MINISTERIO DE ECONOMÍA Y CRÉDITO PÚBLICO

UNIVERSIDAD METROPOLITANA
MOTIVACIONES HACIA EL PERDÓN EN ADULTOS VENEZOLANOS.
Pura Zavarce y Carlos Zalles.
Departamento de Ciencias del Comportamiento
Escuela de Psicología
UNIMET.
RESUMEN.
El objetivo de investigación fue determinar las Motivaciones hacia el Perdón que tienen
adultos venezolanos. Fue un estudio descriptivo de campo, mediante un diseño no
experimental y transeccional-descriptivo, donde se evaluaron a 515 adultos mediante
un muestreo no probabilístico. Se sustentó en la teoría del perdón de McCullough
(2000). Según ella el perdón interrumpe el ciclo de la venganza y del rechazo hacia
aquel que hizo daño. Perdonar es una reducción de la motivación a rechazar y vengarse
luego de la ofensa interpersonal. Se seleccionó el instrumento del área de la Psicología
Positiva, llamado Transgression-Related Interpersonal Motivations (TRIM-18)
Inventory (Cuestionario de Motivaciones Transgresoras) de McCullough, Root, y
Cohen (2006), el cual fue traducido, modificado y validado. Estadísticamente se
confirmó el modelo original que considera dos factores (Evitación y Venganza), dado
el mejor ajuste empírico con los datos. La versión de 12 ítems en español del TRIM
puede ser usada en estudios en Latinoamérica y Venezuela. No se pudieron comparar
las medias de las variables con investigaciones nacionales o latinoamericanas, por
ausencia de éstas. Por lo tanto, los datos obtenidos se evaluaron a través de parámetros
de corrección y comparación de muestras estadounidenses. Las conclusiones indican
que para todas las variables los puntajes de la dimensión venganza se ubican dentro de
la media, mientras que para dimensión de evitación puntuó por encima de la media,
indicando elevado rechazo hacia el agresor.
Palabras claves: Perdón, Motivación, Venganza y Evitación
MOTIVACIONES HACIA EL PERDÓN EN ADULTOS VENEZOLANOS.
Autores: Carlos Zalles y Pura Zavarce
Departamento de Ciencias del Comportamiento
Escuela de Psicología
UNIMET.
INTRODUCCIÓN.
El perdón puede ser difícil para muchas personas simplemente porque no tienen claro de
qué se trata realmente perdonar. Frecuentemente, se confunde con el perdón con otros
términos como la reconciliación u olvidar el acto agresor. El perdón es un proceso que
involucra un cambio en las emociones y las actitudes que se tienen con respecto a
alguien que causó un daño.
Los beneficios que genera el acto de perdonar ayudan a que la persona sea optimista con
la vida, mejore el vínculo interpersonal. Este concepto está positivamente vinculado con
tener una mejor salud física y psicológica; aumenta los sentimientos de amor y cuidado
hacia las demás personas (Breen, Kashdan, Lenser, Fincham, 2010; Luskin, 2008).
Existen varios métodos de intervenciones diseñados para mejorar las habilidades
individuales para
perdonar, tanto a nivel personal, interpersonal e intervenciones
grupales los cuales se han ido desarrollando por medio del trascurso de los años. Así
mismo, diversas teorías, métodos e instrumentos se han perfeccionado para poder
brindar una mejor comprensión del perdón.
Para la psicología estudiar esta variable es fundamental.
El perdón como un
componente de las intervenciones clínicas para la prevención y tratamiento ayuda a
mejorar y a brindar ciertos beneficios como disminución del dolor, la depresión,
diversos estados mentales que se relacionan con una mejora de la salud física. Perdonar
ayuda a transformar emociones negativas en positivas, desarrollar actitudes empáticas y
mejorar las relaciones interpersonales. Conocer las capacidades para perdonar de una
persona ante una situación específica ayuda a estructurar una intervención, para
orientar hacia un mejor desarrollo.
OBJETIVO.
En la presente investigación, se buscó Determinar la Motivación hacia el perdón que
tienen adultos venezolanos, de acuerdo a la teoría del perdón de McCullough (2000). En
la misma el perdón interrumpe el ciclo de la venganza y del rechazo a aquel que hizo
daño. Aquellos sentimiento de dolor y percibir un ataque hacen que la persona rechace
todo contacto con el agresor y sentimientos de ira e indignación hacen que la persona
busque una venganza. Perdonar es una reducción de la motivación a rechazar y de la
motivación a vengarse luego de la ofensa interpersonal.
MARCO TEÓRICO.
El modelo salugénico de la Psicología Positiva conceptualiza el bienestar integrando
tanto la valoración del predominio de afectos positivos por sobre los negativos y el
bienestar o satisfacción con la vida, como la importancia de identificar y desarrollar las
fortalezas o rasgos positivos, como factores de prevención, protección, tratamiento y
recuperación (Vázquez y Herváz, 2008).
componentes del bienestar
Considera que ambas dimensiones son
duradero. Igualmente, proporciona las bases teóricas y
metodológicas para el estudio científico de las fortalezas del carácter o rasgos positivos,
vinculadas al bienestar humano.
Actualmente, el perdón es visto como un factor de construcción en la persona agredida
y como una recuperación de su desarrollo, luego de una conducta agresiva. Entonces es
visto como un factor resiliente que permite reconstruir la vida de la persona, se trata de
un proceso de duelo y renovación de una relación (Wiarme, 2004). De acuerdo a
Peterson y Seligman (2004) reconocen el perdón como algo moralmente valioso, un
rasgo, se distingue de otras fortalezas y junto con fortalezas como la inteligencia social
o la bondad se puede aumentar la fortaleza del perdón. También requiere de cierto
grado emocional y cognitivo para comprender el punto de vista del transgresor, las
instituciones positivas fortalecen el perdón, promoviendo conductas aceptadas, diversas
formas para tratar a las personas y comprenderlas.
McCullough, Worthington y Rachal (1997), es analizado de acuerdo a una serie de
cambios motivacionales, donde la persona está menos motivada a vengarse y a
mantener distancia con el agresor y cambios en donde hay un aumento de la motivación
para reconciliarse y tener buena voluntad hacia el agresor. McCullough inicia su teoría
comprendiendo el perdón como un constructo motivacional y como un cambio
prosocial. De acuerdo al autor hay dos estados afectivos negativos que caracterizan
a las interacciones interpersonales en torno a eventos relacionales. Estos corresponden
a dos sistemas motivacionales que regulan las respuestas de las personas a los
daños interpersonales. Percibir un ataque y un daño corresponde a una motivación para
rechazar a una persona y los sentimientos de rabia corresponden a una motivación para
buscar la venganza. Estas dos motivaciones junto con la motivación hacia la
benevolencia crean el estado psicológico del perdón. Según el autor cuando se perdona
no hay pensamiento de venganza ni de rechazo (McCullough, Pargament y Thoresen,
2000).
En cuanto al cambio prosocial, la empatía ayuda a que el ser humano pueda cuidar a los
demás. La acomodación, es un cambio en donde una respuesta destructiva disminuye y
aumenta una respuesta constructiva. Otro cambio prosocial es el sacrificio, en donde el
interés por el cuidado personal cambia a promover el bienestar en otra persona, es decir
uno actúa para el bienestar del otro. Finalmente, la armonía promueve una motivación
para mantener relaciones positivas con otros haciendo que la evitación y la venganza
disminuyan (McCullough y cols. 2000). Luego, McCullough, Kurzba y Tabak (2010)
redefinieron el concepto y ven el perdón como un sistema. Un sistema en el cual se
producen esos cambios motivacionales debido a la eficacia de la restauración de una
relación beneficiosa luego del daño interpersonal. Ver el perdón desde un punto de vista
funcional, permite aceptar diferentes definiciones y vincular conceptualmente el perdón
con la reconciliación.
Los estudios realizados a nivel internacional señalan que el perdón es una de las últimas
fortalezas que se utilizan. En algunas investigaciones con muestras venezolanas han
dado a conocer en qué posición se encuentra la fortaleza del perdón. Por medio del
Cuestionario VIA de Fortalezas Principales de Peterson y Seligman el perdón es una
fortaleza que se encuentra dentro de las últimas posiciones de la lista (Lira y Rodríguez,
2009; Tamayo, 2010; Kaufmann y Serpa, 2010; Díaz y Millano, 2010; Zavarce, 2011).
Los beneficios del perdón son diversos y ampliamente sustentados. Investigaciones
soportan la forma en que el perdón ayuda a promover y mejorar el bienestar de una
persona, tanto en la parte mental como en la física. Lyubomirsky (2008) menciona que
aquel que perdona tiene menos probabilidades de estar deprimido, de ser hostil, ansioso
o irritable. Perdonar ayuda a que uno se identifique con los demás, sea más feliz, sano y
agradable. Para Casullo (2008) los pensamientos, sentimientos y acciones son más
positivos en una persona que perdona. Para este autor, se trata de cambios a nivel
intrapsíquico e interpersonal. Asimismo, reduce los sentimientos de culpa y angustia.
De acuerdo a Casarjian (1994) el perdón ayuda a comunicar mejor las ideas y escuchar
las del otro, escuchando tanto la palabra como el sentimiento. Al perdonar, el sujeto
suele sentirse más confiado de sí mismo, favorece al crecimiento de un espíritu
esperanzado, ayuda a conocernos mejor a nosotros mismos y a conocer a los demás.
Estas intervenciones creadas con finalidades específicas han mostrado tener resultados
positivos. McCullough y Witvliet (2002) señalan varias investigaciones cuyos
resultados apuntan a aumentar los niveles de auto estima, mejorar el sentimiento de
esperanza, fortalecer la actitud y relación con el agresor, y por otra parte disminuir
niveles de ansiedad y depresión, disminuir significativamente la rabia y el dolor. Así
mismo, los beneficios que genera perdonar pueden durar por varios meses (Bono y
McCullough, 2006).
Por otra parte, el perdón también influye en la salud física del ser humano. Goleman
(2006) sostiene que cada vez que se piensa en lo que se odia, el cuerpo responde con
rabia, se llena con hormonas de estrés, aumenta la presión arterial y se daña la
efectividad inmunológica. Contrariamente, perdonar a alguien a quien uno ha guardado
rencor revierte la reacción biológica, disminuye la presión arterial, la frecuencia
cardíaca y los niveles de hormonas de estrés, alivia el dolor y la depresión.
Igualmente, Witvliet, Ludwig y Vander Laan (2001) encontraron que perdonar puede
mejorar la salud. Imaginar un rencor tiende a aumentar la reactividad de la frecuencia
cardíaca, presión arterial y la conductancia de la piel, poniendo en peligro la salud de
una persona. Un estudio elaborado por Tabak y McCullough (2011), señala que hay una
disminución de los niveles de respuesta del cortisol.
El cortisol tiene efectos diversos en la regulación de las partes del metabolismo del
cuerpo como el de la glucosa, proteínas y ácidos grasos. También influye cuando se
trata de controlar el estado de ánimo y el bienestar. El aumento de la respuesta de estrés
adrenal reacciona secretando demasiado cortisol, lo cual puede conducir a con
consecuencias devastadoras (Talbott, 2007).
Resultados parecidos con relación a cómo influye el perdón en la salud fueron los de
Lawler, Younger, Piferi, Billington, Jobe, Edmondson y Jones (citado en Bono y
McCullough, 2006), quienes por medio de una entrevista encontraron que las personas
que
habían
perdonado
a
su
agresor,
manifiestan
tener
menos
problemas
cardiovasculares. Así mismo, perdonar incrementa y mejora la salud y el bienestar en
personas adultas (Bono y McCullough, 2004).
Dentro de sus investigaciones Luskin (2008), encontró que el perdón reduce el estrés,
los dolores y los problemas de enfermedades, pone a la persona más tranquila y
optimista. Tanto la culpa como la rabia y la hostilidad, generan sufrimiento y problemas
cardiovasculares así como enfermedades del corazón.
Finalmente, perdonar ayuda a reducir la dependencia a la nicotina, trastornos de abuso
de sustancias, trastornos depresivos y de ansiedad. El no perdonar crea tensión
psicológica, que se da a causa de una ausencia de benevolencia. Los riesgos de no poner
en práctica el perdón son: reducir la calidad de vida, disminuir la autoestima, aumentar
los pensamientos y sentimientos negativos (McCullough, Root, Tabak y Witvliet,
2009).
RESULTADOS Y DISCUSIÓN
Los resultados obtenidos en las dimensiones de venganza y evitación se describen con
respecto al género, la ocupación, el tipo de relación que tiene el participante con la
persona que hizo el daño, el estado civil y la edad. Para poder analizar los resultados
obtenidos por la muestra fue necesario comparar las medias de cada una de las variables
de acuerdo con estudios realizados con una muestra estadounidense. De acuerdo con
McCullough, Worthington y Rachal (1997), para analizar los datos de la dimensión de
la venganza se tuvo que observar el resultado obtenido y compararlo. Si la persona
obtuvo una puntuación sobre 7.7 quiere decir que se encuentra en la media. Si puntuó
11 o más, está en el tercio más vengativo, y por encima de 13.2, la persona está entre el
10 % más vengativo.
Igualmente, para la dimensión de la evitación, se comparó con la media de los adultos
norteamericanos, la cual está alrededor de 12.6. Si la puntuación es 17.6 o mayor, está
en el tercio más evitativo y si puntúa 22.8 o más, está entre el 10% más evitativo
(McCullough y cols., 1997).
Los hombres tienen más motivaciones a ser vengativos que las mujeres. Comparando
los resultados de los tres grupos de ocupación (estudiantes, trabajadores y amas de casa)
todos se encuentran dentro del 10% más evitador. De acuerdo al tipo de relación con el
agresor, se observa que el 82% del tipo de relación se ubica en amistad y romance,
siendo la evitación bastante más elevados para los dos tipos de relación, estos oscilan
entre 23,03 y 27,67; lo que significa que se encuentran en el grupo del 10% más
evitativo. En cuanto al estado civil, ambos grupos (soltero y casados) obtuvieron un
puntaje muy elevado para la dimensión de la evitación (M= 23,67 y M= 23,05), ya que
puntuaron dentro del 10% más evitador. Con la variable edad (94% en edad temprana)
la dimensión de la venganza se encuentra en la media americana, mientras que la
dimensión de la evitación están por encima del 10% más evitativo.
CONCLUSIONES
De acuerdo con los resultados obtenidos se puede concluir que para la dimensión de la
venganza todos los grupos con una participación significativa de la muestra puntuaron
en la media de la muestra americana. Así mismo, se observa que para todos los grupos
la motivación de la evitación se mantiene muy elevada y está dentro del 10 por ciento
más evitador (McCullough y cols., 1997).
Con respecto a los resultados del tipo de relación con el agresor, todos los
resultados de la media de la dimensión de la venganza estuvieron por encima de la
media norteamericana. Para la dimensión de la motivación hacia la evitación, se
observan datos muy elevados, casi duplicando aquellos de la muestra estadounidense.
Estos resultados indican que la muestra se inclina más hacia rechazar, anular la
comunicación con el agresor y no tanto por desearle el mal o buscar venganza.
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