Cómo cuidarse a sí mismo y a su familia durante la temporada de

Cómo cuidarse a sí mismo y a su
familia durante la temporada de
gripe y resfríos
Resumen
Formas de cuidarse a sí
mismo y a su familia
durante la temporada de
gripes y resfríos.
• ¿Cuáles son los síntomas
del resfrío y la gripe?
• ¿Qué tipos de tratamientos
pueden ser útiles?
• ¿Cuáles son los
medicamentos disponibles?
• Qué hacer si su hijo se
enferma
• ¿Cuándo debería consultar
a un médico?
• La vacuna antigripal
• ¿Quiénes deberían recibir
la vacuna antigripal?
• Personas que no deberían
recibir la vacuna antigripal
• ¿Existe alguna forma para
evitar resfriarse?
El resfrío es la enfermedad más común en los EE.UU. Más del 90 por
ciento de los estadounidenses sufren al menos un resfrío al año, y un gran
número de ellos incluso más. La influenza, o gripe, es similar a un resfrío,
e incluso puede presentar algunos de los mismos síntomas. Tanto el
resfrío como la gripe son infecciones causadas por virus que invaden el
tracto respiratorio.
Debido a que no existe cura para el resfrío o la gripe, la prevención es la
mejor medicina. Al cuidarse durante los meses en los cuales los resfríos y
la gripe tienen más posibilidades de aparecer, usted quizá pueda evitar o
aliviar los síntomas de estas afecciones comunes.
¿Cuáles son los síntomas del resfrío y la gripe?
Aunque podrían presentar síntomas similares, el resfrío y la gripe son diferentes.
Los resfríos tienden a comenzar gradualmente, y las personas pueden sentir que
van a resfriarse antes de que la mayor parte de los síntomas aparezca. Los
síntomas de la gripe a menudo aparecen «de la nada,» cuando una persona que ha
estado sintiéndose bien de repente sufre dolores de cabeza severos o experimenta
cansancio extremo.
Resfríos
Los resfríos generalmente comienzan dos o tres días después de haber contraído
el virus del resfrío. Los síntomas incluyen
• dolor o irritación en la garganta
• estornudos
• goteo nasal
• tos leve
• temperatura normal o levemente alta
• disminución del apetito
• disminución del nivel de energía
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Estos síntomas tienden a empeorar en bebés y niños pequeños, quienes pueden
sufrir temperaturas de hasta 102 grados. Tanto en niños como en adultos, un
resfrío generalmente dura de siete a diez días, aunque podría prolongarse hasta
14 días. El drenaje nasal que acompaña al resfrío a menudo toma una coloración
verdosa al tercer o cuarto día de padecerse el cuadro, pero eso no indica la
existencia de una sinusitis.
Gripe
Los síntomas de la gripe generalmente aparecen de uno a cuatro días luego de la
exposición al virus. Estos síntomas incluyen:
• fiebre
• dolor de cabeza
• fatiga extrema
• tos seca
• dolores musculares
• congestión nasal
• dolor de garganta
Las fiebres de entre 102 a 104 grados son comunes cuando se padece gripe, y
generalmente disminuyen el segundo o tercer día luego de que aparecen los
síntomas. Luego de eso, muchas personas comienzan a sentir dolor de garganta o
presentan congestión nasal. Las personas que han padecido una gripe pueden
experimentar una sensación de fatiga o debilidad durante días o incluso semanas
luego de que otros síntomas han desaparecido.
La gripe raramente provoca náuseas, vómitos, o diarrea. Lo que algunas personas
denominan «gripe estomacal» generalmente es una enfermedad, tal como la
gastroenteritis.
La gripe puede ser más grave que el resfrío común debido a que puede causar
complicaciones peligrosas, especialmente en adultos mayores, bebés, y en
personas que padecen afecciones crónicas, tales como el asma u otras
enfermedades respiratorias.
¿Qué tipos de tratamientos pueden ser útiles?
Usted puede tomar varias medidas para sentirse mejor cuando padece un resfrío o
una gripe:
• Descanse mucho. Su cuerpo necesita energía para combatir un resfrío o un virus, y
el descanso le permite ahorrar su energía para dedicarla a la tarea más
importante, la cual consiste en recuperarse.
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• Beba grandes cantidades de líquidos. Beber una gran cantidad de líquidos
(preferentemente agua o jugos sin cafeína o alcohol) por día puede mantenerlo
hidratado, lo cual es especialmente importante si usted tiene fiebre.
• Utilice un humidificador o vaporizador. Un humidificador o vaporizador, un
artefacto eléctrico que añade humedad al aire, puede ayudar a reducir el riesgo de
deshidratación, y podría aliviar la congestión pectoral o nasal. La mayoría de los
médicos recomiendan colocar sólo agua en el humidificador o vaporizador.
Limpie su humidificador en forma regular para evitar la proliferación de moho.
Si tiene hijos, asegúrese de que el vaporizador caliente esté fuera del alcance de
los niños.
• Haga gárgaras con agua tibia y sal para aliviar la irritación de la garganta.
Muchas personas se preguntan si pueden aliviar o prevenir el resfrío tomando
vitamina C, suplementos que contengan zinc o extracto de la planta equinácea. A
continuación le ofrecemos información al respecto:
• Vitamina C. Varios estudios de investigación de magnitud no han hallado
«evidencia concluyente» que demuestre que la vitamina C contribuye a prevenir
los resfríos, según el Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas
(National Institute of Allergy and Infectious Diseases - NIAID). El NIAID
(www.niaid.nih.gov/Pages/default.aspx) afirma que aunque «la vitamina podría
reducir la gravedad o la duración de los síntomas, no existe evidencia definitiva
que lo demuestre.» Tomar vitamina C en grandes cantidades por períodos
prolongados de tiempo puede ser nocivo. Puede distorsionar los resultados de los
análisis de sangre y orina y causar diarrea severa, la cual puede ser especialmente
peligrosa en niños y personas mayores.
• Zinc. Las investigaciones científicas acerca del tratamiento del resfrío con zinc
han arrojado resultados mixtos. Algunos estudios han demostrado que el zinc es
útil, mientras que otros demostraron que no tiene efecto alguno. Tomar
demasiado zinc puede causarle náuseas, y puede aumentar sus niveles de
colesterol.
• Equinácea. Esta planta contiene sustancias que pueden estimular su sistema
inmunológico y podrían ayudar a combatir una infección causada por el virus del
resfrío, pero los estudios han demostrado que no ayuda a prevenirlo.
¿Cuáles son los medicamentos disponibles?
No existe una cura comprobada para el resfrío o la gripe, y ambas afecciones
desaparecen por sí solas luego de haber cumplido su ciclo. Hasta que ello sucede,
algunos medicamentos de venta libre podrían ayudarlo a sentirse mejor. Los
medicamentos de venta libre para el resfrío y la gripe, tales como los
anticongestivos o los medicamentos supresores de la tos, podrían ayudar a aliviar
algunos síntomas, pero no previenen ni acortan la duración del resfrío o de la
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gripe. Muchos de estos medicamentos también presentan efectos secundarios,
tales como una sensación de sequedad en la nariz, insomnio durante la noche,
somnolencia o malestar estomacal, por lo cual deben consumirse con precaución.
Si usted está evaluando la posibilidad de tomar algún medicamento de venta libre,
lea el prospecto cuidadosamente para asegurarse de que el producto sea adecuado
para los síntomas que usted presenta. Si usted está tomando algún otro
medicamento, incluyendo medicamentos de venta libre o suplementos herbales,
consulte a su médico antes de tomar cualquier medicamento de venta libre para
evitar la posibilidad de que existan interacciones. La Administración de
Alimentos y Medicamentos (Food and Drug Administration - FDA) recomienda
seguir las siguientes pautas:
Si desea este efecto
Escoja un medicamento que contenga
Aliviar una congestión nasal
Atomizadores nasales de solución salina
Aliviar la tos
Supresor de la tos. Si usted posee un
historial de asma, consulte a su
proveedor de atención médica para ver
si debería tomar un medicamento
supresor de la tos.
Aflojar la mucosidad para poder
expectorarla
Expectorante (beber grandes cantidades
de agua también puede ayudar a aflojar
la mucosidad.)
Aliviar la fiebre, dolores de cabeza o
dolores y molestias menores
Analgésico, tal como el paracetamol o
el ibuprofeno.
Calmar el dolor de garganta
Atomizadores o pastillas medicinales
(pastillas para la tos). Los jarabes para la
tos también ayudan.
Es importante no tomar antibióticos para el resfrío o la gripe, debido a que los
antibióticos no son efectivos contra los virus. No solicite a su médico que le recete este
tipo de medicamentos, y no intente aliviar sus síntomas tomando un antibiótico
recetado para otra enfermedad. Si se le prescribe un antibiótico para una
infección (no viral) adicional, asegúrese de tomar todos los fármacos que se le
hayan recetado. Nunca tome un antibiótico (u otros medicamentos) que haya sido
recetado para otra persona, ya que podrían producirse interacciones
farmacológicas o efectos secundarios que podrían resultar nocivos para usted.
Tomar los medicamentos de otra persona también significa que la persona en
cuestión no tendrá la suficiente cantidad del producto para tratar su propia
infección.
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Observación: En algunos casos, un médico podría recetar un medicamento
antiviral para ayudar a reducir la reproducción del virus de la gripe en su cuerpo.
Los medicamentos antivirales funcionan con un mayor grado de efectividad si se
los toma dentro de un período de dos días a partir de la manifestación de los
síntomas. Básicamente, ayudan a mantener a la enfermedad en un estado más leve
y más breve y, en consecuencia, podrían reducir el riesgo de desarrollar serias
complicaciones relacionadas con la gripe.
Qué hacer si su hijo se enferma
Muchos medicamentos para el resfrío y la gripe pueden tener efectos nocivos si se
los administra a niños, por lo cual es mejor consultar a un pediatra antes de darle
cualquier tipo de medicamento a un niño.
• Nunca le dé aspirinas a un niño que padece o se está recuperando de un resfrío o una
gripe. El consumo de aspirinas se ha asociado con el desarrollo de una afección
rara pero grave en niños, conocida como el Síndrome de Reye. La Academia
Americana de Pediatría (American Academy of Pediatrics - www.aap.org) advierte
que no se debe administrar aspirinas o cualquier tipo de medicamento que
contenga aspirina a ningún niño o adolescente afectado por una enfermedad viral,
especialmente en el caso de la gripe o la varicela. El Pepto-Bismol tiene algunas
similitudes con la aspirina, y debería evitarse su consumo en los niños. Consulte a
su pediatra si considera que su hijo necesita algún medicamento para aliviar
dolores de cabeza, dolores musculares, o alguna afección similar.
• Nunca le dé a su hijo un medicamento para el resfrío o la gripe que sólo sea apto para
adultos. Un gran número de medicamentos seguros para adultos pueden resultar
peligrosos cuando los consumen los niños.
• No le administre ningún tipo de medicamentos de venta libre o no recetados para el
resfrío o la tos a niños menores de 4 años. Esto puede ocasionar complicaciones raras,
aunque muy graves, incluyendo la muerte. La Academia Americana de Pediatría
(American Academy of Pediatrics) recomienda que estos medicamentos no se
suministren a niños menores de 4 años, y un gran número de médicos
recomiendan no administrar estos medicamentos a niños menores de 6 años,
debido a la falta de pruebas de seguridad para este grupo de edad.
¿Cuándo debería consultar a un médico?
Es muy importante visitar a un médico si sus síntomas se agravan en vez de
mejorar en el período de tiempo habitual, o si ha estado en contacto con alguna
persona que padece una infección estreptocócica de garganta. También es
importante comunicarse con su médico si usted presenta alguno de los siguientes
síntomas:
• episodios severos o continuos de vómitos o diarrea, especialmente si no orina en
forma regular, si hay presencia de sangre en sus heces o en sus vómitos, o si usted
o sus hijos experimentan dolor de estómago junto con los vómitos o la diarrea
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• fiebre de 100 grados o más, durante más de dos días
• escalofríos y temblores acompañados de fiebre de 100 grados o más
• dolor de oído o secreciones en el oído (especialmente en niños)
• garganta inflamada, infectada con pus, o de color rojo intenso (no de tonalidad
rosa claro)
• tortícolis o dolores articulares (en vez de dolores musculares en las piernas o
espalda)
• dificultades para respirar, tos sin control o respiración ruidosa persistente
• dolor de cabeza severo que persiste por más de 24 horas, especialmente si está
acompañado de vómitos
• erupción cutánea o glándulas inflamadas
• dolor en el pecho que empeora con la respiración
• flemas o mucosidad de color amarillento, verdoso o pardusco, que perduran por
más de diez días
• tos acompañada de fiebre o dolor en el pecho, o que no desaparece al cabo de 10
días
• tos espasmódica que dificulta la respiración
• tos que se presenta sólo por la noche, o al realizar ejercicio
La vacuna antigripal
La mejor manera de protegerse contra la gripe consiste en aplicarse la vacuna
antigripal cada otoño. La vacuna antigripal no brinda una protección del 100 por
ciento contra la gripe, pero puede reducir notablemente las posibilidades de
contraerla.
Existen dos tipos de vacunas contra la gripe:
• La «vacuna antigripal inyectable» es una vacuna que contiene cepas inactivas del
virus de la gripe, y se aplica con una jeringa. La vacuna antigripal inyectable está
aprobada para su utilización en personas mayores de 6 meses, incluyendo a las
personas en buen estado de salud y aquellas que padecen afecciones médicas
crónicas. Esta inyección actualmente está recomendada para todos los niños
menores de 18 años. Cualquier persona menor de 9 años que reciba la inyección
por primera vez necesitará dos dosis durante el primer año, aplicadas con una
separación de cuatro semanas. Una vacuna más fuerte está disponible para adultos
mayores de 64 años.
• La vacuna antigripal de aplicación mediante atomizador nasal (a veces denominada
LAIV por «Vacuna Viva Atenuada contra la Influenza») está elaborada con virus
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de la gripe vivos y debilitados que no causan la enfermedad. La vacuna LAIV está
aprobada para su uso en personas que gozan de un buen estado de salud, de entre 2 y
49 años de edad y, en el caso de las mujeres, no deben estar embarazadas. No
debería administrarse a ninguna persona que padezca de asma o de una debilidad
del sistema inmunológico, ni tampoco a quienes vivan con personas que sufran de
una debilidad del sistema inmunológico.
Aproximadamente dos semanas luego de la vacunación, se desarrollan los
anticuerpos que brindan protección contra la infección de gripe viral. La vacuna
antigripal no causa la gripe, es muy segura, y la mayoría de las personas no
presentan ningún tipo de reacción a la misma.
¿Quiénes deberían vacunarse contra la gripe?
Los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC)
recomiendan, con algunas excepciones, que toda persona de más de 6 meses de
edad debería recibir la vacuna antigripal.
Resulta especialmente importante que las personas pertenecientes a los siguientes
grupos reciban la vacuna, debido a que presentan un riesgo mayor de desarrollar
problemas relacionados con la gripe, cuidan de personas que presentan un riesgo
mayor o viven junto a ellas.
• mujeres embarazadas
• niños menores de 5 años de edad, en especial los que tienen menos de 2 años
• personas de 65 o más años de edad
• personas que padecen de ciertas afecciones médicas, incluyendo asma, afecciones
neurológicas y de desarrollo neurológico, enfermedad pulmonar crónica,
enfermedades cardiacas, trastornos de la sangre, trastornos renales, trastornos
endocrinos, trastornos hepáticos, trastornos del metabolismo, debilidad del
sistema inmunológico (como consecuencia de medicamentos o de una
enfermedad), enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), así como las
personas que padecen de obesidad mórbida (tienen un índice de masa corporal de
más de 30) o quienes tienen menos de 19 años de edad y reciben tratamientos con
aspirina a largo plazo
El CDC también afirma que durante la temporada pasada «los indígenas
estadounidenses y los nativos de Alaska parecieron presentar un mayor riesgo de
desarrollar complicaciones relacionadas con la gripe.»
Entre otras personas para quienes recibir la vacuna es especialmente importante
se incluyen:
• las personas que viven en asilos de ancianos o en centros de cuidados a largo
plazo
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• quienes cuidan de personas que presentan un mayor riesgo de desarrollar
complicaciones derivadas de la gripe o viven con ellas, incluyendo a los
trabajadores de la salud y los contactos dentro del hogar de personas que
presentan un alto riesgo de padecer complicaciones relacionadas con la gripe,
tales como los cuidadores de niños menores de 5 años de edad, y especialmente
en el caso de los que tienen menos de 6 meses
Personas que no deberían recibir la vacuna antigripal
Los siguientes grupos no deberían vacunarse sin consultar previamente a su
proveedor de atención médica:
• personas que padecen una alergia severa a los huevos de gallina
• personas que han tenido una reacción severa a una vacuna contra la gripe
• personas que desarrollaron el síndrome de Guillain-Barré (GBS) dentro de las 6
semanas de haber recibido una vacuna contra la gripe
• niños de menos de 6 meses de edad
• personas que padecen una enfermedad de moderada a severa acompañada de
fiebre (quienes deberían esperar para vacunarse hasta que los síntomas se alivien)
Si contrae la gripe, descanse mucho y beba grandes cantidades de líquidos. Si
usted padece algún tipo de problema respiratorio, tal como asma, o si presenta un
riesgo de sufrir complicaciones derivadas de la gripe, visite a su proveedor de
atención médica tan pronto como sea posible en caso de enfermarse.
Para obtener más información, visite el sitio Flu.gov en www.flu.gov o llame al
teléfono 800-CDC-INFO (800-232-4636).
¿Existe alguna forma para evitar resfriarse?
La única manera de eludir un resfrío consiste en evitar el contacto con cualquier
persona que pudiera estar infectada con el virus del resfrío. Esto generalmente es
imposible, debido a que muchas personas infectadas quizá aún no hayan
desarrollado los síntomas. Usted no puede evitar los resfríos abrigándose,
evitando las corrientes de aire, o realizando ejercicio en forma regular. Podría
hacer todas esas cosas e igualmente contraer un resfrío, si estuvo en contacto con
el virus.
La mejor estrategia para evitar los resfríos consiste en mantenerse en el mejor
estado de salud posible alimentándose correctamente, realizando ejercicio,
durmiendo lo suficiente y evitando el contacto con personas infectadas, en la
mayor medida posible. Además, evite el fumar y el utilizar productos que
contengan tabaco.
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• Lávese las manos con frecuencia. Usted podría evitar que algunos virus lleguen a sus
ojos, nariz o boca, lavándose las manos varias veces al día. Utilice agua caliente y
bastante jabón, y frote sus manos durante al menos 15 segundos antes de
enjuagarlas. Si no puede lavarse las manos cuando necesita hacerlo, utilice un
desinfectante a base de alcohol para reducir el riesgo de infección. Evalúe la
posibilidad de tener desinfectante de manos en su puesto de trabajo, y usar el
producto antes de ingerir bebidas o alimentos, o incluso antes de trabajar en su
computadora.
• Mantenga sus manos alejadas de su rostro. Esto podría contribuir a evitar que los
virus ingresen a su cuerpo. No se frote los ojos, los cuales pueden ser vulnerables
a las infecciones.
• Para reducir el riesgo de contagiar a otros, voltee al toser o estornudar, y siempre
cúbrase la nariz y la boca con un pañuelo desechable, que debe eliminar en forma
inmediata. Tenga pañuelos desechables en su escritorio en el trabajo y en lugares
accesibles en su hogar. Si no tiene pañuelos desechables, estornude o tosa sobre
su codo en lugar de hacerlo sobre sus manos. Lave o desinfecte sus manos cada
vez que se limpie la nariz.
• Evite el contacto estrecho con personas enfermas. Si usted está enfermo, quédese en
casa siempre que sea posible y evite los viajes y las concentraciones de personas.
• Evite compartir las toallas y los utensilios para comer y beber con otros miembros de la
familia. Esto es especialmente importante si algún miembro de su familia ya está
resfriado o padece de gripe.
• Coloque su cepillo de dientes en el lavavajillas para desinfectarlo, una vez a la semana.
Esto contribuirá a evitar que los gérmenes se dispersen por toda su casa.
• Limpie las bocinas de los teléfonos de su hogar y su trabajo en forma regular.
• Limpie su escritorio con un paño desinfectante una vez a la semana para eliminar los
gérmenes. Limpiar las perillas de las puertas y los lavabos con desinfectante (o
rociarlos con desinfectante en aerosol) todas las noches antes de acostarse
también ayudará a mantener alejados a los gérmenes.
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Estas medidas podrían reducir su exposición a los virus que causan el resfrío y la
gripe, aunque es probable que no puedan evitar que usted se enferme. Si usted
contrae un resfrío o una gripe, siga los consejos presentados anteriormente y
bríndese tiempo para recuperarse de la enfermedad.
El programa que proporcionó la presente publicación posee un gran número de recursos adicionales
acerca de cómo mantenerse saludable durante la temporada de resfríos y gripe.
Escrito con la colaboración de Deborah Borchers, M.D., una pediatra de atención primaria que posee
una especialización en discapacidades de desarrollo. La Dra. Borchers es columnista y miembro del
consejo editorial de la revista Adoptive Families.
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Taking Care of Yourself and Your Family in the Cold and Flu Season
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