¡Cómo nos falta por APRENDER¡ Adios a un amigo - Guanajay

Opinión
¡Cómo nos falta por
APRENDER¡
Adios a un amigo
José M. Córdova Piñeiro
Diariamente leo la prensa, me informo, sin muchas opciones,
por supuesto, y a veces como hoy, mientras más leo, más me asombro.
Me da la impresión de que aprendiéramos de los fracasos, errores, tropiezos, tan
lento como infantes con problemas de razonamientos.
Me pregunto una y otra vez: ¿por qué si tenemos tan alto nivel de educación,
tardamos tanto en comprender que el Estado no puede controlarlo todo, que el
paternalismo ha provocado un gran daño, que para cada problema debe haber una
solución, como leí en otro titular más reciente, que hay que acabar con la burocracia
entorpecedora del rápido desarrollo de las fuerzas productivas y la iniciativa propia
de los ciudadanos, que estos necesitan incentivos en sus labores para trabajar
con más calidad, con más respeto a sus semejantes, sin tener que estarlo vigilando,
alentando y corrigiendo constantemente?
¿Por qué tantos años para reconocer el verdadero sentido de derecho de propiedad
que le confiere a todo ser, la potestad de ceder, vender, su casa, su auto, a quien
desee?
A mi entender, y de estar equivocado tengo derecho a ello, pues «pienso, luego
existo» y quien piensa habla y comunica lo que piensa; todo es el fruto de muchos
años sin la existencia de un debate abierto, franco, en el cual la ciudadanía TODA,
pudiese expresar su criterio, sin que a nadie se acuse de pretender «confundir» a
los demás, algo inconcebible en un país tan educado, ni de servir a un enemigo
que en muchas ocasiones está más en la mente de ciertas personas que en la
escena real, y con el cual algunos justifican lo mal hecho y lo que está por hacer.
Nadie que tenga un ápice de inteligencia puede ignorar ciertas amenazas y
desafueros de políticos extremistas, pero ello no debe ser justificación para intimidar
a quien tenga un aporte u opinión por equivocado que esté.
Nos falta por aprender la tolerancia. NO, no a la agresión sino a la crítica, al
verdadero derecho ajeno de «pensar y hablar sin hipocresía» como desde mucho
nos está tratando de enseñar el Apóstol de la Independencia, nos falta captar el
verdadero sentido de los mensajes de hombres preclaros como Varela, Luz y
Caballero, Juárez...
«Tenemos mucho que aprender», así reza un artículo enviado a Granma por el
señor L. Cossio Varona, este primero de julio, y el cual me hizo pensar
¡indudablemente! y comparto con el cuando expresa: «...ese justamente es uno de
los vicios que enturbian el debate, una parte supone cierta intención en la otra y la
discusión se desvía de su cause...», y después apunta finalmente: «en esta
cuestión de debatir es necesario llamar las cosas por su nombre, pero a la vez hay
que ser muy cuidadoso y mesurado. Por el bien de todos», el subrayado es mío, y
esa mesura es un deber de TODOS, desde el que está «abajo» hasta el que está
«arriba».
«Tan necesario es a los pueblos lo que sujeta como lo que empuja», dijo en una
ocasión Martí, es decir no debemos menospreciar ni discriminar a nadie por intentar
«frenar o acelerar».
Tampoco cabría en el buen concepto de virtud o del honor, que mi predisposición
hacía alguien, se fundara en sus bienes, superiores a los míos, su nivel de vida, su
creencia religiosa o política.
Aprendamos de una vez y ayudemos a los demás a entender que «con todos y
para el bien de todos» significa la práctica del respeto hacía el prójimo, como cosa
sagrada, algo que desde mucho, también Cristo nos orientó. Nosotros, TODOS
somos la patria ¿acaso sin nosotros existiría ella, los símbolos patrios, las
ideologías, las religiones?
¡Respetar o no respetar, ese es el problema!, y por este problema los pueblos
pelean entre sí y con otros, se destruyen o emigran en busca de opciones que
debieran encontrar en su propia tierra y pueblo no es solo el que se queda, también
lo es el que emigró y aun lejos siente sus raíces.

por: Ignacio Cordero
el
VW
Con él, fuimos poncheros,
aprendimos a chapistas,
también a electricista,
a mecánicos y bomberos.
Hoy, se jubila con honores,
pues, cumplió son su trabajo
siempre nos llevó y nos trajo
aun, rodeado de temores.
Pisaba una puntillita,
o se tupía el carburador,
se podía trancar el motor
o formar una candelita.
Nunca fue, más de lujo
ahora, que se los cuento.
Cuando el padre bajo a
doscientos
por las lomas del Brujo.
Movió, a pintores y electricistas,
constructores y misioneros,
y si no hay camioneros
a niños y catequistas.
Yo sé, que se portó elegante
porque tiene de noche o de día
un futbolista que lo empuja en
la 6 vías
y otro VW, que lo hala, por
delante.
Nota: Los escolapios catalanes
facilitan el cambio del viejo VW de su
propiedad, por un nuevo peugeot al
servicio del párroco.
Tomado:
Hoja parroquial, julio agosto 2011
«Las leyes inútiles debilitan a las necesarias» (Montesquieu)
LA VERDAD LOS HARÁ LIBRES/ 5