El Mausoleo General San Martín

El Mausoleo
del General
don José de San Martín
Stella Maris De Lellis
Buenos Aires
2018
Entre el ideal y lo práctico
Cuando este trabajo fue publicado por primera vez en la
revista “Historias de la Ciudad” (2006) lo inicié con este
párrafo:
“Los restos del Libertador llegaron a Buenos Aires
teniendo como marco de un imponente espectáculo
cívico, pero en medio del enfrentamiento entre el
gobierno nacional y bonaerense que culminó con
un derramamiento de sangre y la federalización de
la ciudad. Hoy, en un ambiente de respetuoso
silencio que sólo quiebran el murmullo de los
turistas y el paso marcial de los Granaderos en los
cambios de guardia, allí también reposan otros
símbolos de heroísmo, lealtad y desinterés”.
Pero ahora, con algunos agregados y correcciones, quizás
sea importante hacer notar otros puntos referidos a este
tema: en principio y más importante, la trascendencia de su
significado.
En la "Gesta de la Independencia" no sólo hubo
heroísmo, lealtad y desinterés, sino también un enorme
espíritu de sacrificio que requiere hoy un gran esfuerzo de
imaginación para llegar a captar su magnitud.
El Mausoleo del General don José de San Martín, ubicado
en la catedral de la ciudad de Buenos Aires, simboliza un
ideal cristalizado a costa de muchísima sangre derramada
por toda Sudamérica.
En el relato aparecen muchos nombres que son recordados
en calles, avenidas y localidades del interior. Sin embargo,
se fue perdiendo el rol que tuvieron en la historia del país.
Con el tiempo surgió la idea que en el mausoleo
estuvieran también los restos del general Juan Gregorio de
Las Heras; años después los del “soldado desconocido”
-aquellos miles de anónimos que perdieron la vida en los
campos de batalla desperdigados en diferentes países
sudamericanos-, y por último el general Tomás Guido.
Sin embargo, todas las iniciativas fueron meramente
políticas de acuerdo a las circunstancias del momento,
aunque quizás haya habido algo de honestidad en éstas
teniendo en cuenta los méritos de aquellos.
En el "Mausoleo del General San Martín" no sólo se les
rinde homenaje a los que llevaron a cabo una empresa
épica. Sino que también se los evoca por haber sido
espíritus
sacrificio.
trascendentes de humildad, grandeza y
La Frase
El traslado de los restos del General don José de San
Martín había sido aprobado por el Congreso en el año
1864. Pero fue recién el 5 de abril de 1877 -aniversario de
la Batalla de Maipú- cuando el Presidente de la Nación,
Nicolás Avellaneda, invitó a la población a realizar una
suscripción pública para darle cumplimiento acuñando la
conocida frase:
"Los pueblos que olvidan sus tradiciones pierden la
conciencia de sus destinos, y los que se apoyan
sobre sus tumbas gloriosas, son los que mejor
preparan el porvenir".
Desde la Biblioteca del antiguo Congreso Nacional1 los
integrantes de la "Comisión Central de Repatriación de los
Restos del General José de San Martín"2 desplegaron una
1
Hoy sede de la Academia Nacional de la Historia.
La Comisión estaba constituida por el Vicepresidente de la
República Mariano Acosta, el Presidente de la Cámara de Diputados
Luis Sáenz Peña, el Secretario del Senado Nacional David Saravia; el
Presidente de la Municipalidad Enrique Perisena. Además de Julio de
Vedia, Benigno Ocampo, Manuel A. Montes de Oca, Antonio E.
Malaver, J. de Basavilbaso y R. Zavalía.
2
abrumadora tarea: recolección del dinero, ubicación del
sepulcro, concurso para el diseño del mausoleo, trámites para
la repatriación y la organización del acto para cuando
llegasen los restos.
Con los aportes del propio presidente Avellaneda, Julio A.
Roca, Bartolomé Mitre, José María Montes de Oca, Luis
María Campos y el Ejército, el Comodoro Luis Py de parte
de la Cañonera Paraná, Emilio Civit junto al personal de
Aduanas y Rentas, el ingeniero Guillermo White y el
Departamento de Ingenieros Civiles y empleados del
Ferrocarril Andino; Bernardo de Irigoyen y el personal del
Ferrocarril Primer Entrerriano; la Dirección General de
Correos y Telégrafos y Senado Nacional. Junto con las
colectas realizadas en las provincias, escuelas de todo el
país, residentes argentinos en el extranjero, recaudaciones
de funciones a beneficio; contribuciones del Gobierno
Nacional y el Banco de la Provincia de Buenos Aires
dieron como total un millón trescientos noventa y nueve
mil quinientos sesenta y cinco pesos con veinticuatro
centavos.
La Capilla
En septiembre de 1878 la Comisión solicitó a José
Guerrico, a cargo del municipio, el llamado a concurso de
arquitectos a efectos de erigir la capilla que habría de
contener el monumento conmemorativo a San Martín que
ya se había aprobado.
El proyecto debía respetar el estilo y el espacio cedido
en la Catedral y las medidas que tendría el mausoleo. 3
Como ninguno de los planos presentados cumplía con los
requisitos se declaró desierto el concurso.
Para no dilatar los tiempos el Ministro del Interior,
Saturnino M. Laspiur, ordenó al ingeniero Guillermo
White, que estaba a cargo del departamento de Ingenieros
Civiles de la Nación, realice los estudios necesarios para
levantar la capilla. Éste envió los planos, presupuesto y
descripción del proyecto diseñado por el Arquitecto
La superficie cedida era de 59 m2 a la que se podría agregar
una parte del patio del Palacio Arzobispal. El mausoleo mide 5
metros de largo, 4,43 m de ancho y 6 m de alto.
3
Enrique Aberg, quien se hizo cargo de la obra una vez
que fue aprobado por el Consejo de Obras Públicas.
La planta de la capilla de Nuestra Señora de la Paz cedida
por el Cabildo Eclesiástico pasó a tener forma octogonal
con arcos y pechinas de estuco, coronada con una bóveda
con casetones y rosetas cubiertos de grafito, purpurina y
dorado. Todo el conjunto estaría iluminado con luz
cenital.4
El 7 de octubre de 1880 White informó que se habían
concluido las obras y envió la cuenta de los gastos
pendientes. En enero del año siguiente Antonio del Viso
respondió que el Ministerio de Hacienda ponía a disposición
la suma solicitada. Pero recién al año siguiente fue cancelado
-por decreto- todo lo adeudado.
En 1909 la "Archicofradía del Santísimo Sacramento"
realizó algunas obras dentro del mismo, una de ellas fue el
friso en relieve y oro de un metro de ancho entre las
paredes y la bóveda, la colocación de cuatro candelabros de
Revista Hábitat, Septiembre 2000. Detalla los últimos
trabajos de restauración realizados
4
bronce, un plafón de cristal y bronce de 1,15 m de
diámetro con treinta y dos lámparas figurando el sol y la
puerta de hierro y bronce que cierra la capilla.
En 1921 fue agregada una placa bajo el testero -obra del
escultor peruano Luis Agurto- acuñada por la Escuela de
Artes y Oficios de Lima y donada por el gobierno del Perú.
En 1962, sobre la misma pared, fue colocada otra placa al
cumplirse el 150° Aniversario de la creación del Regimiento
de Granaderos.5
La guardia que custodia el Mausoleo pertenece al escuadrón
"Ayacucho" del Regimiento de Granaderos a Caballo.
5
El Mausoleo
En septiembre de 1878 la comisión aprobó el proyecto
enviado por el escultor francés Henri Dasson Carrier
Belleuse. El gobierno nacional, una vez informado, autorizó
al ministro plenipotenciario en Francia Mariano Balcarce6 a
representar a la nación en todo lo referido a la contratación
del artista, con la condición que el diseño fuera aprobado
antes por un jurado nombrado por el Ministerio de
Instrucción Pública y Bellas Artes de Francia.
El 31 de marzo de 1879 fue firmado el contrato con el
escultor por la suma de 100.000 francos.
Los cajones con las piezas y planos del monumento llegaban
por diferentes remesas al puerto de Buenos Aires, aunque
con algunos inconvenientes debido al bloqueo que por el
tema de la Capital de la República había surgido entre el
gobierno de la Nación y la Provincia.
Hijo político de San Martín, casado con Mercedes Tomasa de
San Martín y Escalada
6
En la parte central del sepulcro que contiene el ataúd está
representada la República Argentina y a ambos lados Chile y
Perú. También se encuentran las inscripciones que se le
atribuyen a Bartolomé Mitre:
"José de San Martín. Guerrero de la Independencia
Argentina. Libertador de Chile y el Perú. Nacido
el 25 de febrero de 1778 en Yapeyú. Muerto el 17
de agosto de 1850 en Boulogne-sur-Mer. Aquí
yace * Triunfó en San Lorenzo 1813. Afianzó la
Independencia Argentina 1816. Pasó los Andes
1817. Llevó la bandera emancipadora a Chile, al
Perú y al Ecuador * Vencedor en Chacabuco y
Maipo. Proclamó la Independencia de Chile 18171822 * Redimió el Perú y fundó su Independencia
1820-1822 * El pueblo argentino agradecido, a la
memoria de su Gran Capitán. Por iniciativa del
Presidente Doctor Avellaneda 1877-1880".
El conjunto lo cierra en la parte posterior un bajorrelieve de
la batalla de Chacabuco realizado por Carrier Belleuse de
acuerdo con un grabado de Théodore Géricault.
En la parte superior se encuentra un sarcófago esculpido en
un bloque de hierro macizo que se encuentra cerrado con
una tapa donde están simbolizados el sable corvo, el
sombrero y el capote de campaña.
El monumento fue inaugurado el 27 de agosto de 1880.
La Repatriación
El Gobierno Nacional dispuso enviar un buque que se
estaba terminando de construir en Inglaterra para conducir
los restos. Designó nuevamente a Mariano Balcarce como
representante oficial del gobierno argentino a los efectos
de ocuparse de los trámites y preparativos para la
ceremonia de embarque del féretro que se haría en el
puerto de El Havre.
El 21 de abril de 1880 se realizó una ceremonia religiosa en
la catedral de esa ciudad. Un batallón de infantería rindió
honores militares cuando el ataúd -cubierto con las
banderas de los países por cuya libertad había luchadoquedó depositado en la capilla ardiente preparada en la
cubierta del aviso Villarino7 al mando del comandante
Ceferino Ramírez.
Una vez labrado el acta de entrega del féretro, leyeron los
discursos de despedida el ministro argentino en Francia
7
Después participó en los enfrentamientos por el tema capital y
en la colonización del Sur asegurando el servicio de transportes
hasta Chubut. Varó en Camarones en 1899 .
Mariano Balcarce, su par en Londres Dr. Manuel J. García
y finalmente el Dr. Emilio de Alvear.
El 24 de mayo el ataúd fue descendido en el puerto de
Montevideo y llevado a la Iglesia Catedral donde recibió
honras fúnebres en medio de una gran adhesión popular.
Fue despedido por el ministro argentino en esa ciudad Dr.
Bernardo de Irigoyen.
Desde allí el Villarino fue escoltado por una división
naval dispuesta por el gobierno nacional y amarró en la
rada interior del puerto de Buenos Aires el sábado 28 de
mayo.
A su paso la Batería Once de Septiembre contestaba a las
descargas que de hora en hora hacían los otros buques de
la escuadra nacional.
Una falúa especialmente acondicionada subió a bordo el
féretro siendo seguida por gran cantidad de pequeñas
embarcaciones que enfilaron hasta el muelle de las
Catalinas donde una compañía de cadetes y aspirantes del
Colegio Militar y la Escuela Naval esperaban para efectuar
el desembarco. Fue recibido en tierra con los acordes del
Himno Nacional.
“Velatorio del General San Martín en Boulogne-Sur-Mer"
Obra de la pintora Obligado de Soto y Calvo
El sarcófago cuádruple formado por dos cajas de plomo,
una de pino y la superior de encina, fue cubierto con la
bandera del Ejército de los Andes, coronas de palmas de
Yapeyú y gajos del pino de San Lorenzo.
Una vez puesto sobre una parihuela recibió el saludo del
presidente de la República y autoridades civiles, militares,
eclesiásticas, funcionarios del cuerpo diplomático y en
forma apoteótica por el pueblo de Buenos Aires.
Los diarios informaron
que el gran ausente fue
el
gobernador
Buenos
Aires
de
Dr.
Carlos Tejedor.
Sin embargo, la realidad
-aunque cueste creerlo- la
hizo
evidente
semanario
satírico
Mosquito
dos
el
El
días
después.
En la caricatura aparece una enorme carroza que lleva al
general San Martín, no en su féretro sino mirando hacia
abajo, la arrastran los veteranos más ilustres que todavía
quedaban de las épocas de sus gloriosas campañas...
Aunque la solemne procesión era seguida por los políticos
con rostros contritos, que se miraban entre ellos de reojo,
celosos y amenazantes.
“El prócer parece decir ante tanta faramalla: Cuando
pedía a mis conciudadanos la repatriación de mis
restos no pensé que la anarquía fuera más duradera
que la ingratitud.”
Acto seguido Domingo Faustino Sarmiento pronunció un
discurso en nombre del Ejército que finalizó con una
emotiva oración:
“Vosotros y nosotros, pues, hacemos hoy un acto
de reparación de aquellas pasadas injusticias
devolviendo al general don José de San Martín el
lugar prominente que le corresponde en nuestros
monumentos conmemorativos. Podremos aspirar
libremente, como quien se descarga de un gran
peso, cuando hayamos depositado el sarcófago,
que servirá de altar de la patria, los restos del Gran
Capitán, a cuya gloria sólo faltaba esta
rehabilitación de su propia patria y esta
hospitalidad
calurosa
que
recibe
de
sus
compatriotas.” 8
A continuación se inició la marcha hacia la estatua ecuestre
del Libertador en la “Plaza del Retiro”9 donde pronunció un
discurso el presidente de la Nación Dr. Nicolás Avellaneda,
luego el vicepresidente Dr. Mariano Acosta y finalmente
dijo unas palabras el ministro plenipotenciario del Perú
Gómez Sánchez.
8
9
La República. Año XIV, Nro. 3942. 1880.
Plaza San Martín
A su término, el ataúd fue colocado en un carro construido
por Carlos Sackman con trabajos de tapicería de Germán
Schmeil. Las crónicas sólo tienen elogios hacia ese carro
monumental, dicen que fue similar al que llevó los restos
del duque de Wellington hasta las puertas de San Pablo en
Londres.
La multitudinaria comitiva enfiló hacia la catedral donde
esperaban el arzobispo de Buenos Aires, monseñor León
Federico Aneiros y miembros del clero. El entonces teniente
Pablo Ricchieri hizo una alocución en nombre de la
oficialidad joven del ejército, de la Comisión de
Repatriación y en representación del pueblo de San Lorenzo.
Una vez que el féretro fue colocado en la nave central
comenzó la ceremonia religiosa y a su término comenzó el
velatorio. Toda la noche permanecieron en la capilla ardiente
el general Bartolomé Mitre y el poeta Carlos Guido Spano
quienes al despuntar el día hicieron la venia ante los restos
del General.
Por la mañana fue celebrado un solemne funeral cívico y el
ataúd fue trasladado a la "Cripta de los Canónigos".
Una vez terminado
el mausoleo fue
ubicado en forma
oblicua de forma tal
que la altura
es aproximadamente
del que de pie
observa el conjunto.
Fue habilitado al público el 1° de octubre de 1880.10
Con el presupuesto nacional de 1882 se creó el cargo de
guardián y cuidador del monumento al que se le abonaba 25
pesos por mes.
10
Las Heras: el reposo del guerrero
San Martín conocía muy bien el coraje del general Juan
Gregorio de Las Heras y sus tropas. La "Columna Auxiliar"
no sólo había salido victoriosa en los combates de Cucha
Cucha y Membrillar; sino que además había apoyado el
retiro de la fuerza militar chilena derrotada en Rancagua.
Por eso propuso al Director Supremo Gervasio Antonio de
Posadas que con base a esa fuerza fuera creado el "Batallón
de Infantería de Línea N° 11" y el ascenso de su jefe al
grado de teniente coronel.
Tiempo después fue elevado a regimiento con dos
batallones11. Uno de los cuales, el "N°1 de Cazadores", al
mando del ahora coronel Las Heras, abrió la campaña del
Ejército de los Andes por el Paso de Uspallata y triunfaron
en Potrerillos, Guardia Vieja, Chacabuco, Curapaligüe y
Gavilán.
Por decreto del 11 de octubre de 1910 del Presidente José
Figueroa Alcorta pasó a denominarse "Regimiento N° 11 de
Infantería General Las Heras".
11
Además se batieron con honor en el frustrado asalto de
Talcahuano el 6 de diciembre de 1817.
Medalla realizada por encargo del Ministerio de Relaciones
Exteriores Argentino. Obra del artista Víctor de Pol.
Pero el heroísmo de Las Heras, y la prueba de la disciplina
e instrucción de sus soldados, fue la sorpresa de Cancha
Rayada donde pudo salvar entera su división para cubrirla
de gloria un mes más tarde en los Campos de Maipo el 5
de abril de 1818 sellando para siempre la Independencia de
Chile.
Como jefe del Estado Mayor General condujo las tropas de
avanzada por territorio peruano. Cuando regresó a Buenos
Aires fue nombrado gobernador de la provincia (1824) y al
año siguiente encargado del Poder Ejecutivo Nacional.
Renunció cuando asumió la presidencia Bernardino
Rivadavia y fue planteado el problema de la capital del país.
Retornó a Chile donde fue reincorporado en el ejército y del
cual se retiró un año antes de su fallecimiento el 6 de
febrero de 1866.
El gobierno de Chile lo honró decretando exequias
nacionales y la gente de Santiago asistió a sus funerales. Por
orden del gobierno nacional argentino retornaron sus restos
a la ciudad de Buenos Aires a bordo del crucero “25 de
Mayo” dentro de una urna costeada por el pueblo chileno.
Llegó a la dársena norte el 20 de octubre de 1906 escoltado
por el aviso "Resguardo" y vaporcitos de la empresa
naviera Mihanovich. Fue recibido por el presidente de la
República José Figueroa Alcorta, el intendente Alberto
Casares. Además de
autoridades, funcionarios, clero,
fuerzas de mar y tierra y en forma masiva por los
ciudadanos de la capital.
La casa Lepage12 realizó vistas cinematográficas de la
procesión hasta la llegada al templete en la Plaza de Mayo
donde fueron velados y en la que sólo se leía la sencilla
inscripción "Las Heras" en sus cuatros frentes.
La urna fue trasladada a la Catedral donde recibió honras
fúnebres y allí se encuentra desde entonces.
La Casa Lepage fue la pionera del cine nacional y a la que se
le deben los primeros títulos de nuestra filmografía: La
Bandera Argentina (1897), La visita del Dr. Campos Salles
(1900), Visita del Gral. Mitre al Museo Histórico (1901),
entre otras.
12
Dio todo por la Patria y nada le
pidió
13
Por decreto N° 14932/45 se dispuso la repatriación de los
restos de los soldados que habían combatido en la Gesta de
la Independencia y al día 17 de agosto "para rememorar el
recuerdo del Gral. San Martín y la del Soldado Desconocido
de la Independencia".
Pero la tarea no era sencilla porque había escasa
documentación y los campos de batalla estaban localizados en
diferentes países y dispersos en algunas provincias.
Aunque se hicieron tareas de investigación, fue gracias a
un familiar que brindó los originales del trabajo inédito
"Fundación del Pueblo de las Piedras" (1889), del ya en
ese entonces fallecido investigador don José María
Antúnez de Olivera, como pudo ser localizado el hospital
de sangre que funcionó en la casa de la hermana política
de Artigas.
El autor de la frase y de la iniciativa fue del entonces
Presidente del Instituto Nacional Sanmartiniano Bartolomé
Descalzo.
13
Vidriera conmemorativa de la Casa Gath & Chaves
De esta manera se pudieron hallar las partidas de
defunción en la iglesia cercana y localizar huesos humanos
junto a una lanza en el "Paso del Ombú". Los restos una vez
colocados en una urna de mármol con la inscripción: "El
Uruguay al héroe anónimo argentino, que luchó en las
campañas Libertadoras". Fue enviada a Buenos Aires
luego de recibir el homenaje del pueblo uruguayo en la
plaza Independencia.
Como no pudieron hallarse restos en el sitio donde tuvo
lugar la Batalla de Río Bamba, se puso en forma simbólica
tierra del lugar dentro de una urna. Luego de recibir los
honores de las autoridades y pueblo de Quito fue enviada
a la estación aérea de "El Palomar" (provincia de Buenos
Aires).
Lo mismo sucedió en el lugar en que desembarcó el
Ejército de los Andes en la Bahía de Paracas y se libró el
Combate de Nazca. Pero gracias a los testimonios orales de
los pobladores de Junín y Ayacucho se localizaron algunas
piezas óseas que fueron colocadas en una urna, luego de
una misa de campaña en el Campo de Marte de Lima,
fueron enviadas a Chile.
Una vez allí junto con una urna que tenía la inscripción
"Aquí-reposa un soldado argentino. Campaña 1817-1818.
Independencia de Chile" -restos descubiertos en los campos
de Batalla de Chacabuco y Maipo- recibieron las honras de
las autoridades y pueblo chileno. Ambas urnas fueron
entregadas a las autoridades argentinas y enviadas a
Mendoza.
Mientras tanto, en la República de Bolivia fueron
exhumados los restos de los soldados caídos en Florida,
Sipe-Sipe, Huaqui y Suipacha, localizados
en los
Departamentos de Santa Cruz, Cochabamba y Potosí. Los
mismos fueron incinerados en el
Arsenal Central del
Ejército y recibieron honras fúnebres en la catedral de La
Paz.
Desde esa ciudad fueron enviados por tren y escoltados
por una delegación hasta La Quiaca donde recibieron el
primer homenaje en suelo argentino. En Salta les rindieron
homenaje las autoridades y pueblo salteño junto con los
restos encontrados en el lugar donde tuvo lugar la batalla
homónima -habían sido incinerados en el "Establecimiento
industrial Capobianco" que además había donado la urnaen el “Panteón de las Glorias del Norte".
Ambas urnas recibieron solemnes funerales en la Catedral
Basílica de Salta.
No se hallaron restos en el “Campo de las Carreras” donde
tuvo lugar la Batalla de Tucumán. En forma simbólica se
guardó tierra del lugar en un cofre que después de las honras
de rigor fue enviado a Mendoza en el tren que venía de
Salta.
Las urnas procedentes de Bolivia, Chile, Perú, Salta y
Tucumán se colocaron en una cureña y fueron escoltadas
por una sección de Granaderos a Caballo hasta el campo
"El Plumerillo". Una vez allí se juntaron las cenizas en
una única urna que fue enviada la ciudad de Mendoza en
una parihuela especial, luego de una misa en la Basílica de
San Francisco y de recibir honores en la Plaza San Martín
fue enviada por tren a Santa Fe.
A su paso iba recibiendo el homenaje de los pueblos y
estaciones por donde pasaba. Cuando llegó a Rosario
esperaba una sección del “Regimiento de Granaderos a
Caballo” que escoltaba una urna de bronce donada por la
Municipalidad de esa ciudad que tenía la leyenda:
"Restos del soldado desconocido. Granaderos del
Combate de San Lorenzo. 3 de febrero de 1813,
Rosario, 24 de febrero de 1813 - Rosario, 24 de
agosto de 1945".
Días antes el rastreador Drumond había extraído arena
del lugar donde fondearon los muertos de la escuadra
nacional que libró el Combate de Martín García y varó
la fragata Hércules, la que fue colocada dentro de una
urna provista por el Taller de Marina de Dársena
Norte.
El 25 de agosto de 1945 arribó a Retiro el tren oficial
que condujo la urna cubierta con las banderas del
Ejército de los Andes y del Ejército del Norte. Más
tarde llegaron las urnas provenientes de El Palomar,
Uruguay y Martín García.
El contenido de todas las urnas fue reunido en una sola14
que fue entregada al Intendente Municipal, César Caccia y
a continuación bendecida en Plaza San Martín por el
Arzobispo de Buenos Aires y Cardenal primado de la
Argentina Dr. Santiago Luis Copello.
El mal tiempo obligó a depositar la urna en el atrio del
Círculo Militar, allí el Vicepresidente de la Nación y
Ministro de Guerra, Coronel Juan Domingo Perón,
La urna mide en cm 86 x 60 x 48. La base tiene forma de
media caña cóncava y la tapa remata con varias molduras
talladas. En el frente: "Soldado Desconocido de la
Independencia. Dio todo por la Patria y nada le pidió" y el
Escudo Nacional. En la cara opuesta: "Homenaje del Pueblo
Argentino. 17 de Agosto de 1945".
14
pronunció un discurso al término del cual los restos fueron
velados hasta las 21.30 hs. en que se realizó un funeral
cívico.
Al día siguiente se realizó una misa de campaña, a
continuación dijo unas palabras el entonces presidente de
la Nación General Edelmiro J. Farell. Luego la cureña fue
conducida hasta la catedral donde fue recibida con un
"toque de silencio", después doblaron las campanas de las
iglesias
del
centro
de
la
ciudad
y
con
una
salva de 21 cañonazos se dio por terminada la ceremonia
Vidriera Casa Tonsa
El 29 de agosto de 1945 a las 15.30 hs. en la Iglesia
Cateedral la urna fue cerrada herméticamente y labrada el
acta correspondiente.
Tomás Guido:
Colaborador y amigo
En 1966 con anuencia de sus descendientes fueron
trasladadas las cenizas desde su tumba en la Recoleta hasta el
mausoleo del general San Martín.
La medida oficial destacaba:
"...que la amistad que unió a los dos próceres, tanto en
la paz como en la guerra, debe ser ejemplo
permanente de los principios de lealtad y
comprensión que caracterizaron la trayectoria de
aquellos hombres superiores [...] la presencia de los
restos del Gral. Guido en el mausoleo del Libertador
simbolizará el acercamiento espiritual que en la vida
identificó a los ilustres patricios.”
Una amistad que comenzó cuando San Martín lo puso al
tanto de los planes de emancipación -dando origen a la
célebre "Memoria"- que permitió llevar a cabo la
campaña libertadora gracias a los oficios de los
Directores Juan Ramón Balcarce y Juan Martín de
Pueyrredón.
Fue el más leal y activo colaborador de San Martín
durante la organización del Ejército de los Andes. Fue su
Edecán, Consejero de Estado y ministro de Guerra durante
la campaña en el Perú.
Después de la "Entrevista de Guayaquil" continúo bajo las
órdenes de Bolívar. Llegó al grado de general de brigada de
los Ejércitos del Perú.
Al regresar a Buenos Aires hizo una brillante carrera
pública, ocupó el cargo de ministro de Gobierno y
Relaciones Exteriores, representante de la Argentina en
Brasil y senador por San Juan ante el Congreso Nacional.
Falleció el 14 de septiembre de 1866 y fue enterrado en el
cementerio del Norte.
Estaba casado con María del Pilar Spano y fue padre del
célebre poeta Carlos Guido Spano. Quedó como
testimonio de la gran amistad que los unía, la carta que le
escribió el 21 de septiembre de 1822:
"Mi amigo: Ud. me acompañó de Buenos Aires
uniendo su fortuna a la mía: hemos trabajado en
este largo período en beneficio del país lo que se ha
podido: me separo de Ud., pero con
agradecimiento, no sólo a la ayuda que me ha
dado, en las difíciles comisiones que le he confiado,
sino que su amistad y cariño personal ha suavizado
mis amarguras, y me ha hecho más llevadera mi
vida pública. Gracias y gracias -y mi reconocimiento
[...] Adiós. Su San Martín." 15
El 14 de septiembre de 1966 cadetes del Colegio Militar
retiraron la urna del cementerio de la Recoleta y después de
los honores protocolares fue trasladada al peristilo y ubicada en
la cureña con la que se fue llevada hasta la Catedral.
Allí fue recibida por el general Juan Carlos Onganía,
autoridades y numeroso público mientras era ejecutado un
San Martín en la historia y en el bronce. Ed. Kraft, Bs.As.,
1950.
15
toque de clarín y se disparaban 19 salvas de una pieza de
artillería.
Luego leyeron sus discursos el presidente del Instituto
Nacional Sanmartiniano y el primer magistrado, a
continuación del responso rezado por el Arzobispo de Buenos
Aires Antonio Caggiano se dio por finalizada la ceremonia.
Llegada de los restos del Gral. Tomás Guido
La Llama Votiva
Con una serie de actos fue homenajeado el General San
Martín al cumplirse el 97° Aniversario de su fallecimiento.
El punto más destacado tuvo lugar en la colmada Plaza de
Mayo cuando tres trompas del regimiento de Granaderos
dieron el toque de silencio y el Presidente General Juan D.
Perón dijo: "Invito al Pueblo de la República a guardar un
minuto de silencio en homenaje al Gran Capitán".
A las 15 hs. doblaron las campanas del Cabildo.
Al término de los discursos, las autoridades se dirigieron a
la Catedral donde se descubrió en el frontispicio la
leyenda: "Aquí descansan los restos del Gran Capitán
General don José de San Martín y del Soldado
Desconocido de la Independencia. Salúdalos”.
Después se dio lectura a la Orden General suscrita por el
primer magistrado en su carácter de comandante en jefe de
las Fuerzas Armadas -en la cual se ordenaba a partir de ese
instante saludar frente a la Inscripción y fue el primero en
cumplirla- y luego lo hicieron las tropas que desfilaron una
vez concluida la ceremonia.
A continuación encendió una tea con el fuego que había
sido conducida por medio de hachones por las siete rutas
del país y con la que hizo arder la llama votiva que desde
entonces se encuentra en el frontispicio de la catedral,
luego pronunció un discurso que culminó con la frase:
"Los pueblos de vida auténtica y definida son
aquellos que con plena conciencia de su historia y
de su linaje conceden primacía a su futuro, y lo van
creando día a día, en la conciencia de los hombres,
con el imperativo de un quehacer nacional
ineludible, en el cual se funden los ideales y
sueños."
Bibliografía
BEDOYA, Jorge M. El Mausoleo del General San Martín
Bs. As., Casa de Gobierno, 1975.
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DE SOIZA REILLY, Juan José, Ilustres "Gobernantes
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Caretas. Año XXXV. N° 1756. Marzo 1932.
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