Anna Todd

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ANNATODD
AFTER.ALMASPERDIDAS
(SerieAfter,3)
Índice
Cubierta
AplicaciónSerieAFTER
Portada
Índice
Dedicatoria
Prólogo
Capítulo1
Capítulo2
Capítulo3
Capítulo4
Capítulo5
Capítulo6
Capítulo7
Capítulo8
Capítulo9
Capítulo10
Capítulo11
Capítulo12
Capítulo13
Capítulo14
Capítulo15
Capítulo16
Capítulo17
Capítulo18
Capítulo19
Capítulo20
Capítulo21
Capítulo22
Capítulo23
Capítulo24
Capítulo25
Capítulo26
Capítulo27
Capítulo28
Capítulo29
Capítulo30
Capítulo31
Capítulo32
Capítulo33
Capítulo34
Capítulo35
Capítulo36
Capítulo37
Capítulo38
Capítulo39
Capítulo40
Capítulo41
Capítulo42
Capítulo43
Capítulo44
Capítulo45
Capítulo46
Capítulo47
Capítulo48
Capítulo49
Capítulo50
Capítulo51
Capítulo52
Capítulo53
Capítulo54
Capítulo55
Capítulo56
Capítulo57
Capítulo58
Capítulo59
Capítulo60
Capítulo61
Capítulo62
Capítulo63
Capítulo64
Capítulo65
Capítulo66
Capítulo67
Capítulo68
Capítulo69
Capítulo70
Capítulo71
Capítulo72
Capítulo73
Capítulo74
Capítulo75
Capítulo76
Capítulo77
Capítulo78
Capítulo79
Capítulo80
Capítulo81
Capítulo82
Capítulo83
Capítulo84
Capítulo85
Capítulo86
Capítulo87
Capítulo88
Capítulo89
Capítulo90
Capítulo91
Capítulo92
Capítulo93
Capítulo94
Capítulo95
Capítulo96
Capítulo97
Capítulo98
Capítulo99
Capítulo100
Capítulo101
Capítulo102
Capítulo103
Capítulo104
Capítulo105
Capítulo106
Capítulo107
Capítulo108
Capítulo109
Capítulo110
Capítulo111
Capítulo112
Capítulo113
Capítulo114
Capítulo115
Capítulo116
Capítulo117
Capítulo118
Capítulo119
Capítulo120
Capítulo121
Capítulo122
Capítulo123
Capítulo124
Capítulo125
Capítulo126
Capítulo127
Capítulo128
Capítulo129
Capítulo130
Capítulo131
Capítulo132
Capítulo133
Capítulo134
Capítulo135
Capítulo136
Capítulo137
Capítulo138
Capítulo139
Capítulo140
Capítulo141
Capítulo142
Capítulo143
Agradecimientos
UnanotaespecialdeAnnaTodd
SerieAFTER
Creditos
AJ,
porquerermecomo
muchagentesólopuedesoñar.
YalosHardindeestemundo,
quetambiénmerecenquesushistoriasseancontadas.
Prólogo
Tessa
Contemploelrostrofamiliardeesteextrañoymeinvadenlosrecuerdos.
YosolíasentarmeaquíacepillarlelamelenaamiBarbierubia.Amenudodeseabaserlamuñeca:
ellaloteníatodo.Eraguapa,siempreibaarreglada,siempreeraquienteníaqueser.«Suspadresdeben
de estar muy orgullosos de ella», pensaba yo. Allá donde estuviera, seguro que su padre era el
presidentedeunagrancompañíayviajabaportodoelmundomientrassumadrecuidabadesushijos.
ElpadredeBarbienuncallegabaacasatambaleándoseychillando.Nolegritabaalamadrede
Barbietanaltoqueteníaqueiraescondersealinvernaderoparaescapardelosruidosydelosplatos
quesehacíanañicoscontraelsuelo.Ysi,porcasualidad,lospadresdeBarbiereñían,ellasiempretenía
aKen,elnoviorubioperfecto,paraconsolarla...hastaenelinvernadero.
Barbieeraperfecta,poresoteníaunavidaperfectayunospadresperfectos.
Tengodelanteamipadre,quemeabandonóhacenueveaños.Estásucioydemacrado,nadaque
verconcomodeberíaser.Nadaqueverconmisrecuerdos.Memira,unasonrisasedibujaensucaray
measaltaotrorecuerdo.
Lanochequemipadrenosabandonó...Laexpresiónpétreademimadre.Nolloró.Sequedóallí
pasmada,esperandoaqueélsalieraporlapuerta.Esanochelacambió,despuésdeaquellodejódeser
lamadrecariñosaqueera.Sevolvióduraydistante,infeliz.
Peroellasequedóyélno.
Capítulo1
Tessa
—¿Papá?
Noesposiblequeelhombrequetengodelanteseaquienes,pormuchoqueesosojosmarronesme
resultenfamiliares.
—¿Tessie?—Suvozesmásgravequeenmisrecuerdoslejanos.
Hardinmemira,conlosojoscentelleantes,yluegomiraamipadre.
Mipadre.Aquí,enestebarriodemalamuerte,conlaropasucia.
—¿Tessie?¿Deverdaderestú?—pregunta.
Mequedohelada.Noséquédecirleaesteborrachoquetienelacarademipadre.
Hardinmeponeunamanoenelhombroparaquereaccione.
—Tessa...
Doyunpasohaciaelextrañoyélsonríe.Subarbacastañaestásalpicadadecanas,susonrisanoes
blancaylimpiacomoyolarecordaba...¿Cómohaacabadoasí?Todasmisesperanzasdequehubiera
enderezadosuvidaigualqueKensehanesfumado.Meresultamásdolorosodeloquedeberíaqueeste
hombreseamipadre.
—Losé—dicealguien,ypasadouninstantemedoycuentadequelohedichoyo.
Recorreladistanciaquenosseparaymerodeaconlosbrazos.
—¡Nomelocreo!¡Estásaquídeverdad!Heintentado...
Hardin me aparta de él sin dejarlo terminar la frase. Retrocedo, no sé muy bien cómo
comportarme.
Elextraño,mipadre,nosmiraalertayasombrado.Pero,afortunadamente,prontovuelveaadoptar
laposturadespreocupadadeantesyaguardarlasdistancias.
—Llevomesesbuscándote—dicepasándoselamanoporlafrente,extendiendoasíunmanchurrón
demugreporlapiel.
Hardinseplantadelantedemí,listoparalanzarsealataque.
—Nomehemovidodeaquí—lecontestoconcalma,mirandoporencimadelhombrodeHardin.
Le estoy agradecida por querer protegerme, y me paro a pensar que debe de estar de lo más
confuso.
Mipadrelomiradearribaabajo.
—Vaya—dice—.Noahhacambiadomucho.
—No,esHardin—replico.
Mipadrearrastralospiesunpocoysemeacercaunoscentímetros,aunqueHardinseponetensoal
verlomoverse.Estátancercaquepuedoolerlo.
Obieneselalcohol,obieneselresultadodehaberabusadotantodeélloquehahechoquelos
confunda:HardinyNoahsonpolosopuestosyesimposiblecompararlos.Mipadremerodeaconun
brazoyHardinmelanzaunadesusmiradas,peroniegoligeramenteconlacabezaparaquenosemeta.
—¿Quién?—MipadrenomesueltaduranteunaincómodaeternidadmientrasHardinsequedaahí
parado,mirándonoscomosiestuvieraapuntodeexplotar,noderabia,sinoporquenoparecetenerni
ideadequéhacerodecir.
Yasomosdos.
—Esmi...Hardinesmi...
—Novio.Soysunovio—diceterminandolafrase.
LosirismarronesdelhombresehacenmásgrandescuandoporfinasimilaelaspectodeHardin.
—Unplacer,Hardin.YosoyRichard.
ExtiendelamanosuciaparaestrecharladeHardin.
—Igualmente...—Hardinestámuydesconcertado.
—¿Quéhacéisporaquí?
Aprovecho la ocasión para apartarme de él y colocarme junto a Hardin, que vuelve a ser el de
siempreymeestrechacontrasucostado.
—Hardinhavenidoahacerseuntatuaje—contestocomounaautómata.Soyincapazdeprocesar
loqueestápasando.
—Ah...Québien.Yotambiénhesidoclienteaquíalgunavez.
Imágenesdemipadretomándoseuncaféantesdesalirdecasaporlasmañanasparairatrabajar
inundan mi mente. No se parecía en nada a lo que tengo delante, no hablaba así y, desde luego, por
aquellaépocanosetatuaba.Entoncesyoeraunaniña.
—Sí,loshacemiamigoTom.
Searremangaynosenseñaalgoquesemejaunacalaveraensuantebrazo.
No parece suyo, aunque a medida que lo observo con más detenimiento, empiezo a ver que le
pega.
—Ah...—Estodocuantoconsigodecir.
Estoesmuyraro.Estehombreesmipadre,elhombrequenosdejóamimadreyamísolas.Y
aquílotengo...,borracho.Ynoséquépensar.
Unapartedemíestáemocionada,unapequeñaparteque,enestemomento,noquieroreconocer
queexiste.Ensecreto,llevoesperandovolveraverlodesdeeldíaenquemimadremencionóquehabía
vuelto. Sé que es una tontería, una estupidez, pero en cierto sentido parece que está mejor que antes.
Estáborrachoyesposiblequenisiquieratengacasa,peroloheechadodemenosmásdeloquecreíay
puedequesimplementehayatenidounamalaracha.¿Quiénsoyyoparajuzgarlosinosénadadeél?
Cuando lo miro, y miro luego la calle que nos rodea, se me hace raro que todo transcurra con
normalidad.Juraríaqueeltiemposehadetenidocuandomipadresehaacercadotambaleándosehacia
nosotros.
—¿Dóndevives?—lepregunto.
LamiradadefensivadeHardinestáfijaenél.Lomiracomosifueraundepredadorpeligroso.
—Ahoramismonotengounsitiofijo.—Seenjugalafrenteconlamanga.
—Ah.
—EstabatrabajandoenRaymark,peromedespidieron—medice.
Heoídoantesesenombre,Raymark.Creoqueesunafábrica.¿Haestadotrabajandodeobrero?
—¿Quéhaydetuvida?—añade—.¿Cuántotiempohace...?¿Cincoaños?
Hardinsetensaamiladocuandodigo:
—No.Nueve.
—¿Nueveaños?Losiento,Tessie.
Arrastraunpocolaspalabras.Elapelativocariñosomedueleenelalma:esenombrepertenecea
losbuenostiempos.Acuandomelevantabaenelaire,mesentabasobresushombrosycorríaconmigo
a cuestas por nuestro pequeño jardín, antes de que se fuera. No sé qué pensar. Quiero llorar porque
llevabamuchotiemposinverlo.Quieroreírporqueesirónicoencontrármeloaquí,yquierochillarlepor
habermeabandonado.Meconfundeverloasí.Lorecuerdocomoaunborracho,peroentonceseraun
borracho furibundo, no un borracho sonriente que le estrecha la mano a mi novio y le enseña sus
tatuajes.Alomejorhacambiadoyahoraesunhombremásamable.
—Tenemosqueirnos—diceHardinmirandoamipadre.
—Losientomucho.Nofuesóloculpamía.Yasabescómoestumadre...—sedefiendeagitando
lasmanos—.Porfavor,Theresa,dameunaoportunidad—mesuplica.
—Tessa...—mediceHardin,amilado,entonodeadvertencia.
—Danosunminuto—lepidoamipadre.
CojoaHardindelbrazoymelollevoaparte.
—¿Quédemoniosestáshaciendo?¿Noirása...?—empiezaadecir.
—Esmipadre,Hardin.
—Esunputoborrachosintecho—meespetamolesto.
LosojossemellenandelágrimasaloírlasdurasverdadesquehadichoHardin.
—Llevonueveañossinverlo.
—Exacto,porqueteabandonó.Esperdereltiempo,Tessa.—Miraporencimademihombro,en
direcciónamipadre.
—Medaigual.Quieroescucharloquetienequedecirme.
—Ya,meloimagino.Noesquevayasainvitarloaquedarseconnosotrosenelapartamento.—
Menealacabeza.
—Loharésimeapetece.Y,siquierevenir,vendrá.Paraesoestambiénmicasa—salto.
Miroamipadre.Estáahídepie,conlaropasuciaylacabezagacha,mirandoelasfalto.¿Cuándo
ha sido la última vez que ha dormido en una cama? ¿Y su última comida caliente? Se me parte el
corazónsólodepensarlo.
—¿Deverdadestáspensandoeninvitarloaquevengaacasaconnosotros?—Sepasalamanopor
elpelo,ungestodefrustraciónquemeresultamuyfamiliar.
—No a que se quede a vivir, sólo a pasar la noche. Podríamos preparar una bonita cena —me
ofrezco.
Mipadreentoncesalzalavistaynuestrasmiradasseencuentran.Apartolamíacuandoveoque
empiezaasonreír.
—¿Una cena? Tessa, es un maldito borracho al que no has visto en casi diez años. Y ¿te estás
ofreciendoaprepararlelacena?
Meavergüenzasupataleta.Letirodelasolapaparaacercarlomásamíypoderhablarmásbajo.
—Hardin,esmipadreyyanotengoningunarelaciónconmimadre.
—Esonosignificaquedebastenerlaconesetipo.Novaaacabarbien,Tess.Eresdemasiadobuena
contodoelmundoynoselomerecen.
—Esimportanteparamí—ledigo,ysumiradasesuavizaantesdequepuedaseñalarleloirónico
delaspegasquemepone.
Suspiraysetiradelpeloalborotadoconfrustración.
—Mierda,Tessa,estovaaacabarfatal.
—Esonolosabes,Hardin.
Suspiroymiroamipadre,queseestápasandolosdedosporlabarba.SéquepuedequeHardin
tengarazón,peromedeboamímismaintentarconoceraesehombreo,comomínimo,escucharloque
tienequedecirme.
Vuelvojuntoaélybalbuceoconunclarotonoderecelo:
—¿Tegustaríaveniranuestracasaacenar?
—¿Deverdad?—exclama,ylaesperanzaleiluminalacara.
—Sí.
—¡Claro!¡Claroquesí!—Sonríe,yporuninstanteveoalhombrequerecordaba,eldeantesde
queledieraalabotella.
Hardin no dice ni una palabra mientras volvemos al coche. Sé que está enfadado y lo entiendo.
Perotambiénséquesupadrehacambiadoparabien(eselrectordenuestrauniversidad,ahíesnada).
¿Tantontasoyporesperarqueelmíotambiéncambieamejor?
Cuandollegamosalcoche,mipadrepregunta:
—Caray...¿Estuyo?EsunCapri,¿verdad?Definalesdelossetenta.
—Sí.—Hardinsesientatraselvolante.
Mipadrenodicenadaalrespectodesurespuestacortante,ymealegro.Laradiosuenadefondoy,
encuantoHardinarrancaelmotor,ambosnoslanzamosasubirelvolumenconlaesperanzadequela
músicaahogueelincómodosilencio.
Durante el trayecto me pregunto cómo se lo tomaría mi madre. Me estremezco al imaginarlo e
intentopensarenmitrasladoaSeattle.
No. Eso es casi peor. No sé cómo contárselo a Hardin. Cierro los ojos y apoyo la cabeza en la
ventanilla.LamanocálidadeHardincubrelamíayempiezoacalmarme.
—Vayaaa, ¿vives aquí? —Mi padre abre una boca de palmo desde el asiento de atrás cuando
llegamosaledificiodeapartamentos.
Hardinmelanzaunamiradasutilparaindicarmequeestálisto,yyorespondo:
—Sí,haceunosmesesquevivimosaquí.
Enelascensor,lamiradaprotectoradeHardinmehaceruborizar,yleregalounapequeñasonrisaa
versiserelajaunpoco.Parecequefunciona,peroestarencasaconunperfectodesconocidoestanraro
queempiezoaarrepentirmedehaberloinvitado.Aunqueahorayaesdemasiadotarde.
Hardinabrelapuertadelapartamento,entrasinmiraratrásysemeteeneldormitoriosinmediar
palabra.
—Enseguidavuelvo—ledigoamipadre,ylodejosoloenlaentrada.
—¿Teimportasivoyalbaño?—mepregunta.
—Todotuyo.Estáalfinaldelpasillo—digoseñalandolapuertadelbañosinmirar.
Eneldormitorio,Hardinestáenlacama,quitándoselasbotas.Mirahacialapuertaymehaceun
gestoparaquelacierre.
—Séqueestásenfadadoconmigo—puntualizoenvozbajacaminandohaciaél.
—Loestoy.
Lecojolacaraentrelasmanosyconlospulgaresleacariciolasmejillas.
—Noteenfades.
Cierralosojosparadisfrutarmisuavecariciaymerodealacinturaconlosbrazos.
—Teharádaño,yyosóloquieroevitarlo.
—Nopuedehacermedaño.¿Quéibaahacerme?¿Cuántohacequenoloveo?
—Seguroqueahoramismoseestállenandolosbolsillosconnuestraspertenencias—resopla,yno
puedoevitarreírme—.Notienegracia,Tessa.
Suspiroeintentolevantarlelacaraparaquememire.
—¿Crees que puedes animarte un poco e intentar pensar en positivo? Todo esto ya me resulta
bastanteconfuso,nonecesitotenertedemorrosyañadiendomáspresión.
—Noestoydemorros.Sólointentoprotegerte.
—Nohacefalta.Esmipadre.
—Noestupadre...
—Porfavor...—Leacaricioellabioconelpulgarysuexpresiónsesuaviza.
Suspiradenuevoyalfinalcontesta.
—De acuerdo, vamos a cenar con el tipo ese. Seguro que hace mucho que sólo come lo que
encuentraenuncontenedor.
Misonrisadesapareceyempiezaatemblarmeellabio.Hardinsedacuenta.
—Perdona.Nollores.—Suspira.
Nohadejadodesuspirardesdequenosencontramosconmipadrefrenteallocaldetatuajes.El
hechodeveraHardinpreocupado(cosaquedemuestraenfadándose,comotodolodemás)hacequela
situaciónmeparezcaaúnmássurrealista.
—Lo he dicho en serio pero intentaré no ser un capullo. —Se levanta y me da un pico en la
comisuradellabio.Salimosdeldormitorioymasculla—:Vamosaalimentaralmendigo.
Esonomeayudaaestardemejoránimo.
Elhombreenlasaladeestarpareceunpezfueradelagua.Miraaunladoyaotroysepercatade
quetenemosmuchoslibrosenlasestanterías.
—Voyaprepararlacena.¿Osquedáisviendolatele?—sugiero.
—¿Medejasqueteayude?—seofrece.
—Vale.
Mediosonríoymesiguealacocina.Hardinsequedaenlasaladeestar,guardandolasdistancias,
talycomoimaginaba.
—No me puedo creer que estés hecha toda una mujer y que te hayas independizado —dice mi
padre.
Abrolaneveraparasacaruntomatemientrasintentoordenarlasideas.
—Estoyenlauniversidad,estudioenlaWCU.IgualqueHardin—contesto.Omitosuexpulsión
inminenteporrazonesobvias.
—¿Enserio?¿LaWCU?Ostras...
Sesientaalamesayveoquesehalavadolasmanosaconciencia.Lamugredelafrentetambién
ha desaparecido, y el círculo húmedo que lleva en el hombro de la camisa me dice que ha intentado
lavarunamancha.Éltambiénestánervioso,yesomehacesentirunpocomejor.
EstoyapuntodecontarlelodeSeattleyelnuevoyemocionantegiroquevaadarmivida,pero
tengoquedecírseloprimeroaHardin.Lareaparicióndemipadreesotrobacheenmicamino.Nosé
concuántosproblemasvoyasercapazdelidiarantesdederrumbarme.
—Mehabríagustadoestarmáscercaparavercómoteibalavida.Siemprehesabidoquellegarías
lejos.
—Peronoestabas—digocortante.
Laculpamecorroeencuantolaspalabrassalendemiboca,aunquenodeseoretirarlas.
—Losé—admite—,peroahoraestoyaquíyesperopodercompensártelo.
Yesassencillaspalabras,aunquealgocrueles,medanesperanzasdequeesposiblequenoseatan
maloyquesólonecesiteayudaparadejardebeber.
—¿Sigues...siguesbebiendo?—pregunto.
—Sí.—Agachalacabeza—.Aunquenotanto.Séqueparecelocontrario,peroesquehetenido
unosmesesmuyduros,esoestodo.
Hardin aparece entonces en el umbral de la cocina e imagino que está luchando consigo mismo
paramantenerlabocacerrada.Esperoqueloconsiga.
—Hevistoatumadreunpardeveces—prosiguemipadre.
—¿Sí?
—Sí.Sehanegadoadecirmedóndeestabas.Selavebien—comenta.
Estoesmuyraro,élhablandodemimadre.Lavozdeellaresuenaenmicabeza,recordándome
queestehombrenosabandonó.Estehombreeslarazóndequeellaseacomoes.
—¿Quépasó...entrevosotros?—inquiero.
Pongo las pechugas de pollo en la sartén, con el aceite chisporroteando mientras aguardo una
respuesta.Noquierodarmelavueltayverlelacaradespuésdehaberlehechounapreguntatandirecta,
peronopuedoevitarquemeinterese.
—No éramos compatibles. Ella siempre quería más de lo que yo podía darle, y ya sabes cómo
puedeponerse.
Vayasilosé,peroquehabledeelladeunmodotandespectivonomesientanadabien.
Dejoenpazamimadreyvuelvoaculparloaél.Medoylavueltaypreguntorápidamente:
—¿Porquénuncallamaste?
—Lo hice. Llamé muchas veces. Por tu cumpleaños siempre te enviaba un regalo. No te lo ha
contado,¿verdad?
—No.
—Pues es la verdad. Te he echado mucho de menos todo este tiempo. No me puedo creer que
ahoraestésaquí,conmigo.—Lebrillanlosojosyletiemblalavoz.Selevantaycaminahaciamí.
Nosécómoreaccionar.Nisiquieraconozcoaestehombrenisésiloconocíalgunavez.
Hardin entra entonces en la cocina y crea una barrera entre nosotros. De nuevo, agradezco su
intromisión.Noséquépensardetodoesto,necesitoguardarlasdistanciasfísicasconestehombre.
—Séquenopuedesperdonarme—dicecasisollozando,ysemehaceunnudoenelestómago.
—Noeseso.Sólonecesitotiempoantesdevolveratenerteenmivida.Nisiquierateconozco—le
digo.
Élasiente.
—Losé,losé.
Sesientadenuevoalamesaymedejaqueterminedeprepararlacena.
Capítulo2
Hardin
ElcapulloquedonóespermaparaengendraraTessasezampadosplatosllenoshastaarribaantesde
pararse siquiera a respirar. Estoy seguro de que estaba muerto de hambre, es lo que tiene vivir en la
calle. No es que no sienta pena por la pobre gente que está pasando una mala racha... Es que este
hombreenconcretoesunborrachoqueabandonóasuhija,asíquenomedaniunpoquitodelástima.
Despuésdebeberseunvasodeaguadeuntrago,lesonríeradianteamichica:
—Eresunagrancocinera,Tessie.
Creoquevoyagritarcomovuelvaallamarlaasí.
—Gracias—sonríeellacomolabuenapersonaquees.
Se está tragando sus gilipolleces, que llenan las grietas emocionales que él creó cuando la
abandonósiendounaniña.
—Lodigodeverdad.¿Podríasenseñarmeaprepararestarecetaalgúndía?
«Y¿dóndeibasahacerla?¿Entucocinainexistente?»
—Claro—diceTessalevantándosepararecogersuplatoyelmío.
—Serámejorquemevaya.Graciasporlacena—sueltaelcapullodeRichardponiéndosedepie.
—No,puedes...puedesquedarteaquíestanoche,siquieres,ymañanatellevaremosdevueltaa...
casa—reponeellalentamente,nomuyseguradecómodescribirlasituacióndesupadre.
Yosíqueestoysegurodequeestonomegustaunpelo.
—Seríaestupendo—diceRichardfrotándoselosbrazos.
Seguroquesemuereporuntrago,elmuycabrón.
Tessasonríe.
—Genial.Voyaldormitorioabuscarunaalmohadayunassábanas.—Nosmiraasupadreyamí;
seguro que sabe lo que opino de esto porque le pregunta—: No te importa quedarte aquí un minuto,
¿verdad?
Supadreseechaareír.
—Claro.Además,meinteresaconocermejoraHardin.
«No,créeme,noteinteresa.»
Ellafrunceelceñoalvermiexpresiónysaledelacocinadejándonosasolas.
—Dime, Hardin, ¿dónde conociste a mi Tessa? —pregunta Richard. La oigo cerrar la puerta y
esperouninstanteparaasegurarmedequenonosoye—.¿Hardin?
—Dejemosunacosaclara—leespetoapoyándomeenlamesa,loquelesorprendeunpoco—.No
estuTessa...Esmía.Yséqueestástramandoalgo,asíquenocreasquemeengañasniporunsegundo.
Levantalasmanosaladefensiva.
—Yonotramonada,sólo...
—¿Quéquieres?¿Dinero?
—¿Qué?No,noquierodinero.Quierotenerrelaciónconmihija.
—Has tenido nueve años para eso... Sin embargo, sólo estás aquí porque te la encontraste por
casualidad en un aparcamiento. No es como si hubieras estado buscándola —le ladro, y en mi
imaginaciónloestoyestrangulando.
—Lo sé. —Menea la cabeza y mira al suelo—. Sé que he cometido muchos errores y quiero
compensarla.
—Estásborracho...Aquí,sentadoenmicocina,estásborracho.Conozcoaunborrachocuandolo
veo. No siento la menor simpatía por un hombre que abandona a su familia y nueve años después ni
siquierasehamolestadoenenderezarsuvida.
—Séquetienesbuenasintenciones,ymealegraverqueintentasdefenderamihija,peronovoya
fastidiarlaestavez.Sóloquieropoderconocerla...aellayati.
Mequedoensilencio,intentandocalmarmispensamientosiracundos.
—Eresmuchomásagradabledelantedeella—comentaconcalma.
—Ytúerespeoractorcuandonolatienesdelante—contraataco.
—Tienes todo el derecho del mundo a desconfiar de mí, pero dame una oportunidad. Hazlo por
ella.
—Silehacesdaño,datepormuerto—replico.
EsposiblequedebasentiralgúnremordimientoporamenazaralpadredeTessa,peroloúnicoque
siento es rabia y desconfianza hacia un borracho patético. Mi instinto me dice que la proteja, que no
simpaticeconuntipoalquenoconozcodenada.
—Noleharédaño—promete.
Pongolosojosenblancoyledoyuntragoamivasodeagua.
Creyendoquesupromesaloarreglatodo,intentabromear.
—Enestaconversacióncreoquetenemoslospapelesinvertidos.
Nolehagonicasoymevoyaldormitorio.Notengomásremedio,noquieroqueTessaentreenla
cocinaymepilleestrangulandoasupadre.
Capítulo3
Tessa
Llevounaalmohada,unamantayunatoallaenlasmanoscuandoHardinapareceeneldormitorio.
—¿Qué ha pasado? —pregunto esperando que explote, que se queje de que haya invitado a mi
padreaquedarseconnosotrossinhaberloconsultadoantesconél.
Setumbaenlacamaymemira.
—Nada.Noshemoshechoamigos.Luegomehaparecidoqueyahepasadobastantetiempocon
nuestroinvitadoyhedecididoveniraverte.
—Por favor, dime que no has sido muy desagradable con él. —Apenas conozco a mi padre, lo
últimoquenecesitosonmástensiones.
—Tranquila,mehemetidolasmanosenlosbolsillos—dicecerrandolosojos.
—Voy a llevarle la manta y a pedirle disculpas por tu comportamiento, como siempre —replico
molesta.
Mipadreestáenlasaladeestar,sentadoenelsuelo,tirandodeloshilosdelosagujerosdesus
vaqueros.Levantalavistaaloírmellegar.
—Puedessentarteenelsofá—ledigo,ycolocolosbártulosenelreposabrazos.
—Esque...noqueríamancharlo.—Seruborizaavergonzadoysemeparteelcorazón.
—Descuida...Siquieres,puedesdarteunaducha.SeguroqueHardinpuedeprestartealgoderopa
paraestanoche.
Nomemiraperoprotestadébilmente:
—Nomegustaríaabusar.
—Nopasanada,deverdad.Voyaporalgoderopa.Veaducharte,tehetraídounatoalla.
Meregalaunasonrisademacrada.
—Gracias.Mealegromuchodevolveraverte.Teheechadomuchodemenos...Yaquíestás.
—PerdonasiHardinhasidomaleducadocontigo,esmuy...
—¿Protector?—acabalafrasepormí.
—Sí,supongoqueloes.Avecesdalaimpresióndeserunmaleducado.
—No pasa nada. Soy un hombre, puedo soportarlo. Quiere cuidar de ti y no lo culpo. No me
conoceytútampoco.Merecuerdaaalguien...—Sonríeydejadehablar.
—¿Aquién?
—Amí...Hacemuchotiempo.Yoeraigualqueél.Norespetabaaquiennoseloganabaypasaba
porencimadetodoaquelqueseinterpusieraenmicamino.Meloteníatancreídocomoél;laúnica
diferenciaesqueélllevamuchosmástatuajesqueyo.
Seríe,yelsonidometraealamemoriarecuerdosquehacíamuchoquehabíaolvidado.
Disfrutodeesasensaciónymeríoconélhastaqueselevantaycogelatoalla.
—Voyaaceptartuofertayadarmeunabuenaducha.
Ledigoqueiréabuscarleunamudayseladejaréenlapuertadelbaño.
De vuelta en el dormitorio, Hardin sigue en la cama, con los ojos cerrados y las rodillas
flexionadas.
—Seestáduchando.Lehedichoquepodíaponersealgotuyo.
Seincorpora.
—¿Porquélehasdichoeso?
—Porquenotienenadaqueponerse.—Meacercoalacamaconlosbrazosabiertosparacalmarlo.
—Genial,Tessa,adelante,dalemiropa—diceenplanborde—.¿Quieresqueleofrezcatambién
miladodelacama?
—Para de una vez. Es mi padre, y quiero ver cómo evoluciona esto. Que tú no seas capaz de
perdonaraltuyonosignificaquetengasquesabotearmisintentosporteneralgúntipoderelacióncon
elmío—lecontestoconelmismotonoborde.
Hardinsemequedamirando.Entornasusojosverdes,sindudaporelesfuerzoqueestáhaciendo
paranogritartodaslascosashorriblesquemeestállamandopordentro.
—Noeseso—dice—,esqueeresdemasiadoingenua.¿Cuántasvecestengoquerepetírtelo?No
todoelmundosemerecetubondad,Tessa.
Salto:
—Sólo tú, ¿no, Hardin? ¿Tú eres el único a quien debo perdonar y dar el beneficio de la duda?
Menuda gilipollez y qué egoísta por tu parte. —Hurgo en su cajón en busca de unos pantalones de
chándal—.¿Sabesqué?Prefieroserunaingenuacapazdeverlobuenodelagenteaportarmecomoun
cretinocontodoelmundoycreerquetodosestáncontramí.
Cojounacamisetayunoscalcetinesysalgodeldormitoriohechaunafuria.Colocolapiladeropa
enlapuertadelbañoyoigoamipadrecanturrearbajoelaguadeladucha.Pegolaorejaalapuertay
nopuedoevitarsonreír,esunsonidomaravilloso.Recuerdoamimadrehablandodecómocantabami
padreylomolestoqueleresultaba,peroamímepareceadorable.
Enciendootravezlateleenlasaladeestarydejoelmandoenlamesitaparaanimarloaverloque
quiera.¿Veránormalmentelatelevisión?
Recojo la cocina y dejo parte de las sobras en la encimera, por si todavía tiene hambre. Me
pregunto,unavezmás,cuándofuelaúltimavezquecomiócaliente.
Elaguasiguecorriendoenelcuartodebaño.Debedeestardisfrutandoconsuducha,loqueme
indicaqueesprobablequesealaprimeraquesedaenmuchotiempo.
Cuando vuelvo al dormitorio, Hardin tiene el archivador de cuero negro que le compré en el
regazo.Pasojuntoaélsinmirarlo,peronotoquesusdedosseaferranamibrazoparaquemepare.
—¿Podemoshablar?—mepregunta,ytirademíparacolocarmeentresuspiernas.Rápidamente,
apartaelarchivador.
—Adelante,habla.
—Perdónameporhabersidouncapullo,¿vale?Esquenoséquépensardetodoesto.
—¿Dequé?Nadahacambiado.
—Sí que ha cambiado. Ese hombre que ninguno de los dos conoce de verdad está en mi casa y
quierevolveratenerrelacióncontigodespuésdetodosestosaños.Nomecuadra,ymiprimerareacción
esponermealadefensiva,yalosabes.
—Entiendoaloqueterefieresperonopuedessertanodiosoydeciresetipodecosasdelantede
mí,comolodellamarlomendigo.Esomehadolidodeverdad.
Meabrelasmanosconlassuyasyentrelazalosdedosconlosmíosparaacercarmemásaél.
—Perdona,nena.Losientodeverdad.
Sellevamismanosalabocaymebesalosnudillosdespacio.Mienfadodesaparececonlacaricia
desussuaveslabios.
Levantounaceja.
—¿Vasadejardehacercomentarioscrueles?
—Sí.—Ledalavueltaamimanoyresiguelaslíneasdemipalma.
—Gracias.
Observocómosudedoviajapormimuñecaparaacabardenuevoenlapuntademisdedos.
—Perotencuidado,¿vale?Porquenodudaréen...
—Parece buena persona, ¿no crees? Quiero decir que es amable —digo en voz baja,
interrumpiendoloqueseguroqueeraunapromesademásviolencia.
Susdedosdejandemoverse.
—Nolosé.Noestámal,supongo.
—Cuandoyoerapequeñanoeratanamable.
Hardinmemiraconfuegoenlosojos,aunquesuspalabrastienenuntonodulce.
—Nohablesdeesomientraslotengacerca,porfavor.Estoyesforzándometodoloquepuedo,no
tienteslasuerte.
Meencaramoasuregazoysetumbaconmicuerpopegadoalsuyo.
—Mañanaeselgrandía—dice.
—Sí—suspirocontrasubrazo,emborrachándomeconsucalor.
MañanasereúneelcomitédeexpulsionesparadecidirlasuertedeHardinporhaberlepegadouna
palizaaZed.Nofuenuestromejormomento.
DerepentemeentraelpánicoalrecordarelmensajedetextoquemehaenviadoZed.Mehabía
olvidadodeéldespuésdeencontrarmeamipadrealsalirdelatienda.Miteléfonosepusoavibrarenel
bolsillo mientras esperábamos a que volvieran Steph y Tristan, y Hardin se me quedó mirando en
silenciomientrasloleía.Porsuerte,nomepreguntóporelcontenido.
Tengoquehablarcontigomañanaporlamañana,asolas.
EsomehaescritoZed.
No sé qué pensar del mensaje. No sé si debería hablar con él, teniendo en cuenta que le dijo a
Tristan que presentaría cargos contra Hardin. Espero que sólo lo dijera para impresionarlo, para
salvaguardarsureputación.NoséquéharésiHardinsemeteenunlío,enunlíodeverdad.Debería
responder al mensaje, pero no sé si es buena idea quedar con Zed o hablar con él a solas. Hardin ya
tienebastantesproblemas,nonecesitaqueyoempeorelasituación.
—¿Meestásescuchando?—Medauncodazoylevantolacabeza,lejosdesureconfortanteabrazo.
—No,perdona.
—¿Enquéestáspensando?
—Entodo:mañana,loscargos,laexpulsión,Inglaterra,Seattle,mipadre...—Suspiro—.Entodo.
—¿Vendrásconmigo?¿Alodelaexpulsión?—Noletiemblalavoz,peroestánervioso.
—Sitúquieres...—digo.
—Tenecesito.
—Allíestaré.—Necesitocambiardetema,asíquedeclaro—:Nomepuedocreerquetelohayas
tatuado;¿medejasverlo?
Meapartaconcuidadoparapoderdarselavuelta.
—Levántamelacamiseta.
Lelevantolacamisetanegrahastaquedescubrotodasuespaldayluegotirodelavendablanca
quecubrelatintafresca.
—Hayunpocodesangreenlavenda—ledigo.
—Esnormal—explicaburlándoseunpocodemiignoranciaenestostemas.
Rodeolazonaenrojecidaconeldedoyadmirolaspalabrasperfectas.Eltatuajequesehahecho
pormíesminuevofavorito.Laspalabrasperfectas,palabrasquesignificanmuchoparamí,yparece
quetambiénparaél.PeromelashaestropeadolanoticiadequemevoyaSeattle,esaqueaúnnolehe
dado.Selocontarémañana,encuantosepamosquépasaconlaexpulsión.Meheprometidomilveces
queselocontaré.Cuantomásespere,mássevaaenfadar.
—¿Teparecesuficientecompromiso,Tessie?
Lelanzounamiradaasesina.
—Nomellamesasí.
—Odioesenombre—dicevolviendolacabezaparamirarme,tumbadobocaabajo.
—Yotambién,peronoquierodecírselo.Enfin,amíconeltatuajemebasta.
—¿Segura?Porquepuedovolverytatuarmetucarajustodebajo.
—¡No,porfavor!—Niegoconlacabezayélsepartedelarisa.
—¿Seguro que con esto te basta? —Se sienta en la cama y se baja la camiseta—. Nada de
matrimonio—añade.
—¿Deesosetrata?¿Tehashechountatuajecomoalternativaalmatrimonio?—Noséquépensar
alrespecto.
—No, no exactamente. Me he hecho el tatuaje porque quiero y porque hacía tiempo que no me
hacíaninguno.
—Quéconsiderado.
—Ytambiénporti,parademostrartequeestoesloquequiero.—Haceungestoparaexplicarque
setratadenosotrosymecogelamano—.Sealoquesealoquehayentrenosotros,noquieroperderlo
jamás.Loheperdidoantes,einclusoahoranoestoysegurodetenerlodeltodo,peroséquevamospor
buencamino.
Sumanoestátibiayesperfectaparalamía.
—Poreso,denuevo,heempleadolaspalabrasdeunhombremuchomásrománticoqueyopara
quecaptaraselmensaje.—Medirigesumejorsonrisa,aunqueveoelterrorqueseocultatrasella.
—CreoqueDarcysequedaríahorrorizadodeverloquehashechoconsuspalabras.
—Yocreoquemechocaríaloscinco—presume.
Mirisapareceunladrido.
—¿Techocaríaloscinco?FitzwilliamDarcyjamásharíanadaparecido.
—¿Creesqueesdemasiadobuenocomoparachocarloscinco?Deeso,nada.Sesentaríaconmigo
a tomarse una birra. Nos haríamos amigos charlando de lo cabezotas que son las mujeres de nuestra
vida.
—Soisafortunadosdetenernosenvuestravida,porqueDiossabequenadiemásosaguantaría.
—¿Esocrees?—meretaconunasonrisarodeadadehoyuelos.
—Saltaalavista.
—Supongoquetienesrazón.PeroyotecambiaríaporElizabethsinpensarlo.
Aprietoloslabios,enarcounacejayesperounaexplicación.
—Porqueellacompartemiopiniónsobreelmatrimonio.
—Y,aunasí,secasó—lerecuerdo.
Conungestomuypocopropiodeél,mecogedelascaderasymetumbaotravezenlacama.Mi
cabeza aterriza en la montaña de cojines decorativos que él tanto detesta (cosa que no deja de
recordarme).
—¡Seacabó!¡QueDarcyosaguantealasdos!—Surisainundalahabitaciónylamíanosequeda
corta.
Estospequeñosdramasenlosquepeleamosporpersonajesdeficciónyélseríetanagustocomo
unniñosonlosmomentosquehacenquetodoelinfiernoporelquehemospasadovalgalapena.Son
instantes como éstos los que me resguardan de las duras realidades que hemos vivido a lo largo de
nuestrarelaciónydetodoslosobstáculosqueaúntenemospordelante.
—Parecequeyahasalidodelbaño—diceentoncesHardinenvozbaja.
—Voyadarlelasbuenasnoches.—Merevuelvoparaquemesuelteyledoyunbesofurtivoenla
frente.
Es raro ver a mi padre con la ropa de Hardin, pero al menos de talla le queda mejor de lo que
esperaba.
—Graciasporlaropa.Ladejaréaquímañanaantesdeirme—meexplica.
—Noesnecesario,puedesquedártela...sitehacefalta.
Sesientaenelsofáconlasmanosenelregazo.
—Yahashechomuchopormí,másdeloquemerezco.
—Noesnada,deverdad.
—Eresmuchomáscomprensivaquetumadre.—Sonríe.
—Ahoramismocreoquenocomprendonada,peroloestoyintentando.
—Nopuedopedirtemás,sólounpocodetiempoparaconoceramipequeña...Bueno,amihija,
queyaesunaadulta.
Sonríotensa.
—Esoestaríabien.
Séquelequedaunlargocaminoporrecorrerynolovoyaperdonardelanochealamañana,pero
esmipadreynotengoenergíaparaodiarlo.Quierocreerquepuedecambiar.Séqueesposible,nohay
másqueveralpadredeHardin,quelehadadolavueltaasuvida,inclusoapesardequesuhijoes
incapazdeolvidarelpasado.TambiénhevistocambiaraHardin.Escabezotacomopocos,asíquecreo
quehayesperanzaparamipadre,pormuymalquelehayaido.
—Hardinmeodia—dice—.Creoqueeslahormademizapato.
Susentidodelhumorescontagioso,ymerío.
—Sí.Notequepaduda.
Miroalfinaldelpasillo.Michico,malcaradoyvestidodenegro,nosobservaconmiradarecelosa.
Capítulo4
Tessa
—Apágala—gruñeHardincuandolaalarmaresuenaporlahabitación.
Cojoelmóvilcondedostorpesy,conelpulgar,tocolapantallayeldesagradablesonidocesa.Me
pesan los hombros cuando me siento en el borde de la cama. Las tensiones de hoy amenazan con
tumbarmedeespaldas:ladecisióndelauniversidadacercadesiexpulsaronoaHardin;laposibilidad
de que Zed presente cargos contra él y, por último, su posible reacción cuando le cuente que voy a
seguir a la editorial Vance a Seattle, y que quiero que venga conmigo a pesar de que ha dicho que
detestalaciudad.
Nosécuálmedamásmiedo.Paracuandoenciendolaluzdelcuartodebañoymelavolacaracon
agua fría, me doy cuenta de que los cargos por agresión son lo que más me aterra. Si Hardin va a la
cárcel,noséquévoyahacer,oquéharáél.Mepongomalasólodeimaginarlo.Derepentemeacuerdo
de que Zed quería quedar hoy conmigo y no paro de pensar acerca de qué querrá hablar, sobre todo
porquelaúltimavezquelovimedioaentenderquesehabíaenamoradodemí.
Inspiroyexhaloenlasuavetoallaquecuelgadelapared.¿DeberíaresponderalmensajedeZedy
verquétienequecontarme?PuedequemeexpliqueporquéledijoaTristanunacosayamíotrasobre
lodepresentarcargos.Mesientoculpableporpedirlequenolospresente,ymásdespuésdequeHardin
lo enviara al hospital, pero amo a Hardin y, al principio, las intenciones de Zed eran idénticas a las
suyas:ganarlaapuesta.Ningunodelosdosesunangelito.
Antesdequeledédemasiadasvueltasomepongaapensarenlasconsecuencias,leescriboaZed.
Sólo estoy intentando ayudar a Hardin. Me lo repito una y otra vez después de enviar el mensaje y
obsesionarmeconmipeloyelmaquillaje.
Cuandoveoquelamantaestádobladaycolocadaconesmeroenelreposabrazosdelsofá,semecaeel
almaalospies.¿Sehaido?¿Cómovoyacontactarconél?
El sonido de un armario de la cocina al cerrarse me sube la moral. Entro en la oscura estancia,
enciendolaluzy,delsusto,amipadreselecaeunacucharaalsuelodehormigón.
—Perdona,heintentadonohacerruido—dicemientrasseapresuraarecogerelcubierto.
—Tranquilo,yaestabadespierta.Podríashaberencendidolaluz.—Meríosuavemente.
—No era mi intención despertar a nadie. Sólo quería preparar unos cereales, espero que no te
importe.
—Por supuesto que no. —Pongo en marcha la cafetera y miro el reloj. Tengo que despertar a
Hardindentrodequinceminutos.
—¿Qué planes tienes para hoy? —me pregunta con la boca llena de los cereales favoritos de
Hardin.
—Yo tengo clase, y Hardin tiene una reunión con la Dirección de Ordenación Académica de la
universidad.
—¿Ladireccióndelauniversidad?Parecemuyserio...
Miroamipadreymepreguntosideberíacontárselo.Perotengoqueempezarporalgunaparte,así
queledigo:
—Semetióenunapeleaenelcampus.
—Y¿poresovaatenerquehablaranteladirección?Enmistiempos,tedabanunazoteyacorrer.
—Destrozóunmontóndeenseres,cosascaras,ylerompiólanarizalotrochico.
Suspiroyremuevounacucharilladeazúcarenmicafé.Hoynecesitolaenergíaextra.
—Muybonito.Y¿cuálfueelmotivodelapelea?
—Yo,másomenos.Eraalgoqueveníadetiempoatrás,hastaquealfinal...explotó.
—Hoyyamecaemejorqueanoche.—Sonríe.
Mealegrodequelegusteminovio,peronoporesarazón.Noquieroquesehaganamigosporsu
pasiónporlaviolencia.Meneolacabezaymebebolamitaddemicafé,dejandoqueellíquidocaliente
mecalmelosnerviosdesbocados.
—¿Dedóndees?—ParecemuyinteresadoensabermássobreHardin.
—Esinglés.
—Eso pensaba, por el acento. Aunque a veces no lo distingo del acento australiano. ¿Su familia
sigueallí?
—Sumadre,sí.Supadreviveaquí.EselrectordelaWCU.
Losojosmarroneslebrillandecuriosidad.
—Quéironíaquevayanaexpulsarlo.
—Tremenda—suspiro.
—¿Tumadreloconoce?—preguntallevándosealabocaunaenormecucharadadecereales.
—Sí,yloodia—repongofrunciendoelceño.
—Odiaresunapalabramuyfuerte.
—Créeme,enestecaso,sequedacorta.
Eldolordehaberperdidolarelaciónconmimadreesmuchomenosintensoqueantes.Nosésieso
esbuenoono.
Mipadredejalacucharaenelcuencoyasientemuchasveces.
—Puedesermuytestaruda,perosólosepreocupaporti.
—Notieneporquépreocuparse,estoybien.
—Deja que se le pase. No deberías tener que elegir a uno o a otra. —Sonríe—. A tu abuela yo
tampocolegustaba,seguroquemeestálanzandomiradasasesinasdesdelatumba.
Esto es muy raro. Después de todos estos años, estoy en la cocina con mi padre, charlando tan
contentosconunatazadecaféyuncuencodecereales.
—Esmuyduroporquesiemprehemosestadomuyunidas...—digo—.Todolounidasqueellaes
capazdeestar,claro.
—Siemprehaqueridoquefuesescomoella,seaseguródequeasífueradesdequenaciste.Noes
malapersona,Tessie.Sóloestáasustada.
Lomiroinquisitiva.
—¿Dequé?
—Detodo.Laasustaperderelcontrol.Estoysegurodequeleentróelpánicocuandoteviocon
Hardinysediocuentadequehabíaperdidoelcontrolsobreti.
Miromitazavacía.
—¿Poresotemarchaste?¿Porquequeríacontrolarlotodo?
Mipadresuspira,esunsonidoambiguo.
—No. Me marché porque tengo mis problemas y no éramos buenos el uno para el otro. No te
preocupespornosotros.—Seríe—.Preocúpatedetiydelfollonerodetunovio.
Nomeimaginoalhombrequetengodelanteyamimadremanteniendounaconversación:parecen
lanocheyeldía.Miroelreloj,sonlasochopasadas.
Melevantoymetomitazaenellavavajillas.
—HededespertaraHardin.Anochemetíturopaenlalavadora.Voyavestirmeytelatraigo.
EntroeneldormitorioyveoqueHardinyaestádespierto.Loobservoponerselacamisetanegray
sugiero:
—Talvezseamejorquehoytepongasalgomásformal.
—¿Por?
—Porque van a decidir el futuro de tu educación, y una camiseta negra no demuestra que te
interese lo más mínimo. Puedes cambiarte en cuanto termine, pero de verdad creo que deberías
arreglarteunpoco.
—Mieeeeeerda—diceexagerandolaentonaciónyechandolacabezaatrás.
Pasojuntoaélysacodelarmariolacamisanegraylospantalonesdevestir.
—No,eltrajedelosdomingos,no,joder.
Lepasolospantalones.
—Sóloseráunratito.
Cogelospantalonescomosifueranundesechoradiactivo,oundispositivoextraterrestre.
—Simepongoestamierdaymeechan,arderáelcampus.
—Erestanmelodramático...—Pongolosojosenblancoperonoparecequelehagagraciaponerse
lospantalonesnegrosdevestir.
—¿Seguimosteniendounalbergueparalossintechoencasa?
Dejocaerlacamisasobrelacama,conperchaytodo,ymevoydandozancadashacialapuerta.
Sepasalosdedosfrenéticoporelpelo.
—Joder, Tess. Perdona. Me estoy poniendo nervioso, y ni siquiera puedo echarte un polvo para
tranquilizarmeporquetupadreestáennuestrosofá.
Sus palabras vulgares me revuelven las hormonas, pero tiene razón: que mi padre esté en la
habitacióncontiguaesungranimpedimento.MeacercoaHardin,quetieneproblemasparaabrocharse
lacamisa,yleapartolasmanos.
—Yalohagoyo—meofrezco.
Su mirada se suaviza pero sé que le está entrando el pánico. Odio verlo así, es muy raro. Suele
mantenerlasemocionesbajocontrol,nadapareceimportarlegrancosa.Exceptoyo,einclusoentonces
sabeescondermuybiensussentimientos.
—Todosaldrábien,nene.Searreglará.
—¿Nene?—Susonrisaesinstantánea,igualqueelrubordemismejillas.
—Sí...,nene.—Learregloelcuellodelacamisaymebesaenlapuntadelanariz.
—Tienesrazón.Enelpeordeloscasos,nosiremosaInglaterra.
Nohagocomentariosyvuelvoalarmarioapormiropadeldía.
—¿Creesquemedejaránentrarcontigo?—lepreguntosinsaberquéponerme.
—¿Quieresentrar?
—Si me lo permiten... —Cojo el vestido morado que tenía pensado ponerme para ir a Vance
mañana.Medesnudoymevistolomásrápidoposible.Mepongounoszapatosnegrosdetacónyme
apartodelarmariosujetándomeeldelanterodelvestido—.¿Meayudas?—lepreguntovolviéndomede
espaldas.
—Meestástorturandoapropósito.
Las puntas de sus dedos recorren mis hombros desnudos y bajan por mi espalda. Se me pone la
carnedegallina.
—Perdona.—Tengolabocaseca.
Mesubelacremalleramuydespacioymeestremezcocuandosuslabiosrozanlapielsensiblede
minuca.
—Tenemosqueirnosya—ledigo.
Élgruñeymeclavalosdedosenlascaderas.
—Voyallamaramipadreporelcamino.¿Vamosadejaraltuyo...enalgúnsitio?
—Ahoraselopregunto.¿Teimportacogermibolso?—ledigo,yélasiente.
—¿Tess?—mellamaencuantocojoelpomodelapuerta—.Megustaesevestido.Ytú.Bueno,a
titequiero...yatunuevovestido—divaga—.Osquieroatiyaturopapija.
Hagounareverenciaymedoylavueltaparaquemeveabien.PormuchoquedetesteveraHardin
tannervioso,meresultaalavezmuyatractivoporquemerecuerdaquenoestandurocomoparece.
En la sala de estar, mi padre está dormido sentado en el sofá. No sé si debería despertarlo o
simplementedejarlodescansarhastaquevolvamosdelcampus.
—Déjalodormir.—Hardinmehaleídoelpensamientoyrespondepormí.
Le escribo una nota rápida para decirle a qué hora volveremos y añado nuestros números de
teléfono.Nocreoquetengamóvil,peroselosdejoporsiacaso.
Eltrayectoalauniversidadsehacecorto,demasiadocorto,yHardinparecequevaaempezara
gritar o a pegar puñetazos en cualquier momento. Cuando llegamos, busca con la mirada el coche de
Kenenelaparcamiento.
—Hapedidoqueloespereaquí—explicacomprobandolapantalladesumóvilporquintavezen
cincominutos.
—Ahíestá—digoseñalandoelcocheplateadoqueacabadeentrar.
—Porfin.¿Porquécoñohabrátardadotanto?
—Séamableconél,estáhaciendoestoporti.Porfavor,séamableconél—lesuplico,ysuspira
frustradoperoasiente.
Kenhavenidoconsumujer,Karen,yconLandon,elhermanastrodeHardin.Aéllesorprende,
peroamímehacesonreír.LosadoroporofrecerlesuapoyoinclusocuandoHardinactúacomosino
quisierasuayuda.
—¿Notienesnadamejorquehacer?—leespetaHardinaLandon.
—¿Ytú?—contraatacaLandon.
Hardinseríe.
Aloírlos,Karensonríeconunafelicidadquecontrastaconlaexpresiónqueteníaalsalirdelcoche
deKen.
—Espero que no se alargue mucho —dice Ken de camino al edificio de administración—. He
llamadoatodoelmundoyheremovidocieloytierra.Rezoparaquetodoseresuelva.—Sedetieneun
momentoysevuelvehaciaHardin—:Dejaquehableyo,lodigoenserio.
Aguardalarespuestadesuhijo,esperaqueestédeacuerdo.
—Vale,bien—contestaHardinsinrechistar.
Ken asiente, abre las enormes puertas de madera y espera a que entremos todos. Luego, sin
mirarme,diceentonoautoritario:
—Tessa, lo siento mucho, pero no puedes entrar con nosotros. No he querido insistir. Puedes
esperarnosfuerasiteapetece.—Sevuelveymemiracomprensivo.
PeroHardinenloquecealinstante.
—¿Cómoquenopuedeentrar?¡Lanecesitoamilado!
—Lo sé, y lo siento, pero sólo puede acompañarte la familia —le explica su padre mientras nos
guía por el largo pasillo—. A menos que hubiera sido testigo pero, aun así, supondría un enorme
conflictodeintereses.
Kensedetieneentoncesanteunasaladereunionesymusita:
—Claroquenoescomosiparamí,quesoyelrector,estonofueraunconflictodeintereses.No
obstante,eresmihijo,ycreoquehoyconunconflictonosbasta.
MevuelvohaciaHardin.
—Tienerazón,eslomejor.Nopasanada—leaseguro.
Mesueltalamanoyasiente.Miraasupadreylelanzacuchillosconlosojos.Kensuspiraydice:
—Hardin,porfavor,procura...
Éllevantaunamano.
—Loharé,loharé—dice,ymebesaenlafrente.
Entranloscuatroenlasala.QuieropedirleaLandonqueespereconmigo,peroséqueHardinlo
necesita dentro, lo admita o no. Me siento una inútil, esperando aquí sentada mientras un grupo de
estiradoscontrajeycorbatadecidenelfuturoacadémicodemichico.Aunque,alomejor,hayunmodo
deayudarlo...
SacoelmóvilyleenvíounmensajeaZed:
Estoyeneledificiodeadministración.¿Puedesvenir?
Mequedomirandolapantalla,esperandounarespuesta.Seenciendeenmenosdeunminuto.
Sí,voyparaallá.
Echo un último vistazo a la puerta y salgo al exterior. Hace frío, demasiado para aguardar en la
calleconunvestidoquemellegaporlasrodillas,peronotengootraelección.
Después de esperar un buen rato, decido volver a entrar y justo en ese momento aparece la vieja
camionetadeZedenelaparcamiento.Salevestidoconunasudaderanegrayvaquerososcuroslavados
alapiedra.Elcardenalquelecubrelacaramedejapetrificada,apesardequeyalohabíavisto.
Semetelasmanosenelbolsillodelasudadera.
—Hola.
—Hola.Graciasporvenir.
—Fueideamía,¿recuerdas?—Mesonríe,ymesientounpocomejor.
Ledevuelvolasonrisa.
—Tienesrazón.
—Quierohablarcontigodeloquemedijisteenelhospital—medice.Deesoprecisamenteerade
loqueyoqueríahablar.
—Yotambién—contesto.
—Túprimero.
—Steph dice que le dijiste a Tristan que ibas a presentar cargos contra Hardin. —Intento no
mirarloalosojosmoradoseinyectadosensangre.
—Esverdad.
—Peroamímedijistequenoibasahacerlo.¿Porquémementiste?
—Notementí.Ésaeramiintencióncuandotelodije.
Doyunpasohaciaél.
—¿Quétehahechocambiardeopinión?
Seencogedehombros.
—Muchascosas.Hepensadoentodoloquemehahecho,yentodoloquetehahechoati.Nose
mereceirsederositas.—Seseñalalacara—.Joder,miracómomedejó,Tess.
Noséquédecirle.TienetodoelderechodelmundoaestarcabreadoconHardin,perodesearíaque
notomaramedidaslegalescontraél.
—Bastante lío tiene ya con la Dirección de Ordenación Académica —digo con la esperanza de
hacerlecambiardeopinión.
—Nolepasaránada.Stephmehadichoquesupadreeselrector—resopla.
«Malditaseas,Steph;¿porquéhastenidoquecontárselo?»
—Esonosignificaquevayaasalirimpune.
Sinembargo,mispalabrassóloconsiguenexasperarlo.
—Tessa,¿porquésiempresaltasensudefensa?Daigualloquehaga,¡túsiempreestásahípara
recogerlosplatosrotos!
—Noesverdad—miento.
—¡Loes!—Levantalasmanosalcielosinpodercreérselo—.¡Ylosabes!Medijistequeibasa
considerarlaideadedejarlo,yalosdosdíasteveoenunatiendadetatuajesconél.Notienesentido.
—Séquenoloentiendes,peroloquiero.
—Sitantoloquieres,¿cómoesquevasahuiraSeattle?
Suspalabrasmedesconciertan.Mequedomudaunsegundo,peroluegodigo:
—NohuyoaSeattle,mevoyporquemehasurgidounabuenaoportunidad.
—Élnoirácontigo.Ennuestrogrupodeamigossehabla,¿sabes?
«¿Qué?»
—Estabapensandoenvenirse—miento,aunqueséquenoengañoaZed.
Conmiradadesafiante,miraaunladoyluegomemiraalosojos.
—Simedicesquenosientesnadapormí,nadaenabsoluto,retiraréloscargos.
Enesemomentoelairesehacemásfríoyelvientosoplaconmásfuerza.
—¿Qué?
—Yamehasoído.Dimequetedejeenpazyquenovuelvaahablarcontigoyloharé.
SupeticiónmerecuerdaaalgoqueHardinmedijohacemucho.
—Peroesonoesloquequiero.Noquieroquenovuelvasahablarme—confieso.
—Entonces¿quéquieres?—preguntaconlavozcargadaderabiaydetristeza—.¡Porquepareces
estartanconfusacomoyo!Meenvíasmensajesparaquequedemos,mebesas,duermesconmigoenla
mismacama.¡Siempreacudesamícuandotehacedaño!¿Quéquieresdemí?
Creíahaberdejadomisintencionesclarasenelhospital.
—Noséloquequierodeti,peroloquieroaélyesonocambiaránunca.Perdonaquetehayadado
unafalsaimpresión,pero...
—¡DimeporquévasamudarteaSeattledentrodepocoyaúnnoselohascontado!—megrita
agitandolasmanos.
—Nolosé...Selocontarécuandotengalaoportunidaddehacerlo.
—Novasadecírseloporquesabesquetedejará—meespetamirandodetrásdemí.
—Él...,bueno...—Noséquédecir.PorquemedamiedoqueZedestéenlocierto.
—Puesadivinaqué,Tessa.Yamedaráslasgracias.
—¿Por?
Sus labios se curvan en una sonrisa maliciosa. Levanta un brazo y señala detrás de mí. Un
escalofríomerecorredepiesacabeza.
—Porhabérselocontadoporti.
Sé que cuando me dé la vuelta me encontraré a Hardin detrás de mí. Juro que puedo oír su
respiraciónentrecortadaporencimadelfuerteazotedelviento.
Capítulo5
Hardin
Cuandosalgoafuera,elvientomeazotalacaraytraeconsigoelsonidodelaúnicavozquenoesperaba
oírenestemomento.Acabodetenerquesoportaraunmontóndegentehablandofataldemímientras
yoteníaquemordermelalengua.Y,despuésdeeso,loúnicoquequeríaoíreralavozdemichica,de
miángel.
Yahíestabasuvoz.Perotambiénestabaladeél.Doblolaesquinayloveo.Ahíestán.Tessay
Zed.
Miprimerpensamientoes:«¿Quécoñohaceélaquí?¿QuéhaceTessaaquífuerahablandoconél?
¿Quépartede“Noteacerquesaél”nohaentendido?».
Cuandoesecabrónlelevantalavoz,echoaandarhaciaellos.Nadietienederechoagritarleasí,
nadie.PerocuandomencionaSeattle...Frenoenseco.
«¿TessaestáplaneandomarcharseaSeattle?Y¿cómoesqueZedlosabíayyono?...»
No puede estar pasando. Esto no puede estar pasando. Ella nunca planearía mudarse sin
contármelo...
La mirada enloquecida de Zed y su sonrisa de comemierda se burlan de mí mientras intento
ordenarmirevoltijodeideas.CuandoTessasevuelveenmidirección,escomosilohicieraacámara
lenta. Tiene los ojos grises muy abiertos y las pupilas dilatadas por la sorpresa que se ha llevado al
verme.
—Hardin...—Veoquesiguehablandoperosuvozesdemasiadodébilysepierdeenelviento.
No sé qué decir y me quedo de pie con la boca abierta. La cierro. La vuelvo a abrir y sigo
repitiendolosmismosgestosunayotravez,hastaquealfinmislabiosconsiguenarticularlaspalabras.
—¿Conqueéseeratuplan?—consigodecir.
Se aparta el pelo de la cara, frunce los labios y se frota los antebrazos con las manos, que tiene
cruzadassobreelpecho.
—¡No!¡Noesloquecrees,Hardin,yo...!
—Vayapardeconspiradores.Tú...—digoseñalandoalmalditobastardo—tededicasamaquinary
aintrigaramisespaldaseintentasrobarmeamichicaunayotrayotravez.Daigualloquehagaolas
vecesquetepartalaputacara,vuelvesarrastrándotecomounamalditacucaracha.
Essorprendente.Seatreveahablar:
—Ella...
—Ytú...—Señaloalachicarubiaquetienemimundobajolasueladesustaconesnegros—.Tú...
nohacesmásquejugarconmigo.¡Actúascomositeimportaracuandoenrealidadhasestadoplaneando
dejarmetodoeltiempo!SabesquenovoyairmeaSeattle,yaunasíhasestadoplaneandomudarte¡sin
decirmenada!
Tienelosojosllorosos,ymesuplica:
—¡Poresonotelohabíacontadotodavía,Hardin,porque...!
—Cállate—ledigo,ysellevalamanoalpecho,comosimispalabraslahubieranherido.
Puedequeasísea.Puedequeesosealoquequiero,paraquesesientacomoyo.
¿CómohapodidohumillarmedeestemododelantedeZed?
—¿Quépintaélaquí?—lepregunto.
Nohaynirastrodesusonrisadesatisfaccióncuandoellasevuelveparamirarloantesdemirarme
amí.
—Yolehepedidoqueviniera.
Doy un paso atrás fingiendo sorpresa. O puede que me haya sorprendido de verdad. No sé muy
bienquéesloquesiento,porquepasodemasiadorápidodeunsentimientoaotro.
—¡Ahílotenemos!Estáclaroquelovuestroesmuyespecial.
—Sólo quería hablar con él sobre lo de presentar cargos. Estoy intentando ayudarte, Hardin.
Escúchame,porfavor.—Tessadaunpasohaciamí,apartándosedenuevoelpelodelacara.
Niegoconlacabeza.
—¡Y una mierda! He escuchado toda la conversación. Si no lo quieres, díselo ahora mismo,
delantedemí.
Susojosllorososmerueganensilencioquecedayquenolaobligueahumillarloenmipresencia,
peronomeconmueve.
—Oselodices,otúyyohemosterminado.—Mispalabrasmequemanlalenguacomosifueran
ácido.
—Notequiero,Zed—dicemirándomeamí.Lodiceprecipitadamente,asustada,yséqueleduele
decirlo.
—¿Niunpoco?—preguntocopiándoleaZedsusonrisadesatisfaccióndeantes.
—Niunpoco.—Tessafrunceelceño,yélsepasalamanoporelpelo.
—Noquieresvolveraverlo—lainstruyo—.Datelavueltaydíselo.
PeroesZedelquehabla.
—Hardin, déjalo. Ya está. Lo he pillado. No tengo por qué aguantar estos jueguecitos, Tess.
Mensajerecibido—dice.Espatético,comounniñotriste.
—Tessa... —empiezo a decir, pero cuando me mira, lo que veo en sus ojos casi me pone de
rodillas.Asco.Ledoyasco.
Daunpasohaciamí.
—No,Hardin.Nopiensohacerlo.Noporquequieraestarconél,porquenoquiero,tequieroatiy
sóloati,sinoporquesólolohacesporfastidiaryestámalyescruelynopiensoayudarte.—Semuerde
uncarrillointentandonollorar.
«¿Quécoñoestoyhaciendo?»
Comounafiera,medice:
—Mevoyacasa.CuandoquierashablardeSeattle,allíestaré.
Yconesodamediavueltaysemarcha.
—¡Notienesformadellegaracasa!—legrito.
ZedlevantalamanoyseñalahaciaTessa.
—Yolallevaré—dice.
Algoserompeenmiinterior.
—Sinofueraporqueyaestoydemierdahastaelcuelloportuculpa,temataríaahoramismo.Yno
me refiero a romperte un hueso, sino a partirte el cráneo contra el cemento y a quedarme mirando
mientrastedesangrasvivosobreél...
—¡Para!—megritaTessa,ocultandolaslágrimas.
—Tessa,si...—diceZedenvozbaja.
—Zed,teagradezcotodoloquehashechopormí,peronecesitoquepares,porfavor.—Tratade
parecerserena,aunquefracasamiserablemente.
Conunúltimosuspiro,damediavueltayechaaandar.
Voyhaciaelcochey,encuantolotengodelante,aparecenLandonymipadre.Cómono.Oigoel
taconeodeTessadetrásdemí.
—Nosvamos—lesdigoantesdequepuedanabrirlaboca.
—Ahoratellamo—leinformaTessaaLandon.
—¿Sigueenpielodelmiércoles?—lecontestaLandon.
Ellalesonríe,unasonrisafalsaparaenmascararelpánicoquebrillaensusojos.
—Sí,porsupuesto.
Landonmelanzaunamiradaasesina,hanotadolatensiónquehayentrenosotros.«¿Estaráaltanto
desusplanes?Seguro,esprobablequehastalahayaayudadoaorganizarlos.»
Memetoenelcochesinintentarocultarmifaltadepaciencia.
—Luego te llamo —vuelve a decirle a Landon, y se despide con la mano de mi padre antes de
subiralcoche.
Apagolamúsicaencuantoseabrochaelcinturón.
—Adelante—invitasinemoción.
—¿Qué?
—Adelante,grítame.Séquevasagritarme.
Susuposiciónmedejamudo.Puessí,teníapensadogritarle,peroquelotuvieratanclaromeha
pilladoporsorpresa.
Aunqueesnormalqueseloespere,esloquesucedesiempre.Loquehagosiempre.
—¿Ybien?—Aprietaloslabiosenunafinalínea.
—Novoyagritarte.
Memirauninstanteantesdecentrarseenunpuntolejanomásalládelparabrisas.
—Noséquéhacer,apartedegritarte...Éseeselproblema.—Suspiroderrotadoconlafrentecontra
elvolante.
—Noestabahaciendoplanesatusespaldas,Hardin,almenos,noapropósito.
—Puesesloqueparece.
—Yonuncateharíaeso.Tequiero.Loentenderáscuandolosuperemos.
Suspalabrasmerebotanencuantolairaseapoderademí.
—Loqueentiendoesquevasamudarte...yenbreve.Nisiquierasécuándo...,yesoquevivimos
juntos,Tessa.Compartimoslaputacama,y¿túibasadejarmesinmás?Siempresupequeloharías.
Laoigodesabrocharseelcinturóndeseguridad.Meponelasmanosenloshombros,meempuja
haciaatrásyencuestióndesegundosestásentadaahorcajadasencimademí,rodeándomeelcuellocon
losbrazosfríosysurostrobañadoenlágrimashundidocontramipecho.
—Aparta—ledigointentandoquemesuelte.
—¿Porquésiemprepiensasquevoyadejarte?—Meabrazaconmásfuerza.
—Porqueloharás.
—NomevoyaSeattleparadejarte.Mevoypormíypormicarrera.Siempreheplaneadoirmea
vivirallíyesunaoportunidadincreíble.SelopedíalseñorVancemientrasdecidíamosquéíbamosa
hacer,yheestadoapuntodecontártelomuchasveces,peroobienmecortabasobiennoqueríashablar
denadaserioenesemomento.
Sólopuedopensarenellahaciendolasmaletasydejándomesinnadamásqueunanotademierda
enlaencimera.
—Noteatrevasaintentarculparmeamí.—Mivoznosuenaconlaconvicciónquemegustaría.
—Noteestoyechandolaculpa,perosabíaquenoibasaapoyarme.Sabesqueesmuyimportante
paramí.
—Entonces¿quévasahacer?Sitemarchas,nopodréestarcontigo.Tequiero,Tessa,peronovoy
airmeaviviraSeattle.
—¿Por? Ni siquiera sabes si te va a gustar o no. Al menos podríamos intentarlo y, si lo odias,
podríamosmarcharnosaInglaterra...talvez—dicesollozando.
—TútampocosabessitevaagustarSeattle.—Lamiroimpasible—.Losiento,perovasatener
queelegir:Seattleoyo.
Levantalavistauninstante,luegovuelveasentarseenelasientodelacompañantesindeciruna
palabra.
—No tienes que decidir nada ahora mismo, pero el tiempo se acaba. —Pongo el coche en
automáticoysalgodelaparcamiento.
—Nomepuedocreerquemeobliguesaelegir—replicasinmirarmesiquiera.
—SabesloqueopinodeSeattle.Tienessuertedequehayamantenidolacalmacuandotehevisto
conZed.
—¿Tengosuerte?—resopla.
—Ha sido un día de mierda y sólo acaba de empezar. No discutamos sobre eso. Necesito una
respuesta para el viernes, a menos que ya te hayas ido para entonces. —Sólo de pensarlo me dan
escalofríos.
Sé que va a elegirme a mí, tiene que hacerlo. Podríamos irnos a Inglaterra, lejos de toda esta
mierda.Nohadichonadasobrelasclasesquevaaperdersehoy.Mealegro,nonecesitootrapelea.
—Estássiendomuyegoísta—meacusa.
Noselodiscutoporqueséquetienerazón.Peroledigo:
—Ya,puesalgunospensaríanquetambiénesmuyegoístanodecirleaalguienenquéfechatienes
pensadoabandonarlo.¿Dóndevasavivir?¿Yatienespiso?
—No,pensababuscarunomañana.Elmiércolesnosvamosdeviajecontufamilia.
Tardounmomentoendarmecuentadeaquiénserefiere.
—¿Nosvamos?
—Dijistequeirías...
—EstoyintentandorecuperarmedelamierdadeSeattle,Tessa.—Séquemeestoycomportando
comounmamón,peroestoesunasco—.YnoolvidemosquehasllamadoaZed—recalco.
Tessa permanece en silencio mientras conduzco. Tengo que mirarla un millar de veces para
asegurarmedequenosehadormido.
—¿Ahora no me hablas? —le pregunto cuando llegamos al aparcamiento de nuestro... de mi
apartamento.
—Noséquédecir—contestaenvozbaja,derrotada.
Aparcoyentoncesmeacuerdo.
«Mierda.»
—Tupadresigueaquí,¿no?
—Notieneotrositioadondeir...—respondesinmirarme.
Salimosdelcocheyledigo:
—Cuandolleguemosacasalepreguntarédóndequierequelodeje.
—No,yalollevoyo—musita.
Aunquemichicacaminaamilado,pareceestaramuchoskilómetrosdemí.
Capítulo6
Tessa
Hardinmehadecepcionadotantoquenisiquieratengofuerzasparadiscutir,yestádemasiadocabreado
conmigoparahablarsingritarme.Sureacciónnohasidotanmalacomoesperaba,pero¿cómopuede
obligarmeaelegir?SabeloimportantequeesSeattleparamí,ynoparecetenerningúnproblemaen
hacermerenunciaraalgoporél;esoesloquemásmeduele.Siempredicequenopuedevivirsinmí,
quenopuedeestarsinmí,sinembargo,mehadadounultimátum,ynoesjusto.
—Comosehayalargadoconnuestrascosas...—empiezaadecircuandollegamosalapuerta.
—Basta.—Esperoquenotelocansadaqueestoyyquenoinsista.
—Yoheavisado.
Meto la llave en la cerradura y la hago girar. Por un momento me planteo la posibilidad de que
Hardinestéenlocierto.Laverdadesquenoconozcoaesehombre.
Cualquierparanoiadesapareceencuantoentramos.Mipadreestátiradosobreelreposabrazosdel
sofá,conlabocaabiertayroncandoamásnopoder.
Sindecirunapalabra,Hardinsemeteeneldormitorioyyovoyalacocinaaporunvasodeagua.
Necesitounminutoparapensarenmisiguientemovimiento.Loúltimoquemeapeteceespelearmecon
Hardin, pero estoy harta de que sólo piense en sí mismo. Sé que ha cambiado mucho, que se ha
esforzadomucho,perolehedadounaoportunidaddetrásdeotrayelresultadohasidouncicloinfinito
de ruptura-reconciliación que pondría enferma incluso a la mismísima Catherine Earnshaw. No sé
cuánto tiempo más podré mantenerme a flote mientras lucho contra este tsunami al que llamamos
relación.Cadavezquesientoqueheaprendidoanavegarlasaguas,vuelveaengullirmeotroconflicto
másconHardin.
Pasados unos instantes, me levanto y voy a ver a mi padre. Sigue roncando y me resultaría
divertidosinoestuvieratanpreocupada.Decidounplandeacciónymemetoeneldormitorio.
Hardinestátumbadoenlacamabocaarriba,conlosbrazosdebajodelacabeza,mirandoaltecho.
Estoyapuntodehablarcuandoélrompeelsilencio:
—Mehanexpulsado,porsiteinteresa.
Mevuelvohaciaélatodavelocidad,conelcorazóndesbocado.
—¿Cómo?
—Sí.Esohanhecho.—Seencogedehombros.
—Losientomucho.Deberíahabértelopreguntadoantes.—EstabaseguradequeKenconseguiría
sacarasuhijodeésta.Medamuchapena.
—Nopasanada.EstabasmuyocupadaconZedytusplanesparairteaSeattle,¿noteacuerdas?
Mesientoenelbordedelacama,lomáslejosposibledeél,yhagounesfuerzopormordermela
lengua.Envano.
—Estabaintentandoaveriguarquépensabahacerconloscargosentucontra.Dicequetodavía...
Meinterrumpeenarcandolascejascongestodeburla.
—Loheoído.Estabapresente,¿recuerdas?
—Hardin,yaestoyhartadetuactitud.Séqueestásenfadado,perotienesquedejardefaltarmeal
respeto—digomuydespacioconlaesperanzadehacerlorecapacitar.
Porunmomentopareceperplejo,peronotardaenrecuperarse.
—¿Perdona?
Intentomantenerlaexpresiónmásneutrayserenaquepuedo.
—Yamehasoído.Dejadehablarmeasí.
—Losiento,mehanechadodelafacultadyacontinuaciónteencuentroconélydescubroquevas
airteaviviraSeattle.Creoquetengoderechoaestarunpococabreado.
—Cierto,peronotienesderechoacomportartecomouncabrón.Esperabaquepudiéramoshablarlo
yresolverlocomoadultos...porunavez.
—¿Esoquéquieredecir?—Seincorporaperoyomemantengolejos.
—Significaque,despuésdecincomesesdetirayafloja,creíaqueéramoscapacesderesolverun
problemasinqueningunodelosdossemarcharaosepusieraarompercosas.
—¿Cincomeses?—Lamandíbulalellegaalsuelo.
—Sí,cincomeses.—Desvíolamiradaincómoda—.Eseltiempoquehacequenosconocemos.
—Nomehabíadadocuentadequehicieratanto.
—Puessí.—Todaunavida,enmiopinión.
—Parecequefueayer...
—¿Supone un problema? ¿Acaso crees que llevamos saliendo demasiado tiempo? —Por fin me
atrevoamirarloaesosojazosverdes.
—No, Tessa, sólo es que se me hace raro pensarlo, supongo. Nunca he tenido una relación de
verdad,cincomesesmeparecemuchotiempo.
—Bueno,peronohemosestadosaliendotodoeltiempo.Enrealidad,hemospasadolamayorparte
peleándonosoevitándonos—lerecuerdo.
—¿CuántoestuvisteconNoah?
La pregunta me pilla por sorpresa. Hemos hablado alguna vez de mi relación con él, pero
normalmenteesasconversacionesduranmenosdecincominutosyterminanbruscamenteporloscelos
deHardin.
—Eramimejoramigodesdequetengousoderazón,peroempezamosasalirenelinstituto.Creo
queantesdeesoyaestábamossaliendo,sóloquesinsaberlo.—Loobservoconatención,esperandosu
reacción.
HablardeNoahhacequeloechedemenos,noenelsentidoromántico,sinoigualqueunoextraña
aunfamiliarcuandollevamuchotiemposinverlo.
—Ah.—Dejalasmanosenelregazoymedanganasdeacercarmeycogérselas—.¿Ospeleabaisa
menudo?
—A veces. Nuestras peleas eran sobre qué película íbamos a ver o porque llegaba tarde a
recogerme.
Nolevantalavista.
—Noerancomolasnuestras,¿no?
—Nocreoquenadiemástengapeleascomolasnuestras.—Sonríoparaintentarconsolarlo.
—¿Quémáshacíais?Quierodecir,juntos—dice,yjuraríaqueenlacamatengosentadoaunniño
pequeño,conlosojosverdesybrillantesylasmanostemblorosas.
Meencojodehombros.
—Nograncosa,apartedeestudiarydevercientosdepelículas.Supongoquemásbienéramoslos
mejoresamigosdelmundo.
—Túloquerías—merecuerdaeseniño.
—Nocomotequieroati—ledigo,igualqueselohedichoyamillonesdeveces.
—¿HabríasrenunciadoaSeattleporél?—Setiradelaspielesdealrededordelasuñas.Cuando
memira,ensusojosbrillalainseguridad.
AsíqueesporesoporloqueestamoshablandodeNoah:labajaautoestimadeHardinhavueltoa
invadirsuspensamientos,allevarloaeselugarenelquesecomparaconloquecree,oconquiencree,
quenecesito.
—No.
—¿Porquéno?
Locojodelamanoparaconsolaralniñopequeñoypreocupado.
—Porquenohabríatenidoqueescoger.Élsabíaqueyoteníaplanesysueñosynomehabríahecho
elegir.
—YonotengonadaenSeattle—suspira.
—Amí...,metienesamí.
—Noessuficiente.
Ah...Ledoylaespalda.
—Séquesuenafatal,peroeslaverdad.Allínotengonadaytútendrásunnuevotrabajoyharás
nuevosamigos...
—Tú también tendrás un nuevo empleo. Christian dijo que te daría trabajo... Y haremos nuevos
amigosjuntos.
—Noquierotrabajarparaél...Ylosquetúescogeríasparasertusnuevosamigosseguroqueno
tienennadaqueverconlagentequemegustaríaamí.Todoseríamuydistintoallí.
—Esonolosabes.SoyamigadeSteph.
—Sóloporquecompartíaishabitación.Noquieroirmeavivirallí,Tessa,ymenosahoraqueme
hanexpulsadodelafacultad.ParamílológicoseríavolveraInglaterrayterminarlauniversidadallí.
—Lacuestiónnoesloquetienemáslógicaparati.
—Teniendo en cuenta que has quedado con Zed a mis espaldas otra vez, creo que no estás en
posicióndedecidirnada.
—¿En serio? Porque tú y yo ni siquiera hemos establecido si volvemos a estar juntos o no. Yo
accedíamudarmeaquíotravezytúaccedisteatratarmemejor.—Melevantodelacamayempiezoa
darzancadasporelsuelodehormigónimpreso—.PerofuisteapegarleaZedunapalizaamisespaldas,
poresotehanexpulsado.Asíqueelquenoestáenposicióndedecidirnadaerestú.
—¡Me estabas ocultando cosas! —replica levantando la voz—. ¡Planeabas dejarme y ni siquiera
melohabíasdicho!
—¡Losé!Ylosiento,peroenvezdediscutiracercadequiénestámásequivocadodelosdos,¿por
quénointentamosarreglarloollegaraalgúntipodecompromiso?
—Tú...—Dejadehablaryselevantadelacama—.Túno...
—¿Qué?—insisto.
—Nolosé,nopuedonipensardelocabreadoquemetienes.
—Sientoquetehayasenteradoasí.Apartedeeso,noséquéotracosadecir.
—Dimequenovasairte.
—Novoyatomarunadecisiónahoramismo.Notengoporquéhacerlo.
—Entonces¿cuándo?Novoyaquedarmeesperando...
—Y¿quévasahacer?,¿marcharte?¿Quéhasidodeaquellodenoquererpasarniunsolodíasin
mí?
—¿Lo dices en serio? ¿Vas a restregármelo ahora? ¿No crees que podrías haberme contado que
ibasairteaviviraSeattleantesdequemehicieraunputotatuajeporti?Esquetienetela...—Daun
pasohaciamí,desafiante.
—¡Ibaadecírtelo!—leaseguro.
—Peronolohiciste.
—¿Cuántasvecesmásvasareprochármelo?Podemospasarnosasítodoeldía,perolaverdades
quenotengofuerzas.Paso.
—¿Pasas?¿Pasas?...—Sonríe.
—Sí,yopaso.
Es la verdad. Paso de discutir con él por Seattle. Es agobiante y frustrante, y estoy hasta las
narices.
Sacaunasudaderanegradelarmarioyselaponeantesdecalzarselasbotas.
—¿Adóndevas?—exijosaber.
—Acualquierpartecontaldelargarmedeaquí—resopla.
—Hardin,notienesporquéirte—ledigoasuespaldacuandoabrelapuerta,peronomehaceni
caso.
Simipadrenoestuvieraenlasaladeestar,saldríadetrásdeélyloobligaríaaquedarse.
Pero,parasersincera,yaestoyhartadeirdetrásdeél.
Capítulo7
Hardin
ElpadredeTessaestádespierto,sentadoenelsofáconlosbrazoscruzadosymirandoporlaventana.
—¿Tellevoaalgunaparte?—lepregunto.
Nomeapasionalaideadellevarloaningúnsitio,peroaúnmehacemenosgraciadejarloasolas
conella.
Giralacabeza,comosilohubieraasustado.
—Sí,sinoesmolestia.
—Noloes—meapresuroaresponder.
—Vale.IréadespedirmedeTessie.—Mirahacianuestrodormitorio.
Medirijoalapuertasinsaberquévoyahacercuandohayasoltadoaestepobrediablo,perono
nosconvieneaningunodelosdosquemequedeaquí.Séqueellanotienetodalaculpa,aunqueestoy
acostumbradoapagarlaconlosdemásyellasiempreestáconmigo,asíqueesunblancofácil.Loque
me convierte en un hijo de perra patético, soy consciente de ello. No aparto la vista de la entrada de
nuestroapartamento,esperandoaRichard.Sinovienepronto,meirésolo.Sinembargo,suspiroporque
nomeapetecenadadejarloaquíconella.
Por fin, el padre del año sale por la puerta bajándose las mangas de la camisa. Esperaba que se
fuera con mi ropa, que Tessa le prestó, pero ha vuelto a ponerse la suya, sólo que ahora está limpia.
BenditaTessa,esdemasiadobuena.
Subo el volumen de la radio cuando abre la puerta del acompañante con la esperanza de que la
músicalequitelasganasdecharlar.
Nohaysuerte.
—Mehapedidoquetedigaquetengascuidado—diceencuantosemeteenelcoche.Seabrocha
elcinturóndeseguridadcomosiestuvieraenseñándomecómosehace.Comosifueraunaauxiliarde
vuelo.
Asientoyarranco.
—¿Quétallareunión?—preguntaacontinuación.
—¿Escoña?—Enarcounacejaensudirección.
—Era por curiosidad. —Tamborilea con los dedos sobre su pierna—. Me alegro de que te
acompañara.
—Ya.
—Separecemuchoasumadre.
Lomirodereojo.
—Nidelejos.Nosepareceennadaaesamujer.
«¿Esquequierequelodejetiradoenmitaddelaautopista?»
Seechaareír.
—Sóloenlobueno,claroestá.Esmuytestaruda,comoCarol.Quiereloquequiere,peroTessiees
muchomásdulceycariñosa.
Yaestamosotravezconesamierdade«Tessie».
—Osheoídodiscutir.Mehabéisdespertado.
Pongolosojosenblanco.
—Perdonaquetehayamosdespertadoamediodíamientrasteechabasunasiestaennuestrosofá.
Vuelvearespondermeconunacarcajada.
—Lopillo,tío,estáscabreadoconelmundo.Yotambiénloestaba.Quécoño,aúnloestoy.Pero
cuandoencuentrasaalguienqueestádispuestoaaguantartusmierdas,yanohacefaltaseguirenfadado.
«Vale,abuelo,y¿quémesugieresquehagacuandoestuhijalaquemecabreatantísimo?»
—Mira,confiesoquenoerestanmalocomopensaba—digo—,peronotehepedidoconsejo,así
quenopierdaseltiempodándomelos.
—Noteestoydandoconsejos,telodigoporexperiencia.Nomegustaríaquerompierais.
«No vamos a romper, capullo.» Sólo estoy intentando que entienda mi perspectiva. Quiero estar
conella,yloestaré.Sólotienequedarsubrazoatorceryvenirseconmigo.Aunqueestoyquemuerdo
porquehavueltoameteraZeddepormedioapesardequemeprometiólocontrario.
Apagolaradio.
—Nomeconocesyaellatampoco,laverdad.¿Cómoesqueteimporta?
—Porqueséqueleconvienes.
—¿Ah,sí?—respondocontodoelsarcasmodelmundo.Menosmalqueestamoscercadesuzona,
estoydeseandoquetermineestaespantosaconversación.
—Sí,eresbuenoparaella.
Entoncesmedoycuenta,aunquejamásloconfesaré,dequeesmuyagradablequealguiendigaque
soybuenoparaella,aunqueesealguienseaelcapulloborrachodesupadre.Amímevale.
—¿Teapetecevolveraverla?—lepreguntoy,rápidamente,añado—:Y¿dóndequieresquetedeje
exactamente?
—Cercadellocaldondenosvimosayer.Yasemeocurriráalgocuandollegue.Y,sí,esperovolver
averla.Tengoquecompensarlapormuchascosas.
—Sí,esoesverdad.
Elaparcamientoquehayjuntoalatiendadetatuajesestávacío;normal,tansóloesmediodía.
—¿Teimportallevarmehastaelfinaldelacalle?—preguntaRichardentonces.
Asientoydejamoslatiendaatrás.Loúnicoquehayalfinaldelacalleesunbaryunalavandería
vieja.
—Graciasporelviaje.
—Ya.
—¿Teapeteceentrar?—mepreguntaseñalandoelpequeñobar.
Tomarme una copa con el padre borracho y sin techo de Tessa no parece lo más inteligente del
mundoenestemomento.
Noobstante,soyfamosoportomarpésimasdecisiones.
—Alamierda—mascullo,apagoelmotorylosigoalbar.Tampocotengootrositiomejorenel
queestar.
Ellocalestáoscuroyhueleahumedadyawhisky.Losigoalapequeñabarra,cojountaburetey
dejounovacíoentreambos.Unamujerdemedianaedadvestidaconunaropaqueesperoqueseadesu
hijaadolescenteseacercaanosotros.Sinunapalabra,lesirveaRichardunpequeñovasodewhisky
conhielo.
—¿Yparati?—mepreguntaconunavozmásroncaygravequelamía.
—Lomismo.
LavozdeTessaadvirtiéndomequenolohagaresuenaenmimenteclaracomoelrepiquedeuna
campana.Lahagocallar,laapartodemí.
Levantoelvasoybrindamosyleechamosuntrago.
—¿Cómopuedespermitirtebebersinotienestrabajo?—lepregunto.
—Limpioelbardevezencuando,asíquebebogratis—diceavergonzado.
—Entonces¿porquénodejaslabebidayquetepaguen?
—Nolosé.Loheintentadomilveces.—Mirasuvasoconlospárpadoscaídosyporunsegundo
separecenalosmíos.Puedovermereflejadoenellos—.Esperoquemeresultemásfácilsipuedovera
mihijadevezencuando.
Asientosinmolestarmeenhaceruncomentariosarcástico.Rodeoelvasofríoconlosdedosydoy
lasgraciasporlaquemazónfamiliardelwhiskyenmigargantacuandoempinoelcodoymelobebode
untrago.Encuantolodeslizoporlasuperficiemediopulidadelabarra,lamujermemiraalosojosy
sedisponeaprepararmeotro.
Capítulo8
Tessa
—¡¿Tupadre?!—diceLandonconincredulidadatravésdelteléfono.
Semehabíaolvidadoquenohetenidoocasióndecontarlelodelregresodemipadre.
—Sí,nosloencontramosayerporcasualidad.
—¿Cómoestá?¿Quétehadicho?¿Cómoes?
—Es...
Noséporqué,peromedavergüenzacontarleaLandonquemipadresiguebebiendo.Séquenova
ajuzgarme,peroaunasímedacosa.
—¿Sigue...?
—Sí, sigue. Estaba borracho cuando lo vimos, pero nos lo trajimos a casa y se quedó a pasar la
noche.—Meretuerzounmechóndepeloconeldedoíndice.
—Y¿Hardinloconsintió?
—Noeradecisiónsuya,tambiénesmiapartamento—salto.Peromesientofatalalinstanteyme
disculpo—:Perdóname,acabodetenerlaconHardinporquecreequepuedecontrolarlotodo.
—Tessa,¿quieresquemeescapeunratodeclaseyvayaaverte?—Landonestanamable...,sele
notahastaenlaformadehablar.
—No, estoy exagerando. —Suspiro y miro alrededor—. Creo que voy a acercarme al campus.
Todavíallegoalaúltimaclasedehoy.
Ahoramismomevendríadeperlashaceryogaytomarmeuncafé.
EscuchoaLandonmientrasmepongolaropadedeporte.Pareceunapérdidadetiempoconducir
hastaelcampusparairsóloaunaclase,peronoquieroquedarmesentadaenelapartamentoesperando
aqueHardinregresededondequieraquehayaido.
—El profesor Soto ha preguntado hoy por ti, y Ken me ha dicho que escribió una declaración
juradadandofedelcarácterdeHardin.¿Quéteparece?—pregunta.
—¿EsohahechoSoto?Niidea...Seofrecióaayudarlo,perocreíaquenoibaenserio.Supongo
quelecaebienoalgoasí.
—¿Quelecaebien?¿Hardinlecaebien?—Landonsepartedelarisaynopuedoevitarqueme
contagie.
Semecaeelteléfonoenellavabomientrasmehagounacoleta.Memaldigoporsertantorpey
vuelvo a colocármelo en la oreja a tiempo para oír a Landon diciéndome que se va un rato a la
bibliotecaantesdequeempiecesusiguienteclase.Nosdespedimos,cuelgoyempiezoaescribirleun
mensajeaHardinparaquesepadóndeestoy,perocierrolaaplicaciónalinstante.
EntraráenrazónacercadeSeattle,nolequedaotra.
Paracuandollegoalafacultad,elvientovuelveasoplarconfuerzayelcielotieneuntonogrisy
feo.Voyaporunatazadecaféycalculoquetengomediahoraantesdequeempiecelaclasedeyoga.
Labibliotecaestáenlaotrapuntadelcampus,nomedatiempoairaveraLandon.Decidoesperaren
lapuertadelauladelprofesorSoto.
Su clase está a punto de terminar y... Un reguero de estudiantes que salen del aula casi en
estampidainterrumpeelhilodemispensamientos.Cojomibolsa,melaechoalhombroymeabropaso
entreellosparapoderentrar.Elprofesorestádeespaldasamí,poniéndoselacazadoradecuero.
Cuandosevuelve,mesaludaconunasonrisa.
—SeñoritaYoung.
—Hola,profesorSoto.
—¿Quélatraeporaquí?¿Necesitaeltemadelaentradadeldiarioquesehaperdidohoy?
—No,yamelohadichoLandon.Hevenidoadarlelasgracias.—Merevuelvoincómodaenmis
zapatillasdedeporte.
—¿Por?
—Por escribir la declaración jurada dando fe del carácter de Hardin. Sé que él no ha sido tan
amableconusted,asíqueseloagradezcodeveras.
—Nohasidonada,laverdad.Todoelmundomereceunaeducacióndecalidad,inclusolosgallos
depelea.—Seríe.
—Supongoquesí.—Lesonríoymiroalrededorsinsaberquédeciracontinuación.
—Además,Zedseloteníamerecido—añaderepentinamente.
«¿Cómo?»
Lomiro.
—¿Quéquieredecir?
ElprofesorSotoparpadeaunpardevecesantesderecobrarlacompostura.
—Nada, sólo es que... estoy seguro de que Hardin tenía un buen motivo para ir a por él, eso es
todo.Hedeirme,tengoqueasistiraunareunión,perograciasporvenir.Laveréenclaseelmiércoles.
—Nopuedovenirelmiércoles,mevoydeviaje.
Sedespideconlamano.
—Entonces,quelopaseustedmuybien.Laveréasuregreso.
Semarchaatodaprisaymedejapreguntándomequéhabráqueridodecir.
Capítulo9
Hardin
Richard, mi inesperado compañero de borrachera, ha ido al servicio por cuarta vez desde que hemos
llegado. Empiezo a pensar que a Betsy, la camarera, le gusta un poco el tipo, cosa que me incomoda
bastante.
—¿Otra?—pregunta.
Asientoparaquelamujerfornidasevaya.Sonlasdosdelatarde,mehetomadocuatrocopas.No
seríatanterriblesinosehubieratratadodecuatrowhiskysapaloseco.
Nopuedopensarconclaridadysigocabreado.Noséquéoquiénmecabreamás,asíquehedejado
depensaryhedecididoentregarmeaunestadogeneralde«queledenporculoalmundo».
—Aquítienes.—LacamareradeslizaelvasohaciamíyRichardsesientaeneltaburetecontiguo.
Creíaquehabíapilladolaimportanciaqueteníaeltaburetevacíoentrenosotros.Meequivocaba.
Sevuelvehaciamíyseacariciaelbigote.Esunsonidorepulsivo.
—¿Mehaspedidootra?
—Deberíasafeitártelo—declaroofreciéndolemiopinióndeborracho.
—¿Terefieresaesto?—Vuelveahacerlacosaesaconlamano.
—Sí,eso.Notequedabien—ledigo.
—Megusta,memantieneabrigado.—Seechaareíryyodoyuntragoparanoreírmetambién.
—¡Betsy!—grita.Ellaasienteyretiraelvasovacíodelabarra.LuegoRichardmemira—.¿Vasa
contarmeporquéestásemborrachándote?
—No.—Ledoyvueltasamivasoyelhielotintineacontraelcristal.
—Vale,sinpreguntas.Sólobebida—diceconalegría.
Yacasinoloodio.Almenos,hastaquemeimaginoaunaniñarubiadediezañosescondiéndose
enelinvernadero.Tienelosojosazulesmuyabiertos,casiaterrorizados...Yentoncesapareceelniño
rubioconlachaquetadepuntoverdeyseconvierteenelhéroedelapelícula.
—Unapregunta—insistesacándomedemisensoñaciones.
Respiro hondo y le doy un buen trago a mi bebida para no hacer una estupidez. Vamos, una
estupidezaúnmásgordaqueemborracharmeconelpadrealcohólicodeminovia.
Estafamiliaysumaníadehacerpreguntas.
—Una—ledigo.
—¿Deverdadtehanexpulsadohoydelafacultad?
Miro el letrero de neón de la cerveza Pabst y medito la pregunta, deseando no haberme tomado
cuatro...,no,cincocopas.
—No,peroellacreequesí—confieso.
—Y¿porquélocree?
«Malditoentrometido.»
—Porqueyoselohedicho.—Mevuelvohaciaélyañadoconmiradainexpresiva—:Seacabaron
lasconfesionesporhoy.
—Comoquieras.—Sonríeylevantalacopaparabrindarconmigo,peroyoapartolamíaymeneo
lacabeza.
Porcómoseríe,séquenoesperabaquebrindaraconélyqueleparezcomuydivertido.Amíél,en
cambio,meresultamuymolesto.
Unamujerdesumismaedadapareceentoncesasuladoysesientaeneltaburetevacíoquehayal
lado.Lepasaundelgadobrazoporloshombrosylosaludaefusivamente.Nomepareceunasintecho,
pero está claro que conoce a Richard. Seguro que él se pasa el día en este bar de mala muerte.
AprovechoqueestádistraídoparaversitengoalgúnmensajedeTessa.Nada.
Esunalivio,peronomegustaquenohayaintentadohablarconmigo.Esunalivioporqueestoy
borracho,peronomegustaporqueyalaañoro.Concadacopadewhiskyquemeechoalgaznate,la
deseomásymásyelvacíodesuausenciasehacemásgrande.
«Joder,pero¿quémehahecho?»
Es de lo más insistente, siempre buscándome las cosquillas. Es como si se sentara a pensar en
nuevasmanerasdesacarmedequicio.Dehecho,esprobablequelohaga.Seguroquesesientaenla
camaconlaspiernascruzadasysuestúpidaagendaenelregazo,unbolígrafoentrelosdientes,otroen
laoreja,yanotacosasquehaceroquedecirparavolvermeloco.
Llevamoscincomesesjuntos,cincomeses.Esunaeternidad,muchomástiempodelquemecreía
capaz de estar con alguien. Es verdad que no hemos estado saliendo todo ese tiempo y que hemos
pasado,másbienmalgastado,mesespormiculpaporintentarmantenermealejadodeella.
LavozdeRichardinterrumpeentoncesmispensamientos.
—TepresentoaNancy.
Saludoconlacabezaalamujerybajolavistahacialamaderaoscuradelabarra.
—Nancy,estejoventaneducadoesHardin.EselnoviodeTessie—dicemuyorgulloso.
¿Cómoesqueestáorgullosodequesalgaconsuhija?
—¡Tessie tiene novio! ¿La has traído? Me encantaría conocerla al fin —exclama la mujer—.
¡Richardmehahabladomuchodeella!
—Nohavenido—mascullo.
—Quépena.¿Quétalsufiestadecumpleaños?Fueelfindesemanapasado,¿verdad?
«¿Qué?»
Richardmesuplicaconlamiradaquelesigalacorriente,esevidentequelatieneengañada.
—Sí,estuvobien—contestapormíantesdeterminarselacopa.
—Québien—diceNancyseñalandolaentrada—.¡Mira,ahíestá!
Mis ojos vuelan hacia la puerta y por un instante creo que está hablando de Tessa, cosa que no
tienesentido.Nolaconoce.Unarubiadelgaduchaseacercaanosotrosdesdelaotrapuntadelbar.Este
puñeterogaritoseestállenandodemasiado.
Levantoelvasovacío.
—Otra.
Lacamareraponelosojosenblancoysusurra«Gilipollas»,peromesirveotra.
—Tepresentoamihija,Shannon—diceNancy.
Shannon me mira de arriba abajo. Lleva tanto rímel que parece que lleve arañas pegadas a los
párpados.
—Shannon,tepresentoaHardin—diceRichard,peronomuevoundedoparasaludarla.
Hacemuchosmesesesprobablequelehubieraprestadounmínimodeatenciónaestachicatan
desesperada. Es posible que le hubiera permitido chupármela en el baño asqueroso de este bar. Pero
ahorasóloquieroquedejedemirarme.
—A menos que te la quites, no creo que puedas enseñar más —le digo refiriéndome al modo
ridículoenqueledatironesalbajodesucamisetaparalucirelescasocanalilloqueDioslehadado.
—¿Perdona?—resoplallevándoselasmanosalasestrechascaderas.
—Yamehasoído.
—Vale,vale.Hayapaz—diceRichardlevantandolasmanos.
Y,coneso,Nancyyelpendóndesuhijasevanabuscarunamesa.
—Denada—ledigo,peroélmenealacabeza.
—Eres un cabrón desagradable. —Y, sin darme tiempo a reaccionar, añade—: Como a mí me
gustan.
Trescopasmástarde,apenassimetengoeneltaburete.Richard,queesunprofesionaldelabebida,
parecetenerelmismoproblemayseinclinapeligrosamentehaciamí.
—Así que cuando me soltaron al día siguiente... ¡tuve que caminar cinco kilómetros! Y encima
bajolalluvia...
Sigueysiguecontándomelaúltimavezqueloarrestaron.Yosigobebiendoyfingiendoquenose
dirigeamí.
—Sitengoqueguardarteelsecreto,almenosdeberíascontarmeporquélehasdichoaTessieque
tehanexpulsado—dicealfin.
Yasabíayoqueibaaesperaratenermecomounacubaantesdevolverasacareltema.
—Asíesmásfácil—confieso.
—¿Cómoeseso?
—PorquequieroquesevengaconmigoaInglaterraynoleentusiasmalaidea.
—Noloentiendo.—Mepellizcalanariz.
—Tuhijaquieredejarmeynopuedoconsentirlo.
—Poresolehasdichoquetehanechadodelauniversidad,paraquesevayaaInglaterracontigo.
—Básicamente.
Mirasucopayluegoamí.
—Menudaestupidez.
—Losé.—Ydichoenvozaltaaúnsuenamásridículopero,aveces,enmicabezademente,tiene
sentido—.Además,¿quiénerestúparadarmeconsejos?—lesuelto.
—Nadie.Sólodigoque,sisiguesasí,acabaráscomoyo.
Quierodecirlequecierreelpicoysemetaensusasuntos,perocuandolevantolavistavuelvoa
vereseparecidoquehenotadocuandonoshemossentadoalabarra.Mierda.
—Noselodigas—lerecuerdo.
—Noloharé.—SevuelvehaciaBetsy—.Otraronda.
Ellalesonríeynospreparalasbebidas.Nocreoquepuedatomarmeotra.
—Yoyamehetomadolaúltima.Ahoramismotienestresojos—ledigo.
Seencogedehombros.
—Asísalgoamás.
«Soy un novio penoso», pienso para mis adentros mientras me pregunto qué estará haciendo
Tessie,quierodecirTessa,enestemomento.
—Soyunpadrepenoso—diceRichard.
Estoydemasiadoborrachoparacomprenderladiferenciaentrepensaryhablar,asíquenosésilo
quehadichoespuracoincidenciaosiyohepensadoenvozalta...
—Levanta—diceunavozásperaalaizquierdadeRichard.
Esunhombrebajitoyariscoconunabarbaaúnmástupidaquelademicompañerodeborrachera.
—Nohaymástaburetes,amigo—lecontestaRichardlentamente.
—Puesporeso,levanta—amenazaelhombre.
«Mierda,ahora,no.No,porfavor.»
—Novamosalevantarnos—ledigoaltipejoparaquesevaya.
Entonces el hombre comete el error de agarrar a Richard del cuello de la camisa y tirar para
ponerloenpie.
Capítulo10
Tessa
Elcaminodevueltaalcochedespuésdeyogasemehacemáslargoquedecostumbre.Laexpulsiónde
HardinyeltrasladoaSeattlesemehanolvidadodurantelameditación,peroahora,lejosdelaclase,
vuelvoacargarconesepesoenlasespaldas,multiplicadopordiez.
En cuanto salgo de la plaza de aparcamiento el móvil vibra en el asiento del acompañante.
«Hardin.»
—¿Diga?—Cambiodemarcha.
Peroesunavozdemujerlaqueladraalotrolado,ysemeparaelcorazón.
—¿EresTessa?
—¿Sí?
—Vale.Tengoatupadreya...
—Sunovio—gruñeHardindefondo.
—Sí,atunovio—diceconsocarronería—.Necesitoquevengasarecogerlosantesdequealguien
llamealapolicía.
—¿Alapolicía?¿Dóndeestán?—Vuelvoacambiardemarcha.
—EnDizzy’s,enlaavenidaLamar;¿conoceselsitio?
—No,perolobuscaréenGoogle.
—Ya,claro.
Pasodesuactitud.Cuelgoybuscoladireccióndelbar.
«¿QuédemonioshacenHardinymipadreenunbaralastresdelatarde?Y¿cómoesqueestán
juntos?»
No tiene sentido. Y ¿qué pinta la policía en todo esto? ¿Qué han hecho? Debería habérselo
preguntadoalamujerdelteléfono.Sóloesperoquenosehayanpeleadoelunoconelotro.Esloúltimo
quenecesitamos.
Paracuandomeacercoalbar,mehepuestoenlopeoryhellegadoalaconclusióndequeHardin
ha asesinado a mi padre o viceversa. No hay policías en la puerta del pequeño bar, buena señal.
Supongo.Aparcodirectamentedelantedeledificioymeapresuroaentrar.Desearíallevarunasudadera
ynounamíseracamiseta.
—¡Ahíestá!—exclamamipadrevisiblementecontento.
Setambaleahaciamí.Vapedo.
—¡Deberíashaberlovisto,Tessie!—Aplaude—.¡Hardinsabepatearunculo!
—¿Dónde está...? —empiezo a decir, pero entonces se abre la puerta del servicio y sale Hardin,
limpiándoselasmanosensangrentadasenunatoalladepapelmanchadaderojo.
—¡¿Quéhapasado?!—legritodesdelaotrapuntadelbar.
—Nada...Tranquilízate.
Abrounabocadepalmoymeacercoaél.
—¿Estásborracho?—pregunto,ymeaproximomásparamirarlobienalosojos:lostienerojos.
Desvíalamirada.
—Puede.
—¡Estoesincreíble!—Cruzolosbrazoscuandointentacogermedelamano.
—Oye,deberíasdarmelasgraciasporhabercuidadodetupadre.Ahoramismoestaríarodandopor
elsuelodenohabersidopormí.—Señalaaunhombrequeestásentadoenelsuelosujetándoseuna
bolsadehielocontralamejilla.
—No tengo que agradecerte nada, ¡estás borracho a media tarde! Y te has emborrachado nada
menosqueconmipadre.Pero¿atiquécoñotepasa?
Meapartodeéldedoszancadasyvuelvoalabarra,dondemipadreesperasentado.
—Noteenfadesconél,Tessie,tequiere—lodefiendemipadre.
«Pero¿quédemoniospasaaquí?»
Hardinseacerca,cierrolospuños,bajolosbrazosygrito:
—¡¿Quépasa?¿Oshabéispuestopedojuntosyahorasoisamigosdelalma?!¡Ningunodelosdos
deberíabeber!
—Nena...—mediceHardinaloídointentandorodearmeconelbrazo.
—Oye—avisalamujerquehaydetrásdelabarramientraslagolpeaparallamarmiatención—.
Sácalosdeaquí.
Asientoyleslanzomiradasasesinasalosdosborrachosidiotasquemehantocadoensuerte.Mi
padretienelasmejillassonrosadas,comosilehubieranpegado,yaHardinyaseleestánhinchandolas
manos.
—Puedes venir a casa a dormir la mona, pero este comportamiento es inaceptable. —Quiero
echarleslabroncaalosdosporcomportarsecomounoscríos—.Deberíadarosvergüenza.
Salgodelpequeñoypestilentelugaryestoyenelcocheantesdequeelloshayanconseguidollegar
alapuerta.Hardinmiramalamipadrecuandoelhombreintentaapoyarseensuhombro.Memetoen
elcocheasqueada.
LaembriaguezdeHardinmeponedelosnervios,sécómoseponecuandoestáborrachoynosési
lohevistoalgunaveztanbebido,nisiquieraeldíaquedestrozólaporcelanadecasadesupadre.Añoro
los días en los que sólo bebía agua en las fiestas. Tenemos bastantes problemas entre manos, y que
vuelvaabebernohacemásqueecharleñaalfuego.
Porlovisto,mipadrehapasadodeserunborrachoconmuymalalecheaserunodeesosborrachosque
cuentanchistesinterminablesdemalgustoysinningunagracia.Sepasaeltrayectoacasariéndosea
carcajadasdesuspropiaspalabras,conHardinuniéndosealafiestadevezencuando.Nomeimaginaba
queeldíafueraaserasí.NosécómoesqueHardinsehaencariñadoconél,peroahoraquelosveoa
losdosborrachosaplenaluzdeldía,su«amistad»nomegustaunpelo.
Cuandollegamosacasadejoamipadreenlacocina,comiéndoseloscerealesdeHardin,ymevoy
aldormitorio,dondeparecequeempiezanyacabantodasnuestrasdiscusiones.
—Tessa—empiezaadecirHardinencuantocierrolapuerta.
—Nomehables—ledigoconfrialdad.
—Noteenfadesconmigo,sóloestábamosechandountrago—diceentonojuguetón.Noestoyde
humor.
—¿Sólountrago?¿Conmipadre,unalcohólicoconelqueestoyintentandoconstruirunarelación,
alquequeríatratardeconvencerdequedejaralabebida?¿Esconesehombreconelquesóloteestabas
tomandountrago?
—Nena...
Niegoconlacabeza.
—Nadade«nena».Meparecefatal.
—No ha pasado nada —me dice enroscando los dedos en mi brazo para atraerme hacia sí pero,
cuandoloaparto,trastabillaycaesobrelacama.
—Hardin,¡tehasmetidoenunapeleaotravez!
—Nohasidograncosa.¿Aquiénleimporta?
—Amí.Meimportaamí.
Memiradesdeelbordedelacama,conlosojosverdesveteadosderojo,ydice:
—Sitantoteimporto,¿porquévasadejarme?
Elalmasemecaeunpoquitomásalospies,yatocaelsuelo.
—Novoyadejarte,tehepedidoquetevengasconmigo—suspiro.
—Peronoquiero—gimotea.
—Yalosépero,sincontarteati,esloúnicoquemequeda.
—Mecasarécontigo.—Buscamimano,peroretrocedo.
Semecortalarespiración.Estoyseguradequenoloheoídobien.
—¿Cómodices?
Levantolasmanosparaquenosemeacerquemás.
—Hedichoquemecasarécontigosimeeligesamí.—Seponeenpieysemeacerca.
Sus palabras me excitan, aunque en el fondo sé que no significan nada por todo el alcohol que
fluyeporsusvenas.
—Estásborracho—ledigo.
Sóloseofreceacasarseconmigoporqueestáborracho,loqueesmuchopeorquenoofrecerseen
absoluto.
—¿Yqué?Aunasí,vaenserio.
—No,novaenserio.—Niegoconlacabezayloesquivootravez.
—Sí,vaenserio.Ahorano,claroestá...¿Quétaldentrodecincooseisaños?—Serascalafrente
conelpulgar,pensativo.
Pongolosojosenblanco.Apesardequesemeaceleraelpulso,esteúltimodetalle,lapuntillade
que se ofrezca a casarse conmigo dentro de «cinco o seis años» me demuestra que, a pesar de que
intentaconvencermedelocontrarioensuembriaguez,larealidadvuelveaasentarseensucabeza.
—Mañanamelocuentas—ledigoasabiendasdequenoseacordará.
—¿Llevarásesospantalones?—Suslabiosdibujanunasonrisatraviesa.
—No,ynoempiecesahablardelospuñeterospantalones.
—Tú eres quien se los pone. Sabes muy bien lo que pienso de ellos. —Se mira la entrepierna,
luegoselaseñalaymeobservaconlascejasenarcadas.
Juguetón,tentador,borracho...Hardinesadorable,peronolobastantecomoparaconseguirquedé
mibrazoatorcer.
—Venaquí—mesuplicafingiendohacerpucheros.
—No.Sigoenfadadacontigo.
—Venga,Tessie.Noteenfades.—Seechaareírysefrotalosojosconeldorsodelamano.
—Sicualquieradelosdosvuelveallamarmeasí,tejuroque...
—Tessie,¿quétepasa,Tessie?¿NotegustaquetellamenTessie,Tessie?
Sonríedeorejaaorejaysientoque,cuantomáslomiro,másmeflaqueanlasfuerzas.
—¿Novasadejarquetequitelospantalones?
—No.Tengomuchascosasquehacer,yquemequiteslospantalonesnoestáentreellas.Tediría
quetevinieras,perohasdecididocogerlagranborracheraconmipadre,asíqueahoratengoqueirsola.
—¿Vasasalir?—Suvozesaterciopeladaperoronca,graveporelalcohol.
—Sí.
—Peronovasairasívestida.
—Sí,voyairasí.Puedovestirmecomomedélarealgana.—Cojounasudaderaylasllavesde
Hardin,porsiintentaconducir—.Volveréluego,nohagasningunatonteríaporquenopiensosacarosni
atiniamipadredelacárcel.
—Qué atrevida. Me gusta, pero se me ocurren otras cosas para hacer con esa boca tan insolente
quetienes.—Cuandopasodesucomentariosoez,mesuplica—:Quédateaquíconmigo.
Salgo rápidamente de la habitación antes de que me convenza para que me quede. Lo oigo
llamarme«Tessie»cuandollegoalapuertadeentradaytengoquetaparmelabocaparadisimularla
carcajadaquesemeescapa.Éseesmiproblema:cuandosetratadeHardin,micerebronodistingueel
biendelmal.
Capítulo11
Tessa
Paracuandollegoalcoche,desearíahabermequedadoeneldormitorioconelHardinjuguetón.
Sinembargo,tengodemasiadascosasquehacer.Tengoquedevolverlelallamadaalamujerdel
apartamento de Seattle, comprar un par de cosas para el viaje con la familia de Hardin y, lo más
importante de todo, aclararme sobre Seattle. Que Hardin se haya ofrecido a casarse conmigo me ha
conmovido de verdad, pero sé que no quiere casarse mañana mismo. Estoy intentando
desesperadamentenodarlemásvueltasaloquehadichoparanodejarquemehagacambiardeopinión,
peromeresultamuchomásdurodeloqueimaginaba.
«Mecasarécontigosimeeligesamí.»
Mehasorprendido.Laverdadesquemehadejadodepiedra.Parecíamuytranquilo,conuntono
devozneutro,comosiestuvieraanunciandoloqueíbamosacenar.Aunqueempiezoaconocerlobien:
séquecomienzaadesesperarse.ElalcoholyladesesperaciónporevitarquememudeaSeattlesonlas
únicasrazonesporlasquemehapedidolamano.Aunasí,nopuedodejarderepetírmelomentalmente.
Ya,yaséqueespatéticopero,parasersincera,esamezcladeesperanzaydeconocerlobienesmucho
mejorquecomomesientoahoramismo.
ParacuandollegoaTarget,aúnnohellamadoaSandra(creoqueéseerasunombre)parahablar
del apartamento. Por las fotos que he visto en la web, parece un buen sitio. No es tan grande como
nuestro apartamento actual, pero está bastante bien y puedo pagarlo yo sola. No tiene estanterías en
lugardeparedesnielladrillovistoquetantomegusta,peroservirá.
Estoylistaparaesto,paraSeattle.Estoylistaparadarunpasohaciamifuturo.Llevoesperando
estodesdequetengousoderazón.
Recorro la tienda mientras sueño despierta con Seattle y con mi situación, y de repente me doy
cuenta de que tengo la cesta llena de cosas que no necesito. Pastillas para el lavavajillas, pasta de
dientes,unrecogedornuevo...¿Paraquévoyacomprartodoestosiestoyapuntodemudarme?Dejoel
recogedorensusitio,juntoconunoscalcetinesdecoloresquenoséporquéloshecogido.SiHardinno
sevieneconmigo,tendréqueempezardeceroycomprarplatosnuevosytodolodemás.Esunalivio
queelapartamentoestéamueblado,porqueesoeliminaalmenosdocecosasdemilistadetareas.
Después de Target no sé muy bien qué hacer. No quiero volver al apartamento con Hardin y mi
padre,perotampocotengootrositioadondeir.VoyapasartresdíasconLandon,KenyKaren,asíque
nomeapeteceirasucasaamolestarlos.Necesitoamigosconurgencia.Almenos,uno.Podríallamara
Kimberly, pero estará ocupada con su mudanza. Es una chica con suerte. Sé que es la empresa de
ChristianlaquelallevaaSeattlepero,porelmodoenquelamira,laseguiríaalfindelmundo.
MientrasbuscoenelmóvilelnúmerodeSandra,casimarcoporaccidenteeldeSteph.
Mepreguntoquéestaráhaciendo.AHardinledaríaunataquesilallamoparasalirunrato.Claro
quetampocoestáenposicióndedecirmeloquedebohacerdespuésdehaberseemborrachadoyhaberse
metidoenunapeleaenmitaddeldía.
Decidollamarla.Ylocogeenseguida.
—¡Tessa!¿Quéhaces,chica?—dicemuyalto,intentandoqueselaoigaentreelbarullo.
—Nada,estoysentadaenelaparcamientodeTarget.
—Menudajuerga,¿eh?—Seríe.
—Laverdadesqueno.Y¿túquéhaces?
—Nada,voyacomerconalguien.
—Ah,vale.Oye,llámamecuandoacabes—ledigo.
—Puedes venir a comer con nosotros, hemos quedado en el Applebee’s que hay a la salida del
campus.
ElApplebee’smerecuerdaaZed,perolacomidaestabadeliciosaynohetomadonadaentodoel
día.
—Vale,¿seguroquenoteimporta?—pregunto.
Oigounapuertaquesecierradefondo.
—¡Seguro!Traetuculoaquí.Llegaremosenquinceminutos.
LlamoaSandradevueltaalcampusyledejounmensajeenelbuzóndevoz.Nopuedoignorarel
alivioquesientocuando,envezderespondermeunapersonadecarneyhueso,saltaelbuzóndevoz,
peronosémuybienporquémesientoasí.
Paracuandollego,enelApplebee’snocabeunalfiler,ynoveoelpelorojodeStephporningún
lado,asíqueledoyminombrealacamarera.
—¿Cuántosvanaser?—Mepreguntaamablemente.
—Tres,creo.—Stephhadichoquehabíaquedadoconalguien,supongoquesereferíaaunasola
persona.
—Muy bien, tengo un reservado libre. Puede sentarse allí si quiere. —La chica sonríe y coge
cuatromenúsdelestantequetienedetrás.
LasigoalreservadoqueestáalfondodelrestauranteyesperoaquellegueSteph.Miroelmóvil
porsihaynoticiasdeHardin,peronada.Seguroqueestádurmiendolamona.Cuandolevantolavista,
laadrenalinasemedisparaalverunacabezarosachillón.
Capítulo12
Hardin
Abrounarmariodelacocinaenbuscadecomida.Necesitoalgoqueabsorbaelalcoholquecorrepor
misvenas.
—Estáfuriosaconnosotros—diceRichard.
—Sí.
Nopuedoevitarsonreíralrecordarsusmejillasencendidas,suspequeñospuñosapretados.Estaba
queechabahumo.
Notienegracia.Bueno,síquelatiene,sóloquenodebería.
—¿Mihijaesrencorosa?
Me lo quedo mirando un instante. Es raro que un padre tenga que preguntarle al novio por las
costumbresdesuhija.
—Esevidentequeno.Estásennuestracocinacomiéndotemiscereales.
Agitolacajavacíaysonríe.
—Tienesrazón—dice.
—Sí,suelotenerla.—Nadamáslejosdelarealidad.
—Debe de ser un asco haber reaparecido cuando sólo faltan unos días para que se traslade —le
digometiendounafiambreraenelmicroondas.
Nosémuybienquécontiene,peromemuerodehambre,estoydemasiadoborrachoparacocinary
Tessanoestáaquíparaprepararmenada.«¿Quécoñovoyahacercuandomeabandone?»
—Loes—dicehaciendounamueca—.AunquemealegrodequeSeattlenoestémuylejos.
—PeroInglaterrasíloestá.
Trasunalargapausa,dice:
—NovaairseaInglaterra.
Lomirocomodiciendo«Queteden».
—Ytú¿quécoñosabes?¿Cuántohacequelaconoces?,¿dosdías?—Estoyapuntodeexplayarme
cuandoelmolestopitidodelmicroondasnosinterrumpe.
—ConozcobienaCarol,yellanoseiríaaInglaterra.
Havueltoaserelborrachopesadodeayer.
—Tessanoessumadre,yonosoytú.
—Ya—dice,yseencogedehombros.
Capítulo13
Tessa
Molly.
Rezoparaqueestéaquíporpuracasualidad,perocuandoStephaparecedetrásdeella,meencojo
enelreservado.
—¡Hola,Tessa!—saludaStephsentándoseenelsitiodeenfrenteypegándosealaparedparaque
«alguien»puedasentarseasulado.
«¿PorquémehabráinvitadoacomerconellayconMolly?»
—Cuántotiemposinverte—mediceelputóndeMolly.
Noséquédecirlesaningunadelasdos.Quierolevantarmeymarcharme,peromelimitoasonreír
yaresponder:
—Sí.
—¿Haspedidoya?—mepreguntaStephhaciendocasoomisodelhechodequehatraídoconsigoa
miarchienemiga,amiúnicaenemiga,enrealidad.
—No.—Cojoelbolsoparabuscarelmóvil.
—Oye,nohacefaltaquellamesatupapaíto,nomuerdo—semofaMolly.
—No iba a llamar a Hardin —le digo. En realidad, iba a enviarle un mensaje. Son cosas muy
distintas.
—Ya,claro—contesta,yseríe.
—Para—saltaSteph—.Molly,hasdichoqueibasacomportarte.
—¿Porquéhasvenido?—lepreguntoalachicaalaquedetestomásqueanadieenelmundo.
Seencogedehombros.
—Tengohambre—respondetantranquila.Estáclaroqueestaarpíaseburlademí.
Cojolasudaderaymedispongoalevantarme.
—Serámejorquemevaya.
—¡No,quédate!Porfavor...Estásapuntodemudarteynovolveréaverte—diceStephhaciendo
pucheros.
—¿Qué?
—Tevasdentrodeunosdías,¿no?
—¿Quiéntelohacontado?
MollyyStephsemiranlaunaalaotra.
—Zed,creo—diceSteph—.Noimporta.Creíaquemeloibasacontartú.
—Ibaahacerlo,perohanpasadomuchascosas.Miideaeracontártelohoy...—digo,yentonces
miroaMollycomosiquisieraexplicarporquénolohehecho.
—Pues me habría gustado enterarme por ti. Yo fui tu primera amiga aquí. —Steph saca el labio
inferior en un gesto que me hace sentir mal y que parece un poco cómico, así que doy las gracias
cuandolacamarerallegaparapreguntarnosquéqueremosparabeber.
MientrasMollyyStephpidensusrefrescos,lemandounmensajeaHardin.
Imaginoqueestarásdurmiendolamonaenelsofá,peroestoycomiendoconStephysehatraídoa
Molly.
Ledoya«Enviar»ymiroalasdoschicas.
—¿Estásemocionada?—mepreguntaentoncesSteph—.¿QuévaisahacerHardinytú?
Meencojodehombrosymiroaunladoyaotro.Novoyahablardemirelacióndelantedelahija
deSatanás.
—Puedeshablardelantedemí.Créeme,tuvidapetardanomeinteresalomásmínimo—resopla
Molly,ybebeuntragodeagua.
—¿Quetecrea?—Meechoareírymimóvilvibra.
EsHardin.
Vuelveacasa.
Noséquéesperabaquemedijera,perosuconsejo,omásbienquenomehayadadoninguno,me
decepciona.Lecontesto:
No,tengohambre.
—Mira,Hardinytúsoismuymonosytodoeso,perovuestrarelaciónmeimportaunrábano—me
informaMolly—.Ahoratengomipropiarelacióndelaquepreocuparme.
—Genial.Mealegroporti.
Quépenamedaelpobrediabloquehayacaídoensusgarras.
—Hablando de tu relación, Molly, ¿cuándo vamos a conocer al chico misterioso? —le pregunta
Steph.
Mollyselaquitadeencimaconungestodelamano.
—Nolosé.Hoy,no.
Lacamareravuelveconnuestrasbebidasynostomanota.Encuantoseva,Mollysevuelvehacia
mí,suverdaderapresa.
—¿TehacabreadomuchoqueZedestéplaneandometeraHardinentrerejas?—mepregunta,y
casimeatragantoconelagua.
LaideadequeHardinvayaalacárcelmehielalasangreenlasvenas.
—Estoyintentandoevitarlo.
—Tedeseobuenasuerte.AmenosquetuplanconsistaenfollarteaZed,nocreoquehayanada
quepuedashacer—vuelveaburlarsedemíygolpealamesaconsusuñasverdefluorescente.
—Esonoesposible—rujo.
Aquítengoalgoquepuedescomerte.Deverdad,vuelveantesdequepasecualquiercosayyono
puedasalvarte.
¿Salvarmedequé?¿DeMollyydeSteph?Stephesmiamiga,yyahedemostradoquesoycapaz
de comerme a Molly con patatas, y no dudaré en volver a hacerlo si es necesario. Es odiosa y no la
soporto,peroyanomedaningúnmiedo.
PorelmensajeobscenodeHardin,séquesigueborracho.Alverquenolecontesto,meenvíaotro:
Saldeahí,lodigoenserio.
Guardomimóvilenelbolsoymeconcentroenlaschicas.
—Yalohashechounavez—insisteMolly—,¿quéproblemahay?
—¿Perdona?—ledigo.
—Eh,quenotejuzgo.YomehetiradoaHardinytambiénaZed—merecuerda.
Estoytanfrustradaquequierogritar.
—NomeheacostadoconZed—mascullo.
—Ya,ya...—diceMolly,yStephlelanzadagasporlosojos.
—¿Quiéntehadichoeso?¿QuiénoshadichoquemeheacostadoconZed?—lespregunto.
—Nadie—contestaStephantesdequeMollypuedaabrirlaboca—.YabastadehablardeZed.
QuieroquemehablesdeSeattle.¿Hardinsevacontigo?
—Sí—miento.Noquieroadmitir,ymenosdelantedeMolly,queHardinseniegaavenirconmigo
aSeattle.
—Asíqueosvaisamarcharlosdos.Serámuyraronotenerosporaquí—diceStephconelceño
fruncido.
SeráraroempezardeceroenotrauniversidaddespuésdetodoloquehapasadoenlaWCU.Pero
es justo lo que necesito, empezar de cero. Esta ciudad está viciada por los recuerdos de traiciones y
falsosamigos.
—Deberíamosquedartodosestefindesemana,laúltimafiesta—diceSteph.
Gruñoenprotesta.
—No,nadadefiestas.
—No,noseráunafiesta.Sólolapandilladesiempre.—Memiraconalgosimilaraunasúplicaen
susojos—.Seamossinceras:lomásprobableesquenovolvamosavernos,yHardindeberíavolvera
salirconsusamigosalmenosunaúltimavez.
Vaciloytengoquedesviarlamiradahacialabarra.
LavozdeMollyponefinalsilencio:
—Nosufras,queyonoestaré.
Vuelvoamirarlasyeneseprecisoinstantelleganuestracomida.
Peroheperdidoelapetito.«¿DeverdadvadiciendolagenteporahíquemeheacostadoconZed?
¿HabráoídoHardinlosrumores?¿SeráZedcapazdemeterrealmenteaHardinenlacárcel?»Meduele
lacabeza.
Stephsecomeunaspatatasfritasy,sinhaberterminadodemasticarlas,dice:
—HáblaloconHardinydimealgo.Podríamosquedarenelapartamentodealguien,inclusoenel
deTristanyNate.Asínoapareceráningúncapulloinesperado.
—Selopreguntaré...Peronosésiquerrá.
Bajolavistaalapantalladelmóvil.Tresllamadasperdidas.Unmensaje:
Contestacuandotellamo.
Volveréencuantoacabedecomer,cálmate.Bebeagua.
Lerespondoymecomounpardepatatasfritas.
PeroaMollylepuedelatensiónyempiezaacantarcomouncanario.
—Seguroquelegustalaidea.Nosotroséramossusamigoshastaquetúllegasteyloestropeaste.
—Yonoloestropeé.
—Vayaqueno.Estámuycambiado,yyanisiquieranosllama.
—Susamigos...—meburlo—.Aéltampocolollamanadie.Elúnicoquehablaconéldevezen
cuandoesNate.
—Esoesporquesabemos...—empiezaadecirMolly.
PeroStephlevantalasmanos.
—Basta,joder—protestamasajeándoselassienes.
—Voyapedirquemeloenvuelvanparallevar.Hasidomalaideaquedar—ledigo.
NoséenquéestabapensandoaltraeraMolly,almenospodríahabermeavisado.
Stephmemiracomprensiva.
—Losiento,Tessa.CreíaqueosllevaríaisbienahoraqueyanoleinteresatirarseaHardin.—Mira
aMolly,queseencogedehombros.
—Nosllevamosmejorqueantes.
Quieropartirlelacaradecretinaquetiene,peroelmóvildeStephinterrumpemispensamientos
violentos.
Unamiradadeperplejidadlecruzalacara.Luegodice:
—EsHardin,meestállamando.—Meacercaelteléfonoparaquelovea.
—Noherespondidoasusmensajes.Lollamoenseguida—ledigo.
Stephasienteeignoralallamada.
—Esunacosador—diceMollyhincandolosdientesenunapatata.
Memuerdolalenguaylepidoalacamareraquemeloenvuelvaparallevar.Apenashetocadola
comida,peronoquieromontarunaescenaenunrestaurante.
—Piensaacercadelodelsábado,porfavor.Podríamosorganizarunacenaenvezdeunafiesta—
seofreceSteph.Luegomededicasumejorsonrisa—.Porfavor...
—Veréquépuedohacer,peronosvamosdeviajeynovolveremoshastaelviernesporlatarde.
Asientedenuevo.
—Túeligesdíayhora.
—Gracias.Yateaviso—ledigo,ypagomipartedelacuenta.
Nomegustalaideapero,enciertosentido,tienerazón.Novamosavolveravernos.Hardinvaa
marcharse,talveznoaSeattle,peroahoraquelohanexpulsadotampocovaaquedarseaquí,ydebería
verasugrupodeamigosporúltimavez.
—Estállamandodenuevo—mediceSteph.Nosemolestaenocultarqueleparecemuydivertido.
—Dilequeestoydecamino.
Melevantoymedirijohacialapuerta.
Cuandomevuelvo,MollyyellaestánhablandoconelmóvildeStephencimadelamesa.
Capítulo14
Hardin
—Tessa,sinomedevuelveslallamada,iréabuscarteaunqueestéborracho—amenazo.
Luegotiroelmóvilcontraelsofá.Rebotayaterrizacontraelsuelodehormigón.
—Volverá—measeguraelcapullodeDick,siempredegranayuda.
—¡Yalosé!—legrito,yrecojoelmóvil.
Por suerte, la pantalla no se ha roto. Le lanzo una mirada asesina al viejo borracho y me voy al
dormitorio.
«¿QuécoñohaceotravezenelapartamentoyporquédemoniosTessanoestáaquíconmigo?»No
puedesalirnadabuenodejuntaraTessayaMollyenlamismahabitación.
Empiezoamaquinarcómovoyalocalizarlasinotengonillaves,nicoche,yminiveldelalcohol
ensangrerebasaconcrecesellímitelegalcuandooigoqueseabrelapuertaprincipal.
—Está...descansando—diceRichardmuyalto,conunaalegríadesmesurada.Sospechoqueestá
intentandoavisarmedequeTessahavuelto.
Abrolapuertaantesdequelohagaellayextiendoelbrazoparainvitarlaaentrar.Nopareceen
absolutointimidadanipreocupadapormicaradecabreo.
—¿Porquénomehascogidoelteléfonocuandotehellamado?—exijosaber.
—Porquetehedichoquevolveríapronto,yesohehecho.
—Perodeberíashaberlocogido.Estabapreocupado.
—¿Estabaspreocupado?—Lesorprendemieleccióndepalabras.
—Sí,preocupado.¿QuécoñohacíastúconMolly?
Dejaelbolsoenelrespaldodelasilla.
—Niidea.Stephmeinvitóacomerconellaylatrajo.
«MalditaSteph.»
—Y¿porquécoñohahechoeso?¿Hasidobordecontigo?
—Nomásquedecostumbre.—Enarcaunacejaymemira.
—StephesunazorraporhaberinvitadotambiénaMolly.¿Quésecuentan?
—Niidea,perocreoquecorrenciertosrumoressobremí.—Frunceelceñoysesientaenlasilla
paraquitarseloszapatos.
—¿Quéclasederumores?
«Loqueenrealidadquierodecires:¿aquiéntengoquematar?»
Joder,sigoborracho.¿Cómoesposible?Hanpasadoporlomenostreshoras.Apenasrecuerdoque
hacemuchoalguienmedijoquesenecesitaunahoraporcadacopaqueunosetomaparaquesetepase
la borrachera. Voy a estar pedo por lo menos durante las próximas diez horas, según ese cálculo.
Siempreycuandofueraésalaestimación...
—¿Mehasoído?—diceTessaconcalma,inclusountantopreocupada.
—No,perdona—farfullo.
Seruboriza.
—CreoquelagentevadiciendoporahíqueZedyyo...,yasabes.
—¿Yaséqué?
—Quenos...hemosacostado.—Tienelosojoscansadosylavozdulce.
—¿Quién lo dice? —intento mantener un tono de voz similar al de ella, a pesar de que la rabia
empiezaabullirenmiinterior.
—Imaginoqueesunrumor.StephyMollyloestabancomentando.
Nosésiconsolarlaodarriendasueltaamicabreo.Estoydemasiadoborrachoparaestamierda.
Colocalasmanosenelregazoyagachalacabeza.
—Noquieroquelagentepienseesodemí.
—No hagas ni caso, son unos imbéciles. Si de verdad corre ese rumor, me encargaré de
desmentirlo.—Tirodeellaparaquesesienteconmigoenlacama—.Túnotepreocupes.
—¿Noestásenfadadoconmigo?—preguntabuscandoconsusojosgrisazuladolosmíos.
—Sí —le digo—. Estoy enfadado porque tú no me cogías el móvil y tampoco la dichosa Steph.
Perolodelrumornomecabrealomásmínimo.Esprobablequeselohayaninventadoporquelesmola
serunoscapullos.
La idea de que Steph y Molly le hayan llenado a Tessa la cabeza de tonterías sólo para hacerle
dañomeponemalo.
—NoentiendoparaquésehatraídoaMolly,quien,cómono,hatenidoquerecordarmequeseha
acostadocontigo.—Tuerceelgestoyyotambién.
—Es una mala puta que no tiene otra cosa que hacer que recordar los tiempos en los que la
reventabaapolvos.
—Hardin—protestaTessaantelodescriptivodemicomentario.
Abreelcierredesubrazaleteylodejasobrelamesilla.
—¿Todavíaestásborracho?
—Unpoco.
—¿Unpoco?
Sonrío.
—Unpocomásqueunpoco.
—Estásmuyraro.—Ponelosojosenblancoysacasumalditaagendadelcajóndelamesilla.
—¿Por?—Meacercoparaponermedetrásdeella.
—Porqueapesardequeestásborrachoteestásportandomuybien.Porejemplo,estabasenfadado
porquenotecogíaelteléfonoperoahoraestássiendo...—Memiraalacara—.Creoquelapalabraes
comprensivo.EstássiendomuycomprensivoconlodeMolly.
—Y¿quéesperabas?
—Nolosé...¿Quemegritaras?Notienesuntemperamentofácilcuandoestásborracho—diceen
vozbaja.
Sé que está intentando no molestarme, pero quiere hacerme saber que no va a andarse con
tonterías.
—No voy a chillarte, sólo es que no me gusta verte con ellas. Ya sabes cómo son, sobre todo
Molly, y no quiero que nadie te haga daño. —Luego añado, enfatizando cada palabra—: De ninguna
manera.
—Nomelohanhechopero,aunqueséqueesridículo,porunavezmeapetecíaquedaracomer
conunaamiga,comohacelagentenormal.
QuierodecirlequeStephnoesprecisamentelamejorelecciónalahoradebuscaramigas,perosé
que,exceptuandoaLandon,aNoahyamí,notieneanadiemás.
YaZed.
Bueno,Zedyanopintanadaaquí.Esosehaacabadoyestoysegurodequenovolveráaaparecer
enunabuenatemporada.
Capítulo15
Tessa
El hecho de que Hardin se esté comportando de un modo tan razonable me sorprende y consigo
relajarmeunpoco.Cruzalaspiernasyseechahaciaatrásapoyándoseenlaspalmasdelasmanos.No
sé si debería sacar el tema de Seattle ahora mismo, porque lo veo de buen humor, o si será mejor
esperar.
Perosiespero,asabercuándoestarálistoparahablardeello.
Lomiro,élmeobservaconsusojosverdesydecidolanzarme.
—Stephquierecelebrarunafiestadedespedida—ledigo,yaguardosureacción.
—¿Adóndeva?
—No, es para mí —le explico, y omito el pequeño detalle de que les he dicho que Hardin va a
venirseconmigoaSeattle.
Memirararo.
—¿Leshasdichoquevasamudarte?
—Sí,¿porquénoibaadecírselo?
—Porqueaúnnolohasdecidido,¿no?
—Hardin,mevoyairaSeattle.
Seencogedehombroscondespreocupación.
—Todavíatienestiempoparapensarlo.
—Detodosmodos...,¿quéteparecelodelafiesta?Dicequepodríamoshacerunacenaparaestar
todosjuntosencasadeNateydeTristan,noenlafraternidad—leexplico,peroHardinsigueborracho
ynoparecequemeestéescuchando.
Miro las fechas de mi traslado la semana que viene. Espero que Sandra me llame pronto, de lo
contrario,voyallegaraSeattleynotendrécasaytendréquealojarmeenunmotelyvivirconloque
cabeenunamaleta.Moteles...,quéasco.
—No,novamosairaesafiesta.—Esarespuestanomelaesperaba.
Mevuelvohaciaél.
—¿Qué? ¿Por qué no? Si es una cena, no puede ser tan terrible, no habrá Verdad o desafío, ni
Chupaypásalo,¿sabes?
Seechaareírymemira.Sevequelehacegracia.
—Chupaysopla,Tess.
—¡Yasabesaquémerefiero!Serálaúltimavezqueveamos...,enfin,queyolosvea,yhansido
misamigos,bueno,unosamigosunpocoraros.—Noquieropensareneliniciodemi«amistad»conel
grupo.
—¿Ysilohablamosmástarde?Meestádandodolordecabeza—protesta.
Suspirovencida.Séporsutonodevozquenovaacontinuarconlaconversación.
—Venaquí.—Serecuestaenelcolchónymeesperaconlosbrazosabiertos.
Cierrolaagendaymetumboconélenlacama.Mecolocoentresuspiernasysusmanossecierran
sobremiscaderas.Memiraconsonrisapícara.
—¿Nosesuponequeestáscabreadaconmigooalgoasí?
—Estoyunpelíndesbordada,Hardin—leconfieso.
—¿Por?
Levantolosbrazosalcielo.
—Portodo.Seattle,eltrasladoaotrafacultad,lamarchadeLandon,tuexpulsión...
—Teengañé—dicesinmás,yhundelanarizenmivientre.
«Y¿ahoraqué...?»
—¿Cómo?—Enroscolosdedosensupeloylelevantolacabezaparaquememire.
Seencogedehombros.
—Teheengañadoacercademiexpulsión.
Meechohaciaatrásparaalejarmedeél.Intentaacercarsedenuevo,peronolodejo.
—¿Porqué?
—Nolosé,Tessa—dice,yselevanta—.EstabacabreadoporqueestabasfueraconZedyportodo
elrollodeSeattle.
Abromucholaboca.
—¿Medijistequetehabíanexpulsadoporqueestabasenfadadoconmigo?
—Sí,bueno,ytambiénporotromotivo.
—¿Quéotromotivo?
Suspira.
—Tevasaenfadar.—Todavíatienelosojosrojos,peroparecequelaborracheraseleestápasando
rápido.
Cruzolosbrazos.
—Sí,esmásqueprobable,perocuenta.
—PenséquetedaríatantapenaquetevendríasconmigoaInglaterra.
No sé qué pensar de su confesión. Debería mosquearme. Estoy mosqueada. Estoy que muerdo.
Qué cara tiene, intentar hacer que me sienta culpable para que me vaya a Inglaterra con él. Debería
haber sido sincero desde el principio... Pero, aun así, no puedo evitar sentirme un poco mejor por
habermeenteradoatravésdeél,ynodelmodoenquenormalmentedescubrosusmentiras.
Memiraconojosinquisitivos.
—¿Tessa...?
Lomiroycasisonrío.
—Laverdadesquemesorprendequemelohayascontado,envezdeesperaraquemeenterase
porterceros.
—A mí también. —Acorta la distancia que nos separa y su mano me acaricia el cuello y la
mandíbula—.Porfavor,noteenfadesconmigo.Soytontodelculo.
Dejoescaparunatensaexhalaciónperomeencantansuscaricias.
—Esunadefensapésima.
—Nomeestoydefendiendo.Soyuncapullo,losé.Perotequieroyestoyhartodetantamierda.
Sabíaquelodescubriríastardeotemprano,ymásconeldichosoviajeconlafamiliademipadreala
vueltadelaesquina.
—¿Melohascontadoporquesabíasquemeibaaenterardetodosmodos?
—Sí.
Echoatráslacabezaylomiro.
—¿MelohabríasocultadoymehabríasobligadoairmeaviviraInglaterracontigoporpurapena?
—Básicamente...
«¿Cómodemoniossesuponequehedetomarmeeso?»Quierodecirlequeestáloco,quenoesmi
padre y que tiene que dejar de intentar manipularme, pero en vez de eso me quedo ahí con la boca
abiertacomounaidiota.
—Nopuedesobligarmeahacercosasabasedementirasymanipulaciones.
—Séqueesmuyretorcido—diceconpreocupaciónensusojosverdes—.Noséporquésoycomo
soy.Sóloséquenoquieroperderteyqueestoydesesperado.
Pero,porsuexpresión,séquenoentiendeporquésecomportaasí.
—No,nolosabes.Delocontrario,nohabríasmentido.
Llevalasmanosamiscaderas.
—Tessa, lo siento, de verdad. Debes reconocer que se nos empieza a dar mejor esto de las
relaciones.
Tiene razón. En cierto sentido, demencial, nos comunicamos mucho mejor que antes. Sigue
distandomuchodeunarelaciónnormalyfuncional,perolanormalidadnuncahasidolonuestro.
—¿Conlodelmatrimoniotampocovoyaconseguirquetevengasconmigo?
Elcorazónsemevaasalirdelpechoyestoyseguradequepuedeoírlo.Peromelimitoadecir:
—Yahablaremosdeesocuandonoestésborracho.
—Tampocoestoytanborracho.
Sonríoyledoyunapalmaditaenlamejilla.
—Demasiadoborrachoparaesaclasedeconversación.
Sonríeymeatraehaciasí.
—¿CuándovuelvesdeSandpoint?
—¿Novasavenir?
—Aúnnolohedecidido.
—Dijistequevendrías.Nuncahemosviajadojuntos.
—Seattle—dice,ymeechoareír.
—Enrealidad,aparecistesinquenadietehubierainvitadoytefuistealamañanasiguiente.
Mepasalamanoporelpelo.
—Detalles...
—Me apetece mucho que vengas —insisto—. Landon se trasladará pronto. —Me duele sólo de
pensarlo.
—¿Y?—mepreguntameneandolacabeza.
—Yatupadreleencantaríaquevinieras,estoysegura.
—Ah,él.Estácabreadoconsigomismoporquemehanmultadoymehanpuestoenelequivalente
alalibertadcondicionalacadémica.Silafastidioenlomásmínimo,seacabólauniversidad.
—¿PorquénotetrasladasalauniversidaddeSeattleconmigo?
—NoquierovolveraoírhablardeSeattleestanoche.Hetenidoundíamuylargoytengoundolor
decabezainfernal...—Mebesaenlafrente.
Apartolacabeza.
—Tehasemborrachadoconmipadreymehasmentidosobretuexpulsión:hablaremosdeSeattle
cuantomeapetezca—replicotajante.
Hardinsonríe.
—Y te has puesto esos pantalones después de haber estado provocándome con ellos y no has
respondidoamisllamadas.—Meacariciaellabioinferiorconelpulgar.
—No hace falta que me llames tanto. Es asfixiante. Molly ha dicho que eres un acosador —le
suelto,perosonríobajosucaricia.
—¿Enserio?—Continúadibujandoelcontornodemislabiosylosabrosinquerer.
—Sí—suspiro.
—Hum...
—Séloqueestástramando.—Lequitolaotramanodemiscaderas,allídondesusdedosestaban
empezandoadeslizarsepordebajodelelásticodemispantalones.
Sonríe.
—¿Quéestoytramando?
—Estásintentandodistraermeparaquesemeolvidequeestoyenfadadacontigo.
—¿Yfunciona?
—Nodeltodo.Además,mipadreestáaquíynovoyaacostarmecontigocuandolotenemosenla
habitacióncontigua.—Ledoyunazotejuguetóneneltrasero.
Loúnicoqueconsigoesquemeestrechemáscontrasí.
—Ah,¿quieresdecircomocuandotefolléaquímismo—diceseñalandolacama—,mientrasmi
madredormíaenelsofá?
Semepegaunpocomás.
—¿O aquella vez que te follé en el baño de la casa de mi padre? ¿O la infinidad de veces que
hemosfolladomientrasKaren,Landonymipadreestabanalfinaldelpasillo?
Meacariciaelmusloporencimadelatela.
—Ah,espera,terefieresacuandotepusemirandoaLaMecaenlamesadetudespachoenhoras
detrabajo...
—¡Vale,vale!¡Lohepillado!—Meruborizoyseríe.
—Vamos,Tessa,túmbate.
—Estásenfermo.—Meechoareírymeapartodeél.
—¿Adóndevas?—preguntahaciendopucheros.
—Averquéestáhaciendomipadre.
—¿Por?¿Parapodervolveraquíconmigoy...?
—¡Andaya!,acuéstateoalgo—exclamo.
Me alegro de que esté tan bromista pero, a pesar de su confesión, sigo enfadada porque me ha
mentidoyseestácomportandocomouncabezotaalnoestardispuestoahablarseriamentedeSeattle.
CuandohevueltodespuésdelacomidaenApplebee’s,creíaqueestaríafuriosoconmigoporno
haberrespondidoasusmensajes.Nuncapenséquellegaríamosahablarlascosasyquemeconfesaría
quemehabíamentidoacercadesuexpulsión.PuedequeStephlehayaaseguradoqueestabavolviendo
acasaylehayadadotiempoacalmarse.AunqueelteléfonodeStephestabaencimadelamesacuando
mehemarchado...
—¿NohasdichoqueStephnotehacogidoelteléfonocuandolahasllamado?—pregunto.
—No,¿por?—Memiraconfuso.
Meencojodehombrossinsaberquédecir.
—Curiosidad.
—¿Por?—diceenuntonoraro.
—Porque le he dicho que te dijera que venía de camino y me preguntaba por qué no lo había
hecho.
—Ah.
Desvía la mirada y coge una taza de la cómoda. Esta conversación es muy rara: Steph no le ha
dichoqueyoestabaencamino,yahoraéldesvíalamirada...
—Voyaverquéhacemipadre,puedesvenirconnosotrossiquieres.
—Esoharé.Voyacambiarmeprimero.
Asientoyabrolapuerta.
—Y¿quéhaydeél?Acabadereaparecerentuviday¿vasamarcharte?
Freno en seco. No es que no lo haya pensado, pero que Hardin me dispare la pregunta por la
espaldacomosifueraunmisilnomegustanada.
Metomounmomentopararecuperarmeantesdesalirdelahabitación.Cuandollegoalasalade
estar,mipadreestádurmiendo.Bebersemediobaramediodíadebedeseragotador.Apagoeltelevisor
y voy a la cocina a por un vaso de agua. No paro de pensar en Hardin preguntándome si voy a
marcharme ahora que acabo de encontrar a mi padre. La cuestión es que no puedo hacer peligrar mi
futuroporunpadrealquenoveodesdehacenueveaños.Silascircunstanciasfueranotras,lopensaría
dosveces,perofueélquienmeabandonóamí.
Cuandomeacercoaldormitorio,oigoqueHardinestáhablando.
—¿Aquécoñohavenidolodehoy?—looigodecirconvozamortiguada.
Pego la oreja a la puerta. Sé que debería irme y punto, pero tengo la sensación de que he de
escucharestaconversación.Loquesignificaquemeconvieneescucharla.
—Me importa una mierda, no debería haber ocurrido. Ahora está mosqueada, cuando se supone
queloquetienesquehacer...
Noconsigoentenderelrestodelafrase.
—Nolofastidies—añade.
¿Con quién habla? Y ¿qué se supone que tiene que hacer alguien? ¿Es Steph? O, peor, ¿será
Molly?
Oigounospasosqueseacercanalapuertayrápidamentememetoenelcuartodebañoycierrola
puerta.
Alpocoratollamanconlosnudillos.
—¿Tessa?
Abrolapuerta.Séquetendríaqueaparentarquemehapilladoconmiscosas.Elcorazónsemeva
asalirdelpechoytengounnudoenelestómago.
—Ah,hola.Estabaacabando—digoconunhilodevoz.
Hardinenarcaunaceja.
—Vale...
Miraalfinaldelpasillo.
—¿Dóndeestátupadre?¿Estádurmiendo?
—Sí—ledigo,ysonríedeorejaaoreja.
—Volvamosaldormitorio.—Mecogedelamano,medalavueltaymeempujaconsuavidad.
SigoaHardindevueltaanuestrahabitaciónylaparanoiasecuelaentremispensamientoscomosi
fueraunaviejaamiga.
Capítulo16
Tessa
La parte microscópica de mi cerebro que alberga el sentido común está intentando enviar señales de
alertaalrestodemicerebro,queestáocupadoporHardinytodolorelacionadoconél.Lapartesensata,
oloquequedadeella,medicequenecesitohacerpreguntas,quenopuedopasarestoporalto.Yahago
lavistagordabastanteamenudo.
Ésaeslapartemicroscópica.Lapartemásgrandegana.Porque,¿deverdadquierodiscutirconél
porloqueseguroquenoesmásqueunmalentendido?AlomejorsóloestabaenfadadoconStephpor
haber invitado a Molly. No he podido escuchar bien la conversación, es posible que me estuviera
defendiendo. Ha sido muy sincero acerca de haberme mentido sobre su expulsión, ¿por qué iba a
mentirmeahora?
Hardinsesientaenlacama,mecogeambasmanosytirademíparaquemesienteensupierna.
—Bueno,yanonosquedantemasseriosdeconversaciónytupadreestádurmiendo.Tendremos
queencontrarotraformadepasarelrato...—Tieneunasonrisaridículaperocontagiosa.
—¿Noestaráspensandoensexo?—contesto,yloempujoconpicardía.
Setumbaenlacama,conunamanoenminucaylaotraenmimuslo,ytirademíhastaqueme
tiene encima. Lo monto a horcajadas, con sus piernas entre mis muslos, y me acerca a él hasta que
nuestrascarascasiserozan.
—No,teníaotrascosasenmente.Porejemplo,piensaenesoslabiosrodeándomela...
Me acaricia la boca con la suya. Su aliento sabe a menta. La presión es lo bastante fuerte para
enviarunaoleadadeelectricidadportodomicuerpoperolobastantedelicadacomoparadejarmecon
ganasdemás.
—Piensaenmicaraentretusmuslosmientraste...—empiezaadecir,peroletapolabocaconla
mano.Elmodoenquesulengualamemimanomeobligaaretirarlarápidamente.
—Puaj—digoarrugandolanarizylimpiándomelamanoensucamisetanegra.
—Noharéruido—aseguraenvozbajamientraslevantalascaderasdelcolchónparaquelonote
decerca—.Aunquenosésipuedodecirlomismodeti.
—Mipadre...—lerecuerdoconmuchamenosconvicciónqueantes.
—Y¿aquiénleimporta?Esnuestracasay,sinolegusta,quesepire.
Lomiromedioenserio.
—Noseasmaleducado.
—Nolosoy,perotedeseoydeberíapodertenertesiemprequequiera—dice,ypongolosojosen
blanco.
—Yo también tengo voz y voto, estás hablando de mi cuerpo. —Finjo que no tengo el corazón
desbocadoyquenoletengoganas.
—Evidentemente. Pero sé que si hago esto... —Mete la mano entre nuestros cuerpos y baja la
cinturilla de mis pantalones y de mis bragas—. ¿Lo ves? Sabía que estarías lista en cuanto he
mencionadoqueteibaacomer...
Le tapo esa boca tan sucia que tiene con los labios. Traga saliva, gime y sus dedos rozan mi
clítoris.Apenasmeestátocandoporqueloquequiereestorturarme.
—Porfavor—siseo,yaplicaunpocomásdepresión.Memeteundedohúmedo.
—Yalosabíayo.
Mecastigaymeteysacaeldedomuydespacio.
Deja de moverlo demasiado pronto y me tumba a su lado. Antes de que pueda protestar, se
incorporaycogelacinturillademispantalones,esapartequeparecefascinarlotanto,ymelosbajapor
losmuslos.Levantolascaderasparaayudarloyaprovechaparabajarmetambiénlasbragas.
Sindecirnada,meindicaquemecoloqueenloaltodelacama.Medeslizosobreloscodoshasta
que tengo la espalda apoyada en la cabecera. Se tumba boca abajo, delante de mí, y sus manos se
aferranamiscaderas.Meabredepiernas.
Sonríeburlón.
—Almenosintentanohacerruido.
Medispongoaponerlosojosenblancoperoentoncessientosualientocálido.Suaveprimeroy
másfuertepocoapoco,amedidaquesevaacercandomásymás.Sinavisar,sulenguamerecorrede
abajoarribayagarrouncojín,unoamarilloalqueHardinletieneespecialmanía.Metapolacaraconél
paraamortiguarlosgemidosinvoluntariosquemanandemibocamientrassulenguasemuevecadavez
másrápido.
Derepentemequitaelcojíndelacara.
—No,nena.Quieroquemeveas—meordena,yasientomuydespacio.
Sellevaelpulgaralabocaysulenguasedeslizasobremí.Muevelamanoentremismuslosy
acariciamipuntomássensible.Semetensanlaspiernas,lascariciassobremiclítorissondivinas.Con
lapuntadeundedotrazacírculoslentossinapenasaplicarpresión.Esunatortura.
Loobedezcoymiroentremismuslos.Tieneelpeloalborotadoyhaciaatrás,formandounaonda
sobre su frente, con un mechón rebelde que vuelve atrás cada vez que hunde la cabeza. Medio veo,
medioimaginosubocacontramipielylasensaciónaumentademaneraexponencialysé,sé,queno
voyapoderestarmecalladamientraslapresiónseacumulaenmivientreesperandopoderestallar.Me
tapolabocaconunamanoyhundolaotraensusrizos.Empiezoamoverlascaderasparabuscarsu
lengua.Estoesdemasiadobueno.
Letirodelpeloylooigogemircontramí.Estoycadavezmáscerca...
—¿Másfuerte?—jadea.
«¿Qué?»
Cogelamanoquetengoenredadaensupeloycolocalasuyaencimapara...¿Quierequeletiredel
pelo?
—Hazlo—mediceconmiradadedeseo,yempiezaamoverlosdedosencírculosrápidosmientras
bajalacabezaparaquelalenguacontribuyaalasensación.
Letirodelpeloconfuerza,ymemiraconlosojosentornados.Cuandovuelveaabrirloslostiene
brillantes, como jade ardiente. Me sostiene la mirada mientras se me nubla la vista y durante unos
instantesnoveonada.
—Vamos,nena—susurra.
Sellevalamanoasuentrepiernaynopuedoaguantarlomás.Loveoacariciándoselapolladura
paracorrerseconmigo.Nuncameacostumbraréalefectoquesusactostienenenmí.Elhechodeverlo
tocándose, sentir las bocanadas de su aliento en mi piel mientras su respiración se torna más y más
entrecortada...
—Sabes a gloria, nena —gime contra mí, moviendo rápidamente la mano que tiene en su
entrepierna.Nisiquieranotoquemeestoymordiendolamanomientrasdisfrutodemisubidónyletiro
delpelo.
Parpadeo.Yluegoparpadeounpocomás,conpereza.
Recobrolaconcienciaynotoqueserecolocayqueapoyalacabezaenmivientre.Abrolosojosy
veoqueéllostienecerrados,supechosubeybaja,surespiraciónsigueentrecortada.
Letirodelhombroparaqueselevanteypodermovermeentresuspiernas.
Paraymemira.
—Yo...yaheterminado—dice.
Mequedomirándolo.
—Yamehecorrido...—Tienelavozroncadeagotamiento.
—Ah.
Sonríe con pereza, una sonrisa medio borracha, y se levanta de la cama. Se acerca a la cómoda,
abreuncajónysacaunospantalonescortosblancosdedeporte.
—Tengo que ducharme y cambiarme, como puedes ver. —Señala la bragueta de sus pantalones,
donde,apesardequesonoscuros,seveclaramenteunamancha.
—¿Comoenlosviejostiempos?—Lesonrío,memiraymedevuelvelasonrisa.
Seacercaymebesaenlafrente,luegoenloslabios.
—Esbuenosaberquenohasperdidotutoque—diceyendohacialapuerta.
—Nohasidomitoque—lerecuerdo.
Menealacabezaysaledelahabitación.
Buscomiropaalospiesdelacamayrezoparaquemipadresigadurmiendoenelsofáyparaque
si,porcasualidadsehadespertado,nopareaHardindecaminoalbaño.Alospocossegundos,oigoque
lapuertadelcuartodebañosecierraymelevantoparavestirme.
Cuandotermino,revisomimóvilparaversitengoalgúnmensajedeSandra,peronada.Loquesí
hay es un pequeño sobre en la esquina de mi pantalla que me indica que tengo un nuevo mensaje de
texto.Alomejorestáliadayhapreferidoescribirme.
Abroelmensajeyleo:
Tengoquehablarcontigo.
Suspiroalleerelnombredelremitente:Zed.
Borroelmensajeydejoelteléfonosobrelamesilla.
Irónicamente,lacuriosidadseapoderademíybuscoelmóvildeHardin.Elcorazónamenazacon
salirsedemipechocuandorecuerdolaúltimavezqueleregistréelmóvil.Noacabónadabien.
Peroestavezséquenomeestáocultandonada.Noescapaz.Estamosenunpuntomuydistintode
nuestrarelación.Sehahechountatuajepormí...Aunquenoestádispuestoamudarsepormí.Notengo
nadadequepreocuparme,oesocreo...
Comonoloveoenelescritorio,lobuscoenlacómoda.Deduzcoqueselohallevadoalbaño.Es
lonormal,¿no?
«Notengodequépreocuparme.Sóloestoyestresadayparanoica»,medigo.
Antes de meterme en un agujero negro de preocupación, me recuerdo que no debo registrarle el
móvilporque,siélmelohicieraamí,mecabrearíamuchísimo.
Esprobablequemeloregistre,sóloquenuncalohepilladoinfraganti.
Seabrelapuertadelahabitaciónysaltocomosimehubieranpilladohaciendoalgoquenodebía.
Hardin entra dando zancadas, sin camiseta, descalzo, con los pantalones cortos y el bóxer negro
asomandoporlacintura.
—¿Estás bien? —pregunta secándose el pelo con una toalla blanca. Me encanta que su pelo
parezcanegrocuandoestámojado.Elcontrasteconsusojosverdesesdeensueño.
—Sí.Tehasdadounaduchamuycorta.—Mesientoenlasilla—.Deberíahaberteensuciadomás
—digointentandodistraerloparaquenonotequemetiemblaunpocolavoz.
—Teníaprisaporverte—dice,peronomeconvence.
Sonrío.
—Tieneshambre,¿verdad?
—Sí—confiesaconunasonrisadivertida—.Mehaentradohambre.
—Esomeparecía.
—Tupadresiguedormido;¿vaaquedarsecuandonosvayamosdeviaje?
Laemociónhacedesaparecertodasmispreocupaciones.
—¿Vasavenir?
—Sí,esocreo.Siestanaburridocomomeparecequevaaser,sólomequedaréunanoche.
—Vale—digocomprensiva.Peropordentroestoyradianteyséquesequedaráhastaelfinal.Sólo
esquetienequeguardarlasaparienciasyquejarsedeesetipodecosas.
Sepasalalenguaporloslabiosymeacuerdodecuandoloteníaentrelaspiernas.
—¿Puedopreguntarteunacosa?
Susojosencuentranlosmíosyasiente.
—¿Sí?
Sesientaenlacama.
—Cuando...cuando...,yasabes,¿hasidoporquetehetiradodelpelo?
—¿Qué?—Seríeunpoco.
—Cuandotehetiradodelpelo,¿tehagustado?—meruborizo.
—Ah.—Nomepuedoniimaginarelrojoquecubremismejillas.
»¿Teresultararoquemeguste?
—No,sóloescuriosidad.—Eslaverdad.
—Todoelmundotieneciertascosasquelegustanenlacama,ésaesunadelasquemegustana
mí.Aunquehastaahoranolosabía.—Sonríesininmutarseporqueestemoshablandodesexo.
—¿Ah,sí?—Meemocionoalpensarquehadescubiertoalgonuevoestandoconmigo.
—Sí—dice—.Quierodecirquemehantiradodelpelootraschicas,perocontigoesdiferente.
—Ah—digoporenésimavez,peroestaveznosientonifríonicalor.
Sinpercatarsedemireacción,Hardinmemiraconlosojosbrillantesdecuriosidad.
—¿Hayalgoquenotehayahechoyqueteguste?
—No.Megustatodoloquemehaces—digoenvozbaja.
—Sí, eso ya lo sé. Pero ¿hay algo que hayas pensado en hacer alguna vez y que no hayamos
hecho?
Niegoconlacabeza.
—Quenotedévergüenza,nena,todoelmundotienefantasías.
—Yo,no.
Almenos,creoqueno.NotengoexperienciasalvoconHardin,ynoségrancosaapartedeloque
hemoshecho.
—Seguroquesí—dicesonriente—.Sólotenemosquedescubrirlas.
Tengomariposasenelestómagoynoséquédecir.
Peroentonceslavozdemipadreinterrumpenuestraconversación:
—¿Tessie?
Loprimeroquepiensoesqueesunalivioquesuvozprovengadelasaladeestarynodelpasillo.
Hardinyyonosponemosdepie.
—Voyalbaño—digo.
Asienteconunasonrisapícaraysedirigealasaladeestarconmipadre.
Cuandoentroenelbaño,veoqueelmóvildeHardinestáenelbordedellavabo.
Sé que no debería hacerlo, pero no puedo contenerme. De inmediato, miro la lista de llamadas.
Estávacía.Lashaborradotodas.Nohadejadoniunaenlamemoria.Lointentodenuevoypasoalos
mensajesdetexto.
Nada.Lohaborradotodo.
Capítulo17
Tessa
Hardinymipadreestánsentadosjuntoalamesadelacocinacuandosalgodelbañoconelmóvilenla
mano.
—Meestánsaliendocanas,nena—diceHardinalverme.
Mipadrememiraconojosdecordero.
—Yotambiéntengohambre...—empiezaadecir,nomuyseguro.
PongolasmanosenelrespaldodelasilladeHardinyechalacabezahaciaatrás.Supelohúmedo
merozalosdedos.
—Puestesugieroquetepreparesalgodecomer—digo,ydejosumóvilsobrelamesa.
Memiraconunaexpresióncompletamenteneutra.
—Vale...—dice,selevantayvaalanevera—.¿Tieneshambre?—pregunta.
—TengolassobrasdeApplebee’s.
—¿Estásenfadadaporquemelohellevadoabeberconmigo?—mepreguntamipadre.
Lomiroysuavizomitonodevoz.Yasabíacómoeramipadrecuandoloinvitéavenir.
—Noestoyenfadada,peronoquieroqueseconviertaenunacostumbre.
—Te prometo que no. Además, tú te vas a mudar —me recuerda, y miro al hombre al que sólo
conozcodehacedosdías.
Nocontesto,sinoquemeacercoaHardinyalaneverayabroelcongelador.
—¿Quéteapetececomer?—lepregunto.
Memirareceloso,intentandodescifrarmiestadodeánimo.
—Cualquiercosa...¿Ysipedimoscomida?
Suspiro.
—Pidamoscomida.
Noquieroserborde,peromimenteesuntorbellinodeposibilidades,vengaadarlevueltasaqué
eraloquehabíaeneseteléfonoquehatenidoqueborrarcontantaurgencia.
Hardinymipadreempiezanadiscutirsobresipedimospizzaocomidachina.Hardinquierepizza,
y gana la discusión al recordarle a mi padre quién va a pagar la comida. Por su parte, a mi padre no
parecenofenderlelaschorradasdeHardin.Seríeolesdalavuelta.
Es extraño, de verdad, verlos a los dos juntos. Después de que mi padre se marchara, a menudo
soñabadespiertaconélalveralospadresdemisamigos.Mehabíacreadounaimagendealguienque
se parecía al hombre con el que me crie, sólo que más mayor y, desde luego, no era un borracho sin
techo.Siempremeloimaginabaconunmaletínllenodedocumentosimportantes,caminandohaciasu
cocheporlamañanaconuncaféenlamano.Nomeimaginabaqueseguiríabebiendo,quelabebidalo
desfiguraría y que no tendría dónde vivir. No me imagino a mi madre capaz de mantener una
conversaciónconestehombre,ymuchomenospasarañoscasadaconél.
—¿Cómoconocisteamimadre?—digopensandoenvozalta.
—Enelinstituto—contesta.
Hardincogeelmóvilysaledelacocinaparallamarypedirlapizza.Oeso,ovaallamaraalguien
parapoderborrardespuéselnúmerodelregistrodellamadas.
Mesientofrenteamipadre.
—¿Cuántotiempoestuvisteissaliendojuntosantesdecasaros?
—Sólounosdosaños.Noscasamosmuyjóvenes.
Meresultaincómodopreguntarleestascosas,peroséquedemimadrenoobtendríarespuestas.
—¿Porqué?
—¿Tumadreytúnuncahabéishabladodeesto?—inquiere.
—No, nunca. Se lo he preguntado alguna vez, pero se limita a no contestarme —le digo, y su
expresiónpasadelinterésalavergüenza.
—Ah.
—Perdona—añado,aunquenoséporquémeestoydisculpando.
—No,siloentiendo,ynolaculpo.—CierralosojosunmomentoylosabrejustocuandoHardin
entraenlacocinaysesientaamilado—.Enrespuestaatupregunta,noscasamosjóvenesporquese
quedóembarazadadeti.Tusabuelosmeodiabaneintentaronsepararlademí,asíquenoscasamos.—
Sonríedisfrutandodelrecuerdo.
—¿Oscasasteisparafastidiaramisabuelos?—preguntosonriendoamivez.
Mis abuelos, que en paz descansen, eran un poco... pesados. Muy pesados, de hecho. Mis
recuerdos de la infancia incluyen que me hicieran callar en la mesa por reírme, que me hicieran
quitarmeloszapatosalentrarencasaparanoestropearleslamoqueta.Pormicumpleaños,meenviaban
unatarjetadefelicitacióndelomásimpersonalyunbonodeahorroadiezaños,loquenoeselregalo
idealparaunaniñadeocho.
Mimadreerabásicamenteunclondemiabuela,sóloquemenosserena.Sepasabalosdíasylas
nochestratandodesertanperfectacomoloerasumadre.
O—ytiemblosólodepensarlo—tanperfectacomolaimaginaba.
Mipadreseríe.
—Sí,enciertosentidofueparacabrearlos.Perotumadresiemprequisocasarse,prácticamenteme
arrastróalaltar.—SeechaareírdenuevoyHardinmemiraantesdereírseéltambién.
Ledirijounamiradadereproche.Séqueestápreparandoalgúncomentariosarcásticorelacionado
conelhechodequeyoloobligueacasarse.
Mevuelvohaciamipadre.
—¿Quéteníasencontradelmatrimonio?—lepregunto.
—Nada.Laverdadesquenimeacuerdo.Loúnicoqueséesquemedabaunmiedoatroztenerun
bebéalosdiecinueveaños.
—Yconrazón.Miracómotehaido—comentaHardin.
Lelanzounamiradaasesinaperomipadresóloponelosojosenblanco.
—Noselorecomiendoanadie,laverdad,aunquehaymuchospadresquelollevanmuybien.—
Levantalasmanosconresignación—.Sóloqueyonofuiunodeellos.
—Ah—digo.
Nopuedoimaginarmesermadreamiedad.
Sonríe,dispuestoadarmetodaslasrespuestasquepueda.
—¿Máspreguntas,Tessie?
—No...Creoqueesoestodo—digo.
Noestoycómodaconél,aunque,enciertosentido,meencuentromásrelajadaconélqueconmi
madre,sifueraellalaqueestuvieraconmigoaquísentada.
—Si se te ocurre alguna más, pregunta. Hasta entonces, ¿te importa si me ducho antes de que
lleguelacena?
—Porsupuestoqueno,adelante.
No parece que haga sólo dos días. Han pasado tantas cosas desde que reapareció... el tatuaje de
Hardin,suexpulsión/noexpulsióndelafacultad,lavisitadeZedenelaparcamiento,micomidacon
StephyconMolly,elregistrodellamadasdesaparecido.Esdemasiado.Esmuyestresanteestodetener
unalistadeproblemasenmividaquenohacemásquecrecer,sinperspectivadequeningunovayaa
arreglarseporelmomento.
—¿Quépasa?—mepreguntaHardincuandomipadredesapareceporelpasillo.
—Nada.
Melevantoydoyunospasosantesdequemeacaricielacinturaymedélavueltaparamirarmea
lacara.
—Teconozcobien.Dimequétepasa—ordenaconternuramientrasmesujetaporlascaderas.
Lomiroalosojos.
—Tú.
—¿Yo...qué?Habla—meexige.
—Estásmuyraroyhasborradotodostusmensajesytusllamadas.
Tuerceelgestomolestoysepellizcalanariz.
—Y¿quéhacestúfisgandoenmimóvil?
—Lohehechoporquehasestadoactuandodeunmodomuysospechosoy...
—¿Yhasregistradomiscosas?¿Notehedichoquenolohagas?
Sumiradadeindignaciónestandescarada,tanfalsa,quemehiervelasangre.
—Séquenodeberíaregistrartuscosas,peronotendríasquedarmemotivosparahacerlo.Y¿qué
mástedasinotienesnadaqueesconder?Amínomeimportaríaquemirarasmimóvilporqueyono
tengonadaqueocultar.
Sacomiteléfonoyseloofrezco.EntoncesrecuerdoelmensajedeZedymeentraelpánico,pero
Hardinlorechaza,comosimiconfianzanoimportaranada.
—Excusasymásexcusasparaocultarqueestáspsicótica—dice,ysuspalabrasmehieren.
Notengonadaquedecir.Enrealidad,tengomuchoquedecirle,peronomesalenlaspalabras.Lo
obligoaquemesuelteymemarcho.Dicequemeconocelosuficientementebienparasabercuándo
algoandamal.Vale,yoloconozcolosuficientementebienparasaberqueestoyapuntodepillarlocon
las manos en la masa. No sé si será una mentirijilla o una apuesta para robarme la virginidad, pero
siemprepasalomismo:primeroempiezaacomportarsedeunmodosospechoso,yluego,cuandosacoa
relucireltema,seenfadayseponealadefensiva,yalfinalmeinsultaomeechalabronca.
—Notevayas—aúllaamisespaldas.
—Nomesigas—ledigo,ydesaparezcoeneldormitorio.
Perolotengoenlapuertaalsegundo.
—Nomegustaqueregistresmiscosas.
—Nomegustasentirquenotengomásremedioquehacerlo.
Cierralapuertayseapoyaenella.
—No tienes que hacerlo. He borrado los registros de mensajes y de llamadas porque... fue un
accidente.Notienesporquéponerteasí.
—¿Así?¿Quieresdecir«psicótica»?
Suspira.
—Nolohedichoenserio.
—Puesdejadedecircosasquenovanenserioporquealfinalnoséquéesloquedicesdecorazón
yquéno.
—Entoncesdejaderegistrarmiscosas,porqueyanosésipuedoconfiarentiono.
—Bien.—Mesientoalescritorio.
—Bien—repite,ysesientaenlacama.
Nosésicreerloono.Nomecuadranadapero,enciertomodo,cuadra.Puedequeloborraratodo
poraccidente,ypuedequeestuvierahablandoconStephporteléfono.Losretazosdelaconversación
que oí han alimentado mi imaginación, pero no quiero preguntarle a Hardin por ella porque no sé si
quieroquesepaqueloestabaescuchando.Tampocovaacontarmedequéestabanhablando.
—Noquieroquehayasecretosentrenosotros,esoyadeberíamostenerlosuperado—lerecuerdo.
—Yalosé,joder.Nohayningúnsecreto,estáscomportándotecomounaloca.
—Dejadellamarmeloca.Ereselmenosadecuadoparallamarmeasí.—Mearrepientodeloque
hedichoencuantolaspalabrassalendemiboca,peronoparecequeleafecte.
—Perdona,¿vale?Noestásloca—repone,yluegomesonríe—.Sólomeregistraselmóvil.
Me obligo a devolverle la sonrisa e intento convencerme de que tiene razón, de que estoy
paranoica.Enelpeordeloscasos,meestáocultandoalgoylodescubrirétardeotemprano.Notiene
sentidoquemeobsesione:siempreacabopillándolo.
Melorepitomentalmenteunayotravezhastaqueterminodeconvencerme.
MipadregritaalgodesdelaotrahabitaciónyHardindice:
—Yaestáaquílapizza.Noestásenfadadaconmigo,¿verdad?
Perosaledelahabitaciónsindarmetiempoaresponder.
Merevuelvoenmisitioymiroelmóvil,quehedejadoencimadelescritorio.Porcuriosidad,lo
cojoy,cómono,tengootromensajedeZed.Estaveznisiquieramemolestoenleerlo.
El día siguiente es nuestro último día en las antiguas oficinas de Vance, y conduzco al trabajo más
despacio que de costumbre. Quiero memorizar cada calle, cada edificio del camino. Estas prácticas
remuneradashansidounsueñohechorealidad.SoyconscientedequetrabajaréparaVanceenSeattle,
peroaquíesdondeempecé,dondeempezómicarrera.
Kimberly está sentada en su sitio cuando salgo del ascensor. Hay un montón de cajas marrones
apiladasconpulcritudjuntoalmostrador.
—¡Buenosdías!—mesaludaalegremente.
—Buenosdías.—Nosoycapazdesonartanalegrecomoella.Másbien,nerviosaeincómoda.
—¿Lista para tu última semana aquí? —me pregunta mientras me lleno un pequeño vaso de
poliestirenoconcafé.
—Sí,enrealidad,hoyesmiúltimodía.Mevoydeviajeloquequedadesemana—lerecuerdo.
—Ah, sí. Se me había olvidado. ¡Vaya! ¡Es tu último día! Tendría que haberte comprado una
tarjetaoalgoasí.—Sonríe—.Aunquetambiénpuedodártelalasemanaquevieneennuestrasnuevas
oficinas.
Meechoareír.
—¿Yaestáslistaparamarcharte?¿Cuándoosvais?
—¡Elviernes!Yatenemostodasnuestrascosasenlacasanueva,esperandonuestrallegada.
EstoyseguradequelacasanuevadeChristianydeKimberlyesencantadora,muygrandeymuy
moderna,másomenoscomolacasaquedejanaquí.ElanillodecompromisodeKimberlyresplandece,
ynopuedoevitarquedarmeembobadamirándolocadavezqueloveo.
—Todavía estoy esperando a que me llame la mujer del apartamento —le digo, y se vuelve a
mirarme.
—¿Qué?¿Aúnnotienesapartamento?
—Lotengo,leheenviadoyatodoslospapeles.Sólonosfaltacerrarlosdetallesdelalquiler.
—Sólotequedanseisdías—diceKimberly,preocupadapormí.
—Losé,peroestátodocontrolado—leaseguro.Esperoqueseaverdad.
Si esto hubiera pasado hace unos meses, tendría planificado hasta el último detalle del traslado,
peroúltimamenteheestadotanestresadaquenohesidocapazdeconcentrarmeennada,nisiquieraen
eltrasladoaSeattle.
—Vale,sinecesitasayuda,avisa—seofrece,ycogeelteléfonoqueestásonandoenelmostrador.
Cuando voy a mi despacho veo que hay un par de cajas vacías en el suelo. No tengo muchos
objetospersonales,asíquenotardaréenempaquetarmiscosas.
Veinteminutosmástardeestoycerrandolascajasconcintaamericana.Llamanalapuerta.
—Adelante—digo.
Por un momento me pregunto si será Hardin, pero cuando me vuelvo, Trevor está en el umbral,
vestidoconvaquerosclarosyunacamisetablanca.Nomeacostumbroaverlosintraje.
—¿Lista para el gran traslado? —me pregunta mientras intento levantar una caja que he llenado
demasiado.
—Sí,casi.¿Ytú?
Seacerca,levantalacajapormíyladejaenmimesa.
—Gracias.—Sonríoymelimpiolasmanosenloslateralesdemivestidoverde.
—Todopreparado.Encuantoterminehoyaquí,meiréparaallá.
—Esincreíble.SéquellevaslistoparamudarteaSeattledesdequeestuvimosallí.
Notoquelavergüenzaseexpandepormismejillasporqueéltambiénseruboriza.
—Cuandoestuvimosallí...
Trevormeinvitóacenaryfuegenial,peroacontinuaciónnodejéquemebesarayHardinledio
unbuenmeneoyloamenazó.Noséporquélohemencionado.Niidea,laverdad.
Memirainexpresivo.
—Fue un fin de semana muy interesante. Tú también debes de estar muy contenta. Siempre has
queridovivirenSeattle.
—Sí,memuerodeganas.
Trevorexaminamioficina.
—Séquenoesasuntomío,pero¿HardinsetrasladaaSeattlecontigo?
—No —responde mi boca antes de que mi mente pueda ponerse al día—. Bueno, aún no estoy
muysegura.Dicequenoquiere,peroesperoquecambiedeopinión...—Sigohablandoaborbotones,
laspalabrassalendemibocaatodavelocidad,demasiadorápido.
Trevorpareceestaruntantoincómodo.Semetelasmanosenlosbolsillosyalfinalmeinterrumpe:
—¿Porquénoquiereirsecontigo?
—Laverdadesquenolosé,peroesperoquevenga.—Suspiroymesientoenmisillóndecuero.
LamiradadeTrevorseencuentraconlamía.
—Sinova,esqueestáloco.
—Estálocoypunto.—Meechoareír,intentandoaliviarlatensiónqueseacumulaeneldespacho.
Éltambiénseechaareírymenealacabeza.
—Bueno,serámejorquetermineymemarchecuantoantes.NosvemosenSeattle.
Medejaconunasonrisayporalgunarazónmesientounpococulpable.Buscomimóvilyleenvío
unmensajedetextoaHardinparadecirlequeTrevorsehapasadopormidespacho.Porunavez,sus
celos me van a ser de utilidad. A lo mejor se pone tan celoso de Trevor que decide venirse a vivir a
Seattle.Nopareceprobable,peronopuedoevitaraferrarmeaunclavoardiendoconlaesperanzadeque
cambiedeparecer.Eltiemposeacaba,enseisdíasnopodráorganizargrancosa.Tendráquesolicitarel
traslado,aunqueconelcargodeKen,nocreoquesuponganingúnproblema.
Amíseisdíastambiénsemequedancortos,peroestoypreparadaparaSeattle.Nomequedaotra.
EsmifuturoynopuedegirarentornoaHardin,ymássiélpasadecompromisos.Leofrecíunplan
justo: nos vamos a Seattle y, si no nos gusta, siempre podemos irnos a Inglaterra. Pero no quiso ni
pensarlo,lorechazósinmás.Esperoqueelviajequehemosplaneadoconsufamilia,paraverballenas,
le haga comprender que igual que Landon, Ken, Karen y yo, está listo para probar cosas nuevas,
divertidasypositivas.Tampocoestandifícil.
PeroesHardin,yconélnadaesfácil.
SuenaelteléfonoymedistraedetodoelestrésdeSeattle.
—Tienesvisita—anunciaKimberly,yelcorazónmedaunvuelcosólodepensarenveraHardin.
Únicamente han pasado unas pocas horas, pero cuando no estamos juntos lo echo mucho de
menos.
—DileaHardinquepase.Mesorprendequehayaesperadoaquemellamaras—digo.
Kimberlychasquealalengua.
—NoesHardin.
¿Hardinhatraídoamipadre?
—¿Esunhombremayorconbarba?
—No...Unchicojoven...ComoHardin—susurra.
—¿Tienelacaraamoratada?—preguntoapesardequeyasélarespuesta.
—Sí,¿lepidoquesevaya?
NoquierohacerleesoaZedytampocohahechonadamalo,exceptonoobedeceraHardincuando
ledijoquesealejarademí.
—No,quepase.Esamigomío.
¿Aquéhabrávenido?Estoyseguradequeestárelacionadoconquehayapasadodesusmensajes,
peronoentiendoquéestanurgentecomoparaquehayahechounviajedecuarentaminutosparavenir
acontármelo.
CuelgoymepreguntosideboescribirleaHardinparaexplicarlequeZedsehapresentadoenmi
despacho. Meto el móvil en un cajón del escritorio y lo cierro. Lo último que necesito es que él se
plante aquí también, porque no podrá controlar su ira y montará una escena en mi último día en la
oficina.
Yloúltimoquequieroesqueloarrestenotravez.
Capítulo18
Tessa
Cuandoabrolapuertademidespacho,Zedestádepieenelpasillocomoelángeldelamuerte.Lleva
puestaunasudaderadecuadrosrojosynegros,vaquerososcurosyzapatillas.Losmoratonesdelacara
nohanmejoradomucho,perolosqueenmarcansusojosysunarizsehanaclarado,demoradointensoa
azulverdoso.
—Hola,perdonaquemepresenteasí—dice.
—¿Haocurridoalgo?—preguntovolviendoamimesa.
Sequedaenelumbraluninstante,incómodo,antesdeentrareneldespacho.
—No.Bueno,heestadointentandohablarcontigodesdeayer,peronocontestasamismensajes.
—Losé.EsqueHardinyyoyatenemosbastantesproblemas,nonecesitoañadirotro,ynoquiere
quevuelvaahablarcontigo.
—¿Ahoralodejasdecidirconquiénpuedesynopuedeshablar?
Zedsesientaenlasillaquehayalotroladodemimesayyomesientoenmisillón.Ledaunaire
másserioyoficialanuestraconversación.Noesincómodo,sólodemasiadoformal.
Miroporlaventanaantesdecontestar:
—No,noeseso.Séqueesunpocoinsoportableyquenohacelascosascomodebe,peroentiendo
quenoquieraquetúyyoseamosamigos.Yotampocoquerríaquetuvieraamigasporlasquesintiera
algo.
—¿Quéhasdicho?—exclamaZedabriendomucholosojos.
«Mierda.»
—Nada,sóloqueríadecir...
Latensiónpuedecortarseconuncuchillo,yjuraríaquelasparedessemeestáncayendoencima.
¿Porquéhabrédichoeso?Noesquenoseaverdad,peronovaaayudarmeennada.
—¿Sientesalgopormí?—pregunta,altiempoquesusojosseiluminanconcadasílaba.
—No...Bueno,losentía.Nolosé—balbuceo,deseandopoderdarmedebofetadasporhablarsin
pensar.
—Loentenderésinosientesnadapormí,peronodeberíastenerquementir.
—Nomiento.Sentíaalgoporti.Puedequeaúnlosienta,laverdad,peronolosé.Estodomuy
confuso.Túsiemprediceslocorrectoysiempreestásahíparamí.Eslógicoquesientaalgoporti,yate
hedichoquemeimportas,peroambossabemosqueesunacausaperdida.
—Y ¿eso por qué? —pregunta, y no sé cuántas veces más voy a poder rechazarlo antes de que
entiendaloqueintentodecirle.
—Porquenotienesentido.Nuncapodréestarcontigo.Oconnadie.Sóloconél.
—Esolodicesporquetetieneatrapada.
IntentoolvidarlomuchoquemecabreaqueZedhableasídeHardin.Tienederechoaguardarle
rencor,peronomegustaqueinsinúequenipinchonicortoenloquerespectaamirelaciónconél.
—No, lo que digo es que lo quiero y, por mucho que no desee proclamar mi amor por él a los
cuatrovientosdelantedeti,séquenomequedaotra.Noesmiintenciónconfundirtemásdeloqueya
lohehecho.Séquenoentiendescómosigoconéldespuésdetodoloquehapasado,peroloquiero
muchísimo,másquenada,ynometieneatrapada.Soyyoalaqueleapeteceestarconél.
Eslaverdad.TodoloquelehedichoaZedeslapuraverdad.TantosiHardinsevieneaSeattle
comosino,podemosintentarquelonuestrofuncione.SiemprenosquedaráSkype,ypodemosvernos
losfinesdesemanahastaquesevayaaInglaterra.Consuerte,paraentoncesyanoquerráestarnunca
lejosdemí.
Tal vez la distancia hará que me quiera aún más. Es posible que sea la clave para que acceda a
acompañarme. Nuestra historia demuestra que no se nos da bien estar separados, a propósito o por
accidente,ysiempreacabamosjuntos.Esdifícilrecordaruntiempoenelquemisdíasymisnochesno
girasenasualrededor.Heintentadoimaginarmelavidasinél,peromeresultacasiimposible.
—Nocreoquetedélaoportunidaddepensarenloquequieresoenloquedeverdadteconviene
—diceZedconconvicción,aunqueletiemblalavoz—.Sólosepreocupadesímismo.
—Enesoteequivocas.Séquetenéisvuestrasdiferencias...
—No,nosabesdeloquehablas—seapresuraadecir—.Silosupieras...
—Me quiere y yo lo quiero —lo interrumpo—. Siento haberte metido en esto. Lo siento
muchísimo,nuncaquisehacertedaño.
Frunceelceño.
—Siemprediceslomismoysiempresalgoperdiendo.
Odio la confrontación más que nada en el mundo, sobre todo cuando implica hacerle daño a
alguien que me importa, pero Zed tiene que escuchar estas cosas para que podamos... Ni siquiera sé
cómollamarlo.¿Ponerfinalasituación?¿Almalentendido?¿Noeranuestromomento?
Lomiroconlaesperanzadequecomprendaqueestoysiendosincera.
—Noeramiintenciónytepidoperdón.
—Notienesquepedirmeperdón.Losabíaantesdedecidirveniraquí.Medejastemuyclaroloque
sentíaseneledificiodeadministración.
—Entonces¿porquéhasvenido?—preguntoconternura.
—Parahablarcontigo.—Miraaunladoyaotroyluegoamí—.Olvídalo,laverdadesquenosé
porquéhevenido.—Suspira.
—¿Seguro?Haceunosminutosparecíasmuydecidido.
—No,comotúdices,notienesentido.Perdonaquehayavenido.
—Nopasanada,nohacefaltaquetedisculpes—leaseguro.
«Noparamosdedecireso»,pienso.
Señalalascajasdelsuelo.
—Entonces¿tevas?
—Sí,estabaapuntodeirme.
Deverdadquelatensiónsepuedecortarconuncuchilloyparecequeningunodelosdossabequé
decir.Zedmiraporlaventanaalcielogrisyyomirolamoqueta.
Alfinal,selevantayhabla,aunquecontantatristezaqueapenasentiendoloquedice.
—Serámejorquememarche.Perdónameporhabervenido.BuenasuerteenSeattle,Tessa.
Yotambiénmelevanto.
—Perdóname,portodo.Ojalálascosashubieransidodeotramanera.
—Ya.Nosabescuántomehabríagustado—dice,ysealejadelasilla.
Medueleenelalmaverloasí.Siempresehaportadobienconmigo,yloúnicoquehehechoha
sidodarlefalsasesperanzasyrechazarlo.
—¿Yahasdecididosivasapresentarcargos?
Séquenoeselmomentodepreguntárselo,peronocreoquevuelvaaverlooasaberdeél.
—Novoyapresentarlos.Espartedelpasado.Notienesentidoprolongarlo.Además,tedijequesi
medecíasquenoqueríasvolveravermelosretiraría,¿no?
DerepentesientoquesiZedmemiradeunmodoconcretovoyaecharmeallorar.
—Sí—respondoenvozbaja.
MesientocomoEstellaenGrandesesperanzas,jugandoconlossentimientosdePip.Tengoami
Pipaquímismo,consusojosdecolorcaramelofijosenlosmíos.Estepapelnomegusta.
—Deverdadquelosiento,portodo.Ojalápudiéramosseramigos—digo.
—Yotambién,peronoteestápermitidoteneramigos.
Suspira,sepasalosdedosporellabioinferiorysepellizcaenelcentro.
Decidonohacercomentarios:nosetratadeloquemeestápermitido.Aunquetomonotamentalde
que tengo que hablar con Hardin de cómo nos ven los demás y asegurarme de que entiende que me
molestamuchoquesuactitudhagaquepiensenasídemí.
Comosiestuvieraescrito,suenaelteléfonodemidespachoyponefinalsilencioentreZedyyo.
Levantoundedoensudirecciónparaindicarlequenosemarcheylocojo.
—Tessa.—EslavozdeHardin.
«Mierda.»
—¿Sí?—digoconvoztemblorosa.
—¿Estásbien?
—Sí.
—Noloparece—dice.
«¿Cómoesquemeconocetanbien?»
—Estoybien—leaseguro—.Sólountantodistraída.
—Ya.Oye,¿quéquieresquehagacontupadre?Heintentadoescribirte,peronomerespondías.
Tengocosasquehacerynosésidejarloenelapartamentooqué.
MiroaZed.Estájuntoalaventana,sinmirarme.
—Nolosé.¿Nopuedesllevártelocontigo?—Tengoelcorazónamil.
—Nidebroma.
—Puesquesequedeencasa—digodeseandoponerfinalaconversación.
VoyacontarleaHardinqueZedhavenidoaverme,peronopuedoniimaginarmelomuchoquese
cabrearíasisupieraquelotengoenmidespachoahoramismo,ytampocomeapetecequelosepa.
—Bien.Yateencargarástúdeélcuandovuelvas.
—Vale.Teveoencasa...
SuenamúsicaenmioficinaytardounminutoendarmecuentadequeprovienedelmóvildeZed.
Semetelamanoenelbolsilloylosilencia.Tarde.Hardinyalohaoído.
—¿Quéeseso?¿Dequiénesesemóvil?—exigesaber.
Lasangresemehielaenlasvenasymetomounmomentoparapensar.Nodeberíaasustarmetanto
queHardinsepaqueZedestáaquí.Nohehechonadamalo:havenidoyyaseva.Lemolestahastaque
Trevorsepasepormidespacho,yesoqueTrevoresuncompañerodetrabajoytienederechoavenir
siemprequequiera.
—¿EselputoTrevor?
—No,noesTrevor.EsZed—ledigo,ycontengolarespiración.
Silencio.Mirolapantallaparaasegurarmedequenohacolgado.
—¿Hardin?
—Sí—dice,ysuspira.
—¿Mehasoído?
—Sí,Tessa.Teheoído.
«¿Y?¿Cómoesquenoestádandoberridosporteléfonooamenazandoconmatarlo?»
—Lohablamosluego.Dilequesevaya,porfavor—mepideconcalma.
—Vale...
—Gracias.Teveoencasa—anuncia,ycuelga.
Cuelgoelauricularperpleja.Zedsevuelveentoncesydice:
—Perdona.Séquetevaacaerunabuena.
—Quéva.Nodiránada—contesto.Séquenoesverdadperosuenabien.
La reacción de Hardin a la visita de Zed me ha pillado por sorpresa. No me esperaba que se lo
tomaracontantacalma.Esperabaquemedijeraqueveníadecamino.Ojalánoseleocurravenir.
Zedsedirigedenuevohacialapuerta.
—Enfin,meparecequedeboirme.
—Graciasporvenir,Zed.Nocreoquevuelvaaverteantesdeirme.
Sevuelveylaemociónbrillaensusojos,perodesapareceantesdequepuedapensarquéemoción
era.
—No puedo decir que haberte conocido no me haya complicado la vida, pero no me arrepiento.
Volvería a pasar por toda esta mierda: las peleas con Hardin, los amigos que he perdido, por todo.
Volveríaapasarportodoporti—dice—.Aunquecreoqueesmisino.Meesimposibleconocerauna
chicaqueyanoestéenamoradadeotro.
Suspalabrassiempremelleganalalma.Essiempremuysincero,yesoesalgoqueadmiromucho
deél.
—Adiós,Tessa—añade.
Esmuchomásqueunsimpleadiósentreamigos,peronopuedodarleimportancia.Simeequivoco
conmispalabras,osimplementesiledigoalgo,volveréadarlefalsasesperanzas.
—Adiós,Zed.—Mediosonríoyéldaunpasohaciamí.
Porunmomentomeentraelpánico,creoquevaabesarme,peronolohace.Meestrechaentresus
brazosymedaunfuerteperobreveabrazoantesdebesarmeenlafrente.Seapartaalinstanteycogeel
pomodelapuerta,casicomosifueraunamuleta.
—Tencuidado,¿vale?—diceabriendolapuerta.
—Lotendré.Seattlenoestátanmal.—Sonrío.Estoydecidida,comosiporfinhubierapuestoel
puntofinalqueélnecesitaba.
Frunceelceñoysevuelveparasalir.Cierralapuertaylooigodecir:
—NohablabadeSeattle.
Capítulo19
Tessa
EncuantosecierralapuertayZeddesapareceparasiempre,cierrolosojosyecholacabezaatrás.No
séloquesiento.Todasmisemocionesestánhechasunlío,unremolinoquemeenvuelveenunanubede
confusión.UnapartedemísealegradehaberlepuestopuntofinalaltirayaflojaconZed.Perootra
parte,muchomáspequeña,lloraunagranpérdida.ZedeselúnicodelossupuestosamigosdeHardin
quehaestadosiempreahíparamí,ysemehacemuyraropensarquenovolveréaverlo.Laslágrimas
meardenenlasmejillas.Nosonbienvenidas,loquequieroesrecobrarlacalma.Nodeberíallorarpor
esto.DeberíaalegrarmedepodercerrarelcapítulodeZed,archivarlo,dejarlocogerpolvoynoabrirlo
nuncamás.
Noesquequieraestarconél.Noesqueloquiera.NoesquevayaacambiarloporHardin.Sóloes
quemeimportaymehabríagustadoquelascosashubieransidodeotramanera.Mehabríagustadoser
sóloamigos,asítalveznohabríatenidoqueexiliarlodemivida.
Noséporquéhavenidohoy,peromealegrodequesehayaidoantesdequedijeraalgoqueme
confundieramásaúnodehacerlemásdañoaHardin.
El teléfono de mi despacho suena de nuevo y me aclaro la garganta antes de contestar. Cuando
saludo,suenopatética.
EslavozdeHardin,altayclara:
—¿Sehaidoya?
—Sí.
—¿Estásllorando?
—Estabaapunto—respondo,yempiezoahacerlo.
—¿Qué?—meimplora.
—Nolosé.Mealegrodequetodohayaterminado.—Meenjugolaslágrimasunavezmás.
Suspiraymesorprendecuandosólodice:
—Yotambién.
Laslágrimasyanocorrenpormismejillas,perotengounavozhorrible.
—Gracias—hagounapausa—porhabersidotancomprensivo.
Haidomuchomejordeloqueesperaba,ynosésideberíapreocuparmeosentirmealiviada.Me
decidoporloúltimoyporacabarmiúltimodíaenVanceenpaz.
Aesodelastres,Kimberlysepasapormidespacho.Detrásdeellavaunachicaalaquecreoque
nohevistonunca.
—Tessa,misustituta,Amy—diceKimberlypresentándomeaunachicacalladaperopreciosa.
Estoyleyendo,sinembargomelevantoeintentosonreírleaAmyconlamayoramabilidadposible.
—Hola,Amy.SoyTessa.Teencantarátrabajaraquí.
—¡Gracias!Yameencanta—dicemuyemocionada.
Kimseechaareír.
—Sóloqueríamospasarnosasaludarmientrasfingimosqueleestoyenseñandoeledificio.
—Ah,ya.Yaveolobienquelaestáspreparandoparasustituirte—lapincho.
—¡Oye!Serlaprometidadeljefetienesusventajas—bromeaKimberly.
AmyseríeasuladoyluegoKimberlylaconduceporotropasillo.Miúltimodíatocaasufiny
desearíaquenosemehubierapasadotanrápido.Voyaañorarestelugarymeponeunpoconerviosa
volveracasayveraHardin.
Echo un último vistazo a mi primer despacho. Lo primero en lo que me fijo es en mi mesa. Me
invadenlosrecuerdosdeldíaqueHardinyyolohicimosaquí,enhorariodetrabajo,cuandocualquiera
podía pillarnos. Fue un poco radical. Me tenía tan enloquecida que no podía pensar en otra cosa...
Pareceserelpannuestrodecadadía.
DecaminoacasaparoenConner’sahacerlacompra.Lojustoparaprepararlacena,yaquenosiremos
por la mañana. El viaje me hace mucha ilusión, pero estoy algo nerviosa. Espero que Hardin pueda
controlarsumalcarácterdurantelosdíasquevamosapasardevacacionesconsufamilia.
Comonopareceprobable,meconformoconqueelbarcosealobastantegrandeparaquepodamos
convivirloscincosinagobios.
Devueltaalapartamento,abrolapuertaylaempujoconelpie.Recojolasbolsasdelacompradel
sueloalentrar.Lasaladeestarestáhechaundesastre.Lamesitadecaféestácubiertaporunamontaña
debotellasdeaguavacíasyenvoltoriosdecomida.Hardinymipadreestánsentadoscadaunoenun
extremodelsofá.
—¿Quétaltehaidoenlaoficina,Tessie?—preguntamipadrelevantandoelcuellohaciamí.
—Bien.Hasidomiúltimodía—ledigo,aunqueesoyalosabe.Empiezoarecogerlabasuradela
mesitaydelsuelo.
—Mealegrodequehayastenidounbuendía—reponeél.
MiroaHardin,peroélnomemiraamí.Sólotieneojosparalatelevisión.
—Voyaprepararlacenayaducharme—lesdigo,ymipadremesiguealacocina.
Sacolacompradelasbolsas.Dejolacarnepicadayunacajadetortillasparatacosenlaencimera.
Mipadremeobservaconinterés.Alfinal,dice:
—Uno de mis amigos puede venir a recogerme un poco más tarde, si te parece bien. Sé que
mañanaosvaisdeviajeunpardedías.
—Claro,nohayningúnproblema.Podemosdejartedondequierasporlamañana,siloprefieres.
—No, ya habéis sido muy generosos conmigo. Prométeme que me avisarás cuando vuelvas del
viaje.
—Vale...¿Cómopuedocontactarcontigo?
Sefrotalanuca.
—PasarosporlaavenidaLamar.Sueloestarporallí.
—Vale.
—Llamaréamiamigoparaquevengaapormí.—Desaparecedelacocina.
Hardin se burla de mi padre porque, como no tiene móvil, debe aprenderse de memoria los
númerosdeteléfono,ypongolosojosenblancoenelmomentoenquemipadreempiezaconesode
quecuandoélerapequeñonoexistíanlosmóviles.
Lostacosconcarnepicadasonfácilesdeprepararynodanmuchotrabajo.EstaríabienqueHardin
seacercaraalacocinaahablarconmigo,peroimaginoqueesmejorqueespereaquemipadresehaya
marchado.Pongolamesaylosllamo.Hardinentraprimero,sinapenasmirarmealosojos,seguidode
mipadre.
Cuandosesienta,mipadredice:
—Chadnotardaráenllegar.Graciasporhaberdejadoquemequedaraconvosotros.Habéissido
muyamables.—NosmiraaHardinyamí—.Muchasgracias,TessieyBombaH—añade.
ElmodoenqueHardinponelosojosenblancomeindicaqueselodicedebroma.
—Nohasidonada—aseguro.
—Mealegrodequenoshayamosreencontrado—dice,yempiezaadevorarsuplato.
—Yotambién...—Sonrío,aunquetodavíanosécómoasimilarqueestehombreesmipadre.
El hombre al que no había visto en nueve años. El hombre al que le guardaba tanto rencor está
sentadoamimesa,cenandoconminovioyconmigo.
Miro a Hardin, esperando que diga algo de mal gusto, pero come en silencio. Me vuelve loca.
Ojaládijeraalgo,cualquiercosa,laverdad.
Aveces,sussilenciossonpeoresquesusgritos.
Capítulo20
Hardin
TerminamosdecenaryTessasedespideunpocoincómodadesupadreysemeteenelcuartodebañoa
darseunaducha.Yoqueríaducharmeconella,peroelamigodeRichardseestátomandoconcalmalo
devenirarecogerlo.
—¿Vaavenirhoyo...?—empiezoadecir.
Richardasienteunasveintevecesperomiraporlaventanaconexpresiónpreocupada.
—Sí,sí.Hadichoquenotardaría.Sehabráperdidooalgoasí.
—Ya—respondo.
Sonríe.
—¿Novasaecharmedemenos?
—Yonodiríatanto.
—Bueno,puedequeencuentretrabajoynosveamosenSeattle.
—NovamosairaSeattle.
Melanzaunasabiamirada.
—Ya—repite;eslamismapalabraqueheusadoyohaceunmomento.
Llamanalapuertayseacabanuestrapenosaconversación.Sedisponeaabrirymelevanto,porsi
necesitaunempujoncitoparamarcharse.
—Graciasporvenirarecogerme,tío—lediceelpadredeTessaalhombrequehayenelumbral,
quealargaunpocoelcuelloparapoderverelinteriordelapartamento.
Esalto,conelpelonegroylargopeinadorecogidoenunacoletarepugnanteygrasienta.Tienelas
mejillashundidas,laropaandrajosa,lasuñasnegrasylasmanossuciasyhuesudas.
«Pero¿quécoño...?»
Lavozarcillosadelhombreencajaconsuaspecto,ypreguntaasombrado:
—¿Tuhijaviveaquí?
—Sí.Esbonito,¿verdad?Estoymuyorgullosodeella.
Richardsonríeyeltipoledaunapalmadaenelhombro.Estádeacuerdo.
—¿Yéstequiénes?—preguntaeltipo.
Losdossemequedanmirando.Richardsonríe.
—¿Él?EsHardin,elnoviodeTessie.
—Guay.YosoyChad—dicecomosifuerafamosoysunombretuvieraqueresultarmeconocido.
«Noesunborracho.Esmuchopeor.»
—Vale—digoobservandocómoinspeccionanuestrasaladeestarconlamirada.Mealegrodeque
Tessaestéenladuchaynotengaqueconoceraestegusano.
Cuandooigolapuertadelbaño,maldigoporlobajo.Sianteslodigo...Chadsesubelasmangasde
lacamisapararascarselosantebrazos.PoruninstantemesientocomoTessa,porquemeentranunas
ganastremendasdefregarelsuelo.
—¿Hardin?—mellamadesdeelpasillo.
—Horadeirse—leinformoalaparejadecrápulasquetengodelanteeneltonomásamenazador
posible.
—Quieroconocerla—declaraChadconunbrillosiniestroenlamirada,ytengoqueconcentrarme
paranotiraraestepardesacosdehuesosporlaventana.
—Novaapoderser—replico.
Richardmemira.
—Vale,vale.Yanosvamos...—dice,ylehaceungestoasuamigoparaqueecheaandar—.Hasta
la vista, Hardin. Y gracias por todo. Procura no acabar entre rejas. —Y con esa última pulla y una
sonrisadesuperioridadsaledelapartamento.
—¿Hardin?—Tessamellamaotravezyentraenlasaladeestar.
—Acabandeirse.
—¿Quéhapasado?—pregunta.
—¿Quéhapasado?Aver...Zedsehapresentadoentudespachoyelborrachodetupadreacabade
traer a un tipo repugnante a nuestro apartamento. —Tras una breve pausa, añado—: ¿Estás segura de
quesóloledaalabotella?
—¿Qué?—Elcuellodelacamiseta(micamiseta)leresbalaporelhombrodesnudo.Selosubey
sesientaenelsofá—.¿Quéquieresdecir?
Lamiroyséquenoquierosembrarenellaladudadesisupadre,ademásdeserunborrachosin
techo,estambiénundrogata.Notienetanmalapintacomoelgilipollasquehavenidoarecogerlo,pero
medamuymalaespina.Sinembargo,noestoyseguro,asíqueledigo:
—Noimporta.Estabapensandoenvozalta.
—Vale...—respondeenvozbaja.
La conozco lo suficientemente bien para saber que ni siquiera se le ha pasado por la cabeza la
posibilidad de que su padre sea un drogadicto, y sé que nunca se le ocurrirá pensarlo sólo por el
comentarioquehehecho.
—¿Estásenfadadoconmigo?—preguntaconvozdulce,demasiadotímida.
Estoyconvencidodequeesperaqueexploteencualquiermomento.Poralgoheestadoevitando
hablarconella.
—No.
—¿Seguro?—Memiraconesosojazosincreíbles,suplicándomequedigacualquiercosa.
Funciona.
—No, no estoy seguro. No lo sé. Sí, estoy cabreado, pero no quiero pelearme contigo. Estoy
intentando cambiar, ¿sabes? Estoy intentando mantener la calma y no pagarla siempre contigo por
tonterías.—Suspiroymefrotolanuca—.Aunqueestonoesningunatontería.Tehedichounaymil
vecesquenosigasviendoaZed,ynada.
Lamiroconfrialdad.Noporserborde,sinoporquequieroverquédicensusojoscuandoañado:
—¿Cómotesentiríassiyotehicieralomismo?
Prácticamentesedesmoronadelantedemí.
—Mesentiríafatal.Séquehehechomalenseguirviéndolo—dicesinintentarjustificarse.
Ésa no me la esperaba. Esperaba que me gritara y que defendiera al imbécil de Zed, como hace
siempre.
—Exacto—afirmo.Luegosuspiro—.Perosilehasdichoquetodohaterminado,entoncestodoha
terminado.Hehechotodoloposiblepormantenerlolejosdeti,peronohaymanera.Tendrásquesertú
laqueledigaquenoseteacerque.
—Yaestáhecho.Lojuro.Novolveréaverlo.
Me mira y me estremezco al recordar nuestra conversación telefónica, cuando estaba llorando
despuésdehabersedespedidodeél.
—Novamosairalafiestadelsábado—digo,ymeponecaralarga.
—¿Porquéno?
—Porquenomeparecebuenaidea.
Enrealidad,séqueesunaideapésima.
—Yoquieroir—insisteapretandoloslabios.
—Novamosair—lerepito.
Yergueunpocolaespaldayvuelvealacarga.
—Siquieroir,iré.
«Joder,miraqueescabezota.»
—¿Podemoshablarlomástarde?Tenemosmuchoquehacersiquieresquevayaaesecrucerode
mierdaconmiputafamilia.
Tesssonríejuguetona.
—¿Creesquepuedesmeteralgúntacomásenesafrase?
Sonríoporquemelaimaginoenmisrodillas,listapararecibirunaazotainaporsertanzalamera.
Seguro que le gustaría lo de estar tumbada sobre mi regazo, con mi mano golpeando sus nalgas, no
demasiadofuerte,lojustoparaponerleelculodecolorrosado...
—¿Hardin?
Interrumpe mis pensamientos perversos. Me los guardo... Por ahora. Se taparía la cara con las
manossiledijeraloqueestabaimaginando.
Capítulo21
Tessa
Letirodelbrazootravez,conmásfuerza.
—¡Hardin!¡Despierta!¡Vamosallegartarde!
Yoyaestoyvestidaypreparada,hemetidoelequipajeenelcocheylohedejadodormirelmayor
tiempoposible.Demonios,anochetuvequehaceryosolalasmaletas,aunquetampocoesqueéltenga
niideadecómohacerlas...
—Yo...no...voy...—gruñe.
—¡Levanta,porfavor!—gimoteotirándoledelbrazo.
Mierda,¿porquénopuedesertanmadrugadorcomoyo?
Setapalacaraconlaalmohada,selaquitoylatiroalsuelo.
—No,vete.
Decidoenfocarlodeotramaneraylepongolamanoenelbóxer.Anochesequedódormidoconlos
vaqueros puestos y me las vi negras para quitárselos sin despertarlo. Pero ahora lo tengo a la vista,
vulnerableymanipulable.
Lerozoconlasuñaseltatuajequequedaporencimadelacinturilladelbóxer...Niseinmuta.
Metolamanoenelbóxeryabrelosojos.
—Buenosdías—saludaconunasonrisalujuriosa.
Retirolamanoymepongodepie.
—¡Levanta!
Bostezaenplanexagerado,semiralaentrepiernaydice:
—Meparecequeyalohehecho.
Cierralosojosysehaceeldormido.Notardaenempezararoncarcomoundibujoanimado.Esun
rollo, pero también es adorable y simpático. Espero que siga así toda la semana. De verdad, no pido
nadamás.
Lemetolamanoenelbóxerotravezy,cuandoabrelosojosymemiracomouncachorrillo,le
digo:
—Nihablar—ylasacodenuevo.
—Noesjusto—gimotea.
Peroselevantayseponelosvaquerosdeayer.Sedirigealacómoda,cogeunacamisetanegra,me
mira,laguardaysacaunablanca.Sepasalosdedosporelpelo,primerosehaceunacrestayluegola
peinahaciaabajo.
—¿Medatiempoalavarmelosdientes?—preguntaentonosarcásticoyconlavozroncadetanto
dormir.
—Sí, pero date prisa. Cepíllate los dientes y nos vamos —le digo, y le doy un repaso rápido al
apartamentoparaasegurarmedequetodoestáenorden.
AlospocosminutosHardinsereúneconmigoenlasaladeestarysalimos.
Ken,KarenyLandonnosestánesperandoenelsenderodegravadesucasacuandollegamos.
Bajolaventanilla.
—Perdonadquelleguemosunpocotarde—medisculpo,yaparcamosjuntoaellos.
—¡Nopasanada!Comoesunviajelargo,pensábamoshacerlotodosjuntos—exclamaKarencon
unasonrisa.
—Nidebroma—mesusurraHardin.
—Venid—diceseñalandountodoterrenonegroqueocupaelrestodelcaminodegrava—.Kenme
loregalópormicumpleañosperonuncalousamos.
—No,noyno—diceHardinunpocomásalto.
—Serádivertido—ledigoenvozbaja.
—Tessa...—empieza.
—Hardin,porfavor,notepongasimposible—lesuplico.Ypuede,sólopuede,quehagaunacaída
deojosconlaesperanzadeconvencerlo.
Memiraunmomentoysusojossesuavizan.
—Bien.Joder,tienessuertedequetequiera.
Leaprietolamano.
—Gracias. —Luego me vuelvo hacia Karen—. Muy bien —le digo con una sonrisa, y apago el
motordemicoche.
HardinmetenuestroequipajeenelmaleterodeltodoterrenodeKaren.Tienecaradepocosamigos.
—¡Serádivertido!—afirmaLandonentrerisasmientrassuboalvehículo.
Hardinsesientaamiladoenelasientodeatrásdespuésdecomentarquenopiensasentarseallado
deLandon.Kenarranca,Karenponelaradioyempiezaacantarenvozbaja.
—Pareceunaescenasacadadeunacomediacursiyempalagosa—diceHardin,mecogelamanoy
lallevaasuregazo.
Capítulo22
Tessa
—¡Wisconsin!—diceKarenenvozaltadandopalmasyseñalandounacamionetaquenosadelanta.
NopuedoevitarecharmeareíralverlaexpresiónhorrorizadadeHardin.
—¡Hostia!—resoplaechandolacabezahaciaatrás.
—¿Quieresparar?Seestádivirtiendo—loregaño.
—¡Texas!—exclamaLandon.
—Abrelapuerta,quequierosaltar—añadeHardin.
—Qué exagerado —me burlo y lo miro—. ¿Qué tiene de malo que le guste jugar a divisar
matrículas? Deberías entenderlo, a ti y a tus amigos os encantan los juegos tontos, como Verdad o
desafío.
AntesdequeHardinmesuelteunadesusperlas,Karenexclama:
—¡Noshacemuchailusiónenseñaroselbarcoylacabaña!
Lamiro.
—¿Lacabaña?
—Sí,tenemosunapequeñacabañajuntoalagua.Creoquetegustará,Tessa—diceella.
Quéalivionotenerquedormirenelbarco,queeraloquemetemía.
—Esperoquehagabueno.Haceuntiempofantásticoparaserfebrero.Enveranoesaúnmejor.Tal
vezpodamosvolverairtodosjuntos...—señalaKenmirandoporelretrovisor.
Hardinponelosojosenblanco.Porlovisto,vaacomportarsecomounniñomaleducadodurante
todoeltrayecto.
—¿TodolistoparaSeattle,Tessa?—preguntaKen—.AyerhabléconChristian,estádeseandoque
lleguesalasnuevasoficinas.
SéqueHardinmeestámirando,peroesonovaadetenerme.
—Mi plan es hacer las maletas a nuestro regreso, pero ya me he matriculado en mi nueva
universidad—lecontesto.
—Esauniversidadnoesnadacomparadaconlamía—seburlaKen,yKarenseríe—.No,ahora
enserio,esunabuenauniversidad.Avísamesitienescualquierproblema.
Sonrío,contentaporcontarconsuapoyo.
—Gracias.Loharé.
—Ahora que lo pienso —continúa—. La semana que viene se incorpora un nuevo profesor de
Seattle.Vaasustituiraunodenuestrosprofesoresdereligión.
—¿Acuál?—preguntaLandonmirándomeconunacejaenarcada.
—ASoto,elprofesorjoven.—Kenvuelveamirarporelretrovisor—.Osdaclase,¿noesasí?
—Sí—contestaLandon.
—Norecuerdoadóndeseiba,perohapedidoeltraslado—diceKen.
—Mejor—comentaLandonporlobajo,perolooigoylesonrío.
NiaélniamínosgustanelestiloylafaltaderigoracadémicodelprofesorSoto,aunqueestaba
disfrutandoconeldiarioquenoshacíaescribir.
LavozdeKarenesmuydulceysedeslizaentremispensamientoscuandodice:
—¿Yahabéisencontradoapartamento?
—No.Habíaencontradouno,oesocreía,peroparecequelamujerhadesaparecidodelafazdela
tierra.Eraperfecto:entrabaenmipresupuestoyestabacercadelaoficina—ledigo.
HardinsetensaunpocoamiladoyquieroañadirquenovaamudarseconmigoaSeattle,pero
esperoqueesteviajesirvaparahacerlecambiardeopinión,asíquenodigonada.
—Tessa,tengoalgunosamigosenSeattle.Puedopreguntaryversiteencuentrounapartamentode
aquíallunes,siquieres—seofreceKen.
—No—contestaHardinalinstante.
Lomiro.
—Esoseríafantástico—digoyo,yobservoaKenatravésdelretrovisor—.Delocontrario,tendré
quegastarmeunafortunaenhoteleshastaqueencuentreapartamento.
Hardinhaceungestoconlamanopararechazarlaofertadesupadre.
—Noseránecesario.EstoysegurodequeSandratellamará.
«Quéraro»,pienso,ymequedomirándolo.
—¿Cómoesquesabessunombre?—lepregunto.
—¿Qué?—Parpadeaunpardeveces—.Porquesólomelohasrepetidounasmilveces.
—Ah—digo,ymedaunapretónenelmusloconlamano.
—Bueno,siquieresquehagaalgunasllamadas,sólotienesquedecírmelo—Kenreiterasuoferta.
Trasotrosveinteminutos,másomenos,Karensevuelvehacianosotrosconexpresiónradiante.
—¿YsijugamosaVeo,veo?
Landonsonríedeorejaaoreja.
—Eso,Hardin.¿YsijugamosaVeo,veo?
Hardinseacurrucaamilado,apoyalacabezaenmihombroymeabraza.
—Parecelamondalironda,peroeshoradelasiesta—replica—.SeguroqueaLandonyaTessa
lesapetecejugar.
A pesar de que se está burlando del juego, sus gestos de afecto en público me reconfortan y me
hacensonreír.Recuerdocuandosólomecogíadelamanopordebajodelamesamientrascenábamosen
casadesupadre.Ahoranoledaningúnreparoabrazarmedelantedesufamilia.
—¡Vale!¡Yoprimero!—diceKaren—.Veo,veo...unacosa...¡azul!—chilla.
Hardinseríeconlacaraescondidaenmihombro.
—LacamisadeKen—susurra,yseacurrucaunpocomás.
—¿Lapantalladelnavegador?—preguntaLandon.
—No.
—¿LacamisadeKen?—meaventuroadecir.
—¡Sí!Tetoca,Tessa.
Hardin me pellizca el brazo pero yo sólo veo la sonrisa de Karen. Se lo está pasando
excesivamentebienconestosjuegostantontos,peroesdemasiadodulcecomoparanodarleelgusto.
—Vale.Veo,veo...unacosa...—miroaHardin—negra.
—¡ElalmadeHardin!—gritaLandon,ymepartoderisa.
Élabreunojoylehaceuncortedemangasasuhermanastro.
—¡Hasacertado!—exclamomuertaderisa.
No le hacemos ni caso y jugamos un poco más hasta que la respiración de Hardin se hace más
profunda y empieza a roncar en mi cuello. Dice algo en sueños, se desliza hacia abajo y recuesta la
cabezaenmiregazosinsoltarmelacintura.Landonsiguesuejemploysetumbaenelasiento;notarda
endormirse.InclusoKarensetomaundescansoyacabadandocabezadas.
Disfrutodelsilenciomientrasmiroelpaisajeporlaventanilla.
—Yaestamosllegando,sólonosfaltanunospocoskilómetros—diceKenhablandosolo.
AsientoypasolosdedosporelpelosuavedeHardin.Muevelospárpadosalrecibirmiscaricias
peronosedespierta.Conlosdedos,recorrosuespaldamuydespacio,disfrutandodepoderverlodormir
enpaz,abrazadoamí.
Giramos al llegar a una calle pequeña bordeada de grandes pinos. En silencio, miro por la
ventanilla.Doblamosunaesquinayderepenteestamosantelacosta.Espreciosa.
Las aguas azules y resplandecientes bañan la orilla y crean un contraste espectacular. Aunque la
hierbaestámarrónysecadebidoalfríoinviernodeWashington.Nopuedoniimaginarlobonitoque
debedeserestoenverano.
—Yahemosllegado—diceKenaparcandoenunlargocaminodegrava.
Miroporelparabrisasyveounaenormecabañademadera.EstáclaroquelosScottyyotenemos
una idea muy distinta de lo que es «una pequeña cabaña». La que estoy viendo tiene dos pisos, está
construidaconmaderaoscuradecerezoyunporchepintadodeblancorodealaplantabaja.
—Despierta,Hardin.—Conelíndice,leacariciolamandíbula.
Parpadea,confusoporuninstante.Luegosesientaysefrotalosojosconlosnudillos.
—Cariño,yaestamosaquí—lediceKenasumujer,yellalevantalacabeza,seguidadesuhijo.
Hardinllevanuestrasmaletasadentro,todavíaunpocoaturdido.Kenleenseñanuestrahabitación.
YosigoaKarenalacocinamientrasLandonllevasuscosasasucuarto.
Eltechoalestilodelascatedralesdelasaladeestarserepite,enpequeño,enlacocina.Tardoun
momentoendescubrirquétienedeespecialestahabitación,yentoncesmedoycuentadequeesuna
versiónenminiaturadelacocinadelacasadelosScott.
—Espreciosa—ledigoaKaren—.Muchasgraciasporhabernosinvitado.
—Gracias,cielo.Esmuyagradabletenercompañía.—Sonríeyabrelanevera—.Nosencantaque
hayáisvenido.NuncapenséqueHardinseapuntaríaaunviajeenfamilia.Séquesólosonunosdías,
perosignificamuchoparaKen—diceenvozbajaparaquesóloyopuedaoírla.
—Yo también me alegro de haber venido. Creo que me lo voy a pasar bien. —Lo digo con la
esperanzadeque,alpronunciarloenvozalta,sehagarealidad.
Karensevuelveymecogelamanoconafecto.
—TeecharemosdemenoscuandotevayasaSeattle.NohepasadomuchotiempoconHardin,pero
tambiénloecharédemenosaél.
—Vendréavisitaros.Seattlesóloestáaunpardehoras—leaseguro,eintentoconvencermeamí
misma.
YotambiénvoyaecharlosdemenosaellayaKen.Ynisiquierapuedopensareneltrasladode
Landon.AunqueyomemudaréaSeattleantesdequeélsevayaaviviraNuevaYork,noestoylista
paratenerlotanlejos.Almenos,Seattleseencuentraenelmismoestado.PeroNuevaYorkestámuy
muylejos.
—Esoespero.AhoraqueLandontambiénseva,noséquéserádemí.Hesidomadredurantecasi
veinteaños...—Empiezaallorar—.Perdona,esqueestoymuyorgullosadeél.—Sesecalaslágrimas
conlosdedosyconsiguenoderramarmás.Miralacocina,aunladoyaotro,deseandoencontraruna
tareaconlaquemantenerseocupadaydejardesentirseasí—.¿Ysivaislostresalatiendaquehayal
finaldelacallemientrasKenpreparaelbarco?
—Hecho—digomientraslostreshombresentranenlacocina.
Hardinsecolocadetrásdemí.
—Tehedejadolasmaletasenlacamaparaquelasdeshagas.Séqueyoloharíamal.
—Gracias —le digo encantada de que ni siquiera lo haya intentado. Le gusta meter las cosas al
tuntúnenloscajonesdelacómodaymesacadequicio—.LehedichoaKarenqueiríamosalatienda
mientrastupadrepreparaelbarco.
—Vale.—Seencogedehombros.
—Tútevienesconnosotros—ledigoaLandon,queasiente.
—Landon sabe dónde está. Es justo al final de la calle. Podéis ir andando o coger el coche, las
llavesestáncolgadasjuntoalapuerta—nosdiceKenalsalir.
Hacebuentiempoy,comobrillaelsol,parecequehacemáscalorquedecostumbreenestaépoca
delaño.Elcieloestáazulceleste.Puedooírelsonidodelasolasquerompenenlaorillayolerelsalitre
enelairecadavezqueinspiro.Decidimosiralapequeñatiendadelfinaldelacalleapie.Voycómoda
convaquerosyunacamisetademangacorta.
—Estesitioesincreíble,escomosiestuviéramosennuestropropiomundo—lesdigoaHardinya
Landon.
—Estamosennuestromundo.Anadieseleocurreveniralaplayaenfebrero—comentaHardin.
—Amímeencanta—digopasandodesuactitud.
LandonmiraaHardin,quevadandopatadasalaspiedrasdelacalledegrava.
—Dakotatieneunaaudiciónparaunapequeñaobraestasemana.
—¿Enserio?—ledigo—.¡Esgenial!
—Sí,estámuynerviosa.Esperoqueledenelpapel.
—¿No acaba de empezar a estudiar? ¿Por qué iban a darle el papel a una aficionada? —dice
Hardintantranquilo.
—Hardin...
—Ledaríanelpapelporque,aunqueseaunaaficionada,esunabailarinadeprimerayllevatodala
vidaestudiandoballet—contraatacaLandon.
Hardinlevantalasmanos.
—Noteenfades,sólopreguntaba.
PeroLandondefiendeasunovia:
—Puesahórratelo.Tienemuchotalentoylevanadarelpapel.
Hardinponelosojosenblanco.
—Loquetúdigas...Joder...
—Esmuybonitoquelaapoyesalcienporcien.—LesonríoaLandon,intentandoponerfinala
tensiónquesepalpaentreHardinyél.
—Siempre tendrá mi apoyo, haga lo que haga. Por eso me voy a vivir a Nueva York. —Mira a
Hardinyélaprietalosdientes.
—¿Nos vamos a pasar así todo el viaje? ¿Os habéis confabulado para darme la brasa? Yo paso.
Paraempezar,nisiquierameapetecíavenir—espeta.
DejamosdeandaryLandonyyolomiramos.EstoypensandoencómoapaciguaraHardincuando,
derepente,suhermanastroledice:
—Puesnohabervenido.Lopasamosmuchomejorsintiytuactituddeamargado.
AbrounosojoscomoplatosaloírlohablarasíysientolanecesidaddedefenderaHardin,perome
callo.Además,Landontienerazónencasitodo.Hardinnodeberíatenercomoobjetivofastidiarnosel
viajeconsumalhumorsimplementeporquesí.
—¿Perdona?Erestúquiensehapuestochulocuandotehedichoquetunoviaeraunaaficionada.
—No,llevasinsoportabledesdequehassubidoalcoche—replicaLandon.
—Sí,porquetumadrenoparabadecantartodaslascancionesdelaradioydechillarnombresde
estados.—Hardinsubelavoztodoloquepuede—.Cuandoyosóloqueríadisfrutardelpaisaje.
Me interpongo entre ambos cuando veo que Hardin intenta abalanzarse sobre Landon. Landon
respirahondoylomirafijamente,desafiante.
—¡Mimadresóloestabaintentandoquelopasáramosbien!
—Puesentoncesdeberíahaber...
—¡Chicos,paradya!Nopodéispasarostodoelviajecomoelperroyelgato.Estoesinsoportable.
Dejadloestar,porfavor—lessuplico.Noquierotenerqueponermedepartedeminovioodemimejor
amigo.
Se miran fijamente unos segundos más. Qué tensión. Casi me entra la risa al pensar que se
comportancomohermanos,apesardequeintentannoserlocontodassusfuerzas.
—Estábien—diceLandonconunsuspiro.
—Vale—bufaHardin.
Elrestodelpaseotranscurreensilencio.LoúnicoqueseoyeeslabotadeHardinalgolpearlas
piedrasyelsuavetarareodeLandon.Lacalmadespuésdelatormenta...Oladeantes.
Opuedequeladeentretormentaytormenta.
—¿Quévasaponerteparasubiralbarco?—lepreguntoaLandoncuandocaminamosporelsendero
queconducealacabaña.
—Unospantalonescortos,creo.Ahorahacecalor,peropuedequemepongaunchándal.
—Ah.
Ojaláhicieramáscalor,asípodríaponermeunbañador.Nisiquieratengouno,perolaideadeira
comprarloconHardinmehacesonreír.
Yameloimagino,diciéndomeguarradas.Seguroqueacabaríametidoconmigoenelprobador.
Ynocreoqueyoseloimpidiera.
Tengoquedejardepensarenesascosas,sobretodocuandoLandonmeestáhablandodeltiempoy,
comomínimo,tendríaquefingirinterés.
—Elbarcoesunapasada.Esenorme—dice.
—Vaya...—Tuerzoelgesto.Seacercaelpaseoenbarcoyempiezoaponermenerviosa.
Landon y yo vamos a la cocina a guardar la compra y Hardin se mete en nuestra habitación sin
decirniunapalabra.
Landonmiradereojoparaversisuhermanastrohadesaparecido.
—NolegustanadahablardeSeattle.¿Todavíanosehadecididoairsecontigo?
Miroaunladoyaotroparaasegurarmedequenonosoyenadie.
—No,noexactamente—digo,ymemuerdoellabioinferioravergonzada.
—Noloentiendo—añadeélvaciandolasbolsas—.¿QuétieneSeattlequeseatanhorriblecomo
paranoirsecontigo?¿Formapartedesuoscuropasado?
—No...Bueno,noqueyosepa...—empiezoadecir.Peroentoncesmevienealacabezalacartade
Hardin.NorecuerdoquemencionaraningunadelaspenalidadesquepasóenSeattle.¿Esposibleque
lasomitiera?
Nocreo.Esperoqueno.Noestoypreparadaparamássorpresas.
—Debedehaberunmotivo,porquenisiquieraescapazdeiralcuartodebañosinti,asíqueno
me cabe en la cabeza que vaya a dejar que te marches sola. Creía que haría cualquier cosa para
retenerte,yquierodecir«cualquiercosa»—enfatizaLandon.
—Pues ya somos dos. —Suspiro; no entiendo por qué tiene que ser tan cabezota—. Y sí que es
capazdeiralbañosinmí.Aveces—bromeo.
Landonseríeconmigo.
—Casinunca.Seguroquehainstaladounacámaraocultaentucamisetaparanoperdertedevista.
—Lascámarasnosonlomío,mevanmáslosdispositivosderastreo.
DoyunbrincoaloírlavozdeHardinyloveoapoyadoenelumbraldelapuertadelacocina.
—Gracias por darme la razón —dice Landon, pero él se echa a reír y menea la cabeza.
Afortunadamente,parecequeestádemejorhumor.
—¿Dóndeestáelbarco?Meaburreoírosdespotricarsobremí.
—Eraunabroma—ledigo,ymeacercoadarleunabrazo.
—Nopasanada.Yohagolomismoavuestrasespaldas—replicaentonodeburla,aunquedetecto
unapizcadeseriedadtrassuspalabras.
Capítulo23
Tessa
—El embarcadero se menea un poco, pero aguanta. Tengo que buscar a alguien que lo arregle... —
musitaKenmientrasloseguimoshaciaellugardondetieneamarradoelbarco.
El jardín trasero da directamente al agua y las vistas son increíbles. Las olas chocan contra las
rocasdelaorillae,instintivamente,meescondodetrásdeHardin.
—¿Quétepasa?—mepreguntaenvozbaja.
—Nada.Estoyunpoconerviosa.
Sevuelveparavermebienymetelasmanosenlosbolsillostraserosdemisvaqueros.
—Sóloesagua,nena.Notepasaránada.
Sonríe,peronosésiseestáburlandodemíosilodiceenserio.Sinembargo,cuandomerozala
mejillaconloslabios,disipatodasmisdudas.
—Semehabíaolvidadoquenotegustaelagua—diceatrayéndomehaciasí.
—Megustaelagua...delaspiscinas.
—¿Ylosarroyos?—preguntasocarrón.
Sonríoalrecordarlo.
—Sólounarroyoenconcreto.
Aqueldíatambiénestabamuynerviosa.Hardintuvoquesobornarmeparaqueentraraenelagua.
Meprometióqueresponderíaaunademisinfinitaspreguntasacambiodequememetieraenelagua
conél.Parecequefuehacemucho,siglos,enrealidad,perolossecretossiguensiendoeltemacentral
denuestropresente.
Hardinmecogedelamanoyseguimosasufamiliaporelmuelle,hacialaimponenteembarcación
quenosesperaalfinaldelcamino.Nosénadadebarcos,perocreoqueesunbarcopontóngigante.Sé
quenoesunyate,peroesmásgrandequelospesquerosquehevisto.
—Esenorme—lesusurroaHardin.
—Calla,nohablesdemipolladelantedemifamilia—seburla.
Meencantacuandoestágraciosoperogruñón.Susonrisaescontagiosa.Elembarcaderocrujebajo
mispiesymeaprietocontraHardinasustada.
—Andadconcuidado—diceKentrepandoporunaescaleraqueuneelbarcoalmuelle.
Hardinmepasalamanoporlaespaldamientrasmeayudaasubir.Intentoobligarmeaimaginar
que sólo es una escalera de un parque infantil, que no está unida a un barco gigante. Las manos de
Hardinmereconfortanysonloúnicoqueimpidequeecheacorrerporelmuelledestartalado,memeta
enlacabañaymeescondadebajodelacama.
Kennosayudaasubiracubiertay,unavezabordo,puedoapreciarlobonitoqueeselbarco.Está
decoradoconmaderablancaycuerodecolorcaramelo.Lazonaparasentarseesmuygrandeycómoda,
cabemostodosdesobra.
A continuación, Ken intenta ayudar a Hardin a subir, pero su hijo lo rechaza. Cuando está en
cubierta,echaunvistazoysólodice:
—Estábiensaberquetubarcoesmásgrandeymásbonitoquelacasademimadre.
AKenseleborralasonrisadeorgullodelacara.
—Hardin—susurrotirándoledelamano.
—Perdona—resopla.
Ken suspira pero parece aceptar la disculpa de su hijo antes de dirigirse a la otra punta de la
embarcación.
—¿Estásbien?—Seapoyaenmí.
—Sí,peropórtatebien,porfavor.Yatengonáuseas.
—Meportarébien,yyamehedisculpado.—Tomaasientoenunodelossofásyyolosigo.
Landoncogelabolsadelacomprayseagachaparasacarlatasderefrescosyunosaperitivos.Miro
másalládelbarco,almar.Espreciosoyelsolbailaenlasuperficie.
—Tequiero—mesusurraHardinaloído.
Elmotordelbarcocobravidaconunzumbidoymeapretujocontraél.
—Tequiero—ledigosindejardemirarelagua.
—Si nos adentramos lo suficiente es posible que veamos delfines y, si tenemos suerte, ¡incluso
algunaballena!—gritaKen.
—Una ballena volcaría este barco en un periquete —comenta Hardin, y trago saliva sólo de
pensarlo—.Mierda.Perdóname—sedisculpa.
Cuanto más nos alejamos de la orilla, más me tranquilizo. Es raro. Pensé que pasaría justo lo
contrario,peroestartanlejosdetierrafirmemehacesentirciertaserenidad.
—¿Soléisvermuchosdelfines?—lepreguntoaKaren,queseestábebiendounrefresco.
—No.Sólolosvimosunavez.¡Perononosdamosporvencidos!
—Hace un tiempo increíble. Es como si estuviéramos en junio —dice Landon quitándose la
camiseta.
—¿Intentandoconseguirelbronceadoperfecto?—lepreguntoalverlopálidoquetieneeltorso.
—¿Oensayandopararepresentarelpapeldeunespectro?—añadeHardin.
Landonponelosojosenblancoypasadelcomentario.
—Sí,aunqueenlaciudadnocreoquemehagafalta.
—Sielaguanoestáhelada,podríamosdarnosunbañocercadelaorilla—diceKaren.
—Mejorenverano—lerecuerdo,yellaasientefeliz.
—Almenostenemosjacuzzienlacabaña—señalaKen.
Disfrutodelmomento.LevantolavistayobservoaHardin,queestámuycallado,conlamirada
perdidaalolejos.
—¡Mirad!¡Ahí!—diceKenseñalandodetrásdenosotros.
Ambos nos volvemos rápidamente y tardamos un momento en ver lo que nos indica. Es una
manada de delfines que surca las aguas. No están cerca del barco, pero sí lo suficiente para que
podamosvercómosemuevenensincroníaentrelasolas.
—¡Esnuestrodíadesuerte!—ríeKaren.
Elvientomeechaelpelosobrelacarayporunmomentonoveonada.Hardinmeloapartayme
locolocadetrásdelaoreja.Sonesetipodepequeñosdetalles,cómoencuentralamaneradetocarmesin
pensar,losquehacenquesientamariposasenelestómago.
—Hasidoalucinante—ledigocuandodesaparecenlosdelfines.
—Sí,laverdadesquesí—respondesorprendido.
Después de dos horas hablando de barcos, de los veranos en este maravilloso punto de la cota, de
deportesydeunabrevemenciónaSeattlequeHardinhacensuradoenelacto,Kennosllevadevueltaa
laorilla.
—Nohasidotanterrible,¿nocrees?—preguntamosHardinyyoalavez.
—Laverdadesqueno.—Seríeymeayudaabajarlaescaleraquellevaalmuelle.
Elsollehamarcadolasmejillasyelpuentedelanarizytieneelpeloenmarañadoporelviento.
Estanadorablequemelocomería.
Caminamostodosjuntosporeljardíntraseroysólopuedopensarenlomuchoquequieroquedure
lapazdeestarenelagua.
Cuandoentramosenlacabaña,Karenanuncia:
—Voyaprepararlacomida.Imaginoquetodostenemoshambre—ydesapareceenlacocina.
Losdemásnosquedamosdepie,contentosyensilencio.
Alrato,Hardinlepreguntaasupadre:
—¿Quémáshayporaquí?
—Pueshayunrestauranteenlaciudad,teníamospensadoiracenartodosallímañana.Hayuncine
antiguo,unabiblioteca...
—Quécoñazo,¿no?—diceHardin.Esuncomentariobordeperolodiceentonodebroma.
—Esunlugarmuyagradable,daleunaoportunidad—replicaKen,quenoparecehaberseofendido
lomásmínimo.
LoscuatronosmetemosenlacocinayesperamosaqueKarenprepareunabandejadebocadillosy
fruta.Hardin,quehoyestámuycariñoso,dejalamanoenmicadera.
Creoqueestesitiolesientabien.
DespuésdecomerayudoaKarenarecogerlacocinayaprepararlimonadamientrasLandonyHardin
discutensobreloabominablequeeslaliteraturacontemporánea.Nopuedoevitarecharmeareírcuando
Landon menciona Harry Potter. Hardin se embarca en un soliloquio de cinco minutos para explicarle
por qué jamás se leerá la saga, y Landon intenta convencerlo desesperadamente de que tiene que
hacerlo.
LalimonadadesapareceencuantoterminodeprepararlayKennosdice:
—Karenyyonosvamosunpardehorasalacabañadeunamigoqueestáadoscasasdeaquí.Si
osapetecevenir...
Hardinmemiradesdelaotrapuntadelahabitaciónyesperamirespuesta.Alfinal,dice:
—Yopaso—sinquitarmelavistadeencima.
LandonnosmiraaHardinyamí.
—Yoosacompaño—dicesinmás,aunquejuraríaquelohevistomiraraHardinconunasonrisa
desatisfacciónantesdelevantarseparamarcharseconKenysumadre.
Capítulo24
Hardin
Creíaquenoibanairsenuncapero,encuantosalenporlapuerta,cojoaTessaylatumboenelsofá
conmigo.
—¿Noteapetecíair?—mepregunta.
—Claroqueno,¿paraquécoñoibaaquererirconellos?Prefieroquedarmeaquícontigo.Asolas
—digo,ylesoploenlanucaparaapartarleelpelo.Seretuerceunpocoporelpequeñoescalofríoquele
produce mi aliento en la piel—. ¿Te apetecía ir a escuchar a un montón de gente aburrida a más no
poderhablandodechorradassinparar?—lepreguntoconloslabiosrozándolelamandíbula.
—No.—Inclusosurespiraciónyahacambiado.
—¿Seguro?—quierosaberacariciándoleelcuelloconlanarizparaqueladeelacabeza.
—Nolosé,alomejoresmásdivertidoqueesto—dice.
Meechoareírpegadoasucuelloylabesodondemialientoleponelacarnedegallina.
—Niporasomo.Tenemosunjacuzzienlahabitación.¿Lohasolvidado?
—Sí,peronomesirveparanadaporquenotengobañador...—empiezaadecir.
Lechupoelcuelloymelaimaginoenbañador.
«Joder.»
—Nifaltaquetehace—susurro.
Giralacabezaymemiracomosiestuvieraloco.
—¡Claroquemehacefalta!Novoyametermeenunjacuzzisinnadapuesto.
—¿Porquéno?—Amímeparecedelomásdivertido.
—Porquetufamiliaestáaquíconnosotros.
—Noséporquésiempremeponeslamismaexcusa...—Llevolamanoasuentrepiernayaprieto
contralascosturasdesusvaqueros—.Aveces,creoquetegusta.
—¿Elqué?—preguntacasijadeando.
—Laposibilidaddequetepillen.
—Y¿porquéibaagustarleesoanadie?
—Legustaamuchagente,eslaemocióndequepuedanpillarte,¿entiendes?
Aplicomáspresiónentresuspiernaseintentacerrarlas.Sedebateentreloquequiereyloquecree
quenodebequerer.
—No...Noloentiendo.Peronomegusta—miente.Estoycasisegurodequelegusta.
—Ya,ya...
—¡Que no me gusta! —protesta, defendiéndose, con las mejillas sonrosadas y los ojos muy
abiertosdelavergüenza.
—Nomegusta.
«Notelocreesnitú,Tessa.»
—Vale,puesnotegusta.
Levantolasmanosenseñaldederrotaygimoteaporqueyanopuededisfrutarconlacaricia.Sabía
quenoloadmitiríanunca,perovalíalapenaintentarlo.
—¿Vasameterteconmigoeneljacuzzi?—lepreguntoquitándolelasmanosdeencima.
—Subirécontigo...,peronovoyameterme.
—Comoquieras.
Sonrío y me levanto. Sé que acabará dentro. Sólo necesita que insista más que con otras chicas.
Ahoraquelopienso,nuncamehebañadoenunjacuzziconunachica,vestidaodesnuda.
Meagarralamuñecaconsumanodiminutaymesiguealdormitorioquenoshanasignadodurante
lospróximosdías.
Elbalcóncomunicaconloquehizoquemepidieraestahabitaciónparanosotros.Encuantoviel
jacuzzi,supequelaqueríadentro.
Lacamatampocoestámal.Espequeñapero,paracomodormimosnosotros,nossobra.
—Meencantaestelugar,haymuchapaz—diceTessa,ysesientaenlacamaparadescalzarse.
Abrolascontraventanasylasventanasdelbalcón.
—Noestámal.—Simipadre,sumujeryLandonnoestuvieranaquí,estaríamuchomejor.
—Notengonadaqueponermeparairmañanaalrestaurantedelquehablabaantestupadre.
Meencojodehombrosparaabrirelgrifodeljacuzzi.
—Puesnovamosypunto.
—Peroyoquieroir.Sóloesque,cuandohicelamaleta,nosabíaqueíbamosasalir.
—Esculpasuyapornohaberloplaneadomejor—digo,yestudioelmanómetroparaasegurarme
dequefuncionacorrectamente—.Podemosirenvaqueros.Noparecequenadiesearreglemuchoaquí.
—Noséyo...
—Ysinoquieresirenvaqueros,podemosbuscarunatiendaenestepueblodemalamuerteenla
quepuedascomprarteotracosa—lesugiero,ysonríe.
—¿Cómoesqueestásdetanbuenhumor?—mepreguntaconunacejaenarcada.
Metoundedoenelagua.Yacasiestá.Estecacharroesrápido.
—Nosé...Estoydebuenhumorypunto.
—¿Deberíapreocuparme?—pregunta,ysalealbalcónareunirseconmigo.
—No.—«Sí.»Señaloelsillóndemimbrequehayjuntoaljacuzzi—.¿Vasasentarteaquífuera
conmigomientrasyodisfrutodeunrelajantebañodeaguahirviendo?
Se echa a reír, dice que sí con la cabeza y se sienta. Observo esos ojos inocentes que me miran
fijamente mientras me quito la camiseta y los pantalones. Me dejo el bóxer puesto, quiero que me lo
quiteella.
—¿Seguroquenoquieresentrartúprimero?—lepreguntometiendounapierna.
«Joder,estoquema.»Alospocossegundoslaquemazóndesapareceymereclinocontralapared
deplástico.
—Seguro—dice,ymiralosbosquesquenosrodean.
—Aquínonosvenadie.¿Deverdadcreesquetediríaquetemetierasdesnudasialguienpudiera
verte?—lepregunto—.Yasabes,conlocelosoquesoyytodoeso.
—¿Ysivuelven?—preguntaenvozbajacomosialguienpudieraoírla.
—Handichoquetardaríanunpardehoras.
—Ya,pero...
—Creíaqueibasaaprenderadisfrutarunpocodelavida—tientoamipreciosachica.
—Esohago.
—Estássentada,demorros,enunsillóndemimbre,mientrasyodisfrutodelasvistas—comento.
—Noestoydemorros—replica,yhacepucheros.
Lesonríosatisfechosabiendoqueesolevaasentarmal.
—Vale—digocerrandolosojosmientrasellaaprietaloslabios—.Estoymuysoloaquídentro.Es
posiblequetengaquemimarmeunpoco.
—Notengonadaqueponerme.
—Déjàvu—puntualizo,recordandoporsegundavezhoynuestraexcursiónalarroyo.
—Yo...
—Métete de una vez —le ordeno sin abrir los ojos ni cambiar de tono. Lo digo como si fuera
inevitableporqueséqueloes.
—Estábien.¡Allávoy!—contestaintentandoconvencerseasímismadequeestáhartademíyde
queenrealidadnoleapetecemeterseapesardequeloestádeseando.
Hasidomásfácildeloqueimaginaba.Cuandoabrolosojos,casimeatraganto.Seestáquitandola
camisetay,cómono,llevaelsujetadorrojo.
—Quítateelsujetador—ledigo.
Miraaunladoyaotroymeneolacabeza.Loúnicoquesevedesdeestebalcóneselmarylos
árboles.
—Quítatelo,nena—insisto,yasiente.Sebajalostirantesporlosbrazos.
Nomecansarénuncadeella.Daigualladevecesquelaacaricie,quemelafolle,quelabese,que
la abrace... Nunca serán suficientes y siempre querré más. Ni siquiera es por el sexo, del que
disfrutamos a menudo, es que soy el único que ha estado con ella y confía en mí lo suficiente para
desnudarseenunputobalcón.
¿Cómoesquesoytancapullo?Noquierofastidiarlaconestachica.
Susvaquerossereúnenconlacamisetayelsujetadorenlasilla,perfectamentedoblados,cómono.
—Lasbragastambién—lerecuerdo.
—No,túllevaselbóxerpuesto—contraataca,ysemeteenelagua—.¡Ay!—chillasacandoelpie
y metiéndolo otra vez poco a poco. Una vez dentro, suspira. Su cuerpo se ha acostumbrado al agua
caliente.
—Venaquí.—Alargoelbrazoparacogerlaysentarlaenmiregazo.
Supongo que los incómodos asientos de plástico tienen su utilidad al fin y al cabo. Su cuerpo
contraelmío,sumadoaloschorrosdeagua,hacequequieraarrancarlelasbragasdeuntirón.
—EnSeattlepodríamosestarasítodoeltiempo—dice,ymerodeaelcuelloconlosbrazos.
—¿Así,cómo?
LoúltimoquemeapeteceeshablardelamalditaSeattle.Sipudieraencontrarelmododeborrarla
delmapa,loharía.
—Comoahora.Solostúyyo.Sinproblemascontusamigos,comoMolly,sinmalosrollos.Tú,yo
yunanuevaciudad.Podríamosempezardenuevo,Hardin,juntos.
—Noestansencillo—ledigo.
—Síqueloes.NomásZed.
—Creíaquehabíasvenidoafollarme,noahablardeZed—laprovoco,ysetensa.
—Perdona,yo...
—Tranquila,eraunabroma.Bueno,lapartedeZed.—Larecolocoparaquesesienteahorcajadas
encimademí,consupechodesnudocontraelmío—.Loerestodoparamí,losabes,¿verdad?—Le
repitolapreguntaquelehehechotantasveces.
Nocontesta.Apoyaloscodosenmishombros,enroscalosdedosenmipeloymebesa.
Metieneganas.Losabía.
Capítulo25
Hardin
Intento acercar su cuerpo casi desnudo aún más al mío mientras ella intensifica el beso. Me coge los
brazosysellevamimanoentrelosmuslos.
Notienesentidoperdereltiempo.
—Deberíashabértelasquitado—ledigodandountirónalasbragasfinasyempapadas.
Dejaescaparunacarcajadasinalientoantesdecogerairecuandomisdedoslapenetran.Miboca
entrecorta sus gemidos. Atrapa mi labio inferior con la suya y casi pierdo la cabeza. Es tan sexi y
seductora...,nisiquieratienequeesforzarse.
Cuando empieza a mover las caderas y a restregarse contra mi mano, la cojo de la muñeca, la
levantoylacolocoamiladoconlaspiernasabiertas,sinquemisdedosdejendecomplacerla.
Lasmalditasbragasmeestánponiendodelosnervios.
Sesobresaltayhaceunmohíncuandolesacolosdedosylosenganchoenlasbragas.Selasquito
deuntirónlomásrápidoquepuedo,ellaterminadesacárselasdeunpuntapiéysehundenenelagua.
Contemplo durante un segundo cómo los chorros de agua las arrastran al otro lado del jacuzzi. Es
fascinantevercómoesaúltimabarreraflotasuavementelejosdenosotros.
PeroTessaentoncesmecogedelamuñecaymeobligaaseguiracariciándola.
—¿Quéquieres?—lepregunto.
—A ti. —Sonríe con dulzura y se abre más de piernas, demostrándome lo guarra que es en
realidad.
—Datelavuelta—ledigo.
Sindarletiempoacontestar,ledoylavueltaygrita.Measustouninstanteperoluegocomprendo
que uno de los chorros apunta directamente a su pequeño coño. Por eso gime. En un minuto estará
chillandoaplenopulmón.
Mearrodillodetrásdeella.Meencantahacérseloasí,lasientomejor.Puedoacariciarlelasedosa
pielyprestarlesatenciónatodoslosmúsculosquesemuevenbajoésta...Yvercómocogeairecadavez
queselameto.
Leapartoelpelolargoaunladoymeacerco,metiendolapollamásymás.Tessaarquealaespalda
ylecojounatetaencadamanomientrasempiezoaentraryasalirmuydespacio.
Joder, esto es una maravilla, mejor que nunca. Debe de ser el agua caliente a presión a nuestro
alrededormientrasselametoyselasacopocoapoco.Gimeybajolamanoparaasegurarmedequeel
chorrodeaguasiguedándoledepleno.Tienelosojoscerradosylabocaabierta,losnudillosblancosde
sujetarseconfuerzaalbordedelabañera.
Quieroirmásrápido,machacarlasinpiedad,peromeobligoaadoptarunritmolento.
—Hardiiiin...—gime.
—Joder, es como si pudiera sentir cada centímetro de ti... —No he terminado de pronunciar la
frasecuandomeentraelpánicoyselasaco.
«Elcondón.»
Nisiquierasemehaocurridoponermeunputocondón.¿Quémehahecho?
—¿Quépasa?—jadea;unafinacapadesudorlebañalacara.
—¡Nollevocondón!—Mepasolasmanosporelpelohúmedo.
—Ah—dicetantranquila.
—¿Ah?¿Cómoque«ah»?
—Veaponerteuno—sugiereconmiradainocente.
—¡No es eso! —Me pongo de pie en el jacuzzi. No dice nada—. Si no me hubiera acordado,
podríahabertedejadopreñada.
Asiente.Lohaentendido.
—Ya,perotehasacordado.
«¿Cómoesqueestátantranquila?»TienesusuperplándemudarseaSeattle,unbebélomandaría
altraste.«Unmomento...»
—¿Éseeratuplan?¿Creesquesitedejoembarazadameirécontigo?—Parezcounfanáticodelas
teoríasconspiranoicas,perotienesentido.
Sevuelve,riéndose.
—¡¿Nolodirásenserio?!—replica,ycuandointentaabrazarmemeaparto.
—Muyenserio.
—Esdelocos.Cariño,venaquí.—Intentacogermeotravez,perolaesquivoymevoyalextremo
opuestodeljacuzzi.
Eldolorlecruzalacaracomounaseñalfluorescenteysetapalastetasconlasmanos.
—Es a ti a quien se le ha olvidado el condón y ahora me dices que intento cazarte quedándome
embarazada.—Menealacabezasinpodercreérselo—.Pero¿tútehasoído?
«Noseríaslaprimerachaladaenintentarlo.»
Tratodeacercarmeunpocoperoseponederodillasenelasientoparaapartarse.Lamiroimpasible
ynodigonada.
Meobservaconlosojosllenosdelágrimas,selevantaysaledeljacuzzi.
—Voyaducharme.
Desapareceeneldormitorio.Primerocierradeunportazolaventanayluegodaotroconlapuerta
delbaño.
—¡Mierda!—grito,yledoyunmanotazoalaguacalientedeseandoquemelodevuelva.
Tengoqueempezaraescucharloquedigo.Noesunalocaalaquenoconozcodenada.EsTessa.
¿Qué coño me pasa? Estoy paranoico. Me siento tan culpable por todo el rollo de Seattle que estoy
perdiendoeljuicio.Elpocoquemequeda,vaya.
Tengoquearreglarlo,oalmenosintentarlo.Selodebo,ymásdespuésdelmodoenqueacabode
acusarladelatonteríamásgrandedeluniverso.
Irónicamente,yporretorcidoqueparezca,desearíanohabermeacordadodelcondón...
No.No.Noesverdad.Loquesucedeesquenoquieroquemedejeynosemeocurreotramanera
dehacerquesequede.Pero,desdeluego,unbebénoeslasolución.Hehechotodoloposiblemenos
encerrarlaacalycantoenelapartamento.Sí,semehapasadoporlacabezaunpardeveces,perono
creo que le haga ninguna gracia. Además, probablemente tendría déficit de vitamina D. Y dejaría de
haceryoga...ydeponerseesospantaloncitos.
Tengo que entrar y pedirle perdón por haberla avergonzado de ese modo y haberme comportado
comounimbécilantesdequevuelvamifamilia.Alomejortengosuerteysepierdenunashorasenel
bosque.
Sin embargo, primero tengo que hacer una cosa. Salgo del jacuzzi y me meto en la habitación.
Haceunfríoquepelaahoraquesólollevopuestoelbóxerempapado.Miromimóvilylapuertadel
baño.Oigocorrerelaguadeladucha,asíquecojoelteléfonoyunamantadelrespaldodelasillay
salgootravezalbalcón.
Busco entre mis contactos el nombre de «Samuel». Ahí estuve rápido. No sé por qué guardé el
número de esa mujer. Supongo que porque sabía que acabaría metido en un embrollo y tendría que
volverallamarla.CambiéelnombreporsiTessavolvíaaregistrarmiscosas,puestoquesabíaquelo
haría. Creía que me había descubierto cuando me preguntó por qué había borrado el registro de
llamadasymeoyógritándoleaMollyporteléfono.
Enciertomodo,estoysegurodequepreferiríaveraMollyantesqueaestapersonaenmilistade
llamadas.
Capítulo26
Tessa
No me puedo creer que Hardin haya tenido la poca vergüenza de acusarme de intentar quedarme
embarazadaodepensarsiquieraqueseríacapazdehacerlealgoasí...,aélyamímisma.Estotalmente
absurdo.
Todo iba muy bien —demasiado bien, la verdad—, hasta que ha mencionado lo del condón.
Deberíahabersalidodelaguayhabercogidouno.Séqueteníaunmontónenlapartesuperiordesu
maleta.Vicómolosembutíaahídespuésdequeyohicieralasmaletasperfectamenteordenadas.
Debe de sentirse frustrado con todo este lío de Seattle y por eso ha reaccionado de manera tan
exagerada,ypuedequeyotambién.Despuésdelcabreoquemehecogidotraslosgroseroscomentarios
deHardinydequehayaechadoaperdernuestro...momentoeneljacuzzi,necesitounaduchadeagua
caliente.Segundosmástarde,elaguaempiezaasurtirsuefectoenmistensosmúsculos,merelajalos
nervios y me aclara las ideas. Ambos hemos reaccionado de manera exagerada, él más que yo, y la
discusióneratotalmenteinnecesaria.Alargolamanoparacogerelchampú,yentoncesmedoycuenta
dequeestabatancentradaenalejarmedeélqueheolvidadocogermineceser.Genial.
—¿Hardin?—lollamo.
Dudoquemeoigaconelruidodeladuchaydeljacuzzi,peroapartolacortinadefloresyesperoa
queaparezcaporsiacaso.Alcabodeunossegundos,alverquenolohace,cojolatoallaymecubro
conella.Dejandounrastrodeaguaamipaso,medirijoaldormitorioymeacercohastalasmaletas,
queestánsobrelacama.EntoncesoigolavozdeHardin.
Nodistingoloquedice,perosísutonodefingidacortesía,loquemellevaalaconclusióndeque
estáintentandoseramableyocultarsufrustración.Yesomellevaalaconclusióndequeleimportalo
suficienteesaconversacióncomoparanoserélmismo.
Recorroahurtadillaselsuelodemaderay,comotienepuestoelaltavoz,oigoquealguiendice:
—Porquesoyagenteinmobiliaria,ymitrabajoesllenarapartamentosvacíos.
Hardinsuspira.
—Vale,y¿tienesalgúnapartamentomásquellenar?—pregunta.
Unmomento...¿Hardinestáintentandoconseguirmeunapartamento?Laideamedejapasmadaa
laparqueemocionada.PorfinempiezaacederconlodeSeattleyestátratandodeayudarmeenlugar
deponermetrabas.Yaerahora.
Lamujeralotroladodelteléfono,cuyavoz,porcierto,meresultabastantefamiliar,responde:
—Cuando hablé contigo me diste la impresión de que no debía perder el tiempo buscándole un
apartamentoatuamigaTessa.
«¿Qué?Espera...Entonces¿él...?»
Noseríacapaz.
—Enrealidad...,noestanhorriblecomotelapinté.Nohadestrozadoningúnapartamentoniseha
marchadosinpagar—dice,ysemecaeelalmaalospies.
Síhasidocapaz.
Cruzolaspuertasdelbalcónhechaunafuria.
—¡Eresuncerdoegoísta!—Gritoloprimeroquemevienealacabeza.
Hardinsevuelvehaciamí,pálidoyconlabocamuyabierta.Selecaeelteléfonoalsueloyme
miracomosifueseunaespeciedehorriblecriaturaquehavenidoparaacabarconél.
—¿Hola? —dice la voz de Sandra a través del altavoz, y él se agacha para coger el teléfono y
silenciarla.
Lafuriameinvade.
—¿Cómohaspodido?¿Cómohaspodidohaceralgoasí?
—Esque...—empieza.
—¡No! ¡Ni se te ocurra hacerme perder el tiempo con tus excusas! ¡¿En qué diablos estabas
pensando?!—gritoagitandofrenéticamenteunbrazoensudirección.
Corroechandohumodenuevoaldormitorioyélmesigue,rogándome:
—Tessa,escúchame.
Mevuelvoherida,yfuerte,ydolida,yairada.
—¡No!Escúchametúamí,Hardin—digoconlosdientesapretadosintentandobajarlavoz.Pero
nopuedo—:¡Estoyhartadeesto!¡Estoyhartadequeintentessaboteartodoaquellodemividaqueno
tienequevercontigo!—gritoapretandolospuñosconfuerzaaloscostados.
—Noesesoloque...
—¡Cállate!¡Cierralamalditaboca!Eresunegoístayunarrogante...,eres...¡Grrr!
Nopiensoconclaridad.Noparodeecharpestesporlabocaydeagitarlasmanosenelairedelante
demí.
—Noséenquéestabapensando.Perojustoestabaintentandosolucionarlo.
Lociertoesquenodeberíasorprenderme.DeberíahaberimaginadoqueHardinestabadetrásdela
repentina desaparición de Sandra. No es capaz de dejar de interferir en mi vida, en mi carrera, y ya
estoyharta.
—Exacto; justo a eso me refería. Siempre haces algo. Siempre me ocultas algo. Siempre
encuentrasnuevasmanerasdecontrolartodoloquehago,¡yyanoloaguantomás!Estoesdemasiado.
—Nopuedoevitarpasearmedeunladoaotrodelahabitación,mientrasHardinmeobservaconcautela
—.Puedosoportarqueseasunpocosobreprotectoryquetepeleesdevezencuando.Mierda,puedo
soportarqueseasunauténticocapullolamitaddeltiempoporqueenelfondoséquesólohacesloque
creesqueesmejorparamí.Peroestásintentandoarruinarmifuturo,¡ynopiensopermitirlo,joder!
—Losiento—dice.Yséquelodicedeverdad,pero...
—¡Siemprelosientes!Siempreeslamismamierda:hacesalgo,meocultasalgo,dicesalgo,lloro,
dicesquelosientesy,¡hala!,todoolvidado—digoapuntándoloconundedo—.Peroestaveznovaa
serasí.
Sientounatremendanecesidaddedarleunbofetónentodalacarapero,enlugardehacerlo,busco
algoconloquedescargarmiira.Agarrounalmohadónconvolantesdelacamaylotirocontraelsuelo.
Cojo otro y hago lo mismo. No ayuda mucho a sofocar la rabia que me quema por dentro, pero me
sentiríaaúnpeorsidestrozaraalgunadelascosasdeKaren.
Estoesagotador,ynosécuántomásvoyapoderaguantarsinvenirmeabajo.
A la mierda. No pienso venirme abajo esta vez. Estoy harta de hacerlo, es lo que hago siempre.
Necesitorecogermispropiospedazos,recomponerlosyapartarlosdeHardinparaevitarqueterminen
denuevohechosañicosasuspies.
—Estoy harta de este círculo vicioso. Te lo he dicho mil veces, pero no me escuchas. Siempre
encuentraslamaneradecontinuarlo,ynopuedomás.¡Seacabó!
Creoquejamáshabíaestadotanenfadadaconél.Sí,hahechocosaspeores,perosiemprelashe
superado. Nunca antes habíamos estado en esta situación, una situación en la que yo pensaba que él
habíadejadodeocultarmecosas,yenlaquecreíaquehabíaentendidoquenopuedeinterferirenmi
carrera.Estaoportunidadesmuyimportanteparamí.Hesidotestigotodamividadeloquelepasaa
unamujerquenotienenadapropio.Mimadrenuncahatenidonadaquehayaconseguidoporsímisma,
algo que fuera suyo, y yo necesito eso. Necesito hacer esto, necesito demostrar que, a pesar de ser
joven, puedo labrarme un porvenir por mí misma, cosa que ella no fue capaz de hacer. No puedo
permitirquenadiemearrebateestaoportunidadcomolohizoella.
—¿Se acabó... lo nuestro? —pregunta con voz temblorosa y entrecortada—. Has dicho que se
acabó...
No sé qué es lo que se ha acabado. Debería ser lo nuestro, pero sé que no debo decir eso ahora
mismo.Normalmente,aestasalturasyaestaríallorandoyperdonándoloconunbeso...,perohoyno.
—Joder,estoyagotadaynolosoporto.¡Lascosasnopuedenseguirasí!¡Ibasadejarquemefuese
aSeattlesinunsitiodondevivirparaforzarmeaquedarmeaquí!
Hardinsecolocadelantedemí,ensilencio.Respirohondoesperandoquemiiradisminuya,pero
nolohace.Noparadeaumentarhastaqueprácticamenteempiezoaverlotodorojo.Cojoelrestodelos
almohadones e imagino que son floreros de cristal que se estrellan contra el suelo formando un
estropicio para que otro lo recoja. El problema es que acabaría siendo yo quien lo hiciera. Él no se
arriesgaríaacortarseparaevitarquemecortaseyo.
—¡Lárgate!—legrito.
—No,losiento,¿vale?Yo...
—¡Quetelargues!—escupo,yélmemiracomosinomeconocieradenada.
Ypuedequeasísea.
Dejacaerloshombrosysaledelahabitación.Cierrolapuertadegolpecuandolohaceymedirijo
albalcón.Mesientoenlasillademimbreyobservoelmarparaintentarrelajarme.
Notengolágrimas,sólorecuerdos.Recuerdosyarrepentimientos.
Capítulo27
Hardin
Sé que está agotada, lo veo en su cara cada vez que la cago. La pelea con Zed, la mentira sobre mi
expulsión...,cadameteduradepatapormipartelevapasandofactura;ellacreequenomedoycuenta,
perosílohago.
¿Porquéhabrépuestoelaltavoz?Denohaberlohecho,podríahaberresueltoestamierdayhaberle
contadomicagadadespuésdehaberlosolucionadotodo.Asínosehabríacabreadotanto.
NopenséencómoreaccionaríaTessacuandolodescubriera,ydesdeluegonomeplanteédónde
viviríasinocambiabadeideaconrespectoalodetrasladarse.Supongoqueestabaconvencidodeque,
conloobsesadelcontrolquees,acabaríaposponiendosuviajesinoteníaningúnsitiodondequedarse.
«Bienhecho,Hardin.»
Tenía buenas intenciones; es decir, en su momento no, pero ahora sí. Sé que no debería haber
interferidoensubúsquedadeapartamentoenSeattle,peromeestoyagarrandoaunclavoardiendopara
quenomedeje.SéloquepasaráenSeattle,yquenovaaacabarbien.
Fielaminaturaleza,golpeoconelpuñolaparedjuntoalaescalera.
—¡Joder!
Fiel a mi suerte, ésta no es de yeso laminado, sino de madera maciza, y duele que te cagas. Me
froto el puño con la otra mano y tengo que obligarme a no repetir mi estúpida reacción.
Afortunadamentenomeherotonada.Mesaldránmoratones,peroyaestoymásqueacostumbrado.
«Estoy harta de este círculo vicioso. Te lo he dicho mil veces, pero no me escuchas.» Bajo la
escaleradandofuertespisadasymetiroenelsofácomouncríoenfurruñado.Esoesjustoloquesoy,un
crío de mierda. Ella lo sabe, yo lo sé..., ¡joder, todo el mundo lo sabe! Debería estampármelo en una
putacamiseta.
Deberíavolverarribaytratardeexplicarmedenuevopero,sinceramente,medaunpocodemiedo.
Nuncalahabíavistotancabreada.
Tengo que largarme de aquí. Si Tessa no me hubiese obligado a viajar fingiendo que somos una
familiafeliz,memarcharíaahoramismoyacabaríaconesteputoparipé.Yonoqueríavenir.
Lodelbarconohaestadomaldeltodo...Peroelviajeengeneralesunamierda,yahoraqueestá
cabreadaconmigonotieneningúnsentidoquemequede.Miroaltechosinsaberquédebohacer.No
puedoquedarmeaquísentado,yséquesilohagoacabarésubiendoytensandomáslacuerdaconTessa.
Iréadarunpaseo.Esoesloquehacelagentenormalcuandoestácabreadaenlugardegolpear
paredesyrompertrastos.
Antestendréquevestirme,perosivuelvoalahabitaciónmeasesinará.
Suspiromientrassubolaescalera.SinoestuvieratanconfundidoporelcomportamientodeTessa,
meimportaríamásloqueestoyapuntodehacer.
AbrolapuertadeldormitoriodeLandonypongolosojosenblancoalinstante.Tienetodasuropa
perfectamentecolocadaencimadelacama;seguroquesedisponíaaguardarlaenelarmarioantesde
quesumadreymipadreloarrastraranconsigo.
Merevuelvoalverlasespantosasprendasybuscodesesperadamentealgoquenolleveunmaldito
cuello.Porfinencuentrounacamisetaazullisayunpantalóndechándalnegro.
«Genial.»AhorahetenidoquerecurriracompartirropaconLandon.EsperoquelafuriadeTessa
noduredemasiadopero,porprimeravez,noséquévaapasar.Noesperabaquereaccionaratanmal,y
no me refiero a las cosas que me ha dicho, sino a la manera en que me miraba todo el tiempo. Esa
miradaexpresabamuchomásdeloquepodríaexpresarporlabocay,dehecho,mehaasustadomucho
másquecualquierpalabraquepudierahabermedicho.
Mirohacialapuertadeloqueeranuestrahabitaciónhastahaceveinteminutos,vuelvoabajarla
escaleraysalgoalacalle.
Apenashellegadoalsenderocuandoaparecemihermanastrofavorito.Almenos,vienesolo.
—¿Ymipadre?—lepregunto.
—¿Llevaspuestamiropa?—respondeclaramenteconfundido.
—Eh...,sí.Noteníaelección,noteemociones.—Lequitoimportancia,sabiendoporlasonrisaque
sehadibujadoensurostroqueestabaapuntodehacerjustoeso.
—Vale...¿Quéhashechoestavez?
«¡Pero¿quécojones...?!»
—¿Quétehacepensarquehehechoalgo?
Enarcaunaceja.
—Sí,tío...,hehechoalgo.Unaestupidezenorme—farfullo—.Peronoquierooírtussermones,así
quenotepreocupes.
—Vale.—Seencogedehombrosyempiezaaalejarsedemí.
Esperabaalgunaspalabrasporsuparte,avecesnoseledamaldarconsejos.
—¡Espera!—grito,ysevuelve—.¿Novasapreguntarmeelqué?
—Acabasdedecirquenoquiereshablardeello—responde.
—Ya, pero... Bueno... —No sé qué decir, y me está mirando como si me hubiesen salido dos
cabezas.
—¿Quieres que te lo pregunte? —Parece satisfecho, pero por suerte no está siendo demasiado
capullo.
—Soy el responsable... —empiezo, pero justo entonces veo que Karen y mi padre vienen
caminandoporelsendero.
—¿Elresponsabledequé?—preguntaLandonvolviéndoseparamirarlos.
—Denada,olvídalo—suspiro,ymepasolosdedosporelpelohúmedoconfrustración.
—¡Hola,Hardin!¿DóndeestáTessa?—diceKaren.
¿Porquétodoelmundomepreguntaesocomosifueraincapazdealejarmemásdemetroymedio
deella?
Elcrecientedolorquesientoenelpechomerecuerdaprecisamenteeso:nopuedoestarlo.
—Dentro,durmiendo—miento,ymedirijoamihermanastro—.Voyadarunpaseo.Asegúratede
queestábien.
Élasiente.
—¿Adóndevas?—mepreguntamipadremientraspasoporsulado.
—Porahí—espeto,yaceleroelpaso.
Paracuandollegoaunaseñaldestopunascuantascallesmásallá,medoycuentadequenotengoni
putaideadeadóndevoynidecómovolveralpuntodepartida.Sóloséquellevocaminandounratoy
quetodasestascallessonengañosamenteventosas.
Oficialmente,detestoestelugar.
NomeparecíatanmalmientrasobservabacómoelvientomecíaligeramenteelcabellodeTessa.
Ellateníalamiradafijaenelaguabrillante,conloslabioscurvadosformandounapequeñasonrisade
satisfacción.Parecíamuyrelajada,comolasmansasolasalejadasdelaorilla,tranquilasyserenas,hasta
quenuestrobarcoperturbósupaz.Anuestropaso,lasaguasrugíanyazotabanloscostadosdenuestra
embarcaciónconfuria.Prontovolveríanasuestadodesosiego,hastaqueotrallegaraparamolestarlas.
Derepente,unavozfemeninainterrumpelavisióndelapielbronceadadeTessa:
—¿Tehasperdidooalgo?
Paramisorpresa,cuandomedoylavueltameencuentroconunachicaqueparecedemiedad,más
o menos. Tiene el pelo castaño, casi tan largo como Tessa. Está aquí sola de noche. Me vuelvo para
miraranuestroalrededor.Nohaynada,sólounacarreteradegravillavacíayelbosque.
—¿Ytú?—respondo,nosinantespercatarmedequevisteunafaldalarga.
Mesonríeyseaproxima.Debedefaltarleuntornillooalgoparaestaraquíenmediodelanada
preguntándoleauncompletodesconocidoconunaspectocomoelmíosisehaperdido.
—No.Estoyhuyendo—contesta,ysecolocaelpelodetrásdelaoreja.
—¿Huyendo?¿Conveinteaños?
Puesmáslevalemoverelculo.Loúltimoquenecesitoestoparmeconunpadrecabreadoenbusca
desupedantehija.
—No. —Se echa a reír—. He vuelto de la universidad para visitar a mis padres, y me están
matandodeaburrimiento.
—Vaya, me alegro por ti. Espero que tu sendero de libertad te conduzca hasta Shangri-la —
respondo,yempiezoaalejarmedeella.
—Vasenladirecciónequivocada—meadvierte.
—Medaigual—replico.
Ygruñocuandooigosuspasoscrujiendoenlagravillapordetrásdemí.
Capítulo28
Tessa
EstoymásquehartadepelearconHardin.Nosémuybienquéhacerahora,quémedidastomar.Lohe
estado siguiendo por el camino que hemos recorrido durante meses, y me temo que no llegamos a
ningunaparte.Ambosestamostanperdidoscomoalprincipio.
—¿Tessa?—LavozdeLandoncruzalahabitaciónysalehastaelbalcón.
—Estoy aquí —respondo, y me siento aliviada de haberme puesto unos shorts y una sudadera
encima.
Hardinsiempreseburlademícuandolohago,peroenmomentoscomoésteresultacómodo,ya
quenotienesnidemasiadofríonidemasiadocalor.
—Hola—dicemientrassaleysesientaenlasillaquetengoallado.
—Hola.—Lomirouninstanteantesdevolverafijarlavistaenelagua.
—¿Estásbien?
Metomounmomentoparareflexionarsobresupregunta:¿estoybien?No.¿Loestaré?Sí.
—Sí,estavezcreoquesí.
Mellevolasrodillasalpechoylasenvuelvoconmisbrazos.
—¿Quiereshablardeello?
—No.Noquierofastidiarelviajeconmisdramas.Estoybien,deverdad.
—Vale,peroquesepasque,sinecesitashablar,estoyaquíparaescucharte.
—Losé.
Lomiroyélmesonríeparainfundirmeánimos.Nosécómovoyaapañármelassinél.
Derepente,abreunosojoscomoplatosyseñalaalgo.
—¿Esonoes...?
Sigoladireccióndesumirada.
—¡Ay,madre!
Melevantocorriendo,recojolasbragasrojasqueflotaneneljacuzziymelasmetoenelactoenel
bolsillodelanterodemisudadera.
Landonsemuerdeellabioinferiorparacontenerlarisa,peroyonopuedorefrenarlamía.Ambos
nosreímosacarcajadas:lassuyas,auténticas;lasmías,dehumillación.Peroprefieromilvecesreírme
conLandonamistípicosllorostraspelearmeconHardin.
Capítulo29
Hardin
Estoy empezando a hartarme de no ver nada más que gravilla y árboles mientras deambulo por este
pequeñopueblo.Ladesconocidatodavíamesigue,ymipeleaconTessaúnmepesa.
—¿Vasaseguirmeportodoelpueblo?—lepreguntoalamuypesada.
—No,voyavolveralacabañademispadres.
—Vale,puesvuelvesola.
—Noeresmuysimpáticoquedigamos—mesuelta.
—¿Enserio?—Pongolosojosenblanco,aunqueséquenopuedevermelacara—.Mehandicho
quelacortesíaesunodemispuntosfuertes.
—Puestehanmentido—replica,yacontinuaciónoigounarisitaamiespalda.
Ledoyunapatadaaunapiedrayporprimeravezdoygraciasporlaobsesiónporlalimpiezade
Tessa, ya que si no me hubiese obligado a dejar los zapatos en la puerta de la cabaña tendría que
habermepuestolaszapatillasdeLandon,quesonespantosas,yademásestoysegurodequetienelos
piesmuchomáspequeñosquelosmíos.
—¿Dedóndeeres?—mepregunta.
Finjonooírlaysigocaminando.Creoquetengoquegiraralaizquierdaenelsiguientestop.Al
menos,esoespero.
—¿DeInglaterra?
—Sí—contesto.Y,yapuestos,lepregunto—:¿Pordóndees?
Mevuelvoyveoqueseñalahacialaderecha.Porsupuesto,estabaequivocado.
Tiene los ojos azul claro, y su falda es tan larga que la arrastra por la gravilla. Me recuerda a
Tessa...,bueno,alaTessaqueeracuandolaconocí.MiTessayanovisteropatanespantosacomoésa.
Y también ha aprendido un vocabulario nuevo gracias a las innumerables veces que la he obligado a
insultarme.
—¿Tútambiénhasvenidocontuspadres?—Suvozesgrave,casidulce.
—No...Bueno,másomenos.
—¿Cómoque«másomenos»?—Sonríe.SumaneradeexpresarsetambiénmerecuerdaaTessa.
Miro a la chica de nuevo para comprobar que realmente está aquí y que no es ningún fantasma
comolosdeCuentodeNavidadquehavenidoparadarmealgunaespeciedelección.
—Hevenidoconmifamiliayminovia.Tengonovia,porcierto—leadvierto.
Nocreoqueestachicapudierainteresarseporalguiencomoyo,peroesomismopensédeTessaen
sudía.
—Vale...—asiente.
—Muybien.
Aceleroelpasoconlaesperanzadecreardistanciaentrenosotros.Giroaladerecha,yellahacelo
propio. Ambos nos apartamos al césped cuando pasa un camión por delante, y pronto me alcanza de
nuevo.
—Y¿dóndeestátunovia?—pregunta.
—Durmiendo. —Me parece lógico utilizar la misma mentira que les he contado a mi padre y a
Karen.
—Hum...
—Hum,¿qué?—Lamiro.
—Nada—respondeconlavistaalfrente.
—Yamehasseguidolamitaddelcamino.Sitienesalgoquedecir,dilo—replicoconirritación.
Retuercealgoquetieneentrelasmanosmientrasmirahaciaabajo.
—Estabapensandoqueparecequeestásintentandohuirdealgooesconderte...Nolosé,nome
hagascaso.
—Nomeestoyescondiendo;medijoquemelargarayesohehecho.
¿QuécoñosabráestaimitacióndeTessa?
Memira.
—Y¿porquétehaechado?
—¿Siempreerestancotilla?
Sonríe.
—Laverdadesquesí—asiente.
—Odioalagentecotilla.
MenosaTessa,claro.Aunque,pormuchoquelaquiera,avecesmedanganasdetaparlelaboca
con cinta aislante cuando empieza con sus interrogatorios. Es el ser humano más entrometido que he
conocidoenlavida.
Estoy mintiendo. Adoro cuando me da la lata. Antes lo detestaba, pero ahora lo entiendo. Yo
tambiénquierosaberlotododeella...,loquepiensa,loquehace,loquequiere.Yparamiputohorror,
soyconscientedequeahorasoyyoquienlehacemáspreguntasqueellaamí.
—¿Vasadecírmeloono?—insiste.
—¿Cómotellamas?—lepregunto,esquivandosupregunta.
—Lillian—responde,ydejacaerloqueseaquellevaraenlamano.
—YosoyHardin.
Secolocaelpelodetrásdelaoreja.
—Háblamedetunovia.
—¿Porqué?
—Parecequeestásdisgustado,y¿quiénmejorparahablarqueunaextraña?
Noquierohablarconella.MerecuerdademasiadoaTessaymeresultaunpocoperturbador.
—Nomeparecebuenaidea.
Elsolsehapuestotempranoaquí,yelcieloestáprácticamentenegro.
—Y¿guardártelodentrosíloes?—preguntacondemasiadasensatez.
—Oye,parecesunachica...majaytal,peronoteconozco,ytúnomeconocesamí,asíqueesta
conversaciónnovaatenerlugar.
Frunceelceñoysuspira.
—Vale.
Porfinveoeltejadoinclinadodelacabañademipadrealolejos.
—Bueno,yoyahellegado—digoamododedespedida.
—¿Enserio?Unmomento...,tupadreesKen,¿verdad?—Segolpealafrenteconlamano.
—Sí—respondosorprendido.
Ambosnosdetenemosaliniciodelsendero.
—¡Puesclaro!¡Quétonta!Elacentodeberíahabermedadolapista.—Seríe.
—Nolopillo—digomirándola.
—Tupadreymipadresonamigos.Fueronjuntosalauniversidadoalgoasí.Acabodepasarmela
últimahoraoyendobatallitasdesusdíasdegloria.
—Vaya,quécasualidad—digoconunamediasonrisa.Yanomesientotanincómodoconlachica
comohaceunosminutos.
Ellasonríeabiertamente.
—Parecequenosomosunoscompletosdesconocidosdespuésdetodo.
Capítulo30
Tessa
—Galletas—respondemosLandonyyoalunísono.
—Muybien,galletas,pues.—Karensonríeyabreelarmario.
Estamujernuncapara,siempreestácocinando,asando,tostando...Ynomequejo:laverdadesque
todoloquepreparaestádelicioso.
—Yahaoscurecido.Esperoquenosepierdaahíafuera—diceKen.
Landonselimitaaencogersedehombroscomoqueriendodecir:«Hardinesasí».
Llevafueracasitreshoras,yestoyhaciendotodoloposiblepornopreocuparme.Séqueestábien;
sialgolesucediera,losabría.Nopuedoexplicarlo,peroalgodentrodemímedicequelosabría.
Demodoquenoestoypreocupadaporquelehayasucedidonadamalo.Loquemepreocupaesque
su frustración se convierta en una excusa para ir a buscar algún bar. Por mucho que quisiera que se
alejarademí,memataríaverlocruzaresapuertatambaleándoseyconelalientoapestandoaalcohol.
Necesitaba un poco de espacio; tiempo para pensar y calmarme. La parte de pensar todavía no la he
llevadoacabo;laheestadoevitandoatodacosta.
—Oye,¿porquénonosbañamostodosjuntoseneljacuzziestanocheomañanaporlamañana?
—sugiereKaren.
Landonescupesurefrescoenelvasoyyoapartolamiradarápidamenteymemuerdouncarrillo.
Landonhavistomisbragasflotandoenelagua,yelrecuerdoestátodavíatanfrescoquesientoqueme
ardelacaradelavergüenza.
—Karen,cariño,nocreoqueloschicosquieranmeterseeneljacuzziconnosotros.
Ken suelta una carcajada, y ella sonríe al darse cuenta de que tal vez sí que sería un poco
incómodo.
—Supongoquetienesrazón.—Seríeyempiezaasepararlamasadelasgalletasyaformarbolas
pequeñas.Arrugalanariz—.Detestoestamasapreparada.
Nomecabedudadeque,paraKaren,lamasapreparadaparagalletasdebedeserespantosa,pero
para mí es una maravilla. Especialmente ahora, que siento que podría desmoronarme en cualquier
instante.
LandonyyoestábamosenplenaconversaciónsobreDakotayelqueprontoserásuapartamento
cuandosumadreyKennoshaninterrumpido.HancomentadoquesehancruzadoconHardincuando
semarchaba.Porlovisto,leshadichoqueyoestabadurmiendo,asíquehehechotodoloposiblepor
seguirlelacorrienteyhedichoqueacababadedespertarmejustocuandohallegadoLandon.
MeheestadopreguntandodóndeestaráHardinycuándovolverádesdeelmomentoenqueseha
marchado.Unapartedemínoquiereverlonienpintura,perolaotra,muchomásgrande,necesitasaber
quenoestáhaciendonadaquepuedaponerenpeligronuestrayadeporsífrágilrelación.Sigofuriosa
dequehayainterferidoenmitrasladoaSeattle,ynotengoniideadequévoyahaceralrespecto.
Capítulo31
Hardin
—¿Hassaboteadosubúsquedadeapartamento?—preguntaLillianboquiabierta.
—Yatehedichoquelahecagado—lerecuerdo.
Otro par de faros iluminan el camino mientras paseamos hasta la cabaña de sus padres. Estaba
decididoavolveralademipadre,peroaLillianseledamuybienescuchar,demodoquecuandome
hapedidoquelaacompañaseasucasaparaterminarnuestracharla,heaceptado.Miausencialedaráa
Tessaunpocodetiempoparacalmarse,yesperoqueestédispuestaahablaramiregreso.
—Nomehabíasdichohastaquépunto.Nomeextrañaqueestécabreadacontigo—diceLillian,
cómono,poniéndosedepartedeTessa.
Nomequieroniimaginarloquepensaríademísisupieratodoloquelehehechopasardurantelos
últimosmeses.
—Bueno,y¿quévasahaceralrespecto?—preguntamientrasabrelapuertaprincipaldelacabaña
desuspadres.
Meinvitaaentrarconungesto,comosidieraporhechoquevoyahacerlo.
Una vez dentro, veo que es muy lujosa. Aún más grande que la de mi padre. Esta gente tiene
muchapasta.
—Estaránarriba—dicemientrasentramos.
—¿Quiénesestaránarriba?—preguntaunavozfemenina,yLillianhaceunamuecadedolorantes
devolversehacialamujerquesupongoqueessumadre.
Esigualqueella,exceptoporlaedad.
—¿Quiéneséste?—pregunta.
En ese momento entra en la habitación un hombre de mediana edad vestido con un polo y unos
caquis.
«De puta madre.» Debería haberme limitado a acompañarla hasta la casa. Me pregunto cómo se
sentiría Tessa si supiera que estoy aquí. ¿Le molestaría? Está bastante cabreada conmigo, y ha
demostrado tener muchos celos de Molly. Aunque esta chica no es Molly, no tiene nada que ver con
ella.
—Mamá,papá,ésteesHardin,elhijodeKen.
Unaampliasonrisaapareceenelrostrodelhombre.
—¡Vaya!¡Nosabíasitereconocería!—exclamaconunpijoacentobritánico.Bueno,esoexplica
porquéconoceamipadredelauniversidad.
Seacercaymedaunaspalmaditasenelhombro.Yoretrocedoyélfrunceligeramenteelceñocon
extrañezaantemigesto,aunque,porotrolado,parecequeesperabaestareacciónpormiparte.Mipadre
debedehaberleadvertidosobremimaneradeser.Laideacasimehacereír.
—Cielo—dicevolviéndosehaciasumujer—.ÉsteeselhijodeTrish.
—¿Conocenamimadre?—lepreguntoantesdevolvermetambiénhaciasuesposa.
—Sí,conocíatumadremuchoantesdequetúnacieras—respondelamujersonriendo—.Éramos
amigosloscinco—añade.
—¿Loscinco?—pregunto.
ElpadredeLillianlamira.
—Cielo,nocreo...
—¡Eresigualitoqueella!Aunquetieneslosojosdetupadre.Nolahevistodesdequeregreséa
EstadosUnidos.¿Cómoestá?—preguntalamujer.
—Muybien.Sevaacasardentrodepoco.
—¿Sí?—exclama—.Felicítalademiparte.Mealegraoíreso.
—Loharé—respondo.
Estagentesonríedemasiado.EscomoestarenunaputahabitacióncontresKarens,peromucho
másirritantesymuchomenosencantadoras.
—Bueno, yo ya me voy —le digo a Lillian, porque creo que la situación ya ha sido bastante
incómoda.
—No,no.Notienesporquéirte.Nosotrosnosvamosarriba—diceelpadredeLillian.
Cogeasumujerdelacinturayselallevaconsigo.
Lillianobservacómosemarchanydespuésmemiraamí.
—Losiento,sonunpoco...
—¿Falsos?—respondoporella.
Veolahipocresíaqueseescondetraslaperfectasonrisablanqueadadeesehombre.
—Sí,mucho.—Seríeysealejaparasentarseenelsofá.
Yomequedodepie,incómodo,juntoalapuerta.
—¿Creesqueatunovialemolestaráqueestésaquí?—mepregunta.
—Nolosé.Seguramente—refunfuño,ymepasolosdedos,exasperado,porelpelo.
—¿Ysiellahicieralomismo?¿Cómotesentiríassiestuvieraporahíconuntipoalqueacabarade
conocer?
Encuantolaspalabrassalendesuboca,elpechosemellenadefuria.
—Estaríamuycabreado—bramo.
—Yameloimaginaba.—Sonríeconmaliciaydaunaspalmaditasenelsofáalladodeella.
Nosécómointerpretarsusgestos.Esgroseradelahostia,yunpocoirritante.
—Entonces¿eresceloso?—preguntaconlosojosabiertoscomoplatos.
—Supongo—respondoencogiéndomedehombros.
—Seguroqueatunovianolegustaríanadaquemebesaras.
Seacercaunpocoyyomelevantodelsofádeunbrinco.Estoydecaminoalapuertacuandooigo
queempiezaapartirsederisa.
—¿Quécojonestepasa?—digointentandonolevantarlavoz.
—Sóloteestabatomandoelpelo.Créeme,nomeinteresas.—Sonríe—.Yesunaliviosaberque
yoatitampoco.Venga,siéntate.
Tiene muchas cosas en común con Tessa, pero no es tan dulce..., ni tan inocente. Me siento de
nuevo, esta vez en el sillón que está frente al sofá. No conozco a esta chica lo suficiente como para
confiar en ella, y la única razón por la que estoy aquí es porque no quiero enfrentarme a lo que me
esperaenlacabañademipadre.YLillian,apesardeserunadesconocida,esneutral,nocomoLandon,
queeselmejoramigodeTessa.Esagradablehablarconalguienquenotienemotivosparajuzgarme.Y,
joder,estáunpocopirada,asíqueesprobablequeinclusomeentienda.
—¿QuéhayenSeattlequenoestásdispuestoaenfrentarteaellonisiquieraporella?
—Nadaenconcreto.Tengomalosrecuerdosdelpasadoallí,peronoessóloeso.Eselhechode
queallíprosperará—respondo,asabiendasdequeparezcounchalado.
Sinembargo,meimportaunamierda;estachicamehaestadoacosandoduranteunahora,asíque
sihayalguienqueestáchaladoaquíesella.
—Y¿esoesmalo?
—No.Quieroqueprogrese,porsupuesto.Peroquieroformarpartedeello.—Suspiro.
EchodesesperadamentedemenosaTessa,apesardequesólohanpasadounaspocashoras.Yel
hechodequeestétancabreadaconmigonohacesinoquelaañoremástodavía.
—Entonces ¿te niegas a ir a Seattle con ella porque quieres formar parte de su vida? No tiene
sentido—dice,declarandounaobviedad.
—Sé que no lo entiendes, y ella tampoco, pero Tessa es lo único que tengo. Literalmente. Es lo
únicoquemeimportaenmivida,ynopuedoperderla.Sinella,nosoynada.
«¿Porquéestoycontándoletodaestamierda?»
—Séquesuenamuypatético.
—No,noesverdad.—Mesonríeconcondescendenciayyoapartolamirada.
Loúltimoquequieroesquemecompadezcan.
LaluzdelaescaleraseapagaymirodenuevoaLillian.
—¿Deberíamarcharme?—pregunto.
—No, seguro que mi padre está encantadísimo de que te haya traído a casa —dice sin el más
mínimosarcasmo.
—Y¿esoporqué?
—PorquedesdequelespresentéaRileyestádeseandoquerompamos.
—¿Nolegustatunovio?
—Novia.
—¿Qué?
—Rileyesminovia—dice,ycasilesonrío.
Mesabemalquesupadrenoaceptesurelación,perohedeadmitirquemesientotremendamente
aliviado.
Capítulo32
Tessa
Landonnoshaestadoexplicandoque,comoelapartamentoestámuycercadelcampus,podránirala
facultadcaminando.Noseránecesariocogerelcochenielmetrotodoslosdías.
—Mealegrodequenotengasqueconducirenesaciudadtangrande.¡Menosmal!—diceKaren,
apoyandounamanoenelhombrodesuhijo.
Élsacudelacabeza.
—Soybuenconductor,mamá,mejorqueTessa—bromea.
—Oye,amínosemedamal.MejorqueaHardin—señalo.
—Comosiesofueradifícil—diceélparapicarme.
—No es tu manera de conducir lo que me preocupa. ¡Son esos malditos taxis! —explica Karen
comounamamágallina.
Cojounagalletadelplatoquehaysobrelaencimeradelacocinaymirohacialapuertadenuevo.
NoheparadodeobservarlaydeesperaraqueHardinregrese.Miirasehatransformadopocoapocoen
preocupaciónconformehanidopasandolosminutos.
—Bien, gracias por avisar. Nos vemos mañana —dice Ken por teléfono mientras se reúne con
nosotrosenlacocina.
—¿Quiénera?
—Max.HardinestáensucabañaconLillian—dice,ysemecaeelalmaalospies.
—¿Lillian?—preguntosinpoderevitarlo.
—EslahijadeMax;tienemásomenostuedad.
¿PorquéibaaestarHardinenlacabañadelosvecinosconsuhija?¿Laconoce?¿Hasalidocon
ella?
—Seguroquevuelvepronto.
Kenfrunceelceñoy,cuandomemira,tengolasensacióndequenosehabíaplanteadomireacción
anteesainformaciónantesdecompartirla.Elhechodequeparezcasentirseincómodohacequeyome
sientamásincómodatodavía.
—Ya —digo levantándome del taburete—. Creo que... me voy a ir a la cama —les anuncio,
intentandomantenerlacompostura.
Sientocómomiiraresurge,ynecesitoalejarmedeellosantesdequeestalle.
—Teacompañoarriba—seofreceLandon.
—No,estoybien,deverdad.Hemadrugadomucho,todoslohemoshecho,yseestáhaciendotarde
—leaseguro,yélasienteaunqueséquenohacolado.
Cuandollegoalaescalera,oigoquedice:
—Esunidiota.
«Sí,Landon.Loes.»
Cierrolaspuertasdelbalcónantesdeacercarmealarmarioparaponermeelpijama.Noparodedarle
vueltas a la cabeza y no consigo centrarme en la ropa. Nada me parece un buen sustituto de la ropa
usada de Hardin, y me niego a ponerme la camiseta blanca que descansa sobre el brazo de la silla.
Tengo que ser capaz de dormir con mi propia ropa. Después de rebuscar en los cajones, me doy por
vencida,decidoquedarmeconlosshortsylasudaderaquellevopuestosymetumboenlacama.
¿QuiénesesachicamisteriosaconlaqueestáHardin?Curiosamente,estoymáscabreadaporlode
mi apartamento en Seattle que por ella. Si quiere hacer peligrar nuestra relación poniéndome los
cuernos,escosasuya.Sí,acabaríadestrozandolopocoquequedaintactoenmí,ynocreoquepudiera
recuperarmejamás,peronovoyacentrarmeeneso.
Laverdadesquenomeloimagino.Nomeloimaginoengañándome.Apesardetodoloqueha
hechoenelpasado,noloveo.Nodespuésdeleersucartaydecuántohasuplicadoqueloperdonara.
Sí,escontrolador,demasiadocontrolador,ynosabecuándodejardeinterferirenmivida,peroenel
fondosusintencionessonmantenermeasulado,noescapardemí,comoloseríaponermeloscuernos.
Miresentimientohaciaélnohamenguado.Nisiquieradespuésdepasarmeunahoramirandoal
techoycontandolasvigasdemaderateñidaquesostienenlainclinadasuperficie.
Nosésiestoypreparadaparahablarconélaún,peroséquenopodrédormirmehastaquelooiga
regresar.Cuantomástiempopasafuera,másintensossevuelvenloscelosenmipecho.Nopuedoevitar
pensar en su doble moral. Si fuese yo la que estuviera por ahí con un tío, Hardin se volvería loco y
seguramenteintentaríaquemarelbosquequerodeaestelugar.Quieroreírmeantelaabsurdaidea,pero
nomesale.Enlugardehacerlo,cierrolosojosyrezoparaquedarmedormida.
Capítulo33
Hardin
—¿Quieresunacopa?—preguntaLillian.
—Vale.—Meencojodehombrosymirolahora.
Selevantayseacercauncarritoauxiliarplateado.Observaelcontenidodelasbotellas,selecciona
unaymelamuestrarápidamentecomosifueseunaazafatadetelevisiónoalgoasí.Mientraslequitael
tapón a una botella de brandy, que probablemente sea más cara que el inmenso televisor que hay
instaladoenlapared,memiradenuevoconfingidacompasión.
—Nopuedesseruncobardeeternamente.
—Cállate.
—Teparecesmuchoaella—diceentrerisitas.
—¿ATessa?No,quéva.Además,¿túquésabes?
—No,aTessa,no.ARiley.
—¿Enqué?
Lillian vierte el líquido oscuro en un vaso curvo y me lo pone en la mano antes de sentarse de
nuevoenelsofá.
—¿Ytubebida?—pregunto.
Ellaniegaconlacabezaconairesolemne.
—Yonobebo.
Cómono.Yyonodeberíabeber,peroelaromaintensoyligeramentedulcedelbrandyacallala
irritantevozdemiconciencia.
—¿Vasadecirmeenquémeparezcoaellaono?—insisto.
—Nolosé,peroosparecéis.Ellatambiéntieneeseairetaciturno,comosiestuvieseenfadadacon
elmundo—dice,yhaceungestoexageradoconlacaraycruzalaspiernaspordebajodeella.
—Bueno,alomejortienemotivosparaestarenfadada—digoparadefenderasunoviaapesarde
quenisiquieralaconozco.
Después me bebo la mitad del vaso de licor. Es fuerte, envejecido hasta la perfección, y siento
cómomequemahastalassuelasdelasbotas.
Lilliannocontesta.Frunceloslabiosymiralaparedquetengodetrássumidaensuspensamientos.
—Oye,nomevaeserollopsicológicodequetúhablas,yohablo,yluegodecimosunmontónde
gilipolleces—ledigo,yellaasiente.
—No,gilipollecesno,perosícreoquealmenosdeberíasempezaraidearunplanparadisculparte
conTamara.
—SellamaTessa—espetocabreadoantesuerror.
Ellasonríeysecolocaelpelocastañosobreunodesushombros.
—Tessa,perdón.TengounaprimaquesellamaTamaraysupongoqueteníaelnombreenmente.
—¿Qué te hace pensar que voy a disculparme? —digo, y pego la lengua al velo del paladar
mientrasesperosurespuesta.
—Estásdebroma,¿no?¡Ledebesunadisculpa!—exclama—.Oalmenostienesquedecirleque
irásaSeattleconella.
Gruño.
—NopiensoiraSeattle,joder.
«¿PorquécojonesTessaysudoblenoparandeagobiarmeconlamierdadeSeattle?»
—Bueno,puesentoncesesperoquesevayasinti—dicesecamente.
Mequedomirandoaestachicaquepensabaquepodríallegaraentenderme.
—¿Quéhasdicho?
Meapresuroadejarelvasodebrandysobrelamesayellíquidomarrónsederramasobrelablanca
superficie.
Lillianenarcaunaceja.
—Hedichoqueesperoquevayaigualmente,porquehasintentadojoderlesucontratodealquilery
aunasínoestásdispuestoatrasladarteconella.
—Afortunadamente,meimportaunaputamierdaloquepienses.
Melevantodispuestoamarcharme.Séquetienerazón,peroestoyhartodeesto.
—Claroqueteimporta,aunquenoquierasadmitirlo.Coneltiempo,hellegadoalaconclusiónde
quelosquedecísquenoosimportanadasoisprecisamentealosquemásosimportanlascosas.
Recojoelvasoyapurosucontenidoantesdedirigirmealapuerta.
—Nomeconocesenabsoluto—digoconlosdientesapretados.
Lillianselevantayseaproximacomositalcosa.
—Claroquesí.YatehedichoqueerescomoRiley.
—Pues lo siento por ella, porque tiene que aguantar lo suyo... —empiezo a atacarla, pero me
refreno.
Estachicanohahechonadamalo.Estáintentandoayudarme,ynomerecequepaguemismovidas
conella.
Suspiro.
—Perdona,¿vale?
Vuelvoalsalónymedesplomosobreelsofá.
—¿Ves? Disculparse no es tan difícil, ¿verdad? —Lillian sonríe, se acerca al carrito de nuevo y
traelabotelladebrandyhastadondemeencuentro.
—Estáclaroquenecesitasotrotrago.—Sonríeycogemivasovacío.
—Tessadetestaquebeba—farfullotrasmiterceracopa.
—¿Teponesdesagradablecuandolohaces?
—No—respondosinpensar.Pero,alverqueestáverdaderamenteinteresada,meditolapreguntay
reconsideromirespuesta—.Aveces.
—Hum...
—Y¿túporquénobebes?—pregunto.
—Nolosé.Simplementenobebo.
—Y¿tunovio...,perdón,tunoviabebe?
Asiente.
—Sí,aveces.Aunquenotantocomoantes.
—Vaya.
EsposiblequelatalRileyyyotengamosmásencomúndeloquepensaba.
—¡¿Lillian?!—gritaentoncessupadre,yoigocrujirlaescalera.
Meincorporoymeapartodeellaporinstinto,yellacentralaatenciónenél.
—¿Sí,papá?
—Escasilaunadelamadrugada.Creoqueyavasiendohoradequesemarchetucompañía—
dice.
«¿Launa?¡Joder!»
—Vale. —Asiente y me mira de nuevo—. A veces se le olvida que ya soy adulta —susurra
claramenteirritada.
—Detodosmodostengoquemarcharmeya.Tessamevaamatar—respondo.
Cuandomelevanto,miequilibrionoestanestablecomodebería.
—Puedesvolvermañanasiquieres,Hardin—diceelamigodemipadrecuandollegoalapuerta.
—PídeleperdónypiensaacercadelodeSeattle—merecuerdaLillian.
Peroestoydecididoanohacerlecasoysalgoporlapuerta,desciendolosescalonesyrecorroel
acceso pavimentado. Me encantaría saber a qué se dedica su padre; es evidente que está forrado de
pasta.
Todoestámuyoscuro.Nisiquierameveolamanocuandolameneocomounidiotadelantedemi
cara.Cuandollegoaliniciodelsendero,laslucesexterioresdelacabañademipadreaparecenantemis
ojosymeguíanhaciasuaccesoyporlosescalonesdelporche.
Lapuertamosquiteracrujecuandolaabroymaldigo.Loúltimoquenecesitoenestosmomentoses
quemipadresedespierteyhuelaelbrandyenmialiento.Aunque,bueno,puedequeéltambiénquiera
unpoco.
MiTessainteriormereprendealinstantepormicínicopensamiento.Mepellizcoelpuentedela
narizysacudolacabezaparasacarlademimente.
Estoyapuntodetirarunalámparaalsuelomientrasintentodescalzarme.Meagarroalaesquina
delaparedparasostenermeyporfinconsigocolocarlasbotasjuntoaloszapatosdeTessa.Empiezana
sudarmelaspalmasdelasmanosmientrassubolaescaleralomásdespacioposible.Noestoyborracho,
perosíbastanteachispado,yséquevaaenfadarseaúnmásqueantes.Estatardeestabafueradesus
casillas,yahoraqueheestadoporahíhastatantarde,yencimabebiendo,vaaperderlospapeles.La
verdadesquemesientobastanteasustadoahoramismo.Estabatanfuriosaantesquemehainsultadoy
mehaordenadoquemelargara.
La puerta de la habitación que compartimos se abre con un leve crujido e intento ser lo más
silenciosoposibleyatravesarlaoscuridadsindespertarla.
Notengoesasuerte.
LalámparadelamesilladenocheseenciendeyTessafijasumiradaimpasibleenmí.
—Perdona...,noqueríadespertarte—medisculpo.
Fruncesuslabioscarnosos.
—Noestabadormida—declara,yempiezoasentirunatensiónenelpecho.
—Séqueesmuytarde,losiento—digosinhacerpausas.
Ellamemiraconrecelo.
—¿Hasestadobebiendo?
Apesardesuexpresión,lebrillanlosojos.Elmodoenquelatenueluzdelalámparailuminasu
rostrohacequemedenganasdealargarlamanoytocarla.
—Sí—digoaguardandosufuria.
Suspiraysellevalasmanosalafrenteparaapartarselosmechonesrebeldesquesehansoltadode
sucoladecaballo.Noparecealarmadanitampocosorprendidapormiestado.
Treintasegundosdespués,sigoesperandosuira.
Peronada.
Continúa ahí sentada en la cama, apoyada en las manos, mirándome con decepción mientras yo
sigodepieeincómodoenelcentrodelahabitación.
—¿Vasadeciralgo?—preguntoporfinconlaesperanzadeinterrumpireldesagradablesilencio.
—No.
—¿Yeso?
—Estoyagotada,ytú,borracho.Notengonadaquedecir—replicasinemociónalguna.
Mepasolavidanervioso,anticipandoelmomentoenqueyanopuedamásydigaquehastaaquí
hemos llegado y que está harta de soportar mis mierdas y, sinceramente, tengo miedo de que ese
momentohayallegado.
—Noestoyborracho,sólohetomadotrescopas.Sabesqueparamíesonoesnada—digo,yme
sientoenelbordedelacama.
Un escalofrío me recorre la espalda cuando veo que se desplaza más cerca de la cabecera para
apartarsedemí.
—¿Dóndeestabas?—preguntaconvozsuave.
—Enlacabañadeallado.
Continúamirándome,esperandomásinformación.
—EstabaconunachicaquesellamaLillian.Supadrefuealauniversidadconelmío,yhemos
estadohablando,unacosahallevadoalaotray...
—Joder...—Tessacierralosojosconfuerza,setapalosoídosconlasmanosysellevalasrodillas
alpecho.
Lecojolasdosmuñecasconunamanoyselascolocosobresuregazoconsuavidad.
—No,no,noesloquepiensas.Joder.Estábamoshablandosobreti—ledigo,yesperoaqueponga
losojosenblanco,comosiempre,ysusgestosdeincredulidadantetodoloqueledigo.
Abrelosojosymemira.
—¿Sobremí?
—SobretodaestamierdadeSeattle.
—¿HashabladoconellasobreSeattlecuandoconmigonoquiereshablardeello?
Sutononoesdeenfado,sinodecuriosidad,yestoyconfundidodelahostia.Yonoqueríahablar
conesachica,prácticamentemehaobligadoahacerlo,perosupongoqueenciertomodomealegrode
quelohayahecho.
—Noesasídesimple.Además,túmepedistequemefuera—lerecuerdoalachicaconlacarade
Tessaquetengodelante,perosinsuactituddesiempre.
—Y¿hasestadoconellatodoestetiempo?
Veocómoletiemblaellabioinferiorantesdeapretarlosdientescontraél.
—No.Fuiapasearymeencontréconella.
Acercolamanoparaapartarleunmechónrebeldedelamejillaynomeloimpide.Tienelapiel
calienteyparecebrillarbajolatenueluzdelalámpara.Apoyaelrostrocontramipalmaycierralos
ojosmientrasleacaricioelpómuloconelpulgar.
—Separecemuchoati.
Noesperabaesareacción.Sinceramente,esperabaqueestallaselaterceraguerramundial.
—Entonces¿tegusta?—preguntaentreabriendoligeramentesusojosgrisesparamirarme.
—Sí,esmaja.—Meencojodehombrosyloscierradenuevo.
Sucalmamehapilladoporsorpresa,yeso,juntoconelbrandyenvejecido,dacomoresultadoun
Hardintremendamenteconfundido.
—Estoycansada—dice,ylevantalamanoparaapartarlamíadesurostro.
—¿Noestásfuriosa?—pregunto.
Algonovabien,peronoséquées.Putoalcohol.
—Sóloestoycansada—responde,ysetumbasobrelasalmohadas.
Vale...
Campanasdealarma,no,másbiensirenasdealertadetornadoestallanenmicabezaantelafalta
deemociónquetransmitesuvoz.Hayalgoquenomeestádiciendo,yquieroquelodiga.
Peromientrassequedadormida,oalmenosfingehacerlo,medoycuentadequetengoqueelegir
pasarporaltosusilencioestanoche.Estarde.Silaagobiomeobligaráamarcharmedenuevo,yno
puedoconsentirlo.Nopuedodormirsinella,ytengosuertedequemeestépermitiendoestarcercade
elladespuésdetodalamierdaconSandra.Tambiéntengosuertedequeelalcoholmeestédandosueño,
de modo que no me pasaré toda la noche despierto pensando qué se estará cociendo en la mente de
Tessa.
Capítulo34
Tessa
Laluzdelamañanainundalahabitacióncuandoelsolsaleenladistancia.Desvíolamiradadesdelas
puertas descubiertas del balcón hasta mi vientre. El brazo de Hardin envuelve mi cuerpo. Sus labios
carnososestánentreabiertosyunossuavesronroneosescapandeellos.Nosésiecharlodelacamao
apartarleelpelocastañodelafrenteypegarloslabioscontralapielenrojecida.
Estoymuyenfadadaconélportodoloquepasóanoche.Tuvolaosadíadevolveralacabañaala
unaymediadelamadrugaday,talycomomehabíatemido,paraañadirmásleñaalfuego,sualiento
apestabaaalcohol.Yluegoestálodeesachica,unachicacomoyo,conlaquesepasóhorasyhoras.
Me dijo que sólo habían estado hablando, y no es que no me lo crea. Es el hecho de que Hardin se
niegueahablarsobreSeattleconmigo,peronopareceimportarlehablarconellaalrespecto.
Noséquépensar,yestoyhastalasnaricesdetenerquepensartodoeltiempo.Siemprehayalgún
problemaquesolucionar,algunadiscusiónquesuperar...,yyaestoyharta.Hartadetodoesto.Quieroa
Hardin más de lo que soy capaz de comprender, pero no sé cuánto tiempo más podré seguir así. No
puedoestarsiemprepreocupándomedequellegueacasaborrachocadavezquetenemosunproblema.
Queríagritarle,lanzarleunalmohadónalacaraydecirlequeesuncapullo,peroestoyempezandoa
darmecuentadequeunasólopuedediscutirconunamismapersonasobrelamismacosaciertonúmero
devecesantesdequemarse.
NoséquéhacerrespectoalhechodequenoquieraveniraSeattle,perosíséquequedarmeaquí
tumbadaenlacamanomevaaayudar.LevantoelbrazodeHardin,meescabullodedebajodesupeso
ycolocosuavementesuextremidadsobrelaalmohadaquetieneallado.Gruñeunpocoensueños,pero
afortunadamentesóloseestirasindespertarse.
Cojo mi teléfono de la mesilla de noche y me acerco sigilosamente hasta las puertas del balcón.
Apenashacenruidoalabrirse,ydejoescaparunsuspirodealivioantesdecerrarlasdetrásdemí.Fuera,
elaireesmuchomásfrescoqueayer;aunqueesnormal,sonsólolassietedelamañana.
Conelteléfonoenlamano,empiezoapensarenmiresidenciaenSeattle,queenestosmomentos
esinexistente.Mitrasladoaesaciudadseestáconvirtiendoenunengorromuchomásgrandedeloque
había anticipado y, la verdad, a veces me da la sensación de que tanto lío no merece la pena. Me
reprendo al instante por ese pensamiento. Eso es justo lo que Hardin pretende: ponerme las cosas
difícilesconlaesperanzadequeacaberenunciandoaloquequierohacerymequedeconél.
Bien,puesesonovaapasar.
Abro el navegador de mi teléfono y espero con impaciencia a que Google se cargue. Me quedo
mirando la pequeña pantalla y aguardando a que el molesto círculo deje de girar una y otra vez.
Frustradaantelalentarespuestademiteléfonoprehistórico,vuelvoalahabitación,cojoeldeHardinde
lasillaysalgodenuevoalbalcón.
Sisedespiertaymepillaconsumóvil,sevaaenfadar.Peronoestoyfisgandosusllamadasnisus
mensajes.Sóloestoyusandosuconexiónainternet.
«Sí, es maja.» Sus palabras sobre la tal Lillian se repiten en mi cabeza mientras intento buscar
apartamentosenSeattle.
Sacudo la cabeza para borrar el recuerdo de mi mente y admiro un lujoso apartamento que me
gustaríapoderpermitirme.Pasoalsiguiente,unopequeñodeundormitorioenundúplex.Nomesiento
cómodaenundúplex;megustalaideadequealguientengaqueatravesarunvestíbuloparallegarami
puerta, y más teniendo en cuenta que por lo visto voy a estar sola en Seattle. Deslizo el dedo por la
pantallaunascuantasvecesmásantesdeencontrar,porfin,unpisodeunahabitaciónenunatorrede
apartamentosmediana.Sesaledemipresupuesto,peronodemasiado.Sitengoquepasarsincomprar
comidahastaquemeinstale,loharé.
Guardo el número de teléfono en mi móvil y continúo ojeando los anuncios. El pensamiento
imposibledebuscarapartamentoconHardinmepersigue.Estamoslosdossentadosenlacama,yocon
laspiernascruzadasyélconsuslargaspiernasestiradasyconlaespaldaapoyadaenlacabecera.Yole
enseñounmontóndepisos,yélponelosojosenblancoysequejadelprocesodebúsqueda,perolo
pillosonriendoyconlosojosfijosenmislabios.Medicequeestoymuyguapacuandomeagobio,y
despuésmequitaelportátildeencimaymeaseguraqueyabuscaráélunsitioparalosdos.
Peroesoseríademasiadosencillo.Demasiadofácil.Todoenmividaerasencilloyfácilhastahace
pocos meses. Mi madre me ayudó con la residencia y lo tuve todo solucionado y preparado antes
inclusodellegaralaWCU.
Mi madre... No puedo evitar echarla de menos. No tiene ni idea de que me he reunido con mi
padre.Séqueseenfadaríamuchosilosupiera.
Sindarmecuenta,meencuentromarcandosunúmero.
—¿Diga?—contestaconvozsuave.
—¿Mamá?
—¿Quiénibaaser,sino?
Yameestoyarrepintiendodehaberlallamado.
—¿Cómoestás?—preguntoenvozbaja.
Suspira.
—Estoybien.Heestadounpocoocupadacontodoloqueestápasando.
Oigoruidodeollasysartenesdefondo.
—Y¿quéesloqueestápasando?
«¿Sabelodemipadre?»Decidoalinstanteque,sinolosabe,éstenoeselmomentodecontárselo.
—Pues nada en concreto. He estado haciendo muchas horas extras y tenemos un nuevo pastor...
Ah,yRuthhafallecido.
—¿RuthPorter?
—Sí,ibaallamarte—dice,ysutonofríosetornaligeramentecálido.
Ruth,laabueladeNoah,eraunadelasmujeresmásdulcesquehetenidoelplacerdeconocer.Era
siempremuyamabley,juntoconKaren,hacíalasmejoresgalletasconpepitasdechocolatedelmundo.
—Y¿cómoestáNoah?—meatrevoapreguntar.
Estabamuyunidoasuabuela,yséquedebedeestarpasándolomal.Yonuncatuvelaoportunidad
detenerunarelaciónestrechaconmisabuelos;lospadresdemipadremurieronantesdequeyofuese
lo bastante mayor como para acordarme, y los padres de mi madre no eran la clase de gente que
permitíaquenadieseacercaraaellos.
—Pueslollevabastantemal.Deberíasllamarlo,Tessa.
—No puedo... —Empiezo a decirle que no puedo llamarlo, pero me interrumpo. ¿Por qué no
puedo?Puedoyloharé—.Loharé...Lollamaréahoramismo.
—¿De verdad? —dice claramente sorprendida—. Bueno, pero espera al menos hasta después de
lasnueve—meaconseja,ysonríosindarmecuentaaloírla.Séqueellatambiénestarásonriendoalotro
ladodelalínea—.¿Cómovanlasclases?
—MemarchoaSeattleellunes—confieso,yoigoelrepiqueteodealgoquehacaídoalsuelo.
—¿Qué?
—Telocomenté,¿recuerdas?
«¿Nolohice?»
—No,nolohiciste.Medijistequetuempresasetrasladabaallí,peronoquetúfuesesamarcharte
seguro.
—Losiento,heestadomuyocupadaconlodeSeattle,yconHardin.
—¿Vaairsecontigo?—mepreguntaconunavoztremendamentecontrolada.
—Pues...nolosé—respondoconresignación.
—¿Estásbien?Parecespreocupada.
—Estoybien—miento.
—Séquenohemosestadomuydeacuerdoúltimamente,perosigosiendotumadre,Tessa.Site
pasaalgo,puedescontármelo.
—Estoybien,deverdad.Sóloestoyalgoestresadacontodoestoylodeltrasladoalnuevocampus.
—No te preocupes. Te irá estupendamente. Destacarás en cualquier campus. Puedes destacar en
cualquierparte—diceinfundiéndomeseguridad.
—Lo sé, pero ya me he acostumbrado a éste, y ya conozco a algunos de los profesores y tengo
amigos...,unospocosamigos.
Laverdadesquenotengoningúnamigoalquevayaaechartremendamentedemenos,exceptoa
Landon.YpuedequeaSteph...,perosobretodoaLandon.
—Tessa,esparaestoparaloquehemosestadotrabajandotantosaños,ymírateahora.Miraloque
hasconseguidoentanpocotiempo.Deberíassentirteorgullosa.
Suspalabrasmesorprendenymimenteseapresuraaprocesarlas.
—Gracias—consigoarticular.
—InfórmamecuandotehayasinstaladoenSeattleparaquevayaaverte,yaquenoparecequetú
vayasaveniracasamuypronto—dice.
—Loharé—respondopasandoporaltosutonoáspero.
—Tengoqueprepararmeparairmeatrabajar,yahablaremos.AcuérdatedellamaraNoah.
—Sí,lollamarédentrodeunpardehoras.
Cuandocuelgo,unmovimientoenelbalcónllamamiatencióny,allevantarlavista,veoaHardin.
Yasehavestidoconsusvaquerosysucamisetanegrosdesiempre.Vadescalzoytienelamiradafijaen
mí.
—¿Quiénera?—pregunta.
—Mimadre—contesto,ymellevolasrodillasalpechosobrelasilla.
—¿Paraquétehallamado?—Agarraelrespaldodelasillavacíaylaarrastraparaacercarlaamí
antesdesentarse.
—Lahellamadoyo—aclarosinmirarlo.
—¿Quéhaceaquífueramiteléfono?
Locogedemiregazoylocomprueba.
—Necesitabainternet.
—Ah—dicecomosinomecreyera.
«Sinotienenadaqueocultar,¿quémásleda?»
—¿De quién hablabas cuando has dicho que ibas a llamarlo? —pregunta sentándose en el borde
deljacuzzi.
Lomiroalacara.
—DeNoah—respondosecamente.
Meobservaconrecelo.
—Yunamierdalovasallamar.
—Síquelovoyahacer.
—¿Quétienesquehablarconél?—Apoyalasmanosenlasrodillasyseinclinahaciaadelante—.
Nada.
—¿Asíquetúpuedespasartehorasconotrapersonayvolverborracho,pero...?
—Estuexnovio—meinterrumpe.
—Y¿cómoséqueesachicanoesunadetusexnovias?
—Porqueyonotengoexnovias,¿recuerdas?
Resoploconfrustración;mideterminaciónpreviahadesaparecidoyestoycabreándomedenuevo.
—Vale, pues una de tantas chicas con las que te has acostado, entonces. De todos modos —
continúoenvozbajayclara—,túnovasadecirmeaquiénpuedoyaquiénnopuedollamar.Seami
exnovioono.
—Creíaquenoestabasenfadadaconmigo.
Suspiroapartandolamiradadesuspenetrantesojosverdesydirigiéndolahaciaelagua.
—Ynoloestoy.Deverdadqueno.Hicistejustoloqueesperabaquehicieras.
—¿Quees...?
—Huirdurantehorasyvolverapestandoaalcohol.
—Túmedijistequememarchara.
—Esonoesexcusaparavolverborracho.
—¡Yaestamos!—gruñe—.Sabíaquenoteestaríascalladitacomohicisteanoche.
—¿Calladita?¿Loves?Éseestuproblema:esperasquemequedecalladita.Yestoyharta.
—¿Dequé?—Seinclinahaciamíyacercaelrostrodemasiadoalmío.
—Deesto...—Agitolamanofrenéticamenteymepongodepie—.Estoyhartadetodoesto.Vetey
hazloquetedélarealgana,perobúscateaotraquesequedeaquísentadamientrashacesdelastuyasy
queluegosequedecalladita,porqueyonopiensoseguirhaciéndolo.—Ledoylaespalda.
Seponedepieyrodeamibrazoconlosdedosparavolvermesuavemente.
—Para —ordena. Su enorme mano se extiende por mi cintura mientras la otra me sostiene del
brazo.Piensoenmarcharme,peroentoncesmeestrechacontrasupecho—.Dejaderesistirte.Novasa
iraningunaparte.
Aprietaloslabiosconfirmezayyoliberoelbrazodeuntirón.
—Suéltameymesentaré—resoplo.
Noquieroceder,peromeniegoafastidiarleselviajealosdemás.Sivoyalpisodeabajo,Hardin
meseguiráyacabaremosmontandounabuenadelantedesufamilia.
Mesueltainmediatamenteyyomedejocaerenlasilladenuevo.Élsesientadelantedemíyme
miraconexpectaciónconloscodosapoyadosenlosmuslos.
—¿Qué?—espeto.
—¿Vasadejarme?—susurra,ysupreguntasuavizaligeramentemidurapostura.
—SiterefieresadejarteparairmeaSeattle,sí.
—¿Ellunes?
—Sí, el lunes. Ya hemos hablado de esto mil veces. Sé que estabas convencido de que tu sucia
artimañamedisuadiríadehacerlo—declaroechandohumo—,peronoesasí,ynadadeloquehagas
meloimpedirá.
—¿Nada?—Memiraatravésdesusgruesaspestañas.
«Me casaré contigo», me dijo estando borracho. ¿Se refiere a eso ahora? Por mucho que quiera
preguntárseloaquíyahora,nopuedohacerlo.Creoquenoestoypreparadaparasusobriarespuesta.
—Hardin,¿quéhayenSeattlequequieresevitaratodacosta?—decidopreguntarleensulugar.
Apartalamiradadelamía.
—Nadaimportante.
—Hardin,telojuro,comomeestésocultandoalgo,jamásvolveréahablarte—leavisomuyen
serio—.Yahetenidosuficiente,deverdad.
—No es nada, Tessa. Tengo algunos viejos amigos allí que no me apetece mucho ver porque
formanpartedemiantiguavida.
—¿Tuantiguavida?
—Mividaantesdeconocerte:labebida,lasfiestas,follarconcualquierchicaquesecruzaraenmi
camino —dice. Al ver mi gesto de dolor, farfulla—: Lo siento. —Pero continúa—: No hay ningún
secreto,sólomalosrecuerdos.Aunqueésanoeslarazónporlaquenoquieroir.
Esperoaquelleguealfondodelasunto,peronodicenadamás.
—Vale,entoncesdimecuáles,porquenoloentiendo.
Memiraalosojossinningunaexpresiónenelrostro.
—¿Porquénecesitasunaexplicación?Noquieroir,ytampocoquieroquetúvayassinmí.
—Esa explicación no me basta. Voy a ir —digo negando con la cabeza—. Y ¿sabes qué? Ya no
quieroquevengasconmigo.
—¿Qué?—Sumiradaseensombrece.
—Noquieroquevengas.—Memantengotodolocalmadaquepuedoymelevantodelasilla.Me
siento orgullosa de ser capaz de estar manteniendo esta conversación sin gritar—. Has intentado
fastidiarmeesto.Éstehasidomisueñodesdequetengousoderazón,ytúhasintentadofastidiármelo.
Hasconvertidoalgoquedeberíaestardeseandohacerenalgoqueapenaspuedosoportar.Deberíaestar
emocionadaydispuestaamarcharmeacumplirmissueños,perohasconseguidoquenotenganingún
sitiodondeviviryningúnsistemadeapoyoenabsoluto.Asíque,no,noquieroquevengas.
Hardinabreycierralaboca,selevantayempiezaapasearseporelsueloentarimado.
—Tú...—comienza,perosedetienecomosiestuvierareconsiderandosuspensamientos.
Peroconéllascosasnuncacambian,ydecideirporelcaminomásdifícil.
—¿Sabesqué,Tessa?NadiequiereiraSeattleexceptoalguiencomotú.¿Quiéncojonessueñacon
mudarse a Seattle en el puto estado de Washington? Qué gran ambición —ruge. Inspira hondo con
violencia—.Y,porsisetehabíaolvidado,yosoyelúnicomotivoporelquetienesesaoportunidad,
paraempezar.¿Quiéntecreesqueconsigueuncontratodeprácticasensuprimerañodeuniversidad?
¡Nadie,joder!Lamayoríalaspasancanutasparaconseguirunoinclusodespuésdelicenciarse.
—Esonotienenadaqueverconelasuntoqueestamosdiscutiendo.—Pongolosojosenblanco
antesudesfachatez.
—Y¿cuáleseseasunto,desagradecidade...?
Doyunpasohaciaélylevantolamanosindarmecuentasiquieradeloqueestoyhaciendo.
PeroHardinesdemasiadorápidoymeagarradelamuñeca,deteniéndomeaunoscentímetrosde
sumejilla.
—Niseteocurra—meadvierte.Suvozesáspera,cargadadeira,ylamentoquehayaevitadoque
le dé una bofetada. Su aliento mentolado golpea mis mejillas mientras intenta controlar su
temperamento.
«Adelante, Hardin», lo desafío mentalmente. No me intimida su respiración entrecortada ni sus
insultos.Puedodevolvérselosconcreces.
—Nopuedeshablarleasíalagentesinquehayaconsecuencias—digoenuntonogravequeroza
laamenaza.
—¿Consecuencias?—Memiraconojosfuriosos—.Enmividanoheconocidootracosa.
Detestoqueseatribuyaelméritodemisprácticas;detestoquetirecuandoyoaflojoytirarcuando
afloja él; detesto que haga que me enfurezca tanto que quiera pegarle; y detesto sentir que pierdo el
controldealgoquenoestoyseguradehabertenido.Lomiro.Sumanosiguesosteniendomimuñeca
con la presión justa como para evitar que intente golpearlo de nuevo, y parece herido, de un modo
peligroso.Susojosreflejandesafío,yhacequesemecaigaelalmaalospies.
Colocamimanosobresupechosinapartarlosojosdelosmíosydice:
—Túnosabesloquesonlasconsecuencias.
Luegosealejademí,aúnconesaexpresiónenlosojos,ymimanocaeamicostado.
Capítulo35
Hardin
«¿Quiéncoñosecreequees?»¿Acasopiensaquepuededecirmeesascosassóloporquenoquieroira
Seattleconella?¿Yahoranoquierequevaya?
¿MedicequenoquierequevayaaSeattleyencimaintentadarmeunabofetada?Deeso,nada.Le
hedichoesascosasporqueestabafurioso,peromehasorprendidoqueintentarapegarme...Mucho.La
hedejadoconlosojosfueradelasórbitas,llenosderabia,peroteníaquealejarmetodoloposiblede
esamierda.
Estoyenlapequeñacafeteríadelpueblo.Elcafésabeaalquitrán,ylaextrañamagdalenaquehe
pedidoestámásasquerosatodavía.Detestoestelugaryelhechodequenohayanadadenada.
Abrotressobresdeazúcaralavez,losviertoeneldesagradablecaféyremuevolamezclaconuna
cucharilladeplástico.Esdemasiadotempranoparatodaestamierda.
—Buenosdías—mesaludaunavozfamiliar.Aunquenoeslaqueesperabaoír.
—¿Qué haces aquí? —le pregunto a Lillian poniendo los ojos en blanco cuando se acerca por
detrásdemí.
—Vaya,esevidentequetienesunmaldespertar—diceconvozempalagosa,ysesientadelantede
mí.
—Lárgate—refunfuño,yobservolapequeñacafetería.
Hayunacolahastalapuerta,ycasitodaslasmesasestánllenas.Deberíahacerlesunfavoralos
queguardancolaydecirlesqueselarguenabuscarunputoStarbucksporqueestelugaresunasco.
Lillianmemira.
—Notehasdisculpado,¿verdad?
—Joder,quécotillaeres.
Mepellizcoelpuentedelanariz,yellasonríe.
—¿Vasaterminarteeso?—preguntahaciendoungestohacialamadalenaduracomounapiedra
quetengodelante.
Ladeslizohaciaellaycogeuntrozo.
—Yoquetúnomelacomería—leadvierto,peroellalohacedetodosmodos.
—Noestátanmal—miente.Séqueestádeseandoescupirla,peroselatraga—.¿Vasaexplicarme
porquénotehasdisculpadoconTamara?
—QuesellamaTessa,joder.Comovuelvasallamarla...
—Oye, oye, cálmate, que era una broma. Sólo te estaba tomando el pelo. —Se echa a reír,
orgullosadesertanimpertinente.
—Ja,ja.
Meterminoelrestodelcafé.
—Bueno,dime,¿porquénolohashecho?
—Nolosé.
—Claroquesí—insiste.
—¿Atiquémásteda?—MeinclinohaciaellayLillianseapoyaenelrespaldodesusilla.
—Nosé...Esqueparecequelaquieres,yeresmiamigo.
—¿Tuamigo?Nisiquierateconozco,ydesdeluegotúnomeconocesamí—declaro.
Su expresión neutra desfallece un instante y empieza a parpadear lentamente. Como se ponga a
llorarcreoquevoyagolpearaalguien.Nopuedosoportartantodramaaestashorasdelamañana.
—Oye,eresguayytal,peroesto...—hagoungestoconlamanoentresucuerpoyelmío—noes
unaamistad.Yonotengoamigos.
Ladealacabeza.
—¿Notienesningúnamigo?¿Nisiquierauno?
—No.TengoagenteconlaquesalgodefiestayaTessa.
—Deberíasteneramigos;almenos,uno.
—¿Quésentidotendríaquefuésemosamigostúyyo?Sóloestaremosaquíhastamañana.
Seencogedehombros.
—Podríamosseramigoshastaentonces.
—Estáclaroquetútampocotienesamigos.
—Nomuchos.ARileynolecaenmuybien.
—¿Y?¿Esoquémásda?
—Puesquenoquieropelearmeconella,asíqueyanolosveoamenudo.
—Disculpa,perolatalRileypareceunazorra.
—No hables así de ella. —Lillian se pone colorada, mostrando por primera vez una emoción
distintadelacalmaolaomnisciencia.
Jugueteoconmitaza,satisfechodehaberderribadosufachada.
—Sólodigoqueyonopermitiríaquenadiemedijeraquiénespuedenonopuedensermisamigos.
—¿MeestásdiciendoqueTessasaleconsusamigos?—Enarcaunacejayyoapartolamiradapara
pensarensupregunta.
Tieneamigos...,tieneaLandon.
—Sí.
—Túnocuentas.
—No,yono.Landon.
—Landonestuhermanastro.Tampococuenta.
Steph es una especie de amiga de Tessa, pero no son amigas de verdad, y Zed... ya no es un
problema.
—Metieneamí—digo.
Sonríeconpetulancia.
—Yameimaginaba.
—¿Eso qué más da? Cuando nos larguemos de aquí y empecemos de cero podrá hacer nuevos
amigos.Podemoshaceramigosjuntos.
—Claro.Elproblemaesquenovaisairalmismolugar—merecuerda.
—Vendráconmigo.Séquepareceimprobable,perotúnolaconoces.Yosí,yséquenopuedevivir
sinmí.
Lillianmemiraconojospensativos.
—¿Sabes?Existeunagrandiferenciaentrenosercapazdevivirsinalguienyamarlo.
Estachicanotieneniputaideadeloquedice.Notieneningúnsentido.
—Noquieroseguirhablandodeella.Sivamosaseramigos,tienesquehablarmesobreReganytú.
—Riley—replicaellaconbrusquedad.
Meríoligeramente.
—Jode,¿eh?
Lillianmefulminaconlamiradadebroma,perodespuésmecuentacómoconocióasunovia.Les
tocóestarjuntasdurantelaorientacióndelprimercursodeLillian.Alprincipio,Rileysemostróalgo
arisca,perodespuésletirólacañaparasorpresadeambas.Aparentemente,latalRileyescelosaytiene
bastantemalaleche.Merecuerdaaalguien.
—Lamayoríadenuestraspeleassonacausadesuscelos.Tienemiedodequemealejedeella.No
séporqué,porquesiempreesellalaquellamalaatencióndetodoelmundo,hombresymujeres,yha
salidoconambossexos.—Suspira—.Escomoquetodoelmundolevale.
—¿Túnolohashecho?
—No,yonohesalidoconningúnchico.—Arrugalanariz—.Bueno,unavezenoctavo,porque
meviunpocoobligadaahacerlo.Misamigasnoparabandedarmelalataporquenuncahabíatenido
novio.
—¿Porquénoselodijiste?—lepregunto.
—Noestansencillo.
—Deberíaserlo.
Sonríe.
—Sí,debería.Peronoloes.Enfin,quenuncahesalidoconnadiemásqueconRileyyotrachica.
—Entoncessusonrisadesaparece—.Riley,encambio,hasalidoconmuchagente.
Elrestodelamañanaytambiénlatardelospasoasí,escuchandolosproblemasdeestachica.Perono
me molesta tanto como pensaba. Es agradable saber que no soy el único que tiene esta clase de
movidas.LillianmerecuerdamuchoaTessayaLandon.Silosfundieranenunapersona,sindudasería
ella. Odio admitirlo, pero no me agobia su compañía. Es una marginada, como yo, pero no me juzga
porque apenas me conoce. Un montón de extraños entran y salen de la cafetería, y cada vez que veo
entraraunarubianopuedoevitarlevantarlavistaconlaesperanzadequeseamirubiaextraña.
Derepenteempiezaasonarunamelodíacuriosa.
—Serámipadre...—diceLillian,ycompruebasuteléfono—.Joder,soncasilascinco—exclama
entoncespresadelpánico—.Debemosirnos.Bueno,yodeboirme.Todavíanotengonadaqueponerme
paraestanoche.
—¿Paraqué?—lepreguntocuandoselevanta.
—Paralacena.Sabesquevamosacenarcontuspadres,¿no?
—Karennoesmi...—empiezoadecir,perodecidodejarlocorrer.Ellayalosabe.
Melevantoylasigoporelbarriohastaunapequeñatiendaderopallenadevestidoscoloridosy
bisuteríademalgusto.Hueleanaftalinayasalitre.
—Notienennadadecente—protestasosteniendoenaltounvestidorosaintensoconvolantes.
—Esoeshorrible—ledigo,yellaasienteylocuelgadenuevoensusitio.
NopuedoevitarpensarenquéestaráhaciendoTessaenestosmomentos.¿Seestarápreguntando
dóndeestoy?SeguroquedaporhechoqueestoyconLillian,cosaqueesverdad,peronotienedequé
preocuparse.Yalosabe.
Unmomento...No,nolosabe.NolehehabladodequeLilliantienenovia.
—Tessanosabequeereslesbiana—espetocuandomeenseñaunvestidonegroconcuentas.
Ellamemiracondiplomaciayselimitaapasarlamanoporelvestidootravez,comolohizocon
labotelladebrandyanoche.
—Novoyadarteconsejosdemoda,asíquedejadeintentarlo—gruño.
Ponelosojosenblanco.
—Y¿porquénoselohasdicho?
Tocouncollarconplumasquetengodelante.
—Nolosé.Nosemeocurrió.
—Vaya, me siento tan halagada de que mi orientación sexual te sea tan indiferente... —dice con
fingidagratitudyconunamanoextendidasobresucuello—.Perodeberíasdecírselo.—Sonríe—.No
meextrañaqueestuvieraapuntodedarteunbofetón.
Sabíaquenodeberíahaberlecontadolodelabofetada.
—Cállate.Selodiré...—Aunquelaverdadesquepodríavenirmebiennohacerlo—.Alomejor
—añado.
Lillianponelosojosenblancodenuevo.PonelosojosenblancocasitanamenudocomoTessa.
—Escomplicada,yséloquemehago,¿vale?
O,almenos,esocreo.Séexactamentecómotensarlascuerdashastaobtenerloquequiero.
—Tienes que arreglarte esta noche; el sitio al que vamos es repugnantemente sofisticado —me
adviertemientrasojeaelvestidogirandolapercha.
—Deeso,nada,nihablar.Detodasmaneras,¿quétehacepensarquevoyair?
—¿Porquéno?Teinteresaquetuparientadejedeestartanenfadada,¿no?
Suspalabrasmedescolocanporuninstante.
—¿Miparienta?Nolallamesasí.
Meempotraunacamisablancacontraelpecho.
—Almenosponteunacamisabonita;delocontrario,mipadrenopararádedartelabrasatodala
noche—dicemetiéndoseenelprobador.
Unosminutosdespuésaparececonelvestidonegropuesto.Lequedabien—estábuenaytal—,
peroalinstanteempiezoaimaginarmeaTessaluciéndolo.Lequedaríamuchomásceñido:Tessatiene
las tetas mucho más grandes que Lillian, y las caderas un poco más anchas, de modo que llenaría el
vestidomuchomejor.
—Noestanfeocomoelrestodelamierdaquetienenaquí—digoamododecumplido.
Ponelosojosenblanco,mesacaeldedoycierralacortina.
Capítulo36
Tessa
MemiroenellargoespejoylepreguntoaLandon:
—¿Seguroqueestoybien?
—Sí,tranquila—respondeconunasonrisa—.Pero¿podemosintentarrecordarquesoyuntío?
Suspiroymeechoareír.
—Losé,perdona.Notengolaculpadequeseasmiúnicoamigo.
Eltactodelvestidooscuroycentelleantesobremipielnomeresultadeltodocómodo.Latelaes
dura y las pequeñas cuentas me rascan un poco cuando me muevo. En la pequeña tienda de ropa del
pueblo no había mucho donde elegir, y desde luego no iba a ponerme el vestido rosa intenso
confeccionadoexclusivamentecontul.Necesitoalgoqueponermeparalatemiblecenadeestanoche,y
nopiensoseguirlasugerenciadeHardindequevayaenvaqueros.
—¿Creesquesemolestaráenvolverantesdequelleguelahorademarcharnos?—lepreguntoa
Landon.
Hardinsehalargado,comosiempre,despuésdenuestrapelea,ynoharegresadodesdeentonces.
Tampocohallamadonimehamandadoningúnmensaje.Seguramenteestaráconesachicamisteriosa
conlaquetantolegustacompartirnuestrosproblemas.Sí,esachicaconlaquehablamuchomásque
con su novia. Con lo cabreado que estaba, no me extrañaría que hiciese algo con ella con la única
intencióndehacermedaño.
No...,noloharía.
—Laverdadesquenolosé—diceLandon—.Esperoquesí.Delocontrario,mimadresesentirá
muydecepcionada.
—Losé.—Mepongootrahorquillaenelmoñoycojoelrímel.
—Vendrá.Sóloestásiendocabezota.
—Loquenoséessiiremosjuntos.—Mepasoelpequeñocepilloporlaspestañas—.Sientoque
estoyllegandoamilímite.¿Sabesquésentíanochecuandomedijoquehabíaestadoconotrachica?
—¿Qué?—mepreguntaconcuriosidad.
—Creoquehallegadoelfinaldenuestraturbulentahistoriadeamor...—Intentabaquefuerauna
broma,peroalparecernohatenidogracia.
—Semehacemuyrarooírtedeciresoprecisamenteati—señala—.¿Cómotesientes?
—Unpocoenfadada,peroyaestá.Escomosifuerainmuneaelloahora,atodo.Notengoganasde
pasarporlomismounayotravez.Estoyempezandoapensarqueesunacausaperdida,ylaverdades
quesemeparteelalma—digo,prohibiéndomeamímismallorar.
—Nadieesunacausaperdida.Sólocreenqueloson,yporesoavecesnosemolestanenintentar
cambiar.
—¿Estáis listos, chicos? —pregunta Karen desde el salón, y Landon le asegura que bajaremos
enseguida.
Me coloco mi nuevo par de tacones negros con correas en los tobillos. Por desgracia, son tan
incómodoscomoaparentan.EnocasionescomoéstaescuandoechodemenosllevarTomsadiario.
Cuandonosmetemostodosenelcoche,Hardinaúnnohavuelto.
—Nopodemosesperarlomás—diceKenconelceñofruncidodedecepción.
—No pasa nada, le traeremos algo a la vuelta —sugiere Karen con dulzura en un intento de
disminuirlairritacióndesumarido,apesardequesabequeésanoeslasolución.
Landonmemirayyolesonríoparaasegurarlequeestoybien.Intentadistraermetodoeltrayecto
hablándome sobre varios estudiantes que conocemos y bromeando sobre sus posturas en clase.
Especialmentelasdealgunosdelosquevienenconnosotrosareligión.
CuandoKenaparcaennuestrodestino,veoqueelrestauranteesdeungustoexquisito.Eledificio
esunacabañadetroncosinmensa,yelinteriorcontradiceelaspectosilvestredelexterior.Esmodernoy
elegante,condecoraciónenblancoynegroportodaspartesydetallesengrisenlasparedesyelsuelo.
La iluminación está en el límite de ser demasiado oscura, pero crea un ambiente íntimo. Para mi
sorpresa,mivestidoesloquemásbrillaenlahabitación.Cuandolaluzsereflejaenlascuentas,éstas
centelleancomodiamantesenlaoscuridad,cosaquetodoelmundoparecehaberadvertido.
—Scott—oigoquelediceKenalaguapamujerqueseencuentratraselatril.
—El resto de su cuadrilla ya está aquí. —Ella sonríe, y sus dientes perfectos son de un blanco
cegador.
—¿Cuadrilla?—digovolviéndomehaciaLandon,yélseencogedehombros.
Seguimosalamujerhastaunamesaenunrincóndelsalón.Detestoquetodoelmundomemirea
causadeestevestido.Deberíahabermecompradoaquellamonstruosidadrosa,habríallamadomenosla
atención. Un hombre de mediana edad se derrama la copa encima y Landon me acerca a su costado
cuando pasamos junto al muy pervertido. Tampoco es un vestido tan exagerado. Me llega justo por
encima de la rodilla. El problema es que fue confeccionado para alguien con un busto mucho más
pequeñoqueelmío,loquehacequeelsujetadorincorporadoactúecomounpush-upymeacentúeal
máximoelescote.
—Yaerahoradequellegarais—diceunavozmasculinadesconocida,ymirohaciaellugardonde
estáKarenparaverdequiénsetrata.
Un hombre, imagino que el amigo de Ken, se levanta para estrecharle la mano. Desvío la vista
hacialaderecha,dondesumujersonríeysaludaaKaren.Asuladohayunachicajoven—miinstinto
meindicaqueeslachica—,ysemecaeelalmaalospies.Esguapa,muyguapa.
Yllevaexactamenteelmismovestidoqueyo.
Cómono.
Veosusbrillantesojosazulclarodesdeaquíy,cuandomesonríe,mepareceaúnmásguapa.Estoy
tandistraídaconmiscrecientescelosquecasinomedoycuentadequeHardinestásentadoasulado,
vestidoconunacamisablanca.
Capítulo37
Hardin
—Joder... —murmura Lillian en voz alta, y me abstrae de mis pensamientos sobre mi pelea matutina
conTessa.
Levantolavista,sigoladireccióndesumiradayveoquéesloquelahadejadoboquiabierta.
Tessa.
Conelmismovestido...elmismoputovestidoconelquemelahabíaimaginado.Yhacequesu
pecho ya de por sí generoso parezca... Joder... Parpadeo rápidamente en un intento de recobrar la
composturaantesdequelleguealamesa.Porunmomentocreoquesetratadeunaalucinación;está
aúnmássexideloquemehabíaimaginado.Todoslostíosensusmesassevuelvenparamirarla;uno
inclusosederramalabebidaencima.Meagarroalbordedelamesaesperandoaqueelcerdolediga
algo.Comolohaga,juroque...
—¿ÉsaesTessa?¡Joder!—Lillianestáprácticamentejadeando.
Elhombrequesehaderramadolabebidaseapartadesumujerysusojossiguenamichica.
—Relájate—diceLilliantocándomelasmanosconsuavidad.
Misnudillosllenosdecicatricesestánblancosdelafuerzaconlaquemeaferroalamesa.
LandonestrechaaTessaylaapartadelcerdo.Ellalesonríeyéllaestrechamásconformeavanzan.
«¿Quécojonesestápasandoaquí?»
TessasecolocadetrásdeLandonmientraslospadresdeLillianyKarenyKenprocedenconsus
putasformalidadescreyéndosequetienenmuchaclaseporestrecharselamanoapesardequesevieron
anochemismo.Pronto,lamiradadeTessadescubreaLillianysusojosseabrencomoplatosysefijan
enelsuelo.Estácelosa.
Bien.Esoeraloqueesperaba.
Capítulo38
Tessa
ElpánicomeinvadealveraHardinsentadoalladodeesachica.Nisiquieraparecepercatarsedemi
presenciacuandotomoasientojuntoaLandon,alotroladodelamesa,lomáslejosposibledeél.
—Hola,y¿túquiéneres?—mepreguntaconunasonrisaelamigodeKen.
Séporsutonoqueesdelaclasedehombresquesecreenmejorqueelrestodelospresentes.
—Hola,soyTessa—contesto,ysonríosecamenteylosaludoconungestodelacabeza—.Una
amigadeLandon.
MiroaHardinyveoquetieneloslabiosapretados.Bueno,esevidentequeélestáentreteniendoa
lahijadeestehombre,demodoque¿porquéfastidiarlesladiversión?
—Encantado,Tessa.YosoyMax,yellaesDenise—diceelhombreseñalandoalamujerquetiene
allado.
—Esunplacerconocerte—diceDenise—.Hacéisunaparejaencantadora.
Hardinempiezaatoser.Oaatragantarse.Noquieromirarloparasabercuáldelasdos...,perono
puedoevitarlo.Cuandolohago,veoquemeestáfulminandoconlamirada.
Landonseríe.
—No,nosomospareja.—MiraaHardincomoesperandoquedigaalgo.
Como era previsible, no lo hace. La chica parece algo desorientada y un poco incómoda. Me
alegro.Hardinseacercaparadecirlealgoaloídoyellalesonríeysacudelacabeza.«¿Quénaricesestá
pasandoaquí?»
—Hola,soyLillian,encantadadeconocerte—sepresentaconunasonrisaamistosa.
«Zorra.»
—Lomismodigo—consigoarticularenrespuesta.
Tengo el corazón acelerado y apenas puedo ver con claridad. Si no estuviésemos compartiendo
mesaconlafamiliadeHardinylosamigosdeKen,letiraríaaHardinunabebidaalacaray,conel
escozordeojos,estaveznopodríainterceptarmibofetada.Noscolocanunmenúdelantedecadauno
denosotrosyesperoaquemellenenunadelascopasconaguaantesdecogerlo.KenyMaxempiezan
ahablarsobreloextrañoqueresultatenerqueescogerentreaguadelgrifoyaguaembotellada.
—¿Yasabesquévasapedir?—mepreguntaLandonenvozbajamomentosdespués.
SéqueestáintentandodistraermedeHardinysunuevaamiga.
—Pues...nolosé—susurro,yleechounvistazoalsofisticadomenúescritoamano.
Ahoramismonopuedopensarencomer;tengoelestómagorevueltoyapenaspuedocontrolarmi
respiración.
—¿Quieresquenosvayamos?—mepreguntaaloído.
MiroaHardin,alotroladodelamesa.Susojosseencuentranconlosmíosuninstanteantesde
volversedenuevohaciaLillian.
«Sí.QuierolargarmedeaquíydecirleaHardinquenovuelvaahablarmeenlavida.»
—No,nopiensoiraningunaparte—digo,ymesientomuyerguidaenmisilla.
—Bienhecho—mealabaLandonmientrasunatractivocamarerollegaanuestramesa.
—Tomaremos una botella del mejor vino blanco que tengan —le dice el amigo de Ken, y él
asiente.
Justocuandosedisponeamarcharse,Maxlollama.
—Nohabíamosterminado—dice,ypideunalistadeaperitivos.
Noconozconingunodelosplatosquehapedido,perosupongoque,detodosmodos,tampocovoy
acomermucho.
Intentodesesperadamentenomiraralotroladodelamesa,peroesdifícil,muydifícil.¿Porquéha
venidoconella?Yencimasehaarregladoparalaocasión.Comonollevevaquerosdebajodelamesa,
elpococorazónquemequedaintactosemepartiráenmilpedazos.Siempretengoqueestarunahora
rogándoleparaquesepongaotracosaquenoseanunosvaquerosyunacamisetay,encambioahora,
aquíestá,alladodeesachicayconunacamisablanca.
—Lesdaréunosminutosparaqueveanelmenú,ysitienenalgunaconsultasobrelosplatos,mi
nombreesRobert—diceelcamarero.
Sumiradaseencuentraconlamía.Sequedaligeramenteboquiabiertoyapartalavistaalinstante
sóloparavolveraposarlaenmí.Esestevestidoyelmalditoescote.Leregalounaincómodasonrisa.Él
meladevuelveysucuelloysusmejillasempiezanaponerserojos.
Espero que mire a Hardin, pero entonces caigo en que, debido a nuestra distribución, los que
parecemosparejasomosLandonyyo,yHardinestáconLillian.Semecaeelalmaalospiesdenuevo.
—Eh,tío.Tómanosnotaopírate—diceHardininterrumpiendomispensamientos.
—Lo...losiento—tartamudeaRobert,ysealejadelamesaatodaprisa.
Todas las miradas se centran en Hardin, la mayoría reflejando desaprobación por su
comportamiento.Karenpareceavergonzada,yKentambién.
—Tranquilos, volverá. Es su trabajo —dice Max quitándole importancia. Seguro que el
comportamientodeminoviolepareceaceptableaalguiencomoél.
Miro a Hardin con el ceño fruncido, pero no parece importarle lo más mínimo, está demasiado
cegadoconesospuñeterosojosazules.Alverloconellatengolasensacióndequenoloconozcode
nada, como si me estuviera entrometiendo en la privacidad de un par de tortolitos. Ese pensamiento
hacequemesubalabilisporlagarganta.MelatragoydoygraciascuandoRobertvuelveconelvinoy
unascubiterasacompañadodeotrocamarero,probablementecomoapoyomoral.Oporprotección.
Hardin no le quita ojo de encima, y levanto la vista al techo ante su osadía. ¿Cómo se atreve a
mirarmalalpobrechicocuandoélestáactuandocomosinomeconocieradenada?
Nervioso,Robertmellenalacopahastaelbordeyyoledoylasgraciasenvozbaja.Mesonríe,
estavezconmenostimidez,ysedisponeallenarlelacopaaLandon.Nuncalohevistobeber,excepto
enlabodadeKenyKaren,einclusoentoncessólosetomóunacopadechampán.Sinoestuviesetan
desoladaporelcomportamientodeHardin,rechazaríaelvinoynobeberíadelantedesuspadres,pero
hasidoundíamuylargo,ysinelvinonocreoquepuedaaguantartodaestacena.
—No,gracias—diceKencolocandolamanosobresucopacuandoRobertsedirigehaciaél.
Levanto la mirada para asegurarme de que Hardin no está preparando ningún comentario borde
sobresupadre,perolosorprendodenuevocharlandoentresusurrosconLillian.
Estoy muy confundida. ¿Por qué está haciendo esto? Sí, nos hemos peleado, pero esto es
demasiado.
Doyunlargotragoyelvinomesabefrescoydeliciosamentedulcealpaladar.Medanganasde
bebérmelotododegolpe,perotengoqueirpocoapoco.Loúltimoquenecesitoesemborracharmey
ponermesensibledelantedetodoelmundo.Hardinnorechazaelvino,peroLilliansí.Élleponelos
ojosenblancoparapicarla,ymeobligoaapartarlavistadeellosantesdeconvertirmeenunmarde
lágrimaseinundarelpreciososuelodemaderamacizateñida.
—¡... Max estaba escalando por la fachada, y estaba tan borracho que tuvo que venir el equipo de
seguridaddelcampusabajarlo!—diceKen,ytodosnosechamosareír.
TodosmenosHardin,claro.
Enroscolapastademiplatoeneltenedorydoyotrobocado.Mecentroenlodeliciososqueestán
estostallarinesreciénhechosycómoparecenhacerseunovilloalrededordelosdientesdeltenedor.De
locontrario,tendríaquecentrarmeenHardin.
—Meparecequetienesunadmirador—mediceDenise.
LevantolavistaysigoladireccióndesumiradahastaRobert,queestárecogiendolosplatosdela
mesadealladoconlosojosfijosenmí.
—Nolehagasmuchocaso;essólouncamareroquequiereloquenopuedetener—declaraMax
conunasonrisaladina,sorprendiéndomeconsuinsensibilidad.
—¡Papá!—Lillianfulminaasupadreconlamirada.
Éllesonríeyprocedeacortarsufilete.
—Perdona, cariño, pero es la verdad... Una chica tan guapa como Tessa no debería fijarse en
alguienquetrabajeenhostelería.
Ojaláhubieraquedadoahílacosa,peroajeno,oinmune,anuestracontrariedad,Maxprosiguecon
susdenigrantescomentarioshastaquedejocaereltenedorsobremiplatoformandounestrépito.
—Déjalo—mediceHardindirigiéndoseamíporprimeravezdesdequehellegado.
Asombrada,lomiro,miroaMaxdenuevoysopesomisopciones.Seestácomportandocomoun
capullo, y yo me he bebido casi una copa entera de vino. Será mejor que cierre la boca como me ha
indicadoHardin.
—No puedes hablar de la gente de esa manera —le dice Lillian a su padre, y él se encoge de
hombros.
—Vale,vale—farfullameneandoelcuchillounpocoymasticandosufilete—.Diosmelibrede
ofenderanadie.
A su lado, su mujer parece avergonzada mientras se limpia las comisuras de la boca con una
servilletadetela.
—Voyanecesitarmásvino—ledigoaLandon,quesonríeydeslizahaciamísucopamediovacía.
Sonríoantesuamablegesto—.EsperaréaqueRobertvuelvaalamesa,perogracias.
SientolosojosdeHardinclavadosenmímientrasmiroamialrededorporelrestaurante.Noveoal
camarerorubioporningunaparte,demodoquealargoelbrazo,cojolabotellayomismaymerellenola
copa. Me quedo esperando a que Max haga algún comentario sobre mis modales, pero se contiene.
HardintienelamiradaperdidaenelrestauranteyLillianestáhablandoconsumadre.Yomeencuentro
enmipropiomundo,enunafantasíaenlaqueminovioestásentadoamilado,conunamanosobremi
muslo,yseinclinaparahacermealgúncomentariodescaradoquemehacereíryruborizarme.
Mesientoalgomareadamientrasapurolacomidaquequedaenmiplatoymeterminomisegunda
copadevino.LandonestácharlandoconMaxyKensobredeportes,cómono.Mequedomirandoel
mantelestampadointentandobuscarcarasoimágenesentrelosremolinosblancosynegros.Encuentro
un grupo que parece formar una «H», y empiezo a trazarla con el dedo varias veces. De repente me
detengoylevantolavistaalinstante,alarmadaporsimehavistodibujandolaletra.
PeroHardinnomeestáprestandoatención,sólotieneojosparaella.
—Necesitounpocodeaire—ledigoaLandon,ymelevanto.
MisillachirríacontraelsuelodemaderayHardinmemiraunmomento,peroentoncesfingeque
sóloestababuscandoelaguaantesdecontinuarsuconversaciónconsunuevachica.
Capítulo39
Tessa
Mistaconesgolpeanelsuelodemaderamacizaconfuerzamientrasmeconcentroenllegaralapuerta
trasera del restaurante en mi estado de semiembriaguez. Si estuviésemos más cerca de casa, me
marcharía ahora mismo, haría mis maletas, me iría a Seattle y me quedaría en un hotel hasta que
encontraraunapartamento.
Estoy harta de que Hardin me haga estas putadas, es doloroso, y embarazoso, y está acabando
conmigo.Hardinestádestrozándome,ylosabe.Poresomismolohace.Yamelodijo:haceestascosas
porquesabequeasíllegaamí.
Cuandocruzolapuerta—yesperoquenosalteningunaalarmaninadaporelestilo—,elfríoaire
delanochemeenvuelve.Escomounbálsamoquemeabrazaymeprotegedelincómodoambientede
tensiónydelasaburridascompañías.
Apoyoloscodosenunsalientederocaymiroendirecciónalbosque.Estáoscuro,prácticamente
negro. El restaurante está ubicado justo en medio de una zona boscosa que crea una atmósfera de
aislamiento.Megusta,yseríaidealsinomesintierayalobastanteatrapada.
—¿Estásbien?—preguntaunavozpordetrásdemí.
MevuelvoyveoaRobertenlapuertaconunapiladeplatosenunamano.
—Esto...Sí.Sólonecesitabarespirarunpoco—contesto.
—Pueshacefríoaquífuera.—Sonríe.
Susonrisaesamableybastanteencantadora.
Ledevuelvoelgesto.
—Sí,unpoco.
Ambosnosquedamosensilencio.Esalgoincómodo,peronomeimporta.Nadaestanincómodo
comoestarsentadaaesamesa.
Unossegundosdespués,añade:
—Notehabíavistonuncaporaquí.
Dejalosplatosconsuavidadsobreunamesavacíayseaproximaamí.Tambiénapoyaloscodos
enelsaliente,atansólounmetrodedistancia.
—Estoydevisita.Nohabíavenidonunca.
—Deberíasvenirenverano.Febreroeselpeormesparavenir.Bueno,noviembreydiciembreson
peores...,ypuedequeenerotambién.—Seruborizaytartamudea—:Ya...yasabesaquémerefiero—
concluye,yhaceunsonidoparecidoaunarisita.
Intentonoreírmedesunerviosismoysusmejillassonrojadas.
—Seguroqueespreciosoenverano—digo.
—Sí,loeres.—Abreunosojoscomoplatos—.Digo...,loes.Esprecioso—secorrige,ysecubre
lacaraconlamano.
Meobligoaapretarloslabiosparanoreírme,peronoloconsigo.Unarisitaescapademibocay
esohacequesesientaaúnmásavergonzado.
—¿Túvivesaquí?—preguntopararomperelhielo.
Su compañía resulta refrescante. Es agradable estar cerca de alguien que no es tan intimidante.
Hardinacaparacualquierhabitaciónenlaqueseencuentre,supresenciaresultaavasalladoralamitad
deltiempo.
Esolorelajaunpoco.
—Sí,nacíycrecíaquí.¿Ytú?
—YovoyalaWCU.PerometrasladoaSeattlelasemanaqueviene.
Mesientocomosihubieraesperadomuchísimotiempoparadeciresaspalabras.
—¡Vaya!ASeattle.¡Quéfuerte!
Sonríe,yyomeríodenuevo.
—Perdona,elvinohacequemeríamucho—balbuceo,yélmemiraconunasonrisa.
—Bueno,mealegrodesaberquenoteestásriendodemí.—Sequedaobservandomirostro,yyo
apartolamirada.
Sevuelvehaciaelrestaurante.
—Deberíasvolveradentroantesdequetunoviovengaabuscarte.
Mevuelvoparamiraratravésdelcristalhaciaeleleganteespaciointerior.Hardinsiguehablando
conLillian.
—Créeme,nadievaasalirabuscarme—suspiro,ymilabioinferiorempiezaatemblarmientras
micorazónmetraicionayamenazaconresquebrajarse.
—Parecebastanteperdidosinti—diceRobertenunintentodeinfundirmeconfianza.
MiroaLandonyveoqueestámirandoatodaspartes,sinnadieconquienhablar.
—¡Ah!Ésenoesminovio.Minovioeselqueestáalotroladodelamesa;eldelostatuajes.
Robert mira a Hardin y a Lillian y sus suaves rasgos forman un gesto de confusión. Unos
remolinos de tinta negra asoman por el cuello de la camisa de Hardin. Me encanta cómo le queda el
blanco,ymeencantacómolatintasetransparentaatravésdelatelaclara.
—Esto...,¿sabeélqueestunovio?—mepreguntaconunacejaenarcada.
Aparto la vista de Hardin al verlo sonreír con petulancia, la clase de sonrisa que hace que se le
marquenloshoyuelos;lasonrisaquesólomeregalabaamí.
—Yotambiénempiezoapreguntarmelomismo.
Mecubroelrostroconlasmanosysacudolacabeza.
—Escomplicado—gruño.
«Manténlacompostura,nocaigasensujuego.Estavez,no.»
Robertseencogedehombros.
—Enfin,¿quiénmejorparacompartirtusproblemasqueunextraño?
Ambosmiramoshacialamesa.Nadie,exceptoLandon,pareceecharmedemenos.
—¿Notienesquetrabajar?—preguntoesperandoquesurespuestaseanegativa.
Robertesjoven,mayorqueyo,peronotendrámásdeveintitrésaños.
Parecemuysegurocuandosonríeydice:
—Sí, pero estoy a buenas con el propietario —como si estuviera contando un chiste que yo no
pillo.
—Ah.
—Bueno,ysiéseestunovio,¿quiéneslachicaqueestáconél?
—Se llama Lillian —digo como si escupiera veneno—. No la conozco, él tampoco..., bueno, al
menosantesnolaconocía,parecequeahorayalaconocemuybien.
Robertmemiraalosojos.
—Y¿lahatraídoaquíparaponertecelosa?
—Nolosé,perosiéseerasuplan,noestáfuncionando.Bueno,dehecho,síestoycelosa...,sólo
hayquemirarla.Llevaelmismovestidoqueyoylesientamuchísimomejor.
—No,no.Esonoesverdad—diceenvozbaja,yyosonríoamododeagradecimiento.
—Todoibamuybienhastaayer.Enfin,muybienparatratarsedenosotros.Estamañanahemos
discutido,aunquenosotrosdiscutimosmucho.Discutimostodoeltiempo,asíquenoséporquéestavez
es tan diferente, pero lo cierto es que lo es. Es distinta; no es igual que las demás veces, y ahora ha
decididofingirquenoleimporto,comosolíahacercuandonosconocimos.
Derepentemedoycuentadequeestabahablandomásparamímismaqueparaestedesconocido
concuriososojosazules.
—Séqueparezcounaloca,losé.Eselvino.
Lascomisurasdesuslabiossetransformanenunasonrisayniegaconlacabeza.
—Noparecesningunaloca.—Robertsonríe,ymehacereír.Señalalamesaconlacabezaydice
—:Teestámirando.
Levantolosojosy,efectivamente,Hardintienelamiradafijaenmíyenminuevoloquero,una
miradaquemeatraviesa,ysuintensidadhacequemeencoja.
—Deberíasentrar—leadvierto.
EsperoqueHardinselevantedelamesaencualquiermomentoparasaliraquíylanzaraRobert
porlosairesendirecciónalbosque.
Peronolohace.Permanecesereno,conlosdedosenelpiedeunacopadevino,ymemirapor
últimavezantesdelevantarlamanolibreyapoyarlaenelrespaldodelasilladeLillian.«Joder.»Siento
unpinchazoenelpechoanteesegestotancruel.
—Losientomucho—diceRobert.
Casihabíaolvidadoqueestabaamilado.
—Notepreocupes,deverdad.Yadeberíaestaracostumbrada.Llevovariosmesesjugandoaeste
juegoconél.—Meencojoantelaverdadymemaldigoamímismapornohaberaprendidolalección
después de un mes, o de dos, o de tres... Y aquí estoy ahora, en compañía de un desconocido,
observandocómoHardinflirteadescaradamenteconotrachica—.Noséporquétecuentotodoesto.
Perdona.
—Oye, te he preguntado yo —me recuerda amablemente—. Y tenemos mucho más vino, por si
quieres.—Susonrisaesamableytraviesa.
—Sí, creo que voy a necesitar más. —Asiento y me vuelvo para no mirar a través del cristal—.
¿Suelenvenirmuchaschicasmedioborrachaslloriqueandoporsusnovios?
Seríe.
—No,suelenserviejosricosquesequejandequesufiletenoestácocinadoalpunto.
—Comoeltipodemimesa,eldelacorbataroja.—SeñaloaMaxconlacabeza—.Madremía,
menudocapullo.
Robertasiente.
—Sí, lo es. No pretendo ofender, pero cualquiera que devuelva una ensalada porque tiene
«demasiadasaceitunas»esuncapullodelibro.
Ambosnosechamosareírymecubrolabocaconeldorsodelamano.Entoncestemoquemis
risashaganquesemeescapenalgunaslágrimas.
—¡Y que lo digas! Y después se ha puesto todo serio a darnos un discurso solemne sobre su
razonamiento concienzudo acerca de las aceitunas. —Pongo la voz grave para intentar imitar al
insufrible padre de la irritante chica—: «Demasiadas olivas eclipsan el delicado sabor a tierra de la
rúcula».
Robert se inclina hacia adelante riéndose a carcajadas. Con las manos en las rodillas, levanta la
vistaypreguntaconunavozmuchomásparecidaaladeMaxquelamía:
—«¿Podrían servirme cuatro? Tres no son suficientes, y cinco son demasiadas, desequilibran
enormementeelsaborenelpaladar».
Mepartodelarisahastaquemeduelelabarriga.Nosécuántotiempodura,peroderepenteoigo
queunapuertaseabre,ytantoRobertcomoyoparamosporinstintoynosvolvemos.Hardinestáenel
umbral.
Me pongo derecha y me aliso el vestido. No puedo evitar sentir que estaba haciendo algo
inapropiado,aunqueséquenoesasí.
—¿Interrumpoalgo?—ladra,acaparandotodanuestraatención.
—Sí—respondoconvozclara,talycomopretendía.
Todavíarespirodemaneraagitadadetantoreírme,lacabezamedavueltasporelvinoymeduele
elcorazón.
HardinmiraaRobert.
—Esoparece.
Robert sigue sonriendo, con los ojos cargados de humor mientras Hardin se esfuerza por
intimidarlo.Peroélnoflaquea,nisiquierapestañea.Hastaélestáhartodesustonterías,yesoqueha
recibidoformaciónparamostrarsesiempreamable.Sinembargo,aquí,lejosdelosoídosdelrestodelos
comensales,noparecetenerningúnproblemaendemostrarlomuchoquelodiviertelaabsurdaactitud
deHardin.
—¿Quéquieres?—lepregunto,ycuandosevuelvehaciamítieneloslabiosapretados.
—Entra —me ordena, pero niega con la cabeza—. Tessa, déjate de jueguecitos conmigo.
Vámonos.
Meagarradelbrazo,peroyomesueltoymemantengofirme.
—Hedichoqueno.Entratú.Seguroquetuamiguitateechamuchodemenos—silbo.
—Tú...—HardinmiradenuevoaRobert—.Túsíquedeberíasentrar.Nuestrascopasestánvacías
—dice,ychasquealosdedosdelamaneramásinsultanteposible.
—Laverdadesqueheterminadomiturno.Peroseguroquepuedeshechizaraotrapersonapara
queseencarguedetusbebidas—respondeRobertcomositalcosa.
Hardin flaquea momentáneamente; no está acostumbrado a que nadie le conteste, y menos un
desconocido.
—Vale, te lo diré con otras palabras... —Da un paso hacia Robert—. Aléjate de ella. Entra ahí
dentroybúscatealgoquehacerantesdequeteagarredelcuellodeturidículacamisayterevientela
cabezacontraesesaliente.
—¡Hardin!—loreprendomientrasmeinterpongoentreambos.
Sinembargo,Robertnopareceimpresionado.
—Adelante —dice tranquilo y seguro de sí mismo—. Pero deberías saber que éste es un pueblo
pequeño.Mipadreeselsheriff,miabueloeseljuez,yamitíoloencerraronporasaltoconagresión.
Demodoque,siquieresarriesgarteareventarmelacabeza...—seencogedehombros—,adelante.
Me quedo boquiabierta y soy incapaz de volver a cerrarla. Hardin lo fulmina con la mirada y
parecesopesarsusopcionesmientrassumiradaoscilaentreRobert,yoyelinteriordelrestaurante.
—Vámonos—medicedenuevoalfinal.
—No voy a irme —replico, retrocediendo. No obstante, me vuelvo hacia Robert y le digo—:
¿Puedesdejarnossolosunminuto,porfavor?
ÉlasienteylelanzaaHardinunaúltimamiradaasesinaantesderegresaralcomedor.
—¿Qué?¿Ahoravasafollartealcamarero?—Hardinhaceunmohínyyoretrocedomástodavía,
decididaanodesmoronarmebajosufulminantemirada.
—¿Quieres dejarlo de una vez? Ambos sabemos lo que va a pasar. Tú me insultarás. Yo me
marcharé.Túvendrásdetrásdemíymedirásqueyanovasavolveracomportarteasí.Regresaremosa
lacabañaynosacostaremosjuntos.—Pongolosojosenblancoyélparecetotalmenteperdido.
Pero,comodecostumbre,serecuperarápidamente.Inclinalacabezahaciaatrás,riéndose,ydice
simplemente:
—Teequivocas.—Yretrocedehacialapuerta—.Novoyahacernadadeeso.Parecequetehas
olvidadodecómosonlascosasenrealidad:tútienesunapataletaporalgoqueyodigo,temarchas,yyo
sólo voy detrás de ti para poder follarte. Y tú... —añade con una mirada siniestra—, tú siempre me
dejas.
Mequedoboquiabiertadelespantoymellevolasmanosalvientreparasostenermicuerpoenpie
trassuspalabrasdemoledoras.
—¿Por qué? —exhalo, y de repente el aire fresco parece haber desaparecido mientras trato de
recuperarelaliento.
—Nolosé.Porqueeresincapazdemantenertealejadademí.Seguramenteporquetefollomejor
deloquenadieteloharájamás.—Suvozesentrecortadaycruel.
—¿Porqué...ahora?—Mecorrijo—.Loquequeríadecires,¿porquéestáshaciendoestoahora?
¿EsporquenovoyairmeaInglaterracontigo?
—Síyno.
—ComonovoyarenunciaralodeSeattle,¿tevuelvescontramí?—Meardenlosojos,perono
pienso llorar—. ¿Apareces con ella —señalo hacia Lillian, sentada a la mesa— y tienes la cara de
decirmetodasesascosashorribles?Creíaquehabíamossuperadoesafase.¿Quéhapasadoconaquello
de que no puedes vivir sin mí? ¿Qué ha pasado con lo que me dijiste de que ibas a esforzarte por
tratarmecomomemerezco?
Apartalosojosy,porunbrevísimomomento,veounaemociónmásprofundabajosumiradade
odio.
—Existeunagrandiferenciaentrenosercapazdevivirsinalguienyamarlo—replica.
Y,dichoeso,semarchallevándoseconsigoelpocorespetoqueaúnletenía.
Capítulo40
Hardin
Queríaherirla,queríaquesesintieracomounamierda,comoyomehesentidocuandohelevantadola
vistadelamesaylahevistoriéndose.Estabapartiéndoseelculocuandodeberíahaberestadosentada
delantedemíesforzándoseporllamarmiatención.Actuabacomosinoleimportaraenabsolutoqueme
estuvieraacercandoaLillian.Estabademasiadoconcentradaenelputocamareroyenloquecojonesle
estuvieradiciendo.
Asíquemicabezahaempezadoarebuscarpensamientosdetestablesconlaintencióndeescoger
algunoqueacabaseconella.MehavenidoalamentelafrasequeLillianmehadichoestamañanayha
avivadomifuria,asíquelahesoltadosinpensar:«Existeunagrandiferenciaentrenosercapazdevivir
sinalguienyamarlo».
Casimedanganasderetirarmispalabras...Casi.Selasmerece.Deverdadqueselasmerece.No
deberíahaberdichoquenoqueríaquefueraaSeattleconella.Mehadichoquemehevueltocontra
ella,yesonoescierto.Estoyaquíparaella,desuparte.Esellalaqueintentadejarmecadavezque
tieneunaputaoportunidad.
—Melargo—anunciocuandollegoalamesa.
Seisparesdeojosmemiran,yLandonponelossuyosenblancoantesdevolversehacialapuerta.
—Estáfuera—ledigocontonosarcástico.
Pormípuedesalirahíytratarlaconguantesdesedasiquiere;desdeluego,yonovoyahacerlo.
—¿Quélehashechoestavez?—seatreveapreguntarmedelantedetodoelmundo.
Lofulminoconlamirada.
—Méteteentusmalditosasuntos.
—Hardin—meadviertemipadre.Éltambién,no...Pareceserquetodoelputomundoestáenmi
contra.Máslevaleamipadrenosoltarmeningúnsermón.
—Mevoycontigo—diceLillianponiéndosedepie.
—No—leespeto,peronomehacecasoymesiguemientrasrecorroelrestauranteysalgoporla
puerta.
—¿Quénariceshapasado?—preguntacuandosalimos.
Sinaminorarelritmo,gritoporencimadelhombro:
—¡Queestabaahífueraconeseputotío,esoesloquehapasado!
—¿Ybien?¿Quétehadichocuandolehasexplicadoquenosoyunaamenaza?
Tropiezaligeramenteconsusaltostacones,peronomeparoparaayudarlamientrasintentodecidir
adóndecoñoir.Sabíaquedeberíahabervenidohastaaquíenmipropiocoche,perono,Tessateníaque
salirseconlasuya.Comodecostumbre.
—Noselohecontado.
—¿Porquéno?¿Sabesquéestarápensandoenestosmomentos?
—Meimportaunamierdaloquepiense.Esperoquepiensequeestoyfollandocontigo.
Sedetiene.
—¿Porqué?Silaquieres,¿porquéibasaquererquepensaraeso?
Genial.AhoraLilliantambiénseponecontramí.Mevuelvohaciaella.
—Porquetienequeaprenderque...
Levantaunamano.
—Para.Nosigasporahíporqueellanotieneque«aprender»nada.Tengolaimpresióndequeeres
túelquetienequeaprenderalgo.¿Quélehasdichoalapobrechica?
—Lehedicholoquemehasdichotúestamañanasobrequehayunadiferenciaentrenosercapaz
devivirsinalguienyamarlo—lerespondo.
Ellasacudelacabezaconfundida.
—¿Lehasdichoesorefiriéndoteaquenopuedesvivirsinellaperoquenolaquieres?
—Sí,teloacabodedecir.
SerámejorqueTessaDossepireporquemeestáponiendodelosnervios,igualquelaoriginal.
—Vayacagada—dice,yseechaareír.
«Y¿encimaseríedemí?»
—¿Quétienetantagracia?—digoprácticamentegritando.
—Notienesniidea—seburlaella—.Cuandotehedichoesoestamañananomeestabarefiriendo
a ti. Estaba hablando de ella. Quería decir que sólo porque creas que ella no puede vivir sin ti no
significaqueteame.
—¿Qué?
—Dasporhechoqueestátanlocaportiquenotevaadejarporquenopuedevivirsinti,cuando
enrealidadparecequeloquesucedeesquelatienesatrapadayporesonopuededejarte;noporquete
quiera,sinoporquehashechoquesientaquenopuedeestarsinti.
—No..., ella me quiere. —Sé que me quiere, y por eso sé que aparecerá buscándome de un
momentoaotro.
Lillianextiendelosbrazos.
—¿Ah,sí?¿Porquéibaaquerertecuandohacescosasparaherirlaapropósito?
Yahetenidosuficiente.
—Túnoestásenposicióndesermonearanadie.—Extiendolosbrazosenelairecontantafuria
como ella hace un momento—. ¡Probablemente tu novia se esté follando a otra persona mientras tú
estásaquíintentandomediarentreTessayyocomosifuerasunconsejeromatrimonial!—bramo.
Lillianabreunosojoscomoplatosyempiezaaretroceder...delmismomodoqueTessalohahecho
hace tan sólo unos minutos. Sus ojos azules comienzan a llenarse de lágrimas que brillan en la
oscuridad.Sacudelacabezayponerumboalaparcamientodelrestaurante.
—¡¿Adóndevas?!—gritoatravésdelviento.
—Adentro.PuedequeTessaseatanidiotacomoparaaguantarte,peroyono.
Poruninstantecasisigoaestachicaalaqueconsiderabami...¿amiga?Nolosé,perosentíaque
podíaconfiarenellaapesardequelaconocíayer.
Alamierda:nopiensoseguiranadie.NiaTessaniaTessaDos.Pormípuedenirsealinfierno.No
necesitoaningunadeellas.
Capítulo41
Tessa
Me duele el pecho, tengo la garganta seca y la cabeza me da vueltas. Básicamente, Hardin acaba de
decirmequenomequiereyquesólovienedetrásdemíparaacostarseconmigo.Lopeordetodoesque
estoyconvencidadequenolosiente.Séquemequiere,losé.Asumanera,mequieremásquenadaen
el mundo. Me lo ha demostrado infinidad de veces durante los últimos meses. Pero también me ha
demostrado que es capaz de cualquier cosa con tal de herirme, con tal de hacerme sentir débil, sólo
porquetieneheridoelorgullo.Simequisieracomodebería,nomeharíadañoapropósito.
Nopuedeserciertoquesólomequieraporelsexo.Nomevecomounjuguetesexual,¿osí?Con
él,lasverdadesylasmentirasvaríantantocomosuestadodeánimo.Nopuedehaberlodichoenserio.
Perolohaexpresadocontantaconvicción...Nisiquierahapestañeado.Laverdadesqueyanolosé.A
pesardetodaslaspeleas,laslágrimasylosagujerosennuestrarelación,siempremeheaferradoala
débilcertezadequemequiere.
Sineso,notengonada.Y,sinél,notengonada.Lamezcladenuestrostemperamentosirracionales
yexplosivosydenuestrajuventudestáresultandoserdemasiado.
«Existeunadiferenciaentrenosercapazdevivirsinalguienyamarlo.»Suspalabrasmedestrozan
denuevo.
Elairedeestelugarestádemasiadocargado.Esdemasiadodensoyasfixiante,ylasrisasdelos
clientes se están volviendo siniestras. Busco una salida. Unas puertas de cristal que dan a un balcón
estáncerradas.Lasabroyagradezcoelairefresco.Mesientoahí,mirandoalaoscuridad,disfrutando
delapazdelanocheydemipropiamente,queserelaja.
NomedoycuentadequelapuertasehaabiertohastaqueRobertapareceamilado.
—Tehetraídoalgo—dice,ylevantalabotelladevinoylameneademanerajuguetona.Seencoge
ligeramentedehombrosyunaenormesonrisasedibujaensurostroatractivo.
Mesorprendosonriendodemanerasinceraapesardelhechodequepordentroestoygritandoy
acurrucadaenunrincón,llorando.
—¿Vino de autocompasión? —pregunto, alargando los brazos para coger la botella de etiqueta
blanca.
EselmismoqueMaxhapedidoantes;debedehabercostadounafortuna.
Sonríeymecolocaelvinoenlasmanos.
—¿Esqueacasohayotrotipodevino?
Labotellaestáhelada,perotengolasmanoscasientumecidasporelfríodefebrero.
—Vasos.—Sonríe,ysemetelasmanosenlosprofundosbolsillosdesumandil—.Nomecabían
copasdevinodeverdad,asíquehecogidoesto.—Meentregaunpequeñovasodepoliestirenoyyolo
sostengomientraséldescorchalabotella.
—Gracias.
Elvinollenaelvasoymelollevoaloslabiosencuantoterminadeservirlo.
—Podemosiradentrosiquieres.Yahemoscerradoalgunassecciones,asíquepodemossentarnos
allí—diceRobert,ybebeuntrago.
—Nosé...—suspiro,ydirijolamiradahacialamesa.
—Sehamarchado—diceconlavozllenadecompasión—.Yellatambién—añade—.¿Quieres
hablardeello?
—Laverdadesquenomeapetece.—Meencojodehombros—.Háblamedeestevino—digopor
proponeruntemaneutroymenosdeprimente.
—¿Deesteamiguito?Pues...,aver...,es...¿viejoymaduradohastalaperfección?—Seechaareír,
yyotambién—.Semedabienbebérmelo,peroanalizarlo,notanto.
—Vale,puesdelvinono.Háblamedeotracosa—digo.
Levantomivasoyapuroelcontenidolomásrápidamenteposible.
—Pues...—dicemirandodetrásdemí.
Se me hace un nudo en el estómago al ver su expresión nerviosa, y espero que Hardin no haya
vuelto para escupirme más veneno. Cuando me vuelvo, veo que esta vez es Lillian quien está en el
umbral,yparecenoestarseguradesideberíasalirono.
—¿Quéquieres?—lepregunto.
Estoyintentandocontrolarloscelos,peroelvinoqueinundamiorganismonoactúaenbeneficio
demismodales.Robertrecogemivasovacíojustocuandoelvientolovuelcayempiezaarellenarlo.
Tengo la sensación de que está tratando de mantenerse ocupado para evitar la dramática o incómoda
situaciónqueseavecina.
—¿Puedohablarcontigo?—preguntaella.
—¿Dequétenemosquehablar?Amímeparecequeestátodobastanteclaro.
Doyunsorboalvinoydejoqueelfríolíquidoinundemiboca.
Paramisorpresa,lachicanorespondeamimalaactitud.Simplementeseaproximaanosotrosy
dice:
—Soylesbiana.
«¿Qué?» De no ser porque los ojos azul claro de Robert estaban fijos en mí, habría escupido el
vinoenelvaso.Desvíolamiradadeélhaciaellaytragodespacio.
—Esverdad.Tengonovia.Hardinyyosólosomosamigos.—Frunceelceño—.Siesquesenos
puedellamarasí.
Conozcoesamirada.Debedehaberlesoltadoalgunafresca.
—Entonces¿porqué...?—empiezo.¿Estásiendosincera?—.Antesestabaismuypegaditos.
—No.Élestabaalgo...supongoquepodríallamarsesobón,comocuandohapuestoelbrazosobre
elrespaldodemisilla.Perosólolohahechoparadartecelos.
—Y¿porquéibaahacereso?¿Apropósito?—pregunto.Sinembargo,conozcolarespuesta:para
hacermedaño,claro.
—Le dije que te lo contara. Siento que hayas pensado que había algo entre nosotros. No lo hay.
Estoysaliendoconunachica.
PongolosojosenblancoylevantolacopaparaqueRobertmesirvamásvino.
—Seteveíabastantecómodasiguiéndolelacorriente—leespetoconcrudeza.
—Noeramiintención.Noestabapendientedeloqueestabahaciendo.Sientomuchoquetodoesto
tehayahechodaño—diceconojossincerosysuplicantes.
Estoy buscando razones para echarle la bronca a esta chica, pero no se me ocurre ninguna. El
hecho de que Lillian sea lesbiana es un gran alivio para mí, ojalá lo hubiera sabido antes, pero no
cambialascosasconHardin.Entodocaso,hacequesucomportamientoseaaúnpeor,porqueestaba
intentandodarmecelosapropósitoy,porsinofuerasuficiente,mehadicholascosasmásespantosas
queselehanocurrido.Verloflirtearconellanomehahechonilamitaddedañoqueoírlodecirqueno
mequiere.
RobertmellenaelvasoyyobebounpequeñosorbomientrasobservoaLillian.
—Y¿quétehahechocambiardeideaydecírmelo?Lahapagadocontigo,¿verdad?
Ellasonríeligeramenteysesientaalamesaconnosotros.
—Sí,lohahecho.
—Esoseledamuybien—digo,yellaasiente.
Saltaalavistaqueestáalgonerviosa,yyonoparoderecordarmequeellanoeselproblema,sino
Hardin.
—¿Tienesmásvasos?—lepreguntoaRobert,yélasientesonriéndomeconorgullo.
Sientounasligerasmariposasenelestómago.Seguroqueesporelvino.
—En el bolsillo, no, pero puedo ir adentro a por uno —se ofrece amablemente—. De todas
maneras,deberíamosentrarya.Seteestánponiendoloslabiosmorados.
Lomiroyacontinuacióndesvíolamiradahacialossuyos.Soncarnososyrosados,yparecenmuy
suaves...¿Porquéleestoymirandoloslabios?Estoesloquemepasacuandobebovino.Loslabiosque
quieromirarsonlosdeHardin,peroúltimamenteélsólolosusaparagritarme.
—¿Está dentro? —le pregunto a Lillian, y ella niega con la cabeza—. De acuerdo, entremos
entonces.Detodosmodos,tengoquerescataraLandondeesamesa,especialmentedeesetalMax—
digosinpensar,yentoncesmiroaLillian—.Mierda,perdona.
Ellamesorprendeechándoseareír.
—Notepreocupes.Séquemipadreesungilipollas,créeme.
Norespondo.PuedequenoseaunaamenazaparamirelaciónconHardin,peroesonosignifica
quemecaigabien,aunqueenrealidadparecebastantemaja.
—¿Vamosaentraro...?—Robertsevuelvesobrelostalonesdesuszapatosnegros.
—Sí.—Apuroelrestodemivinoymedirijoalinterior—.VoyabuscaraLandon.¿Estásseguro
dequepodemosbeberaquí?Vascontuuniforme—lepreguntoaminuevoamigo.
Noquieroquetengaproblemas.Estoyalgoachispada,ylaideadequesupadreloarrestemehace
reír.
—¿Quépasa?—preguntamirándomeconcuriosidad.
—Nada—miento.
Entramos en el comedor y Lillian y yo nos dirigimos a nuestra mesa. Apoyo las manos en el
respaldodelasilladeLandonyélsevuelveparamirarme.
—¿Estásbien?—preguntaenvozbajamientrasLillianhablaconsuspadres.
Meencojodehombros.
—Sí,supongo.—Noloestaríasinoestuvieracasiborrachadespuésdetantascopasdevinocomo
mehebebido—.¿Quieresvenirconnosotros?Vamosaquedarnosaquíabeberunpocodevino...,un
pocomásdevino.—Sonrío.
—¿Quiénes?¿Ellatambién?—LandonmiraaLillian,alotroladodelamesa.
—Sí,es...esmaja.—Noquieroairearlavidapersonaldeestachicadelantedetodoelmundo.
—LehedichoaKenqueiríaaverelpartidoconellosalacabañadeMax,perosiquieresqueme
quedeloharé.
—No...—Quieroquesequede,peronomeparecebienquecambiedeplanespormí—.Tranquilo.
Essóloquepensabaqueigualteapetecíaalejartedeellos—susurro,yélsonríe.
—Ymeapetece,peroaKenlehaceilusiónquevayaporqueMaxesdelequipocontrario.Creoque
piensaqueserádivertidovercómonosinsultamosoalgo.—Seinclinamáshaciamíparaquenadienos
oiga—. ¿Estás segura de que quieres quedarte a pasar el rato con ese chico? Parece simpático, pero
seguramenteHardinintentaráasesinarlo.
—Creoquesabedefenderse—leaseguro—.Quetediviertasviendoelpartido.
MeagachoypegoloslabioscontralamejilladeLandon.
Meapartoalinstanteymecubrolaboca.
—Perdona,notengoniideadeporqué...
—Notepreocupes.—Seríe.
Miro hacia la mesa y siento un alivio tremendo al ver que todo el mundo está a lo suyo.
Afortunadamente,miembarazosamuestradeafectohapasadodesapercibida.
—Tencuidado,¿vale,Tessa?Yllámamesimenecesitas.
—Loharé.Ytúvuelveaquísiteaburres.
—Descuida.—Sonríe.
Sé que no se aburrirá viendo el partido con Ken. Le encanta pasar el rato con la única figura
paternaquehatenido.Hardin,encambio,nocompartesuentusiasmo.
—Papá,yasoymayorcita—oigoprotestaraLilliandesdeelotroladodelamesa.
Maxsacudelacabezaunavezconautoridad.
—Nohayningunanecesidaddequeestésvagandoporlacalle.Tevienesalacabañaconnosotros
ypunto.
Nohaydudadequeesunodeesoshombresalosquelesencantatenerelcontrolabsolutosobre
todoelmundo.Ladesagradablesonrisadesuperioridadquesedibujaensurostroloconfirma.
—Vale—respondesuhija,frustrada.
Miraasumadre,perolamujersequedacallada.Simehubieratomadootracopamásdevino,le
soltaríaalgoalmuycapullo,peronoquieroofenderaKenyaKaren.
—Tessa,¿túvuelvesconnosotros?—preguntaKaren.
—No.Mequedaréaquíunratosiosparecebien.—Esperoquenoleimporte.
VeoquemiraaLillianydespuésmiradetrásdemí,dondeRobertmeesperaenladistancia.Tengo
lasensacióndequenotieneniideadelaorientaciónsexualdeLillianyestáenfadadaporcómoHardin
seestabacomportandoconella.AdoroaKaren.
—Porsupuesto.Diviértete—dicesonriendoconaprobación.
—Esoharé.—LedevuelvolasonrisaymealejodelamesasindespedirmedeMaxydesumujer.
—Cuandoquieras.Aellanoladejanquedarse—ledigoaRobertencuantollegoasulado.
—¿Quenoladejan?
—Supadreesuncapullo.Enrealidadmealegro,porquenoestoyseguradequésientohaciaella.
Merecuerdaaalguien,peronoconsigosaberaquién...—DejolafraseamediasmientrassigoaRobert
haciaunaseccióndesocupadadelrestaurante.
En esta área cerrada del restaurante hay algunas mesas vacías, excepto por unas cuantas velas
apagadasylossalerosypimenteros.
MientrasnossentamosmevienealamenteelrostromutiladodeZed.
—¿Estás seguro de que no te importa pasar el rato conmigo? —le pregunto a Robert—. Hardin
podríaregresar,ytienetendenciaaagrediralagente...
Élretiramisillaparaquemesienteyseríe.
—Estoyseguro—responde.
Tomaasientoenfrentedemí,rellenanuestrosvasosdepoliestirenoconvinoblancoybrindamos.
Elblandomaterialdelosrecipientessedoblaligeramenteycarecedelchinchíndelascopasdecristal.
Resultaagradable,adiferenciadelrestodeesterestaurantetanhosco.
Capítulo42
Hardin
He llamado a todas las putas compañías de taxis que hay entre este lugar y la universidad para que
alguienmellevedevueltaacasa.Acausadeladistancia,ningunahaaceptado,claro.Podríacogerel
autobús,peroeltransportepúbliconomeva.RecuerdolomaloquemeponíacadavezqueStephme
comentabaqueTessahabíacogidoelautobúsparairalcentrocomercialoaTarget.Inclusocuandono
me gustaba —o eso pensaba yo—, me horrorizaba imaginármela sentada sola en el autobús con un
montóndepervertidos.
Todo ha cambiado desde entonces, desde aquellos días en los que atormentaba sin cesar a Tessa
conlaúnicaintencióndeobtenerunareacciónporsuparte.Surostrocuandolahedejadoenelbalcón
delrestaurante...,puedequelascosasnohayancambiadotanto.Yotampocohecambiado.
Estoytorturandoalachicaalaqueamo.Esoesjustoloqueestoyhaciendoy,porlovisto,soy
incapazdeparar.Peronoesculpamíaexclusivamente.Tambiénesculpasuya.Nodejadeatosigarme
conquevayaaSeattle,ylehedejadobienclaroquenopiensocedereneso.Enlugardeenfrentarsea
mí, debería hacer las maletas y venirse conmigo a Inglaterra. No pienso quedarme aquí,
independientementedequemehayanexpulsadoono.EstoyhartodeEstadosUnidos.Aquítodomeha
idomal.Estoyhartodeveramipadreconstantemente,hartodetodoloquehayaquí.
—Vigilatuspasos,gilipollas—mesobresaltaunavozfemeninaenlaoscuridad.
Esquivoalafiguraantesdechocarcontraella.
—Vigilatúlostuyos—lecontestosindetenerme.
«¿QuécojoneshaceestatíadelantedelacabañadeMax?»
—¿Perdona?—dice,yyomevuelvoparamirarlajustocuandolaluzconsensordemovimiento
delporchedelacabañaseenciende.
Laobservodetenidamente:pielmorena,pelorizado,vaquerosrasgados,botasdemotera...
—Déjameadivinar:Riley,¿verdad?—Pongolosojosenblancoylamirodenuevo.
Apoyaunamanoensucadera.
—Y¿quiéncoñoerestú?
—Sí,Riley.SiestásbuscandoaLillian,noestáaquí.
—¿Dóndeestá?Y¿cómosabesquelaestoybuscandoaella?—meincrepaconmalaleche.
—Porqueacabodefollármela.
Seponetensaybajalacabezademaneraquelaoscuridadinundasusrasgos.
—¿Quéacabasdedecir?—replica,yvienehaciamí.
Ladeolacabezaylamiro.
—Joder, te estaba tomando el pelo. Está con sus padres en el restaurante que hay al final de la
carretera.
Ellalevantalacabezaysedetiene.
—Vale,y¿dequélaconoces?
—Laconocíayer.Supadreyelmíoestudiaronjuntos,creo.¿Sabeellaquehasvenido?
—No.Heintentadollamarla—dice,yhaceungestoendirecciónalbosquequenosrodea—.Pero
comoestáenmediodelaputanada,nomehacontestado.Probablementeelcomemierdadesupadreno
ladejahablarconmigo.
Suspiro.
—Sí,nomeextrañaría.¿Creesquedejaráquetevea?
Memiraconelceñofruncido.
—¿Nocreesqueeresdemasiadocotilla?—Perodespuéssonríeconorgullo—.Sí,ladejará.Esun
capullo,peroesaúnmásgallina,ymetienemiedo.
Unosfarosiluminanentonceslaoscuridadymeapartosobrelahierba.
—Debendeserellos—ledigo.
Almomento,elcochesedetieneenelacceso.
LillianprácticamentesaltadesdelapuertaalosbrazosdeRiley.
—¿Cómohasllegadoaquí?—dicecasichillando.
—Encoche—respondesunoviasecamente.
—¿Cómomehasencontrado?Llevotodalasemanasincobertura.
EntierraelrostroenelcuellodesunoviayveocómolafachadadechicaduradeRileyempiezaa
resquebrajarsemientrasacaricialaespaldadeLillianconcariño.
—Esunsitiopequeño,nena,nohasidotandifícil.—Seapartaunpocoparaobservarelrostrode
Lillian—.¿Mediráalgotupadreporhabervenido?
—No.Bueno,puede.Perosabesquenoteobligaráamarcharte.
Mesientoalgoincómodoobservandosuencuentro,ycarraspeo.
—Bueno,yomelargo—digo,yempiezoaalejarme.
—Adiós—diceRiley.
Lilliannodicenada.
Al cabo de unos minutos, llego a la cabaña de mi padre y recorro el sendero. Tessa llegará en
cualquiermomento,yquieroestardentroantesdequellegueeltodoterreno.Seguroqueestállorando,y
tendréquedisculparmeparaquepareymeescuche.
ApenasllegoalporchecuandoKarenylamadredeLilliansalendelcoche.
—¿Dóndeestánlosdemás?—lepreguntobuscandoaTessconlamirada.
—TupadreyLandonhanidoacasadeMaxparaverunpartidoenlatele.
—¿YTessa?—Elpánicomeinvade.
—Sehaquedadoenelrestaurante.
—¿Qué?—«Pero¿quécoño...?»Estonomeloesperaba—.Estáconél,¿verdad?—preguntoalas
dosmujeres,aunqueyasélarespuesta.Estáconelcapullorubioquetienealsheriffdepadre.
—Sí—respondeKaren,ysinoestuvieraatrapadoconellaenmediodelanadalediríadetodopor
lasonrisitaqueestáintentandoocultar.
Capítulo43
Tessa
—Yésaesbásicamentelahistoriademivida—concluyeRobertconunasonrisa.
Susonrisaescálidaysincera,casiinfantil,perodeunamaneraencantadora.
—Eso ha sido... interesante. —Cojo la botella de vino de la mesa y la levanto para rellenar mi
vaso.Nosalenada.
—Mentirosa—bromeaél,ymeentralarisitadeborracha.
La historia de su vida ha sido corta y dulce. Ni aburrida ni emocionante, simplemente normal.
Crecióconsuspadres:sumadre,lamaestradelaescuela,ysupadre,elsheriff.Despuésdegraduarse
enelinstitutoquehayadospueblosdeaquí,decidióiralaFacultaddeMedicina.Sóloestátrabajando
aquí porque está en la lista de espera para entrar en el programa de medicina de la Universidad de
Washington.Bueno,poresoyporquesesacabastantedinerotrabajandoenelrestaurantemáscarodela
zona.
—DeberíashaberidoalaWCU—ledigo,yélniegaconlacabeza.
Selevantadelamesaylevantaeldedoíndiceenelaireparahacerunapausaenlaconversación.
Meincorporoenmisillamientrasesperoaqueregrese.Apoyolacabezacontraelrespaldodemaderay
mirohaciaarriba.Eltechodeestapequeñasecciónestápintadoconnubes,castillosyquerubines.La
figuraquetengojustoencimaestádormida,conlasmejillassonrosadasyunospreciososrizosrubios.
Pareceunaniña.Suspequeñasalasblancasestáncasiplanasmientrasdescansa.Asulado,unchico—
o,almenos,esocreo—laestámirando.Laobservaconsusalasnegrasextendidasasuespalda.
«Hardin.»
—Deeso,nada—diceRobertderepente,interrumpiendomispensamientos—.Aunquequisieran,
no ofrecen el plan de estudios que yo me propongo hacer. Además, el programa de medicina forma
parte del campus principal de Seattle. En la WCU, tu campus de Seattle es mucho más pequeño. —
Cuandolevantolacabeza,veoquetieneotrabotelladevinoenlasmanos.
—¿Has estado en el campus? —le pregunto, ansiosa por saber más cosas acerca de mi nuevo
destino,ymásansiosatodavíapordejardemirarlasinquietantesimágenesdelosangelitosdeltecho.
—Sí,unavez.Espequeño,perobonito.
—Sesuponequetengoqueestarallíellunes,yaúnnotengoningúnsitiodondevivir.—Merío.
Séquemimalaplanificaciónnodeberíasercosaderisa,peroahoramismoesloquemeinspira.
—¿Estelunes?¿Sabesqueestamosajuevesyqueellunesestáalavueltadelaesquina?
—Sí—asiento.
—¿Porquénomirasunaresidencia?—preguntamientrasdescorchalabotella.
Buscar habitación en una residencia ni siquiera se me había pasado por la cabeza. Pensaba...,
bueno,esperabaqueHardinvinieraconmigo,asíquenolasteníaenmente.
—Noquierovivirenelcampus,ymenosahoraqueheconocidolaindependencia.
Asienteyempiezaaservirelvino.
—Cierto,cuandopruebaslalibertad,yanohayvueltaatrás.
—Yquelodigas.SiHardinvinieraaSeattle...—Medetengo—.Olvídalo.
—¿Oshabíaisplanteadocontinuarlarelaciónadistancia?
—No, eso no funcionaría —le digo, y siento un dolor en el pecho—. Apenas funciona estando
juntos. —Tengo que cambiar de tema antes de ponerme a gimotear—. Gimotear... —Qué palabra tan
rara—.Gimotear—repitoatrapándomeloslabiosconelíndiceyelpulgar.
—¿Te diviertes? —Robert sonríe y deja un vaso lleno de vino delante de mí. Asiento, todavía
riéndome—.Hedeadmitirquehacíatiempoquenomelopasabatanbieneneltrabajo.
—Yotampoco—coincido—.Quierodecir,sitrabajaseaquí...—Nadadeloquedigotienesentido
—.Nobebomuyamenudo...Bueno,ahorabebomásquenunca,peronolosuficientecomoparahaber
desarrollado tolerancia al alcohol, así que me emborracho bastante deprisa —canturreo, y levanto el
vasodelantedemicara.
—Amímepasalomismo.Nobebomucho,perocuandounachicaguapatieneunamalanoche,
hagounaexcepción—seaventuraadecir,aunqueseponerojocomountomatealinstante—.Quería
decirque...,eeehhh...—Secubrelacaraconlasmanos—.Parecequenosoycapazdecontrolarloque
digocontigo.
Alargoelbrazoyleapartolasmanosdelrostro.Élseencogeunpocoy,cuandomemira,susojos
azulessontremendamenteclaros.
—Escomosipudieraleertelamente—digoenvozaltasinpensar.
—Alomejorpuedes—susurraenrespuesta,ysulenguaseapresuraahumedecersuslabios.
Séquequierebesarme,loleoensurostro.Loveoensusojossinceros.LosojosdeHardinson
siempretancautelososquetengoqueesforzarmeparainterpretarsumirada,einclusoentoncesnunca
logro leerlos como me gustaría, como necesito hacerlo. Me inclino un poco más hacia Robert y la
pequeñamesasigueseparándonoscuandoéltambiénseinclinahaciaadelante.
—Sinoloquisieratanto,tebesaría—digoenvozbaja,sinapartarmeperosinacercarmemás.
PormuyborrachaqueestéypormuyenfadadaqueestéconHardin,nopuedohacerlo.Nopuedo
besaraesteotrochico.Quierohacerlo,peronopuedo.
Lacomisuraizquierdadesubocaseelevaformandounasonrisatorcida.
—Ysiyonosupieracuántoloquieres,tedejaríahacerlo.
—Vale...
Noséquémásdecir.Estoymuyborrachaeincómoda,ynosécómocomportarmedelantedenadie
que no sea Hardin, o Zed, aunque en cierto modo los dos se parecen bastante. Robert no se parece a
nadie que haya conocido. Puede que a Landon. Landon es dulce y afable, y mi mente no para de
evadirsedelhechodequecasimebesoconalguienquenoesHardin.
—Losiento.—Meincorporoenlasillayélhacelopropio.
—Notedisculpes.Prefieroquenomebesesaquelohagasyluegotearrepientas.
—Eres raro —le digo. Ojalá hubiera escogido otra palabra, pero ya es demasiado tarde—. En el
buensentido—mecorrijo.
—Tútambién.—Seechaareír—.Cuandotehevistoconesevestidopensabaqueeraslatípica
niñaricayesnobsinpersonalidadalguna.
—Pueslosiento.Teaseguroquenosoyrica.—Merío.
—Niesnob—añade.
—Mipersonalidadnoestátanmal.—Meencojodehombros.
—Bueno...—bromeaconunasonrisa.
—Erestremendamenteagradable.
—Y¿porquénoibaaserlo?
—Nolosé.—Empiezoatocarmivasoconeldedo—.Losiento,séqueparezcounaidiota.
Sequedaextrañadoporuninstanteydice:
—Noparecesningunaidiota.Ynotienesporquéestardisculpándotetodoeltiempo.
—¿Aquéterefieres?—pregunto.
Apenassoyconscientedequeheempezadoaarrancartrocitosdelbordedelvasodepoliestirenoy
dequelamesaestállenadeunmontóndetrocitosblancos.
—No paras de disculparte por todo lo que dices —replica—. Has dicho que lo sientes al menos
diezvecesdurantelaúltimahora.Nohashechonadamalo,asíquedejadedisculparte.
Suspalabrasmeavergüenzan,perosumiradaesamableysuvoznocontieneelmásmínimotinte
deenfadoodereproche.
—Losiento...—digodenuevo,recapacitando—.¿Loves?Noséporquélohago.
Mecolocounmechóndepelorebeldedetrásdelaoreja.
—Yomelopuedoimaginar,peroprefierocallármelo.Sóloquieroquesepasquenodeberíastener
quehacerlo—selimitaadecir.
Inspiro hondo y luego suelto el aire. Es relajante poder charlar con alguien sin preocuparme de
molestarlotodoeltiempo.
—Perobueno,cuéntamemássobretunuevotrabajoenSeattle—dice,yleagradezcoquecambie
detema.
Capítulo44
Hardin
—¡¿Adóndecreesquevoyair?!—legritoaKarenporelcaminoelevandolasmanosenelairecon
frustración.
Elladesciendeamediaslosescalonesdelporche.
—Noquieroentrometerme,Hardin—dice—,pero¿nocreesquedeberíasdejarlatranquila...por
unavez?Noquieroqueteenfades,peronomeparecequevayasaconseguirnadabuenoyendoallíy
montandounaescena.Séquequieresverla,pero...
—¡Túnosabesnada!—leespeto,ylamujerdemipadreinclinalacabezaunpocohaciaatrás.
—Losiento,Hardin,peroopinoqueestanochedeberíasdejarlaenpaz—insiste,comosifuerami
madre.
—¿Paraqué?¿Paraquepuedaponermelosputoscuernos?
Metirodelasraícesdelpelototalmentefrustrado.Tessayasehabíatomadounacopa—copay
media,paraserexactos—durantelacena,yellanotolerabienelalcohol.
—Siesoesloquepiensasdeella...—empiezaKaren,perosedetiene—.Olvídalo.Adelante,ve,
como siempre. —Mira a la mujer de Max una vez y se alisa su vestido hasta las rodillas—. Pero ten
cuidado,cariño—diceconunasonrisaforzada,ysubedenuevolaescalerajuntoasuamiga.
Superadoesedolordecabeza,prosigoconmiplanoriginalymarchoendirecciónalrestaurante.
PiensosacaraTessaarastrasdeallí,noliteralmente,claro,perovendráconmigo.Estoesunamierda,y
todo porque se me olvidó ponerme un puto condón. Así es como empezó este torbellino en el que
estamosmetidos.PodríahaberllamadoaSandraantesyhabersolucionadolodelapartamento,opodría
haberlebuscadoaTessaotrositiodondevivir...Bueno,esotampocohabríafuncionado.LodeSeattle
nopuedeser.MeestácostandomásdeloquepensabaconvenceraTessa,yahoratodoesmuchomás
complicado.
TodavíanomepuedocreerquenohayabajadodelcocheconKarenycomocojonessellamela
madredeLillian.Estabaconvencidodequeestaríadispuestaahablarconmigo.Esesecamarero...¿Qué
clasedeinfluenciahaconseguidoejercerenellaparahacerquesequedeenelrestauranteenlugarde
venirconmigo?¿Quéhavistoenél?
Necesitopararmeaordenarmispensamientosunmomento,demodoquemedetengoymesiento
en una de las grandes rocas que decoran un extremo del jardín de Max. Puede que irrumpir en el
restaurantenoseamuybuenaidea.QuizádeberíapedirleaLandonquevayaaporella.Aélloescucha
muchomásqueamí.Peroentoncesmaldigomiestúpidaidea,porqueséquenoloharía,sepondríadel
ladodesumadre,meharíaparecerdébilymediríaqueladejaraenpaz.
No,nopuedohacerlo.Sentarmeenestarocafríadecojonesduranteveinteminutoshaempeorado
lascosasenlugardemejorarlas.Noparodepensarencómoseapartabademíenelbalcónycómose
reíaalegrementeconél.
¿Quévoyadecirle?Esetíoparecelaclasedecapulloqueintentaríaevitarquemelallevara.No
tendréquegolpearlo.Sigritolosuficiente,Tessavendráconmigoparaevitarunapelea.Oesoespero.
Aunqueentodalanochenohahechonadadeloquehabíaesperado.
Esto es tan infantil..., mi comportamiento, mi manera de manipular sus sentimientos... Soy
consciente,peronoséquéhaceralrespecto.Laquiero,joder,laquieromuchísimo.Peroyanoséqué
máshacerparamantenerlaamilado.
«En realidad parece que lo que sucede es que la tienes atrapada y por eso no puede dejarte; no
porquetequiera,sinoporquehashechoquesientaquenopuedeestarsinti.»
Las palabras de Lillian se repiten en mi mente como un disco rayado mientras me levanto y
sobrepasoelfinaldelacceso.Haceunfríodecojonesaquíafuera,yestaridículacamisaesdemasiado
fina.Tessahavenidosinchaqueta,yesevestido—esevestido—esmuycorto.Seguroquetendráfrío.
Deberíairacogerleuna...
¿Ysiélleofrecelasuya?Loscelosmeinvadenymimanoformaunpuñoalpensarlo.
«...latienesatrapadayporesonopuededejarte;noporquetequiera...»
AlcuernoconTessaDosysupsicoterapiademierda.Notieneniputaideadequéestáhablando.
Tessamequiere.Loveoensusojosgrisescadavezquememira.Losientoenlaspuntasdesusdedos
cuando recorre la tinta que tiñe mi piel, cuando sus labios rozan los míos. Sé distinguir entre amar y
estaratrapado,entreamaryseradicto.
Metragoelligeropánicoqueamenazaconapoderarsedemídenuevo.Ellamequiere.Mequiere.
Tessa me quiere. De lo contrario, no sabría cómo asimilarlo. No podría. No podría vivir sin ella, no
porque no la quiera, sino porque la necesito. Necesito que me quiera y que esté ahí para mí. Nunca
habíapermitidoquenadieseacercaraamítantocomoella;eslaúnicapersonaqueséquesiempreme
querráincondicionalmente.Inclusomimadresehartademisgilipollecesaveces,peroTessasiempre
me perdona. Da igual lo que haga, ella siempre está ahí para mí cuando la necesito. Esa chica tan
cabezota,odiosaeintransigenteloestodoparamí.
—¿Quéhacesaquí,acosador?—oigoenlaoscuridad.
—Venga,nomejodas—gruño.
Alvolverme,meencuentroaRileycaminandoporelsenderodelacabañadeMax.Necesitoestar
másatento.Nisiquieramehabíadadocuentadequeveníahaciamí.
—Hombre,estásaquífuerasoloyaoscuras—meespeta.
—¿DóndeestáLillian?
—Noesasuntotuyo.¿DóndeestáTessa?—respondeconunasonrisadepetulancia.
Lilliandebedehaberlecontadonuestrapelea.Genial.
—Noesasuntotuyo.¿Quéhacesaquífuera?
—¿Ytú?—EsobvioqueRileytieneproblemasdeactitud.
—¿Esnecesarioqueseastanborde?
Asientedemaneraexageradavariasveces.
—Sí. La verdad es que sí. —Pensaba que me iba a arrancar la cabeza de un bocado por haberla
llamadoborde,peronoparecehaberleimportado.Seguroqueesconscientedequeloes—.Yestoyaquí
porqueLillianseacabadequedardormida.Yentresupadreyeltuyoyelpetardodetuhermanastro
estoyapuntodevomitar.
—Y¿noseteocurrenadamejorquesalirapasearaoscurasenelmesdefebrero?
—Llevounabrigo.—Setiradelextremoinferiordelaprendaparademostrarlo—.Voyabuscarel
barquehepasadodecaminoaquí.
—Y¿porquénovasencoche?
—Porquequierobeber.¿Teparezcolaclasedepersonaquequierapasarseelfindesemanaenla
cárcel?—resopla,ypasapormilado.Sevuelvesindetenerse—.¿Adóndevastú?
—A por Tessa. Está con un... Olvídalo. —Estoy harto de contarle a todo el mundo mis putos
problemas.
Entonces,Rileysedetiene.
—EresuncapullopornohaberledichoqueLileslesbiana.
—Veoquetelohacontado—digo.
—Melocuentatodo.Hasidounaauténticagilipollezportuparte.
—Esunahistoriamuylarga.
—Pasas de mudarte a Seattle con Tessa, y ahora —se coloca el pelo por encima del hombro—
probablementeellaestéhaciéndoleunamamadaaesetíoenlosaseosdel...
Lasangremeardeyavanzohaciaella.
—Cierra la puta boca. No te atrevas a decirme esa mierda. —He de recordar que, aunque se
expresaconelmismovocabularioqueyo,esunachica,yyojamáscaeríatanbajo.
—Jode, ¿verdad? —me suelta tranquilamente, sin inmutarse ante mi arrebato—. Pues a ver si te
acuerdasdeestolapróximavezantesdehaceralgúncomentariomordazsobrefollarteaminovia.
Mirespiraciónsehavueltoagitadaydescontrolada.Nopuedoparardeimaginarmeloscarnosos
labiosdeTessasobreesetío.Metirodelpelodenuevoyempiezoacaminarencírculos.
—Teestávolviendolocopensarqueestáconél,¿verdad?
—Serámejorquedejesdeprovocarme—leadvierto,yellaseencogedehombros.
—Salta a la vista. Oye, tal vez no debería haber dicho eso, pero esto lo has empezado tú,
¿recuerdas?—Alverquenocontesto,continúa—:Hagamosunatregua.Yoteinvitoaunacopa,ytú
puedesllorarporTessatodoloquequierasmientrasyoalardeodelobuenaqueesLillianconlalengua.
Seacercaamí,metiradelamangaeintentaarrastrarmeporlacalle.Veoloscutresfarolillosde
coloresencimadeltechodechapadelpequeñobardesdeaquí.
Mesueltoelbrazodeuntirón.
—TengoqueirabuscaraTessa.
—Una copa, y después te acompañaré como refuerzo. —Las palabras de Riley expresan mis
pensamientosdehaceunosminutos.
—¿Por qué? ¿Por qué quieres tomar algo conmigo? —La miro a los ojos y ella se encoge de
hombrosdenuevo.
—Enrealidad,noquiero.Peroestoyaburrida,ytúestásaquífuera.Además,poralgúnmotivoque
no entiendo, parece que a Lil le importas. —Me mira de arriba abajo—. La verdad es que no lo
comprendo, pero le gustas, como amigo —dice Riley subrayando la palabra amigo—. Así que, sí,
quieroimpresionarlafingiendoquemeimportaunamierdaturelacióncondenadaalfracaso.
—¿Condenadaalfracaso?—Empiezoaseguirlaporlacalle.
—Detodalaparrafadaquetehesoltado,¿eligesprecisamenteesecomentario?—Sacudelacabeza
—.Erespeorqueyo.
Seríeyyomequedocallado.Lamuyexasperantemeagarradelacamisadenuevoymedirige
porelcamino.Estoydemasiadoocupadopensandocomoparamolestarmeensoltarme.
¿Cómopuedepensarqueestamoscondenadosalfracasosinisiquieranosconoceniamíniaella?
Nuestrarelaciónnoestácondenada.
Séquenoesasí.Yoestoycondenado,peroellano.Ellamesalvará.Siemprelohace.
Capítulo45
Tessa
—Uf,latemperaturahabajadoporlomenosdiezgrados—diceRobertcuandosalimosporlapuerta.
Elaireesgélidoymeenvuelvoconlosbrazosparaintentarmantenermecaliente.Memiraconel
ceñoligeramentefruncido.
—Sientonotenerunachaquetaqueofrecerte...Ytambiénsientonopoderllevarteacasaencoche,
pero he estado bebiendo. —Con una mirada de horror juguetona, añade—: Me temo que no estoy
siendomuycaballerosoestanoche.
—No pasa nada, de verdad —digo con una sonrisa—. Estoy bastante borracha, así que tengo
calor...Esonotienesentido.—Meríoylosigoporlaaceradelantedelrestaurante—.Aunquedebería
habermepuestootroszapatos.
—¿Nosloscambiamos?—bromea.
Legolpeosuavementeelhombroyélsonríeporenésimavezenloquellevamosdenoche.
—TuszapatosparecenmáscómodosquelosdeHardin;susbotassonmuypesadas,ysiemprelas
deja junto a la puerta, de modo que..., olvídalo. —Avergonzada por mi último comentario, sacudo la
cabezaparadetenerme.
—Yosoymásuntíodedeportivas—contestaparaindicarmequenopasanada.
—Yotambién.Bueno,nosoyuntío.—Meríodenuevo.Elvinosemehasubidoalacabezayno
parodedecirtodoloquesemeocurre,tengaonosentido—.¿Sabeshaciadóndeestánlascabañas?
Alargaelbrazoparadetenermecuandoestoyapuntodeentrarenelaparcamiento.
—¿Quécabañas?Estepuebloestáplagadodeellas.
—Pues... Hay una calle con un cartel pequeño y luego hay unas tres o cuatro cabañas más, y
luego...¿otracalle?—IntentorecordarelcaminoalrestaurantedesdelacasadeKenyKaren,peronada
parecetenersentido.
—Esonomedamuchaspistas.—Seríe—.Aunquepodemoscaminarhastaquelaencontremos.
—De acuerdo, pero si dentro de veinte minutos no la hemos encontrado, me voy a un hotel —
refunfuño,temiendoelpaseoyladiscusiónquesindudatendremosHardinyyocuandollegue.Ypor
discusiónmerefieroaunabatallaverbalintensa,violentayeterna.Especialmentecuandodescubraque
heestadobebiendoconRobert.
Derepente,mevuelvoparamirarlomientrascaminamosenlaoscuridad.
—¿Algunaveztecansasdequelagentetedigaloquetienesquehacertodoeltiempo?
—Nadielohacepero,silohicieran,sí,mecansaría.
—Qué suerte. Yo tengo la sensación de que alguien siempre me está diciendo lo que tengo que
hacer, adónde tengo que ir, con quién tengo que hablar, dónde tengo que vivir... —Dejo escapar el
alientoyveocómosetransformaenvahoenelairefrío—.Estoyempezandoahartarme.
—Nomeextraña.
Mirolasestrellasporuninstante.
—Quierohaceralgoalrespecto,peronoséqué.
—PuedequeirteaSeattleteayude.
—Puede...Peroquierohaceralgoahoramismo,comohuiroinsultaraalguien.
—¿Insultaraalguien?—Seríeysedetieneparaatarseunzapato.
Yodejodecaminaraunoscuantosmetrospordelantedeélymiroamialrededor.Ahorabarajoen
mimentetodaslasposibilidadesdecomportamientosimprudentesynopuedoparar.
—Sí,insultaraalguienenparticular.
—Pero tómatelo con calma. Sé que insultar a alguien es algo bastante agresivo y tal, pero quizá
deberíasempezarconalgomáslight—dice.
Mellevaunmomentodarmecuentadequemeestátomandoelpelo,perocuandolohago,leveola
gracia.
—Hablo en serio. Ahora mismo tengo ganas de hacer alguna... ¿locura? —Me muerdo el labio
superiormientrasmeditoelqué.
—Eselvino...,esbastantefuerteyhasbebidomuchoenpocotiempo.
Ambosreímosdenuevoyyanopodemosparar.Loúnicoquemedevuelvealanormalidadsonlos
pequeñosfarolillostipocantinaquependendeunpequeñoedificiocercano.
—Éseeselbardelpueblo—meinformaRoberttrasseñalarloconlacabeza.
—¡Quépequeño!—exclamo.
—Bueno, no tiene que ser enorme cuando es el único de la ciudad. Es bastante divertido. Las
camarerasbailansobrelabarraytodoeso.
—¿ComoenElbarCoyote?
Susonrisaseintensifica.
—Sí,sóloqueestasmujerestienentodasmásdecuarentaañosyvanmásvestidas.
Susonrisaescontagiosa,yyaséquévamosahacerahora.
Capítulo46
Hardin
—No,tehedichoqueunacopa,ylodecíaenserio.—Pongolosojosenblancoyhagogirarelhielo
dentrodelacopavacíaconeldedo.
—Loquetúdigas.—Rileylehaceungestoalacamareraypidedosbebidasmás.
—Hedichoqueno...
—Nadiehadichoqueseanparati—replicamirándomeconcondescendencia—.Avecesunachica
necesitaunrespaldo.
—Bien, pues que te diviertas. Yo me voy a por Tessa ahora mismo. —Me levanto del taburete,
peroellameagarradelacamisaotravez—.Dejadetocarme.
—Tío,dejayadesertancapullo.Tehedichoqueirécontigo;peroesperaaquemetermineestas
copas. ¿Has pensado ya en qué vas a decirle, o tu intención es simplemente entrar ahí en plan
cavernícola?
—No.—Mesientodenuevo.
Laverdadesquenohepensadoquévoyadecirle.Nonecesitodecirnadamásque«Vámonosde
unaputavez».
—¿Túquédirías?—meatrevoapreguntar.
—Pues,paraempezar—sedetieneparadarlealacamareradosbilletesdecincodólarescuando
ellaleacercalosvasos—,Lilliannuncaestaríaenunrestauranteconotrachica...ochico,sinmí.—Da
unbuentragoaunodelosvasosymemira—.Yoyahabríaconvertidoencenizasellugar.
Nomegustamuchosutono.
—Y¿medicesamíquevengaatomarmeunacopaantesdeir?
Seencogedehombros.
—Nohedichoquemireacciónfueselamáscorrecta.Peroesloqueharía.
—Nodicesmásquegilipolleces,ytúeresunagilipollas.Melargo.
Doy un par de pasos hacia la puerta, y la música country que me da dolor de cabeza empieza a
aumentar de volumen y sé lo que va a pasar a continuación. No debería haber venido a este bar de
mierda.DeberíahaberidodirectamenteabuscaraTessa.Losclienteshabitualescomienzanajalear.Me
vuelvoyveoquedosdelascamarerasdemedianaedadseestánsubiendoalabarra.
Joder,quéincómodo.Entretenido,perorarodecojones.
—¡Vasaperderteelespectáculo!—seríeRiley.
Estoyapuntodedeciralgo,peroentoncesoigounsonidodetrásdemíy,unavezmás,intuyolo
que está a punto de pasar. Cuando me vuelvo, la boca se me seca y la sangre me hierve al instante.
Porque,alhacerlo,veocómoTessaentratambaleándoseporlapuertadelpequeñobardecarretera.Con
él.
Enlugardeircorriendoaporélcomomegustaría,regresoalabarrayledigoaRileyasuespalda:
—Tessaestáaquí.Conél.Esésa.
Ellaapartalavistadelasviejasdelabarraysedalavuelta.Sequedaboquiabierta.
—Joder,québuenaestá.
Lafulminoconlamirada.
—Para.Nolamiresasí.
—Lillianmehadichoqueeraguapa,pero,joder,menudastet...
—Noterminesesafrase.
MiroaTessa.Joder,yaséqueestábuenísima,perolomásimportanteesqueestáborrachayse
estáriendomientrasavanzajuntoalasmesasaltas.Escogeunavacíaqueestácercadelaseoysesienta.
—Voyparaallá—ledigoaRiley.
Notengoniputaideadeporquélecuentonada,perounapartedemíquieresaberquéharíaellasi
estuvieraenmilugar.SéqueTessaestácabreadaconmigoporunmontóndemotivos,ylaverdades
quenoquieroañadirmásleñaalfuego.Detodosmodos,notieneningúnderechoaestarmosqueada.Es
ella la que está ahí con ese como se llame del restaurante, y ahora ha llegado aquí tambaleándose,
borrachayriéndose.Conél.
—¿Porquénoesperasunpoco?Yasabes,paraobservarlaunrato—sugiereRiley.
—Qué idea tan absurda. ¿Por qué iba a quedarme aquí a ver lo bien que se lo pasa con ese
gilipollas?Ellaesmíay...
Rileymemiraconojoscuriosos.
—¿Seenfadacuandoledicesqueestuya?
—No. Le gusta. Creo... —Al menos, una vez me dijo que le gustaba: «Soy tuya, Hardin, tuya»,
gimiócontramicuellomientrasyomeneabalascaderasymehundíamásenella.
—Lil se enfada mucho cuando digo eso. Piensa que la estoy reclamando como si fuera una
propiedadoalgo—mediceRiley,peroyosólopuedoconcentrarmeenTessa,encómoserecogeelpelo
largoconunamanoyselocolocasobreunodeloshombros.
Mifuriaaumenta,cadavezestoymáscabreadoysemeestánublandoeljuicio.¿Cómoesposible
quenosehayadadocuentadequeestoyaquí?Yosiemprenotocuandoellaentraenunahabitación,es
comosielairecambiara,ymicuerpopuedesentir,literalmente,cómoelsuyoseacerca.Peroellaestá
demasiado ocupada prestándole atención a él; el muy capullo debe de estar explicándole la manera
correctadeservirelaguaenunputovasooalgoasí.
Conlamiradaaúnfijaenmichica,digo:
—Bueno,Tessaesmía,asíquemedaigualquepiensequelaestoyreclamando.
—Hablas como un auténtico capullo —dice Riley, y mira hacia Tessa—. Pero tienes que
comprometerte.SisepareceenalgoaLillian,seacabaráhartandoytedaráunultimátum.
—¿Qué?—ApartolosojosdeTessaporuninstante,yesunatortura.
—Lilliansehartódemismovidasymedejó.Ella—levantalacopahaciaTessa—harálomismo
sinoescuchasloquequieredevezencuando.
EsincreíblelodiferentesquesonRileyysunovia.Lillianesmuchomássimpática.
—Mira,túnosabesnadadenuestrarelación,asíquenotienesniideadeloqueestásdiciendo.
ObservodenuevoaTessa,queahoraestásentadasola,jugueteandoconunmechóndepelosuelto
ymeneandoloshombrosalritmodelamúsica.Alcabodeunsegundo,localizoasuamigoelcamarero
alfinaldelabarra,yladistanciaquehayentreelloscalmaligeramentemisnervios.
—Mira,tío—diceRiley—,nonecesitoconocertodoslosdetalles.Mehepasadolaúltima...casi
una hora contigo. Sé que eres un imbécil, y que ella es una dependiente de... —Cuando abro la boca
para insultarla, continúa—: Lillian también lo es, así que no te pongas farruco. Es dependiente, y lo
sabes.Pero¿sabesquéeslomejordetenerunanoviadependiente?—Sonríeconmalicia—.Apartedel
sexofrecuente,claro...
—Vealgrano.—PongolosojosenblancoymirodenuevoaTessa.
Tienelasmejillasrojasylosojosabiertoscomoplatos,divertidaanteelespectáculodelasmujeres
queconcluyensubaileenlabarra.Meveráaquídepiedeunmomentoaotro.
—Lomejoresquenosnecesitan,aunquenodelamaneraenqueesperasquetenecesiten.También
necesitanqueestemosahíparaellasdevezencuando.Lilliansiempreestabatancentradaenintentar
salvarme...oloquecojonesestuvierahaciendo...quesusnecesidadesnoestabansiendocubiertas.Ni
siquierasabíacuándoerasucumpleañosynohacíanadaporella.Creíaquesí,porquesiempreestabaa
sualrededoryledecíaquelaqueríadevezencuando,peroesonoerasuficiente.
Unescalofríodesagradablerecorremiespalda.ObservocómoRileyapuraelrestodesuprimera
bebida.
—Peroahoraestácontigo,¿no?
—Sí,perosóloporqueledemostréquepuedecontarconmigoyquenosoylazorraqueeracuando
meconoció.—MiraaTessaydespuésamídenuevo—.¿Sabesesoquepublicantodaslasniñastontas
eninternet?Creoqueesalgoasícomo...«Mientrastúhaces...»,«Sitúno...».Mierda,nomeacuerdo,
perobásicamentequieredecirquesitúnotratasbienatuchica,otrapersonalohará.
—Yonolatratomal.
«Almenos,notodoeltiempo.»
Empiezaareírseconincredulidad.
—Tío, admítelo. Oye, yo no soy ninguna santa. Aún no trato a Lillian todo lo bien que debería,
peroalmenossoyconscientedeello.Túestásenunaespeciedeestadodenegaciónsideverdadcrees
que no la tratas como una mierda. Si fuese así, ella no estaría ahora sentada con ese gilipollas, que
resultasercompletamenteopuestoati,yademásestábastantebueno.
No puedo negárselo. Tiene razón, en casi todo. Pero no trato a Tessa como una mierda todo el
tiempo,sólocuandohacealgoparacabrearme.Comoahora.
Yantes.
—Teestámirando—mediceRiley,ysemehielalasangre.
Girolacabezalentamenteensudirección.
Meestámirandofijamente,confuria,yjuraríaqueinclusoveounapequeñallamarojaensusojos
cuando mira a Riley y después a mí otra vez. No se mueve. Ni siquiera parpadea. Su expresión de
sorpresasetornasalvajealinstante,ysumiradaasesinamedejadepiedra.
—Estácomounacuba.—Rileyseríeamiladoytengoquehacerungranesfuerzoparanoecharle
subebidaporencima.
Enlugardehacerlo,farfullo:
—Cállate.
CojoelvasoymeaproximoaTessa.
Elcapullodelcamarerosigueenlabarracuandollegohastaella.
—Vaya, jamás habría imaginado que estarías aquí, en un bar, bebiendo con otra chica. Qué
sorpresa—mesueltaconunasonrisasarcástica.
—¿Quéhacesaquí?—preguntoacercándomeaella.
Ellaseaparta.
—¿Quéhacestúaquí?
—Tessa...—leadvierto,yponelosojosenblanco.
—Estanoche,no,Hardin.Novaapasar.—Sebajadelasillaaltaysetiradelbajodelvestido.
—No te alejes de mí. —Mis palabras suenan como una orden, pero sé que en realidad es una
súplica.Laagarrodelbrazo,peroellasesuelta.
—¿Porquéno?Esloquetúhacessiempre.—MiraaRileyconodiodenuevo—.Amboshemos
venidoconotraspersonas.
Niegoconlacabeza.
—Joder,no.ÉsaeslanoviadeLillian.
Sushombrosserelajanalinstante.
—Ah.—Memiraalosojosysemuerdeellabioinferior.
—Tenemosquemarcharnosdeaquíya.
—Puesmarchaos.
—Mereferíaatiyamí—leaclaro.
—Yo sólo pienso ir a un sitio divertido. Más divertido que este lugar, ya que tú estás aquí y
siempreestásobstaculizandomidiversión.Erescomolapolicíadeladiversión.—Sonríeantesupropia
bromaestúpidaycontinúa—:¡Esoesjustoloqueeres!Lapolicíadeladiversión.Deberíapedirquete
hicieranunaplacaparaquelallevestodoeltiempo,asípodrásevitarquetodoelmundosedivierta—
mesuelta,yempiezaapartirsederisa.
«Joder,estáborrachadelahostia.»
—¡¿Cuántohasbebido?!—gritoporencimadelamúsica.
Pensabaquebajaríanelvolumen,peropareceserqueelpúblicohapedidounbisdelasbailarinas
mayores.
Seencogedehombros.
—Nolosé.Unascuantas,yéstatambién.
Mecogeelvasodelamanoy,antesdequepuedadetenerla,locolocasobrelamesaysesubede
nuevoalasilla.
—Notebebaseso.Saltaalavistaqueestáscomounacuba.
—¿Quéesesesonido?—Sellevalamanoalaoreja—.¿Eslasirenadelcochedelapolicíadela
diversión? Nino, nino, nino... —Pone morritos como un niño durante un segundo y después se ríe—.
Lárgatesivasajodermelafiesta.
Entonces se lleva el vaso a la boca y bebe tres grandes tragos. Se ha tomado media copa en
cuestióndesegundos.
—Vasaacabarvomitando—digo.
—Bla, bla, bla... —se burla, meneando la cabeza hacia adelante y hacia atrás con cada palabra.
Mira detrás de mí y una sonrisilla de superioridad se dibuja en sus labios—. Ya conoces a Robert,
¿verdad?
Miroaunladoymeencuentroalcapulloconunabebidaencadamano.
—Me alegro de verte otra vez —dice, y pone una media sonrisa. Tiene los ojos inyectados en
sangre.Éltambiénestáborracho.
«¿Sehabráaprovechadodeella?¿Lahabrábesado?»
Inspirohondo.
«Supadreeselsheriff.Supadreeselsheriff.Supadreeselsheriff...
»Supadreeselputosheriffdeestepueblodemierda.»
MiroaTessadenuevoydigoporencimadelhombro:
—Lárgate.
Ellaponelosojosenblanco.Habíaolvidadoloaudazquesevuelvecuandoelalcoholinundasu
organismo.
—Notevayas—ledicedesafiándome,yélsesientaalamesa—.¿Notienescompañíaalaque
entretener?—meprovoca.
—No,nolatengo.Vámonosacasa.
Me está costando mucho controlar mi temperamento. Si ésta fuese cualquier otra noche, ya le
habríaestampadolacaraaRobertcontralamesa.
—Lacabañanoesnuestracasa;estamosahorasdecasa.—Seterminalabebidaquemeharobado
y después me mira con una mezcla de odio, ligereza ebria e indiferencia—. En realidad, a partir del
lunesyoyanotengocasa,graciasati.
Capítulo47
Tessa
Las aletas nasales de Hardin se agitan mientras intenta controlarse. Miro a Robert y veo que parece
sentirsealgoincómodo,peroHardinnolointimidaenabsoluto.
—Siestástratandodecabrearmeapropósito,estáfuncionando—mediceHardin.
—Pues no. Simplemente no quiero irme. —Y, justo cuando la música para, digo prácticamente
gritando—:¡Quierobeberyserjovenydivertirme!
Todoelmundosevuelvehaciamí.Noséquéhacercontantaatención,asíquesaludoagitandola
manoenelaire,bastanteincómoda.Alguiengritasuaprobaciónymediobarlevantasuscopasamodo
debrindisyvuelvenasusconversaciones.Lamúsicacontinúa,RobertseríeyHardinestárojodeira.
—Estáclaroqueyahasbebidosuficiente—dicemirandoelvasomediovacíoqueRobertmeha
traído.
—Noticiasdeúltimahora,Hardin:yasoymayorcita—lerecuerdocontonoinfantil.
—Malditasea,Tessa.
—Creoqueserámejorquemevaya...—diceRobertponiéndoseenpie.
—Evidentemente—respondeHardinaltiempoqueyolepidoquenolohaga.
Pero después miro a nuestro alrededor y suspiro con resignación. Por muy bien que me lo esté
pasandoconRobert,séqueHardinnopararádehacercomentariosgroseros,delanzarleamenazasylo
queseacontaldequesemarche.Esmejorquelohagaya.
—Losientomucho.Mevoyyoytúpuedesquedarte—lesugiero.
Élniegaconlacabeza,comprensivo.
—No, no, no te preocupes. De todos modos ha sido un día muy largo. —Es tan tranquilo y
despreocupado...Resultatremendamenterefrescante.
—Teacompañoafuera—ledigo.Nosésivolveréaverloalgunavez,ysehaportadomuybien
conmigoestanoche.
—No,deeso,nada—intervieneHardin,perohagocomoquenolooigoysigoaRoberthaciala
puertadelpequeñobar.
Cuandomevuelvoendirecciónalamesa,veoqueHardinestáapoyadocontraellaconlosojos
cerrados.Esperoqueestérespirandohondo,porquenoestoydehumorparaaguantarsusescenitasesta
noche.
Unavezfuera,mevuelvohaciaRobert.
—Losientomuchísimo.Nosabíaqueibaaestaraquí.Sóloqueríapasarlobien.
Élsonríeyseinclinaunpocohaciaadelanteparamirarmemejoralosojos.
—¿Teacuerdasdeloquetehedichosobrelodedejardedisculparteportodo?—Sellevalamano
albolsilloysacaunalibretitayunboli—.Noesperonada,perosialgúndíaestásaburridaotesientes
solaenSeattle,llámame.Ono.Dependedeti.
Anotaalgoymeloentrega.
—Deacuerdo.
Noquierohacerningunapromesaquenopuedacumplir,asíquemelimitoasonreírymecueloel
pequeñotrozodepapelporlapartesuperiordelvestido.
—¡Losiento!—gritocuandomedoycuentadequeacabodetoquetearmedelantedeél.
—¡Dejadedisculparte!—Seríe—.¡Ymenosporeso!—Mirahacialaentradadelbar,ydespués
hacia la noche oscura—. Bueno, será mejor que me vaya. Ha sido un placer conocerte. A ver si nos
vemosdenuevo.
Asientoysonríomientrasélsealejaporlaacera.
—Hacefrío—diceHardindetrásdemí,dándomeunsustodemuerte.
Resoplo,pasodelargoporsuladoyentroenelbar.Lamesaalaqueestabasentadaestáahora
ocupadaporuncalvoysuenormejarradecerveza.Cojomibolsodelasillaquehayasuladoyme
miraconojosinexpresivos.Bueno,másbienmemiralastetas.
Hardinestádetrásdemí.Otravez.
—Vámonos,porfavor.
Medirijoalabarra.
—¿Teimportaríadarmemediometrodeespacio?Noquieronitenertecercaenestosmomentos.
Mehasdichocosasespantosas—lerecuerdo.
—Sabesquenolasdecíaenserio—respondealadefensivaeintentandoestablecercontactovisual
conmigo,peronopiensoceder.
—Esonosignificaquepuedasdecirlas.—Mirohacialachica,lanoviadeLillian,quenosobserva
aHardinyamídesdelabarra—.Noquierohablardeesoahora.Meloestabapasandobienylohas
fastidiado.
Hardinseinterponeentrenosotras.
—Entonces¿nomequieresaquí?
Veounreflejodedolorensusojos,yalgoensuspozosverdesmehacerecular.
—Nohedichoeso,perosivasavolveradecirmequenomequieresoquesólomeusasparael
sexo,serámejorquetelargues.Omeiréyo.—Estoyhaciendotodoloposiblepormantenermiactitud
alegreyrisueñaenlugardehundirmeenlamiseriaydejarqueeldolorylafrustraciónseapoderende
mí.
—Eres tú la que ha empezado toda esta mierda viniendo aquí con él, borracha, por cierto... —
replica.
Suspiro.
—Ya estamos. —Hardin es el rey de la doble moral. Y la última prueba de ello se dirige hacia
nosotrosenestosmomentos.
—Joder, ¿queréis callaros de una vez? Estamos en un sitio público —nos interrumpe la guapa
chicaconlaqueHardinestabasentado.
—Ahora,no—leespeta.
—Anda,obsesióndeHardin,sentémonosalabarra—diceellaignorándolo.
Sentarmeaunamesaalfondodelbarytomarmeunacopaquemehantraídoesunacosa,pero
sentarmealabarraypedirunacopayomismaesotramuydistinta.
—Notengoedadsuficiente—lainformo.
—Vengaya.Conesevestidotepondránunacopa.—Memiraelpechoyyolosacoligeramente.
—Comomeechen,seráculpatuya—ledigo,yellainclinalacabezahaciaatrás,riéndose.
—Yopagarétufianza.—MeguiñaunojoyHardinseponetensoamilado.
Laobservalanzándolemiradasdeadvertencia,yyonopuedoevitarreírme.Sehapasadolanoche
intentandodarmecelosconLillian,yahoraestácelosoporquesunoviameguiñaelojo.
Todoestetomaydacataninfantil—élestáceloso,yoestoycelosa,laviejadelabarraestácelosa,
todoelmundoestáceloso—resultafastidioso.Algoentretenido,sobretodoahora,perofastidioso.
—Porcierto,mellamoRiley.—Sesientaalfinaldelabarra—.Imaginoqueelgroserodetunovio
nopiensapresentarnos.
Miro a Hardin esperando que la insulte, pero él se limita a poner los ojos en blanco, lo cual es
bastantecontenidoporsuparte.Haceademándesentarseeneltaburetequehayentrenosotras,peroyo
locojodelrespaldoyapoyolamanoensubrazoparaayudarmeasubirmeaél.Séquenodeberíaestar
tocándolo, pero quiero sentarme aquí a disfrutar de la última noche de estas minivacaciones, que han
acabadosiendoundesastre.Hardinhaespantadoaminuevoamigo,yLandonprobablementeyaesté
durmiendo.Miotraalternativaessentarmesolaenlahabitacióndelacabaña,asíqueéstameparece
mejor.
—¿Quéospongo?—mepreguntaunacamareradepelocobrizoquevisteunachaquetavaquera.
—TreschupitosdeJackDaniel’s,fríos—respondeRileypormí.
Lamujeranalizamirostroduranteunossegundosyelcorazónsemeacelera.
—Marchando —anuncia por fin, y saca tres vasos de chupito de debajo de la barra y los coloca
delantedenosotros.
—Yo no iba a beber, sólo me he tomado una copa antes de que tú llegaras —me dice Hardin al
oído.
—Bebeloquequieras.Yopiensohacerlo—replicosinmirarlosiquiera,aunqueenelfondoespero
quenoseemborrachedemasiado.Nuncasécómovaareaccionar.
—Yaloveo—diceamododeregaño.
Lomiroconelceñofruncido,peroacaboembelesadamirándolelaboca.Avecesmequedoasí,
observandoloslentosmovimientosdesuslabioscuandohabla;esunademisaficionesfavoritas.
Aladvertirquehebajadounpocolaguardia,mepregunta:
—¿Todavíaestásenfadadaconmigo?
—Sí,mucho.
—Entonces ¿por qué actúas como si no lo estuvieras? —Sus labios se mueven todavía más
despacio.Tengoqueaveriguarelnombredeesevino.Eramuybueno.
—Yatelohedicho.Quierodivertirme—repito—.¿Ytú?¿Estásenfadadoconmigo?
—Siempreloestoy—responde.
Meríoligeramente.
—Cierto.
—¿Quéhasdicho?
—Nada.—Sonríoinocentementeyobservocómosefrotaelcuelloconlamanoysemasajealos
hombrosconelpulgaryelíndice.
Segundos más tarde tengo un chupito de licor marrón delante de mí, y Riley levanta su vaso en
nuestradirección:
—Porlasrelacionesdisfuncionalesquerozanlopsicótico.—Sonríeconmaliciayechalacabeza
atrásparabeberseeltrago.
Hardinlaimita.
Yorespirohondoantesdeverterelfrescoardordelwhiskypormigarganta.
—¡Unomás!—gritaRileymientrasdeslizaotrochupitodewhiskydelantedemí.
—Nosésipuedo—balbuceo—.Nohabíaeshtadotanborrrrachaenmividda.Nuncajamás.
Elwhiskysehainstaladooficialmenteenmicabezaynoparecetenerintencionesdedesaparecer
enunplazocortodetiempo.Hardinllevacincochupitos.Yoheperdidolacuentadelosmíosdespués
deltercero,yestoyconvencidadequeRileydeberíaestartiradaenelsueloconuncomaetílico.
—Estewhiskyestábuenísimo—digoantesdemeterlalenguaenelchupitorefrigerado.
Amilado,Hardinseríe,yyomeapoyoensuhombroycolocolamanosobresumuslo.Susojos
siguen inmediatamente mi mano y yo la aparto al instante. No debería actuar como si nada hubiera
pasado,séquenodebería,peroesmásfácildecirloquehacerlo.Especialmenteahoraqueapenaspuedo
pensar con claridad, y Hardin está tan guapo con esa camisa blanca. Ya me enfrentaré a nuestros
problemasmañana.
—¿Loveis?Sólonecesitabaisunpocodewhiskypararelajaros—diceRiley,ygolpeasuvasode
chupitocontralabarrayyomeechoareírcomounatonta—.¿Qué?—ladra.
—Hardinytúsoisiguales.—Metapolabocaparaocultarmisinsolentesrisitas.
—Deeso,nada—diceHardinhablandoconeseritmolentoalquerecurrecuandoestáebrio.Riley
tambiénlohace.
—¡Claroquesí!Soiscomodosgotasdeagua.—Merío—.¿SabeLillianqueestásaquí?—digo
volviéndomehaciaellabruscamente.
—No.Estádormida.—Selameloslabios—.Peropiensodespertarlaencuantoregrese.
Subenelvolumendelamúsicadenuevoyveoquelamujerdepelocobrizoseencaramaalabarra
porcuartavez,creo.
—¿Más?—Hardinarrugalanariz,yyomeechoareír.
—Amímeparecedivertido.—Enestosmomentos,todomeloparece.
—Puesamímeparececutre,ymeinterrumpecadatreintaminutos—refunfuña.
—Deberíassubir—meanimaRiley.
—¿Adónde?
—Alabarra.Deberíasbailarenlabarra.
Niegoconlacabezaymerío.Ymesonrojo.
—¡No,no,no!
—Venga,nohasparadodedecirqueeresjovenyquequieresdivertirteoloqueseaqueestuvieses
diciendo.Aquítienestuoportunidad.Bailaenlabarra.
—No sé bailar. —Es verdad. Sólo he bailado, excluyendo los bailes lentos, una vez, en aquella
discotecadeSeattle.
—Nadiesedarácuenta,estántodosmásborrachosquetú.—Enarcaunaceja,desafiándome.
—Deeso,nada—intervieneHardin.
Apesardemiestadodeembriaguez,unacosasíquerecuerdo:estoyhartadequemedigaloque
puedoonopuedohacer.
Sinmediarpalabra,meagachoymedesabrocholasincómodascorreasquerodeanmistobillosy
dejocaermistaconesaltosalsuelo.
Hardinabreunosojoscomoplatosmientrasmesuboaltabureteydeltaburetealabarra.
—¿Quéestáshaciendo?—Selevantaysevuelvecuandounoscuantosclientesdetrásdenosotros
empiezanavitorear—.Tess...
Subenmáselvolumen,ylamujerquenoshaestadosirviendolasbebidasmesonríeconpicardíay
medalamano.
—¡¿Sabesbailarenlínea,cielo?!—grita.
Niegoconlacabeza,yderepentemesientoinsegura.
—¡Yoteenseño!—grita.
¿Enquénaricesestabapensando?SóloqueríademostrarleaHardinquepuedohacerloquemeda
lagana,ymiraadóndemehallevadoeso:asubirmeenunabarraapuntodeintentarbailar...unbaile
raro.Nisiquieraséquéesbailarenlíneaexactamente.Dehabersabidoqueibaaacabaraquíarriba,lo
habríaplaneadotodomejoryhabríaprestadomásatenciónalasmujerescuandoestabanbailandoantes.
Capítulo48
Hardin
RileyestámirandoaTessa,queestádepiesobrelabarradelantedeella.
—Joder,¡pensabaquenoseatreveríaahacerlo!—grita.
Yotambiénlopensaba,peroestáclaroqueestádecididaacabrearmeestanoche.
Rileymemiraconcaradefascinación.
—Esmuysalvaje.
—No, no lo es —digo en voz baja. Tessa parece estar pasándolo fatal. Supongo que se estará
arrepintiendodesuimpulsivadecisión—.Voyaayudarlaabajardeahí.—Empiezoalevantarlamano,
peroRileymelaapartadeunapalmada.
—Déjalaenpaz,tío.
MiroaTessadenuevo.Lamujerquenoshaservidolasbebidasestáhablandoconella,perono
oigo lo que le está diciendo. Esto es una estupidez, ponerse a bailar en una barra con ese vestido tan
corto.Simeinclinounpocoseguroqueseloveotodo,comoelrestodelospresentes.Supongoque
Rileyyaseloestaráviendo.Mevuelvohaciatodaspartesyveoqueningunodeloshombresgrasientos
quehayalotroladohanadvertidosupresencia.Todavía.
Tessaobservaalamujerquetienealladoconlafrentearrugadaconairedeconcentración;todolo
contrariodesurepentinanecesidaddemostrarse«salvaje».Siguelosmovimientosdelamujerylevanta
unapierna,despuéslaotrayacontinuaciónmenealascaderas.
—Siéntateydisfrutadelespectáculo—mediceRileyamiladopasándomeunadesusbebidas.
Estoyborracho,demasiado,perotengolamentemuyclaramientrasobservocómoTessacomienza
amoverse.Amoversedeverdad.Secolocalasmanossobrelascaderasyempiezaasonreír.Yanole
importa que todo el mundo la esté contemplando. Me mira a los ojos y sus movimientos de baile se
vuelventorpesporuninstante,antesdequerecobrelacomposturaydirijalamiradaalfondodelasala.
—Excitante,¿eh?—Rileysonríeamiladomientrassellevalacopaaloslabios.
Sí,evidentemente,veraTessasobreunabarrameponemuycachondo,perotambiénmeenfurece
ynomeloesperaba.Elprimerpensamientoquemehavenidoalacabezahasido:«Joder,cómome
poneesto».Yelsegundoesquenodeberíaestardisfrutándolotantoydeberíasentirmeirritadoporsu
constante necesidad de desafiarme. Sin embargo, no puedo pensar con claridad por culpa del primer
pensamiento,yporelhechodequeestábailandojustodelantedemí.Elmodoenqueelvestidosele
subeporlosmuslosylamaneraenquesesujetaelpeloconunamanoyseríemientrastratadeseguir
lospasosdelamujerquetieneallado...Meencantaverlaasí,tandespreocupada.Nosueloverlareírde
estemodoconfrecuencia.Unaligeracapadesudorcubreahorasucuerpoylahacebrillarbajolaluzde
los focos. Me revuelvo algo incómodo y me tiro de la parte delantera de la ridícula camisa que llevo
puesta.
—Oh,oh...—dicelanoviadeLillian.
—¿Quépasa?
Salgo de mi trance y sigo la dirección de su mirada por la barra. Dos hombres que hay al otro
extremo están embobados mirando a Tessa, y por embobados quiero decir que tienen los ojos más
salidosquemiputapollaenestosmomentos.
LevantolavistayveoquelafaldadeTessamuestrademasiadosusmuslos.Cadavezquedaun
pasoselesubeunpocomás.
Yaessuficiente.
—Tranquilo,hombre—diceRiley—.Lacanciónestáapuntodeacabar...—Yentonceslevantala
manoylameneajustocuandolamúsicatermina.
Capítulo49
Tessa
Hardinlevantalamanoparaayudarmeabajar,cosaquemesorprendebastante.
Porsumanerademirarmeconelceñofruncidoyconairesuplicantedurantetodoelratoquehe
estado bailando, pensaba que iba a chillarme. O algo peor. En realidad esperaba que se subiera y me
arrastrarafueradelabarrayquedespuésempezaraapegarsecontodoslosclientes.
—¿Loves?¡Nadiesehadadocuentadequebailascomoelculo!—Rileyseríeyyomesientoen
lafríabarra.
—¡Hasidodivertidísimo!—exclamoy,unavezmás,lamúsicasedetiene.
Meríoysaltodelabarra.Hardinmeenvuelveconsubrazodemaneraprotectorahastaqueestoy
lobastanteestabledepiecomoparaqueseaparte.
—¡Deberíassubiralapróxima!—ledigoaHardinaloído,yélniegaconlacabeza.
—No—diceconrotundidad.
—Nopongasmorritos,estásmuyfeo.—Alargolamanoyletocoloslabios.
Noestáfeo;dehecho,esbastantemonoelmodoenquesobresalesulabioinferior.Susojosbrillan
alsentirmicontactoymipulsoseacelera.Estoyempezandoanotarelsubidóndeadrenalinadespués
dehaberbailadoenlabarra,algoquejamásenmividapenséqueharía.Pormuydivertidoquehaya
sido,séquejamásvolveréahacerlo.Hardinsesientaeneltabureteyyomequedodepieentreély
Riley,alladodemiasientovacío.
—Teencanta.—Sonríe,todavíaconmisdedosensuslabios.
—¿Tuboca?—digoconunasonrisapícara.
Niegaconlacabeza.Estádebuenhumor,peromuyserioalmismotiempo,yresultaembriagador.
Élesembriagador,yyoyaestoybastanteembriagadadeporsí.Estovaaserinteresante.
—No,cabrearme.Teencantacabrearme—dicecontonoseco.
—No.Esquetútecabreascondemasiadafacilidad.
—Estabas bailando en una barra delante de una sala llena de gente. —Su cara está a escasos
centímetros de la mía, y su aliento es una estimulante mezcla de menta y whisky—. Sabías
perfectamentequeesomeibaacabrear,Tessa.Tienessuertedequenotehayabajadoalafuerza,te
hayacolocadosobremihombroytehayasacadodeestelugar.
—¿Sobretuhombro,nosobretusrodillas?—bromeo,ylomirodirectamentealosojos,loquelo
desarma.
—¿Qu...qué?—tartamudea.
MeechoareírantesdevolvermehaciaRiley.
—Nodejesqueteengañe.Lehaencantado—mesusurraella,yasiento.
Siento una tensión en el estómago ante la idea de Hardin observándome, pero mi mente intenta
controlarmissuciospensamientos.Deberíaestarfuriosa.Deberíafingirquenoestá,ogritarleotravez
por sabotear lo de Seattle, o por las dolorosas palabras que me ha dicho, pero es casi imposible
cabrearmeestandoasídeborracha.
Mepermitofingirquenadadeesohasucedido,almenosporahora,ymeimaginoqueHardinyyo
somos una pareja normal que ha salido con una amiga a tomar una copa. Sin mentiras, sin peleas
dramáticas,sólodiversiónybaile.
—¡Todavíanomecreoquehayahechoeso!—lesdigoaambos.
—Yotampoco—refunfuñaHardin.
—No voy a volver a hacerlo, os lo aseguro. —Me paso la mano por la frente. Estoy sudando y
hacecalorenestepequeñobar.Elaireestácargadoynecesitorespirar.
—¿Quétepasa?—pregunta.
—Nada.Hacecalor.—Meabanicoconlamanoyélasienteunavez.
—Puesvámonosantesdequetedesmayes.
—No,quieroquedarmemásrato.Melobienpasandoestoy...Digo...,meloestoypasandobien.
—Nisiquierapuedesformarunafrasecoherente.
—¿Yqué?Igualnoesnecesarioquelohaga.Relájateolárgate.
—Estás...—empieza,peroletapolabocaconlamano.
—Shhh...,cállateporunavez.Divirtámonos.—Usolaotramanoparatocarleelmuslodenuevo,y
estavezledoyunapretón.
—Vale—dicecontramipalma.
Lesueltolaboca,peromantengolamanoaunoscentímetrosdedistanciaparatapárseladenuevo
siesnecesario.
—Peronadadebailarenlabarraotravez—dice,negociandotranquilamente.
—Vale.Ynadadeponermorritosnidefruncirelceño—leespeto.
Sonríe.
—Vale.
—Dejadedecir«vale»—ledigoconunasonrisa.
Asiente.
—Vale.
—Eresexasperador.
—¿Exasperador?¿Quédiríatuprofesordeliteraturaanteesaclasedevocabulario?—Losojosde
Hardinsondeunverdejadeintensoyestáncargadosdehumoryenrojecidosporelalcohol.
—Aveceseresmuygracioso.—Meapoyocontraél.
Merodealacinturaconelbrazoymecolocaentresuspiernas.
—¿Aveces?—Mebesaelpeloyyomerelajoensusbrazos.
—Sí,sóloaveces.
Se ríe y no me suelta. Y creo que no quiero que lo haga. Sé que debería, pero no quiero. Está
borracho,ytravieso,yelalcoholenmiorganismohacequepierdaelsentidocomún...comosiempre.
—Miradquébienosestáisllevando.—Rileynosseñalaconambasmanoscomosinosestuviese
mostrandoaalguien.
—Estachicaesexasperante—resoplaHardin.
—Parecéisgemelos.—Merío,yélsacudelacabeza.
—¡Últimospedidos!—gritaminuevaamigadesdedetrásdelabarra.
DurantelaúltimahorameheenteradodequesellamaCami,dequetienecasicincuentaañosyde
que su primer nieto acaba de nacer en diciembre. Me ha mostrado algunas fotos que tiene impresas,
como cualquier abuela orgullosa, y yo las he alabado y le he dicho que es un niño precioso. Hardin
apenashamiradolasimágenesysehadedicadoafarfullaralgosobreuntrol,asíquemeheapresurado
aquitárselasdelasmanosantesdequelamujerlooyera.
Mebalanceodeunladoaotro.
—Unacopamásymecaigoredonda.
—¡Nosécómonohasperdidoyaelconocimiento!—exclamaRileyconevidenteadmiración.
Yosí:Hardinmehaestadorobandolascopascuandolasteníaalamitadparaacabárselasél.
—Túhasbebidomásqueninguno,probabbblementemáshqueél—digoarrastrandolaspalabrasy
señalandoalhombrequeestáinconscientealotroextremodelabarra—.OjaláLillianhubiesepodido
venirconnosotros—digo,yHardinarrugalanariz.
—Creíaquelaodiabas—repone,yRileymemiraalinstante.
—Nolaodio—locorrijo—.Nomegustabaporqueestabasintentandodarmecelossaliendocon
ella.
RileyseponetensaymiraaHardin.
—¿Qué?
«Mierda.»
—Continúa,querida—insisteella.
Estoyatrapadayborracha,ynotengoniideadequénaricesdecir.Noquieroqueseenfade,eso
seguro.
—Noesnada—lediceHardin,ylevantalamano—.HesidouncapulloynolehedichoaTessa
queeralesbiana.Esoyalosabes.
Rileyrelajaloshombros.
—Ah,vale.
«Joder,esigualitaqueél.»
—Nohapasadonada,asíquerelájate—ledice.
—Estoyrelajada,créeme—contestaellatranquilamente,yacercasutabureteligeramentealmío
—. Unos pocos celos no tienen nada de malo, ¿verdad? —Riley me mira con un brillo en su ebria
mirada—.¿Algunavezhasbesadoaunachica,Tessa?
—¿Qué?—exclamodramáticamenteconelvellodepunta.
—Riley,¿quécojones...?—empiezaHardin,perosedetiene.
—Essólounapregunta.¿Hasbesadoaalgunachica?
—No.
—¿Algunaveztelohasplanteado?
Borrachaono,sientolavergüenzaqueasciendepormismejillas.
—Pues...
—Estarconunachicaesmuchomejor,laverdad.Sonmássuaves.—Acariciamibrazo—.Ysaben
quéesloquequieresexactamente...ydóndeloquieres.
Hardinleapartalamanodemipiel.
—Yabasta—gruñe,yyoretiroelbrazo.
Rileyseechaareírdemaneradescontrolada.
—¡Losiento,losiento!Nohepodidoevitarlo.Haempezadoél.—SeñalaaHardinconlacabeza
entre carcajada y carcajada, y entonces para de reírse y lo mira con una amplia sonrisa—. Ya te he
advertidoantesquetengascuidaditoconmigo.
Exhalo, tremendamente aliviada de que sólo estuviera intentando provocar a Hardin. Una risita
escapademibocayélpareceavergonzado,cabreadoy...¿talvezunpococachondo?
—Pagatú,yaquetecreestangraciosa—dice,ylecolocalalargacuentadepapeldelante.
Rileyponelosojosenblanco,sellevalamanoalbolsillotrasero,sacaunatarjetayladejaencima
delabarra.Camicobrarápidamenteysedirigeaatenderalhombreinconscientedelotroextremo.
Cuandollegamosalapuerta,Rileyanuncia:
—Bueno,hemoscerradoelbar.Lilsevaacabrear.
Hardinmesujetalapuertaparaquepase.CasiselacierraenlacaraaRiley,peroyoladetengoy
lelanzounamiradaasesina.Élseríeyseencogedehombroscomosinohubiesehechonadamalo,y
yonopuedoevitarsonreír.Esuncapullo,peroesmicapullo.
«¿No?»
Notengonadaporseguro,peroloquesíséesquenoquieropensarenesomientrasregresamosa
lacabañaalasdosdelamañana.
—¿Seguirádormida?—lepreguntoaRiley.
—Esoespero.
Yotambiénesperoquetodosennuestracabañaesténdormidos.LoúltimoquequieroesqueKeno
Karenesténdespiertoscuandoentremostambaleándonosporlapuerta.
—¿Quépasa?¿Tienesmiedodequeteechelabroncaoalgo?—laprovocaHardin.
—No...,bueno,sí.Noquieroquesecabree.Bastantedelicadasestányalascosas.
—¿Porqué?—preguntoconcuriosidad.
—No importa —dice Hardin quitándole importancia y dejando a Riley sumida en sus
pensamientos.
Recorremos el resto del trayecto en silencio. Cuento los pasos y me río de vez en cuando al
recordarmibailesobrelabarra.
CuandollegamosalacabañadeMax,Rileyvacilaantesdedespedirse.
—Hasido...unplacerconoceros—afirma.
Nopuedoevitarecharmeareíralverlamaneratangraciosaquetienedearrugarlacara,comosi
laspalabraslesupiesenagrias.
Sonrío.
—Lomismodigo;lohemospasadogenial.—Meplanteoabrazarlaporuninstante,peroesosería
incómodo,ytengolasensacióndequeaHardinnoleharíaningunagracia.
—Adiós—selimitaadecirélsindetenerse.
Cuandocasihemosllegadoanuestracabaña,derepentemedoycuentadelocansadaqueestoyy
mealegrotremendamentedeestaryacerca.Meduelenlospies,ylateladuradeesteincómodovestido
seguroquemehaarañadolapiel.
—Meduelenlospies—protesto.
—Venaquí,yotellevo—seofreceHardin.
«¿Qué?»Meentralarisita.
Élsonríeinseguro.
—¿Porquémemirasasí?
—Acabasdeofrecerteallevarmeenbrazos.
—¿Y?
—Noestípicodeti,esoestodo.—Meencojodehombrosyélseacerca,mecogedelbrazoydela
piernaymeelevaenelaire.
—Haría cualquier cosa por ti, Tessa. No debería sorprenderte que te lleve a cuestas por un puto
sendero.
Nodigonada,sólomerío.Muyalto.Esunarisahistéricaquehacequemeconvulsione.Metapo
labocaparadetenerla,peronoayuda.
—¿Dequéteríes?—preguntacongestoserioeintimidante.
—Nolosé...,mehahechogracia—repongo.
Llegamosalporcheyélmemueveunpocoparapodergirarelpomodelapuerta.
—¿Tehacegraciaquedigaqueharíacualquiercosaporti?
—Haríascualquiercosa...exceptoiraSeattle,casarteconmigo,otenerhijosconmigo.—Incluso
enmiestadodeembriaguez,loirónicodelcomentarionomehapasadodesapercibido.
—Noempieces.Estamosdemasiadoborrachoscomoparamantenerestaconversaciónahora.
—Vaaaya—digoentonoinfantil,sabiendoquetienerazón.
Hardinsacudelacabezaysubeporlaescalera.Meaferroasucuello,yélmesonríeapesardesu
secocomportamiento.
—No me sueltes —susurro, y él me suelta sólo lo suficiente como para que me deslice por su
torso.Mevuelvo,rodeosucinturaconlaspiernasydejoescaparunpequeñoaullidomientrasmeaferro
asucuerpo.
—Shhh.Siquisierasoltarte,loharíadesdeloalto—meamenaza.
Hagotodoloposibleporparecerasustada.Unasonrisamalévolasedibujaensurostroyyome
inclinohaciaarriba,sacolalenguayletocolapuntadelanarizconella.
Culpoalwhisky.
Una luz se enciende entonces al final del pasillo y Hardin corre hacia la habitación que
compartimos.
—Loshasdespertado—dicedejándomesobrelacama.
Meagachoparaquitarmeloszapatos,mefrotolosdoloridostobillosydejocaerelterriblecalzado
alsuelo.
—Esculpatuya—replico,ypasoporsuladoparaabrirelcajóndelacómodaybuscaralgoque
ponermeparadormir—.Estevestidomeestámatando—protestomientrasmellevolamanoatráspara
desabrocharmelacremallera.Eramuchomásfácilhacerlocuandoestabasobria.
—Espera.—Hardinsecolocadetrásdemíymeapartalamano—.Pero¿quécojones...?
—¿Quéocurre?
Mepasalosdedosporlapielysemeerizaelvello.
—Tieneslapielroja,comosielvestidotehubiesedejadomarcas.—Tocaunpuntodebajodemi
omóplatoydesciendelatelapormiespaldahastaquecaealsuelo.
—Eramuyincómodo—refunfuño.
—Yaloveo.—Memiraconojoshambrientos—.Nadadeberíamarcarte,exceptoyo.
Trago saliva. Está borracho, y juguetón, y sus ojos oscuros delatan exactamente lo que está
pensando.
—Venaquí.
Recorreelpequeñoespacioquenosseparaysecolocadelantedemí.Estátotalmentevestido,yyo
mehequedadoenropainterior.
Niegoconlacabeza.
—No... —Sé que tengo que decirle algo, pero no recuerdo el qué. Apenas recuerdo mi nombre
cuandomemiradeesamanera.
—Sí—respondeél,yretrocedo.
—Novoyahacerlocontigo.
Me coge del brazo y me agarra del pelo con la otra mano, tirando de él con suavidad para
obligarmeamirarloalacara.Sualientomegolpeaelrostroysuslabiosestánsóloaunosmilímetrosde
losmíos.
—Y¿esoporqué?—pregunta.
—Porque...—Mimentebuscaunarespuestamientrasmisubconscientesuplicaquemearranqueel
restodemiropa—.Estoyenfadadacontigo.
—¿Y? Yo también estoy enfadado contigo. —Sus labios acarician mi piel y recorren mi
mandíbula.Metiemblanlaspiernasynopuedopensarconclaridad.
Enarcounacejaydigo:
—Y¿esoporqué?Yonohehechonada.—Tensoelestómagocuandosusmanossedesplazanami
trasero,masajeándoloyapretándololentamente.
—Elespectáculoquehasdadoenelbarerasuficientecomoparamandarmeaunsanatorio,porno
hablar del hecho de que te has paseado por todo el pueblo con ese puto camarero; me has faltado al
respeto delante de todos al quedarte con él. —Su tono es amenazador, pero sus labios son suaves
mientras recorren mi cuello—. Me muero por tenerte desde que estábamos en ese bar de mierda.
Despuésdevertebailarasíqueríallevartealbañoyfollartecontralapared.—Sepegacontramípara
quesientaloduraquelatiene.
Pormuchoquelodeseo,nopuedopermitirquemeculpedetodo.
—Tú...—Cierrolosojosydisfrutodelasensacióndesusmanosysuslabiossobremicuerpo—.
Hassidotúelque...—Nosoycapazdepensar,ymuchomenosdeformarunafrase—.Para.
Loagarrodelasmanosparaquedejedesobarme.
Sumiradasellenadedecepciónydejacaerlasmanosaloscostados.
—¿Nomedeseas?
—Claroquesí.Siempretedeseo.Pero...sesuponequeestoyenfadada.
—Puedesseguirestándolomañana—diceconunasonrisamalévola.
—Esoesloquehagosiempre,ytengoque...
—Shhh...
Metapalabocaconsuslabiosymebesaconfuerza.Abrolosmíosy,aprovechandomimomento
deflaqueza,meagarradenuevodelpelo,hundelalenguaenmibocaypegamicuerpoalsuyotodolo
posible.
—Tócame—meruegaintentandocogermelasmanos.
Nohacefaltaquemelodigadosveces;quierotocarlo,yélnecesitaqueleinfundaseguridad.Así
escomosolucionamoslascosasy,pormuyestúpidoqueparezca,noeslasensaciónquetengocuando
mebesadeestamaneraymeruegaquelepongalasmanosencima.
Me peleo con los botones de su camisa y él gruñe de impaciencia. Agarra los dos lados, tira y
arrancatodoslosbotones.
—Megustabaesacamisa—digopegadaasuboca,yélsonríeconloslabioscontralosmíos.
—Yolaodiaba.
Deslizolatelaporsushombrosydejoquelaprendacaigaalsuelo.Acariciamilenguaconlasuya
lentamente,yelbeso,intensoperoincreíblementedulce,hacequemederritaensusbrazos.Sientolaira
y la frustración que se esconde tras sus labios, pero está haciendo un gran esfuerzo por ocultarlas.
Siempreestáocultandocosas.
—Séquevasadejarmepronto—dicedeslizandoloslabiospormicuellodenuevo.
—¿Qué?—Meapartounpoco,sorprendidayconfundidaantesuspalabras.
Medueleelcorazónaloírlo.Elalcoholmehacemássensibleasussentimientos.Loquiero.Lo
quieromuchísimo.Perohacequemesientatandébilyvulnerable...Encuantomepermitopensarque
estápreocupado,otriste,oafligidodealgunamanera,escomositodosmissentimientosdesaparecieran
ymecentraraenél,ynoenmíoencómomesiento.
—Tequieromucho—susurra,yacariciasuavementemislabiosconelpulgar.
Supechoysutorsosobresaliendodesusvaquerosnegrossonunaimagendivina,yséqueestoy
completamenteasumerced.
—Hardin,¿qué...?
—Yahablaremosdespués.Ahoraquierosentirte.
Meguíahastalacamaeintentoacallaramimente,quemegritaquelodetengayquenoceda.
Pero no soy capaz. No soy lo bastante fuerte como para controlarme cuando sus manos callosas
acaricianmismuslos,losseparanligeramenteymetientacolandoeldedoíndiceporelelásticodemis
bragas.
—Ponteuncondón—jadeo,ymemiraconsusojosinyectadosensangre.
—¿Ysinolousamos?¿Ysimecorrodentrodeti?¿Túnote...?
Perosedetiene,ymealegroporello.Creoquenoestoypreparadaparaoírloqueseaquefuesea
decir.Seapartademí,selevantaysedirigealamaleta,queestáenelsuelo.Yometumbomirandoal
techo, intentando ordenar mis ebrios pensamientos. «¿De verdad necesito ir a Seattle? ¿Es Seattle lo
bastanteimportanteparamícomoparaperderaHardin?»Elfuertedolorquemeatraviesaalpensarlo
meresultacasiinsoportable.
—Nomelopuedocreer—dicedesdeelotroladodelahabitación.
Cuandomeincorporo,veoqueestámirandountrozodepapelquetieneenlamano.
—¿Quéputamierdaesesto?—inquieremirándomealosojos.
—¿Elqué?
Miroabajoyveoquemivestidoseencuentrasobreelsuelodemadera,juntoamiszapatos.Al
principio estoy un poco confundida, pero entonces veo que mi sujetador también está ahí tirado.
«Mierda.»Melevantorápidamenteeintentoquitarleelpapeldelasmanos.
—Notehagaslatonta.¿Tehasguardadosunúmero?—diceconlabocaabiertamientrassostiene
elpapelporencimadesucabezaparaquenopuedarecuperarlo.
—Noesloquepiensas.Estabaenfadadayél...
—¡Yunamierda!—grita.
Yaestamos.Conozcoesamirada.Todavíarecuerdolaprimeravezquelavi.Estabaempujandola
vitrinadecasadesupadreconelrostroretorcidodeesamaneraporlaira.
—Hardin...
—Adelante,llámalo.Dejaquetefolleél,porquedesdeluegoyonoquierohacerlo.
—No saques las cosas de quicio —le ruego. Estoy demasiado borracha como para empezar una
guerraagritosconél.
—¿Quenosaquelascosasdequicio?Acabodeencontrarelnúmerodeotrotíoentusujetador—
silbaconlosdientesylamandíbulaapretadosconfuria.
—No te hagas el inocente ahora —le digo mientras él se pasea de un lado a otro—. Si piensas
gritarme, ahórrate la saliva. Estoy harta de pelearme contigo todos los días —añado, y suspiro con
frustración.
Meseñalaconfuria.
—¡Es por tu culpa! Tú eres la que no para de cabrearme. Es culpa tuya que me ponga de esta
manera,¡ylosabes!
—¡No! No es verdad. —Me esfuerzo por hablar en voz baja—. No puedes culparme de todo.
Amboscometemoserrores.
—No,túcometeserrores.Unmontóndeerrores.Yyaestoyharto.—Setiradelpelo—.¿Creesque
quieroserasí?Joder,no,noquiero.¡Esculpatuya!
Mequedocallada.
—Adelante,llora—diceburlándosedemí.
—Nopensaballorar.
Abreunosojoscomoplatos.
—Vaya,quésorpresa.—Meaplaudedelamaneramásdenigranteposible.
Meechoareírysedetiene.
—¿Dequéteríes?—Memiraporunsegundo—.Contéstame.
Sacudolacabeza.
—Eresuncapullo.Uncapullointegral.
—Ytúeresunazorraegoísta.¿Algunacosamás?—meespeta,ydejodereírmebruscamente.
Melevantodelacamasindecirniunapalabraniderramarniunalágrima.Sacounacamisetay
unospantalonescortosdelcajónymelospongorápidamentemientrasélmeobserva.
—¿Adóndecreesquevas?—pregunta.
—Déjameenpaz.
—No.Venaquí.—Intentaagarrarmeysientounasganastremendasdedarleunabofetada,perosé
quemedetendrá.
—¡Quita!—Mesueltoelbrazodeuntirón—.Estoyharta.Estoyhartadeestaspeleas.Estoyharta
yagotada,ynoquieroseguirasí.Nomequieres.Sóloquieresposeerme,ynotelovoyapermitir.—Lo
mirodirectamenteasusojosbrillantesyledigo—:Estásroto,Hardin,yyonopuedoarreglarte.
Derepentesedacuentadeloquemehahecho,amíyasímismo,ysecolocadelantedemísin
emociónalguna.Conloshombroshundidos,yconlosojosahorasinbrillo,memira,yalhacerlopor
finveunreflejotancarentedeexpresióncomoél.Notengonadaquedecirle.Yanolequedanadaque
romperdentrodemí,odeél,yporlapalidezdesurostro,veoquefinalmentesehadadocuenta.
Capítulo50
Tessa
Landon abre la puerta mientras se frota los ojos. Sólo lleva puestos unos pantalones de cuadros, sin
camisetanicalcetines.
—¿Puedodormiraquí?—lepregunto,yélasiente,adormiladoysinhacerpreguntas—.Lamento
habertedespertado—lesusurro.
—No te preocupes —farfulla, y vuelve junto a la cama—. Toma, quédate ésta, la otra es muy
plana.—Empujaunaalmohadablancaymullidacontramipecho.
Sonrío,meabrazoalaalmohadaymesientoenelbordedelacama.
—Éstaeslarazónporlaquetequierotanto.Bueno,nolaúnica,perounadeellas.
—¿Porque te cedo la mejor almohada? —Su sonrisa es aún más adorable cuando está medio
dormido.
—No,porquesiempreestásahíparamí...yporquetienesalmohadasmulliditas.—Mivozestan
gravecuandoestoyborrachaquesuenarara.
Landonsetumbadenuevoenlacamayseapartaparadejarmemuchoespacioalotrolado.
—¿Creesquevendráaquíabuscarte?—preguntaenvozbaja.
—No. —El momento de humor provocado por Landon y sus almohadas mullidas ha sido
reemplazadoporeldolorporHardinyporlaspalabrasquehemosintercambiadohaceunosmomentos.
MetumboymiroaLandon,amilado.
—¿Teacuerdasdeesoquemehasdichoantesdequenoesunacausaperdida?—susurro.
—Sí.
—¿Deverdadlopiensas?
—Sí.—Haceunapausa—.Anoserquehayahechoalgomás.
—No.Bueno...,nadanuevo,enrealidad.Peroesque...nosésipuedoseguirconesto.Noparamos
dedarpasosatrás,yesonodeberíaserasí.Cadavezquepiensoquehemosavanzado,seconvierteenel
mismoHardinqueconocíhaceunosmeses.Medicequesoyunazorraegoístaosimplementemedice
que no me quiere, y sé que no lo dice de verdad, pero cada sílaba me aplasta un poco más que la
anterior, y creo que estoy empezando a entender que él es así. No puede evitarlo, y tampoco puede
cambiarlo.
Landonmeobservaconojospensativosantesdefruncirloslabios.
—¿Tehallamadozorra?¿Cuándo?¿Estanoche?
Asientoyélsuspirasonoramenteysepasalamanoporlacara.
—Yotambiénlehedichocosashirientes.—Meentrahipo.
Laexplosivacombinacióndevinoywhiskymevaapasarfacturamañana,losé.
—No debería llamarte nada que no sea tu nombre. Es un hombre, y tú una mujer. No está bien,
Tessa,dejadeexcusarlo.
—Nolohago...,pero...—Bueno,esoesjustoloqueestoyhaciendoahora.Suspiro—.Creoquees
porlodeSeattle.Hapasadodehacerseuntatuajepormíydeasegurarmequenopuedevivirsinmía
decirmequesólomepersigueporquefolloconél.¡Yaves!¡Losiento,Landon!—Metapolacaracon
lasmanos.Nomepuedocreerqueacabededeciresodelantedeél.
—No te preocupes. Te he visto pescando tu ropa interior del jacuzzi, ¿recuerdas? —Sonríe,
quitándole peso a la conversación, y espero que la relativa oscuridad del cuarto al menos oculte mi
rubor.
—Esteviajehasidoundesastre.—Sacudolacabezaylaentierroenlaalmohada.
—Igualno.Igualestoesjustoloquelosdosnecesitabais.
—¿Romper?
—No...¿Esesoloquehapasado?—Colocaotraalmohadaamilado.
—Nolosé.—Entierroelrostromástodavía.
—¿Esesoloquetúquieres?—mepreguntacontiento.
—No, pero es lo que debería querer. No es justo para ninguno de los dos que sigamos haciendo
estodíasí,díatambién.Aunqueyotengomipartedeculpa;siempreesperodemasiadodeél.
Heheredadolosdefectosdemimadre.Ellatambiénesperasiempredemasiadodetodoelmundo.
Landonserevuelveunpoco.
—Notienenadademaloesperarcosasdeél,ymenossilascosasqueesperassonrazonables—
responde—.Tienequedarsecuentadeloquetiene.Ereslomejorquelehapasadoenlavida,ydebería
recordarlo.
—Me ha dicho que es culpa mía..., que ésa es su forma de ser. Lo único que quiero es que sea
amableconmigoalmenoslamitaddeltiempo,ytambiénseguridadennuestrarelación,esoestodo.Es
patético. —Gruño, mi voz se quiebra, y todavía siento el whisky mezclado con el fresco sabor de
Hardin en mi lengua—. Si fueses yo, ¿te irías a Seattle? No paro de pensar que debería cancelarlo y
quedarmeaquí,oirmeaInglaterraconél.SiactúadeesamaneraesporquevoyamarcharmeaSeattle;
talvezdebería...
—Tienesqueir—meinterrumpeLandon—.HasqueridoiraSeattledesdeeldíaqueteconocí.Si
Hardinseniegaaircontigo,élselopierde.Además,ledoyunasemanadesdequetemarchesparaque
sepresenteentupuerta.Nopuedescederenesto.Tienequesaberqueestavezvasenserio.Debesdejar
queteechedemenos.
Sonrío al imaginarme a Hardin apareciendo una semana después de que me haya mudado,
desesperadoyrogándomequeloperdoneconunramodefloresenlasmanos.
—Nisiquieratengounapuertaantelaquepuedapresentarse.
—Fuecosasuya,¿verdad?Fueculpasuyaqueaquellamujernotedevolvieralallamada.
—Sí.
—Losabía.Losagentesinmobiliariossiemprellaman.Tienesqueirte.Kenteayudaráabuscarun
lugarenelquehospedartehastaqueencuentresunsitiopermanente.
—Pero¿ysinoviene?Y,loqueespeor,¿ysivieneperoestáaúnmásenfadadoporqueodiaestar
allí?
—Tessa, voy a decirte esto porque me importas, ¿vale? —Espera mi respuesta y yo asiento—.
TendríasqueestarlocapararenunciarairteaSeattleporalguienquetequieremásqueanadaperoque
estádispuestoademostrártelosólolamitaddeltiempo.
PiensoenHardindiciéndomequesoyyolaquecometetodosloserroresyquesiactúacomolo
haceesporculpamía.
—¿Creesqueestaríamejorsinmí?—lepreguntoaLandon.
Seincorporaunpocoydice:
—¡Nidecoña!Peroséquenomecuentasnilamitaddelascosasquetehace,asíqueesposible
quedeverdadnovayaafuncionar.—Subrazoatraviesaelespacioquenosseparaymeacariciaelmío
conlamano.
Usoelalcoholquecorrepormisvenascomoexcusaparapermitirmepasarporaltoelhechode
queLandon,unadelasúnicaspersonasquecreíaenmirelaciónconHardin,acabadetirarlatoalla.
—Mañanamevoyaencontrarfatal—digoparacambiardetemaantesderomperlapromesaque
mehabíahechoamímismadenollorar.
—Sí,sinduda—bromea—.Huelesadestilería.
—HeconocidoalanoviadeLillian,noparabadepedirmechupitos.Ah,yhebailadosobreuna
barra.
Sofocaungritoderegocijo.
—Vengaya.
—Enserio.Menudavergüenza.HasidoideadeRiley.
—Parece una chica... interesante. —Sonríe, y entonces parece darse cuenta de que las puntas de
susdedoscontinúanacariciandomipiel.Lasapartadeinmediatoycolocaelbrazodebajodesucabeza.
—EslaversiónfemeninadeHardin.—Merío.
—¡Claro!¡Poresosuenatanirritante!—bromea,y,enunmomentodelocuraetílica,mirohaciala
puerta,esperandoveraHardinahí,conelceñofruncidodespuésdeoírlabromainsultantedeLandon.
—Consigues que me olvide de todo. —Mi boca libera esas palabras sin que me dé tiempo a
pensarlas.
—Mealegro.—Mimejoramigosonríeycogelamantaquehayalospiesdelacama.Laextiende
sobrenuestroscuerposycierrolosojos.
Trasunosminutosdesilencio,mimenteseresistemientraselsueñoluchaporllevarmeconsigo.
LarespiracióndeLandonseralentizaytengoqueobligarmeamantenerlosojoscerradoseimaginarme
queesladeHardinomimentenoserendirájamás.
La expresión furiosa de Hardin y sus duras palabras se reproducen incesantemente en mis
pensamientosmientrasporfinmequedodormida:«Eresunazorraegoísta».
—¡No!
LavozdeHardinmedespiertadeunsobresalto.Tardounmomentoenrecordarqueestoyenel
cuartodeLandon,yqueHardinestáenelqueseencuentraalfinaldelpasillo,solo.
—¡Nolatoques!—looigogritarunossegundosdespués.
Saltodelacamayllegohastalapuertaantesinclusodequeterminelafrase.
«Tienequedarsecuentadeloquetiene.Tienequesaberqueestavezvasenserio.Debesdejarque
teechedemenos.»
Sivoycorriendoaesahabitación,séqueseloperdonarétodo.Loverévulnerableyasustadoyle
diréloquenecesiteoírparareconfortarlo.
Recojomicorazóndelsueloyvuelvoalacama.Metapolacabezaconlaalmohadajustocuando
otro«¡No!»resuenaporlacabaña.
—Tessa...,¿hasoído...?—susurraLandon.
—No—respondoconvoztemblorosa.
Muerdolaalmohadayrompoallorar.Nopormí,sinoporHardin.Porelchicoquenosabecómo
trataralagentequeleimporta,elchicoquetienepesadillascuandonoduermoconél,peroquemedice
quenomequiere.Elchicoquenecesitaquelerecuerdeloquesesienteestandosolo.
Capítulo51
Hardin
Noparan.Noparandetocarla.Susmanossuciasyarrugadasasciendenporsusmuslosyellallora
mientraselotrohombrelaagarradelacoletaytiradesucabezahaciaatrásconfuerza.
—¡Alejaosdeella!—intentogritarles,aunquenomeoyen.
Tratodemoverme,peroestoyparalizadoenlaescalerademiinfancia.Susojosgrisesmemiran
abiertos como platos, asustados y sin vida mientras un oscuro moratón empieza a formarse en su
mejilla.
—Nomequieres—susurra.
Susojosseclavanenlosmíosmientraslamanodeunodeloshombresreptaporsuespaldayla
agarradelcuello.
«¿Qué?»
—Sí;¡claroquesí!¡Tequiero,Tess!—grito,sinembargoellanomeescucha.
Sacudelacabezamientraselhombreaprietasucuelloconmásfuerzaysuamigolatocaentrelas
piernas.
—¡No!—gritoporúltimavezantesdequesuimagenempieceadesintegrarseantemisojos.
—Nomequieres...
Susojosestánenrojecidosporlaagresión,ynopuedohacernadaporayudarla.
—¡Tess!
Sacudolosbrazosenlacamaparallegarhastaella.Encuantolatoque,elpánicodesapareceráy
sellevaráconsigolashorriblesimágenesdeesasmanosalrededordesucuello.
Ellanoestáaquí.
Tessanohavuelto.Mesiento,enciendolalámparadelamesilladenocheyobservolahabitación.Mi
corazóngolpeacontramicajatorácicaymicuerpoestáempapadodesudor.
«Ellanoestáaquí.»
Oigounosgolpecitosenlapuertaycontengoelalientocuandoéstaseabre.Porfavor,quesea...
—¿Hardin?—preguntalavozdeKaren.
«Mierda.»
—Estoybien—leespeto,yellaabremáslapuerta.
—Sinecesitasalgo,nodudesen...
—¡Joder, he dicho que estoy bien! —Paso la mano por la mesilla de noche y tiro la lámpara al
sueloformandounterribleestrépito.
Sin mediar palabra, Karen sale de la habitación, cierra la puerta y me deja aquí solo en la
oscuridad.
Tessatienelacabezaapoyadaensusbrazoscruzadossobrelaencimeradelacocina.Aúnllevapuesto
elpijamayelpelorecogidoenunmoñoalto.
—Sólonecesitoparacetamolyunpocodeagua—gruñe.
Landonestásentadoasulado,comiendocereales.
—Tetraeréuno.Cuandotengamoslasmaletasenelcochepodemosirnos.AunqueKenaúnestáen
lacama;anochelecostóconciliarelsueño—explicaKaren.
Tessalamiraperonodicenada.Séqueestápensando:«¿Meoiríangritaranochecomounazorra
patética?».
Karenabreuncajónysacaunpardeenvoltoriosdealuminio.Losobservoalostresyesperoaque
algunoadviertamipresencia.Ningunolohace.
—Voy a hacer la maleta; gracias por el paracetamol —dice Tessa con voz suave mientras se
levantadesusilla.Setomaelmedicamentorápidamentey,cuandodejaelvasodeaguadenuevosobre
laencimera,sumiradaseencuentraconlamía,peroapartalavistaalinstante.
Sólo he pasado una noche sin ella y ya la he echado mucho de menos. No puedo quitarme las
horribles imágenes de la pesadilla de la cabeza, sobre todo cuando pasa por mi lado sin mostrar
emociónalguna.Nadaquemehagasaberqueestarébien.
Elsueñoparecíamuyreal,yellasecomportadeunmodotanfrío.
Mequedoaquíplantadounmomento,meditandosideboseguirlaono,peromispiesdecidenpor
míysubenlaescalera.Cuandoentroenlahabitación,laencuentroarrodillada,abriendolacremallera
delamaleta.
—Voyaguardarlotodo,luegopodremosirnos—dicesinvolverse.
Asiento,yentoncesmedoycuentadequenomeve.
—Sí,deacuerdo—murmuro.
Noséquépiensa,quésienteniquédecir.Notengoniidea,comodecostumbre.
—Losiento—digoenvozdemasiadoalta.
—Lo sé —se apresura a responder, pero sigue sin mirarme y empieza a doblar mi ropa de la
cómodaydelsuelo.
—Enserio.Noqueríadecirloquedije.
Necesitoquememireparasaberquemisueñohasidosóloeso.
—Lo sé. No te preocupes. —Suspira, y veo que sus hombros están más decaídos que de
costumbre.
—¿Estássegura?Tedijecosasmuyfuertes...
«Estásroto,Hardin,yyonopuedoarreglarte.»Esoeslopeorquepodríahabermedicho.Porfinse
hadadocuentadelojodidoqueestoyy,loqueesmásimportante,sabequelomíonotienecura.Siella
nopuedearreglarme,nadielohará.
—Yotambién.Tranquilo.Meduelemucholacabeza,¿podemoshablardeotracosa?
—Claro.
Ledoyunapatadaauntrozodelalámparaquerompíanoche.YalesdeboamipadreyaKarenal
menoscincoputaslámparas.
MesientounpococulpableporhaberlehabladoasíaKarenanoche,peronoquieroserelprimero
enmencionarlo,yprobablementeellaseademasiadoamableycomprensivacomoparahacerlo.
—¿Puedestraerloquehayenelbaño,porfavor?—pideTessa.
Elrestodemitiempoenesamalditacabañatranscurredeestamanera:viendocómoellaguarda
nuestrascosasylimpialalámpararotasindecirmeniunapalabraysinmirarme.
Capítulo52
Tessa
—CuántomealegrodehabervistoaMaxyaDeniseotravez.¡Hacíaaños!—exclamaKarenmientras
Kenarrancaeltodoterreno.
Nuestras maletas están bien aseguradas en la parte trasera, y Landon me ha prestado sus
auricularesparaquemedistraigaduranteelviaje.
—Sí,haestadobien.Lillianestámuymayor—diceKenaltiempoqueleregalaunasonrisaasu
mujer.
—Mucho.Esunachicamuyguapa.
No puedo evitar poner los ojos en blanco. Lillian era maja y todo eso, pero después de pasarme
horaspensandoqueestabainteresadaenHardin,creoquejamáspodrácaermebien.Menosmalquelas
probabilidadesdequevuelvaaverlasonescasas,sinoinexistentes.
—Maxnohacambiadonada—señalaKenconvozgraveydedesaprobación.Almenos,nosoyla
únicaalaquenolegustasuactitudarroganteyaltiva.
—¿Teencuentrasmejor?—mepreguntaLandon.
—Nomucho—suspiro.
Asiente.
—¿Porquénoduermesunrato?¿Quieresunpocodeagua?
—Yoseladaré—intervieneHardin.
Landon lo ignora y coge un recipiente con agua de la pequeña nevera del suelo delante de su
asiento.Ledoylasgraciasensilencioymepongolosauricularesenlasorejas.Miteléfononoparade
bloquearse,asíqueloapagoylovuelvoaencenderparaversiasífuncionamejor.Estetrayectovaaser
insoportablesinopuedocalmarmitensiónconmúsica.Noséporquénuncahabíahechoestoantesde
la«GranDepresión»,cuandoLandontuvoqueenseñarmeadescargarmemúsica.
Sonríoligeramentealrecordarelestúpidonombreconelquehebautizadoaesoslargosdíassin
Hardin.Noséporquésonrío,teniendoencuentaquefueronlospeoresdíasdemivida.Ahorasiento
algoparecido.Séqueseavecinaalgosimilar.
—¿Quépasa?—Hardinseinclinaparahablarmealoídoyyomeapartoporactoreflejo.Frunceel
ceñoynointentatocarmeotravez.
—Nada,quemiteléfonoesuna...unabasura.—Levantoeldispositivoenelaire.
—¿Quéquiereshacerexactamente?
—Escucharmúsicay,aserposible,dormir—susurro.
Mequitaelteléfonodelasmanosyseponeatoquetearlaconfiguración.
—Simehubieseshechocasoytehubiesespilladounonuevo,notepasaríaesto—mereprocha.
Memuerdolalenguaymiroporlaventanamientrasélintentaarreglarmimóvil.Noquierouno
nuevoy,además,ahoranotengodineroparacomprármelo.Tengoquebuscarunapartamento,comprar
mueblesnuevosypagarfacturas.Loúltimoquesemeocurreespagarcientosdedólaresporalgoporlo
queyahepagadorecientemente.
—Creoqueyafunciona.Sino,puedesusarelmío—dice.
«¿Usarelsuyo?»¿Hardinmeestáofreciendoqueusesuteléfonodemaneravoluntaria?Estoes
nuevo.
—Gracias—mascullo,yrecorromilistadereproducciónantesdeescogerunacanción.Pronto,la
músicainundamisoídos,penetraenmispensamientosyapaciguamitorbellinointerior.
Hardinapoyalacabezacontralaventanillaycierralosojos.Susoscurasojerasdelatansufaltade
sueño.
Me siento un poco culpable, pero decido no pensar en ello. Al cabo de unos minutos, la música
consiguerelajarmelosuficientecomoparaquemequededormida.
—Tessa.—MedespiertalavozdeHardin—.¿Tieneshambre?
—No—refunfuñonegándomeaabrirlosojos.
—Tienesresaca,deberíascomer—dice.
Derepentemedoycuentadequetengolanecesidaddecomeralgoqueabsorbalaacidezdemi
estómago.
—Vale—cedoporfin.Notengoenergíasparadiscutir.
Minutosmástarde,mecolocaunsándwichyunaspatatasfritassobreelregazoyabrolosojos.
Picoteolacomidayapoyolacabezasobreelasientodespuésdecomermelamitad.Peromiteléfonose
habloqueadootravez.
Alvermepelearconéldenuevo,Hardinquitalosauricularesdemimóvilylosconectaalsuyo.
—Listo.
—Gracias.
Yamehaabiertolaaplicacióndemúsica.Unalargalistaapareceenlapantallaynavegoporella
hasta encontrar algo que me resulte familiar. Estoy a punto de tirar la toalla cuando veo una carpeta
llamada«T».MiroaHardiny,paramisorpresa,tienelosojoscerradosynomeestámirando.Cuando
abro la carpeta veo que contiene toda mi música favorita, incluso canciones que jamás le he
mencionado.Debedehaberlasvistoenmiteléfono.
Detalles como éste hacen que me cuestione nuestra relación. Los pequeños gestos que intenta
ocultarmesonloquemásmegustaenestemundo.Ojaládejaradeesconderlos.
Conunsuavegolpecito,estavezesKarenquienmedespierta.
—Despierta,cariño.
LevantolavistayveoqueHardinestádormido;tienelamanoenelasientoentrenosotros,ysus
dedosmerozanligeramentelapierna.Inclusodormidogravitahaciamí.
—Hardin,despierta—susurro,ysusojosseabrendegolpe,alertas.Selosfrota,serascalacabeza,
memirayanalizamiexpresión.
—¿Estásbien?—preguntaenvozbaja,yyoasiento.
Estoy intentando evitar los enfrentamientos con él, pero me está empezando a poner nerviosa su
conductacalmada:sueleprecederaunestallido.
NosreunimosfueradelcocheyHardinseacercaalapartetraseraparasacarnuestrasmaletas.
Karenmerodeaconlosbrazosymeabrazaconfuerza.
—Tessa, querida, gracias otra vez por venir. Lo hemos pasado muy bien. Por favor, vuelve a
visitarnospronto,peromientras,esperoquetevayademaravillaenSeattle.—Cuandoseaparta,tiene
losojosllenosdelágrimas.
—Volveré pronto para veros, lo prometo. —La abrazo de nuevo. Siempre se ha mostrado muy
amableycariñosaconmigo,casicomolamadrequenuncatuve.
—Buena suerte, Tessa, y si necesitas algo, dímelo. Tengo muchos contactos en Seattle. —Ken
sonríey,conaireincómodo,merodealoshombrosconelbrazo.
—Yo volveré a verte antes de irme a Nueva York, así que no voy a abrazarte todavía —dice
Landon,yambosnosechamosareír.
—Teesperoenelcoche—farfullaHardin,ysemarchasindespedirsesiquieradesufamilia.
Alverlomarchar,Kenmedice:
—Entraráenrazónsisabeloqueleconviene.
MiroaHardin,queahoraestásentadoensucoche.
—Esoespero.
—VolveraInglaterranoleharáningúnbien.Tienedemasiadosrecuerdos,demasiadosenemigos,y
cometiódemasiadoserroresallí.Túeresloquemásleconviene,túySeattle—measeguraKen,yyo
asiento.OjaláHardinloviesedeesamanera.
—Graciasdenuevo.—Lessonríoantesdereunirmeconélenelvehículo.
Cuandoentro,nodicenada;selimitaaencenderlaradioyasubirelvolumenparaindicarmeque
notieneganasdehablar.Ojalásupieraloqueselepasaporlacabezaenocasionescomoésta,cuando
estaninescrutable.
Mis dedos juguetean con la pulsera que me regaló por Navidad y me quedo mirando por la
ventanillamientrasconduce.Paracuandollegamosalapartamento,latensiónquesientoentrenosotros
haalcanzadonivelesinsoportables.Meestávolviendoloca,peroaélnopareceafectarlo.
Medispongoasalirdelcoche,perolalargamanodeHardinmedetiene.Mecogeconlaotradela
barbillaymegiralacabezaparaquelomirealacara.
—Losiento.Porfavor,noestésenfadadaconmigo—diceenvozbaja,conlabocatansóloaunos
centímetrosdelamía.
—Vale—respondo,einhalosufrescoaliento.
—Vale,peronoestásbien.Losé.Teestáscallandocosas,ylodetesto.
Esverdad,siempresabeexactamentequéestoypensando,peroalmismotiemponotieneniidea.
Esunacontradicción.
—Noquierovolveradiscutircontigo.
—Puesnolohagas—dice,comosifuesetanfácil.
—Eso intento. Pero han pasado muchas cosas durante este viaje. Todavía estoy intentando
procesarlotodo—admito.
TodoempezócuandodescubríqueHardinhabíasaboteadolodemiapartamentoyterminócuando
mellamózorraegoísta.
—Séquehearruinadoelviaje.
—Noessóloculpatuya.Yonodeberíahabermequedadocon...
—Notermines—meinterrumpe,yapartalamanodemibarbilla—.Noquieronioírlo.
—Vale.—Apartolavistadesuintensamiradayélapoyalamanosobrelamíaymelaaprietacon
suavidad.
—A veces yo... bueno, a veces me..., joder. —Suspira y empieza de nuevo—: A veces, cuando
piensoennosotros,mepongoparanoico,¿sabes?Enocasionesnoséporquéestásconmigo,demodo
que me comporto mal y mi mente comienza a hacerme creer que no va a funcionar o que te estoy
perdiendo,yentoncesescuandodigoestupideces.SiteolvidasesdelodeSeattle,porfinpodríamosser
felices,sinmásdistracciones.
—Seattlenoesunadistracción,Hardin—replicoconsuavidad.
—Loes.Estásinsistiendotantoenelloporcabezonería.
Esincreíblelorápidoquecambiasutonodecálidoagélidoencuestióndesegundos.
Miroporlaventana.
—¿PodemosdejardehablardeSeattle?Nadavaacambiar:túnoquieresir,peroyosí.Estoyharta
dedarlevueltasymásvueltas.
Apartalamanoymevuelvohaciaél.
—Vale—prosigue—,¿yquésugieresquehagamos?¿QuieresirteaSeattlesinmí?¿Cuántocrees
que durará lo nuestro así? ¿Una semana? ¿Un mes? —Sus ojos me miran con frialdad, y me entran
escalofríos.
—Sideverdadqueremos,funcionará.Almenoseltiemposuficientecomoparaquepruebecómo
mevaallíyveasiesloquequiero.Sinomegusta,podemosirnosaInglaterra.
—No, no, no —dice encogiéndose de hombros—. Si te marchas a Seattle, dejaremos de estar
juntos.Sehabráacabado.
—¿Qué?¿Porqué?—balbuceo,ypreparomisiguienterespuesta.
—Porquenomevanlasrelacionesadistancia.
—Tampocoteibanlasrelaciones,¿no?—lerecuerdo.
Me indigna el hecho de estar básicamente rogándole que siga conmigo cuando soy yo la que
deberíaestarplanteándosedejarloporelmodoenquemetrata.
—Ymiracómoestásaliendo—respondeconcinismo.
—Hace dos minutos te estabas disculpando por atacarme de esa manera, y ¿ahora me estás
amenazandoconterminarnuestrarelaciónsimemarchoaSeattlesinti?—Mequedoboquiabiertayél
asiente—.Aversiloheentendido:¿medijistequetecasaríasconmigosinomeibapero,simevoy,
romperás conmigo? —No estaba preparada para sacar a relucir su propuesta, pero no he podido
contenerlaspalabras.
—¿Casarmecontigo?—Sequedaboquiabiertoymemiraconrecelo.Sabíaquenodeberíahaberlo
mencionado—.¿Qué...?
—Dijiste que, si te elegía a ti, te casarías conmigo. Estabas borracho, pero pensaba que a lo
mejor...
—¿Qué pensabas? ¿Que me casaría contigo? —Mientras pronuncia esas palabras, todo el aire
desaparecedelcoche,yrespirarsevuelvecadavezmásdifícilconformepasanlossegundosensilencio.
Nopiensollorardelantedeél.
—No,sabíaquenoloharías,pero...
—Y ¿por qué lo mencionas? Sabes que estaba muy borracho y desesperado porque te quedaras.
Habríadicholoquefuera.
Se me cae el alma a los pies al oír sus palabras y el desprecio en su voz. Como si me estuviera
culpando por creer las mentiras que salen de su boca. Sabía que reaccionaría insultándome, pero una
pequeñapartedemí,lapartequetodavíacreeensuamorpormí,mehallevadoapensarquealomejor
lodesupropuestaibaenserio.
Estoyalohevividoantes.Yoestabasentadaaquí,enesteasientodelcoche,mientrasélseburlaba
demíporpensarqueíbamosaempezarunarelación.Elhechodequemeduelaigualahora,bueno,en
realidadmuchomásqueentonces,hacequemedenganasdegritar.
Pero no grito. Me quedo aquí sentada, callada y avergonzada, como todas las veces que Hardin
haceloquehacesiempre.
—Tequiero.Tequieromásqueanada,Tessa,ynoquieroherirtussentimientos,¿vale?
—Vaya,puesloestáshaciendodemaravilla—leespeto,ymemuerdouncarrillo—.Voyadentro.
Suspira y abre la puerta de su lado al mismo tiempo que yo abro la mía. Luego se dirige al
maletero.Meofreceríaaayudarloallevarlasmaletas,peronomeapeteceinteractuarconél,ydetodos
modos sé que insistiría en llevarlas él solo. Porque Hardin quiere ser una isla más que nada en este
mundo.
Recorremoseledificioensilencio,yelúnicosonidoqueseoyeenelascensoreseldelzumbido
delmecanismoquenossubehastanuestropiso.
Cuandollegamosacasa,Hardinintroducelallaveenlacerraduraymepregunta:
—¿Seteolvidócerrarconllave?
Alprincipionoséporquémelohapreguntado,peroentoncesmerecuperoylecontesto:
—No,lacerrastetú.Meacuerdo.—Vicómocerrabalapuertaantesdemarcharnos;recuerdoque
pusolosojosenblancoybromeóacercadequetardabademasiadoenestarlista.
—Quéraro—dice,yentraenelapartamento.
Peinalahabitaciónconlamiradacomosiestuvierabuscandoalgo.
—¿Creesque...?—empiezo.
—Aquíhaestadoalguien—contesta,yseponealertaalinstanteyaprietaloslabios.
Empiezoaasustarme.
—¿Estás seguro? No parece que falte nada. —Me dirijo al pasillo pero él tira de mí
inmediatamente.
—Novayasahíhastaquehayaechadounvistazo—meordena.
Quierodecirlequesequedeél,queiréyoamirar,perolaideadequeyoloprotejaaélesabsurda.
Asientoyunescalofríodesciendepormiespalda.«¿Ysihayalguiendentro?¿Quiénentraríaennuestro
apartamentosinestarnosotrosaquíynorobaríaeltelevisordeplasmagigantequetodavíacuelgadela
pareddelsalón?»
Hardindesapareceeneldormitorio,yyocontengoelalientohastaquedenuevooigosuvoz.
—Estádespejado.—Reaparecedesdelahabitaciónyyoexhaloprofundamentedealivio.
—¿Estássegurodequealguienhaestadoaquí?
—Sí,peronoséporquénosehanllevadonada...
—Yotampoco.
Inspecciono la habitación con la mirada y advierto la diferencia. La pequeña pila de libros de la
mesilladenochedelladodeHardinnoestácomoestaba.Recuerdoperfectamentequeellibroconlas
frasessubrayadasqueleregaléestabaarribadeltodo,porquemehizosonreírsaberqueloleíaunay
otravez.
—¡Hasidotuputopadre!—exclamaderepente.
—¿Qué? —Para ser sincera, la idea ya se me había pasado por la cabeza, pero no quería ser yo
quienlodijera.
—¡Hatenidoqueserél!¿Quiénmásibaasaberquenoestábamoseibaaveniranuestracasayno
robarnada?Sóloél.¡Eseestúpidocabrónborracho!
—¡Hardin!
—Llámaloahoramismo—meexige.
Sacomimóvildemibolsillotrasero,peromedetengo.
—Notieneteléfono.
Hardinlanzalasmanosalairecomosiloqueacabodedecirfueralopeorquehaoídoensuvida.
—¡Claro!¡Cómono!Esunputovagabundo.
—Yabasta—digofulminándoloconlamirada—.¡Quecreasquehayasidoélnotedaderechoa
deciresascosasdelantedemí!
—Vale.—Bajalosbrazosyhaceungestoparaindicarmequesalgamos—.Puesvamosabuscarlo.
Medirijoanuestroteléfonofijo.
—¡No!Deberíamosllamaralapolicíaydenunciarlo,noiralacazademipadre.
—Vale, llamamos a la policía, y ¿qué decimos? ¿Que el drogadicto de tu padre se ha colado en
nuestroapartamentoperonosehallevadonada?
Medetengoenelactoymevuelvohaciaél.Sientocómolairasemeescapaporlosojos.
—¿Drogadicto?
Parpadearápidamenteyavanzaunpasohaciamí.
—Queríadecirborracho...—Nomemira.Estámintiendo.
—¿Porquéhasdichodrogadicto?—leexijo.
Sacudelacabezaysepasalasmanosporelpelo.Memirayluegobajalavistaalsuelo.
—Sóloesunasuposición,¿vale?
—Y¿porquéibasapresuponereso?—Meardenlosojosymeduelelagargantadeimaginármelo.
Hardinysusbrillantessuposiciones.
—Nolosé,puedequeporqueeltipoquevinoarecogerloparecíaeltípicoadictoalametadona.—
Meobservayveoquesumiradaessuave—.¿Levistelosbrazos?
Recuerdohaberlovistorascándoselosantebrazos,perollevabamangalarga.
—Mi padre no es ningún drogadicto... —digo despacio, sin saber si creo las palabras que están
saliendodemiboca.Loquesíséesquenoestoypreparadaparaenfrentarmeaesaposibilidad.
—Nisiquieraloconoces,ynopensabadecirtenada.—Avanzaotropasohaciamí,peroretrocedo.
Milabioinferiorempiezaatemblarynopuedoseguirmirándolo.
—Tútampocoloconoces.Y,sinopensabasdecirmenada,¿porquélohashecho?
—Nolosé.—Seencogedehombros.
Mi jaqueca se ha intensificado y estoy tan agotada que siento que voy a desmayarme de un
momentoaotro.
—¿Quéganabasdiciéndomeeso?
—Lohedichoporquesemehaescapado,yporquehaentradoennuestroputoapartamento.
—Esonolosabes.—Mipadrenoharíaalgoasí.Oesocreo.
—Vale,Tessa,fingequetupadre,que,porcierto,esunborracho,estotalmenteinocente.
Tieneunmorroqueselopisa,comosiempre.¿Semeteconmipadreporbeber?¿HardinScottse
estámetiendoconalguienporquebebecuandoélseemborrachatantoquenoescapazderecordarnada
aldíasiguiente?
—¡Tútambiénloeres!—replico,ymetapolabocaalinstante.
—¿Qué has dicho? —Cualquier rastro de compasión desaparece de su rostro. Sus ojos me
observancomoundepredadoryempiezaarodearme.
Mesientomal,peroséquesóloestáintentandointimidarmeparaquemequedequieta.Estanpoco
conscientedesímismoydecómosecomporta...
—Piénsalo. Sólo bebes cuando estás angustiado o enfadado; no sabes parar, y te pones
desagradable.Rompescosasytepeleasconlagente...
—Nosoyunputoborracho.Habíadejadodebeberporcompletohastaqueaparecistetú.
—Nopuedesecharmelaculpadetodo,Hardin.
Decido pasar por alto el hecho de que yo también he estado recurriendo al vino cuando me he
sentidoangustiadaoenfadada.
—Noteestoyculpandoporlabebida,Tessa—reponelevantandolavoz.
—¡Dentrodedosdíasningunodelosdostendremosquepreocuparnospornadadeesto!—Salgo
endirecciónalsalónyélmesigue.
—¿Quierespararyescucharme?—diceentonotenso,peroalmenosnomeestágritando—.Sabes
quenoquieroquemedejes.
—Sí,bueno,puesteesfuerzasmuchoendemostrarmelocontrario.
—¿Yesoquésignifica?¡Tedigoconstantementelomuchoquetequiero!
Por un instante, veo la duda en su rostro mientras me grita esas palabras; sabe que no me
demuestrasuamorpormílosuficiente.
—Esonotelocreesnitú.Losé.
—Vale,contéstameaesto,entonces:¿creesqueencontrarásaotroqueaguantetustonterías?¿Tus
constanteslloriqueosytuscríticas,tuenervantenecesidaddequetodoestéordenadoytuactitud?—
Sacudelasmanosenelairedelantedeél.
Meechoareír.Meríoentodasucara,ynopuedopararnicubriéndomelaboca.
—¿Miactitud?¿Miactitud?Erestúquiennoparadefaltarmealrespeto,tuactitudrozaelmaltrato
emocional:eresobsesivo,asfixianteygrosero.Llegasteamividaylahaspuestopatasarriba,yahora
esperasquemeinclineporquetienesunaideadetimismoquenoexiste.Actúascomosifuesesuntipo
duroalquenoleimportanadiemásquesímismo,¡peronopuedesnidormirsinmí!Pasoporaltotodos
ycadaunodetusdefectos,peronopiensopermitirquemehablesasí.
Me paseo de un lado a otro del suelo de hormigón y él observa mis movimientos. Me siento un
pococulpableporgritarledeestamanera,perobastaconpensarenlaspalabrasqueacabadedecirme
pararealimentarmiirahaciaél.
—Y, por cierto, puede que a veces sea difícil de tratar, pero es porque estoy tan ocupada
preocupándomeportiyportodoslosquemerodeaneintentandoquenotecabreesquemeolvidode
mímisma.¡Asíque,perdonasitemolesto,ositecriticocuandoestásconstantementeatacándomesin
ningúnpuñeteromotivo!
Hardinestámuyserio.Susmanosformanpuñosasuscostados,ytienelasmejillascompletamente
rojas.
—Noséquéotracosahacer,¿vale?Sabesquenuncaanteshehechoesto,ysabíasquehacerloiba
asuponerunreto,asíqueahoranotienesningúnderechoaquejarte.
—¿Quenotengoderechoaquejarme?—exclamo—.Éstatambiénesmivida,¡ypuedoquejarme
simesaledelasnarices!
Nopuedeestarhablandoenserio.Porunsegundo,laexpresióndesurostromehallevadoapensar
que iba a disculparse por su forma de tratarme, pero debería haberme imaginado que no lo haría. El
problemaconHardinesque,cuandoesbueno,estanencantador,tandulceytansincero,queloadoro;
perocuandoesmaloseconvierteenlapersonamáshorriblequeheconocidoyqueconoceréjamás.
Vuelvoaldormitorio,abrolamaletaymetoenellatodamiropaamontonada.
—¿Adóndevas?—mepregunta.
—Nolosé—lerespondoconsinceridad.
«Lejosdeti,esosílosé.»
—¿Sabescuálestuproblema,Theresa?Tuproblemaesqueleesdemasiadasnovelasyteolvidas
dequenosonmásqueputaficción.NoexistenlosDarcy,sólolosWickhamylosAlecd’Urberville,así
queespabilaydejadeesperarqueseaunaespeciedehéroeliterario,¡porqueesonovaapasar,joder!
Suspalabrasmeenvuelvenypenetranportodoslosporosdemicuerpo.
Seacabó.
—Ésaesprecisamentelarazónporlaquenuncavaafuncionar.Loheintentadocontigounayotra
vezhastaquesemehapuestolacaraazul,yteheperdonadoportodaslascosasdesagradablesqueme
hashecho,amíyaotros,perotúsigueshaciéndomeesto.Enrealidad,meloestoyhaciendoyomisma.
Nosoyningunavíctima.Sólosoyunaidiotaquetequieredemasiado,peroyonosignificonadaparati.
Cuandomemarcheellunes,tuvidavolveráalanormalidad.SeguirássiendoelmismoHardinalqueno
le importa nadie una mierda, y yo seré la que se quede hecha polvo, pero me lo habré hecho a mí
misma.Mehedejadoatraparporti,hepermitidoquehicierasloquetedabalaganaconmigosabiendo
quelascosasacabaríandeestamanera.Pensabaque,cuandonosseparamoslaotravez,tedaríascuenta
dequeestásmejorconmigoquesinmí,peroéseeselproblema,Hardin.Noestásmejorconmigo.Estás
mejorsolo.Siempreestarássolo.Inclusosiencuentrasaotraingenuadispuestaarenunciaratodopor
ti,inclusoella,tambiénsecansarádetodoesto,ytedejarádelmismomodoqueyote...
Me mira. Sus ojos están inyectados en sangre y le tiemblan las manos. Sé que está a punto de
perderelcontrol.
—¡Adelante, Tessa! Dime que vas a dejarme. O, mejor aún, no lo hagas. Recoge tu mierda y
lárgate.
—Deja de intentar contenerte —replico enfadada, pero también rogando por dentro—. Estás
tratandodenodesmoronarte,perosabesquequiereshacerlo.Sitepermitiesesmostrarmeloquesientes
deverdad...
—No tienes ni puta idea de lo que siento. ¡Lárgate! —Su voz flaquea al final y sólo quiero
envolverloconlosbrazosydecirlequenolodejaréjamás.Peronopuedo.
—Sólotienesquedecírmelo.Porfavor,Hardin.Dimequelointentarás,quelointentarásdeverdad
estavez.—Seloestoysuplicando.Noséquéotracosahacer.Noquierodejarlo,aunqueséquedebo
hacerlo.
Sequedaahídepie,atansólounoscentímetrosdedistancia,yveoqueseestáapagando.Cada
destellodeluzdemiHardindesaparecelentamente,sesumeenlaoscuridadyalejaalhombrequeamo
de mí cada vez más. Cuando por fin aparta los ojos y se cruza de brazos, veo que ya no está. Lo he
perdido.
—Noquieroseguirintentándolo.Soycomosoyy,siesonotebasta,yasabesdóndeestálapuerta.
—¿Deverdadesesoloquequieres?¿Nisiquieraestásdispuestoaintentarlo?Simemarcho,esta
vezseráparasiempre.Séquenomecreesporquesiempredigolomismo,perohabloenserio.Dime
quesóloestásactuandoasíporquetienesmiedodequemevayaaSeattle.
Mirandoalaparedquetengodetrás,dicesimplemente:
—Seguroqueencuentrasalgúnsitiodondequedartehastaellunes.
Al ver que no contesto, da media vuelta y sale de la habitación. Me quedo aquí plantada,
sorprendida de que no haya vuelto para seguir discutiendo. Tardo varios minutos en recoger mis
pedazosrotosyhagomimaletaporúltimavez.
Capítulo53
Hardin
Mi boca no para de decir gilipolleces que mi mente no quiere que diga, pero es como si no tuviera
ningúncontrolsobreella.Noquieroquesevaya.Quieroestrecharlaentremisbrazosybesarleelpelo.
Quierodecirlequeharéloqueseaporella,quecambiaréporellayquelaamaréhastaquememuera.Y,
sinembargo,salgodelahabitaciónyladejoahíplantada.
Oigocómohacelamaleta.Séquedeberíaentrarydetenerla,pero¿paraqué?Detodosmodos,se
marchaellunes;esmejorquesemarcheya.Sigosincreermequehayapropuestolodelarelacióna
distancia.Tenerlaahorasencoche,hablarunaodosvecesaldíaporteléfonoynodormirenlamisma
camanofuncionaríajamás.Nopodríahacerlo.
Almenos,sinuestrarelaciónsetermina,nomesentirétanculpableporbeberoporhacerloque
me salga de los cojones... Pero ¿a quién pretendo engañar? No quiero hacer nada más. Preferiría
quedarmesentadoenelsofáydejarlaquemeobligueaver«Friends»unayotravezapasarunsolo
instantehaciendoalgosinella.
Al cabo de unos minutos, Tessa aparece por el pasillo arrastrando dos maletas. Lleva el bolso
colgadodelhombroytienelacarapálida.
—Creoquenomedejonadamásqueunoslibros,peroyamecompraréotros—diceconvozgrave
ytemblorosa.
Yahallegado.Ésteeselmomentoquetantohabíatemidodesdeeldíaenqueconocíaestachica.
Meestádejando,yaquíestoyyosinhacernadaporevitarlo.Siemprehesabidoquemerecíaestarcon
alguien mucho mejor que yo. Lo he sabido desde el principio. Pero esperaba equivocarme, como
siempre.
Enlugardeactuar,melimitoadecir:
—Vale.
—Vale.—Tragasalivayenderezaloshombros.
Cuandollegaalapuerta,levantaelbrazohaciaelportallavesyelbolsoselecaedelhombro.No
séquémepasa;deberíadetenerla,oayudarla,peronopuedo.
Entoncessevuelvehaciamí.
—Bueno,puesyaestá.Todaslaspeleas,loslloros,elsexo,lasrisas...,todohasidoparanada—
dicesuavemente,sinningúntintedeiraenlavoz.Sólounaabsolutaneutralidad.
Incapaz de hablar, asiento. Si pudiese hablar, haría que las cosas fuesen cien veces más difíciles
paralosdos.Losé.
Sacude la cabeza, abre la puerta y la sostiene con el pie para poder arrastrar las maletas a su
espalda.
Cuandoatraviesaelumbral,sevuelveydiceenuntonotanbajoqueapenaslogrooírla:
—Siempretequerré,esperoquelosepas.
«Dejadehablar,Tessa,porfavor.»
—Yalguienmástambiénlohará,esperoquetantocomoyo.
—Shhh—chistoconsuavidad.Nopuedooíreso.
—Noestarássiempresolo.Séquelohedicho,perosibuscasayudaoalgoyaprendesacontrolar
tuira,encontrarásaalguien...
Metragolabilisqueasciendepormigargantaymeacercoalapuerta.
—Vete—digo,ylecierrolapuertaenlacara.
Aunqueesdemaderamaciza,oigocómoinspirasúbitamente.
Acabodecerrarlelapuertaenlasnarices.Pero¿quécoñomepasa?
Empiezoaasustarmeydejoqueeldolormeinvada.Loheestadoconteniendomuchotiempo,sin
apenaspodercontrolarlo,hastaquesehamarchado.Mellevolosdedosalpelo,misrodillasgolpeanel
suelodehormigónysimplementenoséquéhacer.Soy,oficialmente,elcapullomásgrandedelmundo
ynopuedohacernadaalrespecto.Suenamuysencillo:veteaSeattleconellayséfelizporsiempre
jamás,peronoestanfácil,joder.Allítodoserádistinto:lasnuevasclasesylasprácticaslaabsorberán;
hará amigos nuevos, experimentará cosas nuevas —y mejores—, y se olvidará de mí. Ya no me
necesitará.Mesecolaslágrimasqueseacumulanenmisojos.
«¿Qué?»Porprimeravezsoyconscientedeloegoístaquesoy.¿Queharáamigosnuevos?Y¿qué
tiene de malo que los haga y que experimente cosas nuevas? Yo estaría allí, a su lado,
experimentándolastambién.¿PorquéhellegadoaestosextremosparaevitarquesevayaaSeattleen
lugardeaceptarestagranoportunidadparaella?Estaoportunidadparaqueveaquepuedoformarparte
dealgoqueellaquiere.Esoesloúnicoqueellameestabapidiendo,yyomehenegadoadárselo.
Si la llamo ahora mismo, dará media vuelta con el coche y yo podría hacer las maletas y
encontrarmeconellaenalgunaparte,dondesea,parairnosaviviraSeattle...
No. No lo hará. No dará la vuelta. Me ha dado la oportunidad de detenerla y ni siquiera lo he
intentado. Incluso ha tratado de que me sintiera mejor mientras yo veía que toda su fe en mí moría
delantedemispropiosojos.Deberíahaberlareconfortado,yenlugardehacerlolehecerradolapuerta
enlasnarices.
«Noestarássiempresolo»,mehadicho.Seequivoca:síloestaré,peroellano.Ellaencontraráa
alguienquelaquieradelmodoenqueyonohepodidoquererla.Nadieamaráaesachicamásqueyo,
peroquizáesapersonasepademostrarleloquesesientealseramada,loquesesientealteneraalguien
queteamaapesardetodoporloquelehacespasar,delmismomodoqueellasiempreestabaahípara
mí.Siempre.
Ysemerecetenereso.Pensarenelhechodequeobtenerloquesemerecesignificaqueestécon
otra persona hace que apenas pueda respirar. Pero así es como debe de ser. Debería haberla dejado
marcharhacemuchotiempoenlugardehundirlecadavezmásmisgarrasyhacerlaperdersutiempo
conmigo.
Tengosentimientosencontrados.Unapartedemísabequevolveráamiladoestanoche,otalvez
mañana,ymeperdonará.Perolaotrapartesabequeyasehahartadodeintentararreglarme.
Un rato después, me levanto del suelo y me arrastro hasta el dormitorio. Cuando llego allí, casi me
desmorono de nuevo. La pulsera que le regalé está encima de un trozo de papel, junto a su libro
electrónicoyunacopiadeCumbresborrascosas.Cojolapulsera,giroelcharmdelsímbolodelinfinito
conlosextremosenformadecorazónyobservoelmismosímbolotatuadoenmimuñeca.
«¿Por qué se ha dejado esto aquí?» Era un regalo que le hice en un momento en el que estaba
desesperadopordemostrarlemiamorporella.Necesitabasuamorysuperdón,yellameloconcedió.
Para mi espanto, el trozo de papel que hay debajo de la pulsera es la carta que le escribí. Cuando la
despliegoylaleo,semeparteelcorazónysucontenidosederramasobreeldurosuelodehormigón.
Mevienenalacabezaunmontóndeputosrecuerdos:laprimeravezqueledijequelaquería,ydespués
loretiré;lacitaconaquellarubiaconlaqueintentésustituirla;cómomesentícuandolavienelumbral
delapuertadespuésdehaberleídolacarta.Continúoleyendo:
Me quieres a pesar de que no deberías, y te necesito. Siempre te he necesitado y siempre lo haré. Cuando me dejaste la semana
pasadacreíaquemeibaamorir.Estabamuyperdido.Estabacompletamenteperdidosinti.Salíconunachicalasemanapasada.No
ibaacontártelo,peronoquieroarriesgarmeavolveraperderte.
Metiemblanlosdedosycasirompoelfrágilpapelintentandosostenerlolobastantequietocomo
parapoderleerlo.
Séquepuedesencontraraalguienmejorqueyo.Yonosoyromántico;nuncateescribiréunpoemanitecantaréunacanción.
Nisiquierasoysimpático.
Nopuedoprometertequenovolveréahacertedaño,perosípuedojurartequeteamaréhastaeldíaquememuera.Soyunapersona
horribleynotemerezco,peroesperoquemedeslaoportunidaddehacerquerecupereslafeenmí.Sientotodoeldolorquetehe
causado,yentenderéquenopuedasperdonarme.
Sinembargo,meperdonó.Siempremeestáperdonandomiserrores,peroestavezno.Sesuponía
que tenía que hacerla recuperar la fe en mí, pero en lugar de hacerlo me he limitado a seguir
torturándola.Rápidamente,rompomipatéticaconfesiónenmilpedazos.Alcaer,searremolinanami
alrededorformandounpatróndefragmentossobreelsuelodehormigón.
«¿Loves?¡Lodestruyotodo!»Sécuántosignificabaesacartaparaella,ylaheconvertidoenun
montóndeañicos.
—¡No!¡No,no,no!
Metiroalsueloyempiezoarecogerlospapelescomounlocoparapegarlos,perohaydemasiados
pedacitos, ninguno encaja, y además no paran de caérseme al suelo de nuevo y a volar aquí y allá.
Imaginoqueasíescomodebedehabersesentidoellaintentandoarreglarmeamí.Melevantoyledoy
una patada al montón de fragmentos que he reunido para volver a agacharme, recogerlos de nuevo y
volveraamontonarlossobrelamesa.Lespongounlibroencimaparaquenovuelen,yveoqueelque
hecogidoeselputoOrgulloyprejuicio,cómono.
Metumboenlacamayesperoaoírelruidodelapuertaalabrirsequemeindiquesuregreso.
Esperohorasyhoras,peroelruidonuncallega.
Capítulo54
Tessa
LemientoaSteph.Noquierocontarleatodoelmundomisproblemasamorosos,ymenosahoraque
aúnnohetenidotiempodeasimilarloqueacabadepasar.PrecisamenteporesohellamadoaSteph.No
quiero poner a Landon en un compromiso y tampoco quiero molestarlo otra vez con esto. Y no me
quedan más opciones, que es lo que suele pasar cuando sólo tienes un amigo y resulta que es el
hermanastrodetunovio.
Bueno,ahorayaesexnovio...
DemodoquecuandooigoqueStephparecepreocupadaporteléfono,ledigo:
—No,no.Estoybien.Essóloque...Hardinestá...fuera,consupadre.Mehadejadosinllaves,así
quenecesitounsitiodondequedarmehastaquevuelvaellunes.
—Típicodeél—dice,ymesientoaliviadaalverquemimentirahacolado—.Vale,vencuando
quieras.Eslamismahabitacióndesiempre,¡serácomoenlosviejostiempos!—exclamaalegremente,
yyointentoreír.
«Genial.Comoenlosviejostiempos.»
—Iba a ir al centro comercial con Tristan más tarde, pero puedes quedarte aquí si quieres, o
venirte.Loqueteapetezca.
—TengomuchascosasqueorganizarantesdeirmeaSeattle,asíquemequedaréenlahabitación,
siteparecebien.
—Claro,claro.—Yañade—:¡Esperoqueestéspreparadaparatufiestamañanaporlanoche!
—¿Quéfiesta?—pregunto.
«Ah,sí...»,lafiesta.Heestadotanpreocupadacontodoquemehabíaolvidadoporcompletodela
fiesta de despedida que Steph pensaba organizarme. Como en la «fiesta de cumpleaños» de Hardin,
estoyseguradequesupandillasereuniráallíybeberátantosiaparezcocomosino,peroporlovistole
hacemuchailusiónquevaya,yyaqueleestoypidiendoestegranfavor,quieroseramable.
—¡Venga!Unaúltimavez.SéqueHardindiráqueno,pero...
—Hardinnoesquiénparadecidirpormí—lerecuerdo,yellaseechaareír.
—¡Yalosé!Sólodigoqueyanovolveremosavernos.Yomemarcho,ytútambién—gimotea.
—Vale,dejaquelopiense.Voyparaallá—digo.
Peroenlugardeirdirectamentealaresidencia,voyadarunavueltaconelcoche.Tengoqueestar
segura de que seré capaz de contenerme delante de ella. No quiero llorar. «Nada de llorar. Nada de
llorar...»Memuerdoelcarrillodenuevoparaevitarcederantelaslágrimas.
Afortunadamente,meheacostumbradotantoaldolorqueyacasinolosiento.
CuandoporfinllegoalahabitacióndeSteph,melaencuentroenelprocesodevestirse.Seestá
poniendo un vestido rojo por encima de unas medias de rejilla negras cuando abre la puerta con una
sonrisa.
—¡Cuántoteheechadodemenos!—exclama,ytirademíparadarmeunabrazo.
Casimedesmorono,peromemantengofirme.
—Yoatitambién,aunquetampocohapasadotantotiempo.—Sonríoyellaasiente.Laverdades
queparecequehagasiglosdesdequeHardinyyoestuvimosconellaenelestudiodetatuajes,nosólo
unasemana.
—Supongoqueno,perosemehahechomuylargo.—Sacaunpardebotasdecañahastalarodilla
del armario y se sienta en la cama—. No creo que tarde mucho. Tú, como si estuvieras en tu casa...,
¡peronolimpiesnada!—dicealvercómoinspeccionoladesastrosahabitaciónconlamirada.
—¡Nopensabahacerlo!—miento.
—¡Sí lo ibas a hacer! Y seguro que lo haces de todos modos. —Se ríe y yo intento obligarme a
hacerlomismo.
Nomesaleyacaboemitiendounsonidoamediocaminoentreunarisotadayunatos,aunquepor
suerteparecequelepasadesapercibido.
—Porcierto,yalehedichoatodoelmundoquevasair.¡Leshahechomuchailusión!—añade
mientrassaledelahabitación,ycierralapuerta.
Abrolabocaparaprotestar,peroyasehamarchado.
Esta habitación me trae demasiados recuerdos. La odio, pero me encanta al mismo tiempo. Mi
antiguoladodelcuartosiguevacío,aunqueStephhacubiertolacamaderopaydebolsasdelacompra.
Paso los dedos por el pie de cama y recuerdo la primera vez que Hardin durmió en la pequeña cama
conmigo.
Estoy deseando alejarme de este campus..., de toda esta ciudad y de toda la gente que habita en
ella. No he tenido nada más que disgustos desde el día en que llegué a la WCU, y ojalá no hubiese
venidonunca.
InclusolaparedmerecuerdaaHardinyaaquellavezquelanzómisapuntesalaire,loquehizo
quemedieranganasdeabofetearlo,hastaquemebesó,confuerza,contraella.Mellevolosdedosalos
labios,empiezoatrazarsuformaymetiemblancuandopiensoquenovolveréabesarlonuncamás.
Nocreoquepuedaquedarmeadormiraquíestanoche.Nopararédedarlevueltasalacabezaylos
recuerdosnodejarándetorturarme,reproduciéndoseenmimentecadavezquecierrelosojos.
Necesito distraerme, de modo que saco mi portátil e intento buscar un sitio en el que vivir en
Seattle.Talycomoimaginaba,esunacausaperdida.Elúnicoapartamentoqueencuentroestáamedia
horaencochedelaoficinanuevadeVance,ysesaleligeramentedemipresupuesto.Detodosmodos,
guardoelnúmerodeteléfonoenmimóvilporsiacaso.
Despuésdeotrahoradebúsqueda,acabotragándomemiorgulloyllamoaKimberly.Noquería
pedirlesipuedoquedarmeconellayconChristian,peroHardinnomehadejadootraopción.Kimberly,
comoeradeesperar,accedealegrementeeinsisteenqueestaránencantadosdetenermecomoinvitada
ensunuevacasaenSeattle,ypresumeunpocodequeesinclusounpocomásgrandequelaanterior.
Leprometoquenomequedaréallímásqueunpardesemanasconlaesperanzadequeesetiempo
sea suficiente para encontrar un apartamento asequible que no tenga barrotes en las ventanas. De
repente me doy cuenta de que con todo el drama con Hardin casi me había olvidado del tema del
apartamentoydelhechodequealguienentróenélmientrasnoestábamos.Megustaríapensarqueno
hasidomipadre,peronosésipuedo.Sifueél,noharobadonada;alomejorsólonecesitabaunsitio
enelquepasarlanocheynoteníaningunaotraparteadondeir.EsperoqueHardinnovayaabuscarlo
para acusarlo de allanamiento. ¿Para qué iba a hacerlo? Aun así, creo que debería intentar dar con él
primero,peroseestáhaciendotardey,sinceramente,medaunpocodemiedovagarsolaporesaparte
delaciudad.
MedespiertocuandoStephllegatambaleándosealahabitaciónalrededordelamedianoche.Tropieza
consuspropiospiesycaesobrelacama.Norecuerdohabermequedadodormidaenlamesa,yelcuello
meduelecuandolevantolacabeza.Melofrotoconlasmanosymeduelemásqueantes.
—Noteolvidesdelafiestademañana—farfulla,ysequedafritacasialinstante.
Me acerco a su cama y le quito las botas justo cuando empieza a roncar. Le doy las gracias en
silencioporserunabuenaamigaydejarquemequedeensucuartoapesardequelaheavisadosólo
conunahoradeantelación.
Gruñe,dicealgoincoherente,sedalavueltayempiezaaroncarotravez.
Mehepasadotodoeldíatumbadaenmiviejacamaleyendo.Noquieroiraningunapartenihablarcon
nadiey,sobretodo,noquieroencontrarmeconHardin,aunquenocreoquelohiciera.Notieneningún
motivoparaacercarseporaquí,peroestoyparanoicaydestrozada,ynoquieroarriesgarme.
Stephnosedespiertahastadespuésdelascuatrodelatarde.
—Voyapedirunapizza,¿teapetece?—preguntamientrassequitalagruesarayadelojoquese
pintóanocheconunpequeñopañueloquehasacadodelbolso.
—Sí,porfavor.—Merugenlastripas,loquemerecuerdaquenohecomidonadaentodoeldía.
Stephyyonospasamoslasdoshorassiguientescomiendoycharlandosobresupróximotrasladoa
Luisiana y sobre el hecho de que los padres de Tristan no están nada contentos de que se cambie de
universidadporella.
—Seguroquealfinalceden.Lescaesbien,¿no?—laanimo.
—Sí,másomenos.AunquesufamiliaestáobsesionadaconlaWCUyconlatradiciónacadémica,
bla,bla,bla.
Pone los ojos en blanco y me echo a reír. No quiero explicarle lo importante que es para las
familiaslatradiciónacadémica.
—Bueno, hablemos de la fiesta. ¿Ya sabes qué te vas a poner? —me pregunta sonriendo con
malicia—.¿Oquieresqueteprestealgomío,comoenlosviejostiempos?
Niegoconlacabeza.
—No me puedo creer que haya accedido a esto después de... —casi menciono a Hardin, pero
cambioelrumbodelafrase—despuésdetodaslasvecesquemehasobligadoairaesasfiestasenel
pasado.
—Pero es la última. Además, sabes que en el campus de Seattle no encontrarás a gente tan
enrolladacomonosotros.—Stephagitasuslargaspestañaspostizasygruño.
—Meacuerdodelaprimeravezquetevi.Abrílapuertadelahabitaciónycasimedaunataqueal
corazón.Noteofendas.—Sonrío,yellamedevuelveelgesto—.Dijistequelasfiestaserangeniales,y
mimadreestuvoapuntodedesmayarse.Queríaquemecambiaradehabitación,peroyono...
—Menos mal que no lo hiciste. De lo contrario, ahora no estarías con Hardin —dice con una
sonrisillapícara,ydespuésapartalavistademí.
Poruninstantemeimaginocómohabríansidolascosassimehubieracambiadodehabitaciónyno
lohubiesevistomás.Apesardetodoloquehemospasado,jamásmearrepentirédenada.
—Bastadenostalgias,¡vamosaarreglarnos!—exclama,ydaunaspalmaditasdelantedemicara
antesdeagarrarmedelosbrazosysacarmedelacama.
—Ahora recuerdo por qué odiaba las duchas comunitarias —gruño mientras me seco el pelo con la
toalla.
—No están tan mal. —Steph se ríe y pongo los ojos en blanco al pensar en el baño del
apartamento.
Todo,absolutamentetodo,merecuerdaaHardin,yestoyhaciendoloposibleparamanteneresta
sonrisafalsa,aunquemeestoymuriendopordentro.
Unavezquemehemaquilladoyrizadoelpelo,Stephmeayudaacolocarmeelvestidoamarilloy
negroquemecompréhacepoco.Loúnicoquememantieneenpieenestosmomentoseslaesperanza
dequelafiestaseadivertidadeverdad,ydepoderteneralmenosunpardehorasdepazsinestedolor.
Tristannosrecogeunpocodespuésdelasocho;Stephseniegaadejarmeconducirporquequiere
quebebahastaponermeciega.Nomeparecemalaidea.Sivoyciega,nopodréverloshoyuelosdela
sonrisadeHardin,nisugestoconelceñofruncidocadavezqueabrolosojos.Aunqueesonoimpedirá
quesigaimaginándomelocadavezqueloscierre.
—¿Dónde está Hardin esta noche? —pregunta Nate desde el asiento del acompañante, y por un
momentomeinvadeelpánico.
—Sehaido.Estáfueradelaciudadconsupadre—miento.
—¿NoosibaisellunesaSeattle?
—Sí,éseeraelplan.—Notoquemeempiezanasudarlasmanos.Detestomentir,yademásseme
dafatal.
Natesevuelveymeofreceunadulcesonrisa.
—Bueno,puesesperoqueosvayabienallí.Mehabríagustadoverloantesdequesemarche.
Eldoloraumenta.
—Gracias,Nate.Selodirédetuparte.
Encuantoaparcamosfrentealacasadelafraternidad,mearrepientoalinstantedehabervenido.
Sabíaquenoerabuenaidea,peronopensabaconclaridadynecesitabadistraerme.Sinembargo,esto
noesunadistracción.Estoesungranrecordatoriodetodoporloquehepasadoydetodoloquehe
perdidodespués.
Mehacegraciaelhechodequesiempremearrepientodeveniraquí,perosiempreacabovolviendo
aestamalditacasa.
—¡Queempiecelafiesta!—diceSteph,yentrelazaelbrazoconelmíoconunaampliasonrisa.
Durante un instante, sus ojos se iluminan y no puedo evitar sentir que su elección de palabras
encierraundoblesentido.
Capítulo55
Hardin
Cuando llamo a la puerta del despacho de mi padre, siento náuseas. No me puedo creer que haya
llegadoaesto,aacudiraélenbuscadeconsejo.Sólonecesitoaalguienquemeescuche,alguienque
sepacómomesiento,oquealmenospuedaimaginarlo.
Suvozmellegadesdeelinteriordelaestancia:
—Entra,cariño.
Dudo antes de hacerlo, sabiendo que esto es incómodo, aunque necesario. Me siento en la silla
frenteasugranescritorioyveocómopasademostrarseexpectanteaestarsorprendido.
Unaleverisaescapadesuboca.
—Losiento,creíqueerasKaren—dice,peroviendomihumorseinterrumpeymeobservacon
detenimiento.
Asientoymirohaciaotrolado.
—Noséporquéhevenido,peroesquenosabíaadóndeir.
Escondoelrostroentrelasmanosymipadresesientaalbordedesuescritoriodecaoba.
—Mealegrodequehayasrecurridoamí—mediceenvozbaja,calibrandomireacción.
—Yonodiríaexactamentequehayarecurridoati—replico.
Síquelohehecho,peronoquieroquecreaqueestoesungranpasoennuestrarelaciónoalguna
mierdaporelestilo,aunquepuedequesílosea.Loobservotragarsalivayasentirlentamente;susojos
sefijanencualquierpuntodelasalaexceptoenmí.
—Nohacefaltaquetepongasnervioso,nomevaadarunchungonivoyarompernada—ledigo
mirandolahileradeplacasdecorativasasuespalda—.Notengoenergíaparaeso.
Cuandonoresponde,dejoescaparunsuspiro.
Porsupuesto,esosíquelohacereaccionar,esaseñaldemiderrota,asíquedice:
—¿Quierescontarmequéhaocurrido?
—No,noquiero—contestomirandoloslibrosalineadosensupared.
—Deacuerdo...
Suspiro,sintiendolainevitabilidaddelmomento.
—Noquiero,perosupongoquetendréquehacerlo.
Mi padre me mira, perplejo durante un segundo, y sus ojos castaños se agrandan al estudiarme
detenidamente,sindudaesperandounatrampa.
—Créeme—leaseguro—,situvieraalguienmásaquienacudirnoestaríaaquí,peroLandonesun
jodidochaqueteroysiempreseponedesuparte.
Séqueesonoesnimedioverdad,peroenestosmomentosnoquierolosconsejosdeLandon.Es
más,noquieroadmitiranteéllocapulloquehesidoylamierdaquelehesoltadoaTessadurantelos
últimosdías.Noesquesuopiniónmeimportemucho,peroporalgunarazónmeimportamásquelade
ningúnotro,exceptoladeTessa,claro.
Mipadremededicaunadolorosasonrisa.
—Losé,hijo.
—Bien.
Nosépordóndeempezary,honestamente,aúnnoestoysegurodeporquéhevenidoaquí.Teníala
intencióndeiraunbarytomarmealgo,perodealgúnmodoheacabadoaparcandofrentealacasade
mipadre...,no,depapá.LamaníadeTessadellamarlossólomadreypadreenvezdemamáopapá
solíavolvermeloco,peroahorasemeescapaamítambién.Aunquetienesuertedequemerefieraaél
comopadreopapáenvezdeKenocabrón,comoheestadollamándololamayorpartedemivida.
—Bueno,comoprobablementehabrásdeducido,alfinalTessamehadejado—admitoalzandolos
ojos hacia él. Mi padre se esfuerza por mantener una expresión neutra mientras espera a que yo
continúe,perotodocuantoañadoes—:Ynolahedetenido.
—¿Estássegurodequenovolverá?—pregunta.
—Sí, estoy seguro. Me dio multitud de oportunidades para que la detuviera, y no ha intentado
llamarmenienviarmeunmensajeen...—miroelrelojdelapared—casiveintiochohoras;además,no
tengonilamenorideadedóndeestá.
Había esperado encontrar su coche en la entrada cuando llegué a casa de Ken y Karen. Estoy
seguro de que ésa es una de las razones por las que he venido aquí. ¿Adónde más podría haber ido?
Esperoquenohayaconducidotodoelcaminohastacasadesumadre.
—Pero ya habéis pasado por esto antes —empieza a decir mi padre—. Y siempre encontráis la
manerade...
—¿Meestásescuchando?Tehedichoquenovaavolver—resoplointerrumpiéndolo.
—Teestoyescuchando,sí.Sólosientocuriosidadporsaberporquéestavezesdiferente.
Cuando lo miro fijamente, él me devuelve la mirada impasible, y resisto la necesidad de
levantarmeyabandonarsurecargadodespacho.
—Esasíypunto.Nosécómoestoytansegurodeello,yprobablementepensarásquesoyunidiota
por haber venido aquí, pero estoy cansado, papá, estoy terriblemente cansado de ser así, y no sé qué
haceralrespecto.
«Joder.Parezcodesesperadoyterriblementepatético.»
Élabrelabocaparahablar,perosedetieneynodicenada.
—Laculpaestuya—continúo—.Deverdadqueestuya.Porquesihubiesesestadoahíparamí,
quizápodríashabermeenseñadoa...,nosé...,anotrataralagentecomounamierda.Sihubiesetenido
unafiguramasculinaencasamientrascrecía,quizáahoranoseríaunmierda.Sinoencuentroalguna
soluciónparaTessayparamí,acabarésiendocomotú.Bueno,comotúantesdeconvertirteenesto.—
Señalo su chaleco de punto y sus pantalones de vestir perfectamente planchados—. Si no puedo
encontrarunaformadedejardeodiarte,nuncaserécapazde...
Noquieroacabarlafrasedelantedeél.Loquequierodeciresque,sinopuedodejardeodiarlo,
nuncaserécapazdemostrarleaellalomuchoquelaquieroytratarlacomodebo,comoellasemerece.
Mispalabrasnomencionadasflotanenelsofocanteestudiodepanelesdemaderacomounespíritu
torturadoqueningunodenosotrossabecómoexorcizar.
—Tienesrazón—mesorprendealfinal.
—¿Latengo?
—Sí,latienes.Sihubiesestenidounpadreparaguiarteyenseñarteaserunhombre,estaríasmás
preparadoparahacerfrenteaestassituaciones,yparalavidaengeneral.Yomeculpoamímismopor
tu...—loveobuscarlaspalabrasapropiadasymedescubroamímismoinclinándomeunpocohaciaél
—comportamiento.Tuformadeseresculpamía.Todoespartedemíydeloserroresquehecometido.
Cargaréconlaculpapormispecadosduranteelrestodemivida,yportodoellolosientomucho,hijo,
muchísimo.
Lavozselequiebraalfinalydeprontosiento...siento...
Queestoyapuntodevomitar.
—Bueno,estoesgenial,túpuedesserperdonado,¡peroelresultadodetusaccionesescómosoy
yoahora!¿Quésesuponequevoyahaceralrespecto?
Comienzo a tirarme de las pieles de alrededor de las uñas y me doy cuenta de que,
sorprendentemente, tengo los nudillos sin marcas para variar. De algún modo, eso aplaca parte de mi
rabia.
—Tienequehaberalgoquepuedahacer—digoenvozbaja.
—Creoquedeberíashablarconalguien—sugieremipadre.
Perosurespuestameresultainsuficiente,ylarabiavuelveaaflorar.
«¿Enserioquetengoquehablarconalguien?,¿quiéncoñoloibaadecir?»
Sacudolamanoenelaire,entrelosdos.
—Y¿quéestamoshaciendoahora?Estamoshablando.
—Me refiero a un profesional —replica con calma—. Tienes mucha rabia acumulada desde la
infancia,yanoserqueencuentreslaformadeliberarla,oalmenosdegestionarladeunaformasana,
metemoquenoconseguirásningúnprogreso.Yonopuedodartelasherramientasparaello;yosoyel
responsabledetudolor,ydudaríasdetodoloquetedijeraentusmomentosdemayorirritación,incluso
silodijeraportubien.
—Entonces¿veniraquíhasidounapérdidadetiempo?¿Nohaynadaquepuedashacer?
Sabíaquedeberíahabermeidodebares.Ahorayapodríairpormisegundowhiskyconcola.
—Nohasidounapérdidadetiempo.Hasidoungranpasoentuesfuerzoporconvertirteenmejor
persona.—Mesostienelamiradadenuevoyliteralmentepuedopaladearelwhiskyquedeberíaestar
bebiendoahoramismoenlugardeestarteniendoestaconversación—.Ellaestaríamuyorgullosadeti
—añade.
¿Orgullosa?¿Porquédiablosibaaestarnadieorgullosodemí?Asombradadevermeaquí,quizá,
peroorgullosa...,no.
—Mellamóborracho—confiesosinpensar.
—Y¿tienerazón?—pregunta,conevidentepreocupaciónenlacara.
—Nolosé.Nocreoquelosea,peronolosé.
—Sinosabessieresunalcohólico,talvezdeberíasdescubrirloantesdequeseademasiadotarde.
Estudiolacarademipadreypuedoverauténticomiedopormítrassusojos.Sienteelmiedoque
talvezyodeberíatener.
—¿Por qué empezaste tú a beber? —pregunto. Siempre he querido saber la respuesta a esa
pregunta,peronuncamehabíasentidoconderechoapreguntar.
Élsuspira,ysusmanosseelevanparaalisarsucortocabello.
—Bueno,tumadreyyonoestábamosennuestromejormomento,ylaespiraldescendenteempezó
cuandomefuiunanocheymeemborraché.Por«emborracharme»quierodecirquenopodíanicaminar
hastacasa,perodescubríquemegustabacómomesentía,inmóvilono.Medejabainsensibleatodoel
dolorquesentía,ydespuésdeaqueldíaseconvirtióenunhábito.Pasabamástiempoenelmalditobar
alotroladodelacalledelquepasabacontigoyconella.Lleguéaunpuntoenelquenopodíafuncionar
sinlicor,aunquerealmentetampocoestabafuncionandoconél.Eraunabatallaperdida.
Norecuerdonadadeantesdequemipadreseconvirtieraenunborracho;siemprehabíacreídoque
yaeraasídesdeantesdequeyonaciera.
—¿Quéeratandolorosoparaqueintentarasescapardeello?
—Esonoimporta.Loqueimportaesqueundíaporfindespertéymerehabilité.
—Despuésdedejarnos—lerecordé.
—Sí,hijo,despuésdequeosdejaraalosdos.Estabaismejorsinmí.Nopodíaserunbuenpadreni
un buen marido. Tu madre hizo un trabajo excelente criándote, desearía que no hubiera tenido que
hacerlosola,peroalfinalresultómejorasíqueconmigocerca.
Larabiaardeenmiinterioryclavolosdedosenlosbrazosdelabutaca.
—PerosíquepuedesserunmaridoparaKarenyunpadreparaLandon.
Ya está, ya lo he dicho. Siento tanto jodido resentimiento hacia este hombre que fue un cabrón
borrachodurantetodamivida,quejodiómiexistenciaperoqueconsiguióvolveracasarseyadoptarun
nuevo hijo y una nueva vida... Por no mencionar que ahora es rico y que nosotros no teníamos una
mierdamientrascrecía.KarenyLandontienentodoloquemimadreyyodeberíamoshabertenido.
—Sé que eso es lo que parece, Hardin, pero no es verdad. Conocí a Karen dos años después de
dejardebeber.Landonyateníadieciséis,yyonointentabaserunafigurapaternaparaél.Éltampoco
crecióconunpadreencasa,asíquemeaceptóenseguida.Noeramiintencióntenerunanuevafamiliay
reemplazarte...,nuncapodríareemplazarte.Nuncaquisistesabernadademí,ynoteculpoporello...,
pero,hijo,habíapasadolamitaddemividaenlaoscuridad...,enunacegadoraydesoladoraoscuridad.
YKarenfuemiluz,comoTessaloesparati.
CasisemeparaelcorazónantelamencióndeTessa.Estabatanperdidoreviviendomiinfanciade
mierdaqueporunmomentohedejadodepensarenella.
—NopudehaceotracosaquesentirmefelizyagradecidocuandoKarenllegóamivida,Landon
incluido —continúa Ken—. Daría lo que fuera por tener contigo la misma relación que tengo con él;
quizáalgúndíapuedaserasí.
Puedo ver que mi padre está sin aliento después de una confesión como ésa, y yo me siento sin
palabras.Nuncaanteshabíatenidounaconversacióndeestetipoconél,oconnadieexceptoconTessa.
Ellasiemprepareceserlaexcepción.
Noséquédecirle.Nopuedoperdonarloporjodermividayescogerlabebidaporencimademi
madre,perodecíaenseriolodeintentarperdonarlo.Sinolohago,nuncapodrésernormal.Enserio,ni
siquiera estoy seguro de si alguna vez podré ser «normal», pero me gustaría ser capaz de pasar una
semanaenterasinromperalgooaalguien.
LahumillaciónenlacaradeTessacuandoledijequeabandonaraelapartamentoestágrabadaen
mimente.Peroenvezdetratardeborrarlacomosiemprehago,laacepto.Necesitorecordarloquele
hice,seacabóocultarmedelasconsecuenciasdemisacciones.
—Nohasdichonada—medicemipadreinterrumpiendomispensamientos.
La imagen del rostro de Tessa comienza a desaparecer y, aunque intento aferrarme a ella, se
esfuma.Elúnicoconsueloquemequedaessaberquevolveráaperseguirmepronto.
—Noséquédemoniosdecir.Estohasidodemasiadoparamí;noséquépensar—admito.
Lahonestidaddemispalabrasmeaterroriza,yaguardoaqueélaprovecheparahacerlotodomás
incómodo.
Peronolohace.Simplementeasienteyseponeenpie.
—Karenestápreparandolacena,porsiquieresquedarte.
—No,paso—gruño.
Quieroiracasa.ElúnicoproblemademicasaesqueTessanoestáallí.Ytodoespormimaldita
culpa.
Me crucé con Landon en la entrada cuando salía, pero lo ignoré y me largué antes de que intentara
darmealgúnconsejonosolicitado.DeberíahaberlepreguntadodóndeestabaTessa;estoydesesperado
por saberlo, pero también me conozco y sé que me presentaría allá donde estuviera e intentaría
convencerladequevolvieraconmigo.Necesitoestarconellaseadondesea.Escucharcómomipadre
mecontabaporquéfueunpadredemierdahasidounpasoenladireccióncorrecta,peronovoyadejar
deserunbastardocontroladordegolpeyporrazo.¿YsiTessaestáenalgúnlugardondenoquieroque
esté...?comoconZed,porejemplo...
«¿EstáconZed?Mecagoentodo,¿podríaestarconél?»
Nolocreo,perotampocoesqueyolehayadadofacilidadesparatenermuchosamigos.Ysino
estáconLandon...
No,noestáconZed.Nopuedeestarlo.
Sigo convenciéndome a mí mismo de ello mientras subo a nuestro apartamento en el ascensor.
Partedemídeseaquequienfueraelcabrónqueentróencasahayavuelto;meiríademuerteunescape
paramicrecienterabia.
Un escalofrío me recorre la espalda y todo el cuerpo. ¿Y si Tessa hubiese estado sola en casa
cuandosecolóelintruso?Laimagendesurostroenrojecidoyempapadoenlágrimasdemispesadillas
apareceantemíymepongorígido.Sialguienintentaherirlaalgunavez,seráloúltimoquehagaensu
putavida.
¡Soyunmalditohipócrita!Aquíestoy,amenazandoconmataraalguienporherirlacuandoparece
queesoesloúnicoquesoycapazdehacer.
Después de pillar una botella de agua y de recorrer el apartamento vacío durante unos minutos,
empiezo a sentir ansiedad. Para mantenerme ocupado le echo un vistazo a la colección de libros de
Tessa.Sehadejadounmontón,yséqueesolaestarámatando.Unapruebamásdelotóxicoquesoy.
UnalibretadetapasdecueroescondidaentredosedicionesdistintasdeEmmallamamiatención,y
pasolosdedosporelcierre.LoabroydeunrápidovistazodescubroquelaletradeTessallenacada
página.¿Esalgúntipodediarioquenosabíaquetenía?
Escritopulcramenteenlaprimerapáginaapareceeltítulo:«Introducciónalaasignaturadereligión
internacional».Mesientoenlacamaconellibroenlasmanosycomienzoaleer.
Capítulo56
Tessa
Loganmellamadesdeelotroladodelacocina,perocuandolequedaclaroquenopuedooírle,seme
acerca.
—Esgenialquehayasvenido.¡Nosabíasiloharías!—diceconunagransonrisa.
—No podía perderme mi propia fiesta de despedida —contesto alzando el vaso rojo que tengo
entrelasmanosamododebrindis.
—Teheechadodemenosporaquí;hacetiempoquenadieestrangulaaMolly.
Seríeyechalacabezahaciaatrásparaverterunlicorclarodirectamentedelabotellaasuboca.Se
lotraga,parpadeayseaclaralagarganta,sacudiendolacabezadeunaformaquemehaceestremeceral
pensarenlomuchoquedebedearderle.
—Siempreserásmiheroínaporeso—bromea,ymeofrecelabotella.
Niegoconlacabezaylemuestromivasomediovacío.
—Estoy segura de que no pasará mucho antes de que alguien más venga y vuelva a hacerlo —
replico,ymetomounmomentoparasonreíralimaginarlo.
—¡Oh, oh...! Hablando del rey de Roma... —dice Logan con la vista clavada en un punto a mi
espalda.
Noquierovolverme.
—¡¿Porqué?!—gimoenvozbajaapoyandouncodoenlaencimera.
CuandoLogan,juguetón,vuelveaofrecermelabotella,laacepto.
—Bebe.—Sonríeysealeja,dejándomeconlabotella.
Mollyapareceentoncesenmilíneadevisiónyalzasuvasorojoamododesaludo.
—Pormuchoquemeentristezcatumarcha—dice,conlavozengañosamentesuaveydulce—,me
alegro de no tener que volver a verte. Aunque echaré de menos a Hardin..., las cosas que ese chico
puedehacerconlalengua...
Pongolosojosenblancomientrastratodepensarenunaréplica,peronoloconsigo.Loscelosme
corren por las venas como el hielo y considero la idea de volver a estrangularla aquí mismo, ahora
mismo.
—Oh,lárgate—digoporfin,yellaseechaareír.Esunruidoinsoportable,enserio.
—Oh,vamos,Tessa.Fuituprimeraenemigaenlafacultad,esodeberíacontarparaalgo,¿no?—
Meguiñaunojoyhacechocarsucaderacontralamíaalpasarpormilado.
Esta fiesta ha sido una idea horrible; debería haberlo pensado mejor antes de venir a este sitio,
especialmente sin Hardin. Steph ha desaparecido, y aunque Logan ha sido lo suficientemente majo
comoparahacermecompañíaduranteunminuto,yahaencontradoaunachicamásdisponiblequelo
mantengaocupado.Cuandoveoalachicaporprimeravez,estádeperfilyparecepijaymuynormal,
perocuandosevuelveylaveodefrentemequedodepiedraalcomprobarquetienelaotramitaddela
cara llena de tatuajes. «Ayyy.» Empiezo a preguntarme si serán permanentes mientras me sirvo otro
trago.Planeoacunarestevasotodalanocheydarlesorbitosmuylentamente.Deotromodo,lafachada
queheestadoesforzándomepormantenerseharáañicosysederrumbaráyacabarésiendolapesada
borrachaquelloracadavezquealguienlamira.
MeobligoadarunavueltalentaalrededordelacasaenbuscadelcabellorojodeSteph,perono
apareceporningúnlado.CuandoporfinlocalizolacarafamiliardeNate,veoqueéltambiénseestá
trabajando a una chica y no quiero interrumpirlo. Me siento tan fuera de lugar... No sólo porque no
acabo de encajar con esta gente, sino porque tengo la sensación de que, aunque esta fiesta haya sido
bautizadacomonuestra«fiestadedespedida»,nocreoqueanadiedelosdeaquíleimportesiHardiny
yodesaparecemos.Quizáhabríanmostradomásinteréssiélhubieravenidoconmigo;despuésdetodo,
Hardinessuamigo.
Traspermanecersentadajuntoalaencimeradelacocinadurantecasiunahora,porfinoigolavoz
deSteph,queexclama:
—¡Estabasaquí!
A estas alturas ya me he comido todo un cuenco de pretzels y llevo dos copas. Me he estado
debatiendoentrellamaronoauntaxi,peroahoraqueStephfinalmentehavueltoaaparecer,intentaré
aguantarunpocomás.Tristan,MollyyDanestánconella,ymeesfuerzoenmantenerunaexpresión
neutra.
EchodemenosaHardin.
—¡Pensé que te habías ido o algo! —grito por encima de la música, intentando apartar de mi
cabezalomalquemesientoporestaraquísinél.
Durante la última hora he estado luchando por mantenerme alejada de su dormitorio del primer
piso; tengo tantas ganas de ir allí, de esconderme de la incómoda multitud, de recordar..., no sé. Mi
miradasiguegravitandohacialaescalera,yesomeestámatandopocoapoco.
—¡Deeso,nada!Tehetraídounacopa.—Stephsonríeycogeelvasoquetengoenlamano.Lo
reemplazaporotroidénticollenodeunlíquidorosa—.Vodkasourdecereza,¡tachán!—chillaantemi
confusión.
Actoseguido,fuerzaunarisaincómodamientrasmellevolacopaaloslabios.
—¡Portuúltimafiestaconnosotros!—brinda,ymultituddeextrañosalzansuscopasalaire.
Mollymirahaciaotroladomientrasyoecholacabezahaciaatrásypermitoqueeldulcesaborde
lacerezainundemiboca.
—Justoatiempo—lediceMollyaSteph,ymedoylavueltarápidamente.Nosésiquieroquela
persona que acaba de llegar sea Hardin o no, pero mi dilema queda resuelto cuando Zed entra en la
cocinavestidotododenegro.
MequedoconlabocaunpocoabiertaymevuelvohaciaSteph.
—Medijistequenoestaríaaquí.
Lo último que necesito en este momento es otro recordatorio del lío en el que he convertido mi
vida.YamedespedídeZedynoestoypreparadaparareabrirlasheridascausadasporsersuamiga.
—Lo siento —dice ella encogiéndose de hombros—. Se acaba de presentar. No lo sabía. —Se
inclinahaciaTristan.
Lededicounamiradaalentadaporelalcohol.
—¿Estásseguradequeestafiestaesparamí?
Séquesuenodesagradecida,peroelhechodequeStephhayainvitadoaZedyaMollyrealmente
memolesta.SiHardinhubiesevenido,habríaperdidolacabezaalverapareceraZedenlacocina.
—¡Puesclaroqueloes!Mira,sientomuchoqueestéaquí.Lediréquesemantengaapartadodeti
—measegura,yechaacaminarhaciaZed,perolacojodelbrazo.
—No,déjalo.Noquieroserborde.Estábien.
Zed está hablando con una chica rubia que lo sigue hasta la parte más alejada de la cocina. Le
sonríeyellaseríe,perocuandoalzalavistaynotamipresencia,susonrisasedesvanece.Susojosvan
deStephaTristan,peroambosevitansumiradayabandonanlasalaconMollyyDandetrás.Denuevo,
vuelvoasentirmesola.
ObservomientrasZedseinclinaysusurraalgoeneloídodelachicarubia,traslocualellasonríe
ysealejadeél.
—Eh.—Zedsonríeconciertatorpezaysebalanceasobrelospiescuandollegaamilado.
—Eh—contesto,yledoyotrosorboamicopa.
—No sabía que estarías aquí —decimos al mismo tiempo, y entonces nos echamos a reír
incómodos.
Élsonríeydice:
—Túprimero.
Mesientoaliviadadequenoparezcaguardarmerencor.
—Decíaquenoteníaniideadequefuerasavenir.
—Yyonoteníaniideadequefuerasavenirtú.
—Esopensaba.Stephnodejadedecirqueestoesunaespeciedefiestadedespedidaparamí,pero
ahoraestoymásqueseguradequelodiceparaquedarbien.
Doyotrosorbo.Elvodkasourdecerezaesmuchomásfuertequelasotrasdoscopasqueyahe
tomado.
—Tú...¿hasvenidoconSteph?—preguntaacercándose.
—Sí.Hardinnoestáaquí,siesesoloqueteestáspreguntando.
—No, yo... —Sus ojos descienden hasta mi mano cuando dejo el vaso en la encimera—. ¿Qué
estástomando?
—Vodkasourdecereza,¿noesirónico?—contesto,peroélnoseríe.Esomesorprende,puesto
queessubebidafavorita.
Surostroseretuerceenungestodeconfusiónmientrasmiraalternativamentemicarayelvaso.
—¿Stephtehadadoeso?—Sutonoesserio...,demasiadoserio...,ymimentevalenta,demasiado
lenta.
—Sí...,¿por?
—Joder.
Cogeelvasodelaencimera.
—Quédateaquí—meordena,yyoasientolentamente.
Cada vez noto la cabeza más espesa. Intento concentrarme en Zed mientras desaparece de la
cocina,peromedistraigoporlaformaenquelaslucesgiranygiransobremicabeza.Laslucessontan
bonitas,tanhipnóticasporlamaneraenquebailoteansobrelascabezasdelagente...
¿Laslucesbailotean?Lohacen...,yyodebobailar.
«No,debosentarme.»
Meapoyoenlaencimeraymeconcentroenlaparedcombada,enlaformaenquesetuerceyse
retuerce,doblándosebajolaslucesquebrillansobrelascabezasdelagente...¿obrillansobrelagente
quebaila?Seacomosea,esbonito...ytambiéndesorienta...,ylaverdadesquenoestoyseguradelo
queestápasando.
Capítulo57
Hardin
Alojearlaspáginasdelapequeñalibreta,mecuestadecidirpordóndeempezaraleer.Esundiariodela
clase de religión de Tessa; tardo un minuto en comprender qué es porque, a pesar del título de la
portada,cadaentradaestáencabezadaconunapalabrayunafecha,lamayoríadelascualesnotienen
nadaqueverconreligión.Tambiénestámenosestructuradoquelosensayosquelehevistoescribira
Tessa,unpocomástipomonólogointerior.
«Dolor.»Lapalabrallamamiatenciónycomienzoaleer.
¿Eldoloralejaalagentedesudios?Siesasí,¿cómo?
Eldolorpuedealejaracualquieradecasitodo.Eldolorescapazdeobligarteahacercosasquenuncapensaríashacer,como
culparaDiosdetuinfelicidad.
Dolor...,unasimplepalabraperotanllenadesignificado.Hellegadoacomprenderqueeldoloreslaemociónmásfuerteque
alguienpuedellegarasentir.Alcontrarioquecualquierotraemoción,eslaúnicaquetodoserhumanotienegarantizadosentiren
algúnmomentodesuvida,ynohayventajaeneldolor,nohayaspectospositivosquepuedanhacerteverlodesdeunaperspectiva
diferente..., sólo existe la abrumadora sensación del propio dolor. Recientemente he conocido el dolor de primera mano..., hasta
convertirseenalgocasiinsoportable.Aveces,cuandoestoysola,cosaqueocurremásdeloquedesearíaúltimamente,meveoamí
mismatratandodedecidirquétipodedolorespeor.Larespuestanoestansimplecomopenséquesería.Eldolorlentoyconstante,
deltipoquesobrevienecuandohassidoheridorepetidamenteporlamismapersona,yaunasíaquíestás,aquíestoy,permitiendo
queeldolorcontinúe...,ynuncaacaba.
Sóloenesosrarosmomentoscuandomeestrechacontrasupechoyhacepromesasquenuncaparecesercapazdemantener,el
dolordesaparece.Justocuandomeacostumbroalalibertad,avivirlibredeldolorautoinfligido,retornaconotraoleada.
Estonotienenadaqueverconlareligión.Estovasobremí.
Hedecididoqueeldolorardiente,abrasivoeinevitableeselpeor.Esedolorllegacuandoporfincomienzasarelajarte,cuando
porfinrespiras,pensandoquealgunosproblemassoncosadelayer,cuandoenrealidadsonpartedehoy,demañanaydetodoslos
díasdespuésdemañana.Esedolorllegacuandohaspuestotodastusesperanzasenalgo,enalguien,yéstetetraicionatancompleta
einesperadamentequeeldolortemachacaytesientescomosicasinopudierasrespirar,apenasaferradaaesapequeñafracciónde
loqueseaquequedeentuinterioryquetesuplicaquesigasadelante,quenoterindas.
Joder.
Aveceslagenteseaferraalafe.Aveces,siereslosuficientementeafortunado,puedesapoyarteenalguienyconfiarenquete
apartarádeldolorantesdequeteinstalesenéldemasiadotiempo.Eldoloresunodeesoslugareshorriblesque,unavezlosvisitas,
debeslucharparaabandonarlos,einclusocuandocreesquehasescapado,descubresquetehanmarcadodeformapermanente.Si
erescomoyo,notienesanadieenquienapoyarte,nadiequetecojadelamanoyteasegurequeconseguirássalirdeeseinfierno.
Porelcontrario,tienesqueatartuspropiasbotas,cogertupropiamanoysacartedeahítúmisma.
Misojosbuscanlafechaaliniciodelapágina.EscribióestomientrasyoestabaenInglaterra.No
debería seguir leyendo. Debería dejar el maldito diario y no volver a abrirlo jamás, pero no puedo.
Tengoquesaberquémásfueescritoenestelibrodesecretos.Metemoqueestoeslomáscercaque
volveréaestardeella.
Medetengoenotrapáginatitulada«Fe».
¿Quésignificalafeparati?¿Tienesfeenalgosuperior?¿Creesquelafepuedeaportaralgobuenoalavidadelagente?
Estodeberíairmejor.Estaentradanodeberíaretorcerelcuchilloyempeorareldolordemipecho.
Estonodeberíatenernadaqueverconmigo.
Para mí, la fe significa creer en algo más aparte de en ti mismo. No creo que haya dos personas que puedan tener la misma
opiniónsobrelafe,yaestééstabasadaenlareligiónono.Yocreoenalgosuperior,mecriaronasí.Mimadreyyoíbamosala
iglesiacadadomingo,ymuchosmiércolestambién.Ahoranovoyalaiglesia,cosaqueprobablementedeberíahacer,peroaúnestoy
decidiendocómomesientoconmifereligiosaahoraquesoyadultayyanoestoyobligadaahacerloquemimadreesperaque
haga.
Cuandopiensoenfe,mimentenosedirigeautomáticamentealareligión.Probablementedebería,peronoesasí.Piensaenél;
todogiraentornoaél.Estáentodosmispensamientos.Noestoytotalmenteseguradesiestoesbuenoono,peroasíestánlascosas
y tengo fe en que, al final, lo nuestro funcionará. Sí, es difícil y sobreprotector, a veces incluso controlador... Vale, a menudo es
controlador,perotengofeenél,enquepiensaenmibienpormuyfrustrantesqueseansusacciones.Mirelaciónconélmeponea
prueba de formas que nunca creí imaginables, pero cada segundo vale la pena. Creo de verdad que un día su profundo temor a
perderme desaparecerá y podremos emprender un futuro juntos; eso es todo cuanto quiero. Sé que él también lo desea, aunque
nuncalodiría.Tengotantafeenesehombrequeaceptarécadalágrima,cadadiscusiónsinsentido...,loaceptarétodoparapoder
estarcercaeldíaenqueseacapazdetenerfeensímismo.
Mientrastanto,tengofeenqueundíaHardindiráloquesienteabiertayhonestamente,poniendofinasuexilioautoimpuesto.
Esedíafinalmenteveráquenoesunvillano.Seesfuerzamuchoenserlo,peroenelfondorealmenteesunhéroe.Mesalvódemí
misma.Hepasadomividaenterafingiendoseralguienquenoera,yHardinmehamostradoqueestábienseryomisma.Yanome
ajustoalaideaqueteníamimadredeloquedebollegaraser,yledoygraciasdesdelomásprofundodemicorazónporayudarme
allegaraestepunto.Creoqueundíaverálorealmenteincreíblequees.Estanincreíbleyperfectamenteimperfectoqueloquiero
aúnmásporeso.
Puede que no muestre el heroísmo en su interior de forma convencional, pero lo intenta, y eso es todo cuanto puedo pedirle.
Tengofeenque,sicontinúaintentándolo,finalmentesepermitiráasímismoserfeliz.Yoseguiréteniendofeenélhastaqueélla
tengaensímismo.
Cierro la libreta y me pellizco el puente de la nariz en un intento por controlar mis emociones.
Tessa cree en mí por alguna maldita razón. Para empezar nunca entenderé por qué perdió su tiempo
conmigo,peroleersuspensamientosdeestaformatancrudaretuerceelcuchilloenmipecho,ylosaca
paraluegovolveraempalarmeconsuhojaunavezmás.
ComprenderqueTessaescomoyomeasustaymeemocionaalmismotiempo.Saberquetodoen
sumundogira...alrededordemímehacefeliz,inclusomemareaunpoco,perocuandorecuerdoquelo
heechadoaperder,lafelicidaddesaparecetanrápidocomohallegado.Ledeboaella,yamímismo,el
sermejor.Ledeboaellaintentaracabarconmirabia.
Esraro,perosientocomosimehubiesenquitadoungranpesodeencimadesdelaconversación
con mi padre. No iría tan lejos como para decir que todos esos feos y dolorosos recuerdos quedan
perdonados,oquedeprontoseremoscolegas,quedaremosparaverdeportesjuntosenlateleytodaesa
mierda,peroloodiomenosdeloqueloodiabaantes.Soymáscomomipadredeloquequerríaadmitir.
HeintentadodejaraTessaporsupropiobien,peroaúntengoqueserlosuficientementefuertecomo
parahacerlo.Asíque,dealgunaforma,élesmásfuertequeyo.Élselargódeverdadynovolvió.Si
tuvieraunhijoconTessaysupieraqueibaajoderleslavida,yotambiénmelargaría.
«Alamierdaconeso.»
Laideadetenerunhijomedanáuseas.Seríaelpeorpadreposible,yTessarealmenteestaríamejor
sinmí.Nisiquierasoycapazdedemostrarleaellamiamor,asíque,¿cómoibaademostrárseloaun
niño?
—Yabasta—medigoenvozalta,ysuspiroponiéndomeenpie.
Camino hasta la cocina y abro un armario. La botella medio vacía de vodka me llama desde el
estante,suplicándomequelaabra.
Soyunauténticoborracho.Planeosobrelaencimeradelacocinaconunabotelladevodkaenlas
manos.Desenroscoeltapónymelallevodirectamentealoslabios.Sólountragoconseguiráahuyentar
la culpabilidad. Con un trago puedo obligarme a creer que Tessa volverá pronto a casa. Ya antes ha
adormecidoeldolor,yloharédenuevo.Untrago.
Justo cuando cierro los párpados y echo la cabeza hacia atrás, puedo ver el rostro bañado en
lágrimasdeTessaantemí.Abrolosojos,mevuelvohaciaelfregaderoyechoelvodkaporeldesagüe.
Capítulo58
Tessa
Lasbocasestánabiertas.Loslabiossemuevensinemitirsonidoalguno.Ylamúsicarebotacontralas
paredes,taladrandomimente.
«¿Cuántotiempollevoaquídepie?¿Cuándoheentradoenlacocina?»
Nolorecuerdo.
—Eh.—Dansedeslizaantemíymeestremezcounpocoapoyadacontralaencimera.Sucaraestá
algodescentrada;lomiromásfijamenteintentandoenfocarlo.
—Eh...—Mirespuestasaletaaaanlentamente...
Élsonríe.
—¿Estásbien?
Asiento.Ocreoquelohago.
—Mesientounpocorara—admito,ybuscoporlahabitaciónaZed.Esperoquevuelvapronto.
—¿Quéquieresdecir?
—Nosé...,mesientocomo...rara.Comoborracha,peromáslenta,aunquealmismotiempotengo
muchaenergía.
Sacudolamanofrenteamicara...,tengotresmanos.
Danseechaareír.
—Debesdehaberbebidounmontón.
Asientodenuevo.Miroalsuelo.Veoaunachicacruzarfrenteamíalavelocidaddeuncaracol.
—¿Zedvaavolver?—lepregunto.
Danmiraalrededor.
—¿Adóndehaido?
—AbuscaraStephpormibebida.—Merecuestoenlaencimera.Probablementeaestasalturas
tengolamitaddelcuerpoencima.Nopodríaasegurarlo.
—¿Ah,sí?Hum...,puedoayudarteabuscarlo—diceencogiéndosedehombros—.Creoquelohe
vistosubirlaescalera.
—Vale—digo.
CreoquenomegustaDan,peronecesitoencontraraZedporquesientolacabezacadavezmásy
máspesada.
Lo sigo lentamente mientras se abre paso entre la multitud y se encamina hacia la escalera. La
música está increíblemente alta ahora, y me doy cuenta de que estoy moviendo la cabeza adelante y
atrás,adelanteyatrásmientrassubolaescalera.
—¿Estáahíarriba?—lepreguntoaDan.
—Sí.Creoquejustoacabadeentrarahí.—Señalaconlacabezahacialapuertaalfinaldelpasillo.
—ÉsaeslahabitacióndeHardin—loinformo,yélseencogedehombrosnuevamente—.¿Puedo
sentarmeunminuto?Creoqueyanopuedoseguirandando.
Me pesan los pies, pero es como si mi mente se volviera cada vez más aguda, y esto no tiene
sentidoparamí.
—Sí,claro,puedessentarteaquí.—Danmecogedelbrazoymellevaalaantiguahabitaciónde
Hardin.
Tropiezohastallegaralbordedelacamaylosrecuerdosparecentomarformaygirarenelairea
mialrededor:Hardinyyosentadosenlacama,enelmismolugarenelqueestoyahora.Lobeséaquí
porprimeravez.Mesentíatanabrumadayconfusapormicrecientenecesidaddeestarcercadeél...,mi
chicooscuro.ÉsafuelaprimeravezquepudeentreveraeseHardinmássuaveyamable.Nosequedó
durantemuchotiempo,perofuebonitoconocerlo.
—¿DóndeestáHardin?—preguntomirandoaDan.
Unaexpresiónatraviesasucaraydesaparecealreír.
—Oh,Hardinnoestáaquí.Dijistequeestabasseguradequenovendría,¿recuerdas?
Cierralapuertaasuespaldayechalallave.
«¿Quéestápasando?»
Mi mente bulle con las posibilidades, pero mi cuerpo se siente demasiado pesado como para
moverse.Quierotumbarme,aunqueunaalarmaaúllaenmicabezaempujándomealuchar.
«¡Notetumbes!¡Manténlosojosabiertos!»
—A... abre la puerta —digo mientras intento levantarme, pero la habitación comienza a dar
vueltas.
Casicomosiestuvierapreparado,alguienllamaentoncesalapuerta.Elaliviomeinundacuando
DangiralallaveyabreparadejarentraraSteph.
—¡Steph!—gimoteo—.Él...estáhaciendoalgo...
Nosécómoexplicarlo,peroséqueestabaapuntodehaceralgo.
Ella mira a Dan, que le dedica una siniestra sonrisa. Vuelve a mirarme a mí y simplemente
pregunta:
—¿Haciendoqué?
—Steph... —la llamo de nuevo. Necesito su ayuda para abandonar esta habitación poseída por
fantasmas.
—¡Dejadelloriquear!—estalladepronto,ypierdoelaliento.
—¿Qué?—consigoarticular.
PeroStephsimplementelesonríeaDanmientrasmetelamanoenlabolsaquehatraído.Cuando
vuelvoagemir,sedetieneymefulminaconlamirada.
—Joder,¿esquenotecallasnunca?¡Estoyhartadeoírcómotequejastodoeltiempo,zorra!
Micerebronofuncionabien.Stephnopuedeestardiciéndometodasesascosas.
Ponelosojosenblanco.
—Buf,yesosestúpidospucheritosinocentes...Tía,daleunputorespiroya.
Unossegundosmásrebuscandoenlabolsayporfindice:
—Loheencontrado...,toma.—LepasaunobjetopequeñoaDan.
Casimedesmayo,perounlevepitidomedevuelvelaconciencia...almenosduranteunospocos
segundosmás.
Veounapequeñaluzroja,comounapequeña,pequeñísimacereza.
Comoelvodkasourdecereza.Steph,Dan,Molly,Zed.Lafiesta.Oh,no.
—¿Quéhashecho?—lepregunto,yellavuelveareír.
—¿Notehedichoquedejesdegimotear?Estarásbien—gruñe,yseacercaalacama.
HayunacámaraenlasmanosdeDan.Laluzrojaindicaqueestáencendida.
—A...apártatedemí—intentochillar,peromesalecomounsusurro.
Trato de ponerme en pie, pero vuelvo a caer sobre la cama. Es muy blanda..., como arenas
movedizas.
—Creíaquetú...—comienzoadecir.
PeroStephmeponelasmanosenloshombrosymeempujacontraelcolchón.Nopuedovolvera
levantarme.
—¿Qué creías? ¿Que era tu amiga? —replica arrodillándose en la cama y cerniéndose sobre mí.
Sus dedos agarran entonces el bajo de mi vestido y comienza a levantármelo hasta los muslos—.
EstabasdemasiadoocupadasiendounazorrayyendodeZedaHardinparacomprenderqueenrealidad
siempretehedespreciado.¿NocreesquesimeimportarasunamierdatehabríadichoqueHardinsalía
contigosóloparaganarunaapuesta?¿Nocreesqueunaamigatehabríaavisado?
Tienerazón,yunavezmásmiidiotezresultatotalmenteobvia.Micerebroembotadomultiplicala
punzada de la traición... y, cuando ahora miro a Steph, el diablo pelirrojo, su cara está retorcida,
distorsionadadelaformamásdiabólicaimaginable,yelbrillodesusojososcuroshacequemerecorran
escalofríos.
—Oh,porcierto—seríe—,confíoenquetelopasarasbienesperandoaqueHardinaparecierapor
sucumpleaños.Esincreíbleloquesepuedehacerconunmensajeyunacámaradevídeo;aúnpuedeser
peor,¿verdad?
TratodelucharcontraSteph,peroesimposible.Apartaconfacilidadmisdedosdedondeloshe
clavadoensusbrazosycontinúasubiéndomeelvestido.CierrolosojoseimaginoqueHardinentraala
fuerzaenlahabitaciónymerescata,micaballerodelanegraarmadura.
—Hardinlo...descubrirá...—laamenazodébilmente.
—Ja,ja,sí...,ésaeslaidea.Yahora,bastadecháchara.
Otrogolpeenlapuertaydenuevointentoapartarlademí,sinéxito.
—Cierra,deprisa—diceDan,ycuandogiroelcuelloendirecciónalapuertanomesorprendever
queMollysehaunidoanosotros.
—Ayúdameaquitarleelvestido—leordenaSteph.
Parpadeoytratodesacudirlacabeza,peronofunciona.Nadafunciona.Danvaaviolarme,losé.
ÉseeraelplandeStephparaestafiesta.Noeraunafiestadedespedidaenmihonor,sinounaformade
destruirme.Notengoniideadecómopudellegarapensarqueeramiamiga.
ElcabellodeMollymecaeenlacaracuandotrepaalacamaamilado,yStephmeempujayme
hacerodarparatenermejoraccesoalaespaldademivestido.
—¿Porrr quéee? —Se me quiebra la voz y soy vagamente consciente de las lágrimas en mis
mejillas,queahoraempapanlassábanasdelacama.
—¿Por qué? —me imita Dan, acercando la cara a la mía—. ¿Por qué? El cabrón de tu novio se
grabómientrassefollabaamihermana,éseeselporqué.—Sualientocalienteenmicaraparecebarro.
—¡Vayaaa!—diceMollyenvozalta—.¡Creíaquehabíasdichoquesólolesacaríasunascuantas
fotos!
—Yesoharemos...,yquizátambiénunpequeñovídeo—respondeSteph.
—¡Nihablar!Joder,no,tía,¡nopuedeshacerquelaviole!—gritaMolly.
—Novaahacerlo...Notepases.Nosoyunapsicópataninadadeeso.Sólovaatocarlayafingir
queestánfollandoparaquecuandoHardinvealacintapierdalacabeza.Sóloimaginasucaracuando
vea a la inocente putilla de su novia siendo follada por Dan. —Steph se ríe—. Creí que estabas de
acuerdoconesto—lesiseaaMolly—.Dijistequeloestabas.
—Estoy de acuerdo con cabrearlo, pero no puedes grabar esa mierda. —Aunque Molly está
susurrando,puedooírlaclaramente.
—Suenascomoella.—Stephmedalavueltadespuésdequitarmeelvestido.
—Para—gimo.
StephponelosojosenblancoyMollypareceapuntodevomitarencualquiermomento.
—Yanoestoyseguradeesto—diceMollypresadelpánico.
Stephlacogeentoncesdelhombroconviolenciayseñala:
—Bueno,puesahíestálapuerta.Sivasacomportartecomounamariquitafloja,veabajoynos
reuniremoscontigodentrodeunrato.
OtrogolpeenlapuertayoigolavozdeTristan.
—Steph,¿estásahí?—preguntadesdeelpasillo.
«Éltambién,no.»
—Mierda —murmura Steph—. Sí..., hum..., estoy hablando con Molly. ¡Salgo dentro de un
minuto!
Abro la boca para gritar, pero su mano cae sobre mi cara para silenciarme. Es pegajosa y huele
comoaalcohol.
IntentomiraraMollyenbuscadeayuda,peroellamedalaespalda.Cobarde.
—Veabajo,cariño,enseguidaestarécontigo.Mollyestá...disgustada.Cosasdechicas,¿sabes?—
miente Steph y, a pesar de todo este follón, no puedo evitar sentirme aliviada de que Tristan no sepa
nadadelascruelesintencionesdesunovia.
—¡Vale!—grita.
—Venaquí—leordenaaDanenvozbaja.Entoncesmetocalamejilla—.Abrelosojos.
LosabroapenasysientolasmanosdeDansubiendopormimuslo.Elmiedomeatraviesayvuelvo
acerrarlos.
—Me voy abajo —dice Molly finalmente cuando Dan alza la pequeña cámara a la altura de su
cara.
—Bien.Cierralapuerta—lesueltaSteph.
—Muévete —dice Dan, y el colchón se hunde debajo de mí cuando Steph baja de la cama para
cederleelsitio—.Sosténlacámara.
IntentocontodasmisfuerzasreemplazarlasmanosdeDanporlasdeHardinenmimente,peroes
imposible. Las manos de Dan son suaves, demasiado, e intento sustituirlas por algo, cualquier cosa.
Imagino la más suave de las mantas que tenía en mi niñez rozando mi piel... La puerta se cierra
señalandolasalidadeMollyyyovuelvoagemir.
—Hardinteharádaño—digoconlavozestrangulada,ymantengolosojosfuertementecerrados.
—No,quéva—replicaDan—.Querráasegurarsedequenadiemásveaesto,asíquenoharáuna
mierda.—Susdedospasanporencimademisbragasymesusurra—:Asíescomofuncionaelmundo.
Hago acopio de todas mis fuerzas e intento apartarlo de mí, pero sólo consigo agitar un poco la
cama.
Stephseríedeformadiabólica.
—¡Hardin es un imbécil, ¿vale?! —grita poniéndome la cámara en la cara—. Y siempre está
follándosealagente:sefollóalahermanadeDan,mefollóamí,ligóconunmontóndechicas,selas
follóyluegolasdejódelado.Hastaquellegastetú,claro.Porquélegustastantoesalgoquenunca
entenderé.—Sutonoestállenodedisgusto.
—¡Tessa!—LavozdeZedestallaentoncesdesdealgúnlugar,yStephmetapalabocadenuevo
cuandooigogolpearlapuertaconfuerza.
—Estatecalladita—meordena.
Intentomorderlelamano.Ellamecruzalacaradeunbofetón,peroporsuertecasinilosiento.
—¡Abrelaputapuerta,Steph!¡Déjameentrar!—gritaZed.
«¿También está metido en esto? ¿Tenía Hardin razón sobre él? ¿Es que todo el mundo a mi
alrededorintentahacermedaño?»
La idea no resulta imposible: casi todo el mundo en quien he confiado desde que llegué a la
universidadmehatraicionado.Losnombressiguenamontonándose.
—¡Echarélapuertaabajo...,noestoydecoña!¡VeabuscaraTristan!—looigogritar,yStephde
inmediatoapartalamanodemiboca.
—¡Espera!—chillayendohacialapuerta.
Sinembargo,esdemasiadotarde.Lapuertaseabreviolentamenteconunsonorocrujidoylamano
deDanyanoestásobremí.CuandoabrolosojosloveoapartándoseatodaprisamientrasZedentraen
lahabitación;supresencialollenatodo.
—¡Pero¿quécoño...?!—gritacorriendohaciamí.
Alguienmecubreelcuerpoconunasábanamientrasintentoalcanzarlo.
—Ayúdame—lesuplico,yrezoparaqueélnoestémetidoenestapesadilla.Paraquedeverdad
puedaoírme.
AvanzahaciaStephylearrancalapequeñacámaradelasmanos.
—Pero¿quécojonestepasa?—Ladejacaeralsueloylapisarepetidamente.
—Tranqui,tío,sóloeraunabroma—diceella,ysecruzadebrazosjustoenelmomentoenque
Tristanentraenlahabitación.
—¿Unabroma?¡Primerometesalgoensubebidayahoraestásaquíarriba,conunavideocámara
mientrasDanintentaviolarla!¡Esonoesningunajodidabroma!
Tristansequedaconlabocaabierta.
—¿Qué?
Siempretanmanipuladora,StephseñalaconundedoacusadoraZedyrompeallorar.
—¡Noleescuches!
Zedniegaconlacabeza.
—No,tío,esverdad.VeypregúntaleaJace.Stephlepidióunabenzo...¡yahoramiraaTessa!La
cámaraqueestabanusandoestájustoaquí—explicaseñalandoalsuelo.
Sostengolasábanacontramicuerpoeintentovolverasentarme,peronosoycapaz.
—Era una broma. ¡Nadie iba a hacerle daño! —dice Steph con una carcajada falsa que parece
destinadaaocultarsumaldad.
PeroTristanmiraasunoviahorrorizado.
—¿Cómohaspodidohacerlealgoasí?¡Creíaqueeratuamiga!
—No,no,cariño,noestanmalocomoparece...¡FueideadeDan!
Danlevantalasmanos,intentandoevitarlaculpa.
—¡Pero¿quécoño...?!¡No,nohasidoideamía!Fuecosatuya.—SeñalaaStephymiraaTristan
—.TieneunaobsesiónmalsanaconHardin...,fueideasuya.
Tristan sacude la cabeza y se da la vuelta para abandonar la habitación, pero parece cambiar de
idea y sus puños atraviesan el aire hasta conectar con la mandíbula de Dan. Éste se desploma en el
suelo,yTristanvuelveadirigirsealapuerta.Stephsaletrasél.
—¡Aléjatedemí!¡Hemosacabado!—gritaél,ydesaparece.
Dándoselavueltaymirándonosatodos,Stephgrita:
—¡Muchasjodidasgraciasatodos!
Quieroreírmeporlaironíaquesuponequeellaplanearaesteespectáculodelhorroryculpeatodos
los demás cuando le explota en la cara. Y si no estuviera aquí tumbada, recuperando el aliento, de
verdadquemereiría.
LacaradeZedaparecesobremí.
—Tessa...,¿estásbien?
—No...—admito,sintiéndomemásmareadaquenunca.
Alprincipioerasólomicuerpoelqueibalento;mimenteestabaligeramentenublada,peroahora
puedosentirqueestoycadavezmásymásafectadaporladroga.
—Sientohabertedejadosola.Deberíahaberlosabido.
DespuésdequeZedajustelasábanaalrededordemicuerpo,mepasaunbrazobajolaspiernas,
colocaotroenmiespaldaymelevantadelacama.
Empieza a sacarme de la habitación, pero se detiene enfrente de Dan, que está tratando de
levantarsedelsuelo.
—Esperoque,cuandoHardindescubraloquehashecho,temate.Lomereces.
Soy ligeramente consciente de las exclamaciones y los susurros que despertamos a nuestro paso
mientras Zed me lleva a través de la casa abarrotada de gente. Aunque no me importa. Sólo quiero
escapardeestelugarynovolverjamás.
—Pero¿quédemonios...?—ReconozcolavozdeLogan.
—¿Puedesirarribayrecuperarsuvestidoysubolso?—lepideZedenvozbaja.
—Sí,claro,ahoravoy—respondeLogan.
Zedsaleentoncesporlapuertaprincipalyelairefríomegolpea,haciéndometemblar.Almenos
creo que estoy temblando, pero no podría decirlo realmente. Zed intenta ajustar aún más la sábana
alrededor de mi cuerpo, pero ésta no para de caerse. Yo no le soy de ninguna ayuda, ya que apenas
puedomoverlosbrazos.
—LlamaréaHardintanprontocomotemetaenmicamioneta,¿vale?—mediceZed.
—No,nolohagas—gimoteo.
Hardinestarámuyenfadadoconmigo...Loúltimoquequieroesquemegritecuandoapenaspuedo
mantenerlosojosabiertos.
—Tessa,enserio,creoquedeberíallamarlo.
—No,porfavor.—Empiezoallorardenuevo.
Hardineslaúnicapersonaalaquequieroverahoramismo,peronoquierosabercómoreaccionará
aldescubrirloocurrido.DehabersidoélquienhubieraaparecidoenvezdeZed,¿quéleshabríahecho
aDanyaSteph?Algoquelohabríallevadodecabezaalacárcel,seguro.
—Noselodigas—repito—.Nadadeesto...,shhh...
—Lodescubrirádetodosmodos.Inclusoconelvídeodestruido,demasiadagentesabeloqueha
sucedido.
—No,porfavor...
OigoelsuspirofrustradodeZedmientrassostienemipesoconunbrazoparapoderabrirlapuerta
delacompañantedesucamioneta.
LoganregresacuandoZedmecolocasobreelfríoasiento.
—Aquíestánsuscosas.¿Estábien?—preguntaconevidentepreocupación.
—Sí,creoquesí.Vahastaelculodebenzos.
—Pero¿quécoño..?
—Esunalargahistoria.¿Hastomadoalgunavez?—preguntaZed.
—Sí,unavez,perosólolamitad,ymedesmayédespuésdeunahora.Mejorrezaparaquenose
pongaaalucinar.Algunaspersonastienenreaccionesmuylocasaesacosa.
—Mierda—gruñeZed,ypuedoimaginarloretorciendoelarodesulabioentrelosdedos.
—¿LosabeHardin?—preguntaLogan.
—Aúnno...
Losdoscontinúanhablandosobremícomosiyonoestuvieraallí,peromesientoaliviadacuando
lacalefaccióndelacamionetaporfindejadeexpulsarairefríoycomienzaagenerarcalor.
—Necesitollevarlaacasa—diceZedporfin,yalcabodepocossegundosestáenlacamionetaa
milado.
Memiraconexpresiónpreocupadaydice:
—Sinoquieresqueselodiga,¿adóndequieresir?Puedesveniramicasa,peroyasabeslomucho
quesecabrearácuandoloaverigüe.
Sipudieraarticularunafraselecontaríanuestraruptura,perocomonopuedo,emitounsonidoque
esalgoentreunsollozoyunatos.
—Madre—consigodecir.
—¿Estássegura?
—Sí...,noHardin.Porfavor.—Respiro.
Élasienteyelvehículocomienzaamoversecalleabajo.TratodeconcentrarmeenlavozdeZed
mientrashablaporteléfono,peroenmiintentoporpermanecersentadaerguidapierdolapistadeloque
diceyalcabodepocosminutosestoytumbadaenelasiento.
Merindoysimplementecierrolosojos.
Capítulo59
Hardin
El amor es la emoción más importante que uno puede sentir. Ya sea amor por Dios o tu amor por otro, es la experiencia más
poderosa,abrumadoraeincreíble.Elmomentoenquecomprendesqueerescapazdeamaraalguienmásapartedeatimismoes
posiblementeelmásimportantedetuvida.Almenos,lofueparamí.AmoaHardinmásqueamímisma,másqueanadaenel
mundo.
Miteléfonovibrasobrelamesitadecaféporquintavezenlosúltimosdosminutos.Finalmentedecido
contestarparapodermandarlaalamierda.
—¿Quécojonesquieres?—ladrocontraelauricular.
—Esque...
—Suéltalo,Molly,notengotiempoparaestamierda.
—EssobreTessa.
Mepongoenpieyeldiariocaealsuelo.Semehielalasangre.
—¿Dequédiablosestáshablando?
—Ellaestá...Mira,notevuelvasloco,peroStephlehaechadoalgoenlabebidayDan...
—¿Dóndeestás?
—Enlacasadelafraternidad.
En cuanto termina de pronunciar esas palabras, cuelgo el teléfono, cojo mis llaves y salgo
corriendodelapartamento.
El corazón se me sale del pecho durante todo el trayecto. ¿Por qué coño tuve que buscarme un
apartamentotanlejosdelcampus?Éstees,sinduda,elviajedetreintakilómetrosmáslargodemivida.
StephlehadadoalgoaTessa...Pero¿quécoñolepasaaesatía?YDan...,elputoDaneshombre
muertosilehapuestounmalditodedoencima.
Me salto cada semáforo en rojo que veo e ignoro los flashes que indican que este mes me
encontraréalmenoscuatromultasenelbuzón.
«EsTessa...»
LavozdeMollyserepiteenmimenteunayotravezhastaquefinalmentellegoalaviejacasade
lafraternidad.Nisiquieramemolestoenapagarelmotor.Micocheeslaúltimademispreocupaciones
ahoramismo.Multituddeidiotashastaelculodealcoholpululanporelsalónylospasillosymeabro
pasoaempujoneshastaelpisosuperiorenbuscadeTessa.
MismanossecierranalrededordelapecheradelacamisadeNateenelmomentoenqueloveoy
loestampocontralaparedsinpensarlosiquiera.
—¿Dóndeestá?
—¡Nolosé!¡Nolahevisto!—grita,yaflojolapresa.
—¿DóndecoñoestáSteph?—exijosaber.
—Estáenelpatiotrasero...,creo...Haceratoquenolaveo.
Losueltodeunempujónyéltrastabillahaciaatrásmientrasmefulminaconlamirada.
Corrohaciaelpatiotraseropresadelpánico.SiTessaestáahífuera,enelfrío,conStephyDan...
ElrojocabellodeStephbrillaenlaoscuridad,ynodudoenagarrarlaporelcuelloylaespaldade
suabrigodecueroylevantarladelsuelo.
Ellaempiezaaagitarlosbrazosfrenéticamente.
—¡Pero¿quécoño...?!
—¡¿Dóndeestá?!—rujoconlospuñosllenosdecuero.
—Nolosé...,dímelotú—escupeella,yledoylavueltaparamirarlaalacara.
—¿Dóndecoñoestá?
—Novasahacermeunamierda.
—Yonoestaríatansegurasifuesetú.DimedóndecoñoestáTessa...¡ahora!—legritoalacara.
Steph se encoge de miedo y su bravuconería se esfuma por un momento antes de que sacuda la
cabeza.
—Nosédóndedemoniosestá,peroprobablementeaestasalturasyasehabrádesmayado.
—Eresunaasquerosazorraenferma.Siyofueratú,melargaríadeaquíantesdequeencuentrea
Tessa.¡Encuantosepaqueestábien,nohabránadaquemeimpidaveniraporti!
DuranteunmomentoconsiderolaposibilidaddehacerledañoaSteph,peroséquenopodría.No
puedoniimaginarlareaccióndeTessasigolpearaaunamujer,inclusoaunamalaputacomoSteph.
Girosobremistalonesyvuelvoadentro.Notengotiempoparajuegos.
—¿Dónde está Dan Heard? —le pregunto a una chica rubia que veo sentada sola al pie de la
escalera.
—¿Él?—preguntaella,señalandoconunauñapintadahaciaelpisodearriba.
En vez de responder, subo corriendo los escalones de dos en dos. Dan no se da cuenta de mi
presenciahastaqueloderribo,llevándometambiénaunpardepersonaspordelanteenelproceso.Le
doylavueltaenelsueloyluegoloinmovilizo,rodeándoleelcuelloconlasmanos.
«Jodidodéjàvu.»
—¿DóndecoñoestáTessa?—Mismanosaprietanaúnmás.
LacaradeDanyaseestávolviendodeunpreciosotonorosado,yemiteunospatéticosruidosde
ahogoenvezdecontestar.Leclavotodavíamáslosdedos.
—Silehaceselmásmínimodaño,tesacaréhastaelúltimoalientoagolpes—loamenazo.
Pataleayalzolavistaparamiraraltipoqueestabaasulado.
—¿DóndeestáTessaYoung?—lepreguntoalchaval,quelevantalasmanosenseñalderendición.
—Yono...nolaconozco,tío,¡lojuro!—gritaelmuynenaza,echándoseatrásmientrascontinúo
estrangulandoasuamigo.
LacaradeDanhapasadoderosaamorado.
—¿Estáslistoparadecírmelo?—lepregunto.
Asientefrenéticamente.
—¡Pueshabladeunaputavez!—gritosoltándolo.
—Ellaestá...Zed—consiguearticularjuntoconunatosprofundayasfixiadaenelmomentoen
queretirolasmanosdesucuello.
—¿Zed?—Semenublalavisiónenelmomentoenquetodosmistemoressematerializan—.Élte
hametidoentodoesto,¿verdad?
—No.Zednohatenidonadaquever—intervieneMolly,saliendodeunadelashabitacionesdel
pasillo—.Nadadenada.Osea,éloyóaStephhablandodehaceralgo,peronuncacreyóquefueraen
serio.
MiroaMollyconojosdeloco.
—¿Dóndeestá?¿DóndeestáTessa?—preguntoporenésimavez.
Cadasegundoquepasosinverlaesunsegundomásenelquenosésiestáasalvo,esotrogolpea
micadavezmásfrágilcordura.
—Nolosé.CreoquesehaidoconZed.
—¿Quélehanhecho?Cuéntamelotodo...ahora.
Me pongo en pie y dejo a Dan en el suelo pasándose las manos por el cuello mientras intenta
recuperarelaliento.
Mollyniegaconlacabeza.
—Nolehanhechonada;éllosdetuvoantesdequepudieranhacerlo.
—¿Él?
—Zed.Fuicorriendoabuscarlos,aélyaTristan,antesdequepudierapasarnada.Stephestaba
comoloca,comosihubieraconvencidoaDanparaqueviolaraaTessaoalgo.Dijoquesóloibaahacer
quelopareciera,peronosé,estabaactuandocomounapsicópata.
—¿ViolaraTessa?—Meatraganto.No—.Él...¿latocó?
—Unpoco—contestaMollycontristeza,ymiraalsuelo.
VuelvoamiraraDan,queahoraestásentado.Mibotacolisionaconsucaraeinmediatamentese
desplomadenuevoenelsuelo.
—¡Hostiaputa!¡Vasamatarlo!—chillaMolly.
—¡Como si te importara una mierda! —le suelto mientras trato de calibrar la fuerza con la que
deberíapatearloparaprovocarleunderramecerebralpermanente.
Tienesangresaliéndoledelacomisuradelabocayrodándoleporlamejilla.Bien.
—Yono...,enrealidadmeimportaunamierdatodoesto.
—Entonces¿porquémehasllamado?PenséqueodiabasaTessa.
—Ylaodio,créeme.Peronopodríaquedarmesentadaydejarquealguienlaviolara.
—Bueno...—Estoyapuntodedarlelasgracias,peroenseguidarecuerdolozorraquees,asíque
simplementeasientoymelargoenbuscadeTessa.
¿QuéhacíaZedaquí,paraempezar?Esecabronazosiempreapareceenelmejormomento...,enel
momentoexactoparahacermepareceramíungilipollas,yahora,unavezmás,élhasidosusalvador.
Apesardemiscelosextremos,mesientoaliviadodesaberqueTessaestálejosdeStephydeDan
ydesusenfermizosplanesparavengarsedemí.Todoestefollónessólounrecordatoriodequecada
cosamalaenlavidadeTessaespormiculpa.SinohubieraputeadoalahermanadeDan,estonunca
habríaocurrido.AhoraTessaandaporahídrogadayconZed.Quiénsabequéintentaráhacerleél.
Estoes...,asíescomodebedesentirseunoenelinfierno.Sabiendoqueestámetidaentodoestelío
pormiculpa.Podríanhaberlavioladopormiculpa...
Justocomoenmisueño...,yyonoestabaahíparaimpedirlo,igualquenofuicapazdeimpedirque
leocurrieraamimadre.
Odio esto. Me odio tantísimo a mí mismo... Lo fastidio todo y a todo el mundo que entra en
contactoconmigo.Soyveneno,yellaeselángellentamenteerosionadopormimaldad,aferrándosealo
pocodesímismaqueaúnnohedestruido.
—¡Hardin!—Loganmealcanzaalpiedelaescalera.
—¿SabesdóndeestánTessayZed?—Laspalabrassabenaácidoenmilengua.
—Sehanidoharáunosquinceminutos.Penséqueiríandirectamenteatucasa—contesta.
AsíqueTessanolehacontadoanadiequehemosroto.
—Ellaestaba...¿estababien?—lepregunto,ycontengolarespiraciónhastaqueresponde.
—Nolosé,estababastanteida.Lehandadobenzodiacepinas.
—Joder.—Metirodelcabellomientrasmedirijoalapuertaprincipal—.SitienesnoticiasdeZed
antesdequeloencuentre,llámame—lepido.
Loganasienteycorrohastaelcoche.Porsuerte,nadiemeloharobado.Sinembargo,alguienha
aprovechado la oportunidad de comportarse como un gilipollas, derramar una cerveza sobre el
parabrisasydejarelvasovacíoencimadelcapó.Malditoscabrones.
LlamoaTessaparaalfinalsimplementemurmurarensubuzóndevoz:
—Cogeelteléfono,porfavor...,porfavor,contesta,sólounavez...
Séqueprobablementenopuedecontestarmeahoramismo,peroZedpodríacogerelputoteléfono
porella.LaideadequeTessestéinconscientesinqueyomeencuentrecercaparaprotegerlamepone
enfermo. Golpeo las manos contra el volante mientras salgo a la calle quemando rueda. Esto es un
jodidodesastre,yTessaestáconZed.NomefíodeélmásdeloquemefíodeDanodeSteph.
Bueno, eso no es del todo cierto, pero de todos modos no me fío. Para cuando por fin llego al
apartamentodeZed,estoyhechounmardelágrimas.Literalmentemecorrenlágrimasporlasmejillas,
recordándome lo absolutamente jodido que estoy. Yo he permitido que esto ocurra, he dejado que la
droguenyquecasilaviolenylahumillen.Deberíahaberestadoahí.Nadiesehabríaatrevidoaintentar
unamierdadehaberestadoyoallí.Seguroquedebíadeestarmuertademiedo...
MesecomisojostraidoresconeldobladillodelacamisetayaparcofrentealapartamentodeZed.
Sucamionetanoestáensuplaza...
«¿Dóndecoñoestá?Y¿dóndeestáella?»
IntentocontactarconTessa,luegoconZed,denuevoconTessa,peronadiecontestaalteléfono.
Comolehagaalgoestandoelladesmayada,yoleharéalgoaúnpeordeloquejamáspuedaimaginar.
«¿AdóndemáspodríairTessa?¿ConLandon?»
—¿Hardin?—LavozmediodormidadeLandonllegaatravésdelteléfonoyconectoelaltavoz.
—¿Tessaestáahí?
Élbosteza.
—No...,¿tendríaqueestar?
—No,peronolaencuentro.
—¿Estás...?—Haceunapausa—.¿Estásbien?
—Sí...,no.Noloestoy.NopuedoencontraraTessaynosédóndemásbuscar.
—¿Ellaquierequelaencuentres?—preguntaenvozbaja.
¿Quiere? Probablemente no, pero a estas alturas lo más seguro es que no pueda formar un
pensamientocoherente.Estosoncircunstanciasexcepcionales,pordecirlodelicadamente.
—Tomarétusilenciocomounno,Hardin.Apostaríaaque,siellanoquierequelaencuentres,irá
alúnicositiodondesabequenuncalabuscarás.
—Acasadesumadre—gimo,dándomeunpuñetazoenelmuslopornohaberlopensadoantes.
—Oh,yahoraquelosabes...,¿vasair?
—Sí.
«Pero¿deverdadibaZedaconducirdoshorasparallevarlaacasadesumadre?»
—¿Sabescómollegar?
—Noexactamente,peropuedoacercarmeamiapartamentoycogerladirección.
—Espera, me parece que la tengo anotada en alguna parte... Tessa se dejó algo del papeleo del
trasladohaceuntiempo.Dejaquelomireyvuelvoallamarte.
—Gracias.
Espero con impaciencia y aparco en el primer sitio libre que encuentro. Miro a través de la
ventanilla,conlavistafijaenlaoscuridad,luchandoparaquenomeatrape.Tengoqueconcentrarmeen
encontraraTessyasegurarmedequeestábien.
—¿Vasacontarmeloqueestápasando?—preguntaLandonpocodespuésalllamarme.
—Steph...,¿tesuenalapelirroja?HadrogadoaTessa.
OigoaLandonreprimirunjadeo.
—Espera,¿qué?
—Sí, es una situación jodidísima y yo no estaba allí para ayudarla, así que está con Zed —le
explico.
—¿Estábien?—Landonsuenaalbordedelpánico.
—Notengoniputaidea.
MelimpiolanarizconlacamisetayLandonmedainstruccionesparallegaralacasafamiliarde
Tessa.
Asumadreledaráalgocuandoaparezcaporallí,especialmentedadaslascircunstancias,aunque
nomeimporta.Notengoniideadequédemoniosvoyahacercuandollegue,perotengoqueverlay
asegurarmedequeestábien.
Capítulo60
Tessa
—¿Quéhapasado?¡Cuéntametodalahistoria!—gritamimadrecuandoZedmesacadesucamioneta.
Susbrazosrodeándomemedevuelvenlaconcienciayuncrecientesentimientodevergüenza.
—LaantiguacompañeradehabitacióndeTessalehaechadoalgoenlabebida,asíquesuhijame
hapedidoquelatrajeraaquí.—Zedlecuentamediasverdades.Mealiviaqueleocultealgunosdetalles.
—¡Oh,Diosmío!Pero¿porquéharíaalgoasíesachica?
—Nolosé,señoraYoung...Tessaselopodráexplicarcuandodespierte.
«¡Estoydespierta!»,quierogritar,peronopuedo.Esunsentimientomuyraro,oírtodoloqueestá
pasandoalrededorperonosercapazdeparticiparenlaconversación.Nopuedomovermenihablar,mi
menteestánubladaymispensamientosseentremezclan...,perosoyplenamenteconscientedetodolo
que ocurre. Aunque lo que está pasando cambia cada cinco minutos: a veces la voz de Zed se
transformaenladeHardin,yjuroqueoigoaHardinreíryveosurostrocuandointentoabrirlosojos.
Meestoyperdiendo.Ladrogameestávolviendolocayquieroquepare.
Pasa cierto tiempo, ni idea de cuánto, y me colocan en lo que creo que es el sofá. Lentamente,
puedequeinclusoadesgana,losbrazosdeZedmedejanir.
—Bueno,graciasporhaberlatraído—dicemimadre—.Estoesterrible.¿Cuándodespertará?—
Suvozescomounataladradoraylacabezamedavueltaslentamente.
—Nolosé,creoquelosefectossuelendurarunmáximodedocehoras.Yyallevaunastres.
—¿Cómohapodidosertanestúpida?—lesueltamimadreaZed,ylapalabraestúpidaresuenaen
micabezahastadesaparecer.
—¿Quién?,¿Steph?—preguntaél.
—No,Theresa.¿Cómohapodidosertanestúpidacomoparajuntarseconesagente?
—Nohasidoculpasuya—medefiendeZed—.Sesuponequeeraunafiestadedespedida.Tessa
creíaqueesachicaerasuamiga.
—¿Amiga? ¡Por favor! Tessa debería saber que no le conviene ser amiga de esa chica, o de
cualquieradevosotros,yapuestos.
—Noesporfaltarlealrespetoninada,peroustednomeconoce.Acabodeconducirdurantedos
horasparatraerasuhijahastaaquí—replicaZededucadamente.
Mimadresuspirayyomeconcentroenelsonidodesustaconesrepiqueteandosobreelsuelode
baldosasdelacocina.
—¿Necesitaalgomás?—preguntaél.
NotoqueelsofáesmásblandoquelosbrazosdeZed.LosdeHardinsonblandosperodurosal
mismotiempo;laformaenquesusmúsculossetensanbajolapielesalgoquesiempremehagustado
contemplar.Mispensamientosvuelvenaseruncaos.Odioesteconstanteiryvenirentrelaclaridadyla
confusión.
Oigocómolavozdemimadreenladistanciacontesta:
—No.Graciasportraerla.Hesidoalgobruscahaceunmomentoymedisculpoporello.
—Traerésuropaysuscosasdelcocheenseguidaymepondréencaminodenuevo.
—Deacuerdo.—Elrepiqueteardelostaconesdeagujasuenaalotroladodelasala.
EsperoaoírelrugidodelacamionetadeZed.Nolooigo,otalvezyasehaidoperomelohe
perdido. Estoy confusa. Mi cabeza está muy espesa y no sé cuánto tiempo llevo aquí tumbada, pero
tengosed.¿Zedyasehamarchado?
—¡¿Qué demonios haces tú aquí?! —grita mi madre, devolviéndome al afilado borde de la
conciencia.Aunqueaúnnoséquéestáocurriendo.
—¿Estábien?—preguntaunavozjadeanteyrasposa.Hardin.
Estáaquí.Hardin...
AnoserquevuelvaaserlavozdeZedconfundiéndomedenuevo.No,séqueesHardin,dealgún
modosoycapazdesentirlo.
—¡Novasaentrarenestacasa!—chillamimadre—.¡¿Esquenomehasoído?!¡Nopasespormi
ladocomosinomehubiesesoído!
Oigolapuertamosquiteracerrarseconungolpemientrasmimadrecontinúagritando.
Ydespuéscreoquenotosumanoenmimejilla.
Capítulo61
Hardin
No pueden haber llegado hace mucho, he conducido treinta kilómetros por encima de lo permitido
durantetodoeltrayecto.CasivomitocuandoporfinveolafurgonetadeZedenlaentradadelapequeña
casadeladrillo.Cuandosalealporche,mivisiónsevuelveroja.
Zedcaminalentamentehastasufurgonetayyoaparcoenlacalleparanobloquearleelpasoyque
puedalargarsecagandoleches.
«¿Quélediré?¿Yquévoyadecirleaella?¿Serácapazdeescucharmesiquiera?»
—Sabíaqueaparecerías—mediceZedenvozbajacuandomeplantoanteél.
—¿Porquénoibaahacerlo?—gruñoconteniendomicrecienterabia.
—Talvezporqueesculpatuya.
—¿Lodicesenserio?¿EsculpamíaqueStephseaunaputapsicópata?
«Sí,síloes.»
—No,esculpatuyanohaberidoconTessaalafiesta.Deberíashabervistosucaracuandoentréa
lafuerzaenesahabitación.
Sacude la cabeza como para librarse de ese recuerdo. Se me tensa el pecho. Tessa no debe de
haberledichoqueyanoestamosjuntos.
«¿Significaesoqueaúnleimporto,peseamiformadeser?»
—Yo...Nisiquierasabíaqueellaibaair,asíquenomejodas.¿Dóndeestá?
—Dentro.—Señalaloevidenteconunamiradaasesina.
—Niseteocurramirarmeasí...,paraempezarnotendríasniqueestaraquí—lerecuerdo.
—Denohabersidopormí,lahabríanviolado,asíquemira...
Mis manos encuentran las solapas de su chaqueta de cuero y lo empujo contra el lateral de su
camioneta.
—Noimportalasvecesquelointentes,nilasvecesquela«salves»,ellanuncatequerrá.Nolo
olvides.
Le doy un último empujón y me aparto. Quiero golpearlo, reventarle la puta nariz por ser un
cabronazoengreído,peroTessaestádentrodeesacasa,yahoramismoverlaesmuchomásimportante.
AlpasarjuntoalaventanilladelacamionetaveoensuasientoelbolsodeTessa...ysuvestido.
«¿Esqueestádesnuda?»
—¿Porquénollevaelvestidopuesto?—meatrevoapreguntar.
Tirodelamanijaparaabrirlapuertayrecojosuscosas.Comonomecontesta,lelanzounamirada
fulminante,esperandounaexplicación.
—Seloquitaron—dicesimplementeconexpresióntriste.
—Joder —murmuro, y doy media vuelta para recorrer el sendero hasta la casa de la madre de
Tessa.
Cuandollegoalporche,Carolsaleparabloquearlapuertaprincipal.
—¿Quédemonioshacestúaquí?
Suhijaestáheridayenloúnicoquepiensaesengritarmeamí.Muybonito,síseñor.
—Necesitoverla.
Cojo el pomo de la puerta mosquitera. Ella niega con la cabeza pero se aparta. Tengo el
presentimientodequesabequelaempujaríaparapasar.
—¡Novasaentrarenestacasa!—chilla.
Laignoroylarodeo.
—¡¿Esquenomehasoído?!¡Nopasespormiladocomosinomehubiesesoído!
Lamosquiteragolpeacontraelmarcoamiespaldamientrasescaneolasaladeestarparaencontrar
amichica.
Y entonces me quedo helado al verla. Está tumbada en el sofá con las rodillas ligeramente
flexionadas,elcabellocomounhalorubioalrededordesucabezaylosojoscerrados.Carolcontinúa
gritándome, amenazando con llamar a la poli, pero me importa una mierda. Me acerco a Tessa y me
arrodilloparaquedaralaalturadesucara.Sinpensarloapenas,leacaricioelpómuloconelpulgary
acunosumejillaruborizadaenlapalmadelamano.
—Mierda —maldigo, y la estudio atentamente mientras su pecho sube y baja despacio—. Joder,
Tess,losientomucho.Todoestoesculpamía—lesusurro,esperandoquepuedaoírme.
Estanhermosatambiéncuandoestáquietayencalma,conloslabiosligeramenteseparados...la
inocenciaevidenteenunrostroquequitaelaliento.
Porsupuesto,Carolirrumpeenesemomentovertiendosurabiasobremí.
—¡En eso tienes toda la razón! Esto es culpa tuya. ¡Y ahora lárgate de mi casa antes de que la
policíatesaquearastras!
—¿Porquénosetranquiliza?—replicosinvolverme—.Novoyairaningúnsitio.Vayaallamara
lapolicíasiquiere.Sisepresentaranaestashorasdelanoche,ustedseríalacomidilladelaciudad,y
todossabemosquenoesesoloquequiere.
Soyconscientedequemeestáfulminandoconlamirada,lanzándomedagasconlamente,perono
puedoapartarlavistadelachicaquetengofrenteamí.
—Vale—resoplaporfinsumadre—.Tienescincominutos.
Suszapatosraspanlaalfombradelaformamásespantosaposible.
«Pero¿quéhacetanbienvestidaaestashorasdelanoche?»
—Esperoquepuedasoírme,Tessa—comienzo.Mispalabrassonprecipitadas,perolaacariciocon
cuidado,tocandolasuavepieldesusmejillas.Laslágrimasacudenamisojosparacaersobresupiel
clara—. Lo siento tanto... Joder, siento tanto todo esto... No debería haberte dejado marchar, para
empezar.Pero¿enquéestabapensando?
»Habríasestadoorgullosademí,almenosunpoco,creo.NohematadoaDancuandohedadocon
él,sólolehepateadolacara...Oh,ytambiénloheestranguladounpoco,peroaúnrespira.—Hagouna
pausa antes de admitir—: Y he estado a punto de beber esta noche, pero no lo he hecho. No podría
haber empeorado más las cosas entre nosotros. Sé que crees que no me importas, pero sí que me
importas,essóloquenosécómodemostrártelo.
Medetengoparaexaminarlaformaenquesuspárpadostiemblananteelsonidodemivoz.
—Tessa,¿puedesoírme?—pregunto,llenodeesperanza.
—¿Zed?—apenassuspiraella,yduranteunsegundojuroqueeldiablomejuegaunamalapasada.
—No,cariño,soyHardin.SoyHardin,noZed.—Nopuedoevitarlarabiaqueseapoderademíal
oírlasusurrarsunombretansuavemente.
—Hardinno.—Frunceelceñoconfusa,perosusojospermanecencerrados—.¿Zed?—repite,y
retirolamanodesumejilla.
Cuandomepongoenpienoveoasumadreporningúnlado.Mesorprendequenohayaestado
mirandoporencimademihombromientrastratabadehablarconsuhija.
Yentonces,comosimispensamientoslahubiesenconjurado,reapareceenlasala.
—¿Hasacabado?—exigesaber.
Alzolapalmadelamanoparadetenerla.
—No,aúnno—aunquelodesearía.Alfinyalcabo,TessahapreguntadoporZed.
Ydepronto,amablemente,comosiadmitieraquenopuedecontrolarelmundoentero,sumadre
pregunta:
—¿Podríasllevarlaasuhabitaciónantesdeirte?Nopuedequedarsetiradaenelsofá...
—Así que no se me permite entrar, pero... —Me detengo, sabiendo que no conseguiré nada
discutiendo con esta mujer por enésima vez desde que la conozco, por lo que me limito a asentir—.
Claro;¿dóndeestásudormitorio?
—Laúltimapuertaalaizquierda—replicasecamente,ydesaparecedenuevo.
NosédedóndehasacadoTessasuamabilidad,peroseguroquenolevienedeestamujer.
Suspirando,pasounbrazobajolaspiernasdeTessayotrobajosucuelloylaalzohastamipecho.
Mantengolacabezaunpocobajamientrasrecorroelpasilloconella.Estacasaespequeña,muchomás
deloquehabíaimaginado.
La última puerta a la izquierda está casi cerrada, y cuando la abro con el pie me sorprende el
sentimientodenostalgiaquemeasaltaalentrarenundormitorioenelquenuncaanteshabíaestado.
Unacamapequeñareposacontralaparedmásalejada,ocupandocasilamitaddeldiminutodormitorio.
El escritorio del rincón tiene casi el mismo tamaño que la cama. Una Tessa adolescente acude a mi
imaginación, la de horas que debe de haber pasado sentada a ese gran escritorio trabajando en
interminablesdeberesparaclase.Elceñofruncido,labocaapretadaenunalíneadeconcentración,el
cabellocayéndolesobrelosojosysumanoechándolohaciaatrásligeramenteantesdeponerseellápiz
traslaoreja.
Conociéndola como la conozco ahora, nunca habría imaginado que estas sábanas rosa y el
cubrecamapúrpurafueransuyos.DebendeserherenciadelafasedemuñecaBarbieporlaquepasóy
queunavezdescribiócomo«lamejorylapeorépocadesuvida».Recuerdocómomecontabaquese
pasabaeldíaenteropreguntándoleasumadrecosascomodóndetrabajabaBarbie,aquéuniversidad
habíaido,sialgúndíatendríahijos...
Miro a la Tessa adulta que tengo entre los brazos y reprimo una carcajada al pensar en su
curiosidadconstante,unadelascosasquemásyquemenosmegustandeellaahora.Echolassábanas
haciaatrásyladepositosuavementesobrelacama,asegurándomedequesólotengaunaalmohadabajo
lacabeza,talycomoduermeencasa.
En casa..., aquélla ya no es su casa. Igual que esta casita, nuestro apartamento fue una simple
paradaparaelladecaminoasusueño:Seattle.
La pequeña cómoda cruje cuando abro el cajón superior en busca de ropa para cubrir su cuerpo
medio desnudo. Pensar en Dan desnudándola me hace apretar los puños alrededor de la tela de una
camisetadesuarmario.IncorporoaTessatandelicadamentecomopuedoyselametoporlacabeza.
Tieneelcabelloenredado,ycuandotratodepeinárselosóloconsigodejárselopeor.Ellagimedenuevo
ysusdedostiemblan.Intentamoverseperonopuede.Odioesto.Metragolabilisquemesubeporla
gargantayparpadeoparaalejarlospensamientosdetodalamierdaquehatenidoquesoportar.
Porrespeto,mirohaciaotroladomientrasmismanoslemetenlosbrazosporlasmangashastaque
finalmenteconsigovestirla.Carolestádepieenelumbraldelapuerta.Suexpresiónestensaperono
dejadeestarcabreada,ymepreguntocuántotiempollevaráahíobservando.
Capítulo62
Tessa
«¡Parad!»,tengoganasdegritarlesalosdos.Nopuedosoportarquesepeleendeesaforma.Nopuedo;
el tiempo no tiene sentido en este estado en el que me encuentro. Todo es un caos absoluto. Oigo
portazosytambiénamimadreyaHardindiscutiendo,ytodoestandifícildeescuchar...Perosobre
todohayoscuridadarrastrándome,tirandoconfuerzademí...
EnalgúnmomentolepreguntoaHardin:
—Y¿quéhaydeZed?¿Lehashechodaño?
O al menos eso es lo que pienso, y me estoy esforzando por decirlo. No estoy segura de si ha
abandonadomislabiosono,simibocaestácoordinadaconmimente.
—No,soyHardin.SoyHardin,noZed.
Hardinestáaquí,noZed.Espera,Zedtambiénestáaquí,¿no?
—No,Hardin,digosilehashechodañoaZed.
Laoscuridadtirademíendireccióncontrariaaladesuvoz.Lademimadreentraenlasalayla
llenaconaireautoritario,peronopuedoentenderniunapalabradeloquedice.Loúnicoclaroparamí
eslavozdeHardin.Nisiquierasuspalabras,sinocómosuena,cómosemeteenmiinterior.
Enalgúnmomentosientoquealgomuevemicuerpo.¿LosbrazosdeHardin?Noestoytotalmente
segura,peromelevantandelsofáyesafamiliaresenciaamentallenamissentidos.¿Quéhaceélaquíy
cómomehaencontrado?
Apenasunossegundosmástardemedepositanconcuidadoenlacama,ydenuevomeincorporan.
Noquieromoverme.LastemblorosasmanosdeHardinmepasanunacamisetaporlacabezayquiero
gritarparaquedejedetocarme.Loúltimoquequieroesquemetoquen,peroenelmomentoenquesus
dedosmerozanlapiel,elrepugnanterecuerdodeDansedesvanece.
—Tócameotravez,porfavor.Hazquedesaparezca—lesuplico.
No me contesta. Sus manos siguen tocándome la cabeza, el cuello, el cabello, e intento alzar la
manohacialasuya,peromepesademasiado.
—Tequieroylosientomucho—oigoantesdequemicabezavuelvaareposarsobrelaalmohada
—.Quierollevarlaacasa.
«No,déjameaquí.Porfavor—piensoparamí—.Peroquédateconmigo...»
Capítulo63
Hardin
Carolcruzalosbrazossobreelpecho.
—Novoyapermitirlo.
—Losé.
Estoyqueechohumo,ymepreguntocuántoseenfadaríaTessaconmigosiinsultaraasumadre.
Abandonar su habitación, su dormitorio infantil, ya es bastante malo sin tener además que oír el
gimoteoestranguladoquesaledesuslabioscuandocruzoelumbraldelapuertadevueltaalpasillo.
—¿Dóndeestabasmientrastodoestoocurría?—preguntasumadre.
—Encasa.
—¿Porquénoestabasallíparaimpedirlo?
—¿Cómo está tan segura de que yo no formaba parte de todo eso? Por lo general, no pierde el
tiempoenecharmelaculpadetodolomaloquepasaenelmundo.
—Porqueséque,apesardetuspésimasdecisionesydetuactitud,nuncadejaríasquealgoasíle
ocurrieraaTessasipudiesesimpedirlo.
¿Es eso un cumplido de su parte? Un cumplido un tanto ambiguo... pero, diablos, lo aceptaré,
especialmenteteniendoencuentalascircunstancias.
—Bueno...—empiezoadecir.
Ellalevantalamanoparahacermecallar.
—Noheacabado.Noteculpodetodolomaloquepasaenelmundo.—Señalahacialachicaque
duermemedioinconscientetumbadaenlapequeñacama—.Sólodeloquepasaensumundo.
—Nolediscutiréeso—suspiroderrotado.
Séquetienerazón;nosepuedenegarquehearruinadoprácticamentetodoenlavidadeTessa.
«Élhasidomihéroe,avecesmitorturador,perosobretodomihéroe»,escribióTessaensudiario.
¿Unhéroe?Estoylejosdeserunmalditohéroe.Daríacualquiercosaporserloparaella,peroesqueno
sécómoconseguirlo.
—Bueno,almenosestamosdeacuerdoenalgo.—Suslabioscarnososseelevanenunasonrisa,
perolaborraenseguidaybajalavistaasuspies—.Bueno,siesoeratodocuantonecesitabas,yapuedes
irte.
—Deacuerdo...
EchounúltimovistazoaTessaymevuelvodenuevohaciasumadre,quememirafijamenteotra
vez.
—¿Cuáles son tus intenciones con respecto a mi hija? —me pregunta con cierta autoridad, pero
tambiénconunpocodemiedo—.Tengoquesabercuálessontusintencionesalargoplazoporque,cada
vezquemedoylavuelta,lepasaalgo,ynosueleserbueno.¿QuépiensashacerconellaenSeattle?
—NomevoyaSeattleconella.—Laspalabrasmepesanenlalengua.
—¿Qué?—Echaaandarpasilloabajoylasigo.
—Novoy.Sevasinmí.
—Por muy feliz que eso me haga, ¿puedo preguntar por qué? —Eleva una ceja perfectamente
delineadayyomirohaciaotrolado.
—Porquenovoy,esoestodo.Detodosmodos,esmejorparaellaquenovaya.
—Hablasigualquemiexmarido.—Caroltragasaliva—.Avecesmeculpoporelhechodeque
Tessasehayacolgadodeti.Temoqueseaculpadecómoerasupadreantesdedejarnos.
Su mano, de manicura perfecta, se eleva para alisarse el cabello mientras trata de aparentar
indiferenciaantelamencióndeRichard.
—Él no tiene nada que ver en su relación conmigo —replico—; Tessa apenas lo conoció. Los
pocosdíasquehanpasadojuntosúltimamentedemuestraneso,quenolorecuerdalosuficientecomo
paraqueafecteasueleccióndehombres.
—¿Últimamente?—LosojosdeCarolseabrenconsorpresa,yobservoconhorrorcómoelcolor
abandonasucara.Yesepequeñomomentodeentendimientoquehabíamoscreadoparecedesaparecer.
«Mierda.Joder.Hostiaputa...»
—Ella...,hum...,bueno,nosloencontramoshacepocomásdeunasemana.
—¿Richard?¿Lahaencontrado?—Suvozsequiebraysellevalamanoalcuello.
—No,ellasetropezóconél.
Empiezaapasarlosdedosdeformanerviosaporlasperlasdesucollar.
—¿Dónde?
—Nosésideberíacontarleesto.
—¿Perdona? —Baja los brazos y se queda ahí de pie, mirándome con la boca abierta por el
asombro.
—SiTessahubiesequeridoquesupieraquehabíavistoasupadre,selohabríadichoellamisma.
—Esto es más importante que tu odio hacia mí, Hardin. ¿Ha estado viéndolo a menudo? —Sus
ojosgrisesbrillanahora,amenazandoconderramarlágrimasencualquiermomento,peroconociendoa
estamujer,nunca,nienunmillóndeaños,soltaríaunalágrimafrenteanadie,ymuchomenosfrentea
mí.
Suspiro,noquierotraicionaraTessa,perotampocoquierocrearmemásproblemasconsumadre.
—Sequedóconnosotrosunosdías—explico.
—Nopensabadecírmelo,¿verdad?—Suvozesbajayroncamientrassemuerdesusuñasrojas.
—Probablemente no. Hablar con usted no resulta precisamente sencillo —le recuerdo. Me
preguntosiésteeselmejormomentoparasacararelucirmisospechadequefueélquiensecolóenel
apartamento.
—Y ¿contigo sí? —Alza la voz y yo me acerco a ella—. Al menos yo me preocupo por su
bienestar;¡esoesmásdeloquesepuededecirdeti!
Sabíaqueunaconversacióncivilizadaentrenosotrosnopodíadurarmucho.
—¡Mepreocupoporellamásquenadie,inclusomásqueusted!—replico.
—Soysumadre,nadielaquieremásqueyo.¡Elhechodequecreasquepodríashacerlodemuestra
lolocoqueestás!
Suszapatosrepiqueteancontraelsuelomientrasrecorreelpasilloarribayabajo.
—¿Sabeloquecreo?Creoquemeodiaporquelerecuerdoaél.Odiaelconstanterecuerdodelo
queechóaperder,ymeodiaparanotenerqueodiarseasímisma...Pero¿quieresaberalgo?—Espero
susarcásticoasentimientoantesdecontinuar—.Queustedyyotambiénnosparecemosmucho.Másde
loquenosparecemosRichardyyo:losdosrechazamoscualquierresponsabilidadpornuestroserrores.
Envezdeeso,culpamosatodoslosdemás.Apartamosaaquellosaquienesamamosylosobligamos
a...
—¡No!¡Teequivocas!—grita.
Suslágrimasysusgestoshistriónicosimpidenqueacabededecirloquepienso:queacabarásus
díassola.
—Nomeequivoco.Perovoyairme.ElcochedeTessasigueenalgunapartedelcampus,asíque
lotraerémañanaanoserquequieraconducirloustedmisma.
Carolsesecalosojos.
—Bien,traeelcoche.Mañanaalascinco.—Memiraconlosojosenrojecidosyelrímelcorrido
—.Estonocambianada.Nuncamegustarás.
—Yamíesonomeimportarájamás.
Medirijohacialapuertaprincipal,planteándomeporunmomentovolveralahabitacióndelfondo,
cogeraTessayllevármelaconmigo.
—Hardin,apesardeloquesientaspormí,séquequieresamihija.Sólodeseorecordarteque,sila
quieres,quesideverdadlaamas,dejarásdeinterferirensuvida.Ellayanoeslamismachicaquedejé
enesadiabólicaescuelahaceapenasmedioaño.
—Losé.—Pormuchoqueodieaestamujer,medapenaporque,aligualqueyo,probablemente
pasarásolaelrestodesumiserablevida—.¿Puedehacermeunfavor?—lepido.
Memiraconsospecha.
—¿Dequésetrata?
—Noledigaquehevenido.Sinolorecuerda,noselodiga.
Tessa está tan puesta que probablemente no se acordará de nada. No creo que sepa siquiera que
estoyaquíahora.
Carolmemira,reflexionayporfinasiente.
—Esopuedohacerlo.
Capítulo64
Tessa
La cabeza me pesa mucho, muchísimo, y la luz que se cuela a través de las cortinas amarillas es
brillante,muybrillante.
¿Cortinasamarillas?Vuelvoaabrirlosojosparaencontrarlasfamiliarescortinasamarillasdemi
viejodormitoriocubriendolasventanas.Esascortinassiemprenoshabíanvueltolocas,peromimadre
nopodíapermitirsecomprarotrojuego,asíqueaprendimosavivirconellas.Y,así,lasúltimasdoce
horasregresanamimenteenpedazos,recuerdosrotosydesordenadosquetienenpocosentidoparamí.
Nada tiene sentido. Me lleva unos segundos, minutos tal vez, conseguir que mi mente trate de
comprenderloquesucedió.
LatraicióndeStepheselrecuerdomásfuertequetengodelanocheanterior,unodelosrecuerdos
másdolorososquejamásheexperimentado.¿Cómopudohacermeesoamí?¿Acualquiera?Todofue
tanperverso,tanretorcido...yenningúnmomentolovivenir.Recuerdoelfuertesentimientodealivio
queexperimentécuandoentróenlahabitación,sóloparavolveracaerpresadelpánicocuandoadmitió
quenuncahabíasidomiamiga.Oísuvozdeformamuyclarapesealestadoenelquemeencontraba...
Me puso algo en la bebida para atontarme, o peor, para conseguir que me desmayara..., y todo para
obteneralgúntipodevenganzasingarantíassobreHardinysobremí.Anochetuvetantomiedo...,yella
pasódesermisalvadoraasermidepredadoratanrápidoquecasinopudeasimilarelcambio.
Estaba drogada, en una fiesta, y la responsable era alguien que yo creía que era mi amiga. La
realidaddetodoellomegolpeóconfuerza,ymesequéconrabialaslágrimasquemeempapabanlas
mejillas.
La humillación reemplaza la punzada de traición al recordar a Dan y su grabación. Me
desnudaron...,lapequeñaluzrojadelacámarabrillandoenlaoscuridaddelahabitaciónesalgoqueno
creoquepuedaolvidarjamás.Queríanviolarme,grabarloyenseñárseloatodoelmundo.Meagarroel
estómago,esperandonovomitardenuevo.
Cadavezquecreoquetendréunrespirodelabatallaconstanteenquesehaconvertidomivida,
algo peor ocurre. Y sigo poniéndome en estas situaciones. ¿Steph? Aún no puedo creerlo. Si su
razonamientoeracorrecto,silohizosóloporquenolegustoysientealgoporHardin,¿porquénome
lo dijo desde el principio? ¿Por qué ha fingido ser mi amiga durante todo este tiempo sólo para
tendermeunatrampa?¿Cómopudosonreírmealacaraeirdecomprasconmigo,escucharmissecretos
ycompartirmispreocupacionessóloparaplanearalgocomoestoamisespaldas?
Me siento lentamente, pero aun así resulta demasiado rápido. El pulso me ruge en los oídos y
quierocorreralbañoyobligarmeavomitarporsiaúnmequedaalgodedrogaenelestómago.Perono
lohagoy,enlugardeeso,cierrolosojosdenuevo.
Cuandovuelvoadespertartengolacabezaalgomásdespejadayconsigolevantarmedemicama
delainfancia.Nollevopantalones,sólounacamisetaquenorecuerdohabermepuesto.Mimadredebe
dehabermevestido...,aunqueesonoesmuydesuestilo.
Losúnicospantalonesdepijamaquequedanenmicómodasondemasiadoestrechosycortos.He
engordado desde que me fui a la universidad, pero me siento más cómoda y segura con mi cuerpo,
muchomásdeloquemesentíaantes.
Salgo dando tumbos del dormitorio, pasillo abajo hasta la cocina, donde encuentro a mi madre
apoyadaenlaencimera,leyendounarevista.Suvestidonegroessuaveynotieneniunapelusa,lleva
tacones de aguja a juego y su cabello está peinado en perfectas ondas clásicas. Cuando le echo un
vistazoalrelojdelhorno,veoqueyapasanpocosminutosdelascuatrodelatarde.
—¿Cómotesientes?—mepreguntatímidamentemientrassevuelveparamirarme.
—Fatal—gimo,incapazdeponerunacaraamistosa,ymuchomenosdehacermelavaliente.
—Loimagino,despuésdelanochequehastenido.
«Allávamos...»
—Tómateuncaféyunaaspirina.Tesentirásmejor.
Asientolentamenteymeacercoalarmarioparacogerunatazaparaelcafé.
—Tengo que ir a la iglesia esta tarde. Supongo que no vas a acompañarme, ¿verdad? Te has
perdidoelserviciodelamañana—diceconvozneutra.
—No,ahoramismonotengocuerpoparairalaiglesia.
Sólomimadrepodríapedirmequelaacompañealaiglesiacuandoacaboderecuperarmedelos
efectosdeladrogatrasunintentodeviolación.
Recogesubolsodelamesadelacocinaysevuelvehaciamí.
—Deacuerdo,saludaréaNoahyalseñoryalaseñoraPorterdetuparte.Llegaréacasaalrededor
delasocho,quizáunpocoantes.
UnapunzadadeculpabilidadmeatraviesaaloírelnombredeNoah.Aúnnolohellamadodesde
quesupedelamuertedesuabuela.Séquedeberíahaberlohecho,yloharédespuésdelservicio...,si
puedoencontrarmiteléfono,claro.
—¿Cómo llegué hasta aquí anoche? —pregunto, tratando de encajar todas las piezas del puzle.
RecuerdoaZedentrandodegolpeenelantiguodormitoriodeHardinyrompiendolacámara.
—CreoqueeljovencaballeroquetetrajosellamabaZed—diceella.Luegovuelveaconcentrarse
ensurevistayseaclaralagargantaensilencio.
—Oh.
Odioesto,odionosaber.Megustacontrolarlotodo,yanochenoteníaelcontroldemicuerpo.
Mimadreapartalarevistaconloquesuenacomounabofetada.Memirasinexpresiónenlacaray
dice:
—Llámamesinecesitasalgo—ysedirigealapuertaprincipal.
—Oh...
Con una última mirada de desaprobación hacia mis estrechos pantalones de pijama, abandona la
casa.
—Ah,ypuedesbuscarenmiarmarioalgoqueponerte.
Enelmomentoenquelapuertamosquiterasecierra,lavozdeHardinresuenaenmicabeza.
«Todo esto es culpa mía», dijo. Aunque podría no haber sido Hardin: mi mente me juega malas
pasadas.NecesitollamaraZedydarlelasgraciasportodo.Ledebomuchoporhaberacudidoenmi
ayuda,porsalvarme.Leestoytanagradecidaqueséquejamáspodrédarlelasgraciaslosuficientepor
ayudarmeysacarmedeallí.Nopuedoniimaginarloquepodríahaberpasadofrenteaesacámarasiél
nohubieraaparecido.
Durante la siguiente media hora, las lágrimas saladas se mezclan con el café negro. Por fin me
obligo a alejarme de la mesa y a meterme en el cuarto de baño para borrar de mi cuerpo todos los
repugnantesrecuerdosdelanocheanterior.Paracuandoporfinmepongoabuscarenelarmariodemi
madrealgoquenolleveunsujetadorconrellenoincorporado,mesientomuchísimomejor.
—¿Esquenotienesropanormal?—gimoteo,pasandoperchatrasperchadevestidosdecóctel.
Cuando estoy a punto de decidir que mejor me quedo en pelotas, por fin encuentro un suéter de
colorcremayunosvaquerososcuros.Losvaquerosencajanperfectamenteyelsuétermequedajustode
pecho, pero doy las gracias por haber encontrado algo más o menos informal, así que no voy a
quejarme.
Albuscarporlacasamiteléfonoymibolso,medoycuentadequenotengoniunsolorecuerdo
que me ayude a localizar su lugar oculto. ¿Por qué no puede mi mente aclarar el caos de anoche lo
suficiente como para encontrarle sentido a todo? Supongo que mi coche sigue aparcado delante del
dormitoriodeSteph;consuerte,nomehabrárajadolasruedas.
Regresoamiantiguahabitaciónyabroelcajóndemiescritorio.Ahíestámimóvil,encimademi
bolso. Aprieto el botón de encendido y espero a que aparezca la pantalla de inicio. Casi vuelvo a
apagarlocuandosedisparanlasalertasporvibración.Mensajetrasmensajeyavisosdelbuzóndevoz
aparecenenlapequeñapantalla.
Hardin...Hardin...Zed...Hardin...Desconocido...Hardin...Hardin...
Elestómagomedaunvuelcodelapeordelasmanerascuandoleosunombreenlapantalla.Lo
sabe, tiene que saberlo. Alguien le contó lo sucedido y por eso me estuvo llamando y enviando
mensajessinparar.Deberíallamarloalmenosparahacerlesaberqueestoybienantesdequesevuelva
loco de preocupación. Sea cual sea el estado de nuestra relación, probablemente estará preocupado
despuésdeoírlosucedido...,siendo«preocupado»eleufemismodelsiglo.
Cuelgoelteléfonoalsextotonojustocuandosaltasubuzóndevoz,yvuelvoaldormitoriodemi
madre para intentar domar mi cabello. Ahora mismo lo último que me preocupa es mi aspecto, pero
tampoco me entusiasma la idea de oír los insultos de mi madre si no consigo parecer medio decente.
Encargarmedemiaparienciatambiénmeayudaaignorarlosflashesqueacudenocasionalmenteami
mentesobreloqueocurrióanoche.Cubrolosprofundoscírculosbajomisojos,meaplicounpocode
rímel y me cepillo el cabello. Ya está casi seco, lo que juega en mi favor al pasar los dedos por mis
ondasnaturales.Noseveniremotamentetanbiencomomegustaría,peronotengolaenergíanecesaria
paraenfrentarmeamisdesastrososrizosmásalládeloqueyahehecho.
Elapagadosonidodealguienllamandoalapuertaprincipalmesacademiensueño.¿Quiénpuede
venirasemejantehora?YdeprontoelestómagomedaunvuelcoalpensarqueHardinpodríaestaral
otrolado.
—¿Tessa?—mellamaunavozfamiliarmientrasoigoabrirselapuerta.
Noahentraenlacasayloveoenlasalita.Elalivioylaculpabilidadmeasaltanalrepararensu
sonrisatemblorosa.
—Hola...—Asienteconlacabeza,cambiandoelpesodesucuerpodeunpiealotro.
Prácticamentemeechosobreélsinpensar,rodeándoleelcuelloconlosbrazos.Entierrolacaraen
supechoycomienzoallorar.
Susfuertesbrazosmerodean,sosteniéndomeeimpidiendoquenoscaigamos.
—¿Estásbien?
—Sí,essóloque...No,noestoybien.
Apartolacaradesupechoparanorestregarletodoelrímelporsucárdigantostado.
—Tu madre me ha dicho que estabas en la ciudad. —Continúa abrazándome mientras yo sigo
deleitándome con su familiaridad—. Así que me he escabullido antes de que acabara el servicio para
poderdecirteholasinnadiealrededor.¿Quétehapasado?
—Tantas cosas..., demasiadas para contarlas. Bueno, estoy siendo muy dramática —gruño
alejándomeunpasodeél.
—¿Launiversidadcontinúasintratartecomoesperabas?—preguntaconunapequeñasonrisade
simpatía.
Niego con la cabeza y le indico con un gesto que me siga hasta la cocina, donde preparo otra
cafetera.
—No,paranada.MemudoaSeattle.
—Esomehadichotumadre—explicasentándosealamesa.
—¿Aún quieres ir a la WCU en primavera? —digo, y suelto una pequeña carcajada—. No te
recomendaríaesaescuela.
Pero intentar hacer una broma sobre mí misma deja de funcionar en el momento en que se me
saltanlaslágrimas.
—Sí,eseeselplan.Perolachica...estachicaalaqueestoyviendo...nosestamosplanteandoira
SanFrancisco.YasabesloquemegustaCalifornia.
Noestabapreparadaparaoíreso:Noahsaleconunachica.Supongoquedeberíaestarlo,perose
mehacetanraroqueloúnicoquesemeocurredecires:
—¿Ah,sí?
LosojosazulesdeNoahbrillanconlosfluorescentesdelacocina.
—Sí,nosvabastantebien.Aunqueestoyintentandotomármeloconcalma,¿sabes?...Portodo.
Como no quiero que termine esa frase y me haga sentir más culpable aún por la forma en que
rompimos,pregunto:
—Y¿cómoosconocisteis?
—PuesellatrabajaenZooms,oalgoparecido,unatiendadelcentrocomercialquehaycercadetu
casa,y...
—¿Estuvisteaquí?—lointerrumpo.Meextrañaquenomelocontara,quenosepasaraaverme...
peroloentiendo.
—Sí,paraveraBecca.Tendríaquehabertellamadooalgo,perolascosasestabantanrarasentre
nosotros...
—Losé,noimporta—leaseguro,ylodejoterminar.
—Bueno, da igual, el caso es que supongo que a partir de ese momento nos unimos mucho.
Tuvimos algunos problemillas y durante un tiempo pensé que no podía fiarme de ella, pero ahora lo
llevamosmuybien.
Susproblemasmetraenalamemorialosmíos,ysuspiro.
—Es como si ya no pudiera confiar en nadie —suspiro, y Noah frunce el ceño y me apresuro a
añadir—:Exceptoenti.Nomereferíadeti.Todaslaspersonasqueheconocidodesdequelleguéaesa
universidadmehanmentidodeunaformauotra.
InclusoHardin.Especialmenteél.
—¿Esoesloqueocurrióanoche?
—Másomenos...—Mepreguntoquélehabrácontadomimadre.
—Sabíaqueteníaqueseralgoimportanteparaquehayasvueltoacasa.—Asientoyélseinclina
porencimadelamesaparacogermismanosentrelassuyas—.Teheechadodemenos—murmura;la
tristezaesevidenteensuvoz.
Lomiroconlosojosmuyabiertos;creoqueestoyapuntodellorardenuevo.
—Sientomuchonohabertellamadocuandolodetuabuela.
—Estábien,séqueestásocupada—dicerecostándosecontralasillaconojosdulces.
—Esonoesexcusa.Mehecomportadodeformaterriblecontigo.
—Quéva—mientenegandoconlacabezalentamente.
—Sabesquetengorazón.Tehetratadofataldesdequemefuidecasa,ylosientomuchísimo.No
temerecesnadadeesto.
—Deja de flagelarte a ti misma, ahora estoy bien —me asegura con una cálida sonrisa, pero la
culpabilidadnocesa.
—Aunasí,nodeberíahaberlohecho.
Entoncesmesorprendepreguntándomealgoquejamáshabríaesperadodeél:
—Sipudierasempezardenuevo,¿quécambiarías?
—La forma en que he llevado ciertas cosas. No debería haberte engañado y haber actuado a tus
espaldas.Nosconocemosdesdehacemucho,yestuvofatalpormiparteabandonartetanderepente.
—Sí—confirma—,peroyalohesuperado.Noéramosbuenoselunoparaelotro...Quierodecir,
éramosperfectosjuntos—añadeconunacarcajada—,perocreoqueéseeraelproblema.
Lapequeñacocinaparecemásespaciosaahoraquemiculpabilidadcomienzaadisiparse.
—¿Locreesdeverdad?
—Sí,locreo.Tequiero,ysiempretequerré.Peronotequierodelaformaquesiemprecreíquete
quería,ytúnuncapodríasquerermecomoloquieresaél.
MequedosinalientoantelaalusiónaHardin.Tienerazón,mucharazón,peronopuedohablarde
HardinconNoah.Ahorano.
Necesitocambiardetema.
—Entonces,Beccatehacefeliz,¿no?
—Sí,puedequenoseacomotelaesperas,perotampocomeesperabayoquemefuerasadejarpor
untíocomoHardin.
Susoscurasfaccionessontotalmenteopuestasalasmíasytienetatuajes.Nomuchos,peroaunasí
nopuedoimaginarlosaellayaNoahcomopareja.
Susonrisanoesduraysonríesuavemente.
—Supongoqueambosnecesitábamosalgodiferente.
Denuevotienerazón.
—Supongoquesí.
Meríoconélycontinuamoscharlandohastaqueotrogolpeenlapuertanosinterrumpe.
—Ya voy yo —se ofrece, levantándose y abandonando la pequeña cocina antes de que pueda
detenerlo.
Capítulo65
Hardin
Contemplar cómo el reloj avanza minuto a minuto me está matando lentamente. Casi preferiría
arrancarme los cabellos uno a uno a seguir sentado aquí esperando en este maldito sendero hasta las
cinco.NoveoelcochedelamadredeTessa,nohayningúncocheenlaentradaexceptoeldeTessa,en
el que estoy sentado. Landon ha aparcado en la calle después de seguirme hasta aquí para poder
llevarmedevuelta.Porsuerte,sepreocupaporelbienestardeTessamásquenadie,apartedemí,así
quenonecesitéconvencerlo.
—Veyllamaalapuertaoloharéyo—meamenazaatravésdelteléfono.
—¡Queyavoy!Joder,dameunsegundo.Nosésihabráalguien.
—Puessinohaynadie,dejalasllavesenelbuzónynoslargamos.
Precisamenteporesonohehechonadaaún,porquequieroqueellaestédentro.Tengoquesaber
queestábien.
—Ahoravoy—digo,ylecuelgoamimolestohermanastro.
Losdiecisieteescaloneshastalapuertadelacasadesumadresonlosmásdifícilesdesubirdemi
vida. Llamo contra la puerta mosquitera pero no estoy seguro de si he golpeado lo suficientemente
fuerte.Alamierda,vuelvoallamar,estavezmuchomásfuerte.Demasiadofuerte,dehecho.Bajola
manocuandoeldébilaluminiosevenceysaltanunpardealambresdelamosquitera.Mierda.
Lapuertacrujealabrirsey,envezdeTessa,sumadreocualquierotrapersonadeljodidoplanetaa
quiennomeimportaríaver,apareceNoah.
—Tienesqueestardeputabroma—digo.
Cuandointentacerrarmelapuertaenlacara,ladetengoconmibota.
—Noseascapullo.—Abroyélseechaatrás.
—¿Quéhacesaquí?—preguntaconelrostromarcadoporunprofundoceñofruncido.
¡Tendríaquepreguntaryoquéhaceélaquí!Tessayyonollevamosseparadosnitresdíasyyaestá
aquíestecabrón,reptandodevueltaasuvida.
—Hetraídosucoche.—Miroasuespaldaperonopuedoverunamierda—.¿Estáellaaquí?
Durantetodoelviajemeheestadodiciendoquenoquieroquemeveaoquerecuerdequeestuve
anocheensucasa,peroséqueheestadoengañándomeamímismo.
—Puede.¿Sabequeibasavenir?—Noahsecruzadebrazosynecesitohaceracopiodetodomi
autocontrolparanoderribarlodeunpuñetazo,pasarledelargo,oporencima,yencontrarla.
—No,sóloquieroasegurarmedequeestábien.¿Quétehacontado?—lepreguntoalejándomedel
porche.
—Nada.Peronohahechofalta.Noteníaquecontarmenada,séquenohabríavenidohastaaquísi
nolehubieseshechoalgo.
Frunzoelceño.
—Dehecho,teequivocas,nofuiyo...estavez.—Parecesorprendidopormipequeñaadmisión,así
que continúo, por ahora con calma—: Mira, sé que me odias y tienes toda la razón del mundo para
hacerlo,perovoyaverla,tegusteono,asíquepuedesecharteaunladoo...
—¿Hardin? —La voz de Tessa es apenas un susurro casi perdido en un suspiro cuando aparece
detrásdeNoah.
—Eh... —Mis pies me llevan al interior de la casa y Noah, inteligentemente, se aparta de mi
camino—.¿Estásbien?—preguntotomandosusmejillasentrelasmanos.
Tessaapartalacabezaporquetengolasmanosfrías,medigo,ysealejademí.
—Sí,estoybien—miente.
Laspreguntasseagolpanenmiboca.
—¿Estássegura?¿Cómotesientes?¿Hasdormido?¿Teduelelacabeza?
—Sí,bien,unpoco,sí—respondeasintiendo,peroyoyaheolvidadoloquelehepreguntado.
»¿Quiéntelohacontado?—mepreguntaruborizada.
—Molly.
—¿Molly?
—Sí,mellamócuandoestabas...,hum...,enmiantiguahabitación.—Nopuedoeliminarelpánico
demivoz.
—Oh...—Tessmiramásalládemí,concentrándoseenalgúnpuntoenladistancia,conlascejas
fruncidasenunrictusdeconcentración.
¿Seacuerdadequeestuveaquí?¿Quieroquelorecuerde?
Sí,claroquesí.
—Pero¿estásbien?
—Sí.
Noahseacercaanosotrosylaalarmaesevidenteensuvozcuandopregunta:
—Tessa,¿quéhapasado?
AlmiraraTessamedoycuentadequeellanoquierequeélsepatodoloocurrido.Esomegusta
másdeloquedebería.
—Nada,notepreocupes—lecontestoparaqueellanotengaquehacerlo.
—¿Fuealgoserio?—presiona.
—Ya te he dicho que no te preocupes —gruño, y él traga saliva. Me vuelvo hacia Tessa—. He
traídotucoche—ledigo.
—¿Enserio?—pregunta—.Gracias,penséqueStephlehabríareventadoelparabrisasoalgo—
suspira;sushombrossehundenmásacadapalabraquepronuncia.Suintentodebromanofuncionacon
nadie,nisiquieraconsigomisma.
—¿Porqué,deentretodalagente,recurristeaella?—lepregunto.
TessamiraaNoahydenuevoamí.
—Noah,¿nosdejasunminuto?—preguntacondulzura.
Él asiente y me lanza lo que supongo debe de ser algún tipo de mirada de advertencia antes de
dejarnossolosenlapequeñasalita.
—¿Porquéaella?Dímelo,porfavor—repito.
—Nolosé.Noteníaningúnotrositioadondeir,Hardin.
—Podrías haber recurrido a Landon, prácticamente tienes tu propio dormitorio en esa casa —
señalo.
—Noquieroseguirmetiendoatufamiliaenesto.Yalohehechodemasiadasvecesynoesjusto
paraellos.
—Ysabíasqueiríaallí,¿verdad?—Cuandobajalavistaasusmanos,añado—:Nohabríaido.
—Vale—dicecontristeza.
Joder,esonoeraloquequeríadecir.
—Noqueríadecireso.Queríadecirqueibaadarteespacio.
—Oh—susurramordiéndoseunauña.
—Estásmuycallada.
—Essóloque...,nosé...,hasidounanoche,yunamañana,muylargas.
Frunceelceñoyquieroirhastaellayalisarlalíneaentresuscejasybesarlahastaalejareldolor.
«NoHardin,Zed»,dijocuandoestabamedioinconsciente.
—Losé.¿Recuerdasloocurrido?—lepregunto,nomuysegurodesisoportaréoírsurespuesta.
Casiesperoquemedigaquemelargue,oqueinclusomeinsulte,peronolohace.Enlugardeeso,
dicequesíconlacabeza,sesientaenelsofáymeindicaquemesienteenelotrolado.
Capítulo66
Hardin
Quieroacercarmemásaella,tomarsumanotemblorosayencontrarunaformadeborrarsusrecuerdos.
Odioquehayapasadoportodoestesufrimiento,ydenuevomeimpresionasufuerza.Estásentadacon
laespaldarectacomounatablaylistaparahablarconmigo.
—¿Porquéhasvenido?—mepreguntaenvozbaja.
Enrespuesta,lepregunto:
—¿Porquéhavenidoél?—yseñaloconlacabezahacialacocina.
SéqueNoahestaráapoyadocontralapared,escuchandonuestraconversación.Deverdadqueno
loaguantopero,dadaslascircunstancias,probablementedeberíacallármelo.
Ellacontestajugueteandoconlasmanos:
—Estáaquíparaasegurarsedequeestoybien.
—Nonecesitaasegurarsedequeestésbien.—Paraesoestoyyoaquí.
—Hardin...—Frunceelceño—.Hoyno,porfavor.
—Losiento.—Retrocedounpoco,sintiéndomeinclusomáscabrónquehaceunossegundos.
—¿Porquéhasvenido?—preguntadenuevo.
—Paratraerteelcoche.Nomequieresaquí,¿verdad?
Hastaahoranohabíaconsideradoesaposibilidad,niunavez.Ymequemacomoelácido.Queyo
estéaquíseguroquesóloempeoralascosasparaella.Losdíasenlosqueencontrabasurefugioenmí
sehanacabado.
—Noeseso...,sóloestoyconfusa.
—¿Sobrequé?
Susojosbrillanbajolatenueluzdelasaladeestardesumadre.
—Tú, anoche, Steph..., todo. ¿Sabías que todo fue un juego para ella? Realmente me ha odiado
durantetodoestetiempo...
—No,claroquenolosabía—ledigo.
—¿Noteníasniideadequetuvieraesossentimientoshaciamí?
«Malditasea.»Peroquieroserhonesto,asíquerespondo:
—Quizáunpoco,supongo.Mollylomencionóunpardeveces,peronoseexplicómucho,ynunca
creíquefueraalgotanfuerte...oqueMollysupieradequéestabahablandosiquiera.
—¿Molly?¿DesdecuándosepreocupaMollypormí?
Asíqueblancoonegro.Tessasiemprequierequelascosasseanoblancasonegras,yesomehace
sacudirlacabeza,unpocotristeporquelascosasnuncapuedensertansimples.
—No lo hace, aún te odia —le digo, y miro hacia abajo—. Pero me llamó después de aquella
mierda de Applebee’s, y me cabreé. No quería que ella o Steph echaran a perder las cosas entre
nosotros.PenséqueStephsimplementeseestabaentrometiendoycomportándosecomounazorra.No
creíaquetambiénfueraunajodidapsicópata.
CuandovuelvoamiraraTess,seestásecandolaslágrimasdelosojos.Recorroladistanciaque
nosseparaenelsofáyellaretrocede.
—Eh,estábien—ledigo,ylacojodelamanoylaestrechocontramipecho—.Shhh...
Mimanoreposasobresucabello,ydespuésdeunossegundostratandodeapartarme,serinde.
—Sóloquieroempezardenuevo,olvidartodoloocurridoenlosúltimosmeses—solloza.
Se me tensa el pecho mientras asiento, de acuerdo con ella aunque no lo quiera. No quiero que
deseeolvidarme.
—Odiolauniversidad.Siemprequiseir,perohasidounerrortrasotroparamí.
Metiradelacamiseta,acercándomeaúnmásaella.Permanezcoensilencioporquenoquieroque
ellasesientapeordeloqueyasesiente.Notengonipuñeteraideadeenloqueibaametermecuando
hellamadoalapuerta,peroestoymásquesegurodequenoesperabaacabarconTessallorandoentre
misbrazos.
—Estoy siendo tan dramática... —Se aparta demasiado pronto, y por un momento considero la
posibilidaddevolveraabrazarla.
—No,paranada.Estásmuycalmadateniendoencuentaloocurrido.Dimequérecuerdas,nome
hagasvolverapreguntártelo.Porfavor.
—Es todo muy confuso, de verdad. Fue todo muy... extraño. Era consciente de todo, pero nada
teníasentido.Nosécómoexplicarlo.Nopodíamoverme,peropodíasentircosas.—Seestremece.
—¿Sentircosas?¿Dóndetetocó?—Noquierosaberlo.
—Enlaspiernas...Medesnudaron.
—¿Sóloenlaspiernas?
«Porfavor,diquesí.»
—Sí,esocreo.Podríahabersidomuchísimopeor,peroZed...—Sedetiene.Tomaaliento—.De
todosmodos,laspastillasmevolvieronelcuerpomuypesado...,nosécómoexplicarlo.
Asiento.
—Séloquequieresdecir.
—¿Qué?
Recuerdos rotos de desmayos en bares y de hacer eses por las calles de Londres acuden a mi
mente. La idea de diversión que una vez tuve es completamente opuesta a lo que ahora considero
pasarlobien.
—Solíatomaresasmalditaspastillasporaquelentonces,pordiversión.
—¿Enserio?—Seleabrelaboca,ynomegustalaformaenquesumiradamehacesentir.
—Supongoquediversiónnoeslapalabramásadecuada—replico—.Yano.
Ellaasienteymededicaunadulcesonrisadealivio.Seacomodaelcuellodesusuéter,queahora
veoquelequedamuyajustado.
—¿Dedóndehassacadoeso?—pregunto.
—¿El suéter? —Sonríe tensa—. Es de mi madre..., ¿no se nota? —Sus dedos tiran de la gruesa
tela.
—Nosé,Noahestabaenlapuertaytúvasvestidaasí...Creíquehabíaviajadoenlamáquinadel
tiempooalgo—bromeo.
Susojosseiluminanconhumor,todalatristezahasidomomentáneamenteolvidada,ysemuerde
ellabioinferiorparanoreír.
Luegosorbeporlanarizyextiendeunamanohacialamesitaparasacarunpañuelodepapeldela
cajaconflores.
—No.Nohaymáquinasdeltiempo.—Tessaasienteconlacabezamientrassesuenalanariz.
«Joder,inclusocuandolloraestápreciosa.»
—Estabapreocupadoporti—leconfieso.
Susonrisadesaparece.Mierda.
—Esoesloquemeconfunde—replica—.Dijistequenoqueríasseguirintentándolo,peroahora
medicesqueestabaspreocupadopormí.—Memiraconunaexpresiónvacíayellabiotembloroso.
Tienerazón.Nosiemprelodigo,peroescierto.Hepasadodíaspreocupadoporella.Emoción...,
esoesloquenecesitodeella.Necesitoelconsuelo.
—Está bien, no estoy enfadada contigo. —Se ha tomado mi silencio de forma equivocada—.
Agradezco que hayas venido hasta aquí a traerme el coche. Significa mucho para mí que lo hayas
hecho.
Permanezcoensilencioenelsofá,incapazdehablarduranteunosminutos.
—No ha sido nada —consigo decir encogiéndome de hombros. Pero necesito decir algo real,
cualquiercosa.
Tras contemplar mi doloroso silencio durante un momento, Tessa se pone en modo amable
anfitriona.
—¿Cómovolverásacasa?Espera...,paraempezar,¿cómohassabidollegarhastaaquí?
Mierda.
—Landon.Élmelodijo.
Susojosvuelvenailuminarse.
—Oh.¿Estáaquí?
—Sí,estáfuera.
—¡Oh!Vaya,teestoyretrasando,losiento.—Seruborizayseponeenpie.
—No,tranquila.Estábienahífuera,esperando—tartamudeo.
«Noquieroirme.Anoserquetevengasconmigo.»
—Deberíahaberentradocontigo.—Tessamiraentonceshacialapuerta.
—Élestábien.
—Graciasdenuevoporhabermetraídoelcoche...—Estátratandodedespedirmeeducadamente.
Laconozco.
—¿Quieresqueentretuscosas?—meofrezco.
—No,meiréporlamañana,esmejordejarlasdondeestán.
¿Por qué me sorprendo cada vez que me recuerda que se va a ir a Seattle? Sigo esperando que
cambiedeidea,peroesonuncaocurrirá.
Capítulo67
Tessa
CuandoHardinalcanzalapuerta,lepregunto:
—¿QuéhashechoconDan?
Quierosabermássobreanoche,inclusosiNoahpuedeoírnoshablar.Cuandopasamosjuntoaélen
elpasillo,Hardinapenassefijaenél.Noahlofulminaconlamirada,sinsaberquémáshacer,supongo.
—Dan.DijistequeMollytelohabíacontado.¿Quéhiciste?
Conozco a Hardin lo suficiente como para saber que fue a por él. Aún estoy sorprendida por la
ayudadeMolly,nolaesperabanidelejoscuandolavientrareneldormitorioanoche.Meestremezco
anteelrecuerdo.
Hardinmediosonríe.
—Nadademasiadomalo.
«NohematadoaDancuandohedadoconél,sólolehepateadolacara...»
—Lepateastelacara...—digointentandoexcavarenelcaosqueesmicabeza.
Alzaunaceja.
—Sí...¿TelohacontadoZed?
—Yo...,nolosé...—Recuerdooírlaspalabras,peronopuedorecordarquiénlasdijo.
«SoyHardin,noZed»,dijoHardin,ysuvozparecemuyrealenmimente.
—Estuvisteaquí,¿verdad?¿Anoche?—DoyunpasohaciaélyHardinretrocedecontralapared
—.Síqueestuviste,lorecuerdo.Dijistequeestuvisteapuntodebeberperonolohiciste...
—Nocreíquelorecordarías—murmura.
—¿Porquénomelohasdicho?
Meduelelacabezamientrastratodesepararlossueñosinducidosporladrogadelarealidad.
—Nolosé.Ibaahacerlo,peroentoncestodosevolviótanfamiliar...,ytúestabassonriendoyno
queríaestropearlo.—Alzaunhombroysusojosseconcentranenelgrancuadrodelaspuertasdelcielo
quecuelgaenlapareddemimadre.
—¿Cómoibaaestropearloelhechodequemedijerasquemehabíastraídoacasa?
—Yonotetrajeacasa.FueZed.
Esolorecordéantes,másomenos.Estanfrustrante...
—Y¿túvinisteluego?¿Quéestabahaciendoyo?
QuieroqueHardinmeayudeaordenarlasecuenciadeacontecimientos.Parecequenosoycapaz
dehacerlosola.
—Estabastumbadaenelsofá,casinopodíashablar.
—Oh...
—Estabasllamándolo—añadeenvozbaja,elvenenoesevidenteatravésdesuvozprofunda.
—¿Aquién?
—AZed.—Surespuestaessimple,peropuedosentirlaemocióntrassuspalabras.
—No,nolollamaba—replico.Esonotienesentido—.Estoestanfrustrante...
Vadeoporelbarromentalyfinalmenteencuentrounnódulodesentido...Hardinhablandosobre
Dan,Hardinpreguntándomesipodíaoírlo,preguntándomesobreZed...
—Queríasabercómoestaba,silehabíashechodaño.Creo.
Elrecuerdoesborroso,peroahíestá.
—Dijiste su nombre más de una vez; no importa. Estabas tan ida... —Sus ojos se dirigen a la
alfombraysequedanahí—.Detodasformasnoesperabaquemequisierasaquí.
—Noloqueríaaél.Puedequenorecuerdemucho,peroestabaasustada.Meconozcolosuficiente
comoparasaberquesólotellamaríaati—admitosinpensar.
¿Porquéhabrédichoeso?Hardinyyoacabamosderomper,otravez.Éstaes,dehecho,nuestra
segundaruptura,peroparececomosilohubiéramoshechomásamenudo.Quizáporqueestaveznohe
saltadoasusbrazosalamenormuestradeafectodesuparte.Estavezabandonélacasaysusregalos,
estavezmevoyaSeattleantesdeveinticuatrohoras.
—Venaquí—diceabriendolosbrazosparamí.
—Nopuedo—contestopasándomelosdedosporelpelo.
—Síquepuedes.
CuandoHardinestácercademí,seacualsealasituación,suesenciasiemprepenetraencadafibra
demiser.Podemosestargritándonoselunoalotroosonriendoybromeando.Nuncaexisteladistancia,
no hay espacio entre nosotros. Es algo tan natural para mí ahora..., realmente algo tan instintivo el
sentirmecómodaensusbrazos,reírmedesuactitud,ignorarlosproblemasquehacausadocualquier
situaciónenlaqueestemosmetidos...
—Yanoestamosjuntos—digoenvozbaja,máspararecordármeloamímismaqueotracosa.
—Losé.
—Nopuedofingirqueloseguimosestando.—Memuerdoellabioinferioreintentonofijarmeen
laformaenquesusojosseoscurecenalrecordarnuestroestado.
—No te estoy pidiendo que lo hagas. Sólo te estoy pidiendo que vengas. —Sus brazos siguen
abiertos,aúninvitándome,llamándome,acercándomemásymás.
—Silohago,volveremosacaerenesecírculoqueamboshemosdecididoromper.
—Tessa...
—Hardin, por favor... —Me aparto. Esta salita es demasiado pequeña para evitarle, y mi
autocontrolcomienzaafallar.
—Vale—suspirafinalmenteysusmanosseenredanensucabello,suhabitualgestodefrustración.
—Necesitamosesto,sabesquelonecesitamos.Tenemosquepasartiemposeparados.
—¿Tiemposeparados?
Pareceherido,enfadado,ytengomiedodeloquepuedasalirporsuboca.Noquieropelearmecon
él,yhoynoeseldíaparaquemeprovoque.
—Sí,pasartiempoasolas.Nopodemosestarjuntosytodopareceponerseennuestracontra.Tú
mismo lo dijiste el otro día, que estabas cansado de esto. Me echaste del apartamento. —Cruzo los
brazosalaalturadelpecho.
—Tessa...,nopuedesestar...—Memiraalosojosysedetieneamediafrase—.¿Cuántotiempo?
—¿Qué?
—¿Cuántotiemposeparados?
—Yo...—Noesperabaqueloaceptara—.Nolosé.
—¿Unasemana?¿Unmes?—presionaparaqueledédetalles.
—Nolosé,Hardin.Ambosnecesitamosencontrarnuestrolugar.
—Túeresmilugar,Tess.
Suspalabrasseextiendenpormipechoymeobligoaapartarlosojosdesucaraantesdeperderla
poquísimaresistenciaqueaúnmequeda.
—Ytúereselmío,yalosabes—admito—,peroestástanenfadadoquesiempreestoyallímite
contigo.Tienesquehaceralgoconesarabiayyonecesitotiempoparamímisma.
—Entonces,¿estovuelveaserculpamía?—pregunta.
—No,tambiénesculpamía.Dependodemasiadodeti.Necesitosermásindependiente.
—Y¿desdecuándoimportaeso?—Eltonodesuvozmedicequenisiquierahaconsideradojamás
quemidependenciadeélseaunproblema.
—Desdequetuvimosesapeleaexplosivaenelapartamentohaceunasnoches.Dehecho,empezó
hacetiempo;Seattleyladiscusióndelaotranochefueronsólolaguindadelpastel.
CuandoporfinreúnoelvalorparamiraraHardin,veoquesuexpresiónhacambiado.
—Vale,yalopillo—dice—.Losiento,séquelahejodido,ymucho.Siempreestamospeleandoa
muerteporlodeSeattleyquizáyaseahoradequeteescuchemás.—Buscamimanoydejoquemela
coja,momentáneamenteconfundidaporsureciéndescubiertaaceptación—.Tedaréespacio,¿vale?Ya
has soportado bastante mierda sólo en las últimas veinticuatro horas. Por una vez, no quiero ser otro
problema.
—Gracias—respondosimplemente.
—¿Me avisarás cuando llegues a Seattle? Y come algo y descansa, por favor —dice. Sus ojos
verdessonsuaves,cálidosyreconfortantes.
Quieropedirlequesequede,peroséquenoesbuenaidea.
—Loharé.Gracias...,deverdad.
—Notienesquedarmelasgracias.—Semetelasmanosenlosbolsillosdesusvaquerosnegrosy
estudiamicara—.LedarésaludosaLandondetuparte—añade,ysaleporlapuerta.
Nopuedoevitarsonreíranteelmodoenqueseentretienealrededordelcochedesuhermanastro,
mirandohacialacasademimadreduranteunbuenratoantesdesubiralasientodelacompañante.
Capítulo68
Tessa
EnelmomentoenquepierdodevistaelcochedeLandon,elvacíoseasientapesadamenteenmipecho
ymealejodelaentradadejandoquelapuertasecierresola.
Noahestáapoyadoenelmarcodelapuertadelacocina.
—¿Sehaido?—preguntasuavemente.
—Sí,sehaido.—Mivozsuenadistante,desconocidainclusoparamí.
—Nosabíaqueyanoestabaisjuntos.
—Nosotros...,bueno...,estamostratandodearreglarlo.
—¿Puedesdecirmesólounacosaantesdequecambiesdetema?—Susojosestudianmicara—.
Conozcoesaexpresión,yséqueestásapuntodehacerlo.
Inclusodespuésdelosmesesquellevamosseparados,Noahescapazdeleermealaperfección.
—¿Quéquieressaber?—pregunto.
Sus ojos azules se clavan en los míos. Me sostiene la mirada durante lo que me parece una
eternidad.
—Si pudieras volver atrás, ¿lo harías, Tessa? Te he oído decir que desearías borrar los últimos
meses...pero,sipudieras,¿deverdadloharías?
«¿Loharía?»
Me siento en el sofá para analizar la pregunta. ¿Lo olvidaría todo? ¿Borraría todo lo que me ha
ocurridoenlosúltimosmeses?Laapuesta,lasinterminablespeleasconHardin,laespiraldescendente
enmirelaciónconmimadre,latraicióndeSteph,todaslashumillaciones,todo.
—Sí.Sinpensarlo.
La mano de Hardin en la mía, la forma en que sus brazos tatuados me rodeaban atrayéndome
contrasupecho.Elmodoenqueavecessereíatanfuertequeapretabalosojosyelsonidollenabamis
oídos,micorazónytodoelapartamentoconunafelicidadtanextraordinariaquemesentíamásvivade
loquemehabíasentidojamás.
—No,noloharía.Nopodría—digocambiandodeopinión.
Noahsacudelacabeza.
—Entonces,¿concuáltequedas?—Seríeysesientaenlabutacareclinablefrentealsofá—.No
sabíaquefuerastanindecisa.
Niegofirmementeconlacabeza.
—Noloborraría.
—¿Estássegura?Hasidounmalañoparati...,yyonisiquierasélamitaddeloocurrido.
—Estoysegura.—Asientounpardevecesymedeslizohastaelbordedelsofá—.Aunqueharía
algunascosasdeformadiferente,sobretodocontigo.
Noahmededicaunalevesonrisa.
—Sí,yotambién—aceptaenvozbaja.
—Theresa.—Unamanomecogedelhombroymesacude—.Theresa,despierta.
—Estoydespierta—gimo,yabrolosojos.
Lasalita.Estoyenlasaladeestardemimadre.
Aparto de una patada la manta que me cubre las piernas..., una manta con la que Noah me ha
tapadodespuésdequemetumbaratrashablarunpocomásydeponernosaverlatelejuntos.Comoen
losviejostiempos.
Meliberodelamanodemimadre.
—¿Quéhoraes?
—Lasnuevedelanoche.Ibaadespertarteantes.—Frunceloslabios.
Debe de haberse vuelto loca viéndome dormir durante todo el día. Curiosamente, la idea me
divierte.
—Losiento,nisiquierarecuerdohabermedormido.—Medesperezoymepongodepie—.¿Noah
sehaido?—Mirohacialacocinaynoloveo.
—Sí,laseñoraPorterteníamuchísimasganasdeverte,peroledijequenoerabuenmomento—
meinforma,yentraenlacocina.
Lasigo,oliendoalgoqueestácocinando.
—Gracias.
Me gustaría haberme despedido de Noah como es debido, sobre todo porque sé que volveré a
verlo.
Mimadreseacercaalhornoydiceporencimadelhombro:
—VeoqueHardinhatraídotucoche.—Ladesaprobacióntiñesuvoz.
Unsegundomástarde,vuelvedelhornoymetiendeunplatoconlechugaytomatesasados.
Noheechadodemenossuideadeunabuenacomida,perodetodosmodosaceptoelplato.
—¿PorquénomedijistequeHardinestuvoaquíanoche?Ahoralorecuerdo.
Ellaseencogedehombros.
—Élmepidióquenolohiciera.
Mesientoalamesaypinchola«comida»conindecisión.
—Y¿desdecuándoteimportaloqueélquiera?—laprovoco,nerviosaporsureacción.
—Nomeimporta—dice,ysepreparaunplatoparaella—.Nolomencionéporqueeramejorpara
tinorecordarnada.
Eltenedorresbalademisdedosygolpeaelplatoconuntintineoagudo.
—Ocultarmecosasnoeslomejorparamí—replico.Estoyhaciendotodoloposibleparamantener
mivozfríaycalmada,deverdad.
Paraenfatizarlo,limpiolascomisurasdemibocaconunaservilletaperfectamentedoblada.
—Theresa,nopaguestusfrustracionesconmigo—dicemimadre,uniéndoseamíenlamesa—.
Sealoqueseaquehayahechoesechicoparaquetehayasvueltoasí,esculpatuya.Nomía.
Enelmomentoenquesusrojoslabiossecurvanenunasonrisaconfiadamepongoenpie,arrojo
laservilletasobreelplatoysalgoatodaprisadelacocina.
—¿Adóndetecreesquevas,jovencita?—mellama.
—A la cama. ¡Mañana debo levantarme a las cuatro de la mañana y tengo un largo viaje por
delante!—gritodesdeelpasillo,ycierrolapuertademidormitorio.
Me siento en la cama de mi niñez... e inmediatamente esas paredes gris pálido parecen cernirse
sobremí.Odioestacasa.Nodebería,perolaodio.Odiolaformaenquemesientocuandoestoyenella,
como si no pudiera respirar sin que me regañen o me corrijan. Nunca me había dado cuenta de lo
enjauladaycontroladaquehabíaestadotodamividahastaqueprobéporprimeravezlalibertadjuntoa
Hardin. Me encanta cenar pizza y pasar todo el día desnuda en la cama con él. Nada de servilletas
dobladas.Nadadeondasenelcabello.Nadadehorriblescortinasamarillas.
Antesdepoderdetenermeloestoyllamandoymecontestaalsegundotono.
—¿Tess?—dicesinaliento.
—Hum...,hola—susurro.
—¿Algovamal?—jadearecuperandoelaliento.
—No.¿Estásbien?
—¡Vamos,Scott,vuelveaquí!—gritaunavozfemeninaalfondo.
El corazón empieza a martillearme contra las costillas mientras las posibilidades inundan mi
mente.
—Oh,estás...Notemolestomás.
—No,nopasanada.Ellapuedeesperar.
Losruidosdefondosevanacallandosegundoasegundo.Debedehabersealejadodedondesea
queestélamujer.
—Deverdadquenoimporta—digo—.Tedejo,noquería...interrumpir.—Almirarlaparedgris
juntoamicama,juraríaqueseestáacercandoamí,comosiestuvieraapuntodegolpearme.
—Deacuerdo—jadeaél.
«¿Qué?»
—Vale, pues adiós —digo rápidamente, y cuelgo, tapándome la boca con una mano para no
vomitarsobrelaalfombrademimadre.
Tienequehaberalgúnmotivológicopara...
Mi móvil vibra entonces junto a mi muslo, el nombre de Hardin es claramente visible en la
pantalla.Contestoapesardemímisma.
—Noestoyhaciendoloquecrees...,nisiquieramehabíadadocuentadecómohasonado—me
aseguradeinmediato.Puedooírelvientosoplandoasualrededoryahogandosuvoz.
—Nopasanada,enserio.
—No,Tess,síquepasa—mecorta—.Siestuvieraconalguienahoramismonoestaríabien,así
quedejadeactuarcomosinoimportara.
Metumboenlacama,admitiendoparamímismaquetienerazón.
—No pensé que estuvieras haciendo algo —miento. De alguna forma sabía que no lo estaba
haciendo,peromiimaginación...mehatraicionado.
—Bien,talvezporfinconfíesenmí.
—Quizá.
—Loqueseríamuchomásrelevantesinomehubiesesabandonado—replicaentonocortante.
—Hardin...
Suspira.
—¿Paraquéllamabas?¿Tumadreseestácomportandocomounazorra?
—No la llames así. —Pongo los ojos en blanco—. Bueno..., vale, se está comportando un poco
comosilofuera,peronadaimportante.Essóloque...enrealidadnoséporquétehellamado.
—Bueno...—Haceunapausayoigocerrarselapuertadeuncoche—.¿Quiereshablaroalgo?
—¿Noteimporta?¿Podemos?—lepregunto.
Apenas unas horas antes le estaba diciendo que necesitaba ser más independiente, y aquí estoy,
llamándoloalmásmínimoproblema.
—Claro.
—Porcierto,¿dóndeestás?—Necesitomantenerlaconversaciónlomásneutraposible...,aunque
noesqueseafácilmantenerlascosasentreHardinyyoenterritorioneutral.
—Enungimnasio.
Casimeechoareír.
—¿Ungimnasio?Túnovasalgimnasio.
Hardin es una de esas pocas personas bendecidas con un cuerpo increíble sin necesidad de
trabajárselo.Suconstituciónesperfecta,altoydehombrosanchos;élaseguraquedeadolescenteera
desgarbado y flaco. Sus músculos son duros pero no están demasiado definidos, su cuerpo es una
mezclaperfectaentreblandoyduro.
—Losé.Esatíameestabapateandoelculo.Estabarealmenteabochornado.
—¿Quién?—digotalvezcondemasiadafuerza.
«Cálmate,Tessa,obviamentehabladelamujerquehasoído.»
—Oh, la entrenadora. He decidido usar la mierda esa del kickboxing que me regalaste por mi
cumpleaños.
—¿Deverdad?
La idea de Hardin haciendo kickboxing me hace imaginar cosas que no debería. Como él
sudando...
—Sí—contestaconciertatimidez.
SacudolacabezaparaintentarborrarlaimagendeHardinsincamiseta.
—Y¿quétaltehaido?
—Bien, supongo. Aunque prefiero otro tipo de ejercicio. Pero, por otro lado, ya no estoy tan
nerviosocomoloestabahaceunashoras.
Entornolosojosantesurespuestaaunqueélnopuedaverme.
Misdedosresiguenelestampadofloraldelcubrecama.
—¿Creesqueseguirásyendo?
PorfinpuedorespirarahoraqueHardinempiezaaexplicarmeloraraquehasidolaprimeramedia
hora de entrenamiento, cómo no hacía más que insultar a la mujer hasta que ella ha comenzado a
golpearlo en la nuca repetidamente, que esto le ha hecho respetarla y dejar de comportarse como un
imbécilconella.
—Espera—digoporfin—.¿Aúnestásahí?
—No,ahoraestoyencasa.
—Entonces...¿tehasido?¿Lahasavisado?
—No, ¿por qué tendría que hacerlo? —pregunta, como si toda la gente actuara como él
constantemente.
Me gusta la idea de que deje todo lo que está haciendo para hablar conmigo por teléfono. No
debería,peromegusta.Mereconforta,aunquetambiénmehacesuspiraryañadir:
—Noestamosllevandobienestodedarnosespacio.
—Nunca lo hacemos. —Puedo imaginarlo sonriendo, aunque esté hablando a más de ciento
cincuentakilómetrosdedistancia.
—Losé,pero...
—Éstaesnuestraversióndelespacio.Notehasmetidoenelcocheyhasvenidohastaaquí.Sólo
hasllamado.
—Supongo...
Mepermitoaceptarsulógicaretorcida,aunquedealgunaformatienerazón.Todavíanosésieso
esbuenoomalo.
—¿Noahsigueporahí?—preguntaentonces.
—No,sefuehacehoras.
—Bien.
Estoy contemplando la oscuridad más allá de las horrorosas cortinas de mi habitación cuando
Hardinseechaareírydice:
—Hablarporteléfonoestanjodidamenteraro...
—¿Porqué?—pregunto.
—Nosé...Llevamoshablandomásdeunahora.
Apartoelteléfonodemiorejaparacomprobarlahoray,sí,tienerazón.
—Nomeparecíaquelleváramostanto—digo.
—Losé,nuncahehabladotantotiempoconnadieporteléfono.Exceptocuandomellamaspara
darmeelcoñazoconquevasatraeraalguienacenaroalgunallamadademisamigos,aunqueellos
nuncahablanmásdeunpardeminutos.
—¿Enserio?
—Sí, ¿por qué no? Nunca se me dio bien lo de las citas adolescentes; todos mis amigos solían
pasar horas al teléfono escuchando a sus novias hablar sobre pintaúñas o de lo que coño hablen las
chicasdurantehorassinparar.—SeríeyyofrunzounpocoelceñoalrecordarqueHardinnuncatuvo
laoportunidaddeserunadolescentenormal.
—Notehasperdidomucho—leaseguro.
—¿Conquiénhablabastúdurantehoras?¿ConNoah?—Eldesprecioestáclaroensupregunta.
—No,yotampocohicelodehablardurantehoras.Estabademasiadoocupadaleyendonovelas.—
Puedequeyotampocofueseunaadolescentenormal.
—Bueno,entoncesmealegrodequefuerasunaempollona—dice,haciendoqueelestómagome
déunvuelco.
—¡Theresa!—larepetidallamadademimadremedevuelvealarealidad.
—¡Oh! ¿Se te ha pasado la hora de dormir? —se burla Hardin. Nuestra relación, no relación,
darnos-espacio-pero-hablar-por-teléfonosehavueltomásconfusaenlaúltimahora.
—Cállate—respondo,ycubroelauricularlosuficientecomoparagritarleamimadrequeahora
voy—.Tengoqueverquéquiere.
—¿Deverdadteirásmañana?
—Sí.
Despuésdeunmomentodesilencio,añade:
—Deacuerdo,vale,puestencuidado...yesascosas.
—¿Puedollamarteporlamañana?—Mivoztiemblaalpreguntar.
—No,probablementenodeberíamosvolverahaceresto—contesta,ymipechosecontrae—.Al
menosnomuyamenudo.Notienesentidoquehablemosatodashorassinovamosaestarjuntos.
—Vale.—Mirespuestasuenabaja,derrotada.
—Buenasnoches,Tessa—dice,ylalíneasecorta.
Tiene razón y lo sé, pero saberlo no hace que duela menos. En primer lugar, no debería haberlo
llamado.
Capítulo69
Tessa
Sonlascincomenoscuartodelamadrugaday,porunavez,mimadrenoestávestidaparasalir.Lleva
unpijamadesedadedospiezas,labataajustadaalrededordelcuerpoyunaszapatillasajuegoenlos
pies.Aúntengoelcabellomojadodeladucha,peromehetomadomitiempoparaaplicarmeunpocode
maquillajeyponermeropadecente.
Mimadremeestudiacondetenimiento.
—Tienestodoloquenecesitas,¿verdad?
—Sí,todoloquetengoestáenmicoche—contesto.
—Deacuerdo,asegúratedeechargasolinaantesdeabandonarlaciudad.
—Estarébien,madre.
—Losé.Sólointentoayudarte.
—Séquelointentas.
Abro los brazos para darle un abrazo de despedida y, cuando todo lo que recibo es un pequeño
abrazorígido,meechohaciaatrásydecidoservirmeunatazadecaféparaelcamino.Esaleveytonta
esperanzaaúnseaferraamí,laestúpidapartedemíquedeseatandesesperadamenteverlaluzdeunos
farosenlaoscuridad,Hardinsaliendodesucoche,conbolsasenlamanoydiciéndomequeestálisto
paraviajarconmigoaSeattle.
Peroesaestúpidapartedemíessóloeso:unaestupidez.
Pasan diez minutos de las cinco, le doy un último abrazo a mi madre y subo al coche, que por
suertehetenidolaprecaucióndecalentarpreviamenteconlacalefacción.LadireccióndeKimberlyy
ChristianestáprogramadaenelGPSdemimóvil.Nohacemásqueapagarseyrecalcular,yesoqueni
siquiera he arrancado todavía. En serio que necesito un teléfono nuevo. Si Hardin estuviera aquí, no
haríamásquerecordarmemachaconamentequeésaesotrabuenarazónparapillarmeuniPhone.
PeroHardinnoestáaquí.
El viaje es largo. Estoy sólo al principio de mi aventura y ya se ha formado una gruesa nube de
inseguridadenmiinterior.Cadapequeñaciudadquedejoatrásmehacesentirmásymásfueradelugar,
y me pregunto si en Seattle me sentiré incluso peor. ¿Conseguiré adaptarme o correré de vuelta al
campusdelaWCU,oinclusodevueltaacasademimadre?
Comprueboelrelojdelsalpicaderoyveoquesólohapasadounahora.Aunque,sipiensoenello,
lahorahatranscurridobastanterápido,loque,poralgunaextrañarazón,hacequemesientamejor.
Enelmomentoenquevuelvoamirarhanpasadoveinteminutosenunsuspiro.Cuantomásme
alejodetodo,mejormesiento.Nomedominanlospensamientosdepánicomientrasvoyconduciendoa
travésdelasoscurasydesconocidascarreteras.Meconcentroenmifuturo.Elfuturoquenadiepuede
quitarme, al que nadie me puede obligar a renunciar. Me detengo a menudo a buscar un café, para
comeralgoosimplementepararespirarelfrescoairedelamañana.Cuandoelsolsaleamitaddemi
camino,meconcentroenlosbrillantesrayosamarilloynaranjaqueproyectayenlaformaenquelos
coloressemezclanentresí,consiguiendounnuevodíahermosoyradiante.Mihumormejoraamedida
quevaaclarándoseelcielo,ymedescubrocantandoconTaylorSwiftytamborileandoconlosdedosen
elvolantemientraselladice«supequemetraeríasproblemasencuantoentraste»,ymeríodelaironía
delaletradesucanción.
AldejaratráselcarteldeBIENVENIDOSALACIUDADDESEATTLE,miestómagosellenademariposas.
Loestoyconsiguiendo.TheresaYoungyaestáoficialmenteenSeattle,organizandosupropiavidaala
edadenquelamayoríadesusamigosaúntratandedecidirquéquierenhacerconlassuyas.
Lohelogrado.Noherepetidoloserroresdemimadreniheesperadoqueotraspersonasforjenmi
destinopormí.Hetenidoayuda,porsupuesto,ymesientomuyagradecidaporello,peroahoradepende
de mí pasar al siguiente nivel. Tengo un programa de prácticas increíble, una amiga descarada y su
amadoprometido,yuncochellenoconmispertenencias.
No tengo un apartamento..., no tengo nada excepto mis libros, unas cuantas cajas en el asiento
traseroymitrabajo.
Perofuncionará.
Losé.Tienequefuncionar.
SeréfelizenSeattle...Serácomosiempreimaginéquesería,seguro.
Cadakilómetrosehaceeterno...,cadasegundoestállenoderecuerdos,dedespedidasydedudas.
LacasadeKimberlyyChristianesinclusomásgrandedeloquehabíaimaginadoporladescripciónde
miamiga.Yasólolaentradameponenerviosaymeintimida.Hilerasdeárbolesdelimitanlapropiedad,
lossetosalrededordelacasaestánbienpodadosyelairehueleafloresquenoséreconocer.Aparco
detrás del coche de Kimberly e inspiro hondo antes de salir. Las enormes puertas de madera están
coronadas con una gran «V», y me estoy riendo de la arrogancia de semejante decoración cuando
Kimberlyabrelapuerta.
Alzaunacejaalvermereírysiguemimiradahastalapuertaqueacabadeabrir.
—¡Nosotrosnolopusimosahí!Lojuro:¡laúltimafamiliaquevivióaquífueronlosVermon!
—Yonohedichonada—lainformoaltiempoquemeencojodehombros.
—Sé exactamente lo que estás pensando. Es horrible. Christian es un hombre orgulloso, pero ni
siquieraélharíaunacosaasí.—Golpetealaletraconunauñacarmesíymeríodenuevomientrasme
haceentraratodaprisaenlacasa—.¿Quétalelviaje?Vamos,pasa,aquífuerahacefrío.
Lasigohastaelvestíbuloyagradezcoelairecálidoyeldulcearomadelachimenea.
—Haidobien...,largo—contesto.
—Esperonotenerquevolverahacereseviajenuncamás.—Sefrotalanariz—.Christianestáen
la oficina. Yo me he tomado el día libre para asegurarme de que te instalas bien. Smith volverá del
colegiodentrodeunashoras.
—Graciasdenuevopordejarquemequede.Prometoquenoestarémásdeunpardesemanas.
—Noteestreses;porfinestásenSeattle.
Ellasonríeyporfincaigoenlacuenta:«¡ESTOYenSeattle!».
Capítulo70
Hardin
—¿Cómotefueelkickboxingayer?—preguntaLandonconvozcansadaylacaracontorsionadaenuna
estúpida expresión de esfuerzo físico mientras levanta otro saco de abono. Cuando lo deja caer en su
sitio,sellevalasmanosalascaderasyañadeponiendolosojosdramáticamenteenblanco—:Podrías
ayudar,¿sabes?
—Losé—respondodesdelasillaenlaqueestoysentado,ylevantolospiesparareposarlosenuna
delasestanteríasdemaderadelinvernaderodeKaren—.Elkickboxingestuvobien.Laentrenadoraera
unamujer,asíquefuebastantepatético.
—¿Porqué?¿Porquetepateóeltrasero?
—¿Quieresdecirelculo?No,nolohizo.
—Yatodoesto,¿porquéfuiste?LedijeaTessquenotecompraraesebonoparaelgimnasio,que
nolousarías.
ElfastidioseinstalaenmipechoporlaformaenquelallamaTess.Nomegustaunpelo.
«SóloesLandon»,merecuerdoamímismo.
Detodaslasmierdasdelasquetengoquepreocuparmeahoramismo,Landoneslamenordetodas
ellas.
—Porqueestabacabreadoysentíqueibaarompertodoloquehabíaenelmalditoapartamento,así
quecuandovielbonoalsacartodosloscajonesdelacómoda,locogí,mepuselaszapatillasymefui
allá.
—¿Sacastetodosloscajones?Tessatevaamatar...—Sacudelacabezayporfinsesientasobrela
piladesacosdeabono.Nisiquieraséporquésehaofrecidoaayudarasumadreamovertodoeso.
—De todos modos, no lo verá... Ya no es su apartamento —le recuerdo, intentando mantener el
tonocortanteenmivoz.
Memiraconculpabilidad.
—Losiento.
—Ya...—suspiro;nisiquieratengounaréplicaagudaparaeso.
—Esduroparamísentirmemalporticuandopodríasestarallíconella—sueltaLandondespués
deunossegundosensilencio.
—Quetejodan.—Reclinolacabezacontralaparedypuedonotarcómomemira.
—Notienesentido—añade.
—Noparati.
—Niparaella.Niparanadie.
—Notengoquedarleexplicacionesanadie—salto.
—Entonces,¿quéhacesaquí?
Envezdecontestarle,miroamialrededor,nomuysegurodequéhagoenestelugar.
—Notengoningúnotrositioadondeir.
«¿Acasosecreequenolaechodemenoscadaputosegundoquepasa?¿Quenopreferiríaestar
conellaenvezdeseguiraquíhablandoconél?»
Memiradereojo.
—Y¿quéhaydetusamigos?
—¿TerefieresalosquedrogaronaTessa?¿Oalquemetendióunatrampaparasoltarlelodela
apuesta?—replicocontándolosconlosdedosdelamanoparaañadirunefectodramático—.Otalvez
terefierasalqueconstantementeintentameterseensusbragas.¿Quieresquecontinúe?
—Supongo que no. Aunque yo podría haberte dicho que tus amigos dan asco —dice con un
molestoretintín—.¿Quévasahacerentonces?
Decidoquemantenerlapazespreferibleamatarloymeencojodehombros.
—Exactamenteloqueestoyhaciendoahora.
—¿Asíquevasaquedarteconmigolloriqueandoporlosrincones?
—Noestoylloriqueando.Estoyhaciendoloquemedijistequehiciera:mejorarmeamímismo.—
Meburlodibujandocomillasconlosdedos—.¿Hashabladoconelladesdequesemarchó?—pregunto.
—Sí,mehaenviadounmensajeestamañanaparadecirmequehallegado.
—EstáencasadeVance,¿verdad?
—¿Porquénoloaveriguasportimismo?
«Joder,miraqueLandonpuedeserpesado.»
—Séqueestáahí.¿Dónde,sino,ibaaestar?
—ConesetalTrevor—sugiereLandonrápidamente,ysusonrisitamehacereconsiderarretirarla
suspensióndelapenademuertequeleacabodeotorgar.
Si ahora mismo le hiciera un placaje, no le haría mucho daño. Total, no está ni a un metro del
suelo.Probablementenisiquieraledejaríamarcas...
—MehabíaolvidadodelputoTrevor—gruñomasajeándomelassienesconfuerza.
TrevorescasitanirritantecomoZed.PerocreoqueTrevorenrealidadtienebuenasintenciones
conrespectoaTessa,loqueaúnmecabreamás.Lohaceaúnmáspeligroso.
—Yentonces,¿cuáleselsiguientepasoenelProyectodeAutomejora?—Landonsonríe,perola
sonrisa desaparece rápidamente y su expresión se vuelve seria—. Estoy realmente orgulloso de ti por
haceresto,¿sabes?Esgenialverteintentarloenserio,envezdeesforzarteduranteunahoraparavolver
asercomoerasenelmomentoenqueellateperdona.TambiénsignificarámuchoparaTessaverque
realmenteestástrabajandoparacambiar.
Dejo caer los pies y me balanceo ligeramente en la silla. Hablar de esto despierta algo en mi
interior.
—No intentes sermonearme, aún no he hecho una mierda; sólo ha pasado un día. —Un largo,
miserableysolitariodía.
Landonabremucholosojosenseñaldesimpatía.
—No,lodigoenserio.Nohasrecurridoalalcoholnitehasmetidoenpeleas,notehanarrestado
y,además,séquevinisteahablarcontupadre.
Mequedoconlabocaabierta.
—¿Telohacontado?Quécapullo.
—No,élnomehadichonada.Perovivoaquíyvitucoche.
—Ah...
—CreoqueelhechodequehablesconélsignificarámuchoparaTessa—continúa.
—¿Quieresparar?—leimploroconunarápidacaídadehombros—.Joder,quenoeresmiloquero.
Dejadeactuarcomosifuesesmejorqueyoyyonofueramásquealgunaclasedeanimalheridoalque
tienesque...
—¿Porquénopuedessimplementeaceptaruncumplido?—meinterrumpeél—.Nuncahedicho
queseamejorquetú.Loúnicoqueintentoesestarahíparati,comounamigo.Notienesanadie,tú
mismo lo has dicho, y ahora que has permitido que Tessa se mude a Seattle, no tienes ni a una sola
personaparadarteapoyomoral.—Memirafijamenteperoyoapartolosojos—.Debesdejardealejara
la gente de ti, Hardin. Sé que no te caigo bien; me odias porque crees que de algún modo soy el
responsable de algunos de los problemas que tienes con tu padre, pero Tessa y tú me importáis
muchísimo,loquierasoírono.
—Noquierooírlo—lesuelto.
¿Porquésiempretienequedecirmierdascomoésa?Habíavenidoa...,nosé,ahablarconél,noa
quemedijeralomuchoqueleimporto.
Además, ¿por qué tendría que importarle? No he sido más que un cabrón desde el día que lo
conocí,peronoloodio.¿Deverdadcreequeloodio?
—Bueno, ésa es una de las cosas en las que necesitas trabajar. —Se pone en pie y sale del
invernadero,dejándomeasolas.
—Joder.
Balanceo un pie delante de mí y golpeo sin querer una de las estanterías de madera. Un crujido
resuenaportodalasalaymepongoenpiedeunsalto.
—¡No,no,no!
Intento cazar al vuelo las cajas de flores, las macetas y todo lo que puedo antes de que caiga al
suelo.Ensegundos,todo,absolutamentetodoestáporlossuelos.Estonoestáocurriendo,yonoquería
romperestamierda,yaquíestoy,conunmontóndetierra,floresymacetasrotasamispies.
TalvezpuedalimpiarloantesdequeKaren...
—Oh,Diosmío...—Laoigocontenerelalientoymevuelvohacialapuertaparaverlaallídepie,
conunapequeñapaladejardineroenlamano.
«Mieeeeerda.»
—Noqueríatirarlo,lojuro.Lehedadoconelpiesinquerer,laestanteríaseharotoy...ytodaesta
mierda ha empezado a caer... ¡He intentado cogerlo! —trato de explicarle desesperado mientras ella
correhacialapiladecerámicarota.
Susmanossemuevenentrelospedazos,tratandodevolverajuntarunamacetaazulquenopodrá
volveraestardeunapieza.Karennodicenada,perolaoigosorberporlanarizytratadesecarselas
mejillasconsusmanosllenasdetierra.
Trasunossegundos,murmura:
—Hetenidoestamacetadesdequeeraunaniña.Fuelaprimeramacetaqueuséparatrasplantarun
esqueje.
—Yo...—Noséquédecirle.Herotomuchísimascosas,peroestavezsíquehasidounaccidente.
Mesientocomounaauténticamierda.
—Estoylaporcelanaeranloúnicoquemequedabademiabuela—llora.
Laporcelana.Laporcelanaqueherotoenunmillóndepedazos.
—Karen,losiento.Yo...
—Estábien,Hardin—suspirayarrojalostrozosdelamacetasobrelapiladesuciedad.
Peronoestábien,puedoverloensusojoscastaños.Perciboloheridaquesesiente,ymesorprendo
anteelpesodelaculpaqueseinstalaenmipechoalavistadelatristezaensusojos.Contemplala
macetarotaduranteunossegundosmásyyolaobservoensilencio.TratodeimaginaraKarendeniña,
conunosgrandesojoscastañosyunalmaamableinclusoentonces.Apuestoaqueeraunadeesasniñas
cariñosascontodoelmundo,hastaconloscabronescomoyo.Piensoensuabuela,queprobablemente
era tan buena como ella, entregándole algo que Karen consideró lo suficientemente importante como
para conservarlo durante todos estos años. Yo nunca he tenido nada en mi vida que no haya acabado
destruido.
—Voyaterminardeprepararlacena.Prontoestarálista—dicealfinal.
Yentonces,secándoselosojos,abandonaelinvernaderoigualquesuhijolohahechohaceapenas
unosminutos.
Capítulo71
Tessa
EsimposibleignoraraSmithysuadorableformadeandaratualrededor,mirándolotodo,saludándote
conunapretóndemanosformalycosiéndotedespuésapreguntasmientrastúintentashacertustareas.
Asíquecuandoentraenlahabitaciónenelmomentoenqueestoycolgandomiropaymepreguntaen
vozbaja«¿DóndeestátuHardin?»,nopuedoenfadarmeconél.
MeponeunpocotristetenerqueexplicarlequelohedejadoenlaWCU,peroestepequeñínestan
ricoqueatenúaelterribledolorquesiento.
—Y¿dóndeestálaWCU?—pregunta.
Pongolamejordemissonrisas.
—Lejos,muymuylejos.
Smithentornasuspreciososojosverdes.
—¿Vaavenir?
—No lo creo. Esto..., a ti te cae bien Hardin, ¿verdad, Smith? —Me río, paso las mangas de mi
viejovestidomarrónporunaperchaylocuelgoenelarmario.
—Másomenos.Esgracioso.
—¡Oye, que yo también soy graciosa! —bromeo, pero él simplemente me dedica una sonrisa
tímida.
—Nomucho—sueltaconsinceridad.
Yesomehacereíraúnmásfuerte.
—Hardincreequesoygraciosa—miento.
—¿Enserio?—Smithsefijaenloquehagoyempiezaaayudarmeadesempaquetaryavolvera
doblarmiropa.
—Sí,aunquenuncaloadmitiría.
—¿Porqué?
—No lo sé —digo encogiéndome de hombros. Probablemente porque no soy muy graciosa, y
cuandointentoserloesaúnpeor.
—Bueno,dileatuHardinquevengaaviviraquí,comotú—dicecontodatranquilidad,comoun
pequeñoreyemitiendounedicto.
Mipechosecontraeantelaspalabrasdeestedulceniño.
—Selodiré.Nohacefaltaquedobleseso—leadvierto,intentandocogerlacamisaazulquetiene
entrelasmanitas.
—Megustadoblar—replica,yescondelacamisaasuespalda.
¿Quépuedohacerexceptoasentir?
—Undíadeéstosserásunbuenmarido—ledigo,ysonrío.
Sus hoyuelos aparecen cuando me devuelve la sonrisa. Al menos parece que le caigo un poco
mejorqueantes.
—Noquieroserunmarido—dicearrugandolanariz,ypongolosojosenblancoanteestecríode
cincoañosquehablaexactamenteigualqueunadulto.
—Algúndíacambiarásdeidea—lopico.
—No.—Yconesoacabalaconversaciónyterminamosdecolocarmiropaensilencio.
MiprimerdíaenSeattleseestáacabandoymañanaserámiprimerdíaenlanuevaoficina.Estoy
extremadamentenerviosayansiosaporello.Nomegustanlascosasnuevas;dehecho,meaterrorizan.
Megustacontrolarcadasituaciónyentrarenunnuevoentornoconunplansólido.Peronohetenido
tiempo de planear mucho todo esto, aparte de apuntarme a mis nuevas clases, que, para ser sincera,
tampoco es que me hagan especial ilusión. En algún momento durante mi autoflagelación, Smith ha
desaparecido,dejandosobrelacamaunapiladeropaperfectamentedoblada.
NecesitosaliryverSeattlemañanadespuésdeltrabajo.Necesitoquemerecuerdenloquetantome
gustadeestaciudad,porqueahoramismo,enestedormitorioajeno,ahorasdedistanciadetodoloque
siempreheconocidomesiento...sola.
Capítulo72
Hardin
ObservoaLoganvaciarunapintaenteradecervezadeunsolotrago,espumaincluida.Dejalajarraen
lamesaysesecalaboca.
—Stephesunapsicópata.NadieimaginabaqueleharíaalgoasíaTessa—dice,ydespuéseructa.
—Danlosabía.Ysidescubroquealguienmáslosabíatambién...—leadvierto.
Élmemiraconsolemnidadyasiente.
—Nadie más lo sabía. Bueno..., al menos que yo sepa. Pero ya sabes que, total, a mí nadie me
cuentaunamierda.
Unamorenaaltaapareceasuladoyéllarodeaconunbrazo.
—NateyChelseaestaránaquípronto—ledice.
—Nochedeparejas—gimo—.Serámejorquemelargue.
TratodeponermeenpieperoLoganmedetiene.
—Noesunanochedeparejas.Tristantambiénestásolteroahora,yNatenoestásaliendoenserio
conChelsea:sólofollan.
No sé ni por qué he venido, pero Landon apenas me habla y Karen parecía tan triste durante la
cenaquenopodíapermanecersentadoalamesapormástiempo.
—Déjameadivinar:¿Zedtambiénviene?
Loganniegaconlacabeza.
—Nolocreo,meparecequeestáinclusomáscabreadoquetúportodaestamierda,porquenonos
havueltoahablaraningunodesdequepasó.
—Nadieestámáscabreadoqueyo—ledigoconlosdientesapretados.
Quedar con mis antiguos amigos no me está ayudando a ser «mejor persona». Sólo me está
fastidiando.¿CómoseatreveadecirqueZedsepreocupamásporTessaqueyo?
Loganagitalamanoenelaire.
—Noqueríadecireso...,culpamía.Tómateunabirrayrelájate—dicebuscandoalcamarerocon
lamirada.
AlzolavistayveoqueNate,laquedebedeserlatalChelseayTristanatraviesanelpequeñobar
ennuestradirección.
—Noquierounajodidacerveza—repongoenvozbajaintentandocontrolarmiactitud.Logansólo
tratadeayudarme,peromeestámolestando.Todoelmundomemolesta.Todomemolesta.
Tristanmedaunapalmadaenelhombro.
—Cuánto tiempo sin verte —se esfuerza por bromear, pero queda raro y ninguno de nosotros
dedica al tema ni una sonrisa—. Siento toda la mierda que lio Steph..., no tenía ni idea de lo que
planeaba,enserio—diceporfin,haciendoelmomentomuchomásincómodo.
—Noquierohablardeeso—afirmoconénfasis,poniendofinalaconversación.
Mientrasmipequeñogrupodeamigosbebeyhablasobregilipollecesquemeimportanunhuevo,
meencuentropensandoenTessa.
«¿Qué estará haciendo ahora? ¿Le gustará Seattle? ¿Se sentirá tan incómoda en casa de Vance,
comosospecho?¿EstaránsiendoamablesconellaChristianyKimberly?»
Puesclaroquesí;KimberlyyChristiansiempresonamables.Asíqueenrealidadestoyevitandola
granpregunta:¿Tessameechatantodemenoscomoyoaella?
—¿Vas a tomarte uno? —Nate interrumpe mis pensamientos y agita un vaso de chupito ante mi
cara.
—No,estoybien.—Señalomisodasobrelamesayélseencogedehombros,echalacabezahacia
atrásyselotomadeuntrago.
Estoesloúltimoquemeapetecehacerahoramismo.Esejuegoadolescentedebeber-hasta-potaro-hasta-caer-redondopuedequesealosuficientementebuenoparaellos,peronoloesparamí.Ellosno
disfrutan del lujo de tener una voz taladrándolos desde el fondo de la mente, diciéndoles que deben
mejorar y hacer algo con sus vidas. Nunca han tenido a nadie que los quiera lo suficiente como para
desearsermejores.
«Quiero ser mejor por ti, Tess», le dije una vez. Y no es que haya hecho un gran trabajo hasta
ahora.
—Melargo—anuncio,peronadienotacuandomelevantoymemarcho.
Hedecididoquenovoyaseguirperdiendoeltiempoenlosbarescongentealaquerealmentele
importounamierda.Notengonadacontralamayoríadeellos,peroningunomeconocedeverdadose
preocupapormí.Sólolesgustaelyoborracho,rudoyquesefollaacualquierchica.Yonoeramásque
otrotíoensusgrandesfiestas.Nosabenunamierdademí,nisiquierasabenquemipadreeseljodido
rectordenuestrauniversidad.Estoysegurodequenisiquierasabenloquehaceunrector.
Nadie me conoce como me conoce ella, nadie nunca se ha preocupado por conocerme como lo
hace Tess. Ella siempre me hace las preguntas más intrusivas y aleatorias: «Qué estás pensando?»,
«¿Por qué te gusta esta serie?», «¿Qué crees que está pensando ese hombre de ahí?», «¿Cuál es tu
primerrecuerdo?».
Yosiemprereaccionabacomosisunecesidaddesaberlotodofuesemolesta,peroenrealidadme
hacíasentir...especial...,comosialguiensepreocuparalosuficientepormícomoparaquererconocer
lasrespuestasaesasridículaspreguntas.Noséporquémimentenoescapazdeponersedeacuerdo:
unamitadmedicequelosupereyllevemipatéticoculohastaSeattle,derribelapuertadeVanceyle
prometa no volver a dejarla jamás. Pero no es tan fácil. Hay otra parte mayor y más fuerte en mí, la
mitad que siempre gana, que me recuerda lo jodido que estoy. Muy jodido, y lo destruyo todo en mi
vida y en la de los demás, así que le estaré haciendo un favor a Tessa dejándola en paz. Y ésta es la
única parte a la que puedo creer, especialmente sin ella aquí para decirme que estoy equivocado.
Especialmenteporquealfinalesoesloquesiempreharesultadoserverdadenelpasado.
El plan de Landon para convertirme en una persona mejor suena bien sobre el papel, pero ¿y
despuésqué?¿Sesuponequedebocreerquepuedoseguirasíporsiempre?¿Sesuponequedebocreer
que seré lo bastante bueno para ella sólo porque he decidido no recurrir al vodka cada vez que me
pongofurioso?
Estoseríamuchomássencillosinoestuvieradispuestoaadmitirlojodidoqueestoy.Noséqué
voyahacer,peronovoyaencontrarlarespuestaaquíyahora.Estanochemeiréamiapartamentoy
veré las series favoritas de Tessa, las peores series, llenas de guiones ridículos y actores terribles.
Probablemente hasta fingiré que ella está allí conmigo, explicándome cada escena aunque yo las esté
viendojustoasuladoyentendiendotodoloqueestápasando.Mevuelvelococuandohaceeso.Esmuy
molesto,peromeencantaloapasionadaquesemuestraporlospequeñosdetalles.Comoquiénllevaun
abrigorojoyestáacosandoaesasinsoportablespequeñasmentirosas.
Sigoplaneandominochecuandosalgodelascensor.Acabaréviendoesamierda,despuéscenaré,
medaréunaduchayprobablementemelapelaréimaginandolabocadeTessaalrededordemipolla,y
harétodoloposiblepornohacernadaestúpido.Puedequeinclusolimpieeldesastrequeorganicéayer.
Medetengofrentealapuertademiapartamentoymiroarribayabajodelpasillo.¿Quécoñohace
lapuertamedioabierta?¿HavueltoTessaoesquealguiensehacoladodenuevo?Noestoysegurode
quérespuestapodríacabrearmemás.
—¿Tessa?
Empujolapuertaconelpieysemecaeelalmaalospiesalverasupadremediodesplomadoy
cubiertodesangre.
—Pero¡¿quécoño...?!—gritocerrandolapuertadeungolpe.
—Cuidado...—gimeRichard,ymisojossiguenlossuyoshastaelpasillo,donde,porencimadesu
hombro,captounmovimiento.
Hayunhombreahí,inclinándosesobreél.Cuadroloshombros,dispuestoacargarcontraelsujeto
siesnecesario.
PeroentoncesmedoycuentadequeeselamigodeRichard...Chad,creoquesellama.
—Pero¿quécojoneslehapasadoyquécoñoestáishaciendoaquí?—lepregunto.
—Esperabaencontraralachica,perotúmeservirás—seburla.
MehiervelasangreporeltonoenqueestetíohabladeTessa.
—¡Lárgatedeaquíyllévatelocontigo!—Señaloaltrozodemierdaquehatraídoaestetíoami
apartamento.Susangremeestáestropeandoelsuelo.
Chad endereza los hombros y mueve la cabeza de un lado a otro. Me doy cuenta de que intenta
mantenerlacalmaperoque,aunasí,estámuyalterado.
—Elproblemaesquemedebeunmontóndepastaynotieneformadepagarme—explica,conlas
uñassuciasrascandolospequeñospuntosrojosdesusbrazos.
«Putoyonqui.»
Alzolapalmadelamano.
—Noesmiproblema.Novolveréadecirtequetelargues,ypuedesestarsegurodequenovoya
dartedinero.
PeroChadselimitaasonreír.
—¡Nosabesconquiénestáshablando,chaval!
YledaunapatadaaRichardjustodebajodelascostillas.Ungemidopatéticoescapadesuslabios
mientrassedeslizahastaelsueloyyanoselevanta.
Noestoydehumorparatratarconmalditosdrogadictosasaltadoresdeapartamentos.
—Meimportáisunamierdatantoélcomotú.Estásmuyequivocadosicreesquetetengomiedo—
gruño.
«¿Quémáspodríaocurrirenestamalditasemana?»
No,espera.Noquierosaberlarespuestaaeso.
AvanzohaciaChadyélretrocede,justocomosabíaqueharía.
—Sóloporseramabletelorepetiréunavezmás:largaosollamaréalapoli.Ymientrasesperamos
aqueaparezcanparasalvarte,tedaréunapalizaconelbatedebéisbolquetengosiempreamanoporsi
algúnjodidoimbécilintentaalgunagilipollezcomoésta.
Voyhastaelarmariodelvestíbulo,sacoelarmadedondelatengosiempreapoyadacontralapared
ylaagitolentamenteparaprobarmidecisión.
—Si me voy sin el dinero que me debe, cualquier cosa que le haga será culpa tuya. Su sangre
estaráentusmanos.
—Meimportaunamierdaloquelehagas—digo.Perodeprontonoestoysegurodesilodigoen
serio.
—Claro—diceél,yleechaunvistazoalasala.
—¿Cuántapasta?—pregunto.
—Quinientos.
—Nopiensodartequinientosdólares.
SécómosevaasentirTessacuandodescubraquemissospechassobreelhechodequesupadrees
undrogatasonciertas,ymedanganasdetirarlelacarteraaChadalacaraydarletodoloquetengo
sóloparalibrarmedeél.Odiosaberqueteníarazónsobresupadre;ahoramismoellasólomecreea
medias,peroprontovaacomprendertodalaverdad.Ojalátododesapareciera,incluidoelcapullode
Richard.
—Notengotantodinero—añado.
—¿Doscientos?—pregunta.Casipuedoversuadicciónsuplicándomeatravésdesusojos.
—Vale.
Nopuedocreerquedeverdadvayaadarledineroaesteyonquiquesehacoladoenmicasayleha
dadounapalizademuertealpadredeTessa.Nisiquieratengodoscientosdólaresenefectivo.¿Quése
suponequevoyahacer?,¿llevarmealtíoésteauncajero?Estoesunamierda.
Pero¿quiénvuelveasucasaparaencontrarseconalgoasí?
Yo.
Porella,sóloporella.
Mesacolacarteradelbolsillo,lelanzolosochentadólaresqueacabodesacardelbancoyentroen
midormitorioconelbateaúnenlamano.CojoelrelojquemipadreyKarenmeregalaronporNavidad
ytambiénselolanzo.Paraseruntipotanesqueléticoyhechopolvo,Chadlocazaalvueloconbastante
agilidad.Debedeansiarlomucho...,omásbienloqueledaránacambio.
—Elrelojvalemásdequinientospavos.¡Yahoralárgatedeaquí!—legrito,peroenrealidadno
quieroquesevaya,quieroqueintenteatacarmeparapoderabrirlelacabeza.
Chadseríe,despuéstoseyvuelveareír.
—Hastalapróxima,Rick—amenazaantesdecruzarlapuerta.
Losigoyloseñaloconelbate,diciendo:
—Eh,Chad...Sivuelvoaverte,temataré.
Ylecierrolapuertaenlasnarices.
Capítulo73
Hardin
Empujo el muslo de Richard con mi bota. Estoy más que cabreado y todo este lío es por mi maldita
culpa.
—Losiento—gimoteamientrasintentaincorporarse;alospocossegundoshaceungestodedolor
yvuelveadeslizarsesobreelsuelodehormigón.
Loúltimoquequieroestenerquelevantarsupatéticoculodelpiso,perollegadosaestepuntoya
noséquémáshacerconél.
—Tevoyasentarenlasilla,peroniteacerquesalsofá,nohastaquetedesunaducha.
—Vale —murmura, y cierra los ojos mientras me inclino para levantarlo. No pesa tanto como
esperaba,especialmenteparaalguiendesuestatura.
Loarrastrohastaunasilladelacocinay,encuantolosiento,sedoblaporlamitadrodeándoseel
torsoconunbrazo.
—Y¿ahoraqué?¿Quésesuponequevoyahacercontigoahora?—lepreguntoenvozbaja.
¿QuéharíaTessasiestuvieseaquí?Conociéndola,leprepararíaunbañocalienteyalgodecomer.
Yonovoyahacerningunadelasdoscosas.
—Llévamedevuelta—sugiere.
Susdedostemblorososlevantanelcuellodesuandrajosacamiseta,unamíaqueTessaledio.¿La
ha estado llevando desde que se fue de aquí? Se seca la sangre de la boca, restregándosela
perezosamenteporlamejillayporelpelogruesoehirsutoquelecreceahí.
—¿Devueltaadónde?—pregunto.
Quizádeberíahaberllamadoalapolicíanadamásentrarenelapartamento,quizánotendríaque
haberledadoelrelojaChad...Nopensabaconclaridadenesemomento,todoloquepodíapensarera
enmanteneraTessafueradetodoesto.
Pero,claro,ellayaestácompletamentefueradeesto...,ymuylejos.
—¿Porquélohastraídoaquí?SillegaaestarTessa...—Mivozsepierde.
—Sehamudado,sabíaquenoestaríaaquí—seesfuerzaendecir.
Séquelecuestahablar,peronecesitorespuestasysemeestáacabandolapaciencia.
—¿Tambiéntecolasteencasahaceunosdías?
—Sí.Sólovineacomeryadu...ducharme—jadeaRichard.
—¿Vinistehastaaquísóloparacomeryducharte?
—Sí,laprimeravezcogíunautobús.HoyChad...—tomaalientoyaúlladedolorantesdecambiar
elpesodelado—seofrecióatraerme,peroencuantoentramossevolvióenmicontra.
—¿Cómocoñohasentrado?
—CogílallavederepuestodeTessie.
«¿Lacogió...oellaseladio?»,mepregunto.
Richardcabeceahaciaelfregadero.
—Delcajón.
—Aversiloheentendidobien:¿robasteunallavedemiapartamentoaunquepodíasvenircuando
quisierasadarteunaduchayluegotrajisteaChadelYonquiEncantadoramicasaparaquetemolieraa
palosenmisaladeestarporqueledebesdinero?
¿Cómoheacabadoenmitaddeuncapítulode«Intervention»?
—Nohabíanadieencasa.Nopenséqueimportara.
—Nopensaste...,¡éseeselproblema!¿YsihubiesesidoTessalaquehubieravenido?¿Acasote
importacómopuedasentirsesiteveasí?
Estoy completamente descolocado. Mi primer instinto es sacarlo a rastras de nuestro... de mi
apartamento y dejar que se desangre en el pasillo. Pero no puedo hacer eso porque resulta que estoy
desesperadamenteenamoradodesuhija,ysilohicieratodocuantoconseguiríaseríaherirlaaúnmásde
loqueyalohehecho.¿Aqueelamoresjodidamenteincreíble?
—Bueno,y¿quévamosahacerahora?—Merascolabarbilla—.¿Tellevoalhospital?
—Nonecesitounhospital,sólounvendajeodos.¿PuedesllamaraTessiepormíydecirlequelo
siento?
Rechazosusugerenciaconunasacudidadelbrazo.
—No,noloharé.Nadielevaacontarnadadeesto.Noquieroquesepreocupeporestamierda.
—Vale—accede,yvuelvearesbalardelasilla.
—¿Desdecuándotemetes?—lepregunto.
Éltragasaliva.
—Nolosé—dicedócilmente.
—Nomemientas,nosoyidiota.Sólodímelo.
Pareceperdidoensuspensamientos,distraído.
—Haráunaño,peroheestadointentandodejarlodesdeeldíaquemeencontréconTessie.
—Selevaaromperelcorazón...,losabes,¿verdad?
Esperoquelosepa.Ysino,notendréproblemaalgunoenrecordárselomilesdevecessienalguna
ocasiónloolvida.
—Losé,mevoyaponermejor,porella—measegura.
«Comohacemostodos...»
—Bueno,querrásacelerarturehabilitación,porquesiteveahora...—Noacabolafrase.
Considero la idea de llamarla y preguntarle qué diablos se supone que debo hacer con su padre,
pero sé que ésa no es la respuesta. No necesita que la moleste con esto, ahora no. No cuando está
intentandohacerrealidadsussueños.
—Mevoyamihabitación—digofinalmente—.Puedesducharte,comeroloqueseaqueplanearas
hacerantesdequellegaraacasayosinterrumpiera.
Salgodelacocinaparairamidormitorio.Cierrolapuertatrasdemíymeapoyoenella.Éstashan
sidolasveinticuatrohorasmáslargasdemivida.
Capítulo74
Tessa
NopuedoborrarestaridículasonrisademicaramientrasKimberlyyChristianmeenseñanminuevo
despacho.Lasparedessondeunblanconítido,lasmoldurasylapuertasongrisoscuroyelescritorioy
lasestanteríassonnegros,elegantesymodernos.Eltamañodelasalaeselmismoqueeldemiprimer
despacho, pero las vistas son increíbles, de hecho quitan el aliento. La nueva oficina de Vance se
encuentraenelcentrodeSeattle;laciudadasuspiesespróspera,enconstantemovimientoydesarrollo,
yyomehallojustoenelmeollodetodo.
—Esto es increíble... ¡Muchísimas gracias! —les digo, probablemente con más entusiasmo de lo
quemuchaspersonaspodríanconsiderarprofesional.
—Todo lo que necesitas está a un paseo de distancia, café y cualquier tipo de cocina que pueda
apetecerte,todoestáaquí.—Christiancontemplalaciudadconorgulloyrodeaconunbrazolacintura
desuprometida.
—Dejadealardear,¿quieres?—bromeaKimberly,yleplantaunsuavebesoenlafrente.
—Bueno,yanosvamos.Yahora,ponteatrabajar.—Christianmeregañadebroma.Kimberlylo
agarraporlacorbatayprácticamentelosacaarastrasdelaoficina.
Ordeno las cosas sobre mi escritorio tal y como me gustan y leo un poco, pero para la hora de
comeryaleheenviadoalmenosdiezfotosdeminuevodespachoaLandon...yaHardin.Sabíaque
Hardinnomecontestaría,peronohepodidocontenerme.Queríaqueapreciaralasvistas,talvezesolo
haría cambiar de opinión respecto a mudarse aquí, ¿no? Sólo estoy buscando excusas para mi breve
lapsusdejuicioalenviarlelasfotos.Peroesqueloechodemenos...Yaestá,yalohedicho.Loecho
terriblementedemenos,yesperabaunarespuestaporsuparte,aunquesólofueraunmensajito.Algo.
Peronomehaenviadonada.
Landon sí que me manda una animada respuesta a cada foto, incluso cuando le envío una muy
tontaenlaquesalgoconunatazadecaféconellogodelaeditorialimpresoenunlado.
CuantomáspiensoenmiimpulsivadecisióndeenviarleesasfotosaHardin,másmearrepiento.
¿Ysiselotomaporloquenoes?Tienetendenciaahacerlo.Podríaconsiderarlocomounrecordatorio
delhechodequesigoadelante,inclusopuedellegarapensarqueseloestoyrestregandoporlacara.De
verdadqueésanoeramiintenciónysóloesperoquenoselotomeasí.
Quizá debería mandarle otro mensaje explicándoselo. O decirle que le he enviado las fotos por
accidente.Noséquéresultaríamáscreíble.
Ningunadelasdosopciones,seguro.Estoydándoledemasiadasvueltasaesto;despuésdetodo,
sonsólofotos.Ynopuedoserresponsabledecómodecidainterpretarlas.Nopuedoresponsabilizarme
asídesusemociones.
Cuando entro en la sala de descanso de mi planta me encuentro a Trevor sentado a una de las
mesascuadradasconunatabletafrenteaél.
—BienvenidaaSeattle—mediceconsusojosazulesbrillando.
—Hola.—Ledevuelvoelsaludoconunasonrisa.
A continuación inserto mi tarjeta de débito en la rendija de la enorme máquina expendedora.
Presionounoscuantosbotoncillosnumeradosysoyrecompensadaconunpaquetedegalletassaladas
conmantequilladecacahuete.Estoydemasiadonerviosaparatenerhambre,asíqueyasaldrémañanaa
comer,despuésdequehayatenidolaoportunidaddeexplorarlazona.
—¿TegustaSeattledemomento?—mepreguntaTrevor.
Lomiropidiendopermisoy,cuandoasiente,medeslizoenlasillafrenteaél.
—Aúnnohepodidovermucho.Justolleguéayer,peromeencantaestenuevoedificio.
Dos chicas entran en la sala y le sonríen a Trevor; una de ellas se vuelve para sonreírme a mí
tambiényyolasaludoconlamano.Empiezanahablarentresí,yentonceslamásbajitadeellas,que
tieneelcabellonegro,abreelfrigoríficoysacaunplatopreparadoparamicroondasmientrassuamiga
semuerdelasuñas.
—Entonces deberías explorar un poco. Hay demasiadas cosas que hacer aquí. Es una ciudad
preciosa—declaraTrevoraltiempoqueyomordisqueounagalleta,pensativa—.LaAgujaEspacial,el
CentrodeCienciasdelPacífico,museosdearte...,loquequieras.
—Me gustaría ver la Aguja Espacial y el mercado de Pike Place —le digo. Pero empiezo a
sentirmeunpocoincómodaporque,cadavezquemiroalasdoschicas,medoycuentadequemeestán
observandoyhablandoenvozbaja.
Hoyestoyunpocoparanoica.
—Deberíashacerlo.¿Yahasdecididodóndetequedarás?—preguntadeslizandoeldedoíndicepor
lapantallaparacerrarlaventanadesutabletaydedicarmetodasuatención.
—De momento estoy en casa de Kimberly y Christian... Sólo será durante una o dos semanas,
hastaquepuedaencontrarunlugardondevivir.
La urgencia en mi voz resulta embarazosa. Odio tener que quedarme con ellos después de que
Hardinfastidiaramioportunidaddealquilarelúnicoapartamentoquepudeencontrar.Quierovivirsola
ynoestarpreocupadaporsisoyunamolestiaparanadie.
—Podríapreguntarporahíyversihayalgúnapartamentolibreenmiedificio—seofreceTrevor.
Seajustalacorbataysealisalatelaplateadaantesdepasarselasmanosporlassolapasdesutraje.
—Gracias,peronocreoquetuedificioentredentrodemipresupuesto—lerecuerdoenvozbaja.
Éleseljefedefinanzas,yyosoyunabecaria...conunsueldodecente.Nisiquieraestoysegurade
quepudieraalquilarelcontenedordebasuradedetrásdesuedificio.
Trevorsesonroja.
—Vale—dicealdarsecuentadelagrandiferenciaentrenuestrossueldos—.Perodetodosmodos
puedopreguntarporahí,porsialguiensabedealgúnotrositio.
—Gracias. —Sonrío convencida—. Seguro que Seattle me parecerá más acogedora en cuanto
encuentremipropiohogar.
—Estoy de acuerdo; te llevará algo de tiempo, pero sé que te encantará estar aquí. —Su media
sonrisaescálidayagradable.
—¿Tienesplanesparadespuésdeltrabajo?—lepreguntoantesdepoderevitarlo.
—Puessí—dice,convozsuaveytitubeante—.Peropuedocancelarlos.
—No,noimporta,sólopensabaque,comotúconoceslaciudad,mepodríasllevarporahí,perosi
yatienesplanesnotepreocupes.—EsperopoderhaceramigosenSeattle.
—Meencantaríaenseñartelaciudad.Sóloibaasalirahacerjogging,esoestodo.
—¿Jogging?—Arrugolanariz—.¿Porqué?
—Pordiversión.
—Amínomesuenamuydivertido.—Merío,yélsacudelacabezaconfingidodisgusto.
—Normalmente voy todos los días después del trabajo. Yo también estoy conociendo la ciudad
aún,yesunabuenaformadeexplorarlosalrededores.Deberíasacompañarmealgúndía.
—Nolosé...—Laideanoacabadeentusiasmarme.
—Opodríamoscaminar.—Seríe—.YovivoenBallard,esunbarriobastantebueno.
—De hecho, he oído hablar de Ballard —comento, recordando haber pasado por páginas y más
páginas web donde se mostraban los barrios de Seattle—. De acuerdo, sí. Entonces pasearemos por
Ballard.—Cierrolasmanosfrenteamíylasdejosobremiregazo.
NopuedoevitarpensarcómoHardinsetomaríaesto.DespreciaaTrevoryyaestápasándolomal
connuestroacuerdode«darnosespacio».Noesqueéllohayadicho,peromegustapensarqueesasí.
No importa cuánto espacio haya entre Hardin y yo, literal o metafóricamente, yo sólo veo a Trevor
como a un amigo. Lo último que tengo en este momento en mente es un romance con nadie,
especialmenteconalguienquenoseaHardin.
—Entoncesdeacuerdo.—Sonríe,claramentesorprendidodequehayaaccedido—.Mihoradela
comida ha acabado, así que tengo que volver a mi despacho, pero te enviaré un mensaje con mi
dirección,opodemosirdirectamentedespuésdeltrabajosiquieres.
—Mejorvamosdirectamentedesdeeltrabajo.Llevozapatoscómodos—yseñalomisbailarinas,
dándomepalmaditasmentalesenlaespaldapornollevarhoytacones.
—Meparecebien.¿Quedamosentudespachoalascinco?—proponeélponiéndoseenpie.
—Sí,genial.
Yotambiénmelevantoytiroelenvoltoriodelasgalletasalabasura.
—Puesyasabemoscómoconsiguióeltrabajo—oigoquediceunadelaschicasamiespalda.
Cuando, por curiosidad, miro hacia el lugar donde están sentadas, las dos se callan de golpe y
bajanlavistaalamesa.Nopuedoevitarpresentirqueestabanhablandosobremí.
AdiósamiideadehaceramigosenSeattle.
—Esas dos no hacen otra cosa más que cotillear, ignóralas —me dice Trevor, poniéndome una
manoenlaespaldayguiándomefueradelasaladedescanso.
Cuando regreso a mi despacho, rebusco en el cajón de mi escritorio para sacar mi móvil. Dos
llamadasperdidas,ambasdeHardin.
¿Deberíadevolvérselasahoramismo?
«Mehallamadodosveces,puedequehayapasadoalgomalo.Deberíallamar»,piensodiscutiendo
conmigomisma.
Élcontestaaltercertonoydiceatodaprisa:
—¿Porquénohascontestadocuandotehellamado?
—¿Hapasadoalgo?—Melevantodemisillón,presadelpánico.
—No, no pasa nada. —Respira, y puedo imaginar la forma exacta en que sus labios rosados se
muevenmientraspronunciaesassimplespalabras—.¿Porquémehasenviadoesasfotos?
Miroalrededordemidespacho,preocupadaporsilodisgusto.
—Esqueestabaemocionadaconminuevaoficinayqueríaquelavieras.Esperoquenocreyeras
queestabafanfarroneando.Sientoque...
—No,esqueestabaconfuso—intervienecontranquilidad,ydespuéssequedaensilencio.
Despuésdeunossegundos,digo:
—Noteenviaréningunamás,nodeberíahabertemandadoésas.—Apoyolafrentecontraelcristal
delaventanaymirohaciaabajo,alascallesdelaciudad.
—No te preocupes, está bien... ¿Qué tal es aquello? ¿Te gusta el sitio? —La voz de Hardin es
sombría,yquierosuavizarelceñoqueséqueacabadeaparecerensucara.
—Esprecioso.
Actoseguidomellamalaatención,sabíaqueloharía:
—Nohascontestadoamipregunta.
—Megustaellugar—digoenvozbaja.
—Parecesabsolutamenteeufórica.
—No,deverdadquemegusta,sóloestoy...adaptándome,nadamás.¿Quéestápasandoporahí?
—preguntoparacontinuarconlaconversación.Aúnnoestoypreparadaparadejardehablarconél.
—Nada—seapresuraacontestar.
—¿Estoteresultaincómodo?Séquedijistequenoqueríashablarporteléfono,perohasllamado
tú,asíque...
—No, no es incómodo —me interrumpe—. Nunca me siento incómodo contigo, y lo que quise
decirensumomentofuequenocreíaquedebiéramoshablardurantehorascadadíasinovamosaestar
juntos,porquenotienesentidoysóloserviríaparatorturarme.
—Entonces,¿quiereshablarconmigo?—preguntoporquesoypatéticaynecesitooírcómolodice.
—Sí,claroquesí.
Seoyeelclaxondeuncochedefondoeimaginoquedebedeestarconduciendo.
—Yentonces,¿qué?¿Vamosahablarporteléfonocomoamigos?—preguntaélsinrabiaenlavoz,
sólocuriosidad.
—Nolosé...¿Nopodríamosintentarlo?
Estaseparaciónesdiferentedelaúltima;estaveznoshemosseparadodebuenrolloynohasido
una ruptura total. No estoy lista para decidir si una ruptura total con Hardin es lo que realmente
necesito,asíqueapartoesepensamiento,loarchivoyprometovolveraélmástarde.
—Nofuncionará—replica.
—No quiero que nos ignoremos el uno al otro y no volvamos a hablar, pero no he cambiado de
idearespectoalodedarnosespacio—contesto.
—Vale,entoncesháblamedeSeattle—dicefinalmentecontraelauricular.
Capítulo75
Tessa
DespuésdepasarmediatardealteléfonoconHardinydenohabertrabajadonada,miprimerdíaenla
nuevaoficinaacabayesperopacientementeaTrevorenlapuertademidespacho.
Hardin estaba tan tranquilo, parecía tan seguro de sí mismo... como si estuviera concentrado en
algo.Depieenelpasillo,nopuedocontenerlaalegríaporseguirencontacto;esmuchomejorahora
quenonosestamosevitandoelunoalotro.Enelfondoséquenoserásiempretanfácil,hablandoasí,
engañándomeamímismaconpequeñasdosisdeHardincuandoenrealidadloquieroaél,todoél,todo
eltiempo.Quieroqueestéaquíconmigo,abrazándome,besándome,haciéndomereír.
Asíescomodebedefuncionarlanegación.
Porahorameconformoconesto.Estábastantebiencomparadoconmiotraopción:latristeza.
Suspiro y recuesto la cabeza contra la pared mientras continúo esperando. Estoy empezando a
desear no haberle preguntado a Trevor si estaba libre después del trabajo. Preferiría estar en casa de
KimberlyhablandoconHardin.Ojalámehubieraacompañado,asíseríaélquienvendríaarecogerme.
Podríatenerunaoficinacercadelamía,podríapasarseporaquívariasvecesaldíay,entrevisitas,yo
buscaríaexcusasparairalasuya.EstoyseguradequeChristianledaríauntrabajoaHardinsiselo
pidiera.UnpardevecesdejóbastanteclaroquequeríaqueHardinvolvieraatrabajarparaél.
Podríamoscomerjuntos,talvezinclusorecrearalgunosdelosrecuerdosquecompartimosenla
antigua oficina. Empiezo a imaginar a Hardin a mi espalda, yo doblada sobre la superficie de mi
escritorio,micabellofuertementeatrapadoensupuño...
—Sientollegarunpocotarde,lareuniónsehaalargado.—Trevorinterrumpemiensueñoydoyun
saltoporlasorpresaylavergüenza.
—Oh, hum..., no pasa nada, sólo estaba... —me acomodo un mechón de cabello tras la oreja y
tragosaliva—esperando.
Sisupieraloqueestabapensando...Menosmalquenotieneniidea.Nisiquierasédedóndehan
salidoesospensamientos.
Trevorinclinalacabezaaunlado,echandounvistazohaciaelpasillovacío.
—¿Listaparairnos?
—Sí.
Charlamos de banalidades mientras recorremos el edificio. Casi todo el mundo ha acabado su
jornada, dejando la oficina en silencio. Trevor me habla del nuevo empleo de su hermano en Ohio y
tambiénmecuentaquehaidoacomprarseuntrajeparalabodadeunacompañeradetrabajo,Krystal,
quesecasaelpróximomes.NoséporquémepreguntocuántostrajesdebedetenerTrevor.
Cuando llegamos a nuestros coches, sigo el BMW de Trevor mientras conduce a través de la
congestionadaciudadhastafinalmentellegaralpequeñobarriodeBallard.Segúnlosblogsquehabía
leído antes de mudarme, es uno de los barrios más hippies de Seattle. Cafeterías, restaurantes
vegetarianos y bareshipsters flanquean las estrechas calles. Entro con mi coche en el garaje que hay
bajoeledificiodeapartamentosdeTrevorymeríoalrecordarqueseofrecióabuscarmeunoeneste
sitiotancaro.
Élsonríeyseñalasutraje.
—Obviamentenecesitocambiarme.
Una vez en su apartamento, él desaparece y yo curioseo por su carísimo salón. Fotografías de
familia y artículos recortados de periódicos y revistas llenan la repisa de su chimenea; una intrincada
pieza hecha de botellas de vino fundidas y moldeadas ocupa toda la mesita de café. No hay ninguna
esquinadondesepermitalaacumulacióndepolvo.Estoyimpresionada.
—¡Listo!—anunciaTrevorsaliendodesudormitorioaltiempoquesesubelacremalleradeuna
sudaderaroja.
Siempremesorprendocuandoloveovestidodemanerataninformal.Estandiferentedecomolo
hacenormalmente...
Trasrecorrertansólodoscallesdesdesuedificio,yaestamostiritandodefrío.
—¿Tienes hambre, Tessa? Podríamos comer algo —dice. Nubes blancas de aire frío acompañan
cadaunadesuspalabras.
Asiento ansiosa. Mi estómago ruge de hambre, recordándome lo insuficiente que resulta un
paquetedegalletassaladasdemantequilladecacahuetecomocomida.
Le pido a Trevor que escoja el restaurante que prefiera y acabamos en un italiano a sólo unos
metrosdedondeestamospaseando.Eldulcearomadelajollenamissentidosysemehacelabocaagua
mientrasnosescoltanhastaunpequeñoreservadoalfondodellocal.
Capítulo76
Hardin
—Pareces mucho más... higiénico ahora —le digo a Richard cuando sale del baño secándose su cara
reciénafeitadaconunatoallablanca.
—Llevabamesessinafeitarme—contestafrotandolasuavepieldesumejilla.
—Nomedigas.—Pongolosojosenblancoyélmededicamediasonrisa.
—Graciaspordejarquemequede...—Suvozprofundasepierde.
—No es algo permanente, así que no me des las gracias. Estoy más que cabreado con toda esta
situación —replico, y le doy otro mordisco a la pizza que he encargado para mí solo... y que acabo
compartiendoconRichard.
Tengo que encontrar alguna forma de quitarle cierta presión a Tessa. Ahora mismo ya tiene
demasiadoentremanos,ysipuedoayudarladealgúnmodoocupándomedellíoconsupadre,loharé.
—Losé.Mesorprendequenomehayasechado—diceélconunacarcajada.Comosiestofuera
algosobreloquebromear.
Lo miro fijamente. Sus ojos parecen demasiado grandes para su cara, con unos círculos oscuros
transparentándosebajosublancapiel.
Suspiro.
—Yotambiénestoysorprendido—admitomolesto.
Richardtiemblamientraslomiro,ynodemiedo,sinoporlaabstinenciadecualquiermierdaque
semeta.
Quiero saber si trajo drogas a nuestro apartamento mientras se quedó la semana pasada. Sin
embargo,silepreguntoydicequesí,perderélosnerviosyestaráfueradelapartamentoencuestiónde
segundos.PorTessa,ypormí,mepongoenpieydejolasaladeestarconmiplatovacíoenlamano.La
piladeplatosenelfregaderohadobladosutamaño,ycargarellavavajillasesloúltimoquemeapetece
hacerahoramismo.
—¡Friegalosplatoscomopago!—legritoaRichard.
Oigo su risa profunda desde el pasillo, y entra en la cocina justo cuando yo llego hasta el
dormitorio,memetoenélycierrolapuerta.
QuierollamaraTessadenuevosóloparaoírsuvoz.Quierosabercómolehaidoelrestodeldía...,
¿quéplaneahacerdespuésdeltrabajo?¿Sequedócontemplandosuteléfonoconunaestúpidasonrisaen
lacaradespuésdecolgarhaceunrato,comomepasóamí?
Probablementeno.
Ahoraséquetodosmispecadosanterioresporfinestánpasándomefactura,poresollegóTessaa
mivida.Uninmisericordecastigodisfrazadodehermosarecompensa.Tenerlaamiladodurantemeses
sóloparaqueahoramelaarrebaten,peroaúnapareciéndosefrenteamicaraenformadeocasionales
llamadas telefónicas. No sé cuánto aguantaré hasta sucumbir a mi destino y permitirme ponerle fin a
estafasedenegación.
Porqueesoesprecisamenteloquees,lafasedenegación.
Aunque no tiene por qué serlo. Puedo cambiar el resultado de todo esto. Puedo ser quien ella
necesitaqueseasinarrastrarladenuevoalinfierno.Tengounavisióndesucaraflotandoantemisojos,
yescomosimeestuvieramirandoatravésdelosbarrotesdeunaprisiónqueyomismohecreado.Su
imagenmelevantadelsueloymehacebuscarunasalida.
Alamierdatodo,voyallamarla.
Suteléfonosuenaysuena,peronolocoge.Soncasilasseisdelatarde.Aestahoradeberíahaber
acabadodetrabajaryestardevueltaencasa.¿Adóndemáspodríair?Mientrasmedebatoentrellamaro
noaChristian,metolospiesenlaszapatillasdedeporte,lasatoconperezaypasolosbrazospormi
chaqueta.
Séqueestaríamolesta,másquecabreada,dehecho,silallamara,peroyalahellamadoseisveces
y no ha contestado ni una. Gruño y me paso los dedos por mi cabello sucio. Esta mierda de darnos
espaciomeestáfastidiandodeverdad.
—Voyasalir—leanuncioamiindeseadoinvitado.
Élasiente,incapazdehablardebidoalpuñadodepatataschipsqueestámasticando.Almenos,el
fregaderoyaestálibredeplatossucios.
Pero¿adóndecoñosesuponequevoy?
Al cabo de unos minutos aparco el coche en el solar detrás del pequeño gimnasio. No sé qué
mejoraráocómopodríaayudarmeestaraquí,peroahoramismomeestoycabreandocadavezmáscon
TessayenloúnicoquepuedopensareseninsultarlaoenconducirhastaSeattleparaencontrarla.Sin
embargo,nonecesitohacerningunadeesascosas...Sóloempeoraríanlasituación.
Capítulo77
Tessa
Para cuando mi plato está vacío, estoy prácticamente saltando en mi asiento. En el momento en que
pedimoslacenamedicuentadequemehabíadejadoelmóvilenelcoche,yesomeestávolviendomás
locadeloquedebería.Total,nadiemellamatanto.Sinembargo,nopuedoevitarpensarqueHardinlo
hahecho,oquealmenosmehaenviadounmensaje.IntentocontodasmisfuerzasescucharaTrevor
mientras me habla de un artículo que ha leído en el Times, tratando de no pensar en Hardin y en la
posibilidaddequemehayallamado,peronopuedoevitarlo.Estoydistraídadurantetodalacenayestoy
seguradequeTrevorlohanotado,peroesdemasiadoamableparacomentarlo.
—¿Noestásdeacuerdo?—LavozdeTrevormesacademiensueño.
Repasolosúltimossegundosdelaconversaciónintentandorecordardequépodríaestarhablando.
Elartículosobrecuidadosclínicos...creo.
—Sí,porsupuesto—miento.Notengoniideadesiestoydeacuerdoono,peroojaláelcamarero
sedéprisaentraernoslacuenta.
Comosimehubieseoído,eljovencolocaunapequeñacarpetaennuestramesayTrevorsacasu
carterarápidamente.
—Yopuedo...—comienzoadecir.
Sinembargo,éldeslizavariosbilletesdentroyelcamarerodesapareceenlacocinadelrestaurante.
—Yoinvito—responde.
Le doy las gracias en voz baja y le echo un vistazo al gran reloj de piedra que cuelga sobre la
puerta.Sonlassietepasadas;llevamosunahoraenesterestaurante.Dejoescaparunsuspirodealivio
cuandoTrevorexclama:
—Bueno...—Daunapalmadayselevanta.
DecaminoasucasapasamospordelantedeunapequeñacafeteríayTrevoralzaunacejaamodo
desilenciosainvitación.
—¿Quizáotranochedeestasemana?—sugieroconunasonrisa.
—Pareceunbuenplan—dice,yelevalacomisuradelabocaformandosufamosamediasonrisa
mientrascontinuamoselcaminoasuedificio.
Conunrápidoadiósyunabrazoamistoso,suboamicocheeinmediatamentecojoelteléfono.Me
sientoexhaustaporculpadelaansiedadyladesesperación,peroempujotodosesossentimientoshacia
laoscuridad.Nuevellamadasperdidas,todasdeHardin.
Lo llamo de inmediato, pero salta el buzón de voz. El trayecto desde el apartamento de Trevor
hastacasadeKimberlyeslargoyfastidioso.EltráficodeSeattleeshorrible,lentoyruidoso.Cláxones
sonando,cochespequeñoszigzagueandodecarrilacarril...Resultabastanteagobiantey,paracuando
aparcoenlaentradadelacasa,tengoundolordecabezaterrible.
EntroporlapuertaprincipalyveoaKimberlysentadaenelsillóndecueroblancoconunacopade
vinoenlamano.
—¿Quétaleldía?—pregunta,yseinclinaparadejarlabebidaenlamesitadecristalasulado.
—Bien,peroeltráficodeestaciudadessurrealista—gimoteo,ymedejocaerenlabutacacarmesí
juntoalaventana—.Lacabezameestámatando.
—Síqueloes.Tomaalgodevino.Tesentarábien—dicelevantándoseycruzandolasaladeestar.
Antesdequepuedaprotestar,sirveunburbujeantevinoblancoenunacopadetallolargoymela
acerca.Traselprimersorbodescubroqueesfrescoyvigoroso,dulcealpaladar.
—Gracias—digoconunasonrisa,ydoyotrosorbo.
—Así que... estabas con Trevor, ¿no? —Kimberly es tan entrometida..., de la forma más dulce
posible,esosí.
—Sí,hemosquedadoparacenar.Comoamigos—contestoconinocencia.
—Tal vez deberías tratar de responder de nuevo y usando un poco más la palabra amigos —
bromea,ynopuedoevitarecharmeareír.
—Sólointentodejarclaroquenosomosmásque...,esto...,amigos.
Susojoscastañosbrillanconcuriosidad.
—¿Hardinsabequeeres«amiga»deTrevor?
—No,peropiensodecírseloencuantoconsigahablarconél.Poralgunarazón,Trevornolecae
muybien.
Kimberlyasiente.
—No puedo culparlo. Trevor podría ser modelo si no fuera tan tímido. ¿Te has fijado en esos
ojazosazulesquetiene?—Miamigaseabanicalacaraconlamanoparaenfatizarsuspalabrasylasdos
nosreímoscomocolegialas.
—¿Noquerríasdecir«ojazosverdes»,miamor?—intervieneChristianapareciendoderepenteen
elvestíbuloyhaciendoquecasisemecaigalacopadevinosobreelparquet.
Kimlesonríe.
—Porsupuesto.
Peroélsimplementesacudelacabezaynosdedicaunasonrisaladina.
—Supongoqueyotambiénpodríasermodelo—comentaconunguiño.
Pormiparte,mealegrodequenoestémolesto.Hardinyahabríavolcadolamesasimehubiera
oídohablardeTrevordelaformaenquelohahechoKimberly.
ChristiansesientaenelsillónjuntoaellayKimtrepaasuregazo.
—Y¿cómolevaaHardin?Supongoquehablasconél,¿no?—pregunta.
Apartolamirada.
—Sí,unpoco.Estábien.
—Esuncabezota.Aúnsigoofendidoporquenohayaaceptadomioferta,dadasusituación.
ChristiansonríecontraelcuellodeKimylabesasuavementebajolaoreja.Estáclaroqueestos
dosnotienenproblemasparamostrarsuafectoenpúblico.Intentoapartarlavista,peronopuedo.
Unmomento...
—¿Quéoferta?—pregunto.Misorpresaesevidente.
—Puesladetrabajoquelehice.Teloconté,¿verdad?Ojaláhubiesevenidocontigo.Quierodecir
quesólolequedauntrimestre,ysegraduaráantesdetiempo,¿no?
«¿Qué? ¿Por qué no sabía nada de eso?» Ésta es la primera vez que oigo que Hardin vaya a
graduarseantes,peroigualmentecontesto:
—Esto...,sí...,creoquesí.
ChristianrodeaaKimberlyconlosbrazosylameceunpoco.
—Esechicoesprácticamenteungenio.Siseaplicaraunpocomás,sacaríamatrículadehonoren
todo.
—Sí,esmuylisto...—afirmo,yesverdad.LamentedeHardinnuncadejadesorprendermeyde
intrigarme.Esunadelascosasquemásmegustandeél.
—Ytambiénesbuenoescribiendo—continúaChristian,sorbiendodelvinodeKimberly—.Nosé
porquédejódehacerlo.Estabadeseandoleermásdesustrabajos.
ChristiansuspiramientrasKimberlyleaflojaelnudodelacorbata.
Estoy abrumada por toda esta información. Hardin... ¿escribiendo? Recuerdo que una vez
mencionódepasadaquehizosuspinitosdurantesuprimerañoenlauniversidad,peronuncaentróen
detalles.Cadavezqueyosacabalaconversación,élcambiabadetemaodesechabalaidea,dándomela
impresióndequenoeramuyimportanteparaél.
—Sí.—Meacaboelvinoymelevanto,señalandolabotella—.¿Puedo?
Kimberlyasiente.
—Por supuesto, sírvete más si te apetece. Tenemos una bodega entera —dice con una dulce
sonrisa.
Tres copas de vino blanco más tarde, mi dolor de cabeza se ha evaporado y mi curiosidad ha
crecidoexponencialmente.EsperoaqueChristiansaquedenuevoeltemadelosescritosdeHardinode
laofertadetrabajo,peronolohace.Selanzaaexplicarconpelosyseñalessusnegociacionesconun
grupodecomunicaciónconelfindeexpandireldepartamentodecineytelevisióndeVance.Pormuy
interesantequesea,quieroiramihabitacióneintentarlocalizaraHardindenuevo.Asípues,encuanto
se presenta la ocasión, les deseo a ambos buenas noches y me retiro a toda prisa a mi dormitorio
provisional.
—¡Llévate la botella! —me sugiere Kimberly cuando paso junto a la mesa donde descansa la
botelladevinomediollena.
Ledoylasgraciasconuncabeceoyhagoloquemedice.
Capítulo78
Hardin
Entro en el apartamento con las piernas aún temblorosas después de patear el saco de arena del
gimnasio como un loco. Agarro una botella de agua de la nevera e intento ignorar al hombre que
duermeenmisofá.Esporella,merecuerdo.Todoporella.Mebebomediabotelladeuntrago,buscoel
móvilenlabolsadelgimnasioyloenciendo.Justocuandointentollamarla,sunombreapareceenla
pantalla.
—¿Hola?—contestomientrasmequitolacamisetaempapadaensudorporencimadelacabezay
latiroalsuelo.
—Hola—estodocuantodice.
Su respuesta es corta. Demasiado corta. Quiero hablar con ella, necesito que quiera hablar
conmigo.
Ledoyunapatadaalacamisetaperolaacaborecogiendo,sabiendoquesiTessapudieravermeme
pegaríalabroncaporsertanguarro.
—¿Quéhasestadohaciendo?—pregunto.
—Heestadoexplorandolaciudad—respondeenvozbaja—.Intentédevolvertelasllamadas,pero
saltóelcontestador.—Elsonidodesuvozaplacamitemperamento.
—Hevueltoaesegimnasio—digo,ymetumboenlacamadeseandoqueestuvieraamilado,con
sucabezasobremipecho,envezdeestarenSeattle.
—¿Enserio?¡Esoesgenial!—exclama,paraluegoañadir—:Meestoyquitandoloszapatos.
—Vale...
Seríe.
—Noséporquétehedichoeso.
—¿Estásborracha?—Meincorporoapoyandomipesosobreuncodo.
—Hetomadounpocodevino—admite.Tendríaquehaberlonotadoenseguida.
—¿Conquién?
—ConKimberlyyelseñorVance...,quierodecir,Christian.
—Oh.—Nosécómomesentaríaquesalieradecopasenunaciudadextraña,peroséquenoesel
momentodesacaresetema.
—Dicequeeresunescritorincreíble—continúaconuntonoacusadorenlavoz.
«Mierda.»
—Y¿porquéhabrádichoalgoasí?—replicoconelcorazónlatiéndomeatodaprisa.
—Nolosé.¿Porquéyanoescribes?—Suvozestállenadevinoycuriosidad.
—Nolosé.Peronoquierohablarsobremí.QuierohablarsobretiySeattleysobreporquéhas
estadoevitándome.
—También me ha dicho que te graduarás el próximo trimestre —continúa ella, ignorando mis
palabras.
EsevidentequeChristiannosabemeterseensuspropiosasuntos.
—Sí,¿y?
—Nolosabía—dice.Laoigomoverseygruñir,claramenteirritada.
—Noteloestabaocultando,simplementenosurgióeltema.Atiaúntefaltamuchoparagraduarte,
asíquenoimporta.Noescomosimefueraairaalgunaparte.
—Espera—dicealteléfono.¿Quédiablosestáhaciendo?¿Cuántovinohabrábebido?
Trasoírlemurmurarpalabrasincomprensiblesyperdereltiempohaciendoveteasaberqué,porfin
pregunto:
—¿Quéhaces?
—¿Qué? Oh, es que se me ha enganchado el pelo en los botones de la blusa. Lo siento, estaba
escuchando,teloprometo.
—Y¿porquéestabasinterrogandoatujefesobremí?
—Élsacóeltema.Yasabes,comoteofreciótrabajounpardevecesylorechazaste,eraseltema
deconversaciónideal—diceconénfasis.
—Esoeshistoriaantigua.—Norecuerdohaberlemencionadolaofertadetrabajo,perotampocose
loestabaocultandoapropósito—.MisintencionesrespectoaSeattlesiemprehansidobienclaras.
—Nohacefaltaquelojures...—resoplaella,ycasipuedoverlaponiendolosojosenblanco...otra
vez.
Cambiodetemarápidamente:
—Nohascontestadoalteléfono.Tehellamadounmontóndeveces.
—Losé,medejéelmóvilenelcochecuandoaparquéencasadeTrevor...—Sedetieneamedia
frase.
Melevantodelacamaycomienzoarecorrerlahabitación.Joder,esquelosabía.
—Sólomeestabaenseñandolaciudad,comounamigo,esoestodo—seapresuraadefenderse.
—¿No cogiste el teléfono porque estabas con el jodido Trevor? —gruño; el pulso se me acelera
concadasegundodesilencioquesigueamipregunta.
Y,depronto,ellaestalla:
—NiseteocurradiscutirconmigoporTrevor.Essólounamigoytúereselquenoestáaquí.No
tienesderechoaelegiramisamigos,¿entiendes?
—Tessa...—laadvierto.
—¡HardinAllenScott!—exclama,yderepentesueltaunacarcajada.
—Pero¿porquéteríesahora?—pregunto,aunquenopuedoevitarqueunasonrisaaparezcaenmi
cara.Mierda,soypatético.
—Yo...¡nolosé!
Elsonidodesurisaresuenaenmisoídosyvadirectoamicorazón,templandomipecho.
—Deberíasdejarelvino—bromeoconella;desearíapodervercómoponelosojosenblancopor
mipequeñabronca.
—Oblígame—mereta,convozprofundayjuguetona.
—Siestuvieraahíloharía,puedesestarseguradeello.
—¿Quémásmeharíassiestuvierasaquí?—inquiere.
Me dejo caer de nuevo en la cama. ¿Pretende hacer lo que imagino? Con ella nunca se sabe,
especialmentecuandohabebido.
—TheresaLynnYoung...,¿estástratandodetenersexotelefónicoconmigo?—laprovoco.
Deprontoseponeatoserviolentamente,atragantándoseconunsorbodevino,deduzco.
—¡¿Qué?!¡No!Yo...¡sólopreguntaba!—chilla.
—Claro,intentanegarloahora—bromeoriendoantesutonodehorror.
—Anoser...quetúquierashacerlo—susurra.
—¿Lodicesenserio?—Sólodepensarenello,mepalpitalapolla.
—Puede...,nolosé.¿EstásenfadadoporlodeTrevor?—Eltonodesuvozesmásembriagador
quecualquiervinoquepudieraconsumir.
Joder,sí,mecabreaquehayaestadoconél,peronoesdeesodeloquequierohablarprecisamente
ahora.Laoigotragarruidosamenteydespuésoigoeltintineodeunacopa.
—AhoramismomeimportaunamierdaelputoTrevor—miento.Entoncesleordeno—:Nobebas
elvinotandeprisa.—Laconozcodemasiadobien—.Tepondrásmala.
Oigounpardetragossonorosatravésdelteléfono.
—No puedes darme órdenes desde la distancia. —Está bebiendo vino de nuevo, para infundirse
valor,seguro.
—Puedo darte órdenes desde cualquier distancia, nena. —Sonrío pasándome los dedos sobre los
labios.
—¿Puedodecirtealgo?—preguntaenvozbaja.
—Porfavor.
—Hoyestabapensandoenti,recordandocuandovinisteamioficinaaquelprimerdía...
—¿Pensabasencómotefollabamientrasestabasconél?—pregunto,rezandoparaquedigaquesí.
—Enesemomentoloestabaesperando.
—Cuéntamemássobreeso,dimequépensabas—lapresiono.
Estoestanconfuso...Cadavezquehabloconellasientoquenonosestamostomandounrespiro,
quetodosigueigualqueantes.Laúnicadiferenciaesquenopuedoverlaenpersona,otocarla.Joder,
quierotocarla,pasarlalenguaporsusuavepiel...
—Estabarecordandocómo...—comienza,peroentoncestomaotrotrago.
—Notengasvergüenza—laanimoacontinuar.
—...cómomegustó,ymehizodesearhacerlootravez.
—¿Conquién?—preguntosóloporelplacerdeoírselodecir.
—Contigo,sólocontigo.
—Bien —digo con una sonrisa suave—. Sigues siendo mía; aunque me hayas obligado a darte
espacio,aúneressóloparamí.Losabes,¿verdad?—lepreguntodelaformamásamableposible.
—Losé—contesta.
Semeinflaelpechoydoylabienvenidaalacorrientedealivioquemerecorrealoírsuspalabras.
—Y¿túeresmío?—preguntaconunaconfianzaenlavozqueantesnotenía.
—Sí,siempre.
«Notengootraopción.Nolahetenidodesdeeldíaqueteconocí»,quieroañadir,peropermanezco
ensilencio,esperandonerviososurespuesta.
—Bien—diceTessaconautoridad—.Yahoradimequémeharíassiestuvierasaquí,ynoolvides
niunsolodetalle.
Capítulo79
Tessa
Mispensamientosestánborrososysientolacabezallenaypesada,peroenelbuensentido.Sonríode
orejaaoreja,borrachaporelvinoyporlavozprofundadeHardin.Meencantaesteladojuguetónque
tieney,siquierejugar,jugaremos.
—Oh,no—diceconesetonofríosuyo—.Primerotendrásquedecirmetúloquequieres.
Tomountragodirectamentedelabotella.
—Yalohehecho—ledigo.
—Bebemásvino.Alparecer,sóloerescapazdedecirmeloquequierescuandohasbebido.
—Vale. —Deslizo el dedo índice por el frío armazón de madera de la cama—. Quiero que me
tumbessobreestacamay...ymetomescomolohicistesobreaquelescritorio.
Envezdevergüenzasólosientounacálidaoleadadecalorsubiéndomeporelcuelloyhastalas
mejillas.
Hardinmaldicesinaliento;séquenoesperabaunarespuestatangráfica.
—¿Ydespués?—preguntaenvozbaja.
—Bueno...—empiezo,haciendounapausaparatomarotrolargotragoyganarconfianza.
Hardinyyonuncahemoshechoalgoasí.Élmehamandadounoscuantosmensajespicantes,pero
esto...estoesdiferente.
—Simplementedilo,noseastímidaahora—apremia.
—Mecogeríasporlascaderascomomecogessiempre,yyomeagarraríaalassábanasintentando
mantenermeestable.Tusdedosseclavaríanenmí,dejandomarcasasupaso...—Juntolosmusloscon
fuerzacuandolooigocontenerelalientoatravésdelalínea.
—Tócate —me dice, y rápidamente miro alrededor de la habitación, olvidando por un momento
quenadiepuedeoírnuestraconversaciónprivada.
—¿Qué?No—susurroconaspereza,sosteniendoelteléfono.
—Sí.
—Novoyahacerlo...aquí.Meoirán...—Siestuvierahablandoasíconotrapersonaquenofuera
Hardin,estaríacompletamentehorrorizada,borrachaono.
—No,noteoirán.Hazlo.Quiereshacerlo,lonoto.
«¿Cómopuede...?
»¿Quierohacerlo?»
—Túmbateenlacama,cierralosojos,abrelaspiernasytediréloquehacer—indicasuavemente.
Suspalabrassoncomoseda,perollegancomounaorden.
—Peroyo...
—Hazlo.
Laautoridaddesuvozhacequemeretuerzamientrasmimenteymishormonasbatallanentresí.
NopuedonegarquelaideadeHardinanimándomeatodoestoporteléfono,diciéndometodaslascosas
suciasquemeharía,elevanlatemperaturadelahabitaciónalmenosdiezgrados.
—Bien,yahoraquetehasentregado—comienzasinqueyohayadichonada—,avísamecuando
tequedesenbraguitas.
«Oh...»
Sinembargo,meacercosilenciosamentealapuertaygiroelpestilloentrelosdedos.Lahabitación
deKimberlyydeChristian,asícomoladeSmith,estánenelpisosuperiordelacasa,pero,porloque
sé,aúnpodríanestarenlaplantabaja,cercadeaquí.Escuchoatentamenteporsioigomovimientoy,
cuandounapuertasecierraenelpisodearriba,mesientomejor.
A toda prisa cojo la botella de vino y me la acabo. El calor de mi interior ha pasado de ser una
chispaauninfiernoabrasador,ytratodenopensarmuchoenelhechodequemeestoyquitandolos
pantalonesysubiendoalacamacontansólounacamisetadealgodónpuestayunasbraguitas.
—¿Siguesahí?—preguntaHardin,seguramentesonriendoconmaldad.
—Sí,estoy...preparada.—Nomepuedocreerquedeverdadestéhaciendoesto.
—Dejadepensartanto.Luegomeloagradecerás.
—Ytúdejadesabertodoloquepienso—meburlo,deseandoquetengarazón.
—Recuerdasloqueteenseñé,¿verdad?
Asiento,olvidandoquenopuedeverme.
—Tomaréesenerviososilenciocomounsí.Bien.Presionaconlosdedosdondetedijelaúltima
vez...
Capítulo80
Hardin
Oigo a Tessa jadear y sé que está siguiendo mis instrucciones. La puedo imaginar perfectamente,
tumbadaenlacamaconlaspiernasabiertas.
«Hostiaputa.»
—Joder,ojaláestuvieraahíahoramismoparaverte—gruño,intentandoignorarlasangrequeme
bajadegolpehastalapolla.
—Esotegusta,¿verdad?Mirarme...—jadeaatravésdelalínea.
—Sí,joder,sí,megusta.Yatitegustaquetemiren,losé.
—Sí,tantocomoatitegustacuandotetirodelpelo.
Mi mano se mueve sin pensar entre mis piernas. Imágenes de ella retorciéndose bajo mi lengua,
consusdedostirándomedelpelomientrasgimeminombrellenanmimenteyaprietolamanocontra
mímismo.SóloTessaescapazdeponermedurotanrápido.
Susgemidossonsilenciosos,demasiadosilenciosos.Necesitamásestímulo.
—Másrápido,Tess,muevelosdedosencírculos,másrápido.Imaginaqueestoyahí,quesoyyoy
quesonmisdedoslosquetetocan,haciéndotesentirtanjodidamentebien,haciendoquetecorras—le
digomanteniendoeltonodevozbajoporsimimolestoinvitadoestáenelpasillo.
—Oh,Dios...—jadeaella,yvuelveagemir.
—Mi lengua también, nena, moviéndose contra tu piel, mis pecaminosos labios presionando los
tuyos,chupando,mordiendo,jugueteando...
Me quito los pantalones de deporte y empiezo a acariciarme lentamente. Cierro los ojos y me
concentroensussuavesjadeos,ensussúplicasysusgemidos.
—Haz lo que yo estoy haciendo..., tócate —susurra, y en mi mente puedo ver la imagen de su
espaldaarqueadasobreelcolchónmientrassedaplacerasímisma.
—Yaloestoyhaciendo—murmuro,yellagime.
«Joder,quieroverla.»
—Sigue hablando —me suplica Tessa. Adoro la forma en que su inocencia desaparece en estos
momentos...Leencantaquelehableutilizandoestelenguajeobsceno.
—Quierofollarte.No...,quierotumbartedeespaldasenlacamayhacerteelamor,rápidoyduro,
contantafuerzaquegritarásminombremientrasempujounayotravez...
—Me...—gimedesdelomásprofundodesugarganta.Selecortaelaliento.
—Vamos,nena,suéltalo.Quierooírte...
Dejodehablarcuandolaoigocorrerse,jadeaygimemientrasmuerdelaalmohada,oelcolchón.
No tengo ni puta idea, pero la imagen me lleva al límite y me corro en los calzoncillos gimiendo su
nombredeformaestrangulada.
Nuestros jadeos acompasados son el único sonido en la línea durante segundos, o minutos, no
podríacalcularlo.
—Hasido...—empiezaadecirjadeandosinaliento.
Abrolosojosyapoyoloscodosenelescritoriofrenteamí.Mipechosubeybajamientrastratode
recuperarmipropioaliento.
—Sí...
—Necesito un momento. —Tessa se ríe. Una lenta sonrisa tira de las comisuras de mi boca y
entoncesellaañade—:Yyoquepensabaqueyalohabíamoshechotodo.
—Oh,hayunmontóndecosasmásquequierohacerte.Sinembargo,ypordesgracia,tendríamos
queestarenlamismaciudadparapracticarlas.
—Entonces,ven—seapresuraareplicar.
Conectoelaltavozdelteléfonoymeexaminolamano,lapalmayelreverso.
—DijistequenoqueríasquefueraaSeattle.Necesitamosespacio,¿recuerdas,nena?
—Lo sé —contesta un poco triste—. Sí que necesitamos espacio..., y creo que nos está
funcionando,¿noteparece?
—No—miento.
Sin embargo, sé que tiene razón: he estado intentando ser mejor para ella, y me temo que, si
volvieraaperdonarmedemasiadopronto,perderíalamotivaciónylodejaría.Sí...,cuandoencontremos
la forma de volver a estar juntos, quiero que sea diferente para ella. Quiero que sea algo permanente
paraquepuedademostrarlequeelpatrón,elciclointerminable,comoellalollama,terminará.
—Teechotantodemenos...—confiesa.
Séquemequiere,perocadavezquemeofreceunabriznadeseguridadcomoéstaescomosime
quitaranunpesodeencima.
—Yotambiénteechodemenos—digo.Másqueanadaenelmundo.
—No digas «también». Suena como si me dieras la razón o algo —repone con sarcasmo, y mi
pequeñasonrisacrece,alcanzandotodomiser.
—Nopuedesusarmisideas.Vayaformadeseroriginal—laregañoenbroma,yellaseríe.
—Sí que puedo —replica de forma infantil. Si estuviera aquí seguro que me habría sacado la
lenguaconundesafíoburlón.
—Joder,estanocheestásguerrera—digorodandofueradelacama.Necesitounaducha.
—Ésasoyyo.
—Eincreíblementeosada.¿Quiénibaaimaginarqueteconvenceríaparamasturbartealteléfono?
—Meríoysalgoalpasillo.
—¡Hardin!—chillaconhorror,comosabíaqueharía—.Y,porcierto,aestasalturasyadeberías
saberquepuedesconseguirquehagacasidetodo.
—Siesofueraverdad...—murmuro.
Silofuera,ahoraellaestaríaaquí.
Elsuelodelpasilloestáfríobajomispiesdesnudosyhagounamueca.Perocuandooigounavoz
queempiezaahablar,semecaeelteléfonoalsuelo.
—Losiento,tío—diceRichardcercademí—.Estoseestabacalentandoy...
Sedetienecuandomeverecogerelmóvilatodaprisa,peroyaesdemasiadotarde.
—¿Quiénes?—oigoexclamaraTessaatravésdelauriculardemimóvil.Lachicamediodormida
yrelajadaqueerahastahaceunossegundoshadesaparecidoyahoraestáenalerta—.Hardin,¿quién
era?—preguntaconmásfuerza.
Mierda.Boqueounrápido«Lahascagado»asupadreycojoelteléfono,desconectoelaltavozy
meencierroatodaprisaenelbaño.
—Es...—empiezo.
—¿Esmipadre?
Quieromentirle,peroesoseríaunaestupidezyestoyintentandonosertanestúpido.
—Sí,esél—confieso,yesperoaquegritecontraelauricular.
—¿Quéhaceahí?—pregunta.
—Yo...,bueno...
—¿Hasdejadoquesequedecontigo?
Su pregunta me libera del pánico que me supone tener que buscar las palabras correctas para
explicarestajodidasituación.
—Algoasí.
—Estoyconfusa.
—Yotambién—admito.
—¿Durantecuántotiempo?Y¿porquénomelohabíasdicho?
—Losiento...Sólollevaaquíunpardedías.
Losiguientequeoigoeselsonidodelaguacayendoenlabañera,asíquedebedeestarbiensise
hapuestoahacereso.Peroaunasí,pregunta:
—Y¿cómoesquesehapresentadoahí?
Nosoycapazdecontarletodalaverdad,almenosnoahora.
—Supongoquenoteníaningúnotrositioalqueir.—Abroelaguadeladuchacuandoellasuspira.
—Vale...
—¿Estásenfadada?—pregunto.
—No, no estoy enfadada, estoy confusa... —dice, con la voz llena de sorpresa—. No me puedo
creerquehayasdejadoquesequedeentuapartamento.
—Yotampoco.
Elpequeñobañosellenadeunaespesanubedevaporylimpioelespejoconlamano.Parezcoun
puñeterofantasma,apenasuncascarónvacío.Bajomisojoshanaparecidocírculososcurosporlafalta
desueño.LoúnicoquemedalavidaeslavozdeTessa,quellegaatravésdelalínea.
—Significamuchoparamí,Hardin—diceporfin.
Estoestáyendomuchísimomejordeloqueesperaba.
—¿Enserio?
—Sí,porsupuestoquesí.
De pronto me noto aturdido, como un cachorrillo al que su dueño ha recompensado con una
galleta...y,sorprendentemente,mesientoperfectamentebienporello.
—Bien.
Noséquémásdecirle,mesientounpococulpablepornocontarlelodelos...hábitosdesupadre,
perodetodosmodostampocoescuestióndehacerloporteléfono.
—Espera..., entonces mi padre estaba ahí mientras tú estabas..., ya sabes... —susurra, y oigo un
pequeñorugidoalotroladodelalínea.Debedehaberencendidoelextractordelbañoparaamortiguar
suvoz.
—Bueno, no estaba en la habitación, no me van ese tipo de cosas —bromeo para quitarle
importancia,yellaseríe.
—Seguroquesíquetevan—seburla.
—Quéva,mecreasono,ésaesunadelaspocascosasquenomevan—digoconunasonrisa—.
Nuncatecompartiríaconnadie,nena.Nisiquieracontupadre.
Nopuedoevitarreírcuandoellaemiteunsonidodeasco.
—¡Estásenfermo!
—Ytanto—replico,yellaseríe.
Elvinolahavueltoatrevidayhaelevadosusentidodelhumor.¿Yyo?Bueno,yonotengoexcusa
algunaparaestaridículasonrisaquemecruzalacara.
—Necesitodarmeunaducha.Estoyaquídepiecontodalacorridaporencima—informomientras
mequitoloscalcetines.
—Sí,yotambién—diceella—.Nolapartedetenerporencima...,yasabes,peroyotambiénestoy
hechaunascoynecesitaríaunaducha.
—Vale...,supongoquedeberíamosacabar...
—Yalohemoshecho—seríe,orgullosadesupenosointentodebroma.
—Ja,ja—meburlo.Peroenseguidaañado—:Buenasnoches,Tessa.
—Buenasnoches—responde,alargandoelmomento,ycuelgoantesdequeellapuedahacerlo.
El agua caliente cae sobre mi cuerpo. Aún no me he recuperado del todo de la idea de Tessa
tocándose mientras estábamos al teléfono. No es sólo que me ponga un montón, es... más que eso.
Demuestraqueaúnconfíaenmí,aúnconfíalosuficientecomoparaexponerseantemí.Perdidoenmis
pensamientos,mepasoladurapastilladejabónpormipieltatuada.Esdifícilimaginarquehacesólo
dossemanasestábamosjuntosbajoestaducha...
—Creoqueésteesmifavorito—medijomientrastocabaunodemistatuajesymeobservabaa
travésdesuspestañasmojadas.
—¿Porqué?Yoloodio—repusemirandohaciaabajo,hacialospequeñosdedosquereseguíanla
granflortatuadacercademicodo.
—Nosé,resultahermosoquetengasunaflorrodeadadetodaestaoscuridad—dijo,mientrassu
dedosemovíasobreelmalditodiseñodeunacalaveramarchitajustodebajo.
—Nuncalohabíavistodeesamanera.—Puseunpulgarbajosubarbillaparahacerlealzarlos
ojoshaciamí—.Túsiempreveslaluzenmí...¿Cómoesposible,sinohayninguna?
—Haymuchas.Ytútambiénlasverás,algúndía.
Me sonrió y se puso de puntillas para posar la boca sobre la comisura de la mía. El agua caía
sobrenuestroslabiosyellasonriódenuevoantesdeapartarse.
—Esperoquetengasrazón—susurrébajolacascadadeagua,envoztanbajaqueellanisiquiera
meoyó.
El recuerdo me persigue, repitiéndose mientras intento alejarlo de mí. No es que no quiera
recordarlaaella,esoquierohacerlo.Tessaesmiúnicopensamiento,siempreloes.Sóloquieroolvidar
losrecuerdosylasvecesenlasquemehaelogiadodemasiado,cuandohaintentadoconvencermede
quesoymejordeloquesoy,esoesloquemevuelveloco.
Ojalápudieravermeamímismocomoellameve.Ojalápudieracreerlacuandomedicequesoy
buenoparaella.Pero¿cómopuedeserciertocuandoestoytanjodido?
«Significamuchoparamí,Hardin»,mehadichohaceapenasunosminutos.
Quizá, si sigo haciendo lo que estoy haciendo ahora y me mantengo alejado de la mierda que
podríametermeenproblemas,puedacontinuarhaciendocosasquesignifiquenmuchoparaella.Talvez
puedahacerlafelizenvezdedesgraciada,yquizá,sóloquizá,podríaveralgodeesaluzenmíqueella
afirmaver.
Talvezaúnhayaesperanzaparanosotros.
Capítulo81
Tessa
No puedo evitar que me invada la ansiedad mientras conduzco a través del campus. El campus de la
WCUdeSeattlenoestanpequeñocomoKenhabíasugerido,ytodaslascarreterasparecenestarllenas
decurvasocolinasquesubirybajar.
Me he preparado lo mejor que he podido para asegurarme de que hoy todo salga como lo he
planeado.Hesalidodoshorasantesparaestarseguradellegarpuntualalaprimeraclase.Lamitaddel
tiempo lo he pasado sentada entre el tráfico escuchando un programa de radio matinal. Nunca había
entendidoesanuevamodahastaestamañana,cuandounamujerdesesperadahallamadoyhacontadola
historia de cómo su mejor amiga la traicionó acostándose con su marido. Los dos se fugaron juntos
llevándose al gato,Mazzy, consigo. Entre lágrimas, aún ha sido capaz de conservar cierta dignidad...,
bueno,todaladignidadquealguienquellamaaunaemisoraderadioparacontarsupropiaversióndel
infierno podría tener. Me he mantenido enganchada a su dramática historia, y al final he tenido la
sensacióndequeinclusoellasabíaqueestaríamejorsinesetipo.
Paracuandoheaparcadoanteeledificiodeadministraciónyherecogidomicarnetdeestudiantey
elpaseparaelparking,sóloquedabantreintaminutosantesdeclase.Tengolosnerviosaflordepiely
nopuedocalmarlaansiedadantelaposibilidaddellegartardemiprimerdía.Porsuerte,encuentroel
parkingdeestudiantesfácilmenteyestácercadedondetengolaclase,asíquellegoconquinceminutos
demargen.
Al sentarme en primera fila no puedo evitar sentirme un poco sola. No ha habido reunión con
Landonenlacafeteríaantesdeclase,ynoestásentadojuntoamíenestaaula,mientrasrecuerdomi
primermedioañodefacultad.
Lasalasellenadeestudiantesyempiezoaarrepentirmedemidecisióncuandomedoycuentade
que,apartedemíydeotrachica,elrestodelaclasesontodochicos.Penséenmeterestaasignatura,
querealmentenoqueríahacer,entrealgunasotrasdeltrimestre,peroahoramismodesearíanohaberme
apuntadojamásacienciaspolíticas.
Unchicoatractivodetezmorenasesientaenlasillajuntoamíyyointentonomirarlofijamente.
Sucamisablancadevestirestáimpecable,conlascosturasperfectamenteplanchadas,yhastallevauna
corbata.Pareceunpolítico,sonrisadeslumbranteincluida.
Notaqueloestoymirandoymesonríe.
—¿Puedoayudarteenalgo?—pregunta,conunavozllenadeencantoyautoridadapartesiguales.
Sí,decididamentellegaráaserunpolíticoalgúndía.
—No,losi...siento—tartamudeo,sinatrevermeamirarloalosojos.
Cuandolaclaseempiezaevitomirarloy,enlugardeeso,meconcentroentomarapuntes,consultar
elprogramarepetidamenteyestudiarelmapadelcampushastaquelalecciónacaba.
Misiguienteclase,historiadelarte,esmuchomejor.Mesientocómodarodeadadeunamultitud
deestudiantescorrientes.Unchicoconelpeloazulsesientacercademíysepresentadiciéndomeque
sunombreesMichael.Cuandoelprofesornospidequenospresentemosunoauno,descubroquesoyla
única estudiante de Filología Inglesa de la sala. Sin embargo, todo el mundo se muestra amistoso, y
Michaeltieneungransentidodelhumor,sepasaelratohaciendobromasyentreteniendoalagente,
inclusoalprofesor.
Miúltimaclaseesladeescrituracreativa,ysindudaeslaquemásdisfruto.Mezambulloenel
procesodevolcarmispensamientossobreelpapelyesliberador,entretenidoymeencanta.Cuandoel
profesornosdejair,tengolasensacióndequeapenashanpasadodiezminutos.
Elrestodelasemanatranscurremásomenosigual.Pasodesentirqueyamemuevomejoreneste
nuevomundoacreerqueestoytanconfusacomosiempre.Pero,sobretodo,mesientocomoalaespera
dealgoquenuncallega.
Paracuandollegaelviernes,estoyexhaustaytengotodoelcuerpotenso.Estasemanahasidotodoun
reto,tantodeformapositivacomonegativa.Echodemenoslafamiliaridaddelviejocampusytenera
Landonamilado.EchodemenosquedarconHardinentreclases,einclusoechodemenosaZedylas
radiantesfloresquellenaneledificiodeCienciasMedioambientales.
Zed. No he vuelto a hablar con él desde que me rescató de Steph y Dan en la fiesta y me llevó
hastacasademimadre.Mesalvódeservioladayhumillada,ynisiquieralehedadolasgracias.Cierro
milibrodetextodecienciaspolíticasycojomimóvil.
—¿Diga? —La voz de Zed suena extraña a pesar del hecho de que no ha pasado más de una
semanadesdequelaoí.
—¿Zed?SoyTessa.—Memuerdouncarrilloyesperosurespuesta.
—Eh,hola.
Tomoaireyséquetengoquedecirloquesesuponequedebodecir.
—Oye, siento no haberte llamado antes para darte las gracias. Todo ha ido tan rápido esta
semana..., y creo que una parte de mí intentaba no pensar en lo ocurrido. Sé que no es excusa
suficiente...Mira,soyunaidiotaylosientoy...—Laspalabrasacudencomountorrenteamiboca,tan
rápidoqueapenaspuedoprocesarloqueestoydiciendo,peroélmeinterrumpeantesdeacabar.
—Estábien,séqueestabasmuyliada.
—Aun así, debería haberte llamado, sobre todo después de lo que hiciste por mí. No sé cómo
expresarloagradecidaqueestoydequefuerasaesafiesta—digo,desesperadaporhacerleentenderlo
mucho que le debo. Me estremezco al recordar los dedos de Dan recorriendo mi muslo—. Si no
hubiesesaparecido,quiénsabeloquemehabríanhecho...
—Oye —interviene para silenciarme con amabilidad—. Los detuve antes de que pasara nada,
Tessa.Intentanopensarenello.Ynotienesqueagradecermenada.
—¡Claroquesí!YnosabeslomuchoquemeduelequeStephhicieraloquehizo.Yonuncalehe
hechodaño,niaellanianingunodevosotros...
—Porfavor,nomemetasenelmismosaco—diceZed,sintiéndoseclaramenteinsultado.
—No, no, lo siento... No quería decir que tú tuvieras nada que ver. Me refería a tu grupo de
amigos.—Medisculpoporlaformaenquemibocasehaestadomoviendoantesdequemimentehaya
aprobadolaspalabras.
—Está bien —murmura—. De todos modos, ya no somos precisamente un grupo. Tristan va a
marcharse a Nueva Orleans, en unos días, de hecho, y no he visto a Steph por el campus en toda la
semana.
—Oh...—Hagounapausayechounvistazoaestahabitaciónenlaquemehospedo,enestacasa
enormeydealgúnmodoextraña—.Zed,tambiénsientohaberteacusadodeenviarmemensajesdesdeel
teléfono de Hardin. Steph admitió que fue ella durante el incidente de Dan. —Sonrío para intentar
contrarrestarelescalofríoqueestehombremeprovoca.
Éldejaescaparelaire,otalvezseaunarisa.
—Debo admitir que yo parecía el mejor candidato a haberlo hecho —replica dulcemente—. ¿Y
bien?¿Cómovatodo?
—Seattlees...diferente—digo.
—¿Estásahí?PenséquecomoHardinhabíaidoacasadetumadre...
—No,estoyaquí—lointerrumpoantesdequepuedacomentarqueéltambiénesperabaqueme
quedaraconHardin.
—¿Hashechonuevosamigos?
—¿Túquécrees?—Sonríoyalcanzoelvasomediovacíodeaguaquehayalotroladodelacama.
—Prontolosharás—diceriendo,ymeunoaél.
—Lo dudo. —Pienso en las dos chicas que cotilleaban el otro día en la sala de descanso de la
editorial. Cada vez que las he visto esta semana parecían estar riéndose entre sí, y no puedo evitar
pensarquesereíandemí—.Deverdadquesientohabertardadotantoenllamarte.
—Tessa,estábien,paradedisculparte.Lohacesdemasiado.
—Losiento—digo,ymegolpeolafrenteconlapalmadelamano.
Tanto el camarero, Robert, como Zed me han dicho que me disculpo demasiado. Quizá tengan
razón.
—¿Creesquevendrásavisitarnospronto?¿Oaúnnosenospermiteser...amigos?—preguntaen
vozbaja.
—Podemosseramigos—remarco—.Peronotengoniideadecuándopodréirdevisita.
Enrealidadesperabavolveracasaestefindesemana.EchodemenosaHardinylascallescasisin
tráficodeleste.
Peroespera...,¿acabodeconsiderarla«micasa»?Sisólohevividoahíduranteunospocosmeses...
Yentoncesmedoycuenta:Hardin.EsporHardin.Cualquierlugardondeélestésiempreserámi
hogar.
—Vaya,esunapena.TalvezhagayounaescapadaaSeattlepronto.Tengoalgunosamigosporallí
—diceZed—.¿Tepareceríabien?—preguntasegundosdespués.
—¡Oh,sí!Porsupuesto.
—Genial. —Se echa a reír—. Este fin de semana vuelo hasta Florida para ver a mis padres. De
hecho,llegotardeamivuelo,perotalvezpodríaintentarirelfindesemanaquevieneoalgoasí.
—Sí,claro.Túavísame.DiviérteteenFlorida—ledigoantesdecolgar.
Pongoelmóvilsobreunapiladenotasyapenasunossegundosmástardecomienzaavibrar.
El nombre de Hardin aparece en la pantalla y, tras tomar aire, ignoro el palpitar de mi pecho y
contesto.
—¿Quéestáshaciendo?—preguntadeinmediato.
—Eh...,nada.
—¿Dóndeestás?
—EncasadeKimyChristian.¿Dóndeestástú?—replicoconsarcasmo.
—Encasa—dicecontranquilidad—.¿Dóndeibaaestar,sino?
—Puesnosé...,¿enelgimnasio?
Hardinhaestadoyendoregularmentealgimnasio,cadadíadelasemana.
—Acabodevolver.Ahoraestoyencasa.
—Y¿cómotehaido,capitánBrevedad?
—Comosiempre—respondecortante.
—¿Pasaalgo?—lepregunto.
—No,estoybien.¿Cómotehaidoeldía?—Seapresuraacambiardetemaymepreguntoporqué,
peronoquieropresionarlo,noconlallamadadeZedyasobremiconciencia.
—Haidobien.Largo,supongo.Siguesingustarmelaclasedecienciaspolíticas—gimo.
—Yatedijequeladejaras.Puedescogerotraasignaturaentretusoptativasdecienciassociales—
merecuerda.
Metumboenlacama.
—Losé...,peroestarébien.
—¿Nosalesestanoche?—pregunta;sutonoesdealerta.
—No,yaestoyenpijama.
—Bien—dice,cosaquemehaceponerlosojosenblanco.
—He llamado a Zed hace unos minutos —suelto de golpe. Mejor sacármelo de encima cuanto
antes.
SehaceelsilencioenlalíneayesperopacientementeaquelarespiracióndeHardinsecalme.
—¿Quehashechoqué?—dicecortante.
—Lohellamadoparadarlelasgracias...porlodelfindesemanapasado.
—Pero ¿por qué? Pensé que estábamos... —Su fuerte respiración sobre el auricular me dice que
apenasescapazdecontrolarlarabia—.Tessa,creíaqueestábamossolucionandonuestrosproblemas.
—Yloestamoshaciendo,peroselodebía.Sinohubieseaparecidocuandolohizo...
—¡Losé!—saltaHardin,comositrataradecontenerse.
Noquierodiscutirconél,peronopuedoesperarquelascosascambiensileocultoinformación.
—Dijoquehabíapensadovenirdevisita—loinformo.
—Élnovaair.Findeladiscusión.
—Hardin...
—Novaair.Estoyesforzándomealmáximo,¿vale?Estoyintentandocontodasmisputasfuerzas
noperderlosnerviosahoramismo,asíquelomínimoquepuedeshaceresayudarmeaconseguirlo.
Suspiroderrotada.
—Vale.
Pasar tiempo con Zed no podría ser bueno para nadie, Zed incluido. No puedo volver a darle
esperanzas, no es justo para él, y tampoco creo que podamos mantener una relación estrictamente
platónica,almenosnoaojosdeHardin,oalosdelpropioZed.
—Gracias.Sisiemprefueratanfácilhacerteobedecer...
«¿Qué?»
—Hardin,yonotengoqueobedecerteennada,esoes...
—Tranquila, tranquila, sólo te tomaba el pelo. No hace falta que te mosquees —se apresura a
replicar—.¿Hayalgomásquenecesitesaber,yaqueestamos?
—No.
—Bien.Yahoracuéntamequéhaestadopasandoenesaemisoraderadiodemierdaquetetiene
tanobsesionada.
Mientraslecuentolahistoriadeunamujerquebuscabaasulargamenteperdidoamordeinstituto
mientras ya estaba preñada de su vecino, todos los sórdidos detalles y el escándalo resultante me
mantienenanimadayriendo.Almencionarelgato,Mazzy,mepongoareírcomounahistérica.Ledigo
quedebedeserdifícilenamorarsedeunhombrecuandoseestáesperandoelhijodeotro,peroHardin
no está de acuerdo. Por supuesto, él cree que el hombre y la mujer se buscaron el escándalo ellos
mismos,yseburlademíporobsesionarmeconunprogramaradiofónicodeentrevistas.Seríeconmi
historia,yyocierrolosojoseimaginoqueestátumbadojuntoamí.
Capítulo82
Hardin
—¡Losiento!—diceRichardconlarespiraciónentrecortada.
Unacapadesudorlecubretodoelcuerpomientrasselimpiaelvómitodelabarbilla.Meapoyoen
elmarcodelapuertadebatiéndomesientrarolargarmeydejarlosoloconsupropiamiseria.
Llevatodoeldíaasí,vomitando,temblando,sudandoylloriqueando.
—Prontoestaráfuerademisistema,asíque...
Vuelveainclinarsesobrelatazadelváteryvomitamás,comosifueseungéiser.Deputamadre.
Almenosestavezhaconseguidollegarallavabo.
—Esoespero—ledigo,ysalgoalpasillo.
Abro la ventana de la cocina para que entre la brisa fría y cojo un vaso limpio del armario. El
fregaderocrujecuandoabroelgrifoparallenarelvasoysacudolacabeza.
«¿Quédemoniossesuponequevoyahacerconél?»Seestádesintoxicandoportodomibaño.Tras
unúltimosuspiro,cojoelvasodeaguayunpaquetedegalletassaladas,melosllevoallavaboylos
colocoenelbordedellavamanos.
Ledoygolpecitosenelhombro.
—Comeesto.
Asienteenseñaldereconocimiento,oporeldelíriumtrémensy/oelsíndromedeabstinencia.Su
piel está tan pálida y sudada que me recuerda a una nutria. En realidad no creo que comer galletitas
saladasloayude,perolaposibilidadestáahí.
—Gracias—gimeporfin,ylodejoasolasparaquevomiteportodaspartes.
Estedormitorio,midormitorio,noeselmismosinTessa.Lacamanuncaestábienhechacuando
me meto en ella por la noche. He intentado una y otra vez remeter las esquinas de la sábana bajo el
colchón tal y como lo hace Tessa, pero no hay manera. Mi ropa, tanto la limpia como la sucia, está
desperdigada por el suelo, botellas de agua vacías y latas de soda abarrotan las mesillas de noche, y
siemprehacefrío.Lacalefacciónestáencendida,perolahabitaciónestá...fría.
Leenvíounúltimomensajeparadesearlebuenasnochesycierrolosojos,rezandopordisfrutarde
unrepososinsueños...porunavez.
—¿Tessa?—llamodesdeelpasillo,anunciandoqueestoyencasa.
Elapartamentoestáensilencio,sólopequeñossonidosllenanelaire.¿EstáTessaalteléfonocon
alguien?
—¡Tessa!—lallamodenuevomientrashagogirarelpomodelapuertadeldormitorio.
Laescenaquecaptanmisojosmedetieneenseco.Tessaestátendidasobreelcubrecamablanco,
con el rubio cabello pegado a la frente por el sudor; con los dedos de una mano se agarra a la
cabeceradelacamayconlosdelaotratiradeunoscabellosnegros.Mientrasgiralascaderaspuedo
sentircómoelhieloreemplazalaardientesangrequecorrepormisvenas.
LacabezadeZedestáenterradaentresussuavesmuslos.SusmanosrecorrenelcuerpodeTessa.
Intentomovermehaciaellosparacogerlodelagargantayarrojarlocontralapared,peromispies
estánpegadosalsuelo.Intentogritarles,peromibocaseniegaaabrirse.
—Oh,Zed—gimeTessa.
Metapolosoídosconlasmanos,peronofunciona.Suvozllegahastamicerebro;nohayformade
escapardeella.
—Erestanhermosa—murmuraélconadmiraciónmientrasellavuelveagemir.Unadesusmanos
semuevehastalospechosdeTessaylosacariciaconlasyemasdelosdedosmientrassubocasigue
enterradaenella.
Estoyparalizado.
Nomeven,nisiquierahannotadoqueestoyenlahabitación.Tessagritasunombreunavezmás
y, cuando él alza la cabeza de entre sus muslos, por fin me ve. Mantiene contacto visual conmigo
mientrassuslabiosrecorrenelcuerpodeellahastallegarasumandíbula,mordisqueandosupiel.Mis
ojos no se apartan de sus cuerpos desnudos, y mis entrañas me han sido arrancadas del cuerpo y
lanzadassobreelfríosuelo.Nopuedosoportarveresto,peroestoyforzadoahacerlo.
—Tequiero—lediceélmientrasmesonríeamí.
—Yotambiéntequiero—gimoteaTessa.
Clava las uñas en su espalda tatuada cuando él la penetra. Por fin recupero la voz y grito,
silenciandosusgemidos.
—¡Joder!—grito.
Agarroelvasodeencimadelamesilladenochey,conunestallido,sehaceañicoscontralapared.
Capítulo83
Hardin
Empiezo a caminar arriba y abajo del dormitorio, tirándome con furia de mis cabellos empapados en
sudor,ytodalaropayloslibrosquepisoteoamipasovandejandomarcasenmispiesdescalzos.
—¿Hardin?¿Estásbien?—LavozdeTessasuenaprofundaconelsueño.
Mealegrotantodequehayacontestadocuandolahellamado...Necesitotenerlaaquí,juntoamí,
aunquesóloseaatravésdeunhilotelefónico.
—Yo...nolosé—graznoalteléfono.
—¿Quépasa?
—¿Estásenlacama?—lepregunto.
—Sí,sonlastresdelamadrugada,¿dónde,sino,ibaaestar?¿Quépasa,Hardin?
—Esquenopuedodormir,esoestodo—admitoconlavistafijaenlaoscuridaddenuestro...mi
dormitorio.
—Oh...—Dejaescaparunlargosuspirodealivio—.Porunsegundomehabíasasustado.
—¿HasvueltoahablarconZed?—lepregunto.
—¿Qué?No,nohehabladoconéldesdequetecontéquepensabaveniraSeattle.
—Llámaloydilequenopuedeir.—Séqueparezcounlunático,peromeimportaunamierda.
—Nopiensollamarloaestashoras,pero¿sepuedesaberquétepasa?
Estátanaladefensiva...,aunquesupongoquenopuedoculparladeello.
—Nada,Theresa.Noimporta—suspiro.
—¿Quéesloquepasa,Hardin?
—Nada,es...nada.
Cuelgolallamadaypresionoelbotóndeapagadohastaquelapantallasetornanegra.
Capítulo84
Tessa
—No irás a pasarte todo el día en pijama, ¿verdad? —me pregunta Kimberly a la mañana siguiente
cuandomevesentadaalabarradelacocina.
Memetounacucharadademueslienlabocaparanotenerquecontestarle.Porqueesoesjustolo
queplaneohacerhoy.NodormíbiendespuésdelallamadadeteléfonodeHardin.Desdeentoncesme
ha enviado unos pocos mensajes de texto, pero en ninguno de ellos menciona su extraño
comportamientodeanoche.Quierollamarlo,perolaformaenquemecolgótanrápidamentehaceque
lopiensemejor.Además,noheestadomuchoporKimberlydesdequellegué.Pasolamayorpartede
mitiempolibrehablandoporteléfonoconHardinorealizandomiprimeratandadetrabajosparamis
clases.Lomínimoquepuedohacerescharlarconelladuranteeldesayuno.
—Nuncallevasropa—intervieneSmith,ycasiescupoelmueslisobrelamesa.
—Claroquesí—replico,aúnconlabocallena.
—Tienes razón, Smith, nunca lleva. —Kimberly suelta una carcajada y yo pongo los ojos en
blanco.
EnesemomentoChristianentraenlacocinayledaunbesoenlasien.Smithsonríeasupadreya
sufuturamadrastraantesdevolveramirarme.
—Los pijamas son más cómodos —le explico, y él asiente dándome la razón. Sus ojos verdes
recorrensupropiopijamadeSpider-Man—.¿TegustaSpider-Man?—lepregunto,esperandogenerar
unaconversaciónquenoseasobremí.
Susdeditoscogenunatostada.
—No.
—¿No?Perosillevaspuestoeso—replicoseñalandosuropa.
—Ellamelocompró.—SeñalaaKimconlacabezaymesusurra—:Noledigasqueloodio;se
pondríaallorar.
Merío.Smithtienecincoañoscaminodeveinte.
—Noloharé—leprometo,yacabamosnuestrodesayunoenagradablesilencio.
Capítulo85
Hardin
Landon sacude el agua de su sombrero sobre el suelo y apoya el paraguas contra la pared con un
exageradogestoteatral.Quierequeveaelgran«esfuerzo»queestáhaciendoparaayudarme.
—¿Y bien? ¿Qué es tan urgente como para que me hagas venir con este tiempo de perros? —
pregunta medio molesto, medio preocupado. Al fijarse en mi torso desnudo, añade—: ¿Sabes? Yo he
tenidoqueponermeropaencimaparaveniraayudarte.¿Cuáleselproblema?
SeñaloaRichard,queestádespatarradoenelsofá,dormido.
—Él.
Landonseinclinahaciaunladoparamirardetrásdemí.
—¿Quiénesése?—pregunta.Deprontoseenderezaymemiraconlabocaabierta—.Espera...,
¿noeselpadredeTessa?
Pongolosojosenblancoantesupregunta.
—No,esotrosintechoescogidoalputoazaralquedejodormirenmisofá.Esloquetodoslos
hipstersestamoshaciendoúltimamente.
Élignoramisarcasmo.
—¿Quéhaceaquí?¿LosabeTessa?
—Sí,losabe.Loquenolehecontadoesquellevacincodíasrehabilitándoseyvomitandodetodo
pormimalditoapartamento.
RichardgruñeensueñosyyocojoaLandonporlamangadesucamisadecuadrosescocesesytiro
deélendirecciónalpasillo.
Estáclaroqueestoquedaunpocolejosdelaligademihermanastro.
—¿Rehabilitación?—repite—.¿Comodelasdrogas?
—Sí,ydelalcohol.
Parecereflexionarduranteunsegundo.
—¿Aúnnohaencontradotualijodelicor?—mepregunta,yentoncesalzaunaceja—.¿Oyaselo
hatomadoentero?
—Yanotengonadadelicoraquí,capullo.
Vuelveaespiardesdelaesquinaalhombrequeduermetiradoenelsofá.
—Aúnnoséquépintoyoentodoesto.
—Vasahacerledeniñera—loinformo,ydeinmediatoretrocede.
—¡Nihablar!—tratadesusurrar,perosuvozsuenamáscomoungritoapagado.
—Relájate.—Ledoyunaspalmaditasenelhombro—.Sóloseráporunanoche.
—Queno.Novoyaquedarmeconél.¡Perosinisiquieraloconozco!
—Yotampoco.
—Túloconocesmejorqueyo,algúndíapodríallegarasertusuegrosinofuesestanidiota.
LaspalabrasdeLandonmegolpeanconmásfuerzadelaquedeberían.«¿Suegro?»Eltítulosuena
rarocuandolorepitoenmimente...mientrascontemploaesemontóndemierdahumanaenmisofá.
—Quieroverla—confieso.
—¿Aquién?...¿ATess?
—Sí,aTes-sa—locorrijo—.¿Aquién,sino?
Landoncomienzaajuguetearconsuspropiosdedoscomounniñonervioso.
—Bueno,y¿porquénopuedeellaveniraquí?Nocreoqueseaunabuenaideaquemequedecon
él.
—Noseasnenaza,noespeligrosoninadadeeso—ledigo—.Sóloasegúratedequenoabandone
elapartamento.Tengomontonesdecomidayagua.
—Niqueestuvierashablandodeunperro—remarcaLandon.
Mefrotolassienescansado.
—Tío,tampocoesquesediferencientanto.¿Mevasaayudaroqué?
Élmemirafijamenteyyoañado:
—¿PorTessa?
Esungolpebajo,peroséquefuncionará.
Despuésdeunsegundoserindeyasiente.
—Sólounanoche—accede,ysevuelveparaocultarunasonrisa.
NosécómoreaccionaráTessacuandoignorenuestroacuerdode«espacio»,peroserásóloporesta
noche. Una simple noche con ella es lo que necesito ahora mismo. La necesito a ella. Las llamadas
telefónicas son suficientes durante la semana pero, tras la pesadilla que tuve, necesito verla más que
nadaenelmundo.Necesitoconfirmarquenohayningunamarcaensucuerpoapartedelasqueyole
dejé.
—Y ¿ya sabe que vas a ir? —me pregunta Landon mientras me sigue de vuelta al dormitorio,
dondebuscoporelsuelounacamisetaconlaquecubrirmitorsodesnudo.
—Losabráencuantollegue,¿no?
—Mehacontadolovuestroconelteléfono.
«¿Enserio?Esoesmuypocohabitualenella.»
—¿Porquéibaacontartequenoscorremoshablandoporteléfono?...—lepregunto.
LosojosdeLandonseabrencomoplatos.
—¡¿Eh?!¡¿Qué?!¡¿Qué?!Nomerefería...Oh,Dios—gime.
Intenta cubrirse los oídos con las manos pero es demasiado tarde. Sus mejillas se vuelven de un
rojointensoymirisallenaeldormitorio.
—Tienes que ser más específico cuando hables de Tessa y de mí, ¿es que aún no lo sabes? —
Sonrío,deleitándomeenlosrecuerdosdesusgemidosatravésdelalínea.
—Pareceserqueno.—Frunceelceñoyserecompone—.Queríadecirquehabéisestadohablando
unmontónporteléfono.
—¿Y?
—¿Ellateparecefeliz?
Misonrisadesaparece.
—¿Porquélodices?
Lainquietudapareceensurostro.
—Sólomelopreguntaba.Estoyalgopreocupadoporella.Nopareceestartanemocionadayfeliz
porlodeSeattlecomocreíqueestaría.
—Nosé...—Mefrotolanucaconlapalmadelamano—.Tienesrazón,noparecefeliz,peronosé
siesporqueyosoyunimbéciloporquenolegustaSeattletantocomocreíaquelegustaría—contesto
conhonestidad.
—Esperoqueseaporloprimero.Quieroqueseafelizallí—diceLandon.
—Yotambién,másomenos—convengo.
Landonpateaunosvaquerososcurossuciosquehayenelsueloparaapartarlosdesupie.
—Oye,quemelosibaaponer—salto,ymeinclinopararecogerlos.
—¿Esquenotienesropalimpia?
—Enestemomento,no.
—¿Haspuestoalgunalavadoradesdequesefue?
—Sí...—miento.
—Ajá...—Señalalamanchaenmicamisetanegra.¿Mostaza,talvez?
—Mierda... —Me quito la camiseta y la lanzo de vuelta al suelo—. ¡No tengo una mierda que
ponerme!
Abrodegolpeelúltimocajóndelacómodaydejoescaparunsuspirodealiviocuandolocalizo
unapiladecamisetasnegrasplanchadas.
—¿Quéteparecenéstos?—Landonseñalaunpardevaquerosazuloscurocolgadosenelarmario.
—No.
—¿Porquéno?Nuncallevasnadaquenoseanvaquerosnegros.
—Puesporeso—replico.
—Bueno,elúnicopardepantalonesqueparecequetienesparaponerteestánsucios,asíque...
—Tengocincopares—locorrijo—.Loquepasaesquesontodosdelmismoestilo.
Con un resoplido paso por su lado para descolgar los vaqueros azules de su percha. Odio esta
mierda.MimadremeloscompróporNavidadyjurénollevarlosjamás.Y,sinembargo,aquíestoy.Por
elamorverdaderooalgoasí.ProbablementeTessasedesmayará,fijo.
—Sonunpoco...ajustados—comentaLandon,ysemuerdeellabioinferiorparanoreír.
—Quetejodan—digo,yleenseñoeldedocorazón.
Despuésacabometiendomásmierdaenmibolsa.
Veinte minutos más tarde estamos de vuelta en la sala de estar. Richard sigue dormido, Landon
continúahaciendocomentariossobremisputosvaquerosajustadosyestoylistoparairaveraTessaa
Seattle.
—¿Quécreesquedeberíadecirlecuandosedespierte?—mepreguntaLandon.
—Loquequieras.Seríabastantedivertidosiletomaraselpelounrato.Podríasfingirqueeresyoo
quenosabescómohallegadoélhastaaquí.—Merío—.Estaríamásconfuso...
Landonnoveelhumorenmiideayprácticamentemeempujaporlapuerta.
—Conduceconcuidado,lascarreterasestánmojadas—meavisa.
—Loharé.
Mecuelgolabolsadelhombroymelargoantesdequehagaalgúnotrocomentariodesabihondo.
Duranteeltrayectonopuedoevitarrecordarmipesadilla.Eratannítida,tanjodidamentevívida...Podía
oíraTessagimiendoelnombredeesecabrón;inclusopodíaoírcómosusuñaslerecorríanlapiel.
Pongo la radio para ahogar mis pensamientos, pero no funciona. Decido pensar en ella, en
recuerdosdelosdosjuntos,paradetenerlasimágenesquemeacechan.Deotromodo,ésteseráelviaje
máslargodetodamivida.
—¡Miraquébebéstanmonos!—Tessachillandomientrasseñalabaunpelotóndepequeñosseres
inquietos.Bueno,enrealidadsólohabíadosbebés,peroaunasí...
—Sí,sí,monísimos—repliquéponiendolosojosenblancoylaarrastréatravésdelatienda.
—Inclusollevanlazosajuegoenelpelo.—Estabasonriendotantoquesuvozadquirióesetono
agudoqueusanlasmujerescuandoseencuentranalrededordeunniñopequeñoyalgunahormonau
otralasgolpea.
—Quesí—repuse,ycontinuérecorriendolosestrechospasillosdeConner’s.
Tessa estaba buscando un queso en particular que necesitaba para nuestra cena de esa noche.
Perolosbebéscortocircuitaronsucerebro.
—Admitequeeranmonos.—Mesonrió,yyosacudílacabezaparadesafiarla—.Vamos,Hardin...,
sabesqueeranmonos.Sólodilo.
—Eranmonos...—contestéinexpresivo,yellaapretólabocamientrascruzabalosbrazosfrentea
supechocomounaniñacaprichosa.
—Quizáresultaqueeresunadeesaspersonasquesóloencuentranmonosasuspropioshijos—
dijo,ypudeobservarcómodeprontounasospechalerobabarápidamentelasonrisa—.Esosiesque
algunavezquierestenerhijos—añadiósombría,haciendoquequisieraborrarelceñodesuhermosa
caraabasedebesos.
—Claro,talvez.Aunqueesunapenaquenoquieratenerlos—dijeintentandograbarlanoción
permanentementeensucorazón.
—Losé...—contestóellasuavemente.
Poco después encontró lo que había estado buscando y lo dejó caer en el cesto con un golpe
sordo.
Susonrisaaúnnohabíaregresadoparacuandollegamosalacolaparalacaja.Lamirédesde
arribaylediunsuavecodazo.
—Oye...
Cuandomemiró,susojosestabanempañados,yeraobvioqueesperabaqueyohablara.
—Acordamosnoseguirhablandodehijos...—comencémientrasellaclavabalavistaenelsuelo,
cercademibota—.Mírame.
Cubrísusmejillasconmismanosyapoyélafrenteenlasuya.
—Estábien,noestabapensandocuandohedichoeso—admitióencogiéndosedehombros.
Laobservémientrasmirabaalrededordelpequeñomercado,fijándoseencuantonosrodeaba,y
casipodíaverlapreguntarseporquélaestabatocandoasíenpúblico.
—Mira, volvamos a acordar no sacar el tema de los niños. No hace más que causar problemas
entre nosotros —le dije, y le di un rápido beso en los labios, seguido de otros. Mis labios se
entretuvieronsobrelossuyosysuspequeñasmanossecolaronenlosbolsillosdemichaqueta.
—Te quiero, Hardin —dijo cuando Gloria la Gruñona, la cajera de la que nos habíamos reído
tantasveces,seaclarólagarganta.
—Tequiero,Tess.Ytequerrétantoquenisiquieranecesitaráshijos—leprometí.
Volvió la cabeza para esconder el ceño de preocupación, lo sé. Pero por aquel entonces no me
importóporqueimaginéquelacuestiónestabaresueltaymehabíasalidoconlamía.
Mientrassigoconduciendomepreguntosihahabidoalgúnmomentodemividaenelquenome
hayacomportadocomouncapulloegoísta.
Capítulo86
Tessa
Mientras voy de mi dormitorio al sofá con una copia de Cumbres borrascosas en la mano, Kimberly
diceconunahermosayampliasonrisa:
—Estásdebajón,Tessa,ycomotuamigaymentora,esmiresponsabilidadsacartedeahí.
Sucabellorubioeslisoybrillanteysumaquillajedemasiadoperfecto.Esunadeesasmujeresa
lasqueelrestodelasmujeresadoranodiar.
—¿Mentora?¿Enserio?—Meríoyellaponeenblancosusojossombreados.
—Vale,talveznounamentora,perosíunaamiga—secorrige.
—Noestoydebajón.Simplementetengounmontóndetrabajosquehacer,ynomeapetecesalir
estanoche—alego.
—Tienes diecinueve años, chica, ¡actúa como tal! Cuando yo tenía diecinueve pasaba todo el
tiempofuera.Apenasaparecíaporclase.Yteníacitasconchicos,conmuchosmuchoschicos—dice,
mientrassustaconesrepiqueteansobreelsuelodeparquet.
—Asíqueesohacías,¿eh?—intervieneChristianalentrarenlasala.Estádesenrollandoalgúntipo
decintadealrededordesusmanos.
—Ningunotanmaravillosocomotú,porsupuesto.—Kimleguiñaunojoyélseríe.
—Estoesloquemepasaporsalirconunamujertanjoven—diceél—.Tengoquecompetirconel
recuerdoaúnfrescodehombresenedaduniversitaria.—Susojosverdesbrillanconhumor.
—Oye,queyonosoymuchomásjovenquetú—diceKimberlydándoleungolpecitoenelpecho.
—Doceaños—señalaél.
Ellaponelosojosenblanco.
—Sí,perotualmaesjoven.NocomoladeTessa,quesecomportacomosituviesecuarenta.
—Claro,cielo.—Tiralacintausadaaunapapelera—.Ahoraveeiluminaalachicasobrecómo
no comportarse en la universidad. —Le dedica una última sonrisa, le da una palmada en el culo y
desaparece,dejándolasonriendodeorejaaoreja.
—Quierotantísimoaesehombre...—mediceKimberly,yyoasientoporqueséqueescierto—.
Deverdadquequeríaquesaliesesconnosotrosestanoche.Christianysussociosacabandeabrirun
nuevoclubdejazzenelcentro.Espreciosoyestoyseguradequelopasarásmuybien.
—¿Christiantieneunclubdejazz?—pregunto.
—Sólo ha invertido en él, así que en realidad no ha hecho ningún esfuerzo —susurra con una
sonrisa ladina—. Tienen músicos invitados los sábados, una especie de noche de micrófono abierto o
algoasíconmuchasactuacionesendirecto.
Meencojodehombros.
—¿Talvezelfindequeviene?
Loúltimoquequieroahoramismoesvestirmedenuevoysaliraunclub.
—Vale,elfindesemanaqueviene.Tetomolapalabra.Smithtampocoquierevenir.Heintentado
convencerlo,peroyasabescómoes.Mehadadolacharlasobrecómoeljazznopuedecompararsecon
lamúsicaclásica.—Seechaareír—.Asíquesuniñerallegarádentrodeunashoras.
—Puedovigilarloyo—meofrezco—.Alfinyalcabo,estaréaquí.
—No,cielo,notienesquehacerlo.
—Losé,peromeapetece.
—Bueno,esoseríagenialymuchomássencillo.Poralgunarazón,nolegustasuniñera.
—Yotampocolegustomucho.—Merío.
—Cierto, pero él habla más contigo que con la mayor parte de la gente. —Se mira el anillo de
compromisoeneldedoydespuésalzalavistahacialafotodeclasedeSmithquecuelgasobrelarepisa
de la chimenea—. Es un niño muy dulce, pero tan reservado... —dice en voz baja, casi como una
reflexión.
Eltimbredelapuertasuenaentonces,rompiendoelmomento.
Kimberlymemiraconextrañeza.
—Vaya,¿quiéndemoniosvendráenmitaddelatarde?—pregunta,comosiyopudieraconocerla
respuesta.
Mequedoaquídepie,mirandolapreciosafotodeSmithquecuelgadelapared.Esunniñotan
serio...,comounpequeñoingeniero,ounmatemático.
—Bueno,bueno,bueno...¡Miraquiénhavenido!—exclamaKimberlydesdelapuerta.
Cuandomedoylavueltaparaverdequéestáhablando,mequedoconlabocaabierta.
—¡Hardin! —Su nombre cae de mis labios sin pensarlo siquiera, y un inmediato subidón de
adrenalina me hace cruzar la habitación. Mis calcetines hacen que me deslice sobre el parquet, casi
consiguiendoquemecaigadebruces.Encuantorecuperoelequilibriosaltosobreélyloabrazomás
fuertedeloqueloheabrazadojamás.
Capítulo87
Hardin
CasimedaunataquecuandoTessatropiezayestáapuntodecaerse,peroserecuperarápidamenteyse
lanzaamisbrazos.
Éstanoes,nidelejos,lareacciónqueesperaba.
Penséquemerecibiríaconunincómodo«hola»yunasonrisaquenolellegaríaalosojos.Pero,
joder, qué equivocado estaba. Muy equivocado. Tessa aprieta los brazos alrededor de mi cuello y yo
entierro la cabeza en su pelo. La dulce esencia de su champú me embota los sentidos y me siento
momentáneamenteabrumadoporsupresencia,cálidayreceptivaentremisbrazos.
—Hola—digoporfincuandoellaalzalavistahaciamí.
—Estáshelado—comenta.Susmanossemuevenhastamismejillas,calentándolasdeinmediato.
—Es que está lloviendo hielo ahí fuera... y en casa es aún peor. En mi casa, quiero decir —me
corrijo.
Susojosseclavanenelsueloantesdevolveramirarme.
—¿Qué estás haciendo aquí? —prácticamente susurra, intentando ocultar la pregunta al resto de
lospresentes.
—HellamadoaChristiandecaminoaquí—informoaKimberly,quecontinúamirándomeconaire
enigmáticoyunasonrisajugandoensuslabiospintados.
«Nopodíasmantenertealejado,¿verdad?»,articulaensilencioaespaldasdeTessa.Estamujeres
lamayortocapelotasqueconozco,nosécómoChristianlaaguanta,yvoluntariamente.
—PuedesquedarteenlahabitaciónfrentealadeTessa,ellatelaenseñará—anunciaKimberly,y
despuésdesaparece.
MeseparodeTessaylededicounapequeñasonrisa.
—Lo... ¡lo siento! —tartamudea ella, mirando alrededor y ruborizándose—. No sé por qué he
hechoeso.Es...esqueestanagradableverunacarafamiliar...
—Yotambiénmealegrodeverte—ledigointentandolibrarladesubochorno.
Noesquemehayaapartadoporquenoquieraabrazarla.Sufaltadeconfianzasiemprehaceque
interpretelascosasdemaneranegativa.
—He resbalado en el suelo —suelta, entonces vuelve a ruborizarse y yo me muerdo un carrillo
paranoreírmedeella.
—Sí, ya lo he visto —digo. No puedo evitar la risita que se me escapa, y ella sacude la cabeza
riéndosedesímisma.
—¿Deverdadquetequedas?—pregunta.
—Sí.¿Teparecebien?
Susojosbrillanytienenuntonodegrismásclarodelhabitual.Llevaelpelosuelto,ligeramente
onduladoysinestilo.Niunrastrodemaquillajeestropeasurostro,yestáabsolutamenteperfecta.La
cantidad de horas que he pasado imaginando su cara frente a mí no me habían preparado para el
momento en que finalmente volvería a verla. Mi mente no puede captar todos los detalles; las pecas
justosobresuescote,lacurvadesuslabios,elbrillodesusojos...,esjodidamenteimposible.
Lacamisetalequedasueltayesoshorriblespantalonesdefelpaconnubescubrensuspiernas.No
para de ajustarse la camiseta tirando hacia abajo, jugueteando con el cuello; es la única chica que he
conocido que puede ponerse esa ropa horrorosa para dormir y aun así parecer sexi. A través de la
camiseta blanca puedo verle el sujetador. Lleva ese de encaje que tanto me gusta. Me pregunto si es
conscientedequepuedoverloatravésdelatela...
—¿Porquéhascambiadodeidea?Y¿dóndeestánelrestodetuscosas?—preguntaTessamientras
meguíapasilloabajo—.Lashabitacionesdetodoslosdemásestánarriba—meexplicasinsospechar
mispervertidospensamientos.Oquizásí...
—Estoestodocuantohetraído.Serásólounanoche—leaseguro,ysedetienefrenteamí.
—¿Sólotequedasunanoche?—repite;susojosbuscanmicara.
—Sí,¿quécreías?¿Quememudabaaquí?
Claroquelocreía,ellasiempretienedemasiadafeenmí.
—No.—Desvíalamirada—.Nolosé.Supongoqueesperabaquetequedarasmásqueeso—dice,
yahoraescuandolacosaseponeincómoda.Sabíaqueocurriría—.Aquíestálahabitación.—Abrela
puertaparamí,peronoentro.
—¿Tuhabitaciónestájustocruzandoelpasillo?—Lavozsemerompeysuenocomounauténtico
idiota.
—Sí—murmuraellamirándoselosdedos.
—Genial—señalotontamente—.Estásseguradequeestábienquehayavenido,¿verdad?
—Sí,porsupuesto.Sabesqueteheechadodemenos.
Laexcitaciónensucaraparecedesvanecersecuandoelrecuerdodemisaccionesprevias—serun
gilipollasengeneralynegarmeaveniraSeattlesobretodo—seciernesobrenuestrascabezas.Nunca
olvidarélaformaenquehavenidocorriendohaciamí,literalmente,cuandomehavistoenlapuerta;
había tanta emoción en su rostro, tanta añoranza... y yo también lo he sentido, más incluso que Tess.
Creíaquemevolveríalocosinella.
—Sí, pero la última vez que estuvimos juntos en ese apartamento yo te eché a patadas. —Veo
cómosuexpresióncambiacuandomispalabraslerecuerdanloocurrido.Escomosipudieraverelputo
murolevantándoseentrenosotrosmientrasellamededicaunasonrisafalsa—.Noséporquéhedicho
eso—confieso,ymepasolamuñecaporlafrente.
Sus ojos se mueven hacia otra habitación: la suya. Entonces, señalando la puerta frente a la que
estamos,dice:
—Puedesdejarahítuscosas.
Mecogelabolsadelamano,entraenelcuartoylaabresobrelacama.Laobservomientrassaca
delabolsacamisetasenrolladasycalzoncillosyarrugalanariz.
—¿Estánlimpios?—pregunta.
Niegoconlacabeza.
—Loscalzoncillos,sí.
Sostienelabolsaaunbrazodedistancia.
—Nisiquieraquierosabercómoestáelapartamento.
Lascomisurasdesuslabiosseelevanenunasonrisapetulante.
—Entonces,menosmalquenovasavolveraverlo—bromeo.
Susonrisasedesvaneceenelacto.Menudabromademierda...Pero¿quécoñomepasa?
—Nomereferíaaeso—meapresuroaañadir,desesperadoporrecuperarmedemipésimaelección
depalabras.
—Estábien.Relájate,¿vale?—Suvozesamable—.Soyyo,Hardin.
—Losé.—Tomoaireycontinúo—:Essóloqueparecequehayapasadomuchotiempo,yestamos
enesteextrañopuntomuerto,unamediarelacióndemierdaqueencimasenosdafatal.Ynonoshemos
visto,yteheechadodemenos,yesperoquetútambiénmehayasechadodemenosamí.
«Vaya,lohesoltadotododemasiadorápido.»
Ellasonríe.
—Sí.
—¿Sí,qué?—Lapresionoenbuscadelaspalabrasexactas.
—Queteheechadodemenos.Telohedichotodoslosdíasquehemoshablado.
—Losé.—Meacercoaúnmásaella—.Sóloqueríaoírtelodecirotravez.
Meinclinoparacolocarleelcabellotraslasorejasusandoambasmanos,yellaseapoyaenmí.
—¿Cuándohasllegado?—intervienedeprontounapequeñavoz,yTessaseseparadeunsalto.
Genial,simplementegenial.
YahíestáSmith,depiefrentealnuevodormitoriodeTessa.
—Justoahora—contesto,esperandoquesevayadelahabitaciónparaquepodamoscontinuarlo
quehemosempezadohaceunosmomentos.
—¿Porquéhasvenido?—pregunta,yentraenlahabitación.
Señalo a Tessa, que ahora está como a dos metros de mí, sacando mi ropa de la bolsa y
recogiéndolaentrelosbrazos.
—Hevenidoaverlaaella.
—Oh—replicaenvozbajamirándoselospies.
—¿Nomequieresaquí?—pregunto.
—Nomeimporta—diceencogiéndosedehombros,ylesonrío.
—Bien,porquenomehabríaidoaunquefueseasí.
—Losé.—SmithmedevuelvelasonrisaynosdejaaTessayamíasolas.
Menosmal.
—Legustas—diceella.
—Elcríoestábien—replicoencogiéndomedehombros,yellaseríe.
—Atitambiéntegusta—meacusa.
—No,paranada.Sólohedichoqueestábien.
Tessaponelosojosenblanco.
—Claaaaro.
Tienerazón,elcríomegusta.Másdeloquemehagustadoningúnotroniñodecincoaños.
—EstanochemetocacuidardeélmientrasKimyChristianvanalainauguracióndeunclub—me
explica.
—Y¿túporquénovasconellos?
—Nosé,simplementenomeapetecía.
—Mmm...—Mepellizcoellabioparaesconderlemisonrisa.
Meemocionaquenoquierasalirporahí,ymedescubroamímismoesperandoquehayaplaneado
pasarlatardehablandoconmigoporteléfono.
Ellamededicaentoncesunaextrañamirada.
—Túpuedesirsiteapetece,notienesquequedarteaquíconmigo.
Lelanzounamiradaindignada.
—¿Qué?Noheconducidohastaaquíparairaunclubdemierdasinti.¿Esquenoquieresqueme
quedecontigo?
Susojosseencuentranconlosmíosyaprietamiropacontramipecho.
—Sí,porsupuestoquequieroquetequedes.
—Bien,porquenomehabríaidoaunquehubiesesidoasí.
EllanosonríecomoSmith,peroponelosojosenblanco,ungestoigualdeadorable.
—¿Adóndevas?—lepreguntoalverquesedirigehacialapuertaconmiscosas.
Melanzaunamiradaquees,almismotiempo,divertidaysensual.
—Alavarturopa—contesta,ydesapareceenelvestíbulo.
Capítulo88
Tessa
Mis pensamientos vuelan mientras pongo en marcha la lavadora. Hardin ha venido, a Seattle, y ni
siquierahetenidoquepedírseloosuplicar.Havenidoporsupropiavoluntad.Aunquesóloseaporuna
noche, significa muchísimo para mí, y espero que sea un paso en la dirección correcta para nosotros.
Aúnmesientomuyinseguraenloquerespectaanuestrarelación...,tenemossiempretantosproblemas,
tantaspeleassinsentido...Somosdospersonasmuydiferentes.Yahoramismoestoyenunpuntoenel
quenosésiestovaafuncionar.
Peroahoramismo,ahoraqueestáaquíconmigo,noquieronadamásqueprobaraversifunciona
estamediarelación/mediaamistadadistancia,yveradóndenoslleva.
—Sabíaqueaparecería—diceKimberlyamiespalda.
Cuandomevuelvoveoqueestáapoyadacontraelmarcodelapuertadelcuartodelavar.
—Puesyono—confieso.
Ellamelanzaunamiradatipo«¡Vengaya!».
—Teníasquesaberqueloharía.Nuncahevistounaparejacomovosotros.
Suspiro.
—Nosomosexactamenteunapareja...
—Tehasechadoensusbrazoscomoenunapelícula.Élllevaaquímenosdequinceminutosyya
leestáshaciendolacolada—replicamientrascabeceahacialalavadora.
—Bueno,esquesuropaolíafatal...—explico,ignorandolaprimerapartedesudiscurso.
—No podéis estar separados el uno del otro, realmente es algo digno de ver. Me encantaría que
salierasconnosotrosestanocheparaquepudierasarreglarteyenseñarletodoloqueseestáperdiendo
pornoveniravivircontigoaSeattle—añade,meguiñaunojoyseva,dejándomesolaenelcuartode
lavar.
TienerazónsobreHardinysobremí,nosomoscapacesdepermanecerseparadoselunodelotro.
Siemprehasidoasí,desdeeldíaqueloconocí.Inclusocuandotratodeconvencermeamímismade
que no lo quiero, no puedo ignorar el cosquilleo que siento en mi interior cada vez que nos
encontramos.
AntesHardinsiempreaparecíadondequieraqueyoestuviera.Porsupuesto,yomepasabaporla
casadesufraternidadcadavezquesurgíalaoportunidad.Odiabaaquelsitio,peroalgoenmiinterior
mearrastrabahastaallí,sabiendoquesiibalovería.Noloadmitíenesemomento,nisiquieraparamí
misma,perodeseabasucompañía,inclusocuandoeracruelconmigo.Parecequehagatantotiempode
eso...,escasicomopartedeunsueño,yrecuerdolaformaenquesolíamirarmefijamentedurantelas
clasesparadespuésponerlosojosenblancocuandolosaludaba.
Lalavadoraemiteunbrevepitido,devolviéndomealarealidad,ymeapresuropasilloabajohacia
elcuartodeinvitadosquelehasidoasignadoaHardinparapasarlanoche.Lahabitaciónestávacía;su
bolsasiguesobrelacama,peroaélnoloveoporningúnlado.Cruzoelpasilloyloencuentrodepie
delantedelescritoriodemihabitación.Susdedosacaricianlastapasdeunodemiscuadernosdenotas.
—¿Quéestáshaciendoaquí?—pregunto.
—Sóloqueríaverdóndeestásviviendo...ahora.Queríavertuhabitación.
—Oh.—Notolaformaenquesuscejassejuntancuandolallamatuhabitación.
—¿Estoesparaalgunaasignatura?—preguntasosteniendoelcuadernodecueronegro.
—Esparaescrituracreativa—asiento—.¿Lohasleído?
Nopuedoevitarsentirmeunpoconerviosaantelaideadequelohayahecho.Hastaahorasólohe
conseguido escribir uno de los trabajos, pero como todo lo demás en mi vida, al final acabé
relacionándoloconél.
—Unpoco.
—Es sólo un trabajo —digo tratando de explicarme—. Nos pidieron que escribiéramos una
redaccióndetemalibrecomoprimertrabajodelcursoy...
—Esbueno,realmentebueno—mehalaga,ycolocaelcuadernodevueltasobrelamesadurante
unmomento,antesdevolveracogerloyabrirloporlaprimerapágina.
—«¿Quiénsoy?»—Leelaprimeralíneaenvozalta.
—Porfavor,no—lesuplico.
Élmededicaunasonrisitainterrogativa.
—¿Desdecuándotedavergüenzaenseñartustrabajosdeclase?
—Noesvergüenza.Essóloque...esunensayomuypersonal.Nisiquieraestoyseguradequerer
entregárseloalprofesor.
—Heleídotudiariodereligión—dicedepronto,ysemeparaelcorazón.
—¿Qué?—Rezoparahaberlooídomal.
—Loheleído.Telodejasteenelapartamentoyloencontré.
Esto es humillante. Guardo silencio mientras Hardin me mira fijamente desde el otro lado de la
habitación.Ésoseranpensamientosíntimosquenoesperabaquenadiellegaraaleernunca,salvoquizá
miprofesor.MeavergüenzaqueHardinhayaescudriñadomispensamientosmáspersonales.
—Nodeberíashaberlosleído.¿Porquélohashecho?—pregunto,intentandonomirarlo.
—Minombreestabaportodaspartes—sedefiende.
—Ésa no es la cuestión, Hardin. —Me noto el estómago en la garganta, y me cuesta respirar—.
Estabapasandounarachamuymala,yésoseranpensamientosíntimosparamidiario.Notendríasque
haberlos...
—Eranmuybuenos,Tess.Increíbles,Medoliósaberquetesentíasasí,perolaspalabras,loque
teníasquedecir...eraperfecto.
Séqueintentahacermeuncumplido,peroasísóloconsigueabochornarmemás.
—¿Cómotesentiríastúsialguienleyeraalgoqueescribisteparaexpresarloquesentíasdeforma
privada? —Paso por alto sus halagos sobre mi forma de escribir. A sus ojos asoma una mirada de
pánico,yladeolacabeza,confusa—.¿Qué?
—Nada—selimitaadecir,sacudiendolacabeza.
Capítulo89
Hardin
Lamiradaensusojoscasihacequemedetenga,perodeboserhonesto,yquieroquesepalointeresante
queencuentrosuescritura.
—Loheleídoalmenosdiezveces—admito.
Susgrandesojosabiertoscomoplatosnoseencuentranconlosmíos,perosuslabiosseseparan
ligeramenteparacontestar:
—¿Enserio?
—Noseastímida.Soyyo...—Lesonrío,yelladaunpasohaciamí.
—Losé,peroprobablementesonabapatética.—Nopensabaconclaridadcuandoloescribí.
Colocoundedosobresuslabiosparasilenciarla.
—No,paranada.Esbrillante.
—Yo...—Intentahablartrasmisdedos,yaprietoconmásfuerza.
—¿Hasacabado?—Lesonrío,yellaasiente.
Lentamenteretirolosdedosdesuslabios,ysulenguaasomaparahumedecerlos.Nopuedoevitar
mirarlafijamente.
—Tengo que besarte —susurro, nuestras caras apenas están a unos centímetros de distancia. Sus
ojossemiranenlosmíosytragasalivaruidosamenteantesdevolverahumedecerseloslabios.
—Vale —susurra también en respuesta. Me agarra la camisa con voracidad. Tira de mí, con la
respiraciónpesada.
Justoantesdequenuestroslabiospuedantocarse,ungolperesuenaenlapuertadeldormitorio.
—¿Tessa?—LavozunpocochillonadeKimberlylallamaatravésdelapuertaentreabierta.
—Líbratedeella—murmuro,yTessaseapartademí.
Primeroelcríoyahoralamadre.YadepasopodríamosinvitartambiénaVanceaqueseunaala
fiesta.
—Nosvamosenunosminutos—diceKimberlysinllegaraentrar.
«Bienporti.Yahoralárgateatomar...»
—Vale,enseguidasalgo—contestaTessa,ymiirritaciónaumenta.
—Gracias,cielo—diceKimberly,ysevatarareandounacancioncillapop.
—Joder,nisiquieratendríaquehaber...—empiezo.
Cuando Tessa me mira me detengo antes de acabar la frase. Pero no era verdad... Nada podría
habermeimpedidoestaraquíahora.
—TengoquesalirycuidardeSmith.Siquieresquedarteenmicuarto,puedeshacerlo.
—No,quieroestardondeestéstú—ledigo,yellasonríe.
Joder,quierobesarla.Laheechadotantodemenos...yelladicequetambiénmeañora...,asíque,
¿porquéno?...Susmanossecierranalrededordelapecherademicamisetanegrayaprietaloslabios
contralosmíos.Mesientocomosialguienmehubieraconectadoaunatomadecorriente,cadafibrade
mí se enciende y vibra. Su lengua penetra suavemente en mi boca, presionando y acariciando, y mis
manosseaferranasuscaderas.
Tirodeellaatravésdelahabitaciónhastaquemispiernastropiezanconlacama.Metumboyella
caesuavementesobremí.Rodeosucuerpoconlosbrazosygirohastaquequedadebajodemí.Puedo
sentirsupulsomartilleandopormislabioscuandolosdeslizobajosuescoteydenuevohaciaarriba,
haciaesedulcelugarjustodebajodelaoreja.Jadeosysuavesgemidossonmirecompensa.Lentamente
empiezo lo que sé que son movimientos de tortura, girando las caderas contra las suyas, clavándola
contraelcolchón.LosdedosdeTessasemuevenparatocarlaardientepielbajomicamiseta,ysusuñas
mearañanlaespalda.
La imagen de Zed penetrándola se me aparece de pronto y me pongo en pie en apenas unos
segundos.
—¿Quépasa?—preguntaella.Suslabiossondeunprofundocolorrosadoyestáninflamadostras
elsuaveasalto.
—Na...nada,noesnada.Deberíamos...,hum...,salir.Cuidardelpequeñocabroncete—respondoa
todaprisa.
—Hardin...—mepresiona.
—Tessa,olvídalo.Noesnada.
«Sóloque,yasabes,soñéqueZedtefollabahastacasiromperlacamayahoranopuedodejarde
imaginármelo.»
—Vale.
Selevantadelacamaysesecalasmanoscontralasuaveteladesuspantalonesdepijama.
Cierrolosojosporunmomentointentandoliberarmimentedeesasrepugnantesimágenes.Siese
cabróninterrumpeunsolosegundomásdemitiempoconTessa,leromperécadahuesodesumaldito
cuerpo.
Capítulo90
Tessa
Después de que le planten demasiados besos para el gusto de Smith, Kimberly y Vance por fin se
marchan.Cadaunadelastresvecesquenosrecordaronquesipasabaalgolosllamásemos,Hardiny
Smith revolvieron los ojos con aire dramático. Cuando ella señaló la lista con los números de
emergencia de la encimera de la cocina, ellos intercambiaron una miradita de incredulidad de lo más
cuca.
—¿Quéquieresver?—preguntoaSmithcuandoperdemosdevistaelcoche.
ÉlseencogedehombrosenelsofáymiraaHardin,quemiraalniñocomosifueseunpequeño
huróngraciosooalgoporelestilo.
—Bueno...
—Vale, y ¿qué tal un juego? ¿Quieres jugar a algún juego? —sugiero cuando ninguno de ellos
habla.
—No—contestaSmith.
—Creoquequierevolverasuhabitaciónyhacerloquefueraqueestuvierahaciendoantesdeque
Kimlosacaradeallí—diceHardin,ySmithasiente,completamentedeacuerdo.
—Bueno..., está bien. Vuelve a tu habitación, Smith. Hardin y yo estaremos aquí por si nos
necesitas.Pedirélacenapronto—ledigo.
—¿Puedesvenirconmigo,Hardin?—preguntaelchiquilloeneltonomássuaveposible.
—¿Atuhabitación?No,estoybienaquí.
Sin una palabra más, Smith baja del sofá y camina hasta la escalera. Fulmino a Hardin con la
miradayélseencogedehombros.
—¿Qué?
—Veasuhabitaciónconél—susurro.
—Noquieroirasuhabitación.Quieroestaraquícontigo—replicatranquilamente.
Pero,pormuchoquedeseequeHardinsequedeconmigo,mesientofatalporSmith.
—Vamos.—Señaloalniñorubiomientrascomienzaasubirlentamentelosescalones—.Sesiente
solo.
—Está bien, joder —Hardin gruñe y cruza el salón enfurruñado para seguir a Smith escaleras
arriba.
Aúnestoyunpocomolestaporsuextrañareacciónanuestrobesoeneldormitorio.Creíqueestaba
yendogenial,inclusomásalládeeso,peroélhabajadodelacamatandegolpequehepensadoquese
había hecho daño. ¿Es posible que después de haber pasado tanto tiempo separados ya no sienta lo
mismo? Tal vez ya no se sienta atraído por mí... sexualmente, como antes. Sé que llevo puesto un
pantalónbombachodepijama,peroesonuncaanteslehabíamolestado.
Incapazdedarconunaexplicaciónrazonableparasucomportamiento,yenlugardepermitirque
mi imaginación se desboque, cojo la pequeña pila de folletos de comida rápida que Kimberly nos ha
dejado para que podamos encargar la cena. Me decido por la pizza y cojo mi teléfono antes de ir al
cuartodelavar.MetolaropadeHardinenlasecadoraymesientoenelbancoquehayenelcentrodela
salamientrasobservocómoeltambordelamáquinagiraygira.
Llamoalapizzeríayespero.
Capítulo91
Hardin
MientrasSmithvadeunladoaotrodesudormitorio,yomequedodepieenelumbraldelapuertay
hagouninventariomentaldetodalamierdaquetieneahídentro.Joder,estecríoestásupermimado.
—¿Quéquiereshacer?—lepreguntoalentrarenlahabitación.
—Nosé.—Sequedamirandolapared.Tieneelpelorubiopeinadodeladodemaneratanperfecta
quecasidamiedo.
—Entonces,¿paraquémehashechosubir?
—Nosé.—Repite.¡Menudocapullocabezón!
—Vale...,mira,estononosllevaaninguna...—Noacabolafrase.
—¿Ahoravasaviviraquí,contuchica?—sueltaSmithdegolpe.
—No,sólohevenidoavisitarlaestanoche.
—¿Porqué?—Susojosmebuscan.Losnotosintansiquieratenerquemirarlo.
—Porquenoquieroviviraquí.
—¿Porqué?¿Notegusta?—Pregunta.
—Sí, me gusta. —Me echo a reír—. Es sólo que..., no sé... ¿Por qué haces siempre tantas
preguntas?
—Nosé—respondesimplemente,ysacaunaespeciedetrendedebajodelacama.
—¿Notienesamigosconlosquepuedasjugar?—lepregunto.
—No.
Esonomeparecebien.Esunbuenchaval.
—¿Porquéno?
Élseencogedehombrosyseparaunapiezadelavíadeltren.Suspequeñasmanosseparanotra
piezamásysustituyelapartemetálicapordospiezasdevíanuevadelacajaqueestáalospiesdesu
cama.
—Estoysegurodequepuedeshaceramigosenelcole.
—No,nopuedo.
—¿Loschicosdelcolesonunoscapullosquesemetencontigooalgoasí?—pregunto.
Nimemolestoencorregirmilenguaje.Vancetienelabocadeunjodidocamionero.Estoyseguro
dequeelchicohaoídocosaspeores.
—Aveces.—Retuercelaspuntasdealgúntipodecableyloconectaaunapequeñalocomotora.
El cable chisporrotea en sus manos pero él ni se inmuta. Al cabo de unos segundos el tren
comienzaamoverseporlavía,primerolentamente,paraluegoircogiendovelocidad.
—¿Quéhasidoeso?¿Quéhashecho?—lepregunto.
—Hacerquevayamásrápido.Esqueeramuylento.
—Nomeextrañaquenotengasamigos.—Meechoareír,peroenseguidamedetengo.Mierda.Él
estáahísentado,mirandosutren—.Loquequeríadeciresqueeresmuylisto;avecesalagentelistase
ledafatalloderelacionarseynolegustaanadie.ComoTessa,porejemplo.Avecesesdemasiadolista
yesohacequelagentesesientaincómoda.
—Vale...
Levantalacabezaysemequedamirandofijamente,ynopuedoevitarsentirmemalporél.Seme
danmuymallosconsejos,ynoséniporquélointentosiquiera.
Yo sé lo que es crecer sin amigos. No tuve ninguno de niño, hasta que llegué a la pubertad y
empecéabeber,afumarmaríayaquedarcongentedemierda.Noeranexactamenteamigosmíos,de
todosmodos,sólolesgustabaporqueyohacíatodoloquemeapetecíayesoera«guay»paraellos.No
disfrutabanleyendocomoyolohacía;sólolesgustabasalirdemarcha.
Siemprefuielcríocabreadodelrincónconquiennadiehablabaporqueleteníanmiedo.Hastahoy,
lacosanohacambiadomucho...
Pero entonces conocí a Tessa; ella es la única persona a la que le importo de verdad. Aunque a
veces también me teme. Imágenes de las Navidades y del vino rojo extendiéndose por su cárdigan
blancomehacenreaccionar.SospechoqueLandontambiénsepreocupapormí.Perolasituaciónconél
aúnresultarara,yestoybastantesegurodequesepreocupaacausadeTessa.Ellatiendeateneresetipo
depodersobrelagente.
Especialmentesobremí.
Capítulo92
Tessa
—¿Estáricatupizza?—lepreguntoaSmith,sentadofrenteamí.Élmemira,labocallena,yhaceun
gestoafirmativoconlacabeza.Comeconcuchilloytenedor,algoquenomesorprende.
Cuandotermina,selevantadelamesayvaametersusplatosenellavavajillas.
—Mevoyamihabitación,alacama—anunciaelpequeñocientífico.
Hardinsacudelacabeza,lediviertelamadurezdelniño.
Yomelevantoypregunto:
—¿Necesitasalgo?¿Aguaoquetellevemosatucuarto?
Peroélrehúsaycogelamantadelsofáantesdedirigirseasudormitorio.
SigoconlamiradaaSmith,quedesaparecearriba,ydespuésmesientootravezymedoycuenta
dequeHardinapenasmehadirigidolapalabraenlaúltimahora.Estáguardandolasdistancias,yno
puedoevitarcompararsucomportamientodeestanocheconlaformaenquehablabadurantenuestras
llamadasdeestasemana.Unapequeñapartedemídesearíaqueestuviéramosahoraalteléfonoenvez
deestarsentadosensilencioenelsofá.
—Tengoquemear—anuncia.
Sevayyozapeoporloscanalesdelatelevisióndepantallaplana.
Unpocodespués,KimberlyyChristianentranporlapuertaprincipalseguidosporotrapareja.Una
mujerrubiayaltavestidaconunvestidocortoydoradorecorreelsuelodeparquet.Lesechounvistazo
asusaltísimostaconesdeagujaymistobillosseresientenensolidaridadconlossuyos.Ellamesonríe
ysaludaconlamanomientrassigueaKimberlyatravésdelvestíbuloyhastalasaladeestar.Hardin
apareceenelpasilloperonointentaentrarenlahabitación.
—Sasha,éstossonTessayHardin—nospresentaKimberlyconamabilidad.
—Encantada de conocerte. —Sonrío, odiándome por no haberme puesto unos pantalones de
pijamamejores.
—Igualmente—respondeSasha,peroestámirandodirectamenteaHardin,queporunmomentole
devuelvelamiradaperonisaludanientradeltodoenlasaladeestar.
—SashaesunaamigadelsociodeChristian—nosexplicaKimberly.
Bueno,meloexplicaamí,porqueHardinnolesprestaningunaatención,concentradocomoestá
enunprogramasobrevidaanimalenelqueheaterrizado.
—YésteesMax,quetienenegociosconChristian.
El hombre, que ha estado bromeando y riendo con Christian, sale de detrás de Sasha y, cuando
finalmentepuedoecharleunvistazo,mesorprendoalveralamigodeuniversidaddeKen,elpadrede
aquellachica,Lillian.
—Max —repito, mirando discretamente a Hardin e intentando llamar su atención sobre la cara
familiarqueestáantenosotros.
LaquesíquesedacuentaesKimberly,quenosmiraalternativamenteaMaxyamí.
—¿Vosotrosdosyaosconocíais?
—Sólonosvimosunavez,enSandpoint—contesto.
Los oscuros ojos de Max son amenazadores y tiene una presencia poderosa que de inmediato
parecereclamarlaestanciacomosuya,perosusfríasfaccionesparecensuavizarseligeramenteantemi
recuerdo.
—Ah, sí. Tú eres la... amiga de Hardin Scott —dice pronunciando la palabra amiga con una
sonrisa.
—Enrealidadellaes...—comienzaadecirHardinuniéndosefinalmenteanosotrosenlasala.
Observo molesta cómo los ojos de Sasha siguen cada movimiento de Hardin cuando cruza la
habitación.Seajustalostirantesdoradosdesuvestidoysehumedeceloslabios.Nopodríaestarmás
enfadadaconmigomismaporllevarestosmalditospantalonesdenubesniaunquelointentara.Losojos
deHardinseposanenellayveocómorecorrensucuerpolentamente,quedándoseconcadadetallede
sualtaperocurvilíneafiguraantesdevolverlaatenciónhaciaMax.
—Noessólounaamiga—acabaHardinjustocuandolamanodeMaxseextiendepararecibirun
rápidoperoincómodoapretón.
—Yaveo.—Elhombremásmayorsonríe—.Bueno,encualquiercaso,esunajovenencantadora.
—Síqueloes—murmuraHardin.PuedonotarsuirritaciónantelapresenciadeMax.
Kimberly, como siempre la anfitriona perfecta, se acerca al bar y saca unas copas para sus
invitados.PreguntaeducadamentequéquierecadaunomientrasyointentonomiraraSashacuandose
presenta a Hardin por segunda vez. Él le dedica un rápido asentimiento y se sienta en el sofá. Una
punzadadedecepciónmeasaltacuandodejaunamplioespacioentrenosotros.¿Porquémesientotan
posesiva de golpe? ¿Es porque Sasha es tan guapa, o es por la forma en que los ojos de Hardin han
recorridosucuerpo,oporloraraquehasidotodalanoche?
—¿CómoestáLillian?—preguntopararomperlaextrañatensiónyloscelosqueseagitanenmi
interior.
—Bien.Haestadoocupadaconlauniversidad—explicaMaxconfrialdad.
Kimberlyleofreceunacopaconunlíquidomarrónyélsetragalamitadencuestióndesegundos.
LuegoalzalascejasendirecciónaChristian.
—¿Bourbon?
—Sólolomejor—respondeChristianconunasonrisa.
—DeberíasllamaraLillianalgunavez—diceentoncesMax,ymiraaHardin—.Seríasunabuena
influenciaparaella.
—Nocreoqueellanecesiteningunainfluencia—replico.
No es que Lillian me importe mucho, debido a mis celos, pero siento la poderosa necesidad de
defenderla ante su padre. No puedo evitar pensar que se está refiriendo a la orientación sexual de
Lillian,yesomemolestainmensamente.
—Oh, siento disentir. —Max muestra una sonrisa hiperblanqueada y yo vuelvo a dejarme caer
contraloscojinesdelsofá.
Todoesteintercambiohasidomuyincómodo.Maxesencantadoryrico,peronopuedoignorarla
oscuridad que se vislumbra en el interior de sus profundos ojos marrones y la malicia oculta en su
ampliasonrisa.
«Y¿quéhaceaquíconSasha?»
Es un hombre casado y, por la brevedad del vestido de ella y por la forma en que le sonríe, no
parecensersóloamigos.
—Lillianesnuestraniñerahabitual—intervieneKimberly.
—Quépequeñoeselmundo.—Hardinponelosojosenblancoparaparecerlomásdesinteresado
posible,peroséqueestáqueechahumo.
—¿Aquesí?—lesonríeMax.SuacentobritánicoesmáscerradoqueeldeHardinoChristian,o
almenosnotanagradablealoído.
—Tessa,vealpisodearriba—meindicaHardinenvozbaja.
MaxyKimberlylomiranatentamente,haciéndolesaberqueamboshanoídolaorden.
La situación se vuelve aún más incómoda que hace unos segundos. Ahora que todos han oído a
Hardin decirme que me vaya arriba, no quiero hacerle caso. Sin embargo, lo conozco y sé que se
asegurarádequesubaalpisosuperior,aunquetengaquesubirmeenbrazos.
—CreoqueTessadeberíaquedarseytomarunpocodevino,ountragodebourbon.Tienebuena
añadayesexcelente—diceKimberlycomportándosecomolaperfectaanfitrionaquees.Seponeenpie
yseacercaalminibar—.¿Quéteapetecetomar?—Sonríe,desafiandoclaramenteaHardin.
Éllelanzaunamiradafuribundayaprietaloslabioshastaformarunalíneafinaydura.Quieroreír
oabandonarlasala,preferiblementeambascosas,peroMaxestáobservandonuestrointercambiocon
máscuriosidaddelanecesaria,asíquememantengofirme.
—Tomaréunacopadevino—digo.
Kimberlyasiente,sirveellíquidoblancoenunacopadetallolargoymelaacerca.
ElespacioentreHardinyyoparececreceracadasegundo,ycasipuedoverelcalorqueemanade
élenpequeñasoleadas.TomounpequeñosorbodelvinofrescoyMaxporfinapartalavistademí.
Hardinestámirandolapared.Suhumorhacambiadodrásticamentedesdequenoshemosbesado,
yesomepreocupadeverdad.Penséqueestaríaemocionado,felizy,sobretodo,creíqueseexcitaríay
quequerríamás,comosiemprelepasa,igualquemepasaamí.
—¿Losdosvivísaquí,enSeattle?—lepreguntaSashaaHardin.
Tomootrosorbodevino.Últimamenteheestadobebiendounmontón.
—Yono—diceélsinmirarlasiquiera.
—Mmm...,y¿dóndevives?
—NoenSeattle.
Si la conversación tuviera lugar bajo otras circunstancias lo regañaría por ser tan brusco, pero
ahoramismomealegrodequelosea.SashafrunceelceñoyserecuestacontraMax.Élmemiraantes
deguiarlaamablementeendirecciónopuesta.
«Yaséquetenéisunaaventura,asíqueahoranodisimuléis.»
Sasha permanece en silencio y Kimberly mira a Christian en busca de un poco de ayuda para
dirigirlaconversaciónhaciaasuntosmásplacenteros.
—Bueno...—Christianseaclaralagarganta—.Lainauguracióndelclubhasidogenial;¿quiéniba
aimaginarquetendríamossemejanteéxito?
—Fuebrillante,esabanda...,norecuerdoelnombre,perolaúltima...—empiezaMax.
—¿LosRefordalgo?—sugiereKimberly.
—No,noeranésos,cariño.—ChristianseríeyKimberlyvahaciaélparasentarseensuregazo.
—Bueno, fueran quienes fuesen, necesitamos contratarlos para el próximo fin de semana —dice
Max.
A los pocos minutos de que empiecen a hablar de trabajo, Hardin da media vuelta y desaparece
pasilloabajo.
—Normalmenteesmáseducado—lecomentaKimberlyaSasha.
—No,noloes.Peronoloquerríamossifueradeotramanera—seríeChristian,yelrestodelos
presentessesumanaél.
—Voya...—empiezo.
—Ve.—Kimberlymehaceungestoconlamanoymedespidodetodosconunbuenascolectivo.
Paracuandollegoalfinaldelpasillo,Hardinyaestáenlahabitacióndeinvitadosytienelapuerta
cerrada.Dudoporunmomentoantesdegirarelpomoyabrirla.Cuandofinalmenteentro,compruebo
queestárecorriendolahabitacióndearribaabajo.
—¿Algovamal?—lepregunto.
—No.
—¿Estásseguro?Porquehasestadorarodesde...
—Estoybien.Sólofurioso.—Sesientaalbordedelacamayrestriegalasmanoscontralasrodillas
desusvaqueros.
Me encantan sus nuevos vaqueros. Me suena haberlos visto en nuestro... en su armario en el
apartamento.TrishselosregalóporNavidadyéllosodiaba.
—Y¿esoporqué?—lepreguntoenvozbaja,asegurándomedequenopuedanoírmedesdelasala.
—Maxesuncapullo—explotaHardin.Esevidentequeaélnoleimportasilooyen.
—Sí,loes—susurroriendo.
—Cuandosehapuestobordecontigomeestabapidiendoagritosqueperdieralapaciencia.
—Noestabasiendobordeconmigoespecíficamente.Creoqueessupersonalidad.—Meencojode
hombros,ungestoquenoletranquiliza.
—Bueno,comosea,nomegusta,yesunamierdaquejustolaúnicanochequetenemosparaestar
juntos,lacasaestéllena.—Hardinseapartaelpelodelafrenteyagarrauncojínparaponersecómodo.
—Losé—asiento.EsperoqueMaxysuamantesevayanpronto—.Odioqueengañeasumujer.
Deniseparecíamuymaja.
—Esoamímeimportaunhuevo,laverdad.Simplementenomegustaél—afirmaHardin.
Mesorprendeunpocoquelequiteimportanciainmediatamenteasemejantetraición.
—¿Notesientesmalporella?¿Nisiquieraunpoquito?SeguroquenosabenadadeSasha.
Élhaceungestoconlamanoydespuésapoyalacabezaenelbrazo.
—Puesyoestoysegurodequelosabe.Maxesuncabrón.Ellanopuedesertanestúpida.
Imagino a su mujer sentada en una mansión en las colinas en algún sitio, llevando trajes caros,
peluquería y maquillaje a diario, aguardando a que su infiel esposo vuelva al hogar. La idea me
entristeceyespero,ensecreto,queellatambiéntengaun«amigo».Mesorprendedesearquelepague
conlamismamoneda,peroaquíelqueloestáhaciendomalessumarido,yapesardequecasinola
conozco,quieroqueseafeliz,aunqueésanoseaprecisamentelamejordecisión.
—Seacomosea,sigueestandomal—insisto.
—Ya,peroesoeselmatrimonio.Engaños,mentirasymásymás.
—Nosiempreesasí.
—Nuevedecadadiez—replicaHardinencogiéndosedehombros.Odiolaformatannegativaque
tienedeverelmatrimonio.
—Esonoesverdad.
—¿Vasavolveradiscutirconmigosobrematrimonio?Nocreoquedebamosentrareneso—me
avisa.Susojosencuentranlosmíosytomaaire.
Quieropelearporestoconél,decirlequeseequivocayhacerlecambiardeideaalrespecto,pero
sé que no tiene sentido. Hardin ya había tomado una decisión sobre estos temas mucho antes de
conocernos.
—Tienesrazón,nodeberíamoshablardeesto.Especialmentesiyaestásmosqueado.
—Noestoymosqueado—bufa.
—Vale—digoponiendolosojosenblanco,yélselevanta.
—Dejadeponerlosojosenblanco—salta.
Nopuedoevitarvolveraponerlosojosenblanco.
—Tessa...—gruñe.
Me mantengo firme, sin moverme ni vacilar. No tiene motivos para perder los nervios conmigo.
QueMaxseauncapullopomposonoesculpamía.ÉstaeslatípicarabietadeHardinScott,yestavez
nolavoyasufriryo.
—Has venido sólo por una noche, ¿recuerdas? —le digo, y veo cómo la dureza y la energía
abandonansurostro.
Élcontinúaestudiándome,comoesperandounapeleaquenopiensodarle.
—Malditasea,tienesrazón—suspiraporfin,impresionándomeconsurepentinocambiodehumor
ysuhabilidadparacalmarse—.Venaquí.
Abrelosbrazoscomosiemprehace,ymedejorodearporelloscomohacíatiempoquenolohacía.
Élnodicenada,sólomeabrazayapoyalabarbillaenloaltodemicabeza.Suesenciaesabrumadora,
surespiraciónsehacalmadodesdesupequeñocabreo,yahoraescálida,tancálida...Segundos,otal
vezminutosmástarde,seapartademíyponeelpulgarbajomibarbilla.
—Sientohabermecomportadocomouncapullo.Noséporquémehepuestoasí.CreoqueMax
mecabrea,oquizáfuelodehacerdeniñero,oesainsoportableStacey.Nolosé,perolosiento.
—Sasha—locorrijoconunasonrisa.
—Eslomismo.Unazorraesunazorra.
—¡Hardin!—exclamo,golpeándolosuavementeenelpecho.
Losmúsculosbajosupielestánmásdurosdeloquerecordaba.Haestadoentrenandocadadía...
Por un momento mi mente vuela imaginando el aspecto que tendrá bajo su camiseta negra, y me
preguntosisucuerpohabrácambiadodesdelaúltimavezqueleechéunvistazo.
—Sóloesuncomentario.—Seencogedehombrosymepasalosdedosporladelicadalíneadela
mandíbula—.Deverdadquelosiento.Noquieroecharaperdermitiempocontigo.¿Meperdonas?
Tienelasmejillasruborizadas,suvozesdulceysusdedosacariciansuavementemipiel,ymehace
sentirtanbien...Cierrolosojoscuandotrazalaformademislabiosconelpulgar.
—Contéstame—mepresionaenvozbaja.
—Siempre lo hago, ¿no? —murmuro con un suspiro. Apoyo las manos en sus caderas; mis
pulgares aprietan la piel desnuda bajo su camiseta. Espero a sentir sus labios contra los míos, pero
cuandoabrolosojossusescudosvuelvenaestaralzados.Dudo,peroalfinalpregunto—:¿Pasaalgo?
—Yo...—Sedetieneamediafrase—.Meduelelacabeza.
—¿Necesitasalgo?PuedopedirleaKimsi...
—No,aellano.Creoquesólonecesitodormiroalgo.Detodosmodos,yaestarde.
Se me cae el alma a los pies al oírlo. ¿Qué está pasando y por qué no quiere volver a besarme?
Hacesólounmomentomeestabadiciendoquenoqueríaecharaperderelpocotiempoqueteníapara
estarconmigo,y¿ahoraquiereirseadormir?
Suspiro un «de acuerdo» casi inaudible. No voy a suplicarle que se quede despierto para pasar
tiempoconmigo.Meavergüenzasurechazoy,sinceramente,necesitounmomentoasolassinsualiento
mentoladoacariciándomelasmejillasysusojosverdesclavándoseenlosmíos,nublandoelpocojuicio
quetodavíamequeda.
Aun así, me quedo un poco más, esperando a que me pregunte si puede dormir conmigo o
viceversa.
Nolohace.
—¿Nosvemosporlamañana?—pregunta.
—Sí,claro.
Abandono la habitación antes de humillarme más y cierro con llave la puerta de mi habitación.
Patéticamente,vuelvosobremispasosyquitoelcerrojo,esperandoquetalvez,sólotalvez,élvengaa
visitarme.
Capítulo93
Hardin
«Mierda.
»Mierda.»
Heestadoconteniendomirabiadurantelamayorpartedelasemana.Yseestáhaciendocadavez
másymásdifícilcuandoZednohacemásquecolarsedentrodemicabezayvolvermeloco.Séque
estoy como una puta cabra por obsesionarme con este asunto, y no tengo ninguna duda de que Tessa
estaríadeacuerdosileexplicaraporquéestoytanmosqueado.NosetratasólodeZed,esMaxysu
tono burlón con Tessa, la forma en que me mira su zorrita, Kimberly desafiándome cuando le dije a
Tessaquesubieraalahabitación...Todosehaconvertidoenunagranyjodidamolestiaymicontrolse
estáesfumando.Puedosentircómomisnerviossetensan,estánapuntodeestallar,ylaúnicaformade
poderrelajarlosesgolpeandoalgooenterrándomeenTessayolvidandotodolodemás;peronisiquiera
puedohacereso.Ahoramismotendríaqueestarhundiéndomedentrodeella,unayotravezhastaque
salgaelmalditosol,paracompensartodaestasemanademierdasintocarla.
Es muy propio de mí joder del todo esta noche. Aunque seguro que a ella no le sorprende en
absoluto.Esloquesiemprehago,cadavezysinfallar.
Metumboenlacamaymiroalternativamentealtechoyalreloj.Deprontoyasonlasdosdela
mañana. Las molestas voces del salón pararon hace una hora, y me alegré cuando oí las lejanas
despedidasydespuéslospasosdeVanceyKimsubiendolaescalera.
Puedo sentirlo desde el otro lado del pasillo, puedo sentir cómo tira de mí, la jodida carga
magnética que me acerca a Tessa, suplicándome que vaya a su lado. Ignorando la abrumadora
electricidad, salgo de la cama y me pongo los pantalones negros de deporte que Tessa ha doblado y
colocadoenelarmarioconesmeroymeticulosidad.SéqueVancetieneungimnasioenalgúnlugarde
estagrancasaenlaquetepierdes.Necesitoencontrarloantesdeperderlapocacorduraquemequeda.
Capítulo94
Tessa
Nopuedodormir.Heintentadocerrarlosojosybloquearelmundoentero,dejarelcaosyelestrésdel
lío que es mi vida amorosa, pero no puedo. Es imposible. Es imposible luchar contra el irresistible
poderquemeatraehacialahabitacióndeHardin,quemesuplicaquemeacerqueaél.Estátandistante
quetengoquesaberporqué.Tengoquesabersiseestácomportandoasíporalgoquehehechoopor
algoquenohehecho.TengoquesaberquenoestárelacionadoconSashaysudiminutovestidodorado,
oporqueHardinhaperdidointerésenmí.
Tengoquesaberlo.
Vacilando, salgo de la cama y tiro del cordoncito que enciende la lámpara. Me saco la estrecha
gomaquemerodealamuñecaymerecojoelpeloconlasmanos,peinándoloenunacoladecaballo.
Tansilenciosamentecomomeesposible,cruzodepuntillaselpasilloyempujoensilenciolapuertade
la habitación de invitados. Ésta se abre con un leve crujido y me sorprende encontrar la lámpara
encendida y la cama vacía. Un mar de sábanas negras y mantas se apila al borde del colchón, pero
Hardinnoestáenelcuarto.
SemeencogeelcorazónalpensarquesehaidodeSeattledevueltaacasa...sucasa.Séquelas
cosasestabanrarasentrenosotros,perodeberíamossercapacesdehablarsobrecualquiercosaquele
estépreocupandoaHardin.Mirandoporlahabitaciónsientoalivioalverquelabolsasigueenelsuelo,
laspilasderopalimpiassehancaído,peroalmenoscontinúanahí.
Me ha encantado ver los cambios en Hardin desde que llegó hace apenas unas horas. Está más
tranquiloyesmásdulce,einclusomehapedidodisculpasdeformavoluntaria,sintenerquearrancarle
laspalabrasdelaboca.Apesardelhechodequeahoraestásiendofríoydistante,nopuedoignorarlos
cambiosqueunasemanaseparadosparecehaberprovocado,yelimpactopositivoqueladistanciaentre
nosotroshatenidoenél.
En silencio, camino por el pasillo en su búsqueda. La casa está a oscuras, la única claridad
provienedelaspequeñaslucesnocturnasdelsueloalolargodelospasillos.Losbaños,lasaladeestar
ylacocinaestánvacíos,ynooigoniunsonidoenelpisodearriba.Perotienequeestararriba...,¿tal
vezenlabiblioteca?
Mantengolosdedoscruzadospidiendonodespertaranadiedurantemibúsqueda,yjustocuando
cierrolapuertadelaoscurayvacíabiblioteca,veounafinalíneadeluzsaliendopordebajodelapuerta
alfinaldeunlargopasillo.Durantemibreveestanciaaquínohellegadoaexplorarestapartedelacasa,
aunque creo que Kimberly me indicó vagamente que aquí es donde están la sala de proyección y el
gimnasio.Alparecer,Christianpasahorashaciendoejercicio.
Lapuertanoestácerradaconllaveyseabrefácilmentealempujarla.Duranteunmomentotemo
estarapuntodecometerunerroralimaginarqueesChristianynoHardinquienestáenlahabitación.
Esopodríasertremendamenteincómodo,yrezoparaquenoseaelcaso.
Las cuatro paredes de la sala tienen cristales del techo al suelo, y hay toda una colección de
máquinasintimidantes,entrelasquesólosoycapazdereconocerlacintadecorrer.Pesasymáspesas
cubrenlaparedmásalejada,ylamayorpartedelsueloestáacolchado.Misojosvuelanalasparedesde
espejosymiinteriorsedeshacecuandolosveo.Hardin,cuatroHardinsenrealidad,sereflejanenlos
espejos.Nollevacamisetaysusmovimientossonagresivosyrápidos.Susmanosestánenvueltasenla
mismacintanegraquehevistoenlasdeChristiantodoslosdíasdeestasemana.
Hardinmedalaespalda;susdurosmúsculossetensanbajolapielbronceadacuandoelevaelpie
parapatearungransaconegroquecuelgadeltecho.Suspuñosgolpeanacontinuación;unruidosordo
sigue a cada uno de sus movimientos y los repite con el otro puño. Lo contemplo mientras va
propinandopuñetazosypatadasalsacosincesar,parecetanenfadado,yguapo,ysudoroso...,ycasino
puedonipensarmientraslomiro.
Conmovimientosrápidosgolpeaconsupiernaizquierda,luegoconladerecha,ydespuésestrella
ambospuñoscontraelsacocontantafacilidadqueresultaincreíbleobservarlo.Supielbrillacubiertade
sudor,supechoysuestómagoparecenligeramentedistintos,másdefinidos.Simplementeparece...más
grande.Lacadenametálicaquecuelgadeltechopareceapuntodepartirsebajolafuerzadelaagresión
de Hardin. Mi boca se seca y mis pensamientos se ralentizan mientras lo veo y oigo los furiosos
gruñidosqueemitecuandoempiezaausarsólosuspuñoscontraelsaco.
Nosésieselsuavegemidoqueescapademislabiosalmirarlo,osidealgunaformahanotadomi
presencia,perodeprontosedetiene.Elsacocontinúabalanceándosemientrascuelgadesucadenay,sin
apartarlosojosdemí,Hardinalzaunamanoparadetenerlo.
Noquieroserlaprimeraenhablar,peronomedejaalternativacuandocontinúamirándomeconlos
ojosmuyabiertosyfuriosos.
—Hola—digoconlavozronca.
Supechosubeybajarápidamente.
—Eh—jadeaél.
—¿Qué...?Esto...—Intentocontenerme—.¿Quéestáshaciendo?
—Nopodíadormir—explicarespirandopesadamente—.¿Quéhacestúdespierta?
Recogesucamisetanegradelsueloysesecaelsudordelacara.Tragosaliva,parezcoincapazde
encontrarlafuerzaparaapartarlosojosdesucuerpoempapadoensudor.
—Oh...,lomismoquetú,nopodíadormir.—Sonríodébilmenteymisojossevenatraídoshaciasu
torsotonificado;losmúsculossemuevenensincroníaconsutrabajosarespiración.
Élasiente;susojosnobuscanlosmíos,ynopuedohacerotracosaquepreguntar:
—¿Esquehehechoalgo?Siesasí,podemoshablarysolucionarlo.
—No,túnohashechonada.
—Entonces dime qué es lo que va mal, por favor, Hardin. Necesito saber qué está pasando. —
Reúno tanta confianza como me es posible y comienzo—: ¿Tú...? No importa —digo. El atisbo de
confianzasedesvanecebajosufijamirada.
—¿Siyoqué?
Sesientasobreunlargocojínnegro,quecreoqueesalgúntipodebancoparapesas.Traspasarse
nuevamentelacamisetaporlacara,selaanudaalrededordelacabezaparamantenerarayasusudoroso
cabello.
La bandana improvisada resulta extrañamente adorable y muy atractiva, lo suficiente como para
quedeprontonoencuentrelaspalabrasapropiadas.
—Estoyempezandoapreguntarmesitalvez...siseríaposiblequetú...sialomejoryanotegusto
comotegustaba.
La pregunta sonaba mucho mejor en mi cabeza. Cuando la digo en voz baja, suena patética y
necesitada.
—¿Qué?—Dejacaerlasmanossobrelasrodillas—.¿Dequéestáshablando?
—¿Siguessintiéndoteatraídopormí...físicamente?—preguntopatéticamente.
No me sentiría tan avergonzada o insegura si no me hubiese rechazado al principio de la noche.
Eso, y si la señorita Piernas Largas Falda Corta no hubiese estado revoloteando a su alrededor justo
delantedemisnarices.Pornomencionarlamaneraenqueéllerecorrióelcuerpoconlosojos...
—¿Qué...? ¿De dónde ha salido eso? —Mientras su pecho sube y baja, el gorrión tatuado justo
bajosuclavículapareceestaraleteandoalcompásdesurespiración.
—Bueno...—comienzo.Aunqueherecorridoalgunospasoshaciaelinteriordelasala,measeguro
de dejar varios metros de distancia entre Hardin y yo—. Hace unas horas... cuando nos estábamos
besando...,paraste,yapenasmehastocadodesdeentonces,ydespuésdeaquellotelevantasteytefuiste
alacama.
—¿De verdad crees que ya no me siento atraído por ti? —Abre la boca para continuar, pero a
continuaciónlavuelveacerrarypermaneceensilencio.
—Semehapasadoporlacabeza—admito.Elsueloacolchadodeprontosehavueltofascinantey
meloquedomirandofijamente.
—Estoesunaputalocura—replica—.Mírame.
MisojosseencuentranconlossuyosyHardinsuspiraprofundamenteantesdeproseguir.
—No puedo ni empezar a imaginar por qué se te ha ocurrido pensar siquiera que no me siento
atraídoporti,Tessa.—Pareceanalizarsupropiarespuestayañade—:Bueno,supongoquepuedover
porquéhaspensadoeso,despuésdecómoheactuadoúltimamente,peronoesverdad;es,dehecho,
literalmentelomásalejadoposibledelaputarealidad.
Eldolordemipechoempiezaadisolverse.
—Entonces,¿porqué?
—Vasapensarquesoyunjodidomorboso.
«Oh,no...»
—¿Porqué?Dímelo,porfavor—lesuplico.
Observocómosepasalosdedosporlaligerapelusilladelmentón;casinohay,probablementesea
elresultadodeundíasinafeitarse.
—Escúchameantesdeenfadarte,¿vale?—dice.
Asiento lentamente, una acción que contradice completamente los pensamientos paranoicos que
empiezanaabordarme.
—Verás,tuveunsueño...Bueno,másbienunapesadilla...
Elpechomedueleyrezoparaquenoseaalgotanmalocomoestádandoaentender.Partedemíse
siente aliviada de que esté enfadado por una pesadilla y no por un hecho real, pero la otra mitad lo
sienteporél.Haestadotodalasemanasoloyhacedañosaberquesuspesadillashanvuelto.
—Sigue—loanimoamablemente.
—Erasobretú...yZed.
«No...»
—¿Quéquieresdecir?—pregunto.
—Élestabaennuestro...enmiapartamento,yyolleguéacasaparaencontrarloentretuspiernas.
Túestabasgimiendosunombrey...
—Vale,vale,lopillo—locorto,alzandounamanoparadetenerlo.
La expresión de dolor de su cara me impulsa a sostener la mano en alto durante unos segundos
paramantenerloensilencio,peroentonceséldice:
—No,dejaqueteloexplique.
MesientoextremadamenteincómodaportenerqueescucharcómoHardinhabladeZedydemíen
la cama, pero es evidente que necesita decírmelo. Si contármelo va a ayudarlo a que lo supere, me
morderélalenguayescucharé.
—Estabaencimadeti,follándote,ennuestracama.Túdecíasqueloquerías.—Haceunamueca
dedolor.
¿AsíquetodaestatensiónyelextrañocomportamientodeHardindesdequellegóaSeattleviene
de un sueño que tuvo sobre Zed y yo? Al menos eso explica las demandas a medianoche para que
llamaraaZedyleretiraralainvitaciónavisitarSeattlealaqueaccedí.
Mientrascontemplodesdeelotroladodelasalaaestehombredeojosverdesconsumidoporla
pena que esconde la cara entre las manos, mi anterior paranoia y mi frustración se deshacen como el
azúcarenmilengua.
Capítulo95
Hardin
Cuandominombreescapadesuslabioslohacecomounsuspiro,suave,comosisulenguaacariciarala
palabra.Comosialdeciresaúnicapalabraellainvocaratodossussentimientospormí,todaslasveces
quelahetocado,queellahademostradoquemeama...,inclusosipartedemíaúnnopuedecreerlo.
Tessasemeacercaypuedoverlacomprensiónensusojos.
—¿Porquénomelocontasteantes?—pregunta.
Bajolavistaycomienzoatirardelagruesacintaenrolladaalrededordemismanos.
—Sóloeraunsueño.Sabesquealgoasínopodríaocurrirjamás—measegura.
Cuandoalzolacabezaparamirarla,lapresiónenmisojos,enmipecho,esinsoportable.
—Lotengograbadoenmicabeza,nopuedodejardeverlounayotravez.Seestababurlandode
mítodoelrato,riéndosemientrastefollaba.
LaspequeñasmanosdeTessasemuevenrápidamenteparacubrirsusorejasyarrugalanarizcon
disgusto.Entonces,alvolveramirarme,dejacaerlosbrazoslentamente.
—¿Porquécreesquesoñasteeso?
—Nolosé,probablementeporquetúaceptastesupropuestadevisitarteaquí.
—Nosabíaquéotracosadecir,ytúyyoestábamos...,bueno,aúnestamosenunextrañomomento
denuestraextrañarelación—murmura.
—Noquieroqueseteacerque.Séqueesunagilipollez,peronomeimporta.Deverdad,Zedeslo
peorparamí;siempreseráasí.Nitodoelkickboxingdelmundovaacambiareso.Estemosonoenun
momentoextraño,túeressólomía.Nosólosexualmente,sinocompletamente.
—Él no ha estado cerca de mí desde que me llevó a casa de mi madre... aquella noche —me
recuerda.
Pero el pánico que arde en mi interior no se apaga. Miro al suelo, inspirando y espirando
profundamenteparaintentarcalmarmeunpoco.
Tessadaunpasohaciamí,aunquepermanecefuerademialcance.
—Sinembargo—añade—,siesovaahacerquedejesdepensarenesascosas,lediréquenome
visite.
Misojossecentranensuhermosacara.
—¿Loharías?
Esperabaqueseresistieramuchomás.
—Sí,loharé.Noquieroquetepongasasíporalgocomoeso—dicemientrasmemiraelpechoy
denuevolacaraconojosnerviosos.
—Venaquí.—Alzounamanovendadaparainvitarla.
Comosuspiessemueventanlentamente,meinclinohaciaadelanteylacojodelbrazo,pasandola
manoalrededordesucodoparatenerlaamiladomásdeprisa.
Mirespiraciónyavuelveasernormal.Tengotodaesaadrenalinaquecorrepormicuerpo.Nohe
podidoevitardesquitarmegolpeandoelmalditosaco,peroahorameduelenlasmanosylospies,yaún
nohedescargadotodalarabia.Hayalgoenmicabeza,sentadoenlapartedeatrásdemimentequeme
molestatodoeltiempo,ymeimpideacabarconmiodiohaciaZed.
Hasta que sus labios tocan los míos. Ella me sorprende: empuja la lengua dentro de mi boca y
enredasuspequeñasmanosentremicabelloempapado,tirandoconfuerza,quitándomelacamisetade
lacabezaydejándolacaeralsuelo.
—Tessa...
Empujosuavementecontrasupechoyapartolabocadelasuya.Comoestoysentadoenelbanco
depesas,puedoverquesusojosseentornan.
Nodiceniunapalabramientrassemuevehastaquedardepiefrenteamí.
—Noaceptaréquemesigasrechazandoporculpadeunsueño,Hardin.Sinomedeseas,entonces
vale,peroestoesunagilipollez—murmuraentredientes.
Porretorcidoquesea,surabiaagitaalgoenmiinteriorquehacequetodalasangremebajeala
polla.Hedeseadoaestamujerdesdelaúltimavezqueestuvedentrodeella,yahoraesellalaqueme
deseaamí,yseenfadaporqueleestoyimpidiendotomarloquequiere.
Oírlacorrerseatravésdelteléfononuncaserásuficiente.Necesitosentirlo.
Unaguerraselibraenmiinterior.Conunaenergíasalvajequeaúnsedeslizapormisvenascomo
fuego,porfindigo:
—Nopuedoevitarlo,Tessa,séquenotienesentido,pero...
—Entonces fóllame —dice ella, y me quedo con la boca abierta—. Deberías follarme hasta que
olvidesesesueño,porqueestásaquísóloporunanocheyteheechadodemenos,peroestásdemasiado
obsesionadoconimaginarmeconZedparadedicarmelaatenciónquequiero.
—¿Laatenciónquequieres?
Nopuedoevitarladurezaeneltonodemivozaloírsusridículasyfalsaspalabras.Ellanotieneni
ideadecuántasvecesmelahepeladofingiendoqueestabaconella,imaginandosuvozenmisoídos
quemedecíalomuchoquemenecesita,lomuchoquemeama.
—Sí,Hardin.La-que-yo-quiero.
—Y¿quéquieresexactamente?—lepregunto.Sumiradaesdurayligeramentedesafiante.
—Quiero que pases el tiempo conmigo sin obsesionarte con Zed, que me toques y me beses sin
apartarte.Eso,Hardin,esloquequiero.—Frunceelceñoycolocalasmanosensuscaderas—.Quiero
quemetoques...sólotú—añade,relajandounpocosupose.
Suspalabrasmetranquilizanymehalagan,ycomienzanaapartarlospensamientosparanoicosde
mimente,yentoncescomienzoadarmecuentadeloestúpidoqueestodoestesufrimientoporelque
estamospasando.Ellaesmía,nosuya.Élestásentadoenalgúnsitiosolo,yyoestoyaquíconella,y
ellamedesea.Nopuedoapartarlosojosdesuslabiosentreabiertos,desufuriosamirada,delasuave
curvadesuspechosbajolafinacamisetablanca.Lacamisetadeberíaserunadelasmías,peronoloes.
Loquetambiénesresultadodemicabezonería.
Tessarecorreladistanciaquenossepara,ymiporlogeneraltímida,aunquebastantesuciachica
meestámirando,esperandounarespuestamientrassumanosemuevehastamihombroymeempujalo
suficientecomoparasubirseamiregazo.
A la mierda. Me importa un carajo cualquier sueño estúpido, o cualquier regla estúpida sobre la
distancia.Todoloquequieroesqueestemosellayyo,yoyella:Tessayeldesastreandantequeesel
jodidoHardin.
Suslabiosencuentranelcaminohastamicuelloymisdedosseclavanensuscaderas.Noimporta
cuántasveceslohayaimaginadodurantelasemana;ningunafantasíapuedecompararseconsulengua
recorriendomihúmedaclavículayregresandohastaelmalditopuntobajomioreja.
—Cierralapuerta—leordenocuandosusdientesseclavansuavementeenmipielycomienzaa
menearsuscaderascontralasmías.Estoydurocomounajodidapiedracontrasusridículospantalones
defelpaylanecesitoya.
Ignoroeldolorosopalpitarentremispiernasmientrasellacruzalasalaatodaprisatalycomole
hedichoquehaga.Nopierdounsolosegundocuandoregresa.Lebajolospantalones,yacontinuación
los siguen sus braguitas negras, y forman una mancha alrededor de sus tobillos y sobre el suelo
acolchado.
—Mehetorturadodurantetodalasemanapensandoquéaspectoteníascuandoestásasí—gimo;
mis ojos beben cada maldito detalle de su cuerpo medio desnudo—. Tan hermosa —susurro con
reverencia.
Cuando se quita la camiseta por la cabeza no puedo evitar inclinarme y besar la curva de sus
anchascaderas.Unlentoescalofríolarecorreysellevalasmanosalaespaldaparadesabrocharseel
sujetador.
Hostiaputa.Detodaslasvecesquelehehechoelamor,nopuedorecordarhaberestadojamástan
cachondo.Nisiquieraesasvecesenquemedespiertaconlabocaalrededordemipolla,nuncamehabía
sentidotansalvaje.
Voyaporella,tomandounodesuspechosconlabocayelotroconlamano.Lassuyassemueven
hastamishombrosparamantenerelequilibriomientrasyocierroloslabiosalrededordelasuavepiel.
—Oh, Dios —gime; sus uñas se clavan en mi hombro y chupo más fuerte—. ¡Más abajo, por
favor!
Intenta guiar mi cabeza hacia abajo con un suave empujón, así que uso los dientes contra ella,
provocándola.Pasolaspuntasdelosdedospordebajodeambospechos,lentaytortuosamente...Estoes
loquemereceporsertantentadorayjuguetona.
Suscaderassemuevenhaciaadelanteydeslizoelcuerpohaciaabajoligeramenteparaquemiboca
quedealaalturaperfectaparapresionarelhinchadonudodeterminacionesnerviosasentresusmuslos.
Con un suave gemido me anima a ir más allá, y mis labios la rodean, succionando y saboreando la
humedadqueyasehaformadoahí.Estancálidaytandulce...
—Tusdedosnotehansatisfechomucho,¿verdad?—Meretirounpocoparapreguntarle.
Ella respira agitadamente; sus ojos grises me observan mientras inclino la cabeza y le paso la
lenguaporelmontedeVenus.
—Nojueguesconmigo—lloriqueatirándomedelpelootravez.
—¿Has vuelto a tocarte esta semana, después de nuestra conversación telefónica? —La pongo a
prueba.
Tessaseretuerceyjadeacuandomilenguaaterrizaenellugarexactoqueelladesea.
—No.
—Mientes—laacuso.
Puedonotarporelruborquelesubeporelcuellohastalasmejillas,yporlaformaenquesusojos
sedesvíanhacialapareddeespejosquenomeestádiciendolaverdad.Sehatocadodesdelaúltimavez
al teléfono... y la imagen de ella ahí tumbada, con las piernas bien abiertas y los dedos moviéndose
sobresímisma,encontrandoelplacerenloqueleheenseñado...mehacejadearcontrasupielcaliente.
—Sólounavez—vuelveamentir.
—Muymal.—Meseparocompletamentedeella.
—Tresveces,¿vale?—admitealfin,convergüenzaevidenteensuvoz.
—¿Enquépensabas?¿Quéfueloquetehizocorrerte?—preguntoconunasonrisamalvada.
—Tú,sólotú—dice.Susojosestánllenosdeesperanzaynecesidad.
Suadmisiónmeemocionayquierodarlemásplacerdelquelehedadojamás.Séquepuedohacer
quesecorraenmenosdeunminutousandolalengua,peronoquieroeso.Conunúltimobesoalvértice
desusmuslos,meapartoymepongoenpie.Tessaestácompletamentedesnuda,ylosespejos...,joder,
losespejosreflejansucuerpoperfecto,multiplicandopordiezesascurvastansensualesquetiene.Su
suave piel me envuelve, me bajo los pantalones y el bóxer hasta los tobillos con una sola mano.
Empiezoatirardelacintaenrolladaalrededordemisnudillos,perosumanomedetienerápidamente.
—No,déjala—mepide,mientrasunbrillodeoscuralujuriacentelleaensusojos.
Asíquelegustalacinta...,oquizálegustevermeentrenar...olosespejos...
Hagoloquemepideyaprietoelcuerpocontraelsuyo,mibocareclamalasuya,ylatumbosobre
elsueloacolchadoconmigo.
Susmanosmerecorrenelpechodesnudoysusojosseoscurecenhastavolversegrishumo.
—Tucuerpoesdiferenteahora.
—Sólollevoentrenandounasemana.
Hagorodarsucuerpodesnudohastaclavarlaenelsuelobajomipeso.
—Perolonoto...
Se pasa la lengua por sus carnosos labios tan lentamente que no dudo en aplastarme contra ella
paradejarlesaberloincreíblementeduroqueestoy.Ellaessuaveylanototanhúmedacontramíqueun
solomovimientobastaríaparaestardentrodeella.
Entoncescaigo.
—Notengoniunputocondónaquí—maldigo,enterrandolacaraensuhombro.
Ellasueltaungemidodefrustraciónperomeclavalasuñasytirademí.
—Tenecesito—gime,pasándomelalenguaporlaboca.
Mepegoalacarnecaliente,empapada,ylapenetrodespacio.
—Pero... —Hago el intento de recordarle los riesgos, pero sus ojos se cierran y la sensación me
abrumamientrasflexionolascaderasparallegarmásadentro,tandentrodeellacomoseaposible.
—Joder,teheechadodemenos—gimo.
No puedo dejar de pensar en lo increíblemente cálida y suave que la siento sin la barrera del
condón.Todomisentidocomúnhadesaparecido,todaslasadvertenciasquemehehechoamímismoy
a ella se han desvanecido. Sólo necesito unos pocos segundos. Unos pocos empujones dentro de su
hambrientoydeseadocuerpoypararé.
Alzo mi peso sobre los brazos, estirándolos para ganar ventaja. Quiero mirarla mientras entro y
salgodeella.Halevantadolacabezadelsueloacolchadoyestámirandoellugarexactodondenuestros
cuerposseunen.
—Miraenelespejo—ledigo.
Pararédespuésdetresmás...,vale,cuatro.Nopuedoevitarseguirmoviéndomemientrasellagira
lacabezaparavernosenlapareddeespejos.Sucuerpoparecetansuaveyperfecto,eincreíblemente
limpiocomparadoconlosnegroschurretonesquecubrenelmío.Somoslapurapasiónpersonificada,
demonioyángel,ynuncaheestadotanjodidamenteenamoradodeella.
—Sabíaquetegustabamirar,inclusosiessóloportimisma,losabía.
Susdedosseclavanenlapartebajademiespalda,acercándomeaúnmás,enterrándomeaúnmás
profundamenteenellay,joder,tengoquepararahora,sientoquelapresióncreceenlapartebajademi
espinadorsal,desplazándosehaciamiinglecuandodescubrootradesusfantasías.Tengoqueparar...
Me retiro lentamente de ella, dándonos el tiempo suficiente para disfrutar del momento de
conexión.Susgemidossehacenmáscortosydesesperadoscuandodeslizolosdedosensuinteriorcon
facilidad.
—Ahora voy a hacer que te corras y luego te llevaré a la cama —le prometo, y ella esboza una
sonrisadesenfocadaantesdevolveramirarhaciaelespejo,observándome—.Shhh,nena,despertarása
losdemás—susurrocontraella.
Meencantanlosruiditosquehace,laformaenquegimeminombre,peroloúltimoquenecesitoes
queunodelosVancenoscorteelrollollamandoalapuerta.
Ensegundosnotocómosetensaalrededordemisdedos.Mordisqueoysuccionoelpequeñobotón
sobresuentradayellametiradelpelosindejardeobservarcómolafolloconlosdedoshastaquese
corre,jadeandoygimiendominombreunayotravez.
Capítulo96
Tessa
La boca de Hardin deja un rastro de humedad hasta mi estómago y sobre mis pechos hasta que
finalmente deposita un suave beso en mi sien. Me quedo tumbada en el suelo junto a él tratando de
recuperar el aliento y revivo los hechos que nos han llevado a este momento. Tenía la intención de
mantenerunaseriaconversaciónconélsobresu...,no,sobrenuestrafaltadecomunicación,peroverlo
asaltarfuriosamenteesesacodearenamehizojadearygemirsunombreencuestióndeminutos.
Meincorporosobreuncodoylomirodesdearriba.
—Quierocompensarte.
—Adelante.—Sonríeconloslabioscubiertosdemihumedad.
Me muevo rápidamente tomándolo en mi boca antes de que pueda recuperar el más mínimo
aliento.
—Joder—gime.
El sensual ruido hace que abra demasiado la boca y se me escapa de entre los labios. Hardin
levantaentonceslascaderasdelsueloparareencontrarseconellos,metiéndoseélmismodenuevoen
miboca.
—Tessa,porfavor...—suplica.
Puedosaborearmeamímismaenél,peroapenaslonotomientrasgimeminombre.
—No voy..., joder..., no voy a durar mucho —jadea, y yo incremento la velocidad. Demasiado
prontoélmetiradelpeloparaecharmelacabezahaciaatrás.
—Mevoyacorrerentubocaydespuéstevoyallevaralacamaytefollaréotravez.—Mepasael
pulgarporloslabiosyyo,juguetona,lemuerdocondelicadezaeldedo.Echalacabezahaciaatrásyme
agarraconmásfuerzadelpelocuandoselachupo.
Notoqueelpenelevibra,suspiernasseagarrotancuandocasiestáapunto.
—Joder,Tessa...meencanta,nena—gimecuandosucalormellenalaboca.Meloquedotodo,me
tragotodoloquetienequedarme.Despuésmepongoenpieymepasoundedoporloslabios.
—Vístete—meordenalanzándomeelsujetador.
Mientrasnosvestimosatodaprisa,lopillomirándomedevezencuando.Noesqueesoseauna
sorpresa...,yotampocohedejadodemirarlo.
—¿Lista?—pregunta.
AsientoyHardinapagalasluces,cierralapuertaanuestropasocomosinadahubierasucedidoen
esa habitación y me guía pasillo abajo. Caminamos en un silencio confortable, una gran diferencia
despuésdetodalatensiónanterior.Cuandollegamosdelantedenuestrashabitaciones,élsedetieney
mecogesuavementedelcodo.
—Deberíahabertecontadoanteslodelapesadillaenvezdedistanciarmedeti—dice.
Las luces nocturnas del suelo arrojan la suficiente claridad sobre su rostro como para que pueda
verlasinceridadylaamabilidadtrassusojos.
—Ambostenemosqueaprenderacomunicarnos.
—Eresmuchísimomáscomprensivadeloquemerezco—susurra,yacercamimanoasucara.
Sus labios rozan cada uno de mis nudillos y mis rodillas casi se doblan ante un gesto tan
conmovedor.
Hardinabrelapuerta,mecogedelamanoymeguíahastalacama.
Capítulo97
Tessa
LasmanosdeHardinaúnestáncubiertasconlarugosacintanegra,perolassientotantiernascuandose
cierranalrededordelasmías...
—Esperonohabertecansadomucho.—Sonríe,ymepasasusnudillosrecubiertosdecintaporlos
pómulos.
—No. —Sus dedos se han encargado de deshacer la mayor parte de la tensión que había estado
sintiendomicuerpo.Sinembargo,elansianotansutilquesientoporélsigueahí.Siempreestáahí.
—Estoestábien,¿verdad?Quierodecirquequeríasespacio...yestonoesprecisamenteespacio.
—Susbrazosmerodeanmientraspermanecemosdepieantelacama,dudando.
—Aúnnecesitamosespacio,peroestoesloquequieroahoramismo—leexplico.
EstoyseguradequetodoestonotienemuchosentidoparaHardinporque,siendosincera,tampoco
tienemuchosentidoparamí,especialmenteahoraquesuabrumadorapresenciaestájustoaquí,frentea
mí.
—Yotambién.—Tomaaireeinclinalacabezahaciamicuello—.Estoeslobuenoparanosotros...,
estarjuntosasí—susurra.
Sus brazos se estrechan alrededor de mi cuerpo y usa las rodillas para guiarnos hasta la cama
mientrassuslabiossuccionansuavementemipielcosquilleante.
—Teheechadotantodemenos...,echabademenostucuerpo—sisea.
Memetelasmanospordebajodelafinacamisetadealgodónymelaquitaporlacabeza.Micola
decaballoseenredaconelescote,peroHardinmesueltaelpeloconsuavidadysusdedosmequitanla
goma,dejandoqueelpelocaigasobreelcolchón.Despuésmebesaconternuraenlafrente:suactitud
hacambiadodesdequeseaprovechódemíenelgimnasio.Allíestuvoduro,sexyyautoritario,pero
ahoraestásiendomiHardin,elhombredelicadoycariñosoqueseocultatraslafachadadetipoduro.
—La forma en que tu pulso... —sus labios se mantienen a centímetros de los míos y sus dedos
presionan el delicado latido en mi cuello mientras respira— enloquece cuando te toco, especialmente
aquí...
Su mano se desliza hacia abajo, sobre mi estómago, hasta desaparecer bajo mis pantalones de
pijama.
—Siempreestástanapuntoparamí...—gruñe,moviendoeldedocorazónarribayabajo.Notoque
la piel se me enciende: es una quemadura permanente, en lugar de una explosión, acorde con su
delicadaformadetocarme.Hardinretiralamanoysellevaeldedoaloslabios—.Tandulce...—dice,y
sulenguahúmedasalelentamenteparacubrirlapuntadesudedo.
Sabeexactamenteloquemeestáhaciendo.Sabelomuchoquesussuciaspalabrasmeafectanylo
muchoquemehacendesearlo.Losabe,yestáhaciendounmuybuentrabajoconsiguiendoqueardade
deseodedentroafuera.
Capítulo98
Hardin
Séexactamenteloqueleestoyhaciendo.Sélomuchoquelegustamibocasuciay,cuandolamiro,ni
siquierasemolestaenocultarlo.
—Estás siendo tan buena chica... —le digo con una oscura sonrisa, arrancándole un gemido sin
apenastenerquerozarsuardientepiel—.Dimequédeseas—lesusurroaloído.Prácticamentepuedo
oírsupulsoerráticobajolapiel.Laestoyvolviendoloca,ymeencanta.
—Ati—diceelladesesperada.
—Quierohacerlolentamente.Quieroquesientascadamomentoquehaspasadolejosdemí.
Tirodesupantalóndepijamaylededicounamiradaautoritaria.Sinpronunciarunapalabra,ella
asienteyselobaja.Entoncesenganchosusbraguitasdealgodónconlospulgaresytirodeellashacia
mí.Susojosseabrenenlaoscuridad,suslabiosestánrosadosehinchados.Lafuerzademimovimiento
laacercaamíyellaseaferraconlasmanosamisbrazos,clavándomesuspreciososdedos.
—Cogeelcondón—merecuerda.
Joder,estánalotroladodelpasillo,enlahabitaciónquenadiedeberíahabercreídoqueutilizaría
teniendoaTessasóloadosmetrosdedistancia.Sinembargo,curiosamente,lamesilladenocheestaba
biensurtidadepreservativosalllegar.
—Cogetúelcondón—replicojuguetón,sabiendoquenidecoñavoyadejarlacruzaresepasillo
medio desnuda. Suavemente, pongo las manos bajo su espalda y desabrocho su sujetador, después le
bajolostirantesylodejotodoenelsuelodetrásdenosotros.
—Elcond...—comienzaarecordarmeella.
Perosupropiojadeocortanteinterrumpesuspensamientoscuandosuccionosusreciénexpuestos
pezones.Estansensibleamitoque...,yquierosaborearcadasegundodeella.
—Shhh...—lasilenciomordisqueandosupiel.
Pero tras un momento, me pongo en pie. No gasto mi tiempo vistiéndome, al menos yo llevo el
bóxer...,yaunquenolollevaratampocoperderíaeltiempovistiéndomeahoramismo.
Regresoaldormitorioconcuatrocondonesenlamano.Soyunpocoambiciosoymegustaestar
siemprepreparado,peroporlaformaenqueTessaseestácomportandoestanoche,podríamosllegara
necesitarelcajónentero.
—Teheechadodemenos—comentadulcementeconunasonrisatímida.Yentoncesapareceun
destellodevergüenzaensusojoscuandocomprendequelohadichoenvozalta
—Yyoati—lecontesto,ysuenatancursicomosabíaquesonaría.
Sinmáspreámbulos,mequitoelbóxerymereúnoconellaenlacama.Tessaestásentadaconla
espaldacontralacabeceradelacamaylasrodillasligeramentedobladas.Estácompletamentedesnuda;
sólolassábanasdecolorcremalecubrenlosmuslos,fundiéndoseconsucremosapiel.
Tengo que controlarme ante semejante visión, detenerme para no saltar literalmente sobre ella,
arrancarlelasábanaquelacubreytomarloqueesmío.Estanoche...,bueno,yaesdemadrugadamás
bien...,quieroirdespacioynovoyacorrer.
Sonrío y contemplo a la mujer en nuestro aposento. Ella me devuelve la mirada; sus ojos son
amablesycálidos,susmejillasestánteñidasdeunrosaprofundo.Cuandomereúnoconellaenlacama,
sus ansiosas manos se mueven directamente hacia la cinturilla de mi bóxer, y me lo bajan hasta los
muslos.Suspiesacabandehacereltrabajoymetomaenlamano,apretandosuavemente.
—Joder—siseo,yporunmomentoloúnicoqueexisteparamíessucontacto.
Tessacomienzaabombear,supequeñamuñecaseretuerceligeramentealmoversearribayabajo,
y me encanta la forma en que parece saber cómo tocarme exactamente. Cuando se tumba, su mano
continúamoviéndoseconunritmoperfecto,ylepasoelcondón,altiempoqueledigoensilencioqué
debehaceracontinuación.
Ella asiente y se apresura a obedecer. Mientras el látex me va cubriendo yo nos maldigo en
silencio,aellayamí,pornohaberseguidoconlaideadelapíldora.Lasensacióndepielconpielcon
ellaescelestial,yahoraquelohesentidolodeseomásymás.
Tessasesubeencimademíatodaprisa,cabalgándomelacintura;mipollaestásóloaunsuspiro
deentrarenella.
—Espera...—Ladetengo,lerodeoeltalleconlasmanosyvuelvoatumbarlacondelicadezasobre
elcolchónamilado.
Laconfusiónapareceensuspreciososojos.
—¿Quépasa?
—Nada...,sóloqueantesquierobesarteunpocomás—leaseguro,ylepongounamanoenlanuca
paraacercarsucaraalamía.
Mibocacubrelasuyaydesciendosobresucuerpo,obligándomeairlentamente.Consucuerpo
desnudoapretadocontraelmío,tengoquetomarmeunmomentoparadarlasgraciasporelhechode
que,apesardetodalamierdaporlaquelehehechopasar,ellasigueaquí,siempreestáaquí,yyava
siendo hora de que la compense por ello. Apoyo mi peso en un brazo y me tumbo encima de ella,
abriéndolelaspiernasconlasrodillas.
—Tequiero...,tequierotanto...Aúnlosabes,¿verdad?—lepreguntoentrecariciaycariciademi
lenguasobrelasuya.
Ellaasiente,peroporunterriblemomentolacaradeZedapareceenmimente.Suconfesiónde
amorpormiTessaysuagradecidaaceptación.«Yotambiéntequiero»,habíagemidoella.
Unlentoescalofríomerecorreymedetengo.
Alnotarmisdudas,ellapasalosdedosentremisrebeldescabellosysubocatomaposesióndela
mía.
—Vuelveamí—mesuplica.
Esoestodocuantonecesito.
Todo desaparece excepto la suavidad de su cuerpo bajo el mío, la humedad entre sus piernas
mientras la penetro lentamente. La sensación es exquisita. No importa cuántas veces la tome, nunca
seránsuficientes.
—Tequiero.—Tessarepitelaspalabrasyyopasounbrazobajosucuerpoparaqueestemostan
pegadoselunoalotrocomoseaposible.
Me lamo los labios y vuelvo a enterrar la cara en su cuello, susurrándole guarradas al oído y
moviéndomeparabesarlacadavezquegimeminombre.
Siento que la ola de presión sube por mi espalda encendiendo cada puta vértebra. Las uñas de
Tessaseclavanenmipiel,justoentreloshombros,comosiestuvieraintentandoalcanzarlaspalabras
tatuadasenella.Esaspalabrasdedicadasaellaysóloaella.
«Yanadapodrásepararmedeti»,dicen.Voyahacertodoloposibleparamanteneresapromesa
permanentemente.
Meinclinoparamirarla.Unamanoaúnreposabajosuespalda;laotrarecorresutorso,pasasobre
suspechosydescansaensugarganta.
—Dimecómotesientes—lepidoconungruñido.
Casinopuedocontenerelplacerquemerecorrepordentro.Quieromantenerloahíparalosdos,
hacerlodurar.Quierocrearesteespacioquelosdospodamoshabitar.
Aceleromismovimientosyellabajaunamanoparaaferrarsealassábanas.Cadapecaminosogiro
de mis caderas, cada embestida violenta contra su cuerpo hambriento intensifica y sella
irremediablementeelpoderdeellasobremí.
—Tan bien, Hardin... Me siento tan bien... —Su voz es espesa y ronca, y devoro el resto de sus
gemidoscomoelansiosobastardoquesoy.
Noto que su cuerpo comienza a tensarse y no puedo aguantar más. Con un suave grito de su
nombre,mecorroenelcondónconempujoneslentosydesacompasadosantesdederrumbarme,casisin
respiración,juntoaella.
Extiendounamanoparaatraersucuerpohaciaelmíoy,cuandoabrolosojos,veoqueunafina
capadesudorcubresupielsedosa,tienelosojosabiertosyestámirandoelventiladordeltecho.
—¿Estás bien? —le pregunto. Sé que he sido un poco bruto hacia el final, pero también sé lo
muchoquelegustaquelosea.
—Sí,claro.
Seinclinaparadepositarunbesosobremipechodesnudoysaltadelacama.Gimodecepcionado
cuandoveoqueseponesucamisetablancaporlacabeza,cubriendosucuerpo.
—Aquí tienes tu diadema. —Sonríe, orgullosa de su comentario irónico, y me lanza la camiseta
sudadaquemeatéalrededordelacabezaenelgimnasio.
Enrollolatelaymelavuelvoaponerenlacabezasóloparavercómoreacciona.
—¿Notegusta?—pregunto,yellaseríe.
—Dehecho,sí.
Tessaestámontandotodounespectáculomientrasseinclinapararecogersusbraguitasnegrasdel
sueloyselassubehastalosmuslos.Cuandoagitaelcuerporesultamaravillosamenteevidentequeno
llevasujetador.
—Bien,esmásfácilasí—digoseñalandoelrecogidodemicabeza.
Deverdadquenecesitounputocortedepelo,perosiempremelohahecholaamigadeSteph,una
tipa con el pelo color lavanda llamada Mads. La sangre me empieza a arder al pensar en Steph. Esa
estúpidayjodida...
—¡TierrallamandoaHardin!
LavozdeTessamesacademispensamientosllenosdeodio.Levantolacabezahaciaella.
—Losiento—digo.
Conelpijamaotravezpuesto,seacurrucajuntoamíy,loqueesmásextraño,cogeelmandoa
distanciadelateleyempiezaazapearintentandoencontraralgoparaver.Estoyunpocomareado,así
queagradezcotenerunosmomentospararecuperarme,perotrasvariosminutosasímedoycuentade
que ella ha suspirado varias veces. Y, cuando la miro, hay un profundo ceño en su cara, como si
encontrarunbuenprogramaparaverfueramásfrustrantedeloquedebería.
—¿Algovamal?—pregunto.
—No—mienteella.
—Dímelo—lapresiono,yelladejaescaparelaire.
—Noesnada...,sóloestoyunpoco...—Susmejillasenrojecen—.Tensa.
—¿Tensa?Despuésdeestodeberíasestardetodomenostensa—replico,ymeapartounpocopara
mirarla.
—Esqueno...,yasabes.Yono...—tartamudea.
Sutimideznuncadejadesorprenderme.Unminutoestágimiendoenmioídoquelafolleconmás
fuerza,másrápidoymásprofundo,yalsiguientenisiquierapuedeformarunafrase.
—Suéltalo—exijo.
—Noheacabado.
—¿Qué?—Meatraganto.
¿Cómo he podido estar tan consumido por mi propio placer como para no notar que ella no se
corría?
—Parastejustoantes...—explicaenvozbaja.
—¿Porquénomelohabíasdicho?Venaquí.—Tirodesucamisetaparaquitárselaporlacabeza.
—¿Quévasahacer?—pregunta,conevidenteexcitaciónensutono.
—Shhh...
Enrealidadnoséquévoyahacer...Quierovolverahacerleelamor,peronecesitomástiempopara
recuperarme.
«Espera...,yalotengo.»
—Vamosahaceralgoquesólohemoshechounavez.—Sonríoconmaliciaysusojosseabrenaún
más—.Porque,yasabes,laprácticallevaalaperfección.
—¿Quées?—pregunta,yenunsegundosuexcitaciónsevereemplazadaporelnerviosismo.
Metumboapoyandoelpesoenloscodosylehagogestosparaqueseacerque.
—Noloentiendo—diceella.
—Ven,ponlosmuslosaquí—ypalmeoelespacioaambosladosdemicabeza.
—¿Qué?
—Tessa,venysiéntatesobremicaraparaquepuedacomértelocomoesdebido—leexplicoclara
ylentamente.
—Oh—exclamaella.
Veo la duda en sus ojos y extiendo una mano para apagar la luz. Quiero que se sienta lo más
cómoda posible. A pesar de la oscuridad, aún alcanzo a distinguir la suave silueta de su cuerpo, la
plenituddesupecho,lacurvasexidesuscaderas.
Tessa se quita las braguitas y en cuestión de segundos está siguiendo mis instrucciones y
arrodillándosesobremí.
—Menudasvistastengoaquí—bromeo,ymivisióndesaparece.Meacabadebajarmicamiseta
sobrelosojos.
—Bueno,asíresultainclusomásexcitante.—Sonríocontrasusmuslos.Ellamegolpealacabeza
debroma—.Enserio...,esdelomássexi—añado.
Laoigoreírenlaoscuridadylevantolasmanoshastasuscaderas,guiandosusmovimientos.Una
vezmilengualatoca,ellaempiezaamoverseasupropioritmo,tirándomedelpeloysusurrandomi
nombrehastaquesepierdeenelplacerqueleestoydando.
Capítulo99
Tessa
Vuelvoalarealidad,despacio,demalagana,perofelizdequeHardinestétumbadoamilado.
—Eh.—Sonríe,besándomeenloslabios.
Me río: es un sonido perezoso, no quiero moverme. Tengo el cuerpo algo dolorido, pero de la
mejormaneraposible.
—Ojalánotefuerasmañana—musitomientraspasolapuntadelosdedosporunadelasramasde
su tatuaje. El árbol es oscuro, inquietante e intrincado. Me pregunto: si Hardin se hiciera el tatuaje
ahora, ¿volvería a tatuarse ese árbol muerto? O ahora que está más contento, más animado, ¿habría
algunashojasenlasramas?
—Ojalá—merespondesimplemente.
Nopuedoocultarladesesperacióntrasmisúplicacuandoañado:
—Entonces,nolohagas.
LosdedosdeHardinseextiendenpormiespaldayaprietamicuerpodesnudoaúnmáscontrael
suyo.
—Noquierohacerlo,peroséquesóloloestásdiciendoporqueacabodeconseguirquetecorras
variasvecesseguidas.
Unjadeohorrorizadoescapademislabios.
—¡Eso no es verdad! —El cuerpo de Hardin se agita suavemente con una risa asombrada—.
Bueno,noeslaúnicarazón...Talvezpodríamosvernoslosfinesdesemanadurantealgúntiempoyver
quétalfunciona.
—¿Esperasqueconduzcahastaaquícadafindesemana?
—No todos. Yo también iría. —Inclino la cabeza para mirarlo a los ojos—. Hasta ahora está
funcionando.
—Tessa...—suspiraél—.Yatehedichocómomesientoconestamierdadelarelaciónadistancia.
Desvíolavistahastaelventiladordeltecho,quegiralentamenteenlapenumbradeldormitorio.
Enlateleestándandounepisodiode«Friends».RachelestávertiendosalsaenelbolsodeMonica.
—Síy,aunasí,aquíestás—lopresiono.
Hardinsuspiraymetirasuavementedelpeloparaobligarmeamirarlodenuevo.
—Touché.
—Bueno,creoquehayalgúntipodecompromisoalquepodríamosllegar,¿nocrees?
—¿Cuálestuoferta?—preguntaenvozbaja,cerrandolosojosduranteunossegundosytomando
aire.
—Noloséexactamente...,dameunmomento—lepido.
¿Quéleestoyofreciendoenconcreto?Permanecerdistanciadoselunodelotroseríalomejorpara
nuestra salud mental. Por mucho que mi corazón olvide las cosas terribles por las que Hardin y yo
hemospasado,micerebronomepermitirárendirlapocadignidadquemequeda.
EstoyenSeattle,siguiendomisueño,solaysinapartamentoacausadelanaturalezaposesivade
Hardinydelaincapacidaddeambosdecedersobrelosdetallesmástriviales.
—Nolosé—confiesofinalmentecuandonopuedollegaraningunasugerenciasólida.
—Vale,pero¿aúnmequieresporaquí?¿Almenosdurantelosfinesdesemana?—pregunta.Sus
dedosjugueteanconmipelo.
—Sí.
—¿Cadafindesemana?
—Lamayoría.—Sonrío.
—¿Quieresquehablemoscadadíaporteléfonocomohemoshechoestasemana?
—Sí.
MehaencantadolaformaenqueHardinyyohemosestadohablandoporteléfono,ningunodelos
dosconscientesdelosminutosylashorasquepasaban.
—Asíquetodoseríaigualquehasidoestasemana.Nosésimeconvence—dice.
—¿Porquéno?
Hastaahoraparecíahaberfuncionadotambiénparaél,¿porquéseoponeacontinuardelamisma
manera?
—Porque,Tessa,estásenSeattlesinmíynoestamosrealmentejuntos,podríasveraotrapersona,
conoceraalguien...
—Hardin...
Meincorporosobreuncodoparamirarlo.Susojosseclavanenlosmíosmientrasunmechónde
mis rizos rubios cae sobre su cara. Sin romper contacto visual o parpadear siquiera, sus dedos se
muevenparacolocarmeelcabellotraslaoreja.
—No planeo ver o conocer a nadie. Todo cuanto busco es algo de independencia y que seamos
capacesdecomunicarnos.
—¿Porquéderepenteestanimportanteparatilaindependencia?—pregunta.
Supulgarysuíndiceacaricianelbordedemioreja,enviandounescalofríoportodamiespalda.Si
loqueintentaesdistraerme,loestáconsiguiendo.
A pesar de su suave toque y de sus ardientes ojos de jade, continúo mi cruzada para hacerle
entenderloquenecesito.
—Noesalgorepentino.Telohabíamencionadoantes.Tampocohabíanotadolodependienteque
mehevueltodetihastahacepoco,ynomegusta.Nomegustaserasí.
—Amísí—diceenvozbaja.
—Yaséqueatitegusta,peroamíno—repito,negándomeaperderlaconfianzaenmivoz.Una
partedemímedaunapalmaditaenlaespaldaydespuésponelosojosenblancoporquenosecreelo
queestoydiciendo.
—Y¿quépintoyoentodaestamierdadetuindependencia?
—Sólotepidoquesigashaciendolomismoquehastaahora.Debosercapazdetomardecisiones
sinpensarensimedarástupermisooenquéopinarásalrespecto.
—Estáclaroquenohaspensadoquenecesitasmipermisoahora,onoharíaslamitaddeloque
haces.
Noquierodiscutir.
—Hardin—leadvierto—.Estoesimportanteparamí.Necesitosercapazdepensarpormímisma.
Deberíamossercompañeros...,iguales,ningunodenosotrosdeberíatenermás...poderqueelotro.—
Tengoquehacerlo.Estoformapartedequiénsoyodequiénquieroser.Estoyesforzándomemuchopor
averiguarquiénsoypormicuenta,conosinHardin.
—¿Iguales?¿Poder?Esevidentequetútienesmuchomáspoder.Osea...,vengaya...
—Noessólopormí...,tambiénhasidobuenoparati,reconócelo.
—Supongoquesí,pero¿quédicedenosotroselhechodequesólonosvayabiencuandoestamos
enciudadesdiferentes?—pregunta,pronunciandoenvozaltaloquemehaestadopreocupandodesde
quellegó.
—Esoyalopensaremosmásadelante.
—Claro.
Ponelosojosenblancoperosuavizaelgestobesándomeenlafrente.
—¿Recuerdasloquedijisteacercadequehabíaunadiferenciaentreamaraalguienynosercapaz
devivirsinél?—pregunto.
—Noquierovolveraoíresonuncamás.
Leapartoelflequillohúmedodelafrente.
—Túfuisteelquelodijo—lerecuerdo.Misdedosrecorrenelpuentedesunarizysiguenhasta
suslabioshinchados—.Heestadopensandomuchoalrespecto—admito.
Hardingime.
—¿Porqué?
—Porquelodijisteporunarazón,¿verdad?
—Estaba cabreado, eso es todo. Ni siquiera tenía idea de lo que significaba. Sólo me estaba
comportandocomouncapullo.
—Bueno,seacomosea,yoheseguidopensandoenello.—Midedogolpeasuavementelapuntade
lanariz.
—Pues desearía que no lo hicieras porque no hay diferencia entre ambas. —Sus palabras caen
lentamenteentrenosotros,sutonoespensativo.
—¿Yeso?
Mededicaunapequeñasonrisa.
—Yonopuedovivirsintiytequiero.Lasdoscosasvandelamano.Sipudieravivirsinti,no
estaríatanenamoradodeticomoloestoy,yesevidentequenopuedoestaralejadodeti.
—Esoparece.
Contengolarisaqueamenazaconsurgir.
Élnotaqueestoymástranquila.
—Séquenoestáshablandodemí...Túcasiterompistelacrismacorriendoparasaltarmeencima
cuandollegué.
Inclusoenlaoscuridaddelahabitaciónpuedoversuampliasonrisaycontengolarespiraciónal
repararensucrudabelleza.Cuandoestáasí,conlaguardiabajayactuandodeformanatural,noexiste
nadiemejorenmimundo.
—¡Sabía que acabarías echándomelo en cara! —Le doy un manotazo en el pecho y sus largos
dedossecierransobremimuñeca.
—¿Intentasvolveraponerteviolentaconmigo?Miraloquepasólaúltimavez.
Levantalacabezadelcolchónyelfuegoempiezaabajarpormicuerpohastaanidarentremisya
doloridosmuslos.
—¿Puedes quedarte un día más? —pregunto, ignorando su comentario sobre ponerme violenta.
Necesito saber si voy a tener más tiempo con él mañana para poder pasar el resto de la mañana...,
bueno,siendoviolentos—.Porfavor...—añadoescondiendolacabezaenelhuecodesucuello.
—Vale—concede.Puedonotarcómosumandíbulasemuevealsonreírcontramifrente—.Pero
sólosivuelvesavendarmelosojos.
En un solo movimiento me rodea con los brazos y rueda para poner mi cuerpo bajo el suyo, y
segundosdespuésnosperdemoselunoenelotro...unayotravez...
Capítulo100
Hardin
Cuandoentroenlacocina,Kimberlyestásentadafrentealabarradedesayuno.Nosehamaquilladoy
llevaelpelorecogidohaciaatrás.Creoquenolahabíavistonuncasinunatoneladadeporqueríaenla
cara,yjuroporVancequehepensadoenesconderleesamierdaporqueestámuchomejorsinella.
—Vaya,miraquiénsehalevantadoporfin—diceentonoalegre.
—Sí, sí —gruño pasando junto a ella, y voy directo a la cafetera que está en una esquina de la
encimeradegranitooscuro.
—¿Aquéhoratevas?—mepreguntamientraspicoteaunbolconlechuga.
—Meirémañana,sinoteimporta.¿Oquieresquemevayaya?—Llenounatazaconcaféyme
vuelveparamirarla.
—Claroquepuedesquedarte.—Sonríe—.Siemprequenoteestéscomportandocomouncapullo
conTessa.
—Noloestoyhaciendo.—PongolosojosenblancocuandoVanceentraenlahabitación—.Aésta
síquetienesqueatarlacorto,puedequehastaponerleunbozal—ledigo.
SuprometidosueltaunarisotadamientrasKimberlymemiralevantandoeldedocorazón.
—Esoesclase—meburlo.
—Teveodemuybuenhumor.—ChristiansonríeconmaliciayKimberlylofulminaconlamirada.
¿Dequécoñovatodoesto?
—¿Tepreguntasporquépuedeser?—añade,yellaledauncodazo.
—Christian...—loregaña.
Élniegaconlacabezaylevantalamanoparaimpedirquerepitaelataquejuguetón.
—SeguramenteporqueechabademenosaTessa—sugiereKimberly,quesigueaChristianconla
miradamientrasrodealaenormeisladelacocinaparacogerunplátanodelfrutero.
Susojosbrillandivertidosmientraspelalafruta.
—Creoqueesoloarreglanlosejerciciosdemadrugada.
Semehielalasangre.
—¿Cómohasdicho?
—Tranquilo...,apagólacámaraantesdequeempezaralobueno—measeguraKimberly.
¿Unacámara?
Mierda.Estáclaroqueestecapullodebedetenerunacámaraenelgimnasio...Joder,seguramente
todoslosaccesosalashabitacionesprincipalesestánequipadosconcámarasdeseguridad.Siempreha
sidomásparanoicodeloqueaparentasuactitudpasota.
—¿Quéviste?—gruñointentandocontenerlarabia.
—Nada. Sólo que Tessa entraba en la sala... y prefirió no seguir mirando... —Kimberly reprime
unasonrisayungranaliviorecorremicuerpo.
Estaba demasiado inmerso en lo que pasaba, inmerso en Tessa, como para pensar en chorradas
comocámarasdeseguridad.
—Y ¿qué hacías tú viendo esas imágenes? —le digo a Vance frunciendo el ceño—. Es un poco
raritoquememiresmientrashagoejercicio.
—Noseascreído.Estabacomprobandoelmonitordelacocinaporquefallaba,yeldelgimnasio
resultóserelqueseveíaalladojustoenesemomento.
—Ya—exclamoalargandolapalabra.
—Hardinsevaaquedarotranoche.Nopasanada,¿no?—lepreguntaKim.
—Claroquenopasanada.Detodasformas,noentiendoporquénohasmovidoelculohastaaquí
paraquedarte.SabesquetepagaríamásqueenBolthouse.
—Nolohicistelaprimeravez,ésefueelproblema—lerecuerdoconunamuecadesuficiencia.
—Esoesporqueacababasdeempezarlauniversidadporaquelentonces.Tuvistesuertedetener
unasprácticasremuneradas,pornohablardeuntrabajoreal,sintenerunatitulación.—Seencogede
hombros,intentandodesecharmiargumento.Yocruzolosbrazosaladefensiva.
—EnBolthousenoopinanlomismo.
—Son gilipollas. ¿Tengo que recordarte que sólo en el último año la editorial Vance los ha
superadodelargo?HeabiertounasedeenSeattleytengopensadoabrirotraenNuevaYorkelañoque
viene.
—¿Tantofanfarroneoesporalgo?—lepregunto.
—Sí.QueVanceesmejor,másgrande,yresultaquetambiénesdondeellatrabaja.
NohacefaltaquedigaelnombredeTessaparaquesientaelpesodesuspalabras.
—Tegraduaráselpróximotrimestre;notomesunadecisiónimpulsivaahoraquepodríaafectaral
restodetucarreraantesdequeempiecesiquiera.
Le da un bocado a la fruta que tiene en la mano y yo lo miro con el ceño fruncido intentando
encontrarunarespuestacortante,aunqueparecequenoencuentroninguna.
—BolthousetieneunasedeenLondres.
Memiraconburlonaincredulidad.
—¿QuiénvaavolveraLondres?¿Tú?—replicasinocultarelsarcasmoensuvoz.
—Puede.Esloqueplaneaba,ysigopensandoenello.
—Sí,yotambién.—Miraasufuturaesposa—.Novolverásavivirallí,niyotampoco.
Kimberlyseponecoloradaysederritealoíresaspalabras,yyollegoalaconclusióndequesonla
parejamásrepulsivaqueheconocido.Puedesnotarlomuchoquesequierenalverlosinteractuar.Es
incómodoymolesto.
—Demostrado—ríeChristian.
—Noestoydeacuerdocontigo—ledigo.
—Sí —Kimberly se mete como la buena tocapelotas que es—, pero tampoco estás en total
desacuerdo.
Sin mediar palabra, cojo mi taza de café y mis pelotas y me las llevo lo más lejos de ella que
puedo.
Capítulo101
Tessa
Lamañanallegaenseguiday,cuandomedespierto,estoysolaenlacama.Elladovacíodelcolchónaún
conservalahuelladelcuerpodeHardin,asíqueseguramentehacepocoquesehalevantado.
Enesemomento,entraenlahabitaciónconunatazadecaféenlamano.
—Buenosdías—medicecuandosedacuentadequeestoydespierta.
—Hola.
Tengolagargantacerradayseca.MetensoalrecordaraHardinentrandoysaliendodemiboca
confuriosasembestidas.
—¿Teencuentrasbien?
Dejalatazadecaféhumeantesobrelacómodayseacercaalacama.Sesientaamilado,enel
bordedelcolchón.
—Cuéntame—añadeconcalmacuandovequetardoenresponder.
—Sí,sólodolorida.
Estirolosbrazosylaspiernas.Sí...,estoydolorida.
—¿Adóndehasido?
—Heidoaporcafé,yteníaquellamaraLandonparadecirlequenovolveréhoy—mecuenta—.
Esositodavíaquieresquemequede.
—Quiero—asiento—.Pero¿porquéselotienesquedeciraLandon?
Hardin se pasa una mano por el pelo y sus ojos se concentran en interpretar la expresión de mi
cara.Sientoquehayalgoquesemeescapa.
—Cuéntame—digousandosusmismaspalabras.
—Estáhaciendodecangurodetupadre.
—¿Porqué?
«¿Porquéibaanecesitarmipadreuncanguro?»
—Tupadreestáintentandopermanecersobrio,poreso.Ynosoytanestúpidocomoparadejarlo
soloeneseapartamento.
—Tienesalcoholallí,¿verdad?
—No,lotiré.Dejemoseltema,¿vale?—Sutonoyanoesamable,esinsistenteyestáclaramente
allímite.
—No voy a dejar el tema. ¿Hay algo que deba saber? Porque vuelvo a sentirme como si me
quedarafueradealgunacosa.
Cruzolosbrazossobreelpechoyélinspiraprofundaydramáticamente,cerrandolosojosmientras
lohace.
—Sí,hayalgoquenosabes,perotesuplicoque,porfavor,confíesenmí,¿vale?
—¿Esmalo?—preguntoaterrorizadaporlasposibilidades.
—Confíaenmí,¿deacuerdo?
—¿Queconfíeentiparahacerqué?
—Que confíes en que voy a encargarme de esta mierda para que, cuando te cuente lo que ha
pasado,yanisiquieraimporte.Yabastantetienesencimaahora;porfavor,confíaenmípararesolver
esto.Déjamehacerloportiyolvídalo—meinsta.
Laparanoiayelpánicoquesuelenacompañaraestetipodesituacionespalpitanenmiinterior,y
estoyapuntodequitarleelmóvilaHardinyllamaraLandonyomisma.Sumirada,sinembargo,me
detiene.Meestápidiendoqueconfíeenél,queconfíeenquesolucionaráloqueseaqueestépasandoy,
para ser sincera, por mucho que quiera saber de qué se trata, no creo que pudiera asumir ni un solo
problemamásdelosqueyatengoahoramismo.
—Vale—suspiro.
Frunceelceñoyladealacabeza.Estáalucinadodelofácilquehasidoconvencermeparaqueno
memeta,estoysegura.
—Sí.Harétodoloquepuedaparanopreocuparmeporloquepasaconmipadresimeprometes
queesmejorparamínosaberlo.
—Loprometo—.Asiente.
Locreo,másomenos.
—Vale.—Ultimoelacuerdoconesapalabrayhagocuantoestáenmimanoparaquitarmedela
cabeza la necesidad obsesiva que tengo de saber qué está pasando. Necesito confiarle esto a Hardin.
Necesitoconfiarleladecisiónquehetomado.Sinosoycapazdeconfiarleesto,¿cómovoyapensaren
unfuturocomún?
Suspiro,yHardinsonríealverqueconsiento.
Capítulo102
Tessa
—Parece que voy a pasarme todo el día escribiendo notas de agradecimiento para los invitados que
anoche hicieron que la inauguración del club fuera todo un éxito —dice Kimberly con una sonrisa
irónica mientras me saluda agitando un sobre en el aire cuando entro en la cocina—. ¿Qué tienes
pensadohacerhoy?
Echounaojeadaalmontóndetarjetasqueyahaescritoyalapilaenlaquesiguetrabajandoyme
preguntocuántohabráinvertidoChristianensusnegociossitodaesagentealaqueestánescribiendo
sonalgúntipode«socios».Sóloeltamañodeestacasadebedesignificarquetienemásempresasen
marchaademásdelaeditorialyunclubdejazz.
—No lo sé. Cuando Hardin salga de la ducha, veremos —le digo, y dejo un montón de sobres
nuevossobrelaencimeradegranito.
HetenidoqueobligaraHardinaentrarenelbañoyadarseunaduchasolo,seguíaenfadadopor
nohaberlodejadoentrarmientrasyomedabalamía.Pormuchasvecesqueheintentadoexplicarlelo
incómodo que sería si los Vance supieran que nos estamos duchando juntos en su casa, él insistía en
mirarmeraroyresponderquehemoshechocosasmuchopeoresensucasaqueducharnosjuntosenlas
pasadasdocehoras.
Heaguantadoeltipoapesardesussúplicas.Loquesucedióenelgimnasiofuelujuriapuraysin
premeditaciónalguna.Ynopasanadaporquehiciéramoselamorenmicuartoporquedemomentoes
mi habitación y soy una adulta que mantiene relaciones sexuales consentidas con mi..., con lo que
quieraqueseaHardinmíoahoramismo.Sinembargo,lodeladuchalosientodeotraforma.
ConlocabezotaqueesHardin,seguíasinestardeacuerdo,porloqueheacabadopidiéndoleque
me trajera un vaso de agua de la cocina. He hecho pucheros y ha picado. En cuanto se ha ido de la
habitación he corrido por el pasillo hasta el baño, he cerrado la puerta con pestillo al entrar y lo he
ignoradocuandohaempezadoapedirmeenfadadoquelodejaraentrar.
—Tendríasquepedirlequetelleveahacerturismo—mediceKimberly—.Talvezsumergirosen
laculturadelaciudadloayudeadecidirseaveniraviviraquícontigo.
Enestosmomentosnoquieroenfrentarmeasemejanteconversación.
—Pues... Sasha me pareció simpática —le digo en un intento no muy encubierto de desviar la
conversacióndemisproblemasdepareja.
—¿Sasha?¿Simpática?Tampocotanto—diceKimberlyconunresoplido.
—SabequeMaxestácasado,¿verdad?
—Claroquelosabe.—Sehumedeceloslabios—.Y¿acasoleimporta?No,enabsoluto.Legusta
sudineroylasjoyascarasquerecibealverseconél.Nopodríanimportarlemenossumujerysuhija.
EltonodedesaprobacióndeKimesduro,ymealiviasaberqueestamosdeacuerdoenesteasunto.
—Maxesuncapullo,peromesiguesorprendiendoquetengaelvalordellevarlaadondepuedan
verloconella.Osea,¡¿esqueledaigualsiDeniseoLillianseenteran?!
—SospechoqueDeniseyalosabe.ConuntíocomoMax,habráhabidomuchasotrasSashasalo
largo de los años, y la pobre Lillian ya desprecia a su padre, así que dudo que el hecho de saberlo
cambienada.
—Estantriste...Estáncasadosdesdelauniversidad,¿no?
NosécuántosabeKimberlydeMaxysufamilia,perodadalaformaenlaquehabla,creoqueno
espoco.
—Secasaronjustoalterminar,fueunescándalodemiedo.
LosojosdeKimberlyseiluminanporelansiadecontarlesamisignorantesoídosunahistoriatan
suculenta.
—Alparecer,aMaxlehabíanconcertadomatrimonioconotra,unamujercuyafamiliaeraamiga
delasuya.Erabásicamenteunacuerdodenegocios.ElpadredeMaxvienedeunafamiliaadinerada,
creo que ésa es en parte la razón por la que Max es tan gilipollas. A Denise se le partió el corazón
cuandoéllecontósusplanesparacasarseconotramujer.
Kimberlyhablacomosiellahubieraestadopresentedeverdadcuandosucedióynocomosifuera
uncotilleo.Sinembargo,talvezseaasícomosonsiempreloscotilleos.
Bebeuntragodeaguaantesdecontinuar.
—Elcasoesque,traslagraduación,Maxserebelócontrasupadreydejóalamujerliteralmente
plantadaenelaltar.Elmismodíadelaboda,aparecióencasadeTrishyKenconsuesmoquinyesperó
enlapuertahastaqueDenisesalió.Aquellamismanoche,loscincosobornaronaunsacerdoteconuna
botella de whisky de marca y el poco dinero que llevaban en los bolsillos. Denise y Max se casaron
justoantesdelamedianoche,yellasequedóembarazadadeLilliansemanasmástarde.
A mi mente le cuesta imaginarse a Max como un joven enamorado corriendo por las calles de
Londresenesmoquinbuscandoalamujerqueamaba.Lamismamujeralaqueahoratraicionaunavez
trasotrallevándosealacamaatíascomoSasha.
—No pretendo entrometerme, pero la... de Christian... —no sé cómo llamarla—, quiero decir, la
madredeSmith,¿estaba...?
Conunasonrisacomprensiva,Kimberlyacabaconmiabsurdotartamudeo.
—Roseaparecióañosmástarde.Christiansiemprefueelquintomosqueteroentrelasdosparejas.
Una vez él y Ken dejaron de hablarse y Christian volvió a Estados Unidos..., entonces fue cuando
conocióaRose.
—¿Cuántotiempoestuvieroncasados?
MiroaKimberlybuscandoalgunaseñaldeincomodidad.Noquieroentrometerme,peronopuedo
evitarsentirmefascinadaporlahistoriadeestegrupodeamigos.EsperoqueKimberlymeconozcalo
bastantebiencomoparanosorprendersedelacantidaddepreguntasqueestoydeseandohacer.
—Sólodosaños.Llevabansaliendonomásqueunosmesescuandoellasepusoenferma.—Sele
rompelavozytragasaliva,conlosojosllenosdelágrimas—.Secasóconelladetodasformas...,la
llevóalaltar...Supadre,ensilladeruedas...,insistióenhacerlo.Amediocaminodelaltar,Christianse
acercóyacabódellevarlaélmismo.
Kimberlyrompealloraryyomesecolaslágrimasquecaendemisojos.
—Lo siento —dice con una sonrisa—. Hacía mucho tiempo que no contaba esta historia, ¡y me
emocionatanto!
Seinclinasobrelaencimeraparacogerunpuñadodepañuelosdepapeldeunacajaymetiende
uno.
—Elsimplehechodepensarenellomedemuestraque,trasesainsolenciayesamentebrillante,
hayunhombreincreíblementecariñoso.
Memirayluegomiradenuevolosmontonesdesobres.
—Mierda,¡hemojadolastarjetasconlaslágrimas!—exclama,ysereponerápidamente.
MegustaríapreguntarlemáscosassobreRoseySmith,KenyTrishensuépocauniversitaria,pero
nodeseoforzarla.
—Quería a Rose y ella lo curó, incluso cuando se estaba muriendo. Él sólo había amado a una
mujerentodasuvidayellaconsiguióromperesabarrera.
La historia, por bonita que sea, no hace sino confundirme más. ¿Quién era esta mujer a la que
Christianamó?Y¿porquénecesitócurarsedespués?
Kimberlysesuenalanarizylevantalavista.Yovuelvolacabezahacialapuerta,dondeHardin
nosmirararoaKimberlyyamí,tratandodeentenderlaescenaquesedesarrollaenlacocina.
—Bueno,esobvioquellegoenmalmomento—dice.
Nopuedoevitarsonreírpensandoenlapintaquedebemosdetener,llorandosinmotivoaparente,
condosenormesmontonesdesobresfrenteanosotrassobrelaencimera.
Hardintieneelpelohúmedodeladuchayestáreciénafeitado.Estáguapísimoconunacamiseta
negralisayunosvaqueros.Enlospiesnollevanadamásqueloscalcetinesysuexpresiónesderecelo
cuandomehaceseñasparaquemeacerque.
—¿Osesperamosparacenarestanoche?—preguntaKimberlymientrascruzolahabitaciónparair
juntoaél.
—Sí—digo.
—No—respondeHardinalmismotiempo.
Kimseríeysacudelacabeza.
—Bueno,mandadmeunmensajecuandoospongáisdeacuerdo.
Minutosmástarde,cuandoHardinyyollegamosalapuertaprincipal,Christianaparecederepentede
unahabitacióncercanaconunagransonrisa.
—Fuerahaceunfríoquepela.¿Dóndeestátuabrigo,jovencito?
—Primero,nonecesitounabrigo.Segundo,nomellamesjovencito—replicaHardinponiendolos
ojosenblanco.
Christiansacaunabrigogordoazulmarinodelarmarioquehayjuntoalapuerta.
—Toma,póntelo.Escomounamalditaestufapordentroyporfuera.
—Nihablar—semofaHardin,yyonopuedoevitarreírme.
—Noseasidiota,fueraestamosasietebajocero.Puedequetudamatenecesiteparanopasarfrío.
ChristianlopicayHardinevalúamijerseymoradogrueso,miabrigomoradoymigorrotambién
morado,delquenohadejadodeburlarsedesdequemelohepuesto.Mepuseesomismolanocheque
mellevóapatinarsobrehieloyaqueldíahizoigual.Haycosasquenuncacambian.
—Vale—gruñeHardin,ymetesuslargosbrazosenlasmangasdelabrigo.
Nomesorprendecomprobarquenolequedamal,inclusolosgrandesbotonesdecolorbronceque
llevalachaquetaenlapartedelanteraadquierenuntoquemasculinoalmezclarseconelestilosimplede
Hardin.Susnuevosvaqueros,quecadavezmegustanmás,ysucamisetanegralisa,susbotasnegrasy
ahora el abrigo hacen que parezca recién sacado de las páginas de alguna revista. Es injusto que esté
perfectosinhacerelmásmínimoesfuerzo.
—¿Quémirastanto?—mesuelta.
Doyunsaltitoaloírlo.Acambio,recibounasonrisayunamanocalientecogelamía.
Justoenesemomento,Kimberlycorreporelpasillohastaelrecibidor,seguidadeSmithgritando:
—¡Esperad!Smithquierepedirosalgo.
Bajalacabezaparamirarasufuturohijastroconunasonrisaafectuosa.
—Adelante,cariño.
ElniñorubiomiradirectamenteaHardin.
—¿Podemoshacerteunafotoparalodemicole?
—¿Qué?
Hardinpalideceunpocoymemira.Séloquesienterespectoaquelehaganfotos.
—Esunaespeciedecollagequeestáhaciendo.Dicequetambiénquiereunafototuya—leexplica
KimberlyaHardin,yyolomirosuplicándoleparaquenoleniegueesoaunniñoqueclaramentelo
idolatra.
—Hum...,claro—dicealfinal.GirasobrelostalonesymiraaSmith—.¿Tessatambiénpuedesalir
enlafoto?
—Supongo—contestaelcríoencogiéndosedehombros.
Lesonríoperonoparecedarsecuenta.Hardinmemiracomodiciendo«Legustomásquetúyni
siquieratengoqueintentarlo»,yyoledoyundiscretocodazomientrasnosdirigimosalsalón.Mequito
elgorroyusolagomaquellevoenlamuñecapararecogermeelpeloparalafoto.LabellezadeHardin
estanpocoforzadaynaturalqueloúnicoquetienequehacerparaestarperfectoesquedarsedepiecon
elceñofruncidoporloincómododelasituación.
—Laharérápido—diceKimberly.
Hardinseacercamásamíymerodealacinturaconunbrazoperezoso.Dibujomimejorsonrisa
mientrasélintentasonreírsinenseñarlosdientes.Ledoyunempujoncitoysusonrisaaparecejustoa
tiempoparaqueKimberlyhagalafoto.
—Gracias—dice,yveoqueestásatisfechadeverdad.
—Vamos—meapremiaHardin,yyoasientoyledigoadiósconlamanoaSmithantesdeseguirlo
porelpasillohastalapuertaprincipal.
—Hasidomuyamableportuparte—comento.
—Loquetúdigas.
Sonríeycubremibocaconlasuya.Entoncesoigoelsuaveclicdeunacámaraymeapartodeél
paraveraKimberlydenuevoconlacámaraenlasmanos.Hardingiralacaraparaesconderlaenmi
peloyellahaceotrafoto.
—Bastaya—gruñe,ymearrastrahaciafueradelacasa—.Pero¿quélepasaaestafamiliaconlos
vídeosylasfotos?—murmura,ycierralapuertadegolpetrasdemí.
—¿Vídeos?—inquiero.
—Daigual.
Elairefríonosgolpeayyomesueltorápidamenteelpeloyvuelvoaponermeelgorro.
—Primeroiremosabuscartucocheyharemosquelecambienelaceite—diceHardinporencima
delrugidodelviento.
Metolamanoenelbolsillodelabrigoparabuscarlasllavesydárselas,peroélsacudelacabezay
balanceasullaverodelantedemicara.Ahorallevaunallaveconunagomaverdequemesuena.
—Notellevastelallavecuandodejastetodostusregalos—medice.
—Ah...
Mimentesellenaconelrecuerdodehaberdejadomisposesionesmáspreciadasenunapilasobre
lacamaquesolíamoscompartir.
—Megustaríarecuperartodasesascosaspronto,siesposible.
Hardinsesubealcochesinmirarmesiquiera.
—Hum,sí.Claro—murmura.
Una vez dentro del coche, pone la calefacción a tope y alarga el brazo para cogerme la mano.
Apoyalamanoylamíaenmipantorrillaysusdedosresiguenconprecisiónellugardondesolíallevar
lapulseraenmimuñeca.
—Nomegustaqueladejarasallí...Deberíaestaraquí—dicepresionandolabasedemimuñeca.
—Losé.—Mivozesapenasunsusurro.
Echo de menos esa pulsera todos los días, y también mi libro electrónico. Además, quiero
recuperarlacartaquemeescribióparaleerlaunayotravez.
—Talvezpuedastraerlacuandovuelvaselpróximofindesemana—digoesperanzada.
—Claro—asiente,perosusojossiguenfijosenlacarretera.
—¿Porquéhayquehaceruncambiodeaceite?—lepregunto.
Llegamosalfinaldelsenderodeentradaytomamoslacalleresidencial.
—Lonecesitas—respondeseñalandolapegatinadelparabrisas.
—Vale...
—¿Qué?—Memiraenfadado.
—Nada,esunpocorarollevarelcochedealguienaquelecambienelaceite.
—He sido el único que ha llevado durante meses tu coche a que le cambien el aceite, ¿por qué
tendríaquesorprenderteahora?
Tienerazón,siempreeselqueseencargadecualquiertipodemantenimientoquepuedanecesitar
yavecessospechoqueesunparanoicoyarreglaocambiacosassinqueseanecesario.
—Nosé.Supongoquesemeolvidaqueaveceséramosunaparejanormal—admitomoviéndome
inquietaenmiasiento.
—Explícate.
—Cuestarecordarlascosaspequeñasynormalescomocambiarelaceitedelcocheolavezqueme
dejaste hacerte una trenza —sonrío al recordarlo—, cuando siempre parecía que estuviéramos
atravesandoalgunaespeciedecrisis.
—Primero —sonríe—, no vuelvas a mencionar el tema de la trenza. Sabes perfectamente que la
únicarazónporlaquedejéquelohicierasfueporquemesobornasteconunasgalletas.—Meaprietala
piernaconcariñoysientounaoleadadecalorbajolapiel—.Y,segundo,supongoqueenpartetienes
razón. Sería genial que tus recuerdos no estuvieran empañados por mi costumbre de joderlo todo
siempre.
—Noeressólotú,amboscometemoserrores—locorrijo.
Los errores de Hardin suelen causar muchos más daños que los míos, pero yo tampoco soy
inocente.Tenemosquedejardeculparnosanosotrosmismosoalotroeintentarllegaraalgunaespecie
depuntomediojuntos.YesoesimposiblesiHardinnodejadefustigarseporcadaerrorquecometióen
elpasado.Tienequeencontrarlaformadeperdonarseasímismo...yasípoderavanzaryserlapersona
quedeverdadquiereser.
—Túnohicistenada—mereplica.
—Enlugardeestardiscutiendoporquiéncometióerroresyquiénno,vamosadecidirquévamosa
hacerhoycuandolehayamoscambiadoelaceitealcoche.
—TendrásuniPhone—dice.
—¿CuántasvecestengoquedecirtequenoquierouniPhone?—gruño.
Mi teléfono es lento, sí, pero los iPhone son caros y complicados, dos cosas que no puedo
permitirmeahoramismoenmivida.
—TodoelmundoquiereuniPhone.Sóloeresunadeesasquenoquierenrendirsealamoda.—Me
mira y veo cómo sus hoyuelos se marcan con malicia—. Por eso seguías llevando faldas largas en la
facultad.
Loqueacabadedecirleparecetronchante,yelcochesellenaconsurisa.
—Detodasformas,nopuedopermitirmeunoahora—replicoimitandosuformadefruncirelceño
—.Tengoqueahorrarparaalquilarunapartamentoyhacerlacompra.Yasabes...,necesidades—digo
poniendolosojosenblancoparaquitarlehierro.
—Imagina todo lo que podríamos hacer si tú también tuvieras un iPhone. Tendríamos aún más
formasdecomunicarnosy,además,sabesquetelovoyacompraryo,asíquenovuelvasahablarde
dinero.
—Lo que me imagino es que podrías rastrear mi teléfono para saber adónde voy —lo pico,
ignorandosunecesidadincontrolabledecomprarmecosas.
—No,peropodríamoshacervideochats.
—Y¿porquétendríamosquehacereso?
Memiracomosimehubieransalidodosojosmásysacudelacabeza.
—ImagínatepodervermetodoslosdíasenlabrillantepantalladetunuevoiPhone.
Inmediatamente me vienen a la cabeza imágenes de sexo telefónico y videochats y recorro
mentalmente,avergonzada,fotosdeHardintocándoseasímismofrentealapantalla.¿Sepuedesaber
quémepasa?
Meardenlasmejillasynopuedoevitarecharleunamiradaasuentrepierna.
Conundedobajomibarbilla,Hardinmelevantalacabezaparaquelomire.
—Estabaspensandoenello...,entodaslasguarradasquepodríahacertevíaiPhone.
—No,quéva—miento.
Concabezonería,meniegocontodasmisfuerzasacambiardemóvil,asíquehablodeotracosa.
—Laoficinanuevaesmuyagradable...,tieneunasvistasincreíbles—digo.
—¿Ah,sí?—EltonodeHardinsehaapagadoderepente.
—Sí,ylasvistasdesdeelcomedordelpersonalsonaúnmejores.EldespachodeTrevortiene...—
Meinterrumpoamitaddefraseperoesdemasiadotarde.Hardinmeestámirandofijamente,esperando
aquelatermine.
—No,no.Continúa.
—El despacho de Trevor es el que tiene las mejores vistas —digo, y mi voz suena mucho más
clarayfirmedeloquesientoenmiinterior.
—¿Puedosaberconquéfrecuenciavasasudespacho,Tessa?—LosojosdeHardinvandemíala
carretera.
—Heestadodosvecesestasemana.Comimosjuntos.
—¡¿Cómo?!—meespeta.
SabíaquetendríaquehaberesperadohastadespuésdecenarparasacareltemadeTrevor.Omejor,
nisacarlo.Nisiquieradeberíahaberlomencionado.
—Suelocomerconél—admito.
Pordesgraciaparamí,enesemomentomicocheseparaenunsemáforo,loquenomedejaotra
alternativaqueaguantarlamiradadeHardin.
—¿Cadadía?
—Sí...
—Y¿hayalgúnmotivo?
—Eslaúnicapersonaqueconozcoquetieneelmismohorarioparacomerqueyo.Kimberlyestá
tanliadaayudandoaChristianquenisiquierahaceunapausaalmediodía—digomoviendolasmanos
delantedelacaraparaayudarenmiexplicación.
—Puesquetecambienlahoradecomer.
El semáforo se pone en verde, pero Hardin no pisa el acelerador hasta que se oye un claxon
impacientedetrásdenosotrosentreeltráfico.
—Novoyacambiarlahoradecomer.Trevoresuncompañerodetrabajo,esoestodo.
—Bueno—exhala—,preferiríaquenocomierasconeljodidoTrevor.Nolosoporto.
Riendo,bajolasmanosamiregazoyapoyounadeellassobreladeHardin.
—Tus celos son irracionales —repongo—; no tengo a nadie más con quien comer, sobre todo
cuando las otras dos chicas con las que comparto la hora de la comida llevan toda la semana siendo
cruelesconmigo.
Memiradereojomientrascambiadecarrilconsuavidad.
—¿Quéquieresdecirconquehansidocruelescontigo?
—Nohansidoexactamentecrueles.Nosé,talvezsóloseaunaparanoiamía.
—¿Quéhapasado?Dime—meinsta.
—Noesnadagrave,sólotengoelpresentimientodequenolesgustoporalgúnmotivo.Siempre
laspilloriendoocuchicheandomientrasmemiran.Trevordicequelesgustacotillear,yjuroquelashe
oídodeciralgoacercadecómoheconseguidoeltrabajo.
—Y¿quédijeron?—preguntaHardinenfadado.Tienelosnudillosblancosdelafuerzaconlaque
agarraelvolante.
—Hicieronuncomentario,algoasícomo«Yasabemoscómohaconseguidoeltrabajo».
—Y¿leshasdichoalgo?¿OaChristian?
—No, no deseo causar problemas. Sólo llevo allí una semana y no quiero ir de acusica como si
fueraunaniñapequeña.
—Y una mierda. O les dices a esas tías que te dejen en paz o yo mismo hablaré con Christian.
¿Cómosellaman?Puedequelasconozca.
—Tampoco es para tanto —le digo intentando desactivar la bomba que sin duda yo misma he
activado—.Entodaslasoficinashayungrupitodemujeresmalintencionadas.Loúnicoquepasaesque
lasquehayenlamíasehanfijadoenmí.Noquierohacerunamontañadeesto,sóloquierointegrarme
ytalvezhaceramigos.
—Cosaquenocreoqueocurrasisiguesdejandoqueactúencomoarpíasopasandotodoelrato
conelputoTrevor—replicaél.Sehumedeceloslabiosyrespirahondo.
Yotambiénrespirohondoylomiro,debatiéndomeentredefenderaTrevorono.
«Alamierda.»
—Trevoreslaúnicapersonaallíqueseesfuerzaenseramableconmigoyyaloconozco—digo—.
Poresocomoconél.
Miroporlaventanillayveocómopasamiciudadpreferidamientrasesperoquelabombaexplote.
CuandoHardinnocontesta,loobservoymirafijamentelacarreteracomosilaatravesara;luego
añado:
—EchomuchodemenosaLandon.
—Éltambiénati.Ytambiéntupadre.
Suspiro.
—Quierosabercómoestá,perosihagounapregunta,harétreinta—digo—.Yasabescómosoy.
Lapreocupaciónestallaenmipechoyhagotodoloquepuedoparacontenerlaeignorarlayque
desaparezca.
—Claroquelosé,yporesonolasresponderé—contestaHardin.
—¿CómoestáKaren?¿Ytupadre?¿Estristequelosechedemenosmásaellosqueamispropios
padres?—lepregunto.
—No, teniendo en cuenta quiénes son tus padres. —Arruga la nariz—. Y, respondiendo a tu
pregunta,estánbien,supongo.Nolesprestomuchaatención.
—Espero que pronto esto empiece a parecerse a mi hogar —digo sin pensar al tiempo que me
hundoenmiasientodepiel.
—NoparecequedemomentotegustemuchoSeattle;¿quéestáshaciendoaquíentonces?
Hardinmetemicocheenelaparcamientodeunpequeñoedificio.Enlaentradahayungranletrero
amarilloqueafirmaquehacencambiosdeaceiteenquinceminutosyqueelservicioesmuyamable.
Noséquéresponderle.TengomiedodecompartirconHardinmismiedosymisdudassobreloque
acabodehacer.Noporquenoconfíeenél,sinoporquenoquieroqueéllosusecomoalgoconloque
obligarme a dejar Seattle. No me iría mal un discurso motivacional ahora mismo, pero prefiero el
silencioal«Telodije»queseguramentemediríaél.
—Noesquenomeguste—leexplico—,esquetodavíanomeheacostumbrado.Sólohapasado
unasemanadeltrasladoyaloqueestoyacostumbradaesamiantiguarutina,aLandonyati.
—Mepondréalacolayteveodentro—diceHardinsinmediarpalabrasobremirespuesta.
Asiento, bajo del coche y en el frío me apresuro a entrar en el pequeño taller. El olor a goma
quemadayacaféranciollenanlasaladeespera.Mequedomirandounafotoenmarcadadeuncoche
antiguocuandonotolamanodeHardinposarseenlapartebajademiespalda.
—Nodeberíantardarmucho.
Mecogedelamanoymellevaalpolvorientosofádepielenelcentrodelasala.
Veinteminutosmástarde,estádepieycaminadeaquíparaallásobreelsuelodebaldosasblancas
ynegras.Entoncessuenaunacampanillaenlasalaqueanunciaquealguienhaentrado.
—En el cartel pone que tardan quince minutos —le espeta Hardin al chico del mono de trabajo
manchadodeaceite.
—Sí,asíes—replicaélencogiéndosedehombros.Selecaesobreelmostradorelcigarrilloque
llevadetrásdelaorejayseapresuraarecogerloconlasmanosenguantadas.
—¿Meestástomandoelpelo?—gruñeHardin;supacienciaestállegandoallímite.
—Yacasiestá—leaseguraelmecánicoantesdesalirdelasalatanderepentecomohaentrado.
Noloculpo.
MedoylavueltahaciaHardinymepongoenpie.
—Nopasanada,notenemosprisa.
—Estáechandoaperdermitiempocontigo.Tengomenosdeveinticuatrohorasparapasarcontigo
yélmelasestáhaciendoperder,joder.
—Tranquilo.
Cruzoelsuelodebaldosasymequedodepiefrenteaél.
—Estamosjuntos—ledigo.
MetolasmanosenlosbolsillosdelabrigodeChristianyHardinaprietaloslabiosparaevitarque
suceñofruncidoacabeenunasonrisa.
—Sinohanacabadodentrodediezminutos,nopiensopagarporestamierda—amenaza.
Yolomirosacudiendolacabezayluegolahundoensupecho.
—Y no le pidas disculpas a ese tío por mí —añade. Pone el pulgar debajo de mi barbilla y me
levantalacaraparamirarmealosojos—.Séquepensabashacerlo.
Mebesasuavementeenloslabiosyderepentemesientohambrientayansiosa,quieromás.
Lostemasdediscusiónenelcochehandemostradoserpuntosdébilesnuestrosenelpasado,pero
aun así hemos hecho el camino hasta aquí sin mayores daños. Me siento sorprendentemente mareada
por eso, o tal vez sean los cálidos brazos de Hardin rodeando mi cintura o su perfume habitual
mentoladounidoalacoloniaquelehacogidoprestadaaChristian.
Sealoquesea,medoycuentadequesomoslosúnicosqueestamosesperandoeneltaller,yme
sorprende lo afectuoso que está Hardin cuando vuelve a besarme, esta vez más fuerte y sacando la
lengua para buscar la mía. Mis manos encuentran el camino hasta su pelo y tiro suavemente de las
puntas,haciendoquegimaymeabracemásfuertelacintura.Élpegaelcuerpoalmío,subocasigue
ansiando la mía, hasta que suena de nuevo la campanilla de la puerta, que me hace dar un salto y
apartarmedeélmientrasmecolocoelgorronerviosa.
—¡Teeerminadooo!—anunciaeltipodelcigarrillodeantes.
—Yaerahora—señalaHardinentonoborde,ysacasucarteradelbolsillodeatrásymedirigeuna
miradadeadvertenciacuandoyohagolomismo.
Capítulo103
Hardin
—Nomeestabamirandoamí—diceintentandoconvencermecuandoporfinllegamosalcoche,quehe
tenidoqueaparcarlomáslejosposibledelrestaurante.
—Estabajadeandoencimadelalasaña.Sihastalecolgabaunhilodebabadelabarbilla.
Los ojos del hombre estaban pegados a Tessa mientras intentaba disfrutar de mi plato de pasta
demasiadocaroycondemasiadasalsa.Quieroinsistireneltema,peroalfinaldecidoquemejornolo
haré. Tessa ni siquiera se había dado cuenta de que había llamado la atención de ese tío, estaba
demasiadoocupadasonriéndomeyhablandoconmigocomoparamirarlodosveces.
Sus sonrisas son brillantes y sinceras, ha tenido mucha paciencia conmigo ante mis comentarios
acerca de esperar tanto para que nos dieran una mesa, y parece encontrar siempre alguna forma para
tocarme.Unamanoenlamía,elrocedesusdedosenmibrazo,susuavemanoacariciándomeelpelo
de la nuca, me toca constantemente y yo me siento como un puto crío el día de Navidad. Eso si
realmentesupieraloemocionadoqueestáuncríoenNavidad.
Pongolacalefaccióndelcocheatopeporquequieroqueentreencalorloantesposible.Tienela
narizylasmejillasdeunadorablecolorrojizoynopuedoevitaracercarmeyrozarconmimanohelada
suslabiostemblorosos.
—Enesecaso,esunapenaquevayaapagartantoporcomerseunalasañallenadebabas,¿no?—
Sonríe,ymeacercoparaacallarsucomentariocursicubriendosubocaconlamía.
—Venaquí—gruño.
La atraigo con cuidado a mi regazo tirando de las mangas de su abrigo morado. No protesta; al
contrario,saltaelapoyabrazosparapodersentarsesobremí.Subocasiguesobrelamíayyo,posesivo,
la reclamo para mí atrayendo su cuerpo hacia el mío hasta acercarlo todo lo que permite el extraño
diseñodeestecoche.Cuandoaccionolapalancadelasientoqueloreclinaporcompleto,Tessajadeay
sucuerpocaesobreelmío.
—Sigodolorida—medice,ylaapartounpocosuavemente.
—Sóloqueríabesarte—respondo.
Esverdad.Noesquefueraarechazarhacerleelamorenelasientodelanterodelcoche,peronoes
loqueteníaenmente.
—Peroquiero—admitecontimidez,girandounpocolacabezacomoparaquenolavea.
—Podemosiracasa...,bueno,atucasa.
—¿Porquénoaquí?
—¿Hola?¿Tessa?
Agitolamanodelantedesucarayellamemiradesconcertada.
—¿HasvistoaTessaporaquí?Porqueestaobsesasexualdehormonasrevolucionadasquetengo
sentadaencimanoesella—lapico,yalfinallopilla.
—Nosoyunaobsesasexual.
Haceunpucherosacandoellabioinferioryyomeapresuroacazarloentrelosdientes.Muevelas
caderas sobre mí, y examino el aparcamiento con la mirada. El sol ya empieza a ocultarse, y la
atmósfera densa y el cielo nublado hacen que parezca que es más tarde de lo que es en realidad. Sin
embargo, el parking está lleno de coches, y lo último que me apetece es que nos pillen follando en
público.
Separasubocadelamíaymerecorreelcuelloconloslabios.
—Estoyestresada,ytúnohasestadoconmigo,ytequiero.
Apesardelairecalientedelacalefacción,unescalofríomerecorrelaespaldayunadesusmanos
consiguedeslizarseentrenosotrosbajomispantalones.
—Ytambiénpuedequetengalashormonasunpocorevolucionadas,yacasies...,bueno,yasabes
quésemana.—Mesusurralasúltimaspalabrascomosifueranunsecretoobsceno.
—Vaya,ahoraloentiendo.—Sonrío,preparandomentalmentebromassubidasdetonoparapicarla
todalasemana,comosiemprehago.
Meleelamente.
—Nodigasnada—meregaña,apretandoytocandomipollamientrassubocasigueenmicuello.
—Entonces deja de hacer eso antes de que me corra en los pantalones. Ya me ha pasado
demasiadasvecesdesdequeteconozco.
—Sí,tehapasado.—Sonríe.
Me muerde y mis caderas me traicionan elevándose para unirse a la tortura de sus movimientos
sinuosos.
—Volvamosacasa...—insisto—.Comoalguienteveaasí,montándomeenmitaddeunparking,
tendréquematarlo.
Tessamiraalrededordelaparcamientopensativa,inspeccionandolosalrededores,yentoncesveo
cómoempiezaaserconscientededóndeestamos.
—Vale—dice,yconotropucherovuelveasuasiento.
—Miracómosehagiradolatortilla...—replico.
Sumanovuelveaagarrarmeyaprieta,yyohagounamuecadedolor.Tessasonríecondulzura,
comosinoacabaradeintentarcastrarme.
—Túconduce—ordena.
—Mesaltarétodoslossemáforosenrojoparallevarteacasaydartetumerecido—respondopara
picarla.
Ellaponelosojosenblancoyapoyalacabezaenlaventanilla.
Paracuandollegamosalsemáforosehaquedadodormida.Latocoparaasegurarmedequenose
ha enfriado; tiene la frente cubierta de gotitas de sudor, lo que hace que apague la calefacción
inmediatamente.Decidodisfrutardelossuavessonidosdesusueñoligeroytomarelcaminolargopara
volveracasadeVance.
Concuidado,lasacudodeunhombro.
—Tessa,yahemosllegado.
Abrelosojosyparpadearápidamenteparaevaluardóndeseencuentra.
—¿Yaestantarde?—preguntamirandoelrelojdelsalpicadero.
—Habíatráfico—ledigo.
La verdad es que he conducido por toda la ciudad intentando averiguar qué es lo que la ha
cautivadotantodeella.Sinembargo,nohahabidoforma.Nohepodidoencontrarloatravésdelaire
helado.Odelosatascosdeltráfico.Odelpuentelevadizoqueprovocabaelatasco.Loúnicoquetenía
sentidoparamíeralachicaquedormíaenmicoche.Apesardeloscientosdeedificiosquesealinean
dibujandoeiluminandolaciudad,ellaesloúnicoquepodríahacerqueSeattlemerecieralapena.
—Aúnestoymuycansada...—Sonríe—.Creoquehecomidodemasiado.—Ymeapartacuando
meofrezcoallevarlaasuhabitación.
Camina como una zombi cruzando la casa de Vance y, en cuanto su cabeza se posa sobre la
almohada,sequedadormidadenuevo.Ladesvistoconcuidado,cubrosucuerposemidesnudoconel
edredónydejomiviejacamisetajuntoasucabezaesperandoqueselapongacuandosedespierte.
Mequedomirándola.Tieneloslabiosentreabiertosyrodeaconlosbrazosunodelosmíoscomosi
estuvieraabrazandounaalmohadamullida.Nopuedeestarcómoda,peroestáprofundamentedormida,
agarrándomecomosituvieramiedodequedesaparezca.
Creoque,sisigosincomportarmecomouncapulloadiario,semerecompensaráconmomentos
comoéstetodoslosfinesdesemana,yesomebastaparaaguantarhastaqueellatambiénlovea.
—¡¿Cuántasvecesvasallamarme?!—gritoenelauricular.
Miteléfonollevatodalanochevibrandoconelnombredemimadreparpadeandoenlapantalla.
Tessanodejadedespertarsey,asuvez,medespiertaamí.Juroquelaúltimavezlodejéensilencio.
—¡Tendríasquehabercontestado!—diceella—.Tengoalgoimportantequecontarte.
Suvozesdulce,ynorecuerdolaúltimavezquehabléconella.
—Pues adelante, habla —gruño, e instintivamente me incorporo para encender la lamparilla. Su
luz es demasiado brillante para estas horas de la mañana, así que tiro de la cuerdecita y devuelvo la
habitaciónasuantiguaoscuridad.
—Bueno,alláva...—Respirahondo—.Mikeyyovamosacasarnos.
Sueltaungritoymeapartoelteléfonodelaorejaparaprotegermioído.
—Vale...—digo,esperandomás.
—¿Noestássorprendido?—pregunta,obviamentedecepcionadapormireacción.
—Me dijo que te lo iba a pedir, y supongo que le has dicho que sí. ¿Por qué tendría que
sorprenderme?
—¿Telodijo?
—Sí —respondo mirando las formas rectangulares y oscuras de algunas fotos que cuelgan de la
pared.
—Bueno,y¿quéteparece?
—¿Acasoimporta?—inquiero.
—Puesclaroqueimporta,Hardin.
Mimadresuspirayyomeincorporodeltodo.Tessasemueveensueñosymebusca.
—Sea como sea, no me importa. Me sorprendió un poco, pero ¿qué más me da si te casas? —
susurrorodeandoconlapiernalossuavesmuslosdeTessa.
—No te estoy pidiendo permiso. Sólo quería saber cómo te sentías al respecto para que pueda
decirteporquéllevotodalamañanallamándote.
—Estoybien,yahoradime.
—Comosabes,aMikeleparecequeseríaunabuenaideavenderlacasa.
—¿Y?
—Bueno, está vendida. Los nuevos propietarios se trasladarán el mes que viene, después de la
boda.
—¿Elmesqueviene?
Mefrotolasienconelíndice.Sabíaquenoteníaquecogerelmalditoteléfonoaestashoras.
—Íbamos a esperar al año que viene, pero ya tenemos una edad y, con el hijo de Mike
marchándose a la universidad, no habrá mejor momento que ahora. Debería empezar a hacer calor
dentro de unos meses, pero no queremos esperar. Puede que haga frío, pero no será insoportable.
Vendrás,¿no?YtraerásaTessa,¿eh?
—Asíquelabodaeselmesqueviene,¿odentrodedossemanas?—Elcerebronomefuncionatan
temprano.
—¡Dossemanas!—merespondemimadreemocionada.
—Nocreoquepueda...—replico,ynosigo.
No es que no quiera unirme a la feliz fiesta del amor correspondido y toda esa mierda, pero no
quiero ir a Inglaterra, y sé que Tessa no vendrá conmigo avisándola con tan poco tiempo, sobre todo
teniendoencuentaelestadodenuestrarelaciónenestosmomentos.
—¿Porquéno?—diceella—.Selopreguntaréyomismasi...
—No,noloharás—lacortoenseco.
Medoycuentadequeestoysiendounpocobruscoyreculo.
—Nisiquieratienepasaporte—digo.Esunaexcusa,peroesverdad.
—Puedeconseguirunoendossemanassiseloexpidenurgente.
Suspiro.
—Nolosé,mamá,dameunpocodetiempoparapensarenello.Sonlasputassietedelamañana
—gruño,ycuelgo.
Luegomedoycuentadequenisiquieralehedadolaenhorabuena.Joder.Enfin,tampocoesque
loesperarademínecesariamente.
Entoncesoigoquealguienestárebuscandoenlosmalditosarmariosdelfinaldelpasillo.Metapo
lacabezaconelgruesoedredónparaamortiguarelruidodeportazosyelodiosopitidodellavavajillas,
perolossonidosnocesan.Lacacofoníacontinúahastaquesupongoquemequedodormidoapesarde
ella.
Capítulo104
Hardin
Son algo más de las ocho y puedo ver a través del salón, hasta la cocina, donde Tessa está vestida y
arreglada,desayunandoconKimberly.
Mierda, ya es lunes. Ella tiene que ir a trabajar y yo tengo que coger el coche para volver a la
universidad.Meperderélasclasesdehoy,peronopodríaimportarmemenos.Tendrémitítuloantesde
dosmeses.
—¿Vasadespertarlo?—lepreguntaKimberlyaTessajustocuandoentro.
—Estoydespierto—gruñoaúnmediogroguiporelsueño.
Hedormidomejorestanochequeentodalasemana.Laprimeranochequepaséaquíestuvimos
despiertoscasitodoeltiempo.
—Hola. —La sonrisa de Tessa ilumina la oscura habitación, y Kimberly discretamente baja del
tabureteenelqueestabasentadaynosdejaasolas.Loquesignificaqueanotaunnuevorécordparano
molestarme.
—¿Cuántollevasdespierta?—lepregunto.
—Dos horas. Christian me ha dicho que podía quedarme una hora más porque aún no te habías
levantado.
—Tendríasquehabermedespertadoantes.
Recorrovorazmentesucuerpoconlamirada.Llevaunablusadecolorburdeosmetidaenunafalda
detubonegrahastalarodilla.Latelaenvuelvesuscaderasdeunaformaquemehacequerervolverlaen
esetaburete,subirlelafaldahastaqueseleveanlasbragas(deencaje,talvez)yposeerlaaquíyahora...
Peroentoncesmedespiertademispensamientos:
—¿Qué?
Lapuertaprincipalsecierraymealiviasaberqueporfinestamossolosenlaenormecasa.
—Nada —miento, y camino hacia la cafetera medio llena—. Claro, ¿cómo iban a tener una
Keurig?...Malditosricachones.
Tessaseríepormicomentario.
—Mealegrodequeno,nomegustannadaesostrastos.
Apoyaloscodossobrelaisladelacocinaysupelocaeenmarcándolelacara.
—Yotambién.
EchounamiradaalaespaciosacocinaydevueltaalpechodeTessa,queahoraestádepiemuy
erguida.
—¿Aquéhoratienesqueirte?—lepregunto.
Secruzadebrazosymedejasinvistas.
—Dentrodeveinteminutos.
—Mierda —suspiro, y ambos nos llevamos la taza de café a los labios a la vez—. Tendrías que
habermedespertado—insisto—.DileaVancequenovas.
—¡No!—replica,ysoplaelcaféhumeantequetieneenlamano.
—Sí.
—No —dice con voz firme—, no puedo aprovecharme de mi relación personal con él de esta
manera.
Laspalabrasquehaelegidoparadecirlomecabrean.
—Noesuna«relaciónpersonal».VivesaquíporqueeresamigadeKimberlyybásicamenteporque
yotepresentéaVance—lerecuerdo,completamenteconscientedelomuchoquelemolestaquesaque
estetema.
Ponesusojosgrisesenblancocondramatismoyatraviesaellujososuelodemadera,sustacones
sonando con fuerza al pasar por mi lado. Le agarro el codo con los dedos, deteniendo su dramática
salida.
Laatraigohaciamipechoybesolabasedesucuello.
—¿Adóndetecreesquevas?
—Amihabitación,acogerelbolso—dice.
Perolaformapesadaenlaqueseelevaycaesupechocontradicecompletamentesutonofríoysu
miradaaúnmásfría.
—Dilequenecesitasmástiempo—lepidocasirozandoconloslabioslafinacapadepieldesu
nuca.
Tessaintentafingirquenoleafectaquelatoque,peroyosélaverdad.Conozcosucuerpomejor
queella.
—No—replica.
Haceunesfuerzomínimoparaliberarse,sóloparapoderdecirseasímismaquelohahecho.
—Noquieroaprovecharmedeél.Yamehadejadoquedarmeaquígratis.
Nopiensorendirme.
—Entonceslollamaréyo—ledigo.
Hoy no la necesita en la oficina. Ya la tiene tres días a la semana. Yo la necesito más que la
editorial.
—Hardin...
Alcanzamimanoantesdequeyopuedameterlaenelbolsilloparacogerelmóvil.
—LlamaréaKim—dicefinalmente.
Frunceelceñoymesorprende,yleagradezcoquesehayarendidotanrápido.
Capítulo105
Tessa
—HolaKim,soyTessa.Ibaa...
—Adelante—mecorta—.YalehedichoaChristianqueseguramentenovendríashoy.
—Sientopedírtelo.Yo...
—Tessa,nopasanada.Loentendemos.
LasinceridaddesuvozmehacesonreírapesardemienfadoconHardin.Esagradableteneruna
amigaporfin.MecuestamuchoaliviarlapresiónquesientoenelpechoporlatraicióndeSteph.Miro
mihabitacióntemporalymerecuerdoamímismaqueestoyahorasdedistanciadeella,delcampus,de
todoslosamigosquepensabaquehabíahechoenmiprimertrimestreenlafacultad,todosfalsos.Ésta
esmividaahora.MisitioestáenSeattleynovoyatenerquevolveravernuncamásaStephnialos
demás.
—Muchísimasgracias—ledigo.
—Notienesporquédármelas.Sólorecuerdaquetodaslashabitacionesprincipalesdelacasaestán
vigiladas—ríeKimberly—.Estoyseguradeque,traselincidentedelgimnasio,noseteolvidará.
AtraviesoaHardinconlamiradacuandoentraenlahabitación.
Susonrisaexpectanteylaformaenlaqueesosvaquerosazulesbajosseapoyanensuscaderasme
distraendelaspalabrasdeKimberly.Tengoqueesforzarmepararecordarloquemehadichohaceunos
segundos.
«¿Elgimnasio?Ostras,no...»SemehielalasangreyHardinvienedirectohaciamí.
—Hum,sí—murmuro,levantandounamanoparaevitarqueseacerqueniunpocomás.
—Pásalobien—añadeKimberly,ycuelga.
—¡Haycámarasenelgimnasio!¡Nosvieron!—ledigoaHardinaterrorizada.
Élseencogedehombroscomosinofueranadaimportante.
—Lasapagaronantesdepodervernada.
—¡Hardin!Sabenque...,yasabes,¡ensugimnasio!
Mismanosvuelanfrenteamí.
—¡Esterrible!—MecubrolacaraconellasyHardinmelasapartaenseguida.
—Novieronnada.Yahehabladoconellos.Tranquilízate.¿Nocreesquemehabríavueltolocosi
séquehanvistoalgo?
Merelajounpoco.Tienetodalarazón,habríaestadomuchomásenfadadodeloquepareceeneste
momento,peroesonosignificaquemesientatotalmentehumilladaporquelosaben,aunquepararanla
grabaciónatiempo.
Pero, espera, ¿qué significa grabación aquí? Todo es digital. Podrían decir que apagaron las
cámarasperoenrealidadquedarsemirandotodoelrato...
—Lasimágenes...noestángrabadasniguardadasenningunaparte,¿verdad?—Nopuedoevitar
preguntarlo.DibujoconlayemadeldedolapequeñacruztatuadaenlamanodeHardin.
Élbajalacabezaymemiraaladefensiva.
—¿Quéquieresdecirconeso?
Las...viejasaficionesdeHardinreaparecenenmimente.
—Noquierodecireso—digorápidamente.Puedequedemasiadorápido.
—¿Estássegura?—pregunta.
Veocómoseleendurecenlasfaccionesysusojossellenandeculpa.
—Ya,y¿cómosabesloquemepreocupaqueestuvieraspensandosinolohaspensadoyaporti
misma?
—No—leaseguro,yacortoelespacioquehayentrenosotros.
—No,¿qué?—inquiere.
Puedoleersuspensamientosenestemomento,puedoverlorevivirlashorriblescosasquehizo.
—Nohagaseso,novuelvasahí.
—Nopuedoevitarlo.
Sefrotalacaraconlamanodeformalentayenajenada.
—¿Esesoloquepensabas?¿Quesabíalodelagrabaciónyquelesdejéverla?
—¿Qué?¡No!Nuncapensaríaeso—ledigosinceramente—.Sóloheconectadolagrabacióndel
gimnasioconloquepasóantesdequedijerasnada.Hasidopuraparanoiamía.
»Tansólomelorecordó:enningúnmomentopenséqueloestuvierashaciendoahora.—Leagarro
elandrajosocuellodelacamisetanegra—.Séquenoleenseñaríasanadieunacintamía.—Lomiroa
losojos,obligándoloaquemecrea.
—Sialgunavezalguientehicieraalgoasí...—Haceunalargapausayrespirahondo—.Nosélo
queleharía,aunquefueraVance—admite.
EltemperamentodeHardinesalgoaloquemeheacostumbradodesobraenlosúltimosmeses.
Mepongodepuntillasparapodermirarloalosojos.
—Esonovaasuceder.
—PeroestuvoapuntodesucederalgoterriblelasemanapasadaconStephyDan.
Unescalofríohacequeletiemblenloshombrosyyobuscodesesperadamentelaspalabrasjustas
parasacarlodeeseoscurolugar.
—Nopasónada—replico.
Loirónicodeseryolaqueloconsuelecuandoeltraumaesenrealidadalgoquemeocurrióamí
noesalgonuevo;peroesteintercambiodepapelesrevelalaverdaderanaturalezadenuestrarelacióny
lanecesidaddeHardindeculparseporcosasquenopuedecontrolar.Igualqueconsumadre,igualque
conmigo.Ahoraloveo.
—Sihubieraestadodentrodeti...
Esaspalabrastraenimágenesvagasderecuerdosdeaquellanoche,imágenesdelosdedosdeDan
subiendopormipantorrilla,deStephquitándomeelvestido.
—Noquierohablardehipótesis.
Mepegoaélyasusbrazosrodeándomelacintura,aprisionándome,protegiéndomedelosmalos
recuerdosydelasamenazasinexistentes.
Frunceelceño.
—Apenashablamosdeello.
—No quiero hacerlo —contesto—. Ya hablamos lo suficiente en casa de mi madre y no es así
comoquieropasareldíalibrequeheconseguido.
Leregalolamejordemissonrisasintentandosinéxitoaliviarlatensión.
—Nosoportaríaquealguientehicieradañoasí.Nosoportolaideadequeteviolara.Hacequeme
entrenganasdeasesinar:loveotodorojo.Nopuedoconello.—LaexpresióndeenfadodeHardinno
seharelajado,tansólosehavistointensificada.Susojosverdesatraviesanlosmíos,ysusrudasmanos
meaprisionanlascaderas.
—Entoncesserámejorquenohablemosdeello.Quieroqueintentesolvidarlo,comohehechoyo.
—Le acaricio la espalda, suplicándole con suavidad que lo olvide todo. No nos hará ningún bien a
ningunodelosdosseguirsiempreconlomismo.Fuetremendoyasqueroso,peronoestoydispuestaa
permitirquemecontrole—.Tequiero.Tequieroconlocura.
Su boca envuelve la mía, y enredo mis brazos en los suyos, acercándolo a mí. Cuando paramos
paracogeraliento,digo:
—Céntrateenmí,Hardin.Sóloenm...
Me interrumpe la presión de su boca en la mía de nuevo, poseyéndome, demostrándome su
compromiso conmigo y con él mismo. Su lengua dura se abre paso entre mis labios para acariciar la
mía.Lasyemasdesusdedosseclavanaúnmásenmiscaderasymehacengemircuandosedeslizan
pormibarrigayhastamipecho.Meagarralastetasyyomepegoconmásfuerzaasucuerpo,llenando
susávidasmanos.
—Demuéstramequesoyelúnico—susurraenmiboca,yyoséexactamenteloquequiere,loque
necesita.
Mepongoderodillasfrenteaélytirodelúnicobotóndesusvaqueros.Lacremalleraresultaser
másproblemática,yporunmomentoconsideroarrancarlascosturasydestrozarlotodo.Sinembargo,
no puedo permitirme tal cosa, más que nada por lo bueno que está con estos vaqueros azules.
Lentamente,rozoconlosdedoselvellofinoquellevadesdesuombligohastalagomadesubóxer,yél
gimeimpaciente.
—Porfavor—mesuplica—,noseascruel.
Asientoylebajoloscalzoncilloshastalostobillossobrelosvaqueros.Hardinvuelveagemir,esta
vezmásfuerte,másprimitivo,yyolocojoconlaboca.Losmovimientoslentosyrápidosdemilengua
dicenlascosasqueintentoquesegrabenensumenteparanoica,asegurándolequeestosactosdeplacer
sondistintosdecualquiercosaquepudieseobligarmeatraeraalguien.
Loquiero.Medoycuentadequeloqueestoyhaciendotalveznosealaformamássanadeatajar
suenfadoysupreocupación,peromisansiasdeélsonmásfuertesquemisubconsciente,que,eneste
momento,balanceaconsuficienciaunlibrodeautoayudaenmisnarices.
—Me vuelve loco ser el único hombre que ha poseído tu boca —dice, y gime cuando uso una
manoparacogerloquemibocanopuede—.Esoslabiossólomehanagarradoamí.
Unrápidomovimientodesuscaderasmeprovocaunaarcadayélrecorremifrenteconelpulgar.
—Mírame—meordena.
Yyoobedezcoencantada.Estoydisfrutandodeestotantocomoél.Siemprelohago.Meencanta
vercómocierralosojosconcadacariciademilengua.Meencantacómogimeygruñecuandosucciono
conmásfuerza.
—Joder,sabesexactamente...
Echalacabezaatrásysientocómolosmúsculosdesuspiernassecontraenbajomimano,quehe
apoyadoenélparamantenerelequilibrio.
—Soyelúnicohombrefrentealquetepondrásderodillas...
Aprietolosmuslosparaaliviarunpocolatensiónquesusobscenaspalabrasestánprovocandoen
mí. Hardin se apoya con una mano en la pared mientras mi boca lo acerca cada vez más y más al
clímax.Noapartolamiradadelasuya,algoqueséquelovuelvecompletamenteloco,mientrasdisfruto
dándoleplacer.Sumanolibrevadeencimademicabezaamiboca,recorreconlayemadesupulgar
milabiosuperiorylometeylosacademibocaaunritmocadavezmásfrenético.
—Joder,Tess.
Sucuerposetensamientrasmedicelomuchoquelegusta,lomuchoquemequiere,cuandoestáa
puntodecorrerse.
Melacomoentera,gimiendomientrasmellenalaboca...yélgime,vaciándoseenmilengua.Sigo
chupando,sacándolecadagotadelechemientrasélmeacaricialamejillaconelpulgar.
Meabandonoasuroce,gozandodesuternura,ymeayudaalevantarmecondelicadeza.Yadepie
juntoaélmerodeaconsusbrazos,estrechándomeenungestoíntimoquecasimeabruma.
—Sientohabersacadotodaesamierda—susurracontramipelo.
—Shhh...—susurroyoamivez,puestoquenoquierovolveraesaoscuraconversaciónquehemos
dejadominutosatrás.
—Inclínatesobrelacama—mediceentonces.
Mecuestaunpocoprocesarsuspalabras,peronomedalaposibilidadderesponderantesdeque
meempujesuavementeponiendolapalmadelamanoenlapartebajademiespalda,guiándomeasíal
bordedelcolchón.Meagarralosmuslosymesubelafaldahastaquemitraseroquedaaldescubierto
paraél.
Lodeseotantoquemeduelefísicamente,undolorquesóloélpuedecalmar.Cuandomemuevo
paraquitarmeloszapatos,vuelveapresionarmiespaldaconlapalmadelamano.
—No,déjatelospuestos—gruñe.
Gimocuandomeapartalasbragasymemeteundedo.Seacercamás,suspiernascasitocandolas
mías,supollarozandoconsuavidadmismuslos.
—Estanjugoso,nena,yestátancalentito.—Añadeotrodedo,yyogimo,apoyandotodomipeso
enloscodos,sobreelcolchón.Arqueolaespaldacuandoencuentraelritmo,introduciéndoseenmíde
maneraconstante,metiendoysacandosuslargosdedos—.Hacesunosruiditostansexis,Tess—dice,y
pegasucuerpoalmío,demaneraquenotosupolladuracontramí.
—Porfavor,Hardin.—Gimo,ahoralonecesito.Encuestióndesegundosmesaciacomosóloél
mesabesaciarycomonuncaloharánadie.Lodeseo,peroesonoesnadaencomparaciónconelamor
incontenible, absorbente, conturbador que siento por él, y en el fondo (en ese fondo que sólo él y yo
podemosver)séqueélsiempreseráelúnico.
Mástarde,tumbadosenlacama,Hardingimotea«Noquieroirme»,yenungestomuypocopropiode
él, hunde la cabeza en mi hombro y me rodea con los brazos y las piernas. Su pelo grueso me hace
cosquillas.Intentopeinarloconlosdedos,peroessimplementedemasiado.
—Necesitouncortedepelo—anunciacomosirespondieraamispensamientos.
—Amímegustaasí—digoacariciandolosmechoneshúmedos.
—Sinofueraasí,nomelodirías—mereta.
Tienerazón,perosóloporquenomeimaginounsolocortedepeloquenolesentarabien.Detodas
formas,resultaquemeencantacómolollevaahora.—Tuteléfonovuelveasonar—leadvierto,yél
levantalacabezaparamirarme—.Podríaestarpasándolealgomaloamipadre.Estoyhaciendoloque
puedoparanovolvermelocaydeverdadquieroconfiarenti,asíque,porfavor,contesta—lesueltode
golpe.
—Silepasaalgoatupadre,Landonpuedeocuparsedeello,Tessa.
—Hardin,sabeslodifícilqueesparamí,¿verdad?
—Tessa —dice para acallarme, pero entonces se pone en pie y coge el móvil del escritorio—.
¿Ves?Esmimadre.
LevantalapantallaparaquepuedaverelnombredeTrishdesdeallí.Meencantaríaquemehiciera
casoycambiaraelcontactoa«Mamá»ensuteléfono,peronoquiere.Loquemerecuerdaamímisma.
—¡Contesta!—loapremio—.Podríaserunaemergencia.
Melevantodelacamaeintentoquitarleelmóvil,peroélesmuyrápido.
—Estábien.Llevadándomeporsacotodalamañana.
Hardinsostieneelmóvilenalto,sobremicabeza.
—¿Yeso?—lepreguntoyloveoapagarelteléfono.
—Nadaimportante.Yasabeslopesadaquepuedeser—dice.
—Noespesada—replicoendefensadeTrish.Esmuydulceymeencantasusentidodelhumor.
Algoquenolevendríamalasuhijo.
—Túeresigualdepesadaqueella,sabíaquediríaseso.
Sonríe.Suslargosdedosmecolocanelpelodetrásdelasorejas.Lomiromalenbroma.
—Estássiendoterriblementeencantadorhoy.Sincontarqueacabasdellamarmepesada,claro.
No me quejo, pero teniendo en cuenta nuestro historial, me temo que este comportamiento
terminaráencuantoterminenuestromaravillosofindesemana.
—¿Preferiríasquefuerauncabrón?—replicalevantandounaceja.
Sonrío,disfrutandodesucomportamientojuguetón,noimportalopocoquedure.
Capítulo106
Hardin
Porsielmalditoyeternotrayectobajolalluviaheladanohubierasidolobastantedesagradable,cuando
llegoamiapartamentomebombardealaimagendelpadredeTessadespatarradoenmisofáconropa
mía puesta. Lleva unos pantalones de pijama de algodón y una camiseta negra que le van demasiado
pequeños,ysientoliteralmentecómoelbagelqueTessamehapreparadoparadesayunarestamañana
vuelveamigargantaymesuplicaqueloregurgitesobreelsuelodehormigón.
—¿QuétalestáTessie?—mepreguntaRichardencuantocruzolapuerta.
—¿Por qué has vuelto a ponerte mi ropa? —gruño sin esperar una respuesta por su parte pero
sabiendoquemelavaadardetodasformas.
—Sólotengolacamisaquemedisteynoconsigoquitarleelolor—contestaponiéndoseenpie.
—¿DóndeestáLandon?
—Landonestáenlacocina.—Lavozdemihermanastrollegaalasaladeestarpormiespalda.
Unminutomástardesereúneconnosotros,conuntrapodecocinaenlasmanos.Caengotasde
jabónalsueloyloreprendopornohacerqueRichardlavelosmalditosplatos.
—Entonces,¿cómoestá?—pregunta.
—Estábien,joder.Y,porsiaalguienleinteresa,yotambiénestoybien—suelto.
El apartamento se ve mucho más limpio de lo que estaba cuando me fui. Los montones de
manuscritos de mierda que pensaba tirar se han evaporado, la torre de botellas de agua vacías que
construíenlamesitadecaféyanoestá,einclusoelmontículodepolvoquemehabíaacostumbradoa
vercrecerhadesaparecidodelasesquinasdelamesadelatele.
—¿Quédemonioshapasadoaquí?—lespregunto.Mipacienciaseestáagotandobastanterápido
parahacersólodosminutosqueheentrado.
—Siterefieresaquéhapasadoporquehemoslimpiado...—empiezaadecirLandon,perolocorto.
—¿Dóndeestámimierda?—inquierocaminandoporlahabitación—.¿Oshepedidoaalgunode
losdosquetoquéismimierda?
Mepellizcoelpuentedelanarizconlosdedosyrespirohondointentandocontrolarmiinesperada
rabia.¿Porquécoñohanlimpiadomiputoapartamentosinconsultarmeantes?
Miroaunoyluegoalotrounayotravezantesdelargarmeamicuarto.
—Menudohumortenemos...—oigodeciraRichardcuandollegoalapuerta.
—Nolehagascaso...,laechademenos—respondeLandonrápidamente.
Comodiciendo«Queosjodanalosdos»,doyunportazolomásfuertequepuedo.
Landon tiene razón. Sé que la tiene. Lo sentía a medida que me alejaba en el coche de aquella
maldita ciudad, distanciándome de ella. Podía sentir cómo se tensaban más todos y cada uno de mis
músculosytendonescuantomásmealejabadeella.Cadaputokilómetrohaciendomásymásgrandeel
agujeroqueseibaabriendoenmí.Unagujeroquesóloellapuedellenar.
Maldecir a cada capullo con que me cruzaba en la autopista me ha ayudado a mantener la rabia
controlada,peroestabaclaroquenoibaadurarmucho.TendríaquehabermequedadoenSeattleunas
horasmás,haberlaconvencidodetomarselasemanalibreydevolveracasaconmigo.Talycomoiba
vestida,nodeberíahabertenidoelección.
Cuanto más profundizo en mis pensamientos, más veces me descubro visualizando su cuerpo
semidesnudo. La falda enrollada en la cintura, dejando al descubierto la visión más sexi posible.
Mientras su cuerpo y el mío chocaban sin parar, me prometió que no me olvidaría en toda esta larga
semanaymedijocuántomequería.
Cuantomáspiensoencómomebesabayluegovolvíaabesarme,másmeexcito.
Lanecesidadquetengodeellaesmásfuertequenunca.Esdeseoyamorentremezclados,ono,la
necesidad que tengo de ella va más allá del deseo. La forma en la que estamos conectados cuando
hacemoselamoresindescriptible,susgemidos,elmodoenquemerecuerdaquesoyelúnicohombre
quelahahechosentirasí.Mequieroylaquiero,findelaputahistoria.
—Hola—digoalteléfono.Lahellamadoantesdeserconscientedeloquehacía.
—Hola,¿pasaalgo?—mepregunta.
—No.—Miromihabitación.Mireciénrecogidahabitación—.Sí.
—¿Quépasa?¿Estásencasa?
«Noesmicasa.Túnoestásaquí...»
—Sí,tuputopadreyLandonyamehansacadodequicio—respondo.
Seleescapaunarisita.
—Hace,¿cuánto?,¿diezminutosquehasllegado?¿Quéhanhechoya?
—Hanlimpiadotodoelapartamento,hancambiadotodamimierdadesitio,noencuentronada.
Meencantaríaquehubieraunacamisetasuciaoalgoenelsueloaloquedarleunapatada.
—Y¿quéestásbuscando?—mepregunta.
Peroentonces,alotroladodelalínea,oigounavozdefondo.
Tengoquehacerunesfuerzosobrehumanoparanopreguntarleconquiéndemoniosestá.
—Nadaenconcreto—admito—.Aloquemerefieroesque,siquisieraencontraralgo,nopodría.
Seríe.
—¿Asíqueestásenfadadoporquehanlimpiadoelapartamentoynoconsiguesencontraralgoque
nisiquieraestásbuscando?
—Sí—digoconunamueca.
Meestoycomportandocomounputocrío,ylosé.Ellatambiénlosabe,peroenlugardereñirme
seríe.
—Deberíasiralgimnasio.
—DeberíavolveraSeattleyfollarteencimadetucama.Otravez—disparodevuelta.
Ellajadeayelsonidosehaceecomuydentrodemí,loqueprovocaquelanecesiteaúnmás.
—Mmm,sí—susurra.
—¿Conquiénestás?—Heaguantadoalmenoscuarentasegundos.Estoymejorando.
—TrevoryKim—mecontestalentamente.
—¿Metomaselpelo?
ElputoTrevorsiempreestáahí.EmpiezaasermásmolestoqueZed,yesoyaesmuchodecir.
—Har-din...
Notoquesesienteincómodayquenoquieredarexplicacionesdelantedeellos.
—The-re-sa.
—Voyunmomentoamihabitación—seexcusaeducadamente,ymientrasoigosurespiraciónme
impacientocadavezmás.
—¿Qué hace el puto Trevor en tu casa? —digo, sonando más trastornado de lo que era mi
intención.
—Éstanoesmicasa—merecuerda.
—Ya,bueno,perovivesahíy...
Meinterrumpe:
—Deberíasirtealgimnasio,estásfurioso.
Percibolapreocupaciónensuvoz,yelsilencioquelesiguelodemuestra.
—Porfavor,Hardin.
Aellanopuedodecirlequeno.
—Tellamocuandovuelva—acepto,ycuelgoelteléfono.
No puedo decir que no haya visto la asquerosa cara de modelo del puto Trevor impresa en el saco
mientras le daba patadas, puñetazos, patadas y puñetazos durante dos horas seguidas. Pero tampoco
puedodecirquemehayaayudado,laverdadesqueno.Sigo...cabreado.Nisiquieraséporquéestoy
cabreadoexceptoporqueTessanoestáaquíyyonoestoyallí.
Joder,vaaserunasemanamuylarga.
No tenía pensado pasarme tanto rato haciendo ejercicio, pero estaba claro que lo necesitaba.
CuandollegoalcochemeesperaunmensajedeTessa:
Heintentadoaguantardespierta,peroestoyagotada
Agradezcoquefueraestéoscuroporqueasínadieverálacaradeidiotaquesemehaquedadocon
suindirecta.Esjodidamenteadorablesinproponérselo.
CasiignorounmensajedeLandonquemerecuerdaquenosestamosquedandosinprovisiones.No
he comprado comida de verdad para mí desde... nunca. Cuando vivía en la hermandad comía la
porqueríaquecomprabanlosdemás.
Sinembargo,Tessapuedequeseenfadesiseenteradequenodoydecomerasupadre,yLandon
seguroquenodudaendelatarme.
NosécómomeveoyendoaTargetenlugardeaConner’sparahacerlacompra.Estáclaroque
Tessameinfluyehastacuandonoestá.PasatantotiempoenConner’scomoenTarget,aunquepuede
tirarse horas explicándome por qué Target es mucho mejor que cualquier otra tienda. Me aburre
mortalmenteperoheaprendidoaasentirenlosmomentosjustosparaquesecreaquelaescuchoyque
estoymásomenosdeacuerdoconella.
En cuanto meto una caja de Frosties en el carrito de la compra, veo aparecer fugazmente una
melenapelirrojaalfinaldelpasillo.SéqueesStephantesdequesevuelva.Susmugrientasbotasaltasy
negrasconcordonesrojossoninconfundibles.
Rápidamentepiensoenlasdosopcionesquetengo.Una,puedoacercarmeyrecordarlelomuyhija
de...
Antesdequepuedapensarenlasegundaopción,queseguramentehabríapreferido,sevuelveyme
ve.
—¡Hardin, espera! —Su voz suena fuerte cuando giro sobre los talones y dejo el carrito de la
compraenmitaddelpasillo.Aunquevengademachacarmeenelgimnasio,nohayformahumanade
quepuedacontrolarmedelantedeSteph.Nolahay.
Oigo sus fuertes pisadas sobre el suelo laminado mientras me sigue a pesar de mis claras
intencionesdeignorarla.
—¡Escúchame!—gritacuandoestájustodetrásdemí.
Cuandodejodeandar,chocacontramiespaldaysecaealsuelo.
Mevuelvoylegrito:
—¡¿Quécoñoquieres?!
Seponerápidamenteenpie.Mepercatodequeelvestidonegroquellevaestátodomanchadode
polvoblancodelsuelosucio.
—PensabaqueestabasenSeattle.
—Y lo estoy, pero justo ahora mismo no —miento. No tengo ni idea de qué me ha impulsado a
enfrentarmeaella,peroyaestardeparaecharseatrás.
—Séqueahorameodias...—empieza.
—Es el primer pensamiento sensato que has tenido en mucho tiempo —le suelto, y luego la
observo detenidamente. Sus ojos verdes casi desaparecen bajo las líneas negras que los rodean. Está
horrible—.Noestoydehumorparatuschorradas—leadvierto.
—Nuncalohasestado.—Sonríe.
Aprietolospuñosamiscostados.
—Notengonadaquedecirte,yyasabescómomepongocuandonoquieroquememolesten.
—¿Meestásamenazando?¿Enserio?
Levanta los brazos frente a sí y luego vuelve a dejarlos caer. Me quedo en silencio mientras
imágenesdeunaTessaapenasconscientepasanpormicabeza.TengoquealejarmedeSteph.Nuncale
haríadañofísico,perosétodalamierdaquepuedollegarasoltarleparahacerlemuchomásdañodel
quepuedallegaraimaginar.Esunademismuchasaptitudes.
—Noesbuenaparati—tieneelvalordedecirmeSteph.
Nopuedoevitarreírmeantelaosadíadeestazorra.
—Noerestanestúpidacomoparaintentarhablarconmigodeeso—replico.
PerosialgohasidoalgunavezStephesseguradesímisma.Orgullosadesímisma.
—Sabesqueescierto—contesta—.Noessuficienteparati,ytúnuncaserássuficienteparaella.
Elfuegoqueardeenmiinteriorseavivamientrasellasigue:
—Tecansarásdeesasanturrona,ylosabes.Seguramenteyatehayascansado.
—¿Santurrona?—Metragootracarcajada.NoconocealaTessaalaquelegustaqueselafollen
delantedeunespejoyquesefollaasímismaconsusdedoshastagritarminombre.
Stephasiente.
—Yaellaselepasarálafijaciónporelchicomaloquetienecontigoysecasaráconunbanqueroo
algoasí.Nocreoqueseastanidiotacomoparapensarqueestovaparalargo.Séquevistecómoestaba
conNoah,esecapullodelaschaquetasdepunto.Erancomolaparejamodeloqueestánhechoseluno
paralaotra,ylosabes.Nopuedescompetirconeso.
—¿Yqué?¿Quieresdecirquetúyyofuncionaríamosmejor?
Mivozacabasonandomuchomenosexigentedeloquepretendía.Seestáentrometiendoenmis
mayoresinseguridadesyestoyhaciendoloquepuedopornovacilar.
Poneenblancosusojosdemapache.
—No,claroqueno.Séquenotegusto,nuncatehegustado.Sóloesquemepreocupas—dice.
Apartolamiradadeellaparamirarlospasillosvacíos.
—Sé que no quieres creerme y sé que te gustaría partirme el cuello por meterme con tu Virgen
María,peroeneseoscurocorazoncitotuyosabesqueloqueestoydiciendoesverdad.
Me muerdo un carrillo al oír el mote con el que mis supuestos amigos bautizaron a Tessa hace
tiempo.
—Enelfondosabesquenofuncionará.Esdemasiadopijaparati.Túestásllenodetatuajes,ysólo
escuestióndetiempoqueellasecansedeavergonzarsedequelaveancontigo.
—Tessanoseavergüenzadequelaveanconmigo—replicodandounpasohacialaarpíapelirroja.
—Sabesquesí.Inclusomelollegóadeciramícuandoempezabaisasalir.Seguroquesigueigual.
—Sonríe,elpendientedelanarizbrillabajolaluzyyomeavergüenzoconelrecuerdodesusmanos
tocándome,haciendoquemecorriera.
Metragolarabiayreplico:
—Intentasmanipularmeporqueestodoloquetequedaynotevaafuncionar.
Lahagoaunladoparairme.
Sueltaunacarcajadaasquerosa.
—Sieressuficienteparaella,¿porquéseibaconZedtanamenudo?Yasabesloquedecíanpor
ahí...
Meparoenseco.RecuerdoaTessavolviendodeaquellacomidaconSteph.Estabamuyenfadada
trasmarcharsedeApplebee’seldíaqueStephsellevóaMollyylasdosledieronaentenderaTessa
quecorríaelrumordequesefollabaaZed.MecabreétantoquellaméaMollyparaadvertirledeque
novolvieranameterseentreTessayyo.EstáclaroqueStephnorecibióelmensaje,apesardequeera
deelladequiendebíapreocuparmedesdeelprincipio.
—Túteinventasteesosrumores—laacuso.
—No,fueelcompañerodepisodeZed.FueélquienlaoyógemirsunombreylacamadeZed
golpeandolaparedcuandoélintentabadormir.Molesto,¿verdad?
LasonrisamalévoladeStephmedejasinelpocoautocontrolquemequedabadesdequeTessase
fueaSeattle.
«Tengoquelargarmeahoramismo.Tengoquelargarmeahoramismo...»
—Zed dijo que no lo hizo nada mal, por cierto; al parecer, hace eso... eso que hace ella con las
caderasoalgoasí.Ah,yeselunar...yasabescuál.
Segolpeasuavementelamejillaconsusuñasnegras.
Nopuedosoportarlo.
—¡Cállate! —Me tapo las orejas con las manos—. ¡Cállate de una vez! —le grito desde el otro
ladodelpasillo.
Stephsealeja,sigueriendo.
—Créemeonomecreas—añadeencogiéndosedehombros—.Medaigual,perosabesqueesuna
pérdidadetiempo.Ellaesunapérdidadetiempo.
Haceunamuecadeburlaydesaparecejustocuandomipuñoimpactaconlaestanteríametálica.
Capítulo107
Hardin
Lascajascaendelaestanteríaalsueloconestrépito.Vuelvoagolpearelmetal,dejandounamancha
rojayespesaenél.Elescozorfamiliardelacarneabriéndoseenmisnudillossóloconsiguehacerquela
adrenalinasubayquelafuriaquesientocrezca.Escasireconfortanteelaliviodepermitirmeexpresarla
rabiadelaformaenquesolíahacerlosiempre.Notengoquecontenerme.Notengoquepensarenmis
actos.Puedorendirmealaira,dejarquesalga,dejarquemehunda.
—¿Quéestáshaciendo?¡Quevengaalguien!—gritaunamujer.
Cuandogirolacabezahaciaella,éstadaunpasoatrásendirecciónalfinaldelpasilloyentonces
veoque,pegadaasufalda,hayunaniñarubia.Losojosdelamujerestánllenosdemiedoycautela.
Cuandolosojosazulclarodelaniñaseencuentranconlosmíos,nopuedoapartarlamirada.Con
cadarespiraciónfuriosaqueabandonamicuerpo,robounpocodelainocenciaquelosinunda.Cortola
conexiónconlamiradadelaniñaymiroelcaosqueheorganizadoenelpasillo.Ladecepciónsustituye
alarabiaenunsegundoyreciboundurogolpealdarmecuentadequelaestoyarmandoenmediode
unTarget.Silapolillegaantesdequepuedasalirdeaquí,estoyjodido.
Conunaúltimamiradaalaniñadelvestidolargoyloszapatosbrillantes,corroporelpasillohacia
la puerta principal. Evitando el caos que crece alrededor de mí, paso de un pasillo al otro mientras
intentoquenadiemevea.
Nopuedopensarconclaridad.Nadadeloquepiensotienesentido.
TessanosefollóaZed.
Nolohizo.
Nopudohacerlo.
Silohubierahecho,losabría.Alguienmelohabríadicho.
Ellamelohabríadicho.Ellaeslaúnicapersonaqueconozcoquenomemiente.
Derepenteestoyfuerayelaireinvernalmecortalapielsincompasión.Centrolamiradaenmi
coche,queestáaparcadoalfondodelparking,agradeciendoquelaoscuridaddelanochemeproteja.
—¡Joder! —grito una vez llego al coche. Mi bota se estampa contra el parachoques y el sonido
chirriante del metal al doblarse hace que mi frustración disminuya—. ¡Sólo ha estado conmigo! —
chillo,yluegosuboalcoche.
Estoymetiendolallaveenelcontactocuandodoscochesdepolicíaentranenelaparcamientocon
laslucesylassirenaspuestas.Salgodelparkingpocoapocoparanollamarlaatenciónyveocómo
aparcanenelbordilloycorrenadentrocomosisehubieracometidounasesinato.
En cuanto consigo salir, siento un gran alivio recorrerme el cuerpo. Si llegan a detenerme en el
Target,Tessasehabríapuestocomounamoto.
Tessa...yZed.
NosoytanidiotacomoparacreermelasmentirasdeStephcuandodicequeTessaselofolló.Sé
quenolohizo.Séquesoyelúnicohombrequehaestadodentrodeella,elúnicoquehahechoquese
corraensuvida.Noél.
Nadiemás,joder.Sóloyo.
Sacudolacabezaparaapartarlavisióndeellosdosjuntos,susdedosagarrandolosbrazosdeél
mientrasentraysaledeella.Joder,otravezesto,no.
Nopuedopensarconclaridad,literalmente.Nopuedoverconclaridad.Tendríaquehaberagarrado
aStephporelcuelloy...
No, no puedo permitirme acabar de imaginarlo. Ha conseguido lo que quería de mí y eso me
cabreaaúnmás.SabíaexactamenteloquesehacíaalmencionaraZed,meestabatomandoelpeloa
propósito,intentandohacermesaltar,yfuncionó.Sabíaqueestabatirandodelaanilladeunagranaday
luegoalejándose.Peronosoyunagranada,tendríaquepodercontrolarme.
LlamoaTessainmediatamenteperonoresponde.Suteléfonosuena...ysuena...ysuena.Antesme
hadichoqueseibaadormir,peroséperfectamentequesiempretieneelteléfonoenmodovibracióny
quenosoportadormirconruido.
—Vamos,Tess,cogeelputomóvil—gimoteo,ytiroelteléfonoalasientodelacompañante.
TengoquealejarmedeTargettodoloquepuedaantesdequelospoliscompruebenlascámarasde
seguridaddelparkingyconsiganlamatrículaoalgoasí.
LaautovíaesunajodidapesadillaysigointentandollamaraTessa.Sinomedevuelvelallamada
antesdeunahora,telefonearéaChristian.
TendríaquehabermequedadoenSeattleunanochemás.Mierda,tendríaquehabermeidoavivir
allí desde el principio. Todos mis motivos para no querer ir ahora me parecen absurdos. Todos los
miedosquetenía,ytodavíatengo,sólosemantienenvivosporladistanciaquehaydedondeviveellaa
dondeyovivo.
«Enelfondosabesquenofuncionará.»
«Túestásllenodetatuajes,ysóloescuestióndetiempoqueellasecansedeavergonzarsedeque
laveancontigo.»
«Fijaciónporelchicomalo...»
«Secasaráconunbanquerooalgoasí.»
La voz de Steph martillea mis oídos una y otra vez. Me voy a volver loco. Estoy perdiendo
literalmente la cabeza en esta carretera. Todos los esfuerzos que llevo haciendo esta semana no
significannadaahora.EsavíborasehacargadolosdosdíasquehepasadoconTessadeunplumazo.
«¿Vale la pena todo esto? ¿Todo este esfuerzo constante conduce a algo? ¿Voy a tener que
prohibirmedeciryhacerloqueestámal?Ysicontinúoconestatransformaciónpotencial,¿deverdad
me querrá después o se sentirá como si hubiera terminado una especie de proyecto para una clase de
psicología?
»Cuando todo acabe, ¿quedará lo bastante de mí para que me quiera? ¿Seré siquiera el mismo
hombredelqueseenamoróoéstaessuformadetransformarmeenquienelladesearíaquefuera,en
alguiendequiensehartará?»
¿Estáintentandoquemeparezcaaél?¿QueseacomoNoah?
«Nopuedescompetirconeso...»
Stephtienerazón.NopuedocompetirconNoahylarelaciónsencillaquetenían.Ellanuncatuvo
quepreocuparsepornadacuandoestabaconél.Lesibabienjuntos.Lesibabienyerafácil.
Élnoestádestrozadocomoyo.
RecuerdoeltiempoenquesolíapasarhorassentadoenmicuartoesperandoaqueStephmedijera
queTessahabíavueltodepasarunratoconél.Meentrometíatodocuantopodíay,sorprendentemente,
mesalióbien.Meeligióamíynoaél,elchicoquehabíaqueridodesdepequeña.
SemerevuelveelestómagodeimaginaraTessadiciéndoleaNoahqueloquiere.
«Fijación por el chico malo...» Soy más que una fijación para Tessa. Tengo que serlo. Me he
folladoamuchastíasquesóloqueríancabrearasuspadres,peroTessanoesunadeellas.Hatragado
muchamierdamíaparademostrarlo.
Mispensamientossonunrevoltijodelirantequenosoycapazdeseguir.
¿PorquédejoqueStephsemetaenmicabeza?Notendríaquehaberescuchadoniunasolapalabra
deloquehadichoesazorra.Restriegolosnudillossangrientosydestrozadosenlospantalonesyaparco
elcoche.
Cuandolevantolamirada,veoqueestoyenelparkingdeBlindBob’s.Heconducidohastaaquísin
pensarmuchoenello.Nodeberíaentrar...,peronopuedoevitarlo.
Ydetrásdelabarraveoaunavieja...amiga.Carly.Carly,conmuypocaropayloslabiospintados
derojo.
—Vaya...,vaya...,vaya...—Mesonríe.
—Nodigasnada—gruño,ymesientoenuntaburetejustodelantedeella.
—Ni lo sueñes. —Sacude la cabeza; su cola de caballo rubia se mueve de un lado a otro—. La
últimavezqueteservítodoacabóenunaespiraldedrama,ynotengonieltiemponilapacienciacomo
pararepetirmiactuaciónestanoche.
LaúltimavezqueestuveaquípillétalciegoqueCarlymeobligóadormirensusofá,loquellevó
aunterriblemalentendidoconTessa,quetuvounaccidentedetráficoaqueldíapormiculpa.Porla
mierdaconlaquellenosuvida,quedeotromodoseríaperfecta.
—Tutrabajoesservirmeunacopacuandolapido—digoseñalandolabotelladewhiskyoscuroen
laestanteríaquehaytrasella.
—Ahímismohayunaseñalquedicejustolocontrario.—Apoyaloscodosenlabarrayyovuelvo
asentarmeeneltaburete,poniendoentrenosotrostantadistanciacomopuedo.
ElpequeñocartelquediceRESERVADOELDERECHODEADMISIÓNestápegadoenlaparedynopuedo
evitarreírme.
—Nopongasmuchohielo,noquieroqueseagüe.
Vuelvoaignorarlacuandoponelosojosenblancoyseincorporaparacogerunvasovacío.
UngranchorrodelicorcaeenmivasomientraslavozdeStephsuenaenmicabezaunayotravez.
Éstaeslaúnicaformadelibrarmedesusacusacionesymentiras.
LavozdeCarlymesacademiaturdimiento:
—Teestállamando.
MirohaciaabajoyveolafotoquelehiceaTessamientrasdormíaestamañanaparpadeandoenla
pantalladelmóvil.
—Mierda.
Instintivamente aparto el vaso y vuelco el contenido recién servido sobre la barra. Ignoro las
maldicionesquesueltaCarlyymelargodelbartanrápidocomohellegado.
Fuera,deslizoelpulgarsobrelapantalla.
—Tess.
—¡Hardin!—dicenerviosa—.¿Estásbien?
—Tehellamadomuchasveces.—Sueltounsuspirodealivioaloírsuvozatravésdelpequeño
auricular.
—Losé,losiento.Estabadormida.¿Estásbien?¿Dóndeestás?
—EnBlindBob’s—admito.Denadasirvementir,siempreaverigualaverdaddeunaformauotra.
—Ah...—susurra.
—Hepedidounacopa.—Puedocontárselotodo,yaqueestoy.
—¿Sólouna?
—Sí,ynohetenidolaoportunidaddeprobarlasiquieraantesdequellamaras.
Nosécómomesientorespectoaeso.Suvozesmisalvavidas,perotambiénsientoalgoqueme
pidequevuelvaaentrarenelbar.
—Esoestábien—dice—.¿Yatemarchas?
—Sí,ahoramismo.
Abrolapuertadelcocheymeacomodoenelasientodelconductor.
TrasunosinstantesTessamepregunta:
—¿Porquéhasidoallí?Nopasanada,pero...sólomepreguntoelporqué.
—HevistoaSteph.
Resopla.
—¿Quéhapasado?¿Has...hapasadoalgo?
—Nolehehechodaño,siesloquepreguntas.
Pongoelcocheenmarchaperomequedoenelaparcamiento.QuierohablarconTessasinestar
distraídoconduciendo.
—Me ha dicho unas cuantas mierdas que... que me han cabreado muchísimo. He perdido los
nerviosenTarget.
—¿Estásbien?Espera,pensabaqueodiabasTarget.
—¿Esoesloúnicoque...?
—Losiento,estoymediodormida.
Lodicecomosiestuvierasonriendo,peroenseguidasutonocambiaysevuelvedepreocupación.
—¿Estásbien?¿Quétehadicho?
—HadichoquetefollasteaZed—contesto.Noquierorepetirelrestodelamierdaquehadicho
deTessaydemíyquenosomosbuenoselunoparaelotro.
—¿Qué?Sabesquenoesverdad.Hardin,tejuroquenopasónadaentrenosotrosquetúno...
Golpeoelparabrisasconundedo,viendocómoseacumulanmishuellas.
—Dicequesucompañerodepisoosoyó.
—No la crees, ¿verdad? No puedes creerla, Hardin, me conoces, sabes que te lo habría dicho si
alguienademásdetimehubieratocado...—Suvozserompeysientoundolorenelpecho.
—Shhh...
Nodeberíahaberladejadoseguir.Deberíahaberledichoquesabíaquenoeraverdadpero,como
soyunmalditoegoísta,necesitabaoírselodecir.
—¿Quémástehadicho?—Estállorando.
—Gilipolleces. De ti y de Zed. Se ha aprovechado de todos mis miedos e inseguridades con
respectoanosotros.
—Y ¿por eso has ido al bar? —No me está juzgando, sólo siento una comprensión que no me
esperaba.
—Supongo—suspiro—.Sabíacosas.Detucuerpo...,cosasquesóloyodeberíasaber.
Unescalofríomerecorrelaespalda.
—Eramicompañeradehabitaciónenlaresidencia.Meviocambiarmeunmontóndeveces,porno
mencionarquefuelaquemedesnudóaquellanoche—diceintentandorespirar.
Larabiavuelveainvadirme.PensarenTessaincapazdemoversemientrasStephladesnudabaen
contradesuvoluntad...
—Nollores,porfavor.Nopuedosoportarlo,nocuandoestamosahorasdedistancia—lesuplico.
AhoraquetengoaTessaalotroladodelteléfono,laspalabrasdeStephnoparecenserverdad,yla
locura(lamalditalocura)quesentíahacesólounosminutossehadisuelto.
—Hablemosdeotracosamientrasvuelvoacasa.
Doymarchaatrásconelcocheypongoelteléfonoenmanoslibres.
—Vale,sí...—dice,ylaescuchomientraspiensa—.Ah,KimberlyyChristianmehaninvitadoa
acompañarlosasuclubestefindesemana.
—Novasair.
—Simedejasterminar...—replica—.Perocomoesperoqueestésaquíyséquenoibasaquerer
venir,hemosquedadoenqueentoncesiréelmiércolesporlanoche.
—¿Quéclasedeclubestáabiertounmiércoles?—Echounvistazoalretrovisor,contestandoami
propiapregunta—.Iré—ledigofinalmente.
—¿Qué?Atinotegustanlosclubes,¿recuerdas?
Pongolosojosenblanco.
—Irécontigoestefindesemana.Noquieroquevayaselmiércoles.
—Voy a ir el miércoles. Podemos volver el fin de semana si quieres, pero ya le he dicho a
Kimberlyqueiréynotengomotivosparanohacerlo.
Notengolapacienciaparamantenerestaconversaciónconellaahora.
—Exceptoyo.Soyelmotivo,¿no?—Mivozsuenacomoungimoteopatético.
—Sitienesunmotivodepesoparaquenovaya,sí.EstaréconKimyChristian,novaapasarme
nada.
—Prefieroquenovayas—digoentredientes.Estoyallímiteymeestáponiendoaprueba—.O
tambiénpuedoirelmiércoles—leofrezcointentandoserrazonable.
—Notienesqueconducirtantashoraselmiércolessiyatienespensadovenirelviernes.
—¿Esquenoquieresqueteveanconmigo?—Losueltoantesdequepuedaimpedirlo.
—¿Qué?—Escuchodefondoelcliccuandoenciendelalámpara—.¿Porquédiceseso?Sabesque
noesverdad.NodejesqueStephsetemetaenlacabeza.Porquesetratadeeso,¿no?
Entroenelaparcamientodeledificioyaparcoelcocheantesdecontestar.Tessaesperaensilencio
unaexplicación.Alfinalsuspiro.
—No.Nolosé.
—Tenemosqueaprenderalucharjuntos,noelunocontraelotro.NodeberíaserStephcontratiy
túcontramí.Tenemosqueestarjuntosenesto—continúa.
—Noesesoloqueestoyhaciendo...
«Tienerazón.Siemprelatiene,joder.»
—Iréelmiércolesymequedaréhastaeldomingo.
—Tesaltaráslasclases.
—Tengoclasesytrabajo.
—Suenaaquenoquieresquevaya.—Miparanoiaseabrepasoenmiyamaltratadaconfianza.
—Claroquequieroylosabes—repone.
Saboreolaspalabras:joder,laechotantodemenos...
—¿Yaestásencasa?—preguntaTessajustocuandoapagoelmotor.
—Sí,acabodellegar.
—Teechodemenos.
Latristezaensuvozhacequetodoseparedegolpe.
—Nolohago.Losiento.Meestoyvolviendolocosinti,Tess.
—Yotambién—suspira,yhacequequieravolverapedirledisculpas.
—SoyuncapullopornohabermeidoaSeattlecontigodesdeelprincipio.
Laoigotoseralotrolado.
—¿Qué?
—Yamehasoído.Novoyarepetirlo.
—Vale.—Alfinaldejadetosercuandosuboalascensor—.Séquepodríanohaberteoídobien,de
todasformas.
—Bueno,¿quéquieresquehagaconStephyDan?—Cambiodetema.
—¿Quépuedeshacer?—mepreguntaconcalma.
—Noquieresquecontesteaeso.
—Entoncesnada,déjalostranquilos.
—SeguramentelecuentelodeestanocheatodoelmundoysigaesparciendoelrumordeZedytú.
—Yanovivoallí.Nopasanada—diceTessa,intentandoconvencerme.Sinembargo,séloqueun
rumorcomoésepuedellegaraherirla,loadmitaono.
—Noquierodejarloasí—leconfieso.
—Noquieroquetemetasenlíosporellos.
—Vale—asiento,ynosdamoslasbuenasnoches.
NovaaestardeacuerdoconmisideasdecómodeteneraSteph,asíquemejordejarlo.Abrola
puertadecasayveoaRicharddespatarradoenelsofá,durmiendo.LavozdeJerrySpringerresuenapor
todalacasa.Apagolateleymevoydirectoamicuarto.
Capítulo108
Hardin
Me paso la mañana entera como un muerto viviente. No recuerdo haber ido a la primera clase, y
empiezoapreguntarmeporquémemolestosiquiera.
Cuandovoyacruzarpordelantedeledificiodeadministración,veoaNateyaLoganalpiedela
escalera.Mepongolacapuchaypasoporsuladosinmediarpalabra.Tengoquelargarmedeestesitio
comosea.
Sinembargo,cambiodeopiniónydoymediavueltaysubolaempinadaescalinatahastaeledificio
principal.Lasecretariademipadremerecibeconlasonrisamásfalsaquehevistoenmuchotiempo.
—¿Puedoayudarte?
—HevenidoaveraKenScott.
—¿Habías pedido cita? —me pregunta la mujer con dulzura, sabiendo perfectamente que no.
Sabiendoperfectamentequiénsoy.
—Estáclaroqueno;¿estáahímipadreono?—inquieroalavezqueseñalolapesadapuertade
maderafrenteamí.Elcristalahumadodelcentrohacedifícilsabersiestádentro.
—Estáahí,peroestáenmitaddeunavideoconferenciaahoramismo.Sitesientas,te...
Pasopordelantedesumesayvoydirectoalapuerta.Cuandogiroelpomoyabro,mipadrese
vuelveparamirarmeylevantaundedotranquilamenteparapedirmequeledéunsegundo.
Comoeleducadocaballeroquesoy,pongolosojosenblancoymesientodelantedesumesa.
Tras otro minuto, más o menos, mi padre devuelve el teléfono a su sitio y se pone en pie para
saludarme.
—Noteesperaba.
—Yotampocoesperabaestaraquí—admito.
—¿Algovamal?
Sumiradavadelapuertacerradaamiespaldayamicaradenuevo.
—Tengounapregunta—digofinalmente.
Apoyolasmanosensuescritoriodemaderadecerezocasigranateylomiro.Veomanchasoscuras
debarbaincipienteensucara,loquemedejaclaroquellevadíassinafeitarse,ylacamisablancatiene
lospuñosalgoarrugados.Creoquenolohabíavistollevarunacamisaarrugadadesdequemevinea
viviraEstadosUnidos.Esunhombrequevaadesayunarconunchalecodepuntoyunospantalones
reciénplanchados.
—Teescucho—diceél.
Haymuchatensiónentrenosotrospero,apesardeello,tengoquehacerunesfuerzopararecordar
elprofundoodioquelleguéasentirunavezporestehombre.Ahoranoséquésentirporél.Nocreoque
seacapazdeperdonarlonuncadeltodo,peromantenertodaesarabiahaciaélmeconsumedemasiada
energía.Jamástendremoslarelaciónquetieneconmihermanastro,perodigamosqueesagradableque
cuando necesite algo de él intente hacer todo lo que pueda por ayudarme. Aunque la mayoría de las
vecessuayudanomellevaaningunaparte,dealgunaformavalorosuesfuerzo.
—¿CómodecomplicadoseríaparatitrasladarmiexpedientealcampusdeSeattle?
Mipadrelevantaunacejacondramatismo.
—¿Enserio?
—Sí.Noquierotuopinión,quierounarespuesta.
Hedejadoclaroquemirepentinocambiodeparecernoesdiscutible.
Memiracondetenimientoantesderesponder.
—Bueno, eso retrasaría tu graduación. Lo mejor sería que te quedaras aquí lo que queda de
trimestre.Paracuandohayaspedidoeltraslado,tematriculesytemudesaSeattlenohabrávalidola
penaellíoyeltiempo...logísticamentehablando.
Vuelvoaapoyarmeenelrespaldodepielylomiro.
—¿Nopodríasayudaraacelerarelproceso?
—Sí,peroaunasíretrasaríalafechadetugraduación.
—Asíque,básicamente,tengoquequedarmeaquí.
—No tienes que hacerlo —se frota la barba incipiente del mentón—, pero sería lo más sensato
ahoramismo.Yacasilohasconseguido.
—Nopiensoasistiraesagraduación—lerecuerdo.
—Teníalaesperanzadequehubierascambiadodeopinión.—Mipadresuspirayapartalamirada.
—Puesnohasidoasí...
—Esundíamuyimportanteparati.Losúltimostresañosdetuvida...
—Medaigual.Noquieroir.Meparecebienquememandeneldiplomaporcorreo.Novoyair,
findeladiscusión.
Mimiradarecorrelaparedasuespaldaylosmarcosquecuelganenlasparedesmarrónoscurode
sudespacho.Loscertificadosydiplomasenmarcadosenblancodestacansuslogros,yséporlaforma
enquelosmiraconorgulloquesignificanmásparaéldeloquejamássignificaránparamí.
—Siento oír eso —dice mientras sigue mirando los marcos—. No volveré a pedírtelo —añade
frunciendoelceño.
—¿Porquéestanimportanteparatiquevaya?—meatrevoapreguntar.
Lahostilidadentrenosotrosesahorapalpable,laatmósferasehahechopesada,perolasfacciones
demipadreserelajancadavezmásamedidaquepasanunosminutosdesilencioentrenosotros.
—Porque —suelta un largo suspiro— hubo un tiempo, un largo tiempo, en el que no estaba
seguro...—otrapausa—deloqueseríadeti.
—¿Yesosignifica...?
—¿Seguroquetienestiempodehablarahora?
Su mirada se dirige a mis nudillos pelados y mis pantalones manchados de sangre. Sé que en
realidadquieredecir:¿estássegurodequeestásmentalmenteequilibradoparahablarahora?
Sabía que tendría que haberme cambiado los vaqueros. Esta mañana no tenía ganas de nada. He
rodadoliteralmentefueradelacamayhecogidoelcocheparaveniralcampus.
—Quierosaberlo—respondoconseveridad.
Asiente.
—Hubountiempoenelquenisiquieracreíaquefuerasaterminarelinstituto,yasabes,portodos
losproblemasenlosquesiempretemetes.
Ante mis ojos desfilan imágenes de peleas de bar, robos en tiendas, lágrimas, chicas medio
desnudas,vecinoscabreadosyunamadremuydecepcionada.
—Losé—coincido—.Técnicamentesigometidoenlíos.
Mipadremelanzaunamiradaquedicequenoestáparanadasatisfechoconqueestésiendotan
frívoloconalgoqueparaélfueunapreocupaciónconsiderable.
—Nimuchomenostantocomoloestabas—replica—.Nodesde...ella—añadeconsuavidad.
—Ellacausalamayorpartedemisproblemas.
Merascolanuca,sabiendoquesoyunbocazas.
—Yonodiríaeso.
Entorna sus ojos marrones y sus dedos juegan con el botón superior de su chaleco. Ambos nos
quedamossentadosensilenciounmomento,sinsabermuybienquédecir.
—Me siento tan culpable, Hardin... Si no hubieras conseguido acabar el instituto y llegar a la
universidad,noséquéhabríahecho.
—Nada,habríasvividotuvidaperfectaaquí—leespeto.
Seencogecomosilohubieraabofeteado.
—Eso no es cierto. Sólo quiero lo mejor para ti. No siempre lo he demostrado, y lo sé, pero tu
futuroesmuyimportanteparamí.
—¿PoresohicistequemeaceptaranenlaWCUdesdeelprincipio?
Nunca hemos hablado del hecho de que sé que utilizó su posición para matricularme en esta
malditauniversidad.Séquelohizo.Nodipaloalaguaenelinstitutoymiexpedienteloprueba.
—Eso,yquetumadreestabaenunasituaciónlímitecontigo.Queríaquevinierasaquíparapoder
conocerte.Noereselmismochicoqueerascuandomefui.
—Siqueríasconocerme,deberíashabertequedadocercamástiempo.Ybebermenos.
Fragmentosderecuerdosquemeheesforzadoenolvidarseabrencaminoenmimente.
—Tefuisteynuncatuvelaoportunidaddesersólounniño—añado.
A menudo me preguntaba lo que debía de sentirse siendo un niño feliz en una familia sólida y
cariñosa.Mientrasmimadretrabajabadesolasol,solíasentarmesoloenelsalónamirarlasparedes
sucias y desgastadas durante horas. Me preparaba cualquier porquería que fuera mínimamente
comestibleymeimaginabaqueestabasentadoaunamesarepletadegentequemequería,quesereían
y me preguntaban qué tal me había ido el día. Cuando me metía en una pelea en el colegio, a veces
deseabatenerunpadrequeobienmefelicitaraomepatearaelculopormetermeenlíos.
Lascosasfueronmuchomásfácilesamedidaquecrecía.Enmiadolescenciamedicuentadeque
podíahacerdañoalagenteylascosasfueronmásfáciles.Podíavengarmedemimadrepordejarme
solomientrastrabajaballamándolaporsunombredepilaynegándolelasimplealegríadeoírasuúnico
hijodecirle«Tequiero».
Podía vengarme de mi padre no hablándole. Tenía un objetivo: hacer que todos los que me
rodeaban se sintieran tan desgraciados como yo lo era y así podría ser por fin uno de ellos. Usaba el
sexoylasmentirasparahacerlesdañoalaschicasyloconvertíenunjuego.Eltemasefastidiócuando
unaamigademimadreempezóapasarmuchotiempoconmigo,sumatrimoniosefuealamierdajunto
con su dignidad, y mi madre estaba destrozada porque su hijo de catorce años hubiera sido capaz de
haceralgoasí.
ParecequeKenloentiende,comosisupieraexactamenteloquepienso.
—Losé—dice—,ysientotodoloquehastenidoquepasarpormiculpa.
—Noquieroseguirhablandodeeso.
Empujolasillahaciaatrásymepongoenpie.
Mipadrecontinúasentadoynopuedoevitarsentirmepoderosoalestarplantadoasídelantedeél.
Mesiento...superior,entodaslasformasposibles.Suculpaysuarrepentimientolopersiguenyyopor
finestoyconsiguiendoreconciliarmeconlosmíos.
—Pasarontantascosasquenoentenderías...Ojalápudieracontártelas,peroesonocambiaríanada.
—Yatehedichoquenoquierohablarmásdeesto.Hetenidoundíahorribleyestoesdemasiado.
Lopillo,tearrepientesdehabernosdejadoytodaesamierda.Lohesuperado—miento,yélasiente.En
realidadnoesdeltodomentira.Estoymáscercadesuperarlodeloqueloheestadonunca.
Cuandollegoalapuerta,mevienealgoalamenteymevuelvoparamirarlo.
—Mimadresevaacasar,¿losabías?—lecomentoporcuriosidad.
Porsumiradainexpresivaylaformadebajarlascejas,estáclaroquenoteníaniidea.
—ConMike,yasabes,elvecino—añado.
—Ah.—Frunceelceño.
—Dentrodedossemanas.
—¿Tanpronto?
—Sí—asiento—.¿Hayalgúnproblemaoalgo?
—No,enabsoluto.Sóloestoyunpocosorprendido,nadamás.
—Sí,yotambién.
Apoyoelhombroenelmarcodelapuertayveoquelaexpresiónabatidademipadresetornaen
unadealivio.
—¿Vasairalaboda?
—No.
KenScottseponeenpieyrodeasuenormeescritorioparaacercarseamí.Tengoqueadmitirque
estoyunpocointimidado.Noporél,claro,sinoporlapuraemociónensusojoscuandomedice:
—Tienesqueir,Hardin.Leromperáselcorazónatumadresinovas.Sobretodoporquesabeque
vinisteamibodaconKaren.
—Sí,ambossabemosporquéfuialatuya.Noteníaelección,ytubodanoeraenlaotrapuntadel
putoplaneta.
—Comosilohubierasido,porquenollegamosahablar.Tienesqueir.¿Tessalosabe?
Joder.Nohabíapensadoeneso.
—No,ynotienesporquédecírselo.NiaLandon;siseenteranoserácapazdecallarse.
—¿Seloestásocultandoporalgúnmotivo?—preguntaconlavozllenadereproche.
—Noseloestoyocultando.Esquenoquieroquesepreocupeporir.Nisiquieratienepasaporte.
NuncahasalidodelestadodeWashington.
—Sabesquelegustaríair.ATessaleencantaInglaterra.
—¡Nohaidonunca!—replicolevantandolavoz.
Acontinuación,respiroprofundamenteintentandocalmarme.Mesacadequicioqueactúecomosi
fuerasupropiahija,comosilaconocieramejorqueyo.
—Nodirénada—measeguralevantandolasmanoscomoparaaplacarmiira.
Mealegrodequenoinsistaeneltema.Yahehabladodemasiadoyestoyjodidamenteagotado.No
hedormidonadaestanochedespuésdelallamadadeTessa.Mispesadillashanregresadocontodasu
malditafuerzaymeheobligadoapermanecerdespiertounavezmehedespertadoymeheprovocado
elvómitoporterceravez.
—TienesqueveniracasaaveraKarenpronto.Anochemepreguntabaporti—medicejustoantes
dequesalgadeldespacho.
—Hum,claro—murmuro,ycierrolapuertadetrásdemí.
Capítulo109
Tessa
Enclase,elchicoquehedecididoqueesunfuturopolíticoseacercaymesusurra:
—¿Aquiénvotasteenlaselecciones?
Mesientounpocoincómodacercademinuevocompañero.Esencantador,demasiado,ysuropa
eleganteysupieltostadahacenqueseaunavisiónquemedistrae.Noesatractivodelamismaforma
queloesHardin,peronohaydudadequeloes,yéllosabe.
—Novoté—respondo—.Noteníalaedadsuficiente.
Seríe.
—Cierto.
Laverdadesquenoqueríahablarconél,peroenlosúltimosminutosdeclasenuestroprofesornos
hapedidoquehabláramosentrenosotrosmientrasélatendíaunallamada.Mesientoaliviadacuandoel
relojmarcalasdiezyeshoradeirse.
Losintentosdelfuturopolíticoparaseguircharlandoconmigomientrassalimosdeclasefracasan
miserablementey,trasunossegundos,sedespideysevaendirecciónopuesta.
Llevo toda la mañana distraída. No puedo dejar de pensar en lo que Steph debió de decirle a
Hardinparaquesepusieraasí.SéquecreyóloquelecontérespectoalrumordeZed,perosealoque
sealoqueledijolemolestólosuficientecomoparanoquererrepetirlo.
Odio a Steph. La odio por lo que me hizo y por meterse en la cabeza de Hardin y herirlo
utilizándomedealgunaforma.Paracuandollegoalauladehistoriadelarte,yahepensadounasdiez
formasdecómoasesinaraesahorriblechica.
MesientoalladodeMichael,elchicodelpeloazuldelotrodíaquetienesentidodelhumoryme
paso la clase de historia del arte riéndome de sus chistes, lo que es una buena distracción de mis
pensamientoshomicidas.
Porfineldíaseacabaymedirijoalcoche.Encuantollegoymesubo,elmóvilempiezaavibrar.
EsperoqueseaHardinpero,almirarhaciaabajo,veoqueno.Tengotresmensajesdetexto,dosdelos
cualesacabandeaparecer.
Decidoleerprimeroeldemimadre:
Llámame.Tenemosquehablar.
ElsiguienteesdeZed;respirohondoantesdedarlealpequeñoiconoconformadesobre.
EstaréenSeattledejuevesasábado.Dimecuándopodemosvernos
Mefrotolassienes,agradecidaporhaberdejadoeldeKimberlyparaelfinal.Nadapuedesertan
estresantecomodecirleaZedqueyanoquieroverlonihablarconélotenerunaconversaciónconmi
madre.
¿SabíasquetuchicosevaaLondresafinalesdelasemanaqueviene?
Hehabladodemasiadopronto.
¿Inglaterra?¿AquéibaairseHardinaInglaterra?¿Sevaairavivirallícuandosegradúe?Vuelvo
aleersumensaje...
¡Lasemanaqueviene!
Apoyolacabezaenelvolanteycierrolosojos.Miprimerimpulsoesllamarloypreguntarlepor
quémeestáocultandoeseviaje.Nolohagoporqueéstaesunaoportunidadperfectaparaintentarno
sacar conclusiones sin preguntarle antes. Hay una posibilidad, una pequeña, de que Kimberly esté
equivocadayHardinnosevayaaInglaterralasemanaqueviene.
Siento una punzada en el pecho al pensar que todavía quiera volver a vivir allí. Sigo intentando
convencermedequesoylosuficientementebuenaparaélcomopararetenerloaquí.
Capítulo110
Hardin
Parece que hace siglos que no venía aquí. He estado dando vueltas con el coche durante una hora,
pensandoenlasposiblesconsecuenciasquetendríaelhechodevenir.Trasescribirunalistamentalde
prosycontras,algoquenuncajamáshago,apagoelmotorysalgoalfríoairedelatarde.
Doyporsentadoqueestáencasa,sino,sólohabréperdidotodalatardeyestarémásenfadadode
loqueyaestoy.Echounvistazoalaparcamientoyveosucamionetacercadelaentrada.Eledificiode
apartamentosmarrónestáapartadodelacalleyunaescaleraoxidadallevaalasegundaplanta,enlaque
estásucasa.Concadapisadademisbotasenlaescalerametálica,merepitolosprincipalesmotivospor
losqueestoyaquí.
JustocuandollegoalapartamentoC,miteléfonovibraenelbolsillodeatrás.ObienesTessao
bienmimadre,ynoquierohablarconningunadeellasahoramismo.SihabloconTessa,miplanseirá
alamierda.Ymimadresóloconseguiríacabrearmeconlosasuntosdelaboda.
Llamoalapuerta.AlcabodeunossegundosZedabre,llevandosólounospantalonesdechándal.
Vadescalzoymellamalaatenciónelcomplejotatuajedelmecanismodeunrelojqueseextiendeensu
abdomen.Nolohabíavistonunca.Debiódehacérselodespuésdeintentartirarseamichica.
Zednomesaluda.Ensulugar,memirafijamentedesdelapuertaconairedeclarasorpresayde
sospecha.
—Tenemosquehablar—digoporfin,ymeabropasoparaentrarensucasa.
—¿Tengoquellamaralapolicía?—preguntaenesetonosuyotanseco.
Mesientoensusofádecuerogastadoylomiro.
—Esodependerádesicolaborasono.
Su mandíbula está cubierta de pelo oscuro que enmarca su boca. Parece que han pasado meses
desdequelovidelantedelacasadelamadredeTessaenlugardeunosdías.
Suspirayapoyalaespaldaenlaparedopuestadesupequeñosalón.
—Bueno,suéltalo—dice.
—YasabesqueesporTessa.
—Hastaahíllego.—Frunceelceñoycruzasusbrazostatuados.
—NovasairaSeattle.
Levantaunaespesacejaantesdesonreír.
—Síquevoy—replica—.Yahehechoplanes.
«Pero¿quécoño...?¿PorquélechesvaairaSeattle?»Estáponiéndomelascosasmásdifícilesde
loqueesnecesario,yempiezoamaldecirmeporpensarqueestaconversaciónibaaacabardecualquier
formamenosdejándolopostradoenunacamilla.
—Eltemaes...—respirohondoparacalmarmeyceñirmealplan—,quenovasairaSeattle.
—Voyavisitaraunosamigos—mecontestadesafiante.
—Mentira.Séexactamenteloquevasahacer—seladevuelvo.
—VoyacasadeunosamigosenSeattlepero,porsiteinteresa,mehainvitadoavisitarla.
Encuantolaspalabrassalenporsuboca,mepongoenpie.
—Nomepiques,estoyintentandohacerbienesto.Notienesporquéiraverla.Esmía.
Levantaunaceja.
—¿Tedascuentadecómosuenaeso?¿Decirqueestuyacomosifueradetupropiedad?
—Meimportaunamierdacómosuene,eslaverdad.
Doy otro paso hacia él. El ambiente ha pasado de ser tenso a totalmente primitivo. Ambos
intentamosreclamarlonuestroaquíyyonovoyarecular.
—Siestuya,¿porquénoestásenSeattleconella?—mepincha.
—Porquemegradúocuandoacabeeltrimestre,poreso.
¿Quéhagocontestandoaesapregunta?Hevenidoahablar,noaescucharnia«entablardiálogo»,
comosolíadecirunprofesormío.Siintentavolverestocontramí,estoyjodido.
—QueyonoestéenSeattleesirrelevante.Túnovasaverlamientrasestésallí.
—Esotendráquedecidirloella,¿nocrees?
—Sicreyeraeso,noestaríaaquí,¿noteparece?
Aprietolospuñosaloscostadosyapartolamiradadeélparaverunmontóndelibrosdeciencias
enlamesadecentro.
—¿Porquénoladejasenpaz?¿Estoesporloquelehicea...?
—No—meinterrumpe—.Notienenadaqueverconeso.Tessameimporta,tantocomoati.Pero,
alcontrarioquetú,yolatratocomosemerecequelatraten.
—Notienesniideadecómolatratoyo—gruño.
—Sí,tío,síquelosé.¿Cuántasveceshavenidoamícorriendoentrelágrimasporalgoquelehas
dichoohecho?Demasiadas.—Meapuntaconundedo—.Sólolehacesdaño,ylosabes.
—Para empezar, ni siquiera la conoces, y segundo, ¿no crees que es patético que no dejes de
intentar conseguir algo que no podrás tener jamás? ¿Cuántas veces hemos tenido esta conversación y
sobrecuántaschicas?
Memiracondetenimiento,asimilandomirabiaperosinmorderelanzueloquelehelanzadosobre
suhistoriaconlaschicas.
—No. —Saca la lengua para humedecerse los labios—. No es patético. De hecho, es una
genialidad. Con Tessa, estaré esperando a un lado el día en que inevitablemente vuelvas a cagarla y,
cuandolohagas,estaréahíparaella.
—Eresunjodido...
Doyunpasoatrásparaponerelmáximodedistanciaentrenosotrosantesdequesucabezaacabe
estampadacontralapared.
—¿Quénecesitas?—leespeto—.¿Quieresqueellamismatedigaquenotequierecerca?Pensaba
queyalohabíahechoy,sinembargo,aquíestás...
—Hasvenidotú.
—¡Maldita sea, Zed! —grito—. ¿Por qué coño no puedes dejarlo estar? Sabes lo que significa
Tessaparamíysiempreestásintentandometerteentrenosotros.Encuentraaotraconlaquedivertirte.
Elcampusestállenodezorras.
—¿Zorras?—repiteentonoburlón.
—SabesquenoestoyhablandodeTessa—gruño,esforzándomepormantenerlospuñospegadosa
loscostados.
—Si tanto significara para ti, no le habrías hecho la mitad de lo que le has hecho. ¿Sabe que te
tirasteaMollymientrasibasdetrásdeella?
—Sí,losabe.Seloconté.
—¿Ynoleimportó?
Sutonoesdeltodoopuestoalmío.Élestátranquiloysereno,mientrasqueyoluchocontodasmis
fuerzasporquenosaltelatapaqueretienemifuria.
—Tessasabequenosignificónadaparamí,yfueantesdetodo.—Lomirointentandovolvera
concentrarme—.Peronohevenidoaquíparahablardemirelación.
—Vale,entonces¿aquéhasvenidoexactamente?
«Putoengreído.»
—ParadecirtequenolavasaverenSeattle.Pensabaquepodríamoshablarlodeunaformamás...
—buscolapalabraexacta—civilizada.
—¿Civilizada? Lo siento, pero me cuesta creer que hayas venido aquí con intención de ser
«tolerante»—semofaseñalandoelbultoenelpuentedesunariz.
Cierrolosojosunmomentoyveosunarizdestrozadaysangrando,rebotandocontralabarrerade
metalcuandoestrellosucabezacontraella.Elrecuerdodeesesonidomeprovocaunnuevosubidónde
adrenalina.
—¡Esto es civilizado para mí! —replico—. He venido aquí para hablar, no para pelear. Sin
embargo, si no vas a alejarte de ella no me dejas más opción. —La postura de mi cuerpo cambia un
poco.
—¿Cuál?—preguntaZed.
—¿Qué?
—¿Qué opción? Ya hemos estado en esta misma situación otras veces. No puedes atacarme
muchasmáshastaqueconsigasquetedetengan.Yestavezseguiréadelanteconloscargos.
En eso tiene razón. Lo que me saca de quicio todavía más. Odio no poder hacer nada excepto
asesinarlo,literalmente,loquenoesunaopción...almenosdemomento.
Respirounpardeveceseintentorelajarlosmúsculos.Tengoqueintentarloconlaúltimaopción.
Unaquenoqueríatenerqueutilizar,peroesquenomeestádejandomuchomargen.
—Hevenidopensandoquepodríamosllegaraalgúntipodeacuerdo—ledigo.
Zedladealacabezaconchulería.
—¿Quéclasedeacuerdo?¿Esotraapuesta?
—Meloestásponiendodifícil,enserio...—ledigoentredientes—.Dimequéquieresacambiode
dejarlaenpaz.¿Quépuedodarteparahacerquedesaparezcas?Diloylotendrás.
Memirayparpadeadeprisa,comosiacabarandesalirmecuatroojosenlacara.
—Venga,vamos.Todoelmundotieneunprecio—murmuroconironía.
Meexasperatenerquenegociarconalguiencomoél,peronohaynadamásquepuedahacerpara
queselargue.
—Déjalaquemeveaotravez,unavezmás—sugiere—.EstaréenSeattleeljueves.
—No,nihablar.
«¿Estetíoessubnormaloquélepasa?»
—Noteestoypidiendopermiso—replica—.Sólointentoquetesientasmáscómodoconello.
—Esonovaasuceder.Notenéisningunarazónparapasarunratojuntos,noestádisponiblepara
ti,niparaningúnotrohombre,ynuncaloestará.
—Yaestásotravezconelrolloposesivo.
PonelosojosenblancoymepreguntoquédiríaTessasipudieraverestafacetasuya,laúnicaque
yoheconocido.¿Quéclasedenovioseríasinofueraposesivo,simeparecierabiencompartirlacon
alguien?
Me muerdo la lengua mientras Zed mira al techo como si estuviera meditando sus próximas
palabras. Esto es una mierda, una puta mierda. La cabeza me da vueltas y empiezo a preguntarme
sinceramentecuántomásvoyapoderaguantar.
Porfinélmemiraysonríelentamente.Luegodice:
—Tucoche.
Mequedoboquiabiertoaloírloynopuedoevitarreírme.
—¡Nidecoña!—Avanzodospasoshaciaél—.Novoyaregalartemiputocoche.¿Setehaidola
ollaoqué?—replicomanoteandoenelaire.
—Losiento,parecequenovamosapoderllegaraunacuerdodespuésdetodo.
Susojosbrillanatravésdelaspestañasespesasysefrotalabarbaconlosdedos.
Enmicabezaempiezanaflotarimágenesdemipesadilla,élpenetrándola,haciendoquesecorra...
Sacudolacabezaparadeshacermedeellas.
Finalmentesacolasllavesdelbolsilloylaslanzosobrelamesadecentroquehayentrenosotros.
Zedlasmiraboquiabiertoyseacercaalamesaparacogerelllavero.
—¿Vaenserio?—Estudialasllavesgirándolasenlapalmadesumanounascuantasvecesantes
devolveramirarme—.¡Teestabatomandoelpelo!
Metiralasllavesperonolascojoatiempo,yéstascaenalsueloapocoscentímetrosdemibota.
—Meretiro...,joder.Noesperabaquemedieraslasllavesdeverdad.—Seríe,burlándosedemí
—.Nosoytancapullocomotú.
Lomiroamenazante.
—Nomeestabasdejandomuchasopciones.
—Unavezfuimosamigos,¿recuerdas?—comentaentonces.
Mequedoensilenciomientrasambosrecordamoscómoeratodoantesdeestamierda,antesdeque
nadameimportara...,antesdeella.Sumiradahacambiado,sushombrossetensantrassupregunta.
Esdurorecordaraquellosdías.
—Estabademasiadoborrachocomoparaacordarmeahora.
—¡Sabesqueescierto!—exclamalevantandolavoz—.Dejastedebeberdesdeque...
—Nohevenidoaquíahacerunviajepormisrecuerdoscontigo.¿Tevasaretirarono?—Lomiro.
Estáalgodiferente,másduro.
Seencogedehombros.
—Sí,claro.
«Estohasidodemasiadofácil...»
—Lodigoenserio—insisto.
—Igualqueyo—replicaconungestodelamano.
—Esosignificanotenerningúntipodecontactoconella.Ninguno—lerecuerdo.
—Sepreguntaráporqué.Lehemandadounmensajeestamañana.
Prefieroignorareso.
—Dilequeyanoquieresseramigosuyo.
—Noquieroherirsussentimientosdeesaforma—medice.
—Meimportaunamierdasihieressussentimientos.Tienesquedejarleclaroquenovasavolvera
irdetrásdeellanuncamás.
La calma que he notado durante un momento se ha diluido, y mi mal genio vuelve a aflorar. La
posibilidaddequeTessasesientaheridaporqueZedyanoquieresersuamigomesacadequicio.
Caminohacialapuerta,sabiendoporquemeconozcoquenopuedosoportarnicincominutosmás
en este mohoso apartamento. Estoy muy orgulloso de mí mismo por haber mantenido la calma tanto
ratoconZeddespuésdetodoloquehahechoparaentrometerseenmirelación.
Encuantomimanocogeelpomo,dice:
—Porahoraharéloquetengoquehacer,peroesonoalteraráelresultadodetodoesto.
—Tienesrazón—coincido,sabiendoqueloqueélquieredecirsignificaexactamenteloopuestode
loqueyovoyahacer.
Antesdequesumalditabocapuedadecirunasolapalabramás,salgodesuapartamentoybajola
escaleraatodaprisa.
Paracuandollegoalaentradadecasademipadre,elsolseestáponiendoyaúnnohepodidohablar
conTessa.Cadavezquelallamosaltaelbuzóndevoz.HetelefoneadodosvecesaChristian,peroél
tampocoharespondido.
TessasevaacabrearporqueheidoacasadeZed,sientealgoporélquejamáscomprenderéni
toleraré.Apartirdehoyrezarépornotenerquepreocuparmemásporél.
«Amenosquenoquierasepararsedeél...»
No.Nomepermitodudardeella.SéqueStephmehallenadolacabezadementirasquesehan
coladoencadagrietademiestructura.SirealmenteZedsehubierafolladoaTessa,podríahaberusado
estatardecomoexcusaperfectaparaechármeloencara.
EntroencasademipadresinllamarybuscoaLandonoaKarenporlaplantabaja.Karenestáen
lacocina,depiejuntoalosfogonesyconunbatidordevarillasenlamano.Sevuelveymesaludacon
una sonrisa cálida, aunque su mirada se ve triste y fatigada. Un sentimiento de culpa familiar se
extiendeportodomicuerpoalrecordarlasmacetasquerompísinquererensuinvernadero.
—Hola, Hardin. ¿Estás buscando a Landon? —me pregunta dejando el batidor en un plato y
secándoselasmanosenelextremodesudelantalestampadoconfresas.
—Laverdad...esquenolosé—admito.
«¿Quéestoyhaciendoaquí?»
¿Cuánpatéticaesmividaahoramismoquemeconsuelaveniraestacasaantesqueaningúnotro
lugar?SéqueesporlosrecuerdosquetengodecuandoestabaaquíconTessa.
—Está arriba, hablando por teléfono con Dakota —dice entonces.Hay algo en su tono que me
descoloca.
—¿Ha...? —No soy muy bueno interactuando con otras personas que no sean Tessa, y soy
especialmentemaloenfrentándomealasemocionesdelosdemás—.¿Hatenidounmaldíaoalgo?—le
preguntosonandocomounidiota.
—Esocreo.Loestápasandomal.Nomehacontadonada,peroparecemuyenfadadoúltimamente.
—Sí...—asiento,aunqueyonohenotadonadadistintoenelhumordemihermanastro.Además,
heestadodemasiadoocupadoyesolohaobligadoacuidardeRichardhastaahora—.¿Cuándovuelvea
irseaNuevaYork?
—Dentrodetressemanas.—Intentaocultareldolorensutonoalpronunciaresaspalabras,pero
fracasaestrepitosamente.
—Ah.—Cadaminutoquepasamesientomásincómodo—.Bueno,tengoqueirme.
—¿Noquieresquedarteacenar?—mepreguntailusionada.
—Hum...,no,gracias.
Entrelacharlaconmipadreestamañana,elratoquehepasadoconZedyahoraestacosararacon
Karen,estoydesbordado.NopuedoarriesgarmeaquelesucedaalgoaLandon.Noseríacapazdetratar
conéleneseestado,hoyno.Aúnmequedallegaracasa,dondemeesperaunyonquienrehabilitación
yunaputacamavacía.
Capítulo111
Tessa
Kimberlymeestáesperandoenlacocinacuandovuelvodelafacultad.Tienedelantedoscopasdevino,
unallenaylaotravacía,loquemedicequemisilencioleconfirmóqueyonosabíaqueHardintenía
pensadoirseaInglaterra.
Meofreceunasonrisacomprensivacuandodejolabolsaenelsueloymesientoeneltabureteque
hayjuntoaella.
—Hola,guapa.
Vuelvolacabezacongestoexageradoparaverlelacara.
—Hola.
—¿No lo sabías? —Hoy lleva el pelo rizado y le cae perfectamente sobre los hombros. Sus
pendientesnegrosconformadelazoresplandecenbajolaslucesbrillantes.
—No.Nomelohabíadicho—suspiroagarrandolacopadevinollena.
Seríeycogelabotellaparallenarlacopavacía,laqueeraparamí.
—ChristianmehadichoqueHardinaúnnolehadadounarespuestadefinitiva.Nodeberíahaberte
contadonadahastasaberlocontotalseguridad,peroteníalaimpresióndequenotehabíamencionado
lodelaboda.
Rápidamente,metragoelvinoblancopormiedoaescupirlo.
—¿Québoda?
Meapresuroapegarleotrotragoantesdeabrirdenuevolaboca.Semeocurreunaidealoca...Que
Hardin se va a Inglaterra para casarse. En plan matrimonio de conveniencia. Eso todavía se hace en
Inglaterra,¿no?
No, no se hace. Pero sólo de pensarlo se me ponen los pelos de punta mientras espero a que
Kimberlysigahablando.¿Yaestoyborracha?
—Sumadrevaacasarse.HatelefoneadoaChristianestamañanaparainvitarnos.
Rápidamentebajolavistaalaencimeradegranitooscuro.
—Nosabíanada.
La madre de Hardin se casa dentro de dos semanas y Hardin ni siquiera lo ha mencionado.
Entoncesmeacuerdo...deloraroqueestabaantes.
—¡Poresohaestadollamándolotanto!
Kimberlymemiraconunosojosquepareceninterrogantesdeneónybebeunsorbodesucopade
vino.
—¿Qué debo hacer? —le pregunto—. ¿Finjo que no sé nada? Hardin y yo nos hemos estado
comunicandomuchomejorúltimamente...—divago.
Sé que sólo hace una semana que las cosas han mejorado, pero para mí ha sido una semana
alucinante. Siento como si hubiéramos progresado más en los últimos siete días que en los últimos
meses.Hardinyyohemosestadohablandodeproblemasqueantessehabríanconvertidoengrandes
peleasagritos;sinembargo,ahoraestoydevueltaenelpasado,acuandomeocultabalascosas.
Siemprelopillo.¿Esqueaestasalturasaúnnosehadadocuenta?
—¿Teapeteceir?—preguntaKimberly.
—Nopodríaniaunquemehubieraninvitado.—Apoyolamejillaenlamano.
Ellamuevesutaburetehaciaunladoycogeelbordedelmíoparagirarloytenermecaraacara.
—Tehepreguntadositeapeteceir—insiste.Elalientolehueleunpocoavino.
—Claro,meencantaría,pero...
—¡Entoncesdeberíasir!Tellevarédeacompañantesiesnecesario.Estoyseguradequealamadre
deHardinlegustarátenerteallí.Christiandicequeteadora.
ApesardequeelsecretodeHardinmehapuestodeunhumordeperros,suspalabrassoncomo
músicaparamisoídos.YotambiénadoroaTrish.
—Nopuedoir.Notengopasaporte—digo.Además,nopuedopermitirmeunbilletedeaviónde
últimahora.
Kimquitaimportanciaamisperos.
—Esosepuedeacelerar.
—Nosé...—contesto.
LasmariposasenelestómagoquesientosólodepensarenInglaterrahacenquemedenganasde
correr pasillo abajo, encender el ordenador y buscar cómo se consigue un pasaporte, pero el
desagradabledescubrimientodequeHardinmehaestadoocultandolabodaapropósitomeobligaano
levantarmedelasiento.
—Nilodudes.ATrishleencantaríaquefueras,yDiossabequeHardinnecesitaunempujoncito
paracomprometerse.—Bebedesucopadevinoydejaunaenormehuellarojadecarmínenelborde.
EstoyseguradequeHardintienesusmotivosparanohabérmelocontado.Siva,esprobableque
noquieraqueloacompañeaInglaterra.Séqueloatormentasupasadoy,pormuchoqueparezcauna
locura, es posible que sus demonios sigan vagando al acecho por las calles de Londres, esperando
encontrarnos.
—Hardinnoesasí—ledigo—.Cuantomásinsista,másseresistirá.
—Puesentonces...—medaunpequeñotoqueconlapuntadesuzapatodetacónrojo—vasatener
queplantarteynocederniunsolopalmo.
Meguardosuspalabrasparaanalizarlasmástarde,cuandoyanoestébajosuatentamirada.
—AHardinnolegustanlasbodas.
—Atodoelmundolegustanlasbodas.
—A Hardin, no. Las detesta, y también el concepto de matrimonio —le digo, y observo con
especialcuriosidadcómoabrelosojosydejasucopaencimadelabarradedesayunoconcuidado.
—Pues...entonces...loque...quierodecir...—Parpadea—.¡Nosemeocurrequédecir,yesoyaes
decirmucho!—replicaechándoseareír.
Nopuedoevitarreírmeconella.
—¿Melodicesomelocuentas?
LarisadeKimberlyescontagiosaapesardemimalhumor,esalgoquemeencantadeella.Desde
luego,avecessemetedondenolallaman,ynosiempremesientocómodaconcómohabladeHardin,
pero es muy sincera y abierta, dos cualidades que aprecio mucho en ella. Llama a las cosas por su
nombre,yescomounlibroabierto.Notienedoblez,adiferenciademuchaspersonasqueheconocido
últimamente.
—Y¿quévaisahacer?¿Sernovioseternamente?—pregunta.
—Esomismoledijeyo.
Nopuedoevitarreírme.Puedequeseaelvinoqueyameheterminado,puedequeporquellevo
toda la semana sin pensar en el hecho de que Hardin ha rechazado cualquier clase de compromiso a
largoplazo...Nolosé,perosientabienecharseunasrisasconKimberly.
—Y¿quéhaydeloshijos?¿Noteimportatenerniñossinestarcasada?
—¡Niños!—Meechoareírotravez—.Noquieretenerniños.
—Estoseponecadavezmejor.—Ponelosojosenblanco,cogesucopaylaremata.
—Eso dice ahora, pero espero que... —No termino de formular mi deseo. Dicho en voz alta me
haceparecerdesesperada.
Kimberlymeguiñaelojo.
—¡Tepillé!—diceconcaradeentendermealaperfección.
Agradezcoentoncesquecambiedetemayempieceahablardeunapelirrojadelaoficina,Carine,
quesehapilladodeTrevor.Selosimaginaenlacama,comodoslangostaschocandolaunacontrala
otrasinsabermuybienquéhacer,ymeentralarisaotravez.
Paracuandollegoamihabitaciónsonlasnuevepasadas.Heapagadoelmóvilparapoderpasarunrato
conKimberlysininterrupciones.LehecontadoqueHardintienepensadoveniraSeattlemañanaenvez
delviernes.Sehaechadoareírymehadichoqueyasabíaellaquenoibaapoderaguantartantosin
verme.
Todavía tengo el pelo mojado tras salir de la ducha y ya he preparado la ropa para mañana. Lo
estoy posponiendo, lo sé. Seguro que cuando encienda el móvil tendré que lidiar con Hardin,
enfrentarmeaél,ono,conrespectoalaboda.Enunmundoperfecto,simplementesacaríaeltemay
Hardin me invitaría a ir con él. Me explicaría que estaba esperando a encontrar el mejor modo de
convencermeantesdeinvitarme.Peroestemundonoesperfectoymeestoyponiendomuynerviosa.
MeduelesaberqueloqueledijoSteph,fueraloquefuese,lesentótanmalquehavueltoaocultarme
cosas.Laodio.QuieroaHardinconlocuraysólodeseoqueabralosojosyveaquenadadeloqueella
ocualquieraledigapodrácambiareso.
Indecisa, saco el móvil del bolso y lo enciendo. Tengo que llamar a mi madre y mandarle un
mensajeaZed,peroprimeroquierohablarconHardin.Hayvariasnotificacionesenlapartesuperiorde
lapantallayeliconodelosmensajesparpadea.Aparecenunotrasotro,todosdeHardin.Lollamosin
leerlos.
Locogealaprimera.
—Tessa,¿quécoñopasa?
—¿Hasintentadollamarme?—preguntotímidamentecontodalainocenciadelmundo,tratandode
queningunodelosdospierdalacalma.
—¿Me preguntas si he intentado llamarte? ¿Me tomas el pelo? Llevo tres horas llamándote sin
parar—resopla—.InclusohellamadoaChristian.
—¿Qué?—exclamo,peronoquieroempezarconlosgritos,asíquerápidamenteañado—:Estaba
pasandounratoconKim.
—¿Dónde?—exigesaberalinstante.
—Aquí,encasa—digo,yempiezoadoblarlaropasuciayacolocarlaenelcestodelacolada.La
meteréenlalavadoraantesdeacostarme.
—Ya, pues la próxima vez que necesites... —Deja escapar un gruñido de frustración y cuando
empieza a hablar de nuevo su voz es un poco más dulce—: La próxima vez podrías enviarme un
mensajedetextooalgoasíantesdeapagarelmóvil.—Suspirayañade—:Yasabescómomepongo.
Agradezco el cambio de tono y el hecho de que se haya mordido la lengua antes de soltarme la
perlaquemeibaasoltaryqueprefieronooír.Pordesgracia,laalegríaquemehabíaproporcionadoel
vino casi ha desaparecido por completo, y el hecho de haber descubierto que Hardin planea irse a
Inglaterramepesacomounalosaenelpecho.
—¿Qué tal tu día? —le pregunto con la esperanza de que me cuente lo de la boda si le doy la
oportunidaddehacerlo.
Suspira.
—Hasido...largo.
—El mío también. —No sé qué decirle sin delatarme y preguntárselo a las claras—. Zed me ha
escrito.
—¿Ah,sí?—Lodiceconcalma,perodetectounpuntobordequenormalmentemeintimidaría.
—Sí,estamañana.DicequeeljuevesvendráaSeattle.
—Y¿quélehascontestado?
—Nada,demomento.
—¿Porquémelocuentas?—pregunta.
—Porquequieroqueseamossinceroselunoconelotro.Seacabaronlossecretosyelocultarnos
cosas.—Hagoénfasisenestoúltimoconlaesperanzadeanimarloaquemecuentelaverdad.
—Ya...Puesgraciasporcontármelo,enserio—dice.Noañadenadamás.
«¿Estádebroma?»
—Sí... ¿No hay nada que tú quieras contarme? —pregunto. Todavía me estoy aferrando a la
esperanzadequecorrespondaamisinceridad.
—Pues...Hoyhehabladoconmipadre.
—¿Deveras?¿Sobrequé?—Menosmal.Yasabíayoqueentraríaenrazón.
—ParatrasladarmealaUniversidaddeSeattle.
—¿Enserio?—Mesalemásungrititoqueotracosa,ylaprofundacarcajadadeHardinresuenaal
otroladodelalínea.
—Sí, pero dice que eso retrasaría mi graduación y que no tiene sentido que me traslade con el
trimestretanavanzado.
—Vaya...—Creoquemicorazónhahechounmohín.Dudouninstanteantesdepreguntarle—:¿Y
después?
—Sinproblema.
—¿Sinproblema?¿Asídefácil?—Lasonrisaquesemedibujaenlacaraesmayorquetodolo
demás.Ojaláestuvieraaquí:locogeríadelacamisetayleplantaríaunbesodepelículaenlosmorros.
Entoncesdice:
—¿Paraquéposponerloinevitable?
Semeborralasonrisadelacara.
—LodicescomosiSeattlefuerapeorquelacárcel.
Nocontesta.
—¿Hardin?
—Noloveoasí.Sóloesquetodoestomemolesta.Hemosperdidomuchotiempoyesomecabrea.
—Loentiendo—digo.Nohaescogidolaspalabrasmáselegantesdelmundo,peroessumanerade
decirmequemeechademenos.Estoyquedoysaltosdealegría.¡VaatrasladarseaSeattleconmigo!
Llevamosmesespeleándonosporlomismoyderepentehaaccedidosinmás—.Entonces¿tevienesa
Seattle?¿Estásseguro?—Tengoquepreguntárselo.
—Sí.Estoylistoparaempezardecero.Seattleestanbuensitiocomocualquierotro.
Merodeoelcuerpoconlosbrazosdelaemoción.
—¿NovasairteaInglaterra?—ledoyunaúltimaoportunidadparaquemecuentelodelaboda.
—No.NomevoyaInglaterra.
Ya he ganado la gran batalla de Inglaterra, así que cuando el enfado por la boda resurge, me
aguanto y no le busco las cosquillas a mi chico. Ya veremos qué pasa con eso. De momento, voy a
conseguirloquequiero:aHardinenSeattle,conmigo.
Capítulo112
Tessa
Alamañanasiguiente,cuandosuenalaalarmademimóvil,estoyagotada.Apenashedormidonada.
Mehepasadohorasdandovueltas,siempreapuntodequedarmedormidaperosinconseguirlo.
NosésihasidoporlaemocióndequeHardinporfinaccedieraavenirseaviviraSeattleoporla
discusiónquevamosatenersobreInglaterra,peronohepegadoojoytengomalacara.Noestanfácil
disimularlasojerasagolpedecorrectorcomodicenlasfirmasdecosméticos,ytengoelpelocomosi
hubierametidolosdedosenunenchufe.Porlovisto,laalegríaquesientoalsaberquevoyatenerlo
aquíconmigonobastaparamitigarlaansiedadquemeproducequemeestémintiendo.
AceptoelofrecimientodeKimberlyynosvamosatrabajarjuntas,asídispongodeunosminutos
másparaaplicarmeotracapaderímelmientrasellacambiadeuncarrilaotrosinningúncuidadoporla
autopista.MerecuerdaaHardin:maldicealosdemáscochesypegabocinazossinparar.
HardinnohamencionadosisiguepensandoenvenirhoyaSeattle.Cuandoselopreguntéanoche,
justoantesdecolgar,medijoquemeloconfirmaríaporlamañana.Soncasilasnueveynosénadade
él.Noparodepensarquelepasaalgoyque,sinoloresolvemosbien,nosdaráproblemas.Stephha
sembradoladudaenél,loséporcómoreceladetodoloqueledigo.Vuelveaocultarmecosasyme
aterraladeconflictosqueesopodríacausarnos.
—Alomejordeberíasirtúaverloestefindesemana—mesugiereKimberlysindejardeinsultar
auncamiónyaunMini.
—¿Resultatanevidente?—lepreguntodespegandolamejilladelfríocristaldelaventanilla.
—Saltaalavista.
—Perdonaqueestétandepre—suspiro.
Noestanmalaidea.EchomuchísimodemenosaLandon,yestaríabienvolveraveramipadre.
—Sí,loestás.—Mesonríe—.Peronadaquenoarregleunatazadecaféyunpocodepintalabios.
Asientoyrápidamentesaledelaautopista,conungirodecientoochentagradosenmitaddeuna
intersecciónconmuchotráfico.
—Conozcounapequeñacafeteríaporaquícerca—dice—.Esfantástica.
Para cuando llega la hora de la comida, mis agobios matutinos han desaparecido, y eso que sigo sin
noticiasdeHardin.Leheescritodosvecesperoheconseguidonollamarlo.Trevormeestáesperando
sentadoaunamesavacíadelasaladedescansocondosplatosdepasta.
—Mehanenviadolacomidadosvecesyhepensadoque,almenosporundía,podríalibrartedela
fiambrera.—Sonríeymepasaunpaqueteconcubiertosdeplástico.
La pasta sabe tan bien como huele. La deliciosa salsa Alfredo me recuerda que hoy casi no he
desayunado,ymesonrojocuandosemecaelababaalllevarmealabocaeltenedorporprimeravez.
—Está buena, ¿verdad? —sonríe Trevor limpiándose con el pulgar la comisura del labio para
recogerunagotadelasalsacremosa.Sellevaeldedoalabocaynopuedoevitarpensarenloraroque
resultaelgestoenunhombrevestidocontraje.
—Mmm...—Nosoycapazdecontestarleporqueestoydemasiadoocupadacomiéndomemiplato.
—Me alegro... —responde él apartando sus ojos azul oscuro de los míos y revolviéndose en su
asiento.
—¿Vatodobien?—lepregunto.
—Sí...Esque...queríacomentarteunacosa.
Derepentemepreguntosinohabrápedidodosplatosdepastaapropósito.
—Adelante...—contestorezandoparaqueestonosepongademasiadoincómodo.
—Puedequesueneunpocoraro—dice.
«Genial.»
—Adelante—contestoanimándoloconunasonrisa.
—Vale... Allá voy. —Hace una pausa y se pasa el dedo por uno de los gemelos de la camisa—.
CarinemehapedidoquevayaalabodadeKrystalconella.
Aprovechoymemetomáspastaenlabocaparanotenerquedecirnadademomento.Deverdad,
noséporquémelocuentaniquésesuponequedebocontestar.Asiento,animándoloaseguir,eintento
noreírmepensandoenlobienqueKimberlyimitabaayeraCarine.Fuelamonda.
—Mepreguntabasihayalgunarazónporlaquedebadecirlequeno...—diceTrevor,ymemira
comosiesperaraunarespuesta.
Estoy segura de que se asusta cuando me atraganto, pero cuando me mira con preocupación
levantoundedoysigomasticando,aconciencia,ytragoconfuerzaantesdecontestar:
—Noveoporquénodeberíasaceptar.
Esperoqueconesobaste.Peroentoncessiguehablando:
—Lo que quiero decir es que... —Mi única esperanza es que adivine que, en realidad, sé
exactamenteloquequieredecirynoacabelafrase.
Nohaysuerte.
—Sé que tienes una relación intermitente con Hardin y que ahora mismo no estáis juntos. Sólo
queríaestarsegurodequepuedodedicarletodomiafecto,sindistracciones,antesdeaceptar.
Noséquédecir,asíquepreguntoenvozbaja:
—¿Soyunadistracción?
Esto es muy incómodo, pero Trevor es muy dulce y se ha sonrojado tanto que me dan ganas de
consolarlo.
—Sí,lohassidodesdequellegasteaVance—diceatropelladamente—.Notelotomesamal,es
queheestadoesperandoyqueríadejarclarasmisintencionesantesdeexplorarlaposibilidaddeiniciar
unarelaciónconotrapersona.
YaquítengoamiseñorCollins,aunqueesmuchomásguapoqueeloriginal.Mesientotanmal
porélcomoElizabethBennettenOrgulloyprejuicio.
—Trevor,losientomucho,yo...
—No pasa nada, de verdad. —Su mirada es tan sincera que me hace daño—. Lo entiendo. Sólo
queríaconfirmarloporúltimavez.—Escarbaunpococoneltenedorensuplatodepastayañade—:
Supongoquenohetenidobastantecontodaslasvecesanteriores.
Seríenervioso,envozbaja,yporsimpatíameríoconél.
—Esmuyafortunada—digoesperandoaliviarlavergüenzaqueséquesiente.
NodeberíahaberlocomparadoconelseñorCollins,Trevornoesnitanagresivonitanmolesto.
Mebebounenormetragodeaguayesperoqueconestoacabetodo.
—Gracias —dice, pero añade con una pequeña sonrisa—: A lo mejor así Hardin dejará de
llamarmeelputoTrevor.
Tengoquetaparmelabocaconlamanoparanoescupirtodaelaguaquehebebido.Tragoamucha
velocidadyexclamo:
—¡Nosabíaquelosabías!—Meríodelomalquemesientoporél.
—Sí, se le ha escapado alguna vez —explica él de buen humor, y me alegro de que podamos
reírnosjuntos,comoamigos,sinlugaralaconfusión.
Sinembargo,lobuenoseacabapronto.ATrevorseleborralasonrisadelacara.Mevuelvo,está
mirandohacialapuerta.
—¡Québienhuele!—diceunadelascotillasalaotraalentrar.Mesientounpocomezquinaporlo
muchoquelasdetesto,peronopuedoevitarlo.
—Deberíamosirnos—mesusurraTrevormirandodereojoalamásbajita.
Mequedomirándoloperpleja,peromelevantoytirolabandejavacíadepoliestirenoalabasura.
—Hoyestásespectacular,Tessa—medicelamásalta.
Noséinterpretarsuexpresión,peroséqueseestáburlandodemí.Séquehoyestoyhorrorosa.
—Ya,gracias.
—Elmundoesunpañuelo,¿HardinsiguetrabajandoparaBolthouse?
Semeresbalaelbolsodelhombroycojolatiradecueroatodavelocidadantesdequellegueal
suelo.
«¿ConoceaHardin?»
—Asíes—digoenderezándomeparafingirquenomeafectaquelomencione.
—Mándalerecuerdosdemiparte—diceconunasonrisaburlona.
Damediavueltaydesaparececonsupérfidasegundona.
—¿Aquédemonioshavenidoeso?—lepreguntoaTrevordespuésdecomprobarquesehanido
deverdadynonosestánespiando—.¿Túsabíasqueibanadecirmealgo?
—Noestabaseguro,perolosospechaba.Lasheoídohablardeti.
—¿Quédecían?Sinisiquierameconocen.
Vuelveaestarincómodo.Trevoreslapersonamástransparentequeconozco.
—Nohandichonadasobretienconcreto...
—EntoncesestabanhablandodeHardin,¿no?—pregunto.Asienteymeconfirmamissospechas
—.¿Quéhandichoexactamente?
Trevorsemetelacorbatarojapordentrodeltraje.
—Pues...preferiríanotenerquedecírtelo.Serámejorqueselopreguntesaél.
La reticencia de Trevor me da muy mala espina, y me estremezco al pensar que Hardin pueda
haberseacostadoconunadeesastipas.Oconlasdos.Nosonmuchomayoresqueyo:veinticincocomo
mucho,yhedeadmitirquelasdossonguapas.Vanmuchomásarregladasyexageradasqueyo,perono
dejandeseratractivas.
El camino de vuelta a mi despacho se me hace largo y los celos se apoderan de mí. Si no le
preguntoaHardinporesachica,mevoyavolverloca.
Lollamonadamásentrarenmidespacho.Tengoquesabersivaavenirestanoche,necesitoun
pocodeseguridad.
El nombre de Zed aparece en la pantalla de mi móvil antes de que pueda marcar el número de
Hardin.Hagounamuecaperodecidoquecuantoanteslocoja,mejor.
—Hola—digo,peronomesalenatural.Suenafalso,demasiadoalegre.
—Hola, Tessa, ¿cómo te va? —pregunta él. Siento que hacía siglos que no oía su voz
aterciopelada,aunqueséquenoesasí.
—Va...—Apoyolafrenteenelfríoescritorio.
—Noparecesmuycontenta.
—Estoybien,sóloesquellevomuchoentremanos.
—Precisamenteporesotellamo.SéquetedijequeestaríaenSeattleeljueves,perohahabidoun
cambiodeplanes.
—¿Yeso?—«Quéalivio.»Miroaltechoyrespirohondo.Nomehabíadadocuentadequeestaba
conteniendolarespiración—.Nopasanada.Lapróximavez...
—No, quiero decir que ya estoy en Seattle —dice, y de inmediato se me acelera el pulso—. He
viajado de noche, con la camioneta, ha sido genial. Sólo estoy a unas manzanas de tu oficina y no
quieromolestarteeneltrabajo,peropodríamoscenarjuntosoalgocuandosalgasdetrabajar.
—Pues... —Miro el reloj. Son las dos y cuarto y Hardin no ha respondido a ninguno de mis
mensajes—.Nosésiesbuenaidea.Hardinvieneestanoche—confieso.
PrimeroTrevoryahoraZed.¿Esqueladoblecapaderímelmehagafadooqué?
—¿Estássegura?—mepreguntaZed—.Loviayerdefiesta...,eramuytarde.
«¿Qué?»Hardinyyoestuvimoshablandoporteléfonoanochehastalasonce.¿Quéhayabiertoa
esahora?¿Haestadomatandoelratootravezconésosalosqueélllamasusamigos?
—Nosé...—digodándomedecabezazoscontralamesa.Nomehagodaño,peroséqueZedpuede
oírlos.
—Sólovamosasaliracenar.Luegotedejaréseguirconloqueseaquetengasplaneado—insiste
—.Seráagradableverunacaraconocida,¿quémedices?
Comosiloestuvieraviendo:estásonriendo,esesasonrisaquetantomegusta.Asíquepregunto:
—He venido a trabajar con una compañera y no tengo aquí el coche. ¿Te importa venir a
recogermealascinco?
Ycuandoaccedelamardecontento,estoyemocionadaymuertademiedo.
Capítulo113
Tessa
AlascincomenoscincointentollamaraHardin,peronolocoge.¿Dóndesehabrámetidotodoeldía?
¿Estaba Zed en lo cierto y anoche estuvo por ahí hasta las tantas? ¿Es posible que esté de camino a
Seattleparadarmeunasorpresa?Nomelocreoniyo.Sientounaopresiónenelpechohorribledesde
queheaccedidoaveraZed.SéqueaHardinnolegustanadaqueseamosamigos.Ledatantarabiaque
inclusotienepesadillasyaquíestoyyo,echándoleleñaalfuego.
Nomemolestoenarreglarmeelpelonienretocarmeelmaquillajeantesdecogerelascensory
bajar al vestíbulo, y decido ignorar la atenta mirada de Kimberly. No debería haberle contado mis
planes.VeolacamionetadeZedatravésdelospanelesdecristalydagustoverla.Meapetecemucho
verunacaraconocida.PreferiríaquefueraladeHardin,peroZedestáaquíyélno.
Saltadesucamionetaparasaludarmeencuantosalgodeledificio.Sonríedeorejaaorejayveo
quellevalacaracubiertadevellonegro.Vavestidoconvaquerosnegrosyunacamisetagrisdemanga
larga.Estátanguapocomosiempreyyoparezcounazombi.
—Hola.—Sonríeymeesperaconlosbrazosabiertos.
Noséquéhacer,peroporeducaciónmelanzoarecibirsuabrazo.
—Cuántotiempo—diceconlabocaenmipelo.
Asientoypregunto:
—¿Quétalelviaje?—mientrasmeseparodeél.
Suspira.
—Largo.Perohepodidoaprovecharparaescucharbuenamúsicaporelcamino.
Meabrelapuertadelacompañanteymeapresuroasubirparaescapardelairefrío.Enelinterior
delvehículohacecaloryhueleaél.
—¿Cómoesquehasvenidoundíaantes?—preguntoparainiciarlaconversaciónmientrasélse
incorporaaltráficovacilante.
—Hecambiadodeplanes,esoestodo.—Susojosvandeunretrovisoraotro.
—Daunpocodemiedoeltráficodeestaciudad—ledigo.
—Mucho.—Sonríesinapartarlavistadelacarretera.
—¿Sabesadóndequieresiracenar?Nohetenidotiempodeverlaciudad,asíquetodavíanosé
cuálessonlossitiosbuenos.
Miro el móvil. Hardin sigue sin dar señales de vida. Busco restaurantes en una aplicación y en
cuestióndeminutosZedyyodecidimosiraunpequeñogrilldeestilomongol.
Yo me pido pollo con verduras y contemplo admirada cómo el chef prepara la comida delante de
nosotros. Nunca había estado en un sitio así, y a Zed le parece muy divertido. Nos hemos sentado al
fondo del pequeño restaurante. Tengo a Zed justo enfrente y permanecemos tan callados que resulta
incómodo.
—¿Quépasa?—preguntoescarbandoenmicomida.
LamiradadeZedrebosapreocupación.
—Nosésideberíamencionarlo...Parecequeahoramismoestásunpocodesbordadayquieroque
telopasesbien.
—Estoybien.Dimeloquetengasquedecir.—Mepreparoparaelgolpequeséquevoyarecibir.
—AnocheHardinvinoamicasa.
—¿Qué?—Nopuedoocultarlasorpresaenmivoz.¿Porquéhabráhechoeso?Ysilohahecho,
¿cómo es que Zed está sentado aquí conmigo sin un rasguño, sin un moratón?—. ¿Qué quería? —
pregunto.
—Decirmequenomeacercaseati—contestaalinstante.
CuandolemencionéanocheaHardinelmensajedeZedparecíacompletamenteindiferente.
—¿A qué hora? —pregunto esperando que fuera después de que hablásemos al respecto de no
ocultarnoslascosas.
—Porlatarde,pronto.
Dejoescaparunsuspirodeexasperación.AvecesHardinnotienelímites,ysulistadeofensases
cadavezmáslarga.
Memasajeolassienes.Derepenteheperdidoelapetito.
—¿Quétedijoexactamente?
—Queledabaigualcómolohiciera,ositeníaqueherirtussentimientos,peroquenecesitabaque
nomeacercaraati.Estabatantranquiloquedabamiedo.—Leclavaeltenedoraunfloretedebrócoliy
selollevaalaboca.
—Y¿aunasíhasvenido?
—Sí.
La batalla cargada de testosterona entre estos dos me tiene más que harta, y yo me mantengo al
margen,intentandoimponeralgodepazyfracasandomiserablemente.
—¿Porqué?
Susojosdecolorcarameloencuentranlosmíos.
—Porquesusamenazasyanofuncionanconmigo.Nopuededecirmedequiénpuedoseramigo,y
esperoquetúopineslomismo.
DecirquemecabreaqueHardinfueraacasadeZedesquedarsecorto.Memolestatodavíamás
que no me dijera nada anoche y que quisiera que Zed hiriese mis sentimientos con tal de poner fin a
nuestraamistadmientrasélmanteníaocultosupapelenlaintriga.
—OpinoigualenloquerespectaaqueHardincontrolemisamistades.—Encuantopronunciolas
palabras,aZedlebrillanlosojosconunamiradatriunfal,cosaquetambiénmecabrea—.Perotambién
creoquetienebuenasrazonesparanoquererqueseamosamigos,¿noteparece?
Élmenealacabezaconciliador.
—Síyno.Novoyaocultarloquesientoporti,perotampocovoyainsistir.Yatedijequeaceptaré
loquepuedasofrecermey,sisólopodemosseramigos,esoseremos.
—Séquenovasainsistir.—Elijorespondersóloalamitaddesucomentario.
Zednuncamepresionaparaquehaganadaynuncaintentaobligarmeahacernada,perodetesto
cómohabladeHardin.
—¿Puedesdecirlomismodeél?—meretamirándomeintensamente.
ElimpulsodedefenderaHardinmehacecontestar:
—No,nopuedo.Sécómoes,peroesqueélesasí.
—Siempresalesadefenderlo.Noloentiendo.
—Nifaltaquetehace—respondocortante.
—¿Túcrees?—contestaZedconcalma,frunciendoelceño.
—Sí.—Pongolaespaldarectaymeyergotodoloquepuedo.
—¿Notemolestaqueseatanposesivo,quetedigaaquiénpuedestenercomoamigo...?
—Memolesta,pero...
—Seloconsientes.
—¿HasvenidohastaSeattlepararecordarmequeHardinescontrolador?
Abrelabocaparahablar,perovuelveacerrarla.
—¿Qué?—lopresiono.
—Eressuyaymepreocupas.Tenotoestresada.
Suspirovencida.Estoyestresada,demasiado,peropelearmeconZednovaasolucionarnada.Sólo
hacequemesientaaúnmásfrustrada.
—Novoyaexcusarlo,perotúnosabesnadadenuestrarelación.Nosabescómoescuandoestá
conmigo.Nolocomprendescomoyo.
Apartoelplatoymedoycuentadequelaparejadelamesadealladonosestámirando.Bajola
vozydigo:
—Noquierodiscutircontigo,Zed.Estoyagotadaymehacíamuchailusiónquepasáramosunrato
juntos.
Sereclinaensusilla.
—Meestoycomportandocomouncapullo,¿verdad?—diceconojostristes—.Perdóname,Tessa.
Podríaecharlelaculpaallargoviaje...Peronoesexcusa.Losiento.
—Nopasanada.Noqueríapagarlacontigo.Noséloquemeocurre.—Estáapuntodevenirmela
regla,seguroqueporesoestoyquemuerdo.
—Esculpamía,deverdad—dice,ymecogelamanoporencimadelamesa.
LatensiónsepodríacortarconuncuchilloynopuedodejardepensarenHardin,peromegustaría
pasarlobienunrato.Poresolepregunto:
—Y¿cómovatodolodemás?
Zedempiezaacontarmehistoriasdesufamilia,delcalorquehacíaenFloridalaúltimavezque
estuvo allí. La conversación recupera su flujo normal, fácil, disperso. La tensión se evapora y puedo
acabarmeelplatodepollo.
TerminamosdecenaryestamossaliendodelrestaurantecuandoZedpregunta:
—¿Tienesplanesparaestanoche?
—Sí,voyairalclubdejazzdeChristian.Loacabandeinaugurar.
—¿Christian?—preguntaél.
—Sí,mijefe.Estoyviviendoensucasa.
Arquealascejas.
—¿Estásviviendocontujefe?
—Sí.FuecompañerodeuniversidaddelpadredeHardinyesamigodetodalavidadeKenyde
Karen—leexplico.
NomehabíaparadoapensarqueZeddesconocelosdetallesdemivida.Aunquevinoarecogerme
traslafiestadecompromisoqueChristianledioaKimberly,nosabenadadeellos.
—Ah,asíescomoconseguistelasprácticasremuneradas—señala.
«Ayyy.»
—Sí—confieso.
—Esgenialigualmente.
—Gracias.—Miroporlaventanillaysacoelmóvildelbolso.Nada—.¿Quétienespensadohacer
enSeattle?—lepreguntomientrasintentoindicarlecómollegaralacasadeChristianyKimberly.Me
doy por vencida a los pocos minutos y tecleo la dirección en mi móvil. La pantalla se congela y se
apagadosvecesantesdecooperar.
—Noestoyseguro.Voyaverquétienenpensadomisamigos.¿Ysiquedamosunratomástarde?
¿Oantesdequemevayaelsábado?
—Estaríabien.Tellamaréparaconcretarlo.
—¿CuándovieneHardin?—Eltonoviperinodesupreguntanosemeescapa.
Vuelvoamirarlapantalladelmóvil,estavezporcostumbre.
—Nolosé.Puedequeestanoche.
—¿Ahora mismo estáis juntos? Sé que no íbamos a hablar más del asunto, pero estoy algo
confundido.
—Yotambién—reconozco—.Últimamentenosestamosdandoalgodeespacio.
—Y¿funciona?
—Sí.—Hastahaceunpardedías,cuandoHardinempezóadistanciarse.
—Esoestábien.
Tengoquesaberquélerondaporlacabeza.Séqueleestádandovueltasaalgo.
—¿Qué?
—Nada.Noquieressaberlo.
—Sí,síquequiero.—Séquevoyaarrepentirme,peromepuedelacuriosidad.
—Esquenoveoeseespacio.TúestásaquíenSeattle,viviendoconunosamigosdesufamilia,con
tujefenadamenos.Aunqueestéaunoscuantoskilómetrosdedistancia,tetienecontrolada,eintenta
apartardetialospocosamigosquetienes,esocuandonoestáaquícontigo.Yonoveoelespaciopor
ningunaparte.
LaverdadesquenosemehabíaocurridoverlodemiestanciaencasadeChristianyKimberly
desde esa perspectiva. ¿Es otra de las razones por las que Hardin me saboteó el alquiler del
apartamento?¿Paraque,sidecidíaveniraSeattle,tuvieraquevivirbajolavigilanciadelosamigosde
sufamilia?
Meneolacabezaintentandonopensar.
—Nosvabien.Séqueparatinotienesentido,peroanosotrosnosfunciona.Sé...
—Intentósobornarmeparaquemealejaradeti—meinterrumpeZed.
—¿Qué?
—Sí. Me estuvo amenazando y me dijo que le hiciera una oferta. Me dijo que me buscara otra
zorraenlauniversidadconlaquedivertirme.
«¿Zorra?»
Zedseencogedehombroscomosinada.
—Me dijo que nadie más te tendrá nunca y que estaba muy orgulloso de que siguieras con él
incluso después de que te dijera que se había acostado con Molly cuando vosotros dos ya habíais
empezadoasalir.
Que mencione a Hardin y a Molly es una puñalada trapera, y Zed lo sabe. Por eso lo ha dicho,
sabíaqueibaadolerme.
—Esoyalohemossuperado.NoquierohablardeHardinydeMolly—mascullo.
—Sóloquieroquesepasloquetienesentremanos.Cuandotúnoestás,élnoeslamismapersona.
—Esonoesmalo—replico—.Túnoloconoces.
Sientoungranalivioenelmomentoenquenosacercamosalasafuerasdelaciudad,señaldeque
estamosamenosdecincominutosdecasadeChristian.Cuantoanteslleguemos,mejor.
—Tútampoco,ésaeslaverdad—dice—.Tepasastodoeldíadiscutiendoconél.
—¿Adóndequieresiraparar,Zed?—Odioelrumboquehatomadonuestraconversación,perono
sécómovolveraencauzarlaporterritorioneutral.
—Aningunaparte.Sóloesperabaque,despuésdetodoestetiempoydetodalamierdaqueteha
hechotragar,vieraslaverdad.
Entoncessemeocurreunacosa.
—¿Lehasdichoqueibasavenir?
—No.
—Noestásjugandolimpio—ledigo.Lohepillado.
—Niéltampoco.—Suspira,desesperadopornosubirlavoz—.Mira,séquelodefenderáshastael
final,peronopuedesculparmeporquerertenerloqueéltiene.Quieroquemedefiendasamí,quiero
queconfíesenmíinclusocuandonodeberías.Siempreestoyaquíparatiyélno.—Sepasalamanopor
labarbaycogeaire—.Noestoyjugandolimpioyéltampoco.Hajugadosuciodesdeelprincipio.A
vecesjuraríaquesóloleimportastantoporquesabeloquesientoporti.
PoresoprecisamenteZedyyonuncapodremosseramigos.Nuncafuncionaráapesardelodulcey
comprensivo que es. No se ha dado por vencido y supongo que eso le honra. No obstante, no puedo
darleloquequiereynoquierosentirquetengoqueexplicarlemirelaciónconHardincadavezquelo
veo.Haestadoahísiemprequelohenecesitado,perosóloporqueyoselohepermitido.
—Nosésiquedalosuficientedemícomoparapoderdartemiamistad.
Memiraconexpresiónimpasible.
—Esoesporquetehaagotado.
Permanezcoensilencio,mirandolospinosquebordeanlacarretera.Nomegustalatensiónque
sientonitenerquecontenerlaslágrimas.EntoncesZedmusita:
—Noqueríaqueestanocheacabaseasí.Imaginoquenoquerrásvolveraverme.
Señaloporlaventanilla.
—Yahemosllegado.
Unsilencioincómodoytensollenalacabinadelacamionetahastaquelagigantescacasaaparece.
CuandomiroaZed,estáobservandolacasadeChristianconunosojoscomoplatos.
—Esaúnmásgrandequelaotra,lacasaalaquefuiabuscarteunavez—diceintentandoaliviarla
tensión.
Porhacerlomismo,empiezoacontarlequetienegimnasioyunacocinamuyespaciosa,ycómo
ChristiancontrolalacasamedianteeliPhone.
Yentonceselcorazónsemesubealagarganta.
ElcochedeHardinestáaparcadojustodetrásdelAudirelucientedeKimberly.Zedlovealmismo
tiempoqueyoperoniseinmuta.Mequedolívidaydigo:
—Serámejorquevayaadentro.
AparcamosyZeddice:
—Tepidodisculpasdenuevo,Tessa.Porfavor,notevayasenfadadaconmigo.Yatienesbastante.
Nodeberíahabertehechosentiraúnpeor.
Seofreceaentrarconmigoperoleaseguroquenopasanada,quetodoestábien.SéqueHardin
estarácabreado,másqueeso,peroyolaheliadoysoyyolaquetienequearreglarlo.
—Todo irá bien —afirmo con una sonrisa falsa antes de salir del coche y prometerle que le
mandaréunmensajeencuantopueda.
Soyconscientedequecaminomuydespaciohacialapuerta,peronoquieroirmásrápido.Estoy
intentandopensarquédebodecir,sideboonoenfadarmeconHardin,odisculparmeporhabervueltoa
veraZed.Entonceslapuertaseabre.
Hardin sale vestido con unos vaqueros oscuros y una camiseta blanca. Se me acelera el pulso a
pesardequesólollevodosdíassinverloymemueroportenerlocerca.Loheechadomuchodemenos
estosdías.
EstáimpertérritoysigueconunamiradaglaciallacamionetadeZed,quedesaparecedenuestra
vista.
—Hardin,yo...
—Entra—medicedemalamanera.
—Nome...—empiezoadecir.
—Hacefrío.Entra.—Melanzacuchillosconlamiradaquemeimpidendiscutir.
Mesorprendecuandomeponelamanoenlacinturacondelicadezaymeconducealacasa,donde
KimberlyySmithjueganalascartasenelsalón,ydeahíamihabitaciónsinmediarpalabra.
Con calma, cierra la puerta y echa el pestillo. Luego me mira y el corazón casi se me sale del
pechocuandomepregunta:
—¿Porqué?
—Hardin,nohapasadonada,telojuro.Mehadichoquehabíacambiadodeplanesyyomehe
sentidomuyaliviadaporquecreíaquenoibaavenir,peroacontinuaciónmehadichoqueyaestabaen
Seattleyquequeríaquefuéramosacenar.—Meencojodehombros,enparteparacalmarme—.Nohe
sabidodecirlequeno.
—Nuncahassabido—meespetasosteniéndomelamirada.
—Séqueayertepresentasteensucasa.¿Porquénomelodijiste?
—Porquenonecesitabassaberlo.—Respiraconfuerza,apenaspuedemantenerelcontrol.
—Noeresquiénparadecidirloquenecesitosaber—arremetocontraél—.Nopuedesocultarme
lascosas.¡Tambiénsélodelabodadetumadre!
—Sabíaqueibasareaccionarasí.—Levantalasmanos,intentandodefenderse.
Pongolosojosenblancoyechoaandarhaciaél.
—Yunamierda.
Nisiquierapestañea.Selemarcanlasvenasbajolospocossitiosquequedandepielblanca,azul
claroentrelazadocontintanegra.Aprietalospuños.
—Unacosadetrásdeotra.
—Seréamigadequienmedélagana,ytúvasadejardehacercosasamisespaldas,comopor
ejemploirporahíteniendopataletascomouncrío—leadvierto.
—Medijistequenoibasavolveraverlo.
—Losé.Antesnoloentendía,perodespuésdeestanochehedecididoquenovamosaseramigos.
Peronoporquetúlodigas.
Ahora sí que parpadea, pero de sorpresa. Por lo demás, mantiene el mismo nivel de potente
intensidad.
—Entonces,¿porqué?
Desvíolamiradauntantoavergonzada.
—Porqueséquetesientafatalynodeberíaseguirprovocándote.Sélomuchoquemedoleríaque
vieras a Molly... o a cualquier otra mujer. Dicho esto, no tienes derecho a controlar mis amistades,
aunquenopuedomentirydecirquenomesentiríaexactamenteigualquetúsiestuvieraentulugar.
Secruzadebrazosyrespirahondo.
—Y¿porquéahora?¿Quétehahechoparaquederepentehayascambiadodeopinión?
—Nada. No me ha hecho nada. Sólo que he tardado mucho en comprenderlo. Tenemos que ser
iguales,ningunodelosdosdeberíatenermáspoderqueelotro.
Porcómolebrillanlosojosséquequieredeciralgo,peroselimitaaasentir.
—Venaquí.—Abrelosbrazos,esperándome,comohacesiempre.Notardoencobijarmeenellos.
—¿Cómosabíasqueestabaconél?—Pegolamejillaasupecho.Sufraganciamentoladainvade
missentidosymequitaaZeddelacabeza.
—MelohadichoKimberly—explicaconlabocapegadaamipelo.
Frunzoelceño.
—Nosabemantenerlabocacerrada.
—¿Noibasadecírmelo?—Melevantalabarbillaconelpulgar.
—Sí,perohabríapreferidocontárteloyo.—SupongoqueleestoyagradecidaaKimberlyporser
tansincera.SeríamuyhipócritapormipartequererquesólofuerasinceraconmigoynoconHardin—.
¿Por qué no has venido a buscarnos? —pregunto. Si sabía que estaba con Zed, lo lógico es que lo
hubierahecho.
—Porque—suspira,mirándomealosojos—noparasdedecirqueescomouncicloqueserepitey
queríaromperlo.
Surespuesta,sinceraybienpensada,mellenaelcorazóndealegría.Loestáintentandodeverdad
yesosignificamuchoparamí.
—Aunqueestoycabreado—añade.
—Lo sé. —Le acaricio la mejilla con la yema de los dedos y sus brazos me estrechan con más
fuerza—.Yotambiénestoyenfadada.Nomehascontadolodelabodayquierosaberporqué.
—Estanocheno—meadvierte.
—Sí,estanoche.HasdicholoquequeríasdecirsobreZedyahorametocaamí.
—Tessa...—Aprietaloslabios.
—Hardin...
—¡Ereslopeor!—Mesueltayempiezaaandardeunladoparaotro,poniendounadistanciaentre
nosotrosquenopuedosoportar.
—¡Igualquetú!—contraatacoylosigoparaacercarmeaél.
—Noquierohablardelaputaboda.Yameestácostandobastantecontrolarme.Nomebusqueslas
cosquillas,¿vale?
—¡Bien!—digocasiagritos,aunquedoymibrazoatorcer.Noporquemedémiedoloquevayaa
decirme, sino porque acabo de pasar dos horas y media con Zed y sé que la rabia de Hardin es en
realidadunaformadeenmascarareldolorylaansiedadqueleacabodecausar.
Capítulo114
Tessa
Abroelcajóndelacómodaybuscounasbragaslimpiasyunsujetadorajuego.
—Voyadarmeunaducha.Kimberlyquieresaliralasochoyyasonlassiete—ledigoaHardin,
queestásentadoenelbordedemicamaconloscodosapoyadosenlasrodillas.
—¿Vasair?—seburla.
—Sí.Yatelohedicho,¿noteacuerdas?Paraesohasvenido,¿no?,paraquenovayasola.
—Nohevenidosóloporeso—dicealadefensiva.Lomiroconunacejaenaltoyélponelosojos
enblanco—.Noesquenoseaunodelosmotivos,peronoeselúnico.
—¿Siguesqueriendovenir?—lepreguntotentándoloconlaropainteriorquellevoenlamano.
Recibounasonrisapicaronacomorecompensa.
—No,noquieroir.Perositúvas,yotambién.
Lededicounaampliasonrisaperonomesiguecuandosalgodelahabitación.Quésorpresa.Ojalá
lohubierahecho.Nosémuybiendóndeestamosenestemomento.SéqueestáenfadadoporlodeZed
yyoestoymolestaporquemehaestadoocultandocosasotravez,peroengeneralmeencantaqueesté
aquíynoquieroperdereltiempodiscutiendo.
Meenvuelvoelpeloconunatoalla.Notengotiempoparalavármeloysecármeloantesdesalir.El
aguacalientealiviaenpartelatensióndemishombrosydemiespaldaperonomedespejalacabeza.
Tengoqueestardemejorhumorenunahora.EstoyseguradequeHardinsepasarálanochedemorros.
QuieroquenosdivirtamosconKimberlyyconChristian,noquierosilenciosincómodosniescenasen
público. Quiero que nos llevemos bien y que los dos estemos de buen humor. No he visto nada de
Seattledenochedesdequellegué,yquieroquemiprimerasalidanocturnasealomásdivertidaposible.
No paro de sentirme culpable por lo de Zed, pero es un gran alivio cuando mi enfado y mis
pensamientosirracionalessepierdenporeldesagüejuntoconelaguacalienteylosrestosdejabón.
Encuantocierroelgrifodeladucha,Hardinllamaalapuerta.Meenrollounatoallaalrededordel
cuerpoyrespirohondoantesdecontestar.
—Salgodentrodediezminutos.Tengoqueverquéhagoconmipelo.
Perocuandomemiroalespejo,ahíestáHardin.
Entornalosojosalverlamataencrespadasobremicabeza.
—Y¿ahoraquélepasa?
—Estáfueradecontrol—replicoechándomeareír—.Notardarénada.
—¿Vasaponerteeso?—dicemirandoelvestidonegroeincómodoquecuelgadelacortinadela
duchaporqueestabaintentandoquesedesarrugaraunpoco.Laúltimavezquemelopuse,durantelas
«vacacionesfamiliares»,lanocheacabóendesastre...Bueno,lasemana.
—Sí.Kimberlydicequesonmuyestrictosconelvestuario.
—¿Cómodeestrictos?—Hardinsemiralosvaquerosconmanchasylacamisetanegra.
Me encojo de hombros y sonrío para mis adentros. Me imagino a Kimberly diciéndole a Hardin
quesecambiederopa.
—Nopiensocambiarme—dice,yvuelvoaencogermedehombros.
Hardin no deja de mirar mi imagen en el espejo mientras me maquillo y me peleo con el pelo
armada con la plancha. El vapor de la ducha me lo ha encrespado mucho y está horrible. No tiene
arreglo. Al final, me lo recojo en la nuca. Al menos el maquillaje me ha quedado muy bien, para
compensarquemipelotieneundíadeperros.
—¿Vasaquedartehastaeldomingo?—lepreguntoponiéndomelaropainterioryembutiéndome
enelvestido.Quieroasegurarmedequemantenemoslatensiónbajocontrolynonospasamoslanoche
discutiendo.
—Sí,¿por?—respondeconcalma.
—Estaba pensando que, en vez de pasar el viernes aquí, podríamos volver para que pueda ver a
LandonyaKaren.Ytambiénatupadre,porsupuesto.
—Y¿quéhaydeltuyo?
—Ah...—SemehabíaolvidadoquemipadreestabaviviendoconHardin—.Heestadointentando
nopensarenesasituaciónhastaquepuedascontarmemás.
—Nocreoqueseaunabuenaidea...
—¿Porquéno?—pregunto.EchomuchodemenosaLandon.
Hardinsefrotalanucaconlamano.
—Nolosé...TodaestamierdaconStephyconZed...
—Hardin,novoyavolveraveraZedy,amenosqueStephaparezcaporelapartamentooporcasa
detupadre,tampocovolveréaverlaaella.
—Sigopensandoquenodeberíasir.
—Vasatenerquerelajarteunpoco—suspirorecolocándomeelmoño.
—¿Relajarme?—diceentonodeburla,comosilaideanuncaselehubierapasadoporlacabeza.
—Sí,tienesquerelajarte.Nopuedescontrolarlotodo.
Levantalacabezadegolpe.
—¿Nopuedocontrolarlotodo?Y¿melodicestú?
Meechoareír.
—VoyadejarquetesalgasconlatuyaencuantoaZedporqueséqueestámal.Peronopuedes
mantenermealejadadetodalaciudadsóloporquetepreocupequemeloencuentreaéloaunachica
desagradable.
—¿Yahasterminado?—inquiereapoyándoseenellavabo.
—¿Dediscutirodearreglarmeelpelo?—replicomirándoloconunasonrisadesuperioridad.
—Ereslopeor.—Medevuelvelasonrisaymedaunapalmadaenelculocuandomedoylavuelta
parasalirdelbaño.
Mealegrodequeestétanjuguetón.Lanochepintabien.
AtravesamoselpasillohaciamihabitacióncuandoChristiannosllamadesdelasaladeestar.
—Hardin,¿todavíaestásaquí?¿Tevienesaescucharunpocodejazz?Noesheavymetal,pero...
No oigo el resto porque estoy muerta de risa. Hardin se ha puesto a imitar a Christian Vance de
improviso.Ledoyunempujoncitoenelpechoyledigo:
—Veconél.Notardonadaenarreglarme.
Devueltaenmihabitación,cojoelbolsoysacoelmóvil.Tengoquehablarconmimadre.Nohago
másqueposponerloynovaaparardellamarme.TambiéntengounmensajedeZed:
Porfavor,noteenfadesconmigoporlodeestanoche.Hesidouncapullo.Noeramiintención.Lo
siento.
Borroelmensajeymetootravezelmóvilenelbolso.MiamistadconZedacabaaquí.Heestado
dándole falsas esperanzas demasiado tiempo y cada vez que me despido de él acabo por dar marcha
atrásyempeorarlasituación.NoesjustoniparaélniparaHardin.Hardinyyoyatenemosbastantes
problemas.Comomujer,memolestaqueintenteprohibirmequeveaaZed,peronopuedonegarque
seríamuyhipócritapormiparteseguirsiendosuamiga.NoquieroqueHardinseaamigodeMollyni
quequedenparapasarunrato.Sólodepensarlomedanganasdevomitar.Zedhadejadomuyclarolo
quesientepormíynoesjusto,paranadie,quesigamosviéndonosyloalienteensilencio.Seportamuy
bienconmigoyhaestadoamiladocuandolohenecesitadomuchasveces,peroodiocómomehace
sentir,comosituvieraquedarleexplicacionesydefendermirelación.
Bajolaescaleradisfrutandodelagrannochequemeimaginoquevoyapasarconmichico...Yme
llevotodaunasorpresacuandoentroenlasaladeestarymeencuentroaHardinconlasmanosenel
pelo,furioso.
—¡Nihablar!—resoplaalejándosedeChristian.
—Unacamisetasuciayunosvaquerosmanchadosdesangrenosonunatuendoapropiadoparael
club,pormuchoqueconozcasaldueño—diceChristianrestregándolealgodecolornegroaHardinpor
elpecho.
—Puesentoncesnovoy—diceélconunmohín,dejandoquelaprendanegracaigaalospiesde
Christian.
—Noseascríoyponteladichosacamisa.
—Mepongolacamisasipuedoirenvaqueros—reponeHardin,negociando,mirándomeenbusca
deapoyo.
—¿Tehastraídoalgoquenoestémanchadodesangre?—diceChristiansonriente.Seagachapara
recogerlacamisa.
—Puedesponertelosvaquerosnegros,Hardin—sugierointentandomediarentrelosdos.
—Vale.Damelaputacamisa.—LearrancaaChristianlacamisadelasmanosylesacaeldedo
mientrasdesapareceporelpasillo.
—¡Y,yapuestos,podríascortarteelpelo!—legritaChristian.
Nopuedoevitarecharmeareír.
—Déjaloenpaz.Tevaaponerunojomoradoynovoyaimpedírselo—bromeaKimberly.
—Ya...,ya...—Christianlacogeentresusbrazosyledaunbesoenlaboca.
Medoylavueltajustocuandosuenaeltimbredelapuerta.
—¡DebedeserLillian!—anunciaKimsoltándosedeél.
HardinvuelveaentrarenlasaladeestarencuantoLillianatraviesaelumbral.
—¿Quéhaceaquí?—gruñe.Sehapuestolacamisanegra,quenolequedanadamal.
—Noseasmalo—ledigo—.VaaquedarseconSmithyesamigatuya,¿noteacuerdas?
Es verdad que mi primera impresión de Lillian no fue buena, pero ha acabado por gustarme,
aunquenolaveodesdequevolvimosdelasVacacionesInfernales.
—No,noloes.
—¡Tessa!¡Hardin!—exclamaconunasonrisatanbrillantecomosusojosazules.Menosmalque
nollevaelmismovestidoqueyo,comolaprimeravezquelavi,enelrestaurantedeSandpoint.
—Hola.—LedevuelvolasonrisayHardinselimitaasaludarconungestodelacabeza.
—Estásestupenda—mediceLilliandándomeunrepasoconlamirada.
—Gracias,igualmente.—Ellallevaunarebecadelanayunoscaquis.
—Siyahabéisterminado...—refunfuñaHardin.
—Yotambiénmealegrodevolveraverte,Hardin.—Leponelosojosenblancoyélsesuavizaun
pocoyleofreceunamediasonrisa.
Mientras, Kimberly corre de un lado a otro poniéndose los tacones y retocándose el maquillaje
delantedelespejogigantequehayencimadelsofá.
—Smith,vearriba.Volveremosamedianochecomomuytarde.
—¿Lista,amor?—lepreguntaChristian.
Ellaasienteyélextiendelosbrazoshacialapuerta.
—Nosotrosiremosenmicoche—anunciaHardin.
—¿Porqué?Hemospedidouncoche—diceChristian.
—Porsiqueremosvolverantes.
Christianseencogedehombros.
—Hazloquequieras.
Mientras salimos me fijo en la camisa de Hardin. No es muy distinta de la que suele ponerse
cuando no tiene más remedio que arreglarse. La diferencia es que ésta tiene un discreto, casi
imperceptible,estampadoanimal...
—Niunapalabra—meadviertecuandosedacuentadequeestoymirandosucamisa.
—Nohedichonada.—Memuerdoellabioygruñe.
—Esfeaarabiar—dice,ynoparodereírhastaquellegamosalcoche.
El club de jazz está en el centro de Seattle. Las calles están llenas, como si fuera sábado noche, no
miércoles.EsperamosenelcochedeHardinhastaqueunelegantecochenegroaparcajuntoanosotros
ydeélsalenChristianyKimberly.
—Estos ricachones... —dice Hardin dándome un apretón en el muslo. Nosotros también salimos
delcoche.
Con una rápida sonrisa, el portero desengancha el cordón de terciopelo del poste plateado y nos
dejapasar.Almomento,Kimberlynosguíaporlaoscuridaddelclubynosenseñaelinteriormientras
Christiansevaporsucuenta.Bloquesdepiedragrishacenlasvecesdemesasyhaysofásnegroscon
cojines blancos aquí y allá. La única nota de color en todo el club son los ramos de rosas rojas que
descansan encima de los enormes bloques de piedra gris. La música es suave y relajante pero
estimulantealavez.
—Muypijo—diceHardinponiendolosojosenblanco.
Está guapo a más no poder bajo la luz tenue. La camisa de Hardin combinada con los vaqueros
negrossonmásdeloquemilibidopuedesoportar.
—Bonito,¿verdad?—nospreguntaKimberlyconunagransonrisa.
—No veas —contesta Hardin. En cuanto llegamos a las mesas llenas de gente, me coge de las
caderasymeatraehaciasí.
—Christianestáenlazonavip.Estodanuestra—nosinformaKimberly.
Caminamoshacialapartedeatrásdelclubyunacortinadesaténseabreydesvelaunespaciode
buentamañoconmáscortinasnegrasamododeparedes.Cuatrosofásdelimitanelespacioyhayuna
enormemesadepiedraenelcentro,cubiertadebotellasdebebida,unacubiterayvariosaperitivos.
Estoy tan distraída que ni siquiera veo a Max, que está sentado en uno de los sofás, delante de
Christian.
Genial.MaxmecaefatalyséqueHardintampocopuedesoportarlo.Losbrazosdemichicose
tensanenmiscaderasylelanzaunamiradaasesinaaChristian.
Kimberlysonríecomolabuenaanfitrionaquees.
—Encantadadevolveraverte,Max.
Éllesonríe.
—Igualmente,cielo.—Lecogelamanoyselallevaaloslabios.
—Disculpa—diceentoncesunavozdemujerdetrásdemí.
HardinyyonoshacemosaunladoySashasecontoneaporelpequeñoespacio.Entreloaltaque
esyelvestidotandescaradoquelleva,sehaceelamadelasala.
—Genial —dice Hardin repitiendo mis pensamientos de hace unos segundos. Se alegra tanto de
verlacomoyodeveraMax.
—Sasha.—Kimberlyintentafingirquesealegradeverlaperofracasa.Unadelasdesventajasde
lasinceridaddemiamigaesquelecuestaocultarsusemociones.
Sashalesonríeysesientaenelsofá,alladodeMax.Susojossiniestrosbuscanlosmíos,comosi
meestuvierapidiendopermisoparasentarseconsuamante.DesvíolamiradayHardinmellevaalsofá
que está justo enfrente de ellos. Kimberly se sienta en el regazo de Christian y coge una botella de
champán.
—¿Quéteparece,Theresa?—preguntaMaxconsuacentomarcadoyaterciopelado.
—Pues...—tartamudeoaloírminombrecompleto—.Es...esbonito.
—¿Osapeteceunpocodechampán?—nosofreceKimberly.
Hardincontestapormí:
—Amíno,peroaTessasí.
Meapoyoensuhombro.
—Sitúnovasabebernada,yotampoco.
—Adelante,nomeimporta.Amínomeapetece.
LesonríoaKim.
—Paramínada,gracias.
Hardinfrunceelceñoycogeunacopadeencimadelamesa.
—Deberíastomartealmenosuna.Hastenidoundíamuylargo.
—Lo que quieres es que me emborrache para que no te haga preguntas —susurro poniendo los
ojosenblanco.
—No.—Sonríedivertido—.Quieroquetelopasesbien.Esoeraloquequerías,¿no?
—Nomeapetecetenerquebeberparapasarlobien.—Cuandomiroalrededor,veoqueningunode
lospresentesestáescuchandonuestraconversación.
—Nohedichoquelonecesites.Sólodigoquetuamigateestáofreciendochampángratis,delque
cuesta más que tu vestido y mi ropa juntos. —Sus dedos bailan por mi nuca—. ¿Por qué no vas a
disfrutardeunacopa?
—Tienesrazón.—MeapoyootravezenélyHardinmeentregalacopaalargada—.Perosólovoy
atomarmeuna—ledigo.
Alostreintaminutosyameheterminadomisegundacopayestoyplanteándomesimetomouna
terceraparanosentirmetanincómodaviendoaSashadesfilardeaquíparaallá.Dicequesóloquiere
bailarpero,siesofueracierto,saldríaalazonapúblicadelclub.
Lafulanaquiereatención.
Metapolabocaconlamanocomosilohubieradichoenvozalta.
—¿Qué?
SéqueHardinseaburre.Mucho.Loséporcómomiralacortinanegraymeacaricialaespalda,
ausente.
Niego con la cabeza a modo de respuesta. No debería pensar esas cosas de la mujer cuando ni
siquieralaconozco.Loúnicoquesédeellaesqueseacuestaconunhombrecasado...
Yconesomebasta.Nopuedoevitarquemecaigamal.
—¿Podemosirnosya?—mesusurraHardinaloído,dándomeotroapretónenelmuslo.
—Sólounratitomás—ledigo.
Noesquemeaburra,esqueprefieroestarasolasconHardinaestaraquíevitandomiraraSashao
suropainterior.
—Tessa,¿vienesabailar?...—sugiereKimberly,yHardinsetensa.
Me acuerdo de la última vez que estuve en un club con Kimberly y bailé con un tío sólo para
cabrearaHardin,queseencontrabaakilómetrosdedistancia.Entoncesteníaelcorazónrotoyestaba
tantristequenopensabaconclaridad.Aqueltíoacabóbesándomeyyoacabéprácticamenteviolandoa
HardinenlahabitacióndemihoteldespuésdequeaparecieraporsorpresayencontraraallíaTrevor.
Fueunmalentendidoépicopero,ahoraquemeacuerdo,lanochenoacabónadamalparamí.
—Nosébailar,¿recuerdas?—ledigo.
—Bueno,puesdaremosunavueltaoalgo.—Sonríe—.Parecequeteestásquedandodormida.
—Vale,unavuelta.—Mepongodepie—.¿Quieresvenir?—lepreguntoaHardin.
Medicequenoconlacabeza.
—Nolevaapasarnada.Volvemosenunminuto—leaseguraKimberly.
Élnoparecemuycontentoconquevayanasepararmedesulado,perotampocointentadetenerla.
Seestáesforzandopordemostrarmequepuederelajarseyporesoloadoro.
—Silapierdes,notemolestesenvolver—lecontesta.
Kimberlysueltaunasonoracarcajadaymesacaarastrasdelazonavip,endirecciónalclublleno
degente.
Capítulo115
Hardin
—¿AdóndecreesquesehabrállevadoaTheresa?—mepreguntaMaxsentándoseamilado.
—Tessa—locorrijo.¿CómocoñosabequesellamaTheresa?Vale,puedequeseaunpocoobvio,
peronomegustaquelodiga.
—Tessa.—Mesonríeyledaunlargotragoasuchampán—.Esunachicaencantadora.
Cojounabotelladelamesaeignorosuprovocación.Notengoelmenorinterésenhablarconel
tipo.DeberíahabermeidoconTessayconKimberly,adondefuera.Estoyintentandodemostrarleami
chicaquepuedo«relajarme»yestoesloqueconsigo.Estarsentadojuntoaesteseñorenunclubdonde
lamúsicadaasco.
—Vuelvo enseguida. El grupo acaba de llegar —nos informa Christian. Se mete el móvil en el
bolsillodelospantalonesdevestiryseva.
MaxseponedepieylosiguetrasdecirleaSashaquelopasebien,quebebamáschampán.
Noiránadejarmeasolasconella...
—Parecequesóloquedamostúyyo—medicelamuyguarra,loquemeconfirmaque,enefecto,
esoesloqueacabandehacer.
—Ya...—Hagorodareltapóndeunabotelladeplásticoporlamesadepiedra.
—¿Qué te parece el sitio? Max dice que se llena todas las noches desde la inauguración. —Me
sonríe.
Finjo que no he visto que se ha desabrochado un botón de su vestido casi inexistente para
enseñarmeelcanalillo...
—Sólollevaunosdíasabierto,normalqueestésiemprelleno—replico.
—Aunasí,esbonito.—Descruzalaspiernasylasvuelveacruzar.
Se la ve desesperada. Llegados a este punto, ya ni siquiera sé si de verdad está intentando algo
conmigoosiestátanacostumbradaahacerselafulanaquelesalesolo.
Seinclinasobrelamesaqueseinterponeentrenosotros.
—¿Te apetece bailar? Hay espacio de sobra. —Me roza la manga de la camisa con sus uñas
infinitasymeaparto.
—¿Estásloca?—leespeto,ymesientoenlaotrapuntadelsofá.
Elañopasadotalvezmehabríallevadosuculodesesperadoalbañoymelahabríafolladohasta
dejarlainconsciente.Ahorasólodepensarlomedanganasdevomitarensuvestidoblanco.
—¡Oye!Sólotehepreguntadosiqueríasbailar.
—Bailacontunoviocasado—lesuelto,yestiroelbrazoparadescorrerlacortinaconlaesperanza
deveraTessa.
—Nomejuzguestanrápido.Nisiquierameconoces.
—Teconozcolosuficiente.
—Ya,puesyoatitambién.Asíque,entulugar,meandaríaconcuidado.
—¿Ah,sí?—Meechoareír.
Memirademalamanera,intentandointimidarme,estoyseguro.
—Sí.
—Sisupierasalgosobremiformadeser,sabríasqueahoramismonoteconvieneamenazarme—
leadvierto.
Levantaunacopadechampánymededicaunpequeñobrindis.
—Erestalycomodicen...
Yconesafrasemevoy.DescorrolacortinayvoyabuscaraTessaparaquepodamoslargarnosde
aquí.
¿Quién le ha hablado de mí? ¿Quién se cree que es? Christian tiene suerte de que le haya
prometidoaTessaunanochesinincidentes.Delocontrario,Maxtendríaquerendircuentasdelosucia
quesunoviatienelaboca.
DoyvueltasporelclubbuscandoelvestidobrillantedeTessayelpelorubiodeKimberly.Menos
mal que no es la clase de sitio en el que todo el mundo está dando brincos en la pista de baile. Casi
todoslosclientesestánsentadosjuntoaunamesa,cosaquefacilitamuchomibúsqueda.Alfinal,las
encuentro en la barra principal, hablando con Christian, Max y otro tío. Tessa está de espaldas a mí,
peroporsuposturaséqueestánerviosa.Alospocossegundosselesuneotrotipoy,amedidaqueme
acerco,elprimertíoempiezaaresultarmeconocido.
—¡Hardin!Porfinapareces.—Kimberlyalargaelbrazoparatocarmeelhombro,perolaesquivoy
meacercoaTessa.
Cuandomemira,tienelosojosgrisesrecelososyguíanmimiradahaciaelinvitado.
—Hardin,tepresentoamiprofesordereligióninternacional,elseñorSoto—dicesonriendocon
educación.
«¿Teestásquedandoconmigo?¿EsqueahoratodoelmundosevaaveniraviviraSeattle?»
—Jonah—lacorrigeél,ygesticulaparaquenosdemosunapretóndemanos.
Yoestoydemasiadoalucinadoparanegárselo.
Capítulo116
Hardin
ElprofesordeTessasonríeylepegaunsutilrepasoconlamirada,peroyoloveoentecnicolor.
—Mealegravolveraverte—dicepero,porcómosemueveconlamúsica,nosésimelodiceamí
oaella.
—ElprofesorSotoviveahoraenSeattle—meinformaTessa.
—Québien—digoporlobajo.
Tessameoyeymedauncodazo.Lerodeolacinturaconelbrazo.
AJonahelgestonolepasadesapercibido.Luegovuelveamirarlaalacara.
«Estáconmigo,capullo.»
—Sí—diceél—,metrasladéalcampusdeSeattlehaceunpardesemanas.Solicitéelpuestohace
unpardemesesyporfinmelohandado.Yaerahoradellevarseelgrupoaotraparte—nosdicecomo
sidebieraimportarnos.
—The Reckless Few van a tocar aquí esta noche, y más noches si podemos convencerlos —
presumeChristian.
Jonahlesonríeysemiralasbotas.
—Creoqueesosepuedearreglar—comentalevantandolavistaconunasonrisa.Seacabalacopa
conunsolomovimientoydice—:Serámejorquenospreparemosparalaactuación.
—Sí—reponeChristian—.Noconsientasqueosdistraigamos.
LedaunapalmadaaSotoenelhombroyelprofesorsevuelveparasonreírleaTessaporúltima
vezantesdeabrirsepasoentrelagentehaciaelescenario.
—Sonincreíbles.¡Esperadaoírlos!—exclamaVancedandopalmasantesderodearlacinturade
Kimberlyconelbrazoyconducirlaaunamesaenprimerafila.
Yalosheoído.Nosonparatanto.
Tessamemiranerviosa.
—Esbuenapersona—señala—.Recuerdaquedeclaróentufavorcuandoestuvieronapuntode
expulsarte.
—No,yonorecuerdonadadeeso.Loúnicoqueséesquelegustasyquemisteriosamenteestá
viviendoenSeattleydaclasesentucampus.
—Yalohasoído,hacemesesquesolicitóeltraslado...Ynolegusto.
—Síquelegustas.
—Atiteparecequelegustoatodoelmundo—contraataca.
Esimposiblequeseataningenuacomoparacreerqueesepavoestrigolimpio.
—¿Hacemosunalista?—replico—.TenemosaZed,alputoTrevor,alcretinodelcamarero...¿Me
dejoaalguien?Ah,ahorapodemosañadiralprofesorpervertido,queteestabamirandocomosifueras
elpostre.—Miroalcapulloenelminúsculoescenario,semuevecomosifueraeltíomásimportante
delmundoperofingenodarleimportancia.
—El único que cuenta de esa lista es Zed. Trevor es un encanto y no supone ningún peligro. A
Robertesposiblequenovuelvaaverlo,ySotonoesunacosador.
Hadichounapalabraquemechirría.
—¿Es«posible»?
—Estáclaroquenovoyavolveraverlo.Estoycontigo,¿vale?—Mecogedelamanoymerelajo.
Hedeasegurarmedequemarotirarporelretreteelnúmerodeesecamarero.Porsilasmoscas.
—Sigo creyendo que ese capullo es un acosador. —Señalo el escenario con la cabeza, hacia el
desgraciadoconcazadoradecuero.
Puede que tenga que hablar con mi padre para asegurarme de que no es tan turbio como me lo
pareceamí.Tessasemeteríadirectaenlabocadellobo,siempreseequivocarespectoalcarácterdela
gente.
Melodemuestraconunasonrisaradiante,memiracomounaidiotaportodoelchampánquele
correporlasvenas.Aquísigue,conmigo,despuésdetodalamierdaquelehehechotragar...
—Creíaqueeraunclubdejazz.Estegrupoesmás...—Tessaempiezaaintentardistraermedela
listainterminabledehombresquedeseansuafecto.
—¿Penosa?—lainterrumpo.
Mepegaunmanotazoenelbrazo.
—No,sóloquenoesjazz.SonmásdelrollodeTheFray...
—¿The Fray? Por favor, no insultes a tu grupo favorito. —Lo único que recuerdo del grupo del
profesoresqueeranpatéticos.
Mepegaconelhombro.
—Yeltuyo.
—Vaaserqueno.
—Nofinjasquenotegustan.Séqueteencantan.
Meestrechalamanoymeneolacabeza.Novoyanegarlo,perotampocovoyaadmitirlo.
MiroalaparedyalastetasdeTessamientrasesperoquelabandadepacotillaempieceatocar.
—¿Nosvamosya?—pregunto.
—Sólounacanción—diceTessa.
Tienelasmejillassonrosadas,losojosbrillantesylaspupilasdilatadas.Setomaotracopa.Sealisa
elvestidoyledauntirónalbajodesuvestido.
—¿Almenospuedosentarme?—digoseñalandolafiladetaburetesvacíosjuntoalabarra.
CojoaTessadelamanoymelallevohaciaallí.Lasientoeneltaburetequehayenunodelos
extremos,elqueestámáscercadelaparedymáslejosdelagente.
—¿Quévanatomar?—nospreguntaunhombrejovenconperillayunacentoitalianofalsocomo
élsolo.
—Unacopadechampányunagua—digomientrasTessasecolocaentremispiernas.Lacojode
lacinturaysientolaslentejuelasdesuvestidocontralapalmadelamano.
—Sólo servimos la botella entera de champán, señor —me dice el camarero con una sonrisa de
disculpa,comosinoestuvierasegurodequepudierapermitirmeunabotelladesuputochampán.
—Sírvelesunabotellaentera—dicelavozdeVanceamilado,yelcamareroasientemirándonosa
losdos.
—Loquierefrío—recalcoconchulería.
Elchicoasientedenuevoyseapresuraairaporlabotella.«Capullo.»
—Dejadevigilarnos,quenoeresnuestrocanguro—ledigoaVance.
Tessamemiramal,peronolehagonicaso.
Élponelosojosenblanco,comoelpetardosarcásticoquees.
—Esevidentequenoosestoyvigilando.Tessanotieneedadparabeber.
—Ya,ya—digo.
AlguienlollamaentoncesyChristianmedaunapalmadaenelhombroantesdeirse.
Al instante, el camarero descorcha una botella de champán y vierte el líquido en una copa para
Tessa. Ella le da las gracias con educación y él le responde con una sonrisa más falsa que su acento.
Estapantomimameestámatando.
Sellevalacopaaloslabiosyapoyalaespaldacontramipecho.
—Québuenoestá.
EntoncesdoshombrespasanjuntoanosotrosyledanunrepasoaTessa.Ellasedacuenta.Losé
porcómoseaprietacontramíyapoyalacabezaenmihombro.
—AhíestáSasha—diceporencimadelruidoqueemitelaguitarradelprofesorAcosador,queestá
haciendolapruebadesonido.
Larubiaaltaestábuscandoalgo:asunoviooaalgúntipejoalquecepillarse.
—¿Aquiénleimporta?—replico,lacojodelcodocondelicadezayhagoquesevuelvaparaverle
lacara.
—Nomegusta—diceTessa.
—Nolegustaanadie.
—¿Notegusta?—pregunta.
«¿Estáloca?»
—¿Porquéibaagustarme?
—Nolosé.—Susojosseposanenmiboca—.Porqueesguapa.
—¿Y?
—Nosé...Estoyrara.—Menealacabezaintentandohacerdesaparecerelresentimientoqueveoen
suexpresión.
—Tessa,¿estáscelosa?
—No—diceconunmohín.
—Notienesporqué.—Abromáslaspiernasylaestrechocontramí—.Ellanoesloquequiero.
—Mirosupechocasialdescubierto—.Yotequieroati.—Dibujolalíneadesuescoteconelíndice,
comosinoestuviéramosenunclubllenoarebosar.
—Sólopormistetas—dicesusurrandolaúltimapalabra.
—Evidentemente.—Merío,provocándola.
—Losabía.—Sehacelaofendidaperoséqueseestáriendoporencimadelbordedelacopa.
—Sí.Yahoraqueyasabeslaverdad,¿medejasquetelasfolle?
Unaduchadechampánmanadesubocayaterrizaenmicamisayenmiregazo.
—¡Perdona!—chillacogiendounaservilletadelabarra.Melapasaporlacamisa,queesfeaque
tecagas,yluegoempiezaasecarmelaentrepierna.
Lecojolamuñecaylequitolaservilleta:
—Yodetinoloharía.
—Ah—dice,yseruborizahastaelcuello.
Unodelosmiembrosdelabandaseponealmicrófonoyhacelaspresentaciones.Intentoqueno
medenarcadascuandoempiezaasonarelhorror.Tessaestáembobadamientrastocanunacancióntras
otrayyomeencargodequesucopaestésiemprellena.
Doy gracias por cómo estamos sentados. Bueno, yo estoy sentado. Ella está de pie entre mis
piernas, de espaldas a mí, pero puedo verle la cara si me apoyo en la barra. Los tonos rojizos de la
iluminación,elchampányellasiendo...ella...Estáresplandeciente.Nisiquierapuedoponermeceloso
porquees...preciosa.
Comosimeleyeraelpensamiento,sevuelveymeregalaunasonrisa.Meencantaverlaasí,tan
despreocupada...,tanjoven.Tengoquehacerquesesientaasímásamenudo.
—Sonbuenos,¿verdad?—Muevelacabezaalritmodelamúsica,lentaperointensa.
Meencojodehombros.
—No—replico.Nosonterribles,peroabuenosnollegannidelejos.
—Callaaaaa —dice exagerando la palabra, y me da la espalda. Momentos después, empieza a
balancearlascaderasalritmodelavozlloronadelcantante.Joder.
Bajolamanoasuscaderasyseaprietamáscontramísindejardemoverse.Elritmodelacanción
seacelera,igualqueTessa.Joder...
Hemos hecho muchas cosas... Yo he hecho casi de todo, pero nadie nunca había bailado así
conmigo.Algunaschicas,einclusoalgunasstrippers,semehandespelotadoenelregazo,peronoasí.
Estoeslento,embriagador...Ymeponemogollón.Lesujetolaotracaderaconlamanoysevuelveun
pocoparadejarlacopaenlabarra.Conlasmanosvacías,mesonríeconlujuriaymiraendirecciónal
escenario.Levantaunamanoymepasalosdedosporelpelo.Colocalaotraencimadelamía.
—Nopares—lesuplico.
—¿Seguro?—Metiradelpelo.
Mecuestacreerqueestachicaseductoraconunvestidocorto,quemenealascaderasymetiradel
pelo,sealamismaqueescupeelchampáncuandohablodefollarlelastetas.Meponeamil.
—Joder,sí—susurro,ylacojodelanucaparaatraersubocahacialamía—.Muévetepegadaa
mí...—Ledoyunapretónenlacadera—.Máscerca.
Yesohace.Laalturadeltabureteesperfecta,estoyenellugarjustoparaquemerestriegueelculo
contraelsitioquemásganastienedeella.
Mirounmomentoalrededor.Noquieroquenadiemáslaveabailar.
—Estásmuysexi...—ledigoaloído—cuandobailasasíenpúblico...Sóloparamí.
Juroquelaheoídogemirynopuedomás.Ledoylavueltaylemetolamanodebajodelafalda.
—Hardin—protestacuandoapartolasbragas.
—Nadie nos está mirando y, aunque nos mirasen, no verían nada —le aseguro. No lo haría si
supiera que alguien puede verlo—. Te ha gustado montar el numerito, ¿verdad? —le digo. No puede
negarlo:estáchorreando.
No contesta. Apoya la cabeza en mi hombro y me tira del bajo de la camisa, agarrándolo como
suele agarrarse a las sábanas. Entro y salgo de ella, intentando seguir el ritmo de la canción. Casi al
instanteseletensanlosmuslosyestáapuntodecorrerseenmisdedos.Gimeparaquesepaelplacer
queledoy.Sepegamásamí,mechupaelcuello.Suscaderassehundenenmíysiguenelritmodemis
dedos,queentranysalendesucoñohúmedo.Lamúsicaylasvocesahogansusgemidosyesposible
quemeestéhaciendosangreenelvientreconlasuñas.
—Estoyapunto—gruñeconlabocapegadaamicuello.
—Esoes,nena.Córreteparamí.Aquímismo,Tessa.Córrete—lainvitocondulzura.
Asiente y me muerde un tendón del cuello. La polla me palpita en los pantalones, intentando
escapardelosvaqueros.Tessdejacaertodosupesosobremícuandosecorreylasujetoconfuerza.En
cuantolevantalacabezaestájadeando,colorada,felizyencendidabajolasluces.
—¿Cocheobaño?—preguntacuandomellevolosdedosalabocaymeloschupo.
—Coche —contesto, y se acaba el champán. Que page Vance. No tengo tiempo para buscar al
camarero.
Tessamecogeentoncesdelamanoytirademíhacialapuerta.Metieneganasyyolatengocomo
unapiedragraciasasujueguecitoenlabarra.
—¿Ésenoes...?—Tessafrenaensecopocoantesdellegaralasalidadelclub.
Pelonegrodepunta...Juraríaquelaparanoiameprovocaalucinaciones.Peroellatambiénloha
visto.
—¿Quécoñohaceaquí?¿Lehasdichoqueíbamosavenir?—leespeto.
Hemantenidolacalmatodalanocheyahoraapareceestegilipollasparajodérmela.
—¡No! ¡Por supuesto que no! —exclama Tessa, defendiéndose. Por su mirada sé que dice la
verdad.
Zednosveyfrunceelceñoconmalicia.Comolegustametercizaña,senosacerca.
—¿Quéhacestúaquí?—lepreguntocuandoseacerca.
—Lomismoquetú.—SeyergueymiraaTessa.Quéganastengodesubirleelescoteparataparle
elcanalilloyromperleaesecretinolosdientes.
—¿Cómosabíasqueestábamosaquí?—lesuelto.
Tessamedauntiróndelbrazoynosmiraaunoyaotro.
—Nolosabía.Hevenidoavertocaralgrupo.
EntoncessenosacercauntíoconlamismapielbronceadaqueZed.
—Deberíaislargaros—lesdigo.
—Hardin,porfavor—mesuplicaTessadetrásdemí.
—No—lesusurro.YaestoyhartodeZedytodassusmierdas.
—Oye...—Eltíoseplantaentrenosotros—.Vanatocarmás.Vamosadecirlesquehemosllegado.
—¿ConocéisaSoto?—lepreguntaTessa.
«Joder,Tessa.»
—Sí—contestaelextraño.
CasipuedoverlasteoríasconspiranoicasvolandoporlacabezadeTessa,preguntándosecómoes
queseconocen.ComoloquequieroesnoveraZed,lacojodelbrazoylallevoalasalida.
—Yanosveremos—diceélponiendoparaTessasumejorsonrisade«soyuncachorritoyquiero
que te sientas mal por mí y me quieras porque soy patético» antes de seguir al otro tío hacia el
escenario.
Salgoatodavelocidadhaciaelairefríodelanoche.Tessamesiguedecerca,insistiendoconlo
mismo:
—Tejuroquenosabíaqueibaaveniraquí.¡Telojuro!
Leabrolapuertadelacompañante.
—Losé,losé—ledigoparaquesecallemientrashagoloposibleportranquilizarme—.Déjalo
estar,porfavor.Noquieroquenosestropeelanoche.
Rodeoelcocheymesientojuntoaella.
—Deacuerdo—accedeyasiente.
—Gracias—suspiro.
MetolallaveenelcontactoyTessamecogedelamejillaymeobligaavolvermehaciaella.
—Teagradezcomuchoelesfuerzoqueestáshaciendoestanoche.Sélomuchoquetecuesta,pero
significaunmundoparamí.—Sonríocontralapalmadesumanomientraslaescucho.
—Bien.
—Lodigoenserio.Tequiero,Hardin.Muchísimo.
Ledigolomuchoquelaquieromientrastrepaporsuasientoysesientaahorcajadasenmiregazo.
Medesabrochalabraguetaymebajalospantalonesatodavelocidad.Sumanosecierrarápidamenteen
micuelloymearrancalacamisa,delaquesaltanlosdosbotonessuperiores.Lesuboelvestidopara
versucuerpodesnudoyellametelamanoenmibolsillodeatrásparasacarelcondónqueimaginaba
queíbamosanecesitar.
—Sólotedeseoati.Siempre—measeguraparatranquilizarmimenteinquietamientrasmepone
elcondón.
Lacojodelascaderasylalevanto.Enelcoche,todoestanpequeñoquelasientomáscerca,más
adentro,cuandosedejacaersobremí.Lalleno,deltodo,esmía,ysiseoposesivo.Metapalabocacon
susbesosysetragamisgemidosmientrasmuevelentamentelascaderas,igualqueenelclub.
—Telahemetidohastaloshuevos—ledigocogiéndoladelmoñoytirandodeélparaobligarlaa
quememire.
—Megusta—gimesintiéndolatoda,hastaelfondo.
Una de sus manos se hunde en mi pelo y con la otra me coge del cuello. Está muy sexi por el
alcohol, la adrenalina y las ganas que me tiene..., lo mucho que necesita mi cuerpo y esta conexión
apasionada y en estado puro que sólo nosotros compartimos. No la encontrará con nadie más, y yo
tampoco.ConTessalotengotodo,yellanopodrádejarmenunca.
—Joder,tequiero—gimoensubocamientrasmetiradelpeloymeagarraconfuerzadelcuello.
Noesincómodo,sólounalevepresión,peromevuelveloco.
—Tequiero—jadeacuandolevantolascaderasparairasuencuentroyselametoconmásfuerza
queantes.
Lamirofijamenteydisfrutoconcómoflexionalosmúsculosdelapelvis.Elplaceraumentapoco
apocoenlabasedemicolumnaynotoqueellasetensamientraslasigoayudandoconmiscaderas.
Tienequeiraqueledenlapíldora.Necesitosentirlasinbarrerasotravez.
—Memueroporestardentrodetisincondón...—lesusurroenelcuello.
—Nopares—medice.Leencantaqueledigaguarradas.
—Quieroquesientascómomecorrodentrodeti...—Lechupolaclavícula,saboreandolasgotas
desudor—.Séquetevaagustarquetemarqueasí.—Sólodepensarlomepongoacien.
—Ya casi... —gime, y con un último tirón de pelo nos derretimos los dos juntos, jadeantes,
gimiendo,guarros.Somosasí.
Laayudoabajardemiregazoybajolaventanillamientrassearreglaelvestido.
—Pero¿qué...?—empiezaadecircuandomevetirarelcondónporlaventanilla—.¡Dimequeno
acabasdetiraruncondónusadoporlaventanilla!¿YsiChristianlove?
Lesonríoconmalicia.
—Estoysegurodequenoseráelúnicoqueseencuentreenelaparcamiento.
Intentasubirmelabraguetaparaayudarmeavestirmeyquepuedaconducir.
—Otalvezno—replicaasomandolanarizporlaventanillaymirandoelaparcamientomientras
pongoelcocheenmarcha—.Aquíhueleasexo—añade,yseechaareíracarcajadas.
Asientoyescuchocómotarareatodaslaspuñeterascancionesqueponenporlaradiodecaminoa
casadeVance.Meapeteceburlarmedeella,peroesunsonidoencantador,sobretododespuésdehaber
tenidoqueescucharaesegrupodemierda.
«¿Unsonidoencantador?»Empiezoahablarcomoella.
—Voyatenerquearrancarmelostímpanoscuandoacabelanoche—ledigo,aunquenomehaceni
caso.Mesacalalenguaconungestoinfantilysiguecantando,aúnmásfuerte.
CojoaTessadelamanoparaquenosecaigamientrasrecorremoslacortadistanciaquehaydesdeel
senderodegravahastalapuertaprincipal.Porcómoactúa,estoysegurodequecasitodoelcontenido
delabotelladechampányaestáensuhígado.
—¿Ysinopodemosabrir?—mepreguntaconunarisitatonta.
—Lacanguroestáencasa—lerecuerdo.
—¡Esverdad!Lillian...—Sonríe—.Esmuymaja.
Yomeríodeloborrachaqueestá.
—Creíaquenotecaíabien.
—Ahoraqueséquenolegustascomotúmehicistecreer,yamecaemejor.
Leacaricioloslabios.
—Nomehagasmorritos.Separecemuchoati...Sóloqueesmásmolesta.
—¿Perdona?—Hipa—.Nofuebonitoportupartehacermesentircelosdeella.
—Perofuncionó—lecontestomuysatisfechodemímismocuandollegamosalapuerta.
Lillian está sentada en el sofá cuando entramos en la casa. Me paro a darle un tirón al bajo del
vestidodeTessa.Memiramal.
Alvernos,Lillianseponedepie.
—¿Quétaltodo?
—¡Hasidogenial!¡Elgrupoeraalucinante!—lediceTessaconunasonrisadeorejaaoreja.
—Estápedo—informoaLillian.
Seríe.
—Ya lo veo. —Y, tras una pausa, añade—: Smith está durmiendo. Esta noche casi hemos
mantenidounaconversación.
—Bienporti—digollevandoaTessahaciaelpasillo.
MinoviaborrachalediceadiósaLillianconlamano.
—¡Encantadadevolveraverte!
NosésideberíadecirleaLillianquesevayaacasaoesperarhastaqueVancevuelva.Mecallo.
Además,queseencargueelladelpequeñorobotsisedespierta.
CuandollegamosalahabitacióndeTessa,cierrolapuertaydeinmediatosedesplomaenlacama.
—¿Puedesquitármelo?—diceseñalandosuvestido—.Picamucho.
—Sí,levanta.
Laayudoasacarseelvestidoymedalasgraciasconunbesoenlapuntadelanariz.Esmuypoca
cosa,peroelgestomepillaporsorpresaylesonrío.
—Mealegrodequeestésaquíconmigo—dice.
—¿Sí?
AsienteymedesabrochalosbotonesquelequedanalacamisadeChristian.Medeslizalaprenda
porloshombrosyladoblaconcuidadoantesdelevantarseydejarlaenelcestodelaropasucia.Nunca
entenderéporquédoblalaropasucia,peroyameheacostumbrado.
—Sí,mucho.LaverdadesqueSeattlenoestangenialcomoyocreía—confiesaalfin.
«Puesvuelveconmigo»,medanganasdedecirle.
—¿Yeso?—esloquedigoenrealidad.
—Nolosé.Simplementenoloes.—Frunceelceñoymesorprendeque,envezdequererescuchar
lo infeliz que es aquí, me apetezca cambiar de tema. Landon y yo sospechábamos cómo se sentía en
realidad,peroaunasímesabemalqueSeattlenosealoqueellaesperaba.Deberíasacarlamañanapor
ahíparaanimarlaunpoco.
—PodríasvenirteaviviraInglaterra—ledigo.
Melanzaunamiradaincendiariaconlasmejillassonrosadasylosojosbrillantesporelchampán.
—¿Nomellevasallícontigodebodaperoquieresquemevayaavivircontigo?—mesuelta.Me
hapillado.
—Yalohablaremosluego—digoconlaesperanzadequelodejeestar.
—Sí...,sí...,siempreparaluego.—Vuelveparasentarseenlacamaperonocalculabienyacaba
rodandoporelsueloydesternillándosederisa.
—Ten cuidado, Tessa. —La cojo de la mano y la ayudo a levantarse. El corazón me late a toda
velocidadenelpecho.
—Estoybien.—Seríeysesientaenlacama,llevándomeconsigo.
—Tehedadodemasiadochampán.
—Esoesverdad—sonríeymeempujacontraelcolchónhastatumbarme.
—¿Teencuentrasbien?¿Notienesganasdedevolver?
Apoyalacabezaenmipecho.
—Dejadehacerdepadre,estoybien.—Memuerdolalenguaparanosoltarleunaperla.
—¿Quéteapetecehacer?—pregunta.
—¿Qué?
—Meaburro.—Memiraconesacara.Selevantaymemira,hayalgosalvajeensusojos.
—¿Quétegustaríahacer,borrachuza?
—Tirartedelpelo.—Sonríeytirademilabioinferiorconlosdientesdelmodomáspecaminoso
posible.
Capítulo117
Hardin
—¿Nopuedesdormir?—Christianenciendelaluzyyasomosdosenlacocina.
—Tessanecesitabaunvasodeagua—leexplico.
Empujolapuertadelaneveraperoélnodejaquesecierre.
—Kimtambién—dicedetrásdemí—.Eselpreciodebeberdemasiadochampán.
Las risas de Tessa y su sed insaciable de placer me tienen agotado. Estoy convencido de que
empezaráavomitarsinobebeagua.Mepasanporlacabezaimágenesdelanoche,Tessatumbadaenla
cama,abiertadepiernasparamímientrashacíaquesecorrieraconlosdedosyconlalengua.Haestado
increíble,comosiemprequememontalapollahastaquemevacíoenuncondón.
—Sí.Tessahapilladounabuena.—Mecontengoparanoecharmeareíralrecordarcómoseha
caídodelacama.
—Entonces...¿Inglaterralasemanaqueviene?—dicecambiandodetema.
—No,novoyair.
—Eslabodadetumadre.
—¿Y?Noeslaprimera,ytampocoserálaúltima—replico.
Sidigoquenomeesperabaquemetiraselabotelladeaguadelamanodeunmanotazo,mequedo
corto.
—¿Quécoñohaces?—exclamoagachándomearecogerlabotella.
Cuandomelevanto,Vancemeestámirandofijamenteconcaradepocosamigos.
—Notienesderechoahablarasídetumadre.
—Y¿esoatiquéteimporta?Noquieroirynovoyahacerlo.
—Dimeporqué.Dimelaverdaderarazón—medesafía.
«Pero¿quécojoneslepasa?»
—Noledeboexplicacionesanadie.Yamehanobligadoairaunaesteañoynopiensopasarpor
otra.
—Vale. Ya he mandado hacer el pasaporte de Tessa. Imagino que estarás bien aquí sin ella
mientrasellavisitaporprimeravezInglaterracomoinvitadadeKim.
Labotellasemecaealsuelo.Ahísequeda.
—¿Qué?—Lomirofijamente.Meestátomandoelpelo.Seguro.
Seapoyaenlaisletaysecruzadebrazos.
—Envié los formularios y aboné las tasas en cuanto supe lo de la boda. Tendrá que pasarse a
recogerloyaquelehaganlafoto,perolodemásyaestáhecho.
Estoyqueechohumo.Notocómoempiezaahervirmelasangre.
—¿Porquélohashecho?Nisiquieraeslegal—digo,comosimeimportaraunamierdalaley...
—Porquesabíaqueibasaserungilipollastestarudoytambiénporquesabíaqueellaesloúnico
quepuedehacerquevayas.Paratumadreesmuyimportantetenerteallí,ylepreocupaquenoquieras
ir.
—Hacebienenpreocuparse.¿OscreéisquepodéisusaraTessaparaobligarmeairaInglaterra?
Queosjodanalosdos,atiyamimadre.
Abro la puerta de la nevera para coger otra botella de agua, sólo por fastidiar, pero Christian la
cierradeunapatada.
—Séquehastenidounavidademierda,¿vale?Yotambién,asíqueloentiendo.Peroamínovasa
hablarmecomoleshablasatuspadres.
—Puesdejademeterteenmiputavidaigualquehacenellos.
—Nomemetoennada.SéqueaTessaleencantaríaquefuerasaesaboda,ytútambiénsabesque
tesentirásfatalporhaberlerobadolaoportunidaddeestarallísóloporqueeresuncretinoegoísta.Más
tevaleolvidartedelcabreoquetienesconmigoydarmelasgraciasporhacertelasemanamuchomás
fácil.
Mequedomirándolounmomentoparaasimilarloquehadicho.Enpartetienerazón:yamesiento
malpornoquereriralabodasóloporquesélomuchoqueaTessalegustaríair.Estanocheyameloha
dichobastantesvecesymepesaenlaconciencia.
—Interpretaré tu silencio como un «gracias» —dice Vance con una sonrisa de superioridad, y le
pongolosojosenblanco.
—Noquieroqueseconviertaenunacostumbre—replico.
—¿Elqué?¿Laboda?
—Sí. ¿Cómo voy a poder llevarla a otra boda y ver cómo pone ojos de cordero degollado sólo
porquerecuerdaqueellanuncatendrálasuya?
Christiansellevalosdedosalabarbillaydaunpardegolpecitos.
—Ah, ya entiendo. —Me sonríe aún más—. ¿Ése era el problema? ¿No quieres que se haga
ilusiones?
—No.Yasehahechoilusiones.Esachicatienelacabezallenadepájaros,éseeselproblema.
—¿Porquéesunproblema?¿Noquieresquehagaunhombredecentedeti?
Aunquemeestáprovocando,mealegrodequenomeguarderencorporlostacosdeantes.Poreso
mecaebienVance(másomenos):noestansensiblóncomomipadre.
—Porquenovaapasar—contesto—,yesunadeesaslocasquesacaneltemaalmesdeempezara
salir.Rompióconmigoporqueledijequenoibaacasarmeconella.Avecesestácomounaregadera.
Vance se echa a reír y le da un trago a la botella de agua que iba a llevarle a Kimberly. Tessa
también está esperando que le lleve agua. Tengo que ponerle fin a esta conversación. Ya ha durado
demasiadoyesdemasiadopersonalparamigusto.
—Deberías dar las gracias porque quiera estar contigo. No eres precisamente el chico más
encantadordelmundo,yellalosabemejorquenadie.
Empiezoapreguntarmequécoñosabráéldemirelación,peroentoncesmeacuerdodequeestá
comprometido con la mujer más bocazas de Seattle. Mejor dicho, con la mujer más bocazas de
Washington...PuedequedetodoEstadosUnidos.
—¿Heacertado?—Interrumpeelhilodemispensamientossobresuinsoportableprometida.
—Sí,peroaunasí...Esabsurdopensarenelmatrimonio.Nisiquierahacumplidoaúnlosveinte.
—Esolodiceelquenopuedesepararseniunmetrodeella.
—Gilipollas—mascullo.
—Eslaverdad.
—Nosignificaquenoseasgilipollas.
—Es posible. Pero me hace gracia: no quieres casarte con ella, sin embargo eres incapaz de
controlartuprontootuansiedadcuandotemesperderla.
—¿Quécoñoquieresdecir?—Creoqueprefieronosaberlarespuesta.
Demasiadotarde.Vancememiraalosojos.
—Tuansiedad...sedisparacuandoestáspreocupadoporquetemesquetedejeocuandootrotíole
prestaatención.
—¿Quiénhadichoqueyotengaan...?
Peroelviejocabezotanomehacenicasoysiguehablando.
—¿Sabesloquesueleobrarmaravillasenesoscasos?
—¿Qué?
—Unanillo.—Levantalamanoysetocaeldedoenelqueprontohabráunaalianza.
—Lamadrequemetrajo...¿Atitambiéntehacomidoelcoco?¿Quéhahecho?,¿tehapagado?—
Meechoareírdepensarlo.Noesnadadescabellado,teniendoencuentaloobsesionadaqueestáconel
matrimonioyloencantadoraquees.
—¡No,zopenco!—Metiraalacabezaeltapóndelabotelladeplástico—.Eslaverdad.Imagínate
poderdecirqueestuyayqueseacierto.Ahorasonsólopalabras,unafanfarronadasinsentidoqueles
sueltasalostiposqueladesean,yseránmuchos,perocuandoTessaseatuesposa,entoncesserátuyade
verdad.Entoncesserárealynadaresultamássatisfactorio,especialmentealosparanoicoscomotúy
yo.
Paracuandoterminadepronunciarsudiscurso,tengolabocasecayquierosaliratodapastillade
estacocinacondemasiadaluz.
—Menudomontóndemierda—ledigodesopetón.
Echaaandaryabreunarmariodelacocina.
—¿Hasvistolaserie«SexoenNuevaYork»?
—No.
—«SexoenNuevaYork»o«SexoyNuevaYork»,nomeacuerdo...
—No,noyno—lecontesto.
—AKimleencanta,laveatodashoras.TienetodaslastemporadasenDVD.
Christianabreunpaquetedegalletas.
Sonlasdosdelamadrugada.Tessameestáesperandoyaquíestoyyo,hablandodeunaestúpida
seriedetelevisión.
—¿Y?
—Hay un episodio en el que las chicas hablan de que uno sólo tiene dos grandes amores en la
vida...
—Vale,bien.Estoempiezaasermuyraro—digodándomelavueltaparamarcharme—.Tessame
estáesperando.
—Yalosé...Losé...Enseguidaacabo.Teloresumirédelmodomásmasculinoposible.
Girosobrelostalonesylomiroimpaciente.Venga.
—Decían que uno sólo tiene dos grandes amores en toda su vida. Lo que quiero decir es que...
Bueno,noséloquequierodecir,peroséqueTessaestugranamor.
Meheperdido.
—Hasdichoqueteníamosdos.
—Bueno,entucasotuotrogranamorerestúmismo.—Seríe—.Creíaqueesoeraevidente.
Enarcounaceja.
—¿Ytú,qué?¿DoñaBocazasylamadredeSmith?
—Cuidadito...—meadvierte.
—Perdona. Kimberly y Rose. —Pongo los ojos en blanco otra vez—. ¿Son tus grandes amores?
Esperoportubienquelaspavasdelaserieesaseequivoquen.
—Eh,sí.Ellassonmisgrandesamores—tartamudeaconunaemociónquenoconsigoidentificary
quedesapareceantesdequepuedahacerlo.
Loapuntoconlabotelladeaguaydeclaro:
—Vale,ahoraquenomehasaclaradonada,mevoyalacama.
—Ya...—diceunpocovacilante—.Nosénidequéhablo.Yotambiénhebebidodemasiado.
—Bien...Vale—respondo,ylodejosoloenlacocina.
Noséaquéhavenidotodoeso,perohasidomuyraroveralúnicoeinimitableChristianVancesin
palabras.
Paracuandovuelvoalahabitación,Tessaduermeensuladodelacama,conlasmanosdebajode
lamejillaylasrodillasflexionadas.
Apagolaluzyledejolabotelladeaguaenlamesilladenocheantesdedeslizarmeasulado.Su
cuerpodesnudoemanacalorcuandoloacaricio,ynopuedoevitarestremecermecuandolapuntademis
dedosleponelacarnedegallina.Mereconfortaverlo,merecuerdaqueinclusoensueñosmiscaricias
despiertanalgoenella.
—Hola—mesusurraadormilada.
Mesobresaltoaloírsuvozyhundolacabezaensucuello.Laacercoamí.
—LasemanaquevienenosvamosaInglaterra—ledigo.
Rápidamentegiralacabezaparamirarme.Lahabitaciónestáaoscurasperolaluzdelaluname
bastaparaverlelacaradesorpresa.
—¿Qué?
—NosvamosaInglaterra.Túyyo.Afinalesdelasemanaqueviene.
—Pero...
—No.Tevienes.Séquequieresir,asíquenointentesnegármelo.
—Peronotienes...
—Theresa,déjaloestar.—Letapolabocaconlamanoymelamordisqueaconlosdientes—.¿Vas
aserunaniñabuenayaestartecalladitasiquitolamano?—leprovocorecordandoquemehaacusado
desercondescendienteconella.
Asienteconlacabezaylaaparto.Tessaseincorporasobreuncodoymemira.Nopuedohablar
conellaenseriocuandoestádesnudayconganasdeguerra.
—¡Peronotengopasaporte!—protesta,yocultolasonrisa.Sabíaquenoibaapodercallarse.
—Yaestáenmarcha.Lodemásloarreglaremosmañana.
—Pero...
—Theresa...
—¿Dosvecesenunminuto?Muymal.—Sonríe.
—No vas a volver a beber champán. —Le aparto el pelo enmarañado de la cara y dibujo el
contornodesulabioinferiorconelpulgar.
—Puesnoheoídoquetequejarasantescuandoestaba...
Cierrosubocadeborrachaconunbeso.Laquierotanto,laquierotantísimoquemeasustapensar
enlaposibilidaddeperderla.
¿Deverdaddeseomezclarlaaella,miposiblefuturo,laúnicaoportunidadquetengodeserfeliz,
conmiretorcidopasado?
Capítulo118
Tessa
Cuandomedespierto,Hardinnomeestáenvolviendoconsucuerpo,yenlahabitaciónhaydemasiad