“¿cómo entonces no saben discernir el tiempo presente?” Lc 12, 54

“¿cómo entonces no saben discernir el tiempo presente?”
Lc 12, 54-59
Autor: Pedro Sergio Antonio Donoso Brant ocds
Lectio Divina
ES IMPORTANTE COMPRENDER LOS SIGNOS DE LOS TIEMPOS
Es importante comprender los signos de los tiempos, porque en el tiempo -y no fuera
de él, en la historicidad- es posible comprender las intenciones de Dios. Él, con su
próvido amor, actúa en todo tiempo. Y me llama, en este tiempo que me ha sido dado,
a leer los signos de salvación y también los de perdición, ambos típicos del «hoy». El
signo por excelencia es siempre, evidentemente, Cristo, con su misterio pascual. El
me salva a medida que, leyendo los signos y confrontándolos con la Palabra , dejo
que esta última dé fruto en mí y en mi tiempo, porque, al ponerla en práctica, permito
al poder de Dios que obre más allá de mis expectativas.
A buen seguro, un gran signo positivo de nuestro tiempo es la globalización, el paso
de un mundo dividido y fragmentado a ese otro al que M. McLuhan, gran teórico de la
comunicación, ha llamado «aldea global». Pues bien, los mismos instrumentos de
comunicación, cada día más poderosos, pueden facilitar enormemente la unificación
y, por consiguiente, la paz del mundo. Ahora bien, ¿con qué condiciones? Sólo con la
condición de que la persona humana (en particular el creyente) intente salir de la
fragmentación del individualismo y llegue a la unificación de su persona. Si mi
vocación es la de ser consciente de que, por la fe, Cristo habita en mi corazón y así,
arraigado y fundamentado en su caridad, puedo ser nuevamente colmado de toda la
plenitud de Dios, es en él donde me voy unificando en el corazón y en todas las
facultades y potencias, en toda mi persona. ¿Los medios? San Pablo nos los acaba
de indicar: la humildad, la amabilidad, la paciencia, el soportarse los unos a los otros
con amor.
Buscar todo lo que une y prescindir de lo que divide, como decía y practicaba el papa
Juan XXIII, es la clave que tenemos al alcance de nuestra mano para entrar e ir
realizando, día a día, un proyecto de unificación personal y comunitario, eclesial,
social y... planetario. De este modo, también mi tiempo, que se encuentra
sustancialmente bajo el signo de Jesús, se convierte para mí en un tiempo de días
claros, soleados por su salvación y por mi hacerme, en él y con él, instrumento de
unidad y de paz.
ORACION
Te pido, Señor, que me ayudes a prestar atención a los signos de mi tiempo. Sobre
todo a través del Espíritu Santo, que, en la Santísima Trinidad , es vínculo de unión
sustancial, haz que yo viva y obre apasionándome por la causa de la unidad como
respuesta a ese signo de mi tiempo que es la aspiración a la unificación del mundo.
Para ello, sin embargo, te ruego que me concedas un corazón leal y animoso, a fin de
que quiera convertir, mi ser, dividido y fragmentado con frecuencia, a la «única cosa
necesaria»: amarte a ti, Señor, y amar a todos y a cada uno en ti y por ti. Haz que
prescinda de todo lo que es causa de división y acoja y potencie todo lo que une en el
signo de tu poder obrador de salvación: tu muerte y resurrección.