Descargar en PDF

EVALUACIÓN DE FACTIBILIDAD DE PROYECTOS DE INVERSIÓN
Lic. Alexei Domínguez Cruz
Ing. Kíriam María Escobar Hidalgo
Lic. Maylee Quiñones Medina
Ministerio de Educación Superior de Cuba
Universidad de Holguín “Oscar Lucero Moya”
Filial Universitaria de Banes “Martha Ramos Mojarrieta”
[email protected]
[email protected]
[email protected]
Resumen
En los últimos años se han incluido inversiones en los planes pero no se han
materializado por irregularidades en la fase de preinversión, donde no se dispone
de un estudio bien fundamentado sobre su factibilidad. Se realizó un análisis de
los elementos teóricos relacionados con el análisis de la necesidad de los
proyectos y la evaluación de factibilidad. Al tratarse de proyectos social, se aplica
el método del Criterio de Ingreso Nacional (CIN), calculando el Valor Agregado
Ajustado Neto (VAAN), la Tasa Interna de Rendimiento Social (TIRS) y el Período
de Recuperación de la Inversión (PRI). Se deben considerar tres escenarios
diferentes, optimista, pesimista y el más probable. Además se debe realizar una
valoración desde el punto de vista cualitativo sobre los beneficios sociales que se
obtendrían con la ejecución de proyectos y una evaluación de la factibilidad
ambiental de los mismos. Se puedo señalar que hay proyectos que son factibles
de ejecutar tanto desde el punto de visto financiero, como social y ambiental.
Palabras claves: Criterio de Ingreso Nacional, Factibilidad, Inversión, Período de
recuperación de la Inversión, Proyectos, Tasa Interna de Rendimiento Social,
Valor Agregado Ajustado Neto, Técnicas.
Introducción
La crisis estructural sistémica ha afectado al mundo. Por eso en los países se han
adoptado diversas medidas para enfrentar las limitaciones de la economía, entre
las que se encuentra la revisión y reorientación de la política inversionista para
darle mayor integridad, evitar inmovilización de recursos y otras ineficiencias.
En algunos cuerpos legales se plantea que la propuesta de las inversiones debe
realizarse sobre bases técnicas y económicas profundas, con suficiente flexibilidad
en el proceso, con racionalidad y eficiencia. En este sentido se plantea que la
planificación de soluciones de óptimo nivel técnico debe respaldar estudios de
factibilidad que permita su posterior recuperación.
Sobre esta base, se requieren técnicas que permitan determinar la factibilidad de
proyectos de inversión. Pero se debe considerar que la factibilidad financiera no es
el único factor que hay que tomar en cuenta. Esto es válido en los proyectos
sociales.
Para que un estudio de esta naturaleza sea objetivo y eficiente, necesariamente
transita por diferentes etapas o fases, tales como:
I.
Determinar los fundamentos teóricos metodológicos relacionados con el
proceso inversionista.
II.
Diagnosticar el estado actual de los estudios de factibilidad.
III.
Evaluar la factibilidad de proyectos de inversión.
Desarrollo
El tema de las inversiones ha sido profundamente abordado, por lo que para
intereses de este trabajo se incluyen criterios de varios autores.
Marco teórico conceptual relacionado con el proceso inversionista
Se entiende por inversión el gasto de recursos financieros, humanos y materiales
con la finalidad de obtener ulteriores beneficios económicos y sociales a través de
la explotación de nuevos activos fijos.
El proceso inversionista es un sistema dinámico que integra las actividades o
servicios que realizan los diferentes sujetos que participan en el mismo, desde su
concepción hasta la puesta en explotación.
La acepción más amplia utilizada en la bibliografía internacional define el proyecto
como “la combinación de recursos humanos y no humanos reunidos en una
organización temporal para conseguir un propósito determinado”
El proyecto contiene el conjunto de documentos mediante los cuales se definen y
determina la configuración de la inversión, justificando luego las soluciones
propuestas de acuerdo con las normativas técnicas aplicables. Esta definición
coincide con la interpretación que por muchos años se ha manejado en Cuba para
este término.
La Dirección Integrada de Proyecto (DIP) es la técnica de dirección a través de la
cual se dirigen y coordinan los recursos humanos, financieros y materiales, a lo
largo del proceso inversionista, para conseguir los objetivos fijados, costos, plazos,
calidad y satisfacción de los participantes o partes interesadas en el mismo.
Las inversiones pueden clasificarse en Inversiones principales e inducidas. Las
inversiones principales son aquellas motivadas por necesidades generales del
desarrollo económico y social.
Las inversiones inducidas son aquellas que formando parte o no de una inversión
principal, le son necesarias para su adecuada ejecución, pruebas y puesta en
explotación, clasificándose en directas e indirectas.
También pueden clasificarse en nominales y no nominales; a los efectos de su
evaluación, aprobación, y tratamiento en el plan de la economía y atendiendo a su
límite en valor total y en divisas y a sus características. Estos límites se establecen
y actualizan periódicamente mediante regulación complementaria.
En este sentido, los proyectos de inversión social son aquellos que tienen como
característica la búsqueda de una mejor calidad de vida de una población, ya sea
mejorando la infraestructura existente en la región (tales como el transporte o las
comunicaciones), o por medio de proyectos que ayuden a al desarrollo social,
mejorando la prestación de servicios básicos como la salud, el bienestar, etc.
A menudo, estos proyectos además de su meta social, tienen flujos de caja
atractivos para los inversionistas privados, por lo cual se presenta una situación
que puede ser tan beneficiosa como perjudicial para los objetivos últimos del
proyecto, ya que la intervención del sector privado puede significar aportes
financieros, que van a liberar los recursos públicos para aliviar otro tipo de
necesidades, pero también puede generar un conflicto de intereses entre el
inversionista, que busca el mayor retorno posible de su inversión, y la comunidad
que busca la solución de sus necesidades al menor precio posible.
Para una mejor conducción del proceso inversionista este se organiza en tres
fases: preinversión, ejecución y desactivación, e inicio de la explotación. Las
mismas guardan estrecha relación con las fases de la Dirección Integrada de
Proyectos. A continuación se expone en qué consiste cada una de ellas.
La preinversión es la fase de concepción de la inversión. En esta se identifican las
necesidades; se obtienen los datos del mercado; se desarrollan y determinan la
estrategia y los objetivos de la inversión; se desarrolla la documentación técnica
de Ideas conceptuales y anteproyecto, la que fundamenta los estudios de
prefactibilidad y factibilidad técnico – económica. La valoración de estos estudios
permitirá decidir sobre la continuidad de la inversión y se selecciona el equipo que
acometerá la inversión.
Como partes determinantes, se lleva a cabo la aprobación del estudio de
factibilidad, elaborado a partir del Anteproyecto o del nivel inferior de elaboración
que se autorice y se establece la documentación básica para la realización de la
Dirección Integrada de Proyectos. Este período se identifica con las fases de
conceptualización y definición técnica que se contempla en la Dirección Integrada
de Proyecto.
La ejecución es la fase de concreción e implementación de la inversión. Se
continúa en la elaboración de los proyectos hasta su fase ejecutiva y se inician y
efectúan los servicios de construcción y montaje y la adquisición de suministros.
Para ello se consolida el equipo que acomete la inversión estableciendo las
correspondientes contrataciones. Se precisan el cronograma de actividades y
recursos, los costos y flujos de cajas definitivos de la inversión y se establece el
plan de aseguramiento de la calidad. Esta fase culmina con las pruebas de puesta
en marcha. En esta etapa están consideradas tareas inherentes a las fases de
Definición Técnica y de Ejecución contempladas en la Dirección Integrada de
Proyectos.
La desactivación e inicio de la explotación es la fase donde finaliza la inversión. En
la misma se realizan las pruebas de puesta en explotación. Se desactivan las
facilidades temporales y demás instalaciones empleadas en la ejecución. Se
evalúa y rinde el informe final de la inversión. Se transfieren responsabilidades y
se llevan a cabo los análisis de post-inversión. Esta fase coincide en términos
generales con la fase de Desactivación y Entrega contemplada en la Dirección
Integrada de Proyectos.
En el proceso inversionista intervienen un conjunto de sujetos, en correspondencia
con el carácter de sus funciones, entre los principales se encuentran: el
inversionista, proyectista, suministrador y el constructor.
Al hablar de factibilidad económica se hace referencia a la disponibilidad del
capital en efectivo o de los créditos de financiamiento necesario para invertir en el
desarrollo del proyecto, mismo que deberá haber probado que sus beneficios a
obtener son superiores a sus costos en que incurrirá al desarrollar e implementar
el proyecto o sistema.
Por estudio de factibilidad se entiende el análisis comprensivo de los resultados
financieros, económicos y sociales de una inversión (dada una opción
tecnológica).
Evolución histórica de la evaluación de factibilidad de una inversión
La dispersión de la propiedad de las empresas con la aparición de los
directores profesionales, trajo como resultado el aumento del nivel cultural
de los trabajadores, el incremento de organizaciones dedicadas a realizar las
mismas producciones o servicios (competencia), entre otros. Hacia 1920
comenzó a variar el concepto de empresa y la actitud de la misma, fue un
paso hacia delante que llevó a considerar ésta como un organismo o
sistema en lugar de tenerla por una simple máquina. Se consideró que el
objetivo principal de ésta, como cualquier organismo, era la supervivencia y su
finalidad secundaria, el crecimiento y desarrollo, aunque este sistema se
consideraba cerrado, debido a que realizaba sus producciones o servicios sin
tener en cuenta el entorno.
La propia competencia entre diferentes empresas condujo a la necesidad de
desarrollo con el objetivo de obtener ventajas sobre sus competidores. En este
sentido se hizo necesario invertir para ganaran calidad los productos y los
servicios, diversificar las producciones, disminuir los costos de producción.
Mucho más compleja aún se tornó la tarea de escoger entre varias opciones la
tecnología más efectiva, eficaz y eficiente o conocer de entre mano la posibilidad
de alcanzar los objetivos previstos con y una inversión. Este proceso significó un
impulso al proceso de evolución de los estudios de factibilidad de inversiones.
El problema de la determinación de la rentabilidad de un conjunto de
oportunidades de inversión, con el objetivo de determinar cuáles inversiones
conviene realizar y cuáles no, es tan antiguo como la propia historia de la Ciencia
Económica. En todas las obras de los grandes economistas se encuentran
consideraciones sobre la inversión, y muchos de ellos han hecho valiosos
aportes en este campo, como por ejemplo Bóhm-Bawerk, Wicksell, Irving
Fisher ,Keynes, entre otros. Sin embargo, la teoría de la inversión como tal, no
aparece hasta que Erich Schneider publica en 1944 su obra sobre Teoría de la
Inversión.
Se trata ciertamente del primer estudio sistemático sobre la materia, y en
el cual se recogen los modelos de decisión de inversiones más importantes
que existían por entonces. La obra parte de la hipótesis de previsión perfecta y
trabaja con las diferentes variables que definen la inversión como si se
pudieran conocer con certeza, se trata de una obra para el cálculo de
economicidad de las inversiones privadas fundamentalmente, aunque
sus
modelos de decisión sean aplicables también al caso de las inversiones
públicas, y al igual que la obra de F. y V. Lutz Theory of Investment of the Firm,
olvida los problemas financieros de la empresa y sólo considera los de
inversión. Sería Joel Dean precisamente en 1951, con su obra sobre Capital
Budgeting, el primero en estudiar conjuntamente los problemas de inversión y
financiación, iniciando de esta forma una tendencia que en los momentos
actuales tiene plena vigencia.
La evaluación de las inversiones en la empresa privada se facilita
considerablemente porque los ingresos y los gastos que origina el proyecto se
valoran a precios de mercado, lo que no ocurre en las inversiones públicas,
porque existen innumerables factores de ingreso o gasto no susceptibles de
valoración a precios de mercado. En las inversiones públicas se valoran
aspectos que para la empresa privada serían irrelevantes., una empresa
privada sólo computaría los costos de construcción y mantenimiento, por el lado
de los costos, y por el lado de los ingresos sólo tendría en cuenta los que produce
el peaje en dinero ― constante y sonante.
El proyecto se llevaría a cabo si el valor actual de los ingresos supera el valor
actual de los pagos. Sin embargo, si ese proyecto fuera realizado por el
estado, se valorarían además otros aspectos de marcado carácter social (las
llamadas economías externas o externalidades), como por ejemplo el ahorro
del tiempo de viaje para ir a trabajar de los habitantes de la zona, el
incremento de turismo que provocan las buenas autopistas, el posible
abaratamiento en los costos de transporte de las empresas de la zona, la
destrucción de la naturaleza y el incremento de ruidos que provoca la
autopista, etc.
La evaluación de factibilidad de una inversión en el mundo
El análisis bibliográfico referido con el proceso inversionista permite afirmar que
los lineamientos metodológicos básicos y necesarios para la formulación de
evaluación de inversiones, se empezaron a desarrollar internacionalmente en
forma sistemática a mediados de los años 50 del siglo XX, como una
respuesta internacional a los esfuerzos de algunos gobiernos empeñados en
dinamizar los procesos económicos de países con un menor crecimiento.
Fue una concepción más económica que social la que promovió con mayor ímpetu
técnicas dirigidas a la previsión, selección y racionalización en el empleo de los
recursos económicos y la incorporó a estudios globales de preinversión,
denominados proyectos.
En 1978 la Organización de Naciones Unidas para el Desarrollo Industrial
(ONUDI), publicó el Manual para la Preparación de Estudios de Viabilidad
Industrial; en el cual se formula una metodología para la realización de dichos
estudios, formado por las siguientes etapas:
I. Resumen operativo.
II. Antecedentes e historial del proyecto
III. Mercado y capacidad de la planta.
IV. Materiales e insumos.
V. Ubicación y emplazamiento.
VI. Ingeniería del proyecto.
VII. Organización de la planta.
VIII. Mano de obra.
IX. Planificación de la ejecución del proyecto.
X. Evaluación financiera y económica.
En las siguientes décadas, la metodología para la formulación de proyectos y
en especial lo relativo a la evaluación de inversiones, se han enriquecido con la
contribución de distintos enfoques, tanto matemáticos, estadísticos o de
ingeniería, así como con la ayuda de posiciones ecológicas, socioculturales y
políticas. La evaluación de proyectos de inversión se realiza a través de estudios
de factibilidad.
Las acciones dirigidas a nuevas instalaciones productivas, de servicios y de
infraestructura, así como a su ampliación, rehabilitación, remodelación,
reposición de equipamiento u otros y la reparación capital; el fomento de
plantaciones permanentes; el incremento del rebaño básico; la adquisición de
ganado mayor; la adquisición de equipos de transporte aéreo, marítimo y
terrestre, así como otros equipos que por sí solos constituyen activos fijos y
estos se van considerando inversiones en tal sentido que se pueden
clasificar desde diferentes puntos de vista.
Las inversiones pueden clasificarse de diversas formas, según sus funciones en el
seno de la empresa:
Inversiones de renovación o reemplazo: se llevan a cabo con el objetivo de
sustituir un equipo o elemento productivo antiguo por otro nuevo.
Inversiones de expansión: son las que se efectúan para hacer frente a una
demanda creciente de consumo de bienes y servicios.
Inversiones de modernización o innovación: son las que se hacen para mejorar los
productos existentes o por la puesta a punto y lanzamiento de nuevos
productos.
Inversiones estratégicas: son aquellas que tratan de reafirmar a la empresa en el
mercado, reducen los riesgos que resultan del progreso técnico y la competencia.
Según los efectos de la inversión en el tiempo:
Inversión a corto plazo: son aquellas que comprometen a la empresa
durante un tiempo inferior a un año.
Inversión de activo de capital: comprenden un tiempo mayor que un año.
Mediano plazo: comprenden un período de tiempo entre seis meses y dos
años.
Atendiendo a la relación que aguardan entre sí:
Independientes: son las que no guardan relación entre sí.
Mutuamente excluyentes: la aceptación de una automáticamente excluye la
realización de la otra.
Métodos de evaluación de inversiones
Con el paso del tiempo se ha experimentado un desarrollo de diversos métodos
dirigidos a la evaluación de inversiones. Este proceso incluye la evaluación desde
los puntos de vista económico, social y ambiental.
Entre los métodos utilizados para las evaluaciones desde el punto de vista
económico se encuentran: el Valor Actual Neto (VAN), la Tasa Interna de
Recuperación (TIR), la relación Costo – Beneficio.
El Valor Actual Neto (VAN) es el método que consiste en hallar la suma algebraica
de los flujos netos actualizados, flujos obtenidos de la comparación entre los
costos y beneficios actualizados generados por el proyecto durante su horizonte,
para luego comparar este resultado con el monto de la inversión realizada.
El proyecto será factible y se aceptará técnicamente, si el VAN es mayor o igual a
cero y cuando el VAN sea menor a cero, se rechazará, se postergará o se tratará
de optimizar convenientemente. El VAN es el mejor indicador de factibilidad de un
proyecto. Si se tiene el caso de analizar dos o más proyectos paralelos, se
escogerán prioritariamente aquéllos proyectos que dan mayor VAN. Su cálculo es
sencillo con la ayuda de la computadora y muy especialmente del Microsoft Excel.
Para su cálculo se utiliza la siguiente expresión:
VAN=∑ -Co+Cf1/ (1+t)1+ Cf1/ (1+t)2 Cf1/ (1+t)3+………. Cfn/ (1+t)n
Co = inversión inicial.
FNE = Flujo neto de efectivo del período n, o beneficio neto después de impuesto
más depreciación.
VS = Valor de salvamento al final de período n.
TMAR = Tasa mínima aceptable de rendimiento o tasa de descuento que se aplica
para
llevar
a
valor
presente.
Los
FNE
y
el
VS.
i = Cuando se calcula la TIR, el VAN se hace cero y se desconoce la tasa de
descuento que es el parámetro que se debe calcular. Por eso la TMAR ya no se
utiliza en el cálculo de la TIR. Así la i en la secunda ecuación viene a ser la TIR.
La Tasa Interna de Rendimiento (TIR) se puede definir como aquella tasa que
hace nulo o cero el VAN o que es la tasa para el que los valores actualizados de
los beneficios netos, valor residual y recuperado del capital igualan al valor
actualizado de la inversión. Un proyecto se aceptará cuando su TIR es superior al
costo de capital, entre varios proyectos o alternativas de inversión, será mejor
aquella TIR más alta.
Manualmente se obtiene su cálculo por tanteo o sucesivas aproximaciones, pero
ahora con el uso del Microsoft Excel su aplicación se hace sumamente muy
sencilla.
El método del Costo Anual Uniforme Equivalente (CAUE) consiste en convertir
todos los ingresos y egresos, en una serie uniforme de pagos. Obviamente, si el
CAUE es positivo, es porque los ingresos son mayores que los egresos y por lo
tanto, el proyecto puede realizarse; pero, si el CAUE es negativo, es porque los
ingresos son menores que los egresos y en consecuencia el proyecto debe ser
rechazado.
Por Relación Costo - Beneficio se denomina a la relación de los valores
actualizados de los beneficios (ingresos propios del proyecto, valores residuales)
sobre los valores actualizados de los costos (costos de operación, costos de
inversión).
El proyecto es aceptable si la relación tiene un valor mayor que 1, siendo más
rentable el que tenga un valor más alto. Entre sus desventajas se encuentra que
cuando los proyectos son mutuamente excluyentes y tienen distintas
envergaduras, penaliza a los de mayor envergadura. Esta relación depende de la
manera en que estén definidos los costos en el armado del flujo de fondos.
Todo proyecto de inversión, puede y debe ser evaluado desde el punto de vista de
su rentabilidad financiera. Este es un criterio decisivo de inversión para la
organización y constituye el criterio fundamental para la evaluación de proyectos
del sector privado en cualquier parte del mundo.
Sin embargo, cuando se evalúa un proyecto desde el punto de vista social, el
criterio de rentabilidad financiera pudiera ser una condición necesaria, pero no
suficiente, pues no siempre mide la contribución real del proyecto al bienestar de
la sociedad, requiriéndose agregar a este análisis el punto de vista de la
rentabilidad nacional, donde se sintetizan los objetivos fundamentales del
desarrollo (económicos y no económicos). Ello es todavía más necesario en los
países subdesarrollados.
En el caso de la evaluación social, aunque esta se haga para un proyecto en
particular, lo que interesa es si al país le conviene realizar el proyecto. En síntesis,
el objetivo de ésta es saber si el país como un todo aumenta o disminuye su
bienestar como resultado del proyecto. Si en la situación con proyecto se prevé
que se alcanzará un mayor bienestar que en la situación sin proyecto, entonces
será conveniente que este se realice. El bienestar de la comunidad depende de la
disponibilidad de bienes y servicios, su distribución entre las personas y otras
variables. En este sentido, cuanto mayor sea el valor de los bienes y servicios
disponibles, mayor será el bienestar de la comunidad. Teniendo en cuenta lo
anterior, se puede afirmar que la evaluación social tiene por objetivo determinar en
cuanto se modifica la disponibilidad de bienes y servicios en el país debido al
proyecto.
Al igual que en la evaluación financiera, en la evaluación social se compara la
situación con proyecto con la situación sin proyecto; además, como se está
midiendo el efecto del proyecto por los cambios anuales en el ingreso real del
país, es necesario aplicar posteriormente los criterios de evaluación que resuman
estos efectos y que en principio no difieren de los métodos empleados en la
evaluación financiera (VAAN, TIRS, PR, etcétera).
Por tanto, los aspectos que determinan esencialmente las diferencias entre la
evaluación financiera y la evaluación social son los siguientes:
La evaluación social incluye beneficios y costos no incluidos en la
evaluación financiera.
La diferente valoración de los costos y beneficios que son comunes en ambos
casos.
Se han desarrollado básicamente dos enfoques en la evaluación social de
proyectos. Son estos: el Método del Criterio del Ingreso Nacional (CIN), y
el Método de Análisis Beneficio-Costo (ABC), método este último en que se
diferencian dos procedimientos según sea el numerario o unidad monetaria
utilizada: precios internos o precios externos. Es decir, que en la práctica se
conocen tres metodologías para la evaluación social de proyectos:
· El Método CIN.
· El Método ABC.
· El Método LMST (evaluación a precios externos).
Entre los métodos utilizados para las evaluaciones sociales de proyectos se
encuentran: el Valor Actual Ajustado Neto (VAAN), la Tasa Interna de
Recuperación Social (TIRS).
El método del Criterio del Ingreso Nacional (CIN) permite evaluar proyectos en
cualquier sector de la economía. En el mismo se emplean un conjunto de
criterios estructurados en un criterio básico, y otros criterios complementarios y
cualitativos, según sea necesario. Como se ha señalado, el criterio básico es el
Valor Agregado Actualizado Neto (VAAN), el que permite medir la rentabilidad
nacional y disponer de un índice agregado que evalúe el impacto principal del
proyecto en la economía.
A partir de los conceptos antes expuestos el modelo para el cálculo del Valor
Agregado Actualizado Neto (VAAN) se puede expresar de la forma siguiente:
VAAN= [Inj-(Ij+Isj+Irj)] * aj
Donde:
VAAN: Valor Agregado Actualizado Neto
Inj: Ingresos proyectados año j
Ij: Costo de Inversión año j
Isj: Costo proyectado de los insumos materiales y los servicios comprados año j
Irj: Ingresos repatriados año j
aj: : Factor de actualización
n: Años de vida útil
El valor agregado neto de un proyecto comprende:
El valor agregado directo: se refiere al producido por el proyecto.
El valor agregado indirecto: el generado por otros proyectos tecnológica y
económicamente relacionados con el proyecto en cuestión, y que no se hubieran
obtenido sin el mismo.
Cuando los efectos indirectos sean muy difíciles de medir, o su magnitud no sea
significativa, se trabajará solo con el efecto directo.
Criterio de selección del VAAN
Al considerar el contenido económico del criterio VAAN, se requiere de dos
indicadores de decisión a los efectos de evaluar un proyecto de inversión. Estos
indicadores son:
VAAN > 0
b) E = VAAN - ∑Sj ≥ 0
j=1
Donde:
E: Excedente económico
Sj: Salarios año j
n: Vida útil económica del proyecto
Dado que el VAAN se refiere al valor agregado nacional neto, los salarios
considerados no incluirán los repatriados. El primer indicador VAAN > 0,
constituye la primera condición para la aceptación del proyecto, por lo que de
esta no cumplirse el proyecto debe ser rechazado. No obstante, esta primera
evaluación constituye una condición necesaria pero no suficiente, requiriéndose
del segundo indicador E ≥ 0 como condición de suficiencia, dado que este
presupone que:
VAAN ≥ ∑Sj ≥ 0
J=1
De lo contrario se podría tener un proyecto en que el VAAN > 0, pero en el que no
se recuperarían los salarios pagados. En resumen:
E > 0, es la condición de eficiencia del proyecto desde el punto de vista social,
pues el valor agregado producido por el proyecto no solo permite recuperar los
salarios pagados en su operación, sino que además genera un excedente
económico que permitirá incrementar tanto el consumo presente, como garantizar
la expansión de la economía.
E = 0, está indicando que a falta de otro proyecto superior, el proyecto podría ser
aceptable en casos excepcionales, como por ejemplo regiones muy deprimidas
en que el incremento del empleo sea un importante objetivo social, pues se
lograría al menos financiar este objetivo.
E < 0, el proyecto no permite ni pagar los salarios erogados, por lo que no es
aceptable.
Para el cálculo del Período de Recuperación de la Inversión (PRI) se utiliza la
siguiente fórmula:
PRI= AAR + (CNRIA/FEDA)
Donde:
PRI: Período de Recuperación de la Inversión
AAR: Año anterior a la recuperación (AAR)
CNRIA: Costo no recuperado al inicio del año
FEDA: Flujo de efectivo durante el año
En la práctica internacional, lo general es que la tasa social de descuento sea
determinada centralmente por alguna institución gubernamental. En puro rigor
teórico se supone que, al igual que en la evaluación financiera, el criterio ideal
para determinar la tasa de descuento es el costo de oportunidad del capital, por lo
que en el caso de la tasa social de descuento sería necesario calcular el costo de
oportunidad del capital para el país, es decir, los beneficios que dejaría de obtener
la sociedad, el conjunto del país, por el hecho de que se destinen determinados
recursos a un proyecto de inversión en comparación con el proyecto alternativo de
inversión en que dejaron de emplearse estos recursos.
Sin embargo, es bastante utilizada la tasa de interés, como tasa de descuento,
aunque si se profundiza en las particularidades de este método se puede afirmar
que es un criterio donde se integra el sentido práctico a partir de cierta
fundamentación teórica, sin que -en estricto rigor teórico- constituya el
criterio ideal, pues la tasa de interés y la tasa de descuento son macroindicadores
distintos.
Por tanto, si se le llama rs a la tasa de interés a largo plazo en el mercado de
capitales, y TSD a la tasa social de descuento, se tendría que: TSD < rs
constituyendo TSD – rs una especie de premio para la inversión interna, más
controlada y segura. Si el país recibe o necesita recibir prestado: TSD > rs.
Lo anterior se comprende pues el país esta obligado a rechazar muchos
proyectos por falta de divisas, es decir, su capacidad de inversión puede ser
mayor que sus posibilidades de crédito, por tanto, admitir que TSD = rs podría
significar aceptar proyectos menos eficientes que los posibles. En principio, la
TSD debe ser seleccionada de forma tal que permita balancear la demanda de
inversión pública, con la oferta nacional de inversión pública más el financiamiento
externo. Para el cálculo de la Tasa Interna de Rentabilidad Social (TIRS), que
implica que el VAAN=0 se utilizó la siguiente fórmula:
TIRS=I1+(VAANp(I2-I1)/(VAANp+VAANn)
Donde:
TIRS: Tasa Interna de Rentabilidad Social
I1: Tasa de actualización en que el VAAN es positivo
I2: Tasa de actualización en que el VAAN es negativo
VAANp: Valor Agregado Actualizado Neto positivo
VAANn: Valor Agregado Actualizado Neto negativo
Como criterio de selección de la TIRS se plantea que un proyecto es rentable
socialmente cuando su TIRS es mayor a la tasa de descuento.
El criterio del periodo de recuperación del capital mide el número de años que
se necesitan para recuperar el Capital Invertido en el proyecto. Para calcular
este parámetro, se deduce del Costo de Inversión los beneficios (“Utilidades”)
del proyecto, en orden cronológico hasta que se llegue a cero. Se entiende por
“Utilidades” las Utilidades Netas del proyecto más la Depreciación y los
Gastos Financieros. El número de años en que se da la deducción de beneficios
se define como Período de Recuperación del Capital.
El tratamiento de los precios en la evaluación social de proyectos
Desde el punto de vista social, el proyecto se evaluará a precios constantes, pues
el interés fundamental es el uso y eficiencia de los recursos. Asimismo, al
considerarse también una tasa de descuento constante, se mantiene la adecuada
consistencia entre flujos de caja y tasa de descuento. Además; siempre se puede
utilizar el análisis de sensibilidad para evaluar cualquier variable que se considere
significativa en el proyecto.
En principio todos los gastos e ingresos del proyecto se evaluarán a precios de
mercado. Los comercializados en el mercado interno a precios internos, los
comercializados en el mercado internacional a precios CIF o FOB, convertidos a
precios internos mediante la tasa de cambio oficial. Sin embargo, los precios
vigentes en un país en un momento dado, pudieran no representar el costo social
real al estar afectados por políticas financieras, económicas, administrativas y
sociales del país. Por tal motivo, el proyecto se evaluará inicialmente a los precios
de mercado y a la tasa de cambio oficial utilizada en los análisis de rentabilidad
financiera, posteriormente se procederá a una segunda evaluación en que se
supone que el interés del gobierno es mantener en los productos básicos niveles
bajos de precio, que hagan estos accesibles a grupos de bajos ingresos, pagando
subsidios que permitan, de otra parte, un precio estimulante al productor. En este
caso el subsidio es una forma de corrección de precios que los hace igual a su
costo social.
A tal efecto, el primer paso sería identificar aquellas distorsiones que, sin lugar a
dudas, afecten marcadamente al proyecto, en particular, en aquellas partidas que
tienen el mayor peso en la estructura de gastos e ingresos, lo que permitirá no
elevar innecesariamente la complejidad de los cálculos buscando una precisión
que no se justifique económicamente.
Evaluación de la factibilidad de inversiones desde el punto de vista
ambiental
La evaluación ambiental de inversiones consiste en la determinación del impacto
ambiental de las mismas y se define como un procedimiento que tiene por objeto
evitar o mitigar la generación de efectos ambientales indeseables, que serían la
consecuencia de planes, programas y proyectos de obras o actividades, mediante
la estimación previa de las modificaciones del ambiente que traerían consigo tales
obras o actividades y, según proceda, la denegación de la licencia necesaria para
realizarlos o su concesión bajo ciertas condiciones. Incluye una información
detallada sobre el sistema de monitoreo y control para asegurar su cumplimiento y
las medidas de mitigación que deben ser consideradas.
La misma constituye un instrumento de la política y el control ambiental para la
protección del medio ambiente y el uso racional de los recursos naturales, que
representa un medio para alcanzar el desarrollo económico y social sostenible, en
tanto permite introducir la variable ambiental en los programas de desarrollo y en
la toma redecisiones sobre los proyectos.
Al valorar la necesidad de realizar o no un estudio de impacto ambiental, la
autoridad responsable evaluará, entre otros, los factores siguientes: riesgos para
la salud de la población, debidos a la cantidad y calidad de efluentes, emisiones o
residuos y nivel de ruido; efectos adversos sobre la cantidad y calidad de los
recursos naturales y sobre la integridad de los ecosistemas; reasentamiento de
comunidades humanas o alteración de los sistemas de vida y costumbres de
grupos humanos;
localización próxima a poblaciones,
recursos y áreas
protegidas susceptibles de ser afectadas, así como el valor ambiental del territorio
en que se pretende emplazar la obra o proyecto; alteración del valor paisajístico o
turístico de una zona; alteración de monumentos, sitios con valor antropológico,
arqueológico, histórico y, en general, los pertenecientes al patrimonio cultural;
resultados de las consultas públicas y las soluciones ambientales que aporte el
proyecto.
Conclusiones
El proceso inversionista es un sistema dinámico que integra la actividades y/o
servicios que realizan los diferentes sujetos que participan en el mismo, desde su
concesión inicial hasta la puesta en explotación.
El proceso inversionista se ha caracterizado por falta de integralidad,
inmovilización de recursos y otras ineficiencias, motivadas en muchos casos por
insuficiencias en la evaluación de factibilidad de los proyectos de inversión.
Cuando se evalúa un proyecto desde el punto de vista social, el criterio de
rentabilidad financiera constituye una condición necesaria pero no suficiente, pues
no mide la contribución real del proyecto al bienestar de la sociedad, por tanto es
necesario determinar en cuánto se modifica la disponibilidad de bienes y servicios
en el país debido al proyecto.
Bibliografía
Ávila Vidal, A. Universidad de la Habana, 2005. Elaboración de un cuestionario de
diagnóstico Organizacional
Colectivo de autores. Santa Clara: Universidad Central “Marta Abreu”, 2002.
Escorias de humos de cubiletes como materia prima para la fabricación de
fundentes de soldaduras.Lety Alcaide, A: Barcelona. Editorial Gestor, 2000. Análisis y evaluación de
Inversiones.
Martínez Rodríguez, J J. Universidad de Holguín, 2013. Tesis en opción al título de
Licenciado en Contabilidad y Finanzas. Evaluación de la factibilidad del proyecto
de inversión Acceso vial El Ramón de Antilla.
Peña Cruz, G. La Habana, 2006. Tesis en opción al título de Master en Gestión
Ambiental, INSTEC. Perfeccionamiento del Programa de Gestión Ambiental del
municipio de Antilla
Polimeni Ralph. Editorial Félix Varela, La Habana, 2005. Contabilidad de Costos.
Conceptos y aplicaciones para la toma de decisiones gerenciales
Sánchez Machado, I. Santa Clara, Universidad Central, 2004. Evaluación
Financiera Económica y Social de proyectos
Torralbas Ezpeleta, R.L. Universidad de Ciencias Informáticas, La Habana, 2007.
Tesis para optar por el Título Académico de Máster en Dirección. Metodología
para la gestión integral del proceso inversionista de la Universidad de las
Ciencias Informáticas
http://www.gestiopolis.com/finanzas-contaduria/aspectos-a-considerar-en-un analisis-de-factiblididad-finaciera.htm
http://www.irgltd.com/Resources/Publications/LAC/200103%20Estudios%20%de%Factibilidad%de%Proyectos%EcoturisticosGuatemala.pdf
http://www.monografias.com/trabajos18/guia-evaluacion-turismo/guia-evaluacionturismo.shtml·estruct