Panes y libros - Juventud Rebelde

Panes y libros
por JAPE
SEGÚN mi amigo Floro, y también otros
colegas, es innegable que la lectura abre
el apetito, y viceversa. Realmente no tengo información al respecto. Tampoco me
he enterado de que algún estudio científico haya determinado esa relación entre
los ojos, los libros y el estómago. Quienes
asumen esta singular teoría, se apoyan
en las reiteradas experiencias acumuladas en nuestras Ferias del Libro. A pesar
de que disminuyeron los kioscos con ofertas gastronómicas, al menos en La Cabaña, siguen siendo la bebida y la comida la
principal atracción de este evento.
Sin negar o aplaudir dicho planteamiento, prefiero fijar mi atención en otras
acciones que sí son esenciales en esta
cita, que no pierde popularidad, cualquiera que sea el gancho. Novedosos
títulos y asequibles precios son suficiente motivo para encaminar mis pasos
hacia sus diferentes espacios. Si además se presentan volúmenes que acunan con valía el humor en distintos géneros (narrativa, poesía, investigación…),
entonces, ¿qué más se puede pedir?
Ediciones La Luz, de Holguín, que con
toda claridad celebra sus primeros 20 años,
y la villaclareña Sed de belleza, marcaron
el paso en cuanto a humor se refiere. Las
palmas para estas casas editoras, que
siguen abogando por el llamado género
chico o menor, pese a su aceptación por
todos los públicos.
Hablando de públicos, Sed de belleza
se pasó (en el mejor sentido de la palabra) al imprimir una excelente colección
de décimas «picantes» para mayores de
30 años. Bajo el sugerente y paródico título de Decimerón, el reconocido escritor
—y muy amigo del dedeté— Yamil Díaz
Gómez, nos regaló una valiosa y divertida
muestra de folclor y autóctona cubanía,
aunque algunos pudieran pensar que
simplemente se trata de un «libro sucio».
Sin dejar de alertarles: aleje a los niños
del Decimerón, les sugiero deshacerse
de tabúes y revisar esta propuesta. Claro,
si es que logra empatarse con algún
ejemplar, pues fue de los primeros en
agotarse. ¿Será que el cubano es mal
habla’o y picarón como nuestros ancestros de la madre patria?
Otro de los sucesos que llamaron mi
atención fue la participativa subasta de
libros de uso en La Pérgola del Pabellón
Cuba. Antológicos y atractivos títulos,
con un irrisorio precio inicial, fueron ofertados por un notable autor en el mundo
de la literatura de ciencia ficción, y en
otros mundos, porque ha viajado cantidad. Me refiero al escritor José Miguel
Sánchez (Yoss), quien nos deleitó con un
especial momento de risas y suspense
a la hora de rematar los volúmenes. Fue
evidente que el cubano aún no está listo para estos menesteres, pues casi
todos los compradores al pujar con su
oferta monetaria, miraban desafiantes
al resto como requiriendo: «¡Deja ver
quién va a pagar más que yo!».
Se despidió de la capital la Feria Internacional del Libro y, como cada año,
sigue su feliz paso por el resto de las
provincias del país. Yo nuevamente me
pregunto por qué razón hay que esperar
al próximo febrero para disfrutar de estas propuestas de cultura y distracción
familiar. Para cerrar a tono con la Feria,
les dejo esta décima de Orestes Pérez,
según José Manuel Silverio León, incluida en el libro Decimerón:
[email protected]
Una farmacia en Navajas
Un campesino llegó
a una farmacia en Navajas
Y de viagra cuatro cajas
al punto solicitó.
La mujer le preguntó:
«¿Tiene la receta ahí?».
Y el hombre le dijo así
con su típico lenguaje:
«La receta no la traje,
pero el enfermo está aquí».
«LOS BOTERO SIEMPRE HAN SIDO CAROS»
CRÍTICO DE ARTE