Estados Unidos: SE FIJA LA FECHA DE EJECUCIÓN PESE A LAS

AU: 264/16 Índice AMR 51/5188/2016 EE. UU.
Fecha: 22 de noviembre de 2016
ACCIÓN URGENTE
SE FIJA LA FECHA DE EJECUCIÓN PESE A LAS
DUDAS SOBRE LA APTITUD MENTAL
Está previsto que John Battaglia, de 61 años, sea ejecutado en Texas el 7 de diciembre. Había sido
condenado a muerte por el homicidio de sus dos hijas, tan sólo unas niñas, cometido en 2001. Tres
psicólogos han concluido que sufre un trastorno alucinatorio que lo convierte en no apto para ser
ejecutado. El 18 de noviembre, un juez de Texas resolvió que está fingiendo su enfermedad mental
y que puede ser ejecutado.
En abril de 2002, un jurado del condado de Dallas declaró a John Battaglia culpable del homicidio de sus hijas, de seis y
nueve años, cometido el 2 de mayo de 2001. Según las pruebas presentadas por la fiscalía en el juicio, John Battaglia
estaba en libertad condicional por haber mostrado conducta violenta hacia su esposa, madre de sus dos hijas y de la que
estaba separado, y los asesinatos fueron una venganza contra ella por amenazarle con hacer que le revocaran dicha
libertad condicional. Las niñas, que estaban en casa de su padre de visita, murieron de un disparo mientras hablaban por
teléfono con su madre. Tres expertos en salud mental testificaron en favor de la defensa, y uno en favor de la acusación,
que John Battaglia sufría un trastorno bipolar.
El abogado de John Battaglia ha presentado una apelación basada en la sentencia dictada en 1986 por la Corte Suprema
de Estados Unidos en Ford v. Wainwright, por la que se prohíbe la ejecución de las personas no sean mentalmente aptas,
es decir, que no comprendan el motivo o la realidad de su castigo. En 2007, en la sentencia de la causa texana Panetti v.
Quarterman, la Corte Suprema estableció que, en virtud de la sentencia Ford, “[e]l que un preso sepa cuál es el motivo por
el que el Estado va a ejecutarlo no equivale a que lo comprenda de manera racional […] Los fuertes delirios derivados de
un trastorno mental grave pueden establecer un vínculo entre un delito y su castigo en un contexto tan alejado de la
realidad que el castigo no sirve a un propósito adecuado". (https://www.amnesty.org/en/documents/amr51/114/2007/en/).
Tres psicólogos han concluido que John Battaglia no es apto para ser ejecutado, a causa de un trastorno delirante. La
experta presentado por la defensa escribió que Battaglia “sufre un trastorno grave y activo caracterizado por creencias
delirantes severas y persistentes [...] A causa de esta interpretación persistente, prolongada, inflexible y delirante de sus
circunstancias, el Sr. Battaglia no tiene capacidad para comprender racionalmente la conexión entre su delito y su castigo”.
El psicólogo presentado por la acusación declaró que Battaglia sufre “una enfermedad mental severa a causa de un
complicado sistema de delirios persecutorios” y que “su comprensión de los motivos de su ejecución es irracional, pues
considera que se deriva de una enorme y complicada conspiración en su contra que forma parte de un encubrimiento de
gran envergadura y múltiples facetas”. Un tercer experto, designado por el tribunal, escribió que John Battaglia cree que su
“declaración de culpabilidad fue una farsa, que lo drogaron y no recuerda los asesinatos, que es todo una conspiración
contra él, que sus hijas no están muertas, que ‘todo este asunto’ es mucho más amplio y que trata de la fe y la libertad [...]”.
Los tres expertos hicieron estas declaraciones en una vista celebrada en un tribunal del condado de Dallas el 14 de
noviembre. Al día siguiente, un cuarto psicólogo, también designado por el tribunal, declaró que creía que John Battaglia
era apto para ser ejecutado. El 18 de noviembre, el juez dictó una orden por la que consideraba a John Battaglia apto para
la ejecución, y describía la opinión de este cuarto experto como “totalmente creíble” y “concluyente”. Esta decisión ha sido
recurrida.
Escriban inmediatamente en inglés o en su propio idioma, citando el número de preso (#999412) en sus
llamamientos:
- pidiendo que se detenga la ejecución de John Battaglia y que se conmute su condena a muerte;
- señalando que tres psicólogos han concluido que sufre un trastorno delirante que impide que tenga una comprensión
racional de su ejecución inminente;
- explicando que no desean restar importancia a la gravedad del crimen ni negar el sufrimiento que ha causado.
ENVÍEN LLAMAMIENTOS ANTES DEL 7 DE DICIEMBRE DE 2016 A:
Sección de Indultos, Junta de Indultos y Libertad Condicional
Clemency Section, Board of Pardons and Paroles
8610 Shoal Creek Blvd., Austin, Texas 78757-6814, EE. UU.
Fax: +1 512 467 0945
Correo-e: [email protected]
Tratamiento: Dear Board members / Señores miembros de la
Junta
Gobernador
Governor Greg Abbott
Office of the Governor, P. O. Box 12428
Austin, Texas 78711-2428, EE. UU.
Fax: +1 512 463 1849
Tratamiento: Señor Gobernador / Dear Governor
Envíen también copias a la representación diplomática de Estados Unidos acreditada en su país. Inserten a continuación las
direcciones de las sedes diplomáticas locales:
Nombre Dirección 1 Dirección 2 Dirección 3
Fax Número de fax Correo-e Dirección de correo-e Tratamiento Tratamiento
Consulten con la oficina de su Sección si van a enviar los llamamientos después de la fecha indicada.
ACCIÓN URGENTE
SE FIJA LA FECHA DE EJECUCIÓN PESE A LAS DUDAS SOBRE LA APTITUD MENTAL
INFORMACIÓN COMPLEMENTARIA
En 2011, un tribunal federal de primera instancia señaló las “largas y básicamente ininteligibles misivas [de John Battaglia] al
tribunal, junto con su historial de trastorno bipolar” como motivo para temer que Battaglia “pueda no ser mentalmente apto para
renunciar a sabiendas y de manera inteligente a su derecho a un abogado”, como Battaglia intentaba hacer por aquel
entonces. Un ejemplo de esas “misivas”, fechado el 19 de octubre de 2009, incluye el siguiente texto: “Estos hechos y
conclusiones de ley fueron fechados el 6 de agosto de 2008 y se me han ocultado, al igual que el nombre del juez que los
escribió y al igual que todas las actas y pruebas presentadas en mi juicio original de 2002 por mis abogados tanto del juicio
como de la apelación. Este se debió en parte a que yo me había casado en un Klan o Secta de racistas locales de Dallas que
practicaban un extraño tipo de eugenesia que implicaba la concepción consanguínea secreta y fraudulenta de niños por parte
de miembros de las mismas familias inmediatas bajo la artimaña de un matrimonio doméstico normal”.
La psicóloga presentada por la defensa en el caso Ford sometió a John Battaglia a unas 15 horas de entrevistas y múltiples
pruebas, y realizó un detallado informe de sus conclusiones de que el trastorno delirante de Battaglia lo hacía no apto para ser
ejecutado. En su decisión del 18 de noviembre, el juez Robert Burns, del tribunal de primera instancia en lo penal del condado
de Dallas, “descart[ó] por completo la opinión [de la psicóloga]”por la “falta de experiencia de ésta en el trabajo con población
reclusa”, y añadió que “las alegaciones de procesamiento indebido y conspiración por parte de jueces, testigos, fiscales y
abogados defensores son práctica habitual”. El juez adoptó una postura similar respecto al experto de la acusación, de quien
dijo que tenía “sólo una experiencia limitada” en el entorno penitenciario. Respecto al experto designado por el tribunal que
concluyó que Battaglia no era apto para ser ejecutado, el juez apenas dijo nada. Por el contrario, concluyó que el otro psicólogo
designado por el tribunal, que tenía experiencia de trabajo en prisiones federales, estaba “altamente cualificado para
determinar la aptitud en este contexto” y era “totalmente creíble”. Ese psicólogo no realizó ninguna prueba al preso, sino que
basó su evaluación inicial en una entrevista de menos de cinco horas mantenida con él. Tras recibir los informes de los otros
tres psiquiatras, realizó otra entrevista al preso, pero siguió sin someterlo a ninguna prueba. Su segundo informe afirmó que
John Battaglia es “una persona sumamente inteligente que ha tenido el tiempo y la motivación para empezar a crear un
argumento complejo y paranoide que podría haber practicado a lo largo de los años”. El psicólogo hizo un diagnóstico
provisional de fingimiento de enfermedad y concluyó que “probablemente no sufre un trastorno delirante”.
El juez Burns escribió que, dada su ejecución inminente, “Battaglia tiene un motivo para mentir y/o exagerar sus síntomas de
enfermedad mental.” El juez concluyó que no creía “que Battaglia sufra una enfermedad mental grave”, y que consideraba que
“es intelectualmente capaz y con un pensamiento lo suficientemente elaborado, y tiene toda la motivación para invalidar las
pruebas sobre salud mental y crear estos delirios relacionados específicamente con su comprensión racional de su conexión
con el delito como medio de impedir su ejecución. El Tribunal cree que Battaglia está fingiendo o exagerando sus síntomas de
enfermedad mental”.
Aunque las autoridades estatales han afirmado con frecuencia que un condenado a muerte está fingiendo o exagerando una
enfermedad mental (véase https://www.amnesty.org/en/documents/amr51/003/2006/en/), es innegable, como manifestó la
Corte Suprema en su sentencia de 2007 sobre el caso Panetti, que “es difícil definir un concepto como la comprensión
racional”. En su sentencia de 1986 en el caso Ford v. Wainwright, cuatro de los jueces de la Corte Suprema habían señalado
también que las pruebas de si un preso no es apto para la ejecución “siempre serán imprecisas”. Un quinto juez había añadido
que “al contrario que las cuestiones de tipo factual, la cuestión de la cordura de un apelante requiere un criterio básicamente
subjetivo.” Para muchas personas, uno de los motivos de poner fin a las ejecuciones y abolir la pena de muerte es
precisamente la imposibilidad de eliminar la subjetividad y el error humano de una pena irrevocable.
Texas ha sido responsable de 538 de las 1.440 ejecuciones (el 37 %) llevadas a cabo en Estados Unidos desde que la Corte
Suprema aprobó los nuevos estatutos de pena capital en 1976, y de 7 de las 18 ejecuciones llevadas a cabo este año.
Amnistía Internacional se opone a la pena de muerte en todos los casos, incondicionalmente. Se trata de una pena que,
independientemente de la culpabilidad, la aptitud del condenado o la gravedad del delito, es incompatible con la dignidad
humana.
Nombre: John Battaglia
Sexo: Hombre
AU: 264/16 Índice AMR 51/5188/2016 Fecha de emisión: 22 de noviembre de 2016