Se encontraba la huesuda navegando por internet, cuando el portal

Se encontraba la huesuda navegando por
internet,
cuando el portal de la UVEG fue a conocer.
Cursos de prepa, licenciatura y posgrado,
la hicieron aplaudir con gran agrado.
Diseño Instruccional se fue al averno
Programadores y diseñadores al infierno
Iban con ellos las editoras
Con todos sus acentos, sus puntos y sus
comas.
Mas no todo era felicidad en aquel mundo
virtual,
pues la página de pronto dejó de funcionar.
La catrina entonces tomó su guadaña
y se dirigió a la universidad con toda saña.
En aquel edificio un último quejido se
escuchó
En donde la culpa de rectoría se señaló
La flaca entonces allá fue a dar
Y con todo y rector a todos los fue a juzgar.
Primero fue con los de portales,
a quienes capturó comiendo tamales.
«¡Nosotros no tenemos la culpa!» clamaron
y a los de secretaría académica señalaron.
Tonta parca, todo era fácil de resolver
el módem de internet tenía que volver a
encender.
Te los llevaste a todos al cementerio
cuando tuya había sido la falta de criterio.
La muerte entonces llegó colérica
exigiendo una retribución cadavérica.
Llevose a los profesores, jefes y
coordinadores,
de quienes no dejó ni los calzones.
Esta calaverita más larga tendría que ser
pero la muerte impaciente me vino a correr.
Jalándome las patas, el pelo y los lentes
me llevó al panteón rechinando los dientes.
—María Bárbara López Mosqueda