Entre cielo y tierra

04
NACIONAL
texto y fotos HÉCTOR CARBALLO
HECHAVARRÍA
[email protected]
HOLGUÍN.— Dicen bien quienes
afirman que Yudenis Jiménez Peña es un joven que anda casi a
tiempo completo con la mente y el
corazón como colgados del cielo,
aunque vale la pena señalar que
no se trata de un despistado, sino
de un apasionado de todo cuanto
tenga que ver con la historia de la
aviación civil en Cuba.
La alusión le viene con justeza
a este trabajador del Aeropuerto
Internacional Frank País García, en
la ciudad de Holguín, donde se
desempeña en una especialidad
tan consagrada a los demás como la de controlador de tránsito
aéreo, y desde la cual acaba de
hacer un singular aporte social.
Se trata de que Yudenis logró
reunir la colección documental
más completa de que se tenga
noticia sobre el devenir de la aeronáutica civil, específicamente en
esta parte nororiental del archipiélago, y que en octubre pasado celebró 85 años de tradición.
Más de una veintena de maquetas de aeronaves, cientos de
fotografías, documentos, objetos,
libros y materiales audiovisuales,
entre los que se cuentan testimonios inéditos, forman parte
de un estudio que próximamente
devendrá libro, titulado Bajo el
cielo de Holguín, en proceso de
edición.
La pesquisa de Yudenis comenzó hace unos cinco años, casi como un entretenimiento, y se vio premiada hace muy poco también por
las visitas, principalmente de niños
y adolescentes, a la exposición que
con el mismo título fue presentada
en el Museo Provincial de Historia
La Periquera, de esta ciudad.
«Además de mis obligaciones,
colaboraba con un boletín digital
dirigido a nuestros trabajadores.
Un día me propuse insertar en él
datos y curiosidades acerca de la
aeronáutica civil en Holguín. Descubrí con asombro que aunque
había muchísimo por contar, apenas existía literatura. Entonces me
decidí a encontrar más información por mi propia cuenta», rememora este joven, también licenciado en Química.
Felizmente, su iniciativa encontró el respaldo del consejo de dirección del aeropuerto, y en
particular de su director, quien le
estimuló y brindó posibilidades
para afrontarla, pero sin dejar de
cumplir con su labor principal.
«Poco a poco fui reuniendo
información. Rastreé archivos de
periódicos, museos y bibliotecas
locales; indagué en la Biblioteca
Nacional y el Instituto de Historia,
e incluso tuve que viajar a ciudades y comunidades en otras provincias.
«En verdad todo esto es un resultado compartido con otras muchas personas, que colaboraron
conmigo de forma desinteresada.
Una experiencia que, opino, podría
multiplicarse en otras ciudades
del país», asevera Yudenis Jiménez Peña.
SÁBADO
16 DE ENERO DE 2016
juventud rebelde
Entre cielo y tierra
Un joven aficionado a la historia de la aviación reunió una significativa colección
en la provincia de Holguín, que anhela convertir algún día en un museo del aire
las piezas más valiosas del
muestrario.
Yudenis ha logrado reunir la colección documental más completa de que se tenga noticia sobre el devenir de la
aeronáutica civil en Holguín.
BAJO CIELO HOLGUINERO
Entre las satisfacciones de
quienes asistieron a la expo Bajo
el... está el haberse «desayunado»
con hechos muy poco divulgados,
como que el primer aeródromo de
la ciudad de Holguín fue inaugurado oficialmente el 30 octubre de
1930, con motivo de una primera
escala intermedia en ese poblado
de un vuelo entre La Habana y
Santiago de Cuba.
«La pista de aterrizaje se
encontraba en áreas del actual
reparto Peralta, pero pocos años
después se cerró y trasladó hacia
una zona cercana al actual aeropuerto. Allí se debería develar una
tarja alusiva a este hecho», sugiere Yudenis.
Según la prensa de la época, a
causa de las densas y frecuentes
neblinas el lugar no ofrecía seguridad. Esa instalación fue inscrita
con el nombre del general mambí
Julio Grave de Peralta.
Otra de las gemas redimidas
es que, mucho antes, en 1914, y
un año después de su hazaña,
Domingo Rosillo, el primer piloto
cubano en realizar un vuelo internacional entre Cayo Hueso y La
Habana, aterrizó su aeroplano en
Holguín, en una improvisada pista
dispuesta donde hoy radica un
parque infantil, aledaño a la Loma
de la Cruz.
La etapa más reciente de la
aviación en Holguín se remonta al
año 1962, cuando se estableció
una base aérea militar en las afueras de la ciudad, y en uno de sus
extremos comenzó a funcionar
nuevamente el aeropuerto civil de
Holguín.
En 1996 se concluyeron una
serie de remodelaciones que luego dieron origen a lo que es hoy el
Aeropuerto Internacional Frank
País García, acontecimiento que
Foto de Teresina del Rey, la primera mujer piloto que se graduó en la Escuela de Aviación de Rancho Boyeros.
contó con la presencia del Comandante en Jefe Fidel Castro.
La información recopilada por
Yudenis revalida la concentración
de relevantes eventos acontecidos
antes de 1959 en la mayoría de
los actuales municipios holguineros, con excepción del de Calixto
García, debido a la presencia de
pistas para uso privado y pertenecientes a compañías extranjeras.
Entre las comunidades más vinculadas a la aeronáutica figuraban Sagua de Tánamo, Mayarí, Nicaro, Moa
y en especial Antilla, ciudad costera
donde funcionaron dos terminales,
incluida una internacional donde amarizaban los hidroaviones.
Varias fotografías y una maqueta a escala reducida evocan el
acuatizaje, en 1931, en esa pista
de agua salada en la bahía de Nipe, del Dornier Do X, en su momento el mayor, más pesado y potente avión del mundo, que poseía
seis motores y 12 hélices sobre
sus alas.
Otro de los capítulos bien representados en el libro en preparación es el relacionado con la creación de la Fuerza Aérea Rebelde,
en la zona montañosa que ocupó
el II Frente Oriental Frank País, bajo el mando del entonces Comandante Raúl Castro.
Una hélice de madera, quizá
la única que se conserve en
Cuba y perteneciente a un Piper
incorporado a ese destacamento
guerrillero, constituye una de
CURIOSO, PERO DESCONOCIDO
Las más de 500 páginas que
tendrá Bajo el cielo de Holguín
podrían parecer suficientes para
contener una historia de 85 años,
pero el mismo Yudenis Jiménez
sospecha que involuntariamente quedarán fuera datos, sobre
todo relacionados con fuentes
vivas que no han sido aún consultadas.
Lo cierto es que una publicación así, contentiva de tan amplia
gama de sucesos, anécdotas y de
referencias tan precisas de las
aeronaves y aerolíneas que han
operado en el territorio de una provincia, posee una exclusividad
ganada de antemano.
Otro de los capítulos más interesantes, y no solo para los holguineros, es el relacionado con las
personalidades nacionales y extranjeras que llegaron al actual
territorio de Holguín por vía aérea,
entre ellas Eduardo Chibás, el comandante Ernesto Che Guevara y
los ex presidentes Samora Machel, de Mozambique, y Maurice
Bishop, de Granada.
Una de las fotografías de la
futura publicación devela uno de
los detalles más desconocidos
por los mismos holguineros y se
trata de que el aeroplano que actualmente preside la entrada a la
terminal de vuelos nacionales perteneció al desaparecido dirigente
granadino.
Y otros testimonios halagadores, como el de la holguinera Teresina del Rey, fallecida en 1976 en
Estados Unidos, quien fue la primera mujer piloto que se graduó
en la Escuela de Aviación de Rancho Boyeros, y también la primera
de Latinoamérica avalada como
controladora de tránsito aéreo.
Las pesquisas de Yudenis sacan a la luz pública otros interesantes acontecimientos, como la
certeza de que pilotos cosmonautas soviéticos, desde Yuri Gagarin,
Vladimir Shatalov, Lev Diomin hasta Yuri Romanenko y el cubano
Arnaldo Tamayo, pisaron tierra holguinera tras descender la escalerilla de un avión.
«Es un trabajo que demuestra
porqué la historia de la aviación
civil en la parte norte de la región
oriental posee una trascendental
influencia dentro de la del país,
que ya acumula más de 105
años», aprecia Jiménez Peña.
Su más caro sueño, confiesa,
es poder contar con la opinión
sobre su libro de Antonio Guerrero, quien al responderle una misiva le confesó que aún conservaba
recuerdos de su paso por el aeropuerto holguinero, que visitó antes
de comenzar a trabajar en Santiago de Cuba.