Riadas e inundaciones

 Rueda de prensa de UAGN
Durante los últimos años en Navarra se vienen repitiendo lamentables episodios de
riadas y consiguientes inundaciones en amplias áreas de nuestras cuencas fluviales
que provocan cuantiosísimos daños en infraestructuras, cultivos agrícolas y
explotaciones ganaderas; amenazando en ocasiones la seguridad de los habitantes de
las zonas urbanas afectadas.
Resulta obvio que un fenómeno meteorológico como son las lluvias torrenciales
no es controlable por la actividad humana pero, desde UAGN queremos llamar la
atención sobre la desproporcionada reducción de los ciclos que constatan estas
afecciones por inundaciones en Navarra a lo largo de estos último años; a pesar del
efecto laminación de avenidas que ha podido significar una obra de regulación hídrica
tan importante como es el pantano de Itoiz.
En el informe de Gobierno de Navarra “La gestión de las áreas inundables
en Navarra” hecho público en 2010, databa estas avenidas históricas en: diciembre
1980, diciembre 1993, febrero 2003, marzo 2006, abril 2007 y febrero 2009. Por ello
requiere una reflexión profunda el hecho de que todavía tenemos en la retina las
devastadoras inundaciones de octubre 2012, las de enero y junio 2013, las riadas de
2014 y, en lo que va de 2015 ya hemos sufrido tres riadas con episodios lamentables
de inundaciones que a día de hoy persisten.
UAGN quiere manifestar una vez más su indignación ante la negligencia de la
Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) por no adoptar las medidas necesarias
para reducir los daños ocasionados por las inundaciones, cuyos mayores
damnificados somos siempre los agricultores y los ganaderos de Navarra.
Ya el año 2000 se acometió la redacción de estudios de delimitación de zonas
inundables con el propósito de prevenir los riesgos de inundaciones, garantizar al
máximo la seguridad de las personas y los bienes, así como minimizar en lo posible
las consecuencias negativas para la actividad económica.
En marzo de 2010, el entonces presidente de la CHE, Rafael Romeo, presentó
en Tudela a un grupo de alcaldes aragoneses, riojanos y navarros varias medidas para
paliar el riesgo de inundaciones entre las que se encontraba la creación de 12 áreas
de inundabilidad controlada en territorio foral: Milagro, Ribaforada-Cabanillas, Buñuel,
Fustiñana, Arguedas, Tudela, Buñuel, Cortes y Alfaro y Valtierra.
A pesar de ello, en la nota oficial emitida por la CHE el pasado día 9 de febrero,
tras la reunión celebrada en Andosilla de su presidente, Xavier de Pedro, y el
consejero de Desarrollo Rural, José Javier Esparza, con un grupo de alcaldes de
pueblos afectados por las riadas se reconoce que “hasta el momento sólo se habían
podido instalar zonas de inundabilidad controlada en cuatro municipios
ribereños de Aragón”. En Navarra, ninguna.
La delimitación y ordenación de las áreas de inundabilidad controlada es una
tarea que indudablemente compete a las Administraciones públicas, con la aprobación
de los respectivos Ayuntamientos, pero ello exige un sistema de compensación
inequívoco, vía seguro, a los perjudicados por estas inundaciones, no solo de los
cultivos agrícolas implantados sino también del lucro cesante derivado de las perdidas
por demoras en la recolección o las siembras de determinados cultivos y los daños en
infraestructuras agrarias.
Desde UAGN llevamos años demandando a la CHE la limpieza y el dragado
de algunos tramos de nuestros ríos para evitar inundaciones y hasta ahora solo hemos
obtenido respuestas negativas, amparadas en la protección medioambiental. Sin
embargo, en su último comunicado del pasado día 9, sí se muestra partidaria de
impulsar el “Anteproyecto de zonas con potencial de extracción periódica de
sedimentos del tramo medio del Ebro para mejora de la sección de desagüe”. Ha
tenido que esperar a comprobar que la semana pasada el Ebro se desbordaba con
poco más de 1.500 metros cúbicos por segundo, cuando en 2010 hicieron hizo falta un
caudal de 2.200, en 2007 fueron 2.800 y el desbordamiento del Ebro en 2003 se
produjo con una avenida de 3.300 metros cúbicos por segundo, caudal que hoy
originaría una catástrofe difícil de imaginar.
UAGN considera asimismo que las reciente inundaciones ponen de relieve que
las reparaciones de las motas de protección tras las riadas se realizaron con malos
materiales y sin criterios técnicos para que resistan las avenidas, tal como lo
denunciamos en Madrid en febrero del año pasado ante el Ministerio de Agricultura, ya
que la CHE es un organismo autónomo pero adscrito al dicho Ministerio, y solicitamos
información referida al mantenimiento de las infraestructuras de protección de los
núcleos urbanos de población y los daños ocasionados en los cultivos agrícolas, ya
que la rotura de las motas se produjo en 2003, 2009 y 2013 en puntos coincidentes o
muy próximos.
UAGN vuelve a exigir soluciones para minimizar los efectos devastadores de
unas inundaciones provocadas por desbordamientos de nuestros ríos, que
desgraciadamente cada vez se producen con una periodicidad menor, cuyos
principales damnificados somos siempre los agricultores y los ganaderos; y lamenta el
cinismo de la CHE que únicamente se reúne con los afectados para plantear
soluciones mientras duran las riadas.
Castejón, 24 febrero 2015