LOS ADOLESCENTES ACTUALES Y EL VACIO Lic. Beatriz Janin

LOS ADOLESCENTES ACTUALES Y EL VACIO
Lic. Beatriz Janin
La adolescencia supone ideas de futuro, transformación de la
propia imagen, proyectos....Quizás uno de los puntos centrales de
la adolescencia sea la posibilidad de armar y desarrollar
proyectos...
Proyectos ligados a ideales, metas, valores. .
Pero... ¿qué lugar en el mundo podemos ofrecerles los adultos a
los adolescentes ? ¿de qué lugares se pueden apropiar los
adolescentes ? Y parece que hay diferentes tipos de lugares y que
ésto tiene que ver con : l) los valores sociales, los ideales de una
cultura y 2) la historia.
Sabemos que todo adolescente busca valores alternativos a los de
los padres, que la sociedad les ofrece casi inevitablemente modelos
e ideales a los que intentará responder y en el cumplimiento de los
cuales intentará recuperar la imagen perdida, el narcisismo
golpeado. Es decir, mientras se es un niño, se puede suponer
amado por todos si se es amado por los padres y éste es casi un
derecho por el simple hecho de existir, pero la salida al mundo
implica la puesta en juego de las propias posibilidades frente a
otros. Y ahí lo difícil es sostener el amor a sí mismo en base a
logros, en una sociedad que, a diferencia de las primitivas, no
señala con claridad ni las metas ni el recorrido.
Entonces, intentaré analizar la problemática actual de los
adolescentes tomando en cuenta la crisis de valores que se da a
nivel social.
Considero que en los últimos años se han producido modificaciones
en los modelos culturales dominantes y que la crisis económica, así
como los cambios políticos, han cuestionado los ideales vigentes. El
individualismo, la eficiencia y el dinero como fin en sí mismo han
pasado a ser valores de nuestra cultura. La idea de progreso ha
sido puesta en jaque. Si bien es un fenómeno mundial, en nuestro
país su expresión es clara : las ideas de igualdad y justicia que
movieron a una generación terminaron en una masacre y los
sueños de bienestar económico de nuestros abuelos inmigrantes,
ligados al esfuerzo, al estudio y al ahorro, chocaron con la crisis
económica y con la especulación.
Desbordados y sobreexigidos, los adultos tienen que realizar tal
esfuerzo para sostenerse a sí mismos (ser "sobrevivientes" es un
término muy usado por nuestra generación y que alude a múltiples
sentidos) que les resulta muy difícil sostener y contener a otros.
"Sobrevivir" remite a la muerte. ¿Cómo mostrarles un camino hacia
la vida, cómo ayudarlos a confiar en sus posibilidades, qué terrores
se nos presentifican , vuelven desde ellos cuando salen al mundo?.
Curiosamente, los adolescentes que se drogan, que toman alcohol,
que andan en moto a gran velocidad, hablan de "llenar un vacío",
de sentir algo.
Y retomo : vacío doble . No sienten, no se sienten, porque no
pudieron identificarse con otros que se conectaran empáticamente
con ellos. Porque los otros estuvieron tan aturdidos, o tan metidos
en "su" mundo, que no estuvieron disponibles para registrar los
vaivenes afectivos, los estados de desesperación, las demandas de
amor. O quizás porque frente al propio tambaleo, la angustia del
otro se hacía intolerable.
Pero también vacío por ausencia de ideales, vacío porque cuando
se apartan, intentan romper con los modelos parentales se
encuentran con un mundo de normas poco claras, de un "todo
vale", "sálvese quien pueda", de una exigencia de "sé exitoso"
aunque es casi imposible , "estudiá", aunque no se sabe para qué
sirve, "trabajá", aunque no vas a ganar ni para mantenerte. Buscar
un lugar se hace difícil. (Antes, uno se podía oponer y buscar una
carrera "no tradicional", frente a la insistencia paterna y materna de
ser médico o abogado. Ahora, ésto es más difícil. Los adultos no
podemos garantizar nada. )Y el futuro aparece riesgoso. Frente a
esto, no es extraño que los adolescentes se refugien en el "aquí y
ahora", en un puro presente.
A veces, si sienten que los padres se viven a sí mismos como
derrotados, no pueden ni siquiera discriminarse a través de la
pelea. ¿Con qué padres identificarse entonces? ¿A quiénes
enfrentar si los adultos han perdido de entrada la batalla?. ¿Cómo
sostener la idealización necesaria para poder desidealizarlos si el
narcisismo parental fue puesto en crisis?.
Y cuando pueden no ser soporte del narcisismo de los padres,
cuando pueden abandonar la posición de niño maravilloso, ¿con
qué ideales pueden identificarse?. Los ideales de progreso operan
como distantes, imposibles de cumplir y terminan paralizándolo. Los
ideales de justicia llevan la marca de la muerte.
¿Qué proyectos alternativos a los familiares le da la sociedad y en
qué medida le asegura un lugar de reconocimiento si él realiza el
esfuerzo de cumplirlos?. ¿Qué garantía de que sus derechos serán
repetados si él se autoimpone restricciones en aras del bien
común?.
Y si no está posibilitado el incremento del amor a sí mismo a partir
de la consecución de logros, frente al registro de las propias
falencias se apela a diferentes defensas para reasegurarse
narcisísticamente. Así, el aplauso de los otros, el éxito, debe ser
rápido y fácil. La droga, el alcohol, son buscados como aquello que
devuelve mágicamente el paraíso perdido.
Y es que si los ideales de generaciones anteriores se han tornado
inadecuados o peligrosos, por qué no recurrir a mantener el
narcisismo a través de la ley del menor esfuerzo, de un aquí y
ahora siempre presente en todos, en tanto resto del niño
maravilloso que era amado sólo por ser?.
Vivimos en un mundo de imágenes y acciones. La palabra ha
perdido valor, prevaleciendo la desmentida de lo dicho. Es notorio
como privilegian los adolescentes música e imagen como lenguajes
y como descreen de las palabras de los adultos.
Quiebre de redes identificatorias, sentimientos de inseguridad e
impotencia,
bombardeo
de
los
medios
de
comunicación,
modificación de las categorías de bondad y maldad, pérdida del
valor de la palabra ,cuestionamento de la idea de justicia... un
mundo en el que los adolescentes deben encontrar su lugar.
Así, al consultorio llegan muchísimas consultas por chicos a los
que se echa de los colegios secundarios, tanto estatales como
privados.
Pero...¿Qué implica una expulsión, hacia dónde se los manda, qué
presupone ese "dejar afuera" a alguien?
¿De qué se intenta
defender la institución con la expulsión y qué es lo que
efectivamente provoca? ¿O será que se necesita un "resto", un
grupo que quede "al margen" en un acto de muestra de poder ?
Sexualidad y violencia son rechazadas... con un uso violento del
poder. ¿De qué violencia se trata? ¿O se delimita un lugar a partir
de que otros queden"afuera"?.
"No trabaja ni estudia, se droga esporádicamente..." es un motivo
de consulta frecuente. Los que piden ayuda son habitualmente los
padres, desconcertados frente al funcionamiento del hijo.
No parece ser la rebeldía adolescente que conocimos en otro
tiempo. En lugar de una afirmación (quiero ser ....alguien diferente
a lo que son tus sueños, que aparece en otros adolescentes), con
lo que nos encontramos es con un negativismo absoluto,
claramente autodestructivo.Quiero...nada.
Es decir... parece que el punto "no estudia ni trabaja" ... muestra el
límite, el borde ...ese tiempo sin futuro ... ¿por no querer crecer?
¿porque crecer es peligroso?- Pienso que los varones están
sufriendo más el impacto de los mensajes contradictorios, de las
exigencias sociales y de la caída de valores, quizás por el papel
que tradicionalmente han sostenido los hombres y la mayor presión
social de que sean exitosos laboralmente. Hay dos frases que dicen
los chicos y que considero significativas : "piensan de todos
nosotros que somos criminales" y "ahora quizá fumaba marihuana
de vez en cuando. Pero, ¿cuántos pueden decir que no lo hacen?".
Tomaré la primera. Históricamente, en nuestro país, por lo menos
en las últimas décadas, ser adolescente implicó ser sospechoso...
de ser subversivo, de ser drogadicto, de ser delincuente. Estos
chicos tienen razón. Las razzias en las playas de la costa, las
muertes de adolescentes en manos de policías, el trato que reciben
los y las adolescentes que pueden ser detenidos sin causa alguna,
y que siguen suscitando el tan tristemente famoso "por algo será",
confirman lo que ellos dicen. Lo que se les devuelve es el rechazo.
¿Qué se teme de los jóvenes? ¿Qué es lo que el mundo adulto
intenta expulsar o encerrar o matar? . La segunda frase afirma lo
habitual que es el consumo de drogas entre los adolescentes,
pero...¿sólo entre ellos?. Preguntas que debemos hacernos si
queremos encarar el problema honestamente.
El psiquismo humano se constituye en relación a otros y en un
contexto socio-cultural. Y la historia individual es historia de varias
generaciones, de los antepasados, en un recorrido que trasciende
al individuo, lo que hace que ser adolescente en esta época no sea
tarea fácil.
Si los adolescentes de hoy vivieron su infancia durante el Proceso,
mientras muchos adolescentes morían; vivieron la guerra de
Malvinas, en donde otros adolescentes fueron enviados a morir, y
si en pleno proceso de búsqueda de ideales sociales, se enteraron
que era mejor especular que trabajar,¿ cómo construir ideales ?...
El quiebre de toda legalidad, de toda regla, la imposición de silencio
de la dictadura dejó huellas cuya elaboración es costosa...
Situaciones vividas por otros, estados de terror o desconcierto
vivenciados
por
una
generación
se
transmiten
a
las
siguientes..¿Cómo ayudar a elaborar al otro aquello que uno no
pudo ligar? Así, las angustias primarias, los terrores sin nombre, los
estados de depresión profunda y de pánico, se transmiten como
agujeros, vacíos, marcas de lo no tramitado.
¿Cuál es el lugar que ocupamos nosotros, los adultos, madres,
padres, educadores, de adolescentes ? Si la vida cotidiana nos
cuestiona, si nuestra posición económico-social nunca es segura en
una
sociedad
altamente
competitiva,
si
nosotros
estamos
terriblemente presionados, ¿cómo tolerar los embates de los
adolescentes, cómo soportar su "vos no entendés nada", "no
sabés"...?. Y es cierto. Reconocer el quiebre generacional se hace
difícil, mucho más para una generación que no tiene demasiadas
certezas a las que aferrarse frente al cuestionamiento adolescente.
Y entonces, somos los adultos los que, desesperados frente a la
idea de que "nos borran" ...(tanto esfuerzo, tanta lucha para tener
nosotros un lugar frente a ellos...)muchas veces intentamos
mantenernos vigentes, presentes, a través de un enfrentamiento
ciego, iniciando nosotros la batalla. Soportar el odio que aparece,
inevitablemente, en el momento de decir "soy yo", y no actuar
simétricamente, es difícil. Como también es difícil no confundirnos
con ellos, sino poder sostenernos en el lugar de padres o
educadores
(aunque
nos
bombardeen
con
sus
críticas
y
cuestionamientos), ubicarnos reconociendo las diferencias. Son tan
frecuentes los padres y educadores que pelean permanentemente
con los adolescentes como aquellos que rivalizan con ellos (y
copian los modismos, usan su ropa, intentan acercarse a través de
un "somos iguales").
Los adolescentes que se drogan, o hacen intentos de suicidio,
plantean permanentemente la imposibilidad de sentir ("lo que siento
es un gran vacío", dicen reiteradamente). "No sé qué siento, no
puedo sentir nada, ni amor, ni odio, nada...".
Si bien la adolescencia es un momento vital proclive a las
situaciones de crisis, si bien hay en todos los planos una suerte de
terremoto interno, considero que gran parte de la patología que
vemos en los adolescentes de hoy (deserción escolar,intentos de
suicidio, uso de alcohol y drogas, fugas reiteradas, anorexia y
bulimia), debe ser pensada en un contexto de falla en la
constitución del Ideal del yo cultural.
Considero que uno de los problemas más graves en los
adolescentes actuales es la ausencia de proyectos, lo que refleja un
vacío interno.
Pensarse en una historia y en relación a un futuro, es una tarea
complicada e imprescindible. Si cuando se está en un terremoto, se
recurre a los marcos de las puertas, porque son lo que se mantiene
firme, frente al terremoto interno, los adolescentes necesitan que
haya otros que puedan contenerlos, que no tambaleen frente a sus
dudas, que puedan dar cuenta de sus propias incertidumbres, que
puedan hacerse cargo del otro. Es llamativo en este sentido la
buena evolución que tienen los adolescentes cuando los padres
acceden a un tratamiento.
¿Qué es lo que se hace tan intolerable de los adolescentes? ¿Qué
es lo que los hace tan temibles?. ¿Será el empuje pulsional, las
pasiones que se juegan abiertamente? ¿O nos creemos y les
adjudicamos esa omnipotencia que suelen aparentar? Y nosotros,
marcados por fracasos, decepciones, queremos destruirle esas
fantasías de poder. ¿Cómo ayudarlo a pasar de la fantaseada
omnipotencia a la potencia? ¿Cómo ayudarlo a crecer sin suponer
que nos mata en el camino si es distinto a nosotros?.
Y es que cuando nos dicen : "vos no sabés, vos no entendés", es
cierto. Sabemos otras cosas, entendemos de otro modo, pero hay
un mundo de distancia entre una generación y otra...
Considero que los adolescentes quedan apresados en exigencias
contradictorias : entre el ideal de grandeza y las falencias en las
identificaciones tempranas, entre los mandatos sociales de triunfo y
la ausencia de modelos que señalen un camino, entre el
bombardeo de estímulos y la caída del valor de la palabra, entre la
problemática de la muerte irrumpiendo en la vida cotidiana y la
carencia de ideales sociales y de redes identificatorias que
contengan.
Para salir de la encrucijada deben hacer un esfuerzo elaborativo
importante, posible cuando a través de su historia pudieron
construir los recursos psíquicos para hacerlo, cuando Eros
prevalece.
Y si para darle un lugar en el mundo a otro uno debe sentir que lo
tiene , tanto en el aspecto social, de sentirse incluido en una red
laboral y generacional sino también desde el mundo interno, desde
las posibilidades de tener espacio psíquico para otros, de poder
otorgarle un lugar adentro de uno, de las propias representaciones,
en el mundo de pensamientos y afectos. Debe también saber que el
lugar propio no es el único, que hay muchos lugares , lo que supone
tolerar las diferencias.
Acompañarlos en las dudas y vacilaciones, en su propia búsqueda,
haciéndose cargo uno de las propias fracturas e incoherencias,
reconociéndose con un otro espacio, sea probablemente un
camino, una posibilidad de que los adolescentes puedan ir
apropiándose de un lugar.