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Clase 01
“Introducción al Recorrido de formación para directivos de instituciones de
formación docente”
Un espacio colectivo para pensar, conocer y dialogar, hacia un accionar en conjunto.
Nos es muy grato abrir este espacio de formación y acompañamiento destinado específicamente a directivos/
as de nivel superior. El presente recorrido, que hoy iniciamos juntos/as, les va a proponer conocer y analizar en
profundidad las políticas y normas que constituyen, en la actualidad, el campo de la formación docente, el sistema
formador en particular y el educativo en su conjunto, en articulación con las prácticas situadas de gobierno de las
instituciones que ustedes llevan adelante.
El marco del Programa Nacional de Formación Permanente (Res. CFE N° 201/13) es una oportunidad histórica para
generar espacios como éste donde desplegar el necesario e inagotable debate acerca de lo que implica formar,
educar, hacerse garantes, corresponsables, junto con otros/as de la educación como derecho y darle direccionalidad
política a la acción de gobierno institucional de la formación docente.
Queremos darles la bienvenida a cada uno/a de ustedes y al conjunto de directivos/as de las veinticuatro
jurisdicciones del país que se están sumando a este espacio. Contarles también que directivos/as, tanto de
gestión estatal como de gestión privada, de todos los niveles educativos y de las diferentes modalidades inician,
como ustedes, o ya iniciaron este Recorrido de Formación para directivos en el marco del Programa Nacional de
Formación Permanente “Nuestra Escuela”, en otro espacio que les es propio.
Como todos sabemos, el Programa “Nuestra Escuela” es una reivindicación histórica hacia la garantía del derecho a
la formación permanente de las/os docentes y la propuesta es universal, federal, gratuita, en ejercicio y de calidad.
A lo largo del recorrido iremos viendo lo que implica, política e históricamente, este proceso que se ha iniciado
recientemente y que nos convoca a todos/as.
Para comenzar, señalamos particularmente que trasciende la
concepción de una formación permanente individual, a título personal, y asumida en solitario por cada docente.
Ubica plenamente a la formación como dimensión inherente del trabajo docente. Es decir, se reconoce que este
trabajo –hecho con otros/as, en múltiples sentidos- requiere, de forma indispensable, dar continuidad a una
formación que no concluye en un punto de la trayectoria. Es que enseñar en la escuela hoy, nos demanda insistir
en la pregunta por el sentido de la educación, construir una posición de búsqueda permanente de nuevos abordajes
integrales, reconocer realidades complejas – no imposibles de abordar pero complejas, multidimensionales-, y
asumir el cambio, el conflicto y lo impredecible como aspectos constitutivos de ese trabajo.
El Programa reconoce, a su vez, que la escuela es el lugar donde se produce un conocimiento específico, hecho de
pluralidad de saberes propios de una práctica – también compleja- y que no alcanza con un enfoque formativo que
recorte disciplinas, áreas excluyentes, jerárquicas o que apele a los/as docentes en su individualidad. Por eso es que
combina una formación situada y colectiva, institucional (Componente 1) con las formaciones singulares que cada rol
institucional requiere (Componente 2).
Se trata entonces, de avanzar juntos/as en un recorrido que reúne, sin oponer, sujetos e instituciones, saberes
de las prácticas y de las teorías, interdisciplinariedades, diálogos y diferencias, políticas, normativas, acuerdos y
situaciones cotidianas que requieren respuestas.
Es interesante dimensionar la importancia que tiene, hoy, ser protagonistas de este proceso, en tanto colectivo del
cual ustedes, así como los/as directivos/as y docentes de las escuelas para las que forman, están ya formando
parte.
El lugar de las instituciones de formación docente. Acerca de la creación de condiciones
hacia nuevas institucionalidades.
Quienes trabajamos en educación y en formación docente sabemos que, desde 2003, la educación se instala
centralmente en el conjunto de las políticas sociales y promueve una perspectiva de inclusión en la escuela para
todos/as, sin distinciones ni discriminaciones, ampliando condiciones institucionales para que ello ocurra.
La Ley Nacional de Educación N° 26.206, en el año 2006, establece que la educación es un derecho que debe ser
garantizado desde el Estado y genera ámbitos que posibiliten el desarrollo del sistema educativo y, particularmente,
de la formación docente.
“En este sentido, la creación del Instituto Nacional de Formación Docente (INFD) significó el inicio de un proceso
de dinamización, desarrollo y jerarquización de la formación docente en la Argentina; y brindó un marco al diseño e
implementación de las políticas públicas en materia de formación como resultado de un proceso de
construcción colectiva que incorporó la experiencia y visión de las gestiones jurisdiccionales de educación superior,
de equipos directivos y docentes de instituciones de gestión estatal y privada, como también de representantes de
gremios docentes y de educadores”1
Así también, se integraron en las políticas de formación docente, acciones de formación desde el Instituto Nacional
de Educación Tecnológica (INET), la Dirección Nacional de Gestión Educativa (DNGE), la Dirección Nacional de
Políticas Socioeducativas (DNPS) de modo de ampliar, diversificar, fortalecer todas las trayectorias educativas y
escolares.
El Plan Nacional de Educación Obligatoria y Formación Docente (Res. CFE N° 188/12), en el año 2012, estructuró
metas y líneas de acción para profundizar una agenda amplia, que reúne en torno a desafíos concretos, a todos los
niveles obligatorios y de la formación docente.
Este escenario permitió llegar a 2013 con condiciones institucionales habilitantes de nuevos procesos y
posibilitadoras del desarrollo del Programa Nuestra Escuela, incluyendo con firmeza los fuertes desafíos que se
abren para el Estado nacional, las jurisdicciones, las escuelas, los equipos directivos y los/as docentes.
Sin dudas, el lugar del sistema formador en este recorrido es relevante y asume una especificidad particular. ¿Cómo
pensar una escuela que se transforma a sí misma si no es, en un sentido prioritario, desde la formación docente?
Una escuela en transformación, que se constituye como inclusiva para todos/as, garante de derechos, generadora
de nuevas posibilidades de transitar trayectorias educativas y que redefina el papel de sus docentes y directivos, se
configura democráticamente, a partir de una formación docente democratizadora.
Una nueva institucionalidad educativa y formativa requiere debate público ya que, como el Programa Nuestra
Escuela propone, es necesario formar docentes portadores de una ética estatal, capaces de concebirse a sí mismos
llevando adelante un trabajo político.
“La docencia es un trabajo profesional que requiere de una ética estatal; la llamada “cosa pública” debe estar
presente en la discusión sobre la formación y la práctica docente por partida doble: por el carácter público del
sistema formador y por el
1 Ministerio de Educación. Programa Nacional de Educación Permanente. Cuadernos de trabajo. Serie política
educativa. Módulo 1 Nuestra escuela. 2013 (p. 24)
carácter público de las escuelas, con independencia del ámbito de gestión al que pertenezcan las instituciones”2
Así, se despliega, en los hechos, el derecho de todos/as los/as docentes a la formación permanente, y en el
mismo momento, se construye colectivamente esa ética estatal que este tiempo histórico demanda. Lo cual tiene
significativa importancia para cada uno/a en sus trayectorias profesionales y, a la vez, genera nuevas condiciones de
trabajo e institucionales ya que se avanza en el fortalecimiento de escuelas e institutos, en definitiva, en la mejora de
la calidad educativa.
Es por esto que el nivel superior asume un lugar particular en el marco político de la formación permanente que el
Programa Nuestra Escuela propone. Se trata de un lugar diferenciado -que confluye en “lo común”- por ser el nivel
que tiene la responsabilidad de crear nuevos modos de formar para llevar adelante el trabajo docente, hacia un
ejercicio democrático y democratizador del conocimiento. En simultáneo, asume la responsabilidad de reconfigurarse
a sí mismo como sistema formador para que estos procesos se generen y sostengan en todo el sistema educativo.
Por ello, decimos aquí e iremos analizando juntos/as a lo largo de las clases, que el nivel superior en su conjunto,
cada instituto y cada directivo/a o equipo de conducción tienen por delante la responsabilidad de mantener una doble
mirada: hacia sí mismos/as y hacia los niveles para los que forman; hacia los institutos, los /as formadores/as, los/
as estudiantes de nivel superior y las escuelas, los/as docentes y los alumnos/as de todos los niveles y modalidades.
Mirada de análisis para la toma de decisiones que se vuelve sobre sí y que para ello necesita (re)conocer en
profundidad los marcos y requerimientos de los niveles educativos y las modalidades.
Esta doble mirada desafía a la formación docente y al lugar del equipo directivo del nivel superior, en el mejor
sentido, ya que incita a promoverla y sostenerla en cada acto formativo, en el armado de cada proyecto formativo
situado, en las decisiones de gobierno más diversas.
2 Ministerio de Educación. PNFP. Cuadernos de trabajo. Serie política educativa. Módulo 1 Nuestra escuela. 2013
(p. 22)
El rol institucional y pedagógico de los/as directivos/as de nivel superior en el recorrido
de formación del Programa “Nuestra Escuela”: una doble mirada desde el gobierno de la
formación docente.
Las prioridades de política educativa de los últimos años, establecidas en la Ley de Educación Nacional y en
diferentes resoluciones del Consejo Federal de Educación, nos desafían, a su vez, a poner a las escuelas en el
centro de la escena, para afianzar, ampliar y profundizar las transformaciones que se fueron generando.
Poner la escuela en el centro nos conduce a mirarla críticamente para transformarla “desde adentro” y hacerlo
requiere abrir múltiples perspectivas y preguntas “haciéndose cargo” del trabajo por hacer: ¿qué docentes para esa
escuela inclusiva?, ¿con qué saberes que articulen teoría y práctica horizontalmente en torno a la enseñanza?, ¿qué
es enseñar hoy, en y para una escuela inclusiva?, ¿qué significa formar/se para enseñar de modo de garantizar el
derecho a aprender de todos/as?, ¿qué tipo de vínculo igualitario entre esa escuela y la comunidad en la que se
inserta?, ¿de qué modo se redefine una autoridad pedagógica en un sentido democrático?. La formación docente no
puede dejar de hacerse éstas y otras preguntas y hacer que resuenen una y otra vez.
Es el equipo directivo de las instituciones formadoras el que tiene la responsabilidad de poner en marcha, para sí
mismo y entre los/as formadores, procesos que vayan dando respuesta a estas preguntas en torno a la enseñanza,
las trayectorias, los aprendizajes, la resolución de situaciones diversas en las escuelas, la preocupación porque los
derechos de niños, niñas y adolescentes se vean garantizados. Es quien gobierna un proyecto formador que no se
agota en un cúmulo de espacios teóricos y de la práctica, que requiere articulación permanente entre “lo disciplinar”
y “lo pedagógico” (no oposición y distancia), que implica mantener siempre en movimiento la inquietud por conocer y
hacer vivo el sentido de formar docentes hoy.
Por otra parte, el Programa Nuestra Escuela coloca la responsabilidad central en el/la directivo/a o equipo directivo,
de planificar y desarrollar las jornadas institucionales e interinstitucionales, pone en relevancia y valor su función
formadora y pedagógica. Es éste el ámbito y la oportunidad actual de dinamizar las preguntas sobre el sentido de la
formación docente en nuestro tiempo, además de hacerlo en cada proyecto, en cada acción colectiva, en cada acto
de la formación.
Desde esta concepción, el gobierno de la formación docente implica dar direccionalidad a procesos donde todos/as
se vean implicados: directivos/as, formadores/as y estudiantes. Gobernar supone así, redefinir un proyecto que es
de muchos/as, crear dispositivos y
convocar a otros/as a construirlos y sostenerlos, conformar equipos de trabajo, disponer condiciones habilitantes
para que la formación de esos equipos ocurra y los conflictos movilicen sin impedir, considerar su propia formación y
la de los docentes de su institución como parte de su propio trabajo, promover la participación de los/as estudiantes
como tales y como futuros docentes.
La doble mirada de la que hablamos no deja nunca de profundizar en la formación docente misma así como en
los ámbitos educativos para los que forma, sus marcos normativos, sus requerimientos y necesidades. Atiende las
trayectorias de los/as formadores/as y su trabajo continuo en torno a la mejora de la enseñanza. Se sostiene en el
presente de los/as estudiantes, para que sus trayectorias sean efectivamente formativas y en el porvenir que los/as
espera como docentes, en las escuelas de las que formarán parte.
Para seguir pensando y construyendo juntos/as: “entre las normativas y las prácticas de
gobierno”
Queremos invitarlos ahora a comenzar esa construcción colectiva de la que hablamos, reconociendo y
profundizando el marco político pedagógico propio del Programa “Nuestra Escuela”, mientras que –al mismo tiempovamos delimitando ese lugar particular que le cabe al directivo/a o equipo directivo de las instituciones de formación
docente.
Les proponemos tener a mano materiales de trabajo que lo acompañarán a lo largo de todo el recorrido de
formación:
• Ley de Educación Nacional No 26.206, Res. CFE N° 188/12, Res. CFE N° 201/13.
• Los proyectos formativos de los IFD que dirigen y las planificaciones y registros de las jornadas institucionales
realizadas en el marco del Programa Nuestra Escuela.
Los invitamos a realizar una primera actividad dentro del foro de intercambio destinado a esta clase.
Consigna para Foro de intercambio
Tema: El PNFP y nuestro rol como directivos
1. Les proponemos mirar el siguiente video: http://youtu.be/DM2Uk9AQo5g. 2. Al ver el video y retomando las leyes
y resoluciones mencionadas en la clase 1, ¿qué interrogantes e inquietudes les surgen para pensar su rol como
directivos/as de formación docente en el marco del Programa Nuestra Escuela?
Escenas: 00:00 a 02:08 Palabras de Bienvenida del Ministro de Educación. Prof. Alberto Sileoni 02:09 a 05:26 Papel
del Equipo Directivo en el PNFP. Directora Ejecutiva del INFD. Lic.
Verónica Piovani. 05:27 a 07:05 Historias de los inicios. Testimonios de docentes. 07:06
a 08:11 Fragmento del documental del Maestro Luis Iglesias. 08:12 a 09:01 Desafíos del Nivel Inicial 09:02 a
09:49 Desafíos del Nivel Primario 09:50 a 10:51 Desafíos del Nivel Secundario 10:52 a 12:40 Nuevas formas de
conocimiento
Bibliografía
• Cuadernos de trabajo. Serie Política Educativa. Módulo 1 Nuestra Escuela.
• Ley Nacional de Educación N° 26.206
• Res. CFE N° 188/12
• Res. CFE N° 201/13