1. Espiritual

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CÓMO ESTUDIAR EL LIBRO DEL CURSO CAMBIO
¿QUÉ SE ESPERA QUE APRENDA?
Cuando me dispongo a trabajar, a analizar y a estudiar, el contenido del libro CURSO
DEL CAMBIO, la pregunta que acapara mi atención y que me conduce a considerar lo
que tengo en mis manos, es la de saber ¿qué es lo que debo de aprender, qué
lecciones debo de asimilar de todo este contenido?
Pero no bastará responder a la pregunta anterior, porque inmediatamente aparece otro
interrogante más intenso que el primero, el que me hace cuestionar ¿para qué tengo
que aprender, lo que se me propone que aprenda?
Dar respuesta correcta al segundo interrogante es lo prioritario, ya que la respuesta a
para qué tengo que aprender nos conduce a relacionar la pregunta con la Ley de
Evolución y Progreso, con la Ley de Amor Fraterno Cósmico y con la Ley de Afinidad
Vibratoria y, al hacerlo, nos permite adquirir un conocimiento de la LEY DIVINA que no
teníamos. La respuesta, por lo tanto, es para aprender el mecanismo de la Ley Divina,
para conocer, para asimilar y actuar, en perfecta armonía con la Ley.
Vemos tan importante y tan fundamental, el conocimiento de la Ley Divina, que nos
resulta imprescindible su conocimiento, para poder seguir un camino de progreso
armónico y constante. Su verdadera importancia la deducimos de la indicación que
Jesús hace al decirnos:
“Yo soy aquel que mi Padre enviara para daros su Ley”
Y vemos que la respuesta nos conduce a relacionarla, también, con la necesidad de
impulsar nuestro caminar evolutivo a través de todas las lecciones que debemos ir
aprendiendo en cada una de nuestras encarnaciones y en cada nivel evolutivo por el
cual tengamos que pasar y a entender, además, la razón por la cual estamos
encarnados ahora en un cuerpo físico que se encuentra en un Mundo de Expiación y
Prueba.
Yo deberé recordar que, en su día, cuando se publicó el ACTA MAGNA DEL CAMBIO
EVOLUTIVO, Jesús nos estaba indicando que el objetivo que se perseguía con ello
era el de que nuestro Ser interno, libremente, asumiese plenamente su contenido y
tomase la decisión de ser Instrumento de Su Misión Divina, que no es otra que la de
conducir a toda la Humanidad hacia niveles superiores de conciencia. La indicación de
Jesús nos conducía a unirnos con la decisión que ya habían asumido Seres
pertenecientes a grados de progreso superiores al nuestro. Estaba claro que Jesús
nos invitaba a tomar la mejor decisión que pudiese apoyar nuestra evolución espiritual
y nos conducía por el camino correcto del verdadero conocimiento.
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Debo entender que el libro del CURSO DEL CAMBIO es una continuación más
profunda y más concreta, del ACTA MAGNA DEL CAMBIO EVOLUTIVO y que
ambos escritos me conducen a sentir que ser un Instrumento de Jesús es el camino
más adecuado para mi progreso evolutivo, ya que Jesús nos dice:
“Yo camino por el sendero de la Verdad y la Luz resplandece en Mi, quién quiera
que me siga verá a Dios”
Y puesto que yo tengo que llegar a Dios, que es llegar a tener la Sabiduría Absoluta y
la Perfección Total y convertirme en ejecutor de Su Designio, porque para esto he sido
creado, lógicamente tendré que disponerme para estar unido a mi Maestro y recibir de
Él toda la orientación, todo el conocimiento y todas las lecciones, que deben impulsar
mi caminar evolutivo para que llegue al objetivo de mi creación.
Al poner atención en lo que Tefilo nos trasmite, siguiendo las orientaciones de Jesús,
veo que lo primero que tengo que tener presente es que ESTOY APRENDIENDO
CONTINUAMENTE, aunque yo no me dé cuenta de ello y no piense que sea así. Y
esta primera lección que nos da Tefilo la deberemos ver tan clara y tan lógica, porque,
es evidente, que para llegar al final de mí largo caminar evolutivo no tendré más
remedio que ir aprendiendo nuevas lecciones y nuevos conocimientos, que irán
formando mis grados de sabiduría hasta llegar a la Sabiduría Absoluta.
Si razonamos por qué continuamente tenemos que estar aprendiendo, nos bastará
pensar que siendo Dios Sabiduría Absoluta y, por lo tanto, Eterna e Infinita, no
alcanzaremos nunca toda la Sabiduría que es Él, porque siendo nosotros finitos, no
podremos llegar nunca a Dios que es Infinito, pero cada vez estaremos más llenos de
conocimiento y de dominio de la sabiduría. Estar aprendiendo continuamente es estar
aprendiendo eternamente.
Después de hacer el razonamiento anterior, no tendremos dudas de que ahora y aquí,
debemos activar nuestra voluntad para disponernos a APRENDER.
Podríamos decir que los razonamientos que hemos hecho hasta aquí han contestado
a la pregunta que nos formulábamos al principio y que era: ¿para qué tengo que
estudiar?
Ahora ya sabemos para qué tenemos que estudiar y la importancia fundamental que
tiene el aprender para nuestro caminar evolutivo.
El paso siguiente es formularnos de nuevo la pregunta: ¿qué es lo que debo
aprender?
Y la clara respuesta nos la da la información de Jesús que hemos visto antes, cuando
nos decía: “Mi Padre me enviado para daros SU LEY”. Nosotros deberemos razonar
lo indicado por Jesús y pensar:
“Debe ser muy importante el conocimiento de la Ley Divina para el Ser humano,
para que Tú, Maestro, hayas bajado desde el Mundo Crístico hasta nuestro
Mundo, soportando el peor de los suplicios, con el objetivo de darnos el
conocimiento de la Ley Divina”.
Por lo tanto, la primera lección de conocimiento que nos da Tefilo, en la que deberé
poner toda mi atención para razonarla, analizarla y aprenderla bien, es:
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LA LEY DIVINA
Con relación a la Ley Divina, al Amor y a Dios, tendré que recordar lo que se expuso
como la Trilogía que es Dios, en otras obras del Centro de Estudios de Ciencias
Universales. Recordemos que decíamos: Si le preguntásemos a Dios
Padre mío, Tú, ¿qué eres? la respuesta que recibiríamos sería: Soy AMOR y si le
continuásemos preguntando: ¿Cómo te manifiestas, cómo puedo verte?
Su respuesta sería: A través de la L E Y
Al razonar las preguntas y respuestas recibidas es cuando nos conduce a formular la
Trilogía que nos enseña que
Dios y el Amor es lo mismo
Dios y la Ley es lo mismo
El Amor y la Ley es lo mismo
Aunque nos cueste entender que la Ley es Dios, a causa del concepto sobre la Ley
que está en nuestros cerebros, deberemos trabajar bien firme para conseguir que esta
igualdad la veamos bien clara y la podamos asumir bien para aplicarla en nuestras
valoraciones materiales.
Tefilo al hacernos trabajar en el conocimiento de la Ley Divina nos está situando, muy
lentamente, en un nivel evolutivo superior al nuestro, en el nivel donde este concepto
está plenamente admitido. De manera que, por lo tanto, el trabajar sobre el
conocimiento de la Ley es estar trabajando en el conocimiento de Dios, porque Dios y
la Ley son lo mismo, pero es que ello es tanto como estar trabajando en el
conocimiento de la Sabiduría, que también es Dios. Lo que nos hace ver que estamos
trabajando en el camino correcto para impulsar nuestra evolución.
Una vez que el concepto Ley haya sido trabajado, analizado bien y, finalmente,
asumido, de manera que podamos actuar en la vida física en armonía con la Ley
Divina, Tefilo nos propone otra lección importante, que viene a ser la segunda lección
de conocimiento. Esta es: LA LIBERTAD
Cuando pensamos en el concepto Libertad vemos que no está muy clara la idea en
nuestra mente, porque estamos asociando el concepto Libertad en hacer libremente lo
que nos parezca en el mundo material y, sin embargo, no es así, ya que Jesús nos
aclara este concepto cuando nos dice:
“El hombre Espíritu es encarcelado en la cárcel de la materia, más para vida de
Espíritu es hecho, fuera de la materia ha de ser SU LIBERTAD y su grandeza”.
Y en otra parte nos dice:
“La ciencia nace de la LIBERTAD del Espíritu y de la fuerza del Alma”.
Y luego
“El destino del hombre lo llama a numerosos trabajos y su LIBERTAD se opera
lentamente por medio de las alianzas de su Espíritu y de la expansión de sus
facultades”.
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Y más tarde
“Marchemos sin preocuparnos de los defectos de los demás, a fin de librarnos
de nuestras imperfecciones, hacia la LIBERTAD de nuestra Alma”.
Y sigue al decir
“...Es entonces que se rompen las ligaduras del Alma y que ella, en posesión de
su LIBERTAD, sigue al Espíritu que se encuentra en posesión de sus fuerzas”.
Y luego
“La dependencia produce la dependencia y la LIBERTAD nace de una victoria
definitiva de la naturaleza espiritual sobre la naturaleza animal.”
Afirmando
“¡Felices los libres y los fuertes! – La LIBERTAD y la fuerza se adquieren con la
renuncia de los bienes de la Tierra ante los bienes eternos”.
Añadiendo
“La LIBERTAD del hombre se obtiene gradualmente, con la fuerza de su
voluntad unida a las luces de sus predecesores en la vida espiritual.”
Y luego
“La LIBERTAD conquistada en la lucha de la inteligencia con los instintos
carnales, prepara al Espíritu para la audacia de todas las tentativas y el Alma
para la fuerza de todas las sensaciones”.
Y finalmente
“La LIBERTAD se encuentra en la muerte”.
Cuando razonamos las indicaciones que Jesús nos da con las anteriores frases,
cuando meditamos profundamente su contenido, llegamos a la conclusión de que la
Libertad es una actitud interna fundamental, una actitud que tenemos el deber de
formar y de consolidar. La Libertad es una característica fundamental del Ser espiritual
que, desde el momento en que encarna en un cuerpo físico en los Mundos Primarios,
ya empieza a formarse muy lentamente, pero rodeada de sombras, de errores, de
limitaciones y de valoraciones incorrectas.
Las graduaciones de la Libertad, que el Ser humano va formando, son las indicadoras
del nivel evolutivo conseguido por el Ser, lo que nos conduce a razonar que la Libertad
y el progreso del Ser tienen interrelación y se va formando una mayor identificación
entre ambos, no otra cosa siendo la Libertad una Ley, la Ley de Libertad Individual del
Ser y, por lo tanto, como toda Ley, es Dios actuando.
En los momentos actuales, preparatorios de un cambio evolutivo, el Ser humano debe
alejar de sí y no sentirse influenciado, por los condicionantes sociales, por las
valoraciones materiales, por todo aquello que presione su Libertad. Recordemos aquí
la anterior frase de Jesús: ¡Felices los libres y los fuertes! - La LIBERTAD y la
fuerza se adquieren con la renuncia de los bienes de la Tierra ante los bienes
eternos.
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Esta disposición del Ser humano, que empieza a entender que debe reducir el valor de
los bienes materiales para dar mayor valor a los bienes espirituales, se va formando
en los momentos actuales, los momentos preparatorios del cambio evolutivo, que son
los que conducen al Ser humano hacia el Mundo de Regeneración, donde la Libertad
ya está consolidada por todos los Seres que lo forman. Es como consecuencia de
adoptar esta actitud correcta que Jesús dice ¡Felices los libres y los fuertes! Dándonos
a entender con ello, que ese es el camino útil que debe seguirse y por ello el adjetivo
de felices.
Pero esta actitud podrá formarse en el Ser humano SI MUEVE ENERGÍAS
POSITIVAS, SI AMA, ya que de ese modo, por afinidad vibratoria, estará recibiendo la
Luz, la Guía y todo el apoyo que las Entidades Superiores le van a dar para impulsar
su evolución y acercarlo al Mundo de Regeneración. Si por el contrario, MUEVE
ENERGÍAS NEGATIVAS Y NO AMA, también por afinidad vibratoria, estará
relacionado con Entidades Bajas, materializadas, que por estar llenas de oscuridad, no
ven ni conocen, la Luz de la Verdad y lo atan a los defectos humanos, que es en
donde ellas se mueven.
Cuando se ha considerado la Ley como la herramienta principal del trabajo evolutivo y
la Libertad va formando parte del Ser, cada vez con mayor conciencia, la energía
creada conduce al Ser humano a sentir el Concepto Unitario. Es como consecuencia
de esta realidad en que vivimos que Tefilo considera que la lección siguiente a
considerar sea:
LA UNIDAD
Es evidente que el concepto Unidad deberemos verlo como un concepto de futuro, ya
que la Unidad es opuesta al Personalismo, al Individualismo, que es nuestra manera
actual de ser y de sentir y, por lo tanto, esa manera no es concordante con la Unidad.
Esto es lo que nos impide poder comprender la Unidad en toda su esencia y movernos
actualmente en ella.
Pensando que vamos caminando hacia la captación del concepto Unidad y que esta
captación dependerá de las energías que sepamos mover, es lógico considerar que el
Amor, que es Dios en acción, es la energía que es y expresa la Unidad, que también
es Dios. La Unidad es un concepto profundo que podremos deducir al analizar el
sentido de la indicación de Jesús cuando nos dice:
“Yo volveré y estableceré mi Ley y todos los hombres creerán en mí y no
habrá más que UNA SOLA GREY Y UN SOLO PASTOR porque Dios no me ha
mandado para un solo tiempo sino para los siglos futuros”.
El razonar que nos habla con un verbo futuro, al decir “no habrá”, nos permite
entender que si no habrá más que una sola grey y un solo pastor, que es la Unidad en
lo creado, ello es así porque ahora no hay en nuestra mente ni la idea de un solo
pastor, ni la idea de una sola grey, aunque sea una realidad cósmica, y no lo hay
porque nuestra realidad es aun muy individualista y no unitaria.
Es evidente, por lo tanto, que nuestro deber es el ir aprendiendo parcelas crecientes
de Verdad y, al hacerlo, iremos entrando progresivamente en la adopción de la
energía unitaria para justificar nuestros actos. Debemos saber que la energía unitaria
se consigue solamente al mover vibraciones de AMOR lo más continuamente posible
y, al mismo tiempo, actuando en armonía con la Ley.
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Podemos deducir que nuestra evolución, nuestro progreso espiritual, se mide por los
grados de intensidad de la Unidad que seamos capaces de asumir, de sentir y de
actuar conforme al sentimiento unitario. Ese estado, lógicamente, no lo podemos sentir
ni experimentar en las condiciones actuales de nuestro vivir y solamente podremos
formarnos una idea, que estará en nuestro razonamiento como objetivo a conseguir en
un futuro no muy lejano.
Después de todo lo expresado en las lecciones anteriores y de haberlo asimilado,
Tefilo considera que ahora estamos en las mejores condiciones para afrontar el
estudio de lo que él llama lección de trabajo.
La lección de trabajo es la que debe acaparar toda nuestra atención diaria, la que
debe formar parte de nuestra manera de actuar en cada momento del día, la que debe
expresar nuestra base interna.
Esta lección es:
EL AMOR
El más elemental razonamiento nos dice que siendo el Amor la esencia de Dios
mismo, como nos manifiesta Jesús, deberemos ver esta lección como la lección
prioritaria, fundamental y totalmente necesaria para dar impulso a nuestra evolución.
Vosotros debéis sentir que el ejercicio de la vibración de Amor se incrementa
precisamente por la práctica, por la ejercitación concreta, en que el Amor es la base en
que se va a producir esta ayuda. Actuaréis como instrumentos de la Fuerza Crística, y
esta instrumentación que os hará practicar el Amor concreto, en momentos concretos
y en finalidades concretas, hará incrementar la potencialidad vuestra.
Y el estado interno en que esta vibración de Amor tendrá que ser manifestada,
ampliada, tendrá que ser punto de referencia de todos los seres que van a ver, que
van a recibir; y por tanto, ellos a su vez razonarán que gracias a esa vibración de Amor
recibida por vuestra parte, su nivel de equilibrio, de protección, de paz, y de armonía
interna, se produce por vuestra presencia, por vuestra vibración potente de Amor
Fraterno.
Por tanto, es un campo de actividad que no solamente se produce aquí y ahora.
También diríamos, como antes hemos estado hablando del concepto de Unidad, que
aquí empieza, diría que aquí también se empieza la acción de Amor Fraterno de una
manera consciente, de una manera transcendente diríamos, de la forma en que puede
verse la vibración de Amor como se proyecta hacia el futuro, aquí empieza.
Y entonces, en la medida que vayáis creciendo espiritualmente, la vibración de Amor
será cada vez más fuerte, las energías más puras y la Presencia de la Energía-Dios,
potente, segura, armónica y equilibrada; y dejaréis el cuerpo al final de un Mundo de
Regeneración, como nosotros tendremos que hacer, y la vibración de Amor en los
Mundos de Sabiduría continuará, la vibración de Amor crecerá en niveles superiores
en los Mundos de Luz. Y así continuará eternamente.
Marzo, 2014
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