Descargar discurso Sr. Washington Burghi - Cámara de Industrias

Día de la Industria y 114º Aniversario de la
Cámara de Industrias del Uruguay
12 de noviembre de 2012
Sr. Presidente de la República Oriental del Uruguay
Don José Mujica
Sr. Ministro de Industria, Energía y Minería,
Ing. Roberto Kreimerman
Sres. Legisladores,
Sra. Intendenta,
Autoridades Nacionales e Internacionales,
Industriales,
Amigos de la Prensa,
Señoras y Señores,
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Gracias a todos por acompañarnos hoy en una nueva
celebración del Día de la Industria y en un nuevo aniversario
de la Cámara de Industrias del Uruguay.
Hace 114 años, un grupo de casi 300 industriales, motivados
por algunos problemas comunes y con una gran visión para
mejorar el incipiente sector de la industria nacional, ponía el
ingrediente
principal
para
fundar
la
Unión
Industrial
Uruguaya. Ese ingrediente era el codo a codo, el trabajo de
equipo, la visión compartida de que se debían echar las bases
para que el país desarrollara su industria, se comenzaba a
escribir aquello de Industria activa, país próspero.
Hoy, más de un siglo después nos reunimos para celebrar lo
mismo, porque sentimos y trabajamos por lo mismo.
Sabemos de las raíces industriales del Sr. Ministro, también
conocemos el espíritu industrialista del Sr. Presidente. Pero,
me
permito
en
este
momento
ser
más
ambicioso,
necesitamos más.
Necesitamos que todo el gobierno crea en ese espíritu, crea
en la industria como motor para la generación de empleo de
calidad, crea en la industria como aporte fundamental de
valor agregado, porque allí es donde se juega el verdadero
crecimiento de muchos uruguayos y por lo tanto del país.
Todos debemos recordar que sin industria no hay desarrollo,
y no hay país desarrollado sin industria.
De la misma forma en que creemos en lo que hacemos,
estamos convencidos que si buscamos resultados diferentes a
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los
actuales,
debemos
poner
más
creatividad
en
las
propuestas, mayor riesgo en las decisiones y sobre todo
mucha ejecutividad.
Existen planteos y propuestas que van y vienen, y para que
prosperen, estas deben estar formuladas con contenido,
confiabilidad y credibilidad.
Los planteos, deben estar acordes con la realidad nacional,
reflejar un gran conocimiento de los temas involucrados,
coherencia con nuestras posibilidades como país y una gran
base
de
aprobación
en
todos
los
actores
afectados,
especialmente dentro del propio gobierno.
Me gustaría realizar un breve repaso de temas que son motivo
de diferentes posiciones, muchos de ellos sin un claro camino
de desarrollo.
En los últimos tiempos se nota un desmejoramiento de los
resultados de las políticas públicas, cuyos efectos se están
haciendo presentes en este año con una inflación persistente
y un desalineamiento del tipo de cambio real.
Insistimos para que Uruguay redoble sus esfuerzos para
aumentar la competitividad de su industria.
Otros de los obstáculos para el desarrollo de la industria
están en la educación de la población y la infraestructura de
uso público, que es en muchos casos escasa u obsoleta, y en
otros casos su utilización resulta más costosa que la de otros
países con los que competimos.
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Hoy nos consta que la educación es una preocupación para el
gobierno, y lo compartimos. Hemos visto otras realidades en
el mundo, algunas de ellas acompañando a las autoridades en
busca de atraer inversores a nuestro país. Esas otras
realidades nos confirman que quienes más han desarrollado
sus sistemas educativos y han apostado por la educación
permanente de sus colaboradores, son también quienes más
se han desarrollado económicamente.
No hay mucho más que discutir, pasemos a los hechos,
necesitamos cambios de enfoque, esos cambios se deben
ejecutar de la forma más eficiente y rápida posible.
Estamos todos de acuerdo que Uruguay debe seguir creciendo
hacia afuera. Pero no olvidemos que nuestro mercado interno
también existe y que es importante para la industria nacional,
y debemos cuidarlo; y subrayo debemos cuidarlo. Porque
representa alrededor del 55% del PBI industrial y porque es el
la base para poder proyectarnos hacia afuera. En ese mercado
las protagonistas son las PYMES. La mayoría de ellas, no
tienen la escala ni el desarrollo para mirar al exterior, pero
muchas son hoy, potencialmente empresas exportadoras que
desde el mercado interno se pueden proyectar a dar el paso
siguiente.
No debemos olvidarnos tampoco, que dentro de ese Mercado
Interno, tienen gran importancia las compras públicas. Vemos
a las mismas, como una herramienta idónea para el desarrollo
de la industria, especialmente para las de menor tamaño.
Por ello, sería muy positivo que el Ministerio de Economía y
Finanzas,
analice
nuevamente
la
negativa
a
nuestro
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planteamiento para corregir la doble exigencia simultánea
que
deben
cumplir
los
productos
nacionales
en
su
composición, a la hora de pretender hacer uso de la
preferencia a la industria nacional.
No deja de sorprendernos que al mismo tiempo se esté
promoviendo la aplicación del trato nacional a productos
importados, los que se verán beneficiados y tendrán así una
ventaja que la Industria nacional y el trabajo de los uruguayos
no va a tener.
El
Sr.
Presidente
de
la
República,
reiteró
en
varias
oportunidades que el mejor negocio para Uruguay es “subirse
al estribo” de Brasil. Existe un grupo de alto nivel negociando
una nueva modalidad de relacionamiento comercial con el
mayor socio del MERCOSUR, un “nuevo paradigma” según se
ha expresado.
Los mensajes dispares, el nivel de ambición, la expectativa
existente y el grado de ilusión que observamos por parte de
algunas autoridades nacionales, así como la falta de una
propuesta
escrita,
clara
y
concreta,
nos
hacen
estar
preocupados por los eventuales resultados.
El
encarar
una
negociación
de
tales
características,
profundizando condiciones y compromisos entre países tan
diferentes y con tantas asimetrías, se convierte en una tarea
de alto riesgo y muy compleja.
Por ello, aunque dicha negociación sea con carácter gradual y
se
puedan
implementar
en
forma
paralela
regímenes
especiales de compensación, en nuestra opinión, se debe
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escuchar atentamente los aportes de quienes llevan adelante
la integración real, los que están en el día a día, los que
arriesgan capital, los que generan comercio y empleo.
Entendemos que debemos extremar las precauciones para
que este camino de crecimiento sostenido para el país, sea
también para la industria toda.
El anuncio de que “ahora sí estaremos ante un mercado de
200 millones de habitantes”, a la luz de un proceso que ya
lleva más de dos décadas de historia, nos parece apresurado.
Tales apreciaciones las basamos en la experiencia vivida, que
ha demostrado claramente que los países no guían sus
destinos por amistad, sino por legítimos intereses.
Como en cada ocasión en la que hemos tenido el espacio y la
oportunidad de hacerlo, la Cámara de Industrias del Uruguay
hará
su
mayor
esfuerzo
y
contribuirá
con
el
equipo
negociador para obtener el mejor resultado posible en este
nuevo desafío, estando atenta a que instrumentos de
particular sensibilidad para el sector industrial uruguayo no
se vean comprometidos.
Apoyamos la búsqueda de nuevas oportunidades comerciales
para el país, nuevos mercados, nuevas modalidades de
relacionamiento, sobre todo, en la actual situación de nuestra
inserción internacional, con mercados complicados y un
MERCOSUR que dejo de existir tal como fue firmado.
El MERCOSUR que la Cámara de Industrias originalmente
avaló, ponía el foco en una integración prioritariamente
comercial, que permitía el mantenimiento y desarrollo de
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nuestro sector industrial, a través del acceso a un mercado
regional ampliado y a la consolidación de una plataforma
regional que prometía acceso en gran escala más allá del
bloque.
El actual MERCOSUR presenta una lógica de integración
totalmente diferente. Abunda la incertidumbre; no se acatan
los fallos arbitrales; se innova e improvisa en la búsqueda de
soluciones bilaterales donde la agenda de negociación
externa no muestra aspectos alentadores para la industria
nacional.
Hay cosas que no entendemos, cosas que no sabemos por
qué se hacen, por ejemplo:
Porqué nuestro gobierno no cumple con las recomendaciones
de la OIT en materia de legislación laboral. Como país
fundador de la OIT, hemos aceptado regir nuestras relaciones
laborales según sus principios, por ello, entendemos como
una obligación inexcusable aceptar su recomendación en
forma íntegra. Desde nuestro punto de vista cumplir con este
mandato, es una señal determinante para que las relaciones
laborales retomen un equilibrio que se ha perdido.
No comprendemos el alcance del FONDES, ya que realmente
no le vemos sentido a que este instrumento tan potente y tan
importante, solo pueda ser utilizado por determinado tipo de
empresas, debería alcanzar a todas las empresas que así lo
necesitaran, sin importar de quienes son y siempre que se
sustente el plan de trabajo y su repago para que otros
también puedan acceder al mismo.
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Tampoco entendemos la indiscriminada entrada de productos
al país, cuando muchos de ellos no cumplen con la normativa
vigente. Necesitamos reglas claras que sean cumplidas por
todos por igual.
El 2 de abril del año 2011, el Sr. Presidente de la República
decía en el Hotel Conrad “para que los inversores vengan a
Uruguay, hay que tener seriedad y cumplir con lo que
acordamos” y nosotros Sr. Presidente, suscribimos totalmente
sus palabras.
El solo hecho de que se realicen manifestaciones públicas por
algún integrante del gobierno, acerca de seguir gravando los
rendimientos del capital, es poner una sombra de duda sobre
lo
que
ha
sido
una
constante
en
nuestro
país,
el
mantenimiento de reglas, la institucionalidad, en definitiva la
confianza, lo que es esencial para mantener el sentido de lo
dicho por el Sr. Presidente en su momento.
En los últimos cinco años, la industria ha invertido cifras
record, debemos destacar que para que esto fuera posible, el
instrumento de la ley de inversiones fue fundamental, pero
para que esta tendencia se mantenga, debemos asegurarnos
principalmente,
competitividad, mercados y la firmeza del
gobierno para hacer cumplir los acuerdos contraídos por
nuestros socios comerciales. No debemos tener dudas en la
utilización
de
todos
los
instrumentos
legales
que
disponemos, más allá de que se entienda que puedan ser
lentos o de poca efectividad.
Uruguay
debe
propugnar
por
una
seria
y
certera
institucionalidad regional para que quien haya venido a
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invertir al país sienta que está respaldado y que aquí se
defiende su apuesta.
Hemos invertido mucho tiempo en la construcción de
confianzas, que nos acerquen a manejar propuestas buenas
para todos, fundamentalmente para los trabajadores y
empresarios, pero siento que queda aun mucho camino por
transitar.
Tiempo atrás planteamos, que no siempre el mundo nos
brindaría la oportunidad de crecer a la tasa que lo estábamos
haciendo. En ese momento consideramos oportuno abrir un
diálogo entre trabajadores, gobierno y empresarios, para
buscar
mecanismos
que
nos
permitieran
cuando
ese
crecimiento no fuera tan importante, transitar por caminos de
diálogo. Lamentablemente esa propuesta no obtuvo el
consenso necesario entre las partes.
Nuestra inquietud solamente buscaba impedir los efectos
negativos
que
tales
cambios
podrían
producir
en
las
relaciones laborales.
El país debe lograr institucionalizar el manejo del gasto
público y una nueva modalidad de negociación salarial que
sea lo suficientemente flexible para amortiguar eventuales
efectos
negativos
que
afecten
a
toda
la
economía.
Recordemos que el proceso que vive hoy el mundo, es largo y
nadie sabe cuando será su fin, en términos cronológicos y
económicos. Por ello Uruguay más que nunca debe tener la
flexibilidad necesaria para poder manejarse en este nuevo
escenario mundial.
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Se debatió en este último tiempo acerca de los incrementos
salariales atados a productividad, concepto que apoyamos y
compartimos y que teóricamente suena muy bien. Pero,
existen impedimentos reales para su aplicación.
Sabemos que diferentes áreas de una misma empresa tienen
productividad diferente y distintas formas de medir esa
productividad. Si eso lo pasamos a sectores, con distintos
tamaños de empresa, el tema se dificulta aun más. No es lo
mismo la productividad de una gran empresa, que la de una
de mediano o pequeño tamaño; por lo que buscar un índice
de ese tipo no es una tarea sencilla y seguramente será
injusto para los más chicos.
Es muy difícil encontrar un consenso para identificar un
número mágico que pueda satisfacer a todo un sector con la
misma exactitud y justicia.
Hay un trabajo muy grande por hacer entre todos para que
podamos en un futuro manejar estos elementos con mayor
comodidad y buscar puntos de encuentro para desarrollar
criterios que no contribuyan a una mayor distancia entre las
partes. Es muy importante que los lineamientos que se
manejan desde el gobierno, sean consistentes entre las
diferentes dependencias del mismo.
En lo referente a la política industrial, se vienen desplegando
nuevos instrumentos y programas que dan cuenta de un
mayor interés por el desarrollo del sector. Insistimos en la
importancia de mantener esta orientación para que se
transforme en una política de Estado de largo plazo y
fortalecer los instrumentos para profundizar su impacto y
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ensanchar su alcance, principalmente en lo que refiere al
fomento de la innovación, el desarrollo tecnológico, el
emprendedurismo
y
la
necesaria
promoción
de
las
exportaciones.
Para la creación de mejores y nuevas oportunidades laborales
es imprescindible contar con un entorno que fomente la
inversión, el crecimiento y la capacidad empresarial. Las
empresas sostenibles son fundamentales para el desarrollo
económico y la generación de oportunidades de empleo.
Estas, son la pieza fundamental para impulsar los objetivos
del Trabajo Decente, pues contribuyen a aumentar los niveles
de ingreso, luchar contra la pobreza, desarrollar sistemas de
seguridad social, y lo más importante: crear oportunidades de
crecimiento para nuestra gente.
Días pasados, las organizaciones de empleadores y de
trabajadores de los países de Iberoamérica firmamos una
declaración conjunta alertando sobre la necesidad de tomar
medidas para enfrentar los problemas que afectan el ingreso
de los jóvenes al mundo laboral. Problemas que preocupan a
nuestro país y que se observan también en toda la región.
Al respecto elevamos propuestas al gobierno tendientes a
atender esta situación, de las cuales esperamos recibir los
aportes del sector oficial, para continuar adelante con ellas.
Los empresarios podemos cumplir un rol fundamental, si los
programas y las políticas que se adopten son diseñados con
pragmatismo y sentido común, pensados para facilitar y
motivar el trabajo y la capacitación de nuestros jóvenes.
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Muchas veces me pregunto que queremos como industriales,
y mi respuesta es que queremos un país con las menores
desigualdades posibles, sobre la base de una sociedad
democrática, respetuosa de la Constitución y la ley, con reglas
claras que se prolonguen en el tiempo, con una economía
competitiva y predecible, negociando acuerdos con la mayor
cantidad de países posible, un país con una sólida base
industrial, sustentada sobre la educación y el conocimiento,
que apuesta a la calidad y respeta el medio ambiente.
También queremos un Estado compenetrado en apoyar esa
idea y decidido a brindar el marco adecuado para el
crecimiento de la industria.
Muchas gracias.
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