Suplemento - Juventud Rebelde

lectura
02
No. 107
Suplemento de Juventud Rebelde
«LA luz es virtud» reza el aforismo
martiano del que se ha apropiado
sabiamente Ediciones La Luz,
sello de la Asociación Hermanos
Saíz (AHS) en Holguín. Apenas 30
escalones separan la concurrida
calle Maceo del sitio donde,como
diría Eliseo Diego, «tan bien se
está», y donde, además, el quehacer constante se convierte en
buena literatura transformada en
libro.
Ediciones La Luz nació en
1997 con la publicación del cuaderno Bufón de Dios, de José
Luis Serrano. Hoy, bajo la guía
certera del poeta Luis Yuseff
Reyes, varios elementos distinguen su constante trabajo. El
principal de ellos, la confianza
—como fe de vida— en el valor
de la literatura y su influencia en
la condición humana.
Sobresale, a simple vista, el
cuidadoso diseño que convierte
al libro en objeto artístico. Al joven
Frank Alejandro Cuesta se debe,
en gran parte,la renovación visual
del sello,en el que colaboran jóvenes artistas de la plástica de todo
el país. A su vez, destaca la rigurosa selección, variedad, edición y
corrección de los textos (estos últimos debidos a Luis Yuseff, Irela
Casañas, Adalberto Santos y Yailén Campaña) en pos de publicar
clásicos universales, reconocidos
autores nacionales y, principalmente, jóvenes escritores cubanos. Comparten el catálogo autores tan disímiles como Saint-John
Perse, Jawaharlal Nehru, Emily
Dickinson, Daína Chaviano, Lina
de Feria, Gastón Baquero… y
otros más jóvenes, como Yunier
Riquenes, Heriberto Machado,
Yerandy Fleites, Sigrid Victoria,
Antonio Herrada, Elaine Vilar…
De la obra baqueriana ha
publicado La Luz en 2013 la antología Poderosos pianos amarillos. Poemas cubanos a Gastón Baquero; le seguirían, en
«La literatura al alcance de todos»
Consecuencias
del celibato
Domingo 13 de noviembre de 2016
Ediciones La Luz
Tras los senderos luminosos
de la joven literatura cubana
Erian Peña Pupo y Vanessa Pernía Arias
Imagen de la campaña de promoción de la lectura nombrada Leer seduce.
2014, los ensayos Una señal
menuda sobre el pecho del
astro —premio a la Mejor Edición otorgado en la Feria del
Libro— y la Poesía Completa
de Baquero, recogida en Como
un cirio dulcemente encendido
(2015).
El trabajo con las antologías
ha caracterizado la editorial. Sobresalen «Quiero una canción.
Jóvenes trovadores cubanos»,
«La isla en versos. Cien poetas
cubanos», «Retoños de almen-
Tintazos
El Escribano
dro. Cuentos para niños. Jóvenes escritores cubanos», «Anatomía de una isla. Jóvenes
ensayistas cubanos», «Dice el
musgo que brota. Antología de
poesía para niños. Jóvenes
escritores cubanos»… Muchos
de estos textos —alrededor de
200 títulos conforman el catálogo de la editorial— han sido
convertidos en hermosos audiolibros. Destaca Retoños de
almendro, dirigido sobre todo al
público infantil afectado por limi-
algo, padeció el que le provocaban las
pandillas, tembló cada vez que la policía
asomaba la nariz por sus aceras y fue
consciente desde niño de que su color le
convertía en un cuerpo a merced de los
abusos policiales. Todo eso lo cuenta Entre el mundo y yo, testimonio literario
estremecedor escrito hace dos años por
un norteamericano nacido en 1975 y cuya lectura inspira en la actualidad a las
comunidades que luchan contra el racismo en la nación norteña.
***
Ta-Nehisi Coates.
TA-NEHISI Coates heredó el terror de sus
antepasados, respiró el miedo a veces
agresivo de sus padres a que le pasara
Conocida por los personajes femeninos que retrata en sus libros, Marcela
Serrano (Santiago de Chile, 1951) decidió convertir, por primera vez, a un hombre en el protagonista de una de sus novelas. Aunque pareciera que es esa la
característica distintiva de La novena
taciones visuales. El libro derivó, además, en una exposición
que ha recorrido varias ciudades
de la Isla mostrando las ilustraciones del texto.
La Luz también ha creado, bajo el nombre Leer seduce, «una
amplia campaña de promoción
de la lectura que abarca promocionales, souvenirs, spots radiales y televisivos... Queremos
acercar a los jóvenes cubanos
no solo a las publicaciones de
nuestro sello, sino al hábito de
la lectura, retomando al libro
como soporte tradicional e imperecedero en pleno siglo XXI»,
comenta Luis Yuseff.
La editorial —reconocida con
varios premios La Puerta de Papel— organiza desde 1999 el
Premio Celestino de Cuento, obtenido por autores como Marvelys
Marrero,Serguei Martínez, José A.
Velázquez, Yordis Monteserín,
Rafael de Jesús Ramírez, entre
otros. Recientemente otorgó, junto a Ediciones Oriente, el Premio
Extraordinario de Cuento Centenario de José Soler Puig al libro
Grunge, del joven tunero Alejandro Rama. Los jurados de estos
concursos prestigian la labor del
sello holguinero.
Próximamente la editorial «dará a luz» varias novedades esperadas por el público lector,
entre ellas El libro de los abrazos, de Eduardo Galeano; Aullido, traducción de la poesía de
Allen Ginsberg; Buscando la piedra verde, texto para niños de
Alice Walker; El rumbo de las mareas, libro-álbum de la chilena
Maga Villalón; El cristal con que
se mira, de María Elena Llana;
Hierba, cuentos de Ariel Fonseca; Otras lecturas del cuerpo, poemario de Maylan Álvarez; Mi patio guarda un secreto
y La isla de los peces blancos,
antologías del Premio Calendario de literatura infantil y poesía,
respectivamente, a propósito del
aniversario 30 de la AHS.
Ediciones La Luz, en su reinaugurada sede holguinera de
la calle Maceo, 121 altos, sigue apostando por la joven
literatura cubana. Como en
aquel verso donde Lina de Feria asegura que «después de
aquello tuve la luz hermano la
luz», la editorial ilumina y entrega virtud en cada libro que
realiza. Ese es el mejor premio
a la labor diaria.
***
Con una novela de intriga y acción,
que sucede al inicio de la guerra contra
la República, cuando Franco aspiraba a
tener el poder él solo, vuelve a la carga
el español Arturo Pérez Reverte. El protagonista de Falco, advierte el autor, es
un amoral, cayó en el lado de Franco. Es
el retrato de un individuo sin escrúpulos.
Marcela Serrano.
(Alfaguara), para la autora de obras como Nosotras que nos queremos tanto y
Lo que está en mi corazón, este personaje masculino solo le «abre puertas a
las voces de las mujeres». En el décimo
libro de la escritora chilena, Miguel Flores es un sociólogo de 20 años que es
relegado por la dictadura de Pinochet a
un pueblo lejano, donde es acogido por
Amelia, una viuda de mediana edad.
Arturo Pérez Reverte.
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lectura en el tintero, domingo 13 de noviembre de 2016
juventud rebelde
El cuento que publicamos
ahora en El Tintero está
inédito en libros
DIANA Castaños González (La Habana, 1986). Licenciada en
Periodismo. Escritora de guiones infantiles para radio. Premio de
periodismo 26 de Julio (2008) y de Investigación Literaria Florentino Morales (2013). También obtuvo el Calendario 2016 por
No hay tiempo para festejos, el Memoria 2016 y el Pinos Nuevos 2016. Egresada del Centro de Formación Literaria Onelio Jorge Cardoso. Miembro de la AHS.
Marcus Malte.
El premio francés Fémina de
novela recompensó en 2016 al
escritor de 49 años, Marcus Malte, por El mozo, que en sus 500
páginas recorre la primera mitad del siglo XX junto a un niño
sin nombre. La historia se desarrolla entre 1908 y 1938, y
aborda la carnicería de la Primera Guerra Mundial. «Este libro es
una gran epopeya, una historia
magnífica que resucita el mito
del niño salvaje que llega a la
civilización».
***
Selma Lagerlöf.
¿Es misógina la Academia
Sueca? Desde 1901 ha entregado 108 Premios Nobel de Literatura, de los cuales solo 14
han sido a mujeres, entre las
que se encuentran la canadiense Alice Munro, la inglesa Doris
Lessing y la chilena Gabriela
Mistral. La sueca Selma Lagerlöf fue la primera galardonada
en 1909, por La leyenda de
Gösta Berling (1891) y Lazos
invisibles (1894).
***
Florencia Canale.
Avalada por la crítica se situó
en la preferencia de los lectores
argentinos y uruguayos la novela histórica Lujuria y poder, de
Florencia Canale, que narra parte de la vida de Juan Manuel de
Rosas, la muerte de su esposa
Encarnación y cómo se tornó de
controvertida la relación, que algunos tildaban de incestuosa,
con su hija Manuelita, además
de los problemas políticos que
lo acuciaban por aquella época.
Consecuencias del celibato
Diana Castaños González
PUES sí, estoy de celibato. Pues
sí, lo disfruto. El recorrer incesante de energía en mi cuerpo,
la juventud buscando alguna salida, siempre presta. Pero en
espera.
Lo único que no disfruto es
pasar los días festivos sola. Me
molestan. Cuando una está soltera los días festivos duran mucho más de 24 horas.
Así que acepté la invitación de
mi amiga de la infancia y su actual novio para ir a pasar el Día
de los Padres con sus cuñados,
que estaban recién llegados de
Alaska y se habían comprado una
casa nueva en Miramar.
Allá fuimos mi amiga de la
infancia, su novio y yo, a la casa
de Miramar de sus cuñados. Mi
amiga en tacones, medias de
encaje beige, vestido rojo y cartera verde, no porque intentara
una estética determinada, sino
porque combinó todas sus prendas más nuevas. Su novio, en
su conjunto, incluyó unos audífonos amarillos del tamaño de
tortillas sobre su cabeza.
Ambos querían dar la mejor
de las imágenes; hacía mucho
que no veían a sus cuñados.
Quién hubiera dicho que esto
era importante para ellos, pensé mientras admiraba mi short
y blusilla de quien-sale-de-la-casa-por-cinco-minutos.
Estuvimos buen tiempo en la
entrada de la casa… sin saber
cómo entrar. Había un jardín
inmenso y una verja doble, pero
ningún timbre. Llamamos a los
móviles de los cuñados, que
cuando nos vieron nos explicaron que la verja era la última tecnología que había en el mundo,
que de solo tocarla se abría.
—¡Ah, qué pena! —dijo mi
amiga de la infancia, tapándose
la cara.
Entonces los cuñados nos
hablaron de Alaska.
—Un frío de los mil demonios, no se ven personas en
invierno, pero hagas lo que
hagas te pagan muy bien, porque casi no tienen gente en el
país y nunca quieren que uno
se vaya —nos dijeron.
También mencionaron que
habían ahorrado y que ahora
podrían vivir en Cuba con todo
lo bueno de un país y del otro.
(Según ellos el mejunje ese
incluía el clima de Cuba y la tecnología de Alaska).
Antes de empezar a comer mi
amiga de la infancia y yo quisimos
entrar al baño para lavarnos las
manos. Pero no vimos el interruptor de la luz. Nos quedamos
entonces un tanto meditativas…
hasta que se me ocurrió sacar
una linterna que tengo como aplicación en el móvil.
Entonces los cuñados entraron al baño. Nos explicaron que
las luces eran de última tecnología, que se encendían con un
par de palmadas. Y ya de paso,
que el baño se descargaba solo, cuando uno se alejaba par
de metros de la taza. Y que para cuando nos laváramos las
manos tenían un papel especial
para secarnos que no se desintegraba con el roce de las manos húmedas.
—¡Ah, qué pena! —murmuraba mi amiga de la infancia,
cubriéndose la cara.
Nos sentamos a comer. Los
cuñados nos sirvieron unos platos de comida de última línea,
según ellos propios de la Alta
Cocina, que era comida hecha
con hidrógeno o algo así. El
caso es que eran unos cuadros
minúsculos de los que salía un
humo blanco.
Entonces a mi amiga de la infancia se le ocurrió decir, en mi
opinión sin que viniera al tema,
que sus cuñados eran la antítesis mía porque ellos vivían con
lo último que tenía el mundo y
yo me aferraba a tradiciones
absurdas como la castidad y el
celibato, que eran cosas del
pasado.
Ahí mismo se armó el acabose. Que por qué era yo célibe. Que si los hombres, que si
lo que me estaba perdiendo,
que si la gloria, el señor y las mil
vírgenes y el cielo prometido.
Que cuáles eran mis porqués.
En fin, el mar.
Yo no respondía demasiado.
Todo el tiempo del cuestionario
modalidad Santa Inquisición tenía una sola idea en la cabeza.
Por más que trataba de esquivarla venía a mí, persistía. Estaba yo como niño goloso que intenta no comerse caramelo…
hasta que no pude más:
Di par de palmadas fuertes,
que resonaron con eco en el
comedor.
Todos se quedaron en silencio. Las luces del comedor se
apagaron automáticamente, lo
que prueba cómo estaba equipada de tecnología esa casa.
Me levanté, encendí la aplicación de mi móvil e iluminé las
caras anonadadas de los cuatro comensales.
—Tengo hambre —le dije a
mi amiga— ¿salimos a comer
una pizza?
juventud rebelde
domingo 13 de noviembre de 2016 el tintero y su
Poesía
03
Mirta Aguirre: paradigma
para la ensayística cubana
Antón Vélez Bichkov
NO todos saben que se llama Francisco,
pero todos de un modo u otro lo conocen. Francisco Eduardo Padrón Nodarse
(Frank Padrón, para nosotros) ya es casi
de la familia por ser un popular rostro
televisivo, pero antes de entrar en ese
medio ya tenía una carrera sólida en el
campo de la crítica al que se sumó su
faceta literaria, que más que despertar
en los 2000, solo entonces encontró el
canal y la difusión que todo autor desea.
Excede los 15 libros publicados,
sobre variados temas, que van desde su
especialidad: el cine, hasta ¡la culinaria!
(¿quién lo diría?), pasando por la poesía
—que muchos visitan, pero pocos llegan
a conocer— y la literatura (homo)erótica,
un género que aquí aún vive sepultado
por la herrumbre de la mojigatería.
A su larga lista de premios se añade
el Enrique José Varona de ensayo 2016,
que otorga la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (Uneac), por De la letra a la
esencia: Mirta Aguirre y el barroco literario, y sobre el cual dialogamos:
—Ya tienes varios lauros, Frank, algunos incluso de carácter internacional,
como la Beca de Pensamiento BolívarMartí (Alba Cultural) para tu libro El
cóndor pasa; o uno como el que otorga
el prestigioso Gourmand World Cookbooks
Award (España) por Co-cine. ¿Es este
uno «más» o tiene algo especial?
—Este es un galardón muy estimulante pues viene de la Uneac, organización a
la que pertenezco desde 1987; el embrión de este libro fue mi tesis de licenciatura en Filología en la Universidad de
La Habana, pero al publicar otros que
iban surgiendo fui relegando este, que justamente durmió esas décadas en una
gaveta.
«Hace como dos años decidí retomarlo: claro, le pasé una mano (o varias) en
el estilo, los conceptos, agregué, quité,
pulí. Lo envié a un concurso anterior en el
que, aunque resultó finalista, no obtuvo el
premio, pero me sirvieron de mucho las
recomendaciones de los jurados, algunas
de las cuales seguí y a partir de ahí volví
sobre el texto. Incluso para mi sorpresa,
una de los miembros del jurado del anterior certamen, la doctora Marta Lesmes,
estaba de nuevo en funciones de «jueza»
Foto: Susana Méndez
en este. Comentando con ella a raíz del
premio, me decía que en la nueva lectura,
a propósito del concurso, había notado la
mejoría del libro.
—Que tiene que ver con la ensayística de Mirta Aguirre, cuyo nombre es
también el de un concurso donde fuiste
reconocido en el 91…
—Sí, el de la Crítica Literaria. Mirta discursó en torno a no pocas zonas de la literatura y el arte (también ejerció la crítica de
cine y teatro) pero me interesaron especialmente sus estudios sobre el barroco
literario hispanoamericano (Cervantes, Sor
Juana, Góngora, Quevedo, Calderón de la
Barca) que es lo que, dada mi preferencia
por esos autores, informa este libro, algo
que se prolonga al análisis sobre ella misma como una escritora barroca contemporánea, quien heredó no poco de sus
estudiados,y también en torno a los nexos
que descubrí respecto a una parcela no
menos rica en su obra: la poesía.
«Ella es de esas ensayistas que constituyen un paradigma, de una estatura a
la que siempre he aspirado».
Poesía de... Ediel Pérez Noguera
EDIEL Pérez Noguera (Artemisa, 1981). Premio David de poesía, 2016. Ganador del Premio Casa
Seoane en su primera edición, en el género de poesía, así como el Sed de Belleza de ensayo, 2016.
Mención en el XVII premio nacional de reseña crítica sobre temas literarios Segur, 2016. Segundo
premio en el concurso de reseñas La Liga, 2016. Finalista del premio de poesía de la revista La
Gaceta de Cuba en su edición XIV.
Viaje a una canción
Yo fui el que envejeció junto a sus padres.
Lejos del juego, sin saber cuál encomienda,
qué mandados me hacían visible.
Hubo señas, un vuelo encima de los cables.
Yo que no anidé el otoño
aprendí a deshojarme en silencio.
Ante el sol extraño dije nieve, dije ansia.
El árbol segado fue mi paisaje.
Corrí entre la ceniza, lejos.
Tuve que admitir el fin de todo.
A ti que me escuchas, te
digo:
aunque veas que se derrumban las almenas,
toma esa ruina y sigue,
no creas en las sombras que te gritan,
tropieza,
levántate,
piensa en tus abuelos,
huérfanos arrojados en la isla,
no te importen los que viran el rostro,
la ciudad de espaldas:
la noche sin fin es tu camino.
Tierra imaginaria
Como llegar al límite de la isla
y volver
sin nada en las manos,
mirar de nuevo los paisajes roídos,
el rostro gastado de los tuyos.
Al final
aquella sensación de haber sido arrancado de
algún sitio
que no podemos saber,
que no podemos regresar;
solo un precipicio desde donde la mente vuela,
pájaro inútil.
Día de resurrección
Sueño entre las manos que me aguantan.
Corro y alcanzo a dar la contraseña.
Otros irán por mí,
hasta donde no alcancen los perros.
Velarán el sol,
el último rayo en la piedra.
Entonces se abrirá el sepulcro: del mármol
brotarán los hombres, y de la noche
el lucero aquel de la pupila.
04
tinta fresca en el tintero, domingo 13 de noviembre de 2016
PACIENCIA y distanciamiento parecen ser
las cartas de triunfo que en los últimos
años ha jugado Nelson Simón camino hacia una importante solidez de obra. Asumo
que tal cosa se deba a un revisitado sentido de lo existencial en los tiempos que
corren con él, sin echar a un lado los que
han sido. Y sobre todo, a sus alternativas de
hoy ante las circunstancias personales,
patrias, y de apego al coto casa-refugio:
esa posición suya cada vez más determinante de escritor asentado en provincia,
con escapadas fuera de la Isla y vueltas a
ese mismo Pinar del Río, «doliente y querido», como destino no negociable.
Nelson Simón, el maduro escritor a
quien hace unos meses el ICL le dedicara su espacio El autor y su obra, ha ido
progresivamente fijando un signo, una
poética de escritura que descansa en el
intimismo reflexivo, una veces más parco, otras harto elocuente.
Una mirada horizontal a la poesía y la
prosa de Nelson destacaría al lector, por
lo menos, tres rasgos claros, distintivos.
El primero, la manera en que el poeta y
narrador contempla la infancia con un
propósito ético y estético. Téngase en
cuenta que el autor ha escrito una veintena de libros para niños y adolescentes.
Una segunda característica revelaría su
persistente preocupación por la circunstancia de vida, de época, dígase terruño
local, país o continente, con toda la gravitación y las contradicciones que ello supone en ese viaje físico-sentimental que
ha hecho por años de un espacio a otro.
Y por último, el no menos reconocido
erotismo en su quehacer; la sentimentalidad del hombre que se alegra y sufre por
otro de su sexo, por el cuerpo del otro,
sin que necesariamente tengamos que
rotular su obra lírica de homoerótica, ya
que al asumir tal cosa, en ese supuesto
acomodo estaríamos perdiendo de vista
la original energía de un autor que hace
juventud rebelde
Ruta a Nelson
Leyla Leyva
alta poesía desde una eficacia intelectual a toda prueba.
La infancia de Nelson Simón, de padre ausente, y el niño feliz o taciturno
que una imagina cuando lee su literatura hecha para niños y adolescentes, casi
siempre supera la referencia que pudo
haber estimulado la imaginación. Hay un
débito que Nelson necesita rellenar más
allá de la intención educativa, de la visión moral sobre esa etapa de la vida en
la que se construye lo que seremos en
un futuro cercano. El ideal de infancia se
parecerá a su tiempo; un tiempo mejorado, querríamos, pide Nelson, sin maniqueísmos o arquitecturas triviales.
Deudor de Martí y Nersys Felipe, su
obra para niños y jóvenes descansa en
la delicadeza del lenguaje y posee un
tino adecuado para elegir la actitud idónea al abordar temas tan disímiles de la
condición humana como las diferencias,
el desamparo, la amistad o las expectativas ante lo adverso.
Ahí están para dar fe de lo antes dicho, los Cuentos del buen y mal amor,
Premio La Edad de Oro, La Rosa Blanca
y de la Crítica; As de corazones, Premio
de la Crítica Literaria 2010 y Premio Alcorta de Literatura infantil; o Finas hebras, Premio de la Crítica Literaria 2012.
El país: isla y provincia, amor y condena, son motivos que reinciden con
mayor intensidad y desazón, sobre todo
en su poesía. Las percepciones pueden
verse desiguales en impulso o crudeza
verbal de uno a otro cuaderno, pero se
esmeran en dejarnos piezas de un sostenido tono dramático, en las que la
energía de lo testifical y la revelación
ilustrativas de la entereza o la desesperanza, no siempre en el curso de lo coloquial, rinden con efectividad a la figura
literaria, al recurso expresivo.
Dice Nelson Simón en Para los días
que vendrán, poema de su libro El humano ejercicio de las conversaciones,
que comprende su poesía de entre el
2007 y el 2010: «Cada grano de arena
fue isla cercada/ y cercenada. Cada
palabra cavó una trinchera/ en el suelo
tabicado y pasaban camiones/ hacia Playa Girón o Camarioca, con tercios de
tabaco/ desde la Vueltabajo, plátanos del
centro/ o cacao del verano sin tregua del
Oriente./ Gente nómada buscando trasladarse./ Camiones cargados hacia la
guerra, la zafra o el exilio./ Camiones
transportando los días, el espíritu,/ el
cuerpo del país. Generaciones/ que seguimos sosteniendo la libertad, la mesa,
la familia/ con vino artesanal o Aromas
del país: La isla/ Alimentada con tantas
vidas aún por nombrar, / gente anónima
que no fue feliz ni antes ni después/aunque no lo escribiera».
Quince años después del emblemático poemario A la sombra de los muchachos en flor, Nelson Simón vuelve con
un libro de poesía en el que las inquietudes se reciclan a la entrada en los 40,
casi en los 50. El poeta que publicara
con 27 años, Ciudad de nadie, su primer libro, y dos años después, en
1994, El peso de la isla, completa hoy
nueve cuadernos con El humano ejercicio de las conversaciones. Algo de sosiego y acatamiento, aunque no de resignación, hay en esta última poesía,
más enfocada en la anécdota, la historia. Mucho de sopesado equilibrio.
Justo en el 2015, Ed. Ancoras publicó su último libro conocido, Las viles
maniobras. Un año antes, en el 2014,
el autor ganaría por segunda vez el Premio Julián del Casal de la Uneac, precisamente con El humano ejercicio de
las conversaciones. Ya en el 2000 lo
había alcanzado con A la sombra de los
muchachos en flor, también distinguido
por la Crítica entre los diez mejores libros editados en el 2001. Un poemario
que marcaría un antes y un después en
la publicación y recepción nacional de la
poesía escrita desde la voz gay.
Sincero, demoledor, hermoso cuaderno
sobre el deseo,el amor,las capitulaciones
y el reinicio de los ciclos. En fin, sobre la
vida. Erotismo, resistencias y luchas emocionales que han seguido siendo constantes en la obra de Nelson Simón.
La transparencia de un libro escrito desde la sutileza
Cira Romero
ENSAYISTA y narradora, la también profesora universitaria Mayerín Bello nos sorprende con
cada nueva entrega. Se trata
ahora de Encuentros cercanos
de vario tipo. (Ensayos sobre
literaturas en diálogo), publicado en 2015 por la Editorial Letras Cubanas.
Especialista en literaturas europeas, en particular la italiana, la
autora coloca esta última en una
posición de mutuo intercambio con
la cubana y la latinoamericana,
con textos como Cristóbal Colón
entre dos abogados del diablo:
Alejo Carpentier y Darío Fo y La
multiplicidad potencial de lo
narrable y la novelística de fines
del milenio,que inauguran el volumen, seguido de dos trabajos en
no pocos aspectos complementarios: Virgilio Piñera y Albert Camus: esa breve inmortalidad que
llamamos la vida y El siervo rebelde: amplitudes del péndulo
histórico en Virgilio Piñera y Albert Camus. Este conjunto inicial
tiene un carácter francamente
dialogante, donde se posesionan
en tal postura obras como El
arpa y la sombra,de Carpentier,e
Isabel, tres carabelas y un charlatán, del italiano Darío Fo, mientras que otro autor de la misma
nacionalidad, Italo Calvino, aparece en estas páginas en una conjunción enriquecedora junto con
otros autores latinoamericanos
como Manuel Puig.
Un segundo momento del
libro acude a una concomitancia lícita con la tradición: Nuevas consideraciones sobre El
JR
«LA LITERATURA AL ALCANCE DE TODOS»
PUBLICACIÓN MENSUAL, SUPLEMENTO DE
príncipe jardinero y fingido Cloridano, de Santiago Pita, La experimentación narrativa en La
Regenta, de Leopoldo Alas
(Clarín) y Guido Cavalcanti y
Dante Alighieri: del amor y
otros demonios. El primer texto
resulta iluminador pues expone
nuevas noticias acerca de esa
deliciosa comedia barroca criolla escrita por el habanero Santiago Pita, pieza fundacional de
nuestro teatro. Si bien este ensayo no es conclusivo, pues
quedan aún muchas incógnitas
y criterios por ampliar o refutar,
se demuestra cómo esta obra
teatral es susceptible de indagaciones y renovados análisis
críticos, amén de que permite
avizorar cuánto de desconocido
existe aún en nuestra historia
literaria.
Sobre La Regenta, del español Leopoldo Alas, considerada
como obra capital de la novela
española del siglo XIX, la autora analiza el valor de sus estructuras narrativas y lo que
significó para el desarrollo de
[email protected]
la novela contemporánea. El
último ensayo de este segunda parte lo consagra a dos
poetas italianos, florentinos
ambos, Guido Cavalcanti y
Dante Alighieri, amigos y admiradores mutuos, que Mayerín
Bello instala en una relación
fecunda, a la vez que cada uno
de ellos fue expresión, mediante sus respectivas obras de un
derrotero intelectual de recíproca valía.
Tres autores cubanos contemporáneos, Félix Pita Rodríguez (Elogio de Félix Pita), Mirta Aguirre (El entusiasta y
“cándido” maquiavelismo de
Mirta Aguirre) y Eliseo Diego
(Eliseo Diego en el País de las
Maravillas de Boloña. ¿Un gracioso puentecito o una verdadera trampa?), seguido de
Notas sobre la traducción literaria, conforman el tercer
momento del libro, lapso dedicado a estas figuras imprescindibles de nuestras letras, y tan
estudiado, Diego, por la misma
Mayerín, en un libro anterior:
EDITORES: Marilyn Bobes
y José Luis Estrada Betancourt
Los riesgos del equilibrista. De
la poética y la narrativa de Eliseo Diego (2004).
Elogio de Marco Polo (1974),
uno de los textos emblemáticos
no solo de Pita, sino de toda la
literatura cubana moderna, la
vuelve a colocar por el sendero
italiano, esta vez el del veneciano Marco Polo, coetáneo de los
anteriores estudiados, Cavalcanti y Dante. El hermoso libro de
prosa poética concebido por Pita
es valorado y asediado por la
estudiosa.
Finalmente otro libro excepcional, Muestrario del mundo
o Libro de las maravillas de
Boloña, de Diego, recibe la
exégesis merecida. Texto acariciado por lo poético, en él
constata la autora, con buen
tino, la singularidad del poeta
mediante un libro que fue, a un
tiempo, sigilo y meandro de
riquezas múltiples. Un trabajo
sobre traducción literaria, labor
ejercida por Mayerín Bello desde la lengua de Pirandello, concluye este tomo de muy variada índole, pero entroncado con
mucho de lo mejor de la literatura universal y donde la cubana queda mostrada mediante
figuras de extrema valía.
CORRECCIÓN: Equipo
de correctores
DISEÑO:
Olivia Alayo Terry