¿Cómo Evolucionan los Riesgos? Las tecnologías y las sociedades

¿Cómo Evolucionan los Riesgos?
Las tecnologías y las sociedades (es decir, el mundo) evolucionan
permanentemente, generando casi diariamente potenciales peligros,
beneficios y adelantos sobre los que no se tiene experiencia. El futuro
es hoy y seguirá avanzando mientras el hombre siga sobre la Tierra.
El Dr. Walter R. Stahel, quien desde 1988 es director de Investigación
de Gestión de Riesgos en The Geneva Association, sostiene que ‘la
adaptación es una opción válida y proactiva’ pero advierte sobre los
riesgos conocidos y desconocidos que puede entrañar. Ofrecemos a
continuación sus siempre valiosos conceptos y conclusiones.
Llevo unos 25 años investigando cuanto se relaciona con riesgos, un tema
en permanente desarrollo y evolución que causa permanente fascinación
por su estrecha vinculación con nuestra vida diaria. Durante este cuarto de
siglo he visto cómo se produjeron algunos cambios realmente
excepcionales. Tres tipos de evolución merecen comentarse:
1. De las tecnologías electromecánicas a las electro-electrónicas;
2. De sistemas tecno-económicos paralelos a redes entrelazadas; y
3. De evaluaciones de expertos a una generalización del Síndrome del
Titanic.
Vale la pena examinarlos por separado:
1. Una combinación de sistemas electromecánicos e hidráulicos eran hace
25 años la norma en aeronaves, automóviles y teléfonos. Esto permitía que
los pilotos volasen sus aviones ‘manualmente’ en una emergencia, que los
conductores empujasen sus automóviles para que arrancasen cuando se
agotaba la batería y que pudiésemos utilizar teléfonos fijos durante cortes
de energía. Estas tres opciones desaparecieron cuando se pasó a los
sistemas electro-electrónicos que constituyen un par de hermanos siameses:
Sin computadoras no hay electricidad, y sin electricidad no hay
computadoras.
Sistemas de diferentes tecnologías que funcionaban en paralelo hace 25
años brindaban redundancia y resiliencia. En los comercios las
registradoras manuales (o los ábacos en países orientales) se basan en la
gente; diarios y estaciones radiales y de televisión ofrecían mayormente
información sobre sucesos locales de importancia; podía pagarse con
dinero, distintos tipos de cheques y tarjetas de crédito.
Hoy, gracias a los escaners, las cajas de los supermercados son estaciones
de auto-servicio donde registramos la compra y pagamos sin ayuda
humana; disponemos instantáneamente de información online sobre
sucesos mundiales; con los cajeros automáticos podemos sacar dinero en
cualquier lugar del mundo - todo ello siempre que los hermanos siameses
(computadoras y electricidad) funcionen correctamente. Caso contrario
puede que no contemos con ninguna alternativa. Cualquier corte de energía
prolongado causado por inundaciones, sabotaje o tormentas solares hará
estragos en las modernas sociedades industrializadas paralizando sistemas
de comunicación e iluminación, bombas, transportes horizontales y
verticales, cadenas de suministro, sistemas de calefacción,
acondicionamiento de aire y ventilación, sistemas bancarios y de
distribución de dinero, para cuyo funcionamiento todos necesitan
electricidad y con frecuencia computadoras.
Un corte de energía en India en 2012 afectó a 6 millones de personas pero
su impacto real fue reducido porque la mayoría de la gente utiliza lámparas
de kerosén y muchas empresas tienen generadores diesel a causa de lo
inestable del suministro eléctrico. La vulnerabilidad depende, pues, tanto
del nivel de desarrollo técnico y autosuficiencia como de sucesos externos.
Esto debería ser fuente de preocupación en economías desarrolladas.
Por otra parte, no se entienden bien los efectos concatenados que podrían
resultar como consecuencia de algunos sucesos extremadamente
infrecuentas como las tormentas solares y su potencial impacto en
tecnologías e infraestructura o el efecto de riesgos tradicionales sobre
nuevas tecnologías tal como el efecto de las erupciones volcánicas en los
motores a reacción.
2. El paso de sistemas tecno-económicos paralelos a redes entrelazadas se
ve especialmente en cadenas de aprovisionamiento y tecnologías con
alcance global. Lo ocurrido en 2011 es un buen ejemplo: tanto el tsunami
en Japón como las inundaciones en Bangkok crearon escasez de
componentes para la industria automotriz europea, entre otros sectores, y
planteó en el sector asegurador la cuestión de prolongadas interrupciones
de explotación. Otro ejemplo son los servicios globales de tecnología
informática: las empresas mercerizadas que ofrecen servicios de
computación a bajo costo aparecen como el eslabón más débil en la batalla
contra los delitos cibernéticos; los avances de la computación en la nube y
los teléfonos inteligentes facilitan la labor de los hackers. La tendencia a
acelerar los mercados los convierte en frutos al alcance de hackers y
delincuentes cibernéticos. Las economías de escala y la moda por forzar las
ventas de reposición dominan la gestión de riesgos en estas evoluciones
tecno-comerciales.
3. Denomino “Síndrome del Titanic” a la falsa percepción de progreso
tecnológico que crea nuevos riesgos. Dado que los operadores humanos
pueden cometer errores se considera a las máquinas como una opción más
segura. ¡Pero los operadores humanos desean explotar el progreso
tecnológico! Si no se le hubiese informado al Sr. Smith, el comandante del
Titanic, que su buque era insumergible, no hubiese avanzado a gran
velocidad entre los icebergs durante su viaje inaugural. Y muchos
cargamentos costosos no se hubiesen acumulado en esa nave por suponer
que era el transporte más seguro.
Cien años después automóviles y aeronaves tienen la capacidad de
manejarse por sí solos, reduciendo al operador humano al mero papel de
observador. En su film “2001, una odisea espacial”, Stanley Kubrick
mostró los peligros que pueden crear las computadoras que quedan a cargo
de una misión espacial “si entienden mal las cosas”. El desafortunado
vuelo AF447 de Air France a través del Atlántico destacó los riesgos
cuando el piloto automático se desconectó por sí mismo y los jóvenes copilotos -los observadores- tuvieron que asumir el control manual durante
una tormenta. La falta de experiencia sumada a la ausencia del
comandante, condujo al desastre.
A los nuevos peligros provenientes de los saltos tecnológicos se suman los
riesgos y oportunidades que evoluciones a partir de desarrollos lineales en
la naturaleza y la sociedad, como sucesos relacionados con pandemias, el
clima, las condiciones meteorológicas y la población, así como de
innovaciones radicales en ciencia y tecnología.
En la naturaleza, un terremoto de magnitud casi sin precedentes que
disparó un tsunami record, fue responsable del desastre ocurrido el 11 de
marzo de 2011 en Tohoku, Japón. Pero el impacto del desastre fue
incrementado por la acción humana (desarrollos urbanos e industriales) que
ignoró lecciones del pasado como las piedras recordatorias del tsunami a lo
largo de la costa de Tohoku. La tormenta Sandy que cayó sobre Manhattan
fue una coincidencia de dos sucesos meteorológicos extremos que
colisionaron sobre una zona urbana densamente construida donde muchos
equipos eléctricos y de tecnología informática se instalaron en salas
subterráneas en lugar de (costosos) pisos altos. Aunque los peligros
provenientes de la naturaleza y la sociedad se están desarrollando lenta y
gradualmente, sus impactos pueden ser súbitos y accidentales - tornados e
inundaciones repentinas; actos de terrorismo (11/9, delincuentes
cibernéticos, células terroristas latentes) y estarán normalmente
asegurados.
Las innovaciones radicales en ciencia y tecnología modifican las
características tanto de las oportunidades como de los riesgos, yendo de las
moléculas químicas a las nanopartículas, de la reproducción a los
organismos modificados genéticamente, de las baterías de plomo-ácido a
las de litio-ión son deliberadas, y podrán o no ser reversibles. La Reunión
Científica de The Geneva Association en 1987 sobre el futuro del desarme
nuclear tras el Acuerdo de Moscú que contó con líderes de primera línea
del Este y Oeste, llegó a la conclusión que tendremos que vivir con la
bomba porque desmantelar la última bomba necesitaría de la absoluta
confianza y convicción que las demás naciones harían lo mismo; un solo
tramposo dominaría o aterrorizaría al mundo.
En la naturaleza y la sociedad así como en ciencia y tecnología la
adaptación es una opción valiosa y proactiva, pero también trae consigo
cambios en el comportamiento de las personas. No construir en llanuras
inundables o no utilizar la energía nuclear significa renunciar a
oportunidades económicas a cambio de prevenir potenciales peligros. Esto
nos retrotrae a una de las primeras lecciones que me enseñaron sobre
gestión de riesgos: cien gramos de prevención valen un kilogramo de cura;
pero la prevención debe pagarse al contado y puede conducir a alternativas
con peligros y oportunidades desconocidos.
¿Cuál es, entonces, mi conclusión después de 25 años de observar riesgos?
• La gestión de riesgos es una aproximación al equilibrio entre riesgo y
oportunidad y también una cuestión cultural; los europeos buscan los
mayores peligros y esto conduce a la aversión al riesgo y la pérdida de
competitividad. En Asia y EE.UU. buscan las mayores oportunidades y
logran rapidez en el desarrollo técnico pero subestimando los potenciales
riesgos.
• Los periodistas escriben sobre riesgos conocidos, y los sucesos del
miércoles 13 de febrero de 2013 son un excelente ejemplo. Durante
semanas periódicos en todo el mundo escribieron sobre un asteroide que
pasaría muy cerca de la Tierra con consecuencias potencialmente
catastróficas, pero nadie advirtió la llegada de un meteorito que golpeó a
Rusia causando enormes daños materiales y lesionando a 500 personas
apenas unas horas antes de que el primero pasase nuestro planeta.
• Esperar lo inesperado, pensar lo impensable y recordar la Ley de Murphy.
Un ejemplo es el malestar social: el elevado desempleo juvenil o la falta de
un futuro personal dan lugar a potenciales explosiones tanto en países
menos desarrollados como en los más industrializados. ¿Pero a quién le
corresponde desarmar la bomba y cómo puede hacerse?
• Aumentar la resiliencia societaria. Las medidas de adaptación tienen
sentido cualquiera sea la causa; muchos desastres no son previsibles y
tampoco su impacto. El seguro es, pues, parte de la resiliencia pues juega
un rol clave al permitir la reconstrucción económica tras un desastre y
acelerar el retorno de la sociedad a la ‘normalidad’.
• Las catástrofes son desastres sólo si afectan a las personas o sus bienes.
Las medidas de adaptación deben incluir la opción de ponerse a salvo y el
seguro puede tener un papel en esto y debe actuar para alentar esta opción.
• Vulnerabilidad y resiliencia son dos caras de la misma moneda. El seguro
debe centrarse en incrementar la resiliencia societaria y promover medidas
de adaptación para reducir el impacto de los desastres, pues las
vulnerabilidades societarias provienen de una combinación de potenciales
‘agresores’ (p.e. terroristas, pobreza) y ‘víctimas’ (redes técnicas,
poblaciones que envejecen) que a su vez evolucionan constantemente.
• El seguro podría vender mejor sus contribuciones al bienestar de la gente
y la resiliencia societaria y The Geneva Association se centrará en apoyar
lo que la industria para lograrlo.
The Geneva Association Lanza un Nuevo Informe
El 27 de marzo pasado The Geneva Association dio a conocer su
informe Rentas Variables - Análisis de Estabilidad Financiera, en el que
se examinan las actuales características y gestión de estas rentas y su
potencial aporte a un riesgo sistémico.
El secretario General de The Geneva Association, John H. Fitzpatrick, dijo
que: “Las rentas variables llenan una apremiante necesidad social al ofrecer
a una población mundial en rápido envejecimiento un producto que brinda
seguridad en los ingresos durante la etapa pasiva. Bien administradas, las
rentas variables alivian el riesgo que corren millones de personas en todo el
mundo de sobrevivir su patrimonio durante el retiro. Nuestra investigación
presenta que en su actual formato las rentas variables muestran resiliencia
durante baches financieros y no tienen características que amenacen la
estabilidad financiera”.
Las conclusiones del informe incluyen los siguientes puntos:
Las rentas variables son productos regulados cuidadosamente. Los marcos
fijados para asignaciones a reservas y capital para respaldar las rentas
variables están claramente definidas en las jurisdicciones en las que están
actualmente disponibles tales como EE.UU., Canadá, Europa y China. La
normativa fue también objeto de nuevos fortalecimientos tras la crisis
financiera y las rentas variables son objeto de un seguimiento exhaustivo
por parte de los organismos de supervisión locales y de grupos que
someten habitualmente a las empresas a modelos internos y medidas
adicionales contra los riesgos que amenazan al capital económico.
Las rentas variables comparten muchas características de otros productos
de seguros. Estas rentas difieren de otros productos pues:
a) el asegurado dispone, dentro de ciertos límites, de mayores opciones con
respecto a sus beneficios durante la vigencia de la póliza; y
b) el valor de mercado de los fondos invertidos y sus respectivas garantías
y comisiones cuentan con mayor transparencia.
Aunque pueden parecer más complejos, los productos de renta variable
entrañan los mismos factores de riesgo que otros productos de vida y
ahorro y se manejan cuidadosamente para reducir la exposición a riesgos.
Los principales riesgos de las rentas variables son los riesgos de seguro,
mercado y conducta del asegurado. Los suscriptores de rentas variables han
desarrollado numerosas herramientas para manejar estos riesgos,
incluyendo diseño del producto, agrupación de riesgos, gestión de activos y
pasivos (ALM según su sigla en inglés) y un balance global diverso que
ofrece protecciones naturales.
Los suscriptores de rentas variables usan derivados para gestionar los
riesgos (protección), y no para especular. Los derivados se gestionan
activamente mediante programas y equipos de protección especializados.
De modo similar a otros productos de seguros, los suscriptores de rentas
variables siguen un rígido protocolo de gestión de activos y pasivos. Sin
embargo, la mayor flexibilidad del asegurado requiere una reevaluación
más frecuente de las posiciones de protección denominadas comúnmente
“protecciones dinámicas” . Los programas de protección dinámica no se
crean con el fin de obtener beneficios especulativos sino que están
diseñados y se aplican conforme a estrictas normas de gestión de riesgos
para mitigar las exposiciones de distintos movimientos del mercado que
emanan de las garantías otorgadas a los aseguradores.
Los derivados son instrumentos valiosos en la gestión de rentas variables.
El uso de derivados por parte de aseguradores representa una fracción del
total de mercados de derivados. Reseñas anuales de la Asociación
Nacional de Superintendentes de Seguros de EE.UU. (NAIC según su
denominación en inglés) y distintos informes de bancos de inversión sobre
el mercado de derivados indican que el total de posiciones en derivados de
la industria aseguradora de ese país (que comprende la totalidad de las
actividades de vida y ahorro) representa menos del 1% de los volúmenes
totales mundiales. Los programas de protección para rentas variables
operan empleando los instrumentos derivados más líquidos existentes en el
mundo que se operan en bolsas de valores y en transacciones directas (p.e.
operaciones a término con títulos del tesoro de EE.UU. y de las empresas
S&P500, swaps en dólares, euros y yenes, opciones sobre permutas
financieras (‘swaptions’) y opciones de venta sobre acciones). El uso de
derivados para gestionar cualquier negocio impulsado por pasivos (LDI) es
una sana práctica de riesgo que genera ninguna clase de riesgo sistémico
sin importar el volumen o interconexión de las carteras.
El uso de derivados para gestionar activos y pasivos (ALM) reduce el
riesgo sistémico y sustenta la solvencia de las aseguradoras. El uso de
derivados con fines de ALM reduce la volatilidad de los ingresos
económicos y el capital económico de una aseguradora reduciendo así
significativamente su riesgo de insolvencia [ver Fig. 8 y 13 en el reporte].
El empleo de derivados con fines de ALM tiene también un efecto
compensador para el riesgo sistémico. Si bien ha aumentado la
interconexión entre las aseguradoras y el sistema financiero, la posición de
solvencia de las aseguradoras mejora significativamente debido al efecto
estabilizador de los derivados sobre la volatilidad de las carteras,
reduciendo así sus posibilidades de quiebra y la exposición a riesgos
sistémicos. A la inversa, el suscriptor de rentas variables que no utiliza
derivados está expuesto a volatilidad y, en consecuencia, tiene la posición
opuesta con un mayor riesgo de insolvencia que no reduce necesariamente
su riesgo sistémico.
La diversificación existe dentro y a través de todas las categorías de
carteras de rentas variables y otros ramos de Vida y Ahorro. Como en
cualquier actividad de seguros las carteras de rentas variables están
diversificadas de distintas maneras incluyendo por ejemplo la cantidad de
pólizas, o momento de la venta y la variedad y características de los
productos. En la medida en que los suscriptores de rentas variables tengan
balances diversificados (como es el caso en las compañías multinacionales
que operan en distintos ramos), las pérdidas que resulten de la actividad en
rentas variables puede hallar protecciones naturales en otros ramos en que
se opere, como el caso del riesgo de mortalidad que compensa el riesgo de
longevidad, un típico componente de gran importancia en carteras de rentas
variables.
Daniel Haefeli, director del programa de investigación en Seguros y
Finanzas de The Geneva Association, agregó: “Era claro hacia fines de
2012 que las discusiones que se estaban llevando a cabo sobre riesgos de
seguro y sistémicos requerían un profundo análisis de las rentas variables.
Para abordar esta necesidad The Geneva Association contribuyó como este
amplio informe de investigación sobre los riesgos emanados de la
suscripción de rentas variables. También hemos llevado a cabo robustos
análisis de pruebas de esfuerzo sobre muestras representativas de carteras y
suscriptores de rentas variables. De todas las hipótesis de pruebas de
esfuerzo que hemos considerado en el informe sobre rentas variables y sus
suscriptores, nuestra investigación no indica que ninguno tenga el potencial
de crear o aumentar riesgos sistémicos para la industria aseguradora, el
sector de servicios financieros o la economía en general”.
Algunos Datos sobre Rentas Variables:
• EIOPA (2011), “Report on Variable Annuities” sostuvo que “las rentas
variables no presentan actualmente un riesgo sistémico para el sistema
financiero en general”.
https://eiopa.europa.eu/fileadmin/tx_dam/files/publications/reports/Reporton-Variable-Annuities.pdf (p. 66).
• Existen estudios que indican que las protecciones (Hedges) tuvieron una
efectividad del 93%, con un ahorro para la industria sólo durante el
bimestre septiembre/octubre 1988 alrededor de USD 40.000 millones son
causar dificultades a las contrapartes.
• Las reseñas anuales de NAIC y distintos informes sobre el mercado de
derivados de bancos de inversión indican que las posiciones sociales en
derivados del sector asegurador de EE.UU. (comprendiendo la totalidad de
las actividades de Vida y Ahorro) representa menos del 1% de los
volúmenes totales mundiales.
The Geneva Association
• Este es el 6º informe de la serie de The Geneva Association sobre
Estabilidad Financiera y Seguros. Durante los últimos tres años también se
dieron a conocer los siguientes cinco informes para desarrollar la
comprensión de la estabilidad financiera en seguros: Systemic Risk in
Insurance (Riesgo Sistémico en Seguros) (marzo 2010); Key Financial
Stability Issues in Insurance (Temas Clave sobre Estabilidad Financiera en
Seguros) (julio 2010); Considerations for Identifying Systemically
Important Financial Institutions in Insurance (Consideraciones para
Identificar Instituciones Financieras Sistémicamente Importantes en
Seguros (abril 2011); Insurance and Resolution in Light of the Systemic
Risk Debate (El Seguro y Resolución a la Luz del Debate sobre el Riesgo
Sistémicos (febrero 2012); Surrenders in the Life Insurance Industry and
their Impact on Liquidity (Rescates en Seguros de Vida y su Impacto en la
Liquidez) (agosto 2012). Además, se llevó a cabo una comparación de los
28 bancos identificados como de Importancia Sistémica Global y 28 de los
mayores aseguradores globales en un Análisis Cruzado de la Industria
Aseguradora publicado en diciembre de 2012 y actualizado en febrero de
2013.
• The Geneva Association cree que el desarrollo y promoción de políticas
efectivas de supervisión y regulación con el fin de reducir el riesgo
sistémico y abordar los vacíos informativos beneficia a todos los
involucrados, incluso el sector asegurador.
• The Geneva Association continúa promoviendo un abordaje basado en la
actividad para identificar potenciales Actividades con Riesgo Sistémico
(pSRA según su sigla en inglés) para luego determinar las mejores medidas
políticas para reducir el impacto de estas actividades en caso de convertirse
en SRA.
The Geneva Association Da a Conocer un Análisis sobre Riesgos de
Grupos (ComFrame)
El 18 de abril pasado The Geneva Association dio a conocer un
documento sobre la gestión de riesgos y capitales a nivel de grupos
aseguradores internacionalmente activos (Internationally Active
Insurance Groups - IAIGs). En este documento se busca dar apoyo a
las tratativas en curso en la Asociación Internacional de
Superintendentes de Seguros (IAIS) sobre un Marco Común para la
Supervisión de Grupos Aseguradores Internacionalmente Activos
(Common Framework for the Supervision of Internationally Active
Insurance Groups - ComFrame). El documento abarca una reseña
sobre las prácticas de gestión de riesgo y capital de 19 grandes grupos
aseguradores.
John H. Fitzpatrick, secretario General de The Geneva Association, dijo:
“ComFrame debe verse como un positivo paso adelante hacia una mejor y
mayor cooperación y coordinación de la supervisión de grupos
aseguradores internacionalmente activos. El desarrollo de un marco
regulatorio y de supervisión que se corresponda con el crecimiento
transfronterizo del sector asegurador irá en beneficio de todas las partes
interesadas. Ya existen sólidas prácticas y estándares regulatorios que
deberían servir como valiosos cimientos para la construcción del Marco
Común. El reto consiste en abarcar la diversidad de los regímenes
regulatorios y las resultantes prácticas de gestión de riesgos de las
empresas en todo el mundo convirtiéndolos en un marco común efectivo”.
Las principales conclusiones de esta reseña incluyen los siguientes
aspectos:
 Las HAIG aplican en todo el mundo diversas prácticas de gestión de
riesgos empresariales (ERM según su sigla en inglés) y gestión de capital;
ambas revelan similitudes en las prácticas aplicadas y diversidad que
reflejan características individuales de las empresas. Los grupos
aseguradores consideran que esto va en beneficio del mercado, pues la
aplicación de criterios uniformes en la gestión de riesgos introduce el
riesgo del comportamiento de manada y sus resultados.
 Los modelos internos, cuando se emplean, son vistos como un
componente integral de los procesos de conducción y guía de negocios.
Permiten una visión coherente a través de las unidades de negocios,
aseguran una correcta justificación de la naturaleza de largo plazo del
negocio asegurador y respalda la toma de decisiones estratégicas.
 Las IAIGs utilizan procesos (o están tomando medidas) para asegurar un
vínculo efectivo entre su gestión de riesgos y su gestión de capitales. Los
modelos internos, en los casos en que se utilizan, fueron desarrollados y
revisados en el tiempo para asegurar la adecuada captura de todos los
riesgos.
 La gran mayoría de las AIG realizan cálculos de capital a nivel grupal
como parte de su propia gestión basada en el valor, centrándose
especialmente en la conducción y guía de riesgos, aun en jurisdicciones en
las que no son obligatorios los cálculos de solvencia por grupo.
Kathrin Hoppe, co-editora del documento y experta en cuestiones de
regulación y supervisión en The Geneva Association, comentó: “Los
Directores de Riesgos entrevistados no consideraron que puedan
desarrollarse en el corto plazo estándares comunes para el capital de
grupos. Cualquier acción apresurada para desarrollar tales estándares
comunes podría dar lugar a consecuencias indeseadas y no buscadas. En su
opinión IAIS debería apuntar a reconocer los criterios de valuación
económica interna desarrollados por grupos para medir la exposición a
riesgo y evaluar la adecuación de los capitales de grupos. Debería
desarrollarse y acordarse un conjunto de principios concertados para
evaluar los capitales de grupos”.