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Red Econolatin
CHILE
www.econolatin.com
Expertos Económicos de Universidades Latinoamericanas
Diciembre
2014
Profesor Gonzalo Martner
Facultad de Administración y Economía de la
Universidad de Santiago. Centro de Políticas
para el Desarrollo.
1. SITUACIÓN ECONÓMICA
ACTIVIDAD ECONÓMICA
Entre 2010 y 2012 el crecimiento promedio anual del PIB fue de 5,7%, pero
en el primer trimestre del año 2013 la economía chilena inició una fase de
desaceleración. En 2013 el PIB creció un 4,1%.
Gráfico 1: PIB real trimestral, variación respecto del período
anterior, desestacionalizado (en porcentaje y tendencia lineal),
primer trimestre 2011-tercer trimestre 2014
Fuente: Banco Central de Chile.
El Informe de Cuentas Nacionales trimestrales publicado el 18 de noviembre
por el Banco Central de Chile dio cuenta de un crecimiento del PIB real en el
tercer trimestre de 2014 de sólo un 0,8% en 12 meses, a comparar con el
1,9% del segundo trimestre y el 2,4% del primer trimestre.
La cifra desestacionalizada indica una tendencia algo mejor, con un 0,4% de
crecimiento del PIB en el tercer trimestre de 2014 con respecto al trimestre
previo (un 1,5% en ritmo anualizado, es decir si el PIB creciera al 0,36% en
los próximos cuatro trimestres), en contraste con la caída de -0,1% en el
segundo trimestre y el crecimiento de 0,7% del primer trimestre.
Recordemos que dos trimestres seguidos de caída del PIB configuran
convencionalmente una recesión, por lo que el crecimiento del tercer
trimestre hizo que no se confirmara una situación de este tipo. El dato del
tercer trimestre puede incluso augurar un alejamiento de esa perspectiva,
lo que se vio refrendado por el registro más reciente del Indice Mensual de
Actividad Económica desestacionalizado publicado por el Banco Central
correspondiente al mes de octubre, y reflejar el efecto reactivador de la
política monetaria y fiscal en aplicación.
La serie actualizada por el Banco Central el 5 de diciembre, que permite una
apreciación de la evolución coyuntural respecto del mes inmediatamente
anterior descontando los efectos estacionales en la actividad, mostró un
incremento de 0,4% en el mes de octubre, lo que contrasta con el
comportamiento negativo de la economía en septiembre, cuando el índice
cayó en -0,2% respecto a agosto, contrariamente a lo ocurrido en julio y
agosto, cuando había aumentado en ambos meses en 0,5% respecto al mes
anterior.
Según el gobierno de Michelle Bachelet, el crecimiento se situará cerca del
2% en el año 2014, en vez del 4,9% previsto el año pasado por la
administración de Sebastián Piñera. El Banco Central rebajó el 15 de
diciembre su proyección de crecimiento económico para 2014 a 1,7% desde
el 1,75% y 2,25% previsto en septiembre, en medio de un deterioro de las
expectativas de los consumidores y empresas.
En materia sectorial, en el tercer trimestre la pesca, la electricidad, gas y
agua, los servicios personales y los de vivienda crecieron a buen ritmo en
doce meses, y a uno menor las actividades de comunicaciones,
administración pública, servicios financieros, transporte y servicios
empresariales. Pero se contrajeron las actividades agropecuario-silvícolas,
la minería, la industria manufacturera, la construcción, el comercio,
mientras la actividad de los restaurantes-hoteles se estancó, reflejando
estos últimos dos sectores la atonía del consumo. Así, la economía está
creciendo muy por debajo de su potencial, que se calcula en 4,3% anual
para los próximos cinco años por un panel de expertos convocado por el
Ministerio de Hacienda y entre 4 y 4,5% por el Banco Central.
Cuadro 1: Variación porcentual trimestral respecto de igual período
del año anterior del Producto Interno Bruto por clase de actividad
económica, volumen a precios del año anterior encadenado.
Sector
Agropecuario-silvícola
Pesca
Minería
% del PIB
3,2
0,5
12,2
I-2014
II-2014
III-2014
3,3
-6,7
-6,6
19,7
35,8
10,7
0,0
3,9
-0,5
0,1
-1,6
-2,7
Industria
Manufacturera
2,9
Electricidad, gas y agua
8,0
3,4
7,4
8,4
Construcción
9,2
2,4
1,1
-0,5
Comercio
1,5
2,0
-0,4
-0,6
Restaurantes y hoteles
5,2
0,2
0,0
0,2
Transporte
2,2
3,6
1,7
1,9
Comunicaciones
5,7
3,4
2,8
2,7
13,3
3,6
2,2
2,0
5,4
3,7
2,6
1,1
Servicios de vivienda
11,1
3,5
3,5
3,5
Servicios personales
4,4
3,7
3,5
4,3
Administración pública
4.0
3,3
3,0
2,7
Servicios financieros
Servicios empresariales
Fuente: Banco Central de Chile. (*) A costo de factores año 2008 para
porcentaje del PIB en tanto suma del valor agregado de acuerdo a la matriz
insumo-producto y PIB total (lo anterior más impuestos al valor agregado y
derechos de importación) para crecimiento trimestral en doce meses.
Por el lado de la demanda agregada, la clave de la desaceleración de la
economía no está actualmente en las exportaciones ni directamente en el
sector externo sino en la atonía del consumo y en la caída de la inversión,
una parte de la cual está determinada por las perspectivas futuras de
exportación y el resto por el mercado interno. En el caso de la minería de
exportación, terminó un fuerte ciclo de inversiones iniciado en 2004 al
aumentar sustancialmente el precio del mineral, dada la actual situación de
exceso de producción de cobre hasta 2018. El consumo experimentó un
cierto repunte en el tercer trimestre, mientras la inversión mantiene una
tendencia contractiva. En conjunto, en el tercer trimestre de 2014 la
demanda interna sufrió una caída de un
desestacionalizados respecto al trimestre anterior.
-0,5%
en
términos
Gráfico 2: Gasto del PIB trimestral, volumen a precios del año
anterior encadenado, desestacionalizado, marzo 2008-septiembre
2014 (%)
4.0
2.0
0.0
-2.0
-4.0
-6.0
-8.0
-10.0
-12.0
Consumo total
Formación bruta capital fijo
sep.2013
0.7
dic.2013
1.0
mar.2014
0.4
jun.2014
0.0
sep.2014
0.5
0.5
-11.2
3.2
-0.5
-0.7
Fuente: a partir de Banco Central de Chile.
Gráfico 3: Gasto del PIB trimestral, volumen a precios del año
anterior encadenado, desestacionalizado, marzo 2008-septiembre
2014 (%)
3.0
2.0
1.0
0.0
-1.0
-2.0
Producto Interno Bruto
sep.2013
1.6
dic.2013
-0.1
mar.2014
0.7
jun.2014
-0.1
sep.2014
0.4
Demanda interna
0.2
0.3
-0.8
-0.7
-0.5
Exportación bienes y servicios
0.1
-1.7
2.1
-0.3
1.0
Fuente: Banco Central de Chile.
Globalmente la demanda interna viene perdiendo dinamismo desde el
segundo semestre de 2012, luego de una fuerte recuperación en 2010, con
una inversión que tuvo una brusca caída en el segundo semestre de 2013 y
un consumo que se mantuvo creciendo a tasas declinantes, hasta el
moderado repunte del tercer trimestre.
La formación bruta de capital fijo, luego de una fuerte caída en 2009, venía
creciendo a tasas de dos dígitos desde el primer trimestre de 2010 hasta el
primer semestre de 2013, año en que esta variable promedió un
estancamiento luego de una caída del orden de 10% en el tercer trimestre.
En el período 2010-2012 la mitad del crecimiento del PIB fue consecuencia
del dinamismo de la inversión. El freno de la inversión se explica por
diversos factores, en especial por la maduración del ciclo de inversión ligado
a la minería, la depreciación del tipo de cambio real, que encarece los
bienes de capital importados, y la caída que mostró la inversión pública en
el último cuarto del año 2013, junto a un freno en la construcción. La
inversión en maquinaria y equipo cayó en el tercer trimestre de 2014,
mientras la construcción experimentó un ligero repunte, tal como lo registra
la variación real de los flujos desestacionalizados respecto del trimestre
anterior.
En tanto, el consumo total primero creció fuertemente en 2010 luego de
estancarse en la crisis de 2009 y más tarde se expandió a tasas altas pero
declinantes hasta 2013, para finalmente estancarse en el segundo trimestre
y repuntar en el tercer trimestre de 2014. El consumo de los hogares,
principal componente del consumo total, sigue básicamente el patrón de
conducta descrito y experimentó un repunte en el tercer trimestre, aunque
el más volátil componente de consumo de bienes durables (que llegó a
crecer en nada menos que 39% en 2010 y todavía en 13,5% en 2013)
siguió cayendo en el tercer trimestre respecto del trimestre anterior,
compensado por un crecimiento en el consumo de bienes no durables y de
servicios. El consumo de gobierno creció levemente en el tercer trimestre,
sin que esté jugando un rol contra-cíclico como el que activamente tuvo en
la crisis de 2009.
SECTOR EXTERIOR
Las exportaciones aumentaron en volumen en 1% en el tercer trimestre de
2014 (incluyendo las exportaciones mineras que también se expandieron en
volumen) respecto del trimestre anterior y son un factor de dinamismo de la
demanda agregada que contrarresta la debilidad de la demanda interna y
en especial de la formación bruta de capital fijo.
El déficit de la cuenta corriente, equivalente al ahorro externo que recibe la
economía, ha vuelto a aumentar y en el tercer trimestre se situó en -2,7%
del PIB. Se prevé que cerrará el año en una cifra del orden de -2% del PIB.
Este déficit, compuesto por un importante superávit comercial y un fuerte
déficit en la renta primaria, dado el peso de las remesas de utilidades de las
empresas mineras que grava fuertemente esta cuenta, se financia mediante
flujos netos positivos en la cuenta financiera, que incluye inversión directa y
crédito externo. El sobre financiamiento del déficit en cuenta corriente ha
provocado en los últimos meses que la balanza de pagos registre un saldo
positivo de US$ 1550 millones al 15 de noviembre. La balanza comercial de
bienes registró un superávit de US$ 7 085 millones hasta octubre, contra
US$ 1 675 acumulado en octubre 2013. Este mejor resultado comercial se
explica por la caída de las importaciones atribuible a la menor demanda
interna y la devaluación del peso. En efecto, en el periodo enero-octubre los
envíos al exterior totalizaron US$ 63 828 millones, con una leve caída de 0,8% nominal respecto al mismo lapso de 2013, mientras las importaciones
sumaron hasta octubre US$ 56 743 millones, lo que representa una caída
de -16,1%.
El precio del cobre ha descendido de un promedio de 332 centavos la libra
en 2013 a 313 centavos promedio hasta noviembre de 2014, acumulando
una caída de- 6% en el año. Esta tendencia sigue a una caída del precio de
-8% en 2013. En noviembre el precio se ha situado por debajo de 290
centavos la libra. Esta baja del precio del metal rojo está directamente
relacionada con la ralentización del sector manufacturero chino. La
sobreoferta del metal se mantendrá, de acuerdo a los analistas del mercado
del cobre, hasta el año 2018.
SECTOR PÚBLICO Y POLÍTICA FISCAL
Desde 2001 se optó en Chile por una regla fiscal estructural, consistente
en: a) estimar los ingresos futuros promedio del Gobierno Central que
derivan del crecimiento potencial de la economía y de los precios de largo
plazo del cobre y el molibdeno (cinco, diez y siete años respectivamente), y
b) fijar el nivel de gasto fiscal que permite que la diferencia entre ingresos
estructurales y gasto público anual resulte ser de una determinada cuantía.
Se estableció entre 2001 a 2007 un nivel de gasto inferior a los ingresos
estructurales en un monto de 1% del PIB y así crear reservas fiscales.
Conforme se inició el ciclo de aumento del precio del cobre y luego del
creciente ahorro fiscal que derivó de la regla original, la meta de superávit
estructural de 1% se cambió en 2007 a 0,5% del PIB para 2008 y en enero
de 2009 a un equilibrio estructural. Los años de la crisis global y del
terremoto indujeron mayores gastos que los previstos (con incrementos del
gasto público de 16,5% en 2009 y de 6,6% en 2010) y un déficit estructural
fuera de regla, dada la situación internacional excepcionalmente grave, de 3,1% del PIB en 2009 y de -2,1% en 2010. El déficit estructural se fue
reduciendo al -1% en 2011, -0,4% en 2012 y -0,5% en 2013, haciendo
crecer el gasto público menos que el PIB.
La política fiscal vigente es la definida por el anterior gobierno en el
presupuesto aprobado en noviembre de 2013. La promesa de la actual
administración de ejecutar el 100% del presupuesto -contrariamente a la
sub ejecución constatada en 2013- no parece poder cumplirse por las
dificultades de poner en marcha procesos de gasto, especialmente en
inversión, en medio de un generalizado cambio de altos cargos públicos.
El déficit estructural se fue reduciendo al -1% en 2011, -0,4% en 2012 y 0,5% del PIB en 2013, es decir menos que el -1% comprometido por el
gobierno de Piñera. Esto se debió a una restricción adicional: hacer crecer el
gasto público menos que el PIB año a año, induciendo en buena parte la
desaceleración económica que el país experimentó desde el segundo
semestre de 2013 (aunque se programó para 2014 el presupuesto con un
déficit estructural de -1%) y que se traducirá en un crecimiento del orden
de 2% en 2014.
El presupuesto de 2015 se ha programado con un déficit efectivo de -2%
del PIB y un déficit estructural de -1,1% del mismo. El gasto público en
2015 incrementará especialmente los proyectos de infraestructura. En esta
coyuntura, un importante crecimiento del gasto público es adecuado para
ayudar, junto a una política monetaria expansiva, a reactivar la economía.
Los ingresos fiscales crecerían 5% en relación al presupuesto 2014,
impulsados por los US$ 2.300 millones que se espera recaudar a través de
la reforma tributaria. Se estima que en 2015 la tributación de la minería
privada aumentará un 35%, mientras que la del resto de los contribuyentes
crecería 6,2%. La excepción estará en Codelco, desde donde el Estado
obtendría 29,6% menos de recursos que los generados durante 2014. La
Dipres proyectó para sus cálculos de ingresos presupuestarios que en 2015
el precio del cobre se situaría en US$ 3,12 la libra y el dólar promediaría
585 pesos.
EMPLEO
Según informó el Instituto Nacional de Estadísticas (INE) el 28 de
noviembre, el número de desocupados alcanzó en el trimestre móvil
terminado en octubre a unas 540,750 mil personas, contra 557,950 mil
personas en el trimestre móvil anterior, es decir unas 17 mil personas
menos. Pero unas 55 mil más que hace un año. La tasa de desocupación
en el trimestre móvil agosto-octubre alcanzó un 6,4%, un 0,2% menos que
el trimestre móvil anterior, aunque con un aumento de 0,6 punto porcentual
en doce meses. El mayor cambio negativo en la tasa de desocupación en la
actual secuencia de desaceleración se produjo entre los trimestres móviles
terminados en diciembre de 2013, cuando alcanzaba sólo un 5,7%, y marzo
de 2014, cuando saltó a un 6,5% de la fuerza de trabajo. La tasa más alta
del año se alcanzó en el trimestre terminado en agosto, con 1 punto
porcentual por encima del nivel de desempleo prevaleciente 12 meses
antes.
Este incremento respecto al desempleo del año pasado ha ido disminuyendo
desde entonces. ¿Estamos frente a un “efecto de rezago”, con un aumento
de los despidos en el horizonte o frente un “efecto de retención” a la espera
de que pase una mala coyuntura en vías de reversión? El aumento en el
ritmo de creación de empleo abona la segunda interpretación.
Gráfico 4: Desocupados y creación neta de empleos en doce meses
(miles de personas), trimestres móviles terminados en enero 2013octubre 2014
600.0
500.0
400.0
300.0
200.0
100.0
2013
Octubre
Septiembre
Agosto
Julio
Junio
Mayo
Abril
Marzo
Febrero
Enero
Diciembre
Noviembre
Octubre
Septiembre
Agosto
Julio
Junio
Mayo
Abril
Marzo
Febrero
Enero
0.0
2014
Desocupados
Empleos nuevos
Fuente: Instituto Nacional de Estadísticas.
En agosto-octubre, el empleo y la fuerza de trabajo anotaron
sorprendentemente incrementos anuales de 1,3% (a comparar con el 1,2%,
0,7% y 1% en los tres trimestres móviles anteriores) y 2% (a comparar
con el 2,2%, 1,7% y 1,8% en los
trimestres móviles previos)
respectivamente. El ritmo de expansión anual del empleo en términos
absolutos alcanzó en el mismo lapso a 105 mil puestos de trabajo
adicionales (sumando un total de 7,89 millones de personas ocupadas), a
comparar con los incrementos de 92 mil, 51 mil y 81 mil empleos en los
tres trimestres móviles anteriores. Esta evolución, en la que la producción
crece a un 0,8% anual y el empleo a 1,3% anual, sale del rango usual de la
elasticidad empleo-producto de 0,5 estimada para la economía chilena y
puede estar reflejando un rezago (dado el costo del despido constituido por
la indemnización por años de servicio) o indicando expectativas de mayor
actividad en el futuro próximo, lo que habrá de dilucidarse en los próximos
meses.
Una explicación de índole estructural es la que pone el acento en el
importante incremento en ritmo anual de la creación de empleos femeninos
en diversos tipos de servicios. No se estaría frente a un hecho meramente
coyuntural sino frente a un cambio de tendencia hacia una mayor
participación del empleo femenino en actividades de servicios. En abono de
una interpretación de este tipo está el hecho que en un año, hasta octubre,
el empleo masculino cayó en -0,1% y el empleo femenino creció, en
cambio, en 3,6%.
Sectorialmente, se concentraron las disminuciones de empleo en doce
meses en Comercio y Reparación de bienes (-34 mil), Transporte (-20 mil),
Minería (-16 mil), Intermediación Financiera (-9 mil), Construcción (-7 mil)
y Actividades Inmobiliarias, Empresariales y de Alquiler (- 2 mil), mientras
aumentaron los puestos de trabajo en Servicios Sociales y de Salud (56
mil), Agricultura (34 mil), Administración Pública (26 mil), Servicio
Doméstico (28 mil), Enseñanza (15 mil), Industria (9 mil), Suministro de
Electricidad, Gas y Agua (9 mil), Hoteles y Restaurantes (9 mil) y Pesca (3
mil).
Se mantiene, además, la brecha de crecimiento entre empleo (1,3%) y
fuerza de trabajo, es decir ocupados más desocupados (2%), lo que refleja
que crece más que el empleo el número de personas anteriormente
desalentadas y/o pertenecientes al universo de la fuerza de trabajo
secundaria (no jefes de hogar) que ahora buscan empleo.
En materia de calidad del empleo se produjo en un año un aumento de
0,7% en el empleo asalariado (alcanzando 5,48 millones de puestos de
trabajo), pero un incremento bastante mayor, de 2,3%, en el número de
trabajadores por cuenta propia (llegando a 1,63 millones de empleos) y un
sorprendente aumento de 8,3% en el personal de servicio doméstico
(llegando a 345 mil empleos). La única categoría de empleo que disminuyó
es la de Familiar No Remunerado del Hogar (-8,0%), la que suma 99 mil
personas. Se incrementó, a su vez, en 3,8% el número de empleadores
(344 mil puestos).
En el trimestre móvil agosto-octubre, el 87,6% de los asalariados tenía
contrato escrito, contra 87,9% hace un año. Los asalariados con contrato o
acuerdo de trabajo indefinido alcanzaron un 72,4% contra un 71,6% hace
un año, mejorando una proporción que es en todo caso la tasa más baja en
la OCDE, en cuyas economías el contrato no indefinido es
proporcionalmente menor y en algunos casos excepcional. Los asalariados
contratados directamente por la empresa en la que trabajan –que
corresponden al 82,3% del total de asalariados- aumentaron 0,1% en doce
meses. A su vez, los asalariados externalizados –que representan el 17,7%
restante– continuaron aumentando en el mismo período al alto ritmo de
3,5% anual, menor en todo caso al de los trimestres móviles previos,
principalmente en los sectores de Servicios Sociales y de Salud e Industria
Manufacturera.
Gráfico 5: Tasa de desocupación (%,)
terminados en enero 2013-septiembre 2014
trimestres
móviles
6.7
6.5
6.4 6.4
6.2
6.1 6.1
6.0
6.4
6.1
2013
Octubre
Septiembre
Agosto
Julio
Junio
Mayo
Abril
Marzo
Febrero
Diciembre
5.7 5.7
Noviembre
5.8
Octubre
Septiembre
Agosto
Julio
Junio
Mayo
Abril
Marzo
Febrero
5.7 5.7 5.7
Enero
6.6
6.3
Enero
6.2 6.2
6.5 6.5
2014
Fuente: Instituto Nacional de Estadísticas.
Las remuneraciones reales experimentaron en octubre una caída de 0,7% y un aumento de 0,7 % en doce meses. El crecimiento de esta
variable fue de 2,4% en 2013 y de 4,7% en 2012. El estancamiento de las
remuneraciones reales ha venido impactando negativamente en la demanda
de consumo y en la actividad global, lo que no se ha revertido en los
últimos meses. El reajuste del sector público y la detención de la inflación
podrían revertir ésta situación en los próximos meses.
POLÍTICA MONETARIA E INFLACIÓN
La caída de la demanda interna ha hecho necesario un impulso monetario.
Esto se ha expresado en las rebajas sucesivas de tasas del Banco Central de
5% a 3% en la tasa de referencia.
Los responsables de la política
monetaria, en vista del deterioro de la coyuntura, decidieron aplicar
sucesivas disminuciones de la tasa de interés de referencia desde octubre
de 2013 para reanimar el consumo y la inversión. Recordemos que durante
casi dos años, desde enero de 2012 hasta octubre de 2013, el Banco
Central había mantenido sin variaciones en 5% la tasa de interés de política
monetaria, pero luego aplicó, para procurar contrarrestar la desaceleración
que se evidenció al terminar el primer semestre de 2013, sucesivas rebajas
entre noviembre y marzo hasta 4%, para reanudar las rebajas sucesivas de
0,25% al mes entre julio y octubre y estabilizarla en 3% desde entonces.
Así, Chile ha bajado las tasas en 2 puntos porcentuales en los últimos 13
meses, la mayor magnitud entre 38 países que analizó Bloomberg, con el
objeto de reanimar una economía que se encamina a su menor expansión
desde la crisis de 2009.
La política del Banco Central ha ayudado además a desvalorizar el peso y
por esa vía ha mejorado la competitividad del sector exportador no minero
(el sector minero opera con ciclos de inversión largos y desde 2003 registra
considerables sobreutilidades por el mayor precio del cobre) y el sustituidor
de importaciones, aunque el alto costo de la energía es un factor que
disminuye su competitividad.
El Índice de Precios al Consumidor (IPC) reflejó hasta octubre el ajuste a la
devaluación del peso y su impacto en los precios de bienes importados,
junto a un aumento de precios de los alimentos. Los avances del IPC
mensual de 0,8% en marzo y 0,6% en abril ya habían reflejado el ajuste a
la devaluación y su impacto en los precios de bienes importados. En octubre
reflejó además el impacto del aumento del impuesto específico a bebidas y
alcoholes. En cambio, en noviembre el IPC no experimentó variación, dato a
comparar con el aumento de 1% de octubre y el de 0,8% de septiembre.
La inflación registró una variación acumulada de 5,5% hasta noviembre y
de 5,5% en doce meses, contra 5,7% en octubre. Entre las divisiones que
influyeron negativamente en el indicador destacaron Transporte (-0,8%) y
Alimentos y Bebidas no Alcohólicas (-0,5%). Esta detención de la inflación,
con eventuales caídas del IPC en los meses próximos, está muy influida por
la baja del precio del petróleo y de los combustibles.
MERCADOS FINANCIEROS
Chile hoy tiene uno de los sistemas financieros (bancos y AFP y mercados
accionarios, de bonos corporativos y de fondos mutuos) más desarrollados
entre las economías emergentes: los activos totales del sistema financiero
representan alrededor de 1,7 veces el producto, aunque el accionario es
uno de los mercados más ilíquidos entre estas economías. En 2014, de
acuerdo al Banco Central, la situación financiera de las empresas ha perdido
algo de la fortaleza de los últimos trimestres, pues su endeudamiento ha
aumentado con respecto al PIB y su rentabilidad ha bajado. Los indicadores
de pago de créditos comerciales bancarios presentan un deterioro en
algunos de los sectores más expuestos al ciclo económico. La banca
paulatinamente ha reducido el crecimiento del crédito comercial y, en
menor medida, el de consumo en respuesta a la desaceleración de la
economía, con niveles de mora agregados estables para ambas carteras.
Los niveles de capitalización de la banca siguen estables y suficientes para
absorber un escenario de tensión severo. Los costos de financiamiento son
bajos, con tasas de interés reales de largo plazo en torno a sus mínimos de
los últimos 10 años.
TIPO DE CAMBIO
Entre enero y noviembre de 2014, el tipo de cambio nominal se ha
depreciado en 10% (537 pesos por dólar promedio mensual contra 593
pesos por dólar respectivamente). En 2013 ya lo había hecho en 12%
(desde 473 pesos en enero a 530 pesos en diciembre). Este proceso,
vinculado en parte al final del ciclo de inversión extranjera en minería y a la
disminución en la tasa de interés desde fines de 2013 decidida por el Banco
Central, favorece al sector exportador y al sustituidor de importaciones. El
dólar aceleró en las últimas semanas su escalada frente al peso chileno y al
promediar diciembre alcanzó a 619 pesos por unidad. Se trata de su nivel
más alto desde el 3 de marzo de 2009, cuando el tipo de cambio se ubicó
en 616 pesos. La depreciación del peso chileno, una de las más fuertes en
América Latina, está asociada básicamente a la caída que experimentó el
precio del cobre, que se ubicó en mínimos de cuatro años y medio.
2. PERSPECTIVAS ECONÓMICAS
En septiembre del 2013 el Banco Central proyectó que la inflación del año
2014 llegaría al 2,8% y que el PIB anual crecería entre el 4 y el 5%. Un año
después, el IPC a 12 meses es superior al 4% y el PIB ha crecido cerca del
2%. Las desviaciones son cercanas al 50%: una inflación cercana al doble
de la anunciada y un crecimiento menor a la mitad del anticipado. La
política monetaria se adaptó rápido a la nueva situación, con sucesivas
disminuciones de la tasa de interés de referencia desde octubre 2013. La
política del Banco Central ha ayudado a desvalorizar el peso y por esa vía
ha mejorado las perspectivas del sector exportador no minero (el sector
minero opera con ciclos de inversión largos y desde 2003 registra
considerables sobreutilidades por el mayor precio del cobre) y el sustituidor
de importaciones, aunque el alto costo de la energía es un factor que
disminuye su competitividad. El gasto público crecerá cerca de 10% en
2015 e incrementará especialmente los proyectos de infraestructura, lo que
estimulará el crecimiento.
El gobierno proyecta que la economía crecerá en 2015 a una tasa cercana al
doble de la de 2014, entre 3 y 4%. El instituto emisor recortó el 15 de
diciembre en medio punto porcentual su estimación para la expansión del
Producto Interno Bruto (PIB) en 2015 a un rango entre 2,5%-3,5% desde el
3-4% anterior. El Banco Central prevé que la demanda interna crecerá en
3%, versus la caída de -0,7% prevista para 2014. El mayor crecimiento
esperado para 2015 se sustenta en que la economía ha hecho un ajuste
rápido e importante durante el año en curso, como lo refleja la evolución de
la cuenta corriente, las tasas de interés y el tipo de cambio real. A ello se
suma que las condiciones externas previstas para el año entrante, aunque
menos auspiciosas que lo esperado en septiembre, son algo mejores que las
de 2014; que la confianza de los consumidores y empresas tenderá a
mejorar; que habrá un apoyo adicional por el significativo impulso
monetario, el mayor impulso fiscal y el efecto de la depreciación del peso en
la actividad de los sectores sujetos al comercio internacional. Si bien la
situación financiera de los hogares y empresas es menos holgada que en
años anteriores, el Banco Central estima que no representará un obstáculo
para la recuperación de la economía.
3. SITUACIÓN POLÍTICA
La presidenta Bachelet reafirmó el 5 de diciembre que "hacer las reformas
necesarias hoy es la única forma de hacernos cargo de los desafíos que no
pueden seguir esperando", que las reformas son ambiciosas "porque alteran
grandes inercias, por lo que es natural que generen incertidumbre" y que
"el enfriamiento en la realidad económica es una realidad, pero no es
argumento para detener reformas. Debemos emprender reformas con
urgencia".
El gobierno enfrenta una situación poco favorable y dificultades en la
instalación de sus reformas, lo que afecta en general al mundo político. La
oposición no logra encontrar el tono para capitalizar la menor popularidad
del gobierno a través de sus ácidas críticas ni sintonizar adecuadamente con
el malestar ciudadano.
Desde la oposición no sólo aumentan las voces que señalan que debiera
propiciarse un cambio de gabinete, sino que se debiera también cambiar el
curso de las reformas.
El problema de gestión política de la agenda de reformas de gobierno se ha
ido agudizando y, al parecer, la ciudadanía tiende a perder la paciencia.
Hasta ahora la agenda de reformas estructurales ha sido sólo una promesa
de mayor bienestar colectivo. La reforma tributaria es de implementación
gradual, y ha empezado por el aumentodel impuesto al consumo de tabaco
y alcooles, que es lo único de impacto inmediato. No ha tenido, por
construcción, un efecto redistributivo palpable y, es más, logró instalarse
durante su tramitación que finalmente esta iniciativa beneficia a aquellos
que tienen más y perjudica a la clase media, dada la multiplicidad de las
materias que abordó y los acuerdos que implicaron morigerar algunos de
sus aspectos, a pesar de los importantes beneficios que incluye en la
tributación de las pequeñas empresas. Así, por ejemplo, Adimark de
noviembre muestra que pasó de un 65 a un 70% el número de personas
que cree que la reforma tributaria afectará negativamente a la clase media.
En este clima, la presidenta no ha permanecido incombustible. Es así que la
encuesta Adimark de noviembre muestra por segunda vez niveles más altos
de desaprobación (52%) que de aprobación (42%), datos que coinciden con
la encuesta CEP del mismo mes, que entrega valores de 43% y 38%
respectivamente. Si bien los atributos personales de la presidenta se
mantienen altos, particulamente en Adimark donde marcan sobre 50%, en
lo que va del año se observa una baja sostenida de ellos, lo que muestra
que el capital político de la presidenta ha sufrido mermas.
Se puede conjeturar razonablemente que esta espiral de mal humor y
desencanto con el gobierno, que se extiende a todas las instituciones
políticas, está fuertemente correlacionada –en proporciones difíciles de
estimar con precisión- con dos factores principales.
En primer lugar, con la lenta actividad económica que empezó a
manifestarse en el segundo semestre de 2013 y que aún no han revertido,
y no lo harán hasta por lo menos un semestre más, la política monetaria y
fiscal reactivadora en aplicación, aunque las cifras del INE no revelan hasta
octubre un alza importante del desempleo. Esta pérdida de dinamismo, con
causas coyunturales y otras estructurales, ha abonado la opción del
empresariado opositor y de los partidos de derecha de sostener, hasta
ahora con éxito de opinión, la tesis de que las reformas atentan contra la
economía y crean un clima anti-empresarial.
En segundo lugar, con la falta de horizonte tangible de una política
gubernamental que los ciudadanos valoran positivamente en sus rasgos
principales, pero cuya presentación y puesta en marcha ha abierto flancos
de fondo y forma para levantar inquietudes y generar percepciones de
amenaza. Las reformas en curso no rendirán frutos observables en la vida
cotidiana ni mejorarán la condición de casi nadie en los próximos años sino
en un horizonte mucho más largo, mientras permanecen y en algunos casos
se agravan las carencias de algunos servicios públicos cruciales, como el
transporte y la salud.
Los datos sobre las coaliciones políticas no son mucho mejores. Los niveles
de aprobación de las coaliciones son tan bajos como los que la Alianza y la
Nueva Mayoría (Concertación en aquel tiempo) tenían en junio- julio de
2011, momento de mayor ebullición del movimiento estudiantil. A esta baja
evaluación de las coaliciones, se suma un aumento en el porcentaje de
personas que no están interesadas en la política (53%), un leve aumento en
el porcentaje de personas que no se autoidentifica en el eje izquierdaderecha (50%), mientras se mantiene en 57% las personas que no se
identifican con ninguna coalición.