INTERVENCIÓN DEL CONSEJERO DE SANIDAD DEL PRINCIPADO EN FORUM EL COMERCIO ‘MEDICINA E INDUSTRIA BIOSANITARIA: UNA OPORTUNIDAD PARA ASTURIAS’ ‘LA ORGANIZACIÓN SANITARIA PÚBLICA’ Gijón, 18 de diciembre de 2014 Me van a permitir que comience con una obviedad. Estamos observando cómo algunos de los pilares sobre los que se asienta nuestra sociedad se destruyen sin que seamos capaces de levantar otros alternativos. Nadie puede negar que hoy nos encontramos en un mundo más inestable de lo que hubiéramos imaginado a comienzos de siglo. Estamos en una sociedad nueva, en la que se entremezclan realidades inimaginables con otras ya conocidas. Quiero partir de esta premisa para hacer algunas reflexiones sobre algunos tópicos importantes en relación al futuro de la sanidad pública. Es una reflexión general, no necesariamente específica de Asturias aunque en mis palabras se podrá reconocer parte de nuestra visión de la sanidad pública, su papel como motor económico y de progreso para una sociedad como la nuestra. LA TECNOLOGÍA MÉDICA. La alianza, como estrategia. España es un país bastante avanzado en tecnología sanitaria, aunque con diferencias notables entre Comunidades Autónomas. Sin embargo, los representantes de las empresas que se dedican a la tecnología médica llevan tiempo preocupados por la posibilidad de que el gasto público 1 se siga contrayendo en esa partida específica. Inmediatamente podríamos llegar a la conclusión de que esto ocurre porque hay empresas que son cautivas de un solo cliente, crítico para su cuenta de resultados. En nuestro medio, la mayor proveedora de servicios sanitarios es la administración por lo que la venta de productos de esas corporaciones depende casi en exclusiva de las inversiones públicas, con quienes, sin embargo, la relación es, digamos, un tanto atípica. Por ejemplo, no me imagino, y supongo que lo entenderán, al lobby de empresas de informática médica o de otras tecnologías diversas presionando a la asociación de clínicas privadas americanas para que destinen más recursos a la compra de sus productos. Tratarían, pienso yo, de vender sus mercancías con argumentos. Sin embargo aquí, en España, este sector demanda continuamente inversión pública en infraestructuras o en equipamiento. Resaca, quizá, del New Deal. Naturalmente, antes de pedir más inversión las corporaciones tecnológicas tienden a justificar esa necesidad de más gasto para mejorar la “calidad de la asistencia”. Una teoría irreprochable en su formulación que incluso tiene el apoyo de analistas muy prestigiosos… Hoy, sin embargo, no basta con eso. Necesitamos nuevos argumentos para tomar decisiones ciertas con los recursos de los ciudadanos. Como muestra, vale la pena mencionar el informe realizado en 2005 por la “Rand Health” en el que examinaban el papel y la importancia de las historias clínicas electrónicas en la mejora de la salud y la reducción de costes. El análisis se concentraba en la trayectoria del paciente, en su secuencia de contactos con el sistema de salud. 2 Según esa referencia, las intervenciones con estas herramientas estaban dirigidas a evitar duplicidades, mejorar la seguridad del paciente, incrementar los servicios preventivos, expandir el abordaje de la cronicidad al conjunto del sistema y promover un estilo de vida saludable. La realidad es que no basta con los propósitos. De poco sirve enunciar que con la historia clínica electrónica se pueden modificar los flujos de pacientes, reducir la utilización de los servicios o sustituir los más caros, como la hospitalización, por otros más adecuados, menos peligrosos y eficientes, como son las consultas externas u otras intervenciones en atención primaria. Eso debe demostrarse, admitiendo un riesgo compartido entre las partes. La administración Obama, muy preocupada con la calidad y el coste de la atención sanitaria, otorgó millones de dólares en incentivos financieros a hospitales y médicos para que adoptaran las tecnologías de la información, mientras todo el mundo señalaba que “ese era el camino” Pasaron 7 años y en 2013, la “Rand Health”, división de “Rand Corporation”, publicó un nuevo informe donde analizaba cómo se había comportado la salud y el gasto sanitario tras esa inversión multimillonaria. El informe concluía que no se habían conseguido ni la productividad ni la calidad esperada. En ese tiempo el gasto sanitario, lejos de reducirse, se incrementó en 800 millones de dólares, mientras la empresa del sector que financiaba el primer estudio triplicó sus ingresos hasta los tres mil millones de dólares. 3 Entre los factores que se citan para explicar el fracaso figura que muchos sistemas son muy difíciles de utilizar, que la información del paciente en EEUU está muy fragmentada y que se erró en la reorganización de los procesos de atención para obtener el máximo beneficio de esta tecnología. ¿Es realmente eso es lo que ocurrió? Es cierto que son sistemas algo complicados y ocasionalmente lentos en su desarrollo. Además, su introducción exige un cambio de cierta envergadura en un sistema que tiende por naturaleza a ser conservador (no en vano juega con la salud considerada como un espacio de incertidumbre). Por eso resulta difícil de acometer si proveedor y cliente no reconocen el valor que la interacción cliente/usuario añade al desarrollo del producto. No se trata solo de cambiar el papel y el bolígrafo el por teclado y la pantalla, que ya es un esfuerzo importante para algunos, sino de concebir una perspectiva compartida para desarrollar una reingeniería de procesos. Soy un decidido defensor de la historia clínica electrónica. Pero también han de reconocer que la informática médica promete soluciones, pero también produce algunos problemas. (Ojo, no quieran ver aquí una crítica velada o alguna duda con respecto a la implantación de TIC en el Principado, con la que estamos firmemente comprometidos y seguros de sus resultados, bien diferentes a los EE UU...) Pero está constatado que se trata de una tecnología cara y “secuestradora”, ya que obliga a pagar cánones, a adquirir “mejoras” que no siempre lo son y a permanecer a veces cautivo de un proveedor a no ser que se quiera realizar una nueva inversión multimillonaria. Además, es también costosa desde el punto de vista organizativo. A ello se suma que, 4 en la práctica, las promesas que hace el proveedor cuando presenta el modelo distan bastante de lo que finalmente se consigue y el que sufre esas disfunciones, casi siempre, es el usuario final. Con este modelo de colaboración, el sistema sanitario público, y puede que también el privado, financia y hace de banco de pruebas del desarrollo de los sistemas electrónicos y del resto de tecnologías médicas. El resultado es que las compañías obtienen importantes réditos, mientras el sistema apenas obtiene beneficios tangibles de sus cuantiosas inversiones. Por eso creo que debemos avanzar más en compartir la responsabilidad a la hora de adquirir, incrementar el compromiso a la hora de instalar y fijar un criterio a la hora de compartir los riesgos y los beneficios. Estamos convencidos de que con el actual desarrollo tecnológico de la sociedad asturiana, nuestra experiencia e innovación, las redes de alta capacidad desplegadas en todo el Principado, el empuje de la Universidad y las empresas tecnológicas afincadas o que se puedan afincar en el Principado podremos establecer algún recorrido conjunto en Asturias. EL FUTURO EN LAS PROFESIONES. Riesgos y oportunidades. Vuelvo a la sociedad cambiante que he elegido como hilo conductor y cito la reflexión de Zygmunt Bauman sobre el mundo actual: "Estamos en una modernidad líquida. Ya no vivimos en un mundo estanco ni sólido, sino en uno tan cambiante e incierto, como un líquido". Los sólidos conservan su forma y permanecen en el tiempo, sin embargo, los líquidos están en continua transformación, fluyen, se filtran, en cierta medida son imprevisibles”. 5 El concepto de puesto de trabajo respondía hasta ahora al método de organización del trabajo que partía de la premisa de una comunidad estable con pocos cambios y con empleos para toda la vida. Pero en estos momentos un empleo no equivale a seguridad y las carreras profesionales están dejando de ser exclusivamente lineales y ascendentes. La diferencia que aún existe entre el profesional de factura y el de nómina empieza a difuminarse y parece que llegará un punto en el que este último pueda llegar a desaparecer. Por esa senda, la cultura emergente de mayor flexibilidad laboral puede arruinar el futuro por la volatilidad de los vínculos profesionales. Ser independientes no será tan fácil como pueda parecer porque tendrá consecuencias a las que no estamos acostumbrados. Me refiero a un modelo de trabajo que ofrece muchas oportunidades pero que también será muy exigente y depredador. Los nuevos profesionales deberán contemplar su futuro como una evolución permanente, lo que intrínsecamente no es malo (lo importante entonces será la actitud, las competencias personales y el talento; pues el expediente académico tendrá algo menos valor), pero ello implicará dificultades si se entra en competencia con un profesional que sienta enorme pasión por lo que hace, que busca la excelencia. En este escenario, las empresas en el mercado tampoco soportarán fácilmente el coste económico de una estructura fija sobredimensionada, por lo que tenderán a quedarse con una estructura muy flexible que les permita atraer a buenos profesionales para proyectos concretos. El profesional del siglo XXI, también el sanitario, será quien vaya construyendo 6 su propia carrera profesional, en constante aprendizaje y experimentación. En las redes sociales ya se produce un aprendizaje inesperado e informal entre pares. Por esta razón, la transferencia de conocimiento no precisa tener un carácter formal, sino que con este aprendizaje informal e invisible para la mayoría de las empresas e instituciones el conocimiento se desarrolla con enorme fuerza. En un mundo con ingentes cantidades de información que se difunde y comparte muy rápidamente gracias a la tecnología, los ciclos de innovación se acortan hasta el punto de que la innovación de ayer es el estándar de hoy y la obsolescencia de mañana. Dicho esto, en el sector nos encontramos ante una gran dificultad pues no nos han enseñado a asumir riesgos ni a diferenciarnos del resto. Las organizaciones deben fomentar cambios sin más dilación. Se equivocarán si no sancionan al que no hace nada, al que no aporta valor, pero también deberán esforzarse en definir las diferencias que aportan valor y estudiar como primarlas. Hasta la fecha era habitual lo que se conoce como el ‘síndrome de la amapola alta o de la alta exposición’: “¡No te levantes, ni sobresalgas o te cortarán el desarrollo. No hables, pues te preguntarán; no trabajes más de la cuenta, no tomes la iniciativa, simplemente encaja sin sobresalir!” Venimos de unos años en los que se admiraba a los profesionales que no suponen una amenaza para nuestro estatus por la sencilla razón de 7 que si los profesionales “amapola alta” están cerca hacen sombra… Pero además convendrán conmigo en que a simple vista un campo de amapolas de la misma altura, todo homogéneo, parece mucho más bonito. Este es el momento de resolver cómo aprender para lo nuevo. La transición nunca será en línea recta, pero si todos eludimos nuestra responsabilidad no alcanzaremos el objetivo. Hemos de plantearnos con cuánto conocimiento trabajamos, cuál es nuestro mejor entorno y red de influencia, qué alianzas tenemos, con quién colaborar, recordando que cada interacción será una oportunidad para establecer vínculos. Es cierto que tendremos que asumir un alto grado de incertidumbre y plantear alternativas más humanas a ese modelo al que parecemos predestinados. RETOS PARA EL SISTEMA. Pensando en el directivo Los directivos deben saber que, según las encuestas y estudios de clima laboral tienen reconocida, a menudo muy injustamente, una alta capacidad para desmotivar y desestructurar la organización. Algunos parecen hacerlo por variadas razones: desconocimiento, arrogancia, maquiavelismo, desprecio a la organización o el desequilibrio emocional. Existen personas que no pueden evitar controlar y dominar a los demás o que no pueden dejar de imponer sus ideas. También se puede destrozar la organización por los modos y el carácter, la falta de diálogo, la brusquedad, la falta de respeto, el nerviosismo, la desconfianza, la ocultación, la opacidad, la irritación, las rencillas o venganzas… 8 Lejos de estas actitudes los directivos deben tratar siempre de motivar a la organización para que cumpla su misión. En el caso de organizaciones sanitarias públicas, la misión podría ser dar la mejor atención posible al mejor coste, estableciendo dinámicas positivas, donde cuantos más profesionales estén comprometidos con esa misión, mejor podremos llegar a mayores cotas de calidad y eficacia. En los tiempos actuales, y con profesionales de alto nivel de formación y criterio como son los sanitarios, resulta indiscutible que hay que hacerlos partícipes y responsables de la gestión, para que realmente sientan que aportan y que la organización en absoluto se dirige sin contar con ellos. Para conseguirlo es importante tener en cuenta muchos factores, entre ellos: misión, valores y objetivos, datos y cifras, pero, sobre todo, tener en consideración actitudes y formas de hacer las cosas. Se necesita también rigor, transparencia y evaluación por parte de todos, dando voz a los profesionales y consiguiendo una organización más horizontal que sea capaz de escuchar y de implicar a más gente y hacer emerger el talento. Debemos prestar mucha atención a los mandos intermedios, aunque no solo a estos. En muchas organizaciones sanitarias el ambiente es, por desgracia, de irritación, cabreo, síndrome del “burn out”, sentimientos indeterminados de que no se participa en las decisiones… Y todo se traduce en algunos casos en un enorme escapismo y en poca implicación profesional. Esto es un lastre para la innovación, el desarrollo, el progreso inteligente… Necesitamos que esto para conseguir que esa cultura nociva de paso al liderazgo reconocido y la dirección participativa. Podremos hacer nuevas 9 estructuras como las unidades de gestión clínica --aspecto este de enorme interés-- pero su éxito no será posible si son gestionadas por jefes sin autoridad o sin mando reconocido. Por todo ello, la profesionalización o el liderazgo de mandos intermedios es importante no sólo en aptitudes, sino también en actitudes, pues el cambio al que debemos aspirar es global. Un cambio de paradigma hacia esa organización más participativa en nuestra sanidad, esa que siempre tropieza con el pasado y que nos hace ser desconfiados. Las actitudes pueden mejorarse y modelarse. El ambiente es determinante para estimular la renovación. Conseguir cierto consenso y la participación de los profesionales a través del diálogo nos legitimará para hacer cambios que mejoren la eficiencia, pues generalmente son los propios profesionales quienes saben cómo mejorar la eficiencia e implementar los cambios necesarios. En estos momentos más que nunca, una gran mayoría de ciudadanos nos pide más eficacia, más transparencia y menos conflicto en la gestión pública. Quieren una gestión más rigurosa y eficiente, participativa, transparente, comprometida y cercana a sus necesidades. Manifiesto aquí nuestra sincera voluntad desde siempre para promover cambios en esa dirección. ¿Y todo este discurso donde se enmarca? ¿Por qué es tan importante? Decía al principio que nuestra sociedad precisa de nuevas y sólidas bases y yo estoy convencido de que la Sanidad puede y debe ser un pilar para desarrollar un espacio importante en la economía de la región. 10 Además de ser un servicio esencial tiene capacidad regeneradora de la actividad económica, pues lleva asociada posibilidades de negocio para la construcción, las manufacturas, los servicios, la hostelería… Hasta aquí, todo parece responder a un modelo clásico, pero el rápido progreso de áreas de conocimiento como la biotecnología, la bioinformática o la biomedicina y las tecnologías relacionadas se está traduciendo en los países más avanzados en una especialización inteligente relacionada. Y ahí es donde queremos que esté Asturias. Algunas regiones del mundo que van incorporando estos nuevos conocimientos en su desarrollo estratégico soportan mejor cualquier impacto de la crisis y afrontan mejor el futuro. Ese es el camino a seguir. El binomio FINBA-HUCA debe ser una de esas infraestructuras emergentes que, unidas al capital humano y a su capacidad de innovación, convierta su actividad en un polo de atracción de talento e inversión de un nuevo tejido empresarial que se está articulando en torno a ese nuevo paradigma que nos proponen expertos de la OCDE, cuando plantean desarrollos basados en el conocimiento, la innovación, las tecnologías y las comunicaciones, donde invocan la combinación de eficiencia, con equidad, crecimiento verde e inclusión. Este nuevo concepto, en el que trabajan intensamente las regiones más desarrolladas del planeta, debe servir efectivamente de asiento sobre el que consolidar iniciativas generadoras de empleo de alta cualificación. El sector sanitario reúne en nuestra región todas las potencialidades para ser de los pocos que pueden progresar en ese nuevo concepto y promover un cambio de modelo económico para Asturias. 11 Tenemos un nuevo Hospital de referencia de la sanidad asturiana, de toda la sanidad asturiana, perfectamente comunicado con las principales arterias de tráfico y ubicado en el centro de la región. Este centro que trabaja en red con la Atención Primaria y el resto de las infraestructuras sanitarias debe proponerse como “factoría” para el desarrollo de modelos de colaboración con la industria más avanzada y desarrollo del conocimiento, con el objetivo de generar ventajas competitivas que impulsen a todos en la búsqueda de situaciones en las que todos ganemos con el desarrollo de productos innovadores. Hemos de promover el encuentro en una nueva cultura empresarial que aún no está muy desarrollada en el mundo, pero que se mueve con facilidad hacia allí donde aparece conocimiento e innovación. La formación en "Biomedicina y Salud" de la Universidad de Oviedo es una de las más prestigiosas de España y acoge múltiples investigaciones relacionadas con la biotecnología, especialmente en el seno del Instituto Universitario de Biotecnología y el Instituto Universitario de Oncología del Principado de Asturias. Por otro lado, el Clúster de Biomedicina y Salud reúne a más de 70 grupos de investigación que trabajan en temas como el cáncer, la medicina regenerativa, el empleo de células madre o el envejecimiento. Este “clúster” tendría también capacidad de aglutinar a toda la red pública y privada del Principado, incluyendo algunos elementos tractores muy singulares como el nuevo HUCA u otros catalizadores, apoyados en el despliegue del nuevo Centro de Investigación Biomédica (FINBA). Esto es algo que no se improvisa. 12 Tendremos que desplegar esta concepción desde las instituciones públicas sanitarias o las privadas que añaden valor, desde la Universidad y el mundo de la empresa. Puede que parezca singular para nuestra cultura, pero es una oportunidad real si queremos mejorar la economía asturiana, los determinantes de vida de las personas, la salud de la población y nuestra salud social. La FINBA, constituida en abril y ya reconocida con algunos premios como el de la revista Actualidad Económica, es ese proyecto ambicioso concebido para aprovechar todo ese potencial tecnológico e investigador, pensada como un motor adicional a esa "factoría" que es el nuevo HUCA. Señoras y señores, súmense, contribuyan a convertir Asturias en un referente internacional médico y biosanitario. Participen, dejemos la política rasa, de zancadilla y la tierra quemada. No se descuelguen del futuro de Asturias, rebélense contra la frustración cainita y localista que en ocasiones nos domina. No para complacer a este Gobierno, sino para ganar en tranquilidad, para explorar proyectos reales vinculados a la nueva economía del conocimiento, en interés de todos los asturianos. Para dar ilusión y estabilidad a esta nueva sociedad cambiante. Además de la investigación propiamente biomédica se plantea una relación activa con la industria y otras organizaciones u organismos públicos o privados, tratando de orientar su actividad hacia al exterior y promoviendo alianzas para favorecer la transferencia tecnológica y el conocimiento. 13 La constitución de un Instituto de Investigación Sanitaria con la Universidad, centros de investigación sanitaria privada como el IMOMA y la Fundación de Investigación Oftalmológica, así como centros tecnológicos del CSIC (CINN, IPLA, INCAR) o fundaciones públicas del sector de la innovación tecnológica (ITMA-PRODINTEC), son ideas a explorar con esos centros tecnológicos para obtener aplicaciones de interés en el área de la salud. Propongo algunas líneas de trabajo que han salido ya de los primeros contactos entre investigadores en Asturias: Estudiemos el potencial del grafeno como biomarcador corporal universal, analicemos los materiales biocompatibles implantables en el cuerpo humano, el uso de la nanotecnología para el transporte específico de fármacos a las células tumorales o bien para la obtención de imágenes, etc… La proximidad del nuevo Vivero de Empresas de Ciencias de la Salud gestionado por el CEEI puede considerarse de gran utilidad para la creación de spinn-offs que desarrollen nuevas ideas y que en un futuro pueda, eventualmente, dar lugar a un biocluster en biomedicina. El canciller del Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT), Eric Grimson, ha asegurado que alguno de los últimos avances en la investigación médica protagonizados por la nanotecnología “cambiarán el mundo” y nosotros queremos estar en esa revolución. Desarrollar esta iniciativa tiene su justificación en la intención de ocupar una posición favorable en relación con otras zonas del país en cuanto a innovación, tecnificación y nivel organizativo. Estaríamos insertos en una estructura que será muy competitiva por un mercado que estará reserva14 do a muy pocos, desde la visión de un modelo competitivo y eficaz de carácter único en la comunidad. Reconozcamos ese entorno sanitario como un sector de actividad económica, dinamizador como el que más, en una sociedad cada vez más avanzada. Un sector que actúe como polo de atracción de otras iniciativas o como potencial factoría en el campo de la I+D+í de productos, técnicas y tecnologías, y con capacidad para generar capital productivo y valor añadido, en cuanto al desarrollo económico regional. Seremos capaces de llegar a posicionarnos en otros campos que nos son afines como nuevos materiales, electromedicina, óptica, biotecnología, material sanitario, electrónica en general, sistemas inteligentes, instrumentación, componentes, textil, limpieza, cátering, seguros, seguridad, urbanismo, construcción, energía, medio ambiente y otros, no menos importantes, como consultoría de desarrollo de sistemas de salud y sociales; de gestión, económica, financiera, de ingeniería y un largo etcétera. UN CUARTO TEMA que no puedo obviar aquí: EL HOSPITAL DE CABUEÑES y su importante papel dentro de la sanidad asturiana. Como saben, la Consejería de Sanidad tiene previsto acometer durante los próximos años una reforma integral del Hospital de Cabueñes que debe estar orientada a mantenerlo en el tiempo como un centro de un alto nivel, altamente resolutivo, con mayor peso en la cirugía ambulatoria y manteniendo un rol protagonista en la necesaria innovación en los procesos. Un centro imbricado en esa Asturias del desarrollo tecnológico, de la investigación biosanitaria y del conocimiento. 15 El Hospital de Cabueñes deberá estar perfectamente conectado con la red hospitalaria de su área de influencia, con la atención primaria, con los dispositivos de salud mental, y pensado en un modelo de atención innovador, volcado en el paciente, orientado hacia las consultas de alta resolución. La reforma del Hospital de Cabueñes es otra muestra del compromiso del Ejecutivo en la defensa de la sanidad pública. En un momento de reducción de los ingresos, el Gobierno se ha comprometido en una reforma integral del segundo centro hospitalario de Asturias por volumen de población. Esta reforma tiene la particularidad de ser la primera que se desarrolle siguiendo una visión global de la atención hospitalaria en el área sanitaria V, ya que todas las intervenciones que se habían llevado a cabo hasta el momento estaban pensadas para resolver problemas puntuales o acometer mejoras sin que se hubiera definido una estrategia global previa. Como veíamos, la incorporación de las tecnologías de la información y la comunicación a la gestión sanitaria abre múltiples líneas de colaboración para ese trabajo en red que redundará en una atención sanitaria de más calidad y más equitativa porque supone que todos los pacientes tengan acceso a la mejor atención sanitaria posible independientemente de su lugar de residencia. Estamos convencidos de que, al igual que lo que ha ocurrido en el HUCA que pronto será un referente en la atención hospitalaria más mo16 derna, eficiente y segura para los pacientes, el futuro de Cabueñes significará mayores garantías de éxito. Teniendo en cuenta el protagonismo que le corresponde al centro desde el punto vista de la reordenación del conjunto de la atención hospitalaria en su área sanitaria, una vez analizada la complementariedad que aportan el Hospital de Jove y el de la Cruz Roja, será más sencillo proceder a una intervención siguiendo una estrategia global bien definida y configurar un proyecto que se ajuste plenamente a las nuevas necesidades que se plantean. Este es nuestro compromiso y sabemos que podemos y debemos contar con muchas de las instituciones aquí presentes que representan a algunos de los sectores más dinámicos de la sociedad asturiana para poder llevarlo a cabo. Por supuesto, que estamos dispuestos a ello. Muchas Gracias 17
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