REP. CHECA - Pro Ecuador

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LATERCERA Domingo 26 de octubre de 2014
Sociedad
Cultura
R La actriz de Rohmer y Woody
Marie Christine Barrault y
el oculto lado femenino de
la Primera Guerra Mundial
Allen estará el 3 y 4 de noviembre
en el Centro CA 660 de CorpArtes.
R Presentará una obra sobre textos
escritos por mujeres en el período
de la Gran Guerra de 1914.
Erika Olavarría/ París
“Te amamos querido soldado conocido o desconocido,
¡nuestro defensor! Te sentimos un poco como nuestro
hijo, nuestro hermano. Y al
mismo tiempo, te admiramos, te confundimos con el
respeto y el fervor que tenemos por nuestra bandera,
por la patria”. Así comienza
la carta que Yvonne Pitrois,
una amateur escritora sorda
francesa, publicaba en su
propio periódico en plena
Primera Guerra, bajo el título Carta de una francesa a
nuestros soldados. Con este
texto comienza también el
espectáculo Mujer en guerra, que llega a Chile como
parte de las conmemoraciones de los 100 años de la Primera Guerra Mundial.
En escena, el pianista Hugues Leclère y la reconocida
actriz Marie Christine Barraultm a través de la lectura dramatizada de diferentes
textos poéticos o históricos,
va desvelando el papel de la
mujer en el conflicto: “En la
selección de textos que hicimos hay de todo. Mujeres
muy nacionalistas, que animaban a los soldados y que
me parecen un poco ridículas. Pero también recogimos
la voz de las mujeres que sufrieron, que no tendrán más
hombres en su vida, que perdieron a sus padres, sus hermanos, sus futuros maridos.
En fin, estamos acostumbrados a oír la versión masculina de la guerra, de los
hombres que sufrieron tanto en las trincheras en una
guerra que fue horrible. Pero
el conflicto marcó también
un gran cambio en la vida de
presidente del Consejo de
Ministros en 1914, llamando
a las mujeres a reemplazar a
los hombres en el trabajo
por el bien de la patria. Y
otro para Antígonas eternas
del Nobel de literatura 1915,
Romain Rolland, reconocido pacifista que se refugió en
Suiza durante el conflicto.
Todos estos escritos van
acompañados por el piano
de Leclère que se pasea por
las composiciones de Cécile
Chaminade, Mel Bonis, Lili
Boulanger, Claude Debussy
y Erik Satie, intentando hacer un dúo con las palabras
recitadas por Barrault, conocida como “la más melómana de las actrices francesas”.
Rohmer y Woody Allen
M Marie Christine Barrault se hace acompañar del pianista Hugues Leclère en sus presentaciones. FOTO: ARCHIVO.
las mujeres”.
Así es como al discurso más
conservador de una desconocida Yvone Pitrois, Barrault y Leclère contraponen la visión más crítica y
pesimista de una consagrada Colette, que en el periódico satírico La Bayoneta publicaba una especie de apología a las madres, víctimas
también de la guerra, titulada “A las mamás”. “¿Qué
mamá?” -se pregunta Colette-. “No podemos olvidar
a ninguna. Porque desde el
inicio de la guerra todas tie-
ARTES VISUALES
EL LUGAR
DE LA
PINTURA
Carolina Lara
Periodista
E
nen cada una más grande
que la otra el corazón, la esperanza, el don y el dolor”.
Barrault reconoce que la
Primera Guerra marcó también un momento de emancipación social de la mujer,
que accedió a actividades
que le estaban vedadas hasta ese momento, como el
trabajo en las industrias de
armas o textil, obligando incluso al gobierno a fijar un
sueldo mínimo en 1915, lo
que queda reflejado además
en el espectáculo: “Las mujeres hasta la guerra estu-
RA el segundo día de la
feria Ch.ACO (3 al 5 de
octubre) y, varias cuadras más al sur de Santiago, en Factoría Santa Rosa, se
abría una exposición de Omar
Gatica, Placer, con grandes telas
creadas en un proceso que implicó el estudio de un mural
para el futuro edificio Moneda
Bicentenario. El paralelo es necesario para apuntar cómo se sitúa un pintor fundamental frente al impulso que vive el mercado del “arte contemporáneo”, lo
que supone un coleccionismo de
obras de tipo crítico, que asume
ciertos riesgos discursivos y formales.
vieron en una especie de servidumbre. Amaban, admiraban, pero como sirvientas: el hombre decidía todo.
Y de un momento a otro, en
cuatro años, se volvieron
agricultoras, responsables
de su granjas, comerciantes. Tomaron el lugar de los
hombres”.
Los textos de Clara Malraux son a juicio de la actriz
los que mejor grafican este
cambio de situación: “Malraux lo explica muy bien.
Estaba a punto de comprometerse con un oficial con el
Gracias a la feria, galerías de
Providencia y Vitacura “bajan”
hasta un borde centro-periférico,
entre ellas, espacios emblemáticos de los años 90 y que hasta comienzos de los 2000 ofrecían
principalmente pintura, ahora
más bien abiertos a las nuevas
prácticas. ¿A dónde se fueron los
pintores de entonces? En
Ch.ACO, algunos de los incombustibles: Bororo y Samy Benmayor, aunque en rigor el neoexpresionismo que erigieron en su
tiempo no sería “contemporáneo”, sino posmoderno.
Omar Gatica fue parte de esa generación reivindicadora de la
pintura, que a comienzos de los
que se aburría mucho y tuvo
la valentía de romper el
compromiso y se dio cuenta de que a partir de ese momento su vida le pertenecía.
Y de hecho, eso trajo luego
problemas cuando los hombres volvieron de la guerra
encontraron que las mujeres habían ocupado su sitio
y no estaban dispuestas a
devolverlo”, destaca Barrault.
La pieza no sólo incluye
textos de mujeres, sino que
da un espacio a la arenga
populista de René Viviani,
80 irrumpió enfrentándose al
conceptualismo dominante. Sin
embargo, su pintura no era exactamente hedonista y refractaria
de lo discursivo como hicieron
aquellos pintores claves, sino más
bien atormentada, con un sentido
de lucha personal y siempre ligada a un contexto que ha excedido
lo puramente autobiográfico, relacionado a la ciudad que transita
o que aprehende, tras la huida,
desde algún rincón del alma.
Justamente, ciudad, cuerpo y
paisaje aparecen de algún modo
entre el gesto impetuoso y el contrastante colorido. Hay en los
fondos cierta geometría que da
profundidad y perspectiva a las
La experimentada actriz que
visitará Chile está lejos ya
de aquélla Marie Christine
Barrault que se estrenaba en
el cine en 1969 bajo la dirección de un joven Eric Rohmer en uno de sus primeros
éxitos, Mi noche en casa de
Maud. Tras esa experiencia,
Barrault participaría en
Cousin, cousine, que le traería una nominación al Oscar como mejor actriz. Y
como pasa también hoy, la
notoriedad del Oscar haría
que un joven Woody Allen la
invitara a participar en Stardust memories en 1980,
donde hizo de una joven casada de la que Allen, un cineasta en plena crisis existencial, se enamora perdidamente: “Fue una experiencia
emocionante grabar con él,
durante varios meses en
Nueva York. Nos entendimos muy bien en el rodaje,
pero yo me sentía como una
turista en su película”. b
formas que desde el centro tienden a dispersarse e incluso estallar en venas, flujos energéticos,
chasquidos y fulgores. La fiesta
pictórica se vuelve de pronto un
caos de órganos, fragmentos de
paisajes o ciudades retorciéndose. El cielo, la tierra, el cemento,
formas humanas o larvarias, la
naturaleza, el interior y el exterior, es toda una constelación desintegrándose o reintegrándose
en movimiento perpetuo.
Placer no sería exactamente
pintura experimental, pero su
hondura temática, su trasfondo
existencialista y actual situaría al
pintor como el más “contemporáneo” de sus coetáneos.