La familia en el mundo de hoy

La familia en el mundo de hoy
Familias Católicas / Familia y Sociedad
Por: Francisco Mario Morales | Fuente: Catholic.net
Hoy la familia está viviendo una crisis de valores, se agudiza la desintegración, se incrementa la mentalidad del ser humano como objeto
desechable, el individualismo y el egoísmo son parte de la persona. Las parejas, los matrimonios lo que menos tienen en común es la
comunicación. Por el contrario ahora se vive la apatía por la pareja, se vive en la indiferencia y por consecuencia en el vacío
existencial. Lo peor, en las parejas existen resentimientos, soberbia, falta de confianza, ahora la infidelidad toca insistentemente a las
puertas de los hogares. Y todo esto debido a la fragilidad creciente del matrimonio, y que además eso están viviendo y observando
nuestros adolescentes y jóvenes.
A todo lo anterior debemos añadir, que no raras veces (en su ingenuidad) hombre o mujer, buscando respuestas, cierto apoyo y
comprensión a sus problemas cotidianos y graves de sus vidas en pareja, matrimonial y familiar, vuelven sus confidentes (“amigos”
amantes) a personas indebidas quienes buscando partido y sus propias satisfacciones les ofrezcan propuestas seductoras de falsa
felicidad aunque después de lograr sus objetivos egoístas abandonen a la persona que ingenuamente “confío” en ellos.
Esto se vive entre padres, entre pareja, al interior de la familia y al exterior en la vida diaria y los principales protagonistas y
observadores es nuestra adolescencia y juventud. Además, tristemente debemos aceptar que todo esto se está volviendo como parte de
la vida diaria, como algo agradable, de moda, emocionante y “normal”.
Las redes sociales en los adultos
Lo que comienza como algo divertido y casi como un juego, se puede convertir en una situación de mayor envergadura como una
infidelidad matrimonial. Esto es lo que ocurre en las relaciones que se traman a través de los chats y las redes sociales, (Por
LaFamilia.info)
Algo responsable y muy importante es aceptar libremente que: “Uno de los cambios que conlleva el matrimonio es abandonar
determinadas acciones o conductas que de soltero (a) parecían inofensivas y que actualmente, pueden ser dañinas para la vida en
pareja” (Elizabeth González Torres, Familias. com)
“Infidelidades. Más de un matrimonio o un noviazgo se ha deshecho o ha resultado gravemente dañado al encontrarse en aquel móvil u
ordenador el mensaje de confidencia íntima o tono amoroso con un “alguien sin rostro”. Un tercero que ofrece comprensión,
reconocimiento, apoyo. Un alguien capaz de resolver sentimientos de inseguridad, frustración, fracasos… Un tercero que apareció en las
encrucijadas de las redes y con el que se jugaba aparentemente sin riesgo y en secreto. Distinguidos muchas veces en la ingenuidad de
quien piensa que todos los observadores son tan inocentes como él.” (Por Orfa Astorga de Lira, orientadora familiar. Máster en
matrimonio y familia por la Universidad de Navarra), por respeto a la pareja y así mismo hay que evitar caminar por la delgada cuerda
del coqueteo y la vanidad, de sentirse sumamente atractivos. De actuar irresponsablemente como adolescentes y de tratar de vivir
etapas pasadas no vividas por apresuramiento
Muchos matrimonios hoy en día se realizan por embarazos no deseados, por liberarse de problemas familiares, para vivir la “libertad”,
para tener sexo “legal”. Por intereses económicos personales o de familia, todo menos por amor verdadero.
Hoy por desgracia, no pocos hijos vienen a ser otra cosa, pero no hijos: algunas veces son la causa de que los padres se tengan que
casar, o los tengan que casar o por lo menos vivir juntos, pretender estar juntos.
¿Cuántos hijos vienen a ser una carga pesada porque hay que mantenerlos, cuidarlos, protegerlos, formarlos, darles casa, vestido y
sustento. Y todavía aun se tiene que convivir con una pareja a la que no se le ama.
¿Cuántas veces tratamos a los hijos como mascotas a las que hay que domesticar. O se pretende imponer lo que los padres quieren
que sea cada uno de los hijos? ¿Cuántos padres descargan sus frustraciones en sus hijos?
¿A qué se deben estas conductas? ¿Porqué la juventud de hoy día actúa de manera desquiciante y desordenada?
De qué manera ahora la familia podrá enfrentar los embates de la frustración, el suicido, la promiscuidad, la drogadicción, el homicidio,
la anorexia, la bulimia, el aborto, la pornografía, los embarazos no deseados, madres solteras y la maternidad en adolescentes, etc.?
El origen de muchos problemas en nuestra sociedad es por una falta de una formación integral en la familia. Ahora solo el verdadero
amor, el vivir uno para el otro, la donación sin límites, sin prejuicios, individualismo o egoísmo; la familia, el matrimonio y la vida en
pareja se podrán salvar, solo con el verdadero amor. ¡Salvemos a la familia! Pero no olvidemos que el amor implica a-sentimiento y
libre decisión. El amor es una actitud de voluntad y no solo sentimiento.
Nuestro mundo está en crisis y por consecuencia, la familia, por la falta de formación familiar en los valores. Hoy no basta la buena voluntad
de los papás, es un compromiso lleno de actitudes y ejemplo. Respetémonos a nosotros mismos, a nuestra pareja, nuestro matrimonio y
familia, abrámonos a una verdadera comunicación, dialogo, tiempo de calidad y atención personalizada y muy cercana a cada uno de los
hijos. ¡Ese debe ser el compromiso y la responsabilidad!
¡Formemos!, Cuidemos a nuestros hijos, vigilemos qué hacen, qué sienten, que piensan, que dicen, como actúan y quiénes son sus
amigos cercanos. No sólo pensemos en nuestras propias necesidades afectivas, económicas, etc. “Necesitamos mayor atención a
nuestros hijos, que acceso e influencia tienen a todo en las redes sociales, etc. Ellos son los futuros padres y las futuras familias!!!