Untitled - Familia Ospina y Duque

Si yo fuera MINISTRO DE GUERRA Fernando Ospina Hernández
ÍNDICE I. Árbol de Vida 5 II. La Formación de un Oplólogo 7 III. Por qué no "Ministro de Defensa" 11 IV. La Subversión 15 V. La Policía Nacional 23 VI. La Guerra de Guerrillas 27 VII. El Doble Ejército35 VIH Inteligencia Militar y Guerra Psicológica 47 IX. La Reserva Activa 51 X. La Semi­carrera Automática 55 XI. El Equipamiento Militar 61 XII. El Poder Naval 67 XIII. El Poder Aéreo 71 XIV. El Ciudadano y su Defensa 75 XV. La Disuación Internacional 81 ANEXOS: I. Artículos F.O.H. (algunos distintos a los "usados" para el libro) II. 89 Glosario de Términos 129 IIII. Bibliografías: Interna y Externa 133
La experiencia es una buena escuela, pero los costos son altos. Heine Los hombres no son sabios en pro­ porción a su experiencia sino por su capacidad de experiencia. George Bernard Show. CAPITULO I ÁRBOL VIDA Siempre he sido enemigo de los listados llenos de Ex­es; prefiero seguir el dictado de la Biblia: "Por sus actos los conoceréis"; por ello no presento una Hoja de Vida, sino las ramas del árbol que he podido desarrollar y cultivar: Socio Fundador de la Asociación Colombiana de Ingenieros Electricistas, Mecánicos y de Ramas Afines, ACIEM. 1958, Presidente Nacional 1961 a 1963. Fundador del Instituto Colombiano de Normas Técnicas, ICONTEC. 1963, Presidente del Consejo Directivo 1988­1989. Socio Fundador de la Empresa Metal­Mecánica FERROTEC S.A.; Ge­ rente 1956 a 1973. Socio Fundador de la Asociación Colombiana de Coleccionistas de Ar­ mas Antiguas, ACCA. 1966, Presidente 1967 Co­fundador del Museo de Armas de la Escuela Militar de Cadetes José María Córdova 1956, Director­curador 1956­1980, con algunas interrupcio­ nes por diferencias de criterio con los Directores de la Escuela. 5
CAPITULO I Sub­director Técnico del Museo Militar, 1985 hasta la fecha. Conferencista de la Escuela Superior de Guerra, de la Escuela de Policía General Santander, de varias Escuelas, Brigadas, Batallones y de otras unida­ des del Ejército y de la Policía Nacionales. Profesor de Oplología, Balística y Guerra de Guerrillas de la Escuela Militar de Cadetes, 1958­1980, "con algunas interrupciones .....". Asesor ocasional y "ad­honorem" del Ministerio de Guerra/Defensa y de varios Ministros de ídem., en cuestiones militares. Entre otras: estudio de Cambio de Calibre (1969­1970) y diseño del Plan de Colonización Militar para la Tagua, 1969. Representante a la Cámara de Representantes 1982­1986; Circunscrip­ ción: Antioquia; partido: Conservador (todavía existía). Socio Fundador del Comité Nacional de Bambú/Guadua, 1985. Socio Fundador del Comité Nacional del Marafión, 1986. Socio Fundador del Comité Nacional de Sucro­industria/alcohol carbu­ rante, 1985. Diseñador y Promotor del proyecto urbanístico de "Neiva la Nueva", en Neiva, Huila, 1977. Socio Fundador de la Fundación Antioqueña de Bambú/Guadua, 1991. Co­autor (con los entonces: Mayor Manuel José Bonett Locarno, Capitán Rodolfo Herrera Luna, Subteniente Darío Antonio Pacheco M. y otros), Guía sobre Balística, Bogotá, Escuela de Artillería, 1980. Articulista para varios periódicos y revistas (sobre casi todo lo "huma­ no"). 6
"Cuando usted sabe algo, sostener que usted lo sabe; y cuando usted no sabe algo, aceptar que usted no lo sabe; esto es conocimiento". Confusio. "Yo me voy envejeciendo apren­ diendo algo nuevo cada día". Solón. CAPITULO II LA FORMACIÓN DE UN OPLOLOGO Hace muchos años, antes de que "me apuntara el bozo" o estuviera para "echarme los (pantalones) largos" como decimos en Antioquia, y por cierta habilidad mecánica mezclada con la curiosidad de cómo funcionan las cosas (todavía recuerdo la "pela" que me dieron por haberle desarmado un tren eléctrico a mi hermano Mariano) tuve la oportunidad de iniciarme en el "aseo de armamento", contando para ello con un par de escopetas viejas que había en "El Ranchito", la finca que teníamos en Itagüí. Poco a poco, a medida que se iban ampliando las oportunidades y con la complicidad de un armero au­ todidacta de la vereda Calle Negra, donde quedaba la finca, fueron creciendo mis "conocimientos" y mi fascinación por las armas. Lo que se inició como una simple "goma" o afición tuvo un salto cuali­ tativo cuando, a mediados de los arios cincuenta, me encontré como "profe­ sor" de Oplología (estudio del armamento en lenguaje "para descrestar calentanos") en la Escuela Militar José Mana Córdoba; habían pasado varios años durante los cuales pude mezclar mis estudios académicos con el manejo de las armas y los estudios militares; interrumpida una posible brillante ca­ rrera militar, este nombramiento fué la oportunidad para continuar vinculado a ella, a través de las armas; se creó la necesidad de profundizar en su cono­ 7
CAPITULO II cimiento total y me fui adentrando en la Historia Militar, con toda su amplitud, incluyendo materias a las cuales les había sacado el cuerpo por "aburridas e innecesarias", como la geografía y la historia (no tenía el menor interés en saber que tan largo era el río Yang Tsc Kiang o por qué habían escrito la Carta Magna). Mis alumnos, desconocedores de mi "falta de ignorancia" y motivados por sus estudios de Táctica y Estrategia, querían saber: quién había usado qué contra quién, las causas y los efectos de las distintas batallas clásicas y como el armamento había influido en ellas o en el diseño de teorías o doctrinas para su futuro uso. Pronto me encontré repasando textos, adquiriendo otros y buscando, como "ratón de biblioteca", las respuestas más adecuadas que sirvieran para que la credibilidad y la "fama" se fueran extendiendo. Balística, geo­política, teorías y tratados, expansionismo y colonialismo, victorias y derrotas y, en general, "la influencia del armamento sobre los seres organizados" (como diría el Sabio Caldas) encontraron un ávido lector y porque no decirlo, un participante activamente involucrado en la problemática nacional. Contrariamente a lo que pasó al Quijote, no se me "secó el cerebro" (afortunadamente, digo yo) y pude ampliar mis conferencias, dentro y fuera de la Escuela, a temas como los de geo­política, tiro de combate, guerra de guerrillas, etc. Mis vinculaciones con el Museo de Armas de la Escuela Militar, co­fun­dado con el apoyo del Coronel (hoy General retirado) Luis María González, Director de la Escuela, y con el actual Museo Militar, me han permitido proseguir con la "educación continuada" y me han brindado la oportunidad de dictar charlas y conferencias a lo largo y a lo ancho del País. Todo lo anterior me hace pensar, modestia aparte, que tengo algo que decir; como lo he venido diciendo en conferencias, en escritos y en entrevistas, sin ambages o reticencias, muchas veces aún sin "la prudencia que hace verdaderos sabios". Ahora, en lugar de hacer una compilación de lo anterior, creo más ade­ cuado presentar algunas ideas u observaciones en la forma de "un programa de gobierno", para una posición que no tendré: Ministro de Guerra. Espero con ello hacer un pequeño aporte a las soluciones requeridas para los problemas planteados sobre el tema Político­militar, la falta de experiencia práctica, especialmente en el área de combate, deja un vacío que otros llenarán, espero; sin embargo, hay que recordar que "Si quieres la paz, pre­ párate para la guerra" y que, como decía Napoleón, en su máxima 77 (11)* 8
LA FORMACIÓN DE UN OPLOLOGO "... el conocimiento de la gran táctica se gana solamente por experiencia y por el estudio de la historia de las campañas de los grandes capitanes". Muchas de las expectativas creadas por el nombramiento de un Ministro de Defensa civil se han venido cumpliendo en los últimos meses, lo cual me ha obligado a corregir o a complementar algunos puntos. Ojalá que esta re­ novación continúe. Los números entre paréntesis () corresponden a la Bibliografía Externa ­ Anexos; cuando aparezca (R) ello significa que la mención pertenece a una de las revistas listadas. 9
"Cual es la concepción de defensa? Detener o esquivar un golpe. Cual, entonces, es su signo característico? Esperar por ese golpe" Kyon Clausewitz. "Si prudencia debe ser la propiedad o habilidad particular de la defensa, ¡a audacia y la confianza pertenecen a la ofensiva". W.von Lebb. CAPITULO III POR QUE NO "MINISTRO DE DEFENSA" El "zoom politikon" de Aristóteles se diferencia de los otros animales, básicamente, en la capacidad de articular sus pensamientos a través del len­ guaje; de allí la importancia de la palabra y, por lo tanto, del significado de las palabras: la semántica. La costumbre y los políticos dirían algunos, van dando significados dis­ tintos a las palabras; por ello se puede hablar de "democracia" para consignar ejecutorias, ideas y actuaciones tan disímiles como: las de Grecia, la cuna de la democracia, con sus esclavos e ilotas; de la República Democrática Ale­ mana, con su autoritarismo y su centralización político­económica; de la de­ mocracia gringa, con sus esquemas de discriminación racial; de la democracia islámica, con su discriminación sexual; y, para no alargar en los ejemplos, las de la democracia colombiana, con todo el "descuadernamiento" mencionado por el Ex­presidente Lleras Restrepo. "Defensa" tiene connotaciones pasivas; es de esperar que otro hiera la mejilla derecha para presentarle la izquierda; es perder, o no tomar, la inicia­ tiva ante un ataque inminente; en palabras de von Lebb (13) "El objetivo de la defensa es mantener; el de la ofensiva es ganar. Es más fácil mantener que 11
CAPITULO III ganar". "Guerra" es activo; es "lucha armada entre dos ó más naciones o entre bandos de la misma nación" (1). Sobre el dicho militar de que "la mejor defensa es el ataque", para el caso colombiano y ante la agresión de la sub­ versión, hay que crear una dinámica psicológica para enfrentarla; es comenzar por usar el poder de la palabra. Hace varios años, y tal vez motivados por el cambio de nombre ejecutado por los gringos, de War Department a Department of Defense, se le ocurrió a algunas personas, siguiendo nuestra bien conocida política de copiar sin pensar, que nuestro ministerio de guerra debería llamarse ministerio de de­ fensa. El autor, o autores del cambio en cuestión, no tuvo, o tuvieron en cuenta que las circunstancias políticas, sociales y económicas de los dos países eran, si no totalmente, por lo menos enormemente diferentes, y que no se podían aplicar a Colombia las justificaciones aducidas por los innovadores gringos. Uno de los factores negativos más importantes de tener en cuenta, es el psicológico. Guerra significa una posición de dinámica, de actividad, de pre­ paración y entrenamiento, y no una posición de espera y timidez. Así pues al cambiar el nombre, nos forzamos a cambiar nuestra actitud psicológica ante los problemas militares; ésto no quiere decir que, de la noche a la mañana, depusimos las armas y nos entregamos a juegos defensivos, pero si, cierta­ mente y de acuerdo con los parámetros de la dialéctica tan bien conocidos por los comunistas, fuimos formándonos una idea de pasividad, de espera a que nos atacaran para contestar la agresión, preparándonos para recobrar lo que nos arrebataron, ya fuese ello la paz de los campos, la seguridad en las ciudades, etc., etc. Después de la primera guerra mundial, el general italiano Giulio Douhet proclamó su famosa teoría sobre la guerra total... Básicamente su plantea­ miento era que, a diferencia de las guerras anteriores los adelantos de la ciencia involucraban a todas las personas, y no solamente a los soldados en el frente, en la gran tarea de derrotar al enemigo. Desde los niños de las escuelas, preparándose para la reconstrucción ulterior; las mujeres en las fábricas y hospitales o en los cuerpos auxiliares; los ancianos como voluntarios en la Defensa Civil ó como directores de tránsito; hasta los científicos en sus laboratorios y los agricultores y mineros en los campos, todos, absolutamente todos los pobladores de un país forman el ejército moderno que le darán la victoria; y, la guerra total exige estrategia total: Política, Económica, Psico­ lógica, Militar. 12
POR QUE NO "MINISTRO DE DEFENSA" Este esfuerzo en común presupone una voluntad de lucha y de triunfo; una actitud dinámica y de avanzada que cree dentro de las instituciones el anhelo de superación. Y el comienzo es ­volviendo a la dialética­ regresar al nombre de Ministerio de Guerra y al espíritu de lucha que ese nombre con­ mina. También existe una teoría sobre los países "activos" y los países "pasi­ vos"; la diferencia puede estar en que unos atacan y otros se defienden; unos hacen la guerra y otros hacen la defensa. Nuestra experiencia con los bando­ leros, o "guerrilleros", nos ha demostrado que la política de atacar es la mejor; que, pues cuando los bandoleros llevaban la iniciativa y nuestras fuerzas armadas sólo podían defenderse, o actuar "a posteriori", muchas veces frenadas desde "arriba", el problema de pacificación se alargaba y el país tenía que abocar grandes costos materiales, humanos y sociológicos. Por el contrario, cuando la iniciativa pasaba a las fuerzas armadas, cuando se podía actuar agresivamente, cuando se podía atacar a los subversivos y perseguir sin tregua a los malhechores, el problema se reducía considerablemente. A nivel internacional también se encuentran dos posiciones: la pasiva de "defensa" y la activa de "guerra"; pasivamente, con muy pocas excepciones, conquistaron los españoles ésta América nuestra; pacíficamente la explota­ ron, si ello quiere decir sin guerras o combates de envergadura; cuando se acabó la paciencia con las imposiciones de ultramar, se hizo la guerra para llevar a cabo el cambio de mandatarios; el sistema "pegó" y, podría decirse que hasta el presente, la guerra interna, declarada o no, ha sido una constante en Colombia; en contraposición, y a partir de la llamada independencia, nuestra política internacional ha sido débil y timorata, de entrega, cobarde y falta de nacionalismo. Por ello hemos perdido cerca de 500.000 kilómetros cuadrados de territorio. Muchas veces se ha sostenido que el invento más estupido de la humani­ dad es la guerra pero, cuando toca ser estúpido, hay que ser el mejor estúpido; con un pensamiento, o una dicción más de salón se sostiene que, "si quieres la paz, prepárate para la guerra"; asi pues, para ser el mejor estúpido o para prepararse para la guerra, la posición más ventajosa y efectiva es la activa. Y, bajo la dirección del Presidente de la República, la coordinación general para el caso debe estar en manos de un Ministro de Guerra. 13
CAPITULO IV LA SUBVERSIÓN En 1971, el Presidente Pastrana afirma: "Hay una subversión de oscuros orígenes, "Todos debemos luchar contra la subversión"; Alfonso López Mi­chelsen dice: "Colombia atraviesa su más grave crisis"; y, Abelardo Forero Benavides, Ministro de Gobierno (1971) declara: "La subversión aspira des­ truir a Colombia"; ya en 1986, Pastrana dice: "Es que la guerrilla era mucho más profunda de lo que nosotros creíamos, y cuando se levantaron las sábanas se vio la dimensión del problema". "El primer mandamiento de toda revolución triunfante­Marx y Engels lo han subrayado muchas veces ­ ha sido deshacer el viejo ejército, disolverlo y reemplazarlo por un ejército nuevo"; por que "La dictadura revolucionaria del proletariado es un poder conquistado y mantenido mediante la violencia ejer­ cida por el proletariado sobre la burguesía, un poder no sujeto a ley alguna"; "Y el partido victorioso, si no quiere haber luchado en vano, tiene que man­ tener ese dominio por el terror que sus armas inspiran en los reaccionarios" (V. I. Lenin: La Revolución proletaria, El Estado y la Revolución). "...reconocer la defensa de la Patria es de hecho apoyar ia burguesía im­ perialista y depredadora, hacer completa traición al socialismo". (V.I. Lenin, La Revolución proletaria y el Renegado Kautsky) "En este sentido los comu­ 15
CAPITULO IV nistas pueden resumir su teoría en esta fórmula única: Abolición de la pro­ piedad privada". (C. Marx. Manifiesto del Partido Comunista) "En que bases descansa la familia actual, la familia burguesa? En el Capital, en el lucro privado. La familia plenamente desarrollada no existe más que para la bur­ guesía" (C. Marx y F. Engels. Manifiesto del Partido Comunista). "Con la desaparición de las clases desaparecerá inevitablemente el Estado". (C. Marx y F. Engels. El Origen de la Familia, la Propiedad y el Estado). No es necesario continuar las citas sobre el problema, ni práctico; hay que estudiar el caso y sacar conclusiones. Casi treinta años de lucha contra la guerrilla no pueden considerarse como una situación coyuntural, ni "irregular", sino como el estado de guerra afirmado por incontables personas desde todas las posiciones políticas, em­ presariales, gremiales y, obviamente, militares. Treinta años de asaltos e incursiones, de asesinatos y "ajusticiamientos", de secuestrados y de "retenidos", de destrucción y de violación de todos los derechos humanos. Había pasado la llamada "Violencia" durante la cual grupos armados asesinaban, saqueaban y extorsionaban, bajo el ondear de trapos rojos o azules, con mayor o menor respaldo de unos cuantos políticos de la época; aparecieron nuevos grupos bajo la éjida del comunismo, mientras algunos de los anteriores, como en el caso de "Tirofijo", sufrían una metamorfosis digna de Kafka y, adoptando una oportunista justificación, se convertían en guerrilleros. El Frente Nacional había borrado las diferencias entre los dos partidos tradicionales y el País esperaba una larga paz pactada que le permitiera desa­ rrollar toda su potencialidad; los programas de gobierno serían trazados en conjunto y el poder se ejercería en forma paritaria con alternación en la Pre­ sidencia de la República. Los partidos responsables por todo lo bueno y lo malo de la historia colombiana, concentrarían sus esfuerzos mancomunados hacia el bienestar de la nación; desgraciadamente, el acuerdo no cobijó al enemigo agazapado, al Partido Comunista Colombiano y a sus adláteres quie­ nes, después de muchos años de fracasos electorales, decidieron tomar por el camino de la "combinación de todas las formas de lucha". Con el apoyo directo del mundo comunista y con la ayuda de los "idiotas útiles", comenzó la invasión del territorio nacional a sangre y fuego. Treinta años después, con el comunismo muerto en la mayoría de los países bajo su férula y en "cuidados intensivos" en los demás, sus grupos paramilitares han 16
LA SUBVERSIÓN quedado huérfanos de patrocinio y de disculpas políticas y se convierten en simples, bandoleros en busca de prebendas y concesiones. Usando todos los métodos legales, ilegales, inmorales y amorales han aterrorizado la población entera y han acobardado a sus dirigentes; casi todas las soluciones ensayadas han sido débiles, coyunturales e inefectivas; las de­ más, algunas de las cuales comprobadamente apropiadas, han sido suspendidas o canceladas ante presiones democrateras, nacionales o internacionales, con el apoyo de las "mayorías silenciosas", la acción de los agentes mimeti­zados y el voto de los "idiotas inútiles". Con mayor o menor poder y, por lo tanto, mayor o menor responsabilidad puede decirse que estos últimos han sido todos los miembros de la co­ munidad; desde Presidentes, ilusos y desinformados, que han tendido manos generosas para repartir indultos y amnistías, "casas, carros y becas" cuando no millonarias partidas presupuéstales, treguas y mesas redondas etc., pasando por los dirigentes de todos los estamentos que han prestado sus votos, su prestancia y sus dineros con muy discutibles justificaciones, hasta el último de los pusilánimes escondido tras la falsa seguridad del anonimato o una negligente actitud de "ese no es mi problema pues "doctores tiene la Santa Madre Iglesia"". Se ha venido cediendo a la dialéctica y a las exigencias de la subversión en toda la línea; personas y medios se refieren a esos grupos, con mayúsculas y todo, como: Ejército de Liberación Nacional, Fuerzas Armadas Revolucio­ narias de Colombia, Ejército Popular de Liberación, etc.; se han perdonado u olvidado crímenes atroces con el recurso leguleyo de los "conexos"; se han perseguido, ahí si "exhaustivamente", a los miembros de las Fuerzas Armadas o del Orden, por delitos real o aparentemente cometidos, mientras que las investigaciones por los crímenes de los alzados en armas no se llevan a cabo o duermen en los arrumes de expedientes "en estudio". Para mencionar solamente un par de casos, se puede ver lo qué pasó en el del Palacio de Justicia; se castigó al oficial al frente de la operación y se premió a los culpables ­ en "aras de la democracia"?; y, en el de un excelente oficial a quien se le truncó la carrera por haber permitido la visita de un futbolista, de fama internacional, a un recluso, también muy conocido, en su cárcel especial. En ninguno de estos casos existió el apoyo leal y enérgico de los Altos Mandos. En el primero, el Presidente se defendió él mismo solamente; el 17
CAPITULO IV Congreso lo aprovechó poliqueramente; la subversión acomodó los hechos para desprestigiar la Fuerza Pública; los Altos Mandos se escabuyeron y per­ mitieron el sacrificio de un competente Jefe Militar. Increíblemente, dos Ge­ nerales (retirados) de la Policía asumieron, públicamente, la defensa del General Arias. Cuando ya "todo estaba consumado", vino un débil pronun­ ciamiento del Ministro de Defensa. Amnistía Internacional, de gran credibilidad entre los demócratas, ha pre­ sentado un informe sobre la violación de los Derechos Humanos por parte de las guerrillas colombianas, poniéndolas en lugar "prominente" entre los vio­ ladores a nivel mundial; ¿Cuántos expedientes estarán "abiertos" con las in­ vestigaciones correspondientes? El significado de "auto­defensa" es el que la subversión le ha dado y no aquel de acuerdo con la semántica, al igual que los de: "para­militares", paz, depuración, crimen, violencia, democracia, etc., etc.; es una especie de lavado de cerebro, totalmente de acuerdo con la mejor ortodoxia comunista, para conquistar las mentes. Von der Heydte (2) dice: "La guerra, toda guerra, es fundamentalmente una pelea por el alma y la voluntad del adversario"; Jaime Arango Ocampo, profesor de ciencias políticas de la ESMIC, dice (R) "Los estrategas de la Coordinadora buscan que la opinión pública los perciba como una fuerza de buena voluntad que usó la violencia impulsada por la incom­ prensión, pero que sus intenciones siempre fueron las mismas de igualdad y justicia", por ello establecen el lenguaje que distorsionan, a su favor claro está, las realidades. Para ilustrar lo anterior solo es necesario leer las declaraciones de los guerrilleros durante todo el período de sus acciones; más recientemente, la presentación de sus condiciones y promesas, cada vez que se encuentran en proceso de tregua o de conversaciones de paz. Como en Caracas y en México. Tal vez lo más "estrambótico", para calificarlo de alguna manera, ha sido la actitud de los gobiernos ante las actividades del Cartel narcotraficante de la guerrilla; se iniciaron como cómplices, cuando cuidaban o protegían los entables de los otros carteles; luego, aprendieron el negocio y se establecieron por cuenta propia; ahora, se pusieron al día con la nueva modalidad ama­ pola/heroína. Y nada; será que esos delitos son, también, "conexos"? Como no hay "cosa juzgada" al respecto, no se puede asegurar que las llamadas FARC sean el tercer cartel de la droga, como lo preguntaba "Semana" en la carátula de su edición No. 354. Sin embargo, los datos presentados 18
LA SUBVERSIÓN por ésta y por muchas otras publicaciones no pueden ser más claros, ni los indicios recogidos en todos los lugares más apropiados para mostrar la cul­ pabilidad de los narco­guerrilleros. Pero, "vuelve y juega", ¿dónde están los expedientes? Mientras todo esto sucede, los partidos tradicionales, picados por el virus de la "repartición del ponqué" establecido por el Frente Nacional, no han sido capaces de hacer una campaña de carácter ideológico que contrarreste el proselitismo comunista. Tampoco hay una real Política Social, prioridad nú­ mero uno"A" en la lucha contra la subversión y el "desorden público"; con mayores impuestos, contribuciones y tarifas dedicadas, muchas veces, a cubrir los malos manejos y las malas administraciones o para pagar obras suntuarias o gastos innecesarios (como el Metro de Medellín o los arriendos millonarios para alojar la "Constituyente"), la comunidad se muere de cólera o de malaria, por falta de programas efectivos de salud; no hay escuelas donde sobran maestros/"cuotas" y a la viceversa, no hay maestros donde sobran escuelas/serruchos. Mientras se hacen grandes debates alrededor de un aviso sobre condones, se investiga la desaparición de unos vehículos a cargo de "honorables padres de la Patria", se reajustan los salarios por debajo de la tasa de inflación y otras "joyas" por el estilo, existe una indiferencia generalizada en la opinión pública y en los dirigentes de todos los estamentos civiles sobre el problema de la subversión; el temor de enfrentarse a los elementos "revolucionarios" o de "avanzada" o de ser calificado como "reaccionarios", "fascistas" o "agentes del imperialismo yanqui" congela voluntades y deja el tema para ser tratado "soto voce" en pequeños y cerrados círculos. Y que pasa con las víctimas civiles, incluyendo los agentes de las insti­ tuciones de seguridad del Estado, y con sus familias? Qué pasa con los cam­ pesinos a quienes hasta el derecho a la defensa de vidas, honra y bienes se les ha negado? Discursos y promesas incumplidas, buenas intenciones y de­ magogia. Militarmente, que es el caso contemplado por el Ministro de Guerra, tampoco se han tomado las medidas, ni se han llevado a cabo los grandes cambios estructurales que este tipo de guerra requiere. Con argumentos de disuación extraterritorial se han dilapidado enormes cantidades de dinero y de esfuerzos que, en treinta años de confrontación etérea, pueden medirse en términos de días de efectividad, cuando no en fracasos de resonancia mundial, humillantes y desmoralizadores. 19
CAPITULO IV En el frente interno los resultados no son menos descorazonadores; ope­ raciones "regulares" contra grupos "irregulares" han dejado, por su tempora­bilidad y por falta de doctrinas coherentes, unos vacíos que demeritan todo éxito. La "mancha roja" de los mapas de situación ha crecido casi ininterrumpidamente, a pesar de las declaraciones de los que salen o de las bravatas de los que llegan a los puestos de mando. En un informe a la Comisión de Paz, presentado en 1982 por "voceros de la institución castrense", se afirmaba que en el País operaban cerca de tres mil guerrilleros; hoy se habla de quince mil! Para cuantificar más adecuadamente el tamaño de la subversión hay que tener en cuenta que, dentro de la ortodoxia militar, se considera que cada combatiente requiere de cuatro o cinco personas en apoyo directo: instructores, cocineros, médicos y enfermeros, conductores, almacenistas, administradores, etc., etc.; para la guerra de guerrillas, el personal de apoyo se incrementa notablemente con quienes lo hacen encubierta o indirectamente, incluyendo los "idiotas útiles" y los sim­ patizantes. Sobre estos últimos, decía Mao Tse Dong que ellos tienen la misma im­ portancia crucial para los grupos de acción armada que la que tiene el agua para el pez. Que quién quiera librar una guerra irregular sólo con grupos de acción pero sin un número suficiente de simpatizantes, la ha perdido aún antes de iniciarla. Algunos ideólogos marxistas los llaman "aliados" y dicen de ellos: "Un aliado trabaja por la Unión Soviética, muchísimo más eficiente y eficazmente que un comunista. Un catedrático de universidad que, sin ser miembro del partido, se presta a servir a la Unión Soviética, vale más que cien comunistas que pegan carteles. Un escritor de renombre, un general retirado, un profesor universitario, valen más que quinientos pobres diablos que no saben más que recibir porrazos de la policía. El escritor que no es miembro del partido y que defiende a la Unión Soviética, el dirigente sindical que no esta inscrito en nuestras filas, pero que defiende la política internacional de los soviets, seguramente valen más que mil carnets...". El estamento militar varias veces ha sufrido la "interferencia" del poder civil; en otras, ha encontrado el decidido apoyo de los Presidentes; en todas tiene el claro ordenamiento de la Constitución Nacional. Sin embargo, el mayor obstáculo ha sido, de parte y parte, vale la pena aclarar, el desconoci­ miento de la modalidad de guerra de guerrillas como una operación conjunta, paralela y simultánea de todos los poderes. Los Altos Mandos militares, res­ ponsables del estudio sobre estos temas han fracasado en la búsqueda de 20
LA SUBVERSIÓN definiciones y de soluciones y, por lo tanto, no han sido capaces de convencer a sus colegas civiles. Otra de las causas del fracaso ha sido la falta de continuidad en el mando superior ejercido por los Ministros de Defensa, incluyendo la "semi­dictadu­ra" como oficial más antiguo y la falta de preparación para el cargo, pues, hasta último momento, no se sabe en quién recaerá el nombramiento, aunque se presuma con algunas bases. El ascenso automático, o más bien el sistema de "arriba o afuera", es un juego de ruleta en el cual aparecen muchos factores no del todo lógicos o apropiados; así, para llegar a oficial general o "de insignia" se necesitan com­ binaciones de capacidad, suerte, amistades (militares y civiles), habilidad y discreción (especialmente para nunca contradecir a los superiores) bajo perfil o sea el no hacer más de lo "necesario" o "conveniente". ("Don't rock the boat" dicen los gringos). Parte significativa de la inconformidad de oficiales y suboficiales, expre­ sada abiertamente a través de los medios de comunicación ,semi­privadamen­te como en la reunión del Teatro Patria en días pasados o, "soto voce" en casinos y reuniones de "compañeros y amigos" ­aún con la presencia de civiles­ está relacionada con lo anterior. Básicamente se culpa a los Altos Mandos por el abandono de los subalternos y por el aprovechamiento indebido de sus posiciones en beneficio personal. "El que manda, manda y los demás, a la fila" crea un esquema personalista que, dentro de la disciplina militar se aplica con bastante regularidad; está actitud va acompañada muchas veces, y como pasa en casi todas las actividades humanas, por el prurito de llevar a cabo el protagonismo de las ideas propias aunque signifiquen cambios sustantivos en los programas ante­ riores. Magníficos oficiales han llegado al Ministerio y, la gran mayoría, han puesto todo su empeño y capacidad en la solución de los problemas a pesar de las limitaciones encontradas. Una de las mayores ha sido la presupuestal; desde hace muchos años se viene tratando de conseguir los elementos que se han creído necesarios para el mejor funcionamiento de las fuerzas, con relativo éxito y con relativa efectividad. En 1970 pedía el General Gerardo Ayer­be Chaux más y mejores armas porque: "El País debe prepararse para cualquier conflicto". En 1981, el General Alberto Ruiz Novoa hacía un nuevo 21
CAPITULO IV llamamiento: "El País es militarmente, muy débil". Y, a pesar de todo, segui­ mos en las mismas, trátese de guerra de guerrillas o de guerra convencional. El heroísmo, la inteligencia, los sacrificios, la honestidad y la entrega total de la mayoría de oficiales, sub­oficialcs, soldados, marineros y agentes, han sido cancelados, borrados, desvalorizados por el conservadurismo, el "prestigio", el oportunismo y la displiscencia de los menos. Se ha dicho que muchos generales leían los clásicos militares extemporáneamente y veían pe­ lículas de la Segunda Guerra Mundial y de Korea, pero "adoptaban" y no "adaptaban" lo leído, como no estudiaban las películas y las experiencias de Viet Nam, Malaya, Rhodesia/Simbawe, Afganistán, Nicaragua y El Salvador. Pero, como la guerra de guerrillas, mezclada inextricablemente con sub­ versión en el caso colombiano, trae consigo una prioridad política sobre la acción militar así tengan que ser simultáneas y paralelas, el Ministerio de Guerra dedicará una gran parte de sus esfuerzos para ilustrar a los miembros del "poder civil" y a la comunidad en general, en todos los aspectos relacio­ nados con la técnica, la táctica y la estrategia necesarias para lograr una unidad de criterio y un consenso en los objetivos finales. Informar con veracidad y oportunamente será, pues, una labor en la cual no se ahorrarán recursos ni esfuerzos. Este Ministerio de Guerra asumirá franca y decididamente la defensa de su política de guerra a la subversión y la de los actos que, en su desarrollo, lleven a cabo los miembros de la Institución Militar; no más debilidades ni ambivalencias; el Honor de las Fuerzas Militares, sus muertos y heridos, sus víctimas inocentes, el Patriotismo, el sacrificio y la dedicación de su personal lo exigen. 22
CAPITULO V LA POLICÍA NACIONAL Policía viene del Griego polis, politeia, o sea ciudad­estado y su gobier­ no. Política, también del Griego politike es el arte u opinión, referente al gobierno de los estados; civicus es lo pertenecientes al ciudadano y se puede declinar en civilidad, civismo, civilmente y civilizada. "Policía: buen orden que se observa y guarda en las ciudades y repúbli­ cas, cumpliéndose las leyes u ordenanzas establecidas para su buen gobierno. También cuerpo encargado de velar por el mantenimiento del orden público y la seguridad de los ciudadanos, a las órdenes de las autoridades políticas". (1). Una tradución libre de "Civicus Politeia" podría ser: el cuerpo uniforma­ do que colabora dentro del Estado para el buen gobierno, en el área de la defensa de los bienes, de la honra y de la vida de los ciudadanos, especial­ mente en función preventiva y a través de la adecuada instrucción y de la "firme cortesía". Durante una campaña pasada el candidato, elegido luego como Presidente de la República, propuso que a los policías había que aislarlos dentro de planes de vivienda totalmente cerrados; algo así como separarlos del "mun­ 23
CAPITULO V danal ruido" para que se conservarán puros y limpios; afortunadamente, como con casi todos los planteamientos pre­electorales, ni durante su gobierno, ni después, se cumplió con tan brillante idea. Otra cosa diferente es que, para la Policía Nacional y para algunas de las Municipales o rurales, se ejecuten programas de viviendas dentro de los mis­ mos programas generales de vivienda, y tratando de localizarlos en unidades relativamente homogéneas; estas viviendas pueden ser "fiscales", o sea para personal en servicio activo y con bajos cánones de arrendamiento, y otras para ser adquiridas por el personal para consolidar sus menguados patrimonios familiares y para darles un mayor sentido de permanencia y de pertenencia dentro las comunidades que sirven; estas últimas, obviamente, serían sus viviendas una vez retirados del servicio. Policía Cívica sería una redundancia, un pleonasmo, en países como In­ glaterra o Suiza; en Colombia, desgraciadamente no; nos hemos acostumbrado al policía combatiente, guerrero, militarizado. La disculpa, mejor que la razón de ello? un antiguo Director de la Escuela Superior de Guerra afirmaba que aquello era el resultado de una escasez de "personal" en el Ejército cuya solución, más rápida y expedita, fue la de darle funciones militares a la Policía y "ganar" unos 45.000 hombres. Se convirtió en Soldado al Policía, mientras que, a la vez, se dieron fun­ ciones de Policía al Soldado, como en los disturbios de las universidades y de los paros; de allí el chiste (cruel) de los "soldados universitarios". Devolver la Policía a la ciudadanía, al cuidado del orden público, que no a la solución del desorden público; regresar hacia el policía de barrio, de aquel agente que, por años, recorría "sus" calles y cuidaba de sus"vecinos" y protegidos; que conocía cada persona, su familia, sus amistades y sus hábitos; que caía inmediatamente en cuenta de cualquier cambio extraño y se ponía en alerta y/o alertaba a los habitantes; amigo de todos, compañero y guía de los niños, apreciado y querido como otro "miembro de familia"; servicial, amable y civilizador, con firme disciplina, amplios conocimientos sociales y adecuadamente equipado para sus menesteres. Un paso muy importante, a éste respecto, ha sido la regularización del Servicio Militar Obligatorio en la Policía; si bien se han resuelto muchos de los problemas encontrados en anteriores experiencias, todavía falta lo que puede llamarse "la prueba de fuego", cuando los muchachos recién ingresados salgan del período de instrucción básica y se incorporen a los CAIs o Estaciones para asumir sus funciones de verdaderos "agentes" del cambio institucional. 24
LA POLICÍA NACIONAL Habrá que tener gran prudencia y cuidado en este período, pues un fracaso sería de nefastas consecuencias; por otro lado, el éxito que se espera dará a la policía la nueva imagen que necesita el mismo País en la presente etapa de institucionalización de la paz, de los derechos humanos y de la colaboración entre todos los miembros de la comunidad. A medida que la experiencia se vaya consolidando, la extensión de este esquema a poblaciones menores­como paralelo al Servicio Militar Rural­per­mitirá una lógica y benéfica oportunidad para que los jóvenes presten su "servicio" al País, sin traumatismos; como Policías Municipales, de vigilancia, de turismo, de infantiles, etc., estos muchachos y muchachas penetrarían más profundamente aún en las vivencias de sus comunidades, entenderían mejor su idiosincracia y se prepararían más efectivamente para la realización de su futuro. Tal vez podría llegar a ser un factor significativo para disminuir el éxodo hacia las capitales. Adaptando a las actuales circunstancias experiencias anteriores, propias y ajenas, deberá pensarse en programas de reactivación para la Policía Rural, la creación de nuevos frentes como la Policía Forestal y de Parques y/o la institucionalización de la Policía Juvenil (para Recreación y Deportes) para lo cual los nuevos bachilleres/agentes serán una invaluable fuente. Por otro lado, no puede abandonarse la experiencia de la Policía Nacional en la lucha contra los subversivos; no sólo han hecho sus miembros derroche extraordinario de las más grandes virtudes sino que han demostrado la gran efectividad del esquema de profesionalización integral­oficiales, suboficiales y agentes que apenas comienza en el Ejército. Será necesario, entonces, diseñar un proceso de "desmilitarización" con suficiente amplitud en el tiempo para evitar traumatismos inconvenientes. Como se propone más adelante para el Ejército, la Policía Nacional tendría dos componentes principales: el correspondiente a sus funciones inherentes (Civicus Politeia), de carácter definitivo, y el transitorio de Arma combatiente. Dentro de la segunda modalidad puede pensarse en la transfe­ rencia de efectivos a las Fuerzas Militares, en forma voluntaria, de acuerdo con las especialidades de cada persona y respetando los grados, las cualifica­ciones y los derechos adquiridos. Obviamente habrá que crear unos cursos de adaptación excelente y cuidadosamente estructurados. Las unidades de combate que permanezcan en la Fuerza de Policía serán desfasadas de acuerdo con los retiros y/o los traslados, hasta llegar a los niveles mínimos permisibles y a su disolución definitiva. 25
CAPITULO V No hay que engañarse en cuanto a las "nuevas" funciones de la Policía; ya no se puede regresar a la vida lugareña y pacífica de antaño; la desmora­ lización, la violencia y el crimen en todas sus manifestaciones lo impiden. Para citar un ejemplo; la famosa policía londinense, el "Bobby" de casco, pito y bolillo ha tenido que armarse "hasta los dientes", desde pistolas, ametralla­ doras, carros blindados y helicópteros hasta computadores programados para apreciar los perfiles delictivos o psicopáticos de los sospechosos, ademas de sensores y rastreadores de alta sofisticación y laboratorios con capacidades increíbles , apenas vislumbrados en novelas de ciencia ficción. Allí estará la gran misión de la Policía Nacional en la lucha contra la delincuencia; una misión tan importante como la que han desempeñado hasta el presente, pero más lógica y apropiada. Una misión que el País necesita y que, bien cumplida, dará a los miembros de esta Fuerza todas las satisfacciones y todo el orgullo de ser los mejores en su campo. Desde hace varios años se viene discutiendo la posibilidad de regresar a la Policía Municipal, sin aclarar si ello conlleva acabar con la Nacional o no. Muchas de las consideraciones anteriores pueden tenerse en cuenta para este proyecto; sin embargo, esta sería una nueva Fuerza, circunscrita a los muni­ cipios que la organicen y financien, pero para actividades puramente locales y muy bien reglamentadas y controladas; una especie de "auto­defensas pre­ ventivas". En manos de la Policía Nacional quedarían muchas funciones, imposibles de delegar o de atomizar, tales como: el entrenamiento básico de las Municipales, las labores de inteligencia (DIJIN y F­2), el apoyo táctico y logístico a las Municipales, las inherentes a la Policía Judicial, a la Policía Vial, Fluvial y de Ferrocarriles, la ejecución de políticas o de operaciones nacionales, etc. El Ministerio de Guerra hará todo lo posible para coadyuvar en este pro­ grama, comenzando por el firme convencimiento de que las fuerzas de Policía deben quedar bajo el mando y la coordinación de otro ministerio. La estrecha y leal colaboración entre las Fuerzas Militares y la Policía Nacional contará con todo el apoyo del Ministerio, sin reticencias ni celos, como miembros especializados que son de un mismo equipo, identificados en el mismo objetivo de servir a la Patria. 26
"El apego a los dogmas ha destruido más ejércitos y ha hecho perder más batallas que ninguna otra causa" Mayor­General J.F.C.Fuller CAPITULO VI LA GUERRA DE GUERRILLAS Siendo el combatirse unos a otros el segundo "deporte" de la humanidad, los métodos empleados para ello se remontan hasta la quijada de burro utili­ zada por Caín, siguiendo un desarrollo bastante paralelo con el requerido para la cacería de las otras especies. Sin embargo, para poder hablar de la guerra como arte y como ciencia sólo debemos retroceder unos dos mil arlos, considerando "ciencia" como el proceso inductivo por el cuál la mente humana va aplicando sus conocimientos, empíricos y prácticos, para la construcción de mejores armas y elementos, y "arte" como la virtud, capacidad, competencia y, aún intrepidez para el diseño de tácticas más eficientes y estrategias más inteligentes. El Onagro, La Catapulta, el Ariete, las torres de asalto, etc., apropiada­ mente denominados "ingenios de guerra" pueden tomarse como los iniciadores de la ingeniería (ciencia) militar; las falanges macedónicas y las legiones romanas y su utilización serían, entonces, el inició del "arte" militar. Vías, puentes y fuertes muestran los avances de la técnica asi como la llegada del estribo a Europa, con las invasiones de los Bárbaros, cambian la utilización de la caballería; en Crecy, 1.346, el arco largo inglés derrota el 27
CAPITULO VI poder francés; la pólvora comienza a separar a los contrincantes mientras destruye las fortificaciones "verticales" y da paso para el genio de Vauban; el gran arquitecto francés cuya técnica en América se aplicó en la construcción de la "fortaleza" Cartagena. El siglo pasado recibe y multiplica la herencia acumulada de conocimien­ tos e inicia la revolución industrial que, aplicada a la guerra produce los trenes blindados, los globos de observación, los cañones estriados, los barcos de hierro, el telégrafo, las pólvoras de doble base, etc., etc.; todo ello, a la vez, exige una mayor especialización en las tecnologías y una mayor comprensión e inteligencia para la mejor utilización de cada invento o desarrollo. En el siglo presente éste proceso se acelera y se refina; la búsqueda de la prepotencia económica y militar de las naciones casi borra los linderos entre la paz y la guerra; los lentos aviones de madera y tela se convierten en super­ sónicos construidos con materiales exóticos, increíbles unos pocos años atrás; los detectores acústicos son reemplazados por radares, sonares, buscadores infrarojos y rayos láser; los cohetes de los chinos se convierten en misiles intercontinentales y en vehículos espaciales. Giulio Douhet escribe sobre "El Dominio del Aire"; Liddle­Hart, De Gaulle y Fuller teorizan sobre el uso del tanque de guerra; los submarinos prueban la táctica de las "manadas de lobos". Se plantean la guerra "pentó­mica" y la "respuesta balanceada". Con la bomba atómica y sus secuelas se llega a pensar, militarmente, que ha llegado el "non plus ultra" en cuestión de armas; "the ultrimate weapon" será el elemento disuasivo para terminar con las guerras. Cuan equivocada está la humanidad! se reinicia el proceso con guerras de "baja intensidad" circunscritas a las zonas determinadas por las dos grandes potencias; y las guerras revolucionarias, de liberación, de insurrección, civiles, etc., regresan al espectro bélico y deben ser consideradas en toda su amplitud e importancia. Tan antiguas como la misma historia, estas "pequeñas guerras" habían sido dejadas a un lado por los estudiosos de la estrategia y de la táctica, pensando, tal vez, que no merecían el beneficio de su atención. Afortunada­ mente, los grandes Comandantes nunca las olvidaron y recurrieron constan­ temente a sus enseñanzas, para refinar el arte de la guerra con aplicaciones prácticas y efectivas. La literatura militar utilizaba hasta hace pocos años la denominación de guerra "regular" y de guerra "irregular" para diferenciar dos tipos de conflic­ 28
LA GUERRA DE GUERRILLAS tos; a partir de la Segunda Guerra Mundial (II G.M.), considerando los resul­ tados de los grupos yugoslavos (Tito y Mihailovich), de los cosacos y de otras formaciones rusas contra los alemanes, y los de la semi­guerrilla gringa en Birmania contra los japoneses, se fue consolidando un nuevo criterio; una nueva doctrina, nuevas tácticas y técnicas y nuevos equipos se fueron regla­ mentando y definiendo para este tipo de combate. Más tarde, el General Giap lo "institucionaliza" en Indochina/Viet­Nam, contra franceses y estadouni­ denses. El Estado Mayor Alemán responde con los Jadjkommandos o Comandos de Caza, de gran movilidad y armados con equipos ligeros que combatían, lo mismo que las guerrillas, con la emboscada, la astucia, la malicia táctica, la resistencia física y la habilidad profesional de comandantes especialmente escogidos. Tardíamente, en 1944 .produce un manual sobre el tema. Igualmente hubo que cambiar la denominación de "regular" por la de guerra convencional, asi como definir claramente la gran diferencia de obje­ tivos entre cada una de estas modalidades; la convencional busca: "La disputa y el dominio de un territorio, con la mayor destrucción posible del poder enemigo"; la guerra de guerrillas, por su lado, es: "La disputa por el dominio de la voluntad y de la mente de los habitantes de una zona". Con referencia al dicho de Mao Tse Dong "el guerrillero debe moverse entre la población como el pez en el agua", la contra­guerrilla debe envenenarle el agua al pez. Uno de los autores militares más leídos, o por lo menos más mencionado, es el General Karl von Clausewitz con su famosa afirmación de que "la guerra es la continuación de la política por medios violentos"; desgraciadamente esta mención se hace fuera de todo contexto, o sea aplicada a cualquier situación bélica y sin tener en cuenta, tampoco, la situación y el entorno existentes cuando v. Clausewitz la consignó. Hoy en día, cuando la geo­política ha alcanzado una gran aceptación como ciencia y en vista de la regularización de la guerra de guerrillas, podría afirmarse que este famoso General la definiría como "la continuación de la política por DOS medios, el político y el violento, paralela y simultáneamente aplicados, y en ese mismo orden de importancia". Al tomar conscicncia de esta nueva actitud, como se aprende un nuevo idioma, la lectura y el estudio de los tratadistas militares, clásicos o no, mues­ tran nuevas aplicaciones y enseñanzas. Lenin había hecho énfasis en que la guerra era el máximo instrumento de la política, mientras que Mao proclamaba que "Política es guerra sin derra­ mamiento de sangre, y guerra es política con él". Clausewitz, a su vez aclara 29
CAPITULO VI que: "Si la guerra pertenece a la política, ella debe asumir naturalmente el carácter de política. Si la política es amplia y poderosa, así mismo será la guerra"; y añade: "La subordinación del punto de vista político al militar no es razonable, pues la política ha creado la guerra; política es la facultad inte­ ligente, guerra es sólo el instrumento, y no lo contrario". Muchos tratadistas recomiendan no sólo aprender a aprender sino que advierten sobre las dificultades de poner en práctica lo aprendido; las Leyes de Guerra son aplicadas con nuevas perspectivas e interpretadas bajo nuevos criterios y conceptos, a la manera de los Decretos Reglamentarios para las leyes colombianas. Otro aspecto de enorme importancia en esta modalidad de guerra, es el apoyo activo de la población objetivo de la lucha, asi sea solamente de la minoría, contra el apoyo tácito, silencioso, o la neutralidad de la mayoría. Para ello hay que adelantar la movilización política alrededor de un objetivo, entre más claro y concreto mejor; la creación de una voluntad política exige la utilización de todos los medios de información y propaganda y la proyección profunda de una acción sicológica universal. LA GUERRA REVOLUCIONARIA Los idiomas son "seres" vivos en constante evolución, crecimiento y transformación; por ello, el problema que aparece con cada discusión cuando no hay un acuerdo previo sobre el significado de cada término o de cada giro idiomático. El asunto de la guerra de guerrillas no está ajeno a ésta situación. Muchos tratadistas hablan de guerra revolucionaria como una forma dis­ tinta a la de guerrillas; otros ponen ésta última como un componente de la primera; puede decirse que cada quién tiene su propia semántica. Los diccio­ narios no prestan una ayuda muy efectiva pues, en el caso de las nuevas modalidades de conflicto, los significados han variado tanto que no se ha llegado a un consenso unificado y, por lo tanto, no han podido ser aceptados "oficialmente". En la sección "Glosario de Términos", al final de ésta obra, se dan los significados de algunas palabras, de acuerdo con tres diccionarios distintos; se notará su deficiencia en relación con las acepciones modernas. Mao Tse Dong (Tung antes de la modernización del idioma chino; de donde provino Beijin en lugar de Pekin, etc.), Gabriel Bonnet y otros tratan la Guerra Revolucionaria como la suma de la de guerrillas y la psicológica; la primera circunscrita a tácticas militares guerrilleras y, la segunda dividida en actividades políticas y sicológicas. August von del Heydte, habla de la 30 LA GUERRA DE GUERRILLAS
guerra "irregular" como la combinación de actividades militares y políticas; en su libro (2) von del Heydte cita otros autores: "La Guerra Irregular es, de cierta forma, no la guerra del soldado, sino del político". Martín Oppenhei­mer cataloga la guerra irregular bajo el término de "guerra paramilitar" y dice que ella implica "alguna meta política mínima (a diferencia del bandidaje o el gangsterismo)". Para el presente trabajo, se trata la guerra de guerrillas como "la" guerra actual en Colombia. Una guerra que, en los treinta últimos años ha pasado por diferentes etapas, iniciándose con pequeños grupos semi­organizados y motivados (real o aparentemente) por la filosofía y la dialética comunista en sus diferentes manifestaciones (marxista­leninista, ortodoxa, maoista, troskis­ta, etc.); creciendo y ampliándose dentro de las pautas normales hasta conformar "batallones" con todo el apoyo logístico y estructural de una fuerza en evolución (como el Viet­Cong en sus últimos años); y, terminando por perder mucho de su aspecto político por los fracasos, internacional del comunismo y nacional en su propia actividad para lograr el apoyo de las masas.
Vale la pena presentar, someramente, unos diagramas sobre las diferen­ cias entre guerra revolucionaria y de guerrillas, en relación con los criterios citados: G. Revolucionaria = g. de guerrillas (tácticas militares guerrilleras) + g. psicológica (dividida, a la vez, en: actividades políticas y actividades psicológicas). Guerra de Guerrillas = acciones políticas (justicia, infraestructura social, legislación, etc.) + acciones bélicas (g. de guerrillas) + acciones de inteligencia y psicológicas. Se nota la falta de términos más adecuados por lo cual hay que incluir repetidamente algunos de ellos en las definiciones; hay que tomarlos en dife­ rentes jerarquías y esperar que continúe la evolución del lenguaje. Consecuentemente, el Ministerio de Guerra presenta los programas des­ tinados a las operaciones bélicas, las psicológicas y las políticas como partes de un todo, combinadas inextricada o inseparablemente. LA GUERRILLA EN COLOMBIA En Colombia puede decirse que la guerrilla comenzó desde la llegada de los invasores españoles y los combates de los nativos contra ellos con el objeto de recuperar su "espacio político"; Galán y los Comuneros fueron otro ejemplo de "paisanos" armados, al mando de un jefe particular acosando y molestando al enemigo; durante nuestras guerras civiles, este tipo de guerra 31
CAPITULOVI fue ampliamente utilizado por uno y otro bandos en incontables oportunida­ des. Como guerra "no declarada", la actual guerra de guerrillas se fue confor­ mando, organizando e intensificando hasta los niveles presentes; "treinta años" es un plazo nebuloso, algo impreciso y bastante discutible, si bien sirve como referencia popular, tal vez, para diferenciarla de la mencionada "Vio­ lencia". Treinta años pues, de muertes y asesinatos, de heridas y lisiados físicos y psíquicos, de destrucción, de inmoralidad, de crímenes de todo tipo, clase, significado e intensidad cuya justificación es difícil de encontrar y cuyo final aparece y desaparece con cada nuevo esquema de "pacificación". Tanto se ha escrito sobre ésta guerra de guerrillas que se podría pensar que todo estaba dicho; sin embargo, seguirán apareciendo nuevas apreciaciones sobre sus causas y sus efectos, sobre como "ganarla" y, aún sobre por qué se "ganó" o por qué se "perdió". En Colombia, como en Malasia, en Rodesia/Simbawe, en Nicaragua y en muchos otros casos, se encuentra el fenómeno de ejércitos "regulares" en­ frentados a grupos para­militares, conformados básicamente con ciudadanos del mismo país quienes, por una u otra razón, se empeñan en derrumbar la sociedad existente. La concepción de "fenómeno" está relacionada con la forma como se ha entendido y manejado el problema por los estamentos militares; los oficiales, con educación "regular", se han negado a contemplar una variación en su manera de pensar y de actuar militarmente; se han ceñido a lo que aprendieron en escuelas de formación cuyos instructores, a la vez, se han negado a aprender casi la totalidad de las lecciones de la guerra de guerrillas, tanto propias como ajenas. Es ciertamente un "fenómeno" que, después de treinta años de lucha, todavía no haya criterios, tácticas, estrategias, equipamiento y entrenamiento suficientemente apropiados y efectivos para ganarla. También puede afirmarse que los éxitos, bastante conyunturales, y el fracaso general en la conducción de ésta guerra se deben, en gran parte, a la negativa de considerarla en toda su amplitud ­ tanto por los poderes civiles como por el estamento militar. Se han aplicado las respuestas civil y militar descoordinadas e incompletas, sin objetivos adecuados, sin decisión ni volun­ tad reales, y con esquemas equivocados; operaciones "regulares" o progra­ mas de "casa, carro y beca" han mostrado ampliamente su ineficiencia y han convertido el conflicto en una situación de "no ganar pero no perder"; una guerra de desgaste cuyo fin no aparece posible en el futuro próximo. 32
LA GUERRA DE GUERRILLAS En lo político se han discutido, más que ampliamente, las causas subjeti­ vas y las objetivas, sin llegar a soluciones más allá de las buenas intenciones o de los programas y promesas incumplidas; esquemas de rehabilitación, de reinserción, de agua potable, de empleo y mil más, íntimamente ligados a la solución política, han fallado por una u otra razón. Hasta se ha llegado a cambiar una Constitución centenaria (y virgen, dicen algunos) para tratar de arreglar con palabras lo que necesita hechos. La conducción militar, tarea del Ministerio de Guerra, ha sido tan defi­ ciente que, en treinta años, los resultados son bastante menos que apropiados o satisfactorios. Se necesitan cambios, algunos de ellos sustanciales, desde la especialización de los soldados de contra­guerrilla, la conversión de la profe­ sión militar en una verdadera carrera ,1a zonificación y la estabilidad de las unidades operativas hasta los equipamientos, tierra, mar y aire, más adecua­ dos para las correspondientes misiones y con la producción nacional de mu­ chos elementos tanto bélicos como militares. Una consideración importante, claramente observada en Viet­Nam, se basa en el dicho de que "la guerrilla nunca gana guerras"; lo que sucedió allá, y está sucediendo en Colombia, es que, con los éxitos, la guerrilla se va consolidando, ampliando y organizando hasta convertirse en un ejército "con­ vencional" llegando a copiar y a doptar sus mismas tácticas y estrategias. En Colombia se han visto los pasos iniciales de ésta transformación: al principio los guerrilleros andaban en grupos pequeños, sin uniformes ni armas defini­ das, viviendo "al día" sin mayor apoyo logístico y de un lado para otro sin objetivos bélicos claros y bien programados; más tarde comenzaron a presen­ tarse en grupos mayores, pasando de meras escuadras a pelotones, compañías y aún batallones; se institucionalizaron los frentes, se crearon los distintos niveles de comandos y estados mayores; se crearon las áreas de descanso, entrenamiento y recuperación; se organizó la "intendencia" con fábricas de armas, uniformes y demás elementos necesarios; se enlazaron y moder­ nizaron las redes de comunicación; se organizó la "tesorería" con contabili­ dades, presupuestos, ingresos y egresos; se establecieron y se consolidaron los enlaces con toda clase de colaboradores, nacionales o extranjeros; se aprovecharon las oportunidades de "especialización" de tratamientos médicos en el exterior, etc., etc. Ahora quieren acogerse a los tratados internacionales sobre "conducta de la guerra", hablan de "prisioneros de guerra", y tratan de convertirse en "be­ ligerantes", con territorios propios oficializados y reconocimiento internacio­ nal. 33
CAPITULOVI Los mandos militares, ante la disyuntiva de preparar al País para un con­ flicto internacional, mientras se llevan a cabo combates de guerrilla interna, escogieron el camino de no prepararse verdaderamente para ninguno de los dos casos; amarrados al conservadurismo, pretendieron utilizar equipos y sis­ temas de doble propósito que, al final de cuentas, no han servido para el problema inmediato ni servirán para el que puede parecer en un futuro nebu­ loso e impreciso. No se ha ganado la presente, la de guerrillas y no ha aparecido la guerra internacional en éstos últimos treinta años. Pero si se han perdido vidas, bie­ nes y espacios, mientras algunos "incidentes" internacionales mostraron la ineficacia de las preparaciones, tanto físicas como síquicas. La ignorancia culposa por parte del poder político y de los Altos Mandos ha permitido el creciente y prolongado efecto de la subversión; ha faltado la decisión política para una ofensiva que destruya el corazón y la mente de la fuerza insurgente y le quite el apoyo de "idiota útil" que le vienen dando la población civil y las estrategias desacertadas de las fuerzas armadas. Definido y estudiado el tipo de guerra actual, y sin veleidades de "planes contingentes" para situaciones futuras, reales, posibles, o probables, el "cuán­ do", el "cómo" y el "dónde" tienen respuestas claras y urgentes: YA, Guerra de Guerrillas, AQUÍ. 34
"Durante muchos años ha existido en el país la creencia de que la responsabilidad del orden público, es competencia única y exclusiva de las Fuerzas Militares y de la Policía Nacional. Las duras experiencias que ha vivido el país nos han enseñado que esto no es así". Rafael Pardo Rueda, Ministro de Defensa Nacional, 1991. CAPITULO VII EL DOBLE EJERCITO "Todos los colombianos están obligados a tomar las armas cuando las necesidades públicas lo exijan para defender la independencia nacional y las instituciones públicas. La ley determinará las condiciones que en todo tiempo eximen del servicio militar y las prerrogativas por la prestación del mismo". Art. 216 de la nueva Constitución Nacional. No hay que ir muy lejos para encontrar ejemplos de como se aplica el concepto de servicio militar obligatorio; Elvis Presley, ya famoso y millonario, presta su servicio, incluyendo un "tour" en Alemania con las tropas de ocupación; más cerca a Colombia, mucho más cerca, quedó expresado en un artículo para la prensa nacional: "El Hijo del Presidente presta servicio mili­ tar"; no era el hijo del Presidente de Colombia; era un muchacho de apellido Caldera, hijo del Presidente de Venezuela! Qué hermoso ejemplo y que ex­ traordinaria experiencia para un "Delfín"! "Todos los colombianos" son mucha gente, si se trata de "tomar las ar­ mas" ya que ellas son "Instrumentos destinados a ofender o defenderse" (1): fusiles, ametralladoras, pistolas, carros blindados, aviones y buques de gue­ rra, etc.; por otro lado, aún con "las condiciones que en todo tiempo eximen 35
CAPITULO VII del servicio militar" el número de los llamados "a filas" sería muchísimo mayor que el necesario para el correcto funcionamiento de las Fuerzas Mili­ tares. Claro que otro significado de armas, es el de "medios que sirvan para conseguir alguna cosa" con el cuál sí se podría cumplir a cabalidad el dictado de la Constitución, en cuanto a que abre la posibilidad de ampliar el concepto de Servicio Militar Obligatorio al de Servicio NACIONAL Obligatorio; afor­ tunadamente ya existen algunos esquemas en operación o en proyecto como la Medicatura Rural, la Legislatura, el Servicio Social Obligatorio, el Servicio Militar Campesino, etc., de los cuales se tratará más adelante. El Ministerio de Guerra, con la utilización de los sistemas modernos a su alcance, podrá determinar cuantos y cuales de los nuevos ciudadanos y, claro está, ciudadanas deberán ser reclutados para el servicio militar, en que con­ diciones, en cuales unidades y en que tiempo; la apropiada planeación y pro­ gramación permitirá que algunos de ellos inicien estudios superiores y los terminen o los interrumpan a un nivel determinado, para lograr una mayor efectividad y un mayor cubrimiento de las necesidades nacionales. Un estu­ diante de medicina puede servir como enfermero, uno de ingeniería como agrimensor, uno de sociología como promotor, etc., etc., pues no todo el trabajo de las Fuerzas Militares requiere soldados combatientes ni doctores. Con otros se permitirá la terminación de sus estudios para incorporarlos luego en tareas con mayores requisitos. El ingreso de todas estas personas a las Fuerzas Militares se hará en los grados que se consideren más adecuados en función de sus conocimientos y experiencias, si bien la mayoría entrará como soldados rasos. La legislación peruana sobre el Servicio Militar Obligatorio comienza con una hermosa frase: "El Servicio Militar es un honor y una obligación patriótica que tienen todos los peruanos..." Contiene ella algunas considera­ ciones interesantes para estudiar y, si es el caso, para adaptar a nuestras con­ diciones; por ejemplo considera la posibilidad de cumplir el servicio en Acción Cívica, Defensa Civil, Rondas Campesinas y Programas de Alfabeti­ zación. Teniendo en cuenta que no todas las personas seleccionadas para la pres­ tación del servicio puedan hacerlo, a pesar de los programas alternos o com­ plementarios, incluye la legislación peruana el pago de una "contribución 36
EL DOBLE EJERCITO pecunaria" que será destinada íntegramente para el provecho de quienes estén prestando el servicio en lo que llama "el activo" o sea en alguna de las Fuerzas Militares. Aunque la prioridad en Colombia es la de solucionar una guerra de gue­ rrillas que requiere personal especializado, no serán todos los conscriptos entrenados para ella; el Ejército estará dividido en dos grupos básicos: uno con el entrenamiento convencional existente, si bien mejorado, y otro, com­ puesto de voluntarios, con preparación especial más intensa y más larga, para conformar las unidades de contra­guerrilla y de asalto, dentro de las modali­ dades exigidas por la guerra moderna, nacional o internacional. Se tendrá, pues, un Ejército Escuela, donde los jóvenes adquirirán, al lado de temas puramente militares, conocimientos amplios sobre su País, sus gentes, sus idiosincracias y sus necesidades; aprenderán de las virtudes ciu­ dadanas como Patriotismo, sentido del Deber, auto­disciplina y, ojalá, lide­razgo. El aforismo de que "para aprender a mandar hay que aprender primero a obedecer" tendrá plena vigencia en está escuela de carácter y de formación. Una utilización práctica del Ejército Escuela fue experimentada durante el gobierno del Presidente Lleras Restrepo; se trataba de crear Centros de Colonización Militar en las fronteras sur y orientales como, zonas de desarrollo integral con conscriptos de condiciones adecuadas para que, al final de su servicio, se instalaran alrededor de poblaciones construidas inicialmente como cuarteles especialmente diseñados para su conversión posterior y consolidarán un foco de colonización casi autosostenido. El primero, y único, en la Tagua, fracasó por falta de un compromiso serio y leal entre las "unidades de apoyo", principalmente las civiles como el Incora, el SENA, Caminos Vecinales y muchas otras que se comprometieron ante el Presidente pero "sacaron el fuste" (expresión militar fácil de entender) más tarde y con variadas o increíbles disculpas. El creador del programa de desarrollo rural integral, el Dr. James Yen decía que "un error es un error la segunda vez; la primera es sólo falta de experiencia"; ya se conocen los errores cometidos en la Tagua; el Ministerio de Guerra revisará y reprogramará el proyecto, y, en pocos años, el país contará con una cadena de centros de desarrollo tomando posesión de buena parte de las fronteras. Hace unos años, un escritor de reconocida pluma decía que: "Reclutar a los bachilleres; interrumpirles sus estudios; frustrarles, no pocas veces, su carrera profesional; darles una improvisada preparación militar que muchos 37
CAPITULO VII de ellos repudian o desprecian ­sólo produce resultados negativos ...... El país, que ve horrorizado esta clase de actos de la subversión, no logra entender ­me parece­ por que las víctimas deban ser estos muchachos recién salidos de las aulas del bachillerato? Es esto lo que la nación está capacitada de ofrecerles?... es muy posible que muchos de estos bachilleres resulten traumatizados ­en su psiquis, en su sensibilidad­ con ésta dura experiencia militar que les es impuesta por el gobierno". Algo de razón tenía el articulista; lástima que, con un complejo elitista ­muy bien respaldado por sus apellidos­ se refiriera a los bachilleres de "buena familia" a aquellos con posibilidades para llegar a las universidades y cuyas delicadas psiquis y sensibilidades se traumatizarían con la experiencia. "Hijos de papi y de mami" que nunca han tendido una cama, traído agua de una lejana fuente o lavado un plato; criados en un medio insensible y apatrida que les hace repudiar y despreciar el servicio al país que dio a sus padres el bienestar suficiente para permitirles una vida fácil y muelle; quienes, tal vez, conocen más el extranjero que su país de origen. Lo que no se puede permitir es que los reclutas después de una prepara­ ción básicamente deficiente, sean enviados como "carne de cañón" a las zonas de bandoleros, para luchar contra avezados delincuentes, conocedores del terreno y de todos los "intrículis" de la guerra de guerrilla. Tampoco pueden permitirse las humillaciones, los desplantes, los sufri­ mientos y vejaciones, los maltratos y las injusticias con los cuales se da la "bienvenida" a los reclutas; esta estúpida actitud no sólo atenta contra la dignidad y los derechos de los nuevos ciudadanos sino que, ha creado un ambiente negativo y hostil contra las Fuerzas Militares; desgraciadamente quedan, aún, muchos "chafarotes" en todos los niveles de la Institución. El Servicio Militar Femenino también ha sido objeto de estudio en varias oportunidades anteriores; en Septiembre de 1988, la comisión segunda de la Cámara de Representantes archivó un proyecto de ley que trataba sobre el asunto. Las experiencias de otros países y la lucha de las mismas mujeres para ingresar en los diferentes servicios, constituyen pautas y guías valiosas para la estructuración de una política realista y apropiada en Colombia. El Ministerio de Guerra estará interesado en agilizar su diseño y en obtener la legislación correspondiente para ponerla en efecto a la mayor brevedad, terminando así una discriminación ilógica e inconveniente. La idea del Servicio Social Obligatorio igualmente ha ocupado al Con­ greso y a la opinión pública desde hace varios años; la ley 50 de 1981, de la 38
EL DOBLE EJERCITO cual fue ponente el Senador Mario Giraldo Henao persigue el logro de tres grandes fines: "busca la vinculación de la Universidad Colombiana y del profesional a la solución de los problemas de la parte menos favorecida de la población"; Pretende hacer un detallado inventario de los recursos humanos derivados de la educación superior para racionalizar el mercado de los profe­ sionales, y persigue: "colaborar en el desarrollo armónico y social de las zonas rurales y las marginadas de las grandes ciudades". El artículo Tercero dice: "Toda persona con formación avanzada o de Post­grado de acuerdo con los niveles establecidos por el Art 25 del Decre­ to­Ley 80 de 1980, deberá prestarle servicios al Estado si son requeridos por éste, de acuerdo con sus necesidades...". Durante el gobierno del Presidente Carlos Lleras Restrepo, y dentro de la Ley 75 sobre el Instituto de Bienestar Familiar (Ley "Cecilia") se aludió el servicio social obligatorio, pero solamente para las mujeres y en forma gra­ tuita. A finales de 1982, se inició un programa para la prestación del Servicio Militar por parte de los campesinos, sin alejarlos de su medio; por tres días a la semana (Viernes, Sábado y Domingo) y por cincuenta semanas, los cam­ pesinos, voluntarios, recibían instrucción en los siguientes campos: Militar, incluyendo gimnasia, deportes, armamento, conocimiento de las Fuerzas Ar­ madas y primeros auxilios; Alfabetización; Desarrollo de la comunidad con especial énfasis en orientación familiar, en acción comunal, en cooperativismo y en ejecución de obras para la comunidad; Capacitación Agropecuaria, cuyos temas principales eran: cultivos de pancojer, especies menores, cultivos industriales, ganadería mayor y construcción rural. Todo lo anterior con la colaboración de entidades públicas y privadas como el Incora, la Caja Agraria, el Inderena, el ICA, Coldeportes y algunos Fondos Ganaderos. A la instrucción "académica" se le mezcló una buena cantidad de prácti­ cas, dentro y fuera de las instalaciones militares, en las cuales se involucraban las autoridades locales y el resto de las comunidades. Varias agremiaciones del campo agropecuario apoyaron y coadyuvaron estos programas, conscientes de su importancia. El aspecto más importante del Servicio Militar Campesino es la perma­ nencia de los "reclutas"en su zona de domicilio y el desarrollo que tendrá la misma a través del entrenamiento social y práctica que se les imparte. Otra actividad de gran interés nacional será el refuerzo de las acciones civico­militares establecidas desde 1963, por el Ministro Alberto Ruiz No­ 39
CAPITULO VII voa, para las cuales el Ejército Escuela contará con la mejor estructura direc­ tiva y operativa. Este es un aspecto que no ha sido suficientemente publicitado, a pesar de los enormes beneficios llevados a comunidades aisladas, geográfica o econó­ micamente de las "corrientes" destinadas a programas sociales; adicional­mente a las carreteras construidas por los Ingenieros Militares y a las viviendas para el personal propio, las Fuerzas Militares construyen toda clase de sistemas o elementos para mejorar la salud, la educación, el esparcimiento o las condiciones generales de bienestar; perforación de pozos, brigadas de salud, canchas deportivas, alcantarillados y acueductos, alfabetización, organización de torneos y fiestas, construcción de escuelas o de centros de salud y mil cosas más forman parte del "menú" cotidiano. Un ejemplo para adaptar a nuestro medio (no adoptar con papel carbón), son las experiencias del Cuerpo Civil de Conservación (Civilian Conserva­tion Corp.) implantado por el Presidente Franklin Delano Roosevelt, de los Estados Unidos, durante los años 1934 a 1942; durante ese lapso, más de dos millones de jóvenes gringos participaron en la solución del problema de desempleo producido por la Gran Reseción y crearon programas de gran envergadura como la reforestación de millones de hectáreas, el servicio Nacional de Parques, la conección nacional con redes de telegrafía alámbrica ("moderna" en aquellos años) e innumerables programas de "caminos vecinales", obras de avenamiento y control hídrico y parques ecológicos, turísticos y recreacionales en todo ese país. Dentro de la especialización de algunas Unidades, el Ministerio de Guerra reforzará las actividades de los Ingenieros Militares; además de los programas de estabilidad del personal y de la zonificación, solicitará al Gobierno la responsabilización del manejo, casi total y permanente, del río Magdalena, siguiendo las pautas y experiencias de sus homónimos en el ejército de los Estados Unidos, quienes tienen a su cargo la construcción de obras, el man­ tenimiento y el control ecológico del río Mississippi (el más grande de ese país). Otro proyecto de gran importancia, será la utilización de los Ingenieros Militares en el programa, o programas, de interconección de los ríos de la Orinoquía y de la Amazonia cuyos estudios fueron iniciados por el Hudson Institute, de los Estados Unidos, durante el gobierno del Presidente Alberto Lleras Camargo. El programa del doble Ejército evitará la política, hasta cierto punto de­ magógica, de excluir indiscriminadamente grupos de ciudadanos como indí­ 40
EL DOBLE EJERCITO genas o religiosos, lo cuál es, de por sí, una discriminación que los señala como colombianos "de segunda". La reestructuración de las Fuerzas Militares y la coordinación con otros proyectos y programas ­como el servicio Nacional/Social Obligatorio­ lleva consigo la solución de algunos vacíos y/o injusticias presentes; muchos ciu­ dadanos se escapan totalmente del servicio patrio mientras que otros, como los Médicos y los Abogados, pueden llegar a cumplir un doble servicio na­ cional cuando son conscriptos para el militar y "repiten" con la medicatura o la judicatura. El proyecto de ley de Seguridad Nacional, puesto a consideración del Congreso Nacional por el actual Ministro de Defensa trae una frase enorme­ mente ilustrativa de las funciones a las cuales deben acogerse las Fuerzas Militares; dice: "La Seguridad Nacional es la organización y empleo de los recursos humanos, morales y materiales de la Nación, para garantizar la so­ beranía, independencia, integridad territorial, orden constitucional y la convi­ vencia pacífica de los habitantes de Colombia". El Doble Ejército propuesto será una de las mejores herramientas para el cumplimiento de todos esos objetivos. La vox populi de "lo mejor es enemigo de lo bueno" tiene una interpre­ tación aclaratoria en: "lo mejor no es lo mejor, lo mejor es lo más apropiado" que puede ilustrarse con dos casos militares, muy cercanos, relacionados con las independencias de Colombia y de los Estados Unidos. Contra "los mejores soldados de Europa", veteranos de innumerables ba­ tallas y "profesionales de la guerra" desde los más altos jefes hasta los más humildes soldados, se batieron grupos, más que tropas, de civiles comandados por oficiales, suboficiales y soldados formados "sobre la marcha", con las poquísimas excepciones de algunas personas que habían pertenecido al ejército español. Sin escuela, con entrenamiento acelerado y deficiente, con elementos capturados al enemigo, comprados sin menor técnica o fabricados por una industria incipiente o, aún, por ellos mismos los colombianos (y unos pocos extranjeros) derrotaron a los españoles con una mezcla de heroísmo y valor increíbles, de astucia, de conocimiento del terreno ­aunque no siempre muy profundo­ de odio y de amor, de idealismo y de entrega; se puede aplicar la inscripción de un monumento a los georgianos (Georgia, estado de los EE.UU.) que participaron en la guerra de Secesión: "Cuando el deber los llamó, vinieron; cuando la Patria los llamó, murieron". Contra un ejército regular "soldados sin coraza ganaron la victoria". 41
CAPITULOVII En los Estados Unidos se repitió el esquema de tropas semi­organizadas contra tropas "regulares"; muchos de los combates fueron ganados por caza­ dores, pioneros, exploradores o granjeros utilizando su experiencia cotidiana en la búsqueda de alimento o de pieles; contra la formación inglesa de la "delgada línea roja" (the thin red line) avanzando a "paso de carga" sincroni­ zado por el redoble de tambores, bajo la disciplina férrea exigida por el tipo de armas usadas, (un general ordenó no disparar "hasta que no le vean a los enemigos el blanco de los ojos") con sus descargas cerradas y carga a la bayoneta, y con brillantes uniformes, los americanos (del norte) mimetizados con sus ropajes "civiles", se apostaban desordenadamente tras toda clase de protecciones y disparaban a voluntad, escogiendo "blancos" (especialmente oficiales), como cazando venados. Pero el cambio no puede ser coyuntual y/o resultado de los caprichos o conveniencias de un individuo o de un pequeño grupo; una vez más hay que tomar las experiencias de otros países para adaptarlas (no adoptarlas) a las circunstancias colombianas. Los alemanes, creadores del sistema de Estado Mayor (reflejado, más tarde, en las Juntas Directivas de las empresas civiles) lo fueron refinando para mejor aprovechar las lecciones de la Primera Guerra Mundial, de la Guerra Civil Española, de otros cuantos conflictos menores y de los experimentos llevados a cabo por países como Inglaterra, Rusia, los Estados Unidos y Japón, principalmente; crearon una sección especial en el estado mayor general para examinar la necesidad de cambio y, cuando éste era decidido, preparar los programas necesarios para su ejecución. Pero, de donde saldrán los oficiales innovadores? de un sistema anquilo­ sado y o conservadurista apegado a la rigidez del ascenso automático, al seudo espíritu de curso, al toderismo y al traslado anual? El Ministerio de Guerra buscará, interna y externamente, las fuentes de información y las ex­ periencias requeridas para llegar a un criterio más válido para la selección y el entrenamiento de los oficiales (y de los sub­oficiales); en primer lugar están los mismos oficiales, en servicio activo o retirados, muchos de los cua­ les han aumentado sus experiencias y conocimientos con cursos en el exte­ rior, lástima que, en muchos casos, esto no ha sido reflejado en informes, sugerencias o programas de amplia difusión y/o discusión, por el sistema de "rosca" y delfinato utilizado para la selección de los "agraciados". En segundo lugar está la participación activa de los oficiales de los Esta­ dos Mayores en las reuniones y/o congresos auspiciados por los distintos gremios profesionales y de la producción; en este casó será invaluable la colaboración de los Profesionales Oficiales de la Reserva. 42
EL DOBLE EJERCITO Más aún, son altamente aprovechables los innumerables contactos coti­ dianos con civiles involucrados, como conferencistas o como alumnos, en los cursos de la Escuela Superior de Guerra, en las Escuelas Militares y en mu­ chas otras Unidades. También están los miembros del Congreso, especial­ mente los de las comisiones de Defensa Nacional, y los participantes de los Consejos de Seguridad o de los Comités de Orden Público. Fuera de consideraciones subjetivas, vale la pena estudiar el sistema ale­ mán y las reformas sufridas en el transcurso de los años (y de las derrotas y triunfos) con sus causas y efectos. Referencias positivas a ese sistema se encuentran en la literatura militar de países como los Estados Unidos e Ingla­ terra, incluyendo los deseos de algunos articulistas para que sus propios países o fuerzas lo adapten, o continúen adaptando algunos de sus componentes. El Ejército Escuela estará capacitado para acciones defensivas y de poci­sión, dentro de los parámetros convencionales; para la ofensiva se tendrá el segundo ejército: el Ejército Profesional, voluntario. EL EJERCITO PROFESIONAL La prueba máxima de la guerra para los militares es el combate; es el climax resultante de años de preparación, estudio, planeación, entrenamiento, etc., a nivel estratégico; tácticamente es la demostración de liderazgo en su más amplio significado. Es el filo tajante de la política diseñada por el Gobierno, cuando este tiene que seguir la máxima de Alejandro Magno ante el nudo gordiano: "lo que no se puede desatar, se corta"; es la capacidad real para llevarla a cabo victoriosamente; es el factor de disuación del "hable pasito y cargue un gran garrote" auspiciado por Theodoro Roosevelt (el gringo que se "robó" a Pana­ má). Como instrumento de la Política Nacional, el combate tiene que respon­ der a las necesidades y a las capacidades de la Nación con realismo. La Ley 131 del 31 de Diciembre de 1985, sancionada por el Presidente Belisario Betancur, contenía los siguientes preceptos: "Art. lo. sin perjuicio de las disposiciones vigentes que regulan el servicio militar obligatorio, el gobierno podrá establecer el servicio militar voluntario dentro de los términos de ésta ley"; Art. 2o. "Podrán prestar servicio militar voluntario quienes, habiendo prestado el servicio militar obligatorio, manifiesten ese deseo al respectivo comandante de fuerza y sean aceptados por él"... Art. 4o.­ "El que preste el servicio militar voluntario devengará una bonificación mensual equivalente al salario mínimo legal vigente, incrementado en un sesenta por 43
CAPITULO VII ciento (60%) del mismo salario, lo cuál no podrá sobrepasar los haberes co­ rrespondientes a un cabo segundo, marinero o suboficial cuarto". Los voluntarios podrán presentarse a partir de la terminación de la fase básica de instrucción o pertenecer a contingentes con no más de dos años de terminado su servicio militar obligatorio. La selección se hará con base en las experiencias de otros ejércitos, evitando a toda costa el síndrome de los "Rambos" y de "los doce del patíbulo", y teniendo en cuenta que ese grupo especializado tendrá a su cargo la defensa de la comunidad en forma civili­ zada y democrática. Después de un período apropiado de observación, más que de "prueba", podrán incorporarse con contratos repetitivos de tres o cinco afíos de duración cada uno y que, sumados, puedan convertirse en una verdadera carrera; los "thirty years men" (hombres de treinta años) tan efectivos como lo de­ mostraron los ingleses en las Malvinas, en Malaya y en muchas otras oportu­ nidades. La experiencia colombiana de los últimos años ha demostrado el balance positivo, costo/efectividad, de estas unidades especializadas y verdaderamente profesionales. Hace unos años hubo una pequeña "tormenta en un vaso de agua" cuando un ex­Presidente de la República habló de la falta de un ejército profesional y fue duramente refutado por algunos oficiales que presentaban sus veinte o treinta años de servicio como demostración de la falsedad de lo afirmado; sin embargo, el ex­Presidente tenía razón en buena parte: si se tiene un chasis de Toyota, con motor y transmisión de Toyota, pero con ruedas de carreta, NO se tiene un Toyota; si un ejército tiene oficiales y sub­oficiales de treinta años, pero soldados de unos cuantos meses, NO es un Ejército profesional; le falta el componente tal vez más importante para ello, el soldado profesional. Una fábrica no puede salir adelante si los altos y medios ejecutivos permanecen en ella por muchos años mientras los obreros son cambiados cada año, así los primeros tomen todos los cursos y entrenamientos imaginables; el ejemplo puede extenderse a cualquier actividad de trabajo en equipo; más aún cuando la tecnología requiere y exige subalternos con mayor y mejor capacitación en toda la línea. Afortunadamente el Ministerio de Guerra puede contar con una base de extraordinaria importancia y efectividad para la conformación de éste Ejército; haciendo acopio de las experiencias de treinta años, examinándolas, eva­ luándolas, criticándolas con honestidad y objetividad se tendrá material más que suficiente para la creación de pautas y de criterios válidos. Miles de horas de combate, de persecusión, de espera, de patrullaje, de preparación, de 44
EL DOBLE EJERCITO desesperación o de euforia, de experiencias en toda clase de condiciones serán fuente invaluable para el reconocimiento de aciertos y de fracasos, y de sus causas y efectos. La Escuela de Lanceros, reconocida y reputada intemacionalmente, la Escuela de Paracaidistas, la Escuela de Buzos y muchas otras unidades de entrenamientos especiales, nacionales y extranjeras, constituirán los centros para la "educación continuada" de los especialistas; la participación de los profesionales en los cursos, como alumnos o especialmente como instructores, serán alicientes adicionales para su permanencia en el servicio. Obviamente los mayores cambios se llevarán a cabo en éste componente de Combate, en vista de las condiciones más rígidas y exigentes requeridas por objetivos y misiones de mayor intensidad y trascendencia. Aún dentro de su expecialización como Ejército de Guerrillas/Asalto se necesitarán dos ni­ veles: el regular y el super­especializado, la élite de los mejores. Para el primer grupo, como para el Ejército Escuela, se mantendrá el esquema actual de Divisiones, Brigadas, Batallones y Unidades Menores Operativas, obviamente dentro de un nuevo programa de Zonificación y con los cambios mencionados o que se requieran en el futuro. Hay que tener en cuenta las posibles variaciones en las divisiones político­administrativas del País, según lo ordenado por la nueva Constitución Nacional. Los grupos especiales del Ejército, de la Armada y de la Fuerza Aérea abarcarán zonas más amplias en función de los terrenos o condiciones propias a su entrenamiento ­montaña, llanura, selva, playa, acantilado, etc.­ y no restringidas por límites departamentales, municipales o militares. Algunos de ellos estarán localizados en Centros de Ataque (o de respuesta inmediata) tácticamente localizados para mayor efectividad y flexiblemente organizados para poder ser transladados a nuevas localizaciones, según los requerimientos tácticos o estratégicos. El Ministerio de Guerra considera que la implementación de los progra­ mas anteriormente descritos, además de todas las otras iniciativas que se es­ tudien, darán un nuevo significado a la función de paz y de guerra en manos de las Fuerzas Militares. 45
"Si se conoce a usted mismo y al enemigo, no tiene que temer al re­ sultado de cien batallas. Si se conoce a usted mismo, pero no al enemigo, por cada victoria ganada usted también sufrirá una derrota. Si usted no conoce al enemigo ni se conoce usted mismo, usted sucumbirá en cada batalla". Sun Tzu (12). CAPITULO VIII INTELIGENCIA MILITAR & GUERRA PSICOLÓGICA "Inteligencia es para los comandantes" e "información es poder" son dos dichos de amplia aceptación; en el lenguaje militar, inteligencia es la infor­ mación procesada y convertida en herramienta esencial para la estructuración de programas y la toma de decisiones. No ha sido por falta de personal ni de dinero que la Inteligencia Militar presenta un balance tan pobre y tan negativo; ha sido falta de calidad, de capacitación, de continuidad, de especialización, de profesionalismo y de control de los gastos. Este último aspecto es extremadamente delicado y será objeto de vigilancia continua por parte del Ministerio de Guerra para evitar los abusos y las "desviaciones" que han sufrido los fondos asignados, espe­ cialmente aquellos discrecionales o secretos. El ex­Ministro General Osear Botero dio un gran paso al instituir la In­ teligencia como "Arma", al igual que la Infantería o la Caballería; al fin y al cabo era él uno de los últimos exponentes de la gran escuela de inteligencia creada por el General Ricardo Charry Solano hace ya muchos años. Un gran 47
CAPITULO VIII paso que hay que repetir muchas veces para formar una verdadera "carrera" en ésta especialidad. A propósito, por Decreto Supremo (No. 063­91 DE/SG) el Presidente Fujimori acaba de crear el Arma de Inteligencia dentro del Ejército Peruano, considerando: "Que la estrategia integral que viene desarrollando el Gobierno para erradicar la delincuencia terrorista, el tráfico ilícito de drogas y otros delitos que atentan contra la Seguridad Nacional, conlleva la necesidad de potenciar las acciones de Inteligencia en los diferentes Campos de la Actividad Nacional, especialmente en el Militar". El Ministerio de Guerra Colombiano ampliará la reglamentación existente para lograr la mayor continuidad de los oficiales en esta especialidad, in­ cluyendo excepciones en algunos de los requisitos para ascenso; la relativa inmobilidad del personal, requisito indispensable para mantener el máximo profesionalismo, será compensada con los alicientes que se consideren apro­ piados y no solamente en el aspecto de remuneración; la experiencia muestra las muy especiales mística e ideosincracia de la mayoría de las personas dedicadas a estas labores, lo cuál permite la utilización de cursos, conferen­ cias, estudios y entrenamientos especiales, en el país y/o en el extranjero, como estímulos de gran eficacia y aceptación. La sofisticación de muchos de los equipos de observación, control, pro­ cesamiento, comunicaciones, etc., es otra de las razones para imponer la mayor estabilidad en el personal de inteligencia y para aprovechar los conocimientos y las experiencias de quienes, directa o indirectamente, puedan ser involucrados; en ésta función caben muchos de los Profesionales Oficiales de la Reserva y otros miembros de la "Reserva Activa". Un ejemplo apropiado fue la "siembra" de miles de sensores sísmicos y/o acústicos en la famosa Trocha Ho Chi Min, por donde subían y bajaban tropas y suministros para el Viet Cong; los expertos operadores de los sistemas de monitoreo llegaron a calcular el efecto de los combates por la frecuencia y la amplitud de las señales recibidas; llegaron a distinguir si la persona era un hombre o una mujer, o un niño, y si iban cargados o no. Este sistema sería perfectamente aplicable a la custodia de líneas de transmisión, oleoductos, instalaciones especiales, etc. Uno de los principios de la guerra en el cual hay mayor aceptación, casi que unanimidad, es el de Sorpresa; el general Waldemar Erfurth (10) presenta amplia documentación al respecto: "La mayoría de los grandes capitanes" dice, "ganaron impresionantes victorias atacando en lugares donde sus enemigos pensaron que nunca lo harían"; "La idea de que algo "no puede hacer­ 48
INTELIGENCIA MILITAR & GUERRA PSICOLÓGICA se" es una de las principales ayudas para una sorpresa exitosa"; "La Sorpresa es uno de los objetivos primarios de la planeación militar". Clausewitz, el gran maestro, es todavía más concreto: "La Sorpresa es el más importante elemento de la victoria"; "Una de las armas más fuertes de la guerra ofensiva es el ataque por sorpresa"; por ello, entre otras cosas, es que no se puede seguir aceptando la posición defensiva y hay que tomar la iniciativa. "Oh, artes divinas de la sutileza y del secreto" exclama Sun Tzu (12); "El arte de la guerra está basada en el engaño". Aqui están otras de las más importantes funciones y objetivos de la inteligencia militar. Y, un buen dicho militar "si no los puede convencer, confúndalos". En el Estado Mayor Alemán existe una sección para "inducir al error" al enemigo (Irreführung); es parte de la guerra psicológica que Inteligencia Mi­ litar tendrá que liderar. Con ella, se quiere influir en las opiniones, las emo­ ciones, las actitudes y el comportamiento de los grupos amigos, neutrales o enemigos, en apoyo de los objetivos nacionales. El Ministerio de Guerra considera de mayor importancia el apropiado uso de la información, en cuanto a que la comunidad no se considera suficiente y adecuadamente orientada sobre la situación real del país, especialmente en los asuntos de Seguridad Nacional. Para cumplir éste objetivo, el Ministerio organizará la difusión objetiva, veraz y oportuna de las informaciones originadas en las Fuerzas Militares, por su propio accionar o por las acciones de los enemigos nacionales que le corresponda enfrentar. No será admisible el uso de eufemismos para "mime­tizar" la verdad pues, con ella, se logrará convencer a la comunidad sobre el objetivo real de la lucha, sobre la necesidad e importancia de su colaboración y sobre la limpia y patriótica función de sus Fuerzas Militares. Es un asunto de Moral, interna y externa; es la gran diferencia que tiene que existir entre los contendores: la subversión con todo su bagaje de engaños, crímenes y delitos y la Comunidad nacional; la diferencia entre unos jefes de cuadrilla y los líderes de hombres y de mujeres libres en constante búsqueda de paz, progreso y bienestar. Además, es necesario y práctico; la información veraz es un instrumento de la legitimidad que, a su vez, es uno de los temas de disputa con la subver­ sión; suficientemente documentada está esta actitud de los guerrilleros/ban­ doleros con sus "cortes de justicia popular", sus "cárceles del pueblo" y los derechos que se han tomado como representantes de la ley, su ley, en las zonas bajo su dominio. 49
CAPITULOVIII La información oportuna será una herramienta más de colaboración del Ministerio con los medios de comunicación; su falta y la permanente "guerra de la chiva": han sido causas de especulaciones, de apreciaciones erradas, de tergiversaciones o de informaciones inoportunas que han llegado a poner en peligro el éxito de algunas operaciones y, aún, la misma integridad personal de miembros de las Fuerzas Armadas. Obviamente se espera contar con la honestidad y el buen criterio de los miembros del llamado "Cuarto Poder" para evitar, hasta donde sea posible, el sensacionalismo inconducente o la información inoportuna. 50
"El Ejército representa el alma de la Patria, lo que hay en ella de firme y permanente" P. Félix Restrepo S.J. CAPITULO IX LA RESERVA ACTIVA Colombia no cuenta con una verdadera reserva militar, si ella es: "Parte del ejército o de la armada (añadir: y de la Fuerza Aérea) de una nación, que terminó su servicio activo, pero que puede ser movilizada". (1). Varias veces se han "llamado" las reservas con resultados poco satisfac­ torios, principalmente debido a dos factores: primero, la poca respuesta en los niveles de oficiales y de sub­oficiales y, en segundo lugar, como secuela de lo anterior, la necesidad de ocupar personal "en servicio activo" para coman­ dar las unidades conformadas por soldados de contingentes recientemente licenciados que han respondido al llamado. Hay falta de política ("doctrina", si no gusta la palabra anterior), con relación a los oficiales retirados; el Decreto 089 de 1984 establece que serán reserva de primera clase los oficiales retirados que no hayan cumplido 65 años de edad y que reúnan las condiciones de "aptitud psicofísica" correspon­ dientes; no se tiene en cuenta si esa persona ha estado fuera del servicio cinco, diez ó más años durante los cuales no ha tenido la oportunidad de ponerse al día con los desarrollos ocurridos en el Ínterin. Armas, equipos, tácticas, estrategias, regulaciones, circunstancias, y hasta los uniformes y las 51
CAPITULO IX raciones de campaña van cambiando continuamente. Como ejemplo, una sola consideración: con que grado y en que función se incorpora un Capitán reti­ rado hace diez años? En algunos países "civilizados", los oficiales retirados que reúnan no sólo las condiciones psico­físicas sino también muchas otras de carácter objetivo y subjetivo, son seleccionados para continuar en la "reserva activa", incluyendo la posibilidad de asceaso; ocasionalmente, su entrenamiento anual ha llegado a involucrarlos en operaciones reales como la invasión de Grenada, la guerra de las Malvinas ó la guerra del Golfo; simultáneamente van ascendiendo en sus carreras "civiles", constituyendo unos magníficos enlaces entre las dos disciplinas y aumentando el acopio de conocimientos y experiencias, con costos ínfimos para las Fuerzas. Por ejemplo, el Capitán­piloto Joseph Macarthy del Army Air Corps (más tarde Fuerza Aérea de los Estados Unidos) y el Teniente de Corbeta Arthur Goddfrey de la Armada gringa, veteranos de la Segunda Guerra Mundial, llegaron a ser Senador de los Estados Unidos y Brigadier General el primero, y Vice­Almirante y famosísimo "anchor man" de la televisión (algo así como la combinación Amat/Gossain) el segundo. El Ministro de Guerra, consciente de que no todos los oficiales retirados califican para éste tipo de reservas, creará las condiciones, requisitos y filtros apropiados para que a éste sistema accedan solamente quienes correspondan a las necesidades y proveerá las condiciones físicas y académicas, para su mejor desempeño. Este será el eje de la Reserva Activa. Otro grupo de la actual "reserva" de primera clase son los profesionales egresados de facultad mayor que han realizado y aprobado cursos especiales para graduarse como "Oficiales de la Reserva": ellos constituyen un cuerpo administrativo debidamente instruido y entrenado para actuar en apoyo de las Fuerzas Militares que sirve, además, como elemento multiplicador y defensor de la acción institucional, según lo establecido por el Reglamento FF­MM 1­8. Desde cuando se organizó en 1975 el primer curso en la Escuela de Ingenieros del Ejército hasta Diciembre de 1991, más de 2.200 profesionales se han graduado como Oficiales de Reserva Especial y varios han ascendido a los grados de Capitán o Teniente de Navio y se encuentran asignados a unidades del Ejército, de la Armada y de la Fuerza Aérea en todo el País. Inicialmente estos oficiales fueron adecuadamente re­entrenados e integrados a las diferentes Fuerzas y prestaron, en forma voluntaria y no remunerada, sus invaluables servicios a la Institución Militar, destacándose en los progra­ 52
LA RESERVA ACTIVA mas de cooperación civil­militar y de operaciones psicológicas, en labores de inteligencia, como instructores militares, como enlaces con las organizaciones civiles y como asesores de los comandos en sus disciplinas técnicas y liberales; desgraciadamente, al no existir una doctrina apropiada para su en­ trenamiento y utilización han venido sufriendo una generalizada desmotiva­ ción; en muchas Unidades, los Comandantes no han sabido entender su importancia y se han negado a colaborar en el programa estructural; en otras oportunidades sólo se han utilizado sus conecciones ­las de los Profesionales­para obtener apoyos económicos que alivien algunas de las necesidades de las unidades, o de los mismos comandantes. Pocos casos se han visto de una real, inteligente y efectiva coordinación que ha tenido, casi siempre, magníficos resultados para la Institución y, aún, para la comunidad. El máximo aprovechamiento de los Oficiales de Reserva Especial, de sus excelentes aptitudes, de su enorme potencial y de su gran espíritu nacionalista obligan al Ministerio de Guerra a buscar los métodos y sistemas más conve­ nientes para involucrarlos dentro de verdaderas "reservas activas". Perfecta­ mente pueden homologarse a los oficiales retirados que pertenezcan a ellas, con los limitantes y alicientes más apropiados. Otra reforma del actual sistema de "reservas" será el terminar con el "tropicalismo" de soldados bachilleres ostentando sendos certificados como sub­tenientes de la reserva, por el mero hecho de haberse distinguido y haber sido calificados como Dragoneantes durante sus pocos meses de Servicio Militar. Con nuevos, inteligentes y avanzados programas de entrenamiento, re­ muneración, ascenso y utilización todo este enorme capital humano podrá servir eficientemente. Llegado el caso, y con la colaboración del Congreso y del Ejecutivo, se propondrán nuevas normas legales para proteger su estabilidad en las empresas donde trabajan los miembros de la Reserva Activa, para solucionar las faltas, regulares o extraordinarias, que su actuación requiera. Por ejemplo, en los Estados Unidos existe una póliza del "key man insurance" o "seguro del hombre clave" para la utilización coyuntural de personal con perfiles laborales similares o iguales a los de los ausentes. Programas similares se llevarán a cabo para sub­oficiales y, aún, para soldados especialistas que lleguen a pertenecer a esta nueva reserva. Otro proyecto del Ministro de Guerra será la reorganización y adaptación de programas de entrenamiento de oficiales y sub­oficiales de la "reserva 53
CAPITULOIX activa" en instituciones de enseñanza media y superior. Ya existen en el País varios colegios o academias militares debidamente reglamentados, aunque sus niveles de preparación militar son, en la mayoría de los casos, muy defi­ cientes; por seguridad y por costos el entrenamiento en el conocimiento, la operación y el cuidado de las armas básicas (revólveres, pistolas, escopetas, carabinas y fusiles) es bastante incompleto; para suplir ese vacío, no sólo se deben utilizar las instalaciones Militares sino, también las de otras institucio­ nes adecuadas, como la Policía Nacional.los clubes de tiro y caza, etc. Otra instancia para desarrollar más la integración de las Fuerzas Militares con la comunidad. En los Estados Unidos se han implantado los R.O.T.C. (Reserve Officers Training Corps o Cuerpos de Entrenamiento para Oficiales de la Reserva) en muchas instituciones de enseñanza secundaria o superior, incluyendo Univer­ sidades de reconocimiento académico mundial. Los resultados de éste pro­ grama han sido ampliamente evaluados, y no de manera teórica, sino con demostraciones palpables en conflictos de todo tamaño como la Segunda Guerra Mundial, Korea y Viet­Nam. Siendo exponencial el aumento de los efectivos militares para cubrir las emergencias, internas o externas, las reservas constituidas con el sistema ac­ tual no son suficientes ni adecuadas y hay que buscar métodos apropiados para suplir las deficiencias. Al crear los Cuerpos de Entrenamiento para per­ sonal de la Reserva, no sólo se subsanará el problema sino que se ampliará la cobertura del Servicio Militar Obligatorio en forma efectiva y económica. Pero no sólo piensa el Ministro de Guerra en planes contingentes para épocas de crisis; la adaptación de éste programa va a constituir, indudable­ mente, un factor de orden y de disciplina para los futuros ciudadanos y pro­ fesionales. La educación Militar, con sus valores y características, ayudará a la formación física, social, moral y comunitaria de quienes la aprovechen debidamente. 54
"La filosofía de la disciplina se ha venido ajustando a las cambiantes condiciones... la cualidad de iniciativa personal ha llegado a ser una de las más valiosas virtudes militares" Gen. S.LA. Marshall. "El soldado bien informado es un mejor soldado. El debe ser persua­ dido y motivado para desarrollar la iniciativa y por qué deber "hacer o morir" (do or die)". Coates y Pellegrin. Military Sociology. CAPITULO X LA SEMI­CARRERA AUTOMÁTICA Carrera //l 4 Curso o duración de la vida humana //l 5 Profesión de las armas, letras, ciencias, etc., (1). Si se quiere tener unas Fuerzas Militares verdaderamente profesionales hay que terminar con el sistema del ascenso "automático" y del retiro obliga­ torio cuando éste no se logra; es el "para arriba o para afuera", incomprensible bajo cualquier criterio. En todas las actividades humanas se consideran las diferencias existentes entre las personas, que las van colocando en los distintos escalones de desempeño laboral. Así como no todos los economistas "nacen" o sirven para Ministros de Economía, ni todos los médicos para Ministros de Salud o Directores de Hospitales, no todos los sub­tenientes o tenientes de Corbeta sirven para generales o para almirantes; la fórmula de­ mocrática de la "igualdad de oportunidades" tiene una aclaración que, por tácita, no es menos cierta: "para igualdad de capacidades y, dentro de las necesidades". La carrera militar será reglamentada por el Ministerio de Guerra, similar­mente al desempeño de profesiones "civiles" como una actividad que el individuo podrá mantener mientras sus capacidades físico­psíquicas 55
CAPITULO X correspondan a las necesidades del "servicio", su entrenamiento cumpla los requisitos inherentes a los grados y funciones, y exista la vacante en los cuadros orgánicos o la necesidad para su empleo en comisiones especiales. Se podrá ascender hasta el nivel máximo de capacidad y permanecer en él, o en cualquiera de los inferiores, hasta la edad de retiro correspondiente al grado. Estos límites máximos de permanencia estarán fijados de acuerdo con las tablas de expectativa de vida activa; en el caso de los oficiales Generales o "de Insignia", el Presidente de la República, con la recomendación del Ministro de Guerra, podrá determinarlos individualmente. La Ley respectiva, en el Perú, tiene un esquema interesante; en primer lugar, diferencia entre los oficiales de "escuela" y los de los Servicios o no egresados de las Escuelas de formación; luego, señala las siguientes edades de retiro forzoso (la primera cifra será para los oficiales de Escuela); General de División o Vicealmirante o Teniente General 60/*; General de Brigada, Contralmirante o Mayor General 59/62; Coronel ó Capitán de Navio 58/61; Teniente Coronel, Capitán de Fragata o Comandante 56/60; Mayor o Capitán de Corbeta 52/57; Capitán o Teniente Primero 48/55; Teniente o Teniente Segundo 44/52; Subteniente, Alférez de Fragata 40/47. * Los oficiales de los Servicios o que no hayan egresado de las Escuelas de Formación no pueden llegar a éstos grados. No se consideran, en la legislación peruana, edades de retiro forzoso para los Comandantes Generales del Ejército, de la Marina de Guerra y de la Fuerza Aérea (correspondientes a los Generales ­de tres soles­ o Almirante del escalafón colombiano). Esta demostrado por la psicología y por la sociología que el individuo no sólo rinde más cuando está desarrollando el trabajo para el cual está más capacitado y entrenado sino que, y esto es muy importante en nuestro caso, es más feliz y tiene mayores oportunidades para perfeccinarse como persona y como miembro de la sociedad, de la institución y de la familia. Un general decía que había que entrenar a todos los oficiales para que sirvieran en todas las posiciones posibles; haciendo un paralelo ilustrativo es como si, en el caso de un ingeniero civil, cada pocos años, o aún meses, se cambiará del diseño de puentes a la construcción de carreteras, alcantarilla­ 56
LA SEMI­CARRERA AUTOMÁTICA dos o represas, para pasarlo luego a la administración de una cuadrilla de mantenimiento, a la dirección de un departamento de obras públicas y a la de una empresa, etc.; acabaría de aprendiz de todo y maestro de nada. Esto es lo que le sucede al personal militar, con el agravante que cada cambio de "ofi­ cio" conlleva, casi siempre, un cambio de entorno geográfico y social. Considérese la situación de un oficial, o de un sub­oficial, obligado a trasladarse a una localidad inhóspita o meramente alejada de su residencia actual; muchas veces tiene que entregar la vivienda fiscal sin recibir otra en su nueva localización; ésto lo obliga a tomar en alquiler una vivienda que, en el mejor de los casos, queda en la nueva guarnición; otras veces tiene que "repartir" la familia donde los familiares, con los efectos negativos corres­ pondientes. Ni hablar de los costos y problemas con la educación de los hijos, sobre todo cuando el traslado es inesperado, que es bastante frecuente; y, que tal de las cuentas "viejas" ­como de las de los servicios y la "tienda"­ o de la apertura de nuevas cuentas donde apenas lo van a conocer? En ésta situación, un pequeño problema puede llegar a convertirse en tragedia por efectos de la distancia o por imposibilidad de atención por parte del "pater familiae". Cuando los traslados se efectúan a mitad de año, algunos problemas son todavía más graves, injustos y contraproducentes para las per­ sonas y para la misma Institución. Con todas esas tensiones y preocupaciones, se espera que el rendimiento de la persona sea, por lo menos, estable. Superada de alguna, a veces de "cualquier" forma la situación, queda esperar, en el transcurso de unos pocos meses, el nuevo traslado! Para corregir ésta anomalía y, como en los países "civilizados", el oficial (o el sub­oficial) será asignado a una unidad de su arma con la mayor pron­ titud y deberá permanecer en ella el mayor tiempo posible; el "espíritu de cuerpo" estará mejor servido y se obtendrá una mayor eficiencia cuando la permanencia es de varios años y no de unos pocos meses. El recién nombrado Comandante de una unidad colocó una valla que decía: "Batallón Tenerife. Bienvenido al mejor batallón de Artillería del País"; la pregunta lógica no se hizo esperar: "cuando lo transladen a otro sitio, qué clase de batallón le tocará?" Los oficiales que recorren el País, muchas veces "caminando a pié" como dicen los infantes, navegando por los "siete mares" o cubriendo los cielos de Colombia, no son los más convenientes dentro de una problemática en la cuál el conocimiento a fondo del terreno de operaciones es una necesidad impe­ riosa; y no sólo del terreno sino, también, de la idiosincracia, de las costum­ bres, de la economía y de la comunidad regionales. 57
CAPITULO X Otra política a cambiar por el Ministerio de Guerra será la de enviar a los profesionales a zonas alejadas a las de su propio origen; la disculpa ha sido la de querer alejarlo de "influencias negativas", actitud que refleja falta de confianza en la rectitud, el sentido del deber y la disciplina del personal militar. Mao Tse Dong decía que: "El Ejército debe fundirse con el pueblo, de suerte que éste vea en él su propio ejército. Un ejército así será invencible". Obviamente, las unidades "élites" o super especializadas para respuesta inmediata deben cubrir áreas mayores pero, en ningún caso, deben cubrir los tres millones y pico de kilómetros cuadrados que comprenden la superficie terrestre y los mares territoriales del País. Otro asunto que demandará la inmediata solución por parte del Ministro de Guerra será el de las remuneraciones; es increíble que, además del ascenso automático, los sueldos estén "amarrados"al grado; es el desconocimiento total; de las variaciones entre cada tipo y jerarquía de trabajo a desempeñar por los distintos trabajadores, y falta de imaginación para corregir ésta defi­ ciencia. El Ministerio de Guerra estudiará un sistema multi­causal basado, principalmente en: grado, tiempo de servicio, características especiales de la función y entrenamiento o capacitación necesarios para su desempeño. La escala para sueldos, primas y bonificaciones, no estará computada dentro del sistema de "salario mínimo oficial" para trabajadores de 40/48 horas semanales, pues hay que considerar que el personal militar tiene que estar en disponibilidad permanente y que labora sin limitaciones de tiempo, de espacio ni de fechas. En cuanto a la relación costo/efectividad, que preocupa a quienes creen que las Fuerzas Militares son un lujo demasiado costoso, la mayor profesionalidad que se impondrá y que representará mayor efectividad justificará aún en pesos y centavos, las nuevas remuneraciones. Simultáneamente, y a la mayor brevedad, corregirá el Ministerio de Guerra la situación, injusta a todas luces, de las enormes diferencias entre los sueldos de los generales y oficiales "de insignia", y de los Coroneles, comparados con los de grados inferiores; la demora en hacer partícipes a todos los oficiales y sub­oficiales del ajuste, comenzando hace años con la homologación del sueldo de General (de tres soles) al de Ministro de Estado, demuestra falta de compañerismo, de lógica y de interés por el bienestar de los subalternos. Entre los efectos nocivos de esta situación pueden considerarse: la con­ gelación de acciones "intrépidas" por parte de muchos oficiales, para no crear 58
LA SEM­CARRERA AUTOMÁTICA "olas"que puedan evitar la llegada a tan ansiados y necesarios estipendios; y, la intensificación de la lucha para quedar en la listas de promoción (recuér­ dese que el sistema es "para arriba o para afuera") con el agravante que, en muchas ocasiones, ello es solamente para tener mejores condiciones de li­ quidación de prestaciones y sueldos de retiro. Acciones "intrépidas" son aquellas que conllevan posibles críticas de la subversión, de la Procuraduría, de los democrateros, etc. que, ante unos Altos Mandos apoltronados y sumisos los ponen a buscar el "chivo expiatorio" entre los subalternos; como en el Palacio de Justicia, como en las situaciones descritas por el Coronel (R) Augusto Bahamón en su libro "Mi Guerra en Medellín" y mil más. O las actuaciones de dos excelentes Comandantes de la Cuarta Brigada, aplaudidas por toda la comunidad pero no aprovechadas para actuaciones similares en otras Brigadas. En el otro estremo del sistema actual de remuneración está el caso de soldados que reciben mayores sumas que los Cabos Segundos, Marineros o Sub­Oficiales Cuartos; totalmente ilógico e inconveniente, también será ob­ jeto de estudio y solución inmediatos. La nueva organización buscará además, evitar o desacelerar la "fuga de cerebros"; eficientes y bien preparados oficiales, y sub­oficiales, abandonan prematuramente la carrera por voluntad propia con la esperanza de utilizar sus capacidades y experiencias en actividades más remunerativas y agradeci­ das; también desean aprovechar la época de sus vidas que les da la oportuni­ dad de ascender los escalones de profesiones que no tienen un final tan injusto como la militar; muchos otros son obligados a retirarse por el sistema de "arriba o afuera" y sus capacidades se pierden para la institución militar, por reglamentos o costumbres desuetos e imprácticos. El ejemplo de la Armada Nacional es bastante ilustrativo para lo contem­ plado anteriormente; siendo la Fuerza de mayor tecnificación es, también, la más afectada por el retiro de oficiales y sub­oficiales especializados, con base a consideraciones de remuneración, de satisfacción personal o de oportunidad para iniciar la segunda carrera "terminal". Un seguimiento de las actividades de estas personas ha mostrado su gran aceptación en las empresas civiles, incluyendo muchas formadas y dirigidas por ellos mismos con gran éxito; la ganancia del "otro" sector ha sido la pérdida de la Fuerza, en detrimento de su capacidad operativa, de su efectividad y de sus costos. Las escuelas militares tendrán a su cargo la educación básica militar con énfasis especial en el aspecto de Liderazgo, como norma y fuente de excelen­ 59
CAPITULOX cia, y en la toma de decisiones; los cursos subsecuentes, en las mismas es­ cuelas militares, en las escuelas de aplicación, en universidades y/o en otras instituciones, nacionales o extranjeras, proveerán los niveles medios y supe­ riores necesarios para que cada oficial llegue al nivel máximo de sus capaci­ dades, dentro de las necesidades del servicio. Al convertirse la profesión militar en una verdadera carrera, se podrán aplicar conceptos modernos de administración, como los meritocracia, la es­pecialización y la estabilidad, con las correspondientes ventajas en la ecuación costo/efectividad y más amplios horizontes profesionales y personales. Dentro de la profesionalización planteada, el Ministerio estudiará para su adaptación e implementación, el sistema de distinción de los oficiales entre los de "línea" y los de "estado mayor", existente en varios ejércitos extranje­ ros. Estas categorías pertenecen a la "división racional del trabajo" y, siendo igualmente importantes, sus miembros deberán ser élites respetadas y apre­ ciadas en todo su valor. Con relación a los sub­oficiales propondrá el Ministerio, no sólo mayores edades de retiro para cada grado sino, también, un sistema que haga posible el paso del personal altamente calificado y/o de mayor experiencia a los gra­ dos de oficial subalterno (Capitán o Teniente de Navio). Este no es un pro­ grama "revolucionario"; es revertir a situaciones ya contempladas pero abandonadas por razones que pueden ser reevaluadas y corregidas. En la Armada se llegaba hasta los grados de Teniente Primero o Teniente Segundo; en las Fuerzas Aéreas hasta Mayor y, en el Ejército hasta Capitáa Obvia­ mente se diseñarán cursos especiales para suplir los vacíos académicos, cul­ turales y técnicos. Siendo la vivienda una de las mayores preocupaciones de las familias colombianas y uno de sus mayores egresos, el Ministerio proseguirá con más énfasis los programas de casas y casinos fiscales (para personal soltero) in­ cluyendo los soldados profesionales; la mayor estabilidad del personal será un elemento importante en los costos, sobre todo en el mantenimiento de las construcciones por el mayor cuidado de los usuarios y la disminución de "reparaciones locativas" y/o mejoras. Todo lo anterior estará diseñado para hacer de la vida militar una profe­ sión limitada solamente por los factores comunes para cualquiera otra con ios alicientes y satisfacciones personales que permitan exigir, si es posible mayor entrega, mayor dedicación y mayor sacrificio al personal en cuyas manos está, en gran parte, el cuidado de la Soberanía Nacional. 60
"Lo mejor no es lo mejor, lo mejor es lo más adecuado" Fernando Ospina Hernández CAPITULO XI EL EQUIPAMIENTO MILITAR En general se consideran tres tipos básicos de elementos para el uso de las Fuerzas Armadas; 1­ los escencialmente bélicos como fusiles, cañones, tanques, submarinos, aviones de combate, etc; 2­ los de uso militar pero no letales sino complementarios, como cascos, uniformes, marmitas, etc; 3­ los de uso general como camiones, hospitales de emergencia, helicópteros de transporte, puentes portátiles, etc. Componentes de estos tres tipos son sucep­tibles de fabricación por empresas privadas sin crear un elemento clandestino de alta peligrosidad. El ejemplo más "clásico" es el del casco militar vs. la mica/beque/vaso de noche; lo que para la industria es un embutido profundo en lamina de acero puede tener dos formas y dos usos dependiendo de tres condiciones: pintura o esmalte, argollas para barbuguejo u oreja y (un poco de humor no sobra) el sitio donde se colocan; habiendo varias fábricas de "micas", por qué no se fabrican cascos? Siendo Ministro el General Hernando Curréa Cubides, se trató de conso­ lidar un programa para la fabricación de elementos y/o de componentes con destino a las Fuerzas Militares; "soto voce" se organizó una muestra y se 61
CAPITULO XI invitaron numerosos industriales nacionales; la respuesta fue excelente y mu­ chos contactos llegaron hasta la discusión de calidades, normas, costos y plazos; desgraciadamente el programa fue entregado a un General, Director de Industria Militar en esa época, quien no fue capaz de entender la importancia del asunto y creyó que se trataba de una intromisión indebida en sus fueros. En otras oportunidades se ha llegado a "conversar" sobre el mismo tema, pero nunca se ha podido estructurar un plan coherente y efectivo; Industria Militar sigue produciendo toda clase de cosas; hasta algunas armas y muni­ ciones! El Ministro de Guerra considerará urgente un esfuerzo para solucionar esta situación, y aprovechar las enormes ventajas económicas y sociales de un programa de equipamiento con base en la producción nacional. Más aún, considera que dentro del componente político de la Guerra de Guerrillas y de la lucha contra la subversión, esta acción traerá dividendos altamente positivos y fácilmente evaluables; al ahorro de divisas se suma la mayor ocupación de personas y de equipos industriales; la integración de técnicos de una y otra parte obrará como catalizador para el mayor conocimiento personal y, por ende, mejor inteligencia y comprensión; se abrirán puertas para que el ingenio y la inventiva nacionales encuentren un nuevo ámbito para su desarrollo. En muchos casos no habrá que importar tecnología costosa ni pagar re­ galías, en cuanto a que las situaciones políticas y las condiciones técnicas permiten la adaptación y aún la copia de armas y equipos perfectamente apropiados para nuestras necesidades; algunos de ellos serían: pistolas ame­ tralladoras, granadas de mano y para fusil, morteros y sus municiones, cascos (!), cohetes y misiles, fusiles y ametralladoras, etc.; otros podrán ser fabrica­ dos y/o ensamblados con componentes traídos de países vecinos. Otros modernos desarrollos para la guerra de guerrillas o la de asalto, producto del ingenio y de la más alta tecnología incluyen: aparatos para visión nocturna sin necesidad de fuentes externas como los antiguos de luz infrarroja; equipos para oler (correcto: oler/olfatear) al enemigo; sistema para determinar la posición exacta en medio de montes o llanuras; comunicaciones por satélites con programaciones de mezclado y azar (scrambling y ran­dom) imposibles de monitorear, submarinos miniatura; aviones sin piloto para observación con circuitos cerrados de televisión; etc., etc. algunos de éstos han sido ya adquiridos y usados por las Fuerzas pero sin aplicarse a una doctrina completa coordinada. 62
EL EQUIPAMIENTO MILITAR Complementaria a ésta política, el Ministerio de Guerra considera algu­ nos cambios fundamentales como: el cambio de calibre, el mayor uso de la pistola ametralladora, la racionalización de la artillería y de la caballería, y otros considerados más adelante en los capítulos de Poder Naval y Poder Aéreo. La pistola ametralladora (metralleta o sub­ametralladora) mostró sus "bondades" durante la guerra civil española y en la Guerra del Chaco, en Bolivia; al comienzo de la Segunda Guerra Mundial fue extensamente usada por los alemanes y los rusos, ampliándose su uso a todos los participantes; anecdóticamente se cuenta el rechazo inicial de los ingleses, por considerarla un arma para gangsters (influencia de las películas gringas de los años vein­ te); más tarde, fue famoso el afiche del mismo Churchill, con su tabaco y su sombrero "coco" típico, empuñando una pistola ametralladora Thompson. No sólo su efectividad para el combate a corta distancia y para los golpes de mano, sino la mayor flexibilidad de su uso y la menor peligrosidad de los "tiros" perdidos, le dan mejores características para el servicio de centinelas y guardias, en lugar del fusil; éste reemplazo, aparentemente sin importancia, conlleva no sólo mayor efectividad sino menores costos, por el arma y por su munición, a la vez que libera fusiles necesarios para el aumento del pie de fuerza y para reemplazar los que se van desgastando, se pierden o son des­ truidos por diferentes causas. LOS CAMBIOS DE CALIBRE Al terminar la Segunda Guerra Mundial, y en parte por presiones políti­ co­económicas de los gringos, se cambió el calibre oficial 7 mm Mauser por el .30­06; miles de armas, especialmente automáticas, pasaron al "uso de buen retiro" aunque algunas fueron recalibradas para el nuevo cartucho; al terminarse las existencias de "sobrantes de Guerra" armas y municiones tu­ vieron que comprarse a los precios del mercado, acabándose una de las razo­ nes para el mencionado cambio. En los años 69/70 se creó un comité para estudiar el reemplazo del .30­06, en vista de su absolescencia y la aparición de armas más apropiadas a las nuevas condiciones de la guerra convencional (fusiles de asalto con posibilidades de fuego automático y mayor capacidad de carga); desgraciadamente primó la "antigüedad" sobre la técnica y se adoptó el 7,62 x 51 mm. descendiente directo del anterior, y en uso por las naciones de la NATO/OTAN, aunque ya en "cuidados intensivos" por la aparición de otros calibres; principalmente el 7,62 x 39 mm. de los rusos y el 5,56 mm. de los gringos. 63
CAPITULO XI Las Fuerzas Armadas de los Estados Unidos adoptaron el 5,56 en tres etapas: sur­este de Asia en 1969; Europa en 1970 y USA Continental en 1971; los rusos tuvieron el 7,62 x 39 mm. hasta el año 1976, cuando comenzaron a reemplazarlo por el 5,45 x 39 mm.. Se perdió una magnífica oportunidad para "matar dos pájaros de un tiro" o sea, cambiar armas y municiones compensando costos con efectividad; fu­ siles con posibilidad de fuego automático y mayor capacidad de carga, y munición de potencia reducida, más apropiada por factores de letabilidad, peso, reculada, comodidad, etc., para la guerra de guerrillas en las condiciones colombianas. Dentro de la política de modernización y tecrúficación del Ministerio se programará el cambio paulatino de calibre, para la versión más moderna del 5,56 mm.; igualmente se programará la fabricación del fusil con un nuevo modelo o aprovechando la posible intercambiabilidad de algunos componentes de los actuales fusiles G3 y Galil; entre otras cosas, el Galil fue diseñado originalmente en calibre 5,56 mm. y fue fabricado especialmente para Co­ lombia, y un par más de países del tercer mundo, en 7,62 x 51 mm.. MODERNIZACIÓN DE LA ARTILLERÍA Y DE LA CABA­ LLERÍA Si bien se considera la Historia como "el mejor maestro, con los peores alumnos", hay que estudiarla y recordarla, para tratar de no repetir errores y/o aprender algo "nuevo". El Ejército de los Estados Unidos acabó con la caballería "a caballo" y con el servicio de transporte con muías durante la década de los 30, conside­ rando que ya no serían necesarios en las guerras modernas; sin embargo, durante la Segunda Guerra Mundial, tuvo que reactivar el servicio de muías para el manejo de los suministros en las zonas montañosas de Italia; a su vez, los rusos usaron extensivamente la antigua caballería, Cosacos y otras unida­ des, para los ataques a la retaguardia alemana y para acciones de guerrilla. Las condiciones inherentes a la presente guerra de guerrillas, y las del posible aunque poco probable conflicto extemo, tienen que racionalizarse de acuerdo con factores de tiempo, espacio y costos; en ninguno de los casos habrá tiempo, como en el Conflicto con el Perú, para mandar misiones al extranjero a comprar armas, buques y aviones y esperar su llegada. El espacio es, para la guerra de guerrillas, la montaña, la selva, los llanos, los valles y, en general, las zonas aisladas y faltas de estructuras de transporte; igual­ 64
EL EQUIPAMIENTO MILITAR mente lo serán para la otra alternativa, según los planes de respuesta a consi­ derar por éste Ministerio (ver "La Disuación Internacional" ­ Capítulo XV). Los costos del equipamiento tendrán que ver con la disponibilidad inme­ diata o a corto plazo, de dineros ya sea para fabricación Nacional o para compra en el exterior. En Antioquia hay un dicho bastante ilustrativo para el caso: "Lo que va a gastar en espuela, gástelo en caballo". La artillería "de tubo", como cañones y morteros de gran calibre, no tiene aplicación por la gran movilidad en los combates y por las características de muchas de las áreas de operación; de mayor efectividad y a menores costos están elementos como cañones sin retroceso, cohetes y morteros de calibres pequeños y medianos; otros equipos, como los lanza­cohetes mútiples, pue­ den reemplazar con amplias ventajas la artillería convencional. La tecnología ha desarrollado una gran cantidad de equipos livianos, aún "hombre­transportados", con capacidades suficientes para operaciones de guerra de guerrillas o de asalto, contra toda clase de blancos: aviones, heli­ cópteros, tanques, vehículos blindados, lanchas, construcciones endurecidas, personal, etc.; sus costos relativamente bajos y la posibilidad de ser fabrica­ dos, con sus municiones, parcial o totalmente, amplían la capacidad de res­ puesta inmediata y efectiva. Con las apropiadas condolencias, y solamente con el ánimo de obtener la mayor efectividad para la solución de las acciones militares, internas o exter­ nas, inmediatas o futuras, el Ministerio de Guerra estudiará la transformación del Arma de Artillería; hoy en día, y durante muchos años, las unidades de esta Arma han tenido que convertirse en tropas de infantería para poder par­ ticipar en la guerra de guerrillas. Similarmente, se estudiará el "agiomamiento" de la Caballería, en función de las necesidades; los nuevos conceptos y doctrinas para la aerotransportada, con base en experiencias propias y ajenas, serán examinados a fondo para coordinarlos con el nuevo esquema para el Ejército combatiente; dentro de éste enfoque, tal vez habrá que reactivar el cuerpo aéreo del Ejército, o Arma Aérea, para una mejor operación de helicópteros y de aviones para apoyo táctico, observación, comunicaciones etc., La utilización de carros blindados, como los Urutú, los Cascabel y simi­ lares, será también objeto de estudio de evaluación costo/efectividad. 65
CAPITULO XII EL PODER NAVAL El Ministerio de Guerra pondrá a la venta, al mejor postor, las Corbetas, los submarinos de más de mil toneladas de desplazamiento y todas las demás unidades que no correspondan a las necesidades de la guerra de guerrillas o de la guerra de asalto; la base naval ARC Bahía Málaga será reestructurada para su operación en términos más lógicos y apropiados; esto último puede incluir la posibilidad de una coordinación con grupos industriales y/o comerciales para hacer de ella un gran puerto mixto, sin los inconvenientes de Buenaventura; obviamente se tratará de minimizar el impacto ambiental en un área de enorme valor ecológico, lo cual no fue considerado en los parámetros de diseño. Por la extraordinariamente importante posición de Colombia en la geo­ grafía estratégica y comercial del mundo, "cintura" de dos grandes "relojes de arena": terrestre (carretera Panamericana) y naval (Canal de Panamá hoy, y en el futuro, Canal ínter­oceánico Colombiano y/o Puente Terrestre Intero­ ceánico) recae en la Armada la responsabilidad de mantener y cuidar la zonas aledañas; obviamente, en colaboración estrecha con las otras dos Fuerzas Militares. 67
CAPITULO XII Para la operación marítima en los dos océanos, se formarán dos grupos, claramente diferenciados por las características inherentes a cada entorno (longitud y amplitud de olas, mareas, plataformas continentales, fronteras marítimas, etc.); en ambos casos se integrará la actividad netamente bélica, con las necesidades de patrullaje contra el contrabando y las incursiones ile­ gales, y con actividades científicas, no solo relacionadas con la oceanografía sino incluyendo todo lo vinculado con el conocimiento y la explotación ra­ cional de las costas. Por ejemplo, el descubrimiento de grandes depósitos sub­marinos de "no­ dulos" poli­metálicos en el Pacífico, abre grandes posibilidades para su ex­ plotación en la zona marítima económica; las condiciones de las costas colombianas y la disponibilidad de agua, energía eléctrica y mano de obra relativamente baratas crea la posibilidad de instalación de importantes centros industriales para la refinación y utilización de éstos "nodulos", así el área de su concentración esté a mayor distancia que de otras costas. Siendo la "profesión del mar" una actividad que requiere espíritu y entre­ namiento especiales, además de la lógica continuidad, y para lograr una real Unidad de Mando, el Ministerio de Guerra solicitará que las unidades a flote de la Aduana Nacional pasen a formar parte de la Armada; artilladas apropia­ damente, ampliarán el cubrimiento de las costas y presentarán un mejor ba­ lance en la ecuación costo/efectividad. Se trata de racionalizar el mejor uso de los elementos, humanos y mate­ riales, dentro de todas las circunstancias, pacíficas o bélicas; la coordinación armónica hará posible una Armada fuerte y entrenada con la mayor flexibili­ dad de respuesta; habrá una mayor oportunidad para el mantenimiento del personal mejor entrenado, durante más tiempo de servicio y con mayores posibilidades de navegar ­ésto último considerado el motivo primordial de la profesión del marino y, desgraciadamente, uno de los aspectos más olvidados, o imposibles con el esquema actual. Se estudiará la posibilidad de conseguir un mayor radio de acción con helicópteros de observación y transporte y, aún, con pequeños aviones de reconocimiento que cubran más rápidamente mayores áreas. Otros elementos para estudio serán los botes propulsados por motores y hélices de avión para zonas pantanosas (swamp buggies) y/o los "hover­crafts" sobre colchón de aire. Los submarinos de desplazamientos menores han demostrado su capaci­ dad de inserción en áreas fuera de los límites pactados o en discusión; así mismo han mostrado su capacidad de patrullaje e intercepción; se estudiará 68
EL PODER NAVAL la posibilidad de equiparlos con armas para uso en la superficie, que comple­ menten los equipos para uso sumergido, incluyendo radares de mayor alcan­ ce. Abundan la literatura y las experiencias sobre lanchas rápidas, muchas de ellas utilizadas en los conflictos internacionales del presente siglo; la relación costo/efectividad, vis a vis las corbetas y otras unidades mayores, es altamente favorable para los equipos menores, incluyendo el concepto de la "dispersión estratégica". La combinación de cohetes superficie­superficie (SS) y aire­tierra/ super­ ficie (AT/S) crea una potencia de acción o reacción de alta efectividad y credibilidad, a costos perfectamente adecuados tanto en los equipos como en el entrenamiento suficiente; otra de las grandes fallas de la situación actual. Un dictamen de la geo­política expresa que: "los ríos unen y las montañas separan" ya tenido en cuenta para la zonificación; la gran misión de la Armada será la de impedir que las mismas corrientes se transformen en "tierra" de nadie, como ha pasado anteriormente por desconocimiento, culposo se puede decir, del mencionado aforismo. Al igual que en las costas marítimas, éste aparente traslapo de áreas de operación, obligará a una coordinación real, efectiva y disciplinada entre Armada y Ejército, especialmente. La Armada Nacional ya viene experimentando con los llamados "ele­ mentos de combate fluvial", equipados con lanchas rápidas de diferentes es­ pecificaciones para una mayor flexibilidad de uso táctico; el nivel básico son los botes "Piraña" de unos siete metros de largo, con capacidad para 12 hom­ bres y un armamento máximo de una ametralladora .50" y cuatro M­60s en 7,62 x 51 mm., el cuál sería complementado con lanza­cohetes, lanza­granadas y/o morteros de asalto, entre otras cosas; Lanchas patrulleras de mayor tamaño, 30 y 40 pies (aprox. 10 y 13 Mts.) y armadas con equipos de mayor potencia de fuego, complementan las anteriores. La infantería de Marina será reforzada con nuevos objetivos y nuevas misiones; su justificación será más como arma de asalto que como simples centinelas. Ejemplos de sus actividades especiales se encuentran por doquier; El Servicio Especial de Botes (Special Boat Service) de los ingleses, los SEALs, el equipo de demoliciones Submarinas (Underwater Demolitions Team, UDT) las Patrullas de Reconocimiento a Largas Distancias (Long Range Recon. Patrols. LRRP) de los gringos, y muchos otros. El esquema planteado abre la posibilidad de crear, como para las otras Fuerzas, la Armada Escuela y la capacidad para mantener unas "reservas 69
CAPITULO XII activas" para cuando "las necesidades públicas lo exijan". Todo ello corres­ ponde a lo que el Contralmirante Jaime Parra Ramírez, Comandante de la Armada Nacional en 1967, denominada el Poder Marítimo Integral. En el aspecto de la disuación internacional, considera el Ministerio de Guerra que la gran efectividad de la preparación para guerra de guerrillas, "prima hermana" de la guerra de asalto, prestará méritos indiscutibles en la mente de los posibles contendores. No más artículos como el de María Isabel Rueda (Semana 28 Ene, 92) "Colombia 0 Venezuela 2"; las corbetas NO son "buques de guerra que com­ pran los Estados con el objeto, si es el caso, de dejarlos hundir en la defensa de la soberanía de sus aguas". PUEDE que las hundan combatiendo, pero ese tampoco debe ser el caso; las relaciones con los países "amigos" deben tratar de excluir toda confrontación armada, sin olvidar que "la política debe ejecu­ tarse a los medios militares disponibles" (Clausewitz ­ 14). 70
CAPITULO XIII EL PODER AEREO El Ministerio de Guerra pondrá para la venta, al mejor postor, los Mirage V y los K­fir. Los equipos que se adquieran, como aparatos de ala fija (avio­ nes) y de ala rotatoria (helicópteros), radares ó cohetes serán los que se con­ sideren más apropiados para la guerra de guerrillas que aqueja al País. Veinte años de experiencia con los equipos que se pondrán en venta han demostrado su casi total ineficiencia para el problema actual y muy poca capacidad disuasiva para enfrentamientos internacionales, cada día menos probables, pero siempre posibles. Algunas guerras extranjeras, como las de las Malvinas, de Viet­Nam o del Golfo Pérsico, han demostrado la capacidad que los helicópteros y los aviones de apoyo táctico tienen en la modalidad de guerra de asalto, contra blancos tanto móviles como fijos. Una fuerza Aérea debidamente equipada y excelentemente entrenada será, indudablemente, un mejor factor de disuación interna y externa. Al terminar la guerra Arabe­Israeli del 67, decía el General Moshe Da­yan: "El papel de la información (inteligencia en términos militares) ha sido tan importante como el de la aviación o el de los tanques"; el comandante de 71 CAPITULO XIII
la Fuerza Aérea judía comentaba: "no se basan sus victorias sólo en la calidad de sus aparatos (sino) en la calidad de los pilotos. Ponga un piloto israelí en un Mig­21 y a un piloto egipcio en un Mirage, y el piloto israelí derribará siempre al egipcio". Dentro del programa de "Reservas Activas", el Ministerio entrenará pilo­ tos de compañías comerciales, así como mecánicos y personal de tierra. Igualmente coordinará y apoyará la actividades de las Patrullas Aéreas civiles y de los clubes de paracaidismo o, de "cometas humanas" de aviación y, aún los de aeromodelistas, etc. Desde hace varios años se vienen desarrollando y perfeccionando las capacidades anti­tanques de los helicópteros y se han diseñado tácticas eva­ sivas para defenderlos de los aviones de caza. El arsenal de equipos y armamentos para los helicópteros raya en la cien­ cia­ficción, multiplicando su potencialidad y su efectividad; en las condiciones generales de Colombia, las posibles mezclas o combinaciones son respuestas reales y económicas ­dentro de las diferentes alternativas. Dentro del aspecto de la guerra de guerrillas, el Ministerio utilizará avio­ nes pequeños, decomisados o comprados, para operaciones de observación y patrullaje; su economía, su autonomía de vuelo ­se pueden instalar tanques adicionales, su maniobrabilidad y otras características inherentes los capacitan para estas labores y muchas otras más. Artillados, podrán servir aún para operaciones bélicas; con los equipos electrónicos adecuados podrán servir para sobrevolar áreas "sembradas" con sensores especiales, como estaciones de relevo (relay) en comunicaciones, como repetidoras para señales de video, como señalizadores de áreas operacionales ­como los "path finders" de la Segunda Guerra Mundial, etc. Otro aspecto importante es el de la dispersión estratégica* bastante difícil de llevar a cabo con Mirages y Kfirs, por la poca disponibilidad de aeropuertos y bases capacitadas para su operación; con ejgmposmás^gjle^^ojrnojos aviones A­37 y OV­10 (Bronro)^JosJielicópteros, ésta dispersión no sólo los hace menos vulnerables a ataques aéreos sino que, dentro del programa de zonificación de las fuerzas anti­guerrilleras, podrán estar en el sitio preciso cuando se necesiten. Y dónde se necesitan hoy? En todo el territorio nacional, en sus posicio­ nes de fronteratjgijos Centros de Ataque, en las escuelas de entrenamiento y en los puntos de asistencia y auxilio. Vale la pena recordar que muchos de los equipos de la Fuerza Aérea, especialmente los helicópteros de transporte, 72
EL PODER AEREO han servido para el apoyo de operaciones de rescate, evacuación y suministro cuando la naturaleza o el hombre han creado situaciones de crisis en las cuales la respuesta inmediata es imperativa: el incendio del edificio de Avianca, los maremotos y los terremotos, la avalancha de Armero, etc. En condiciones apropiadas la utilización de los aviones pequeños para rescate, evacuación o suministro es tan importante como la de los helicópteros, y a menores costos. El cubrimiento del territorio nacional con una o varias redes de radares, será coordinado, operacional y financieramente, con otras entidades naciona­ les y aún extranjeras; igualmente se procederá para la vigilancia con satélites. Las guerras de guerrillas y de asalto tienen otro componente mixto Aire­Tierra en el cuál la Fuerza Aérea juega un papel de gran importancia; está conformado por los equipos de paracaidistas y por los especialistas en golpes de mano detrás de las líneas enemigas (guerra de asalto) o alrededor de las zonas de accionar guerrillero. Una interesante escuela será el Special Air Service (SAS) inglés, combinando el entrenamiento con los de supervivencia, inserción y extracción, sabotaje, demoliciones, etc., de las escuelas de Fran­ cia, Estados Unidos y otras. 73
"Bases de una buena relación: res­ peto mutuo, confianza, beneficio común y trabajo en equipo". Eduard Schevardnadze, URSS. "En ¡a guerra la estrategia más in­ teligente es aquella que nos permite alcanzar nuestros objetivos sin tener que pelear". Sun Tzu. CAPITULO XIV EL CIUDADANO Y SU DEFENSA La Constitución Nacional impone al Gobierno la obligación de defender la vida, la honra y los bienes de los ciudadanos. Para cumplir ese objetivo básico, y desde la misma fundación del Estado Colombiano, se han venido conformando toda clase de leyes, instituciones y programas; en realidad, todo el andamiaje del País gira sobre la defensa, el apoyo, la organización y el mejoramiento de la sociedad y de la comunidad que lo conforman. Los tres Poderes están involucrados en ello y por eso existen las leyes y los mecanismos para que se cumplan, o las sanciones cuando no se cumplen; las normas de tránsito, los programas de acueductos y de carreteras, la cons­ trucción de vivienda social, los subsidios para la salud o para la educación, y en fin, toda la actividad del Gobierno hacia los gobernados, está allí contenida. Igualmente los gobiernos han caido en cuenta de su incapacidad para cubrir todos los frentes y se han creado, como en éste momento se están creando, diferentes sistemas para que los particulares suplan sus deficiencias; no sólo en los aspectos de educación, de salud y de bienestar social, inclu­ yendo la vivienda, se ha demostrado la bondad del procedimiento; en rela­ 75
CAPITULO XIV ción con la "seguridad", existen colaboraciones directas como en los casos de la Policía Cívica y de la Defensa Civil, o indirectas, como en la autorización para las Compañías de Seguridad y para los grupos de guardaespaldas o escoltas. Las empresas de economía mixta, las carreteras por concesión y la "pri­ vatización" de los servicios públicos son otros ejemplos válidos e importantes para ilustrar el tema. Y, ante la amenaza real contra vida, honra y bienes, representada en las actividades delictivas de las bandas, organizadas o no, y denominadas de cualquier manera (guerrilla, bandoleros, priscos, jaladores, terroristas, etc.) que más puede hacer el Gobierno? El Ministro Pardo Rueda decía, hace pocas semanas, que el manteni­ miento del orden público no era competencia exclusiva de las Fuerzas Arma­ das sino que "es algo que concierne a todos los colombianos por igual"; que significará con el "por igual"? Seguramente implica la observancia de todos los deberes y obligaciones ciudadanas, activa y pasivamente, desde el cum­ plimiento de las leyes hasta la presentación voluntaria en apoyo de esas leyes; cumplimiento que conlleva, obviamente, y como resultado de ello, la obten­ ción y el respeto de los derechos individuales. Orden y Libertad. Otros países con problemas de guerrilla, subversión o alta criminalidad, han puesto en práctica sistemas comunitarios o mixtos, incluyendo a miem­ bros de las Fuerzas Armadas, para brindar las garantías constitucionales a sus ciudadanos. Por ejemplo, en el Perú se ha publicado una ley por la cual "Reconocen a Comités de Autodefensa, como organizaciones de la población para desa­ rrollar actividades de auto­defensa de su comunidad", "surgidas espontánea y libremente.... (para) evitarla infiltración terrorista, defenderse de éstas y apoyar a las Fuerzas Armadas y Policía Nacional del Perú en las tareas de paci­ ficación". El Art. 3o. dice: "Su funcionamiento se encuentra enmarcado geográficamente bajo el control de los Comandos Militares respectivos". En el Art. 6o. hay una providencia interesante: "Los Comités de Autodefensa, en coordinación con los respectivos Comandos Militares, seleccionarán a los jóvenes en edad militar, para que presten servicios en los Comités por un período de un año, considerándose éste plazo como cumplimiento del Servicio Militar Obligatorio". La revista inglesa "Jane's" especializada en temas militares, citando "ex­ pertos en cuestiones de seguridad" decía que: La guerrilla maoista Sendero 76
EL CIUDADANO Y SU DEFENSA Luminoso "está doblegando" al estado peruano. Más adelante explicó que la mayor amenaza contra la guerrilla está representada por las milicias campe­ sinas "entrenadas y paulatinamente armadas con fusiles por el Ejército y la Infantería de Marina". (El Tiempo, 11 febrero 1992). El General (R) Alvaro Valencia Tovar, en una de sus "Clepsidras" tocaba el tema de las milicias nacionales (El T., 14 agosto 1989); "La guerrilla or­ ganiza y arma campesinos por la persuasión o por la fuerza. Más por lo segundo que por lo primero. La mafia lo hace con los enormes recursos del nacotráfico o del comercio ilegal de esmeraldas... Pero si el Ejército, al am­ paro de la ley, lo hace con sectores rurales amenazados por la avasallante combinación de guerrilleros y delincuentes, las estridencias son formidables, comenzando por las fuerzas políticas de extrema, solidarias con la guerrilla". Más adelante agregaba: "El artículo 167 de la Carta fundamental establece: La Ley podrá organizar una milicia nacional y organizará el cuerpo de Policía Nacional. Pide que ellas cuenten con los mecanismos de control que aseguren su responsabilidad ante las autoridades civiles y militares, en forma tal que no se desvíen de su objeto, ni puedan ser empleadas como fuerzas de choque o grupos nomádicos... (y) fijar las delimitaciones geográficas de estos cuerpos sedentarios, (su destacado) armamento y dotaciones que se les puedan asignar...instrucción, régimen disciplinarios y responsabilidad...". Y, una última referencia al mencionado artículo: "El ciudadano adquiriría un espíritu solidario con el Estado, a cuya seguridad y defensa contribuiría ordenadamente". A propósito, en el Perú, el Artículo 6o. de la Ley del Sistema de Defensa Nacional (Decreto Legislativo No. 743 Nov. 8/91) dice: "La educación para la Defensa Nacional es obligatoria en todos los niveles y modalidades del Sistema Educativo". Qué tal? Si bien nada es igual a nada, el problema peruano con "Sendero Lumino­ so" es muy parecido al colombiano con los guerrilleros/bandoleros; por qué la diferencia de criterios en la capacidad de defensa de los campesinos, de los ganaderos, de los finqueros y, en general de las gentes de los campos? Como dato "curioso" se encuentra la entrega de armas a los trabajadores civiles, hecha por "las autoridades comunistas cubanas", para proteger las granjas y fábricas de la isla "no sólo contra simples ladrones, sino también contra los enemigos de Cuba". Caso insólito pues, normalmente, uno de los primeros actos de las dictaduras es desarmar a la población para evitar "pro­ blemas"; estará tan firme el régimen de Castro? 77
CAPITULO XIV El Ministro de Guerra estudiará la efectividad de los programas en otros países y el desarrollo de las auto­defensas en Colombia, para presentar un proyecto de acción que contenga las mejores características y evite los errores cometidos anteriormente; algunos de ellos fueron, por ejemplo, la falta de control, de parámetros o pautas reales y firmes, y de disciplina. Se involucrará personal de las Fuerzas Militares, en servicio activo o pertenenciente a la "Reserva Activa", para que permanezca en las zonas de operación de los grupos de auto­defensa, dé instrucción a sus miembros .programe las activi­ dades correspondientes y comande las operaciones preventivas necesarias. Hace unos años se pusieron de moda en Colombia, los chistes de Fritz y Franz, dos alemanes medio tontarrones; uno de ellos era así: llega Franz a donde Fritz está con unos amigos y le dice: "Tu mujer te está siendo infiel; la vi haciendo el amor con un fulano, en el sofá de tu casa"; sale Fritz a la carrera y regresa al poco tiempo, con cara de satisfacción; "ya arreglé el problema" le dice a Franz, "vendí el sofá!". La política de "vender el sofá" sólo ha servido para chistes; hace unos años se llegó a prohibir los raticidas, ante una "ola" de suicidios con ellos! Vale la pena ilustrar el punto con el ejemplo de los vehículos automotores; cuantos muertos, cuantos heridos, cuanta destrucción es causada por ellos y, sin embargo, a nadie se le ha ocurrido prohibirlos; todavía. Lo que ha resul­ tado es una legislación continuada para evitar accidentes ("suceso eventual o acción de que involuntariamente resulta daño para las personas o cosas" (1)) o para castigar el mal uso de los vehículos. Su mera tenencia está reglamentada casi que "ab­absurdum": escrituras públicas, tarjetas de propiedad, certificados de circulación y toda clase de impuestos, multas y contribuciones. La operación incluye extensas legislacio­ nes de todo tipo y nivel, desde circular por la derecha hasta seguros obliga­ torios y la responsabilidad de los conductores de ayudar a las personas y a las autoridades en una amplia gama de situaciones. Armar o desarmar al ciudadano tiene que ser el producto de estudios, criterios, realidades y balances para evitar equivocaciones y/o perjuicios do­ lorosos y costosos. Reglamentados la tenencia y el uso de las armas comienzan a delimitarse las responsabilidades; por ejemplo, que culpabilidad recae en el Estado cuando no es capaz, con cualquier razón o disculpa, de proteger la honra, vida ó bienes de un ciudadano? y cómo será sancionado él o los responsables? El caso de las víctimas de la violencia es suficientemente ilus­ trativo: tiene o no el Gobierno la responsabilidad de asumir los costos de su 78
EL CIUDADANO Y SU DEFENSA ineptitud?. Está el Gobierno adecuadamente preparado para amparar la inte­ gridad física y económica de los habitantes de zonas anteriormente auto­de­ fendidas? En los Estados Unidos lleva varios años el enfrentamiento entre quienes consideran inalienable el derecho de portar armas (the right to bear arms) de la Segunda Reforma Constitucional (Second Amendment) y los demagogos que toman cualquier incidente de locos para tratar de prohibirlas. El enorme aumento de la criminalidad se debe en gran parte, y está suficientemente documentado, en la debilidad de las leyes y de los sistemas para su aplicación; para quién vea los programas policiales de televisión parece increíble el esfuerzo que han hecho los gringos dizque para evitar los abusos de la auto­ ridad. En Inglaterra, cuyas leyes sobre tenencia de armas son excesivamente estrictas, la criminalidad ha aumentado de tal manera que el famoso policía "Bobby" tuvo que dejar a un lado el tradicional bolillo para armarse. Igual­ mente ha sucedido en otros países con restricciones parecidas, como en el Japón y en el Canadá. En Suiza, por otro lado, todos los reservistas tienen las armas de dotación militar en sus casas y el deporte nacional es el tiro, incluyendo tiro de com­ bate. La disciplina de sus ciudadanos y la energía con la cuál se hacen cumplir las leyes han resultado en uno de los índices de criminalidad más bajos del mundo. En realidad, desde hace muchos años se está devolviendo el derecho de la propia defensa a los ciudadanos; la posibilidad legal para que la gente se arme, no tiene otro significado distinto al reconocimiento del Gobierno de su propia incapacidad para cubrir todas las situaciones de peligro en las cuales puede llegar a encontrarse una persona. Aparte, claro está, de las armas per­ mitidas para el ejercicio de los deportes como el tiro al blanco y la cacería. El Ministerio de Guerra, reforzará el programa de entrenamiento de los poseedores autorizados, incluyendo los aspectos técnicos, los legales y los sociales, poniendo énfasis especial en la responsabilidad adquirida y en los peligros derivados del uso indebido o incorrecto; estos cursos serán obligato­ rios y podrán ser tomados en las unidades de las Fuerzas Armadas o en los clubes de tiro y/o de caza que el Ministerio autorice para ello. 79
"La diplomacia raramente a sido capaz de conseguir en la mesa de conferencia lo que no puede ser ganado o sostenido en el campo de batalla". Gen. Walter Bedell Smith, USA. CAPITULO XV LA DISUACION INTERNACIONAL Desde la independencia, Colombia había fijado sus límites de acuerdo con normas legales de la época, que los establecían en base en documentos cartográficos, lo que se denominó el "utis possidetis de jure"; desde esa época se han entregado o cedido casi 500.000 kilómetros cuadrados "a causa de la debilidad de nuestros gobernantes" dice un historiador. Debilidad resultante de las continuas guerras civiles, del federalismo, del parroquialismo y de la falta de nacionalismo, de Voluntad Estratégica y de visión Geo­polftica, prin­ cipalmente. En el Laudo Arbitral del 16 de Marzo de 1891 ­Comisión Ferreira Mo­nogas, Colombia cedió a Venezuela 75.000 Kmts. cuadrados; a principios del presente siglo ­Tratado Esguerra Barcenas, cedió a Nicaragua la Costa de Mosquitos, con 45.000 Kmts. cuadrados; en 1903 ­ Tratados Urrutia Thomp­ son­ se entregaron unos 70.000 Kmts. cuadrados; entre 1907 y 1928 ­Tratados Vasques Cobo, Enea Martín y Laureano García Ortiz y Octavio Mangebeira­se perdieron 171.000 Kmts cuadrados, entre los ríos Caquetá, Amazonas y Putumayo; en 1922 ­Tratado Salomón Lozano­ se entregaron 110.000 Kmts cuadrados en la región del río Ñapo. 81
CAPITULO XV La entrega de Los Monjes y sus zonas de influencia, por medio de una "simple" carta. (Nota de Cancillería No. DM­543 de Nov. 22/52, suscrita por Juan Uribe Holguín: "El Gobierno de Colombia declara que no objeta la soberanía de los Estados Unidos de Venezuela sobre el archipiélago de Los Monjes" (7)). Ella ha sido objeto de debates inconclusos (parecidos a las "investigaciones exhaustivas" que aparecen casi todos los días en la prensa nacional). En el tratado suscrito el 9 de Septiembre de 1972, con los Estados Unidos, en relación con Quitasueño, Roncador y Serrana se mengua de manera nefasta la soberanía colombiana en cuanto a que Quitasueño no es objeto del ejercicio de soberanía por estar permanentemente sumergido en alta mar; adicionalmente Colombia queda obligada a respetar los derechos de pesca anteriormente concedidos (por los gringos) y no puede celebrar nuevos con­ venios con terceros sin el previo consentimiento de los E.E.U.U. de América. En diversas oportunidades se han planteado situaciones de "emergencia" ante declaraciones, provocaciones o actos francamente inamistosos de algu­ nos países del área; el Ministerio de Guerra considera apropiado el presentar algunas consideraciones respecto a algunas Hipótesis de Amenaza. X­l, Nicaragua. Ayer como hoy, la disculpa o justificación alegada por este país era la del presunto "robo" colombiano de territorios pertenencientes a ellos, a la luz de discutibles documentos históricos, y a la negativa para aceptar tratados anteriores, por considerarlos como resultado de imposiciones de fuerza llevados a cabo durante la ocupación gringa a principio del presente siglo. En 1986, la desproporción entre los armamentos era de tal tamaño que una comparación era totalmente ridicula; ante equipos obsoletos, de capacidad mínima y con radios de acción reducidos, por parte de Colombia, Nicaragua mostraba un inventario impresionante; someramente se mencionan algunos de ellos: 10 helicópteros Mi24/Hind D, el más avanzado helicóptero de ataque del mundo en ése entonces, 15 Mi8s, y muchos otros de menor capacidad para completar un esquema de alta movilidad y tremendo poder de fuego. Si bien los datos sobre aviones de combate o de transporte eran muy deficientes, no así la información de la red de radar periférico, con total cubrimiento del área propia y gran parte de la extraterritorial, con capacidad para monitoreo y dirección de todos los movimientos en ellas; adicionalmente contaban con una potente instalación para intercepción de comunicaciones en Puerto Cabezas, frente a San Andrés. 82
LA DISUACION INTERNACIONAL Contra un par de docenas de Urutú y Cascabeles, Nicaragua presentaba no solo unos doscientos equipos de iguales o de parecidas capacidades, sino, también, unos treinta tanques livianos PT­76, con cañones de 76mm. y más de cien T­55s con cañones de lOOmm. hasta hace pocos años el principal tanque de batalla de los rusos. En artillería el balance era más crítico; contra unos cuantos cañones de la Segunda Guerra Mundial, contaban con 24 Obuses de 112mm. con alcance máximo de 16 Kmts., 24 cañones D­20 de 152mm. y alcance de 18 Kmts., 24 lanza cohetes múltiples con capacidad para 40 proyectiles 112mm. en ráfagas, a más de 19 Kmts.; su artillería anti­aérea contaba con una. aprecia­ble cantidad de ZU 23 dobles, de 23mm., M­1939 de 37mm., S­60 de 57mm., controlados automáticamente por radar y toda clase de lanza cohetes portátiles del tipo SA­7. La armada "sólo" contaba con 15 lanchas rápidas equipadas con cohetes superficie­superficie, obviamente controladas y dirigidas por su red de radar. En general, su equipamiento los ponía en tercer lugar dentro de los ejércitos latino­americanos. Pero aquello era sólo el yunque, pues el martillo sería Cuba, con el se­ gundo ejército de la zona; se puede agregar que el "herrero" sería el comu­ nismo internacional con sus "voluntarios"y todo el apoyo técnico, económico y político, incluyendo la quinta columna colombiana y los "idiotas útiles" que manejaba. Afortunadamente no pasó nada, pero no por efecto de ninguna disuación, sino por el simple derrumbe del gobierno sandinista y el fracaso mundial del comunismo. Qué hubiera pasado si no? Nadie lo sabría. Lo único cierto es que no estábamos preparados, ni política, ni material, ni psicológicamente. X­2. Venezuela. Este "caso" es mucho más complicado. Desde antes de la misma Independencia, los roces entre el Virreinato y la Capitanía habían comenzado a crear enemistades que aflorarían durante las campañas liberta­ doras y se consolidarían con el desmembramiento de la Gran Colombia. La vida republicana de las dos naciones tomó cursos divergentes y se fueron conformando dos caracteres y sentimientos nacionales de dudosa "hermandad". Mientras en Colombia sólo se han presentado tres dictaduras, de muy poca duración y con características más apropiadas para ser llamadas "dictablandas", en Venezuela los gobiernos dictatoriales han ocupado un gran porcentaje de su vida como nación independiente. 83
CAPITULO XV Las características inherentes a los sistemas utilizados para la coloniza­ ción: Compañías alemanas por contrato con la Corona Española en el caso de Venezuela, y muchos tinterillos, abogados y golillas para el colombiano, tal vez se reflejan en los trajes típicos de cada región: blusa entallada, con cuello cerrado, llamada iquiliqui allá y "guerrera" en los ejércitos vs camisa suelta, pantalón negro, pañuelo "raboegallo" y sombrero "vueltiado", aquí. Varias veces, por coyunturas políticas internas, los gobiernos venezola­ nos han buscado su apaciguamiento con el expediente, muy usado en todas las latitudes, de "unión en el interior y guerra en las fronteras". Hace unos cincuenta años, en algún texto venezolano se afirmaba que las últimas ciudades colombianas, o las primeras venezolanas, eran Cúcuta y Villavicencio. Hace treinta, la combinación de guerrillas internas y la pers­ pectiva de la terminación de las reservas petrolíferas (se creía que estas no durarían más de diez años) o sea el temor del nuevo rico que ve, con horror, el regreso a la miseria, motivaron otra campaña contra Colombia. En los años recientes se han visto campañas, de mayor o menor intensi­ dad, especialmente relacionados con el llamado "diferendo" sobre las zonas del Golfo de Coquibacóa ­llamado por ellos "de Venezuela"; "ni un milímetro de tierra" y otras frases indudablemente agresivas han impedido o retrasado algunas de las conferencias programas; "incidentes" de carácter militar han venido ocurriendo con preocupante regularidad; si bien muchos de ellos han pasado desapercibidos por la gran mayoría del pueblo colombiano, otros, como el de "las corbetas" en el golfo, han tenido amplia publicación. Colombia, con su apego a "la ley y a la justicia", como lo expresó un ex­Ministro de Relaciones Exteriores, y su falta de una verdadera Voluntad Estratégica, agachó la cabeza. Una de las principales causas del fallido intento de golpe (Febrero 1992) tiene relación directa con el "diferendo", como lo expresaron algunos oficiales retirados venezolanos, recientemente (El T. 8 febrero 1992) al mencionar la "incapacidad" del liderazgo político y a la "imprudencia" del gobierno en las negociaciones de una vieja disputa limítrofe con Colombia. Dentro del grupo hay "destacados militares de los últimos treinta años, y reivindican "la figura de la dos mayores dictaduras venezolanas del presente siglo: la del general Juan Vicente Gómez (1908­1935) y la del general Marcos Pérez Jiménez (1948­1958)". Enrique Santos Calderón (El T., 9 feb. '92) dice "La negociación sobre el Golfo entrará a la nevera hasta nueva orden. El supuesto "colombianismo" 84
LA DISUACION INTERNACIONAL de Carlos Andrés Pérez y su ambivalencia frente a las negociación también motivaron ­ no hay que olvidarlo­ a los militares sublevados". No sobra recordar que las dictaduras militares y las posibilidades de en­frentamientos bélicos, son magníficos "disculpas" para aumentar los presupuestos para: compras de armamentos y equipos, misiones al exterior, comisariatos y demás gabelas. El "balance" de fuerza entre Colombia y Venezuela es claramente defici­ tario; a grandes razgos, la situación actual es así: 85
CAPITULO XV En Artillería: Ambos países tienen un pequeño número de piezas de la "cosecha" de la Segunda Guerra Mundial pero Venezuela cuenta con 20 AMX­MKF 3, de 155mm. autopropulsados, sobre orugas; los diversos siste­ mas de cohetes en poder de Venezuela, SS­11, Maverick, Mic­V, Exocet, etc., son totalmente operacionales, mientras que muchos de los colombianos no lo son, ni tienen personal bien entrenado. Por razones de seguridad (o de "falta de ignorancia") los datos son un poco incompletos, aunque las proporciones son bastante parecidas a las re­ ales. El desequilibrio de efectivos militares, las características de un posible enfrentamiento (ver en Anexo I: "Los Diez Primeros Días") y los problemas político­económicos de Colombia hacen prohibitivo, ineficiente y aún estúpi­ do, el entrar en una carrera armamentista en términos convencionales o de guerra "regular". Otra cosa sería una respuesta de Guerra de Asalto, prima hermana de la Guerra de Guerrillas en la cual Colombia tiene la mejor escuela para especialistas (los "blancos" disparándole a los tiradores); si "la disuaden está en la mente del enemigo", estas fuerzas darían suficiente credibilidad para apoyar conversaciones políticas más reales y efectivas. "Después del ojo afuera, no hay Santa Lucía que valga"dice el dicho; ojalá, por debilidad y por falta de una política realista Colombia no pase de "tuerto a ciego". Hipótesis X­3. Brasil y Perú. En la Amazonia la situación también puede complicarse en cualquier momento; históricamente se ha sufrido la enemistad, la insidia y la audacia de peruanos y brasileros; en 1848, en medio del mayor sigilo, celebraron estos dos países un tratado secreto para repartirse territorios colombianos o sobre los cuales tenía Colombia pretensiones basadas en títulos de gran valor legal; sólo dos años después de celebrado fue del conocimiento del Ejecutivo colombiano, gracias a la información dada por el General Tomás Cipriano de Mosquera; las reclamaciones colombianas no fueron siquiera tenidas en cuenta. Por algo decía Napoleón: "De nada sirven los mejores argumentos cuando no están respaldados por cañones". Desde hace muchos años estos países han tenido políticas de frontera muy bien estructuradas y mejor ejecutadas; ambos mantienen unidades militares de gran significado, con magníficos elementos y dotaciones, incluyendo unidades altamente entrenadas para guerra en la selva. Uno y otro han ocupado sus territorios, e invadido los ajenos, con tropas licenciadas cuya estadía se subsidia y se apoya efectivamente; son los famosos "bandeirantes" brasileros que van "sembrando" la bandera del imperio. 86
LA DISUACION INTERNACIONAL Guillermo Forero, citado por el Coronel Augusto Bahamón (7) dice: "La tierra no se conquista definitivamente, aún en las edades bárbaras, más que con el arado, no pertenece a los que las empapan de sangre en los choques feroces de los ejércitos, sino a los que luego de apoderarse de ellas, las labo­ ran, las siembras y las pueblan". Agua, madera, plantas, frutos, fauna, oro, petróleo, piedras preciosas y semi­preciosas, carbón y quién sabe cuantas otras riquezas se encuentran en los territorios que aparecen dentro de las fronteras colombianas en los mapas pero que no han sido objeto de actos de Gobierno y, muchos menos, de Soberanía. Cuanta envidia despertarán en vecinos insaciables o políticamente inestables que buscan incidentes internacionales para acallar protestas inter­ nas? Muchas de las condiciones, objetivas y subjetivas, consideradas para el desarrollo de las hipótesis mencionadas han variado en los últimos años, afortunadamente. Sin embargo, no han desaparecido completamente y "es mejor prevenir que curar". En vista de todo lo anterior, el Ministerio de Guerra tendrá como guía y meta la consigna "Si Vis Pacem Parabellum"; Si quieres la Paz, prepárate para la Guerra. 87
ANEXO I Ar tículos: Ingenier o Fer nando Ospina Her nández 1. YO NO LO LLAMARÍA LEALTAD Diciembre 15 de 1977 El general Mac Arthur decía: "los viejos soldados no mueren sólo se van desvaneciendo"; desgraciadamente no siempre es así. En estos días hemos visto cómo un desarrollo reglamentario dentro de la carrera militar se convierte en oportunidad para sacar a relucir viejos resenti­ mientos y servir como piedra de escándalo; no conozco las razones para el retiro de algunos de los oficiales envueltos en los incidentes pero, después de leerlos y escucharlos, me atrevo a pensar que no fueron tan desacertadas como las quieren hacer parecer; "siquiera sacaron al general tal" decía uno, "pues un oficial de su categoría no podía quedar en tan mala compañía ni dentro de un gobierno tan malo"; hay que conocer los conceptos de ese mismo oficial sobre sus superiores cuando estaba en servicio activo, incluyendo al Presidente de la República, comandante supremo de las Fuerzas Armadas, o sobre el gobierno del mandato claro cuando apenas amanecía. Otros, tam­ 89
ANEXO I bien en uso de muy buen retiro o muy bien retirados, piden Ministro de Guerra Civil, que no era exactamente lo que solicitaban cuando estaban en lista para llegar a ese puesto. Algunos de los recién retirados ofrecían hacer revelaciones, ahora sí, y hablaban de frustración por no habérseles dejado llegar a más altas posicio­ nes; y todos hablan de lealtad. Los "civiles' y especialmente la prensa, demo­ cráticamente sensacionalista, toman esas declaraciones y las presentan como demostración de cómo hasta la sal se ha corrompido; pero pongámosle un poco de objetividad al asunto y veamos algunas realidades. Frustración? Qué decir de la que sufrirán en los próximos treinta años, los 94 sub­tenientes acabados de graduar en la Escuela Militar; menos de 7 por mil llegarán a Ministro de Guerra; menos del 1 por ciento llegarán a Comandante General o a jefe del Estado Mayor conjunto; menos del dos por ciento llegarán a Comandante del Ejército o a jefe del Estado Mayor del mismo o a General de tres soles; menos del cinco por ciento llegarán a Mayor General, con dos soles. Hoy hay en servicio activo unos ochenta Coroneles y las perspectivas para ascender a Brigadier General se reducen a unas doce plazas o vacantes. ¿Qué pasará con los restantes sesenta y ocho? Muchos de ellos tienen hojas de vida envidiables, han participado heroicamente en acciones de combate, han desempeñado sus puestos con lujo de eficiencia y dignidad, han sacrificado más de veinte años al servicio de la patria; pero sólo pueden esperar terminar sus vidas, otros veinte años con capacidad directiva y productiva, con la nostalgia de sus recuerdos y el amor hacia la institución que los vio terminar su juventud y comenzar su edad madura. Manes del ascenso automático y de la semicarrera! Pero pasemos al asunto central, a la tan mentada lealtad. Hacia quién o hacia qué? Ella no puede terminar con el cambio del uniforme por el "Everfit"; aún en los casos de injusticia, y los ha habido, los hay y los habrá, hay que pensar en la institución y en la propia dignidad. Primero, porque ella fue escuela, madre y familia, conceptos arcaicos para algunos pero inviolables para gentes de bien. En segundo término, la dignidad personal porque ella no depende de estar o no en nómina, sino de la naturaleza misma del individuo. A la entrada de la Escuela de Liderazgo del Ejército Alemán hay una inscripción que reza: "pido a Dios que me dé la serenidad para aceptar las cosas que no puedo cambiar, el coraje para cambiar las que puedo, y la sabiduría para conocer la diferencia"; y no dicen cuándo porque es una máxima para siempre. 90
Si hay algo que declarar, si hay juego sucio o indelicadeza, si tras soles o estrellas se esconden infractores o delincuentes, la lealtad, la dignidad per­ sonal, el verdadero coraje es decirlo cuando se conoce; lo contrario es seguir el ejemplo de Kruskov cuando declaraba a Stalin un asesino y un traidor, después de muerto. Y había sido su compañero de lucha y de mando. Parafraseando una de las admoniciones de la iglesia católica, podríamos proclamar: "quién tenga alguna cosa que decir en contra, que levante su voz y la diga ya; si no tiene el coraje para hacerlo, que calle por los siglos de los siglos". Porque es más leal salir por haberlo dicho, que decirlo por haber salido.
2. LA ZONA BANANERA DEL MAGDALENA Para el libro: La Zona Bananera del Magdalena Autores: Roberto Herrera Soto Rafael Romero Castañeda Editorial: Imprenta Patriótica del Instituto Caro y Cuervo Bogotá, 1978 Informe técnico sobre la operación del fusil ametrallador Lewis y del fusil Mauser modelo 98. En el polígono para fusil de la escuela de caballería, se llevó a cabo una demostración sobre el funcionamiento del fusil ametrallador (ametralladora liviana) marca Lewis, modelo 1917, de los usados por el ejército colombiano desde 1920 hasta 1949. La munición empleada fue fabricada por el arsenal de Toledo (España) en 1950, de iguales características a la utilizada por el ejército durante el mismo período citado anteriormente. Aclaramos que no se utilizó munición más moderna por cuanto el calibre 7mm. Mauser fue des­ continuado en los años del cincuenta como calibre oficial del ejército colom­ biano y es difícil conseguir munición de fabricación más reciente en el tipo militar. Los resultados, en óptimas condiciones climáticas y mecánicas, fueron los siguientes; a) cuatro segundos para el tiempo de disparo para ráfagas de 91
ANEXO I 25 tiros, lo cual dio una cadencia de 376 tiros por minutos, algo normal para esta arma; b) cinco segundos de tiempo para cambio del proveedor, y c) de los impactos a cincuenta metros se comprobó un 80% sobre el blanco oficial de 150 por 60 centímetros. No se presentaron fallas en la operación de las armas disparadas ni en los cartuchos utilizados. CARACTERÍSTICAS TÉCNICAS LFusil ametrallador Lewis modelo 1917, infanter ía. Diseñado por el señor Samuel McClean en 1910, fue perfeccionado en 1913 y tuvo uso extensivo durante la primera guerra mundial, especialmente en manos del ejército inglés y otras tropas del entonces imperio británico. También se utilizó en el entrenamiento del cuerpo expedicionario del ejército de los E.E.U.U., antes de su envío a Europa, en 1917. La versión, colombiana fue el resultado de la modificación de 1917 a fin de adecuarlo a la utilización del cartucho calibre 7 mm. Mauser. El fusil ametrallador Lewis es un arma automática de operación por toma de gases, alimentada por medio de proveedores circulares de 47 cartuchos de capacidad, enfriada por aire. En el ejército inglés fue utilizado hasta después de la segunda guerra mundial con admirable efectividad. Por su peso (13 kilogramos) y el de sus proveedores (2.5 kilogramos) se considera un arma de "equipo". Este consiste en un artillero u operador y dos sirvientes o amunicionadores (los amunicionadores normalmente portan el fusil o carabina, adicionalmente a los proveedores). El ejército colombiano empleó este tipo de armas, en especial para operaciones de gran movilidad en terrenos abruptos o en climas fuertes, razón por la cual relegó las ametralla­ doras pesadas para instalaciones defensivas o permanentes (cuarteles, etc.). 2.FusiI Mauser modelo 1898, modificación 1912. Esta es un arma de repetición que tiene un cerrojo rotatorio de operación manual con almacenamiento para cinco cartuchos, alimentado por medio de cargadores especiales ­rieles­ con capacidad para cinco cartuchos cada uno. La dotación normal para cada soldado era de 90 carruchos, en seis cartucheras de cuero, para tres rieles cada una. De acuerdo con ensayos hechos por el ejército alemán ­ y los informes de la cornisón Warren sobre el asesinato del Presidente Kennedy ­ este fusil puede ser descargado, por un experto, en siete segundos y medio. Los movi­ mientos necesarios para nueva carga toman cinco segundos. 92
3.Car tucho 7mm. Mauser . Este es un cartucho desarrollado en 1895, de magníficas características balísticas y operacionales. Hasta los años del cincuenta fue el cartucho oficial de los ejércitos de 14 países y se le sustituyó por el uso de nuevas pólvoras, además de algunas presiones ejercidas por los vencedores de la segunda guerra mundial. En la actualidad se emplea considerablemente para la cacería, en su versión civil. CONCLUSIONES Teniendo en cuenta lo anterior, podemos hacer los cálculos correspon­ dientes a la capacidad de impactos y mortalidad de las armas en cuestión. Hemos considerado un periodo de fuego de 20/25 segundos por cuanto este tiempo corresponde aproximadamente a la acción de los Lewis durante los acontecimientos huelguísticos de la zona bananera el 6 de diciembre de 1928. Los fusiles ametralladores Lewis pueden disparar un máximo de 94 car­ tuchos por pieza, o sea la carga de dos proveedores incluyendo el tiempo requerido para cambio de proveedor. Los fusiles Mauser pueden ser disparados un máximo de diez veces, incluyendo el cambio de dos rieles (queda con su carga completa en el almacenamiento, pero ella no puede ser disparada dentro del término anotado). Se han tenido en cuenta los factores máximos, tales como: a). índice de mortalidad para ataques frontales (Verdún, primera guerra mundial, 14.856 tiros por muerto y 2.749 por herido) b). Localización de las armas respecto a los blancos, c). Concentración absoluta de ellos sin dejar espacios vacíos y una profundidad de, por lo menos cuatro en fondo, d). tiradores expertos, e). condiciones óptimas climáticas (visibilidad, vientos cruzados, etc) f). ausencia absoluta de presiones de tipo psicológico (nerviosismo, afinidad del tirador con los blancos, etc.) g). carencia total de desviación en la trayectoria de los proyectiles hacia áreas no ocupadas, especialmente para segundo, tercero y cuarto impactos, y h). ninguna falla en las armas o de la munición empleadas. Bajo las condiciones teóricas arriba enunciadas, las curvas nos dan un índice tope de cuatro impactos por cartucho disparado, con un impacto mortal y tres no mortales. Para un conjunto de doscientos cuarenta y siete hombres con fusiles Mauser y dos con fusil ametrallador Lewis obtendríamos un total, máximo, de 2.658 impactos mortales y 7.974 no mortales. En realidad, las condiciones superlativas son imposibles de cumplir ya que entre otras cosas, se necesitaría ­además de lo examinado con anteriori­ 93
ANEXO I dad ­ que cada soldado escogiera blancos distintos, que ningún blanco reci­ biera más de un impacto, que ningún soldado haya dejado de disparar o lo haya hecho, como es normal en los ejercicios de intimidación, hacia el aire, por encima de los blancos. También se hace alusión a que en relación con los datos disponibles, el blanco de esta acción estaba constituido por unas mil quinientas personas que obviamente se tendieron, dispersaron o huyeron a raíz de las primeras descargas. Apreciaciones personales: De acuerdo con lo sucedido en la estación de Ciénaga, los máximos men­ cionados en esté informe son excesivos, pues no se cumplieron una serie de condiciones de optimización técnica tales como los considerandos presenta­ dos en las Conclusiones, o sea los factores c, d, e, f y g. Además se pudieron observar señales de disparos en edificaciones y vagones vecinos, así como varios individuos lesionados ó muertos con más de una herida. Así mismo se observaron, siguiendo el texto del acta del levantamiento de los cadáveres varios occisos en quienes el orificio de entrada indicaba, un primer impacto y el proyectil se encontraba en el cuerpo, es decir excluyendo daños posteriores. Teniendo en cuenta todo lo anterior, es imposible llegar a cifras menores de un muerto y cuatro heridos (índice de Verdún) o mayores de cien muertos y trescientos heridos; se tienen en cuenta las siguientes apreciaciones: las tropas estaban compuestas por veteranos y reclutas, lo cual significa que muchos de ellos posiblemente no dispararon, lo que ésta de acuerdo con la actitud normal del soldado en batalla; un alto porcentaje de disparos fueron hechos al aire y de ahí los impactos en construcciones y vagones por encima de los dos metros sobre el nivel del campo; por reacción natural, es muy posible que una gran cantidad de personas hayan alcanzado a protegerse con parapetos físicos ó por haberse tendido en el piso; para índices de falla, se considera un dos por ciento como normal para los cartuchos; no hay datos sobre fallas en los fusiles Mauser, aunque sí en uno de los fusiles ametralladores Lewis. Estas demostraciones se llevaron a cabo con la colaboración de la Brigada de Institutos Militares de Bogotá, la Escuela de Caballería y la Escuela Militar de Cadetes. Bogotá 1978. FERNANDO OSPINA HERNÁNDEZ Profesor de Oplología y balística de la Escuela Militar de Cadetes y del Departamento Administrativo de Seguridad. Curador del Museo de Armas de la Escuela Militar de Cadetes. 94
3. MI HIJO, EL TENIENTE Mayo, 26 de 1979 Con el doble orgullo de padre y de Ospina estuve presente, el pasado viernes 25 de Mayo, en la ceremonia durante la cual mi hijo, Francisco Fer­ nando, obtuvo su grado de Teniente de Corbeta en nuestra Armada Nacional. La sola mención de este honor, hace que mi pecho se expanda y una lágrima, no muy furtiva, se escurra de mis ojos. Darle un hijo a la Patria es un sentimiento que desgraciadamente no encuentra mucho eco entre las clases dirigentes que no entienden de nacionalismo, pero que a mí, a su madre, a sus hermanos y a todos sus familiares, nos hace sentir más apegados a esta tierra que nos ha dado tanto y que ha merecido y merecerá todos nuestros esfuerzos. El teniente Ospina demostró durante los duros años de su entrenamiento como cadete, según informes de los superiores, "magnífico espíritu de com­ pañerismo y actitud militar". No era para menos. La familia Ospina ha con­ tado, en su tradición colombiana, con gran número de militares, en todas las armas. Desde los capitanes don Francisco y don Diego Martínez de Ospina y Medinilla, pasando por los ejemplos de los generales Ospina Chaparro y Os­ pina Vásquez de nuestras contiendas civiles y con ejemplos recientes como el general Mariano Ospina Navia, excomandante de la FAC y Mariano Ospina Rodríguez ,ex­comandante del ejército, nuestra familia ha estado presente en los campos del honor y ha sabido responder al llamado de sus ideales. Muchos otros han prestado, y prestan servicios meritorios y distinguidos en las Fuerzas Militares y en la Policía Nacional. La disciplina de su hogar, su educación cristiana y el ejemplo de sus mayores seguirán siendo una luz que guiará al teniente Ospina durante su carrera militar. La satisfacción del deber cumplido será su máxima aspiración a pesar de los sinsabores, penurias y dificultades, así como la fuerza motriz que lo inducirá a entregarse totalmente a su patria. Eso esperamos de él y estamos seguros que al final de su vida habrá hecho honor al juramento y "Dios y la Patria" se lo premiarán. 95
ANEXO I 4. LA VIOLENCIA LA ENGENDRAN LOS CIVILES ......... Agosto, 27 de 1979 ... y la heredan las Fuerzas Armadas. Vale la pena revisar un poco los acontecimientos inmediatos de la violencia, así sea someramente, y sin des­ viarnos del tema. Al principio, años cuarenta y cincuenta, aparecieron los bandoleros, acojidos a denominaciones de "liberales y conservadores"; más tarde, especialmente con el acuerdo del Frente Nacional, unos cuantos de ellos se convirtieron en guerrilleros comunistas y aparecieron otros movimientos violentos directamente colocados en el área política de extrema izquierda. Dentro de la violencia inicial muchos grupos se escondían bajo banderas partidistas para hacer pingües negocios de finca raíz, abigeato, extorsión, y robo; posteriormente, la disculpa, o motivación, ha sido la ineficiencia del sistema para cumplir con los requisitos de bienestar del pueblo, especialmente el campesino. Desde hace muchos años se ha establecido que la violencia, sobre todo cuando es política, no puede ser controlada o eliminada únicamente por las Fuerzas Armadas sino que es un trabajo de conjunto en el cual, dentro de un país donde los civiles tienen el predominio total de la política y las finanzas, este elemento es el que tiene la mayor responsabilidad en el suministro de soluciones. Los politiqueros, con sus promesas incumplidas, han creado el ambiente de esperanzas frustradas que dan pauta a los sentimientos contra el sistema; en ésto han sido apoyados por los resultados, desastrosos, de gobiernos que mucho hablan y nada hacen. El programa de "polos de desarrollo y troncales de interconexión", esbozado por el doctor Turbay a los ocho meses de su posesión, poco o ningún efecto tiene en la situación de los habitantes de la "Tercera Colombia", aquella de las zonas infra­desarrolladas. Las guerrillas deben operar en sus áreas "como peces en el agua", y así lo están haciendo; sin vías de comunicación, sin escuelas, sin servicios de salud, sin créditos ni asistencia técnica, sin la presencia del "gobierno", no es de extrañar que acepten resignada y medrosamente, las exigencias de los subversivos. Igualmente lógico es que los esfuerzos heroicos de las Fuerzas Armadas resulten infructuosos. Ellas, además de los campesinos, son quienes ponen 96
los muertos y heridos, no los miembros directivos del establecimiento, ni sus detractores de oficio o los "idiotas útiles". Desde hace varios años se ha tratado de que la ley sobre el Servicio Militar Obligatorio se cumpla democráticamente y entren a prestarlo TODOS los colombianos merecedores de tal honor; eso sólo, estoy seguro, convertiría las promesas en medidas reales y efectivas para solucionar el problema de abandono y de violencia. Cuando los muertos "merezcan" titulares de primera página y entierro en limosina Candillac, es posible que los dirigentes, jefes, creadores de opinión, o como quiera agrupárseles, tomen en cuenta la verdadera perspectiva del problema y sus soluciones. 5. HA MUERTO UN SOLDADO Bogotá DE. Noviembre 5 de 1979 No se sabe su nombre. Sólo se sabe que había nacido en una humilde vivienda campesina y de que sus padres no tuvieron con qué pagarle una buena educación. Apenas asistió unos pocos años a la escuela del pueblo, cuando no tenía que quedarse en la finquita trayendo el agua o ayudando a coger la cosecha. De pequeño se divertía haciendo monigotes de barro y, más tarde, persiguiendo terneros o pateando un tarro, cuando lo encontraba en los polvorientos caminos. En la flor de la edad, porque no tuvo juventud, pensó que su liberación estaba en el ejército y "se dejó" reclutar. Allí encontró una nueva vida, mo­ vimiento, aventura, compañeros de tierras extrañas que lo informaron sobre lo que era la tal Colombia. Claro que nunca llegó a saber quién era el Presidente, ni siquiera el presidente de la Andi ­ tampoco sabía qué era "eso" ­sólo sabía quienes eran "mi sargento, mi teniente, mi capitán, mi coronel, mi bandera, mi escudo, mi himno, mi deber, mi patria" En sus primeros meses de soldado debió "ocupar" varias veces la ciudad; inclusive fue "universitario". No entendía por qué los "civiles" le "mentaban la madre" o le gritaban que era un traidor a su clase; su "clase" para él era 97
ANEXO I una ruinosa pieza de la escuela rural donde la señorita ­ no se acordaba del nombre ­ le enseñó a leer mal y escribir peor. Cuando lo enviaron a "orden público" y a pesar de las historias que con­ taban los sub­oficiales, se alegró de volver al ambiente campesino que tanto añoraba. Esperaba volver a su provincia y mostrar a los compañeros que andaba calzado y bien vestido, que había conocido grandes ciudades y había visto generales, ministros y hasta al Presidente de la República, claro que de lejos. Había hecho amistad con un conductor de la columna de transporte­también desplegaría su nuevo vocabulario militar­ quien lo "dejaba" lavar el camión y le había prometido enseñarle a manejar. Antier cayó herido en un combate con los bandoleros y fue hecho prisio­ nero. Lo ultrajaron y lo golpearon, luego lo fueron matando a pedacitos. Ha muerto un soldado. Sus compañeros encontraron los restos y hoy fue enterrado en un rincón de "su" cuartel. No pudo ver las lágrimas de sus amigos cuando entonaron el "Adiós al compañero", ni ver las flores que alguien arrancó de las eras frente al comando y tiró encima de su tumba. Los periódicos dieron la noticia, en la quinta página ­ sección C­ debajo de una invitación a pasar la navidad en Miami. Sólo había muerto un soldado. Cuando aún vivía le había tocado prestar guardia a los acusados de un Consejo de Guerra. Los cuidaba para que no hablasen unos con otros y para que no se quitasen las vendas y se reconociesen. Vio desfilar abogados, po­ líticos y señoras que los visitaban o iban a "investigar" el tratamiento que recibían los presos. En el casino comentaba con sus compañeros las acusa­ ciones de torturas y vejaciones y se preguntaba dónde estaría pasando eso. No entendía bien cómo era lo de los "derechos humanos" sobre todo cuando había visto llegar a los familiares de las víctimas y oía sus cuitas y sufrimientos. Nunca pudo entender de "debates" y discusiones, en la televisión o en la poca prensa que leía, sobre todo cuando las personas que los promovían eran gentes que él consideraba pertenencían a la "sociedad" que estaba defendiendo. Y se murió en la ignorancia! Ha muerto un soldado; han muerto cientos de soldados y de policías y de agentes y de civiles y quedamos los vivos... 98
6. CORRESPONDENCIA PARA EL SEÑOR EMILIANO DÍAZ DEL CASTILLO Bogotá, 25 de Abril de 1980 Señor Doctor EMILIANO DÍAZ DEL CASTILLO La Ciudad Apreciado Senador y Amigo: Agradezco la oportunidad que usted me ha brindado para tan noble causa como es la reivindicación del ilustre y heroico connacional Agustín Agualon­go; espero que mi pequeña contribución sea un adobe más en el justísimo monumento cuya construcción ha merecido de usted tantos y tan grandes esfuerzos. Examinando, el proyectil suministrado he encontrado las siguientes ca­ racterísticas: Forma: esférica Diámetro máximo: 16,5 mm. (.65") Diámetro mínimo: 15 mm. (.635") Material: hierro La forma esférica corresponde a la munición utilizada en armas de retro­ carga, o sea aquellas cargadas por la boca del cañón, y con ánima lisa. Si bien hacia muchos años habían aparecido las armas con ánima estriada, éstas no eran utilizadas militarmente por su lentitud de operación. La bala redonda, corriendo sobre el ánima lisa, tenía menos precisión pero ofrecía una mayor rata de fuego; con la disciplina se compensaba el defecto, al demorar la orden de fuego hasta cuando las filas enemigas casi se tocaban; famosa e ilustrativa es la orden de un General gringo: "disparen cuando vean el blanco de los ojos del enemigo". Las armas militares llegadas a la América Española, especialmente aqué­ llas del primer cuarto del siglo XIX, procedían principalmente de España, 99
ANEXO I Inglaterra y los Estados Unidos. Los calibres utilizados por estos países, para sus armas militares de mano, eran: 18 mm. (.70") y 20.5 mm. (.80") para el arcabuz y el mosquete español, respectivamente, 20 (balas por libra, corres­ pondiente a la denominación actual para los calibres de escopeta), o sea .616"/15.6 mm. para el "Brown Bess" inglés. En la escuela militar de cadetes se encuentra un espécimen del mosquete militar, Modelo 1816, fabricado en el arsenal de Springfield, Mass. Si bien los calibres "oficiales"eran los mencionados, hay que tener en cuenta que: a­ muchas armas eran fabricadas bajo contrato con armeros civiles, bajo la presión de necesidades tácticas; b­ los calibradores de control, además de las tolerancias normales, no eran de gran exactitud (afortunadamente, podríamos decir, pues lo mismo sucedía en la fabricación de las municiones) y, c­ el proyectil en cuestión pudo perder algún material por oxidación. Aunque el plomo era utilizado en la fabricación de las balas, por sus óptimas características balísticas, el hierro era su principal substituto por dis­ ponibilidad y costo. En la época de nuestra independencia existían varias fundiciones de hierro en el país; algunas utilizaban mineral de hierro y otras, las más, "reciclaban"­como se dice ahora­ el metal de objetos desgastados, dañados o de menor importancia estratégica. Cuántas campanas se convirtie­ ron en cañones! Teniendo en cuenta lo anterior y la información suministrada sobre la procedencia del proyectil se puede afirmar que éste corresponde a la época del fusilamiento de Agualongo, por su forma, tamaño y composición. Sin particulares para más, me place suscribirme su Seguro Servidor y Amigo. Cordialmente, (Fdo.) FERNANDO OSPINA HERNÁNDEZ Ingeniero Electricista ACIEM­ACCAA­NRA Para el libro "Acualongo" de Emiliano Díaz del Castillo. 100
7. JUZGADO SETENTA Y SIETE DE INSTRUCCIÓN CRIMINAL DE BOGOTÁ. AMBULANTE Cra. 8a. # 13­31, Of. 603 OFICIO* 189 Bogotá D.E. Abril 10 de 1986 Señor Doctor FERNANDO OSPINA HERNÁNDEZ E.S.M. A efecto de que el doctor OSPINA HERNÁNDEZ, perito designado por este Juzgado para la diligencia de Inspección Judicial practicada el día siete de los cursantes en el Palacio de Justicia de esta ciudad, me permito someter a su estudio el siguiente cuestionario: 1 .Determinar y rendir fundamentado dictamen si por la acción y efecto de las armas disparadas y utilizadas por el Ejército Nacional en la operación que se denominó "Rescate del Palacio de Justicia", de esta ciudad, los días 6 y 7 de Noviembre de 1985 se produjo el incendio. 2.Si por la utilización de las armas y elementos incautados al M­19 en el Palacio de Justicia, al ser utilizadas, se produjo el incendio. 3.Se servirá indicar con qué arma o armas (convencionales o no) se pudo haber disparado el proyectil o proyectiles o artefactos que produjeron la con­ flagración. En el caso de que las respuestas anteriores o una, fuere afirmativa, se indicarán las características del arma o armas, su funcionamiento y modo de operación. 4.Si el incendio se produjo por el impacto de algún proyectil, elemento o artefactos utilizados por los dos bandos trabados en la lucha, cuáles las carac­ terísticas de ellos y los efectos producidos al ser disparados o lanzados. 5.Se servirá indicar cuál el lugar de fabricación de las armas, proyectiles o elementos que pudieron haber producido el incendio, presencia o existencia en el país y comercialización. 101
ANEXO I 6.En fin, se solicita al señor perito se sirva ilustrar a la Justicia cuál el origen y causas del incendio; si éste se produjo en un sólo punto y si se propagó o simultáneamente en varios lugares. 7.Para información del señor perito, se transcriben algunas respuestas de testigos presenciales de los hechos, sobre el tópico en estudio: "Por efecto de bombas disparadas desde afuera se produjo el fuego en uno de los ventanales..."; "...hubo uno terrible (disparos como de rockets) que iluminó de amarillo una pared vecina..."; "...en ese momento vi cuando algo lanzado del costado oriental y tuve la impresión de que de la parte baja, esto es, del primer piso, pegó (sic) en el techo de madera que daba sobre el pasillo del Palacio, produciéndose un incendio tan rápido e impresionante que inme­ diatamente me determinó a salir corriendo todos los riesgos", entre otros. Sírvase explicar al Juzgado en que forma y por efectos de qué, se produjo lo observado por los ilustres testigos. Para que Usted se sirva rendir el dictamen correspondiente, el Juzgado le concede un término de diez (10) días. Del doctor OSPINA HERNÁNDEZ, atentamente, LUIS ANTONIO LIZARAZO V. Juez 77 Inscriminal COMISIÓN # 1.839 C. 102
8. CORRESPONDENCIA PARA EL J UZGADO SETENTA Y SKI­TE DE INSTRUCCIÓN CRIMINAL DE BOGOTÁ. AMBULANTE Bogotá. D.E. 16 de abril de 1986 Señores JUZGADO SETENTA Y SIETE DE INSTRUCCIÓN CRIMINAL DE BOGOTÁ. AMBULANTE. Att: Señor doctor LUIS ANTONIO LIZARAZO V. Juez 77 de instrucción criminal Ciudad REF: Respuesta al cuestionario de su oficio # 189 de Abril 10 de 1986 l.Es imposible determinar categóricamente si "por la acción y efectos de la armas disparadas y utilizadas por el Ejército Nacional (La Policía Nacional o los otros elementos de gobierno involucrados) en la operación que se deno­ minó "Rescate del Palacio de Justicia", de esta ciudad, los días 6 y 7 de Noviembre de 1985, se produjo el incendio"; se PUDO HABER PRODUCI­ DO, por fenómenos balísticos, como explico al absolver el punto 4 del pre­ sente cuestionario. 2.En el mismo sentido de la respuesta anterior, SE PUDO producir el incendio pero no se puede afirmar, que por la utilización de las armas y los elementos incautados al M­19 se produjo el incendio. Más aún, dentro de los inventarios de estos elementos no se encuentran municiones ni productos específicamente pirotécnicos o incendiarios; por ejemplo, gasolina, petróleo, granadas o municiones incendiarias, etc. 3.Teóricamente se podrían lanzar proyectiles o artefactos incendiarios manualmente o por medio de fusiles, morteros, lanza­cohetes o cañones; sin embargo, teniendo en cuenta los elementos en mano de nuestras Fuerzas Ar­ 103
ANEXO I madas­ incluyendo al D.A.S.­ y los elementos incautados al M­19, no parece haber existido este tipo de municiones. No hay señales de utilización del famoso "cocktail molotov", ampliamente conocido y utilizado por revolucio­ narios y subversivos en todo el mundo. 4.SE PUDO producir el incendio por acción de proyectiles u otros ele­ mentos de los utilizados por las paites en el incidente en cuestión. Un caso sería el impacto de un proyectil contra una instalación eléctrica y el subsi­ guiente corto circuito; otro, el impacto de un proyectil contra elementos in­ flamantes, como ceras de piso, siempre y cuando haya un factor de fricción de suficiente intensidad como para iniciar la combustión; dentro de la acción de explosivos, se puede llegar a pensar que los materiales lanzados violentamente o aún la "onda" explosiva pueden producir efectos similares a los mencionados anteriormente. 5.Los "cockteles molotov" son de producción casera; las municiones in­ cendiarias son producidas por todos los países desarrollados y varios de los llamados "en desarrollo" o subdesarrollados como Brasil, Chile y la Argentina. Las Fuerzas Militares Colombianas tienen en sus depósitos municiones incendiarias pero, hasta donde he podido averiguar, no están "en mano" en las unidades operativas. ó.Por observación directa en el edificio del Palacio de Justicia, si bien esta inspección fue después de varios meses y cuando éste había sido "limpiado", puedo asegurar que los incendios ocurrieron por lo menos en dos focos principales: el "teatro" en el primer piso, costado sur­occidental; y la biblioteca también en el primer piso, pero en la esquina nor­oriente de la edificación. La lectura de las declaraciones de algunos testigos presenciales, la inspección arriba mencionada y el estudio de las armas, municiones y elementos varios utilizados y/o encontrados dentro del Palacio me permiten pensar que el fuego fue causado voluntariamente y con la utilización de ma­ teriales distintos a los proyectiles, granadas y explosivos presentes en la ope­ ración. 7.Algunas declaraciones, como las transcritas en el punto 7mo. del oficio en la referencia, sólo dejan campo para la especualción, incluyendo la obje­ tividad de quienes las presentan; la explosión de una granada está acompañada de un destello "que iluminó de amarillo una pared vecina.'.'. . "el fuego en uno de los ventanales..." sin su rotura, permite pensar en un "cocktel molotov" en recipiente de paredes débiles, para no romper el ventanal. Igualmente podría pensarse en un "cocktel molotov" para producir el efecto de un incendio "rápido e impresionante" al impacto con el techo de madera; sin embargo, 104
como lo mencioné antes, no aparecen rastros de este tipo de proyectil; también es posible que si se hubiese utilizado pero, con el incendio y la posterior "limpieza" se hubiesen consumido los combustibles en los "cockteles" no utilizados y sus recipientes hubiesen quedado mezclados con otros idénticos o similares ­botellas­ de uso corriente. Con lo anterior considero haber dado cabal respuesta al cuestionario; quedo a disposición del Señor Juez para cualquier aclaración o explicación adicional y me place suscribirme Servidor y Amigo. Cordialmente, Ing. FERNANDO OSPINA HERNÁNDEZ C.C. #24. 139 de Bogotá 9. LOS DIEZ PRIMEROS DÍAS (I) Medellín, Septiembre 6 de 1987 DÍA UNO; 0200 HORAS; las baterías de 155mm. inician sus tareas de fuego desde las posiciones mimetizadas, un par de kilómetros al oriente de la frontera colombo­venezolana; con su alcance de 28.000 metros cubren am­ plios arcos alrededor de los puntos de ataque (SCHWERPUNKT). Simultáneamente se han desatado asaltos en cuatro puntos: la Guajira, Cúcuta, Arauca y Puerto Carreña Paralelamente se llevan a cabo bombardeos aéreos sobre Barrancabermeja, Bogotá, Medellín y Cali; el primero, de gran intensidad, con el objeto de paralizar la operación del complejo petrolero, mientras los demás están destinados a atemorizar a los habitantes y a disminuir su voluntad de lucha. Barcos de guerra venezolanos disparan sobre Santa Marta, Barranquilla y Cartagena, acercándose a ellas al amparo de la oscuridad, desde posiciones tomadas con días de anterioridad "en algún lugar del Caribe" fuera de la vista y los radares colombianos. 0400 horas, frente norte; las columnas mecanizadas (panzer) con sus punta de lanza compuesta por tanques AMX 30 y blindados de infantería 105
ANEXO I AMX 13, avanzan velozmente por la carretera Paraguachón­Riohacha, si­ guiendo los parámetros de asalto desarrollados por los rusos, a partir de la guerra relámpago (blitzkrieg) alemana de la segunda guerra mundial. En estricto orden y con gran disciplina, las unidades del cuerpo principal van ocupando, asegurando y transpasando posiciones a lo largo de esta vía, en una especie de juego de "botellón"; ahora, 8 años más tarde se repite la carrera inicial al Canal de la Mancha: vehículos dañados se hacen a un lado; defensas fuertes se rodean con anillos reforzados, pero se continúa el avance: heridos y enfermos reciben primeros auxilios y quedan al borde de la carretera para ser atendidos más tarde. La cubierta aérea ha sido bien programada y va limpiando los obstáculos, muy pocos, muy débiles ­a la vez atacando algunos "blancos de oportunidad", como los puentes de las carreteras desde Valledupar o Santa Marta, campamentos militares, pequeñas poblaciones y aún vehículos o fincas gran­ des: las unidades navales asignadas a este frente han zarpado hace horas de su línea de avance y cubren los últimos kilómetros del avance con sus cañones y cohetes; algunos buques de carga o de pasajeros, militares y civiles, esperan a prudente distancia de la costa de la Guajira para descargar personal administrativo, de servicios varios (salud, ingeniería, comunicaciones, trans­ portes, etc.) de la PTJ y otros necesarios para la "ocupación" del territorio conquistado. NOTA DEL AUTOR: No se trata de hacer terrorismo ni derrotismo; con los datos disponibles y algún conocimiento de historia y tácticas militares se puede desarrollar una teoría aceptable sobre esta operación que, ojalá, sea solamente una pesadilla. 0500 horas; Maicao ha quedado a un lado; solucionados los problemas iniciales, la columna acelera el ritmo de avance; las señales puestas por avan­ zadas "civiles" desde la noche anterior sirven a la policía militar y a los grupos exploradores para fijar rutas y áreas de responsabilidad; la línea de avance máximo se va fortificando ­cinco kilómetros al sur del eje de la carretera, para protegerla y a la vez, permitir una reación rápida en caso de contra­ataques colombianos. 0900 horas; la trampa se ha cerrado. Ocupando Riohacha se consolidan los accesos y se montan puestos de avanzada reforzados en profundidad. La población civil que no ha alcanzado a escapar debe regresar a sus casas; se impone el toque de queda a las 1000 horas, instrucciones pertinentes serán dadas por medio de las estaciones de radio; los comercios deberán ser cerra­ 106
dos inmediatamente; el pillaje o cualquier otro tipo de desorden serán seve­ ramente castigados; los empleados públicos deberán permanecer en sus pues­ tos, para atender los requerimientos del personal administrativo de ocupación; el personal uniformado, incluyendo guardas de aduanas y aún de tránsito, deberá formar en el malecón, colocando todas sus armas en el piso y ordenadamente. La mera posesión de un arma de fuego será castigada con la pena de muerte ­ como en Alemania al final de la II G.M. 1200 horas; hace unos minutos ha llegado, en helicóptero, el comandante del frente norte y ha tomado posesión de la oficina del Gobernador; desde allí ha coordinado la ceremonia para arriar la bandera colombiana y elevar la venezolana, simultáneamente en las diversas instituciones civiles y militares de la ciudad. Uribia, Manaure, Puerto Bolívar y muchas otras poblaciones han sido tomadas y ocupadas por las fuerzas enemigas; en ellas, así como en la capital y en Maicao, la sorpresa inicial ha sido reemplazada por dos sentimientos contrapuestos: unos lloran abiertamente la invasión extranjera, mientras otros se presentan servilmente ante los comandantes para expresar su alegría. Qué caro hemos pagado nuestra falta de preparación de patriorisrno, de nacionalismo, nuestro exceso de politiquería y santanderismo! (Mañana: Frente norte, días segundo y tercero. N. del A.: dejo para otros "estudiosos" el relato de las operaciones en los otros frentes, de acuerdo con sus propias imaginaciones). 10. LOS DIEZ PRIMEROS DÍAS ai) Septiembre 24 de 1987 DÍA DOS; 0800 horas. El toque de queda, impuesto desde las 18:00 horas del día anterior, fue levantado a las 06:00; largas filas se forman frente a los almacenes, tiendas, expedios de carne, bombas de gasolina, etc., por amas de casa previsivas; por primera vez en muchos años, los empleados públicos reseñados el día anterior por la FfJ han llegado a tiempo a sus trabajos, ­algunos hasta madrugaron­, mientras patrullas del ejército recorren las calles y caminos; nuevas columnas han cruzado Riohacha para crear un 107
ANEXO I tapón a unos treinta kilómetros hacia Santa Marta; igualmente, la zona de protección se ha extendido paralelamente a la carretera Paraguachón­Rioha­cha para consolidar posiciones defensivas con profundidades de veinte y treinta kilómetros. Durante la noche se escucharon esporádicos disparos de armas menores. Las autoridades venezolanas informaron por las radioemisoras sobre la muerte o captura de algunos colombianos, militares y civiles, que se habían en­ frentado a sus tropas. Repetidamente se recordó la prohibición de tener armas de fuego, bajo pena de muerte, la de manifestaciones o reuniones públicas y se invitó, a quienes tuvieran cédula de ciudadanía venezolana a presentarse a las comisarías de sus respectivos sitios de habitación. 12:00m; Entran en cadena las estaciones de radio de la zona ocupada con Radio Caracas; después del himno nacional de Venezuela, se transmite una alocución del presidente de ese país. "Respondiendo a la agresión histórica, el gobierno, las fuerzas armadas y el pueblo venezolano, después de agotar todos los medios pacíficos, se han visto obligados a utilizar las armas para vengar el honor patrio... Hemos reivindicado nuestro territorio Guaji ro......... Damos la bienvenida a nuestros hermanos que regresan a ios lares patrios ..... etc., etc., etc. "Otra vez el himno y luego, una lista de prohibicio nes y reglas de conducta en la zona "liberada". 14:54 horas: Dos solitarios Mirages colombianos han sobrevolado Rioha­cha; la instalación de las alarmas aéreas no estaba terminada por lo cual sus habitantes fueron tomados por sorpresa; cunde el pánico por el ruido de las explosiones y el infierno descontrolado de las tropas venezolanas disparando a diestra y siniestra. Aprovechando la confusión han sido asaltados algunos almacenes y va­ rios miembros del personal venezolano han sido heridos por tiradores ocultos. 17:00 horas: En cada entidad oficial, nacional, departamental o municipal de todo el territorio ocupado, el personal es reunido en sus propias sedes, para ser informados sobre el relevo de los directivos, en los escalones superiores, por personal venezolano; el personal subalterno seguirá en sus puestos y es conminado a atender estrictamente las órdenes e instrucciones so pena de despido de sus cargos y/o sanciones en su contra; se incluye el personal de tránsito y celadores, pero deberán desempeñar sus cargos desarmados. DÍA TRES. Frente norte. Poco a poco se sigue restableciendo la nueva "normalidad"; comerciantes venezolanos visitan la zona ocupada para ofrecer 108
sus mercancías a los comerciantes colombianos y algunos de los últimos, viajan o preparan viaje hacia Venezuela para conseguir productos y repre­ sentaciones de fábricas de este país. Si bien las estaciones de radio, tanto colombianas como venezolanas, transmiten noticias sobre combates en otros frentes, en éste, por estar en el perímetro de defensa tan alejado de las pobla­ ciones, apenas se sienten algunos ruidos de disparos y uno que otro fogonazo nocturno. La consolidación administrativa de la ocupación sigue con gran orden y eficiencia, mientras el territorio es intensamente patrullado para la búsqueda y destrucción de los pocos grupos de tropas y voluntarios colombianos que han quedado encerrados en él. Los habitantes de aquellas casas que se atrevieron a izar la bandera co­ lombiana han sido brutalmente agredidos por venezolanos y "colaboradores" colombianos. Tal vez lo más notorio de la actividad de los ocupantes es la presencia de gran cantidad de técnicos, equipos y elementos varios para la construcción de acueductos, alcantarillados, escuelas, centros de salud y áreas deportivas; pa­ ralelamente, equipos de jóvenes hacen proselitismo acerca de las ventajas del régimen venezolano. DÍA CUATRO. NACIONES UNIDAS. Ante el Consejo de Seguridad reunido desde el día anterior, el delegado de Venezuela solicita se aplique la norma de la "libre determinación de los pueblos" incluida desde 1944 en la Carta Constitutiva de las Naciones Unidas. Gran tremolina. El delegado de Colombia acompañado por delegados de varios países latinos, unos pocos europeos y algunos del llamado Tercer Mundo, rechazan enfáticamente la propuesta venezolana, los países de las diversas cortinas (hierro, bambú, etc.) guardan silencio. 24:00 horas: NACIONES UNIDAS. Llega el nuevo día mientras conti­ núan las intervenciones de una y otra parte; en un pequeño receso ordenado por el secretario general, se solicita "comedidamente" el cese del fuego, la cordura, el arreglo pacífico y demás esquemas acostumbrados en éste y tantos otros casos similares. 109
ANEXO I 11. LOS DIEZ PRIMEROS DÍAS (ni) Septiembre 24 de 1987 DÍA QUINTO; 04:25 horas. NACIONES UNIDAS, después de largos y acalorados debates, se vota y aprueba la celebración de un referéndum en la zona Guajira ocupada por los venezolanos; se deberá consultar únicamente el deseo de la población de permanecer dentro de la República de Colombia o pasar a ser parte de Venezuela. 05:48: Frente Norte. Recién conocida la resolución de la ONU, se en­ cienden las luces en todo el territorio; algunos vehículos comienzan a recorrer las calles haciendo sonar sus bocinas mientras sus ocupantes vociferan sus resentimientos o su aprobación; se registran choques callejeros de mayor o menor intensidad; se escuchan detonaciones de armas de fuego, aún auto­ máticas, en varios lugares de Riohacha, Maicao, Puerto Bolívar y otras po­ blaciones menores. Aunque se extiende el toque de queda hasta "nueva orden", llegan noticias sobre levantamientos en varios sitios, con distinto éxito. Las patrullas venezolanas a grandes velocidades recorren las calles, disparando sobre todo lo que en su miedo les parece amenazante. 06:55 horas: BOGOTÁ Y MUCHAS OTRAS CIUDADES COLOM­ BIANAS. Las calles comienzan a llenarse de vehículos y gentes; al principio parecen andar sin rumbo, pero poco a poco se van organizando caravanas hacia las plazas y parques centrales, mientras voluntarios civiles ayudan a ordenar el tráfico; reminiscencias del 13 de Junio y del 10 de Mayo; la em­ bajada y algunos consulados venezolanos, a pesar de la protección que el gobierno ha dispuesto a su alrededor, son atacados por muchedumbres enfu­ recidas; los policías y soldados hacen algunos disparos al aire y luego, pre­ sionados por la masa humana se repliegan mientras las delegaciones son destruidas e incendiadas. 14:00 horas: Frente Norte. "Misteriosamente" comienzan a aparecer ca­ setas, pancartas y pasacalles que promueven la respuesta venezolana al refe­ rendum; altavoces y equipos portátiles mezclan música popular con el himno venezolano y se retrasmiten discursos de políticos, de dirigentes cívicos y de industriales de ese país, prometiendo ríos de leche y miel: la campaña colom­ biana queda reducida a grafitis, algunos de ellos sin terminar, y a hojas mi­meografiadas clandestinamente que se pasan por los solares de las casas. 16:00 horas: Frente Norte. Se levanta el toque de queda por dos horas para que la población pueda cumplir sus necesidades más urgentes. 110
NACIONES UNIDAS. Continúan los incidentes verbales y se nombran los países que deberán enviar sus observadores para vigilar el referendum; a pesar de las objeciones de Colombia y otros países amigos, con la disculpa de disminuir la belicosidad del conflicto, se establece un plazo de cuarenta y ocho horas para la celebración del mencionado referendum. DÍA SEXTO; Frente Norte. Durante la pasada noche un silencio ominoso ha envuelto toda la zona ocupada; esporádicos disparos lo rompen. Desde las 06:00 horas los parlantes han reiniciado su campaña a todo volumen y, pasadas las ocho de la mañana, se levanta el toque de queda; las gentes se vuelcan a las calles para hacer conocer sus opiniones, formar grupos "electorales" y agredir a los contrarios verbal y/o físicamente. Transcurre el día en relativa tranquilidad y comienzan a erigirse los pues­ tos de votación; mostrando una capacidad sorprendente, casi milagrosa, las autoridades de ocupación establecen centros de computación y comunicacio­ nes; toda persona podrá votar con la mera presentación de la cédula de ciu­ dadanía, colombiana o venezolana; para evitar doble votación las cédulas serán perforadas (todo ha sido "fríamente calculado"). Los degelados de los dos países socialistas nominados por la ONU llegan al atardecer, se espera la llegada de los delegados de los otros dos países para las horas de la próxima madrugada. 12. LOS DIEZ PRIMEROS DÍAS (IV) Septiembre 24 de 1987 SÉPTIMO DÍA; 08:00 horas: Frente Norte.Lánguidamente comienza la votación en casi todo el territorio ocupado; como el número de observadores no es suficiente para cubrir todos los puestos de votación, se nombran grupos "ad hoc" conformados por personas más o menos representativas de las co­ munidades. En algunos lugares las casetas han sido destruidas durante la noche y se demora la votación mientras se adaptan las cajas y cajones para servir de urnas. A medio día se incrementa el movimiento electoral; vehículos de toda clase, civiles o militares, recogen a la gente para llevarla a los centros de votación; el regreso es por cuenta de cada quien. 111
ANEXO I 17:00 horas. Se ha cerrado la elección y se inicia el comeo en las mismas mesas; grupos de personas las rodean y se escuchan expresiones de júbilo o rechazo a la lectura de cada voto. 18:00 horas: Se inicia el toque de queda. 19:15 horas: Han comenzado a llegar los datos de las poblaciones mayo­ res; las radioemisoras en cadena transmiten la información. Aunque los datos no dan resultados completos, los militares venezolanos en función de patru­llaje y otros en sus sitios de reunión muestran su satisfacción anticipada por el triunfo de su campaña. 21:00 horas: Con casi la totalidad de las mesas escrutadas, los datos muestran una pequeña mayoría sobre la respuesta colombiana; los venezola­ nos borran la sonrisa de sus caras. 21:20 horas: Cincuenta y uno punto siete por ciento de los votos han quedado consignados a favor de permanecer en Colombia. Tanto las emisoras de la zona ocupada, como las transmisiones desde Venezuela cierran sus operaciones y sólo es posible escuchar las cadenas colombianas de fuera del área que repiten incesantemente el Himno Colombiano, como "música de fondo" para las alocuciones del Presidente de la República, del Presidente del Congreso, de algunos de los jefes de los partidos tradicionales y de la UP. Se rumora "fraude" por parte de algunas personas provenezolanas o vinculadas a la ocupación y varios miembros de los equipos de observación y vigilancia nacionales y extranjeros, son agredidos ante la vista cómplice de las autori­ dades venezolanas. DÍA OCTAVO. Frente Norte. A pesar del toque de queda durante la noche y en la madrugada gran cantidad de personas han salido a las calles y caminos, cantando el Himno Colombiano y enfrentando en actitudes hostiles las tropas de ocupación. Se producen incidentes violentos, incluyendo el lin­ chamiento de "colombianos" que lideraron la votación traidora. 14:00 horas: Naciones Unidas. La delegación venezolana rechaza el re­ sultado del referendum, así como la orden de cese de las operaciones milita­ res y se retira del recinto. En Bogotá y en todas las ciudades y poblaciones colombianas, la euforia del triunfo se mezcla con el desconcierto ante la actitud venezolana y, con 112
una ira intensa, se crean comités de defensa y se inicia la recolección de donaciones para reforzar la guerra. Al igual que 1932, los colombianos se desprenden de sus joyas ­aún argollas matrimoniales­ y de toda clase de ele­ mentos; dineros, armas de defensa personal, vehículos, máquinas de toda índole, ropas, alimentos, etc. se van acumulando y presionando la capacidad de organización de la Defensa Civil, los Grupos Scout, la Cruz Roja, los cuarteles, las iglesias y los colegios. Los voluntarios, reservistas o no, se presentan a millares y unos cuantos "locos" se reúnen para planear acciones heróricas dentro de sus posibilidades. La estupidez y el heroísmo de la guerra en toda su intensidad. Los muertos en combate o por acción de los bombardeos reciben sepul­ tura en medio de impresionantes ceremonias donde el llanto y la ira se mues­ tran públicamente sin distingos de ninguna clase; los heridos son paseados por las vías en medio de vítores y aclamaciones populares; en cada esquina se levantan tribunas para interminables discursos. NOTA DE LA DIRECCIÓN. El Ingeniero Fernando Ospina Hernán­ dez, quien visitaba el frente norte, es reportado como perdido o capturado en algún lugar de la Guajira con los otros miembros de la patrulla que acompa­ ñaba. 113
13. SIN CULPABLES NO HAY RESPONSABLES Medellín, Octubre 25 de 1987 Nos estamos acostumbrando al sistema del "borrón y cuenta nueva", su­ mado a "el que venga atrás que arreé". Las circunstancias negativas, los de­ sastres, las fallas en el cumplimiento de programas o metas, los peculados, los desfalcos, los robos, los crímenes y delitos en general, son "exhaustivamente investigados" hasta que se llega a la parte de culpabilidades; allí se estancan, se congelan, se desvanecen o simplemente, desaparecen. El "abrazo fraternal" ­ así sea "haciendo pistola" con los dedos de los pies­ o una nueva tragedia o delito, son causas suficientes para esta desaparición. Armero, el Palacio de Justicia, los asesinatos de Tacueyó, la emboscada del Caquetá, la destrucción de oleoductos, la ocupación paramilitar de Campo Alegre y Corinto; y en menor escala, los despidos injustificados por los cuales paga el Estado, las compras inútiles, el desperdicio y/o abandono de equipos valiosos, los miles de toneladas de alimentos dañados son una pequeña lista de los hechos que se repiten como el invierno y el verano y nunca conforman una política preventiva o curativa frente a su reincidencia. Si a los maestros no se les paga a tiempo, desde hace varios lustros, ¿quiénes son los culpables? Si la Nación paga, por errores e injusticias ­muchas veces conscientemente cometidos, ¿dónde están los culpables? Si se importan alimentos a destiempo o de dudosa calidad, ¿dónde están los culpa­ bles? Si falla un puente o un edificio, ¿dónde están los culpables? Si se des­ perdician los fondos del erario público, ¿dónde están los culpables? Hemos decidido "no mirar hacia atrás y pensar en el futuro" y no estamos haciendo ni lo uno ni lo otro; no existen la picota ni el escarnio público; los "pecadillos" se olvidan o se esconden, o se sacan a flote solamente en función de venganzas rastreras y no en beneficio de la comunidad. Los niños crecen en un ambiente de violencia, auspiciado muchas veces por los medios de comunicación en manos de "demócratas" imbuidos por los "derechos humanos", sin el beneficio de la urbanidad de Carreño que enseña el respeto a la mujer, a los ancianos y a los desvalidos; que obligan el uso de frases tan pacificadoras como "por favor" y "gracias" o "primero las mujeres y los niños" o "primero la edad que la belleza". Quién es o quiénes fueron los que quitaron esa materia de la enseñanza? 114
ANEXO I Y los ciudadanos llegan a la mayoría de edad sin teher conocimiento de su nación, de su constitución y de sus leyes, de su organización y de los poderes que gobiernan; y quiénes fueron los culpables de que la Cívica haya sido cambiada por otras materias más "prácticas", o quienes son los culpables de que ella no sea restablecida en colegios, escuelas y universidades? Los empleados echados por la politiquería, por odios personales o para favorecer áulicos y amigos ganan pleitos millonarios sufragados con los di­ neros que deberían estar cubriendo necesidades comunitarias; ¿y dónde están los culpables? Se inician o se permiten obras que a la postre quedan inconclusas o no sirven o se deterioran antes de lo normal, y ¿dónde están los culpables? Se construyen escuelas sin maestros y hospitales sin médicos; se importan laboratorios y equipos para quedar abandonados a la intemperie, ¿y dónde están los culpables? Se importan buses para transporte social y maquinaría para centrales eléctricas públicas y se deterioran en las aduanas por qué el Estado, su dueño, no tiene con qué pagarse sus propios impuestos; ¿y quiénes son los culpa­ bles? "Fuenteovejuna, Señor, todos a una", se confunde la ley con la justicia. Lo que no está explícitamente prohibido está tácitamente permitido. Y la ley es para violarla, o es para "los de ruana" o "se obedece pero no se cumple". Y no aparecen los culpables, por lo tanto no hay quién responda. Excepto la misma Nación, la comunidad manipulada por politiqueros y jefes; la comu­ nidad que paga por lo que no recibe o recibe ínfimos porcentajes de lo que paga. Jorge Eliécer Gaitán pedía la reconstrucción MORAL de la República, por lo que mora es honestidad, respeto, humildad, amor y responsabilidad; pero como a quienes actúan inmoralmente no se les "encuentra", a quién se puede castigar? y sin castigo no hay freno; y se sigue repitiendo la historia, sin responsables. 115
14. QUIEN ARMA A IRAK? Bogotá, Agosto 4 de 1990 Los gringos, los ingleses, los franceses y en general, los países más de­ sarrollados han levantado el grito al cielo con el ataque de IRAK a KUWAIT. Dentro de las medidas contra el agresor, han amenazado un embargo de ARMAS! De las mismas que ellos, los países industrializados, han estado vendiendo a tirios y troyanos desde hace muchísimos años, y cuyas ventas les representan altos índices de ocupación y de divisas. Durante las dos Guerras Mundiales y a lo largo de los mútiples conflictos siguientes, la industria del armamento ha sido "neutral", o sea que no ha tenido problema para vender sus productos de muerte a los países enfrentados; algunas veces estos productos han atravesado territorios "enemigos" pagando como peaje un suministro similar; paridad democrática. De acuerdo con leyes, tanto nacionales como internacionales, las ventas de armas tienen unos requisitos bastante estrictos, dizque para que ellas no caigan en manos inadecuadas; los gobiernos que financian, auspician, y aún por conducto de sus embajadas y misiones comerciales mercadean esos ins­ trumentos de destrucción, de dolor y de miseria, son los mismos que han inventado la Liga de las Naciones y la Organización de las Naciones Unidas para acabar con las guerras. Por ésto será que ellas "ladran pero no muerden". Los gringos que atacan e invaden pequeñas naciones indefensas en aras de la democracia, se sienten "moralmente" impedidos de defender a Kuwait contra los ejércitos veteranos de Irak. Igualmente, los ingleses que dominaron por tanto tiempo esa zona del mundo y que tan pingües utilidades sacaron de su coloniaje; que tan ferozmente combatieron a la Argentina en las Malvinas; que aliados con los franceses invadieron a Egipto hace unos años, "también tampoco" se "animan" a proteger a sus antiguos subditos. De la U.R.S.S. ni hablar; no sólo aprendieron una dura lección en Afganistán sin que, hoy en día, deben proteger su imagen de "tipos buenos" para que las democracias les ayuden a salir de la olla. Los mismos que acusan a nuestros gobiernos por su incapacidad para frenar la salida de la droga, son los que en aras de sus balanzas comerciales no tienen ningún reato en hacer arreglos, aún por debajo de cuerda, para vender armas a los viciosos del poder, Ayatholas, dictadores, guerrilleros y terroristas. La doble moral en pleno. 116
ANEXO I A cuantos cientos de miles de millones de dólares ascienden las ventas anuales de armamento? A varias veces la suma de las deudas de los países sub­desarrollados, que cobran con tanta urgencia o arreglan con tan buenos dividendos. El mismo Kuwait, ¿cuántos miles de millones de dólares, libras esterli­ nas, francos, etc., pagó por los sofisticados e inútiles equipos bélicos de su arsenal? ¿Cuántos cientos de asesores militares de las grandes potencias en­ trenaron su ejército, para nada? Y, pasando el conflicto, ¿cuántos barriles de su petróleo tendrán que entregar, para reorganizar su "poder militar", a quienes vendieron las armas a sus invasores? 15. MIENTRAS LOS POLÍTICOS SE ESCONDÍAN... Medellín, Noviembre 8 de 1990 Los soldados defendían las instituciones. Soldados del ejército, de la po­ licía y del DAS; soldados de una patria cuya bandera juraron emocionados; soldados que respondieron al llamado de sus propias conciencias; soldados que bien merecen la frase que se encuentra en un monumento a los caídos en la guerra entre el Norte y el Sur, en los Estados Unidos, pertenecientes a las milicias del Estado de Georgia: "Cuando llamó el deber, ellos vinieron; cuando llamó la patria, ellos murieron". Fui testigo de excepción durante las primeras horas del combate; vi* las actitudes de las personas al sur y al norte de la plaza de Bolívar. Como miembro de la comisión quinta de la Cámara de Representantes, cuya secretaría y sala de reuniones quedaban en el primer piso del Capitolio con ventanas hacia la plaza­esquina sur occidental­ y habiéndome presentado puntualmente para la reunión de las diez de la mañana, a la cual había sido citada la Ministra de Educación, pude escuchar las segundas detonaciones iniciales; las primeras tal vez pasaron inadvertidas, en medio de los ruidos normales del tráfico y las conversaciones. Agolpados en las ventanas pudimos observar, congresistas, empleados y visitantes, cómo una ráfaga de los bandoleros atrincherados atravesaba un campero parqueado en el costado occidental de la carrera octava, a unos 117
treinta metros de la calle once, y hería a una persona escondida tras él (más tarde supe que era un agente vestido de civil); pasados los primeros momentos de sorpresa y estupor, comenzó la reacción temerosa de los asistentes; el presidente de la comisión propuso cancelar la sesión, a lo cual algunos pro­ pusimos llevarla a cabo en sus propias oficinas, situadas a buen resguardo de cualquier tiro "perdido"; ante su renuencia a ello, se suspendió la reunión, nos despedimos de la Ministra y cada cual tomó su camino; eran aproximada­ mente las doce y quince. Salí al patio Núñez donde encontré una gran cantidad de personas que trataban de resguardarse tras la columnata del Capitolio y, después de algunos incidentes con el mayor de la policía encargado de la seguridad del Congreso y con el Secretario General del Senado, colaboré a su evacuación hacia la calle novena. Sólo en la columnata vi llegar a un Teniente Coronel de la Policía a quien informé sobre el herido, cuyos leves movimientos pudimos observar desde las ventanas de la Secretaría de la comisión. Salimos del edificio y nos dirigimos, por las arcadas de la Alcaldía, a la esquina de la carrera octava con calle once; allí, en medio de una multitud de curiosos, trataban de coordinar sus actividades los miembros de diferentes instituciones. Despejada la zona inmediata, esquina nor­occidental de la plaza de Bolívar, y la calle once hasta la carrera novena, este personal y los refuerzos que llegaron más tarde pudieron hacer tanteos para penetrar por la entrada al parqueadero del Palacio, por la carrera octava. En uno de ellos se constató la colocación de explosivos, con dispositivos iniciadores de contacto y de control remoto, prueba de la preparación "fríamente calculada" de los asaltantes. Siendo aproximadamente la una y diez de la tarde, regresé al Capitolio después de haber observado "prima facie" los esfuerzos, la dedicación y, por qué no decirlo, el heroísmo de quienes consideraron su obligación atender, muchas veces "motu propio", el llamado del deber. Pude observar, por ejem­ plo, a un subteniente del Guardia Presidencial, en uniforme de gala, con un fusil y un sólo cargador, posiblemente prestado a un soldado del Guardia­quien al escuchar la conmoción decidió hacerse presente de inmediato. Después de los celadores y de otras personas asesinadas por los asaltantes, el primer herido fue un Teniente de la Policía, de servicio a un par de cuadras, quien corrió a ver qué sucedía y fue sorprendido por el fuego de los tiradores apostados dentro del Palacio. Hasta trató de colaborar un agente de la circulación, tal vez convencido de que su uniforme lo obligaba a "regalarse". 118
ANEXO I En el Capitolio reinaban el desconcierto, el temor y la especulación; más tarde, convencidos los presentes de la seguridad que brindaban los muros de la construcción, aparecieron la demagogia, el santanderismo y el maniqueís­mo. Quienes habían buscado "escondederos de a peso", como decíamos en Antioquia en mi juventud­ hacian toda clase de comentarios, obligantes y desobligantes sobre la operación, sus autores y sus actores, sobre el Gobierno y la situación general del país; también, con cierto alivio temeroso, se espe­ culaba sobre lo que hubiera pasado si los bandoleros toman como blanco al Congreso, en lugar del Palacio de Justicia. La sesión plenaria de esa tarde, con un quorum precario como de costum­ bre, sirvió para declaraciones, proposiciones y comentarios de quienes había­ mos permanecido en el Congreso y de quienes regresaron, después de haberse retirado "estratégicamente" en las horas del medio día. Obviamente, no era obligación ni deber de los congresistas presentarse a participar en el combate; ni siquiera el de los pocos reservistas de primera clase, pero fueron los mismos que por mayoría, entregaron a los asaltantes y a muchos otros subversivos el perdón y el olvido­ indulto y amnistía­ sin contraprestación, para sus crímenes. 16. LECCIONES DE UNA GUERRA VICTORIOSA Medellín, marzo 6 de 1991 La Guerra del Golfo contó con una serie de factores que le dieron el triunfo militar total, al contrario de la "Guerra Para No Ganar" (no win war) de Koréa o de la vergonzosa derrota de Viet­Nam. Si bien, como dice el proverbio chino, "nadie se baña dos veces en el mismo río", hay muchas lecciones que podemos, y debemos, aprovechar en la búsqueda de la victoria de nuestra propia guerra. En primer lugar, se fijó una política clara y precisa sobre las metas y se tomó la decisión inalterable de cumplirlas. Las Naciones Unidas por fin asu­ mieron la responsabilidad de hacer respetar su carta fundamental y los dere­ 119
chos de los débiles ante quienes se creen con el derecho de pisotearlos; ojalá en el futuro muestren igual entereza y carácter ante tantos abusos de aquellas naciones que utilizaban su poder militar para humillar y maltratar a otras, menos poderosas o casi indefensas. En segundo lugar, y tan importante o más que lo anterior, existió un verdadero liderazgo con las condiciones y características básicas de: entereza, destreza, coraje, compasión y talento. Una muestra de ello fue la inteligente decisión de dividir la conducción de la parte política y de la parte militar, siguiendo las recomendaciones de un antiguo teórico militar, Sun Tze (o Sun Wu), "el soberano no debe interferir en las estrategias y tácticas del comandante en el frente de batalla"; por el contrario, debe dar a este último, todas las herramientas necesarias para llevar a cabo su misión. También se notó el liderazgo en la manera como se fueron dirigiendo los contactos y las conversaciones, hasta llegar a un acuerdo casi total sobre propósitos y metas. Muchos opositores iniciales, incluyendo miembros del Congreso de los Estados Unidos y políticos de otros países, se plegaron y hasta apoyaron activamente los planteamientos del Presidente Bush. A nivel técnico y en función humanitaria, se utilizó todo el poderío in­ dustrial y científico; de gran efectividad fue el uso apropiado de los recursos, en función del tipo de conflicto. Lo que no ha pasado en nuestra guerra. Para una guerra convencional (que aquí llaman "regular") se utilizaron los arma­ mentos convencionales: grandes barcos para transporte y para apoyo con sus cañones; grandes y poderosos aviones y helicópteros para las distintas misio­ nes (No Kafirs contra guerrilleros); tanques, transportes blindados para la infantería, cañones y cohetería, todos ellos apropiados en sus tipos, calibres, alcances, etc., para las tareas por cumplir. Si bien la mayoría de los soldados era de voluntarios especialmente en el caso de las Fuerzas Armadas de los Estados Unidos, los especialistas eran verdaderos profesionales con varios años de entrenamiento y experiencia; un elemento importante del pie de fuerza estuvo constituido por las "reservas activas" de algunos países; muchos de ellos se encontraban en su período anual de entrenamiento y quedaron matriculados "por la duración"; otros fue­ ron llamados a filas selectivamente de acuerdo con las necesidades, y con base en los compromisos que este tipo de reservas adquiere con las distintas armas. 120
ANEXO I El apoyo a las familias de los combatientes, sobre todo en los países más desarrollados, fue elemento fundamental para la tranquilidad de unos y otros, aliviando también la presión sicológica sobre el "qué le estará pasando a..." No hay duda que al término del conflicto, como en otros posteriores, se con­ formarán programas de ayuda económica y esquemas de estudio y de trabajo para los veteranos. Las bajas civiles, sobre las cuales jugó insistente y hábilmente Hussein, fueron minimizadas dentro de lo que podría llamarse "los gajes del oficio". Para poner ejemplos a nuestro alcance, veamos dos casos de los cuales se trata: 1­ de un blanco escogido (los bombardeos de la coalición) y 2­ del terrorismo indiscriminado (los Scud contra blancos indeterminados y genera­ les). La bomba contra el DAS, en Bogotá, pertenece a la primera categoría; muchas víctimas fueron causadas entre personas y construcciones contra las cuales no se dirigió el explosivo. En la otra categoría está la bomba en un centro comercial de Bogotá, lanzada "al rompe" para crear sufrimiento, des­ trucción y terror entre la comunidad en general. Terminada exitosamente la parte militar, recobra su prioridad el elemento político; aunque apenas estamos viendo los inicios de esta fase, ya se aprecia la división entre la población civil, los soldados que prestaron el servicio a sus respectivas patrias y los dirigentes culpables de la guerra y de sus atrocidades: ayuda para los primeros, comprensión para los segundos y, esperamos castigo para los terceros. Muchas lecciones podrán ser aprendidas estudiando la Guerra del Golfo, como pudieron usarse otras guerras para aprender de ellas, qué se debe hacer y qué no. Desgraciadamente, como decía mi padre: "La historia es la mejor maestra, con los peores alumnos"; ojala esta vez los dirigentes de los distintos estamentos y de los más altos niveles tomen en cuenta la lección y pongan en práctica lo aprendido. Liderazgo, claridad en los objetivos, unidad de mando, no interferencia, abnegación, sacrificio, justicia e intrepidez, entre otros. 121
17. UN CIVIL "A LA GUERRA" Neiva, Septiembre 1 de 1991 Poco me gustó el cambio de nombre del Ministerio de Guerra por el de Defensa, pues lo consideré una renuncia a la posición dinámica y psicológica de un estamento de combate. En algún tratado militar está el dictamen de que "la mejor defensa es el ataque" y con el cambio de denominación, parece que hay que esperar que nos den el primer golpe para devolverlo; una política muy cercana al dicho bíblico de "si os hieren en la mejilla derecha, poned la izquierda". Esta actitud, lo he mencionado en mis conferencias, es una de la muchas causas por las cuales estamos perdiendo la guerra contra la subver­ sión. La llegada de un civil al Ministerio, si bien no puede incluir el retomo al nombre anterior, sí es una oportunidad para cambiar diferentes aspectos de la Doctrina Militar (para no mencionar la palabra "política" y evitar malenten­ didos). En términos amplios, el reemplazo de un General traerá muchos be­ neficios; veamos algunos de ellos. El más importante será la responsabilidad política para la terminación de la guerra; también he sostenido que la guerra de guerrillas ­aunque sea contra los bandoleros ex­comunistas de las autodenominado FARC y ELN­ tiene los componentes político y militar en ese mismo orden de prioridades e im­ portancia. Con conceptos y criterios más amplios y más cercanos a la "Real­politik" y con mayor flexibilidad en las respuestas socio­políticas, administrativas y económicas, el equipo al cual pertenece el Ministro Civil podrá diseñar e instrumentar respuestas más eficientes. Ya se nota una mayor firmeza, un endurecimiento, en la posición del Gobierno ante las "charlas" de Caracas. Un Ministro Civil podrá enfrentar más libremente un debate político y, aún, un voto de censura, mejor que un ministro militar; para el primero sería un pulso de fuerza que, en el peor de los casos, implicaría su renuncia con posibilidades futuras para un nuevo nombramiento o hasta la retaliación po­ lítica contra sus detractores; en el caso del militar, su derrota significa la "Baja" y la terminación negativamente cuestionada de una carrera y de una vida de servicios distinguidos. Igualmente le quedará más expedita a un Ministro Civil la exigencia de colaboración de los otros entes del Estado en situaciones de compromiso o de 122
ANEXO I negociación, aún en términos firmes o duros; como para el presupuesto, los desembolsos o la defensa de su personal y de sus derechos. Se ha escuchado el suspiro de alivio de muchos de los miembros de la Armada, de la Fuerza Aérea y de la Policía, pues la posición del Ministro era siempre para el Ejército y a veces, no era ejercida con la debida ecuanimidad hacia las otras fuerzas. Dentro del mismo Ejército, la presencia de un Ministro Civil puede disminuir algunos conflictos internos ocasionados por la rivalidad entre las diferentes armas o por las roscas, que muchas veces desdibujan un esquema de méritos hacia otro de compadrazgo o de hermandad mal entendida. Lo anterior estaría respaldado por cambios, algunos de ellos profundos, imposibles con el esquema anterior por vicios de "Conservadurismo" o tradi­ ciones mal establecidas o mal entendidas; la fila india y el concepto de "An­ tigüedad" por cursos, entre otras. Este concepto incluye algunas decisiones sobre equipamento, frecuentemente tomadas por "Aplicación de la Milicia" o porque "Mi General manda"; casos se han visto: lo primero se aplicó con ocasión de unas propuestas para compra de armas en la Policía. Y, sin derecho a pataleo, pues "El que manda, manda y los demás, a la fila". Con el Ministro Civil se dará más credibilidad y aceptación a los criterios y autoridad de los mandos medios, de los técnicos y de los asesores. Que tal que a los civiles les prohibieran ejercer sus profesiones u oficios después de los sesenta años­ como máximo­ y que los fueran ascendiendo en sus puestos cada cuatro o cinco años, con la alternativa de despido si no hubiese cupo en la posición superior? Como serían los traumas personales y la pérdida para el mismo país? Pues "eso" sucede en la semi­carrera automática de la milicia! Con toda clase de gravámenes, por ñapa. La situación puede ser cambiada por el Ministro Civil. En el caso de las remuneraciones, hoy injustamente seccionadas entre los de "Arriba" y los de "Abajo" y antitécnicamente amarradas al grado militar, se ha propuesto sin éxito la fórmula de un componente por antigüedad ­ años de servicio ­ y otro por grado, con la posibilidad de agregar otros porcentajes primas o bonificaciones como existen hoy en día, por clima, por desorden público, etc. Y qué tal la creación de un "Doble Ejército"? El especializado, con sol­ dados profesionales, como los Cuerpos Élite o las Brigadas Móviles; y el "Regular" con soldados en cumplimiento de su Servicio Militar Obligatorio, 123
como escuela de nacionalismo, de liderazgo y desarrollo. O programar mejor la utilización de las reservas, incluyendo a los oficiales profesionales de la Reserva y al personal "Retirado" con ganas y capacidad para conformar una Reserva Activa, como en muchos de los países más civilizados? Y cuándo se podrá "Desmilitarizar" la Policía Nacional para que cumpla misiones preven­ tivas, humanitarias y cívicas en lugar de las de combate que, entre otras cosas, ha desempeñado con gran heroísmo, patriotismo y efectividad? También puede ser un Ministro Civil quien consiga, por fin, el reconoci­ miento real y efectivo de un país a sus veteranos de guerra, tanto interna como externa, con programas de salud, de educación, de vivienda, de oportunidades y de todos los elementos para su reincorporación a la sociedad o para un decente bienestar en los sufrimientos y quebrantos adquiridos en servicio de la patria. La lista es larga y el espacio corto; sólo beneficios traerá este cambio, que no es "Revolcón" impuesto, sino un refuerzo a los mandos en cosas de su especialidad. Algunas personas piensan que el relevo no es oportuno, entre otras cosas porque dizque hay que esperar a que se gane la guerra para hacerlo. Llevamos casi treinta años perdiéndola con Ministros Militares; para cuándo creerán que está "El palo para cucharas"? Para ser justos, también la hemos estado perdiendo con Presidentes duros y con blandos, con esquemas aislados de represión o de "Casa, carro y beca", de indultos y de amnistías sin contra­ prestaciones; afortunadamente los vientos están cambiando desde hace un par de años y el Ministro Civil es parte de la nueva tormenta, esperamos. Para terminar este comentario hay que saber que por primera vez llega un Civil a un Ministerio, cualquier Ministerio, con "Curso preparatorio" y no con la sorpresa usual en los diarios matutinos. 18. LA PEQUEÑA COLOMBIA Bogotá, Septiembre 5 de 1991 En menos de ciento ochenta años hemos pasado de la Gran Colombia a la actual, con su millón ciento cincuenta y pico mil kilómetros cuadrados; ahora, algunos, y no ciertamente todos bandoleros o ex­guerrilleros, quieren 124
ANEXO I que pasemos a la Pequeña Colombia con unos pocos cientos de miles de kilómetros de superficie terrestre. Escritores de la talla de Abdón Espinosa Valderrama, Juan Diego Jaramillo y otros han venido comentando sobre el peligro de dar territorio propio a los bandoleros, para convertirlos en belige­ rantes con derecho a reconocimiento internacional. La propuesta de Juan Diego Jaramillo (El T. 21 Sept. '91 "La Paz Arma­ da"); "Es preciso divulgar los nombres de los 60 municipios que se entrega­ rán..." es una gran oportunidad para demostrar la veracidad y la seriedad de los planteamientos de democracia y de democratización por medio de con­ sultas populares, tan cacareadas por tirios y troyanos. ¿"Quieren ustedes, los habitantes de este municipio, pasar a ser los sub­ ditos inermes de los bandoleros, por obra y gracia de una política de "paz a todo costo" auspiciada por los directos interesados y por unos cuantos "idio­ tas útiles"; que, obviamente, estarán escondidos y protegidos en otros muni­ cipios no involucrados en la entrega?"; este podría ser el tema para una consulta o un referendo. ¿"Imperará la ley del ajusticiamiento de "sapos" y de colaboradores con las autoridades de la Pequeña Colombia?; los impuestos serán cobrados por el sistema de vacunas y rescates; la expropiación será verdaderamente por vía ejecutiva: se fusilará a los propietarios". Etc., etc. Aunque al ex­presidente López Michelsen le preocupa la extensión del tarjetón, bien podría incluirse este tipo de consulta el próximo 27 de Octubre; se haría un montaje con fotos de "Tirofijo", el cura Pérez, unos cuántos co­ lombianos asesinados, unas torres voladas y unos tramos de oleoducto des­ truidos, para que nuestros conciudadanos, apremiados o analfabetos, no tengan problemas para saber dónde poner la "cruz" de este nuevo calvario. Si de aquí al 27 "todo está consumado", entonces podrá preguntarse a los ciudadanos de la Pequeña Colombia si están dispuestos a sufrir la guerra que el país bandolero le declarará (después de haber sido reconocido, a pasos forzados, por Castro, Gadaffy y otros cuántos auxiliadores de las exguerrillas comunistas). Habrá alguien tan pendejo (cómo se ha deteriorado el lenguaje en nuestra prensa) que crea que los bandoleros se contentarán con sus "áreas de distensión"? Un ilustre candidato al Senado, lleno de honores y de Ex­es, dijo que el asunto se reducía a ver cuántos kilómetros de territorio colombiano se daban a los bandoleros; me gustaría saber si él estaría dispuesto a que su departa­ 125
mentó, o la ciudad donde viven sus familiares o donde él mismo habita, fueran parte de esos "cuántos kilómetros". Yo no lo estoy: ni para mí, ni para los míos, ni para ningún colombiano. Afortunadamente el Gobierno ha sido claro, enfático y decidido en cuanto a esta petición o condición de los bandoleros; en un artículo anterior ("Un civil a la guerra") decía que el más importante beneficio de un Ministro de Defensa Civil era la responsabilidad política para la terminación de la guerra. Ahora, dado el caso, si el Gobierno cambia su actitud y cede ante los terroristas, la pérdida territorial quedará nuevamente bajo la responsabilidad de los civiles, como en anteriores ocasiones. Obviamente, la responsabilidad de ganar la guerra "caliente" sigue en manos de los Generales, ahora sin las preocupaciones inherentes a cuestiones políticas, a adivinar a cuál general le tocará el turno para ministro o, a qué interferencias tendrán las operaciones ordenadas por el Comandante General, por parte del General más antiguo en función de Ministro. Que cada uno se pregunte si quiere ser ciudadano de la Pequeña Colombia; que los candidatos a las corporaciones o a las gobernaciones pregunten eso a sus auditorios; que los encuestadores hagan lo mismo; que todos ofrezcamos nuestro apoyo y nuestra voz de aliento y respaldo para que permanezca nuestra Colombia actual por encima de los bandoleros. 19. CUANDO NO TENGA UN POLICÍA A MI LADO Bogotá, Septiembre 11 de 1991 Si corren peligro mi integridad personal, o mis bienes; o los de mis fami­ liares, amigos o. vecinos; o simplemente de mis conciudadanos, su defensa cae enteramente en mis manos y en las de aquellas personas que tengan la posibilidad de colaborar. Si, como dice la nueva Constitución Nacional, el poder emana del pueblo soberano, la defensa de su vida, bienes y honra pertenece a él mismo y sólo por delegación recae en los estamentos del Go­ bierno. Cuando éste último no puede hacer presencia, se deduce que la dele­ gación pierde su operatividad y el ciudadano recobra su capacidad para ejercerla por propia mano. Estaré hilando muy delgadito? 126
ANEXO I En muchos países, el derecho de poseer y portar armas se debate conti­ nuamente, excepto en los totalitarios donde una ciudadanía inerme tiene que sufrir resignadamente todas las vejaciones y abusos del poder armado. En los Estados Unidos este punto de la Constitución (Second Amendment) enfrenta a quienes lo defienden, con quienes consideran que para atacar el crimen hay que "vender el sofá", o sea desarmar a los desarmables ­ los ciudadanos cumplidores de la Ley; porque los otros, los delincuentes, no tienen registradas sus armas, ni solicitan salvoconductos, ni tienen que portarlas todo el tiempo (solamente lo hacen cuando van a, o regresan de, cometer una fechoría). Está bien que se reglamente la posesión y el porte de armas, como se hace con los vehículos causantes de tantos accidentes, heridos y muertos. Requisitos de idoneidad, de entrenamiento, de responsabilidad, etc., deben tener prioridad sobre simples conceptos idealistas pero alejados de la realidad, o de estadísticas generales o numéricas sin interpretación apropiada. Sobre el criterio de "arma privativa" debe primar el de la necesidad de suministrar la mejor y más conveniente "herramienta" para la defensa del ciudadano, ya sea por las Fuerzas Armadas o por sí mismo. Si a cuerpos "paramilitares" como la Aduana, algunas policías de tránsito, los Guardas de Prisiones, etc. se les permite este tipo de armas, como también, a los escoltas civiles de tantas personas importantes, por qué se niega esta posibilidad a los ciudadanos? Los profesionales siempre demandan los mejores equipos y ele­ mentos para cumplir sus funciones, ya sean Scanners para los médicos, teo­ dolitos de rayos láser para los ingenieros, o de beneflciaderos para los cafeteros, etc. Por qué se prohiben los mejores elementos para defender vida, honra y bienes, cuando no hay un policía al lado? Técnicamente vale la pena preguntar, por ejemplo, ¿por qué el calibre .45 ACP aparece en la lista de los "privativos" cuando el último baluarte de su uso militar, los Estados Unidos, hace un par de años lo cambiaron por el 9 mm. Luger o Parabellum?; a su vez, han aparecido nuevos calibres, auspiciados por el FBI (Federal Bureau of Investigations) y por varios departamentos de policía de ese mismo país,, el lOmm. y el .40S&W, para reemplazar el 9mm. mencionado por encontrar en ellos mejores características para defensa de la Ley. También vale la pena "cuestionar", como dicen los jóvenes, el tipo de arma y sus características, tales como proveedores de gran capacidad o posibilidad de fuego automático. 127
Mayor educación, mayor responsabilidad y leyes más apropiadas, efecti­ vamente aplicadas, son respuestas más lógicas y reales. Cuando no tuve un policía a mi lado, defendí la vida de mi madre, de otros familiares, de varios "inocentes espectadores" y la mía propia con mi arma "privativa", debidamente amparada; una unidad de policía situada a menos de trescientos metros del "sitio del suceso", supo de él cuando el carro donde me llevaban al hospital paró ante la guardia y se les informó sobre el "caso". Ojalá hubiera tenido a mi lado uno o varios de esos heroicos defen­ sores de la sociedad; desgraciadamente, en la mayoría de casos ésto es un imposible real, fuera de todas las teorías, de los buenos deseos y de la dema­ gogia. 128
"Sin conocer el poder de las pala­ bras, es imposible conocer los hombres". Confucio. ANEXO II GLOSARIO DE TÉRMINOS Estas definiciones son las de los diccionarios consultados; como se podrá ver, para muchas palabras no han involucrado o aceptado los significados que hoy tienen; igualmente para con algunas expresiones o giros usados, por la "gente" pero no aceptados, todavía, por los "doctores de la lengua". ASONADA:Alboroto violento dirigido a la consecución de un fin, gene­ ralmente político. ATACAR:Acometer, embestir (1) ATAQUE:Acción de atacar, cometer, agresión, asalto (1). CONVENCIONAL:Perteneciente al convenio o convención, que se esta­ blece en virtud de la costumbre. Armas Convencionales: Dícese de las armas que no son atómicas, biológicas o químicas. (1). DEFENSA:Acción y efecto de defender o defenderse. Arma, instrumento u otra cosa con que uno se defiende de un peligro. Amparo, protección, so­ corro. 129
ANEXO II DIALECTICArCiencia filosófica que trata del raciocinio y de sus leyes, formas y modos de expresión. Ordenada serie de verdades y teoremas que se desarrollan en la ciencia o en la sucesión y encadenamiento de los hechos. (1). DISUADIR:Inducir, mover a uno con razones a mudar de dictamen o a desistir de un propósito, alejar de una idea. (1). GEOPOLITICA:Ciencia que estudia los factores geográficos, económi­ cos y raciales de los pueblos para determinar su política. GUERRA:Desavenencia y rompimiento de paz entre dos o más poten­ cias. Lucha armada entre dos o más naciones o entre bandos de la misma nación. Hostilidad, conflagración, conflicto, guerrilla, campaña. (1) GUERRILLA :Partida de paisanos, por lo común no muy numerosa, que al mando de un jefe particular y con poca o ninguna dependencia de los del ejército, acosa o molesta al enemigo. (1). En ésta definición se nota la igno­ rancia de los autores del Diccionario sobre asuntos militares modernos y la lentitud con la cuál nuevos términos o significados van siendo aceptados "oficialmente". (F.O.H.). Martin Oppenheimer, en Stadt Guerrilla, cataloga la guerra irregular bajo el término de "guerra paramilitar" y dice que ella implica alguna meta política mínima, a diferencia del bandiaje o gansterimo. (2). IDIOSINCRACIA:El temperamento propio, por el cuál se distingue uno de los demás. INALIENABLE:Que no se puede enajenar: Pasar a otro dominio de una cosa. INSURGENTE:Insurrecto, sublevado. INSURRECCION:Levantamiento o rebelión. IRREGULAR:Que va fuera de regla; contrario a ella. Que no sucede común y ordinariamente. Que no obra de un modo regular. No conforme con las reglas de la moral. (1). MOTIN:Movimiento sedicioso, rebelión contra la autoridad, alboroto. POLICIA:Buen orden que se observa y guarda en las ciudades y repúbli­ cas, cumpliéndose las leyes u ordenanzas establecidas por su buen gobierno. Cuerpo encargado de velar por el mantenimiento del orden público y la se­ guridad de los ciudadanos, a las órdenes de las autoridades políticas. (1). 130
POLITICA:Arte ó traza con que se conduce un asunto o se emplean los medios para alcanzar un fin determinado. Sistema de decisiones. REBELIÓN: REBELARSE: Alzarse contra la autoridad legítima. Opo­ ner resistencia. REGULAR:Ajustado y conforme a regla. Medir, reglar o poner en orden una cosa. (1). RESERVA:Guarda u custodia que se hace de una cosa, o prevención de ella para que sirva a su tiempo. Parte del ejército o de la armada de una nación que terminó su servicio activo, pero que puede ser movilizada. Cuerpo de tropas de tierra o mar, que no toma parte en una campaña o en una batalla hasta que se considera necesario o conveniente su auxilio. RETAGUARDIA:Tropa que camina detrás y sirve para cubrir la marcha y movimiento de un ejército. SEDICIÓN: Tumulto, rebelión, levantamiento contra la autoridad. SEMANTICA:Estudio de la significación de las palabras. Ciencia que trata de los cambios de significación de las palabras. (1). SORPRENDER:Es causar impresión, extrafieza o admiración en alguien; algo que no esperaba que sucediera o que se manifestara como lo hace. En­ contrar o coger a alguien haciendo algo o en determinada forma o situación. Descubrir lo que alguien ocultaba o no quería revelar. (1). SORPRESA:Aquello que da motivo para que alguien se sorprenda. Ope­ ración militar que obliga al enemigo a combatir en lugar o momento inespe­ rados, o contra medios y procedimientos para él desconocidos. Sorpresa estratégica, sorpresa táctica. (1). SUBALTERNO:Subordinado, que depende de otro, secundario. SUBLEVACIÓN: SUBLEVAR: Alzar en rebelión, agitar, rebelarse, ex­ citar, indignación. SUBVERSION:Acción de subvertir, transformar, revolver (1) SUBVERTIR:Trastornar, perturbar, hacer que algo deje de estar o de marchar con normalidad. (3). VETERANO, NA:Aplícase a los militares que por haber servido mucho tiempo son expertos en las cosas de su profesión. 131
ANEXO III BIBLIOGRAFÍAS: BIBLIOGRAFÍA INTERNA "La Guerra con Venezuela" Conferencia en la Escuela Superior de Guerra La Carrera Militar. Semi­Carrera Automática Otra vez Cambio de Calibre Armas Mortíferas, Escándalo Farisaico Inferioridad Bélica Fuga de Cerebros Militares Indumil y la Industria Privada Facultades Extraordinarias 70 133
18Jun. 62 10 Nov. 68 15 May. 70 31 May. 70 13Agos. 70 28 Agos. 70 15 Sept. 70 2 Oct. ANEXO III Mirages para qué? Que no están Ocultando? La Cancillería sigue Muda Torturas y Muertes El Hijo del Presidente Presta Servicio Militar Contra Guerrilleros, Soldados Profesionales Dónde están los Mirages? Ministerio de Defensa vs. Ministerio de Guerra Otra Víctima.... Y Qué? Investiguemos la Policía Pena de Muerte "Democrática" Fronteras Vivas Otra vez Cambio de Calibre Una Batalla contra el Desempleo. Conferencia en 4 Ene. 71 11 Nov. 71 22 Jul. 72 19 Sept. 72 17 Oct. 72 13 Ene. 73 5 Jul. 73 Agos. 73 10 Sep. 75 23 Sept. 76 2 Nov. 76 28 Mar. 77 20 May. 77 el Centro de Estudios Colombiano Fuerzas Armadas contra la Guerrilla 2. Jun. 77 12 May. 78 La Policía al Gheto La Paz Armada Reforma Agraria Integral Torturas? Cuáles Torturas? La Defensa de la Vida, Honra y Bienes Ahora le Toca a Colombia Si vis Pacem para Bellum (I) Si vis Pacem para Bellum (II) Si vis Pacem para Bellum (III) Los Helicópteros Una Respuesta Mi General Tirofijo Si vis Pacem para Bellum. 27 May. 78 20 Sept. 78 8 Oct. 78 30 Nov. 78 21 Dic. 78 26 Feb. 79 21 Jun. 79 22 Jun. 79 28 Jun. 79 12 Jul. 79 13 Jul 79 Una Fuerza Armada Profesional La violencia la Engendran los Civiles La Diplomacia Secreta de la Subversión 17 Agos. 79 27 Agos. 79 12 Nov. 79 134
Si vis Pacem Bellum (VI) Ni un Milímetro de Tierra En Tomo al Diferendo Sea Patriota... un Venezolano Si Colombia quiere el Golfo Dejamos solos a los Gringos? El Indulto Otro Parto de los Montes, con Comadronas Apoyo a las Fuerzas Armadas Estamos Preparados para la Guerra? Los Mirages, nuestra Línea Maginot? 4 Sept. 79 16 Nov. 79 9 Dic. 80 24 Dic. 80 15 Ene. 81 28 Feb. 81 El Desorden Público en un Gobierno Mentiroso Estrategias de Paz y de Guerra Amnistía, peor el Remedio... Neutral pero no Inerme Los Vigilantes Estaremos Perdiendo la Guerra Civicus Politeia Estaremos Perdiendo la Guerra 10 Jul. 82 27 Jul. 82 4 Oct. 82 25 Nov. 82 4 Feb. 83 14 Agos. 83 14 Nov. 83 14 Nov. .83 Estaremos Perdiendo la Guerra: 1­Militarmente Estaremos Perdiendo la Guerra: 2­Políticamente Estaremos Perdiendo la Guerra: 3­Socialmente Por qué a la Justicia Militar Llegaron los Kalashnikous Mi Reino por un.... Helicóptero Aprovechemos la Tregua Ejércitos Particulares? Como que no Bombardear? La Disuación está en la Mente del Enemigo Honor a los Soldados Cinismo Cumufianga 7 Mar. 84 9 Mar. 84 30 Mar. 84 2 May. 84 12 Agos. 84 24 Agos. 84 30 Agos. 84 12 Oct. 84 23 Dic. 84 12 Abr. 85 13 May. 85 13 Sept. 85 135
21 Marz. 81 14 Agos. 81 18 Abr. 82 11 Mar. 82 ANEXO III Las Armas no Mienten 18 Ene. 86 Clausewitz Revisado 26 Feb. 86 Con qué nos Defendemos 15 Abr. 86 Que le Sigan Levantando las Sábanas 9 May. 86 Analfabetas a la Fila 24 Agos. 86 Los Kfir: Un Amia Contra Quién? Ent. Cromos 16 Nov. 86 Los Pactos son para Romperlos 31 Ene. 87 Y la estamos Perdiendo... 4 Abr. 87 Otra Guerra? 14 Agos. 87 Y si toca ser Estúpidos 22 Agos. 87 Los Diez Primeros Días I, II, III, IV Sept 87 La Autodefensa 5 Sep. 87 Soy un Guerrillero Anticomunista. Ent. la Razón Oct 87 La Justicia para los de Ruana 26 Oct. 87 Por qué no Renuncia Tirofijo? Policías Nacen todos los Días Profesionalizar el Ejército y Cambiar Armas, Soluciones a Problemas de Guerrillas Entrevista La República Idiotas Útiles? Genios? O qué? Historia Patria y Nacionalidad Cuáles Reservas Militares Paramilitares y Paraciviles Nos Defenderá la Corte? Armas Privativas Guerra La Gran Cruzada Nacional Cuál es su "Secuestro Rating"? Los Estrategas de Sillón Una Operación Regular 28 Oct. 87 15 Nov. 87 La Guerra Aérea 4 Feb. 91 136
5 Jun. 88 20 Agos. 88 10 Oct. 88 28 Feb. 89 5 Mar. 89 26 May. 89 28 May. 89 25 Sept. 89 22 Ene. 90 4 Sept. 90 20 Ene. 91 12 Feb. 91 Pie de Fuerza Los Impuestos de Guerra Cuáles Guerrilleros Cuándo no tenga un Policía a mi Lado Un Civil a la Guerra La Pequeña Colombia Los Heroicos Bandoleros El Papel Nacionalista de las Fuerzas Armadas Conferencia en la U. Gran Colombia 21 Feb. 91 26 Feb. 91 26 Mar. 91 11 Sept. 91 Sept. 91 25 Sept. 91 10 Dic. 91 BIBLIOGRAFÍA EXTERNA He vacilado un poco en cuanto al listado de los libros, revistas, periódicos y demás publicaciones de las cuales he sacado la mayoría de los datos e informaciones para éste libro; al fin y al cabo, han sido casi cincuenta años de lectura y estudio para ir formando los criterios expresados. Obviamente, mucho de lo leído se ha olvidado con el transcurso del tiempo si bien pudo haber dejado "algo" en el sub­consciente; otras lecturas fueron repetidas, pero solamente en lo que, durante la primera lectura, había sido subrayado y/o anotado como importante; algo así como un "descreme" de la información. Sin embargo, creo importante hacer un listado parcial, como una guía de algunos libros o publicaciones clásicas y/o básicas para ampliar el conoci­ miento personal sobre temas como los tratados. (l)­Diccionario de la Real Academia Española. XIX Edición, 1970. (2)­La Guerra Irregular Moderna. Brigadier General Profesor Friedrich August Freiherr von der Heydte. Eir de Colombia Ltda. 1987. (3)­Diccionario Planeta de la Lengua Española Usual 1982. (4)­Las Guerras de Insurrección y las Guerras Revolucionarias Coronel Gabriel Bonnet. Editada por la Librería del Ejército, 1961. 137
ANEXO III (5)­Guía para el Planeamiento de la Contrainsurgencia. Ejército de los Estados Unidos Escuela de Guerra Especial, 1964. (6)Seis Escritos Militares del Presidente. Mao Tse Tung. Ediciones en Lenguas Extranjeras. Pekin, 1970. (7)­Colombia Geografía y Destino. Coronel Augusto Bahamón Dussan. Imprenta y Publicaciones de las Fuerzas Militares, 1989. (8)­Principles of War. General Cari Von Clausewitz. The Military Service Publishing Company, Harrysburg Pennsylvania, 1942. (9)­Armored Warfare. Major­General J.F.C. Fuller, C:B., C.B.E., D.S.O. The Military Service Publishing Co., 1955. (lO)­Surprise. General Waldemar Erfurth. The Military service Publis­ hing Company, 1943. (1 l)­Napoleón and Modem War. Conrad H. Lanza. The Military Service Publishing Company, 1949. (12)­The Art of War. Sun Tzu. The Military Service Publishing Com­ pany, 1944. (13)­Defense. Von Leeb. The Military Service Publishing Company, 1943. (14)­War, Politics and Power. Karl von Clausewitz. A Gateway Edition, Henry Regnery Company, Chicago, 1962. (15)­Diccionario Pequeño Laurousse Ilustrado. Ramón García­Pelayo y Gross, 1981. (16)­General Giap. Robert J. O'neill. Frederick A. Praeger, Publishers N.Y. Washington, 1969. (17)­Fuerza Naval del Sur. Estudios con Propósitos Didácticos Única­ mente. Fuerzas Armadas de Colombia, Comando General, Escuela Superior de Guerra, 1970. (18)­To Get the Job Done. Editado por John B. Washbush y Bárbara J. Sherlock. (19)­La Psycologie du Commandment. Tte. Cor. Emile Mayer. (20)­Instrucción de Campaña. Candido Amezquita. Imp. de Eduardo Es­ pinosa Guzmán, Bogotá 1898. 138
La numeración corresponde a las citas utilizadas en el texto, de algunos de estos libros. REVISTAS RECOMENDADAS "Armas y Letras" E.M.C. Gral. José María Córdova "Revista Armada" "Proceedings" "Military Review" "Soldierof Fortune" "American Rifleman" "Connterterrorism y Security" International Defense Review. (R) Citas utilizadas en el texto, extraídas de algunas de éstas revistas. 139