Cómo Funciona la Ciencia David Goodstein - Enrique A. Bour

Cómo Funciona la Ciencia
David Goodstein – Federal Judicial Center, U.S., 1999
(Traducción de Enrique A. Bour, incluida en Derecho y Economía Científico e Introducción a la
Estadística y la Econometría Básicas, 2010, Capítulo I, Sección 4 – Teorías de la Ciencia)
Los científicos no son observadores baconianos de la naturaleza, pero todos lo son cuando tienen
que describir sus observaciones. Más aún, son seres rigurosa y aún apasionadamente honestos en
informar sus resultados científicos y sobre cómo los obtuvieron, en publicaciones formales. Los
datos científicos son moneda de cambio en la ciencia, y siempre son tratados reverencialmente. Las
escasas instancias en que los datos fueron fabricados o alterados siempre constituyen un escándalo
de primera magnitud1.
Los científicos tampoco son falsadores popperianos de sus propias teorías, pero no es necesario que
sea así. No trabajan aisladamente. Si un científico tiene un rival con una teoría diferente sobre los
mismos fenómenos, el rival estará más que feliz de cumplir con su deber popperiano de atacar a la
teoría rival por su flanco más débil. Más aún, si la falsación no resulta más definitiva que la
verificación, y los científicos prefieren en todo caso estar en lo correcto más que estar equivocados,
pese a todo saben cómo mantener a un estándar muy elevado la verificación. Si una teoría realiza
predicciones nuevas e inesperadas, que resultan verificadas por experimentos que revelan la
existencia de fenómenos nuevos e interesantes, entonces la probabilidad de que la teoría sea
correcta mejora sustancialmente. Y si no lo es, ha sido fructífera porque condujo a descubrir
fenómenos desconocidos que podrían ser útiles de por sí y que deberán ser explicados por alguna
próxima teoría.
Finalmente, la ciencia no se auto-destruye periódicamente para volver a recomponerse, como
parecía pensar Kuhn, sino que experimenta extraordinarios cambios de perspectiva que conducen
a nuevos e invariablemente mejores maneras de entender el mundo. Por consiguiente, la ciencia no
avanza suave e incrementalmente, sino que constituye una de las pocas áreas del esfuerzo humano
que es verdaderamente progresiva. Sin duda alguna, la ciencia del siglo XX fue mejor que la del
siglo XIX y podemos estar absolutamente confiados en que la ciencia del presente siglo será aún
superior. No podemos decir otro tanto de, p.ej., el arte o la literatura.
¿Puede progresar también el derecho? El desarrollo de conceptos legales, tales como el debido
proceso, la protección igualitaria, y la privacidad individual refleja un progreso notable en la
mejora de la humanidad. Laura Kalman2 ha reconocido la “fe” de los liberales en derecho al usarlo
como un motor de cambio social progresivo en favor de los más desaventajados. Kalman define al
liberalismo legal como la “confianza en el potencial de los tribunales, en particular de la Corte
Suprema, para llevar a cabo „esas reformas sociales específicas que afectan a una gran masa de
gente, tales como los negros, los trabajadores, o las mujeres, o a los partidarios de cierta
convicción; en otros términos, cambios políticos con un impacto nacional‟. Esta confianza se creó
alrededor de la Corte Warren (la Corte Suprema de US del período 1953-1969, cuando Earl Warren
se desempeñó como secretario de Justicia3). También Steven Goldberg4 ha argumentado a favor de
un progreso tendencial en Derecho5.
Estas instancias han sido discutidas en David Goodstein, Scientific Fraud, 60 Am. Scholar 505 (1991). Un
resumen de investigaciones recientes sobre fraudes científicos e instancias menores de mala praxis, ver
Office of Research Integrity, Department of Health and Human Services, Scientific Misconduct
Investigations: 1993–1997. También puede consultarse aquí.
2 Ver Laura Kalman, The Strange Career of Legal Liberalism, New Haven: Yale University Press. 1996.
3 Esta Corte Suprema coincidió con cambios dramáticos del poder judicial y de la filosofía en la historia del
poder judicial norteamericanos, con una expansión de los derechos y las libertades civiles, del poder judicial
y de los poderes federales que nunca habían sido presenciados.
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Un par de comentarios deben ser agregados. Primero, que la ciencia, sobre todo, es un proceso
entre adversarios. La batalla de ideas tiene lugar en el ruedo, siendo las observaciones y los datos
las armas de combate. El debate científico es muy distinto de lo que sucede en un tribunal, pero así
como en derecho, resulta necesario que toda idea sea defendida de la forma más vigorosa posible.
Luego, la idea popperiana de mantener las propias hipótesis de manera escéptica y tentativa no
sólo es inconsistente con la realidad, sino que también causaría daño a la ciencia en caso de llevarla
a cabo. Como ya discutimos brevemente, no sólo las ideas, sino también los científicos emprenden
una competencia desenfrenada con arreglo a estipulaciones que, aunque no hayan sido escritas, a
pesar de todo son complejas y restrictivas.
En la competencia entre ideas la institución de revisión por los pares desempeña un rol central. Los
artículos científicos son sometidos a publicación y a veces se hacen ofertas de financiación enviadas
a expertos anónimos en el campo, en otros términos, pares del autor, para su revisión. La revisión
por los pares funciona de modo admirable para separar lo que es ciencia válida de la carente de
sentido, o, en términos de Kuhn, para asegurar que se ha respetado el paradigma corriente.
Funciona peor como medio de elegir entre ideas competitivas válidas, en parte porque los pares
que hacen la revisión a menudo compiten por los mismos recursos que persiguen los autores (tener
unas páginas en un journal prestigioso, acceder a fondos de organismos públicos o privados). No
funciona para nada en atrapar un engaño o un fraude, porque todos los científicos están
socializados a fin de creer que aún su competidor más amargo es rigurosamente honesto al
informar de sus resultados científicos, lo que hace más fácil engañar a un referee mediante
propósitos deshonestos si así es deseado. A pesar de todo, la revisión por los pares es uno de los
pilares sagrados del edificio científico.
1) Ser un científico profesional
La ciencia como profesión o carrera se ha organizado y estructurado en grado sumo. No se trata de
una profesión que resulte, en términos relativos, muy bien remunerada – lo que sería inconsistente
con el ideal baconiano, pero tiene una competencia intensa, y genera cierto nivel de bienestar
subsiguiente al éxito.
A. Instituciones
Se trata de las instituciones de la ciencia: la investigación es realizada en universidades que
entregan subsidios a sus graduados, y, en menor instancia, en universidades que no lo hacen.
También participan los laboratorios nacionales y los industriales. En USA, antes de la Segunda
Guerra Mundial, las ciencias básicas eran financiadas por fundaciones privadas (Rockefeller,
Carnegie), pero a partir de la guerra, con excepción de los laboratorios privados la investigación es
fondeada por organismos federales, en particular la National Science Foundation (un organismo
Steven Goldberg, “The Reluctant Embrace: Law and Science in America”, 75 Geo. L.J. 1341, 1346 (1987):
“Los juicios sociales, aunque sean imprecisos, a veces pueden ser alcanzados en los estrados legales. Si la
decisión de un tribunal parece conducir a un abrupto aumento de la criminalidad, puede ser juzgada como
errónea. Si parece conducir a nuevas oportunidades para millones de ciudadanos, será juzgada correcta. El
derecho tiende a cambiar gradualmente para reflejar este tipo de test social. Pero se trata de un proceso
lento, incierto, y controvertido; nada asegura dentro de la comunidad legal, como en la comunidad científica,
que un resultado particular constituya un progreso.”
5 Recomiendo la lectura de Enrique A. Bour, Lecturas de Metodología Económica y Derecho (2009), Capítulo
XIX, y de Thomas S. Ulen, (2002), “A Nobel Prize in Legal Science: Theory, Empirical Work, and the
Scientific Method in the Study of Law”, Illinois Law and Economics Working Paper Series, Illinois Law
Review, 2002.
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independiente), los National Institutes of Health (parte del Public Health Service del Department
of Health and Human Services), y partes del Department of Energy y del Department of Defense.
En la Argentina, el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva “establece políticas y
coordina acciones orientadas a fortalecer la capacidad del país para dar respuesta a problemas
sectoriales y sociales prioritarios, así como contribuir a incrementar la competitividad del sector
productivo, sobre la base del desarrollo de un nuevo patrón de producción basado en bienes y
servicios con mayor densidad tecnológica”. De los organismos que lo componen, cabe mencionar a
la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica, que, a través de sus cuatro Fondos –
Fondo para la Investigación Científica y Tecnológica (FONCyT), Fondo Tecnológico Argentino
(FONTAR), Fondo Fiduciario de Promoción de la Industria del Software (FONSOFT) y Fondo
Argentino Sectorial (FONARSEC) - promueve el financiamiento de proyectos tendientes a mejorar
las condiciones sociales, económicas y culturales en la Argentina, y al Consejo Nacional de
Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) que es el principal organismo dedicado a la
promoción de la ciencia y la tecnología en la Argentina. Su actividad se desarrolla en cuatro
grandes áreas: Agrarias, Ingeniería y de materiales; Biológicas y de la Salud; Exactas y Naturales; y
Sociales y Humanidades (que de las ciencias sociales y humanas ofrece una amplia gama de
disciplinas como Derecho, Ciencias Políticas, Relaciones Internacionales, Lingüística, Literatura,
Filosofía, Psicología, Ciencias de la Educación, Historia, Antropología, Arqueología, Geografía,
Sociología, Demografía, Economía, Ciencias de la Gestión y Administración Pública, entre otras)6.
Los científicos que trabajan en todas estas organizaciones – universidades, escuelas, laboratorios
nacionales e industriales y agencias de fomento – pertenecen a sociedades científicas que en su
mayor parte están organizadas por disciplina. En los USA hay grandes sociedades, como la
American Physical Society y la American Chemical Society; subdisciplinas, como las de óptica y
espectroscopia; y también organizaciones de sociedades, como la FASEB (la Federation of
American Societies of Experimental Biology). Las sociedades científicas son organizaciones
privadas que eligen a sus propias autoridades, llevan a cabo encuentros científicos, publican
journals, y financian sus operaciones recolectando fondos de sus asociados e ingresos de sus
publicaciones y actividades educativas. La American Association for the Advancement of Science
hace reuniones y publica una famosa revista (Science) sin estar limitada a ninguna disciplina. La
National Academy of Sciences realiza reuniones y publica un journal, y dispone de un brazo
operativo, el National Research Council, que lleva a cabo estudios para diversos organismos
estatales, pero su actividad más importante consiste en elegir a sus miembros. Éstas son las
instituciones básicas de la ciencia norteamericana. No debería sorprender que las universidades y
las escuelas tengan entre sí una feroz competencia, que resulta curiosa porque nadie sabe quién
lleva los tantos, pero todos saben cómo va el tanteador. (En los años recientes algunas revistas de
noticias nacionales hallaron rentable ofrecerse para “llevar los tantos” de la competencia. Los
funcionarios académicos desestiman estos juicios periodísticos, excepto cuando son sus propias
instituciones las que están arriba de todas las demás.) Los departamentos de cada disciplina
compiten entre sí, tal como lo hacen los laboratorios nacionales con los industriales, y aún las
agencias de promoción. Los departamentos de cada disciplina compiten entre sí, así como los
laboratorios nacionales e industriales y aún las agencias de fondeo. La competencia alcanza un
nivel más refinado a nivel de las carreras individuales.
B. El Sistema de Premios y la Estructura de Autoridades
Anualmente, es abierto un concurso general para cubrir cargos en la Carrera del lnvestigador Cientlfico y
Tecnológico, de acuerdo a lo establecido en el Estatuto de las Carreras del lnvestigador Científico y
Tecnológico y las condiciones que se fijan en el Anexo I de las resoluciones pertinentes. Ver aquí.
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Con el fin de regular la competencia entre científicos, el sistema norteamericano tiene un sistema
de recompensas y una estructura de autoridades. Los frutos del sistema de recompensas son la
fama, la gloria, y acaso la inmortalidad. El propósito de la estructura de autoridades es el poder y la
influencia. Ambos sistemas están vinculados entre sí, pero los científicos distinguen muy
marcadamente entre ambos. Si hablan de un colega que fue designado presidente de una
universidad famosa, dicen con tristeza, “Es una pena – todavía era capaz de hacer buenos
trabajos”. El presidente de una universidad es el líder de una estructura de autoridad, pero implica
un abandono del sistema de recompensas. Otro tanto puede observarse en los laboratorios
industriales y del gobierno. La carrera de la ciencia académica comienza en primer lugar en un
escalón del sistema de recompensas, mediante un título de Philosophy Doctor (Ph.D.) –
tradicionalmente, la concesión de un doctorado implica el reconocimiento de un candidato como
un igual por parte de la facultad de la universidad en la cual ha estudiado – seguido en diversas
áreas por uno o dos períodos de postdoctorado. Es mejor tener las posiciones de Ph.D. y de
postdoctorado en universidades (o por lo menos en departamentos) en puestos elevados a causa de
la competencia feroz pero invisible que es probable que tenga lugar yendo hacia abajo y a un
costado y otro de la lista. El paso siguiente es crucial: ser designado en una posición de cátedra
junior en la facultad. Alrededor de dos tercios de todos los postdoctorados de las universidades
norteamericanas creen que darán este paso, pero en la práctica sólo lo hace una tercera parte. Este
paso y los subsiguientes requieren de una fama creciente como científico más allá del propio círculo
de conocidos. Se buscarán recomendaciones de gente que conoce a la persona por la importancia
de sus investigaciones científicas. En esta etapa resulta esencial que el individuo haya alcanzado
alguna meta. Los pasos siguientes hacia arriba en la escalera son la promoción a una posición
catedrática plena; premios, medallas, y distinciones otorgados por distintas sociedades científicas;
una cátedra con fondo patrimonial (el equivalente virtual de la cattedra de madera de Galileo); la
elección en la National Academy; el premio Nobel; y, finalmente, la inmortalidad.
Las posiciones en la estructura de autoridad son en general recompensas por haber alcanzado
cierto nivel en el sistema de recompensas. Por ejemplo, si se comienza en el nivel junior de la
facultad, resulta posible desplazarse al costado en forma temporaria o aún permanente a una
posición como oficial contratado de una agencia de promoción. Como los oficiales contratados
influyen sobre la distribución de los fondos para la investigación, desempeñan un papel al decidir
quién tendrá éxito en el ascenso en la escalera de recompensas. A niveles sucesivos superiores uno
se puede transformar en editor de un journal; jefe de un departamento; secretario, decano, o rector
de una universidad; y finalmente jefe de un organismo de promoción. La gente que está en estas
posiciones se desplazó fuera del sistema de recompensas, pero tiene algo para decir acerca de quién
tendrá éxito.
2) Algunos Mitos sobre la Ciencia
¨En cuestiones científicas¨, escribió Galileo, ¨la autoridad de unos cuantos miles no vale lo mismo
que el humilde razonamiento de uno sólo¨7. Librando una batalla con los profesores aristotélicos
de su época, Galileo creía que la apelación a la autoridad era enemiga de la razón. Pero en realidad,
contrariamente a lo expresado por Galileo, resulta que la autoridad es de fundamental importancia
para la ciencia. Si el autor de un paper es un científico famoso, pensaré que vale la pena leer su
trabajo. Por el contrario, si me llama un aspirante a científico, pidiendo que su nuevo
descubrimiento sea puesto a consideración del mundo científico, es probable que no valga la pena
“In questioni di scienza L‟autorità di mille non vale l‟umile ragionare di un singolo.” Empero, resulta
imposible hallar esta observación de Galileo en alguno de sus escritos. Una afirmación similar en otros
términos puede hallarse en Il Saggiatore (1623) de Galileo. Ver Andrea Frova & Mariapiera Marenzona,
Parola di Galileo 473 (1998).
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leerlo (estos documentos suelen abarrotar las estanterías de los científicos de prestigio). He aquí
una lista de otros mitos:
Mito: Los científicos deben tener mentes abiertas, a efectos de abandonar las antiguas ideas
favoreciendo a las nuevas.
Realidad: Como la ciencia es un proceso de adversarios en el que cada idea merece la defensa más
vigorosa posible, resulta útil que, para el progreso exitoso de la ciencia, los científicos se aferren
con tenacidad a sus propias ideas, aún en presencia de evidencia en contrario (¡y así lo hacen!).
Mito: La ciencia debe ser un libro abierto. Por ejemplo, todo nuevo experimento debe ser descripto
en forma tan completa que cualquier otro científico lo pueda reproducir.
Realidad: En todo experimento crucial existe una amplia dosis de habilidad al realizarlo. A
menudo, la única forma de importar una nueva técnica en un laboratorio es contratar a alguien
(p.ej. alguien en el post-doctorado) que logró hacerla funcionar en algún otro lado. Empero, los
científicos tienen una responsabilidad solemne en describir los métodos utilizados en forma tan
precisa como sea posible. Y eventualmente, la capacidad será adquirida por suficiente gente como
para lograr que la técnica sea banal.
Mito: Cuando aparece una nueva teoría, el deber de los científicos es falsarla.
Realidad: Cuando aparece una nueva teoría, el instinto del científico es verificarla. Cuando la
teoría es nueva, el efecto de un experimento crucial que muestre que es falsa, es que tanto a la
teoría como al experimento se los olvida rápidamente. Lo cual resulta en que no hay ningún
progreso para nadie en el sistema de recompensas. Solamente es ventajoso demostrar que la teoría
es falsa cuando está establecida con firmeza y es generalmente aceptada.
Mito: La ciencia real puede ser fácilmente distinguida de la pseudociencia.
Realidad: Esto es lo que los filósofos llaman el problema de la demarcación. Uno de los principales
motivos de Popper de proponer su estándar de falsabilidad fue precisamente facilitar un medio de
demarcación entre la ciencia real y los impostores. Por ejemplo, la teoría de Einstein de la
relatividad (con la cual Popper quedó profundamente impresionado) realizaba predicciones claras
que podrían ciertamente ser falsadas si no fueran correctas. En contraste, de las teorías de Freud
sobre el psicoanálisis (con las cuales Popper estaba mucho menos impresionado) nunca se podía
demostrar su falsedad. Luego para Popper la relatividad era ciencia mientras que el psicoanálisis
no lo era. Como ya hemos apreciado, los científicos reales no actúan a la manera de Popper. Pero
aparte de ello, existe otro problema con el criterio de demarcación de Popper (y en realidad con
cualquier otro): los aspirantes a científicos también leen libros. Si resulta ampliamente aceptado (lo
que ha ocurrido hasta cierto punto) que las predicciones falsables implican la existencia de ciencia
real, entonces los pretendientes al trono de la ciencia también las harán8. No existe un criterio
simple y mecánico para distinguir lo que es ciencia real de lo que no lo es. Lo cual no significa que
la tarea no pueda ser realizada. Como se discute más abajo, la Corte Suprema, en la decisión
Daubert, produjo un valioso intento para mostrar cómo hacerla9.
Para un listado de tales pretendientes, ver Larry Laudan, Beyond Positivism and Relativism 219 (1996).
La Corte Suprema en el caso Daubert identificó cuatro factores no definitivos que se pensaba eran
ilustrativos de características del conocimiento científico: carácter testable o falsabilidad, revisión por los
pares, una tasa de error potencial conocida, y la aceptación general dentro de la comunidad científica. 509
U.S. at 590 (1993). Hay casos subsiguientes que dieron lugar a una expansión de estos factores. Ver p.ej., In
re TMI Litig. Cases Consol. II, 911 F. Supp. 775, 787 (M.D. Pa. 1995) (que consideró los siguientes factores
adicionales: la relación de la técnica con los métodos que han sido establecidos como confiables; consistencia
lógica o interna de la hipótesis; consistencia de la hipótesis con las teorías aceptadas; y precisión de la
hipótesis o teoría). Ver en general Bert Black et al., Science and the Law in the Wake of Daubert: A New
Search for Scientific Knowledge, 72 Tex. L. Rev. 715, 783–84 (1994) (discusión de una lista de factores
ampliada).
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Mito: Las teorías científicas no son más que eso: teorías. Todas las teorías científicas terminan
siendo erróneas en la práctica y reemplazadas por otras.
Realidad: Las cosas que la ciencia nos ha dicho sobre el mundo constituyen los elementos más
seguros de todo el conocimiento humano. Aquí cabe distinguir entre ciencia en las fronteras del
conocimiento (donde por definición no entendemos todo y donde las teorías son de hecho más
vulnerables) y la ciencia de los libros de texto que se conoce con gran confianza. La materia está
compuesta por átomos, el ADN transmite los programas de los organismos de generación en
generación, la luz es una onda electromagnética, la demanda de fondos del sector público abarrota
el funcionamiento del mercado de capitales y tiende a elevar la tasa de interés; estos enunciados no
es probable que sean erróneos. La teoría de la evolución y la de la relatividad se encuentran dentro
de la misma clase. Aún son llamadas teorías por razones históricas solamente. La navegación
satelital de muchos automóviles utiliza a la teoría de la relatividad para realizar predicciones
suficientemente exactas como para indicar en qué lugar uno se encuentra y para dirigirse al destino
con gran precisión. Debe decirse aquí que la noción incorrecta de que todas las teorías deben ser
eventualmente erróneas es fundamental en las obras de Popper y Kuhn, y que estos teóricos han
sido cruciales en ayudarnos a entender cómo funciona la ciencia. Sus teorías, como las buenas
teorías en las fronteras del conocimiento, pueden ser al mismo tiempo útiles y erróneas.
Mito: Los científicos son gente de honestidad e integridad inflexibles.
Realidad: Lo serían si Bacon estuviera en lo cierto acerca de cómo funciona la ciencia, pero no lo
estuvo. Los científicos son rigurosamente honestos cuando la honestidad les resulta más
importante: al informar sobre procedimientos científicos y datos en publicaciones revisadas por sus
pares. En todo lo demás, son seres mortales ordinarios como los demás.
Ciencia y Derecho
La ciencia y el derecho difieren tanto en el lenguaje utilizado como en los objetivos perseguidos.
A. Lenguaje
Alguien dijo una vez que los Estados Unidos e Inglaterra son dos países separados por un lenguaje
común. Algo semejante podría decirse de la ciencia y el derecho. Hay un gran número de palabras
comúnmente usadas en ambas disciplinas, pero con un sentido diferente. Algunos ejemplos:
Tal como es usada por los abogados, la palabra fuerza tiene una connotación de violencia y
de dominación de una persona por otra, como cuando se dice “un uso excesivo de la fuerza”
o “entrada forzosa”. En la ciencia, la fuerza es algo que, aplicado a un cuerpo, le proporciona
velocidad y dirección de movimiento al desplazamiento. Además, todas las fuerzas son
resultantes de algunas pocas fuerzas fundamentales, como la ley de gravedad y la fuerza
eléctrica. La palabra no implica ninguna otra cosa.
En contraste, la palabra evidencia es utilizada de forma menos rigurosa en la ciencia que en
derecho. El derecho tiene reglas de evidencia precisas que determinan lo que es admisible y
lo que no lo es. En ciencia el término designa meramente algo así como “prueba”.
Hay ciertos papers de alguna publicación científica que tendrán títulos como “Evidencia a
favor (o en contra de)...” Lo que esto significa es que sus autores fueron incapaces de
demostrar sus puntos de vista, pero de cualquier forma aquí están los resultados.
El término teoría es un ejemplo particularmente interesante de una palabra con
significados distintos en las dos disciplinas. Una teoría legal es una propuesta que se adapta
a los hechos y precedentes legales y que favorece al cliente del abogado. El requisito para
que exista una teoría científica es que dé lugar a nuevas predicciones que puedan ser
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docimadas mediante nuevos experimentos u observaciones y falsadas o verificadas, pero, en
cualquier caso, sometidas a prueba.
Incluso la palabra ley tiene significados distintos en ambas disciplinas. Para un práctico del
derecho, una ley es algo promulgado por alguna autoridad humana, como la legislatura o un
parlamento. En ciencia, una ley es una ley natural, o de tipo social (p.ej. la “ley de la
demanda”) algo que los seres humanos esperan descubrir y describir en forma adecuada,
pero que no puede ser alterada mediante ninguna autoridad humana10.
El ejemplo final es, tal vez, el más interesante: el término error. En derecho y en el uso
común, error y equivocación son aproximadamente sinónimos. Una decisión legal puede
ser dada vuelta si se halla que está contaminada de errores jurídicos. En la ciencia, en
cambio, error y equivocación tienen distintos significados. Cualquiera puede cometer una
equivocación, y los científicos no tienen obligación de informar sobre las que cometieron en
la literatura científica. Simplemente resuelven el lío y hacen un nuevo intento. Por otra
parte, el error es intrínseco a toda medición, y los autores de un paper científico, lejos de
ignorarlo o de ocultarlo o aún de tratar de eliminarlo, harán un sesudo análisis de los
errores para delimitar los límites de la incertidumbre del resultado medido. Podría decirse
que cometer equivocaciones es humano, pero que el error es intrínseco a nuestra
interacción con la naturaleza, y forma parte de la ciencia.
B. Objetivos
Detrás del significado de algunos términos, la ciencia y el derecho presentan diferencias
fundamentales de objetivos. El objetivo del derecho es la justicia; el de la ciencia es la verdad. No se
trata de lo mismo. Naturalmente, la justicia también busca la verdad, pero requiere que se adopte
una decisión clara dentro de un espacio razonable y limitado de tiempo. La búsqueda de la verdad
científica no tiene límite temporal y carece de un punto final en el que debe tomarse una decisión.
Pero a pesar de todas estas diferencias, la ciencia y el derecho comparten al nivel más profundo las
mismas aspiraciones y muchos métodos en común. Ambas disciplinas buscan, dentro de un debate
estructurado, utilizar evidencia empírica y llegar a conclusiones racionales más allá de los
prejuicios y el interés propio de los individuos.
3) Una Visión Científica de Daubert
Como éste es un caso paradigmático para nosotros, vale la pena hacer un recuento. Daubert v.
Merrell Dow Pharmaceuticals, 509 U.S. 579 (1993) es un caso de la Corte Suprema de Estados
Unidos que determina el estándar a ser seguido para admitir el testimonio de expertos en
tribunales federales. El tribunal Daubert sostenía que la promulgación de las Reglas Federales de
Evidencia implícitamente daba vuelta el estándar Frye11; al estándar que articuló el tribunal se lo
conoce como estándar Daubert. Jason Daubert y Eric Schuller habían nacido con serios defectos
de nacimiento. Ellos y sus padres demandaron a Merrell Dow Pharmaceuticals Inc., una
subsidiaria de Dow Chemical Company, ante un tribunal del estado de California, afirmando que la
medicación Bendectin era la causa de los defectos de nacimiento. Merrell Dow llevó el caso ante el
tribunal federal, y a partir de allí buscó un juicio sumario porque sus expertos pusieron a
consideración documentación que mostraba que no había estudios científicos publicados que
demostraran un vínculo entre Bendectin y los defectos de nacimiento. Daubert y Schuller
Existe cierto margen de intervención en una ley social si ésta contempla parámetros de política (un
impuesto, por ejemplo).
11 El Frye standard, Frye test, o test de aceptación general, es un test a efectos de determinar la admisibilidad
de evidencia científica en los tribunales de Estados Unidos. Establece que la opinión de expertos basada en
técnicas científicas sólo es admisible cuando la técnica sea generalmente aceptada como confiable en la
comunidad científica relevante.
10
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sometieron evidencia de expertos propia que sugería que Bendectin podría causar defectos de
nacimiento. La evidencia de Daubert y Schuller, empero, estaba basada en estudios in vitro y de
animales in vivo, estudios farmacológicos, y en estudios re-publicados, y estas metodologías aún
no habían ganado aceptación dentro de la comunidad científica general.
El tribunal de distrito otorgó juicio sumario a Merrell Dow, y Daubert y Schuller apelaron al
Noveno Circuito. El Noveno Circuito halló que el juicio sumario otorgado era correcto, porque los
demandantes ofrecieron evidencia que aún no había sido aceptada como técnica confiable por los
científicos que habían tenido oportunidad de analizarla y de verificar los métodos usados por
aquellos científicos. Además, el Noveno Circuito era escéptico con respecto a que la evidencia de
los demandantes apareciera como generada para el litigio. Sin la evidencia ofrecida, el Noveno
Circuito dudaba de que los demandantes pudieran demostrar en juicio que el Bendectin había
causado en realidad los defectos de nacimiento que constituían el objeto de la demanda. Los
demandantes solicitaron a la Corte Suprema que revisara la decisión del Noveno Circuito, lo que
ésta terminó haciendo.
Había tres disposiciones de las Reglas Federales de Evidencia12 que regulaban la admisión del
testimonio de expertos en un tribunal. La primera es que el testimonio debe ser de naturaleza
científica, y que dicho testimonio debe estar basado en “conocimiento”. Por supuesto, la ciencia no
reclama para sí conocer algo con certeza absoluta; la ciencia “representa un proceso de proponer y
refinar las explicaciones teóricas sobre el mundo que son tema de dócimas y refinamiento
adicional”. El “conocimiento científico” contemplado por la Regla 702 era uno al que debía llegarse
mediante el método científico.
Hay todo un cuerpo normativo denominado Federal Rules of Evidence publicado por la Cornell University
(Legal Information Institute, Law School) en el que figura la famosa Regla 702. Esta regla incluye algunas
notas que vale la pena transcribir:”A menudo es difícil o imposible realizar una evaluación inteligente de los
hechos si no se aplica algún conocimiento científico, técnico, o especializado. La fuente más habitual de este
tipo de conocimientos es el testimonio de expertos, aunque hay otras técnicas para ofrecerlo. En buena parte
de la literatura se supone que los expertos brindan su testimonio sólo mediante opiniones. Ello no tiene
fundamento lógico. La regla por consiguiente reconoce que un experto en su estrado puede brindar una
disertación o exposición de principios científicos u otros relevantes al caso en cuestión, dejando al abogado
que los aplique a los hechos. Como buena parte de la crítica al testimonio de expertos se ha centrado
alrededor de la cuestión hipotética, parece sabio reconocer que las opiniones no solamente no son
indispensables y alentar el uso de testimonios de expertos bajo la forma de no-opiniones si el fiscal cree que
el abogado defensor puede sacar la inferencia requerida por cuenta propia. Ello no significa eliminar el uso
de opiniones, ya que se permitirá a los expertos dar pasos adicionales en pro de sugerir las inferencias que
podrían ser extraídas de aplicar el conocimiento especializado a los hechos. (Ver Reglas 703 a 705).
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Que la situación resulte apropiada para usar el testimonio de un experto debe determinarse sobre la base de
ayudar al abogado defensor... El uso de estos testimonios tuvo un gran incremento a partir de la
promulgación de las Reglas Federales de Evidencia. Éste era el resultado buscado por quienes escribieron la
regla, que de esta manera respondían a preocupaciones de que las restricciones impuestas con anterioridad
al testimonio de los expertos fueran artificiales y constituyeran un impedimento para arrojar luz sobre
cuestiones técnicas en disputa. Ver, p.ej., McCormick sobre Evidencia, 203 (3ra ed., 1984). En tanto que
ahora son presentados muchos testimonios de expertos que resultan iluminadores y útiles, no es así con
todos. Todo significa un gasto, ya al que lo propone, ya al adversario. En particular, en los litigios civiles con
elevados montos financieros, se ha vuelto un lugar común invertir grandes sumas en testimonios de expertos
que son útiles sólo marginalmente. El recurso al testimonio de expertos en ocasiones es usado como una
técnica judicial para vencer la resistencia de los adversarios. En resumen, en tanto que el testimonio de los
expertos puede ser deseable si no crucial en varios casos, no puede dudarse de que se han cometido excesos y
de que deben ser limitados.”
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La segunda es que el conocimiento científico debe ayudar al juez (o al jurado en un juicio) a
entender la evidencia o a comprender los hechos en la cuestión del caso. El juez del caso es a veces
un jurado (El jurado es una figura procesal clásica del sistema inglés, a través de la cual los
ciudadanos participan en la administración de justicia. Cabe destacar que, si bien el jurado decide
con su veredicto, es la ley la que impone las penas, el juez quien realiza la observancia de los cauces
del proceso y quien determina si se admite a trámite la demanda, y la fiscalía la que determina el
contenido de la misma. Es una de las opciones que un sistema jurídico puede tomar para resolver
las causas. La otra opción clásica es la de un juez profesional o un tribunal que dé solución a los
casos planteados.) Pero pueden existir otros investigadores entre las reglas federales de evidencia.
Para resultar de utilidad al juez o a jurado, debe haber una “conexión científica válida con la
investigación pertinente como prerrequisito para que sea admisible”. Si bien está en el área de
competencia del conocimiento científico, saber si a la noche la luna estaba llena puede no ser de
gran ayuda para el juez o el jurado a fin de determinar si una persona estaba cuerda cuando
cometió un acto determinado.
En tercer término, las Reglas permiten en forma expresa que el juez establezca la fijación del
umbral a partir del cual determinado conocimiento científico podrá asistir a dicho juez (o al jurado)
de la forma contemplada por la Regla 702. “Esto implica una evaluación preliminar acerca de si el
razonamiento o metodología que subyace al testimonio es científicamente válido y si puede ser
aplicado/a a los hechos en disputa.” Esta evaluación preliminar puede depender de si algo pasó un
test, si una idea fue sometida a revisión por sus pares o publicada en periódicos científicos, de cuál
es el margen de error involucrado, e incluso de su aceptación general, entre otros factores. Se ciñe a
cuestiones de metodología y de principios, no a las últimas conclusiones generadas.
La corte subrayó que el nuevo estándar de la Regla 702 tenía raíces en el proceso judicial y que se
esperaba que fuera algo diferente y separado de la búsqueda de la verdad científica. “Las
conclusiones científicas están sometidas a una revisión permanente. Por otra parte, el Derecho
debe resolver las disputas de modo rápido y concluyente. Un proyecto científico avanza mediante la
consideración de una multitud de hipótesis, ya que de aquellas que sean incorrectas se demostrará
su falsedad, lo cual constituye en sí un adelanto.” La Regla 702 fue pensada para poner término a
las disputas legales, y por consiguiente debía ser interpretada conjuntamente con otras reglas de
evidencia y con otros medios legales de terminar con las disputas. Dentro del proceso entre
adversarios, el examen cruzado es apropiado para ayudar a los que deben tomar las decisiones a
lograr una culminación eficiente de las disputas. “Se reconoce, en la práctica, que un juez que
asume un rol de guardián, aunque sea flexible, a veces impedirá al jurado conocer los puntos de
vista auténticos y las innovaciones. Sin embargo, éste es el contrapeso que imponen las Reglas de
Evidencia que han sido diseñadas no para la investigación exhaustiva de una comprensión cósmica
sino para la resolución particular de disputas legales.”
Después del affaire Daubert, se esperaba que el rango de evidencia de opiniones científicas usado
en los tribunales se expandiera. Empero, los tribunales siguieron aplicando en forma estricta los
estándares de Daubert, y en general actuaron con éxito al excluir “ciencia basura” o “pseudociencia”, así como técnicas e investigaciones nuevas o experimentales que hubieran podido ser
consideradas como admisibles. Es preciso destacar que no todas las consideraciones del caso
Daubert deben ser reunidas para que sea admitida la evidencia. Sólo se precisa que la mayoría de
las pruebas sea superada de forma sustancial13.
El principio establecido en Daubert fue ampliado en Kumho Tire Co. v. Carmichael, en cuyo caso la
evidencia en cuestión provenía de un técnico y no de un científico. El técnico testificó que la única causa
posible de estallido de una llanta tenía que ser un defecto de fabricación, ya que no podía establecer ninguna
otra causa. La corte de Apelaciones había admitido la evidencia bajo el supuesto de que Daubert no era
aplicable a evidencia técnica sino solamente a evidencia científica. La Corte Suprema revocó el fallo,
13
9
Cabe mencionar que, durante la discusión de un panel en esa conferencia, los defensores de una de
las partes respondieron a los críticos con argumentos de este tipo:
Nosotros, los que trabajamos en este campo sabemos que es correcto lo que hacemos, si
bien no podemos demostrarlo a otros de afuera.
Ustedes que son los críticos han concentrado su ataque sobre un lunar débil, que es la
carencia de datos sobre lo que sostenemos.
Quien tenga un conocimiento modesto de cómo funciona y se pone a prueba el conocimiento
científico, se dará cuenta de que estas “defensas” deben reconocerse como la admisión de que la
ciencia está ausente en esta discusión.
En la decisión de la Corte Suprema de U.S. de 1993 sobre el caso Daubert, la Corte se concentró en
resolver de por sí, de una vez y para siempre, el nudo gordiano de la demarcación de la ciencia de la
pseudo-ciencia. Aún más, adoptó la decisión de permitir que cada juez federal resolviera este
problema al decidir si el testimonio de todo testigo experto científico debía ser admisible. A la luz
de todas las incertidumbres que han sido discutidas en este capítulo, cabe decir que se trató de un
objetivo ambicioso de ser puesto en práctica14. La presentación de evidencia científica en un alegato
es una especie de matrimonio forzado entre dos disciplinas. Las dos están obligadas en cierta
medida a ceder frente a los imperativos centrales con que la restante suele manejarse, y resulta
probable que ninguna muestre su mejor cariz.
La decisión Daubert fue un intento – y ciertamente no el primero – de regular ese encuentro
disciplinario. A los jueces se les pide que decidan sobre la “confiabilidad de la evidencia” del
testimonio en cuestión, basándose no sobre las conclusiones ofrecidas, sino sobre los métodos
utilizados para llegar a las mismas.
En particular, los métodos deberían ser juzgados según los cuatro criterios siguientes:
1. Los aparatos teóricos de los métodos deben dar lugar a predicciones docimables por cuyo
medio la teoría podría ser falsada.
2. Los métodos deberían estar preferiblemente publicados en revistas sometidas a revisión por
sus pares.
3. Debería existir una tasa de error conocida para evaluar los resultados.
admitiendo que el estándar Daubert podía ser aplicado a la simple evidencia técnica, y que en este caso, la
evidencia del experto propuesto no era suficientemente confiable.
14 El titular de la Corte de Justicia Rehnquist, al responder a la opinión mayoritaria en Daubert, fue el
primero en expresar su inquietud con la tarea asignada a los jueces federales de esta forma: “No me siento
obligado en mi confianza hacia los jueces federales, pero sí con problemas en saber qué se quiere decir con
que el status científico de una teoría dependa de su „falsabilidad‟, y sospecho que algunos de ellos también los
tendrán.” 509 U.S. 579, 600 (1993) (Rehnquist, C.J., coincidiendo en parte y disintiendo en parte). Su
preocupación se hizo eco en el Juez Alex Kozinski cuando el caso fue reconsiderado por la Corte de
Apelaciones de U.S. del Noveno Circuito luego de una devolución de la Corte Suprema. 43 F.3d 1311, 1316
(9th Cir. 1995) (“Nuestra responsabilidad, por lo tanto, a menos que estemos malinterpretando la opinión de
la Corte Suprema, es resolver las disputas entre científicos respetados y de buen crédito con arreglo a su
experiencia, en aquellas áreas en las que no exista consenso científico con respecto a lo que constituye „buena
ciencia‟ y a lo que no lo es, y rechazar en forma ocasional este testimonio de expertos porque no fue „derivado
mediante el método científico‟. Conscientes de nuestra posición dentro de la jerarquía del poder judicial,
respiremos hondo y pongamos manos a la obra con esta dura tarea.”)
10
4. Los métodos deberían ser de aceptación generalizada dentro de la comunidad científica
relevante.
Leyendo estos criterios ilustrativos mencionados por la Corte, a uno le llama inmediatamente la
atención el espectro de Karl Popper en ciernes sobre los jueces con toga (no se trata de una mera
ilusión. La dependencia de Popper está explícita en la decisión escrita). Pero Popper no está solo, y
la doctrina de la falsación es suplementada mediante una reverencia a la institución de la revisión
por los pares, un reconocimiento del sentido científico del error, y un paradigma de chequeo (en
verdad, la inclusión del anterior estándar Frye).
Al fin de cuentas, la decisión de la Corte no dejó de ser bastante buena15. Los jueces se adentraron
en las peligrosas corrientes cruzadas de la filosofía de la ciencia – en las cuales aún la mayoría de
los científicos teme naufragar – y emergieron con al menos su dignidad intacta. La falsación puede
no ser la mejor manera de hacer ciencia, pero tampoco es la peor forma a posteriori de juzgarla, y
esto es lo que se requiere. Por lo menos se condujeron para evitar la trampa popperiana de exigir a
los científicos que fueran escépticos con respecto a sus propias ideas. Las otras consideraciones
ayudan a otorgar sustancia y flexibilidad. El jurado aún está fuera de conocer (por así decirlo) cuán
buena será esta decisión en la práctica, pero se trata de un intento mayúsculo de servir a la justicia,
si no a la verdad. Aplicarla nunca será fácil, pero con tal fin fue escrito un “Reference Manual on
Scientific Evidence”, del que en el año 2000 se publicó la 2a edición.
4) Recapitulando
Como hemos visto, la ciencia no es una mera colección de hechos, conceptos, e ideas útiles sobre la
naturaleza, ni siquiera la investigación sistemática de la naturaleza, aunque éstas sean definiciones
usuales de ciencia. La ciencia es un método de investigar la naturaleza – una forma de saber
sobre la misma – que descubre conocimiento confiable acerca de la misma. Es decir, la ciencia es
un método de descubrir conocimiento confiable sobre la naturaleza. Hay por supuesto otros
métodos distintos de la ciencia, con la diferencia de que la ciencia es el único método que da como
resultado la adquisición de conocimiento confiable.
Conocimiento confiable es un conocimiento con elevada probabilidad de ser cierto a causa de su
veracidad justificada por la utilización de un método confiable. A este conocimiento se lo llama a
veces creencia justificada verdadera, para distinguir el conocimiento confiable del que es falso o
que siendo verdadero no puede ser justificado. (Fíjense que no hago ningún distingo entre creencia
y conocimiento, ya que sostengo que creemos en nuestro propio conocimiento. Lo importante es
distinguir si mi conocimiento o creencias son verdaderos y, si lo son, son justificadamente
verdaderos). Toda la gente tiene conocimientos o creencias, pero no todos los conocimientos o
creencias son confiablemente verderos y justificados. De hecho, mucha gente cree en cosas que son
erróneas o injustificables, o ambas situaciones al mismo tiempo: la mayoría de la gente posee una
gran masa de conocimiento no confiable y, lo que es peor aún, ¡actúan en base a ese conocimiento!
El método utilizado para justificar el conocimiento científico, y tornarlo así confiable, es el método
científico. Antes de repasar los procedimientos formales del método científico, vamos a describir
una práctica aún más general: el pensamiento científico o crítico.
5) El Pensamiento Científico o Crítico
Un punto de vista contrapuesto es el de Gary Edmond & David Mercer, “Recognizing Daubert: What
Judges Should Know About Falsification”, 5 Expert Evidence 29–42 (1996).
15
11
Todos los científicos practican el pensamiento científico, pero no es de uso privativo de ellos.
Cualquiera que aprenda el método científico y aplique sus conceptos “pensará como lo haría un
científico”, sea cual fuere la naturaleza de su investigación. Al usar los métodos y principios del
pensamiento científico en nuestra vida cotidiana – sea que estudiemos historia o literatura,
sociedades o gobiernos, que busquemos una solución a problemas de economía, filosofía o derecho,
o simplemente que busquemos la respuesta a preguntas personales sobre nosotros mismos o el
significado de la existencia – decimos que practicamos el pensamiento crítico. Éste consiste en
pensar uno mismo en forma correcta de modo de alcanzar en forma exitosa las respuestas más
confiables a las preguntas, y de obtener soluciones a los problemas. En otros términos, el
pensamiento crítico nos proporciona conocimiento confiable sobre todos los aspectos de nuestra
vida y nuestra sociedad, y no se restringe al estudio formal de la naturaleza. Resulta claro que el
pensamiento crítico y el científico son una y la misma cosa, pero en tanto que uno (el pensamiento
científico) siempre es practicado por los científicos, el otro (el pensamiento crítico) a veces es usado
por los humanos, pero a veces no. Algunos profesionales de las humanidades, las ciencias sociales,
la jurisprudencia, el comercio y el periodismo practican el pensamiento crítico como cualquier
científico, pero no todos, lamentablemente. Un científico debe practicar el pensamiento crítico si
quiere ser exitoso, pero en otras profesiones estar calificado para el éxito no requiere
necesariamente el uso del pensamiento crítico – algo que es fuente de mucha confusión,
desacuerdo y falta de bienestar en la sociedad. El método científico demostró ser muy confiable y
exitoso en el pensamiento sobre la historia humana, y es muy posible que se lo pueda utilizar en
otras áreas. Como el pensamiento científico y el pensamiento crítico son, en esencia, lo mismo
aplicado con propósitos diferentes, es razonable esperar que si se estudia pensamiento científico en
una clase de ciencias se aprenda, al mismo tiempo, la más importante capacidad que pueda tener
un estudiante – el pensamiento crítico. Ésta es, tal vez, la razón más importante para que los
estudiantes lleven a cabo estudios en ciencias, cualquiera sea su interés o profesión eventual más
importante.
6) Los componentes del Pensamiento Científico y Crítico: Empirismo, Racionalismo y
Escepticismo
A. Empirismo: Uso de la Evidencia Empírica
La evidencia empírica es evidencia que se puede ver, oir, tocar, degustar u oler; se trata de
evidencia susceptible al sentido humano. Es importante porque se trata de evidencia que otros
aparte de nosotros pueden experimentar, y que es repetible, de modo que la evidencia empírica
puede ser chequeada por mí y los demás luego de que alguien haya reclamado para sí un
conocimiento. Esta evidencia es el único tipo de evidencia cn estos atributos y por tanto es usada
por los científicos y pensadores críticos para tomar decisiones vitales y alcanzar conclusiones
razonables16.
La ciencia se ha transformado de modo incuestionable en el emprendimiento humano más exitoso
de la historia de la civilización, porque es el único método que descubre y formula exitosamente un
conocimiento confiable. Semejante evidencia es tan incontenible que muchos individuos pasan por
alto en qué medida llegamos a la civilización moderna (basada esencialmente en descubrimientos
de la ciencia, de ahí a su aplicación – o tecnología – y de ahí a los fines humanos). Las filosofías
pueden reclamar para sí la posesión de verdades absolutas o últimas, pero de forma invariable
deben basar la fe en el dogma, la autoridad, la revelación, o la especulación filosófica, ya que resulta
imposible utilizar la lógica humana finita o la evidencia natural para demostrar la existencia de un
absoluto ya sea en los mundos natural o sobre-natural. El pensamiento científico y crítico requiere
Otros tipos de evidencia no recomendables para la ciencia son: los rumores, la revelación, los fenómenos
paranormales (espectros, fantasmas, etc.), y la autoridad.
16
12
que se deje de lado la fe ciega, la autoridad, la revelación, y los sentimientos humanos como base de
creencias y conocimientos confiables. Estos métodos cognitivos humanos ocupan un lugar en la
vida humana, pero no como el fundamento del conocimiento confiable.
B. Racionalismo: La Práctica del Razonamiento Lógico
La lógica no es una capacidad innata de los humanos o que se desarrolla y mejora por cuenta
propia, sino una aptitud o disciplina que debe ser aprendida dentro de un entorno educativo
formal17. Es frecuente que usar el razonamiento lógico entre en conflicto con la voluntad, porque la
lógica muchas veces nos fuerza a negar las emociones y a hacer frente a la realidad. Recuerden que
las emociones no son evidencia, que los sentimientos no son hechos, y que las creencias subjetivas
no son creencias sustantivas. Todo científico y pensador crítico exitoso ha invertido años
aprendiendo cómo pensar en forma lógica, casi siempre dentro de un contexto educativo formal.
Hay quienes pueden aprender el razonamiento lógico mediante prueba y error, pero este método
implica derrochar tiempo, es ineficiente, a veces es exitoso, pero a menudo es penoso.
Las mejores formas de aprender a pensar lógicamente son estudiar lógica y razonar en una clase de
filosofía; estudiar matemáticas y cursos científicos que obliguen al uso de la lógica; leer buena
literatura y estudiar historia; y leer con suma frecuencia. Leer, escribir y hacer matemática son los
métodos tradicionales mediante los cuales los jóvenes aprendieron a pensar lógicamente (e.d. en
forma correcta), pero hoy en día la ciencia es un cuarto método. Tal vez la mejor manera sea
escribir mucho y que lo escrito sea revisado por alguien con capacidad crítica. Muchos nunca
aprenden a pensar lógicamente; en la sociedad moderna hay muchos argumentos y enunciados
ilógicos que son aceptados y no son desafiados – llevando a menudo a resultados anti-productivos
(o aún trágicos) para el bienestar de la sociedad, porque mucha gente no los reconoce como tales.
C. Escepticismo: Tener una Actitud Escéptica
La idea clave final en materia científica y pensamiento crítico es el escepticismo, cuestionarse en
forma constante acerca de sus creencias y conclusiones. Los científicos y pensadores críticos
buenos examinan constantemente la evidencia, los argumentos y las razones de sus creencias.
Estar decepcionado consigo mismo o serlo por otros son dos fallas humanas muy comunes. La
única forma de escapar a la decepción de los demás y – de lejos – el rasgo más común de autodecepción, es examinarse a sí mismo en forma repetida y rigurosa en materia de creencias. Se debe
cuestionar la verdad y confiabilidad de tanto el conocimiento de los demás y del conocimiento que
ya tiene de sí mismo. Una forma de hacerlo es docimando sus creencias contra la realidad objetiva
prediciendo las consecuencias o resultados lógicos de sus creencias y las acciones que se seguirían
de sus creencias. Si las consecuencias lógicas de sus creencias se compadecen con la realidad
objetiva – tal como viene dada por la evidencia empírica – se puede concluir que sus creencias son
conocimiento confiable (esto es, sus creencias tienen una alta probabilidad de ser ciertas).
Hay gente que cree que los escépticos tienen mentes cerradas y que, una vez que poseen
conocimiento confiable, se resisten a cambiar de forma de pensar – pero se trata justamente de lo
opuesto. Un escéptico mantiene sus creencias tentativamente, y está abierto a nueva evidencia y
argumentos racionales sobre las mismas. Los escépticos no son dogmáticos, o sea que están
dispuestos a cambiar de forma de pensar, pero sólo si aparece nueva evidencia o razones que los
llevan a ello. Tienen mentes abiertas, pero no tan abiertas como para que se caigan sus cerebros: se
El pensamiento emocional, el pensamiento esperanzado y el conocido wishful thinking son de lejos más
comunes que el pensamiento lógico, debido a que son mucho más sencillos y más agradables para la
naturaleza humana. Hay mucha gente que creería que algo es cierto, esperaría que fuera cierto o desearía que
lo fuera, en lugar de negar sus emociones y aceptar que sus creencias son falsas.
17
13
resisten a creer en algo de inmediato si no hay suficiente evidencia o motivo, y este atributo es
digno de ser emulado. La ciencia trata a las nuevas ideas con similar escepticismo: afirmaciones
extraordinarias requieren evidencia extraordinaria para justificar la credulidad. Cada día que pasa
nos encontramos con afirmaciones fantásticas, extrañas y extremas sobre el mundo natural; si no
queremos creer en cualquier alegato pseudocientífico o recurso a lo paranormal, tenemos que tener
un método de decidir entre qué creemos y qué no, y para ello usamos el método científico del
pensamiento crítico.
14
7) El Método Científico en la Práctica
El método científico sigue un cierto número de etapas, a saber:
1. Se comienza formulando una pregunta con sentido o identificando un problema
significativo, debiendo plantearse el problema o pregunta en tal forma que sea posible
responderlo/a. Aquí es donde intervienen las emociones e influencias extrañas. P.ej. todos
los científicos tienen gran curiosidad por la naturaleza, y si no la tuvieran no podrían
sostener la motivación y energía necesarias para realizar el pesado y a menudo tedioso
trabajo de la ciencia. Otras emociones que pueden intervenir son: la excitación, ambición,
rabia, sentido de la injusticia, felicidad, etc. Los científicos tienen emociones, algunos de
ellos en grado elevado; empero, no permiten que sus emociones otorguen una falsa validez
a sus conclusiones; de hecho, el método científico les impide hacerlo aunque lo desearan.
Varios factores externos juegan en este punto. Los científicos deben elegir qué problemas
tratarán de encarar, deciden cuánto tiempo dedicar a los distintos problemas, y a menudo
están influidos por factores culturales, sociales, políticos y económicos. Los científicos
viven y trabajan dentro de una cultura que moldea su enfoque de los problemas; trabajan
en una sociedad que muchas veces decide qué tópicos científicos tendrán apoyo financiero
y cuáles no; y dentro de un sistema político que determina qué tópicos son permitidos y
retribuidos financieramente y cuáles no.
También en este punto, los factores emocionales no científicos pueden conducir a
senderos divergentes. Los científicos podrían estar enojados con quienes contaminan y
elegir investigar los efectos de los contaminantes; otros científicos podrían investigar los
resultados de fumar cigarrillos sobre los humanos porque de esa manera se pueden ganar
la vida trabajando para empresas tabacaleras; la intuición puede ser usada para sugerir
distintos enfoques a los problemas; incluso los sueños pueden sugerir soluciones creativas
a los problemas. Empero, cabe enfatizar que la presencia de estos amplios factores
emocionales e influencias culturales no compromete la confiabilidad final y la objetividad
de las conclusiones (aunque puede llevar cierto tiempo que los resultados científicos no
confiables y subjetivos sean eliminados).
Hoy existe una escuela de pensamiento en las humanidades (filosofía, historia, y
sociología) llamada post-modernismo o constructivismo científico, que sostiene que la
ciencia es un constructo18 social y cultural, que el conocimiento científico cambia
En la filosofía de la ciencia, un constructo es un objeto ideal, es decir un objeto cuya existencia depende de
la mente de un sujeto, a diferencia de un objeto real, cuya existencia es independiente de la mente de
cualquier sujeto. Más precisamente y según el filósofo Mario Bunge, "Por constructo u objeto conceptual,
entendemos una creación mental (cerebral), aunque no un objeto mental o psíquico, tal como una
percepción, un recuerdo o una invención. Distinguiremos cuatro clases básicas de constructos: conceptos,
proposiciones, contextos y teorías." En consecuencia, los conceptos, las hipótesis (que son proposiciones), las
18
inevitablemente con las sociedades y las culturas, y que la ciencia carece de un
fundamento válido sobre el cual cabría basar sus afirmaciones de un conocimiento
objetivo y fiable. En resumen, los post-modernistas creen que el mundo científico
moderno de la racionalidad y objetividad de la Ilustración ahora debe ceder el paso a un
mundo post-moderno de relativismo, constructivismo social, e igualdad de creencias. Casi
todos los científicos que conocen esta escuela la rechazan, como lo haremos en este libro;
el post-modernismo es considerado irrelevante por los científicos y, en realidad, no ha
tenido impacto sobre la práctica científica en medida alguna. Si alguna vez están expuestos
a ideas de esta corriente ¡recuerden pensar críticamente!
2. A continuación, se debe reunir información relevante a fin de responder a la cuestión o
resolver el problema haciendo observaciones. Las primeras observaciones podrían ser los
datos obtenidos a partir de una librería, centro de cómputos o datos personales. Otra
fuente de observaciones podrían ser ensayos experimentales o experimentos realizados en
el pasado. Estas observaciones y todo lo que les sigue deben ser de naturaleza empírica –
esto es, deben ser sensibles, medibles y repetibles, a fin de que otros puedan tomar las
mismas observaciones19. Aquí se requiere gran ingenio y trabajo duro por parte del
científico para realizar observaciones científicas. Más aún, se requiere una gran capacidad
de entrenamiento a fin de aprender los métodos y técnicas de recolección de datos.
3. Ahora se puede proponer una solución o respuesta al problema o pregunta. En la ciencia,
esta solución o respuesta sugerida es llamada una hipótesis científica, que se convierte en
uno de los pasos más importantes que un científico puede dar, porque debe afirmar la
hipótesis de manera que sea docimable. Una hipótesis científica es una solución
informada docimable, y una solución predictiva a un problema que explica un fenómeno,
proceso, o evento. En el pensamiento crítico, como en ciencia, la respuesta o solución
propuesta debe ser docimable, ya que en caso contrario resulta inútil para una ulterior
investigación. La mayoría de los individuos – todos ellos pensadores a-críticos – llegan
hasta aquí, satisfechos con su primera respuesta o solución, pero esta falta de escepticismo
constituye una gran barricada contra la ganancia de conocimiento. Si bien algunas de las
teorías y las clasificaciones científicas son constructos (Mario Bunge [1974]. «Semantics I: Sense and
Reference», Treatise on Basic Philosophy [vol. 1]. Dordrecth-Boston: Reidel Publishing Co.)
19 Con la excepción de la psicología, el uso de experimentos de laboratorio es muy excepcional en ciencias
sociales, también llamadas “ciencias no experimentales.” Hay que reconocer que el diseño experimental en
ciencias sociales es muy difícil y que la interpretación de los resultados de los experimentos presenta
limitaciones por la falta de “realismo” y de generalidad, pero son la única vía posible para elevar las ciencias
sociales al mismo status de las ciencias naturales. Ver Armin Falk, James J. Heckman, “Lab Experiments Are
a Major Source of Knowledge in the Social Sciences,” Science 326: 535-538, Oct.2009. Como ejemplo, la
economía. Los primeros experimentos de laboratorio en economía se realizaron a fines de los 1940s. Hasta
1965 se publicaban menos de 10 artículos experimentales al año y hasta 1975 menos de 30. Estos números
empezaron a crecer a mediados de los 1980s. Falk y Heckman han calculado para las revistas de economía
American Economic Review, Econometrica, y el Quarterly Journal of Economics, la fracción de artículos
que incluyen experimentos de laboratorio y han hallado que ha oscilado entre el 0.84% y el 1.58% en los
1980s, entre el 3.06% y el 3.32% en los 1990s, y entre el 3.8% y el 4.15% entre 2000 y 2008. Esta fracción es
mayor en revistas especializadas como la primera que apareció, Experimental Economics, fundada en 1998.
En otros campos como las ciencias políticas, estos números son muy inferiores. La reticencia de muchos
científicos sociales hacia los experimentos de laboratorio se basa en la creencia de que no ofrecen datos sobre
el “mundo real” tan fiables como la observación directa de éste. Los autores del artículo revisan con muchos
ejemplos concretos las grandes ventajas de los experimentos de laboratorio, como la posibilidad de controlar
la variación de los parámetros en estudio. El conocimiento causal (relaciones causa-efecto) requiere
experimentos con variación controlada, que requieren el uso del laboratorio. La cuestión no es elegir entre
laboratorio y datos de campo, ya que ambas metodologías son complementarias.
15
respuestas propuestas puede ser correcta, la mayoría de ellas serán falsas, y se requiere
más investigación para determinar su validez.
4. A continuación, cabe docimar la hipótesis antes de que sea corroborada y se le adjudique
una validez real. Hay dos maneras de hacerlo. En primer lugar, se puede practicar un
experimento. Éste es el caso presentado en la mayoría de los libros científicos como la
única manera de docimar una hipótesis en la ciencia, pero si reflexionamos veremos que
en muchos problemas (incluidos los del mundo natural) la experimentación es imposible
(p.ej. preguntas sobre las estrellas, galaxias, formación de las montañas, formación del
sistema solar, eventos evolutivos antiguos, etc.). La segunda forma de docimar una
hipótesis es hacer más observaciones. Cada hipótesis tiene consecuencias y permite
realizar ciertas predicciones sobre el proceso o fenómeno investigado. Utilizando la lógica
y la evidencia empírica, se puede testear la hipótesis examinando cuán exitosas son las
predicciones, es decir cuán bien las predicciones concuerdan con los nuevos datos20,
puntos de vista adicionales, nuevos patrones, y tal vez con modelos. El carácter docimable
o predictividad de una hipótesis es su característica más importante. Sólo pueden ser
docimadas hipótesis que involucran procesos naturales, eventos naturales, leyes naturales
o hipótesis sociales (p.ej. ¿es negativa la pendiente de la curva de demanda de un
determinado producto? ¿Disminuirá la cantidad ofrecida de carnes rojas si baja el poder
adquisitivo de la población?) Lo sobrenatural no puede ser docimado, y luego se encuentra
fuera de la ciencia y que exista o no es irrelevante para la ciencia.
5. Si la hipótesis falla en la dócima, debe ser rechazada y o bien abandonada o modificada. La
mayor parte de las hipótesis son modificadas por científicos a los que no les interesa
desperdiciar una idea que piensan que es correcta en la cual invirtieron mucho tiempo y
esfuerzo. Empero, una hipótesis modificada debe ser nuevamente docimada. Si la hipótesis
pasa tests adicionales se la puede considerar una hipótesis corroborada y ahora sí puede ser
publicada. Una hipótesis corroborada ha pasado las pruebas, es decir, es una cuyas
predicciones se verificaron. Ahora es el turno de otros científicos que deben docimar la
hipótesis. Si es ulteriormente corroborada por las pruebas subsiguientes, se transforma en
una hipótesis con elevada corroboración y pasa ahora a ser conocimiento fiable. De paso,
cabe apuntar que esta parte del método científico es lo que constituye el “método
hipotético-deductivo”, porque son deducidas predicciones a partir de la hipótesis y las
deducciones son sometidas a dócimas. El razonamiento inductivo, como alternativa,
previamente fue utilizado para ayudar a formular la hipótesis. Luego ambos tipos de
razonamiento son utilizados en la ciencia, y su uso debe ser realizado con arreglo a la lógica.
Los científicos nunca reivindican que una hipótesis haya sido “demostrada” en sentido
estricto, porque la demostración sólo es posible en el campo matemático y lógico,
disciplinas en las que todos los parámetros o restricciones pueden ser definidos, algo que no
es aplicable al mundo real. Los científicos prefieren usar el término “corroborada” más que
“demostrada” o “probada”, pero el significado es en esencia el mismo. Una hipótesis
altamente corroborada se transforma en algo más que conocimiento fiable – se transforma
en un hecho científico. Un hecho científico es una hipótesis altamente corroborada que ha
sido probada tan repetidamente y para la cual existe tanta evidencia confiable, que sería
Siguiendo a Boland, ¨Para los seguidores del instrumentalismo de [Milton] Friedman, esto es, los
economistas interesados solamente en resolver problemas prácticos, el criterio de confirmación (…) debería
ser tal vez el más importante, pero usualmente el instrumentalismo nos obligaría a probar cada teoría hasta
encontrar alguna que funcione en forma independiente de [otros] criterios.¨ (Lawrence A. Boland,
¨Economic Methodology: Theory and Practice¨, in Audet and Malouin (eds) The Generation of Scientific
Administrative Knowledge, Quebec City: Laval University Press, 1986, Revised and Reprinted in Methodus,
vol 3, 1991.
20
16
perverso o irracional negarla. Este tipo de conocimiento confiable es lo más próximo a la
“verdad” que pueden llegar a estar los seres humanos sobre el universo y la sociedad
(poniendo “verdad” entre comillas porque hay varios tipos diferentes de verdades, como la
verdad lógica, la verdad emotiva, la verdad religiosa, la filosófica, etc.; debe quedar claro
que en este libro nos referimos a la verdad científica – en particular la del derecho – que si
bien no constituye la única verdad, a pesar de todo es la única verdad que los seres
humanos tienen del mundo natural y social). Hay muchos hechos científicos, tales como la
gravedad (propiedad de la materia), la evolución pasada y presente de todos los organismos
vivos, la presencia de ácidos nucleicos en todo tipo de vida, el desplazamiento de los
continentes y de las gigantescas placas tectónicas sobre la Tierra, la expansión del universo
luego de una explosión gigantesca, las predicciones de la economía sobre los efectos
diferenciales que plantean los mercados competitivos y los que tienen un único vendedor o
monopolista, la ineficiencia asociada a ciertos regímenes económicos con planificación
centralizada, etc. Muchos hechos científicos violan el sentido común y las creencias de
viejas filosofías y religiones, lo que puede llevar a que mucha gente persista negándolos – en
cuyo caso terminan entregándose a la irracionalidad y a la perversidad. Hay muchas otras
áreas del conocimiento y de la filosofía humana, y diversos sistemas de conocimiento
(métodos para adquirir conocimiento) que afirman disponer de conocimiento fáctico sobre
el mundo. Incluso los hay que aseveran que sus hechos son absolutamente y en última
instancia verdaderos, algo que jamás pretendería la ciencia. Pero sus “hechos” no son
conocimiento fiable. ¿Por qué? Su verdad pudo haber sido hallada de manera fortuita, pero
no son justificables por un método fiable. Aún si estos “hechos” no confiables son
verdaderos, nunca podremos estar seguros de que lo son como es la situación con un hecho
científico.
6. La etapa final del método científico es construir, sostener, o echar dudas sobre una teoría
científica. En las ciencias, una teoría no es una especulación, apuesta, o sugerencia, que son
sentidos populares del término “teoría”. Es una explicación unificadora y consistente como
explicación de procesos naturales fundamentales, o de fenómenos que han sido
construidos totalmente a partir de hipótesis corroboradas. Luego, una teoría está
compuesta por conocimiento confiable – hechos científicos – siendo su propósito explicar
los principales procesos naturales o fenómenos. Las teorías científicas explican la
naturaleza unificando diversos hechos o fenómenos que no estaban correlacionados hasta
entonces. Son las explicaciones más fuertes de cómo llegaron a existir el universo, la
naturaleza, la vida natural y social; de cómo funcionan; de qué están hechos; y de qué
sucederá con todos ellos. Como seres humanos que somos, la ciencia nos explica todas estas
cosas que nos interesan.
Estas teorías científicas – como las teorías de la relatividad, la mecánica cuántica, la
termodinámica, la evolución de los organismos y las especies, tanto a nivel natural como
social, la genética, la tectónica de placas, y la cosmología del big bang – constituyen la
forma más confiable, rigurosa y comprensiva de conocimiento de los humanos. Por tanto, es
importante que cada persona educada como ustedes entienda de dónde proviene el
conocimiento, y cómo mejorarlo. En definitiva, el conocimiento científico proviene de
practicar el pensamiento científico – es decir, usarlo – y esta forma de descubrir y validar el
conocimiento puede ser duplicada y lograda por cualquiera que practique el pensamiento
crítico.
17