Red Econolatin CHILE www.econolatin.com Expertos Económicos de Universidades Latinoamericanas Diciembre 2014 Profesor Gonzalo Martner Facultad de Administración y Economía de la Universidad de Santiago. Centro de Políticas para el Desarrollo. 1. SITUACIÓN ECONÓMICA ACTIVIDAD ECONÓMICA Entre 2010 y 2012 el crecimiento promedio anual del PIB fue de 5,7%, pero en el primer trimestre del año 2013 la economía chilena inició una fase de desaceleración. En 2013 el PIB creció un 4,1%. Gráfico 1: PIB real trimestral, variación respecto del período anterior, desestacionalizado (en porcentaje y tendencia lineal), primer trimestre 2011-tercer trimestre 2014 Fuente: Banco Central de Chile. El Informe de Cuentas Nacionales trimestrales publicado el 18 de noviembre por el Banco Central de Chile dio cuenta de un crecimiento del PIB real en el tercer trimestre de 2014 de sólo un 0,8% en 12 meses, a comparar con el 1,9% del segundo trimestre y el 2,4% del primer trimestre. La cifra desestacionalizada indica una tendencia algo mejor, con un 0,4% de crecimiento del PIB en el tercer trimestre de 2014 con respecto al trimestre previo (un 1,5% en ritmo anualizado, es decir si el PIB creciera al 0,36% en los próximos cuatro trimestres), en contraste con la caída de -0,1% en el segundo trimestre y el crecimiento de 0,7% del primer trimestre. Recordemos que dos trimestres seguidos de caída del PIB configuran convencionalmente una recesión, por lo que el crecimiento del tercer trimestre hizo que no se confirmara una situación de este tipo. El dato del tercer trimestre puede incluso augurar un alejamiento de esa perspectiva, lo que se vio refrendado por el registro más reciente del Indice Mensual de Actividad Económica desestacionalizado publicado por el Banco Central correspondiente al mes de octubre, y reflejar el efecto reactivador de la política monetaria y fiscal en aplicación. La serie actualizada por el Banco Central el 5 de diciembre, que permite una apreciación de la evolución coyuntural respecto del mes inmediatamente anterior descontando los efectos estacionales en la actividad, mostró un incremento de 0,4% en el mes de octubre, lo que contrasta con el comportamiento negativo de la economía en septiembre, cuando el índice cayó en -0,2% respecto a agosto, contrariamente a lo ocurrido en julio y agosto, cuando había aumentado en ambos meses en 0,5% respecto al mes anterior. Según el gobierno de Michelle Bachelet, el crecimiento se situará cerca del 2% en el año 2014, en vez del 4,9% previsto el año pasado por la administración de Sebastián Piñera. El Banco Central rebajó el 15 de diciembre su proyección de crecimiento económico para 2014 a 1,7% desde el 1,75% y 2,25% previsto en septiembre, en medio de un deterioro de las expectativas de los consumidores y empresas. En materia sectorial, en el tercer trimestre la pesca, la electricidad, gas y agua, los servicios personales y los de vivienda crecieron a buen ritmo en doce meses, y a uno menor las actividades de comunicaciones, administración pública, servicios financieros, transporte y servicios empresariales. Pero se contrajeron las actividades agropecuario-silvícolas, la minería, la industria manufacturera, la construcción, el comercio, mientras la actividad de los restaurantes-hoteles se estancó, reflejando estos últimos dos sectores la atonía del consumo. Así, la economía está creciendo muy por debajo de su potencial, que se calcula en 4,3% anual para los próximos cinco años por un panel de expertos convocado por el Ministerio de Hacienda y entre 4 y 4,5% por el Banco Central. Cuadro 1: Variación porcentual trimestral respecto de igual período del año anterior del Producto Interno Bruto por clase de actividad económica, volumen a precios del año anterior encadenado. Sector Agropecuario-silvícola Pesca Minería % del PIB 3,2 0,5 12,2 I-2014 II-2014 III-2014 3,3 -6,7 -6,6 19,7 35,8 10,7 0,0 3,9 -0,5 0,1 -1,6 -2,7 Industria Manufacturera 2,9 Electricidad, gas y agua 8,0 3,4 7,4 8,4 Construcción 9,2 2,4 1,1 -0,5 Comercio 1,5 2,0 -0,4 -0,6 Restaurantes y hoteles 5,2 0,2 0,0 0,2 Transporte 2,2 3,6 1,7 1,9 Comunicaciones 5,7 3,4 2,8 2,7 13,3 3,6 2,2 2,0 5,4 3,7 2,6 1,1 Servicios de vivienda 11,1 3,5 3,5 3,5 Servicios personales 4,4 3,7 3,5 4,3 Administración pública 4.0 3,3 3,0 2,7 Servicios financieros Servicios empresariales Fuente: Banco Central de Chile. (*) A costo de factores año 2008 para porcentaje del PIB en tanto suma del valor agregado de acuerdo a la matriz insumo-producto y PIB total (lo anterior más impuestos al valor agregado y derechos de importación) para crecimiento trimestral en doce meses. Por el lado de la demanda agregada, la clave de la desaceleración de la economía no está actualmente en las exportaciones ni directamente en el sector externo sino en la atonía del consumo y en la caída de la inversión, una parte de la cual está determinada por las perspectivas futuras de exportación y el resto por el mercado interno. En el caso de la minería de exportación, terminó un fuerte ciclo de inversiones iniciado en 2004 al aumentar sustancialmente el precio del mineral, dada la actual situación de exceso de producción de cobre hasta 2018. El consumo experimentó un cierto repunte en el tercer trimestre, mientras la inversión mantiene una tendencia contractiva. En conjunto, en el tercer trimestre de 2014 la demanda interna sufrió una caída de un desestacionalizados respecto al trimestre anterior. -0,5% en términos Gráfico 2: Gasto del PIB trimestral, volumen a precios del año anterior encadenado, desestacionalizado, marzo 2008-septiembre 2014 (%) 4.0 2.0 0.0 -2.0 -4.0 -6.0 -8.0 -10.0 -12.0 Consumo total Formación bruta capital fijo sep.2013 0.7 dic.2013 1.0 mar.2014 0.4 jun.2014 0.0 sep.2014 0.5 0.5 -11.2 3.2 -0.5 -0.7 Fuente: a partir de Banco Central de Chile. Gráfico 3: Gasto del PIB trimestral, volumen a precios del año anterior encadenado, desestacionalizado, marzo 2008-septiembre 2014 (%) 3.0 2.0 1.0 0.0 -1.0 -2.0 Producto Interno Bruto sep.2013 1.6 dic.2013 -0.1 mar.2014 0.7 jun.2014 -0.1 sep.2014 0.4 Demanda interna 0.2 0.3 -0.8 -0.7 -0.5 Exportación bienes y servicios 0.1 -1.7 2.1 -0.3 1.0 Fuente: Banco Central de Chile. Globalmente la demanda interna viene perdiendo dinamismo desde el segundo semestre de 2012, luego de una fuerte recuperación en 2010, con una inversión que tuvo una brusca caída en el segundo semestre de 2013 y un consumo que se mantuvo creciendo a tasas declinantes, hasta el moderado repunte del tercer trimestre. La formación bruta de capital fijo, luego de una fuerte caída en 2009, venía creciendo a tasas de dos dígitos desde el primer trimestre de 2010 hasta el primer semestre de 2013, año en que esta variable promedió un estancamiento luego de una caída del orden de 10% en el tercer trimestre. En el período 2010-2012 la mitad del crecimiento del PIB fue consecuencia del dinamismo de la inversión. El freno de la inversión se explica por diversos factores, en especial por la maduración del ciclo de inversión ligado a la minería, la depreciación del tipo de cambio real, que encarece los bienes de capital importados, y la caída que mostró la inversión pública en el último cuarto del año 2013, junto a un freno en la construcción. La inversión en maquinaria y equipo cayó en el tercer trimestre de 2014, mientras la construcción experimentó un ligero repunte, tal como lo registra la variación real de los flujos desestacionalizados respecto del trimestre anterior. En tanto, el consumo total primero creció fuertemente en 2010 luego de estancarse en la crisis de 2009 y más tarde se expandió a tasas altas pero declinantes hasta 2013, para finalmente estancarse en el segundo trimestre y repuntar en el tercer trimestre de 2014. El consumo de los hogares, principal componente del consumo total, sigue básicamente el patrón de conducta descrito y experimentó un repunte en el tercer trimestre, aunque el más volátil componente de consumo de bienes durables (que llegó a crecer en nada menos que 39% en 2010 y todavía en 13,5% en 2013) siguió cayendo en el tercer trimestre respecto del trimestre anterior, compensado por un crecimiento en el consumo de bienes no durables y de servicios. El consumo de gobierno creció levemente en el tercer trimestre, sin que esté jugando un rol contra-cíclico como el que activamente tuvo en la crisis de 2009. SECTOR EXTERIOR Las exportaciones aumentaron en volumen en 1% en el tercer trimestre de 2014 (incluyendo las exportaciones mineras que también se expandieron en volumen) respecto del trimestre anterior y son un factor de dinamismo de la demanda agregada que contrarresta la debilidad de la demanda interna y en especial de la formación bruta de capital fijo. El déficit de la cuenta corriente, equivalente al ahorro externo que recibe la economía, ha vuelto a aumentar y en el tercer trimestre se situó en -2,7% del PIB. Se prevé que cerrará el año en una cifra del orden de -2% del PIB. Este déficit, compuesto por un importante superávit comercial y un fuerte déficit en la renta primaria, dado el peso de las remesas de utilidades de las empresas mineras que grava fuertemente esta cuenta, se financia mediante flujos netos positivos en la cuenta financiera, que incluye inversión directa y crédito externo. El sobre financiamiento del déficit en cuenta corriente ha provocado en los últimos meses que la balanza de pagos registre un saldo positivo de US$ 1550 millones al 15 de noviembre. La balanza comercial de bienes registró un superávit de US$ 7 085 millones hasta octubre, contra US$ 1 675 acumulado en octubre 2013. Este mejor resultado comercial se explica por la caída de las importaciones atribuible a la menor demanda interna y la devaluación del peso. En efecto, en el periodo enero-octubre los envíos al exterior totalizaron US$ 63 828 millones, con una leve caída de 0,8% nominal respecto al mismo lapso de 2013, mientras las importaciones sumaron hasta octubre US$ 56 743 millones, lo que representa una caída de -16,1%. El precio del cobre ha descendido de un promedio de 332 centavos la libra en 2013 a 313 centavos promedio hasta noviembre de 2014, acumulando una caída de- 6% en el año. Esta tendencia sigue a una caída del precio de -8% en 2013. En noviembre el precio se ha situado por debajo de 290 centavos la libra. Esta baja del precio del metal rojo está directamente relacionada con la ralentización del sector manufacturero chino. La sobreoferta del metal se mantendrá, de acuerdo a los analistas del mercado del cobre, hasta el año 2018. SECTOR PÚBLICO Y POLÍTICA FISCAL Desde 2001 se optó en Chile por una regla fiscal estructural, consistente en: a) estimar los ingresos futuros promedio del Gobierno Central que derivan del crecimiento potencial de la economía y de los precios de largo plazo del cobre y el molibdeno (cinco, diez y siete años respectivamente), y b) fijar el nivel de gasto fiscal que permite que la diferencia entre ingresos estructurales y gasto público anual resulte ser de una determinada cuantía. Se estableció entre 2001 a 2007 un nivel de gasto inferior a los ingresos estructurales en un monto de 1% del PIB y así crear reservas fiscales. Conforme se inició el ciclo de aumento del precio del cobre y luego del creciente ahorro fiscal que derivó de la regla original, la meta de superávit estructural de 1% se cambió en 2007 a 0,5% del PIB para 2008 y en enero de 2009 a un equilibrio estructural. Los años de la crisis global y del terremoto indujeron mayores gastos que los previstos (con incrementos del gasto público de 16,5% en 2009 y de 6,6% en 2010) y un déficit estructural fuera de regla, dada la situación internacional excepcionalmente grave, de 3,1% del PIB en 2009 y de -2,1% en 2010. El déficit estructural se fue reduciendo al -1% en 2011, -0,4% en 2012 y -0,5% en 2013, haciendo crecer el gasto público menos que el PIB. La política fiscal vigente es la definida por el anterior gobierno en el presupuesto aprobado en noviembre de 2013. La promesa de la actual administración de ejecutar el 100% del presupuesto -contrariamente a la sub ejecución constatada en 2013- no parece poder cumplirse por las dificultades de poner en marcha procesos de gasto, especialmente en inversión, en medio de un generalizado cambio de altos cargos públicos. El déficit estructural se fue reduciendo al -1% en 2011, -0,4% en 2012 y 0,5% del PIB en 2013, es decir menos que el -1% comprometido por el gobierno de Piñera. Esto se debió a una restricción adicional: hacer crecer el gasto público menos que el PIB año a año, induciendo en buena parte la desaceleración económica que el país experimentó desde el segundo semestre de 2013 (aunque se programó para 2014 el presupuesto con un déficit estructural de -1%) y que se traducirá en un crecimiento del orden de 2% en 2014. El presupuesto de 2015 se ha programado con un déficit efectivo de -2% del PIB y un déficit estructural de -1,1% del mismo. El gasto público en 2015 incrementará especialmente los proyectos de infraestructura. En esta coyuntura, un importante crecimiento del gasto público es adecuado para ayudar, junto a una política monetaria expansiva, a reactivar la economía. Los ingresos fiscales crecerían 5% en relación al presupuesto 2014, impulsados por los US$ 2.300 millones que se espera recaudar a través de la reforma tributaria. Se estima que en 2015 la tributación de la minería privada aumentará un 35%, mientras que la del resto de los contribuyentes crecería 6,2%. La excepción estará en Codelco, desde donde el Estado obtendría 29,6% menos de recursos que los generados durante 2014. La Dipres proyectó para sus cálculos de ingresos presupuestarios que en 2015 el precio del cobre se situaría en US$ 3,12 la libra y el dólar promediaría 585 pesos. EMPLEO Según informó el Instituto Nacional de Estadísticas (INE) el 28 de noviembre, el número de desocupados alcanzó en el trimestre móvil terminado en octubre a unas 540,750 mil personas, contra 557,950 mil personas en el trimestre móvil anterior, es decir unas 17 mil personas menos. Pero unas 55 mil más que hace un año. La tasa de desocupación en el trimestre móvil agosto-octubre alcanzó un 6,4%, un 0,2% menos que el trimestre móvil anterior, aunque con un aumento de 0,6 punto porcentual en doce meses. El mayor cambio negativo en la tasa de desocupación en la actual secuencia de desaceleración se produjo entre los trimestres móviles terminados en diciembre de 2013, cuando alcanzaba sólo un 5,7%, y marzo de 2014, cuando saltó a un 6,5% de la fuerza de trabajo. La tasa más alta del año se alcanzó en el trimestre terminado en agosto, con 1 punto porcentual por encima del nivel de desempleo prevaleciente 12 meses antes. Este incremento respecto al desempleo del año pasado ha ido disminuyendo desde entonces. ¿Estamos frente a un “efecto de rezago”, con un aumento de los despidos en el horizonte o frente un “efecto de retención” a la espera de que pase una mala coyuntura en vías de reversión? El aumento en el ritmo de creación de empleo abona la segunda interpretación. Gráfico 4: Desocupados y creación neta de empleos en doce meses (miles de personas), trimestres móviles terminados en enero 2013octubre 2014 600.0 500.0 400.0 300.0 200.0 100.0 2013 Octubre Septiembre Agosto Julio Junio Mayo Abril Marzo Febrero Enero Diciembre Noviembre Octubre Septiembre Agosto Julio Junio Mayo Abril Marzo Febrero Enero 0.0 2014 Desocupados Empleos nuevos Fuente: Instituto Nacional de Estadísticas. En agosto-octubre, el empleo y la fuerza de trabajo anotaron sorprendentemente incrementos anuales de 1,3% (a comparar con el 1,2%, 0,7% y 1% en los tres trimestres móviles anteriores) y 2% (a comparar con el 2,2%, 1,7% y 1,8% en los trimestres móviles previos) respectivamente. El ritmo de expansión anual del empleo en términos absolutos alcanzó en el mismo lapso a 105 mil puestos de trabajo adicionales (sumando un total de 7,89 millones de personas ocupadas), a comparar con los incrementos de 92 mil, 51 mil y 81 mil empleos en los tres trimestres móviles anteriores. Esta evolución, en la que la producción crece a un 0,8% anual y el empleo a 1,3% anual, sale del rango usual de la elasticidad empleo-producto de 0,5 estimada para la economía chilena y puede estar reflejando un rezago (dado el costo del despido constituido por la indemnización por años de servicio) o indicando expectativas de mayor actividad en el futuro próximo, lo que habrá de dilucidarse en los próximos meses. Una explicación de índole estructural es la que pone el acento en el importante incremento en ritmo anual de la creación de empleos femeninos en diversos tipos de servicios. No se estaría frente a un hecho meramente coyuntural sino frente a un cambio de tendencia hacia una mayor participación del empleo femenino en actividades de servicios. En abono de una interpretación de este tipo está el hecho que en un año, hasta octubre, el empleo masculino cayó en -0,1% y el empleo femenino creció, en cambio, en 3,6%. Sectorialmente, se concentraron las disminuciones de empleo en doce meses en Comercio y Reparación de bienes (-34 mil), Transporte (-20 mil), Minería (-16 mil), Intermediación Financiera (-9 mil), Construcción (-7 mil) y Actividades Inmobiliarias, Empresariales y de Alquiler (- 2 mil), mientras aumentaron los puestos de trabajo en Servicios Sociales y de Salud (56 mil), Agricultura (34 mil), Administración Pública (26 mil), Servicio Doméstico (28 mil), Enseñanza (15 mil), Industria (9 mil), Suministro de Electricidad, Gas y Agua (9 mil), Hoteles y Restaurantes (9 mil) y Pesca (3 mil). Se mantiene, además, la brecha de crecimiento entre empleo (1,3%) y fuerza de trabajo, es decir ocupados más desocupados (2%), lo que refleja que crece más que el empleo el número de personas anteriormente desalentadas y/o pertenecientes al universo de la fuerza de trabajo secundaria (no jefes de hogar) que ahora buscan empleo. En materia de calidad del empleo se produjo en un año un aumento de 0,7% en el empleo asalariado (alcanzando 5,48 millones de puestos de trabajo), pero un incremento bastante mayor, de 2,3%, en el número de trabajadores por cuenta propia (llegando a 1,63 millones de empleos) y un sorprendente aumento de 8,3% en el personal de servicio doméstico (llegando a 345 mil empleos). La única categoría de empleo que disminuyó es la de Familiar No Remunerado del Hogar (-8,0%), la que suma 99 mil personas. Se incrementó, a su vez, en 3,8% el número de empleadores (344 mil puestos). En el trimestre móvil agosto-octubre, el 87,6% de los asalariados tenía contrato escrito, contra 87,9% hace un año. Los asalariados con contrato o acuerdo de trabajo indefinido alcanzaron un 72,4% contra un 71,6% hace un año, mejorando una proporción que es en todo caso la tasa más baja en la OCDE, en cuyas economías el contrato no indefinido es proporcionalmente menor y en algunos casos excepcional. Los asalariados contratados directamente por la empresa en la que trabajan –que corresponden al 82,3% del total de asalariados- aumentaron 0,1% en doce meses. A su vez, los asalariados externalizados –que representan el 17,7% restante– continuaron aumentando en el mismo período al alto ritmo de 3,5% anual, menor en todo caso al de los trimestres móviles previos, principalmente en los sectores de Servicios Sociales y de Salud e Industria Manufacturera. Gráfico 5: Tasa de desocupación (%,) terminados en enero 2013-septiembre 2014 trimestres móviles 6.7 6.5 6.4 6.4 6.2 6.1 6.1 6.0 6.4 6.1 2013 Octubre Septiembre Agosto Julio Junio Mayo Abril Marzo Febrero Diciembre 5.7 5.7 Noviembre 5.8 Octubre Septiembre Agosto Julio Junio Mayo Abril Marzo Febrero 5.7 5.7 5.7 Enero 6.6 6.3 Enero 6.2 6.2 6.5 6.5 2014 Fuente: Instituto Nacional de Estadísticas. Las remuneraciones reales experimentaron en octubre una caída de 0,7% y un aumento de 0,7 % en doce meses. El crecimiento de esta variable fue de 2,4% en 2013 y de 4,7% en 2012. El estancamiento de las remuneraciones reales ha venido impactando negativamente en la demanda de consumo y en la actividad global, lo que no se ha revertido en los últimos meses. El reajuste del sector público y la detención de la inflación podrían revertir ésta situación en los próximos meses. POLÍTICA MONETARIA E INFLACIÓN La caída de la demanda interna ha hecho necesario un impulso monetario. Esto se ha expresado en las rebajas sucesivas de tasas del Banco Central de 5% a 3% en la tasa de referencia. Los responsables de la política monetaria, en vista del deterioro de la coyuntura, decidieron aplicar sucesivas disminuciones de la tasa de interés de referencia desde octubre de 2013 para reanimar el consumo y la inversión. Recordemos que durante casi dos años, desde enero de 2012 hasta octubre de 2013, el Banco Central había mantenido sin variaciones en 5% la tasa de interés de política monetaria, pero luego aplicó, para procurar contrarrestar la desaceleración que se evidenció al terminar el primer semestre de 2013, sucesivas rebajas entre noviembre y marzo hasta 4%, para reanudar las rebajas sucesivas de 0,25% al mes entre julio y octubre y estabilizarla en 3% desde entonces. Así, Chile ha bajado las tasas en 2 puntos porcentuales en los últimos 13 meses, la mayor magnitud entre 38 países que analizó Bloomberg, con el objeto de reanimar una economía que se encamina a su menor expansión desde la crisis de 2009. La política del Banco Central ha ayudado además a desvalorizar el peso y por esa vía ha mejorado la competitividad del sector exportador no minero (el sector minero opera con ciclos de inversión largos y desde 2003 registra considerables sobreutilidades por el mayor precio del cobre) y el sustituidor de importaciones, aunque el alto costo de la energía es un factor que disminuye su competitividad. El Índice de Precios al Consumidor (IPC) reflejó hasta octubre el ajuste a la devaluación del peso y su impacto en los precios de bienes importados, junto a un aumento de precios de los alimentos. Los avances del IPC mensual de 0,8% en marzo y 0,6% en abril ya habían reflejado el ajuste a la devaluación y su impacto en los precios de bienes importados. En octubre reflejó además el impacto del aumento del impuesto específico a bebidas y alcoholes. En cambio, en noviembre el IPC no experimentó variación, dato a comparar con el aumento de 1% de octubre y el de 0,8% de septiembre. La inflación registró una variación acumulada de 5,5% hasta noviembre y de 5,5% en doce meses, contra 5,7% en octubre. Entre las divisiones que influyeron negativamente en el indicador destacaron Transporte (-0,8%) y Alimentos y Bebidas no Alcohólicas (-0,5%). Esta detención de la inflación, con eventuales caídas del IPC en los meses próximos, está muy influida por la baja del precio del petróleo y de los combustibles. MERCADOS FINANCIEROS Chile hoy tiene uno de los sistemas financieros (bancos y AFP y mercados accionarios, de bonos corporativos y de fondos mutuos) más desarrollados entre las economías emergentes: los activos totales del sistema financiero representan alrededor de 1,7 veces el producto, aunque el accionario es uno de los mercados más ilíquidos entre estas economías. En 2014, de acuerdo al Banco Central, la situación financiera de las empresas ha perdido algo de la fortaleza de los últimos trimestres, pues su endeudamiento ha aumentado con respecto al PIB y su rentabilidad ha bajado. Los indicadores de pago de créditos comerciales bancarios presentan un deterioro en algunos de los sectores más expuestos al ciclo económico. La banca paulatinamente ha reducido el crecimiento del crédito comercial y, en menor medida, el de consumo en respuesta a la desaceleración de la economía, con niveles de mora agregados estables para ambas carteras. Los niveles de capitalización de la banca siguen estables y suficientes para absorber un escenario de tensión severo. Los costos de financiamiento son bajos, con tasas de interés reales de largo plazo en torno a sus mínimos de los últimos 10 años. TIPO DE CAMBIO Entre enero y noviembre de 2014, el tipo de cambio nominal se ha depreciado en 10% (537 pesos por dólar promedio mensual contra 593 pesos por dólar respectivamente). En 2013 ya lo había hecho en 12% (desde 473 pesos en enero a 530 pesos en diciembre). Este proceso, vinculado en parte al final del ciclo de inversión extranjera en minería y a la disminución en la tasa de interés desde fines de 2013 decidida por el Banco Central, favorece al sector exportador y al sustituidor de importaciones. El dólar aceleró en las últimas semanas su escalada frente al peso chileno y al promediar diciembre alcanzó a 619 pesos por unidad. Se trata de su nivel más alto desde el 3 de marzo de 2009, cuando el tipo de cambio se ubicó en 616 pesos. La depreciación del peso chileno, una de las más fuertes en América Latina, está asociada básicamente a la caída que experimentó el precio del cobre, que se ubicó en mínimos de cuatro años y medio. 2. PERSPECTIVAS ECONÓMICAS En septiembre del 2013 el Banco Central proyectó que la inflación del año 2014 llegaría al 2,8% y que el PIB anual crecería entre el 4 y el 5%. Un año después, el IPC a 12 meses es superior al 4% y el PIB ha crecido cerca del 2%. Las desviaciones son cercanas al 50%: una inflación cercana al doble de la anunciada y un crecimiento menor a la mitad del anticipado. La política monetaria se adaptó rápido a la nueva situación, con sucesivas disminuciones de la tasa de interés de referencia desde octubre 2013. La política del Banco Central ha ayudado a desvalorizar el peso y por esa vía ha mejorado las perspectivas del sector exportador no minero (el sector minero opera con ciclos de inversión largos y desde 2003 registra considerables sobreutilidades por el mayor precio del cobre) y el sustituidor de importaciones, aunque el alto costo de la energía es un factor que disminuye su competitividad. El gasto público crecerá cerca de 10% en 2015 e incrementará especialmente los proyectos de infraestructura, lo que estimulará el crecimiento. El gobierno proyecta que la economía crecerá en 2015 a una tasa cercana al doble de la de 2014, entre 3 y 4%. El instituto emisor recortó el 15 de diciembre en medio punto porcentual su estimación para la expansión del Producto Interno Bruto (PIB) en 2015 a un rango entre 2,5%-3,5% desde el 3-4% anterior. El Banco Central prevé que la demanda interna crecerá en 3%, versus la caída de -0,7% prevista para 2014. El mayor crecimiento esperado para 2015 se sustenta en que la economía ha hecho un ajuste rápido e importante durante el año en curso, como lo refleja la evolución de la cuenta corriente, las tasas de interés y el tipo de cambio real. A ello se suma que las condiciones externas previstas para el año entrante, aunque menos auspiciosas que lo esperado en septiembre, son algo mejores que las de 2014; que la confianza de los consumidores y empresas tenderá a mejorar; que habrá un apoyo adicional por el significativo impulso monetario, el mayor impulso fiscal y el efecto de la depreciación del peso en la actividad de los sectores sujetos al comercio internacional. Si bien la situación financiera de los hogares y empresas es menos holgada que en años anteriores, el Banco Central estima que no representará un obstáculo para la recuperación de la economía. 3. SITUACIÓN POLÍTICA La presidenta Bachelet reafirmó el 5 de diciembre que "hacer las reformas necesarias hoy es la única forma de hacernos cargo de los desafíos que no pueden seguir esperando", que las reformas son ambiciosas "porque alteran grandes inercias, por lo que es natural que generen incertidumbre" y que "el enfriamiento en la realidad económica es una realidad, pero no es argumento para detener reformas. Debemos emprender reformas con urgencia". El gobierno enfrenta una situación poco favorable y dificultades en la instalación de sus reformas, lo que afecta en general al mundo político. La oposición no logra encontrar el tono para capitalizar la menor popularidad del gobierno a través de sus ácidas críticas ni sintonizar adecuadamente con el malestar ciudadano. Desde la oposición no sólo aumentan las voces que señalan que debiera propiciarse un cambio de gabinete, sino que se debiera también cambiar el curso de las reformas. El problema de gestión política de la agenda de reformas de gobierno se ha ido agudizando y, al parecer, la ciudadanía tiende a perder la paciencia. Hasta ahora la agenda de reformas estructurales ha sido sólo una promesa de mayor bienestar colectivo. La reforma tributaria es de implementación gradual, y ha empezado por el aumentodel impuesto al consumo de tabaco y alcooles, que es lo único de impacto inmediato. No ha tenido, por construcción, un efecto redistributivo palpable y, es más, logró instalarse durante su tramitación que finalmente esta iniciativa beneficia a aquellos que tienen más y perjudica a la clase media, dada la multiplicidad de las materias que abordó y los acuerdos que implicaron morigerar algunos de sus aspectos, a pesar de los importantes beneficios que incluye en la tributación de las pequeñas empresas. Así, por ejemplo, Adimark de noviembre muestra que pasó de un 65 a un 70% el número de personas que cree que la reforma tributaria afectará negativamente a la clase media. En este clima, la presidenta no ha permanecido incombustible. Es así que la encuesta Adimark de noviembre muestra por segunda vez niveles más altos de desaprobación (52%) que de aprobación (42%), datos que coinciden con la encuesta CEP del mismo mes, que entrega valores de 43% y 38% respectivamente. Si bien los atributos personales de la presidenta se mantienen altos, particulamente en Adimark donde marcan sobre 50%, en lo que va del año se observa una baja sostenida de ellos, lo que muestra que el capital político de la presidenta ha sufrido mermas. Se puede conjeturar razonablemente que esta espiral de mal humor y desencanto con el gobierno, que se extiende a todas las instituciones políticas, está fuertemente correlacionada –en proporciones difíciles de estimar con precisión- con dos factores principales. En primer lugar, con la lenta actividad económica que empezó a manifestarse en el segundo semestre de 2013 y que aún no han revertido, y no lo harán hasta por lo menos un semestre más, la política monetaria y fiscal reactivadora en aplicación, aunque las cifras del INE no revelan hasta octubre un alza importante del desempleo. Esta pérdida de dinamismo, con causas coyunturales y otras estructurales, ha abonado la opción del empresariado opositor y de los partidos de derecha de sostener, hasta ahora con éxito de opinión, la tesis de que las reformas atentan contra la economía y crean un clima anti-empresarial. En segundo lugar, con la falta de horizonte tangible de una política gubernamental que los ciudadanos valoran positivamente en sus rasgos principales, pero cuya presentación y puesta en marcha ha abierto flancos de fondo y forma para levantar inquietudes y generar percepciones de amenaza. Las reformas en curso no rendirán frutos observables en la vida cotidiana ni mejorarán la condición de casi nadie en los próximos años sino en un horizonte mucho más largo, mientras permanecen y en algunos casos se agravan las carencias de algunos servicios públicos cruciales, como el transporte y la salud. Los datos sobre las coaliciones políticas no son mucho mejores. Los niveles de aprobación de las coaliciones son tan bajos como los que la Alianza y la Nueva Mayoría (Concertación en aquel tiempo) tenían en junio- julio de 2011, momento de mayor ebullición del movimiento estudiantil. A esta baja evaluación de las coaliciones, se suma un aumento en el porcentaje de personas que no están interesadas en la política (53%), un leve aumento en el porcentaje de personas que no se autoidentifica en el eje izquierdaderecha (50%), mientras se mantiene en 57% las personas que no se identifican con ninguna coalición.
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