Un año nuevo en lucha y resistencia

Claridad, El Periódico de la Nación Puertorriqueña
Un año nuevo en lucha y resistencia
El cierre del año 2016 e inicio del 2017 encuentra a Puerto Rico ante una
de las más difíciles encrucijadas de su historia. Siglos de subordinación a potencias
extranjeras- primero España y luego Estados Unidos- y la decadencia asociada al colonialismo
como sistema de inferioridad política y económica frente a un poder superior, dejan heridas
abiertas y muy difíciles de curar. En nuestro caso, las peores: dependencia extrema,
desigualdad, pobreza material y un sentido de impotencia profundo que nos corroe el espíritu
y nos nubla el entendimiento. Esto, unido a la dominancia de una clase política parasitaria y
corrupta, enquistada en los dos partidos colonialistas que han gobernado bajo el ala del
gobierno de Estados Unidos, ha conducido a nuestro país al abismo en que ahora se
encuentra.
Entre los múltiples retos que enfrentamos de cara al futuro inmediato están los
asociados al déficit fiscal del gobierno de Puerto Rico que para el próximo mes de febrero se
quedará sin flujo de caja para pagar la nómina, dar los servicios y amortizar las deudas. Ante
eso, la solución propuesta por la Junta de Control Fiscal es la más drástica austeridad. La
agenda del organismo está esbozada en la carta que le escribió su Presidente, José Carrión III
al gobernador entrante con sus recomendaciones inmediatas, que incluyen recortes
dramáticos a la estructura gubernamental y a la Universidad, y la privatización del Fondo del
Seguro del Estado, entre otros. Ciertamente, la Junta trae la medicina amarga. Está por verse
si nuestro pueblo se la bebe sin resistirse.
En la ecuación, existe además otro nuevo
elemento. A partir del próximo 2 de enero, también estrenaremos el que, sin dudas, será el
gobierno más “rookie” en la historia de Puerto Rico. Un gobernador novato y una plana de
funcionarios casi todos novatos al frente del País en este momento tan álgido y decisivo. Si a
esto se le añade el factor ideológico, esto es, la sincronía abiertamente anexionista entre
Junta de Control Fiscal y gobierno local, y el nuevo gobierno ultra derechista de Donald
Trump y el Partido Republicano en Estados Unidos, veremos a ver si será tan fácil que nos
empujemos ese “coctelito”. Los independentistas y otros sectores con conciencia nacional y
social también tenemos nuestra agenda clara. Hacer lo que siempre hemos hecho: luchar y
resistir la embestida del amo imperial, esta vez disfrazada de Junta de Control Fiscal y
facilitada por el gobierno de Ricardo Rosselló y el Partido Nuevo Progresista (PNP). Esta
nueva ofensiva tiene muchos frentes, sobre todo porque hay sectores privados muy
poderosos en Puerto Rico que aspiran a mantenerse relevantes a base de su acomodo con la
Junta de Control, y por consiguiente con el gobierno de Estados Unidos. Son aquellos en
permanente búsqueda de la oportunidad que les sostenga firmemente sobre su pequeña o
grande parcela de poder. Son el mismo coro invariable, dirigido esta vez por un poderoso
medio de prensa, que ha validado desde sus páginas a la Junta de Control Fiscal como una
especie de “mesías” que viene a salvarnos de nosotros mismos, como si fuésemos una especie
condenada al fracaso. Son los mismos que sólo gritaron “lobo” cuando la crisis les tocó a su
puerta, porque la cómoda realidad de un “status quo” representado en la alternancia política
de dos partidos en una colonia inamovible les había resultado muy beneficiosa. Son los
mismos que también llevan décadas promoviendo y premiando la mediocridad en nuestro
país, mientras insisten en señalar las insuficiencias que nos hacen lucir menos ante otros
países y sociedades que se levantan por su propio esfuerzo. Son los mismos enemigos de
siempre, sólo que ahora, en vez de perseguirnos y amenazarnos físicamente, pretenden
intimidarnos y chantajearnos a través del incesante, inconsecuente y abrumador parloteo de
los medios de prensa y las redes sociales.
Para vencerlos a todos, echaremos mano de
nuestras principales armas: nuestros recursos físicos y anímicos, sobre todo la proverbial
paciencia que nos ha permitido resistir y sobrevivir durante siglos, con nuestra propia
identidad, aún bajo las peores circunstancias. El ejemplo viviente de Oscar López Rivera,
heredero glorioso de una tradición libertaria más que centenaria, nos servirá de
portaestandarte en esta coyuntura para luchar y resistir hasta vencer. ¡Feliz Año Nuevo en
lucha y resistencia!
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