¿CÓMO APRENDEN LOS SERES HUMANOS? PRINCIPIOS QUE

La enseñanza centrada en el aprendizaje. El fundamento
psicopedagógico de las competencias
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El aprendizaje depende primordialmente de las acciones del estudiante
(Cross, 1993 citado por Hativa, 2000).
¿CÓMO APRENDEN LOS SERES HUMANOS? PRINCIPIOS QUE
FUNDAMENTAN LA ENSEÑANZA CENTRADA EN EL
APRENDIZAJE
Algunos consideran a la enseñanza un arte y es probable que existan razones
para pensar de esa forma; lo cierto es que ha constituido un objeto de
indagación científica: desde hace más de cien años se han investigado sus
peculiaridades y características. Una preocupación constante ha sido el tratar
de identificar los mecanismos que la hacen más efectiva, definiéndola como
aquella que facilita el aprendizaje por parte de los alumnos de los contenidos
escolares. La investigación ha buscado conocer sus principales cualidades
utilizando un proceso científico riguroso, cuya finalidad es aplicar los principios
descubiertos para mejorarla. Al hacerlo así, se cuenta con la ventaja de
disponer de un conocimiento resultado de una metodología que lo comprueba y
valida, en contraste con lo derivado del sentido común, que podría ser
interesante pero sin ser probado sistemáticamente y que muchas veces
constituyen
afirmaciones
sin
fundamento.
Estudiar
la
enseñanza
ha
representado todo un reto para la investigación psicoeducativa, tal como lo
señaló Hargreaves (1998):
Uno de los fines fundamentales de la práctica y la investigación educativa es el
perfeccionamiento del aprendizaje. Pero, detrás del dominio del aprendizaje se
esconde el misterio de la enseñanza. Comprenderla y desenmascarar los misterios de
su práctica ha constituido un persistente y formidable desafío para quienes han
intentado mejorar la calidad de la enseñanza y del aprendizaje en el transcurso de los
años (p. 165).
La investigación ha venido desentrañando este “misterio”; aunque todavía
queda mucho por averiguar, hay muchos temas inciertos y poco claros; pero es
verdad que ahora hemos acumulado un corpus de conocimiento acerca de
cómo es que las personas aprenden mejor y disponemos de un conjunto de
principios, los cuales nos sugieren mecanismos y estrategias que, bien
aplicados, hacen más probable el aprendizaje de los educandos.
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Mtro Jesús Carlos Guzmán
Una enseñanza eficaz desde la perspectiva de la ECA precisa la plena
comprensión por parte de los docentes de los mecanismos que explican cómo
aprenden las personas, ya que mediante este dominio tendrán mejores
elementos para ayudar a sus estudiantes a realizar este proceso, además les
servirá para identificar los posibles obstáculos al aprendizaje, podrán explicar lo
que pasa en su clase; pero sobre todo, basarán sus acciones docentes de
acuerdo con estos principios y conocerán las razones por las cuáles ciertas
estrategias de enseñanza, como son las activas, son más adecuadas que
otras para que los estudiantes alcancen una compleja y profunda comprensión.
Por ello, esperamos que mediante el pleno conocimiento de los principios
expuestos a continuación, se pueda hacer un uso creativo de los mismos en su
salón de clase, aceptando lo dicho antes respecto a que en la docencia no hay
“recetas de cocina”; por ello se ofrecen visiones, estrategias y métodos
didácticos para que cada profesor, con base a su experiencia y el profundo
conocimiento de sus alumnos y del contexto donde labora, realice las
adecuaciones y adaptaciones pertinentes. Antes de revisar los principios
describiremos la naturaleza general del aprendizaje.
6.1 Naturaleza del aprendizaje
Se define al aprendizaje como el mecanismo que logra cambiar lo que las
personas piensan, sienten y hacen (Bain, 2004); es decir, un buen aprendizaje
repercute en diferentes esferas del individuo, no sólo en lo cognoscitivo o
“académico”, sino también en sus acciones y sentimientos, sobre todo en su
visión del mundo. Pero ¿Cómo sabemos que alguien aprendió?: cuando es
capaz de ver la realidad de otra manera, cuando comprende cosas que antes
no comprendía, se fija en aspectos que antes pasaba por alto, profundiza en
las razones, causas y explicaciones de los fenómenos y los sucesos; y como
dijimos en el capítulo cuatro cuando puede aplicar a una situación similar lo
aprendido y sobre todo que cuando hace suyo el conocimiento. Otra forma de
saberlo es cuando se percata de su ignorancia. Tal como lo expresó el poeta
español Antonio Machado “Nuestras horas son minutos cuando esperamos
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psicopedagógico de las competencias
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saber y siglos cuando sabemos lo que se puede aprender”1. Por eso se dice
que la diferencia entre un sabio y un ignorante es que el primero tiene
conciencia de que no sabe y de todo lo que le faltaría por aprender, ya lo dijo
Sócrates: “Sólo sé que no sé nada”; en cambio, el segundo cree que lo conoce
todo por eso no necesita cambiar ni aprender nada de nadie más y, sobre todo,
es ignorante de su propia ignorancia.
El aprendizaje se distingue por ser un proceso activo ya que sin la participación
decidida e intencional del educando no podrá darse; quien, además, asume su
plena responsabilidad en ello y está dispuesto a realizar el esfuerzo necesario
para lograrlo; es complejo, ya que pasa por diferentes niveles de dificultad
creciente que van desde lo sencillo o elemental hasta lo profundo o superior, tal
como los revisamos en el capítulo cuatro; es integral porque, como ya se
mencionó, afecta diferentes aspectos de la persona: en sus pensamientos,
creencias, actitudes, formas de sentir, posturas ante la vida; de igual manera,
sus productos son diversos, pueden ser verbales, cognoscitivos, despliegue de
desempeños, mostrar actitudes positivas y, para su optimización, debe ser
auto-regulado o dirigido por el educando, quien necesita aprender a aprender.
Sobre varios de estos aspectos profundizaremos en el siguiente apartado.
6.2 Los principios del aprendizaje
Los principios son guías que dirigen y justifican las acciones y actividades, en
este caso describiremos los que la investigación ha demostrado favorecen al
aprendizaje. Los agruparemos en cuatro componentes, sin olvidar que cada
uno de ellos es igual de importante, aunque el más conocido es el
cognoscitivo, referido a lo intelectual, “académico” o racional; todavía muchos
lo consideran el único, pero los otros tres desempeñan un rol igual de
relevante, por lo cual destacaremos su función dentro del aprendizaje: los
factores afectivos, los referidos al desarrollo humano y social, y las
diferencias individuales, ellos aparecen en el esquema siguiente:
1
Antonio Machado (1934). Proverbios y cantares.
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Mtro Jesús Carlos Guzmán
Esquema 6
Reiteramos que ninguno es superior a otro, todos tienen el mismo peso y valor,
evidentemente según el tema por aprender, las metas de aprendizaje y el
contexto; uno de estos factores podrá cobrar más importancia que otros, pero
el aprendizaje final será en menor o mayor medida la confluencia de los cuatro.
Igual sucede con los principios, deben verse en su conjunto y nunca como
entes aislados, los desglosamos y definimos uno por uno para facilitar su
comprensión, pero deben de entenderse en su mutua interrelación. Los
principios son trece y los describiremos agrupados en las cuatro dimensiones
antes descritas.
Cuadro 6
Principios del aprendizaje agrupados por dimensiones
A. LA DIMENSIÓN COGNOSCITIVA
B) LA DIMENSIÓN AFECTIVA
1. Aprender es construir conocimientos
2. Lo aprendido se basa en lo
adquirido previamente.
3. Aprender es relacionar.
4. El aprendizaje está orientado a
7. Aprender es resultado del esfuerzo.
8. La motivación es causa y efecto del
aprendizaje.
9.El aprendizaje es favorecido y
estimulado en una atmósfera de
La enseñanza centrada en el aprendizaje. El fundamento
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metas
5. Aprender a aprender.
6. El aprendizaje es influido por el
contexto.
C.
LAS
DIMENSIONES
DEL
DESARROLLO HUMANO Y SOCIAL
11. El aprendizaje es afectado por los
factores del desarrollo humano.
12. El aprendizaje es influido por los
aspectos sociales.
respeto y apoyo
10.Las emociones favorecen
entorpecen el aprendizaje.
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o
D. LA DIMENSIÓN DE LAS
DIFERENCIAS INDIVIDUALES
13. El aprendizaje es un proceso
personal.
Finalmente, antes de presentar los principios del aprendizaje clasificados en los
componentes, se aclara que evidentemente no se podrá presentar todo lo que
se ha investigado por ser una tarea inabarcable; lo expuesto se basa en las
sistematizaciones realizadas por diferentes autores entre los que destacan las
de Coll y Solé (2001), los de Darling-Hammond (2001) a nivel de sistema
educativo, los planteados por Huba & Freed, (2002) -que hemos venido
citando-, los principios para un aprendizaje significativo elaborados por la
American Psychological Association (APA, citados por Hativa, 2000); la
propuesta de la National Research Council (2000) y las sugerencias Ramsden
(2007), entre otros.
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Mtro Jesús Carlos Guzmán
A) LA DIMENSIÓN COGNOSCITIVA
Los principios correspondientes a lo cognoscitivo se presentan en el cuadro .
Cuadro
1. Aprender es construir conocimientos. Ya que es un proceso de construir
significados a partir de la información y la experiencia, lo cual contradice la idea
del sentido común de concebirlo como una actividad pasiva, receptiva y
relativamente sencilla. Recordará que en el cuadro comparativo del capítulo
anterior se mencionaba que, para muchos, aprender es realizar “copias” de la
realidad, si esto sucediera así, bastaría con presentar muy bien la información
al estudiante para que él o ella la aprendan tal como la reciben, como si fueran
grabadoras. Para ilustrar que el proceso no ocurre de esta manera
recurriremos a una pequeña historia.
Había una vez en una escuela un alumno que iba a faltar pero para evitar
perderse la clase, le pidió a uno de sus amigosgrabarla. Su compañero accedió
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y así lo hizo por lo que le entregó la cinta la siguiente vez que se vieron, su
amigo se lo agradeció mucho. Sin embargo el que había realizado la grabación
se quedó pensando y se dijo “¡qué buena idea!, le voy a pedir a otro amigo que
me grabe las clases y así ya no asisto”. Como se fue corriendo la voz a otros
alumnos se les ocurrió lo mismo y la acción se fue generalizando, hasta que un
buen día entró el maestro a su salón, encontrando en los pupitres,en lugar de
estudiantes, sólo grabadoras. La historia termina así, con ese salón lleno de
grabadoras y en la mesa del maestro ¡otra grabadora!
Con esta historia pretendemos mostrar el hecho de que no somos grabadoras;
podemos, por nuestra dotación genética, percibir la información del medio
ambiente si no tenemos fallas en nuestro sistema sensorial, pero esa
información física no la procesamos de la misma manera. Aunque el estímulo
sea el mismo, cada uno de nosotros se fijará en ciertos aspectos y omitirá
otros, recordará unas cosas y olvidará otras; esas diferencias se explican por
las experiencias anteriores, intereses, expectativas, la atención prestada, nivel
de conocimiento, personalidad, etc. Por eso, si bien usted está leyendo este
libro, habrá aspectos que relacionará con lo aprendido en otros textos o cursos,
es probable que cuestione o reflexione sobre las ideas expuestas -ese ha sido
uno de los propósitos de los ejercicios- es posible que se sienta desafiado e
incluso habrá quien no esté de acuerdo con lo expuesto. Para otros, en
cambio, con este texto reafirmarán o profundizarán lo que ya saben. Se darán
cuenta que varias de las acciones aquí sugeridas ya las estaban aplicando en
su clase, a otros quizá les ayude a refinar lo que hacían. En fin, hay un sin
número de reacciones a la misma información, asimilada de múltiples formas
tan variadas como son las personas y sus historias. Todos estos son aspectos
del aprender, por eso es un fenómeno psicológico y no solamente físico; se
basa en él, pero no lo define.
Para ampliar este punto, se ejemplifica con lo señalado por Aebli (1988), quien
indica que si les describimos a un grupo de personas un objeto y luego les
pedimos que lo reproduzcan obtendremos diferentes representaciones y no
una única o “verdadera”. A esto precisamente se refieren los constructivistas
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Mtro Jesús Carlos Guzmán
cuando establecen que aprender es una construcción personal de significados
o cambio conceptual. Por ello, se requiere que el educando realice de manera
intencionada esta elaboración particular donde se conjuga la información
recibida con las experiencias vividas. Asumir plenamente este principio tiene
profundas implicaciones en la enseñanza, por qué si somos congruentes, para
aprender no bastaría con “darles clase” sino que el estudiante tendría que
implicarse activamente ya que es insuficiente ser receptor de la exposición del
docente.
2. Lo aprendido se basa en lo adquirido previamente. El proceso de
enseñanza debe comenzar con la identificación de lo que ya sabe el alumno;
en especial, de sus ideas previas. Todos tenemos nociones sobre algo aunque
conozcamos poco el tema, por eso debemos conocer las de nuestros alumnos
para fincar sobre ellas nuestra enseñanza; seguramente estas nociones o
pseudoconceptos serán simples, incorrectas o incompletas por eso se necesita
refinarlas por medio de la enseñanza, enriquecerlas para hacerlas más
profundas o complejas. Para pasar así de los procesos cognoscitivos
elementales a los profundos.
La relevancia de ligar el nuevo conocimiento con el existente fue destacada por
Ausubel (1976) quien afirmó: “si tuviésemos que reducir toda la psicología
educativa, en un sólo principio, enunciaríamos éste: el factor más importante
que influye en el aprendizaje es lo que el alumno ya sabe. Averigüe esto y
enseñe en consecuencia” (pág. 3).
Aprender es, por definición, encarar lo desconocido o lo que ignoramos. Como
dice Meirieu (2005) “en cada aprendizaje el alumno se enfrenta a algo que lo
supera” (pág. 25). Para adquirir lo nuevo se necesita, muchas veces, romper o
reacomodar lo que ya sabíamos porque ese saber puede ser un obstáculo para
dominar el contenido novedoso. Por ello, debemos identificar las ideas previas
de los estudiantes porque si no se cambiaron o “enriquecieron” no habrán
aprendido; o si lo hicieron fue un aprendizaje epidérmico porque no pasó de la
piel, algo superficial o momentáneo que se olvida después del examen. La
tarea de enseñanza bajo esta perspectiva es trabajar deliberadamente para
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lograr la modificación del conocimiento inicial de los estudiantes, para
conseguir lo que los constructivistas llaman el “cambio conceptual” que es
cuando, de manera intencionada, se les induce a transformar sus creencias y
nociones previas: éste es uno de los resultados de un buen aprendizaje.
Las acciones docentes entonces, estarán enfocadas en identificar las barreras
que impiden que el alumno comprenda. Donde las nociones erróneas o
incompletas sean sustituidas por los conceptos y principios correctos desde el
punto de vista disciplinar o científico. Si las visiones iniciales de los estudiantes
no son corregidas, puede suceder que sean incapaces de entender cabalmente
los nuevos conceptos enseñados o pueden aprender sólo los necesarios para
acreditar, pero volver a sus ideas iniciales en situaciones fuera de la escuela.
Es importante distinguir entre ideas y conocimientos previos. Las primeras,
como hemos venido explicando, son las nociones que tenemos sobre algo
aunque no lo conozcamos; en cambio, los conocimientos previos son lo que
hemos aprendido anteriormente y nos sirve de base para adquirir el nuevo
contenido. Una manera de identificarlos es realizando un examen diagnóstico
para que, tomando en cuenta sus resultados, acomodemos la enseñanza a lo
que dominan los alumnos, porque ocurre frecuentemente que no saben lo que
deberían y entonces tenemos que hacer un repaso o volver a revisarlos
contenidos hasta que los comprendan ya que, de no hacerlo, la planeación
hecha no podrá aplicarse. En síntesis, mientras las ideas previas son los
objetos a ser transformados mediante la enseñanza, los conocimientos previos
son nuestros “insumos” para empezar a hacerlo.
Por otra parte, Biggs y Tang (2009) sostienen que un aprendizaje es efectivo
cuando modifica la manera como vemos al mundo y para lograrlo no basta la
mera acumulación de conocimientos o de información, lo relevante es la
manera como estructuramos y reorganizamos esos conocimientos, ya que la
finalidad de la enseñanza es producir el cambio conceptual y éste se facilita
cuando están presentes las siguientes condiciones:
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Mtro Jesús Carlos Guzmán
•
Hay claridad tanto para el maestro como para los estudiantes acerca de
cuáles son los resultados deseados del aprendizaje, se sabe de
antemano a dónde se quiere llegar.
•
Los estudiantes se sienten comprometidos en adquirir ese aprendizaje,
lo cual tiene que ver con la motivación, que es tanto resultado de una
enseñanza efectiva como un requisito para la misma, como ampliaremos
en un siguiente apartado.
En resumen, una buena enseñanza requiere basarse en lo que ya domina el
estudiante, porque no se puede crear el nuevo conocimiento de la nada, sino
que debe apoyarse en lo existente. Para ampliar sobre el tema del papel de las
ideas previas se sugiere revisar Carlos (2006) y Benito (2009).
Antes de concluir este apartado, se destaca que una de las explicaciones del
fracaso académico expuesto en el capítulo 2, es que si los alumnos van
pasando de grado sin quedarse con los conocimientos revisados, no tendrán
las bases para poder asimilar los conocimientos más complejos y así se forma
un círculo vicioso: quienes saben poco van a aprender poco al ser escaso lo
que tienen para construir. Podemos ilustrar lo anterior mediante una metáfora:
es como si quisiéramos colocar libros en un estante, pero si éste no está o no
existe, no podremos hacerlo. Lo opuesto también es cierto, ya que pueden
crearse círculos virtuosos donde saber y dominar realmente lo enseñado, va a
incrementar la posibilidad de que esos alumnos aprendan más y mejor, porque
el saber más servirá para aprender más. Este es uno de los beneficios que una
buena enseñanza aporta, por eso es tan valorada y apreciada.
3. Aprender es relacionar. Aprender es fundamentalmente una acción que
involucra realizar conexiones tanto a nivel neuronal como conceptual -entre
ideas y significados-, como experencial -entre la mente y el medio ambiente,
entre uno mismo y los otros-. Mientras más vínculos realicemos entre los
conceptos, principios, ideas, emociones, perspectivas será mucho mejor. Entre
mayores aplicaciones y usos hagamos entre diferentes disciplinas, materias,
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temas o situaciones de la vida, mayor será el beneficio. Por eso en todo
momento debemos ayudar al alumno a hacer estas relaciones, vincular unos
conceptos con otros, encontrar las coincidencias entre materias y estimularlos
a ver las implicaciones de lo que está conociendo y revisando. Por ello,
algunos definen a la persona inteligente como aquella que encuentra las
mayores relaciones posibles entre los fenómenos, situaciones y hechos, la que
no se encierra en una disciplina sino descubre vínculos entre ellas, aunque
sean temas de naturaleza diferente, como entre el mundo social y el natural,
para mencionar un ejemplo.
Dewey (2004) ya enfatizaba este aspecto al pugnar por la continuidad entre los
saberes y cuando criticaba los dualismos o las separaciones que se hacían
entre el conocimiento empírico y el racional, entre las ciencias naturales y las
sociales, entre lo “académico” y el juego, entre el “cuerpo” y la “mente”, entre
los saberes de la escuelas y los externos a ella, entre lo valoral y disciplinario,
argumentando que estas divisiones se originaron desde los griegos para
separar a las personas de acuerdo con su clase social, pero que ahora con la
generalización de los valores democráticos, los avances científicos y del
conocimiento social constituían una obsolescencia, por eso las escuelas
debieran ser ese lugar donde todo lo anterior se fundiera.
Esa cualidad de interrelacionar es una de las ventajas de los mapas
conceptuales porque precisamente nos ayudan a que el alumno vincule
distintos tipos de conceptos en diferentes niveles. Ampliando lo anterior, esa es
una de las principales razones por las cuales en la Reforma Curricular de la
Educación Secundaria, se sugiere trabajar por proyectos y es, también, una
cualidad distintiva de los métodos activos, sobre los que ahondaremos en el
capítulo siete.
4.El aprendizaje está orientado a metas. La actividad del aprendizaje busca
deliberadamente la consecución de ciertas metas o propósitos, por ello deben
ser
metas
caracterizadas
por
ser
personalmente
importantes
y
de
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Mtro Jesús Carlos Guzmán
trascendencia
educativa
y
social.
Donde
el
estudiante
asume
la
responsabilidad por aprender.
Aceptando el hecho de que todos los docentes debemos cumplir con un
programa académico asignado en un plazo determinado (un ciclo escolar), hay
que hacer todo lo posible para vincular los contenidos con temas de interés y
provecho para los alumnos.
La importancia de ello es que necesitamos la motivación del alumno para
alcanzar las metas y cumplir con el programa, porque sin su concurso activo no
será posible hacerlo. Es necesario que lo enseñado tome en cuenta sus
necesidades e intereses, haciéndole sentir que va a ser importante para él y no
algo impuesto por otros. Así, en una Enseñanza Centrada en el Aprendizaje, el
maestro plantea metas de aprendizaje relevantes y pertinentes que impliquen
un reto, pero que sean realistas, todos los alumnos las conocen de antemano y
establece las condiciones y criterios para constatar su dominio. Luego hay que
seleccionar y aplicar las estrategias más adecuadas para la situación particular
de enseñanza, evaluando al término de ella si se lograron los propósitos
establecidos.
Al relacionar lo enseñado con los intereses y motivos del alumno se
incrementará su involucramiento y compromiso con la clase. Aquí se requiere
saber conjugar dos aspectos: la obligación del docente para enseñar
contenidos previamente determinados, y el respeto por los intereses y
necesidades del alumno. Sobre ellos ampliaremos en el capítulo diez al revisar
la integración entre estos puntos aparentemente contradictorios y que Meirieu
(2004) define como tensiones.
5. Aprender a aprender. Dado que aprender depende en última instancia del
educando, necesitamos convertirlo en un buen aprendiz, es decir, en un
aplicador eficaz de estrategias y métodos de aprendizaje; en un pensador que
utiliza estrategias de razonamiento, de solución de problemas y de creatividad
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para usarlas en situaciones novedosas para alcanzar las metas complejas de
aprendizaje.
El énfasis de que la educación debe fomentar estas habilidades, no sólo hacer
que el estudiante retenga información, adquiera datos o acumule muchos
conocimientos, es porque el caudal de información disponible en la actualidad
es inabarcable y hace imposible el tratar de aprehenderla. Lo mejor es
enseñarlos a buscar, organizar, sintetizar y dar sentido a la información. En ese
sentido, un mal uso del Internet puede tener efectos nocivos, lo cual ocurre
cuando los alumnos bajan información de sitios y tal cual la entregan al
maestro, sin haberla leído o intentado hacer un resumen personal; si el docente
acepta esa situación en poco ayudará al desarrollo de las habilidades
cognoscitivas de los estudiantes: la comprensión de la información todavía es
algo que el Google no puede hacer.
Otro factor es el avance científico-tecnológico que ocasiona un proceso
acelerado de producción de nuevos conocimientos, ante lo cual la escuela
siempre va a estar rezagada, nunca podrá estar a la par de los cambios y
nuevos avances, de ahí que sea una quimera cualquier actualización
disciplinaria. Ante esta situación, no podemos estar enseñando conocimientos
que al poco rato van a ser obsoletos y sustituidos por otros; sino enseñar a los
alumnos a dirigir su propio proceso de adquisición de conocimientos y así
prepararlos para saber enfrentar las demandas e incertidumbres del mundo
que les tocará vivir: de ahí el valor de enseñarles a aprender a aprender.
Esta necesidad la podemos ilustrar utilizando la fábula china que dice “Si a un
hambriento le das un pescado, le quitas el hambre ese día, pero si lo enseñas
a pescar, le quitas el hambre toda su vida”. Eso mismo necesitamos hacer con
nuestros educandos, en lugar de llenarlos de información hay que enseñarlos a
saber buscarla, seleccionarla, integrarla y utilizarla para sus necesidades de
aprendizaje.
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Para promover la autonomía intelectual del alumno, no es adecuado que
aprenda reglas y principios sin saber bien su significado, utilidad o aplicación,
sino que los comprenda y entienda sus implicaciones. Una manera de
favorecerlo es estimular a que reflexione sobre sus procesos de adquisición de
conocimientos, identifique los mecanismos empleados para aprender, se dé
cuenta de ellos, los tenga plenamente ubicados para, posteriormente,
emplearlos con plena conciencia y dominio.
La investigación ha encontrado que para hacer más eficiente el proceso de
aprender, el estudiante requiere monitorear su proceso, para identificar cuándo
necesita obtener mayor información y cómo relacionarla con lo que sabe. Este
diálogo interno se llama metacognición. Es la conciencia de saber que se sabe
y la claridad para identificar qué acciones debe realizar para adquirir mejor
aquello por aprender; es una actividad reflexiva sobre los propios procesos de
pensamiento para dirigir las operaciones mentales que facilitan la comprensión,
la creatividad y el pensamiento crítico. En ella están incluidas la habilidad
predictiva, explicarse a él mismo lo que está aprendiendo, percatarse de sus
fallas y corregirlas, tener la capacidad de plantearse metas y buscar
mecanismos para alcanzarlas. Un buen aprendizaje debe reflejar no sólo el
qué se aprende sino cómo se aprende.
Es de gran ayuda para su desarrollo intelectual que el alumno ubique aquellos
métodos y formas de pensamiento que le son más benéficas y se acomodan a
su modo de ser, estar abierto a recibir guía y retroalimentación del profesor.
Para hacerlo debe utilizar los temas propios de la materia o disciplina, ya que
estos procesos no se dan en el vacío sino precisan de los contenidos y así se
conjugan la adquisición de los contenidos curriculares con la aplicación de las
estrategias para aprender a aprender; o sea, el qué y el cómo recién
mencionados. Si lo consigue, entonces habrá desarrollado habilidades
cognoscitivas complejas para convertirse en un aprendiz estratégico y
autónomo, que sabrá dirigir adecuadamente su propio proceso de adquisición
de conocimientos.
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Los beneficios para el estudiante de lograrlo serán el tener un dominio
conceptual amplio y profundo de la disciplina, de la materia o del tema; se
habrá fomentado un pensamiento de alto nivel o sea el razonamiento, el
pensamiento crítico, la solución de problemas y la creatividad que, como
dijimos antes, en la actualidad son unas metas educativas muy apreciadas y de
impacto económico. O sea, habremos alcanzado el dominio de los procesos
cognoscitivos superiores descritos en el capítulo cuatro.
Es resumen, si fue un éxito el proceso autorregulatorio de aprendizaje el
estudiante deberá mostrar las siguientes habilidades:
•
Recopilar y analizar información, integrarla, darle un sentido y usarla
para resolver eficazmente los problemas planteados.
•
Comunicar, argumentar y justificar correctamente, de manera oral o
escrita, sus puntos de vista y las propuestas realizadas.
•
Demostrar por medio de sus decisiones y juicios una comprensión
profunda de los principios que rigen la vida humana y del mundo natural.
•
Trabajar de manera colaborativa y productiva con otros.
•
Perseverar para alcanzar sus metas no obstante las dificultades u
obstáculos enfrentados, así como superar los fracasos, saber elegir y
monitorear las acciones que harán más probable alcanzar metas de
largo plazo.
Todo lo anterior adaptado al nivel de desarrollo de los alumnos y del grado que
cursan.
6. El aprendizaje es influido por el contexto. Aprender es afectado tanto
para estimularlo o frenarlo por los factores situacionales como la cultura, el
contexto institucional, los saberes socioculturales, las normas, el avance
tecnológico, los usos y costumbres del lugar donde vive, etc. Sobre ellos
comentamos en el capítulo tres y cuatro. Muchas veces este tipo de aspectos
contextuales no son tomados en cuenta en la escuela. Por eso se pugna
porque la enseñanza, el aprendizaje y la evaluación ocurran en contextos
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reales o similares a aquellos donde se le pedirá al estudiante que muestre lo
aprendido. Esto esen contrapartida a muchas actividades que suceden en las
aulas, que sólo tienen importancia dentro de la propia institución escolar pero
poco valor fuera de ella, por eso se dice que muchas prácticas escolares son
arbitrarias, al convertirse en fines por sí mismas, alejadas del sentido de dar
una preparación para “la vida”.
De ahí que como educadores debemos cuestionarnos si lo que estamos
enseñando tendrá un valor importante mas allá de servir como elemento
propedéutico o de preparación para el siguiente nivel, en el sentido de darle
herramientas para incidir adecuadamente en los problemas y situaciones que
actualmente enfrenta para que lo enseñado se vincule con su entorno y vida
personal.
Los factores culturales pueden afectar tanto positiva como negativamente
dimensiones importantes del acto docente como son la motivación, el
compromiso del estudiante con el aprendizaje, entre ellas las aproximaciones
que tienen sobre él y que revisamos en el capítulo tres. Indudablemente tienen
un papel en la valoración que el alumno y su familia dan a la educación como
factor beneficioso para sus vidas, o por el contrario, de poca repercusión en
ellas. Esto fue denominado capital social en el capítulo 2.
Para concluir la revisión de los principios cognoscitivos del aprendizaje, se
señala que para lograr el aprendizaje de temas o de un campo disciplinario, los
alumnos necesiten: a) dominar profundamente los contenidos factuales y
conceptuales de esa área de conocimiento, por ello en la ECA el dominio
teórico es imprescindible, la diferencia con la educación tradicional es que toma
en cuenta otros tipos de contenidos, no se queda en los datos o hechos sino
los trasciende, da prioridad a los niveles cognoscitivos más complejos, así
como a las habilidades y actitudes, b) comprender los hechos y las ideas
dentro de un contexto o marco de referencia que les permita identificar
patrones, relaciones y discrepancias de la información; de esta manera, podrán
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ubicar con mayor claridad lo relevante de lo irrelevante, lo prioritario de lo
accesorio sin confundirse por el exceso de información y c) organizar su
conocimiento de forma tal que les posibilite recuperar con facilidad la
información pertinente para enfrentar cierta situación, por eso hay que ofrecer
pistas o ayudas para su recuperación.
B) LA DIMENSIÓN AFECTIVA
Reiteramos que aprender no es un proceso “frio” y racional, sino cargado de
emotividad, misma que puede impedirlo o favorecerlo, por eso hay que tomarla
en cuenta para hacer un manejo apropiado de las emociones, para ello se
ofrecerán algunos ejemplos de cómo hacerlo. Se comienza describiendo los
factores que impulsan el deseo por aprender y posteriormente las emociones
suscitadas por él. En el cuadro aparecen los principios relacionados con la
parte afectiva del aprendizaje.
Cuadro
7. Aprender es resultado del esfuerzo. Ya que no es un proceso fácil, ni lo
adquirido cae del cielo o “llega” sin más, el conocer requiere de determinación
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y carácter para no cejar en el empeño de dominar un cuerpo de conocimientos,
por lo cual una tarea del docente es hacerle ver esta situación al alumno, para
no engañarlo y esté preparado para lo que le espera. Aquí es donde entran en
juego los aspectos afectivos y motivacionales porque el estudiante debe estar
decidido a efectuar las acciones necesarias para aprender, comprometerse en
el esfuerzo de superar los obstáculos y no desanimarse ante los fracasos,
aspecto que profundizaremos en el siguiente apartado. En esta tarea ayuda
mucho el que las metas escolares sean de importancia para ellos, sólo así
estarán dispuestos a aceptar que el esfuerzo invertido vale la pena (Ver
principio 4). Para que el educando quiera hacer el esfuerzo requerido debemos
motivarlo, tema que abordaremos a continuación. No queremos dejar de
mencionar que obviamente el puro esfuerzo no es suficiente para aprender
sino se requiere que se conjugue con los principios de aprendizaje que
estamos revisando en este capítulo. Igualmente, tampoco que quiere dejar de
mencionar que para un alumno proveniente de un ambiente sociocultural
precario, le va resultar más difícil aprender y por lo tanto su dedicación tendrá
que ser mayor y también necesitará más apoyos y ayudas del docente.
8.La motivación es causa y efecto del aprendizaje. Motivar es un proceso
psicológico que explica la dirección, fuerza y mantenimiento de nuestros actos.
Nos da razones para entender por qué hacemos lo que hacemos, o nos
mantenemos realizando algo a pesar de las dificultades, también tiene que ver
con la dirección de nuestra conducta o por qué nos dirigimos a ciertas metas y
dejamos de lado otras.
Hoy en día este tema ha cobrado gran importancia, ya que lograr la motivación
es la dificultad más importante de la enseñanza del siglo XXI, al ser la apatía
de los estudiantes un problema mundial, así como su desinterés y aburrimiento
hacia todo lo escolar, a veces con razón. Por eso necesitamos encarar este
problema para hacer de la enseñanza una actividad placentera, amena y vital.
Como dijo un alumno “que dé gusto entrar a clase”.
La enseñanza centrada en el aprendizaje. El fundamento
psicopedagógico de las competencias
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Para comenzar tenemos que aceptar que los maestros ahora competimos con
otras actividades (videojuegos, internet, las redes sociales) mucho más
atractivas para los alumnos, por eso no debemos suponer que a ellos les
gustará nuestro tema tanto como a nosotros, sería más realista asumir lo
contrario; para esforzarnos entonces en explicitar las ventajas y beneficios
personales que van a obtener si adquieren los conocimientos, más allá del
elemento acreditador.
La motivación es causa y efecto del aprendizaje ya que es requisito para
lograrlo; a su vez, si lo adquirido fue interesante, grato y relevante para el
alumno incrementará posteriormente el deseo por aprender.
Los factores motivacionales son cruciales para el aprendizaje ya que afectan
las creencias que tienen los estudiantes sobre sí mismos como aprendices y la
naturaleza del aprendizaje y adoptan una postura simple o profunda sobre él,
tal como lo revisamos en el capítulo tres.
Se asume que los problemas motivacionales son de tipo sistémico, por ello hay
que intervenir sobre diferentes factores y poner en marcha simultáneamente
varias actividades, ya que los resultados de una afectan a otras, así la suma de
esfuerzos ayudarán al aprendizaje de los estudiantes. En el cuadro aparecen
los principales factores de la motivación escolar. Fue planteado por Santrock
(2002), quien los agrupa en dimensiones: el alumno, el maestro y el clima de
la clase, que se describen a continuación enfatizando, sobre todo, las referidas
a los alumnos.
Cuadro
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Mtro Jesús Carlos Guzmán
Basándonos
en
el
cuadro
anterior,
le
ofreceremos
una
serie
de
recomendaciones agrupadas en las tres dimensiones para ayudarle a enfrentar
problemas motivacionales. Un primer paso es reconocer que la motivación para
aprender está influida por los estados emocionales de la persona, por sus
actitudes, intereses, creencias y sus formas de aprender.
8.1 Factores motivacionales relacionados con el alumno
Un reto de la motivación es despertar en los alumnos el deseo de aprender,
uno de los resultados más bellos de la enseñanza es haber logrado que
nuestros alumnos amen el conocer por el conocer y disfruten el acto mismo de
aprender, independientemente de la calificación. Para apoyar este esfuerzo le
damos algunas recomendaciones:
8.1.1 Ayudarlos a establecer metas de aprendizaje relevantes y retadoras, pero
realistas y específicas. Como vimos en el principio cuatro, las metas dan
dirección a la conducta y encaminan nuestros esfuerzos, si no tenemos
claridad sobre ellas difícilmente sabremos a dónde queremos ir o si llegamos a
donde deseábamos arribar, tal como lo ilustra este diálogo extraído de Alicia en
el país de las maravillas entre el gato de Chesire y Alicia (Lewis, 1990, pág.
49):
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-“Podrías decirme, por favor, ¿cuál es el camino desde aquí?” -dijo Alicia.
-“Depende mucho de adonde quieras ir” -dijo el Gato.
-“No me importa mucho adónde” -dijo Alicia.
-“Entonces, tampoco importa qué camino sigas” -dijo el Gato.
El establecimiento de metas es algo esencial para el aprendizaje por dos
razones: una de ellas la acabamos de ilustrar con el diálogo ya que si no
sabemos a dónde vamos no podemos dirigir nuestras acciones; la segunda
razón es que será más probable despertar el entusiasmo de los educandos si
las metas se vinculan directamente con sus necesidades e intereses. Sin este
valor percibido por ellos será difícil lograr su compromiso con las acciones
escolares, no le verán sentido a lo que hacen en clase y tampoco asumirán la
responsabilidad para ello.
Así, las metas de aprendizaje deben ser personales, si bien deben basarse en
los propósitos del curso deben incorporar un compromiso individual a cumplir
mediante el mismo. Deben ser específicas y no planteadas en términos
generales o ambiguos como “quiero ser un buen estudiante”; sino hacerlo
mejor así: “al final del curso deseo haber aprendido a aplicar la trigonometría
para resolver problemas de la vida real”. Otra cualidad de las metas es ser
temporalmente próximas, no dejarse para un futuro indeterminado, sino indicar
un periodo específico como al final del semestre o ciclo escolar. Finalmente,
necesitan ser desafiantes e implicar un reto, es decir, no deben ser propósitos
que se logren fácilmente pero tampoco irreales, imposibles o lejos del alcance
de los estudiantes. Hay que buscar un término medio entre ambos polos; ser
un desafió pero que pueda lograrse con los recursos actuales del estudiante.
Un punto importante es quitar el “ego” en los resultados académicos, es decir,
que el estudiante no ponga su ser o persona en ellos. Los logros o fracasos
escolares no lo definen ni le dan valor como persona, son sólo actividades, sin
duda importantes, pero de ninguna manera determinan quien es él o ella. Por
eso, si no logra las metas escolares no debe sentirse un perdedor de la vida y
para que no vuelva a ocurrir debe alentársele a revisar sus acciones para
identificar lo que no hizo correctamente. Lo crucial es ayudarlo a tener claro lo
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Mtro Jesús Carlos Guzmán
que debe hacer y realizar su máximo esfuerzo para lograrlo en ocasiones
posteriores, tomando en cuenta que muchas veces el logro de las metas
depende de diversos factores y algunos escapan al control del alumno. Aún si
no lo logra, recordar que nada es un fracaso sí de él se extraen enseñanzas y
sirve para futuros retos.
Otra razón más para quitar el “ego” en los resultados del aprendizaje es que el
estudiante tomará como agresiones a su persona cualquier observación hecha
a sus realizaciones, tornando difícil y tensa la relación maestro-alumno; pero
sobre todo dificultará el proceso de retroalimentación que es vital para lograr el
aprendizaje como lo revisaremos en el siguiente capítulo.
8.1.2 Preferir la motivación intrínseca en el aprendizaje. La motivación está
influida por dos factores: uno extrínseco y otro intrínseco. El extrínseco es
cuando la conducta de la persona depende de si recibe o no reconocimientos
externos o para evitar sanciones. Estos premios y castigos suelen ser
efectivos, el problema es que cuando desaparecen, la gente deja de hacer lo
que hacía, ya que su conducta era controlada externamente.
En cambio, cuando el individuo actúa y no ceja en su empeño debido a que el
acto mismo de aprender -en este caso- es placentero y es secundario obtener
una calificación, la recompensa es hacer las cosas por hacerlas sin esperar
una gratificación externa. A este tipo de motivación regulado por factores
internos se le denomina motivación intrínseca. Su ventaja -a diferencia de la
extrínseca- es que la persona seguirá actuando como lo hacía pese a la
inexistencia
de
gratificaciones
o
sanciones
externas,
haciéndolo
por
convencimiento propio y no porque alguien se lo diga u ordene. Un ejemplo
claro de motivos intrínsecos son los hobbies o pasatiempos, ¡cuántos de
nosotros podemos pasar horas haciendo lo que nos gusta y no sentimos el
paso del tiempo! Los alumnos estarán motivados internamente cuando
disfruten el saber por el saber sin importar otro tipo de factores. Como
decíamos antes, una meta educativa importante es lograr precisamente que
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sea un placer el poder explicarse la razón de ser de los fenómenos, tanto del
mundo natural como social.
8.1.3 El papel de la atribución en el aprendizaje. Trata de dar respuesta a la
pregunta ¿a qué causa le atribuyo lo que me sucedió? Las personas
responden esta pregunta de dos maneras: unos piensan que se debe a las
acciones de los otros, a la suerte, a los astros, al influjo de amuletos, etc. En
estos casos la causa es externa a nosotros y poco podemos influir sobre ella.
En cambio, hay quienes piensan que lo sucedido en su vida es fruto directo de
sus actos, es resultado de lo hecho o dejado de hacer; es decir, no culpan a los
demás de lo que les sucede, asumen la responsabilidad de sus acciones tanto
de las que tienen efectos positivos como negativos.
Al tipo de causa al que atribuimos todo lo que nos sucede se le llama locus de
control, el cual puede ser de tipo externo, como fue el caso del primer ejemplo,
o interno como lo fue el segundo. SI nuestro locus es externo asumiremos poco
compromiso por nuestras acciones; en cambio, cuando es interno, sucede lo
contrario. La importancia de identificarlo es que si el locus de la persona es
externo explicará sus fracasos o éxitos en función de causas ajenas a ella y los
otros serán los causantes de sus desgracias. Al dar esa atribución espera que
la solución, el remedio o salvación vengan de fuera y no de él o ella. Actúan de
acuerdo con esta frase: “Los que deben cambiar son los demás no yo”. Para
empezar a resolver esta situación la persona debe modificar su locus de control
en la dirección explicada a continuación.
Si el locus es interno, el individuo hará un análisis realista de lo sucedido,
identificará el papel de los factores externos en lo acaecido y delimitará
claramente sus efectos. Una vez concluida esta autocrítica asumirá su
responsabilidad, procurará enmendar sus acciones a futuro, no le echará la
culpa a los demás sino que hará un balance objetivo de lo sucedido.
Es evidente que en todos los hechos de nuestra vida van a estar presentes
ambos factores y en ciertas circunstancias tendrá más peso uno sobre el otro,
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Mtro Jesús Carlos Guzmán
puede suceder que a veces los externos nos rebasan, tal como dijo el filósofo
inglés Bertrand Russell (1970, pág.123):
La felicidad para la mayor parte de los hombres y mujeres debe ser una conquista más
bien que un regalo de los dioses, y en esta conquista debe desempeñar un papel
importante el esfuerzo exterior e interior. Es evidente que la felicidad depende, en
parte, de las circunstancias y, en parte de uno mismo.
Hay situaciones que nos ocasionan perjuicios o daños sobre las cuales
tenemos muy poco control como son una catástrofe natural, un accidente o
enfermedad, una crisis económica mundial, los cambios climáticos, los
directivos que nos tocaron, etc., pero en otras el remedio está en nuestras
manos. Como dice Fernando Sabater (1991, pág. 171) “lo que somos es el
resultado de nuestras decisiones, de lo que hicimos o dejamos de hacer.
Responsabilidad es saber que cada uno de mis actos me va construyendo, me
va definiendo, me va inventando.” Si somos sinceros y francos con nosotros
mismos, nos daremos cuenta que mucho de lo bueno o malo que nos pasa se
debe en buena parte a nosotros.
En el caso educativo es muy diferente el manejo de las situaciones si el alumno
al reprobar un examen o el curso culpa al maestro de lo sucedido. La reacción
será distinta de aquél que reprobó por no haber estudiado lo suficiente y así lo
reconoce. Las soluciones para ambos eventos serán también distintas. El
alumno del primer caso dirá que él no tiene que cambiar nada, quien está mal
es el profesor, él o ella es sólo una “víctima”2. En sentido opuesto, al asumir
que lo sucedido se debió a acciones no hechas, aceptará sus omisiones y para
el próximo examen estudiará más, ya que el remedio para su situación está en
sus manos.
Por eso es importante identificar dónde está el locus de control de los alumnos,
así les ayudaremos en su proceso de maduración para volverlos, entre otras
características,
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responsables
de
sus
actos
y
capaces
de
afrontar
Esta situación se aplica bajo el supuesto de que el maestro actúo honestamente y cumplió
con sus responsabilidades.
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adecuadamente las consecuencias de los mismos haciéndolos personas
autónomas y autodirigidas. En resumen, la motivación de los alumnos tiende a
aumentar en la medida que reconocen que el éxito o fracaso escolar depende:
1) del esfuerzo que pongan en sus estudios y 2) de atribuir su éxito o fracaso a
factores internos (vgr. dedicación al estudio) y no a factores externos
cambiantes e incontrolables, como la buena o mala suerte, la poca ayuda
recibida por los amigos, el humor del profesor, o al clima, etc.
8.1.4 Expectativas de logro. Son muy importantes las ideas que el estudiante
tiene del aprendizaje como lo revisamos en el capítulo tres, pero también es
crucial el concepto que tiene de sí mismo como aprendiz; por ejemplo, si se
siente autoeficaz o sea, confiado en sus habilidades y estrategias o si, por el
contrario, desconfía de las mismas o asume que no las tiene. La autoeficacia
implica el sentirse competente o saber que se cuenta con las herramientas
para superar los retos académicos y lograr sus metas, en lugar de tener la
sensación de ser incapaz, rebasado y abrumado por las demandas
académicas y pensar que no cuenta con los recursos para afrontarlas. La
expectativa de logro se relaciona también con la confianza en sí mismo y con
una adecuada autoestima, que implica un conocimiento cabal de sus
cualidades y limitaciones; es juzgarse realistamente sin exagerar sus
capacidades creyendo que todo lo puede o, por el contrario, sentirse inseguro
de sus habilidades con la sensación de que las circunstancias lo superan y ser
tal su angustia que se “bloquea” o inmoviliza, ocasionando sentimientos de
frustración, desagrado e impotencia lo que, agravado, conduce al rechazo de
todo lo escolar.
En este punto no nos estamos refiriendo a las capacidades de los estudiantes,
el alumno puede tenerlas pero si es inseguro o con una baja autoestima no las
mostrará. Desafortunadamente, muchas veces los mensajes que reciben de su
entorno familiares son descalificatorios creándoles sentimientos de inseguridad
y poca confianza en sus habilidades. También ocurre en caso contrario, donde
el alumno soberbio pensará que todo lo puede, no medirá las consecuencias y
se meterá en problemas innecesarios además de no solucionar la situación.
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Mtro Jesús Carlos Guzmán
Por eso, lo mejor es ayudar al alumno a tener una imagen realista de sí mismo
y de sus cualidades, apoyarlo a ser objetivo sobre los recursos con los que
cuenta y a plantearse metas alcanzables.
Para estimular este nivel de logro con el alumno habrá que trabajar poco a
poco y paso a paso, ya que no es sencillo de conseguir sobre todo cuando su
situación socioeconómica es deficiente; por eso habrá que ayudarlo para que
logre diferenciar qué aspectos puede modificar pese a sus adversidades, para
ello el papel de los padres de familia es fundamental. El punto es no asumir
una posición fatalista ante estos factores externos, que sin duda afectan, pero
siempre algo se podrá hacer para disminuir sus efectos negativos.
8.2. Factores motivacionales relacionados con el maestro
Respecto a las acciones del profesor para incrementar la motivación, una de
ellas es crucial: el entusiasmo del maestro por su trabajo o enseñanza,
simplemente porque va a ser muy difícil motivar a los alumnos si el docente no
está motivado, si realiza su labor con desgano y muestra poco compromiso con
su trabajo. En cambio, si disfruta dar clase, ese sentimiento es transmitido a los
estudiantes y repercute en su motivación.
Otro principio es la comunicación, que significa ser claro en sus mensajes y en
las instrucciones dadas a los estudiantes, además de verificar que han sido
comprendidas. Algunos errores o fallas surgen porque no entendieron lo que se
les pedía o no les quedó clara la tarea que debían hacer.
Lo anterior es parte de la organización que debe tener respecto a las
actividades y tareas solicitadas a los estudiantes, sin mezclar actividades y
procurando dejar muy claro el objetivo de la tarea, los recursos y material por
utilizar, los plazos para cumplir con ella y las características del producto o
actividad que se entregará para ser evaluado.
La enseñanza centrada en el aprendizaje. El fundamento
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Por otro lado, los maestros deben recordar que son modelo para sus alumnos
tanto para ser dignos de emular o, por el contrario, de evitar; hay que tenerlo
presente para ser ejemplo de comportamientos y valores que se pregonan.
8.3. Factores motivacionales relacionados con el clima de la clase
Para lograrse adecuadamente requiere que el docente cree un clima favorable
que lo fomente, dé mutua confianza donde no existan el autoritarismo, las
amenazas, el miedo o la imposición, sino consensuar las reglas de
funcionamiento del curso, donde todos las respeten y cumplan, asumiendo las
consecuencias de no hacerlo. Por ser este otro de los principios del
aprendizaje no ahondaremos en este momento sino nos remitiremos al
principio más adelante.
Para terminar lo referido a la motivación para el aprendizaje, esperamos que
con las recomendaciones descritas, Usted cuente con mejores herramientas
para afrontar los problemas motivacionales de sus estudiantes. Le sugerimos
enfrentarlos siguiendo las tres dimensiones analizadas, diagnosticando el
problema y a partir de ello poner en práctica las sugerencias aquí expuestas,
las que considere pueden ser la solución. Lo que se trata es de crear un clima
donde el aprendizaje sea un proceso lúdico e interesante, grato para todos,
aunque aceptando que conseguirlo no es tarea fácil.
9. El aprendizaje es favorecido y estimulado en una atmósfera de respeto
y apoyo. Aprender es un proceso interpersonal el cual, para su pleno
desarrollo, precisa del apoyo de otros. Para llevarse adecuadamente requiere
que el docente cree un clima favorable, de mutua confianza donde no existan
el autoritarismo, las amenazas, el miedo o la imposición, caracterizado por el
respeto, el apoyo, el aprecio por el trabajo de los estudiantes, estimulando su
deseo de aprender y animándolos en todo momento para que su afán no
decaiga.
Este ambiente no es caótico ni se cae en el libertinaje, porque hay reglas claras
que son acatadas por todos. La gran diferencia es que no son impuestas, sino
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Mtro Jesús Carlos Guzmán
consensuadas entre el maestro y los alumnos, donde ellos entienden su razón
de ser y son cumplidas tanto por el docente como por los estudiantes,
asumiendo todos las consecuencias de su incumplimiento.
Cuando se crea una atmósfera de este tipo, los alumnos no temerán
equivocarse, todos se sentirán respetados y valorados. Tendrán la seguridad
de expresar libremente sus ideas, dudas o inquietudes sin el miedo de ser
ridiculizados o ignorados. Donde “equivocarse está permitido” y no va a pasar
nada salvo la corrección puntual y específica del maestro. El camino del
aprendizaje está lleno de baches, rutas erradas, avances, retrocesos y muchas
dudas, de ahí la necesidad de este tipo de atmósfera donde los estudiantes
aprendan de sus errores; la consigna debe ser “¡Retos elevados sí, alta
ansiedad no!” (Huba y Fred, 2000 pág. 36). Hay que saber distinguir cuando el
alumno no quiere participar o se rebela, lo que constituye un problema
disciplinario que tendría otras soluciones, de cuando el estudiante no puede, ya
que la tarea solicitada por el maestro está fuera de sus capacidades actuales y
cuya solución precisaría de aplicar los apoyos pedagógicos precisos.
Finalmente, la creación de una atmósfera propicia para el aprendizaje donde el
alumno se sienta a gusto, sin amenazas, donde sabe que contará con apoyo
para superar el enfrentarse a lo desconocido, a los retos que toda tarea de
aprendizaje demanda, ayudará a la motivación del alumno, tal como lo
señalamos en el principio anterior.
10. Las emociones favorecen o entorpecen el aprendizaje. Aprender nos
suscita diferentes sentimientos ya sean positivos o negativos como son el
placer, enojo, aburrimiento, discrepancia, gusto, ansiedad, etc. Las de tipo
positivo como la curiosidad, el gusto y el deseo incrementarán la motivación y
las ganas de aprender, sobre todo ayudarán a un desempeño eficaz. Por el
contrario, emociones negativas como el miedo, ansiedad excesiva, el coraje o
la inseguridad, generalmente, afectan la motivación, interfieren con el
aprendizaje y repercuten en un pobre rendimiento.
La enseñanza centrada en el aprendizaje. El fundamento
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De lo anterior se desprende que debemos estar muy atentos sobre el tipo de
emociones que despiertan tanto nuestro comportamiento como los temas o
contenidos revisados en los alumnos; habrá tópicos que los hagan confrontar
las ideas o creencias que tenían, cuestionándolas o abriéndoles perspectivas
que no tenían antes. En cambio, existirán otros temas con los que estén de
acuerdo y reafirmen lo que sabían, o se sientan atraídos hacia lo expuesto.
Igualmente, nuestras acciones y modos de actuar pueden producir molestia o
enojo, aunque también confianza y apego; así que debemos estar pendientes
del efecto que causa nuestra conducta en los estudiantes.
El maestro debe hacer un manejo adecuado de las emociones, reduciendo o
ayudando a superar las negativas y haciendo todo lo que esté a su alcance
para que lo enseñado sea grato y atractivo, estimulando la seguridad y
confianza del educando.
Igualmente, para favorecer la autonomía intelectual y moral del estudiante es
conveniente, si se dan las circunstancias, organizar debates y discusiones
donde los alumnos tengan oportunidad de manifestar adecuadamente sus
reacciones emocionales, ofreciendo razones o argumentos para fundamentar
lo expuesto. De esta manera tendrán muy claras las razones de sus creencias,
lo cual ayuda a la madurez, sobre todo cuando son capaces de modificar lo
que pensaban debido a que los argumentos de sus compañeros los
convencieron, sin tomar como afrenta personal las discrepancias u oposiciones
a sus puntos de vista. Por eso hay que evitar la idea de que “pierdo” si alguien
me convenció o me hizo modificar mis ideas -lo cual debería ser lo ideal en
todo debate y, si generalizamos, de una sociedad democrática- donde se
confrontan las diferentes posturas y al final de este proceso se llega a un
consenso donde están aglutinados e integrados los resultados del debate. Por
eso se dice que una mente inteligente es aquella capaz de aprovechar lo mejor
que los demás le ofrecen.
Incorporamos en este principio el tema que ha despertado interés en los
últimos años, el de la inteligencia emocional, que consideramos necesario
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Mtro Jesús Carlos Guzmán
revisar por que se vincula con las competencias de manejo de situaciones y,
sobre todo, con la de convivencia que aparecen en los nuevos programas.
La inteligencia emocional se define como la capacidad personal de comprender
tanto los propios sentimientos o emociones así como ser capaz de percibir
adecuadamente las de los demás, incluye también la facultad de hacer un
manejo adecuado de nuestras emociones de acuerdo con las circunstancias
(Salovey y Mayer 1990,citado por Coleman 1997). La importancia de la
inteligencia emocional es que repercute tanto positiva como negativamente en
muchas áreas de nuestra vida como son el trabajo, la familia, nuestras
relaciones personales y de pareja. En el caso educativo se ha encontrado que
tiene mayor incidencia para el logro académico y profesional que el Cociente
Intelectual (CI), es decir, personas con una buena inteligencia emocional
tendrán unas relaciones personales más satisfactorias, una mejor calidad de
vida y, muchas veces, mayor rendimiento escolar que aquellas muy inteligentes
pero con pobre inteligencia emocional.
Entre las repercusiones negativas de un mal manejo de la inteligencia
emocional se encuentran ciertas características que Guevara Niebla (2005)
denominó analfabetismo emocional, refiriéndose cuando las personas son
categóricos, que sólo ven las cosas de la vida como blanco o negro, “buenos”
vs. malos”; es decir, juzgan la situaciones y a las personas sin matices ni
puntos grises o intermedios, todo es una cosa o la otra; o egocéntricos, que se
consideran el centro del universo y con la tendencia de percibir los
acontecimientos como todo centrado en ellos, son incapaces de descentrarse o
ver
las
situaciones
desde
otras
perspectivas;
también
están
los
autoconfirmadores, quienes sólo se fijan en los hechos o en la información que
confirma sus aseveraciones y creencias, dejando de lado o sin tomar en cuenta
los hechos que las contradicen, aunque sean abrumadores o de plano
descalifican los resultados que contradicen lo que piensan. Precisamente una
de las funciones de la educación es combatir este tipo de mentalidad infantil,
modificarla constituye uno de los signos de madurez y ajuste personal.
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Dado el papel cada vez más importante que se le está dando a la inteligencia
emocional es que en el siguiente capítulo se revisarán algunas acciones para
aplicarla en el ámbito educativo para educar nuestras emociones.
Finalmente, en la relación con los alumnos hay que cuidar el modo como los
tratamos y las actitudes que tenemos hacia ellos, por eso debe evitarse caer en
las profecías auto cumplidas, definidas como aquellas ideas iniciales que se
tiene hacia un grupo y luego el docente se fija sólo cuando la conducta de los
alumnos concuerdan con la primera impresión. Por ejemplo, si les han dicho
que el grupo que le toca es muy indisciplinado, usted puede llegar con
prejuicios y estar demasiado sensible cuando los alumnos se portan mal, pero
no dar igual peso cuando no lo hacen. Cuando se tiene una opinión inicial
negativa o expectativas “hacia la baja” sobre nuestros alumnos tendrá el efecto
de producir precisamente ese resultado, ya que muy probablemente se harán
realidad al término del curso, cumpliéndose nuestra expectativa inicial. La
investigación sobre este tema ha demostrado que tener una opinión negativa
sobre un grupo de alumnos hace que el docente no realice el esfuerzo
necesario para sacarlos adelante y ante cualquier falla pensará “claro eso tenía
que pasar con alumnos tan deficientes, no se puede hacer nada por ellos” y
entonces realiza muy poco por corregir sus limitaciones. Las profecías auto
cumplidas funcionan tanto en sentido negativo -como lo acabamos de describircomo en positivo: también el tener altas expectativas de logro sobre nuestros
estudiantes hace que al final su rendimiento académico mejore.
Los dos últimos factores del aprendizaje aparecen en el cuadro .
Cuadro
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Mtro Jesús Carlos Guzmán
C)LAS DIMENSIONES DEL DESARROLLO HUMANO Y SOCIAL
11. El aprendizaje es afectado por los factores del desarrollo humano. Los
factores del desarrollo humano o psicológico en sus diferentes esferas:
biológica, física, lenguaje, emocional, intelectual, etc., son causa y efecto del
aprendizaje. Este puede favorecerlo o entorpecerlo, constreñirlo o estimularlo.
El desarrollo puede ser una frontera o un insumo pero un buen aprendizaje
siempre va a fortalecerlo y ampliarlo. De ahí que toda enseñanza deba partir de
lo que los alumnos saben o manejan y tomar en cuenta sus diferencias en el
dominio de los distintos aspectos del desarrollo. Algunos estudiantes tendrán
mayor capacidad en unas áreas y menos en otras; vgr. la intelectual, la
emocional, la motriz, etc. Entender estas diferencias hará que el maestro
pueda adecuar su enseñanza a los diferentes estilos de aprendizaje de los
educandos.
Si la enseñanza fue efectiva indudablemente repercutirá en mejorar todas las
esferas del desarrollo de los educandos. Esto es así ya que el estimular las
áreas de desarrollo repercutirá en que los estudiantes estén mejor preparados
para asimilar los nuevos conocimientos y otros más complejos. Recordar lo
dicho sobre los círculos viciosos y virtuosos según sean los antecedentes que
La enseñanza centrada en el aprendizaje. El fundamento
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tengan los alumnos, los cuales serán un apoyo y gran ayuda si la enseñanza
los ofreció o tuvieron un adecuado proceso de desarrollo, pero deficientes si lo
aprendido por el estudiante fue superficial, epidérmico o tuvieron carencias que
afectó su desarrollo psicológico.
Para realizar lo anterior, se demanda del profesor ser un experto en el
aprendizaje y en el desarrollo humano, empleando sus habilidades de
observación y análisis para averiguar lo que sus estudiantes saben, sienten y
piensan, empleando este conocimiento para crear situaciones de aprendizaje y
vincular lo nuevo con lo que ya se tiene.
En síntesis, la relevancia de tomar en cuenta los aspectos del desarrollo es que
los educandos aprenderán mejor si lo enseñado se adecua a su nivel de
desarrollo,pero, lo opuesto también es cierto, a un alumno con deficiencias en
su desarrollo le costará trabajo aprender o se le dificultará más. El profesor
identificando
estos
aspectos
tendrá
elementos
para
diseñar
mejores
estrategias instruccionales y utilizar aquellos materiales didácticos que sirvan
mejor considerando los tipos de estudiantes que tiene.
No quisieramos concluir destacando el papel tan importante que cumple el
docente al ser el primero en detectar a estudiantes con alguna discapacidad o
limitación y si es, así su papel de canalizarlo para recibir una atención
especializada o trabajar de manera interdisciplinaria con otros profesionales
para ayudar a los alumnos a potenciar sus capacidades hasta donde ellas lo
permitan.
12. El aprendizaje es influido por los aspectos sociales. El aprendizaje es
facilitado por las interacciones sociales, las relaciones interpersonales y la
comunicación con otros. Este aspecto es tan importante que hay toda una
corriente psicopedagógica llamada sociocultural que pone el acento en lo
social, su autor más representativo es Vygotsky quien formuló el concepto de
zona de desarrollo próximo (ZDP), plantea que hay un nivel actual que tienen
los alumnos pero hay otro que se puede alcanzar o arribar pero sólo podrán
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Mtro Jesús Carlos Guzmán
hacerlo con la ayuda de otros, de alguien experto o de quien sabe más sobre
ese tema. Dejados sin ese apoyo los estudiantes no podrán lograrlo o sería
muy difícil que lo alcanzaran. Por esta razón criticamos en el capítulo cinco la
noción de facilitador como abstinencia docente, ya que la ayuda del profesor es
insustituible para poder alcanzar ese nivel. Una vez recibido este apoyo el
alumno debe practicar, ser corregido hasta lograr el pleno dominio de la
ejecución. A partir de lo antes expuesto, desde esta perspectiva se define así a
la docencia: “enseñar consiste en asistir al aprendizaje a través de la zona de
desarrollo próximo (ZDP). Se puede decir que hay enseñanza cuando se
ofrece ayuda en algunos puntos de la ZDP en los que el aprendizaje necesita
de ese auxilio” (Gallimore y Tharp, 1993 p. 220).
Un ejemplo claro de la influencia de los aspectos sociales es el aprendizaje
colaborativo, entendido como aquel dónde los estudiantes aprenden entre sí y
no únicamente en función de lo que el profesor dice o hace dentro del salón de
clase. Cooperar es trabajar juntos para lograr metas compartidas, entre iguales,
donde todos se ayudan mutuamente y el destino de uno es la suerte de todos.
(Ver apartado 8.1).
Finalmente, el crucial papel que lo social en el amplio sentido del término tiene
sobre lo educativo fue expuesto claramente por Dewey (2004):
La verdadera naturaleza de la vida consiste en luchar por continuar siendo. Puesto
que esta continuación sólo puede asegurarse por renovaciones constantes, la vida es
un proceso de autorrenovación. Lo que la nutrición y reproducción son a la vida
fisiológica, es la educación a la vida social. Esta educación consiste primordialmente
en la transmisión mediante la comunicación. La comunicación es un proceso a
compartir la experiencia hasta que ésta se convierte en una posesión común (págs 1920).
Sin olvidar el papel primordial que la educación tiene en la socialización de las
personas, lo cual fue resaltado por Durkheim (2009) cuando aseveró que: “La
educación es la acción ejercida por las generaciones adultas sobre las que
todavía no están maduras para la vida social” (pág. 14).
D) LA DIMENSIÓN DE LAS DIFERENCIAS INDIVIDUALES
La enseñanza centrada en el aprendizaje. El fundamento
psicopedagógico de las competencias
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13. El aprendizaje es un proceso personal. Cada quien aprende de manera
diferente, no hay dos formas iguales de hacerlo ya que cada uno tiene distinto
estilo derivado de su origen socioeconómico, personalidad, experiencias de
aprendizaje y sus capacidades. Cada aprendizaje tiene su propio ADN o
huellas dactilares que lo hace único para quien lo vive. Como decíamos, una
de las funciones de la educación es favorecer cada una de las capacidades y
talentos con los que nacen las personas. La interacción entre las diferencias
individuales de los alumnos con las condiciones curriculares y culturales es uno
de los factores clave que los afectan, tal como lo revisamos en las
aproximaciones hacia el aprendizaje que tiene la institución escolar.
Si bien, la necesidad de la homogeneización del acto educativo, o de darle lo
mismo a todos en la enseñanza, es algo que ya Comenio había destacado; en
la actualidad se enfatiza que simultáneamente la enseñanza debe amoldarse a
las características (culturales, étnicas, de capacidades) de los alumnos. O sea,
hay que uniformar el acto docente, pero a la vez dar el toque individual que
cada alumno precisa y acomodar la enseñanza a su situación cultural y
socioeconómica específica. Lo anterior representa un reto importante para los
docentes, pero beneficiará a los alumnos haciendo que aumente su motivación
y rendimiento.
Valorar la diversidad. Tal como fue expresado por Meireau, uno de los
principales retos que tienen ahora las escuelas es acoplarse a los diferentes
tipos de capacidades e inteligencias de los educandos, por lo tanto la
enseñanza debe ser rica y variada. Darling-Hammond (2000) dice que los
profesores eficaces emplean una gama amplia de estrategias que se basan en
el conocimiento sobre sus estudiantes así como de sus formas de pensar y
aprender. Tal como ha sido destacado por varios de los autores aquí
mencionados, este proceso se enriquece cuando el profesor conecta el
aprendizaje con los procesos vitales y experiencias de sus estudiantes,
obteniendo un mejor rendimiento.
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Mtro Jesús Carlos Guzmán
La aceptación de la diversidad entre los alumnos tiene ventajas no sólo
académicas sino también interpersonales, por que vivirán el reto que significa
colaborar y trabajar con personas diferentes a ellos sin que signifique una
fuente de conflicto, sino algo que enriquecerá a todos. Así estamos fomentando
y viviendo el valor de la tolerancia, más que pregonarlo o aprenderlo
teóricamente.
En conclusión, en este capítulo se revisó el fundamento teórico y los resultados
de la investigación que sustentan la enseñanza centrada en el aprendizaje, se
tomaron como eje las cuatro dimensiones del aprendizaje, cuya comprensión
es necesariapara entender las estrategias didácticas derivas de ellas, tema de
los siguientes dos capítulos.
Actividades de reflexión capítulo 6
A partir de lo revisado en este capítulo, realice las siguientes actividades.
1. Definir en sus propias palabras cada una de las cuatro dimensiones del
aprendizaje recién descritas.
2. ¿Por qué un alumno no aprende? Analizar este problema mencionado al
menos tres principios que pudieran estar afectándolo.
3. Describa un problema de motivación que tiene con sus alumnos e
indique que podría hacer para solucionarlo aplicando lo revisado en este
capítulo