bosnia y herzegovina: un estado sin gobierno y sin

Esma Kučukalić Ibrahivomić
ESMA KUČUKALIĆ IBRAHIMOVIĆ (Sarajevo, 1983) es licenciada en Periodismo
(2006) y Máster en Estudios Internacionales y de la Unión Europea (2009) por la Universidad de Valencia, dentro de cuyo programa de Doctorado en Derecho y Ciencias Políticas ha llevado ya a cabo (2010) la defensa de su trabajo de investigación «La ciudadanía en Bosnia y Herzegovina. El modelo constitucional de Dayton y sus consecuencias
para el funcionamiento institucional del país y los derechos de sus ciudadanos» y en el
que se haya realizando su tesis doctoral en torno a los derechos de los ciudadanos en el
proceso de transición de Bosnia y Herzegovina tras la firma de la paz en 1995. Como periodista, ha trabajado durante cinco años en la Las Provincias Televisión y ha realizado
distintas colaboraciones con la Generalitat Valenciana así como con medios de comunicación españoles y bosnios, bien como contertulia, bien como columnista. En la actualidad trabaja como periodista freelance realizando reportajes para distintas instituciones
de ámbito público y privado.
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BOSNIA Y HERZEGOVINA: UN ESTADO SIN GOBIERNO Y
SIN CIUDADANOS. LA ETNIFICACION DEL INDIVIDUO
Y SUS CONSECUENCIAS SOBRE LA SOBERANÍA Y EL
FUNCIONAMIENTO ESTATAL
Esma Kučukalić Ibrahimović
Resumen
Buscar una solución al enrevesado conflicto institucional de Bosnia es cosa difícil. Ni
la Comunidad internacional ni los políticos locales parecen llegar a consensos sobre la
composición del gobierno, a pesar de la amenaza de la congelación de los presupuestos
generales si la situación persiste. En medio de este caos político, los ciudadanos piden
soluciones urgentes pero no tienen a quién pedírselas porque ni siquiera el Consejo de
Ministros está constituido un año después de la celebración de las elecciones. Con una
estructura institucional cimentada en la etnocracia como soberano constitucional -cuyas
dos herramientas clave son el veto y el interés vital nacional-, el consenso es sólo una ilusión porque ningún grupo étnico está dispuesto a ceder su porción de poder. La comunidad internacional en su papel de interlocutor no parece haber dado con la fórmula para
deshacer el nudo gordiano a pesar de que cuenta con los poderes de Bonn que, desde la
experiencia, son la única herramienta eficaz para que el consenso prospere. Sumido en
el dilema shakesperiano sobre qué hacer o dejar de hacer, el país suma días como el estado que más tiempo ha estado sin gobierno, -con su cuerpo político cobrando, todo hay
que decirlo-, y suma a su vez pasos atrás en el camino hacia la integración en la Unión
Europea (UE). Y qué peor castigo para sus ciudadanos que negarles la oportunidad de
la entrada en la unión debido a las irresponsabilidades políticas de los que repiten en el
poder tras cada legislatura.
Palabras claves: Bosnia y Herzegovina, etnia, Dayton, soberanía, estado
Decía un cómico que Bosnia es una democracia en la que es el ciudadano el que,
a diario, se siente una minoría. Esta contradicción inimaginable en cualquier estado moderno es posible en Bosnia porque aquí no existe la ciudadanía. Los individuos de Bosnia, que no bosnios, viven en clave étnica, y dentro de esta pertenencia ven representa-
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dos intereses grupales, territoriales, históricos, pero pocas veces, por no decir ninguna –y
el mejor ejemplo nos lo han dado las pasadas elecciones–1, ven sobre la palestra programas políticos dirigidos a mejorar sus condiciones de vida como personas de derecho, es
decir, sus sueldos, las pensiones, o la educación.2
La falta de respeto por el ciudadano se ha ido cimentando en estos quince años
de existencia de Bosnia tras la guerra. Pero el clímax del absentismo de la ciudadanía
lo podemos ver claramente en la situación actual. Después de unas elecciones generales
celebradas el 3 de octubre de 2010, el país sigue sin un gobierno, porque los políticos
elegidos no se ponen de acuerdo en cómo constituirlo, mientras que la división interna,
la de las dos entidades y sus correspondientes cantones lleva a sus gobiernos locales a la
disfunción extrema sin comunicación interentitaria por la misma razón del sinconsenso.
Paradójico resulta no obstante, que el amplio cuerpo de políticos desde el nivel central
hasta los locales cobra sus correspondientes sueldos a pesar de la inactividad de los órganos a los que representan. En Bosnia esto es posible, sin mayores consecuencias que las
de una ciudadanía imposibilitada para protestar porque nadie la representa, y perdida en
la disfuncionalidad del marco territorial en el que habita.
Señalar a los culpables es fácil. Para la mayoría de la opinión de Bosnia son los
políticos, al igual que para los miembros de la comunidad internacional que trabajan en
el país. Es una sociedad de élites políticas, cimentadas sobre una estructura étnica que lo
único que hace es beneficiar a esos grupos, pero es necesario hacer un análisis de los mecanismos que le han permitido convertirse en un estrato así, para entender el meollo de la
cuestión, y abordarla de la forma más justa para los ciudadanos de Bosnia y Herzegovina.
Después de las elecciones generales del pasado 3 de octubre de 2010, la entidad de la Federación de
Bosnia y Herzegovina continúa sin consenso respecto de la constitución del nuevo gobierno en coalición.
La problemática se traslada automáticamente al nivel estatal puesto que los presidentes de turno del país
proceden de esta entidad (el croata y el bosniaco) y de la Republica Srpska (el serbio). Con un gobierno
tripartito y rotatorio cada 8 meses, el acuerdo sobre la elección de los miembros del gobierno y de las cámaras parlamentarias se hace difícil. En este año sin gobierno, no se han logrado formar las cuatro asambleas
parlamentarias a nivel cantonal, a través de las que se constituirá la Casa de los Pueblos de la Federación, y
así, la estructura gubernamental. De hecho, la Cámara Alta de la Federación la componen 10 delegados de
las asambleas cantonales. Son los encargados de elegir el gobierno entitario, al presidente y al vicepresidente.
3
En las pasadas elecciones generales del 3 de octubre de 2010, hubo una propuesta política, promovida
por uno de los conductores de radio más famosos, de apodo, Batko, que aglutinó a ciudadanos de todos
los estratos sociales, religiosos y étnicos, para ridiculizar la situación en el país. El partido que crearon para
la candidatura al Parlamento, se denominó Skok [salto], que son las siglas de Savez Kokuza [la Unión de
pordioseros] , en el que cada militante se denominaba pordiosero, y Batko era el presidente honorífico de
todos ellos. La propuesta tuvo éxito en toda Bosnia, hasta que, una semana antes de las elecciones, cortaron
la señal de la emisora en la que se publicitaban. Apenas hubo protestas por este acto de censura en el país,
por no decir, que jamás se buscó a los culpables.
1
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Lo que surgió de Dayton
El alumbramiento de la actual Bosnia tuvo lugar en Dayton, Ohio, hace ya dieciséis
años, y es en este acto internacional donde hay que buscar las piezas que hoy construyen
el enrevesado rompecabezas de Bosnia. El Tratado de Paz de Dayton, firmado a tres bandas entre Serbia, Croacia y la malherida Bosnia, contó con un papel protagonista del entonces Secretario de Estado de EE.UU., Warren Christopher, quien hacía de anfitrión en
la ceremonia solemne de la base militar de Dayton, en la que se ponía fin a cuatro años
de hostilidades de lo que curiosamente llamaron un enfrentamiento interno en Bosnia.
Curiosidades aparte, el pasado aniversario de la firma de la paz ya no pudo contar con la presencia de ninguno de sus firmantes pues todos han fallecido ya. Tampoco
tuvo el halo de solemnidad de los años anteriores con la congregación de los mandatarios internacionales. El balance, dieciséis años después es el de un texto cuyo original se
ha perdido y cuyos artículos, o mejor dicho, la revisión de los mismos, aún siguen siendo el principal punto de debate entre los políticos locales, y una buena parte de los analistas internacionales, así como estudiosos de los Balcanes.
Una rápida mirada al funcionamiento de Dayton durante estos años demuestra
que al igual que la firma del mismo estuvo bajo la constante amenaza de saltar por los
aires, su desarrollo no ha perdido ese carácter de inseguridad. El gran logro del texto fue
frenar los enfrentamientos armados. Los firmantes se comprometieron en el mismo a regularizar sus relaciones a través de las Convenciones de Naciones Unidas, aceptaron la
soberanía del prójimo y la política como el camino para resolver los malos entendidos.
De hecho, en noviembre de 2002, el Parlamento de Yugoslavia ratificó el acuerdo con lo
que la entonces existente República Federal de Yugoslavia, dejó claro que no tenía mayores pretensiones territoriales para con Bosnia. No obstante, son muchas las corrientes
que afirman que esas pretensiones territoriales no se han olvidado del todo, y he ahí precisamente la clave de las disfunciones de Dayton.
La última ceremonia solemne tuvo lugar en Dayton el año 2000.3 Cinco años
después de la firma, el que fuera el artífice del acuerdo, el mandatario internacional para
los Balcanes, Richard Holbrooke afirmó que el acuerdo logró frenar la guerra pero el texto contenía algunos errores, aparecidos, sobre todo, a raíz de la mala aplicación del mismo.
El ex-Alto Representante de la UE para Bosnia, Paddy Ashdown, afirmó en muchas ocasiones durante su mandato que «Dayton era una solución pero no necesariamente
la definitiva», y que los cambios debían surgir del propio país, mientras que su predecesor, Wolfgang Petrisch apuntó a las reformas como un condicionante para las negociaciones con la UE.
3
Los datos cronológicos como fechas y acuerdos señalados que se relatan a continuación se han extraído
del artículo: «Petnaest godina nakon Dejtona» [Quince años del Acuerdo de Paz de Dayton]. (Beta:2010)
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Es precisamente desde la UE desde donde han llegado las peticiones más serias
de revisión de Dayton. En el año 2004, en Estrasburgo, después de la visita a Bosnia de
un grupo de enviados del Parlamento Europeo, se convocó la «Conferencia Europea Justitia Pax» en la que se concluyó la necesidad urgente de una renovación del acuerdo.
En el año 2007, llegó el informe del Consejo Europeo en el que Bosnia se situaba en el lugar más alejado de la UE con respecto del resto de los países de la región. Según el entonces Alto Representante, Miroslav Lajčák, los procesos de reforma como el
de la unificación de la policía y otras reformas constitucionales, absolutamente necesarias para la firma del Acuerdo de Estabilidad y anexión a la UE, estaban paralizadas por
completo.
El Alto Representante en la actualidad, Valentin Inzko afirmó ante el Consejo de
Seguridad de la ONU en noviembre de 2010 que la situación en Bosnia era inestable por
la falta de compromisos. En su discurso indicó también que la fecha previsible para la entrada de Bosnia en la Unión se debía posponer del año 2014 al 2020.
Es lo que ratifica el nuevo enviado especial de la UE para Bosnia, el diplomático danés Peteres Sorensen, quien en su recién estrenado cargo exige avances en la constitución del gobierno y del consejo de ministros, así como el cese de políticas hostiles para
con la UE, sobre todo del bando de la entidad serbia, que en varias ocasiones ha amenazado con un referéndum sobre el acatamiento de los dictámenes europeos en el país.
Las posiciones locales nada o poco han cambiado respecto de Dayton. Los líderes nacionalistas, -el serbio Milorad Dodik, el musulmán Sulejman Tihić, y el croata
Dragan Čović- acordaron en el año 2008 facilitar el proceso de negociación de las reformas constitucionales proceso que sin embargo, después de las últimas elecciones nacionales no han avanzado en lo más mínimo.
También han fracasado las negociaciones llevadas a cabo en el año 2009 entre
los partidos políticos locales y los representantes de EE.UU. y la UE para acelerar el camino de Bosnia hacia la OTAN y la UE. La UE dejaba claro tras la ruptura de negociaciones que la única forma de aproximarse al euroclub era a través de las reformas constitucionales. Dos años después, y tras varias amenazas por parte del Consejo de Europa de
eliminar la silla de Bosnia por su incapacidad de constituir un gobierno, los políticos locales nada han hecho por acelerar el camino hacia la UE.
El aliciente positivo de este eje cronológico se sitúa en el año 2008, en el que
Bosnia y la UE firmaron en Luxemburgo el acuerdo comercial temporal, y cuyo desenlace ha llevado al levantamiento de los visados para los ciudadanos macedonios en el año
2009, y para los bosnios en el 2010.
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Logros y fracasos de Dayton
En lo que coinciden tanto sus creadores como los que viven bajo él, es que Dayton,
como acuerdo de paz firmado en noviembre de 1995, después de Grbavica, Srebrenica, Banja Luka4, y un sinfín de batallas sangrientas retrasmitidas en directo, logró poner fin a las matanzas. Es más, Dayton abolió las pretensiones de victoria de cualquiera de los bandos en la guerra de Bosnia: no hubo vencedores sino que ganó una idea, la
de preservar la soberanía de Bosnia y Herzegovina, y la de la permanencia de las fronteras históricas del país.
Dayton logró también la internacionalización de la cuestión Bosnia, aunque
esto último no lo pretendieron dos de los firmantes de ese acuerdo, Tudjman y Milosević.
El presidente Izetbegović intentó internacionalizar la guerra de Bosnia desde su estallido a través de un sinfín de llamadas al respeto de los convenios internacionales de los derechos humanos, y negando la observación que apuntaba a una guerra civil en lugar de
un conflicto entre países. De esta manera, en uno de sus discursos ante los ministros de
asuntos exteriores de la UE, en el año 1993 (Izetbegović, 2004:337), Izetbegović apunta a lo que fue una realidad tras la firma de Dayton.
«Punto uno: las fuerzas armadas, como garantes, han de estacionar sus bases en el
territorio libre, bajo el control del gobierno bosnio, y punto dos: se quedarán en ese territorio
incluso después de la implementación del acuerdo, hasta que el ejército de Bosnia no sea capaz de defender los territorios liberados. Presuponemos que ese periodo durará al menos cinco años. En correspondencia a sus promesas, entre las fuerzas armadas –garantes esperamos
la presencia de la OTAN, junto con una presencia significativa de EE.UU. Eso es lo que le
pedimos a la comunidad internacional como defensora de uno de sus miembros de Naciones
Unidas, una víctima de la agresión. (…) Ante un país así, la comunidad internacional tiene responsabilidades que no puede ignorar».
Dos años después de este discurso, Dayton incluía entre sus partes en acuerdo,
la firma de la comunidad internacional como garante del éxito del acuerdo a través de la
implementación de las Fuerzas de paz de la OTAN y de la UE. Es más, para hacer efectivo el desarrollo del texto, se establecía la figura del Alto Representante, y se establecían
4
Srebrenica es hoy el fracaso más evidente de las fuerzas de paz de la ONU. El enclave protegido por los
cascos azules fue escenario en julio de 1995 de la masacre de más de ocho mil civiles bosniacos que fueron
liquidados a manos de las tropas serbobosnias del recientemente capturado general Ratko Mladic ante la
presencia del batallón holandés de la misión de la ONU. Fue el punto de máxima tensión alcanzado en las
negociaciones para la mediación internacional y la primera vez en que se pone en cuestión la inmunidad de
la ONU en sus operaciones de paz. Una reciente sentencia del Tribunal de Apelación de la Haya le ha dado
la razón a una familia de Srebrenica y ha condenado a Holanda por la muerte de sus familiares al no haberles
prestado socorro.
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los poderes de Bonn5 para preservar la seguridad en la zona, y la correcta aplicación del
acuerdo. Junto a estas dos herramientas de control internacional, que muchos ven como
las responsables de que precisamente proliferara la pasividad en las estructuras institucionales bosnias, a modo de protectorado que se deja llevar por la ingerencia internacional,
el acuerdo fue acompañado de estrategias a corto plazo en materia económica, democrática y de derechos humanos, volcadas sobre todo, en el retorno de refugiados.
Si nos detenemos en los anexos del texto observamos que más de siete de ellos
se refieren a la estructura de implementación internacional. De este modo, los anexos I y
II establecen unas fuerzas de paz para Bosnia, como las que pedía Izetbegović, calculadas
en 60.000 soldados de la OTAN, que luego cederán el relevo a la UE. En el anexo III se
regula la fórmula para la celebración de las elecciones en la postguerra y la mejora de la
seguridad a través de la presencia de la OSCE. El anexo VI habla del respeto a los derechos humanos, y la creación de comisiones para la preservación de los mismos a través
del Consejo de Europa y la OSCE. El anexo VII se refiere al retorno de refugiados y a la
implementación de UNHCR como organización de ayuda al refugiado en Bosnia. Con
el anexo X se establece la figura del Alto Representante y la oficina del mismo, mientras
que en el anexo XI se estipulan los protocolos de funcionamiento de la policía internacional orientada sobre todo al entrenamiento de los cuerpos de policía de Bosnia (Pejanovic:2005; Keil:2008). 6
Desde esta perspectiva, no hay duda de que la cuestión bosnia fue internacionalizada al máximo al término de la guerra, pero ¿ha caído en el olvido dentro de la agenda internacional?
Si bien Dayton define a Bosnia como un estado democrático que funciona «según la ley y dentro del seno de unas elecciones libres, avalado por todos los catálogos interna5
En 1995, con la llegada a Bosnia de la primera delegación de la Oficina del Alto Representante, encarnada en la figura del ex primer ministro sueco Carl Bildt, el escenario, absolutamente devastado por la guerra
dejaba patente que no era suficiente una institución que únicamente asesorara. En el año 1997, el Consejo
para la Aplicación de la Paz en Bosnia se reunió en Bonn con el objetivo de otorgarle autoridad real al Alto
Representante, bajo los llamados “poderes de Bonn”. Los sucesivos altos representantes han hecho extenso
uso de esta cláusula en varios momentos políticos del país, y si bien, se ha especulado en varias ocasiones con
la eliminación de esta herramienta, la dinámica de Bosnia no permite aún un funcionamiento al margen de
la autoridad internacional, al menos en opinión de la OHR (Partos, 2011).
6
Autores como Soeren Keil o el Presidente del Consejo Civil Serbio, Mirko Pejanovic, apoyan la idea
de que la internacionalización de Bosnia fue clave para preservar su supervivencia, y así lo demuestran los
distintos anexos del acuerdo, pero ponen en duda la eficacia de los mismo pues muchos de los objetivos han
fracasado y la mirada internacional ya no se detiene en Bosnia. De hecho, es la población joven la que ya no
tiene esperanzas en el país. Pejanovic señala que en estos años, más de 100.000 jóvenes han salido a trabajar
fuera. En el caso de los refugiados, el 80% de la zona de R.S. no ha vuelto, y en la Federación un 20% sigue
sin volver.
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cionales de derechos y libertades de aplicación directa, no establece los mecanismos legales e
institucionales que los hagan cumplir en el país» (Imamović, 2001:375)
Y es aquí donde se sitúa el segundo punto de partida del análisis de Dayton, o la
cuestión de implementación interna. El acuerdo dibuja un país sin forma institucional,
dividido a su vez en dos entidades. Una de ellas, la Republica Srpska (R.S.), étnicamente limpia, o uniforme, y construida sobre la agresión a la población musulmana y croata que hasta entonces vivía en sus territorios. La segunda entidad, la Federación está dividida en diez cantones, y dos nacionalidades mayoritarias, de las que la croata pide ser
«la tercera entidad»7, en un territorio en el que además vive población serbia, o aquella
que no viene catalogada como parte de los tres pueblos constituyentes. Son los «otros»,
tal y como señala la constitución.
Algunos autores hablan de Dayton como del fracaso de la idea de construir «un
estado multicultural, o un (no) estado multiestatal». En este sentido, Dayton se muestra
confuso en su forma de presentación de la estructura externa de Bosnia, una especie de
federación que no es república y que a su vez, tiene en su seno otra federación y una república. Un estado dividido étnicamente y que se puede entender como perjudicial a la
libertad del individuo, ahogada dentro de esta concepción grupal y étnica de un territorio (Festić, 2004:62-63).
Esta concepción se exacerba cuando la cesión de competencias en materias
como defensa, poder judicial y seguridad quedan en manos de las entidades en lugar de
las instituciones centrales. Esta forma de adjudicar competencias dificulta enormemente
el consenso en los órganos centrales, como demuestra el hecho de que se necesitó más de
un año para aprobar el sistema de votación electoral en el Parlamento, o que se necesitó
de la intervención internacional para proponer cuestiones tan nacionales como el pasaporte, la bandera o el punto de control fronterizo.8
Esta estructura por su parte, garantiza la protección de un sistema de partidos
que, en más de un cuarto de siglo de transición no ha sido capaz de salir del bucle del
7
El territorio de Bosnia, definido como unido en la Constitución del país, se divide no obstante en dos
entidades con separaciones administrativas plenas. El 49% del territorio pertenece a la Republica Srpska,
con población mayoritariamente serbia, y un 51% a la Federación de BYH, cuya población dominante es de
origen croata y musulmán. Si bien, en la Federación apenas hay municipio étnicamente limpios, las zonas de
mayoría croata, como es el caso de Herzegovina, piden una entidad propia en la que tengan autoridad plena
para la toma de decisiones. Este hecho lo dificulta la administración local de los cantones, o las diez áreas en
las que se subdivide la Federación cuyas competencias administrativas son altísimas, y que no quieren ceder
su cuota de autogestión a las entidades. En medio de esta descentralización territorial se sitúa el Distrito de
Brčko, un espacio con población absolutamente mixta, y con autogestión total de su ayuntamiento y el área
metropolitana.
8
Hasta el año 2001, la Asamblea Parlamentaria no fue capaz de consensuar una Ley Electoral, por lo que
las elecciones se celebraban bajo leyes especiales aprobadas para tal efecto.
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nacionalismo y de las fórmulas de limpieza étnica. El discurso del miedo al otro, o al vecino, funciona para preservar la territorialización del país. Es el llamado «nacionalismo
de Dayton». Curak apunta que:
«La simbiosis de convencidos nacionalistas de Dayton (ej. Prlić, Ivanić, Tokić…), sus
colegas nacionalistas (ej. Lagumdžija, Dodik…,) y nacionalistas tradicionales (ej. Izetbegović
e hijos, Kalinić e hijos, Jelavić e hijos…) bloquea cualquier cambo social radical, porque ese
cambio, dejaría sin “trabajo estatal” a miles de fieles de sus partidos que trabajan sin descanso entre los muro del castillo burocrático de Dayton» (Ćurak, 2004: 119).
Un ejemplo práctico de este burlesco párrafo podría ser el hecho de que los partidos políticos no hayan firmado nunca un pacto de corresponsabilidad en materias clave
para el país. En el año 2001, según recoge Pejanović, la Oficina del Alto Representante
amenazó seriamente al partido en el poder en la Republica Srpska por su obstruccionismo en el Parlamento. Unos meses después, ese mismo partido volvió a ganar las elecciones (Pejanović:2005).
Es una constante en todos los procesos electorales de Bosnia, y las últimas generales son una ratificación de la misma. Ninguna amenaza internacional por muy dura
que sea, incluso con los intereses nacionales de cualquier grupo, no ha hecho doblegar
posturas, y buscar consensos en plataformas que apoyen alianzas. Los motivos últimos
de tales comportamientos de suma irresponsabilidad política están en que los planes de
secesión y guerra no han sido enterrados, según muchos autores. Las élites en poder dentro de las dos entidades luchan efusivamente contra el voto individual y libre puesto que
les quitaría poder. El discurso del miedo es la mejor fórmula para garantizar la fidelidad
de los votantes, máxime cuando esto no genera riesgos para la gobernabilidad del país,
ya que de las cuestiones clave, ya se ocupa el Alto Representante.
En clave de guerra
La guerra sigue siendo pues el trasfondo de la Bosnia actual y de sus dificultades para
convertirse en un verdadero estado de ciudadanos. Dayton no sólo emergió de la guerra
como un acto legal y acatado, sino que en la actualidad sigue siendo el garante de las divisiones territoriales que de él surgieron y que satisfacen, en mayor o menor medida, las
pretensiones de los grupos en conflicto.
La curiosidad radica en este reparto, en que no son los serbobosnios, croatabosnios y musulmanes bosnios, los que despiezan la tarta, sino los presidentes de tres estados
soberanos, Serbia, Croacia y Bosnia. Ello significa que el conflicto no es interno, sino
que existen intereses regionales claramente reflejados en esta guerra, si bien es más difícil
demostrar la participación directa de estos estados en la guerra que identificar a los verdugos de la misma. No es casual que en más de una ocasión los mandatarios de los tres
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pueblos constituyentes apelen a la comundiad internacional para que permanezca en el
territorio puesto que las tensiones siguen siendo patentes (Šarčević, 2009: 15).9
Son los políticos, o las élites políticas del momento, los que temen volver a enzarzarse en un conflicto si desaparece la asistencia internacional. Pero que sean ellos, y
no otros, lo que estén a la cabeza del estado, no es cosa suya precisamente. Sólo es necesario volver al año 1996, las primeras elecciones después de la guerra, para ver qué cariz
iba a tomar el asunto de Bosnia.
Presionados internacionalmente para celebrar unas elecciones democráticas, a
pesar de lo temprano del momento, de las heridas abiertas, y de que no se había producido un cambio generacional en la política, había que crear partidos democráticos, con
discursos que satisficieran los estándares internacionales de la democracia. Este fue el escalón que faltaba por conquistar para disfrutar de la fructífera carrera del nacionalismo
en Bosnia. En una entrevista personal mantenida con el autor Dino Abazaović, éste comenta al respecto que:
«Desde las primeras elecciones después de la guerra, en el año 1996, a instancia por
cierto, de la comunidad internacional, hasta las actuales, del año 2010, la élite política ha
ido cimentando sus posiciones como los señores de nuestros destinos. No importa la dirección
de los partidos políticos, todas las filas conducen a la permanencia del actual sistema de oligarquía de partido para el mantenimiento de los privilegios y la corrupción».10
La ineficacia de los mecanismos con los que se ha dotado al Estado, han demostrado fallar en más de una ocasión, y darle el poder a la clase política, no como servidores de los ciudadanos, sino de los intereses de los grupos étnicos a los que pertenecen. Es
una consecuencia directa de la fórmula democrática de un estado cuyo sujeto soberano
no es el individuo sino las etnias.
El carácter internacional de Bosnia y Herzegovina
El Acuerdo de Paz de Dayton garantiza en el anexo X el paso legal para la presencia internacional en el territorio mediante la Oficina del Alto Representante (OHR). Este órgano se presenta como el garante de la estabilidad y la correcta aplicación de Dayton.
9
Esta idea está apuntada en el texto del autor Sarcević quien, en clave de unas declaraciones del que fuera
presidente de turno de BYH en el año 2008, Sulejman Tihić, hacía una advertencia a la comunidad internacional que cabe citar aquí: «Advertimos a la OHR, y a la Comunidad internacional sobre las posibles consecuencias si se retiran antes de implementar por completo el Acuerdo de Dayton. Puede producirse un retroceso en
los avances conseguidos hasta ahora, pueden producirse divisiones, y, dios no lo quiera, se pueden dar conflictos. Si
se retira ahora la OHR, esto será una evidencia. Son nuestras estimaciones como el partido más votado de BYH».
10
Entrevista personal con Dino Abazović, profesor de Ciencias Políticas en la Universidad de Sarajevo.
Sarajevo, 15 de septiembre de 2010.
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Es a su vez el órgano último de consulta, decisión y modificación de cualquier medida,
o de la propia Constitución. Tal es la importancia de la OHR que en los diez años que
van desde 1997 hasta el 2007 más de 112 leyes han sido impuestas por ésta mientras que
279 han sido adoptadas en el Parlamento (Šarčević, 2009:10).
Cualquier cuestión, ya sea relativa a la ayuda humanitaria, o bien vinculada a la
reconstrucción agraria, desde la protección de los derechos humanos hasta la imposición
de leyes, o la abolición de las mismas, aunque procedan de órganos legislativos, depende
de la Comunidad internacional, como la última responsable de los procesos decisivos
en el país.
El sujeto internacional como soberano
Todos estos elementos demuestran que la Constitución de Bosnia está en una más que
estrecha relación con el factor internacional que, a modo de protectorado, ordena y conduce el país según los intereses externos. Cabe preguntarse pues, ¿qué grado de soberanía tiene Bosnia en el contexto internacional? El portavoz de la Oficina del Alto Representante en Bosnia, Oleg Milišić explicaba en una entrevista privada que la figura de la
OHR en Bosnia no había cumplido aún su misión, y de ahí, los constantes aplazamientos para el cierre de la misma. Reflejaba abiertamente que la comunidad internacional
había invertido mucho dinero en el país como para irse sin cumplir sus objetivos, y uno
de los primordiales era la entrada en la OTAN:
«La entrada en la OTAN será el fin de una fase. Cuando cierre OHR, la presencia de la UE
en Bosnia ya debe ser una realidad. Hemos tenido una acalorada discusión sobre la reforma
de la Enmienda 1 referente al cambio en la Constitución sobre su relación con el Distrito de
Brcko. Finalmente se le ha reconocido al distrito su autodeterminación, y el derecho a acudir al Tribunal Constitucional en caso de litigio con el país, o con una de las entidades. Este
reconocimiento ha sido una de las insistencias de los EE.UU. que lleva invertidos en Bosnia
más de 20 mil millones de dólares. Es un paso positivo a pesar de los que piensan que así Bosnia se está fragmentando».11
Aquí queda patente que la soberanía de Bosnia es más que compartida. Uno
se pregunta cuando escucha todas las reformas efectuadas por la OHR, entre ellas la de
darle la autodeterminación a una parte del territorio de un país soberano, ¿por qué nunca se llevó a cabo una estrategia en materia de creación de órganos nacionales con carácter soberano y supremo, que tengan la capacidad constitucional de ser los que lleven a
cabo los cambios?
11
Entrevista personal con Oleg Milišić, portavoz de la OHR en Bosnia Y Herzegovina. Sarajevo, 10 de
agosto de 2010.
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Está claro que existe un Tribunal Constitucional pero su composición es étnica, en el caso de la presidencia y del Parlamento, la fórmula es la misma.12 Los bloqueos
en este sentido son constantes, y es absolutamente lógico que sea la asistencia internacional el único elemento que pueda producir o legitimar un cambio. Milišić señala que:
«La OHR ha hecho grandes progresos en los últimos años. Hemos llevado a cabo junto al gobierno en los últimos cuatro años la reforma del ministerio de Defensa, hemos unificado el Impuesto del Valor Añadido, en materia de justicia, hemos logrado establecer el Tribunal Supremo de Bosnia y Herzegovina, y hemos hecho avances en materia de la policía. Son
pasos hacia delante en cuestiones muy complicadas. El paso siguiente es dejar al país actuar
sólo. Me pregunta cuándo. De momento han prolongado nuestra presencia dos años más, después de que en el año 2005 se dijera que la fecha del cierre era el año 2010».13
Poco después de esta entrevista, el Alto Representante para Bosnia, Valentín Inzko afirmaba que el cierre de la OHR en Bosnia sería indefinido, mientras que la entrada en la UE se movía desde el año 2014 al año 2020.
La soberanía exterior de Bosnia y Herzegovina
Si ya apuntábamos que los políticos locales dudaban de su supervivencia sin la asistencia del exterior, en las sillas de los gobiernos internacionales, esta sensación es más aguda aún. Un destacado diplomático español que trabaja en Bosnia indicaba en una entrevista personal que:
«Muchos hablan del cansancio de la UE. En mi opinión, la frustración es de los Balcanes. La población está anclada en el miedo y no quiere formar parte de instituciones dominadas por otras comunidades. Hagamos por ejemplo un referéndum en la Republica Srpska sobre su independencia. Mañana mismo se separarían. De otra parte, los poderes locales
se han acostumbrado a una presencia muy dominante del Alto Representante. Se han delegaLa estructura institucional de Bosnia arrastra el principio de Dayton de la etno-territorialidad,
es decir, la de un país que es la unión de tres pueblos constituyentes adscritos a dos entidades en
las que votan, y en cuyo marco territorial entitario es donde ven representados sus derechos en su
totalidad. Así, el Presidente ha de ser un hombre serbio, croata o musulmán y el Parlamento ha de
estar compuesto de mandatarios enviados de forma indirecta por los delegados de los parlamentos de las entidades, compuestos o bien de croatas y musulmanes, o bien de serbios. Este proceso
de representación por mayoría cualificada es en la práctica una forma de elecciones entitarias que
a su vez son étnicas, pues estos mismos delegados ven en el Parlamento el garante del interés vital
nacional de su grupo constitucional, que les ha elegido para asegurar sus intereses nacionalistas
que no nacionales. 12
13
Entrevista personal con Oleg Milišić, portavoz de la OHR en Bosnia Y Herzegovina. Sarajevo, 10 de
agosto de 2010.
165
Esma Kučukalić Ibrahivomić
do responsabilidades locales a su figura como el que resuelve los asuntos que los locales no pueden, o no tienen demasiado interés en resolver».14
La seriedad que pueda imponer la soberanía de Bosnia en el seno de la comunidad internacional es más que dudosa, a la luz de la inestabilidad de la integridad territorial, la libre toma de decisiones y la estrategia geopolítica. Su sujeto soberano sólo se
puede entender desde la óptica de la asistencia, la de un soberano invisible pero muy activo que, ni es el pueblo, ni es el Estado democráticamente constituido. De nuevo, volvemos a la constante de la guerra. Pues es ésta la que ha dado paso a la fórmula del [estado = 2 entidades+1 distrito+10 cantones] para Bosnia.
La tolerancia internacional de los procesos antidemocráticos en Bosnia y
Herzegovina
Cuando le preguntas a un político extranjero qué opina sobre los procesos democráticos
en Bosnia la postura es unánime. Hay mucho trabajo que hacer todavía.
«Aquí nadie vota un proyecto. Aquí se vota al líder de la etnia a la que perteneces.
Sólo el SDP (Partido Socialista Democrático, del croata Lagumdžija) entra dentro de los parámetros de un partido organizado según la estructura de la democracia representativa pero
su fórmula tampoco ha funcionado».15
Cuando uno pretende entender por qué cada proceso electoral tiene sobre sí
la sombra de la sospecha pero nunca es rectificado, y repite estos mismos procedimientos susceptibles de romper con los principios democráticos, legislatura tras legislatura,
la respuesta puede ser:
«No tenemos una estrategia para minimizar el nacionalismo entre los votantes y sus
representantes. Son elecciones democráticas y el cambio ha de surgir desde la voluntad de los
ciudadanos que lo votan. La UE no forzará la entrada de Bosnia. No tenemos prisa».16
Cabe pues preguntarse si en el seno de la comunidad internacional existe un
acuerdo de tolerancia de este tipo de conductas, o quizá pueda tratarse de pérdida de interés hacia el caso de Bosnia. El ejemplo más reciente de esta actitud está en las pasadas
elecciones generales, en las que los observadores internacionales llamaban a la calma, a
la participación, y a dejar de lado las consignas nacionalistas. Más de un año después del
día electoral, el gobierno sigue sin estar constituido, ha habido varias denuncias de falsiEntrevista privada con un diplomático español. Sarajevo, 25.09.2010.
Entrevista personal con la Presidenta del Consejo de Europa, de la delegación de BYH, Caroline Revuard. Sarajevo, 14 de julio de 2010.
16
Ibidem.
14
15
166
Balkania
ficación de los votos, y de nuevo, y a pesar de la sentencia Sejdić-Finci17, los judíos y los
gitanos, entre «otros», no han podido presentar su candidatura a los principales órganos
estatales. Y la comunidad internacional ha tomado buena nota de ello. Tal y como indica la autora, y personal de la OSCE para Bosnia, Valery Perry:
«Desde el año 1996 a estas elecciones del año 2010, todo sigue exactamente igual.
Las promesas se incumplen y nadie pide responsabilidades. La comunidad internacional tiene la posibilidad de hacer uso de los Poderes de Bonn. La UE no hace uso de ellos, y no encuentra su verdadero papel en Bosnia. La comunidad internacional percibe una apatía en el
país, lo que debilita la iniciativa extranjera de inversión y permanencia en Bosnia. De otra
parte, Bosnia no es el único país destrozado por una guerra pero aquí no se desarrolla ningún
tipo de movimiento cívico que despierte al país del letargo».18
En efecto es así. Las iniciativas cívicas son pocas pero los incentivos para el cambio del exterior también. El uso de los Poderes de Bonn es extraordinario pero está previsto en los casos de atropellos de los derechos, la legalidad, y la constitucionalidad, pero
a la vista de las asignaturas pendientes, no se ha usado.
La tolerancia de los procesos electorales en clave étnica
La tolerancia de la ilegalidad se vislumbra también en otro tipo de elecciones, por no
decir en el proceso electoral por completo.19 Bajo las premisas de una Constitución que
vela por los principios democráticos como el mejor garante de la estabilidad (preámbulo de la Constitución), la fórmula que se pone en práctica es la de unas elecciones basadas en la representación étnica, y no sólo eso, sino basadas en el registro de votantes por
entidades, lo que agudiza aún más la división de los pueblos constituyentes que, en cada
legislatura, votarán al líder de la entidad en la que viven, y a cuyo grupo étnico perteneLa Sentencia Sejdić-Finci del Tribunal Europeo de Derechos Humanos (2009) contra Bosnia y Herzegovina se plantea como histórica porque ve en la Constitución elementos claros de discriminación relativos
a la elección del presidente y la representación en el Parlamento, reservadas a los miembros de alguno de
los tres pueblos constituyentes. A raíz de la misma, Bosnia está inmersa en un profundo debate sobre las
modificaciones necesarias para eliminar los elementos discriminatorios de la Carta Magna.
18
Entrevista personal con la investigadora y coordinadora de proyecto para la OSCE Bosnia, Valery Perry.
Sarajevo, 10 de agosto de 2010.
19
Después de las últimas elecciones, celebradas el 3 de octubre de 2010, Bosnia sigue sin un gobierno constituido porque los líderes de los partidos vencedores son incapaces de ponerse de acuerdo respecto de una
coalición. Ante el paso del tiempo, el Alto Representante ha tenido que aprobar los presupuestos generales
relativos a las pensiones, mientras que son cada vez más las voces que piden que se suspenda de sueldo a los
políticos locales hasta que no constituyan un gobierno. La Canciller Merkel ha tenido que intervenir recientemente para empujar a los partidos vencedores a decidirse por alguna fórmula política bajo una amenaza
clara de expulsión de Bosnia del Consejo de Europa.
17
167
Esma Kučukalić Ibrahivomić
cen.20 Es lo que algunos han llamado el «totalitariosmo elitista». Las elecciones se repiten
cada seis o nueve meses, ya sean municipales, cantonales, federales o generales. De otra
parte, cada ocho meses hay una rotación de gobierno. Un gobierno cuyos líderes son o
bien, personajes políticos que participaron en la guerra, o bien sus hijos. Esto hace que
se haya producido un efecto de legitimización de la élite de la guerra (Abazović).
«Tenemos una discriminación territorial basada en el lugar de residencia. Esto significa que tenemos unas elecciones puramente étnicas, o mejor dicho, basadas en el voto étnico. La fórmula para cambiar esta cuestión sería obligar a cada partido a contar con un porcentaje de votos de otras comunidades. De este modo se neutralizaría el voto puramente étnico de cada organización».21
También sería la solución para evitar los feudos cuyos señores se comportan
como si fueran los propietarios de cada entidad, una política nacionalista que condena
la comunidad internacional pero que, a su vez, acata para llevar a cabo las negociaciones
más sencillas. Uno de los ejemplos más visibles son las visitas de estado a Bosnia, que,
además de pasar por dos encuentros por separado entre los presidentes de gobierno de
cada etnia (el presidente serbio siempre se cita a solas, mientras que el bosniaco y el croata comparten protagonismo), luego tienen una parada obligatoria en la Presidencia de la
Republica Srpska. Perry indica que:
«En el caso de las relaciones con el país, cuando se trata de dialogar con los presidentes, todas las visitas oficiales pasan además de por Sarajevo, por Banja Luka. Milorad Dodik
es considerado un interlocutor al mismo nivel que el presidente de turno, y la comunidad internacional teme sus reacciones. De otra parte, la UE, o el Consejo Europeo, nos habla de la
inamovilidad de las fronteras y sin embargo, admite a la Republica Srpska como una de las
regiones de la UE, cuando esta misma región ni siquiera ha existido sobre el mapa hasta el
año 1996, y no está reconocida como una región más allá del mapa local».22
20
Nada ha cambiado en el mapa del voto en estas últimas elecciones. De nuevo los líderes de los partidos
nacionalistas han vencido; ha vuelto al poder el partido musulmán SDA de la mano del hijo del ex presidente Izetbegović, desbancando por completo al partido multiétnico SZB del ex presidente Haris Silajdžić; en el
bando serbio nada cambia y es el partido nacionalista SNSD con Nebojsa Radmanovic el que ha acaparado
la mayoría de los votos en R.S., mientras que la única novedad es la elección del croata Željko Komšić y
de su partido socialista, en detrimento del partido nacionalista HDZ. Incluso la novedad no ha caído bien
en los círculos croatas que temen ver sus intereses mal representados de la mano de un líder al que no han
votado exclusivamente los croatas sino otras nacionalidades.
21
Entrevista personal con Dino Abazović, profesor de Ciencias Políticas en la Universidad de Sarajevo.
Sarajevo, 15 de septiembre de 2010.
22
Entrevista personal con la investigadora y coordinadora de proyecto para la OSCE Bosnia, Valery Perry.
Sarajevo, 10 de agosto de 2010.
168
Balkania
El porqué de la actitud de complacencia internacional hacia unas políticas u
otras, hay que buscarlo quizá en la promoción del consenso interno. En palabras del diplomático español:
«Es muy difícil modificar la constitución cuyo cambio depende exclusivamente del
acuerdo de las tres partes. Un acuerdo que pasa por dar a los croatas más protección porque
están en descenso, a los serbios, más autonomía porque no se sienten bosnios, y a los bosníacos
asegurarles la no fragmentación de Bosnia».23
Y esa búsqueda de la fórmula perfecta corre necesariamente a cargo de la comunidad internacional. Lo que se necesita es la asistencia internacional que conduzca hacia
«una evolución y no una revolución» en la transformación de Bosnia. Es una meta difícil pero pasa por posturas infranqueables ante la ilegalidad, y propuestas de democracia
directa, en el tejido civil.
Europa de espaldas a Bosnia o viceversa
Que Bosnia ha sido la última en acceder al régimen sin visados de la UE es una evidencia. El elemento que más dificultaba la negociación era la imposibilidad de consenso de
los grupos parlamentarios sobre la forma de los pasaportes biométricos. Ha sido una discusión superflua que ha ralentizado enormemente el proceso de aproximación a la UE,
y la postura de ésta respecto de Bosnia. ¿Cómo percibe Europa la política de integración de Bosnia? La presidenta de la delegación de Bosnia del Consejo de Europa, Revuard señala que:
«Entrar en la UE no es gratuito. Para la UE, Bosnia es un país extremadamente descentralizado. La UE no puede pedir a Bosnia que haga una transferencia de soberanía a la
UE porque no tiene a quién pedírselo. Si la UE tuviera que hacer una transferencia bancaria no la podría hacer aunque exista un Banco Central en el país ya que es un Banco Central sin una ley de ayuda estatal. En Bosnia no existe una institución que coordine o agilice
las ayudas. No existe un poder central que acepte o rechace propuestas. Por no existir, no existe ni el Ministerio de Agricultura. Es decir, no existe una autoridad con la que la UE pueda negociar».24
Ante un punto de partida así, muchos han defendido la entrada de Bosnia en
la UE sin los requisitos que proponen los criterios de Copenhague.25 Existen corrientes
Entrevista privada con diplomático español el 25 de septiembre de 2010.
Entrevista personal con la Presidenta del Consejo de Europa, de la delegación de BYH, Caroline Revuard. Sarajevo, 14 de julio de 2010.
25
Véanse las opiniones de autores como Zdravko Grebo quien apuesta encendidamente por la entrada de
Bosnia en la UE sin condicionantes, como la única salvación para el país.
23
24
169
Esma Kučukalić Ibrahivomić
que señalan que, la única forma para acelerar la entrada de Bosnia en la UE es la entrada
del país dentro del paquete de los Balcanes Occidentales, y sin condicionantes. ¿Es esto
una posibilidad para los interlocutores de la UE? Para la diplomacia española la postura es clara:
«Querer entrar en la UE con estas características es un chantaje. Bosnia no cumple
ninguna de las imposiciones de la UE. En materia de justicia, interior, es un fracaso que me
da a entender que la prioridad de los partidos políticos locales es el status quo y no la entrada
en la UE. ¿Y cómo meter un agujero negro en Europa? Este pequeño país tiene la capacidad
de hacer mucho daño a la economía. Es insostenible sin la presencia internacional. No tiene
industria, no tiene consenso, y lo que es peor, no tiene sentimiento identitario. La corrupción
institucional es brutal y va en aumento. La gente se encuentra frustrada porque durante la
guerra creía en que llegaría un momento mejor, pero ahora, con una economía interior destrozada, vive anclada en los viejos fantasmas. No sé si sabe que la ley del censo se rige por el
censo de 1991. A día de hoy no se ha podido alcanzar un consenso para cambiar esa ley. Eso
significa que todos los datos poblacionales que barajamos son falsos».26
Los fracasos de Bosnia son evidentes, también lo es el hecho de que no parte del
mismo punto de salida que el resto de los países de la región. Con una estructura industrial, política, territorial y poblacional, absolutamente destrozada, los años de postguerra no han sido suficientes para que el país se presente ante la UE como un interlocutor de igual rango. No es el caso del resto de los estados vecinos que han podido solventar e incluso aprender de los errores de Bosnia. ¿Quién es el que le da la espalda a quién
en la inestable relación entre Bosnia y la UE? Desde la perspectiva de la UE, el interlocutor ni siquiera existe.
«Necesitamos centralizar el país de alguna forma para que por ejemplo, la República Srpska no pueda vetar cada dos por tres todas las decisiones relativas al país. En la Federación tenemos un problema aún más grave en el que cada cantón tiene su estructura local, en
la que la Federación apenas tiene autoridad. Aquí tenemos 14 vías de financiación para la
educación. De este modo se crean escuelas segregadas en las que en el turno de mañanas acuden niños musulmanes, y en el turno de tarde, escolares croatas. Tenemos un modelo de gobierno tripartito y además rotatorio cada 8 meses en el que los presidentes se llevan fatal».27
Entrevista privada con diplomático español. Sarajevo, 25 de septiembre de.2010.
Es un modelo que no existe en ningún país. Eso no sería un problema si el tripartito tuviera una única
voz. El último ejemplo es la Cumbre de Seguridad de la ONU en la que la conferencia del entonces presidente de turno, Haris Silajdžic, no gustó al colega serbio. El resultado fue que Radmanović y su ministro de
presidencia, Špirić, enviaron una carta al Secretario General de la ONU, Ban Ki Moon, para ratificarle que
Silajdžic no habla en nombre todos los ciudadanos de Bosnia. ¿Cómo tomar en serio un país así?
26
27
170
Balkania
Sería negar la evidencia decir que la UE no ha invertido millones de euros en
programas de desarrollo democrático en Bosnia, o pensar que la entrada del país en la
UE no es importante, o que BYH puede quedar marginado dentro del enorme club comunitario. Aquí lo que se apunta son las características del camino que ha de recorrer
Bosnia hasta llegar a Europa. El profesor y pensador Zdravko Grebo propone una anteposición de prioridades:
«Muchos hablan de la saciedad europea de ampliación tras la entrada de Bulgaria
y Rumanía. El alto representante para Bosnia, Inzko anunciaba recientemente que la fecha
de ingreso de Bosnia se retrasaba del año 2014 al 2020. La UE, no obstante, ha de resolver
la cuestión de los Balcanes Occidentales. Se han abierto las negociaciones con Albania y Kosovo, si bien sus condiciones son imposibles de cumplir. Croacia está a las puertas, y su proximidad con Bosnia, cambia la prioridad de los hechos» (Revuard).28
Los altísimos requisitos impuestos al país para ser candidatos son imposibles de
cumplir en el contexto actual del país. Cualquier reforma de calado, como la reestructura de la propia estructura estatal, pasa por el beneplácito de la UE, que no se dará si los
interlocutores están de espaldas.
El hueso de la sentencia Sejdić-Finci
También son una obviedad las críticas que le hace la UE a Bosnia para retomar las negociaciones. Han pasado casi dos años de la sentencia Sejdić-Finci y nada ha cambiado
en la organización de Bosnia. Las elecciones han estado de nuevo segregadas a una gran
parte de la población, pero se han producido bajo la mirada de los observadores europeos para las elecciones democráticas, que han dado su visto bueno al proceso. Uno de
los denunciantes, Dervo Sejdić comenta que:
«No es verdad que la comunidad internacional está haciendo algo. Ni Bruselas, ni el
Consejo de Europa han hecho la suficiente presión sobre Bosnia. El 22 de diciembre de 2009,
cuando oí la sentencia en Estrasburgo, salí del juicio como un hombre que acababa de nacer,
satisfecho, feliz y optimista. Hoy ya no me siento así. Es muy, muy difícil esperar que la sentencia se aplique con brevedad en este país».29
Es la precepción que se tienen los unos sobre los otros, respecto de la aproximación de posturas. Europa sin mirar a Bosnia, y la política de Bosnia, aprovechando la
oportunidad para seguir con el status quo de hasta ahora. Son los ciudadanos los que votan ese status quo. Es cierto pero tampoco tienen la posibilidad de votar otra alternativa,
28
29
Entrevista personal con el pensador Zdravko Grebo. Sarajevo, 1 de octubre de 2010.
Ibídem.
171
Esma Kučukalić Ibrahivomić
ni siquiera de proponerla, como es el caso de los señores Sejdić y Finci, y de un 20% de
la población de Bosnia.
La soberanía interna de Bosnia y Herzegovina
La obligación constante de definir al individuo en clave étnica supone una contrariedad respecto de la Convención Europea de los DD.HH. La falta de proyectos políticos
orientados al sujeto como individuo, a sus necesidades vitales, conduce a un estado psicológico del miedo en el que únicamente la fidelidad a un grupo, a la etnia, puede proteger los intereses de esa persona. Muchos autores ven en Bosnia el «dilema del prisionero». Las elecciones se basan en el voto del miedo. La sentencia Sejdić-Finci deja claro
que el camino de Bosnia ha de ir hacia una democracia liberal, pero ésta es una vía que
no interesa a las élites políticas actuales (Mujkić).
«La UE no tiene una política clara hacia Bosnia. Se le exige a los ciudadanos que
traigan los cambios pero los ciudadanos no tienen los derechos de un verdadero estado de la
ciudadanía. Todo ello conduce a un sistema esquizoide que dificulta enormemente cualquier
progreso en materia del sistema político».30
La representación en clave grupal, el «colectivismo» provocado, fabricado y cebado desde los sillones de los líderes políticos locales, los representantes, guías o propietarios de los partidos nacionalistas a los que encabezan, tiene como objetivo anular cualquier voz cívica en este escenario. Tanto es así, que la identidad del individuo en Bosnia
se desdibuja y necesita ser reinventada. El diplomático español apunta que:
«Aquí se produce a diario el identitarismo. Hay nuevas lenguas, más velos que nunca, más mezquitas, educación segregada, etcétera. Todo ello, aderezado con tensión entre los
líderes. Esa tensión interesa porque esos mismos líderes comen del miedo de sus votantes. El
discurso es igual que el del año 1992. La integridad de Bosnia unida, y el miedo a que se separen las comunidades. Si analizamos estas estructuras vemos un sistema de partidos como
500 años atrás, en los que no se vota a la organización sino a la figura, al líder».31
Es la descripción de la oligarquía política establecida en el país. Su soberanía,
reforzada mediante los mecanismos del veto, y del interés nacional, posibilita ordenar, o
mejor dicho, desordenar el estado a su gusto porque, al fin y al cabo, a nadie tienen que
rendir cuentas. En este sentido, el periodista Senad Hadžifejzović, uno de los pocos pro-
Entrevista con Asim Mujkić, decano de la Facultad de Ciencias Políticas de la Universidad de Sarajevo.
17 de septiembre de 2010.
31
Entrevista privada con diplomático español. Sarajevo, 25 de septiembre de 2010.
30
172
Balkania
fesionales de los medios que en el año 1992 se encaró a Radovan Karadžić ante su avance bélico, señala que:
«Sólo hace falta que mire los eslóganes para darse cuenta de que no ha cambiado
nada en estos veinte años. Por ejemplo, el eslogan para las elecciones generales (3 de octubre
de 2010) de SDA es «El pueblo lo sabe». No debería saberlo el poder en lugar del pueblo. En
última instancia, ¿qué sabe el pueblo? Es una ambigüedad increíble. Otro ejemplo lo vemos
en los actuales medios de comunicación. La mayoría son propiedad de los candidatos que se
presentan a estas presidenciales. Imaginaos la parcialidad con la que se trabaja. No se hacen
sondeos de opinión, no se repasan las promesas electorales y los incumplimientos, no se investigan las riquezas de los políticos. En definitiva, los políticos en Bosnia a los últimos que tienen que rendir cuentas son a los ciudadanos».32
Ante un panorama así de políticos corruptos, sin intenciones de renovación, sin
necesidad de cambios en los discursos porque no tienen que ganar votantes, sin posibilidad de cambio debido a los bloqueos constantes en los órganos centrales, así como cobijados en el seno de las elecciones étnicas, temerosas, colectivas, en las que no existe el
voto individual, la soberanía interna se desdibuja notablemente. El día a día en Bosnia
deja una imagen de autoritarismo en el que la persona sola no cuenta, y en el que el sistema de grupos, de colectivos que funcionan como castas copa todas las esferas de soberanía interna del país.
Los niveles de poder que se solapan
Además de elementos antidemocráticos, la Constitución de Bosnia entra en una espiral de antinomias, analizada desde las posturas de las entidades y de la autoridad central.
Si bien, desde el texto se deduce que es el Estado el soberano (Art. IV/3), las entidades
pueden bloquear cualquier decisión con la mayoría de dos tercios. Esto significa que no
existe un órgano superior que garantice la soberanía del Estado. Cabe tomar en consideración el hecho de que para votar en las elecciones, el ciudadano ha de inscribirse dentro de su entidad, y no puede hacerlo en el resto del territorio, lo que supone la agresión
a la soberanía nacional respecto de las entidades. Mujkić señala que:
«La ley electoral en su diseño es una consociación de las tres comunidades mayoritarias. Esta división establecida no anima a los presidentes a obtener el voto de las otras nacionalidades. Se pretende obtener únicamente el voto del grupo étnico al que perteneces. Si tomamos en cuenta esta consideración, no estamos ante elecciones nacionales (national wade)
32
Entrevista personal con Senad Hadžifejzović, presentador y director del telenoticiario más visto, Centralni Dnevnik, en el canal TV1 de Bosnia. Sarajevo, 27 de septiembre de 2010.
173
Esma Kučukalić Ibrahivomić
sino intraétnicas. Los grupos étnicos luchan por conseguir el trono de su corporación nacional o entitaria».
Esta concepción de las elecciones como étnicas hace que tanto, los órganos centrales del Estado como sus miembros no tengan integridad al margen del grupo al que
representan. El presidente de la Academia de las Ciencias de Bosnia, el croata Božidar
Matić, explica cómo se diseñó la secesión de Bosnia:
«Lo defino como «ingeniería étnica». Lo hizo Tudjman, y lo hizo Milošević. En el
caso de los croatas, el plan era muy sencillo. En Croacia al proyecto se le llamó «el engorde del
cruasán», en alusión a la forma que tiene Croacia y a su pretensión de ensanchar el territorio. Para ello se apoyó financieramente a los croatas de Herzegovina, se hizo más presente la
población croata en todos los territorios que colindan con sus fronteras con la llegada de inmigrantes a los mismos. Tras el estallido de la guerra, los territorios que quedaron bajo influencia croata, fueron repoblados con población croata que en la actualidad no ha devuelto las tierras a quienes les fueron arrebatadas a pesar del Anexo VII (protección de refugiados
que retornan). Esa es una de las principales cláusulas pendientes que obstruyen la entrada de
Croacia en la UE».33
Los objetivos de estados étnicamente limpios y uniformes no son para tomarlos
a risa pues, bajo este prisma de salvaguarda de soberanía de la entidad correspondiente,
la secesión es una posibilidad más que real. Susceptible de ser llevada a cabo, sobre todo,
si el modelo que se decide tomar para Bosnia es el de una Consociación en la que, después de la marcha internacional, la voluntad por estar juntos, no tiene su razón de ser.34
La vulneración del derecho del individuo
El individuo queda marginado de dos formas en la Constitución de Bosnia. En primer
lugar, se le niega un derecho que en un principio, le ha sido otorgado como es su subjetividad constitucional. De esta manera, el individuo («ciudadano» en el preámbulo de la
Constitución) no vuelve a aparecer en ningún apartado más en el texto, ni mucho menos en los procesos y mecanismos de participación en la toma de decisiones. La subjetividad individual se sustituye por tres categorías de identidad cívica, es decir, las de los
33
Entrevista personal con el presidente de la Academia de las Ciencias de BYH, Božidar Matić. Sarajevo,
2 de octubre de 2010.
34
El líder serbio, Milorad Dodik se ha hecho famoso a nivel internacional por proponer referéndums locales para llevar a la parte del territorio que él gobierna a una independencia como la que ha efectuado Montenegro. Sus amenazas no cesan, y según su gobierno, el único vínculo que les ata a Bosnia es la presencia
internacional en el territorio que, en cuanto desaparezca, abrirá la caja de los truenos. Verdad o propaganda,
lo cierto es que este tipo de discursos acaparan a diario todas las portadas de los medios locales, e inculcan
el miedo dentro de la población.
174
Balkania
pueblos constituyentes. Esta característica de la Constitución hace que exista una clara
división entre lo que es el concepto de ciudadanía entendido como tal, en los países democráticos, y el de etnicismo, que es la forma de ejercer la ciudadanía en Bosnia.
La segunda vulneración del derecho del individuo refiere a su protección dentro
del marco de la salvaguarda de los derechos humanos. El Anexo IV ratifica quince documentos internacionales y se somete al Convenio Europeo de los DD.HH. Esto quiere decir que el individuo como tal, está prácticamente blindado como en cualquier estado de
derecho. Y es ésta la visión de muchos observadores internacionales en Bosnia. La asesora
electoral de la OSCE para Bosnia, Merce Castells señala que:
«Los votantes bosnios siempre han votado en clave nacional, sobre todo a los partidos de sus propios pueblos constituyentes. Pero no es una constante en el pensamiento político
de Bosnia: por ejemplo, en las últimas elecciones, el número de votos arrebatado por los partidos no nacionalistas ha crecido notablemente. El proceso electoral obedece a este principio.
Basado no en la etnia sino en la ciudadanía: todos los ciudadanos de BYH se registran bajo
el mismo proceso, y todos los partidos están sujetos a las mismas reglas».35
Es una concepción completamente opuesta a la concepción grupal del sujeto de la soberanía. Aceptar que el individuo tiene su posibilidad de elegir tal y como señala Castells, es una posibilidad a medias cuando tenemos en cuenta que son varias las
causas pendientes contra Bosnia por vulneración de los derechos humanos, una de ellas
Sejdić-Finci. La propia Castells reconoce que hay vulneración de la libertad individual
en Bosnia al decir que:
«Es cierto que los derechos humanos no están lo suficientemente protegidos en todos
los niveles del gobierno: los debates se desarrollan para que BYH conduzca su Constitución y
su legislación en línea con la reciente normativa del Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH). La manera en la que está estructurado el país solo precisa de más voluntad política para hacerlo funcionar».
Si la protección del individuo depende únicamente de la voluntad política, la
composición de los órganos de decisión tal y como los conocemos ahora, no sería objeto
de polémica. Suponer que la marginación del individuo es debida a la pasividad política
significa olvidar la sentencia Sejdić-Finci, la composición de la presidencia, el Parlamento así como el Tribunal Constitucional. Finci comenta al respecto que:
«La Constitución menciona en más de 54 ocasiones a los pueblos constituyentes, y
sólo en 1, a los otros y a los ciudadanos. Nadie puede ser el individuo, el ciudadano. La Cons35
Entrevista personal con la Asesora Electoral de la OSCE para BYH, Merce Castells. Sarajevo, 2 de agosto
de 2010.
175
Esma Kučukalić Ibrahivomić
titución reconoce ante todo los derechos colectivos, así la mayoría de las instituciones están al
alcance de los miembros de los pueblos constituyentes. Ha habido casos de personas que, en
unas elecciones aparecían como digamos croatas, en las siguientes se adscribían a otro pueblo
ya que tenían más posibilidades de obtener una silla en el Parlamento. Es una práctica que
dura demasiado, así que el concepto ni siquiera es ya chocante».36
Bosnia entró a formar parte del Consejo de Europa en el año 2002, y en ese acto
se comprometió que, en el plazo de un año, armonizaría sus leyes, así como la Constitución con la Convención Europea de los DD.HH., cosa que sigue sin cumplir.
El incumplimiento de los acuerdos firmados
En el año 2008, momento de la firma del Pacto de Estabilidad con la UE, Bosnia se volvió a comprometer a cambiar su legislación. Tras la sentencia del TEDH en el año 2009,
hubo otra declaración de intenciones, pero nada ha cambiado a pesar de la conciencia
absoluta de toda la clase política sobre la incompatibilidad de su Constitución, y su sistema electoral con respecto a los derechos humanos. Finci señala que:
«Este estado tiene 14 gobiernos, 14 parlamentos, y más de 80 partidos políticos. Tenemos pues, demasiados políticos, pero muy pocos jefes de estado, digamos que ninguno que
conduzca el país como un conjunto, en lugar de su porción de población, su entidad, o su
partido».
En este mismo sentido de falta de consenso estatal, el diplomático español señala que:
«No existe comunicación entre los distintos niveles. Los miembros del gobierno no
hablan entre sí. Firman pactos que luego no son vinculantes porque no existe acuerdo común
en el gobierno para aprobarlo. En cuanto a las negociaciones con la UE, no existe una comunicación uniforme y directa, sino que las conversaciones se realizan a tres bandos. De este
modo, se necesita urgentemente que se produzca la absorción de normativa».
Sólo a modo de ejemplo cabe señalar que durante la presidencia española de la
UE, en la que fue imposible dar por cumplida ninguna de las imposiciones europeas en
materia de justica, o de interior. Existen fórmulas para castigar esta actitud de «pasotismo». En el caso de la sentencia Sejdić-Finci, el Consejo de Europa podría presionar para
el cumplimiento de los compromisos firmados en el año 2002, así como de la sentencia.
En el peor de los casos, el Consejo de Europa podría obligar a Bosnia a abandonar su silla de miembro debido a sus reiterados incumplimientos de la Convención Europea. Sería un castigo a la clase política, pero también para los ciudadanos que, como la
36
El puente. Omer Karabeg. [programa de radio] Radio Free Europe. 8 de enero de 2011.
176
Balkania
mayoría silenciosa que son, ya no tendrían ningún documento al que agarrarse para salir
de la colectividad y entrar en el universo de los derechos personales. Dejar de estar obligados por la Convención Europea de los DD.HH. significaría dejar caer al individuo al
abismo del silencio, el miedo, y la atrocidad. Un camino que, a la vista de los discursos
políticos que se repiten en cada calendario electoral, puede ser precisamente, el objetivo
que se persigue en Bosnia.
La justicia en clave de etnojusticia
La persecución de los criminales, junto al retorno y la protección de los refugiados fueron puntos determinantes para la firma del acuerdo de Dayton. Estos elementos, recogidos en el Anexo VII, representan los valores universales de la justicia como el hilo conductor de la cimentación del Estado de Bosnia.
La incongruencia aparece cuando en ese mismo acuerdo, es más, en la Constitución, se establece un país dividido según las fronteras internas que imitan los espacios
geográficos ganados por los enemigos, y en el que éstos se traducen en dos entidades claramente sesgadas. En el caso de la República Srpska, la incompatibilidad con los criterios
de justicia se exacerba porque implica justificar la creación de un estado construido sobre
el genocidio, en el que al margen de la población serbia, el resto de las comunidades han
sufrido pérdidas humanas muy importantes, y en el que hay zonas étnicamente limpias.
La justificación de la injusticia va aún más allá cuando se acepta el nombre de
esta entidad, claramente orientada a una comunidad en concreto en la que los líderes
políticos no caminan hacia en consenso sino que, a diario, proclaman consignas de separación. Matić comenta que:
«Todos los avances se han conseguido gracias a la presión internacional, pero desde
el comienzo de la fase de la transición, en el año 2008, estamos experimentando un proceso
retrógrado, sobre todo en la República Srpska, donde se ha incrementado el discurso panserbio por parte del señor Dodik. Y es que el interés de los países vecinos hacia su parte del pastel no ha desaparecido. La República Srpska está cada vez más orientada hacia Belgrado, y
no es casualidad, que todos los líderes serbobosnios tengan villas de lujo en las zonas más prestigiosas de Belgrado».
Varias formas de interpretar la justicia
El anexo VII de Dayton obliga a todas las partes a facilitar el retorno de los refugiados,
la devolución inmediata de sus bienes e inmuebles, el respeto de la amnistía, y la persecución de los criminales, además de la colaboración con el Tribunal Internacional para
la Ex Yugoslavia (TPIY).
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La realidad en estos años no ha sido así. El retorno de los refugiados ha sido un
camino lleno de baches. Los que han vuelto a las ciudades han tenido mejor suerte, los
pueblos, sobre todo aquellos que han quedado en territorio enemigo, han desarrollado
políticas locales de ostracismo que han conducido a los llegados a vender sus bienes e
irse para siempre. En el caso de la devolución de sus viviendas, muchas no han sido retornadas a sus propietarios, bajo el pretexto de que han sido destruidas. De hecho, en el
caso de Croacia y Serbia, esa actitud es uno de los frenos más determinantes y vergonzosos para su entrada en la UE. Matić señala que:
«En el caso de los bienes e inmuebles pertenecientes a serbios, fueron cedidos a refugiados de Herzegovina, y en la actualidad, no se ha llegado a un acuerdo de intercambio con
los propietarios serbios. Es una operación que le costará mucho dinero a Croacia porque las
negociaciones no serán sencillas. El sistema social de Croacia paga más de medio millón de
pensiones de invalidez o de guerra a sus ciudadanos. Se trata de una cifra claramente hinchada que pesa enormemente a las arcas nacionales».
A pesar de los avisos de la comunidad internacional, y de existir un acuerdo regional de colaboración judicial para la extradición de criminales de guerra, los incumplimientos por parte de los estados son constantes. Aunque se vislumbran lentos avances.
Recientemente conocíamos la captura y extradición de Ratko Mladić por parte de Serbia. El ex general serbobosnio sobre el que pesan entre otros, la acusación por
crímenes contra la humanidad y de genocidio en Srebrenica ha sido capturado precisamente antes de la emisión de un informe demoledor del Fiscal Jefe para el TPIY, Serge
Brammertz, sobre la colaboración de Serbia con el Consejo de Seguridad de la ONU.
Resulta curioso incluso para el fiscal que se haya tardado tanto en capturar a
Mladić cuando se escondía apenas a 70 kilómetros de Belgrado, en su pueblo natal y en
casa de un primo que lleva su mismo apellido. Resulta paradójico también que el presidente Tadić, quien tiene todo su mérito por capturar a Mladić y a otros criminales como
Hadžić, fue el ministro de defensa que dio protección a Mladić en el momento de su
huida de Bosnia.
Otro ejemplo sonado ha sido la extradición de Veselin Vlahović Batko, el
«monstruo de Grbavica» (apresado en la Comunidad Valenciana) y entregado a las autoridades bosnias. Sobre sus espadas pesan miles de asesinatos, muchos aún por aclarar.
Han hecho falta 15 años para dar con él, cuando se conoce que su primera parada después de la guerra fue Montenegro, país que nunca lo extraditó, y que sólo puso una orden de búsqueda contra él después de matar a un policía montenegrino.
El motivo de estas ilegalidades está en que cada etnia tiene su visión de la justicia, y actúa bajo estos parámetros. Mujkić indica que:
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Balkania
«La fase de postguerra como la última fase de creación de la «igualdad de los pueblos»
o de la igualdad étnica de Bosnia, es del todo inmoral: el mayor criminal y el mayor humanista
como miembros de sus comunidades étnicas, y bajo la concepción de su igualdad étnica, abolen
sus diferencias. De esta manera, el mayor criminal puede ser de la forma más legítima, el mayor héroe, y el mayor humanista será, de la forma más legítima, el mayor traidor, y un pagado
del exterior» (Mujkić, 2007:159).
No existe por tanto voluntad regional para superar las discrepancias de la guerra
más allá de las obligaciones internacionales siempre en actitud de amenaza de freno en
seco de los procesos de integración europea o euroatlántica de los distintos países surgidos de la Ex-Yugoslavia.37 De otra parte, la postura internacional es la de una lenta retirada de la zona que pase de la asistencia al asesoramiento.
En el caso de Bosnia eso pasa por una modificación necesaria de su estructura
actual lo que significa la reforma definitiva de su marco de funcionamiento que hoy por
hoy es Dayton. El nuevo modelo pasa necesariamente por la creación de un tejido civil
efectivo, el refuerzo de instituciones centrales como las de defensa, seguridad y justicia,
un nuevo sistema electoral que acote las elecciones étnicas, y la unificación de administraciones bajo los estándares europeos, podría ser un punto de partida de Bosnia hacia
el definitivo ingreso en la UE.
¿Quién promoverá los cambios si tenemos en cuenta que esta solución sería una
reforma de Dayton, y no un nuevo acuerdo que es lo que persigue la UE? Buscar la solución es difícil y prácticamente imposible para la clase política actual de Bosnia. La mano
de ayuda externa es crucial, y depende del retorno de los Balcanes a la agenda de la UE.
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37
A principios del mes de marzo conocíamos la detención en Austria del ex general del ejército bosnio,
Jovan Divjak, considerado como uno de los liberadores de Sarajevo. La petición de detención ha sido realizada por Serbia por el caso de asesinato de varios soldados y generales en la calle Dubrovačka de Sarajevo a
principios de 1992, fue la misma que pesó sobre el vicepresidente bosnio Ejup Ganić, detenido y juzgado
en Londres, y finalmente encontrado inocente. Las protestas en Sarajevo se sucedieron durante días delante
de la embajada serbia en apoyo al general lo que demuestra que las políticas de postguerra siguen muy vivas
en la región.
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Esma Kučukalić Ibrahivomić
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Entrevistas:
1. Abazović, Dino. Vicedecano de la Facultad Ciencias Políticas, Universidad
de Sarajevo
2. Diplomático español
3. Castells, Merce. Asesora Electoral de OSCE para BYH
4. Grebo, Zdravko. Pensador y profesor de Derecho Constitucional de la Facultad de Derecho de Sarajevo
5. Hadžifejzović, Senad. Director y presentador del noticiario Centralni Dnevnik
6. Matić, Božidar. Presidente de la Academia de las Ciencias de BYH. Ex director general de Energoinvest
7. Milišić, Oleg. Portavoz de la Oficina del Alto Representante
8. Mujkić, Asim. Decano de la Facultad Ciencias Políticas, Universidad de
Sarajevo
9. Perry, Valery. Investigadora y jefa de proyecto en OSCE
10. Revaud, Caroline. Presidenta del Consejo de Europa en BYH
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