cuadro de merito de postulantes admision eo-pnp-2015

RECI N°04
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2
RECI N°04
Revista de Economía y Comercio
Internacional
Año IV - Número 04 – Mayo 2014
Dirección General
FEDERICO TREBUCQ
Comité Editorial
JOAQUÍN CONIGLIO
LUCIANO LIENDO
VIRGINIA IRIBARNE
FRANCISCO URDINEZ
Comité Asesor Externo
IGNACIO LIENDO
MARÍA CECILIA CARO LEOPOLDO
FLORENCIA RUBIOLO
Editorial GEIC
Humberto Primo 575 Of. 8
Córdoba – Argentina
[email protected]
ISSN 1853 – 5038
3
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La Dirección de la Revista de Economía y Comercio Internacional del Grupo
de Estudios Internacionales Contemporáneos no se responsabiliza por las
opiniones formuladas por los autores en los trabajos expuestos a continuación,
estas no representan necesariamente los puntos de vista de la organización.
4
RECI N°04
Sumario
Ensayos
Cooperación y Competencia: Clusters en un contexto de
competitividad global
Micaela Rambaudo ..................................................................................... 09
El triángulo de Sábato como paradigma de una exitosa inserción
internacional
Gastón Lucca............................................................................................ 15
Capacidades
Tecnológicas:
La
piedra
angular
para
la
competitividad y la rentabilidad empresarial
Ezequiel Eliano ........................................................................................... 21
Artículos de Investigación
Concentración exportadora en el complejo sojero argentino
Romina Amaya Guerrero ............................................................................ 31
Intervención del Estado en el comercio argentino de granos en la
década de 1960
Anahí Rampinini, Lisandro Mondino, Marcelo Bruchanski ..................... 57
Argentina y China en 2028: escenarios e implicancias para el
gobierno argentino y la región
Nicolás Horacio Martins ............................................................................... 89
El rol del Estado Argentino y su capacidad de intervención en un
Mundo globalizado, post crisis del año 2001
Santiago López Sirotta ............................................................................... 109
Cambios organizacionales y tecnológicos en las pequeñas y
medianas empresas. Repensando el estilo del desarrollo argentino
Bernardo Kosacoff y Andrés López .......................................................... 127
5
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Reseña Bibliográfica
Joseph E. Stiglitz, “Caída Libre: El libre mercado y el hundimiento de la
economía mundial
Lisandro Mondino ........................................................................................ 187
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RECI N°04
Ensayos
7
RECI N°04
8
RECI N°04
Cooperación y Competencia: Clusters
en un contexto de competitividad
global
MICAELA RAMBAUDO1
L
a globalización y el capitalismo han beneficiado el crecimiento
de aquellos países que cumplían con las obligaciones
impuestas desde los organismos financieros internacionales. Las
regiones que quedaron afuera por no cumplir con los requisitos o no
pertenecían al centro, debieron encontrar el modo de insertarse en
esa competitividad internacional, lo que condujo a nuevas formas de
organización económica y empresarial para enfrentar esa situación.
Quienes lo lograron se apoyaron en un fortalecimiento y sofisticación
de la estructura productiva interna, con fundamental presencia de la
industria como sector capaz de generar valor agregado, requiriendo
una activa implicación de un Estado altamente cualificado. Otros,
como es el caso Latinoamérica y nuestro país en especial, por querer
“cumplir”, incurrieron en una desimplicación selectiva del Estado, lo
que derivó en una primarización exportadora, una apertura
indiscriminada que afectó a la mayoría de las PYMES, el fuerte
ingreso de capitales extranjeros y el desmantelamiento del tejido
industrial-productivo. Esto último hizo que tanto el sector público
como el privado de numerosas localidades y territorios comiencen a
buscar alternativas al debilitamiento de sus estructuras productivas.
Justamente, porque “la experiencia internacional viene mostrando
1Licenciada
en Relaciones Internacionales (UCC).
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que no es el retiro o la des-implicación del Estado, sino una
intervención redefinida y recualificada lo que asegura un ingreso
efectivo en los procesos de globalización”.
El desafío de los países periféricos en cuanto a esto es una
implicación más sofisticada que posibilite la consolidación y
fortalecimiento de ambientes productivos que potencien actores
con alta intervención internacional, teniendo en cuenta que esto va
inevitablemente de la mano con la conservación de la densidad
empresarial industrial de base local. El fortalecimiento de las redes de
cooperación
territorial,
avalado
por
un
Estado
nacional
comprometido en una estrategia de desarrollo territorial será esencial
si se quiere pensar en una inserción internacional en alza, que sea
potencialmente
beneficioso
para
los
territorios
y
regiones
involucradas.
Como es característico en América Latina, y en varios países
periféricos, los diversos enfoques teóricos propuestos por el centro y
sus instituciones, suelen adoptarse acríticamente, en lugar de
adaptarlos al territorio. Los vinculados al tema que nos convoca, no
son la excepción. Justamente, la conformación de los clúster y la
teoría que los avala, se han transformado en un esquema típico ideal
–promovido por el mainstream anglosajón y los OFI- pero que ha
demostrado ciertas fallas al aplicar la teoría al territorio local. Este
enfoque
entiende
las
regiones
y
localidades
como
“nodos
territorialmente delimitados”, que operan como estructuras cerradas,
soldadas, homogéneas y dinamizadas por la cooperación intra-local,
y en
la cual las aglomeraciones productivas sectorialmente
especializadas obtienen una “eficiencia colectiva” territorial que los
actores económicos no podrían obtener a partir de su acción
10
RECI N°04
individual (…) esto se traduce en el fortalecimiento de la capacidad
competitiva de las regiones”[2]. A partir de esta definición podemos
interpretar
que
los
clúster
son
aglomeraciones
de
actores
económicos que se agrupan para obtener ventajas tanto estáticas
(especialización y aglomeración productiva) como dinámicas (de
innovación y aprendizaje colectivo), fomentando así el desarrollo
local de las comunidades vinculadas.
El potencial de estas aglomeraciones sería notable ya que ese
conjunto de relaciones entre empresas y agentes económicos dan
vida a un espacio social y económico específico, permitiendo
generar economías de escala en conjunto que disminuyen los costos
de producción, aspecto que sería difícil si actuaran aisladamente. El
aumento de la productividad de estas empresas vinculadas –
horizontal y verticalmente- potencia la eficiencia colectiva, la
cooperación, innovación y coordinación, lo que puede redundar en
un aumento de las oportunidades laborales, la generación de
nuevas empresas vinculadas al rubro, fomentando así la inclusión
social de nuevos sectores de la sociedad.
Estas redes de cooperación y ambientes productivos ofrecen la
posibilidad a las PyMEs de crecer e insertarse en la cadena
productiva, que si tuvieran que enfrentar de manera individual un
mercado abierto y dominado por empresas transnacionales sería
muy complicado. A través del clúster pueden ingresar a las cadenas
de valor global, contribuyendo así a la productividad nacional,
aumentando las exportaciones y el ingreso de divisas. Otro aspecto a
destacar de la formación de estas aglomeraciones es que al
encontrarse las industrias dependientes de una misma cadena
productiva, cercanas unas a otras, se aumenta la circulación del flujo
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de información entre ellas, y a su vez, se posibilita el intercambio de
trabajadores
especializados,
generándose
un
proceso
de
aprendizaje colectivo y una transferencia tecnológica que otorga un
apreciable valor agregado. La mayor cualificación de los tejidos
productivos es una señal de desarrollo y crecimiento. Estas
aglomeraciones productivas entonces, permiten el ensamble del
desarrollo regional y endógeno, y su inserción en la competitividad
global.
Para realmente admirar el potencial que puede tener el clúster para
el desarrollo, debemos abrir ese enfoque teórico, salir de la idea de
clúster imaginario o tipo ideal, ya que la copia acrítica de políticas
económicas/productivas de otros territorios puede ser peligrosa:
similares acciones de política social o económica pueden llevar a
resultados distintos dadas las estructuras sociales y políticas existentes
en cada país, sus instituciones y su cultura. Un análisis más profundo
sobre el potencial de los clúster y las regiones debe reconocer la
compleja multiescalaridad interpenetrada que se encuentra detrás
de los cambios de patrones de producción, asumiendo que los
clúster no son, como plantea la definición, complejos productivos
territoriales autorreproductivos y armónicos, sino que se encuentran
insertos en redes, con estructuras productivas que priorizan en esa
inserción, ciertos actores sobre otros.
Estas aglomeraciones no tienen autonomía por sus cualidades
internas para moverse independientemente de las dinámicas de
otros niveles o escalas: se ven interpenetrados por elementos
regionales, nacionales y globales que posibilitan o impiden la
consecución de sus fines y desafían la idea inicial de “nodos
territorialmente delimitados”. A ello se suma que no necesariamente
12
RECI N°04
son una estructura homogénea, suele haber actores económicos
con tamaños dispares, y como en toda relación social, hay intereses
particulares, por lo que para que realmente el clúster cumpla su
función, es necesario que entre sus agentes se genere un fuerte trust,
confianza
y
externalidades
reciprocidad,
positivas
que
que
contribuya
plantean
y
realmente
se
dejen
a
las
intereses
particularistas de lado.
Tal como planteaba al comienzo, los países que lograron insertarse
en la competitividad internacional, por fuera del centro, se apoyaron
en un fortalecimiento de su estructura productiva e industrial, con
una activa implicación de un Estado cualificado. El desafío tanto de
Argentina como del resto de Latinoamérica es comenzar a pensar en
una estrategia de desarrollo integral, evitando la primarización de su
economía, actuando sobre los ámbitos que generen valor agregado,
como la industria: hacer mover aquellos sectores que motorizan el
país, apoyándose en un federalismo que no quede sólo en los
discursos.
Retomar
las
economías
regionales
que
fueron
desmanteladas en los ´90 sería una estrategia interesante que active
nuevamente la economía, permitiendo desarrollar todos los espacios
del país, con un Estado comprometido y fiscalizador, que sea capaz
de detectar falencias y necesidades de los territorios, fortaleciendo
un desarrollo integral de cada una de las regiones, sin priorizar unas
sobre otras. Un Estado nacional estratégico que “salvaguarde” sus
unidades subnacionales de los efectos globales, sin aislarse al
extremo en una actitud proteccionista. Si los esfuerzos locales no son
acompañados por otro a nivel nacional, la sustentabilidad del
primero se verá en riesgo: el desarrollo y crecimiento de estas
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WWW.GEIC.COM.AR
aglomeraciones será fructífero si hay articulación vertical y sinergia
entre Nación, provincias y municipios.
Bibliografía
Fernández, Víctor R.; Telado, Julio C.; Villalba, Marta (2005), “Revisión
condensada, tendencias internacionales y líneas centrales para una
nueva estrategia de desarrollo con base productivo-industrial-territorial en
la argentina” en Industria, Estado y Territorio en la Argentina de los 90s:
evaluando la des – implicación estatal selectiva y repensando los caminos
del desarrollo, Centro de Publicaciones, Universidad Nacional del Litoral,
Santa Fe. P.121
Fernández Víctor R; Vigil, José I. (2007) “Cluster y Desarrollo Territorial. Revisión
teórica y desafíos metodológicos para América Latina” en Revista
Economía, Sociedad y Territorio n.24. Colegio Mexiquense/Consejo
Nacional de Cinética y Tecnología. Mayo-agosto. ISSN: 1405-8421
14
RECI N°04
El triángulo de Sábato como
paradigma de una exitosa inserción
internacional
GASTÓN LUCCA1
E
l triángulo de Sábato es un modelo de política científicotecnológica el cual postula que para que realmente exista
una estructura científico-tecnología productiva en primer
lugar es necesaria la presencia de tres agentes. El primero de ellos es
el Estado, el cual participa en el sistema como diseñador y ejecutor
de la política. El segundo es la infraestructura científico-tecnológica,
como sector productor y oferente de la tecnología. Y por último el
sector productivo, el cual es demandante de tecnología. No
obstante la mera existencia de estos actores no es suficiente para el
éxito de esta estructura. A su vez se requiere que estos actores estén
relacionados fuertemente y de
manera permanente (Sábato y
Botana, 1968. Sábato, 1975).
La virtud de un triángulo de estas características es la conformación
de un sistema científico tecnológico con capacidad de transferencia
y divulgación de los desarrollos científicos hacia los actores
demandantes de innovación los cuales podrían materializar dichos
conocimientos.
Treinta años después de aquél enunciado, los pre-supuestos de
Sábato siguen vigentes. Partiendo de este sencillo y didáctico
Licenciado en Economía (UBA), Maestrando en Relaciones Económicas Internacionales
(UBA) consultor en AR Internacional
1
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WWW.GEIC.COM.AR
esquema, podemos pensar que el éxito de la inserción internacional
de una estructura productiva requiere los mismos elementos y
condiciones. En tal sentido el primer actor continúa siendo el Estado
el cual sería el encargado de diseñar y promover un marco
institucional que fomente la inserción internacional de los sectores
productivos. El segundo actor seria el sector científico – académico
el cual posee el conocimiento teórico-práctico respecto a las formas
exitosas de inserción internacional que deben ser ensayadas. Y por
último
se
encuentran
las
firmas
privadas
interesadas
en
transnacionalizar su producción.
La ausencia de alguno de estos actores significaría una dificultad en
el proceso de inserción internacional exitosa. En primer lugar debe
considerarse que los actores que efectivamente se transnacionalizan
son las firmas y por tanto son las demandantes de políticas,
estrategias y conocimientos que permitan dar este paso. A su vez un
sector público que no promueva e incentive la transnacionalización
de los actores privados, deja a estos en una clara en desventaja
frente a otros competidores privado de cara al mercado global. Sin
embargo en un esquema virtuoso, el sector público también busca
una transnacionalización aunque no material, sino como imagen
hacia el mundo a través de los que se denomina una “marca
ciudad” o “marca región”. Es decir instalando la idea a nivel global
que su territorio político geográfico es un lugar proyectado al mundo
donde se pueden realizar negocios.
Finalmente si tanto el sector privado como el público prescinden del
sector
científico-académico,
carecerán
propiamente
del
conocimiento necesario y metodologías idóneas para emprender
dicha tarea. El sector científico – académico es el encargado de
16
RECI N°04
estar contantemente estudiando los fenómenos de la economía
internacional y debe ser capaz de detectar las mejores formas y
prácticas que los actores deben llevar a cabo para lograr
proyectarse de manera exitosa y eficiente en el actual mundo
globalizado. La actual complejidad del sistema económico mundial y
su dinamismo exige cada vez más esfuerzos para tratar de aislar
variables
que
permitan
comprenderlo
y
conjeturar
su
desenvolvimiento. Dicha tarea requiere de un trabajo analítico
constante para el cual las instituciones académicas poseen los
recursos necesarios.
Los
factores
que
determinan
las
posibilidades
de
la
internacionalización de un sector o empresa son amplios y complejos,
por tanto el conocimiento aparece como un factor esencial de la
competitividad, y como un recurso necesario para que los agentes
económicos logren internacionalizarse exitosamente. Lo que se
requiere entonces es, la comprensión del problema y la decisión
política y de Estado de impulsar el desarrollo articulado de la ciencia
y el sector privado como un factor ineludible de una estrategia de
inserción internacional.
No obstante como postula el esquema original del triángulo, los
vértices
deben
estar
fuertemente
vinculados
entre
ellos.
La
interrelación de los vértices requiere de instituciones tanto públicas
como privadas capaces de entablar y fortalecer la comunicación
entre los tres sectores. A menudo se detecta entre los sectores falta
de coordinación y comunicación debido a problemas de asimetrías
en
la
información
o
la
misma
carencia
de canales
de
comunicación entre ellos. De aquí la necesidad de actores que
resuelvan estas falencias, y la importancia de ellos en el esquema.
17
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La inexistencia de estas vinculaciones promueve el aislamiento de
cada uno de los vértices, que como consecuencia se desarrollan
ajenos a problemáticas concretas de internacionalización, lo que
imposibilita el derrame de sus capacidades hacia el resto de los
participantes del triángulo. “Si se acepta la hipótesis de que los
sujetos de ambos vértices cuentan con capacidad creadora y una
capacidad
empresarial,
las
vías
de
comunicación
estarán
necesariamente abiertas, pero sí en cambio se vislumbra que ambas
cualidades son muchas veces inexistentes en los sujetos de uno y otro
vértice, el peligro del encierro y el dialogo sordos entre empresarios y
científicos
se
presenta
como
un
obstáculo
muchas
veces
insuperable” (Sábato, 2004, p 50).
El esquema planteado no constituye una mera teoría práctica. Por el
contrario, existe una amplia evidencia que estos elementos se
encuentran presentes en la mayoría de los casos exitosos de inserción
internacional de los países. Una ejemplo podemos encontrarlo en el
desarrollo industrial de Singapur durante la década del sesenta y
setenta, donde una de las principales instituciones que impulsaron
este crecimiento fue la Junta de desarrollo económico, dependiente
del Ministerio de Comercio e Industria, la cual se ocupó de
la orientación estratégica general y de la coordinación de todo lo
vinculado a la IED que arribaba al país y la competitividad industrial.
En este contexto, gracias a un decidido apoyo estatal al desarrollo
industrial, al que se han sumado el sector privado local, las
universidades y otras instituciones de educación e investigación,
Singapur se ha transformado en uno de los centros más importantes
de la región asiática en materia de innovación e investigación y
desarrollo con proyección a nivel mundial.
18
RECI N°04
Estas experiencias exitosas son una razón mayor para reivindicar un
enfoque
sistémico
e
interdisciplinario
capaz
de
afrontar
la
problemática del desarrollo y la inserción internacional. Además
muestra la necesidad de pensar esta tarea como un proceso
interactivo, cuyos resultados dependen de las relaciones entre
diferentes empresas, organizaciones y sectores, así como también de
comportamientos institucionales adecuados que brinden un marco
propicio para llevarlo a cabo.
La tarea para lograr esto requiere del trabajo mancomunado de los
tres sectores bajo un esquema de planificación de largo plazo
integrando sus visiones, objetivos y metas de forma precisa y
estratégica. Un esquema con estas virtudes permitirá el desarrollo de
una estructura productiva que logre una mayor y mejor inserción
internacional, con consecuencias positivas sobre el ingreso nacional.
Bibliografía
Sábato, J., Botana, N. (1968). La ciencia y la tecnología en el desarrollo futuro
de América Latina. Revista de la Integración, 1(3), 15-36.
Sábato, J. A. (1975). Using Science to'Manufacture'Technology. Impact of
Science on Society, 25(1), 37-44.
Sábato, J. A. (1997). Bases para un régimen de tecnología. Redes, 4(10), 119137.
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WWW.GEIC.COM.AR
20
RECI N°04
Capacidades Tecnológicas: La piedra
angular para la competitividad y la
rentabilidad empresarial
EZEQUIEL ELIANO1
T
odo sistema industrial se distingue del mundo pre-industrial
debido
a
que
la
riqueza
que
produce
es
fruto
del
conocimiento. Siguiendo la perspectiva de Alsina (2011/1970),
una industria puede considerarse un organismo, que vive en simbiosis
con la sociedad, a la que sirve y de la que vive; entregando
productos, y recibiendo apoyo económico. En una empresa lucrativa
-la más simple de esquematizar- el apoyo económico que recibe es
rigurosamente proporcional a la cantidad de productos que entrega;
a su vez, la cantidad de productos que entrega depende de un
delicado juego de financiación, mercado y competencia.
Si revisamos los máximos exponentes que teorizaron sobre el
concepto de
capacidades tecnológicas inmediatamente
nos
encontramos con los trabajos de Lall (1992), quien desarrolla una
revisión de la naturaleza de las actividades tecnológicas a nivel país.
Lall plantea la necesidad de que las empresas deben adquirir
capacidades
tecnológicas
principalmente
para
mejorar
la
eficiencia. En este sentido, los tres factores que estimulan el desarrollo
de las capacidades tecnológicas según el autor son: 1) Necesidad
interna del desarrollo de nuevas habilidades e información, (donde
Licenciado en Economía (UBA), estudiante de la Maestría en Política y Gestión de las
Ciencias y La Tecnología(UBA).
1
21
WWW.GEIC.COM.AR
esencialmente se busca optimizar la productividad). 2) Factor
externo, que influye fuertemente en el proceso (cualquier decisión de
inversión,
el
entorno
macroeconómico,
las
presiones
de
la
competencia, el régimen de comercio y su orientación afectan
todos los ingresos percibidos por el esfuerzo desarrollado de las
capacidades tecnológicas de la empresa). 3) Cambio tecnológico,
que se desarrolla continuamente en casi todas las industrias del
mundo desarrollado; por esta situación, los PD (países desarrollados)
estimulan a sus empresas para tratar de mantener el ritmo y no salirse
de los mercados globales. Entender la dimensión y llegada de estos
tres factores le permitió a Lall poder clasificar a las capacidades
tecnológicas a nivel empresa por medio de la elaboración de una
taxonomía que permite analizar la acumulación de las capacidades
tecnológicas. Dicha taxonomía fue creada por medio de las
principales
funciones
tecnológicas
involucradas
(i-función
de
inversión2, ii-función de producción3 y la iii-función de vinculación4) y
su grado de complejidad5.
Bell y Pavitt (1995), utilizando la taxonomía de Lall (1992) como punto
de partida, comprenden a la función de inversión como la toma de
2 La función de inversión refiere a las habilidades necesarias para identificar, preparar,
capturar tecnología para generar, diseñar, equipar y emplear un nuevo establecimiento
o su expansión.
3 La función de producción, incluye desde habilidades básicas tales como el control de
la calidad, operación y mantenimiento; a más avanzadas, tal como la adaptación,
perfección o extensión de equipo; hasta lo más exigente de la investigación, diseño e
innovación.
4 La función de vinculación, se relaciona con aquellas aptitudes necesarias para
transmitir información y tecnología y recibir de ello, componentes y materia prima de
proveedores, subcontratistas, consultores, empresas de servicios e instituciones de
tecnología. Tales vínculos no sólo afectan a la eficiencia productiva de la empresa (lo
que le permite especializarse con más detalle), sino también afecta la difusión de la
tecnología a través de la totalidad de la estructura industrial y a través de la economía,
ambas esenciales para el desarrollo industrial.
5 Las funciones tecnológicas Lall dentro de su taxonomía las coloca en las columnas y su
grado de complejidad en las filas.
22
RECI N°04
decisión, control, preparación y ejecución de grandes proyectos de
inversión; la función de producción se centran en la organización y el
proceso de producción como en el producto; y finalmente, en la
función de vinculación se centran en la vinculación externa y
producción de bienes de capital. Vale aclarar que la función de
vinculación
se
particulariza
en
la
vinculación
directa
con
proveedores, clientes, y competidores; y la indirecta con instituciones
públicas y privadas.
Otros estudios, retoman la taxonomía de Bell et al., (1995)
agregando componentes agregados a nivel país, principalmente los
trabajos de Vera-Cruz (2002); Katz (1986), Teece (1994); Dosi (2003);
Dutrenit et al., (2003); y Dutrénit et al., (2006).
Vera-Cruz (2002), analiza en países latinoamericanos las formas de
respuesta que ante la apertura económica y el inicio del modelo de
desarrollo exportador, asumió en las empresas de caso de estudio en
tanto a la modificación de sus comportamientos tecnológicos y la
acumulación de capacidades. Los resultados deslumbraron que a
través del uso de diferentes mecanismos de aprendizaje, ciertas
compañías acumularon gradual y consistentemente capacidades
tecnológicas tanto en el período de economía protegida (periodo
ISI) como en el período de economía abierta (post-ISI). Asimismo, los
estudios de Katz (1986) mostraron que muchas firmas de los países en
desarrollo (PED) han experimentado importantes procesos de
aprendizaje tecnológico. En el caso de Latinoamérica, los estudios de
Katz y sus colaboradores ofrecieron evidencia6 de que hubo
significantes procesos de aprendizaje en firmas de las industrias
metalmecánica.
6 Véase los principales resultados en Katz (1986, 1987).
23
WWW.GEIC.COM.AR
En la última década, la literatura se direccionó hacia tratar de
comprender el grado de relación existente entre la capacidad
tecnológica de una firma y su desempeño (eficiencia, reducción de
costos, mejoras en la calidad del producto y competitividad). En esta
línea, Jonker et al., (2006), analiza las capacidades de producción e
innovación, éstas únicamente fueron analizadas en las máquinas de
la industria de papel en el sector de manufactura. Los indicadores
utilizados para medir las capacidades tecnológicas fueron el
rendimiento de un proceso de producción dado (medido por la
producción neta de papel, por máquina de papel, excluyendo
productos rechazados), diferenciación de producto horizontal y la
diferenciación de producto vertical o calidad. Se concluyó que
existe una significante correlación positiva entre rendimiento y valor
neto agregado, esto sugiere que la mejora de las capacidades
tecnológicas a nivel maquina contribuye al desempeño económico
de éstas.
Coombs et al., (2006) plantea que la capacidad tecnológica tiene
un efecto directo sobre el desempeño y que es influenciado por los
recursos y las características de la industria en donde se mueve la
empresa. Su estudio fue desarrollado en compañías de manufactura
públicas
de
Estados
Unidos.
Para
medir
las
capacidades
tecnológicas sobre el desempeño utilizaron una variedad de
indicadores; midieron el desempeño desde dos dimensiones, basado
en el mercado y basado en contabilidad. Para la primera sus
indicadores fueron el valor de mercado (MVA7) y el segundo es el
7 MVA Valor de Mercado Agregado, según sus siglas en inglés. Esta es la diferencia entre
el valor de mercado de una empresa menos la suma de todos los reclamos de capital
sobre la misma. Surge de la fórmula. MVA = V M – (Valor Mercado de la Deuda + Capital
Accionario).
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RECI N°04
retorno sobre ventas (ROS8), retorno sobre activos (ROA9), retorno
sobre equidad (ROE10) y valor económico agregado (EVA11).
Coombs et al., (2006), concluyeron que la intensidad de investigación
y desarrollo (I+D) tuvo un efecto no significativo sobre el desempeño,
especialmente en el retorno sobre ventas (ROS) y el retorno sobre
activos (ROA). Wang et. al., (2006, p.30), va más allá Coombs y
concluye que las capacidades tecnológicas no solo tiene un
impacto directo en las firmas, sino también un impacto indirecto
sobre el desempeño total de los negocios y la trayectoria del
desarrollo de nuevos productos donde el cliente otorga un valor
diferencial.
Para López et al., (2005), las capacidades tecnológicas de la
empresa pueden ser medidas de una manera múltiple, empleando
la inversión de I+D complementando con innovaciones de producto,
registros de patentes e innovaciones de procesos empleados por la
empresa.
Asimismo,
López
et
al.,
hace
énfasis en
que
las
capacidades tecnológicas de la empresa son un importante factor
en
la
competitividad
internacional,
suministrando
una
gran
capacidad para entrar y vender productos en mercados extranjeros.
De esta forma, las innovaciones en producto y proceso así como el
8 ROS: Proviene de sus siglas en inglés Return over Sales (retorno sobre las ventas). Es
decir, el indicador surge de la relación entre el beneficio generado por las ventas sobre
todos los costos asociados a dicha venta (materia prima, producción, distribución etc.).
9 ROA (Return on Assets) = beneficios / activos. Analizando el ROA de varios años se
puede medir si el tamaño creciente de una empresa va acompañado del
mantenimiento o aumentos de rentabilidad o si, por el contrario, este crecimiento está
implicando un progresivo deterioro en sus niveles de rentabilidad.
10 La rentabilidad financiera o ROE (por sus iniciales en inglés, Return on equity) relaciona
el beneficio económico con los recursos necesarios para obtener un determinado lucro.
Dentro de una empresa, muestra el retorno para los accionistas de la misma, que son los
únicos proveedores de capital que no tienen ingresos fijos.
11 El Valor Económico Agregado ("EVA", por sus siglas en inglés) es una herramienta
financiera que podría definirse como el importe que queda una vez que se han
deducido de los ingresos la totalidad de los gastos, incluidos el costo de oportunidad del
capital y los impuestos.
25
WWW.GEIC.COM.AR
uso de patentes tienen un efecto positivo y significativo sobre la
probabilidad de la empresa para exportar y sobre su intensidad de
exportación.
Conclusión
Los resultados de Song et al., (2007); García-Muiña et al., (2007);
Jonker et al., (2006); Coombs et al., (2006); Wang et al., (2006); López
et al., (2005); y Domínguez et al., (2004), coinciden en que existe una
relación positiva y significativa entre las capacidades tecnológicas y
el desempeño. Éstos no retoman la taxonomía de Lall (1992) o Bell et
al., (1995), excepto Domínguez et al., (2004) y Figueiredo (2002); sin
embargo, aportan un importante marco de literatura e indicadores
para medir la relación entre las variables de estudio.
Bibliografía
Bell, M. y K. Pavitt (1995), "The Development of Technological Capabilities", en
I.u. Haque (ed.), Trade, Technology and International Competitiveness; pp.
69-101, Washington, The World Bank.
Coombs, J., Y Bierly, P. (2006). “Measuring technological capability and
performance”. R&D Management, 36 (4).
Domínguez, L., Y Brown, F. (2004). “Measuring technological capabilities in
Mexican Industry”. Cepal Review,83, 129-144.
Katz J. (1986), “Desarrollo y crisis de la capacidad tecnológica
latinoamericana El caso de la industria metalmecánica”, CEPAL Buenos
Aires.
Lall, S. (1992), "Technological Capabilities and Industrialization", World
Development, Vol. 20, no. 2, pp. 165-186.
López, J., Y García, R. (2005). Technology and export behaviour: A resourcebased view approach. International business Review, 14, 539-557.
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Song, M., Di Benedetto, A., Y Nason,R., (2007). Capabilities and financial
performance: the moderating effect of strategic type. Journal of the
Academy Marketing Science, 35, 18-34.
Vera-Cruz, A. (2002). Apertura económica, exportaciones y procesos de
aprendizaje: el caso de la cervecería
Cuauhtemoc-Moctezuma. Análisis económico,vol. XVII(35), 203-232.
Wang, Y., Lo, H., Zhang, Q y Xue, Y (2006). How technological capability
influences business performance.
An integrated framework based on the contigency approach. Journal of
Technology Management in China. Vol. 1 no. 1, Pp. 27-52.
27
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28
RECI N°04
Artículos de
Investigación
29
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30
RECI N°04
Concentración exportadora en el
complejo sojero argentino (1996-2010)
ROMINA AMAYA GUERRERO1
En este trabajo se analizan las exportaciones del denominado
complejo sojero a partir del año 1996, en que la producción
agraria da un giro sustantivo en su producción, incorporando
semillas genéticamente modificadas. Los resultados permiten
observar un elevado grado de concentración, especialmente
en las empresas exportadoras del complejo. Se destaca,
también,
el
predominio
de
Empresas
Transnacionales,
liderando los primeros puestos del ranking de exportadores. En
relación a los destinos de exportación, China es uno de los
principales compradores, de porotos y aceites especialmente,
mientras que la Unión Europea es el principal comprador de
harina de soja.
1 Licenciada en Comercio Internacional (UNQ). Doctoranda en Ciencias Sociales y
Humanas (UNQ).
31
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Introducción
A partir del año 1996, la producción agraria da un giro sustantivo con
la liberación a la venta de las semillas transgénicas o genéticamente
modificadas (GM) de soja y maíz. En el caso de las semillas de soja, se
trata de híbridos resistentes al glifosato, herbicida de amplio espectro.
La incorporación de este tipo de semillas se combinó con la
utilización de la técnica de la siembra directa –con requisitos de
maquinaria específica- y, como se desprende de la característica
genética de la semilla de soja, con la amplia difusión del glifosato.
Este nuevo kit de insumos implicó una caída en los costos de
producción de la soja (Bisang, 2007) y un aumento en los
rendimientos.
Sumado
a
esto,
el
aumento
de
los
precios
internacionales y la consecuente mejora en la rentabilidad de esta
oleaginosa (Rodríguez, 2003), contribuyeron a la difusión de este
cultivo, expandiendo la región de influencia de la soja a zonas extra
pampeanas. Este proceso reforzó, a su vez, la difusión de este kit de
insumos.
Así, se evidencia un notable incremento de la producción de porotos
de soja y de los subproductos: harina y aceite, hecho que también se
vio impulsado por la instalación de moliendas y aceiteras, tanto en
Argentina como en la región (Schvarzer y Tavosnanska, 2007). Este
país se ha constituido en uno de los principales productores,
orientando casi la totalidad de lo producido a los mercados
internacionales, ya que
el consumo local es
prácticamente
insignificante.
En este contexto, el objetivo del presente artículo es describir la
estructura exportadora del complejo sojero, tomando como punto
32
RECI N°04
de partida el año 1996, ya que es a partir de ese momento cuando
se
adopta
el
paquete
tecnológico
descrito
anteriormente,
permitiendo la expansión de la producción en todos los productos
del complejo. En la sección siguiente, se presentarán las principales
características del mercado mundial de los productos del complejo
para analizar, luego, las principales características de la producción
primaria de soja en Argentina. En la cuarta sección se describirá la
estructura
exportadora
local,
identificando
los
principales
exportadores y destinos de exportación. A partir de la información
presentada, en la última sección se presentarán algunas reflexiones.
Complejo sojero: características del mercado mundial.
Cuando se hace referencia al complejo sojero, se habla de la
producción de porotos de soja, harina de soja y aceite de soja. En
este sentido, a partir de analizar comparativamente la estructura
mundial de estos productos para el año 1996 y 2010, se destacan las
siguientes características2:

En el año 2010 los principales productores de porotos de soja
fueron Estados Unidos, Brasil y Argentina, representando el 80% de la
producción
mundial.
En
relación
al
año
1996,
el
nivel
de
concentración de la producción es similar, sin embargo se evidencia
que China ha perdido participación como productor: mientras que
en 1996 era responsable del 10% de la producción mundial, en 2010
sólo lo hacía por el 5,7%. Ese terreno fue ganado por Argentina que
representaba casi 9,5% en 1996 y en 2010 19%.
En relación al comercio de este producto, en 1996 Estados Unidos,
Brasil y Argentina explicaban el 91% de las exportaciones mundiales.
Todos los datos son de FAO, excepto comercio internacional de harina y pellets (UNCOMTRADE).
2
33
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Para 2010 el nivel de concentración se mantenía, pero la
participación de los países evidenciaba un avance principalmente
de Brasil y, en menor medida, de Argentina en detrimento de Estados
Unidos.
Por
su
parte,
la
demanda
de
exportaciones
varió
notablemente en el período analizado. En 1996 se evidencia mayor
dispersión en los países (el primer puesto del ranking lo ocupa Japón
con un 16%), mientras que en 2010 el escenario muestra la fuerte
presencia de China como el principal comprador de porotos de soja,
representando el 57% de la demanda global.

En cuanto a la harina de soja, Estados Unidos es el principal
productor, en ambos años referidos, mientras que en 2010 se
evidencia el avance de China, correspondiente con el aumento en
la capacidad de molienda mencionado anteriormente. Brasil y
Argentina, también integran los principales productores.
El comercio de harina estuvo liderado por Argentina en los dos años
analizados; se evidencia una pérdida de participación de Estados
Unidos, espacio ganado por Brasil. La demanda mundial se
caracteriza por su bajo nivel de concentración y se evidencian
cambios en relación a los países, vinculados a temas mencionados
más arriba: si bien China ocupaba un puesto relevante en 1996, ya
no era así en 2010, cuando los principales compradores eran países
europeos (Países Bajos, Francia y Alemania) y países del sudeste
asiático (Vietnam, Indonesia, Tailandia).

La producción de aceite de soja estaba liderada en 1996 por
Estados Unidos, y, de menor importancia relativa, Brasil y Argentina;
estos países explicaban el 61% de la producción mundial. En 2010,
China, que explicaba en 1996 apenas el 5% de la producción,
lideraba el ranking, siendo responsable del 21,7%, apenas secundada
34
RECI N°04
por Estados Unidos (21,25%). Brasil sufrió una pérdida de participación
mínima, mientras que Argentina ganó posiciones.
En 1996 las exportaciones de aceite de soja estaban lideradas en por
Brasil y Argentina, seguidos por Estados Unidos y China lideraba la
demanda (representando el 23%). En 2010, el escenario de
exportadores se presenta más concentrado, con Argentina liderando
el ranking de exportadores (43%), seguido por Estados Unidos y Brasil,
con participación similar. En relación a la demanda, China seguía
ocupando la primera posición de importadores, pero su participación
había descendido, consistente con la política de localización de
empresas de procesamiento del poroto de soja en ese país, que se
dio en el período reciente. India aparece en segundo lugar,
representando casi el 9% de la demanda mundial.
Finalmente, es importante destacar la evolución de los precios
internacionales en el período de referencia ya que las variaciones en
los precios son un componente clave en la determinación de la
rentabilidad de los cultivos, lo que se traduce en distintas elecciones
de producción. Así, la evolución favorable desde los años 2000
implicó una mejora en la rentabilidad relativa de la soja con respecto
a otros cultivos, lo que se tradujo en la expansión del área destinada
a la soja (Rodríguez, 2007). A partir del año 2006, los precios de los
commodities agrícolas, con excepción del azúcar, comienzan a
aumentar y lo hacen muy rápidamente (Piñeiro y Bianchi, 2009). De
acuerdo a Piñeiro (2008) existen dos conjuntos de elementos
explicativos que deben tenerse en cuenta cuando se hace
referencia a este fenómeno.
En primer lugar, las tendencias estructurales de la oferta y la
demanda, donde se incluyen factores de largo plazo que afectan los
35
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precios de las materias primas agrícolas. Estas tendencias incluyen: el
incremento de la demanda de países en desarrollo, especialmente
Asia; el creciente uso de Biocombustibles; la menor respuesta de la
producción
de cereales y oleaginosas en
el mundo como
consecuencia del menor aumento de los rendimientos y las
restricciones a la producción en algunos países desarrollados.
En segundo lugar, Piñeiro señala un conjunto de factores de corto
plazo, donde se destacan la creciente disminución del stock de
cereales (arroz, trigo y maíz) y la acción de los traders tradicionales y
–en menor medida- los fondos financieros, como factor que ha
amplificado los desequilibrios de largo plazo, incrementando los
precios en el corto plazo. Este último hecho induce volatilidad en los
precios,
cuestión
internacional,
con
que
la
quedó
evidenciada
consecuente
caída
iniciada
en
los
la
crisis
precios
internacionales de los granos.
Gráfico 1: Evolución de los precios internacionales de los porotos, harina y
aceite de soja (1996-2010).
Precios internacionales de porotos, harina y
aceite de soja (1996=100)
250,00
200,00
150,00
100,00
50,00
0,00
1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010
Poroto de soja
Harina de soja
Aceite de soja
Fuente: elaboración propia en base a datos del Ministerio de Economía.
36
RECI N°04
A partir de esta breve descripción de las características del mercado
mundial, ahora se presentarán las características de la producción
primaria de soja en Argentina para analizar, luego, la estructura
exportadora del complejo sojero.
Expansión productiva de la soja (1996-2010)
El proceso de avance de la soja suele denominarse proceso de
sojización, cuyo inicio data de la década del „70 cuando comienza a
difundirse este cultivo en el país. Entonces el área destinada al cultivo
de soja era de apenas 0,18% del total de la superficie destinada a la
producción agrícola; para la campaña 2009/10 la soja representaba
el 58,35%, tal como puede verse en el Gráfico 2.
Desde el inicio del proceso de sojización, el área sembrada de soja
ha aumentado en casi todas las campañas agrícolas, con contadas
excepciones (campañas 74/75; 80/81; 90/91; 95/96; 04/05). Tal como
señala Rodríguez (2007), dicho proceso se vio acelerado por las
semillas genéticamente modificadas. Este hecho puede verse en el
Gráfico 2 donde, junto con el área sembrada de soja desde la
década del setenta, se muestran dos líneas de tendencia: una
correspondiente al período 1970/71-1995/96 y la otra correspondiente
al período 1996/97-2009/10. Puede apreciarse en dicho Gráfico
cómo la pendiente de la línea de tendencia del segundo período es
mayor a la del primero, mostrando el dinamismo mencionado
previamente.
37
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Gráfico 2. Área sembrada con producciones agrícolas y participación de la
soja, en hectáreas (1970-2010). Total país.
Superficie sembrada total destinada a la
agricultura y participación de la soja (1970-2010)
35.000.000
30.000.000
25.000.000
20.000.000
15.000.000
10.000.000
5.000.000
0
Soja
Resto
“Resto” incluye: ajo, algodón, alpiste, arroz, avena, banana, caña de azúcar,
cártamo, cervecera, forrajera, cebolla, centeno, colza, girasol, jojoba, limón,
lino, maíz, mandarina, maní, mijo, naranja, papa, pomelo, poroto seco, sorgo,
te, trigo candeal, trigo, tung y yerba mate.
Fuente: Elaboración propia en base a datos del Sistema Integrado de Información
Agropecuaria del Ministerio de Agricultura de la Nación.
38
RECI N°04
Gráfico 3. Área sembrada con soja (1970-2007) y líneas de tendencia
Fuente: Elaboración propia en base a datos del Sistema Integrado de Información
Agropecuaria del Ministerio de Agricultura de la Nación.
La liberación a la venta de las semillas GM ligada a la fumigación
con glifosato, como se dijo anteriormente, permitieron la expansión
de la frontera del cultivo de soja a zonas extra pampeanas,
anteriormente no aptas para este tipo de cultivos. Como puede
verse en la Tabla 1, provincias como Chaco, Santiago del Estero o
Salta registran incrementos del área sembrada que quintuplican los
valores registrados al inicio del período, como es el caso de las dos
primeras provincias mencionadas.
39
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Tabla 1. Evolución de la superficie sembrada con soja (1996/97=100).
Provincias seleccionadas.
Evolución de la superficie sembrada con soja (1996/97=100). Provincias seleccionadas.
Buenos
Aires
Córdoba
Chaco
Santa
Sgo. del
Fe
Estero
Salta
Tucumán
Otros
Total
país
1996/97
100,00
100,00
100,00
100,00
100,00
100,00
100,00
100,00 100,00
1997/98
108,97
110,28
105,69
102,57
118,92
99,70
123,63
125,13 107,60
1998/99
117,69
134,89
174,80
108,28
215,38
157,10
166,67
181,64 125,95
1999/00
122,87
143,53
284,55
112,99
201,15
126,89
138,89
177,02 131,80
2000/01
163,94
165,76
333,33
122,57
248,46
181,27
200,00
314,66 159,90
2001/02
148,66
181,61
487,80
126,31
507,10
199,38
265,71
391,50 174,51
2002/03
168,19
187,47
624,39
130,50
503,46
193,66
288,89
508,93 189,02
2003/04
217,78
219,48
627,64
139,90
522,31
264,05
255,56
601,86 217,81
2004/05
225,84
209,39
540,22
138,84
485,16
281,90
288,48
630,52 215,91
2005/06
252,04
228,46
522,20
139,72
553,52
288,22
315,02
668,59 230,37
2006/07
275,63
235,52
577,52
136,62
617,98
288,22
312,72
757,62 241,92
2008/09
286,51
247,16
612,80
137,32
635,31
288,22
322,30
755,59 248,95
2009/10
369,83
273,33
571,60
135,30
483,58
347,61
325,80
716,03 270,38
Fuente: Elaboración propia en base a datos del Sistema Integrado de Información
Agropecuaria del Ministerio de Agricultura de la Nación.
40
RECI N°04
Este fenómeno trae como consecuencia el retroceso de otros
cultivos tanto de la Pampa Húmeda como de las denominadas
economías regionales, e incluso de la ganadería (Rodríguez, 2007;
Teubal, 2003 y 2006) impactando sobre el entramado productivo y
social característico de dichos lugares, tema que excede los términos
de este trabajo.
A su vez, la implementación en la producción de soja del paquete
tecnológico, posibilitó el incremento en los rindes. Así, desde 1996
hasta 2010, los rendimientos crecieron casi
un 70%, debido
especialmente al crecimiento sostenido del 1,11% anual acumulado
a partir del año 2001. Si bien los rendimientos muestran diferencias
notables de acuerdo a las provincias analizadas (incluso entre
localidades de la misma provincia), de aquellas que se mencionaran
en la tabla precedente, todas muestran crecimiento en los
rendimientos; se destaca Santa Fe donde se duplicaron en la
campaña 2009/10, con respecto a la campaña 1996/97.
Así, la incorporación del paquete tecnológico permitió, por un lado,
la expansión de la frontera cultivada con soja y, por otro lado, el
incremento en los rendimientos. Estos dos factores se conjugaron
permitiendo que la producción de soja casi se quintuplicara en el
período analizado, obteniendo 52.677.371 toneladas de soja en la
campaña 2009/10.
Desde ya, este incremento en la producción permitió aumentar,
también, la producción de los sub productos. La instalación de
modernas plantas de procesamiento del poroto (crushing) aumentó
la capacidad instalada, lo que intensificó el aumento en la
producción (Schvarzer y Tavosnanska, 2007). Así, la producción de
harina superó las 28 millones de toneladas en 2010 –lo que implica un
41
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aumento en la producción comparando con 1996 de 344%- (CIARA),
mientras que la de aceite de soja creció 380% en el período 19962010.
A partir de este breve panorama de la producción de soja en
Argentina, a continuación se presentarán las características del
complejo exportador de soja y derivados (harina y aceite).
Empresas Transnacionales: principales exportadoras del complejo
sojero
La producción del complejo sojero está destinada, casi en su
totalidad, al mercado externo, especialmente el aceite de soja (el
70% de la producción del año 2010 se exportó) y la harina. Asimismo,
estos productos tienen un elevado grado de participación en las
exportaciones totales argentinas: la harina y los pellets de soja
representan el primer producto del ranking de exportaciones desde
el año 2001; por su parte, los aceites y porotos, se encuentran entre
los primeros cuatro productos exportados –con algunas excepcionesdesde el año 1997 (ALADI).
A
continuación,
exportaciones
de
se
presentarán
los
las
componentes
características
del
complejo
de
las
sojero,
identificando dentro de cada uno de los productos, en primer lugar,
las empresas exportadoras: quiénes exportan, qué modificaciones se
pueden identificar a lo largo de la serie y qué grado de
concentración presenta el sector. Luego, se señalan los destinos a los
cuales se exportan estos productos.
Aspectos metodológicos
Como fuera mencionado brevemente en la introducción, el corte
temporal del análisis se debe a que en el año 1996 se liberaron a la
42
RECI N°04
venta las semillas genéticamente modificadas de soja, resistentes al
glifosato. Se articuló, así, un paquete tecnológico que modificó el
escenario productivo y social agrario. En los quince años estudiados
que plantea el artículo, se expandió la frontera sojera, llegando a
provincias como Chaco, Santiago del Estero, donde se quintuplicó el
área sembrada con soja, por ejemplo. A su vez, se incrementó la
producción casi cinco veces, explicándose no solo por la expansión
de la frontera, sino también por el aumento en los rendimientos, fruto
de este nuevo paquete tecnológico.
De la mano del incremento en la producción del poroto de soja,
también aumentó la producción de sus derivados, con similares
consecuencias en las exportaciones ya que, como se mencionara
más arriba, es la principal demanda de estos productos. Con este
fundamento, se eligió el corte temporal del trabajo.
En relación al cálculo de la concentración de las exportaciones, se
midió considerando dos índices, tal como fue realizado por
Casanova (2002) y Giancola y otros (2009). Por un lado, se consideró
el índice Standard (C4), evaluando la concentración en las ventas
de las empresas de los primeros lugares del ranking. De acuerdo a
este índice, si las primeras cuatro empresas concentran una cuota de
mercado superior al 60%, se trata de un sector altamente
concentrado. Por otro lado, se ha utilizado el Índice Herfindahl –
Hirschman (IHH), evaluando la concentración del sector a partir del
cuadrado de las cuotas de mercado que tienen las empresas que
operan en el mismo. Así, si el Índice arroja un resultado inferior a 1000,
se trata de un sector competitivo; si el resultado se encuentra entre
ese valor y 1800, se trata de un sector medianamente concentrado y,
por último, si el valor supera los 1800 el sector presenta características
43
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de elevada concentración. Se ha elegido realizar la evaluación de
los dos índices, dada la divergencia de resultados que se ha
evidenciado en algunos casos ante la aplicación de uno y otro.
Finalmente, en todos los casos se tomaron datos del Ministerio de
Agricultura, Ganadería y Pesca y se consideraron los volúmenes
exportados (toneladas). En el gráfico siguiente, puede verse la
evolución desde el año 1996 de los tres productos.
Gráfico 4: Evolución del volumen exportado
Evolución del volumen exportado (1996 - 2010)
1996=100
600
500
Toneladas
400
300
200
100
0
1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010
Porotos de soja
Harina y Pellets
Aceite
Fuente: Elaboración propia en base a datos del Ministerio de Agricultura.
44
RECI N°04
Porotos de soja
El análisis de las exportaciones de porotos de soja se realizó
considerando la posición arancelaria 12010090.
El padrón de empresas exportadoras no presenta igual cantidad de
operadores a lo largo de la serie; la cantidad promedio es de 29
empresas, descartando el año 2004 donde exportaron 106 empresas,
valor que no se repite en ningún año del período.
Al analizar las empresas exportadoras durante toda la serie, es
posible establecer dos sub-períodos: desde 1996 hasta 2000 donde la
principal empresa exportadora es Productos Sudamericanos, con
una participación del 30% en promedio, en el período señalado. El
otro sub-período comienza en 2001 donde la principal exportadora
es Cargill, representando un 20% en promedio, del total exportado en
el sub-periodo mencionado.
A su vez, analizando las empresas intervinientes, es posible identificar
las operaciones de fusiones y adquisiciones que caracterizaron estas
empresas durante el período. Así, La Plata Cereal (filial local del
holding suizo André y Cia.) se ubica en el 4º puesto del ranking de
exportadores en los años 2000 a 2002; en el año 2003 se ubica 3º; en
el 2004, 8º, para finalmente desaparecer del ranking de exportadores
en 2005. Esta empresa, fue adquirida por el Grupo Bunge Limited (ex
Bunge y Born) en el año 2001. De esta manera, si se consideran las
exportaciones de La Plata Cereal entre 2001 a 2005, el Grupo Bunge
eleva su volumen de exportaciones.
Sucede algo similar con Productos Sudamericanos, empresa que
ocupa las primeras posiciones del ranking de exportaciones entre
1996 y 2000, con excepción del año 1997, donde Cargill ocupó ese
45
WWW.GEIC.COM.AR
puesto. Esta empresa, pierde posiciones en el ranking a partir del año
2000, y celebra en 2003 un contrato de leasing con Dreyfus, por la
operación de la terminal portuaria en Alvear, Santa Fe y once
acopios localizados en Buenos Aires y Santa Fe.
Considerando la totalidad de la serie y descartando para el primer
sub-período a Productos Sudamericanos, las primeras posiciones del
ranking de exportadores se encuentran dominadas por empresas
trasnacionales. De hecho, son las mismas empresas que se alternan
las primeras posiciones a lo largo de la serie: Cargill, Toepfer, LDC
(Louis Dreyfus Commodities), Nidera, A.D.M Argentina, Bunge, entre
las más reiteradas.
En relación al grado de concentración que presenta el sector, ningún
año de la serie puede ser evaluado como de características
competitivas. Sin embargo, y como se mencionó anteriormente, los
índices utilizados no coinciden en los resultados que arrojan para
toda la serie. Así el IHH sólo arroja resultados que presentan un sector
de elevada concentración para los años 1997 – 98 y 99, mientras que
el resto de la serie sería un sector de características de mediana
concentración. Por su parte, el Índice Standard, para el que se han
considerado las primeras cuatro empresas, arroja resultados de alta
concentración para los años 1997 a 2000, 2005, 2006 y 2009.
La relevancia de estos datos radica en el poder de negociación que
tienen estas empresas para con los productores de menor tamaño, a
quienes compran la producción. Así, la negociación de los precios
presenta
condiciones
favorables
para
las
grandes
empresas
transnacionales, quienes dominan el sector con un poder de
mercado favorable a ellas.
46
RECI N°04
Gráfico 5: Concentración del sector exportador de porotos de soja. Índices
IHH y C4 (1996-2010)
Concentración de las empresas exportadoras de porotos de soja IHH y C4 - (1996-2010)
2500
120
106
100
2000
80
60
1000
39
30
500
22
21
25
24
42
36
33
31
40
36
25
18
23 20
0
0
1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010
Años
IHH
Cantidad de empresas
C4
Fuente: Elaboración propia en base a datos del Ministerio de Agricultura y a Giancola
y otros (2009)
Finalmente, en cuanto a los países compradores de los porotos de
soja, los Países Bajos son el principal socio hasta el año 1999, cuando
China comienza a encabezar el ranking. Su participación es muy
elevada en el total de países, alcanzando su máxima participación
en 2010, siendo responsable del 80% del total de las ventas argentinas
de los porotos de soja –por encima de 10 millones de toneladas.
47
%
IHH
1500
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Harina de soja
Para analizar las exportaciones de la harina de soja, así como del
aceite, lo primero que hay que destacar es que, a partir de los
aumentos en la producción primaria de la soja, se instalaron
empresas de procesamiento que ampliaron notablemente la
capacidad instalada. Estas empresas, modernas, con tecnología de
punta y niveles relativamente bajos de contratación de mano de
obra, se radicaron sobre la costa del Río Paraná, debido a que el
principal destino de los productos, es la exportación. La producción
está altamente concentrada, ya que seis empresas explican (según
datos del año 2006) el 75% de la producción: Bunge, Cargill y Dreyfus
(Emrpesas Transnacionales) y Molinos, Vicentín y Aceitera General
Deheza (de capitales locales) (Schvarzer y Tavosnanska, 2007). Estas
características se ven repetidas en la estructura exportadora, como
se verá a continuación.
Para analizar las exportaciones de harina de soja se consideró la
posición arancelaria 23040010.
En el caso de la harina de soja, el padrón de exportadores presenta
menos valores raros y dispersión que en el caso de los porotos de
soja. Así, el promedio de empresas que han exportado este producto
en el período bajo análisis es de 24 empresas. El año 2006 es el que
presenta mayor cantidad de empresas exportadoras, con 30
empresas.
Los exportadores de harina de soja, en muchos casos, son las mismas
empresas que aparecían en los primeros puestos del ranking de
exportadores de porotos de soja. Presentan este comportamiento
Cargill, Dreyfus y Bunge. Sin embargo, se incorporan dos grandes
48
RECI N°04
empresas de capitales nacionales, también dentro de los primeros
puestos: Aceitera General Deheza y Vicentín, ambas empresas con
tradición dentro del sector.
A diferencia de lo que sucedía con el sector exportador de porotos
de soja, los primeros puestos de las empresas exportadoras se
mantuvieron estables durante el período. De hecho, desde el año
2007, los primeros puestos se mantienen con Cargill en la primera
posición (19,55% del volumen exportado en 2010), Bunge (18,61% en
2010), Aceitera General Deheza (17,63% en 2010) y Dreyfus (14,36%
del total exportado en 2010); la cuota de mercado de las primeras
cuatro empresas asciende a 70,14%.
La concentración del sector arroja resultados diversos de acuerdo se
utilice el Índice Herfindahl-Hirschman o el Índice Standard. En el
primer caso, la concentración es moderada para toda la serie,
mientras que en el segundo, la concentración es elevada a partir del
2000 (Gráfico 6).
En cuanto a los destinos de exportación, durante el período 1998 –
2002, el principal país comprador de este producto es Italia,
representando en 2002 casi el 14% del total exportado. En el período
2003 – 2007 el principal destino es España, alcanzando una cuota de
mercado superior al 14% en el año 2007. En 1996 y de 2008 a 2010, el
principal comprador de harina de soja son los Países Bajos. Sólo en
1997, el principal destino fue China y este país no figura entre los
primeros puestos del ranking en ningún otro año. Esto se debe a que
este país se ocupa del procesamiento del poroto para transformarlo
en harina y pellets. Los países europeos, por su parte, consumen
generalmente este producto como alimento para los animales.
49
WWW.GEIC.COM.AR
Finalmente, el caso de las exportaciones de harina de soja, aparece
menos concentrado en cuanto a destinos que los porotos de soja. De
hecho, los principales países compradores representan menos del
20% del total exportado, acumulando en 2010 los primeros diez
países, el 61% del total exportado.
Gráfico 6: Concentración del sector exportador de harina de soja. Índices IHH
y C4 (1996-2010)
IHH
Concentración de las empresas exportadoras de harina de soja IHH y C4 - (1996-2010)
1600
80
1400
70
1200
60
1000
50
800
40
600
25
24
26
28
30
28
22
400
22
30
25
23
19
21
24
23
17
200
10
0
0
1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010
Años
IHH
Cantidad de empresas
C4
Fuente: Elaboración propia en base a datos del Ministerio de Agricultura y a Giancola y
otros (2009)
Aceite de soja
La posición arancelaria correspondiente a este producto es
15071000. Nuevamente en el caso del aceite de soja, las empresas
que aparecen en las primeras posiciones del ranking de exportadores
son Cargill, Dreyfus, Bunge y Aceitera General Deheza. Estas
50
20
RECI N°04
empresas, alternando posiciones entre los primeros lugares, llegaron a
concentrar en 2010 el 72% del total exportado. De esta manera, se
puede ver un comportamiento similar a los otros sub-productos,
donde las mismas empresas dominaban también el mercado.
En referencia a la concentración del sector, al igual que en los casos
analizados anteriormente, los índices arrojan resultados divergentes.
El Índice Standard caracteriza este sector desde 2001 como
altamente concentrado, mientras que el IHH lo ubica como de
concentración moderada, con valores cercanos a mercados
competitivos para los primeros años del período bajo análisis.
En cuanto a los destinos, desde el 2003 el principal comprador es
China, alcanzando en 2009 el 41% del total exportado. Asimismo, se
destaca el desempeño de India, también, como uno de los
principales compradores.
El año 2010 estuvo caracterizado por un comportamiento diferente
de las exportaciones, debido a una imposición sanitaria por parte de
China, que impidió las exportaciones hacia ese país desde mayo
(CIARA). Esto resultó en que este país cayera al sexto puesto del
ranking y sólo comprara un 4% del total exportado. Esta situación
causó controversias e incluso las negociaciones por parte de ambos
gobiernos. Los datos demuestran que la magnitud del mercado
chino, la concentración de este sector en ese destino y la posición
general dentro del total exportado que ocupa este producto, hace
que cualquier vaivén en la política comercial china que ponga en
juego esta relación, deba ser resuelto rápidamente. La situación se
normalizó hacia fines del 2010.
51
WWW.GEIC.COM.AR
Gráfico 7: Concentración del sector exportador de porotos de soja. Índices
IHH y C4 (1996-2010)
Concentración de las empresas exportadoras de aceite de soja IHH y C4 - (1996-2010)
1800
80
1600
70
1400
60
1200
IHH
50
1000
40
800
31
27
600
400
19
20
27
23
30
27
23
22
21
20
20
18
17
17
10
200
0
0
1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010
Años
IHH
Cantidad de empresas
C4
Fuente: Elaboración propia en base a datos del Ministerio de Agricultura y a Giancola y
otros (2009)
Reflexiones finales
Como se ha visto a lo largo del trabajo, la producción de soja en
Argentina encuentra un punto de inflexión en el año 1996 a partir de
la incorporación de un paquete tecnológico (compuesto por semillas
genéticamente modificadas, maquinaria agrícola vinculada a la
siembra directa y los implementos que requiere y agroquímicos,
especialmente el herbicida glifosato) que permitió, por un lado, la
expansión de la frontera cultivable con soja y, por otro lado, el
52
20
RECI N°04
aumento en los rendimientos por hectárea. Estos dos factores,
resultaron en un notable incremento de la producción de porotos de
soja en el período analizado.
La producción de soja, así como de los sub productos derivados
(harina y aceite) se orientan principalmente al mercado mundial,
donde Argentina es uno de los principales productores, junto con
Estados Unidos y Brasil y donde, los principales compradores, son
China, países de la Unión Europea, países del sudeste asiático e India.
En relación a la Argentina, el complejo sojero es de gran relevancia
en relación al conjunto de las exportaciones, liderando los primeros
puestos del ranking de exportaciones argentinas. En este contexto, el
objetivo planteado por el trabajo era indagar en la estructura
exportadora, destacando las empresas líderes y los principales
destinos. Para ello, se trabajó con dos índices de concentración: el
IHH y el índice Standard.
A partir de los resultados expuestos, se evidencia la elevada
concentración que presentan a lo largo del período analizado,
especialmente si se consideran los datos arrojados por el Índice
Standard ya que, como fuera mencionado, existen divergencias en
los
resultados
que
arrojan
ambos
índices.
Se
destaca
la
concentración en las exportaciones de porotos, donde ambos
índices arrojan resultados de concentración. El caso de la harina y
del aceite, difiere en los resultados, identificando concentración en
los últimos años del período analizado por el Índice Standard.
Otro de los rasgos de relevancia que se ponen de manifiesto con el
análisis realizado, es la presencia de empresas transnacionales
liderando las exportaciones del complejo sojero, cuestión que se
53
WWW.GEIC.COM.AR
explica también, debido a la concentración que tienen estas
empresas en la capacidad de procesamiento de la soja. Así, se
destaca la fuerte presencia de Cargill, Dreyfus, Bunge. También están
bien posicionadas grandes empresas de capital local, como Vicentín
y Aceitera General Deheza.
El análisis llevado a cabo en relación a los destinos de las
exportaciones del complejo sojero, se destaca China como un socio
de relevancia, especialmente en el caso de los porotos y aceite de
soja, aunque este último producto ha ido perdiendo participación
debido al procesamiento que está llevando adelante este país,
reemplazando así las compras externas de aceite por producción
local.
Reemplazando
la
importancia
de
China,
India
cobró
relevancia en el último período como comprador de aceite de soja
argentina. Finalmente, los compradores de harina de soja son países
de la Unión Europea (Italia, España y Países Bajos se destacan a lo
largo del período analizado) y presentan un nivel menor de
concentración que los productos anteriores.
Así, es posible resumir el cuadro de situación del complejo sojero,
identificando un complejo exportador altamente concentrado y
transnacionalizado, con pocos socios comerciales y, especialmente
en el caso de porotos y aceite de soja, muy relevantes.
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56
RECI N°04
Intervención del Estado en el comercio
argentino de granos en la década de
1960
MARCELO BRUCHANSKI1, LISANDRO MONDINO2 Y ANAHÍ RAMPININI3
Este trabajo analiza la intervención estatal durante la década
del 60‟ por medio del análisis de los diferentes matices que la
JNG fue adquiriendo durante el transcurso de la década y
focalizándose en el análisis empírico de los datos estadísticos
de producción y comercio internacional. se desarrollan
diferentes supuestos que llevarían a explicar esta lógica de
funcionamiento en la comercialización de granos y cuál era el
rol de la JNG y el de las grandes comercializadoras durante el
desarrollo de estos acontecimientos.
Licenciado en Economía (UBA), Maestrando en Relaciones Económicas Internacionales
(UBA).
2 Licenciado en Comercio Internacional (UNQui), Maestrando en Relaciones Económicas
Internacionales (UBA).
3 Licenciada en Comercio Internacional (UNLU), Maestrando en Relaciones Económicas
Internacionales (UBA).
1
57
WWW.GEIC.COM.AR
Introducción
En el análisis de la intervención del Estado en el comercio exterior de
granos confluyen las políticas agropecuarias, macroeconómicas,
comerciales y de desarrollo que caracterizaron a cada período
histórico así como aquellas sancionadas o ideadas que no llegaron a
implementarse y las discusiones teóricas que las sustentaron.
Tanto las políticas (implementadas o no) como las investigaciones
científicas que las respaldaban o criticaban responden, a grandes
rasgos, a dos posiciones ideológicas confrontadas. La primera es
partidaria de la intervención del Estado en la economía, diferencia a
la actividad agropecuaria de la industrial e intenta gravar en menor
medida las explotaciones agropecuarias de menor tamaño. La
segunda posición, por el contrario, considera que el mercado es
quien debe conducir las elecciones racionales de los productores y
que todos los sectores de la economía aportan al desarrollo
económico de igual forma (Lattuada, 2008). Esto no significa que
cada uno de los gobiernos se identificaba con una de las dos
posiciones de forma pura; en general predominaron formas híbridas
caracterizadas, por ejemplo, por gobiernos que sancionaban Leyes
que luego no implementaban, Ministros con posiciones antagónicas
dentro de un mismo gabinete o discursos políticos que no se
ajustaban a los hechos.
Por tratarse de medidas políticas que implican la redistribución de
gran parte de la renta de la tierra, la implementación no es sencilla.
A esto se suman las dificultades inherentes a un sector muy
heterogéneo:
por
el
tamaño
de
las
explotaciones,
por
su
productividad, por la forma de tenencia de la tierra y por lo que
produce. Se trata de un sector clave por su triple rol estratégico: para
58
RECI N°04
la entrada de divisas cuya escasez generaba desbalances externos
que frenaban el crecimiento de la economía, para el equilibrio fiscal
del Sector Público y para la provisión de alimentos para la población
argentina.
Al respecto, los ciclos “stop and go” que caracterizaron el
comportamiento de la economía argentina en estos años, se
explicaban por la entrada de divisas originadas de la exportación de
productos agropecuarios. De esta manera, cuando las divisas
generadas eran suficientes, el sector industrial podía importar insumos
y bienes de capital para seguir creciendo. En caso contrario, la
economía entraba en crisis por bruscas devaluaciones enmarcadas
en políticas de ajuste y/o por la dependencia del sector industrial de
las importaciones.
La alternancia de gobiernos que representaban a distintos partidos o
a distintas fracciones de un mismo partido y los sucesivos golpes de
estado, tuvieron como denominador común la existencia de una
institución vinculada al comercio exterior de granos: la Junta
Nacional de Granos (JNG). A través de los años, la JNG cambió de
nombre, de funciones, de presupuesto, de participación en el
comercio exterior y de lugar dentro del organigrama estatal, pero
estuvo presente, entre 1933 y 1991.
También acusó en su funcionamiento los distintos intereses en pugna
y las políticas finalmente aplicadas. Es por eso que no se puede
separar a la JNG de las medidas implementadas por los distintos
gobiernos. Como señala Rossi, “[…] el grado de intervención estatal
dependió en gran medida de la ideología de los sucesivos
gobiernos” (Rossi, 2006).
59
WWW.GEIC.COM.AR
El presente trabajo se centra en la década del 60, especialmente en
el período que abarca la presidencia de Arturo Illia (1963-1966) y el
gobierno militar de Juan Carlos Onganía (1966-1970). Durante este
periodo, no abundan documentos, información y trabajos sobre la
participación de la JNG en el comercio exterior de granos. En parte
porque dicha participación no fue extrema: es decir, no monopolizó
el comercio de granos como en los tres gobiernos de Perón pero
tampoco se eliminó a la JNG como sucedió en 1991 durante el
gobierno de Carlos Menem.
Esta posición intermedia entre el monopolio estatal y la completa
liberalización del mercado exterior de granos implicaba una
intervención subsidiaria en la que la clave eran los precios mínimos o
sostén. Bastaba con que se fijaran precios mínimos bajos para que
nadie le vendiera al Estado. Si en cambio se le quería dar más
participación, se aumentaban, complicando en muchos casos la
actividad privada (Jozami, 1994), lo que también significaba un
incremento del gasto fiscal.
En la bibliografía sobre política agraria, abundan las discusiones
impositivas, las leyes de arrendamientos o las de potenciales reformas
agrarias. Pero se relega el análisis del mecanismo mediante el cual se
distribuía la renta producida en el sector agrícola entre los actores
involucrados en su producción y comercialización (desde el Estado y
los productores a los grandes exportadoras). Por eso, este trabajo se
propone volver a poner a las grandes comercializadoras de granos
en la discusión de las políticas vinculadas al agro.
En primer lugar, se analizan las políticas agrarias que influyeron en el
comercio de granos durante la década del sesenta. Luego, se hará
un breve racconto del papel desempeñado por la JNG a lo largo de
60
RECI N°04
su historia, desde su creación en 1933 a su desaparición en 1991.
Asimismo, se hará mención a las distintas leyes que moldearon su
funcionamiento en la década del sesenta. Finalmente, se analiza
empíricamente
el
impacto
del
desacople
entre
los
precios
internacionales y los precios de exportación locales en la exportación
de granos y sus posibles significado a la luz de la influencias de las
empresas multinacionales en el comercio de granos.
Las políticas agrarias de la década de 1960
Los productos agropecuarios pampeanos tenían un triple papel
estratégico en la economía argentina: eran la principal fuente de
ingreso de divisas para la compra de insumos por parte de la
industria, para financiar al Sector Público y como principal biensalario de la población.
La importancia de la primera función se manifestaba en las crisis
crónicas del balance de pagos a través de los ciclos denominados
“stop and go”. El estancamiento de la producción agropecuaria que
conformaba casi exclusivamente la oferta de exportación frenaba el
crecimiento del sector industrial.
Ante este escenario, el gobierno (en general respondiendo a una
ideología liberal-conservadora) implementaba medidas como una
fuerte devaluación de la moneda, llevando a un aumento de la
exportación de los productos agropecuarios pampeanos y el virtual
congelamiento de los salarios. Esto significa una fuerte transferencia
de ingresos del resto de la sociedad al sector agropecuario
exportador como principal incentivo para el aumento de sus niveles
de
producción, en
una reducción
del consumo de
bienes
exportables por los sectores populares y en una significativa
61
WWW.GEIC.COM.AR
disminución en la importación
de insumos industriales como
consecuencia de la reducción de los ingresos de la mayoría de la
población y por el mayor costo de los insumos que emplea debido a
la devaluación de la moneda nacional (Lattuada, 1987).
Sin embargo, los períodos en los cuales el sector agropecuario
exportador contó con precios comparativamente altos no se
tradujeron en aumentos productivos ni desencadenaron procesos
masivos de incorporación de tecnología y aumento de la población.
El principal reclamo del sector agrario durante los primeros gobiernos
de Perón había sido que el IAPI fijaba los precios por debajo de los
internacionales y de esta forma frenaba las inversiones en el sector.
Pero entre las cosechas 1955/1956 y 1962/1963 la producción se
mantuvo
estacionaria.
Tanto
la
autodenominada
Revolución
Libertadora como el gobierno de Frondizi habían liberalizado el
mercado cambiario que sufrió importantes devaluaciones en 1955,
1958 y 1962 (aunque en el caso de Frondizi compensó este efecto
parcialmente con retenciones) y la Junta Nacional de Granos dejó
de monopolizar el comercio como lo hizo el IAPI para participar
subsidiariamente (con la excepción del trigo que lo hizo hasta 1962).
La Unión Cívica Radical del Pueblo que llevó a la presidencia a Arturo
Illia en 1963 se caracterizaba por la brecha entre la dirección
conservadora del partido y el progresismo de ciertos sectores de las
bases del radicalismo. Su política agraria es descripta por Mario
Lattuada como industrialista en tanto consideraba necesario el
aumento
de
la
producción
agropecuaria
pampeana
para
abastecer al consumo interno y terminar con las crisis del sector
externo. Además, la considera transformista porque dicho aumento
de la producción debía abordarse mediante la implementación de
62
RECI N°04
cambios tecnológicos y de mecanización que resultan instrumentos
más efectivos y menos conflictivos que la expropiación o la
distribución de tierras (Lattuada, 1987)
Estas ideas habían comenzado con el desarrollismo que intentó
estimular la capitalización del sector agropecuario mediante fuertes
devaluaciones que mejoraban los precios relativos agrarios y
desgravaciones sobre el impuesto a los réditos.
De la misma forma que las políticas agrarias avanzaban hacia la
capitalización del sector, las políticas específicamente vinculadas a
la tenencia de la tierra avanzaban hacia la liberalización de los
contratos de arrendamiento. Los Planes de Transformación Agraria
de la Revolución Libertadora y de Frondizi multiplicaron el número de
propietarios pero no afectaron el sistema de tenencia en su
estructura. De esta forma, los planes disminuían el nivel de
conflictividad social rural al tiempo que ayudaban a reducir la
intervención estatal que caracterizó a los primeros gobiernos de
Perón (congelamientos y prórrogas de contratos, planificaciones) y
pusieron
fin
a
renuentes
regímenes
de
emergencia.
Las
corporaciones de grandes propietarios propician y avalan estas
políticas en tanto dan respuestas a demandas sectoriales contra el
dirigismo y la planificación (Lázzaro, 2006).
El gobierno de Illia siguió estas tendencias. En materia impositiva, el
objetivo básico fijado por la Política Agraria Integral era incentivar la
inversión de capital y trabajo para lograr una mayor productividad
rural. Para ello deseaba sustituir los impuestos directos a la
producción agrícola por otros que graven la unidad de superficie
aprovechable de acuerdo con su productividad potencial. De esta
manera se esperaba que los empresarios rurales se vieran alentados
63
WWW.GEIC.COM.AR
a producir al máximo de sus posibilidades. Lo esencial no tenía que
ver ya tanto con dar la tierra a quien la trabaja sino con vincular al
sector agrario con criterios de eficiencia y productividad. Lo principal
pasaba a ser la empresa y lo accesorio la tierra.
En 1966 el gobierno radical sancionó una Ley que no llegó a
implementarse que continuaba lo dispuesto por los Planes de
Transformación
Agraria
postergando
los
contratos
de
arrendamientos. Esta fue cuestionada por las grandes corporaciones
agrarias porque mientras el propietario rotaba los cultivos, los colonos
continuaban con los mismos sembrados durante años.
Si bien el gobierno de Illia intentó achicar la participación de los
capitales extranjeros en la economía nacional, lo que se manifestó
en la redefinición de los contratos petroleros que se realizaron
durante el gobierno de Frondizi y en el proyecto de ley de
medicamentos, no afectó el funcionamiento de las empresas
multinacionales en general ni de las exportadoras de granos en
particular.
Luego, el gobierno de facto de Onganía descartó el impuesto a la
renta potencial y creó, en cambio, un impuesto de emergencia
sobre las tierras aptas para la explotación agropecuaria (ITAEA). Si
bien
se
devaluó
fuertemente
la
moneda,
se
establecieron
retenciones a las exportaciones en un porcentaje equivalente a fin
de compensar la mejora en los precios relativos.
El Ministro de Economía, Krieger Vasena, era el exponente de cómo
se habían modificado las relaciones de fuerza en la sociedad tras el
ingreso masivo del capital extranjero. Tanto la Sociedad Rural
Argentina (SRA) como la Confederación de Asociaciones Rurales de
64
RECI N°04
Buenos Aires y La Pampa (CARBAP) advierten sobre la penetración
de intereses norteamericanos de la mano de Krieger Vasena. El
discurso de estas corporaciones frente al ITAEA fue tan combativo
como el que padeció años más tarde la Ley Agraria de Horacio
Giberti en un gobierno peronista, naturalmente enfrentado a la SRA y
CARBAP. Por otro lado, en 1968, luego de sucesivas prórrogas,
culmina el proceso de protecciones a los arrendatarios que regía
desde 1942. Esto sí obedecía al reclamo de las Corporaciones
Agrarias de los propietarios más concentrados.
Si bien la hipótesis según la cual la política agropecuaria de la
Revolución Argentina era abiertamente perjudicial para el sector
agrario no puede sostenerse, Rapoport considera que tampoco trató
de favorecerlo de manera sistemática como había sido habitual en
los programas ortodoxos del pasado (Rapoport, 2000).
Una breve historia de la Junta Nacional de Granos
En 1933 es creada la Junta Reguladora de Granos con el objeto de
intervenir en la comercialización y en la aplicación de precios
mínimos para los granos de trigo, maíz y lino. Su misión era adquirir
granos a los productores para luego vendérselos a los exportadores.
En 1935 se creó la Comisión Nacional de Granos y Elevadores. Previo
a esto, el comercio de granos estaba en manos de las grandes firmas
exportadoras.
Estos primeros antecedentes de la JNG se enmarcan en la crisis del
30‟ que generó una importante caída en la demanda de alimentos y
materias primas y, por lo tanto, el descenso del precio de los
commodities agropecuarios. A fin de atenuar la caída de los ingresos
65
WWW.GEIC.COM.AR
de los agricultores, distintos países productores de este tipo de
mercancías tomaron medidas proteccionistas.
En ese sentido, Estados Unidos implementó la Ley de Ajuste Agrícola
para incentivar a los productores a que redujeran las superficies
sembradas. Asimismo, se creó la Commodity Credit Corporation que
compraba el grano a los productores mediante un sistema de
precios sostén. Por su parte, Canadá tiene desde 1935 su Junta
Canadiense del Trigo. Esto implicó la creación de un pool nacional
exportador cuyo principal objetivo fue defender el precio del trigo
frente al resto del mundo. Algo similar sucedió en Australia donde se
creó la Junta Australiana de Trigo. Tanto en el caso de la Junta
canadiense como de la australiana, el Estado ejercía el control
monopólico del comercio (Rossi, 2006).
A mediados de la década del 30‟, con la mejora en los precios
internacionales la Junta perdió participación, en 1938 se recreó y en
1944 se crea la Junta Reguladora de la Producción Agrícola que
extendía las funciones de la anterior Junta a toda la producción
agrícola.
En 1946, con la asunción del gobierno de Juan Domingo Perón, se
crea a través del decreto-ley 15.350 del 28 de Mayo de 1946, el
Instituto Argentino de Promoción del Intercambio (IAPI). A partir de
ese momento la comercialización de granos pasa a ser monopolio
del estado en lo que fue una de las experiencias institucionales más
significativa de la historia argentina en cuanto al control del
comercio exterior del sector agrícola por parte del Estado. La misión
del instituto era intervenir en la compra, la venta y el trueque de todo
tipo de productos, entregando o recibiendo en pago productos,
documentos de cambio o moneda. También negociar y supervisar el
66
RECI N°04
cumplimiento de los acuerdos internacionales como asegurar el
financiamiento de las operaciones productivas y comerciales (Bullor,
2011).
El IAPI buscaba en sus primeros años obtener un margen diferencial
entre el precio de compra y el precio internacional de exportación
que, asegurando una ganancia media a los capitales agrarios,
permita encarar un redireccionamiento de rentas con miras a la
industrialización.
Cuando
la
situación
favorable
de
precios
internacionales revirtió, el instituto comenzó a fijar precios sostén para
garantizar
la
ganancia
al
productor
agrario
y
sostener
el
abastecimiento local.
A pesar del control estatal del comercio, las firmas exportadoras
tradicionales
participaban
comprando
el
grano
que
luego
embarcaban mediante órdenes de entrega del IAPI. Las mismas
operaban como agentes de compra del exterior y por lo tanto no es
atacada su existencia. Por el contrario, estas empresas son esenciales
para canalizar la comercialización del producto argentino. El Estado
no contaba con la infraestructura para hacerlo por su cuenta. El
predominio de las principales exportadoras se mantiene (las
principales 10 firmas acumulan un 92,75% de las exportaciones de
trigo para 1945). Las firmas exportadoras recibían una comisión de la
operación por parte del IAPI.
La acción del IAPI no transformó la estructura operativa de los
principales exportadores e intermediarios, ni su rol como principales
protagonistas. Solo intervino en la forma en la cual se distribuía la
renta agraria entre las partes intervinientes en el proceso de
producción y comercialización y la sociedad en su conjunto. Es por
eso que años posteriores, cerrando el IAPI y devolviendo el negocio a
67
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aquellas firmas, no habría que alterar mucho la funcionalidad del
proceso. Esto no quita que mediante la compra y venta monopólica
de toda la producción de granos, el IAPI haya logrado controlar el
comercio de granos argentino (Bullor, 2011)
Con el derrocamiento de la presidencia de Juan Domingo Perón y
con el ascenso de la presidencia de facto de Aramburu, se disuelve
el IAPI y se termina con la etapa monopólica ejercida por el Estado
en la comercialización de granos. Es así que mediante el decreto ley
19.697 del año 1956, se crea la Junta Nacional de Granos, entidad
autárquica que se desenvolvió en el marco del Ministerio de
Agricultura y Ganadería de la Nación.
De esta manera, se elimina el concepto de precio único pero existe
una fijación de precios mínimos para los distintos granos. Asimismo la
ley permite la intervención en la compra y venta de granos, con la
aprobación del Poder Ejecutivo en defensa de la producción,
mediante la aplicación de los precios mínimos, o cuando la
regulación del mercado lo hiciese necesario, así como también
comerciar los productos y subproductos oleaginosos cuando así se
dispusiera. Pero a diferencia del IAPI, la participación de la JNG era
fácil de acotar pues, como intervenía de forma subsidiaria y no
monopólica, bastaba con que se fijaran precios mínimos o sostén
bajos para que nadie le vendiera al Estado.
Por otro lado, se reglamenta la compra y venta de granos, se faculta
a la JNG: a dictar normas que aseguren al agricultor el precio
correcto del producto a negociar de acuerdo con los tipos y grados
fijados en los "standards" o bases de comercialización; a velar por el
cumplimiento de los acuerdos o convenios internacionales o
contratos de compra y venta de granos que el mismo celebre
68
RECI N°04
directamente con estados extranjeros; a fiscalizar las entidades que
expidan certificados de depósito y "warrants" sobre granos y el pasaje
de los granos en el acto de la entrega o recibo de los mismos y
cualquier etapa de su comercialización, manipulación o transporte;
a
elaborar
estadísticas
técnico-comerciales
necesarias
para
perfeccionar las transacciones y la clasificación de los granos; y para
el asesoramiento y difusión de las calidades de los mismos en el
interior y exterior del país (López, 2010).
En Agosto de 1963, mediante el Decreto-Ley 6698, sancionado
durante el gobierno de facto de Guido, se intentó ordenar la
comercialización granaría. Esta ley amplía las facultades y el rol de la
JNG, entre las que se puede distinguir una mayor precisión en el rol
que desenvolverá la JNG y una mayor participación y organización
en el mercado de granos.
Entre las facultades y roles de la JNG vinculada al comercio de
granos, en el Decreto se distinguen las siguientes:

Ejercer el control de todas las instituciones o entidades que
intervengan directa o indirectamente en el comercio interno o
exterior de granos y sus subproductos, las que deberán ajustar
sus actividades a lo dispuesto en este decreto y a las
reglamentaciones pertinentes que expida el Poder Ejecutivo;

Autorizar y controlar el funcionamiento de todos los medios
que se utilicen en el comercio de granos y sus subproductos
para pesar, medir, mejorar, conservar y analizar los mismos;

Fiscalizar el pesaje de los granos en el acto de la entrega o
recibo
de
los
mismos,
en
cualquier
etapa
de
su
comercialización, manipulación o transporte;
69
WWW.GEIC.COM.AR

Reglamentar los contratos de compra-venta de granos,
uniformando sus procedimientos de acuerdo a la técnica
moderna, a los intereses de la producción, del comercio, de la
industria y del consumo del país y a los requerimientos del
exterior;

Proponer al Poder Ejecutivo los precios mínimos a fijar para los
distintos granos y las normas de aplicación;

Cuando el Poder Ejecutivo lo disponga, ejercer el comercio
interno o externo de aquellos granos y de los productos y
subproductos de la industria oleaginosa en cuya compraventa
el Estado Nacional decida intervenir en defensa de la
producción o cuando la regulación del mercado lo hiciere
necesario, pudiendo, en el ejercicio de ese comercio, realizar
toda clase de operaciones, al contado o a plazos, fijar
intereses, acordar quitas y esperas, hacer uso del crédito,
constituir derechos reales y aceptar bienes muebles en
inmuebles y créditos en pago;

Fijar, con aprobación del Poder Ejecutivo, los precios mínimos
de los granos y sus subproductos en las ventas al exterior,
teniendo especialmente en cuenta los tratados y convenios
internacionales;

Intervenir con su asesoramiento en la fijación de la política
cambiaria en cuanto se relacione con la exportación de
granos y sus subproductos;

Intervenir con su asesoramiento en el trámite, discusión y
cumplimiento de los acuerdos o convenios internacionales que
concierte el Estado Nacional, así como de los contratos de
70
RECI N°04
compraventa de granos y sus subproductos que el mismo
celebre directamente con Estados extranjeros;

Intervenir con su asesoramiento en la fijación de la política
impositiva del Estado, en cuanto se refiere a la producción y
comercio de granos y sus subproductos;

Fijar, con aprobación del Poder Ejecutivo, los cupos de
exportación para los granos y sus subproductos;
En 1973, bajo otro gobierno peronista, la JNG volvió a adquirir una
función protagónica mediante la sanción de la ley 20.573. La misma
establecía que el estado podía reservarse en forma exclusiva la
comercialización de aquellos granos que dispusiera el poder
ejecutivo. Tanto la industria como los exportadores eran abastecidos
por la JNG la que, a su vez, concertaba operaciones directas de
exportación. Como en el caso del IAPI, era frecuente que la JNG
exportara por medio de las exportadoras privadas aunque la
participación en la exportación directa de la JNG también fue muy
significativa.
Luego, con el golpe militar de 1976 fue derogada la Ley 20.573
derivando nuevamente en el sector privado concentrado el
comercio interno y externo. Asimismo, el estado vendió parte de los
silos y elevadores de campaña y portuarios y cedió otras funciones al
sector privado. En el mismo sentido, en 1979, se autorizó la instalación
de puertos privados.
Con la vuelta de la democracia, se intentó que la JNG, el comercio
cooperativo y de
empresas nacionales alcance una mayor
participación sin obtener importantes resultados puesto que las
empresas trasnacionales seguían predominando quedando en
71
WWW.GEIC.COM.AR
evidencia
la
debilidad
institucional
del
Estado
(Rossi,
2006).
Finalmente, en 1991 se liquidó y privatizó la JNG mediante el decreto
de necesidad y urgencia 2284.
Intervención en el Comercio Internacional
La JNG durante la década del 60 contó dentro de sus facultades con
la posibilidad de fijar precios mínimos para los distintos granos,
intervenir en la compra-venta de granos en defensa de la
producción
y
comercializar
los
productos
y
sub-productos
oleaginosos (según el decreto ley 19.697 de 1956) y de fijar, con
aprobación del Poder Ejecutivo, los precios mínimos de los granos y
sus subproductos en las ventas al exterior, teniendo especialmente en
cuenta los tratados y convenios internacionales (según el DecretoLey 6.698 de Agosto de 1963).
Mediante la puesta en valor de dichas facultades la JNG podía
manipular el precio de exportación de los granos argentinos de
modo de, por ejemplo:
-
Garantizar una ganancia mínima a las partes involucradas en
la producción y comercialización de granos.
-
Orientar la producción hacia el mercado interno ofreciendo
precios de exportación bajos.
-
Incentivar la exportación de granos, garantizando ingresos
de dólares y fiscales al estado.
A modo de analizar cuál ha sido el rol y el alcance de la intervención
de la JNG en el comercio internacional de granos en la década del
60 y qué objetivo se ha perseguido, se presentan los siguientes datos:
72
RECI N°04
En la Tabla 1 se puede observar la evolución del precio FOB
-
Bs As (intervenido o no por la JNG), el precio FOB Golfo de
México (precio internacional de referencia) y las toneladas
exportadas de Trigo Duro para la década en cuestión.
En los Gráficos 1 a 10 se analiza cómo han evolucionado las
-
exportaciones mensuales vis a vis la diferencia entre el precio
FOB Golfo de México y el precio FOB Bs As.
A priori se asume que la diferencia que debe existir entre el precio
por tonelada internacional de referencia y el precio de la tonelada
de grano colocada en condición FOB Buenos Aires (es decir, a bordo
del buque que realizará su transporte internacional, en el puerto de
Buenos Aires), es únicamente un costo logístico que represente el
costo de flete por tonelada que implique el movimiento de esos
granos desde Buenos Aires hasta el Golfo de México. Por ende, el
diferencial
existente
entre
ambos
precios
FOB
debería
ser
relativamente constante a lo largo del tiempo, siguiendo los precios
de los fletes internacionales.
Contrariamente a lo arriba expuesto, a lo largo del primer quinquenio
de
la
década
(Gráficos
1
a
5)
se
pueden
observar
dos
comportamientos relevantes: 1) la brecha existente entre los precios
FOB es muy cambiante y 2) la evolución de ambas variables es muy
diferente, incluso opuesta.
Esto muestra que cuánto más alto es el precio FOB Bs As en términos
del precio internacional de referencia (y la brecha se achica, incluso
volviéndose negativa en algunas mediciones), más toneladas de
Trigo se han exportado, y por el contrario, cuando el precio FOB Bs As
es bajo en comparación con el precio internacional (y la brecha se
73
WWW.GEIC.COM.AR
agranda) las exportaciones presentan menores valores. Hasta aquí
existiría cierta lógica mercantil en tanto a mayores precios se
comercian mayores cantidades.
Por el contrario, en el segundo quinquenio de la década (Gráficos 6
a 10) por un lado se mantiene la variabilidad de la brecha entre
ambos precios FOB, aunque los cambios son más suaves, y por el otro
lado la evolución de ambas variables cambia y pasa a ser similar,
revirtiendo la tendencia del quinquenio anterior.
Aquí se observa, a diferencia del quinquenio anterior, que las
exportaciones se producen en mayor medida cuando el precio FOB
Bs As es más bajo en términos internacionales (la brecha es más alta),
lo que indicaría que los exportadores aguardan a que el precio al
que pueden vender su producción baje, para liquidar sus cosechas
en el mercado internacional. Cuando el precio FOB Bs As sube (y la
brecha es chica) las toneladas exportadas se reducen. Este
comportamiento desafía la lógica comercial que llevaría a vender el
producto en el momento que su precio es mayor.
Este análisis permite distinguir un cambio de rol de la JNG entre los
dos quinquenios, particularmente en la intervención del organismo en
las exportaciones de Trigo. A modo de poner esta cuestión en
perspectiva, en el Gráfico 11 podemos observar la evolución de las
mismas dos variables para el Trigo Pan durante los 15 años
transcurridos entre 1993 y 2007, cuando la JNG ya no existía como
mecanismo regulador del mercado (la JNG fue disuelta en 1991). Lo
que se observa es que la evolución se condice con la del segundo
quinquenio de la década de 1960, las toneladas de exportación
tocan su máximo en el mes del año en el cual la brecha entre el
precio FOB Bs As y el precio FOB de referencia internacional es
74
RECI N°04
mayor, es decir, cuando el precio FOB Bs As es más bajo en términos
internacionales. Vemos que esto tampoco es afectado por la
instauración de las retenciones a la exportación durante la postconvertibilidad.
75
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Gráficos 1 a 5 - Comportamiento de las exportaciones de Trigo Duro:
quinquenio 1960-1964
1960
400
300
200
100
0
6
4
2
0
-2
Exportación (Miles de Tons)
Diferencia: FOB Golfo - FOB Bs As (U$D)
76
RECI N°04
1963
300
10
250
8
200
6
150
100
4
50
2
0
0
Fuente: Elaboración propia en base al Anuario Estadístico publicado por la JNG.
77
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Gráficos 6 a 10 - Comportamiento de las exportaciones de Trigo Duro:
quinquenio 1965-1969
1965
700
600
500
400
300
200
100
0
12
10
8
6
4
2
0
Exportación (Miles de Tons)
Diferencia: FOB Golfo - FOB Bs As (U$D)
1966
1000
800
600
400
200
0
25
20
15
10
5
0
Exportación (Miles de Tons)
Diferencia: FOB Golfo - FOB Bs As (U$D)
1967
400
350
300
250
200
150
100
50
0
78
14
12
10
8
6
4
2
0
RECI N°04
1969
450
400
350
300
250
200
150
100
50
0
8
6
4
2
0
-2
-4
-6
Fuente: Elaboración propia en base al Anuario Estadístico publicado por la JNG.
79
WWW.GEIC.COM.AR
80
RECI N°04
Esta comparación nos permite asimilar el rol de la JNG durante el
segundo quinquenio de la década de 1960 a lo ocurrido luego de
1993, donde la JNG ya no existía. Podríamos decir que la JNG a partir
de 1965 y hasta fin de la década, dejó de intervenir activamente en
el mercado de exportación, permitiendo que la evolución de las
exportaciones y los precios sea controlada por el resto de las partes
operantes en la cadena de producción y comercialización de trigo.
Durante el primer quinquenio, el rol activo de JNG acompaña la
evolución de las variables estudiadas en los gráficos, cuando las
exportaciones eran bajas, la JNG intervenía para levantar el precio
FOB Bs As (haciendo disminuir la brecha, incluso hasta llegar a valores
negativos) impulsando así el crecimiento de las exportaciones. Este
mecanismo que aseguraba ingresos altos en términos internacionales
a los productores/comercializadores de trigo y al estado, pudo haber
sido la causa (entre otras) del incremento de la superficie cultivada y
el rendimiento por hectárea. Esta evolución se puede evidenciar en
el Gráfico 13 a continuación.
Gráfico 13. Evolución del sector productor de Trigo: 1945 – 1975
12.000.000
2,00
10.000.000
1,50
8.000.000
6.000.000
1,00
4.000.000
0,50
2.000.000
1945
1946
1947
1948
1949
1950
1951
1952
1953
1954
1955
1956
1957
1958
1959
1960
1961
1962
1963
1964
1965
1966
1967
1968
1969
1970
1971
1972
1973
1974
1975
-
Producción (tons)
Exportación (tons)
Superficie Cultivada (ha)
Rendimiento (tons/ha) (eje derecho)
Fuente: Elaboración propia en base al Anuario Estadístico publicado por la JNG y series
históricas del MINAGRI.
81
WWW.GEIC.COM.AR
En el segundo quinquenio de la década cuando, como se ha
mostrado, el rol interventor de la JNG se redujo a niveles similares a los
de su inexistencia, los efectos positivos arriba mencionados dejan de
observarse: la superficie cultivada se estanca, lo mismo que el
rendimiento por hectárea, volviendo a los niveles de la década
anterior.
En los gráficos 14 (primer quinquenio) y 15 (segundo quinquenio)
puede observarse que en el primer quinquenio no hay un patrón de
comportamiento entre las exportaciones y la diferencia entre los
precios FOB del Golfo de México y Buenos Aires. En cambio, en el
segundo quinquenio habría una correlación positiva entre la brecha
de precios y las exportaciones de trigo. Es decir, cuando los precios
FOB son más desfavorables para Argentina en referencia al precio
internacional, las exportaciones son mayores y viceversa.
Gráfico 14. Correlación entre la brecha de precios FOB y las exportaciones de
Trigo: 1960 - 1964
900
E
x
p
o
r
t
a
c
i
700
o
n
e
s
500
300
100
-10
-5
-100 0
5
10
FOB Golfo - FOB Bs As
15
20
25
Fuente: Elaboración propia en base al Anuario Estadístico publicado por la JNG.
82
RECI N°04
Gráfico 15. Correlación entre la brecha de precios FOB y las exportaciones de
Trigo: 1965 - 1969
1000
E
x
p
o
r
t
a
c
i
o
n
e
s
800
600
400
200
0
-10
-5
0
FOB 5Golfo - FOB10
Bs As
15
20
25
Fuente: Elaboración propia en base al Anuario Estadístico publicado por la JNG.
Siguiendo con el análisis, en el Gráfico 12 vemos la evolución de las
dos variables estudiadas durante toda la década de 1960 pero para
el Maíz, en vez del Trigo. La evolución durante todo el periodo es
similar a la del Trigo durante el segundo quinquenio de la década,
donde las mayores exportaciones se producen en los meses del año
en la que los precios FOB Bs As son más bajos en términos
internacionales. Esto daría cuenta de una baja o nula intervención
activa por parte de la JNG en el mercado internacional del Maíz,
como da cuenta Jozami (Jozami, 1994).
A modo de explicar las razones por las cuáles las exportaciones se
producen en el momento en el cual su precio de exportación relativo
(el FOB Bs As en referencia al FOB internacional) es más bajo, nos
remitimos al trabajo realizado por Rossi, León y Cocchi para la
Asociación Argentina de Economía Agraria, titulado “Subvaluación
de los granos argentinos”, donde realizan un análisis similar para las
exportaciones granarias argentinas en la década del 80. Para el
periodo que
ellos analizan
encuentran que “…las empresas
transnacionales pasan nuevamente a monopolizar el comercio
83
WWW.GEIC.COM.AR
exterior de granos acentuando su control en una medida no
igualada hasta ese momento. En 1980 el sector privado controlaba el
79,6% de las exportaciones de trigo pan…” (Rossi, 1987).
Por su parte, los datos existentes de la década del 60‟ parecieran
indicar que la participación de la JNG en el mercado del trigo fue
disminuyendo, lo que podría vincularse al comportamiento de las
exportaciones argentinas de ese grano.
Cosecha
1963/64
1964/65
1965/66
1966/67
Participación JNG
55.4%
66.6%
33.3%
2.7%
Fuente: Jozami (1994)
Los autores encuentran grandes diferencias entre las cotizaciones
FOB Bs As y FOB internacionales para el trigo durante el periodo, por
ejemplo de 41 dólares en desmedro del precio local en 1985, y
hacen mención de “…la atipicidad del caso argentino, ya que
ningún otro país “liquida” sus cosechas como lo está haciendo el
nuestro.”, al encontrar que las mayores cantidades de exportación
en toneladas se producen en los puntos en los cuales el precio FOB Bs
As es más bajo y por ende la brecha entre ambos precios más alta, al
igual que el segundo quinquenio de la década en estudio en este
trabajo y lo sucedido posteriormente durante los 90 y principios del
nuevo siglo.
Para explicar este fenómeno los autores plantean varias hipótesis, de
las cuales destacamos las siguientes:
1- Subfacturación de exportaciones: se estarían declarando en las
operaciones menores precios a los realmente concretados en las
ventas al exterior. Las empresas exportadoras privadas estarían
declarando ante la JNG precios de exportación bajos en términos
84
RECI N°04
internacionales de sus exportaciones, logrando que la JNG los
acepte.
La subfacturación es también un mecanismo de fuga de divisas
que no deja huellas en el balance de pagos o cambiario de la
economía.
Existen
estudios
internacionales
que
intentan
medir
la
subfacturación de exportaciones mediante la comparación de
los valores de salida declarados ante la aduana del país
exportador con los valores de ingreso declarados ante la aduana
del país importador (por ejemplo Bhagwati, Krueger y Wibulswasdi
(1974) encuentran que esta discrepancia para la argentina en
1966 ascendía a 24,2%).
2- El sector exportador privado (liderado por empresas extranjeras)
estaría jugando “a la baja” del precio argentino, con el objetivo
de realizar lo más rápidamente posible diferencias económicas
entre el precio interno de compra y el precio de exportación,
transfiriendo a los productores la baja del precio FOB Bs As y
manteniendo ellos sus márgenes de rentabilidad.
En cuanto al rol jugado por la JNG frente a esta situación, para el
mes de Octubre de 1985, señalan que “Aparentemente la JNG se vio
obligada a bajar los precios índice a lo largo de varias semanas ante
la ausencia de anotaciones en el registro de ventas. Recién cuando
fijó el precio FOB mínimo en el mencionado valor (38 dólares por
debajo del FOB golfo de México), los exportadores decidieron
registrar ventas, cosa que hicieron en apenas 3 o 4 días hasta cubrir
el cupo oficial. Curiosamente todas las ventas se inscribieron al valor
mínimo.”.
85
WWW.GEIC.COM.AR
Los ciclos stop and go mencionados previamente explican la
necesidad de la economía de hacerse con urgencia de divisas que
le permitan financiar las importaciones y evitar un crisis de Balance
de Pagos. Los exportadores concentrados podían jugar con esa
necesidad y obtener así precios de exportación más bajos. Por lo
tanto, de acuerdo a los datos empíricos analizados, la hipótesis de
subfacturación es totalmente plausible durante este periodo.
Conclusiones
A lo largo del trabajo, existen indicios de que durante los años de
mayor intervención estatal se han logrado mejores resultados en
materia de redistribución y beneficios para el
productor. El
aumento de los rendimientos por hectárea y de las superficies
cultivadas del trigo que se observa durante el primer quinquenio de
la década, puede responder a que la JNG aparenta jugar un rol más
activo en la comercialización de este grano, los objetivos logrados
son concretos y mensurables. Contrariamente a lo que sucede
durante el segundo quinquenio donde la JNG parece tener un papel
secundario, dado que se evidencia que las superficies cultivadas y
los rendimientos por hectárea detienen su proceso de mejoría y
regresan a los valores de la década anterior.
Asimismo, el rol tomado por la JNG parece ser un factor importante
no solo en el aumento de la producción sino también en materia de
distribución de la renta agraria hacia el productor. Al fijar la JNG
precios FOB Bs. As. mínimos por encima de los establecidos a nivel
internacional, generó un incentivo al productor que, siendo un
subsidio encubierto, mejora la distribución de la renta agraria
producida
en
el
sector.
En
contraposición,
en
el
segundo
quinquenio donde la intervención de la JNG parece volverse
86
RECI N°04
secundaria, las ventas al exterior se producen en momentos donde
los precios FOB Bs.As. llegan a su valor mínimo declarado, donde la
brecha con el precio FOB Golfo de México se ensancha, lo que
manifiesta un comportamiento inverso al del anterior quinquenio. Esto
podría explicarse según dos hipótesis: por sub-facturación de
exportaciones
y/o
exportador altamente
por
las maniobras
concentrado,
de
un
liderado
sector
por
privado
empresas
extranjeras, que juega a la baja del precio argentino en vistas a
maximizar la brecha que obtienen entre la compra a nivel local y la
venta a nivel internacional del producto en cuestión.
Ya
sea
por
cualquiera
de
ambas
hipótesis,
quienes
se
ven perjudicados son: el Estado nacional, ya que disminuye su
recaudación y con esta su posibilidad de distribución de la renta
agraria, los productores, que ven disminuidos sus incentivos a
incrementar la producción e invertir en tecnología y el país en su
conjunto por los efectos negativos de todo lo aquí mencionado. Es
interesante destacar que en ambos casos quienes se benefician con
este tipo de esquemas de comercialización son las firmas extranjeras.
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88
RECI N°04
Argentina y China en 2028:
Escenarios e implicancias para el
gobierno argentino y la región
NICOLÁS HORACIO MARTINS 19
El presente trabajo analiza la creciente interdependencia
económica entre Argentina y China desde 2000, y las posibles
consecuencias
político-económicas
de
esta
relación.
Mediante la técnica de construcción de escenarios, se
proyectan
dos
situaciones
alternativas
de
la
relación
comercial bilateral a 15 años del presente, junto con el posible
impacto en la estructura económica argentina. Partiendo de
las
similitudes
por
las
latinoamericanas en
superpotencia
que
atraviesan
las
su relacionamiento con
asiática,
se
enumeran
una
economías
la
nueva
serie
de
recomendaciones de política en el marco local, como así
también en el regional.
Becario AusAID Development Awards 2012. Candidato a Master of Public Policy
(Economic Policy Specialisation) en The Australian National University (Australia). Magister
en Economía Aplicada (Universidad Católica Argentina). Licenciado en Administración
(Universidad de Buenos Aires).
[email protected]
19
89
WWW.GEIC.COM.AR
Introducción
Desde
los
inicios
de
la
década
de
2000
Argentina
viene
incrementando su interdependencia económica con la República
Popular de China. Como resultado de la combinación de efectos
directos e indirectos de esta relación, Argentina ha comenzado a
experimentar un mayor grado de vulnerabilidad respecto de
decisiones comerciales y de inversión chinas que plantean varios
dilemas en términos del desarrollo económico futuro de la Argentina.
Tras la firma del Memorando de Entendimiento en 2004 (Bolinaga;
2007), las relaciones comerciales entre ambos países se intensificaron,
con las exportaciones argentinas a China aumentando de 2,6 a 5 mil
millones de dólares en 2012 y las exportaciones chinas a Argentina
disparándose de 1,4 a 9,9 mil millones de dólares en el mismo período
(Trademap; 2013). En cuanto a la composición del intercambio
comercial, mientras que los productos agrícolas y derivados – con la
soja como producto estrella – representaron el 75 por ciento de las
exportaciones argentinas a China, el 55 por ciento de las
importaciones de Argentina desde China consistió en maquinaria,
equipo mecánico y eléctrico, y partes (CEI 2009). Por otra parte,
China se ha convertido en el segundo país de destino de las
exportaciones argentinas, después de Brasil, representando el 6,2 por
ciento de las exportaciones totales y el 71,9 por ciento de las
exportaciones de soja, mientras que la participación argentina en las
importaciones de China es de sólo el 0,4 por ciento (INDEC 2013;
Trademap 2013).
En cuanto a los efectos indirectos, la reciente transformación
económica de China y su creciente presencia en la economía
mundial ha dado lugar a un aumento generalizado de precios en las
90
RECI N°04
soft commodities (Ellis 2009, p. 25) y, en consecuencia, a mejores
términos de intercambio de las exportaciones argentinas. Esto, a su
vez, ha traído una serie de beneficios adicionales a la Argentina a
través de: a) fomento del crecimiento económico, fortalecimiento de
las reservas internacionales y aumento de los ingresos fiscales
principalmente vía retenciones (Blázquez-Lidoy et al. 2007), b)
reducción de la dependencia argentina respecto de mercados
tradicionales como Brasil, la Unión Europea y los Estados Unidos
(Niebieskikwiat 2013), y c) aumento de la influencia geopolítica en la
negociación de prerrogativas de los países emergentes en el ámbito
internacional a través de la participación de Argentina en el G-20
(Mañueco 2013).
En este trabajo se presentan dos escenarios alternativos que
describen posibles cambios en la interdependencia económica
entre Argentina y China hacia 2028, junto con las consecuencias
previsibles
para
el
desarrollo
económico
de
la
primera.
A
continuación, se proponen diferentes recomendaciones de política
para el gobierno argentino, ya sea con el objeto de maximizar una
relación
ganar-ganar
con
China,
o
bien
para
mitigar
una
intensificación de la relación asimétrica.
Posibles escenarios de la relación argentino-china en 2028.
Consolidación de una relación de tipo centro-periferia entre China y
Argentina
La tendencia al alza de los desequilibrios comerciales alcanzados
durante la década de 2000 entre China y Argentina se exacerba a
medida que China sigue incrementando sus exportaciones de
manufacturas a América Latina a cambio de materias primas
91
WWW.GEIC.COM.AR
(Perrone y Barral 2007). Como resultado de ello, las exportaciones
chinas a Argentina crecen a una tasa anual promedio del 25 por
ciento, mientras que las exportaciones argentinas a China lo hacen a
un
10
por
ciento.
Esto,
combinado
con
un
estancamiento
generalizado de la economía brasileña (The Economist, 2013) – el
principal mercado de exportación de Argentina – y con una
desaceleración del crecimiento de las exportaciones argentinas
globales (FMI 2013), aumenta aún más la dependencia de Argentina
respecto de la demanda procedente de China. Al mismo tiempo, las
reformas agrícolas experimentales comenzadas en China en 2013
(ChinaDaily 2013), luego de su éxito inicial, se replican en el resto del
país, lo que conduce a mayores ganancias de productividad en el
sector agrícola chino. Como consecuencia de esto, la producción
agrícola doméstica de China comienza a jugar un papel más
importante en la satisfacción de su propia demanda, lo que, junto
con el estancamiento del crecimiento poblacional (The Economist
2011), socava las perspectivas de aumento de las exportaciones
argentinas a China (Oviedo 2013, p. 31).
A medida que los patrones de intercambio desigual se consolidan,
Argentina experimenta un proceso más profundo de re-primarización
económica con efectos negativos sobre el empleo local (Laufer
2009; 2011). Esta situación conduce a un consenso creciente entre los
dirigentes políticos argentinos en aumentar las barreras arancelarias y
para-arancelarias a las importaciones de manufacturas chinas,
trascendiendo las fronteras nacionales e involucrando a otros
estados miembros del MERCOSUR (Koch 2012). Como consecuencia
de ello, China vuelve a introducir medidas fitosanitarias que
restringen importaciones de manufacturas de origen agropecuario
92
RECI N°04
procedentes de Argentina, por lo cual, las relaciones diplomáticas
entre ambos países se tornan más tensas que nunca (BBC News 2010;
MercoPress 2011a). La discordia creciente entre China y el
MERCOSUR comienza, a su vez, a afectar las relaciones económicas
regionales con el resto de América Latina. Los proyectos de inversión
chinos en curso en la región se reducen progresivamente, lo que
socava seriamente los planes de modernización de Argentina en
términos de desarrollo de infraestructura y transferencia tecnológica
en el sector de la energía (Buenos Aires Herald 2013; González 2013; El
País 2013).
Todo lo anterior conduce a una mayor divergencia en los intereses
regionales multilaterales de ambos bloques, que tienden a imponerse
por sobre las asociaciones estratégicas anteriores. Como resultado
de ello, la propuesta de un tratado de libre comercio con China es
rechazada por el MERCOSUR (Kummetz 2012), y los progresos
alcanzados por el FEALAC (Foro de Cooperación América Latina Asia Oriental) en las negociaciones y acuerdos de cooperación interregionales se estancan (Smith et al. 2003, pp. 370-371), restringiendo
con ello una mayor integración económica.
Una relación ganar-ganar entre China y Argentina se torna factible.
A medida que China continúa alcanzando a las principales
economías desarrolladas en términos de PBI per cápita, su menor
tasa de crecimiento económico debilita la demanda china de
materias primas desde América Latina (Chen y Chen 2013). Como
contrapartida, mientras China asciende la escalera tecnológica
mediante la especialización en las industrias del conocimiento, su
nivel de consumo interno de productos manufacturados sigue
aumentando. Argentina, en consecuencia, consigue aumentar y
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WWW.GEIC.COM.AR
modificar la composición de sus exportaciones a China hacia
productos y servicios con mayor valor agregado. La proporción de
los productos del complejo sojero en las exportaciones a China se
reduce de 71 por ciento en 2013 a 45 por ciento en 2028, y las
exportaciones totales a China crecen quince veces en el mismo
período. Al aumentar las exportaciones de manufacturas de origen
agropecuario – incluyendo aceite de soja, productos cárnicos
frescos, productos precocinados y cocidos, y lana procesada - y,
poco a poco, manufacturas de origen industrial competitivas (Bouzas
2009, pp 297-298), la capacidad industrial de Argentina se expande,
como así también su mercado de trabajo. Todo ello, a su vez,
coadyuva para diversificar la composición de las exportaciones
argentinas, mitigando así los desequilibrios comerciales con China y
reduciendo la sensibilidad a las fluctuaciones en los precios
internacionales de las commodities agropecuarias.
En términos de inversión extranjera directa, una mayor participación
de las empresas multinacionales chinas desplaza cada vez más a las
principales
fuentes
de
inversión
(Mercopress 2011b). Como
extranjera
en
la
Argentina
resultado, China supera al stock
consolidado de IED de Chile más Brasil en Argentina, y alcanza a
Estados Unidos, quedando cada vez más cerca de la Unión Europea
– principal fuente de IED en la Argentina (BCRA 2011). Los
inversionistas chinos aumentan su participación en inversiones en
nuevas
instalaciones
en
la
industria
argentina
de
alimentos
procesados, la que se torna vital para suplir el aumento de la
demanda china de carne de cerdo, aves de corral y – en menor
medida – carne vacuna, como consecuencia del creciente
mercado de consumo de la pujante clase media china (Earth Policy
94
RECI N°04
Institute 2013). El interés creciente de las autoridades chinas en el
sector energético, a su vez, genera compromisos en joint-ventures
con la petrolera estatal argentina YPF con el objeto de financiar
actividades de exploración de combustibles fósiles, junto con la
prestación de asistencia técnica a proyectos de shale-oil y shale-gas.
Estos se materializan favorablemente luego de la implementación
exitosa de proyectos de infraestructura previos en centrales nucleares
y de la financiación de un complejo hidroeléctrico (Latin America
Herald 2012).
En el ámbito internacional, una mayor cooperación entre Argentina y
China permite a la primera apoyarse en la influencia de la segunda
sobre las cadenas globales de producción en Asia oriental para
incrementar sus relaciones comerciales e inversiones en la industria
automotriz, la electrónica y los sectores de servicios (Cesarín 2010, p.
19). La paridad cada vez mayor entre los países del E7 y G7 (Hamilton
2011), a su vez, conduce a una prospectiva positiva para el
escenario subregional de Asia-Pacífico y América Latina, que facilita
una mayor financiación a largo plazo de joint-ventures y proyectos
de inversión recíprocos en ambas regiones.
Recomendaciones de política
Con el objeto de reducir la relación económica asimétrica entre
Argentina y China, y de revertir la tendencia hacia un mayor nivel de
comoditización de las exportaciones argentinas que profundizaría los
desequilibrios comerciales de la primera, el gobierno nacional debe
llevar adelante una estrategia a dos puntas (López y Ramos 2008).
Por un lado, con el fin de mitigar el impacto negativo de las
exportaciones de manufacturas chinas en el mercado de trabajo
local, Argentina deberá migrar desde su postura defensiva actual,
95
WWW.GEIC.COM.AR
basada principalmente en medidas proteccionistas, a una ofensiva
que consista en una reconversión de las industrias afectadas hacia
nichos de mercado donde la competencia no se base en mano de
obra barata, como es el caso chino. Esto sin duda requerirá de
políticas industriales inteligentes (OECD 2013, pp. 102-115) con el fin
de fomentar las actividades manufactureras más dinámicas, basadas
en tecnología avanzada y un mayor nivel de customización. Por otra
parte, Argentina debe emprender una búsqueda activa de
oportunidades comerciales para aumentar sus exportaciones a
China,
preferentemente
mediante
la
diversificación
de
su
producción primaria hacia productos de mayor valor agregado. En
este sentido, D' Elía et al. (2008, pp. 81-88) sugieren que aun cuando
Argentina todavía tiene margen para aumentar sus exportaciones de
materias primas agrícolas, posee también insumos industriales que
resultarían de gran utilidad para los fabricantes chinos – como los
minerales y derivados de cobre, laminados de hierro y acero, y
plásticos – que podrían explotarse en mayor medida. Por otra parte,
existe una serie de bienes exportables argentinos altamente
competitivos, tales como cajas de cambio y productos químicos, que
enfrentan aranceles inferiores al 10 por ciento y que, por tanto,
podrían ser exportados con relativa facilidad al mercado chino.
Para lograr lo anterior, Argentina deberá construir su base de apoyo
sobre un grupo relevante de países latinoamericanos que le permita
nivelar el campo de juego en el comercio con China. En este sentido,
un mayor consenso entre los principales, y cada vez más vulnerables,
países de la región que exportan a China – es decir, Chile, Brasil y
Perú – deberá alcanzarse sobre la base de una estrategia vinculante
con el objeto de hacer frente a creciente relación asimétrica con
96
RECI N°04
China (Kosleski 2011, pp 4-8). Por ello, cuanto más amplio sea el
grupo de países involucrados en la región, mayor será el compromiso
potencial de China para ampliar el acceso a su mercado doméstico
de bienes de mayor valor agregado y servicios procedentes de
América Latina, así como de promover el asentamiento de empresas
estatales y privadas chinas en la región, más allá de las industrias
extractivas tradicionales. En línea con esto, Cesarín (2010, pp. 26-28)
afirma que un amplio número de acuerdos estratégicos podrían
alcanzarse con China: desde la integración de empresas locales en
las cadenas globales de valor, en sectores tan diversos como el
automotriz, la tecnología de la información y la electrónica, a través
de partnerships con productores locales como proveedores de
empresas multinacionales chinas, hasta una demanda regional
ampliada para la IED china del tipo market-seeking. Las preferencias
arancelarias existentes entre los países miembros de MERCOSUR y los
de la Alianza del Pacífico, a su vez, podrían servir como un incentivo
adicional para la inversión china en la región.
Por otra parte, si Argentina logra superar su dependencia primarioexportadora respecto de China y se basa cada vez más en una
estrategia
diversificada
de
exportaciones
(Velasco
2013),
eventualmente tendrá que hacer frente a una nueva oleada de
desafíos propios „del desarrollo‟ con el fin de consolidar su expansión
industrial
y
permanecer
internacionalmente
competitiva.
Las
cuestiones más relevantes para el gobierno nacional, en este sentido,
comprenden la necesidad de una mayor inversión en infraestructura
básica junto a una mayor y mejor integración del sistema de ciencia
y tecnología (C&T). En términos de infraestructura, es indispensable
para Argentina reducir sus costos de logística con el objeto de
97
WWW.GEIC.COM.AR
recuperar competitividad internacional. El transporte de camiones de
carga representa en Argentina el 85 por ciento del total del
transporte interno de mercaderías, mientras que el ferrocarril, a
diferencia de los países desarrollados, sólo transporta el 14,5 por
ciento de las mercancías con destino de exportación – siendo, en
realidad, este último, casi tres veces más barato (Echechurre 2012).
Por ello, se deben acrecentar las obras de inversión pública y privada
en infraestructura ferroviaria del país, por ejemplo, mediante la
profundización de los acuerdos de cooperación existentes con China
(PCCh News 2009; Global Times 2013). En cuanto al sistema de C&T,
según los hallazgos de Thorn (2005), Argentina sub-invierte en
actividades de investigación y desarrollo (I+D) en relación con su
nivel de producto. Además, los vínculos público-privados existentes
en el campo de la innovación son débiles, junto con un número
insuficiente de investigadores por millón de habitantes. Por todo esto,
si se tiene en cuenta que existe una mayor predisposición a la
innovación
en
aquellas
empresas
argentinas
vinculadas
con
organismos públicos de investigación (Arza y López 2011) y que el
impacto de las actividades de innovación en el desempeño
exportador de la Argentina es relevante (Schmidt & Trofimenko 2010),
un mayor esfuerzo público debería orientarse hacia políticas de
innovación
destinadas
a
una
mayor
diversificación
de
las
exportaciones (OCDE 2012, p. 236; Scarpinelli 2013). En este sentido,
el mayor fomento de la cooperación técnica y tecnológica entre las
universidades y el sector privado, así como la promoción de
acuerdos de transferencia tecnológica con los países desarrollados
debe transformarse en una prioridad nacional.
98
RECI N°04
Sin embargo, en tanto las estrategias previamente delineadas
deberán ser llevadas a cabo con el fin de aumentar la eficiencia
económica y la competitividad global del país a mediano y largo
plazo, existe un conjunto de políticas públicas más urgentes que
Argentina debe afrontar para mantener un mínimo nivel de
competitividad internacional en el corto plazo. Recuperar una sana
estabilidad macroeconómica, mejorar el marco institucional y
racionalizar la regulación económica existente se encuentran en las
prioridades de la lista (Schwab 2013, p. 106;
O' Connor 2013). La
reducción de la tasa de inflación, la flexibilización de los controles
cambiarios actuales, un mayor grado de previsibilidad en el marco
regulatorio vigente y una mayor profesionalización del aparato
burocrático son condiciones previas para cualquier intento de
relación comercial más diversificada con China y, en definitiva, con
el mundo.
Observaciones finales y conclusión
Los dos escenarios anteriormente planteados representan cambios
drásticos
y
contrastantes
respecto
del
posible
giro
de
la
interdependencia económica entre Argentina y China en los
próximos 15 años. Si bien podría argumentarse que un escenario
intermedio sea más probable, el gobierno argentino debe monitorear
al menos tres indicadores cuantitativos para identificar las tendencias
futuras en la relación entre ambos países: la balanza comercial entre
Argentina y China, la composición de las exportaciones argentinas a
China, y los principales 5 países de origen de IED en Argentina. Si en
los próximos cinco años el déficit comercial de Argentina con China
se reduce entre un 15 y un 20 por ciento, la proporción de materias
primas agrícolas en las exportaciones totales disminuye a 60 por
99
WWW.GEIC.COM.AR
ciento y los flujos de inversión extranjera directa de China se
encuentran en el top 5 de países de origen, Argentina posiblemente
se dirija hacia un situación más cercana al segundo escenario. Si, por
el contrario, el déficit comercial se expande en detrimento de
Argentina, el nivel de comoditización de las exportaciones argentinas
permanece igualmente alto, y la inversión extranjera directa de
China en el país no se incrementa significativamente, es posible que
el primer escenario se desarrolle con mayor facilidad.
En conclusión, un gran número de estudios sobre la influencia de
China en el comercio Sur-Sur (Banco Interamericano de Desarrollo
2010; Athukorala 2011; Amado Mendes 2013) sugiere que la
presencia de China en la economía mundial seguirá siendo un
desafío relevante para los países latinoamericanos en las próximas
décadas. Sin embargo, dado que es Argentina actualmente el país
más afectado de la región por su déficit comercial con China
(Grinspun 2012 citado en Rebossio 2012), tal como sugieren D' Elía et
al. (2008), debería, ser entonces, quien tome la iniciativa para arribar
a un consenso con los restantes países de América Latina sobre la
necesidad de una relación más equilibrada con el dragón asiático.
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107
WWW.GEIC.COM.AR
108
RECI N°04
El rol del Estado Argentino y su
capacidad de intervención en un
mundo globalizado, post crisis del año
2001
SANTIAGO LÓPEZ SIROTTA20
En Argentina, la aplicación del recetario neoliberal iniciado en
1976, y la profundización durante la década del noventa,
implicó un “achicamiento” del Estado-nación, al mismo
tiempo que el mercado asumió un rol fundamental como
asignador de recursos y beneficios. El fracaso de este modelo
de desarrollo se manifestó con el desenlace de la crisis del
año 2001. El objetivo de este trabajo será describir y analizar el
modo en que se modificó el rol del Estado para hacer frente a
la
crisis,
y
cuáles
fueron
las
estrategias
o
medidas
implementadas de Política Económica y Política comercial
externa.
20
Licenciado en Relaciones Internacionales (UES21), Investigador (UES21).
109
WWW.GEIC.COM.AR
Introducción
Desde el fin de la Guerra Fría, numerosos autores e intelectuales han
hecho hincapié en el modo en que el proceso de globalización se
ha transformado en el rasgo característico que afecta al sistema
internacional. La globalización de la economía mundial, evidenciada
en la interconexión entre los mercados financieros y de capital, el
constante aumento de los flujos de comercio internacional e
inversión, y el rol asumido por las empresas multinacionales como
unidad económica fundamental, han
desarrollos que han puesto en jaque
sido planteados como
el rol y la capacidad de
intervención del Estado-nación. (Castells. M; 1998).
Sin embargo, como menciona Manuel Castells en uno de sus textos,
el Estado no ha perdido su relevancia como “agente de intervención
estratégico en los procesos económicos”, y que los marcos legales e
institucionales
de
cada
país
son
fundamentales
para
el
funcionamiento y accionar de la economía global y sus diversos
actores. Según el autor, en las últimas décadas, el Estado-nación ha
perdido soberanía al momento de diseñar su política económica,
pero no capacidad de acción. A su vez sostiene:
“Qué se hace, quién lo hace, para quién lo hace, y cómo
se hace se convierten en los criterios relevantes para
juzgar la eficacia, la equidad y la solidez de una política
económica, hecha de estrategias más que de decretos”.
(Castells, M; 1998)
En Argentina, la aplicación del recetario neoliberal iniciada con el
“Proceso de Reorganización Nacional” en 1976, y la profundización
de dicho modelo durante la gestión de Carlos Menem (1989-1999)
110
RECI N°04
implicó un “achicamiento” del Estado-nación, al mismo tiempo que
el mercado asumió un rol fundamental como asignador de recursos y
beneficios. El fracaso de dicho modelo de desarrollo se manifestó
con el desenlace de la crisis del año 2001 que experimentó el país. Es
por ello que el objetivo de este trabajo será describir y analizar el
modo en que se modificó el rol del Estado Nacional para hacer
frente a dicha crisis, y en esa línea, cuáles fueron las estrategias o
medidas implementadas en materia de Política Económica y Política
Exterior Comercial.
Para abordar la temática planteada, en este trabajo se utilizará en
un principio los conceptos de la teoría realista estato-céntrica
planteada por Robert Gilpin. Este autor asume y analiza cómo la
globalización ha sido el rasgo característico que ha afectado a la
economía internacional desde que finalizó la Guerra Fría, y la medida
en que sus efectos han sido exagerados por otros autores. Gilpin
(2001) citado por Allard Neumann (2004), sostiene que, en la
actualidad, el Estado sigue siendo el actor principal del sistema
internacional, y que las políticas nacionales y las economías internas
son los condicionantes fundamentales de los asuntos económicos.
Este autor manifiesta que el funcionamiento de la economía mundial
se explica no solamente por la lógica de los mercados, sino también
por las políticas que adoptan los Estados. Desde dicha óptica se
observará el accionar del Estado argentino post crisis del 2001, a
través de las políticas adoptadas en las dos áreas de estudio
delimitadas con anterioridad.
La crisis (política/institucional, económica y social) del año 2001
significó un hito en lo que respecta a la historia del Estado argentino.
Luego de una década de reformas estructurales mediante la
111
WWW.GEIC.COM.AR
aplicación de la receta del paradigma neoliberal, el modelo
promulgado en el marco del “Consenso de Washington”, durante el
Gobierno del presidente Carlos Menem y el corto mandato de
Fernando de la Rúa eclosionó a fines del año 2001. La combinación
de políticas destinadas a la irrestricta apertura comercial, a la
desregulación de la economía nacional, la liberalización del
movimiento de capitales, la privatización de empresas estatales, y el
establecimiento de un tipo de cambio con paridad fija respecto al
dólar estadounidense, determinaron la estructura económica y
productiva del país. (Rapoport : 2006).
La implementación del recetario neoliberal, significó una
contracción de las funciones del Estado nacional. No solo implicó
considerables consecuencias para la economía nacional, sino que
también limitó la capacidad del aparato estatal para conducir el
modelo productivo, dejando esta tarea en manos del mercado y de
los capitales financieros. Las políticas adoptadas durante la década
del
90
tuvieron
como
resultado
profundizar
el
proceso
de
pauperización y pérdida de competitividad en el que se vio envuelta
la industria argentina desde el inicio del Proceso de Reorganización
Nacional. La Ley de Convertibilidad dictada en el año 1991,
determinó un tipo de cambió sobrevaluado lo cual minó la
competitividad de la industria nacional para insertarse en los
mercados internacionales. Esta medida también explicó en parte los
desequilibrios existentes en las cuentas externas, tanto por el
aumento de las importaciones, como por la necesidad de recurrir al
financiamiento externo para sostener la paridad fija con respecto al
dólar. (García Delgado, 1994).
112
RECI N°04
Al finalizar el año 2001 el país se encontró sumido en una de las crisis
políticas, económicas y sociales más graves de su historia. Aquellos
tiempos estuvieron caracterizados por una gran inestabilidad política
luego de la renuncia de Fernando de la Rúa, y una profunda crisis
económica que se ponía de manifiesto en los distintos índices
macroeconómicos: disminución del PBI (10,9%), de la inversión
(36,1%), del consumo (12,7%), y de las importaciones (49,7%).
Un
parámetro de la grave crisis social que se experimentaba por
aquellos días lo marca el índice de desempleo, que rondaba los 24
puntos porcentuales. Tras declarar la cesación de pagos de su
deuda externa, a pesar de la incipiente recuperación económica
que se comenzó a percibir a finales del año 2002, la necesidad de
elaborar una estrategia de reinserción en la economía mundial era
una cuestión clave en la agenda del Gobierno que triunfara en las
elecciones del año 2003. Sin lugar a dudas, el mandato presidencial
iniciado
ese
mismo
año
por
Néstor
Kirchner
implicó
una
reconfiguración tanto de la Política Económica como de la Política
Exterior Comercial del Estado argentino. (Rapoport. M; 2006).
Retomando la idea desarrollada por Castells en su texto, el autor
identifica cuatro ámbitos específicos en los que se pueden
evidenciar los efectos de la globalización: La globalización del
capital y la interdependencia de los mercados financieros; la
internacionalización
de
los
flujos
comerciales
e
inversión;
la
globalización de los medios de comunicación; y por último la
interconexión a nivel mundial del crimen organizado. En el presente
trabajo, el análisis del rol asumido por el Estado argentino se
desarrollará en torno a las dos primeras esferas mencionadas.
(Castells, M ; 1998)
113
WWW.GEIC.COM.AR
La Globalización del Capital y Los mercados Financieros
En lo que respecta al primer ámbito, la globalización del capital y los
mercados financieros, se alude que con el desarrollo informático que
se ha alcanzado y la vinculación que existe entre las diferentes
monedas del mundo, en la actualidad se puede desplazar de una
divisa a otra, o de un mercado de valores a cualquier otro, de
manera instantánea, lo cual potencia la posibilidad de movimientos
masivos de capital que pueden modificar la estabilidad monetaria
de diferentes economías nacionales. A su vez esta interconexión
entre los diferentes sistemas cambiarios, conduce a que ningún
Estado-nación
pueda ignorar
la dinámica que
muestran
los
mercados financieros internacionales al momento de diseñar su
política macroeconómica. Por ello el autor concluye que “la
disciplina de los mercados globales sobre las políticas económicas
nacionales significa la pérdida, definitiva, de la soberanía económica
nacional- si bien no la perdida de la capacidad de intervención”.
Todo ello llevaría a que cualquier economía nacional que pretenda
alcanzar
cierta
“homogeneizar”
estabilidad
sus
políticas
monetaria
con
los
y
financiera,
mercados
debe
financieros
internacionales, es decir, permitir el libre juego de los mismos. Aquí el
autor plantea el surgimiento de dos problemas: En primera instancia,
la lógica inscripta en los mercados financieros obligaría a asegurar
ciertas tasas de ingresos a los inversores, lo que implicaría al mismo
tiempo una concentración de la riqueza en el sector privado y una
limitación para redistribución de la misma. En segundo término, se
observa que la dinámica de los mercados financieros por lo general
no obedece a razones económicas, sino a expectativas o
información disponible, las cuales son aprovechadas por capitales
114
RECI N°04
especulativos que realizan movimientos tan bruscos que se vuelven
incontrolables para los diferentes bancos centrales.
(Castells, M;
1998)
Sin embargo, como se mencionó anteriormente el Estado-nación no
ha perdido la capacidad de acción, pudiendo adoptar estrategias o
políticas que le permitan intervenir en la configuración de las reglas
de juego que determinan el funcionamiento de la economía. En esta
senda, el Gobierno de Néstor Kirchner ha adoptado diferentes
medidas, tales como las destinadas a regular el desempeño del
mercado cambiario y la participación de capitales extranjeros en el
país, como así también
ha fomentado la redistribución de las
ganancias obtenidas hacia el sector asalariado mediante la
reactivación de las Convenciones Colectivas de Trabajo.
Luego de que en el año 2002 el Banco Central de la República
Argentina pusiera en marcha el “Mercado Único y Libre de
Cambios”,
se
estableció
un
sistema
cambiario
de
flotación
administrada, mediante el cual desde el Estado nacional se procuró
mantener un tipo de cambio alto que potenciara la competitividad
de la industria nacional. (Nogueira.J.A; 2007). El modelo de desarrollo
económico implementado por el Presidente Kirchner, denominado
por algunos autores como “neodesarrollismo de base industrial”,
procuró fomentar la reactivación de la industria nacional con base
en el mercado interno.
Tras la crisis económica del 2001, las
estructuras productivas se encontraban profundamente deterioradas
y
poseían un gran margen de capacidad ociosa. La paulatina
devaluación de la moneda fue una de las medidas económicas
adoptadas que pretendió estimular el acceso de los bienes y
servicios
nacionales
a
precios
competitivos
en
el
comercio
115
WWW.GEIC.COM.AR
internacional. (Zelicovich. J; (2012). Durante el Gobierno de Néstor
Kirchner se estableció un tipo de cambio real alto y múltiple. Esto
significó que por un lado se estableciera un tipo de cambio alto para
la industria, lo que tenía como objetivo proteger esta rama de la
economía
para
fomentar
su
desarrollo
y
proyectar
sus
potencialidades al comercio exterior, y por el otro un tipo de cambio
normal para el sector agrícola, el cual debido a su alto nivel de
competitividad no requería protección estatal para insertarse en el
ámbito internacional. (CIEPYC, 2010).
Por otra parte, en el año 2005 mediante un decreto presidencial
emitido por Néstor Kirchner, se pretendió regular el ingreso de
capitales foráneos al país, haciendo hincapié fundamentalmente en
la participación los “capitales golondrinas”. Esta medida adoptada
por el Ejecutivo Nacional, estaba destinada precisamente a limitar las
acciones de especulación financiera desarrolladas durante
el
modelo neoliberal, que promulgaba justamente la desregulación de
dicho mercado financiero. Entre los artículos plasmados en el
Decreto 616/2005 se destacan los siguientes puntos: a) Obligación de
registrar cualquier ingreso o egreso de capitales ante el BCRA b) Las
deudas contraídas por personas físicas o jurídicas residentes en el
territorio nacional con otras residentes en el extranjero no pueden
tener un plazo de cancelación mayor a un año c) Los capitales que
ingresen al país con la finalidad de compra de moneda local, de
bonos, activos financieros o cualquier otro propósito, no podrán ser
retirados del país antes de los 365 días posteriores a su entrada d)
Dichos capitales deberán dejar durante esos primeros 365 días al
menos un 30% del total depositado en dólares en algún banco del
país. (Senlle. S; 2012)
116
RECI N°04
Como se mencionó anteriormente, se puede observar el modo en
que diversas medidas adoptadas desde el Estado Nacional tuvieron
como objetivo fundamental
economía
del
país
poner en marcha nuevamente la
fomentando
el
desarrollo
industrial
y
la
consolidación del mercado interno. En el marco de esta estrategia,
una de las medidas que se destacan, fue el énfasis puesto por parte
del Gobierno en la recuperación de los salarios a través de las
Convenciones Colectivas de Trabajo y la celebración de paritarias
entre los trabajadores y los empresarios del sector privado. Esta
política tenía como objetivo no solo mejorar la condición de
bienestar del asalariado luego de la crisis de 2001, sino también
fomentar el consumo y reactivar la demanda nacional. Por otra
parte, entre el año 2003-2007 se generaron más de 3,7 millones de
puestos de trabajo, lo cual contribuyó no solo a la inclusión de
sectores sociales que habían quedados marginados, sino también al
mejoramiento de la demanda en el ámbito del mercado nacional.
(CIEPYC, 2010).
Internacionalización de los flujos comerciales y de inversión
En los últimos años, se ha podido presenciar la profundización de dos
fenómenos que se explican en el marco del constante proceso de
globalización: el incremento de los volúmenes de bienes y servicios
comerciados internacionalmente, y la internacionalización de los
flujos de inversión.
Tanto el comercio internacional, como la
circulación de capitales inversores a través de las fronteras estatales,
constituyen actividades fundamentales para la economía en su
conjunto, y para el funcionamiento de las economías nacionales.
(Castells, M; 1998). Sin embargo, como menciona Gilpin (2001) las
políticas que adoptan los Estados y las economías nacionales son
117
WWW.GEIC.COM.AR
condicionantes de los resultados que se obtienen en los asuntos
económicos.
En esos momentos posteriores a la debacle del 2001, Argentina era
un país que por una parte poseía un alto endeudamiento externo, lo
cual
a
su
vez
condicionaba
el
acceso
al
financiamiento
internacional, y por la otra, tenía considerables dificultades para
acceder con sus productos a los mercados de las economías
desarrolladas. A su vez, la ronda de Doha iniciada en el año 2001,
comenzaba a mostrar sus limitaciones para alcanzar avances
concretos en materia de regulación del comercio internacional.
Se observa claramente que la Política Exterior edificada por el
“kirchnerismo”, desde un primer momento procuró establecer un
claro quiebre con el modelo neoliberal de la década de los noventa,
encabezado por el Presidente Carlos Menem. Dejando atrás un
modelo de relacionamiento internacional en el que se mantenían
“vínculos
carnales”
con
Estados
Unidos
y
se
seguían
incondicionalmente los lineamientos establecidos por la potencia del
norte y el Fondo Monetario Internacional. Se pretendió construir un
nuevo modo de vincularse en un mundo globalizado buscando
conservar cierto grado de autonomía. En esta senda, una de las
acciones significativas que marcaron el cambio de rumbo de la
Política Exterior del país, fue el rechazo del proyecto encabezado por
Estados Unidos conocido como Área de Libre Comercio de las
Américas y la apuesta por la profundización del proceso de
integración con los países de la región Sudamericana. (Rapoport. M;
2007).
En este contexto, la estructuración de una nueva Política Comercial
Exterior
118
adoptó
un
papel
protagónico
como
parte
del
RECI N°04
redireccionamiento de la Política Exterior argentina. En palabras del
Presidente Kirchner (2003), las acciones que se llevaran a cabo en
materia de política comercial para reinsertar al país en el mundo
debían “profundizar la estrategia de apertura de mercados,
incrementar sustancialmente nuestro intercambio con el resto del
mundo, diversificar las exportaciones hacia bienes con mayor valor
agregado, desconcentrar ventas por destino y multiplicar el número
de exportadores de modo que los beneficios de comercio exterior se
derramen sobre todas nuestras rama productivas”. Claramente, era
necesario reactivar la economía nacional y una de las herramientas
fundamentales que se debía utilizar era la intensificación del
comercio con el resto del mundo. (Zelicovich. J., 2011)
En la búsqueda de diseñar una Política Comercial que le permitiera
al país obtener un mayor grado de autonomía en su accionar, la
apertura y diversificación del comercio internacional argentino se
instalaron
como
“kirchnerista”.
dos
Por
aspectos
un
prioritarios
lado,
era
para
el
necesario
Gobierno
incrementar
considerablemente los intercambios comerciales mantenidos con
otras economías para poner nuevamente en marcha la estructura
productiva nacional, y por el otro, la desconcentración de los
destinos de la oferta exportadora le permitía a la Argentina no
depender
exclusivamente
de
los
mercados
tradicionales
de
exportación. (Miodowsky. R; 2011).
El
concepto
de
diversificación
implementado
en
la
Política
Comercial del Gobierno de Néstor Kirchner para combatir la
dependencia argentina en el ámbito del comercio internacional,
adoptó un doble significado. Por un lado, como se mencionara
anteriormente, la idea de diversificar estuvo dirigida a la búsqueda
119
WWW.GEIC.COM.AR
de nuevos destinos de exportación para colocar los productos
nacionales. En esta línea de actuación, se llevaron a cabo misiones
comerciales en distintos países en las que participaron miembros del
Gobierno Nacional y empresarios argentinos. También existieron
diferentes negociaciones de acuerdos marcos para la progresiva
liberalización del comercio con países que surgían como nuevos
socios comerciales. Por otra parte, la significación de diversificar la
matriz exportadora argentina adoptó como punto de referencia la
necesidad de disminuir la participación de los commodities en la
canasta de exportación nacional y aumentar la presencia de
productos con un mayor valor añadido.
Esta estrategia estatal permitiría que la marcha de la economía
nacional
disminuyera
su
dependencia
del
precio
que
experimentaran los commodities en los mercados internacionales, y
también fomentar la inserción internacional de la industria nacional.
Así mismo, el incremento de la participación de bienes industriales e
intermedios fomentaría el alza en el superávit de la balanza
comercial.
Estas
medidas,
adoptadas
en
conjunto,
fueron
implementadas con el objetivo a largo plazo de consolidar la
estructura productiva del país con vistas a proyectarse hacia el
mercado externo.
Sin embargo, se debe destacar, que en la
práctica esta diversificación se hizo efectiva principalmente en lo
que respecta a la multiplicación de los destinos del comercio exterior
nacional. Si bien la composición de la oferta exportable ha ido
experimentando algunos cambios, éstos no han sido sustanciales, y
han sido muy graduales.
En el marco de esta nueva estrategia comercial, la re significación y
consolidación de las relaciones en el ámbito del Mercosur se
120
RECI N°04
transformó en uno de los soportes para reinsertarse en el circuito del
comercio internacional. En esta búsqueda de establecer nuevos
vínculos con el entorno regional, Brasil se convirtió en un aliado
estratégico con quien se debían profundizar tanto las relaciones
económicas como así también las políticas. Este cambio de
perspectiva de la mirada argentina hacia su entorno regional
próximo, encontraba su fundamento en cuestiones claves como el
interés por acceder a un mercado de consumo ampliado en donde
colocar la oferta de exportación nacional, y la necesidad de
configurar
una
nueva
forma
de
relacionarse
en
la
arena
internacional; una plataforma regional desde donde proyectar los
intereses nacionales frente al resto del mundo.
La estrategia comercial elaborada por el Gobierno a partir del año
2003, supo aprovechar las oportunidades ofrecidas por la coyuntura
internacional de aquel momento. Ante el surgimiento de economías
emergentes con grandes mercados de consumo como Brasil, Rusia,
India y China fundamentalmente, Argentina supo identificar nichos
comerciales en donde colocar su oferta exportadora. Durante el
periodo 2003-2007 los superávits de la balanza comercial obtenidos
por Argentina se debieron en gran proporción a los intercambios
comerciales mantenidos con el “Gigante asiático”.
La reacción favorable de la economía nacional, en gran medida
estuvo explicada por la dinámica del comercio exterior y la mejora
en los saldos obtenidos en la balanza comercial. Tanto el aumento
de los volúmenes exportados (causados por el aumento de la
demanda internacional), como el incremento del precio de los
commodities internacionales, entre los cuales asume un papel
preponderante la soja, permitieron generar un importante ingreso de
121
WWW.GEIC.COM.AR
divisas a la economía nacional. Por otra parte, la colocación de
retenciones a las exportaciones argentinas no solo permitió controlar
los precios internos de los alimentos en un momento económico
delicado, sino también acrecentó en considerable proporción los
ingresos fiscales. En un momento en el cual el endeudamiento
externo se observaba como el principal obstáculo que debía
afrontar el país, la disponibilidad de divisas para la cancelación
paulatina de la deuda marcaba el inicio de un proceso de
recuperación nacional que empezaba a dar frutos.
Este escenario favorable, de resurgimiento económico nacional y
mejora de las arcas financieras del país, le permitió al gobierno de
Néstor Kirchner cosechar uno de sus mayores logros al promediar la
mitad de su mandato presidencial. A mediados del año 2005 el
Gobierno Nacional logra obtener la adhesión del 76% de los
acreedores de la deuda externa argentina al plan de financiamiento
propuesto mediante la emisión de bonos públicos del Estado
Nacional Argentino. Esta renegociación de la deuda externa significó
un descuento nominal favorable a la Argentina del 65% sobre un
monto total de 102 mil millones de dólares. Luego en Diciembre del
mismo
año,
tras
realizar
duras
críticas
al
Fondo
Monetario
Internacional, el Presidente Kirchner decidió cancelar la totalidad de
la
deuda
que
el
país
mantenía
con
dicho
organismo
de
financiamiento internacional. Utilizando las reservas del Banco
Central de la Nación Argentina se efectuó el pago de 9.810 millones
de dólares al FMI. Esta medida fue adoptada como un instrumento
para independizarse de las presiones ejercidas por el Fondo, y
obtener un mayor grado de autonomía a la hora de adoptar
políticas en materia económica y fiscal. (Ayerbe. L; 2011).
122
RECI N°04
Los rasgos generales de esta nueva receta de Política Comercial
serían
profundizados
posteriormente
durante
el
mandato
presidencial 2007-2011 de Cristina Fernández de Kirchner. La
búsqueda de diversificación del comercio exterior argentino, tanto
en términos de productos ofrecidos, como en lo referente a los
destinos de exportación, es una política que encabezaría el plan del
Gobierno Nacional en materia de comercio exterior. Esta medida
gubernamental sería una de las herramientas principales para
reconfigurar el modo de inserción de Argentina en un mundo
globalizado. Mediante la diversificación de la matriz del comercio
exterior argentino, la obtención de constantes superávits en la
balanza comercial, la mejora de las reservas financieras nacionales y
la progresiva cancelación de la deuda externa, se comenzó a
construir lo que Cepeda Ulloa (1995) llama “recursos de respaldo
autonómico” para la configuración de una Política Exterior que
pretende alcanzar un mayor grado de autonomía.
Conclusiones
Sin lugar a dudas, la profundización del proceso de globalización
iniciado tras la caída del Muro de Berlín ha sido el protagonista
esencial en el funcionamiento del sistema internacional. A partir de la
consolidación de este fenómeno, diferentes autores y académicos,
se han cuestionado acerca del nuevo rol que asume el tradicional
Estado-nación ante esta modificación en la arena internacional. En
esta instancia del trabajo, es posible afirmar, que si bien la
globalización ha significado considerables mutaciones para el
funcionamiento del globo terráqueo en sus diversas esferas, el
Estado-nación no ha perdido su rol principal como actor dentro del
sistema internacional, sino que por el contrario mantiene su posición
123
WWW.GEIC.COM.AR
de supremacía adaptándose a las nuevas condiciones y adoptando
diferentes estrategias para alcanzar sus objetivos.
Como se describiera anteriormente, la globalización del capital y los
mercados financieros, ha sido uno de los aspectos que se destacan
en las últimas dos décadas. Si bien es cierto que la estabilidad de los
sistemas financieros y monetarios nacionales está fuertemente
condicionada por la dinámica de los mercados internacionales, las
estrategias o medidas políticas que adoptan los respectivos Estados
tienen una gran incidencia sobre los resultados obtenidos. Ejemplo de
ello son las medidas adoptadas por el Estado argentino consignadas
a regular el desempeño del mercado cambiario, la participación de
capitales extranjeros en el país, como así también el fomento de la
redistribución de las ganancias obtenidas hacia el sector asalariado
mediante la reactivación de las Convenciones Colectivas de
Trabajo.
Por otra parte, es innegable el sustancial incremento que en los
últimos
años
ha
desarrollado
el
comercio
exterior
y
la
internacionalización de los flujos destinados a la inversión. La
relevancia de los índices estadísticos obtenidos en estas áreas por las
diferentes economías nacionales, queda plasmada cada vez que se
habla o discute sobre el modelo de inserción internacional que
pretende adoptar cada país. Luego de la crisis del año 2001, el
Estado argentino optó por modificar su modalidad de inserción en el
sistema internacional, alterando la estrategia en su Política Exterior
Comercial. En la búsqueda de diseñar una Política Comercial que le
permitiera al país obtener un mayor grado de autonomía en su
accionar
en
un
contexto
de
globalización,
la
apertura
y
diversificación del comercio internacional argentino se instalaron
124
RECI N°04
como dos aspectos prioritarios para el Gobierno “kirchnerista”. Los
resultados obtenidos en la balanza comercial a partir del año 2003
evidencian el éxito inicial de la estrategia adoptada.
Tras más de una década de aplicación del recetario neoliberal, y
“reducción” de su accionar en las diferentes esferas, el Estadonación argentino ha modificado su rol luego de la profunda crisis que
afectara al país en el año 2001. Su mayor protagonismo se ha
observado en las respectivas estrategias adoptadas tanto en la
Política Económica como así también en la Política Exterior
Comercial, las cuales han respondido a la profundización de los
procesos desencadenados por la creciente globalización.
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126
RECI N°04
Cambios organizacionales y
tecnológicos en las pequeñas y
medianas empresas. Repensando el
estilo del desarrollo argentino1
BERNARDO KOSACOFF2 Y ANDRÉS LÓPEZ3
El propósito de este trabajo es describir los principales rasgos y
consecuencias de los cambios en el ambiente en el cual
deben desenvolverse las estrategias de las empresas locales,
con especial hincapié en el posicionamiento del grupo que
constituye el grueso de los establecimientos productivos
argentinos: las pequeñas y medianas empresas (PyMEs).
Trabajo publicado en la Comisión Económica para América Latina (CEPAL) durante el
mes de abril del año 2000.
2 Economista. Profesor de la Universidad Torcuato Di Tella (UTDT), UBA y Universidad
Nacional de Quilmes. Miembro del Consejo Directivo de la UTDT.
3 Economista. Investigador del Centro de Investigaciones para la Transformación (CENIT).
Profesor de la Universidad de Buenos Aires.
1
127
WWW.GEIC.COM.AR
Introducción
En un contexto donde se han sucedido transformaciones de enorme
impacto en las tecnologías, prácticas productivas y métodos
organizacionales dominantes en el escenario competitivo global, así
como una total redefinición de las reglas de juego en la economía
doméstica,
las
oportunidades
firmas
cuya
argentinas
resolución
se
enfrentan
definirá
en
a
gran
desafíos
medida
y
las
características del estilo de desarrollo que asumirá el país a largo
plazo.
El propósito de este trabajo es describir los principales rasgos y
consecuencias de los cambios en el ambiente en el cual deben
desenvolverse las estrategias de las empresas locales, con especial
hincapié en el posicionamiento del grupo que constituye el grueso
de los establecimientos productivos argentinos: las pequeñas y
medianas empresas (PyMEs).
Si hay consenso en que las PyMEs han tenido grandes dificultades
para responder de modo satisfactorio a las nuevas exigencias que
surgen del nuevo contexto de competencia en el mercado local, al
mismo tiempo muchos creen que no hay posibilidades de un
desarrollo exitoso en términos no sólo económicos sino sociales sin
una fuerte presencia de un denso tejido de PyMEs que soporten,
complementen y compitan con las firmas de mayor tamaño, tanto
de capital nacional como extranjero.
En este entendimiento, trataremos de presentar las implicancias que
surgen de las transformaciones en el plano tecnológico, productivo,
organizacional y comercial para la postergada tarea de repensar el
estilo de desarrollo argentino y sugeriremos algunas alternativas que
128
RECI N°04
podrían contribuir a que dicho estilo de desarrollo permita una
amplia inclusión en términos sociales y se caracterice por un avance
hacia un patrón de especialización más "intensivo" en el uso de
trabajo calificado, más basado en esfuerzos tecnológicos domésticos
y más centrado en producciones de mayor valor agregado y bienes
diferenciados.
En la sección siguiente presentamos brevemente los aspectos
centrales de la nueva lógica de la competencia a nivel de la
economía mundial. A continuación se describen las características e
impactos principales de las nuevas tecnologías y los nuevos sistemas
de organización de la producción que se difunden tanto en los
países desarrollados como en desarrollo. En la tercera sección se
discute la posible "reemergencia" de las PyMEs en el nuevo
escenario, planteándose las tres modalidades a través de las cuales
dicha posibilidad podría concretarse: mediante estrategias de
desarrollo "independiente", vía proveedores y subcontratistas de
firmas de mayor tamaño o por el desarrollo de relaciones de
cooperación y asociatividad en networks o clusters de PyMEs.
Finalmente se plantean las implicancias de estas transformaciones
para el debate sobre el estilo de desarrollo argentino y se presentan
las principales características de una estrategia de desarrollo
empresarial que potencie y mejore el actual sendero de crecimiento
por el cual transita la economía local.
El nuevo escenario de la competencia
En las últimas dos décadas hemos venido asistiendo a un proceso de
profundas
transformaciones
a
escala
internacional,
que
se
caracterizan centralmente por:
129
WWW.GEIC.COM.AR

La “globalización” de las actividades económicas, expresada
en la expansión de las corrientes internacionales de comercio,
capitales y tecnología, y en la cada vez mayor interconexión e
interdependencia de los distintos espacios nacionales y la
paralela creciente “transnacionalización” de los agentes
económicos (Dunning y Narula, 1997; Dunning y Hamdani,
1997; Ernst, 1997; Oman, 1994; Zysman et al, 1996).

Las modificaciones en las prácticas tecnológicas y productivas
dominantes, vinculadas, por un lado, con el surgimiento de
nuevos sistemas de organización de la producción, y, por otro,
con el surgimiento de las llamadas “nuevas tecnologías”, que
incluyen las tecnologías “de la información y la comunicación”
-en las cuales la microelectrónica juega un papel central-, la
biotecnología, los nuevos materiales, etc. (Carlsson, 1995;
Coriat, 1992a y b; OECD, 1991; Milgrom y Roberts, 1990;
Willinger y Zuscovitch, 1988); Womack et al, 1990).

La transición hacia sociedades “basadas en el conocimiento”,
las cuales se
organizan básicamente
en
torno
de
la
producción, distribución y uso de conocimiento e información.
La inversión en activos intangibles -I&D, patentes, licencias,
entrenamiento y capacitación, información, etc.- se hace más
significativa y crece a ritmos más rápidos que la inversión física
(OECD, 1992). Así, la capacidad de innovación -entendida en
un sentido “amplio”- se convierte -más que nunca en el
pasado- en el factor determinante del desempeño económico
y la competitividad de firmas, regiones y naciones (OECD, 1996
a y b).
130
RECI N°04
En este ambiente complejo, se observa, en los países desarrollados
(PD), que las firmas buscan estrategias y formas de organización y
producción más flexibles e innovativas, con el objetivo de responder
a la creciente globalización y las cambiantes preferencias de los
consumidores. Para alcanzar este objetivo, no basta con incorporar
tecnologías
modernas,
sino
que,
en
general,
es
preciso,
simultáneamente, adoptar nuevas formas de organización de los
procesos
de
investigación,
diseño,
gestión,
producción
y
comercialización Estas reestructuraciones internas muchas veces
están
acompañadas
de
estrategias
que
incrementan
las
transacciones y los lazos con otras firmas, en orden a reducir costos,
incrementar la especialización, ganar economías de escala y scope
y repartir riesgos (OECD, 1996b).
Este proceso de transformaciones es complejo, avanza de manera
desigual y asume características específicas según los sectores,
regiones y países, e involucra causalidades e interacciones aún no
completamente entendidas. Sin embargo, diferentes análisis han
mostrado, a nivel empírico, que existe una vinculación entre la
adopción de nuevas formas de organización productiva, formación
de habilidades (skills) y capacitación de los recursos humanos, y
ganancias de productividad y competitividad en el ámbito de la
firma (OECD, 1996b).
El sentido general de las transformaciones en curso apunta a que las
organizaciones productivas tengan un mayor grado de flexibilidad 4.
Lung y Gjerding (1996) definen a la flexibilidad como "la capacidad,
basada en estructuras y procesos de aprendizaje, para responder
En un reciente informe producido por la agencia del gobierno sueco encargada de la
política tecnológica (NUTEK, 1996), se afirma: "Flexibility has become a must".
4
131
WWW.GEIC.COM.AR
con nuevos productos y tecnologías a un ambiente cambiante" 5. De
este
modo,
la
flexibilidad
es
percibida
en
función
de
la
responsabilidad de los trabajadores y la mejora de sus capacidades6,
así como de innovaciones en los procesos y patrones flexibles de
respuesta que se traducen en nuevos productos y servicios.
Como derivación de las transformaciones en curso, se han alterado
la situación y perspectivas de los distintos sectores, firmas y grupos de
trabajadores. Por un lado, hay una tendencia a que el empleo
crezca más en el sector servicios que en la industria manufacturera donde, de hecho, el empleo no ha crecido o ha declinado desde los
años '70 en los PD-. Al mismo tiempo, dentro de esta última, se han
expandido los sectores de alta tecnología, con un patrón innovativo
de fuerte base científica y donde se pagan salarios elevados industria aeroespacial, computación, semiconductores, equipos de
comunicación, maquinaria eléctrica, farmacéutica, etc.-. Mientras
que el empleo se ha mantenido estable en los sectores de intensidad
tecnológica media -química, plásticos, aluminio, maquinaria no
eléctrica, automóviles, etc.-, ha caído en las industrias de baja
intensidad
tecnológica,
algunas
de
las
cuales,
además,
se
caracterizan por ser trabajo-intensivas -textiles, alimentos, bebidas,
papel, madera, petróleo, acero, industria naval, etc.- (OECD, 1996b;
Sakurai, 1995).
Como señala la OECD (1996b), la performance de una firma depende no sólo de tener
dotaciones adecuadas de activos tangibles e intangibles, sino de su capacidad de
adaptación a condiciones cambiantes, lo cual exige la continua renovación,
reconfiguración y redespliegue de esos activos.
6 En el plano laboral, la flexibilidad que se busca no es sólo la numérica, sino que
principalmente se trata de obtener mayor flexibilidad funcional, la cual se basa en la
calificación de la fuerza laboral, la mayor movilidad entre tareas, la atenuación de los
límites entre los puestos de trabajo, la mayor flexibilidad en el diseño de las tareas y el
continuo entrenamiento y reentrenamiento de los trabajadores (OECD, 1992).
5
132
RECI N°04
Al mismo tiempo, varios trabajos muestran que las firmas que más
avanzan en la adopción de las nuevas prácticas tecno-productivas y
tienen superiores capacidades innovativas son aquéllas que más han
aumentado la productividad y, aunque aquí la evidencia es menos
clara, son también aquéllas que más han contribuido a la creación
de empleos (OECD, 1996b).
Por otro lado, el mercado de trabajo ha venido favoreciendo, en los
principales PD, a los trabajadores calificados (skilled) vis a vis los no
calificados (unskilled). En general, a mayor nivel de calificación
(comenzando por los ocupados con estudios de post-grado), mejor
evolución del nivel real de ingresos (es básicamente el caso de los
EE.UU.), o mayor generación de puestos de trabajo y/o menor nivel
de desempleo (también en EE.UU., pero principalmente en Europa).
Se presume que estas tendencias continuarán en el futuro, lo cual
acrecentará la brecha que hoy existe en el mercado de trabajo en
dichos países. Asimismo, se advierte, como fenómeno general, que
se ha venido elevando el “piso” de conocimientos necesarios para
estar ocupado en tareas productivas. Así, se ha afirmado que
crecientemente se exige una base educativa equivalente a la
escuela
secundaria
para
manejar
los
nuevos
“paquetes
tecnológicos”. Áreas como matemática, computación o ciencias
básicas, parecen ser cada vez más importantes para la formación no
sólo de personal de ciencia y técnica, sino también de los propios
operarios industriales (Guellec, 1996; OECD, 1996b; Petit, 1995; Wolff,
1996).
¿Cómo se insertan las PyMEs en este nuevo escenario? En general, la
historia nos muestra que, a través de distintos modelos, las PyMEs han
sido agentes importantes en los procesos exitosos de desarrollo
133
WWW.GEIC.COM.AR
económico. Así, por ejemplo, el rol de las firmas nuevas de tamaño
pequeño y mediano como generadoras de innovaciones de gran
significación ha sido destacado en las investigaciones sobre el
sistema de innovación estadounidense (Mowery y Rosenberg, 1993).
Asimismo, en el caso japonés se ha estudiado la conformación de
redes de PyMEs organizadas en torno de grandes empresas -es el
caso de Toyota, por ejemplo- sobre la base de relaciones durables y
de mutua cooperación (Aoki y Dore, 1994; Coriat, 1992a). La
experiencia de Taiwán, uno de los países más dinámicos del Este
Asiático en los últimos cuarenta años, también muestra una fuerte
presencia de PyMEs (Hou y Gee, 1993).
Pero ciertamente, el ejemplo más difundido, aunque no siempre con
el rigor y la profundidad analítica necesarios, es el de los "distritos
industriales" italianos. “El rápido crecimiento de la Tercera Italia7, y
particularmente de las industrias con base PyME, estuvo asociado
con la concentración de firmas en sectores y localidades específicas.
Tales clusters fueron capaces de establecer una fuerte posición en los
mercados
mundiales
de
tradicionales
-zapatos,
instrumentos
musicales,
una
carteras,
serie
de
tejidos,
alimentos-,
y
productos
muebles,
también
en
llamados
cerámicas,
industrias
proveedores de maquinarias para dichos sectores. Tal vez más
importante, los clusters parecen haber tenido la capacidad de
mejorar su producción. La proximidad de proveedores de materias
primas y equipos, productores de componentes y subcontratistas,
junto con la combinación de intensa rivalidad inter-firma y
cooperación a través de las asociaciones de productores parecen
Además de la “Tercera Italia”, se han difundido otras experiencias notables de
desarrollo “local” con fuerte base PyME en Alemania (Baden Wurtenberg), España
(Valencia), Dinamarca, Gran Bretaña (sudeste de Inglaterra), Francia (Grenoble), Japón,
etc.
7
134
RECI N°04
haber llevado al cluster en su conjunto a moverse hacia adelante”
(Humphrey y Schmitz, 1996, p. 1860).
Por otro lado, algunos de los aspectos y consecuencias más notorias
de la introducción de las nuevas tecnologías y sistemas productivos
pueden tener un impacto favorable sobre el sector PyME. Entre
aquéllos, se incluyen la aparición de tecnologías que reducen, en
algunos sectores, la escala mínima de producción eficiente, la mayor
importancia que adquiere la flexibilidad productiva y organizacional
para el desempeño competitivo, las tendencias a la subcontratación
y tercerización de actividades, entre otros. Al mismo tiempo, las
PyMEs son, frecuentemente, más flexibles que las firmas grandes para
adaptarse a las nuevas exigencias de los consumidores y modificar
las rutinas de la fuerza de trabajo (OECD, 1997a).
Consecuentemente, hay en los PD un creciente consenso en que la
búsqueda de ganancias de productividad y competitividad, en el
actual escenario internacional, requiere de una base industrial
amplia, en la cual además de firmas de gran tamaño y alto nivel de
internacionalización,
convivan
firmas
pequeñas,
tanto
con
capacidades y estrategias independientes, como insertas en un
amplio rango de relaciones inter-firma con las grandes corporaciones
(OECD, 1992).
Ciertamente, el “universo” PyME es muy vasto y heterogéneo, y se
caracteriza por una alta “turbulencia”, con continuos “nacimientos”
y desapariciones de firmas, lo cual confiere, por otro lado, un alto
grado
de
dinamismo
a
la
economía
en
su
conjunto.
Así,
encontraremos toda una “tipología” de PyMEs (Rizzoni, 1994),
caracterizadas
por
diferentes
estrategias,
estructuras
organizacionales, base tecnológica, grado de especialización,
135
WWW.GEIC.COM.AR
capacidades de innovación, etc., y, consecuentemente, distintas
potencialidades competitivas y mayor o menor posibilidad de
insertarse, de manera “virtuosa”, en el nuevo escenario.
Asimismo, no todas las transformaciones en curso son “pro-PyME”. Por
un lado, este tipo de firmas encuentra distintos obstáculos -para el
acceso al crédito, los recursos humanos, la información, etc.- para
realizar transformaciones en el plano productivo, tecnológico y
organizacional; de hecho, las PyMEs han sido más lentas en adoptar
las nuevas prácticas dominantes en estas áreas (NUTEK, 1996; OECD,
1996b). Asimismo, su capacidad de supervivencia y expansión
depende de que exista un marco institucional favorable. Parte de
este marco institucional son las políticas públicas específicas implementadas a escala local, provincial/estadual, nacional y supranacional- que existen en la mayor parte de los PD para facilitar su
desenvolvimiento y reconversión.
Pero lo institucional excede este plano, ya que incluye, por ejemplo,
el
funcionamiento
del
sistema
financiero,
la
existencia
de
mecanismos de venture capital para firmas nuevas, como en los
EE.UU o Canadá, la disponibilidad de servicios tecnológicos, de
consultoría e información, el acceso a recursos humanos, las
vinculaciones con otras firmas e instituciones públicas y privadas universidades, laboratorios, etc.-. Más abajo volveremos sobre estas
cuestiones.
Nuevas tecnologías y nuevos sistemas de organización de la
producción
Como señalan Milgrom y Roberts (1990), la producción industrial en el
mundo capitalista está atravesando, en las últimas dos décadas, por
136
RECI N°04
una
verdadera
“revolución”,
similar
en
alcances
a
la
desencadenada por la aplicación de los principios tayloristas y
fordistas a fines del siglo XIX y comienzos del XX. Parte importante de
esta transformación supone el fin de la producción en masa tal como
fue conocida hasta los años ´70, para dar paso a un sistema en
donde la flexibilidad es una característica central tanto de los
procesos como de las organizaciones, y la calidad y la velocidad son
factores determinantes en la lucha competitiva.
Un elemento fundamental de esta “revolución” es el reemplazo del
equipamiento
especializado
y
mono-propósito
típico
de
la
producción fordista por maquinarias y dispositivos programables y
multitarea, los cuales pueden ser cambiados de una a otra
operación rápidamente y con bajos costos. De esta manera, es
posible producir eficientemente una diversidad de productos en
pequeños lotes (batches)8. La reducción del tiempo de set up -que
es el requerido para adaptar el equipamiento cuando se pasa de
una línea de producto a otra- es una de las condiciones centrales
que hacen posible esta tendencia9.
Al mismo tiempo, la reducción de los lotes se asocia con el
acortamiento del ciclo de vida de los productos y con la reducción
de inventarios, tanto de productos en proceso y terminados, como
de insumos y materias primas. La reducción de inventarios es una
característica central del llamado sistema “toyotista” u “ohnista”,
Milgrom y Roberts (1990) citan un trabajo realizado para la industria aeroespacial y otros
sectores de alta precisión de los EE.UU a fines de los años '80, donde se muestra que un
8,2% de los lotes eran de una unidad, y que un 38% eran de dieciséis unidades o menos.
En tanto, en un solo mes de 1985 Toyota produjo 19.349 diferentes especificaciones de
vehículos en sus fábricas; de ellas, 9.544 (casi el 50%) fueron unitarias, es decir, que sólo se
produjo un vehículo de dichas especificaciones (Asanuma, 1994).
9 Milgrom y Roberts (1990) reportan el caso de una firma productora de controles
eléctricos, que había alcanzado, a fines de los años '80, un tiempo promedio para
"resetear" su equipamiento de solo seis segundos.
8
137
WWW.GEIC.COM.AR
donde se materializa a través del esquema just in time (JIT) -que se
aplica tanto internamente, dentro de la firma, como externamente,
en las relaciones con proveedores y subcontratistas-10, basado en el
sistema de tarjetas conocido como kanban 11. Alternativamente, la
reducción de inventarios puede viabilizarse a través de técnicas
informatizadas, como el MRP (Material Requirement Planning) u otras
más modernas (Coriat, 1992b; The Economist, 5 de marzo de 1994).
A su vez, estas transformaciones se vinculan con la necesidad de
responder más rápidamente a las fluctuaciones, cuanti y cualitativas
de la demanda. Esto se manifiesta en un acortamiento del tiempo de
desarrollo de los productos -para lo cual parece ser importante el
pasaje de una aproximación "secuencial" a otra "paralela" o en
grupo en las tareas de diseño e investigación-, una aceleración en el
procesamiento de las órdenes de compra 12 y mayor rapidez en las
entregas13. La velocidad es, de hecho, uno de los determinantes de
la competitividad en el nuevo escenario (Milgrom y Roberts, 1990)14.
El just in time significa que, en un proceso continuo, las piezas adecuadas necesarias
para el montaje deben incorporarse a la cadena justo en el momento y sólo en la
cantidad en que se necesitan, con lo cual se reduce enormemente el manejo de stocks,
tanto de insumos como de productos en proceso.
11 En 1989, las plantas automotrices japonesas tenían, en promedio, 0,2 días de inventarios
de partes y piezas en relación con la producción prevista, mientras que las
estadounidenses operaban con 2,9 días de inventarios y las europeas con 2 días
(Womack et al, 1990).
12 En la industria textil, las aplicaciones informáticas han permitido a las cadenas
minoristas almacenar, diaria o semanalmente, la información sobre ventas, y transmitirla,
por medios electrónicos, a los productores, lo cual reduce los costos de inventarios y
mejora la eficiencia del proceso operativo y de compras. Asimismo, la introducción del
CAD y el CNC ha acortado notablemente el tiempo de respuesta de las fábricas textiles
ante los pedidos de los minoristas (Audet, 1996).
13 Benetton es un ejemplo de organización empresaria dirigida a atender con la mayor
rapidez y flexibilidad posibles las variaciones de la demanda. Para ello cuenta con una
red automatizada de recolección y procesamiento de la información sobre ventas que le
permite programar la producción en función de los gustos de los clientes. En tanto,
Asanuma (1994) reporta que Toyota y Nissan eran capaces, en 1989, de responder a un
pedido específico de uno de sus vendedores con tres y cuatro días de anticipación
respecto del momento de comenzar a producir el vehículo.
14 Se trata de minimizar el llamado "througput time", esto es, el tiempo que pasa entre que
las materias primas e insumos ingresan a la fábrica y salen de ella como productos
10
138
RECI N°04
Asimismo, la producción “a pedido” (customized) es cada vez más
significativa, así
como la constante
renovación del
mix de
productos15, teniendo en cuenta la segmentación cada vez mayor
de los mercados, y el rápido cambio en los gustos de los
consumidores.
Las firmas no sólo tratan de responder a las fluctuaciones de la
demanda, sino que, además, trabajan con estrategias activas, en las
cuales es esencial tanto la constante mejora de los productos
existentes como la continua introducción de nuevos modelos y
productos. En este sentido, es útil la distinción que introduce Coriat
(1992b), entre los principios que denomina de "especialización
flexible" y de "flexibilidad dinámica".
El primero descansa en la explotación de economías de escala
estáticas, pero fundamentalmente también de economías de gama
o de variedad. Esto supone una capacidad de ajuste "instantáneo" a
las fluctuaciones en la composición de la demanda, y es una de las
bases
a
través
de
las
cuales
las
PyMEs
pueden
competir
exitosamente con las grandes firmas, en particular en mercados de
productos de ciclos cortos, obsolescencia rápida o demanda
inestable (por ejemplo, calzados).
La flexibilidad dinámica, en cambio, se apoya en la obtención de
economías dinámicas de aprendizaje en producciones masivas
diferenciadas. Aquí se trata de aprovechar la flexibilidad de los
nuevos sistemas de producción a través de la búsqueda de
permanentes innovaciones de producto (miniaturización, ergonomía,
terminados (Humphrey, 1995).
15 Por ejemplo, si en el mercado de los EE.UU. se vendían históricamente más de 1 millón
de vehículos anuales de los modelos más vendidos, al presente los autos más exitosos no
pasan de las 500 mil unidades anuales (Standard and Poor‟s, 1997).
139
WWW.GEIC.COM.AR
adición de características, mejoras de calidad, etc.), de la
producción combinada de distintos productos que se encuentran en
diferentes fases de su ciclo de vida, de la explotación de mercados
pequeños con demandas específicas en las mismas instalaciones
que atienden a los mercados más importantes o del lanzamiento de
nuevas generaciones de productos para renovar la demanda.
Al mismo tiempo, la calidad también se convierte en un factor
determinante del éxito de una firma. La posibilidad de combinar
calidad y productividad es uno de los elementos distintivos más
notables del "toyotismo"16, y se basa en la filosofía del kaizen (mejora
continua), la cual se operacionaliza en los denominados "círculos de
calidad", y en el sistema de gestión llamado de "calidad total". La
difusión de las certificaciones ISO, tanto de la serie 9000 como de la
14000 (concerniente al medio ambiente), es otro elemento en la
misma tendencia.
La búsqueda de flexibilidad, velocidad y calidad ha derivado en un
replanteo de las relaciones con los proveedores, que acompaña al
desarrollo
de
tendencias
hacia
un
creciente
nivel
de
subcontratación17 (compra de partes, componentes o servicios que
son parte del producto final de la firma) y de terciarización outsourcing- (compra de servicios de apoyo, transporte, limpieza y
otros servicios auxiliares).
En la comparación de desempeños entre las plantas automotrices de los EE.UU, Europa
y Japón realizada a fines de los años 1980, las plantas de este último país eran no sólo las
más productivas, sino también las que tenían mejores desempeños en materia de
calidad (Womack et al, 1990).
17 Por ejemplo, se estima que las terminales automotrices estadounidenses y europeas, en
promedio, adquieren cerca del 70% de las autopartes que utilizan a firmas del sector
autopartista, mientras que en la década del „80 las terminales producían, en promedio, el
50 % de las autopartes que usaban (Vickery, 1996).
16
140
RECI N°04
Estas tendencias siguen las huellas de la estrategia originalmente
desarrollada por Toyota, en donde se busca operar con un bajo
grado de integración vertical apoyado en proveedores con los
cuales se mantienen relaciones durables y de cooperación, que
llegan, incluso, al planeamiento conjunto de la producción y el
desarrollo compartido de los nuevos productos y sus partes (Coriat,
1992a). A su vez, la firma proporciona a sus proveedores asistencia
técnica y financiera, y en muchos de ellos mantiene una
participación accionaria.
Este modelo implica la existencia de un número reducido de
proveedores, que están organizados de manera "piramidal", con
proveedores de primer, segundo y tercer nivel. Siguiendo estas
tendencias, las terminales automotrices de los países de la OECD han
reducido el número de proveedores directos de 1250 en 1988, a 900
en la actualidad, esperándose que ese número se reduzca hasta 400
en el futuro inmediato18. Al mismo tiempo, se verifica una tendencia
por parte de la industria terminal a reducir al mínimo la producción
interna de componentes para concentrarse en las funciones de
diseño19.
Las nuevas tecnologías de la información y la comunicación han
facilitado estas transformaciones. Por un lado, dichas tecnologías
permiten reducir los costos de recolectar, almacenar, organizar,
Por ejemplo, en Francia se ha pasado de 2200 a 850 proveedores para PSA y Renault.
Para Fiat, los proveedores directos, que eran más de 1000 a fines de los años „80, pasaron
a ser 670 en 1991 y 320 en 1995, de los cuales 120 suministraban el 90% de los materiales.
En Europa, Ford está reduciendo sus proveedores de los 1.200 de fines de la década del
'80 a 500. De todos modos, todavía las plantas japonesas siguen llevando la delantera en
este aspecto, con unos 200 proveedores directos por firma (JICA, 1996).
19 En ciertos casos, la producción de componentes se sigue realizando “internamente”
desde el punto de vista físico, pero no bajo la responsabilidad de la terminal, sino de los
proveedores, que trabajan dentro de la ensambladora. Esta práctica ha sido
implementada por Volkswagen en sus plantas brasileñas (Suzigan y Villela, 1997).
18
141
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procesar y comunicar información -tanto con clientes y proveedores
como dentro de la propia firma-, a partir del desarrollo de las redes
de computadoras y de los sistemas electrónicos de transmisión de
datos. Las tareas de diseño y desarrollo de productos se facilitan,
acortan y abaratan gracias a sistemas como el Computer Aided
Design (CAD). En tanto, como señalábamos antes, la flexibilidad en
los procesos productivos se logra, en lo que hace a medios de
ejecución, vía robots, máquinas herramientas a control numérico
computarizado, FMS (flexible manufacturing systems) y otros equipos
programables. También la microelectrónica facilita la flexibilidad en
las operaciones de traslado internas y en las de control de procesos
(Coriat, 1992b). A su vez, aplicaciones como el Computer Aided
Manufacturing (CAM), empleadas conjuntamente con el CAD, están
permitiendo
prescindir
de
prototipos,
plantas
pilotos,
etc.,
considerando la posibilidad de simular "virtualmente" no sólo las
características de un producto, sino el propio proceso de producción
(Coriat, 1992b).
Asimismo, la combinación de informática y telecomunicaciones telemática- ha sido un factor decisivo para el surgimiento de la
llamada "firma red", la cual nació inicialmente como resultado de la
introducción por parte de las grandes empresas de nuevas técnicas
comunicación-intensivas en el manejo de las transacciones con
pequeños subcontratistas y vendedores; el mismo tipo de técnicas se
aplicó a los canales de comunicación introducidos para manejar la
coordinación horizontal entre firmas de una misma industria en orden
a generar una mejor división del trabajo. De esta manera, la
telemática y las firmas "red" permiten: i) rejuvenecer actividades
tradicionales tales como textiles, ropa, calzado y sectores terciarios
142
RECI N°04
obsoletos; ii) combinar estructuras industriales tradicionales, basadas
en firmas pequeñas, con las tendencias modernas hacia demandas
sofisticadas y segmentación de mercados; iii) combinar las ventajas
de la gran escala, en lo que hace a la coordinación, con las del
tamaño pequeño para producir bienes "a medida" (OECD, 1992).
Como mencionábamos en la introducción, la adopción de nuevas
tecnologías se asocia generalmente con cambios en las estrategias
organizacionales y las políticas de gestión de la fuerza de trabajo. En
esta dirección, se redefinen las responsabilidades de los trabajadores
-en dirección a un mayor “involucramiento” en el proceso
productivo-, se tiende a la polivalencia funcional, se "horizontaliza" la
circulación
de información, se
calificaciones
educativas
eleva la importancia de
formales
así
como
del
las
continuo
entrenamiento y capacitación y se adoptan prácticas de trabajo en
grupo, tanto en
la producción, como en
los procesos de
investigación y diseño (véase el recuadro 1).
Un punto clave, destacado por Milgrom y Roberts (1990), es que el
hecho de que este conjunto de transformaciones esté ocurriendo de
manera
simultánea
se
debe
a
que
existen
fuertes
complementariedades entre ellas, de modo que la adopción de una
requiere o induce la introducción de varias de las otras nuevas
tecnologías, estrategias y prácticas emergentes. En otras palabras, se
trata de un cambio de naturaleza sistémica, que afecta a la mayor
parte de las actividades productoras de bienes y servicios, y se
extiende no sólo al proceso productivo propiamente dicho, sino que
también transforma las actividades y prácticas dominantes en las
143
WWW.GEIC.COM.AR
áreas
de
comercialización,
diseño,
ingeniería
y
organización
empresarial20.
Recuadro 1- Doce principios para renovar la organización industrial
En su difundido informe sobre las relaciones entre tecnología y economía,
la OECD, basándose en un trabajo de Boyer (1991), identifica doce
principios básicos que guían la reestructuración de la organización del
sector industrial en los PD:
•
Optimización global de los flujos de producción (basada, por
ejemplo, en la adopción del sistema japonés de kanban, JIT, TQ y
subcontratistas calificados, que lleva a la minimización de stocks de
materias primas y componentes).
•
Integración más cercana entre I&D, diseño, ingeniería y producción
industrial.
•
Definición de nuevas relaciones, más estrechas, con los usuarios,
principalmente del sector industrial, pero también, incipientemente,
con los consumidores finales.
•
Establecimiento de un nuevo patrón de producción que combina
menores costos con superiores niveles de calidad.
•
Incorporación de una definición correcta de las características de la
demanda y su evolución en las estrategias de diseño y producción.
•
Mayores niveles de descentralización de las decisiones sobre la
producción,
con
management
on-line
y
crecientes
responsabilidades para los trabajadores.
•
Descentralización del abastecimiento a través de la formación de
redes (networks) y joint-ventures con los proveedores de materiales y
componentes.
Los trabajos de naturaleza empírica confirman estos argumentos. Así, por ejemplo, se
ha afirmado que el mayor éxito de las firmas suecas en la introducción de FMS vis a vis las
empresas británicas se explica por la interacción entre usuarios y productores y el
involucramiento de los trabajadores (Edquist y Lundvall, 1993).
20
144
RECI N°04
•
Relaciones de subcontratación a largo plazo y cooperativas con
firmas más pequeñas.
•
Un menor nivel de división de tareas adentro de las firmas y
organización del trabajo basada en grupos o círculos.
•
Mayor prioridad y mayor nivel de gastos privados -así como mayor
inversión en educación pública- para la formación profesional de los
trabajadores.
•
Mejora de las capacidades de los trabajadores y empleados, como
forma
de
incrementar
su
involucramiento,
competencias
y
productividad.
•
Un nuevo enfoque hacia el empleo, los contratos de largo plazo y los
salarios.
Fuente: OECD (1992).
¿La reemergencia de las PyMEs?
¿Cómo se insertan las PyMEs en este nuevo escenario? En los países
de la OECD, no sólo las PyMEs representan un elevado porcentaje
del total de empresas (más del 95% en general) y contribuyen con el
grueso del empleo (del 60 al 70% según los casos), sino que, en los
últimosaños, la participación de este tipo de firmas en la producción
y el empleo ha venido creciendo (Loveman y Sengenberger, 1991;
OECD, 1997b)21. Al mismo tiempo, el tamaño promedio de los
establecimientos manufactureros ha caído en países como EE.UU.,
Este aumento de la presencia de las PyMEs se vincula, pero no es explicado totalmente
(y por ello se sugiere que existen también causas "estructurales"), por el hecho de que en
los períodos de depresión del ciclo económico hay un incremento -estadísticamente
comprobado- de la participación de dicho tipo de firmas en las economías de los PD
(Gatto y Yoguel, 1993).
21
145
WWW.GEIC.COM.AR
Canadá o Gran Bretaña desde los años '80, aunque registró un
aumento en Japón1922.
Tabla
1-
Tamaño
promedio
de
los
establecimientos
en
el
sector
manufacturero en la OECD. 1992 (Índice de personas por establecimiento,
1981=100).
Canadá
89.3
Alemania
100.3
Japón
111.0
Gran Bretaña
83.4
EE.UU.
89.6
Fuente:OECD 7b).
A partir de estas tendencias, y sobre la base de distintas experiencias
exitosas de "desarrollo PyME" -especialmente en Italia-, muchos
autores -Piore y Sabel (1984), Acs y Audretsch (1990), entre otros-, han
sugerido que se abre un nuevo espacio de competencia para las
firmas de menor tamaño, que se apoyaría en la mayor funcionalidad
de las PyMEs para tomar ventaja de las características principales de
los nuevos sistemas tecno-productivos que se imponen en los PD23.
Más allá de estas consideraciones ciertamente atendibles, la OECD
(1992) coincide en que la tendencia hacia la concentración parece
haberse revertido en los PD a partir de los años '70, lo cual es
Hay algunos matices que es preciso tomar en cuenta para evaluar correctamente
estas tendencias estadísticas. Así, se menciona que una parte de los establecimientos
registrados como pequeños pueden ser parte de firmas de mayor tamaño -considérese
que también parece haberse dado una tendencia a la descentralización de las firmas
grandes en los últimos años- o ser subsidiarias independientes de jure pero no de facto de
otras corporaciones (Loveman y Sengenberger, 1991). Asimismo, los datos no siempre
permiten distinguir si los mayores aportes a la creación de empleos, por ejemplo,
provienen de la condición "tamaño" o de la condición "edad" de la firma, ya que hay
indicios de que las firmas más jóvenes -que generalmente son también pequeñas, al
menos inicialmente- son, en muchos países, las más dinámicas en ese campo (OECD,
1997b).
23 En realidad, la hipótesis de Piore y Sabel (1984) era mucho más ambiciosa, ya que
auguraban el nacimiento de una nueva etapa histórica del capitalismo, basada en el
principio de la especialización flexible y la dominación de las PyMEs. Esta hipótesis ha sido
vastamente criticada (véase Amin y Roberts, 1991 y Coriat, 1992b).
22
146
RECI N°04
atribuible, en gran medida, a desarrollos tecnológicos y económicos
que han reducido algunas barreras a la entrada relacionadas con
economías de escala, y que son funcionales a la flexibilidad de las
pequeñas organizaciones. Sin embargo, se señala que las PyMEs
enfrentan una situación donde las nuevas oportunidades pueden ser
contrapesadas por los exigentes requisitos de las nuevas tecnologías
con respecto al nivel y sofisticación de las inversiones intangibles, y a
la necesidad de profundizar la comercialización de los productos
sobre una base "a medida" o "a pedido" (customised), para
aprovechar las potenciales economías de alcance.
Por otro lado, como señalan Gatto y Yoguel (1993), "la reemergencia
y la mayor participación de las PyMEs en las estructuras productivas
se produce en el marco de una fuerte heterogeneidad de
situaciones
nacionales,
que
combinan
distintos
modelos
de
organización industrial, diferentes escenarios de cambio tecnológico
en los que coexisten formas tecno-organizativas "fordistas" con otras
"posfordistas" y una multiplicidad de "formas intermedias" de
regulación, comprendidas entre los modelos extremos de "mercado"
(máxima
desintegración
vertical)
y
de
"jerarquía"
(máxima
integración vertical) (p. 188).
Así, los autores señalan que en Japón predominan las relaciones de
subcontratación formalizadas, mientras que en los EE.UU. y Gran
Bretaña el mayor peso de las PyMEs se manifiesta en una
fragmentación y descentralización de los procesos de producción,
aunque también, en particular en los EE.UU, hay un crecimiento de
las PyMEs en producciones de alto contenido científico, sectores en
los cuales las PyMEs actúan especialmente durante las primeras
etapas del ciclo de producto. En Italia, en tanto, la reemergencia
147
WWW.GEIC.COM.AR
combina el desarrollo de relaciones de subcontratación generadas
por grandes firmas con el crecimiento de áreas especializadas
("distritos industriales"), a la vez que en Alemania predominan las
PyMEs
independientes
con
alta
presencia
de
trabajadores
calificados y artesanos y diferentes grados de vinculación con las
firmas grandes. Finalmente, en Francia prevalecen los esquemas en
los que las PyMEs aparecen asociadas a las grandes compañías.
Evidentemente, estas diferentes vías de "reemergencia" PyME
implican
no
sólo
contextos
institucionales
y
capacidades
tecnológicas y organizacionales específicas por parte de los distintos
agentes involucrados, sino que tienen distintas consecuencias sobre
los senderos de desarrollo de las PyMEs.
Estas consideraciones llevan, consecuentemente, a la necesidad de
un examen más detenido de las modalidades de inserción de las
PyMEs en el nuevo escenario. Aquí, nos resulta útil seguir a Pyke
(1994), para quien hay tres maneras básicas a través de las cuales
este tipo de firmas puede mantenerse y prosperar en un ambiente en
donde, además de las transformaciones reseñadas, hay una
creciente globalización de la competencia: “pueden fortalecer sus
intenciones de convertirse en proveedores preferenciales de grandes
corporaciones mejorando sus estándares de calidad y plazos de
entrega; pueden tratar de competir „individualmente‟ en mercados
finales, probablemente en nichos específicos; o pueden buscar
fortalecerse colectivamente asociándose con otras firmas pequeñas,
quizás en distritos industriales, para cooperar, producir y vender a
través de alianzas, instituciones colectivas y consorcios” (p. 4). En lo
que sigue exploraremos cada una de estas alternativas.
148
RECI N°04
Las PyMEs independientes
¿En qué medida pueden mantenerse y prosperar, en el nuevo
escenario que hemos venido describiendo, las PyMEs que, siguiendo
la caracterización de Gatto y Yoguel (1993), son "independientes,
autosuficientes y tradicionales"?
Una parte importante de las ventajas que tendrían las PyMEs como
consecuencia
de
los
cambios
tecno-productivos
en
curso,
provendría de la reducción de las escalas mínimas económicamente
eficientes
en
reducciones
varias industrias.
habrían
ocurrido
Según
en
la
sectores
OECD
(1992),
estas
tales
como
ropa,
productos de cuero, acero24, productos metálicos, entre otros.
Hoffman y Kaplinsky (1988) dan un ejemplo de la industria
autopartista: si se solía estimar que una planta de motores debía
producir cerca de 500 mil motores al año para recuperar los
elevados costos fijos de la maquinaria especializada necesaria, las
nuevas plantas pueden producir entre 150 mil y 200 mil motores al
año, pudiendo fabricar, además, diseños diferenciados. En tanto, Acs
y Audretsch (1990) señalan que, como consecuencia de la
generalización del uso de máquinas herramienta con control
numérico se ha producido una disminución del tamaño de planta
óptimo en las actividades metalmecánicas.
De todos modos, algunos autores, como Alcorta (1994) discuten el
carácter general de estas tendencias al downscaling, y argumentan
a favor de la necesidad de distinguir entre la reducción del tamaño
óptimo de los lotes -sobre lo cual hay acuerdo general- la y
Los hornos eléctricos pueden trabajar con escalas de 200 mil a 1,5 millones de
toneladas año, contra los 3-3,5 millones que requiere un alto horno, a la vez que permiten
una mayor flexibilidad en términos de productos (Bisang, 1989).
24
149
WWW.GEIC.COM.AR
reducción del tamaño óptimo de planta y de firma -donde la
evidencia es mucho menos clara-.
Por otro lado, al presente, una vasta literatura reconoce la
importancia de las actividades innovativas que desarrollan las PyMEs.
De hecho, algunos autores enfatizan que este tipo de firmas tiene
algunas ventajas específicas para el desarrollo de actividades de
innovación, particularmente en cuanto a su flexibilidad interna y su
capacidad de adaptación a circunstancias cambiantes, es decir,
una cultura organizacional que transforma más eficientemente las
competencias y aprendizajes en procesos innovativos (Boscherini y
Yoguel, 1996a). Asimismo, se afirma que en las grandes firmas existen
deseconomías de escala para generar innovaciones por la mayor
burocracia de sus organizaciones y la menor velocidad con la que
pueden lanzar al mercado las innovaciones concretadas. En tanto,
algunos autores sugieren que estas ventajas se potencian en el
contexto del nuevo paradigma tecno-productivo. También se
argumenta que las PyMEs son innovadoras importantes en industrias
skill-intensive, con rápido ritmo de cambio tecnológico y que están
en las etapas tempranas de sus ciclos de vida (Acs y Audretsch,
1988).
Las actividades innovativas en este tipo de firmas se caracterizan, en
general, por un elevado grado de informalidad; difícilmente cuenten
con estructuras específicas dedicadas a I&D o desarrollen programas
formales de investigación, el personal que realiza tareas innovativas,
en general, desempeña también labores en otras áreas, etc. (Yoguel
y Boscherini, 1996b).
Las desventajas de las PyMEs en relación con las actividades
innovativas, en tanto, provendrían de su tamaño limitado -que les
150
RECI N°04
impone restricciones financieras y de recursos materiales-, su
dificultad para aprovechar las economías de escala en la I&D, las
menores
posibilidades
de
comercializar
innovaciones y los costos crecientes de
exitosamente
sus
las actividades de
investigación (Rizzoni, 1994; Scherer, 1992). Al mismo tiempo, las firmas
grandes pueden llevar las nuevas tecnologías a un nivel de
“perfección” mayor que las PyMEs, y pueden destacarse en ciertas
“clases” de actividades de innovación (Scherer, 1992).
Según la OECD (1997b), entre un 30 y un 60% de las PyMEs, en el área
de los PD, pueden ser caracterizadas como "innovativas", y un 10% de
este universo son firmas "basadas en la tecnología". Las PyMEs
innovadoras, según la misma fuente, tenderían a estar "guiadas por el
mercado" (market-driven) más que "guiadas por la investigación"
(research-driven). Este tipo de firmas tiene ventajas sobre las
empresas de mayor tamaño por su mayor velocidad de respuesta
ante nuevas oportunidades de mercado, y suelen tener un rol
pionero en el desarrollo de nuevos mercados. Por ejemplo, la
biotecnología o la industria de nuevos materiales se caracterizan por
la presencia de una gran cantidad de firmas pequeñas y muy activas
tecnológicamente, muchas de las cuales surgen de laboratorios
nacionales, universidades y departamentos de investigación.
Al mismo tiempo, distintos trabajos que analizan las PyMEs de alto
crecimiento en los países de la OECD muestran que tanto las
capacidades innovativas como la formación de recursos humanos
están fuertemente relacionados con el crecimiento de las firmas; en
todos los sectores, las PyMEs innovadoras han venido creciendo más
rápido
que
las
no-innovadoras
(OECD,
1997b).
Asimismo,
se
comprueba que las PyMEs exitosas ponen más énfasis en la mejora,
151
WWW.GEIC.COM.AR
modernización o expansión de sus líneas de producto, emplean
trabajadores
calificados
y
motivan
a
sus
empleados
más
eficientemente.
Al mismo tiempo, se identifican las siguientes barreras como las más
importantes para el desarrollo de las PyMEs innovadoras: fallas de
mercado
en
los
mercados
de
capitales;
regulaciones
gubernamentales; costos laborales indirectos; acceso a los mercados
externos y; dificultades para reclutar trabajadores y funcionarios
(OECD, 1997b).
A la vez, la OECD (1992) resalta los aspectos desventajosos para las
PyMEs derivados del surgimiento de nuevos paradigmas tecnoproductivos. Según la OECD, para acceder a los beneficios
potenciales de dichos paradigmas, las firmas necesitan, al menos, ser
parte de redes (networks) donde circula y se procesa información
tecnológica, y deben ser capaces de realizar inversiones intangibles
para las cuales no siempre cuentan con los recursos humanos y
financieros necesarios. También hay demandas crecientes en
materia de comercialización, ya que es preciso aprovechar las
economías de scope (alcance) disponibles, lo cual implica recoger y
procesar gran cantidad de información.
En consecuencia, cabe acordar con Gatto y Yoguel (1993) cuando
señalan que los cambios en la organización de la producción (en
particular, la posibilidad de fragmentar el proceso productivo) y el
carácter volátil e indeterminado de la demanda, llevan a que la
inserción productiva de las PyMEs suponga, crecientemente, la
introducción de nuevas modalidades de interacción entre firmas,
que se materializan en diferentes tipos de redes. El espacio de las
PyMEs
152
independientes
y
tradicionales
se
estaría,
entonces,
RECI N°04
reduciendo, y las PyMEs exitosas, en general, se apoyarían en fuertes
vinculaciones con otras empresas y con el sistema socio-productivo
en general.
Esto nos explica por qué casi todas las experiencias de desarrollo
exitoso de PyMEs se enmarcan en un contexto de articulación con
otras firmas e instituciones. Esto vale para los distritos industriales
italianos, organizaciones como Benetton o Toyota, o el Sillicon Valley
y la Ruta 128. Es sobre estas alternativas que tratan los dos apartados
siguientes.
Una nueva relación con proveedores, subcontratistas y vendedores
Como mencionábamos antes, la aplicación de los nuevos principios
de organización de la firma han derivado no sólo en un incremento
de las prácticas de subcontratación y outsourcing, sino también en
que los proveedores se hagan crecientemente responsables por
todos los aspectos del desarrollo, diseño, producción y entrega de
insumos, componentes y subensambles. Las tendencias al downsizing
y al outsourcing crean nuevas oportunidades para las PyMEs, al
generar nuevas demandas de insumos intermedios y servicios
productivos y auxiliares que pueden ser provistos por firmas pequeñas
(OECD, 1996a). A su vez, relaciones estables y de largo plazo con
firmas de mayor tamaño le permiten a las PyMEs dejar la búsqueda
continua de nuevos mercados y le pueden ofrecer medios de
progresar tecnológicamente y mejorar su capital humano (OECD,
1992).
Las relaciones productor-proveedor se han beneficiado con las
innovaciones en tecnologías de procesamiento de la información y
de la comunicación. Gracias a estos avances, la provisión externa se
153
WWW.GEIC.COM.AR
hace
más
eficiente
-en
términos
de
inventarios,
costos
de
almacenamiento, programación, etc.-, vía combinación de los
sistemas de procesamiento de datos de las distintas organizaciones
que son parte de una cadena inter-firma integrada verticalmente
(Loveman y Sengenberger, 1991).
Algunos trabajos muestran que si efectivamente hay un número
importante de PyMEs que han adoptado las nuevas tecnologías y
sistemas organizativos y de producción, en muchas regiones ellas son
básicamente proveedoras de las grandes firmas que allí operan. Así,
un estudio realizado para el estado de Nueva York muestra que la
mayor parte de las PyMEs con técnicas modernas proveen bienes a
pedido a las empresas de mayor tamaño, bajo condiciones de
especificación cambiantes y de abastecimiento just in time (Young et
al, 1994).
Además del ya citado caso de Toyota, un ejemplo característico de
networking entre una firma grande y un conjunto de empresas
pequeñas es el de Benetton (en lo que se ha dado en llamar
estrategias de cuasi-integración). Aquí se combinan las capacidades
de diseño, marketing, publicidad y previsión de tendencias en el
mundo de
la
moda de
Benetton, con
un
alto grado de
descentralización no sólo productiva sino también de ventas25
(OECD, 1992).
Otro de los fenómenos más interesantes en este campo es la
internacionalización de pequeñas y medianas firmas de la mano de
empresas de mayor tamaño de las cuales aquéllas son proveedoras
Cerca de 2500 firmas independientes poseen los 4200 negocios que distribuyen los
productos Benetton. Asimismo, existen 75 agentes que hacen de "puente" entre Benetton
y los miles de distribuidores, reuniendo y procesando las órdenes de compra y
supervisando el desempeño de los locales de venta (OECD, 1992).
25
154
RECI N°04
en los mercados de origen, y a las cuales siguen en sus inversiones en
el exterior. Incluso, algunos de estos proveedores aspiran a
convertirse
en
proveedores
globales
(global
sourcers)
de
la
corporación a la cual se vinculan.
Así, según un survey reciente (UNCTAD, 1995), un 75% de los
proveedores de las automotrices japonesas invirtieron también en los
EE.UU. siguiendo a las terminales de las cuales dependen. Este sería,
también el caso de la inversión que realiza Fiat en Polonia en los años
„90, comprando una antigua fábrica estatal a la cual le había
licenciado la producción de algunos modelos en el pasado. Desde
un 55% de componentes locales (excluyendo motores) en 1992, se
pasó a un 73% en 1996 (Balcet y Enrietti, 1997). En gran medida, este
incremento del contenido local se debió a que 28 proveedores de
componentes siguieron a Fiat en su estrategia de inversión en
Polonia, tanto con inversiones propias como en joint-venture con
productores locales. En tanto, los productores locales, en muchos
casos, se han convertido en proveedores de segunda o tercera línea,
bajo la guía de los proveedores de primera línea de la terminal, y
algunos aspiran a convertirse en parte de la cadena de global
sourcing de Fiat.
Al
mismo
tiempo,
Dunning
(1996)
argumenta
que
las
ET
crecientemente buscan localizaciones en donde existan “activos
creados” -capacidades tecnológicas, recursos humanos calificados,
etc.- útiles para sus estrategias competitivas a escala global.
Crecientemente, las ET estarían valorando más a sus filiales en el
exterior como fuentes reales o potenciales de dichos “activos
creados”, lo cual podría hacer atractivas, en ciertos casos, a las
localizaciones en donde existan clusters o redes empresarias locales
155
WWW.GEIC.COM.AR
que puedan ser depositarios de capacidades útiles para las
estrategias de las ET.
De todos modos, hay que recordar que, como señalan Gatto y
Yoguel (1993), la formación de nuevas relaciones entre firmas
grandes y pequeñas puede basarse en diferentes modelos. Tomando
dos extremos, tendríamos, por un lado, casos en los que las firma
grandes intentan disminuir costos y/o reducir riesgos; aquí, un
instrumento como el JIT lo que hace es trasladar stocks -y por tanto,
sobrecostos- hacia los proveedores. En cambio, si se trata de
estrategias que apuntan a ganar flexibilidad vía cooperación y
complementación interempresarial, el mismo JIT sirve para facilitar las
ganancias de productividad en los proveedores y mejorar los flujos
de información y la coordinación entre los dos polos de la relación.
La importancia de la cooperación: redes, alianzas y asociaciones
Existe un creciente consenso en torno al hecho de que la
pertenencia a redes o los vínculos con otras firmas -así como también
con otro tipo de instituciones, como universidades, centros de
investigación y asistencia tecnológica, etc.-, son cada vez más
importantes para determinar el desempeño y la competitividad de
las unidades económicas26.
En el plano de la innovación tecnológica, la cooperación y los
vínculos con otros agentes se hacen particularmente relevantes y
diversos trabajos han enfatizado la naturaleza interactiva de los
procesos de innovación y aprendizaje. Las redes formales e
informales en las que participan las firmas pueden compensar, al
Así, la gran difusión de estas formas de cooperación inter-firma ha llevado a algunos
autores, como Dunning (1997), a argumentar que asistimos al nacimiento de una nueva
etapa del capitalismo, que denomina como “collective, relational or alliance capitalism”.
26
156
RECI N°04
menos parcialmente, las limitaciones en el espacio de búsqueda de
cada una. La naturaleza interactiva de los procesos de cambio
tecnológico
parece
reforzarse
al
avanzar
hacia
la
llamada
“economía basada en el conocimiento”, donde las firmas desarrollan
vínculos para promover el aprendizaje interactivo y buscan socios y
redes que les provean de activos complementarios (Rothwell, 1994).
Estas
relaciones,
que
muchas
veces
adquieren
un
carácter
internacional (Freeman y Hagedoorn, 1994; Mytelka, 1991; Narula y
Hagedoorn, 1997), ayudan a las firmas a repartir los costos y riesgos
asociados con los procesos de innovación, ganar acceso a nuevos
conocimientos,
adquirir
componentes
tecnológicos
claves
y
compartir activos en la manufactura, la comercialización y la
distribución (OECD, 1996a).
En el mismo sentido, se argumenta que los recientes cambios en el
plano tecnológico y organizacional, asociados con la difusión de la
microelectrónica y el llamado sistema toyotista de producción, así
como las presiones emergentes de la globalización, también
incrementan la importancia de la cooperación inter-firma: “los costos
crecientes de la innovación, la necesidad de un rápido ajuste ante
los cambios tecnológicos y el hecho de que las tecnologías se hacen
crecientemente sistémicas o genéricas, implican que las firmas
necesitan compartir los costos y riesgos de sus actividades de I&D”
(Dunning, 1994, p. 18).
En el caso específico de las PyMEs, de la literatura disponible, tanto
teórica como empírica, surge que la “asociatividad” y la interacción
con
otros
agentes
excluyentemente,
e
con
instituciones
aquéllos
que
-en
particular,
están
pero
no
geográficamente
cercanos- podría ser una de las vías para facilitar la transición de las
157
WWW.GEIC.COM.AR
PyMEs hacia niveles crecientes de competitividad (Humphrey y
Schmitz, 1996). Obviamente, los renombrados “distritos industriales”
italianos27 serían el ejemplo más claro en este sentido (Pyke et al,
1990).
En este sentido, Humphrey y Schmitz (1996) formulan una distinción
muy importante entre clusters, networks y distritos industriales. Según
dichos autores, el aprendizaje mutuo y la innovación colectiva
pueden existir en clusters definidos como concentraciones sectoriales
o geográficas de empresas, o por el networking de PyMEs que no se
encuentran necesariamente en el mismo sector o localidad. Un
cluster se define por la concentración sectorial y geográfica de
firmas, la cual debería estimular la generación de economías
externas,
pero
no
implica
el
desarrollo
de
relaciones
de
especialización y cooperación entre agentes locales. Un distrito
industrial emerge cuando un cluster desarrolla no sólo patrones de
especialización interfirma, sino también formas implícitas y explícitas
de colaboración entre agentes económicos locales y fuertes
asociaciones
sectoriales.
Finalmente,
un
network
no
implica
necesariamente la proximidad geográfica de las PyMEs, ya que la
cooperación entre firmas y el aprendizaje colectivo puede existir aún
entre empresas que no están en la misma localidad.
Ha sido fundamentalmente la experiencia de los distritos industriales
italianos lo que ha llevado a varios autores a resaltar la importancia
del ambiente local (Camagni, 1991). El ambiente local es definido
como el conjunto de instituciones y agentes locales y sus
“El distrito industrial es una entidad socio-territorial caracterizada por la presencia
activa de una comunidad de personas y de un conjunto de empresas en un espacio
geográfico e histórico determinado. En los distritos, al contrario de lo que sucede en otro
tipo de entornos, como por ejemplo las ciudades manufactureras, tiende a haber una
ósmosis perfecta entre la comunidad local y las empresas” (Becattini, 1992).
27
158
RECI N°04
vinculaciones, y puede ser interpretado como un operador de
“cuasi-mercado”, que en los casos positivos puede disminuir las
incertidumbres estratégicas, potenciar procesos de aprendizaje y
suministrar competencias faltantes a las firmas. Se trata de un
espacio público que puede dar lugar a la generación de procesos
de eficiencia colectiva, definidos como las ventajas competitivas
derivadas de economías externas y de la acción conjunta de los
agentes (Boscherini et al, 1997).
Los analistas de las experiencias de los distritos industriales (Becattini,
1990; Brusco, 1990). enfatizan que la supervivencia de una firma
depende crecientemente de sus posibilidades de diferenciación, así
como de la pertenencia a ámbitos en donde prevalezcan
mecanismos de coordinación complejos o sofisticados. Estos ámbitos
pueden darse entre firmas que operan en etapas secuenciales de la
cadena de valor o en relaciones de tipo más horizontal. En este
plano, se destacan la existencia de economías externas y de
aglomeración de carácter local, “atmósferas” industriales y procesos
de aprendizaje colectivo favorables al surgimiento de procesos de
desarrollo
basados
en
la
acumulación
de
competencias
tecnológicas, organizacionales y de comercialización28, y en un mix
de competencia y cooperación entre las firmas que pertenecen al
distrito.
Según la OECD (1992), las firmas de los distritos industriales han
conseguido dos tipos de economías externas gracias a la trama de
relaciones intra-distrito. Para las firmas pequeñas que operan en
sectores
donde
las
demandas
de
mercado
evolucionan
Ciertamente, esta literatura no carece de ambigüedades e imprecisiones (véase López
y Lugones, 1997).
28
159
WWW.GEIC.COM.AR
rápidamente, se han obtenido economías de escala a partir del
desarrollo de soluciones conjuntas para los problemas de difusión y
desarrollo de tecnología -en donde son importantes fenómenos tales
como el uso compartido de equipos y maquinarias, el acceso común
a pools de recursos humanos, el intercambio de información técnica,
etc.- y de comercialización -ferias, consorcios de exportación, etc..
En otros casos, se han obtenido economías de alcance; por ejemplo,
las firmas productoras de maquinaria que se reúnen para abastecer
la instalación de sistemas integrados de manufactura de tamaño
mediano, aprovechando las capacidades específicas de cada
empresa.
De todos modos, hay que destacar que estas experiencias guardan
diferencias entre sí. Por ejemplo, mientras que algunas se han
desarrollado más o menos "espontáneamente" (Sillicon Valley), otras
han tenido un mayor apoyo de políticas públicas específicas especialmente en el continente europeo-. Asimismo, hay que
distinguir, siguiendo a Humphrey y Schmitz (1996), entre casos de
desarrollo “low road” (basados en salarios bajos) y “high road”
(fundados en un sendero de aprendizaje y acumulación colectiva de
conocimientos).
Asimismo, las respuestas posibles del milieu local ante las tendencias
hacia la globalización pueden ser diversas; por ejemplo, los lazos
locales
informales
pueden
ser
reemplazados
por
redes
más
formalizadas, con vínculos predominantemente no locales. Asimismo,
pueden surgir firmas líderes al interior del propio milieu. Finalmente,
puede ocurrir que, colectiva o individualmente, se busquen, en una
perspectiva que incluya la dimensión “global”, estrategias de
160
RECI N°04
diversificación
y/o
especialización
en
“nichos”
de
productos
diferenciados (Camagni, 1991).
En tanto Vipraio (1997) señala que los sistemas locales pueden asumir
una actitud defensiva - que puede hacer colapsar al sistema- o una
actitud pro-activa, dirigida a desarrollar un sendero de mejora de
calidad y de flexibilidad en las producciones del sistema y de
obtención de economías de escala dinámicas. Muchas veces, esto
implica que los distritos locales evolucionen hacia formas más
jerárquicas de coordinación y que desaparezcan aquellas firmas que
no puedan cumplir con las nuevas exigencias del entorno. Asimismo,
cuando una firma -o un conjunto de firmas- decide asumir un
enfoque “global”, todas las actividades de las rescpectivas cadenas
de valor deben ser reconsideradas y ajustadas bajo esa nueva
perspectiva, sopesando las ventajas del “ambiente local” contra
aquellas que están disponibles en otros lugares o a las que puede
accederse mediante la pertenencia a redes “globales”. Esto podría
implicar, obviamente, una “devaluación” de los activos intangibles
basados en la experiencia y las relaciones “locales” acumuladas en
el pasado.
Las implicancias de los nuevos modelos tecno-productivos para el
debate sobre el estilo de desarrollo argentino
El desarrollo de las tendencias expuestas a lo largo de este trabajo
contextúa y enmarca el proceso de reconversión que ha venido
atravesando la economía argentina en lo que va de la década. En
efecto, las empresas locales se encuentran, en esta década, frente a
un escenario en donde a las transformaciones que se suceden en el
plano internacional, se agrega el cambio radical en las reglas de
161
WWW.GEIC.COM.AR
juego que venían enfrentando previamente en el mercado
doméstico:

El desmantelamiento del viejo régimen regulatorio que
sustentó
la
etapa
de
la
industrialización
sustitutiva
de
importaciones (ISI), y la puesta en marcha de un programa de
reformas
estructurales
“pro-mercado”
-apertura,
privatizaciones, desregulación-, que alteran drásticamente las
condiciones de competencia en los mercados domésticos
(Bisang et al, 1996; Chudnovsky et al, 1996; Katz, 1996; Kosacoff,
1993).

La formación del MERCOSUR, que define a la vez una
oportunidad -desde el punto de vista del mercado ampliadoy un desafío -por la constitución de un nuevo espacio de
competencia con un socio, Brasil, de mayor nivel de
industrialización y con un tramado de relaciones productivas
más denso y eficiente- (Chudnovsky et al, 1996; López y Porta,
1995).
En respuesta a la nueva configuración del marco competitivo local e
internacional, desde
comienzos de
la década del „90
han
comenzado a desplegarse fuertes procesos de reconversión, en los
cuales se alteran tanto las estrategias como el peso relativo de las
distintas actividades y agentes económicos, así como las prácticas
productivas,
tecnológicas
y
comerciales
predominantes.
Aun
cuando no es posible señalar un one best way, está claro que las
firmas que no ajusten y actualicen sus procesos, productos y
esquemas organizativos y de gestión, se verán confinadas, en este
nuevo escenario, al estancamiento o la desaparición.
162
RECI N°04
En el plano sectorial, la industria, además de perder peso como
impulsora del crecimiento del PBI global, atraviesa un proceso de
reconversión,
cuyas
características
finales
aún
no
están
completamente definidas, pero en el que se observan:

Un sesgo hacia "funciones de producción" menos trabajointensivas.

Una tendencia al abandono o reducción de los esfuerzos
tecnológicos locales en el plano de adaptación y generación
de innovaciones.

Una fuerte disminución de la "verticalidad" de la producción
interna originada, centralmente, en la sustitución de valor
agregado doméstico por mayores contenidos de origen
externo.

Una especialización mayor de las firmas locales, vía reducción
del mix de productos
y complementación con oferta
importada.

Una creciente externalización de actividades de servicios
auxiliares (outsourcing)

La introducción de innovaciones organizacionales que han
elevado notablemente la productividad de la industria, pero
cuyo dispar ritmo de introducción ha derivado en un mayor
nivel de heterogeneidad al interior del sector (Kosacoff, 1998).
En este contexto, una de las tendencias más significativas en lo que
va de la década es la creciente presencia de filiales de empresas
transnacionales (ET) en casi todos los sectores productores de bienes
y servicios. Si por el momento su aporte a la formación de capital, la
163
WWW.GEIC.COM.AR
modernización tecnológica, el desarrollo de proveedores y la
apertura de mercados es inferior al que potencialmente podrían
realizar, está claro que serán un actor central en cualquier estrategia
de desarrollo (Chudnovsky y López, 1998; Kosacoff y Porta, 1997).
A su vez, los conglomerados económicos de capital nacional,
actores dominantes en la economía argentina durante los años 1980,
han tenido estrategias y desempeños heterogéneos. En un extremo,
mientras algunos de ellos han desaparecido o han quedado
reducidos a una mínima expresión, otros han fortalecido sus
posiciones en el mercado interno e incluso han comenzado a
transitar hacia crecientes niveles de internacionalización productiva,
en tanto que un tercer grupo ha elegido la vía de la especialización
en algunas áreas de alto dinamismo potencial (Bisang, 1998).
En tanto, las empresas estatales han desaparecido prácticamente
de la escena económica. Las empresas privatizadas son un nuevo y
poderoso agente en el mercado local, en cuyo capital accionario
muchas veces conviven ET y conglomerados locales. Si el centro de
la atención pública sobre las firmas privatizadas ha estado puesto en
las tarifas, su impacto sobre el tejido industrial y sobre el desarrollo
tecnológico local ha sido menos analizado.
En este marco, la mayor preocupación por los efectos de la
reconversión alude al destino de las pequeñas y medianas empresas
(PyMEs). En general, este tipo de firmas encuentra, con relación a las
empresas de mayor tamaño, mayores obstáculos desde el punto de
vista de:

Dificultades para obtener y procesar adecuadamente la
información necesaria para redefinir sus objetivos y estrategias
164
RECI N°04

Mayor exposición a las fallas de mercado -en el área
financiera, tecnológica, etc.-.

Restricciones para el acceso a recursos humanos calificados.

Un sendero previo de desarrollo caracterizado por esquemas
de gestión y organización interna que dificultan su adaptación
al nuevo ambiente competitivo (Gatto y Yoguel, 1993; Yoguel,
1998).
La preocupación por la situación y perspectivas de las PyMEs se
expresa en la proliferación de distintas iniciativas gubernamentales en las áreas de financiamiento, asistencia técnica, información, etc.(las cuales, en general, han tenido, por distintas razones, grandes
dificultades para cumplir sus objetivos), en la actuación y propuestas
de las distintas cámaras empresarias, así como en los reclamos que,
desde el ámbito social y político, apuntan a la protección y
promoción de las PyMEs.
Muchas veces, estos reclamos se apoyan fundamentalmente en el
argumento de que las PyMEs son las mayores generadoras de
empleo. Asimismo, se apuntan razones vinculadas a la necesidad de
mantener un cierto "equilibrio" en el plano social y regional, a lo cual
también contribuirían las PyMEs.
Ambas razones son de enorme importancia, pero, a nuestro juicio,
existen también argumentos -tal como hemos tratado de mostrar a lo
largo de este trabajo- en el propio plano de la competitividad del
aparato productivo que inducen a pensar que las PyMEs pueden
jugar un papel central en el nuevo escenario caracterizado por una
generalizada reconversión de los sistemas tecnológicos, productivos y
de organización empresarial dominantes, tanto a nivel internacional
165
WWW.GEIC.COM.AR
como local. Este papel puede ser desempeñado a través de
estrategias de desarrollo "individual", pero probablemente deban
tener más peso las modalidades asociativas, sea entre conjuntos de
PyMEs, o mediante relaciones con firmas de mayor tamaño.
Para que las PyMEs puedan efectivamente materializar esta
potencialidad de contribuir decisivamente a la conformación de un
nuevo estilo de desarrollo en la Argentina, es preciso poner énfasis en
la necesidad de
generar
una estrategia para el desarrollo
empresarial, que ayude tanto a remover obstáculos como a crear
condiciones más favorables para la evolución de las firmas
argentinas, y en particular de las de tamaño pequeño y mediano.
Los elementos básicos que deberían conformar dicha estrategia han
sido planteados en un reciente estudio (Kosacoff et al, 1997),
elaborado en el marco de un proyecto impulsado por el Banco
Interamericano de Desarrollo (BID). Para la realización de dicho
estudio se consideraron el conjunto de trabajos -tanto de instituciones
públicas como privadas- que en los últimos años se han ocupado del
tema
PyME
funcionarios,
y
especialmente
académicos
y
las
opiniones
representantes
de
empresarios,
de
cámaras
empresariales consultados a lo largo del proyecto.
Como señalamos anteriormente, la economía argentina está
transitando un proceso de profundas transformaciones, las cuales
han ampliado la perspectiva de los empresarios, de manera
independiente
de
la
actividad
que
desarrollan.
Las
nuevas
condiciones impusieron un replanteo de la lógica de producción de
bienes y servicios, pero más aún, una revisión de múltiples factores,
entre los que se destacan los esquemas de financiamiento, las
modalidades de cooperación, las cadenas de comercialización y la
166
RECI N°04
inserción en los procesos de globalización y regionalización. La
recomposición del funcionamiento de los mecanismos del mercado
inciden en la redefinición del vínculo empresa-mercado.
Un
aspecto
central
productividad,
y generalizado
con
impactos
fue
el
aumento
empresariales
y
de
la
sectoriales
cualitativamente distintos. Este proceso abarcó a la actividad
agropecuaria, de comercio, construcción, servicios, y en particular al
sector industrial. En forma estilizada, se pueden observar para el
conjunto de la industria dos grandes grupos diferenciados.
El primero, caracterizado por reestructuraciones "ofensivas", con
subas de la productividad que le permitieron a las empresas alcanzar
los
mejores
niveles
internacionales.
Son
alrededor
de
400
establecimientos, que representan aproximadamente el 40% del
producto
industrial.
manufacturero,
e
Están
inciden
difundidos
fuertemente
por
en
todo
el
el
tejido
proceso
de
concentración de los mercados que caracteriza a la dinámica de la
producción industrial. Los ejemplos más representativos son las
grandes plantas de insumos básicos (acero, aluminio, refinerías de
petróleo, petroquímica, etc.), la industria alimenticia, algunas plantas
metalmecánicas y del complejo automotor y varias firmas que se
expandieron en los mercados de consumo masivo recientemente.
El segundo grupo está caracterizado también por un notable
incremento de la productividad si su punto de comparación es su
propio pasado. En cambio, si la comparación es con los mejores
niveles
internacionales,
la
brecha
es
aún
muy
grande.
Su
supervivencia en los mercados se basa en lo que pueden llamarse
estrategias "defensivas". Aquí está ubicada la mayor parte de las
empresas y del empleo. Estas firmas mejoraron su desempeño a partir
167
WWW.GEIC.COM.AR
de cambios organizacionales, inversiones selectivas y puntuales y una
notable reducción en los requerimientos de empleo por unidad de
producto. Sin embargo, operan en plantas con equipamientos
básicos de varias décadas de antigüedad. Aún no han superado sus
problemas de escala (menor al 10% de la escala óptima) y de
especialización (escaso desarrollo de subcontratistas y proveedores
especializados).
Un aspecto central de las nuevas condiciones generadas por la
apertura de la economía ha sido la imposibilidad de trasladar vía
precios los incrementos de costos, dada la existencia de la
competencia con los productos vía importación. Este factor
determinó una búsqueda permanente de reducir los costos medios,
dado el mayor incremento de los precios de los bienes y servicios no
transables. Simultáneamente, la estabilidad de precios generó un
aumento notable en los requerimientos de financiamiento de las
empresas. El crédito comercial fue recreado, el volumen de ventas se
incrementó notablemente y ambos elementos determinaron un
aumento significativo del endeudamiento y de la exposición
financiera de las firmas. Estas nuevas condiciones determinaron un
delicado equilibrio para estas empresas. Sus precios crecen más
lentamente que el promedio, las tasas de ganancia se reducen, se
incrementa el endeudamiento, dependen de mantener el nivel de
actividad y tienen fuertes límites para aumentar su productividad, en
la
medida
que
reposicionamiento
no
de
efectúen
las
reestructuraciones
empresas,
a
partir
ofensivas.
de
El
decisiones
estratégicas, es el factor clave para superar los desafíos que
enfrentan actualmente. En particular, para las PyMEs este desafío
tiene rasgos específicos.
168
RECI N°04
Ampliando lo que apuntábamos más arriba, hay consenso en que los
rasgos predominantes de las PyMEs argentinas antes del proceso de
apertura eran la centralización de la gestión en la figura del dueño,
la inserción externa poco significativa, el predominio de estrategias
defensivas, el amplio mix de producción, la escasa especialización
productiva, la reducida cooperación con otras firmas, la escasa
relevancia de las actividades de innovación y el reducido nivel de
inversión. Estas características, a las que se adicionan la existencia de
información incompleta y de mercados imperfectos, condicionan las
respuestas
que
pueden
implementar
frente
a
las
reformas
estructurales. Asimismo, otro rasgo particular está dado por la
dificultad de acceso que tienen las PyMEs a los instrumentos de
apoyo.
Como ya señalamos, desde el comienzo de la década del '90 el
conjunto de las firmas - en particular las PyMEs - están expuestas a
cambios estructurales y a procesos de globalización y de integración
que aumentan la presión competitiva y presionan a las firmas a
encarar un cambio estructural, que va más allá de un reajuste en la
trayectoria evolutiva recorrida previamente. Esto implica que para un
número importante de firmas, las ventajas sobre las que construyeron
su capacidad competitiva en el pasado han dejado de existir.
La
dificultad
transformación
de
definir
económico
una
estrategia
abarca
al
en
el
conjunto
proceso
de
de
PyMEs,
independiente de su especialización en actividades agropecuarias,
industriales
y
de
servicios.
Los
cambios
tecnológicos
y
organizacionales recientes están difundiéndose por todo el tejido
productivo. La gestión del cambio de las empresas se da
simultáneamente con una creciente concentración y segmentación
169
WWW.GEIC.COM.AR
de los mercados, que replantea el tamaño mínimo de las unidades
productivas y la identificación de una mayor diferenciación en la
producción de bienes y servicios.
El nuevo "ambiente económico" ha aumentado la incertidumbre de
las firmas y la cantidad y calidad de la información que deben
procesar. Debido a las diferencias existentes en sus capacidades y a
los senderos madurativos previos las firmas decodifican de diferente
forma
la
mayor
incertidumbre
del
ambiente.
La
mayor
heterogeneidad de las respuestas se traduce en una amplia
variedad de estrategias competitivas: la inserción externa, la
cooperación empresarial y la mayor importancia asignada a los
procesos de innovación.
Se pueden identificar grupos de firmas con características y
demandas específicas propias. Una estilización de los mismos permite
diferenciar
i)
un
grupo
minoritario
de
firmas
de
elevado
posicionamiento competitivo (5% del total) que exhibe rasgos de
excelencia productiva y comercial y que tiene perspectivas
favorables para adaptarse a las nuevas reglas del juego; ii) un grupo
numeroso de PyMEs (30% del total) que tiene un reducido
posicionamiento competitivo y escasas posibilidades de sobrevivir en
el nuevo escenario y iii) la mayor parte de las PyMEs, de "conductas
estratégicas defensivas" que enfrentan un desafío refundacional.
En ese marco, las políticas públicas que han proliferado en la primera
parte de los '90 se caracterizan por un fuerte desencuentro con las
demandas específicas de las firmas y presentan importantes
problemas de instrumentación y coordinación, requiriendo la
presencia de "agentes traductores" que conecten ambos espacios.
170
RECI N°04
En función de este escenario, se han identificado cuatro objetivos
estratégicos generales. Estos objetivos no son independientes y
actúan de forma simultánea. Su identificación está orientada a
promover un mejor ambiente de negocios, la eliminación de
distorsiones y obstáculos para el desarrollo de las fuerzas competitivas
del mercado, el impulso de condiciones más favorables para el
aumento de la competitividad y cooperación de las empresas y el
fortalecimiento
de
la
tendencia
hacia
una
mayor
internacionalización de las firmas:

Fortalecer las cadenas de valor agregado.

Desarrollar
capacidades
tecnoproductivas
para
la
internacionalizacion.

Potenciar
el
tramado
de
PyMEs
en
un
nuevo
clima
competitivo.

Propender a un creciente equilibrio territorial.
Fortalecer las cadenas de valor agregado implica, entre otros
factores, la transición a la producción de bienes y servicios más
diferenciados, generados esencialmente a partir de criterios de
calidad.
La
asociatividad,
la
cooperación,
el
desarrollo
de
proveedores y subcontratistas especializados y el incentivo a la
creación de nuevos empresarios, juegan un rol central en la
conformación de estas nuevas redes productivas, que tienden a
romper con los falsos dilemas de la empresa grande vs. la PyME y del
sector agropecuario vs. industria vs. los servicios. Este camino requiere
de un uso intensivo de la calificación de recursos humanos y del
fortalecimiento del sistema innovativo nacional, tendiendo al doble
proceso de modernización tecnológica y creación de nuevos
171
WWW.GEIC.COM.AR
puestos de trabajo, basados en un nuevo clima competitivo y en la
extensión del mercado.
Desarrollar
capacidades
tecnoproductivas
para
la
internacionalización es el único camino, en el necesario proceso de
apertura económica, para maximizar los beneficios sociales a partir
de una integración activa en el proceso de regionalización y
globalización. Esto genera la necesidad de gestionar en forma
adecuada el proceso de modernización de la empresa argentina,
rescatando
los
activos
tecnoproductivos
acumulados
en
su
trayectoria evolutiva y superando sus restricciones para operar en un
nuevo
clima
de
competencia internacional.
Exponerse
a
la
competencia de productos importados e incrementar la presencia
en los mercados externos replantean las estrategias de las firmas,
imponiendo nuevos criterios en los procesos de inversión, de
innovación tecnológica, en el aprovisionamiento doméstico e
internacional de bienes y servicios, etc.
Potenciar el tramado de PyMEs en un nuevo clima competitivo
posibilitará el desarrollo de capacidades y la mayor integración de
las PyMEs al tejido productivo a partir de su participación en redes de
firmas, de una activa vinculación con las firmas grandes y del
desarrollo de estrategias de cooperación empresarial. A su vez,
permitirá una mejor decodificación de las señales del mercado, de
fundamental importancia para que las PyMEs desplieguen nuevas
estrategias
competitivas
que
innovativos
y
su
posibiliten
apunten
inserción
a
generar
activa
en
la
desarrollos
corriente
internacional de bienes. De este modo se tenderá a aumentar el
número de PyMEs con posibilidades de adaptarse a las nuevas reglas
del juego, mediante el logro de una mayor especialización, del
172
RECI N°04
aumento de las escalas en las que operan, de la implementación de
normas
internacionales
de
calidad,
del
desarrollo
creciente
equilibrio
territorial
de
la
subcontratación, etc.
Propender
a
un
a
través
del
fortalecimiento de las articulaciones de las PyMEs con firmas e
instituciones públicas y privadas locales permitirá generar sinergias y
potenciar la capacidad de acumulación a nivel regional. A través
del desarrollo de "networks" adecuados entre los agentes e
instituciones a nivel local se podrán reducir los elevados costos de
transacción
derivados
espacialmente
de
concentrado,
un
patrón
de
avanzando
en
industrialización
una
adecuada
descentralización de las acciones públicas y privadas de política.
Estos cuatro objetivos estratégicos son el punto de articulación del
conjunto de propuestas y líneas de acción en una perspectiva de
desarrollo de los factores competitivos para una estrategia de
desarrollo empresarial. Las experiencias internacionales de mejor
desempeño demuestran que serán más efectivos aquellos esfuerzos
que tengan metas definidas en el mediano plazo, con actividades
que aprovechen las interfases de acciones sistémicas y las sinergias
resultantes de mejores condiciones competitivas de los mercados,
intervenciones
evaluadas
en
función
del
beneficio
social
e
instituciones públicas y privadas que desarrollen rutinas para mejorar
la gestión de cambio de las firmas.
Es
indudable
que
la
estabilización
y
el
fuerte
crecimiento
experimentado por la economía argentina en los últimos años han
generado una cantidad de efectos positivos. La preservación del
equilibrio fiscal y la apertura a los flujos internacionales de comercio,
capitales y tecnología aparecen como una condición necesaria en
173
WWW.GEIC.COM.AR
cualquier escenario a futuro. Sin embargo, la persistencia de
tensiones que pueden afectar la continuidad del actual modelo
macroeconómico muchas veces impide discutir el largo plazo, en
otras palabras, todavía no existe un consenso respecto de cuál debe
ser el estilo de desarrollo para la Argentina.
El país ha expandido su frontera de recursos naturales, tanto
agropecuarios como mineros. Asimismo, ha recibido significativos
flujos de inversión extranjera directa (IED). Las privatizaciones de
empresas públicas han permitido mejoras cuantitativas y cualitativas
en servicios públicos como telecomunicaciones, energía eléctrica,
provisión
de
gas
natural,
etc.
Finalmente,
algunos
de
los
conglomerados económicos de capital nacional que han salido
fortalecidos del proceso de reestructuración de la economía local
han profundizado o iniciado procesos de internacionalización
productiva.
El desafío pasa por generar condiciones para mejorar el entorno
competitivo en el cual se mueven los agentes que lideran estas
tendencias, haciendo más denso el tejido productivo local e
incrementando la "calidad" del proceso de crecimiento. En este
sentido, es esencial impulsar reestructuraciones "ofensivas" en el
universo PyME, para lo cual es necesario pensar, por ejemplo, en la
posibilidad de las empresas privatizadas -y también de las filiales de
ET-
para
conformar
redes
de
proveedores
y
subcontratistas
especializados o en que el proceso de internacionalización de los
grupos
económicos
locales
"arrastre"
a
las
PyMEs
que
son
proveedoras de dichos grupos a nivel doméstico.
En igual dirección, hacia el desafío de aumentar la calidad de
nuestro patrón de especialización productivo, se incorpora el mejor
174
RECI N°04
aprovechamiento
de
nuestros
recursos
naturales.
La
notable
expansión de sus volúmenes físicos de producción constituye una de
las características más salientes de las transformaciones estructurales
en curso en la economía. Hay temores por la vuelta de los ”malditos
recursos naturales” y la generación de una “nueva enfermedad
holandesa”. Consideramos que esa sería una inadecuada lectura y
que es muy positivo contar con mayores recursos. La posibilidad de
utilizar los mismos en cadenas productivas con mayor valor
agregado, transitando al mundo de los productos diferenciados –con
uso intensivo de mano de obra calificada y de alta densidad
tecnológica -, es una alternativa que
permitiría superar las
dificultades asociadas a economías exageradamente primarizadas.
Nuevamente, el desarrollo de un entorno más competitivo y denso
de pequeñas y medianas empresas, es la condición necesaria para
avanzar en este camino.
En este escenario, las políticas públicas, con instrumentos distintos a
los empleados en el pasado, deben jugar un rol central como
catalizadoras de los procesos de transformación, generando un
marco institucional favorable al desarrollo de esfuerzos productivos y
tecnológicos, apuntando a la resolución de las numerosas fallas de
mercado todavía existentes y mejorando las posibilidades de
coordinación de los objetivos y estrategias de los agentes privados.
La tarea de
construir el mercado,
a partir
de
igualar
las
oportunidades, mejorar las capacidades, desarrollar las instituciones y
replantear el papel de la “empresa” en el sistema económico,
permitiría crear un nuevo entorno para fortalecer el tejido PYME en la
argentina.
175
WWW.GEIC.COM.AR
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RECI N°04
Reseña
Bibliográfica
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RECI N°04
Caída Libre: el Libre Mercado y el
Hundimiento de la Economía Global
LISANDRO MONDINO1
Joseph E. Stiglitz, “Caída Libre: El libre mercado y el hundimiento de la
economía mundial”, Editorial Taurus, Madrid 2010, 432 páginas.
Joseph
E. Stiglitz
fue
Premio Nobel de
Economía en
2001.
Actualmente es catedrático de economía en la universidad de
Columbia y ha ejercido en cargo de Vicepresidente Senior y Jefe de
Economistas del Banco Mundial. Entre sus publicaciones figuran best
selles tales como: El malestar en la globalización (Taurus, 2002), Como
hacer que funcione la globalización (Taurus, 2006), etc. Además
escribe asiduamente en revistas y blogs de economía online. Es
reconocido por sus estudios críticos sobre la globalización, sus
instituciones y la economía mundial en general.
El libro se propone por un lado relatar la secuencia y los pormenores
del surgimiento de la crisis que se dio en llamar “Gran Recesión”,
tanto lo sucedido en Wall Street como en Washington y en los bancos
comerciales y de inversión. Y por otro demostrar como las acciones
emprendidas para contrarrestarla han sido deficientes e insuficientes
y han permitido el contagio de la misma a todo el planeta.
Finalmente Stiglitz se dedica a realizar recomendaciones y previsiones
sobre lo que pasará a futuro y lo que se tendrá que hacer para volver
a encaminar a la economía tanto estadounidense como mundial
hacia un sendero de crecimiento sostenido y sustentable.
Licenciado en Comercio Internacional (UNQui), Maestrando en Relaciones Económicas
Internacionales (UBA)
1
187
WWW.GEIC.COM.AR
Durante los primeros 2 capítulos (“La gestación de una crisis” y “La
Caída libre y sus repercusiones”) el autor plantea cuales fueron los
causantes de la burbuja inmobiliaria y de su estallido. Hace hincapié
principalmente en el proceso de desregulación que la economía
global y particularmente la estadounidense ha estado encarando
desde hace décadas, con mayores progresos y logros en el ámbito
de las finanzas. En los Estados Unidos un paso determinante para la
gestación de la situación actual ha sido la abolición de la prohibición
a los bancos comerciales a actuar también como bancos de
inversión. Al poder una misma institución actuar por un lado como
receptora de depósitos y otorgadora de préstamos y por otro como
gestora de fondos de inversión, se producía una fuerte contradicción
de intereses entre las dos ramas de negocios de estas nuevas mega
instituciones.
En los siguientes capítulos, Stiglitz argumenta que el crecimiento de
los Estados Unidos en las últimas décadas ha estado impulsado casi
en su totalidad por el consumo, y este ha ido creciendo año a año
gracias a la amplia disponibilidad de créditos y su fácil acceso. El
boom del crédito al consumo se amplió hacia otros sectores como
los
préstamos
a
estudiantes,
pero
principalmente
hacia
el
inmobiliario. Particularmente, “…sin la burbuja inmobiliaria basada en
los bajos tipos de interés, y sin el auge del consumo sostenido por la
burbuja
inmobiliaria,
la
economía
estadounidense
se
habría
debilitado.”(Stiglitz 2010:35)
La performance de la economía estadounidense en los años previos
al estallido de la crisis se basó en “…una borrachera de consumo
financiada mediante el endeudamiento y apoyada en una burbuja
de la vivienda. La gente podía vivir por encima de su renta porque
188
RECI N°04
creía
que
los
precios
de
las
viviendas
seguirían
subiendo
eternamente.”(Stiglitz 2010:90) La concesión de créditos hipotecarios
se salió de control, quienes los otorgaban cobraban comisiones por
cada crédito, los bancos que los gestionaban se dedicaron a crear
paquetes de hipotecas, dividirlos en tramos y vender activos
respaldados
en
tales
hipotecas,
las
calificadoras
cobraban
comisiones por dar las más altas calificaciones a dichos activos.
Claramente los incentivos impulsaron a todos los agentes a otorgar la
mayor cantidad de créditos posibles y venderlos a inversores lo antes
posible. Pero tal situación mucho tiempo no podía durar. “Habíamos
estado
canalizando
demasiado
dinero
hacia
la
propiedad
inmobiliaria, demasiado dinero para personas que no podrían
devolverlo. Se suponía que el sector financiero tenía que garantizar
que los fondos fueran allí donde la rentabilidad para la sociedad
fuese más alta. Había fracasado a todas luces.”(Stiglitz 2010:69).
Según Stiglitz, “Sin una visión de futuro ni una comprensión de los
fracasos
del
pasado,
la
reacción
de
la
administración
fue
vacilante.”(p. 69) Los inmensos paquetes de ayuda financiera e
inyección de liquidez y los débiles esfuerzos regulatorios y de control
más que buscar reparar o reformar el sistema económico vigente
fracasado, tendieron a reforzarlo. “…el dinero público que fluía hacia
los grandes bancos que estaban en el centro de los fracasos en
realidad reforzó la parte del sistema que se había metido en
problemas en repetidas ocasiones.” (Ídem p.69).
En los capítulos finales el autor establece como deberá afrontarse la
reforma de la economía estadounidense y del sistema financiero
global para evitar que la actual crisis empeore o que surjan nuevas
crisis de similares características en el futuro. Particularmente en los
189
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Estados Unidos la respuesta a la crisis “debería haberse concentrado
menos en fomentar el gasto en consumo, cuando lo que se
necesitaba para un crecimiento a largo plazo era más inversión.”
(Stiglitz 2010:106). A nivel global se necesitará tanto urgentes cambios
en
la
reglamentación
local
e
internacional,
incluido
una
modificación del rol que juegan los gobiernos en las principales
economías, como adaptaciones de las culturas y pautas sociales de
las diversas sociedades a las nuevas realidades socioeconómicas del
esquema mundial que emergerá luego de la crisis (Stiglitz hace
hincapié en la necesidad de modificar la cultura del individualismo y
egoísmo puros promulgada por los Estados Unidos). Particularmente
el autor hace foco en la derivación de la producción hacia los países
asiáticos
y
la
especialización
estadounidense
en
servicios
y
actividades de investigación y desarrollo tecnológicos. “Hay tres
desafíos que afrontan Estados Unidos y el mundo: el restablecimiento
de una demanda agregada sostenible, suficientemente fuerte como
para garantizar el pleno empleo mundial; la reconstrucción del
sistema financiero para que desempeñe las funciones que se supone
que tiene que cumplir un sistema financiero, en lugar de la
irresponsable asunción de riesgos que se emprendió antes de la crisis
y la reestructuración de las economías de estados unidos y de otros
países del mundo (para que reflejen, por ejemplo, los cambios en las
ventajas comparativas globales y los cambios en la tecnología).”
(Stiglitz 2010:112)
Además, Stiglitz habla sobre la necesidad de que el dólar deje de
jugar el papel de moneda de reserva internacional por su cuenta,
menciona incluso el intento de China de incrementar el rol que los
DEGs (Derechos Especiales de Giro) juegan a nivel internacional. Y
190
RECI N°04
también hace hincapié sobre las modificaciones que deben hacerse
al esquema institucional internacional para que refleje mejor los
intereses de las economías emergentes, estableciendo las pautas de
un nuevo esquema del multilateralismo que traiga mayor estabilidad
a la economía mundial.
En resumen, el libro cumple con su meta de relatar el surgimiento de
la crisis desde el interior del mercado financiero y la sociedad
estadounidense, dando el autor sus juicios sobre lo sucedido y sobre
la actuación de los diversos estados nacionales para contrarrestar la
crisis. Luego demuestra con claridad cuales el autor cree serán los
lineamientos que deben seguirse para recuperar a la economía
estadounidense y la mundial de la debacle y salir fortalecidos con
nuevas reglamentaciones e instituciones que impidan que una crisis
de tal magnitud vuelva a ocurrir.
191
WWW.GEIC.COM.AR
192
RECI N°04
Publicar en la Revista de Economía y
Comercio Internacional
El
Área
de
Economía
Internacional
del
Grupo
de
Estudios
Internacionales Contemporáneos invita a profesionales, académicos
y estudiantes a realizar su aporte intelectual a la revista, mediante la
confección de trabajos y documentos de investigación. La revista
contempla cinco tipos de trabajos a disposición de los autores:
Artículos de Opinión: Exposición o argumentación que manifiesta la
interpretación o mirada del autor de manera crítica y fundada. Debe
ofrecer valoraciones, puntos de vista y análisis sobre diversos
aspectos de la realidad económica internacional, evitando el uso de
expresiones peyorativas y elogios desmedidos. Este es un espacio
que no está sujeto a ninguna ideología por lo que es de libre
desarrollo. La extensión de un AO no deberá superar las 1.500
palabras.
Artículos de Investigación: Estudios de tipo explicativos, descriptivos o
exploratorios, que responden a una problemática concreta en
relación a alguna de las temáticas propuestas por la revista. Los AI
deben estructurarse en introducción, contenido y
conclusión. Los
datos a utilizar pueden ser cualitativos y/o cuantitativos, obtenidos
tanto de fuentes primarias como secundarias. La extensión de los AI
deberá ser entre 5000 y 7000 palabras.
Reseñas
Bibliográficas:
Informe
acerca
del
contenido
o
características de un libro o publicación, esta modalidad está
orientada a facilitar el acceso a textos especializados a través de un
análisis crítico y comprensivo. No deberán superar las 1500 palabras.
193
WWW.GEIC.COM.AR
Extracto de Tesis: Versión acotada de un trabajo final de grado o
posgrado de las carreras afines a los temas de la revista. El objetivo
de este espacio es dar a conocer investigaciones de largo plazo que
aporten al progreso de las ciencias económicas y sociales. La
extensión de los extractos no deberá superar las 1500 palabras.
Requisitos

Todos los trabajos deberán utilizar el sistema de citado
Harvard,
tanto
en
el
texto,
como
en
las
referencias
bibliográficas.

Los trabajos deberán ser enviados en formato Word, hoja A4,
letra Tahoma tamaño 11.

Los Artículos de Investigación deberán estar acompañados
de un abstract o resumen de no más de 300 palabras.

En todos los casos, para la utilización de cuadros y gráficos,
se deberán incluir los títulos correspondientes, notas explicativas
y la fuente de donde han sido obtenido los datos.
Recomendaciones de Estilo:

Los títulos no deben ser innecesariamente largos y se
recomienda originalidad en su formulación.

La redacción del trabajo debe ser en modo impersonal, en
tercera persona del singular.

Se deben evitar los juicios de valor a título personal, así como
también expresiones peyorativas y elogios desmedidos.
194
RECI N°04

Se recomienda que los contenidos sean expuestos de
manera clara y concisa, a los fines de facilitar la lectura y la
comprensión del texto.

Es importante hacer un uso correcto del lenguaje para evitar
palabras
ambiguas,
vagas,
abreviaturas
o
expresiones
coloquiales.

Se recomienda evitar el uso excesivo de siglas y abreviaturas,
en caso de que sea indispensable, incluir la denominación
completa la primera vez que se mencione en el texto.
Para su publicación, los trabajos deberán ser enviados a la dirección
de correo electrónico: [email protected], indicando en el asunto
“RECI Nº05” y el tipo de trabajo enviado. .
La Dirección del Grupo de Estudios Internacionales Contemporáneos
se reserva el derecho de realizar los cambios editoriales necesarios en
los artículos para su publicación impresa y electrónica.
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