PDF - Archive of Our Own

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Explicit
Graphic Depictions Of Violence, Underage
M/M, Multi
Yuri!!! on Ice (Anime)
Jean-Jacques Leroy/Yuri Plisetsky, Otabek Altin/Yuri Plisetsky, Victor
Nikiforov/Yuri Plisetsky, Katsuki Yuuri/Yuri Plisetsky, Otabek Altin &
Jean-Jacques Leroy
Yuri Plisetsky, Jean-Jacques Leroy, Victor Nikiforov, Otabek Altin,
Katsuki Yuuri
Sex, trio, orgia, fantasia erotica, Masturbación, Gay, trans yuri,
amistad, Menor de edad, despertar sexual, placer sexual, Infidelidad,
familias rotas, adulterio, sexo en la escuela
Published: 2016-12-10 Updated: 2016-12-20 Chapters: 6/? Words:
21017
Yuri.
by JesseLBlack
Summary
Yuri Plisetsky tiene 15 años y va al colegio secundario n°1 de moscu. Su vida parece
bastante aburrida hasta que el despertar sexual toca su puerta. El está completamente
seguro que es gay, pero aun le cuesta afirmarlo ante los demás. Acompaña a Yuri a
experimentar su sexualidad bajo el cuidado de sus amigos y docentes.
Todos x Yuri.
Chapter 1
Yuri.
"Mi nombre es Yuri Plisetsky, tengo 18 años y voy al último año de la escuela secundaria. Quise
hacer este libro con el fin que tú conozcas mi vida sexual, como empezó y todas las dificultades
que tuve que atravesar para lograr ser feliz. No espero que me entiendas ni tampoco que me
taches como una puta, pues yo mismo lo hice en algún momento. Pero es descarnada la historia
cuando comienzas a amar y no puedes gritarlo al mundo.
Nunca me gustaron las niñas, aunque me he llevado bien con algunas de ellas, nunca me sentí
sexualmente atraído por ellas. Eran como muñecas que uno quería ver actuar, simplemente a lo
lejos, sin tocar. En cambio, los hombres encendían en mi esa alarma tan rumiante que me
quemaba.
Todo comienza a mis quince años, cuando por fin comienzo a sentir placer sexual con un docente,
y puede que termine de una manera que no te imaginas, simplemente sígueme, escúchame, luego
podrás sacar las conclusiones que desees. Pero puedo decirte algo, sus nombres los llevo en la piel
y no fueron solamente sexo, aprendí a amar a cada uno de ellos por lo valioso que son, por lo
agobiante y excitante que era estar a sus pies, sentirme vivo con ellos dentro de mí. Mi abuelo
sigue odiando este libro, porque piensa que solamente quedaré como el desesperado engendro
adolescente que buscaba romper familias, parejas, o simplemente dejarse llevar por el amor más
primitivo. Pero yo veo este libro como el comienzo de mi vida sexual y como el tormento que tuve
que sufrir al estar con personas mayores a mí.
Gracias por leer, los espero dentro de mi libro"
−Yuri Plisetsky.
Yuri Plisetsky es un alumno de la escuela secundaria n°1 de Moscú, vive rodeado de extranjeros
la mayor parte del día, pues su lugar de nacimiento era así, muy visitado y turístico, pero también
una cuna para aquellos que desean oportunidades. Yuri es rubio, de hermosos ojos verdes, cuerpo
delicado, piel blanca y mirada furiosa, una muñeca en viva imagen, su belleza era digna de envidia
en las más hermosas mujeres.
La personalidad de Plisetsky no era para nada delicada, más bien daba muchísimo miedo por su
falta de tacto y su forma de ser chocante, definitivamente no es alguien que quisieras encontrarte a
las tres de la mañana en la calle, a pesar de su fino aspecto. Su tía abuela Lilia le había enseñado
ballet desde muy pequeño, por lo que su cuerpo era increíblemente flexible. Su abuelo Nikolai, y
su tío abuelo Yakov le habían enseñado patinaje artístico, deporte que hacía más como hobbie. Él
vivía en la ciudad, cerca de un parque donde había un pequeño estanque que se congelaba en
invierno, lo que daba a Yuri la posibilidad de patinar cerca de casa y sin gastar dinero.
Con quince años, Plisetsky sin duda era una persona llena de matices y colores, solamente tenía un
amigo de la niñez, el japonés Yuuri Katsuki (15 años), un muchacho retraído y muy poco
comunicativo, realmente no entendía cómo es que llegaron a ser amigos en primer lugar. Yuuri era
todo lo que Yuri podía odiar, era inteligente, tímido, reservado, hablaba poco y lo necesarios, no
era como él en lo absoluto, que si se enojaba gritaba y tiraba todo lo que estuviera cerca de él, no.
Por otro lado, se encontraba su docente titular y profesor de matemáticas, él daba clases en la
escuela donde Yuri estudiaba con su mejor amigo, se llamaba Victor Nikiforov (30 años). Yuri le
tenía aprecio a Victor, pues era de las pocas personas que podía confiar, siempre abierto a sus
estudiantes. Victor era casado, su mujer también era docente de psicología en la escuela, pero
mucho no se hablaban en el lugar de trabajo ni él parecía amarla, más bien se notaba que podía ser
un matrimonio por conveniencia. Ambos tenían una pequeña hija de dos años.
Otro de los maestros los cuales Yuri apreciaba era su docente de historia, un hombre calmado,
serio y muy amigable si se le conocía, Otabek Altin (22 años). Otabek era de Kazajistan, aunque
hablaba muy bien el idioma ruso. El tenía un grupo de debate terminada las clases, donde hablaba
sobre las cuestiones socio-políticas y económicas de su país y también de Rusia. Era una persona
bastante reservada y nada se sabía de él más solo lo justo y necesario. A Yuri le encantaba estar
en la clase de Otabek porque no solamente aprendía, sino también tenía una mirada nueva del
mundo por los ojos de un ser que había vivido situaciones conflictivas graves.
Y por último una persona que no le agradaba mucho a Yuri, pero no podía evitar pensar que tenía
mucho carisma y sobre todo con las mujeres. Jean Jacques Leroy (25 años) era un joven
habilidoso, profesor de gimnasia y muy buen deportista, era excelente en casi todos los deportes,
alto, guapo y siempre con una sonrisa. Jean o mejor apodado "JJ" era sin lugar a dudas el profesor
ideal para las mujeres, sobre todo cuando se sacaba la camisa y mostraba su cuerpo tonificado y
sus tatuajes. A Yurio le molestaba su egocentrismo, siempre queriendo llamar la atención y sobre
todo, siempre queriéndole llamar la atención a él. ¿Qué parte de "no me caes simpático pero estoy
en tu clase porque me obligan" es la que ese señor no comprende? Aun así a veces se quedaba
después de clases en los vestuarios y lo veía sacarse la ropa. Yuri le había tomado placer a realizar
esa acción porque a pesar que el profesor era un cerdo, tenía un cuerpo increíble.
....................
Yuri se levantó esa mañana transpirando, había tenido un sueño por demás confuso y se sentía
quemando por dentro. Tener quince años no era fácil ni para él ni para nadie, realmente Katsuki lo
disimulaba muchísimo mejor que él. Se levantó y sintió su ropa interior mojada, pero no había
tenido un "accidente" pues las colchas estaban intactas, cuando se quitó los bóxer se dio cuenta
que en realidad el húmedo era él, además de tener su miembro despierto. Su abuelo le había
comentado una vez que le iban a suceder cosas así y cuando le ocurra ya estaría listo para las
"revistas". Fue al placard donde se encontraban dichas revistas y tomó una, había una mujer
desnuda en la tapa, pero a Yuri le dio asco y la arrojó hacia otro lado del cuarto. Se encerró en el
baño y se miró, luego observó su miembro parado. ¡Un baño de agua fría!
Entró a la ducha, el agua estaba helada y se empapo con ella, pero aun así el miembro no se
relajaba. Decidió probablemente como último recurso tocarlo, lo jalaría un poco a ver que se sentía
y cuando apenas rozó su dedo con la cabeza, todo su cuerpo se erizó y mordió sus labios. Decidió
entonces hacerlo, se masturbó con los ojos cerrados y en su mente sólo imágenes de hombres,
entre ellos personas que conocía desde hace tiempo, amigos del colegio, maestros, el doctor que lo
atendió por anginas. No le sorprendía ello, siempre pensó que los muchachos eran más apuesto
que las chicas, pero nunca lo dijo por miedo al rechazo y difamación.
Salió una vez que llegó al orgasmo y se aseó para ponerse su ropa e ir al colegio, como solía
pasar, saludo a su abuelo con un abrazo y beso, este le entregó un paquete con Piroshky y le dijo
que habían de fresas y carne, aunque debía adivinar porque su abuelo jamás recordaba que forma
tenía cada uno para diferenciarlo.
Camina entonces con el paquete de piroshky, a la casa de su amigo mientras pensaba en si hablar
con él de aquello que le atormentaba, no era la primera vez que soñaba o imaginaba a hombres
desnudo, pero si era la primera vez que se endurecía pensando eso, se masturbaba con esas
imágenes y le dolía pensarlo. ¿Yuuri me aceptará si le digo que me gustan los hombres? se
preguntaba a sí mismo, pero luego negaba con la cabeza. ¡Es Yuuri! Por supuesto.
−¡Yuri! −exclamó Katsuki saludando a Yuri, el cual venía caminando por las calles, este cierra la
puerta de su casa y va directamente con su amigo−. ¿Preparado para un nuevo día de clases? ¿Qué
es eso? ¿Piroshky?
−Mi abuelo siempre me hace, ¿quieres? Algunos son de fruta y otros de carne, pero mi abuelo se
olvidó que es cada uno, no le hizo marcas, ¿quieres arriesgarte?
−No, mejor que sea durante el almuerzo −comentó y continuó caminando, con una sonrisa.
−¿Pasó algo bueno?
−Mi hermana se casa −tiró, haciendo que Yuri se desconcentre−. Al fin alguien la quiso tal cual es
y se va a casar en mayo.
−Wooo, eso es rápido, me alegro por ella.
−Ella te llamaba Yurio cuando eras pequeño.
−Para no confundirse −gruño−. ¿Quién nos puede confundir siendo yo ruso y tu japonés?
−Nuestros nombres son parecidos −murmuró entre dientes, Yuri suspira−. ¿Sucede algo, Yuri?
−Sí, creo que sí.... −vuelve a suspirar−. Creo que algo malo me está pasando.
−¿Hm? ¿De qué hablas? −preguntó sorprendido, Yuri respira hondo, intentando calmarse para
poder explicar pero era difícil.
−¿Te acuerdas cuando estabas enamorado de Yuko? Antes que ella se casara y embarazara de ese
gordo −gruñó Yuri, pues él tuvo que sufrir todo el llanto de su amigo.
−Hm, gracias por recordármelo, creí que lo había superado −simula estar lagrimeando.
−Ya, ya.... −vuelve a suspirar−. Creo que me pasa algo parecido a lo que te pasaba con Yuko.
−¿En serio? ¿Con quién? ¿Mila?
−¿Hm? ¿Esa vieja bruja? ¡Claro que no! −exclama enojado, Yuuri piensa nuevamente.
−No hay muchas chicas a las que no suelas espantar, Yuri, así que sé más especifico.
−Hmmm.... −piensa en como decírselo a ese cabeza hueca−. Este a ver....hm....bien me gustan...
los....los hombres.
−¿Los hombres? −preguntó sorprendido−. ¿Eso quiere decir que eres gay, Yuri?
−Algo así.
−¿Y cómo te diste cuenta? −preguntó tomando el paquete de Piroshky y sacando uno, Yuri sabía
que cuando su amigo pasaba por una situación de estrés, se comía todo y eso no era la excepción
al parecer.
−Bueno −intentar explicar eso no era fácil−. Verás, no me enloquecen las mujeres, no me atraen,
no me gustan. Sé apreciar que hay chicas lindas en el mundo, pero sexualmente no me atraen en lo
más mínimo.
−Oh −susurró−. Y dime, Yuri, ¿le dijiste a alguien aparte de mi? −preguntó, Yuri negó con la
cabeza−. ¿Vas a decírselo a alguien?
−Tal vez a Lilia o a mi abuelo, no sé como vaya a reacción, mi abuelo es una persona mayor, otra
generación, los gays no son aceptados aquí.
−Bueno Yuri, si te sirve de algo, yo te apoyaré en lo que sea −sonríe, Yurio le revuelve la sonrisa
y lo abraza suavemente, por algo Yuuri era su mejor amigo.
−Prométeme que mantendrás todo esto en secreto, no quiero que todo el mundo se entere que soy
gay.
−No te preocupes, es secreto.
−¡Oh, Yuuuriiis! −ambos chicos se sobresaltaron al escuchar tan fuerte la voz y al darse vuelta
vieron al profesor de gimnasia con su jearsey roja de Canadá, pues era canadiense, y sus dientes
perfectos. ¿Hace cuanto que estaba ahí?
−Oh, profesor Leroy, casi nos mata del susto −Yuuri parecía tener más aprecio al profesor Leroy
de lo que tenía Yuri, por lo tanto lo saludó amablemente.
−No hay problema, ¿piensan entrar? −los ojos celestes miraron a Yuri intensamente.
−Seguro −susurró levantando los hombros.
−Entonces adelante −hizo una señal para que pasaran, los chicos no se dieron cuenta que JJ tenía
una sonrisa diferente ese día−. Así que un alumno gay, esto es interesante al fin.
Continuará.
Bueno, este fic es un todos x yuri, tiene obviamente relación adulto x adolescente a borbotones,
también adulterio, sexo de todo tipo, chantaje, etc. Espero que les guste leerlo como a mi
escribirlo. Las relaciones iran de acuerdo a la personalidad de cada personaje, no veo por ejemplo
a Otabek tirándose a Yurio en un comienzo ni tampoco a JJ delicado, asi que sepan entender pero
todas las parejas tendrán su turno, hasta Yuri con Yuuri, aunque será leve.
Gracias.
Chapter 2
A Yuri Plisetsky le gustaban los chicos, no solamente le gustaban, sino que le encantaban. Pensó
que estaba mal, pero su amigo Yuuri Katsuki lo apoya en esto, por lo cual, se sentía con más
espalda ahora para poder decírselo a su abuelo.
Yuri era un gay diferente a los demás, y es que ser gay no era andar de cocoliche por la calle,
vestido de mujer, con zapatos de tacón y faldas, eso lo hacía en la intimidad. Desde que tenía uso
de razón, Yuri se sentía fascinado con la ropa de su madre, cuando esta aun vivía. Probablemente
no era lo mejor, pero ella lo llevaba al cuarto y le probaba los labiales, le hacía verse al espejo y
trenzaba su cabello largo. Yuri no se creía una chica, pero le calentaba vestirse como una y
sentirse deseado como una.
Cuando era pequeño, quería que su papá lo viera como una mujer, y andaba en tacones por la
casa, sólo en juego, pues a pesar que no se sentía para nada una chica, le gustaba provocar de esa
manera. Gracias al cielo su padre nunca le tomó mayor importancia y luego de contraer una
enfermedad infecciosa que le mató, él siempre demostró verdadero amor a su hijo al igual que su
madre, quien se suicidó poco después producto de una enorme depresión.
Y así Yuri terminó viviendo con su abuelo Nikolai, quien contrario a todo lo que pensaban dejo a
su nieto hacer lo que deseaba pero en la soledad de su cuarto.
Ese día Yuri invitó a su mejor amigo, estuvieron un buen rato en la computadora y mirando
televisión, comiendo papas fritas y helado, hasta que Yuri se acordó de algo, le pidió a su amigo
Katsuki que le acompañase al cuarto de sus padres, allí ambos se encerraron y Yuri se sentó cerca
de la cosmetiquera de su madre. Sacó labiales, rubor, delineadores, rimmel, todo lo necesario.
Yuuri se sentía algo raro e incomodo, pero siempre su amigo había sido así.
−¿Hace cuanto que no hacemos esto juntos? −preguntó, Yuuri miró para todos lados.
−No lo sé ¿diez años? −claro, cuando eran apenas unos niños descubriendo su sexualidad.
−¿Me maquillas? −preguntó, Yuuri le miró sorprendido−. Vamos, por los viejos tiempos
−murmuró extendiéndole el labial rojo fuego.
−Te quedaría bien un rosa −se sentó a su lado y tomó otro labial−. Siempre te quedó mejor algo
con brillos.
−Pónmelo −Yuuri sintió que lo que decía su amigo estaba narrado en doble sentido, pero notó la
impaciencia de este y comenzó a maquillarle los labios con el labial.
Yuuri entonces comenzó a divertirse un poco más, colocándole el rubor, el rimel, el delineador,
hasta que el rostro hermoso de Yuri se trasformó en un rostro aun más hermoso, se relamió los
labios dándole un brillo más fuerte y se levantó de la silla. Ahora el siguiente paso. Bajo la atenta
mirada de Yuuri, Plisetsky abrió el armario de su madre, tomó unos vestidos y los arrojó a la
cama. Se sacó su jersey, su camiseta, sus pantalones y zapatillas quedando solo en bóxer, no le
intimidaba que Yuuri lo viera, se conocían desde bebés.
Se puso uno de los vestidos más llamativos, uno rojo. Era fácil de poner, solamente tenía que
cerrar el cierre de la espalda, lo cual Katsuki ayudó. Se puso unos zapatos y se miró al espejo,
realmente Yuri Plisetsky parecía una niña.
−Yuri.... −susurró mirando para otro lado−. ¿No crees que ya es suficiente? −preguntó el japonés,
el rubio giró en su eje dos veces y luego se detuvo.
−Sácame una foto.
−¿Una foto? −preguntó, Yuri señaló el celular. Katsuki lo tomó y le sacó una foto rápidamente−.
Ahora vístete de chico, tu abuelo puede venir y si nos ve así.
−¿Qué pasará? ¿Me creerá gay? −preguntó Yuri con ironía, ambos rieron.
−¿Ya lo sabe?
−No, aun no. Lilia me dijo que se lo trataría de decir sutilmente, para que no venga con eso de
cazar venados....
−¿Cazar venados?
−Para hacerte un "hombre" −contestó bufando−. En fin, oye Yuuri, si fuera una chica ¿me
mirarías?
−Claro que te miraría, estas hermosa....digo hermoso −el japonés se sonroja, eso era lo que quería
Yuri, ambos se sientan en la cama−. ¿Qué pasa?
−¿Has tenido sexo, Yuuri?
−¿Eh? −el sonrojo cambió, ahora estaba completamente rojo como un tomate ¿cómo puede decirle
esas cosas? −. ¡No, claro que no!
−Qué pena, te iba a pedir que me enseñes a tener sexo −susurró, se levantó de la cama dejando a
Yuri completamente en shock y buscó las toallitas desmaquillantes de su madre, aun estaban
cerradas, se colocó encima del ojo una y lo limpió suavemente.
−¿Tú eres virgen?
−Claro, sino no te pediría que me enseñes −suspiró, Yuuri era realmente estúpido.
−Tal vez debas pedirle a alguien mayor −murmuró Yuuri−. Que sea más "experto" en el tema.
−¿Cómo quién?
−No lo sé, yo no sé quiénes han tenido sexo o no, además no sé de qué tipo de sexo hablas,
supuse que gay.
−Claro Yuuri, porque yo soy gay −susurró lentamente para que entienda, Katsuki ríe un poco.
−No conozco a otro gay, lo siento.
−Hmmm, diablos.... −susurró y se quitó el maquillaje del otro ojo con la toallita.
−Me has contado que has tenido fantasías sexuales ¿puedo saber con quién?
−No sé, imagínate −sonríe, Yuri no era de sonreír mucho, ni siquiera en la intimidad, pero esta vez
lo hizo.
−Si te pregunto es que no he podido imaginar −responde con lógica, Yuri rueda los ojos−. Bueno
a ver, ¿con quién tendrías sex-appeal? −muerde su labio, pensando.
−¿Y bien? ¿Tú crees que alguien me desea?
−Pues....¿quieres que te diga la verdad o te mienta?
−¡La verdad, hombre, la verdad!
−El profe de gimnasia, por ejemplo −Yuri abre los ojos, ¿qué? −. No me mires así.
−Pero ese tipo tiene novia y hasta una muy guapa, no me vas a decir que es gay ¿no?
−Bueno, gay, gay, no lo sé, pero que le gusta tu culo sí, yo lo he visto mirándote −eso sorprendió
más a Yurio, él solía espiar a ese profesor cambiarse y ahora su amigo le dice que le miraba el
trasero−. Bueno también estoy seguro que le agradas al profe de historia, ¿cómo se llama?
¿Otabek?
−Altin, Otabek Altin −mordió su labio, ese tipo le daba pinta de serio, sin ganas de jugar a algo,
pero no es que hablara demasiado de sus temas privados.
−Victor Nikiforov −terminó, ¿Victor? Pero ese profesor era casi como su padre, bueno, no era su
padre técnicamente pero casi, aunque sin lugar a dudas era muy atractivo.
−¿Crees que todos esos me tienen ganas?
−No sé si tenerte ganas, pero no le eres indiferente como yo.... −Yuuri se enrojece, Plisetsky a
veces pensaba que el chico no se tenía suficiente estima, si dejaba de lado los lentes y ponía su
cabello peinado hacia atrás, seguramente enloquecería a cualquiera.
−Bueno, vamos, me cambio y salimos −dijo inmediatamente, pero mientras se ponía su ropa
normal seguía pensando en esos tres profesores, los tres eran atractivos, adultos y expertos en el
tema del amor, dos de ellos estaban casi casados y uno con una extraña vida privada.
::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::
−Joven Plisetsky −la voz del profesor Nikiforov le hizo despertarse de su ensoñación, se levantó
de su asiento casi rápidamente−. Veo que estaba durmiendo.
−No profesor −Yuri se siente apenado, pues estaba casi entre el sueño y el estar despierto, pero no
dice nada, no frente a sus compañeros y el docente.
−Pase a resolver el ejercicio 29 del libro, entonces −Victor sonríe−. Espabile.
−Sí, profesor −susurró y se acerca al pizarrón donde tiene todas las miradas de la gente.
Victor se sienta sobre el escritorio, con su manual de matemáticas abierto en la pagina cinco, su
mirada clavada en sus manos y su boca levemente mojada. Yuri se había imaginado esa boca en
una cantidad de situaciones que hubieran sido malsanas de no ser porque Yuri estaba
acostumbrado a ello. Empieza a escribir el problema, la operación que debía utilizar para
resolverla y como lo hizo, siempre bajo la atenta mirada de Nikiforov. Los compañeros intentan
ver si lo han hecho bien en sus carpetas pero ni una mosca vuela en la clase de Victor, era el mejor
maestro que pudo haber tenido.
−¡No! −dice inmediatamente y se acerca, Yuri siente el calor del cuerpo a centímetros de él,
muerde su labio inferior mientras el docente toma su mano para ayudarle a trazar el cálculo−. Se
debe hacer así, joven Plisetsky −se lo dice cerca del oído.
Para cualquier alumno no era más que un profesor ayudando a un docente, pero para Yuri, cuya
carga sexual estaba al borde del colapso, no era solamente una ayuda. Miró de reojo a Victor
alejarse y sentarse en el mismo lugar, esta vez sus ojos no estaban clavados en su mano sino en el
rostro y una sonrisa se le figuró. ¡Tranquilo, Yuri, Tranquilo! se dijo varias veces y respiró para
terminar la ecuación. Victor lo felicitó, acariciándole la espalda hasta llegar a su cintura,
deslizándola por ahí. Tragó duro y se fue rápidamente a su escritorio. Luego pasó otro compañero,
y otro, y otro, pero todo era igual. Victor sonreía, no se movía de la silla y observaba solamente el
pizarrón. ¿Por qué con él se portaba diferente?
Cuando terminó la hora, Victor observa a Yuri, lo devora con la mirada o al menos eso siente el
adolescente que camina escalera abajo. Le echa un vistazo, siente que el hombre tiene un bulto
gigante entre las piernas por sólo verlo o probablemente tienda a ser su enferma imaginación.
Traga nuevamente su saliva y se retira, sin decir nada.
Victor no era como otras personas, siempre fue simpático y muy reservado, apenas se sabía que
tenía una mujer y eso era mucho decir. Normalmente él era amable con sus alumnos, siempre
recibía obsequios de ellos con alegría, pero tenía algo personal con Plisetsky, algo que otros no
podían observar a simple vista. Una atracción sexual.
Yuri se mete al baño y comienza a tocarse. Victor era de los profesores más veteranos que ha
tenido, eso si se cuenta al ex profesor de historia del año pasado, el cual seguramente fue parte de
la tripulación del titanic, pero dejando de hablar de él, Victor era su profesor desde que había
entrado a secundaria, usualmente le tocaba como titular, en primer año sobre todo, luego en
segundo tuvo a la esposa de Victor como titular: "Irina Volkova". Mordió sus labios solamente
con imaginar el anillo de casado, era algo ¿enfermo? Pues se sentía en ese momento así mientras
comezaba a jalarse el pene hacia arriba una y otra vez. Los gemidos eran suaves y delicados, no
quería que nadie se enterara lo que estaba haciendo, pero no podía evitar sentir la respiración
detrás de él como en el pizarron.
−Aaaah....Vi-Victor −quejió mientras continuaba jalando, era pegajoso y húmero, le encantaba
sentirse de esa forma, pero más le encantaría sentir la enorme verga de Victor entrando. ¿Cómo
sería el sexo anal con él? Nunca había tenido un miembro masculino cerca de sus nalgas pero se
daba a la idea−. Aaaah.....aaah....
Tiró su cabellera rubia hacia atrás y se vino completamente en el inodoro. Se había manchado la
ropa, los salpicones habían llegado hasta su rostro y la mano la tenía cubierta de esa esencia
blanca. ¡Vaya, vaya! Su primera erección consciente había sido con su profesor de matemáticas de
30 años, era patético.
Inmediatamente limpió todo y miró su reloj, eran las 10:59, hora de Historia en el aula 387, con el
profesor Otabek. Inmediatamente tomó sus cosas y se fue de allí para no llegar tarde, Otabek solía
mirar con una cara bastante cruel a los alumnos que llegaban tarde y él no quería recibir esa
mirada.
La clase había sido divertida, él era una persona muy ingeniosa a la hora de la didáctica y
claramente era una persona muy nutrida para sus veintidós años.
Cuando la clase terminó, todos se retiraron, el debate sería más tarde para no perjudicar las demás
clases. Otabek le pidió a Yuri que se quedara, dado que necesitaba ayuda para trasladar algunos
libros. Este sonrió con gusto.
−Profesor, ¿puedo preguntarle algo? −cuestionó Yuri caminando con el profesor hasta la
biblioteca, una vez allí dejaron los libros en la mesa.
−¿Qué ocurre?
−Necesito decirle algo importante a mi abuelo y temo que lo tome para mal −le alcanza un libro,
Otabek sube por las escaleras para colocarlo en su lugar−. Ya sabe, es de otra generación.
−Sino me dices exactamente todo, no podré ayudarte −Otabek baja de las escaleras nuevamente
para que Yuri le dé el siguiente libro.
−Yo me siento raro −mordió su labio, Otabek se da la vuelta y arquea la ceja, el profesor con solo
un rostro mostraba esta vez otro−. Aaaah, no sé cómo decirlo.
−Yuri, puedes decirme lo que sea, prometo no juzgarte −murmuró, no era como si no supiera lo
que el chico iba a decirle.
Otabek había estado allí cuando el boca floja de Jean se le salió que había un alumno gay en la
escuela y aunque todos los docentes lo tomaron bien, regañaron tajantemente a Jean por escuchar
detrás de las paredes, él alegaba que no escuchó detrás de nada, que él venía caminando y sin
querer se topó con los alumnos. Otabek y JJ eran amigos casi de la infancia, por eso eran tan
parecidos físicamente el uno al otro, le gustaban casi las mismas cosas, pero a diferencia de Jean,
Otabek era muy reservado y le gustaba escuchar, no hablaba por los codos y eso hacía que se
llevaran bien. ¿Qué más podría gustarle a un hablador que tener un amigo callado?
−Me siento......atraído por.... −se intenta morder la lengua pero prefiere expulsarlo todo antes que
seguir mintiendo, además, Otabek no lo ve con mala cara−. Por los hombres.
−Quieres decir que eres gay ¿cierto? −cuestionó con finura, Yuri suspira, no puede creer como
todos lo simplifican, a él le cuesta mucho declararse abiertamente homosexual y viene alguien para
decirle ¿eres gay, no?
−Sí.
−Bueno −susurra y coloca el libro en la repisa−. Yuri, a tu edad las cosas son muy confusas, no te
voy a negar que en su momento pasé por una etapa parecida.
−¿Hm? ¿Parecida? −pero no quiso indagar más y Otabek no estaba dispuesto a hablar más de eso.
−Sólo debes relajarte, si te aman, sabrás que son reales tus amistades y amores, sino te aman
pues.... −suspiró−. Es que nunca lo hicieron.
−Gracias por el consejo.
−De nada, ahora vuelve a tu casa −volvió a colocar otro libro que agarró de la mesa−. Por cierto,
hoy tienes gimnasia, me gustaría que no faltes.
−¿Hm? −Yuri se da la vuelta para ver al profesor, este le observa de reojo−. ¿Por qué dice eso?
−He visto tus registros de asistencia y tienes muchas faltas en gimnasia −se gira−. Pero tienes un
cuerpo atlético, me sorprende. ¿Será algo con el profesor?
−¿Eh? ¡No, claro que no! −exclama Yuri y comienza a alejarse.
:::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::
Se colocó sus shorts deportivos, su camiseta y ató su cabello rubio, los cordones de sus zapatillas y
subió sus medias, estaba listo para su clase de educación física, pero no había nadie en el vestuario
más que él, seguramente se llevaría esa materia hasta el año que viene y tendría que escuchar el
sermón de su abuelo. Cuando las cosas no podían ir peor, oye un fuerte golpe del cerrar de una
gaveta, Yuri gira la cabeza y ve al docente con una musculosa roja que dice "Canadá" en el
pecho, y pantalones deportivos color rojo. Yuri muerde sus labios, le gustaban los tatuajes del
profesor pero sobre todo la musculatura que tenía. Y a la vez odiaba la personalidad de este,
siempre con una sonrisa coqueta seduciendo a diestra y siniestra. Si no fuera porque el director era
hombre, pensaría que se acostaba con la cabecilla del lugar, ¿por qué un hombre tan pedante
tendría el puesto de profesor de gimnasia?
−¿Está listo para ejercitarse, joven Plisetsky? −eso había sonado mal, o al menos Yuri pensó que
sonaba mal, pero el muchacho lo observa con una sonrisa.
−Ehm, ha si −susurró cruzando sus piernas y brazos.
−¿Ves esto? −señala un montón de hojas que traía consigo−. Empecemos a repasar −murmuró,
Yuri rueda los ojos, realmente es molesto−. En Octubre de las ocho clases vino a dos, en
noviembre vino a 3, en diciembre ¿cuántas lleva? Ah, sí, una....es esta....
−Estuve enfermo.
−Pero no suele faltar a las clases de la mañana, joven Plisetsky −Yuri nota como se le acerca,
inmediatamente da un paso atrás−. ¿Acaso empieza a enfermarse cuando sabe que vendrá a mi
clase?
−Hmmm, no es eso −susurró y dio otro paso atrás, quedándose contra la pared.
−Bien, entonces tendrá que esforzarse para levantar ese cuatro que tiene conmigo, joven Plisetsky
−odiaba que lo llamara así, se sentía tan sucio y menor de edad, porque el tono con el que iba
dirigido no era precisamente normal.
−Pues, daré mi mejor esfuerzo.
−Vamos −Jean camina hacia el gimnasio que estaba desértico, no comprendía el por qué y JJ le
leyó la mente, Yurio dejo su celular en la mesa junto al profesor−. Les dije a sus compañeros que
no vengan hoy para cerrar las notas con calma, pero dado que usted no ha participado en ninguna
clase conmigo, entonces debo darle clases −antes que nada JJ lo hizo correr para que entrara en
calor y luego de realizar esta actividad, el hombre le miró detenidamente de arriba a abajo.
−De acuerdo, ¿qué hago? −preguntó Yuri. Jean deja los papeles a un lado y se coloca por detrás,
haciendo al chico enrojecer y poner nervioso.
−Estira tu pierna hacia delante −le tomó la pierna desde atrás, pasando su mano por esa curvatura
delgada y flexionándolo hacia delante−. Quiero que me hagas cincuenta de cada pierna.
−¿Cin-cincuenta? −preguntó Yurio, aun estaba la mano en su pierna y no en un buen lugar, en la
parte de atrás.
¿Es normal que un profesor de gimnasia toque descaradamente a su alumno de esa forma? Yuri no
quería preguntar eso porque sabía la respuesta. Cuando volvió a dejar la pierna en el suelo, la
mano quedó en su trasero, acariciándolo suave y descaradamente. Yuri no dijo nada, en ciertos
aspectos le gustaba eso, pero en otros le parecía algo desagradable.
−Y luego quiero veinte sentadillas −comentó Jean colocando ambas manos en las caderas del
menor para presionarlo hacia abajo y que haga una sentadilla frente a él. Yuri palideció en ese
momento.
−De acuerdo −susurró aunque casi le faltaba el aire, Jean se aparta completamente de él.
−Bien, lo quiero ver −comentó y aguardó distancia, Yuri comienza a realizar la primera actividad,
eran demasiadas flexiones de rodilla para su gusto pero debía hacerlo−. Diecinueve, veinte,
veintiuno, veintidós.... −aplaudía en cada número que decía−. Si te cansas Yuri, cambia de pierna.
−S-si.... −y cambió de pierna inmediatamente, Yuri tenía flexibilidad pero odiaba hacer demasiado
ejercicio, así era su rutina.
−Este ejercicio ayudará a que tengas buenos glúteos ¿no quieres tener buenos glúteos, Yuri? −esa
pregunta era perversa, Yuri giró para mirarlo y tenía una sonrisa grabada en su estúpida cara−.
Aunque ya tienes buenas caderas.
El rubio hizo caso omiso hasta que terminó el ejercicio y luego realizó las sentadillas, gracias a
dios eran menos que las otras flexiones. Respiró profundamente, sentía su cuerpo vibrar. Jean se
levanta de su asiento y camina hacia él para observarlo al rededor, tenía buenas piernas, buen
trasero y caderas, realmente ese chico era perfecto para cualquier tipo de actividad, no comprendía
por qué no estaba inscripto a ningún deporte juvenil.
−Dime, joven Plisetsky −comentó.
−¿Ya no me llamará Yuri? −retrucó, ¿era una invitación? El docente le sonríe.
−Disculpa, Yuri −contestó−. Dime algo, ¿entrenas? ¿Haces algún deporte?
−¿Por qué lo pregunta? −Jean se le acerca y pasa sus manos por las piernas, luego las caderas y
termina en la cintura. Yuri se sonroja.
−Porque tienes un cuerpo demasiado perfecto para alguien que odia gimnasia, entonces debo
suponer que realizar algún deporte ¿cuál es?
−Patinaje sobre hielo −respondió, Jean se separa de él.
−Patinaje sobre hielo, interesante −mordió su labio, estaba a un paso de mandar a la mierda el
código de la escuela−. Bien, ve a las duchas, nos vemos el miércoles.
−¿Es todo?
−¿Quería algo más, joven Yuri? −el chico negó y se fue enseguida
Yuri había dejado el celular justo en la mesa y se había olvidado de él, Jean lo toma y se auto
manda un mensaje a su celular, entonces coloca su número telefónico bajo un nombre particular
en el celular de Yuri y a su vez agenda al chico en el suyo. Borra el mensaje y se hace el
desentendido mientras termina de cerrar notas. Yuri se da cuenta que dejó su celular con el
docente y va a buscarlo rápidamente, una vez que lo tiene en sus manos se relaja, allí había mucho
material y coas que nadie debería ver, gracias a dios parecía que JJ no se había dado cuenta.
:::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::
Yuri se encontraba en su cama, mirando el techo, había estado jugando con su consola un buen
rato, su abuelo lo había llamado a comer pero no tenía mucha hambre, apenas le dio dos bocados a
su sopa de pescado. Iba a dormir, seguramente mañana sería otro día, cuando suena el móvil
vibrando. Yuri gira la cabeza, mira el reloj, son las diez, seguramente Yuuri estaría durmiendo y
no conoce a alguien más que se atreva a mandarle mensajes. Toma el celular y abre el mensaje de
texto, es de una persona desconocida pero la tenía guardada desde hace tiempo al parecer.
"Pecado". Abrió sus ojos y decidió leer el mensaje.
"Me gustaría que estuvieras aquí ahora mismo" decía el texto, Yuri no sabía si contestar o no al
mensaje, pero se arriesgo.
"¿Quién eres? ¿Qué quieres?" preguntó, no tardó nada el otro en contestarle.
"Follarte" Yurio se sorprendió ante esto, no podía creer que alguien le enviara textos lascivos,
pero lo que no creyó nunca era la imagen que le enviaría, era una del pene erecto de aquel
caballero.
"¿Qué mierda?" respondió, estaba temblando al ver ese trozo de carne en la pantalla, se sentía
muy excitado y a la vez no sabía el por qué.
"Imagínalo dentro tuyo, bebé" mordió sus labios al leerlo, se acostó nuevamente y cerró los ojos
para sentirlo. El teléfono vibró nuevamente: "¿Lo estás haciendo? Porque yo estoy imaginando
que te la meto sin parar"
"¿Me conoces?" le preguntó, tardó unos dos minutos que para Yuri fueron una eternidad.
"Más de lo que tú crees" respondió "te veo en la escuela"
"¿Podemos encontrarnos?" cuestionó nuevamente Yuri, mordiéndose el labio.
"¿Para qué?" respondió el pecado, Yuri no quería sonar tan desesperado.
"Tener sexo" fue increíble lo fácil que era llevarlo a la cama.
"¿Acaso ansias tener mi verga dentro tuyo, Yuri?" arqueó la ceja, no muchas personas lo
llamaban por su nombre, pero no le interesó demasiado "Es imposible para mi ahora, soy mayor
qué tú"
"No le diremos a nadie" insistió Yuri, del otro lado aguardó.
"Nos vemos entonces"
"¿Dónde te encontraré?"
"Espérame en el armario del conserje, nadie va ahí, ni siquiera el conserje" contestó del otro lado
"te haré tocar el cielo con mi verga, Yuri"
−¿En un armario? −dijo en voz alta, para luego escribir.
"¿Por qué en un armario?" preguntó, la respuesta fue clara.
"Porque es misterioso" comentó, Yuri pensó entonces que era un chico bastante feo y no deseaba
ser visto, pero ¿qué le importaba? Solo sería sexo casual y nada más con un extraño, no quería
enamorarse.
"Nos vemos al horario de entrada" dijo el otro, Yuri arquea la ceja.
"Hecho"
Yuri quedó prendado y hablaron durante dos horas más, donde ambos ponían de manifiesto sus
fantasías sexuales más profundas, ahora si Yuri se sentía dentro del contexto.
Continuará.
Bueno, parece que Yuri tendrá sus primeras experiencias sexuales muy pronto. Espero les haya
gustado. Puede que las parejas aparezcan de a pocas pero necesito ya hacer la primera experiencia
sexual, así las demás van entrando. Igual ya aparecieron todos los personajes y parece que todos
tienen pinta de ser los que la metan. Pero bueno. Gracias por leer.
Grupo de facebook JJ x Yurio : https://www.facebook.com/groups/1796195683955534/
Chapter 3
Yuri amaba bañarse, era el único momento en el día donde pensaba solamente en él y en todo su
cuerpo al contacto con el agua. Le gustaba agarrar un cepillo cualquiera y cantar en ruso, hacer
coreografías y lanzar alguna mirada al espejo. Yuri tenía el cuerpo perfecto, por lo tanto no le
molestaba en lo absoluto que la regadera quedara justo en frente al espejo grande del baño, no le
importaba que la regadera fuera de vidrio y pudiera reflejarse, era un poco voyerista pero le
encantaba verse mientras se bañaba.
Enjabonó su cuerpo con un jabón de perfume, olía demasiado rico y se perdía en su fragancia a
vainilla, para luego pasar los chorros de agua que salían de la regadera por su cuerpo hasta
limpiarse completamente. Luego salió de la ducha, se colocó una toalla al rededor de la cintura y
comenzó a secar su pelo lentamente mientras pensaba en aquellos ardientes mensajes que recibió.
¿Debería decirle a su abuelo o tal vez a Yuuri? ¡No! Seguramente le meterían de esas ideas sobre
la sexualidad promiscua y él no tenía ganas de eso. A decir verdad deseaba que le arrebataran la
virginidad, de esa forma ya no tendría "eso" preciado y podría hacer lo que quisiera. Aunque su
abuelo lo tachara de libertino durante años por su decisión.
Se secó el cuerpo y se colocó la ropa, principalmente el uniforme de estudiante. Salió del baño
para tomar su desayuno, era muy temprano y su abuelo aun no se levantaba, lo cual era curioso
porque es muy mañanero. Se acerca a la habitación y lo escucha roncar, tal vez debe estar cansado
de tanto trabajar y criar a un adolescente.
Una vez terminado el desayuno fue corriendo al baño a lavarse los dientes y a mirarse una vez
más, se amarró el cabello en media coleta y salió directo al colegio con la mochila en el hombro.
Dado a la hora, no pasó por la casa de Yuuri y fue directamente a su escuela, estaba cerrado,
obvio ¿a quién se le ocurría ir a esas horas?
Sonó su celular y buscó en sus prendas el mismo para ver un mensaje de texto de "Pecado".
"¿Estás en el colegio?" Inmediatamente Yuri se puso a teclear.
"Sí, pero la puerta está cerrada" escribió y mandó, no tardó nada el otro en responder.
"No te preocupes, ve a la puerta de atrás, siempre está abierta...." Yuri arquea la ceja ¿esa no era
la puerta de los maestros?
"Pero es la puerta de los docentes" escribió, el hombre tardó en responder.
"Entra por ahí, te espero" y terminó el texto con un emotic de sonrisa. Yuri suspiró, se iba a meter
en grandes problemas pero no le importaba.
Caminó lentamente hacia la puerta trasera que efectivamente estaba abierta, le sonó un poco raro
¿acaso había maestros a estas horas? ¿O es que su "admirador" era un maestro o auxiliar? Eso le
empezó a dar un cosquilleo en el estomago y no pudo evitar entrar directamente, caminó hacia el
armario del conserje y allí estaba, en la oscuridad absoluta.
−¿Hola? −preguntó, pero solamente el eco escucho, el armario no era grande, pero estaba casi
vacío, era como una habitación muy pequeña donde sólo había trapeadores, escobillones grandes,
baldes y trapos. Suspiró, ¿lo habrían timado?
No tardó mucho en hacerse presente una caricia que hizo a Yurio enrojecer. ¿Acaso detrás suyo
estaba ese hombre? No podía evitar sentirse nervioso, por lo cual cerró los ojos, giró y lo tomó de
donde pudo para chocar sus labios con los ajenos y así fue. El hombre se sorprendió por la actitud
del chico, pero igual le devolvió el beso mientras aferraba sus brazos sobre la cintura diminuta. Al
fin lo tenía, al fin podía acariciarlo sin que haya ninguna restricción de moral o ética de empleo,
era simplemente ellos dos, no eran docente ni alumno. Yuri se apretó más hacia el cuerpo,
intentando reconocerlo, pues la oscuridad hacía bien su trabajo al ocultar todo, lo único visible al
tacto era que llevaba una campera de corderoy y unos jean preferentemente rasgados, por lo tanto
no podía ser un docente o al menos no los docentes que conocía.
La lengua de ambos se entrelazaban en sus bocas, respirando en jadeos mientras se tocaban el uno
al otro. Yuri intentó arrancarle la campera que llevaba puesta el hombre pero sus botones eran
difíciles de desabrochar. Inmediatamente se aleja para tomar el aire y ver un poco más de aquel
sujeto que le iba a profanar, apenas distinguía los ojos de la boca y el resto del cuerpo, veía sólo la
silueta, era bastante alto, al menos 1.78 mts y también era grandote, por lo que tenía músculos bien
definidos.
−Sabes, ,me gustaría ver la cara de quien me va a dar el mejor sexo de mi vida −susurró Yurio,
recibió por respuesta una sonrisa que no pudo ver bien pero estaba allí y un intento de carcajada−.
Por favor, quiero ver tu cara cuando me la metas.
El hombre no pudo evitar sonreír ante esto, se quitó la campera y la arrojó, o al menos eso creía
Yuri al ver el peso de la misma a un lado de la habitación. Caminó al lado de la puerta donde
estaba el switch que anteriormente se había negado a usar y lentamente prendió la luz del pequeño
lugar. Grata fue su sorpresa al darse cuenta que delante de él estaba el arrogante profesor de
gimnasia. Se cubrió la boca pero sus ojos denostaban algo que ninguna expresión podría decir,
realmente debía estar loco o al menos eso creyó Yuri cuando lo vio. Se acercó a él y se quitó la
musculosa que llevaba dejando ver sus hermosos tatuajes. Eso hace gemir a Yuri, siquiera lo había
tocado y ya estaba gimiendo como puta o al menos eso decía la mirada de Jean al acercarse a él y
pasar su mano por la cintura, abriéndose camino entre las ropas.
−¿Tendremos sexo o qué? −a Yuri le latía todo el cuerpo, sobre todo sus partes intimas que estaba
acaloradas en los pantalones. No lo meditó ni un segundo cuando se lanzó a un nuevo beso, esta
vez más apasionado que el anterior, logrando desnudarse completamente con los toques y las
manos.
Yuri parecía desesperado, ansioso, deseado, quería tener esa verga dentro suyo, quería
experimentar lo que nunca pudo hacer hasta ahora, pero sobre todo, quería gemir el nombre de
Jean tan fuerte como pudieran escucharlo y es que ese profesor lo volvía loco y saber que lo
quería follar duro, lo alentaba aun más.
Jean le ayudó a sacarse la playera y también los pantalones del conjunto, ambos tiraron la ropa por
algún lugar, no les importó, deseaban de alguna forma estar unidos y lo hicieron. Jean agarró con
fuerza el pálido y desnudo cuerpo de Yuri, acariciando cada centímetro de la piel blanca mientras
fregaba su pene contra el del otro, haciéndolo gemir y a su vez, gimiendo desaforadamente. Del
otro lado de la puerta se escuchaban los gemidos y agradecían que habían decidido tener sexo lo
suficientemente temprano para no ser escuchados por nadie.
Jean pasa sus labios por la piel desnuda y huele el aroma, vainilla, le encantaba ese olor y lo
embriagaba.
−Me encanta como te pusiste para mí −susurró y le tomó del mentón−. Yuri, me calentaste desde
el primer día que te vi....y me calientas aun más hoy.....
−Aaaah ¿eh? −gimoteó, aun sentía las manos calientes en su cuerpo, deslizándose mientras lo
arrinconaba contra la pared.
−Te...te cono-conozco desde....desde hace tiempo −susurró embistiéndolo con su cuerpo,
excitando aun más el miembro del chico−. Ay Yuri....no...no sabes cuánto te quiero....te quiero
coger.
−Ha-Hazlo... −intentó decir cómo podía, el ambiente estaba caliente.
−De-de acuerdo −murmuró y depositó un suave beso en los labios. Jean venía preparado para
todo.
Yuri observó cómo se separaba de él, dejando entrar el aire entre los dos y pudiendo respirar,
tocando tierra firme, para luego notar que sacaba de su campera de corderoy una pequeña botella
y un condón. Yuri quedó contra la pared sin moverse, no quería hacerlo y cortar la calentura que
tenía, el hombre dejó la botellita y el condón en un estante junto a la pared y mientras arremetía
nuevamente contra él y ponía la pierna derecha del chico sobre su cadera, con la otra mano tomó
la botella y le echó lubricante a sus dedos para luego enterrar en el rubio. Yuri abrió sus ojos, era
la primera vez que algo entraba en él de esa manera y tiró la cabellera para atrás, es verdad que se
había masturbado, pero jamás pensó en meterse los dedos y ahora alguien lo estaba haciendo por
él.
Mordió sus labios y observó los ojos azules del hombre, necesitaba verlo mientras hacía su trabajo.
Jean le sonríe y mete un segundo dedo, haciendo tijeras dentro de él y logrando que Yuri
comience a gritar del placer, se sentía delicioso y eso que aun no tenía el premio mayor, la verga
palpitante de Jean Jacques Leroy estaba aun rozando su intimidad.
Cuando el tercer dedo ingresó, Yuri gritó entre gemidos.
−Aaaay.....di-diooos.... −arrastró las letras al sentirse completamente invadido. Jean disfrutaba eso.
−Tranquilo bebé, ya estás listo −murmuró y dejó de lado los dedos para luego bajar la pierna del
chico, toma el condón y prepara su pene para el ingreso, Yuri ve todo, mordiéndose el labio y
disfrutando de lo que vería a continuación.
Jean lo carga contra la pared de un solo movimiento y lo penetra con potencia. Yuri abre sus ojos,
estaba a punto de vomitar por la presión pero cerró su boca, sentía algo dentro, era inmenso y no
creía ser capaz de tolerarlo. Jean se mantuvo allí unos momentos hasta que el cuerpo de Yuri le
indicó que podía continuar, comenzando a penetrarlo y salir rápidamente. Lo único que podía
hacer el rubio en ese momento era gemir y acariciar los cabellos negros como podía, besando los
labios de una forma hambrienta y sintiéndose en el jardín del edén, deseaba cometer ese pecado y
deseaba que Jean se lo haga fuerte y duro, como parecía gustarle al hombre.
El sexo era increíble, transpiraba, gemía y el calor era tan agobiante en esa pequeña habitación. Lo
volvió a besar con humedad, babeando de lo excitado que estaba y aferrándose con las piernas a la
cadera. Jean no pudo soportar el peso y lo llevó al suelo de un golpe, a Yuri no le importó, pues el
acto sexual con Jean parecía sacado de otro planeta, duro, fuerte, apasionado, su primera vez
estaba a punto de colapsar. El miembro de Yuri se auto masturbaba con la fricción de los cuerpos
y el rubio tiró para atrás sus brazos, moviéndose de abajo a arriba constantemente y gritando hasta
quedar sin voz. Toda la habitación comenzó a oler a sexo, un olor embriagante y facinante del
cual Yuri se volvería adicto.
−¡Aaaah, Jean.....ma-más aaaay dioooos! −los gemidos eran quejidos al mismo tiempo, saltaba en
el suelo, babeaba, se calentaba, estaba a punto de estallar por el placer, pero sabía que Jean un no
quería acabar, por lo tanto intentó resistir−. Me....Me vengo... −avisó, a lo que el profe comenzó a
darle más fuerte y profundo, tocando esos lugares de su cuerpo que desconocían−. Jeaaaafg....
Jean no tenía compasión con él, estaba follándolo de una manera no-humana, estaba deseando con
todo el calor de su cuerpo que nunca terminara eso, que necesitaba para vivir esa verga enorme en
su cuerpo, pero lentamente se daba cuenta que todo acabaría, el líquido pre-seminal de Yuri
comenzó a brotar por su pene y caer en el pecho y cara de ambos, mientras que Jean penetraba
nuevamente intentando dar paso al orgasmo dentro del condón.
El agotamiento fue veloz también, Jean salió del cuerpo y sacó el condón para amarrarlo y tirarlo
entre la basura, se sentó junto a Yuri que estaba boca arriba recuperando el aliento y le sonrió.
−Estuvo bueno ¿no? −preguntó, Yuri asintió.
−La...la próxima.... −susurró como pudo, no tenía aliento−. Quie-quiero que te-termines en...en
mi..... −Jean sonrió.
−Lo haré −murmuró antes de darle un beso en los labios.
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Luego de haber tenido sexo con Leroy, las clases pasaron normales para Yuri. Primera hora
literatura, segunda hora historia, tercera hora matemática. En cada una de ellas, Yuri fantaseaba
con el profe, en cómo podían tener sexo en el auto, en la casa de Jean, aun en la cama donde
dormía con la novia, eso no dejaba de calentarlo. Odiaba admitirlo pero el sexo lo había
trasformado en una puta de primera y odiaba eso, porque a pesar que no sentía cariño ni aprecio
hacia Jean, no dejaba de fantasear con él, con ese cuerpo musculado y su enorme...
−¡Yuri! −Katsuki interrumpió sus fantasías e hizo que el muchacho prestara atención−.
¿Escuchaste lo que dijo Victor?
−¿Qué? ¿Qué dijo? −preguntó desesperado, Katsuki suspira y golpea la frente con su mano.
−Habrá examen mañana, de algebra, creo que mi vida está acabada.
−¿Tu vida? ¡Mi vida! Tú tienes excelentes notas, yo no sé como pasé el último examen con él
−Yuri observa a Victor mirar la libreta−. Sino saco un 9 para mi próximo examen, estaré frito.
−¿Osea que no solamente te llevas educación física, sino también matemáticas?
−Hablando de educación física, ¿vamos a comer a la terraza del colegio?
−¿Y qué tiene que ver eso con educación física? −como siempre, el japonés tratando de buscar
lógica a todo.
−¡Tú sólo sígueme! −el timbre sonó y Victor vio como los dos Yuris se iban rápidamente de allí y
le pareció sospechoso.
De inmediato los dos chicos fueron a la terraza del colegio, allí sacaron la comida que habían
traído, como su abuelo no despertó antes, Yuri no trajo comida y tuvo que comer del bento de su
mejor amigo, este aun esperaba que Yuri le diera alguna explicación de por qué la gimnasia tenía
que ver con la terraza, pero como Plisetsky parecía tan ido, decidió ser él quien hablara.
−Bueno ¿y bien? −preguntó, intentando de alguna forma capturar su atención−. Me ibas a decir
algo.
−¡Oh si! −se sienta con algo de dificultad pero lo logra, Yuuri toma eso como algo extraño−. Tuve
sexo.
−¡EEEEEH! −Katsuki no podía con el asombro, ¿realmente había tenido sexo? ¿Tan pronto habia
conseguido "macho"? Como Yuri solía decir −. ¿Cuándo? ¿Cómo? ¿Dónde? −Yuri negó y le
mostró a Yuuri las fotos que le había mandado una persona por texto−. ¿Tuviste sexo con un
desconocido, Yuri? ¿Y qué si te pega algo? ¿Qué sabes tú de esa persona?
−Sé todo porque lo conozco desde hace tiempo, aunque él me conoce de hace más y yo no me
acordaba −susurró Yuri rodando los ojos, su amigo japonés estaba más que asombrado por lo que
le decía−. Es el profe de gimnasia.
−¿TE ACOSTASTE CON JE-...? −El grito fue tal que tuvo que cerrarle la boca a Yuuri antes
que dijera cualquier otra idiotez.
−Shhhh ¿a ver si alguien te escucha? −preguntó enojado, Yuuri aun seguía en shock−. Yuuri no
me mires así, suenas como una madre. Te falta decir "le entregaste tu tesorito, nene"
−Pero ¿cómo fue eso o qué?
−Simple, él me metió su ve....
−¡No! Eso no, sino ¿cómo es que decidieron tener sexo? Yuri, él es al menos diez años más
grande que tú y se va a casar.... −Katsuki realmente parecía preocupado−. ¿Y qué si te enamoras
de él? Yuri no me gusta nada, ¡es un hombre mayor y casi casado!
−Sólo fue sexo de una noche, bueno, mañanero, pero nos cuidamos −mordió su labio recordando
todo lo sucedido−. Él me agarró de las nalgas y me entró tan duro, Yuuri, debiste verlo.
−Menos mal que no lo vi, pero Yuri ¿qué harás ahora? ¿Seguirás teniendo sexo con él?
−No, creo que no, sólo lo acepté para que me desvirgue, ahora ya está, podré estar con quien
quiera.
−¿Estás seguro Yuri? Hacer el amor es una muestra de intimidad.
−Ese es el problema, querido, yo tuve sexo, SE-XO....no hay amor ahí, no amo a Jean, digo al
profesor Leroy −murmura y pasa su lengua por los labios−. Aunque me pidió que le haga una
mamada para subir la nota de gimnasia.
−¿Y lo hiciste?
−¡No tenía opción! −Katsuki lo mira espantado, haciendo espavientos con las manos y
movimientos con la cabeza y boca que parecía hablaría pero no podía.
−Po-Podías decir que no...si tenías opción ¡Miles de ellas!
−Pero ninguna me agradaba tanto como chuparle las bolas, literalmente, al profe −Yuri coloca su
cabello detrás de su oreja−. Vamos, no pongas esa cara, nadie nos vio.
−¡Y menos mal! ¿Te imaginas si Phichit pasaba por ahí? El fotografía cualquier cosa.
−Tranquilo, Phichit siempre entra pasada las ocho porque se queda sacándole fotos a sus patéticas
mascotas −bufa−. Bien, ¿te me vas a quedar viendo así?
−Aun no puedo creer que tuviste sexo con un docente, Yuri si los atrapan despedirán a Jean, y tú,
no sé, si tu abuelo lo descubre te mandará a un internado ¡Un internado!
−Pero no lo descubrirá porque se lo dije a mi mejor amigo que mantiene su boca cerrada −le miró
cruelmente, Yuuri suspira.
−Dice el dicho "¿cómo quieres que los demás te guarden un secreto si ni tú mismo pudiste?"
−recibe un golpe suave en la nuca por parte de Yuri−. ¡Ay!
−Bueno.....volvamos abajo, ya empezará las clases de la tarde.
−Y gimnasia, claro, no quieres faltar.
−Tonto −Yuri se sacude las ropas y se retira con Yuuri al aula 245.
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Decirle a su abuelo Nikolai Plisetsky sobre su sexualidad fue lo más doloroso que Yuri pudo
afrontar a sus quince años, aun más que la muerte de sus padres, las cuales gracias a su abuelo
nunca fue un trauma para él. Nikolai solía decirle que sus papás estaban en el cielo porque dios los
necesitaba y que él tenía que estar orgulloso que sus papás fueran ángeles.
Yuri se encontraba frente al hombre, este no dejaba de llorar con sus manos encima de la cara, era
algo inexplicable de entender, pero no parecía angustiado o shockeado por la noticia, el llanto se
debía a otra cosa, algo más profundo. ¿Tal vez el no tenerse demasiada confianza? No lo sabe,
pero pronto el señor mayor levanta su rostro y enjuaga la lágrima de su rostro, ya se siente mejor.
−Yulia, tu madre −dijo el abuelo intentando buscar su billetera en los bolsillos, él la tomó y buscó
entre sus cosas−. Yulia y mi hijo Ivan siempre decían que tenías algo especial en la mirada, Yuri
−sacó una foto de su hijo y la mujer de este que tenía en su billetera para extenderla a Yuri.
−Mamá y papá −murmuró observando a la joven hermosa y rubia que se encontraba allí, con un
vestido rosa y una mirada gentil, al lado, un caballero de cabellos castaños y ojos verdes, ambos
muy enamorados.
−Fuiste su más grande tesoro y ellos en cierta manera sabían que algo en ti era diferente, Yulia en
su carta de despedida comentó.
−¿Qué carta de despedida? −preguntó Yuri.
−Una que dije te iba a dar a los dieciocho, pero creo que estas listo para leerla −el hombre anciano
se levantó del sillón y fue caminando hacia un mueble, el cual hurgó hasta encontrar una carta
muy bien cuidada, la extendió a su nieto−. Por favor, léela cuando yo no esté delante tuyo, hijo.
−¿Por qué?
−Por qué es tuya y privada −intentó persuadir, Yuri aceptó con la mirada−. ¿Quieres saber si estoy
de acuerdo con tu orientación sexual, Yuri?
−Sí −susurró.
−Pues, soy ruso, hijo, me será difícil comprender tu vida sexual a partir de ahora, cada vez que te
mire pensaré que te has acostado con un hombre y tengo mucho miedo, hijo, tengo miedo que te
hagan daño.
−Abuelo....
−Sólo quiero lo mejor para ti, Yuri, y si es lo mejor esta vida, pues que así sea....mientras tanto, yo
cuidaré de ti −el anciano acarició los cabellos de su nieto antes de irse.
Cuando estuvo solo, Yuri pudo leer la carta que Yulia le dejó a su hijo:
Querido Yuri:
Eres un niño realmente valiente a tus cinco años, por afrontar un largo y arduo camino que te
espera, del que yo no seré testigo. Lamento tanto no compartir los mejores años de tu vida, como
te conviertes de un pequeño porotito a un hombre de bien, con principios y emociones, sé que tu
abuelo sabrá inculcarte todo estos los valores y principios que tu padre recibió de él.
Hijo, desde ya quiero decirte que amo la persona en la que te has convertido y aunque preguntes
¿cómo sabes en qué tipo de persona me convertí? Una madre siempre sabe, una madre se da
cuenta si su hijo es de una manera u otra, y me gustaría que puedas abrirte a tu sexualidad.
Piensa siempre, mamá y papá te aman con tus defectos, virtudes, logros y caídas, porque eres
nuestro bebé especial y realmente lamentamos no haber podido pasar más tiempo contigo.
Te queremos mi precioso bebé.
Yuri se desplomó y bajó la mirada, tal vez su mamá no sabía del todo en lo que se convirtió.
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−¡Aaaah.....aaaw! −gimió mientras era follado contra la cama de un motel.
El cuerpo sobre el suyo era más tostado y pesado, sus manos paseaban por el cabello sintiendo la
succión que la boca ajena provocaba en su cuello. Mordió su labio inferior, sentía otra vez esa
enorme verga dentro y le fascinaba, bajo sus manos para arañar la espalda y dejarle su propia
marca en ella, volvió a unir los labios con los ajenos hasta que un golpe fuerte en sus caderas
desató una serie de sentimientos y emociones que no había experimentado. "Ahí" justo en ese
punto donde golpeaba la cabeza del pene de su amante era el lugar donde quería que se
mantuviera dándole. Tiró la cabeza hacia atrás y comenzó a sentir su propio orgasmo estallar,
como sus paredes internas se contraen y como el semen ajeno comienza a descargarse en su
cuerpo, haciéndolo vibrar del placer. Se relamió los labios y pudo sentir el asfixiante peso muerto
que lentamente se fue corriendo hasta apartar el miembro de su cuerpo en su totalidad. ¡Diablos!
No sabía que se sentía tan bien tener sexo de esa forma.
−Aaaah.....aaah −respiró el hombre y comenzó a levantarse−. Hay....hay que i-ir a la escuela
−masculló, Yuri voltea a verle.
−Hmmm.... −respiró con dificultad y le tomó de la mano−. U-un rato más.
−Jajajaja.... −rió y se echó nuevamente al lado, para acariciar con su mano el brazo ajeno−.
¿Alguna vez te has fugado de tu casa para tener sexo? −Yuri niega−. Yo sí, cuando tenía tu edad.
−Estúpido −bramó y le dio un beso en la boca.
−Bueno, tal vez era un poco más grande, pero muy poco −se acerca y le besa el hombro−.
Debutaste muy temprano, Yuri.
−Lo....lo sé..... −susurró y comenzó a componer su respiración, el hombre aprovecha y busca su
celular para fijarse en los mensajes, frunce el ceño−. ¿Tu novia?
−Quiere que vaya a comer con sus padres este fin de semana.
−Deberías ir... −Jean dio vuelta la cara y miró a Yuri−. Digo ¿no? Es tu novia.
−No la amo −se relamió los labios−. Pensaba en buscar la excusa perfecta para dejarla.
−¿Excusa perfecta?
−Me agobia muchísimo, ella fue quien compro los anillos y nos comprometió desde los 22 años
−abraza a Yuri−. Quiero cortarla pero me da pena, es una buena chica.
−¿Y qué tienes pensado? −le devuelve el abrazo.
−No sé, tal vez decirle que soy gay jajajajaja.
−¿Eres gay?
−No −pasa su mano por las caderas de Yuri−. Aunque no suena convincente cuando te manoseo
mientras digo que soy heterosexual.
mientras digo que soy heterosexual.
−¿Por qué quieres tener sexo conmigo si eres hetero? −preguntó arqueando la ceja.
−Porque me la pones dura.... −le besa en la boca. ¿Sólo eso? Jean no tenía mucho cerebro−. ¿Y
tú? ¿Por qué decidiste tener sexo conmigo nuevamente?
−No lo sé, me calienta pensar que eres mi profe de gimnasia.....y que me manoseas mientras hago
las actividades.... −le toma el rostro−. Me calienta que estemos aquí.
−¿Quieres repetir? Eres insaciable, Yuri.
−No, Yuuri se dará cuenta que tengo las caderas quebradas cuando intente sentarme −bufó y le
tomó del cuello abrazándolo por ahí mientras lo besa−. Tengamos citas de sexo.
−Por mi está bien, deja que corte con mi novia ¿de acuerdo? −susurró dándole unos pocos besos
en la boca−. Mi verga te necesita.
−Jajajaja estúpido −Yuri se separa y mira el reloj, ya era hora−. Voy a bañarme y nos vamos.
−¿Qué le dijiste a tu abuelo? −preguntó jean mientras busca su ropa en el cuarto luego de
levantarse, Yuri entra a la regadera pero deja el baño abierto.
−Le dije que iba a la casa de mi amigo Yuuri a dormir.
−¿Y si llama a Yuuri?
−Yuuri le dirá que estoy durmiendo ahí, siempre hemos planeado ese tipo de trucos.
Yuri Plisetsky se cambia, da un último beso a Jean y se retira, este dado que no tenía que ir a
trabajar hoy y se iba directamente a la universidad a la tarde, pagó el motel y se fue a su casa con
su novia. Yuri ingresó al aula donde tenía matemáticas y saludó a Yuuri con una sonrisa, este
también se la devuelve, tal parece que su abuelo no llamo a Katsuki sino este le reprocharía.
−Bueno chicos, saquen una hoja −habló Victor al entrar.
−¿Qué?
−Ayer te dije Yuri, ¿no me escuchaste? Tenemos evaluación de algebra.
¡Diablos! Ahora si estaba perdido.
Continuará.
Espero les haya gustado este cap JJyurio, el próximo es Victurio, así que por favor no se
desanimen. Gracias por leer.
La imagen pertenece a Lilia Aguilar y son JJ y Yurio XD
Chapter 4
Yuri odiaba las matemáticas, no porque de vez en cuando no fuera bueno en ello, pero siempre
que intentaba mejorar y alzar la cabeza, se la volvían a golpear hacia abajo. Yuuri Katsuki era mil
años mejor, podía el rubio verlo de reojo escribir en la hojas blanca como si entendiera
absolutamente todo, para él era chino.
Suspiró, miró al docente unos minutos y este observaba un libro con entusiasmo, estaba perdido,
sino se copiaba de alguien tendría que rendir esta materia hasta que tuviera veinte años y no era lo
que Yuri Plisetsky quería. Jean nuevamente llegó a su cabeza, con su cuerpo desnudo y su mirada
sensual que le hacía sentir el orgasmo, pero agitó la cabeza. ¡Estaba en un examen! Tenía que
hacer las cosas bien y dejar de pensar en el sexo. Tomó mejor su lápiz y se puso a leer el primer
problema. ¿Qué diablos? Habían letras y números por partes iguales en este problema. ¿Cómo
haría para resolverlo? Estaba a punto de entrar en un colapso nervioso cuando tocó el timbre y ni
siquiera había puesto su nombre.
Yuri vio como todos sus compañeros se levantaban y tomaban el examen en sus manos para luego
entregárselo al docente, él por otra parte escribió su apellido en la hoja y metió absolutamente
todos sus útiles en la mochila para colgárselo en el hombro y entregarle el examen al docente a lo
último. Victor miró la hoja en blanco y luego vio a Yuri, quien intentaba no tener contacto visual
con él, pero era imposible, Victor resultaba magnético.
−Buen fin de semana −susurró el hombre de cabello plata para ver como el último chico se
retiraba, pero Yuri seguía allí−. Plisetsky.
−Profesor −murmuró, jugando con la cinta de su mochila.
−¿Nada? ¿En serio? −cuestionó−. ¿No tuvo tiempo de preparar el examen?
−Estuve algo entretenido y me distraje −murmura y levanta la vista, algo sonrojado−. ¿Hay algo
que pueda hacer para levantar la nota? −el tono con el que iba dirigido sorprendió a Victor.
−¿Disculpe? −preguntó acorralándolo contra el escritorio−. ¿Qué me está proponiendo, joven
Plisetsky?
−Y-Yo.... −era la primera vez que tartamudeaba, se sentía algo inseguro aun cuando ya había
tenido sexo dos veces, Victor le tomó del mentón y lo levantó para mirarle los ojos.
−¿Sexo por nota? −arqueó la ceja, Yuri iba a decir algo pero el dedo de Victor se apoyó en sus
labios−. Usted es perverso, joven Plisetsky.
−Pues..... −Yuri tomó confianza cuando vio la sonrisa de Victor dispuesto a hacer un trato con él,
comenzó a enredarse el pelo suavemente de forma coqueta mientras le sonríe−. Puede ponerme
nota por que tan bien la chupo.
−Me gustaría ver eso −Victor se separa del muchacho y se sienta en su silla con ruedas, abre sus
piernas y lentamente se desabrocha el botón y quita el cierre−. ¿Sabe como mamarla, cierto?
−Claro, practiqué −dijo agachándose, ponerse de rodillas era muy incomodo en esa aula, pero no
le importó nada cuando vio el pene de Victor.
Sus ojos se abrieron a más no poder, aun estaba dormida pero se la veía grande y suculenta. Yuri
relamió sus labios y lo tomó con cuidado, pasó su lengua por los costados y sintió que esta
reaccionaba y el cuerpo de Victor se tensaba. Levantó los ojos para ver al profesor mordiéndose el
labio.
−Anda gatito, toma tu leche.
No hizo falta que Yuri preguntara más, inmediatamente comenzó a meterse el pene en la boca y a
succionar suavemente la cabeza del mismo, Victor mordía sus labios para evitar no gemir
demasiado fuerte, habían clases en el aula de al lado y dado a la intensidad que le ponía Plisetsky a
sus toques y su sensual lengua lo más probable es que se dieran cuenta de lo que ocurría.
Tiró la cabeza hacia atrás dejando caer los cabellos platinos completamente, observaba el
ventilador girar y el piso vibrar, ese niño tenía un toque mágico sobre él y lo sabía desde que lo
vio en primer año. Apretó con la mano izquierda la cabeza, allí llevaba el anillo de casados que en
ese tiempo era simple decoración, a pesar de tener una familia no disfrutaba en lo absoluto estar
con ella, era vivir con alguien que no amabas desde hace años y aunque el engaño nunca había
sido la respuesta para separarse, en estos momentos no podía pensar en otra cosa.
−¡Basta! −le tironeó de los cabellos hacia atrás y Yuri sacó el miembro de su boca como si fuera
un chupetín−. Por puntos extras quiero metértela. ¿Ya lo has hecho antes? −Yuri afirma, Victor
puede oler el perfume de alguien conocido en la piel del chico, pero no dice nada y levanta al
rubio por los pelos.
A Yuri no parecía enojarle la rudeza, más bien le encantaba. El rubio se baja los pantalones y se
pone encima del escritorio, arriba de las hojas de los exámenes y abre las piernas para permitirle
una mejor labor. Al no tener lubricante, Victor buscó entre sus cosas crema para manos y utilizó
eso para abrir más la entrada de Yuri, este se relamió la boca y comenzó a gemir bajito cuando
tuvo los dedos del adulto dentro de él. Le dolía bastante pero no podía evitar sentir el placer que
vendría con ello. Victor no era muy delicado, pero tampoco era agresivo y aguerrido como Jean,
tenía su estilo y podía asimilarlo de esa forma. El mayor se alejó un poco y buscó algo más en su
bolso, sacando un condón. Lo abrió con los dientes y se lo colocó lentamente luego de haber
estimulado su miembro. Mordió sus labios, le tomó de las caderas y arremetió contra él, haciendo
que Yuri saltara de su lugar y se aferrara al cuerpo.
−Hmmm....du-duele −susurró Yuri, como un inocente, con sus cabellos rubios sobre su rostro.
Victor lo acomoda mejor entre sus brazos.
−Di-dime cuanto qui-quieras que me mueva.... −Yuri asiente, no puede ni siquiera hablar por la
invasión tan repentina.
Respira profundo, intenta relajarse y siente como su cuerpo se adapta lentamente al pene ajeno, no
era la primera vez ni la última que tenía uno dentro, debía asimilarlo de una vez. Asintió con la
cabeza y Victor comenzó a embestirlo, primero lento, dejando tiempo para el relax, para sentir al
otro un poco más, envolverlo con sus brazos y devorarle la boca. Pero la pasión que sentía por ese
rubiecito lo enloquecía y ahora que lo tenía frente a sus hijos, que se lo estaba follando como
siempre soñó, no pudo resistirse en entrar duro y fuerte en su cuerpo. No pudieron evitar en gemir
más fuertemente, pero eran silenciados por los besos apasionados y húmedos que se regalaban.
Yuri se sentía en la cúspide de una montaña alta, repleta de placer. Tiró la cabellera hacia atrás
dejando caer esa lluvia dorada y con sus manos se aferró al cuerpo del profesor.
Victor tuvo momentos para recordar las veces que se había tocado pensando en Yuri Plisetsky, las
veces que le arrinconó y arrimó su pene entre esos dos glúteos, y en cómo se lo iba a follar algún
día que tuviera la oportunidad, ahora que lo tenía allí no podía parar. Cuando el bocafloja de Jean
se le salió en una reunión que había un alumno homosexual, siempre pensó que era Yuri. ¡Era
muy obvio! El chico jugaba siempre coquetamente con él, era un calienta braguetas y lo sabía,
Plisetsky sabía cómo jugar y lo hacía estupendamente, aun cuando era follado de la manera que lo
hacía él, estaba jugando con sus sentimientos y emociones.
Tocó cada parte de ese cuerpo, acarició la cintura y subió un poco más por la espalda, metió su
lengua por la cavidad y golpeó sus caderas contra los glúteos del muchacho, necesitaba estar más
adentro de él, fundirse en uno. ¡Mierda! Nunca en sus diez años de docente le había pasado que
un alumno le hiciera excitarse tanto al punto de dudar categóricamente de su sexualidad. Verlo
relamerse los labios cuando comía fruta en los recreos, como transpiraba cuando corría en el patio
o haciendo educación física con ese shorcito que le quedaba tan bien. No sabía cómo Jean había
podido resistirse teniéndolo así durante tres años.
−Aaaah.... −gimió profundamente en la oreja del otro, Yuri aprovechó a tomar con sus labios la
oreja derecha para chuparla, lo que despertó aun más el líbido−. So-soñaba con follar-follarte así.
−Aaaa..... −respondió Yuri cuando Victor golpeó una parte sensible de su cuerpo−. Vi...Victor....
−Ese bebé, di-dilo... −comenzó a penetrar más rápido, más fuerte, casi moviendo la mesa de su
lugar.
−¡Aaaah.....aaaah Vict-Victor! −Yuri apretó sus piernas contra las caderas del hombre, el cual
siguió con su paso.
El miembro de Yuri estaba duro y necesitaba atención, por lo que Victor dejó una de sus manos
de la cadera hacia el pene del chico para masturbarlo. Comenzaba a transpirar tanto que sintió se
derramaría ahí mismo, se estaba derritiendo del calor y si no fuera porque el fuego estaba entre
ellos, seguramente activarían la alarma contra incendios.
Sintió la culminación, el orgasmo de Yuri llegó en su mano y él lo hizo en el condón, los ojos de
ambos se abrieron, fue el mejor orgasmo que habían tenido, Victor en sus diez años de casado,
mientras que Yurio en su escasa experiencia sexual.
Se separaron y Victor sacó el condón de su miembro para tirarlo, no podía hacerlo ahí dado que se
enterarían los de limpieza, por lo que lo guardó en una bolsita y lo tiraría en un basurero. Yuri
estaba agotado, respirando fuertemente encima de los exámenes.
−Ti-tienes diez....
:::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::
−¡Hoy a la noche hay una fiesta en casa de Mila! −avisa Yuuri durante el receso a su amigo, quien
estaba completamente perdido con la mirada.
−¿Eh?
−¡Mila, Mila! −señala la invitación−. Me pidió que te la diera.
−¿Irás tu?
−No lo sé, debo ponerme al día, tuve un nueve en matemáticas.....es increible como sacaste un
diez ¡felicidades!
−Sí, bueno, no fue la gran cosa −Yuri observa a Victor que está comiendo a dos mesas de él−.
Hm así que habrá fiesta.
−Sí −susurró, Yuuri voltea a ver donde estaba Victor y luego su amigo−. ¿Tuviste sexo con él?
−¿Eh?
−¡Lo sabía! No puedes engañarme Yuri... −cruzó los brazos−. ¿Realmente no te basta con tener
sexo con Jean, ahora tienes follar con Victor? ¡Él es casado!
−Eso es lo que me gusta de él −Yuuri arquea una ceja−. Me calienta que sea casado.
−Eres una perra, Yuri −lo dice con una sonrisa, nunca insultaría a su mejor amigo, pero no
significa que no pensara que su compañero actuaba mal−. No sé de dónde heredaste eso.
−¿No lo sabes? −preguntó y arqueó la ceja−. Mi papá estaba casado cuando conoció a mamá, yo
tengo un hermano mayor por algún lado del mundo.
−Eso no lo sabía −pestañó rápidamente.
−En fin −tomo la invitación−. Parece que habrán chicos más grandes en la fiesta.
−Bueno, ella es del último año −Yuuri se sienta en la silla de en frente y saca de su bolsa de papel
madera una manzana roja.
−¿Sólo una manzana? −preguntó el muchacho.
−¿Sólo una manzana? −preguntó el muchacho.
−Mamá dice que estoy gordito y debo comer algo más saludable en lugar de obento y katsudon
−susurró mirando la fruta−. Pero no me gusta tanto la manzana, bah, en realidad no me gusta la
fruta.
−Deberías comer más sano, aunque el katsudon de tu mamá es delicioso.
−¿Cómo haces para mantenerte así? −Yuuri siempre había estado algo celoso del cuerpo atlético
de su amigo.
−Pues tomo mucha agua, hago mucho ejercicio y ahora más −Yuri giró su cabeza para ver a
Victor nuevamente, el cual le sonríe coqueto−. Bueno, ¿ahora que tenemos?
−Artística −Yuri rodea los ojos, exhausto.
−Con la vieja hippie, vamos −suspira y toma su mochila, Yuuri puede ver que Yurio no ha
comido ni la mitad de su almuerzo−. Si quieres, pídemelo.
−No, no, es que no estás comiendo demasiado Yuri y eso me preocupa −el rubio sonríe y acaricia
los cabellos negros de su amigo.
−No te preocupes, mi abuelo hizo mucha comida, espero que alguien más la aproveche.
−Hm, de acuerdo..... −ambos caminan por los corredores−. Al final no me respondiste ¿vas a ir a
la fiesta?
−Hmmm, pues no lo sé, tal vez mi abuelo no me deje ir, es una fiesta de adultos o de casi adultos
y yo aun tengo quince años, mi abuelo pensará cosas, ¡No sé! Como que me van a violar en el
baño.
−Bueno, tu abuelo te quiere mucho y desea protegerte.
−¡Ya no soy un niño, Yuuri! Eso debería saberlo −cruza sus brazos−. Iré a esa fiesta.
−¿Y si tu abuelo no te deja? −Yuri le sonríe−. ¿Por qué me miras así?
−No le diré que fui a la fiesta, le diré que estoy en tu casa.
−No me gusta mentir, Yuri, ya demasiado tengo con haberle mentido esa vez que te fuiste a
dormir con Jean....por favor, no me obliges a decirle a tu abuelo de nuevo cosas que no son.
−¿Eres mi amigo o no? −preguntó arqueando la ceja, Yuuri suspira y asiente−. Gracias Yuuri.
−De nada....
Yuri y su amigo japones caminaron hasta la clase de artistica, ahí los esperaba la "Señora Hippie"
como ambos la llamaban para una "entretenida" clase de arte, bah, en realidad era ver dibujos
raros en un lienzo y hablar sobre ello durante 50 minutos, no tenía nada de emocionante, ni
siquiera ellos podían hacer su propia obra, pero ese día fue diferente.
−Bueno chicos, quiero que armen grupos de a dos y pinten un lienzo −casi todos miraron
sorprendidos a su docente−. ¿No se lo esperaban? Ya hemos hablado mucho sobre técnicas, ahora
hay que ponerlos en práctica, así que pónganse en parejas.
−¿Lo haces conmigo? −preguntó Yuri a su mejor amigo, este asiente.
−Y vayan pensando en un concepto....
−¿Un concepto?
−Sí, ¿qué desean pintar? Hay muchísimos temas para eso. Mira a tu compañero −le dice a Yuuri
Katsuki−. Y dime, ¿qué ves?
−Un ángel −susurró inmediatamente, Yuri Plisetsky se sonroja−. Creo que le quedaría bien una
túnica blanca y corona de flores y hojas, sería una bella imagen.
−Me conmueves, Katsuki ¿y usted señor Plisetsky?
−Hm....pues −ve a su amigo, el cual estaba algo gordito, con el cabello muy arreglado y esas
gafas−. Bueno, déjeme buscar el concepto.
−De acuerdo, es para la próxima semana el lienzo, aunque sea el dibujo prototipo −la mujer se
retira.
−¿No te inspiro nada, Yuri?
−No es eso, es que tal vez necesites una ropa diferente y el cabello más para atrás −Yuri se levanta
del asiento y tira el cabello de Yuuri hacia atras con las manos−. Quítate estos lentes y ya... −le
vuelve a mirar−. Hmmm −se rasca la barbilla−. Hace poco leí en un libro de amor según los
griegos, serías muy eros si te lo propones.
−¿Eros?
−Ven el sábado a mi casa y te haré un cambio de look, empezaremos a pintar, yo sería un amor
ágape, dado que dijiste que parecería un ángel. Vístete con la mejor ropa que tengas, Yuuri.
−Hmm....sí −susurró bajando la cabeza, bastante sonrojado.
−Te espero entonces mañana a la mañana....no espera iré a la fiesta ¡que sea a la tarde!
−De acuerdo y Yuri −le toma de la muñeca, el rubio le mira−. Cuídate.
−Lo haré.
::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::
La música estaba muy fuerte, casi no podía escuchar sus pensamientos. Agitó su cabeza
sintiéndose abatido, no tenía que beber teniendo quince años, pero en ese momento tenía que
seguir el ritmo de la fiesta. Muchas chicas intentaron coquetear con él, pero las apartó, Yurio era
gay asumido y nada lo cambiaría. Pudo ver a lo lejos a un hombre alto con algo de barba hablar
con otro chico de piel más tostada, intentó alcanzarlos, quería saber dónde estaba el baño porque
sentía que su estomago se le daba vueltas. Pero no pudo hacerlo, un hombre le abrazó por la
cintura, apoyando su enorme verga entre sus glúteos. Yuri intentó desligarse de él, pero el hombre
se estaba masturbando prácticamente con su trasero. Se sentía horrible y sucio, más porque su
aliento a alcohol le provocaba vómitos.
Quería avisarle a alguien que un tipo se estaba aprovechando de su embriaguez, pero no pudo,
estiró las manos pero fue arrastrado esta vez por dos sujetos que lo arrinconaron contra una pared.
Uno de ellos tenía los ojos verdes y el otro marrones. Yuri luchó contra sus agresores pero no
podía, eran el doble de él en todo aspecto, además que estaba completamente ebrio.
Uno de ellos le tomó del rostro y lo besó, mientras sus manos fueron directamente a las nalgas del
menor, el otro sacaba fotos y observaba contento la Azaña de su amigo.
−Oigan infelices −gruñó un muchacho acercándose, Yuri agradeció−. Aléjense de él.
−¿Tú quien eres para decirme lo que debo hacer? −preguntó, el chico escupió en las zapatillas del
agresor.
−Michele Crispino, imbéciles −dijo señalando el piso−. Esta es la casa de mi prima y por lo tanto
mi casa también, o dejan al chico o llamo a la policia por abuso a un menor.
−Grr.... −los dos chicos dejaron al rubio en paz.
−¿Oye, estás bien? −preguntó un muchacho de cabello claro que se acercaba−. ¿Cómo te llamas?
−Yu...Yuri....
−Yuri, soy Emil y él es mi amigo Michele.
−Niño, ten más cuidado, sino te hubiéramos visto, hubieras sido violado por esos dos monos
−criticó el joven con acento italiano.
−Lo mejor es llevarlo a su casa.
−¡No! No, yo....yo puedo, soy ruso −habló, intentando decir que la bebida no le afectaba.
−Pues no te ves muy bien..... −Emil intenta levantarlo pero Yuri quiere hacerlo por si mismo−.
Bueno, cualquier cosa te pedimos un auto.
−No, no....estoy bien −murmuró y caminó hacia la salida.
Michele y Emil se miraron, los dos chicos avisaron a Mila pero cuando esta llegó a la puerta Yuri
ya se había ido.
Caminó unas cuantas cuadras de césped y barro, apenas notaba las luces de los autos y se
tambaleaba. Cualquiera podría haberlo atropellado, sobre todo en un país como Rusia donde las
leyes de tránsito son un juego de niños. Pestañó rápidamente cuando sintió el efecto del alcohol y
cayó redondo sobre el cesped recién cortado, ensuciando la ropa. Sus ojos se cerraron
automáticamente y solo podía escuchar el ruido de los automóviles.
No pasó mucho tiempo hasta que una moto se detuviera allí, el hombre se quitó los lentes y
observó al muchacho tirado en la calle, miró para todos lados, nadie estaba con él, o le habían
robado o se había desmayado. Se acercó y lo giró para ver a Yuri Plisetsky, su alumno de tercer
año de secundaria. No podía dejarlo ahí, como adulto se sentía responsable de sus alumnos. Lo
tomó entre sus brazos y lo subió a la motocicleta, poniéndolo delante aunque le impidiera manejar
correctamente, no estaba tan lejos de su casa. Colocó uno de los brazos de Yuri por su cuello, de
esa forma podría sostenerlo mejor entre sus brazos, se volvió a poner los lentes y arrancó la moto
para ir directamente a su casa.
Tendría que llamar a los padres de ese chico para que no se preocupen, pero antes, debía hacer
que el adolescente recuperara la consciencia.
Continuará.
Sé que el Victurio fue leve pero debo presentar todas las parejas antes de iniciar la trama y falta la
última que es el Otayurio que pasará en el próximo capítulo. A diferencia de los otros dos
pervertidos, Otabek no lo es y tal vez las cosas pasen más lentas, pero no significa que no habrá
besos y toqueteos entre ellos XD. Lamento sino soy lo suficientemente buena con esta pareja pero
no veo a Otabek alguien sexual, pero si alguien muy amoroso que sabe respetar tiempos y si,
habrá lemon otayurio y Jotario para el trió calentón, también sabremos más de Otabek en el
próximo capitulo, ustedes lo único que saben de él es que es de Kazajistán y profesor de historia
jajajaja pero yo le inventé todo una trama salvaje.
Saludos.
Chapter 5
*Este cap no tiene lemon explicito pero como dije, quiero presentar parejas, la última (JYurio)
es en realidad mi bonus track XD en el próximo capitulo habrá más lemon, más Victor, más
Otabek, más JJ y más Yuuri para ustedes*
Abrió sus ojos ligeramente, la luz solar entraba por la inmensa ventana de la habitación, suspiró,
estaba agotado y con el cuerpo entumecido, seguramente había dormido en esa posición toda la
noche. Movió sus piernas y notó que las sábanas cubrían solamente una parte de su cuerpo,
dejando libres ambas piernas desnudas. El solía tener un pantalón ¿o no? Se sonrojo un poco,
ahora que estudiaba bien el lugar, esa definitivamente no era su casa, ese no era su armario ni su
escritorio. Se levantó, al menos no sentía dolor de caderas por lo que no fue violado o algo así, no
llevaba tampoco la camiseta puesta, solamente tenía un short y unas musculosa blanca. Se
acomodó el cabello y miró todo detalladamente, intentando por lógica sacar al dueño de la casa,
pero la habitación no tenía una miserable foto ni nada que le hiciera entender que allí vivía alguien
conocido.
¿Y si había sido secuestrado? Inmediatamente buscó con la vista sus cosas, intentó sacarse de
encima las sábanas y salir de la cama pero terminó cayendo al piso por la desesperación. Le dolían
los músculos y sentía su boca completamente seca, no volvería a beber en su vida.
Unos ruidos de pasos se escucharon, seguramente el disturbio que hizo al bajarse había alertado al
dueño de casa e intentó incorporarse para meterse nuevamente a la cama y esperar. La perilla giró
lentamente y se abrió la puerta. Los ojos de Yuri se abrieron al notar a un hombre joven, de unos
veintidós años, cabello oscuro rapado abajo, mirada seria y sombría, traía unos jeans azules y una
playera manga larga color negro. No era desconocido para nada, se trataba de Otabek Altin,
profesor de historia de la escuela secundaria. El hombre traía una bandeja con un vaso de jugo
exprimido, una taza de café con leche, frutas y dos tostadas con mermelada y mantequilla. Al
notar al chico despierto, caminó dejando el desayuno en el escritorio.
−Qué bueno que estas despierto −dijo, aunque el hombre no solía sonreír, Yuri pudo notar un
gesto en sus labios−. Te encontré tirado en la calle luego que volvía de mi trabajo nocturno, un
chico de tu edad no debería ir así por la calle.
−Yo.... −tragó saliva−. Lo siento.... −murmuró bajando la mirada.
−Te traje a mi casa y me vi obligado a llamar a tu abuelo, él sabe que estas aquí −comentó
cruzando los brazos−. No puedo creer que le mentiste para ir a una fiesta, estaba muy enojado,
pero intenté contenerlo.
−Lo siento, profesor Altin −murmuró, aun con la mirada gacha.
−Lo bueno es que estás a salvo y por lo que veo no abusaron de ti −dijo relajado, Yuri levanta la
mirada.
−¿Profe?
−¿Si?
−¿Usted me sacó la ropa? −una pregunta que no se hizo esperar, Altin se sonrojó levemente, claro,
era tan estúpido a veces, ¿desnudar a un estudiante de secundaria? ¿En qué demonios pensaba? Si
el chico era lo suficientemente listo podría demandarlo si quisiera, tenía todas las de ganar.
−Bueno yo....estaba sucia −señaló la puerta−. Mi madre la puso a lavar, no tenía otra cosa para
ponerte y te puse eso.
−¿No tenía nada para "ponerme"? −Yuri susurró coquetamente, Altin tragó de su propia saliva.
−Te traje tu desayuno, si puedes levantarte come en el escritorio, sino, te lo llevo a la cama.
−Lléveme a la cama −otra vez Yuri coqueteando con él, Otabek se sentía un poco nervioso.
No era que no le gustara el chico, pero Yuri Plisetsky era menor de edad y a diferencia de otras
personas, Otabek era un hombre de ley, honrado y respetado por ello. Había perdido a su padre en
una guerra civil cuando tenía cinco años y se mudó con su madre a Canadá, ella se suicidó un
tiempo después por entrar en una fuerte depresión y fue adoptado por su tia, con la cual vivía
desde entonces, tuvo una vida tranquila pero aun perturbado por los acontecimientos de su país.
Decidió entonces ir a estudiar a Rusia donde comenzó su profesorado en historia rusa para luego
trabajar como docente de colegio, lo que nunca se imagino era que el primer día chocaría con un
rubio despampanante y muy delicado.
"Parece un hada" susurró para sí mismo, cautivado por la belleza del muchacho. Pero cuando se
dio cuenta que él era quien debía enseñarle historia a ese párvulo se desanimó bastante. Tenía al
menos siete años más que él, eso convertiría cualquier roce entre ambos en un delito. Intentó
sonreír, tomó la bandeja y se la llevó hasta la cama para colocarla en la mesita de luz, allí la dejó.
−Lo mejor es que comas, te des una ducha y luego vayas a tu casa.
−¿No me duchó usted también? −Yuri toma una pieza de fruta y se la mete en la boca, Altin cierra
sus ojos, conteniendo bastante sus propios sentimientos.
−No, no podría hacer eso, soy tu docente.
−Ahora no es mi docente, no estamos en el colegio −Yuri se quitó la sábanas de encima dejándole
ver sus hermosas piernas, aun traía algunos moretones por los agarres de Victor y Jean, pero no le
importaron, pasó desapercibido.
−Come, vendré por las cosas en un rato −Altin se dio la vuelta y caminó hacia la puerta, Yuri se
sintió horriblemente rechazado y más cuando este lo dejó completamente solo.
−¿Qué le pasa a este tipo? −Plisetsky comió su desayuno de mala gana.
Cuando terminó de beber y comer todo lo que Otabek había preparado para él, Yuri se levantó de
la cama y caminó por la casa, abrió la puerta y se deslizó por los pasillos hasta bajar a la planta
baja y encontrarse con la cocina. Allí estaba Otabek, mirando el diario mientras una mujer de un
poco más de cincuenta años limpiaba los platos. Ninguno pareció notar su presencia hasta que
carraspeo. La señora era muy parecida a Otabek, salvo que sus ojos eran verdes, su mirada era
muy dulce y enternecedora, parecía que había sido una mujer muy guapa en su juventud y aun lo
era. El dueño de casa dobló el diario y lo dejó en un costado para luego pararse y ver al chico
rubio frente a él, pero no pudo decir nada ya que la señora los interrumpió.
−Oh, tú debes ser el estudiante que trajo mi pequeño Otabek anoche −murmuró y se acercó al
joven tomándolo de las mejillas−. Mi nombre es Janne Susan Altin, soy la tía de Otabek pero lo
adopté legalmente.
−Mu...mucho gusto señora −el chico se sonrojó, era la primera vez que estaba en un ambiente
familiar, aparte de los días donde su abuelo cenaba con él.
−Bueno, mi bebé me dijo que estabas en apuros y te trajo, puse tu ropa a secar ahora, estará lista
en unas horas −dijo con una sonrisa, Yuri miró como Otabek se sonrojaba por como su "mamá" lo
llamaba.
−Gracias por las molestias señora Janne.
−De nada −la mujer se acercó para servir más café en la taza de Otabek y darle un beso en la
cabeza, a Yuri le pareció lo más adorable del mundo−. ¡Oh! Debo colgar el otro lavado, si me
disculpan −la mujer apaga las hornallas y va directamente al lavadero para colgar la ropa.
−Tu mamá es muy linda.
−Ella me crío −susurró y bebió de la taza sin mirar a Yuri, este suspira, odiaba que lo rechazaran
así, no estaba acostumbrado y eso hacía que deseara más al profesor.
−Así que.... ¿usted tampoco tiene padres? −Otabek levantó la mirada por primera vez desde que
Yuri llegó y le miró a los ojos.
−¿Tú no tienes?
−Vivo con mi abuelo, como bien sabe −el muchacho tragó de su saliva−. Mis papás murieron
hace tiempo, papá de una enfermedad y mamá se suicidó −mordió sus labios−. ¿Y usted?
−Mi papá era militar −bebió un poco de su café nuevamente−. Fue a una guerra y le mataron a
sangre fría, luego hubo una batalla cerca de mi casa, explotó una bomba y estuve internado
durante días, me salvé de milagro, mi madre se salvo pero se suicidó por depresión, sólo mi perro
y yo quedamos.
−¿Tiene perro?
−Falleció el año pasado, se llamaba Tristán −sus ojos se detienen en el café de tonos marrones,
muerde la parte interior de su labio−. Mi tía me adoptó siendo muy pequeño.
−Hmmm ya veo −sonrió y miró la mesa, se sentía más en confianza ahora.
−¿Quién te hizo los moretones de las piernas? −preguntó, Yuri suspira, no sabía como decírselo.
−Pues....
−Si no quieres decírmelo, no me lo digas, mientras no haya sido agresión....
−No, no fue por agresión −explicó, suspiró y tiró su cabello para atrás−. Fue por sexo.
−¿Sexo? −Otabek se quedó un poco pasmado, no era como si no supiera lo que el rubio asía,
lamentablemente le había tocado ser testigo de al menos una de ellas.
−Sí.... −bajó la mirada, se sonrojó, no sabía por qué razón sentía que había defraudado a ese
hombre.
−¿No eres muy joven para eso? −cuestionó, Yuri arqueó la ceja.
−¿Acaso usted es virgen?
−No −respondió directamente−. Durante mis épocas de fraternidad en la universidad estuve con
un amigo −miró hacia otro lado, Yuri se sentía algo incomodo, ¿acaso su maestro le estaba
diciendo que era gay?
−¿Usted es....?
−¡Ota! −la mujer ingresa al comedor, dejando a Yuri con las palabras en la boca−. ¿Puedes
ayudarme, corazón? No entiendo la nueva máquina.
−Sí mamá −Otabek se levanta−. Bueno Yuri, ya te traigo tu ropa y te llevaré a casa.
−Hmmm −asiente.
No pasó mucho tiempo hasta que la ropa de Yuri estaba lista, luego de darse una ducha y secarse
el pelo se cambió y corrió escalera abajo, saludó a la mamá de Otabek y salió para ver al hombre
ya en la moto. Verlo así, con una campera de cuero, una musculosa negra que resaltaba un poco
su cuerpo y unos jeans apretados le hizo soñar despierto. Otabek le pasó un casco y se colocó los
lentes de sol, dio arranque a la moto y aguardó a que el chico se asegurara bien contra su cuerpo.
Yuri lo abrazó y apoyó su cabeza contra la espalda del Kazajo, eso hizo que el hombre pusiera en
marcha y comenzara a hacer caminar la moto. Durante el escaso trayecto no hablaron de nada, no
dijeron nada más solo sentía a Yuri abrazado a su cuerpo. Eso lo ponía muy nervioso y tiritar un
poco ante la cercanía, no era la primera vez que estaba así con alguien pero aun le faltaba mucho
para sentirse a gusto siendo una persona tan solitaria.
La casa de Yuri quedaba a unos pocos kilómetros, por lo cual no tardó mucho en localizarla y una
vez en la puerta detuvo la moto y se sacó el casco propio para colocarse los lentes en la cabeza.
Yuri bajó de la moto y le entregó el casco, el cual lo puso en un compartimiento de la moto.
−Gracias por traerme −murmuró Yuri.
−De nada....cuídate −murmuró comenzando a hacer arrancar la moto.
Yuri no lo dejaría irse así como así, le tomó del rostro y le besó en la boca sin previo aviso.
Otabek se sorprendió ante esto y no pudo evitar sentirse cohibido a la invasión, el muchacho sabía
lo que encendía a los hombres tanto como él sabía cómo encender una motocicleta, pero era
diferente aunque igual, los calores comenzaron a subir y abrió la boca para dejar que la lengua
extranjera pase. No pudo evitar caer en el pecado de aferrar esa cintura contra sí mientras la moto
seguía apoyada en la calle, el profesor Altin le siguió el juego tan profundamente que creyó
ahogarse. Las lenguas expertas danzaron húmedamente en la boca, mientras la mano de Otabek
bajaban en aquella cintura estrecha. El aire se hizo necesario a pesar que Yuri no quería separarse,
pero lentamente lo hizo dejando sus dos manos en el rostro del muchacho Kazajo.
−Gracias −le miró, estaba derritiéndolo, pero Otabek era un hombre de convicciones y moral, por
lo que solo asintió con la cabeza.
Yuri sonríe ante su logro y se retira a su casa, Otabek se relame los labios e intenta bajar
nuevamente a la tierra luego de ser enviado al cielo por ese bello angel. Sería un suplicio esperar a
que Yuri tuviera dieciséis años, edad de consentimiento sexual en rusia. Y aunque sabía que el
muchacho ya había recorrido los kilómetros del placer, no podía evitar sentirse un cerdo al pensar
como desnudaría a ese niño y le haría el amor como se debe, pues notaba en su cuerpo mientras le
quitó la ropa aquella vez, que solía tener un sexo sin amor con sus amantes, algo que él no podía
permitir para tan bella criatura.
−Vaya, vaya Otabek −la voz de alguien conocido lo trajo al mundo, giró para ver a su viejo amigo
Jean Leroy caminando−. No sabía que te gustaban los rubios, pensé que los morenos eran tu
perdición.
−Jean −susurró y se colocó los lentes−. Debo irme, pero si quieres tomamos un café luego.
−Dime ¿te lo follaste? −preguntó, Otabek le mira.
−No soy como tú.
−Jajajajajaja eres tan dulce, aun cuando dices eso −se le acerca acariciando la mejilla−. Bueno,
cuando te lo hayas follado, llámame, deseo tener un trío.
−No estoy tan enfermo como para tener un trío con un estudiante de quince años −habló Otabek
algo molesto, pero sin apartar la mano de Jean de su mejilla.
−Cuando tenías quince te encantaba que te tocara.
−Cállate, nos vemos luego −Otabek enciende su moto para retirarse, Jean sonríe, siempre lo hace.
−Bueno, mientras te decides en follarlo o no, le pediré una cita de sexo, si quieres venir no lo
dudes..... −el kazajo le enseña su dedo medio−. Ay perdón jajajaja.
::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::
−¿AHORA CON OTABEK? −gritó Yuuri, el rubio se tapa los oídos−. ¿En qué piensas? ¿Que
hiciste esta vez? ¿Le comiste la pi....?
−Ya bueno, está bien....recuerda que mi abuelo está en la casa.
−Claro, como si te hubiera importado tu abuelo cuando te la montaste con esos tres.
−Bueno Otabek no me tocó −indicó, Yuuri quedó sorprendido−. Sólo nos besamos y ¡dios! Que
beso, he besado a Jean y a Victor, pero nadie me besó con esa pasión que besa Otabek.
−Vaya, al fin alguien con dignidad.... −susurró y se quitó el tapado que llevaba para mostrar un
traje completamente negro con decorado−. Iré arreglarme, ¿tú te vestirás como ángel? Aunque lo
que menos tienes ahora es virginidad.
−Vete a la mierda, Yuuri −comentó riéndose. Yuuri se aleja al baño para comenzar a maquillarse
mientras Yuri hace lo propio.
El rubio se colocó una túnica que dejaba al descubierto sus brazos y hombro derecho, al igual que
sus piernas las cuales se veían desde la mitad de los muslos. Se colocó una corona de flores muy
pequeñas y hojas, el cabello se lo dejo suelto pero algunos mechones se mezclaban con las hojas.
Se colocó gloss en los labios para darle un aspecto más húmedo, delineó sus ojos y se puso algo
de rimel, además de colocarse una sombra de ojos color piel para resaltarlos más. Se miró en el
amplio espejo, parecía realmente un ángel, tal vez en noche de brujas se vestiría así.
−¿Ya estás listo, Yuuri? −preguntó el rubio, este no respondió, solo abrio la puerta para dejarlo
ver.
Yuuri Katsuki se veía muy bien, con su cuerpo un poco más atlético, llevaba también un brillo
labial y un poco de delineador color marrón, traía el cabello hacia atrás y no llevaba sus lentes
puestos, traía lentillas color rojo. La ropa negra resaltaba su físico, además le daba una buena
postura y afinaba su cuerpo, realmente parecía un adonis en ropa oscura. Se acercó a Yuri quien
traía la boca abierta de lo sorprendido que estaba, ¿realmente es Yuuri? ¿El pequeño Yuuri?
−¿Por qué me miras así? −cuestionó, el rubio niega.
−Te ves genial.
−Jajajaja gracias, aunque me siento avergonzado, nunca hice algo así.
−Es que te ves.....te ves más hombre.
−No sé si sentirme insultado ahora −Yuri sentó a su amigo en la cama−. ¿Qué haces?
−Quiero lograr una buena postura ahora, ¿deberíamos tomar fotos?
−¿De qué hablas? ¿No vas a pintarme?
−Tengo una mejor idea, sacaremos fotos, somos como el ángel y el demonio, sería una gran
visión.
−Pero si los dos hacemos lo mismo, ¿no crees que se enojará la docente? −Yuri niega.
−No haremos lo mismo. Pondremos dos posturas, una donde gane el bien, el ángel, y otra donde
gane el mal, es decir tú, el demonio −a Yuri se le iluminó el rostro y volvió a acomodar a Yuri en
la cama−. Iré por la cámara −inmediatamente baja por las escaleras y encuentra a su abuelo, el cual
lo mira extrañado−. Es para un trabajo.
−Mejor no pregunto −susurró el anciano continuando con lo suyo.
Yuri tomó la cámara prestada y fue directamente hacia su habitación, allí estaba Yuri esperándolo.
Yuri coloca la cámara encima de varias cajas para lograr mejor el efecto y la programa para sacar
varias fotos consecutivas. Lo primero era hacer al ángel como ganador, por lo cual Yuri tomó el
bastón de su abuelo, al cual lo usaría como un espada y se subió a la cama mientras apuntaba a
Yuuri con este, el muchacho de negro se rindió ante Plisetsky y las fotos fueron instantaneas.
−Bien, ahora es mi turno −dijo Yuuri tomando el bastón.
−¡No, Yuuri! Si haces lo mismo para vencerme será tan aburrido, eres el eros, debes usar algo
más......erótico −Yuri se levantó de la cama y fue a ver las fotos, eran geniales cada una de ellas y
se veían muy bien−. Anda, quítate la camiseta.
−¿Qué?
−Que te quites la camiseta −volvió a poner la cámara en posición, Yuuri aceptó lo dicho y se quitó
la camiseta negra tirándola−. Bien, ven aquí −Yuri se coloca con las piernas abiertas debajo de
Yuuri, este a su vez se le arrima siguiendo las indicaciones de su amigo−. Bésame.
−¿Qué?
−Que me beses Yuuri, anda, no vengas con tus tonteras de virgen y bésame −Yuuri se tragó su
propia saliva−. Anda Yuuri, no tenemos todo el tiempo, bésame como si estuviéramos haciendo el
amor.
−De...de acuerdo −Yuri se acercó para besarlo pero no podía, dado que el ruido de la cámara
comenzaba a hacerse más fuerte para dar por entendido que pronto comenzarían los flashes, Yuri
tomó el rostro que Yuuri y le besó ardientemente, sin siquiera pedir permiso entró en la boca del
muchacho acercándose más al cuerpo.
Yuuri era nuevo en esto, nunca antes había besado a nadie más de los simples besitos en la boca,
pero ahora la pasión era arrolladora y desbordaba por doquier. No pudo evitar pasar sus manos
por el cuerpo de su amigo, la cintura estrecha, las caderas anchas, la suavidad de la piel debajo de
sus piernas. No se dio cuenta cuando los flashes comenzaron uno tras otro, efectivamente la
cámara estaba andando mejor que nunca mientras él no paraba de besar y succionar los labios. Por
un momento se olvidó del trabajo y besó el cuello, escuchando un ronco gemido, para luego pasar
su lengua y apretar su bulto contra él. Se sentía muy bien.
−Ya...Yuuri −espabiló el rubio−. Ya está, se acabó −sonrió−. Parece que estas caliente.
−¿Eh? ¡No! −se distanció inmediatamente, Katsuki pudo ver entonces el chupón que le había
dejado en el cuello y se avergonzó de sí mismo−. ¡Lo siento, lo siento!
−Está bien Yuuri −dice acercándose al espejo−. Sale con maquillaje.
−Hmmmm −bajó la mirada, muy avergonzado.
−Bueno, las imprimiré y comenzaremos el lienzo ¡Se ven tan hermosas, mira! −le muestra−.
Realmente parece que me haces el amor.
−No digas esas cosas, Yuri −se sonrojó aun más.
−Iré a imprimir −nuevamente Plisetsky baja dejando a Yuuri completamente solo y con una
erección a medio despertar.
−Diablos.....esto no se ve nada bien −murmuró mordiéndose los labios.
Por otro lado, Yuri baja las escaleras para sentir el timbre detrás de él. ¿Quién será? Se acerca a la
mirilla y puede ver un cuello, eso significa que el hombre realmente era alto. Abrió la puerta y lo
vio, era Jean Jacques Leroy. Venía con una camisa deportiva puesta sin mangas, dejaba ver sus
tatuajes y musculado cuerpo, además de unos pantalones de mezclilla que no dejaban nada a la
imaginación. Yuri sintió un calor interno muy fuerte.
−Buen día Yuri, ¿puedo pasar? −Yuri miró hacia atrás, su abuelo estaba en la cocina y su amigo
en el cuarto.
−¿Qué deseas? −preguntó.
−A ti.... −mordió su labio, el hombre lo arrincono contra la puerta y comenzó a tocarlo−. Me
muero por meter mi verga dura en tu cuerpo de nuevo, Yuri, y ese trajecito que tienes me pone
más loco.
−Mi...mi abuelo está.....es-esta.... −intentó comentar como pudo, pero las manos de Jean eran
rápidas y se adueñaron de sus caderas, levantándole la túnica.
−Sólo será un rapidito....por favor, no me dejes caliente Yuri −susurra, Yuri decide cerrar la puerta
tras de él, sin entrar a la casa, toma a Jean de la mano y se dirige a unos arbustos justo frente a la
ventana, allí ambos terminan enredados.
Los gemidos esta vez no eran tan fuertes, él tenía que guardar la compostura porque estaba en la
casa de su abuelo, pero cuando sintió que algo entraba en su cuerpo no pudo evitarlo. Tendría que
en algún momento dejar esta adicción insoportable.
Continuará.
Bueno, como ustedes saben Jean es mi favorito después de Yurio, pero no significa que los demás
no tendrán su escena de sexo con Yurio, pasa que Jean no es para nada respetuoso, él lo hubiera
hecho encima de la mesa mientras el abuelo estaba tomando su café XDDD. Gracias por leer.
Chapter 6
ANTES DE LEER ESTE CAPITULO, QUIERO DECIRLES QUE YA LO LEYERON
ANTES, ERA EL CAP 5, EN EL CAP 5 ESTA EL QUE REALMENTE ERA EL CAP
5. UNA LECTORA ME HIZO DARME CUENTA QUE OTRA VEZ LA PAG ME
BORRA CAPITULOS O ALGO PORQUE YO SUBO PARALELO EN DOS PAGS ASI
QUE ES IMPOSIBLE EQUIVOCARME DE CAPITULO (YO COPIO LO QUE PONGO
EN OTRA PAG Y LO PEGO ACÁ)
Yuri le había dicho una vez a Victor que amaba hacer patinaje sobre hielo, probablemente había
quedado de lado entre el placer del momento cuando se lo susurró en el oído en ese instante donde
tenían sexo. El profesor de matemáticas era un hombre de mundo y sabía exactamente dónde
encontrar una pista de patinaje cercana al vecindario, por lo que invitó a Yuri. El chico no pudo
creer que alguien hiciera eso por él, que lo haya escuchado en primer lugar ya era maravilloso y
más si el momento donde habló era en plena relación sexual.
Estaba muy feliz y agradecido con el profesor, se colocó los patines y comenzó a danzar en la
pista. Victor se quedó allí mirando a ese bello ángel que bailaba al ritmo de Partizan hope (video
de arriba), una música que estaba sonando en esos momentos por los parlantes del salón. La
mirada no se le despegaba, parecía uno con la música y cautivo. Yuri Plisetsky tenía en sus venas
el patinaje, en su sangre, en su ADN, y él había sido el privilegiado de ver a ese ser angelical que
no tenía nada de ángel durante el sexo.
Mordió sus labios, odiaba no haber sido el que le había quitado la virginidad, pero amaba poder
disfrutar de su cuerpo durante el tiempo que podía. Bajó la mirada y observó su anillo de bodas,
ya estaba todo arreglado con su mujer, mantendrían las apariencias durante un tiempo hasta que le
pudieran explicar a su hija lo que ocurría en el matrimonio, una vez comprendido se separarían y
él iría al departamento que su padre le había heredado.
−¿Es su hijo? −preguntó una señora, Victor mira a la mujer y luego a Yuri, ¿qué haría? No es para
nada bueno decir que era su alumno, ¿qué hacía un profesor llevando a su alumno a patinar? −. Sí,
es mi hijo.
−Es muy hermoso, parece un ángel −murmuró la señora con una sonrisa, Victor también sonríe.
Había mentido, pero en ese momento intentaba escapar del cuestionamiento de la mujer y afirmó
sin siquiera pensarlo. Tal vez hubiera sido mejor que sea "el sobrino" o "un amigo", pero nadie le
creería si decía esto último. Al terminar la canción el chico se acerca arrastrando sus pies, la señora
había desaparecido entre la escasa gente que había. Se tomaron las manos y se miraron a los ojos.
−Esto ha sido lo mejor que he hecho en años, ¡gracias!
−De nada Yuri, ahora ponte los protectores y vayamos a tomar un café −comentó dándole los
protectores del patin, Yuri se los coloca en las cuchillas y camina hacia la sección de cafetería−.
¿Qué deseas comer?
−Tengo ganas de hamburguesa con papas −Victor mira al chico, claro, aun seguía siendo un
niño−. ¿Y tú?
−Café con unas tostadas.
−¿No es poco?
−No necesito alimentarme tanto como un adolescente, tu eres quien hace más esfuerzo −le guiña
el ojo al mismo tiempo que Yuri se torna completamente colorado, era obvio que la última frase
fue dirigida en tono sexual, pues en su última relación, Yuri había estado arriba.
−Es la primera vez que alguien me trae a una cita −susurró jugando con la mano de Victor, con
sus dedos. El hombre mira para ambos lados antes de entrelazarlos−. Es un hermoso gesto de tu
parte.
−No te preocupes, cuando quieras −murmuró, se separó un poco para pedir la orden, Yuri se sentó
en una silla frente a una de las mesas vacías.
Luego de un rato el mayor trajo la comida, Yuri sonrió, sus ojos brillaron al ver las papas fritas y
comenzó a comerlas una a una, empapándolas de ketchup y metiéndoselas en la boca. Victor
mordió su labio, aun cuando comía algo tan cotidiano como eso, Yuri lo hacía de una forma
seductora, que incitaba al sexo y no podía evitar sentirse completamente ido por esa mirada llena
de deseo. Victor levanta la cabeza y observa como Yuri lo mira, intenta controlar sus impulsos una
vez más, nunca le había pasado que un párvulo le comiera tanto la cabeza con una simple mirada,
ese chico no era normal, ese chico destilaba feromonas a su paso y lo hacía sentirse ardiente.
Relamió sus labios, Yuri pasó su pie suavemente acariciándole las piernas, Victor suspira, no
quiere hacerlo, pero es necesario.
−Yuri, aquí no −murmuró, el rubio bufó.
−¿Vamos al baño?
−Es arriesgado, hay mucha gente −dijo mirando hacia todos lados, Yuri rodea los ojos.
−Vamos, solo nos besaremos un poco, quiero que me toques Victor −el hombre chasquea la
lengua, necesitaba hacerlo de algún modo.
Afirma con la cabeza. Yuri se quita los patines y descalzo corre hacia el baño, el hombre espera
unos minutos para que no resulte sospechoso y se levanta al poco tiempo para ir tras el niño.
Solamente dos personas le llama la atención esa acción, pero no hacen nada por evitarla. Dentro
del baño se destila erotismo, Victor acaricia por sobre las ropas mientras lo arrincona en la pared.
Los gemidos no estaban ausentes en lo absoluto y las bocas se mezclaban entre lenguas y
humedad. Las manos de Yuri terminaron en el cabello, el cual desemprolijaron suavemente,
cuando sintió que la mano estaba preparando para la siguiente sección de sexo.
Como había pasado hace tiempo, Yuri comenzó a realizarlesexo oral, había practicado ya bastante
y era fenomental en el tema, Victor no podía dejar de sentir como una correntada de placer lo
albergaba hasta el punto de gritar. Pero no terminó allí, él necesitaba sentirlo y por primera vez no
le interesó el condon.
Victor solía ser contundente a la hora de tener relaciones con Yuri: Siempre usaremos
preservativos, no lo haremos en lugares públicos y si no es el hogar, siempre con la ropa puesta.
Al menos dos de las tres reglas fueron rotas ese día.
Se adentró, empotrándolo como una fiera, chocando su cuerpo contra la pared y dándole de una
forma desenfrenada y dura, amaba ese cuerpo, ese chico, esos gemidos dirigidos a él y sólo a él.
Lo besaba, lo acariciaba, lo amaba. Sentía las pequeñas uñas clavándose en su espalda del puro
placer que sentía en ese momento. Lo montaba como si fuera un caballo y le hacía gritar. No
comprendió como nadie se daba cuenta que se estaba follando al chico con todos esos gritos de
placer que salían del baño. Estaba llegando al climas, a la cúspide de la montaña. Quería acabar
dentro y adueñárselo, tenerlo para él, pero aun no era el momento, seguía casado aunque no
compartía lecho desde hace una semana.
El orgasmo dio lugar para ambos, Victor dentro del chico, haciendo que su líquido se deslizara por
su pene y cayera al suelo. Yuri mientras se enchastró la ropa que traía puesta.
Se acomodaron, asearon y peinaron, pero se notaba en su cuerpo que habían tenido relaciones, el
olor a sexo que emanaban y los labios hinchados, el cabello despeinado, las uñas marcadas, el
chupetón en el cuello. Aun así salieron de allí casi chocándose con una persona que entraba,
ninguno dijo nada, solamente siguieron su camino.
−Ve a comer un poco, quiero fumar un cigarro −murmuró Victor, Yuri asiente y se va a comer el
resto de lo que le quedaba mientras él se acerca al sector fumadores. Allí prende un cigarro.
−¡VITYA! −saludó un hombre, Victor se queda estático.
−Ti-Tio −murmuró al ver al hombre mayor caminando hacia él−. ¿Qué haces aquí?
−Traje a mis nietos a patinar, ¿y tú qué haces aquí? −preguntó, Victor intentó con su cuerpo
ocultar algunos detalles, entre ellos que Yuri se encontraba a unos pasos detrás de él pero sobre
todo, ciertas marcas que el sexo le habían dejado−. ¿Sucede algo, Vitya?
−No, nada tío, me alegro que estés bien −susurró y comenzó a fumar, colocándose de costado.
−Bueno, oye, tienes la camisa al revés −susurró señalando la playera color negro. Victor se da
cuenta y se la arregla ¡que idiota había sido! −. Te ves enfermo, muy transpirado, ¿paso algo?
−Nada tío, estoy bien....bueno, creo que debo irme.
−¿Eh? Espera −dijo el Tio tomándolo de la mano−. Me ha contado mi mujer lo de la separación,
lo lamento mucho −el anciano nota un moretón en el hombro derecho pero no dice nada−. Si hay
algo que podamos hacer por ti.
−Nada tío, descuida, estoy bien....debo irme.... −murmuró saludando a su tio, este se sorprende
pero no dice nada y se va hacia la pista donde estan sus nietos.
Victor vuelve a la mesa y comienza a ponerse la campera de forma apurada, Yuri le mira.
−¿No te vas a quedar?
−Lo siento, me salió algo −murmuró el hombre, observó para todos lados y le plantó un beso en la
boca a Yuri−. ¿Podrás volver solo? Te dejo dinero para un taxi.
−Estoy bien, me iré en autobús.
−Preferiría que no−le entrega un fajo de billetes−. Adiós bebé.
−Adiós −Yuri, tal vez bastante irresponsable para su edad, lo toma de la camisa y le devuelve un
beso fugaz pero apasionado, haciendo sonrojar a Victor−. Nos vemos mañana.
−Nos vemos −susurra y se retira. Yuri suspira y comienza a comer su comida hasta que una mujer
se le acerca.
−Disculpa cariño −susurró la chica−. ¿Tu papá y tú se suelen besar así en la boca? −Yuri mira a la
señora bastante sorprendido, ¿mi papá?
−No.... −murmuró, no caía en cuenta que la mujer pensaba que Victor era su padre.
−¿Entonces por qué se besaron ahora? −preguntó la señora nuevamente, Yuri la mira y se da
vuelta la cara para evitar seguir hablando, a la señora no le quedó otra opción que irse.
vuelta la cara para evitar seguir hablando, a la señora no le quedó otra opción que irse.
:::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::
−¡Que genial salieron las fotos, Phichit! −dijo un joven chino a su lado−. Mira esta, aaah ¡Y esta!
−susurró observando el teléfono de su amigo.
−¿A tí te gusta alguna, Seung?
−No puedo verlas, pasa al monitor −murmuró, Phichit colocó su celular enchufado en la
computadora y podían ver las imagenes más grandes−. Oh, ahi es cuando Ji se cayo.
−¡No te burles de mi, Seung!
−¿Hm? −Phichit se detiene en una imagen−. ¿Qué es eso? −cuestionó ampliando más−. ¡Es Yuri!
Es Yuri con el profesor.
−Oh, es verdad que es Yuri, ¿qué hace con el profe de matemáticas? −cuestionó el chino, Phichit
negó.
−No lo sé, tal vez deberíamos preguntarle.
−¡No! −Seung toma la mano de Phichit−. No podemos hacer nada, si alguien ve estas fotos
podrían despedir al profe Nikiforov.
−Pero no hacen nada malo ¿o sí?
−¡Sale con un alumno! ¿No te parece lo suficientemente malo? −Seung parecía fúrico, pero
Phichit decidió no seguir mirando las fotos.
:::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::
Aun se sentía con gusto amargo luego que Victor lo dejara plantado prácticamente en la cita que
tuvieron, se había ido de nada nada y aunque le había dado dinero para volverse en taxi, el prefirió
guardarlo para ayudar a su abuelo y regresar caminando a la casa mientras pateaba una piedra.
Suspiró, odiaba su desventura, pero lo que más odiaba es no haber llevado una chaqueta más
abrigada ¡mierda que hacía frío! Ya estaba por empezar las vacaciones de invierno y aun tenía
montones de materias que rendir, gracias al sexo no había tenido que tocar matemáticas ni
educación física, mientras que las otras materias no eran tan difícil de pasar. Yuri había obtenido
un diez en artística luego que entregó su lienzo del poder ágape, donde él se alzaba victorioso
contra los demonios del eros. La docente quedó maravillada y lo había invitado a ser modelo para
los chicos de último año, así que debía posar como ángel en la próxima reunión de artística para
los alumnos avanzados.
−¡Yuri! −una voz lo hizo dar vuelta y se encontró con dos personas que no esperaba encontrarse,
encima de una moto estaban Otabek y Jean Leroy, ambos llevaban un casco y lentes oscuros, tan
así que debido al corte y color de cabello era difícil diferenciarlos−. ¿Qué haces solo aquí? Es
tarde.
−Estaba por irme a mi casa.... ¿y ustedes? −preguntó.
−Estamos por ir a nuestras casas también −dijo Otabek sacándose los lentes−. ¿Quieres que te
alcancemos?
−Ehm, ¿entraremos los tres en la moto? −pregunto, el menor miró su amigo y este asiente.
−No te preocupes, Yuri, anda, ponte en medio −el muchacho se colocó entre Otabek que
manejaba y Jean que estaba atrás agarrado de la motocicleta−. No tenemos cascos extra, así que
sujétate bien, yo le aferraré a mí.
−De acuerdo −murmuró y abrazó por la cintura a Otabek, este se sonrojó un poco y se colocó los
lentes para evitar que lo vean, pero Jean lo notaba, siempre que se sonrojaba también se ponían
coloradas sus orejas.
−Bien Bek, cuando quieras −Jean toma de la cintura a Yuri presionándose contra él, tal así que el
rubio siente algo que le pincha arriba de sus glúteos, pero no pregunta.
−Vamos a la casa de él primero −dijo Otabek arrancando la moto y comenzando a andar. Yuri se
abraza al muchacho y apoya su oreja encima de la espalda, Jean mira la escena de forma
enternecedora, no sabe como Otabek no le ha hecho el amor aun, realmente tenía demasiado
autocontrol−. Oye, Yuri....
−¿Hm? −el rubio apenas podía oír, pero dado que Jean estaba cerca podía distinguir lo que decía.
−¿No te gustaría venir a una pequeña fiesta el sábado a la noche? −indicó, Otabek solo ve de
reojo, él sabe a lo que Jean se refiere pero no dice nada.
−¿Fiesta? ¿Dónde?
−En mi casa −Jean utiliza una mano para acariciar la cintura del chico, haciendo que este se tense
un poco.
−Bu-Bueno.... −murmuró, no era la primera vez que iba a una fiesta, pero si Jean estaba no habría
necesidad de terminar siendo acosado por dos monos, ahora estaba a salvo en brazos de esos
dos−. ¿Tú también irás, Otabek? −preguntó.
−Hmm... −el chico no quería hablar, simplemente continuó conduciendo.
−¡Claro que irá Beck! ¿No colega? Será divertido, yo haré que vaya −dijo acariciando las caderas
del chico descaradamente, Otabek vuelve a mirarlo de reojo, esta vez un poco más molesto.
−Bien... −murmura y se abraza más al kazajo, este suspira y acelera para llegar a la casa de Yurio
en la avenida 31.
−Listo −murmura antes de detenerse, Yuri no podía creer que ya había llegado, se bajó de la
motocicleta y se acomodó la ropa.
−¿No me vas a dar un beso, Yuri? −cuestionó Jean, Yuri sonrie y se le acerca para besarlo.
Inmediatamente Jean lo toma de la cintura aferrándolo y metiendo la lengua en el trascurso,
Otabek observa todo por el espejo retrovisor y no puede evitar sentirse fuera de lugar. Cuando
termina el beso se separa−. Bien....eres un niño muy caliente, Yuri.
−Jajajaja bueno aprendo rápido.
−Dale un beso a tu tío Otabek −Jean le da una palmada en la espalda a Otabek, el cual casi se le
caen los lentes de la impresión. Yuri no se inmutó, tomó a Otabek de su chaqueta de cuero y le dio
un beso de lengua.
A diferencia del beso con Jean, este era más torpe dado que Otabek aun se encontraba en trance
por lo que estaba ocurriendo. Jean observaba todo mientras relamía sus labios, le encantaba ver
esa escena, pero lo que más le encantaba era pensar en lo que podía ocurrir en la fiesta a la cual
solamente participarían ellos tres, porque así era lo que planeaba hacer Jean Jacques Leroy.
Una vez que necesitaron aire, Yuri corta el beso, dejando al kazajo completamente sorprendido y
sonrojado, respirando fuertemente. Jean se baja del vehículo y toma a Yuri del brazo para
acompañarlo.
−Muy rico beso, ¿lo disfrutaste? −preguntó, el rubio asiente y le vuelve a besar, esta vez solamente
un roce−. Me muero por verte gemir bajo de él, que te entierre su verga en tu culo y verlo con mis
propios ojos....
−Hasta recién pensaba que te pondrías celoso si eso ocurría.
−Otabek y yo somos casi hermanos.....nos hemos criado juntos −voltea, aun el Kazajo estaba en
shock−. Se siente como si lo hubieras desvirgado de algún lado.
−Jajaja es muy inocente, me gusta.
−No te vayas a enamorar de él, más divertido es de a tres ¿sabes?
−Lo sé, no soy tonto −le toma del rostro y le planta un beso−. Gracias por traerme.
−De nada.....anda, vete o tomarás frío −Jean se coloca los lentes y va directamente a la moto
donde se sienta detrás, saluda con la mano mientras el Kazajo vuelve en sí y enciende la
motocicleta para irse.
−Realmente eres un imbécil, Jean −susurró bastante enojado−. No comprendo que ganas con
traumar más al muchacho.
−Vamos, tienes ganas de meterle tu pene dentro, lo puedo ver en tus ojos.
−Pero no así −bufó, Jean sonríe y le besa la mejilla mientras lo abraza.
−No te preocupes, seremos muy gentil con él y se volverá adicto a nosotros, Yuri no es un niño de
quince años común, lo veo a él y veo al otro japonés virgen y me doy cuenta quien resiste y quién
no.
−Eres un enfermo.
−Pero te gusto así −el kazajo no respondió−. Anda Bek, te dejaré que seas el primero en
metérsela, y que tengan tu momento de sexo individual, ¿qué dices?
−Hmmm.... −no afirma ni niega, simplemente hace lo que sería un gesto de desagrado, no le
gustaba para nada la idea de Jean−. Viéndolo por todos lados, estaríamos abusando de un menor.
−¿Y si lo hacemos luego que cumpla los dieciséis? ¿Cuando ya esté completamente consciente de
toda esta mierda?
−Tú lo invitaste para el sábado, no crecerá un año en cinco días, Jean.
−Jajajaja, lo sé, lo sé, pero podemos armar una linda fiesta el sábado sin montárnoslo, y luego
esperar hasta el primero de marzo ¿qué dices? −Jean estaba sonriendo mientras hablaba.
−Tienes novia.
−Me chupa la verga mi novia, ella vive en otro estado ahora y nos reuniremos para la "supuesta
boda".
−A la cual no te presentarás.
−Claramente. No voy a dejar a ese rubiecito por nada del mundo −murmuró.
−¿Y si se enamora? −pregunta sorprendido−. Recuerda que a los dieciséis suele comenzar eso del
amor y toda la mierda esa.
−Jajajajajaja pues espero que se enamore de mi.....
−Claro, porque tener sexo en un armario es tan romántico −Jean sonríe, sabía que Otabek tenía
conocimiento de ese día, pero no con tanto detalle como esperaba.
−¿Cómo lo sabes?
−Vi tu celular.
La motocicleta desaparece por las carreteras.
Yuri ingresa a su casa donde estaba su amigo Katsuki, vaya, ese chico parecía que vivía en su
hogar. Apenas se ven, el japonés le da un golpe en la cabeza. Yurio se siente ofendido por ello y
también le pega sin saber el porqué del primer golpe.
−¡Ya, ya, ya! Está bien, basta−susurra y se aleja un poco−. Phichit me llamo hoy.
−¿Hm? ¿Phichit? ¿Y qué quiere?
−Me ha dicho que te vieron en la pista de hielo durante la tarde y no solo eso, me mandaron fotos
−Yuuri le entrega el celular a Yuri, el cual observa, nada fuera de lo normal.
−Son puras fotos de esos tres dando lata por todos lados ¿para qué me las muestras?
−¡Mira atrás! −señala el celular y amplia, Yuri no sabía donde meterse, allí estaba él, luego de
haber tenido sexo con su profesor, hablando con Victor en una escena muy intima.
−Yo...
−¡Yuri! Si esto llega a manos equivocadas te comerán frito. El profesor Nikiforov tiene una
reputación, tiene años de estudio y de trabajo en la escuela y por andar de caliente se va a esfumar.
−¿Y qué culpa tengo yo? −preguntó entregándole el teléfono−. Él es el adulto, yo soy el niño.
−Yuri, dirán que Nikiforov es pedófilo y no sé cuantas cosas más, esta vez Phichit fue el que te
tomó la foto, pero ¿y si hubiera sido alguien más? −preguntó muy angustiado, Yuri suspira.
−Está bien, me cuidaré, lo prometo.
−De a cuerdo, le diré a Phichit y los otros dos que nos guarde el secreto.
Continuará.
Estaba pensando en si quieren que este fic sea mpreg, porque yo no sé si a los que leen les gusta o
no ese tipo de cosas. En este caso no serían omegas o alfas o esas cosas, simplemente hay chicos
que por genética pueden quedar embarazados y chicos que no. Porque si fuera por lo de lo omega,
Yuri estaría en celo permanentemente.
PD: POR ALGUNA RAZON QUE NO COMPRENDO, SE ME DESCONFIGURAN LOS
CAPITULOS, NO ES LA PRIMERA VEZ QUE SUBO UN CAP Y SE ME BORRA EL
ANTERIOR. EL CAP ANTERIOR LO TUVE QUE SUBIR NUEVAMENTE, PORQUE
ESTABA ESTE COMO CAP 5 Y ESTE ES EL CAP 6!! DESDE YA LAMENTO MUCHO
ESTO, LES JURO QUE YO SUBO EL CAP COMO SE DEBE PERO DE REPENTE SE ME
BORRA O NO SE QUE PASA.
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