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HISTORIA DE CORERA
CORERA, pueblo de La Rioja, situado en el Valle de Ocón, y
nuestro pequeño termino municipal ocupa 8,21 km2. Pertenece al
partido judicial de Calahorra, a 28 km de Logroño, en dirección a
Zaragoza. Posee unos 30
300 habitantes (2009).
(2009). Se halla a una
altitud de 522 metros. El paisaje está formado por niveles
escalonados de glacis.
Corera se constituyo como municipio independiente el 20 de abril
de 1871, siendo hasta entonces un núcleo integrado en el municipio
de Ocón. Gobantes, en su diccionario, engloba en la Tierra de Ocón
diez aldeas: Aldealobos, Los Molinos, Oteruelo, Pipaona, Las
Ruedas, San Julián, Santa Lucia, El Redal y Corera, además de la
propia Villa de Ocòn capital de este territorio. Entre 1842 y 1865,
tres d estos pueblos, Corera, El Redal y Galilea, por este orden, se
independizan de la metrópoli, dando lugar así a municipios
independientes.
Por tanto, la historia de Corera hay que estructurarla en dos
etapas: una extensa en el tiempo pero huérfana de datos históricos
que hagan referencia directa a su entidad como territorio y otra
que comprende el periodo de tiempo que abarca desde su
segregación de Ocòn, en 1842, hasta hoy mismo. La primera etapa
ha de contener, necesariamente, datos genéricos que inciden
principalmente en la creación y desarrollo del Valle de Ocòn y del
propio territorio de la Comunidad Autónoma de La
Rioja,
mientras que la segunda etapa se centrara exclusivamente en los
acontecimientos acaecidos a lo lardo de este último siglo y medio
de la localidad.
Históricamente, esta zona ha sido espacio de paso en las rutas
naturales del Valle del Ebro. Ha estado habitada desde la
Prehistoria, como atestiguan diferentes yacimientos arqueológicos
prerromanos como el de la Hoya Mala, situado en el actual
término municipal de Corera.
También fue dominio de los celtas berones y posteriormente, de
romanos, los cuales refundaron el poblado de La Villa (Octaviolea)
y otros como el de Parpalinas en Pipaona, desde donde se
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construiría una calzada que se uniría con la del Valle del Ebro en
Varea.
A partir del siglo VIII, el Valle fue conquistado por los
musulmanes. Fue reconquistado por Sancho el Mayor de Navarra
entre octubre de 1162 y marzo de 1163, y objeto de disputa entre
Castilla y Navarra durante mucho tiempo hasta que
definitivamente fue incorporado al reino castellano, ya en el siglo
XII.
En el año 1174 Alfonso VIII de Castilla otorga a Ocòn su propio
fuero, lo que permitirá a la Villa y a su tierra gozar de ciertos
privilegios. En el siglo XV, con los Trastamara, paso a manos de
los Condes de Treviño y sus sucesores los Duques de Nájera hasta
la abolición de los señoríos en 1812.
Con posterioridad a eta fecha, la Villa y Tierra de Ocòn, estuvo
fluctuando entre las provincias castellanas de Burgos y Soria,
hasta la creación de la provincia de Logroño en 1833.
La historia de Corera anterior a su constitución como municipio
independiente de la Villa de Ocòn participa, en general, de todas
las fases a las que nos hemos referido.
Así, en su actual término municipal han aparecido restos
arqueológicos que evidencian la presencia de asentamientos
prehistóricos (Hoya Mala, Fuente de la Mora) y alto medievales
(Monte Gurugu).
Si nos atenemos a lo que Madoz dice en su diccionario, Corera, al
igual que el resto de las localidades que componen el actual Valle
de Ocòn, fue fundada por moradores de la metrópoli que salieron
a establecerse en casas de campo, barrios y cortijos, por las tierras
de su jurisdicción. Pero no habla de fechas.
Aun así, es importante poner de manifiesto las existencias de
documentos que ya en época medieval hacen referencia a un
término o lugar denominado “Corera” situado en el área de
influencia de la Villa de Ocòn. El primero de ellos es el ya
mencionado Fuero de Ocòn otorgado a la villa en 1174 por el rey
Alfonso VIII.
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Asimismo, otra de las primeras referencias la hemos encontrado
entre la documentación perteneciente a Santa María del Rute,
(abadía situada en las cercanías de Ventas Blancas). Lleva por
fecha 1175, esto es, solo un año posterior al Fuero. Se trata de la
donación que hacen Domingo Manco y su mujer. Toda de su
hacienda a favor del Monasterio. Por el sabemos, que este
matrimonio se entrega como “familiar” del monasterio a cambio,
entre otros bienes, de una viña situada en el termino de Corera.
Poco a poco, la aldea de Corera fue cobrando relevancia en el seno
del concejo y la tierra de Ocòn al haber experimentado un mayor
crecimiento de su economía agrícola y ganadera.
Así, por ejemplo, en 1751 era ya la aldea más poblada al contar
con 150 vecinos (frente a los 36 vecinos de la Villa de Ocòn), los 40
de Galilea, 50 de Santa Lucia y 80 de El Redal, par citar algunas
aldeas del valle) y 174 casas habitadas (frente a las 40 de Ocòn, las
100 de El Redal y las 50 de Galilea, por citar tres ejemplos). Y es
con toda probabilidad esta importancia social y económica la que
determino un siglo después su segregación de la cabecera.
Precisamente, fue la segregación de los “pueblos de la tierra de
abajo”, entre los que se encontraba Corera, la causa de diversos
incidentes y pleitos: los unos, para delimitar los respectivos
territorios; y los otros, para reconocer viejos derechos, su
participación en las concordias de la comunidad y en los bienes
propios.
Con el fin de delimitar los territorios pertenecientes a su
jurisdicción, se hizo necesaria la práctica de los deslindes
territoriales correspondientes. Conocemos los límites de la Villa y
Tierra de Ocòn por los deslindes de 1871, siendo realizado el de
Corera en abril de ese año:
“Empieza en un sendero donde linda también con Galilea en la
esquina de una heredad recién plantada de olivos, sigue por la
pasada de la Nevera adelante en dirección N. a S. hasta el
camino de Corera a la Villa y pasada de los Palacios, al olivar de
los Potanos en una cantera, desde donde marcha en sentido W.E.
al N. de la pasada de Famosa, por la yasa de Cascajos, poyo de los
Cascajos adelante, S. del camino de Corera a Arrendo, por en
centro del Camino del Pontigon de Arriba, donde se separan las
aguas del rio Molinar para Corera y El Redal; de aquí camino
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debajo de los Molinillos hasta la unión de tas jurisdicciones con la
de El Redal”
Por su parte, con el fin de solventar los derechos en litigio, a los
largo del siglo XIX (con especial intensidad entre 1894 y 1897) se
celebraron diversas concordias ente el Ayuntamiento de Corera y
otros municipios, especialmente Ausejo, por razones de reparto y
aprovechamiento de agua para el riego, pastos y nombramientos
de guardas juramentados, estableciéndose multas pecunarias en
caso de violación de las mismas por parte de los vecinos y
ganaderos de unos y otros.
Finalmente, la historia del siglo XX es pareja a la del resto del
ámbito rural riojano. Así, Corera aumenta su población
tradicional hasta la década de los sesenta con la llegada de nuevos
pobladores de las aldeas vecinas, pero a partir de esa fecha
comienza un paulatino declive, si bien no tan brusco y acentuado
como en otros municipios de la comarca.
El municipio vive básicamente de la agricultura como el viñedo,
cereal, almendro, olivo y alguna empresa de champiñón. Destaca
el Trujal Cooperativo donde se obtiene 30.000 litros de aceite al
año, con un sistema de batido a través de molino italiano, único
en La Rioja y la Fábrica de Cerámicas.
Cuenta con Asociaciones como la Asociación Amigos de Corera y
Peña el Tonel, Asociación de Mujeres, Asociación de Jubilados,
Asociación Padres de Alumnos, Trujal Cooperativo Santa
Bárbara, Comunidad de Regantes.
Entre los monumentos o edificios más destacados se encuentra la
Iglesia de San Sebastián, La Casa del Marques, la Ermita de Santa
Bárbara, Trujal, Lavadero...
Fiestas Patronales:
20 de Enero San Sebastián
13 de Mayo Procesión General
04 de Diciembre Santa Bárbara
y otras fiestas:
finales de enero pringada
últimos de febrero Los Quintos
tercera semana de agosto San Queremos
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