Trasplante y rechazo

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CAPÍTULO
Donación de órganos
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Donación de órganos
El factor más limitante para el trasplante de órganos es la escasez
de donantes. Hay muchas más personas que se beneficiarían de
un órgano de los que están disponibles. De hecho, dada la buena
supervivencia de la mayoría de las formas de trasplante, hay algunos
trastornos a los que beneficiaría un trasplante, pero que nunca se
consideran y se tratan de otras formas porque siempre habrá casos con
mayor prioridad.
Existen varias soluciones a este tema. Una es aumentar el número de donantes usando anuncios y campañas de reclutamiento de
donantes. Esto implica también aumentar la conciencia del público
en la donación de órganos, y esto puede ser especialmente difícil en
países donde hay barreras culturales o religiosas a la donación. Una
posibilitad en esta área es la legislación; algunos países tienen en marcha una política de «presunto consentimiento» por la que se asume
que todos han dado su consentimiento para utilizar sus órganos, a
no ser que se indique otra cosa. Otros países operan con un enfoque
«opcional» donde los sujetos (o sus familiares) tienen que dar permiso
para usar sus órganos. Es también importante mejorar la frecuencia de
donaciones en una minoría de grupos étnicos, que a menudo tienen
una baja frecuencia. Lo segundo es mejorar el proceso con el que se
aborda a los familiares respecto a la donación de órganos, y asegurar
que haya suficientes instalaciones para permitir la obtención de todos
los órganos (recuerde que un donante puede proporcionar muchos
órganos para el trasplante). Los coordinadores de trasplantes (como
se les llama en el Reino Unido, pero hay puestos equivalentes en
otros países) son clave para este proceso, como lo son los equipos
quirúrgicos que obtienen los órganos. El tercero es relajar los criterios
de selección de los donantes, utilizando órganos que no se habrían
usado antes. Así, está aumentando el uso de donantes sin latido
cardíaco, y cada vez se usan más «donantes marginales», por ejemplo,
donantes ancianos o aquellos que han padecido enfermedades que
antes les habrían excluido.
La vía final de aumentar la donación es usar donantes vivos o
animales como donantes (xenotrasplante), y ambas se exponen más
adelante.
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Aspectos éticos que son un factor importante
en la donación procedente de sujetos vivos
La escasez de órganos de cadáveres ha aumentado el uso de donantes
vivos. Está claro que esto solo es posible en situaciones en las que
la donación de un órgano posee poco riesgo para el donante vivo.
El trasplante renal suele hacerse a partir de donantes vivos, dado
que es muy posible vivir igual con un solo riñón sano. También es
posible donar un lóbulo hepático, ya que puede crecer de nuevo. La
donación de un lóbulo pulmonar también es posible, aunque esta
es una intervención de mayor riesgo. El trasplante de célula troncal
hematopoyética también puede hacerse con donantes vivos, aunque
los problemas relacionados con esta forma de trasplante son algo
diferentes a los de los trasplantes de órganos sólidos, ya que las células
troncales se reponen con rapidez.
Antes de cualquier donación de un donante vivo, es importante
asegurarse de que el posible donante está sano, de que la donación
es compatible (del grupo sanguíneo adecuado) y de que el donante es
consciente de los riesgos y no ha sufrido coacción para donar un
órgano. No sería ético poner a un donante bajo una presión extrema
para donar un órgano, y los equipos de trasplante deben tener mucho
cuidado en asegurarse de que esto no suceda. En la mayoría de los
casos, la donación se realiza entre dos familiares cercanos (incluidos
esposos) o a veces amigos. Sin embargo, existen pocos «donantes
altruistas» que donen sus órganos a cualquiera que los necesite. En la
mayoría de los países no se permite vender órganos para el trasplante,
y la mayoría de las personas implicadas en el trasplante no lo verían
ético. Pero hay un problema real con el «turismo de trasplante», en
el que personas de países ricos y desarrollados viajan para comprar
órganos de donantes pobres y de estratos marginales.
Se han establecido programas de intercambio de órganos para
maximizar el número de trasplantes realizados. En los casos más
simples se trata de donaciones pareadas. Jane Smith puede necesitar
un riñón y tener un pariente, Steve Smith, que desea donarlo. Sin
embargo, si el riñón de Steve Smith es incompatible con Jane, entonces no puede donárselo. Pero si hay otra pareja en una situación
similar, de modo que Jim Jones necesita un riñón y Stella Jones está
deseando donárselo, pero los dos son incompatibles, entonces sería
posible que Stella Jones donara su riñón a Jane Smith y que Steve
Smith donara el suyo a Jim Jones. También son posibles arreglos de
mayor complejidad, con tres o más parejas de donación, de forma
que se maximice el número de trasplantes. De hecho, es posible usar
un donante altruista para iniciar una cadena de donación, de modo
que él done al receptor A, el potencial donante del receptor A done
al receptor B, él done a C, y así sucesivamente hasta que el último
receptor sea un sujeto que no tiene un donante adecuado.
Además del trasplante de órganos, hay un programa extenso de
trasplante de células troncales hematopoyéticas (células capaces
de regenerar las células sanguíneas), por ejemplo, en pacientes con
leucemia o con inmunodeficiencias primarias. Estas células troncales
se obtienen primero de la médula ósea de donantes (vivos), aunque
cada vez más se obtienen células troncales periféricas de la sangre. El
trasplante de células troncales tiene sus propios problemas.
Se están realizando ensayos clínicos de tratamiento con células
troncales, usando células troncales mesenquimatosas o embrionarias.
Su objetivo es que las células troncales puedan diferenciarse y reparar
los órganos dañados. En algunos casos, las células troncales se toman
del paciente, en cuyo caso no hay problemas inmunitarios. Sin embargo, si se toman de otro sujeto, es posible el rechazo.
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