Cómo Hacer de la Producción Ovina un Negocio muy Renta - Inia

ganadería y praderas
L
as explotaciones ovinas nacionales
se podrían clasificar según la capacidad productiva del suelo que
ocupan, pudiendo formarse dos grandes
categorías: con bajo potencial forrajero
(debido a sus condiciones de suelo y clima)
y con alto potencial de producción de forraje.
TierraAdentro
enero-febrero 2006
En el secano costero de la Región de Valparaíso, ovejas de raza compuesta producen 17 corderos
por hectárea en praderas de ballica anual y trébol subterráneo, con apoyo de avena grano.
Producción con bajo
potencial forrajero
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En esta categoría se encuentran principalmente las explotaciones ovinas de la
estepa patagónica y ciertas zonas del secano
interior de la zona central y la Región de
Coquimbo. En ellas la restricción de lluvias
hace muy complicado cambiar la actual
cubierta vegetal conformada por pastos
naturales que, si bien están adaptados a
las difíciles condiciones ambientales imperantes, son de muy baja productividad y
calidad nutritiva.
En las condiciones indicadas, las explotaciones se han especializado en la
producción de lana, y tienen la carne como
subproducto. En la Patagonia la gran extensión de los predios compensa la menguada
productividad de la pradera natural, al permitir un manejo extensivo con importantes
economías de escala en mano de obra,
gastos generales y otros. Allí las explotaciones se pueden describir como de doble
propósito pues la producción de carne tiene
un rol importante, que se suma al de la
lana.
Las restricciones nutricionales del ganado en épocas estratégicas para la reproducción —tales como encaste, último mes
de preñez y comienzo de lactancia— establecen un techo al número de corderos
logrados. La cantidad de nacimientos dobles
o mellizos se ve limitada y disminuye la
supervivencia de los corderos, con importantes pérdidas en los primeros días de
vida. Lo anterior, debido a una interacción
negativa entre mala nutrición (bajo peso de
nacimiento y poca leche disponible) y condiciones climáticas adversas (baja temperatura, viento, lluvia). Es difícil o muy caro
modificar la nutrición y el efecto del clima
en las explotaciones extensivas, de modo
que el número de corderos, el factor más
Cómo Hacer de la Producción
Ovina un Negocio muy Renta
Daniel Claro M.
Ingeniero Agrónomo, M. Agr. Sci.
[email protected]
INIA Rayentué
importante para que la carne sea el rubro
principal, tiene una restricción casi insalvable. Sin embargo, las explotaciones con
bajo potencial forrajero hoy día representan
más de la mitad de la producción de carne
ovina del país y casi el 100% de la exportación. Además, las razas laneras y de doble
propósito tienen limitaciones genéticas para
producción de carne, ya sea porque dan
pocos mellizos, son de crecimiento lento o
depositan una gran cantidad de tejido graso
a temprana edad y bajo peso. En consecuencia, el potencial de producción de carne
de estas zonas corresponde principalmente
a corderos livianos o de mediano peso. La
herramienta clave para mejorar los resultados en este medio es el uso de cruzamien-
tos terminales que permiten obtener corderos algo más pesados, con menos grasa y
cortes de mejor calidad. Se trata de una opción
más real que aumentar el número de corderos.
Producción con alto
potencial forrajero
En el país existen grandes extensiones
de terreno donde la investigación ha establecido un alto potencial para la producción
de forraje, con cifras superiores a las 8
toneladas de materia seca por hectárea y,
en zonas más privilegiadas, sobre 15 toneladas (zonas de riego o con buena pluviometría y distribución de las lluvias). Casi
todo ese potencial no se ha desarrollado,
porque los suelos tienen praderas naturales
TierraAdentro
n de Carne
able
con especies de poca productividad y, adicionalmente, baja calidad nutricional. Se
trata de una barrera de entrada a la modernidad que, una vez superada mediante el
establecimiento de praderas de alto rendimiento, dejará abierto el camino para la
producción eficiente y rentable de carne ovina.
En praderas de elevada calidad, el
ovino expresa todo su potencial cárnico,
con grandes ventajas sobre otros animales
domésticos. Los ovinos son capaces de
producir entre 1,8 y 2 corderos por vientre
encastado, la preñez dura sólo cinco meses
y los corderos nacidos pueden faenarse a
los tres a cinco meses de edad, según el
mercado de destino. Su alimento principal
es forraje de bajo costo, y el ciclo productivo
enero-febrero 2006
se completa en menos de un año, con alto
rendimiento de carne por hectárea. En
explotaciones aún más intensivas, se
puede aprovechar la característica de
ciclo sexual muy amplio de algunas razas,
en forma natural, cuando la latitud es
propicia (zona central) o utilizando un
estimulador hormonal del celo (zona sur),
para obtener un parto cada ocho meses.
Así el rubro se acerca a un manejo industrial, semejante a las aves y cerdos,
pudiendo abastecer el mercado con carne
fresca de cordero casi todo el año.
La producción especializada de carne
como rubro principal depende en primer
lugar de la cantidad de corderos producidos y también de su calidad, aspecto muy amplio, acorde al mercado objetivo.
Algunos mercados extranjeros exigen corderos ultra livianos o lechales,
con canales de 7 a 8 kilos, destacándose
el área del Mediterráneo. En esta categoría la producción nacional es ínfima,
concentrada en unos pocos productores
que abastecen a restoranes de la Región
Metropolitana.
El cordero liviano se sitúa entre los 10 y
12 kilos de canal. Corresponde a la mayor
parte de las exportaciones de las regiones australes.
El cordero mediano tiene canales de
13 a 15 kilos. Representa el prototipo
del mercado nacional de la zona centro,
aunque muchas veces con un exceso de
grasa por problemas de manejo e inadecuada genética.
Finalmente, existen corderos pesados y ultra pesados, con canales de 20
o más kilos de peso, de carne magra, y
grandes masas musculares. Son muy
demandados por los restoranes y por el
mercado norteamericano, que tiene un
potencial insospechado.
Hoy día la cantidad de corderos
producidos por hectárea determina
en gran medida el resultado económico.
Depende de tres principios básicos: la
carga animal, la prolificidad del vientre
y el manejo nutricional del rebaño (ver
artículo en la página 26). Las herramien-
ganadería y praderas
tas que permiten que el negocio ovino
pueda ser muy rentable en la actualidad son:
• Tener praderas de alta producción.
• Usar genética de alta prolificidad.
• Producir carne magra con altas ganancias diarias y con la calidad carnicera
de la canal que exige el mercado objetivo.
• Dar suplemento en fases críticas para
suplir el bajo aporte de las praderas y
potenciar la producción de mellizos.
Las praderas: pilar de la
modernización
Con buena alimentación no sólo los
mellizos se desarrollan sin problemas, sino que incluso los trillizos.
Es la clave del negocio.
Las praderas de alta productividad son
el pilar de la modernización. Permiten aumentar el tamaño de la empresa en muchas
veces, sin adquirir tierra, que hoy día resulta
de un costo elevado. A manera de ejemplo,
en el secano central una hectárea vale al
menos $600.000, produce 800 a 1.000 kilos
de forraje, medido como materia seca, y
soporta 0,8 a 1 oveja. Esa misma superficie,
con una pradera sembrada, puede producir
diez veces más forraje y de mucho mejor
calidad, con una inversión del orden de
$300.000. Para lograr algo similar, sería
necesario comprar 10 hectáreas adicionales
a un costo de $6.000.000 (como referencia,
el valor del dólar al momento de editar este
artículo era de $520).
El aumento de la carga animal gracias
a las buenas praderas permite manejar
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rebaños de sobre 1.000 cabezas en pequeñas superficies, con una notable economía de escala en los costos de suelo,
mano de obra, cercos y otros.
La productividad de la pradera no sólo
influye en la carga animal, sino que en
forma muy directa en la productividad
del ganado. La genética de punta no
puede expresar todo su potencial si la
nutrición es inadecuada, aspecto que se
soluciona con una buena pradera y un
adecuado programa de suplementación,
sobre la base de forraje conservado o
cultivos forrajeros, ya sea para consumo
directo o conservación.
cebada, por ejemplo. Se consumen enteros, sin necesidad de chancarlos ni
molerlos, son de un alto valor nutritivo,
fácil cosecha, almacenamiento, transporte y entrega.
Suplementación: el apoyo
en épocas críticas
1. Mejorar la cantidad de corderos vía
aumento de la prolificidad de los
vientres. Esta medida es de máxima
importancia, aunque sus resultados
no se aprecian de inmediato. Por
razones prácticas, sólo se puede
cambiar la genética por medio de
cruzamiento absorbente sobre los
vientres locales, cuyo resultado se
refleja en buena medida en las hijas,
o C1, y ya en plenitud en las nietas,
o C2. Se producen vientres híbridos
de alta prolificidad acorde con los
carneros utilizados.
2. Uso de cruzamiento terminal para
mejorar la calidad carnicera de los
corderos. No resulta en aumento
del número de corderos. Su efecto
es inmediato y se debe vender todos
los corderos, incluso las hembras.
El crecimiento de las praderas presenta curvas estacionales. Según la localidad, el crecimiento puede ser nulo
en ciertas épocas del año; por ejemplo,
por las bajas temperaturas invernales
en la zona austral, o por falta de lluvias
veraniegas en el secano central.
La época más crítica en la alimentación del vientre ovino es el período de
encaste o reproducción: desde 15 días
antes de colocar los carneros, hasta la
fecundación. La sobrealimentación permite aumentar en forma importante la
producción de óvulos y maximiza el número de mellizos. La alimentación en los
30 días antes del parto determina en
gran medida el peso del cordero al nacer
y su capacidad de supervivencia. También
determina la producción de leche, factor
igualmente clave en disminuir la mortalidad de los corderos y en acelerar su
crecimiento. Este aspecto cobra mayor
importancia en el caso de los mellizos,
por lo que no es aconsejable aumentar
la prolificidad si no se mejora la nutrición
preparto. Cuando se dispone de poco
forraje al momento del nacimiento, se
debe también suplementar con forraje
conservado a las ovejas para no afectar
su producción de leche.
Algunos granos generados en el predio como cultivo forrajero constituyen
un excelente alimento: lupino, avena y
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medos, mala calidad del cordero y otros.
Existen dos grandes líneas de trabajo
para la solución del problema:
• Inseminar o cruzar las ovejas locales
con carneros de razas prolíficas,
Border Leicester o Milchshaff, a manera de ejemplo, para formar un híbrido
simple que se puede estabilizar. Esta
opción es bastante sencilla. Basta
elegir la raza adecuada de carnero,
hacer la hibridación y estabilizar la
cruza.
• La otra alternativa es la formación
de un vientre “compuesto o sintético”
(ver artículo en la página 26). Ésta es
la herramienta preferida en los países
desarrollados, pues permite “fabricar”
el vientre más adecuado a las características locales.
El cambio genético: mellizos
y calidad del cordero
Es de muy bajo costo, considerando
que un carnero de buena genética cuesta
aproximadamente $200.000, tiene una
vida útil de cinco temporadas y puede
cubrir 50 ovejas por temporada. Con
respecto a este punto, se tiene dos líneas
de acción:
Herramientas genéticas
disponibles
A semejanza de otros rubros ganaderos
ya industrializados y de alta eficiencia,
como aves y cerdos, es fundamental
manejar una línea madre de alta prolificidad. Las razas locales producen muy
pocos mellizos. No existe en el mercado
el vientre perfecto o multipropósito,
pues las razas disponibles, además de
ser poco prolíficas, tienen otros defectos:
baja producción de leche, problemas de
cojeras al ser muy sensibles al foot–rot
o pudrición de la pezuña en terrenos hú-
El futuro del rubro ovino está principalmente en manos de la nueva generación de productores, que con
nueva tecnología se están incorporando hoy al negocio.
La formación de la línea materna sintética o compuesta, se basa en varios
principios genéticos de importancia: el
mecanismo de herencia aditiva, la complementariedad de las razas elegidas, el efecto
del hibridismo o heterosis y la selección.
Afortunadamente, en el ovino los principales caracteres productivos (prolificidad,
ganancia de peso, producción de leche)
tienen herencia aditiva, por depender de
una gran cantidad de genes, de modo que
los C1 o híbridos de primera cruza, están
estabilizados y al cruzarse entre sí no disgregan, manteniendo una gran uniformidad.
TierraAdentro
De hecho, la variabilidad entre individuos
de una raza pura para estos caracteres es
igual o superior a la observada en los híbridos de dos razas complementarias.
La complementariedad de razas es
fundamental al efectuar la elección para
formar un compuesto. Para ello, se necesita elegir razas destacadas en alguna
característica importante. Por ejemplo
para prolificidad resaltan Finnish Landrace, Milchshaff, Border Leicester. Para
ciclo sexual amplio sobresalen Merino
Precoz y Dorset Down. En producción de
leche, Milchshaff supera a todas las
razas, mientras que en supervivencia de
los recién nacidos, a pesar de su tamaño
pequeño, Finnish Landrace sobresale. En
el carácter magro destacan Finnish Landrace y Milchshaff.
Los factores no deseados en algunas
razas pueden ser compensados al manejar la complementariedad. Por ejemplo,
Finnish Landrace produce corderos muy
pequeños y de mala conformación, lo
que se corrige con la incorporación de
Dorset Down. El ciclo sexual restringido
y tardío de Border Leicester se compensa
con Merino y Dorset Down.
Es muy importante tener claro el
objetivo de la producción de cada predio
en particular, a fin de formar el compuesto más apropiado.
La heterosis es responsable en gran
medida del éxito de las razas compuestas, debido a que en un solo cruzamiento
se aumenta la prolificidad en 30 a 40
puntos, lo cual en un proceso de selección riguroso demoraría más de 50 años.
La prolificidad, o capacidad de producir
mellizos en la hembra híbrida resultante,
es el valor promedio de los padres componentes, multiplicado por un factor especial acorde al número de razas participantes, que es el efecto propio de la
hibridación.
Con el empleo de dos razas, la prolificidad es igual al promedio de las razas
componentes multiplicado por 1,03. Al
incorporar tres razas, el resultado es el
promedio multiplicado por 1,13. El máximo de heterosis se logra con cuatro com-
Una buena pradera es fundamental
para modernizar el sistema
productivo ovino. Es importante el
aporte de gramíneas en el
crecimiento invernal.
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ganadería y praderas
de alto potencial forrajero, utilizando
ponentes, donde el promedio se multiplilas ventajas competitivas frente a
ca por 1,27. Más componentes no auotras especies ganaderas. Los mermentan la heterosis, pero sí se avanza
cados internacionales están abiertos,
en la complementariedad de razas.
la demanda por productos de calidad
La selección es poco efectiva como
es alta y los precios son atractivos.
herramienta aislada de mejoramiento,
También el mercado nacional resulta
por la lentitud de sus resultados. Pero
de interés, ya que la
adquiere gran valor
carne de cordero se
para evitar perder
Los mercados
buena parte del
internacionales están ha posicionado como
efecto logrado por
abiertos, la demanda u n p l a t o f i n o e n
restoranes de catela heterosis, al ir
por productos de
goría. El cordero
aumentando la
calidad es alta y los
consanguinidad del
precios son atractivos también es habitual
en todo buen asado
ganado compuesto.
entre amigos.
Por ello, al tener ya
Para rentabilizar el negocio de carne
formado el nuevo rebaño hay que seovina, se requiere aumentar en forma
leccionar —particularmente los carnemuy significativa la cantidad de corros, por su gran impacto— de forma
deros producidos e incorporar el conde elegir sólo mellizos. También es
cepto de calidad, particularmente
importante utilizar un número adecuareduciendo el contenido graso y audo de carneros, superior a ocho ejemmentando la masa muscular (ver páplares, para evitar un grado muy próxigina 26).
mo de parentesco entre los
Aprovechar esta gran oportunicomponentes del rebaño.
dad requiere un profundo cambio tecnológico y de actitud de parte de los
El futuro: en manos de
los propios productores productores, donde los más jóvenes
están más proclives a emprender el
La producción intensiva de carne
desafío.
ovina es prometedora en las zonas
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