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L’OSSERVATORE ROMANO
EDICIÓN SEMANAL
EN LENGUA ESPAÑOLA
Unicuique suum
Año XLVI, número 44 (2.388)
Non praevalebunt
Ciudad del Vaticano
31 de octubre de 2014
A la Asociación internacional de derecho penal
La cadena perpetua es una pena de muerte oculta
En el Ángelus del domingo 26 el Pontífice recuerda que la medida de la fe es el amor
Dos rostros en uno
«El amor es la medida de la fe». Lo recordó el
Papa Francisco en el Ángelus del domingo 26 de
octubre en la plaza de San Pedro. Y explicó que
Jesús «nos entrega dos rostros, es más, un solo
rostro, el de Dios que se refleja en el rostro de
cada hermano, especialmente en el más pequeño,
frágil, indefenso y necesitado».
Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!
El Evangelio de hoy nos recuerda que toda
la Ley divina se resume en el amor a Dios y al
prójimo. El evangelista Mateo relata que algunos fariseos se pusieron de acuerdo para poner
a prueba a Jesús (cf. 22, 34-35). Uno de ellos,
un doctor de la ley, le hizo esta pregunta:
«Maestro, ¿cuál es el mandamiento principal
de la ley?» (v. 36). Jesús, citando el libro del
Deuteronomio, le dijo: «Amarás al Señor tu
Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y
con toda tu mente. Este mandamiento es el
principal y primero» (vv. 37-38). Y hubiese podido detenerse aquí. En cambio, Jesús añadió
algo que no le había preguntado el doctor de
la ley. Dijo: «El segundo es semejante a él:
Amarás a tu prójimo como a ti mismo» (v. 39).
Tampoco este segundo mandamiento Jesús lo
inventa, sino que lo toma del libro del Levítico.
Su novedad consiste precisamente en poner
juntos estos dos mandamientos —el amor a
Dios y el amor al prójimo— revelando que ellos
son inseparables y complementarios, son las
dos caras de una misma medalla. No se puede
amar a Dios sin amar al prójimo y no se puede
amar al prójimo sin amar a Dios. El Papa Benedicto nos dejó un bellísimo comentario al
respecto en su primera encíclica Deus caritas
est, (nn. 16-18).
En efecto, el signo visible que el cristiano
puede mostrar para testimoniar al mundo y a
los demás, a su familia, el amor de Dios es el
amor a los hermanos. El mandamiento del
amor a Dios y al prójimo es el primero no porque está en la cima de la lista de los mandamientos. Jesús no lo puso en el vértice, sino en
el centro, porque es el corazón desde el cual
todo debe partir y al cual todo debe regresar y
hacer referencia.
Ya en el Antiguo Testamento la exigencia de
ser santos, a imagen de Dios que es santo,
comprendía también el deber de hacerse cargo
de las personas más débiles, como el extranjero, el huérfano, la viuda (cf. Ex 22, 20-26). Jesús conduce hacia su realización esta ley de
alianza, Él que une en sí mismo, en su carne,
la divinidad y la humanidad, en un único misterio de amor.
Ahora, a la luz de esta palabra de Jesús, el
amor es la medida de la fe, y la fe es el alma
del amor. Ya no podemos separar la vida religiosa, la vida de piedad del servicio a los hermanos, a aquellos hermanos concretos que encontramos. No podemos ya dividir la oración,
el encuentro con Dios en los Sacramentos, de
la escucha del otro, de la proximidad a su vida,
especialmente a sus heridas. Recordad esto: el
amor es la medida de la fe. ¿Cuánto amas tú?
Y cada uno se da la respuesta. ¿Cómo es tu fe?
Mi fe es como yo amo. Y la fe es el alma del
amor.
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Misa del Papa en San Pedro el 12 de diciembre
en honor de la Virgen de Guadalupe
Con los brazos abiertos
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Promover una justicia que respete la dignidad y los
derechos de la persona humana, sin discriminaciones. Esta es la misión de los juristas que el Papa
Francisco reafirmó al recibir en audiencia, el jueves
23 de octubre, por la mañana, a una delegación de
la asociación internacional de derecho penal. Pena
de muerte, cadena perpetua, tortura y corrupción
son sólo algunos de los temas que afrontó en un
largo y claro discurso que se relaciona con la carta
escrita en junio pasado al XIX congreso internacional de dicha asociación.
Tras dos premisas referidas a la incitación a la
venganza y el populismo penal cada vez más presente en nuestras sociedades, el Pontífice denunció
el doble debilitamiento del debate sobre la pena capital y sobre la sustitución de la cárcel con sanciones alternativas, y reiteró el primado de la vida y la
dignidad de la persona humana afirmando que «es
imposible imaginar que hoy los Estados no puedan
disponer de otro medio que no sea la pena capital
para defender la vida de otras personas del agresor
injusto».
Por eso exhortó «a todos los cristianos y a los
hombres de buena voluntad a luchar por la abolición de la pena de muerte, en todas sus formas» y
«mejorar las condiciones carcelarias». Al respecto
definió «la cadena perpetua como una pena de
muerte oculta», condenando las «deplorables condiciones de detención que se verifican en diversas
partes del planeta».
Por último el Pontífice trató algunas formas específicas de criminalidad, entre estas la trata de
personas y el delito de corrupción, definido «un
mal más grande que el pecado».
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Encuentro con los Movimientos populares
Tierra, casa y trabajo
derechos para todos
El martes 28 de octubre, por la mañana, el Papa
Francisco recibió en el Vaticano a los participantes
en el encuentro mundial de los movimientos populares promovido por el Consejo pontificio Justicia y
paz y por la Academia pontificia de ciencias sociales. En su discurso dijo que tierra, casa y trabajo
son «derechos sagrados». Y quienes luchan por su
defensa deben ser respetados y escuchados, no «domesticados» con «estrategias de contención» y «supuestas obras altruistas» detrás de las cuales se esconden «negocios y ambiciones personales».
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L’OSSERVATORE ROMANO
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viernes 31 de octubre de 2014, número 44
El 12 de diciembre misa del Pontífice en San Pedro en honor de la Virgen de Guadalupe
Con los brazos abiertos
El 12 de diciembre próximo, fiesta
de Nuestra Señora de Guadalupe, el
Papa Francisco presidirá la concelebración eucarística en la basílica de
San Pedro en honor de la patrona
de América Latina, confiando a su
intercesión la evangelización y la
promoción humana de los pueblos
del continente, para los cuales invocará paz, justicia y unidad. Lo dio a
conocer un comunicado de la Comisión pontificia para América Latina,
destacando que ese día la oración
mariana unirá el centro de la catolicidad con la basílica santuario en la
Ciudad de México y todos los lugares que, desde Alaska hasta Tierra
del Fuego, están unidos por la devoción a la Virgen de Guadalupe.
La misa, que iniciará a las 18, estará precedida, a partir de las 16.45,
por el ingreso en la basílica de las
banderas de todos los países del
continente, por el homenaje a la
imagen de la Patrona, el sucesivo rezo del «rosario guadalupano» y por
una oración de Adviento acompañada por cánticos de la tradición popular latinoamericana. La celebración será acompañada por los cantos
de la Misa criolla del compositor argentino Ariel Ramírez, cuya ejecución estará bajo la dirección de su
hijo, Facundo Ramírez, y su grupo
musical argentino, con Patricia Sosa
como invitada y la colaboración del
coro romano «Musica Nuova». Es
significativo que hace precisamente
cincuenta años Ariel Ramírez presentó a Pablo VI su obra recién compuesta. La presencia de este prestigioso grupo musical ha sido posible
gracias a la colaboración de la presidencia argentina.
También Benedicto XVI conmemoró esta solemnidad litúrgica en 2011
con la celebración eucarística en la
basílica vaticana. Por su parte, el Papa Francisco ha siempre mostrado
una muy profunda devoción por
Nuestra Señora de Guadalupe. Le
envió su «saludo de hijo» por medio
de los obispos mexicanos en visita
ad limina, el pasado mes de mayo, y
les pidió que la custodiaran como su
más «precioso tesoro». Y en la víspera de la fiesta en 2013 destacó que
esa «mujer mestiza» que apareció a
san Juan Diego, con vestidos «llenos
En el mes de noviembre
Calendario de las celebraciones del Papa
SÁBAD O 1
SOLEMNIDAD DE TOD OS LOS SANTOS
Santa misa en el Cementerio del Verano, a las 16.00.
D OMINGO 2
CONMEMORACIÓN DE TOD OS LOS FIELES DIFUNTOS
Momento de oración por los Sumos Pontífices difuntos en la cripta vaticana, a las 18.00.
LUNES 3
Santa misa en sufragio de los cardenales y obispos fallecidos durante el
año, en el altar de la Cátedra de la basílica Vaticana, a las 11.30.
D OMINGO 23
SOLEMNIDAD DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO REY DEL UNIVERSO
Santa misa en la plaza de San Pedro a las 10.30; y canonización de los
beatos:
— Juan Antonio Farina
— Kuriakose Elías Chavara de la Sagrada Familia
— Ludovico de Casoria
— Nicolás de Longobardi
— Eufrasia Eluvathingal del Sagrado Corazón
— Amado Ronconi
VIERNES 28 - D OMINGO 30
Viaje apostólico a Turquía.
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TIPO GRAFIA VATICANA EDITRICE «L’OSSERVATORE ROMANO»
GIOVANNI MARIA VIAN
director
Carlo Di Cicco
subdirector
Marta Lago
redactor jefe de la edición
don Sergio Pellini S.D.B.
director general
de símbolos de la cultura indígena»,
era la Virgen María, quien «se hace
cercana a sus hijos, acompaña como
madre solícita su camino, comparte
las alegría y las esperanzas, los sufrimientos y las angustias del pueblo
de Dios, del que están llamados a
formar parte todos los pueblos de la
tierra». El Papa Francisco prosiguió
recordando que la aparición «fue un
signo profético de un abrazo, el
abrazo de María a todos los habitantes de las vastas tierras americanas, a los que ya estaban allí y a los
que llegarían después. Este abrazo
de María señaló el camino que siempre ha caracterizado a América: ser
una tierra donde puedan convivir
pueblos diferentes, una tierra capaz
de respetar la vida humana en todas
sus fases, desde el seno hasta la vejez, capaz de acoger a los inmigrantes, así como a los pueblos y a los
pobres y marginados de todas las
épocas. América es una tierra generosa». Por eso el Papa animaba «a
todos los habitantes del continente
americano a tener los brazos abiertos
como la Virgen María, con amor y
ternura».
Se recuerda, por último, que con
ocasión de la peregrinación que tuvo
lugar en la basílica santuario de
Guadalupe del 9 al 12 de noviembre
de 2013, con la presencia de más de
90 obispos de todo el continente y
centenares de otros participantes, el
Papa Francisco envió un ramillete de
rosas de oro a la Patrona, que fue
depositado a los pies de su sagrada
imagen.
Al día siguiente de la misa del 12
de diciembre tendrá lugar un «evento guadalupano» organizado por la
Comisión pontificia para América
Latina en el auditorio del «Augustinianum», para conocer más a fondo
el acontecimiento de las apariciones
y el significado del mensaje de
Nuestra Señora de Guadalupe en la
Redacción
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génesis de los pueblos americanos y
ante los desafíos de la actualidad. El
encuentro, en el que se sucederán un
video, cantos, conferencias, diálogos
y oraciones, estará a cargo del padre
Eduardo Chávez, director del Instituto superior de estudios guadalupanos. Se espera una nutrida participación de superiores y oficiales de dicasterios de la Curia romana, de delegados de Gobiernos y miembros
del Cuerpo diplomático de los diversos países del continente, de sacerdotes, religiosos y religiosas latinoamericanos que prestan servicio o realizan sus estudios en Roma, así como de los inmigrantes que residen
en Roma por razones familiares y laborales.
La participación en la misa no está reservada sólo a los latinoamericanos, sino que está abierta a los romanos y peregrinos. Los billetes de
entrada se podrán solicitar, con anticipación, a la Prefectura de la Casa
pontificia. La celebración presidida
por el Papa Francisco será transmitida en numerosos países de todo el
continente.
Ritmos
de la pampa
La Misa criolla es una síntesis de
música sacra, popular y folklórica: se remonta al año 1963, y su
grabación en 1964, cuando el
compositor argentino Ariel Ramírez, fascinado por la música criolla, trató de conciliar el sentimiento religioso con el folklore y comunicar la alegría de rezar de
una cultura específica sin caer en
lo exótico «dando a cada secuencia un elemento de originalidad».
Esta labor contó con la colaboración, en la traducción de los textos, de los sacerdotes Osvaldo
Catena, Alejandro Mayol y Jesús
Gabriel Segade. En la Misa criolla
participan solistas, coro y orquesta, y se caracteriza por instrumentos típicos de la tradición popular
latinoamericana. En el Kyrie de
apertura se utilizan los ritmos
criollos de la vidala y de la baguala; la vivacidad del carnavalito se
usa para expresar la alegría del
Gloria, introducido por un solo
de charango que abre el camino a
un movimiento cautivador. En el
Credo la línea melódica, que se
apoya en el popular ritmo andino
de la chacarera trunca, asume un
carácter más dramático. Para el
Sanctus se recurre, en cambio, a
los ritmos bolivianos del Carnaval
de Cochabamba, antes de volver a
la pampa argentina para el Agnus
Dei final.
Tarifas de suscripción: Italia - Vaticano: € 58.00; Europa (España + IVA): € 100.00 - $ 148.00; América
Latina, África, Asia: € 110.00 - $ 160.00; América del Norte, Oceanía: € 162.00 - $ 240.00.
Administración: 00120 Ciudad del Vaticano, teléfono + 39 06 698 99 480, fax + 39 06 698 85 164,
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En México: Arquidiócesis primada de México. Dirección de Comunicación Social. San Juan de Dios,
222-C. Col. Villa Lázaro Cárdenas. CP 14370. Del. Tlalpan. México, D.F.; teléfono + 52 55 5594 11 25,
+ 52 55 5518 40 99; e-mail: [email protected], [email protected].
En Argentina: Arzobispado de Mercedes-Luján; calle 24, 735, 6600 Mercedes (B), Argentina; teléfono y fax
+ 2324 428 102/432 412; e-mail: [email protected].
En Perú: Editorial salesiana, Avenida Brasil 220, Lima 5, Perú; teléfono + 51 42 357 82; fax + 51 431 67 82;
e-mail: [email protected].
número 44, viernes 31 de octubre de 2014
L’OSSERVATORE ROMANO
página 3
El Papa Francisco con los Movimientos populares
Tierra, casa y trabajo derechos para todos
El Papa Francisco recibió a los participantes en el encuentro mundial de los
movimientos populares promovido por el Consejo pontificio Justicia y paz y por la
Pontificia Academia de ciencias sociales. En la audiencia, que tuvo lugar el
martes 28 de octubre, por la mañana, en el aula vieja del Sínodo en el Vaticano,
estuvieron presentes, entre otros, el obispo Sánchez Sorondo, algunos prelados y
cerca de 150 personas provenientes de 80 países en representación de los cinco
continentes. Al inicio, el cardenal Turkson, presidente de Iustitia et pax, dirigió un
breve saludo al Pontífice, destacando que el encuentro tiene el fin «de consolidar
la red de las organizaciones populares, favorecer el conocimiento mutuo y
promover la colaboración entre ellas y las Iglesias locales» para la promoción y la
tutela «de la dignidad y de los derechos de la persona humana». Publicamos el
discurso que el Pontífice pronunció en español.
Buenos días de nuevo,
estoy contento de estar entre ustedes, además les digo una confidencia, es la primera vez que bajo acá,
nunca había venido. Como les decía,
tengo mucha alegría y les doy una
calurosa bienvenida.
Gracias por haber aceptado esta
invitación para debatir tantos graves
problemas sociales que aquejan al
mundo hoy, ustedes que sufren en
carne propia la desigualdad y la exclusión. Gracias al cardenal Turkson
por su acogida. Gracias, Eminencia
por su trabajo y sus palabras.
Este encuentro de Movimientos
Populares es un signo, es un gran
signo: vinieron a poner en presencia
de Dios, de la Iglesia, de los pueblos, una realidad muchas veces silenciada. ¡Los pobres no sólo padecen la injusticia sino que también luchan contra ella!
No se contentan con promesas
ilusorias, excusas o coartadas. Tampoco están esperando de brazos cruzados la ayuda de ONG, planes asistenciales o soluciones que nunca llegan o, si llegan, llegan de tal manera
que van en una dirección o de anestesiar o de domesticar. Esto es medio peligroso. Ustedes sienten que
los pobres ya no esperan y quieren
ser protagonistas, se organizan, estudian, trabajan, reclaman y, sobre todo, practican esa solidaridad tan especial que existe entre los que sufren, entre los pobres, y que nuestra
civilización parece haber olvidado, o
al menos tiene muchas ganas de olvidar.
Solidaridad es una palabra que no
cae bien siempre, yo diría que algunas veces la hemos transformado en
una mala palabra, no se puede decir;
pero es una palabra mucho más que
algunos actos de generosidad esporádicos. Es pensar y actuar en términos de comunidad, de prioridad de
vida de todos sobre la apropiación
de los bienes por parte de algunos.
También es luchar contra las causas
estructurales de la pobreza, la desigualdad, la falta de trabajo, la tierra
y la vivienda, la negación de los derechos sociales y laborales. Es enfrentar los destructores efectos del
Imperio del dinero: los desplazamientos forzados, las emigraciones
dolorosas, la trata de personas, la
droga, la guerra, la violencia y todas
esas realidades que muchos de ustedes sufren y que todos estamos llamados a transformar. La solidaridad,
entendida, en su sentido más hondo,
es un modo de hacer historia y eso
es lo que hacen los movimientos populares.
Este encuentro nuestro no responde a una ideología. Ustedes no tra-
bajan con ideas, trabajan con realidades como las que mencioné y muchas otras que me han contado…
tienen los pies en el barro y las manos en la carne. ¡Tienen olor a barrio, a pueblo, a lucha! Queremos
que se escuche su voz que, en general, se escucha poco. Tal vez porque
molesta, tal vez porque su grito incomoda, tal vez porque se tiene miedo al cambio que ustedes reclaman,
pero sin su presencia, sin ir realmente a las periferias, las buenas propuestas y proyectos que a menudo
escuchamos en las conferencias internacionales se quedan en el reino
de la idea, es mi proyecto.
No se puede abordar el escándalo
de la pobreza promoviendo estrategias de contención que únicamente
tranquilicen y conviertan a los pobres en seres domesticados e inofensivos. Qué triste ver cuando detrás
de supuestas obras altruistas, se reduce al otro a la pasividad, se lo niega o peor, se esconden negocios y
ambiciones personales: Jesús les diría hipócritas. Qué lindo es en cambio cuando vemos en movimiento a
Pueblos, sobre todo, a sus miembros
más pobres y a los jóvenes. Entonces
sí se siente el viento de promesa que
aviva la ilusión de un mundo mejor.
Que ese viento se transforme en vendaval de esperanza. Ese es mi deseo.
Este encuentro nuestro responde a
un anhelo muy concreto, algo que
cualquier padre, cualquier madre
quiere para sus hijos; un anhelo que
debería estar al alcance de todos, pe-
Mino Cerezo Barredo, «Bienaventuranzas.
Se sentó y vinieron a Él» (particular)
ro hoy vemos con tristeza cada vez
más lejos de la mayoría: tierra, casa y
trabajo. Es extraño pero si hablo de
esto, para algunos resulta que el Papa es comunista. No se entiende que
el amor a los pobres está al centro
del Evangelio. Tierra, techo y trabajo, eso por lo que ustedes luchan,
son derechos sagrados. Reclamar esto no es nada raro, es la doctrina social de la Iglesia. Voy a detenerme
un poco en cada uno de éstos porque ustedes los han elegido como
consigna para este encuentro.
Tierra. Al inicio de la creación,
Dios creó al hombre, custodio de su
obra, encargándole que la cultivara y
la protegiera. Veo que aquí hay decenas de campesinos y campesinas, y
quiero felicitarlos por custodiar la
tierra, por cultivarla y por hacerlo en
comunidad. Me preocupa la erradicación de tantos hermanos campesinos que sufren el desarraigo, y no
por guerras o desastres naturales. El
acaparamiento de tierras, la deforestación, la apropiación del agua, los
agrotóxicos inadecuados, son algunos de los males que arrancan al
hombre de su tierra natal. Esta dolorosa separación, que no es sólo física, sino existencial y espiritual, porque hay una relación con la tierra
que está poniendo a la comunidad
rural y su peculiar modo de vida en
notoria decadencia y hasta en riesgo
de extinción.
La otra dimensión del proceso ya
global es el hambre. Cuando la especulación financiera condiciona el
precio de los alimentos tratándolos
como a cualquier mercancía, millones de personas sufren y mueren de
hambre. Por otra parte se desechan
toneladas de alimentos. Esto constituye un verdadero escándalo. El
hambre es criminal, la alimentación
es un derecho inalienable. Sé que algunos de ustedes reclaman una reforma agraria para solucionar alguno
de estos problemas, y déjenme decirles que en ciertos países, y acá cito
el Compendio de la Doctrina Social
de la Iglesia, «la reforma agraria es
además de una necesidad política,
una obligación moral» (CDSC, 300).
No lo digo solo yo, está en el
Compendio de la doctrina social de
la Iglesia. Por favor, sigan con la lucha por la dignidad de la familia rural, por el agua, por la vida y para
que todos puedan beneficiarse de los
frutos de la tierra.
Segundo, Casa. Lo dije y lo repito: una casa para cada familia. Nunca hay que olvidarse que Jesús nació
en un establo porque en el hospedaje no había lugar, que su familia tuvo que abandonar su hogar y escapar a Egipto, perseguida por Herodes. Hoy hay tantas familias sin vivienda, o bien porque nunca la han
tenido o bien porque la han perdido
por diferentes motivos. Familia y vivienda van de la mano. Pero, además, un techo, para que sea hogar,
tiene una dimensión comunitaria: y
es el barrio… y es precisamente en
el barrio donde se empieza a construir esa gran familia de la humanidad, desde lo más inmediato, desde
la convivencia con los vecinos. Hoy
vivimos en inmensas ciudades que se
muestran modernas, orgullosas y
hasta vanidosas. Ciudades que ofrecen innumerables placeres y bienestar para una minoría feliz… pero se
le niega el techo a miles de vecinos
y hermanos nuestros, incluso niños,
y se los llama, elegantemente, «personas en situación de calle». Es curioso cómo en el mundo de las injusticias, abundan los eufemismos.
No se dicen las palabras con la contundencia y la realidad se busca en
el eufemismo. Una persona, una
persona segregada, una persona
apartada, una persona que está sufriendo la miseria, el hambre, es una
persona en situación de calle: palabra elegante ¿no? Ustedes busquen
siempre, por ahí me equivoco en alguno, pero en general, detrás de un
eufemismo hay un delito.
Vivimos en ciudades que construyen torres, centros comerciales, hacen negocios inmobiliarios… pero
abandonan a una parte de sí en las
márgenes, las periferias. ¡Cuánto
duele escuchar que a los asentamientos pobres se los margina o, peor, se
los quiere erradicar! Son crueles las
imágenes de los desalojos forzosos,
de las topadoras derribando casillas,
imágenes tan parecidas a las de la
guerra. Y esto se ve hoy.
Ustedes saben que en las barriadas populares donde muchos de ustedes viven subsisten valores ya olvidados en los centros enriquecidos.
Los asentamientos están bendecidos
con una rica cultura popular: allí el
espacio público no es un mero lugar
de tránsito sino una extensión del
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propio hogar, un lugar donde generar vínculos con los vecinos. Qué
hermosas son las ciudades que superan la desconfianza enfermiza e integran a los diferentes y que hacen de
esa integración un nuevo factor de
desarrollo. Qué lindas son las ciudades que, aun en su diseño arquitectónico, están llenas de espacios que
conectan, relacionan, favorecen el reconocimiento del otro. Por eso, ni
erradicación ni marginación: Hay
que seguir en la línea de la integración urbana. Esta palabra debe desplazar totalmente a la palabra erradicación, desde ya, pero también
esos proyectos que pretenden barnizar los barrios pobres, aprolijar las
periferias y maquillar las heridas sociales en vez de curarlas promoviendo una integración auténtica y respetuosa. Es una especie de arquitectura de maquillaje ¿no? Y va por ese
lado. Sigamos trabajando para que
todas las familias tengan una vivienda y para que todos los barrios tengan una infraestructura adecuada
(cloacas, luz, gas, asfalto, y sigo: escuelas, hospitales o salas de primeros
auxilios, club deportivo y todas las
cosas que crean vínculos y que unen,
acceso a la salud —lo dije— y a la
educación y a la seguridad en la tenencia.
Tercero, Trabajo. No existe peor
pobreza material —me urge subrayarlo— no existe peor pobreza material,
que la que no permite ganarse el
pan y priva de la dignidad del trabajo. El desempleo juvenil, la informalidad y la falta de derechos laborales
no son inevitables, son resultado de
una previa opción social, de un sistema económico que pone los beneficios por encima del hombre, si el
beneficio es económico, sobre la humanidad o sobre el hombre, son
efectos de una cultura del descarte
que considera al ser humano en sí
mismo como un bien de consumo,
que se puede usar y luego tirar.
Hoy, al fenómeno de la explotación y de la opresión se le suma una
nueva dimensión, un matiz gráfico y
duro de la injusticia social; los que
no se pueden integrar, los excluidos
son desechos, «sobrantes». Esta es la
cultura del descarte y sobre esto quisiera ampliar algo que no tengo escrito pero se me ocurre recordarlo
ahora. Esto sucede cuando al centro
de un sistema económico está el dios
dinero y no el hombre, la persona
humana. Sí, al centro de todo sistema social o económico tiene que estar la persona, imagen de Dios, creada para que fuera el denominador
del universo. Cuando la persona es
desplazada y viene el dios dinero sucede esta trastocación de valores.
Y, para graficar, recuerdo una enseñanza de alrededor del año 1200.
Un rabino judío explicaba a sus feligreses la historia de la torre de babel
y entonces contaba cómo, para construir esta torre de babel, había que
hacer mucho esfuerzo, había que fabricar los ladrillos, para fabricar los
ladrillos había que hacer el barro y
traer la paja, y amasar el barro con
la paja, después cortarlo en cuadrado, después hacerlo secar, después
cocinarlo, y cuando ya estaban cocidos y fríos, subirlos para ir construyendo la torre.
L’OSSERVATORE ROMANO
El Papa Francisco
con los Movimientos populares
Si se caía un ladrillo, era muy caro el ladrillo con todo este trabajo,
si se caía un ladrillo era casi una tragedia nacional. Al que lo dejaba
caer lo castigaban o lo suspendían o
no sé lo que le hacían, y si caía un
obrero no pasaba nada. Esto es
cuando la persona está al servicio
del dios dinero y esto lo contaba un
rabino judío en el año 1200 explicaba estas cosas horribles.
Y respecto al descarte también tenemos que ser un poco atentos a lo
que sucede en nuestra sociedad. Estoy repitiendo cosas que he dicho y
que están en la Evangelii gaudium.
Hoy día, se descartan los chicos porque el nivel de natalidad en muchos
países de la tierra ha disminuido o
se descartan los chicos por no tener
alimentación o porque se les mata
antes de nacer, descarte de niños.
Se descartan los ancianos, porque,
bueno, no sirven, no producen, ni
chicos ni ancianos producen, entonces con sistemas más o menos sofisticados se les va abandonando lentamente, y ahora, como es necesario
en esta crisis recuperar un cierto
equilibrio, estamos asistiendo a un
fueron inventando su propio trabajo
con todo aquello que parecía no poder dar más de sí mismo… pero ustedes, con su artesanalidad, que les
dio Dios… con su búsqueda, con su
solidaridad, con su trabajo comunitario, con su economía popular, lo
han logrado y lo están logrando….
Y déjenme decírselo, eso además de
trabajo, es poesía. Gracias.
Desde ya, todo trabajador, esté o
no esté en el sistema formal del trabajo asalariado, tiene derecho a una
remuneración digna, a la seguridad
social y a una cobertura jubilatoria.
Aquí hay cartoneros, recicladores,
vendedores ambulantes, costureros,
artesanos, pescadores, campesinos,
constructores, mineros, obreros de
empresas recuperadas, todo tipo de
cooperativistas y trabajadores de oficios populares que están excluidos
de los derechos laborales, que se les
niega la posibilidad de sindicalizarse, que no tienen un ingreso adecuado y estable. Hoy quiero unir mi
voz a la suya y acompañarlos en su
lucha.
En este Encuentro, también han
hablado de la paz y de ecología. Es
tercer descarte muy doloroso, el descarte de los jóvenes. Millones de jóvenes, yo no quiero decir la cifra
porque no la sé exactamente y la
que leí me parece un poco exagerada, pero millones de jóvenes descartados del trabajo, desocupados.
En los países de Europa, y estas si
son estadísticas muy claras, acá en
Italia, pasó un poquitito del 40% de
jóvenes desocupados; ya saben lo
que significa 40% de jóvenes, toda
una generación, anular a toda una
generación para mantener el equilibrio. En otro país de Europa está
pasando el 50% y en ese mismo país
del 50% en el sur el 60%, son cifras
claras, óseas del descarte. Descarte
de niños, descarte de ancianos, que
no producen, y tenemos que sacrificar una generación de jóvenes, descarte de jóvenes, para poder mantener y reequilibrar un sistema en el
cual en el centro está el dios dinero
y no la persona humana.
Pese a esto, a esta cultura del descarte, a esta cultura de los sobrantes,
tantos de ustedes, trabajadores excluidos, sobrantes para este sistema,
lógico: no puede haber tierra, no
puede haber techo, no puede haber
trabajo si no tenemos paz y si destruimos el planeta. Son temas tan
importantes que los Pueblos y sus
organizaciones de base no pueden
dejar de debatir. No pueden quedar
sólo en manos de los dirigentes políticos. Todos los pueblos de la tierra,
todos los hombres y mujeres de buena voluntad, tenemos que alzar la
voz en defensa de estos dos preciosos dones: la paz y la naturaleza. La
hermana madre tierra como la llamaba san Francisco de Asís.
Hace poco dije, y lo repito, que
estamos viviendo la tercera guerra
mundial pero en cuotas. Hay sistemas económicos que para sobrevivir
deben hacer la guerra. Entonces se
fabrican y se venden armas y, con
eso los balances de las economías
que sacrifican al hombre a los pies
del ídolo del dinero, obviamente
quedan saneadas. Y no se piensa en
los niños hambrientos en los campos
de refugiados, no se piensa en los
desplazamientos forzosos, no se
piensa en las viviendas destruidas,
viernes 31 de octubre de 2014, número 44
no se piensa, desde ya, en tantas vidas segadas. Cuánto sufrimiento,
cuánta destrucción, cuánto dolor.
Hoy, queridos hermanas y hermanos, se levanta en todas las partes de
la tierra, en todos los pueblos, en cada corazón y en los movimientos
populares, el grito de la paz: ¡Nunca
más la guerra!
Un sistema económico centrado
en el dios dinero necesita también
saquear la naturaleza, saquear la naturaleza, para sostener el ritmo frenético de consumo que le es inherente. El cambio climático, la pérdida de la biodiversidad, la deforestación ya están mostrando sus efectos
devastadores en los grandes cataclismos que vemos, y los que más sufren son ustedes, los humildes, los
que viven cerca de las costas en viviendas precarias o que son tan vulnerables económicamente que frente
a un desastre natural lo pierden todo. Hermanos y hermanas: la creación no es una propiedad, de la cual
podemos disponer a nuestro gusto;
ni mucho menos, es una propiedad
sólo de algunos, de pocos: la creación es un don, es un regalo, un don
maravilloso que Dios no ha dado
para que cuidemos de él y lo utilicemos en beneficio de todos, siempre
con respeto y gratitud. Ustedes quizás sepan que estoy preparando una
encíclica sobre Ecología: tengan la
seguridad que sus preocupaciones
estarán presentes en ella. Les agradezco, aprovecho para agradecerles,
la carta que me hicieron llegar los
integrantes de la Vía Campesina, la
Federación de Cartoneros y tantos
otros hermanos al respecto.
Hablamos de la tierra, de trabajo,
de techo… hablamos de trabajar por
la paz y cuidar la naturaleza… Pero
¿por qué en vez de eso nos acostumbramos a ver cómo se destruye el
trabajo digno, se desahucia a tantas
familias, se expulsa a los campesinos, se hace la guerra y se abusa de
la naturaleza? Porque en este sistema se ha sacado al hombre, a la persona humana, del centro y se lo ha
reemplazado por otra cosa. Porque
se rinde un culto idolátrico al dinero. Porque se ha globalizado la indiferencia, se ha globalizado la indiferencia: a mí ¿qué me importa lo que
les pasa a otros mientras yo defienda
lo mío? Porque el mundo se ha olvidado de Dio, que es Padre; se ha
vuelto huérfano porque dejó a Dios
de lado.
Algunos de ustedes expresaron:
Este sistema ya no se aguanta. Tenemos que cambiarlo, tenemos que
volver a llevar la dignidad humana
al centro y que sobre ese pilar se
construyan las estructuras sociales
alternativas que necesitamos. Hay
que hacerlo con coraje, pero también
con inteligencia. Con tenacidad, pero sin fanatismo. Con pasión, pero
sin violencia. Y entre todos, enfrentando los conflictos sin quedar atrapados en ellos, buscando siempre resolver las tensiones para alcanzar un
plano superior de unidad, de paz y
de justicia. Los cristianos tenemos
algo muy lindo, una guía de acción,
un programa, podríamos decir, revolucionario. Les recomiendo vivamente que lo lean, que lean las bienaventuranzas que están en el capítulo
SIGUE EN LA PÁGINA 10
número 44, viernes 31 de octubre de 2014
L’OSSERVATORE ROMANO
página 5
En el encuentro del Pontífice con el movimiento de Schönstatt
Cinco preguntas
Era prisionero en el campo de concentración de Dachau, padre Josef
Kentenich, fundador del movimiento
de Schönstatt, cuando compuso la
oración de invocación del Espíritu
Santo que se cantó a la llegada del
Papa Francisco al aula Pablo VI.
Una jornada, el sábado 25 de octubre, importante para el movimiento,
que en torno al obispo de Roma celebró los cien años de fundación. Y
quienes festejaban eran cerca de
ocho mil personas procedentes de
cincuenta países, acompañados por
los cardenales Errázuriz Ossa, Kasper, Ryłko, y por algunos obispos.
El padre Heinrich Walter, presidente del consejo general y superior
de los padres de Schönstatt, en representación de la presidencia internacional, dirigió al Pontífice un breve saludo, en el que hizo referencia
a los pastores que por su cercanía a
los hombres deben «tener olor a
oveja». «Esperamos —dijo— que con
este encuentro podamos transmitirle
un poco de nuestra espiritualidad,
que nos ha regalado Dios, de modo
tal que en usted permanezca un poco el “olor mariano” de Schönstatt».
El religioso recorrió luego, a grandes líneas, la historia del movimiento y del fundador, quien «sintió en
lo profundo de su alma todos los
dolores de su tiempo. Creció sin padre y tuvo que pasar muchos años
en un orfanato. Siendo estudiante,
atravesó una profunda crisis espiritual e intelectual. Encontró en la
Virgen María la respuesta a sus preguntas existenciales y vivió personalmente el significado de “periferia
existencial”». El superior recordó
también que en este horizonte y
«con la preocupación por los jóvenes que le fueron confiados, Dios lo
impulsó a sellar una alianza de amor
con María en la pequeña capilla del
valle de Schönstatt».
La fundación del movimiento,
continuó, «comenzó durante la prima guerra mundial y muchos de los
cofundadores murieron durante la
misma. En la segunda guerra mundial, la experiencia original de la
alianza de amor se reforzó, sobre todo, en los años en que nuestro fundador fue internado en el campo de
concentración de Dachau». Una vez
liberado, el padre Kentenich «partió
hacia las que eran las periferias del
mundo de entonces —Argentina,
Brasil, Chile, Uruguay y Sudáfrica—
para servir a la Iglesia y fundar en
esos países el movimiento apostólico».
A continuación, el padre Kentenich y su obra —relató— «sufrieron por
malos entendidos e incomprensiones
y, por último, sufrieron directamente
el rechazo desde el seno de la Iglesia. La apertura al Espíritu Santo
que impulsó al Papa Juan XXIII al
concilio, hizo posible la acogida de
los muchos nuevos carismas en la
Iglesia. Así, en 1965, el padre Kentenich fue rehabilitado por el beato
Pablo VI». Después de cien años,
destacó el religioso, «damos gracias
por lo que Dios ha hecho: Él nos
condujo hasta los más profundos
abismos de la fe y hasta los confines
del mundo. Dios nos ha confiado un
carisma al servicio del mundo actual
y al servicio de los desafíos del hombre contemporáneo. Nos ha mostrado la belleza de María, madre y
maestra de la Iglesia».
Tras la lectura del pasaje del
Evangelio de san Lucas que narra el
episodio de la visita de María a Isabel, presentaron al Papa cinco preguntas. En la primera le pidieron
orientaciones para acompañar mejor
a quienes no se sienten acogidos en
la Iglesia, y para ser cercanos a los
novios y a las familias, para llegar a
ser «propuesta viva y convincente»
para quienes buscan un camino de
plenitud de vida. En la segunda le
pidieron que contara su modo de
ver el papel misionero de María en
la nueva evangelización y en la renovación de la Iglesia. En la tercera le
pidieron algunos consejos para invitar a amigos a compartir una vida
más plena con Cristo. Con la cuarta
presentaron la petición al Pontífice
para que explicara cómo logra man-
tener la alegría y la esperanza, a pesar de las dificultades y las guerras
de nuestro tiempo, y cómo perseverar en el servicio a los enfermos, a
los pobres y a los sin techo. La última tuvo como objeto el modo de
ayudar al Papa en la renovación de
la Iglesia y la acción evangelizadora
del movimiento.
Al término, el padre Walter dio
las gracias al Pontífice por sus palabras y le expresó la disponibilidad
del movimiento para servir y ayudar
en la misión de la Iglesia. El Papa
rezó luego la oración de consagración a María, al final de la cual depositó un ramo de flores ante la
imagen de la Virgen. A continuación
tuvo lugar la bendición de las cruces
de la misión que cada peregrino llevará consigo como símbolo de compromiso apostólico.
Al inicio de la audiencia, habían
ingresado en el aula dos símbolos
muy importantes de la espiritualidad
de Schönstatt: la cruz de la unidad,
conocida también como cruz de la
misión, y la imagen de la Virgen
«peregrina». La cruz de la unidad
fue creada y realizada en Santa María, Brasil, por el padre Angelo Vicente Cerró, del instituto secular de
los Padres de Schönstatt. En 1960
fue colocada en el santuario de Bellavista en Chile como signo de unidad de la familia local. Sucesivamente se la regalaron al fundador
con ocasión de sus 80 años. El 12 de
diciembre de 1965 el padre Kentenich la donó al instituto de Nuestra
Señora de Schönstatt para el futuro
santuario de Stuttgart. Y es allí donde se encuentra actualmente.
La tradición de llevar por las casas y la ciudad la imagen de María
nació en 1950, cuando un miembro
del movimiento la entregó al diácono João Pozzobon, miembro del
movimiento en Brasil, y le pidió que
la llevase a las familias para rezar el
rosario con ellos. Pozzobon acompañó esta misión durante 35 años, hasta el día de su muerte, recorriendo
más de 140.000 kilómetros y visitando hogares, hospitales, escuelas y
cárceles. El fin de esta iniciativa es
expresar el sentido de salida de María de los santuarios para ir al encuentro de los fieles. La imagen la
lleva un misionero o una misionera y
entra en las casas, donde permanece
por uno o dos días. De este modo,
cada imagen es recibida por cerca de
15 o 30 familias al mes, para recomenzar luego con las mismas el mes
siguiente y así sucesivamente. El
movimiento la llama la «nueva visitación».
Antes de la llegada del Papa se
proyectó también un vídeo que lleva
por título Frutos de la alianza de
amor con María, que relata experiencias del movimiento en algunos países del mundo, entre ellos Brasil,
donde se presentaron dos grandes
proyectos apostólicos: por una parte
la peregrinatio de la Virgen y por otra
el rosario de los hombres, en el que
participan más de un millón de personas que cada mañana se reúnen
para rezar el rosario.
Otro proyecto se realiza en Chile,
donde se abrió la obra social «María
ayuda». Se trata del apoyo a las niñas y a las familias que viven en situaciones de violencia y abuso y de
favorecer la acogida familiar para
permitir a los participantes que sanen sus heridas causadas por el maltrato y el abandono. En Paraguay y
también en Argentina se realizan las
«misiones familiares», en las que
participan las familias, con niños y
jóvenes que durante una semana van
a pueblos o ciudades para anunciar
el Evangelio y compartir momentos
de espiritualidad y comunión con las
personas del lugar. En Burundi se
trató de poner de relieve el papel de
María para favorecer la reconciliación y la paz tras la guerra civil. En
Alemania y en Austria, en cambio,
se presentó el proyecto «Academia
de familias» y se destacó la importancia del «santuario focolar», lugar
especial y privilegiado donde la familia se reúne en torno a María.
L’OSSERVATORE ROMANO
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viernes 31 de octubre de 2014, número 44
El próximo viaje apostólico a Turquía
Al servicio
de la unidad
Durante el próximo viaje a Turquía el
Papa se encontrará con el patriarca
Bartolomé para testimoniar
el «profundo vínculo que une a las
sedes de Roma y de Constantinopla»
y reafirmar la voluntad de «superar,
en el amor y en la verdad, los
obstáculos que aún nos separan». Lo
confirmó el Pontífice mismo en el
discurso que dirigió a los miembros de
la fundación «Orientale lumen», a
quienes recibió en audiencia el viernes
24 de octubre, por la mañana, en la
sala de los Papas.
Queridos hermanos en Cristo:
Saludo con afecto a todos los
participantes en la peregrinación
ecuménica, promovida por la Orientale Lumen Foundation y guiada por
el metropolita Kállistos de Diokleia,
Camilian Demetrescu, «Ut unum sint» (2009)
a quien agradezco sus palabras. En
estos días vosotros hacéis una etapa
aquí en Roma. Gracias por vuestra
presencia.
Toda peregrinación cristiana no
es sólo un itinerario geográfico, sino
sobre todo la ocasión de un camino
de renovación interior para ir cada
vez más hacia Cristo Señor, «el que
inició y completa nuestra fe» (Hb
12, 2). Estas dimensiones son absolutamente esenciales para avanzar
también a lo largo del camino que
lleva a la reconciliación y a la plena
comunión entre todos los creyentes
en Cristo. No existe un auténtico
diálogo ecuménico sin la disponibilidad a una renovación interior y a
la búsqueda de una mayor fidelidad
a Cristo y a su voluntad.
Me complace saber que en esta
peregrinación vuestra habéis elegido
recordar a los Papas Juan XXIII y
Juan Pablo II, que fueron canonizados el pasado mes de abril. Esta
elección destaca sus grandes aportaciones al desarrollo de las relaciones
cada vez más estrechas entre la
Iglesia católica y las Iglesias ortodoxas. El ejemplo de estos dos santos es seguramente iluminador para
todos nosotros, porque ellos han
testimoniado siempre una pasión ardiente por la unidad de los cristianos, que brota de la escucha dócil
de la voluntad del Señor, que en la
última Cena rezó al Padre para que
sus discípulos «sean uno» (Jn 17,
21). En este momento, deseo recordar solamente, entre las muchas cosas que se podrían mencionar, que
san Juan XXIII, en el momento en
que anunció la convocación del
Concilio Vaticano II, indicó entre
sus finalidades precisamente la unidad de los cristianos, y que san
Juan Pablo II dio un notable impulso al compromiso ecuménico de la
Iglesia católica con su carta encíclica Ut Unum Sint. Durante vuestra
peregrinación a Roma, queridos
hermanos, quisiera pediros que recéis también por mí, a fin de que,
con la intercesión de estos dos santos predecesores míos, pueda desempeñar mi ministerio de obispo
de Roma al servicio de la comunión
y de la unidad de la Iglesia, siguiendo en todo la voluntad del Señor.
En los próximos días, vuestra peregrinación realizará una etapa en
El Fanar, donde encontraréis al Patriarca ecuménico, Su Santidad Bartolomé I. Os pido que le transmitáis
mis cordiales y fraternales saludos
asegurando mi afecto y mi estima.
Como sabéis, yo también me estoy
preparando para visitar el Patriarcado ecuménico en noviembre próximo con ocasión de la fiesta del
apóstol san Andrés, respondiendo a
la amable invitación de Su Santidad
Bartolomé I. La visita del obispo de
Roma al Patriarcado ecuménico y el
nuevo encuentro entre el Patriarca
Bartolomé y mi persona serán signos del profundo vínculo que une a
las sedes de Roma y de Constantinopla y del deseo de superar, en el
amor y la verdad, lo obstáculos que
aún nos separan.
Deseándoos una buena continuación en vuestra peregrinación con
abundantes dones espirituales, os
pido por favor que recéis por mí y
de corazón os imparto mi bendición.
El Papa sobre jóvenes y trabajo
Fuera de las arenas
movedizas de la precariedad
«El Evangelio viene de Jesucristo que
se hizo solidario con cada una de
nuestras precariedades». He aquí por
qué es necesario volver a él para «no
dejarse robar la esperanza en las
“arenas movedizas” de la
precariedad». Lo escribe el Papa
Francisco a los jóvenes reunidos en
Salerno del 24 al 26 de octubre con
ocasión del congreso nacional
organizado por la Conferencia
episcopal italiana sobre el tema: «En
la precariedad, la esperanza».
Queridos jóvenes:
Os saludo cordialmente con ocasión del Congreso nacional, organizado por la Conferencia episcopal
italiana en Salerno sobre el tema:
«En la precariedad, la esperanza». La
Audiencia al presidente
de la República de Uganda
El lunes 27 de octubre, por la mañana, el Papa Francisco recibió en
audiencia, en el Palacio apostólico
vaticano, al presidente de la República de Uganda, Yoweri Kaguta
Museveni, quien se reunió sucesivamente con el cardenal Pietro Parolin, secretario de Estado, acompañado por el arzobispo Dominique Mamberti, secretario para las
Relaciones con los Estados.
Durante los cordiales coloquios
se trataron algunos aspectos de la
vida del país y se evocaron las
buenas relaciones existentes entre
la Santa Sede y la República de
Uganda, con particular referencia
a la fundamental contribución de
la Iglesia católica y a la colaboración con sus instituciones de carácter educativo, social y sanitario.
Además, se destacó la importancia
de la convivencia pacífica entre los
diversos componentes sociales y
religiosos del país.
Por último, se analizaron algunas cuestiones de carácter internacional, especialmente los conflictos
que interesan a algunas zonas de
África.
finalidad de estas jornadas de reflexión es ofrecer perspectivas de esperanza, especialmente a las jóvenes
generaciones, en un tiempo marcado por incertezas, desconcierto y
grandes cambios.
En las visitas realizadas en Italia,
así como en los encuentros con las
personas, he podido tocar con la
mano la situación de muchos jóvenes desempleados, con subsidios de
ayuda o precarios. Pero esto no es
sólo un problema económico, es un
problema de dignidad. Donde no
hay trabajo, falta la dignidad, la experiencia de la dignidad de llevar el
pan a casa. Y lamentablemente en
Italia son muchísimos los jóvenes
sin trabajo.
Trabajar quiere decir poder proyectar el propio futuro, decidir formar una familia. Verdaderamente se
tiene la sensación de que el momento que estamos viviendo represente
«la pasión de los jóvenes». Es fuerte la «cultura del descarte»: todo lo
que no sirve para producir ganancia
se descarta. Se descartan a los jóvenes porque no tienen trabajo. Pero
así se descarta el futuro de un pueblo, porque los jóvenes representan
el futuro de un pueblo. Y nosotros
debemos decir «no» a esta «cultura
del descarte».
Esta es la «precariedad». Pero
también existe otra palabra: esperanza. En la precariedad, la esperanza. ¿Cómo hacer para no dejarse
robar la esperanza en las «arenas
movedizas» de la precariedad? Con
la fuerza del Evangelio. El Evangelio es fuente de esperanza, porque
viene de Dios, porque viene de Jesucristo que se hizo solidario con
cada una de nuestras precariedades.
Vosotros sois jóvenes que pertenecéis a la Iglesia, y por ello tenéis
el don y la responsabilidad de poner la fuerza del Evangelio en esta
situación social y cultural.
¿Y qué hace el Evangelio? El
Evangelio genera atención hacia el
otro, cultura del encuentro, solidaridad. Así, con la fuerza del Evangelio seréis testigos de esperanza en la
precariedad.
Que el Señor bendiga los trabajos de este Congreso. Os pido que
recéis por mí. También yo rezaré
por vosotros.
Vaticano, 16 de octubre de 2014
L’OSSERVATORE ROMANO
número 44, viernes 31 de octubre de 2014
página 7
El Santo Padre inaugura en la sede de la Pontificia Academia de ciencias un busto en honor de Benedicto
XVI
Espíritu grande y poderoso
Y recuerda que la evolución en la naturaleza no contradice la noción de creación
«Este busto recuerda a los ojos de todos la persona
y el rostro del querido Papa Ratzinger. Recuerda
también su espíritu: sus enseñanzas, sus ejemplos, sus
obras, su devoción. Este espíritu, lejos de disgregarse
con el paso del tiempo, se presentará
de generación en generación cada vez más grande
y poderoso». Así recordó el Papa Francisco a su
predecesor el lunes 27 de octubre, por la mañana,
al inaugurar un busto de bronce en honor de
Señores cardenales, queridos hermanos en el episcopado y en el sacerdocio, ilustres señoras y señores:
Mientras caía el velo del busto,
que los académicos quisieron colocar
en la sede de la Pontificia Academia
de ciencias como signo de reconocimiento y gratitud, una emoción gozosa se hizo presente en mi alma.
Este busto de Benedicto XVI recuerda a los ojos de todos la persona y
el rostro del querido Papa Ratzinger.
Recuerda también su espíritu: sus
enseñanzas, sus ejemplos, sus obras,
su devoción a la Iglesia, su actual vida «monástica». Este espíritu, lejos
de disgregarse con el paso del tiempo, se presentará de generación en
generación cada vez más grande y
poderoso. Benedicto XVI: un gran
Papa. Grande por la fuerza y penetración de su inteligencia, grande
por su relevante aportación a la teología, grande por su amor a la Iglesia y a los seres humanos, grande
por su virtud y su religiosidad. Como vosotros bien lo sabéis, su amor
a la verdad no se limita a la teología
y a la filosofía, sino que se abre a las
ciencias. Su amor a la ciencia se extiende en la solicitud por los científicos, sin distinción de raza, nacionalidad, civilización, religión; solicitud
por la Academia, desde que san
Juan Pablo II lo nombró miembro.
Él supo honrar a la Academia con
su presencia y con su palabra, y ha
nombrado a muchos de sus miembros, comprendido el actual presidente Werner Arber. Benedicto XVI,
consciente de la importancia de la
ciencia en la cultura moderna, invitó, por primera vez, a un presidente
de esta Academia a participar en el
Sínodo sobre la nueva evangelización. Cierto, de él no se podrá jamás
decir que el estudio y la ciencia hayan vuelto árida su persona y su
amor a Dios y al prójimo, sino al
contrario, que la ciencia, la sabiduría
y la oración han dilatado su corazón
y su espíritu. Demos gracias a Dios
por el don que hizo a la Iglesia y al
mundo con la existencia y el pontificado del Papa Benedicto. Agradezco
a todos aquellos que, generosamente, han hecho posible esta obra y este acto, de modo particular al autor
del busto, el escultor Fernando Delia, a la familia Tua, y a todos los
académicos. Deseo dar las gracias a
todos vosotros que estáis aquí presentes para honrar a este gran Papa.
En la conclusión de vuestra sesión
plenaria, queridos académicos, estoy
feliz de poder expresar mi profunda
estima y mi caluroso aliento para llevar adelante el progreso científico y
Benedicto XVI en la Casina Pío IV, sede de la
Pontificia Academia de ciencias.
La ceremonia tuvo lugar con ocasión de la sesión
plenaria de la Academia, dedicada al tema de la
evolución del concepto de naturaleza. Estuvieron
presentes, entre otros, los cardenales Sodano, decano
del Colegio, Cottier, Farina y Lajolo; los arzobispos
Becciu, sustituto de la Secretaría de Estado,
la mejora de las condiciones de
vida de la gente, especialmente de los más pobres.
Estáis afrontando el tema
altamente complejo de la
evolución del concepto de
naturaleza. No entraré en absoluto, lo entendéis bien, en la
complejidad científica de esta
importante y decisiva cuestión. Quiero sólo destacar
que Dios y Cristo caminan con nosotros y están
presentes también en la
naturaleza, como lo
afirmó el apóstol Pablo en el discurso en
el areópago: «Pues en
Él vivimos, nos movemos y existimos» (Hch
17, 28). Cuando leemos en
el Génesis el relato de la
creación corremos el riesgo
de imaginar que Dios haya
sido un mago, con una
varita mágica capaz de hacer todas las cosas. Pero
no es así. Él creó
los seres humanos
y los dejó desarrollarse según las leyes internas que Él dio a cada uno,
para que se desarrollase, para que
llegase a la propia plenitud. Él dio
autonomía a los seres del universo al
mismo tiempo que les aseguró su
presencia continua, dando el ser a
cada realidad. Y así la creación si-
Mamberti, secretario para las Relaciones con
los Estados, y Gänswein, prefecto de la Casa
pontificia y secretario particular del Papa emérito;
el obispo Sánchez Sorondo, canciller de la Pontificia
Academia de ciencias, con el presidente Arber
(que dirigió un breve saludo), el artista que realizó
la obra y la familia que la promovió. Al término se
entregaron los distintivos a los nuevos académicos
Ada E. Yonath e Yves Coppens.
guió su ritmo durante siglos y siglos,
milenios y milenios hasta que se
convirtió en lo que conocemos hoy,
precisamente porque Dios no es un
demiurgo o un mago, sino el Creador que da el ser a todas las cosas.
El inicio del mundo no es obra del
Encuentro con una delegación de la
Unión mundial de educadores católicos
El viernes 24 de octubre, por la mañana, el Papa Francisco recibió en
audiencia, en la sala del Consistorio, a una delegación de la Unión
mundial de educadores católicos.
caos que debe a otro su origen, sino
que se deriva directamente de un
Principio supremo que crea por
amor. El Big-Bang, que hoy se sitúa
en el origen del mundo, no contradice la intervención de un creador
divino, sino que la requiere. La evolución de la naturaleza no se contrapone a la noción de creación, porque la evolución presupone la creación de los seres que evolucionan.
Respecto al hombre, hay un cambio y una novedad. Cuando, el sexto
día del relato del Génesis, llega la
creación del hombre, Dios da al ser
humano otra autonomía, una autonomía distinta a la autonomía de la
naturaleza, que es la libertad. Y dice
al hombre que ponga nombre a todas las cosas y que siga adelante a lo
largo de la historia. Lo hace responsable de la creación, para que domine la creación, para que la desarrolle
y así hasta el fin de los tiempos. Así,
pues, al científico, y sobre todo al
científico cristiano, le corresponde la
actitud de interrogarse acerca del futuro de la humanidad y de la tierra,
y, como ser libre y responsable, cooperar a prepararlo, preservarlo, y a
eliminar los riesgos del medio ambiente tanto naturales como humanos. Pero, al mismo tiempo, el científico debe estar movido por la confianza de que la naturaleza oculte,
en sus mecanismos evolutivos, las
potencialidades que corresponde a la
inteligencia y a la libertad descubrir
y poner en práctica para llegar al desarrollo que está en el designio del
Creador. Entonces, por muy limitada que sea, la acción del hombre
participa en el poder de Dios y es
capaz de construir un mundo adecuado a su doble vida corpórea y espiritual; construir un mundo humano para todos los seres humanos y
no para un grupo o una clase de
privilegiados. Esta esperanza y confianza en Dios, autor de la naturaleza, y en la capacidad del espíritu humano son capaces de dar al investigador una energía nueva y una serenidad profunda. Pero es también
verdad que la acción del hombre,
cuando su libertad se convierte en
autonomía —que no es libertad, sino
autonomía— destruye la creación y el
hombre ocupa el sitio del Creador.
Y este es el grave pecado contra
Dios Creador.
Os aliento a seguir vuestros trabajos y a realizar las felices iniciativas
teóricas y prácticas en favor de los
seres humanos que en todo ello os
honran. Entrego ahora con alegría el
distintivo, que monseñor Sánchez
Sorondo dará a los nuevos miembros. Gracias.
L’OSSERVATORE ROMANO
número 44, viernes 31 de octubre de 2014
páginas 8/9
A la Asociación internacional de derecho penal el Papa reafirma el primado y la dignidad de la persona humana
La cadena perpetua es una pena de muerte oculta
«Todos los cristianos y los hombres de
buena voluntad están llamados hoy a
luchar no sólo por la abolición de la pena
de muerte, sino también con el fin de
mejorar las condiciones carcelarias, en el
respeto de la dignidad humana de las
personas privadas de libertad». Es el
deseo del Papa, expresado al recibir en
audiencia, el jueves 23 de octubre, por la
mañana, en la sala de los Papas, a una
delegación de la Asociación internacional
de derecho penal.
Ilustres señores y señoras:
Os saludo a todos cordialmente y
deseo expresaros mi agradecimiento
personal por vuestro servicio a la sociedad y la valiosa aportación que dais al
desarrollo de una justicia que respete la
dignidad y los derechos de la persona
humana, sin discriminaciones.
Quisiera compartir con vosotros algunos puntos sobre ciertas cuestiones
que, incluso siendo en parte opinables
—¡en parte!— tocan directamente la dig-
nidad de la persona humana y, por lo
tanto, interpelan a la Iglesia en su misión de evangelización, de promoción
humana, de servicio a la justicia y a la
paz. Lo haré de forma sinóptica y por
capítulos, con un estilo más bien expositivo y sintético.
Introducción
Ante todo quisiera plantear dos premisas de naturaleza sociológica que se
refieren a la incitación a la venganza y
al populismo penal.
a) Incitación a la venganza
En la mitología, como en las sociedades primitivas, la multitud descubre
los poderes maléficos de sus víctimas
sacrificiales, acusadas de las desgracias
que afectan a la comunidad. Esta dinámica tampoco está ausente en las sociedades modernas. La realidad muestra
que la existencia de instrumentos legales y políticos necesarios para afrontar
y resolver conflictos no ofrece garantías
suficientes para evitar que algunos individuos sean culpados por los problemas
de todos.
La vida en común, estructurada en
torno a comunidades organizadas, necesita normas de convivencia cuya libre
violación requiere una respuesta adecuada. Sin embargo, vivimos en tiempos en los que, tanto por parte de algunos sectores de la política como por
parte de algunos medios de comunicación, se incita algunas veces a la violencia y a la venganza, pública y privada,
no sólo contra quienes son responsables de haber cometido delitos, sino
también contra quienes cae la sospecha,
fundada o no, de no haber cumplido la
ley.
b) Populismo penal
En este contexto, en las últimas décadas se difundió la convicción de que
a través de la pena pública se pueden
resolver los más disparatados problemas sociales, como si para las más diversas enfermedades se nos recomendaría la misma medicina. No se trata de
confianza en alguna función social tradicionalmente atribuida a la pena pública,
sino más bien en la
creencia de que mediante tal pena se
pueden obtener los
beneficios que requerirían la implementación de otro tipo de
política social, económica y de inclusión
social.
No se buscan sólo
chivos expiatorios que
paguen con su libertad y con su vida por
todos los males sociales, como era típico en
las sociedades primitivas, pero además de
esto algunas veces
existe la tendencia a
construir deliberadamente enemigos: figuras estereotipadas, que
concentran en sí mismas todas las características que la sociedad percibe o interpreta como peligrosas. Los mecanismos
de formación de estas imágenes son los
mismos que, en su momento, permitieron la expansión de las ideas racistas.
I. Sistemas penales fuera de control
y la misión de los juristas
El principio guía
de la cautela in poenam
Estando así las cosas, el sistema penal va más allá de su función propiamente sancionatoria y se sitúa en el terreno de las libertades y de los derechos de las personas, sobre todo de las
más vulnerables, en nombre de una finalidad preventiva cuya eficacia, hasta
ahora, no se pudo verificar, ni siquiera
para las penas más graves, como la pena de muerte. Existe el riesgo de no
conservar ni siquiera la proporcionalidad de las penas, que históricamente
refleja la escala de valores amparados
por el Estado. Se ha debilitado la concepción del derecho penal como ultima
ratio, como último recurso a la sanción,
limitado a los hechos más graves contra
los intereses individuales y colectivos
más dignos de protección. Se ha debili-
tado también el debate sobre la sustitu- tanto, a luchar no sólo por la abolición
ción de la cárcel con otras sanciones de la pena de muerte, legal o ilegal que
penales alternativas.
sea, y en todas sus formas, sino tamEn este contexto, la misión de los ju- bién con el fin de mejorar las condicioristas no puede ser otra más que la de nes carcelarias, en el respeto de la diglimitar y contener tales tendencias. Es nidad humana de las personas privadas
una tarea difícil, en tiempos en los que de libertad. Y esto yo lo relaciono con
muchos jueces y agentes del sistema la cadena perpetua. En el Vaticano,
penal deben desempeñar su cargo bajo desde hace poco tiempo, en el Código
la presión de los medios masivos de co- penal vaticano, ya no existe la cadena
municación, de algunos políticos sin escrúpulos y de
los impulsos de venganza
El sistema penal va más allá
que crece en la sociedad.
Quienes tienen una responde su función propiamente sancionatoria
sabilidad tan grande están
y se sitúa en el terreno de las libertades
llamados a cumplir su deber, desde el momento que
y de los derechos de las personas,
el no hacerlo pone en pelisobre todo de las más vulnerables
gro vidas humanas, que necesitan ser cuidadas con mayor empeño del que a veces
se pone en el cumplimiento de las pro- perpetua. La cadena perpetua es una
pias funciones.
pena de muerte oculta.
II. Acerca del primado de la vida
y la dignidad de la persona humana.
Primatus principii pro homine
a) Acerca de la pena de muerte
Es imposible imaginar que hoy los
Estados no puedan disponer de otro
medio que no sea la pena capital para
defender la vida de otras personas del
agresor injusto.
San Juan Pablo II condenó la pena
de muerte (cf. Carta enc. Evangelium
vitae, 56), como lo hace también el Catecismo de la Iglesia católica (n. 2267).
Sin embargo, puede verificarse que
los Estados quitan la vida no sólo con
la pena de muerte y con las guerras, sino también cuando oficiales públicos se
refugian bajo la sombra de los poderes
estatales para justificar sus crímenes.
Las así llamadas ejecuciones extrajudiciales o extralegales son homicidios deliberados cometidos por algunos Estados o por sus agentes, que a menudo
se hacen pasar como enfrentamientos
con delincuentes o son presentados como consecuencias no deseadas del uso
razonable, necesario y proporcional de
la fuerza para hacer aplicar la ley. De
este modo, incluso si entre los 60 países que mantienen la pena de muerte,
35 no lo aplicaron en los últimos diez
años, la pena de muerte, ilegalmente y
en diversos grados, se aplica en todo el
planeta.
Las ejecuciones extrajudiciales mismas son perpetradas de forma sistemática no sólo por los Estados de la comunidad internacional, sino también
por entidades no reconocidas como tales, y representan auténticos crímenes.
Los argumentos contrarios a la pena
de muerte son muchos y bien conocidos. La Iglesia ha oportunamente destacado algunos de ellos, como la posibilidad de la existencia del error judicial y el uso que hacen de ello los regímenes totalitarios y dictatoriales, que la
utilizan como instrumento de supresión
de la disidencia política o de persecución de las minorías religiosas y culturales, todas víctimas que para sus respectivas legislaciones son «delincuentes».
Todos los cristianos y los hombres de
buena voluntad están llamados, por lo
b) Acerca de las condiciones de la
prisión, los presos sin condena y los
condenados sin juicio
Estas no son películas, vosotros lo
sabéis bien. La prisión preventiva
—cuando de forma abusiva procura un
anticipo de la pena, previa a la condena, o como medida que se aplica ante
la sospecha más o menos fundada de
un delito cometido— constituye otra
forma contemporánea de pena ilícita
oculta, más allá de un barniz de legalidad.
Esta situación es particularmente grave en algunos países y regiones del
mundo, donde el número de detenidos
sin condena supera el 50 por ciento del
total. Este fenómeno contribuye al deterioro aún mayor de las condiciones
de detención, situaciones que la construcción de nuevas cárceles no logra jamás resolver, desde el momento que cada nueva cárcel completa su capacidad
ya antes de ser inaugurada. Además es
causa de un uso indebido de destacamentos de policía y militares como lugares de detención.
La cuestión de los detenidos sin condena se debe afrontar con la debida
cautela, desde el momento que se corre
el riesgo de crear otro problema tan
grave como el primero, si no peor: el
de los reclusos sin juicio, condenados
sin que se respeten las normas del proceso.
Las deplorables condiciones de detención que se verifican en diversas
partes del planeta, constituyen a menudo un auténtico rasgo inhumano y degradante, muchas veces producto de las
deficiencias del sistema penal, otras veces de la carencia de infraestructuras y
de planificación, mientras que en no
pocos casos no son más que el resultado del ejercicio arbitrario y despiadado
del poder sobre las personas privadas
de libertad.
ca también en otros tipos de centros
penitenciarios, junto a otras formas de
tortura física y psíquica cuya práctica se
ha extendido. Las torturas ya no son
aplicadas solamente como medio para
obtener un determinado fin, como la
confesión o la delación —prácticas características de la doctrina de seguridad
nacional— sino que constituyen un auténtico plus de dolor que se suma a los
males propios de la detención. De este
modo, se tortura no sólo en centros
clandestinos de detención o en modernos campos de concentración, sino
también en cárceles, institutos para menores, hospitales psiquiátricos, comisarías y otros centros e instituciones de
detención y pena.
La doctrina penal misma tiene una
c) Acerca de la tortura y otras medidas
importante responsabilidad en esto al
y penas crueles, inhumanas y
haber consentido en ciertos casos la ledegradantes
gitimación de la tortura con ciertas
El adjetivo «cruel»; bajo estas figuras condiciones, abriendo el camino a ulteque he mencionado está siempre esa riores y más amplios abusos.
raíz: la capacidad humana de crueldad.
Muchos Estados son también resEs una pasión, una verdadera pasión.
Una forma de tortura es a veces la que ponsables por haber personalmente
se aplica mediante la reclusión en cár- practicado o tolerado el secuestro en el
celes de máxima seguridad. Con el mo- propio territorio, incluso el de ciudadativo de ofrecer una mayor seguridad a nos de sus respectivos países, o por hala sociedad o un trato especial para ber autorizado el uso de su espacio aéciertas categorías de detenidos, su prin- reo para el transporte ilegal hacia cencipal característica no es otra que el ais- tros de detención en los que se practica
lamiento externo. Como demuestran la tortura.
los estudios realizados por diversos orEstos abusos se podrán detener únicamente con el firme compromiso de la comunidad internacional en reconocer el primado
Las deplorables condiciones de detención
del principio pro homine, lo que
quiere decir de la dignidad de
que se verifican en diversas partes del
la persona humana sobre todas
planeta, constituyen a menudo un auténtico
las cosas.
rasgo inhumano y degradante, producto de
las deficiencias del sistema penal
ganismos de defensa de los derechos
humanos, la falta de estímulos sensoriales, la completa imposibilidad de comunicación y la falta de contactos con
otros seres humanos, provocan sufrimientos psíquicos y físicos como la paranoia, la ansiedad, la depresión y la
pérdida de peso, y aumentan sensiblemente la tendencia al suicidio.
Este fenómeno, característico de las
cárceles de máxima seguridad, se verifi-
d) Acerca de la aplicación de
las sanciones penales a niños y
ancianos y respecto a otras
personas especialmente vulnerables
Los Estados deben abstenerse de castigar penalmente a los niños que aún
no han completado su desarrollo hacia
la madurez, y por tal motivo no pueden ser imputables. Ellos, en cambio,
deben ser los destinatarios de todos los
privilegios que el Estado puede ofrecer,
tanto en lo que se refiere a políticas de
inclusión como a prácticas orientadas a
hacer crecer en ellos el respeto por la
vida y por los derechos de los demás.
Los ancianos, por su parte, son quienes, a partir de los propios errores,
pueden ofrecer enseñanzas al resto de
la sociedad. No se aprende únicamente
de las virtudes de los santos, sino también de las faltas y de los errores de los
pecadores y, entre ellos, de los que, por
cualquier razón, hayan caído y cometido delitos. Además, razones humanitarias imponen que, como se debe excluir
o limitar el castigo a quien padece enfermedades graves o terminales, a mujeres embarazadas, a personas discapacitadas, a madres y padres que son los
únicos responsables de menores o de
discapacitados, de igual modo merecen
tratamientos especiales los adultos de
edad avanzada.
III.
Consideraciones sobre algunas
formas de criminalidad que
menoscaban gravemente la dignidad
de la persona
y el bien común
Algunas formas de criminalidad, perpetradas por privados, menoscacaban
gravemente la dignidad de las personas
y el bien común. Muchas de tales formas de criminalidad jamas podrían ser
cometidas sin la complicidad, activa o
de omisión, de las autoridades públicas.
a) Acerca del delito de la trata
de personas
La esclavitud, incluida la trata de
personas, es reconocida como crimen
contra la humanidad y como crimen de
guerra, tanto por el derecho internacional como por muchas legislaciones nacionales. Es un delito de lesa humanidad. Y, desde el momento que no es
posible cometer un delito tan complejo
como la trata de personas sin la complicidad, con acción y omisión, de los
Estados, es evidente que, cuando los
esfuerzos para prevenir y combatir este
fenómeno no son suficientes, estamos
nuevamente ante un crimen contra la
humanidad. Más áun, si sucede que
quien está para proteger a las personas
y garantizar su libertad, en cambio se
hace cómplice de quienes practican el
comercio de seres humanos, entonces,
en tales casos, los Estados son responsables ante sus ciudadanos y ante la comunidad internacional.
Se puede hablar de mil millones de
personas atrapadas en la pobreza absoluta. Mil millones y medio no tienen
acceso a los servicios higiénicos, al
agua potable, a la electricidad, a la
educación elemental o al sistema sanitario y deben soportar privaciones económicas incompatibles con una vida digna (2014 Human Development Report,
UNPD). Incluso si el número total de
personas en esta situación ha disminuido en estos últimos años, ha aumentado su vulnerabilidad, a causa de las
crecientes dificultades que deben afrontar para salir de tal situación. Esto se
debe a la siempre creciente cantidad de
personas que viven en países en conflicto. Cuarenta y cinco millones de
personas fueron obligadas a huir a causa de situaciones de violencia o persecuciones sólo en 2012; de estas, quince
millones son refugiados, la cifra más alta en dieciocho años. El 70 por ciento
de estas personas son mujeres. Además,
se estima que en el mundo, siete sobre
diez de los que mueren de hambre, son
mujeres y niñas (Fondo de las Naciones
Unidas para las mujeres, UNIFEM).
b) Acerca del delito de corrupción
La escandalosa concentración de la
riqueza global es posible por la connivencia de responsables del ámbito público con los poderes fuertes. La corrupción es ella misma también un proceso de muerte: cuando la vida muere,
hay corrupción.
Hay pocas cosas más difíciles que
abrir una brecha en un corazón corrupto: «Así es el que atesora para sí y no
es rico ante Dios» (Lc 12, 21). Cuando
la situación personal del corrupto llega
a ser complicada, él conoce todas las
salidas para escapar de ello como hizo
el administrador deshonesto del Evangelio (cf. Lc 16, 1-8).
El corrupto atraviesa la vida con los
atajos del oportunismo, con el aire de
quien dice: «No he sido yo», llegando
a interiorizar su máscara de hombre honesto. Es un proceso de interiorización.
El corrupto no puede aceptar la crítica,
descalifica a quien lo hace, trata de disminuir cualquier autoridad moral que
pueda ponerlo en tela de juicio, no valora a los demás y ataca con el insulto
a quien piensa de modo diverso. Si las
relaciones de fuerza lo permiten, persiSIGUE EN LA PÁGINA 10
L’OSSERVATORE ROMANO
página 10
Discurso a la Asociación
internacional de derecho penal
VIENE DE LA PÁGINA 9
gue a quien lo contradiga.
La corrupción se expresa en una
atmósfera de triunfalismo porque el
corrupto se cree un vencedor. En
ese ambiente se pavonea para rebajar a los demás. El corrupto no conoce la fraternidad o la amistad, sino la complicidad y la enemistad.
El corrupto no percibe su corrupción. Se da en cierto sentido lo que
sucede con el mal aliento: difícilmente quien lo tiene se da cuenta
de ello; son los demás quienes se
dan cuenta y se lo deben decir. Por
tal motivo difícilmente el corrupto
podrá salir de su estado por remordimiento interior de la conciencia.
La corrupción es un mal más
grande que el pecado. Más que perdonado, este mal debe ser curado.
La corrupción se ha convertido en
algo natural, hasta el punto de llegar a constituir un estado personal
y social relacionado con la costumbre, una práctica habitual en las
transacciones comerciales y financieras, en los contratos públicos, en toda negociación que implique agentes del Estado. Es la victoria de las
apariencias sobre la realidad y de la
desfachatez impúdica sobre la discreción respetable.
Sin embargo, el Señor no se cansa de llamar a la puerta de los corruptos. La corrupción nada puede
contra la esperanza.
¿Qué puede hacer el derecho penal contra la corrupción? Son ya
muchas las convenciones y los tratados internacionales en la materia y
han proliferado las hipótesis de delito orientadas a proteger no tanto a
los ciudadanos, que en definitiva
son las víctimas últimas —en particular los más vulnerables—, sino a
proteger los intereses de los agentes
de los mercados económicos y financieros.
La sanción penal es selectiva. Es
como una red que captura sólo los
peces pequeños, mientras que deja
a los grandes libres en el mar. Las
formas de corrupción que hay que
perseguir con la mayor severidad
son las que causan graves daños sociales, tanto en materia económica y
social —como por ejemplo graves
fraudes contra la administración pública o el ejercicio desleal de la administración— como en cualquier tipo de obstáculo interpuesto en el
funcionamiento de la justicia con la
intención de procurar la impunidad
para las propias malas acciones o
para las de terceros.
Conclusión
La cautela en la aplicación de la
pena debe ser el principio que rija
los sistemas penales, y la plena vigencia y operatividad del principio
pro homine debe garantizar que los
Estados no sean habilitados, jurídicamente o de hecho, a subordinar
el respeto de la dignidad de la persona humana a cualquier otra finalidad, incluso cuando se logre alcanzar una especie de utilidad social.
El respeto de la dignidad humana
no sólo debe actuar como límite de
la arbitrariedad y los excesos de los
agentes del Estado, sino como crite-
viernes 31 de octubre de 2014, número 44
Tierra, casa y trabajo
derechos para todos
rio de orientación para perseguir y
reprimir las conductas que representan los ataques más graves a la dignidad e integridad de la persona
humana.
Queridos amigos, os doy nuevamente las gracias por este encuentro, y os aseguro que seguiré estando cerca de vuestro arduo trabajo al
servicio del hombre en el ámbito de
la justicia. No cabe duda de que,
para quienes entre vosotros están
llamados a vivir la vocación cristiana del propio Bautismo, este es un
campo privilegiado de animación
evangélica del mundo. Para todos,
también para quienes entre vosotros
no son cristianos, en cualquier caso,
se necesita la ayuda de Dios, fuente
de toda razón y justicia. Invoco,
por lo tanto, para cada uno de vosotros, con la intercesión de la Virgen Madre, la luz y la fuerza del
Espíritu Santo. Os bendigo de corazón y, por favor, os pido que recéis por mí. Gracias.
VIENE DE LA PÁGINA 4
5 de San Mateo y 6 de San Lucas
(cf. Mt 5, 3 y Lc 6, 20), y que lean
el pasaje de Mateo 25. Se los dije a
los jóvenes en Río de Janeiro, con
esas dos cosas tiene el programa de
acción.
Sé que entre ustedes hay personas de distintas religiones, oficios,
ideas, culturas, países, continentes.
Hoy están practicando aquí la cultura del encuentro, tan distinta a la
xenofobia, la discriminación y la intolerancia que tantas veces vemos.
Entre los excluidos se da ese encuentro de culturas donde el conjunto no anula la particularidad, el
conjunto no anula la particularidad.
Por eso a mí me gusta la imagen
del poliedro, una figura geométrica
con muchas caras distintas. El poliedro refleja la confluencia de todas
las parcialidades que en él conservan la originalidad. Nada se disuelve, nada se destruye, nada se domina, todo se integra, todo se integra.
Hoy también están buscando esa
síntesis entre lo local y lo global. Sé
que trabajan día tras día en lo cercano, en lo concreto, en su territorio, su barrio, su lugar de trabajo:
los invito también a continuar buscando esa perspectiva más amplia,
que nuestros sueños vuelen alto y
abarquen el todo.
De ahí que me parece importante
esa propuesta que algunos me han
compartido de que estos movimientos, estas experiencias de solidaridad que crecen desde abajo, desde
el subsuelo del planeta, confluyan,
estén más coordinadas, se vayan encontrando, como lo han hecho ustedes en estos días. Atención, nunca
es bueno encorsetar el movimiento
en estructuras rígidas, por eso dije
encontrarse, mucho menos es bueno
intentar absorberlo, dirigirlo o dominarlo; movimientos libres tiene su
dinámica propia, pero sí, debemos
intentar caminar juntos. Estamos en
este salón, que es el salón del Síno-
do viejo, ahora hay uno nuevo, y sínodo quiere decir precisamente «caminar juntos»: que éste sea un símbolo del proceso que ustedes han
iniciado y que están llevando adelante.
Los movimientos populares expresan la necesidad urgente de revitalizar nuestras democracias, tantas
veces secuestradas por innumerables
factores. Es imposible imaginar un
futuro para la sociedad sin la participación protagónica de las grandes
mayorías y ese protagonismo excede
los procedimientos lógicos de la democracia formal. La perspectiva de
un mundo de paz y justicia duraderas nos reclama superar el asistencialismo paternalista, nos exige
crear nuevas formas de participación que incluya a los movimientos
populares y anime las estructuras de
gobierno locales, nacionales e internacionales con ese torrente de energía moral que surge de la incorporación de los excluidos en la construcción del destino común. Y esto
con ánimo constructivo, sin resentimiento, con amor.
Yo los acompaño de corazón en
ese camino. Digamos juntos desde
el corazón: Ninguna familia sin vivienda, ningún campesino sin tierra,
ningún trabajador sin derechos,
ninguna persona sin la dignidad
que da el trabajo.
Queridos hermanas y hermanos:
sigan con su lucha, nos hacen bien
a todos. Es como una bendición de
humanidad. Les dejo de recuerdo,
de regalo y con mi bendición, unos
rosarios que fabricaron artesanos,
cartoneros y trabajadores de la economía popular de América Latina.
Y en este acompañamiento rezo
por ustedes, rezo con ustedes y quiero pedirle a nuestro Padre Dios que
los acompañe y los bendiga, que los
colme de su amor y los acompañe
en el camino dándoles abundantemente esa fuerza que nos mantiene
en pie: esa fuerza es la esperanza, la
esperanza que no defrauda, gracias.
Ángelus del 26 de octubre
VIENE DE LA PÁGINA 1
En medio de la tupida selva de preceptos y prescripciones —a los legalismos de ayer y de hoy— Jesús abre
una brecha que permite distinguir dos rostros: el rostro
del Padre y el del hermano. No nos entrega dos fórmulas o dos preceptos: no son preceptos y fórmulas; nos
entrega dos rostros, es más, un solo rostro, el de Dios
que se refleja en muchos rostros, porque en el rostro de
cada hermano, especialmente en el más pequeño, frágil,
indefenso y necesitado, está presente la imagen misma
de Dios. Y deberíamos preguntarnos, cuando encontramos a uno de estos hermanos, si somos capaces de reconocer en él el rostro de Dios: ¿somos capaces de hacer esto?
De este modo Jesús ofrece a cada hombre el criterio
fundamental sobre el cual edificar la propia vida. Pero
Él, sobre todo, nos donó el Espíritu Santo, que nos
permite amar a Dios y al prójimo como Él, con corazón libre y generoso. Por intercesión de María, nuestra
Madre, abrámonos para acoger este don del amor, para
caminar siempre en esta ley de los dos rostros, que son
un rostro solo: la ley del amor.
Al término de la oración mariana
el Pontífice recordó el ejemplo de la madre Asunta
Marchetti, cofundadora de las Hermanas Misioneras de
San Carlos Borromeo - Escalabrinianas, beatificada el
sábado 25 de octubre en San Pablo, Brasil.
Queridos hermanos y hermanas:
Ayer, en San Pablo, Brasil, ha sido proclamada beata
la madre Asunta Marchetti, nacida en Italia, cofundadora de las Hermanas Misioneras de San Carlos Borromeo - Escalabrinianas. Era una religiosa ejemplar en el
servicio a los huérfanos de los emigrantes italianos; ella
veía a Jesús presente en los pobres, en los enfermos, en
los emigrantes. Demos gracias al Señor por esta mujer,
modelo de incansable misionariedad y valiente entrega
al servicio de la caridad. Y esto es una llamada y sobre
todo una confirmación de lo que hemos dicho antes,
respecto a buscar el rostro de Dios en el hermano y en
la hermana necesitados.
Un saludo especial dirijo a la comunidad peruana de
Roma, aquí presente con la sagrada imagen —que estoy
viendo— del Señor de los Milagros.
Saludo también a los peregrinos de Schönstatt: estoy
contemplando desde aquí el icono de la Madre.
Agradezco y saludo a todos con afecto. Por favor, rezad por mí, no lo olvidéis. Os deseo un feliz domingo
y buen almuerzo. ¡Hasta la vista!
número 44, viernes 31 de octubre de 2014
L’OSSERVATORE ROMANO
página 11
Misa del Pontífice en Santa Marta
Horizonte
infinito
La «experiencia mística» que Pablo
tiene de Jesús nos recuerda que no
se puede ser cristianos por sí solos,
amando a Dios y al prójimo «sin la
fuerza y la gracia del Espíritu Santo». Y es precisamente la experiencia del Apóstol la que volvió a proponer el Papa Francisco, relanzando
su actualidad espiritual como oración de adoración y de alabanza, en
la misa celebrada el jueves 23 de octubre en Santa Marta.
«Pablo tiene una experiencia de
Jesucristo, una experiencia del Señor
que lo llevó a dejar todo», hasta llegar a decir «dejé todo y tengo todo
por basura para ganar a Cristo y ser
hallado en Él». En efecto, «había
visto a Cristo, había conocido a
Cristo, estaba enamorado de Cristo». Y «progresa en este misterio».
Así, observó el Pontífice, «en la primera lectura —Efesios 3, 14-21— hemos escuchado el acto de adoración
que Pablo hace en presencia de
Dios: “Hermanos: doblo mis rodillas
ante el Padre”». Este es, pues, su acto de adoración al Padre. Pero «después nos explica por qué» lo hace.
El pasaje propuesto por la liturgia
de hoy, afirmó el Papa, «es original
por el lenguaje que usa Pablo». De
hecho, se trata de «un lenguaje sin
límites, un lenguaje grandioso, amplio: habla de la riqueza de su gloria; habla de comprender la anchura,
la longitud, la altura y la profundidad; conocer a Cristo que supera, a
Cristo que nos colma de toda plenitud». Es precisamente «un lenguaje
sin límites, que no se puede comprender en el sentido de abarcar»,
porque es «casi sin horizonte».
Pablo «adora a este Dios que tiene el poder de hacer mucho más de
lo que podamos pedir o pensar, según el poder que tiene incluso en el
tiempo, para todas las generaciones,
por los siglos de los siglos». Se trata
de un auténtico «acto de adoración,
una experiencia ante este Dios que
es como un mar sin playas, sin límites, un mar inmenso». Y «ante este
Dios, Pablo dobla las rodillas de su
corazón, de su alma».
«En este acto de adoración —afirmó el Papa— Pablo nos habla del
Padre, del Hijo y del Espíritu Santo». Y «¿qué pide Pablo para él, para la Iglesia —la Iglesia de Éfeso, en
este caso— y para todos nosotros?».
Dirigiéndose «al Padre, en quien tiene origen toda descendencia en el
cielo y en la tierra», Pablo le pide
ante todo «ser fortalecido en el
hombre interior mediante su Espíritu». También le pide «al Padre que
el Espíritu venga a fortalecernos, a
darnos fuerza». Sabe muy bien que
«no se puede ir adelante sin la fuerza del Espíritu. Nuestras fuerzas son
débiles. No se puede ser cristiano
sin la gracia del Espíritu». En realidad, «es precisamente el Espíritu
quien nos transforma el corazón,
quien nos hace progresar en la virtud para cumplir los mandamientos».
Además, Pablo le «pide otra gracia al Padre, pero por medio de
Cristo: “Que Cristo habite por la fe
en vuestros corazones”, para que estéis arraigados y cimentados en la
caridad». En esencia, le «pide la
presencia de Cristo para que nos haga crecer en la caridad, pero arraigados en el amor, cimentados en el
amor». Así mismo, le «pide al Padre
conocer este amor de Cristo que supera todo conocimiento, que no se
puede comprender». Pero entonces,
«¿cómo puedo conocer lo que no se
puede comprender?». La respuesta
de Pablo es clara: «Por medio de este acto de adoración de esa gran inmensidad».
En el pasaje de la carta a los Efesios, Pablo sigue hablando «a los
fieles del Padre: ha comenzado con
el Padre y termina con el Padre».
Por lo tanto, habla directamente a
los fieles de «Aquel que tiene poder
para realizar todas las cosas». El
apóstol afirma que el Padre puede
hacer «mucho más de lo que podemos pedir o pensar». Incluso milagros. «Pero no podemos imaginar
qué puede hacer el Padre, según el
poder que obra en nosotros». Así
pues, Pablo termina esta adoración
con una alabanza: «A Él la gloria,
por los siglos de los siglos».
El Pontífice explicó que nos hallamos ante «una experiencia mística
de Pablo, que nos enseña la oración
de alabanza y la oración de adoración». Así, «ante nuestras pequeñeces, ante nuestros intereses egoístas
—¡tantos!—, Pablo realiza esta alabanza, este acto de adoración». Y le
«pide al Padre que nos envíe al Espíritu para que nos dé fuerza y podamos ir adelante; para que nos haga comprender el amor de Cristo y
que Cristo nos consolide en el
amor». Y le dice al Padre: «Gracias,
porque eres capaz de hacer lo que ni
siquiera nos animamos a pensar».
El Papa destacó que esta oración
de Pablo «es una hermosa oración».
Y «con esta vida interior se puede
comprender que Pablo haya dejado
todo y tuviera todo por basura para
ganar a Cristo y ser hallado en él».
Sus palabras valen también para nosotros, porque «nos hace bien pensar así, nos hace bien adorar también nosotros a Dios». Sí, «nos hace
bien alabar a Dios, entrar en este
mundo de amplitud, grandiosidad,
generosidad y amor». Y, concluyó
Francisco, «nos hace bien porque así
podemos progresar en el gran mandamiento —el único mandamiento
que es el fundamento de todos los
demás— que es el amor: amar a Dios
y amar al prójimo».
La piedra y los
ladrillos
Es el Espíritu Santo quien construye
la Iglesia y consolida su unidad teniendo como base la piedra angular
que es Jesús. Para orientarnos a colaborar en esta construcción, tenemos entre las manos una «plantita»
que se llama esperanza. Con una advertencia: para ser fuertes es necesario ser débiles. Son las sugerencias
espirituales de san Pablo, que el Papa Francisco volvió a proponer en la
misa el viernes 24 de octubre.
La palabra más repetida por el
apóstol Pablo en este pasaje de la
Carta a los Efesios» (4, 1-6) propuesto por la liturgia es «solos»,
destacó enseguida el Papa. Ahí se
lee: «Un solo Señor, una sola fe, un
solo bautismo. Un Dios, Padre de
todos». Se repite muchas veces la
palabra «solo». Y precisamente en
esta perspectiva Pablo escribe expresamente: «Yo el prisionero, os exhorto a construir la unidad de la
Iglesia». La exhortación de Pablo,
explicó el Papa, está orientada a
construir «la Iglesia unida, con un
bautismo, una fe, un Señor, un Padre». Y «construir la unidad de la
Iglesia es el trabajo de la Iglesia y
de todo cristiano en la historia».
En particular, afirmó el Pontífice,
cuando «el apóstol Pedro habla de
la Iglesia, habla de un templo hecho
de piedras vivas que somos nosotros». En concreto, propone «lo
contrario de ese otro templo de la
soberbia como lo fue la torre de Babel». En efecto, «este templo lleva a
la unidad», mientras que el de Babel
«es el símbolo de la desunión, de no
entendernos, de la diversidad de lenguas».
Por lo tanto, afirmó el Papa,
«construir la unidad de la Iglesia, es
la tarea de cada cristiano, de cada
uno de nosotros». Y «cuando se debe construir un templo, un edificio,
se busca una zona edificable preparada para esto». Pero «la primera
cosa que se hace es buscar la piedra
fundamental: la piedra angular, dice
la Biblia». Y «la piedra angular de
la Iglesia es Jesús», mientras que «la
piedra angular de la unidad de la
Iglesia es la oración de Jesús en la
última cena: Padre, que sean uno».
Precisamente esta «es la fuerza»
—dijo el obispo de Roma—, es «la
piedra sobre la cual edificamos la
unidad de la Iglesia. Sin esta piedra
no se puede. No hay unidad sin Jesucristo en la base: es nuestra seguridad».
Pero «¿quién construye esta unidad?», se preguntó el Papa Francisco. Nosotros no, ciertamente, porque —puntualizó— «este es el trabajo
del Espíritu Santo: el único capaz de
construir la unidad de la Iglesia».
Jesús, en efecto, «lo envió para hacer crecer a la Iglesia, para hacerla
fuerte, para hacerla una». Es «el Espíritu vivo que todos nosotros tenemos dentro: él hace la unidad de la
Iglesia, en la diversidad de los pueblos, de las culturas, de las personas». Precisamente «en esta diversidad Él sabe cómo construir la unidad. Pero sólo Él puede construirla,
ninguno de nostros puede hacerlo».
Y el Papa Francisco propuso otra
pregunta: «¿Cómo se construye este
templo?». Al respecto, el apóstol Pedro «decía que éramos piedras vivas
en esta construcción». Pero «aquí el
apóstol Pablo», resaltó el Pontífice,
«nos aconseja no ser tanto piedras,
sino sobre todo ladrillos, débiles».
Por consiguiente, «los consejos que
da Pablo para ayudar al Espíritu
Santo en la construcción de esta unidad son consejos de debilidad, según el pensamiento humano». Y, en
efecto, «humildad, dulzura, magnanimidad, son cosas débiles, porque
el humilde parece que no sirve para
nada; la dulzura, la mansedumbe
parecen no servir; la magnanimidad,
el estar abierto a todos, tener el corazón grande...». Además, Pablo
añade: «sobrellevaos mutuamente
con amor», pero «esforzándoos por
mantener la unidad»
Y es exactamente «el mismo camino» realizado por Jesús, quien «no
retuvo ávidamente el ser igual a
Dios: se abajó, se despojó de sí mismo, haciéndose débil, débil, débil
hasta la cruz, y se hizo fuerte». El
Papa recordó que estamos llamados
a hacer «lo mismo: cuanto más somos ladrillos, así con estas virtudes,
más seremos útiles al Espíritu Santo
para construir la unidad de la Iglesia». Al contrario, «el orgullo, la suficiencia no sirven».
Al final se puede decir —acentuó
el Papa— que «es el Espíritu quien
lleva a cabo esta construcción, este
templo que es la Iglesia viva, sobre
la piedra fundamental que es Jesús,
que es una; sobre la piedra fundamental que es la oración de Jesús
por la unidad».
Pero hay otra cosa que Pablo añade: «un solo cuerpo y un solo Espíritu, como una sola es la esperanza
de la vocación a la que habéis sido
convocados». Porque «cuando se
lleva a cabo una construcción es necesario que el arquitecto haga los
planos». Y «¿cuáles son los planos
de la unidad de la Iglesia? La esperanza a la que hemos sido llamados:
la esperanza de ir hacia el Señor, la
esperanza de vivir en una Iglesia viva, hecha de piedras vivas, con la
fuerza del Espíritu Santo». Por eso,
«sólo sobre los planos de la esperanza podemos seguir adelante en la
unidad de la Iglesia».
El Papa Francisco concluyó recordando que «hemos sido llamados a
una gran esperanza»; y exhortó: «dirijámonos allí». Pero hagámoslo
«con la fuerza que nos da la oración
de Jesús por la unidad y con la docilidad al Espíritu Santo, que es capaz de transformar los ladrillos en
piedras vivas».
L’OSSERVATORE ROMANO
página 12
viernes 31 de octubre de 2014, número 44
COMUNICACIONES
Colegio episcopal
Audiencias pontificias
Monseñor Richard Daniel Alarcón Urrutia, arzobispo de Cuzco (Perú)
RENUNCIAS:
El Papa ha aceptado la renuncia al
gobierno pastoral de la arquidiócesis
de Cuzco (Perú) que monseñor
JUAN ANTONIO UGARTE PÉREZ, le
había presentado en conformidad
con el canon 401 § 1 del Código de
derecho canónico.
Juan Antonio Ugarte Pérez, del
clero de la prelatura personal del
Opus Dei, nació en Lima el 23 de
septiembre de 1938. Recibió la ordenación sacerdotal el 27 de agosto de
1967. Juan Pablo II le nombró obispo titular de Castro y auxiliar de la
diócesis de Abancay el 18 de agosto
de 1983; recibió la ordenación episcopal el 2 de octubre sucesivo. En
1986 fue trasladado como obispo auxiliar a la arquidiócesis de Cuzco, y
en 1991 a la prelatura territorial de
Yauyos, de la que fue también administrador apostólico. El Santo Padre
le nombró obispo-prelado de dicha
circunscripción eclesiástica el 15 de
marzo de 1997; y le promovió a arzobispo de Cuzco el 29 de noviembre
de 2003.
El Papa ha aceptado la renuncia al
gobierno pastoral de la archidiócesis
metropolitana de Malta que monseñor PAUL CREMONA, O.P., le había
presentado en conformidad con el
canon 401 § 2 del Código de derecho canónico.
Paul Cremona, O.P., nació en La
Valletta, archidiócesis de Malta, el
25 de enero de 1946. Recibió la ordenación sacerdotal el 22 de marzo
de 1969. Benedicto XVI le nombró
arzobispo de Malta el 2 de diciembre de 2006; recibió la ordenación
episcopal el 26 de enero de 2007.
EL PAPA
HA NOMBRAD O:
—Arzobispo metropolitano de Cuzco
(Perú) a monseñor RICHARD DANIEL
ALARCÓN URRUTIA, hasta ahora
obispo de Tarma.
Nombramientos pontificios
El Papa ha nombrado miembros
ordinarios de la Academia pontificia de ciencias al profesor YVES
COPPENS, docente de paleoantropología y prehistoria en el Colegio
de Francia de París (Francia), y a
la profesora ADA E. YONATH, docente de bioquímica y directora del
«Helen and Milton A. Kimmelman Center for biomolecular structure and Assembly del Weizmann
Institute of science» de Rehovot
(Israel).
Yves Coppens nació en Vannes
(Francia) el 9 de agosto de 1934.
Estudió física, química, geología,
zoología y botánica en la Universidad de Rennes y se doctoró en paleontología en la Universidad La
Soborna de París. Inició su carrera
docente en diversas instituciones
de París en 1956, sucesivamente en
el Centro nacional de investigación
científica (en francés CNRS), en el
Museo de historia natural, donde
ocupó la cátedra de antropología
biológica, y en el Colegio de Francia, donde desde 1983 es catedrático de paleoantropología y prehistoria. El profesor Coppens ha organizado, dirigido o codirigido muchas
expediciones en África tropical, en
Asia, en el norte y sur de África,
así como excavaciones en Francia.
Como resultado de sus investigaciones en este campo, ha recogido
toneladas de fósiles, cientos de homínidos, logrando una considerable cantidad de datos. Su investigación se ha centrado en los vertebrados fósiles, su conjunto y su
significado, en paleoambientes, pa-
leoclimas y biocronología, así como
sobre homínidos fósiles. Es autor y
coautor de más de mil publicaciones científicas y libros de investigación o divulgación y miembro de
diversas instituciones científicas en
todo el mundo.
Ada E. Yonath nació en Jerusalén el 22 de junio de 1939. Se doctoró en química en 1962, especializándose en bioquímica en la Universidad Hebrea de Jerusalén en
1964, y en cristalografía en el Instituto Weizmann de ciencias de Rehovot en Israel en 1968. Es titular
de la cátedra de biología estructural Martin S. y Helen Kimmel y
directora del Centro Helen y Milton A. Kimmelman para la estructura biomolecular del Instituto
Weizmann de ciencias. La profesora Yonath está especializada en la
traducción del código genético, estructura y función de los ribosomas, modalidades de acción, selectividad y resistencia de los antibióticos. Ha sido galardonada con varios premios y reconocimientos y
ha recibido el Premio Nobel de
química en 2009 por sus estudios
sobre la estructura y la función de
los ribosomas. Es también miembro de varias academias científicas
internacionales, entre ellas, la Academia nacional de ciencias de Estados Unidos, la Academia israelí de
ciencias y letras, la Academia europea de ciencias y arte, la Academia
internacional de astronáutica (AIA)
y la Academia internacional de microbiología.
Richard Daniel Alarcón Urrutia
nació en Lima el 10 de abril de 1952.
Recibió la ordenación sacerdotal el 8
de diciembre de 1976. El Papa Juan
Pablo II le nombró obispo de la diócesis de Tarma el 13 de junio de
2001; recibió la ordenación episcopal
el 21 de julio del mismo año.
—Obispo de Itumbiara (Brasil) a
FERNAND O
monseñor
ANTÔNIO
BRO CHINI, C.S.S., hasta ahora obispo
de Jaboticabal
Antônio
Fernando
Brochini,
C.S.S., nació en Río Claro, diócesis
de Piracicaba, el 10 de noviembre de
1946. Recibió la ordenación sacerdotal el 8 de diciembre de 1973. Juan
Pablo II le nombró obispo coadjutor
de Jaboticabal el 12 de diciembre de
2001; recibió la ordenación episcopal
el 3 de marzo de 2002. Pasó a ser
obispo residencial de dicha circunscripción eclesiástica el 25 de junio de
2003.
—Obispo de Fort-Liberté (Haití) a
ALPHONSE,
monseñor
QUESNEL
S.M.M., hasta ahora obispo titular de
Dionisiana y auxiliar de Puerto
Príncipe.
Quesnel Alphonse nació en Puerto Príncipe el 1 de diciembre de
1949. Ingresó en la congregación de
los padres monfortianos, donde recibió la ordenación sacerdotal el 16 de
julio de 1977. Benedicto XVI le nombró obispo titular de Dionisiana y
auxiliar de Puerto Príncipe el 10 de
noviembre de 2012; recibió la ordenación episcopal el 22 de diciembre
del mismo año.
EL SANTO PADRE
HA RECIBID O EN AUDIENCIA:
Miércoles 22 de octubre
—A monseñor Nunzio Galantino, obispo de Cassano all'Jonio,
secretario general de la Conferencia episcopal italiana.
Jueves, día 23
—Al primer ministro de Granada, Keith Mitchell, con su esposa
y el séquito.
—Al cardenal Fernando Filoni,
prefecto de la Congregación para
la evangelización de los pueblos.
—A monseñor Luigi Ventura,
arzobispo titular de Equilio, nuncio apostólico en Francia.
Viernes, día 24
—Al cardenal George Pell, prefecto de la Secretaría de asuntos
económicos.
—A monseñor Augustine Kasujja, arzobispo titular de Cesarea
de Numidia, nuncio apostólico en
Nigeria; observador permanente
de la Santa Sede ante la comunidad económica de los Estados de
África occidental.
Lunes, día 27
—Al presidente de la República
de Uganda, Yoweri Kaguta Museveni, con su esposa y el séquito.
—A monseñor Luis M. Montemayor, arzobispo titular de Illici,
nuncio apostólico en Senegal, Cabo Verde y Guinea Bissau y delegado apostólico en Mauritania.
Lutos en el episcopado
—Monseñor CARLO CURIS, arzobispo titular de Medeli, nuncio apostólico, falleció el 29 de septiembre.
Había nacido en La Maddalena
(Sassari, Italia) el 2 de noviembre de
1923. Era sacerdote desde el 13 de julio de 1947. Se doctoró en derecho
canónico. Entró en el servicio diplomático de la Santa Sede en 1956. Pablo VI le nombró arzobispo titular
de Medeli y delegado apostólico en
Sri Lanka el 14 de julio de 1971; recibió la ordenación episcopal el 3 de
octubre sucesivo. El mismo Papa le
nombró pro-nuncio apostólico en
Sri Lanka el 16 de febrero de 1976 y
le trasladó como pro-nuncio apostólico a Nigeria el 30 de marzo de
1978. Juan Pablo II le nombró delegado apostólico en Jerusalén y pronuncio apostólico en Chipre el 4 de
febrero de 1984; y le trasladó como
pro-nuncio apostólico a Canadá el
28 de marzo de 1990, donde fue
nombrado nuncio apostólico el 1 de
septiembre de 1994. Concluyó su
servicio diplomático el 4 de febrero
de 1999.
—Monseñor ANGELO MOTTOLA, arzobispo titular de Cercina, nuncio
apostólico, falleció el 8 de octubre.
Había nacido en Aversa (Italia) el 10
de enero de 1935. Era sacerdote desde el 2 de abril de 1960. Se doctoró
en teología. Había sido oficial de la
Congregación para las Iglesias orientales de 1963 a 1986, año en el que
fue nombrado delegado de la administración de la Congregación para
la evangelización de los pueblos.
Juan Pablo II le nombró arzobispo
titular de Cercina y nuncio apostólico en Irán el 16 de julio de 1999; recibió la ordenación episcopal el 21
de septiembre sucesivo. Benedicto
XVI le nombró nuncio apostólico en
Montenegro el 25 de enero de 2007.
Concluyó su servicio diplomático el
10 de enero de 2010.
número 44, viernes 31 de octubre de 2014
Cristianos
de color gris
El examen de conciencia sobre nuestras palabras, así como lo propone
san Pablo, nos ayudará a responder
a una pregunta crucial sobre nosotros mismos: ¿somos cristianos de la
luz, de las tinieblas, o, peor, de la
mediocridad? Es el interrogante que
el Papa Francisco planteó en la misa
del lunes 27 de octubre.
Para proponer este esencial examen de conciencia el Papa Francisco
se inspiró en el pasaje de la Carta a
los Efesios (4, 32-5, 8): «San Pablo
dice a los cristianos que debemos
comportarnos como hijos de la luz y
no como hijos de las tinieblas, como
éramos antes». Y «para explicar esto
—tanto él como el Evangelio (Lucas
13, 10-17)— hace una catequesis sobre
la palabra: cómo es la palabra de un
hijo de la luz y cómo es la palabra
de un hijo de las tinieblas».
Así, pues, explicó el Papa relanzando la catequesis paulina, «la palabra de un hijo que no es de la luz
puede ser una palabra obscena, una
palabra vulgar». Dice de hecho el
apóstol: «De la fornicación, la impureza, indecencia o afán de dinero, ni
hablar». De este modo, hizo notar el
Papa Francisco, «un hijo de la luz
luz no tiene este lenguaje vulgar, este lenguaje sucio».
Existe, sin embargo, «una segunda palabra, la palabra mundana». Y
Pablo sugiere que no se hable tampoco «de vulgaridad, futilidades, trivialidades». Y «la mundanidad es
vulgar y trivial», destacó. Por su
parte, «un hijo de la luz no es mundano y no debe hablar de mundanidad, de vulgaridad».
Pero san Pablo va más allá y dice:
«Estad atentos, que nadie os engañe
con palabras vacías». Un mensaje
que no pierde su actualidad, por lo
que el Pontífice añadió que hoy «escuchamos muchas» palabras vacías.
Y algunas son incluso «bellas, bien
dichas, pero vacías, sin nada por
dentro». Por ello «tampoco esta es
la palabra del hijo de la luz».
Y también, afirmó el Papa , «existe otra palabra en el Evangelio» y es
precisamente «la que Jesús dice a los
doctores de la ley: “hipócritas”». Sí,
es precisamente «la palabra “hipócrita”». Y así, sugirió, también nosotros «podemos pensar cómo es nuestra palabra: ¿es hipócrita? ¿Es un
poco de aquí y un poco de allá, para estar bien con todos? ¿Es una palabra vacía, sin esencia, llena de superficialidad? ¿Es una palabra vulgar, trivial, o sea, mundana? ¿Es una
palabra sucia, obscena?». No es propio de los hijos de la luz «este modo de hablar, hablar siempre de cosas sucias o de mundanidad o de superficialidad o hipócritamente».
En cambio «¿cuál es la palabra de
los santos, es decir, la palabra del
hijo de la luz?». También san Pablo
nos da la respuesta: «Sed imitadores
de Dios: caminad en la caridad; caminad en la bondad; caminad en la
mansedumbre». Quien camina así,
es precisamente, un hijo de la luz.
«Hoy la Iglesia nos hace reflexionar sobre el modo de hablar y esto
nos ayudará a entender si somos
hijos de la luz o hijos de las tinieblas», precisó el Papa. Y propuso
puntos de referencia concretos para
orientarse diciendo: «Acordaos: palabras obscenas, ¡nada! Palabras vul-
L’OSSERVATORE ROMANO
Misa en
Santa Marta
gares y mundanas, ¡nada! Palabras
vacías, ¡nada! Palabras hipócritas,
¡nada!». Estas palabras, en efecto,
«no son de Dios, no son del Señor,
sino que son del maligno».
Es verdad, observó el Pontífice,
que se pueden entender y reconocer
bien las diferencias entre los hijos de
la luz y los hijos de las tinieblas.
«Los hijos de la luz brillan» como
Jesús dice a sus discípulos: «Que
vuestras obras brillen y den gloria al
Padre». Es un hecho evidente que
«la luz brilla e ilumina a los demás
en el camino». Y «hay cristianos luminosos, llenos de luz, que buscan
servir al Señor con esta luz». Así como, por otra parte, «hay cristianos
tenebrosos, que no quieren nada del
Señor y llevan una vida de pecado,
una vida lejos del Señor».
Sin embargo, no siempre todo es
así claro y reconocible: por una parte los hijos de las tinieblas, y por
otra, los hijos de la luz. «Existe un
tercer grupo de cristianos —explicó—
que es el más difícil y complejo de
todos: los cristianos ni luminosos ni
oscuros». Y estos «son los cristianos
de color gris», que «en una ocasión
Hay cristianos que se detienen en la
«reception» de la Iglesia y permanecen inmóviles en la puerta, para no
comprometerse. Es la actitud de
quien se declara «católico, pero no
demasiado», de ello el Papa Francisco habló durante la misa del martes
28 de octubre.
El día de la fiesta de los santos
apóstoles Simón y Judas, destacó el
Pontífice, «la Iglesia nos hace reflexionar sobre sí misma», invitándonos a considerar «cómo es la Iglesia,
qué es la Iglesia». En la carta a los
Efesios (2.19-22) «lo primero que
nos dice Pablo es que nosotros no
somos extranjeros ni forasteros: no
estamos de paso, en esta ciudad que
es la Iglesia, sino que somos conciudadanos». Por lo tanto, «el Señor
nos llama a su Iglesia con el derecho
de un ciudadano: no estamos de paso, estamos arraigados allí. Nuestra
vida está allí».
están de esta parte, y en otra de
aquella». Son cristianos que están
«siempre en la mediocridad: son los
tibios». Se lee en el Apocalipsis
cuando «el Señor a estos cristianos
de la mediocridad les dice: “¡tú no
eres ni caliente ni frío! ¡Ojalá fueras
caliente o frío! Pero porque eres tibio —gris— ¡te vomitaré de mi boca!”». Por lo tanto, dijo el Papa, «el
Señor es duro con los cristianos de
color gris». Y no sirve de nada justificarse para autodefenderse: «yo soy
cristiano, pero sin exagerar».
Estas personas mediocres «hacen
mucho mal, porque su testimonio
cristiano es un testimonio que, al final, siembra confusión».
El pasaje de san Pablo, concluyó
el Papa Francisco, es un buen termómetro para reconsiderar bien
«nuestro lenguaje». Y puede ser útil
responder a estas preguntas: «¿Cómo hablamos? ¿Con cuáles de estas
cuatro palabras hablamos? ¿Palabras
obscenas, palabras mundanas, vulgares, palabras vacías, palabras hipócritas?». Y la respuesta a estos interrogantes, añadió el Papa, debe sugerirnos otra pregunta: «¿Soy un
cristiano de la luz? ¿Soy un cristiano
de la oscuridad? ¿Soy un cristiano
de color gris?». Este examen concreto de conciencia nos ayudará a «dar
un paso adelante, para encontrar al
Señor».
Y Pablo «presenta la imagen del
palacio o del templo» al escribir:
«Estáis edificados sobre el cimiento
de los apóstoles y profetas, y el mismo Cristo Jesús es la piedra angular» (v. 20). Exactamente «esta es la
Iglesia», confirmó el Papa. Porque
«estamos edificados sobre las columnas de los apóstoles: la piedra angular, la base, es Cristo mismo, y nosotros estamos dentro».
San Pablo sigue explicando que
en Cristo «todo el edificio queda ensamblado, y se va levantando hasta
formar un templo consagrado. Por
Él también vosotros entráis con ellos
en la construcción, para ser morada
de Dios, por el Espíritu» (vv. 21-22).
He aquí, pues, «la definición de la
Iglesia que hoy nos da Pablo: un
templo edificado». Y así «también
nosotros somos edificados para convertirnos en morada del Espíritu».
Esta misma visión de la Iglesia,
continuó el Pontífice, «podemos
verla también un poco más desarrollada en el pasaje del Evangelio» de
san Lucas (6, 12-19) que relata cómo
eligió Jesús a los apóstoles. El evangelista «dice que Jesús fue al monte
a rezar. Y luego llamó a los doce,
los eligió». Así, pues, Jesús bajó juntamente con ellos del monte, encontrando que en la llanura lo esperaba
«una gran muchedumbre de sus dis-
Católicos
pero no demasiado
página 13
cípulos, a los que enviará», y «una
gran multitud de gente que trataba
de tocarlo» para ser curada.
En resumen, explicó el Papa, «Jesús ora, Jesús llama, Jesús elige, Jesús envía a los discípulos, Jesús cura
a la muchedumbre». Y «dentro de
este templo Jesús, que es la piedra
angular, hace todo este trabajo: es Él
quien, de este modo, lleva adelante
a la Iglesia». Precisamente como escribe Pablo, «esta Iglesia está edificada sobre el cimiento de los apóstoles que Él eligió». Lo confirma el
pasaje evangélico cuando recuerda
que el Señor «eligió a doce: todos
pecadores, todos». Judas —indicó el
obispo de Roma— «no era el más
pecador» y «no sé quien haya sido
el más pecador». Pero «Judas, pobrecillo, es quien se cerró al amor y
por ello se convirtió en traidor». Es
un hecho que «todos los apóstoles
escaparon en el momento difícil de
la pasión y dejaron solo a Jesús: todos son pecadores». Y a pesar de
ello, Jesús mismo los eligió.
Así, continuó el Papa Francisco,
«a la Iglesia la edifica Jesús con su
oración; con la elección de los apóstoles; con la elección de los discípulos que luego envía; con el encuentro con la gente». Jesús nunca está
«separado de la gente: está siempre
en medio de la multitud que trataba
de tocarlo, porque de Él salía una
fuerza que curaba a todos», como
destaca san Lucas en su Evangelio.
«Nosotros somos ciudadanos,
conciudadanos, de esta Iglesia», dijo
el Pontífice. Por ello, «si no entramos en este templo y formamos parte de esta construcción para que el
Espíritu Santo more en nosotros, no
estamos en la Iglesia». Más bien
«estamos en la puerta y miramos»,
tal vez diciendo: «Es hermoso, sí,
esto es hermoso». Y así terminamos
siendo «cristianos que no van más
allá de la “reception” de la Iglesia.
Estoy allí, en la puerta», con la actitud propia de quien piensa: «Sí, soy
católico, sí, pero demasiado no, así».
Según el Papa Francisco, «la cosa
tal vez más hermosa que se pueda
decir acerca de cómo se construye la
Iglesia es la primera y la última palabra del pasaje del Evangelio: “Jesús reza”, “salió al monte a orar y
pasó la noche orando a Dios”». Por
lo tanto, «Jesús reza y Jesús cura»,
porque «salía de Él una fuerza que
curaba a todos». Precisamente «en
este marco —Jesús que reza y Jesús
que cura— está todo lo que se puede
decir de la Iglesia: Jesús que reza
por los suyos, por los fundamentos,
por los discípulos, por el pueblo; y
Jesús que cura, que soluciona los
problemas de la gente, que da la salud del alma y del cuerpo».
La realidad de «Jesús que reza y
Jesús que cura» es actual también
hoy para todos nosotros. Porque
«nosotros —reafirmó el Papa— no
podemos entender a la Iglesia sin
este Jesús que ora y este Jesús que
cura». El Papa Francisco concluyó
su meditación con la oración al Espíritu Santo, para que «nos haga
comprender a todos nosotros esta
Iglesia que tiene su fuerza en la oración de Jesús por nosotros y que es
capaz de curarnos a todos».
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L’OSSERVATORE ROMANO
viernes 31 de octubre de 2014, número 44
Documento de la Pontificia Comisión Bíblica
Inspiración y verdad
KLEMENS STO CK*
La Pontificia Comisión Bíblica publicó un documento sobre Inspiración y verdad de la Sagrada Escritura.
La Palabra que viene de Dios y habla
de Dios para salvar al mundo (Ciudad del Vaticano, Librería Editora
Vaticana, 2014, 254 páginas). En la
asamblea sinodal de 2008 sobre la
Sagrada Escritura en la vida y en la
misión de la Iglesia se sugirió un estudio profundo de las dos características principales de la Biblia, o sea,
su inspiración y su verdad. La Comisión, aceptando esta sugerencia,
comenzó su reflexión basándose en
la enseñanza del Vaticano II, que encontramos en la constitución dogmática Dei Verbum.
A partir de esta pista, el documento de la Comisión considera, ante todo, la naturaleza de los libros
sagrados. La primera parte está dedicada a verificar qué testimonian
sobre su proveniencia de Dios. La
segunda parte investiga cómo se presenta la verdad que Dios quiere comunicarnos. Sigue la tercera parte,
que se ocupa de algunos pasajes de
la Biblia que parecen cuestionar su
verdad y, en consecuencia, su inspiración.
Según cuanto testimonian los mismos textos sagrados, su proveniencia
de Dios se presenta de diferentes
modos. Se indican algunos ejemplos. Moisés es llamado por Dios, se
convierte en mediador entre Dios y
el pueblo de Israel y debe comunicar a su pueblo, oralmente o por escrito (cf. Éxodo 24, 4; 34, 27; Deuteronomio 31, 9), las instrucciones recibidas de Dios. Es parecido el caso
de los profetas que, después de haber sido llamados por Dios (por
ejemplo, Isaías 6, 1-13), reciben las
palabras de Dios para comunicarlas
al pueblo, a veces con el mandato
explícito de ponerlas por escrito (cf.
Jeremías 36, 2). Para el autor del libro del Sirácida, la lectura meditativa y creyente «de la Ley, de los Profetas y de los demás libros de nuestros padres» se convierte en fuente
de la sabiduría que «viene del Señor» (Sirácida 1, 1) y lo impulsa a escribir su obra.
Es característico de todos los escritos del Nuevo Testamento que la
persona de Jesús medie toda relación de los autores con Dios. El
apóstol Pablo reafirma su relación
inmediata con Jesús resucitado (1
Corintios 9, 1; 15, 8) y la considera
don recibido de Dios Padre (cf. Gálatas 1, 15-16; también Gálatas 1, 12).
El autor del cuarto evangelio testimonia su contemplación de la gloria
del Hijo unigénito (Juan 1, 14) y se
presenta como testigo ocular de lo
que relata y cómo es instruido y
guiado por el Espíritu de verdad
mandado por Jesús glorificado. Es
diferente el caso del autor del Evangelio de Lucas y del de la carta a los
Hebreos. El primero basa su relato
«de todo lo que Jesús hizo y enseñó» (Hechos 1, 1) en «testigos oculares y servidores de la Palabra» (Lucas 1, 2); el segundo se refiere a testigos oyentes del anuncio del Señor
para su exposición de «semejante
salvación» (Hebreos 2, 3). Los datos
bíblicos recogidos de esta manera no
tizarse así: Dios es per- hizo cercano y llama a la conversión,
fecta comunión en sí y a «signos» les da el carácter de remismo y Dios ofrece la velaciones de la identidad de Jesús
comunión de vida consi- que llaman a la fe en Él. Las numego a todos los seres hu- rosas divergencias en los detalles de
manos por medio de su los relatos pascuales pueden dirigir
Hijo (cf. también Dei la atención al «perenne valor teolóVerbum, 2).
gico de los evangelios» (instrucción
Entre los textos que Sancta Mater Ecclesia), es decir, a la
parecen
problemáticos posibilidad de encontrar un comendesde el punto de vista tario teológico expresado de modo
de lo que sucedió efectinarrativo que indique la relación de
vamente, el documento
los hechos narrados con Dios.
se ocupa de los relatos
Ejemplos de prácticas escandalodel ciclo de Abraham
(especialmente Génesis 15) sas y contrarias a la enseñanza de Jey del paso del mar (Éxo- sús son la oración a Dios que pide
do 14), de los libros de venganza (por ejemplo, en el Salmo
Tobías y Jonás, de los 109), o dedicarse al exterminio de
evangelios de la infancia los habitantes de Canáan (Deuterono(Mateo 1-2; Lucas 1-2), de mio 7, 1-2; Josué 6-11). Colocarlos en
los relatos de milagros y su contexto histórico y literario sirve
de los relatos pascuales. para comprender mejor su significaAludimos a estas explica- do original, pero para los cristianos
únicamente el ejemplo y la enseñanciones.
Con respecto a Abra- za de Jesús son válidos.
ham, se pone de relieve
El estudio de los libros bíblicos en
el carácter normativo de referencia a su auto-testimonio sobre
su comportamiento; en la proveniencia de Dios y a la vercuanto al paso del mar, dad que nos transmiten pone de rela salvación realizada lieve los diversos modos de la relaEvangeliario de Godescalco (siglo VIII)
completamente por el Se- ción de sus autores con Dios y de la
ñor; se muestra el carác- expresión de la verdad, que sigue esconstituyen una doctrina integral so- ter sapiencial y edificante del libro tando orientada al conocimiento de
bre la inspiración bíblica, pero dicha de Tobías y se indican algunos te- Dios y de su salvación.
mas teológicos del libro de Jonás.
doctrina debe tenerlos en cuenta.
Se llega al culmen en la persona
La salvación humana es el fin de Los evangelios de la infancia sirven de Jesús, en quien se verifica la revela revelación de Dios. Según la Dei como introducciones a los dos evan- lación plena de la verdad. La comVerbum, los libros bíblicos comuni- gelios y establecen las características
prensión adecuada de la inspiración
can la verdad por cuanto está rela- de la persona y la obra de Jesús ya
y de la verdad bíblica debe basarse
cionada con esta salvación (n. 11). en sus orígenes.
Las acciones extraordinarias de Je- en el papel de la persona y obra de
Según esta misma constitución, la
Jesús.
verdad que se encuentra en el centro sús constituyen una parte esencial de
de la revelación se refiere a Dios su ministerio. Los términos «obras
mismo y a la salvación humana, y con poder» las califican como mani- *Secretario de la Pontificia Comisión
alcanza su revelación plena en la festaciones del reino de Dios que se Bíblica
persona de Jesús (n. 2). En consecuencia, se deben tener en cuenta
dos aspectos. Primero: la lectura que
corresponde a la finalidad de la Sagrada Escritura es la que busca en
ella el conocimiento de Dios y de su
salvación. Segundo: la venida de Jesús, y con ella el culmen de la revelación, es preparada por una larga
«economía» de la revelación divina.
Los libros bíblicos no solo testimonian la meta (Nuevo Testamento), sino también el camino de preparación (Antiguo Testamento). Por
eso la verdad plena sobre Dios y sobre su salvación no se encuentra en
una lectura reducida a libros individuales y aislados, sino solamente en
una lectura «canónica», a la luz que
viene de la persona de Jesús.
El documento refiere la verdad
que se manifiesta en distintos libros
bíblicos. El culmen de la revelación
sobre Dios y la salvación traída por
Jesús puede expresarse en referencia
a Mateo (28, 19-20): Jesús revela a
Dios que es Padre, Hijo y Espíritu
Santo, a Dios que es y vive en sí
El jueves 23 de octubre por la mañana, en el palacio apostólico vaticano,
mismo una comunión perfecta. Jesús
el Papa Francisco recibió en audiencia al Primer ministro de Granada, el
llama a sus discípulos al seguimiento
señor Keith Mitchell, quien sucesivamente se reunió con el secretario de
(Mateo 4, 18-22), a la comunión de
Estado, el cardenal Pietro Parolin, acompañado por el arzobispo Dominivida con Él, y les manda hacer discíque Mamberti, secretario para las Relaciones con los Estados. Durante
pulos a todos los pueblos (Mateo 28,
las cordiales conversaciones se centraron en las buenas relaciones que
19), es decir, introducirlos en la misexisten entre la Santa Sede y Granada, además de la importante contribuma comunión de vida con Él. Jesús
ción que la Iglesia católica realiza en el campo educativo, social y caritatitambién expresa en Juan (17, 24) su
vo ante los desafíos del país, sobre todo en lo que concierne a la juvendeseo más elevado. La verdad sobre
tud. Al respecto, se afirmó también la necesidad de una cooperación enDios y sobre la salvación humana,
tre todas las fuerzas sociales con vistas a la promoción del bien común y
del desarrollo del país.
revelada por y en Jesús, puede sinte-
Audiencia al primer ministro
de Granada
número 44, viernes 31 de octubre de 2014
L’OSSERVATORE ROMANO
página 15
Estela de Licinia Amias
(siglo II-III, Museo nacional romano)
Prehistoria de la epigrafía y falsas atribuciones
El pez de los vivientes
minos en que fue formulada— en la
realidad de la documentación. Pero
l contrario de una inveterada esto no impidió que una parte consiy aún no desaparecida co- derable de la investigación se dedirriente de estudios, la praxis cara a buscar rastros de una genuina
epigráfica de los orígenes cristianos y reconocible especificidad cristiana
sólo puede observarse desde la pers- que, aunque con formas voluntariapectiva cultural y conceptual de la mente ocultas, podían descubrirse
unidad epigráfica romana, sin des- incluso en el período de los orígenes
cuidar o reducir la progresiva in- en sentido estricto. A excepción de
fluencia de aspectos calificadores di- poquísimos ejemplares auténticarectamente inducidos por la apari- mente protocristianos, como por
ción y consolidación del fenómeno ejemplo la estela de Abercio o las
cristiano. En esta dirección, los ele- inscripciones de la familia de los Anmentos que legitiman un encargo cotii en el pequeño sepulcro de una
cristiano siempre deben insertarse y zona de vía Appia, la documentaobservarse en el ámbito de las diver- ción citada como apoyo de un hiposas tipologías funcionales previstas tético Urchristentum epigráfico se
en la praxis epigráfica romana, latina identificaba, en definitiva, con la lectura «cristiana» de elementos epigráy griega.
La sencilla expresión mortis me- ficos de la época medio-imperial,
tuenda potestas (Ed 21, 8), escrita por que sólo presentan la característica
un cristiano (Dámaso) en la segunda de ser inscripciones funerarias romamitad del siglo IV, podía colocarse, nas.
En este clima ideológico sucediesin contradicción alguna, tanto en la
tumba de un pagano como en la de ron deplorables episodios de interun cristiano, puesto que sólo desig- venciones posteriores, con manipulanaba un compartido sentimiento ciones de materiales antiguos plega«primario» radicado en el terreno dos forzosamente en favor de la que
impropiamente se consideraba una «causa jusLa praxis epigráfica de los orígenes
ta». Es lo que ocurrió en
la catacumba de Santa
cristianos sólo puede observarse
Catalina en Chiusi —un
desde la perspectiva cultural y conceptual hipogeo mixto donde estaban enterrados juntos
de la unidad epigráfica romana
paganos y cristianos—,
en la que por iniciativa
común de la esfera antropológica. A de algunos estudiosos locales, en
lo largo de la historia secular de la 1854 algunas estelas paganas fueron
epigrafía cristiana, la diferente con- privadas, mediante cincelado, de su
cepción de la muerte que caracteriza signo de identificación, la adprecatio
a los Christi fideles y los distingue en a los dioses Mani, «a fin de no dar
la sociedad romana, no inmediata- —como se escribió— a nuestros cenmente y no siempre se señala paten- sores [los protestantes] ningún pretemente en las expresiones dedicadas texto para pensar mal» (Antonio Fea la muerte. En los albores de los rrua, Documenti sullo scavo e pubbliprimeros testimonios —entre finales cazione della catacomba di s. Caterina
del siglo II y comienzos del siglo III– di Chiusi, en: «Rivista di archeologia
y antes de la realización de lugares cristiana» 60, 1984, p. 94, doc. n.
de sepultura queridos por la comu- 14).
También en Roma se verificaron
nidad, no parece haber, si no episódicamente, signos explícitos de iden- episodios de este tipo, aunque no
«firmados»: si en Chiusi se cincelatidad y pertenencia.
Desde principios del siglo pasado ba, en la Urbe —como parece— se
no pocos estudiosos, incluso autori- procedía a añadir. Es muy conocida,
zados, habían removido de hecho es- más aún, famosísima, la así llamada
ta realidad objetiva, sobre todo en el estela funeraria de Licinia Amias, inperíodo más acalorado de la disputa dicada por la Vulgata historiográfica
antimodernista, que también implicó como testimonio protocristiano, pretotalmente los estudios de arqueolo- cursor del uso del Ichthys (pez) y de
gía y epigrafía. Era preponderante el la combinación figurativa pez-ancla
preconcepto de que, incluso a través en clave cristiana. Se trata de una
del medium epigráfico, los cristianos estela funeraria con acroteras de fihabían declarado desde los orígenes, nales del siglo II e inicios del siglo
casi por necesidad, su pertenencia, III. Las informaciones sobre su prorecurriendo a códigos simbólicos veniencia se limitan a la indicación
—textuales y/o figurativos— relativos genérica «área vaticana», pero no se
a aspectos calificadores de su identi- conoce el contexto monumental oridad.
ginario de pertenencia, aunque la
De estas investigaciones se derivó morfología del soporte (una estela
una imagen del todo autorreferen- marmórea) sólo puede suponer su
cial: una praxis epigráfica definida empleo en un cementerio sudiale, es
desde los comienzos con una identi- decir, a cielo descubierto. Se podría
dad propia, fundada en una matriz pensar —pero es mera hipótesis— en
«bíblica» que impregnaría sus for- la necrópolis bajo la basílica de San
mas y sus contenidos. Sólo una re- Pedro, o sea en el extenso sepulcro
construcción virtual, que no tiene hallado bajo el aparcamiento vaticaconfirmación —al menos en los tér- no. El texto grabado es este: d(is)
CARLO CARLETTI
A
M(anibus) / ichthys zonton / (ancla, je famoso del De baptismo (1, 3), de
pez, ancla) / Liciniae Amiati be|neme- Tertuliano. Así pues, se trata de una
renti vixit | (Inscriptiones Christianae inserción fortasse novicia, lo cual, por
Urbis Romae II, n. 4246).
otra parte —proféticamente—, había
La inserción de la secuencia ver- intuido ex ingenio Víctor Schultze en
bal griega entre la adprecatio a los las postrimerías del siglo XIX (Ardioses Mani y los elementos figurati- chäologische Studien über altchristliche
vos (dos anclas afrontadas a un pez) Monumente, Viena, 1880, pp. 229-231,
parece objetivamente una anomalía 274).
en una lápida que, sin duda, tiene
En su estado actual —salvo pocos
una manufactura de alta calidad. y muy identificables focos de resisPor otra parte, la misma locución tencia—, la crítica epigráfica ha acoichthys zonton («pez de los vivien- gido fundamentalmente la ya consotes») se presenta como un unicum lidada lección de dos maestros como
absoluto en el conjunto de la pro- Franz Joseph Dölger y Antonio Feducción epigráfica de encargo cris- rrua (ambos sacerdotes católicos),
tiano, tanto occidental como orien- que emprendieron una verdadera detal.
puración, devolviendo las inscripcioEn realidad, como demostró Gior- nes tendenciosamente consideradas
gio Filippi mediante un cuidadosísi- cristianas a su respectivo ámbito de
mo examen, a lo largo de su historia pertenencia: in partibus infidelium,
la estela vaticana tuvo una serie de como habría dicho Giovanni Battista
sucesivas manipulaciones y usos de Rossi, medio en broma, medio en
(véase, bajo la dirección de Ivan Di serio.
Las líneas directrices y el inicio
Stefano Manzella, Le iscrizioni dei
cristiani in Vaticano. Materiali e con- concreto de este proceso de revisión
tributi scientifici per una mostra epigra- están sólidamente arraigados en el
fica, Ciudad del Vaticano, 1977, concepto historiográfico de la AuseiScheda n. 3.2.2, pp. 218-220).
nandersetzung zwischen Antike und
A la redacción originaria, consti- Christentum (la «dialéctica entre
tuida por la dedicatoria dis Manibus, mundo antiguo y cristianismo») de
por dos peces afrontados a un ancla Dölger y en las experiencias realizay por la mención de un fallecido das por Ferrua durante su militancia
también desconocido, siguieron dos intervencioEs muy conocida, la así llamada estela
nes sucesivas. En un primer momento —previa
funeraria de Licinia Amias que a lo
abrasión y consecuente
largo de su historia tuvo una serie de
descenso del nivel de la
escritura— se canceló la
sucesivas manipulaciones y usos
primera dedicatoria y en
el mismo espacio se la
sustituyó con la de Licinia Amias; epigráfica, que le permitieron elaboluego, debajo del dis Manibus se in- rar el principio según el cual había
sertó ichthys zonton. Los dos primeros que suponer que un epígrafe era pausos debieron hacerse entre la mitad gano hasta que se dispusiera de ardel siglo II y el comienzo del siglo gumentos «positivos» para consideIII; el tercero en edad imprecisa, que
rarlo cristiano: ante la duda —añanada impone circunscribir al mundo día— era mejor renunciar a una elecantiguo, incluso porque suscita más ción definitiva.
de una duda la presencia simultánea
Al respecto —como recuerdo perdel latín y del griego en un mismo sonal—, vuelvo a proponer lo que
contexto; de modo análogo, parece Ferrua repetía muchas veces durante
incoherente el evidente y cuidadosísus lecciones de epigrafía en el Ponsimo corte —por cierto no al azar—
de la parte inferior de la estela, lo tificio Instituto de arqueología criscual habría impedido —en la anti- tiana: el justo enfoque laico de la ingüedad— su colocación en el terreno vestigación no sólo puede beneficiar
como signo de una sepultura excava- el conocimiento histórico, sino también la causa y la credibilidad de la
da.
En definitiva, la sorprendente in- Iglesia, sobre todo cuando es un esserción «pez de los vivientes» puede tudioso creyente quien se confronta
considerarse, con toda probabilidad, con los testimonios a menudo inuna expresión posterior, muy difícil- completos y no fácilmente desciframente atribuible a la antigüedad, y bles relativos a la antigüedad cristiaprobablemente inspirada en un pasa- na.
L’OSSERVATORE ROMANO
página 16
viernes 31 de octubre de 2014, número 44
En la audiencia general el Papa habla de la relación entre la realidad visible y espiritual de la Iglesia
Si el cristiano
es motivo de escándalo
Con su «mal ejemplo» el cristiano
puede ser «motivo de escándalo» para
los demás. De este riesgo alertó el
Papa Francisco a los fieles durante
la audiencia general del miércoles 29
de octubre, dedicada a la relación entre
realidad visible y realidad espiritual
de la Iglesia.
Queridos hermanos y hermanas,
¡buenos días!
En las catequesis anteriores tuvimos ocasión de destacar cómo la
Iglesia tiene una naturaleza espiritual: es el cuerpo de Cristo, edificado en el Espíritu Santo. Cuando nos
referimos a la Iglesia, sin embargo,
inmediatamente el pensamiento se
dirige a nuestras comunidades, nuestras parroquias, nuestras diócesis, a
las estructuras en las que a menudo
nos reunimos y, obviamente, también a los miembros y a las figuras
más institucionales que la dirigen,
que la gobiernan. Es esta la realidad
visible de la Iglesia. Entonces, debemos preguntarnos: ¿se trata de dos
cosas distintas o de la única Iglesia?
Y, si es siempre la única Iglesia, ¿cómo podemos entender la relación
entre su realidad visible y su realidad espiritual?
Ante todo, cuando hablamos de la
realidad visible de la Iglesia, no debemos pensar sólo en el Papa, los
obispos, los sacerdotes, las religiosas
y todas las personas consagradas. La
realidad visible de la Iglesia está
constituida por muchos hermanos y
hermanas bautizados que en el mundo creen, esperan y aman. Pero muchas veces escuchamos que se dice:
«La Iglesia no hace esto, la Iglesia
no hace esto otro...» – «Pero, dime,
¿quién es la Iglesia?» – «Son los sacerdotes, los obispos, el Papa...» –
La Iglesia somos todos, nosotros.
Todos los bautizados somos la Iglesia, la Iglesia de Jesús. Todos aquellos que siguen al Señor Jesús y que,
en su nombre, se hacen cercanos a
los últimos y a los que sufren, tratando de ofrecer un poco de alivio,
de consuelo y de paz. Todos los que
hacen lo que el Señor nos ha mandado son la Iglesia. Comprendemos,
entonces, que incluso la realidad visible de la Iglesia no es mensurable,
no es posible conocer en toda su
amplitud: ¿cómo se hace para conocer todo el bien que se hace? Muchas obras de amor, numerosas fidelidades en las familias, tanto trabajo
para educar a los hijos, para transmitir la fe, tanto sufrimiento en los
enfermos que ofrecen sus sufrimientos al Señor... Esto no se puede medir y es muy grande. ¿Cómo se hace
para conocer todas las maravillas
que, a través de nosotros, Cristo logra obrar en el corazón y en la vida
de cada persona? Mirad: también la
realidad visible de la Iglesia va más
allá de nuestro control, va más allá
de nuestras fuerzas, y es una realidad misteriosa, porque viene de
D ios.
Llamamiento a la comunidad internacional
Para derrotar el virus del ébola
Un llamamiento a la comunidad
internacional para derrotar el virus
del ébola lanzó el Papa al término de
la audiencia general.
En el momento de los saludos en
lengua española, el Pontífice se
dirigió con estas palabras al pueblo
mexicano.
Ante el avance de la epidemia del
ébola, deseo expresar mi viva preocupación por esta implacable enfermedad que se está extendiendo especialmente en el continente africano, sobre todo entre las poblaciones más desfavorecidas. Estoy cercano con el afecto y la oración a
las personas afectadas, así como a
los médicos, a los enfermeros, a los
voluntarios, a los institutos religiosos y a las asociaciones que trabajan heroicamente para socorrer a
estos hermanos y hermanas nuestros enfermos. Renuevo mi llamamiento, a fin de que la comunidad
internacional ponga en acción todo
el esfuerzo necesario para derrotar
este virus, aliviando concretamente
las dificultades y los sufrimientos
de quienes son tan duramente probados. Os invito a rezar por ellos y
por quienes han perdido la vida.
Quisiera hoy elevar una oración y
traer cerca de nuestro corazón al
pueblo mexicano, que sufre por la
desaparición de sus estudiantes, y
por tantos problemas parecidos.
Que nuestro corazón de hermanos
esté cerca de ellos orando en este
momento.
A los jóvenes, a los enfermos y a los
recién casados, haciendo referencia a
la ya próxima festividad de Todos los
santos, les dijo:
Nos acercamos a la solemnidad de
Todos los santos. Queridos jóvenes, mirad a los santos como modelos de vida; queridos enfermos,
ofreced vuestro sufrimiento por
quienes tienen necesidad de conversión; y vosotros, queridos recién
casados, cuidad el crecimiento en
la fe de vuestra casa matrimonial.
Para comprender la relación, en la
Iglesia, la relación entre su realidad
visible y su realidad espiritual, no
hay otro camino más que mirar a
Cristo, de quien la Iglesia constituye
el cuerpo y de quien ella nace, en un
acto de infinito amor. También en
Cristo, en efecto, en virtud del misterio de la Encarnación, reconocemos una naturaleza humana y una
naturaleza divina, unidas en la misma persona de modo admirable e
indisoluble. Esto vale de modo análogo también para la Iglesia. Y como en Cristo la naturaleza humana
secunda plenamente la naturaleza
divina y se pone a su servicio, en
función de la realización de la salvación, así sucede, en la Iglesia, por su
realidad visible, respecto a la naturaleza espiritual. También la Iglesia,
por lo tanto, es un misterio, en el
cual lo que no se ve es más importante que aquello que se ve, y sólo
se puede reconocer con
los ojos de la fe (cf.
Const. dogm. sobre la
Iglesia Lumen gentium,
8).
Así, pues, en el caso
de la Iglesia, debemos
preguntarnos: ¿cómo es
que la realidad visible
puede ponerse al servicio de la realidad espiritual? Una vez más, podemos comprenderlo mirando a Cristo. Cristo es
el modelo de la Iglesia,
porque la Iglesia es su
cuerpo. Es el modelo de
todos los cristianos, de
todos nosotros. Cuando
se mira a Cristo no hay
lugar a error. En el
Evangelio de san Lucas
se relata cómo Jesús, al
volver a Nazaret, donde
se había criado, entró en
la sinagoga y leyó, refiriéndolo a sí mismo, el
pasaje del profeta Isaías
donde está escrito: «El Espíritu del
Señor está sobre mí, porque Él me
ha ungido. Me ha enviado a evangelizar a los pobres, a proclamar a los
cautivos la libertad, y a los ciegos, la
vista; a poner en libertad a los oprimidos; a proclamar el año de gracia
del Señor» (4, 18-19). He aquí: como
Cristo se valió de su humanidad
—porque también era hombre— para
anunciar y realizar el designio divino
de redención y de salvación —porque
era Dios—, así debe ser también para
la Iglesia. A través de su realidad visible, de todo lo que se ve, los sacramentos y el testimonio de todos nosotros cristianos, la Iglesia está llamada cada día a hacerse cercana a
cada hombre, comenzando por
quien es pobre, por quien sufre y está marginado, de modo que siga haciendo sentir en todos la mirada
compasiva y misericordiosa de Jesús.
Queridos hermanos y hermanas, a
menudo como Iglesia experimentamos nuestra fragilidad y nuestros límites. Todos los tenemos. Todos somos pecadores. Nadie de nosotros
puede decir: «Yo no soy pecador».
Pero si alguno de nosotros siente
que no es pecador, que levante la
mano. Veamos cuántos... ¡No se
puede! Todos lo somos. Y esta fragilidad, estos límites, estos pecados
nuestros, es justo que nos causen un
profundo dolor, sobre todo cuando
damos mal ejemplo y nos damos
cuenta de que nos convertimos en
motivo de escándalo. Cuántas veces,
en el barrio, hemos escuchado: «Pero, esa persona que está allá, va
siempre a la iglesia pero habla mal
de todos, critica a todos...». Esto no
es cristiano, es un mal ejemplo: es
un pecado. De este modo damos un
mal ejemplo: «Y, en definitiva, si este o esta es cristiano, yo me hago
ateo». Nuestro testimonio es hacer
comprender lo que significa ser cristiano. Pidamos no ser motivo de escándalo. Pidamos el don de la fe,
para que podamos comprender cómo, a pesar de nuestra miseria y
nuestra pobreza, el Señor nos hizo
verdaderamente instrumento de gracia y signo visible de su amor para
toda la humanidad. Podemos convertirnos en motivo de escándalo, sí.
Pero podemos llegar a ser también
motivo de testimonio, diciendo con
nuestra vida lo que Jesús quiere de
nosotros.
Los tuits en
@Pontifex_es
25 O CT [9.25 AM] En la cruz de
Jesús se puede ver toda la fuerza
del mal, pero también toda la
omnipotencia de la misericordia
de Dios
28 O CT [9.50 AM] Ayudemos a los
demás a descubrir la alegría del
mensaje cristiano: un mensaje de
amor y de misericordia
30 O CT [10.00 AM] La misión
principal de la Iglesia es evangelizar: llevar la Buena Noticia a todos