Andrew Soltis - e

ANDREW 50LTIS
SECRETOS DE
LA INVERSIÓN
DE JUGADA.
�
a1e"árez
en
E
xplote los trucos y sutilezas del orden
de jugadas en la apertura
TUTOR
Editor: David Domingo
Coordinación editorial: Paloma González
Traducción: Antonio Gude
No está permitida la reproducción total o parcial de este libro, ni tampoco su tratamiento irúonnático, ni la transmisión
de ninguna forma o por cualquier medio, ya sea electrónico, mecáruco, por fotocopia, por registro u otros métodos,
sin el permiso previo y por escrito de los titulares del
Copyright.
Título original: Transpo Tricks in chess
Publicado por primera vez en U.K. en 2004 por B. T. Batsford Limited, un sello de Anova Books
Company Limited, London.
© 2007 by Anova Books
© 2007 del texto by Andrew Soltis
© 2009 by Ediciones Tutor, S.A.
Marqués de Urquijo, 34. 28008 Madrid
Tel.: 91 559 98 32. Fax: 91 541 02 35
E-mail: [email protected]
www.edicionestutor.com
•
Socio fundador
de la World Sport Publishers' Association
(WSPA)
Maquetación: Juan Moraño
ISBN: 978-84-7902-788-9
Depósito legal: M-34.272-2009
Impreso en Gráficas COFAS
Impreso en España
-
Printed in Spain
3
Sumario
Introducción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
CAPÍTULO 1 Aperturas abiertas
.
5
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 13
CAPÍTULO 2 Apertura Ruy López
.
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 33
CAPÍTULO 3 Defensa Siciliana . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 51
CAPÍTULO 4 Aperturas semiabiertas
.
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 87
CAPÍTULO 5 Aperturas de Peón Dama
.
.
.
.
..
.
.
.
.
.
..
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.. .
.
.
.
.
.
.
. . . 111
CAPÍTULO 6 Defensas indias
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
. . .
.
.
.
.
.
.
.
.
. .
.
.
.
.
. 179
. .
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
CAPÍTULO 7 Defensa Holandesa y aperturas de flanco
Índice de variantes de apertura . .
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
143
.
.
199
Signos convencionales
+
++
0-0
0-0-0
?
!?
?!
!!
??
±
:¡:
±
:¡:
+-+
=
oo
'2!?
ECO
Jaque
Jaque mate
Enroque corto
Enroque largo
Buena jugada
Mala jugada
Jugada interesante
Jugada dudosa
Jugada extraordinaria
Grave error
Ligera ventaj a de las blancas
Ligera ventaj a de las negras
Ventaja de las blancas
Ventaj a de las negras
Ventaja decisiva de las blancas
Ventaj a decisiva de las negras
Posición igualada
Posición complicada, difícil de evaluar
Posición complicada tendente a la igualdad
Enciclopedia de Aperturas de lnformator
5
Introducción
Las aperturas se han vuelto tan complejas
y enrevesadas, que hemos olvidado nues­
tro principal objetivo al jugarlas, es decir,
la razón por la que, digamos, preferirnos 1
e4 a 1 d4 (u 11 h3 a 1 1 �e3), a saber, con­
seguir el medio juego que queremos jugar.
Lamentablemente, también nuestros
oponentes pueden elegir, a fin de llegar a
un medio juego que les convenga. Rara
vez ambos medios juegos coinciden.
¿Cómo conseguir el que usted quiere?
Por sorprendente que parezca, no puede
confiar en su legendaria habilidad posicio­
nal, su capacidad de cálculo (superior a la
de Fritz) ni en su deslumbrante carisma
personal. Lo que tiene que hacer es recu­
rrir a la superchería, a la astucia de la
transposición.
Piense, por ejemplo, en la apertura 1 e4
eS 2 ltJf3 ltJc6 3 .,tbS ltJf6 4 0-0 ltJ xe4 5 d4,
la línea principal de la Defensa Berlinesa
en la Ruy López.
(Ver diagrama l.)
En el 99% de las partidas, las negras
responden aquí con 5 ... d6 ó 5 . . . .i.e7, y
la vida sigue.
Pero rnerode.ando en el laberinto de las
notas al pie, descubrirnos 5 a6!?. Nor..•
malmente, se acompaña del comentario "si
6 i.a4, entonces 6 ... b5 7 .tb3 d5, transpo­
niendo a la Defensa Abierta".
Puesto que se trata de una nota al pie,
apenas reparamos en ella. Después de todo,
5 ... a6 "sólo transpone". Eso nos dice que no
importa, porque sólo conduce a otra apertu­
ra, es decir, a algo irrelevante en esa página.
Pero resulta que 5 ... a6 ha sido un ar­
ma valiosa para muchos jugadores, desde
Paul Morphy hasta Vassili Ivanchuk. Su
fuerza radica en la posibilidad de que las
negras puedan llegar a dónde quieren lle­
gar (la Defensa Abierta), y evitar lo que
quieren evitar: la Variante del Cambio (3
... a6 4 �xc6).
6
SECRETOS DE LA INVERSIÓN DE JUGADAS EN AJ EDREZ
Sutilezas como ésa rara vez se apre­
cian, hasta que pasan a incorporarse a la
"teoría". Tal fue el caso de la partida Bot­
vinnik-Capablanca (AVRO 1938), que se
hizo famosa al instante y que comenzó con
1 d4 llif6 2 c4 e6 3 llic3 .ib4 4 e3 d5
De qué forma degrada las opciones de
su oponente o incrementa las suyas pro­
pias.
Una estrategia básica en cualquier
apertura es incrementar las opciones pro­
pias. Consideremos esta conocida posi­
ción:
Hoy día parece obvio 5 a3 � x c3+
6 bxc3. Pero en 1938 se consideró una ju­
gada magistral. "La idea de esta jugada es
típicamente moderna, a saber, transponer
a una variante favorable que no se hubie­
se alcanzado de una forma normal", escri­
bió Reuben Fine.
En realidad, hay una forma normal que
permite a las blancas evitar un peón do­
blado (la desacreditada 4 a3 �xc3+ 5 bxc3
dS? ! ) . Botvinnik empleó 5 a3 ! para empu­
jar a Capablanca a entrar en una versión
favorable de 4 a3.
No juzgamos las transposiciones por el
mismo parámetro que hacemos con otras
jugadas. Una idea original de apertura (o
novedad teórica, como suele llamársela)
se evalúa según la nueva posición que
cree. Pero una transposición que, por de­
finición, produce una posición conoci­
da, como 5 a3 ! , lo hace brillantemente.
Podríamos juzgarla por sus efectos, por
ejemplo:
Se trata de un esquema, es decir, de
una formación básica de partida en una
apertura importante. En este caso, se trata
de un esquema que ha servido como ram­
pa de lanzamiento de millares de Sicilia­
nas Dragón, que a menudo continúan con
10 ... llieS y ... l:lc8/ ... llic4.
Pero en una partida de 1997, Anand­
Kiril Georgiev, las negras ensayaron 10
llia5!?. Las blancas pronto apreciaron la
diferencia. Después de la natural 11 �b3,
las negras podrían transponer a líneas más
conocidas, con 1 1 . la c8 y 1 2 . . . lli c4
1 3 �x4 : xc4. Pero 10 .. lliaS concede a
las negras una opción adicional, ... lli xb3+,
que pueden emplear según cuáles sean las
siguientes jugadas de las blancas. En otras
palabras, las negras pueden elegir si de­
sean o no transponer, con ... lli c4.
En lugar de tratar de imaginar lo pe­
ligroso que puede ser . . . lli xb3+, las blan.••
. .
.
I NTRODUCCIÓN
cás se inclinaron por una opción prácti­
ca, 11 .te2!, que podríamos considerar
una contrasutileza, porque elimina la op­
ción extra de las negras y deja al caballo
sin mejor opción que jugar a c4.
Esto surtió un efecto benévolo, porque
una sutileza en el orden de jugadas puede
juzgarse también por:
La forma en que enerva o confunde a
su oponente.
Objetivamente, 1 1 �e2 no es mej or
que 11 � b 3 . Pero psicológicamente
constituye un fuerte golpe, como es típi­
co de las transposiciones, que suelen te­
ner una mayor potencia psicológica que
obj etiva.
Después de 11 l:i c8 12 �bl, las ne­
gras no pudieron armarse de valor para
realizar la mejor jugada, 12 ... tt:J c4, por­
que daría paso al medio juego que las
blancas buscaban, pues al pasar por alto
10 ... tt:Je5, las negras decidieron práctica­
mente que no querían entrar en ese me­
dio juego.
Así pues, eligieron una política muy di­
ferente, 12 a6?. En el Dragón, j ugadas
tan lentas suelen resultar fatales, como su­
cedió en este caso.
.•.
7
13 g4! bS 14 h4 e6 15 a3 hS 16 �gS
hxg4 17 hS! gxhS 18 .l:txhS .li:!.cS 19 fxg4
1::r x c3 20 _t xf6 'ilV x f6 21 'ilV x c3 tLi c4
22 �xc4 bxc4 23 'i!Vxc4, y las blancas ga­
naron.
Esto demuestra que las transposicio­
nes plantean trucos que afectan no sólo
al orden de jugadas, sino también a la
ecuanimidad de su oponente, quien, al
comprender que está siendo arrastrado
al medio j uego que usted busca, puede
perder el habitual aplomo con que los
jugadores afrontan normalmente las 15
primeras jugadas de la apertura. Y los ju­
gadores que pierden la confianza, come­
ten errores.
Volvamos a 1 e4 eS 2 tt:Jt3 tt:Jc6 3 .tbS
tt:'if6 4 0-0 tt:'ixe4 5 d4 a6. Giovanni Vescovi
era el jugador n.º 60 del mundo, cuando, en
2005, se enfrentó por primera vez, con
blancas, a esta posición. Decidió que no se
dejaría arrastrar a la Defensa Abierta.
Pero eso significó que debía optar por
6 �xc6?!, lo que resultó ser el preludio a
una mala idea, 6 dxc6 7 'i!Ve2 .tfS 8 g4?
•••
.tg6 9 h4
•.•
Las negras podían haber refutado esta
continuación con 9
'i!Vd7! 10 tt:'ixeS
'i!Vxd4, como ya había jugado Johannes
••.
8
SECRETOS DE LA INVERSIÓN DE J UGADAS EN AJ EDREZ
Zukertort, ¡nada menos que en Londres
1883 !
Vescovi invirtió 40 minutos para descu­
brir esa dudosa línea. Esto nos lleva a otro
criterio de transposición, que puede me­
dirse por:
La forma en que su oponente piensa.
La verdadera batalla de la apertura co­
mienza cuando puede forzar a su oponen­
te a salir de sus conocimientos teóricos.
Sólo entonces se arriesga a cometer erro­
res y a invertir un tiempo considerable en
reflexionar.
Ése fue el caso, cuando Vishy Anand,
con negras, jugó una partida rápida de de­
sempate entre fenómenos, en 1994, con la
Defensa Petrov. Después de 1 e4 e5 2 tllf3
tllf6 3 d4 tllx e4. Su oponente no jugó aquí
4 �d3, un movimiento que se considera
automático, optando por 4 lll x e5!?
Fue ése un caso de jugada cuyo mérito
principal era, simplemente, obligar a pen­
sar al oponente. Es característico de tales
jugadas que no reducen sus opciones, sino
que más bien las incrementan, pero obli­
gan a pensar más al rival.
No tiene mucho valor, por ejemplo, ju­
gar 1 d4 c6, y luego 2 c4 dS, en compara­
ción con la ruta normal, 1 d4 dS 2 c4 c6.
Pero este orden, empleado por Anatoli
Karpov, entre otros, lleva a las blancas a
debatir entre si conocen más acerca de la
Caro-Kann (2 e4) que de la Eslava. O bien
¿qué harían, en caso de 2 c4 bS? Un orden
de jugadas extraño puede conseguir eso.
Una jugada "que haga pensar" puede
costar a su oponente algo más que minu­
tos. Puede inducirlo a tomar una mala de­
cisión. El ejemplo más drástico de los
últimos tiempos le ocurrió a Vladimir
Kramnik en lo que era, hasta ese momen­
to, la partida más importante de su vida, la
última de un match de Candidatos en 1994.
Su oponente, Boris Gelfand, abrió con
1 c4, a lo que siguió 1 c5 2 lll c3 lll f6 3 g3.
Esta posición se había producido millones
de veces, pero a Kramnik nunca se le había
presentado. Por rutinaria que fuese, la ju­
gada 3 g3 lo confundió. Respondió 3 d5
4 cxd5 lll xd5, y después de 5 � g2
•.•
•••
Anand comenzó a calcular furiosa­
mente, tratando de descubrir qué había de
malo en la jugada blanca. Pero lo cierto es
que no tenía nada de malo. Sólo es una ju­
gada inhabitual. Tras invertir dos de sus
preciosos cinco minutos, jugó 4 d6 5 tllf3
d5, llegándose a una posición de libro.
..•
I NTRODUCCIÓN
... optó por 5 . . e6??, "casi sin pensar", se­
gún su oponente. Kramnik asumía que po­
dría transponer, .después de 6 ll'if3 ll'ic6, a
otro esquema muy bueno para las negras.
Pero siguió 6 ll'i xdS! cxdS 7 �b3, con
lo que las blancas ganaron un peón (7 . . .
c4 8 �bS + ), la partida y el match. El efec­
to de aturdimiento que produjo 3 g3 arrin­
conó, durante varios años, las aspiraciones
de Kramnik al campeonato mundial.
Hay una cuarta forma de evaluar una
astuta transposición, a saber:
.
El camino conocido es 4 . . . cS , y en­
tonces 5 a3 �xc3+ 6 bxc3 ll'ie7. Pero las
blancas disponen de numerosas líneas
marginales, como 5 dxcS, 5 �g4 y 5 ll'if3.
La teoría no considera a estas líneas tan
buenas como 5 a3. Pero en la práctica son
peligrosas, si las negras no están bien pre­
paradas.
En lugar de pasar horas y horas estu­
diándolas, las negras pueden jugar 4
ll'ie7!, que solía ser un preludio a 5 a3
�xc3 + 6 bxc3 b6. Pero Wolfgang Uhl­
mann demostró que 6 cS! era una simple
transposición a la línea principal 4 ... cS.
Las negras obtienen así los beneficios del
orden de jugadas normal, sin tener que
preocuparse por las líneas alternativas. És­
ta es la "higiene mental" del orden de ju­
gadas.
Cada truco de transposición debe ser
juzgado mediante un balance: ¿Cuáles son
los beneficios? , ¿cuáles son los inconve­
nientes?, ¿qué orden de jugadas es más
importante? Algunas jugadas, como 4 ...
ll'ie7, pueden tener más ventajas que in­
convenientes. Otras, como la de Krarnn ik,
5 ... e6??, pueden ser desastrosas.
Pero la inmensa mayoría se encuen­
tra en un término medio. La idea de
alcanzar la línea de fondo no es conce­
derle una posición superior, sino una po­
sición que a usted le guste jugar. Lo ideal
sería que, además, su oponente quisiera
evitarla.
Consideremos 1 e4 c5 2 ll'if3 ll'ic6 3 d4
cxd4 4 ll'i xd4 ll'if6 5 ll'ic3 d6, y ahora 6 h3
e6 7 g4 . Esto transpone a una versión con­
servadora del Ataque Keres, en la que las
blancas confían en un esquema lento, a ba­
se de Ag2, en lugar de g4-g5.
Sin embargo, en la partida Andreikin­
Kosteniuk, Tomsk 2006, siguió 7 a6 8 gS
•.•
•..
Cómo preserva su salud mental.
Todos nosotros estamos obligados a
ocuparnos de una cantidad cada vez ma­
yor de análisis librescos. Casi tan difícil de
memorizarlos en casa resulta recordarlos
luego ante el tablero. Esto puede ser de lo­
cos.
Nos gustaóa simplificar la cantidad de
"libro" que necesitamos conocer para lle­
gar a los medios juegos que nos gustan. La
mejor forma de ahorrar nuestro tiempo de
estudio (y de preservar nuestra salud) es
mediante las transposiciones. Piense, por
ejemplo, en la línea principal de la France­
sa Winawer, 1 e4 e6 2 d4 dS 3 ll'i c3 �b4
4 es.
9
•••
ll'id7 9 h4.
10
SECRETOS D E LA I NVERSIÓN D E J UGADAS EN AJEDREZ
de Mark Taimanov, en la edición de 1972
de la Enciclopedia de Aperturas yugosla­
va, las negras ganan.
É sta es otra posición de libro del Ata­
que Keres, pero las blancas han perdido un
tiempo, porque han invertido dos movi­
mientos en llevar su peón h a h4. Un tiem­
po perdido es una diferencia importante.
Pero más importante aún resultó el he­
cho de que las negras no estuviesen fami­
liarizadas con las posiciones del Ataque
Keres. Después de 9
ltJde5?! 10 .te3
b5?!, quedaron peor, y tras 11 ltJ xc6 ltJ xc6
•••
En realidad, las blancas disponen de
una buena respuesta, 10 ltJf5! . La línea crí­
tica es 10 ... ltJe7!, que fuerza la secuencia
11 lLi xg7+ @f8 12 .txc5 "fixc5+ 13 @hl
@ xg7 14 e5.
posición estaba perdida. La objetivamente
mala 8 g5? funcionó brillantemente por
transposición, convirtiéndose, en realidad,
en 8 g5 ! .
Que esto sea correcto está sometido a
debate, lo que significa que tanto a las
blancas como a las negras puede interesar­
les llegar a la posición del diagrama. Pues
bien, hay tres rutas razonables para llegar
a la misma.
Una de ellas es 1 e4 c5 2 ltJf3 e6 3 d4
"SOLO TRANSPONE"
cxd4 4 ltJ xd4 ltJ c6 5 ltJ c3 Wfc7 6 .t e3 a6
7 .td3 ltJf6 8 0-0, y ahora 8 .tb4 9 f4 .tc5.
Algunas posiciones de apertura pueden al­
canzarse a través de dos, tres o más órde­
nes de j ugadas lógicos. Los libros (e
incluso los jugadores expertos) tienden a
descartar las rutas alternativas, porque
"sólo transponen". Pero cada una de esas
rutas pueden tener beneficios y compro­
misos que sólo un hábil "inversor" de juga­
das sabe cómo evaluar. Tomemos, por
ejemplo, esta posición de la Siciliana Tai­
manov. Juegan blancas, y según el análisis
Pero si son las negras quienes quieren lle­
gar a la posición del diagrama, este orden
contiene una laguna, pues las blancas dis­
ponen de la fuerte alternativa 9 ltJ xc6!, se­
guido de 10 ltJa4.
La segunda ruta es forzada. Las negras
atacan el peón h con 8 .td6. El instinto
de las blancas es responder a la amenaza
con otra amenaza, 9 f4. Pero comprenden
que las negras no van a permitir 10 e5. De
modo que serán conscientes de que las ne­
gras planean transponer, con 9 . . . .tc5 ! , a la
12 'ii' d2
.tb7 13 f4 "fic7 14 �f2 ltJb8 15 a3
ltJd7 16 f5 ltJe5? 17 fxe6 fxe6 18 .th3, su
•.•
•.•
I NTRODUCCIÓN
11
p'osición del diagrama 10, y muchos juga­
dores pueden optar por alternativas como
9 h3.
La tercera ruta, 8 �e7!?, es la más
engañosa. Un experimentado jugador sici­
liano, con blancas, reconocería que la juga­
da temática es 9 f4, y vería que, tras 9 ... d6,
el juego revertiría a una Scheveningen teó­
rica. De modo que jugaría 9 f4, permitien­
do a las negras responder 9 ... i.c5, y llegar
a donde quería. De las tres rutas, 8 .. 1i.. e7
parece ser la mejor para las negras, a fin de
llegar a la posición del diagrama 10.
•.•
.
EL SEÑUELO DE LO CONOCIDO
5 lL:ic3 a6. Tras estudiar la posición por un
rato, jugó 5 'iia4 +, esperando transponer
después de 5 . . lLi bd7.
Pero un asombrado Keres se tomó 15
minutos para cerciorarse de que no estaba
soñando, y jugó 5 ... b5! , ganando fácilmen­
te (6 lL:i xb5? �d7).
Un error mucho más corriente y menos
penoso se produce cuando un buen juga­
dor toma el camino fácil en una posición
desconocida y transpone a otra con la que
está familiarizado. Incluso puede hacerlo
sospechando (o estando seguro) de que
está realizando una jugada inferior.
Todos hemos visto esto cuando un ju­
gador de 1 e4 se enfrenta con 1 lL:ic6, y
responde 2 lL:if3. Sabe que los libros reco­
miendan 2 d4! , pero lo cierto es que la mi­
tad de todas las partidas que empiezan con
1 e4 lL:ic6 continúan con 2 lL:if3, porque las
blancas quieren transponer a una apertura
abierta (con 2 ... e5).
De modo similar, cuando un jugador 1
d4 se enfrenta a 1 ... d5 2 lL:if3 lL:ic6 3 c4
e5? ! , lo normal es que transponga al Con­
tragambito Albin, con 4 dxe5? ! , aunque
sospeche que 4 lL:i xe5 ! sea mejor.
El timador explota el lado débil de la
naturaleza humana. Los demás debería­
mos castigarlo por tomarse tales liberta.
Hay jugadores famosos, como Uhlmann,
Lajos Portisch y Mihai Suba, que utilizan
sutilezas en el orden de jugadas, con el ex­
clusivo propósito de conseguir el medio
juego que desean. Hay otros, como Bent
Larsen, que utilizan distintos órdenes de
jugadas como un· medio de crear confu­
sión, es decir, para plantear problemas y
obligar a sus oponentes a pensar. También
están los tahúres o timadores.
El timador busca la forma retorcida de
llegar al medio juego que quiere conse­
guir. Sabe, por ejemplo, que cuando sus
oponentes se ven confrontados a una juga­
da desconocida, sienten la fuerte tenta­
ción, incluso irracional, de alcanzar como
sea una posición familiar.
Laszlo Szabo, por ejemplo, cayó vícti­
ma de esta tentación, en el Torneo de Can­
didatos de 1953, cuando su partida con
Paul Keres comenzó así: 1 d4 d5 2 lL:if3
lL:if6 3 c4 dxc4, y ahora 4 lL:ic3 a6.
(Ver diagrama 11.)
Esta última jugada no la conocía, pero
recordó que había obtenido en una oca­
sión muy buen juego con 4 'ii a4+ lL:i bd7
...
12
SECRETOS D E LA INVERSIÓN D E JUGADAS E N AJ EDREZ
des. Por ejemplo: 1 e4 c5 2 tbtJ t2J c6 3 d4
cxd4 4 tbxd4 tbf6 S tbc3 g6.
Este orden concede a las negras todos
los beneficios tácticos de un Dragón Acele­
rado moderno, sin permitir la Formación
Maróczy, como en el caso del Dragón Ace­
lerado. Pero hay un inconveniente, a saber,
que 6 tbxc6 condena a las negras bien a un
dudoso medio juego (6 ... bxc6 7 e5), bien a
un final nada divertido (6 ... dxc6 7 'it'xd8+) .
No obstante, e l timador sopesará e l
riesgo d e ser exprimido a muerte por l a
formación Maróczy con e l que existe de
que las blancas jueguen 6 t2J xc6 ! . Las
apuestas se inclinan a su favor. Una
comprobación en la base de datos mues­
tra que las blancas han jugado 6 t2J xc6!
en menos de una de cada tres ocasio­
nes (exactamente, en 327 partidas de
un total de 1 .000) . Incluso super-grandes
maestros como Bobby Fischer y Mij ail
Tal se decidieron por la inferior 6 .te3
para entrar en una posición que cono­
cían.
Ejemplos como éste deberían decirle
que desconfíe de la expresión "sólo trans­
pone". Normalmente, una transposición
conlleva una ventaja, un inconveniente y
una opción extra a considerar. Si la ig­
nora, puede estar permitiendo que su
oponente se haga con el control de la di­
rección que tomará la apertura, y el precio
a pagar será entrar en el medio juego que
a él le gusta.
13
Capítulo 1
Aperturas abiertas
El ventajismo comienza con las más viejas
aperturas, como el Gambito de Rey Acep­
tado. Actualmente, la teoría dice que esta
apertura (1 e4 e5 2 f4 exf4 3 lll f3) ya no es
peligrosa, debido a 3 ... d5, a lo que sigue 4
exd5 tt:Jf6, con igualdad.
Si eso hace felices a las negras, debe­
rían "pensar un momento" en el orden de
jugadas 1 e4 e5 2 f4 d5 3 exd5 exf4!?, como
han jugado Anatoli Karpov y Artur Yusu­
pov.
transpone al Gambito Breyer, 1 e4 e5 2 f4
exf4 3 'it'f3 d5 4 exd5. Pero el Gambito
Breyer es inocuo, y las negras incluso pue­
den intentar la línea de sacrificio 4 ... lll f6
5 i.b5+ c6 ! ? , recomendada por Yakov Es­
trin.
Este orden puede apenar a un practi­
cante del Gambito de Alfil. Hay pocos ju­
gadores de 1 e4 e5 2 f4 exf4 3 �c4 que se
sientan cómodos en posiciones del Gambi­
to de Caballo, en el que deberían entrar ju­
gando, en el diagrama 13, 4 lll f3.
De modo que veamos 4 i.c4 y com­
prendamos que transpone a una fea posi­
ción del Gambito de Alfil, 1 e4 e5 2 f4 exf4
3 �c4, y ahora 3 . . d5 4 exd5, antes que la
recomendada 4 i. xd5.
Se trata de una trampa psicológica,
porque las blancas no están realmente mal
tras 4 exd5!? tt:Jf6 5 tt:Jc3, y si 5 ... c6, 6 d4.
Sencillamente, han transpuesto a la línea
principal del Gambito de Alfil, que se pro­
duce en el orden 1 e4 e5 2 f4 exf4 3 �c4
lll f6 4 lll c3 c6 5 d4 d5 6 exd5. Pero se re­
quiere mucho tiempo para comprender
esto ante el tablero.
Si a las negras no les gusta la línea con
... d5, o aspiran a algo más que la igualdad,
pueden optar por esto:
.
¿Qué es lo que debe pensarse aquí?
Bueno, para debutantes, las blancas se pre­
guntan si deberían entrar en una línea de
libro, con 4 tt:Jf3 lll f6, o intentar 4 'it'f3, que
14
SECRETOS D E LA INVERSIÓN D E J UGADAS E N AJ EDREZ
Se trata de un esquema estudiado des­
de 1860, y que hoy se considera excelente
para las negras (8 g3 �h3 ! 9 J::!. f2 lbf6 ! , o
bien 9 gxf4 �d7! 10 � f2 lbf6).
Pero las negras no pueden llegar a esta
posición a partir del orden tradicional 1 e4
e5 2 f4 exf4 3 lbt3. Necesitan una direc­
ción sesgada.
La tentativa de Bobby Fischer fue 3
d6, y entonces 4 �c4 h6! 5 d4 gS 6 0-0 �g7
7 c3 lbc6, y se consigue el esquema desea­
do.
El problema con 3 ... d6 es que 4 d4
amenaza 5 �xf4 antes de que las negras
puedan poner su casa del flanco de rey en
orden, con ... gS y ...h6. Su mejor opción es
4 ... gS 5 h4 g4, después de lo cual 6 lb gS?
falla (por 6 ... f6! ) , pero 6 lbgl conduce a
un juego de doble filo.
No hay jugada objetivamente mejor
que 4 d4, pero sí hay una que crea más
confusión: 4 lbc3!?
(Ver diagrama 15.)
••.
La natural 4 g5 cae en una trampa,
porque 5 h4 transpone a una versión mejor
de lo habitual del Gambito Allgaier (5 .. .
g4 6 lbg5 h6 7 lb xf7 rj;xf7, mejor que 6 .. .
f6 7 lbh3 gxh3 8 �hS+ ).
A diferencia del Allgaier normal, 1 e4
...
eS 2 f4 exf4 3 lb f3 gS 4 h4 g4 5 lb gS ? ! h6
6 lb xf7 rj;xf7 7 �c4+ dS ! , las blancas tie­
nen una jugada extra, lbc3, que es mejor
que la jugada extra de las negras, ... d6? ! .
Viktor Korchnoi declaró que, e n el dia­
grama 15, 4 h6! es favorable a las negras.
Puede que sea lo mejor, pero después de 5
d4 gS 6 g3 ! , hemos llegado a una posición
que a menudo se produce en el Gambito
de Rey Aceptado y cuya evaluación es, en
el mejor de los casos, "posición confusa".
Por ej emplo: 6 . . . fxg3 7 h x g3 � g7
8 .tc4 y 8 ... ..tg4 9 .l:!.fl �d7 10 �d3, Ga­
llagher-Jurgens, Bad Würishofen 1994. Re­
cuerde la posición con 6 g3. Volverá a
verla.
Las negras pueden tratar de mejorar
sobre la Defensa Fischer, con la menospre­
ciada 3 h6, buscando un buen esquema
para su causa. Esto puede confundir a las
blancas, a menos que sepan que 4 d4 gS 5
lbc3 ! d6 6 g3 ! llega a la línea complicada.
Esto nos deja 3 g5. La continuación
de la época romántica era 4 �c4 g4, pero
4 lb c6! despeja el camino hacia el esque­
ma ansiado.
(Ver diagrama 16.)
...
...
...
...
Las negras incitan a jugar 5 0-0 ii.g7
6 d4 h6, etc. Una vez que las blancas j ue-
APERTU RAS ABIERTAS
guen 4 �c4, pueden intercalar, de forma
efectiva, h2-h4, porque 5 h4? g4! 6 ll'ig5 se
vuelve contra ellas de mala manera, tras 6 ...
ll:'ie5 ! 7 il..b 3 h6 8 d4 hxg5 9 dxe5 il.. g7.
La mejor respuesta a 3 ... g5 se supone
que es 4 h4, que sale del esquema tras 4 ...
g4 5 ll:'ie5. Sin embargo, el análisis de la po­
sición es inacabable y a las blancas puede
tentarles la jugada de confusión 4 d4. En­
tonces, 4 ... g4 5 il.. x f4 ! ? gxf3 6 'iVxf3, es un
ataque inusual tipo Muzio, que ha prestado
buenos servicios a Alexander Morozevich.
La respuesta segura es 4 d4 h6, puesto
que 5 h4 il.. g7 6 g3 g4! es prometedor para
las negras. Pero 5 ll:'ic3 ! y 5 ... d6 6 g3 de
nuevo produce la posición confusa.
15
a esa buena posición del Gambito de Ca­
ballo que resulta de 3 ll:'if3 g5 4 �c4 ll:'ic6! .
Esto constituye una ventaja psicológica
porque, como antes se ha observado, los
gambiteadores de alfil, a menudo se sien­
ten incómodos en el Gambito de Caballo.
La bonificación es que las blancas dis­
ponen de algunas respuestas naturales pe­
ro malas, como 4 ll'ic3?, que permite la
fuerte 4 ... 'iVh4+ 5 @fl il.. cS. Que las blan­
cas tengan ventaj a después de 4 d4 ll'i f6
5 e5 d5 ! no está claro (6 il..b3 ll'ie4).
APERTURA VIENESA
Si su oponente es un gambiteador de Alfil,
tiene buenos motivos para suponer que
está mejor preparado que usted, mucho
mejor. Un jugador hábil con las transposi­
ciones respondería a 1 e4 e5 2 f4 exf4
3 �c4 con la jugada olvidada, pero favori­
ta de Chigorin, 3 ll:'ic6.
(Ver diagrama 17.)
Hay dos tipos de jugadores vieneses. Los
del primer tipo no quieren memorizar las
toneladas teóricas de la Ruy López. Los
del segundo tipo están bien preparados y
dispuestos a hacerle sufrir con sus conoci­
mientos enciclopédicos sobre la Apertura
Vienesa, como después de 1 e4 e5 2 ll'ic3
ll:'if6 3 il..c4 ll'i xe4 4 'iVhS.
Contra ambos tipos de oponente, vale
la pena desviarse ya en la segunda jugada,
con 2 d6!?
(Ver diagrama 18.)
Las negras pueden entonces responder
a la natural 4 ll:'if3 con 4 g5! , llegándose
Esto parece demasiado pasivo, pero las
blancas deben tener cuidado, pues si 3 f4
GAMBITO DE ALFIL
...
...
•••
16
SECRETOS D E LA INVERSIÓN D E J UGADAS EN AJEDREZ
exf4, y ahora 4 lZ:Jf3 h6! 5 d4 gS, estamos de
nuevo en el confuso Gambito de Rey
Aceptado.
Lo mejor para las blancas probable­
mente sea 4 d4 ó 4 �c4. Pero pocos juga­
dores de la Vienesa están familiarizados o
se sienten cómodos con las líneas del
Gambito de Rey Aceptado en que las ne­
gras juegan ... 'iVh4+.
Bueno, ¿qué sucede con 3 .tc4 ? En tal
caso, 3 lZ:Jc6 obliga a las blancas a decidir
entre permitir 4 d3 lZ:JaS ! ? , o lanzarse a
otro Gambito de Rey Aceptado (con 4 f4
exf4 5 lZ:lf3 h6 ó 5 . . gS 6 h4 g4 7 lZ:lgS
lZ:JeS).
Podemos asumir que, en lugar de esta
línea, un sencillo desarrollo, a base de 4
ttJf3, castigará la jugada 2 ... d6. Pero esto
transpone a la Defensa Húngara tras 4
Ae7!?. Esta defensa tiene la reputación de
ser indigesta ("no-puedo-defender-ningu­
na-posición-restringida"), pero que se ba­
sa sólo en la formación blanca c2-c3 y
d2-d4 o 'iVb3.
(Ver diagrama 19.)
•••
.
...
Una expansión como ésa no es posible
aquí y es dudoso que las blancas tengan al­
go más que una ventaja óptica, después de
5 0-0 lZ:Jf6 6 d4 .tg4 ! , o de 5 d4 lZ:Jf6 6 h3
0-0 7 0-0 liJd7 8 dS lZ:lcb8 (Movsesian-Efi­
mov, Pula 1997).
Hay mucha más experiencia con la otra
"jugada de debutante", 2 .tc5, que ha
prestado buenos servicios a Karpov, Bent
Larsen y Vassili Smyslov. Los libros solían
decir que las negras estaban ya peor, debi­
do a 3 lZ:Jf3 lZ:Jc6 4 lZ:lxeS ! lZ:lxeS 5 d4.
Pero las negras tienen una buena alternativa, 3 d6!, ya que 4 d4 exd4 5 lZ:lxd4
ttJe7 ó 5 .. lZ:Jc6 lleva el juego hacia una
versión razonable de la Apertura Escoce­
sa, después de 6 i.e3, 6 lZ:lb3 ó 6 lZ:Jxc6
'iVf6.
Por ej emplo : 5 . . ttJ c6 6 A e3 .t b6
7 liJdS lZ:Jf6 8 lZ:lxb6 axb6 9 f3 0-0 10 Ac4
dS ! , o bien 10 c4 l:t e8 1 1 lZ:Jc2 liJd7 12 'iVd2
liJdeS 13 Ae2 Ae6 14 b3 fS, con buen jue­
go para las negras en la partida Zarnicki­
Bianchi, Buenos Aires 1989.
Las blancas pueden permanecer en los
cauces de la Vienesa con 3 f4. Después de
esto, 3 ... d6 es un Gambito de Rey Acep­
tado, en el que las blancas se han privado
del avance c2-c3, su plan más ambicioso en
el Gambito de Rey Rehusado, y los libros
no están de acuerdo acerca de sus posibili­
dades de lograr ventaja.
También es posible 3 g3, que transpone
a una línea principal de la variante de
...
...
.
.
APERTU RAS ABIERTAS
Louis Pá.ulsen. El único inconveniente de
las negras es que renuncian a la defensa
recomendada por la teoría (1 e4 e5 2 tLlc3
tLlf6 3 g3 d5! ). De modo que 2 ... $J..c5 no
tiene mayores ventajas ni inconvenientes,
y se trata, sobre todo, de una ventaja "que
obliga a pensar".
APERTURA CENTRAL
La mayoría de los jugadores que respon­
den 1 e5 a 1 e4 saben que 2 d 4 exd4
3 'ií'xd4 tLlc6 4 'ií'e3 se neutraliza con 4
tLlf6 5 tLlc3 �b4 6 �d2 0-0. Pero eso es
prácticamente todo lo que recuerdan de
esta apertura. Las blancas, sin embargo,
tienen una jugada para "confundir" , 5
�d2.
.•.
...
17
tral s e producen s i las negras temen una lí­
nea que no muchos conocen. Se trata de 5
e5!?, en lugar de S tLlc3 ó S il.d2. Este
avance parece perder un peón, pero S ...
tLlg4 6 'ií'e4 tLl gxeS ! permite 7 f4.
Para jugar 4 ... tLlf6 con confianza, las
negras deberían conocer algunas líneas
caóticas como 6 ... dS 7 exd6+ il.. e 6, y lue­
go 8 il.. a6, o bien 8 .iJ..e2! tLlf6 9 dxc7 'ikxc7.
Pero pueden ahorrarse muchas preo­
cupaciones y tiempo de estudio optando
por una cuarta jugada diferente. Una posi­
bilidad es 4 ... �b4 +, con idea de llegar a la
lmea igualadora de libro tras S tLlc3 tLlf6.
El inconveniente es que las negras pueden
tener que enfrentarse a opciones adiciona­
les de las blancas, como S c3 .tas 6 i.c4 ó
6 'ikg3.
La alternativa de las negras es 4
�e7, en cuyo caso, S tLlc3 lbf6 transpone a
la lmea 4 ... lbf6 S lbc3 il.. e 7, como hicie­
ron Alexander Alekhine y Boris Spassky.
...
Este desarrollo de alfil a menudo pro­
duce el efecto de inducir a las negras a op­
tar por otra defensa, como S ... $J.. e7 6 tLlc3
0-0 7 0-0-0, transponiendo así a la variante
menos ambiciosa S tLlc3 $J..c7 6 �d2 0-0.
Pero esto es, en esencia, un farol, porque si
las negras contestan a S �d2 con S ...
�b4! , las blancas no tienen nada mejor
que transponer a la lmea teórica, con 6
tLlc3!.
Las otras sutilezas de la Apertura Cen-
Sin embargo, hay otra jugada que debe
preocupar a las negras, 5 'il'g3, y después
de S ... lbf6 6 eS (que le gustaba a Paul Ke­
res para las blancas), o bien S ... il.. f6 6 lbc3
lbge7 7 �d2, como en la partida Ziemac­
ki-Fatyga, Correspondencia 1992 (7 . . . d6
8 0-0-0 il.. e6 9 f4).
18
SECRETOS D E LA I NVERSIÓN D E JUGADAS E N AJEDREZ
Así pues, las negras deberán decidirse
o por los inconvenientes de 4 ... .tb4+ o
por 4 ... .te7, y sopesar los méritos de evi­
tar la rara 4 ... lbf6 5 e5 ! ? .
GAMBITO DANÉ S
2 d4 exd4 3 lbf3 son obligar a las negras a
pensar, en la tercera jugada, e impedirles
que planteen una Defensa Petrov. Por
ejemplo: 3 /bc6 4 /bxd4, o bien 3 ... .tes
4 /bxd4 lbc6. La principal alternativa de
las negras es 3 /bf6. En tal caso, 4 eS es
otra línea de la Petrov, 1 e4 eS 2 /bf3 lbf6
3 d4 exd4 4 e5, que las negras han estado
evitando durante años (jugando 3 . . .
/bxe4 ! ) . N o e s una mala línea, pero pocos
jugadores con negras conocerán la teoría y
eso hace de 3 lbf3 un arma efectiva contra
un profesional de la Petrov.
•••
•••
El Gambito Danés es un pariente directo
de los gambitos Goring y Escocés. Este
gambito tiene la reputación de ser el peor
de los tres, pero las blancas pueden tratar
de mejorar con 1 e4 e5 2 d4 exd4, y ahora
2 /bt'3!?, en lugar del verdadero Gambito
Danés, 3 c3.
APERTURA DE ALFlL REY
Esta jugada tiene éxito en caso de 3
c5 4 c3 dxc3? S /bxc3, cuando se habría
transpuesto a 1 e4 es 2 d4 exd4 3 c3 dxc3
4 /bxc3 cS? S /bf3, una defensa ridícula
contra el Gambito Goring. (Pero 3 ... cS 4 c3
dS ó 4 ... 'f!ie7 son posiciones virtualmente
no contrastadas.)
Otra versión del Gambito Góring re­
sulta de 3 .t b4+, y entonces 4 c3 dxc3
S /bxc3. Esta olvidada variante es perfec­
tamente j ugable tras 5 . . . lb c6 6 .t c4 d6
7 /bg5 .txc3+ 8 bxc3 lbe5, y ahora 9 i.b3
h6 10 f4! hxgS 11 fxeS 'f!ie7 12 'f!id5 dxeS
13 �xgS ! .
Los principales beneficios d e 1 e4 eS
•••
•••
Las líneas independientes en la Apertura
de Alfil son un tanto raras hoy día. Lo
normal es que 2 .tc4 se use como una ru­
ta hacia la Apertura Vienesa o la Apertu­
ra Italiana, que permita a las blancas
evitar posiciones específicas de dichas
aperturas.
Así, se benefician de 2 �c4, si les gusta
2 ... lbc6 3 lbc3 lbf6 4 d3, o 2 . . . lbf6 3 d3
lbc6 4 lbc3, pero no quieren llegar a esta
posición a través de la Vienesa, debido a la
caótica 2 /bc3 /bf6 3 �c4 /bxe4 ! ? .
Observe que después d e 1 e 4 e 5 2 .tc4
/bf6 3 d3 y la natural 3 �c5.
•••
APERTURAS ABIERTAS
... tt:lc3 lleva las blancas a una Vienesa, sin
tener que afrontar 2 lbc3 lbf6 3 �c4 lbc6
4 d3 �b4, ni 4 .. , lb a5. Las negras conser­
van estas opciones con la más precisa 3
lb c6! , en cuyo caso parece justificarse la
vieja regla "los caballos antes de los alfiles".
La otra dirección que pueden tomar las
blancas después de 2 �c4 es hacia la seu­
do Ruy López, es decir, el sistema que em­
pieza con 1 e4 e5 2 lbf3 lbc6 3 �c4,
seguido de 4 d3, 5 c3 y lbbd2, 0-0, �b3 y,
eventualmente, d3-d4.
Este sistema tiene muchas de las venta­
jas de la Ruy López, sin las 30 toneladas de
teoría publicada. La principal virtud de
utilizar 2 �c4 para llegar a esas posiciones
(2 ... lbf6 3 d3 lbc6 4 lbf3) es que las blan­
cas evitan la Defensa Petrov.
••.
DEFENSA PHILIDOR
Los libros solían ridiculizar la Defensa
Philidor, debido a la ventaja blanca de es­
pacio. Pero los jóvenes maestros cuestio­
nan esa opinión. Para ellos, lo principal es
cómo alcanzar el esquema del diagrama si­
guiente:
El orden tradicional, 1 e4 eS 2 lbf3 d6
3 d4 tt::ld7, una variante bautizada con el
19
nombre del mayor en la Guerra de Sece­
sión de EEUU, James Hanham, permite a
las blancas quedarse con los dos alfiles, 4
�c4 c6 5 0-0 .Yie7 6 dxe5 ! dxe5 7 lbg5
�xg5 8 'it'h5.
Aron Nimzovich ayudó a popularizar
otra secuencia, 1 e4 eS 2 lbf3 d6 3 d4 lbf6 .
De esta forma, las negras tienen más fácil
conseguir el esquema deseado (4 lbc3
lbbd7 5 �c4 �e7), porque pocos jugado­
res están dispuestos a lanzarse en las com­
plicaciones de 4 dxe5 lbxe4 5 'iWd5.
Si a las negras les preocupa 4 dxe5, de­
berían considerar proponer un final, por­
que todavía menos jugadores con blancas
cambiarán damas después de 1 e4 d6 2 d4
e5 ! ?. Enmanuel Lasker empleó esta ver­
sión, en un match por el Campeonato
Mundial, contra David ("detesto los fina­
les") Janowski. Hoy día, jugadores como
Michael Adams juegan con confianza las
negras en el orden 1 e4 d6 2 d4 lbf6 3 lbc3
eS!?.
Ahora 4 lbf3 lbbd7 transpone a la lí­
nea de Nimzovich, y 4 dxeS dxe5 5 �xd8+
@ xd8 es un final ligeramente peor. Por
ejemplo, la partida Vaisser-Rontaine,
Campeonato de Francia 2006, siguió con 6
�c4 �b4! 7 Ad2 @e7 8 f3 c6.
20
SECRETOS DE LA I NVERSIÓN DE J UGADAS EN AJ EDREZ
Las negras pronto igualaron (9 lt:Jge2
lt:J bd7 10 lt:Jcl b5! 1 1 � e2 �d6 12 a4 b4
13 lt:Jdl a5), Juego quedaron mejor (14 lt:Je3
lt:J b6 15 lt:J d3 g6 16 b3 lt:J fd7 17 c3 bxc3
1 8 �xc3 f6 19 lt:Jb2 lt:Jc5) y acabaron ga­
nando.
Observe que los órdenes con 1 ... d6
tienen el beneficio añadido de recortar las
opciones blancas tras 1 e4 e5, como 2 f4, 2
�c4, 2 lt:Jc3, etc.
Hay un capítulo independiente, en Ja
teoría de Ja Defensa Philidor, cuando las
negras entregan el centro, como tras 1 e4
e5 2 lt:Jf3 d6 3 d4 exd4, y ahora 4 lt:J xd4 g6,
o 4 ... lt:Jf6 5 lt:Jc3 Ae7.
Las blancas pueden tratar de explotar
esto con la jugada de Henry Bird 4 .tc4!?
9 'ifa4+, ganando). En la misma página.
consideró 1 e4 e5 2 lt:Jf3 d6 3 d4 lt:Jf6 4
lt:Jg5! ? exd4 5 �c4 d5 como igualado.
Bueno, es la misma posición.
Lo mej or , después de 4 � c4 lt:J f6
5 lt:Jg5, es 5 ... �e6, una jugada que se re­
monta a los tiempos de Rudolf von Bil­
guer, quien pensaba que 6 ltJ x e 6 fxe6
7 �xe6 'ife7 (8 �c8 ! 'if xe4+ 9 'it'e2) era
igualado. A los ojos de un jugador moder­
no, las blancas tienen ventaja. Por consi­
guiente, 4 �c4 ! ? es algo más que una
j ugada "para confundir".
Observe que en los órdenes de jugadas
tradicionales (1 e4 e5 2 lt:Jt3 d6), las blan­
cas pueden intentar 3 � c4, con idea de 3 ...
lt:Jd7 4 0-0 �e7 5 d4. De esta forma, evitan
3 d4 exd4 y cazan a las negras en la lmea
Hanham inferior.
Es mejor 3 � e7! 4 0-0 lt:Jf6, que deja
a las blancas con una ventaj a mínima tras
5 l:t el 0-0 6 c3 lt:Jbd7 7 d4. Es más ambi­
cioso 3 lt:Jf6!? 4 lt:Jg5 d5 5 exd5, con lo
que se llega a una Defensa Dos Caballos,
con un tiempo menos por parte de las ne­
gras.
•••
•••
Una de las claves es que 4 . . . ltJ c6
5 lt:J xd4 sería una excelente Apertura Es­
cocesa, y 5 c3 dxc3 6 lt:J xc3 transpone a un
buen Gambito Escocés. Es como si las ne­
gras respondiesen a 1 e4 e5 2 lt:J f3 lt:J c6
3 d4 exd4 4 c3 dxc3 5 ltJ xc3 con 5 . . . d6
6 �c4.
El verdadero test para 4 .tc4 es 4
lt:Jf6. En la primera edición de Ja Enciclo­
pedia de Aperturas, Lev Polugaievsky
indicó 5 lt:Jg5 d5, como favorable a las
blancas (6 exd5 h6 7 lt:Jf3 j_b4+ 8 c3 dxc3
...
Pero el tiempo menos es . . . c6, lo que
puede beneficiar a las negras, porque aquí
su caballo no está atacado. Así que pueden
APERTU RAS ABIERTAS
erear una posición confusa, con 5 . . . h6
6 tl'lf3 �d6, o bien 6 ... e4 7 'iVe2 .tb4 8 c3? !
0-0! (Miguel Najdorf).
DEFENSA PETROV
La Petrov es tan increíblemente sólida que
las blancas, frustradas por alguna(s) expe­
riencia(s), pueden intentar transponer a
otra apertura. Los hermanos Paulsen po­
pularizaron 1 e4 e5 2 tl'lf3 tl'lf6 3 tl'lc3, por
ejemplo, para derivar a una Apertura Cua­
tro Caballos.
Sus colegas del siglo XIX ensayaron 1
e4 e5 2 tl'lf3 tl'lf6 3 d4 exd4 y 4 �c4, en un
esfuerzo por entrar en una Dos Caballos
(4 ... tl'lc6), que suele ser terra incognita pa­
ra un jugador Petrov. Pero la línea crítica
es 4 ... tll xe4 ! , el dudoso gambito del prín­
cipe Urusov.
Actualmente, es más habitual 3 d4
tll x e4, y la teoría dice que las posibilida­
des están, más o menos, equilibradas tras
4 ..td3 d5 5 tll xe5. El descubrimiento de
Yakov Murey, 4 ... tl'lc6, permite a las ne­
gras evitar esto. Se basa en 5 � xe4 d5
6 .td3 e4, que parece correcto. Si las
blancas quieren evitar la idea de Murey y
buscan una línea sólida, pueden j ugar
4 tll xe5!?
21
En tal caso, 4 ... d5 5 �d3 transpone a
la línea principal, como si se hubiese juga­
do 4 �d3 d5.
Este orden concede a las negras una
opción extra, 4 . . d6!? 5 tl'lf3 d5. Han trans­
puesto a la "otra" Petrov, la línea 3 tll xe5,
que las blancas presumiblemente querían
evitar, puesto que han jugado 3 d4. La es­
caramuza de Murey (4 ... tl'lc6), la preven­
tiva 4 tll x e5 y la contrasutileza 4 ... d6
tienen poco que ver con buscar la jugada
objetivamente mejor, sino con buscar, más
bien, la posición en la que su oponente se
sienta más incómodo.
La "otra" Petrov es hoy día la más po­
pular: 3 tl'lxe5 d6 4 tl'lf3 tll x e4 5 d4 d5. La
alternativa de Smyslov, 5 ... Ae7 6 Ad3
tl'l f6 , tiene la reputación de ser pesa­
da, porque 7 h3 deja al alfil dama negro
sin una buena casilla. Después de 7 ... 0-0
8 0-0 d5, el juego transpone a una versión
favorable de la Francesa (Variante del
Cambio), en la que h2-h3 es una jugada
extra.
Las blancas pueden tratar de inducir a
su oponente a entrar en la línea de
Smyslov, por medio de un orden de juga­
das popularizado por Alfonso Romero
Holmes, que comienza con 5 �d3!?. Aho­
ra, 5 ... tl'lc5 6 Ae2 permite a las blancas ju­
gar d4 con ganancia de tiempo. De modo
que 5 . tl'lf6 6 0-0 Ae7 7 h3! es lo más ha­
bitual.
(Ver diagrama 29.)
.
..
Las blancas alcanzan una Smyslov des­
pués de 7 ... 0-0 8 c3 d5 9 ..tc2 l:t e8 10 d4.
Es una forma más conservadora de la mis­
ma, porque las blancas han renunciado al
útil avance c2-c4. Pero también es una po­
sición bastante más modesta para las ne­
gras de lo que muchos jugadores Petrov
pueden tolerar.
22
SECRETOS DE LA I NVERSIÓN DE J UGADAS EN AJ EDREZ
Gari Kasparov dijo que 6 l2Jc6 7 0-0 .
Ae7 8 .l:.el �g4 era bueno para las negras.
..•
La mejor réplica a 5 �d3 es 5 ... d5, y
ahora 6 'iVe2 'W/e7. Un caso típico se vio en
la partida García Padrón-Romero Hol­
mes, Las Palmas 1991: 7 0-0 l2Jc5 8 l:t el
'iVxe2 9 .t xe2 l2J e6 10 d4 c6 1 1 c4 ! �b4
12 l2Jc3 0-0 13 a3! ii.xc3 14 bxc3 b6 15 l2Je5
l:t d8 16 a4! f6 17 l2Jg4, y las blancas ganaron.
Un esquema posterior de la Petrov co­
mienza con 3 l2J xe5 d6 4 l2Jf3 l2J xe4 5 d4
d5 6 �d3, seguido, por parte de las negras,
de ... �g4, ... Ae7 y ... l2Jc6. El orden de es­
tas jugadas, sin embargo, está sometido a
debate. En la mayor autoridad del siglo
XIX, el Handbuch1, Emil Schallopp reco­
mendaba 6 .. �e7 7 0-0 l2Jc6, seguido de
... �g4. Pero otros defendían 6 ... l2Jc6 7 0-0
�e7, o incluso 6 ... �g4 7 0-0 l2Jc6 y ... �e7,
como Carl Schlechter, que recomendó es­
ta línea en su versión del Handbuch.
Podemos prescindir del último orden,
ya que 6 ... .tg4 permite 7 'iVe2 ! , con ventaja después de 7 ... 'iVe7 8 0-0 l2Jc6 9 �bS !
y �xc6+, o bien 7 ... fS 8 h3 �hS 9 g4! .
.
' El autor hace referencia al Handbuch des Schachs­
piels (Manual de ajedrez), el tratado más influyente
de aperturas del siglo XIX, iniciado por Paul Rudolf
von Bilguer y finalizado por los teóricos alemanes
más destacados de la época. Su primera edición data
de 1843. N.d. T.
A 9 c4, las negras responden 9 ... l2Jf6
10 cxdS �xf3 ! , con buen juego. Pero Kas­
parov añadió que las blancas obtienen la
iniciativa, si minan la posición del caballo
una jugada antes, con 8 c4! .
Por esta razón, Karpov prefirió 6 ...
l2Jc6 7 0-0 �g4 en su match de 1 985, a fin
de poder responder (con negras) a 8 c4
con 8 ... l2J f6 ! ? . Entonces se considera lo
mejor 9 l2Jc3 (9 . . . l2Jb4 10 �gS ! , ó 9 . . . dxc4
10 �xc4 �e7 1 1 dS !), y los resultados de 9
... �xf3 10 'iVxf3 l2J xd4 1 1 'ifh3 han sido
favorables a las blancas en los últimos
tiempos. La última línea no ha sido univer­
salmente aceptada. A Jan Timman y Ale­
xander Beliavsky les gusta 6 ... l2Jc6 /7
�e7, mientras que Vishy Anand, Vladimir
Kramnik y Alexei Shirov prefieren 6 .. .
�e7/7 ... l2Jc6, y Yusupov juega ambos ór­
denes de jugadas.
Otro esquema surge después de, diga­
mos, 6 ... l2Jc6 7 0-0 ii.e7. Las blancas, nor­
malmente, eligen entre minar el caballo de
e4, con 8 c4, y atacarlo con 8 l:l el . Isaac
Kashdan tuvo éxito en los años treinta con
la siguiente línea: 8 c4 l2Jb4 ! 9 cxdS l2Jxd3
10 'ifxd3 'it'xdS 1 1 l:t el ii.fS.
•••
APERTU RAS ABIERTAS
23
La línea de Kashdan sigue resistien­
do hoy día, y si las negras quieren, pue­
den alcanzarla incluso después de 8
l:. el, con 8
Af5, antes que con la po­
pular 8 . . . �g4.
...
Ahora, 9 c4 lDb4 10 cxd5 lD xd3 trans­
pone a lo que las negras quieren y proba­
blemente las blancas no, pues de otro
modo habrían jugado directamente 8 c4.
APERTURA PONZIANI
La Apertura Ponziani (1 e4 e5 2 lDD lDc6
3 c3) no goza hoy del menor respeto. Pero
si las negras se descuidan, pueden quedar
en posición comprometida, con 3 lD f6
4 d4 d6.
No parece haber nada con 5 �c4
lD xe4 ! , de modo que 5 �b5, transponien­
do a la vieja Defensa Steinitz de la Ruy
López, suele jugarse más a menudo.
(Ver diagrama 32.)
•••
La variante de Steinitz se considera
una reliquia, pero ésta es una Steinitz en
la que las blancas han jugado de modo
conservador (1 e4 e5 2 lDf3 lD c6 3 �b5
d6 4 c3? ! lDf6 5 d4, en lugar de 4 d4! ) .
Este orden era una incursión esporádi-
ca favorita de grandes maestros como
Srnyslov y Geller, y no tiene mayores in­
convenientes. Por ejemplo: 5 ... �d7 6 0-0
�e7 7 'i!Ve2 0-0 8 l:t dl 'i!Ve8 (amenaza
... lD xd4 ! ) 9 d5 lt:J d8 10 c4 c6 11 Aa4 b5 ! ,
corno en la partida Manik-Mokry, Olo­
mouc 1998.
Pero si, por otra parte, las negras saben
lo que tienen que hacer en una aguda línea
de la Apertura Escocesa (1 e4 e5 2 lbf3
lDc6 3 d4 exd4 4 c3 lD f6 ! ? 5 e5 lt:Je4), pue­
den transponer a la misma, desde la Pon­
ziani, mediante 3 ... lDf6 4 d4 exd4 ! .
APERTURA ESCOCESA
Las blancas pueden entrar en una de las
principales variantes de la Escocesa, a tra­
vés de la Apertura Cuatro Caballos (1 e4
e5 2 lD f3 lD c6 3 lD c3 lD f6 4 d4 e x d 4
5 lDxd4). S i ésta es una posición que quiere
usted jugar, éste es el mejor orden, porque
4 ... �b4? ! es dudoso. Por el contrario, en
el orden tradicional de la Escocesa, 1 e4 e5
2 lDf3 lDc6 3 d4 exd4 4 lD xd4, las negras
pueden evitar esta lmea con 4 .. .tes, en­
tre otras jugadas.
Hay varias sutilezas en la línea de la
Cuatro Caballos, después de 5
A b4
6 tD xc6 bxc6 7 �d3.
.
••.
SECRETOS DE LA INVERSIÓN DE JUGADAS EN AJ EDREZ
24
Ahora, 7 dS 8 exdS cxdS 9 0-0 0-0
10 �gS se juega casi con uniformidad ro­
.•.
bótica, y es muy ligeramente favorable a
las blancas, o igualada, según el autor. Pe­
ro hay varias desviaciones posibles, que
comienzan con 8 �e7+!? .
La teoría ha respaldado y se ha vuelto
atrás acerca del valor de 9 �e2. En cual­
quier caso, contra un oponente al que le
gusta conservar damas en el tablero, 8 ..
�e7+ tiene evidentes méritos.
Pero si las blancas entran gustosas en
un final, pueden forzarlo respondiendo a
8 cxdS con 9 �e2+!?, de modo que 9
. . . �e7 transpone. Hay beneficios adi­
cionales, en el caso de que un jugador
con negras que odie los finales j uegue
9 . . . � e6 ( 1 0 � b5 + ! lLi d7 1 1 � c6 d4
12 �e4), o bien 9 . . � e7 (10 . . . � g5 0-0
1 1 0-0-0 ! ? , con posibilidades mej ores de
lo habitual).
Las negras pueden anticiparse a esto y
excluir los finales mediante otra ruta hacia
el esquema, concebida por Georg Marco, 7
0-0 y entonces 8 0-0 dS 9 exdS cxdS
10 � gS . Esto parece ser lo más preciso, y
lo más engañoso, puesto que las blancas
comenzarán a pensar en 8 �g5 y la amena­
za 9 e5. Las negras quedan peor tras 8 ... d6,
de modo que 8 dS.
•••
.
•••
.
•••
•..
La idea de las negras es 9 eS �e8!, y
son las blancas quienes se llevan la sorpre­
sa. Por ejemplo: 10 f4? ltJg4 1 1 �e2 f6 (12
exf6 gxf6 13 h3 fxg5 14 hxg4 �xg4! 15
�xh7+ @g7, y se rindieron en la partida
Candela-Korneev, Ponferrada 1997).
Si las blancas ven la idea y buscan el esque­
ma habitual, con 9 exdS, las negras pueden re­
currir a una opción adicional, 9 �xdS!.
De esta forma, atacan g5 y g2, y después de
10 �xf6 �e6+ y 1 1 ... �xf6 quedan bien.
Actualmente, a las negras les preocupa
más el orden estándar de la Escocesa, 1 e4 eS
2 lLit3 lLic6 3 d4 exd4 4 ltJxd4, y ahora 4 ...
lbf6 5 lbxc6, o bien 4 ... �c5 5 lbxc6. Por esa
razón, pueden tratar de transponer a la ver­
sión de los Cuatro Caballos, con 4 �b4+!?
••.
•.•
APERTURAS ABIERTAS
Ahora, S tl:ic3 tl:if6 transpone a dicha
apertura, lo que podría considerarse una
pequeña victoria moral para las negras. La
objeción evidente a 4 ... �b4+ es 5 c3. En
tal caso, con 5 �c5 6 �e3 �b6 se llega
a una posición de libro (a partir de 4 ...
i.cS S .te3), pero con un adicional c2-c3
de las blancas.
¿A quién beneficia ese avance? Las
blancas tienen una protección adicional de
la casilla d4, pero pierden una de las prin­
cipales bazas de la Escocesa, el salto de ca­
ballo de c3 a dS. La práctica reciente indica
que las negras están bien, después de 7
tl:if5 .txe3 8 tl:i xe3 tl:if6, porque las blan­
cas no pueden defender el peón e con tl:ic3
(y 9 tl:id2 permite la igualadora 9 ... dS) . O
bien 7 �c4 d6 8 0-0 tl:if6 9 tl:id2 tl:ieS ! 10
�e2 0-0 1 1 h3 � e8, como en la partida
Goloshchapov-Brodsky, Hoogeveen 2006.
¿Qué sucede con el orden habitual, 4
tl:i xd4 Ac5 5 i. e 3, amenazando tl:i xc6? Se
han dedicado muchas horas de estudio a S
... 'it'f6, pero la higiene mental alternativa
es 5 i.b6!
...
25
siguió con 6 tl:i c3 d6 7 g3 tl:i f6 8 � g2 0-0
9 tl:i xc6 bxc6 10 A xb6 axb6, con igual­
dad.
Otra línea de moda es 4 ... tl:if6 S tl:i xc6
dxc6 6 eS. Las negras pueden evitarla con
4 'it'f6. De ese modo tratan de alcanzar,
no de evitar, la posición con S �e3 �cS.
Este orden tiene la ventaja de eludir otra
línea difícil, 4 ... �es S tl:ib3. La mejor for­
ma de castigar 4 . . . 'it'f6 es S ttJ bS A es
6 'ii' e2. Pero el veredicto no está claro aho­
ra. Las candidatas son 6 ... .ib6 y 6 ... 'ii'd 8
(para seguir con ... a6) .
E n u n momento dado, e l destino d e la
Escocesa parecía vinculado a la corrección
de 4 'it'h4. Hoy hay serias dudas de que
esta salida de dama sea siquiera jugable.
Su suerte depende de cómo evaluemos la
posición que sigue:
.•.
•.•
••.
Ahora, 6 tl:i c3 dS y 7 ,,, tl:i f6 ó 6 . . . tl:i f6
transponen a una sólida línea Cuatro Ca­
ballos/Escocesa. Por ejemplo: la partida
Sveshnikov-M. Tseitlin, Budapest 1 989,
La última palabra sobre 7 . . . � xc3 +
8 tl:i xc3 u 8 bxc3 está por pronunciarse.
Pero es igual de importante encontrar el
mejor camino de las blancas hasta la posi­
ción del diagrama. Hay cuatro rutas:
(a) 5 tl:ic3 .tb4 6 tl:idb5 'ii' xe4+ 7 � e2 ,
y ahí estamos. Pero las negras pueden ju­
gar mucho mejor, con 6 ... .taS ! y ... a6. Por
ejemplo: 7 �e2 a6 8 tl:i d4 i.xc3+ 9 bxc3
tl:if6 10 tl:ixc6 dxc6 1 1 eS tl:i g4 (Rentería-
26
SECRETOS DE LA INVERSIÓN DE JUGADAS EN AJ EDREZ
Miktov, Minneapolis 2005). Por esa razón,
las blancas deberían preferir:
(b) 5 lLlc3 .tb4 6 .te2! , y ahora 6
11Wxe4 7 lLldb5. Si las negras se desvían con
6 . . . lLlf6 7 0-0 .1xc3, entonces es fuerte 8
lLlf5 ! . Por ejemplo: 8 . . . 11Wxe4 9 .1d3 '1Wg4
10 f3 ! '1Wa4 11 bxc3 0-0 12 lLl xg7 ! , con ata­
que ganador, Karj akin-Malinin, Sudak
2002.
Pero las blancas pueden optar por 5
lLlb5, porque es más apremiante y aspira a
algo más que la posición del diagrama.
Posibilidades:
(c) Con 5 lLl b5 11W x e4+ 6 .1 e2 .tb4+
7 lLllc3 se alcanza la posición del diagra­
ma. Pero las blancas pueden mejorar con 7
�d2!, que da lugar a líneas como 7 . . .
.txd2+ 8 '1Wxd2 '1We5 9 f4 ! .
( d) Las negras pueden tratar de mejo­
rar con 5 ... .1b4+, ya que 6 lLl lc3 11Wxe4+
7 .1e2 transpone. Pero de nuevo es mejor
intercalar la jugada de alfil, 6 �d2!, lle­
gándose a (c) , después de 6 . . . 11Wxe4+ 7
.1e2.
El principal problema de 5 lLlb5 es 5 ...
�c5, y tras 6 '1We2 lLld4, con lo que las
blancas no pueden llegar a la posición del
diagrama, ni obtener una clara ventaja. Se­
gún el actual estado de la teoría, la opción
(b) parece ser la más precisa.
•••
APERTURA CUATRO CABALLOS
La lúlea principal de la Apertura Cuatro
Caballos ha sido, durante la mayor parte
del siglo pasado, la que se conoce como
"desclavada" de Johannes Metger, des­
pués de 1 e4 e5 2 lLl f3 lLl c6 3 lLl c3 lLl f6
4 .1b5 �b4 5 0-0 0-0 6 d3.
(Ver diagrama 38.)
Las negras deshacen la clavada que si­
gue, con 6 ... d6 7 �g5 .1xc3 8 bxc3 '1We7,
y ahora ... lLld8-e6/...c5, que plantea un blo­
queo sobre casillas negras. Ésta es la mejor
forma para las negras de j ugar a ganar en
la Cuatro Caballos, ya que la jugada de
Akiba Rubinstein, 4 . . . lLl d4, permite
orientar el juego hacia tablas, por parte de
las blancas, con 5 lLl xd4 exd4 6 e5.
Las blancas tienen modos de evitar la
maniobra de Metger -y seguir jugando a
ganar-, y las negras también los tienen de
seguir buscándola. La jugada marginal de
las blancas es 7 lLl e2, revivida por Daniel
Cámpora, quien demostró que la ventaj a
de las blancas e n una posición simétrica
(7 . . . lLl e7) es algo con lo que se puede
trabaj ar. Por ejemplo: 8 c3 .1a5 9 lLl g3
lLl g6 10 d4 c6 1 1 .t d3 .:. e8 12 h3 � b6
1 3 J:!. e l h6 1 4 � c2 '1W c7 1 5 .1 e3 .t e6
16 'IWcl ! l:. ad8 17 a4 a5 18 lLlf5 d5 19 lLlxg7 ! ,
Cámpora-B arón Rodríguez, Lanzarote
2003 .
Las negras pueden evitar esta línea
capturando antes en c3. Reuben Fine así lo
hizo, con 6 ... "fi/e7 7 �g5 .1xc3 8 bxc3, y
para evitar la tablista 8 . . . d6 9 � xc6, jugó
8 ... lLld8!
(Ver diagrama 39.)
Ahora, 9 d4 d6 es la posición de Met­
ger. Si las blancas comienzan la maniobra
APERTU RAS ABIERTAS
de caballo con 7 ll'ie2, las negras pueden
responder 7 . . . d5 ! ? . Por ejemplo: 8 exd5
ll'i xd5 9 ll'ig3 ll'i f4 10 d4 ll'i g6 1 1 c3 �d6,
Loevenfish-Alatorzev, Moscú 1940.
No obstante, el método más popular es
diferir ... °fie7, 6 ... �x c3 7 bxc3 d6 8 �gS
°fie7. Éste era el orden favorito de Frank
Marshall y Smyslov.
APERTURA ITALIANA Y DEFENSA
DOS CABALLOS
Hay una frontera definida, después de 1 e4
e5 2 ll'if3 ll'ic6 3 �c4, que separa a la Aper­
tura Italiana (o Giuoco Piano) , 3 . . . �c5,
de la Defensa Dos Caballos, 3 ... ll'if6. Pero
esa frontera a menudo se difumina por
transposición.
Con 3 . . . �c5 , las negras evitan ciertas
líneas, como 3 . . . ll'if6 4 ll'ig5 , que tienen
buena reputación, o incluso el cuestiona­
ble Ataque Max Lange, 3 . . . ll'if6 4 d4 exd4
5 0-0 �c5 6 e5 ! ? .
Las blancas pueden forzar a las negras
a entrar en el Max Lange, p o r 1 e4 eS
2 ll'if.3 ll'ic6 3 �c4 �es, y ahora 4 0-0. Es­
te enroque fue en su día ridiculizado, pero
hoy se considera una ruta alternativa a la
seudo Ruy López (4 0-0 ll'if6 S d3) . Tam­
bién es posible S d4!?
27
Ahora, 5 . . . exd4 6 e5 lleva al Max Lan­
ge, que presumiblemente las negras
querían evitar. Si siguen queriéndolo, el
antídoto es 5 ... �xd4 ! , y después de 6
ll'i xd4 ll'i xd4 7 �g5 d6 8 f4 "fie7, o bien 8
... �e6. Pero Yakov Estrin argumentó que
las blancas tienen posibilidades razona­
bles. Lo que es cierto es que esto es mucho
mejor que 4 d4 �xd4 5 ll'i xd4 ll'i x d4 6 f4?
(6 0-0 transpone) 6 ... d5 ! 7 exd5 °fih4+ 8 g3
l/i'h3, que es favorable a las negras.
Puesto que 3 . . . �c5 no plantea ningu­
na amenaza, las blancas tienen más liber­
tad que en la Defensa Dos Caballos. Así,
pueden optar por una seudo Ruy López,
con 4 d3, 4 c3 ó 4 0-0, conservando otras
opciones. La teoría dice que puede contes­
tarse a 4 c3 con 4 . . . ll'i f6 ó con 4 . . . "fie7
5 d4 �b6. Pero si la idea de las negras es
conservar el punto fuerte de eS, lo más
preciso es 4 ... �b6, en cuyo caso 5 d4
"fle7, como jugaban los integrantes de las
Pléyades de Berlín, transpone.
La justificación de 4 . . . �b6 es que
. . . VJ!/e7 no es tan útil como . . . �b6 en la seudo Ruy López. Las blancas pueden cam­
biar de idea tras 4 . . . "fie7, y pasar a 5 d3,
con intención de atacar posteriormente a
la vulnerable dama negra, con ll'ie3-d5 ó
lZ'i fS. El inconveniente de este orden de ju-
28
SECRETOS DE LA INVERSIÓN DE J UGADAS EN AJ EDREZ
gadas es que tras 4 . . . �b6 5 d3, las negras
habrán perdido un tiempo si, más adelan­
te, consideran necesario seguir con ... a6 y
... Aa7.
Observe que 3 Ac4 Ac5 es una ruta
hacia la Variante Canal (4 llJc3 llJf6 5 d3
d6 6 Ag5!?), una de las líneas más prome­
tedoras de la Italiana. Las blancas no pue­
den llegar a esta posición por la Cuatro
Caballos, debido a 1 e4 e5 2 llJ f3 llJ c6
3 llJc3 llJf6 4 �c4? llJxe4 ! , y necesitarían
la cooperación de las blancas. Sin embargo,
sí pueden conseguirlo, a través de la Defen­
sa Dos Caballos, 1 e4 e5 2 llJf3 llJc6 3 �c4
llJf6, si evitan 4 llJc3? (por 4 . . . lLi xe4! ) y
j uegan 4 d3 ! , para seguir con 4 . A c5
5 llJc3.
En un orden estándar de la Dos Caba­
llos, 1 e4 e5 2 llJf3 llJc6 3 �c4 llJf6 4 llJg5,
hay dos líneas marginales que están conec­
tadas: 4 ... d5 5 exd5 llJd4 y 5 . b5. No son
del todo parecidas, y sin embargo transpo­
nen después de 5 ... llJd4 6 c3 b5 ! 7 Afl ! ,o
bien 5 ... b5 6 �fl ! llJd4 7 c3.
La elección de las negras debería de­
pender de qué línea puede provocar una
mala respuesta de las blancas, corno 5 . . .
b 5 6 dxc6 ? ! bxc4 7 'ir'e2 h 6 8 'ir'xe5+ �e7,
favorable a las negras. Hans Berliner re­
vivió 5 ... b5 en su lucha por el Campeo­
nato Mundial por Correspondencia,
explicando que 5 ... llJ d4 "es menos cla­
ra", tras 6 llJ c3 .
Otro orden d e jugadas e n l a D o s Caba­
llos guarda relación con la periódicamente
revivida 4 d4 exd4 5 e5 d5 6 .tb5 llJ e4
7 llJ xd4.
(Ver diagrama 41.)
..
..
Desde hace mucho, se asumió que las
negras deben responder 7 ... Ad7, la j uga­
da de Paul Morphy, después de lo cual, 8
.txc6 bxc6 9 0-0 Ac5 y 10 .te3, la posición
está equilibrada. Pero la reciente expe­
riencia sugiere que con 10 f3! las blancas
obtienen la mejor parte.
Para evitar eso, las negras pueden recu­
rrir a la jugada de Adolf Anderssen, 7
Ac5!?. Después de 8 Ae3 Ad7 9 Axc6
bxc6 10 f3, las negras podrían responder
10 ... 'ifh4+ 11 g3 llJ xg3 ! . Lo normal, por
tanto, es que las blancas jueguen 10 0-0. La
clave es que han transpuesto a la línea de
igualdad 7 ... Ad7, en la que se juega 10
Ae3, sin disponer de la opción 10 f3.
El riesgo de esta sutileza es que 7 ...
Ac5 permite 8 llJ xc6 ! ? , a lo que es forzoso
seguir 8 ... .txf2+ 9 @fl , o bien 9 @e2 ! ?
�g4+ 1 0 @fl . Las blancas también obtie­
nen una opción adicional, tras 8 Ae3 �d7
9 Axc6 bxc6, a lo que pueden responder
10 llJd2! (antes que transponer con 10 0-0),
que ha logrado buenos resultados en los
últimos tiempos.
(Ver diagrama 42.)
..•
La partida Sveshnikov-Zaj a, Belgrado
200 1 , por ej emplo, siguió así: 10 . . . llJ xd2
11 'ir'xd2 0-0 12 lLib3 ! Ab6 13 0-0-0 'ir'e7
14 J::t hel a5 15 a3 a4 16 �g5 ! 'ir'e6 17 tt:ld4
'ir' g6 1 8 f4, y las blancas acabaron ga­
nando.
Al efectuar un balance, 7 ... �d7 pare-
APERTU RAS AB I E RTAS
ce mejor que 7 . . . �cS, de modo que
Morphy vence a Anderssen una vez más.
GAMBITO EVANS
La primera pregunta a plantearse en el Gam­
bito Evans (1 e4 e5 2 ll:lf3 lll c6 3 � c4 .tc5
4 b4 il.xb4 5 c3) es a dónde deben retirar las
negras su alfil. Hay dos formas de llegar a b6:
optar por la sólida defensa de Lasker, S ...
�es 6 O-O d6 7 d4 �b6, y s . �as 6 O-O d6
7 d4 �b6. El orden importa, porque las
blancas disponen de varias opciones en su
sexta jugada. Detengámonos en 5 �c5.
..
...
La ventaja principal es que después de
6 'it'b3 (una jugada válida contra S . . . �aS)
29
es aquí bastante anodina, ya que 6 . . . 'it'e7
amenaza 7 . . . ll:laS ! .
Pero ese beneficio s e altera con 6 d4!.
Las negras no pueden conseguir la seguri­
dad de la defensa Lasker, 6 . . . �b6 (7 0-0?
d6) , debido a 7 dxeS ! .
Por consiguiente, deben entrar e n una
de las líneas principales el Gambito Evans,
como 6 . . . exd4 7 0-0! d6 8 cxd4 �b6, en
cuya posición las blancas tienen compen­
sación, que ha resistido la prueba del tiem­
po durante siglo y medio.
Una vez que las negras se decidan por
5 ... �a5, una cuestión clave es si las blan­
cas deberían jugar la inmediata 6 �b3 o
precederla de 6 d4. Suele prestarse más
atención a 6 d4 d6 7 �b3, pero 7 . . . �d7
parece ser una réplica adecuada.
Comparemos con 6 'i/Vb3:
Ahora es imposible ... 'it'd7. Las otras
jugadas de damas, 6 . . 'iff6 ó 6 ... 'it'e7, pa­
recen transponer a malas versiones de la
línea 6 d4 d6 7 �b3. Por ejemplo: 6 �b3
�f6 7 d4 d6? permite 8 dS ! lZ:l juega 9
'it'a4+.
También en caso de 6 �b3 'it'e7 7 d4
exd4 8 0-0 ..tb6 9 cxd4, o de 6 ... �f6 7 d4
exd4 8 0-0 d6 9 eS ! , estamos en variantes
que a menudo resultan fatales para las ne­
gras, antes de la jugada 2S.
.
30
SECRETOS DE LA I NVERSIÓN DE J UGADAS EN AJEDREZ
El verdadero reto para 6 'iVb3 es 6
'iVf6 7 d4 lLl xd4! . Entonces, 8 lLl xd4 exd4
9 0-0 ha sido puesto a prueba en una par­
tida por correspondencia (9 . . . dxc3 10 eS
'iVxeS ! 1 1 � xt7+ @f8) , sin llegar a una
conclusión. Si a las blancas les gustan, 6
'iVb3 sería mucho mejor para sus intereses
que 6 0-0 y quizá también superior a 6 d4.
Observe que antes, en el Evans, cada
bando puede plantear al contrario un du­
doso "algo en qué pensar". En el caso de
las negras es 4 ... lLl xb4? ! , antes que 4 . . .
.txb4. Pero n o e s algo que cree muchos
problemas a las blancas, tras S c3 ltJc6, lo
único que ha pasado es que las negras han
transpuesto a la cuestionable 4 ... �xb4 S c3
.tes.
La apuesta de las blancas por la inteli­
gencia es peor. Se trata de 5 0-0, después
de 4 . . . �xb4.
••.
GAMBITOS ESCOCÉ S Y G Ó RING
Estos dos gambitos están estrechamente
relacionados y por ellos puede llegarse a
posiciones de la Apertura Italiana y la
Defensa Dos Caballos. El orden del
Gambito Escocés (1 e4 e5 2 ltJ f3 li) c6
3 d4 exd4 4 .tc4) concede a las negras
mayor elección.
La respuesta más simple es 4
li)f6,
que transpone a los Dos Caballos (1 e4 eS
2 ltJf3 li) c6 3 �c4 li)f6 4 d4 exd4). Es una
buena opción para las negras, si les gusta
afrontar el Ataque Max Lange (S 0-0
.t cS ) o la variante anti-Lange (S 0-0
li) xe4).
Pero si las negras responden normal­
mente a 3 �c4 con 3 . . . �es, es un mal or­
den, porque pueden acabar en territorio
desconocido. Por esta razón, pueden pre­
ferir 4 ... .th4+. La idea es que S c3 dxc3
6 li) xc3 transpone a la que antes se consi­
deraba la mejor defensa contra el Gambito
Goring (1 e4 eS 2 li)f3 li) c6 3 d4 exd4 4 c3
dxc3 S li) xc3 .tb4 ! 6 .tc4) .
Esa conclusión está siendo debatida úl­
timamente. Sin embargo, las blancas no
tienen por qué implicarse en el debate, ya
que el orden del Gambito Escocés 6 bxc3 !
...
Las blancas quieren dej ar para más tar­
de c2-c3, como en caso de S . . . d6? 6 d4
exd4 7 c3 ! ? , como sugerido por Savielly
Tartakower. Pero Marshall demostró que
S 0-0 puede responderse eficazmente con
5 ltJf6! 6 d4 exd4 7 c3 dxc3 8 e5 d5!.
...
APERTURAS ABIERTAS
es· favorable a sus intereses (6 . . . � e7 ?
7 'ii d S).
Bueno, entonces ¿qué decir de la terce­
ra opción, en la posición del diagrama 46,
4 .tc5? Se trata de una invitación nada
velada a entrar en el Max Lange (S 0-0
lLif6 6 eS dS) . En comparación con 4 . . .
lLif6, las negras pierden l a posibilidad anti­
Lange. Pero se benefician de no tener que
enfrentarse a la línea aS eS ! ? , que Evgeni
Sveshnikov ha demostrado puede resultar
peligrosa.
Otra virtud es que después de 4 .,tc5
5 0-0, las negras disponen de la opción adi­
cional 5 d6.
(Ver diagrama 47.)
31
.••
...
•••
La idea no es 6 c3 dxc3 ? ! , que transpo­
ne a un Güring poco atractivo. Es mejor 6
�g4, con juego confuso. Por ejemplo: 7
'ii b 3 'ii d7 8 c x d4 il. x f3 9 d x cS lLi d4
1 0 'iie3 'ilig4 1 1 'ifgS , con un final comple­
jo, Wist-Rausis, Correspondencia 1 994.
Un último punto es que 4 ... .tes tam­
bién puede transponer, después de S c3
...
ttJf6, a la Apertura Italiana, lo que es una
opción más segura que S ... dxc3 ? ! 6 tLi xc3
d6, otra línea confusa del Güring (7 il.gS
tLige7 8 lLidS f6 9 �xf6 ! ?) .
De modo que l a última nota sobre e l
Gambito Escocés, 4 �c4, es que debe evi­
tarse 4 . .. � b4+? ! , 4 . . . ltJ f6 es la opción
segura y 4 . . . �es la jugada más de doble
filo. Ésa es una de las conclusiones más
definitivas que podemos extraer acerca
de estas aperturas abiertas, llenas de
trampas.
33
Capítulo 2
Apertura Ruy López
Hay muchos más trucos con el orden de
jugadas en la Ruy López que en cualquier
otra apertura abierta, y a menudo empie­
zan a verse ya en el cuarto movimiento, co­
mo en la Defensa Berlinesa. Al adepto a
esta defensa le hace feliz entrar en un fi­
nal, por ej emplo con 1 e4 e5 2 lll f3 lll c6
3 fi.b5 lll f6 4 0-0 lll xe4 5 d4 lll d6 6 ii. xc6
dxc6 7 dxe5 lll f5 8 'it'xd8+. Por eso, es muy
probable que le disguste la réplica 4 'ii'e2!?
� c5 ! ? 5 ii. x c6. Por ej emplo : 5 . . . dxc6
6 lll xe5 'it'd4 7 lll d3 ! . Porque probable­
mente no esté en su ADN.
Las negras deberían conocer la contra­
sutileza 4 .. a6! . Después de 5 fi.xc6 dxc6
6 lll xe5 'it'd4 recupera el peón. Lo mejor
para las blancas es 5 �a4 ! , pero deben co­
nocer la Variante Worrall (a la que nor­
malmente se llega con 3 . . . a6 4 j_a4 lll f6
5 'it'e2), y a la que se ha transpuesto.
.
DEFENSA CLÁSICA
En la Defensa Clásica (1 e4 e5 2 lll f3 lll c6
3 j_b5 j_c5) hay dos esquemas tempranos
y varias formas de alcanzarlos. Uno de
ellos, con ... lll ge7, se produce tras 4 c3
lll ge7 5 0-0 j_b6, o bien 4 0-0 lll ge7 5 c3
f;_b6.
(Ver diagrama 49.)
Y no es muy probable que se sienta a
gusto defendiéndose en un tipo de posicio­
nes como las de la Defensa Steinitz, 4 ..
fi.e7 5 c3 d6 6 d4. Tampoco estará muy in­
clinado a gambitear un peón, con 4 ...
.
Hay un consenso en el sentido de que
las blancas están ligeramente mejor des­
pués de 6 d4, y su principal mérito es que
eluden lo que quieren evitar: 4 0-0 deja a
un lado 4 c3 f5 ! ? , por ejemplo. Pero 4 c3
evitaría, a su vez, 4 0-0 lll d4.
Lo que realmente inclinaría la balanza
a favor de 4 c3 sería el hecho de que al-
34
SECR ETOS DE LA I NVERSIÓN DE JUGADAS EN AJEDREZ
1 1 exd6 cxd6 12 I:!. dl, como en la partid.a
Matulovic-Ilincic, Sombor 2004.
Hay cierto componente psicológico en
4 0-0 y ahora 4 ... CiJf6 5 CiJc3!?
guien encontrase la forma de lograr venta­
ja con la opción extra 4 ... CiJ ge7 5 d4, pero
lo cierto es que, desde hace décadas, se
conoce la solución igualadora 5 . . . exd4
6 cxd4 i.. b4+ ! .
S i las negras quieren jugar . . . CiJf6 en
lugar de ... CiJ ge7, hay tres órdenes de ju­
gadas que vale la pena considerar. La pri­
mera y más efectiva es 3 CiJf6!, a lo que
sigue 4 0-0 i.. c5 . Esto explota la preferen­
cia de las blancas por 4 0-0, pues esperan
que las negras continúen con una Berli­
nesa normal. De esta forma, las negras
evitan c2-c3/d2-d4, en vista de 3 . . . CiJ f6
4 c3? CiJ xe4! .
Los otros dos órdenes comienzan con 3
.. i.. c5 4 c3 CiJf6 5 d4 i.. b6 6 0-0 0-0 y 4 0-0
CiJf6 5 c3 0-0 6 d4 i.. b 6. Los libros le con­
ceden mucha atención al primer orden de
jugadas, porque garantiza a las blancas una
opción adicional, 6 'iie2. Pero si, de todos
modos, quieren jugar 6 0-0, y no recuerdan
la compleja teoría de la línea 4 c3 f5, el se­
gundo orden es el mejor. Para empezar,
porque tiene la ventaja añadida de tentar
a las negras a jugar 4 ... CiJf6 5 c3 CiJ xe4?.
Esto parece la línea 3 ... CiJf6 4 c3? CiJ xe4!
antes mencionada, pero ésta resulta ser
mala tras 6 'it'e2 ! . Por ejemplo: 6 ... f5 7 d3
CiJ f6 8 d4 i.. e7 9 dxe5 CiJ e4 10 i.. c4 ! d5
•••
.
Lo que ha sucedido es que hemos aca­
bado en una Apertura Cuatro Caballos (1
e4 e5 2 CiJf3 CiJc6 3 CiJc3 CiJ f6 4 i..b5), en la
que las negras han jugado una rara línea
marginal, 4 ... i.. c5 ! ? , y las blancas han res­
pondido 5 0-0.
Esto está muy bien para las negras, si
conocen la teoría (5 ... 0-0! 6 CiJ xeS CiJxeS
7 d4 i.. d6!).
Alexander Beliavsky se vio sorpren­
dido en una ocasión, por Lj ubomir Lju­
bojevic, con este orden de jugadas, y fue
superado tras 6 ... .l:t e8? ! 7 CiJf3 CiJ xe4 8 d4
CiJ xc3 9 bxc3 i.. f8 10 CiJ g5 ! h6 1 1 CiJh3 d6
12 'iff3 ! i.. d7 13 I:t bl � b8 14 'ii g3 CiJ e7
15 i.. xd7 'if xd7 16 .ixh6 ! .
DEFENSA COZIO
Y DEL FIANCHETIO
Cuando las negras desarrollan su alfil de
rey por g7 están jugando una Apertura
Vienesa con los colores invertidos, siendo
una reflexión especular de 1 e4 e5 2 CiJc3
CiJf6 3 g3 i.. b4. Pero el tiempo extra de las
APERTU RA RUY LÓPEZ
35
blancas en la versión Ruy López (1 e4 e5
2 tZ:lf3 tZ:lc6 3 �b5 g6) significa que pue­
den avanzar antes su peón d.
Podrían hacerlo rápidamente porque
después de 4 0-0 las negras tienen tiempo
para jugar 4 ... �g7 5 c3 tZ:lge7 6 d4, y en­
tonces 6 ... exd4 7 cxd4 d5 ! , con juego de
doble filo.
Más peligroso es 4 c3:
ta el tema 3 ... g6 4 c3, lo mismo que la mo­
lesta 3 ... g6 4 d4 exd4 5 Ag5 !. Se trata de
la Defensa Cozio (3 tZ:lge7), que transpo­
ne a una posición de 3 ... g6 4 0-0, después
de 3 ... tZ:lge7 4 0-0 g6 5 c3 �g7 6 d4 exd4
7 cxd4 d5.
Si las blancas responden 4 d4 exd4
5 tZ:lx d4 tenemos 5 g6 6 tZ:lc3 .i.g7 7 Ae3
Las negras tienen problemas tras 4 ...
d6 5 d4 �d7 6 �b3 ! (6 ... �g7 7 dxe5 dxe5
8 �c4 ataca f7 y b7). Vassili Smyslov, el
maestro de esta variante, dijo que lo mejor
era 4 ... a6!. Las negras están dispuestas a
transponer, después de 5 �a4, a una De­
fensa Steinitz diferida (3 ... a6 4 �a4 d6 y
... g6).
¿Por qué preferirían las negras 3 ... g6
al orden normal de la Steinitz diferida? La
respuesta es que evitan otras lfueas de esa
variante, como 5 0-0! y 5 �xc6+ ! ? .
Puede que las blancas prefieran res­
ponder a 4 ... a6 con 5 Ac4, lo que sería
una versión muy sólida de la Apertura Ita­
liana, en la que las negras disponen de la
jugada extra . . . a6. Por ejemplo: 5 ... d6 6 d4
'f!ie7 7 0-0 �g7.
Hay un camino por la puerta trasera,
hacia un fianchetto de las negras, que evi-
La posición se convierte en una vieja
Defensa Steinitz, aunque, en realidad, una
de las mejores versiones de esa defensa,
después de 8 . . . d6. Pero las negras pue­
den jugar mej or, con ... d5 ! ? . Por ejemplo:
8 �d2 d5 9 exd5 tZ:l xd5 1 0 tZ:l xc6 bxc6
1 1 .i. xc6 tZ:l xe3 ! 12 � x e3 l::t b8, o bien
12 �xa8 �xd2+ 13 �xd2 tZ:lc4+ 14 �el
tZ:l xb2.
Debe haber un inconveniente en el or­
den de la Defensa Cozio, pues de no ser así
todo el mundo la jugaría, y es 3 tZ:l ge7
4 tZ:lc3!, con lo que la posición se hace más
complej a después de 4 . g6 5 d4 e x d4
6 tZ:ldS!. Que las blancas tengan ventaja des­
pués de 6 ... ilg7 7 �g5 es discutible. Con
todo, pocos partidarios de la Ruy López
están dispuestos a comprobarlo, lo que ha­
ce que el orden de la Cozio sea un buen ar­
ma práctica.
•••
,
...
0-0.
•••
.
.
36
SECRETOS DE LA I NVERSIÓN DE JUGADAS EN AJEDREZ
DEFENSA BIRD
La defensa de Henry Bird (1 e4 e5 2 tll f3
tll c6 3 i.b5 tll d4 4 tll xd4 exd4) parece ab­
surda. Las negras mueven su única pieza
desarrollada por segunda vez, para doblar
sus propios peones.
Pero esos peones centrales doblados
llevan a cabo una buena tarea de restringir
a las blancas después de 5 d3 c6 6 Ac4 d5!.
Por ej emplo: 7 exd5 cxd5 8 A b5 + i. d7
9 i.xd7+ '/i'xd7 10 0-0 .ic5 ! 1 1 .la el+ tll e7,
y la posición es perfectamente razonable
para las negras.
El error de las blancas fue comprome­
terse demasiado pronto (5 d3? ! ) . La mejor
jugada de espera en muchas -si no en to­
das- es el enroque. Aquí, 5 0-0! permite a
las blancas decidir entre 6 d3, 6 c3, 6 i.c4
e incluso 6 '/i'h5 , una vez que las negras
realicen su quinta jugada. Así, tienen ex­
celentes posibilidades en caso de 5 . . . c6
6 .ic4 d5 7 exdS cxd5 8 .tb5+ .td7 9 %1 e l+
tll e7 10 .txd7+ '/i'xd7, y ahora 1 1 '/i'h5 u
1 1 c4 (en lugar de transponer con 1 1 d3?).
Después de 5 0-0, la jugada más popu­
lar en los últimos años ha sido 5 i.c5.
vulnerando la regla de que no debe m<;>­
verse una pieza dos veces en la apertura.
Las negras deben neutralizar la amenaza 7
i.xf7+ @ xf7 8 '/i'h5+, de modo que no tie­
nen tiempo para jugar ... d5.
STEINITZIANA
La solución de Wilhelm Steinitz al proble­
ma de la Ruy López fue mantener una só­
lida cabeza de puente en e5, después de 1
e4 e5 2 tll f3 tll c6 3 ii.b5, mediante 3 ... d6.
Sus discípulos ensayaron 3 d6 4 d4 i.d7
5 tll c3 tll f6 6 0-0 .t e7, o incluso, por inver­
sión, 3 tll f6 4 0-0 .te7 5 tll c3 d6 6 d4
..•
•••
i.d7.
Una posición clave surge después de
que las blancas protejan su peón e con 7
n el, y amenazan con ganar el negro. Eso
lleva a una formación típica, 7 exd4
•••
8 tll xd4 0-0 9 .txc6 bxc6.
•••
Ahora, 6 d3 c6 7 i.c4 dS ! deriva hacia
la línea con 5 d3. Más preciso es 6 i.c4!,
Las blancas están mejor, pero las ne­
gras tienen juego sobre la columna b y con
el plan ... c5 !/... .tc6. Por ejemplo: 10 .tf4 c5
1 1 tll f3 .t c6 1 2 '/i' d3 tll h5 ! 1 3 i. e3 : es
1 4 l:l adl 'ii'b8 15 �el '/i'b7, Narciso Du­
blan-Mirzoev, Salou 2006.
La experiencia demuestra que las blan­
cas deberían tratar de obligar a las negras
APERTURA RUY LÓPEZ
en c6 con el alfil, eliminando así el contra­
juego ... c5 ! . Pueden hacerlo así: 3 d6 4 d4
.td7 5 lll c3 lll f6 6 .txc6! , ya que si 6 ...
bxc6?, las negras pierden un peón, con 7
dxe5. En lugar de ello, 6 . .txc6 7 �d3 re­
nueva la amenaza dxe5, y es favorable a
las blancas: 7 ... lll d7 8 lll xd4 �d7 9 .tgS
�e7 10 0-0-0 y 8 ... g6 9 .tgS .tg7 10 lll xc6
bxc6 11 e5 dxe5 12 �f3 �d6 13 l:t dl (Lu­
pulescu-Pessi, Bucarest 2004).
La contrasutileza de las negras radica
en jugar ... exd4 antes de .txc6, a fin de po­
der retomar con el peón b, lo que consi­
guen con 3 . d6 4 d4 .td7 5 lll c3 .
•.•
..
..
37
una diferencia, porque las blancas puede.n
retomar de dama, 5 'it'xd4 .td7 6 .txc6,
una línea favorable a las blancas, algo que
es sabido desde los tiempos de Morphy.
Para resucitar la Defensa Steinitz, las
negras necesitan una nueva idea, quizá la
relativamente poco explorada 5 ... l2Jge7!?,
en el último orden de jugadas, o algo que
pueda confundir a las blancas acerca del
momento oportuno del cambio .txc6. Po­
drían intentar el orden de la Defensa Ber­
linesa, 3 ... lll f6 4 0-0, y ahora 4 ... d6, o bien
4 ... .te7 5 l:l el d6. Esto tiene la ventaja de
privar a las blancas de sus planes más agre­
sivos, como 'if d3/0-0-0, y evitar 4 d4.
Pero las blancas deberían ser conscien­
tes de que después de 3 .. l2J f6 4 0-0 d6
5 d4 .td7, pueden seguir con 6 .txc6!
.txc6 7 lll c3 .
.
Ahora 5 ... exd4! 6 lll xd4 lll f6 7 0-0
�e7. Si ahora 8 .txc6 u 8 l:t el 0-0 9 .txc6,
el juego derivaría hacia la formación de
doble filo (con ... bxc6) que debería hacer
felices a las negras.
Lamentablemente, hay una contracon­
trasutileza. Las blancas pueden acelerar la
captura en c6, como demostró Jackson
Showalter hace más de un siglo, 3 ... d6
4 d4 .1d7 y ahora 5 .txc6 .txc6 6 lll c3,
que transpone a la línea favorable después
de 6 ... lll f6 7 'ii' d3 exd4 8 lll xd4.
Por supuesto, las negras también pue­
den acelerar su plan, con 4 d4 exd4, como
suele hacer Alexander Onischuk. Pero hay
La liquidación que sigue, 7 ... l2J xe4
8 lll x e4 .txe4 9 l:t e l es favorable a sus in­
tereses (9 .. f5 10 lll g5 ó 9 ... �f5 10 dxe5
d5 11 lll d4). Por otro lado, las negras normalmente transponen, con 7 ... exd4 8 lll xd4
a una línea .txc6, antes que ... bxc6 ! .
Conclusión: l a Steinitz merece s u repu­
tación, pero sólo si las blancas juegan
oportunamente ..txc6. Si a las negras les
gustan las líneas con ... bxc6, tendrán una
.
38
SECRETOS DE LA INVERSIÓN DE J UGADAS EN AJ EDREZ
mejor oportunidad de alcanzarlas por la
Steinitz diferida, como 3 ... a6 4 �a4 lt:if6
5 0-0 �e7 6 .!:!. el d6, en cuyo caso lo mejor
que tienen las blancas es 7 � xc6+ bxc6
8 d4 cxd4 9 lt:i xd4 .td7.
DEFENSA STEINITZ DIFERIDA
Este sistema se conoce en Rusia como
"Defensa Steinitz mejorada" y la mejora
más evidente es que, al intercalar 3 . . . a6
4 �a4 antes de 4 ... d6, las negras hacen
que el avance d2-d4 sea un tanto arriesga­
do. Después de 1 e4 e5 2 lt:if3 lt:ic6 3 �b5
a6 4 �a4 d6 5 d4, las negras pueden res­
ponder 5 ... b5! 6 �b3 lt:i xd4 7 lt:ixd4 exd4.
Ahora 8 'it'xd4? cae en la trampa cono­
cida como el Arca de Noé (8 ... c5 9 'it'd5
�e6 10 'it'c6+ �d7 11 'it'd5 c4, ganando).
Pero 8 c3! es un gambito muy respetable: 8
.. dxc3 9 lt:i xc3 lt:if6 10 0-0.
La quinta jugada más flexible de las
blancas es 5 0-0!, que les concede todo
tipo de sutilezas. Pueden, por ej emplo,
responder a 5 ... �d7 con 6 c3. Esto nor­
malmente transpone a la línea principal
de la Steinitz diferida, 5 c3 �d7, pero sin
exponerse a la azarosa Variante Siesta
(5 c3 f5 ! ?).
.
Hay otra idea que merece ser debiqa­
mente acreditada. Se trata de c2-c4, inven­
to de Oldrich Duras. No se considera
peligrosa, porque si 5 c4, 5 . . .tg4! explota
el agujero de d4. Pero después de 5 0-0
� d7, las blancas pueden buscar una Duras
mejorada, con 6 c4, en cuyo caso, si las ne­
gras responden 6 ... �g4 les costaría un
tiempo, y no está claro que eso o 6 ... lt:if6
7 lt:ic3 puedan igualar.
La continuación más habitual, después
de 5 0-0 .td7 es 6 d4.
.
Éste es un gambito mejorado, en vista
de 6 ... b5 7 � b3 lt:ixd4 8 lt:i xd4 exd4 9 c3,
pues ... �d7 no es tan útil como ... �b7.
Por otro lado, 6 ... lt:ige7 7 c4! es un ex­
celente Duras. Por ej emplo: 7 . . . lt:i g6
8 lt:ic3 �e7 9 .te3 0-0 10 l:t cl Ag4 11 �xc6
bxc6 12 h3, como en la partida Smagin-Ba­
bu, Londres 1990 .
La teoría prefiere 6 ... lt:i f6!. En tal
caso, ambos jugadores pueden pensar
que han ganado la batalla de la apertura.
Las negras dicen: "Te he engañado,
llevándote a una Defensa Steinitz do­
blemente diferida, sin permitirte la opor­
tunidad de emplear tu mej or arma."
Traducción: Esta posición puede alcan­
zarse por 3 . . . a6 4 Aa4 lt:i f6 5 0-0 d6 6 d4
APERTURA RUY LÓPEZ
� d7, pero sólo si las blancas pasan por
alto 6 i. xc6+ ! .
"No", responden las blancas, "tengo lo
que quería, porque ahora puedo jugar 7
i.xc6 y obtener una versión favorable de
la Steinitz clásica". Con lo que quieren decir 7 ... i.xc6 8 l:t el exd4 9 lb xd4, porque
si 8 . . . lb xe4? , 9 d5, y si 8 . . . �xe4, 9 lbc3,
posibilidades ambas favorables a las blan­
cas. Como a menudo sucede al transponer,
ambos jugadores pueden tener razón. Las
blancas han conseguido el medio juego
que querían, y las negras han evitado el
medio juego que querían evitar.
Lajos Portisch añadió otra sutileza a la
moderna Defensa Steinitz, al responder a
5 0-0 con 5 i.e7! ?
•••
Ésta parece una ruta inocua hacia cau­
ces tranquilos, como 6 c3 lbf6 7 l:t el 0-0
8 h3 i.d7, pero hay diferencias entre 5 ...
i.e7 y 5 . . . i.d7. Una de ellas es que las ne­
gras están mejor situadas para jugar 6 . . .
i.g4, e n relación con l a u n tanto dudosa 5
0-0 i.g4. Por ej emplo : 6 c3 i. g4 7 d4 b5
8 i.b3 lbf6, con idea de . . . i.xf3. También
7 d3 lbf6 8 lbbd2 lb d7 9 h3 �h5 10 i.c2
lbf8 ! ? resultó bueno para las negras (11 g4
i.g6 12 d4 h5) en la partida Browne-Por­
tisch, Milán 1975.
39
Otra diferencia es que las negras pue­
den tratar de implementar la Variante
Siesta, respondiendo a 6 c3 con 6
f5! ?
7 exf5 �xf5 8 d4 e4.
Una prueba más dura para 5 . . . i.e7 es
6 d4. En tal caso, 6 . . . b5 7 i. b3 lb x d 4
8 lb xd4 exd4 9 c3 e s otro gambito central.
Después de 9 . . . lb f6 ! 10 cxd4 �b7 11 f3
0-0, se ha transpuesto a una línea más o
menos igualada (5 d4 b5 6 � b3 lb xd4
7 lb xd4 exd4 8 c3 �b7 9 cxd4 lbf6 10 f3
�e7) .
Si hay una refutación de 5 . . . �e7, es 6
�xc6+ bxc6 7 d4. Entonces, 7 . . . f6?, que es
temático en líneas similares con �xc6+ de
la viej a Defensa Steinitz, hace que las pie­
zas del flanco de rey parezcan estúpidas.
Ahora 7 ... exd4 8 lb xd4
..•
. . . permite a las blancas ejercer el control
de la posición, con 8
c5 9 lbc6! �d7 10
lba5! (10 . . . lbf6? ! 1 1 c4).
Pero 5 . . . i.e7 es j ugable si las negras
postergan . . . c5 , en favor de 8 �d7 9 lbc3
lbf6. O bien, mejor aún, 9 �f6!, seguido
de . . . lbe7. La olvidada 5 . . . �e7 merece
que se la recuerde.
Las negras también pueden mezclar la
Steinitz diferida con la Cozio, si juegan 1
e4 e5 2 lbf3 lb c6 3 �b5 a6 4 i.a4 y ahora
.••
•••
..•
SECRETOS DE LA I NVERSIÓN DE JUGADAS EN AJ EDREZ
40
4 ttJge7. Alexei Suetin recomendaba "5
c3! " y citaba una de sus partidas, con 5
bS 6 .tb3 dS 7 'i!Ve2!, con ventaja.
•..
...
.
Pero las negras mejoran su juego con 5
.. d6! , y después de 6 d4 .td7, se transpo­
ne a la línea de la Steinitz diferida con 5 c3
�d7 6 d4 ttJ ge7. La teoría favorece hoy
más la posición blanca que una generación
atrás, pero lo que puede ser más importan­
te es que las negras evitaron las opciones
distintas de 5 c3 de la Steinitz diferida. Por
otra parte, después de 4 ... ltJge7 5 0-0, las
negras pueden transponer con seguridad a
la lmea de fianchetto (5 ... g6 6 c3 d6) . Las
blancas pueden tener que replicar a 4 ...
ttJge7 con 5 d4 exd4 6 ltJ xd4, que hasta
ahora no ha sido claro, después de 6 ... g6
ó 6 ... b5 ! ? 7 .tb3 ttJ a5.
2 ltJf3 ttJc6 3 i.bS a6 4 i.a4 ltJf6 5 .t�c6
dxc6 6 d3 ltJd7?! 7 ttJbd2 �e7 8 ltJc4 ii..f6?
9 'i!Ve2 cS 10 �d2 0-0 11 g4, con un ataque
ganador (11 ... b5 12 ttJe3 g6? ! 13 h4 ttJb8
14 0-0-0 ttJc6 15 :i dgl i/.e6? 16 @bl ltJb4
17 �xb4 cxb4 18 g5 ! y ltJ g4).
Una ventaja importante de diferir el
cambio .txc6 es que a las negras les re­
sulta más difícil defender su peón e. Des­
pués de 3 . . . a6 4 .ta4 ttJf6 5 i.xc6 dxc6,
no pueden jugar ... f6, como en el caso de
4 � xc6 dxc6. Sin embargo, 6 ... i.d6! es
una buena defensa de desarrollo, y las
negras están bien después de 7 lb bd2
i.e6.
La razón por la que el cambio doble­
mente diferido, 5 0-0 ii.. e 7 6 � xc6 dxc6,
tiene mejor reputación es que 7 ... i.d6
costaría un tiempo. Las negras, en cam­
bio, obtienen una posición sólida con
. . . ttJ d7. Si quieren un medio juego dese­
quilibrado, con mayores posibilidades de
victoria, deberían considerar la rara 6
... bxc6!?
VARIANTES DEL CAMBIO
Las blancas pueden jugar ii.. x c6 en la cuar­
ta, quinta o sexta jugadas de las lmeas
principales. Cambiar en la quinta jugada
tiene sentido, si las blancas quieren evitar
la Defensa Abierta y conservar la opción
0-0-0.
Eduard Gufeld venció a Mijail Tal en
una partida que se desarrolló así: 1 e4 eS
Esto puede transponer a una Defensa
Steinitz. La línea del cambio doblemen­
te diferido (7 :! el d6) que le gustaba ju­
gar, con negras, a Akiba Rubinstein, que
es similar a las mejores versiones de la
APERTURA RUY LÓPEZ
viej a Steinitz, tras 8 d4 exd4 9 llJ xd4
.t d7. Las blancas podrían mejorar con 7
llJ x e5 llJ xe4 ó 7 d4 llJ xe4 8 dxe5 0-0 (9
l:l el d5 10 llJ d4 .td7 11 f3 llJ g5 , como
en la partida l. Sokolov-S. Nikolic, Pan­
cevo 1 987), pero apenas hay experiencia
con la variante para pronunciar un vere­
dicto.
41
evitar la Defensa Abierta, 5 d4. Esto a me­
nudo favorece a las blancas, si están mejor
preparadas, después de 5 ... exd4 6 0-0 ó
6 e5. Pero las negras pueden jugar, en cam­
bio, 5 b5!?
•.•
DEFENSA ABIERTA
Antes de pasar a la línea principal de la
D efen s a Abierta, 1 e4 e5 2 llJ f3 llJ c6
3 .tb5 a6 4 Aa4 llJf6 5 0-0 llJ xe4 6 d4 b5
7 Íi.b3 d5, consideremos 7 .te7!?.
•.•
Ahora 6 dxe5! llJ x e4! 7 f¡_ b3 llJ c5
8 .td5 .te7 9 0-0 transpone a la línea an­
terior.
La formación estándar de la Defensa
Abierta se produce tras 1 e4 e5 2 llJt3 llJc6
3 .tb5 a6 4 .ia4 llJ f6 5 0-0 llJ xe4 6 d4 b5
7 .tb3 d5 8 dxe5 .te6. Las jugadas a dispo­
Esta jugada trata de inducir a las blan­
cas a 8 l:l el, y entonces 8 ... d5 9 dxe5 i.e6,
una posición absolutamente igualada, que
podría producirse tras 7 ... d5 8 dxe5 .te6,
si las blancas juegan la inepta 9 l:l el ! ?,
pues entonces 9 ... Íi.e7. La mejor tentativa para castigar 7 ... Ji.. e7 es 8 dxe5. La experiencia con 8 ... llJc5 9 .td5 .tb7 ( ó 9 ...
llJe6) dista de ser convincente. Por ejem­
plo: 9 . . . Ji.. b7 1 0 llJ c3 0-0 1 1 1i.. f4 llJ e6
1 2 1;_g3 f5 ! .
. S i a las negras les gustan estas posicio­
nes, pueden conseguirlas aunque las blan­
cas adopten una forma estándar para
sición de las blancas (c2-c3, .te3, llJbd2) y
de las negras ( ... .te7, ... llJc5, ... il,.c5) pue­
den mezclarse en distintos órdenes, ha­
ciendo inevitables las transposiciones.
En la primera edición de la Enciclope­
dia de Aperturas yugoslava, Viktor Korch­
noi endosaba la sabiduría convencional de
que 9 c3 .te7 10 Ae3 y 9 c3 il.. e7 10 llJbd2
eran tan favorables a las blancas que las
negras deberían evitarlas con 9 ... .tc5 ! .
Pero Andrei Sokolov demostró l a forma
en que las blancas pueden inducir a su ri­
val a entrar en una línea favorable, con 9
Ae3!?, y si entonces 9 fi.e7, 10 c3!. Esto
es muy efectivo contra oponentes muy
preparados teóricamente en la línea 9 c3
•••
.tes.
42
SECRETOS DE LA I NVERSIÓN DE J UGADAS EN AJEDREZ
Por ej emplo: 10 . . . 0-0 1 1 tt:J bd2 'i:fd7
12 l:t el l:t ad8 13 il.. c2 tt:J xd2 14 'i:fxd2
il..g4 15 'it'd3 g6 16 il..h6 l:t fe8 17 � adl tt:Ja5
18 h3 il.. xf3 19 'i:f xf3 c5 20 'i:fg3 tt:Jc4 21 b3
tt:J a3 22 e6! 'i:fc6 23 il.. f5 ! y ganan,
Kamsky-Piket, Dos Hermanas 1995.
No hay un antídoto evidente contra 9
ile3 , pero se ha llamado la atención sobre
9 tt:Jbd2, porque permite a las blancas res­
ponder a 9 . . . il.. c5 con 10 ttJ xe4 d x e4
1 1 il.. xc6, con, al menos, una pequeña venta­
ja. Esto ha hecho que las negras se decanten
por 9 ... il.. e7, después de lo cual 10 c3! es
otra buena transposición. El inconvenien­
te de 9 tt:Jbd2 es que las blancas pierden
control de d4, en relación con 9 ile3 y 9
c3, lo que resulta significativo tras 9
tt:Jc5! . En tal caso, a las blancas les agrada­
ría ver 10 c3 il.. e 7 11 ilc2 il.. g4, porque
transpone a otra buena línea 9 c3 (9 c3 tt:Jc5
10 il.. c2 il.. g4 1 1 tt:Jbd2 il.. e7) . Por ejemplo:
12 l:. e l 'it' d7 13 tt:J fl l::t d8 1 4 tt:J e3 il.. h5
15 tt:Jf5.
Pero las negras han obtenido mejores
resultados respondiendo a 10 c3 con 10
d4, hasta tal punto que se ha convertido en
una de las líneas pricipales, con análisis
teóricos que superan la jugada 20.
Un timador preferiría otra novena ju­
gada, 9 a4!?
...
...
Las blancas tratan de deslizarse en una
línea olvidada que comienza así: 1 e4 e5
2 tt:Jf3 tt:Jc6 3 .ib5 a6 4 il.. a4 tt:Jf6 5 0-0 tLixe4
6 d4 b5 7 .ib3 d5, y ahora 8 a4, en lugar de
8 dxe5. Si las blancas logran el control de
la columna abierta a, con 8 ... l:. b8 9 axb5
axb5, habrán alcanzado una versión muy
mejorada de la Defensa Abierta, 10 dxe5
il.. e6 11 c3.
Pero 8 a4? fue encerrada en una nota
al pie, a raíz del match Lasker-Schlechter
de 1910, pues las negras igualaron con 8 ...
tt:J xd4! .
El atractivo del orden de jugadas 8
dxe5 .te6 9 a4 es que 9 ... .l:l b8 permite a
las blancas alcanzar la versión ideal de 8 a4
(seguido de 10 axb5 axb5 1 1 c3). Por ejem­
plo: 11 ... il.. e7 12 tlJd4 ! tt:J xe5 (12 ... 'i:fd7
13 Ac2 ! ) 13 f3 tt:Jc5 14 ilc2 il.. d7 15 b4,
con ventaja, Alekhine-Rohacek, Munich
1941.
Así pues, ¿qué tiene de malo 9 a4? La
teoría dice que 9 tt:Ja5 es la respuesta.
Pero 10 axb5 axb5 11 tt:J d4! il..c5 12 c3 0-0
13 Ac2 no es muy convincente. Se requie­
re más experiencia práctica (digamos 9
b4 10 a5, amenazando il.. a4), antes de po­
der evaluar debidamente 9 a4! ? .
...
...
APERTURA RUY LÓPEZ
DEFENSA M O LLER/ARKANGELSK
No hay mejor ejemplo de cómo las trans­
posiciones pueden mejorar un grupo de
aperturas hermanadas que en los sistemas
agresivos en que las negras juegan ... a6,
... llJf6 y . . . .tes, posiblemente en conjunción con ... bS y ... i.b7. Hasta hace muy poco, parecían primas hermanas indignas de
nuestra atención.
El Ataque Móller (1 e4 e5 2 llJfJ lLlc6
3 i.. b5 a6 4 �a4 lLlf6 5 0-0 Ac5) se consi­
deraba demasiado inconsistente, debido a
6 c3 Aa7 7 d4, o bien 6 lLl xe5 llJ xe5 7 d4.
La Variante Arkangelsk, 5 b5 6 i. b3
i.b7, disfrutó de quince minutos de fama
en los años sesenta. Una fama que expiró
cuando las blancas lograron ventaja en
ambos flancos, con 7 l:t el .tes 8 c3 d6 9 d4
i.b6 10 i.gS y a2-a4.
Pero entonces surgió la nueva Arkan­
gelsk, 5 ... b5 6 .tb3 Ac5.
•.•
La idea de las negras radica en diferir
el desarrollo de su alfil dama, hasta que se­
pa donde les servirá mejor, si en g4 o en
b7. Por ejemplo: en caso de 7 ll el, descar­
tan 7 . . i.b7 (que transpone a la desfavora­
ble vieja Arkangelsk) y juegan 7 .. tLig4!,
en el espíritu del Móller. Esta jugada es
.
.
43
buena, pues si 8 d4? tLl xd4 9 lLl xd4 'ifh4 ! ,
o bien 8 ll e2 lLl d4 9 lLl xd4 i.xd4, amena­
zando 10 ... 'ifh4.
Si las blancas concluyen que deberían
jugar 7 'if e2, seguramente acabarán trans­
poniendo al Ataque Worrall, que normal­
mente se produce con el orden S 'if e2 bS 6
i.b3 �cS 7 0-0, y conduce a posibilidades
más o menos igualadas.
Si las blancas abandonan el plan c2c3/d2-d4 y optan por 7 d3 , las negras pue­
den revertir a la vieja Arkangelsk, 7 .. . 0-0
8 a4 i.b7. Se trata de una "antigua" posi­
ción, que se produce después de S 0-0 bS
6 .tb3 .tb7, cuando las blancas prescin­
den de las líneas críticas, como 7 : el . Una
vez más, las negras consiguen así un juego
libre de la apertura.
Una prueba clave para la nueva Arkal­
gensk es 7 c3 d6 8 d4 i.b6.
La diferencia entre la nueva y la vieja
variante se pone de manifiesto con 9 n el.
En tal caso, 9 . . Ab7? transpone a una posi­
ción inferior de la "vieja". Pero tras 9 . .
i.g4!, estamos en la "nueva". Las blancas
no pueden mantener ahora la disposición
de su centro y no logran ventaja tras 10 dS
lLle7 1 1 h3 .td7 ! y ... c6.
¿Qué decir de a2-a4, el antídoto contra
.
.
44
SECRETOS DE LA INVERSIÓN DE JUGADAS EN AJEDREZ
un temprano ... bS ? Eso no molestaría a las
negras en la posición del diagrama 68. Por
ejemplo: 9 a4 Ag4! 10 axb5 axb5 11 : xa8
'iVxa8 U h3 .ih5, con lo que han obtenido
buenos resultados. Puede seguir 13 'it'd3
exd4 14 .,tgS .txf3 1S .txf6 �xg2 ! , Pavlo­
vic-Carlsen, Reykjavik 2006.
¿No hay más que buenas noticias para
las negras en la nueva Arkangelsk? No del
todo. Deben saber qué hacer en caso de 7
tLi xe5. En los últimos años ha surgido una
gran cantidad de teoría sobre la línea 7 ...
tLl xeS 8 d4 .txd4 9 'iVxd4 d6, y los restos
del naufragio aún no han desaparecido del
todo.
Por otra parte, las blancas pueden plan­
tear sus propias trampas de transposición.
Con 7 a4 obligan a las negras a responder
a la amenaza axbS. Después de 7 .tb7
.••
porque no tienen que enfrentarse a las· líneas más críticas, 8 ... 1:1 b8 y 8 ... .ig4.
A pesar de todo, la familia ... .tes sigue
siendo respetable, porque las negras han
descubierto hasta ahora mejores transpo­
siciones que las blancas.
ATAQUE MARSHALL Y
VARIANTES ANTI-MARSHALL
En los años treinta, el gambito de Frank
Marshall se consideraba refutado. En los
sesenta fue reintroducido por Boris
Spassky, como un arma efectiva de tablas.
Hoy quizá sea la defensa más peligrosa
contra la Ruy López, lo que concede una
importante significación a la séptima juga­
da negra: 1 e4 e5 2 tLl f3 tLl c6 3 .tbS a6
4 .ta4 tLlf6 5 0-0 .te7 6 I:t el b5 7 .tb3.
70
8 d3 es otra línea tranquila, una anti-Mar­
shall, en la que se ha jugado ... .tes en lugar
de ... .te7. Eso podría parecer beneficioso
para las negras, pero las blancas pueden
complicar las cosas con 8 c3, esperando 8
d6 9 d4 �b6 10 .tg5!, una posición favo­
rable de la "vieja" Arkangelsk.
¿Qué ha sucedido? Hemos transpuesto
a la línea 7 c3 d6 8 a4 ! ? .t b7 9 d4 � b6
1 0 j¿gS. Esto ha ayudado a las blancas,
.••
Con 7 . . . d6 las negras se comprome­
ten con una de las variantes principales
(8 c3 0-0 9 h3 , etc.) . Pero 7 0-0 les per­
mite plantear el Gambito Marshall, 8 c3
d5 ! ? . Se trata sólo de una amenaza, por­
que aún pueden j ugar 8 . . . d6, revirtiendo
a las líneas principales. Con todo, la ame­
naza es tan molesta hoy día que hasta los
más fuertes grandes maestros suelen es­
quivarla optando por modestas -si no
..•
APERTU RA RUY LÓ PEZ
cobardes- j ugadas anti-Marshall, como 8
d3 u 8 h3.
¿Por qué, entonces, debería jugar al­
guien 7 ... d6, que permite a las blancas ju­
gar más agresivamente sin riesgo? El
único inconveniente de 7 ... 0-0 es que se
supone que 8 a4 es fuerte. Lo es, pero no
de forma muy significativa, tras 8 a4 .tb7.
Por esta razón, los mejores grandes maes­
tros del mundo han estado investigando
una forma agresiva de eludir el Marshall.
Una idea es 8 d4.
13 ll'i c3 ! ) . Lo normal es que las negras
respondan a 8 d3 con 8 d6. Después de
9 c3 las blancas podrán acabar avanzan­
do d3-d4. Esto les asegura que pueden
ejecutar la maniobra ll'ifl , tan importan­
te en la Ruy López. Así pues, planean 10
lL'i bd2, 11 ll'ifl , 12 ll'i g3 y, eventualmente,
d3-d4.
Hay que decir que en algunas líneas
con 8 c3, como la Variante Zaitsev, no con­
siguen hacerlo (8 ... d6 9 h3 �b7 10 d4
l:l e8 1 1 ll'ibd2 .tf8 12 ll'ifl ? exd4 ! , y las
negras ganan un peón). El inconveriiente
de 8 d3 d6 9 c3 es que las blancas irán un
tiempo por detrás de las líneas tradiciona­
les con 8 c3 d6 9 h3, en las que normalmen­
te el avance d4 se realiza en una sola
jugada. Pero ese tiempo puede ser un in­
conveniente menor, en comparación con
los problemas que puede plantear el Mar­
shall.
Observe que una de las pocas respues­
tas activas de que disponen las negras es 9
. .te6. Las negras parecen estar bien, si se
compara esto con 8 c3 d6 9 h3 .te6 10 d4 ! ,
que según l a teoría e s favorable a las blan­
cas, después de 10 . . . � xb3 11 axb3 l:!. e8
12 dS ! y 13 c4.
Pero ¿han igualado las negras después
de 8 d3 d6 9 c3 �e6, y ahora 10 d4?.
•.•
..
Este avance da buen resultado cuando
las negras juegan 8 ... ll'i xd4 9 ll'ixd4 exd4
10 eS , y es una incógnita en caso de 8
d6. En tal caso, 9 c3! transpone a la línea 8
c3 d6 9 d4 �g4. Los libros dicen que esta
viej a línea es la segunda mejor, tras 8 c3
d6 9 h3. Pero "segunda mejor" no quiere
decir que sea mala, y la vieja línea es em­
pleada hoy por Gata Kamsky, Magnus
Carlsen y Alexander Grischuk, entre
otros.
¿Qué decir de otras líneas anti-Mars­
hall? La más simple comienza con 8 d3.
Entonces, la respuesta 8 ... dS se conside­
ra incorrecta, porque la casilla c3 está
disponible para un caballo (9 exdS ll'i xdS
10 ll'i xeS ll'i xeS 11 l:! xeS c6 12 l:t el .td6
...
45
SECRETOS DE LA INVERSIÓN DE J UGADAS EN AJ EDREZ
46
Tienen un tiempo de ventaja sobre la
línea anterior. Pero lo único que eso signi­
fica es que las blancas no han j ugado h2h3. Puede que lo mejor para las negras sea
10 .tg4!, transponiendo a 8 c3 d6 9 d4
.tg4, ese viejo y razonable sistema.
Otra sutileza anti-Marshall es 8 h3. Si
las negras continúan con 8 d6, como a
menudo hacen en el caso de 8 d3, las blan­
cas pueden retomar la variante principal
con 9 c3! , con lo que han transpuesto a 8 c3
d6 9 h3, de paso que han eludido el Mar­
shall.
Los libros solían despachar la jugada 8
h3 con el comentario de que tras 8 .tb7
el gambito seguía vivo. Es decir, que des­
pués de 9 c3 dS! 10 exd5 ltJ xdS 11 tLi xeS
tLi xeS 12 l::i xe5 ltJf4 ! , las negras obtienen
un fortísimo ataque.
Efim Geller señaló, en cambio, las vir­
tudes de 9 d4!?. Si ahora 9
d6, 10 c3!
transpone a la Variante Zaitsev. Si las blan­
cas prefieren jugar la Variante Zaitsev an­
tes que el Marshall -y ése suele ser el caso
para la mayoría de los adeptos a la Ruy
López-, entonces se han anotado una pe­
queña victoria moral.
•..
...
.••
�xf7+ l:t xf7 1 1 tLi xe5 l:t f8! 12 �xd4 c5 es
un buen gambito, y 10 lLi xd4 cxd4 11 e5
ltJe4 12 'i!Yg4 ha dado buenos resultados a
las negras. No obstante, es posible que 9 d4
sea consistente, pues permitir el Marshall
es peor, y debido a que la respuesta más
natural de las negras es entrar en 9 . d6
10 c3, lo que da lugar a las posiciones co­
nocidas.
A causa de la naturaleza forzada de las
principales lúteas en el Marshall, hay poco
lugar para las transposiciones, después de
8 c3 dS 9 exdS lLi x dS 10 lLi xeS ltJ x eS
11 l:t x eS c6. Una excepción se produce con
la idea de Fischer 12 g3.
..
...
Esta j ugada está concebida para sor­
tear la megateoría de la línea 12 d4 i.d6
13 : el �h4 14 g3 �h3. La forma más sen­
cilla de responder a 12 g3 es 12 i.d6 13
l:t el, y ahora 13 �d7! y ... �h3 transpone
a la línea que las blancas tratan de evitar.
Una de las pocas variables en el Mar­
shall es un oportuno cambio .txd5, si las
blancas lo desean. Pueden hacerlo con 12
d4 �d6 13 l:t el �h4 14 g3 'it'h3 15 AxdS
cxdS, o bien esperar con 15 .t e3 .t g4
16 'it'd3 l:! ae8, y cambiar en este momen­
to, 17 AxdS.
O también pueden seguir postergando
•••
...
El test para el orden de jugadas pro­
puesto por Geller es 9 ltJ xd4, ya que 10
...
APERTU RA RUY LÓPEZ
'el cambio, con 17 tll d2 l::l e6 18 'iVfl 'iVh5
19 .t x d5 . También pueden llegar a las mis­
mas posiciones con el orden U �xd5 cxd5
13 d4 �d6 14 1:1 el 'iVh4 15 g3 'iVh3 .
¿Qué es mejor? Quizá el último orden
porque -al margen de la opción extra 14
·
l:!. e3- elude otra línea de Geller, 12 d4
�d6 13 l:t el 'iVh4 14 g3 'iVh3 15 �e3 �g4
16 'iVd3 tll xe3 ! ? 17 l:t xe3 c5.
47
obligadas a analizar las complejidades de
la jugada 7 tll g5 ". Hay opiniones diversas
acerca de la corrección de 7 . .. d5 8 exd5
tll d4. Las blancas acabaron optando por 7
c3, y las negras transpusieron, con 7 Ae7
8 h3 tll a5 9 Ac2 c5 10 d4. Pero para enton­
ces habían ganado ¡ más de una hora en el
reloj !
•..
MAPAS DE RUTA HACIA
LAS LÍNEAS PRINCIPALES
DE LA RUY LÓ PEZ
Las negras alcanzan la formación principal
de la Ruy López tras 1 e4 e5 2 tll f3 tll c6
3 �b5 a6 4 �a4 tll f6 5 0-0 Ae7 6 1:. el b5
7 .1i.b3 0-0 8 c3 d6 9 h3. Otros órdenes con­
ceden más opciones a las blancas, pero
también obligan más a pensar.
Arthur Bisguier explicó una vez en
Chess Review por qué empleaba el orden
5 b5 6 �b3 d6!?
...
En primer lugar, quería evitar la Va­
riante Steinitz diferida, favorita de su opo­
nente (5 ... Ae7 6 Axc6). En segundo
lugar, de esa forma las blancas "no po­
dáan estar seguras de que yo quisiera trans­
poner a la línea principal, y se sentirían
É se es un caso extremo de "dar moti­
vos para pensar" al oponente. Como otras
rutas alternativas a las formaciones princi­
pales de la Ruy López, eso siempre tiene
un precio. Las blancas han ahorrado un
tiempo, en comparación con las líneas
principales jugadas en el orden habitual.
No tienen que jugar l::t el, puesto que
Ac2 protege ya al peón e. En otras rutas,
pueden prescindir de h2-h3, porque ... .tg4
no es una preocupación. Con todo, y como
veremos, las blancas pueden tener que ju­
gar h2-h3 y l:t el después de todo, y entre­
gar a las negras los tiempos. Si lo hacen, las
negras pueden obtener algunos beneficios
a corto plazo, gracias a estos órdenes alter­
nativos.
Otro orden es 1 e4 e5 2 ttJ f3 ttJ c6
3 .1i.b5 a6 4 �a4 tll f6 5 0-0 b5 6 �b3, y
ahora 6 �e7. Entonces 7 tll g5? no tiene
sentido, por 7 ... 0-0 ! .
.•.
48
SECRETOS DE LA INVERSIÓN DE J UGADAS EN AJ EDREZ
Este orden tiene el inconveniente habi­
tual de ... b5, a saber, permitir el avance 7
a4. Entonces, 7 ... b4 tiene mala reputación,
debido a 8 'ik'e2 0-0 9 a5 ! y 10 c3. Quizá sea
mejor 7 ... �b7 y 8 axb5 axb5 9 l:t xa8 y 10
tll c3, pero hay poca experiencia práctica
para comprobarlo.
Otro orden casi olvidado (después de
1 e4 e5 2 tll f3 tll c6 3 � b5 a6 4 � a4 tll f6
5 0-0) es 5 . �e7 6 l:l el bS 7 �b3 .tb7.
Esto también se produce vía Variante Ar­
kangelsk, si las negras sitúan su alfil rey en
e7, en lugar de c5. Las blancas no tienen
aquí nada mejor que 8 c3.
Lo que ha sucedido es que hemos llegado
a una línea principal de la Ruy López, pe­
ro con la omisión de h2-h3 y ... 0-0. Eso de­
be favorecer a las blancas, no a las negras,
pero es difícil demostrarlo, si las negras
continúan postergando el enroque, con 11
•••
cxd4 12 cxd4 : c8.
..
Esto no es sólo una trampa, pues 13
dxeS dxeS 14 tll xeS? 'ik'c7! merece la seria
verificación que aún no ha obtenido.
LA VIEJA LÍNEA PRINCIPAL
Esta posición se produjo varias veces
en los cincuenta, como un medio de plan­
tear una especie de Gambito Marshall, 8 ...
d5. Sin embargo, las negras también pue­
den responder 8 d6, con la esperanza de
alcanzar una versión mejorada o, al menos,
confusa, de la principal línea de la Ruy Ló­
pez, tras 9 d4 tll aS !? . Esto deja un peón
colgando, pero nadie que haya jugado esta
posición parece confiar en la línea 10 dxe5
dxe5 1 1 tll xe5 tll xb3.
También se ha jugado la alternativa 10
�c2 cS. Cuando Paul Keres llegó a esta
posición, descartó 11 dxe5 dxe5 12 'ik'xd8+
tt xd8 13 tll xe5 Axe4! , y jugó 11 tll b d2.
•.•
La forma en que se llegaba a la formación
principal de la Ruy López, durante gran
parte del siglo XX, era 5 O·O �e7 6 l:t el bS
7 �b3 d6 8 c3, y ahora 8 . . tll aS 9 i.c2 cS.
Esto se consideraba una sutileza, porque
evitaba 8 ... 0-0 9 d4, en una época en que
esta línea se considera muy fuerte. El or­
den 8 ... tll a5 comenzó a desaparecer en
los años cincuenta, pero fue revivido por
Bent Larsen y Oleg Romanishin.
¿Por qué fue revivida? Una razón es
que, al diferir el enroque, las negras pue­
den responder a 10 d4 'f/c7 ll h3 con un
rápido ... : c8, que amenaza el alfil de c2
antes de lo habitual.
Por ejemplo: 11 .td7 12 tll bd2 cxd4
.
•••
. APERTURA RUY LÓPEZ
49
13 c x d4 :t c8. Puesto que las blancas no
tienen tiempo de jugar ll:lfl , no pueden de­
fender el alfil con .i::t e2 o lll e 3, como sue­
len hacer en la línea principal ortodoxa.
En lugar de ello, suelen jugar 14 .tbl ,
a lo que sigue 14 .. 0-0 15 ll:lfl, que transpo­
ne a una posición a la que normalmente se
llega por 5 0-0 .t e? 6 l::t el b5 7 �b3 0-0
8 c3 d6 9 h3 ll:l a5 10 ii.c2 c5 11 d4 'i#c7
12 lll bd2 cxd4 13 cxd4 ii.d7 14 ll:lfl l:t ac8,
si en este momento las blancas renuncian
a 15 lll e3 ! y 15 :t e2 ! , y optan por 15 .tbl .
E n este orden, las blancas n o disponen de
esa elección y el resultado es una posición
más o menos equivalente ( 1 5 . . . l:t fe8
16 ll:lg3 ll:l c6).
Otra ventaja de la vieja lmea principal
es que las negras no están enrocadas des­
pués de 8 ... ll:la5 9 ii.c2 c5 10 d4 'i#c7 11 h3
lll c6. Esto significa que 12 d5? (una buena
j ugada con los movimientos añadidos
lll bd2 y ...0-0) resulta ser buena para las
negras después de 12 ... ll:lb8 13 ll'lbd2.
En lugar de 13 ... 0-0? 14 a4 ...
(Ver diagrama 80.)
.
.. .las negras pueden atacar, con 13 ... g5!
(14 ll:l xg5 l:t g8), con ventaja, según Alek­
sandar Matanovic.
El inconveniente de la vieja línea prin­
cipal es que las blancas ahorran un tiempo,
no jugando h2-h3. Pero eso puede ser tem­
poral. Por ejemplo: 11 llJ bd2 0-0 12 ll:lfl?,
antes que 12 h3 ! , permite 12 ... cxd4 13
cxd4 .tg4 ! , con excelente juego.
Tal se vio totalmente frustrado cuando
Larsen adoptó contra él la vieja lmea prin­
cipal en 1991 . Tal sabía que, según los li­
bros, 10 d4 'i#c7 11 a4 era la refutación.
Pero al estudiar la posición, concluyó que
11 c4! (en lugar de la teórica 1 1 ... b4?)
no era mala en absoluto.
También se dio cuenta de que tras 11
ll:lbd2, las negras pueden responder 11 ...
� d7 12 d5 0-0, y cuando las blancas
j ueguen ll:l fl-e3, las negras responden
... ll:lg4 ! , que parecía bueno. De modo que,
tras considerable reflexión, Tal se limitó a
jugar 11 h3, transponiendo después de todo.
Ésa fue la última partida entre estos
dos grandes guerreros y finalizó en tablas,
después de que las negras recurriesen al
truco 1 1 . . . �d7 12 llJ bd2 13 cxd4 1:1 c8 !
14 �bl 0-0.
...
LÍNEAS PRINCIPALES
Una moderna línea principal discurre así:
1 e4 e5 2 ll:lf3 ll:l c6 3 i.b5 a6 4 �a4 ll:lf6
50
SECRETOS DE LA I NVERSIÓN DE J UGADAS EN AJ EDREZ
5 0-0 Jie7 6 l':t el b5 7 ..tb3 0-0 8 c3 d6 9 h3,
y ahora 9 tll a5 10 .tc2 c5 11 d4. Lo nor­
.•.
mal es que las negras defiendan el atacado
peón e con ... 'fi/c7, ... tll d7 ó ... tll c6, con o sin
cambio de los peones c. A menudo, inclu­
yen . .. .l:[ e8, de forma que, tras ... �f8, poder
completar su desarrollo y presionar sobre
e4. Por ejemplo: 11 ... 'fi/c7 12 tll bd2 cxd4
13 cxd4 Jib7 14 tll fl : ac8 y 15 . . . .l:. fe8.
Más económica es la idea de gambito
de Yakov Murey, 11 ... !i e8!?, que se basa
en 12 dxe5 dxe5 13 tll xe5 Ab7, con com­
pensación por el peón sacrificado.
ejemplo: 11 ... l:t e8 12 tll bd2 Af8 13 b3
tll c6 14 Jib2 .td7 15 a3 'fi/b6 ! , con buen
juego. Por el contrario, 11 . . . 'fi/c7 12 tll bd2
I:i e8 13 b3 .tf8 14 tll fl es favorable a las
blancas.
La contribución de Igor Zaitsev a la
Ruy López se produce cuando las negras
responden al esquema habitual, 9 h3, con 9
. .l:. e8 10 d4 .tb7. De esta forma se impi­
de la maniobra tll d2-fl, tan valiosa para
las blancas en la Ruy López, como antes se
ha observado.
Lo que hizo jugable a la Variante Zait­
sev fue comprender que 9 l:t e8 10 tll g5
..
••.
Por ejemplo: 14 tll d2 .td6, o bien 14
'fi/f3 Jif8 15 Jif4 l:t e6 16 tll g4 tll c4 17
tll xf6+ .!:. xf6 18 tll d2 tll e 5, Chandler-Heb­
den, Millfield 2000. Pero la idea principal
de 1 1 ... l:l e8 es ahorrar un tiempo, omitiendo ... 'fi/c7. Por ejemplo: 12 tll bd2 Ji t8
13 tll tl, que concede a las negras buen
contrajuego después de 13 cxd4 14 cxd4
..•
exd4 15 tll xd4 Jib7.
Compare esta línea con 11 . . . 'fi/c7 12
tLl bd2 l:[ e8 13 tll fl Jif8, en cuyo caso las
blancas consiguen ventaj a con 14 .tg5 ! . Al
evitar . . . 'fi/c7, las negras pueden encontrar
una mejor utilización de su dama. Por
... no creaba a las negras problemas, puesto
que 10
l:i t8! es perfectamente seguro.
Las blancas, en tal caso, no tienen nada
mejor que 1 1 tll f3 ! , repitiendo posiciones.
En realidad, las tablas de grandes maes­
tros han finalizado aquí, o tras algunas re­
peticiones más.
El orden de jugadas original de Zaitsev
es inexacto, si las negras quieren evitar
unas tablas, así como las complicaciones
de 9 ... ll e8 10 a4 tll a5 11 i.a2. Más preci­
so es 9
.tb7!, primero, y luego 10 d4
.!:. e8, transponiendo.
.••
•••
51
Capítulo 3
Defensa Siciliana
En la Defensa Siciliana los trucos por
transposición castigan las jugadas rutina­
rias con mayor frecuencia que en ninguna
otra apertura. Eso es lo que cabría esperar
de las agudas líneas abiertas, pero también
sucede en las variantes cerradas.
Las blancas pueden intentar, por
ejemplo, ahorrar un tiempo en compara­
ción con el tradicional orden cerrado, 1 e4
cS 2 ltJ c3 ltJc6 3 g3, con 2 g3. El campeón
ruso por correspondencia, Sergei Koro­
liev, mostró las ventajas de la idea, des­
pués de 2 ltJc6 3 j,, g2 g6 4 d3 � g7 S f4
d6 6 ltJfJ.
Las negras han jugado de forma mecá­
nica, pero si siguen con 6
eS 7 0-0
••.
...
ltJge7?!
(Ver diagrama 83.)
... gracias al tiempo ahorrado ( ltJc3), las
blancas disponen de un fuerte sacrificio de
peón, 8 fS! gxfS 9 ltJh4 fxe4 10 dxe4, segui­
do de ltJf5 o 'i'h5. Por ejemplo: 10 ... .te6
11 ltJf5 j,xf5 12 exf5 f6 13 ltJc3 0-0 14
lbd5, Koroliev-Varlamov, Corresponden­
cia 1981. Si las negras se decantan por 6 ...
lbf6, Koroliev hubiese entrado gustoso en
una cerrada normal, con ltJc3, pues mu­
chos jugadores piensan que ... ltJf6 es una
de las defensas menos efectivas contra la
Variante Cerrada.
El inconveniente de 2 g3 es 2 dS!. Las
blancas no tienen tiempo para jugar 3 d3 y
4 ltJd2, debido a 3 ... dxe4 ! , y puede que
tampoco les guste 3 exd5 'i'xd5 4 ltJf3
�g4 5 .tg2 'i'e6+ ! .
Alexander Morozevich refinó este or­
den de jugadas con 2 d3!?, que permite a
las blancas transponer, después de 2 ... g6 3
g3 �g7 4 .tg2 ltJc6 5 f4 d6 6 lbf3 e5 7 0-0
ltJge7 8 f5! , al sacrificio de Koroliev. Pero
también les permite responder a ... d5 con
ltJd2 ! , y obtener un Ataque Indio de Rey
(es decir, una India de Rey con los colores
invertidos).
...
52
SECRETOS DE LA INVERSIÓN DE J UGADAS EN AJ EDREZ
SICILIANA CAMALE ÓN
cas apuntan a una línea cerrada. Pero si las
negras responden ingenuamente 4 g6?,
esperando 5 ii.g2 ii.g7
•••
Este elástico sistema se basa en la posibili­
dad que las blancas tienen de diferir una
decisión en cuanto a si abrir o no el centro
con d2-d4. Da resultado, porque las sofisti­
cadas jugadas negras de las líneas abiertas,
como ... a6 y ... fl/c7, estarían fuera de lugar
en los esquemas cerrados, como demos­
tró por primera vez Vladimir Simagin, en
partidas como Simagin-Portisch, Plovdiv
19S9: 1 e4 c5 2 llJf3 e6 3 llJc3!? a6 4 g3 b5.
. . . se verán sorprendidos por 5 d4! cxd4
6 llJ xd4. Esto las expone a un feo agujero
El esquema negro funcionaría bien
después de S d4 cxd4, pero no en la conti­
nuación de la partida, 5 Ag2 ii.b7 6 d3!
llJc6 7 0-0 d6 8 llJ gS . A pesar de su expe­
riencia en la Siciliana Abierta, Lajos Por­
tisch pareció desorientado, a la vista de la
continuación: 8 ... h6 9 llJh3 llJf6 10 f4 ii.e7
1 1 fS ! eS 12 llJf2 llJd4 13 llJbl ! llJd7 14 c3
llJc6 lS a4 ii.gS 16 ..txgS fl/xgS 17 axbS
axbS 18 l:t xa8+ ii.xa8 19 llJa3 llJ a7 20 d4! .
Por otra parte, si las negras asumen que
el juego se encauzará hacia una Siciliana
Cerrada, las blancas pueden pasar a la
abierta. Tal es el caso, después de 2 llJc3
llJc6 3 llJge2 e6 4 g3. Las negras muestran
su disposición a jugar una Variante Taima­
nov o una Scheveningen, así que las blan-
en d6 (6 ... ii.g7? 7 llJdbS ! ) .
D e modo similar, 4 ... llJ ge7 S ii.g2 g6?
6 d4! . Las negras nunca tienen este proble­
ma en órdenes normales de la Siciliana
Cerrada, como 1 e4 cS 2 llJc3 llJc6 3 g3 g6
4 Ag2 Ag7, porque tienen demasiada
fuerza concentrada sobre d4.
Supongamos que las negras renuncian
a ... g6 y tratan, en cambio, de jugar un rá­
pido ... dS, como en la línea 1 e4 cS 2 llJc3
e6 3 g3 dS 4 exdS exdS. Es un arma perfec­
tamente válida contra esquemas cerrados.
Pero 2 ... e6 es una jugada más comprome­
tida de lo que las negras sospechan, y des­
pués de 3 llJf3 , no pueden impedir d4. Si el
jugador con negras es un adepto de la Naj­
dorf o la Dragón, se encontrará fuera de su
repertorio.
Hay tres versiones básicas del Cama­
león: 1) las blancas desarrollan sus caba­
llos por f3 y c3. 2) Pueden jugar 2 llJe2 y 3
llJbc3. O bien, 3) pueden comenzar con 2
llJc3 y luego 3 llJge2.
La primera versión es la más engañosa.
DEFENSA S I C ILIANA
Después de 2 tt::l f3 , un practicante de la Va­
riante Taimanov respondería 2 ... e6, por­
que quiere evitar 2 ... Ac6 3 i.b5, la
Variante Rossolimo. Pero 3 tt::l c3 plantea
entonces un problema. Si las negras siguen
con 3 ... tt::l c6, permiten una de las mejores
versiones de la Rossolimo, 4 �b5 ! , mien­
tras que 3 ... tt::l f6 transpone, después de 4 e5
tt::l d5, a la dudosa Variante Nimzovich (a la
que normalmente se llega por el orden 2
tt::l f3 tt::l f6 3 e5 tt::l d5 4 tt::l c3 e6).
La respuesta más flexible a 2 tt::l f3 e6
3 tt::l c3 es 3 ... d6. Entonces, 4 d4 cxd4 5 tt::l xd4
da paso a toda una serie de posibles sicilia­
nas (5 ... tt::l f6, 5 ... tt::l c6, 5 ... a6). Sin embar­
go, las blancas pueden sorprenderles con 5
53
tt::l c6 3 tt::l c3 con 3 d6 4 d4 cxd4 5 tt::l xd4
g6. Pero ésta es una moderna Variante del
•••
Dragón, con una ligera diferencia, a saber,
que se ha jugado ... tt::l c6 en lugar de ... tt::l f6.
Eso significa que es posible 6 tt::l d5!. En­
tonces, 6 ... .td7 7 j,, g5 es molesto, y 6 ... e6
7 tt:Jc3 expone los agujeros.
1Wxd4!?
Si las negras responden 6 i.g7, en su
lugar, no están perdidas como afirmaba
Alexei Suetin en la primera edición de la
Enciclopedia de Aperturas yugoslava
(ECO). Pero quedan peor tras 7 tt::l b 5!
l:! b8 8 c4. El jugador de la Dragón podría
refinar este orden y responder a 2 tt::l f3 con
2 d6 3 tt::l c3 g6. Pero quedaría en un nue­
vo y complicado territorio, tras 4 d4 cxd4
5 1Wxd4! (5 ... tt::l f6 6 e5 tt::l c6 7 �b5).
Pero la vida no es tan simple para las
blancas en este orden del Camaleón. Un
inconveniente principal a 2 tt::l f3 tt::l c6 3
tt::l c3, o a 2 d6 3 tt::l c3 es 3 e5! , en cuyo
caso el avance d2-d4 es imposible y las
blancas se encuentran atascadas en una Si­
ciliana Cerrada, con su caballo de rey mal
situado en f3, donde bloquea el peón f. Por
ejemplo: 2 ... tt::l c6 3 tt::l f3 e5 4 �c4 d6 5 0-0
i.e7 6 a3? ! tt::l f6 7 I:1 bl 0-0 8 b4 a6 9 d3
b5 ! , como en la partida J. Polgár-Kramnik,
París 1994. Las blancas pueden mejorar
•••
•••
Entonces, 5 .. tt:Jc6 6 Ab5 es una posi­
ción (a la que normalmente se llega por 2
tt::l f3 d6 3 d4 cxd4 4 1Wxd4) con la que la
mayoría de los jugadores de 2 ... e6 no es­
tán familiarizados. Y 5 a6 es más enga­
ñosa de lo que pudiera pensarse: 6 1Wd3
.
•••
tt::l c6 7 ..tf4 1Wc7 8 0-0 tt::l e 5?? 9 tt::l xe5 dxe5
10 �xe5!, y las negras se rindieron, Benja­
min-Hrop, Parsippany 2003.
El jugador de la Dragón puede sentir­
se a gusto en la primera versión del Cama­
león, porque puede responder a 2 tt::l f3
•••
•••
54
SECRETOS DE LA I NVERSIÓN DE J U GADAS EN AJEDREZ
sobre 6 a3? ! , pero hasta ahora 3 ... eS ! ha
conseguido buenos resultados.
José Raúl Capablanca y Paul Keres
trataron de resolver el problema de ... es
con la segunda versión del Camaleón, 2
lt:Je2 y 3 lt:Jbc3. La diferencia es que 2 . . .
lt:Jc6 3 lt:Jbc3 e S permite 4 lt:JdS ! , seguido
de lt:Jec3 ! y �c4, con lo que las piezas
blancas quedan muy bien coordinadas.
La respuesta natural a 2 lt:Je2 es 2
lt:J f6 , que ataca el peón e y provoca com­
plicaciones, con 3 eS ? ! lt:Jg4, o bien 3 . . .
lt:JdS 4 lt:Jbc3 e6.
•••
Pero así es cómo Bobby Fischer se vio
superado, en su match-revancha de 1992,
por Boris Spassky, quien pasó a una Sici­
liana Cerrada, 3 lt:Jbc3 d6 4 g3! lt:Jc6 5 �g2
d6 6 0-0 �g7 7 d3 0-0 8 h3 y 9 f4, un arma
excelente contra Fischer, quien siempre
había preferido los sistemas ... fS o ... e6/
... lt:Jge7, no aquéllos con ... lt:Jf6.
Quizá la mejor política de las negras,
tras 2 lt:Je2, sea permitir una Siciliana
Abierta, digamos, con 2 . . . lt:Jc6 3 lt:Jbc3 d6
4 d4, con lo que postergan ... es, hasta que
las blancas hayan renunciado a lt:JdS/ �c4,
por ejemplo, con 4 g3 eS ! .
Hay pequeñas diferencias e n e l tercer
orden del Camaleón, 2 lt:J c3 y 3 lt:Jge2.
Puede suponerse que un jugador Najdorf .
responda 2 d6 y 3 ... a6. Después de 4 d4
cxd4 5 lt:J x d4 , puede elegir entre transpo­
ner a una Najdorf normal, con S ... lt:Jf6, y
la opción adicional 5 ... e6!?. Esto evita la
Najdorf con 6 �gS, y obtiene buenas ver­
siones de otras Najdorf, como 6 f4 bS 7
�d3 �b7 8 0-0 lt:Jd7 9 fS? 'it'b6 ! . También
crea un razonable Ataque Keres después
de 6 g4. Por ejemplo: 6 . . . t[J e7 7 a3 lt:J bc6
8 lt:Jb3 bS, como en la partida Vallejo-To­
palov, León 2006.
El problema con el orden imitador de
la Najdorf es que las negras deben justifi­
car . . . a6 después de 4 g3!
•••
Ahora, 4 ... e5 no es ni de cerca tan
efectivo como cuando el peón f está blo­
queado. Virtualmente, están una jugada
por delante de la Siciliana Cerrada normal,
tras 5 �g2 lt:Jc6 6 d3 g6 7 f4 �g7 8 0-0
lt:Jge7 9 �e3 0-0 10 'it'd2 lt:Jd4 11 .IH2 .
Observe que las negras también logran
una opción extra, tanto en el orden 2
lt:Jc3/3 lt:Jge2, como en el 2 lt:Jc3/3 lt:Jf3.
Después de 2 ... lt:J c6 y 3 ... d6 4 d4 exd4
S lt:J xd4, pueden intentar S ... eS. Esto tiene la ventaja de alcanzar una Variante
Sveshnikov (6 lt:JdbS a6 7 lt:J a3 bS 8 lt:JdS),
pero con la posibilidad 8 ... lt:Jce7 ! ? , que ha
DEFENSA SICI LIANA
obtenido buenos resultados. Sin embargo,
las blancas también disponen de una op­
ción extra, 6 t2Jf5 ! ? , y toda esta línea 5 .. eS
debe calificarse de confusa.
El mayor problema con todos los órde­
nes Camaleón es el Dragón Acelerado.
Después de 1 e4 c5 2 t2Jf3 t2Jc6 3 t2Jc3
g6! , surge la posición del diagrama:
.
55
liana como Evgeni Sveshnikov dijo que
permitirlo, respondiendo a 2 f4 con 2 ...
t2Jc6, era un grave error, pues "las negras
ya están peor", escribió.
El plan básico de las blancas en este
ataque es t2Jc3 y f2-f4, seguido de t2Jf3 y el
alfil de rey en c4 o bS. Si las negras pudie­
sen estar seguras de que las blancas no van
a transponer, su mejor orden sería 1 e4 c5
2 ll:ic3 ll:ic6 3 f4 e6 4 ll:if3 ll:ige7.
Ahora, 4 g3 �g7 es una inocua Sicilia­
na Cerrada, en la que el caballo rey de las
blancas está, una vez más, mal situado. Es
mejor 4 d4 cxd4 5 t2J xd4 �g7. Si a las ne­
gras les gusta la Variante del Dragón, se
sentirán aquí felices, porque disfrutan de
los beneficios del orden acelerado, sin per­
mitir a las blancas su mejor arma, la For­
mación Maróczy.
Pero las blancas también pueden estar
contentas con este orden de j ugadas,
porque han disuadido a las negras de una
serie de variantes que podrían haber
preparado, como la Taimanov o la Sves­
hnikov.
ATAQUE GRAND PRIX
El Ataque Grand Prix se consideraba en
una época una apertura de cafetero. Pero
nada menos que una autoridad en la Sici-
De esta forma, pueden responder a 5
�b5 con 5 ... a6! y a 5 .tc4! con 5 d5! .
Pero la mayor fuerza del Grand Prix
reside en su capacidad de transposición.
Las blancas pueden pasar a una Siciliana
Abierta, con 5 d4 cxd4 6 t2Jxd4. El resulta­
do es una versión perfectamente buena de
la Variante Taimanov. Pero hay abundante
teoría que las negras deben conocer, y si su
conductor no es un practicante habitual de
la Taimanov, habrá sido empujado a salir
de su repertorio.
Este tipo de desplazamiento sucede
porque las negras deben realizar compro­
misos de piezas y peones. Eso aporta a las
blancas la información que necesitan para
decidir si transponer a otra línea de la
Siciliana. Las blancas podrían jugar 5 g3 ,
creando una Siciliana Cerrada, en la que
•..
56
SECRETOS DE LA I NVERSIÓN DE J UGADAS EN AJ EDREZ
las negras han renunciado a las jugadas re­
comendadas ... tll f6 y ... e5 .
¿Qué puede decirse de otro orden más
flexible -y muy corriente- como 1 e4 c5
2 tll c3 tll c6 3 f4 d6 4 tll f3 e6? En tal caso,
a 5 �b5 existen las buenas réplicas 5 ...
tll ge7 y 5 ... a6! . Pero las blancas pueden
jugar 5 g3!
Las blancas obtienen así una buena
Camaleón. Por ejemplo: 5 ... tll ge7 6 �g2,
y si 6 ... g6, entonces 7 d4! expone de nue­
vo el agujero d6.
Es mejor 4 a6. Pero entonces, 5 d4
cxd4 6 tll xd4 tll f6 llevaría el j uego a una
extraña Najdorf. Es decir, 1 e4 c5 2 tll f3 d6
3 d4 cxd4 4 tll xd4 tll f6 5 tll c3 a6 y 6 f4
tll c 6? ! . Por ejemplo: 7 �e3 �d7 8 'it'f3 g6
9 tll d 5! l:. c8 10 tll xf6+ exf6 11 c3 es exce­
lente para las blancas (Fogarasi-Ftacnik,
Austria 2006). Lo más probable es que la
mejor respuesta para las negras, después
de 1 e4 c5 2 tll c3 tll c6 3 f4 d6 4 tll f3 , no sea
ni 4 ... e6 ni 4 ... a6, sino 4 ... g6, que debe­
rían contentarse con 5 �b5 .td7, una po­
sición conocida del Grand Prix. Pero
también están obligadas a conocer mucha
teoría del Dragón, a causa de 5 d4! ?.
El Grand Prix es un arma especialmen­
te buena contra los jugadores Najdorf,
Scheveningen y Dragón, porque respon·
derán a 1 e4 c5 2 tll c3 con 2 d6, con la es­
peranza de transponer (3 tll f3 tll f6 4 d4), o
bien de castigar el orden de las blancas (3
tll f3 d5 ! ) . Pero hay un problema con 2 ...
d6. Algunas de las mejores versiones (para
las blancas) del Grand Prix son las que se
derivan de . . . d6. Por ejemplo : 3 f4 tll c6
4 tll f3 g6 5 �b5! es una clavada que impi­
de ... tll d4, una fuerte idea cuando el peón
d se encuentra en d7.
La solución de Gari Kasparov fue 1 e4
c5 2 tll c3 d6 3 f4 g6 4 tll f3 i.g7.
..•
.•.
Esto es muy superior a 4 ... tll c6 5 .tb5
.tg7? ! 6 i.xc6+! , que es favorable a las
blancas. Las negras pueden responder
ahora a 5 �b5+ con 5 ... �d7 ! .
También invitan a entrar en una
Dragón, 5 d4 cxd4, y pueden responder
a 5 i. c4 con 5 . . . tll c6 6 0-0 e6, hostigan­
do a continuación al alfil, con . . . tll ge7/
. . . d5 .
El timador puede tratar de explotar el
orden de Kasparov con la paradójica 5
Ab5+ ii.d7 6 �c4!?. La idea es que el al­
fil negro interfiere con la posible ruptura
... d5. Sólo hay algunos ejemplos hasta aho­
ra (6 ... tll c6 7 0-0 e6 8 d3 tll ge7 9 'it'el a6
10 f5 ! ? gxf5 11 'it'h4 b5 12 �b3 'it'b6, R.
DEFENSA SICI LIANA
Pérez-Movsziszian, Balaguer 2006). Pero
puede que sea una sutileza a tener en
cuenta.
En caso de 3
g6, las negras tienen
otro rompedero de cabeza. Las blancas
pueden responder 4 d4 cxd4 5 'it'xd4. Esto
les permite un prometedor sacrificio de
peón, tras S ... li:Jf6 6 eS li:Jc6 7 .tbS (7 ...
dxeS 8 'it'xd8+ @ xd8 9 fxeS ! lll xeS 10 i.f4
li:Jed7 11 0-0-0).
..•
VARIANTE ALAPIN
A Simon Alapin se le debe la idea 2 c3, a
pesar de que el jugador alemán H. W. Po­
pert ya la había planteado, así como la as­
tuta 2 li:Jf3/3 c3, más de cincuenta años
antes que Alapin.
La ventaja del segundo orden de juga­
das es que las blancas quieren ver cuál es
la segunda jugada negra, antes de definir­
se por c2-c3. Esto es significativo, porque
después de 2 li:Jf3 li:Jc6 3 c3!?, las negras
han perdido algunas de sus mejores opcio­
nes 2 c3.
No pueden jugar, por ejemplo, la mejor
versión de ... b6/ ... .tb7, que se produce en
la línea 2 c3 li:Jf6 3 eS lll dS 4 d4 cxd4 S
cxd4 e6 6 li:Jf3 b6, porque el caballo dama
57
interfiere (3 li:J f6 4 e5 lll d5 5 d4 cxd4
6 cxd4 h6 7 .tc4!).
También 3 ... d5 4 exd5 'it'xd5 conduce
.••
a una posición 2 c3 dS en la que el caballo
dama negro se desarrolla temprano. Las
blancas amenazan pronto con avanzar sus
peones centrales. Por ejemplo: 5 d4 �g4
6 .te2 e6?! 7 h3 i.h5 8 c4 'it'd6 9 g4 i.g6
10 d5!, con ventaja.
En la práctica, la forma diferida de la
Variante Alapin no aparece con frecuen­
cia tras 2 li:Jf3 d6, debido a 3 c3 li:Jf6! (4
d4? lll xe4) . Se produce más a menudo
después de 2 li:J f3 a6, cuando las blancas
tratan de demostrar que . . . a6 es irrele­
vante.
También es un buen arma contra 2 ...
e6, pero existe la contrasutileza, 3 c3
li:Je7 ! ? y ... dS. Esta idea, favorita de Evge­
ni Vasiukov, evita las líneas ... dS/exdS, en
las que las negras deben retomar de dama
o peón e, es deir, 1 e4 cS 2 c3 dS 3 exdS, o
bien 2 ... e6 3 d4 dS 4 exdS.
La diferencia es 2 li:Jf3 e6 3 c3 li:J e7!?
4 d4 cxd4 5 cxd4 d5.
Ahora 6 exd5 permite 6 li:Jx d5! . Lo
que ha sucedido es que las negras han en­
trado en una posición de la Defensa Semi­
Tarrasch a la que normahnente se llega
•••
58
SECRETOS DE LA INVERSIÓN DE J UGADAS EN AJ EDREZ
por un orden como 1 lDf3 l2Jf6 2 c4 e6 3 d4
c5 4 e3 cxd4 5 exd4 d5 6 cxd5 ? ! lb xd5.
Lo mejor para las blancas es 6 e5, aun­
que después de 6 lDbc6 y 7 ... l2Jf5, las
negras tienen una versión muy respetable
de la Francesa del Avance. Pero, aunque
respetable, tal vez no sea el tipo de medio
juego que le gustaría defender a un sici­
liano. Por esto es por lo que se juega 1 e4
c5 2 l2Jf3 e6 3 c3 d5 4 e5, pues aunque 4
exd5 es objetivamente mejor, las blancas
esperan que un jugador de la Siciliana no
se encuentre cómodo en la Francesa. Y
también es la razón por la que las negras
evitan a menudo la objetivamente mejor
4 . . . lb c6 5 d4 y prefieren un gambito, con
4 ... d4! ? 5 cxd4 cxd4 6 �b5+ lb c6 7
�xc6+ bxc6 8 'iWa4, o bien 6 ... �d7 7
lD x d4 ! ? .
••.
LÍNEAS PRINCIPALES
DE LA ALAPIN
Después de 2 c3 tt:lf6, el juego normalmen­
te sigue con 3 e5 tt:ld5 4 d4. Pero Sveshni­
kov, la mayor autoridad en la variante,
prefiere 4 l2Jf3, y responde a 4 .. tt:lc6 con
5 .t c4, y tras 5 . . . e6 6 0-0 d6 7 d4 cxd4
8 cxd4, se llega a una posición típica de
la Variante Alapin. El motivo por el que
Sveshnikov prefiere ese orden es que evi­
ta algunas molestas líneas, como 4 d4 cxd4
5 cxd4 d6 6 tt:lf3 tt:lc6 7 �c4 dxe5 y 7 ...
tt:lb6 8 �b3 d5.
Otro mérito de 4 tt:lf3 es que concede a
las negras la posibilidad de j ugar 4 ... e6
5 �c4 b6. Piensan que pueden transponer
a la línea 4 d4 cxd4 5 cxd4 e6 6 tt:lf3, que
goza de una buena reputación.
(Ver diagrama 96.)
Pero las blancas pueden salir al paso
con 6 �xd5! exd5 7 d3, con una ligera ven-
taja. La ruta más precisa a esta línea del
fianchetto es 4 tt:lf3 b6 ! 5 �c4 �b7.
El inconveniente de 4 l2Jf3 tt:lc6 5 �c4
es la idea de Gedeon B arcza, 5 ... tt:l b6!
6 �b3 c4, aunque n o e s necesariamente
mala para las blancas. Sólo es confusa, so­
bre todo después de las continuaciones de
moda 7 �c2 'iWc7 8 'iWe2 g5!?.
La línea principal de 2 ... d5 es 3 exd5
'iWxd5 4 d4. Las negras deberían evitar 4 ...
cxd4, porque entrarían en uno de esos me­
dios juegos con peón d aislado que sabe­
mos son inferiores, en el Gambito de
Dama Aceptado y la Defensa Semi-Ta­
rrasch. Por ejemplo: 4 ... cxd4 5 cxd4 tt:lc6
6 tt:lf3 e6 7 tt:lc3 'iWd8 8 �c4 transpone a
una posición de 1 d4 con un tiempo extra
para las blancas.
Es mejor 4 ... tt:lf6 5 tt:lf3. Suelen jugar­
se tanto 5 ... e6 como 5 ... �g4. La otra al­
ternativa es 5 ... tt:lc6!?.
(Ver diagrama 97.)
Esto impide populares esquemas de ata­
que con �d3, porque si 6 �d3, seguiría 6 ...
Ag4! (7 .te3 cxd4 8 cxd4 .txf3 9 gxf3 e6).
Otra ventaja de 5 ... lb c6 es que 6 .te2
(que prepara c2-c4) puede responderse
con 6 ... cxd4! 7 cxd4 e6, con una aproxi­
mada igualdad. Las blancas no pueden to-
DEFENSA SICI LIANA
mar en d4 de caballo, porque g2 está col­
gando.
Por el contrario, 6 . . . e6 7 0-0 cxd4
8 lZ:i xd4 ! lZ:i xd4 9 cxd4, seguido de lZ:i c3
ó �f3, es favorable a las blancas.
VARIANTES ROSSOLIMO, MOSCÚ
Y 'ii' xd4
59
Otra virtud es que 4 d4 cxd4 5 'ii'x d4
�d7 6 �xc6 �xc6 es una línea principal
que también puede producirse después de
2 ... d6 3 d4 cxd4 4 'ii' x d4, y ahora 4 ... lZ:ic6
5 .tb5 �d7 6 .txc6 �xc6. Si las negras in­
vierten su tiempo de estudio sobre esta
posición, pueden estar preparadas para to­
das las principales variantes de �b5( +) y
'ii' x d4.
Observe que en la posición 6 �xc6
�xc6, la única apuesta de las blancas por
la ventaja o incluso por la iniciativa se su­
pone que es 7 lZ:ic3 lZ:if6 8 �g5 ! y 0-0-0.
Sin embargo, 7 ... h6! ? deja a las blan­
cas sin plan. Un ejemplo de la práctica, Ló­
pez-Dobrov, Neiva 2005: 8 �e3 e5 ! 9 'ii' d3
lbf6 10 0-0-0 �e7 11 h3? 'ii'd7 12 @bl b5
13 lZ:i d2? 'ii' b7 14 f4 0-0 1 5 fxe5 dxe5
1 6 lLlf3? b4 17 lLle2 �b5, y las blancas se
rindieron.
En consecuencia, las blancas se antici­
pan a 7 lLlc3 h6 con la inmediata 7 �gS!.
Las dos variantes en que las blancas sitúan
su alfil en b5 en la tercera jugada están, na­
turalmente, relacionadas. Si las negras son
lo bastante versátiles como para jugar sici­
lianas abiertas, tanto con 1 e4 c5 2 lZ:it3 d6,
como con 2 ... lbc6, pueden reducir su in­
versión en estudio, mediante 2 d6 3 �bS+
lZ:ic6!, y 2 lZ:ic6 3 �bS d6!, transponiendo.
•••
•••
Esto casi siempre transpone (7 ... lLl f6
8 lLlc3) y, hasta ahora, nadie ha detectado
un inconveniente en 7 .tgS!. El modo más
fácil de responder a 1 e4 c5 2 lLlt3 d6 3 d4
cxd4 4 'iVxd4, con la perspectiva c2-c4, es,
sencillamente, evitarlo mediante 3 lLlf6!
(4 lLlc3 cxd4!).
•.•
60
SECRETOS DE LA I NVERSIÓN DE J UGADAS EN AJ EDREZ
Grandes maestros de primera fila, co­
mo Vishy Anand, han tratado de buscar
ventaj a para las blancas en la línea 4 dxcS,
pero no lo han conseguido, tras 4 ... ll:i xe4
negras no han invertido un tiempo en ... a6,.
pero la experiencia indica que las blancas
quedan bien tras 7 c4 g6 8 b3.
5 cxd6 ll:ic6! 6 lLibd2 ll:i xd6.
Hay una forma más directa, poco cono­
cida, de que las blancas traten de crear una
Formación Maróczy, a saber, 1 e4 cS 2 ll:if3
d6 3 d4 cxd4 4 lll xd4 ll:if6 5 �d3!?.
Por ejemplo: 8 .. �g7 9 �b2 0-0 10 0-0
f!ic7 11 ll:ic3 (Fogarasi-Starostits, Scanno
2005). Hasta el momento, no ha aparecido
un buen antídoto contra 5 �d3 ! ? .
.
Objetivamente, esto no es peligroso,
pero subj etivamente puede crear un se­
rio trastorno a las negras, porque la ra­
zón por la que juegan 4 . . . ll:i f6 es forzar
5 ll:i c3 para evitar c2-c4. Hoy sabemos
que las estructuras de peones resultantes
de 5 �d3 e6 6 c4, o de 5 . . . g6 6 c4, no son
necesariamente malas para las negras.
Pero pueden resultar muy difíciles de ju­
gar, si no se está familiarizado con ellas,
aunque el j ugador de la Dragón moder­
na, la Scheveningen o la Najdorf suele
estarlo.
Las negras tienen dos respuestas obli­
gadas. Una es 5 ... e5, y después de 6 lLif3 y
7 c4, las blancas alcanzan una buena ver­
sión de la Variante Kalashnikov. Quizá sea
mejor 5 ... ll:ic6, y después de 6 lLi xc6 bxc6,
7 ... g6. A diferencia de 6 �d3 en la Najdorf
(que consideraremos más adelante) , las
VARIANTE MODERNA
DEL DRAG Ó N
El Dragón moderno nació como una con­
trasutileza. Cuando el Dragón comenzó a
anotarse victorias en el siglo XIX, normal­
mente se planteaba en este orden: 1 e4 c5
2 ll:if3 lLic6 3 d4 cxd4 4 ll:i x d4 ll:if6 5 lLic3
d6 6 �e2 g6. Pero las blancas encontraron
una efectiva jugada disuasoria, 6 Ag5,
pues si 6 ... g6? ! , 7 �xf6 ! .
Kurt Richter, que contribuyó a lanzar
6 Ag5, popularizó también el orden refi­
nado 1 e4 es 2 ll:if3 d6 3 d4 cxd4 4 ll:i xd4
ll:if6 5 lLic3 g6! , y ahora es demasiado tar­
de para 6 �g5 Ag7. El precio que las
negras pagan es comprometerse a un
Dragón, antes de Ae2, lo que permite a
las blancas disponer de opciones más
agresivas, como el Ataque Yugoslavo,
� e3/f3/f!id2/0-0-0, y algunas j ugadas
DEFENSA SICI LIANA
tranquilas, como el sistema de fianchetto,
6 g3. Incluso este último contiene esco­
llos, tras 6 g3 iJ.. g7 7 .t g2.
61
en la ruta. Un camino es 7 ... 0-0 8 �d2
tlic6, y otro 7 ... tlic6 8 �d2 0-0. La mayo­
ría de los jugadores no aprecian la diferen­
cia. Sin embargo, existe, porque 7 tli c6
8 �d2 permite a las negras utilizar 8
iJ.. d7!? como jugada de espera.
..•
••.
La natural 7 tlic6 permite plantear la
trampa 8 tlixc6! bxc6 9 e5, en la que han
caído muchos maestros. Las negras debe­
rían jugar bien 6 ... tlic6 (7 il.g2 tli xd4 ! ) ,
antes d e ... §lg7, o bien diferir ... tlic6 e n favor de 6 ... iJ.. g7 7 .tg2 0-0.
Es importante conocer esta trampa,
porque también puede surgir con otros
órdenes de j ugadas, como 1 e4 c5 2 tlif3
tli c6 3 d4 cxd4 4 tli x d4 tli f6 5 tli c3 d6
6 g3 g6, y ahora 7 ilg2 ilg7 8 tlixc6! trans­
pone a lo que las blancas querían, y 7 . . .
tli xd4! 8 �xd4 ilg7 e s l o que las negras
quieren.
En elAtaque Yugoslavo hay una juga­
da que sirve "para hacer pensar", 6 f3.
Efim Geller, en la edición de 1975 de la
ECO indicaba que "6 f3 ? ! " se castigaba
con 6 ... �b6 7 ile3 �xb2. Pero esto per­
mite 8 tli db5 ! , con amenazas de encerrar
la dama con 9 n bl, una jugada lo bastan­
te fuerte como para conceder un "? ! " a 6 .
�b6.
Más corriente es 6 ile3, que plantea
una pequeña trampa (6 . . . tli g4?? 7
iJ.. b 5+ ), y que conduce a otra bifurcación
...
..
En tal caso, a 9 ilc4 pueden transponer,
con 9 0-0, a las líneas principales. Esto es
útil en tiempos corno el actual, en el que
las negras obtienen mejores resultados
contra el Ataque Yugoslavo (9 iJ.. c4) que
contra otras líneas. Gracias a este orden,
pueden momentáneamente mantener a su
rey en el centro, después de 9 0-0-0 n c8.
Ahora, 10 g4 tlie5 1 1 h4 h5 ! 12 g5 tlih7 ha­
ce que el enroque sea más seguro para las
negras, una vez que las columnas g y h es­
tán cerradas.
Otra situación se produce cuando las
blancas juegan ilc4 pero difieren �d2, co­
mo en el orden 7 tlic6 8 il c4 a fin de
acelerar el ataque h2-h4-h5.
Este orden trata de inducir a las ne­
gras a jugar 8 . . �b6, que parece bueno,
en vista de 9 ilb3? tli xe4, o bien 9 ...
tli g4. Sin embargo, 9 tli f5 ! �xb2 10
tli xg7+ es un sacrificio tan prometedor,
que los maestros renunciaron a 8 . . �b6
ya en la década de los sesenta. La mejor
•••
•••
,
.
.
62
SECR ETOS DE LA INVERSIÓN DE J UGADAS EN AJEDREZ
política para las negras, después de 8
.tc4, es 8 0-0!, que normalmente trans­
pone a una línea principal, tras 9 �d2. Si,
en su lugar, las blancas juegan 9 kb3, en­
tonces las negras pueden poner en mar­
cha más rápidamente su ataque en el
flanco de dama, 9
k d7 10 h4 lll xd4
.•.
•..
11 .,txd4 bS 12 hS aS.
Esto transpone a la línea de captura del
peón, 11 ... tll xd5 12 t2ixd5 cxd5 13 �xd5.
Pero no hay razón alguna para permitir
una opción extra a las negras, la idea de
Vassili Panov, 11
�as 12 dxc6 .te6!.
Una partida soviética de 1954 siguió así: 13
a3 l Hd8 1 4 'iWe2 l:. xdl+ 15 �xdl l:t d8
16 'ife2 lll d5 17 tLixdS 'ifxd5 18 c7? kxb2+!
19 c;t> xb2 �a2+, y ganan.
Si las negras no juegan 9 ... d5, tienen
dos órdenes naturales para alcanzar esa
formación. U no de ellos es 9
ttJ xd4
10 .t xd4 �e6 11 c;t>bl! 'ifc7 (no 1 1 ... 'ifa5
12 lll dS ! �xd2 13 lll xe7+ ). La experiencia
dice que las blancas están mejor, pero no
lo bastante para disuadir a las negras de
jugar la variante.
El otro orden es 9 ke6, seguido de
10 ... t2i xd4. Las negras puede estar reti­
centes a adoptarlo, porque ...
(Ver diagrama 106.)
•.•
Por ejemplo: 13 hxg6 hxg6 14 lll dS
tll xdS lS k x dS l:t c8 16 'i/V d2 � x c2!
17 �xc2 kxd4 18 0-0-0 il.g7 19 c;t>bl �b6
20 g4 e6, como en la partida Pérez Cande­
lario-Guseinov, Kusadasi 2006.
DRAG ÓN CON 9 0-0-0
En la formación del Ataque Yugoslavo (1
e4 cS 2 lll f3 d6 3 d4 cxd4 4 lll xd4 lll f6
S lll c3 g6 6 ke3 kg7 7 f3 lll c6 8 'it'd2 0-0),
las blancas tienen tres alternativas princi­
pales. Una de ellas, 9 0-0-0, concede poco
lugar para las sutilezas, tras la apremiante
9
..•
dS.
En tal caso, ha sido muy analizada la lí­
nea 10 exd5 ltJxdS 1 1 tLi xc6 bxc6 12 kd4,
que sigue siendo controvertida, y 12 t2ixd5
cxd5 13 �xd5 es arriesgado. Las blancas
deberían evitar la alternativa 10 lll xc6
bxc6 11 exdS.
•.•
•••
... en lugar de 10 c;t>bl t2i xd4 1 1 kxd4 �c7,
transponiendo, las blancas pueden inten­
tar 10 tLi xe6 fxe6 11 g3!, y 12 kh3, atacan­
do e6.
Pero 9 ... ke6 tiene un aspecto positi­
vo, pues de este modo las negras prescin­
den de 9 ... lll xd4 10 �xd4 ke6 1 1 lll d5 ! ?,
que a muchos draconianos no les gusta
DEFENSA SICI LIANA
afrontar. De modo que de ellos dependerá
cuál de estas líneas prefieren evitar, si 1 1
lt:Jd5 ! ? , o l a derivada de 9 . . . .te6 1 0 ltJ xe6.
Cualquiera que sea la ruta hacia la for­
mación estándar, las blancas normalmente
continúan con 12 g4 ó 12 h4. Un jugador
diestro en el orden de jugadas preferiría 12
�b5!?. El alfil se dirige a b3, su mejor ca­
silla en el tablero.
¿Pero no es eso una pérdida de tiempo?
por cierto, que ha llegado a analizarse has­
ta ¡ los finales de peones ! , con la conclusión
de que las blancas están mucho mejor, si es
que su ventaja no es decisiva.
Esto subraya un peligro para ambos ju­
gadores en la Dragón moderna, a saber, la
posibilidad de que la línea 9 0-0-0 se con­
vierta en una arriesgada línea 9 g4, y vice­
versa. O bien que una línea con 9 0-0-0 se
transforme en una posición de 9 �c4.
Tal es el caso con 9 0-0-0 lt:J xd4 10
.txd4 'i!Va5, y 1 1 ... .te6. Se diría que es
otra Dragón rutinaria. Pero el orden de las
negras es deficiente, porque 11 .tc4! trans­
pondrá, después de 11 .te6 12 .tb3 , a la
mala línea de los años cincuenta.
...
DRAG Ó N, 9 g4
El avance 9 g4 hace mucho que se conside­
raba una alternativa fiable a 9 0-0-0. En al­
gunos aspectos es superior, porque impide
9 . . . d5 con 10 g5 ! . Disuade 9 . . ltJ x d4
10 .txd4 .te6, debido a ll lt:Jd5 ! , que es una
mejor versión de 9 0-0-0 lt:Jxd4 10 .txd4
�e6 1 1 lt:Jd5.
Pero 9 g4 sufrió un duro golpe en el
Campeonato Mundial de 1995, cuando el
equipo de Kasparov descubrió 9 .te6!
10 0-0-0 lt:J xd4 ll .txd4 'i!Va5 ! .
.
•••
En absoluto. Una continuación natural
es 12 'i!Va5 13 .ta4 l:t fc8 14 .t b3 , en cu­
yo caso habremos llegado a una posición
que, en los años cincuenta, se alcanzaba
por el orden 9 .tc4 lt:J xd4 10 .txd4 .te6
11 .tb3 'i!Va5 12 ..ti>bl l:. fc8. Una posición,
...
63
64
SECR ETOS DE LA INVERSIÓN DE J UGADAS EN AJ EDREZ
Nos dirigimos a una posición estándar,
en la línea 9 0-0-0 lt:i xd4, pero con un tiem­
po extra para las negras, que ahorraron lle­
vando directamente la dama a a5 en una
jugada, en comparación con 9 0-0-0 ltJ xd4
10 .1xd4 �e6 11 @bl ! , cuando se suele
jugar 11 ... �c7, porque 11 ... �a5? falla,
por 12 lt:id5 ! .
Un tiempo extra vale oro en la Dragón,
y esto resultó evidente en la primera parti­
da Anand-Kasprov. Después de 12 @ bl
ll fc8, las negras amenazaban ya ... ll xc3/
... �xa2+. Su ataque sería más rápido en
caso de 13 a3 l:i[ ab8 14 h4 bS 15 h5?! b4!.
No parece tener un inconveniente 9 g4
Ae6 ! , como existe en la posición compara­
ble 9 0-0-0 �e6, debido a que 10 lt:i xe6
fxe6 11 g3 es, por supuesto, ilegal.
... .ie6!?
peón no ha resultado significativa en p�r­
tidas que siguieron con 10 0-0-0 ll c8 1 1
i.c4 �d7 ó 10 .ic4 @f7 1 1 a 3 (de otro
modo, ... lt:ia5) 11 ... ll c8 12 .ta2 lt:ie5 y
... lt:ic4.
Las negras pueden tratar de mejorar
esta idea, con 8 ttJ xd4 9 �xd4 i.e6, pues
las blancas se ven privadas tanto de lt:i xe6
como de Ac4. Pero falla, por 10 .tbS+! .
Ahora, 10 ... i.d7? 1 1 �c4, y las negras se
encuentran en la posición que trataban de
evitar, con una j ugada menos. No hay,
virtualmente, experiencia con 10 ... @f8
(11 0-0-0 �a5), de modo que tendremos
que dejar que los tahúres la prueben por
nosotros.
En la línea principal ii.c4, 7 lt:i c6 8
�d2 0-0 9 -tc4, las negras normalmente
juegan ... Ad7 y sitúan una torre en c8,
mientras que las blancas juegan 0-0-0,
.ib3 y h2-h4. Si las negras quieren jugar,
en cambio, un sistema . . . 'iV a5/ . . . ll fc8 ,
la forma más precisa de hacerlo es con
9 � as y 10 . . . �d7, antes que a la in­
versa.
Las negras quieren transponer a líneas
sin .tc4, después de 9 0-0-0 0-0, o bien 9 g4
0-0. El inconveniente obvio es 9 lt:ixe6
fxe6. Pero hasta ahora, esta debilidad de
La razón es que este orden frena un rá­
pido ataque, a base de 10 h4?, que falla,
por 10 �b4! 11 �b3 lt:i xd4 12 Axd4?
lt:i xe4. Las blancas deben jugar el final 12
DRAG Ó N, 9 .ic4
Algunos expertos en el Dragón, como Ser­
gei Tiviakov, han rodeado esta línea hiper­
teórica, 6 �e3 ii.g7 7 f3 lt:ic6 8 �d2, con 8
...
.••
•..
..•
DEFENSA SICI LIANA
'i!Vxd4 y, aunque no es penoso, no es, desde
luego, lo que tenían in mente.
DRAGÓ N CLÁ SICO
Cuando las blancas juegan �e2, normal­
mente prosiguen con f2-f4 y 11.. e3. Una pri­
mera formación es 1 e4 c5 2 ll:if3 d6 3 d4
cxd4 4 ll:i xd4 ll:if6 5 ll:ic3 g6 6 �e2 � g7.
Hay pocas lúieas con il.e2 en las que
las blancas enroquen largo, de modo que 7
0-0 parece su mejor opción. Sin embargo,
la diagonal gl-b6 constituye un problema,
después de 7 0-0 8 i.. e3 ll:i c6.
65
La forma de evitar este tipo de sorpre­
sa, así como otras ideas liberadoras como
... d5, ... ll:ixd4 y ... ll:ig4, es retirar el caballo
de d4 a b3. Siegbert Tarrasch calificaba ru­
tinariamente a ll:ib3 con un signo de inte­
rrogación en la Siciliana. Pero en el
Dragón moderno, un caso a considerar es
6 Ae2 i.. g7 7 ll:ib3, en lugar de 7 0-0.
La razón es que la natural 7 0-0 permi­
te a las blancas una aguda opción extra, 8
g4!?.
•..
La posición del rey negro hace que 8
ll:ic6 9 g5 ll:id7 10 h4 o 10 i.. e3 sea más pe­
ligroso que si hubiesen jugado 7 ... ll:ic6.
A algunos jugadores no les gusta
ll:i b3, porque permite a las negras j ugar
. . . � e6 sin temor a ll:i xe6. Pero el alfil se
enfrenta a mayores peligros por parte de
los peones: 7 0-0 ll:i c6 8 ll:i b3 �e6? es fa­
vorable a las blancas, después de 9 f4 ! y
10 f5 ! . Por ej emplo: 9 . . . l:t c8 1 0 f5 �d7
1 1 g4. Lo cierto es que ll:i b3 sirve a mu­
chos buenos propósitos, y la cuestión
principal es cuándo j ugarlo. Es esencial
para la línea clásica más de doble filo, el
ataque de Jan Foltys. Quizá el orden más
preciso para las blancas sea 6 �e2 ..tg7
7 Ae3 ll:i c6, y ahora 8 f4 0-0 9 ll:ib3 11.. e 6
••.
Ahora, 9 f4 permite 9
'i!Vb6!, que
amenaza 10 ... ll:i xe4, o bien 10 ... ll:i g4/ll
... il.xd4. No es mejor 8 f4, por la misma
respuesta, 8 ... 'i!Vb6 ! . Esto subraya la difi­
cultad de las blancas en alcanzar posicio­
nes clásicas, a través de la Variante
Loevenfish (6 f4). Esta variante plantea
una trampa, 6 ... il.g7 7 e5 ! ? , que como me­
jor se evita es con 6 ... ll:i c6. Un jugador tai­
mado, con blancas, podría intentar esta
idea, 6 f4, para ver si las negras caen en la
celada, y luego pasar a la lúiea clásica, des­
pués de 6 ll:ic6 7 �e2 11.. g7 8 il.e3 0-0.
Pero no debe pasarse de listo, con 9 0-0?! ,
porque eso permitiría otra vez 9 'it'b6!.
••.
•.•
••.
10 g4! ?.
66
SECRETOS DE LA INVERSIÓN DE J UGADAS EN AJEDREZ
Este orden evita 8 lt:lb3 .te6 9 f4 �c8!,
que impide g2-g4. Entonces, las blancas no
tienen nada mejor que transponer a las lí­
neas antiguas, con 10 0-0 0-0, que dan buen
resultado a las negras. Las blancas pueden
temer el avance 8 f4 a causa de 8 �6. Pe­
ro en este caso, el primer jugador dispone de
9 e5!, que Sammy Reshevsky permitió en
una ocasión (9 ... dxe5?? 10 lt:lxc6, ganando).
Después de 8 0-0, las blancas entran
en el Ataque Foltys con 9 lt:lb3, y ahora 9
... .te6 10 g4. En cuanto a las negras, su
forma de desviarse es 9 lt:la5. Entonces,
10 0-0 .te6 ! transpone a una posición a la
que normalmente se llega por 9 . . . �e6
10 0-0 lt:la5, que se considera lo bastante se­
gura. Este orden permite a las negras res­
ponder a 10 g4 con 10 b6!?. No hay alfil
al que hostigar con f4-f5, y después de 11
g5 li:ld7 y ... e5, tienen contrajuego. Por
ejemplo: 12 �d2 �b7 13 .td4 e5 14 fxe5
lt:l xe5 15 lt:l xa5 bxa5 16 0-0-0 'W/c7, como
en la partida OH-Van der Wiel, Campeo­
nato de Holanda por equipos 1996.
También las blancas disponen de una
opción adicional en este orden, 10 e5.
(Ver diagrama 1 14.)
Las negras pueden transponer a una
Dragón moderna, con 6 ... g6, y si 7 jt,e3 ó
7 lt:lb3, el juego es normal. Pero también es
posible 6 lt:l xd4!? 7 'W/xd4 g6.
(Ver diagrama 115.)
Ahora, 10 ... dxe5?? pierde pieza (por
11 'W/xd8 y lt:l xa5). Pero 10 lt:le8 necesi-
Entonces, después de 8 �e3 �b7, las
blancas no tienen ventaja, porque su dama
•••
•••
•••
•••
•••
ta más pruebas prácticas, para ver si las
blancas se han hiperexpansionado.
La alternativa más popular a 9 ... lt:la5
es 9 a5. En tal caso, a la semiautomática
10 a4, las negras pueden responder con se­
guridad 10 .te6, ya que 11 g4 d5 ! es mu­
cho más fuerte cuando el caballo dama
negro no puede ser expulsado de b4 (12 f5
.tc8! 13 exd5 lt:lb4 14 .tf3 gxf5). Normal­
mente, las blancas juegan 11 0-0 y transpo­
nen a una posición a la que suele llegarse
por 9 ... .te6 10 0-0, pero con la adición de
las jugadas de peón a. Esto tiene sus más y
sus menos, pero suele ayudar a las blan­
cas en líneas como 11 ... 'W/ c8 12 h3 lt:l b4
•••
•••
13 lt:ld4 �c4 14 lt:ldb5.
Por último, hay un orden de jugadas
que no encaja en ninguna categoría tradi­
cional del Dragón. Se produce tras 1 e4 c5
2 lt:lt'3 d6 3 d4 cxd4 4 lt:l xd4 lt:lf6 5 lt:lc3
lt:lc6, y las blancas responden con la juga­
da 6 �e2.
•••
DEFENSA SICILIANA
67
rey por fianchetto, deberán intentar algo
como 6 ll:ide2 ll:if6 7 g3.
es vulnerable (9 �d2 0-0 10 0-0-0 iie6).
Esta posición podría producirse también
en el Dragón moderno, 5 ... g6 6 .te2 ll:ic6
7 .te3 ll:i xd4 8 �xd4?.
Si las blancas quieren castigar este
orden, la mej or apuesta es 8 � gS Ji g7
9 lLl dS. La posición crítica seguramente es
9 . 0-0 10 ii.xf6 gxf6. Pero los alfiles negros
parecen compensar los malos peones. Por
ejemplo: 1 1 0-0-0 f5 12 �d3 fxe4 13 �xe4
li! e8 14 �f3 l:t eS 15 ..tc4 .te6, como en la
partida Michiels-Van der Weide, Amster­
dam 2000.
Si eso es cierto, 6 ... ll:i xd4 ! ? es una con­
siderable sutileza, y una recompensa de los
dioses de la teoría a las negras por haber
revivido el viejo orden de jugadas del Dra­
gón, después de tantos años.
..
DRAG Ó N ACELERADO
El Dragón Acelerado, 1 e4 cS 2 ll:i f3 ll:i c6
3 d4 cxd4 4 ll:ixd4 g6, se convierte en mo­
derno, después de ... d6. Las ventaj as en el
orden del Acelerado radican en que limi­
tan las opciones blancas y pernúten a las
negras preparar el avance ... d5 ! .
El caballo de las blancas queda inme­
diatamente atacado, después de 5 ll:i c3
il.g7, y s i éstas quieren desarrollar s u alfil
Ahora, 7 ... 0-0 8 il.g2 d6 9 0-0 lleva el
juego a un respetable Dragón moderno (1
e4 c5 2 lZ:i f3 d6 3 d4 cxd4 4 lZ:i xd4 lZ:i f6
5 lZ:i c3 g6 6 g3 Ji g7 7 .t g2 0-0 8 0-0 lZ:i c6
9 ll:ide2). Pero las negras mejoran con 7
bS! (8 ll:i xb5 ll:i xe4), a diferencia de las lí­
neas normales, en las que deben gastar un
tiempo ( ... n b8, ... a6) para preparar el
avance ... b5, en el Dragón moderno.
Más a menudo vemos 6 ll:ib3. Las blan­
cas buscan un Dragón clásico (6 ... ll:if6 7
.te2 0-0), en el que conservan la opción
.tgS, así como las líneas con@hl/f2-f4, en
las que se difiere Jie3. Algunos libros afir­
man que 6 ll:ib3 se refuta con 6 ... .txc3 + ! ?
( 7 bxc3 ll:if6 8 ii.d3 d5). Pero muchos
grandes maestros no lo creen. Anatoli
Karpov, por ejemplo, ha jugado 6 ll:ib3 y
tanto Bent Larsen como Gata Kamsky
prescindieron de 6 ... �xc3+ cuando juga­
ron esta posición con negras.
No obstante, si las blancas quieren ju­
gar ii.e2 pero no Jie3, una ruta más preci­
sa es 5 �e2 ó 5 ll:i b3 (después de 1 e4 c5
2 ll:if3 ll:ic6 3 d4 cxd4 4 ll:ixd4 g6). Por ejem­
plo: 5 .te2 �g7 6 ll:ib3 y 6 ... d6 7 0-0 ll:if6
8 ll:ic3. Si busca usted en los libros 5 ll:ic3
...
68
SECRETOS DE LA I NVERSIÓN DE J U GADAS EN AJ EDREZ
i.g7 6 Ae3, sólo encontrará 6 ttJ f6 . La
razón es que así es cómo las negras eluden
algunas líneas del Ataque Yugoslavo. Por
ejemplo: 7 f3? ! 0-0 8 'ii'd2, y ahora no 8 ...
d6, sino 8 ... d5 ! , con excelentes posibilida­
des. Lo mismo puede decirse de 8 g4
'ii'b6! .
•••
1 e4 c5 2 ttJf3 g6. Entonces, si las blanca.s
tratan de transponer a la Maróczy, con 3 c4
ii.. g7 4 d4, ó 3 d4 i.g7 4 c4 (y ahora 4 ...
cxd4 5 tlJ xd4 ttJc6), las negras disponen de
diversas opciones independientes, como 4
... 'ii' a5+ y 4 ... d6.
Estas opciones adicionales deben ser
sopesadas, considerando sus inconvenein­
tes. Para jugar 1 e4 c5 2 ttJf3 g6 3 d4 Ag7,
las negras deben sentirse cómodas en
otras aperturas, como la Benoni Schrnid (4
d5) y la Caro-Kann Panov (después de 4
c3 cxd4 5 cxd4 d5 ! 6 exd5 ! ) , así como con
4 dxc5 ! ?.
VARIANTE SCHEVENINGEN
Pero aquí rara vez s e menciona un in­
conveniente de 6 ... ttJf6, a saber, que ase­
gura a las blancas una opción adicional: 7
tDxc6!? bxc6 8 e5, que reporta ventaja de
espacio tras 8 ... ttJg8, o permite un inten­
so juego táctico en caso de 8 ... ttJ d5, anali­
zado hasta más allá de la jugada 20.
¿Realmente quiere usted memorizar lí­
neas como 8 ... tlJd5 9 tlJ xd5 cxd5 10 'ii' x d5
n b8 1 1 � x a7 :! xb2 12 A d4 l:t x c2
1 3 Ad3 e6! 14 'ii' a8 %:t c6 15 Ab5 l:t a6? Si
la respuesta es no, es preferible la mayor
higiene mental de la jugada 6 ... d6. Puede
que acabe jugando el Ataque Yugoslavo,
pero también le permitirá dormir por la
noche.
Debido a la forma en que el orden de
jugadas del Dragón Acelerado degrada las
opciones de las blancas, sería una defensa
perfecta contra 1 e4, de no ser por la For­
mación Maróczy, para evitar la cual las ne­
gras han ensayado distintos órdenes, como
Los elementos básicos de la Scheveningen
son: peones negros en e6 y d6, y un caballo
en f6, contra caballos blancos en c3 y d4, y
un peón en e4. Este esquema puede resul­
tar de variados órdenes, pero muchos de
ellos comprometen prematuramente las
negras a jugadas como ... 'ii' c7.
¿Por qué es prematuro? Después de
todo, las negras siempre juegan ... 'ii'c7 en
la Siciliana, de modo que puede conside­
rarse una mera transposición, ¿o no?
No, no cuando las blancas se desarro­
llan, por ejemplo, con Ag2. Una de las me­
jores características del moderno orden de
la Scheveningen, 1 e4 c5 2 ttJf3 d6 3 d4
cxd4 4 ttJ xd4 ttJf6 5 ttJc3 e6, es que des­
pués de 6 g3
(Ver diagrama 118.)
.. .las negras pueden prescindir de ... 'f!lc7, y
obtener la igualdad con 6 ... ttJc6 7 i.g2
A d7! . Por ej emplo: 8 0-0 a6 9 a4 i. e7
10 i.e3 0-0 1 1 @hl ttJe5 12 f4 ttJc4, Malajov­
Vogt, Feugen 2006. No es mejor 8 tlJdb5
'ii'b8 9 i.f4 ttJ e5 y ... a6.
El orden de la Scheveningen también
DEFENSA SICI LIANA
es efectivo contra los jugadores blancos
que tratan de entrar en una Siciliana más
emocionante, con 6 �c4 ó 6 �g5. En tales
casos, suelen esperar 6 ... lll c6 ó 6 ... a6, lle­
gando así a terreno conocido. Pero las ne­
gras disponen de una mejor jugada, 6 ...
�e7 ! , con lo que las blancas quedan atra­
padas en una Najdorf inferior u otra Sici­
liana. Por ejemplo: 6 �c4 .te7! 7 � b3 y 7
... a6? 8 f4 es favorable a las blancas. 8 ... b5
9 e5 ! , con ventaja, o bien 8 ... 0-0 9 "it'f3.
(En el orden de jugadas de la Najdorf, es­
to sucede con 5 ... a6 6 �c4 e6 7 �b3,
cuando las negras juegan 7 ... �e7? ! , en lu­
gar de 7 ... b5 ! .)
Las negras pueden conseguir contra­
juego a base de ... lll a6-c5 , mejor que ... a6.
Por ejemplo: 7 0-0 8 �e3 lll a6! 9 f4 lll c5.
Si las blancas están alerta, pueden intentar
7 � e3 , en lugar de 7 �b3, sin importarles
entrar en una variante teórica del Ataque
Sozin (7 ... lll c6). Pero es mucho mejor 7
...
•..
a6!
(Ver diagrama 119.)
É sta es una posición superior de la
Najdorf, que puede producirse tras 5 ... a6
6 �c4 e6 7 �e3? ! . Por ejemplo: 8 'i!Ve2 b5
9 �b3 b4, o bien 9 �d3 �b7 10 a3 lll bd7
1 1 0-0 lll c5 12 f3, y las negras quedaron es-
69
pléndidamente en la partida Ulko-Ulibin,
Moscú 2005.
ATAQUES KERES E INGLÉS
Hay dos alternativas capitales al tranquilo
Sistema Scheveningen, y ambas parten del
avance g2-g4. Una de ellas es el Ataque
Keres, con la inmediata 6 g4, y otra el Ata­
que Inglés, con �e3, f2-f3 y "it'd2.
Durante décadas se pensó que el Ata­
que Keres sólo podía plantearse en el or­
den tradicional. El avance g2-g4-g5 no
tiene sentido, si las negras no han situado
un caballo en f6, el motor temático. Como
consecuencia, en un artículo de 1967 en
Shajmatny Buletin se recomendaba 1 e4
c5 2 lll f3 d6 3 d4 cxd4 4 lll xd4 lll c6 5 lll c3
e6.
(Ver diagrama 120.)
De esta forma, con 6 .te2 lll f6, las ne­
gras alcanzan una Scheveningen, a la vez
que evitan el Ataque Keres. Pero las blancas
no necesitan atacar un caballo. En el match
por el Campeonato Mundial de 1985, Kar­
pov mejoró con la simple y, al mismo tiem­
po, sorprendente 6 g4!. Después de 6 ... lll f6,
7 g5 es un excelente Ataque Keres. Es me­
jor evitar ... lll f6 , pero no necesariamente
70
SECRETOS DE LA I NVERSIÓN DE JUGADAS EN AJ EDREZ
iguala el juego (6 ... a6 7 �e3 l:i:Jge7 8 l:i:Jb3).
La triste verdad es que no hay ninguna
ruta sencilla anti-Keres que lleve a la
Scheveningen. Kasparov incluso recurrió a
la Najdorf (5 ... a6 6 Ae2 e6) para evitarlo,
aunque eso permite a las blancas numero­
sas alternativas en su sexta jugada.
En el orden normal del Ataque Keres,
1 e4 cS 2 l:i:J f3 d6 3 d4 cxd4 4 l:i:J xd4 l:i:Jf6
5 l:i:Jc3 e6 6 g4, se ha producido una especie
de consenso, en el sentido de que 6 ... h6 es
la única jugada que permite a las negras
aspirar a la igualdad. Otras jugadas condu­
cen a versiones favorables para las blancas
del Ataque Inglés, el Ataque Velimirovic o
formaciones similares. Por ejemplo: 6 ... a6
7 gS l:i:Jfd7 8 .te3 bS 9 a3.
Esto es un Ataque Inglés en el que las
blancas han reemplazado f2-f3 por a2- a3, y
ya han jugado g4-g5, lo que basta para ase­
gurarles ventaja. Por ejemplo: 9 . . . l1:J b6
10 .U. gl l:i:J8d7 11 f4 y 12 f5.
Otro ejemplo es 6 . . . � e7 7 g5 l:i:J fd7
8 h4 l:i:Jc6 9 Ae3, en cuyo caso 10 Ac4!
concede a las blancas una versión favora­
ble del Ataque Velimirovic.
A partir del orden del Ataque Sozin
(1 e4 c5 2 l:i:Jf3 ti:Jc6 3 d4 cxd4 4 l:i:Jxd4 l:i:Jf6
5 l:i:Jc3 d6 6 Ac4 e6 7 .te3), las blancas tam­
bién pueden conseguir algo muy similar,
aunque sólo si las negras se muestran muy
colaboradoras: 7 a6 8 'ii' e2 �e7 9 g4?
'V/lc7? (mejor 9 .. . l:i:J xd4 10 .txd4 e5 ! y
. . . � x g4 ) 10 g5 l:i:Jd7 11 h4.
Otro peligroso esquema de ataque co­
mienza con 1 e4 cS 2 l:i:J f3 d6 3 d4 cxd4
4 l:i:J xd4 l:i:Jf6 5 l:i:Jc3 e6 6 Ae3 o 6 f4. En
ambos casos, las blancas pueden ejecutar
el plan de Mijail Tal, a base de �e3, f2-f4,
'V/lf3 y 0-0-0.
La jugada de peón parecía superior,
porque si 6 ... Ae7, 7 .tb5+ y 8 e5 plantea
problemas a las negras. La jugada de alfil,
por otra parte, concede a las blancas una
opción extra, después de 6 ... l:i:Jc6: transpo­
ner a un Sozin (7 Ac4), sin tener que
afrontar la jugada de Pal Benko, 6 ... 'V/lb6,
en el orden normal del Sozin. Pero hoy día
se prefiere 6 Ae3 por otra razón, a saber,
que es la ruta principal hacia el Ataque In­
glés.
Después de 6 a6.
(Ver diagrama 122.)
•••
•••
Si las blancas adoptan el plan f2-f4, las
negras obtienen un rápido contrajuego (7
f4 b5 ! 8 l!Vf3 Ab7 9 Ad3 l:i:Jbd7 10 a3
l::[ c8).
Pero 7 g4 es una buena réplica. En tal
caso, la natural 7 ... h6 transpone a una espe-
DEFENSA SICI LIANA
cie de Ataque Keres, en el que las blancas
han añadido la útil ii.e3, mientras que las
negras sólo han añadido la lenta ... a6. Co­
mo consecuencia, las blancas tienen bue­
nas posibilidades, tanto en el caso de
continuar a lo Keres (8 h4), al modo del
Ataque Inglés (8 f3), o al modo del híbri­
do TalfTopalov, con 8 f4.
El avance 7 g4 tiene un inconveniente,
pues 7 e5 8 t2Jf5 g6 obliga a las blancas a
sacrificar material (9 t2Jg3? ii.xg4). Pero la
línea de Bela Perenyi, 9 g5! gxf5 10 e xf5 ,
ha demostrado ser tremendamente fuerte.
No hay un orden que sea el exclusiva­
mente correcto en el Ataque Inglés, des­
pués de 6 �e3 a6, pues tanto 7 f3 y 8 'if d2,
como 7 'if d2 y 8 f3, tienen sus méritos. En
los noventa, las blancas demostraron que
su mejor desarrollo refutaba ... d5, aun
cuando difiriesen el avance g2-g4, como en
la lútea 7 'ifd2 ii.e7 8 f3 t2Jc6 9 0-0-0 d5, y
ahora 10 g4! dxe4 1 1 'iff2 'ifc7 12 g5, con
ventaja.
•••
fried) que lo investigaron hacia 1880. Pero
puesto que existe ya una Variante Paulsen,
digamos que Clásica puede servir.
Las negras pueden elegir entre dos órdenes, 2 ... d6 y 5 ... tbc6, o bien a la inversa, 2 ... tbc6 y 5 ... d6. Hoy su decisión
normalmente depende de cómo el jugador
se sienta respecto a 2 . . . tbc6 3 �b5 (o bien
a 2 ... d6 3 !/i.b5+ ), así como también de lo
preparado que se encuentre respecto a 3
c3 ó 3 tbc3.
Los Paulsen solían jugar este orden de
la Clásica para llegar al Dragón, la Scheve­
ningen y otras líneas que llegaron a poner­
se de moda mucho después de que ellos
hubiesen desaparecido, como la Variante
de Isaac Boleslavsky, 6 !/i.e2 e5. Actual­
mente, se utiliza también como un compás
de espera. Después de 6 �e2, por ejemplo,
las negras pueden jugar una Scheveningen
o una Dragón, con mayor seguridad (o
bien 6 ... t2Jxd4 ! ? 7 'ifxd4 g6, como antes se
ha dicho).
En la mayoría de las partidas, las
blancas juegan 6 !Ji. g5 y 6 !/i.c4, de modo
que las negras suelen dedicar la mayor
parte de su tiempo de preparación a las
variantes Rauzer y Sozin. Esto las hace
más vulnerables a las trampas por trans­
posición, para empezar, 6 f4. Esta jugada
puede ser un problema para las negras
que utilizan la Clásica para eludir el Ata­
que Keres y alcanzar la Scheveningen ( 6
!/i.e2 e6) .
(Ver diagrama 123.)
Si las negras responden 6 e6, su rival
dispone de un ambicioso plan, a base de 7
� e3 y 'iff3/0-0-0. Esto transpone a la línea
1 e4 c5 2 tb f3 d6 3 d4 cxd4 4 tb xd4 tbf6
5 t2Jc3 e6 6 f4 t2J c6 7 !/i.e3, y las negras han
perdido la posibilidad del agudo esquema
6 . . . a6, seguido de ... b5/ ... !/i.b7.
•••
VARIANTE CLÁSICA
El maravilloso y flexible sistema que re­
sulta de 1 e4 c5 2 t2Jf3 d6 3 d4 cxd4 4 tbxd4
t2Jf6 5 t2Jc3 t2Jc6 debería llevar el nombre
de los hermanos Paulsen (Louis y Wil-
71
72
SECRETOS DE LA INVERSIÓN DE J UGADAS EN AJ EDREZ
El jugador con negras que prefiera 6
�e2 en la Variante Boleslavsky también
puede tener un problema con 6 f4. Los li­
bros recomendaban 6 ... e5, debido a que 7
lll xc6 bxc6 8 fxeS lll g4! les concede un ex­
celente juego sobre casillas de su color,
tanto si las blancas aceptan el peón (9
exd6 �xd6), como si permiten 9 ... lll xeS.
Sin embargo, 6 .. e5 se pone a prueba
con 7 tll f3! , seguido de .tc4. Un ejemplo
de cómo un jugador Boleslavsky puede
encontrarse en territorio desconocido lo
tenemos en la partida Salmensuu-Atalik,
Groninga 1999: 7 ... .te7 8 �c4 0-0 9 0-0
exf4 10 ..txf4 �g4 1 1 �d2 �hS 12 l:!. ael
.,tg6 13 @hl l:t e8 14 �b3 a6 15 lll d4 lll aS
16 tll fS lll xb3 17 axb3 tll xe4 18 lll h6+
g x h 6 1 9 n xe4 ..t x e 4 20 lll x e 4 � f8 ?
2 1 �gS, con posibilidades confusas.
La respuesta más sólida a 6 f4 debe ser
6 ... g6, transponiendo a la Variante Loeven­
fish del Dragón. Pero aunque un draconia­
no pueda memorizar las complejas líneas 7
lll xc6 bxc6 8 es y 7 Ab5 Ad7 8 ..txc6, no
es probable que un habitual de la Clásica
lo haga. Ése es otro punto a favor de 6
f4! ? .
Otras opciones engañosas d e l a Clásica
son 6 � e3 y 6 f3, ambas agresivas y, a la
vez, jugadas de espera. Pueden transponer a
.
una Dragón ( 6 ... g6) o al Ataque Inglés ( 6
... e6), pero si las negras querían realmen­
te jugar una Dragón, habrían optado por S
... g6, y si querían jugar un Ataque Inglés,
habrían optado por 5 . . . e6. De esta forma,
pierden algunas opciones. La teoría prefie­
re ... a6 a ... lll c6 en el Ataque Inglés, pero
después de 6 ..ie3 e6, las negras ya están
comprometidas con ... lll c6. También, en
caso de 6 ... e6 7 ..ic4! sería molesto para
las negras, que normalmente responden a
6 ..tc4 con la jugada de Benko 6 ... �b6.
Hay dos nubarrones en el horizonte de
6 .te3. Uno es 6 ... eS, que transpone a una
línea de la Variante Boleslavsky, que se
considera igualada (7 lll b 3 �e7 8 �e2), o
a de la Variante Sveshnikov, considerada
buena para las negras (7 lll dbS a6 8 lll a3
bS). El otro nubarrón es 6 ... lll g4! , que la
teoría considera, como mínimo, posición
igualada. Por esto es por lo que es más pre­
ciso 6 f3.
Las blancas siguen pudiendo alcanzar
posiciones del Ataque Yugoslavo en la
Dragón, o del Ataque Inglés (6 ... g6 7 Ae3
ó 6 ... e6 7 .te3 , respectivamente), pero
evitan 6 -te3 lll g4. La experiencia con 6 .. .
eS 7 lll b3 ..te7 8 �e3 .te6 9 lll d S, y 7 .. .
.te6 8 lll d5 es aleatoria.
DEFENSA SICILIANA
ATAQUE RAUZER
En el orden clásico, 6 � g5 disuade de
pasar al Dragón (6 . . . g6 7 � xf6) , o a la
Boleslavsky (6 . . . e5 7 j_xf6 'i!Vxf6? 8
l2Jd5). Las negras normalmente prefieren
6 . . . e6 y la experiencia ha demostrado
que la única forma que tienen las blan­
cas para luchar por la ventaj a es 7 'i!Vd2 y 8
0-0-0.
Las negras toman decisiones importan­
tes acerca del momento oportuno o nece­
sidad de ... l2J xd4, ... h6, ... a6 y ... 'i!Vb6. Si las
blancas responden a ... 'ii'b6 con lb b3, po­
drían alcanzar la posición del diagrama
125, una de las mejores formaciones Rau­
zer para las negras:
Normalmente se llega por el orden 6
e6 7 'i!Vd2 �e7 8 0-0-0 0-0 9 l2Jb3 'ii'b 6. Pe­
•..
ro las blancas pueden impedir que se pro­
duzca, jugando 9 f4 ó 9 f3, avances ambos
que gozan de buena reputación. Por esta
razón, las negras pueden decantarse por 6
... 'ii'b 6 y después de 7 l2Jb3 e6 8 'ii'd2 �e7
9 0·0-0 0-0, transponiendo. Una tercera ruta
hacia la formación del diagrama es 6 ... e6
7 'ii'd2 'ii'b6 8 l2Jb3 i.e7 9 0-0-0 0-0.
¿ Qué orden es el mej or? Los dos
últimos amenazan ... 'i!Vxd4, además de
73
... 'i!Vxb2, pero comparten el demérito de
permitir que su rival les doble peones, con
.txf6.
Además, las blancas pueden responder
a 6 ... e6 7 'i!Vd2 'ii'b 6 con 8 0-0-0 (y trans­
poner, después de 8 ... �e7 9 f3, por ejem­
plo). La única forma de castigar esto es 8 ...
l2J xd4 9 'i!Vxd4 'i!Vxd4 10 l::t xd4. A diferen­
cia de otros finales sicilianos tempranos,
éste es favorable a las blancas, según Peter
Svidler, quien prefirió 6 ... 'ii'b 6, aunque
esta jugada también se enfrenta al proble­
ma 7 Ae3!?.
Declinar el peón es malo (7 ... 'ii' a 5 ?
8 l2Jb3 'ii'c7 9 l2Jd5!, o bien 8 ... 'ii'd8? 9 .te2
e6 10 0-0, una Scheveningen con un tiem­
po o dos menos).
Lo mismo puede decirse de 7 ... lb g4
8 l2J d5 ! l2J xe3 9 fxe3, en vista de 9 . .
'i!Va5+ 10 b4! l2J xb4 1 1 lb b3 ! l2J d3+ 12
@ e2, ganando pieza. Por el contrario, 6
. . . e6 7 'i!Vd2 'ii' b 6 8 A e3 l2J g4 ! es bueno
para las negras. De modo que la respues­
ta a qué orden es el mej or depende de si
las negras pueden jugar 6 . . . 'ii' b6 7 i.e3
'ifxb2 8 l2J db5. Si no es así, 6 . . . e6 7 'ii' d2
� e7 y 8 0-0-0 0-0 9 l2J b3 'i!Vb6 es el me­
jor.
Otra formación es:
.
74
SECRETOS DE LA I NVERSIÓN DE J UGADAS EN AJEDREZ
Esta posición se considera de doble
filo, lo bastante como para atraer a juga­
dores con blancas como con negras, y pue­
de producirse tras 6 � g5 e6 7 'iVd2 Ae7
8 0-0-0 0-0 9 f4 ll:\ xd4 10 'iVxd4.
Si las negras prefieren defender esta
posición antes que la que se produce con 9
tt:lb3, pueden lograr lo que buscan con 8
tt:lxd4 9 'iVxd4 0-0 10 f4. El problema con
el segundo orden es que las blancas no tie­
nen que cooperar jugando 10 f4. También
pueden jugar 10 e5, avance sobre el que
Jan Timman se pronunció en una ocasión,
diciendo que es la única forma de castigar
Ja secuencia negra. Por ejemplo: 10 ... dxe5
1 1 'Y:W x e5 � d7 12 � e2 l: c8 13 A e3 a6
14 g4, con posición confusa, Akopian-Joba­
va, Beer Sheva 2005.
Las blancas también tienen otra pro­
metedora alternativa: 10 f3. Esta jugada
funciona mejor aquí que con caballos so­
bre el tablero (6 �g5 e6 7 'iVd2 i,.e7 8 0-0-0
0-0, seguido de 9 f3 a6 10 g4 d5 ! ) . La
cuestión es ésta: las negras deben decidir
qué medio juego prefieren, si el que resul­
ta de 8 ... 0-0 9 tt:lb3, o Jos que resultan de
8 ... tt:l xd4 9 'iVxd4 0-0 10 e5 y 10 f3.
Con negras, un timador puede inclinar­
se por la rara 7 'iVd2 i,.e7 8 0-0-0 0-0 9 f4
•••
�d7!?
La idea es responder a Ja natural 10
.tc4 con 10 ... tt:l xd4 1 1 'iVxd4 �c6 y al­
canzar una prometedora posición (12
l:t hel 'iVa5).
Hay una línea que normalmente se
produce con 9 . . . tt:l xd4 10 'iV x d4 'iV a5
1 1 Ac4 �d7, en cuyo caso las blancas sus­
tituyen 12 e5 ! por la menos ambiciosa 12
l:t hel. La aparente refutación de 9 ... .td7
es 10 tt:ldb5, amenazando tt:l xd6. Pero 10 ...
d5!? ofrece buen juego por un peón. Por
ejemplo: 1 1 exd5 tt:l xd5 12 tt:l xd5 exd5
13 'iVxd5 .tg4! 14 'iVxd8 Axd8 15 lld2 �b6.
O bien 1 1 e5 tt:le8 12 h4 a6 13 tt:ld4 f6, Su­
tovsky-Zviagintsev, Essen 2000.
Otro orden engañoso es 7 'iVd2 �e7
8 0-0-0 a6 (o bien 7 ... a6 8 0-0-0 �e7), que
guarda parecido con 7 'iVd2 � e7 8 0-0-0
0-0 9 f4 a6?, que Paul Keres refutó con 10 e5!
dxe5 1 1 tt:l xc6 bxc6 12 fxe5.
(Ver diagrama 129.)
Este orden es significativo, porque si 9
f4, las negras transponen no a la línea ma­
la (9 ... 0-0?) sino a una muy buena, 9 ...
�d7!, que también puede producirse por
7 'iVd2 a6 8 0-0-0 �d7 9 f4 �e7, cuando las
negras prescinden de 9 f3.
Si insisten en jugar 9 f3, las negras res­
ponden 9 ... tt:lxd4 10 'it'xd4 b5!, y sitúan su
D EFENSA SICILIANA
alfil de forma más útil, en b7 y no en d7.
Por ej empl o : 1 1 h4 � b7 12 @ b l 'fi/ c7
13 'fi/d2 � c8 14 .id3 h6 15 .te3 b4 16 lll a4
d5 ! , Sax-Acs, Campeonato de Hungría
2003 .
Puesto que 9 lll b3 permite 9 b5!, en
circunstancias mejores de las habituales, el
verdadero test para el orden de jugadas de
las negras es 9 .txf6. Si responden 9 . . .
.ixf6?, pierden un peón, por 10 lll xc6. Pe­
ro la experiencia con 9 . . gxf6 10 f4 .id7 y
10 .te2 'fi/b6 no ha sido concluyente, de
modo que ésta puede ser una verdadera
contribución al Ataque Rauzer.
.••
.
ATAQUE SOZIN
Joseph Blackburne solía jugar 6 .ic4 con­
tra la Variante Clásica, de modo que 6 ... g6
se castigaría con 7 lll xc6 bxc6 8 e5 ! . Más
tarde, Ossip Bernstein descubrió la sutile­
za 6 .id7.
(Ver diagrama 130.)
...
75
lll xd4 11 .ixd4 .ic6. No existe, virtual­
mente, experiencia magistral con 8 lll db5
'fi/b8 9 j,f4 ó 9 � g5.
La sutil respuesta 7 .ib3 es una jugada
de espera, a fin de ver cómo siguen las ne­
gras (7 ... e6 ó 7 ... g6). Pero después de 7
g6 8 .i e3 , las negras pueden responder 8
lll g4! y contra 8 f3 es posible 8 lll xd4!
9 'fi/xd4 .ig7, con un juego excelente. Por
ejemplo: 10 .te3 0-0 1 1 'fi/d2 b5 12 .ih6
.txh6 13 'fi/xh6 b4 14 lll d5 e6! 15 lll e 3 as
16 h4 a4 17 .ic4 d5 ! , Shivaji-Motylev, Min­
neapolis 2005.
La gran contribución de Pal Benko a la
teoría de 6 .tc4 fue comprender que 6 ...
�b6 7 lll b3 e6 transpone a una buena Sche­
veningen para las negras, aunque es proba­
ble que tengan que retirar la dama a c7
con pérdida de un tiempo. Uno de los se­
cretos del Ataque Sozin es que entrar en la
línea correcta a menudo cuesta un tiempo.
Esto es evidente cuando las blancas se
mantienen en los límites del Sozin, respon­
diendo a 6 'fi/b6 con 7 lll db5!? , y después
de 7 a6 8 �e3 'fi/a5 9 lll d4 e6 (no 9 . .
lll xe4? , por 10 'fi/f3):
(Ver diagrama 131.)
•••
•••
...
•••
Los libros recomiendan 7 0-0, porque 7
... g6 8 lll xc6 es ligeramente favorable a las
blancas. Pero 7 e6!? es una "vieja" juga­
da Sozin, con 0-0, que no está considerado
tan peligroso como las líneas con 0-0-0. Por
ejemplo: 8 �b3 �e7 9 �e3 0-0 10 'fi/e2
•••
•••
.
Las blancas tienen un tiempo menos,
en un "viejo" Sozin. (Se produciría des-
76
SECRETOS DE LA INVERSIÓN DE JUGADAS EN AJ EDREZ
pués de 6 .tc4 e6 7 .1;.. e 3 a6, si las negras
tuviesen el tiempo extra ... 'it'a5.) Pero in­
cluso con un tiempo menos, las blancas tie­
nen buenas posibilidades, después de 10
0-0 ii.e7 11 f4, según la teoría. En realidad,
los grandes maestros a menudo devuelven
el tiempo, digamos, con 1 1 ... 'it'c7 12 �b3
0-0 para llegar a una línea de libro, 13 'it'f3
4J xd4 14 .txd4 b5, con posibilidades equi­
valentes.
En el caso de la ortodoxa 6 Ac4 e6, las
blancas eligen entre la vieja 0-0 y el plan
f2-f4-f5, o bien el Ataque de Dragoljub Ve­
limirovic, a base de .11.. e 3, 'it'e2, 0-0-0 y g2g4-g5. Entretanto, las negras deberán
optar, bien por un rápido desarrollo
( ... i.e7, .. . 0-0), bien por un plan más ambi­
cioso, pero de desarrollo más lento ( ... a6,
... b5, ... 'it'c7).
Hallar la defensa correcta para cada
plan de ataque y viceversa es algo crucial.
El juego en el flanco de dama no funcionó
bien contra el viejo Sozin, cuando era jo­
ven la continuación 6 i. c4 e6 7 0-0. Des­
pués de 7 a6 8 A e3 'it'c7 9 �b3 4J a5
'ii' d7 1 4 'it' f3 y 1 5 e 5 ó 1 5 f x e 6 f x e 6
1 6 'it'h3).
Se encontró un antídoto en el rápido
desarrollo, 7 i.e7 8 .11.. e3 0-0 9 f4? dS! .
Pero esa política no da buen resultado
contra el Ataque Velimirovic. Por ejem­
plo: 7 �e3 .11.. e7 8 'ike2 0-0, y ahora 9 0-0-0
.1;.. d7 10 i. b3 'it'b8 1 1 g4 ! l:t c8 12 g5
4J e8 13 h4 4J a5 14 g6 ! , como en la parti­
da Velimirovic-Milic, Belgrado 1965, uno
de los primeros éxitos de la estrategia
blanca.
En lugar de ello, las negras suelen ob­
tener mejores resultados cuando empren­
den operaciones en el flanco de dama. Por
ejemplo: 7 ..te3 a6 8 'it'e2 'it'c7 9 0-0-0
4J a5, o bien 9 .. i.e7 10 .la hgl 4Ja5 1 1
Ad3 b5. Lo que esto significa e s que cada
bando debe ser lo bastante flexible como
para explotar el plan de su oponente. La
mejor jugada de espera de las blancas es 7
10 f4 bS.
...pueden plantear el Velimirovic, con 9
'i!fe2!, con la ventaja de saber dónde vive
•.•
.
�b3.
Después de 7 ... Ae7 8 Ae3 0-0
(Ver diagrama 133.)
•••
(Ver diagrama 132.)
.. .las negras a menudo eran aplastadas por
11 f5 4J xb3 12 cxb3 ! (12 ... i.e7 13 l:t cl
el rey negro.
La mejor réplica de espera es 7 a6. Si
las blancas se comprometen, con 8 f4, en.•.
77
DEFENSA SICILIANA
alternativas. La primera es 5 lll bd7 , en­
sayada por Tigran Petrosian, Mark Taima­
nov y Bent Larsen. En el libro de torneo
de La Habana 1966, Petrosian escribió:
"La única ventaja de esta jugada radica
en ... su relativa novedad."
••.
tonces 8 ... Ae7 9 .te3 0-0 dirige el juego
hacia una vieja formación del Sozin, que
ofrece posibilidades a ambos bandos (10
0-0 lll xd4! 11 �xd4 b5 !). El compás de es­
pera continúa si a 7 �b3 a6 sigue 8 .te3.
Jugadores muy fuertes, como Vishy Anand,
han jugado aquí 8 "i/Jc7, para mantener
vivas las opciones de contrajuego en el flan­
co de dama.
Sin embargo, pasar al viejo Sozin, con 9
f4!, permite explotar el retraso de las ne­
gras, que quedan peor tras 9 ... b5 10 lll xc6
"i/Jxc6 11 f5. O bien 9 ... �e7 10 0-0 lll xd4
11 Axd4 b5 12 e5 ! , con rápida victoria en
la partida Golubev-Lerner, Odesa/Estam­
bul 2006, después de 12 ... dxe5 13 fxe5
lll d7 14 %:[ xf7 ! @ xf7 15 "i/Jf3+.
Ambos bandos se quedan finalmente
sin jugadas de espera tras 8 �e3 y 8
� e7 ! . Entonces, 9 0-0 0-0 es una buena po­
sición Sozin para las negras, y 9 "i/Je2 0-0
10 0-0-0 es una posición del Ataque Veli­
mirovic, que aún debe ser evaluada.
...
•••
QUINfAS JUGADAS RARAS
Sabemos mucho acerca de 1 e4 c5 2 lll t3
d6 3 d4 cxd4 4 lll xd4 lll f6 5 lll c3, cuando
las negras responden 5 ... g6, 5 ... e6, 5 ... a6
y 5 ... lb c6, pero muy poco acerca de dos
La novedad es buena cuando las blan­
cas juegan 6 .ic4 y descubren, después de
6 ... a6 7 .ib3 e6, que han sido empujadas
a una popular línea de la Najdorf que sue­
le ser buena para las negras. En el orden
normal de la Najdorf, 5 ... a6 6 �c4 e6, las
blancas pueden evitar esa posición (7 �b3
lll bd7) mediante 7 0-0 ! , como jugó ese as­
tuto mago de la transposición, Deep Fritz,
contra Kramnik, en 2006.
Pero no hay otros trucos con 5 ...
lll bd7, y sí muchos inconvenientes. A 6
.tg5, lo mejor que pueden hacer las negras
probablemente sea 6 . . . a6, alcanzando una
Najdorf (5 ... a6 6 �g5 lll bd7), que no ha
tenido éxito desde los años sesenta.
También, el caballo blanco de d4 no
puede cambiarse, de modo que éste domi­
na el centro, y las blancas obtienen una
forma superior del Ataque Inglés, tras 6
i.e3. Por ej emplo: 6 . . . a6 7 g4 h6 8 f3 e6
9 "i/Jd2 "i/Jc7 10 0-0-0 y 1 1 h4, o bien 8 . . b6
9 "i/Jd2 �b7 10 0-0-0 e6 11 h4 d5 12 .ih3 ! ,
.
78
SECRETOS DE LA I NVERSIÓN DE J UGADAS EN AJ EDREZ
con una fuerte iniciativa, Balogh-Bilek,
Budapest 2002.
La alternativa de mayor éxito es 5
�d7, una especialidad de Viktor Kuprei­
chik y Aloyzas Kveinis.
.•.
ventajas sobre el orden de la Clásica, pero
las negras corren el riesgo de caer en el
peor escenario, a saber, un Ataque Inglés o
un Rauzer.
VARIANTE NAJDORF
La jugada esencial de la Najdorf, ... a6, es
útil en la mayoría de las variantes sicilia­
nas y eso concede a las negras libertad
para transponer a las mismas. Que tenga
sentido dependerá de cuál de las casi doce
alternativas razonables elijan las blancas
en su sexta jugada. Los órdenes de jugadas
de algunas de ellas, como 6 ..te2, 6 .1g5 y
6 f4, son demasiado complejos para consi­
derar aquí. Entre otros, tenemos:
(a) 6 .td3
Esto funciona como una jugada de es­
pera en casos como 6 �e2 g6, en los que
las negras han eludido el Ataque Yugosla­
vo, o 6 ... e6, cuando se llega a una Scheve­
ningen sin que pueda plantearse el Ataque
Keres ni el Ataque Inglés. El principal in­
conveniente de 5 ... .td7 es que ocupa la
mejor casilla de retirada del caballo rey y
que mejora el impacto de g2-g4-g5 en el
Ataque Inglés (6 .te3 ó 6 f3).
Pero en la práctica, 6 �g5 es la jugada
favorita de las blancas. En tal caso, 6 ...
tt:Jc6 transpone a un Rauzer con 6 ... .td7.
El único beneficio aparente de las negras
para jugarlo en ese orden (en lugar de 5 ...
tt:Jc6 6 ..tg5 .1d7) es evitar el Sozin y otras
alternativas de la Clásica, como 6 f4.
En aras de la originalidad, los grandes
maestros prefieren responder a 6 .tg5 con
6 ... e6, porque ofrece a las blancas elec­
ción entre una línea muy rara de la Naj­
dorf (7 f4 a6) , otro Rauzer (7 'i!V d2 tt:J c6
8 f4 h6) y la confusa 7 tt:Jdb5 ..tc6 8 .txf6.
Conclusión: 5 ... .td7 tiene algunas
Esta jugada, virtualmente no teórica,
tiene un gran valor de transposición. Des­
pués de 6 e6 7 f4 ó 7 0-0, las blancas ob­
tienen posiciones muy razonables de la
Scheveningen, en las que ..td3 reemplaza
a .te2. Por ejemplo: 7 f4 tt:J c6 8 tt:Jf3 .te7
9 0-0 y 'i!Vel-g3. Si las negras nunca juegan
posiciones Scheveningen, porque respon­
den a 6 �e2 con 6 ... e5, entonces 6 ..td3
podría ser un problema.
•.•
D EFENSA SICILIANA
Si las negras responden a 6 �d3 con 6
...
es, las blancas disponen de una buena
casilla de retirada en e2. Por ejemplo: 7
lDde2 �e7 8 0-0 0-0 9 f4 liJbd7 10 lD g3 (10
. . . exf4 11 liJ fS ! lD e5 12 lD xe7+ "Wi x e7
1 3 ii.xf4 h6 14 ii.g3 ! y ii.h4, Gallagher­
Karjakin, Panormo 2002). El inconvenien­
te de 6 �d3 parece ser 6 liJc6, ya que el
caballo atacado no puede mantenerse en
d4 (7 �e3 lDg4!). Sin embargo, después de
7 lDxc6 bxc6 8 0-0.
••.
Las blancas pueden continuar con
lD a4/c2-c4 ! , como hacen en la línea del
Sozin que sigue: 1 e4 c5 2 liJ f3 lD c6 3 d4
cxd4 4 lD xd4 liJ f6 5 lD c3 d6 6 Ac4 "Wib6
7 lD xc6 bxc6 8 0-0 y lD a4, con un brillan­
te panorama. En la posición del diagra­
ma 137, pueden responder a 8 . . . e5 con
9 b3 A e7 10 �b2 0-0 1 1 lD a4. Después
de 1 1 . . . .t e6 12 "Wie2 "Wi c7 13 c4 liJ d7
1 4 c5 ! , favorable a las blancas e n la
p artida Dgebuadze-Wemmers, Bélgica
2004. É sa no puede ser la mej or línea pa­
ra las negras, tras 6 Ad3. Pero entonces
¿cuál es?
(b) 6 a4
Ésta es la mejor jugada de espera para
las blancas en la Najdorf. Contra 6 ... e5,
79
pueden continuar con 7 liJf3, de modo que
7 ... ii.e7 8 �c4 0-0 9 ilg5, ó 7 ... h6 8 �c4
la dejaría con un tiempo de ventaja sobre
las líneas 6 � e3 e5 7 liJ f3 y 6 A e2 e5
7 liJf3.
En lugar de ello, las negras pueden
transponer a una Scheveningen, una Boles­
lavsky o una Dragón, tras 6 ... lDc6. Hay
evidencias en el sentido de que los avances
del peón a ayudan a las blancas en el Dra­
gón. Por ejemplo: 6 lDc6 7 A e2 g6 8 0-0
Ag7 9 �e3 o-o.
.••
El agujero de b6 concede a las blan­
cas la posibilidad de ejercer un férreo
control del flanco de dama, después de
10 'iVd2 lD g4 1 1 �xg4 � xg4 12 liJ d5 !
l:l c8 1 3 a5 . También es bueno 1 0 f4, ya
que 10 . . . 'iVb6, que iguala al instante
cuando los peones a se encuentran en
sus casillas iniciales, puede contestarse
con la fuerte 11 a5 ! lD xe5 12 e5. Si las
negras optan por 10 . . . �d7, entonces 1 1
lD b3 y liJ d5 garantizan ventaj a posicio­
nal a las blancas.
Otra idea, después de 6
lDc6 es 7
�e2 eS. Los libros recomiendan 8 lD xc6,
pero lo cierto es que sólo demuestran que
iguala. Es mejor 8 lDb3! .te7 9 0-0 0-0, y
ahora 10 �gS!
•..
80
SECRETOS DE LA I NVERSIÓN DE J UGADAS EN AJEDREZ
gen (1 e4 c5 2 lt:Jf3 d6 3 d4 cxd4 4 lt:Jxd4
lt'lf6 5 lt:Jc3 e6 6 �c4 i.e7 7 �b3 0-0 8 Ji..e3
lt:J a6 ! ?). Después de 8 0-0 lt:Jc5, las negras
tienen un desarrollo más rápido que en la
línea de Fischer.
La contrasutileza es 7 0-0, que se había
descartado en los años cincuenta. En tal
caso, 7 ... b5 8 �b3 transpone a la posición
con 7 �b3 b5 8 0-0 que las blancas quieren
conseguir, y evita la de 7 it.. b 3 lt'lbd7, que
las negras buscan.
Si, de todos modos, las negras juegan 7
lt'lbd7, entonces 8 it.. g5 !
•••
.
Esto es favorable a las blancas, después
de 10 .t e6 11 i.xf6 y lt:Jd5. Es diferente
de la Boleslavsky normal (5 ... lt:Jc6 6 it.. e 2
e5 7 lt'lb3 it.. e 7), en cuyo caso las negras
igualan de inmediato, tras 8 0-0 0-0 9 �g5
lt:Jxe4 ! .
La inclusión d e a2-a4 y ...a 6 significa
que 10 it.. g5 lt:J xe4? condena el caballo,
pues sigue 11 ii.. x e7 lt'l xc3 12 ..txd8 lLJ xdl
13 i.c7 lt'l xb2 14 :l fbl .
.•.
(c) 6 it.. c4
Existe consenso general en cuanto a
que la mejor respuesta de las negras es 6
e6, pero en cuanto a la séptima jugada
blanca ese acuerdo se diluye. La vieja fa­
vorita, 7 �b3, se consideraba la mejor por­
que preserva la opción del enroque largo.
Por ejemplo: 7 �e7!? 8 f4 0-0 9 �f3, y
ahora 9 ... lt'lbd7? 10 g4, o bien 9 . �c7 10
f5 lt:J c6 1 1 it.. e 3.
Así pues, las negras volvieron su aten­
ción sobre 7 b5. Las blancas encontraron
8 0-0 era bueno, porque tras 8 . . . � b7
9 l::t e l ! lt'lbd7 10 �g5 lt:Jc5? 1 1 it.. d5 ! es un
sacrificio correcto, corno demostró en su
día Fischer.
Para anticiparse a esa posibilidad, las
negras comenzaron a jugar 7
lt'lbd7 y
... lt:Jc5 , muy en el espíritu de la Schevenin•••
•••
.
•••
•••
.
Esto transpone a la variante Najdorf
con 6 .tg5, que ha puntuado bien para las
blancas desde los años sesenta. Fuertes
jugadores, corno Leonid Yudasin, han en­
sayado 8 ... 'iWc7 ! ? , pero tras 9 ..t xe6! fxe6
10 lt:J xe6, las negras han sido sistemática­
mente demolidas, desde una brillante
partida de Keres (10 . . . 'it'c4 1 1 lt'ld5 @f7
12 ..txf6 @ xe6 13 ..tc3 ! , ganando). Para
jugar esta línea, las negras pueden tener
que arriesgarse con 8 ... h6 9 it.. h4 g5 10
it.. g 3 lt:J e5.
Pueden evitar todo esto, recordando
por qué se abandonó 7 0-0 hace medio si­
glo: 7 it.. e7! 8 i.b3 0-0. Ahora, 9 f4 lt:Jc6
llega a una posición perfectamente equili•••
D EFENSA S I C I LIANA
brada del viejo Ataque Sozin, y 9 il.e3 b5
es una línea de doble filo de la Najdorf.
(d) 6 .te3
Las blancas se disponen a entrar en
una tranquila Scheveningen, o un Ataque
Inglés. Algunos grandes maestros, como
Michael Adams, prefieren jugar contra 6
i.e3 e5 antes que contra 6 .ie2 e5, de mo­
do que comienzan con 6 i.e3. Si 6 ... e6,
entonces 7 �e2 les permite transponer a 6
.te2 e6 7 �e3.
Algunos partidarios del Ataque Inglés
prefieren 6 f3 y 6 ... e6 7 i.e3. De esta for­
ma, evitan 6 .ie3 lt:Jg4. Pero también re­
nuncian a otras opciones, como 6 .te3 e6
7 g4 y 6 ji,e3 e5 7 lt:Jb3 .ie7 8 "i!Vd2 ! ? . En
esta última línea, las blancas difieren f2-f3,
a fin de impedir ... d5, y mantener abierta la
opción f2-f4, como en la línea 8 "i!Vd2 �e6
9 0-0-0 llJ bd7 10 f4. También pueden indu­
cir a las negras a entrar en una mala línea,
tras 8 ... 0-0 9 0-0-0 b5? 10 f3 ! .te6 l l lt:Jd5,
como en la partida Topalov-Van Wely,
Wijk aan Zee 2007.
La respuesta más retorcida a 6 .ie3 es
6 lt:Jc6.
•••
81
negras disponen de la activa réplica 7
lt:J xd4 8 .ixd4 e5 y .t e6 . Y si las blancas
proponen una Scheveningen, con 7 .i e2 ,
las negras pueden abrirse paso hacia un
Dragón clásico, 7 g6, en el que las blan­
cas se han visto privadas del Ataque Yu­
goslavo y las líneas con .ig5. El precio que
pagan es haberse comprometido con la ju­
gada ... a6! ? .
•••
•••
•••
VARIANTE TAIMANOV/KAN
A la posición básica de la Variante Taima­
nov puede llegarse de dos formas diferen­
tes, y Mark Taimanov utilizaba ambas, 1 e4
c5 2 lt:Jf3 lt:Jc6 3 d4 cxd4 4 lt:J xd4 e6 y 2
•••
e6 3 d4 cxd4 4 lt:J xd4 lt:Jc6.
El primer orden disuade el Ataque In­
dio de Rey (3 d3), que es prometedor con­
tra 2 ... e6, mientras que el segundo orden
elimina la Variante Rossolimo, pues si 3
it.. b 5? (tras 2 ... e6), 3 ... a6 ! . Las negras
también pueden elegir un orden basado en
cómo piensen responder a 3 lt:Jc3 ó 3 c3.
Por ejemplo: 1 e4 c5 2 lt:Jf3 e6 3 lt:Jc3 es un
buen Camaleón para las blancas, pero 2 ...
lt:Jc6 3 lt:Jc3 e5 ! no lo es.
Ambos órdenes, junto con un tercero,
empleado por Salo Flohr, 1 e4 c5 2 lt:Jf3
lt:Jc6 3 d4 cxd4 4 lt:J xd4 'iic7!?, tienen el in­
conveniente de permitir una Formación
Maróczy. Por ejemplo: 4 e6 5 lt:Jb5 ame­
naza lt:J d6+, ganando tiempo para, tras 5 ...
d6, jugar 6 c4! .
Las negras pueden impedir l a Maróczy
con 5 lt:Jf6!?
(Ver diagrama 142.)
•••
•••
Esto evita 6 ... e6 7 g4 y obliga al ata­
cante inglés a preparar g2-g4. Si 7 Vi'd2, las
Si las blancas defienden el atacado
p e ó n e con 6 llJ l c 3 , entonces 6 . . . d6
7 .tf4 e5 8 .t g5 es la Variante Sveshni­
kov, como también 6 i. f4 e5 7 it.. g5 d6
8 lt:J lc3 .
82
SECRETOS DE LA I NVERSIÓN DE J UGADAS EN AJ EDREZ
Ahora, a 6 � e3 las negras pueden res­
ponder más enérgicamente, con 6 lbf6
7 WI d2 ..t b4! . Puede seguir 8 f3 ltJ xd4
9 �xd4 e5, o bien 9 W/xd4 .txc3+ 10 bxc3
e5.
El inconveniente de este orden puede
ser 7 li:Jdb5 W/bS 8 f4, aunque las negras
recuperan un tiempo con 8 .. . d6 y ... a6.
Fischer (a quien le gustaban las líneas
li:Jb5/c2-c4 con blancas), planteaba la Tai­
manov, con negras, a través de otro orden,
el de Ilia Kan: 1 e4 c5 2 li:Jf3 e6 3 d4 cxd4
4 li:Jxd4 a6. Después de 5 lt:J c3 , transponía
(con 5 ... lt:Jc6) a la Taimanov 5 . . . a6.
Otros jugadores de la Kan difieren to­
davía más ... lt:Jc6, mediante 5 'fJ/c7, a fin
de alterar el desarrollo blanco con ... b4 ó
... �b4. Por ejemplo: 6 .te2 li:Jf6 7 .t e3?
permite 7
�b4! . Por ejemplo: 8 W/d3
lt:Jc6, amenazando 9 ... lt:l xe5. O bien 8
�d2 .txc3 9 .txc3 lt:lxe4 10 .tb4 W/b6 1 1
.ta3 lt:Jc6, con escasa compensación por el
peón perdido, Bonte-Cabrilo, Timisoara
2006.
Otra ventaja del orden Kan es cuando
la blancas fianchetan su alfil rey, 5 lt:Jc3
W/c7 6 g3 .t b4!
••.
Las negras, por supuesto, disponen de
una ruta más simple a la Sveshnikov, si
eso es lo que quieren, y 5 ... lbf6 tiene
sentido cuando las negras quieren plan­
tear una Taimanov y no les gusta permitir
5 lbb5. Jugar oportunamente los tres mo­
vimientos clave de la Taimanov ( . . . a6,
. . . lb c6 y ... W/c7) ha resultado ser más
complicado de lo que parecía una década
atrás.
Sólo hace poco 1 e4 c.5 2 lLit3 lLic6 3 d4
cxd4 4 lb xd4 e6 5 lbc3 a6 ha sido puesto a
prueba por el Ataque Inglés, por ejemplo,
que ha resultado peligroso tras 6 �e3 lbf6
7 g4, o bien 6 ... W/c7 7 'i!Yd2 lbf6 8 0-0-0.
Esto aporta un argumento a favor de 5
•..
•••
..•
'i!Yc7.
Las blancas no pueden ignorar
... .txc3+, pero tampoco pueden pretender
DEFENSA SICILIANA
que tienen ventaj a tras 7 lbe2 lbf6, ó 7
.td2 lbf6 (8 �g2 lbc6 9 lbb3 �e7 ! y ... d6,
con una excelente Scheveningen).
Los inconvenientes del orden Kan
comienzan con 5 c4. Esto da mal resulta­
do contra la Taimanov (1 e4 cS 2 lb f3
lb c6 3 d4 cxd4 4 lb xd4 e6, y ahora 5 c4
lb f6 6 lb c3 � b4 ! ) , pero no contra la
Kan. Otro inconveniente es que las
blancas pueden j ugar 5 ..t d3 , debido a
que su caballo no está colgando en d4,
como en la Taimanov, lo que les permite
crear una Formación Maróczy diferida,
con c2-c4.
Con estos órdenes, las negras tendrán
muchas oportunidades de transponer a una
Scheveningen con ... d6. Pero eso tiene sen­
tido cuando las blancas han realizado una
jugada que es útil en la Taimanov, pero no
en la Scheveningen. Una ilustración es a2a3, para impedir ... �b4 y ... b5-b4. Un or­
den popular en los sesenta era 1 e4 c5
2 lbf3 lbc6 3 d4 cxd4 4 lb xd4 e6 5 lbc3 a6
83
6 �e2 'i// c7 7 a3.
normales como 10 a4 ó 10 'i//e l, las blancas
transpondrían con 10 a3? ! .
Pero n o s e considera prudente para las
negras transponer a una Scheveningen
después de g2-g3, cuando ya han jugado
. . . 'i/ic7. Después de 1 e4 c5 2 lb f3 lb c6 3 d4
cxd4 4 lb xd4 e6 5 lbc3 'i// c7 6 g3, las ne­
gras están más o menos obligadas a jugar 6
... a6 para evitar 7 lbdbS 'i//b8 8 �f4. Sigue
6 a6 7 �g2 d6 8 0-0 lbf6 9 .!:!. el!, que
permite a las blancas ejecutar su plan es­
tratégico lb xc6 y e4-e5 -que se supone
... 'i//c7 debía evitar- por medios tácticos.
Es decir, 9 �e7 10 lb xc6! bxc6 11 e5!
dxe5 U l:t xe5 y U 'i// x eS 13 �x c6+.
No ha habido mejoras importantes en
esta línea desde los años sesenta. Por esta
razón, muchos jugadores consideran que 5
... 'i//c7 es un ligero error, que se castiga
con 6 g3 ! , y que 5 ... a6 es una mejor juga­
da de espera (6 g3 d6 !).
Pero las negras disponen de otra sutile­
za, aunque se hayan comprometido con
... 'i//c7 y ... a6.
Aquí, 7 lbf6 8 0-0 �e7 9 �e3 d6! es
una buena decisión. Comparémoslo con 1
e4 cS 2 lbf3 d6 3 d4 cxd4 4 lb xd4 lbf6 5
lbc3 e6 6 �e2 a6 7 0-0 'i//c7 8 f4 lbc6 9
�e3 �e7, y ahora, en lugar de las líneas
Esta posición puede producirse después
de 5 'i//c7 6 g3 a6 7 �g2, y entonces 7
d6 8 0-0 ..te7!? (Erling Mortensen). Las ne­
gras se disponen a jugar una Scheveningen
normal, después de 9 ... lbf6 y 10 ...0-0.
•..
•••
•••
...
•••
•••
SECRETOS DE LA INVERSIÓN DE JUGADAS EN AJ EDREZ
84
La única forma de impedirlo es 9
n el, con idea de que si 9 . . . ll:l f6?' 10
ll:l xc6 ! , alcanzando la posición de los se­
senta. Pero la diferencia es 9
Sl.f6!?.
Ahora no valen gran cosa 10 lll b3 , 10
ll:l de2 ni 10 �e3, debido a 10 . . . ll:l ge7.
Las líneas cruciales son 10 ll:l xc6 bxc6
11 jLf4 eS y 10 ll:lfS exfS 1 1 ll:l dS y, a me­
nos que consigan mayor éxito que hasta
ahora, el orden de Mortensen constituye
un refuerzo significativo para la Varian­
te Taimanov.
.•.
VARIANTES CON ···'*'b6
Hay una familia de líneas elaboradas
en torno a . . . '*'b6 y . . . e6, a menudo en
conjunción con . . . �cS. Todas ellas tie­
nen por obj eto presionar sobre la dia­
gonal b6-f2, al menos al comienzo pero
suelen usarse para desembocar en la
Scheveningen. Los miembros de la fa­
milia son:
(a) 1 e4 c5 2 ll:l f3 ll:l c6 3 d4 c x d4
4 ll:lxd4 '*'b6;
( b ) 1 e4 c5 2 lLl f3 lLl c6 3 d4 c x d4
4 ll:l xd4 ll:lf6 5 ll:lc3 �b6;
(c) 1 e4 c5 2 ll:lf3 e6 3 d4 cxd4 4 ll:lxd4
�c5, y
( d) 1 e4 c5 2 ll:lf3 e6 3 d4 cxd4 4 ll:l xd4
�b6.
Las dos últimas líneas, popularizadas
por Michael Basman y Kveinis, respectiva­
mente, pueden transponer entre sí. Por
ej emplo : 1 e4 c5 2 lLl f3 e6 3 d4 c x d4
4 ll:l xd4 �b6, y ahora 5 ll:lc3 �c5 6 �e3
ll:lc6.
(Ver diagrama 147.)
No 6 ... '*' xb2? 7 ll:l dbS , ¡ que fue re­
futada en una partida Morphy-Paulsen !
Las negras han obtenido buenas posi­
ciones después de 6 . . . ll:l c6. Por ej em­
plo: 7 ll:l a4 '*'a5+ 8 c3 � xd4! 9 Jl. xd4
ll:l xd4 10 '*'xd4 ll:l f6 11 it. e2?! e5! 12
'*'c4 d6.
La ruta más precisa para las negras ha­
cia la posición del diagrama 147 es la de
Kveinis. Una razón es que 4 ... il.. cS no ha
dado buen resultado contra la sorprendente 5 it.e3 '*'b6 6 c3 ! . Por ejemplo: 6 ..
�xb2 7 '*'b3 'ii' x al? 8 lll c 2, o bien 7 .. .
'*'xb3 8 axb3, o aun 6 ... ll:lc6 7 lll d2! ll:lxd4
8 ll:lc4.
Los otros tres órdenes a menudo deri­
van en Scheveningens, una vez que las
blancas retiran su caballo a b3. La ventaja
para las negras es evitar los ataques Keres
e Inglés. Por ejemplo, en el orden de Kvei­
nis, el juego puede continuar así: 5 lLl b3
lll c6 6 lll c3 ll:lf6, y ahora 7 �d3 �e7 8 0-0
0-0 9 �e3 Wlc7 10 f4 d6 11 Wif3 a6 12 a4, o
bien 12 g4. La teoría dice que las blancas
están un poco mejor, pero que la posición
negra es sólida.
Si eso es lo que las negras quieren,
¿cuál es el mejor camino hacia esa posi­
ción? En el orden (a), las blancas tienen
una opción extra, 5 lll b5. Pero las negras
disponen de una sorprendente réplica, 5
.
•••
a6 6 �e3 �d8!
DEFENSA SICI LIANA
85
posición, después de 6
d6 7 .t f4 e5
8 .tgS a6, a lo que se llamó Variante Sves­
...
La idea de esta jugada es que 7 lb d4
lb f6 8 lb c3 e6 es una Variante Taima­
nov con .te3, lo que tiene mucha mej or
reputación hoy gracias a 'i!Vd2 y 0-0-0,
pero puede ser algo con que las blancas
no se sientan cómodas, sobre todo si
j uegan normalmente .t g2 contra la Tai­
manov.
Este orden también puede confundir a
las blancas, puesto que 7 lb5c3 y luego 7
e6 8 lbd2 b5! es bueno para las negras. Si
tuvieran alguna duda al respecto, deberían
inclinarse por el orden (b ), porque 6 lbdb5
a6 7 .te3? es un error (7 ... 'i!Va5 gana ma­
terial) y 7 lba3 e6 8 lbc4 'i!Vc7 9 .te 3 b5
nunca ha obtenido buenos resultados para
las blancas.
••.
hnikov. Esto priva a las blancas de las op­
ciones de la Sveshnikov normal, 1 e4 c5
2 lbf3 lbc6 3 d4 cxd4 4 lbxd4 lbf6 5 lbc3 e5
6 lbdb5 d6 7 .tg5 a6, como 6 lbf5, 6 lb db5
d6 7 lbd5 y 7 a4.
Por supuesto, también en la Cuatro Ca­
ballos hay abundante teoría que conocer,
si las blancas deciden no sumarse a la ruta
hacia la Sveshnikov. Pero las negras pue­
den reducir considerablemente esos des­
plazamientos llevando el juego hacia una
Scheveningen, con 6 . . . d6. Eso es normal­
mente la segunda mejor opción. Pero evi­
ta cantidad de análisis teóricos, como 6 g3
d5 7 .tg2 .tb4 8 exd5 lb xd5, o bien 6 .te2
.tb4 7 0-0 .txc3 8 bxc3 lb xe4 9 �d3 d5
10 .ta3. En lugar de ello, las negras están más
o menos igualadas tras 6 g3 d6! ? ó 6 �e2
d6! ? .
Hay una lmea e n l a que ambos conten­
dientes parecen jugar a ver quién engaña a
quién, 6 a3.
VARIANTE CUATRO CABALLOS
Durante décadas, la variante que comien­
za c o n 1 e 4 c5 2 lb f3 lb c6 3 d4 c x d4
4 lb xd4 lbf6 5 lbc3 e6 estaba etiquetada
como "dudosa", porque la línea principal,
6 lbdb5 .tb4 7 a3 dejaba a las blancas
con la pareja de alfiles y mejores perspec­
tivas.
Su reputación cambió en la década de
los setenta, cuando las negras adoptaron la
Cuatro Caballos como una forma de trans-
Después de 6 ... d6, las negras dicen:
"He sido más listo que tú. He llegado a
una Scheveningen en la que tu jugada a2a3 es una pérdida de tiempo."
Las blancas responden: "En absoluto.
86
SECRETOS DE LA INVERSIÓN DE J UGADAS EN AJ EDREZ
Mi objetivo era evitar tanto la Sveshnikov
como 6 ... �b4. La ventaja añadida es que
podré jugar 7 �c4 ! , entrando en un Sozin,
en el que te has privado de la línea de Ben­
ko."
o bien las negras pueden jugar 6 ... es
y decir: "He conseguido lo que quería, una
Sveshnikov. En esta versión, no puedes ju­
gar 7 ttJdbS d6 8 �gS, porque tu caballo
no tiene retirada, después de 8 . a6! ." A lo
que las blancas responden: "Tonterías. Yo
soy quien se ha llevado la mejor parte, por­
que después de 7 ltJb3, es una Sveshnikov
con un tiempo extra para mí. Ese tiempo
impide ... .tb4! ."
No hay consenso acerca de cuál es la
mejor respuesta a 6 a3 , pero 6 ... d6 no
puede ser malo, sobre todo porque 7
�c4? ! no es, realmente, un buen Sozin,
tras 7 . . . 'iW c7 ! 8 .t a2 a6 9 0-0 tLl x d4
10 'iVxd4 ltJ g4.
El orden Cuatro Caballos-para-llegar­
a-la-Sveshnikov tenía por objeto impedir
una contrasutileza. El siempre creativo
Igor Zaitsev encontró la siguiente: 6 ttJdb5
..
d6 7 .tf4 e5 8 ttJd5!?
Zaitsev dijo que había jugado esto, por
primera vez, en una partida de cinco minu­
tos y, más tarde, en unas simultáneas, que
siguieron con 8
ttJ xd5 9 exd5 exf4
10 dxc6 bxc6 11 'iVf3.
La experiencia con 11 ... dS 12 0-0-0 es
un tanto incierta (12 ... .td6? 13 'iVc3 ! cxbS
14 'iWc6+ .td7 15 'iWxd6 fue favorable a las
blancas en una partida Zaitsev-Sveshni­
kov) Pero en el mismo caso se encuentran
las líneas principales de la Variante Sves­
hnikov. La Siciliana nunca es fácil para las
negras... ¡Ni tampoco para las blancas!
...
.
87
Capítulo 4
Aperturas semiabiertas
El jugador con negras revela algo acerca
de sí mismo, cuando responde a 1 e4 con
una jugada distinta a 1 ... e5 ó 1 ... c5. Un
especialista en la Alekhine, por ejemplo,
casi siempre tendrá preferencia por de­
sequilibrios posicionales y un rápido con­
trajuego. Puede que tenga un problema,
por tanto, con 1 e4 tt::l f6 2 tt::l c3!?, porque la
Apertura Vienesa (2 ... e5) no es probable
que le permita jugar lo que él quiere.
Por otra parte, pocos jugadores de la
Alekhine están preparados para defender
una Francesa (2 ... e6 3 d4 d5) o una Pire (2
... d6 3 d4), y es dudoso que lo estén para
jugar una Siciliana (2 ... c5? ! 3 e5).
Después de 2 ... d5 3 e5
.. .las negras pueden ser reticentes a reali­
zar la mejor jugada, 3 ... tt::l fd7!, porque
puede conducir a una Francesa Steinitz (4
f4 e6 5 d4). Pero las alternativas son un
tanto cuestionables, como 3 ... tt::l e4 ó 3 ...
d4 4 tt::l ce2 tt::l g4.
Si las blancas aspiran a una ventaj a
importante en la Alekhine, la elección
tradicional es el Ataque de los Cuatro
Peones, 1 e4 ttJ f6 2 e5 ttJ d5 3 c4 ttJ b6
4 d4 d6 5 f4. La respuesta estándar es 5 ...
dxe5 6 fxe5 tt::l c6, que plantea algunas
trampas, basadas en la clavada tt::l f3/
. . . A g4. Por ej emplo, si las blancas j ue­
gan 7 tt::l f3 , con la esperanza de 7 . .
� f5 ? 8 d5 ttJ b4 9 tt::l d4, con ventaja, pe­
ro 7 ... Ag4! es excelente para las ne­
gras.
Lo mismo puede decirse de 7 .te3
Af5 8 tt::l c3 e6 9 tt::l f3 y 9 . . . Ag4 ! , a pesar
de la pérdida de tiempo. Por ejemplo: 10
�e2 �xf3 11 gxf3 'ifh4+ 12 �f2 'iff4.
Las blancas pueden evitar esto, invirtien­
do simplemente el orden, con 9 �e2 ! y 10
tt::l f3.
Si el jugador con negras es más astuto,
puede diferir tanto ... dxe5 como ... tt::l c6,
como hizo Viktor Korchnoi, con 5 ... �f5
.
6 tt::l c3 e6.
88
SECRETOS DE LA I NVERSIÓN DE J UGADAS EN AJ EDREZ
Ahora, 10 dS i.b4! hace saltar el
centro blanco, tras 10 0-0 f6 11 exf6
!/l xf6 12 !/l e3 ltJ c6, con lo que las ne­
gras llegan a donde querían llegar.
Cuando se introduj o por primera vez
este orden, en una partida de 1 960 Ge­
ller-Korchnoi, las blancas se desorienta­
ron y quedaron peor tras 11 i. f4? ltJ c6
1 2 exf6 !/l xf6.
ALEKHINE, 4 ltJf3
Esto reporta dividendos en caso de 7
!/ld3? !/lxd3 8 'ifxd3 c5 (9 d5? dxe5 10
fxe5 'ifh4+ y ... 'ifxc4). Es mejor 7 ltJf3,
después de lo cual 7 . . . dxe5 8 fxe5 lb c6
9 i.d3 ? ! i.g4! es otra trampa. Pero des­
pués de 9 !/le3 ! !/le7, las blancas tienen po­
sibilidades razonables, bien el camino más
trillado, 10 !/le2 0-0 11 0-0 f6, bien con el
emprendedor avance 10 d5 ! ? (10 ... !/lb4
11 ltJd4 �g6 12 a3).
Puesto que 10 d5 requiere una prepa­
ración minuciosa por parte de las negras,
tal vez prefieran responder a 7 ltJ f3 dxeS
8 fxe5 con 8 !/le7!. Esto les permite al­
canzar la formación de los Cuatro Peo­
nes, de forma no traumática, tras 9 ile2
...
0-0.
Cuando las blancas responden a 1 e4 ltJf6
2 e5 ltJd5 con la más modesta 3 d4 d6 4 ltJt3,
el momento preciso de cambiar en d6 y e5
resulta crucial. Después, por ejemplo, de 4
i.g4, parece que las blancas buscan el mo­
mento oportuno de jugar exd6, ya que
... cxd6 les permite ganar espacio con d4-d5! .
Pero a l a inmediata 5 c4 ltJb6 6 exd6,
las negras pueden responder 6 ... exd6 ! ,
una satisfactoria versión d e l a Variante del
Cambio, que normalmente se ve después
de 4 c4 ltJb6 5 exd6 cxd6. Es más preciso 5
�e2 e6, y luego 6 c4 ltJb6 7 exd6, o bien 7
0-0 ile7 8 exd6.
Otra cuestión tiene que ver con h2-h3.
En la mayoría de los casos, las negras reti­
rarán su alfil sencillamente a h5. Pero 5
i.e2 e6 6 h3 es inoportuno, debido a 6
�xf3! 7 i.xf3 c6.
(Ver diagrama 154.)
...
•••
Las negras quieren crear un objetivo
en e5 (8 0-0 dxe5 9 dxe5 ltJ d7 10 'ife2
'ifc7), explotando el descuido de las blan­
cas, porque 8 c4 ltJb6 9 exd6 permite la fa­
vorable 9 ltJxc4! .
Si las blancas quieren cuestionar al al­
fil, un mejor orden es 6 0-0! i.e7 7 h3. Des­
pués de 7 !/lxf3 8 !ílxt3 c6 9 c4 ltJb6, las
negras pierden material, con 10 exd6 y 11
cS. La razón por la que las negras necesi•••
•••
APERTURAS SEMIABIERTAS
89
do, y 14 ... .,tg6 da tiempo a las blancas pa­
ra 15 lbd4!, y sus piezas dominaron des­
pués de 15 ... Af6 16 lb xc6 bxc6 17 'ii' x c6,
como en la partida A. Sokolov-Arzhen­
kov, Bar 2000 (17 ... � xb2 18 l:t adl 'it'a5
1 9 'ii' xd6 'ii' xa2 20 � f3 ht ac8 21 c5 ! a5
22 c6).
Una ramificación diferente del árbol 4
lbf3 es 4 g6. Hoy se considera lo mejor 5
�c4 lbb6. Pero la vieja 5 c6!? tiene un
nuevo uso gracias a la transposición. Des­
pués de 6 0-0, las blancas parecen entrar
en una buena Variante del Cambio, en vis­
ta de 6 i.. g7 7 exd6! exd6 8 l:t el+.
•••
•..
tan 8 ... c6 es que 8 ... dxe5 falla por 9 c4!
lb juega 10 .txb7.
Por otro lado, 7
.tfS permite a las
blancas ejecutar el plan de ganar espacio
en condiciones ideales. Por ejemplo: 8 c4
lbb6 9 lbc3 0-0 10 i.. e3 lbc6, y ahora 1 1
e x d6 c x d 6 1 2 d5 ! e x d 5 1 3 cxd5 ! lb e5
1 4 lb xe5 ! dxe5 15 'ii'b 3, con ventaja.
El principal beneficio de h2-h3 radica
en 7 .thS 8 c4 lbb6 9 lbc3 lb c6 10 exd6,
y ahora 10 cxd6 11 .te3 0-0 12 d5!. Esto
es muy bueno para las blancas, sobre todo
después de la natural 12 exdS 13 lb xdS
lb xd5 14 'ii' x dS.
••.
•••
•••
•..
...
Sin embargo, 6 dxeS! 7 lb xe5 .tg7 es
el orden de un taimado. Lo que ha sucedi­
do es que las negras han transpuesto a una
línea atribuida a Edwins Kengis. Normal­
mente se produce en el orden 4 lbf3 dxe5
5 lb xe5 g6 6 �c4 c6 7 0-0 .tg7. Las negras
han igualado. Por ej emplo: 8 c3 lb d7
9 lb xd7 ,t xd7 1 0 lb d2 0-0 ll lb f3 A e6
1 2 'ii'e2 lbc7 ! 13 ..tf4 .txc4 14 "ii' xc4 lbe6
15 .tes 'ii'd5, Sarbok-Carlsen, Gausdal 2003.
La clave del orden 4 ... g6 5 .tc4 c6 es
que las negras evitan alguna de las opcio­
nes del orden de Kengis, como (tras 4 lbf3
dxe5 5 lb xe5 g6) 6 c4 y 6 'ii'f3. Si a las ne­
gras les gusta la línea de Kengis, 4 . . . g6
•••
Si el alfil siguiese en g4, las negras esta­
rían bien con ... .tf6. Pero aquí está ataca-
90
SECRETOS DE LA I NVERSIÓN DE J U GADAS EN AJ EDREZ
5 �c4 c6 puede ser la forma más precisa
de llegar a ella.
Por último, está la línea 4 ll:\ f3 ll:\c6. La
reputación de esta línea descansa sobre los
últimos análisis de un gambito, 5 c4 ll:\ b6
6 e6 ! ? fxe6. Si las blancas no tienen con­
fianza en qué hacer a continuación, debe­
rían renunciar al mismo y optar por 6 ll:\c3.
Ahora 6
.ig4 (ó 6 ... dxeS 7 dS) 7
exd6 exd6 transpone a una Variante del
no supieran que 3 ll:\ c3 � a5 4 d4 ll:\ f6
5 ll:\ f3 ii.g4 6 h3! es claramente favorable
a su causa (6 ... .ihS 7 g4! �g6 8 ll:\ eS).
Hoy día, las negras suelen jugar 1 e4 dS
con ... �fS, para obtener una estructura ti­
po Caro-Kann, con juego más activo. Pero
se mantienen alerta ante la posibilidad de
jugar una mejor versión de ... .tg4. Por
ejemplo: 4 ll:\f3 ll:\f6 5 .ic4 c6.
•••
Cambio en la que las negras definieron de­
masiado pronto la posición de sus piezas
en el flanco de dama. Por ejemplo: 8 .ie2
�e7 9 d5 ! y 9 ... �xf3 10 i.xf3 ll:\eS 1 1
.te2 ll:\exc4? 1 2 �xc4 ll:\ xc4 1 3 'iVa4+, o
bien 1 1 . .. 0-0 12 b3 .if6 13 �b2 as 14 0-0,
con ventaja de espacio, Emms-Baburin, Is­
la de Man 1997.
Esta posibilidad no se produciría en
una Variante del Cambio normal (4 c4
ll:\b6 5 exd6 exd6 6 ll:\f3) si las negras tie­
nen cuidado. Por ejemplo: 6 ... .ie7 7 ll:\c3
0-0 8 .ie2 y 8 . ll:\c6 9 �e3 .ig4 ! .
..
DEFENSA ESCANDINAVA
Erase una vez un jugador que respondió a
1 e4 con 1 ... d5 2 exd5 °if xd5, sólo para sa­
lir "del libro", esperando que las blancas
Ahora, 6 0-0 i.g4! tiene las ventajas de
una Caro-Kann superior (7 d4 e6 8 J::t el
ll:\bd7).
Pero las negras son las que tienen ma­
yor probabilidad de ser cazadas en la Es­
candinava, aunque piensen que son las
cazadoras. Después de 4 ll:\f3, podrían caer
en la tentación de apoderarse del centro
con 4 ... eS. Pero en tal caso, 5 d4! las caza
en una desacreditada línea, que solía pro­
ducirse con 4 d4 eS? ! 5 ll:\f3 ! .
El mayor refinamiento d e l a Escandi­
nava comienza después de 4 d4 ll:\f6 5 ll:\f3
(o bien 4 ll:\f3 ll:\f6 5 d4). La jugada de es­
pera 5 ... c6 anticipa la idea estratégica más
peligrosa de las blancas, d4-d5, y evitan
trampas sobre la dama (6 ll:\eS lLJ bd7 7 ll:\c4
�c7 ! ) . La respuesta más corriente a 5 . c6
es 6 �c4, que permite alcanzar una for­
mación, tras 6 ... .tf5 7 i.d2 e6 8 'ife2
..
APERTURAS SEMIABIERTAS
�b4, en la que las blancas eligen entre 9
lt:ie5 y el enroque. Las dos jugadas a me­
nudo revierten: 9 lt:ie5 lt:ibd7 10 0-0-0 y 9
0-0-0 lt:ibd7 10 lb e5.
Pero la jugada más precisa de caballo
recorta las opciones negras. La simplifica­
dora 9 lt:ie5! lt:id5? es lamentable para las
negras (10 � xd5 ! cxd5 1 1 �b5 + ! �xb5
12 lt:ixbS .txd2+ 13 @xd2 lt:ia6 14 lt:id6+, ga­
nando ). La misma idea tiene éxito, sin em­
bargo, después de 9 0-0-0 lt:id5, en vista de
10 �xd5 cxd5 1 1 �b5+ lt:id7 ! (12 'ifxb7
l:t b8 13 'flc6 .ta3).
Las blancas también obtienen algunas
opciones adicionales de 9 lt:ie5 ! , como 9 ...
lt:ibd7 10 lt:i xd7 lt:i xd7 11 g4 .tg6 12 h4,
que ha resultado peligroso en las pocas
ocasiones que se ha producido en la prác­
tica.
La situación más peligrosa para las ne­
gras es cuando las blancas han jugado
pronto j.c4 y 'ii'e 2, con lo que está en el
aire la ruptura d4-d5 ! . Por ejemplo: 1 e4 d5
2 exd5 'it'xd5 3 lt:ic3 �a5 4 d4 lt:if6 5 �c4
c6 6 �d2 �f5 y ahora 7 �e2!, que permi­
te a los alfiles blancos hacerse los amos,
después de 7 ... e6 8 d5 ! cxd5 9 lt:i xd5 �d8
10 lt:i xf6+.
La mejor tentativa para explotar el or-
91
den de las blancas es 5 ... .tg4!?, antes que
5 ... c6.
Entonces, 6 lt:if3? lt:ic6! y 7 ... 0-0-0 con­
cede a las negras el esquema más agresivo
que pueden obtener en la Escandinava.
Por ejemplo: 7 �b5 0-0-0 8 �xc6 bxc6 9 0-0
e5 10 �d3 exd4 11 tt:ie2 �xf3 12 'ii' xf3
�d5, David-Kosteniuk, Dresde 1999.
En caso de 6 f3 .tf5 7 lt:ige2 e6, las ne­
gras tienen una posición segura. Por ejem­
plo: 8 � d2 ? � b 6 9 g4 .t g6 10 h4 h6
11 �b3 tt:ic6 ! 12 �e3 0-0-0 13 ¡vd2 �b4
14 0-0-0 lt:id5 15 .tf2 lt:ia5, con ventaja,
Movsesian-Kogan, Nova Gorica 2000.
ESCANDINAVA, 2 ... lt:if6
Si aspira a una gran ventaj a contra 1 e4 d5
2 exd5 lt:if6, tendrá que dominar las com­
plejas líneas 3 �b5+. Pero si lo que quiere
es un medio juego razonable, podrá aho­
rrar mucho tiempo de estudio con 3 c4. Lo
mejor para las negras es 3 ... c6 4 d4 cxd5,
transponiendo a un Ataque Panov de la Ca­
ro-Kann.
Si lo que busca es un término medio
entre ambas cosas, existen las opciones 3
d4 y 3 lt:if3. Después de 3 ... lt:i xd5, las ne­
gras elegirán entre dos planes básicos de
92
SECRETOS DE LA INVERSIÓN DE JUGADAS EN AJ EDREZ
desarrollo: ... g6/... �g7 y ... �g4/ ... e6. Con­
tra cualquiera de estos planes, las blancas
siguen con .te2, 0-0 y c2-c4.
La virtud de 3 tt:Jf3, y luego 3 lZJ xdS
4 d4, radica en evitar las versiones más
agudas del Gambito Portugués (3 d4
�g4! ?). Si las negras insisten en responder
a 3 tt:Jf3 con 3 .tg4, las blancas parecen
llevarse la palma con 4 �bS+!, en vista de
4 ... c6 5 dxc6 lZJ xc6 6 h3 .th5 7 .t xc6+
bxc6 8 d3 , o bien 4 . . . lZJ bd7 5 h3 � hS
6 tt:Jc3.
Un orden más sutil es 3 d4 lZJ x d S
.•.
.••
4 ..te2!?.
Esto impide 4 ... �g4 y transpone a la lí­
nea principal favorable a las blancas, tras 4
... g6 5 tt:Jf3. Puede que las negras prefieran
4 ... .tf5, sobre la base de que han induci­
do a las blancas a una de las líneas más
tranquilas de 3 .tbS+ (3 ... .td7 4 �e2 ! ?
lZJ xdS 5 d4 �fS).
Pero incluso aunque hayan sido "enga­
ñadas", las blancas siguen disfrutando de
buenas perspectivas después de 4 .tfS
5 tt:Jf3 e6 6 0-0 .te7 7 c4. Por ejemplo: 7 ...
tt:Jb4 8 tt:Ja3 lZJ8c6 9 .te3 0-0 10 �d2 �d7
1 1 l Hcl J::t fd8 12 tt:J b5 ! tt:J a6 1 3 a3 �e8
14 l:t dl , Van der Weide-Buschke, Senden
2006.
•..
DEFENSA MODERNA
Las negras a menudo juegan 1 . . . g6 y 2
. . . � g7 como una especie de reconoci­
miento del terreno. Esperan a que las
blancas muestren sus cartas, antes de
decidir si transponer a una Defensa Pire,
con ... tt:J f6.
Esto tiene sentido cuando, por ejem­
plo, las blancas han entregado su más peli­
grosa arma anti-Pire, con un rápido
i.e3-h6xg7. Es cuestión de gustos después
de 1 e4 g6 2 d4 �g7 3 tt:Jc3 d6 4 f4, que las
negras elijan entre transponer al Ataque
Austriaco de la Pire (4 ... tt:Jf6) o mantener­
se en la Defensa Moderna, con 4 ... c6, 4 ...
tt:Jc6 ó 4 ... a6.
Pero la opción de la Pire pronto se aca­
ba. Después de 4 f4 c6 5 tt:Jf3 tt:Jf6?.
Ésta es una mala versión de la Pire,
porque ... c6 no encaja con la línea 6 ..t d3
0-0 7 0-0 bS 8 e S ! d x e S 9 fx e S lZJ dS
10 lZJ xdS �xdS 11 a4.
Las negras quedaron claramente peor
tras 1 1 . . . c5 12 1ii' e2 ! .1 b7 13 c4 b x c4
1 4 �xc4 1li'd8 15 e6, como en la partida
Ghinda-Bogdan, Campeonato de Ruma­
nía 1997, que podemos considerar un caso
en el que un adepto a la Moderna se en-
APERTU RAS SEMIABIERTAS
contró en una Pire con la que no estaba fa­
miliarizado.
Las blancas deben tomar una decisión
clave en la cuarta jugada de la Moderna.
Supongamos que quieren desarrollar su
alfil de rey por g2. El fianchetto se ejecuta
gradualmente en la Pire (1 e4 d6 2 d4 lt:Jf6
3 lt:Jc3 g6 4 g3), pero puede impedirse en la
Moderna, 1 e4 g6 2 d4 .tg7 3 lt:Jc3 d6 4 g3
lt:Jc6!. En tal caso, si 5 lt:Jge2? i.g4 ! , 5 dS
lt:J d4 y 5 .te3 cS no son los tipos de posi­
ción que las blancas buscan cuando juegan
g2-g3.
93
3 lt:Jc3 g6), las blancas han logrado algún
éxito con 4 Ac4 i.g7 5 'ife2. Pero en la
Moderna, 4 .tc4 se enfrenta a 4 tt:Jc6!?.
Ahora 5 d5 es incoherente y a otras juga­
das las negras pueden pasar a una agrada­
ble Pire, como 5 lt:Jf3 lt:Jf6 6 0-0 .tg4, o
bien 5 �e3 lt:Jf6 6 f3 0-0 7 lt:Jge2 eS.
La moraleja es que las blancas necesi­
tan lt:Jc3 en el orden de jugadas Pire para
defender e4, pero que deberían diferirlo
en la Moderna, si quieren disponer de la
opción de responder a ... lt:Jc6 y/o ... .tg4
con c2-c3 ! . El orden favorable es 3 lt:Jf3, y
después de 3 ... d6, 4 .tc4 lt:Jf6 5 'if e2.
También es gratificante jugar 3 lt:Jt3 d6
4 i.e2! antes de lt:J c3, con lo que las blan­
cas buscan el esquema clásico, pues 4
lt:Jf6 5 lt:J c3 transpone a una Pire muy vista.
•••
•••
Por ejemplo: 5 d5 lt:Jd4 6 lt:Jbl!?, para
encerrar al caballo, conduce a un juego de
doble filo como 6 ... c6 7 c3 lt:JbS 8 .tg2
cxdS 9 exdS lt:J c7 10 lt:J e2 lt:J f6 1 1 0-0 0-0
12 c4 bS ! , Raetsky-Sakaev, San Petersbur­
go 1999.
Las blancas deberían optar por la más
precisa 4 lt:Jge2!. Después de 4 tt:Jf6 5 g3,
consiguen la deseada posición de la Pire. Si
las negras insisten en jugar 4 ... lt:J c6, las
blancas ganan espacio con 5 dS ! lt:JeS 6 f4
y .te3/lt:J d4 les da una posición mucho
mejor que la que normalmente obtienen
en la variante g2-g3.
Las lmeas con i.c4 cuentan una histo­
ria similar. En la Pire (1 e4 d6 2 d4 lt:J f6
•••
Esto evita algunas lmeas marginales,
como 4 lt:Jc3 .tg4, ó 4 ... a6. Por el contra­
rio, 4 � e2 .t g4 5 h3 .t xf3 6 ..t xf3 lt:J c6
7 c3 e5 8 d x eS es favorable a los alfiles
blancos. Al diferir lt:J c3, las blancas tam­
bién disuaden a su rival de jugar ... a6/... b5,
porque no hay un caballo atacable con el
avance ... b4.
Además de la transición Moderna/Pire,
las negras también pueden �ntentar la
transición Moderna/Dragón, intercalan-
94
SECRETOS DE LA INVERSIÓN DE J UGADAS EN AJ EDREZ
do . . . c5 . Por ej emplo: 1 e4 g6 2 d4 ..t g7
3 tt:l c3 y 3 . . . c5, que busca un Dragón
Acelerado ( 4 tt:lf3 cxd4 5 ttJ xd4 tt:l c6) , sin
tener que preocuparse por la Formación
Maróczy.
En la práctica, han tenido éxito en un
tercio de las ocasiones, porque los jugado­
res 1 e4 normalmente evitan la Benoni
Schmid, 4 d5, y tienen dudas acerca de 4
dxc5 ! ? .
DEFENSA MODERNA, 3 ... c6
Las negras deberían transponer con 4
d6! 5 ii. e2 tt:lf6 a una línea principal de la
agudas de la Pire, basadas en f2-f2 y/o
..tgS .
El test más duro para 3 ... c6 es 4 f4. En­
tonces, 4 ... d6 5 tt:lf3 tt:lf6? es una mala
Pire, como antes se ha dicho, y 5 ... �g4 es
una Moderna un tanto dudosa. Las negras
suelen preferir 4 ... dS, buscando una Va­
riante Gurgenidze.
Hay varias rutas hacia una formación
Gurgenidze, entre ellas 1 e4 g6 2 d4 ii.g7
3 tt:lc3 c6 4 f4 'iVb6!? 5 tt:lf3 d5 y ahora 6 e5!,
puesto que 6 exdS ii.g4 ! aseguraría a las
negras una buena compensación por el
peón entregado.
¿Cuál es la mejor ruta hacia esta for­
mación? Lo único que parece cierto es que
las negras deberían evitar 1 e4 c6 2 d4 dS
3 tt:lc3 g6, si quieren entrar realmente en
una Gurgenidze. Las blancas tienen dema­
siadas buenas alternativas a 4 eS y 5 f4, co­
mo 3 cxdS y 3 eS.
Observe que las blancas pueden disua­
dir a su rival de una Gurgenidze, después
de 1 e4 g6 2 d4 �g7, mediante 3 f4.
(Ver diagrama 166.)
Pire, que normalmente se plantea en el or­
den 1 e4 d6 2 d4 tt:lf6 3 tt:lc3 g6 4 tt:lf3 � g7
5 �e2 0-0 6 0-0 c6 y se consideraba perfec­
tamente equilibrada. Gracias al orden 3 ...
c6, las negras han eludido las líneas más
Ahora 3 c6 4 tt:lf3 d5 5 e5. A diferen­
cia de la Gurgenidze normal (en la que el
caballo está situado en c3), las blancas
pueden aquí reforzar el centro con c2-c3.
Cuando las negras juegan ... c6 antes de
... d6, crean problemas a las blancas, que
después de 1 e4 g6 2 d4 ii. g7 3 tt:lc3 d6, du­
dan entre una jugada del alfil dama o un
fianchetto de alfil rey. Por ejemplo: 4 � gS
es razonable después de 3 . . . d6, pero des­
pués de 3 . . . c6 es un dudoso gambito, 4
�gS �b6! .
E n caso d e 3 c 6 4 g 3 provoca 4
d5! , cuando el alfil blanco se estrella
contra un muro. Por ejemplo : 5 exdS
cxdS 6 .i g2 tt:l f6 7 tt:l ge2 0-0 8 0-0 tt:l c6
9 h3 b6 10 ii. gS e6 y . . . ii. a6 , como en la
partida Ambrus-Eliseev, San Petersbur­
go 2002.
Pero ... dS y ... �b6 no son las únicas
ideas subyacentes en 3 ... c6. Las blancas
deben tener cuidado para no caer en una
Pire con la que no están familirizadas, si las
negras siguen con ... d6 y ... tt:lf6. Por ejem­
plo: 4 tt:lf3.
(Ver diagrama 165.)
•••
•••
..•
..•
APERTU RAS SEMIABIERTAS
Y en caso de 3 . . . d6 4 tll f3 , las blancas tie­
nen una prometedora Pire. "Después de 3
f4, me sentí como un hombre roto", dijo en
una ocasión Julian Hodgson al enfrentarse
a dicha jugada.
No obstante, las negras tienen una bue­
na respuesta: 3 ... c5!, que aquí da resulta­
do porque 4 c3? no refuerza el centro
eficazmente (4 ... cxd4 5 cxd4 '/:!Vb6 ! ) .
DEFENSA PIRC
El orden estándar de la Pire es 1 e4 d6 2 d4
tll f6. Como el peón e está atacado, las
blancas están prácticamente limitadas a 3
�d3, 3 tll d2, 3 f3 o la línea principal, 3
tll c3.
Las dos primeras jugadas tratan de al­
canzar el tranquilo sistema de Efim Geller
en la Defensa Moderna (1 e4 g6 2 d4 �g7
3 c3 d6 4 tll f3 y �d3/tll bd2). Si lo consi­
guen, habrán logrado una pequeña victo­
ria moral, pues los jugadores de la Pire a
menudo se sienten incómodos en las lí­
neas de la Moderna.
A 3 �d3, las negras pueden evitar el
sistema Geller, con 3 e5. Después de 4
c3, 4 d5!? es la forma activa de obstacu­
lizar el plan de las blancas, mientras que la
forma sólida es 4 ... tll c6 5 tll f3 .
•••
•••
95
¿Qué bando está aquí más cómodo? El
jugador Pire amante de la táctica aguda,
puede no gustarle defenderse en una
seudo-Ruy López, con 5 ... � e7 6 h3 0-0
7 tll bd2. Pero las blancas pueden encon­
trarse, después de 5 ... i.g4 6 d5 tll e7 7 c4,
en una India Antigua, favorable, desde lue­
go, pero que tal vez no convenga a un ju­
gador de 1 e4.
Las negras también pueden responder
a 3 �d3 ó 3 tll d2 con una Philidor, me­
diante ... tll b d7, como en la línea 3 tll d2 e5
4 c3 i.. e7 5 tll gf3 tll bd7. El esquema blan­
co es tan pasivo que su ventaja normal­
mente desaparece hacia la jugada 12. Por
ej emplo: 6 i.. e 2 0-0 7 0-0 c6 8 � el '/:!Vc7
9 .tfl l:! e8 10 '/:!Vc2 .tf8 1 1 b4 d5 ! , y las ne­
gras pronto quedaron mejor (12 dxe5
tll xe5 13 tll xe5 '/:!Vxe5 14 tll f3 '/:!Vh5 15 e5
i.. f5), Rublevsky-Azmajparashvili, Inter­
net 2004.
Con 3 f3, las blancas indican que de­
sean jugar una India de Rey, Ataque
Samisch. Un ejemplo de lo que puede su­
ceder a un fuerte GM que le gusta la Pire,
con negras, pero no la India de Rey, lo te­
nemos en la partida A. Rodríguez-Kuz­
min, Minsk 1982: 3 ... g6 4 c4! i.. g7 5 tll c3
tll c6 6 tll ge2 0-0 7 �e3 a6 8 tll cl e5 9 d5
tll d4 10 tll b3 c5? ! 1 1 dxc6 bxc6 12 tll xd4
96
SECRETOS DE LA I NVERSIÓN DE JUGADAS EN AJE D R EZ
exd4 13 .txd4 : b8 14 'iYd2 'iVaS? lS l:l c
l:t d8 1 6 .te2 .te6 1 7 0-0 'iYb4 1 8 b3, y las
blancas ganaron.
Las negras pueden tratar de evitar ese
destino, con 3 ... e5. De esta forma están
proponiendo a las blancas un final, con
una ventaja minúscula, 4 dxeS dxeS S
'iVxd8+, pero 4 llJe2!, seguido de S c4 y 6
llJbc3 conduce igualmente al Samisch.
Si las blancas juegan la convencional 3
llJc3, después de 1 e4 d6 2 d4 llJ f6 , las ne­
gras tienen una alternativa a 3 ... g6, en 3
c6, un sistema elaborado por el maestro de
Omsk, Anatoli Ufimtsev.
... g6? ! S llJf3), ni la Philidor (4 ... llJbd7,? !
S llJf3) son lo bastante activas. Ufimtsev
prefería 4 �a5!, que disfrutó de cierta
popularidad en los años ochenta, pero que
sigue siendo un tanto sospechosa.
El punto de partida de la mayoría de
las defensas Pire es 3 llJc3 g6. Las negras
buscan la ocasión de atacar el centro con
... cS. Por ejemplo: 1 e4 d6 2 d4 tLlf6 3 lLl c3
g6 4 tLlf3 .tg7 5 ..te2 c5.
•••
•.•
Las negras esperan. Después de 4 llJf3
o 4 g3 , pueden plantear una versión tenue
de la Pire, con 4 ... g6. Pero si las blancas
juegan 4 .tgS, entonces 4 llJ bd7 y S ...
eS/ ... il.e7 ! es una buena Philidor, porque
el alfil dama blanco está mal situado.
En caso de S f4 'iVaS 6 'iVd2 bS ! , las ne­
gras obtienen un contrajuego más rápido
que en una Pire normal, porque no han
gastado tiempos en ... g6/ ... .tg7. Por ejem­
plo: 7 .td3 tLlb6 8 llJf3 b4 9 tLldl dS ! 10 eS
llJe4, como en la partida Wells-Hodgson,
Edimburgo 1989.
La verdadera prueba para el orden de
Ufimtsev es 4 f4!. En tal caso, ni la Pire (4
•••
Después d e 6 0-0 c x d4 7 lLl xd4 0-0, han
transpuesto a una Dragón Clásica. Si 6 d5
0-0, es una Benoni Schmid, pero una Schmid
en la que las blancas se han visto privadas
de la útil jugada ..tbS+ ! .
L a j ustificación táctica e s 6 dxc5
'1Wa5!, con buen juego. Esto explica por
qué S . . . cS es mejor que S . .. 0-0 6 0-0 cS
7 dxcS dxcS, que se considera favorable
a las blancas, después de 8 'it'xd8 y 9
.te3.
La línea más peligrosa de la Pire es 4
f4 y la continuación habitual en tal caso
es 4 �g7 5 llJf3 0-0 6 .td3. Las negras
pueden tratar de evitarlo con s . . . es
6 dxcS 'iVaS y 7 ... 'ir'xcS , ya que 7 exd6?
permite un fuerte 7 ... llJ xe4. Pero las
blancas pueden alterar el orden, con 4 f4
�g7 5 .td3! ?
...
APERTU RAS SEMIABIERTAS
Esto evita 5 ... c5 6 dxcS 'i!i'aS, porque
e4 ya está protegido (7 cxd6 ! ) . Tampoco es
bueno 6 ... dxcS 7 eS (7 ... ltJdS? 8 AbS+ ).
Si, en cambio, las negras juegan 5 ... 0-0, las
blancas transponen a la línea principal, con
6 ltJ f3 ! . El inconveniente puede estar en
las opciones extra de que disfrutan las ne­
gras tras S ..td3, como 5 ... ltJc6 6 d5 l2ib4
o 6 ltJf3 �g4. Pero no ha habido mucha
experiencia práctica con estas líneas para
que podamos pronunciarnos sobre las mis­
mas.
Otro refinamiento, esta vez por parte
de las negras, se produce con 4 f4 ..t g 7
5 l2it3 ltJa6!?. Parece una oferta de trans­
posición, después de 6 Ad3 0-0, a una va­
riante que discurre así: 4 f4 Ag7 S tt::l f3 0-0
6 .td3 tt::l a6, y se considera favorable a las
blancas tras 7 0-0 cS 8 dS y f4-fS.
Pero las negras disponen de la opción
adicional 6 Ad3 c5!?
(Ver diagrama 171 .)
La idea es 7 d5 �g4 8 0-0 tt::l d7, o bien
7 ... 'i!i'c7 y ... c4, cuando su contrajuego es
más rápido de lo habitual. Por ejemplo: 7
d5 'i!i'c7 8 'i!i'e2 0-0 9 a3 e6! 10 dxe6 Axe6,
Bareev-Christiansen, Biel 1991 , partida
que siguió con 11 .tc4 l:. ae8 12 0-0 Axc4
13 'i!i'xc6 'i!i'c6! 14 eS ltJg4, con buen juego.
97
Las únicas pegas de S . . . tt::l a6 son 6 eS y
6 �c4 0-0 7 eS. Pero, una vez más, la expe­
riencia con estas jugadas es escasa.
DEFENSA CARO-KANN
La Caro-Kann contiene trampas de trans­
posición incluso después de la supertran­
quila 1 e4 c6 2 d3. Si el juego continúa con
2 ... d5 3 tt::l d2 ltJd7 4 tt::l gf3.
Aprendimos de una famosa partida
Smyslov-Tal, que 4 ... e5? fallaba por 5 d4!,
que es favorable a las blancas. También po­
demos ver que 4 ... tt::l gf6 5 e5! es una De­
fensa Francesa mejor de lo habitual (S ...
tt::l g4 6 d4 e6 7 tt::l b3).
98
SECRETOS DE LA INVERSIÓN DE JUGADAS EN AJ EDREZ
Si las negras preparan ... ll:Jgf6 con 4
'Wic7, las blancas juegan 5 exdS! cxdS 6 d4,
con una forma favorable de la viej a Va­
riante del Cambio en la Caro-Kann. Por
ejemplo: 6 ... e6 7 .td3 ll:Je7 8 0-0 g6 9 l:t el
�g7 10 ll:Jfl ll:Jc6 1 1 c3 0-0 12 .tgS, y la
partida Tiviakov-Dreev, Gotemburgo 2005,
continuó con 12 ... e5 13 ll:Je3 ! lbb6 14 dxe5
lb xe5 15 .tf4 lb xf3+ 16 'Wixf3 'Wic617 lbc2
y ll:Jd4, con clara superioridad.
El camino más seguro hacia la igual­
dad, después de 2 d3 , es 2 ... dS 3 lb d2 eS
4 ll:Jgf3 �d6! (no 4 ... ll:Jd7? 5 d4! , que trans­
pone a la partida Tal-Smyslov) . Entonces,
5 d4 se parece a una Francesa Tarrasch,
después de 5 .. exd4! 6 exdS cxdS.
•••
mejor para las negras de lo usual, porque
no es posible 7 .tc4.
Sin embargo, hay una razón de mayor
peso para jugar 3 ll:Jd2. Las blancas pue­
den responder a 3 ... g6 con 4 c3, como de­
mostró Anatoli Karpov en una partida de
1990 contra Deep Thought, que siguió con
4 ... .tg7 5 eS! f6 6 f4, con ventaja blanca.
El inconveniente de 3 ll:Jd2 es que el
peón d no está protegido, después de 3 ...
'Wib6
.
.
Pero las negras tienen un tiempo
( ... .td6) por delante de la versión de la Ta­
rrasch, 1 e4 e6 2 d4 d5 3 ll:Jd2 c5 4 exd5
exd5 5 lbgf3 cxd4, y deberían poder igua­
lar.
A menudo verá que los grandes maes­
tros juegan 1 e4 c6 2 d4 dS 3 ll:Jd2 para
transponer a las líneas principales, después
de 3 . . . dxe4 4 ll:J xe4. Este orden descarta
la oscura continuación 3 lbc3 b5, que pue­
de conducir a una versión de la Caro­
Kann con ... exf6, después de 4 a3 dxe4 5
lb xe4 lbf6 6 lb xf6+ exf6, que podría ser
Entonces, 4 lbgf3 .tg4 facilita conside­
rablemente el juego de las negras. Las
blancas deberían jugar aquí 4 c3, y después
de 4 ... dxe4 5 lbxe4 .tfS 6 ll:Jg3 .tg6, se
llega a una línea principal de la Caro­
Kann, pero con las jugadas añadidas
... 'Wib6 y c2-c3. Esto dificulta que las blan­
cas desarrollen su alfil dama sin dejar col­
gado el peón de b2. Sin embargo, 7 h4 h6
8 ll:Jh3 puede hacer que c2-c3 resulte más
útil que . . . 'Wib6. Por ej emplo: 8 . . . ll:J d7
9 lbf4 �h7 10 .tc4 e6 1 1 'Wie2, Lanc-Pe­
dersen, Trnava 1985.
CARO-KANN, DOS CABALLOS
El orden 1 e4 c6 2 ll:Jc3 d5 3 ll:Jf3 transpone
a las líneas principales (3 d4), después de 3
APERTURAS SEMIABI E RTAS
.. : dxe4 4 lll xe4 lll d7 S d4, o bien 4 ... tll f6
S tll xf6+ y 6 d4. Sin embargo, hay dos
trampas para el j ugador imprudente.
Una de ellas es muy conocida, 3 dx e4
4 lll xe4 Af5 5 lll g3 �g6?, en cuyo caso las
blancas explotan su jugada extra de caba­
llo con 6 h4 h6 7 lll e5! � h 7 8 'if h5 g6
9 � c4. La otra se plantea con 4 tll d7
5 �c4 lll gf6 6 lll e g5 e6 7 'ife2, y no se cono­
ció hasta 19S2, en gran parte debido a que
la jugada de Aaron Nimzovich, 4 ... lll d 7,
no se jugaba mucho antes de esa fecha.
.•.
99
mantener libre la casilla f6. Por ejemplo: 6
d3 lll d7 7 �d2 �es 8 'i!Vg3 'i!Vf6 ! , Cherni­
shov-Lastin, Voronezh 2006.
La clave principal de 5 ... e6 se pone de
manifiesto tras 6 d4 lll f6!
...
Los libros solían descartar esta jugada,
citando una partida de 19Sl que siguió con
7 �d3 �e7 8 eS lll fd7 9 'i!Vg3, con un ata­
que fácil. Pero las negras pueden mejorar
su j uego con 7
dxe4! 8 lll xe4 lll xe4
9 'if x e4 lll d7. Por ej emplo: 1 0 c3 lll f6
11 'i!Ve2 'i!VdS iguala tras 12 0-0 �d6 13 l:t el
0-0 14 �c4 'i!VaS lS �d2 l:tfe8 16 l:t adl
.l:!. ad8 17 �el 'i!VhS ! , Krai-Kamsky, Cam­
peonato de EEUU 2004.
Si las blancas aspiran a más, después de
S ... e6 6 d4 tll f6, deberían probar jugadas
tipo Francesa, como 7 eS ó 7 �gS, pero
con su alfil dama cambiado, sería una bue­
na Francesa para las negras.
Entretanto, 4 �h5 (después de 1 e4
c6 2 lll c3 dS 3 lll f3 �g4 4 h3) ha sido pro­
fundamente analizado, empezando por S
g4 �g6 6 exd5 cxd5 7 �bS+. Cuando al­
guien juega 4 ... �h5, normalmente se está
jactando de que su memoria es mejor que
la de usted.
La higiene mental alternativa es 5 d4
...
Si se hubiese jugado d2-d4 (en lugar de
lll f3 ), las negras tendrían un juego sólido
con 7
lll b6. Pero aquí perderían un
peón, por 8 lll e5!, y las negras deben acep­
tar una ligera inferioridad, con 7 ... lll d S.
...
La línea principal de la Variante Dos
Caballos es 1 e4 c6 2 lll c3 d5 3 lll f3 .ig4, y
ahora 4 h3 �xf3 5 'i!Vxf3. En los años cin­
cuenta, las negras jugaban S ... e6 hasta que
descubrieron que 6 d4 dxe4 7 lll xe4! era
un gambito correcto. Por ejemplo: 7 ...
�xd4 8 �d3 tll f6 9 c3 'ifd8 10 0-0 y l::t dl .
En consecuencia, adoptaron S ... lll f6, por­
que 6 d4 es ahora incorrecto: 6 . . . dxe4
7 lll xe4 'ifxd4 ! .
Pero Karpov h a jugado exclusivamen­
te S ... e6, entre cuyas ventajas se cuenta el
...
e6 6 Ad3.
SECRETOS DE LA INVERSIÓN DE JUGADAS EN AJ EDREZ
1 00
La idea de las blancas es que 6 dxe4
7 l2J xe4 i.xf3 8 ¡fxf3 ¡f xd4 9 0-0 es una
versión superior del gambito 4 . . . i. xf3
5 ¡f xf3 e6 6 d4.
Las negras probablemente deberían
declinar la oferta, con 6 l2Jf6, y después
de 7 e5 l2Jfd7 8 g4 �g6 9 �xg6 y 10 l2Je2,
las posibilidades son mutuas (Short-Jalif­
man, Mérida 2001).
•••
•.•
ATAQUE PANOV
La variante de Vassili Panov, 1 e4 c6 2 d4
d5 3 exd5 cxd5 4 c4, se convierte en un
Gambito de Dama Aceptado, en caso de
... dxc4. Pero una versión ligeramente infe­
rior, y las negras deberían postergar
. . . dxc4, aun a costa de que las blancas
creen una favorable cuña de peones, con
el avance c4-c5. Una posibilidad es 4
•••
l2Jc6?!
permite un molesto l2Jc3. Por ejemplo: 6 ...
e5 7 l2J c3 �b4 8 �d2 �xc3 9 � xc3, con
ventaja.
Más habitual es 4 l2Jf6 5 l2J c3, y en tal
caso una línea clave comienza por 5 l2Jc6
6 � g5 e6. Ahora, 7 c5 � e7 8 .t b5 0-0
9 �xc6! bxc6 10 l2Jf3 amenaza 'i!Va4/l2Jf3-e5
y concede a las blancas una versión ideal
de la formación Panov. Por ejemplo: 10 ...
l2Jd7 1 1 Ji.xe7 ¡fxe7 12 0-0 e5 13 l2J xe5
l2J xe5 14 dxe5 ¡vxe5 15 l:t el 'iYf6 16 ¡fd2
l:t b8 17 b4 (18 ... f! xb4? 19 l2J xd5), Rath Brinck-Claussen, Vejle 1974.
Desde que el Ataque Panov empezó a
atentar contra la salud de la Caro-Kann,
hace más de setenta años, las negras han
encontrado diversas formas de evitarlo,
como 6 ... ¡fa5, 6 ... �e6 y 6 ... e6 7 c5 �e7
8 �b5 .td7 ! . Por esta razón, las blancas
suelen preferir 6 l2Jf3 a 6 .tg5.
(Ver diagrama 179.)
•••
•••
(Ver diagrama 178.)
Si ahora 6 e6?, 7 c5! es bueno para
sus intereses. Por ejemplo: 7 ... �e7 8 �b5
0-0 9 0-0 y 9 ... l2Je4 10 .txc6 l2J xc3 11 bxc3
bxc6 12 'iYa4. Pero 6 ... .tg4 logra una fácil
igualdad, después de 7 Ae2? e6 8 c5 l2Je4.
En lugar de 7 �e2?, la mejor respuesta de
las blancas a 6
� g4 es 7 cxd5 l2J xd5
8 ¡fb3, que conduce a un final algo supe.•.
Ahora, 5 l2Jf3 �g4 6 l2Jc3 l2Jf6 transpo­
ne a una línea principal del Ataque Panov.
Pero el inconveniente es 5 cxd5! ¡f xd5
6 l2Jf3. Resulta que hemos aparcado en
una Siciliana Alapin (1 e4 c5 2 c3 d5 3 exd5
¡fxd5 4 d4 l2Jc6 5 l2Jf3 cxd4? ! 6 cxd4) en la
que el temprano cambio de los peones e
•••
APERTU RAS SEMIAB I E RTAS
1 01
Es mejor 6 � e7! , y ahora puede se­
guir 7 ll:lf3 0-0. Si 8 �d3, ha llegado el mo­
mento de jugar 8 ... dxc4! 9 .txc4 a6,
porque esto da lugar a un buen Gambito
de Dama Aceptado para las negras. Por
ejemplo: 10 0-0 b5 1 1 .tb3 �b7 12 l:t el
ll:lc6 13 a3 l:t c8, o bien 1 1 �d3 �b7 12
¡ve2 ll:lc6 13 l:t adl ll:lb4 14 Abl ll:lbd5.
En lugar de 6 �g5, las blancas pueden
intentar 6 c5 �e7 7 �b5+. Pero si el juga­
dor con negras está alerta, verá que 7 ...
ll:lc6? conduce a la posición con 8 ll:lf3, y
optará por 7 ... �d7 ! 8 j:,xd7+ ¡vxd7 9
ll:lf3 ll:lc6. Además de 6 Ag5 ó 6 c5, las
blancas pueden considerar el cambio de
peones en d5. Pero la inmediata 6 cxd5
ll:l xd5 7 ,td3 .tb4! ha obtenido buenos
resultados prácticos para las negras.
La alternativa 6 ll:lf3 tiene sentido, ya
que 6 ... ll:lc6 de nuevo es impreciso (7 c5 ! )
y 6 ... �b4 7 Ad3 dxc4 8 j:,xc4 concede a
las blancas un buen Gambito de Dama
Aceptado que, en realidad, es una Nim­
zoindia.
Pero la clave principal es que contra 6
•••
rior, que se hizo famoso a raíz de la victo­
ria de Bobby Fischer sobre Max Euwe (8 ...
.txf3 9 gxf3 e6 10 ¡vxb7 ll:l xd4 1 1 �b5+
ll:l xb5 12 ¡vc6+ ! @e7 13 ¡vxb5 ll:l xc3 14
bxc3 ¡vds ó 14 ... ¡vd7).
É sta es una lmea importante, porque
las blancas pueden plantearla en diversos
órdenes y porque la inferioridad de las ne­
gras es tan ligera que éstas a menudo cola­
boran.
Otra estrategia de las negras es enrocar
rápidamente tras 4 c4 ll:lf6 5 ll:lc3 y 5 ... e6.
Ahora, a 6 .tg5.
Las blancas pueden transponer, 6 ll:lc6
7 c5, para llegar a la posición 4 c4 ll:l f6
.••
5 ll:lc3 ll:lc6 antes mencionada.
•
.. i.. e7
.. .las blancas pueden jugar 7 cxd5! ll:l xd5,
sin tener que defender c3, en comparación
con 6 cxd5 ll:l xd5 7 .td3 .tb4. Ahora, con
SECRETOS DE LA I NVERSIÓN DE JUGADAS EN AJEDREZ
1 02
PANOV ACELERADO
8 .td3 u 8 .tc4 consiguen una ligera ven­
taja.
Si las negras retoman en d5 de peón (7
cxd5 exd5), quedan con la peor parte de
una posición simétrica, después de 8
.tb5+! .td7 (8 . . tbc6 9 tb e5) 9 'ifb3 tb c6
10 0-0, o bien 9 .t xb5 10 � xb5+ �d7
.
...
11 tbe5.
Cuando las blancas no juegan 4 c4,
después de 1 e4 c6 2 d4 d5 3 exd5 cxd5,
las dificultades de las negras se centran,
sobre todo, en el problema de su alfil da­
ma. Las blancas juegan, normalmente, 4
�d3, que impide ... �f5 y hace que ... �g4
sea problemático. Después de 4 . . . tb c6
5 c3, el primer jugador tiene una buena
posición.
Las negras pueden ver la luz si su rival
juega 4 c3.
Con 2 c4, las blancas tratan de plantear un
Ataque Panov en el que las negras no pue­
den mantener un peón en d5, ni tampoco
alcanzar la relativa seguridad del final Fis­
cher-Euwe.
En lugar de ello, las negras a menudo
asumen un medio juego ligeramente peor,
con peón d aislado, como en el caso de 2
•.•
d5 3 exd5 cxd5 4 cxd5! tbf6 5 tbc3 tb xd5.
Ahora, 6 .tc4 ttJb6 7 �b3 tbc6 8 ttJf3
6 ttJ f3 ttJ c6 7 .t b5 e6 8 0-0 .t e7
9 d4 son líneas prometeras para las blan­
cas, que gracias a este orden de jugadas,
han evitado 6 d4 tbc6 7 tbf3 �g4 ! , la va­
riante del final.
Las blancas obtienen también opcio­
nes adicionales, relacionadas con molestos
j aques, 5 .tb5+ y 5 'ii' a4+, con posiciones
que la teoría considera difíciles para las
negras.
Las negras pueden evitar estos proble­
mas respondiendo a 2 c4 d5 3 exd5 con 3
ttJf6!. Ahora, 4 dxc6 tb xc6 es un gambito
correcto, más conocido por la Defensa Es­
candinava ( 1 e4 d5 2 exd5 tb f6 3 c4 c6
4 dxc6 tb xc6, y ahora 5 d3 e5 6 tb c3 .tf5
7 ttJf3 �b4 8 .te2 e4! ) .
y 9 d4, o
Esta jugada parece negligente, debido
a 4 .tf5. Pero la idea (o la trampa) se
pone de relieve con 5 �b3!, atacando b7
y d5. Después de 5 . . . b6? 6 .tb5+ ó 5 ...
�d7 6 tb f3 tb c6 7 �b5 ! y tb e5 , las negras
están claramente peor. Pero si se mantie­
nen alerta, comprenderán que tras 4
tb c6 las blancas no tienen nada mejor
que 5 .td3, transponiendo a la línea prin­
cipal.
••.
.••
••.
APE;RTU RAS SEMIABIERTAS
Si las blancas impiden 4 ... cxd5 con 4
'iVa4, las negras pueden ofrecer otro peón,
4 ... e6! 5 dxe6 �c5! 6 ext7+ @ xt7, o bien
6 lt::i f3 lt::i g4 7 d4 � x d4 8 lb xd4 'iV x d4
9 'iVc2 lt::i a6, como en la partida Hübner­
1 03
bro de 1983 sobre la Defensa Francesa.
Svetozar Gligoric, por su parte, escribió
que la mej or respuesta a 3 0, c3 dxe4
4 0, xe4 0, d7 es 5 0,f3 0,gf6.
Luther, Sauerbrücken 2002.
Es más preciso 3 cxd5!
En tal caso, 3 ... lt::i f6 4 dxc6 lt::i xc6 es
menos correcto ( 5 0, c3 e5 6 0, f3 !Ji. c5
7 !1i.b5).
Las negras pueden evitar todo esto res­
pondiendo a 2 c4 con 2 ... e5, con lo que
asumen que un jugador de 1 e4 no está psi­
cológicamente preparado para jugar una
India Antigua (3 0,f3 d6 4 d4 0,bd7).
DEFENSA FRANCESA
Las variantes de la Defensa Francesa (1 e4
e6) en que se producen más transposicio­
nes son la Rubinstein (2 d4 d5 3 0,c3 dxe4
o 3 0, d2 dx e4) y la Bum (3 0, c3 0, f6
4 !1i.g5 dxe4), algo que a las blancas pare­
cía no importarles, porque se asumía que
quedan mejor en cualquier caso.
"La práctica ha demostrado que las po­
sibilidades de las blancas son algo mejores
y ahora esta defensa es rara", dijo Alexei
Suetin de la Variante Rubinstein en su li-
En tal caso, "6 !1i.g5 ! " consigue una
buena Burn, dijo, puesto que 6 . . . c5? per­
mite 7 dxc5 0, xc5? 8 'iVxd8+ y 9 0, xf6.
Pero hoy día muchos grandes maestros
desconfían de 6 !1i.g5, debido a que tanto
6 . . . h6 como 6 . . !Ji. e7 7 0, xf6+ 0, xf6
8 !1i.d3 c5 parecen igualar. De modo que las
blancas comenzaron a descartar 6 !1i.g5 en
la Rubinstein, y las negras descubrieron
que la Burn era la forma de inducir a las
blancas a entrar en una Rubinstein con
!1i.g5 .
Esa i d e a se plantea a s í : 3 0, c3 0, f6
4 !1i.g5 dxe4 5 0, xe4 0,bd7, de modo que
6 0,f3 transpone a la posición del diagrama
185. No es mejor 6 ltJ xf6+ 0, xf6 7 0,f3 h6!
(8 !1i.d2 c5 ! u 8 !1i.h4 !1i.e7 9 �d3 c5 10 'iVe2
'iVa5+ !).
Para evitar la Bum, las blancas pue­
den j ugar líneas muy diferentes, como 3
0, d2 ó 3 0, c3 0, f6 4 e5. Pero las negras
descubrieron que 3 . . . !1i. e7 hace más
fuerte a . . . dxe4 ! . Por ej emplo: 3 0, d2 ( ó
3 0, c3) 3 ... !1i. e7 4 !1i. d3 dxe4 5 0, xe4
.
0, f6.
1 04
SECRETOS DE LA I NVERSIÓN DE J UGADAS EN AJ EDREZ
Las negras pueden retomar de alfil en
f6, logrando así una excelente Rubinstein.
Por ejemplo: 6 tt'i xf6+ .t xf6 7 tt'i f3 tt'i c6!
8 c3 e5. O bien 6 tt'if3 tt'ibd7 7 'ii' e2 tt'i xe4
8 Axe4 c5! , a lo que puede seguir 9 0-0
cxd4 10 l:t dl tt'ic5 1 1 ll'i xd4 tt'i xe4 12
'ifxe4 0-0 (Becerra-Kaminski, Internet
2005).
Las negras consiguieron alcanzar una
posición que también podría producirse
por el orden 3 tt'i c3 dxe4 4 tt'i xe4 tt'i d7
5 tt'if3 tt'igf6 6 i.d3 il.. e 7, pero sólo si las
blancas descartan 6 tt'i xf6+ ! .
FRANCESA STEINITZ
La Variante Steinitz ha pasado a ser una
forma popular de transponer a una aguda
línea de la Variante Tarrasch: 3 tt'i c3 tt'i f6
4 e5 tt'ifd7 5 tt'ice2!?, y ahora 5 c5 6 c3 tt'ic6
7 f4 'ii'b5 8 tt'if3.
(Ver diagrama 187.)
...
Esta posición es la misma que la que se
produce después de 3 tt'id2 tt'if6 4 e5 tt'ifd7
5 c3 c5 6 f4 tt'ic6 7 tt'idf3 'ifb6, una vez que
las blancas juegan tt'ie2.
De esta forma, las blancas eluden
otras líneas de la Tarrasch. Cuando Vishy
Anand quiso llegar a la posición del dia-
grama 187 en la fase final del Campeona­
to Mundial PIDE 2000, sabía que si opta­
ba por 3 tt'i d2, su oponente, Alexei Shirov,
no colaboraría jugando 3 ... tt'if6, porque
prefería otras j ugadas. De modo que
Anand optó por 3 tt'ic3 ! , llegando a la po­
sición de la Tarrasch que quería, y acabó
ganando.
Una situación muy diferente surge des­
pués de 3 tt'ic3 tt'if6 4 e5 tt'ifd7 5 tt'i f3 . Las
blancas están listas para liquidar su cen­
tro y obtener posibilidades tácticas, como
5 c5 6 dxc5 tt'i c6 7 -tf4 .t xc5 8 il.. d3 y
8 . . . 0-0? 9 il.. x h7+.
Es efectiva una Francesa más abierta
como, por ej emplo, 8 . . . f6 9 exf6 ttJ xf6
10 'ii'e2 0-0 1 1 0-0-0 a6 12 tt'ie5 tt'ib4 13 il..g5
b5 14 a3 tt'i xd3+ 15 l:t xd3 'ifc7 16 f4, como
en la partida Berg-Akesson, Gotemburgo
2006.
Si a las blancas les gusta esta posición,
pueden alcanzarla esquivando la Rubins­
tein y, quizá, también la Winawer, comen­
zando por 1 e4 e6 2 tt'if3!?. Los francófilos
considerarán esta jugada con un cierto
desdén y aspirarán a algo más que 2 d5
3 tt'ic3 dxe4 . sólo para constatar que que­
dan un poco peor después de 3 d4 4 tt'ie2
c5 5 c3. De modo que jugarán 3 tt'if6 y
después de 4 e5 tt'ifd7 5 d4 llevarán a las
•••
,
•••
.
.
•.•
•.•
APERTU RAS SEMIABIERTAS
blancas a dónde querían. Y en caso de la
natural 3 c5
.••
... 4 exd5 exd5 5 d4! caza a las negras en
una de las ideas menores de Frank Mar­
shall (1 e4 e6 2 d4 d5 3 lbc3 c5 y 4 exd5
exd5 5 lbf3).
¿Qué deberian hacer las negras des­
pués de 2 lbf3 d5 3 lbc3 , si no les gusta 3 ...
lbf6? En tal caso, su mejor apuesta podría
ser 3 �b4.
No está claro que las blancas deban
transponer a una Winawer, con 4 e5 lb e7
5 a3 .txc3 6 bxc3 y 7 d4, o aspirar a más con
6 dxc3!? . Por ejemplo: 6 . . . c5 7 h4 lb bc6
8 h5 h6 9 Af4 'f//c7 10 'f//d2, como en la
partida Rogers-Tondivar, Hoogeveen 2006.
•••
FRANCESA WINAWER
Como se observó en la introducción, las
negras pueden esquivar muchas de las lí­
neas raras en la Winawer (3 lbc3 Ab4),
respondiendo a 4 e5 con 4
lb e7 5 a3
Axc3+ 6 bxc3 c5.
El hecho de que la jugada 4 ... lb e7
plantee la necesidad de "algo en qué pen­
sar" a menudo provoca respuestas como 5
lb e2? c5 6 a3 Axc3+ 7 lb xc3?, favorable a
las negras después de 7 ... cxd4 8 'f// x d4
•••
1 05
lbbc6 9 'f//g4 0-0 10 'f//h5 d4! , Byrne-Uhl­
mann, Reykjavik 1968.
En caso de 5 lbf3
.. .las negras pueden transponer (5 ... c5) a
una Winawer normal. Pero también es
atractivo 5 b6, ya que las blancas han de­
jado escapar su oportunidad de jugar 'f//g4,
en comparación con 5 a3 � xc3+ 6 bxc3 b6
7 'f/Jg4 ! . Las posibilidades serían equiva­
lentes después de 5 ... b6 6 .td2 Axc3 ! ?
7 .txc3 �a6 8 Axa6 lb xa6 9 0-0 c5 (Bo­
kros-Rustemov, Kircheim 2006).
La contrasutileza para replicar a 4 ...
lbe7 es 5 .i.d3. Después de 5 c5 6 a3
.txc3+ 7 bxc3, las negras parecen tener
una buena versión de una Winawer, en vis­
ta de que las blancas han desarrollado pre­
maturamente su alfil (7 ... lbbc6 8 lbf3 c4,
o bien 7 ... c4 y ... �d7-a4).
Pero las blancas mejoran su juego con
6 dxc5! lbbc6 7 lbf3, transponiendo a la va­
riante 4 ... c5 5 dxc5 que hizo famosa la
partida Fine-Botvinnik, AVRO 1938. La
compensación de las blancas sigue siendo
importante después de 7 d4 8 a3 .,ta5 9 b4
lb xb4 10 axb4 .txb4, en vista de 11 0-0!,
en lugar de la jugada de Fine, 1 1 �b5+.
Esto es significativo porque hoy rara
vez las blancas llegan a esa posición por la
.•.
•••
•..
1 06
SECRETOS DE LA I NVERSIÓN DE JUGADAS EN AJEDREZ
vía de Fine, 4 eS cS S dxcS, dado que la
teoría recomienda S ... 'l!Vc7 ! ? , o bien S ...
lbc6 6 lbf3 d4! .
La principal ventaja de 4 cS sobre 4
... lbe7 es que concede a las negras una op­
ción adicional, la idea armenia 5 a3 AaS.
Entonces, en lugar de la línea principal, 6
b4, el tahúr puede preferir 6 dxcS!?, que
amenaza 7 b4 y transpone a una versión su­
perior de la línea de Fine, después de 6 ...
d4 7 b4 dxc3 8 'l!Vg4 ! .
Quizá l o mejor sea 6 � xc3+ 7 bxc3
lb e7. El resultado es una extraña posi­
ción, que podría producirse a través de
una Winawer normal ( 1 e4 e6 2 d4 dS
3 lbc3 �b4 4 es cS s a3 �xc3+ 6 bxc3 lbe7
7 dxcS), si las blancas tuviesen un tiempo
extra.
.•.
nishin empleó con éxito 7 .td3!?. Esto a
menudo transpone a las demás líneas, pe­
ro por el momento conserva la posibilidad
'l!Vg4. Por ejemplo: 7 ... 0-0 8 W/g4, con lo
que las blancas obtienen la posición 7 'l!Vg4
0-0 8 �d3, sin tener que ocuparse de las
réplicas 7 ... W/c7 y 7 ... cxd4 a 7 W/g4. Por
ejemplo: 7 �d3 lbbc6 8 W/g4 c4 9 �e2
lb fS 10 a4 'l!VaS 1 1 �d2 � d7 12 'l!VhS h6
13 �g4, como en la partida Bagheri-Api­
cella, Chartres 200S.
•••
El principal inconveniente de 7 �d3
es 7 b6. ¿Por qué? Porque cuando las
negras tratan de cambiar su alfil malo,
con ... b6/ . . . �a6, la mejor forma que las
blancas tienen de salir al paso es ..tbS+,
como en la línea 7 lbf3 b6 8 �bS+! �d7
9 �d3 ! . Pero tras haber invertido un
tiempo en 7 .td3 , hay pocas razones para
responder a 7 . . . b6 con 8 ..t b S + � d7
9 .td3.
...
¿Pero es dxcS una buena jugada extra?
Eso depende de posiciones como 8 W/g4
lbd7 9 lbf3 0-0 10 � d3 La temática 9
�c7 10 'l!Vxg7! 1:1 g8 11 'l!Vxh7 lb xeS es fa­
vorable a las blancas, después de 12 W/hS
lb xf3+ 13 'l!Vxf3 �d7 14 �f4, Shamko­
vich-Gipslis, Campeonato de la URSS
1961.
En la línea principal de la Winawer, 4
c5 5 a3 �xc3+ 6 bxc3 lbe7, las opciones
son 7 lbf3, 7 a4 y 7 h4. Pero Oleg Roma.
...
...
FRANCESA, TARRASCO
En la Variante Tarrasch (3 lb d2) , las ne­
gras suelen utilizar la jugada de espera 3
..te7. Después de 4 lbgf3 lbf6 5 eS lbfd7,
las blancas no tienen nada mejor que 6 c3
c5 7 .td3 lb c6 8 0-0 W/b6.
...
APERTU RAS SEMIABIERTAS
1 07
te eligen 5 f4 ó 5 �d3. Si prefieren esta úl­
tima, pueden diferir �d3 con 5 c3.
Se ha transpuesto a una versión del
gambito de Viktor Korchnoi (3 lbd2 lb f6
4 e5 lbfd7 5 �d3 c5 6 c3 lbc6 7 lb gf3 'iYb6
8 0-0), en la que las negras juegan 8 ... �e7,
en lugar c;le capturar el peón.
La jugada de alfil se consideraba dudo­
sa en un momento dado, pero ahora tiene
la reputación de ser una alternativa válida.
Por ej emplo: 9 dxc5 lb xc5 10 � c2 lb d7
11 l:I el "ifc7 U 'iWe2 g5 13 �a4 lbc5!, Ka­
banov-Kravstov, Tomsk 2003. En otras pa­
labras, 3 ... .te7 puede inducir a las blancas
a plantear un gambito que nunca tuvieron
la intención de jugar.
Si a las blancas les gusta el gambito,
pueden alcanzarlo por otros órdenes. Por
ejemplo: 3 ... c5 parece excluirlo. Pero 4
lbgf3 lbf6 5 e5 lbfd7 6 c3 transpone. Si las
negras quieren eludir el gambito, tienen
otras líneas a su disposición, como 4 ...
lb c6 y 4 .. cxd4.
También es posible 3 ... lbc6 y 4 lbgf3
lbf6 5 e5 lb d7 6 �d3. Ahora es natural 6
. . . lb b4, y después de 7 � e2 c5 8 c3 lb c6
9 �d3 "ifb6 10 0-0, hemos vuelto a la posi­
ción del gambito, aunque esta vez las blan­
cas están mejor, con 9 0-0 cxd4 10 cxd4
"ifb6 lbb3.
En la línea más aguda de la Tarrasch, 3
lbf6 4 e5 lbfd7, las blancas normalmen-
Tanto con 5 c3 como con 5 �d3 se lle­
ga a la línea principal tras 5 ... c5. Sin em­
bargo, las negras tienen una estrategia
alternativa, con 5 ... b6 y 6 ... �a6, a fin de
cambiar su alfil malo. Esto hace que sea
más preciso 5 c3, porque si las negras
adoptan su plan B de cambio, las blancas
tendrán un tiempo de ventaj a: 5 c3 b6
6 'iYg4 ( ó 6 lbh3) 6 ... �a6 7 �xa6, o bien
5 �d3 b6 6 c3 .ta6 7 �xa6.
Después de 3 c5 , las principales cues­
tiones acerca del orden de jugadas giran
en tomo a .tbS+ y el momento oportuno
de exd5. Las negras han estado obtenien­
do buenos resultados impidiendo ese ja­
que. Por ejemplo: 4 exd5 exd5 5 lbgf3 a6.
(Ver diagrama 194.)
•..
.
.•.
También puede llegarse a esta posición
con 4 lb gf3 a6 5 exd5 cxd5 y 3 ... a6 4 lbgf3
c5 5 exd5 cxd5. ¿Cuál es el mejor orden
para las negras?
El inconveniente del primer orden es
que las blancas pueden dar jaque en la
quinta jugada. El inconveniente de 3 ... a6
es 4 e5. Algunos jugadores franceses no re­
nuncian a la perspectiva de pasar a una Va-
SECRETOS DE LA INVERSIÓN DE J U GADAS EN AJEDREZ
1 08
ro si las blancas consiguen su objetivo, la .
respuesta más habitual es 6 �d6.
•••
riante del Avance (4 ... c5 5 c3), en la que
han jugado ... a6 en lugar de ... 'iWb6 ó ... ll:lc6,
movinúentos habituales de tal variante.
En el tercer orden, 3 ... c5 4 ll:lgf3 a6, las
negras deben tener en cuenta 5 dxc5 Axc5
6 .td3, que concede a las blancas un boni­
to esquema, después de 7 0-0 y 8 a3/9 b4.
De modo que depende de las negras
evaluar los escenarios resultantes en los
tres órdenes, y elegir el mejor de ellos pa­
ra sus intereses.
Ahora bien, ¿cuán peligroso es el j a­
que? Una escuela de pensamiento dice
que el cambio de alfiles de casillas blancas
es bueno para el primer jugador, y que a 3
... c5 4 exd5 exd5 5 .tb5+ debe contestar­
se 5 ... ll:l c6. Pero Lev Psajis insiste en que
es bueno 5 ... Ad7, argumentando que el
cambio de estos alfiles ayuda a las negras.
Max Euwe está de acuerdo con esto, y di­
jo que 5 ... ll:lc6 6 ll:lgf3 era tan bueno pa­
ra las blancas que deberían inducir a su
rival a entrar en esta posición, con 5 ll:l gf3,
y si 5 ... ll:lc6, 6 �b5 ! .
S i Euwe tiene razón acerca d e l a clava­
da, aún sería preferible otro orden para las
blancas, 3 c5 4 ll:lgf3, a fin de responder
a 4 ll:lc6 con 5 exd5 exd5 6 .tb5. El in­
conveniente es que concede a las negras
opciones como 4 ... ll:lf6 5 exd5 ll:l xd5. Pe-
Es inminente un cambio de peones, ya
sea en c5 ó en d4. Dos líneas que a menu­
do transponen son 7 dxc5 .txc5 8 0-0 y 7 0-0
ll:l e7 8 dxc5. Mijail Botvinnik estimaba
que el segundo orden era impreciso, debi­
do a que las negras pueden mejorar sobre
7 ... ll:le7, con 7 ... cxd4 ! . Entonces, 8 ll:lb3
ll:le7 9 ll:lbxd4 0-0, con juego igualado.
Lo que ha sucedido es que se ha trans­
puesto a la línea 7 dxc5 .i. xc5 8 0-0 ll:l e7
9 ll:lb3 .td6 10 ll:lbd4 0-0. Pero en ese orden,
las blancas tienen muchas más opciones,
como 10 : el , 10 �g5 y 10 .t xc6+ bxc6
1 1 'iWd4. En cambio, el orden 7 0-0 cxd4!
les priva de elección.
FRANCESA, VARIANTE
DEL AVANCE
El esquema habitual de la Variante del
Avance solía ser 3 e5 c5 4 c3 ll:lc6 5 ll:lf3
'iWb6 6 .td3
(Ver diagrama 196.)
.
.••
•••
A raíz de una partida de Howard
Staunton (en 1841), se consideraba lo me­
jor 6 .td7. Pero se demostró que esto
•••
APERTU RAS SEMIAB I E RTAS
era inexacto en la celebrada victoria de
Nimzovich sobre Georg Salwe, en Carls­
bad 1 91 1 , en la que siguió 7 dxcS! � x cS
8 0-0 y b2-b4, dificultando seriamente el
desarrollo de las negras.
Las negras pueden mejorar con 6
cxd4! 7 cxd4 �d7, en cuyo caso las blancas
no tienen una defensa adecuada de d4, y el
gambito 8 0-0 ltJ xd4 no está considerado
del todo correcto.
Hay dos posiciones básicas que han in­
fluido mucho sobre la teoría de 3 e5. Una
de ellas es la de la partida Nimzovich-Sal­
we, y la otra, con 6 ... cxd4. Por ejemplo,
puede usted ver 4 ... 'i!t'b6 en lugar de 4 ...
lLJ c6, y luego 5 ltJf3 �d7.
Las negras conservan la opción ... jLbS,
para desembarazarse de su alfil malo. Las
blancas disponen de dos extrañas, aunque
posiblemente buenas respuestas, 6 �d3
�bS 7 �c2!? (7 ... ltJc6 8 .te3) y la diabó­
lica 7 dxcS �xcS 8 b4!?, basada en la ga­
nancia del alfil, tras 8 ... �xf2+ 9 'it>e2.
Las negras pueden eludir ambas répli­
cas contestando a 6 �d3 con 6 ltJc6?,
pero en tal caso 7 dxcS! lleva de nuevo a la
partida Nimzovich-Salwe. También pue­
den tratar de arreglar las cosas con 6 ...
cxd4 7 cxd4? ltJc6, alcanzando así una po­
sición agradable para su causa. Pero debi-
1 09
do a su retraso en ... ltJc6, las blancas pue­
den mejorar con 7 ltJ xd4!. Por ejemplo: 7
... ltJe7 8 ltJd2 ltJbc6 9 lb xc6 y �e2/ltJf3,
con una pequeña ventaja.
A causa de 6 ... cxd4! , en el diagrama
196, 6 �e2 reemplazó a 6 ..td3. Ahora, la
respuesta más habitual de las negras es 6 ...
cxd4 7 cxd4 ltJ ge7, que no tienen mayores
problemas en líneas como 8 lLJ c3 lLJ f5
9 ltJ a4 'i!t'a5+ 10 ..td2 ..tb4 11 ..tc3 b5 ! , u
8 b3 ltJfS 9 .tb2 �b4+.
Es posible que la mejor tentativa de las
blancas sea 8 ll'ia3 ltJfS 9 ll'ic2 �b4+ 10
@fl . Pero las negras pueden evitarla, si lle­
gan a esta posición:
•••
•••
En este momento, 8 ltJa3 permite 8 ...
..txa3! 9 bxa3 ltJf5. Ahora bien, ¿cómo lle­
gan hasta aquí las negras? El problema
con 6 �e2 lZJ h6 es 7 �xh6 ! . Las blancas
pueden castigar 7 ... 'i!t'xb2? con 8 .te3 !
'i!t'xal 9 'i!t'c2. Después de 9 ... cxd4, es ma­
lo 10 cxd4? , por 10 ... .tb4+ y la dama ne­
gra no puede ser encerrada. Pero 10
lZJ xd4! da a las blancas una gran ventaj a
tras 1 0 . . . ltJ xd4 1 1 .txd4 �a3 1 2 �b5+
c;t>d8 13 0-0, ó 10 ... .ta3 11 ltJbS ! .
Por consiguiente, e l orden apropiado es
6 ... cxd4 7 cxd4 lZJh6, alcanzando la posi­
ción del diagrama 197. Las blancas no de-
1 1O
SECRETOS DE LA I NVERSIÓN DE JUGADAS EN AJEDREZ
ben jugar 8 Axh6, porque transpondrían a
la mala línea 10 cxd4. En lugar de ello, de­
ben entrar en una de las mediocres alter­
nativas 8 l2Jc3 u 8 b3.
David Bronstein calificó a 5 A d7 de
"inteligente jugada de espera", después de
3 e5 c5 4 c3 t2Jc6 5 l2Jf3. Las blancas deben
declarar sus intenciones con 6 a3, 6 l2J a3 o
una jugada de alfil.
.••
Otro beneficio es que, al postergar
. . . 'ii' b 6, las negras se aseguran de que
d x c5 no tenga un carácter forzoso,
que podría ser un problema en caso de
5 ... 'ii' b 6, porque 6 ... l2J ge7? permite 7
dxc5 ! 'ii' x c5 8 �d3, favorable a las blan­
cas.
Pero en la posición del diagrama, 6
�e2 l2Jge7 7 d xc5 l2Jg6! es excelente para
las negras, como también lo es 7 l2Ja3 cxd4
8 cxd4 l2Jf5 9 0-0 �xa3 10 bxa3 0-0 (Sax­
Dreev, Tilburg 1992).
Si las blancas optan por 6 a3, que segu­
ramente es lo mejor, las negras se benefi­
cian de su orden de jugadas, porque b6
está libre para un caballo, y las líneas con 6
... c4, como 7 l2Jbd2 l2Ja5 8 �e2 t2Je7 9 0-0
h6 10 %:l el l2Jc8 ! y . . l2Jb6, con perspectivas
de crear una camisa de fuerza en el flanco
de dama.
Por último, si las blancas creen que con
5 ... �d7 no hay presión sobre d4, pueden
optar por la natural 6 �d3. Pero entonces
6 cxd4 7 cxd4 'ii'b 6! les obliga, una vez
más, a entrar en la mala posición 5 ... 'ii'b6
6 �d3 cxd4 ! .
.
La espera es gratificante después de 6
l2Ja3? cxd4 7 cxd4 .txa3! 8 bxa3 'ii'a5+,
con ventaja.
•..
111
Capítulo 5
Aperturas de Peón Dama
La mayoría de las partidas que empiezan
con 1 d4 dS se convierten en Gambitos de
Dama, tras la inmediata (o diferida) c2-c4.
La razón por la que las blancas podrían di­
ferir esa agresión es impedir determinadas
defensas contra 2 c4, y sopesar la opción
de una apertura de Peón Dama, una vez
que vean la respuesta de las negras en las
jugadas inmediatas.
Con 1 d4 d5 2 lbt3 privan a su rival de
algunas líneas agudas, como el Contra­
gambito Albin, Eslavas marginales y el
Gambito de Dama Aceptado con 1 d4 dS
2 c4 dxc4 3 lbf3 a6. Las negras pueden tra­
tar de transponer a esta última lmea, con 2
... a6, esperando 3 c4 dxc4. Pero las blancas
pueden convertir ... a6 en una pérdida de
tiempo. Por ej emplo: 3 .tf4 lb f6 4 e3 e6
5 .td3 cS 6 c3 .td6 7 0-0 lbc6 8 dxcS ..txcS
9 lbbd2 .id6 10 �g3 0-0 1 1 e4, con venta­
ja, Vladimirov-Iuldachev, Mumbai 2003.
Pero 2 lbf3 no obliga a las blancas a ju­
gar una apertura de Peón Dama, porque
pueden cambiar de idea y optar por 3 c4.
Supongamos que 2 cS es una buena ju­
gada, si las blancas tienen in mente algo así
como 3 c3 lbf6 4 �f4 lbc6 5 e3 'tli'b6 ! . Sin
embargo, las negras deben estar prepara­
das contra la posibilidad 3 c4.
...
Esta fuerte jugada es obra de un maes­
tro suizo poco conocido, Hans Fahrni, con
la que confundió a jugadores de elite hace
un siglo. La partida Fahrni-Spielmann,
Barmen 1905, siguió así: 3 lbc6? 4 cxd5
't!i'xd5 5 lbc3 'tli'd8 6 d5 lbb8 7 e4, con evi­
dente superioridad. Incluso en caso de las
naturales 3 lbf6?! o 3 cxd4?, quedan
mejor las blancas, con 4 cxd5!.
Por supuesto, el juego negro no tiene
nada de malo después de 3 dxc4! o 3
e6! , pero para realizar estas jugadas hay
que conocer mucha teoría acerca del
Gambito de Dama Aceptado (3 . . . dxc4
4 e3 ó 4 dS), o de la Defensa Tarrasch (3 ...
e6 4 cxdS exdS).
...
...
.•.
•••
•.•
1 12
SECRETOS DE LA I NVERSIÓN DE J U GADAS EN AJ EDREZ
Si las negras se encuentran con tantos
escollos, ¿por qué los jugadores actuales
no optan siempre por 2 ll:Jf3? La respues­
ta es que, de esa forma, las blancas se pri­
van de varias opciones, a la vez que
conceden algunas a las negras. Así, las
blancas renuncian a las líneas del Gambi­
to de Dama Aceptado 1 d4 dS 2 c4 dxc4
3 e4 y 3 e3, lo mismo que a variantes del
Gambito de Dama Rehusado con ll:Jge2.
Por otro lado, renuncian a demoler la De­
fensa Chigorin (2 c4 ll:Jc6 3 cxdS ó 3 ll:J c3)
y la Defensa Báltica (2 c4 AfS 3 cxdS ó 3
ll:Jc3).
Al mismo tiempo, conceden a las ne­
gras opciones adicionales, corno las varian­
tes Ragzin y Semi-Tarrasch, que no son
posibles después de 2 c4, a menos que las
blancas colaboren. Se trata de toda una se­
rie de ventajas e inconvenientes a ponde­
rar por el jugador.
Observe que 1 ll:J f3 d5 2 d4 conduce
a la misma posición que 1 d4 dS 2 ll:J f3 .
Esto puede ser exasperante para u n ju­
gador agresivo con negras al que le
guste desequilibrar rápidamente la po­
sición, con 1 llJ f3 dS 2 c4 d4 ó 1 d4
ll:J f6 . Tal era el caso cuando Laj o s Por­
tisch, un especialista en las defensas
indias, se enfrentó al j oven Anatoli Kar­
pov, quien abrió el juego con 1 ll:J f3 .
Portisch s e encontró e n una Defensa
Eslava, relativamente desconocida para
él, después de 1 . . . dS 2 d4 ! , y acabó per­
diendo.
SISTEMA COLLE
El mayor peligro después de 1 d4 d5 2 ll:Jf3
ll:Jf6 3 e3 no es el Sistema Colle, sino aca­
bar en otra apertura que nunca se ha juga­
do o que, sencillamente, a usted no le
guste.
¿Cómo puede suceder eso, después de
jugadas tan tranquilas? Bueno, suponga­
mos que las negras responden 3
c5.
Están mejor preparadas para una Semi­
Tarrasch (4 c4 e6) o un Gambito de Dama
Aceptado (4 ... dxc4). Y si prefieren 3 ... g6,
necesitan conocer algo acerca de la Grün­
feld, en vista de 4 c4?!. Efirn Geller, quien
rara vez jugaba la Grünfeld, descubrió en
una ocasión , con negras, que 4 ... � g 7
5 cxd5 ll:J xd5 6 .te2 c5 no era una posi­
ción fácil de jugar.
•.•
Poco después de 7 e4!, Geller se encon­
tró en aguas turbulentas (7 . . . llJ b6 8 dS
0-0 9 a4) y acabó perdiendo.
El otro gran peligro para las negras es
el paso del Colle caracterizado por c2-c3 al
Colle gemelo, es decir, el Sistema Zuker­
tort, caracterizado por b2-b3 y i.b2. Esto
es un problema, porque las mejores defen­
sas contra el Colle, a menudo incluyen
... ll:Jbd7, que puede ser dudoso contra el
Sistema Zukertort. He aquí cómo: después
de 1 d4 d5 2 ll:Jf3 ll:J f6 3 e3 e6 4 ,.td3 c5
5 c3 ll:Jc6 6 ll:Jbd2, las blancas normalmente
responden a 6 ... �e7 ó 6 ... �d6 con 7 0-0
0-0 8 dxcS ! AxcS 9 e4, con buen juego. Pe­
ro si las negras desarrollan su caballo da­
ma por d7
APERTURAS DE PEÓN DAMA
... ahora a 8 d x c5? se contesta con 8 ...
lli xc5! . El alfil de d3 queda atacado y las
blancas no pueden realizar la ruptura cen­
tral e3-e4, y están ya un poco peor.
Pero en el Sistema Zukertort, 1 d4 d5
2 llit3 llif6 3 e3 e6 4 i.d3 c5 5 b3, las negras
quedan bien con 5 .. llic6! 6 �b2 i.e7.
Por ejemplo: 7 0-0 0-0 8 llibd2 "i!lc7 9 llie5
llid7 ! .
E l peligro para ambos jugadores e s pi­
llarse los dedos. Si las negras hubiesen
jugado ... llibd7, en lugar de ... llic6, queda­
rían peor tras 9 llie5 ! . Por ejemplo: 9 ... b6
10 f4 i.b7 11 c4 llie4 12 cxd5 exd5 13 llixe4
dxe4 14 �c4, como en la partida l. Rabi­
novich-Makogonov, Campeonato Soviéti­
co 1937.
Lo que esto significa es que el caballo
dama negro debe vigilar al alfil dama blan­
co y viceversa. Después de 1 d4 d5 2 llit3
llif6 3 e3 e6 4 �d3 , es impreciso 4 ... llibd7.
(Ver diagrama 202.)
.
Las blancas aún no se han definido por
el Colle o el Zukertort, de modo que 5 0-0
c5 6 b3 ! les concede posibilidades algo me­
jores. Es más preciso 4 ... c5, cuando 5 b3 y
5 c3 definen la posición blanca, y las ne­
gras pueden responder 5 ... llic6! y 5 ...
llibd7 ! , respectivamente.
113
La respuesta más astuta a 4 '" c5 es 5 0-0,
como jugaron José Raúl Capablanca y Aki­
ba Rubinstein, con idea de esperar a que
las negras declarasen sus intenciones. Si 5 ...
llibd7, 6 b3 ! , o si 5 ... llic6, 6 c3 ! . Pero no
fueron puestos a prueba con 5 ... c4!. Por
ejemplo: 6 .ie2 b5 7 b3 .tb7 8 a4 a6 9 axb5
axb5 10 l:t xa8 �xa8 11 bxc4 bxc4 12 c3
llibd7, con igualdad, Inkiov-Groszpeter,
Copenhague 1988.
OTRAS APERTURAS DE PE ÓN
DAMA
La Apertura Trompowsky ( 1 d4 lb f6
2 .tgS) tiene un pariente pobre en 1 d4 d5
2 �g5 . Como en este caso no existe la ame­
naza i.xf6, la vida de las negras es aquí
más fácil. Los libros recomiendan 2 ... h6
3 �h4 c6 y ... '1Wb6.
Si a las negras no les gusta esa línea, de­
berían estar alerta ante las trampas deriva­
das del avance c2-c4. Una de ellas se
produce cuando evitan el doblaje de peo­
nes, con 2 ... llid7 y 3 ... lligf6. En tal caso,
sigue 3 c4!
(Ver diagrama 203.)
Ahora, 3 .. dxc4 4 llic3 es un Gambito
de Dama Aceptado inferior, y 3 ... c6 es
.
114
SECRETOS DE LA I NVERSIÓN DE J U GADAS EN AJ EDREZ
va ... tt:Jge7/ . .. 0-0. Los partidarios del Albin .
han intentado, sin éxito, decidir qué jugada
del alfil dama es la correcta. Deberían con­
siderar también responder a 5 tt:J bd2 con
5
una dudosa Eslava, 4 cxdS! cxdS 5 lt:J d3 ,
porque el caballo dama negro debería es­
tar en c6. Por ejemplo: 5 . . . lt:J gf6 6 e3 g6
7 tt:Jf3 �g7 8 �d3 0-0 9 0-0 b6 10 � el �b7
1 1 "iVb3, con ventaj a, Skembris-Vasovsky,
Skopje 2002.
El Ataque Torre queda definido por las
jugadas 1 d4 lt:Jf6 2 lt:Jf3 e6 3 �gS. Normal­
mente, las negras pueden evitarlo, simple­
mente, con 1 . . . d5 , ya que 2 tt:J f3 tt:J f6
3 �g5 les permite igualar de inmediato,
con 3 ... lt:Je4 ! .
Pero hay una sinuosa jugada d e espera,
3 c3. Después de 3 ... e6 4 ..tg5, las negras
han sido empujadas al Ataque Torre. Si 3
... c6, las blancas tienen la habitual peque­
ña ventaja de una posición simétrica, con 4
�f4. El modo más fácil de igualar contra 3
c3 posiblemente sea 3 ... �f5 4 "iVb3 "iVc8.
CONTRAGAMBITO ALBIN
...
�fS!?.
A diferencia de 5 ... �e6 y 5 ... �g4,
esta jugada plantea una amenaza, 6 ...
lt:Jb4, ganando así tiempo para enrocar
largo, tras 6 a3 "iV d7 , en mejores condicio­
nes que las habituales. La prueba para es­
te orden es 7 b4 � xb4! ? (8 axb4 lt:J xb4
9 "iVa4 lt:J c2+ 10 @dl lt:J xal 11 'i!Vxal c5) .
Declinar e l sacrificio e s inocuo, 8 �b3
�a5 9 e3 l:l d8, Spais-Katsaris, Atenas
1999.
Lo que sucede después de 7 g3 0-0-0
8 �g2 es virtualmente terreno inexplora­
do. Por ejemplo: 8 ... d3 9 e3 �h3 10 �xh3
°iVxh3 (11 b4 � xb4!). Las blancas evitan
esto con 5 g3!, y si 5 � e6 , entonces 6
•••
tt:Jbd2.
La línea principal del Contragambito Al­
bin comienza con 1 d4 dS 2 c4 eS 3 dxeS d4
4 tt:Jf3 lt:Jc6. Las blancas suelen fianchettar
su alfil de rey, y luego siguen con tt:J bd2,
0-0, "iVa4 y a2-a3.
Entretanto, las negras, desarrollan su
alfil dama, normalmente e6 ó g4, y luego se
deciden entre ... "iVd7/. . 0-0-0 y la alternati.
GAMBITO DE DAMA ACEPTADO
Una vez que Joseph Blackbume populari­
zó la jugada 3 tt:Jf3, después de 1 d4 dS 2 c4
dxc4, las alternativas de las blancas casi se
desvanecieron. Pero volvieron a hacer ac­
to de presencia, sobre todo gracias a inver-
APE RTU RAS DE PEÓN DAMA
siones en el orden de jugadas. Gari Kaspa­
rov, por ejemplo, jugó 3 e3 cuando quería
evitar 3 lbf3 c6 ! ? -4 e4 bS.
Tanto 3 e3 como 3 lbc3 obligan a las
negras a pensar en si transponer a las líneas
principales, con 3 ... lbf6, o buscar una
igualdad más rápida, con 3 ... eS. Por ejem­
plo: 3 lbc3 eS 4 dxeS? �xdl + es excelen­
te. La línea clave es 3 lb c3 e5 4 e3 exd4
115
vió esta línea, que plantea un problema
con el orden de jugadas.
5 exd4 lbf6 6 �xc4.
Después de 4 . . � b4+ 5 lb bd2 exd4
6 .txc4, surge una posición controvertida, y
por transposición, 4 ... exd4 5 .txc4 �b4+
6 lbbd2. ¿Qué es mejor para las negras?
Hacia los años ochenta, la respuesta
era 4 ... �b4+, porque 5 lbbd2 se castiga
con 5 ... c3!, y 5 .td2 .txd2+ 6 �xd2 e x d4
desemboca en la igualdad, tras 7 �xd4
�xd4, ó 7 lb xd4 �e7 8 f3 lb f6 9 .txc4
0-0 y ... � d8. Pero si las negras quieren dar
jaque, 4 ... exd4 5 .txc4 .tb4+, entonces
las blancas pueden elegir entre 6 .td2 y la
más agresiva 6 lbbd2!.
Diez años después, la teoría se contradi­
jo y declaró que 4 ... .tb4+ era la segunda
mejor respuesta, porque las blancas obte­
rúan buenos resultados con 5 lbc3!. Hoy día,
no está claro cuál de estos órdenes es el me­
jor. La cuestión es qué posición quieren evi­
tar las negras, si 4 ... � b4+ 5 lbc3 ! , o si 4 ...
exd4 5 .txc4 .tb4+ 6 lbbd2 ! .
.
La teoría solía calificar a estas posicio­
nes de aburridas e igualadas. Pero en los
noventa, las blancas consiguieron buenos
resultados con ellas, a través de la Varian­
te del Cambio en la Francesa, o de la
Petrov, de modo que las negras compren­
dieron que su decisión en la tercera jugada
era vital.
Las blancas facilitan un poco las cosas
cuando juegan 3 lbc3 , porque después de
3 ... lbf6, no tienen nada mejor que 4 e3,
llevando la partida hacia las líneas princi­
pales del Gambito de Dama Aceptado. Pe­
ro en aquellas líneas, es mejor diferir lbc3,
como pronto veremos.
Algo muy distinto es 3 e4. Este avance
se consideró dudoso en su momento, debi­
do a 3 ... e5, pues las blancas no pueden
mantener un peón en d4. Pero 4 lbf3! revi-
GAMBITO DE DAMA ACEPTADO,
3 lbf3
En cualquier torneo podemos ver que, en
un Gambito de Dama Aceptado, las ne-
116
SECRETOS DE LA INVERSIÓN D E J UGADAS EN AJ EDREZ
gras realizan sus seis primeras jugadas co­
mo si no importasen. Pero lo cierto es que
su tercera jugada es significativa. La op­
ción más popular, 3 . lt:Jf6, permite a las
blancas proponer un gambito, 4 lll c3 y 5
e4, basado en el ataque al caballo negro,
con e4-e5.
mantener el peón, 5 exd4 �e5 ! ? . La línea ·
clave es 5 �x c4 filc7 (no 5 ... dxe3?? 6
�xf7+).
. .
Esto se consideraba refutado con 6
filb3, porque 6 ... �e6? se contesta con 7
Las negras pueden eludir esta lmea con
e6 5 e4 �b4, una invitación a entrar en
la Variante Vienesa (6 �g5 ! c5 ! ) y que,
además, debería aceptarse, porque 6 e5
lt:Jd5 7 �d2 lll b 6! dificulta que las blancas
puedan recuperar su peón.
Otra opción de las negras, después de 4
lt:Jc3, es 4 lt:J c6 , en cuyo caso, 5 e4 .tg4 es
una de las mejores líneas de la Defensa
Chigorin. Es como si las blancas jugasen 1
d4 d5 2 c4 lt:J c6 3 lll c3 dxc4 4 lll f3 lt:Jf6 5 e4
�g4, y no 4 d5 ! ? . Pero si las negras juga­
ron 2 ... dxc4, para seguir en el Gambito de
Dama Aceptado, deben considerar las tres
alternativas a 3 ... lt:Jf6, que no sólo evitan
el gambito, sino que aceleran su contra­
juego.
La primera es 3 c5. Después de 4 e3,
las negras pueden dirigirse hacia una for­
mación del Gambito de Dama Aceptado,
con 4 ... lt:Jf6 5 �xc4 e6. También disponen
de una opción extra, 4 cxd4, con idea de
4
•..
•••
•••
•••
�xe6 ! filxcl + 8 @e2, con un fuerte ata­
que, probablemente ganador.
Sin embargo, las líneas del Gambito
de Dama, tanto del Aceptado como del
Rehusado, están repletas de "jugaditas"
que marcan una gran diferencia, como 6 ...
e6!. Después de 7 lt:Jxd4 a6, la posición está
igualada, y 7 exd4 lll c6 8 0-0 a6 lleva a una
posición más normal del Gambito de Da­
ma Aceptado, pero con las jugadas de da­
ma añadidas. Eso ayuda a las negras,
porque amenazan 9 ... lt:Ja5 ! y pueden ob­
tener una buena posición después de 9
fildl lt:Jf6. Por ejemplo: 10 lt:J c3 i.e7 1 1 d5
lt:Ja5 ! , o bien 1 1 file2 0-0 12 l:l dl lll b4, co­
mo en la partida Wojtkiewicz-Yermo­
linsky, San Francisco 2002.
Eso significa dos ventajas de 3 ... c5 ! ? ,
evitando e l gambito 3 ... lt:Jf6 4 lt:Jc3/5 e4 y
ofreciendo a las negras una buena alterna­
tiva a la formación del Gambito de Dama
Aceptado. El inconveniente es 4 d5!?, y en
tal caso 4 e6 5 lt:Jc3 lt:Jf6 6 e4, una lmea
confusa.
•..
APERTU RAS DE PEÓN DAMA
La segunda alternativa es 3 a6, que a
menudo transpone a la tercera, 3 ... e6. En
los años treinta se consideraba una impor­
tante sutileza (para disuadir 4 'iVa4+, por 4
. . . bS ! ) , cuando las blancas solían explotar
3 .. . li::i f6 con 4 �a4+. Hoy día, sin embar­
go, parece inocua, y 3 ... a6 apenas es un
preludio a 4 e3 li::i f6 S �xc4 e6, otro esque­
ma de la apertura.
También hay una arriesgada opción
adicional, 4 e3 bS, así como la línea de Ca­
pablanca, 4 e3 e6 S �xc4 bS ! ? y 6 ... �b7.
Esto es, a menudo, lo bastante intimidato­
rio como para inducir a las blancas a jugar
·
•••
4 a4?! .
1 17
tienen buen juego en las complicaciones
derivadas de 8 h3 �hS 9 0-0 �d6 10 �e2
0-0 1 1 g4 �g6 12 li::i h4 ll:ib4, Hillarp Pers­
son-C. Hansen, Malmo 2003 .
Si 3 ... a6 (y 3 ... e6) tiene un serio in­
conveniente, es 4 e4!?, en cuyo caso, 4 b5
5 a4 c6, como ha jugado Kasparov, es una
posición de doble filo.
•••
GAMBITO DE DAMA ACEPTADO,
3 ll:i f6
•••
El mérito principal de 3 ... li::i f6 es que im­
pide 4 e4 y conduce, en la gran mayoría de
las partidas, a la formación 4 e3 e6 5 �xc4.
La inevitable . es permite a las negras ais­
lar el peón d blanco ( ... cxd4/exd4) o ex­
pansionarse en el flanco de dama, con
. . . a6/ ... bS/ ... c4. Pero esto también concede
a las blancas la posibilidad de jugar dxcS,
tal vez seguido de un cambio de damas, pa­
ra entrar en un final ligeramente inferior.
Si el jugador con negras es el más fuerte,
puede eludir el final, difiriendo ... cS. Por
ejemplo: 5 a6 6 0-0 li::i bd7.
..
•..
Este avance, s in embargo, ayuda a las
negras, que pueden transponer a la línea
de Rubinstein, en el Gambito de Dama
Aceptado, 4 ll:i f6 5 e3 e6 6 �xc4 c5, nor­
malmente considerada demasiado tran­
quila como para conseguir ventaja. O bien
puede intentar 5 �g4! 6 �xc4 e6 7 ll:ic3,
una versión superior de la variante de la
clavada. En el orden original de la clavada,
3 li::i f3 li::i f6 4 e3 �g4, las blancas logran
ventaja con S �xc4 e6 6 ll:ic3, sobre todo
después de 6 ... ll:ic6 7 �bS ! . En este or­
den, en cambio, eso no es posible, y con 7
ll:i c6 , las negras bien igualan con ... e5, o
•••
•••
•••
Ahora, 7 �e2 cS 8 dxcS �xcS es ino­
cuo, y en caso de 7 a3? ! , las negras incluso
pueden obtener ventaja, tras 7 . . . bS 8 �a2
�b7 9 �e2 cS 10 dxcS li::i xcS ! .
118
SECRETOS DE LA I NVERSIÓN DE J UGADAS EN AJEDREZ
El problema de este orden de jugadas
es 7 a4! , que plantea una versión mejor de
lo habitual de la línea Rubinstein. A dife­
rencia de la Rubinstein normal, las negras
no pueden desarrollar su caballo dama por
c6, su mejor casilla una vez que aparece en
campo blanco el agujero b4. Así, no logran
igualar del todo después de 7 ... c5 8 lbc3
cxd4 9 exd4 �e7. Por ejemplo: 10 'iYe2
0-0 11 .tg5 lbb6 12 .tb3 lbbd5 13 l:. fel y
lbe5, como en la partida Lechtynsky-Kan­
torik, Plzen 2003.
Otra versión con ... c5 diferido es 1 d4
d5 2 c4 dxc4 3 ltJf3 tLlf6 4 e3 a6 5 .txc4 b5,
una idea de Capablanca.
A la rutinaria 6 A b3 .t b7 7 0-0 e6
8 'iYe2, las negras pueden alcanzar una po­
sición más o menos igualada de la línea
principal, con 8 ... lLlbd7 9 l:t dl c5. Este or­
den tiene algo de farol, porque se basa en
que las blancas sigan al pie de la letra una
de esas reglas "de oro" en el Gambito de
Dama Aceptado, según la cual, siempre
que el alfil sea atacado con ... b5, debe reti­
rarse casi siempre a b3.
Ésta es una excepción: 6 �d3! y 7 a4!
ponen favorablemente a prueba el flanco
de dama negro. Por ejemplo: 6 ... �b7 7 a4!
b4 8 lLlbd2 tLlbd7 9 0-0 e6 10 'iYe2 c5 1 1 e4
cxd4 12 e5 tLld5 13 lLlb3 ltJc5 14 Ag5 ! ·
'ii'd7 15 tLlfxd4, Topalov-Narciso, Barcelo­
na 2000.
La estrategia blanca da resultado por­
que su caballo se encontraba en bl. Si el
primer jugador vulnera otra regla "de oro"
y lo desarrolla pronto, se llega a una posi­
ción como la que se produce tras 4 e6
5 .txc4 c5 6 lLlc3 y 6 ... a6! 7 0-0 b5.
•••
La experiencia con 8 Ad3 tLlbd7 de­
muestra que las negras tienen un juego có­
modo. Por ejemplo: 9 'iYe2 .tb7 10 l:t dl
'iYb6 l l Ac2 l:t d8 12 a4 b4 1 3 lLl b l 'iYc7
14 Ad3 cxd4 15 exd4 a5, Benitah-Fressinet,
París 2004. Lo que ha sucedido es que las
blancas han sido empujadas a una línea sin
mordiente de la Variante Merano, en la
Semi-Eslava. Compárelo con 1 d4 d5 2 c4
c6 3 ltJf3 ltJf6 4 ltJc3 e6 5 e3 tLlbd7 6 Ad3
dxc4 7 Axc4 b5 8 Ad3 a6, cuando juegan
9 0-0?! (no 9 e4! ) 9 . .. c5 ! 10 'iYe2 Ab7.
En la posición del diagrama 212, las
blancas pueden mejorar con 8 Ab3!, después de lo cual 8 . . . � b7 9 'iY e2 ttJ bd7
10 l:r dl 'iYb8 (ó 10 ... 'ii'c7) es una línea
principal del Gambito de Dama Aceptado,
practicada durante décadas, sin que haya
podido conseguirse una ventaj a signifi­
cativa.
APERTURAS DE PEÓN DAMA
· También se ha pasado la atención a un
temprano 'iYe2. Los libros solían decir que
el orden de 0-0 y 'iVe2 no importaba por­
que -como usted habrá supuesto- "transpo­
nían" . Pero resulta que sí importa, debido
a la posibilidad dxc5 y e3-e4-e5, el plan de
Semion Furman. Después de 1 d4 d5 2 c4
dxc4 3 ltJf3 ltJf6 4 e3 e6 5 .1l.xc4 c5, se lle­
ga a la posición del diagrama:
<litada Variante Steinitz. Por consiguiente,
6 ... cxd4 parece sospechoso y no hay con­
senso en cuanto a qué deberían jugar las
negras después de 6 'ii'e 2.
Hay también buenas y malas transposi­
ciones, cuando las blancas se anticipan a
. . . b5 con una retirada de alfil, 6 0-0 a6
7 �b3.
Ahora, 7 b5 8 a4! disloca el flanco de
dama negro. Por ejemplo: 8 ... b4 9 ltJbd2 y
8 . . . _t b7 9 axb5 axb5 1 0 l::l x a8 � x a8
1 1 'iVe2, 1 1 ltJ a3 u 1 1 ltJc3. Por otro lado, a
7 � e7, las blancas juegan 8 'iVe2 y se dis­
ponen a lograr una buena versión de la lí­
nea de Furman, con 9 dxc5!. Si las negras
lo impiden con 8 ... cxd4, transponen a otra
dudosa Steinitz, 9 � dl ltJ c6 10 exd4 0-0
11 ltJc3. Lo mismo puede decirse, en caso
de 7 ... ltJc6 8 'i:Ve2 cxd4 9 l:t dl.
E l orden correcto e s 7 cxd4! 8 exd4
ltJc6. Las blancas no tienen tiempo para
jugar 'iVe2/ l:l dl , porque esta vez 9 'iVe2 es
incorrecto, por 9 ... ltJxd4 ! . Así que debe­
rán optar por una ventaja mínima, como 9
ltJc3 i.e7 10 l:t el 0-0 1 1 a4 i.d7, como en
la partida Topalov-Kramnik, en su match
de 2006.
El último tema del Gambito de Dama
Aceptado tiene que ver con 6 0-0 a6 7 'iVe2
•••
Ahora, si 6 0-0 a6 7 dxc5, lo mejor para
las negras es 7 ... 'iVxdl, y unas tablas son
el resultado típico, tras 8 l:t xdl �xc5.
Pero 6 'iYe2 convierte a dxc5 en una
amenaza, puesto que no permite el cambio
de damas. En tal caso, 6
cxd4 7 exd4
ltJc6 lo evita y trata de castigar a las blan­
cas por poner en peligro su peón de d4. Pe­
ro hay otra regla sagrada del Gambito de
Dama Aceptado, según la cual las negras
no deberían cambiar en d4, como hacía ha­
bitualmente Wilhelm Steinitz, hasta que
puedan amenazar con firmeza el peón d u
obtener otra compensación. En este caso,
aceptar el gambito es arriesgado: 8 0-0!
•••
ltJxd4 9 ltJxd4 'iVxd4 10 l:t dl 'iVb6 ll ,.tb5+
.td7 12 ltJc3, Pelletier-Arencibia, Ú beda
1998.
Pero declinarlo, con 8 . . . Jl.e7 9 ltJ c3
0-0 10 �e3, transpone a la un tanto desacre-
1 19
•••
•••
1 20
SECRETOS DE LA INVERSIÓN DE JUGADAS EN AJ EDREZ
ttJc6. Ahora, 8 ttJc3 y 8 l:t dl a menudo
transponen. Por ejemplo: 8 l:t dl b5 9 �b3
ttJc6 10 lll c3.
La razón por la que a menudo transpo­
nen es que 8 ltJc3 cxd4 no gana un peón.
Después de 9 l:t dl!, las negras quedan
atrapadas en otra Steinitz (9 . . . � e7
1 0 exd4 0-0 1 1 d5 ! exd5 12 ttJ xd5 ttJ x d5
1 3 .txd5 �c7 14 �e4).
Max Euwe calificó a 8 lll c3 con un sig­
no de admiración, por una razón diferente.
Las blancas pueden preservar su alfil des­
pués de 8 tll c3 b5 9 .tb3 �b7 10 l:. dl
c4?!, con 11 �c2 ttJb4 12 �bl!, lo que les
favorece cuando quieren avanzar su peón
e. Por ej emplo: 12 . . . � e7 13 e4 lll d3
14 �xd3 cxd3 15 �xd3 b4 16 e5 ! , como en
la partida Moskalenko-Sulava, Aosta 1990.
Por el contrario, con 8 l:t dl b5 9 �b3 c4
10 �c2 lllb4! , las negras igualan. Por ejem­
plo: 1 1 ttJc3 lll xc2 12 �xc2 �b7 13 e4?
(13 d5 ! ? ) 13 ... b4 14 e5 bxc3 15 exf6 gxf6,
como en una famosa partida Szabo-Euwe,
ganada por las negras.
GAMBITO DE DAMA REHUSADO
Los jugadores han ido descubriendo suti­
lezas en el Gambito de Dama Rehusado
desde que Pierre Saint-Amant demostró .
que, tras 1 c4, las negras podían plantearlo,
con 1 ... e6! y ... d5.
Hasta el recientemente popular orden
1 d4 ttJf6 2 c4 e6 3 lll f3 d5 ! es viejo. Se hi­
zo famoso en las partidas de Boris Kostic y
Heinrich Wolf, ya en la década de los años
veinte. Ese orden parece basarse en la
amenaza Nimzoindia, es decir, el temor a 3
tll c3 �b4. Mientras la Nimzoindia ha co­
sechado buenos resultados -como es aho­
ra el caso-, este orden será útil para las
negras, pues priva a las blancas de ttJge2,
que a menudo es superior a ttJf3, y de un
tiempo que podrían utilizar mejor en ór­
denes como 1 d4 d5 2 c4 e6 3 tll c3 ttJf6.
Las negras tienen otra forma de provo­
car lll f3: 1 d4 d5 2 c4 e6 3 ltJc3, y ahora 3
... � e7.
Puesto que las blancas no pueden jugar
4 �g5, lo normal es que opten por la juga­
da natural de desarrollo, 4 ttJf3, y la vida si­
gue tras 4 ... tll f6, como si se hubiese
jugado 3 ... lll f6 4 ttJf3 �e7. Como incon­
veniente, este orden priva a las negras de
variantes sin ... .te7, como la Cambridge
Springs, la Vienesa y la Botvinnik.
Un tercer camino para las negras de
forzar lll f3 es, en realidad, un farol, 1 d4 d5
APERTU RAS DE PEÓN DAMA
2 c4 c6. O habría que decir que... ¡ dos faro­
les! Las negras cuentan con que las blan­
cas compartan la opinión de la mayoría, en
el sentido de que contra la Defensa Eslava
lo mejor es 3 lll f3 . Luego pueden conti­
nuar con 3 ... lll f6 4 lll c3 e6, suponiendo
que estén armadas hasta los dientes con
los últimos análisis teóricos en la Variante
Merano (5 e3 lll bd7 6 �d3 dxc4). Las
blancas a menudo se apartan de esa vía,
con 5 �g5, entrando en las líneas principa­
les del Gambito de Dama Rehusado, que
es lo que las negras querían.
Pero de ese modo incurren en dos pe­
queños riesgos. Podrían acabar jugando la
blanda y tablista Eslava del Cambio (3
cxd5), y podrían no alcanzar la mejor ver­
sión de la Defensa Ortodoxa (5 §J.. g5 �e7
6 e3 0-0), porque la no obligatoria ... c6 no
encaja bien con ... i.. e 7. Una partida del
match Kramnik-Deep Fritz (2002) comen­
zó con 1 d4 lll f6 2 c4 e6 3 lll f3 d5 4 lll c3 c6
1 21
blancas. Por ejemplo: 1 1 ... lll 5f6 12 lll g3 e5
13 lll f5, o bien 12 ... c5 13 'fle2 lll b6 14 i..b3
cxd4 15 lll xd4.
Testigos presenciales describieron a
Kramnik como "visiblemente desmorali­
zado", al comprender que una computa­
dora (difícilmente doctor en psicología) lo
había engañado, llevándolo a una lútea cu­
ya teoría había olvidado.
FORMACIONES ALTERNATIVAS
Las formaciones que todos conocemos del
Gambito de Dama Rehusado (y que nos
gustan o nos disgustan, etc.) suelen apare­
cer después de 1 d4 d5 2 c4 e6 3 lll c3 lll f6
4 §J.. g 5, seguido de 4 ... lll bd7 ó 4 ... §J.. e 7.
5 i.. gS �e7?!.
Las blancas quedaron tan sorprendidas
que permitieron a su rival igualar tras 6 e3
0-0 7 �d3 lll bd7 8 0-0 dxc4 9 i.. x c4 lll d5
10 §J.. x e7 'flxe7 11 l:. cl?! lll xc3 12 n xcJ
e5. Olvidaron que, desde los años treinta
era sabido que 11 lll e 4! es favorable a las
Pero hay otras:
La que sigue puede resultar de un ama­
go de Nimzoindia, 1 d4 lll f6 2 c4 36 3 lll f3 ,
y ahora 3 ... d5 4 lll c3 lll bd7. También se
produce con el orden 1 d4 d5 2 c4 e6 3 lll f3
lll d7 ! ? , como un medio de disuadir la
Apertura Catalana (4 g3 dxc4 y ... lll b6), y
ahora 4 lll c3 lll gf6.
En la posición del diagrama 218 las ne­
gras han cerrado algunas puertas, pero han
abierto otras. La Variante Tartakower-Ma­
kogonov-Bondarevsky y la Defensa Ta-
1 22
SECRETOS DE LA I NVERSIÓN DE J U GADAS EN AJ EDREZ
rrasch no dan buen resultado con ... tt::l b d7.
Pero las negras siguen pudiendo jugar una
Semi-Eslava (5 e3 c6) o bien, después de 5
i.g5, una Defensa Ortodoxa (5 ... �e7),
una Cambridge Springs (5 ... c6 6 e3 'it'a5),
o una variante Manhattan (5 ... .tb4) .
Esta formación también ayuda a las
negras en una Defensa Lasker, 5 � g5 h6
6 �h4 i.e7 7 e3 tt::l e4, como demostró Ulf
Andersson. En el orden más conocido de
la Defensa Lasker, 1 d4 d5 2 c4 e6 3 tt::l c3
tt:Jf6 4 i.g5 i.e7 5 e3 0-0 6 tt::l f3 h6 7 i.h4
tt:Je4, las blancas pueden dejar mal situado
al alfil contrario, y retener una pequeña
ventaja.
Pero en el orden de Andersson �xf6?
es malo, porque las negras pueden reto­
mar de caballo. Una segunda virtud de es­
te orden se pone de manfiesto después de
5 i.g5 h6 6 i.h4 �e7 7 e3 tt::l e4 8 i.x e7
'it'x e7 9 cxd5 tt::l xc3 10 bxc3 exd5 11 'it'b3.
Ésta es una estrategia estándar anti­
Lasker. Después de que las negras defien­
dan el atacado peón d, con 1 1 ... c6 u 11 ...
'it'd6, las blancas tratan de liquidarlo favo­
rablemente, con 12 c4! . Pero aquí las ne­
gras pueden defenderlo con la superior 11
tt::l f6!. Sus piezas están mejor coordina­
das de lo normal, después de 12 c4 c6
13 � d3 i. e6 (14 0-0 .tl c8 15 l:!. abl l:t c7 ·
1 6 cxd5 �xd5, como en la partida P. Niko­
lic-Andersson, Leningrado 1987).
El principal inconveniente de la forma­
ción 1 d4 d5 2 c4 e6 3 tt::l c3 tt::l f6 4 tt::l f3
tt::l bd7 es que las blancas aún no han defi­
nido el desarrollo de su alfil dama. Pueden
crear amenazas con �f4 y tt::l b 5. En mu­
chas de las líneas 1 d4 d5, la mejor respues­
ta a .tf4 es ... c5 ! , pero esto no es tan fuerte
con un caballo en d7.
Esto significa que la idea de Fritz Sa­
misch, 5 cxdS exdS 6 .tf4, debe ser buena.
La natural 6 ... i.e7? permite 7 tt::l b5 !
i.b4+ 8 tt::l d2 �a5 9 'it'a4. Después de 6 ...
c6, las blancas pueden construir un buen
fundamento para el medio juego, con 7
'it'c2 i.e7 8 h3 0-0 9 e3 � e8 10 �d3, una
Variante del Cambio mejor de lo habitual.
Pasemos a otra formación. A Mihai
Suba le gustaba el centro fluido que las ne­
gras obtienen en una Semi-Tarrasch, 1 d4
d5 2 c4 e6 3 tt::l f3 tt::l f6 4 tt::l c3 c5 5 cxd5
tt::l xd5 ! . Pero en 1977, Tigran Petrosian
"me cazó" con 4 �gS! ?, recuerda. Suba tu­
vo que jugar esta posición desconocida y
perdió.
Esta formación encierra una trampa: 4
•••
...
c5?! cae en una línea de la Tarrasch, 5
APERTURAS DE PEÓN DAMA
cxdS exdS 6 lbc3, que se sabe es mala des­
de los tiempos en que Mr. MacDonnell se
enfrentó a Monsieur La Bourdonnais. Un
siglo más de experiencia con 6 ... .te6 7 e4!
y 6 ... lbc6 7 �xf6 gxf6 8 e3 así lo confir­
man.
Otro mérito es que las blancas pueden
eludir favorablemente las variantes Cam­
bridge Springs y Manhattan, respondiendo
al j aque con lb bd2. Por ejemplo: 4 ... lbbd7
S e3 .tb4+ 6 lbbd2 ! , y ahora 6 ... 0-0 7 .td3
h6 8 �h4 es una buena Defensa Ortodo­
xa. Por ejemplo: 8 .. dxc4 9 .ixc4 b6 10 0-0
.tb7 11 'ii'e2 .ie7 12 l:Udl lbe4 13 lb xe4
.ixh4? 14 dS ! , con una gran ventaja, Ga­
briel-Stangl, Altensteig 1993.
Pero 4 ... .ib4+ es más preciso. Des­
pués de S lbbd2 dxc4 ! es bueno para las
negras, como también S .id2 �e7 ! . En
1 934, Hans Müller recomendó 4 . . . i. b4
S lbc3 dxc4 6 e4 cS, y así nació la Variante
Vienesa.
Las negras pueden plantear juegos
mentales con la inmediata 4 ... dxc4!?
.
"Quizá me decida por la Vienesa, res­
pondiendo a S lb c3 con S ... .ib4", dice el
jugador con negras. " Pero quizá juegue S ...
c6, lo que significa que tendremos que
comprobar quién ha memorizado más de
1 23
la Variante Botvinnik. Y si realmente que­
ría jugar la Vienesa, ¿por qué no he dado
el jaque en la cuarta jugada?"
Las blancas a menudo rehúsan entrar
en este juego de adivinaciones, y respon­
den S e3. En tal caso, S ... cS es una línea
marginal, y S .. bS conduce a un juego muy
de doble filo, en una línea relativamente
inexplorada, que sigue con 6 a4 c6 7 lbc3
i.b4 ! .
L a otra opción de las negras, e n l a for­
mación 1 d4 dS 2 c4 e6 3 lbf3 lbf6 4 �gS ,
es 4 ... c6, apuntando de nuevo a una Bot­
vinnik (5 lbc3 dxc4), pero también a una
posible Cambridge Springs (S . . . lb bd7
6 e3 'ii'aS).
A las blancas puede tentarles S lbbd.2.
.
Esto funciona en caso de S . . . lb bd7
6 e3 'ifaS? 7 a3 ! y 8 b4, con ventaja. O bien
tras S ... .ie7 6 e3 lbbd7, una Defensa Or­
todoxa en la que las blancas pueden res­
ponder a 7 .id3 0-0 8 0-0 dxc4? con 9
lb xc4!, como solía hacer Capablanca. Por
ejemplo: 9 ... lbdS 10 .ixe7 lb xe7 1 1 l:l cl
lbg6 12 �xg6 ! hxg6 13 e4, y las negras no
pueden realizar la ansiada ruptura ... es
(Capablanca-Tylor, Hastings 1930).
Pero siempre que las blancas juegan
lb bd2, existe la posibilidad de que ... es ó
1 24
SECRETOS DE LA I NVERSIÓN DE J U GADAS EN AJ EDREZ
... .td6/ ... e5 igualen rápidamente. Aquí, 5 ...
c5 tiene menos impacto, porque es una
pérdida de tiempo. Pero 5 ... ltJbd7 6 e3 h6
7 .th4 �d6! es bueno. Por ejemplo: 8 .,td3
0-0 9 0-0 e5 ! 10 � g3 'JJ!i e 7 1 1 cxd5 cxd5
12 dxe5 ltJxe5, Rivas-Yusupov, Minsk 1982.
Las formaciones anteriores del Gam­
bito de Dama Rehusado permiten a las
blancas transponer a la auténtica Varian­
te del Cambio, con cxd5. Pero no la si­
guiente.
Esta posición puede producirse en el
orden 1 d4 ltJf6 2 c4 e6 3 ltJf3 d5 4 ltJc3
dxc4. Las negras invitan a su rival a entrar
en un Gambito de Dama Aceptado (tras 5
e3), una Variante Vienesa del Gambito de
Dama Rehusado (tras 5 e4 ó 5 .tgS), o in­
cluso en una Nirnzoindia (después de 5
�g5 .tb4 6 e4 c5 7 a3 ! ?).
La opción engañosa es 5 'JJil a4+ ! ? para
tratar de alcanzar un Gambito de Dama
Aceptado superior. En el normal, después
de 1 d4 d5 2 c4 dxc4 3 ltJf3 ltJf6, las negras
pueden responder tranquilamente a 4
'JJ!l a4+ con 4 ... ltJc6, o 4 ... c6. Pero 4 ...
ltJbd7 5 ltJc3 e6 se considera inferior. Esto
significa que 5 'JJ!ia4+ ltJbd7?! lleva las ne­
gras a la mala línea 4 'JJ!i a4+. Por ejemplo:
6 e4 a6 7 .txc4 c6? 8 'JJ!id l ! .te7 9 0-0 0-0
10 a4 b6 11 �d3 .tb7 12 e5 ! , y las blancas.
pronto disfrutaron de un ataque ganador,
Kasparov-Short, Londres 1993. Es mejor 5
... c6 6 'JJ!l xc4 b5.
GAMBITO DE DAMA REHUSADO,
VARIANTE DEL CAMBIO
El primer terna en la Variante del Cambio
es cuándo cambiar. Hoy día, lo normal es
hacerlo en la cuarta jugada. Pero Alexan­
der Alekhine, al comentar la línea 1 d4 d5
2 c4 e6 3 ltJf3 ltJf6 4 ltJc3 ltJbd7 5 cxd5, di­
jo que era mejor 5 �g5 . "Las blancas
siempre pueden cambiar en una fase pos­
terior, cuando el 'clima económico' les re­
sulte más favorable", explicó.
Un ejemplo es 1 d4 d5 2 c4 e6 3 ltJc3
ltJf6 4 �g5 ltJbd7 5 e3 c6. Las negras están
revelando su interés en la Cambridge
Springs. Si las blancas no pueden recordar
la teoría, tiene sentido 6 cxd5 ! . (Un tumo
después es demasiado tarde, 6 ltJ f3 'JJ!i a5
7 cxd5 ltJ xd5 ! .)
Pero cambiar en la tercera jugada es
demasiado pronto. Después de 1 d4 d5
2 c4 e6 3 cxd5? exd5 4 ltJc3.
,
Las negras resuelven su principal pro­
blema en el Gambito de Dama Rehusado,
APERTURAS DE PEÓN DAMA
a saber, cómo desarrollar su alfil dama,
con 4 ... c6! y ... �f5!. Por ejemplo: 5 'ii'c2
�d6 6 tll f3 tll e7 7 .tg5 �f5.
También es impreciso cambiar en la
cuarta jugada, si las blancas ya han defini­
do la posición de su caballo rey, con tll f3 .
Una de las victorias más impresionantes
con negras, comenzó así: 1 d4 tll f6 2 c4 e6
3 tt:'if3 d5 4 cxd5 ? ! exd5 5 tt:'ic3 c6 6 �g5
Ae7 y ... .tf5 ! (7 'it'c2 g6 8 e3 �f5).
Controlar la diagonal bl-h7 es vital en
la Variante del Cambio. Si las negras con­
siguen controlarla, normalmente habrán
igualado. Pero si han jugado un temprano
... tt:'ibd7, entonces cxd5 ! suele dar a las
blancas tiempo suficiente para impedirlo.
Por ejemplo: 1 d4 d5 2 c4 e6 3 tt:J c3 tt:'i f6
4 �g5 tllbd7 5 cxd5 exd5 6 e3 y �d3 ó �c2
harán imposible ... �f5. Salo Flohr, un con­
noisseur del Gambito de Dama Rehusado,
jugaba cxd5 inmediatamente después de
.. . ttJ bd7, aunque fuese en la octava jugada.
La razón por la que muchos grandes
maestros realizan antes la captura (1 d4 d5
2 c4 e6 3 tt:Jc3 tt:Jf6 4 cxd5) es que, una vez
que se haya jugado �g5 y ... �e7, las ne­
gras pueden cambiar favorablemente dos
pares de piezas, tras ... tt:J xd5. El resultado
a menudo se parece a una Defensa Orto­
doxa en la que las negras simplifican, con
... dxc4 y ... tt:'id5.
Tomemos el caso de 1 d4 d5 2 c4 e6
3 tt:Jc3 tt:'i f6 4 � g5 i.e7.
(Ver diagrama 225 .)
Las negras igualan después de 5 cxd5?
tt:'i xdS! 6 �xe7 �xe7. Otro caso similar es
5 e3 0-0 6 cxd5 ? tt:'i xd5 ! 7 A xe7 � x e7
8 tt:'if3 tt:'ixc3 9 bxc3 b6! (10 �e2 �b7 11 0-0
c5 12 tt:Je5 tt:lc6 13 tt:J xc6? .t xc6 14 �f3
l:I. ac8, y las negras ganaron en la partida
Alatorzev-Capablanca, Moscú 1935).
Las blancas también tienen un juego
1 25
cómodo tras 5 tt:'if3 0-0 6 �c2 c6 7 e3
tt:'ibd7 8 cxd5 tt:'i xd5 ! 9 j_xe7 �xe7 (10
�e2 l:l. e8 11 0-0 tt:J xc3 12 bxc3 e5).
Debe tener presente que diferir cxd5
puede entrar en conflicto con las jugadas
precedentes de las blancas. Alekhine tenía
la impresión de que el "clima económico"
era propicio para el cambio después de 1
d4 d5 2 c4 e6 3 tt:Jc3 tt:Jf6 4 �g5 �e7 5 e3
tt:Jbd7 6 l:t cl 0-0, 7 cxd5, porque 7 ...
tt:'i xd5? 8 tt:'i xd5 perdería un peón. Pero
después de 7 ... exd5 8 �d3 c6 9 �c2 %1 e8
10 tt:Jf3, descubrió que su torre dama ha­
bría estado mejor situada en bl para apo­
yar el ataque de minorías, b2-b4-b5.
Otro tema es cuándo desarrollar el ca­
ballo rey blanco. Consideremos 1 d4 dS
2 c4 e6 3 ttJ c3 ttJ f6 4 ji_ g5 c6 5 e3 ttJ bd7
6 cxdS exdS 7 � d3 �e7 .
(Ver diagrama 226.)
Así se jugó la partida Smyslov-Keres,
Campeonato Mundial 1948. Las blancas
siguieron con 8 tll f3 , y las negras respon­
dieron 8 ... 0-0. Actualmente, ambas juga­
das se consideran erróneas. Las negras
debían haber jugado 8 tt:Je4! , pues si 9
tt:J xe4? dxe4 gana pieza, y porque 9 �xe4
�xg5 ! ó 9 Axe7 'iJ/xe7 10 'it'c2 f5 son bue­
nas para sus intereses.
•••
1 26
SECRETOS DE LA I NVERSIÓN DE J U GADAS EN AJEDREZ
Si las blancas quieren jugar lbf3, debe­
rían prepararlo con 8 �c2!, a fin de impe­
dir 8 ... lbe4? , que perdería un peón, tras 8
.txe7 y 9 lb xe4.
Al diferir lbf3, las blancas conservan la
opción extra lbge2, y pueden apoderarse
de la diagonal bl-h7. Hay algún refina­
miento más, si las negras tratan de realizar
... .tfS de otra forma, 1 d4 d5 2 c4 e6 3 lbc3
Pero las negras disponen de otra op­
ción simplificadora, después de 8 .td3, 8
lbh5 9 .txe7 �xe7. Esto da resultado,
porque 10 �xh7 no es jaque, sino un sacri­
ficio incorrecto, por 10 ... g6. Por otro lado,
10 lbf3 y 10 g4 permiten 10 ... lbf4. Las
blancas deberían jugar 10 lbge2, conser­
vando una pequeña ventaja .
lbf6 4 cxd5 exd5 5 �g5 .te7 6 e3 c6 7 �c2
lb bd7, y ahora 8 lb f3 lb f8 9 .t d3 lb e6
VARIANTE DEL CAMBIO: lbbd7,
...c6 y h6
1 0 .th4 g6. Su idea es ... lbg7 y ... .tfS. Des­
pués de 11 0-0 0-0 12 l::t abl aS 13 a3 lb g7 !
14 b 4 axb4 l S axb4 .t fS ! 1 6 lb eS � xd3
17 lb xd3 lbfS 18 �gS lbd7 19 .tf4 lbb6 y
... lbc4, como en una partida de Najdorf, las
negras, como mínimo, han igualado. En tal
caso, explotaron un prematuro 8 lbf3. El
jugador diestro en transposiciones preferi­
ría 8 .td3! y tras 8 lbfS, 9 lb ge2.
(Ver diagrama 227.)
•..
De esta forma, puede optar por el plan
de ruptura central, con f2-f3 y e3-e4, o bien
por g2-g4. Por ejemplo: 9 lbe6 10 .th4
g6 11 0-0-0 lbg7 12 t3!, y ahora puede se­
guir 12 ... .te6 13 g4! , o bien 12 ... lb fS 13
.tf2 �as 14 @bl �e6 lS h3 0-0-0 16 e4! ,
con feroz ataque, Bronstein-Medina, Go­
temburgo 19SS.
...
...
...
...
Hemos visto cómo un temprano ... lb bd7
mej ora las posibilidades negras de jugar
. . . �fS ! . Pero tiene la ventaj a de conectar
rápidamente los caballos. Las negras
pueden responder a .t xf6 con ... lb xf6,
que es importante cuando las blancas
forman la batería 'ii' c2/ .t d3 contra el
peón de h7.
También es significativo que después
de 1 d4 d5 2 c4 e6 3 lbc3 lbf6 4 cxd5 exd5
5 lbt3?! c6 6 .tg5 �e7 7 e3 �f5! 8 .td3
.txd3 9 �xd3 lbbd7!
(Ver diagrama 228.)
.. .las blancas hayan cometido una doble
negligencia, en la quinta jugada, y de nue­
vo cuando omitieron 9 � xf6! .txf6 10
'ii' x d3, que deja descolocadas a las piezas
APERTU RAS DE PEÓN DAMA
enemigas. A las negras les costana tiempo
situar su alfil en la diagonal superior b8-h2
y encontrar una buena casilla para el ca­
ballo.
Pero en la posición del diagrama 228,
las piezas negras están bien coordinadas,
gracias a ... lbbd7 ! , y no deberían tener ma­
yores problemas para igualar. Por ejem­
plo: 10 0-0 0-0 11 .l:t abl aS 12 a3 l:l eS 13 b4
axb4 14 axb4 b5! .
Otra j ugada que las negras a menudo
difieren es . . . c6. No pueden jugar la libe­
radora . . . lb e4 sin ella, porque el peón d
quedaría colgando. Pero eso queda com­
pensado por la posibilildad de j ugar . . . cS
en un solo movimiento. Por ejemplo: 1
d4 d5 2 c4 e6 3 lb c3 lb f6 4 cxd5 e x d5
5 �g5 �e7 6 e3 0-0 7 �d3 lbbd7 8 'ii' c2
l:t e8, y ahora 9 0-0-0 lb f8 10 @bl �e6
11 lb f3 a6 12 lb eS l:t c8 13 h3 cS ! , con
buen j uego, Minogina-Belavenets, Mos­
cú 1 990.
La contrasutileza de las blancas es 8
lb ge2 1:1 es 9 0-0.
(Ver diagrama 229.)
La ausencia de ... c6 significa que 9
lbt'8 puede contestarse con 10 b4!. Nor­
malmente, las blancas deben invertir un
tiempo, como l:t bl, para preparar este
...
1 27
avance temático. Aquí, está justificado tácticamente por 10 ... �xb4 1 1 �xf6 'ii' x f6
12 lb xdS, o bien 1 1 ... gxf6 12 lb xdS ! 'ii' x dS
13 �a4.
El último refinamiento en el orden de
jugadas tiene que ver con el avance ... h6.
Las negras a menudo intercalan esta juga­
da, debido al peligro de �c2/.td3/�xh7+.
Pero deben tener cuidado con obtener la
respuesta -por lo general, �h4- que real­
mente quieren. En consecuencia, las blan­
cas deberían buscar una alternativa a
�h4. Por ejemplo: 1 d4 d5 2 c4 e6 3 lbc3
lb f6 4 cxd5 exd5 5 �g5 �e7 6 e3 lb bd7
7 �d3 c6 8 ¡vc2, y ahora 8 h6?. Las posi­
...
bilidades estarían más o menos igualadas,
tras 9 �h4 lbf8 10 lbge2 lbe6 y ... lbgS ! .
También 9 . . . 0-0 1 0 lbge2 l:t e8 1 1 0-0 lbf8
y ... lbe4.
Sin embargo, es mucho más promete­
dor 9 �f4!, después de 9 ... 0-0 10 0-0-0, o
de 10 lbge2 i::t e8 1 1 0-0-0 y h2-h3/g2-g4.
Las blancas deberían procurar trans­
poner de una Defensa Ortodoxa, en la
que se ha jugado ... h6, a una Variante del
Cambio. Por ej empl o : 1 d4 d5 2 c4 e6
3 lbc3 lbf6 4 �g5 lbbd7 5 lbf3 h6. Aho­
ra, si 6 �h4 �e7 7 cxdS, las negras repli­
can 7 ... lb xdS ! , con igualdad. Pero existe
la inmediata 6 cxd5!?
1 28
SECRETOS DE LA I NVERSIÓN DE JUGADAS EN AJ EDREZ
exd5 y quedó un poco peor (9 i.f4 c5 10
i.e2).
GAMBITO DE DAMA REHUSADO,
DEFENSA ORTODOXA
En la Defensa Ortodoxa, 1 d4 d5 2 c4 e6
3 lbc3 lbf6 4 �g5 �e7 5 e3 0-0 6 lbf3
lbbd7, las sutilezas de las blancas comien­
zan con su torre dama, cuya primera fun­
ción, según se sitúe en el ó dl , es disuadir
al rival de ... c5, le mejor ruptura liberado­
ra de las negras.
Si las negras esquivan el reto, 6 exd5
7 i.h4 �e7 8 e3, quedan algo peor. Por
•..
ej emplo: 8 . . . c6 9 'iWc2 0-0 10 i.d3 l:t e8
1 1 i.g3 lbf8 12 h3 .te6 13 0-0 lb6d7 14 lba4
a5 15 a3, l. Sokolov-Seirawan, Campeona­
to de Holanda por equipos 2002.
Aceptar el sacrificio, 6 hxgS 7 dxe6
fxe6 8 lb xgS garantiza amplia compensa­
ción a las blancas (8 ... i.d6 9 e4! , como en
la partida Torre-P. Nikolic, Leningrado
1987).
Otro orden en que puede incluirse el
avance ... h6 es: 1 d4 dS 2 c4 e6 3 lbc3 i.e7
4 lbf3 lbf6 5 i.g5 0-0 6 e3 lbbd7 7 'iWc2, y
ahora 7 h6. Esto provocó la rutinaria 8
i.h4 en autoridades del Gambito de Da­
ma Rehusado como Akiba Rubinstein,
Viktor Korchnoi y Boris Spassky. Pero sus
oponentes omitieron la buena réplica 8
cS!. Por ejemplo: 9 l:l dl 'iWa5 10 cxd5
lbxd5 11 .txe7 lbxe7 12 i.e2 lbd5! 13 0-0
lb xc3 14 bxc3 b6 y ... .ta6, Carlsen-Han­
sen, Skanderborg 2005.
Sin embargo, en 1961 , un aficionado
demostró la fuerza de 8 cxd5!. Su oponen­
te, confundido, respondió 8 ... lb xd5? y
perdió un peón, porque tenúa que 8 ...
hxg5 9 dxe6 ofreciese una compensación
excesiva a las blancas. Kasparov revivió la
idea contra Portisch, quien respondió 8 ...
...
•••
..•
Las negras igualan en caso de 7 a3?! c5!
y de 7 'iWb3 c5! (8 cxd5 cxd4 9 lb xd4 lbc5 !
10 'iWc2 lb xd5, Poluljahov-Tregubov, Kras­
nodar 2000). Eso explica la jugada 7 � el,
que normalmente provoca 7 ... c6, que pro­
tege los peones e y d y prepara otras ideas
liberadoras, como ... lbe4.
Pero si ya se ha jugado ... c6, en el caso
de que las negras hayan utilizado un orden
como 1 d4 dS 2 c4 c6 3 lbf3 e6 4 lbc3 lbf6
5 .tgS lbbd7 6 e3 i.e7?!, no hay necesidad
apremiante de jugar l:l el . Rubinstein de­
mostró que las blancas pueden emplear
sus piezas pesadas de forma más efectiva,
con 7 'iWc2! 0-0 8 .l.:!. dl!. Ahora, 8 ... c5 trans­
pone a una posición de libro, en la que las
APERTURAS DE PEÓN DAMA
negras se han retrasado una jugada, y se
encuentran bajo fuerte presión, tras 9 cxdS
exdS 10 dxcS.
Gracias al tándem 'it'+� , la liquidación
familiar, 8 ... dxc4 9 �xc4 tt:JdS 10 Axe7
'it'xe7 1 1 0-0 tt:J xc3 12 'it'xc3 , no permite
... es y deja a las negras con serios proble­
mas, tras 12 . . . cS 13 'it'a3 , ó 13 �bS cxd4
14 'it'xd4 tt:Jf6 lS lt:JeS tt:Je8 16 �d7 (Bo­
goljubov-Müller, Zurich 1934).
A las blancas les encantaría imponer su
juego en estas posiciones. Pero si las ne­
gras tienen cuidado con ... c6, sólo pueden
intentar engañar a su rival. Una forma de
hacerlo es con un temprano 'it'c2, en lugar
de e2-e3 . Por ej emplo: 1 d4 d5 2 c4 e6
1 29
gar, y es bueno para las negras 6 c5!. La
situación es similar cuando las negras em­
plean el orden 1 d4 d5 2 c4 e6 3 tt:Jc3 �e7
para diferir AgS y las blancas lo difieren
voluntariamente aún más: 4 tt:J f3 tt:J f6
5 'it'c2, en cuyo caso, 5 0-0 6 �g5! h6 les
permite alcanzar la prometedora posición
7 �xf6 Axf6 8 0-0-0.
•••
•••
3 tt:Jc3 tt:Jf6 4 Ag5 Ae7 5 tt:Jf3 o-o 6 �c2.
Otra jugada natural, 5 tt:Jbd7, permi­
te una excelente Variante del Cambio, 6
cxd5! exd5 7 �f4! c5 8 e3 0-0 9 A d3 , ya
que el caballo dama negro está mal situa­
do. Pero, una vez más, las negras pueden
atacar el centro con ... cS, antes de que las
blancas lo impidan con l:t dl. Por ejemplo:
•••
5 c5!? 6 cxd5 cxd4! 7 lt:Jxd4 exd5 8 �g5
tt:Jc6 9 .:. dl h6 10 � h4 'it'a5, como en la
•••
Ahora, 6 c6?! 7 e3 tt:J bd7 8 l:t dl!, las
blancas consiguen su objetivo. Este orden
también abre la opción del 0-0-0. Por
ejemplo: 6 ... h6 7 �xf6! �xf6 8 0-0-0 y 9
e4, con buenas posibilidades.
Después de 6 tt:Jbd7, pueden pasar a
la Variante del Cambio, ya que 7 cxd5
ttJ xd5? pierde un peón (8 ttJ xdS exdS
9 Axe7 'fkxe7 10 'it'xc7, o bien 8 ... �xgS
9 lt:J xc7).
Pero el problema de un temprano 'it'c2
es que la torre blanca aún no está en su lu•..
.•.
partida Rustemov-Ubilava, Olite 2006.
GAMBITO DE DAMA REHUSADO,
DEFENSA LASKER
El punto de partida típico de la Defensa
Lasker es 1 d4 d5 2 c4 e6 3 tt:Jc3 tt:Jf6 4 Ag5
�e7 5 e3 h6 6 .i.h4 0-0 7 tt:Jf3 tt:Je4. A di­
ferencia de posiciones similares, la retirada
a g3 no es aquí prometedora (8 �g3 ? !
�b4 9 J:t cl cS).
Cuando mejor funciona la simplifica-
1 30
SECRETOS DE LA I NVERSIÓN DE J UGADAS EN AJEDREZ
dora . . . lbe4 es cuando las blancas tienen
un caballo en c3, de modo que es posible
... lb xc3, y otro en f3, de modo que con
... lb xe4/ ... dxe4 queda atacado. Las blancas
pueden evitar tal disposición de piezas,
postergando lbf3 ó lbc3. Por ejemplo: 1 d4
dS 2 c4 e6 3 lbf3 lbf6 4 .tgS ii.. e7 5 e3.
las blancas juegan 1 d4 dS 2 c4 e6 3 lbc3
·
lbf6 4 ii.g5 lbbd7 5 e3 c6 6 a3
. .. pueden obtener una versión razonable
de la Ortodoxa Rubinstein, 6 ii.e7 7 lbf3
0-0 8 '!i'c2 y l:i dl. Pero las negras pueden
transponer a una buena Lasker, con 7
lbe4, o con 7 h6 8 ii.h4 lb e4, en cuyo ca­
so a2-a3 no habrá servido de mucho.
La fuerza de la línea principal de la
Cambridge Springs, 6 lbf3 'i!VaS depende
hoy de si las blancas pueden lograr venta­
ja con 7 cxdS lb xdS 8 '!i'd2 ii.b4 9 It cl.
Las negras deben decidir cuándo j ugar
... e5, ... h6 y ... 0-0, pues de no ser así queda­
rán claramente peor. La formación básica
es la del diagrama:
•••
•••
•••
Ahora, 5 lbe4 ha estado bajo sospe­
cha desde la partida W. Cohn-Leonhardt,
Ostende 1907, que siguió con 6 ii.xe7
'!i'xe7 7 lbbd2! 0-0 8 ii. d3 y 8 .. f5 9 0-0
lbd7 10 '!i'b3 c6 11 : acl , y dio a las blan­
cas una excelente Holandesa Stonewall.
Sin embargo, 5 0-0 deja la pelota en
el tejado. Las blancas pueden continuar
retrasando lbc3 , y jugar 6 '!i'c2, después de
lo cual podrán conseguir una formación
ideal de la Defensa Ortodoxa, 6 lb bd7
7 lbc3 c6 8 .!itdl!. Pero una vez más, 7 cS! es
bueno y las negras deberían poder igualar.
•••
.
•••
•••
...
GAMBITO DE DAMA REHUSADO,
DEFENSA CAMBRIDGE SPRINGS
Las blancas tienen varias formas de evitar
la Cambridge Springs, en los órdenes tra­
dicionales. Pero la mayoría de ellos permi­
ten a las negras entrar en una buena
Defensa Ortodoxa o una buena Lasker. Si
1 31
APERTURAS DE PEÓN DAMA
En esta posición, las negras han obteni­
do buenos resultados. Por ejemplo: 13 e4
tll f4 14 ..tc4 tll g6 15 a3 tll xh4! , como se ju­
gó en una partida Alekhine-Bogoljubov
que ganaron las negras, y 13 'i!i'c2 exd4
14 exd4 tll 7b6 15 tll eS ..te6 finalizó en rá­
pidas tablas, Piket-Ivanchuk, Mantecado
1993.
Lo difícil para las negras es alcanzar
esa formación. El match de Candidatos de
1983 entre Kasparov y Smyslov sometió a
prueba varios órdenes de jugadas, y de­
mostró que 9 e5?! era malo, en vista de
10 a3! ..txc3 11 bxc3 'i!i'xa3 12 e4, con un
peligroso ataque. Ese tipo de sacrificio es
una de las principales preocupaciones de
las negras. Alekhine dijo que el mejor or­
den de las negras para alcanzar la forma­
ción era 9 0-0 10 ..td3 e5, y ahora 11 0-0
h6 12 ..th4 l::t c8. Pero se basaba en su afir­
mación de que 1 1 a3 ! ? ..txc3 12 bxc3
'i!i'xa3 era incorrecto.
Si un jugador de la Cambridge Springs
tiene dudas al respecto, debería considerar
la ligeramente distinta 9 0-0 10 ..td3 h6.
•••
.•.
Pero este orden tiene un problema poten­
cial en 11 ..tf4!? tll xf4 12 exf4, que impide
. . . es . Por ej emplo : 1 2 . . . tll f6 1 3 0-0 cS
14 dxcS � xcS lS a3 � e7 16 tll eS l:t d8
17 'i!i'e2 fue prometedor para las blancas
en la partida Hillarp Persson-Vera, Erevan
1996.
Algunas autoridades dicen que lo me­
jor es 9 . . . h6, porque aquí 10 .tf4 es menos
prometedor, y 10 .th4 0-0 11 ..td3 eS llega
a la formación deseada. Pero las blancas
podrían mejorar con 1 1 �c4 ! ? , como en
una partida de Alekhine, que siguió con 1 1
. tll xc3 1 2 bxc3 ..ta3 13 Ja bl e s 14 .tg3.
Por consiguiente, las negras deberían op­
tar por el orden que evita lo que quieren
evitar. Si no les importa j ugar 9
0-0
10 .td3 h6 1 1 .tf4 ! ? , entonces ésa es su
mejor apuesta. Pero si están dispuestas a
aceptar uno de los gambitos, otros órdenes
son superiores.
.
. . .
GAMBITO DE DAMA REHUSADO,
VARIANTE BOTVINNIK
•••
Si busca en los libros la Variante Botvin­
nik, la encontrará baj o el orden 1 d4 dS
2 c4 e6 3 tll c3 tll f6 4 tll f3 c6 S ,,tgS dxc4. Pe­
ro el pequeño secreto de los especialistas
en la Botvinnik es que muy pocos utilizan
actualmente ese orden, porque la ductili­
dad en su manejo garantiza a las blancas
muchas alternativas prometedoras, entre
ellas 4 .tgS y 4 cxdS.
Son otros órdenes, como 1 d4 d5 2 c4
c6 3 tll f3 tll f6 4 tll c3 e6, lo que convier­
ten a la Variante Botvinnik en el arma
que es.
(Ver diagrama 238.)
Ahora, 11 ..th4 l::t e8 12 0-0 e5 llega a la
formación, y 12 a3 ..tf8 también es seguro.
Las negras evitan 11 . eS 12 a3 ! ? , que po­
dría ser una buena versión del gambito.
..
"¿Conoces tanto como yo de la Varian­
te Botvinnik? ," pregunta el jugador con
negras. "¿O acerca de la Merano?"
1 32
SECRETOS DE LA INVERSIÓN DE JUGADAS EN AJEDREZ
Quiere decir acerca de 5 � gS dxc4, o
de 5 e3 llJbd7 6 i.d3 dxc4. Si a las blan­
cas no les gustan sus respuestas a tales
preguntas, también deberían estar decep­
cionadas cuando buscan alternativas y
ven que 5 cxdS exdS! es una inofensiva
Variante del Cambio (6 .t g5 .te7 y
... .tf5 ! ) . E incluso si conociesen las inten­
ciones de las negras, las blancas deberían
ser reticentes a jugar cxd5 en la tercera o
cuarta jugadas, porque acabarían en una
línea supertranquila de la Variante del
Cambio en la Eslava. Así pues, lo que un
jugador de la Botvinnik está diciendo con
este orden es: "No tienes mucho dónde
elegir. O es la Botvinnik para ti, o es una
rápida igualdad para mí."
Cuando las blancas entran en 5 .t gS
dxc4, justifican el peón perdido con 6
e4 bS 7 e5 h6 8 � h4 gS 9 llJ x gS hxgS
10 i. x gS , con tremendas complicacio­
nes. Una de las posiciones menos anali­
zadas se produce cuando el alfil se retira
a g3 .
(Ver diagrama 239.)
En esta posición están sucediendo mu­
chas cosas, y además en ambos flancos. Por
ejemplo: 9 ... llJxd5 10 llJd2 �e7 11 �e2
i.b7 12 llJde4 llJd7 13 h4 c5 14 hxg5 lLl xc3
1 5 llJ xc3 cxd4 16 'i!Vxd4 i. xg5 17 0-0,
como en la partida Hillarp Persson-Hec­
tor, Gotemburgo 2006, que ganaron las
blancas.
Si esto le parece atractivo, tal vez me­
rezca la pena que añada a su repertorio 9
i.g3, porque puede llegar a la posición del
diagrama 239 por otros órdenes. Por ejem­
plo, después de 1 d4 d5 2 c4 e6 3 llJ c3 c6
4 llJ f3 llJ f6 5 i. g5 , y si a las negras no
les gusta la Botvinnik ni la Cambridge
Springs, j ugarán 5 ... h6. Los libros solían
decir "si 6 i.h4?, entonces 6 ... dxc4! gana
un peón".
Sin embargo, 6 i.h4 dxc4 7 e4 es pro­
metedor, incluso después de 7 ... g5 8 .tg3
b5. En tal caso, las blancas tienen diversos
medios de buscar compensación, entre
ellos 9 e5, llegándose a la posición del dia­
grama 239.
GAMBITO DE DAMA REHUSADO,
VARIANTE VIENESA
Ha habido muchas tentativas por refutar
la Variante Vienesa, 1 d4 dS 2 c4 e6 3 llJf3
llJf6 4 llJc3 dx4 5 �gS i.b4 6 e4 cS, pero
la conservadora 7 i.xc4 es hoy la línea
principal. La formación derivada de ella se
refleja en el diagrama:
APERTU RAS DE P EÓN DAMA
1 33
cas pueden tener que arriesgarse, con 10
lDc2 i.xc3 11 j¡_xc3 �gS ! 12 'ii'e2 'i!Vxg2
13 0-0-0.
DEFENSA TARRASCO
Y SEMI-TARRASCO
La teoría antigua afirmaba que las
blancas estaban mucho mej or ( 1 1 . . .
'ii' xc4+ 12 '>f;gl gxf6? 13 l:. cl, o bien 12 .. .
lDd7 13 %:'l cl). Pero 11 ... gxf6! resultó ser
excelente para las negras y hoy su mayor
preocupación es cómo llegar a la posición
del diagrama 240.
Una forma de lograrlo es con 7 i.xc4
cxd4 8 lD xd4 'ika5, después de lo cual 9
.txf6 .txc3+ 10 b xc3 'if xc3+ 11 <ott fl . La
otra es 8 i.xc3+ 9 bxc3 'ii'a5 , y ahora 10
�xf6 'i!Vxc3+. La ventaja del primer orden
es que las negras preservan su alfil rey pa­
ra la defensa de las casillas oscuras. Esto es
importante en el segundo orden, cuando
las blancas ensayan 10 �bS+, en lugar de
10 �xf6. Después de 10 ... lDbd7 1 1 i.xf6
'ii' x c3+ 12 <ott fl gxf6 13 h4! y %:'l h3, ofrece
buenas perspectivas a las blancas. Pero en
el primer orden, el jaque es inocuo, 8 ...
'i!VaS 9 .tbS+ lDbd7 10 .txf6 gxf6.
El problema de 8 ... 'ii' a S, según las au­
toridades, y ya de análisis que se remontan
a los años treinta, es "9 i.d2 ! , y después de
9 . . . es, 10 tDc2".
Pero 9 �d2 es tan pasivo que 9 .. . 0-0
hace que las piezas blancas parezcan mal
colocadas (10 'ii' e2 l::t d8 1 1 lDf3 lDc6 12 a3
.txc3 13 �xc3 'i!VhS, Summerscale-Wells,
Millfield 2000). En lugar de ello, las blan-
Actualmente, la formación de la Defen­
sa Tarrasch se produce con este orden: 1
d 4 d5 2 c4 e 6 3 lD c3 c5 4 c x d5 e x d5
5 lD f3 lD c6 6 g3 lD f6 7 i.g2 i.e7 8 0-0
0-0, y el peón d negro se convierte en el
foco del medio j uego, tras el cambio de
peones. Por esto es por lo que las negras
pueden apresurarse a defenderlo con 5
. lDf6?!
•
.
.••
Su castigo en tal caso es 6 j¡_g5!, pues
habrían transpuesto a 1 d4 dS 2 c4 e6 3 lDf3
lDf6 4 �gS, cuando las negras juegan le
negligente 4 . . . cS? ! y permiten S cxdS exdS
6 lDc3.
La respuesta correcta es 5 lDc6!, en
cuyo caso 6 �g5 pierde fuerza, por 6
� e7! .
Las negras pueden caer en la misma
trampa, a través de la Semi-Tarrasch, 1 d4
dS 2 c4 e6 3 tDc3 lDf6 4 lDf3 cS, si juegan S
cxdS exdS? (en lugar de S ... lD xdS) 6
�gS ! .
.••
•••
1 34
SECRETOS DE LA INVERSIÓN DE J UGADAS EN AJEDREZ
DEFENSA ESLAVA
Las primeras jugadas de la Defensa Eslava
encierran cierta sutileza, a causa de las fuer­
tes impresiones que los jugadores tienen
acerca de las líneas principales, como la Es­
lava Abierta, y las variantes Merano y Chi­
gorin de la Semi-Eslava. En consecuencia,
una Eslava a menudo es una batalla silen­
ciosa entre un jugador que trata de evitar,
digamos, la Eslava Abierta, y otro que trata
de evitar la Merano, correspondiendo normal­
mente el éxito al que mejor sabe transponer.
Tomemos, por ejemplo, este inicio de
fea apariencia: 1 d4 lll f6 2 c4 c6 y 3 d5.
No se le ha prestado mucha atención, a pe­
sar de que ha sido empleada por Paul Ke­
res, Efim Bogoljubov y Alekhine. Las
blancas a menudo responden 3 lll c3 auto­
máticamente y, después de 3 ... d5, com­
prenden que no pueden plantear líneas
anti-Merano, como lll bd2 o diferir una ju­
gada el desarrollo del caballo dama, como
en la línea 1 d4 d5 2 c4 c6 3 lll f3 lll f6 4 e3
e6 s Ad3 lll bd7 6 o-o.
O bien, supongamos que se juega 1 d4
d5 2 c4 c6 y ahora 3 e3.
...
que un temprano e2-e3 es una buena for­
ma de evitar el alto "mantenimiento" de
la Variante Abierta (1 d4 d5 2 c4 c6 3 lll c3
lll f6 4 lll f3 dxc4) . Para lograr ventaja, las
blancas deben jugar 5 a4 �f5 6 e3 ó 6
lll e5, o incluso arriesgarse con el gambito
5 e4! ?. En cualquiera de estos casos, ten­
drán que memorizar una buena cantidad
de teoría.
Pero si las negras juegan ... dxc4, des­
pués de e2-e3, las blancas pueden retomar
en c4 sin perder un tiempo con a2-a4,
transponiendo así a un Gambito de Dama
Aceptado favorable, como si las negras
hubiesen jugado 1 d4 d5 2 c4 dxc4 3 e3
c6? ! 4 � xc4.
En caso de 1 d4 lll f6 2 c4 c6 3 e3, las ne­
gras tienen la buena alternativa 3 g6!.
Luego, pueden transponer a una de las
mejores versiones de la Defensa India de
Rey. Por ejemplo: 4 lll c3 il. g7 5 lll f3 0-0
6 �d3 d6! 7 0-0 lll bd7 8 11Wc2 c5 9 l:t dl 11We7
10 .tfl e4 1 1 lll d2 :l e8.
El orden e2-e3 en cualquier Eslava tie­
ne otros dos inconvenientes. Uno es que
... �f5 ! es más seguro cuando el alfil dama
blanco está bloqueado. Por otro lado, las
negras pueden transponer a una buena ver­
sión de la Variante Schlechter de la Grün­
feld (1 d4 d5 2 c4 c6 3 lll f3 lll f6 4 e3 g6). La
reputación que la Schlechter tiene de plo­
miza se basa en líneas con las más empren­
dedores �f4 ó Jl.g5.
•••
DEFENSA ESLAVA, VARIANTE
DEL CAMBIO
¿Por qué deberían las blancas optar
por una jugada tranquila? La razón es
Las blancas pueden iniciar la Variante del
Cambio en la tercera jugada (como hacen
hoy casi todos los jugadores) , en la cuarta
(como prefería Botvinnik) o más tarde. El
motivo de postergarla es que las negras
pueden definir prematuramente la posi-
APERTU RAS DE PEÓN DAMA
1 35
ción de sus piezas, antes de saber que su ri­
val va a jugar exd5 . Por ej emplo: 1 d4 dS
DEFENSA ESLAVA, 3 lLic3
2 c4 c6 3 lLit3 lLif6 4 lLic3 �fS? 5 cxdS cxdS
6 �b3! es favorable a las blancas.
En otros tiempos, esta jugada se prefería a
3 lLif3 (después de 1 d4 d5 2 c4 c6), porque
cumple mejor la tarea de disuadir ... �f5,
como en la línea 3 lLi c3 lLi f6 4 e3 � f5 ? !
5 cxd5 cxd5 6 �b3.
Hoy día, cuando las blancas eligen 3
lLic3 suele deberse a otra razón, a saber,
llegar a la Semi-Eslava, después de 3 ...
l¿jf6 4 e3 e6 5 lLif3, sin permitir la Variante
Abierta, 4 lLic3 dxc4. Los libros dicen que
el inconveniente de 3 lLJc3 es 3 dxc4, de­
bido a que ... b5-b4 atacará el caballo.
••.
Lo mismo puede decirse de 4 . . . lLibd7,
pues 5 cxd5 ! cxd5 6 �f4 deja al caballo da­
ma mal colocado, Después de 6 e6 7 e3
�e7 8 h3 0-0 9 �d3, las blancas tienen las
mejores piezas. Por ejemplo: 9 ... lLib6 10 0-0
�d7 11 lLJe5 l:l c8 12 �b3 ! �e8 13 l:Hcl
lLifd7 14 a4! , Reshevsky-Bemstein, Cam­
peonato de EEUU 1951.
En la Variante del Cambio normal, 3
cxdS cxdS 4 lLi c3, hay una pequeña tram­
pa para un jugador inadvertido que lleve
las negras, y piense que este orden le per­
mite 4 lLi c6 , en cuyo caso se verá sor­
prendido por 5 e4! . Las blancas disfrutan
de una clara ventaj a tras 5 ... dxe4? 6 d5
lLie5 7 �a4+ �d7 8 �xe4. Las negras de­
berían jugar 5 ... lLJf6, con la esperanza de
que las blancas les permitan la variante del
final en el Ataque Panov (6 exd5 lLi xd5
7 lLJf3 �g4 8 'ifb3 �xf3 9 gxf3, etc.). Pero es
mucho más prometedor 6 eS lLie4 7 ii.d3.
Por ejemplo: 7 ... lLi xc3 8 bxc3 e6 9 lLif3 h6
10 0-0 lLi a5 11 .!:[ bl �d7 12 lLid2 y �g4,
Gaprindashvili-Murshed, Polanica Zdroj
1986.
•••
•••
Pero en la práctica las negras juegan a
menudo 3 lLic3 dxc4 sin intención de se­
guir con ... b5. Lo conocen todo acerca del
truco 3 lLic3 lLJf6 4 e3 para evitar la Eslava
Abierta. "Pero yo soy quien va a plantear
la trampa", se dice el jugador a sí mismo,
"porque llegaré allí después de 3 . . . dxc4
4 lLif3 lLif6 ! " .
Las blancas pueden evitar l a Abierta
con 4 e4!?. Pero entonces 4 ... bS tiene ma­
yor justificación (5 a4 b4 6 lLi a2 lLif6!). En
lugar de ello, prefieren 4 e3, y puede seguir
4 ... b5 5 a4 b4 6 lLia2 e6 7 �xc4 lLif6 y,
puesto que no tienen un peón atacado en
e4, pueden continuar con 8 lLif3.
1 36
SECRETOS DE LA I NVERSIÓN DE JUGADAS EN AJ EDREZ
¿Qué ha sucedido? Este orden a menu­
do se produce tras 1 d4 dS 2 c4 c6 3 tLlf3
tLlf6 4 tLlc3 dxc4, cuando las blancas no
buscan la ventaj a con 5 a4 ni 5 e4! ? , sino
que juegan la inocua 5 e3.
Ahora, 5
bS 6 a4 b4 7 tLi a2 e6
8 .i x c4 llega a l a posición del diagrama
245 . Por ej emplo: 8 . . . tLl bd7 9 0-0 .t b7
1 0 .t d2 a5 1 1 tLi c l .t d6 1 2 tLl b 3 c5
13 'ife2 0-0 14 Jl fdl 'ifb6. Las negras ríen
las últimas. No sólo han entrado en la
Eslava Abierta, sino que, al tratar de evi­
tarla, las blancas incluso han entrado en
una versión absolutamente igualada de
la misma.
•••
DEFENSA ESLAVA, 3 tLlf3
Aunque 3 tLlf3 dxc4 tiene menos empuje
que la versión 3 tLic3 dxc4, a las negras
puede gustarles, debido a los trucos que
contiene. Cuando las blancas tratan de
castigar 3 . . . dxc4 con 4 e4 bS 5 a4, pueden
evitar la transposición al Gambito Eslavo,
5 . . . tLlf6, mediante 5 e6!
(Ver diagrama 246.)
••.
De este modo quieren empujar a las
blancas a jugar 6 tLic3 �b4!, una versión
de la Variante Noteboom en la que las
blancas han avanzado a e4. El peón es más
agresivo en esta casilla, pero también más
vulnerable. Ambos bandos tienen posibili­
dades, después de 7 .te2 tLl f6 8 'ifc2 �b7
9 0-0 a6 10 e5 tLld5 11 tLie4 tLld7.
La idea temática es 6 axbS cxbS 7 b3.
Pero de nuevo las negras deberían atacar
e4. Por ejemplo: 7 ... tLlf6! 8 e5 tLie4 9 bxc4
.tb4+ 10 tLlbd2 tLic6 1 1 .td3 tLic5 ! , con
buenas posibilidades para las negras, Be­
liavsky-Jarlov, Ljubljana 2002.
Más habitual es 3 . tLlf6, después de 1
d4 d5 2 c4 c6 3 tLlf3. Ahora, 4 'ifc2!? per­
mite a las blancas eludir la Variante Mera­
no, respondiendo a 4 ... e6 con 5 g3. Las
negras tienen su elección principal en la
Catalana Cerrada (que a pocos jugadores
Merano les gusta) y una Holandesa Stone­
wall, con 5 ... tLie4 y 6 ... f5, en la que toda­
vía menos entrarían.
La jugada de dama también puede ser
un buen arma contra una Eslava Abierta,
debido a 4 dx c4 5 e4 bS 6 b3!. Las blan­
cas tienen buena compensación después
de 6 ... cxb3 7 axb3 e6 8 �d2. Por ejemplo:
8 . . a5 9 �d3 �b7 10 0-0 .te7 11 �c3
(Nakamura-Hansen, Malmo 2005) . 4 'ifc2
no tiene un inconveniente serio, pero 4
g6 es una versión mejor de la habitual de
..
•••
.
•.•
APERTU RAS DE PEÓN DAMA
la Eslava Schlechter, porque ... .tfS ganará
un tiempo.
Si las blancas omiten las distintas eva­
siones de la Eslava Abierta y continúan
con 4 lll c3 , las negras tienen la alternativa
4 dxc4 5 a4 �f5, en forma de 5 e6! ?
.•.
.•.
La tentación natural es castigar una ju­
gada tan pasiva con 6 e4. Pero 6 �b4
7 e5 ll'ld5 8 �d2 b5 9 axb5 transpone a una
línea del Gambito Eslavo que no es del to­
do mala para las negras (5 e4 bS 6 eS ll'ldS
7 a4 e6 8 axbS �b4 9 �d2). Esto tiene una
ventaja psicológica, ya que la preferencia
de las blancas por 5 a4 (en lugar de 5 e4)
indica que no confían en las líneas de gam­
bito.
La réplica más corriente, en la posición
del diagrama, es 6 e3. Después de 6 c5
7 �xc4, estamos en un Gambito de Dama
Aceptado, en el que las blancas disponen
de un tiempo extra, a2-a4. Pero a Kram­
nik, entre otros, le gusta la posición de las
negras, porque después de 7 ... lll c6 8 0-0
cxd4 9 exd4 �e7, logran algún control de
dS, ocupando el agujero de b4 con su caba­
llo. Por ejemplo: 10 'it'e2 0-0 11 l:!. dl lll b4,
y las negras parecen estar bien. Podría se­
guir 10 �gS 0-0 11 l:l el �d7, como en la
partida Navara-Svidler, Turín 2006.
1 37
ESLAVA, TRES PEONES
Cuando las negras emplean sus tres prime­
ras jugadas en disponer sus peones en dS,
c6 y e6, están sacrificando el desarrollo en
aras de posibles transposiciones. Pueden
inducir a unas reticentes blancas a entrar
en la Botvinnik, la Noteboom y otras va­
riantes agudas, o incluso en una Holande­
sa mejor de lo normal, además de algunas
líneas de la Merano, evitando, de paso, las
líneas peligrosas de esta última variante.
Puede que las negras prefieran 1 d4 dS
2 c4 c6, seguido de 3 ... e6, al otro orden, 2
... e6 y 3 ... c6, porque 2 . . . c6 parece inducir
3 lll f3 . De esta forma, no tienen que en­
frentarse al Gambito Marshall, 3 lll c3 e6
4 e4. Pero otro jugador con negras preferi­
rá 2 ... e6 3 lll c3, porque impide la opción
ll'lbd2 en la Semi-Eslava.
••.
.••
El orden 3 lll c3 priva a las blancas de 4
�gS y disuade 4 cxdS, debido a 4 ... exdS !
y ... �fS, igualando.
Las negras se arriesgan a que su rival
plantee el Marshall, 4 e4, pero pueden tra­
tar de impedirlo con 4 �b4, y después
de 5 exdS cxdS 6 lll f3, entrar en una Caro­
Kann Panov, relativamente benigna. Sin
embargo, 5 eS ó 5 'it'g4 son un mayor de•..
1 38
SECRETOS DE LA INVERSIÓN DE JUGADAS EN AJ EDREZ
safio. Por ejemplo: 5 'it'g4 tll f6 6 �xg7 l: g8
7 �h6 dxe4 8 a3 �xc3+ 9 bxc3 e5, como
en la partida Gelashvili-Izoria, Atenas
2005.
Las principales alternativas en la cuar­
ta jugada son una Catalana poco explora­
da, 4 g3, y mantener la situación fluida, con
4 tll f3 ó 4 e3. La flexibilidad de la Varian­
te Tres Peones queda ilustrada por las
opiones de las negras después de 4 tll f3 :
(a) 4 ... f5 crea una Stonewall, con la
que las negras pueden sentirse felices, pues
no tendrán que preocuparse de las manio­
bras tll h3-f4 y tll bd2, peligrosas en los ór­
denes normales de la Defensa Holandesa.
Pero las blancas no han sido privadas de 5
�f4 ! , favorable a su causa.
(b) 4 ... tll f6 invita a entrar en una Se­
mi-Eslava (5 e3 tll bd7) o un Gambito de
Dama Rehusado (5 �g5). Las negras pue­
den esperar este último caso, pues si las
blancas buscasen entrar en una Semi-Esla­
va, podrían haberlo hecho directamente
con 4 e3, sin tener que ocuparse de 4 tll f3
dxc4.
(c) 4 dxc4 empuja a las blancas hacia
una Noteboom (5 a4 �b4). Esta variante
tiene una carga teórica tan densa que sólo
los muy valientes y los teóricos se atreve­
rán a jugar con seguridad 4 tll f3, a menos
que ...
A menos que las blancas piensen res­
ponder a 4 tll f3 dxc4 con 5 �g5! ?
(Ver diagrama 249.)
•••
Ésta es la forma que las blancas tienen
de decir "sospecho que no quieres entrar
en una Botvinnik, porque si así fuese, ha­
brías jugado 4 . . . tll f6, y después de 5 �g5,
5 ... dxc4. Pero ahora tienes un problema,
si quieres evitar la Botvinnik".
Quieren decir que después de 5 f6
6 �d2 c5, 7 e3! es un peligroso gambito, ba•••
sado en la debilitada casilla e6. Por ejem­
plo: 7 ... tll c6 8 �xc4! cxd4 9 exd4 tll xd4
10 0-0 ! . Por ejemplo: 10 ... tll xf3+ 11 'it'xf3
'it'xd2 12 ll adl 'it'xb2 13 tLl b5, o bien 12 ...
'it'g5 13 l:t fel �e7 14 tll b5 'it'c5 15 l:I cl ,
Glek-An. Bijovsky, Porto San Giorgio
1999.
Si el j ugador con blancas es más con­
servador, preferirá 4 e3, que impide las
variantes Noteboom, Botvinnik y otras,
invitando a entrar en una Semi-Eslava, 4
. . . tll f6 5 tll c3 . Las negras pueden seguir
sin mostrar sus cartas un poco más, con
4 tll d7 . De algún modo, sugieren que
a 5 tll f3 responderán con una excelente
Stonewall (5 f5! ) . Después de 6 � e2
tll gf6 7 0-0 � d6 es el tipo de posición
agresiva con que las negras sólo pueden
soñar en un orden de jugadas normal de
la Defensa Holandesa. Por ej emplo: 8 a3
a5 9 l:t b l 'it' e7 1 0 � d2 0-0 1 1 b4 tll e4
12 bxa5 .U f6 ! 1 3 �el l:l h6 14 g3 g5, con
excelente j uego, Polak-Stangl, Brunn
1993 .
Las blancas pueden contestar con la
sutileza 5 � d3 , de modo que 5 f5 6 cxd5!
exd5? 7 �x f5 cuelga un peón, y 6 ... cxd5
es una Eslava/Cambio, en la que el caballo
dama negro está mal situado. Como conse­
cuencia, las negras suelen jugar 5 . . . tll gf6,
•••
•••
•••
APERTU RAS DE PEÓN DAMA
.
y 6 l2Jf3 lleva las blancas a la Semi-Eslava
que querían.
Alexei Dreev y Evgeni Sveshnikov han
respondido a 5 �d3 con una contrasutile­
za, 5 ... dxc4 6 i.x c4 b5.
É sta es una Merano acelerada, en la
que hay poca experiencia práctica. Por
ejemplo: 7 �e2 �b7 8 l2Jf3 a6 9 0-0 c5 es
una excelente versión de la Merano (10 d5
exd5 1 1 l2J xd5 l2Jgf6 12 e4! ? lLl xdS 13 exd5
Ad6, Sherbakov-Sveshnikov, Rostov 1993).
Las blancas disponen de opciones adicio­
nales en esa línea, como 8 Af3 y l2J ge2/
a2-a4, o bien 7 .td3 Ab7 8 l2Jf3 a6 9 0-0 c5
10 .te4, pero no puede decirse que sean
impresionantes.
En la posición del diagrama 250, su me­
jor opción posiblemente sea transponer a
un Ataque Reynolds de la Merano, con 7
A d3 Ab7 8 l2J f3 a6 9 e4! , y ahora 9 . . . c5
10 d5 c4 11 �c2 l2Jgf6 ! . Pero el hiperagu­
do Ataque Reynolds no es para todos.
Está claro que los Tres Peones resisten
buen número de fintas y amagos. La otra
versión se produce cuando el caballo rey
blanco se desarrolla antes, 1 d4 d5 2 c4 c6
3 l2Jf3 a6. Después de 4 e3 l2Jd7, las negras
de nuevo pueden jugar una cuasi Merano,
sin temor a e3-e4-e5. Por ejemplo: 5 �d3
1 39
dxc4! 6 Ax c4 b5 7 Ad3 a6 y 8 0-0 l2Jgf6 es
una lmea inofensiva de la Merano. La idea
temática es 8 l2Jc3 l2Jbd7 9 e4 . Pero 9 c5
10 e5 tiene menos sentido cuando no hay
un caballo en f6. Y, una vez más, un juego
tipo Reynolds, 10 d5 no ofrece gran cosa,
tras 10 ... exd5 11 l2J xd5 l2Jgf6. Por ejem­
plo: 12 l2J xf6+ �xf6 13 0-0 i.d6 14 a4 c4
15 .t c2 0-0 16 A g5 'i:Ve6 17 l2J d4 'ii' e5
18 f4 'i:Vxd4+! 19 'i:Vxd4 �c5, como en la par­
tida Jelen-Sveshnikov, Nova Gorica 1998.
La principal opción extra de las blan­
cas con este orden es 4 .tgS.
•••
Si, ahora, 4 ... l2Jf6, estamos en un Gam­
bito de Dama Rehusado. Pero tal vez las
negras prefieran 4 Ae7 5 Axe7 VJixe7.
Cambiar este buen alfil parece dudoso, pe­
ro muchos se contentarían con jugar 6 e3
l2Jf6 7 l2Jc3 0-0 8 l:l cl l2Jbd7 9 Ae2 dxc4
10 i.xc4 e5.
•••
DEFENSA SEMI-ESLAVA
A la Semi-Eslava puede llegarse por el
Gambito de Dama Rehusado, la Eslava o
la Tres Peones. La primera sutileza de las
blancas es desarrollar su caballo dama por
d2, en lugar de c3, como en la línea 1 d4 d5
2 c4 c6 3 l2Jf3 l2Jf6 4 e3 e6, y ahora 5 l2Jbd2.
1 40
SECRETOS DE LA I NVERSIÓN DE JUGADAS EN AJ EDREZ
Esto les permite obtener posiciones teóri­
cas favorables, si las negras continúan con
S ... tbbd7 6 �d3 il.d6 7 e4! dxe4 8 tb xe4.
Es la misma posición que logran tras 5
tbc3 lbbd7 6 .td3 �d6 7 e4!
prometen con un temprano lt:Jbd2, como
hizo Kramnik en su match de 2006 por el
Campeonato Mundial, S ... dxc4 6 .txc4 cS.
Algo diferente es otro orden anti-Me­
rano, 5 �d3 lbbd7 6 0-0.
Pero el orden S tbbd2 tiene dos venta­
jas, ambas basadas en que las blancas pue­
den retomar en c4 de caballo. En primer
lugar, no permiten una Merano, pues S ...
tbbd7 6 �d3 dxc4 7 tb xc4 bS? ! 8 ttJceS
tb xeS 9 tb xeS il.b7 10 0-0 ..td6 1 1 f4 0-0
12 �f3, Litinskaia-Arajamia, Candidatas
1988, es excelente. En segundo lugar, no
permiten a las negras la mejor versión del
sistema de Chigorin, 6 ... .i'.d6 7 e4 dxc4 (8
.i'.xc4 eS ! ) , debido a que 8 tb xc4! impide
... es.
Alekhine pensaba que este truco era
tan fuerte que las negras debían responder
a un temprano 5 lbbd2 con S ... cS ! ? . Por
esta razón, las blancas a menudo invierten
actualmente el orden: S .td3 , y si S ...
lb bd7, entonces 6 tb bd2. Su razona­
miento es que el caballo dama negro está
mal situado en d7, en caso de un poste­
rior ... cs.
Lo mejor para las negras en tal caso
podría ser regresar al Gambito de Dama
Aceptado, en el que las blancas se com-
Ésta es una jugada psicológica. Los ju­
gadores de la Merano normalmente no
quieren una posición del Gambito de Da­
ma Aceptado, como 6 ... dxc4 7 � xc4 cS,
aunque sea su mejor opción. Por el contra­
rio, les atraen las líneas tipo Merano, 7 ...
bS 8 .,td3 a6, y se juegan sus opciones tras
9 a4.
Pero este truco actúa como un bume­
rán, si las negras adoptan el plan de Chi­
gorin, 6 ... il. d6! , pues tras 7 lb bd2 0-0
8 e4 eS, la posición está igualada. En caso
de 7 tb c3 0-0, se llega a una posición que
suele producirse por el orden 1 d4 dS
2 c4 e6 3 tb c3 tb f6 4 tb f3 c6 S e3 lb bd7
6 ..t d3 �d6, y si ahora las blancas juegan
la imprecisa 7 0-0? ! , las negras respon­
den 7 . . . 0-0.
La diferencia es que ahora 8 e4 dxc4!
9 .txc4 eS es bueno, porque las negras es­
tán enrocadas. Sin embargo, si las blancas
hubiesen jugado 7 e4! en el orden S ..td3
lbbd7 6 tbc3 �d6, las negras no podrían
responder 7 ... dxc4 8 ..txc4 eS? 9 dxeS
APERTU RAS DE PEÓN DAMA
t2J x e5 10 t2J xe5 .t xe5, en vista de 1 1
�xd8+ y �xíl, con ventaj a.
En la línea principal de la Merano, 1
d4 dS 2 c4 c6 3 t2J f3 t2J f6 4 e3 e6 5 t2J c3
t2J bd7 6 .t d3 dxc4 7 i.xc4 bS 8 � d3 , hay
un orden engañoso, que comienza con 8
i.b7, en lugar de 8 . . . a6. La idea es
responder a la natural 9 e4, que es la ju­
gada correcta contra 8 . . . a6, con 9 b4! .
Entonces, las blancas pueden entrar en
un medio j uego ¡ con cuatro damas ! , des­
pués de 10 e5 bxc3 11 exf6 cxb2 12 fxg7
bxal � 13 gxh8�. Su única alternativa
buena es una variante muy complej a (10
t2J a4 c5 11 e5 tL\ d5 ) , que puede obligar­
les a sacrificar, al menos, un peón, si
quieren conservar la esperanza de lograr
ventaja.
Por esa razón, muchos jugadores evi­
tan, con blancas, el tema, optando por 9 0-0.
La continuación 9
b4 10 t2J a4 es muy
analizada en los libros, pero el veredicto es
confuso. Sin embargo, 9 a6! ? es la elec­
ción del tahúr.
(Ver diagrama 254.)
1 41
•••
•••
...
•••
Lo que ha pasado es que las negras han
llegado a una Merano normal (8 ... a6) en
la que se ha planteado la segunda mejor
jugada, 9 0-0, a la que las negras han res­
pondido 9 . . .tb7. Es ésta un buen arma
contra un jugador con blancas que no
quiera entrar en el Ataque Reynolds (10
e4 c5 11 d5). La clave es que 10 e4 c5 11 eS
es como la viej a línea Merano, pero con
0-0 y ... Ab7 añadidas.
Ésta es una posición prácticamente
nueva, de modo que las posibilidades son
recíprocas, después de 1 1 ... cxd4 12 tLl xbS
�xf3, o bien 1 1 ... t2Jd5 12 a4 b4 13 t2Je4
cxd4 14 .tgS �b8 (Dambacher-Stellwa­
gen, Campeonato de Holanda por equipos
2006).
.
1 43
Capítulo 6
Defensas indias
Actualmente, la respuesta más popular a 1
d4 es 1 lll f6 , y la réplica más popular a
esta jugada es 2 c4, abriendo la puerta a la
defensas hipermodernas que llamamos in­
dias. Tenemos tendencia a omitir 2 lt:Jf3,
porque, normalmente, "suele transponer".
Pero lo cierto es que permite a las blancas
eludir el Gambito Benko, el Gambito Bu­
dapest y algunos otros sistemas. A cambio,
las negras pueden entrar en una Defensa
India de Rey, sin temor a un ataque Sa­
misch o a una Benoni Moderna, sin preo­
cuparse acerca de los sistemas con f2-f4. O
bien pueden proponer un Gambito de Da­
ma Rehusado (2 . . . d5), en el que las blan­
cas han definido ya la posición de su
caballo de rey.
Los libros subestiman también 2 �g5,
una jugada que progresivamente se ha
convertido en un arma temible en manos
de un pensador flexible, que puede optar
por el Ataque Torre o un Gambito de Da­
ma Rehusado cuando lo considere opor­
tuno. Por ej emplo, después de 2 . . . e6, las
blancas pueden salir del esquema normal
de la Trompowsky (3 e3 ó 3 e4) y entrar
en el Torre, con 3 lll f3 . Esto tiene sentido
para un jugador que, con blancas, sólo le
gusta la Trompowsky cuando le permiten
•.•
doblar peones (� xf6), o construir un
fuerte centro con f2-f3 , después de 2 . . .
lll e4.
Para el jugador Trompowsky que no
tiene interés en transponer a otra apertu­
ra, la posición crítica es ésta:
La teoría afirma que las negras pueden
igualar con 4 ¡fb6. Si eso es cierto, ¿có­
mo pueden las blancas evitarlo y cómo
pueden conseguirlo las negras? Un cami­
no es 1 d4 lll f6 2 �g5 c5, y ahora 3 d5 lll e4
4 .tf4. Pero las negras deben preocuparse
por 3 �xf6 y 3 lll c3 ! ? . Ambas jugadas son
peligrosas y tienen su propio cuerpo analí­
tico a memorizar.
...
1 44
SECRETOS DE LA I NVERSIÓN DE J U GADAS EN AJEDREZ
Es más preciso 1 d4 ll:if6 2 �g5 ll:i e4 ,
y luego 3 Af4 c5 4 d5. Las posibilidades
de las negras de alcanzar el diagrama an­
terior son mucho mayores, porque en es­
te orden el alfil se retira a h4 con menos
frecuencia. Si avanzamos y suponemos
que las blancas contestan a 4 �b6 con
5 Acl! . (Los amantes de la Trompowsky
hacen cosas así, es natural en ellos.) Las
blancas esperan construir un fuerte cen­
tro, con f2-f3 y e2-e4, que justifica su pér­
dida de tiempo. Pero después de 5 e6,
tendrán que jugar, bien un gambito dudo­
so, 6 c4 �b4+, bien entrar en 6 f3 ll:if6.
Esto último conduce a menudo a 7 c4
•••
•••
exd5 8 cxd5 c4.
�xc5 7 ll:i c3 , con juego favorable a sus .
intereses. Por ejemplo: 7 . . d5 8 0-0-0
�e6 9 e4, o bien 7 . . d6 8 e4 a6 9 0-0-0,
Berg-Ilincic, Budapest 2006. Pero las ne­
gras tienen una medida correctora, a sa­
ber, 4 �a5+ ! ? 5 c3 ll:i f6 . Ahora, 6 dxc5
�xc5 7 e4 e5 ! , con juego excelente. Lo
mej or para las blancas es 6 d5, a lo que
puede seguir 6 . . . �b6 ! 7 �el (no 7 �d2
ll:i xd5 ! ) 7 . . e6 8 c4 exd5 9 cxd5 c4, que
lleva otra vez a la posición del diagrama
256.
Una última precisión acerca de la
Trompowsky: después de 1 d4 ll:i f6 2
� g5 ll:i e4 3 � f4 d5 , en lugar de 3 . . . c5 ,
las blancas pueden quedar en una ver­
sión favorable del Gambito Blackmar­
Diemer. Este gambito es dudoso en su
forma básica, 1 d4 d5 2 e4 dxe4 3 ll:i c3
ll:i f6 4 f3 exf3 5 ll:i xf3 . Pero con un tiem­
po extra, 1 d4 ll:if6 2 �g5 ll:i e4 3 �f4 d5
4 f3 lD f6 5 e 4 ! ? d x e 4 6 lD c 3 ! e x f3
.
.
•••
.
7 ll:i xf3
Esto es significativo por dos razones.
Primera, porque está considerado por al­
gunos partidarios de la Trompowsky como
la mejor defensa de las negras, que obtie­
nen buen juego tras 9 e4 �c5 10 ll:ih3 d6
1 1 ll:i d2 A xh3 , o bien 9 e3 � c5 10 'it/ f2
0-0 1 1 �xc4 l:t e8. Segunda, porque es otra
posición que las negras pueden recon­
ducir.
Supongamos que las blancas tratan
de evitarla, mediante 1 d4 ll:i f6 2 A g5
ll:i e4 3 Af4 c5, y ahora 4 f3 ll:i f6 5 dxc5!?.
En tal caso, sigue 5 . . . �a5+ 6 �d2 ! ?
... resulta inmediatamente respetable. Has­
ta Gari Kasparov lo jugó así (en unas si­
multáneas): 7 �g4 8 h3 .t xf3 9 �xf3 c6
•••
10 0-0-0 e6 11 Ac4 ll:ibd7? 12 d5! cxd5
13 ll:i xd5!, con terrorífico ataque, Kaspa­
rov-Cameiro, Sao Paulo 2004.
DEFENSAS I N D IAS
1 45
ATAQUE TORRE
Cuando las negras juegan . . . d5 en la
Trompowsky o en el Ataque Torre, las
blancas normalmente tienen la opción de
pasar a un Gambito de Dama Rehusado,
con c2-c4, y a menudo suele ser una bue­
na táctica psicológica contra un jugador
de 1 . . . tt'if6. Cuando Wolfgang Unzicker,
por ejemplo, se enfrentó por primera vez
al To rre n o r m a l , 1 d4 ttJ f6 2 ttJ f3 e 6
3 � g5 , respondió 3 d5. S u oponente, Ti­
gran Petrosian, sabía que U nzicker prefe­
ría la Eslava a un Gambito de Dama
Rehusado, de modo que jugó 4 c4! . Un­
zicker se encontraba en una posición que
no le resultaba muy familiar, y eso se hizo
sentir después de 4 . . . c6 5 �c2 iL.e7 6 e3
0-0 7 tt'ic3 h6? ! 8 �f4 tt'ibd7 9 cxd5
cxd5 ? ! 10 �d3, y Petrosian ganó una de
sus grandes partidas.
En las líneas principales del Torre, las
negras no ocupan el centro, sino que sue­
len ocuparse del alfil dama blanco, incluso
ya en la tercera jugada: 1 d4 tt'if6 2 tt'if3 e6
3 �g5 h6. Si, ahora, 4 iLxf6 �xf6 5 e4 d6,
el juego transpone a una Trompowsky, en
la que las blancas han jugado tt'if3, en lu­
gar de la más emprendedora tt'ic3. Esto es
importante en la línea de la Trompowsky 1
d4 tt'i f6 2 � g5 e6 3 f4 h6 4 i. xf6 �xf6
5 lll c3 d6. Las blancas obtienen su mejor
juego a partir de f2-f4. Por ejemplo: 6 �d2
c6 7 f4! . Esto significa que el Torre no trans­
pone bien a la Trompowsky y que esa tran­
sición debería reservarse para emplear
contra un jugador con negras que sólo co­
noce las líneas de la Trompowsky 1 d4 tt'if6
2 �g5 tt'ie4 y 2 ... c5.
Para núnimizar el peligro de . . . h6, las
blancas pueden ensayar el Torre diferido,
1 d4 tt'if6 2 tt'if3 e6 3 c3, favorito de Tony
Miles.
.••
Las blancas esperan a que las negras
hayan definido un sistema de desarrollo (3
.. b6, 3 ... d5, 3 ... c5) antes de decidirse a ju­
gar �g5. Las blancas logran un Torre razo­
nable después de 3 ... d5 4 iLg5 c5 5 e3. La
preferencia de los grandes maestros, 3 ...
b6, también da muy buen juego a las blan­
cas tras 4 .t g5. Por ej emplo : 4 . . . A b7
5 tt'ibd2 d5 6 e3 c5 7 �d3 tt'ibd7 8 0-0 �c7
9 iLxf6 tt'i xf6 10 tt'ie5 y 1 1 f4, con un es­
quema agresivo de las blancas, Timm an­
Tiviakov, Moscú 1993.
.
GAMBITO BENKO
El sacrificio . . . b5 en una formación Beno­
ni existía mucho antes de que se inventase
el Gambito Benko, y hay algunos jugado­
res que lo proponen sólo tras haber plan­
teado una Defensa India de Rey o una
Benoni. De esta forma, se benefician de
conocer el esquema adoptado por las
blancas, antes de haber sacrificado su
peón. Por ejemplo: 1 d4 tt'if6 2 c4 g6 3 tt'ic3
il.g7 4 e4 d6 5 h3 0-0 6 tt'if3 y ahora 6 c5
•.•
7 d5.
(Ver diagrama 259.)
Ahora, 7 b5!? 8 cxb5 a6 es una bue­
na versión del Gambito Benko para las
•••
1 46
SECRETOS DE LA I NVERSIÓN DE JU GADAS EN AJ EDREZ
negras. Por ejemplo: 9 bxa6 'iWaS 10 l2Jd2
�xa6 1 1 �xa6 'l!\i'xa6 12 'iWe2 e6, Gheor­
ghiu-Nemet, Suhr 1990. Un caso similar es
1 d4 l2Jf6 2 c4 cS 3 dS g6 4 l2Jc3 d6 S e4 �g7
6 l2Jf3 0-0 7 h3 a6 8 �d3 bS ! . Por ejemplo:
9 cxbS axbS 10 lLi xbS l2J a6 ! y 1 1 ... l2Jb4.
Pero en muchas otras secuencias, las
blancas tienen un modo favorable de de­
clinar o eludir el gambito. En la Variante
Clásica de la India de Rey, 1 d4 l2Jf6 2 c4
g6 3 l2Jc3 �g7 4 e4 d6 S l2Jf3 0-0 6 �e2,
pueden ignorar 6 . . . cS. En lugar de 7 dS
bS ! ? , las blancas deberían enrocar, 7 0-0,
porque 7 ... cxd4? ! deja a las negras en una
versión inferior de la Formación Maróczy.
Otra idea es jugar ... a6 antes de ... cS, 1
d4 l2Jf6 2 c4 a6!?, y si ahora 3 l2J c3 c5 4 d5,
4 ... b5! 5 cxb5 g6 es un Ben.ka de libro. Es­
te orden tiene una ventaja añadida, en
comparación con el Benko normal, 1 d4
l2Jf6 2 c4 cS, pues las blancas pueden obte­
ner una prometedora Apertura Inglesa,
después de 3 l2Jf3 cxd4 4 l2J xd4, y si 4 ... a6,
entonces S g3 ! dS 6 �g2.
Pero después de 1 d4 lLi f6 2 c4 a6
3 l2Jc3 c5
(Ver diagrama 260.)
ra las negras, en vista de 5
d5! . Por
ejemplo: 6 cxdS lLi xdS 7 lLi dbS lLi b4 ! , o
bien 7 'iWb3 ? ! lLi xc3 8 bxc3 eS ! 9 l2J c2
lLJ d7 y . . . lLJ cS , con ventaj a negra en la
partida Filgueira-D. Gurevich, Buenos
Aires 2003.
Sin embargo, siempre hay un problema
dxcS, cuando se juega ... a6 antes de ... cS.
Así, las blancas se llevan la mejor parte, en
caso de 1 d4 l2Jf6 2 c4 a6 3 l2Jc3 c5 4 dxc5!,
y ahora 4 ... 'iWaS S a3 'iWxcS 6 e4 d6 7 �e3,
o bien 4 ... e6 S e4 �xcS 6 eS.
Una versión ligeramente distinta es 1
d4 l2Jf6 2 l2Jf3 a6, que solían plantear Mi­
les y Lev Alburt. Con 3 c4 c5 4 d5 b5, la
apertura es un gambito no muy Benko. Se
trata de un arma psicológica, concebida
para incordiar a las blancas, que han j u­
gado 2 l2Jf3 precisamente para evitar el
Ben.ka.
•••
EL BENKO PROPIAMENTE DICHO
"Ben.ka no sabe jugar el Ben.ka", dijo otro
experto en la apertura, John Fedorowicz.
Se refería al hábito de Pal Benko de seguir
jugando el orden original de la apertura (1
d4 l2Jf6 2 c4 c5 3 d5 b5 4 cxb5 a6 5 bxa6),
.. .la Inglesa que resulta, si el j uego sigue
con 4 l2Jf3 c x d4 5 lLi xd4, es excelente pa-
mucho después de que se hubiesen confir­
mado los méritos de 5 g6!
•••
DEFENSAS I N D IAS
1 47
1 3 tt:laS ! y tt:lc6, como en la partida Ras­
hkovsky-Meshkov, Moscú 2002.
La clave de 4 tt:lf3 se pone de relieve
cuando las blancas aceptan el gambito a la
jugada siguiente, 4 g6 5 cxb5! a6 y 6 b6!?.
•..
Las negras pueden retomar el peón
más tarde, cuando sepan si es mejor hacer­
lo de alfil o de caballo. Eso es importante
cuando, por ejemplo, las blancas fianchet­
tan su alfil de rey: 5 ... �xa6 6 g3 d6 7 �g2
g6 8 b3 ! , con buenas posibilidades de im­
poner su peón de ventaja. Por ejemplo: 8 ...
�g7 9 Ab2 tt:lbd7 10 tt:lh3 o-o 1 1 o-o tt:lb6
12 a4. Pero después de 5 . . . g6 ! , las blan­
cas no pueden j ugar 6 g3 d6 7 � g2 � g7
8 b3??, por 8 tt:lfd7.
Fedorowicz indicó que incluso si las
blancas ponían primero en orden su ca­
sa del fl anco de d a m a , con 6 b3 � g7
7 �b2 0-0 8 g3, las negras pueden explo­
tar la flexibilidad de su quinta jugada,
con 8 tt:l xa6! 9 � g2 -tb7, y ahora 10
tt:l h3 e6! para minar d5. Entonces, 1 1
tt:l f4 tt:l xd5 1 2 il. xg7 r:j; xg7 1 3 tt:l xd5
il. x d5 14 � xd5 exd5 1 5 if xd5 ? ? 'it'f6
cuesta material.
La respuesta del timador al Benko em­
pieza por 4 tt:lf3. Sabe que a un benkonita
no le gusta que la tensión en el flanco de
dama se resuelva con 4 ... bxc4 ó 4 . . . b4.
Las blancas tienen una ligera ventaj a posi­
cional en esas líneas, pero suele ser sufi­
ciente. Por ej emplo : 4 . . . bxc4 5 tt:l c3 d6
6 tt:ld2! g6 7 tt:lxc4 �g7 8 e4 0-0 9 �e2 �a6
10 0-0 tt:l bd7 1 1 � d2 tt:l b6 12 b3 tt:l fd7
...
•••
Ahora, 6 'it'xb6 7 tt:l c3 d6 8 e4 �g7
es prometedor, después de 9 �e2 �g4 10
eS ! , o de 9 .. 0-0 10 tt:ld2 tt:lbd7 1 1 tt:l c4
'it'c7 12 0-0 tt:lb6 13 l:! bl, Burmakin-Os­
tertag, Bad Würishofen 2006. La idea de
las blancas es que estas posiciones se pro­
ducen más a menudo por el orden 4 cxbS
a6 5 b6, y ahora 5 ... 'it'xb6 6 tt:lc3 d6 7 e4
g6 8 tt:lf3 �g7, un orden que concede a las
negras una alternativa muy prometedora,
5 ... e6! ? , con buen juego en el centro. Esta
opción no es posible después de 4 tt:lf3 g6
5 cxbS a6 6 b6.
Otra ventaja es que las negras a menu­
do responden 6 a5?!, a consecuencia de
la falta de costumbre, porque es una bue­
na jugada en la posición 4 cxbS a6 5 b6 aS.
En tal caso, pueden jugar un rápido ... �a6
y decidir después si retomar en b6 de da­
ma o de caballo. Pero en la forma diferida,
las blancas toman la delantera, con 7 tt:l c3
.ta6, y ahora 8 b7! �xb7 9 e4, o bien 8 ...
l:l a7 9 e4 �xfl 10 r:j; xfl d6 1 1 eS ! . Por
ejemplo: 1 1 ... dxeS 12 tt:l xe5 l:!. xb7 13
•••
.
.••
1 48
SECRETOS DE LA INVERSIÓN DE JUGADAS EN AJ EDREZ
�a4+ ! l2J bd7 14 l2J c6, o bien 13 . . . l2J fd7
14 l2Jc6 �b6 15 .tf4 ! , Mllov-De Vreugt,
Ohrid 2001.
Si las blancas tienen dudas acerca de 6
b6, deberían jugar 4 l2Jf3 g6 5 cxb5 a6, con
idea de 6 e3 ! ? . Esto parece una línea del
Benko que estaba de moda en los años
ochenta, 1 d4 l2Jf6 2 c4 c5 3 d5 b5 4 cxb5 a6
5 e3, hasta que las negras descubrieron un
buen antídoto, con el ataque al peón d, 5 ...
axb5 6 �xb5 �a5+ 7 l2Jc3 .tb7 ! .
Pero e n e l orden 4 l2J f3 g6 5 c x b5 a6
6 e3
jugado ... a6. Por ejemplo: 5 . . bxc4 6 l2Jc3
d6 7 e4 g6 8 .txc4. Las negras disponen de
un tiempo extra, en relación con 4 l2Jf3
bxc4 5 l2Jc3 d6 6 e4 g6 7 .txc4. Pero la ju­
gada extra es ... a6, que es más nociva que
útil.
.
LA FAMILIA BENONI
La Defensa Benoni se caracteriza por un
peón blanco en d5 y otro negro en d5. Hay
varios tipos de Benoni, según que las blan­
cas apoyen su peón de d5 con c2-c4 y que
las negras traten o no de liquidar en el cen­
tro con ... e6.
Entre las versiones irregulares se en­
cuentra una que surgió en los años seten­
ta, cuando las blancas solían responder a 1
d4 l2Jf6 2 c4 c5 con l2Jf3. Las negras co­
menzaron a emplear un orden anti-Ingle­
sa, 1 d4 c5, a fin de transponer a una Benoni
Moderna, después de 2 d5 e6 .
.. .las negras no logran gran cosa con 6
axb5 7 .t x b5 �a5+ 8 l2J c3 .tb7?, porque
•••
las blancas simplemente enrocan y conser­
van su peón extra (9 0-0 �g7 10 a4 0-0
11 e4). En lugar de ello, las negras deberían
jugar 8 �a6! 9 .tx a6 �xa6. Después de
10 e4 d6 11 e5, la posición requiere más ex­
periencia práctica (11 ... dxe5 12 l2J xe5
il_g7 13 '*i'd3, Balgojevic-S. Kasparov, Cur­
to 2006).
¿Qué sucede si las negras responden a
4 l2Jf3 con 4 a6, en lugar de 4 ... g6? Esto
transpondría a 1 d4 l2J f6 2 l2J f3 a6 3 c4 c5
4 d5 b5. Después de 5 e3, hay dos ideas te­
máticas del Benko (5 ... b4 y 5 ... dxc4) que
tienen poco sentido, porque las negras han
•••
...
Ahora, 3 c4 exd5 4 cxd5 l2J f6 La venta­
ja de 1 d4 c5 es que, en este caso, 2 l2Jf3
permite a las negras ganar terreno en el
centro, con 2 . . . cxd4 3 l2J xd4 d5 ! , como de­
mostró en su día Alexander Alekhine. Pe­
ro este orden también tiene un serio
inconveniente, a saber, que las blancas aún
.
DEFENSAS I N D IAS
n o se han comprometido con c2-c4, de mo­
do que pueden jugar, con 3 lt:Jc3, una posi­
ción más abierta,. que después de 3 ... lt:Jf6
4 e4 exd5? 5 e5! les favorece claramente, y
también en caso de 4 ... d6 S AbS+ y 6
dxe6, aunque menos.
Una mejor ruta irregular hacia la Be­
noni Moderna es 1 d4 e6 2 c4 c5 3 d5, que
evita la Trompowsky y asegura que las
blancas jueguen c2-c4, antes de compro­
meterse con ... cS. Hay otra ventaja eviden­
te en este orden, después de 3
exd5
•••
4 cxd5 d6 5 lt:Jc3 g6 6 e4 �g7.
1 49
inconveniente, a saber, que después de 1 ...
e6 las blancas pueden responder 2 e4.
BENONI SCHMID
Este sistema se puso de moda en el orden
1 d4 c5 2 d5 d6 3 lt:Jc3 g6, después de que
Lothar Schmid consiguiese (en 19S4) con
el mismo una serie de impresionantes vic­
torias, en un torneo por Correspondencia.
Por ejemplo: 4 e4 �g7 S lt:Jf3 lt:Jf6 6 �e2
lt:J a6 7 0-0 lt:Jc7 8 lt:Jd2. Al diferir el enro­
que, logró tiempo para jugar 8 ... a6 9 a4
�d7 10 lt:Jc4 bS 11 lt:ib6 b4! 12 lt:i xa8
'it'xa8 13 lt:ibl lt:i xe4, con ventaja, Hayes­
Schrnid.
Un mérito del orden de Schrnid es que
si las blancas se deciden por 3 c4 (en lugar
de 3 lt:Jc3), las negras pueden elegir entre
jugar un híbrido India de Rey/Benoni (con
3 . . . g6 4 lt:J c3 .1i g7 S e4 lt:J f6 6 A e2 0-0
7 lt:Jf3 e6) y ... exdS, corno hizo el propio
Schrnid. Otra ventaj a es que las negras
pueden experimentar con distintos órde­
nes, corno 1 d4 lt:Jf6 2 lt:Jf3 c5 3 d5 d6 y 1 d4
c5 2 d5 d6 3 e4.
Las negras pueden transponer a las lí­
neas principales con 7 ... lt:Jf6. Pero en caso
de 7 f4 es una mala decisión, pues 7 lt:Jf6
8 �b5+! es favorable a las blancas. En lu­
gar de ello, la maniobra 7 'it'h4+! 8 g3
'it'e7 ha resistido bien los tests prácticos (9
.ig2 lt:Jf6 10 lt:J ge2 0-0 11 0-0 lt:Je8 12 .te3
lt:Jd7 13 'it'd2 l:l b8 14 a4 a6 lS l:f. abl fS,
Skembris-Hamdouchi, Bastia 2002).
Otro mérito de este orden es que si 7
lt:Jf3, las negras tienen tiempo para jugar 7
a6 8 a4 �g4, un tema recurrente en la
Benoni para lograr el control de eS. Si las
negras hubiesen transpuesto con 7 lt:Jf6,
las blancas podrían evitar la idea ... �g4xf3
con 8 lt:J d2 . Sin embargo, el orden tiene un
•••
•••
•••
•••
Las negras suelen proseguir con 3 ... g6,
y luego ... .tg7 y ... lt:Jf6. Pero es más preci­
so 3 lt:Jf6 4 lt:J c3 g6. De esta forma, se evi•••
1 50
SECRETOS DE LA I NVERSIÓN DE J UGADAS EN AJ EDREZ
ta 3 ... g6 4 lbf3 �g7 5 �b5+ lbd7 6 0-0
lbf6 7 .l:. el , en cuyo caso las blancas pue­
den explotar el hecho de haber diferido
lbc3. Por ejemplo: 7 . . . 0-0 8 a4! a6 9 �fl
b6 10 h3 lbe8 11 lb a3 ! y lbc4/e4-e5, con
ventaja, como demostró Mijail Tal.
El jaque de alfil es un problema recu­
rrente en las líneas de la Benoni Schmid.
Para evitarlo, las negras deben modificar
el orden: 1 d4 c5 2 dS lbf6 3 lbc3 g6, y aho­
ra 4 lbf3 �g7 5 e4 0-0. Esto también les
permite transponer a líneas más normales
de la Schmid, con 6 ... d6. O bien, podrían
entrar en lmeas agudas, como 6 �e2 b5 ! ?
(7 e5 lbg4 8 �f4 b4! 9 lbe4 d6). Los peli­
gros de este orden surgen con el avance de
los peones centrales blancos, como el in­
mediato 4 e4 �g7 5 e5!?, o bien 4 lbf3
�g7 5 e4 0-0 6 e5 lbg4 7 lLigS!?, e incluso
6 d6 'tlib6 7 �f4 'tlixb2.
INDIA DE REY/BENONI
Este híbrido es similar a la Benoni
Schmid, excepto en que las blancas se han
comprometido con c2-c4. Esto da lugar,
normalmente, al orden 1 d4 lb f6 2 c4 cS
3 dS d6. Las sutilezas suelen estar relacio­
nadas con lo que las negras hacen con su
peón e. Por ej emplo: 4 lb c3 g6 5 e4 � g7
6 lbf3 0-0 7 i.e2 e6 8 0-0. Ahora, 8 ... exd5
9 cxd5 transpone a una posición muy cono­
cida de la Benoni Moderna, que se evalúa
entre "=" y "�". Pero las negras pueden
seguir difiriendo la captura, con 8 l:!. e8!?
(Ver diagrama 267.)
•••
Esta jugada no puede considerarse de
espera, porque prepara 9 ... exd5 10 cxd5?
lb xe4, y a jugadas tranquilas, como 9 h3,
las negras obtienen un juego excelente con
9 exdS 10 exd5 �f5. Y si las blancas tra­
tan de explotar el retraso en ... exd5, me•.•
diante 9 dxe6 �xe6 10 �f4, las negras tie­
nen compensación adecuada por el peón
que pierden, tras 10
lbc6! 11 �xd6
lbd4, o eso parece indicar la experiencia
práctica de la lmea.
Esto deja 9 lbd2, que defiende e4 y
puede alcanzar una formación de la Beno­
ni Moderna (9 ... exd5 10 cxd5). Las negras
pueden sentirse satisfechas, porque de es­
ta forma evitan la línea con 't!Vc2, es decir,
1 d4 lbf6 2 c4 c5 3 d5 e6 4 lbc3 exd5 5 cxd5
d6 6 e4 g6 7 lbf3 �g7 8 i.e2 0-0 9 0-0
l:l e8, y ahora 10 't!Vc2, en lugar de 10 lbd2.
Pero las negras pueden seguir postergan­
do la captura, y responder a 9 lbd2 con 9
lba6!, preparando el avance . . . b5 en sus
próximas jugadas, a base de . . . lbc7, ... a6,
. . . .l:r. b8, etc. , mientras que las blancas no
disponen de jugadas igual de útiles.
Una vez más, 10 dxe6? es dudoso. Des­
pués de 10 i.xe6 11 f4 �d7!, el vulnera­
ble peón e de las blancas se convierte en el
tema principal. Por ejemplo: 12 �f3 �c6
13 lLid5 lLib4 y 13 l:t el 'tlib6 14 lbb3 l:t ad8
15 �d2 lbb4 (Ardiansj ah-Schmidt, Indo­
nesia 1983) son favorables a las negras.
La Benoni Moderna diferida sigue es­
tando en gran parte inexplorada y los indi­
cios apuntan a que vale la pena ahondar
en esas exploraciones.
•••
•••
•••
DEFENSAS I N DIAS
BENONI MODERNA
La Benoni Moderna se plantea en dos ór­
denes principales: 1 d4 ll:if6 2 c4 es 3 dS e6,
seguido de ... exdS/ ... d6, ... g6, y 2 ... e6 y 3 ...
cS ( 4 dS exdS 5 cxd5 d6).
En ambos casos, las blancas pueden pa­
sar a la Apertura Inglesa con ll:if3, en lugar
del avance d4-d5 . Un mérito de 1 d4 ll:if6
2 c4 c5 es que garantiza a las negras la op­
ción adicional de responder a 3 ll:if3 con 3
... cxd4 4 lZ:i xdS eS ! ? , una de las líneas más
emprendedoras contra la Inglesa.
Para evitar eso, las blancas tal vez pre­
fieran 3 e3. Un especialista Benko/Benoni
puede quedar confundido después de 3
g6 4 ll:ic3 �g7 5 ll:if3 0-0 6 ..te2.
•••
1 51
... b6/ ... �b7 sólo sirven para bloquear el
contrajuego en el flanco de dama. Por
ej emplo: 8 . . . ii.. b7 9 d5 ! e5 10 ll:i el ll:i e8
1 1 ll:id3 se convierte, de pronto, en una du­
dosa India de Rey, como se puso de ma­
nifiesto en la partida Bisguier-Kavalek,
Olimpiada de Tel Aviv 1964, después de 1 1
... f5 1 2 exf5 gxfS 13 f4 'fiie7 14 �e3 �a6
lS 'i/Vb3 ! exf4 16 ..txf4 �xc3 17 'i/Vxc3
'i/Vxe2 18 !:lael , con un fuerte ataque.
Objetivamente, una buena solución al
orden de las blancas es 6 d5! , entrando
en una Grünfeld mejor de lo habitual. Pe­
ro para jugarla, las negras tienen que co­
nocer complejos análisis teóricos, como 7
dxc5 'i/Va5 8 cxd5 ll:i xd5!, lo que refuerza la
impresión de que 3 e3 puede ser un arma
eficaz contra un jugador Benko/Benoni
bien pertrechado teóricamente.
Actualmente, lo más probable es que
se encuentre usted con el otro orden de la
Benoni Moderna, 1 d4 ll:if6 2 c4 e6 y 3
c5, porque plantea la amenaza de la Nim­
zoindia (3 ll:ic3 ..tb4!), lo que a menudo
induce a las blancas a jugar 3 ll:if3, permi­
tiendo así a las negras, después de 3 . . . c5
4 d5, eludir las lfueas agresivas de la Benoni
Moderna, en las que las blancas juegan f2f4 ó f2-f3. Si a las negras no les disgusta en­
trar en posiciones de la Inglesa Simétrica,
como 3 ll:if3 cS 4 ll:ic3 cxd4 5 ll:ixd4, ésta es
la ruta más satisfactoria hacia la Benoni
Moderna.
Si las blancas intentan 1 d4 ll:if6 2 c4 e6
3 ll:if3 c5 4 e3
(Ver diagrama 269.)
•••
•••
Ahora, 6 cxd4 7 exd4 d5 es una De­
fensa Tarrasch (en el Gambito de Dama
Rehusado), con los colores invertidos, es
decir, con una jugada extra para las blan­
cas. Esto suena más prometedor de lo que
realmente es. Por ej empl o : 8 0-0 ll:i c6
9 .ie3 dxc4 10 ..txc4 ll:ia5, con posibilida­
des igualadas. En lugar de eso, hay un en­
foque más indio, 6 d6 7 0-0 b6?! 8 e4!,
que se desliza hacia otra mala Forma­
ción Maróczy (8 ... cxd4 9 ll:i xd4 y 10 f3), o
bien una Benoni o India de Rey, en la que
•••
•••
... se trata de una invitación tácita a entrar
en una Semi-Tarrasch (4 ... d5). Un autén­
tico jugador Benoni preferirá la recomen­
dación de Mihai Suba, 4 a6 5 ll:ic3 'i/Vc7,
seguido de ... d6/ ... ll:ibd7, seguido, even­
tualmente, de ... g6/... ii.. g7. Todas estas ju•••
1 52
SECRETOS DE LA I NVERSIÓN DE JUGADAS EN AJEDREZ
blancas están retrasando el desarrollo de
su caballo dama hasta saber por dónde
prefieren movilizarlo ( c3, a3, d2). También
se benefician de detalles tácticos, como 6
�g4 7 'it'a4+!. Después de 7 ... .td7, 8 'it'b3
es una buena continuación, y si 7 ... lZJbd7,
8 lLifd2! pone en peligro el alfil de g4. Por
ejemplo: 8 ... a6 9 h3 b5 10 �c2 �h5 1 1 a4!
b4 12 lLic4 y .tf4. O bien 11 ... �g6 12 axb5
lLi xd5 13 bxa6, y las blancas ganaron, Do­
joian-Lukov, Plovdiv 1988.
En este orden, las negras, por supuesto,
pueden organizar el avance ... b5 más fácil­
mente. Sin embargo, ese avance no resuel­
ve sus problemas, en la línea 6 g6 7 h3
�g7 8 � d3 0-0 9 0-0. Por ejemplo: 9 ... b5
10 .l:! e l ! a6 11 a4 b4 12 lLib2, o bien 10 ...
: es 1 1 ..txb5 � xe4 12 tLic3 : xel+ 13
'ir'xel a6 14 �a4 y �f4, como en la parti­
da l. Sokolov- Papaioannou, Turín 2006.
Ante un tLic3 diferido, existe una sim­
ple réplica. Después de 1 d4 lLi f6 2 c4 e6
3 lLif3 c5 4 d5, las negras deberían jugar 4 ...
d6!, en lugar de 4 . . . exd5.
•••
gadas son útiles para las negras en una Be­
noni, lo que significa que estarán muy bien
preparadas cuando las blancas aprecien
que su única posibilidad de conseguir ven­
taja pasa por el avance d4-d5. Por ejemplo:
6 �e2 d6 7 0-0 lZJbd7 8 d5 exd5 9 cxd5 b5.
O bien 8 a4 g6 9 d5 exd5 1 0 cxd5 � g7
1 1 e4 0-0 (Tukmakov-Suba, Erevan 1980),
en cuyo caso las negras han ganado un
tiempo sobre una Benoni normal.
Las blancas pueden tratar de explotar
el orden amenaza Nimzoindia, 1 d4 lLi f6
2 c4 e6 3 tLlf3 c5 4 d5 exd5 5 cxd5 d6, con
•••
6 e4!?
Las blancas no pueden jugar ahora 5
e4? , por 5 ... tLi xe4, y 5 lLic3 permite a las
negras transponer, con 5 exd5 6 cxd5, a
las líneas normales. Esto también da a las
blancas motivos para pensar en 6 lLixdS
•••
Esto es algo más que una trampa de
tLixe4?? 7 'it'a4+ ). Las
una jugada (6
•••
DEFENSAS I N D IAS
tll x dS 7 'if xdS. Pero el peón d retrasado
no es tan débil como parece, después de 7
... lll c6. Por ejemplo: 8 e4 �e6 9 'ii'd l �e7,
o bien 8 lll g5 'ife7 9 'ii' e4 h6, como en la
olvidada partida Bandal-Fischer, Meralco
1967.
En la línea principal de la Benoni Mo­
derna, 1 d4 tll f6 2 c4 c5 3 dS e6 4 lll c3 exdS
S cxdS d6 6 tll f3 g6, la j ugada 7 tll d2 se
consideraba una virtual refutación de la
apertura. Fue planteada por primera vez
en la partida Nimzovich-Marshall, Nueva
York 1927. Por ejemplo: 7 ... �g7 8 tll c4 y
9 �f4, o bien 7 .. . tll a6? 8 lll c4 lll c7 9 a4
�g7 10 .tf4 ! .
Pero l a Benoni fu e rescatada al com­
prender que 7 ... lll bd7 8 lll c4 lll b6 era una
buena réplica. Algunos comentaristas cali­
ficaron la jugada 7 tll d2 con un " ? ! ", mien­
tras que otros lo hicieron con un " ! " ,
cuando tal jugada s e planteó e n e l match
de 1972 por el Campeonato Mundial entre
Fischer y Spassky. No obstante, 7 tll d2 tie­
ne un valor de transposición, debido a que,
tras 7 ... tll bd7.
Las blancas pueden jugar 8 e4!, y des­
pués de entrar en la Variante Clásica (que
suele producirse con 7 e4 �g7 8 lll d2), en
la que las negras han sido inducidas a una
1 53
línea con ... lll bd7, en lugar de las variantes
más populares con ... tll a6 ó ... .tg4. El or­
den de las blancas no tiene inconvenientes,
o al menos, no han sido descubiertos.
INDIA ANTIGUA DESTINO INDIA
DE REY
Hay algunos jugadores a los que les gusta
la India Antigua. Después de 1 d4 tll f6
2 c4,juegan voluntariamente 2 ... d6 y 3 ... eS
o 3 ... lll bd7, seguido de 4 ... eS. Pero otros
utilizan el orden de la India Antigua como
un camino seguro hacia una India de Rey.
El temprano ... e5 normalmente disuade a
las blancas de líneas más agudas, como el
Ataque Samisch, lo que reduce la cantidad
de teoría que las negras deben conocer.
Esta sutileza tiene un siglo de vida. La
partida Janowski-Chigorin, Ostende 1907,
se desarrolló así: 1 d4 tll f6 2 c4 d6 3 lll c3
lll bd7 4 tll f3 es s e3.
Siguió: S ... iie7 6 �d3, y las negras
pronto quedaron con mal j uego (6 . . . c6
7 0-0 'ii'c7 8 iid2 0-0 9 .l:!. cl : es 10 tll g5
tll f8? ! 11 'ifc2 h6 12 lll ge4 �e6 13 d5 !
�c8 14 f4!). Pero cuando, en otra partida
del mismo torneo, se llegó a la posición del
diagrama, las negras (Aaron Nimzovich)
1 54
SECRETOS DE LA I NVERSIÓN DE J UGADAS EN AJ EDREZ
se desviaron, con S ... g6!. De esta forma,
indujeron a las blancas a una de las varian­
tes más inocuas de la India de Rey, igua­
lando tras 6 �e2 Ji.. g7 7 0-0 0-0 8 b3 .l:l e8.
Las blancas pueden insistir en jugar un
esquema Samisch, después de, digamos, 4
e4 eS S dS llJcS 6 f3. Pero la clave de este
orden se revela cuando las negras cambian
de opinión acerca de entrar en la India de
Rey. Después de que 6 aS 7 Ji.. e3 �e7!
se jugase en el Campeonato de la URSS
de 1954, el libro del torneo decía que se
trataba de "una precisión de apertura que
hasta Mihail Chigorin conocía".
•••
Una jugada astuta como 5 l2Jge2 mere­
ce una astuta réplica, S c6. Ahora 6 f3
�e7 ! transpone a una buena India Antigua,
ya que 7 .te3 0-0 8 'iWd2 permite 8 ... d5 ! (9
cxdS cxdS 10 exdS exd4 11 � xd4 l2Jb6). O
bien 8 l2Jg3 dS ! 9 cxdS cxdS 10 exdS? �b4,
con ventaja.
La respuesta tradicional a 1 d4 l2J f6
2 c4 d6 3 l2Jc3 l2Jbd7 es 4 l2Jf3, pero pocos
jugadores entienden por qué. La razón es
que impide 4 ... es 5 �g5 g6?' debido a 6
dxe5 dxeS 7 l2J xeS ! . Si las negras optan, en
cambio, por una India Antigua (5 ... �e7),
la posición es muy buena para las blancas,
después de 6 e3 y Ji.. e2/'iWc2. La contrasuti­
leza de las negras a 4 l2Jf3 es, simplemente,
•••
4
Al evitar ... g6, no tiene sentido un ata­
que h2-h4-h5. Las negras hicieron tablas
después de 8 'ifd2 0-0 9 l2Jge2 l2Je8 10 g4
h6! 11 0-0-0 �gS! U �x gS � x gS .
También las blancas pueden ser sutiles.
Después de 1 d4 l2Jf6 2 c4 d6 3 l2Jc3 l2Jbd7
4 e4 eS, pueden ensayar S l2Jge2 y esperar
a que las negras definan la posición de su
alfil rey. Entonces, 5 ... g6 6 f3 �g7 7 i.g5 ! ,
con un Samisch mejor de lo normal. Por
ej emplo: 7 . . . exd4 8 l2J x d4 0-0 9 'iY d2 y
0-0-0! , o bien 7 ... h6 8 �e3 0-0 9 'ifd2 @h7
10 d5 ! a5 1 1 g4! l2Jg8 12 h4 l2Jc5? 13 h5 g5
14 l2J g3 , con gran ventaj a posicional
(Kohlmeyer-Lymar, Balaguer 2006).
..•
g6.
Si las blancas prosiguen entonces al
modo de la India Antigua (S �gS � e7), se
encontrarán en una India de Rey margi­
nal, 6 ... h6 7 �h4 gS 8 �g3 llJhS, que pue­
de evaluarse como igualada.
El inconveniente de 4 ... g6 es que las
negras normalmente acaban, tras 5 e4 ó 5
g3, en una Variante Clásica o del Fianchet­
to, en la India de Rey, en las que se ven pri­
vadas de sus armas más agresivas, como
... l2Jc6, y ... c5 es ahora menos efectivo. Pe­
ro la ventaj a es evitar el Ataque Samisch y
DEFENSAS I N D IAS
otros sistemas, lo que puede ser más im­
portante.
Por otra parte, �i las negras quieren real­
mente jugar una India Antigua, 1 d4 lt:l f6
2 c4 d6 3 lt:lc3 lt:lbd7 4 lt:lf3 c6! es lo más
preciso. De esta forma, pueden transponer
a las líneas principales de la defensa, des­
pués de S e4 eS y 6 . . . �e7, pero evitan 4 ...
eS S �gS ! y 6 e3 .
DEFENSA INDIA DE REY
Después del tradicional orden de la India
de Rey, 1 d4 lt:lf6 2 c4 g6 3 lt:lc3 ..tg7 4 e4,
las negras no están obligadas a jugar 4 ...
d6. Así, con 4 ... 0-0 provocan a las blancas
a hiperexpansionarse, con S eS lt:le8. El
avance de peón no ha vuelto a jugarse des­
de la partida Letelier-Fischer, Olimpiada
de Leipzig 1960 (6 f4 d6 7 �e3 cS 8 dxcS
lt:lc6).
Al margen de la provocación, 4 0-0
sirve a las negras para plantear un gambi­
to, S f3 cS!?, y ahora, si 6 dxcS, 6 b6.
•••
•••
1 55
Si las blancas declinan el gambito, con
6 dS d6 7 �e3, transponen a otro gambito
Samisch, 4 ... d6 S f3 0-0 6 �e3 cS ! ? (7 dS).
La contrasutileza a 4 ... 0-0 es S �e3, que
permite a las blancas transponer a un Sa­
misch normal, tras S ... d6 6 f3.
Las negras deben tener cuidado con S
�gS, por la tentación que existe, en la In­
dia de Rey, de hostigar al alfil, cuando éste
se sitúa en gS . De haber jugado 4 ... d6, en
lugar de enrocar, S ... h6 ! (6 ..te3 lt:lg4) es
recomendable, antes de que las blancas
puedan impedirlo con 6 'it'd2. Sin embar­
go, después de 4 0-0 S �gS h6?! 6 �e3,
las negras no pueden jugar 6 ... lt:lg4. El re­
sultado es un Samisch inferior. Por ejem­
plo: 6 . . . d6 7 f3 ! eS 8 dS c6 9 'it'd2 cxdS 10
cxdS lt:le8 11 0-0-0 @h7 12 g4 ! , Ushenina­
Siti, Kochin 2004.
Como reverso de la moneda, las ne­
gras pueden diferir el enroque, en lugar
de acelerarlo. De este modo, obtienen un
tiempo extra para el desarrollo y privan a
las blancas de un objetivo en el flanco de
rey. Por ejemplo: 1 d4 lt:lf6 2 c4 g6 3 lt:l c3
�g7 4 e4 d6 S f3 lt:lc6!? 6 �e3 a6 7 lt:l ge2
•••
l:t b8.
Por ejemplo: 7 �e3 bxcS 8 �xcS lt:lc6
9 : el l':t b8 10 � d2 l:i e8! 11 lt:l ge2 d6
12 � e3 e6 13 lt:l f4 dS! ? 14 cxdS exdS
lS exdS lt:lb4, con fuerte iniciativa, Loma­
ya-Gufeld, Thilisi 1961.
Ese tiempo permite a las negras res­
ponder a 8 lt:lcl eS 9 dS lt:ld4 10 lt:lb3 con
1 56
SECRETOS DE LA INVERSIÓN DE J UGADAS EN AJ EDREZ
10 ... c5! 11 dxc6 bxc6 con juego en la co­
lumna b . Por ej emplo : 1 2 tiJ xd4 e x d4
1 3 ..txd4 l:t b2. Después de 9 tiJb3, las ne­
gras pueden transponer a líneas normales,
con 9 ... exd4 10 tiJ xd4 0-0.
Las blancas también pueden benefi­
ciarse de diferir el enroque. En la Variante
del Fianchetto, 1 d4 tiJf6 2 c4 g6 3 g3 ..tg7
4 ..tg2 0-0 5 tl:if3 d6, pueden ensayar la fa­
vorita de Viktor Korchnoi, 6 tl:ic3 (en lugar
de 6 0-0) . Después de 6 tl:i bd7 7 e4 e5
8 h3, el juego puede transponer a las líneas
convencionales con . . . c6, como 8 . . . c6
9 �e3 exd4 10 tiJxd4 l:. e8 11 0-0. Por ejem­
plo: 1 1 . . . aS 12 'ii' c2 'ii' c 7 13 l:t adl tl:i cS
1 4 .l:Ue l tl:i fd7 1S f4 tl:i e6 1 6 'ii' d 2 tiJ xd4
17 ..txd4, Rogozenko-Dragomirescu, Ti­
misoara 2006.
Lo que ha sucedido es que las blancas
han alcanzado una posición favorable, que
normalmente resulta de 6 0-0 tl:ibd7 7 tl:ic3
eS 8 e4 c6 9 h3 l:t e8 y ... exd4, una línea que
las negras abandonaron décadas atrás. En
el orden 6 tl:ic3, las negras pierden la posi­
bilidad de jugar líneas mejores. El princi­
pal inconveniente de 6 tiJc3, en lugar de 6
0-0, es que puede que ... es resulte más
fuerte, como veremos dentro de unas pági­
nas. Pero si a las blancas no les preocupan
las líneas con ... cS, este orden tiene perfec­
to sentido.
jugada de espera, ya que hay pocas líneas ,
del Samisch en que las blancas desarro­
llen el caballo por otra casilla, pero hay
varias en las que .tgS presta mej ores ser­
vicios que .te3. Por ejemplo: 6 t:;J ge2 e5?!
7 �g5!.
••.
INDIA DE REY, S ÁMISCH
Después de 1 d4 tiJf6 2 c4 g6 3 tl:i c3 �g7
4 e4 d6 5 f3 0-0, las negras normalmente
eligen entre romper en el centro con ... cS
ó con ... es . El primero de estos avances
parece difícil de conseguir, hasta que se
descubrió, en los ochenta, que 6 �e3 es
era un gambito correcto. Eso significa
que las blancas deberían considerar otras
sextas jugadas, como 6 tl:i ge2, una buena
Si 7 ... c6 8 'ii' d2 tiJbd7 9 d5!, las negras
no pueden jugar fácilmente la maniobra
temática ... tl:ie8/ .. .fS. Por ejemplo: 9 ... cxdS
10 tl:i xdS , o bien 9 . . . tl:i b6 10 tl:i g3 'ii' c7
1 1 l:! cl es penoso (Dreev-Mork, Linares
1999).
Bien, entonces ¿cuán bueno es 6 tiJge2
c5 7 d5? Las negras pueden buscar una
B enoni Moderna de doble filo, 7 . . . e6
8 .tgS exdS 9 cxdS. Sin embargo, 8 tiJg3
conserva más opciones para las blancas,
pues a 8 ... exdS 9 cxdS, su alfil puede si­
tuarse en f4 (por ejemplo: 9 ... tiJ a6 10 �e2
tiJ c7 1 1 0-0 .t d7 12 a4 a6 1 3 � f4 ! tiJ fe8
14 'ii'd2, con ventaja, Jismatullin-Neche­
purenko, Serpujov 2004).
Contra la idea de Robert Byrne,
... c6/ ... a6/ ... bS, una opinión convencional
sostiene que .td3 y el enroque corto es
mejor política que preparar un ataque de
mate con 'ii'd2 y 0-0-0. Las negras pueden
tratar de explotar eso con 5 f3 0-0 6 �e3
a6.
DEFENSAS I N D IAS
Ahora, a 7 � d3 puede contestarse con
cS!, y tras 8 dxc5 dxc5 9 �xc5 lll c6, es
una versión mejorada del gambito 6 Ae3
c5 , y en caso de 8 d5 e6 ! es una buena Be­
noni. La principal idea de las negras es que
a 7 'it'd2 puede contestarse 7
c6!. La
ECO considera 8 0-0-0 b5 y 8 �h6 b5 po­
siciones igualadas, y entre las pocas líneas
de la Variante Byrne que no son favora­
bles a las blancas.
Tal utilizó una idea similar en el Cam­
peonato Mundial de 1961 , cuando iba por
detrás en el marcador. Quería jugar una lí­
nea ... e5/ ... c6, pero temía 5 ... 0-0 6 ii.e3 e5
7 dxe5 ! dxe5 8 'it'xd8 ! , en cuyo caso las ne­
gras tienen la peor parte de unas posibles
tablas. Así que refinó el orden con 6 ... c6,
apuntando en dirección a ... a6/ ... b5. Pero
después de que Botvinnik respondiese 7
�d3, continuó con 7 . e5 ! y consiguió la
apertura que quería.
Antes de dejar el Samisch, debemos
mencionar 5 lll ge2. Los libros nos dicen
que la idea de las blancas es 6 lll g3, y aña­
den que sólo conduce a una posición igua­
lada, tras 5 e5 6 d5 lll a6 .
(Ver diagrama 280.)
7
...
...
.
.
..•
Puede que eso sea cierto después de 7
lll g3 h5 y 8 ... h4. Pero con 7 f3! y 8 �g5
1 57
se alcanza una posición Samisch mejor de
lo habitual. Las negras deberían ignorar
los libros y j ugar 5 0-0, y luego quizá 6
.tgS lll bd7 7 'it'd2 c5, puesto que 8 d5 b5
9 cxb5 a6 es un buen Benko (Damljano­
vic-Martinovic, Smederevska Palanka
1999) .
.•.
INDIA DE REY, CLÁSICA
El orden más corriente de la Variante Clá­
sica es 1 d4 lll f6 2 c4 g6 3 lll c3 �g7 4 e4 d6
5 lll f3 0-0 6 ii.e2. Ahora, 6 ... e5 pernúte a
las blancas forzar, sin riesgo alguno, un fi­
nal ligeramente favorable, 7 dxe5 dxe5
8 'it'xd8 .!:. xd8 9 �g5.
Esto es un voto a favor de 6 lll bd7,
seguido de 7 0-0 e5. Este orden también
impide a las blancas plantear la Variante
Petrosian (6 ... e5 7 d5, para seguir con
�g5 y lll d2). Las blancas no pueden for­
marla tras 6 . . . lll bd7 7 0-0 e5, porque si 8
d5, 8 ... lll c5 ataca el peón e (8 .tg5 h6 ! 9
�h4? g5). Sin embargo, 6 ... lll bd7 puede
ser puesto a prueba con 7 e5!?. Solía con­
siderarse la línea clave 7 ... dxe5 8 dxe5
lll g4 9 e6 fxe6 10 0-0 lll de5 , y aunque la
experiencia indica que las negras tienen
una posición igualada ( 1 1 'it'b3 lll xf3+ 12
� xf3 lll e5 13 .te2 lll c6 ! y ... lll d4) , las po•••
1 58
SECRETOS DE LA I NVERSIÓN DE JUGADAS EN AJEDREZ
siciones que resultan son difíciles de ju­
gar.
El hermano menor -y más sabio- de 6
... lbbd7 es 6 lba6!, a lo que sigue 7 0-0
.•.
es.
Una base de datos sólo contiene ocho
ejemplos de esta posición, de antes de
1 988. En la mayoría de los casos, las ne­
gras podrán transponer a posiciones con
6 ... eS 7 0-0 lbbd7 muy buenas para sus in­
tereses. Por ejemplo: 8 .l:t el exd4 9 lb xd4
lb cS, o bien 8 ... c6 9 dS lb cS ! y 8 �e3 c6
9 dS lb g4 10 .tgS f6 11 .td2 fS , seguido
de ... lbcS.
Las ventaj as de situar un caballo en a6
se ponen de manifiesto cuando no transpo­
nemos. Las blancas consiguen poco en el
final, 8 dxeS dxeS 9 �xd8 l:!. xd8, porque
10 lbdS pierde el peón e, y porque la pre­
paratoria 10 .tgS se contesta debidamente
con 10 . c6 ó 10 ... h6. En todas las líneas
del final, a lb xeS sigue ... lbxe4 ! .
N o obstante, los libros recomendaban
la ortodoxa 6 ... eS 7 0-0 lbc6, con análisis
que llegaban hasta la jugada 2S. Si a las
blancas no les gusta la megateoría, debe­
rían considerar una idea de Bent Larsen,
1 d4 lbf6 2 c4 g6 3 lbc3 �g7 4 e4 d6 5 lbf3
.
Larsen quería salir del libro (6 ... lbbd7
7 h3). Pero 6 .te3 puede utilizarse como
una forma de seguirlo, pero en otra pági­
na. La razón es que cuando las negras ven
6 .te3 suelen pensar que 6 ... eS 7 dxeS es
una forma superior del final 6 �e2 eS 7
dxeS. En consecuencia, preparan ... eS con
6 . . . lb bd7 ó 6 . . . lb a6. Pero en tal caso,
7 �e2! eS 8 0-0 permite a las blancas trans­
poner a las líneas normales con ... lbbd7 ó
... lba6, habiendo eludido la megateoría de
... lbc6.
Las negras pueden contrarrestar 6 �e3
con 6 c5. Este avance se basa en 7 dxcS
�aS y 7 ii.. e2? lbg4 8 .tgS cxd4 9 lb xd4
�b6 ! . Lo mejor para las blancas puede ser
7 dS, alcanzando una Benoni de doble filo,
después de 7 ... e6 8 h3 exdS 9 exdS. Si eso
es lo peor que puede pasar, 6 .te3 puede
prestar por un tiempo buenos servicios a
las blancas.
••.
.
0-0 6 �e3.
INDIA DE REY, FIANCHETTO
El orden del fianchetto que ha merecido
mayor respaldo es 1 d4 lbf6 2 c4 g6 3 g3
� g7 4 � g2 0-0 S lb f3. En esta variante
hay más espacio para las sutilezas que
cuando las blancas postergan el avance
de los peones e o d, como en el caso de
DEFENSAS I N D IAS
1 d4 liJ f6 2 liJ f3 g6 3 g3 � g7 4 � g2 0-0
5 0-0.
1 59
centro, después de 6 . . . dS 7 cxdS cxdS
8 tLieS ! . Pero entonces, las negras pueden
volver a la India de Rey, con 6 d6, trans­
poniendo a una posición que Lubos Kava­
lek fue el primero en jugar.
•••
Las blancas pueden decidir, después de
d6, si entrar en una India de Rey( con
6 c4), o si pasar a la Defensa Pire (con 6
lLi c3 y 7 e4). Contra un jugador que rara
vez plantea la Pire, 6 lLic3 puede ser fuer­
te. Tal fue el caso en la partida Langeweg­
Vasiukov, Wijk aan Zee 1973: 6 . . . lLi bd7
7 c4 eS 8 a4 exd4 9 liJ xd4 : es 10 aS ! ll:icS
1 1 láel lLig4? ! 12 h3 lL:ieS 13 f4 liJed7 14 �e3
lL:if8 lS 'if d2 a6 16 b4! liJcd7 17 lL:ib3, con
clara ventaja. Pero las negras pueden ocul­
tar sus intenciones con 5 c6!?. Después
de 6 ll:i c3 dS! , deberían igualar (7 b3 �fS
8 .tb2 lLie4!). La idea ... dS es, naturalmen­
te, más fuerte cuando las negras no han in­
vertido un tiempo en S . . . d6.
Si las blancas han avanzado su peón e y
no el peón d, corno en la línea 1 c4 lL:if6
2 lLit'3 g6 3 g3 �g7 4 �g2 0-0 5 0-0, enton­
ces 5 c6 es lo que Tal llamaba "una pe­
queña diversión psicológica" . Las negras
obtienen una buena versión de la Neo­
Grünfeld, con 6 ll:ic3 dS ! , amenazando
... d4, y luego 7 cxdS cxdS 8 d4 ll:i e4 ! .
Las blancas pueden intentar una ver­
sión invertida de esa línea, con 6 d4, de for­
ma que su caballo sea el que quede en el
5
...
•••
•••
Ahora, 7 liJ c3 'if aS 8 h3 eS 9 e4 liJbd7
es una línea principal que también se pro­
duce por el orden 1 d4 liJf6 2 c4 g6 3 g3
� g7 4 � g2 0-0 s lL:i f3 d6 6 0-0 lb bd7
7 tLic3 eS 8 e4 c6 9 h3 �as. La diferencia
principal es que, en el segundo orden, las
negras han evitado una alternativa que
está muy analizada, 9 �e3 ! ? lLig4 10
�gS. Este orden también permite a las
negras, después de 7 tLic3 �aS, atacar el
peón e (8 dS �b4 ). En años recientes, 8
h3 �a6 ha gozado de cierta popularidad.
Joel Benjamín propuso un orden más
preciso, que comienza por 7 'ii' b 6. Esto
transpone, después de 8 dS 'i!Vb4, o de 8 h3
'i!Va6. Pero 8 e4, que es una línea central
en el orden de Kavalek, es aquí más fácil
de replicar, con 8 �g4!. Después de 9
h3 �xf3 10 � xf3 liJfd7 1 1 �e3, como se
jugó precisamente contra Kavalek, debe­
ría dejar colgado el peón b. Y 9 b3 cS !
iguala. Por ejemplo: 10 dxcS dxcS 1 1 �e3
tLi c6 12 h3 .l:t ad8, Tregubov-lzoria, Moscú
2006.
.••
..•
1 60
SECRETOS DE LA INVERSIÓN DE J UGADAS EN AJ EDREZ
Las negras pueden intercalar ... es en
diversos momentos, dentro de las 12 pri­
meras jugadas de la Variante del Fianchet­
to. Algunos expertos en la India de Rey lo
hacen tan pronto como las blancas decla­
ran su preferencia por g2-g3. Por ejemplo:
1 d4 lt:Jf6 2 c4 g6 3 g3 cS. Pero otros espe­
ran a que su rival juegue lt:Jc3, como en es­
te orden: 1 d4 lt:Jf6 2 c4 g6 3 g3 i.g7 4 i.g2
0-0 S lt:Jt3 d6 6 lt:J c3, y ahora 6 cS 7 dS e6!
El inconveniente es permitir a las ne­
gras una buena versión del Gambito Ben­
ko. Por ejemplo: 1 d4 lt:Jf6 2 c4 g6 3 g3 .tg7
4 i.g2 0-0 S lt:Jt3 d6 6 0-0 cS 7 dS.
...
Aquí 7 bS!? 8 cxbS a6 transpone a la
Variante del Fianchetto en el Benko. Es
una línea sólida para las blancas, pero no
plantea la menor amenaza de refutar el
Benko.
•••
Las blancas pueden tratar de castigar
la última jugada negra con 8 dxe6, porque
sus peones quedan vulnerables tras 8 ...
fxe6, y porque 8 ... .txe6 significaría sacri­
ficar material (9 lt:J gS ..t xc4 10 ..t xb7) .
Pero una vez que Korchnoi y Rafael Vaga­
nian perdieron famosas partidas con el sa­
crificio, la teoría dijo que las blancas
deberían evitar este camino y transponer a
una tranquila Benoni (8 0-0 exdS 9 cxdS).
Sin embargo, si las blancas han jugado 6 0-0,
en lugar de 6 lt:Jc3, 6 ... cS 7 dS e6 8 dxe6 !
e s fuerte, porque ahora a 8 ... .txe6 9 lt:JgS
�xc4 10 .txb7 lt:Jbd7 sigue 1 1 lt:Ja3 ! . Esto
concedió a Korchnoi dos fáciles victorias
cuando introduj o la jugada ( 1 1 . . l:t b8
12 lt:Jxc4 l:t xb7 13 lt:Jxd6, con un claro peón
de ventaja). É sta es una razón importante
para que las blancas difieran lt:Jc3.
.
INDIA DE REY, �gS
En la Variante de Yuri Averbaj , 1 d4 lt:J f6
2 c4 g6 3 lt:Jc3 �g7 4 e4 d6 S .te2 0-0 6 j.gS,
las negras no pueden jugar 6 ... eS? 7 dxeS
dxeS 8 'it'xd8 y 9 lt:J d5 . Su principal opción
se encuentra entre 6 ... cS 7 dS h6 8 i.e3 e6
y 6 ... h6 7 .te3 cS 8 dS e6, que transpone.
Ambos órdenes tienen sus méritos.
Svetozar Gligoric prefería 6 ... h6, porque
después de 7 i.h4 cS 8 dS, las negras tie­
nen una fuerte alternativa en 8 . a6 9 a4
'it'aS, al no ser posible .td2. Si 7 �e3 eS ( ó
7 ... lt:Jbd7 8 lt:Jf3 eS), se alcanza una posi­
ción de la Variante Clásica, en la que el
tiempo extra ... h6, es más una baza que
una carga.
Otras autoridades prefieren 6 ... cS 7 dS
h6. Pero para jugar así, las negras necesi. .
DEFENSAS I N D IAS
tan · conocer una gran cantidad de teoría,
acerca de los sacrificios de peón que se
producen después .de 8 j/_f4 e6 9 dxe6. Por
el contrario, 6 h6 7 .tf4 puede respon­
derse con 7 tt:lc6 (8 tt:lf3 lL\ xd4! y 8 dS
eS ! ) . Esto hace que el orden 6 ... h6 sea
mentalmente el más higiénico.
Otro sistema con .t gS es 5 h3 0-0
•••
•••
6 .tg5.
1 61
INDIA DE REY, CUATRO PEONES
En la Variante de los Cuatro Peones (1 d4
tt:lf6 2 c4 g6 3 tt:lc3 .i.g7 4 e4 d6 5 f4), las
negras normalmente atacan el centro con
... cS, y las blancas suelen responder d4-dS.
El momento de realizar ... cS no importa
demasiado, a menos que las blancas per­
mitan ... cxd4. Después de 5 c5 6 tt:lf3!?
cxd4 7 tt:l xd4 tt:l c6 8 .t e3 .
•••
Ahora, 6 h6 7 �e3! y '!Wd2 es favora­
ble a las blancas, porque las negras no pue­
den jugar 7 . .. tt:lg4, y porque esta vez . . . h6
es más una carga que una baza. Por ejem­
plo: 7 ... c6 8 �d2 �h7 9 .td3 eS 10 dS
tt:l a6 11 g4, con ventaj a, Paunovic-lllic,
Belgrado 2004.
La teoría solía considerar buena 6 c5,
debido a que 7 d5 e6 8 �d3 exd5 9 exd5 es
una Benoni un tanto anodina, pero 9 cxd5!
transpone a una buena posición. Por ejem­
plo: 9 . . . l::t e8 10 tt:lf3 a6 1 1 a4 '!WaS 12 0-0
lL\bd7 13 l:. el '!Wb4 14 �c2 c4 lS .tfl , Ba­
reev-Predescu, Kitchener 2006. Observe
que, puesto que no han sido jugadas ... h6 y
�h4, todas las lmeas con ... 'ifaS pueden
responderse favorablemente con .td2. Por
ejemplo: 6 ... cS 7 dS a6 8 a4 'if aS 9 .td2!
e6 10 .td3, o bien 7 . . bS 8 cxbS a6 9 a4
'if aS 10 .td2, con ventaja.
•••
•••
.
Las negras pueden obtener un juego
dinámico con 8
tt:l g4! . Por ejemplo: 9
tt:l xc6 bxc6 10 .tgl eS ! , o bien 9 .tgl
tt:l xd4 10 .t xd4 eS. Esto es mejor que 8
0-0 9 .te2!, que impide . . . tt:lg4. Las blan­
cas logran un medio juego algo favorable,
o un buen final, como 9 . . . es 10 tt:l xc6
bxc6 1 1 fxeS dxeS 12 .tes y 'if xd8, o con
9 . . . tt:lxd4 10 .txd4 eS 11 fxeS dxeS 12 .tes.
La razón de que esto sea significativo es
que si las negras juegan S . . . 0-0, en lugar
de S . . . cS, las blancas pueden jugar tran­
quilamente 6 tt:lf3 cS 7 �e2!? cxd4 8 tt:lxd4,
forzando la buena línea antes mencio­
nada.
Por consiguiente, es más preciso S ... cS.
Las blancas pueden evitarlo con una con­
trasutileza, 5 .te2!. Si las negras asumen
que van a entrar en una Variante Clásica,
•••
•••
1 62
SECRETOS DE LA I NVERSIÓN DE J UGADAS EN AJ EDREZ
5 . . . 0-0 6 l2J f3 , se verán sorprendidas por
6 f4 c5 7 l2Jf3, pues el juego se desliza a la
línea 5 f4 0-0 6 l2Jf3 c5 7 �e2.
Hay una última sutileza. Las negras
pueden responder a 5 .te2 con 5 c5, de
modo que 6 lbf3 cxd4 7 l2J xd4 l2Jc6 entor­
pezca el juego blanco.
..•
Pero si las blancas tratan de alcanzar
esta posición por el orden l2Jf3/h3, 5 l2Jf3
0-0 6 h3, pueden ser frenadas con 6 e5
7 d5, pues las negras abren favorablemen­
te el flanco de rey, no el de dama, con 7 ...
l2Ja6! 8 ile3 l2Jh5 y f5.
Otra curiosidad de la línea 5 l2J f3 0-0
6 h3 es que los libros dicen que lo mejor es
6 c5, después de lo cual 7 d5 e6 8 ild3.
..•
.••
•.•
Pero 6 dxc5! es un tanto favorable a las
blancas. Por ejemplo: 6 ... �as 7 .td2!
�xc5 8 l2J f3 0-0 9 0-0, y ahora 9 . . . b6? !
10 l:t cl �b7 1 1 l2Jd5 ! , como en la partida
Uhlmann-Bindrich, Dresde 2001.
INDIA DE REY, OTRAS VARIANTES
Una oscura variante que merece más aten­
ción, aunque sólo sea por sus posibilidades
de transponer, es 1 d4 l2Jf6 2 c4 g6 3 l2Jc3
i.g7 4 e4 d6 5 h3 0-0 6 i.e3. Algunos ex­
pertos en la India de Rey dicen que lo me­
jor es 6 e5 e indican 7 d5 c6 que, tras 8
i.d3 b5 ! ? , conduce -según ellos- a una po­
sición igualada. Pero 8 l2Jf3! transpone a
una línea favorable de la variante vinculada l2J f3/h2-h3. Por ej emplo : 8 . . . cxd5
9 cxd5 l2Ja6 10 ile2 l2Jc5 1 1 l2Jd2 y 9 ... l2Je8
10 l2Jc4 a6? ! 11 b4 l2Jd7 12 �d2, como en
la partida Alexandrov-Zhelnin, Krasnodar
1997.
.•.
Y ahora 8 ... exd5 9 exd5 l:l. e8+ 10
Ji.e3 �h6, o bien 10 . . . l2Jh5, se conside­
ran posiciones confusas. Pero 9 cxd5! re­
vierte a una B enoni favorable a las
blancas, según muchas autoridades. Se
ven así recompensadas por haber serpen­
teado, ya que si tratan de conseguir la po­
sición 9 cxd5, a través de una Benoni, las
negras disponen de diversas formas de
impedirlo, como 1 d4 l2J f6 2 c4 e6 3 l2J f3
c5 4 d5 exd5 5 cxd5 d6 6 lb c3 g6 7 h3, y
ahora 7 . . . a6 8 a4 �e7.
DEFENSA MODERNA
La Defensa Moderna, después de 1 d4 g6
2 c4, se convierte en India de Rey con 2 ...
l2J f6. Las negras pueden utilizar esta ruta
para eludir el Ataque Samisch, entre
otras líneas de la India de Rey. Por ejem-
DEFENSAS I N D IAS
1 63
plo: 1 d4 g6 2 c4 �g7 3 tt:J c3 d6 4 e4, y
ahora 4 ... es.
Las negras se arriesgan a entrar en un
final, pero esta jugada tiene sus ventajas. Si
las blancas juegan 5 �e3, esperando algo
así como 5 ... tt:Jd7 6 d5 ó 6 f3, las negras
pueden dejar mal situado al alfil, con 5 ...
exd4!? 6 �xd4 lbf6, que atacarán a conti­
nuación con ... tt:Jc6. Por ejemplo: 7 tt:Jf3
tt:Jc6 8 �e3 0-0 9 .te2 l:t e8 10 tt:Jd2 tt:Jd7 !
1 1 0-0 tt:Jd4 1 2 �d3 tt:Jc5, Lputian-Todor­
cevic, Cannes 1996.
Si, en la posición del diagrama 291 , las
blancas juegan 5 dS, las negras entran en
una India de Rey normal, con 5 ... tt:Jf6. Pe­
ro otra ventaja de este orden es que es po­
sible 5 ... tt:Jd7 6 Ae3 tt:Je7! y ...f5, un plan
visto con cierta condescencia por la teoría.
Más habitual es 5 tt:Jf3, que puede con­
vertirse en una India de Rey Clásica, des­
pués de 5 ... tt:Jd7, como jugaba, entre
otros, Tigran Petrosian. Pero si las negras
no quieren jugar una Variante Clásica,
puede explotar el orden 1 d4 g6 2 c4 �g7
3 tt:Jc3 con 3 ... cS!?
(Ver diagrama 292.)
Esta posición puede volverse muy agu­
da tras 4 dS i.xc3+!? 5 bxc3 f5, o bien con-
<lucir a un híbrido India de Rey/Benoni,
después de 4 . . . d6. En lugar del avance, las
blancas suelen jugar 4 tt:Jf3, pero esto per­
mite 4 ... cxd4 5 tt:J x d4 tt:Jc6!, una excelen­
te versión para las negras de la Inglesa,
porque las blancas no tienen el tiempo que
necesitan para plantear una Formación
Maróczy.
Si las blancas están interesadas en en­
trar en la Clásica, una ruta más segura es 1
d4 g6 2 c4 �g7 3 tt:Jf3, o bien 3 e4. Obser­
ve que en el último caso, las negras dispo­
nen de la opción extra 3 ... tt:Jc6.
El ataque al peón d da buen resultado
si las negras pueden asegurar su caballo en
d4, 4 d5 tt:Jd4 5 �e3 con 5 ... c5, y ahora 6
dxc6 dxc6, una recaptura que no es posible
después de ... d6. Pero 3 ... tt:Jc6 puede te­
ner feas consecuencias tras 4 tt:Jf3 ! , en lu­
gar de 4 d5. Una continuación típica en tal
caso es 4 ... d6 5 d5! tt:JbS 6 h3 que lleva el
juego hacia una Benoni ( 6 . . . c5 7 �d3), en
la que las blancas disfrutan de dos tiempos
extra, gracias a ... tt:Jc6-b8. La vida no es fá­
cil para el jugador de la Moderna.
DEFENSA GRÜNFELD
Cuando Bobby Fischer calificó a 2 tt:Jf3,
después de 1 d4 tt:Jf6, "un error corriente",
1 64
SECRETOS DE LA I NVERSIÓN DE JUGADAS EN AJ EDREZ
pensaba en la forma en que limita las op­
ciones de las blancas, tanto en la Grünfeld
como en la India de Rey. Hace, por ejem­
plo, que la Variante del Cambio en la
Grünfeld sea inofensiva, debido a la clava­
da ... .1lg4. Esto significa que después de 1
d4 lll f6 2 lll f3 g6 3 c4 �g7 4 lll c3.
d4 lll f6 2 c4 g6 3 lll c3 d5, el área más fértil
para las trampas se encuentra en la Va­
riante Rusa ('iWb3). Una de sus formacio­
nes queda planteada después de 4 lll f3
�g7 5 'iWb3 dxc4 6 'if xc4 0-0 7 e4 o, alter­
nativamente, 4 'ii' b 3 dxc4 5 'ii' xc4 .1l g7
6 e4 0-0 7 lll f3 .
En una época anterior, 4 'ii'b3 se consi­
deraba más precisa, porque 4 ... c6 5 cxd5 !
es favorable a las blancas, mientras que en
el segundo orden, 4 lll f3 Jig7 5 'ii'b3 c6 es
una defensa razonable. Eso parece trivial
hoy en día, pero el caso para 4 'ii'b3 se vio
reforzando en el match por el Campeona­
to Mundial de 1963, cuando Petrosian de­
mostró que después de 4 dxc4 5 'ii' xc4
il.g7 6 e4 0-0, las blancas no tenían que
jugar 7 lll f3, sino que podían intentar 7
•••
ii.e2!?.
Las negras podrían jugar 4 ... d5!, ya
que 5 cxd5 lll xd5 6 e4 lll xc3 7 bxc3 les
permite dislocar el centro blanco con un
oportuno ... �g4. Una de las primeras par­
tidas de Ernst Grünfeld, con la apertura
que él creó, siguió así: 7 . . . 0-0 8 � e2 c5
9 0-0 cxd4 10 cxd4 lll c6 11 �e3 �g4 ! , con
ventaja. Pero hoy sabemos que lll f3 enca­
ja perfectamente con el cambio central
porque después de, digamos, 7 ... c5 8 l:l bl
lll c6, las blancas pueden permitirse jugar 9
d5 ! �xc3+ 10 �d2, y 4 ... d5 ya no merece
un signo de admiración.
El jugador con negras que puede plan­
tear tanto la Grünfeld como la India de
Rey tal vez prefiera la más flexible 4 ... 0-0.
Si las blancas j uegan 5 �f4, para contener
el avance . . . e5, después de 5 . . . d6 6 e3,
las negras pueden seguir adelante con 5 ...
d5, como hizo Fischer en su partida del si­
glo, seis años antes de intentar el orden
normal de la Grünfeld. En aquel orden, 1
Los comentaristas pasaron esto por al­
to, porque 7 ... a6 8 lll f3 desemboca en la
Variante Húngara, y 7 ... lll a6 8 lll f3 trans­
pone a la Variante Prins, variantes ambas
que tienen buena reputación. Pero la idea
de 7 ii.e2 para las blancas es evitar la Va­
riante Smyslov, comprobada y contrasta­
da, 7 lll f3 il.g4. Si esto le preocupa, puede
arriesgarse con la opción extra de la ne­
gras, 4 'ii'b3 dxc4 5 'ii' xc4 §ie6 ! ? .
DEFE NSAS I N D IAS
· Pero s upongamos que a usted le gusta
la Variante Smyslov y no las alternativas.
Entonces, podría. considerar 4 tt:J f3 �g7
5 cxd5 tt:J xd5 6 �a4+!?, una idea de An­
drei Lilienthal. É ste es un orden que "da
qué pensar" y una buena forma de limitar
las opciones de las negras. Las blancas
quieren que su oponente piense acerca de
6 . . . tt:J c6 y se preocupe por las consecuen­
cias de 7 e3 y 8 ,.tb5, así como de 6 ... c6 7
e4 ! . Por ej emplo: 7 . . . tt:Jb6 8 �c2 � xd4
9 .th6 y .l:t dl , o bien 8 ... 0-0 9 .te3 �g4
10 tt:J e5 ! .
1 65
9 .te3 a5 ! ? y ... a4. Si no le preocupa esto
-y quiere eludir las variantes Prins y Hún­
gara-, 5 �a4+ ! ? le conviene. Un poco más
azarosa es la línea similar de Wolfgang
Uhlmann, 4 tt:Jf3 .tg7 5 �a4+, con la que
de nuevo nos acercamos a la Formación
Rusa, 5 .td7 6 �b3 dxc4 7 �xc4! 0-0
.•.
8 e4.
Las negras tienen un tiempo extra,
... .td7. Pero eso limita sus opciones un
tanto, pues si 8 ... a6, 9 e5 ! es un problema.
Su caballo no puede retirarse a d7, como
en la Húngara habitual. En caso de 8
tt:Jc6, 9 d5! . Observe que en estas líneas las
negras pueden evacuar d7 con 9 �e6.
Pero 10 exf6! sacrifica la dama por tres
piezas. Las negras han sido cazadas en una
línea que normalmente se produce en este
orden: 4 tt:Jf3 .tg7 5 �b3 dxc4 6 �xc4 0-0
7 e4 tt:Jc6 8 e5 �e6? (8 ... tt:Jd7 ! ) 9 exf6
_txc4 10 fxg7 y 1 1 .txc4.
En el diagrama 296 las negras suelen
optar por 8 ... .tg4, alcanzando, una vez
más, una posición de la Variante Smyslov.
Pero eso probablemente sea un error, por­
que pueden tratar de castigar el orden de
las blancas con 8 tt:Ja6!?. Entonces, tras 9
e5 tt:Jg4 10 .tf4, consiguen explotar su mo­
vimiento extra ... .td7 con 10 c5 11 d5
.•.
E n la práctica, las negras normalmente
responden 6 .td7, porque es apremian­
te y conduce a un terreno conocido, 7 �b3
tt:Jb6 8 e4 0-0 9 .te3 .tg4. Pero esto signi­
fica que se han visto privadas de las va­
riantes Húngara y Prins. Las blancas
también plantean una trampa, pues la na­
tural 6 ... .td7 7 �b3 tt:Jb6 8 e4 .tg4? se
castiga con 9 tt:Jg5 ! , amenazando 10 �xf7+.
Así ganan tiempo para 9 . . 0-0 10 h3 !
� c8 (ó 1 0 . . . .t d7) 1 1 tt:J f3 . Como suele
suceder en la Grünfeld, cuando las negras
no tienen presión sobre el centro, están
peor.
Un inconveniente potencial de este or­
den es la opción extra de las negras 8 . 0-0
.••
.
.
.
...
•••
•..
1 66
SECRETOS DE LA I NVERSIÓN DE J UGADAS EN AJ EDREZ
b5! , como en la partida Gerzhoy-Tiomin,
Tel Aviv 2002.
Otra opción añadida es 8
b5!. Por
ejemplo: 9 lll xb5 lll xe4 10 'ii xc7 lll c6, con
buen juego. O bien 9 'iib3 c5 ! 10 dxc5 lll a6
1 1 e5 lll g4 12 .tf4 lll xc5, como en la parti­
da Goletiani-Neubauer, Port Brin 2005.
Sólo los tahúres confiarían en 5 'ii a4+.
...
b6 13 d5 ! , con ventaja (Almási-Balusz,
Gyula 1993). En lugar de ello, las negras
deberían responder a 7 Ab5+ con 7 c6!,
después de lo cual, 8 �a4 da lugar a una
controvertida lmea, defendida por Ale­
xander Beliavsky.
Sin embargo, si hubiesen jugado 6 c5,
entonces no hay nada mejor contra 7
�b5+ que 7
Ad7, permitiendo a las
blancas transponer a la línea del Cambio,
con 8 Ae2!. Si en lugar de 7 ... �d7, las ne­
gras respondiesen 7 lll c6?, 8 d5 es una
vieja trampa en la que han caído numero­
sos grandes maestros (8 ... 'ii a5 9 'iia4!
'ii x c3+ 10 �e2, con gran ventaja blanca,
Beliavsky-Mijalchishin, Terme Zrece 2003,
entre otras). Esto hace que sea más preci­
so 6 Ag7!.
Las blancas difieren el 0-0. Una secuen­
cia corriente es 4 cxd5 lll xd5 5 e4 lll xc3
6 bxc3 i.g7 7 i.c4 0-0 8 lll e2 c5 9 Ae3 lll c6.
•••
.•.
•••
GRÜNFELD, VARIANTE
DEL CAMBIO
.••
En la viej a Variante del Cambio hay algu­
nos temas que destacan:
Sexta jugada negra. Después de 1 d4
lll f6 2 c4 g6 3 lll c3 d5 4 cxd5 lll xd5 5 e4
lll xc3 6 bxc3, las negras suelen jugar
... A g7 y ... c5, en uno u otro orden. Nor­
malmente, transponen.
Pero a comienzos de los noventa, se en­
contró un detalle, 7 Ab5+. Si las negras
han jugado 6 Ag7.
..•
•••
En los años cincuenta, la línea 10 0-0
cxd4 11 cxd4 �g4 (12 f3 lll a5) se conside­
Las blancas pueden responder a 7
�d7 con 8 Ae2 y transponer a la Variante
.••
del Cambio, con lll f3, en la que la jugada
extra de las negras, ... Ad7, estorba para
presionar sobre d4. Por ej emplo: 8 . . . c5
9 lll f3 lll c6 10 0-0 0-0 11 l:t bl cxd4 12 cxd4
raba ligeramente favorable a las blancas.
Las negras comenzaron a ensayar un plan
con 10 ... 'iic7 y 1 1 ... l:t d8, que adoptaron,
entre otros, Leonid Shamkovich e Isaac
Kashdan. Pero tras algunas impresionan­
tes victorias de Spassky, con 1 1 l:t cl ! , esta
DEFENSAS I N DIAS
línea desapareció de la escena. Entonces,
Lev Polugaievsky encontró una sutileza,
10 l:t el, en lugar de 10 0-0. Su primera cla­
ve era que 10 ... 'f!/c7 transpone al plan de
Shamkovich, tras 11 0-0! . La segunda clave
era que la torre defenderá el alfil de c4,
después del doble cambio 10 . . . cxd4
1 1 cxd4, de modo que las negras no pueden
transponer a la línea . . . ll:iaS con 11 ... �g4
12 f3 ll:ia5??, y están peor después de 12 ...
Ad7 1 3 o-o ( 1 3 . . . ll:i a5 14 .td3 y
'f!/d2/ �h6). De cualquier forma, las blan­
cas se benefician de 10 n el.
El inconveniente es 10 ... cxd4 11 cxd4
'f!/a5+. Pero las blancas pueden hacer de la
necesidad virtud, por no haber enrocado,
mediante 12 'i!tfl � d7 13 h4! , para abrir la
columna h. También este plan se ha anota­
do algunas impresionantes victorias y, sin
embargo, el mérito de 10 .l:te l sigue sujeto
a polémica.
Otra posibilidad es acelerar el enro­
que, con 9 0-0, en lugar de 9 �e3.
Las blancas están listas para transpo­
ner a las líneas principales, después de 9 ...
ll:ic6 10 �e3. De esta forma, evitan la idea
de Peter Svidler de responder a 9 �e3 con
9 ... cxd4 10 cxd4 'f!/a5+ 1 1 �d2 'f!/d8 ! .
La experiencia con 1 2 �c3 ll:ic6 n o es
1 67
concluyente. Si las blancas no tienen nada
mejor que 12 ii.e3 'f!/a5+, la lucha se diri­
ge a unas tablas por repetición de jugadas,
antes de que hayan transcurrido cinco mi­
nutos. Hasta ahora no se ha encontrado
ningún inconveniente a 9 0-0.
Las negras difieren . . . cxd4. La vieja lí­
nea principal de la Variante del Cambio
era 4 cxd5 ll:i xd5 5 e4 ll:i xc3 6 bxc3 �g7
7 Ac4 c5 8 ll:i e2 0-0 9 �e3 ll:ic6 10 0-0, y
ahora 10 ... cxd4 1 1 cxd4 �g4 12 f3 ll:ia5.
Pero a fines de los setenta, Jan Timman de­
mostró el valor de postergar el cambio de
los peones e, con 10 ... �g4. El juego a me­
nudo transpone, después de 11 fe ll:i a5, y
un ulterior ... cxd4.
¿Cuál es la clave de 10 ... � g4 11 f3
ll:ia5? Hay dos ideas que sobresalen.
Después de 10 . . . cxd4 1 1 cxd4 .tg4
12 f3 ll:iaS, la teoría dice que las blancas
pueden intentar 13 �d5 y obtener buen
j uego. Por ejemplo: 13 ... �d7 14 l:t b l 'f!/c8
15 'f!/d3 y l:l fcl. Pero con los peones e en
el tablero, 12 � d5 �d7 13 .:. bl 'f!/c8 amenaza al alfil con . c4! y ... e6.
Otro problema con ... cxd4 radica en la
línea que hizo famoso el match por el
Campeonato Mundial de 1987: 13 �xf7+
..
1 68
SEC RETOS DE LA INVERSIÓN DE JUGADAS EN AJ EDREZ
l:. x f7 1 4 fx g4 l:. xfl + 1 5 @ x fl 'it' b6
1 6 �gl ! 'ife61• Después de 17 �d3 �xg4
18 : n se considera ligeramente favora­
ble a las blancas. Pero con los peones e en
el tablero, llegamos a una posición ligera­
mente distinta, después de @ gl/ ... �e6.
Ahora, 16 'it'd3 'it'c4 ! concede a las ne­
gras un juego más vigoroso en el flanco
de dama. Por ejemplo: 17 'if d2 'if e6 ! 18
ll:i g3 ll:i c4, o bien 17 'ifxc4+ ll:i xc4 18 �f2
cxd4 19 cxd4 e5. En consecuencia, la más
precisa 10 . . . ilg4 está reemplazando a 10
. . . cxd4.
Las negras a menudo difieren ... d5,
porque no les gusta . . d5 5 cxd5 ll:i xd5 6 e4
ll:ib6 7 ll:ie2 ! . En su lugar, esperan con 4
0-0, porque es más fácil de jugar la línea 5
ll:if3 dS 6 cxdS ll:i xdS. La contrasutileza de
las blancas es 5 ll:i c3 para impedir . . . d5.
Las negras pueden continuar al modo de
la India de Rey (5 . . . d6 ó 5 ... c5). Pero
también es posible 5 tl:Jc6!?. Es una for­
ma de decir: "Tratas de evitar la Neo­
Grünfeld. Pero si sigues ahora con 6 tl:Jf3,
puedo transponer con 6 ... d5."
.
...
,
•••
NEO-GRÜNFELD
En la Neo-Grünfeld, se juegan g2-g3 y
... d5. Si se juega antes ... d5, las negras pue­
den capturar en c4, lo que puede dificultar
la recaptura, y esto explica por qué 1 d4
ll:if6 2 c4 g6 3 ll:ic3 d5 4 g3? ! rara vez se ve.
Por ej emplo: 4 . . . dxc4 ! 5 'if a4+ ll:i fd7 !
6 'ifxc4 ll:ib6 7 'it'd3 ll:ic6 8 ll:if3 ilf5 9 e4
ilg4, con excelente juego de las negras.
Más común es el orden 1 d4 ll:if6 2 c4
g6 3 g3 i.g7 4 Ag2.
La trama se agudiza si las blancas res­
ponden 6 e4, porque 6 d6! lleva las ne­
gras a una de esas líneas del Fianchetto en
la India de Rey, con un temprano e2-e4,
que quedaron desacreditadas en los años
cincuenta. Por ejemplo: 7 tl:Jge2 e5 8 ile3?
ll:ig4, o bien 8 d5 ll:id4 ! .
También hay terreno independiente
por explorar, con 6 dS ll:iaS 7 'it'd3 cS. Por
ejemplo: 8 e4 d6 9 ll:ige2 a6 y ... b5, como en
la partida Ilincic-Djuric, Vrnjacka Banja
1998. Observe que 8 ll:if3 d6 transpone a
una buena línea para las negras en la India
de Rey, que normalmente se produce así: 1
d4 tt:Jf6 2 c4 g6 3 g3 �g7 4 i.g2 0-0 5 ll:if3
d6 6 tl:Jc3 tt:Jc6 7 d5 tl:J a5, y las blancas jue­
gan 8 'it'd3 ? ! c5 9 0-0, en lugar de 8 ll:id2 ! .
•••
1
Conocida corno Variante Sevilla por muchos autores
y expertos, puesto que el Mundial de 1 987 se disputó
en la capital hispalense. N.d. T.
DEFENSAS I N D IAS
DEFENSA INDIA DE DAMA
eso en líneas como 3
··
�
1 69
b6 4 e3 Ab7 5 �d3
Ab4+!?.
Las defensas Indi� de Dama y Nimzoindia
son las caras opuestas de una misma mo­
neda, concebida, si no acuñada, por Aaron
Nimzovich. Antes de encontrar su fórmula
(1 d4 tb f6 2 c4 e6, seguido de 3 tlJ f3 b6 ó
3 tLic3 Ab4), experimentó con un orden
que no dependiese de la tercera jugada
blanca, 1 d4 tbf6 2 c4 b6.
La ventaj a de este orden es que las ne­
gras cuentan con opciones más agudas en
caso de 3 tlJf3 �b7 4 g3, como 4 . . . e5 ! ? , 4
. . . Axf3 y 4 ... c5 5 d5 b5 ! ? . ¿Cuál es el as­
pecto negativo? Los libros dicen que las
blancas pueden lograr el control de e4
con tb c3 y 'ir'c2 ó f2-f3. Por ejemplo: 3
tbc3 .tb7 4 'li'c2 d5 5 cxd5 tb xd5 6 tb f3
e6 7 e4.
Pero los buenos jugadores, incluidos
Fischer y Larsen, han utilizado 2 ... b6! ? y
otros, con blancas, entre ellos Anatoli Kar­
pov, han transpuesto a líneas normales con
3 tlJf3, de modo que puede que la jugada
tenga más ventajas que inconvenientes.
En el orden convencional, 1 d4 tb f6
2 c4 e6, las blancas indican sus sentimien­
tos acerca de la Nimzoindia cuando eligen
3 tlJD. Las negras pueden tratar de explotar
Las blancas a menudo responden 6
lbbd2, aunque esta jugada no ofrezca más
que la igualdad. El temor a la Nirnzoindia
ha afectado al primer jugador, ya que 6
tbc3 ! transpone a una línea, 1 d4 tbf6 2 c4
e6 3 tbc3 Ab4 4 e3 b6 5 �d3 Ab7 6 tbf3,
que ofrece excelentes posibilidades, inclu­
so en el gambito 6 ... tbe4 7 0-0.
Si las blancas pueden racionalizar su
miedo a la Nimzoindia, pueden jugar la
más ambiciosa 1 d4 tbf6 2 c4 e6 3 ttJD b6
4 tbc3, permitiendo 4 ... Ab4. Corren ese
riesgo en la esperanza de que las negras
prefieran 4 ... Ab7 5 'ifc2 Ab4 ó 5 Ag5 h6
6 Ah4 .tb4. Pero entonces 5 a3 ! entra en
el Sistema Petrosian, 4 a3 Ab7 5 tbc3. La
diferencia es que las negras han perdido la
posibilidad de jugar 4 a3 Aa6, una alterna­
tiva importante. Por esta razón, 4 tbc3 se
responde más a menudo con 4 Ab4. Las
blancas normalmente eligen entre 5 AgS y
5 e3, y pueden transponer a una de las lí­
neas 4 �g5 y 4 e3. Por ejempo: 5 e3 �b7
6 Ad3 tbe4 7 0-0, y de nuevo es dicho
gambito.
En la vieja línea principal de la India
de Dama, 1 d4 tbf6 2 c4 e6 3 ttJD b6 4 g3
•••
1 70
SECRETOS DE LA INVERSIÓN DE J UGADAS EN AJEDREZ
.tb7, las blancas inician un juego de espe­
ra, al diferir ll:ic3, pues los libros dicen que
si 5 ll:ic3, 5 . . . �b4! iguala. El juego conti­
núa así: 5 .tg2 .te7 6 0-0 0-0. Luego, jugadas
tranquilas como 7 b3 ó 7 l:t el permiten a
las negras transponer a una Catalana igua­
lada, con 7 ... d5 ! .
La jugada crítica es 7 ll:ic3, preparán­
dose para apoderarse del centro con 8
'ir'c2 y 9 e4. Las negras normalmente ocu­
pan e4, 7 ... ll:ie4, para impedir mecánica­
mente e2-e4. Pero si ... .tb4 igualaba
antes, ¿por qué no 7 .tb4?
...
Esta jugada rara vez se menciona en
los libros y, sin embargo, ha sido empleada
nada menos que por Leonid Stein, David
Bronstein y Boris Spassky. Es posible que
las blancas estén mejor tras 8 .td2, pero
no mucho (8 ... �xc3 9 .t xc3 ll:ie4). O
bien 8 ... d6 9 .t'! cl t2Jbd7 10 d5 ll:ic5, como
en la partida W. Schrnidt-Gofshtein, De­
brecen 1992 (11 t2Jh4 a5 12 'ir'c2 l:l e8 13
.l:l fel .txc3 14 � xc3 exd5 15 Axf6 'ir'xf6
16 cxd5 g6, con igualdad).
DEFENSA BOGOINDIA
Según Mark Taimanov, quien se haría eco
de una vieja historia, en una partida de un
torneo femenino una partida comenzó así:
1 d4 ll:if6 2 c4 e6 3 ll:if3 .tb4+. Las blancas
se vieron sorprendidas por el j aque y pre­
guntaron: " ¿ Qué apertura estás jugando? "
L a respuesta fue: " ¡Estoy jugando l a Nim­
zoindia! ¿Qué te creías?"
La Defensa Bogoindia se merece un
respeto. Después de 4 t2Jbd2, las blancas
esperan conseguir la pareja de alfiles con 5
a3. La experiencia indica que las mejores
opciones para las negras radican en pasar
al Gambito de Dama Rehusado, con 4
d5, y después de 5 a3 .te7!
•••
Es como si la partida hubiese comenza­
do con 1 d4 d5 2 c4 e6 3 t2Jf3 ll:if6 4 e3 .te7
5 ll:ibd2? y las blancas tuviesen el avance
extra a2-a3 a modo de compensación.
Pero no es bastante, y 6 e3 0-0 7 .t d3 b6
8 0-0 .tb7 9 b3 ll:i bd7 10 .tb2 c5 es una fá­
cil igualdad.
El tronco principal de la Bogoindia
es 4 �d2, no 4 ll:i bd2. Las negras nor­
malmente protegen el alfil (4 . . . 'ir'e7, 4
. . . a5 , 4 . . . c5) , pensando que mantenien­
do fluida la situación en el flanco de
dama, las blancas serán reticentes a
permitir posiciones tipo Nimzoindia,
con ll:i c3 . Por ejemplo: 4 . . . 'ir'e7 5 ll:i c3 ? !
b 6 6 e 3 .tb7 7 .td3, y ahora 7 . . . .t x c3 !
DEFENSAS I N D IAS
8 � x c3 tt:J e4 es un j uego igualador típico.
La alternativa "para pensar" es 4 ...
�e7!?. Las negras proponen otro rutina­
rio Gambito de Dama Rehusado (5 tt:J c3
d5 6 �g5) . Por supuesto, podrían haber
pasado más directamente al mismo con 3
. . . d5. Pero puede que quieran que las
blancas consideren también 5 g3. La idea
es que las blancas podrían pensar que 5 . . .
b 6 6 �g2 .tb7 e s una versión favorable
de la India de Dama. Pero después de 5
g3, las negras tienen un buen cambio de
marcha: 5 ... d5!, transponiendo a una bue­
na versión de la Catalana Cerrada, que
normalmente se plantea en este orden: 1
d4 tt:J f6 2 c4 e6 3 g3 d5 4 tt:Jf3 �b4+ 5
�d2 �e7, de la que un jugador de 3 tt:Jf3
puede conocer poco.
DEFENSA NIMZOINDIA
La Nirnzoindia está relacionada con una
apertura sin nombre, 1 d4 d5 2 c4 e6 3 tt:Jc3
�b4!?
1 71
bré conseguido la Nimzoindia de todos
modos."
Pero no es una Nirnzoindia normal,
porque si las negras doblan los peones e,
las blancas pueden desdoblarlos con
cxd5, corno vimos en la Introducción, en
la partida Botvinnik-Capablanca. Eso
significa que la prueba de fuego debería
ser 4 a3 � xc3+ 5 bxc3. Por ejemplo: 5 ...
c5 6 cxd5 exd5 7 e3. Pero las negras pue­
den evitar transponer a la partida Botvinnik-Capablanca (7 . . . tt:J f6? ! ) , con 7 . . .
tt:J c6 8 �d3 tt:J ge7 ! y . . . �f5 . Por ejemplo:
9 �c2? c4 10 �e2 �f5 y 9 tt:Je2 c4 10 �bl
�f5 11 a4 0-0 12 �a3 1:1 e8, con suficien­
te contraj uego, Jurtsidze-Tsereteli, Tbilisi
2006.
El caballo rey, por otra parte, podría
ser mejor utilizado si las blancas juegan 4
�a4+. Esto podría transponer a la Defensa
Ragozin (Gambito de Dama Rehusado),
en caso de 4 . . . tt:Jc6 5 tt:Jf3 tt:Jf6, una posi­
ción de doble filo tras 6 ll:le5. Pero las ne­
gras hacen que tt:J e5 sea inofensivo
jugando, en cambio, 5 . . . tt:Je7 ! ? .
Este orden d e jugadas sigue siendo
muy joven y por esta razón muchos juga­
dores que se sientan en la silla de las blan­
cas optarán por 4 tt:Jf3, pasando a terreno
conocido. Pero eso las limita, después de 4
... dxc4, a permitir la Variante Noteboorn
(5 e3 b5), o a tratar de entrar en una Vie­
nesa, tras 5 e4 c5.
NIMZOINDIA, LENINGRADO
Las negras parecen decir: "Si hubiese
jugado 1 . . . tt:Jf6 2 c4 e6, podrías evitar la
Nirnzoindia con 3 tt:Jf3 ó 3 g3, o incluso
desviarte antes con 2 .tg5. Pero ahora ha-
Alexander Alekhine dijo que "la respues­
ta más lógica" a 1 d4 tt:Jf6 2 c4 e6 3 tt:Jc3
�b4 era 4 �g5, porque 4 . . . d5 es "una va­
riante poco atractiva" del Gambito de Da­
ma Rehusado. Se refería a 1 d4 d5 2 c4 e6
3 tt:Jc3 tt:Jf6 4 �g5 � b4? ! , que es favorable
a las blancas tras 5 �a4+ ó 5 e3.
1 72
S ECRETOS DE LA INVERSIÓN DE J UGADAS EN AJ E DREZ
Pero la verdadera prueba para la Va­
riante Leningrado, 4 �g5, es ... c5 ! . Una de
las lmeas principales es 4 �g5 h6 5 �h4 c5
6 dS �x c3+ 7 bxc3.
Si 7 d6, las negras preparan una es­
trategia tradicional de bloqueo sobre casi­
llas negras ( ... e5, ... 'f/e7 y, quizá, ... g5). Pero
eso permite a las blancas dar prioridad al
j uego de piezas sobre la estructura de
peones, con 8 dxe6!?, puesto que 8 ... fxe6
9 e3 y liJf3/�e2 es favorable a sus intere­
ses. Es mejor 8 . . . � xe6, pero 9 e3 liJ bd7
10 �d3 liJe5 deriva en juego confuso.
Las negras pueden intentar un juego
sutil, a base de 7 e5 y luego 8 ... d6! , trans­
poniendo a la lmea de bloqueo. Pero las
blancas disponen de la opción extra de 8
d6!. La experiencia demuestra que aunque
las negras ganen el peón avanzado, las
blancas están bien.
Un orden superior para las negras es 4
. h6 5 �h4 c5 6 d5 d6!, postergando
... .txc3+. Esto impide d5-d6 y consigue el
bloqueo deseado, después de 7 e3 �xc3+!
8 bxc3 e5, con posibilidades equivalentes.
Por ejemplo: 9 'f/c2 'f/e7 10 liJf3 g5 1 1
Ag3 liJh5 1 2 �d3 liJd7 13 liJd2 liJdf6 1 4
0-0-0 @d8 ! ? y ... @c7, como e n l a partida
Guseinov-lbragimov, Bakú 2006.
NIMZOINDIA, JUGADAS DE DAMA
Después de que Gideon Stahlberg le gana­
se tres partidas, con 4 'f/b3, en su match de
1934, Nimzovich declaró que la jugada de
dama era "casi una refutación de mi va­
riante". Hoy, ni siquiera es una lmea im­
portante. Pero está tan estrechamente
vinculada con 4 'f/c2 que las negras deben
tener cuidado para no ser atrapadas en
una línea de la variante 4 'f/c2, que es o in­
ferior o desconocida.
Por ejemplo: 4 ... liJc6 se considera su­
ficiente para igualar contra 4 �b3, pero es
desfavorable contra 4 �c2. Las negras
pueden encontrarse en la línea mala, des­
pués de 4 'f/b3 liJc6 5 liJf3 d5.
..•
.••
. .
Ahora, 6 a3 �xc3+? 7 'f/xc3 es favora­
ble a las blancas, que han transpuesto a 4
'f/c2 liJc6? ! 5 liJf3 d5 6 a3 .txc3+. En ese
orden, 6 ... dxc4?? perdería pieza. Pero con
la dama en b3, 6 ... dxc4! 7 'f/xc4 �d6 es
excelente para las negras.
Un caso similar surge después de 4
'f/b3 c5 y 5 dxc5. Entonces, 5 .. . liJ a6 6 a3
�xc5 es una senda fácil hacia la igualdad.
Por el contrario, 6 ... �xc3+ ? ! 7 'f/xc3
liJ xc5 8 f3 ! es malo para las negras. Esta lí­
nea transpone a 4 'f/c2 c5 5 dxc5, cuando las
DEFENSAS I N D IAS
negras juegan la inferior 5 ... lba6? ! (6 a3
�xc3+ 7 'i!i'xc3 lb xc5 8 f3 ! ) , en lugar de 5
... 0-0 ! 6 a3 �xc5 ..
La principal diferencia entre las dos ju­
gadas de dama es que 4 'i!i'c2 no ataca el al­
fil, pero prepara e2-e4. Si las negras
impiden ese avance con 4 ... dS, ¿qué tipo
de Gambito de Dama Rehusado tene­
mos? La respuesta es que uno bueno para
las negras, después de 5 �g5 dxc4, e inclu­
so mejor después de 5 lbf3 ? ! dxc4 ! . Por
otra parte, la prudente 5 e3 no encaja bien
con 4 'i!i'c2. Después de 5 . . . c5, las negras
alcanzan un territorio cómodo de la Nim­
zoindia con 4 e3, por ejemplo con 6 lbf3
lbc6 7 a3 �xc3+ 8 bxc3 0-0.
La verdadera prueba para ... dS en una
Nimzoindia suele ser a2-a3, de modo que
debemos evaluar 5 a3 �e7!?
Las blancas están mejor, pero sólo un
poco. Por ejemplo: 6 cxd5 exdS 7 �gS c6
8 e3 � g4 ! ? 9 lb ge2 lb bd7 10 h3 � hS
1 1 lb g3 � g6 12 lb fS � xf5 ! 1 3 'i!f x fS g6
i 4 'i!i'c2 lbhS, con rápidas tablas, Shipov­
Rozentalis, Tromso 2006.
Eso significa que un jugador agresivo,
con negras, puede utilizar este orden de ju­
gadas como una especie de reconocimien­
to del terreno. Comienza con 1 d4 lbf6 2 c4
1 73
e6 3 lbc3 �b4, con la esperanza de alcan­
zar una de las líneas agudas. Si las blancas
optan, en cambio, por la conservadora 4
'it'c2, las negras pueden transponer a un só­
lido Gambito de Dama Rehusado, con 4 ...
dS 5 a3 �e7, a muy poco precio.
Las nuevas sutilezas de la variante 4
'i!i'c2 se producen tras 4 dS 5 cxdS cS!?.
Se trata del gambito de Veselin Topalov,
basado en líneas como 6 dxe6 cxd4 7
exf7+ � xf7, ó 6 . . . �xe6 7 dxc5 0-0. Que
las negras logren suficiente compensación
es tema debatible, pero nuestra preocupa­
ción es cómo pueden las blancas eludir por
completo este azaroso tema. Una posibili­
dad es 6 �gS, pues 6 ... exd5 desemboca en
una línea tranquila que suele producirse
tras 4 'iVc2 d5 5 cxdS exd5 6 �g5 cS. La
posición resultante puede ser buena para
las blancas, tras 7 a3 �xc3+ 8 bxc3. Por
ejemplo: 8 . . . h6 9 � xf6 'iWxf6 10 e3 0-0
1 1 lb f3 lb c6 12 � e2 � e6 1 3 0-0 l'.:!. fc8
14 'i\Va4, con una modesta ventaja, Rowson­
Pert, Campeonato Británico 2006.
Hay, sin embargo, una complicación, en
caso de 6 �gS 'i!i'xdS!?
••.
Lo que ha sucedido es que las negras
han inducido a su oponente a una línea
que normalmente se produce en este or-
1 74
SECRETOS DE LA I NVERSIÓN DE J UGADAS EN AJE D R EZ
den: 4 �c2 d5 5 �g5 c5 6 cxd5 �xd5,
cuando amenazan 7 ... �xg5, 7 ... cxd4 y 7
... tt:le4. Esto suele conducir a posibilidades
equivalentes tras 7 .txf6 gxf6 8 dxc5
�xc5.
Otra forma en que las blancas pueden
combatir el nuevo gambito es responder a
4 'iVc2 d5 5 cxd5 c5 con 6 dxc5. Después de
6 ... �xd5 7 a3 ! �xc3+ 8 �xc3 0-0 9 f3 ! ,
quedan con la mejor parte de la posición.
Para evitar esto, las negras pueden apurar
sus posibilidades con 6 ... tt:l xd5.
Pero observe lo que pasa cuando un
tahúr intenta 6 exdS. En tal caso, después
de 7 �gS, transponemos a una posición que
resulta de 4 �c2 d5 5 cxd5 exd5 6 �g5,
cuando las negras ensayan la ambiciosa 6
... c5, y las blancas no juegan 7 a3 ! . En lu­
gar de ello, deben jugar 7 dxc5, con lo que,
de todos modos, las negras obtienen un
buen juego, tras 7 h6! 8 �h4 gS 9 �g3
tt:le4 10 �x b8 �f6! 11 i.g3 tt:l xc3, como
en la sensacional partida I. Sokolov-Aro­
nian, Turín 2006.
Por último, pocos libros mencionan si­
quiera la tercera jugada de dama posible, 4
'ii'd3. El objetivo de las blancas es atrapar
de nuevo a su rival en una línea descono­
cida de 4 �c2.
"¿Qué es esto?", se preguntarán las ne­
gras. "¿Cree realmente que 4 ... c5 5 d5 es
bueno?, ¿o es que su idea es responder a 4
.. d5 con 5 cxd5 exd5 6 �b5+?".
(Ver diagrama 312.)
...
.••
.
involuntariamente transpuesto. Éste es un
problema, si las negras normalmente res­
ponden a 4 �c2 con una jugada diferente
a 4 ... 0-0.
De modo similar, si las negras no están
familiarizadas con 4 �c2 d5 5 a3 �xc3+,
porque optan por alguna otra cuarta juga­
da, acabarán en territorio extraño, después
de 4 �d3 d5 5 a3 ! �xc3+? 6 �xc3.
NIMZOINDIA, S ÁMISCH
Después de que Fritz Samisch introdujese
4 a3, se realizaron tentativas por refinar la
idea, difiriendo este avance en favor de la
jugada de Nikolai Rjumin, 4 f3, y de la de
Akiba Rubinstein, 4 e3, que se supone son
más flexibles. Pero habría que preguntarse
si no es más flexible 4 a3 �xc3+ 5 b xc3 ,
porque permite a las blancas elegir ahora
entre f2-f3 y e2-e3, una vez que las negras
se definan. Por ejemplo: después de 5 b6.
(Ver diagrama 313.)
•••
"No puedo llegar a ninguna conclu­
sión, así que me enrocaré", pueden decidir.
No es una mala decisión, porque 4 0-0
5 a3 �xc3+ 6 �xc3 no tiene nada de malo,
siempre y cuando las negras conozcan la
teoría. ¿Qué teoría? La considerable can­
tidad de análisis consagrados a la línea 4
�c2 0-0 5 a3 �xc3+ 6 �xc3, a la que han
•••
Las negras estarían satisfechas de ver 6
e3, ya que con 6 ... �b7 7 f3 c5 ! , obtendrían
buen contrajuego. Pero las blancas que­
dan mejor después de 6 f3! y 7 e4! (o bien
6 ... d5 7 �g5 ! ) . Por otra parte, si las negras
se deciden por 5 c5, lograrían buen jue•••
D E FENSAS I N D IAS
1 75
ejemplo: 7 b6 8 e4! �b7 9 �g5, como en
la famosa partida Keres-Reshevsky, Tor­
neo de Candidatos 1953 (9 ... h6 10 h4! d6
1 1 eS dxeS 12 dxeS �e4 13 .l:!. h3 ! , con un
feroz ataque).
Las negras a menudo se confunden en
la Samisch diferida, como en aquella par­
tida. Pensaban que iban a transponer a
otra partida anterior del mismo torneo,
que siguió con 4 e3 c5 5 a3, en lugar de 5
�d3, y ahora 5 ... �xc3+ 6 bxc3 b6 7 �d3
�b7. Las negras obtuvieron un excelente
j uego, después de 8 f3 l2i c6 9 l2i e2 0-0
10 0-0 l2ia5 1 1 e4 l2ie8!, con idea de ... l2id6.
Reshevsky habría podido transponer a
aquella partida con 8 l2i e2 �b7 u 8 f3
�b7, pero cruzó el Rubicón tras el avan­
ce 8 e4! .
•.•
go tras 6 f3 dS 7 cxdS l2i xd5 ! , que transpo­
ne a la confusa variante 4 f3.
Es preferible para las blancas 6 e3!?.
Por ej emplo: 6 ... l2i c6 7 � d3 d6 8 l2i e2
0-0, o bien 8 ... eS 9 e4 0-0 transpone a otra
prometedora línea, 4 a3 �xc3+ 5 bxc3 0-0
6 e3 cS 7 �d3 l2ic6 8 l2ie2, con un rápido
e3-e4 y el ataque f2-f4-f5.
Pero hay una mejor transposición que
Samisch�Rjumin o Samisch�Rubinstein,
a saber, Rubinstein�Samisch, 4 e3, segui­
do de a2-a3. Puede producirse en varios
órdenes, entre ellos 4 e3 c5 5 �d3 0-0 y 6 a3
NIMZOINDIA, RUBINSTEIN
La formación más conocida de la Nim­
zoindia se produce tres jugadas después de
4 e3:
�xc3+ 7 bxc3.
Esto es más prometedor que 4 a3, por­
que el enroque negro es vulnerable. Por
"Esta posición ha sido investigada por
algunos maestros, amantes del análisis,
hasta las jugadas 30/35", escribió Vladimir
Simagin en 1954. Las defensas negras han
resistido bien en ésta y posiciones simila-
SECRETOS DE LA I NVERSIÓN DE J U GADAS EN AJ EDREZ
1 76
res, y su principal preocupación es el orden
de jugadas.
Algunos expertos de la Nimzoindia lle­
gan a la posición del diagrama, con el orden 4 . . . 0-0, 5 ... c5, 6 ... d5 y 7 . . . ttJc6. Otros
prefieren 5 ... d5 y 6 ... c5. Hay otros que
comienzan por 4 . . . c5, y luego siguen con 5
... ttJc6 y 6 ... d5. Incluso hay, por último,
quienes tienen fe en 4 ... d5, 5 . . 0-0 y 6 ...
c5.
Hoy día, 4 ... 0-0 es la jugada que tiene
mayor número de seguidores, porque las
negras no definen su estructura de peones
y no están obligadas a cambiar su alfil (co­
mo en el caso de 4 ... c5 5 ttJe2 y 6 a3) . Pe­
ro 4 . . 0-0 sí define la posición del rey, lo
que es importante si las blancas deciden
pasar a una Samisch diferida, 5 a3 �xc3+
6 bxc3. El enroque también cuesta un
tiempo a las negras y les impide alcanzar la
estrategia de bloqueo sobre casillas ne­
gras, preconizada por Robert Hübner.
Después de 5 �d3 c5 6 ttJf3 ttJc6, no tie­
nen ninguna posibilidad de ver 7 0-0
�xc3 ! , porque las blancas interfieren con
.
Las negras tienen éxito, en caso de 5
't!Vc2 f5 6 ttJ e2 b6, o de 6 ttJ f3 b6 7 �d3
i.b7, ambas línes excelentes para su cau­
sa. La principal ventaja de 4 . . . ttJ e4 es
que no tienen que ocuparse de la enorme
cantidad de teoría en torno a 4 e3 b6, ni
tampoco de algunos peligros específicos,
como el gambito 5 �d3 �b7 6 ttJ f3 ttJ e4
7 0-0 ! ? .
Las blancas también pueden responder
a la amenaza sobre c3 del diagrama ante­
rior, con 5 ttJe2, en lugar de 5 't!Vc2. Si a las
negras no les gusta 5 ... �h4 6 g3 �f6, pue­
den, una vez más, intentar entrar en una
buena línea de 4 . . . b6, con 5 f5 6 't!Vc2 b6.
•••
.
7 d5!.
TANGO
En un brevísimo espacio de tiempo, la
apertura 1 d4 ttJf6 2 c4 ttJc6 ha producido
una gran cantidad de teoría, sobre todo en
las continuaciones agudas que comienzan
con 3 ttJc3 e5 y 3 d5 ttJeS. Pero en la ma­
yoría de las partidas, las blancas optan por
la ruta familiar, con 3 ttJf3, y después de 3
... e6.
U n jugador astuto, con negras, puede
dejarse tentar por evitar todo esto, con 4 ...
ttJe4!?, con idea de inducir a su rival a una
de las mejores versiones de 4 ... b6.
Las blancas pueden intentar 4 g3, des­
pués de lo cual, 4 d5 es una Catalana. Ta­
les posiciones, con el peón e bloqueado, se
..•
DEFENSAS I N D IAS
consideraba en una época heréticas, pero
actualmente su reputación no es tan unidi­
mensional. En caso de 5 .tg2 dxc4, la po­
sición se considera confusa, después de 6
'fi'a4 lt:Jd7 ! , o de 6 0-0 l:l b8 ! ? .
Por otro lado, las negras tienen s u caba­
llo dama bien situado, si consiguen transpo­
ner a una Bogoindia, con 4 ... i.. b4+ 5 .td2
'fi'e7. Pero las blancas deberían evitarlo
con 5 lt:Jbd2! y 6 a3. Ésta es una transposi­
ción de una Bogoindia normal, 1 d4 lt:J f6
2 c4 e6 3 lt:Jf3 i.b4+, en la que a 4 lt:Jbd2 se
ha contestado con la floja 4 ... lt:Jc6? ! 5 g3
'fi'e7. Si, en lugar de ello, en la posición del
diagrama 317, las blancas juegan 4 lt:Jc3, las
1 77
negras pueden trasponer a una rara Nim­
zoindia, con 4 ... �b4 5 'fi'c2. Las blancas
pueden sentirse razonablemente satisfe­
chas por sus perspectivas después de, diga­
mos, 5 ... 'fi'e7 6 a3 .t xc3+ 7 'fi'xc3 d6 8 b4
eS 9 dxeS lt:J xeS 10 i.. b2, Baburin-Scan­
nell, Feugen 2006.
Pero la cuestión principal es quién ha
engañado a quién. ¿Han arrastrado las ne­
gras a su oponente a una Nimzoindia 4
'fi'c2, que no querían jugar? ¿O bien, han
entrado las blancas en una línea 4 'it'c2, en
la que las negras se han visto privadas de 4
d5 ó 4 ... cS? Una vez más, ambos juga­
dores pueden haber sido cazados.
...
1 79
Capítulo 7
Defensa Holandesa y aperturas de flanco
Todo el mundo conoce la primera sutileza
de la Defensa Holandesa, a saber, las ne­
gras pueden eludir el Gambito Staunton, 1
d4 f5 2 e4, mediante 1 ... e6 y 2 c4 f5. En las
últimas décadas, 1 ... e6 se ha empleado
también para llegar a una Nimzoindia, o
una India de Dama (2 c4 ttJf6), o una Be­
noni (2 c4 c5), sin el riesgo de exponerse a
una Trompowsky.
Por supuesto, hay otra posibilidad.
Después de 2 e4, las negras deberán estar
preparadas para una Defensa Francesa (2
... d5) o la versión más peligrosa de la De­
fensa Inglesa (2 ... b6), o bien intentar 2 ...
c5, como hizo Bent Larsen en una ocasión.
Pero también deberán saber qué hacer en
caso de 2 ltJd2!?
Las blancas sugieren que desean en­
trar en una Francesa Tarrasch (2 . . . d5
3 e4) . Pero su verdadera intención pue­
de ser plantear un Sistema Colle (2 . . . d5
3 ttJ gf3 ! ) , en el que las negras han blo­
queado su alfil dama. Las negras pueden
encontrarse también en una versión in­
ferior del Ataque Stonewall, después de
2
•••
c5 3 e3 ltJ c6 4 c3 ltJ f6 5 i.d3 d5 6 f4! .
Las blancas sólo pueden soñar con lo­
grar esta magnífica posición, después de
i. d6
1 d4 d5 2 e 3 . Por ej emplo : 6
•••
7 'it' f3 .t d7 8 ltJ h3 'it' b 6 9 ltJ f2 0-0-0
10 0-0 @ b8 11 e4! , Marshall-Rubinstein,
Viena 1908.
Hoy día, la amenaza del Gambito
Staunton no asusta a muchos jugadores
holandeses. Pero algunos prefieren, de to­
dos modos, 1 . . . e6, p ara evitar otras lí­
neas de 1 ... f5, como 2 ltJc3 ó 2 �g5, que
son una tentativa por mejorar sobre el
Staunton normal, 2 e4 fxe4 3 ll:l c3 ltJ f6
4 i.gS.
Después de 1 d4 f5 2 ltJc3.
(Ver diagrama 319.)
La elección de las negras es limitada,
pues 2 ltJf6 3 i.g5 amenaza con un es­
quema Trompowsky (� xf6/e2-e3/i.d3/
'it'f3) que no es del gusto de muchos par••.
1 80
SECRETOS DE LA INVERSIÓN DE JUGADAS EN AJ EDREZ
tidarios de la Holandesa. Por ejemplo: 3
. . . c6 4 �xf6 ! exf6 S e3 dS 6 �d3 g6 7 'ii'f3
�e6 8 h3 �g7 9 l2J ge2 l2J d7 10 g4! fxg4
1 1 hxg4 'ii' e 7? 12 : xh7 ! , como en la par­
tida Korchnoi-Kostj oerin, La Habana
1966.
La respuesta más frecuente a 2 l2Jc3 es
2 d5, en cuyo caso 3 e4!? transpone a una
buena versión del Gambito Staunton, des­
pués de 3 ... fxe4? 4 f3 exf3 S l2J xf3 , pero es
mejor 4 'ii'h S+ ! . Esto significa que lo mejor
es 3 ... dxe4, aunque a menudo transpone (4
f3 l2J f6 S fxe4 fxe4) a 3 . . . fxe4 4 f3 l2J f6
5 fxe4 dxe4. Entonces, 6 Ac4 eS ! ? 7 �gS !
y 6 ... l2Jc6 7 l2Jge2 eS 8 dS son líneas con­
fusas.
Conclusión: si las negras pueden jugar
también la Francesa, evitar todo esto con 1
d4 e6 puede ser la mejor ruta hacia la Ho­
landesa. Pero pasemos directamente a 1
... fS.
...
HOLANDESA, LÍNEAS
PRINCIPALES
Las negras a menudo difieren su principal
decisión ( ... d6 ó ... dS) y esperan el momen­
to oportuno para jugar ... �b4( + ). Por
ejemplo: 1 d4 f5 2 c4 l2Jf6 3 g3 e6 4 i.g2
�b4+.
Ahora, S l2Jc3 ? ! es bueno para las ne­
gras. Por ej emplo: S . . . 0-0 6 l2J f3 l2J e4
7 'ii'c2 d6 8 0-0 ..txc3 ! 9 bxc3 l2Jd7 10 : dl
'ii'e8 1 1 l2Jd2 l2Jdf6 ! ? , como en la partida
Hort-Short, Praga 1990.
Es mejor 5 �d2!, ya que el cambio de
alfiles tiende a favorecer a las blancas. Es­
to es paricularmente cierto si las negras
adoptan una formación Stonewall, S ...
.i.xd2+ 6 l2J xd2 dS?, en lugar de 6 ... d6! y
... es.
Las negras tienen mayor éxito, poster­
gando ... Ab4+, con la esperanza de que
las blancas desarrollen voluntariamente
su caballo por c3 y permitan la clavada.
Pero eso sólo es bueno cuando las blan­
cas han definido sus piezas del otro flan­
co ( l2J f3 ó ..t g2) . Así, la clavada es
prematura, por ejemplo, después de 1 d4
f5 2 c4 e6 3 l2Jc3 .tb4?!, porque las blan­
cas no han impedido el plan de Akiba
Rubinstein e2-e3/l2Jge2/a2-a3, que em­
pleaba con la misma efectividad, tanto
contra la Holandesa como contra la Nim­
zoindia.
(Ver diagrama 321 .)
Esto significa que 4 'ii' c2 l2Jf6 5 e3! 0-0
6 A d3 , seguido de l2Je2 y a2-a3, es favora­
ble a las blancas. Por ej emplo : 6 . . . d6
DEFENSA HOLANDESA Y APERTURAS DE FLANCO
1 81
l2J h3 �e7 5 0-0, su mejor opción es 5
d6! . En consecuencia, si las negras com­
•••
prometen demasiado temprano su peón
d, las blancas sabrán qué hacer con su ca­
ballo rey: 1 d4 f5 2 g3 e6 3 �g2 l2J f6 4 c4
d5 5 l2Jh3!. Lo mismo puede decirse si
las blancas desarrollan su caballo por e2,
antes que por h3. Dos partidas del Cam­
peonato Mundial de 1951 alcanzaron es­
ta posición:
7 lbe2 lbc6 8 0-0 .txc3 9 �xc3 a5 10 b3 e5
1 1 Aa3 ! l:l e8 12 d5 l2Je7 13 f4! , Yakovich­
Gleizerov, Estocolmo 2000.
El orden más preciso, después de 1 d4
f5 2 c4 e6 3 lb c3 , es 3 ... l2J f6. Una jugada
de espera, para ver Ja decisión de las
blancas, como 4 g3 ó 4 l2J f3 , que j ustifica­
ría 4 ... .tb4 ! . Si las blancas se deciden
por 4 e3? ! , habrán iniciado un plan Ru­
binstein demasiado pronto, y las negras
deberían, en tal caso, pasar a la estructu­
ra de peones ... d6/ . . . e5. Por ejemplo: 4 . . .
� e 7 5 .td3 0-0 6 l2J ge2 d6 ! , con buen
juego.
Una vez que las blancas deciden fian­
chettar su alfil rey, el caballo rey pasa a ser
el foco de Ja atención. Si se desarrolla por
e2 ó h3, la sabiduría convencional sostiene
que las negras quedan mejor con ... d6 que
con ... d5. Un caballo blanco queda muy
bien situado en f4 en una Stonewall, por­
que "toca" al peón retrasado de e6 y pue­
de reforzar el control de e5 con l2Jd3. Pero
después de ... d6, una maniobra de caballo
a f4 permite ... e5.
En la práctica, un orden como 1 d4 f5
2 g3 l2J f6 3 .t g2 e6 4 l2J f3 �e7 5 0-0 ha­
ce que 5
d5 resulte atractivo, porque
las blancas ya han mostrado sus cartas
con l2J f3. Por el contrario, después de 4
•••
Mijail Botvinnik jugó 6 ... d5? ! , se que­
dó con la peor parte de la apertura, tras 7
l2Jge2 c6 8 b3 l2Je4 9 0-0 l2Jd7 10 �b2
l2Jdf6 1 1 f3 ! , y acabó perdiendo.
Cuando David B ronstein llevaba ne­
gras, eligió 6 d6! , y el caballo blanco
tuvo poco qué hacer después de 7 l2J ge2
c5 8 0-0 e5. En realidad, no volvió a
mover y las blancas pronto quedaron
peor.
La situación es más difícil cuando las
negras buscan una Stonewall con ... �d6,
pues en tal caso no pueden recurrir a
... �e7 como jugada de espera. Pero el lu­
gar de la jugada "de pase" puede tomarlo
...c6. Después de 1 d4 f5 2 g3 l2Jf6 3 .i g2 e6
4 c4 d5, las blancas están bien con 5 l2Jh3!
c6 6 0-0 .t d6 7 .tf4. Pero las negras tienen
4 c6!?, que consideran es una jugada útil,
•.•
•.•
1 82
SECRETOS DE LA I NVERSIÓN DE J UGADAS EN AJ EDREZ
tanto en caso de 5 lbh3 d6 corno de 5 lbf3
d5.
Por ejemplo: 5 lbf3 d5! 6 0-0 �d6 7 b3
'f!/e7 impide el cambio desfavorable del
buen alfil negro (8 �a3). Si las blancas in­
sisten en el cambio, con 8 a4, las negras ob­
tienen un j uego adecuado con 8 . . . a5 !
9 ..t a3 il. x a3 1 O lb x a3 0-0 1 1 lb c2 b6
1 2 lbcel �b7 13 lbd3 lbbd7 y ... c5, corno
en la partida Tenikashvili-Radjabov, Mos­
cú 1998.
También hay una cierta sutileza rela­
cionada con el caballo dama blanco, corno
en la línea 1 d4 f5 2 g3 lbf6 3 il.g2 e6 4 lbf3
il.e7 5 0-0 0-0 6 c4, y ahora 6 c6!. Las ne­
gras esperan 7 lbc3, que hace más apropia­
do 7 ... d5.
Mark Tairnanov, quien alabó 6 ... c6, ex­
plicaba que los defectos de la Stonewall se
explotan mejor cuando las blancas pueden
jugar lbf3-e5-d3 y lbbl-d2-f3, y citaba una
partida que siguió así: 6 d5, en lugar de 6
... c6, que se decantó a favor de las blancas,
después de 7 lbbd2! c6 8 'f!/c2 'f!/e8 9 tt::l e5
lbbd7 10 lbd3! lbe4 11 lbf3 g5 12 b4.
Sin embargo, una vez que las blancas
definen la posición de su caballo dama,
con lbc3, las negras tienen un juego más
fácil, decía también Tairnanov.
•••
•••
Por ejemplo: 7 lbc3 d5 8 b3 lbe4 9 .tb2
lbd7 10 e3 �d6 11 lbd.2 tt::l df6. Si las blan­
cas descartan 7 lbc3 y optan por 7 b3, las
negras tienen una buena réplica en 7 a5,
cuando el juego puede seguir así: 8 �a3
.txa3 9 lb xa3 d6!, o bien 9 ... 'f!/e7 10 lbc2
•••
d6! , y su alfil malo ha dejado de serlo.
HOLANDESA POR INVERSIÓN
Las negras pueden plantear una Holande­
sa, desde su lado del tablero, tras 1 c4, 1
lbf3 ó 1 g3, jugando 1 ... f5. También pue­
den conseguir una buena Holandesa a par­
tir de una dudosa Defensa Inglesa, corno
en la línea 1 c4 b6 2 d4 �b7 3 lbc3 e6 4 a3
y ahora 4 f5!.
•••
DEFENSA HOLANDESA Y APERTURAS DE FLANCO
El peón a blanco juega un papel secun­
dario. Por ej emplo: 5 d5 lb f6 6 g3 lb a6
7 .tg2 lb c5 8 lbh3 � d6 9 .te3 .te5!, Kar­
pov-Morozevich, Cannes 2002.
Pero después de 1 c4 f5 ó 1 lbf3 f5, las
blancas pueden jugar d2-d3, en lugar de
d2-d4. De esta forma quitan la casilla e4 al
caballo contrario y pueden preparar un
oportuno y potente avance del peón e. Por
ejemplo: 1 lbf3 f5 2 g3 lbf6 3 �g2 e6 4 c4
d5 5 0-0 c6 6 d3 �d6 7 lbc3 0-0 8 e4! .
Las negras fueron víctimas de s u insis­
tencia en 3 ... e6 y ... d5. Si quieren plantear
una Holandesa con ... d6, deberían jugar 3
... d6, preparando 4 ... e5. Si las blancas lo
impiden con 4 d4, las negras pueden trans­
poner a las líneas normales ... d6 con ... e6.
Antes de dejar la Holandesa, debemos
mencionar un orden poco conocido, cuyo
paladín fue Carlos Guimard, 1 d4 d5 2 c4
e6 3 lbc3 .1i.e7 4 ltJO, y ahora 4 ... f5.
Esta secuencia impide el Gambito
Staunton, así como las líneas 1 d4 f5 2 lbc3
y 2 .tg5, y hace que las blancas definan la
posición de sus caballos, de modo que ya
no existen las opciones lbbd2, lbh3 y b2b3/.ta3.
Pero las blancas pueden proceder a
una corrección oportuna, con 5 .tf4! lb f6
1 83
6 e3 c6 7 .td3 0-0 8 �c2 Por ejemplo: 8 ...
.
lLJe4 9 g4! lba6 10 a3 �a5 11 @e2 tLi xc3+
12 bxc3 lLi c7 1 3 c5 lb e8 14 .l:!. hg l @ h8
1 5 n g2, y las blancas se abrieron paso, en
la partida Lima-Giardelli, Sao Paulo 1993.
DEFENSA INGLESA
La mayoría de las líneas de la Defensa In­
glesa son favorables a las blancas, al me­
nos ligeramente, y las negras deberian
mantenerse alerta ante posibles transposi­
ciones a la Holandesa, la India de Dama u
otras aperturas. Después de 1 d4 e6 2 c4 b6
3 lbc3 .1i.b7 4 e3 .
Ahora, 4 ... .tb4? ! 5 lbe2! lbf6 es una
Nimzoindia satisfactoria para las blancas.
Por ejemplo: 6 a3 �xc3+ 7 tLixc3 d5 8 b3.
Pero 4 ... f5! es una buena Holandesa. El
momento apropiado para la clavada sería
5 lbf3 .tb4, ya que las blancas no pueden
romper favorablemente con lbe2 y a2-a3.
Es mej or para las blancas 5 lLJ ge2 lb f6
6 d5, pero después de 6 ... lba6, ésta es una
de las mejores líneas de la Defensa Ingle­
sa para las negras.
Es irónico que muchos partidarios de
la Defensa Inglesa rara vez comiencen con
la caracteristica ... b6. La razón es que 1 d4
1 84
SECRETOS DE LA INVERSIÓN DE JUGADAS EN AJEDREZ
b6 2 e4! .tb7 (o, por inversión, 1 e4 b6 2 d4
i.b7) se considera mejor para las blancas
que cuando se ha jugado c2-c4.
El orden más preciso es 1 d4 e6, espe­
rando 2 c4 b6. Contra 1 e4, evitan 1 ... b6 y
entran en cualquier otra cosa. Sólo en res­
puesta a 1 c4 ó 1 ti:Jf3, comienzan las ne­
gras con 1 ... b6.
Otro aspecto de la Defensa Inglesa es
que las blancas pueden evitar la clavada
. . . A b4, si intercalan antes a2-a3, como
en caso de 1 d4 e6 2 c4 b6 3 a3. Las ne­
gras pueden alcanzar la India de Dama,
Variante Petrosian, con 3 . . . ti:J f6 4 ti:J c3
�b7 5 ti:J f3 . Otra ruta hacia el mismo
destino es 3 . . . ..tb7 4 ti:J c3 ti:Jf6 5 ti:Jf3. La
India de Dama/Petrosian no puede con­
siderarse una mala línea. ¿Por qué, en­
tonces, las negras utilizarían uno de estos
órdenes (arriesgándose a las complica­
ciones derivadas de 5 d5) ? Las razones
habituales son evitar la Trompowsky y
las líneas del Fianchetto en la Defensa
India de Dama.
Pero un jugador más aventurero, con
negras, intentará 3 f5! ? 4 ti:Jc3 ti:Jf6. Las
blancas están mejor aquí de lo que lo esta­
ban en la posición antes mencionada, 1 d4
e6 2 c4 b6 3 ti:Jc3 .tb7 4 e3 f5 ! , pues en es­
te caso pueden beneficiarse de un fian­
chetto, 5 g3 ..tb7 6 d5 ! . Sin embargo, hay
más espacio para el subterfugio, como des­
pués de 5 g3 c6! 6 Ag2 d5.
(Ver diagrama 328.)
•••
Cada bando tiene una jugada más, en
relación con una Stonewall normal. Pero
... b6 es más útil que la jugada extra de las
blancas, a2-a3, lo que se pone en evidencia
después de 7 cxd5 cxd5 8 Af4 .td6 9 �xd6
'ilt'xd6 10 l::t cl ti:Jc6 ll ti:Jf3 0-0 12 0-0 ..tb7
1 3 e3 l:1 ac8, con juego equilibrado, Ro­
gozenko-Morozevich, Bundesliga 2000.
Observe lo mucho que han tardado las ne­
gras en desarrollar su alfil por b7. En rea­
lidad, estaban conteniéndolo, debido a 5
d5, en cuyo caso tiene mucho más sentido
j ugar 5 . . . .i a6 ! . D espués de 6 e3 e x d5
7 cxd5 .txfl y 7 ti:J xd5 ..td6 ! son buenas
para las negras.
Si las negras insisten en plantear la De­
fensa Inglesa contra 1 e4, una cuestión cla­
ve es cómo van a defender las blancas su
peón e, después de 1 e4 b6 2 d4 .tb7. Si 3
ti:Jc3 e6, y las negras se disponen a jugar 4
... ..tb4. La experiencia con 4 ti:Jf3 j_b4 5
.td3 ti:Jf6 ha variado mucho, pero los re­
sultados son mejores para las negras que
en otras líneas de 1 e4 b6. Es más preciso 3
.td3 ! e6 4 ti:Jf3. En tal caso, 4 ... c5 5 ti:Jc3
cxd4 6 ti:J xd4 es una excelente Siciliana.
Lo mejor para las negras es 3 ... ti:Jf6 ! , pues
el atacado peón e no puede avanzar (4 e5
i.xg2), y si 4 ti:Jc3 e6, las negras tienen
... .t b4 en la recámara.
El orden más preciso de las blancas po­
dría ser 3 Ad3 ti:Jf6 4 'it'e2!, y ahora 4 e6
5 ti:JfJ .
(Ver diagrama 329.)
...
De esta forma, conservan las opcio­
nes ti:J c3 , c2-c3 e incluso c2-c4, como en
la línea 5 . . . d5 6 e5 ti:J fd7 7 0-0 c5 8 c3, ó
DEFENSA HOLANDESA Y APERTU RAS DE FLANCO
1 85
0-0 10 liJe5 y f2-f4, S. Polgár-Ushenina,
Dresde 2006.
Hay dos formaciones habituales de la
Catalana (1 d4 llJ f6 2 c4 e6) , que a menu­
do aparecen después de 3 g3 d5 4 ..tg2 y
4 llJ f3 (o bien 3 tl:i f3 d5 4 g3) . Hay pe­
queñas diferencias entre ambas. Pero el
tercer orden, 1 d4 llJ f6 2 c4 e6 3 llJ c3 d5
4 g3, tiene sus ventaj as y sus inconve­
nientes.
7 . . . � e7 8 c4 ! . Por ej empl o : 8 . . . d x c4
9 �xc4 a6 10 tl:ic3 b5 1 1 �d3 llJb6 12 �e4,
con ventaja, Jalifman-Bauer, Internet
2004.
APERTURA CATALANA
Una Catalana es un Gambito de Dama en
el que se ha jugado .tg2. Curiosamente, la
Catalana se plantea hoy más a menudo
por el orden 1 d4 tl:if6 que por 1 d4 d5, al
menos en la alta competición.
Después de 1 d4 d5 2 c4 e6 3 g3, las ne­
gras igualan más rápido, con 3 ... dxc4 ! 4
liJf3 c5. Por ejemplo: 5 'it'a4+ �d7 6 'it'xc4
� c6 7 .t g2 llJ d7 8 0-0 llJ gf6 9 llJ c3 b5
10 'it'd3 'it'b6, Opocensky-Kotov, Praga­
Moscú 1946.
Con mayor frecuencia, la Catalana
surge después de 1 d4 tl:if6 2 c4 e6. Pero si
a las blancas les preocupa el Benko, la
Benoni o el Budapest, entre otras defen­
sas, deben jugar 2 g3, que transpone a una
Catalana normal, después de 2 ... e6 3 c4.
Este orden permite a las negras desarro­
llar su alfil dama fuera de su centro de
peones (2 ... d5 3 tl:if3 c6 4 Ag2 Af5). Pe­
ro eso no se considera ya un camino fácil
hacia la igualdad después de, digamos, 5 0-0
e6 6 b3 h6 7 Ab2 liJbd7 8 c4 �d6 9 llJ bd2
Por ejemplo: si 4 ... dxc4 5 'it'a4+ �d7
6 'it'xc4 ..tc6 7 llJf3 , las negras pueden
desequilibrar con 7 ... �xf3 y obtener
buen juego contra el peón d aislado. Es
mejor 7 f3 ! , que se considera favorable a
las blancas desde la partida Tinsley­
Schlechter, Hastings 1895. Pero este or­
den es impreciso, porque las negras
pueden transponer a una forma superior
de la Defensa Tarrasch, en el Gambito de
Dama Rehusado, 4
c5 5 cxd5 cxd4!
'it'xd4 llJc6, que prestó buenos servicios a
Boris Spassky.
Observe que las blancas pueden limitar
los recursos de su rival conteniendo el
peón e o el d. Por ejemplo: 1 d4 liJf6 2 liJf3
e6 3 g3 d5 4 .tg2 Ae7 5 0-0 y un posterior
c2-c4 impide las líneas con un temprano
... �b4+ y ... dxc4.
••.
1 86
SECRETOS DE LA INVERSIÓN DE J UGADAS EN AJ EDREZ
También pueden diferir d2-d4, como
en la línea 1 c 4 e6 2 g3 d5 4 tt:Jf3, y ahora
3 . . tt:Jf6 4 � g2 ii.. e7 5 0-0 0-0 6 d4 es la Ca­
talana Cerrada. Por supuesto, hay menos
posibilidades de alcanzar un medio juego
catalán por estos órdenes, que a través de
1 d4, 2 c4 y 3 g3.
La principal decisión de las negras en
la Catalana es si capturar (y cuando) en c4.
Si quieren abrir la posición, la forma pru­
dente de hacerlo es 1 d4 tt:Jf6 2 c4 e6 3 g3
d5 4 .t g2, y ahora 4 i. e7 5 tt:J f3 0-0
.
•••
6 0-0 dxc4.
APERTURA INGLESA
Un aficionado que juega 1 c4 a menudo se
encuentra en desventaja psicológica, cuan­
do el juego transpone a una apertura 1 d4,
porque lo lógico es que haya elegido 1 c4
para eludir líneas propias de 1 d4, como la
Eslava, la Grünfeld y la Nimzoindia. Por
consiguiente, a las negras puede resultar­
les útil entrar en un Gambito de Dama
Rehusado, porque 1 e6 2 tt:J c3 d5 3 b3?
d4!, por ejemplo, es malo. Las blancas pue­
den tratar de mantenerse dentro de la zo­
na Réti, con 2 tt:Jf3, y si 2 . . dS, 3 b3.
•••
.
De esta forma, evitan las lfueas con
�a4+, como 1 d4 tt:Jf6 2 c4 e6 3 g3 d5 4 i. g2
dxc4 5 �a4+. Esto tiene sentido, si no quie­
ren jugar lfueas con 4 ... dxc4 5 tt:Jf3, como 5
... a6, 5 . . tt:Jc6, 5 .. ii..d7 y 5 ... .tb4+.
El jaque de dama puede plantear una
trampa en forma diferida, 4 �e7 5 tt:Jf3
.
.
•••
dxc4 6 �a4+
(Ver diagrama 332.)
La respuesta 6 ... tt:J bd7? ! no parece un
error. Sin embargo, lo que ha sucedido es
que las negras han sido inducidas a entrar
en la lfuea 5 �a4+ tt:Jbd7 6 tt:Jf3 �e7? (en
lugar de 6 ... c5 ! ó 6 ... l:t b8 ! ) , con ligera
ventaja blanca.
Pero éste es un momento espléndido
para 2 b6!, transponiendo a una Defensa
•.•
DEFENSA HOLAND ESA Y APERTURAS DE FLANCO
Inglesa, en la que las blancas se han com­
prometido con c2-c4, privándose de los
ambiciosos esquemas con e2-e4/f2-f3. El
jugador que normalmente responda a 1 d4
e6 2 c4 b6 con un esquema como 3 llJc3
Ab7 4 a3 ó 4 e3 puede encontrarse en una
posición sospechosa después de 1 c4 e6
2 llJf3 b6 3 e4 Ab7 4 llJc3 i;.b4 5 Ad3 llJe7
6 a3? ! � xc3 7 dxc3 0-0 8 0-0 f5 ! , como
en la partida Ibragimov-Shabalov, Open
EEUU 2003.
Una historia muy diferente es 1 c4
g6, que conserva un amplio abanico de
opciones, incluidas la India de Rey, la
D efensa Moderna y la Holandesa Le­
ningrado. Las negras pueden esperar a
2 llJ c3 , de modo que 2 ... c5 les permite
entrar en una buena línea, después de 3
llJ f3 il. g7 4 d4 cxd4 5 llJ xd4 i. g7 . Si
juegan 1 c4 c5 , las blancas disponen de
la continuación más prometedora 2
llJ f3 ! ? y 3 d4.
Otra familia de sutilezas comienza
con 1 c4 llJ f6. Las blancas suelen respon­
der 2 llJ c3 , a fin de responder a 2 . . . e6
con la muy apreciada 3 e4, que permite
eludir la Grünfeld, con 2 ... g6 3 e4 y trans­
poner a una India de Rey, después de 3 ...
d6 4 d4. Los libros dedican mucha aten­
ción a 2 llJ c3 d5. Pero quizá el mejor as­
pecto del orden 1 c4 llJf6 2 llJ c3 para las
negras sea transponer a una línea 1 . . . c5,
con 2 ... c5 ! , y luego romper en el centro
con 3 ... d5. Como antes se ha dicho, de
haber jugado el orden más normal, 1 c4
c5, las blancas pueden romper antes con
2 llJ f3 ! ? y 3 d4.
Otra virtud de 1 c4 llJf6 es que 2 llJc3
e5 lleva las negras a una posición habi­
tual, sin tener que preocuparse por 1 c4 e5
2 g3!?. Si las blancas insisten en jugar 2 g3
(después de 1 c4 llJf6), deberán tener en
cuenta 2 c6! 3 il.g2 d5.
•.•
1 87
Ahora, las blancas deberán arriesgar­
se con un gambito (4 llJf3 dxc4/ ... b5), o
bien defender el peón e con 4 'iVc2 ó 4 b3,
que permite a las negras resolver sus pro­
blemas de apertura, con 4 ... e5 ! . Por
ej emplo: 4 'iVc2 e5 5 d3 h6! 6 tt:J f3 � d6
7 0-0 0-0 8 llJc3 d4, Socko-Belov, Hastings
2004.
APERTURA INGLESA, 1
••.
e5
Después de 1 c4 e5, las negras eligen entre
sistemas abiertos ( ... llJf6/ ... d5) y cerrados
( ... llJc6 y, posiblemente, ... il.b4).
Las sutilezas comienzan con 2 g3, que
transpone a las líneas principales después,
por ejemplo, de 2 ... llJf6 3 Ag2 d5 4 cxd5
llJxd5 5 llJc3, o de 2 ... llJc6 3 �g2 g6 4 llJc3 .
Pero d e esta forma, las blancas evitan la
fea posibilidad ... i.b4.
Después de que Anatoli Karpov hicie­
se, con negras, buen uso de 2 llJc3 tt:lf6 3
llJf3 llJc6 4 g3 i;.b4, en su match por el
Campeonato Mundial de 1987, Seirawan
jugó 2 g3 contra aquél. Karpov se encontró
fuera de su repertorio y respondió 2
g6?! , que sólo había empleado en una oca­
sión, cuando tenía once años. Aquella par­
tida siguió con 3 �g2 i;.g7, una Siciliana
Cerrada, con los colores invertidos, en la
•••
SECRETOS DE LA I NVERSIÓN DE J UGADAS EN AJ EDREZ
1 88
que la ausencia de un temprano ... lZJc6
quitó hierro al avance b2-b4-b5.
sición de la India Antigua, tras 5 ... �e7
6 0-0 0-0 7 d4 lZJbd7. Esta última es una bue­
Pero la respuesta de Seirawan, 3 d4!, le
dio a éste una clara ventaja de espacio (3
... exd4 4 'ii' x d4) o un final superior (3 ... d6
4 dxe5 dxeS 5 'ifxd8+ ). Karpov eligió la
segunda posibilidad y perdió.
El inconveniente de 2 g3 es 2 lZJ f6
3 Ag2 c6, ya que 4 lZJf3 e4 5 lZJd4 d5 6 cxd5
puede contestarse con la jugada de Mijail
Tal, 6 .. 'if xd5!. Al atacar el caballo, las ne­
gras obtienen excelentes posibilidades. Por
ejemplo: 7 lZJc2 'fihS y ... �h3. La línea 2
lZJc3 lZJf6 3 g3 c6 nunca volvió a estar de
moda, después del match-revancha Tal­
Botvinnik, en el que se jugó 4 lZJf3! e4 5
lZJd4 d5 6 cxd5. Transponer a la otra línea
con 6 ... 'ii' x dS?? está claro que no es posible, y 6 ... cxdS 7 d3 ! es favorable a las blancas.
Sin embargo, este orden es perfecta­
mente jugable después de 4 ... d6!
(Ver diagrama 336.)
•••
.
na elección, porque el fianchetto es una de
las armas menos ambiciosas que las blan­
cas tienen contra la India Antigua. Por
ej emplo: 8 e4 i:t e8 9 h3 Af8 1 0 .i:t el a6
1 1 dS? ! cxdS 12 cxdS bS ! 13 a3 lZJb6 14 b3
.td7 15 �e3 'it'b8, con excelente juego de
las negras (A. Sokolov-Sherwin, Campeo­
nato de Suiza por equipos 2001).
En la variante principal de la Siciliana
Cerrada, con los colores invertidos, 1 c4 e5
2 lZJc3 lZJc6 3 g3 g6 4 �g2 .Yig7, las blancas
normahnente escogen entre 5 d3, 5 e3 y 5
.l:l bl. Pero las sutilezas comienzan antes, si
las negras juegan 1 c4 g6 2 lZJc3 .Yi g7 como
hizo Kasparov. De este modo, pudo pasar
a su favorita India de Rey, después de 3 d4
lZJf6.
¿Pero qué decir acerca de 3 g3? Esta
jugada parece reducir las opciones de las
negras, ya que la Grünfeld se ha disuadido,
y la Neo-Grünfeld, 3 ... c6 y 4 ... d5, puede
impedirse con 4 it.g2/5 e4. En lugar de
ello, Kasparov respondió 3 .. lZJc6!?.
(Ver diagrama 337.)
,
.
La única posibilidad real que tienen las
blancas de obtener ventaja pasa por d2-d4.
Después de 5 Ag2, las negras pueden ele­
gir entre una posición teórica de la India
de Rey, con 5 ... g6 6 d4, y una conocida po-
Las blancas han dejado escapar su
oportunidad de jugar d2-d4. Por otra parte,
4 .tg2 d6 5 lZJf3 e5! las hace entrar en una
DEFENSA HOLANDESA Y APERTURAS DE FLANCO
variante cerrada, con t2Jf3 y d.2-d3, que la
teoría califica de absolutamente igualada.
INGLESA, . �b4
. .
La versión invertida de 1 e4 c5 2 t2Jf3 t2Jc6
3 .tbS tiene mayores matices en la Ingle­
sa, porque las negras pueden jugar ... il,b4
en la segunda, tercera, cuarta o quinta ju­
gada. Un ej emplo instructivo es 1 c4 e5
2 tLic3 tLic6. Las blancas pueden tratar de
castigar la última jugada negra, con 3 e3 y
d2-d4-d5, pero en tal caso 3 t2J f6 es una
excelente jugada de espera.
1 89
to a la línea 1 c4 e5 2 tLi c3 t2J f6 3 t2J f3
t2J c6, y ahora 4 e3 .tb4. La teoría indica
que después de 3 t2Jf3 tLi c6, la única posi­
bilidad sería de las blancas de lograr ven­
taj a pasa por 4 g3!. É se fue un caso en
que las blancas sugieren sus planes en el
centro con su tercera j ugada. Es mej or 1
c4 e5 2 tLic3 t2J f6 3 g3, o bien 3 t2J f3 . Pero
las negras pueden anticiparse con 2 . . .
Ab4. Quieren saber cómo piensan reto­
mar las blancas cuando j ueguen 3 . . .
.t xc3. Se trata d e una información im­
portante, porque la conservadora dxc3 se
recomienda en algunas líneas con 2 tLi c3
t2J f6 3 t2Jf3 t2J c6 4 g3 .tb4. Pero es inocua
después de 1 c4 e5 2 tLi c3 .tb4 3 g3 �xc3
4 dxc3?!, porque las negras pueden em­
plear mejor su caballo rey que transpo­
niendo con . . . t2J f6 . Por ej emplo: 4 d6
5 �g2 t2J e7! 6 tt:J f3 tt:Jbc6, con buenas po­
sibilidades.
Hay otras lineas de la Inglesa en las
que es preferible bxc3. Pero en tal caso, a
4 bxc3, las negras explotan la ausencia de
... lt:Jf6, jugando ... f5 ó ... f6.
•••
•••
Ahora, 4 t2J f3 �b4 ! es una línea muy
segura para las negras, que han transpues-
Por ejemplo: 4 ... d6 5 .tg2 lt:Jc6 6 d3 f5,
o bien 6 d4 lt:J ge7 7 t2Jf3 0-0 8 0-0 f6! (9
�a3 @h8, y ahora 10 d5? t2Ja5 11 'iYa4 b6
12 c5 lt:Jxd5 13 cxd6 cxd6 14 tLi xe5 i.b7
1 90
SECRETOS DE LA INVERSIÓN DE J UGADAS EN AJ EDREZ
fue favorable a las negras en la partida
Akesson-Sisatto, Estocohno 2006).
El inconveniente de 1 c4 eS 2 lb c3
�b4 es, por supuesto, 3 lb d5, que evita
... � xc3 y gana tiempo. Pero si hay que
creer a la experiencia reciente, parece
que tanto 3 ... Ad6 como 3 ... �cS igua­
lan. Por lo tanto, 2 . . . �b4! es un orden
mejorado para un jugador con negras al
que le gusten las posiciones que resultan
de 1 c4 es 2 lbc3 lLJf6 3 g3 .tb4, ó 3 lLJf3
lb c6 4 g3 �b4.
También puede valer la pena acelerar
... �xc3 en la línea 3 lLJf3 lLJc6 4 g3 � b4. El
juego normalmente continúa con 5 � g2
0-0 6 0-0. Puesto que 6 ... l:t e8 7 lLJ d.5 ! es
favorable a las blancas, la tarea de las ne­
gras es jugar a su debido tiempo ... �xc3 y
... e4. Los libros consideran con mucho de­
tenimiento 6 ... e4 y apenas mencionan, en
cambio, 6 ... �xc3!?
La imagen especular del Dragón Acelera­
do surge después de 1 c4 eS 2 lb c3 lLJ f6
3 lLJf3 lLJc6 4 g3 dS S cxdS lLJ xdS, así como
después de 3 g3 dS 4 cxdS lLJ xdS. Una vez
más, la elección de las blancas entre ambas
depende de aquello que quieran evitar.
El primer orden permite a las negras
alternativas como 4 ... �cS y 4 ... lbd4, que
son perfectamente razonables. Por el con­
trario, después de 1 c4 e5 2 lbc3 lLJf6 3 g3,
no es posible ... lLJd4, y 3 ... �c5?! es pre­
maturo, porque las blancas aún no se han
comprometido con lLJf3.
Después de 7 bxc3 l:!. e8, las negras
obtienen una buena versión de 6 ... l:t e8,
en la que han evitado 7 lLJ dS. Y a 8 d3,
que amenaza lograr ventaj a posición con
9 e4, las negras tienen 8 ... e4!. Si las blan­
cas retoman con el peón d, las negras de­
ben tratar de evitar . . . e4, que podría
transponer a una línea difícil 6 ... e4 7 lb e l
Esto significa que pueden conseguir
superioridad con 4 �g2 lbc6 5 e3! , segui­
do de lb ge2 y d2-d4. Por ejemplo: S ... a6
6 lbge2 d6 7 d4 exd4 8 exd4 �a7 9 h3 0-0
10 g4, como en la partida Moskalenko­
Díaz, Badalona 2000, entre otras. La prin­
cipal objeción al segundo orden es 3 ...
�b4, que algunos j ugadores ingleses con-
�xc3 8 dxc3 . E n lugar d e ese avance, de­
berían mantener intacta su estructura de
peones en casillas negras. Por ej emplo: 7
dxc3 d6, y ahora 8 lb el �e6 9 b3 �d7 y
... .th3 .
DRAG ÓN INVERTIDO
DEFENSA HOLAN D ESA Y APERTU RAS DE FLANCO
sideran más prometedor para las negras
que 4 ... �b4, en el orden de los cuatro
caballos.
Cuando el Dragón se produce en el or­
den de los cuatro caballos, las blancas de­
ciden si diferir d2-d3, como en la línea 1 c4
eS 2 tbc3 tbf6 3 tbf3 tbc6 4 g3 dS 5 cxdS
tb xdS.
Solía debatirse si era o no necesario 6
d3 para evitar 6 .1i.g2 t:Dxc3 7 bxc3 e4. El
tema parecía estar vinculado a la correc­
ción de 8 tbd4. La cuestión no se ha re­
suelto, pero ahora parece que 8 tb gl! fS
9 f3 es favorable a las blancas, lo mismo que
8 ... �f5 9 �a4 �d5 10 tbh3 (Yrjola-Wes­
terinen, Campeonato de Finlandia 1995).
Esto sugiere que 6 �g2 es correcto, siem­
pre y cuando las blancas quieran avanzar
rápidamente su peón b, como en la línea 6
... tbb6 7 0-0 .1i.e7 8 a3 u 8 l: bl. Si no lo ha­
cen, entonces es más fácil el juego con 6
d3.
Observe también que 1 c4 e5 2 t:D c3
ltJc6 transpondría a las líneas de los cuatro
caballos, después de 3 tbf3 tbf6. Pero esto
no sucede a menudo, porque la teoría dice
que las negras quedan bien después de 3
tbf3 f5, y las blancas están mejor después
de 3 g3. Si las negras quieren jugar la línea
1 91
de los cuatro caballos, la forma de hacerlo
es 2 ... tbf6.
INGLESA, 1
...
c5
Muchos jugadores de 1 c4 consideran a 1
cS la respuesta menos agradable, no
precisamente por sus cualidades comba­
tivas, sino más bien por el carácter tablis­
ta de la simetría. Si las negras se limitan
a imitar a su oponente, 2 tb c3 tb c6 3 g3
g6 4 .1i.g2 � g7, a las blancas les resulta­
rá difícil elaborar una ventaj a significa­
tiva.
En realidad, los grandes maestros con­
sideran 5 e3 como "una táctica oferta de
tablas'', como dijo András Adorján, debi­
do al carácter de liquidación que tiene 5 ...
e6 6 tbge2 tbge7 7 d4 cxd4 8 t:Dx d4 d5 ! , y
ahora 9 cxd5 tb xd5 10 tb xd5 exd5. Otro
problema potencial con 5 e3 es la posición
desequilibrada y de doble filo de 5 ... .ii. xc3
6 bxc3 f5.
Las blancas pueden evitar ambas lí­
neas con 2 g3!?, postergando tbc3. Si las ne­
gras las imitan, 2 ... g6 3 �g2 .ii. g7, pueden
intentar 4 e3, y si 4 e6, entonces 5 d4 d5
6 dxc5 ! , o bien 5 ... cxd4 6 exd4 t:D e7 7 d5 !
y 6 ... d5 7 c5.
Más habitual es 4 t:Dc6 5 t:De2!
.••
•••
•••
1 92
SECRETOS DE LA INVERSIÓN DE J UGADAS EN AJE DREZ
Esto permite a las blancas transponer a
las líneas normales (5 ... e5 6 lbbc3 ó 5 ...
lbf6 6 lbbc3), como si hubiesen jugado 2
lbc3 y las negras hubiesen prescindido
tanto de la simétrica ... e6/ ... d5 como de la
desequilibrante ... .txc3.
Si las negras tratan de restablecer la
simetría con 5
e6, las blancas pueden
romperla con 6 d4, y ahora 6
cxd4
7 exd4 d5 8 c5 ! ? (Grischuk-Malajov, Mos­
cú 2006). Esa modesta jugada 2 g3 puede
plantear problemas a un j ugador con ne­
gras al que le guste plantear la "Defensa
Tarrasch mej orada" , 1 c4 c5 2 lb f3 lb f6
3 lb c3 e6 4 g3 lb c6 5 .tg2 d5 6 cxd5
lb xd5 ! . En el orden 1 c4 c5 2 g3, descubre
que 2
lb f6 3 � g2 d5 4 c x d5 lb x d 5
5 lbc3 crea una inmediata presión sobre
d5. Si las negras responden con la natural
5 e6, alcanzan su objetivo en caso de 6
lb f3 b6 ó 6 . . . lb c6, como han demostra­
do docenas de partidas de alto nivel. Pe­
ro 5 . . . e6?? 6 lb f3 ? ? sería un burdo error
por partida doble, ya que 6 lb xd5 exd5
7 �b3! gana un peón, como en la deba­
cle que sufrió Kramnik, citada en la in­
troducción .
S i un adepto a l a "Tarrasch mejorada"
comprende el problema a tiempo, puede
recuperarse con 5
lbc7!, y buscar una
Formación Maróczy con los colores inver­
tidos. Pero se trata de un sistema que no es
fácil de jugar, cuando se hace por primera
vez, como se puso de manifiesto en la par­
tida Seirawan-Dlugy, World Open 1989,
que siguió así: 6 �b3 lb c6 7 �xc6+ bxc6
8 lbf3 f6 9 �a4, y las negras quedaron per­
didas poco después de 9 . . . � d7 10 d3 e5
11 Ae3 lbb5? 12 ll cl lbd4 13 0-0 h5? 14 h4.
Si las negras quieren plantear la For­
mación Maróczy invertida, deben optar
por una forma furtiva: 1 c4 lbf6 2 lbc3 d5
3 cxd5 lbxdS.
•••
.••
•••
•••
••.
Esta variante casi siempre es tratada
como si fuese una línea marginal de la
Grünfeld, con análisis según los cuales se
responde a 4 g3 con lb xc3. Sin embargo,
las negras también pueden jugar 4 ... c5!, a
lo que sigue 5 �g2 lbc7. Este esquema se
crea con mayor frecuencia a través del or­
den 1 c4 c5 2 lbc3 lbf6 3 lbf3 d5 4 cxd5
lb xd5 c5. Pero en este orden las blancas
pueden evitar la Formación Maróczy con 2
lb f3 ! ? y 3 d4.
En la posición del diagrama 344, las
blancas tienen otra posibilidad de evitar la
Maróczy, con 4 lbf3. Pero deben saber qué
están haciendo, después de 4 c5 5 d4 ó
5 e4.
Estrechamente relacionadas con es­
tas posiciones son las que surgen de 1 c4
cS 2 lbf3 lb f6 3 g3. Este orden de ino­
cente aspecto fue preparado por Kram­
nik para su match por el Campeonato
Mundial contra Kasparov. A 3 . . . lb c6,
podría responder 4 lb c3 y alcanzar una
Simétrica Cuatro Caballos, lo que sería
una victoria moral para Kramnik, por­
que le gusta esa variante, mientras que
Kasparov, como muchos otros j ugado­
res, so lían evitarla (mediante 1 c4 c5
2 lb c3 lb f6 3 lb f3 d5 ó 2 ... lb c6 3 lb f3
lb d4).
•.•
DEFENSA HOLAN DESA Y APERTU RAS DE FLANCO
1 93
Después de 3 ... d5 4 cxd5 lL'l xd5 5 i. g2 ,
surge una posición clave:
·
La natural 5 .. g6? es un error, debido
a 6 d4! cxd4 7 �xd4, que ataca la torre rey
negra.
Las negras también quedan peor des­
pués de 6 . . . �g7 7 e4 lL'l c7 8 d5. Lo que
ha sucedido es que se ha llegado a una
Neo-Grünfeld (1 d4 lb f6 2 c4 g6 3 g3 d5
4 A g2 i. g7 5 lL'l f3) en la que las negras
han jugado 5 . . . c5 ? ! (y 6 cxd5 lb xd5 7
e4 ! ) , en lugar de la superior 5 . . . 0-0 ó
5 . . . dxc4.
Pero en la posición del diagrama 345,
las negras pueden evitar todo esto con la
sencilla 5 lL'lc6!.
Cuando las blancas se concentran en
d5 con 2 lL'lc3, antes que 2 g3 ó 2 lL'lf3, el ca­
rácter del juego cambia ligeramente. Las
negras pueden caer en la trampa de Kram­
nik por una "puerta trasera", 2 ... lbf6 3 g3
d5 4 cxd5 lb xd5 5 i.g2, y ahora 5 ... e6??
6 lb xd5 cxd5 7 �b3.
Uno de los inconvenientes de 2 lL'l c3
es que 2 g6! ? permite a las negras con­
centrar "potencia de fuego " sobre d4.
La clave es que 3 lb f3 i. g7 4 d4 cxd4
5 lb xd4 lL'l c6 impide la Formación Ma­
róczy.
.
•••
•••
El caballo de d4 está atacado, antes de
que las blancas pueden proseguir con su
desarrollo, a base de 6 e4 y 7 �e3. Si el ca­
ballo se retira a b3 ó c2, entonces 6 ...
i.xc3+! deja al flanco de dama de las blan­
cas bajo una fuerte presión. En un tiempo
se pensaba que cambiar ese alfil era una
temeridad, pero esa opinión fue rebatida
por ejemplos como 6 lL'lc2 �xc3+ 7 bxc3
lL'l f6 8 f3 �a5 9 �d2 'i!Va4 10 e4 d6 y
lL'ld7-c5, con excelentes perspectivas de
las negras, Agzamov-Taimanov, Riga 1975.
Hay un posible inconveniente en 1 c4
c5 2 lL'lc3 g6 en 3 d4, que rara vez se juega.
Después de 3 cxd4 4 'ii' x d4, la torre rey
queda atacada, lo que lleva a 4 . . . lb f6
5 �g5 lbc6 6 'ii'd2, posición es difícil de
evaluar, si la comparamos con otras posi­
ciones vagamente similares, como 1 e4 c5
2 lbf3 lbc6 3 d4 cxd4 4 lb xd4 g6 5 c4 t¿)f6
6 lL'lc3 lL'lxd4 7 'iVxd4 d6 8 �g5 �g7 9 'iVd2.
Hay otras dos formas de tratar de al­
canzar la posición del diagrama 346.
Bobby Fischer respondió ocasionalmente
a 1 c4 con 1 .. g6 2 lL'lc3 �g7 3 lL'lf3 c5. Pe­
ro las negras pueden estar dispuestas a ju­
gar una India de Rey o una Moderna (3
d4) . Fischer también respondió a 1 c4 c5
2 lL'lc3 con 2 lb c6, y luego 3 lbf3 g6, que
impide la recaptura � xd4 (tras d2•••
•••
.
•••
1 94
SECR ETOS DE LA INVERSIÓN DE J UGADAS EN AJ EDREZ
d4/ ... cxd4). Las negras llegan a donde que­
rían, después de 4 d4 cxd4 5 l2ixd4 .tg7.
Pero las blancas pueden jugar 4 e3! y
amenazar con 5 d4 y 6 d5, que es más fuer­
te si este avance ataca un caballo en c6.
so de 1 ... l2if6, casi siempre responde 2 c4.
De esta forma, evita la Nimzoindia, al res­
ponder a 2 ... e6 3 l2ic3 �b4 con 4 'ifc2! ?,
en lugar de 4 d4. También elude posiciones
normales de la Grünfeld, respondiendo a 2
... g6 con 3 l2ic3 d5 4 cxd5 t2i xd5 5 'if a4+,
o bien 3 ... il.g7 4 e4! , lo que le ahorra cien­
tos de horas de estudio analítico.
Observe que 1 c4 l2if6 2 t2if3 llevaría
las blancas a la misma posición que 1 l2if3
l2if6 2 c4. Pero 1 c4 supone el riesgo de que
las negras respondan 1 ... e5 ! ? .
D e todas las primeras jugadas impor­
tantes, 1 t2if3 garantiza a las negras su me­
jor oportunidad de responder 1 ... b6,
porque las blancas no pueden construir un
centro con f2-f3 y tampoco les resulta fácil
transponer a una posición de e2-e4/d2-d4.
Después de 1 t2if3 b6 2 e4 iLb7 3 l2ic3
En tal caso, Fischer estaba dispuesto a
seguir con 4 ... iLg7 5 d4 d6 6 d5 l2i e5.
Otros prefieren 6 ... l2ia5. Por ejemplo: 7 e4
t2if6 8 h3 0-0 9 �d3 a6 10 0-0 b5 11 cxb5
c4 12 iLc2 axb5 13 l2i xb5 l2ib3 ! (lzoria­
Savchenko, Internet 2006). A pesar de eso,
y al apoyo que también recibe la maniobra
6 ... .txc3+ 7 bxc3 l2ia5, la teoría no confía
en el sistema de las negras.
Pero si no hay un caballo en c6, el
avance de peón, es flojo, como demostró la
partida Bisguier-Karpov, Olimpiada de
Skopje 1972. Después de 1 c4 c5 2 l2ic3 g6
3 t2if3 .t g7 4 e3 l2if6 5 d4, las negras con­
tinuaron con 5 0-0 6 iLe2 cxd4! 7 exd4
d5!, con excelente juego, como vimos en el
caso de 1 d4 l2if6 2 c4 c5 3 e3.
l2if6!
•••
APERTURA RÉTI
Kramnik hizo famosa la salida 1 l2if3 co­
mo un medio de propiciar transposiciones.
Después de 1 ... d5, plantea gambitos de
dama normales, con 2 d4 y 3 c4. Pero en ca-
El ataque al peón e interfiere con la
construcción del centro blanco. 4 e5 l2i d5
5 t2ixd5 .txd5 6 d4 e6. Por ejemplo: 7 c4
iLb4+, o bien 7 iLe2 c5 8 c4 iLxf3 ! 9 �xf3
l2ic6 10 d5 t2i xe5 11 Ae4 f5, con excelente
juego, Chekachev-Bauer, Clermont-Fe­
rrand 2003.
Otras opciones de las negras son más
elásticas:
DEFENSA HOLAN DESA Y APERTU RAS DE FLANCO
1 ... c5 es la favorita de los sicilianos (2
e4). Puesto que los jugadores de 1 ltJf3 ge­
neralmente prefieren líneas cerradas, el re­
sultado típico es una Inglesa Simétrica (2
c4) o una India de Rey con los colores in­
vertidos (2 g3).
1 ... d6 parece decir: "Propongo una In­
dia de Rey de esta forma (2 d4 ltJf6 y 3 ...
g6) porque no quiero acabar en una Pire,
después de 1 ... g6 2 e4." Si las blancas tra­
tan de inducir a su rival a una Pire, 1 ... d6
2 e4, pueden encontrarse en una Siciliana,
2 ... cs.
1 ... f5 trata de explotar la temprana de­
finición del caballo rey blanco. Pero, como
hemos visto en el caso de 1 c4 f5, las blan­
cas pueden tratar de jugar e2-e4, incluso
comenzando por 2 d3.
1 95
que 2 ... ltJf6 3 �g5. Pero si las negras
quieren plantear una Stonewall, entonces
2 d3 constituye un serio problema para sus
planes.
1 . . g6 preserva más opciones abiertas
para las negras. Contra 2 e4 pueden pasar
a un Dragón hiperacelerado, con 2 ... c5, o
bien encaminarse hacia una sólida Pire,
con 2 ... d6 ó 2 ... Ag7, porque las blancas
han impedido las líneas con f2-f4 y f2-f3.
Después de 2 d4 ó 2 c4, las negras man­
tienen la opción de diversos tipos de
defensas (Moderna, Inglesa u Holandesa
Leningrado, 2 ... f5). Si responden a 2 d4
con 2 ... c6, entre los resultados pueden
contarse una Neo-Grünfeld (3 g3 d5), una
Moderna (3 e4 d5), o algunas formaciones
indias (3 c4 d6 4 ltJc3 Ag7 ó 4 .. �g4).
1 .. e6 es, junto con 1 ... ltJf6, la respuesta
más elástica a 1 lLif3. A menudo la emplean
los leales a la Holandesa (2 d4 f5), y quienes
tratan de inducir a las blancas a una France­
sa (2 e4 d5 ! ) o a una Siciliana (2 e4 c5).
.
.
.
RÉTI, 1 ... d5
Después de 1 . d5, los hipermodernos ju­
garían 2 c4 ó 2 g3. Pero el jugador que
quiere tener en cartera sus transposicio­
nes, consideraría 2 e3.
.
El objetivo de las blancas es transponer
a una versión favorable del Gambito Li­
sitsyn (2 e4), después de 2 ltJf6 3 e4 fxe4
4 fxe4 lLixe4 5 Ad3 lLif6 6 lLig5 y lLi xh7! o
Axh7!. La línea original del gambito es és­
ta: 2 e4 fxe4 3 ltJg5 ltJf6 4 d3 exd3 5 Axd3,
pero en esta versión las negras logran ven­
taj a con 3 ... d5 ! .
S i las negras están dispuestas a jugar
una Holandesa con ... d6, deberían respon­
der 2 ... d6, que evita el gambito, lo mismo
•••
.
1 96
SECRETOS DE LA INVERSIÓN DE JUGADAS EN AJ EDREZ
Así solía jugar Taimanov para entrar
en una Eslava (2 . . . c6 3 c4 tLl f6 4 lLl c3 e6
5 d4) o un Gambito de Dama Aceptado (2 ...
lbf6 3 c4 dxc4 4 .txc4 e6 5 d4, eludiendo
las líneas con ... �g4). Las blancas disfru­
tan de muchas oportunidades similares a
las que se derivan de 2 c4 c6 3 d4 tLlf6, pe­
ro sin tener que preocuparse por 2 c4 d4! ? .
Después d e 1 tLl f3 d5, es más frecuente
2 c4. La defensa más sencilla es 2 ... dxc4
que, después de 3 e3, se convierte en una
variante del Gambito de Dama Aceptado
en la gran mayoría de los casos (3 . . . tLl f6
4 �xc4).
¿Pueden jugar mejor las blancas? A
Richard Réti le gustaba 3 tLl a3. Pero 3 ... c5
4 lb xc4 tt::l c6 y ... e5 transpone a una espe­
cie de Inglesa (1 c4 c5 2 lLlf3 tt::l f6 3 g3 d5 4
cxd5 tLl xd5 5 .tg2 lLlc6 6 0-0 e5 7 d3 �e7),
en la que la blancas han elegido un sospe­
choso desarrollo de caballo, 8 lLlbd2 y
lbc4. Después de que 3 lLla3 pasase de
moda, las blancas intentaron 3 'ti'a4+. En
tal caso, la respuesta más simple es 3
tLld7, seguido de ... a6/ ... b5, para entrar en
una Catalana.
•.•
b5 8 'ti'b3 .tb7. En esta posición, las blan­
cas no tienen nada mejor que transponer a
una Catalana igualada, con d2-d4, es decir,
1 d4 tLl f6 2 c4 e6 3 g3 d5 4 A g2 d x c4
5 'ti'a4+ tLlbd7 6 tLlf3 a6 7 tt::l c3 l:t b8 8 'ti'xc4
b5, etc.
Si a las negras no les gustan estas posi­
ciones, deberían considerar responder a 2
c4 con 2 c6, puesto que la Defensa Esla­
va (3 d4) resiste bien en la actualidad. Las
blancas pueden proseguir en el espíritu de
Réti, con 3 b3. La teoría dice que las ne­
gras pueden igualar, bien con la Defensa
Laker ( ... �f5), bien con la de Capablanca
( ... �g4). Una razón importante es que 3
b3 impide 'ti'b3, con el ataque tan molesto
para las negras en las aperturas con ... d5 y
... �f5.
El moderno tratamiento de la Réti pa­
sa por diferir tanto b2-b3 como c2-c4. Las
blancas apuntan a un Ataque Indio de
Rey, con 1 tLlf3 d5 2 g3 tLlf6 3 �g2, y des­
pués de 3 c5 4 0-0 e6, pueden actuar en
el centro, con 5 d3 y tLlbd2/e2-e4. Este sis­
tema goza de muy buena reputación con­
tra ... e6.
Sin embargo, si las negras desarrollan
su alfil dama, 3 �f5 las blancas pueden
abandonar el Indio de Rey y regresar a la
Réti, con 4 c4. De esta forma, evitan 2 c4
d4 y 2 ... dxc4.
•••
•••
•••
,
APERTURA NIMZO·LARSEN
Bent Larsen contribuyó a popularizar la
apertura 1 b3 e5 2 .tb2 tLlc6, atacando el
peón e con tLlf3. Después de ... e4, ocupaba
las casillas negras centrales con sus piezas
y asaltaba . d5 con c2-c4.
Pero esta estrategia casi se vio retirada
del mapa en 1970, a raíz de una miniatura
Larsen-Spassky, que siguió así: 3 c4 tLlf6
4 tLlf3 e4 5 lbd4 ..tcS ! 6 lb xc6 dxc6 7 e3
..
Por ejemplo: 4 'ti'xc4 e6 5 g3 a6 6 .tg2
b5, y si 4 g3 a6 5 lLl c3 e6 6 .tg2, 6 l:t b8! .
La amenaza 7 . . . b 5 conduce a 7 'ti'xc4
•••
DEFENSA HOLAN DESA Y APERTU RAS DE FLANCO
�fS 8 'ifc2 'ife7 9 �e2 0-0-0, y las blancas
quedaron virtualmente perdidas, después
de 10 f4?.
La teoría concluyó que las blancas de­
berían jugar lb e2 y f2-f4. Pero otro punto
de vista señala que el verdadero error de
Larsen fue jugar c2-c4 antes de tl'if3. En
lugar de 3 e3 y de 3 c4 ll'if6 4 e3, que jue­
gan a menudo hoy día, puede que las blan­
cas prefieran 3 lbf3.
Las negras defienden el peón e con
.. .f6 en algunas líneas, pero aquí 3 ... f6? !
4 e4! y S �c4 no puede ser bueno para
sus intereses. Por otra parte, 3 d6 (que
es bueno en respuesta a 3 e3) permite a
las blancas atacar eS con 4 d4. Por ej em­
plo: 4 ... e4 5 d5! exf3 6 dxc6 bxc6 7 gxf3
ll'i f6 8 'ifd4! , con ventaja. Podría seguir 8
... �fS? 9 e4 �g6 10 ll'i d2 � e7 1 1 'if a4 !
'if d7 1 2 � h3 ! y las negras se rindie­
ron, Hansen-Bergfalk, Correspondencia
1 992, o bien 8 . . . � e7 9 l:l gl cS 10 'ife3
0-0 1 1 lb c3 g6 12 0-0-0 : e8 13 'if f4 y
1 4 e4.
Observe también que en posiciones si­
milares ... �d6 defiende bien el peón e, 1
b3 eS 2 �b2 lLlc6 3 e3 lbf6 4 �bS �d6 ! ,
pero aquí falla: 3 ll'if3 �d6 4 lba3 ! y tt:'ic4
(ó ll'ibS).
.••
1 97
La respuesta más natural de las negras
a 3 lbf3 es 3 . e4, y ahora 4 ll'id4 tl'if6. La
falta de c2-c4 juega un papel en la línea 5
..
e3 �c5 6 ll'ixc6 dxc6.
Esto es mejor para las blancas que la
partida Larsen-Spassky, después de 7
d4! ? Ae7 8 c4, y quizá también después
de 7 . . . exd3 8 � xd3. Si, en cambio, 5 ...
lb xd4 6 A xd4 d5, 7 c4 es un avance opor­
tuno, que transpone a posiciones Larsen
que han dado buen resultado. Por ejem­
plo: 7 . . . � fS 8 tt:'i c3 d xc4 9 .t xc4 � d6
10 'ifc2 0-0 11 f4! c6 12 0-0 .l:te8 13 lbdl 'ife7
14 ll'if2, Welling-Minasian, Cappelle-la­
Grande 1996.
No obstante, los libros dicen que des­
pués de 1 b3 e5 2 �b2 ll'i c6, la mej or ju­
gada es 3 e3. A menudo indican 3 ... d5,
seguido de 4 .tbS .td6. Con todo, aquí
de nuevo es una idea atractiva 4 lb f3, a
lo que puede seguir 4 ... e4 5 lLl d4 lLl xd4
6 A xd4, que transpone a la línea ante­
rior, sin pasar por la posición de Spassky
(S . . . � xcS ? ? 6 lb xc6 y A x g7). Si a las
blancas les gustan tales posiciones, de­
berían contentarse (después de 1 b3 eS
2 Ab3 lbc6) con 3 e3 d6, debido a 4 lLlt3,
antes que a la recomendación teórica, 4
�bS.
1 98
SECRETOS DE LA INVERSIÓN DE J UGADAS EN AJ EDREZ
lli xd4 6 .txd4, y las negras jugarán, inevi­
tablemente, dS. 4 llif6, en cambio, es
favorable a las blancas tras 5 d4!, después
de 5 ... exd4 6 lli xd4 ile7 7 ilb5. Por ejem­
plo : 7 . . . i.. d7 8 il xc6 b x c6 9 'i!V f3 ! d5
10 llif5, como en la partida Hodgson-Perce­
rias, Breda 1989. Las blancas han transpues­
to a una buena línea, 3 e3 d6 4 lli e2 i.. e7
5 d4 exd4? ! 6 lli xd4.
Por último, si las blancas prefieren lu­
char contra 1 b3 d5 , antes que contra 1
e 5 , deberían considerar abrir el j uego
con 1 lli f3 , de modo que, tras 1 . . . d5,
2 b3 ! les acerca al medio j uego que de­
sean.
•••
•••
...
Ahora, 4 ... e4 alcanza la posición desea­
da, con un tiempo de ventaja tras 5 llid4
1 99
,
Indice de aperturas y variantes
Los números se refieren a las páginas
Albin, Contragambito
Alekhine, I>efensa
Alekhine, Cuatro Peones
Alekhine, 4 tt:Jf3
Alfil, Apertura de
Alfil, Gambito de
Benko, Gambito
Benoni, I>efensa
Benoni, Sistema Schmid
Benoni Moderna, I>efensa
Blackmar-I>iemer, Gambito
Bogoindia, I>efensa
Breyer, Gambito
Caro-Kann, Defensa
Caro-Kann, Ataque Panov
Caro-Kann, Dos Caballos
Caro-Kann, Panov Acelerado
Catalana, Apertura
Central, Apertura
Colle, Sistema
Cuatro Caballos, Apertura
I>anés, Gambito
I>os Caballos, I>efensa
Escandinava, Defensa
Escandinava, 2 . . . tt:Jf6
Escocés, Gambito
Escocesa, Apertura
Eslava, I>efensa
Eslava, Variante del Cambio
114
87
87
88
18
15
145
148
149
151
144
170
13
97
100
98
102
185
17
1 12
26
18
27
90
91
30
23
134
134
200
SECRETOS DE LA INVERSIÓN DE JUGADAS EN AJ EDREZ
Eslava, Variante Tres Peones
Evans, Gambito
Francesa, I>efensa
Francesa, Variante del Avance
Francesa, Variante Bum
Francesa, Variante Rubinstein
Francesa, Variante Steinitz
Francesa, Variante Tarrasch
Francesa, Variante Winawer
Gambito de I>ama Aceptado
Gambito de Dama Aceptado, 3
...
tLlf6
Gambito de I>ama Rehusado
GDR, Defensa Cambridge Springs
GDR, Defensa Lasker
GDR, Defensa Ortodoxa
GDR, Defensa Tarrasch y Semi-Tarrasch
GDR, Variante Botvinnik
GDR, Variante del Cambio
GDR, Variante Vienesa
Giuoco Piano (Apertura Italiana)
Giuoco Piano, Seudo-Ruy López
Max Lange, Ataque
G0ring, Gambito
Grünfeld, Defensa
Grünfeld, Variante del Cambio
Grünfeld, Variante Rusa
Holandesa, I>efensa
Holandesa por transposición
Húngara, I>efensa
India Antigua, I>efensa
India de I>ama, Defensa
India de Rey, I>efensa
India de Rey, �g5
India de Rey, Variante Clásica
India de Rey, Variante Cuatro Peones
India de Rey, Variante del Fianchetto
India de Rey, h3
India de Rey, Variante Samisch
India de Rey/Benoni, I>efensa
Inglesa, Apertura
Inglesa, Dragón Invertido
Inglesa, 1 ... c5
Inglesa, 1 e5
...
137
29
103
108
103
103
104
106
105
114
1 17
120
130
129
128
133
131
124
132
27
19
27
30
163
166
164
180
182
16
153
169
155
160
157
161
158
162
156
150
186
190
191
187
ÍNDICE DE APERTU RAS Y VARIANTES
Inglesa, ... �b4
Inglesa, Defensa
Maróczy, Formación
Moderna, Defensa
Moderna, 1 d4
Moderna, 1 e4
Moderna, Variante Gurgenidze
Neo-Grünfeld, Defensa
Nimzoindia, Defensa
Nimzoindia, variantes con jugada de dama
Nimzoindia, Variante Leningrado
Nimzoindia, Variante Rubinstein
Nimzoindia, Variante Samisch
Nimzo-Larsen, Apertura
Peón Dama, Apertura
Petrov, Defensa
Petrov, 3 d4
Petrov, 3 tt:lxe5
Philidor, Defensa
Pire, Defensa
Ponziani, Apertura
Réti, Apertura
Rey, Gambito de
Gambito de Rey Rehusado
Ruy López, Apertura
Ruy López, Defensa Abierta
Ruy López, Defensa Berlinesa
Ruy López, Defensa Bird
Ruy López, Defensa Clásica
Ruy López, Defensa Cozio
Ruy López, Defensa del Fianchetto
Ruy López, Defensa Moller
Ruy López, Defensa Steinitz
Ruy López, Gambito Marshall
Ruy López, Variante Anti-Marshall
Ruy López, Variante Arkangelsk
Ruy López, Variante del Cambio
Ruy López, Variante principal
Ruy López, Variante Steinitz Diferida
Ruy López, vieja línea principal
Semi·Eslava, Defensa
Semi-Eslava, Variante Merano
Siciliana, Defensa
189
183
60
92
162
92
94
168
171
172
171
175
174
196
111
21
21
21
19
95
23
194
13
14
33
41
33
36
33
34
34
43
36
44
44
43
40
47
38
48
139
140
51
201
202
SECRETOS DE LA INVERSIÓN DE J UGADAS EN AJEDREZ
Siciliana, Ataque Grand Prix
Siciliana, Ataque Inglés
Siciliana, Ataque Keres
Siciliana, Ataque Rauzer
Siciliana, Ataque Sozin
Siciliana, Variante Alapin
Siciliana, Variante Camaleón
Siciliana, Variante Cerrada
Siciliana, Variante Clásica
Siciliana, Variante Cuatro Caballos
Siciliana, Variante del Dragón (Ataque Yugoslavo)
Siciliana, Variante del Dragón (Clásica)
Siciliana, Variante del Dragón (Fianchetto)
Siciliana, Variante del Dragón (Loevenfish)
Siciliana, Variante del Dragón Acelerado
Siciliana, Variante Kan
Siciliana, Variante Moscú
Siciliana, Variante Najdorf
Siciliana, Variante Rossolirno
Siciliana, Variante Scheveningen
Siciliana, Variante Sveshnikov
Siciliana, Variante Taimanov
Siciliana, . �b6
Siciliana, 4 �xd4
Siciliana, 5 ... .id7
Siciliana, 5 tL\bd7
.
.
...
Staunton, Gambito
Stonewall, Ataque
Tango (de los caballos negros)
Torre, Ataque
Trompowsky, Apertura
Vienesa, Apertura
55
69
69
73
75
57
52
51
71
85
62
65
61
65
67
81
59
78
59
68
85
81
84
52
78
77
179
179
176
145
143
15
Del mismo autor:
EL VERDAD ERO
VALO R D E
LAS PIEZASJ
aavu
en
a1earez
prácticas sobre la explotación de
las piezas para el jugatÍIJr de competición
256 pp.
Cód.: 500433
Otros libros de AJEDREZ publicados por TUTOR:
�61frRA
LAS P IEZAS
272 pp. Cód.: 500409
232 pp. Cód.: 500352
176 pp. Cód.: 500299
328 pp. Cód . : 500398
232 pp. Cód.: 500363
324 pp. Cód . : 500323
728 pp. Cód . : 50021 3
AlfATOU KARPOV
!'!tJ�!.�t!�
......••
f,!! Drfms•
CARO -KANN
Vol11n1m Z
El Afniut Panov
272 pp. Cód . : 500412
Otros libros de AJEDREZ publicados por TUTOR:
•
.�Ql:i!t.�\J_M.� � .l�� �-A-�l.����
La V�TE
NAJDORF
AtOU StllRO\'
TABLERO
{::�;::g;_¿
352 pp. Cód . : 500221
···- ··-�-
11.�w.-. K_o_�l!'I.�• . •
M I S M EJO RES
PART I D A S Je ajedrn
\� f . fl,miJ,,, (l·Jt�!..�.:.c.
296 pp. Cód . : 500108
200 pp. Cód . : 500335
272 pp. Cód . : 500124
448 pp. Cód. : 500233
200 pp. Cód . : 500344
48 pp. Cód.: 5 1 7012
X!�!t. �UN_t-1 _• JO.E C._AL!-A,G_��I!.
Có11Ul dtmtitr 11 IA
DEFENSA
SICILIANA
tt:t-:��
-���-·�·�
240 pp. Cód.: 500227
. Pll Yf�NC_l-!E • . .
la Escutkt
CHINA
DE AJEDREZ
192 pp. Cód . : 500193
304 pp. Cód . : 500247
160 pp. Cód . : 500271
cüMBRE
224 pp. Cód . : 500194
192 pp. Cód . : 500264
256 pp. Cód . : 500121
Libros de AJEDREZ de Antonio Gude publicados por TUTOR:
288 pp. Cód . : 507005
456 pp. Cód . : 500143
272 pp. Cód. : 500192
352 pp. Cód. : 507008
448 pp. Cód . : 500177
144 pp. Cód. : 506005
336 pp. Cód. : 520449
440 pp. Cód . : 500288
240 pp. Cód . : 500328
208 pp. Cód . : 5003 14
Libros de AJEDREZ de Antonio Gude publicados por TUTOR:
Cuadernos prácticos de ajedrez, uria colección de libros con ejercicios temáticos.
El complemento ideal para que el jugador desarrolle la capacidad táctica
y estratégica.
lililflt'i 710j ¡ n rlt l!1 (1
di AJEDRFZ
l\tllOlllO �GI
DEFENSA
)' contt'Mtoqut
48 pp. Cód . : 520001
48 pp. Cód . : 520005
48 pp. Cód . : 520009
¡_
"1l(ll 1 1¡/h J 1 {¡ {/ ¡ (j i
fi, AJ EDREZ
AAIOHIO(.UO(
COMBINACIONES
. tÚ_ mate
*·• �
48 pp. Cód .: 520002
48 pp. Cód . : 520006
llJll/JI. �· ,
4 8 pp. Cód. : 5200 1 0
/
PRO,
fl LEMAS
'" estrategia
/¡{llr l/Oi ¡'1 1/, l¡ ( l)1
, 1, AJEDREZ
A�IOIUOCiVllE
PROBLJ.�J
> 9;
. ...
..••
. .
·
48 pp. Cód . : 520003
48 pp. Cód . : 520007
·
. .
· · · · · · · · ·· · ·
·
•
48 pp. Cód . : 5200 1 1
, :utrl r/( n p 1 t11 l r 1 0
de AJEDREZ
·�· .....,..,,,. .
.... . . � ·
..... ,:�·>.'.•,
··
48 pp. Cód . : 520004
SACRIFl.CIOS .
pout101utfis .
48 pp. Cód . : 520008
S i desea más información sobre éstos y otros libros de AJEDREZ publicados
por Ediciones TUTOR, consulte nuestra página: www.edicionestutor.com