – 0,9 % en el mes de Julio y 0,1 % en el mes de Junio, que son cifras negativas con
tendencia a la baja los últimos 3 meses, según datos del U.S. Bureau of Labor Statistics.
116
Lo primero que se advierte en estas cifras, es que los datos publicados para el II trimestre no
representan lo ocurrido recientemente en China, cuyos efectos están en desarrollo y son más
significativos de lo que algunos esperaban, con datos para el 3er trimestre más lo estimado para el
último trimestre, con tendencia a bajar. Según los economistas, es probable que los EE.UU. se expanda
un leve 2,5 % en el período Julio a Septiembre. Lo segundo que se puede advertir es que aún no se
produce una concordancia entre el mayor consumo interno (3,6% del II trimestre), la baja del desempleo
en la manufactura, con la caída de las exportaciones e importaciones, debido a que el resto del mundo
está disminuyendo su actividad, como lo demuestran los menores precios y volúmenes de los
commodities, desmintiendo que EE. UU., sea inmune a lo que ocurre en el resto del mundo o en los
países BRICS. Lo comprobó hoy Glencore PLC que cayó en la bolsa, por su gran deuda de US$ 30.000
millones.
La concordancia se podría empezará a notar en los próximos meses si se mantiene la tasa de desempleo
o aumenta, por la tendencia recesiva que se acelera en el resto del mundo. Ningún fabricante de
Estados Unidos seguirá incrementando el número de empleos si están exportando menos.
Recientemente, la multinacional estadounidense de maquinaria Caterpillar, ha rebajado sus previsiones
anunciando una reestructuración que estiman en 10.000 despidos en todo el mundo, en los próximos
tres años, lo que permitirá ahorrar US$ 1.500 millones de dólares.
Respecto al consumo y considerando los datos actuales conocidos, el aumento del consumo no
provendría del aumento salarial, por cuanto sabemos que la tasa de crecimiento salarial se mantiene
plana en un 2% anual y por lo tanto el consumo provendría de un mayor endeudamiento o de la
descapitalización familiar que está consumiendo sus ahorros. No olvidemos que la inflación de 1,2%
reduce parte del aumento salarial, dejando sólo un aumento neto de 0,8%. En consecuencia, si el
consumo se está financiando con más crédito (deuda), este si es un factor vital que podría estar
presionando a la FED para subir las tasas, (aumentar el costo del dinero), porque los bancos estarían
creando un mayor desequilibrio monetario con el nuevo crédito en consumo que están creando. Aún
así, podríamos preguntarnos, ¿de dónde más podría provenir el aumento del consumo de las familias
norteamericanas, si los salarios no han mejorado? Si no es del crédito ni de los otros factores,
correspondería al consumo de la gente que se ha incorporado al trabajo, lo que estaría en riesgo si
suben las tasas o la economía mundial sigue declinando.
En Chile también el consumo se está volviendo negativo. La inflación de 4,7% está reduciendo el poder
adquisitivo de la población, debido a que el crecimiento salarial en el mejor de los casos es de 3%. Si
restamos la inflación de 4.7% nos deja un perdida de – 1,7%, lo que es grave porque está afectando a
los sectores de menores ingresos.
Después de siete años de crisis tanto el comunicado oficial de la FED, como el de su Presidenta, Janet
Yellen en rueda de prensa, se esfuerzan en hacer ver que la FED no ha cambiado su visión positiva sobre
la economía de Estados Unidos, pero el trasfondo social muestra, como veremos a continuación, que la
fortaleza americana no es tal, salvo los grupos de poder y mucho dinero que están disminuyendo su
deuda, para cubrirse de las tasas altas.
Un informe de Enterprise Community Partners, un grupo sin fines de lucro sobre vivienda económica,
en conjunto con la U. de Harvard para estudios de la Vivienda, señala que el costo del alquileres de 11.2
millones de viviendas que existían en el 2013, están aumentando más rápido que los salarios, agobiando
gravemente a los hogares que están gastando más de la mitad de sus ingresos en arriendo, cuando
dicho gasto, como regla general, no debiera ser más del 30 % de los ingresos, lo que reduce el consumo
familiar. Incluso en el mejor de los casos postula el informe, que si los salarios crecen 1% por año más
rápido que los alquileres, el número de hogares gravemente recargados con costos de alquiler, bajará
apenas de 11,8 millones en 2015 a 11,6 millones en 2025. Ahora, con un escenario base, donde los
alquileres y los salarios (y la inflación) aumentan en un 2 % cada año, los investigadores esperan que el
117
número llegará a 13,1 millones, donde el ítem alquiler sobrepasará casi la mitad de sus ingresos. En
resumen, la simple suposición de que los pobres están gastando más no solo es errónea sino ilusoria.
El último PMI manufacturero de Septiembre, fue de 53, y el punto más alto del 2015 de dicho índice fue
en Abril de 55,7. Estos indicadores como muchos otros, van demoliendo la visión de fortaleza de la
tendencia de la economía real, porque los grandes grupos de personas mantienen los bajos ingresos sin
cambios. Son los que deben destinar el 50% del ingreso en pagar el alquiler con ingresos salariales que
no crecen, o son parte de los 46,7 millones que viven baja la línea de la pobreza a nivel tal, que un
promedio de 40 millones de personas deben recurrir al programa de ayuda en alimentos SNAP
(Estampillas) del gobierno, porque no les alcanza para comer. Cuando estas familias gastan un 30% de
los ingresos en alimentos, un 50% en arriendo, con el 20% restante es imposible pagar el seguro en
salud, calefacción, educación, ropa, o pagar una cuota para comprar un vehículo. La tasa oficial de
pobreza fue del 14,8 %, con 46,7 millones de personas en la pobreza, y los cambios son negativos desde
el 2013, porque la tasa es 2,3 % más que en 2007, en una economía centrada en un 70% en los servicios,
donde el consumo se perfila mal.
“Cada década, se toma más tiempo para que los pobres se recuperen de la recesión” dijo Arloc
Sherman,un investigador del Centro de Presupuesto y Prioridades Políticas en Washington. Los
estadounidenses más ricos están ganando la recuperación económica. Según datos de la Oficina del
Censo de los Estados Unidos, que subrayan cuán mal ha sido la recuperación si no eres rico. Los hogares
en los percentiles 95 y 90 más ricos tuvieron mayores ganancias hasta el año 2014, el último año del que
se dispone de datos. De acuerdo a un artículo en Bloomberg de Victoria Stilwell y Alexandre Tanzi,
señalan que, “El ingresos para todos los demás estaba por debajo de los niveles de 2006, lo que indica
que todavía están arañando la manera de salir del agujero causado por la recesión más profunda de la
era posterior a la II Guerra Mundial”. De la próxima, los que se salvarán serán muchos menos.
El fraude o la estafa global instalada consiste en una doble mirada, que persigue decir que en el tiempo
se está a punto de lograr la “zanahoria”, mientras detrás de bambalinas los mercados financiero operan
con grandes traspasos de riqueza sobre la base del dinero “express” o instantáneo que asciende a US$
12 billones impreso por los Bancos Centrales, que ha sido multiplicado por la banca en miles de billones
de dólares, euros y yenes que se dirigieron a crear burbujas. La inflación la crearon en los mercados
financieros, hinchando el precio de las acciones y los bonos que ha sido el impulsor de los mercados
bursátiles, mientras la economía real yace en la deflación y la parálisis.
La sustentación de este modelo neo liberal de economía requiere del concurso del resto del mundo para
extraer ganancias del precio de los commodities en el suelo, socializar la carga del financiamiento del
consumo en los países más ricos, vendiendo deuda, acciones, bonos y concediendo créditos en dólares
con bajas tasas, los que serán recuperados con creces cuando suban la tasas. A los grandes grupos
financieros que componen la elite mundial no les importa la inestabilidad financiera, la baja inflación, la
situación económica global, el fortalecimiento del dólar para exportar, etc. Más grave que todas esas
razones, sería reconocer la debilidad secular de la economía de EE UU y la ineficacia de la emisión. La
FED no pudo subir las tasas de interés en su última reunión del 17 de Septiembre, en un básico y
modesto 0,25%, y seguirán las especulaciones si subirán en Octubre, Diciembre o el año 2016.
Por el momento, no hay manera de escaparse de la globalidad, incluso al costo que está pagando el
pueblo griego liquidando sus islas y entregando numerosos sectores de propiedad pública a los privados,
transnacionales, en especial las empresas alemanas. Es una utopía creer que volverá la riqueza al país si
siguen en el euro. Existe el factor deuda que está agobiando al mundo y que sigue creciendo. Algunos
países recurren al recorte de tipos que hoy vemos en Noruega, Taiwán, Ucrania, Hungría, etc., una
estructura que permite traspasar la riqueza sin que la humanidad note quien se beneficia y quienes se
perjudican. El BCE ha dicho que si China, Brasil y Rusia no crecen, difícilmente puede hacerlo la zona
euro, y la advertencia se empieza a notar también para Estados Unidos.
118
A siete años de la segunda mayor crisis financiera de la historia mundial, que obligó a utilizar recursos
públicos por valor de US$ 16 billones para rescatar a la banca, cabe preguntarse, ¿cuantos miles de
billones costará rescatar a la banca de una gran crisis global, si las burbujas creadas por los bancos en
activos financieros como los derivados suman miles de millones de millones de dólares? No es
descabellado pensar que el fin de la historia del neo liberalismo en Estados Unidos también está más
cerca que antes.
Mario Briones R.
EL FMI ADVIERTE QUE HABRA MENOR CRECIMIENTO POR CAIDA DE COMMODITIES
Nuevo capítulo de la crisis
http://www.pagina12.com.ar/diario/economia/2-282688-2015-09-29.html
La titular del FMI, Christine Lagarde, admitió que el pronóstico de crecimiento mundial del 3,8 por
ciento para 2016 ya no es realista. Prevén una baja prolongada de precios primarios y fuerte sacrificio
para países exportadores.
Por Federico Kucher
La disminución del precio de las materias primas generaría la caída de un punto porcentual en el
crecimiento de los países productores de commodities en los próximos tres años, en tanto que las
economías productoras de energía registrarían una baja de 2,25 puntos porcentuales. Así lo estimó ayer
el Fondo Monetario Internacional, en un adelanto de su tradicional documento sobre perspectivas de la
economía global, el cual se publicará en octubre. Arabia Saudí, Rusia y Brasil serán algunos de los países
con mayor impacto negativo en el dinamismo del mercado interno. La estimación del organismo de
crédito internacional, que perdió prestigio a partir de 2008 por sus fallas de previsión respecto del
estallido de la crisis financiera internacional, planteó que la desaceleración de los precios no será un
problema cíclico sino que se acompañará con contracción en la inversión para generar impactos
estructurales.
La entidad, que continúa enfocada en recomendar el uso de políticas de austeridad, presentó un estudio
empírico para justificar que el ajuste a través de la devaluación de la moneda permitiría a los
emergentes compensar con mayores cantidades exportadas las pérdidas por el efecto de la disminución
en los valores de las commodities. Agregó que la política fiscal no tiene capacidad en el panorama actual
para impulsar las economías.
El documento de avance del Fondo Monetario Internacional resaltó la caída del precio de las materias
primas, en particular de metales y energía, a partir de 2011. “Las economías exportadoras de materias
primas se encuentran en una coyuntura difícil. Los precios mundiales de los commodities han
disminuido marcadamente en los últimos tres años, y la tasa de crecimiento económico se ha
desacelerado considerablemente entre economías de mercados emergentes que le venden al mundo
estos productos”, señaló el organismo. Mencionó que la depresión en los valores no responde a
elementos de corto plazo, sino que es una baja que perdurará en los próximos años, para afectar el nivel
de expansión potencial de las economías en desarrollo.
“La desaceleración (del mercado interno en los países emergentes) no es un mero fenómeno cíclico;
tiene también un componente estructural. La inversión, y por consiguiente el producto potencial,
tienden a crecer a un ritmo más lento en los países exportadores durante las caídas de precios de las
materias primas”, precisaron los técnicos de la entidad.
119
Tras el adelanto del Panorama Económico Mundial, Christine Lagarde, directora del Fondo Monetario
Internacional, afirmó que los cálculos publicados en meses anteriores respecto de un crecimiento global
de 3,8 por ciento para 2016 ya no son realistas. Indicó que en octubre, con el lanzamiento del
documento final, la cifra se reducirá a alrededor del 3 por ciento, lo que deja en evidencia las
distorsiones que enfrenta el mundo para recuperarse del estallido de la crisis financiera global en 2008.
Las dificultades que se observan en países emergentes también continúan en las economías
desarrolladas. En la Zona Euro no se ha revertido la situación de fuertes desempleo y estancamiento de
los mercados internos, en tanto que Estados Unidos, pese a los anuncios de recuperación, no logrará un
crecimiento muy superior al 2 por ciento.
Las propuestas del organismo internacional de crédito para las economías en desarrollo, para enfrentar
el impacto, avanzaron en el sentido de aplicar paquetes de ajuste y devaluación, afirmando que la
depreciación cambiaria es un instrumento útil para incrementar la exportación al mundo. La entidad, a
partir de un estudio empírico donde se tomaron en cuenta grandes correcciones del tipo de cambio
como la de Argentina en 2002, precisó que una devaluación del 10 por ciento implica un alza de las
exportaciones equivalente al 1,5 por ciento del PBI. La propuesta del FMI de devaluar para incrementar
los despachos, una medida que genera indefectiblemente una transferencia de ingreso de los
trabajadores hacia los grupos exportadores y bancos, es defendida en el país por dirigentes de la
oposición, que la consideran una solución al problema de escasez de divisas en el mercado interno.
¿PROVOCA OCCIDENTE LA INMIGRACIÓN DE LOS AFRICANOS? (I PARTE)
http://www.rebelion.org/noticia.php?id=203808
Rosa Moro
Rebelión
La egocéntrica Europa impuso durante siglos en la educación de todo el mundo un
mapa mundi en el que Europa estaba artificialmente agrandada y África
empequeñecida, hasta que Arno Peters, un cartógrafo alemán, puso en evidencia
esta deformación de la “grandeza” europea y propuso un mapa más acorde con el
tamaño real de cada continente. Europa, sus ciudadanos educados con el mapa de la
falsa grandeza europea e informados en los medios que dan una imagen
estereotipada y negativa del continente africano, tiene la apesadumbrada sensación
de ser responsable de salvaguardar el bien en el mundo, de desarrollar a los
africanos, porque ellos solos no son capaces de hacerlo. Sin embargo, la realidad es
bien distinta.
120
121
Contrario a lo que se pueda creer en Europa, la emigración de África, con más de
1.100 millones de habitantes, se produce dentro del continente, no hacia Europa,
aunque
cada
vez
se
tiende
más
a
salir
del
continente.
El África subsahariana cuenta con movimientos masivos de migración. Se calcula que
hay más de 40 millones de migrantes dentro del continente. Costa de Marfil, por
ejemplo, normalmente recibe cuatro veces más inmigrantes que Francia, de los
países vecinos, en busca de trabajo. Sudáfrica, Nigeria, Angola, Libia (hasta la
agresión de la OTAN en 2011), estos países son focos de atracción de migración de
los países vecinos y lejos de considerarse un problema, tradicionalmente se ha
considerado una señal de economía boyante. Según un estudio de Bernard Mumpasi
Lututala, investigador de la universidad de Kinshasa, de 2014, el 80% de las
migraciones del África subsahariana ocurre dentro de la sub-región, es decir, ocho
de cada diez exiliados africanos están en un país vecino al suyo, donde tienen muchas
posibilidades de que se hable su mismo idioma y se viva en base a la misma cultura
y organización social. Otros estudios, tal vez anteriores, hablan del 90%.
De los 1.100 millones de africanos, el 70% tiene menos de 30 años (la media de
edad actual es de 20 años, según datos de la CIA 2014). Es natural que la juventud
en edad de trabajar y formar una familia, se desplace a donde tenga oportunidades
para ganarse la vida y mantener a su familia con dignidad. Por eso los países
subsaharianos cada vez miran más hacia Europa. En primer lugar, cuentan con la
población más joven del mundo y Europa, con la más envejecida del mundo. Además,
el África subsahariana tiene renta per cápita media 20 veces menor que la de la Unión
Europea. Y eso que las estadísticas no miden las desigualdades ni las injusticias. Por
ejemplo, la renta per cápita de Guinea Ecuatorial es de 29.000 dólares y la de España
es de 22.772 euros (28.393 dólares), prácticamente igual, sin embargo, no hace falta
explicar que estas cifras no se corresponden con la realidad. Los guineanos no viven
como
los
españoles.
En esa búsqueda de oportunidades, de lo que verdaderamente huyen los jóvenes, no
es solamente de la “renta per cápita media” -calculada con los parámetro europeos20 veces inferior, sino de la cruel realidad que no miden las estadísticas: de la
injusticia, de la desigualdad, de la falta de oportunidades y derechos, algo que el
sistema global, el sistema liberal capitalista, fomenta, normaliza y necesita para
subsistir.
En España, la inmigración africana a pesar de ser minoritaria, es la más mediática
debido a la trágica ruta de las pateras, a las condiciones en las que llegan las y los
jóvenes africanos a las vallas de Ceuta y Melilla; las miles de personas que han
perecido en el mar y el sufrimiento humano que supone la travesía.
España acoge a 4.718.864 de extranjeros según el INE a 1 de enero de 2015, de los
cuales 224.010 son subsaharianos (170.000 en 2011). El África subsahariana
representa el 4,74% (el 4.12 % en 2011) de la inmigración en nuestro país. A pesar
de
esto,
se
tiende
a
pensar
que
son
una
amenaza.
Hay que desmitificar la sensación que quieren dar los medios y los responsables
políticos de “invasión”: desde hace cinco años, el balance de migración es negativo,
es decir, salen más españoles a buscarse la vida al extranjero, que extranjeros vienen
a España. De hecho, contamos como inmigrantes en España a personas que no
desean quedarse aquí, sino que están de paso y se han quedado atrapados en una
maraña
burocrática
sin
salida.
También hay que desmontar la imagen de “pobreza” per se que se nos da de África.
No es cierto que África sea un continente pobre, posee unos recursos muy ricos
minerales, agrícolas, de hidrocarburos, posee bosque tropical y ecuatorial, recursos
pesqueros, biológicos, acuíferos, energéticos y hasta recursos turísticos, es un
continente “empobrecido” por los intereses extranjeros, con la complicidad de las
elites
dirigentes.
Otras
ideas
a
desarmar:
1. Debemos evitar el tratamiento de África como si fuera un solo país. No toda África
es igual. Hay 55 países muy diversos, con niveles de desarrollo muy diversos, con
diferentes gobiernos, con diferentes idiosincrasias. No es lo mismo Mauritania que
Botswana, ni Etiopía que Guinea, ni Sudáfrica o Gabón. Cuando hablamos de
“africanos” debemos ser conscientes de que es incorrecto generalizar.
2. Hay que desmontar la idea de que la gente que vive en la miseria es la que emigra,
cuando en Europa los políticos alegan para recrudecer las leyes de extranjería, que
no pueden hacerse cargo de toda la miseria del mundo. La miseria, la gente que vive
en la verdadera miseria, no puede ni soñar con un proyecto tan complejo como la
emigración y mucho menos a Europa. Es muy difícil eludir eso que se llama la “trampa
de
la
pobreza”.
3. No es lo mismo un migrante que un refugiado. Muchos de los que llamamos
migrantes son refugiados de guerras (provocadas y mantenidas por Europa) y
estamos obligados por la ley a acogerlos. Europa no tiene derecho a arrogarse el
papel de “salvadora” de los refugiados africanos. Por lo general, el 90% de la gente
que huye de las guerras, también se suele quedar en un país cercano al suyo. (Por
ejemplo, el grueso de los refugiados de Siria, a pesar de lo que podamos creer los
europeos, están en los países vecinos como Líbano. De los 10 millones que han huido
122
de la guerra, Europa se rasga las vestiduras por acoger a mucho menos de un millón.)
Insistimos, las causas de la emigración africana se reducen a la falta de
oportunidades y perspectivas en el propio país y Europa sí tiene mucho que ver con
eso,
más
que
con
la
acogida
de
migrantes.
En palabras del escritor keniano Binyavanga Wainaina, la gente joven de muchos
países de África “ya no quiere criar pollos y vivir bajo la custodia colonial”, se ha
cansado de esperar, ya no quiere esperar nada de los colonos, la gente joven tiene
“hambre y deseo de controlar el mundo con sus propias reglas, a su manera”.
Y nosotros agregamos a esto “y siendo africanos y africanas, los desheredados de la
tierra, tiene todo el derecho a hacerlo”. Wainaina añade que los gobernantes que no
quieran comprender esto, viven en otro plano paralelo al de los jóvenes y no podrán
hacer
políticas
acordes
a
la
realidad.
Blog
de
la
autora: http://africaenmente.blogspot.com.es/2015/09/provocaoccidente-la-inmigracion-de-los_25.html
ES "PUTIN EL GRANDE"
Pepe Escobar
http://www.rebelion.org/noticia.php?id=203825
Traducido del inglés para Rebelión por Germán Leyens
Es el drama de suspense geopolítico fundamental de la temporada: ¿Terminará por
decidir el presidente de EE.UU. Barack Obama reunirse con el presidente ruso
Vladimir este viernes o durante la Asamblea General de las Naciones Unidas la
semana próxima en Nueva York?
El elemento de cambio real de Rusia en Siria –no solo la entrega de armas sino la
perspectiva de una verdadera intervención de la Fuerza Aérea Rusa– hizo tambalear
a Washington.
El ministro de Exteriores sirio Walled Muallem puso de manifiesto a RT que la
participación rusa directa en la lucha contra EI/ISIS/ISIL/Daesh y esos “moderados”
(denominación neoconservadora estadounidense) de Jabhat al-Nusra, también
conocida como al-Qaida en Siria, es aún más importante que la entrega de armas.
Washington, mientras tanto, se mantiene enzarzado en un agujero negro geopolítico
en lo que a la estrategia de Putin se refiere. La reacción del Gobierno de Obama
dependerá de cómo se reciba en el mundo el discurso de Putin en la ONU y de cómo
se comporte la frenética diplomacia relacionada con el teatro de guerra sirio.
Es ingenuo interpretar el fortalecimiento militar ruso como una simple muestra de
fuerza, una invitación a los estadounidense a sentarse finalmente y discutir todo,
desde el sudoeste de Asia hasta Ucrania.
123
También es ingenuo interpretar la acción como desesperación de Moscú por algún
tipo de diálogo, cualquier diálogo. No existe ninguna ilusión en el Kremlin. Obama y
Putin intercambiaron unas palabras en Pekín el año pasado y eso es todo; ninguna
visita oficial, ninguna reunión detallada.
Lo que es seguro es que la última jugada de ajedrez de Putin conlleva el potencial de
romper en pedazos la “estrategia” post-Maidan del Gobierno de Obama de aislar a
Rusia. De ahí el predecible temor, la aversión y la paranoia que invaden Washington.
Los antiguos hábitos de la Guerra Fría 2.0 tardan en morir, si mueren. Washington
puede extender el proverbial “apoyo financiero” al Estado fallido en bancarrota de
Ucrania y permanecerá la presión sobre la UE para mantener las sanciones durante
todo 2016. El “Mundo de los think tanks sigue perorando frenéticamente que el
Gobierno de Obama “no está listo” para llegar a un trato con Rusia.
Bueno, por lo menos la Casa Blanca y el Departamento de Estado parecen haber
terminado por comprender que esos Sukhois y misiles tierra-aire que ahora están en
Siria, se encuentran allí para proteger la base aérea Latakia. El Pentágono tuvo que
explicar a un desorientado John Kerry, son para “protección de fuerza”.
El nuevo envío incluye 4 jets de combate de múltiple uso Su-30SM, 12 jets de ataque
terrestre Su-24 y seis posibles helicópteros de ataque Ka-52. Según IHS Jane’s, estos
proveen “una capacidad significativa de atacar a rebeldes opuestos al Gobierno sirio
y de asegurar Latakia, la tierra natal del presidente Bashar al-Asad”.
La aclaración tuvo lugar después de que el jefe supremo del Pentágono Ash Carter y
el ministro de Defensa ruso Sergei Shoigu tuvieran una conversación telefónica de
50 minutos. El hecho de que haya sido su primera conferencia telefónica en más de
un año dice todo lo que se necesita saber sobre la capacidad “diplomática” del
Gobierno de Obama.
Inevitablemente, Kerry tuvo que cambiar el tono. Las armas ya no provocan “serias
preguntas”. Ahora Kerry dice esencialmente que Moscú tiene derecho a fortalecer su
impulso por la paz en Siria y la Casa Blanca ya no fastidia sobre la partida de Asad,
mientras haya una “transición”,
Atención al tablero de ajedrez
Se espera que Putin presente algo sensacional en la ONU. Pensad un momento en
las "marionetas" de la política exterior del Gobierno de Obama, incluyendo la célula
neoconservadora en el Departamento de Estado. Putin, bajo la atención de la opinión
pública global, colocará la derrota total de EI/ISIS/ISIL/Daesh como el tema
geopolítico clave de estos tiempos, comprometerá a Rusia en este sentido y
propondrá que “Occidente” se sume al esfuerzo.
Escenario 1: Washington y sus acólitos de la UE deciden apoyar la acción rusa, o
por lo menos hacer que la coalición dirigida por EE.UU. de sórdidos oportunistas
trabajen codo con codo con Rusia e Irán. Esto significa ayudar a Damasco a ganar
una verdadera guerra contra el terror (del “Califato”). “Asad debe irse” puede incluso
suceder posteriormente. Pero se irá como vencedor. El Gobierno de Obama –así como
Erdogan, Catar y la Casa de Saud– serán considerados responsables en todo el
mundo de prolongar una tragedia que podría haberse resuelto en 2012. Y se
reconocerá a Rusia como la máxima defensora de la civilización contra la barbarie.
Escenario 2 : Washington y sus acólitos de la UE se niegan a actuar codo con codo
con Rusia y siguen basándose en el desastroso desempeño de la coalición de los
124
sórdidos oportunistas, por ejemplo, como en los bombardeos de los kurdos y no del
EI por Erdogan y los franceses realizando insignificantes ataques aéreos invocando
la “autodefensa” (no lo estoy inventando, es la versión oficial del Palacio del Elíseo).
Todo el mundo lo interpretará como lo que es: el combo OTAN-CCG no está realmente
interesado en destruir a los salafi-yihadistas. Imaginad el catastrófico efecto
diplomático/geopolítico de cinco años de apoyo de OTAN-CCG a yihadistas de la línea
dura.
Y por supuesto existe la coda: si el empuje del Ejército Árabe Sirio y de los militares
rusos contra el EI tiene éxito, adivinad quién se llevará el mérito.
Por lo tanto Putin gana en ambos escenarios. Olvidad la despiadada demonización,
los memes sobre el nuevo Hitler-Stalin. “Putin el Grande” no será nada menos que
el Perseo eslavo, el exterminador de la Medusa yihadista.
Vuelve la gran potencia
Pero hay mucho más. Sea cual sea el escenario, 1 o 2, Putin simultáneamente planea
una jugada final respecto a Ucrania, que involucra el fin de sanciones, probablemente
en 2017. Las naciones que realmente cuentan en la UE quieren eliminarlas. Y lo harán
si Putin hace lo que ellos no pueden hacer, destruir el “Califato” que está enviando
oleadas de refugiados hacia la Fortaleza Europa.
Aquí deduje que cualquier paz posible en Siria se deberá a Putin. Ahora imaginad las
consecuencias. Rusia de vuelta como la verdadera nación indispensable en Oriente
Próximo y más allá. Y Rusia de vuelta como gran potencia, punto y aparte.
Algunos signos de vida inteligente en la UE lo anticipan. Aparece Helene Carrère
d’Encausse, historiadora experta en Rusia y miembro de la venerable Académie
Française desde 1990, de la cual es secretaria perpetua. Madame d’Encausse
entiende claramente que Putin se ve heredero de Pedro el Grande, un gran
modernizador.
E incluso mientras reconoce que Europa ya no es el centro del mundo. Putin no es
un adversario de Europa. No obstante cree firmemente que para los estadounidenses
y los europeos Rusia es un país al que se puede tratar con desdén. Es imperativo
revertir esa situación.
El proyecto de "Putin el Grande" es hacer que Rusia recupere su status de gran
potencia. Cuando fue elegido a la presidencia en el año 2000 –lo recuerdo bien,
estuve en Moscú cubriendo el evento– Rusia se encontraba en un caos total,
perpetrado por el neoliberalismo desbocado. Putin devolvió a Rusia a su estado
anterior.
Lo que quiere sobre todo –contrariamente a las estupideces superficiales que reinan
en el mundo de los THINK-TANKS de EE.UU.– no es rehacer el imperio ruso o
soviético, sino liberarse para siempre de la humillación de los años 90 –la década de
los saqueos– y devolver su orgullo a la nación. Basta con ver su nivel de popularidad:
el 85 % de los rusos –y siguen aumentando– están de acuerdo.
Este artículo apareció primero en RT.
Pepe Escobar es el corresponsal itinerante de Asia Times/Hong Kong, y
analista para RT y TomDispatch .
125
Fuente: http://www.counterpunch.org/2015/09/25/live-from-new-yorkits-putin-the-great/
ENTREVISTA A ALFREDO RADA VÉLEZ, VICEMINISTRO DE COORDINACIÓN CON LOS
MOVIMIENTOS SOCIALES Y SOCIEDAD CIVIL
“Sin movimientos sociales no hay proceso de
cambio”
http://www.rebelion.org/noticia.php?id=203822
Rider Mollinedo
La Época
Cuando el presidente Evo Morales concluya su presente mandato, el 22 de enero de
2020, habrá sido el hombre que más años ha gobernado Bolivia de forma continua.
Este hecho no es de ninguna manera irrelevante o fortuito. Evidencia el liderazgo
histórico de una persona que, con virtudes y errores, concentra las esperanzas de un
mejor mañana para inmensas mayorías que habitan el territorio patrio en el momento
presente.
El jueves 17 de septiembre de 2015 los representantes de diversas organizaciones
sociales aglutinadas en torno a la Coordinadora Nacional por el Cambio (CONALCAM),
tras una multitudinaria marcha, entregaron a los representantes de la Asamblea
Legislativa Plurinacional de Bolivia un proyecto para la reforma de la Constitución
Política del Estado, con el objetivo de conseguir la habilitación para una nueva
repostulación tanto del primer mandatario del país como del segundo, Álvaro García
Linera, en las elecciones nacionales de 2019, para que así completen lo que se ha
venido a denominar la Agenda Patriótica en pos del desarrollo nacional. El
semanario La Época le preguntó sobre éste y otros importantes temas a Alfredo
Rada, viceministro de Coordinación con los Movimientos Sociales y Sociedad Civil,
innegable defensor del proceso de cambio.
Rider Mollinedo (RM).- A manera de preámbulo, ¿cuánto ha cambiado Bolivia
en los últimos 10 años con relación a las décadas anteriores?
Alfredo Rada (AR).- El proceso constituyente encabezado por los movimientos
sociales indígenas, obreros y populares, cambió al Estado boliviano, que pasó de la
vieja forma republicana monocultural y centralista a uno plurinacional, comunitario y
con autonomías. Cabe aclarar que es un nuevo Estado Plurinacional que se está
construyendo de manera dificultosa, desde los cimientos fijados por la última
Asamblea Constituyente.
También la economía fue transformada por el proceso de nacionalización de varios
sectores estratégicos. La nacionalización de los hidrocarburos del año 2006 generó
un enorme flujo de ingresos para el país, resultado de la retención del excedente
económico originado en este sector. El Estado, por la vía de nacionalizaciones del
capital transnacional, estatizaciones del capital privado nacional y la apertura de
nuevas empresas públicas productivas, se ha fortalecido y hoy controla el 35% del
producto interno bruto del país. Así hemos dejado atrás el modelo neoliberal en el
126
que, como sabemos, cuanto menos Estado mejor para los capitalistas; hemos pasado
a un modelo con decisiva presencia reguladora y redistributiva estatal, aunque
todavía dentro del sistema capitalista.
Creo que aquí radican las tareas, en lo económico, que deben llevarnos a la
profundización de este proceso: seguir fortaleciendo al Estado con nuevas
nacionalizaciones, al mismo tiempo que potenciamos al sector social y comunitario
de la economía transfiriendo hacia él una parte del excedente recuperado. Ésta será
la vía para salir del capitalismo y comenzar la construcción de un nuevo socialismo
comunitario y el Vivir Bien.
En cuanto al proceso democrático, estamos pasando de un régimen formal y
representativo, hacia uno democrático participativo en el que con la acción unitaria
de los movimientos sociales podría construirse un nuevo tipo de poder, el poder social
comunitario.
RM.- ¿Cuánto ha valido la lucha emprendida por los movimientos sociales
esta última década?
AR.- Le respondo con una frase: sin movimientos sociales no hay proceso de cambio,
esto lo explico en dos sentidos: el primero, es que fue su lucha organizada que
derrotó al neoliberalismo y abrió este proceso; el segundo, es que en el momento en
que los movimientos sociales se replieguen, se burocraticen, se corrompan o se
fracturen, este proceso de cambio llegará al punto de estancamiento y de reversión.
No faltaron algunos intelectuales que apoyaron al proceso por algún tiempo y después
se declararon disidentes, que pensaron que luego del gasolinazo del 2010 o del
conflicto por el TIPNIS del año 2011 habíamos llegado a ese punto de inflexión y se
apresuraron en pronunciar el epitafio del proceso de cambio. Hoy los vemos al lado
de la derecha o, a los más honestos, marginados totalmente de la acción de masas.
RM.- ¿Cuáles son las falencias que tienen las organizaciones que acompañan
el proceso de cambio?
AR.- Entre las falencias cabe destacar que por varios años las organizaciones sociales
descuidaron el debate ideológico y la iniciativa política. He visto que recién, luego del
reencuentro entre la Central Obrera Boliviana (COB) y el Gobierno, de noviembre de
2013, y particularmente, desde la Cumbre Antiimperialista realizada en Cochabamba
en junio de 2014, volvieron los debates estratégicos al interior de las organizaciones,
en especial las obreras.
La corrupción y lo que denomino el proceso de envilecimiento interno son también
males que han dañado a algunas organizaciones, y esto lo podemos ver con el
vergonzoso caso del Fondo Indígena, cuyo correlato nefasto es el hecho de que las
organizaciones campesinas e indígenas que conformaron el Pacto de Unidad el año
2004 se debilitaron y han perdido autoridad política ante el resto de la sociedad.
Recuperarla tomará años y exigirá una purga dirigencial en el que la posta la tomen
las dirigencias jóvenes que no se contaminaron con los malos manejos.
RM.- Hasta la fecha, ¿qué rol ha jugado el presidente Evo Morales, como líder
histórico de los movimientos sociales, en la construcción del Estado
Plurinacional?
AR.- Evo es un referente de unidad de las fuerzas populares, indígenas y obreras. Su
gran mérito consiste en haberse mantenido fiel a los principios antiimperialistas,
anticolonialistas y anticapitalistas.
127
Evo nunca pronunció algún discurso en el que alabe el “modelo capitalista cruceño”
o hable del “capitalismo andino”; nunca le escuchamos plantear un “tercer sistema”
como, por ejemplo, hace hoy el nuevo Gobernador del departamento de La Paz, Félix
Patzi, para posicionarse como el representante de la nueva burguesía aymara. Creo
que esa coherencia de Evo explica que los movimientos sociales en el seno de la
CONALCAM le sigan respaldando como el liderazgo revolucionario y busquen su
reelección.
La multitudinaria marcha (jueves 17 de septiembre) con que CONALCAM hizo entrega
a la Asamblea Legislativa Plurinacional de su propuesta de modificar la Constitución
para tal efecto reeleccionario, realizando un referéndum para que el pueblo soberano
decida en las urnas, fue una nueva expresión de la democracia participativa, de la
acción de masas que irrumpe en la sede de los poderes públicos, en este caso
llenando el edificio de la Vicepresidencia del Estado, para sellar unitariamente su
voluntad de impedir cualquier posibilidad de retorno de la derecha.
RM.- Ud. considera que la CONALCAM es el gabinete de los movimientos
sociales. ¿cuál la importancia de esta organización en el momento actual?
AR.- Para entender esto es necesario recapitular la todavía corta historia de
CONALCAM.
Nace el 2007 para defender la Asamblea Constituyente que estaba amenazada por
ese contrarrevolucionario grupo de prefectos y dirigentes cívicos de la denominada
“Media Luna” que se agruparon en el Consejo Nacional de Defensa de la Democracia
(CONALDE), un nombre por demás irónico para ese grupo de separatistas que en
septiembre de 2008 intentaron derrocar a Evo con un golpe cívico-regional.
Derrotado ese intento golpista, CONALCAM inmediatamente realiza la marcha desde
Caracollo (Oruro) hasta La Paz, en octubre de 2008, exigiendo la convocatoria al
referéndum para aprobar la nueva Constitución Política del Estado. Estoy seguro que
aquella movilización indígena-obrera-popular fue la más grande de nuestra historia.
Luego vino el reflujo. Las masas se desmovilizan y el gobierno comete el error de
lanzar el “gasolinazo” que motivó la salida de la Central Obrera Boliviana de la
CONALCAM el año 2011. La Coordinadora prácticamente deja de existir en los
siguientes dos años pero recupera fuerzas con la decisión de la COB de volver a
apoyar el proceso de cambio, para profundizarlo en base a la aplicación de medidas
revolucionarias.
Hoy CONALCAM reúne a tres fuerzas sociales: 1) La de los sindicatos obreros
estructurados en la COB, que es la que más influencia política tiene en la actualidad,
donde resaltan los trabajadores mineros y metalurgistas, los petroleros, los fabriles,
los constructores y los obreros del sector de energía; 2) La del Pacto de Unidad
indígena campesino originario, que tiene la mayor presencia territorial y el mayor
número de afiliados, pero que ha sido golpeado en el último tiempo por las denuncias
de corrupción; 3) La de los sectores populares no sindicalizados, donde están las
Juntas Vecinales urbanas, las Juntas de Padres y Madres de Familia de Colegios
(también se denominan Juntas Escolares), los transportistas, los cooperativistas y
los microempresarios.
Como se puede apreciar, CONALCAM es una expresión orgánica de lo que hemos
denominado el Bloque Social Revolucionario. De ahí su importancia estratégica para
el proceso boliviano.
128
En CONALCAM no está presente, ni debe estarlo en el futuro, ningún sector de la
burguesía; ni siquiera de los cooperativistas mineros (tan cuestionados en el último
tiempo) que son más de cien mil afiliados. No puede decirse que todos ellos son
empresarios capitalistas ya que de esa cantidad la gran mayoría son trabajadores
directos, a los que podríamos denominar proletariado no sindicalizado.
Evo ha mantenido incólume el principio de gestionar el Estado desde un Gobierno de
los movimientos sociales. Fue en virtud de ello que me animé a calificar a la
CONALCAM como un verdadero “gabinete de los movimientos sociales” que, en
cuanto al debate ideológico, estratégico y político, está por delante del gabinete
ministerial sobre el que recaen las tareas de una buena gestión gubernamental.
Justamente una iniciativa estratégica de la Coordinadora ha sido plantear la
necesidad de una reforma parcial de nuestra Constitución que permita la reelección
del compañero Evo con un horizonte de tiempo hacia el 2025 (año del bicentenario
de Bolivia), para lo que se debe realizar un referéndum en que el pueblo decida.
RM.- En días pasados, Samuel Doria Medina ha atacado la iniciativa de
modificación de la CPE hecha por la CONALCAM, ¿qué busca el líder de la
fuerza opositora Unidad Nacional con esta actitud?
AR.- Doria Medina es la prueba de que no basta tener dinero para ser líder. Lo que
le sobra en plata, le falta en términos de intuición y cálculo político. Antepone su
ambición personal a cualquier proyecto alternativo de la oposición de derecha. Su
último error ha sido jugar sus cartas apostando al descalabro económico que según
él vendrá el año 2016. Ha dicho, “se viene la debacle económica”, como si eso, de
ser cierto, sólo afectara al Gobierno; no se da cuenta que un escenario como el que
anhela afectará al pueblo y que al ciudadano de a pie no le gustan los malos augurios.
Las fuerzas de la derecha en Bolivia saben que para derrotar al gobierno de Evo
primero deben derrotar a los movimientos sociales. La enorme campaña de
desprestigio que han lanzado utilizando a varios medios de comunicación busca
desmoralizar y debilitar al pueblo, pero el pueblo me parece que va a responder al
llamado de CONALCAM que implícitamente le está diciendo: “movilicemos de manera
unitaria todas nuestras fuerzas para derrotar democráticamente a la derecha en el
próximo referéndum y así garantizar la continuidad y la profundización de este
proceso de cambio”.
Sostengo que la derecha no se preparó para el escenario político que se viene. La
iniciativa de los movimientos sociales la agarró desprevenida. Por eso es que
improvisan argumentos en contra del referéndum: que vamos hacia una monarquía,
que el autoritarismo, que el fraude, que la alternancia. Ninguno de sus argumentos
resiste un debate político serio. ¿Cómo pueden hablar de monarquía o de
autoritarismo cuando se está proponiendo realizar un acto tan democrático como es
un referéndum?, ¿cómo pueden hablar de alternancia cuando no tienen ni proyecto
político alterno, ni líder alterno, ni modelo económico alterno?
RM.- Algunos analistas sugieren que los resultados del referendo para la
aprobación de estatutos autonómicos y cartas orgánicas en gran parte del
territorio nacional este 20 de septiembre serán un indicio para establecer el
grado de aceptación de la figura política que representa Evo Morales, ¿qué
visión tiene respecto a este tema?
AR.- La derecha, de manera titubeante, está tratando de convertir la consulta sobre
los Estatutos Autonómicos en una especie de plebiscito contra Evo. Para esto ya los
129
hemos visto juntarse a Patzi, Costas, Revilla, Doria Medina. Todos ellos, obedeciendo
a la consigna por el “no”, que desde Miami lanzó Manfred Reyes Villa. Dudo que
tengan éxito pues recordemos que en las elecciones judiciales del año 2011 también
intentaron este camino con la consigna “mayoría manda”, pensando que así
acumulaban capital político, pero fracasaron tres años después, en las elecciones
generales de octubre del 2014, cuando Evo volvió a ganar de manera contundente,
con más del 61% de los votos.
La consulta autonómica de este domingo 20 tiene que ver con la aplicación práctica
del régimen de autonomías en Bolivia. Se equivoca el que quiera convertirla en otra
cosa que no sea eso. Se equivocan los opositores y se equivoca también el Comité
Cívico de Potosí (COMCIPO) que en realidad lo que está pretendiendo es encontrar
una válvula de escape a la presión interna en la propia ciudad de Potosí, cuyos
pobladores se preguntan cada vez con mayor insistencia, ¿qué ganamos con el paro
cívico de 23 días?
Volviendo a hablar de CONALCAM, creo que es muy auspicioso, para quienes estamos
trabajando para construir el cambio revolucionario hacia el socialismo comunitario,
que esa Coordinadora se fortalezca gracias a la iniciativa democrática que ha tomado.
Si actuamos juntos el Gobierno y los movimientos sociales se vienen más victorias.
LA HISTORICIDAD DEL “CICLO PROGRESISTA” ACTUAL. SUS NUDOS PROBLEMÁTICOS (II)
http://www.rebelion.org/noticia.php?id=203845
Primera parte, ver en http://www.humanidadenred.org.ve/?p=951
Roger Landa
Rebelión
¿Cómo se relacionan los procesos políticos de América Latina y el Caribe con los
mecanismos de acumulación global, la dinámica de poder internacional y las
resistencias populares ante la exclusión capitalista? Comprender esta historicidad es,
considero, el núcleo en torno a la cual gira buena parte de la discusión actual [1], y
que nos debería ocupar en un tiempo prolongado.
¿La dinámica internacional actual?
La caída de la URSS no sólo produjo un vacío geopolítico para la izquierda a nivel
internacional a causa del ascenso hegemónico de Estados Unidos, sino también
teórico, al no encontrarse categorías adecuadas que permitiesen explicar la dinámica
del sistema internacional, en primer momento, con la consolidación del
neoliberalismo a nivel planetario y el establecimiento del mundo unipolar, y luego,
con el surgimiento en los primeros lustros del siglo XXI de nuevas potencias de
alcance global, como China y Rusia, y de alcance regional, como Israel, Irán, o Brasil,
entre otras, así como de diversos procesos de regionalización. Todo ello aparejado
del auge de las luchas anti-neoliberales, que cobraron fuerza en América Latina y el
Caribe ¿Cómo entender este reajuste global? ¿Qué categorías utilizar para
comprender la complejidad internacional actual? Considero que de este punto
dependen en buena medida los análisis que se realizan sobre los actuales procesos
políticos que se adelantan en América Latina y el Caribe, tanto los llamados de
izquierda y centro izquierda, como los conservadores (recordemos que la compresión
de unos no está aislada de la compresión de los otros).
130
Algo que “se cae de la mata” como diría alguna compañera cubana, es el hecho
irrefutable de que nos encontramos inmersos en el sistema capitalista y que este,
pese a la tan analizada y mentada crisis, está lejos de estar en su ocaso como sistema
de mediación del metabolismo social mundializado. Deslocalizar la crisis actual del
capitalismo, descuidando que se trata de una crisis particular, con características
definidas, pero particular al fin, hace pensar que el capitalismo puede estar en crisis
permanente pero sin acabarse. Desde Marx sabemos que las crisis capitalistas
responden a la contradicción que se genera entre la producción/extracción de
plusvalor y su realización; sin embargo, a veces se olvida que dicha contradicción,
que tiene claras expresiones económicas cuando se llega a un límite en los procesos
de subordinación real y formal, es permanente a nivel político, es decir, que las
fuerzas en pugna están en una confrontación sostenida que se expresa en diversos
conflictos, de mayor o menor intensidad, entre los diversos sujetos que conforman
la red de relaciones del sistema. La tematización de estos conflictos y su comprensión
totalizante es lo que conlleva a las diversas caracterizaciones de la geopolítica
mundial. Hay dos posiciones que quiero mencionar.
La primera postula que asistimos a un equilibrio de poder en el sistema internacional.
Esta tesis se sostiene, por un lado, sobre la compresión de las potencias como actores
nacionales fundamentales, es decir, aquellos que tienen un rango de acción global.
Entre estos, en la actualidad, encontraríamos a EEUU (con su tradicional apéndice
europeo), a China (motor económico mundial) y Rusia (actor geoestratégico de
primera línea). Por el otro lado, esta tesis postula, en base a una amplia constatación
empírica, que las potencias en la actualidad no van a entrar en confrontaciones
bélicas directas, sino que están negociando, y que este proceso de negociación
supone el establecimiento de un equilibrio de fuerzas entre dichas potencias.
La segunda tesis asume que estamos en tránsito hacia, o inmersos de hecho en,
un mundo multipolar y pluricéntrico. Esta tesis es fundamentada en base a la
constatación empírica del surgimiento de diversos actores no-tradicionales desde la
periferia y semi-periferia, los cuales, mediante procesos de fortalecimiento
económico y político en conjunción con engranajes subregionales, estarían
configurando nuevos polos de poder relativo frente al imperialismo de la tríada
dirigido por Estados Unidos. En contraste, se apreciaría una pérdida de hegemoníapor
parte de Estados Unidos, cuya decadencia económica, política y cultural,
representarían el fin de su período unipolar. Esto configura una geopolítica
de múltiples centros de poder.
¿Podemos hablar de multipolaridad o de equilibrio? ¿Dónde queda la crisis del
sistema? ¿Qué otra caracterización podemos hacer? ¿Está realmente Estados Unidos
perdiendo su hegemonía? ¿Están las potencias negociando? ¿Qué hay de los
movimientos llamados anti-sistémicos dentro de estas caracterizaciones? ¿Podemos
seguir hablando de lucha de clases? ¿Qué hay de las teorías sobre el imperialismo,
existe el imperialismo dentro del equilibrio o dentro de la multipolaridad? ¿Cómo se
expresa? Las preguntas se amontonan, y en honor a la sinceridad intelectual, ninguna
de las tesis enunciadas da cuenta de la totalidad de los problemas en la proyección
geohistórica adecuada.
La tesis del equilibrio plantea acertadamente que las grandes potencias están en
proceso de negociación y que, más allá de la retórica “agresiva” en coyunturas
específicas, estamos lejos de una confrontación bélica abierta y directa entre las
grandes potencias. Sin embargo, esta tesis no explica el porqué de dicha
negociación, más allá de la fenomenología de la diplomacia y las relaciones
internacionales. Asimismo, reduce el equilibrio del sistema al centro del mismo,
obviando la permanente desestabilización de la periferia y semi-periferia, que se
hallan en desequilibrio sostenido (pensemos en medio oriente o Ucrania, por
ejemplo). Por su parte, la tesis del multipolarismo no explica ni define de manera
131
uniforme qué es un polo de poder geopolítico, entrando en dicha definición actores
de talla global, como China, de talla regional medio, como Brasil, o subregional como
Israel. ¿Qué elemento o factores definen un polo de poder global? ¿La población y
producción económica (China, India), el control financiero y armamentista (Israel,
Alemania, Estados Unidos), la capacidad de negociación internacional en base a
relaciones estables (Cuba), la ascendencia regional (Brasil), el control de monopolios
internacionales (Tríada), la articulación política continental de Estados-Nación
(UNASUR) el control de zonas geoestratégicas (Rusia)? En definitiva, el ejercicio
del poder puede tomar las expresiones más inesperadas en los momentos históricos
menos previstos. Ambas tesis relegan el poder que de hecho tienen y ejercen los
procesos de organización de las clases populares trabajadoras, asentando como
sujeto geopolítico preferente a los Estado-Nación. Igualmente, confunden los
problemas económicos de Estados Unidos y su expresión fenomenológica (déficit
fiscal y comercial, etc.) con pérdida de hegemonía y a veces con declive del sistema
capitalista, descuidando el hecho de que Estados Unidos no es el centro del sistema
por estos factores, sino por el dominio y control (subordinación real y formal) que su
metabolismo capitalista ejerce sobre el metabolismo de los demás capitales; aquellos
factores serían la expresión fenoménica de dicha relación sustancial.
Fetichismo geopolítico mundial
Desde la -mal llamada- II Guerra Mundial, cuando se destruyó el centro geohistórico
del sistema, las grandes potencias “aprendieron” que otra destrucción del centro
capitalista era insostenible para el mismo sistema, a menos que existiese un nuevo
centro que tuviera la capacidad de subordinar y controlar el metabolismo social
mundial. En ese sentido, a partir de dicho período se consolida en el sistema
internacional la tendencia de estabilidad relativa en el centro en base a
la desestabilización permanente en la periferia y semi-periferia. Iniciando con fuertes
tensiones entre la URSS y Estados Unidos proclives a la agresión directa, rápidamente
el llamado “mundo bipolar” se vuelca hacia conflictos en las áreas geoculturales de
influencia (prácticamente todos los conflictos se realizan al margen de los territorios
de estas dos potencias). Este proceso se afianza hacia la primera crisis mundial del
capitalismo (década de los setenta) y, progresivamente, con la instauración
hegemónica del neoliberalismo llega a ser una tendencia general del sistema. Con
ello, la periferia se convertía no sólo en el apéndice económico para la acumulación
(como ocurría desde la expansión capitalista moderno colonial), sino también en la
geografía base para la gobernabilidad global y la estabilización del sistema en el
centro. Así, la hegemonía de Estados Unidos en el “mundo unipolar”, no hace sino
consolidar una tendencia del siglo XX en el que se perfilaba su desarrollo
como potencia hegemónica del sistema capitalista[2].
Si bien es cierto que desde su inicio el capitalismo dominó y destruyó a las regiones
geoculturales de la periferia pre-moderna, ingresándola en el sistema como procesos
civilizatorios dependientes, es sólo con la instauración mundial del capitalismo a
finales del siglo XX (instauración definitiva de la propiedad privada y producción
mercantil en toda la geografía) en su expresión neoliberal realmente existente, y la
subordinación de la totalidad del metabolismo social mundial (control de los procesos
de reproducción de la vida), que se consolida el capitalismo como sistema
que domina la totalidad de las mediaciones de la vida de la humanidad, controlando
no sólo el proceso de trabajo y su “ejercito” de reserva, sino también elproceso de
consumo, así como la totalidad de las dimensiones prácticas de la vida en el planeta
(la producción, organización y control de los valores de uso); uno de los últimos y
más aberrantes ejemplos es la mercantilización de los mismos genes de la vida a
través de la ingeniería genética.
El surgimiento de nuevas potencias económicas se produjo a partir de la conjunción
de, por un lado, la deslocalización de esquemas fabriles hacia la periferia y semi-
132
periferia, y del otro, el establecimiento de procesos políticos autónomos dentro de
diversos Estados-Nación del Sur global. Con ello, también se le dio un re-impulso a
la misma acumulación internacional, afectada por la crisis que inicia en el sudeste
asiático en los noventa. La reciente crisis que estalla en 2008 a partir de su detonante
financiero, es vista como una crisis estructural del sistema. Con ello se quiere
significar que no se trata de una crisis más, que afectaría la sobreproducción, sino
una crisis que toca la estructura profunda de funcionamiento del capitalismo; ¿es
esto así? Precisamente, la consolidación de nuevas potencias capitalistas, y los
procesos de articulación de todas las zonas geoculturales ya dominadas en totalidad
por las condiciones de reproducción del capital (propiedad privada, producción
mercantil y división social del trabajo) mediante amplios esquemas de sinergia
económica, ponen en cuestión que se trata de una crisis estructural. Pareciera más
bien, como ha mencionado el filósofo Franz Hinkelammert, que lo que está en crisis
es la exterioridad dominada del sistema, es decir, la vida de la humanidad y la
naturaleza; pareciera que el capitalismo, antes de acabarse como sistema, acabará
primero con las condiciones de existencia de todo el cosmos (¡por qué hasta el
espacio sideral es privatizado!).
Por su parte, las fuerzas internas: mecanismos de producción-apropiación-realización
del valor, y las fuerzas externas: la resistencia/subordinación del trabajo vivo, que
dan movimiento a todo el sistema, estarían entrando, así, en la consolidación de
una dinámica compleja cuya expresión en la actualidad, pudiese estar apuntando a
un fetichismo geopolítico mundial radicalizado, es decir, a la emergencia de una
dinámica de poder mundial radicalmente separada (fetichizada) de las relaciones
conscientes de sus propios creadores, sobreponiéndose sobre la propia voluntad de
los mismos. La periferia geográfica pareciera seguir siendo el espacio cuya
desestabilización permite la estabilidad del sistema en el centro y su gobernabilidad
global; las grandes potencias continúan actuando como vigilantes de los mecanismos
de acumulación, los Estado-Nación como sus garantes; y los procesos de producción
(económica), organización (cultura) y control (política) de los valores de uso en todo
el mundo, están en su totalidad subordinados a la lógica de acumulación del
capital, teniendo como fin e inicio del proceso metabólico la propia subordinación del
consumo de dichos valores de uso. Esto supone la revisión de las categorías con que
pensamos la totalidad de las relaciones del sistema-mundo actual para la compresión
de sus procesos y de los actores que en ellas intervienen con una perspectiva
geohistórica que vaya más allá de la actual coyuntura. Otro nudo que desatar.
¿Vuelve el dilema del desarrollo? Extractivismo, Estado y organización
popular
Existe un viejo y controvertido desacuerdo entre la izquierda (como muchos otros)
sobre la economía política de la transición. Se trata de las relaciones que deben
establecerse con el capital privado en la etapa de transición, el papel del Estado, así
como de la articulación de la política y la cultura con los procesos económicos de
dicho período. Para unos es indispensable la presencia del capital privado en este
período, especialmente en forma de inversión directa, como elemento necesario que
permitiría aumentar el desarrollo de fuerzas productivas y alcanzar niveles materiales
de vida más óptimos, para avanzar, desde allí, a una transformación más radical de
los procesos de producción y apropiación de la riqueza así producida. Para algunos,
es necesario una radicalidad que elimine de lleno todo capital privado y avance en
una estatización de todos los sectores económicos mediante su planificación
centralizada, reduciendo al mínimo el funcionamiento de la ley del valor. Otros
plantean la necesidad de crear mecanismos de organización “desde abajo” y sin
relación con el Estado, que posibiliten el establecimiento de procesos autónomos nocapitalistas bajo esquemas de cooperación comunitarios.
133
La historia da muestras de la instrumentalización de estas diversas posturas, nunca
en su forma “pura”, sino plagada de contradicciones (¡y cómo habría de ser!). La NEP
instaurada por Lenin y continuada por Stalin hasta su desvirtuación burocrática, para
muchos, significó el reconocimiento de que la ley del valor, y su personificación en
capital privado para la producción-consumo mercantil, seguía funcionando en la
etapa de transición, pero ahora bajo el control del Estado, que no la elimina, pero la
restringe y administra bajo la planificación centralizada. Ya conocemos el desastre
que significó la apertura masiva iniciada por Kruchev y la instauración de un
“socialismo de mercado” que siguió como respuesta a la burocratización anterior. Por
su parte, en Yugoslavia se instauró en los esquemas fabriles mecanismos que
buscaban un cooperativismo entre los trabajadores mediante la planificación
descentralizada y la apropiación de la producción con autonomía del Estado; ello
degeneró, más que en una socialización de los medios de producción, en una
conversión de las cooperativas en pequeñas gestoras privadas desarticuladas entre
sí. En América Latina y el Caribe, los Estados populistas buscaron un desarrollo
autónomo basado en un “pacto” entre clases que permitiese la industrialización y
modernización económica desde un proyecto nacional propio; con sus diferencias y
bemoles, este proceso tuvo apenas resultados en Brasil, Argentina y México, pero
implico una articulación más estrecha de estos países con los centros de acumulación
de capital, con la consecuente opresión de las clases trabajadoras.
Detrás de estos ejemplos históricos se encuentra la disyuntiva sobre la posibilidad de
que los países periféricos puedan o no desarrollarse a la manera de las economías
modernas del centro. En el siglo XX, la invención del mito del desarrollo sirvió como
palanca ideológica para “utilizar” los intereses clases dominantes (una
occidentalización de las élites) de los países del Tercer Mundo mostrándoles que había
un camino predeterminado y lineal para alcanzar los estándares de vida y consumo
impuesto por los países del centro. Esto generó una amplia discusión sobre si se
podía o no se podía salir de la dependencia mediante el desarrollo.
En la actualidad dicha discusión cobra nuevos bríos con la instauración de los actuales
gobiernos “progresistas” (aprovechemos el término no exento de ambigüedad) que
iniciaron un proceso de redistribución social de la rentas percibidas que fue
posibilitado, en un primer momento, por el alza de los precios de las materias primas.
Esto ha permitido que grandes masas de la población accedan a mejores condiciones
de vida, pero también ha afianzado la lógica extractivista en la región. Con ello se
genera una polarización entre quienes, por un lado, buscan mantener esta
redistribución como mecanismo necesario en la actual etapa, y quienes critican esta
lógica por las consecuencias sociales, ecológicas y económicas que genera. Para
unos, este es un tránsito necesario para consolidar los procesos políticos a nivel de
los Gobiernos y su integración continental; para otros, esta lógica acentúa el
agotamiento de la naturaleza y la desigualdad social, al no trascender las relaciones
moderno-capitalistas en la región. Para aquellos, serían los Estados en articulación
con la base social organizada, la cabeza de dirección de los procesos de
transformación, constituyendo el desarrollo un camino necesario de transitar. Para
estos, son los movimientos sociales y sus procesos de organización autónomos a los
Estados el espacio principal de construcción del horizonte poscapitalista, sin la
necesidad de transitar por el desarrollo, vista su imposibilidad en la periferia
colonizada.
Estas disputas significan una confrontación de visiones entre las concepciones del
Poder, el papel del Estado en los procesos de transformación, la relación de las
organizaciones de base con dicho Estado, y la presencia de las clases hegemónicas y
los procesos privados de producción mercantil.
Considero que estas confrontaciones se asumen desde posturas teóricas incompletas
y desde prácticas políticas fragmentadas. Primero, se debe recordar que los
134
gobiernos de izquierda o centro-izquierda que han accedido electoralmente al
ejercicio del poder desde el Estado, nunca ocupan en totalidad dicho Estado. Es
comprensible que la lógica de los Estados, sumergido en el fetichismo geopolítico
global, imponga y mantenga -directa o indirectamente- relaciones de subordinación
a los mismos gobiernos que sean funcionales a la acumulación global. En este
sentido, la lucha a lo interno de las mismas instituciones es relevante por cuanto la
concentración histórica de poder que poseen los Estados-Nación es fundamental para
poder enfrentar las expresiones más agresivas del capitalismo. Por su parte, tampoco
se puede pretender ver a los “movimientos sociales” como organizaciones monolíticas
que en sí mismas ejercen un poder liberador. El mismo metabolismo capitalista
subordina también las relaciones de estos movimientos, y no siempre sus luchas
particulares avanzan más allá de los límites impuestos por el capital, por más
necesarias y loables que estas reivindicaciones sean. Por lo demás,
la alienación entre Estado (como institucionalización moderna del poder histórico de
una comunidad) y Pueblo (entendido como el conjunto de las clases populares
trabajadoras, asalariadas o no), es impuesta y sostenida por el fetichismo del
metabolismo capitalista; con lo cual, su mantenimiento como premisa práctica, sea
desde el mismo Estado o desde las Organizaciones de Base, es, a todas luces,
funcional al mismo sistema capitalista. Igualmente, la permanencia de las
condiciones de producción mercantil, como la propiedad privada y la inversión
extranjera, imposibilita la construcción de relaciones poscapitalista, puesto que su
presencia afianza la subordinación fetichista a la lógica de acumulación y, bajo ella,
no hay decisión “autónoma” que valga. La limitación formal del sector privado por
parte del Estado no limita la acumulación capitalista y la exclusión/dominación que
le acompaña. Por ello, el proceso de construcción de un mundo poscapitalista va más
allá de las dicotomías con las que se enfrentan los diversos sujetos políticos y la
interpretación que se hacen de las coyunturas actuales, sin ubicarlas en un proceso
geohistórico que vaya más allá de las actuales disputas.
En la última entrega de estas reflexiones espero en base a la breve fundamentación
planteada poder elaborar algunas tesis que buscan continuar la discusión hacia
espacios aún no divisados, pero en modo alguno dar respuesta a problemas que
deben ser enfrentados colectivamente.
Notas:
[1] Véase la primera parte del artículo en: La historicidad del “ciclo progresista”
actual. Sus nudos problemáticos (I) Al debate, a parte de los artículos que menciono
en la primera parte de estas reflexiones, se han sumado: ¿Fin del ciclo o fin de la
hegemonía progresista en América Latina? de Massimo Modonesi; Latinoamérica
emergente: ¿se acaba la esperanza?, de Itzamná Ollantay; Otra vez sobre “el fin del
ciclo progresista”(con una tesis sobre el Papa Francisco)- II y final, de Ángel Guerra
y El fin del ciclo progresista: Una nueva discusión con el mismo telón de fondo, de
Manuel Azuaje Reverón.
[2] Quien ha mostrado la tesis de la historia del siglo XX como historia de la
consolidación de la hegemonía de Estados Unidos ha sido Jorge Veraza Urtuzuástegui.
Su concepto demedida geopolítica del capital , se acerca al que expongo
de fetichismo geopolítico mundial . Véase su libro: El siglo de la hegemonía mundial
de
Estados
Unidos,
disponible
en:http://jorgeveraza.com/obras?field_archivo_display=All&page=1
Fuente: http://www.humanidadenred.org.ve/?p=1063
WASHINGTON BUSCA DESESPERADAMENTE UN ENEMIGO
135
http://www.rebelion.org/noticia.php?id=203786
Vicky Peláez
Sputnik
EE.UU. lleva a cabo una campaña psicológica muy parecida a la
de la famosa “Guerra de las Galaxias” (Strategic Defense
Initiative) lanzada por el presidente Ronald Reagan en los
años 1980 contra la Unión Soviética utilizando una sofisticada
tecnología de engaño.
Nos quejamos del terrorismo, sin embargo es precisamente nuestro imperio es el
más grande terrorista. Nosotros bombardeamos, invadimos, subvertimos
permanentemente
otros
estados.
—
Gore
Vidal,
1925-2012
Desde que la prensa globalizada se dedicó, hace un año, a la discusión sobre el rol
positivo de la guerra en el crecimiento económico, los líderes de Estados Unidos,
tanto demócratas como republicanos han entrado en una vorágine desesperada para
buscar un enemigo y tapar así los problemas económicos, justificar cada día el mayor
endeudamiento del país y el crecimiento del gasto militar tanto abierto como
encubierto junto con el incremento de bases militares norteamericanas en el
extranjero.
A tal extremo ha llegado la situación, que actualmente todos los precandidatos
republicanos a las elecciones presidenciales, incluyendo a Carly Fiorina tomaron la
posición belicista. En el partido demócrata, la precandidata de mayor fuerza, Hillary
Clinton también se identificó con la posición guerrerista. Lo que les faltaba a los
“iluminados” neoconservadores y neoliberales norteamericanos, era encontrar un
enemigo de peso al que la opinión pública ya estuviera preparada para aceptar
después de una larga y sistemática campaña de desinformación y el lavado del
cerebro a la que fue sometida. Cuando las agencias de encuestas afirmaron que un
52 por ciento de los norteamericanos consideran que ya no el Ébola, Corea del Norte,
el Estado Islámico (EIIS), Irán, China, sino Rusia representa el mayor peligro para la
seguridad nacional de EEUU, enseguida fue lanzada la consigna: “Russians are
Coming” (Los rusos están viniendo). Todavía no se sabía bien a dónde “estaban
viniendo los rusos” pues lo de la invasión rusa a Ucrania no convenció mucho a los
habitantes de EEUU y además la opinión pública occidental ya estaba cansada de los
problemas ucranianos. A la vez, Bruselas transfirió miles de millones de euros a
Ucrania, Grecia, España y Portugal, y al igual que Washington lanzó sus propios
programas de Flexibilización Cuantitativa (QE) en las que gastaron en conjunto algo
de cinco millones de millones de dólares para estimular sin un resultado visible sus
propias economías. Habría que inventar algo nuevo respecto, tanto al enemigo como
la zona de su próximo “ataque”, para asegurar el apoyo incondicional de los
136
miembros
de
la
OTAN.
Entonces, The Foreign Policy Magazine, cuyo dueño es el periódico The Washington
Post, lanzó por encargo del Pentágono la idea de una “hipotética potencial de agresión
rusa” contra los países bálticos (Estonia, Lituania, Latvia) lo que, según la periodista
Julia Ioffe, obligó al Departamento de Defensa (DOD) a preparar planes de
contingencia contra Rusia. Según Ioffe, “por primera vez desde el colapso de la URSS
en 1991 el DOD está revisando y actualizando los planes de contingencia para el
conflicto armado con Rusia” en la región báltica. Ioffe afirmó que para EEUU, “Putin
ya no es un socio potencial sino un peligro potencial” lo que está obligando a
Washington a incrementar su presencia militar en la región del Mar Báltico. La
respuesta de los socios de la OTAN no se dejó esperar pues los aviones militares de
Alemania armados para el combate empezaron a patrullar el cielo en esta región.
Lo que está en marcha actualmente es una campaña psicológica muy parecida a la
de la famosa “Guerra de las Galaxias” (Strategic Defense Initiative) lanzada por el
presidente Ronald Reagan en los años 1980 contra la Unión Soviética utilizando una
sofisticada tecnología de engaño. El actual secretario del Departamento de Defensa
Ashton Carter, conocido por su rusofobia ordenó recientemente el despliegue de 250
tanques en los países bálticos lo que en realidad parece más a un acto de presión
sicológica ya que 250 tanques no representan un peligro real en los tiempos de los
misiles. Todo esto está simplemente diseñado para calmar la opinión pública de los
países miembros de la OTAN, asustados constantemente por los medios de
comunicación globalizados al servicios de los halcones belicistas norteamericanos.
El secretario del Departamento de Defensa Ashton Carter se comprometió con los
militares norteamericanos de hacer todo lo posible para aumentar el presupuesto
militar y para eso utiliza todas las técnicas de cabildeo y especialmente la mentira.
El 20 de agosto pasado declaró que Rusia muestra una “conducta antagónica” y
debido a sus armas nucleares representa un peligro para Norteamérica. Todo esto en
su conclusión obliga a EEUU a fortalecer sus fuerzas armadas. El principal think tank
al servicio del Pentágono, Rand Corporation emitió también la conclusión de su
estratega David Ochmanek afirmando que “Rusia tiene la superioridad numérica en
cifras: las tropas rusas son más numerosas respecto a las norteamericanas en
términos 2 a 1 y no seremos capaces en estas condiciones de defender Europa de la
agresión
rusa”.
Resulta que las declaraciones de Vladimir Putin en junio pasado señalando que
“solamente una persona insana puede imaginarse en su sueño que Rusia de repente
atacará a la OTAN”, no significaron nada para los estrategas iluminados
norteamericanos, pues ya tomaron la decisión de antemano de convertir a Rusia en
su enemigo principal contra toda la lógica y basada solamente en los intereses
económicos norteamericanos. Así privaban a la Unión Europea de su antiguo proyecto
de formar una alianza económica y comercial con Rusia teniendo en cuenta su
potencial
de
abundantes
recursos
naturales.
El giro del Pentágono hacia Rusia como el enemigo principal no solamente abarca en
términos geográficos a Ucrania y los países de la OTAN y en principal las naciones
bálticas, sino se expande también al Medio Oriente debido al incremento de la ayuda
rusa a Siria. Debido a la voluntad de Washington este país está desangrándose. Más
137
de 200,000 sirios perdieron la vida, unos 300,000 mil fueron heridos, siete millones
de sus habitantes del total de 23 millones tuvieron que abandonar su país y 11
millones se convirtieron en refugiados internos y todo esto sucedió debido a la
decisión de Washington de balcanizar Siria y sacar del poder a su presidente Bashar
al-Asad
bajo
la
consigna
de
Barack
Obama:
“Asad
debe
irse”.
Jamás le perdonó el gobierno norteamericano al presidente de Siria su rechazo de la
oferta que le hicieron los norteamericanos de ser aliado incondicional del Occidente
y alejarse de los rusos a cambio de la protección estadounidense. Lo curioso fue que
la misma propuesta recibió el líder de Libia Muamar Gadafi que sí la aceptó y desarmó
tontamente su país creyendo ingenuamente en la palabra norteamericana. Lo que le
sucedió ya es de conocimiento público, la destrucción de Libia y el horrible asesinato
de Gadafi debe servir de advertencia a los que creen en la palabra del gobierno
norteamericano.
EEUU insiste: Rusia amenaza su existencia La Unión Soviética fortaleció sus
relaciones con Siria desde los años 1960 igual que con Egipto. El padre de Bashar alAsad, Jafez al-Asad estudió en Rusia en una academia militar y la mayoría de los
oficiales del ejército sirio hasta 1991 recibieron entrenamiento en la URSS. En los
años 1980 los militares soviéticos no permitieron varios intentos de la invasión de
Siria por Israel bajo el auspicio de EEUU Después de la desintegración de la URSS,
Rusia milagrosamente no abandonó sus intereses en Siria y Bashar al-Asad quiso
inclusive que su país ingresara en la Organización de Cooperación de Shanghai
(OCS), lo que irritó aún más a Washington que decidió sacar al-Asad del poder
iniciándose en marzo 2011 la rebelión programada por el Departamento de Estado
norteamericano que sumergió al país en una cruenta guerra civil.
Sin embargo, fue precisamente el gobierno de Rusia el que no permitió la invasión
de Siria por EEUU y la OTAN. La respuesta occidental fue la creación del Estado
Islámico (EIIS) y el movimiento radical de la oposición siria Al-Nusra en su intento
de derrocar al régimen de al-Asad. Al mismo tiempo Washington declaró estos dos
movimientos como organizaciones terroristas lo que le permitió supuestamente usar
sus aviones F-22 para bombardear sus posiciones en Siria. Hace poco el Ministerio
de Relaciones Exteriores ruso expresó su sorpresa al descubrir que antes de los
ataques el Pentágono advertía al EIIS sobre su pronto inicio y a la vez daba
información sobre los movimientos de las tropas sirias a esta organización terrorista.
Actualmente la situación está cambiando en Siria a favor de las fuerzas
gubernamentales, debido a la mayor ayuda militar rusa, lo que indujo a los
globalizadores hablar del “enemigo ruso” que cada vez se siente con mayor fuerza
en Siria. La revista neoconservadora norteamericana The National Interest ya lanzó
un artículo bajo el título: “Los SU-30SM contra F-22 americanos en Siria: quién
gana?” Por supuesto, para el editor de la revista y autor del artículo, Dave Majumdar,
la superioridad norteamericana aérea sobre los aviones rusos es incuestionable, pero
el problema no consiste en esta apreciación. Los belicistas norteamericanos están
insinuando prácticamente sobre una posible confrontación militar entre EEUU y Rusia
en Siria. El presidente Putin en una reciente entrevista con el primer ministro israelí
le aseguró que ni Siria ni Irán planifican atacar a su país en las Alturas de Golán y
que la presencia rusa consiste exclusivamente en la ayuda militar a Siria en su lucha
contra el Estado Islámico en cooperación con Irán. Es decir en un momento preciso
138
Rusia tomó la iniciativa de preservar Siria y así frustrar los intereses de los
globalizadores de balcanizar al país. En estas condiciones no le quedará a Barack
Obama llegar a un compromiso con Vladimir Putin respecto a Siria. Las dos bases
rusas en Siria en Tartus y Latakia, la presencia de sus aviones de combate y de las
fuerzas especiales señalan la decisión de Moscú de proteger a Siria.
Por mucho que quisieran los belicistas occidentales, Estados Unidos no está listo para
empezar una guerra contra Rusia, el resto es una simple maniobra psicológica en
forma de retórica altamente conocida en el mundo. Se espera que el presidente ruso
aclarará su plan sobre Siria en su próxima intervención en las Naciones Unidas.
Mientras tanto la posición rusa fue expresada claramente en un discurso de Putin en
2012, cuando el mandatario ruso afirmó que “Todo lo que hacemos está basado en
nuestros propios intereses y proyectos y no en decisiones que otros países quieren
imponernos. Rusia es tratada con respeto solamente cuando es fuerte y cuando
camina segura con sus propios pies. Creo que el único camino para fortalecer la
seguridad global es tratando de hacerlo junto con Rusia y dejar los intentos de
degradarla, debilitarla políticamente o minar su potencial defensivo”.
¡Ojalá que Washington y Bruselas entiendan el contenido del mensaje de Putin y el
sentido de lógica prevalezca en sus decisiones respecto a Siria y Rusia!
Fuente: http://mundo.sputniknews.com/firmas/20150923/1051722962.html
IVÁN KRASTEV, POLITÓLOGO: "EN LOS PROCESOS DE DESINTEGRACIÓN NO SIEMPRE
DECIDEN LAS MAYORÍAS"
http://www.elclarin.cl/web/entrevistas/16952-en-los-procesos-de-desintegracion-no-siempre-decidenlas-mayorias.html
ESCRITO POR MIGUEL MORA
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Iván Krastev (Lukovit, Bulgaria, 1965) es experto en crisis de las democracias, movimientos sociales y
desintegración de imperios / estados. Presidente del Centro de Estrategias Liberales de Sofía y profesor
del Instituto de Humanidades de Viena, estudió a fondo el hundimiento de la Unión Soviética y el de
Yugoslavia, y en los últimos tiempos ha teorizado sobre la disrupción y desconfianza en las democracias
('Democracy Disrupted. The Global Politics on Protest', UPenn Press, 2014), sobre la rebelión de las
élites y la desintegración de la Unión Europea.
Aunque piensa que la UE "no puede permitirse volver al pasado" y no se deshará, Krastev advierte de
que Europa sufre síntomas alarmantes de desintegración, y subraya que es una posibilidad que no se
puede descartar, “porque esas cosas suceden muy deprisa y cuando menos se esperan”. Añade que
habrá que estar “muy atentos a lo que haga Alemania, porque los grandes proyectos políticos no se
desintegran por la periferia, sino desde el centro”, y recuerda que no es necesario que una mayoría
quiera desintegrar un Estado para que eso suceda: "A veces basta con que haya minorías activas
hablando de ello".
Krastev está estas semanas impartiendo clases como profesor visitante en Columbia y Washington.
Desde allí responde durante una hora por Skype a las preguntas de CTXT. La entrevista empieza con las
elecciones catalanas.
139
Cataluña vota el domingo, 27 de septiembre, en unas elecciones planteadas como un plebiscito. ¿Cree
que hay un riesgo real de que España se rompa?
Es mucho más difícil ver desde fuera si un país camina o no hacia la desintegración. Pero algo
importante ha pasado, y se refiere a la Unión Europea como un todo, no solo a España. Hay un libro muy
conocido sobre la Europa de la posguerra mundial, titulado The European Rescue of the Nation-State. El
relato de Alan S. Milward afirmaba que, durante los años 50, 60 y 70, las naciones deslegitimadas por la
II Guerra Mundial se relegitimaron a través de la Unión Europea. Creo que esto empezó a cambiar en los
últimos diez años, en parte porque las ideologías del nacionalismo fuerte perdieron atractivo, pero
sobre todo porque se impuso la doctrina económica liberal. Al darse cuenta de que realmente no había
alternativa, la gente empezó a mirar qué otras cosas podía cambiar. Esa es una de las paradojas del
paquete de austeridad aplicado en España. El mensaje fue: "No hay alternativa, y si queréis seguir en la
UE debéis aplicar estas políticas". Así que Cataluña, que es una región rica, ha dicho: “De acuerdo, pero
si eso es todo lo que ofrecéis, preferimos hacerlo solos”.
¿Y este caso se inscribiría en lo que se ha llamado “la rebelión de los ricos”?
Esto mismo pasó antes en el norte de Italia, en la Padania; y ahora está pasando en Cataluña. Al menos,
de forma retórica. La actitud es: ya no queremos compartir más nuestra riqueza. Antes eran los pobres
los que pensaban que iban a vivir mejor solos; ahora son los ricos. Escocia no es la parte más rica del
Reino Unido, pero también creen que estarán mejor solos porque su política sería muy distinta de la que
hace el Gobierno británico. El asunto es intrigante, porque estas regiones asumen que van a separarse
de su estado pero quieren seguir siendo parte de la UE. Y es raro, porque la actual crisis de la UE no
ofrece respuestas a esos países. ¿Es imaginable que Cataluña pueda funcionar sola mientras la UE se
desintegra? Lo que hay que entender es que la retórica separatista funciona porque una de las
consecuencias del “no hay alternativa” es el auge de las políticas identitarias. No sé hasta qué punto la
crisis de los refugiados cambiará el cálculo de la gente sobre esto. Pero lo cierto es que solo hay una
cosa mejor que ser independiente: mantener la retórica de la independencia.
Da votos y no obliga a casi nada...
Tiene muchos menos riesgos, por supuesto. En el momento actual, nadie puede prometer a Cataluña ni
a ninguna otra región que si se separa de su Estado podrá volver fácilmente a la Unión Europea. Las
cosas han cambiado mucho y ya nadie puede asegurar eso.
En Cataluña los independentistas nunca han sido más del 40% y su Gobierno nunca ha sido separatista.
¿Asistimos a un teatro o a un pulso real?
El problema es que cuando alguien habla insistentemente de algo, ese algo puede suceder aunque casi
nadie lo quiera. Por supuesto, probablemente hay una parte de teatro; el problema es que la línea entre
el teatro y la realidad es una frontera muy fina en la política actual.
¿Qué síntomas anuncian la desintegración de la UE? ¿Se parecen a los que precedieron al hundimiento
de la Unión Soviética?
Hay al menos cuatro experiencias que debemos tomar en serio. Tres o cuatro años antes de 1991, los
mejores sovietólogos de Estados Unidos declararon que una hipotética desintegración de la URSS era
muy improbable, dada la gran interdependencia de su economía y sus infraestructuras. Y pese a todo,
140
ocurrió. Desde ese punto de vista, cuando una fractura parece impensable aumenta el riesgo de
desintegración. Creo que, pase lo que pase, la UE va a sobrevivir, probablemente haciendo cambios muy
radicales en su naturaleza política. Pero pensar que una cosa es irrompible aumenta los riesgos de que
esa cosa se rompa. La segunda experiencia de la que podemos aprender es que los economistas nunca
aciertan a adivinar lo que pasará. Los economistas siempre creen que sucederán cosas racionales. La
desintegración de la URSS y de Yugoslavia, desde ese punto de vista, no era posible. Cuando entramos
en momentos tan inestables, la racionalidad económica no cuenta. La tercera cosa que debemos tener
presente es que la desintegración no es un plan sino un accidente. En la URSS no había una mayoría que
quisiera la desintegración en 1991, pero la gente que pensaba un año antes que aquello no era posible,
un año más tarde empezó a pensar que era inevitable. Hay que entender que en estos procesos no
siempre deciden las mayorías. En España las encuestas señalan que la mayoría no quiere la secesión,
pero a menudo son las minorías activas las que impulsan esos cambios.
141
¿El cuarto síntoma?
Es un hecho que los grandes proyectos políticos nunca se desintegran desde la periferia. Grecia no
puede desintegrar a la UE. Puede irse, pero eso no la desintegraría. Normalmente, es el centro quien
decide eso. Fue Rusia la que desintegró la URSS. Fue Yeltsin el que básicamente decidió que estarían
mejor solos. Por eso es extremadamente importante ver qué hace Alemania. Estamos viviendo cuatro
crisis simultáneas en la UE, y en todas ellas Alemania tiene un papel crucial. La primera es la eurozona:
¿quiere Alemania estabilizar el euro a costa de cubrir el riesgo de todos los demás? Después está la crisis
de Rusia y Ucrania. En la crisis del euro Alemania ha encontrado soluciones que han beneficiado a su
economía. En la de Ucrania ha sufrido grandes daños económicos por intentar demostrar su liderazgo y
para contentar a los estados del Este, sobre todo a los bálticos y a Polonia. Ahora, con la crisis de los
refugiados, Alemania va a acoger a más gente que nadie. Pero, cuando ha pedido ayuda, los países del
Este la han dejado tirada. Muchos en Berlín se habrán sentido traicionados, y algunos dirán "¿qué
interés tiene esto para nosotros?".
¿La cuarta crisis es la amenaza de salida del Reino Unido?
Si Londres decide salir de la UE, es dudoso que Alemania siga queriendo liderar una UE pequeña y
provinciana. Para intuir qué pasará tenemos que ver qué hace Berlín y saber qué ocurre con los
perdedores de la crisis. La UE ha presionado mucho a Grecia para imponer el tercer rescate, y en teoría
parece haber triunfado. Ahora habrá que ver qué hace Grecia con su política exterior. ¿Será solidaria
con las sanciones a Rusia? ¿Será leal a Berlín? La UE en este momento es como un malabarista con
cuatro naranjas en el aire, y si una se cae...
Y entre tanto, el método comunitario ha sido destruido.
La Comisión Europea ya no tiene poder porque las naciones y las relaciones entre los socios han
cambiado mucho. La crisis del euro ha dado alas a la izquierda radical que se opone a las políticas de
austeridad. En Grecia se ha demostrado que cambiar la política económica es imposible, que fuera del
euro hace más frío que dentro y que lo más prudente es aceptar las condiciones de los acreedores. Y por
cierto este es otro gran factor de riesgo para la UE: la relación entre estados iguales ha sido sustituida
por la relación entre acreedores y deudores. Ahora es completamente desigual, ya no es una relación
entre socios: el poder es asimétrico. Tú me debes dinero, así que aplicas mis políticas. El intento de
Syriza ha quedado abortado, por el momento. Tsipras se ha sometido a sus acreedores. Ahora habrá que
ver qué pasa en España. Podemos parece pensar que la élite española es peor que la europea, mientras
Syriza pone el foco en Europa --y por eso pacta con los nacionalistas.
Al otro lado tenemos a Viktor Orbán, y al norte a los Auténticos Finlandeses. ¿No le parece más
peligroso para la UE el auge de la extrema derecha?
La crisis de los refugiados favorece el avance de la extrema derecha: como no podemos cambiar la
política económica, cambiemos las fronteras. Además tenemos un problema demográfico grave. En
muchos países pequeños del Este, la población está vieja. Y algunos mantienen una sospecha histórica
contra el Islam. Bulgaria, por ejemplo, formaba parte del Imperio Otomano. Su nacionalismo se
construyó en buena medida contra el Islam. Algunos de esos miedos son comprensibles: una anciana
búlgara se siente inmigrante sin salir de casa, oye lenguas que no entiende, tiene miedo de que se acabe
el sistema de bienestar… Esa presión llevará a la extrema derecha a robar muchos votos a la izquierda
tradicional y a reivindicar las fronteras con la excusa de mantener el bienestar. Hay algunos datos
importantes. Tras las elecciones europeas, una encuesta de IPSOS en 14 países estableció algunas
diferencias entre los menores de 35 años y el resto. Para los más jóvenes, el género, la homosexualidad,
no es un problema. Pero cuando les preguntan por la inmigración, no hay diferencias entre
generaciones. Los jóvenes sin trabajo perciben la inmigración como una amenaza. Esta crisis puede
cambiar muchas cosas en las políticas nacionales en muchas direcciones distintas. El este y el oeste
reaccionan de forma diferente a la llegada de los refugiados. En occidente hay una onda de simpatía, y
en Noruega el partido anti-inmigración ha perdido seis puntos; pero en otros países el rechazo no deja
de crecer. ¿Cómo va a manejar la UE a la extrema izquierda y a la extrema derecha? Hasta ahora los dos
extremos habían sido excluidos de los gobiernos. Durante 50 años. Pero ese modelo ya no aguanta. El
juego va a cambiar. Y algunos países recién llegados no saben qué se puede y qué no se puede hacer en
la UE. Si un solo país se opone a las decisiones de la UE, hasta ahora no utilizaba el veto, era como un
botón nuclear. Pero muchos recién llegados no saben eso…
¿Orbán, por ejemplo?
Si los electorados presionan mucho, esos gobernantes populistas pueden llevar a la UE a un bloqueo
total. Hasta ahora nadie ha querido enfrentarse a Bruselas ni declarar la guerra a Alemania. Pero criticar
a Bruselas se ha convertido en la razón de ser de algunos Gobiernos. El populismo, la política de la
protesta, debe tener su sitio en democracia; a menudo esos partidos intentan cambiar un sistema de
partidos que se ha corrompido o alejado de su función democrática, y presentan propuestas útiles para
mejorar la vida de la gente. En los estados-nación es menos peligroso, pero si esos partidos dominan la
UE puede ser una bomba. En Grecia, por ejemplo, Syriza ha sido una buena noticia. El sistema griego
estaba tan podrido, tan corrupto, que la limpieza era necesaria. El problema es cómo se juega ese
partido en la UE. Y eso aumenta mucho el riesgo de ruptura. ¿Marine Le Pen quiere realmente sacar a
Francia de la UE? ¿En qué favorecería eso a Francia? Le Pen es una tipa lista, y seguramente no quiere
que Francia salga de Europa, como el Gobierno catalán. Pero se aprovecha de la retórica antieuropea. La
gran paradoja es que las nuevas generaciones son mucho más europeístas que las anteriores. Adenauer
y los demás fundadores defendían los estados-nación. Ahora los gobernantes son más europeístas,
incluso en su forma de vivir y de moverse. Pero su lenguaje, incluso su lenguaje corporal, es cada vez
más antieuropeo.
Y Bruselas se lleva todas las culpas, aunque el poder está en Berlín.
Bruselas es cada vez más débil; antes era una especie de guardería institucional, el lugar donde residía el
poder administrativo, si no el político. Ahora si te invitan a dar una conferencia en Bruselas y en Berlín,
todo el mundo opta por Berlín, si puede elegir. Sabes que tus argumentos serán escuchados donde se
toman las decisiones. Hasta la crisis financiera, la UE era una máquina de convergencia. Antes de la
crisis, entrar en la UE siendo un país pobre significaba que disminuiría la distancia con los países ricos.
Con la crisis, las distancias entre España, Portugal y Grecia con Alemania se han agrandado. La
convergencia era una buena parte de la legitimidad de la UE. Pero los nuevos países, las nuevas
generaciones, no conocen ni recuerdan los valores fundacionales de la UE. La paz se da por hecha. La
prosperidad, en cambio, ya no funciona como reclamo: el 60% de los europeos creen que sus hijos
142
vivirán peor que ellos. Tristemente, antes pensábamos que el futuro era nuestro, que el modelo
europeo sería universal. Ahora sabemos que es excepcional. En cuanto a la soberanía, no solo países
autoritarios como China, sino también democráticos como India, Brasil o EEUU caminan en otra
dirección. Y, además, somos pequeños. La demografía dice que en 2040, los europeos seremos el 5% de
la población mundial. No sabemos qué nos deparará el futuro. Antes éramos el centro del mundo. En
Bulgaria, entre 1913 y 1920, había medio millón de refugiados en países cercanos. Cuando volvieron,
hubo un alto nivel de solidaridad aunque el país era muy pobre. Ahora nos preguntamos ¿por qué
vienen los inmigrantes a Europa? ¿Por qué no vamos nosotros allí?
Hablemos de Volkswagen. Ha muerto un mito empresarial europeo. ¿Es solo un asunto económico o es
también un hecho político?
Es un hecho altamente simbólico. Hemos hablado de los alemanes buenos y de los alemanes malos,
pero nunca habíamos hablado de los alemanes tramposos. Era una empresa muy respetada, no sé qué
pasó exactamente pero mi impresión es que ha sucedido algo muy gordo. Mis amigos griegos me dicen
que ahora ya no les podrán dar lecciones sobre las cuentas y las estadísticas falsas... Pero es un hecho
dramático, muy serio: ha caído un cimiento fundamental de Europa, y eso va mucho más allá de la
calidad de los coches alemanes. Antes todos pensábamos: los alemanes son serios, dicen la verdad... Es
cierto que hay una gran diferencia con los griegos. El consejero delegado ha dimitido de inmediato.
Funciona la rendición de cuentas. Y eso es también Alemania. Es como si todo estuviera en revisión. La
gente dice que los alemanes son muy cerrados. Pero recordemos el apoyo popular a la decisión de
aceptar a casi un millón de refugiados. Eso no es fácil, Alemania no es un país de inmigración como
Estados Unidos. Y por cierto, Donald Trump podría ganar las elecciones en varios países de Europa del
Este. Lo importante es que todo lo que parecía fundamental, todo lo que formaba parte de nuestra
esencia, ha cambiado o va a cambiar. Pienso mucho en eso estos días. En 1989 yo tenía 24 años y el
comunismo parecía sólido como una roca, iba a durar para siempre. De repente se cayó, y entendimos
cómo es de frágil el mundo. Esta última crisis europea es lo mismo: alemanes, franceses, suecos han
vivido 50 años fuera de la historia, en una estabilidad sin precedentes. Y ahora sabemos que todo es
posible, incluso que VW mienta como una pequeña empresa griega. Antes, para comprarte un coche
alemán, no pedías una inspección. Ahora habrá que pedirla. Al mismo tiempo, Oriente Medio y Siria nos
enseñan los límites de lo que se puede hacer y no hacer. Un veterano diplomático estadounidense dijo
ayer en una charla: “Invadimos Irak y salió mal. En Libia no ocupamos y salió mal. En Siria no
intervinimos y salió mal”. Ya no se trata de elegir entre la buena y la mala decisión. Ya no estamos
seguros de nada, y ese altísimo nivel de inestabilidad multiplica las paranoias. Pensábamos que la
globalización de las democracias iba a consolidar la paz en el mundo; no parece el caso. Pero sí hay un
despertar político global: en 20 años, millones de personas que no participaban en política han entrado
en ella, reclaman sus derechos, exigen más justicia. Y eso está teniendo las dimensiones de una
catástrofe natural...
El mundo cambia a una velocidad impresionante. ¿Avanza o retrocede?
En 1980, una encuesta descubrió en Nigeria que no había conexión entre felicidad y riqueza. Hoy esa
percepción ha cambiado radicalmente. En Nigeria en los años ochenta no tenían televisión, no sabían
cómo vivían los alemanes, los ricos. Antes nos comparábamos con el vecino, ahora todo el mundo se
compara con el vecino que ve en la televisión. Vivimos en la dictadura de las comparaciones globales.
Los problemas son nuevos y las desintegraciones son muy distintas. Pero no podemos pensar que
Europa está equivocada. Los estados nación están más equivocados. ¿Cómo podrán los pequeños
estados enfrentarse a ese mundo gigantesco? ¿Realmente Cataluña y España estarán mejor separadas?
¿Y Hungría piensa de verdad cerrar las fronteras y largarse de Europa? ¿Qué van a hacer, matar a miles
de refugiados en la frontera? ¿A cuántos estarían dispuestos a matar? La retórica está muy bien, pero si
les preguntas "¿qué haréis?", todas las opciones radicales se paran. Estos días he estado comparando el
programa económico de Syriza con el de Mitterrand de 1981. Mitterrand estaba a la izquierda de
Tsipras. Nacionalizaciones de la industria pesada… Cosas que Syriza nunca haría. Es curioso:
mantenemos sentimientos y actitudes radicales, en ausencia de proyectos radicales.
143
¿Quizá porque el marco de referencia ha girado a la derecha? Varoufakis, que disiente radicalmente del
sistema, ha sido eliminado...
Todo el mundo tiene miedo a caminar solo. Varoufakis dijo que estaba preparado para volver al dracma.
No sé si lo estaba o no, aunque tiendo a creer que solo estaba dispuesto a echarse un farol con los
europeos. Hay dos tipos de “No hay alternativa”; uno es “podéis cambiar de gobierno, pero no
cambiaréis la macroeconomía. El déficit es como los derechos humanos, y lo incluimos en la
Constitución". La otra versión es China o Rusia: "Podéis cambiar nuestra política económica, pero no
cambiaréis el gobierno". Eso supone una gran transformación. Durante la guerra fría se excluía del
debate la política de seguridad. Recordemos los misiles en Alemania en los años 80: demasiado
importante para dejar decidir a los electores. Ahora es la política económica la que está fuera del
debate. No tanto porque el marco haya virado a la derecha, sino porque las sociedades han perdido la
palanca de los ricos. Cuando los ricos eran dueños de las tierras, no podían marcharse. Tenían que
negociar con los campesinos. Ahora, cuando los inversores se sienten mal en un país, se van a otro. La
movilidad de las élites hace imposible aplicar políticas de izquierda. Hollande prometió gravar con un
70% de impuestos a las grandes fortunas. Ganó, pero se dio cuenta de que los ricos se iban a ir y se echó
atrás. Vivimos la crisis de la interdependencia, y esa es la tragedia de la UE. Lo mejor es que somos
interdependientes, y a la vez es lo peor. Rusia: creíamos que cuanto más dependiéramos del gas, más
difícil sería un conflicto militar. Pero sucede, les sancionamos y nos hacemos daño a nosotros mismos.
Todas las crisis acaban convirtiéndose en nuestra crisis. Libia: si vas, generas refugiados; si no vas,
también...
¿Podemos seguir siendo sociedades democráticas con tanta interdependencia?
Eso es lo que hace tan profunda esta crisis. Interdependencia es lo que queríamos para huir de las
guerras, del tribalismo, del nacionalismo. Cuando la alcanzamos, vimos que tiene su lado oscuro. ¿Es
mejor regresar a lo anterior? Un libro de historia descubrió que cuando los agentes en juego tienen una
visión optimista del futuro, la interdependencia económica supone paz. Y que cuando la visión de los
actores es negativa, la interdependencia económica se convierte en fuente de conflicto y guerras.
Estamos en esa encrucijada.
¿Apostaría por la ruptura de Europa?
Me gusta la gente que piensa que nos estamos yendo al infierno. Pero prefiero pensar que el infierno no
es la única opción. La suerte es que hay una dinámica positiva: por primera vez, a causa de la crisis
actual, los individuos europeos hemos sentido que somos europeos de una forma no retórica, sabemos
cuán dependientes somos de los otros europeos. Los españoles han entendido que deben estar más
atentos a Merkel que a su propio presidente. La crisis de los refugiados prueba que la mejor forma de
manejarlo es entre todos. No sé si la solución es una Europa federal, pero creo que vamos hacia una
comunidad basada en una solidaridad menos retórica. Es verdad que no parece haber alternativas.
Volver a un pasado de Estados desconectados no debería ser una alternativa factible. El problema es
cómo regular las conexiones. Pero no creo que podamos permitirnos volver al pasado.
TENER UNA CIUDAD, UN DERECHO ESTABLECIDO
Jorge Jáuregui. Estuvo en Buenos Aires el “arquitecto de las favelas” que basa su trabajo en conectar “el
interior de la ciudad y la sociedad dividida”.
http://www.revistaenie.clarin.com/ideas/Tener-ciudad-derecho-establecido_0_1438056196.html
POR MARCH MAZZEI
144
Favela “Rio das Pedras”. Tiene sus propias reglas y prohíben la presencia de delincuentes,
Etiquetado como:Jorge Mario Jáuregui
Jorge Mario Jáuregui básico
El derecho a la ciudad se concibe como una visión superadora del derecho a la vivienda. “Una urbanidad
para todos”, resumió Jorge Mario Jáuregui en la Jornada “Derecho a la ciudad en el contexto Sur Global:
asentamientos precarios urbanos”, que se realizó en la Universidad Nacional de San Martín (UNSAM).
Conocido como “el arquitecto de las favelas” por su trabajo en las primeras urbanizaciones de Río de
Janeiro, Brasil, donde se exilió y todavía reside, él prefiere llamarse “arquitecto-urbanista: un hacedor
de conexiones en el interior de la ciudad y de la sociedad dividida”. De su experiencia habla en esta
entrevista con revista Ñ. Entre otras cosas, recuerda que “cuando me fui de la Argentina la política era
de erradicación de villas y en Brasil también. Recién en 1996 surgió el programa de urbanización de
favelas. Formular un programa creaba un parámetro para pensar la articulación de la ciudad y la
sociedad divididas. También implica que hay una asignación de dinero para invertir y pensar qué tipo de
equipamiento público es necesario para transformar urbanísticamente un lugar”.
–¿Quién lo impulsó?
–Un gobierno que no era ni siquiera popular formuló el programa Favela Barrio pensado para una
situación específica, determinada cantidad de habitantes y para dotarlo de los atributos de la urbanidad,
es decir, espacios de convivencia. Porque en las favelas antes de la intervención todo es privado. Y lo
que no es privado, no es de nadie. No existe la dimensión de lo público. Cada uno construyó su casa con
su esfuerzo pero de la pared para adentro; para afuera el poder público no se hacía cargo y la gente no
tenía condiciones para hacerlo. Es una dimensión insustituible del proyecto urbano que delimita lo que
es de cada uno y lo que es de todos.
–¿Y por dónde empieza? En una de sus publicaciones, habla de escuchar psicoanalíticamente. ¿A qué se
refiere?
–Siempre tuve relación con los psicoanalistas por mi mujer, pero me interesé más en Brasil. Un artículo
en la Folha de São Paulo me movilizó hacia el método freudiano de la asociación libre y la atención
flotante, que era exactamente lo que hacía sin saberlo cuando llegaba a la comunidad y hablaba con la
gente. Me permitió tornar más consciente el hecho de esa escucha, según el psicoanálisis no tiene que
ser para responder a lo que se pide sino para interpretar lo que se dice. Es decir, no se trata de hacer lo
que nos piden inmediatamente sino procesar esa demanda porque tal vez lo que se de como resultado
de lo que se pide sea completamente diferente de lo que se estaba pidiendo. Eso me ayudó en mi
trabajo.
–Circula un discurso de que las personas en favelas y villas ven las obras como una invasión, ¿qué dice
usted?
–Pero eso también tiene otra cara. La gente acepta y de muy buen grado cualquier cosa que venga a
ayudar a mejorar su condición de existencia. No es que se oponen a una intervención de afuera, pero
tiene que ser en la base del diálogo, justamente de esa escucha entre comillas de la demanda. A partir
de la experiencia de haber construido mucho, se trata de articular lo que existe con lo nuevo. Lo que
existe tiene que permanecer, sobre todo en villas que no están en áreas de riesgo. Hay favelas que
tienen 80, 100 años y es imposible decir que no tienen derecho a permanecer donde están.
–¿Cuál es la mayor dificultad?
–De todas las urbanizaciones de Río de Janeiro desde 1996, ninguna tiene todavía la tenencia de la
tierra. Es un factor muy lento, engorroso, y las obras se terminan y la gente no recibe la titularidad de su
propiedad, por más que entregamos al final el plano que delimita lo público y lo privado. Hay que
hacerlo porque se considera que ya pagaron el precio de haber tenido que vivir en condiciones muy
145
precarias durante mucho tiempo y hay una deuda social con ellos. Las inversiones tienen que ser para
mejorar las condiciones de la villa y de la relación de la villa con el entorno también.
–Muchas metrópolis del Sur Global están signadas por la desigualdad, ¿cómo se trabaja en las zonas de
transición?
–Más allá de los tratamientos del espacio público, hay tres programas sociales que permiten hacer
conexión. Uno es la generación de trabajo y renta, especie de ágoras contemporáneas donde diferentes
boxes para trabajo manual se organizan alrededor de una plaza como un mercado de servicios, donde la
clase media puede llegar y contratarlos. Otro es el deporte: canchas de fútbol, pistas de atletismo,
estadios cubiertos donde además se hacen fiestas los fines de semana... Justamente, el tercer conector
social, la diversión, que reúne gente de dentro y que viene de afuera. Ubicados en la frontera, permiten
el pasaje entre una realidad y la otra. A eso se suma las vías de circulación tratadas urbanísticamente y
el reequilibro de la relación masa verde/masa construida, que siempre es deficitaria en los
asentamientos populares –porque se cortó todo lo vegetal para construir–. Hay que reinstaurar la
dimensión de lo verde a todas las escalas, desde el jardincito en la casa a la calle, el arbolado público y
los parques.
–¿Cómo funciona la seguridad en esa zona de transición?
–Las calles llenas de gente es el principal factor de seguridad. Por eso hay que garantizar que las plantas
bajas de las edificaciones siempre sean multifuncionales, nunca solamente residenciales. En las villas es
importantísima la iluminación pública, junto con una policía de proximidad, no una de choque.
–¿Dónde se aprecia primero el cambio?
–Después de urbanizar la primera favela –Fernão Cardin– O Globo organizó una visita de periodistas, y
cuando el ómnibus llegó alguien dijo: ¿Y dónde era la favela? No se veía ya, se había diluido el límite.
Porque sus habitantes, una vez que reciben los beneficios de la inversión pública, terminan su revoque,
embellecen, pintan su casa. Los imaginarios negativos se disipan con los equipamientos de uso común,
desde el comercio a las paradas de ómnibus y los puestos de salud.
–En películas como Tropa de élite o Ciudad de Dios, hay una representación de estos espacios, ¿cuánto
hay de real?
–Se hizo mucho en Brasil pero hay mucho más por hacer. En Río hay mil favelas y se ha trabajado sobre
200. Apenas hay algunas intervenciones exitosas que muestran un camino que no está terminado ni
garantizado. Ambos filmes han hecho una magnificación de la violencia, una fashionización en el sentido
de que vende por truculento. Es el equivalente de los diarios sensacionalistas. De la realidad toman
apenas un aspecto muy parcial.
–Habló de proyectos para configuraciones espacio-temporales específicas, ¿es posible exportar
modelos?
–Perfectamente. De hecho, presenté proyectos para Albania y la India, a partir de la experiencia en Río,
donde trabajé en favelas planas, inclinadas, al borde del mar, de la selva. De México para abajo hice
estudios para casi todos los países, de Costa Rica a Uruguay. Para la Argentina hice varios que nunca se
construyeron. La diferencia entre la Argentina y Brasil es que acá se piensa mucho y se construye poco, y
allá se piensa poco y se construye mucho. Hay que buscar el equilibrio entre las dos realidades. Lo
bueno es que a partir de la práctica, con la formulación de este programa de urbanización de favelas, se
abrió un campo para el pensamiento, para pensar esta realidad nuestra latinoamericana de ciudades y
sociedades divididas entre formal e informal, el morro y el asfalto, lo público y lo privado.
CRÍTICAS AL CAPITALISMO DESDE AMÉRICA LATINA
146
La necesidad de romper con un "colonialismo
simpático"
http://www.rebelion.org/noticia.php?id=203858
Eduardo Gudynas
Rebelión
147
Una de las cuestiones más llamativas en las críticas al capitalismo que se hacen desde
América Latina son las repetidas invocaciones al geógrafo inglés David Harvey. Las
citas a su idea de “acumulación por desposesión” se repiten en centenas de textos
académicos que publican latinoamericanos, y el propio autor ha sido invitado por los
gobiernos progresistas de Ecuador y Bolivia.
Recordemos que Harvey propone la idea de “acumulación por desposesión” para
reemplazar el concepto de “acumulación originaria” (o “primitiva”) propio de Karl
Marx. Se refiere a procesos como la mercantilización de la tierra, expulsión de
campesinos, la transformación del trabajo en mercancía, el colonialismo u otros
aspectos de la financiarización de las economías.
Son ideas atractivas que, sin entrar en detalles, muchos compartiríamos, y que en
parte explican esa avalancha de citas. Pero más allá de eso quisiera explorar otras
aristas de esta “moda Harvey” especialmente en América del Sur, y del hecho que
los gobiernos progresistas de Rafael Correa y Evo Morales lo inviten y se apoyen en
sus conceptos para reforzar sus imágenes de radicalidad. Me preocupan dos
cuestiones.
La primera, es que esa “moda” deja de lado la rica historia de reflexiones
latinoamericanas para volver a dejarnos en manos de pensamientos norteños. La
segunda es que si bien pueden compartirse críticas como las de Harvey, de todos
modos son insuficientes para la realidad latinoamericana. Y es precisamente por ser
incompletas es que los gobiernos progresistas lo citan y lo invitan.
Una moda
Me explico, comenzando por el primer punto. El problema de la acumulación por
desposesión que popularizó Harvey, como apropiación capitalista de recursos
naturales o del trabajo, en sus ideas básicas no es una novedad. En América Latina
tenemos una larga y triste historia de la apropiación masiva de nuestros recursos o
la desposesión de indígenas y campesinos para nutrir a corporaciones y gobiernos en
otros continentes. También contamos con muchos pensadores, militantes y
académicos, quienes, cada uno a su manera, en por lo menos el último siglo, han
sostenido esencialmente esas ideas. Tan sólo como ejemplo, vienen a mi memoria
rápidamente, las reflexiones que varias décadas atrás lanzaron Mario Arrubla en
Colombia, René Zavaleta Mercado en Bolivia, Ruy Mauro Marini desde Brasil o
Fernando Velasco Abad desde Ecuador. Independientemente de las posiciones que
se puedan tener hoy ante esos y otros autores, mi punto es que hay una riquísima
biblioteca de latinoamericanos que una y otra vez es desatendida.
Todo esto lleva a señalar que, más allá de acordar o discrepar con aspectos puntuales
de la tesis de la acumulación por desposesión, por momentos parecería que esta
moda sería un nuevo síntoma de colonialismo intelectual, donde muchos prefieren
citar a un autor inglés, dejando de lado la recuperación de nuestros antecedentes
latinoamericanos. Tampoco puedo descartar que eso tenga que ver con la manía
académica asimilada en América Latina de citar textos en inglés o publicaciones
de journals del norte, como demostración de pericia científica.
No estamos frente a un problema con Harvey, sino ante una limitación en nosotros
mismos, latinoamericanos. Es un colonialismo simpático. Es simpático porque es
atractiva la idea de una crítica al capitalismo global, pero esos mismo hace que pase
desapercibido que hay un cierto colonialismo ya que de todos modos nos inspiramos,
copiamos, repetimos o necesitamos la legitimación que irradia ese “norte”.
Cuatro insuficiencias
Mi segundo punto sí tiene que ver con los énfasis en los análisis de Harvey. Insisto
en que muchas de sus tesis son compartibles al ofrecer un valioso instrumental para
entender el capitalismo global. Pero la cuestión clave que se debe considerar es si
esos aportes son suficientes para entender lo que sucede en América Latina, en
nuestro continente, y en este preciso momento, a inicios del siglo XXI. Encuentro
aquí cuatro limitaciones importantes.
La primera es que los abordajes del geógrafo británico discurren sobre todo en un
alto nivel de abstracción, muy enfocados en la dinámica de un capitalismo planetario.
Hay ejemplos locales y nacionales, pero no existe un análisis en profundidad de las
formas de organización capitalista propias de América Latina. Sus estudios son tan
abstractos que permiten una crítica radical al capitalismo como fenómeno global pero
no obligan a entrar en los detalles nacionales o latinoamericanos. Esta no es una
limitación menor, ya que América Latina se inserta en la globalización bajo el papel
determinante de las exportaciones extractivistas, y ese tipo de especificidades no
aparece claramente en Harvey. El énfasis del geógrafo está en escalas mucho
mayores. ¿No estará aquí una de las razones por las cuales es citado e invitado por
los gobiernos progresistas?
Es que varios progresistas hacen justamente eso, cuestionan el capitalismo
internacional pero sin asumir las contradicciones en el propio capitalismo interno, o
atacan al imperialismo pero casi nada dicen sobre el colonialismo interno que
imponen sobre campesinos o indígenas. Los textos de Harvey encajan perfectamente
con esa dualidad, ya que permiten las críticas globales (con las ventajas simbólicas
que tiene su lenguaje marxista), sin exigir mucho sobre las problemáticas nacionales.
Esta es una dualidad que no ha pasado desapercibida en las conferencias del geógrafo
en Quito o en La Paz.
Un segundo problema es la limitada atención que Harvey brinda a la dimensión
ecológica. No hay una Naturaleza local, enraizada en territorios, sino una
consideración abstracta del ambiente. Esto no es sorpresivo porque este autor ha
tenido muchos problemas en asumir una dimensión ambiental (por ejemplo, descree
de los límites ecológicos al crecimiento económico). Pero si queremos llevar adelante
una crítica latinoamericana al capitalismo, necesariamente debe incorporarse una
dimensión ecológica, que incluya tanto el papel de los recursos naturales como
concepciones tales como Pacha Mama, ayllu o territorios de vida. Las particularidades
ecológicas de nuestra región no se repiten en ningún otro sitio. Además, las
principales estrategias desarrollistas actuales descansan en una masiva extracción
de recursos naturales, y por ello cualquier análisis será incompleto sino se consideran
esos aspectos.
148
Nuevamente me pregunto si esta limitación no es una de las razones de la adhesión
progresista a Harvey, ya que ofrece una vía para discursos radicales contra el
capitalismo pero sin atender los debacles ecológicos locales y territorializados en cada
país. Es una muleta teórica muy atractiva para un gobierno que quiera criticar, por
ejemplo, a la transnacionalización de las corporaciones, pero no quiere decir nada
sobre el papel de ellas, y los impactos sociales y ambientales que generan dentro de
su propio país al extraer recursos naturales. (Como advertencia al lector debe
reconocerse que en una de sus visitas a Quito, Harvey firmó simbólicamente una
papeleta de Yasunidos para pedir una consulta ciudadana por la explotación petrolera
en la zona de Yasuní, en la Amazonia ecuatoriana).
Un tercer punto se refiere a que en Harvey no se encontrará una delicada atención
al mundo indígena. Su discurso está comprometido con sectores populares, por
ejemplo en ciudades del hemisferio norte, pero los saberes y sentires de los pueblos
originarios casi no existen. Pero es un discurso desde el saber occidental y moderno.
No encuentro un lugar para el sumak kawsay ecuatoriano o el suma qamaña boliviano
en el Harvey original. Una razón clave es que los modos de entender el concepto de
valor son muy distintos en ese autor y en la crítica del Buen Vivir. Otra vez más
asoma una buena razón para las invitaciones progresistas, porque sus ideas permiten
criticar al capitalismo salteándose las demandas indígenas. Se pueden dar largas
exposiciones sobre financiarizacion internacional y las asimetrías de poder alrededor
del capital sin tener que repasar las voces indígenas. Esta es también una posición
insostenible para el contexto latinoamericano.
Mi último punto es que las alternativas al capitalismo tienen un limitadísimo abordaje
en Harvey. Parecería que cae en un pesimismo, donde el puntapié inicial de las salidas
es solamente pasar del valor de cambio al valor de uso. Esto resulta muy parecido al
discurso de varios gobernantes que dicen, por ejemplo, que tienen que seguir siendo
extractivistas porque no hay alternativas al capitalismo global. Es muy comprensible
que Harvey encuentre en los gobiernos progresistas sudamericanos un avance a las
alternativas que parece soñar, ya que sin duda tienen aspectos positivos en
comparación al conservadurismo de las administraciones que él ha conocido durante
décadas en Europa y Estados Unidos. Pero eso no es suficiente para América Latina,
ya que nuestra referencia de comparación ahora son otras. También aquí no puede
evitarse sobre la conveniencia de los gobernantes de citar a Harvey, en tanto sus
alternativas son tan abstractas y distantes en el tiempo que permiten seguir con las
negociaciones del capitalismo actual.
Tampoco debe olvidarse que en el continente hay organizaciones ciudadanas y
reflexiones que exploran alternativas mucho más sustanciales al no estar encasilladas
exclusivamente con el valor de uso. El ejemplo más claro son los derechos de la
Naturaleza en la Constitución de Ecuador, los que parten de reconocer a la Naturaleza
como sujeto, y por lo tanto con valores propios. Aquí hay una brecha teórica enorme
con la mirada de Harvey ante la que muchos se hacen los distraídos. Es que bajo el
marxismo clásico de Harvey, sólo hay valor en los humanos y en su trabajo, y con
ello no tendrían cabida los derechos de la Naturaleza.
Recuperar el pensamiento propio
Como puede verse en este brevísimo repaso, la obra de Harvey es buena para discutir
el capitalismo globalizado, pero no obliga a abordar los impactos sociales,
ambientales o económicos dentro de cada país, ni a dialogar con saberes indígenas.
Es muy útil para comprender los tejes y manejes en Wall Street, pero se escurren de
las manos lo que pasa en nuestra Amazonia. Es cómodo para los académicos y
gobiernos progresistas citar a Harvey (y algo análogo sucede con Tony Negri), ya
que les permite lanzar discursos anticapitalistas salteándose los temas espinosos,
149
como las contradicciones alrededor del capital dentro del país. Es un tipo de análisis
que les permite evitar casi todas las cuestiones urticantes de sus estrategias de
desarrollo.
Como decía arriba, todo esto no es un problema con esos autores, sino que estamos
ante limitaciones y contradicciones en la creación de un pensamiento propio
latinoamericano. Somos nosotros, latinoamericanos, los que debemos llevar adelante
esa discusión, y no esperar que la animen Harvey, Negri u otros. Esto no quiere decir
que deban ser ignorados, ya que en sus escritos hay muchos aportes meritorios y
útiles como contribución a nuestro propio debate. Pero es una tarea que
esencialmente debe estar en nuestras manos.
El problema con el abuso de la “moda Harvey”, es que ese tipo de posturas teóricas
son simpáticas, y por ello se nos hace difícil reconocerle sus limitaciones. Es una
debilidad que aprovechan precisamente los que quieren acallar los debates sobre las
contradicciones nacionales o los que abusan del poder académico para encauzar
reflexiones. Es una moda que también refuerza ese colonialismo que busca en el
“norte académico” las legitimaciones y verdades; nos atamos así a un colonialismo
que es una barrera para para un pensamiento propio y para explorar alternativas
sustantivas.
Para romper ese cerco colonial, una mirada crítica en clave latinoamericana siempre
debe estar anclada en las circunstancias nacionales y locales (tiene que ser
enraizada), debe atender las implicancias ambientales (tiene ser que ecológica),
obligatoriamente debe incorporar y dialogar con los pueblos originarios (tiene que
ser intercultural), y debe alumbrar ideas y prácticas de alternativas al desarrollo
(tiene que romper el cerco de la Modernidad).
Distintas versiones de estas ideas se adelantaron en artículos en Animal Político de
La Razón (Bolivia) y en Plan V (Ecuador). El autor es investigador en el Centro Latino
Americano de Ecología Social (CLAES); twitter: @EGudynas
COLOMBIA: PROCESO DE PAZ, LUCHA DE CLASES Y LAS BATALLAS DEL POSCONFLICTO
http://www.rebelion.org/noticia.php?id=203818
José Antonio Gutiérrez D.
Rebelión
La firma de un acuerdo en materia de víctimas en las negociaciones de paz [1],
sellado con un simbólico apretón de manos entre el comandante máximo de las FARCEP, Timoleón Jiménez, y el presidente Juan Manuel Santos ha dado mucho que hablar
y ha llenado de esperanza a amplios sectores en torno al avance del proceso de paz
adelantado con los insurgentes en La Habana. Es entendible el entusiasmo de no
pocos sectores sociales que ven -¡al fin!- un gesto inequívoco de avance en unas
negociaciones que, cíclicamente y en medio del secretismo, parecen estancarse.
Hasta se le ha puesto una fecha tentativa, acordada por ambas partes, para la firma
de un acuerdo definitivo: el 23 de Marzo. Y se ha dicho que dos meses después, es
decir, a finales de Mayo, tendría que estar concluyendo el proceso de dejación de
armas por parte de los guerrilleros de las FARC-EP. Este avance, que ocurre a un
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mes de las elecciones regionales, no está, desde luego, exento de los ritmos y
cálculos de la política.
¿Presidente de la paz?
En medio del entusiasmo, se vuelve a hablar del “presidente de la paz”, de Santos
posicionado como el hombre que pasará a la historia como el artífice de la paz, rumbo
al Nóbel, etc.[2] Estas afirmaciones, entendibles en este enguayabamiento
generalizado, pasan por alto que históricamente los únicos y grandes
responsables del conflicto que se vive en Colombia son aquellas clases
dirigentes representadas en la figura de Santos. Como lo decía con pluma
magistral William Ospina, sorprende que “la astuta dirigencia de este país una vez
más logre su propósito de mostrar al mundo los responsables de la violencia, y pasar
inadvertida como causante de los males. A punta de estar siempre allí, en el centro
del escenario, no sólo consiguen ser invisibles, sino que hasta consiguen ser
inocentes; no sólo resultan absueltos de todas sus responsabilidades, sino que
acaban siendo los que absuelven y los que perdonan” [3]. No podemos, desde la
izquierda, ayudar a absolverlos ante la historia.
Pero también estas expresiones pasan por alto la complejidad del momento que se
vive y que han llevado a este actual proceso. El Miércoles 23 detuvieron a siete
estudiantes de la Universidad Pedagógica de Tunja; continúa el asesinato sistemático
y los hostigamiento a dirigentes sociales y defensores de Derechos Humanos, como
lo indica el más reciente informe del Programa Somos Defensores [4]; la acción del
Ejército y de paramilitares deja muertos en estas semanas en San José de Apartadó,
Araracuara y Pradera, por nombrar solamente algunas localidades; las acciones del
gobierno no van de la mano en absoluto con lo que se viene acordando en
La Habana hasta el momento, y es más, toda su agenda legislativa va a
contravía de lo acordado, profundizando la impunidad mediante el Fuero Militar y
empujando el despojo mediante las ZIDRES, la profundización de los megaproyectos
y hasta utilizando la ley de víctimas como nuevo mecanismo de despojo en el Yarí y
Planadas, Tolima [5]; por último, el gobierno ha irrespetado todos y cada uno de los
acuerdos que ha firmado con el pueblo movilizado, fundamentalmente con los
campesinos, lo que llevó, a comienzos de Septiembre, a una nueva jornada de
movilización, que incluyó la toma del Ministerio de Agricultura. Es decir, aun cuando
haya sobradas razones para el optimismo respeto a las negociaciones, en el terreno,
la realidad se ve mucho más difícil para el pueblo y los cálculos alegres son más fruto
de un excesivo optimismo que de un análisis riguroso de la realidad.
Aun cuando firme la paz, no se puede tildar a Santos como un “presidente de la paz”,
cuando ha sido el represor de los paros agrarios, el ministro de los falsos positivos,
el de los bombardeos a miembros de la delegación de paz de la insurgencia y el
asesino de Alfonso Cano cuando estaba comenzando el proceso de negociación.
Santos cuenta varios muertos del pueblo en su portafolio y un reconocimiento sobrio
de su rol en las negociaciones, no puede convertirse en una euforia en la cual todos
estos cadáveres deban ser barridos bajo la alfombra. Pero lo más grave de esta
afirmación, es que quita el justo reconocimiento al pueblo colombiano que es quien
en última instancia forzó el escenario que llevó a Santos a negociar. Santos
no ganó las elecciones para negociar, sino que para continuar las políticas de Uribe
Vélez, y fue el enrome contexto de movilización popular en ascenso entre el 2008 y
el 2012, lo que finalmente forzó el escenario de negociaciones. Este proceso es una
conquista de los de abajo, no una concesión gratuita de los de arriba.
Desconocer este hecho, o minimizarlo para exaltar la figura del estadista, que es la
tentación en la que ha caído parte de la izquierda, es entregarle las llaves de la paz
en bandeja de plata a Santos, y con ella, entregarle la iniciativa política [6].
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La relatividad de lo ganado
Lo ganado, con este acuerdo, no es menor. Principalmente, en materia de justicia,
siendo derrotadas las tesis uribistas que repiten monotemáticamente “cárcel y más
cárcel”, “impunidad”, y todo ese corillo indigestible, particularmente viniendo de boca
de uno de los principales promotores de la cultura de la impunidad en las últimas
décadas. En lugar de esta visión, se ha impuesto una visión de justicia que pone
la reparación como eje de su quehacer. Una justicia que, sin llegar a ser
transformadora, no es punitiva. Esto lo explica de manera clara un comunicado del
CPDH,
“Este acuerdo de justicia creará una jurisdicción especial para la paz, en la que se
constituirá un tribunal al que llegarán todos los casos relacionados con el conflicto
armado y que desembocarán siempre en una sentencia.
Es de resaltar la propuesta de justicia restaurativa que se ha concretado, que busca
la reconciliación de la sociedad colombiana. Este acuerdo reconoce el delito político
y la juridicidad guerrillera que se apoya en una respuesta contra un orden social
injusto. Este modelo de justicia reencuentra a la sociedad colombiana con la idea de
la paz, con justicia social, y va de la mano de la comisión de la verdad. ” [7]
Esta jurisdicción especial será aplicable a todos los “actores” del conflicto, incluida la
Fuerza Pública, aunque queda ver cómo se compatibilizará esta jurisdicción con el
Fuero Militar con el cual los uniformados gozan de virtual impunidad. Uribe se
escandaliza que los miembros de la Fuerza Pública sean equiparados a los
“terroristas”, cuando en realidad, esto ha sido un golazo del gobierno y una generosa
concesión por parte de los insurgentes. Uribe está en lo correcto: los guerrilleros
no pueden ser equiparados a la Fuerza Pública, pero no por las razones
dadas por él. No lo son, porque los insurgentes han estado en rebelión por más de
medio siglo y los actos delictuales que han cometido, han sido cometidos en el
desconocimiento de la legitimidad del marco legal vigente y de la rebelión en contra
del Estado. Debido a esto, en un acuerdo de paz, es evidente que deba haber un
tratamiento especial a estos actos. Por su parte, los actos violatorios por parte de
miembros de la Fuerza Pública no fueron hechos ni en rebelión ni en el rechazo al
marco constitucional vigente; por el contrario, fueron cometidos en circunstancias
que la Fuerza Pública debía, no solamente actuar en el marco constitucional, sino que
además, debía ser el garante último del respeto a la legalidad. Las fuerzas del Estado,
en teoría, tienen el deber de proteger a la comunidad, no de desplazarla, asesinarla,
desaparecerla, torturarla y violarla. Por eso sus acciones son particularmente graves
–este argumento, ha sido debidamente señalado por el MOVICE en un reciente
comunicado, en donde expresan sus preocupaciones de que el Estado pase sus
crímenes de agache [8].
Puesto en esta perspectiva, quienes más se beneficiarán de este acuerdo en materia
de justicia, a diferencia de lo que afirma histéricamente Uribe, serán el Ejército y la
Policía, así como los sostenes civiles de la guerra sucia, que agazapados en los
gremios financiaron y estimularon el paramilitarismo sin haber ellos puesto una sola
gota de sangre.
Pero subsisten algunas inquietudes respecto a la forma que adoptará esta jurisdicción
especial según lo plantea el abogado Carlos Ruiz, quien ha participado en estos
debates en el marco del proceso de paz. Inquietudes aún más legítimas cuando se
tiene en consideración la naturaleza faltona y mentirosa de la oligarquía colombiana.
“Para una organización concebida como revolucionaria, no es lo mismo someterse a
tribunales de hoy o a jueces futuros, por definición ajenos, que pueden reproducir la
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matriz que se quiso superar, y no se pudo, máxime cuando no se ha reconocido la
complejidad del delito político y sus conexidades, ni se han aplicado amnistías
generales e indultos incondicionales, mientras su contraparte, el Estado colombiano,
puede someterse a cuantos compromisos de derechos humanos sean necesarios
suscribir, sin cumplir la inmensa mayoría de ellos: ostenta la calidad hegemónica
generada en la simbiosis exitosa de un Estado que es democrático en el papel, cuando
simultáneamente en estos cincuenta años de guerra ha consumado estrategias
sucias, de un verdadero genocidio político y un holocausto social.
(…) Haciendo tránsito las FARC-EP a la legalidad, no hay básicas garantías de no
repetición por su adversario, no hay depuración del Estado, ni reformas que aseguren
que nunca más se incurrirá en la barbarie, con la que se saluda hoy la esperanza en
este cruce de caminos. Y quizá hubiera sido deseable atar esto primero, antes que
aceptar someterse a unos procedimientos que pueden cargar sólo hacia un lado. (…)
Pues mientras una parte de la guerrilla acoge la posibilidad de ir en calidad de
victimaria ante tribunales, y se presta a dejar las armas, sin que se le haya reconocido
previamente y en hechos jurídicos amnistías e indultos, con una necesaria nueva
legislación sobre las conexidades del delito político, mientras emprende ese camino
sumamente arriesgado, el Estado continúa persiguiendo e infligiendo dolor injusto a
miles de seres resistentes. Ha firmado hoy, sin dar garantías de remover sus
instrumentos criminales.” [9]
¿Superado el punto más difícil de la negociación?
No es verdad, como afirmaron los medios de comunicación, que, con un acuerdo en
el punto de justicia, el tema más espinoso se haya resuelto. Quizás sea mostrado de
esta manera por el establecimiento por las razones dadas por Ospina en su citada
columna: “Esta semana Juan Manuel Santos ha conseguido mostrarle al mundo, con
gran cubrimiento mediático, que el acuerdo sobre justicia transicional al que ha
llegado con las Farc es el punto clave de los diálogos de La Habana, quizá porque es
el punto en el que las Farc parecen admitir que son las responsables de la guerra de
estas cinco décadas”, aunque, en realidad, los únicos grandes responsables sean esta
oligarquía indolente que de esta manera logra diluir su responsabilidad por este
desangre eterno [10].
Pero no es el tema más complejo. Queda aún el tema de la dejación de armas, el
cual no es menor dado a que un sector importante de la oligarquía quiere ver la
entrega de armas como un acto de humillación y de conquista simbólica de la
insurgencia campesina. Los guerrilleros farianos, por su parte, han insistido en varias
entrevistas que ese escenario no se dará y que optarán por la dejación de armas.
Quedaron también en el congelador dos temas del punto sobre la cuestión agraria
que son, de hecho, los más espinosos: el tema de los límites a la concentración de
tierras, es decir, la cuestión del latifundismo, y el tema de los límites a la
extranjerización de tierras, otro tema clave en la lucha contra las locomotoras
minero-enérgeticas y agro-industriales. En ambos puntos el gobierno es inflexible, y
ambos puntos, desde el punto de vista de la ideología fariana, deben ser
necesariamente abordados. Son temas irrenunciables inscritos en el ADN del
movimiento guerrillero.
Aún quedan esos temas y será muy difícil destrabarlos, más aún cuando vemos que
todas las medidas que está tomando el gobierno van en contravía de una resolución
medianamente favorable para los sectores campesinos y populares. La oligarquía,
que ya ha comenzado una ofensiva generalizada por la explotación de los territorios,
se está aprestando para que la paz le abra de par en par, sin ninguna clase de
restricciones, los territorios para sus inversiones; de alguna manera, en el presente,
la insurgencia ha sido un cierto límite a la expansión del gran Capital hacia las zonas
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rurales de economía campesina. Ya están comenzando a estallar conflictos en todo
el país debido a esta presión sobre la tierra que están viviendo las comunidades en
los territorios. Es probable que la mesa de negociaciones no pueda destrabar estos
temas, sin una fuerte presión popular. El movimiento popular no puede ser un
espectador en este punto y ver qué se decide por arriba, cruzados de brazos. La
movilización, la lucha, la organización y la presión creciente es, por esto
mismo, mucho más importante en esta fase de la negociación que
nunca. Solamente así se podrá alcanzar un acuerdo que, al menos en parte, recoja
las demandas de la mesa de unidad agraria, étnica y popular.
Y la cosa no acaba ahí. Tampoco se ha abordado el tema de refrendación de los
acuerdos, que incluye la propuesta insurgente –a la cual se ha opuesto el gobiernode realizar una asamblea constituyente, la cual tiene sus propias complicaciones.
Nada indica que una asamblea constituyente, de llegarse a dar, produzca una
constitución necesariamente más progresista y más proclive a los intereses populares
que la que ya hay. No es casual que sean los uribistas quienes también están agitando
la demanda de una constituyente, por lo que su incierta realización implica una aguda
lucha política en condiciones desfavorables con los sectores oligárquicos que se han
dedicado desde 1991 a cambiar la correlación de fuerzas que sustentó el compromiso
constitucional de ese entonces, aún más a su favor. Esto, sin entrar todavía en la
fase de implementación, que promete ser aún más difícil que la negociación de un
acuerdo. Con esto, no quiero decir que haya que desanimarse ante las enormes
tareas que tiene por delante el campo popular, sino sencillamente evitar falsos
triunfalismos, evitar dormirse en los laureles, evitar caer en la inercia a la
que
lleva
un
excesivo
optimismo,
confiándose
demasiado
del
desenvolvimiento del proceso como si los dados ya estuvieran echados a
favor del pueblo, porque no lo están (aún).
Y no olvidemos tampoco que el proceso con el ELN aún no arranca formalmente,
aunque se lleven años de discusiones en secreto. Aunque el comandante eleno,
Gabino, ha insistido en que existe una buena comunicación con las FARC-EP y que
ellos entienden el proceso como un solo, entendiendo la negociación de los elenos
como complementaria a la que se lleva adelante con las FARC-EP [11], lo cierto es
que esta es una negociación que, necesariamente, tendrá sus propios ritmos. La
oligarquía puede estar preparando un escenario en el cual aceleren las negociaciones
con las FARC-EP como manera de aislar al ELN, que tiene sus propias demandas,
muy fuertes por ejemplo en el tema de recursos naturales y del sector mineroenergético, claves para la actual estrategia de acumulación capitalista. Tampoco el
EPL está en las negociaciones, una fuerza formidable en una de las regiones más
complejas del país, como es el Catatumbo, y el gobierno de Santos no parece tener
la voluntad de sentarse en la mesa con ellos. La ausencia de un acuerdo sustancial
con estos sectores puede llevar a un nuevo ciclo de conflicto armado.
¿Irreversibilidad del proceso? Los ritmos de la lucha de clases
El proceso no es irreversible. Debido a la fórmula de “nada está acordado hasta que
todo esté acordado”, en cualquier momento la oligarquía puede patear la mesa. Es
cierto que, con todo lo que se ha avanzado hasta el momento, el costo político para
Santos de patear la mesa en estos momentos sería más alto, muchísimo más alto,
que hace seis meses. Sin embargo, el bloque dominante en todo momento estará
calculando, y calculará hasta el mismísimo final, cuál es la alternativa más
conveniente para ellos como clase, si seguir el curso de la guerra sucia o si firmar un
acuerdo de paz que les permita continuar siendo la fuerza hegemónica con algunas
concesiones, más o menos importantes según sea la fuerza popular que enfrenten.
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Pero nada en la lucha de clases es irreversible. No existen ni derrotas, ni triunfos
absolutos, menos aún para el bloque dominante que en todo momento está presto a
recomponer su hegemonía. Y digo “bloque dominante” porque, pese a quienes ven
en el gesto del apretón de manos un gesto entre iguales, esto solamente es así –y
en un sentido muy relativo- en el plano militar. En el plano político y en el plano de
la lucha de clases que lo sustenta, está claro que la oligarquía colombiana sigue
siendo el bloque dominante y que esto no será puesto en cuestión ni por las
negociaciones ni por el eventual acuerdo. Se puede decir que esta no será una
paz “de vencedores ni vencidos” en el plano de lo estrictamente militar, pero
lo cierto es que, en el terreno concreto de la lucha de clases, la oligarquía
mantiene su hegemonía, su control y la iniciativa. Es verdad que el actual
contexto político y el ascenso de la lucha de clases desde el 2008 en adelante han
erosionado esta hegemonía absoluta. Pero aunque vapuleada y desgastada, la
oligarquía sigue manteniendo firmes las riendas del poder y no se avizora que las
suelte en el corto o en el mediano plazo. Este análisis no significa que esa correlación
de fuerzas no pueda ser cambiada: puede y debe ser modificada. Pero eso es parte
de un proceso más largo en el cual mucho tienen que aportar las experiencias de
construcción de poder popular y de autonomía que se han venido desarrollando en
distintas partes del territorio de hace décadas. Para poder comenzar ese proceso, lo
principal es evitar triunfalismos infundados desde la izquierda, enguayabarse con la
foto del apretón de manos y marearse confundiendo el significado preciso del actual
momento histórico.
Existe una tendencia a suspender el análisis de la lucha de clases cuando se habla
del tema de paz, quizás por la hegemonía que el liberalismo ha mantenido por
décadas en el seno de la izquierda. Se divide el campo político entre “partidarios” y
“enemigos” de la paz, obviando que por paz se están entendiendo proyectos sociales
(de clase) muy diferentes, por parte de distintos actores. Hace unas semanas Santos
era el que no cumplía acuerdos, que le fallaba a los campesinos, y ahora, gracias a
un gesto político bien calculado (pero no por ello menos significativo) se ha convertido
nuevamente en el presidente de la paz, y habrá quien hasta considere en serio la
propuesta de ciertos sectores de la izquierda liberal de proponer a Humberto de la
Calle como candidato de “unidad” para el posconflicto en las elecciones del 2018 –
dando así nuevos bríos a esa oligarquía moribunda. Estos súbitos cambios de
opinión en ciertos sectores de izquierda reflejan un análisis cortoplacista,
coyunturalista, que no se asienta en una comprensión clasista de la realidad,
sino en un análisis voluntarista y superestructural. Es verdad que un acuerdo de paz
de ninguna manera soluciona el problema de la lucha de clases en Colombia; tampoco
la firma de la paz elimina la necesidad de buscar la construcción de una sociedad
socialista y libertaria. Pero la manera en que el pueblo enfrente la coyuntura, en que
los sectores organizados analicen sus tareas políticas del momento y decidan un
curso de acción para este momento tiene un impacto decisivo en el curso de la lucha
de clases en el futuro inmediato y mediato. En pocas palabras, dependiendo de
cómo se asuma el proceso de paz y su lugar en una estrategia revolucionaria
a largo plazo, es que los sectores populares pueden salir fortalecidos del
proceso de paz, en su lucha por una nueva sociedad, o pueden salir
debilitados, cooptados, desmoralizados y metidos en una camisa de fuerzas
–de la mano del liberalismo- como socio menor del bloque dominante para
garantizar la gobernabilidad oligárquica, con fachada democrática. Retomar
el análisis clasista es un primer paso para poder rearticular un proyecto propio de los
sectores populares y de armarse políticamente para las luchas que se vienen.
Conflicto social, Acuerdo de Paz y las luchas que se vienen
Es sabido, como hemos dicho, que la firma de un acuerdo de paz no significa el fin
de la lucha de clases, ni el fin del capitalismo, ni mucho menos, el fin de las
contradicciones sociales. Esta afirmación, no por ser de perogrullo, es menos
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necesario machacarla en el actual contexto. El tema es, como también decíamos, qué
tendencias se van a reforzar con la firma de la paz: si una tendencia a la
desmovilización popular, tendencia que objetivamente reforzará a la derecha, o una
tendencia a avanzar en las luchas y la organización populares, tendencia que,
objetivamente reforzaría las fuerzas de izquierda. Santos, como representante de la
oligarquía, ve la opción de paz o guerra en función de los intereses de su bloque
dominante. Pensar que un representante de la oligarquía va a realizar las labores que
solamente las fuerzas populares pueden realizar, es una peligrosa ilusión.
Razones totalmente distintas llevan al movimiento popular, a la insurgencia y a
Santos (así como a los sectores oligárquicos nacionales e internacionales que lo
sustentan) a buscar la paz. Mientras que el pueblo busca la paz con justicia
social, para poder avanzar en la consolidación de los derechos más básicos,
represados por una política feroz de represión centenaria, los sectores del
bloque dominante buscan la paz, naturalmente, para avanzar en sus propios
intereses, es decir, para seguir enriqueciéndose a costa de la miseria
popular. Esta contradicción no se definirá de manera puramente superestructural,
ni en base a ningún sofisma jurídico, ni en base a ningún acuerdo de paz. Esta
contradicción se definirá en el terreno concreto de la lucha de clases, y la
clase que logre imponerse mediante su capacidad organizativa y su fuerza,
será la que incline la balanza a su favor. Como decíamos, la oligarquía lleva la
delantera y son ellos los que están, en estos momentos, en mejores condiciones de
imponer su proyecto de paz para las inversiones multinacionales y para profundizar
la acumulación por despojo –proyecto que no puede sino exacerbar los conflictos
sociales.
Una de las primeras que salió a opinar después del apretón de manos de Timoleón
Jiménez y de Juan Manuel Santos, fue la estridente ultra-derechista Salud Hernández
en su columna de El Mundo. En ella, la periodista española afirma que “la firma de
un proceso de paz con las Farc, Juan Manuel Santos augura un imponente flujo de
inversiones nacionales y foráneas hacia su país (…)sin la amenaza de las Farc en
buena parte del territorio colombiano, gracias a la política de seguridad que
emprendió Álvaro Uribe, de cuyo gobierno Santos fue ministro de Defensa, y sin la
presencia de los paramilitares, que se desmovilizaron entre el 2005 y el 2006,
Colombia pasó de estado fallido a uno de las naciones de moda en el planeta para
hacer negocios” [12].
En la misma nota, Hernández plantea la apuesta europea por la paz como la apertura
de los territorios a la explotación por parte de los grandes inversionistas
internacionales sin ninguna clase de contrapeso:
“El Tratado de Libre Comercio con la Unión Europea, sellado en el 2013, también
contribuyó a que muchos empresarios del Viejo Continente volvieran sus ojos hacia
la nación sudamericana. En el 2014 la inversión española alcanzó los 2.154 millones
de dólares, un crecimiento del 126% sobre el año anterior, convirtiéndose en el tercer
principal inversor (…) Hace unos días el Presidente Santos recibió a una amplia
delegación de empresarios españoles, entre los que estaban presidentes de
compañías grandes como Sacyr, Gas Natural, Fenosa, Mapfre y Repsol, entre otras.
Y todos manifestaron su vivo interés por hacer negocios. Es indudable que saber que
las Farc no representarán un peligro para sus intereses a partir del pacto que
propiciará que la banda terrorista deje las armas, supone un aliciente.”
Sabemos que el pueblo no se cruzará de brazos a ver cómo le dejan el hueco donde
había monte. Aunque un sector se sienta tentado a pensar que nada puede frenar el
avance de las locomotoras y de esta visión dominante de la paz como una extensión
de la perversa política uribista-santista de la “seguridad inversionista”, lo cierto es
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que todo depende de cómo el pueblo articule la lucha por la paz (con justicia
social) con la lucha en contra del modelo social del despojo. El resultado de
estas negociaciones no está escrito en las estrellas y pueden servir para fortalecer o
para debilitar al movimiento popular, pero esto dependerá del propio movimiento
popular, de su capacidad de articularse y de superar la espontaneidad pura. Lo que
pase, dependerá de la fuerza y la resistencia que el pueblo oponga a esta ofensiva
que se viene del gran Capital, si se materializa este escenario de paz neoliberal y de
la paz del despojo, o si se logra frenar esta arremetida. La última palabra la tienen
las organizaciones populares.
Se requiere de una mirada sobria sobre el proceso de paz y su eventual terminación
en un acuerdo de paz –cuya implementación, sabemos, será, en el mejor de los
casos, extraordinariamente difícil. No podemos hacernos falsas ilusiones que con la
firma de un acuerdo de paz se acaban los problemas sociales o se habrá conseguido
lo más importante, más aún si se impone la paz “minimalista” de Santos. Como lo
señala el mismo Ospina, “Una paz sin enormes cambios sociales, sin proyecto urbano,
sin una estrategia económica generosa, sin un proyecto ambicioso de juventudes,
podrá ser una buena campaña de comunicación, pero no llegará al corazón de
millones de personas que necesitan ser parte de ella” [13] . Aún estamos a tiempo
de empujar una paz con mayores concesiones para el pueblo, una paz que profundice
los componentes de justicia social, pero eso no ocurrirá espontáneamente.
Sea como sea, la firma de un acuerdo de paz, eventualmente, debería ser el
comienzo de un nuevo proceso de luchas sociales en donde –si las cosas salen
como deberían, algo altamente improbable- la oligarquía debería, en teoría, renunciar
a la guerra sucia contra el pueblo. Pero sabemos –y esto lo sabe la comunidad
internacional y los burócratas de la resolución de conflictos y construcción de pazque el gobierno no cumplirá los acuerdos, mentirá y mantendrá niveles importantes
de represión, que serán descritos como niveles “aceptables” por los socios en EEUU
y la UE, que tienen demasiados intereses estratégicos en Colombia como para montar
una alharaca por unos cuantos campesinos masacrados. No hay que caer en esa
infantil ilusión burguesa de que con el fin del conflicto armado se le acabará
a la oligarquía la “excusa” para criminalizar al movimiento popular y para
reprimir. Como lo dijo el revolucionario guineano Amílcar Cabral, bajo las
condiciones del capitalismo, toda lucha es armada: sólo que a veces el pueblo tiene
armas y a veces no. Pero el Estado siempre las tiene y siempre las utiliza contra el
pueblo cuando ve sus intereses estratégicos amenazados. La fuerza organizada del
pueblo es la única barrera objetiva que tendrá esa violencia de clase. Hay que esta
advertidos y preparados para los conflictos del posconflicto.
Notas
[1] http://caracol.com.co/radio/2015/09/24/politica/1443058060_336247.html
[2] Ver, por ejemplo, http://prensarural.org/spip/spip.php?article17791
[3] http://www.elespectador.com/opinion/los-invisibles
[4] http://somosdefensores.org/index.php/en/publicaciones/informes-siaddhh/134los-nadie
[5] Sobre este último punto ver http://anarkismo.net/article/28474
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[6] Sobre el particular, ver dos artículos anteriores, escritos en el contexto de la reelección
de
Santos http://anarkismo.net/article/27091 & http://anarkismo.net/article/27046 .
Ver también http://anarkismo.net/article/27180
[7] http://www.rebelion.org/noticia.php?id=203690&titular=%93debemosprepararnos-para-la-paz%94[8] http://prensarural.org/spip/spip.php?article17810
[9] http://www.rebelion.org/noticia.php?id=203667&titular=el-acuerdo-sobretribunales:-%BFsin-derrota-ni-derroteros-de-justicia?[10] http://www.elespectador.com/opinion/los-invisibles
[11] http://www.rebelion.org/noticia.php?id=203740&titular=%93el-proceso-depaz-colombiano-es-uno-solo%94[12] http://www.elmundo.es/economia/2015/09/24/56041e27268e3e2b1a8b45cb.
html
[13] http://www.elespectador.com/opinion/los-invisibles
LA TEORÍA POPULISTA: LÓGICA POLÍTICA Y AMBIGÜEDAD IDEOLÓGICA
http://www.rebelion.org/noticia.php?id=203890
Antonio Antón
Rebelión
Comunicación al X Congreso Vasco de Sociología y Ciencia
política. Universidad del País Vasco (Bilbao), 3 y 4 de
septiembre de 2015
Introducción
El populismo ha adquirido gran relevancia en el debate político, mediático e
intelectual, particularmente tras el ascenso electoral de Podemos y la victoria de la
Syriza griega, a los que el poder liberal-conservador y su aparato mediático acusa de
ser populistas. Propiamente, es una teoría política. Con esa palabra también son
identificados diversos movimientos populares y corrientes políticas, a menudo
antagónicos. Así mismo, se utiliza como insulto, en el sentido de demagógico, iluso
o autoritario, para descalificar a posiciones críticas y defender el establishment. El
análisis no es fácil ya que ese pensamiento es poco preciso, las tendencias políticas
bajo ese rótulo son muy diversas y contradictorias y, ante las expectativas de cambio
político derivado del ascenso de las fuerzas alternativas en España, se acentúa la
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pugna cultural y de legitimación de los distintos actores políticos. Por tanto, es
necesario valorar con rigor su significado en los tres sentidos.
Este texto analiza la teoría populista, fundamentalmente, a partir de la valoración
crítica de los planteamientos de Laclau (2013). El ascenso electoral de Podemos y la
influencia de esta doctrina en algunos de sus dirigentes le da una mayor relevancia
para evaluar sus componentes principales y realizar una valoración crítica de sus
aportaciones a la teoría social y política.
En primer lugar, definimos el concepto de populismo como doctrina política que pone
el acento en la defensa de las demandas populares con una determinada lógica
política. En segundo lugar, explicamos la diversidad de la orientación política de los
movimientos populares. En tercer lugar, analizamos la lógica populista y la
indefinición de su orientación política e ideológica o, en otro sentido, su prioridad por
la forma de hacer política (la polarización social y la búsqueda de la hegemonía
político-cultural e institucional) y la infravaloración de los componentes
programáticos y la propia experiencia de los distintos actores y las interacciones
populares. En cuarto lugar, profundizamos en la concepción de pueblo de Laclau y su
influencia en Podemos, dentro de su enfoque dicotómico respecto de las élites. Por
último, exponemos el enfoque del análisis de la identidad ideológica de un actor, que
se construye con su carácter, su experiencia y su proyecto.
En definitiva, abordamos varios aspectos relacionados con la perspectiva de
polarización sociopolítica emancipadora frente a las actuales élites dominantes y su
carácter antisocial, oligárquico y autoritario y definimos cómo se construyen las
identidades colectivas y se conforma la cultura popular, el significado de la
polarización social o pugna sociopolítica y la hegemonía cultural y política, así como
las características e insuficiencias de la teoría populista, en particular su ambigüedad
ideológica.
1. Qué es populismo
Populismo, con una definición sencilla (Diccionario María Moliner), es la doctrina
política que pretende defender los intereses de la gente corriente, a veces
demagógicamente. La apelación a las demandas del pueblo, en el sentido de capas
populares (la plebe), frente al poder establecido o las élites dominantes es lo más
específico de este pensamiento. Para profundizar en esta idea básica, particularmente
en la ambigüedad ideológica de la teoría populista, vamos a analizarla teniendo en
cuenta la aportación de Ernesto Laclau (2013), reconocido teórico del populismo de
izquierdas, algunas de cuyas ideas influyen en dirigentes de Podemos.
Este autor se considera así mismo postmarxista, crítico con el determinismo
economicista o estructuralista del marxismo ortodoxo y el vanguardismo de partido
como representación de la clase obrera, tanto en la versión leninista cuanto en la de
la IIª Internacional (Kaustky). Sus influencias más significativas vienen, por una
parte, de Gramsci y su valoración de la importancia de la hegemonía política y cultural
y la configuración de un bloque popular-nacional frente a las clases dominantes, y
por otra parte, del psiquiatra Lacan, con la relevancia de la subjetividad, el discurso
y el concepto de ‘sobredeterminación’, y los filósofos Foucault y Derrida, con la
importancia del poder y sus ideas posestructuralistas.
La definición anterior de populismo no dice nada de su contenido sustantivo, de su
orientación y papel político-ideológico. La llamada al pueblo aclara algo de su
composición interclasista de distintas capas populares (clases trabajadoras y medias,
campesinado, pequeña burguesía propietaria, desempleados o precariado…) frente a
las élites dominantes. En ese sentido se pone de parte de las clases subalternas, pero
159
no especifica la relevancia, los contornos y el papel de cada grupo social y su
representación dentro del conjunto popular. Pretende modificar el poder, pero
tampoco precisa las características sustantivas del tipo de sociedad, economía y
estado a construir: reaccionarias y autoritarias o democráticas y progresistas. Al
hacer hincapié en el sujeto pueblo frente al poder (oligárquico) se deduce que puede
tener un componente emancipador de la dominación. Pero eso la teoría populista no
lo explicita al considerarse como un enfoque que no entra en el carácter del proyecto
transformador.
Sabemos algo del qué (el cambio) y quién sustituye quién (el pueblo, su nueva
representación, a la oligarquía anterior), y muy poco sobre el para qué, más allá de
una redistribución del poder, es decir, el contenido sustantivo del cambio. Esta teoría
se centra en el ‘cómo’ ganar (polarización, hegemonía) los de abajo a los de arriba,
y deja en un segundo plano los demás interrogantes. Los fundamentos de su
aportación son de orden procedimental: es a partir de las demandas insatisfechas del
pueblo como se opera una unificación de las demandas populares, se construye un
discurso y una retórica y se articula una hegemonía político-cultural para vencer al
poder establecido. Esa apelación al pueblo, a considerar la opinión de la ciudadanía,
le da un sesgo democrático y anti-elitista. Luego viene la necesidad y el carácter de
su articulación, no siempre bien resuelta.
Por otro lado, hay que distinguir entre teoría populista, con ese componente de
indefinición sustantiva, político-ideológica, sociocultural o programática, y
movimientos populares reales e incluso personalidades y teóricos que se consideran
populistas. Todos ellos apuestan por la defensa del pueblo frente al poder constituido;
pero además, y es lo principal para definirlos, son portadores de un contenido
sustantivo: orientación, objetivos, valores éticos, dinámica, tipo de relaciones y
alianzas. Y esos componentes pueden ser democráticos o autoritarios, igualitarios o
injustos, liberadores o dominadores, emancipadores o de subordinación popular, así
como con elementos neutros, intermedios y mixtos.
En el primer plano, teórico, podemos decir que no hay populismo de izquierdas o de
derechas, su definición se plantea en el campo de la lógica de la acción política, de
los mecanismos de confrontación y acceso al poder. Muchos movimientos populares
reales pueden compartir esa lógica. No obstante, su situación socioeconómica o de
subordinación política, el sentido de sus demandas y reivindicaciones, sus valores
sociales, éticos y democráticos o, en fin, el significado de su práctica sociopolítica, su
experiencia, sus aspiraciones y el modelo social y político a conseguir, son los
aspectos más fundamentales y definitorios de su carácter. De esa forma existen
dinámicas populistas reales de izquierda o de derecha, nacionalistas o estatistas. La
cuestión es que existen movimientos, tendencias o personas progresistas, igualitarios
y liberadores o, bien, reaccionarios, conservadores y autoritarios. Además, se
enfrentan al establishment, sin que por ello se les deba clasificar bajo la etiqueta de
populismo.
Por tanto, sus categorías centrales, antagonismo de dos bloques, poder
(institucionalizado) y pueblo (emergente), y construcción hegemónica del segundo
frente al primero mediante la unificación de demandas populares, son importantes
pero insuficientes para identificar su posible doble (o variado) carácter: por un lado,
el sentido emancipador, igualitario y solidario de un movimiento popular o, por otro
lado, su significado autoritario, regresivo y divisionista. Para ello habría que
considerar los componentes sustantivos de los sujetos de determinado proceso
político (igualdad, libertad, democracia, solidaridad, laicidad) que son constitutivos
de la realidad de los dos campos principales, poder establecido y pueblo, y su
interacción.
160
En la definición de la teoría populista quedan marginados al centrarse en los
mecanismos o procedimientos de acceso al poder. No es una técnica neutra para
conquistarlo y gestionarlo. Pretende servir a la mayoría popular subordinada frente
a la minoría dominante. Pero al no valorar el sentido de cada movimiento popular
real, su cultura, sus valores y su orientación programática, así como el tipo de poder
al que se enfrenta, no permite juzgar cómo se articula ese pensamiento con el
movimiento y se avalúa su trayectoria y significado (Antón, 2015b).
2. La razón populista como lógica política
La razón populista de Laclau no es propiamente una ideología o una teoría política
con una estrategia y un programa definidos. No es una doctrina completa o cerrada
como las clásicas provenientes del siglo XIX (liberalismo, socialismo, marxismo,
nacionalismo), ni tampoco un proyecto o modelo social y económico, valores éticos
e ideales, más allá de impulsar la participación popular y la radicalización de la
democracia. Solo propone unos criterios básicos para la acción política: 1)
polarización de los de abajo frente a los de arriba; 2) empoderamiento y hegemonía
del pueblo frente al poder establecido, y 3) radicalización democrática y participativa
(proceso constituyente) contra la oligarquía. Esos tres ejes, no exclusivos de esta
corriente, le dan a esta teoría un perfil ‘popular’, diferenciado de las minorías
oligárquicas actuales y sus políticas antisociales. Pero son insuficientes para
determinar su significado político, su orientación programática y su evolución.
De hecho bajo ese rótulo de populismo se suelen incorporan una gran variedad de
movimientos populares y tendencias políticas con contradictorias posiciones políticas
e ideológicas, desde el nazismo, el actual neofascismo europeo y el etnopopulismo
hasta el populismo latinoamericano y el partido comunista italiano de Togliatti,
pasando por sectores críticos de la actual socialdemocracia europea o el ala izquierda
del Partido Demócrata estadounidense.
Esa lógica política hay que referirla siempre a cada contexto y sus actores principales.
Su sentido y su capacidad interpretativa y articulatoria están vinculados con el
carácter del movimiento popular concreto, con su experiencia sociopolítica, su
cultura, su por qué y su para qué. En particular, en situaciones como la actual en
España, esos mecanismos adquieren un significado preciso, progresista y
democratizador. El fenómeno Podemos es diferente al chavismo venezolano, más
parecido a la Syriza griega y contrario al francés Frente Nacional de Le Pen. Quedarse
en el antagonismo o la apelación al pueblo todavía deja una gran vaguedad que cada
actor rellena con su orientación político-ideológica particular, dándole a esos
conceptos un significado contradictorio.
Esas tres dicotomías y sus dobles elementos están interrelacionados con la realidad
social y la conciencia popular específicas del actual conflicto social y político en esta
crisis sistémica (Antón, 2013). En España ese enfoque, ligado a una experiencia
democrática y una cultura de justicia social y derechos humanos del movimiento
popular, así como un talante progresista de las elites asociativas, permite elaborar
una determinada orientación política básica. Ésta no es de carácter reaccionario y
totalitario como puede ocurrir en otros países, sino de carácter igualitario y
democrático, al estar asentada en una dinámica sociopolítica progresiva y alternativa
frente a un poder regresivo. La inserción de ese esquema interpretativo y de acción
política, con una ciudadanía indignada frente a los recortes sociales, el autoritarismo
político y la corrupción institucional, y una ciudadanía activa crítica y progresista, le
permite consolidar un talante ideológico emancipador: defensa de las capas
populares, sus derechos sociales y sus libertades democráticas frente a la
desigualdad y la subordinación promovidas por ‘este’ poder institucional y financiero
161
y su estrategia antisocial y autoritaria. Así ha sido visto por una gran parte de la
ciudadanía descontenta.
Esa lógica política al asociarse con la dinámica específica de un movimiento popular
progresista y sus demandas sociales y democráticas, bloqueadas por las élites
dominantes, da como resultado un impulso hacia un cambio social y político
igualitario y liberador; y nítidamente democrático y progresista, aunque tenga
diversas lagunas. Junto con el proceso de conformación, exigencia y conquista de
estas demandas populares, puede aportar una identificación colectiva, cultural o
ideológica, mucho más definida en su significado emancipador que las ideologías
convencionales, incluidas algunas supuestamente progresistas o de izquierda. Pero,
entonces, ya se está combinando con el material cultural y relacional existente,
conformado por diversos fragmentos y corrientes culturales más o menos eclécticos
o coherentes.
Sin embargo, son la situación y la conciencia social de desigualdad e injusticia frente
a la gestión regresiva de las élites dominantes, así como la existencia en la sociedad
de una amplia cultura de los derechos humanos y la justicia social, una fuerte
capacidad expresiva y un amplio tejido asociativo progresista, los factores que
condicionan la constitución de este tipo de movimiento cívico y democrático, incluida
su articulación política y electoral (Antón, 2014a).
En comparación, este discurso polarizado ha servido para explicar mejor la
prepotencia de los adversarios del poder, encauzar una aspiración de defensa
ciudadana de los derechos y libertades y estimular el cambio progresista, que los
discursos de las izquierdas tradicionales.
Las grandes ideologías de estos dos siglos, incluidas las de las izquierdas, no son
suficientes para interpretar la nueva problemática social y política. Menos para definir
y orientar un proyecto transformador de carácter democrático, igualitario y
emancipador. No por ello hay que desechar todo su contenido o no aprender de sus
errores. Existen muchos elementos imprescindibles para incorporar en un nuevo
discurso, incluido las mejores ideas y proyectos ilustrados, progresistas y de las
izquierdas, bajo los grandes valores e ideales de libertad, igualdad y democracia. No
son palabras vacías, sino ideas-fuerza que han estado encarnadas en los mejores
movimientos sociales y populares de estos siglos y constituyen componentes
fundamentales para las fuerzas alternativas.
La teoría populista de Laclau, desde su primer desarrollo (Laclau y Mouffe, 1987),
recoge aspectos del marxismo menos ortodoxo (Gramsci y Mariategui) y elementos
postmarxistas. Junto con aportaciones de otros pensadores, como E. P. Thompson
(1979, y 1981) y Ch. Tilly et al. (2005), aportan algunos esquemas interpretativos
de la dinámica de la contienda política y el significado de los movimientos sociales y
populares. No llegan a conformar una teoría acabada, hoy imposible. Estamos ante
una crisis también ideológica o una situación post-ideológica, pero sin llegar a afirmar
la idea conservadora del fin de la historia o la idea postmoderna de la invalidez de
los relatos y proyectos colectivos. Se trata de elaborar paradigmas de alcance medio.
Teorías sociales que favorezcan la interpretación de los nuevos hechos sociales y
faciliten su transformación progresiva (Antón, 2014b).
No obstante, la teoría populista, además de ese límite de reducir su contenido a la
lógica de la acción política, tiene otras deficiencias. En particular, relacionado con su
contenido ideológico o programático, la creencia de que una lógica o técnica de acción
política sea suficiente para orientar la dinámica popular hacia la igualdad y la
emancipación. O que con un discurso apropiado, al margen de la situación de la
gente, se puede construir el movimiento popular. Infravalora la conveniencia de dar
162
un paso más: la elaboración propiamente teórica, normativa y estratégica, vinculada
con las mejores experiencias populares y cívicas, para darle significado e impulsar
una acción sociopolítica emancipadora e igualitaria. El paso de las demandas
democráticas y populares insatisfechas hasta la conformación de un proyecto
transformador y una dinámica emancipadora debe contar con los mejores ideales y
valores de la modernidad (igualdad, libertad, laicidad…). Estos, en gran medida, se
mantienen en las clases populares europeas a través de la cultura de justicia social,
derechos humanos, democracia…, cuyo refuerzo es imprescindible.
3. Diversidad de la orientación política de los movimientos populares
El significado del proceso de sustitución del poder establecido por el movimiento
popular, para la teoría populista, está indefinido ideológicamente, así como el
carácter de los dos principales tipos de agentes y si el cambio institucional va en un
sentido emancipador e igualitario o en otro opresivo y desigual. La apelación al pueblo
no es suficiente para explicar el sentido completo de un movimiento populista y
tampoco es un rasgo específico de él. Nos encontramos que, históricamente, ha
habido populismos de ‘izquierda’ y de ‘derecha’, incluso de izquierda radical y de
extrema derecha o, también, nacionalistas y estatistas, autoritarios y emancipadores.
Los movimientos populares considerados populistas tienen un rasgo común: una
lógica política que consiste en la polarización de los dos bloques, poder y pueblo, la
constitución de éste en sujeto global de cambio, con plena identificación con sus
demandas populares, para la conquista de la hegemonía, cultural y política, frente a
la oligarquía o poder establecido.
No obstante, esas dinámicas pueden tener suficientes diferencias sustantivas y ese
rasgo común ser muy secundario para su identificación. Dicho de otro modo, el
conflicto sociopolítico y la hegemonía de unos actores sociales y políticos no son
mecanismos analíticos o normativos específicos de la teoría populista. Son
compartidos por otras corrientes de pensamiento: desde el marxismo y el
hegelianismo hasta el nacionalismo y el fascismo, pasando por la teoría política
progresista y social-liberal. Si Maquiavelo, fundador de las ciencias políticas, ya
aportaba elementos para la gestión política y la dominación por parte del Príncipe,
luego clase dominante y Estado, el populismo pretende ser una doctrina al servicio
del pueblo frente al poder instituido. Pero esa idea genérica también es compartida
por otras corrientes doctrinales.
Sin embargo, esos mecanismos, en ausencia de la interpretación de la dinámica
efectiva y la concreción explícita respecto de una función o un proyecto igualitario,
emancipador y democrático, son compatibles con distintos tipos de movimientos
sociales y procesos de protesta social. La apelación al pueblo la realizan todo tipo de
élites y fracciones del poder para incrementar su legitimidad social o su
representatividad parlamentaria. No obstante, no es un indicio suficiente para la
evaluación de su sentido reaccionario o emancipador. Tampoco son completamente
definitorios otros elementos como el liderazgo o el presidencialismo, utilizados por
todo tipo de partidos políticos y grupos sociales, con un impacto mucho más
pernicioso cuando se tiene más poder, así como el querer acceder al poder desde
una posición subordinada.
Su valoración sustantiva depende de qué tipo de poder se pretende derribar y qué
características tiene la fuerza emergente, más allá de poseer una base popular, que
también la suelen tener grupos conservadores o reaccionarios, y homogeneizar
algunas demandas sociales bloqueadas desde el poder establecido. Con solo esos
elementos de identificación, de lógica política, se produce una dispersión del
significado de cada movimiento populista real que habría que juzgar por esa
orientación de fondo (el qué, por qué y para qué), que precisamente no entra en su
163
definición de populismo (centrada en el cómo) y más allá de su pretensión de disputar
el poder.
Sin ánimo de ser exhaustivos, Laclau considera populistas los siguientes movimientos
populares: el populismo ruso del siglo XIX, basado en el campesinado frente al
zarismo; el partido comunista italiano en la posguerra mundial, con Togliatti y su
propuesta de llevar a cabo las ‘tareas nacionales de la clase obrera’ y constituir un
‘pueblo’; la Larga Marcha de Mao y el partido comunista chino, en los años treinta,
con su ‘frente anti-japonés’, incluido la alianza con el Kuomintang; el peronismo de
Argentina, desde la década de los cincuenta; el neofascismo xenófobo del Frente
Nacional del francés Le Pen y distintos movimientos similares de extrema derecha
aparecidos en Europa en los últimos años.
El concepto de ‘fronteras flotantes’ de este autor tiene sentido para explicar estos
casos. Expresa que tanto el poder cuanto el pueblo se construyen políticamente en
un contexto determinado y son autónomos de la configuración estricta del poder
económico o la estructura social. Supone que incluso una fracción del poder financiero
o institucional puede pasar a ser considerado parte del pueblo (o aliado), frente a
otra fracción del poder todavía más regresivo. En esta situación no significa que no
importe el carácter político-ideológico de una fuerza, sino que la línea de demarcación
de amigo-enemigo se fija precisamente por ese significado político o geoestratégico,
no por su estatus económico. A esa idea de variación de los límites de cada uno de
los dos campos principales podríamos añadir la existencia de sectores ‘flotantes’ o
intermedios, que van y vienen o no se definen completamente por ninguno de los
dos bandos en conflicto abierto.
4. Lógica populista e indefinición de su orientación política e ideológica
La teoría populista mantiene una ambigüedad ideológica o la indefinición doctrinal de
su orientación política, lo que da lugar a que bajo esa palabra exista una dispersión
de distintos movimientos populistas (o populares) en el eje principal del sentido
autoritario-regresivo o emancipador-igualitario. Debido a ese cajón de sastre, con
dinámicas sustantivas contrapuestas, desechamos cualquier identificación de un
movimiento social democrático como el español con esa corriente de pensamiento o
bajo su etiqueta, ya que no define lo sustancial del mismo y genera confusión. Su
indefinición respecto a valores centrales de libertad, igualdad y democracia, la
incapacita para la identificación con su discurso, cuya ambigüedad ideológica deja el
campo libre para que su contenido identificador lo rellenen otros o con materiales
reaccionarios (Antón, 2015b).
Sinteticemos los elementos centrales de la teoría populista de la mano de Ernesto
Laclau (2013): El populismo es, simplemente, un modo de construir lo político (p.
11). O bien, de forma más extensa:
Por ‘populismo’ no entendemos un ‘tipo’ de movimiento –identificable con una base
social especial o con una determinada orientación ideológica- sino con una ‘lógica
política’… La lógica política está relacionada con la institución de lo social… que surge
de las demandas sociales y es, en ese sentido, inherente a cualquier proceso de
cambio social… presupone la constitución de un sujeto político global… implica la
construcción
de fronteras
internas
y
la
identificación
de
un
‘otro’
institucionalizado. Siempre que tenemos esta combinación de momentos
estructurales, cualesquiera que sean los contenido ideológicos o sociales del
movimiento político en cuestión, tenemos populismo de una clase u otra… El lenguaje
de un discurso populista siempre va a ser impreciso y fluctuante: no por una falla
cognitiva, sino porque intenta operar performativamente dentro de una realidad
164
social que es en gran medida heterogénea y fluctuante (2013: 150-151) (lo
subrayado es mío).
El populismo como teoría es, sobre todo, una ‘lógica política’, una forma de construir
lo político y acceder al poder. Tiene una base popular, sin especificar su composición
interna y el condicionamiento de sus intereses materiales, que se enfrenta a un poder
(oligárquico o minoritario), sin definir su carácter. No tiene una orientación ideológica
determinada, de izquierdas o de derechas (o de centro).
Lo específico del populismo sería la existencia o la construcción de dos bloques
diferenciados, uno el poder establecido, otro el sujeto político popular que se
conforma con la unificación de las demandas sociales (insatisfechas por el bloqueo
del poder). Se parte de las demandas sociales, inicialmente heterogéneas o
‘democráticas’, para construir las demandas ‘populares’, a través de un proceso
‘equivalencial’ de juntar lo común de aquellas e impulsarlas y superarlas en una
dimensión global. Básicamente, el populismo son estos dos rasgos encadenados:
constitución de dos bloques antagónicos, con claras fronteras (aunque ‘flotantes’)
entre poder y pueblo, y construcción de un sujeto de cambio a través de la
identificación y la hegemonía de las demandas populares, con el discurso, el liderazgo
y la retórica correspondientes.
No obstante, existe la evidencia histórica de diversas polarizaciones sociopolíticas en
dos campos fundamentales contrapuestos, los dos con cierta base popular y con
gestión del poder o vocación de ejercerlo. Por tanto, es importante precisar dos
cuestiones: 1) los mayores vínculos de cada uno de ellos con los poderosos y
fracciones de ellos o con las capas populares; 2) si sus proyectos y tendencias
transformadoras van en un sentido progresista en lo socioeconómico y
democratizador en lo político o lo contrario, de mayor subordinación popular y
autoritarismo del poder. Con esa formulación de pueblo frente a poder, no se
terminan de definir los objetivos, los valores y los proyectos de sociedad y sistemas
políticos y económicos. El elemento clave para esa teoría es partir de las demandas
de los de abajo, del pueblo, pero no se nos dice cómo se han conformado, a qué
intereses y prioridades obedecen y qué función tienen en relación con el avance hacia
esos objetivos globales, de menor desigualdad y mayor libertad de los grupos
subalternos y dominados.
El paso de necesidades e intereses de las clases trabajadoras (incluyendo precariado
y desempleados) y clases medias (estancadas o descendentes) a reivindicaciones
inmediatas requiere unas mediaciones y una articulación, que solo aparecen en el
paso siguiente: de las exigencias básicas y democráticas a su transformación en
demandas populares, con una dimensión global y una identidad popular antagónica
con el poder o la casta. Esa identidad de antagonismo se asemeja a la conciencia de
clase del marxismo que permitía la formación de un conjunto social (clase obrera o
trabajadora) diferenciado y opuesto a la clase dominante (burguesía u oligarquía)
(Antón, 2014a).
Esta teoría populista define un mecanismo o un procedimiento: antagonismo de dos
sujetos, el poder popular emergente frente al poder existente. Y luego señala las
pautas para la constitución del sujeto (pueblo) para acceder y construir un nuevo
poder a través de la hegemonía.
Laclau no es determinista como las versiones ortodoxas o rígidas del marxismo. Para
él lo principal es la existencia dentro de la población de esas demandas iniciales
insatisfechas, como una cosa dada. Las demandas populares aunque son de la gente
corriente, es decir, obedecen a intereses de las capas subalternas, dependerían
menos de las condiciones materiales del pueblo. En su conformación tendría un papel
165
mucho más fundamental el activismo constructivista o la articulación de una élite que
ofrece un discurso y una retórica. Por una parte, con suficiente ambigüedad –
significante vacío- para englobar el máximo de descontento y exigencias populares
y, por otra parte, para facilitar la construcción de la identificación del pueblo frente
al poder oligárquico. Así, el dar nombre a las realidades sería fundamental para
conseguir hegemonía.
La cuestión es que esa ‘nominación’ tiene que tener un nexo con la realidad social y
la experiencia vivida por la mayoría de la población. Es decir, debe representar o
expresar un significado relacionado con la mejora de su situación de desventaja o
subordinación o, lo que es lo mismo, debe señalar un camino hacia mayor
emancipación e igualdad.
En resumen, el discurso sobre unos mecanismos políticos (polarización, hegemonía,
demandas populares), para evitar ambigüedades que permitan orientaciones,
prácticas o significados distintos y contradictorios, debe ir acompañado con ideas
críticas, asumidas masivamente, que definan un proyecto transformador
democrático, igualitario y solidario. Queda abierta, por tanto, la necesidad de un
esfuerzo específico en el campo cultural e ideológico para avanzar en una teoría social
crítica y emancipadora que sirva para un cambio social y político de progreso.
5. La concepción de pueblo de Laclau y su influencia en Podemos
La teoría populista de Laclau (2013), referencia intelectual de algunos dirigentes de
Podemos, tiene varios tipos de deficiencias, tal como se ha explicado antes: 1) al
hablar de dos polos antagónicos, exclusivos y excluyentes entre sí, simplifica en
exceso; 2) al exponer su concepto de hegemonía totalizadora puede eliminar el
reconocimiento de la representatividad y los derechos de la minoría oligárquica que
controla el poder; 3) al sobrevalorar el papel del discurso, las nuevas élites y la
articulación de demandas populares, infravalora las características sociopolíticas y
culturales, la experiencia relacional y las capacidades asociativas de los propios
sujetos activos. Pero, sobre todo, 4) la ausencia de un discurso y un proyecto
igualitarios y emancipadores y la reafirmación solo de una ‘lógica’ política de fuerzas
emergentes frente a poder establecido, no permite aclarar lo sustantivo de un
movimiento popular: su orientación y su función regresivas y autoritarias o
progresivas y emancipadoras. Y esto es lo principal para definir una dinámica de
movilización social y cambio político. La ambigüedad respecto del contenido
sustantivo puede permitir introducir en esa clasificación de populismo todo tipo de
movimientos contestatarios, muchos de ellos antagónicos entre sí, solo con ese rasgo
común de enfrentarse al poder establecido.
Laclau señala la necesidad de una separación tajante entre un pueblo, cuya identidad
y hegemonía se tienen que construir a través de la articulación de demandas
populares, y la oligarquía de los poderosos. Es una posición constructivista, no
determinista ni mítica. La lógica de conflicto social se enfrenta a la otra lógica de
consenso, paz social y legitimación del poder establecido. Además, expone cierta
flexibilidad en su concepción de pueblo al señalar su pluralidad interna y la
importancia de valores universales que trasciendan cada singularidad étnica. En la
última parte de su libro, vuelve parcialmente sobre sus pasos más rígidos e insiste
en la existencia de distintos populismos, unos de izquierda, otros de derecha, incluso
algunos estatistas, incrustados y dependientes del poder del estado. Y reconociendo
una consecuencia de su teoría populista, para nosotros especialmente problemática,
la indefinición del contenido sustantivo u orientación político-ideológica de un
movimiento popular, plantea abiertamente que su superación es imprescindible como
elemento fundamental para explicar el carácter (significante) tan diferente de los
distintos populismos.
166
Así, llega a distanciarse claramente de los excesos totalitarios del etnopopulismo o
nacionalismo extremo, expone la necesidad de reconocer al ‘otro’, dentro del campo
popular, y se opone a las tendencias autoritarias y uniformadoras. Había sido
contundente en la separación y el antagonismo del pueblo respecto de la minoría
poderosa, manifestando incluso que ésta debía ser excluida de la comunidad (como
clase hegemónica e identidad colectiva legítimas), en una expresión poco afortunada.
No obstante, ahora, al aplicar el etnopopulismo esas fronteras separadoras y
jerárquicas dentro del pueblo ve los peligros de esa posible exclusión de una parte
de la población (una etnia, otra capa popular) en nombre de otra parte de la gente,
que quiere ser hegemónica, en su acepción de totalizadora en la representación del
todo social (como en el ejemplo de los nacionalismos yugoslavos que critica).
Igualmente, este autor matiza la rigidez de sus formulaciones ideales, de fronteras
nítidas y un pueblo homogéneo. Y hace hincapié en la heterogeneidad interna del
pueblo o el desplazamiento de las fronteras flotantes de los dos campos antagónicos,
así como la existencia de contenidos universales que desbordan las fronteras étnicas
y son comunes a una pluralidad de identidades. Incluso admite que existe una
universalidad no solo de procedimientos (el mecanismo de la polarización o la
democracia) sino también de contenidos sustantivos (por ejemplo, nosotros diríamos
la libertad y la igualdad o los derechos humanos).
Laclau, aunque comete excesos respecto de la negación (identitaria) de la oligarquía,
reconoce la diversidad interna del pueblo. El sujeto pueblo, según él, debe ser
‘construido’ a través de la conversión de las demandas democráticas en demandas
populares globales, con el liderazgo y el discurso adecuados. No hay una concepción
esencialista de pueblo que imponga el totalitarismo. Aunque tenga formulaciones
extremas, busca el empoderamiento de la gente y su hegemonía respecto de la
oligarquía, y establece fronteras claras aunque flotantes con ella.
Otro nivel es el relleno sustantivo que el populismo europeo de ultraderecha hace de
la concepción de pueblo, de tipo esencialista y excluyente, y qué sentido le da a la
polarización política y la hegemonía totalizadora, poniendo como enemigo del
‘nosotros’ (autóctonos) no al poder establecido sino al ‘otro’ (inmigrantesextranjeros) u otros países (ultranacionalismo). Pero son aspectos completamente
diferentes a las propuestas de Podemos o el populismo de izquierdas (Antón, 2015a).
Por otro lado, aunque algunos dirigentes de esa organización reconocen su
vinculación con ideas de Laclau, no supone que asuman su expresión más excluyente
para definir su identidad. Tampoco se puede hablar del fenómeno Podemos, el
conjunto de sus simpatizantes, activistas y órganos dirigentes, como fanáticos
defensores de esa teoría completa, seguidores de experiencias políticas autoritarias
y anuladores del pluralismo democrático. Menos todavía cuando, además, insisten en
que el suyo es el modelo social y democrático de los países europeos nórdicos de
corte socialdemócrata. El énfasis en un tronco común, el populismo, que les daría
una constitución ética e ideológica autoritaria, similar al Frente Nacional francés, es
una generalización abusiva que no permite un diálogo constructivo.
Hay que diferenciar dos planos: a) teoría populista (lógica política de polarización y
hegemonía sobre demandas populares y democratización-participación), y b)
movimientos populares reales y su diversidad. Laclau, en la formulación de la razón
populista, comete excesos con una concepción excluyente de la oligarquía para
alcanzar la hegemonía del pueblo, particularmente, en el plano discursivo e
identitario. La aceptación de la lógica política de la polarización abajo-arriba y la
hegemonía ganadora del pueblo frente a la casta no significa necesariamente que la
dirección de Podemos defienda siquiera las formulaciones extremas de Laclau. Mucho
menos, que sean sus posiciones clave para imponer, en la medida que tenga poder,
167
una política totalitaria. Hay que recordar que su tercer eje fundamental es la
construcción de la democracia frente a la oligarquía, en este contexto español y
europeo, con la reafirmación de su vinculación y su representación de las dinámicas
alternativas antiautoritarias y progresistas.
La principal insuficiencia de la teoría populista, valorada como cualidad por sus
defensores, es la infravaloración de un desarrollo programático y teórico, así como el
tipo de inserción en la dinámica sociopolítica. Considera que el sujeto social pueblo
se construye con el simple desarrollo de las demandas populares dentro de esa lógica
política. Sin embargo, ante la contingencia de su desarrollo, cada movimiento popular
o élite asociativa, a la hora de su política práctica y su construcción e identificación
sociopolítica, rellena esa ausencia con los elementos realmente existentes:
experiencia popular, cultura cívica, tipo de élites, carácter del poder, discursos…
El aspecto vulnerable principal de la razón populista es la compatibilidad de ese modo
de hacer política con dinámicas y proyectos diferentes en su significado profundo
respecto de la igualdad, la libertad y la democracia. En las dinámicas sociales
concretas se puede combinar con interacciones sociales y contenidos sustantivos (no
solo discursos) igualitarios-emancipadores-democráticos o lo contrario (y mixtos e
intermedios). Y con un importante papel del tipo de intereses y discursos de las élites,
unas autoritarias u otras democráticas, aunque todas apelen al pueblo para conseguir
legitimación social.
En consecuencia, la ambigüedad ideológica de la teoría populista deriva de su
excesiva confianza en que de la espontaneidad de la gente van a surgir demandas
progresistas conectadas con la emancipación y los valores generales de igualdad y
libertad. Y que la actividad del discurso y las élites asociativas debe proporcionarles,
fundamentalmente, solo una dimensión unificadora: las demandas populares.
No obstante, Laclau constata la diversidad de movimiento populistas reales. La
construcción de una fuerza social es más compleja y repleta de mediaciones. Así, al
desarrollar una trayectoria y un proyecto concreto, cada corriente política adquiere
significados políticos antagónicos o distintos. Su identificación es doble: 1) su modo
de hacer política y conquistar el poder, y 2) el significado y la orientación sustantivos
de esa dinámica y sus actores. La aspiración al cambio del poder político-institucional
está clara y es lo que pretende evitar el poder establecido, demonizando esa
pretensión popular. Pero lo decisivo para valorar el papel y el sentido políticos de esa
tendencia transformadora es lo segundo. Es decir, hay que evaluar el significado y la
orientación de las demandas populares, el tipo de movimiento popular y élites, la
cultura cívica y el carácter del poder al que se intenta desplazar. La lógica populista,
en este caso, se queda en el modo, en la forma, cuando lo fundamental a valorar es
el contenido y su interacción con la forma. En ese sentido, dirigentes de Podemos
deben reafirmarse en sus prácticas e ideas democráticas y avanzar en un proyecto
transformador y una dinámica emancipadora e igualitaria.
6. La identidad ideológica de un actor se construye con su carácter, su
experiencia y su proyecto
El ‘modo de hacer política’, la ‘forma populista’, según la teoría de Laclau, supone la
construcción del pueblo como mayoría política nucleada en torno a un grupo
subalterno, en oposición al poder establecido. Pero, siguiendo con este autor, la
definición de ese grupo subordinado y la naturaleza de su subordinación constituyen
el factor del que depende el carácter ideológico de cada construcción populista: la
naturaleza del “nosotros” y el horizonte de liberación propuesto. O sea, compartir
esa lógica no conlleva necesariamente en Podemos una dinámica totalitaria
168
(hegemonía excluyente) y sectaria (dicotomía y polarización extremas), aparte de
demagógica, similar a la del populismo de derechas.
En España el campo sociopolítico popular se ha ido construyendo sobre la base de
una ciudadanía indignada, democrática y progresista, con una fuerte cultura cívica y
de justicia social, frente a un poder establecido antisocial y prepotente. Y los ejes del
proyecto de Podemos y el resto de fuerzas alternativas suponen una profunda
democratización política y una transformación socioeconómica contra la desigualdad
y los privilegios de los poderosos, en defensa de los derechos sociales y laborales y
de corte socialdemócrata clásico. La identidad resultante de esa tendencia ciudadana
y el proceso igualitario y emancipador que conlleva se oponen al poder establecido
y, especialmente, al conservadurismo y el populismo de derechas y su carácter
reaccionario y totalitario.
Hay una diferencia cualitativa entre la experiencia de Podemos (y Syriza) y la
dinámica autoritaria del populismo excluyente, reaccionario y xenófobo dominante
en Europa. El énfasis en calificar e identificar a esta organización alternativa con esa
otra corriente política con tendencias antidemocráticas, aparte del enfoque erróneo
de la realidad, crea una dinámica sectaria y debilita, precisamente, un proyecto real
de cambio democrático. Sin embargo, hay que admitir que la realidad de Podemos
es ambivalente y aunque la tendencia principal, política y cultural sea positiva hay
cosas que criticar de forma constructiva para su mejora.
La identificación colectiva por el modo de hacer política es incompleta. La lógica
política del conflicto social y la construcción de un sujeto emancipador y hegemónico
(aunque no necesariamente totalizador) es compatible con distintos y antagónicos
desarrollos políticos: autoritarios o democratizadores, opresivos o emancipadores,
excluyentes o solidarios, jerárquicos o igualitarios. El contexto de confrontación entre
poder establecido y ciudadanía activa, la cultura democrática del movimiento popular
y la orientación sociopolítica progresista de sus élites, al combinarse en España con
esa lógica dan un resultado diferente al de Francia, al aplicarse en el caso del Frente
Nacional una tradición y un contenido reaccionarios, autoritarios y excluyentes.
Hay que distinguir entre ‘lógica’ y ‘contenido’ político. Lo primero es algo más que la
‘forma’. Lo segundo es el resto de características políticas, económicas y
socioculturales según el carácter de los actores, el contexto y su orientación o
finalidad. El modo de hacer política, aunque no es estrictamente formal, no es el
elemento identificador principal o exclusivo de la naturaleza de una fuerza política.
Lo distingue del ‘poder establecido’, con su interés por el consenso (acatamiento o
legitimación del poder) y su control del orden social, la neutralización de la justa
indignación y resistencia popular. La dinámica de movilización popular frente al poder
es un rasgo compartido con distintas corrientes sociopolíticas que ponen el acento en
el conflicto social, no en la paz social. Esta mirada polarizada es diferente a la visión
unitarista e indiferenciada (o fragmentada) que tiende a llevar una actitud favorable
hacia el consenso o la armonía social, con sometimiento o resignación de la parte
subordinada.
En España ese enfoque sobre la relativa polarización sociopolítica y el
empoderamiento cívico es realista (Antón, 2013). Ha servido para conectar mejor
con un proceso de confrontación democrática de una amplia ciudadanía progresista
frente al poder establecido antisocial y autoritario. La experiencia del movimiento
cívico español y el fenómeno Podemos consiste en la activación ciudadana frente a
los poderosos y la construcción de la unidad y hegemonía popular para ganar la
mayoría en las instituciones. Esta realidad tiene un significado antagónico respecto
del caso francés del Frente Nacional. Dicho de otra forma: el carácter reaccionario,
regresivo y excluyente del populismo neofascista francés está más próximo a la
169
dinámica antisocial y prepotente del poder establecido francés (y español) que a la
trayectoria emancipadora, igualitaria, democrática y solidaria de la ciudadanía crítica
y activa española y su expresión electoral en fuerzas alternativas y de izquierdas.
El populismo es, sobre todo, un ‘modo’ polarizado de acción política. El populismo de
‘izquierdas’ pretende ser emancipador de los de abajo y defender la democracia
frente a los de arriba y la opresión de la oligarquía. Es sustancialmente diferente al
populismo de ‘derechas’: imposición de la exclusión del ‘otro’ por el ‘nosotros’, o de
los ‘enemigos’ por los ‘amigos’ (o del eje del mal por el del bien). En cada caso, los
conceptos de polarización y hegemonía tienen un significado completamente distinto
e incluso antagónico entre sí. La lógica política no se puede separar (solo
analíticamente) del carácter de los actores, su trayectoria y sus objetivos. Y hay que
comprobar si todos ellos avanzan en la igualdad, la libertad, la solidaridad y la
integración, o bien en la desigualdad, el autoritarismo, la segregación y la exclusión.
No obstante, al hacer abstracción del carácter de ambos polos (y lo intermedio y
mixto), su sentido político, su dinámica y su orientación, se deja de lado lo principal
para definir el significado o la identidad de una fuerza o movimiento concreto. Dada
la experiencia europea de esa doctrina (Frente Nacional francés, neofascismo
europeo), al tildar de populista a Podemos se le traspasa a esta organización la
afinidad con toda la carga negativa (incluida la emocional), totalitaria y reaccionaria
del populismo de derechas. Es verdad que algunos miembros de Podemos sostienen
ideas de populismo de izquierdas, pero también afirman su oposición total al
populismo de derechas, a sus tendencias totalitarias. Todavía es más forzada esta
vinculación distorsionadora cuando solo se deriva de constatar la existencia de unas
ideas llamadas populistas en varios dirigentes o, simplemente, de algunas
formulaciones extremas de uno de sus intelectuales de referencia.
Por último, hay que distinguir discurso y política institucional. Hay que diferenciar las
apropiaciones discursivas de la representación del conjunto del pueblo, de las
dinámicas totalitarias y de exclusión global de partes del mismo. Por ejemplo,
estamos acostumbrados a escuchar que los Presidentes de EE.UU. se arrogan la
representación del pueblo norteamericano (no solo estadounidense sino incluyendo
México y Canadá e incluso de América). O que Susana Díaz, presidenta de la Junta
de Andalucía, hable como portavoz y defensora de los andaluces (de todos y todas),
y Artur Mas, presidente de la Generalitat, asuma la representatividad de ‘todo’ el
pueblo catalán cuando representa a una parte nacionalista. Igualmente, oímos que
el Consejo Europeo y el Eurogrupo son la representación de Europa (de la totalidad
de sus pueblos, ni siquiera de las instituciones de la UE o la eurozona). No por todo
ello deducimos que anulan al resto de pueblos americanos o europeos, o que eliminan
políticamente a la parte de la población no aludida verbalmente y se encaminan a la
tiranía.
En el plano discursivo, a efectos de expresar una ‘hegemonía’ representativa
(totalizadora), una parte se apropia del todo y no reconoce a otra parte.
Nominalmente no existe. Es una práctica habitual poco democrática y antipluralista,
pero que no hay que confundir con la exclusión total de los derechos de esa parte no
mencionada y la imposición totalitaria, coactiva y violenta de su destrucción política
(o física).
La visibilidad en el lenguaje de un sujeto, del pueblo o parte de él, así como su
reconocimiento discursivo tienen gran importancia simbólica y cultural. No nombrarlo
o considerarlo subsumido en otro nombre es una deficiencia democrática que genera
desigualdad e indefensión. Existen muchos ejemplos en la vida cotidiana: la
invisibilidad de las mujeres cuando se utiliza la palabra ‘hombre’ para nombrar a las
personas de ambos sexos (y que suele ir acompañada de otros procesos materiales
170
de marginación). En el ámbito mediático, la ignorancia de la existencia de un actor,
sobre todo si es crítico con el poder, es muy habitual; contribuye a su desaparición o
falta de reconocimiento en el escenario público. Es fundamentalmente el poder
establecido, a través de su inmensa influencia en los medios de comunicación, quien
condiciona la difusión de la realidad y sus distintos contenidos y crea los marcos
interpretativos más adecuados a sus intereses.
Otro nivel son los procesos de marginación, subordinación o eliminación política,
institucional, económica y cultural que cuando son sustantivos se transforman en
prepotencia, imposición y totalitarismo. Una realidad intermedia es cuando se
arbitran mecanismos institucionales para impedir el reconocimiento de la
representatividad de una fuerza política o un movimiento social. Un ejemplo es la
propia ley electoral, sin una estricta proporcionalidad entre votos y conformación del
Parlamento y el Senado, que supone la exclusión o infrarrepresentación de unas
minorías significativas, aspecto que se acentúa con la presión hacia el voto ‘útil’,
estrategia habitual del PP y el PSOE para marginar más a las fuerzas alternativas.
Por tanto, entre una falta de reconocimiento solo discursiva y otra de exclusión
institucional, social y económica absoluta media un trecho relevante y hay que
verificar en qué medida y dimensión se produce la exclusión real para establecer su
gravedad. El hecho de que Podemos diga que aspira a la hegemonía representativa
de la ciudadanía descontenta (el pueblo) y se dirija contra el PP, sin mencionar al
PSOE, no supone que vaya a ilegalizar al resto de partidos, eliminar el pluralismo
democrático, apropiarse de todo el poder y legitimidad institucional e imponer el
totalitarismo. Es una generalización abusiva cargada de prejuicios ideológicos y
políticos.
En definitiva, la reafirmación en la defensa de la gente, hoy expresada en una
ciudadanía indignada y crítica, y la incorporación de la cultura cívica de los derechos
humanos, sociales y democráticos, presente en la ciudadanía activa y el tejido
asociativo español, le dan a estas fuerzas alternativas un perfil igualitario y
emancipador frente a la dinámica prepotente y antisocial de las élites poderosas. La
representación de esa dinámica de cambio político hacia un modelo más social y
democrático confiere a Podemos y la dinámica de unidad popular una mayor
legitimidad ciudadana. La vinculación parcial con el populismo, incluido el nombre,
no les beneficia, sino que les perjudica, ofreciendo un flanco débil ante sus
adversarios, con inmenso poder mediático.
La lógica del conflicto social frente al actual poder establecido y la construcción
democrática y participativa de un sujeto popular que aspira a representar a la
mayoría social, deben estar íntimamente imbricadas con las demandas populares
progresistas, su experiencia y su cultura cívica, el respeto a su diversidad interna y
un proyecto igualitario y emancipador. En ese sentido, Podemos y las fuerzas
alternativas en España, construidas sobre una base popular progresista necesitan
reforzar su talante democrático y la dinámica emancipadora. Pero,
comparativamente, mantienen una superioridad no solo política sino también ética e
ideológica respecto de la derecha y la socialdemocracia, cuya gestión gubernamental
impopular ha incumplido sus compromisos sociales y ha demostrado la fragilidad de
sus valores cívicos y democráticos.
Bibliografía
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- (1981): Miseria de la teoría. Barcelona, Crítica.
Antonio Antón. Profesor honorario – Departamento de Sociología –
Universidad Autónoma de Madrid
RUSIA BOMBARDEA AL ESTADO ISLÁMICO EN SIRIA
http://es.rbth.com/internacional/2015/09/30/rusia-bombardea-al-estado-islamico-en-siria_444245
30 de septiembre de 2015 YEVGUENI KRÚTIKOV, PARA RBTH
Aviones rusos han bombardeado posiciones del Estado Islámico en Siria, según informó el Ministerio de
Defensa de Rusia.
Según informó el Ministerio de Defensa cazas rusos y coordinados desde el centro de operaciones
antiterroristas con base en Bagdad, en el que trabajan rusos, iraquíes e iraníes han comenzado ataques
contra el Estado Islámico.
Los objetivos de los bombardeos rusos son "armamento pesado, nudos de comunicación, medios de
transporte y arsenales de armas, municiones y materiales explosivos pertenecientes a los terroristas del
EI", agregó ese departamento, informa EFE.
El Kremlin aseguró que, por el momento, sólo estaba considerando operaciones aéreas y no el envío de
tropas terrestres al país árabe.
172
"Esto se refiere exclusivamente a una operación de la fuerza aérea rusa", declaró a la televisión local el
jefe de gabinete de Putin, Serguéi Ivanov, tras la votación del Consejo de la Federación de Rusia.
"Como nuestro presidente ya dijo, el uso de fuerzas armadas en el terreno fue descartado", agregó.
El presidente Vladímir Putin defendió hoy la legitimidad de la intervención militar rusa en Siria al ser
solicitada por el presidente de ese país árabe, Bashar al Asad. Aseguró que los países que intervienen
ahora en Siria, en alusión a los bombardeos de EEUU, Francia y Australia, entre otras naciones, no
cuentan ni con el mandato del Consejo de Seguridad de la ONU ni con la autorización del país en
cuestión. Putin adelantó que la operación militar rusa en el país árabe se prolongará mientras dure la
ofensiva del Ejército sirio contra sus enemigos, según informaron las agencias locales.
173
Esta mañana Senado ruso autorizó el envío de tropas a Siria tras la solicitud de Putin, quien por su parte
había recibido una petición de ayuda militar por escrito del propio Asad, según medios locales.
¿Qué estrategia militar seguir?
En la guerra contra el Estado Islámico, la elección de objetivos estratégicos requiere un análisis detallado
de su estructura, principalmente el funcionamiento de su retaguardia, el sistema de abastecimiento y las
particularidades de su táctica.
A pesar de su potencial financiero (procedente sobre todo del contrabando de petróleo), el Estado
Islámico parece ser excepcionalmente vulnerable en términos de aprovisionamiento. Por otra parte, su
base de comunicaciones se ha visto ampliada debido al rápido avance de la agrupación hacia el norte y
el noroeste.
A la hora de organizar una ofensiva contra el Estado Islámico, las bases de la retaguardia —en especial
los depósitos de combustible, las bases de reparaciones en primera línea y las columnas destinadas a
distribuir combustible y municiones al frente— constituyen un buen objetivo estratégico.
En este momento, las fuerzas gubernamentales de Asad ya cuentan con el instrumental militar
suficiente para iniciar una operación de asalto de estas características. Una escuadrilla (12 unidades) de
bombarderos Su-24 y el mismo número de aviones de asalto Su-25 serían suficientes, justo la cantidad
que, según algunas fuentes, fueron enviadas por Rusia a Siria.
Unas semanas de operaciones de este tipo acabarían con el abastecimiento de la primera línea del
Estado Islámico en la provincia de Idlib —cerca de Alepo—, los alrededores de Damasco y Deir ez-Zor.
No obstante, esto no detendría los combates por tierra durante ese periodo. Las tropas de Asad se
enfrentan al menos ante tres misiones urgentes. La primera es abatir a las fuerzas islamistas y sus
aliados en los suburbios de Damasco; la segunda, desbloquear la base militar de Kuveyris, situada en la
región de Alepo; y la tercera, recuperar el control de la ruta Damasco-Homs.
La batalla por Damasco
Los combates en los suburbios orientales densamente poblados de Damasco derivaron en un guerra
destructiva hace aproximadamente un mes, cuando las tropas gubernamentales lanzaron un fallido
contraataque.
Sin embargo, esta se trata de una región clave para la organización de una contraofensiva común en la
región de Palmira destinada a cambiar el curso de la actividad militar del Estado Islámico en Siria. Los
islamistas han desplegado en estos barrios sus fuerzas más preparadas, de modo que una ofensiva de
las fuerzas gubernamentales solo sería posible si se cuenta con una ventaja considerable.
Supuestamente, el moderno armamento ruso (los T-90) puede ser de gran utilidad en esta región,
aunque esa ventaja resulta insuficiente para efectuar un ataque rápido y organizado en Palmira.
Entre los suburbios de Damasco y Palmira hay un desierto atravesado por varias carreteras y cruces
estratégicos. Prácticamente, el único punto de apoyo en este lugar es el oasis de Al-Kartyayn. Este
escenario reúne las condiciones ideales para un desembarco que ayude a reducir las fuerzas reunidas
por ISIS a las afueras de Damasco.
Una vez más, tal operación solo es posible en caso de disponer de medios para ello, lo que incluye
aviones de transporte, helicópteros y vehículos blindados especiales.
Helicópteros de combate y tanques de última generación
La base aérea militar de Kuveyris lleva casi tres años bloqueada, pero de alguna manera los regimientos
que se encuentran allí han estado abastecidos hasta ahora. Hay razones para creer que, si se refuerza el
componente aéreo de Alepo con vehículos blindados más modernos, la base podría desbloquearse
definitivamente. Esto, a su vez, supondría un golpe a las fuerzas del Estado Islámico en este sector del
desierto.
En este momento, la ruta estratégica entre Damasco y Homs está cortada en dos puntos. Aunque el
primer tramo problemático (unos tres kilómetros) todavía puede rodearse, el Estado Islámico ha
tomado dos puntos estratégicos en el otro tramo. Sacarlos de allí sin emplear artillería y helicópteros
sería muy complicado y conllevaría grandes pérdidas.
Jets rusos contra el Estado Islámico
Jets rusos contra el Estado Islámico
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Artículo publicado originalmente en ruso en Vzgliad.
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