alba unfccc

ESTADO PLURINACIONAL DE BOLIVIA EN NOMBRE DE LA ALIANZA
BOLIVARIANA PARA LOS PUEBLOS DE NUESTRA AMÉRICA – ALBA
UNFCCC -ADP 2.11
19/10/2015
Señores co-presidentes,
Tengo el honor de realizar esta intervención a nombre de los miembros de la Alianza
Bolivariana para los pueblos de nuestra América – ALBA: Cuba, Bolivia, Ecuador,
Nicaragua, Venezuela, Dominica y otros.
Los pueblos de los cinco continentes del mundo, Jefes de Estado del ALBA, Ministros,
autoridades, y personalidades, nos reunimos en Tiquipaya-Bolivia hace unos días para
escuchar su mensaje a fin de preservar la vida frente a los efectos adversos del cambio
climático y en respuesta al fallido sistema capitalista y un modelo civilizatorio
irracional que es la causa estructural de la crisis climática en el mundo que ha quebrado
el equilibrio con la Madre Tierra y ha generado una deuda ecológica, con una
repercusión social que mayoritariamente recae sobre los países en desarrollo.
Los pueblos del mundo, exigen la justicia climática y piden adoptar un nuevo modelo
civilizatorio, construyendo un mundo plural, que defienda los bienes comunes
universales lo derechos de la Madre Tierra, poniendo las ciencias al servicio de la
humanidad incorporando los conocimientos y prácticas ancestrales, destinando los
recursos de la maquinaria militar de los países que promueven la guerra, para financiar
las acciones de los pueblos contra la crisis climática. Los pueblos del mundo están
pidiendo que se acabe la impunidad de los países desarrollados y piden que cumplan
con sus compromisos de manera urgente. Para que el acuerdo climático sea legítimo
deberá tener como fundamento una visión holística que refleje las preocupaciones de los
pueblos y su subsistencia ante las amenazas que representan los efectos adversos del
cambio climático. La responsabilidad de los Estados sobre las legítimas preocupaciones
de los pueblos no puede ser soslayada pretendiendo transferirla al sector privado y en
particular a los intereses de las empresas transnacionales, eso no puede ser considerada
como una solución al problema.
Las miradas del mundo están sobre nosotros, y debemos trabajar en un acuerdo que
realmente nos permita mejorar la implementación de la Convención como base para en
la búsqueda de fórmulas para un abordaje justo del Cambio Climático. No se trata solo
de que hacer, sino de cómo hacerlo de forma tal que responda a las responsabilidades
comunes pero diferenciadas y no profundice las inequidades que afectan a países y
grupos sociales. Necesitamos un acuerdo justo y fuerte, que establezca compromisos
claros para los responsables históricos y medios de implementación para las acciones
climáticas en países en desarrollo en el contexto del desarrollo sostenible, sin
comprometer nuestras prioridades en particular la erradicación de la pobreza y nuestro
derecho al desarrollo.
Un proceso guiado por las partes es mucho más que un nombre y la aplicación de unas
cuantas reglas formales. Un proceso guiado por las partes depende del respeto entre sus
miembros y la confiabilidad e imparcialidad de sus instituciones. La presentación de un
documento desbalanceado que excluye las posiciones de los países en desarrollo genera
una profunda herida en este proceso. Parecería que las normas se usan para excluir a los
más débiles, la retórica para ocultar las verdades, el arte de la palabra para confundir.
Debemos recordar que este proceso ha producido a lo largo de nuestras negociaciones
muchos textos que no pueden ser ignorados y que no estamos empezando de cero,
estamos construyendo un acuerdo que debe estar firmemente alineado con nuestra
Convención, su objetivo, sus principios y provisiones.
Nosotros los países del ALBA apoyamos la convocatoria que realizó Bolivia de la
Segunda Cumbre de los Pueblos sobre Cambio Climático porque solo el pueblo salvara
al pueblo, y consideramos importantes los planteamientos que tuvieron lugar en la
celebración de esta significativa conferencia para los debates que está teniendo lugar en
el marco de la Convención con motivo de la negociación del acuerdo de Paris.
Asimismo, consideramos importante que sean contemplados espacios de participación
para los representantes de los distintos movimientos sociales del mundo para que sus
voces e ideas puedan tener cabida en esta iniciativa para la salvación de la vida en el
Planeta.
Estas son las diez acciones en defensa de la vida y contra la crisis climática resultantes
de Tiquipaya:
DIEZ ACCIONES EN DEFENSA DE LA VIDA
Y CONTRA LA CRISIS CLIMATICA
1.
Adoptar un nuevo modelo civilizatorio en el mundo, sin consumismo, guerrerismo
y mercantilismo, un mundo sin capitalismo que es la principal causa de la crisis
climática y de la pobreza; poniendo en marcha procesos descolonizadores y
despatriarcalizadores y reconociendo el Vivir Bien como la verdadera alternativa
frente a la crisis global del sistema capitalista.
2.
Fortalecer la conciencia, la visión y unidad de los pueblos, y la ciudadanía
universal, construyendo un mundo plural con diálogo intercientífico, intercultural,
interreligioso e interespiritual. Todos formamos una “familia común”, defendemos
“la casa común” y somos hijos de una sola “madre común”, la Madre Tierra.
3.
Defender los bienes comunes universales: los mares y océanos, el agua, el acceso
al espacio atmosférico, las tecnologías de la vida y las comunicaciones, como
derechos de todos los criados por la Madre Tierra, promoviendo el acceso y
participación de los pueblos en el aprovechamiento del patrimonio común.
4.
Poner las ciencias climáticas al servicio de todos los seres vivos y de la Madre
Tierra, fortaleciendo el desarrollo de enfoques integrales y holísticos que
incorporen los conocimientos, prácticas, saberes y visiones de las ciencias del
mundo occidental y las ciencias ancestrales y culturales, creando espacios de
dialogo y acción intercientífica.
5.
Destinar los recursos de la maquinaria militar de todos los países que promueven la
guerra, para financiar las acciones de los pueblos contra la crisis climática.
6.
Conformar una Plataforma Internacional Permanente de los pueblos del mundo,
donde confluyan las luchas por la Madre Tierra y sus derechos, vigorizando la
energía comunal y comunitaria.
7.
Exigir que los países del mundo asuman su responsabilidad con nuestra sagrada
Madre Tierra, garantizando que cumplan con sus compromisos y obligaciones
internacionales para no sobrepasar los 1.5 grados centígrados de temperatura en el
planeta, a través de un presupuesto de carbono. Para ello, debemos constituir el
Tribunal Internacional de Justicia Climática y de la Madre Tierra con plena
participación y representatividad de los pueblos.
8.
Eliminar las deudas de los países en desarrollo para erradicar la pobreza y el
hambre, porque las deudas son mecanismos de dominación y opresión que a través
de la usura financiera internacional lucran con la miseria, particularmente aquellas
deudas que han atentado contra el patrimonio común de los pueblos. Los países
deben fortalecer acuerdos mutuos de complementariedad y solidaridad y no de
endeudamiento esclavizante.
9.
La Madre Tierra está agonizando. Los Estados tenemos que aprobar una
Declaración Universal de los Derechos de la Madre Tierra con una visión no
mercantilista y no antropocéntrica, para proteger y garantizar la existencia de todas
las formas de convivencia armónica y de la comunidad de la vida.
10. Todo acuerdo climático que sea legítimo deberá estar basado en la visión de los
pueblos y organizaciones del mundo, y no en la visión capitalista de las empresas
privadas y las transnacionales. Las Naciones Unidas deben asegurar la
participación y cumplimiento efectivo de las propuestas de los pueblos del mundo
en los acuerdos vinculantes de los países.
Gracias