Apuntes 1 - Raúl Courel

Apuntes 1
Por Raúl Courel
http://rcourel.blogspot.com.ar/
2016 11 08:
¿Para qué es necesario Lacan?
Lacan fue necesario para relacionar mejor entre sí las distintas partes y momentos
(partes y momentos a la vez) de la teoría construida por Freud a lo largo de su obra. El
trabajo de Lacan permitió "razonar" las relaciones entre las teorizaciones post-freudianas y
las de Freud para poner las cosas en su lugar y devolver a la experiencia psicoanalítica su
potencia tanto teórica como práctica (ambas a la vez).
La lectura de Freud por parte de Lacan, sin desmerecerla en lo más mínimo, puede
considerarse epistemológica (claro que no solamente). Un rasgo esencial de esta lectura (no
por eso fácil de reconocer) es no ser cronológica ni periodizante en un sentido progresivo.
A mí entender, el título dado a la primera edición de Écrits en castellano, "Lectura
Estructuralista de Freud", aunque no agradara al autor, es adecuado nombrándolos
“lectura”, no tanto por calificar su perspectiva de estructuralista, sin duda cuestionable.
La lectura de Freud por parte de Lacan, sin desmerecerla en lo más mínimo, puede
considerarse epistemológica (claro que no solamente). Un rasgo esencial de esta lectura (no
por eso fácil de reconocer) es no ser cronológica ni periodizante en un sentido progresivo.
A mí entender, el título dado a la primera edición de Écrits en castellano, "Lectura
Estructuralista de Freud", aunque no agradara al autor, es adecuado nombrándolos
“lectura”, no tanto por la calificación de estructuralista, sin duda cuestionable.
Un aspecto fundamental de la función epistemológica de la obra de Lacan es la
intelección de la especificidad de la lógica discursiva de la obra de Freud, que no consiste
en una progresiva corrección de errores en la lectura de la realidad, a lo largo de la cual el
psicoanalista, perfeccionando su ángulo de observación e intervención, vería cada vez
mejor. Prueba el concepto la pertinencia de la recuperación de la primera tópica tras su
relegamiento post-freudiano.
Nada de la obra de Lacan deja de ser una lectura de la obra de Freud o de implicarla
en la lectura de otras obras. No hay razones suficientes para no aceptar que cuando se
calificaba a sí mismo de freudiano describía su hacer, no afirmaba un artículo de fe.
Lacan inventó algunos conceptos esenciales al psicoanálisis (por ejemplo: los tres
registros, su relación interna borromea y el objeto a), pero ellos no tienen sentido sino en
virtud de la función que cumplen respecto a los de Freud. Sus invenciones fueron
necesarias, requeridos por ellos en su conjunto.
1
Textos breves sujetos a correcciones y agregados (están precedidos por la fecha de elaboración).
1
En otras palabras: las invenciones de Lacan no están hechas para que desaparezcan
los conceptos freudianos sino para resignificarlos y rearticularlos. Los conceptos
propiamente psicoanalíticos no son en esencia negativos (unos negaciones de otros) o no lo
son hasta el punto de eliminarse unos a otros, obligan sí a resituarlos y a elucidar sus
distintas funciones y relaciones mutuas, estrictamente hablando: a repetirlos.
En efecto, el psicoanálisis, su escritura no menos que su experiencia en el
consultorio, es repetición (cf. el sentido estricto del término, por ejemplo, en el seminario
XI). Quiere decir que desde que Freud estuvo en la posición (que llamamos subjetiva) que
lo llevó a inventarlo, la tarea inacabable fue sostener esa posición o recuperarla, dado que
ella es imposible de estabilizar del todo (por el sólo hecho de la división del Sujeto por el
significante, que introduce el tiempo). Que la posición del psicoanalista no es estable
significa que no conduce a la identificación, que no hubiera asegurado a Freud dar los pasos
consecuentes sin extraviarse en el camino (que no estaba hecho).
Tener en cuenta que la posición del psicoanalista es repetición es necesario para
aprehender la función en el psicoanálisis de los conceptos de Lacan en su seminario 24°.
No se trata del comienzo de un nuevo psicoanálisis y del final de uno viejo sino de la
repetición de una experiencia que, para realizarse, requiere cada vez de una nueva
enunciación.
2016 10 30:
Para el debate sobre mito y estructura.
Parte de la tarea de Lacan en el contexto del psicoanálisis post-freudiano fue
profundizar la dimensión estructural de la historia, del modo que enseña, por ejemplo, el
siguiente párrafo de su seminario El deseo y su interpretación:
“La experiencia del análisis se ha desarrollado consagrándose a la
exploración de ese discurso del inconsciente. La dimensión radical que aquí
está en juego es la diacronía. En cambio, la sincronía es lo que constituye la
esencia de la búsqueda que proseguimos este año”.2
Si bien la centralidad que adquiere aquí lo estructural (en el sentido de lo
sincrónico) por sobre lo histórico (en el sentido de lo diacrónico), concierne a una
propuesta de trabajo acotada en principio a un año, su peso tal vez haya limitado demasiado
la consideración de aspectos que no se dejan advertir desde esa sola perspectiva. Merece
examen la hipótesis de que si este sesgo es hipostasiado alimenta una particular deriva del
psicoanálisis contemporáneo, aunque suene paradójico, hacia prácticas encubiertamente
subsidiarias del positivismo lógico3. Nuevas formas de desconocimiento de la función de la
metáfora se habrían extendido en el seno mismo de la práctica psicoanalítica, que podrían
observarse, por ejemplo, en una incorrecta ponderación de la función real de la mitificación
en ella.
2
3
Lacan, J, (1958-1959). El Seminario. Libro 6: El deseo y su interpretación. Buenos Aires: Ed. Paidós, 2014, p.398.
Cf. notas de fechas 2015/04/01, 2014/10/13, 2014/09/04, 2014/07/11 y 2014/05/13, entre otras.
2
Merece reflexión el sentido que atribuimos al sintagma "del mito a la estructura"4,
título dado a una lección del seminario El reverso del psicoanálisis, que suele entenderse
como indicación del buen camino a seguir en la conducción de una cura. Tal vez el
sintagma "la estructura del mito" sería un mejor título en tanto evitaría sugerir un
reemplazo para referir sólo el carácter de una dilucidación. Podría también ser “razón del
mito”, “ del mito” o “lógica del mito”, prestándose de manera más lisa a articular,
por ejemplo, la repetición, que es uno de los conceptos a no dejar de considerar en esta
materia.
En efecto, Freud ciñó la repetición en toda su importancia como resultado de jamás
cesar de analizar los sueños, las fantasías diurnas, las producidas por la imaginación infantil
(como las de Juanito), los recuerdos encubridores, las teorías sexuales infantiles (que son
mitos individuales de los neuróticos) y los relatos de la cotidianeidad. Todos son datos
insoslayables de la experiencia psicoanalítica en cualquier época, todos pensamientos cuyos
análisis consecuentes enseñaron que se ordenan según estructuraciones significantes que
funcionan inconscientes.5
Se repiten precisamente estructuras significantes inconscientes, que abarcan desde el
ordenamiento gramatical y otros ya reconocidos por Freud a varios formalizados por Lacan,
como la metáfora paterna, la lógica del fantasma, el matema de los discursos y las fórmulas
kuánticas de la sexuación. Eso significa que la repetición no se refiere a los relatos mismos
sino a sus estructuras regulatorias, significantes, inconscientes, que subtienden distintos
enunciados. Pero tales estructuras sólo se aprehenden en la lectura de significaciones,
operación que es la del analista que escucha relatos aislando significantes, de manera
parecida a cómo el etnólogo ciñe mitemas para elucidar los relatos míticos que releva.
Responde al mismo método el hacer de Freud cuando, ya en 1895, consideraba el
material psíquico “un producto multidimensional de por lo menos triple estratificación”6.
En esas tres estratificaciones el ordenamiento de las dos primeras (cronológico uno y según
el grado de resistencia el otro) está en los relatos de los pacientes, mientras que el tercero,
que consiste en “el enlace por los hilos lógicos que llegan hasta el núcleo”7 es resultado del
análisis. Nada impide homologar este último a la estructura o razón del mito (llamémoslo
“mito individual del neurótico”), mostrando que Freud no tuvo que esperar al
estructuralismo del siglo XX para no extraviar el camino. Tal “hilo lógico”, reconocía, no
se deja aprehender de manera sencilla, señalaba entonces que “un síntoma es de
determinismo múltiple, de comando múltiple”8 y, al apelar a una serie de símiles que
tomaba de las ciencias que tenía a mano, subrayaba la importancia de no sobreestimar el
valor de tales “símiles”9.
En referencia al lugar que en la práctica damos al “mito”, la regla de asociación
libre, sine qua non del método psicoanalítico, convoca a mitificar, a volver a mitificar y a
4
Lección del 18 de marzo de 1970, cf. Lacan, J. (1969-1970). El Seminario. Libro XVII: El reverso del Psicoanálisis.
Buenos Aires: Ed. Paidós, 1992.
5
Ya Freud había advertido que la incidencia del pasado sobre el presente está sometida a la función que adquieren los
recuerdos tras su elaboración en après coup, como enseña su estudio sobre los recuerdos encubridores. En rigor, el
psicoanálisis no lleva a explicar el presente por el pasado sino a aprehender la función que el recuerdo de éste tiene en la
actualidad, una “actualidad” no separable de la “superficie psíquica”, según expresión también de Freud.
6
Freud, S. (1895). “Sobre la psicoterapia de la histeria”. Obras Completas. Vol. 2. Buenos Aires: Amorrortu Editores,
1992, p.293.
7
p.294.
8
p.295.
9
Cf. p.296.
3
mitificar sobre lo ya mitificado, que equivale a decir: “convoca a metaforizar, a volver a
metaforizar y a metaforizar sobre lo ya metaforizado”. El concepto es congruente con que
no estamos en el discurso de la ciencia, el cual, a diferencia del psicoanalítico, implica una
forma de saber que “sirve para reprimir lo que habita en el saber mítico” 10, y que “al
excluir a este último ya no puede conocer nada, salvo en la forma de lo que encontramos
bajo las especies del inconsciente, es decir, como ruinas de dicho saber”11.
La llamada “atención flotante”, del lado del psicoanalista, implica escuchar con
interés tanta mitificación, puesto que, si bien la estructura significante insiste en lo mismo,
cada nueva versión es diferente a la anterior. La repetición implica que la pérdida de
sentido que designa la metonimia crea la posibilidad de nuevas metáforas. Éstas pueden ser
muchas, no infinitas pero sí muchas. De manera parecida, la etnología reconoce la
multiplicidad de versiones de un mismo mito desde que identifica en ellos los mismos
mitemas. Repetición de significantes en un campo, repetición de mitemas en el otro.
2016 10 29:
“Actualidades”.
Priman las consecuencias y derivaciones de la idealización del objeto a, presente
como empeño generalizado en vaciar de sentido todo objeto, hipostasiar no la ciencia sino
el cero que la funda y sostener la apariencia ateísmo (“apariencia ateísmo” y no “apariencia
de ateísmo”).
Un espíritu neo-libertario, seducido por el vacío y la nada no como fuente de acción
sino de impotencia, sirve de brújula al transatlántico no en que viajan sino en que residen
enjambres de psicoanalistas en sus inexistencias significantes. Se ve en el psicoanálisis el
barco que atraviesa los mares y no puede ser lo uno ni hacer lo otro.
2016 10 04:
No querer oír.
Es común que pacientes que se lamentan de dificultades para cobrar por su trabajo
consideren que eso se debe a que ellos mismos valoran poco lo que hacen y a sí mismos. Se
ve con frecuencia que esto no sucede o no se muestra de este modo cuando el pagador no
está presente o no es una persona determinada, como pasa en ámbitos públicos o
empresariales. En estos casos se suele reconocer no una desvalorización del propio trabajo
o de sí mismo sino una escasa comprensión no sólo de la propia psicología sino de la del
prójimo, que se produce precisamente en su presencia.12
En lo que al entendimiento del lazo social se refiere, el psicoanalista advierte la
aproximación a la angustia que conllevan las preguntas por el deseo del otro. Se
10
Lacan (1969-1970), op.cit. p. 95.
Idem.
12
Queda aquí sin consideración la conformidad egosintónica del asalariado con su situación de tal, cuyo tratamiento en la
práctica psicoanalítica depende de su aparición y presencia en lo que Freud refería como “superficie psíquica”.
11
4
manifiestan aquí las distintas formaciones sintomáticas en los vínculos sociales de la
histeria, la neurosis obsesiva y la fobia, que aparecen en los extravíos del sujeto en la faz
del otro cuando busca en él las palabras (podemos decir: los símbolos) con los que hacer o
rehacer sus propias ideas acerca de sí.
La presentación primera del “no querer saber”, en sus formas neuróticas, psicóticas
o perversas, es “no querer oír”. Se ve, por ejemplo, en la oblatividad obsesiva que ignora la
alteridad deseante del prójimo, en la lamentación histérica, que desconoce la propia
contribución en la gestación de sus padecimientos, en la psicosis, que nada espera del decir
ajeno, y en la perversión, que no escucha en cualquier cuestión de sentido otra cosa que su
valor de goce.
Estos conceptos, que interesan no sólo a la clínica sino también al estudio de los
intercambios económicos entre próximos13, son el resultado de elaboraciones posibles sólo
a partir de la práctica psicoanalítica propiamente dicha.
2016 10 09:
Sugestión y transferencia.
El equívoco sobre la transferencia del post-freudismo achanchado requirió poner la
experiencia en dirección al inconsciente sacándola de la alienación imaginaria en el ideal
del analista. Los pacientes tenían que dejar de mirarse a sí mismos en el espejo montado del
otro y buscar en sus asociaciones las claves de su propia colaboración en sus
padecimientos, obteniendo el alivio que da no el cumplimiento de sus ilusiones sino el
descubrir las posibilidades del pensar cuando éste no queda fijado a lo que Freud llamó
teorías sexuales infantiles. Ese movimiento, hecho por Lacan, fue decantándose en algunas
precisiones entre las que se cuenta la distinción entre transferencia e intersubjetividad.
La intersubjetividad (concepto de Husserl), aunque había sido situada en relación al
hacer del sujeto en el campo del Otro, simbólico, no daba cuenta de la índole de la
disparidad que se reconocía en el amor de transferencia, bien ilustrada por Platón en la
relación entre erastés y eromenos14. El concepto no sólo no aportaba más luz que la
comprobación de Freud de que el tratamiento sólo puede avanzar al calor del amor de
transferencia, tampoco ayudaba a operar sobre el carácter resistencial de este último. Era
indispensable advertir en toda su dimensión que la transferencia no sólo impulsaba la cura
sino que también la obstaculizaba, en el sentido preciso que le dio su definición como cierre
del inconsciente15.
Congruente con que la estructura del amor es la misma que la de la sugestión y la
hipnosis, la expresión “el psicoanálisis se realiza en transferencia” significa que en el lugar
donde operan la sugestión y la hipnosis el psicoanalista lee transferencias. La operación de
Lacan fue subrayar que sin esta lectura no hay psicoanálisis sino sólo sugestión e hipnosis,
que son, como Freud había mostrado, los mecanismos propios de la masa.
Una vez remarcada la diferencia entre el lazo social psicoanalítico y el de la masa,
era esperable que los psicoanalistas estuvieran más alertas sobre las trampas de la
13
Próximos son quienes se ven y escuchan o pueden hacerlo.
cf. Lacan, 1960, S.VIII, p.11 y ss.
15
Lacan, 1964, S.XI, p.149.
14
5
sugestión; sin embargo, el efecto de verdad producido por Lacan no evitó el atiborramiento
de sus espacios de enseñanza (seminarios) por parte de sus pacientes, que corrían a
participar de esa masa ávida por escucharlo. Sabiendo que la abstinencia de verborragia por
parte del psicoanalista hace posible al psicoanalizante llenar ese silencio comprometiéndose
con sus propias palabras, no podía escapársele el acting-out que implicaba ir a buscar las
suyas para pensarse ahí donde él no estaba en posición de interpretarlo.
Como se sabe, la interpretación sólo es eficaz en sentido psicoanalítico si opera en
transferencia, es decir: en presencia del psicoanalista, no del disertante. El concepto no es
más que el de Freud cuando advertía que sin trabajar con las transferencias la cura no
podría producirse, “pues, en definitiva”, según escribía, “nadie puede ser ajusticiado in
absentia o in effigie”16. El mismo Lacan así lo entendía cuando destacaba que “la presencia
del analista (…) debe incluirse en el concepto de inconsciente”17.
Del modo señalado, el lacanismo, que había conducido a situar la transferencia en
su función propia permitiendo salir del impasse de una sugestión no bien interpretada,
terminó derivando en otra sugestión tampoco bien interpretada.
Tal vez Lacan, percatado de que las reflexiones que requerían sus disertaciones se
convertían en el contexto de las sesiones en chácharas huecas, encontró conveniente acortar
al extremo sus duraciones. Pero éste tema requiere otras consideraciones que no haremos
aquí.
2016 10 02:
Una tesis en 10 ítems.
1. Cada época del psicoanálisis concluye en la escritura de una psicología.
2. Una psicología es un conjunto articulado de conceptos estabilizado en escritos
(letras).
3. Estas psicologías difieren entre sí oponiéndose en una sucesión cuya serie enseña
una estructura pendular binaria en la que los dos extremos son la literatura dialéctica
y la formalización lógico matemática18.
4. El oxímoron “matemática dialéctica”19 nombra la presentación binaria de las
cuestiones20, la estructura pendular la función del tiempo.
5. La tarea por delante se presenta/representa como “desafío” a salir del planteo
binario pendular o sucedáneos (e.g.: Freud o Lacan, AMP o Convergencia,
dictadura o anarquismo, etc.), pero no hay representación no binaria ni no temporal.
16
Freud, 1912, vol.XII, p.105.
Lacan, S.XI, p.133.
18
La historia del psicoanálisis enseña aquí homologías con la de la psicología, que muestra una oscilación entre
orientaciones desarrolladas a partir del método científico, al modo de la física y de la biología, y otras que encaran las
complejidades del hombre y sus dramáticas con otros cánones (Bernard, M. (1973). A Psicologia. En Châtelet, F. (1973).
Historia da filosofia, idéias, doutrinas. Vol. 7. Río de Janeiro, Brasil: Ed. Zahar, 1981.Bernard, 1973, p.17 y ss.). Pierre
Greco señalaba que la infelicidad del psicólogo consiste en que cuando logra la certeza de que su hacer es propiamente
científico pierde la seguridad de estar haciendo psicología (p.20). Hemos tratado el tema en Courel, R. (2015). El
psicoanálisis en el impasse de la civilización occidental. BsA.: Editorial Verba Manent, 2015, p.109 y passim.
19
Lacan, J. (1956). La cosa freudiana, o el sentido del retorno a Freud en psicoanálisis. En Lacan, J. (1966). Escritos.
Vol.I. Buenos Aires: Siglo XXI Editores, 2008, p.404.
20
Cf. www.raulcourel.com.ar/tex-007f-ejercicios-de-escrituras-del-lazo.pdf
17
6
Es el descubrimiento del inconsciente nunca mejor escrito que como anudamiento
borromeo.
6. En consecuencia no hay “desafío”, a saber: no hay “conquistas” para hacer sino
cultivos para llevar a cabo en terrenos varios que cambian según las localizaciones
(tareas de colonos).
7. La cuestión no es el “marketing” dirigido al público (pueblo) sino la escucha
dirigida al próximo21.
8. La cuestión es cómo elige psicoanalista quien elige psicoanalista, porque lo elige. El
psicoanalista escucha, antes que nada, cómo elige quien elige, es decir: cómo se
equivoca, porque se equivoca.
9. Es imposible que la garantía de formación del analista no fracase. La proposición
del 67 es la puesta a la luz de este fracaso, lo demuestra lógicamente (lo que fracasó
es la garantía, no el pase. El pase, como tantas otras cosas, no es para fracasar o
tener éxito). En consecuencia, no hay escuela capaz de garantizar ninguna
formación de psicoanalista (proposición indispensable).
10. En lugar de garantía hay (puede haber) reconocimiento: el psicoanalista es
reconocido por algunos, sin garantías. Los reconocemos haciéndose o hechos, con la
salvedad de que éstos no lo están acabadamente, no hay más que eso.
2016 09 25:
“Tierra, techo y trabajo”.
El Papa Francisco exhorta: "Ninguna familia sin vivienda, ningún campesino sin
tierra, ningún trabajador sin derechos, ninguna persona sin la dignidad que da el trabajo"22.
Es natural (de “derecho natural”) que en la verdadera religión23 esta máxima se sostenga del
ideal que se infiere del principio ecuménico de que todos los hombres son hijos de Dios
Padre y creados a su imagen y semejanza.
¿Cómo es que el hombre no es dueño de los dos metros cuadrados donde duerme,
ya que el resto del tiempo anda por donde también andan otros y entonces no le hacen tanta
falta? ¿Cómo es que para quitarse el hambre de cada día no pueda echar mano a la fruta del
árbol que tiene a la vista? El llamado papal se justifica sin muchas disquisiciones, pero ¿por
qué es tan difícil de satisfacer? ¿En qué reside actualmente la densidad que media y separa
al hombre de la tierra, el techo y el trabajo?
Los tres son objetos de intercambio cuyos valores de uso “son” fungibles igualados
a dinero. El psicoanálisis los encuentra valiendo como plus-de-gozar, única manera en que
el mercado contemporáneo hace lugar al objeto a, causa del deseo, inconsciente24. Esta
manera implica la renuncia al goce, al uso, que caracteriza la enajenación del sujeto en la
economía de mercado.
21
Cf. www.raulcourel.com.ar/tex-022-reescritura-marketing.pdf
“Francisco: "Si hablo de tierra, techo y trabajo, para algunos resulta que el Papa es comunista". La Nación, 18 de
octubre de 2014. http://www.lanacion.com.ar/1739330-francisco-si-hablo-de-tierra-techo-y-trabajo-para-algunos-resultaque-el-papa-es-comunista .
23
El concepto de que el cristianismo es la verdadera religión es de Hegel.
24
Cf. Lacan (1968-1969). S16. Paidós, pp.18 y 19.
22
7
La referida renuncia es efecto de discurso, implicando que entre el sujeto y el objeto
esté el mercado global todo uno. Ejemplo suficiente: la tasa de interés que fija la Reserva
Federal es decisiva en última instancia para la superpoblación del conurbano, el valor del
alquiler del cuarto de tres por tres en la villa 31 y los 70 pesos por hora que cobra, llegado
el caso, la empleada doméstica. El psicoanálisis aquí sólo recuerda que el sujeto, en lo que
hace a la tierra, el techo y el trabajo, no encuentra otra cosa que señuelos. Lo recuerda a
partir de que es lo que encuentra.
Inferencia: mercado global todo uno es privación de la tierra, el techo y el trabajo en
tanto reducidos a sólo símbolos que tienen su ordenamiento en un más allá radical (Ⱥ) pero
sólo representables supeditados a la omnipotencia del otro (que subtiende los versos “las
penas son de nosotros, las vaquitas son ajenas”25). El “todo convertible en dinero fungible”
es la universalidad actual de la tragedia del rey Midas al depararse con que el oro no sólo
no se come sino que tampoco hace la felicidad.
De ese mito viene bien recordar el desenlace: siguiendo el camino contrario, según
le indicara Dionisio, el rey Midas pudo reconvertir el “oro uno” en “cosas múltiples”, las de
la vida. Sucede que en la elección entre la vida y el oro, que es forzada, están disyuntos los
múltiples brillos de la primera y el lustre sólo uno del segundo.
Puesto que la subjetividad contemporánea es de atesoramiento anal retentivo, seguir
la prédica papal sería realizar el mito hasta el final: la opción del rey Midas por
desprenderse de todo lo acumulado yéndose a vivir al bosque a una simple cabaña. Se dice
que con su hija, circunstancia que bien puede simbolizar que así le era reconocido que
dejaba descendencia humana, de otro modo no.
Cabañas para todos es una buena manera de compaginar el logos que ata lo uno a lo
múltiple. La opción del occidentado Midas –de entre las varias sólo podía ser una– ilustra
la dimensión, que vemos esencialmente ética, de este fragmento de Heráclito: “El camino
hacia arriba y hacia abajo es uno sólo y el mismo”26. Lo irreductible de cada una de las
orientaciones a la otra obliga la elección.
Mutatis mutandis, la reducción plena de la tierra, el techo y el trabajo a valores de
intercambio universaliza la unidad de medida de manera que el sistema del mundo se hace
sistema de unidades. Su lectura, identificando pensar con medir, puede fingir que la
simplificación es el beneficio, pero este otro fragmento de Heráclito en el que no falta
parodia lo objeta: “Si todas las cosas se convirtieran en humo, las narices sabrían
distinguirlas”27.
Siendo así, los destinatarios del exhorto del Papa son los hombres que se han
reducido a serlo de un solo órgano, sea la nariz o cualquier otro.
2016 09 19:
“Psicoanalista”, no “analista”.
25
Cf. Atahualpa Yupanqui, “El arriero va”, zamba.
Cf. Mondolfo, R. (1966). Heráclito. Textos y problemas de su interpretación. México: Ed. Siglo XXI, 2007. En Url:
https://es.scribd.com/doc/231712900/Rodolfo-Mondolfo-Heraclito-textos-y-problemas-de-su-interpretacion-pdf . Ver
también Url: https://juanfermejia.files.wordpress.com/2010/09/fragmentos-heraclito-mondolfo.pdf
27
Heráclito, en Aristóteles, De sensu…, 5, 443 a 23. Url: https://juanfermejia.files.wordpress.com/2010/09/fragmentosheraclito-mondolfo.pdf
26
8
No habría que quedarse de buenas a primera en la deriva que lleva a reemplazar el
uso de las palabras “psicoanálisis” y “psicoanalista” por “análisis” y “analista”. Eso
favorece un énfasis sobre cierto aspecto metodológico que, si bien tiene una función
propedéutica útil, por otra desconsidera que la palabra “analista”, por ejemplo, nombra
usualmente en este tiempo al “analista de sistemas”. No conviene en tiempos de afirmación
positivista plena de la filosofía llamada analítica.
2016 09 18:
La expresión “psicosis social” es también un eufemismo que subraya que nos
desconocemos como agentes “colaboracionistas” sine qua non de la historia de la sociedad
en la que vivimos.
2016 06 19:
Psicología psicoanalítica.
Los escritos psicoanalíticos fijan en letras la lectura de las operaciones discursivas
propias de la práctica psicoanalítica.
La palabra psicología refiere escrituras que fijan en letras productos de haceres de
lenguaje que llevan el rótulo “psico”.
Si bien desde las enseñanzas de Lacan en adelante ha sido sobremanera destacado
que el psicoanálisis se distingue de la psicología (los conceptos de inconsciente y de
división del sujeto son claves), el psicoanálisis fijado en escrituras ha dado lugar a más de
una psicología. Una condición para que haya sido así es que la práctica analítica y la
escritura sobre ella no son lo mismo, de manera que no fue ni va de suyo que guarden las
correspondencias que se les atribuyen.
2016 06 19:
Nichos.
Están quienes escriben en sus “nichos” y otros que no se acomodan a ninguno.
"Nicho”, curiosa palabra para designar el lugar de un hacer en el mundo de los vivos.
2016 06 08:
La clave de la relación de cualquier palabra con cualquier otra está en el tiempo que
las separa.
9
2016 05 19:
Mito y fantasma.
Si el analista está obsesionado con no alimentar de sentido al síntoma puede que se
incline a callar en demasía, es decir: no cuando su silencio es condición de posibilidad de la
apertura del inconsciente sino cuando éste se cierra, situación en la que la interpretación es
indispensable. Algunos piensan que haciendo de la asepsia de sentido una regla evitan
contribuir al extravío del analizante en mitificaciones. Éstas, no obstante, son
necesariamente inherentes al derrotero de la asociación libre.
El llegar del neurótico mediante el análisis a aprehender el fantasma que sostiene su
deseo requiere que el mito familiar que lo habita deje de serle ajeno. Logra así ponerse a un
paso de una revisión más decisiva de su posición al respecto. La travesía del fantasma es
aquí concomitante de esta elaboración. La caída del mito del padre, su fracaso como
resolución de la cura, puede suceder una vez que el analizante, no el analista, pasa por él en
transferencia.
2016 05 18:
Fascinación del sinsentido.
Desprenderse de cualquier sentido es fundamental para que pase algo nuevo,
incluyendo un sentido nuevo. No quiere decir “ningún sentido”.
El psicoanálisis no es un híper-anarquismo contrario a cualquier sentido. Se trata
precisamente de que para desprenderse de cualquier sentido éste debe ser primero bien
examinado.
La fascinación por el sinsentido y por lo oscuro es la del agalma, no tiene que ver
con Sócrates sino con Alcibíades y la neurosis, con los hombres inacabados como cualquier
hombre, que no puede hacerse del todo no mujer ni mujer.
2016 05 15:
El sostén del lazo social en la polis requiere ejercicios de lenguaje que se valgan de
la metáfora. De allí la función que tiene la parábola en la política, que guarda similitudes
con la que tiene en la religión, como muestra la lectura de los evangelios.
2016 05 13:
Actualidades.
Una vez que ha cundido que el psicoanálisis no es una “psicología de las profundidades”
no hace falta averiguar hasta dónde van los peces.
10
Una vez que los analistas coinciden en que los pacientes hablan mucho para no
actuar, los tiempos de escucha se acortan. El pensamiento general pasa a ser que allí no hay
nada nuevo ni singular para oír.
Resulta lógico no esforzarse en llegar al fondo de las cosas cuando uno se queda en
que no hay fondo de las cosas. Tampoco conviene cargar demasiado las tintas sobre los
detalles cuando se extrema el cuidado en no andar alimentando al síntoma con más sentido,
ni tratar de ir al hueso de la historia cuando se ha llegado a concluir que éste no es más que
mito, algo a reducir.
Siendo vox populi, y si ella prima, que detrás de la “superficie psíquica” nada hay,
la apariencia vuelve a ser evidencia, la impresión certeza y el saber verdad. El tan bien
apuntado sintagma de Freud, su kern unseres wesen, tras haber sido en alguna medida
reescrito con la expresión “objeto a”, fue llevado finalmente al “cénit del cielo social”28.
¿Por qué la peste duraría cien años? La vena de Freud y de algunos otros no tenía
por qué ser de muchos. Ninguna φιλοσοφία podría extenderse más que haciéndose
sofística. No es malo ni bueno, la hierba curativa se hace disfrutable como el té de las
cinco. La palabra “psicoanálisis” se hace nombre propio dejando de ser descriptiva, un
psicoanalista habría de ser tal no por lo que hace sino porque así es llamado.
Nada a traducir en los tiempos en que se habla al planeta y no al Otro, las metáforas
se reducen a fórmulas, los silencios a ruidos y éstos a música de fondo, funcional. No hay
palabra que no se vacíe, idea que no acabe en bitcoin, sinn que no se deslice en bedeutung
(tragedia de Frege), frac en trapo y elogio en epitafio.
2016 05 10:
Fundamentación de un seminario sobre el psicoanálisis, su práctica y su escritura.29
Este seminario atiende a diferencias y relaciones entre la práctica del tratamiento
psicoanalítico y su escritura teórica.
El psicoanálisis constituye una práctica discursiva que incide sobre la relación del
sujeto con el habla y la escritura transformando la relación entre ambas, tesis necesaria a la
aprehensión de los aspectos más específicos de su método. Ello requiere precisar las
funciones del habla, la escritura, la lectura y la escucha como actos diferentes a la vez que
relacionados entre sí. Requiere también la distinción entre formas gramaticales y formas
lógicas y la relación entre dialéctica y matemática.
En el eje de estos conceptos están las reglas de asociación libre y de atención
flotante, la solidaridad entre los conceptos de inconsciente y de transferencia y las nociones
de “medio decir” y de “imposibilidad de escritura”. Todos ellos son congruentes con la
necesidad de una lógica ternaria en la teorización del psicoanálisis, que encuentra en la
topología nodal nuevas herramientas de escritura. Estas resultan útiles, aunque no
suficientes, para contrarrestar la tendencia a la compatibilización de la práctica analítica
28
Miller, J.A.(2004), Una Fantasía. Conferencia de Jacques-Alain Miller en Comandatuba. Trad. de Nora A. González.
IV Congreso de la AMP, Comandatuba, Bahia, Brasil. Url:
http://www.congresoamp.com/es/template.php?file=Textos/Conferencia-de-Jacques-Alain-Miller-en-Comandatuba.html
29
Courel, R. (2016). Fundamentación del seminario “Psicoanálisis, práctica y escritura”. Doctorado en Psicología,
Secretaría de Estudios de Posgrado, Facultad de Psicología, Universidad Nacional de Rosario. 2016.
11
con los criterios del positivismo lógico, concordantes con la conjetura de Lacan de que en
el futuro ella daría lugar a un discurso “totalmente consagrado al servicio del discurso
capitalista” (Lacan, Conferencia en Milán, 1972).
El psicoanálisis se inscribe en la historia discursiva de Occidente, que comienza en
la Grecia clásica con la invención del sistema de escritura alfabética completa, el
nacimiento de la filosofía, de la teorización matemática y de la isonomía en la organización
de la polis, seguidos después por la aparición del cristianismo y más adelante por la
gestación de la ciencia moderna y el desarrollo del sistema económico capitalista. Las
huellas de esta historia se revelan en el reconocimiento de continuidades y discontinuidades
discursivas del psicoanálisis con otros campos de la cultura, como la religión, las ciencias y
entre éstas la economía. El concepto está condensado en la escritura del matema de los
discursos.
Lo referido hace al marco actual del psicoanálisis y su consideración contribuye al
estudio de la situación de su práctica y de lo que se escribe sobre ella. El seminario
desemboca de este modo en el examen de criterios de periodización de las escrituras de
psicoanálisis (Freud, post-freudianos, Lacan y post-lacanianos), de modalidades que
asumen sus enseñanzas y de cuestiones centrales de la dirección de los tratamientos. Se
atiende, entre estas últimas, a la tarea de las primeras entrevistas, la función del habla y del
silencio en la cura, la interpretación de la transferencia, el uso de la construcción y la
frecuencia y duración de las sesiones. Se consideran a este fin los modos de concebir la
locura y la psicosis, lo real en relación a lo simbólico y lo imaginario, y el “sinthome”
como categoría necesaria para dilucidar el impasse del sujeto en el mundo contemporáneo.
2016 05 07:
Iglesia y ejército, a repetir.
Es un hecho que la humanidad hasta hoy no ha encontrado una forma de garantizar
la convivencia social que no tuviera finalmente que recurrir al ejercicio centralizado de la
violencia, que resume la función del ejército, y a la producción y sostén discursivo de una
moral universal, que resume hasta cierto punto la función social de la iglesia.
La Psicología de las masas se ocupa de cómo estas funciones anudan lo díscolo de
los humanos, sujetos del lenguaje, desplegando un aspecto central de la proposición con
que Freud inicia ese texto: “La oposición entre psicología individual y psicología social,
que a primera vista puede parecernos muy profunda, pierde gran parte de su significación
en cuanto la sometemos a más detenido examen”.
La conjunción que enuncia el sintagma “la cruz y la espada” señala que las
funciones de ambas masas prototípicas no se oponen entre sí, que ambas cooperan en la
elaboración de las razones y en la realización de sus consecuencias. El ejército ordena las
pulsiones destructivas encausándolas en la regimentación hermandad-ajenidad mientras la
iglesia ordena la libido amorosa y el odio en correspondencia con aquella.
Los trabajos de los hombres, siempre expresión de su actividad inconsciente
(indispensable para vivir), se encarrilan en discursos (lazos sociales) por vía de
representaciones pre-conscientes (cf. Freud) de presentación binaria: placer-displacer,
interior-exterior, yo-otro, bien-mal, amigo-enemigo, amor-odio, construcción-destrucción,
12
verdadero-falso, vida-muerte, etc. La ocupación de la iglesia con las hermandades y del
ejército con las enemistades resulta estrictamente solidaria de estas dualidades.
El hecho de que el hombre piense en plano, que obliga a que sus representaciones se
distribuyan en campos separados unos de otros, incide necesariamente en que iglesia y
ejército parezcan campos claramente diferentes, velando no sólo que no lo son sino que se
requieren mutuamente. Que no se pueda no pensar en plano sostiene la dificultad
fundamental para que los datos de la conciencia escapen a ordenamientos territoriales de
partes extra partes que, extendidos y dominantes, limitan las posibilidades de encontrar
mejores salidas que la guerra para las discordias humanas.
¿Puede el hombre prescindir de las limitadas soluciones que encuentra recurriendo
al ejército y a la iglesia? Eso requeriría la primacía de un re-conocimiento de lo referido, de
un pensar nuevo sobre el pensar que lo ciña extrayendo consecuencias que sean suficientes.
No obstante, tal nuevo pensar sobre el pensar no podría no ser él mismo hecho en plano.
Esto no puede no repetirse, la salida resulta así el paso previo de una nueva entrada y ésta a
su vez el de una nueva salida.
La cuestión no es ajena al psicoanálisis ni a la política y su consideración exige más
análisis de esta relación.
2016 05 04:
Lo escrito del psicoanálisis se ve. Lo que no se ve son los deseos que movieron a
realizar esas escrituras.
Del árbol no se ven las raíces, de tamaño generalmente no menor al de la copa.
2016 04 28:
El cielo en la tierra.
La fantasía de construir el cielo en la tierra no estuvo sólo en la gestación de la
ciencia moderna, cuya posibilidad de ser pensada era alimentada por el mito cristiano de la
encarnación, como señalaba Kojève30. Estuvo también presente, explícitamente, en muchos
lugares y épocas, por ejemplo: en la construcción, hace nueve siglos, del templo de Angkor
Wat en Camboya.
2016 04 23:
Computación cuántica y lenguaje humano.
El Primer Ministro de Canadá, Justin Trudeau, sorprendió recientemente a su
audiencia en una conferencia mostrando que sabe de ciencias más de lo que es habitual en
30
Cf. Kojève, A. (1964). L‟origine chrétienne de la science moderne. L’aventure de l’esprit, Mélanges. Histoire de la
Pensée, XIII. Paris, Francia: Ed. Hermann.
13
un gobernante, al menos de las más útiles para desarrollar tecnologías que tienen buen valor
de venta en el mercado31. Explicaba que, a diferencia de las computadoras actuales, las
futuras, trabajando a nivel cuántico, podrán almacenar y procesar información mucho más
abundante y compleja. Esto se debe a que no estarán limitadas en sus capacidades, como
hoy es el caso, por un sistema informático de lógica booleana, que necesita traducir todo a
términos binarios (de ceros y unos) para hacer su trabajo.
La física cuántica ha abierto horizontes no sólo para producir computadoras más
veloces, entre los proyectos que reciben fuerte financiamiento están los que trabajan en la
construcción de modelos de computación de todo el cerebro humano32. El desarrollo de
tecnologías para conectar mejor computadoras y cerebros pasa a tener cada vez más
importancia económica y, consecuentemente, política. Europa acaba de destinar 1 billón de
euros al desarrollo de tecnologías basadas en el estado cuántico de la materia33. Concierne a
lo que se ha dado en llamar la “segunda revolución cuántica”, que aspira a transformar el
conjunto que hacen la ciencia, la industria y las sociedades34. Pero más que satisfacer ansias
de saber, Europa procura hacerse más fuerte, espera que aumentando la digitalización de su
industria ésta no pierda terreno en la competencia con las de otros continentes. El Primer
Ministro Trudeau lo tiene claro.
Los gobernantes contemporáneos, sin embargo, salvo escasísimas excepciones, son
muy limitados para tener en cuenta lo que las ciencias ya permiten pensar a la hora de
reflexionar sobre las propias materias con las que ellos mismos trabajan, que no son
computadoras ni ninguna máquina o herramienta sino realidades sociales, políticas y
económicas. En éstas nada sucede ni se hace sin valerse del lenguaje humano, cuyo
ejercicio también puede ser, y lo es, objeto de estudio e investigación por las ciencias, que
han comprobado que no puede formalizarse en términos binarios. Este “atraso” respecto a
lo que la razón ya ha descubierto se encuentra, por ejemplo, en las ciencias políticas, que
siguen considerando que la polaridad amigo–enemigo refleja la organización más profunda
de los hechos sociales. La limitación se traduce en estrecheces de los caminos del
pensamiento, que quedan imposibilitados de encontrar soluciones para los conflictos que no
sean, finalmente, la guerra.
2016 04 21:
“Sinthome” e historia.
Miller dice que “el sinthome no es una formación del inconsciente”35. La
proposición es demasiado conclusiva, si bien permite enfocar una función específica en el
anudamiento de la estructura, excluye que el inconsciente opere en su montaje, idea difícil
de sostener en la medida en que el sinthome no deja de estar en el campo del lenguaje. ¿Por
qué descartar que el análisis de la historia del caso pueda enseñar los pasos de su
construcción? Finalmente, en un caso cualquiera, ¿por qué encontramos tal sinthome y no
31
Cf. url. https://www.youtube.com/watch?feature=player_embedded&v=Eak_ogYMprk
Cf.url: http://graphene-flagship.eu/news/Pages/Graphene-Based-Interfaces-do-not-Alter-Target-Nerve-Cells-.aspx.
33
Cf. url: http://www.sciencemag.org/news/2016/04/europe-bet-1-billion-quantumtechnology?utm_campaign=news_weekly_2016-04-22&et_rid=40184696&et_cid=436840
34
Cf. “Quantum manifesto”, en url: http://qurope.eu/system/files/u567/Quantum%20Manifesto.pdf
35
Miller, J.A.(2007). El Ultimísimo Lacan. Buenos Aires, Ed. Paidós, p.132.
32
14
tal otro? ¿Acaso Joyce nació con un gen que haría del escribir su sinthome? Afirmarlo sería
equivalente a decir que venimos al mundo con el yo (moi) ya constituido.
Si el sinthome tiene historia no puede no ser una formación del inconsciente.
2016 04 19:
Sobre “inanalizabilidad”.
El uso del término “argentinidad” requiere suponer que hay “argentinos”.
Homólogamente, el término “analizabilidad” requiere suponer que hay “analizables”,
mientras el término “inanalizabilidad” requiere suponer que hay “inanalizables”. Esto es
problemático, ¿se puede afirmar que algo es analizable o inanalizable a priori? Digo a
priori en sentido kantiano: fuera de experiencia.
2016 04 10:
Retorno a Lacan. El uso de las ideas. Polemos.
“Retornar a Lacan” tendría que ser para releerlo y examinar el uso que se hacía de
esas letras cuando fueron escritas y el uso que se hace de ellas actualmente. No podría ser el
mismo. Por ejemplo: la objeción a la utilidad del complejo de Edipo en ocasión de la
reducción del mito a la estructura falo-castración en el seminario 17 respondía a una
necesidad discursiva que no era “completamente” la misma que a la altura de los
seminarios 4° y 5°, y tampoco que a la de hoy. El funcionamiento del lenguaje supone la
imposibilidad de que un significante se represente a sí mismo y da suficiente razón a esta
reflexión.
El sintagma “retorno a Lacan” es una brújula que orienta hacia la búsqueda de las
letras que serían capaces de fijar un mito de origen36, no por algunos analistas sino por
todos aquellos que se presenten bajo ese título. Se espera que esa fijeza medie en la
disputatio que acompaña los retornos que, en razón de ésta, siempre son varios. Ningún
analista se excluye en la medida en que nada de nuevo se escribe sin apoyo en algunas de
esas letras, a veces de los primeros seminarios y escritos, a veces de los últimos.
La solidaridad del “retorno” con la disputatio implica la posibilidad de que la
eficacia en el trabajo con las quaestio se reduzca a la de polemos, término griego que
significaba guerra.
Hipótesis conexa: hasta aquí no parece sostenible que el psicoanálisis pudiera
difundirse, más allá de cada análisis en intensión, sin que se tienda a reducir su método al
escolástico. En este caso la llamada “garantía colectiva” es la quaestio y, como en la
disputatio escolástica, la autoridad eclesiástica regula apuntalada en la infalibilidad papal
que hace de piedra angular.
36
Es difícil suponer un retorno liberado de mitificación alguna.
15
2016 04 10:
Una reflexión suelta sobre un texto de Milner.
No es preciso creer que la escritura nodal acaba con la instancia de la letra, como
hace Milner en La obra clara. Si se lee bien, se puede ver que la función discursiva de la
metapsicología freudiana se renueva en la necesidad de escribir los tres de Lacan. Yo, ello
y superyó por un lado y RSI por el otro, tienen en común al menos ser tres. Pero no sólo
eso porque las significaciones y referencias que en cada caso se abordan pueden no ser
radicalmente distintas ni distantes entre sí, aunque las palabras con que se ordenan sus
lecturas y escrituras no son las mismas. Además, hay variaciones que resultan de que en
cada época la cocina de la cultura, siempre discursiva, produce significantes nuevos que
inciden en los sujetos. Dicho mejor: los sujetos cocinan la cultura en cada época con nuevos
significantes.
No es preciso destruir las bases del psicoanálisis para sostenerlo, como parece ser el
empeño de algunos líderes de analistas que pretenden renovar sus recursos inventando
letras nuevas que no pueden sostener sin apoyarlas en algunas (sólo en algunas) de las
letras de Lacan y de Freud. La confusión resultante, a falta de una dilucidación del proceso
discursivo que las produce, no se ve. En su lugar aparece la atractiva idea de que las nuevas
escrituras superan a las viejas: “Ordem e progresso”.
2016 04 09:
Cita de Freud:
“… hay más luz cuando alguien habla”. (Freud, OC, Vol.7, p.205)
2016 03 26:
Retornar a Lacan sería volver a leer sus textos sin suponerlos reveladores de la
verdad y que, por eso, nos salvarían de nuestros otros, renovando la promesa de Jesús: “la
verdad os hará libres” (San Juan, cap. 8, vers. 32).
2016 03 19:
Construcciones.
“Construcciones en psicoanálisis” (…) demuestra la importancia central
de la noción de la relación del sujeto con el significante para
concebir el mecanismo de la rememoración en el análisis.
16
(Lacan, 1958)37
Una insuficiente diferenciación y articulación entre las funciones del habla y la
escritura da lugar a un entendimiento impropio de la función de las construcciones en el
análisis.
Cuando se repite extendidamente que “el sentido alimenta al síntoma” como razón
para evitar el uso de la construcción y también el de la interpretación de la transferencia, se
suele pasar por alto algo tan básico como la distinción entre el significante producido al
hablar y la letra, sólo pensable como escritura.
Mientras la fluencia de los significantes en el habla hace que los significados estén
en constante cambio, la letra, siendo escrito, detiene ese proceso en la fijeza de un
significado. Por eso no todo del significante puede fijarse en letras ni en significados,
concepto presente cuando Lacan dice que “lo que se modula en la voz no tiene nada que ver
con la escritura”38. Se deriva de esta precisión que no cabe esperar que el habla sea
transcripta toda a escritura ni los significantes a significados, razonamiento congruente con
que el analizante, en la tarea que lleva a cabo, re-significa no sólo sus propios pensamientos
(recuerdos, asociaciones, etc.) sino también todo lo que escucha del analista
(interpretaciones, construcciones, etc.), liberando a este último del horror de atribuir a su
propio decir el poder de moldear realmente el pensamiento del paciente.
Puede decirse que el sentido alimenta al síntoma sólo entendiendo la palabra
“sentido” como significación fijada en significados, no como fluencia de significantes en el
ejercicio de la regla fundamental, que permite, por el contrario, alivianar al síntoma de los
significados que lo sostienen. De este modo, cuánto más un analista olvida que de su boca
salen significantes antes que significados, menos confía en la práctica de la “asociación
libre”, en la que las palabras aparentemente más huecas pueden dar la clave.39
Según Freud, tanto los recuerdos que trae el paciente como las disquisiciones que al
respecto pueda hacer el analista, son inferencias en torno al pasado, construcciones de
índole ficcional (cf. recuerdos encubridores) que no por eso dejan de tener sentido. No
podrían no tenerlo puesto que basta estar en discurso (lazo social) para producir sentidos, y
no sólo cuando se habla sino también cuando se calla. El callar, en efecto, es también
ejercicio social del lenguaje, por eso el silencio no es aséptico.
Freud pensaba que comunicar construcciones al paciente es inofensivo, que ellas no
son perjudiciales aun si son erróneas. Son pensamientos que permiten producir otros
pensamientos, no tienen por qué, ni deben, fijar el discurso a sentidos determinados. Claro
que si el analista casi nunca habla, cuando lo hace sus palabras son oídas más fácilmente
como maná del cielo. No se puede afirmar, sin embargo, que la sugestión crezca
obligadamente con el silencio del analista, pero sí que el entendimiento del papel que él
mismo juega en el tratamiento lo lleva a advertir la necesidad de interpretar la transferencia.
Si se objeta la utilidad de esta interpretación, que es el recurso específicamente
37
Lacan, J, (1958). El Seminario de Jacques Lacan, Libro 5, Las formaciones del Inconsciente. Bs.As.; Ed. Paidós, p.
243.
38
Lacan, J. (1975-1976). El Seminario. Libro XXIII: El Sinthome. Buenos Aires: Ed. Paidós, 2006, p.142.
39
Se ha extendido la traducción de “parole vide” como “palabra vacía”, cuando corresponde que sea “vacío de habla”.
Sobre este tema ver Courel, R. (2010). “La traducción de “parole” en el psicoanálisis”. Memorias del II Congreso
Internacional de Investigación y Práctica Profesional en Psicología y XVII Jornadas de Investigación. Sexto Encuentro
de Investigadores del Mercosur. Buenos Aires, Facultad de Psicología, UBA, 22, 23 y 24 de noviembre de 2010. ISSN:
1667-6750. Url: www.raulcourel.com.ar/met-2015-parole .
17
psicoanalítico que evita que la cura se reduzca a hipnosis, el analista, que teme poner al
paciente en la posición loca de ser hablado por otro (en este caso por él), acaba
absteniéndose cuanto puede de abrir la boca. Así evita, según se usa decir actualmente,
alimentar de sentido al síntoma.
Esta manera de plantear las cosas debe cuidarse del riesgo de llevar la función de
corte que tiene la interpretación, antes que a reducir el peso de los significados en los que se
piensa alienado al sujeto40, a interrumpir la asociación libre misma y, con ello, la
producción de significantes en transferencia, que es condición esencial para el avance de la
cura psicoanalítica propiamente dicha41. Este desvío suele conjugarse con la idea de que las
sesiones breves que practicaba Lacan son un progreso técnico del psicoanálisis que
conviene generalizar, tema que hemos tratado en otro momento.42
2016 03 07:
Sobre el propósito de inventar una “clínica nodal”.
Los intentos de inventar una clínica nodal difícilmente encuentren apoyo en lo
medular de la experiencia analítica, que no se puede ceñir sin distinguir entre su práctica
(clínica), cuyo medio es el habla, y las escrituras sobre esa práctica. Conviene no soslayar
que mientras la escritura del psicoanálisis se realiza en soledad sobre el papel o sus
equivalentes, el hablar, por cuyo medio se desarrolla la cura analítica, siempre supone una
interlocución con otro. El punto es advertir que no es lo mismo hablar con otro que escribir
con la voz43. La escasa atención a esta diferencia ha facilitado que el positivismo lógico
esté acríticamente presente en la perspectiva de los analistas más de lo que se ve.
Una “clínica nodal” sería necesariamente parte de una “clínica matemática”, puesto
que la matemática incluye a la topología de nudos44. Esta última, como se sabe, fue
introducida en el psicoanálisis por Lacan con el propósito de avanzar en la matematización
de su escritura (se puede decir “de su teoría”), cuya función es inseparable de la de su
enseñanza, no para operar en la práctica misma del psicoanálisis. Los nudos en el
psicoanálisis son, por lo tanto, herramientas de escritura. Por eso Lacan se refería a la
formalización matemática como un ideal que apuntaba a una “transmisión integral”, a la
vez que dejaba en claro que “el truco analítico no será matemático”45.
40
En el psicoanálisis, pensar al sujeto alienado en significados condensa una confusión de fondo si se concibe la primera
operación en la causación del sujeto como alienación en el significante, no en el significado. La distinción es pasada por
alto si se cree que cortando el juego del significante se hace caer el significado. La confusión es congruente con pensar al
psicoanálisis como desalienante, panacea de los males de la humanidad.
41
La inseparabilidad entre inconsciente y transferencia estaba en Freud cuando advertía que sin vencer las dificultades
que ésta ocasiona la cura no podría producirse, “pues, en definitiva”, escribía, “nadie puede ser ajusticiado in absentia o in
effigie” (Freud (1912). “Sobre la dinámica de la transferencia”, OC, Vol.XII. Bs.As.; Ed. Amorrortu, p.105). Lacan lo
reafirma cuando subraya que “la presencia del analista (…) debe incluirse en el concepto de inconsciente” (Lacan, J.
(1964). El Seminario. Libro XI: Los cuatro conceptos fundamentales del psicoanálisis. Bs.As.: Ed. Paidós, 1987, p.133).
42
Cf. Courel, R. (2014). “Sesiones cortas”. VIIIª Jornada sobre Psicoanálisis y Psicosis Social, Facultad de Psicología UBA, 15/03/2014. Url: http://www.raulcourel.com.ar/tex-sesionescortas.pdf
43
Ilustra bien la distinción entre “escritura con la voz” y “habla” una alocución realizada por el presidente de la
confederación helvética referida a la importancia de la risa para la salud (Cf. url: https://youtu.be/Z-oQgY2oa6I).
44
Las bases de este tratamiento del tema están en Courel, R (2012). El psicoanálisis en el impasse de la civilización
occidental. Buenos Aires: Ed. Verba Manent, 205, pp. 202 y ss.
45
Cf. Lacan, J. (1972-1973a). El Seminario. Libro XX. Aún. Buenos Aires: Ed. Paidós, 1981, pp.141 y 144
18
Esto no objeta que la tarea del analista en la cura se apoye en escrituras, que no
pueden ser cualesquiera: siendo el psicoanálisis una experiencia de razón en el contexto del
pensamiento contemporáneo, ha producido y produce matemas, que son formulaciones
algebraicas en las que las letras no cumplen funciones fonográficas sino lógico-formales.
Se vale de ellos para distinguir lo medular de la teoría de la variedad de significantes que
participan de su transmisión verbal, por ejemplo: del uso de recursos retóricos como la
hipérbole, el oxímoron y varios otros, presentes en las operaciones de la protréptica 46, la
mentira47 y varias más que son propias del ejercicio del discurso en general.
Va de suyo que la topología nodal ofrece recursos matemáticos de valía para la
escritura del psicoanálisis. Claro que está bien que la transmisión del psicoanálisis se haga
con rigor, en el que a la matemática le cabe una función. El problema se presenta cuando el
recurso responde a la intención, por las facilidades que ofrece para ello, de protocolizar la
práctica y controlar las enseñanzas.
No sería deseable que en la atracción por los nudos prime el particular auge que
tienen en los años actuales las últimas enseñanzas de Lacan como fuente de nuevos aires en
el competitivo mercado de los servicios “psi”. Esa deriva se acomoda con facilidad al
extendido predicamento de la cientificidad de cuño lógico positivista como paradigma de
una escritura que así estaría bien hecha. También cabe en estos temas recordar el alerta de
Lacan en su Nota Italiana cuando expresaba que “creer que la ciencia es verdadera con el
pretexto de que es transmisible (matemáticamente) es una idea propiamente delirante”48.
2016 03 01:
Ecumenismo.
Como se sabe, en la genealogía de la propuesta que encierra la fórmula “proletarios
del mundo, uníos” está el precepto cristiano “amaos los unos a los otros”. Lo mismo sucede
con la idea del internacionalismo revolucionario del comunismo, que supone una
universalidad cuya formulación lógica está también en la igualdad fundamental entre los
hombres que sostiene la fe de Cristo, apoyada en que todos han sido creados a imagen de
Dios, razón por la cual comparten un mismo origen y una misma naturaleza.
El ecumenismo es una exigencia de razón que afecta al verbo pero no
necesariamente al hacer de los cuerpos y con los cuerpos, que siempre pueden estar más
próximos a lo concupiscente. Esto no es ajeno a que el ecumenismo llegue bastante tarde a
incluir a las mujeres, gays, etc.
El hecho de que el nuevo papa sea argentino ha conmovido a los compatriotas de tal
modo que hace pensar en las fibras cristianas no advertidas que esconde no sólo el hombre
argentino sino el occidental en general.
Las luchas entre las alturas morales y los bajos instintos atraviesan los conflictos de
los mil y un días de La Biblia antes que las mil y una noches de los relatos de
Scheherazade. El freudismo completa la lectura.
46
La protréptica refiere procedimientos discursivos dirigidos a llevar a quien escucha de la doxa hacia la theoria. (Cf.
Milner, J.C. (1995). La obra clara, Lacan, la ciencia, la filosofía. Buenos Aires: Ed. Manantial, 1996, pp.22 y 23.)
47
La mentira puede operar ajustándose, sin problema alguno, a exigencias de verificación formal.
48
Lacan, J. (1973). Nota italiana. En Lacan, J. (2012). Otros Escritos. Buenos Aires: Editorial Paidós, p.329.
19
2016 02 21:
Genocidio contemporáneo.49
Las nuevas formas de genocidio: grandes números de muertos pero distribuidos en
muchos sitios. La constante es no sólo la cantidad de víctimas sino de lugares donde se
mata, además de la indiferencia y desconocimiento de los nombres propios.
Terrible mundo el nuestro para miles de millones, aunque algunos, por lo que nos
viene tocando, debemos considerarnos afortunados.
La extensión y dispersión del horror alimenta que se reaviven ecumenismos como el
cristiano, pena que las enseñanzas de la historia son que el amor a toda la humanidad acaba
en un movimiento que lleva al otro lado del péndulo: el del racismo, la xenofobia, la
segregación y la exclusión.
2016 01 28:
Sobre pensar otro mundo.
Una entrevista a A. Badiou (diario Libération, 11-01-2016)50 trae reflexiones sobre
nuestro mundo que invitan a tener más en cuenta cuánto hay de “global” en nuestros
problemas locales (o nacionales, como se quiera). Refiero al respecto el siguiente párrafo:
“Hubo una victoria objetiva de las fuerzas hegemónicas del capitalismo, pero
también una gran victoria subjetiva de la reacción en todas sus formas, que eliminó
prácticamente la idea de que otra organización económica y social del mundo es
posible. Son muchos los que quieren "cambiar", pero no estoy seguro de que se
convenzan a sí mismos de que otra cosa es posible en el orden del pensamiento y la
acción real. Todavía tenemos que resucitar esa posibilidad” 51.
En otro párrafo Badiou expresa:
“Sólo afirmo que si no hay un marco político, incluyendo un dispositivo político
para que los jóvenes piensen que cualquier otra cosa es posible menos el estado
actual del mundo, vamos a seguir teniendo síntomas patológicos como el del 13 de
noviembre”52.
49
Sobre una publicación de Nora Olazagoitia en facebook (18/02/2016) en la que se informa que más de un tercio de las
víctimas en Siria son mujeres y niños.
50
Url: http://www.liberation.fr/debats/2016/01/11/alain-badiou-la-frustration-d-un-desir-d-occident-ouvre-un-espace-a-linstinct-de-mort_1425642
51
Badiou, A.: «La frustration d‟un désir d‟Occident ouvre un espace à l‟instinct de mort»
Interview par Robert Maggiori et Anastasia Vécrin, 11 janvier 2016 à 12:48 (mis à jour le 12 janvier 2016 à 10:47). URL:
http://www.liberation.fr/debats/2016/01/11/alain-badiou-la-frustration-d-un-desir-d-occident-ouvre-unespace-a-l-instinctde-mort_1425642. Trad. de Martín López.
52
Idem.
20
2016 01 22:
Un hijo no es un pene, ni un pecho, ni dinero, ni regalo.
La relación simbólica entre pecho, heces, regalo, pene, niño y dinero no implica que
sean equivalentes sino que, no siéndolo, pueden ser tomados como si lo fueran. En esto
consiste el efecto imaginario del falo simbólico, que hace, en el caso del hijo, por ejemplo,
que las relaciones fantasmáticas con el pecho, la hez y el pene (hay que agregar la mirada y
la voz) subtiendan las que se dan con el hijo.
El dinero, a su vez, puede así ser tratado de inicio como caca, haciendo al gusto de
jugar con él, guardarlo, regalarlo o tratarlo como si fuera teta o pene, incluso mirada siendo
prueba de amor o voz del mundo en el aforismo “el dinero se deja oír”53. El pecho y la hez
son primeros en entrar en operaciones fantasmáticas de trasposición con la voz y la mirada;
después con el pene, el regalo, el dinero y finalmente con el hijo. Así como el pecho, la voz
y la mirada se hacen don del otro, mientras que la hez es ocasión de la tensión narcisista en
un terreno que ese don no hoya. El pene llega semejando imagen viva de lo que falta o
puede faltar, que es lo mismo. El regalo, que resume compensaciones destinadas a ser
insuficientes, logra mejor su cometido cuando sólo tiene de tangible el gesto.
Estas operatorias, que se encuentran escuchando analizantes, fueron escritas entre
Freud y Lacan hasta darse con el problema de hacerse deducibles54 del que será el matema
topológico nodal que se formula como anudamiento borromeo de RSI.
Desde que se advirtió que el pene siempre funciona supeditado a la premisa
universal de que está o falta, y en la medida en que la escritura del psicoanálisis avanzó en
dirección al matema, las operatorias referidas, una vez definida la diferencia entre falo
simbólico (Φ) y falo imaginario (φ), implican que el falo simbólico, tan vaciado, ni siquiera
necesite llamarse falo dejando que baste el algoritmo Φ.55
De allí, tras que el falo no es el pene y que éste no es el falo, un hijo no es un pene,
tampoco dinero y nadie puede, en verdad, regalarlo. Igual la falta de hijo puede ser vivida
como falta de pecho, ser la hez o no posesión del pene. En este marco el hijo sirve a su
madre al sostén de la identificación no sólo a la suya sino a su padre (de ella), en la forma
de la referencia al tótem que será el de tal hijo (el padre imaginario se presta a este papel), o
a ser para ella la hez con la que disputa la separación de su propia madre.
2016 01 18:
No hay manera de que el psicoanálisis se extienda sin que sus palabras se conviertan
en órdenes, menudo problema.
53
Atribuido a Aristóteles Onassis.
El problema, que aquí no tratamos, es el del riesgo de reducción de la interpretación a juicio analítico a priori, resultado
de un modo silogístico de razonar.
55
Conceptos que sirven en la cura sólo porque la escritura que se hace de ella “coincide” (como dice Freud en “Consejos
al médico…”) con el tratamiento habido. Para eso sirve advertir la congruencia entre Φ y $ por un lado y Ⱥ por otro.
54
21
2016 01 15:
“Yo no creo en la cura por la escritura” (Lacan).
La siguiente es una referencia de tantas para destacan la diferencia entre el
psicoanálisis, una experiencia de discurso o lazo social en el que el habla es insoslayable, y
lo escrito sobre esa experiencia recogido en las obras de Freud, Lacan y otros, en las que
del habla sólo hay lo que de ella se puede escribir, que no es todo: “El auto-análisis de
Freud era una cura por la escritura (…). Escribir es diferente de hablar. Leer es diferente de
entender. Yo no creo en la cura por la escritura”56.
2016 01 14:
Un impedimento para la práctica.
El padecimiento neurótico no es un impedimento para la práctica del análisis en
posición de analista, sí lo es la incapacidad para el lazo social cualquiera. La posibilidad de
hacer con el significante cualquiera de la transferencia (Sq) implica este concepto.
Por eso es que, en una época en la que los analistas se promocionan exponiendo
saberes, la elección de en quién confiar tiende a apoyarse más en lo que se conoce de su
funcionamiento en la vida social para ponderar un arco de condiciones que van desde las
éticas hasta la inteligencia que no es la que mide ningún IQ test.
2016 01 12:
El psicoanálisis no se aprehende escuchando a ningún buen expositor.
2016 01 11:
Escucha analítica.
La escucha desde la posición propiamente analítica implica poner los S1 producidos
por el habla del analizante en la cadena de significantes que hace el pensamiento del
analista, en el que se encuentran ya articulados significantes que nombran conceptos
previamente escritos como psicoanalíticos. Eso implica que al analista le está vedado saber
realmente de qué se trata, cosa que no lo autoriza a decir o hacer cualquier cosa sino, por el
contrario, acota los márgenes que tiene al respecto.
A su vez, el analizante avanza de S1 en S1 hasta que su hablar se detiene en un
significante cualquiera Sq (significante de la transferencia) que, con la intervención del
56
De Lacan, en “Entrevista a Lacan por alumnos de la Universidad de Yale”, 14/11/1975 (trad. Juan Picón), Scilicet, Nº
6/7, 1975, págs. 32-37., url: https://t.co/22Z3DQymPn
22
analista, es articulado de modo tal que su habla continúe. Llamamos a esta intervención
interpretación de la transferencia y en ella consiste lo radicalmente nuevo de la invención
del discurso llamado psicoanálisis: un nuevo tipo de lazo social del cual un decir a medias
es el sostén.
2016 01 10:
Psicoanalistas <> sofistas.
Los psicoanalistas no son los sofistas de nuestra época en cualquier sentido,
conviene advertir algunas diferencias.
El grueso de la oferta de la actualmente numerosa masa de analistas procede de una
instrucción esencialmente utilitaria de médicos y psicólogos (el tinte humanista está
subsumido en el valor de mercado del saber), y no hay razones para afirmar que sus usos
del razonar sean los mismos que los de aquellos griegos. Las reglas de inscripción
mercantil de los sofistas, además, eran distintas a las de los analistas de hoy, cuando la
medida de todas las cosas no es el hombre sino el dinero, norma generalizada de las
promesas (incluyendo las de amor).
Hoy se requiere que la oferta de enseñanzas responda a criterios de marketing que
moldeen el ejercicio de la razón para no dejar a números cada vez más extensos de
oferentes fuera de competencia. La extensión de la oferta de sofistas, en cambio, no era tan
abundante ni diversa como la actual de analistas, que excede el de las demandas, como
dejan ver los grados de desocupación y subocupación en el conjunto de oferentes.57
2016 01 09:
Un hápax.
La expresión “psicosis social”, que aparece en el post-scriptum de “Una cuestión
preliminar a todo tratamiento posible de la psicosis”, no sólo es un oxímoron sino un
hápax. Esto no excluye que el concepto se haga presente en otros textos de Lacan con otras
palabras, del mismo modo que una misma palabra o expresión se presta, en diferentes
marcos discursivos, a hacer presentes ideas radicalmente distintas unas de otras.
Un hápax, entonces, es la palabra escrita más adecuada que en cierto momento
encuentra el que escribe para su decir. Nunca es conclusivo del sentido, por el contrario,
abre la interrogación a su respecto.
2016 01 08:
Policía.
57
Si se quiere ponderar la perspectiva de Lacan al respecto vale recordar sus apreciaciones en, por ejemplo, “La Tercera”,
cuando, entre otras cosas, dice que "nos falta saber qué era el sofista en esa época". (Lacan, J. (1974). La Tercera,
Intervenciones y textos 2. Buenos Aires: Ed. Manantial, p. 76.)
23
La corrupción policial no se resuelve con más y mejor educación, sea universitaria u
otra altamente especializada, porque la dimensión ética opera en un plano fantasmático no
educable.
2015 12 12:
Psicoanálisis y política (procurando una presentación razonable).
La conjunción discursiva entre psicoanálisis y política enseña continuidades y
discontinuidades no compaginables en un sistema de elementos todos conectables de
manera consistente entre sí, ni sus extensiones son todas transformables unas en otras por
una serie congruente de operaciones continuas.
Interesa entonces razonar la presentación de la proposición “psicoanálisis y
política”, teniendo en cuenta que la historia de la razón condujo de suyo a la
problematización ética de las ciencias (Kant es el jalón más cercano) y que el psicoanálisis
ciñó como punto de irreductibilidad a cualquier psicología, paso dado por Freud
comprometiendo al actor que sostiene los pensamientos, llámese Yo, Sujeto, cuerpo
hablante o de otro modo, en una experiencia donde éste procura nada menos que
aprehenderse a sí mismo.
Convendrá partir diferenciando los términos de las siguientes relaciones:
1. Psicoanálisis <> psicoterapia
2. Psicoanálisis <> política
3. Psicoanálisis <> politología
4. Politología
<> política
5. Política
<> psicoterapia
6. Politología
<> psicoterapia
Para seguir.
2015 11 28:
Cuando el pensamiento oscila en la disyunción exclusiva “historia” o “estructura”,
el concepto de un sujeto del lenguaje o de un cuerpo hablante como función a-histórica
llega a confundirse con el de un yo entendido como centro de coordinación adaptativa
biológica, animal, que no requiere atención alguna a la historia.
2015 11 26:
Sobre histeria y neurosis obsesiva.
La posición histérica es de exterioridad respecto del Otro tomado como esfera,
mientras que la obsesiva es allí de interioridad. Por eso la demanda histérica es la de ser
amado, incluido, mientras que la obsesiva es la de ser liberado.
24
Ámame, pide la histérica, pero si la ama no puede seguir pidiéndolo.
Libérame, pide el obsesivo, pero si lo libera tampoco puede seguir pidiéndolo.
2015 11 25:
¿Quién es “la yegua”?
Una guía para reconocer un componente inconsciente del odio a la presidenta de la
Nación, que condensa la expresión “la yegua”, puede estar en su carácter pasional. Éste
enseña a menudo una intensidad y características similares a las que se encuentran en los
lazos sociales más primarios, para resumir: los familiares. El siguiente fragmento de una
sesión analítica lo ilustra:
Paciente: “… apareció la yegua en la televisión y cambié de canal, no la soporto, es
para matarla”.
Analista: “¿Tanto como para matarla?”.
Paciente: “Bueno, no sé si para matarla, pero no la soporto…”.
Analista, después de unos segundos de silencio: “¿De quién usted suele decir
también que no la soporta y que la mataría?”.
Paciente: “De mi madre, claro”.
Hasta aquí la viñeta, no es en absoluto para generalizar.
2015 11 20:
Tratamientos breves.
Muchos pacientes esperan, como es lógico, que un tratamiento psicoterapéutico sea
no sólo eficaz sino breve. El análisis, sin embargo, ha mostrado que los padecimientos del
sujeto habitualmente fueron gestados y consolidados a lo largo de muchos años, por lo que
difícilmente puedan superarse sin un trabajo suficientemente detenido (Cf. F, vol.12,
pp.130-131). Es frecuente, no obstante, que el solo hecho de recibir atención produzca
bienestares anímicos que pueden confundirse con mejoras ciertas. Es conveniente que quien
consulta tanto a un analista como a quien sea que ofrece atención psicoterapéutica pueda
hacer una ponderación realista de los problemas que enfrenta y de lo que deberá hacer para
resolverlos.
La difusión que tiene en las sociedades contemporáneas el recurrir a psicólogos,
etc., ha “popularizado” una serie de prácticas que en el fondo son muy distintas entre sí
pero que suelen considerarse afines. La extensión en el mercado ha dado lugar a la
propagación de sistemas de atención psicoterapéutica que se quieren económicos, por lo
que el tiempo, en tanto cuenta como equivalente del dinero, se pretende limitado.
A este respecto, cabe recordar la conveniencia de que el primer paso sea, cuando se
dispone de un tiempo limitado, “introducir al paciente en una primera ubicación de su
posición en lo real” (L, E, Siglo XXI, p.569). Esto no es imponer ninguna idea de qué es la
realidad sino un primer ordenamiento de los padecimientos o cuestiones que llevaron a la
25
consulta y desde dónde se podría empezar a trabajar. Lacan llama a esto, siguiendo a Freud,
“sistematización de los síntomas” (idem.).
Frecuencia de sesiones.
Respecto a la frecuencia de las sesiones, la situación hoy no es la misma que hace
cincuenta o sesenta años. En el tiempo en que Lacan escribía “La dirección de la cura…”
una sesión por semana no era lo normal ni lo recomendable. Cuando el tiempo entre las
sesiones es demasiado amplio aumenta la demanda de atención a lo urgente, disminuyendo
la producción de asociaciones no ligadas a los problemas yoicos más actuales. Estos modos
de funcionar no favorecen el trabajo sobre la transferencia, siendo más comunes las
interrupciones y los cambios de analistas como acting out o pasajes al acto, que se
producen justamente por falta de análisis propiamente dicho. Así los tratamientos,
haciéndose aparentemente más “prácticos”, se hacen también más extendidos en duración.
Este tipo de psicoanálisis, fácil de incorporar a la lista de rutinas recomendables para los
ciudadanos del mundo de hoy, es el que, según parece, ha llegado para quedarse.
2015 11 15:
Psicoanálisis guerrero.
(Una deriva de psicoanálisis aplicado).
¿Hay una concurrencia necesaria entre la religión musulmana y el terrorismo? ¿Qué
dice el psicoanálisis de por qué suceden a los pueblos desgracias terribles como la sucedida
en Francia en estos días58? ¿Qué le cabe aportar al respecto?
Algunos psicoanalistas creen que el islamismo es una enfermedad y que habría que
curar a sus fieles de ella. Hay otros que no creen que esto sea posible, pero lo consideran un
mal que tiene que ser atacado por otros medios, puntualmente: “derrotándolos”. Tengo en
mente razonamientos de J.A. Miller sobre el islamismo y el Estado Islámico. Se expresa
así:
“(…) en el islam no hay fascinación alguna por la causa perdida, ni historia alguna
de castración. Allí, en esta desviación que es el Estado islámico, hay: corto la
cabeza del otro y estoy en el narcisismo de la causa triunfante, no el de la causa
perdida. (…). Hoy se nos habla de la des-radicalización de sujetos que fueron
tomados por este discurso, porque se imagina que se va a poder deconstruir esta
construcción, mientras que yo considero que ésta (…) está vinculada a un real del
goce que no vamos a poder desmontar así, aflojando tuercas, excepto que se lo tome
completamente desde el principio.” 59
58
Referencia a los ataques terroristas sucedidos en Paris el 13-11-2015 que mataron a 140 personas.
Miller, J-A, “En dirección a la adolescencia”, Intervención de clausura de la 3° Jornada del Institut de l‟Enfant
“Interpretar al niño”, Palais de Congrès de Issy-Les-Moulineaux, 21-03-2015. Este texto se encuentra en
http://www.psicoanalisisinedito.com/2015/04/jacques-alain-miller-en-direccion-la.html . En francés: http://www.lacanuniversite.fr/wp-content/uploads/2015/04/en_direction_de_ladolescence-J_A-Miller-ie.pdf
59
26
Deriva de allí lo siguiente:
“la conclusión política que extraigo de esta consideración psicoanalítica es que, con
este discurso, el del Estado islámico, la única manera de acabar con él, es derrotarlo.
Eso es todo." 60
¿Es pertinente derivar, sin solución de continuidad, el referido interés en “desconstruir esta construcción” o en “desmontar este real del goce” de ideas que, de este
modo, participan de una operación de psicoanálisis aplicado (aplicado a la política)?
¿Qué carácter tiene esta relación entre conceptos que, más allá de las
especificaciones que requieran, son psicoanalíticos, y el propósito de acabar con un grupo
terrorista?
¿Por qué este rápido pasaje de una reflexión de orden psicoanalítico a otra de
política internacional, incluso de “policía” internacional, puesto que ésta es parte del
tutelaje sobre los países árabes del que Francia ha sido históricamente parte?
¿Qué grado o tipo de furor curandis mueve a un psicoanalista a extraer de sus
reflexiones psicoanalíticas una conclusión política que consiste en que hay que “derrotar” al
grupo terrorista Estado Islámico? Esto no puede proceder de ningún análisis psicoanalítico
efectuado. Hay aquí, explícitamente, un análisis específicamente politológico, operación
cuyo reconocimiento está elidido.
El psicoanálisis puede ser usado (lo fue la etnología) como fuente de razones para
dar sustento a políticas colonialistas de países cuyos propios pueblos (el francés en este
caso) acaban padeciendo las consecuencias de esas mismas políticas, sin análisis crítico de
éstas y sin plantear estas cuestiones.
2015 11 07:
Cómputo de la letra y transferencia.
Un artículo de la revista Science 61 muestra que las emociones pueden ser "leídas"
en un libro por un cómputo de la letra, de ésta en tanto ya está escrita. Lo que en
psicoanálisis hay de cómputo de la letra se especifica por lo que llamamos análisis de la
transferencia, no computable porque involucra la función del significante, que es primaria
respecto de la letra. En Lituraterre Lacan escribía: “Lo que inscribí, ayudándome de letras,
de las formaciones del inconsciente (…), efectos de significante, (…) no autoriza a hacer de
la letra un significante, ni a afectarla, lo que es más, de un carácter primario (primarité)
respecto del significante”62. El escrito "La instancia de la letra en el inconsciente..." sitúa el
punto desde la primera página: "...entre lo escrito y el habla: estará a mitad de camino"63
60
Idem.
61
Url: http://news.sciencemag.org/social-sciences/2015/11/computers-can-get-emotional-feelfiction?utm_campaign=email-news-weekly&et_rid=40184696&et_cid=80354
62
Lacan (1971). Autres Écrits, É. du Seuil, p.14 (trad. nuestra).
63
Lacan(1957), Escritos, Siglo XXI, 2008, p. 460.
27
2015 11 01
Real e Ideal.
Entre los pensamientos de Lacan y de Miller hay continuidades y discontinuidades,
pero no son necesariamente las que habitualmente se consideran tales. No es
metodológicamente deseable darlas por ciertas antes de un examen que no esté apurado por
las urgencias abocadas a poner orden en las cosas. La razón bien empleada no se deja
absorber por ningún positivismo.
Que Lacan no fuera un loco que amara a sus ideas como a sí mismo podría
deducirse del concepto que tenía de su propia contribución al psicoanálisis cuando, por
ejemplo, insistía en considerarse freudiano. Este hecho invita a objetar el sesgo progresista
de la mayoría de las lecturas actuales de su obra, inclinadas a considerar que su
pensamiento fue superándose por medio de un perfeccionamiento que hoy nos permitiría
analizarnos mejor, ventaja de la que no habrían podido gozar los contemporáneos de Freud.
Éste es el caso cuando se extiende la idea de que ahora, a diferencia de lo que
sucedía un tiempo atrás, el psicoanálisis operaría más eficazmente sobre lo real,
llevándonos a nuevos y mejores resultados. La creencia de que para eso hay que
desembarazarse prontamente de cualquier sentido no advierte suficientemente que una cosa
es el sentido que cae tras haber sido analizado, otra el sentido cuyo valor es desestimado de
partida. La formulación “no hay progreso” es inseparable de su envés que es el paso del
tiempo. Es la lectura de la repetición.
El hacer de Lacan en sus últimos años con la categoría de “real” concierne a la
empresa en la que estaba absorbido: avanzar en una escritura lógica del psicoanálisis capaz
de subvertir la brecha entre matemática y dialéctica, tarea en la que la topología nodal le
ofrecía las mejores herramientas. En verdad esa subversión, que no podía ser eliminación ni
superación de tal brecha, consistió en algo bien acotado que se derivaba necesariamente de
que el inconsciente freudiano ponía en cuestión el paradigma bidimensional de la
representación (la consciencia) como alcance y límite del saber. La estructura ternaria del
saber se dejaba ahora escribir mediante un anudamiento borromeo entre imaginario,
simbólico y real en el que no se concede preeminencia a lo real sobre los otros dos.
El esfuerzo por avanzar en la escritura lógico matemática por parte de Lacan tal vez
haya tenido en su desarrollo correlaciones con eventos en la historia de la Escuela
Freudiana de Paris. Uno se pegunta si no esperaría que la vía del matema compaginara la
“extensión” con la “intensión” de manera que contuviera la deriva institucionalizante,
enseñante y garantizante propia de los cánones habituales de psicología de masas.
Estos “cánones habituales” parecen expresarse en el nuevo ideal consistente en el
ideal, valga la redundancia, de que los psicoanalistas no hagan grupos. No hay uno que lo
logre.
2015 10 31:
Psicoanálisis y política.
28
Hay demasiados psicoanalistas como para que la conveniencia de atopía para sus
prácticas sirva como coartada para la prescindencia de compromiso político en lo público.
2015 10 29:
La cuestión de escribir para “inscribir”.
Estando situados respecto al estado actual de la práctica analítica, y en la necesidad
de dar pasos nuevos en su transmisión, la cuestión pasa a ser cómo situar nuestro
pensamiento en el estado actual de la teoría. Esta tarea concierne a lo que tenemos para
decir respecto a la práctica analítica y a decirlo con claridad. Esta tarea es de escritura y
reescritura.
La escritura y reescritura del psicoanálisis, puesto que la civilización a la que éste
pertenece está ordenada por escritos, es esencial para el sostén de su práctica en ella. Esta
tarea, además de ser de razón, tiene que inscribirse en la historia del pensamiento, en la que
lo específicamente psicoanalítico revela continuidades y discontinuidades o rupturas con lo
escrito, no sólo en el psicoanálisis sino también en otras disciplinas y esferas de la cultura,
como la filosofía, las ciencias, las matemáticas, la lógica, la historia, la literatura y otras.
En esto no basta con que seamos claros en nuestras propias ideas, es preciso enseñar
con no menos claridad sus nexos de coincidencias y divergencias con las ya inscriptas en la
cultura, que se definen, a su vez, por sus relaciones con las que las preceden en la historia
del pensamiento.
Verba manent en la historia de cada hombre, verba volant, scripta manent en la
historia de la humanidad.
2015 10 25:
Sobre transferencia.
El análisis de la transferencia es fundamental porque el sentido de un psicoanálisis,
que es su consecución, reside en la resolución –de razón– que tiene el lazo en el cual el
analizante lleva adelante, con el analista, un trabajo en el que pone en juego el núcleo de su
ser. La cuestión, en última instancia, no será qué acaba pensando acerca de sí, sus
convicciones cambiadas o reafirmadas, sus teorías sobre tales o cuales cosas, sus logros o
fracasos, alegrías o dolores. El tema decisivo será finalmente qué hace, no consigo mismo –
un espejismo– sino con el otro y el Otro, de manera que tal hacer consigo mismo no quede
fuera de discurso, es decir: de lazo social.64
Entender la transferencia es advertir que hacia el final de un análisis, cuando
empieza a acotarse el guión del fantasma, eso se va ciñendo a través de su presentación e
64
Un descubrimiento decisivo del psicoanálisis es que el lazo social se sostiene no de la colusión amorosa ni
de la identificación sino del discurso, de manera que ellas son efectos de éste.
29
interpretación en el vínculo con el analista. Lo allí silenciado pasa entonces a referir y
también a significar el límite.
2015 10 22:
Una desapercibida incidencia del positivismo lógico en la práctica analítica: la
antigua procura de neutralidad reaparece como procura de asepsia de sentido, pero no hay
manera de que haya asepsia de sentido.
2015 10 16:
El título del seminario “El momento de concluir” no refiere el acabamiento del
psicoanálisis sino un punto de conclusión en un pensamiento de Lacan.
2015 10 03:
Psicoanálisis, psicoterapia y transferencia.
Un decantado breve del tema “psicoanálisis y psicoterapia” a propósito de la
transferencia65: una cosa es el tratamiento que termina con la resolución de problemas o
trastornos padecidos, síntomas si se quiere, otra el que termina cuando se disuelve la
transferencia. Es decir: esa fe, esa esperanza y ese amor que llevan a suponer que si se es
escuchado por ese otro que viene a ser el analista se podrá hacer lo que hace falta para
curarse.
Al calor de esa fe, de esa esperanza y de ese amor el analizante hace su trabajo,
asociación libre mediante, hasta que eso se consume, porque se consume. Entonces el
deseo, que es repetición, lleva a otros caminos. Y aprovechando la misma metáfora
energética, tan freudiana ella, queda una pregunta clave: ¿termina el tratamiento porque se
quemó la leña o porque, antes de eso, el analista quiso apagar el fuego o no supo animarlo?
Es una cuestión derivada necesariamente del concepto de transferencia, que consiste él
mismo en la intelección de la fe, la esperanza y el amor, que no operan sólo en el
psicoanálisis sino en todo lazo social. Sin este concepto fundamental, la cura, lo que se
entienda por ella, queda sujeta sin fin a la fe, a la esperanza y a la caridad, las tres virtudes
teologales, mostrando que no falta religiosidad en el sostén del lazo analítico.
Se advierte en qué sentido el psicoanálisis es una operación de discurso que, dada la
religiosidad general habitualmente negada, produce su disolución66. El psicoanálisis, en
efecto, termina, pero primero tiene que llevarse a cabo.
65
Referencia a la mesa redonda sobre “Psicoanálisis y psicoterapia. Criterios”, en la que participaron Carlos
Faig, Elena Jabif, Sara Vassallo, Diego Zerba y Raúl Courel, realizada en “En Terapia-Resto-Bar”, Buenos
Aires, 2/10/2015.
66
La resonancia de esta palabra en la lectura de la disolución de la Escuela Freudiana de París no es casual.
30
2015 10 11:
Praxeología.
La idea de que la buena teoría alcanza para orientar una práctica efectiva tiene sus
bemoles en el psicoanálisis. La psicología de la masa da razón de buena parte de los efectos
que se producen más de lo que se reconoce. El psicoanálisis se desliza, también más de lo
que se reconoce, hacia una plena praxeología. A ello coadyuva la deriva hacia la práctica de
un nominalismo silogístico, en el que el analista no lee en lo que escucha otra cosa que los
términos de su doctrina, que se presta bien al ejercicio, por ejemplo, de psicoterapias de
corte chamánico.
En la cultura contemporánea está firme la necesidad de ajustar el carácter díscolo
del sujeto al funcionamiento ordenadamente eficaz requerido por la economía, alimentando
como reacción la producción tanto de sociologías culturalistas y humanísticas como de
psicologías praxeológicas. Todo se conjuga con la tendencia a reducir lo que hubo de
novedad en el psicoanálisis a alimentos más o menos interesantes para tareas filosóficas,
sociológicas, antropológicas y psicológicas antes que psicoanalíticas.
2015 10 05:
Un problema de “formación”.
Venimos distinguiendo la práctica analítica de la escritura sobre esa práctica. Los
requisitos para hacer bien una de ellas no son todos los mismos que para hacer bien la otra,
aunque no dejen de nutrirse mutuamente.
Tanto la una como la otra, y ambas, son difíciles de llevar a cabo. ¿Es posible hacer
una de ellas bien y la otra no? No es del todo cierto responder que sí ni responder que no.
Hay de lo uno y de lo otro. Es más seguro afirmar, en cambio, que confundir una cosa con
la otra es extraviarse irremediablemente en ambas. Esto sucede cuando las enseñanzas de
psicoanálisis confunden lo que pasa en el consultorio con lo que pasa en los papeles, que
favorece un extendido “tipo de formación” que consiste, en última instancia, casi
exclusivamente en dilucidaciones de conceptos que, aunque indispensables, no son
suficientes. No lo son si buscan claridades en la definición de verdades y falsedades por
medio de una exégesis de escritos, todos grafía, no verbo (por eso necesariamente
silogística), cortando amarras con sus fuentes de verdad en la consecución de las curas.
2015 09 27:
Dioses griegos.67
67
Referencia a una conferencia del Dr. Néstor Cordero titulada “El trágico sainete de los caprichosos dioses
de Homero, el griego (ni Manzi ni Expósito)”, dictada en la Academia Porteña del Lunfardo, el 25-09-2015.
31
Un rico estudio de Néstor Cordero muestra que las relaciones entre los dioses
olímpicos de la Ilíada no son menos humanas ni floridas que las que se dan, según cuentan
nuestros sainetes criollos, entre los personajes de un conventillo. En los poemas homéricos
los dioses son protagonistas y nombran no sólo lo que hay de elevado sino tutti quanti de
nuestras propias almas que ponemos sobre la tierra, no hay Topos Urano sin ésta desde que
Urano es tanto consorte como hijo de Gea.
Nada en las idiosincrasias, conflictos, caprichos, trajines, placeres y enconos de esos
dioses que no sea cosa de hombres y mujeres, ni en la paz ni en la guerra. Nada en la vida
de los mortales de ayer, hoy y mañana en lo que ellos no se inmiscuyan, razón que explica
suficientemente tanto su inmortalidad como que se haya llegado a calificarlos de “reales”68.
Los dioses son reales no tanto por existentes sino por insistentes y, en la vasta y no
acabable tarea de los hombres de pensar sus haceres y las causas que ciñen sus destinos,
son los nombres con que significan sus amores y odios, deseos, lamentos y caprichos,
protestas, inquinas, mentiras y enojos, penas e indignidades, traiciones, celos, venganzas y
felicidades. De estos modos designaban los griegos las humanidades más eternamente
humanas.
Los parecidos que agudamente Cordero encuentra entre los dioses de la Ilíada y los
personajes del conventillo aproximan el sainete criollo a los cantos homéricos y éstos, si se
traduce cada dios por un racimo singular de pasiones, frustraciones, antojos, ideas y
afectos, a lo que hoy sería, salvadas las muchas distancias, una novela psicológica.
2015 09 15:
Re-análisis.
Lacan escribió en términos topológicos el fin de análisis como un corte en el toro S
de un anudamiento borromeo con otros dos toros, R e I, que permite darlo vuelta de manera
tal que el anudamiento con R e I quede adentro, envuelto en lo simbólico69. Si el análisis
llega a este punto, hará falta –observa Lacan siguiendo a Freud– un nuevo corte que
restituya el nudo borromeo para mantener los tres (R, S e I) con igual peso70. Este “reanálisis”, en la transferencia que le es inherente, no es sin hablar a otro/Otro. También le
cabe que “el psicoanálisis no tiene sino un medium: el hablar del paciente”71.
2015 09 10:
Tal vez debido a que el psicoanálisis se desliza con cierta facilidad a confundirse
con una especie de hibridación entre ciencia y religión es que no es muy seguro que pueda
realmente reproducirse.
68
Referencia a un concepto de J. Lacan.
69
Cf. Lacan, S24, 16/11/1976.
70
Cf. S24, 1976/12/14.
71
Lacan, J. (1953). Écrits. Paris: Éditions Du Seuil, p.247, (trad. nuestra).
32
2015 09 06:
Psicoanálisis y cosmovisión, psicoanálisis aplicado, etc..
¿Deriva el psicoanálisis hacia una cosmovisión? Se hace necesario volver a
considerarlo dada la manera en que se extiende la utilización de categorías y conceptos
psicoanalíticos en las lecturas de hechos sociales, políticos y económicos, culturales en fin,
locales o globales, incluso polemizando con otras disciplinas.
Es conveniente distinguir psicoanálisis aplicado de pasos dados en otras disciplinas
que tienen en cuenta en sus teorizaciones conceptos del psicoanálisis.
La distinción entre psicoanálisis propiamente dicho y psicoanálisis aplicado, así
como entre psicoanálisis en intensión y psicoanálisis en extensión, sigue siendo clave.
Reconsiderar sus funciones en términos de derivas entre lo esotérico y lo exotérico es
posible que no sea soslayable.
2015 09 02:
Dos aspectos de la práctica.
¿Qué relación hay entre leer lo que dice un analizante y leer lo que dice un escrito
psicoanalítico? Una cosa es la elucidación de la materialidad de un escrito (sus letras,
fonológicas y otras), otra la de la materialidad hablada (también letras, sólo fonológicas)
propias de las asociaciones del analizante.
En ambos casos el analista lee, pero no se confunde una lectura con la otra.
Es innegable que la lectura de escritos de psicoanálisis cumple una función de
soporte de los pensamientos del analista que intervienen en la lectura de lo que escucha.
Siempre la lectura de materialidades discursivas escuchadas en el presente se apoya en
lecturas previas de otras letras que integran escritos producidos antes.
Freud indicaba que “mientras el tratamiento de un caso no esté cerrado, no es bueno
elaborarlo científicamente” (OC, Amorrortu, Vol.12, p.114), de manera que distinguía entre
practicar el psicoanálisis y escribir sobre esa práctica. Sin embargo, también señalaba que
“la coincidencia de investigación y tratamiento en el trabajo analítico es… uno de los
títulos de gloria de este último” (Idem).
Reescrituras.
Puesto que siempre hay nuevas producciones discursivas (basta con que se siga
hablando), la función de la reescritura en el psicoanálisis –y los criterios para producirlas–
pasan a ser fundamentales. Concierne a un hallazgo básico: el hablar pone en juego un “no
cesa de no escribirse”.
La expresión con que Lacan termina su Nota Italiana – “Todo debe girar en torno a
escritos por aparecer” (Lacan, 1973) – no podría no implicar que el psicoanálisis “no cesa
de reescribirse”.
33
Habrá que estar precavido de la incidencia en ello del nexo entre el necesario nuevo
pensar de la práctica analítica y el afán de producción de un nuevo éxito editorial.
Sucede que los conceptos de más reciente generación son tomados en la doxa como
los mejores, cosa que parece consonante con la conveniencia mercantil de una deseable
obsolescencia de las ideas. Así, lo veraz, cada vez más cerca de su realidad de sólo
enunciación aunque ésta sea estrictamente negada, se reduce a la última palabra dada por la
voz que viene de más arriba. De este modo muchos asumen el trabajo de diversificar los
vehículos del mensaje que transmite el significado único que hace oír en todos los idiomas
el imperator, el significante “Uno” que ordena el hecho significado.
Padre.
Es frecuente encontrar en la literatura psicoanalítica expresiones como
“resquebrajamiento del Nombre del Padre", “devaluación del Nombre del Padre”, “falta de
la función paterna”, “pluralización del nombre del padre” y otras que sirven de apoyo tanto
para la idea como para la sensación de que la moral del mundo se degrada cada vez más.
No faltan analistas que añoran épocas en que los hombres habrían sido más hombres y los
padres más padres.
Se suele dar por hecho que esto se generaliza en la sociedad contemporánea y que es
con eso con lo que tenemos que vérnosla en la clínica. Se producen nuevas formulaciones
teóricas que operan como confirmaciones y sus reiteraciones generalizadas acaban por
hacer harto difícil ponerlas en duda.
La idea de que los padres actuales son bastante flojos de mando ¿es básicamente
“psicológica” o básicamente “sociológica”? Aun aceptando que sean ambas y que se
corresponden y complementan mutuamente, ¿va de suyo que ello acarrea la necesidad de
cambios técnicos en el psicoanálisis?
La repetición de conceptos puede volverse aforística si faltan registros y lecturas de
prácticas analíticas efectivamente llevadas a cabo dando sustento a las nuevas
teorizaciones. A falta de ello, no es seguro que las novedades no sean sólo primeras
impresiones, productos del simple y extendido sentido común.
Convendría no pasar por alto que el tal sentido común recibe un fuerte fogoneo
mediático, decididamente político, que impulsa la idea de que entre los problemas
principales de este mundo está la falta de respeto a la autoridad.
2015 08 29:
Cuestión para reflexionar.
Si damos por sostenible que la ciencia no consigue diferenciarse completamente de
una silogística72 cuyas proposiciones son puestas a prueba de falsación con el recurso de la
medida y el cálculo. ¿Qué sucede en el psicoanálisis?".
72
Agregado: de partida la ciencia moderna puede desarrollarse justamente desprendiéndose de la silogística escolástica
(cf. Descartes, Regla X). No obstante, la cuestión o sus resabios retornó y sigue haciéndolo de múltiples maneras, por lo
cual resulta sostenible (no necesariamente demostrable) que "la ciencia no consigue diferenciarse completamente de una
silogística... etc.". El tema requiere desarrollo.
34
Se ha asentado que su praxis propiamente dicha no se resuelve por esos medios de
prueba, pero parece seguir en su difusión masiva una deriva que consiste en leer en lo
escuchado lo escrito en los libros. De este modo los casos resultan reconstrucciones en el
pensamiento de los analistas de lo dicho por los pacientes (¿analizantes?): ¿nominalismo
seguido de silogística?
2015 07 21:
Sobre el sentido “a vencer”.
El inconsciente no es sentido sino agujero que aparece en el sentido… cuando éste
se despliega lo suficiente. No hay sentido que agujerear porque, cuando se le hace lugar, al
sentido, los agujeros aparecen solos.
No hay, entonces, sentido que agujerear.
De modo que una cosa es encontrar agujeros en el sentido y otra el propósito de
hacerlos, que requiere dedicarse a vencer resistencias, tarea parecida a algunas militares que
se practican en las guerras.
Tampoco hace falta fuerza para vencer las resistencias de un yo enamorado de las
ideas que tiene de sí mismo. Se corresponde con que el inconsciente no resiste y que, en
consecuencia, el psicoanalista no tiene ninguna resistencia que vencer. Por eso también vale
la observación de que la única resistencia es la del analista.
Sólo la ciencia matematizada hace instrumento del vacío de sentido, eficaz en el
manejo de lo que el hombre ve pero no de lo que sueña. La matemática no sueña, los
matemáticos sí, por eso hacerla no los hace psicóticos: subliman. Los psicoanalistas
también sueñan.
2015 07 20:
Sobre falta de sentido y psicosis.
Conviene precisar la relación entre falta de sentido y psicosis. En ésta el sentido del
mundo y de la vida se descompone o pierde estabilidad, el resultado es, por ejemplo, una
vivencia de fin del mundo que se debe precisamente a eso, de modo que la existencia
misma del sujeto se ve amenazada.
La consistencia del conjunto de significaciones que habitan el pensamiento se ve en
la psicosis reducida a una sucesión de significantes cuyo interjuego no cristaliza en sentido
compartible. Esto se mantiene a menos que se produzcan condensaciones que sirvan como
base para reconstruir significaciones capaces de suplir el sentido perdido.
El proceso restitutivo del sentido puede o no suceder y es en él que tal vez sea
posible la intervención de un analista, para lo que es crucial no caer en el error de no
distinguir entre la función del significante y la del significado en la estructuración
lenguajera del mundo. Ésta es la enseñanza insoslayable de Lacan que resumimos en el
próximo párrafo.
35
La función de un orden significativo que provea de un sentido al mundo y a la vida,
que posibilite su presentación imaginaria sin la cual todo es pura disgregación, no puede ser
el resultado del empeño en hablar el mismo lenguaje que el paciente ni en lograr que éste
entienda y hable el nuestro (furor curandis). El sujeto ya habla nuestro lenguaje (cf. S3,
p.53), pero lo que está en la base de lo que dice no concierne a significaciones con valores
de referencia o de verdad sino a los significantes con los que se estructura su pensamiento.
Por eso en la psicosis los significantes, distintos de los significados que se puedan ver en
ellos, se hacen oír como fórmulas, estribillos, neologismos, etc. Por eso también las
palabras que cuentan, las claves, son escuchadas en su sólo valor de enunciación,
provenientes de otro que se vuelve mayúsculo por absoluto, un Dios al modo del de
Schreber, sostén suyo y del mundo. Este Otro hablará sin freno a menos que los
significantes produzcan significaciones que se condensen en una metáfora, llamada
delirante cuando se constituye en una paranoia o melancolía, quizás en una hipocondría,
más o menos vivibles, más o menos socializadas.
2015 07 17:
Un fantasma que se formulara con la proposición “La muerte vive”, respuesta
posible a un “Viva la muerte” como el que indignó a Unamuno, puede escribirse también
con esta otra: “la muerte ocupa el lugar de lo mejor, de lo ideal”. Esta escritura tiene la
misma estructura que esta otra: “el objeto a ocupa un lugar en el cénit social”73. Cuestión
de formalización lógica, no de intenciones.
2015 07 16:
Más sobre transferencia.
Interesa desplegar las implicaciones de la indicación de Freud de que la
interpretación no debe darse antes de que se presente la transferencia y de su observación
acerca de que la cura requiere del calor de ésta para realizarse. Es la constatación de que el
inconsciente no es aprehensible in absentia o in effigie sino en el lazo social con el analista.
Esto significa que las dificultades del caso se superan no en un plano argumentativo o
reflexivo –aunque lo incluyan– sino en uno que compromete los agujeros, las carencias, las
fallas de los participantes en ese lazo. Es la operación, no eliminable, que nos hemos
acostumbrado a llamar “del deseo inconsciente”, nunca acabado de subjetivar.
No hace falta la intención de convocar la transferencia para después interpretarla. La
regla fundamental implica que ella sucederá de todos modos, se producirá de suyo cuando
hay analista y también cuando no lo hay, sólo que en este caso el lazo no dejará de ser el
que ya es.
73
Expresión derivada de una proposición de Miller, J.A (2004). “Una fantasía”. Conferencia en el IV Congreso de la
AMP, Comandatuba, Bahia. Brasil. Url: http://www.congresoamp.com/es/template.php?file=Textos/Conferencia-deJacques-Alain-Miller-en-Comandatuba.html
36
Que el concepto de transferencia no sea separable del de inconsciente es en todo
solidario con que la experiencia analítica requiera, para sostenerse, la distinción y
anudamiento entre lo imaginario, lo simbólico y lo real. Se trata de lo mismo.
2015 07 09:
Novedad del psicoanálisis.
La novedad que habrá traído el psicoanálisis a la civilización tal vez sea la
institución de un hablar sin propósito pero con consecuencias, a partir de que hay un otro
que realmente escucha. Quizás el psicoanálisis no llegue a ser más que eso.
Es probable que habrá contribuido a producir, sin embargo, nuevas ideas en distintas
esferas de la cultura: psicoterapéuticas, psicológicas, pedagógicas, filosóficas, sociológicas,
antropológicas y políticas, entre otras. No obstante, aunque se reconozcan en ellas raíces en
el psicoanálisis, no implicarán las transformaciones específicas en el hacer discursivo del
sujeto que sólo la práctica analítica propiamente dicha puede producir.
La producción de un acontecimiento discursivo nuevo, como es el caso de la
invención y operación del psicoanálisis, va acompañada de la puesta en circulación de
significantes nuevos que acaban siendo identificaciones poseedoras de lo que Lévi-Strauss
llamó eficacia simbólica, pero en esto se trata de derivaciones secundarias del psicoanálisis.
En la marcha de la humanidad, en los cambios de paradigmas en su historia
concreta, el psicoanálisis puede reconocer la operación de dos factores conexos entre sí que
involucran al sujeto del lenguaje: la invención de nuevos significantes y la fijación de estos
nuevos significantes en identificaciones.
Un ejemplo es ofrecido por el oxímoron que constituye el concepto de que el objeto
a estaría pasando a ocupar un lugar en el cielo social74. De ser así, tal objeto se
transformaría en ideal. Es un oxímoron porque el objeto a y la identificación en el
psicoanálisis son conceptos disyuntos.
2015 07 08:
¿Puede algún texto de Lacan considerarse literatura matemática?
2015 07 04:
Facebook, nuevo panóptico.
74
Cf. Miller, J-A, 2004, Conferencia en Comandatuba, Brasil.
37
Todo mensaje que circula por internet, incluyendo los telefónicos, es objeto de
inteligencia militar mediante tecnologías de interceptación y almacenamiento masivo75.
Muchos piensan que es curioso que no alarme tanto como sería de esperar.
¿Por qué no hay manifestaciones masivas de protesta frente a la novedad de que una
parte cada vez más extendida de las comunicaciones con nuestros semejantes sea estudiada
en su alcance político y sea virtualmente pública? Tal vez se deba a que el pasar de los
decires por esas inspecciones y requisas no sea para el sujeto más que una nueva ronda por
el escritorio del censor íntimo al que ya está acostumbrado.
La invención de técnicas de escritura capaces de burlar la censura no sólo se da
frente a regímenes políticos tiránicos y peligrosos (cf. Léo Strauss76), opera en la
inscripción de cualquier decir puesto a circular en la cultura, campo del Otro. El dicente se
dirige, precisamente, a una inteligencia a la que supuestamente nada escapa, omnisciente
antes que cibernética y militar. Ningún cambio de fondo en las condiciones del decir, el
sujeto advertido del espionaje universal no se ve mayormente perturbado habiendo estado
siempre bajo la picota de la vigilancia, no sólo universal sino fusionada a sí mismo, de su
superyó. Por eso ser transparente para un Gran Hermano como el que imaginaba Orwell no
le provoca demasiada extrañeza, es que las amenazas provenientes del nuevo panóptico no
le resultan más inquietantes que las antiguas que lleva consigo, harto familiares.
El sujeto está habituado a hacer con la censura, para la que tiene una defensa
impenetrable: nunca dice a pleno aquello que realmente cuenta. A la vez, no hay
fiscalización ni riesgo de condena que logre callarlo del todo. Por eso el decir,
inextinguible, alimenta de signos y más signos el abismo de escrituras en las que se
empantana el sujeto occidentado. Éste come el fárrago de letras con las que inventa su
decir, que le llegan en parvas de libros que ya no son sólo de papel. Facebook no es más
que una de las caras del libro que come, cosa que recuerda este interrogante capital: “lo
importante es saber que dará el libro cuando haya sido totalmente comido” (Lacan,
6/7/1960).
2015 06 27:
Se cargan las tintas.
Se cargan las tintas sobre el sinthome, el fin de análisis, lo incurable, lo real, el
nudo, el corte de sesión, el pase a analista y esto y lo otro que ocupaba a Lacan, sobre todo
en sus últimos empeños. Más que conclusiones eran para él insistencias, repeticiones, las
suyas. Los jóvenes hacen de ellas signos para seguir ideales en cuyos nombres repiten lo
propio, lo de ellos, de cada uno. La repetición de Lacan, irrepetible por otros, no es para
repetir uno. Todo va bien mientras se distingue repetición de ideal.
2015 06 26:
75
Assange, J. (2013). Criptopunks. La libertad y el futuro de internet. Bs.As.: Marea Editorial, 2013, pp.3943.
76
Strauss, L. (1952). Persecution and the art of writing. New York: The Free Press, 1952..
38
Lo incurable.
Se cargan las tintas sobre lo incurable, lo que queda después de que la cura fue
llevada a cabo, conducida a ese efecto. Ese incurable, por lo tanto, es para después, para
más adelante, no puede ser ceñido al comienzo o durante.
¿Por qué ir en avión a donde hay que ir caminando?
2015 06 25:
Psicosis social, neurosis social.
Interesa qué hay de psicosis y qué de neurosis, qué de extensión y qué de
psicopatología psiquiátrica.
La subjetividad científica nombrada en el Post-scriptum de “Una cuestión
preliminar…” no excluye la referencia a la neurosis operando en el registro de la psicología
de las masas.
Las dificultades del occidentado para hacer lazo social tienen dos fuentes a
distinguir: la falta de significante en alguna circunstancia para sostenerlo o hacerlo posible,
como en la psicosis, y la represión que lo deja apresado de significaciones que lo coartan,
como en las neurosis. No es menos social la neurosis, como enseña la eficacia discursiva de
Hitler en tanto es un hombre común.
2015 06 23:
El decir no está solo.
El decir nunca está solo, ni en la psicosis (cuando un trascendente absoluto le
responde sin que siquiera haya sido llamado).
2015 06 22:
Está la comodidad que se encuentra en atender solamente a lo que se puede
controlar y no a lo que no. A falta de eso, si la cosa se vuelve penosa, tiene el mayor valor
el sublime recurso que da el humor. La misma lógica rige cuando el operario reducido a
engranaje encuentra su placer en la radio que no deja de acompañarlo cada día en la fábrica,
y cuando el burócrata matiza su encierro en la pila de papeles y aparatos con las sonrisas
que ve en la fotografía de su familia sobre el escritorio, por ejemplo.
2015 06 14:
El verbo “analizar” como voz media.
39
El concepto de que el analista es un analizante supone que interroga su intervención
en la situación analítica. La lectura de la transferencia no tiene lugar si el analista no lee su
involucramiento en el fantasma sostén del deseo, en el que puede estar como sujeto o como
objeto. Siendo allí uno u otro, el verbo “analizar” en el psicoanálisis no opera, stricto sensu,
en voz activa ni en voz pasiva sino en voz media. El concepto es congruente con la
impropiedad del concepto sartreano de intersubjetividad para ceñir lo medular del de
transferencia (la paridad o disparidad analista-analizante no da la solución).
2015 06 10:
Descartes es el Otro filosófico de Galileo.
Kant es el Otro filosófico de Newton.
Hegel es el Otro filosófico de los revolucionarios libertarios e imperios republicanos
(N. Bonaparte, etc.).
Kierkegaard (no Heidegger) es el Otro filosófico del discurso de Freud y Lacan.
2015 05 31:
Periodización y clínica de lo real.
Una periodización de los escritos psicoanalíticos metodológicamente rigurosa debe
distinguir de inicio que el estudio del eje diacrónico no puede prescindir del estudio de sus
relaciones con el sincrónico. Esto es: los cambios que se suceden en la teoría a lo largo del
tiempo, se adjetiven de paradigmáticos o no, están sujetos a coerciones lógicas sincrónicas.
Las tres categorías que denominamos “imaginario, simbólico y real” (abreviando: I, S y R)
son las claves del orden sincrónico de la teoría analítica que se realiza en la lectura de
Jacques Lacan de una punta a la otra de su obra. Es su concepto de la estructura inscripto en
esta proposición: “mis nudos me sirven como lo que yo he encontrado de más cercano a la
categoría de estructura” (Lacan, S24, 26/02/1977). En consecuencia, cada uno de los pasos
de reescritura, cada nuevo giro conceptual, requiere al menos de otros dos. Por eso, de cada
nueva proposición, es preciso ponderar su función en la estructura ternaria referida77,
sincrónica.
Dicha estructura no ha tenido una escritura más acabada que la que anuda sus tres
términos de modo borromeo, de donde se deriva la lógica necesidad de revisar toda
periodización hasta aquí efectuada para corregir, en la caracterización de cualquiera de las
etapas o períodos que se propongan, la atribución de dominancia a cualquiera de esos tres
términos. En rigor, el uso de una expresión como “clínica de lo real” en psicoanálisis sólo
puede aceptarse como un recurso retórico del orden de la hipérbole.
El énfasis hiperbólico en lo real nació para facilitar la puesta en tela de juicio de lo
que se cree verdadero. Hace casi cuarenta años, Lacan, subrayando que se confunde lo
verdadero con lo real (sigue sucediendo), expresaba: “Lo verdadero es lo que se cree tal. La
77
Eso está ya escrito cuando Lacan formula que "nada puede comprenderse de la técnica y la experiencia freudianas sin
estos tres sistemas de referencia" (S1, p.119 y ss.).
40
fe, e incluso la fe religiosa, he ahí lo verdadero, que no tiene nada que ver con lo real. El
psicoanálisis (…) es la forma moderna de la fe, de la fe religiosa” (S24, 14/12/1976).
Esa formulación no se puede aislar, sin alterar su peso cabal, de la secuencia de
consideraciones de la que forma parte, que concluye así: “… Freud insistía para que los
psicoanalistas vuelvan a hacer lo que corrientemente se llama una tajada, es decir, que
hagan una segunda vez el corte, restaurando así el nudo borromeo” (ídem.). Se puede leer
en estas palabras la distinción entre la experiencia analítica propiamente dicha –que se
repite en la de Freud, la de Lacan y la de cuanto analista que lo sea– y las escrituras y
reescrituras de esa experiencia, que necesitan cambiar en la historia del psicoanálisis
(diacronía) para que los desplazamientos del discurso no extravíen la potencia subversiva
de su praxis.
Por otra parte, junto al subrayar la distinción entre real y verdadero, convendría no
perder de vista, si esto último es cuestión de fe, las palabras mencionadas un párrafo atrás:
“El psicoanálisis (…) es la forma moderna de la fe, de la fe religiosa” (S24, 14/12/1976).
2015 05 30:
Bicicleta.
La célebre expresión de Ernesto Che Guevara, “La revolución es como una
bicicleta, si se para se cae”, es una metáfora adecuada también para significar la necesidad
de reescritura de la teoría psicoanalítica a fin de que su discurso se sostenga en la
civilización: el psicoanálisis es como una bicicleta, si deja de reescribirse, muere.
2015 05 28:
Hipérboles.
El uso de hipérboles es habitual en las exposiciones de Lacan, y común en cualquier
conferencista que para destacar una idea sobre otras se vale de este recurso retórico. Este
uso de la exageración permite no encontrar contradictorio, por ejemplo, que en el seminario
20 diga "la formalización matemática es nuestra meta, nuestro ideal (…) porque sólo ella es
matema, es decir, transmisible íntegramente"(S20, p.144), a la vez que dice que "el truco
analítico no será matemático”(p.141) y que “creer que la ciencia es verdadera con el
pretexto de que es transmisible (matemáticamente) es una idea propiamente delirante” (L,
“Nota Italiana”. En Otros Escritos, Ed. Paidós, p.329).
En una carta titulada “Lacan pour Vincennes” (Ornicar? Nº17/18, p.278), Lacan
señala que él reduce el psicoanálisis a la teoría de conjuntos. La proposición se puede leer
como una hipérbole, útil para subrayar la conveniencia de no retrotraer la escritura del
psicoanálisis a formulaciones carentes de fundamentación rigurosa. Nada quita al hecho de
que el psicoanálisis es una práctica de discurso que no podría serlo sin el habla, de donde el
inconsciente en sentido psicoanalítico es solidario de su transferencia en el lazo social.
Encuentro destacable que la referida carta mantenga como primer título en su publicación
en Ornicar? “Transfert à Saint Denis” (Ornicar? Nº17/18, p.278). En consecuencia, la
41
proposición “el psicoanálisis se reduce a la teoría de conjuntos” bien se puede entender
como una hipérbole, legitimarse como protréptica y no ser objetable.
2015 05 27:
Varios breves:
La topología no puede escribir el acto analítico sino algunos de sus resultados, del
mismo modo que un enunciado no puede escribir su enunciación y que la indicación de un
referente no dice su significación.
El matema de los discursos es una escritura de la estructura del lazo social así como
la transferencia una del amor, el odio y la ignorancia.
El progresismo en el psicoanálisis es un exceso en relación a las potencialidades y
debilidades de la inteligencia como capacidad de lectura de lo humano. Se comprueba
cotejando diálogos de textos de Platón, San Agustín, Shakespeare, Cervantes, Dante
Alighieri, Becket, Mark Twain, Ionesco y de tantos otros, con los que parezcan más ricos
de los habidos hoy.
La reducción de la metáfora a fórmulas sin dialéctica no es exclusiva de la paranoia,
cuadra bien en la neurosis habiendo un superyó suficientemente consistente, como en la
función subjetiva que puede asumir el imperativo categórico kantiano. Sólo recordemos que
Lacan dice, refiriéndose al superyó descubierto en las neurosis, que éste “… es una ley sin
dialéctica, y no por nada se lo reconoce, con mayor o menor razón, en el imperativo
categórico…” (L, S3, p.393).
El psicoanálisis, su cosa misma, no necesita elucubraciones de saber. Una pregunta
a hacer sobre cada nueva elaboración en su escritura es qué implica para su práctica.
2015 05 25:
A propósito de comentarios en Facebook a una nota sobre el uso de la palabra sinthome en
castellano78.
Con la palabra sinthome Lacan reescribe el síntoma considerando nuevos
requerimientos discursivos (es preciso hablar, ¿no es así?). Los requerimientos discursivos
varían, además de por otras razones, según las lenguas; el concepto está implicado en el de
lalengua, que no refiere otra materialidad que la que ciñe el psicoanálisis desde su
invención por Freud.
El tema es de fundamentos y no alcanza facebook para tratarlo, pero bienvenido el
abrirlo porque lleva a uno de los extravíos actuales del psicoanálisis: una especie de
78
Ver www.raulcourel.com.ar/tex-021-Sinthome.
42
progresismo por el cual legiones de analistas piensan que hoy actúan más directamente
sobre "lo real" que en el pasado, superando épocas en las que se habría atendido más a lo
imaginario primero y a lo simbólico después. Se deriva hacia contrarrestar el “verbalismo”
por inútil (contra la idea que tenía Lacan) y hacia una especie de absorción por la idea de lo
incurable antes de que el análisis haya avanzado lo que sí puede avanzar. El problema del
"progresismo teórico", dicho brevemente, es que pasa por alto la escritura borromea de RSI,
dando pie a una técnica que prefiere que se hable menos pero mejor (sesiones cortas mejor
que largas), concepto fácil de confundir con uno propio de la doxa positivista lógica
contemporánea.
Sobre el síntoma/sinthome: no podrá dejar de ser el mutismo (cf. el seminario sobre
los cuatro conceptos fundamentales), que es lo que el psicoanálisis trata de interpretar, tanto
en los tiempos de Freud como en los de Lacan, incluso cuando se vale de la palabra
"sinthome" (basta ver su lectura de Joyce).
2015 05 17:
El psicoanálisis y las luces:
¿Puede el psicoanálisis no ser absorbido por la batalla de las luces? Su práctica no
sólo puede no ser absorbida, no debe serlo. Su escritura, en cambio, puede y debe serlo
porque la práctica del psicoanálisis, para sostenerse en la marcha de la civilización, necesita
dar cuenta racional de sus funciones en la polis contemporánea, imposible sin las luces. De
aquí problemas de nunca acabar, en buena hora.
2015 05 15:
Cuestiones de técnica.
El callar del analista dista de ser asepsia de sentido, no puede no producirlo; puede,
además, ser hipnótico y sugestivo.
El apuro por concluir no puede acelerar el tiempo para comprender.
Mientras el analizante espera oír del analista palabras que respondan a las que él
mismo dice, el analista escucha. ¿Qué espera oír el analista? Espera oír un nuevo
significante que cuadre a su propia concepción de la interpretación. En los extremos,
esperará uno que articule una nueva significación o uno que dé razón para un corte que
querrá eficaz. De este modo, su opción se presenta entre sentido y corte dando lugar a dos
prácticas que, así planteadas, se presentan opuestas entre sí.
2015 05 09:
Transferencia y silencio.
43
Una vulgata psicoanalítica alerta contra la interpretación de la transferencia que
corre el riesgo de retrotraer el psicoanálisis a una práctica renovada de la sugestión y la
hipnosis. Habrá que tener presente que éstas son, precisamente, transferencias no
analizadas.
En lo que a Lacan concernía, la transferencia nunca dejó de ser un concepto
fundamental no separable del de inconsciente. El concepto de transferencia es la lectura
psicoanalítica del amor y sus variantes de odio e ignorancia. Es un concepto fundamental
porque su interpretación ofrece la única posibilidad de avanzar en la cura analítica cuando,
en el vínculo analítico, el inconsciente se cierra. Habrá que considerar también que no sólo
el paciente sino también el analista puede quedar atrapado en la sugestión y la hipnosis.
¿Qué es interpretar la transferencia? Implica hablar, de ahí los problemas. En
sentido general, cada vez que se habla se interpreta, bien o mal, pero se interpreta. No
quiere decir que se diga: “Esto es así”, una interjección ya es hablar, así es leída. Por otra
parte, decir nada no es lo mismo que el repetido “no responder a la demanda”. El silencio
es ya una respuesta significada a piacere, por lo tanto siempre tiene incidencias
incalculables.
Conviene mandar a los analistas a callar no cuando hablan sino cuando hacen callar,
callar lo que no les parece. En un extremo del abanico de posibilidades, un silencio puede
ser tan inconveniente como una locuacidad inútil. Si el paciente no calla y habla al analista
es porque confía; éste lo escucha y no interviene para decirle “usted me cuenta todo esto
porque me quiere como quería a su mamá cuando ella lo mimaba a escondidas de su papá”.
Si el paciente calla cuando se le presenta un pensamiento que, por reiterado, cree que va a
aburrir al analista, puede que si éste se duerme las cosas no por eso anden del todo mal,
mostrando así que un durmiente puede hacer más ruido que un despierto. Obviamente: hay
silencios y silencios.
A propósito del apólogo de la mantis religiosa79, la angustia o terror que siente el
pobre hombre ante ella, no sólo resulta de que los opacos ojos del bicho no le espejan la
imagen de la máscara que tiene puesta y que nunca vio, dejándolo sin saber si será o no
devorado. La mantis no sólo angustia porque es pura mirada que nada refleja sino también
porque es sorda y muda. Es el impasse de una angustia sin posibilidad alguna de preguntas
ni de respuestas, parálisis sin esperanza. La ausencia absoluta de lenguaje es aquí la clave, o
mejor: es el lenguaje tomado al revés de lo que es, no información sino transacción con una
otredad más irreductible que insondable.
El silencio puede operar primeramente no como voz faltante sino como mirada dada
a ver, antes objeto que sentido ausente, antes poder hipnótico que casilla vacía a ser llenada
por el analizante. Si el analista no escande en los dichos del paciente, sea con palabras o
silencios, puede incluso contribuir a que éste se aleje más de las cuestiones del caso. De allí
que el propósito de distinguirse del hipnotizador valiéndose del silencio no sea
necesariamente abandono de la sugestión, que bien se sostiene y fortalece apoyada en una
mirada fija y en una voz ausente. Es que la voz y la mirada tienen funciones en la sugestión
y en la hipnosis que se diferencian y relacionan de modos no necesariamente
complementarios.
Cuando el paciente está en el diván la privación de la visión del analista no implica
de suyo que su mirada no lo siga en representación de su superyó. Otra cosa es la privación
79
Lacan, S10, p.14.
44
de la voz. En lugar que a la mantis que no escucha y no habla, el analista se acerca a la
esfinge, monstruo de otra índole que sí escucha, que sí habla y que es de temer antes que
angustiante. Es de temer porque enfrenta a cada uno con la tarea de producir la respuesta
verdadera al enigma ineludible, so pena de morir estrangulado. No es de extrañar, en
consecuencia, que la angustia resulte ser la indicación más cierta para nuestra ceguera.
Lacan cuenta esa historia en la que le es advertido que la lata de sardinas que flota
en el agua reflejando el sol no lo ve pero lo mira, y no sólo no lo ve pero lo mira80,
tampoco sabe que lo mira. En nuestra época, la web realiza la omnipresente mirada del
Gran Hermano de Orwell. La subjetividad científica, “la que el científico que ejerce la
ciencia comparte con el hombre de la civilización que la sostiene”81 –o sea: con nosotros–
hoy realiza en su extensión una mathesis universalis cibernética cuya herramienta capital es
internet82. La web, como la mantis, no es subjetividad, es el contenido silente escrito en la
nube, real mantis religiosa que no da vida a los hombres sino que recibe la suya de ellos.
Una mantis religiosa disfrazada, una mirada que llega a todas partes pero que, a diferencia
de la lata de sardinas, no es vista por nadie, por eso no da miedo: es inercia que no asusta,
el diablo de El diablo enamorado de Cazotte, pero sólo en la forma de Biondetta.
El inocente servicio que hoy parece indispensable que presta internet, ¿qué
homología guarda con el que ofrece la práctica tan extendida del psicoanálisis en el
mercado global? ¿Puede el analista reconocerse en función ya no de angustiado sino de
angustiante, hecho mantis religiosa no por sostener la disparidad subjetiva esencial al
análisis de la transferencia83 sino por hacerse partícipe del prejuicio contra el verbalismo
sobre el que Lacan alertaba?84
De las mantis que nada saben y que sostenemos, de las miradas que no viendo nada
todo lo ven, que referimos con el nombre genérico de superyó panóptico híper moderno,
nada queremos saber. Pero la novedad no es que sostenemos horrores de los que nadie
quiere saber, es también que esos horrores no están a la vista porque son imposibles de ver.
La web en la nube no necesita velo, ella es a la vez la mirada y el velo. La función que
cumplimos de animadores de semejante Golem se agrega a la lista de desconocimientos que
el psicoanálisis ha leído entre los que hacen la esclavitud radical del hombre
contemporáneo, que delira confundiendo su libertad con su servidumbre85.
La web no habla, escribe. Se dice que el analista no habla, escande, corta. Pero, ¿ve
dónde? La web no escucha. El analista, si corta demasiado rápido tampoco escucha. Si “el
inconsciente pide tiempo para revelarse”86 es porque a la transferencia hay que esperarla.
La paciencia ha de provenir del analista puesto que el corte de la sesión es una
interpretación que no sólo calla al paciente impidiéndole continuar su verba, también calla
al analista. Es momento de concluir, como se sabe, que acaba el tiempo para comprender,
sin duda en primer lugar el del analista. Es el momento, entonces, en el cual éste se llama a
silencio, es su conclusión.
80
Cf. Lacan, S11, p. 102.
Lacan, E2, p.550.
82
Cf. Assange, J. (2013). Criptopunks: la libertad y el futuro de internet. Buenos Aires: Ed. Marea, 2013,
passim.
83
Lacan, S8, p.11.
84
Lacan, E1, p.272.
85
Cf. Lacan, “Acerca de la causalidad psíquica”. E1, p.179.
86
Lacan, E1, p.300.
81
45
El análisis de la transferencia requiere indagar más sobre las funciones que tanto la
mirada como la voz del analista adquieren para el analizante.
2015 04 12:
Reescrituras y marketing.
En la reescritura de los conceptos psicoanalíticos no hay necesidad de tantos
cambios como pide el marketing empresario, poderoso motor de correcciones, cambios de
dirección y de virajes para sostener la demanda del producto o del servicio que se quiere
vender.
El trabajo discursivo del psicoanálisis asociado a su sostén mercantil se encierra en
una escolástica, incluso pre-escolástica, a mitad de camino entre religión y teología. La
disputatio es regulada por líderes y desplegada por la fraternidad de los practicantes en una
naturalización negada de la psicología de masas, en la cual la crítica racional se confunde
con la segregación.
Claro que hay necesidad de renovar discursivamente el ceñimiento de los
problemas, también de conceptualizaciones que mejoren sus formulaciones para dar cuenta
de nuevas dificultades, pero no se trata de subversiones permanentes de las bases del
psicoanálisis. La invención freudiana no fue el inicio de una plétora de transformaciones
conducentes al paraíso.
2015 04 10:
Hypotheses non fingo.
Un psicoanalista no hace hipótesis en el sentido de que sus proposiciones,
inherentes a decires, tienen un carácter performativo: realizan sus consecuencias. Sus
razones no son del todo idénticas a las de Newton pero tienen aspectos coincidentes.
2015 04 07:
Distintas “faltas de significantes”.
Una cosa es la falta de un significante reprimido, otra la de uno forcluído. En este
segundo caso aparece en lo real oído como voz ajena, debido a lo cual se puede decir que
“se realiza”. De este modo, “ser hablado por otro” puede tener el carácter de un escuchar,
con el oído, una voz que llega de afuera, como en la psicosis, o puede tener el carácter de
una entrega de la atención y la voluntad al decir de otro para escuchar sus ideas y hacerlas
propias, como en la histeria.
2015 04 06:
46
Pereza, cobardía y otras cuestiones de extensión.
¿Quién se da la autoridad de juzgar la pereza y la cobardía de quién? Ésta es una
pregunta que la invención del psicoanálisis renueva y que no podemos dejar de lado. Entre
otras razones, es necesario hacerla para diferenciar al psicoanálisis de la filosofía y, por lo
tanto, para pensar sus relaciones.
La cuestión es más amplia que las acotadas por pertenencias sociales, sean
gremiales, partidarias, nacionales o familiares, incluso tribales. Es cierto que Kafka tenía
razón cuando decía que “toda revolución se evapora y deja atrás el limo de una nueva
burocracia”, haciendo que sea un problema el tomar sin más como propias las ideas de todo
el mundo. El problema consiste –Kant ilumina– en apoyarse en el pensamiento ajeno como
justificativo para la pereza y la cobardía87. Pero no es suficiente, esta interpretación no
escapa a que la enunciación que la sostiene opera encarnada, es decir: que su estructura es
el narcisismo como anudamiento de cuerpo y lenguaje. Por eso no hay interpretación que
no bordee el ver la paja en el ojo ajeno.
En efecto, que el superyó y sus exigencias no estén en la cuenta de la crítica
kantiana no les ha impedido hacer de las suyas desde el tiempo de Paris, el raptor de Helena
acusado de cobardía, y desde que la pereza es pecado capital, confundida con la diversión
del ocio y con el incumplimiento de los deberes del creyente. El sermón se hace oír en la
posición obsesiva de árbitro del Otro, que pontifica desde el lugar del Ideal, torturando al
prójimo y a sí mismo con la promesa de lo mejor. El camino del infierno sigue desbordante
de buenas intenciones.
La situación actual del psicoanálisis tiene en la palabra “extensión” el título para un
aspecto clave. La cosa se ha extendido no de cualquier manera: ha acabado por hacerse
vendible casi en todas partes. Eso conlleva que la universidad no pueda no ocuparse de
trabajar el saber que llamamos psicoanalítico para que sea una mercancía de valor
sostenible, regimentable e incrementable. Quedan márgenes escasos para funcionar de otro
modo, por lo que no es extraño que la extensión, que se realiza por la vía de la psicología
de la masa, vaya por ese carril. El convite de Kant a abandonar la minoridad andando en las
luces topa aquí un límite: la mayoría perezosa deja que sean otros los que hagan el trabajo y
que corran los riesgos.
Kant no dice que el mismo perezoso se acusa a sí mismo de perezoso ni que el
cobarde se acusa a sí mismo de cobarde. Recién Freud lo hará de manera suficientemente
razonada, hasta llevarnos a sostener que la pereza sólo puede ser diagnosticada por uno
mismo. Está en cuestión que los profesores gocen del privilegio de ser quienes acusan de
pereza y los filósofos y matemáticos quienes corrigen.
No hay ninguna necesidad lógica de que los filósofos, los matemáticos y los
analistas sean maestros (masters, magistris, maîtres), por lo que cabe no pasar por alto así
nomás la observación de Lacan de que la filosofía se ocupó a lo largo de la historia de
llevar el saber del esclavo al bolsillo del amo. Concierne a que la lucha filosófica contra la
sofística se haga programa, no específicamente filosófico sino de sabio hecho gobernante o
87
Kant decía: “¡Sapere aude! ¡Ten valor de servirte de tu propio entendimiento! He aquí la divisa de la
ilustración. La mayoría de los hombres, a pesar de que la naturaleza los ha librado desde tiempo atrás de
conducción ajena (naturaliter maiorennes), permanecen con gusto bajo ella a lo largo de la vida, debido a la
pereza y la cobardía. Por eso les es muy fácil a los otros erigirse en tutores. ¡Es tan cómodo ser menor de
edad!” (Kant, E (1784). Filosofía de la historia, trad. Eugenio Imaz. México: FCE, 1994).
47
de gobernante hecho sabio, según proponía Platón en su República. El positivismo que nos
rige renueva el voto.
2015 04 05:
Discurso capitalista.
Poner el S1 en el lugar del agente y el $ en el lugar de la verdad señala bien que el
dominio es ejercido por un hombre sometido con toda evidencia a la castración, hombre
que, impotente, puede escribirse “menos phi”.
El S1 en el lugar de la verdad es el Un Significante Amo en el lugar de la verdad:
dinero, oro, caca.
2015 04 03:
Libertad, igualdad, fraternidad.
El ideal de libertad vino a dar en conformismo.
El ideal de igualdad vino a dar en afán de sobresalir.
El ideal de fraternidad vino a dar en búsqueda de protección.
2015 04 01:
Positivismo lógico.
El positivismo lógico hoy amalgama el silogismo y el empirismo, haciendo que la
lógica oscile entre la escolástica silogística y el cientificismo empirista. Esta amalgama se
puede escribir topológicamente en dos dimensiones como un plano, en el que la estructura
es reducible a una presentación de partes extra partes, binaria, en la que alcanza con las
polaridades verdadero-falso y verdad-realidad para extender un discurso que no tenga fin.
2015 03 28:
Impasses.
Impasses leídos a partir del último discurso en aparecer:
- La escritura alfabética desemboca en el mutismo.
- La isonomía desemboca en la psicología de las masas.
- La filosofía desemboca en imposibilidades de escritura.
- La matemática desemboca en imposibilidades de hacer lazo social.
- El cristianismo desemboca en la increencia.
48
- La ciencia moderna desemboca en la rigidez de la muerte.
- El capitalismo desemboca en la imposibilidad de desacelerar el consumo.
- El psicoanálisis desemboca en la posición inanalizable.
2015-01-13:
Escrituras del lazo (ejercicio).
“El auto-análisis de Freud era una cura por la escritura, y yo creo que
por eso ha fallado. Escribir es diferente de hablar. Leer es diferente
de entender. Yo no creo en la cura por la escritura”. (Lacan, 1975)88
Hace falta una interface entre la dialéctica y la matemática, éste es el contenido que
cabe dar a la sugerencia de Lacan en La Cosa Freudiana de familiarizarnos con una
“matemática dialéctica”89. Esta interface no se puede reducir a operaciones de escritura
porque dejaría fuera la dialéctica, reflexión a propósito de problemas que se presentan
cuando se piensa más en perfeccionar la escritura del psicoanálisis, idealmente matemática,
y menos en resolver los atolladeros imprevistos del lazo social analítico, no escritos. Lo
segundo concierne principalmente al análisis del analista (no se realiza en soledad) y lo
primero a la renovación y mejora de la escritura del psicoanálisis, tan requerida para
extender su enseñanza.
En esta escritura, como sabemos, la topología tuvo un papel clave a partir de que
permitió formalizar (escribir) la índole no binaria sino ternaria del funcionamiento del
lenguaje, de donde la expresión de Lacan en L’étourdit: “la topología (…) es la estructura”.
Eso encontró su acmé en el nudo borroméo, permitiendo decir que entre lo que se habla en
la experiencia discursiva de la cura (que también llamamos clínica) y lo que se escribe
como su teoría hay un encadenamiento borromeo en el que se requiere un tercer término:
Tercer término
Clínica
Teoría escrita
La cuestión que se plantea es ésta: si el matema topológico nodal es una garantía
para que la transmisión del psicoanálisis se realice, ¿es escribible ese matema como tercer
término? Se escribiría así:
Matema topológico nodal
88
“Entrevista a Lacan por alumnos de la Universidad de Yale” (14/11/1975). Scilicet Nº 6/7, 1975, páginas 32-37.
Traducción de Juan Picón en https://t.co/22Z3DQymPn
89
Lacan (1956), “La cosa freudiana”, Escritos, Ed Siglo XXI Ed., 2008, p.404. En francés: “(…) une mathématique
dialectique avec lesquelles ils faudra se familiariser (…)”. (Écrits, Ed. du Seuil, 1966, p.429)
49
Clínica
Teoría escrita
Pero esta escritura (que aquí es topológica nodal) no diferencia la escritura en si
misma del acto que la realiza, por lo que una escritura mejor acabada sería la siguiente:
Escritura topológica nodal:
Acto analítico
Clínica
Teoría
Donde lo incluido entre llaves es una escritura psicoanalítica (aquí matemática
topológica nodal) del encadenamiento entre la experiencia discursiva de la cura y su teoría
escrita. Esta formulación del tercer término, puesto que el acto analítico es homologable al
Sujeto del Inconsciente ($), puede escribirse también de este modo:
Escritura topológica nodal:
Sujeto ($)
Clínica
Teoría
En tanto el acto analítico y el Sujeto del inconsciente implican un imposible de
escribir90, se formula mejor como sigue:
Escritura topológica nodal:
Imposible de escribir
90
Sujeto ($) escribe en su lugar la imposibilidad de escribir por la falta de significante constitutiva del conjunto A (Otro).
50
Clínica
Teoría
Volvemos ahora a escribir la relación entre discurso analítico (vínculo social o
dialéctica de la cura) y su teorización escrita como una escritura borroméa en que esos dos
se enlazan por la función Acto/Sujeto en tanto imposible de escribir que denominamos ($):
Escritura topológica nodal:
Imposible de escribir ($)
Discurso psicoanalítico
Teoría psicoanalítica
Aunque es para tratar en otro momento, una situación homóloga se presenta en la
escritura de la relación entre los conceptos de psicoanálisis en intensión y psicoanálisis en
extensión91, que no es binaria sino también ternaria y borroméa, requiriendo escribir como
tercer término, necesario para que se constituya el nudo, el imposible de escribir que
referimos con la expresión “Sujeto ($)”:
Escritura topológica nodal:
Sujeto ($)
Intensión
Extensión
Clínica y matemática (comentario agregado):
La clínica es el escenario donde se actúan los dramas, tragedias, comedias y sainetes
humanos que el psicoanálisis aborda. Se trata de ceñir tanto la función de la lógica
matemática en la clínica como el límite que sus operaciones encuentran en el lazo social. La
cuestión concierne a que la matemática está enraizada en el tuétano de la cientificidad
moderna, en la cual y con la cual el psicoanálisis fue y es construido. El problema es que
algo ahí queda vacío tanto de demostración como de mostración, imposible de calcular o
prever.
91
Cf. Lacan. "Proposición del 9 de Octubre de 1967...".
51
2015 01 05:
Tatuaje.
¿Por qué alguien se tatúa? ¿Qué sentido tiene? Antes de interpretarlo como un
mensaje cifrado que se dirige a otro conviene advertir que primero, y a la vista, está el
propósito de hacerse tatuar, esto es: hacerse producir por otro una marca que permanezca.
2015 01 10:
Grupo de analistas.
Entre analistas, aunque no sólo, lamentamos lo difícil que es no tanto hacer un
grupo sino que el grupo trabaje con rigor y eficacia en lo que realmente hace falta. Es
posible que el problema no resulte sólo de nuestras propias insuficiencias, sino de que en
este tiempo los pensamientos que se quieren críticos, kantianamente críticos, tienden a
abocarse antes que nada y con extremo ahínco, a sostener los lazos sociales. Tal vez ello
sea consonante con el pensamiento de Lacan cuando refería una época en la cual, así lo
decía, “la filosofía tenía (…) un alcance distinto que el de sostener el edificio social”,
notando que “había entonces personas que llegaban a agruparse en escuelas de una manera
que tuviera consecuencias” (S22, 18/02/1975).
2015 01 03:
Psicoanálisis del informarse.
Los textos periodísticos o televisivos son leídos críticamente casi por nadie. Aunque
haya conciencia de que los informativos desinforman o no informan debidamente, eso no
implica que aquello que aseveran no sea absorbido sin examen y tomado sin más como
marco real de la vida propia. Habitualmente, para el ciudadano occidentado92, que
subjetivamente es siempre un proletario, los sucesos que acaecen fuera de su entorno
cercano no tienen importancia práctica. Los problemas políticos (quién manda y quién
obedece), así como los económicos, que primero le interesan y de los que quiere estar bien
informado son los de su propia casa. Esto es acorde a que su accionar concreto se desarrolla
en el marco de sus vínculos de conocimiento directo: familiares, laborales próximos y
similares, que es donde encuentra sus principales satisfacciones e insatisfacciones. En
consecuencia, la absorción libidinal del sujeto por la prole y sus alrededores, que le quedan
siempre a la vista, hace que los problemas que efectivamente trata de resolver sean los de
este ámbito, que llamamos privado.
92
Neologismo de Lacan, cf. Lacan, J. (1971). Lituraterre. En Autres Écrits. Paris: Éd. Du Seuil, p.16.
52
La concentración de la libido en lo próximo privado dista de ser exclusiva del
hombre actual, se reconoce ya en el paleolítico en las hordas humanas de cazadores,
recolectores y pescadores. La principal diferencia reside tal vez en que el hombre moderno
se ocupa de una horda o “grupo primario” cuyo cuidado le hace aceptar y lidiar no con las
condiciones de la naturaleza, como en aquel pasado, sino con la naturalización de las
condiciones sociales impuestas por la polis, lugar de lo público.
La relación con lo público, ubicada así más allá de lo próximo, se asemeja a la que
el actor de un drama de teatro en el escenario mantiene tanto con el telón de fondo como
con el libreto que reproduce cuando es su turno. Al tal telón de fondo no le da más que un
vistazo y el libreto le interesa menos que el papel puntual que le fue asignado: prefiere no
sumar problemas a los que ya tiene.
Resumiendo: el ciudadano que a duras penas funciona en la sociedad trabajando
más de lo que desea, cuando llega la hora de escuchar un informativo espera alivios y no
que le den más tareas. Por eso, en el informativo televisivo o radial el sujeto quiere
encontrar entretenimiento, aunque crea otra cosa. De este modo, una lectura que tenga en
cuenta lo inconsciente, probablemente dejará ver lugares donde la diferencia entre
programas informativos y programas de entretenimiento se desvanece. Es que frente a lo
público el sujeto no renuncia al placer que le procuran la distracción, el pasatiempo y la
ilusión que engaña, siempre que de este modo evite nuevas perturbaciones y angustias.
El hecho de que el informador sostenga que satisface ideales de objetividad y
veracidad esconde que su hacer tiene en cuenta, aunque lo desconozca, la inclinación de los
destinatarios de la información que elabora a no saber de verdad nada. La atracción que
ejerce la prensa amarilla, por ejemplo, se relaciona con la habilidad de sus periodistas para
hacer placenteras fantasías que no podrían ser aceptadas por sus lectores como propias sino
a costa de descontentos con ellos mismos. Algo similar sucede, aunque no sea tan evidente,
en el gusto por cualquier espectáculo que mantenga al sujeto a distancia de todo aquello
que, de estar cerca, sería fuente de inquietudes y zozobras para el recreo que procura.
Como se puede advertir, tanto quien informa como quien es informado contribuye a
que la información, propiamente hablando, no informe. Ambos se igualan en la debilidad
mental, entendida ésta no como una patología sino como la generalizada consagración del
ser hablante a encerrarse en lo imaginario, que es, más o menos, sólo lo que involucra su
propio cuerpo (cf. S22, 10/12/74). Ello no exime al supuesto informador de ser el ocupante
de la posición del canalla, puesto que, de hecho, es quien manipula al informado utilizando
el recelo que éste tiene de su propia angustia.
2014 12 23:
Todo lo que escribí será mi sepultura.
2014 12 22:
La letra, en última instancia, es una sepultura.
53
2014 12 20:
Sobre “precauciones contra el verbalismo”.
Algunos analistas señalan que los análisis se eternizan sin siquiera haber
comenzado, otros afirman que el psicoanálisis se ha actualizado gracias a las nuevas
interpretaciones de las últimas y “ultimísimas” enseñanzas de Lacan. No es habitual que los
primeros digan en qué prácticas concretas reconocen lo que dicen ni que los segundos se
esmeren en demostrar sus afirmaciones. Sí es común una aplicación acrítica de la idea de
que el sentido alimenta al síntoma, que se manifiesta, por ejemplo, en la inclinación a
abreviar la duración de las sesiones sin esperar que la deriva verbal del analizante llegue a
una suspensión otra que la concluida por el analista.
La extensión actual de las “precauciones contra el verbalismo” (cf. E, 1953, p.272)
va de la mano de la perspectiva de cuño lógico-positivista que espera de las técnicas que no
favorezcan el hablar mucho sino el decir más, como si este último requiriera mayor fe en
las bondades del callar y, consecuentemente, del hacer callar.
Merece atención el empeño en eliminar síntomas a la par que se señala una especie
de propagación de la psicosis que se afianzaría en la sociedad contemporánea, científica y
capitalista, a la vez que se destaca que aquellos son una defensa más o menos eficaz contra
aquella, la psicosis.
Del concepto de psicosis social, que se refiere a la subjetividad científica de nuestro
tiempo, no cabe derivar que haya un incremento estadístico de psicosis en el mundo.
Las sociedades no son psicóticas, sus leyes y funcionamientos pueden ser
segregativos y rígidos hasta, por ejemplo, impedir o hacer difícil que alguien diga lo que
piensa, cosa que puede resultar de maravillas para disimular la neurosis obsesiva.
2014 12 05:
Aimara.
En idioma aimara la relación entre tiempo y espacio se representa asociando el
futuro no a lo que está adelante del cuerpo sino a lo que queda a sus espaldas. Es el pasado
el que está adelante porque allí está lo que vemos, que incluye los recuerdos, que son el
pasado. El futuro, en cambio, debido a que no podemos verlo, está a nuestras espaldas. De
este modo, el correr del tiempo y de la vida se representa bien caminando para atrás y, a
medida que el futuro llega y resulta ser pasado, pasa a formar parte de lo que recordamos y
podemos ver, es decir: de lo que está por delante en sentido espacial.
Pareciera, en consecuencia, que la cultura aimara ha producido una lectura de la
posición del sujeto –en términos de la nuestra– en la que la función de desconocimiento
inherente al yo resulta acotada del modo señalado. La conciencia de que el futuro llega sin
ser visto, ¿no hace acaso rever la idea de que en la vida vamos hacia donde vemos que
vamos? Es posible que a un occidentado cualquiera le tome mucho trabajo descubrir no
sólo que así hizo en su vida hasta ahora sino que así seguirá haciéndolo.
54
Sería posiblemente un error pensar que el padre, más viejo, viendo nuestra espalda
sabría mejor nuestro futuro, esto debido a que perteneciendo a nuestro pasado está adelante
nuestro.
La preferencia del aimara por el hablar cuidado y con gracia, y su desaprobación
hacia las expresiones hoscas no atentas a lo que dice quien habla, hacen pensar que el lugar
que concede a los viejos no podría corresponderse con un temprano acostumbramiento a
algún maltrato. El extendido comentario de que el aimara es callado o poco comunicativo,
hecho a propósito de diálogos particularmente triviales, es congruente con esta apreciación.
2014 11 26:
Harvard.
El 26 de noviembre se conmemora en EEUU el nacimiento de John Harvard, quien
había donado a la famosa universidad, que por eso lleva su nombre, su biblioteca y la mitad
de su patrimonio. El escudo de la Universidad Harvard lleva escrita la palabra “Veritas”
como divisa. Se cuenta que la estatua del benefactor, que se observa en los jardines de la
institución, fue hecha con posterioridad a su muerte y sin disponer de ninguna imagen del
personaje que permita cotejarla en modo alguno con el original. Por esta circunstancia, la
referida insignia enseña una verdad que, en vez de remitir a realidad empírica alguna, tiene
estructura de ficción. La tan importante catedral universitaria deja ver así desde su cuna,
para quien lo ve, que desconocer lo referido está instalado en la raíz misma de la relación
con la verdad y que no hace mella en la marcha del conocer.
2014 11 21:
Psicosis social.
El sintagma “psicosis social” corresponde a la lectura de la extensión
contemporánea en las regulaciones sociales de la inequivocidad esperada de los mensajes y
del mayor descrédito del verbalismo, que hacen disfuncional el hablar93. No implica la idea
de que hoy hay más psicóticos en el mundo. La pretensión de que las cosas a decir sean
indudables, precisas y que no se pierda el tiempo hablando sin necesidad, no son por sí
solas indicadores de paranoia y pueden ocupar un buen lugar en una neurosis obsesiva
habitual o ser señales de brillo en una histeria no menos común.
La expresión psicosis social, usada por Lacan para caracterizar la subjetividad
científica, no es señal de entrada a una clínica sociologizada. El psicoanálisis no es una
aplicación sociológica al tratamiento de los malestares que atendemos en el consultorio,
aunque la técnica psicoanalítica estandarizada parece en no pocos aspectos ser efecto de la
psicosis social en el sentido referido.
93
Lacan, en 1953, prevenía a los analistas respecto a “las precauciones contra el verbalismo que son un tema
del discurso del hombre „normal‟ de nuestra cultura” (L, E, 1953, p.272), y en 1976 señalaba: “lo que Freud
sostiene como el inconsciente supone siempre (…) un saber hablado” (S23, 1975-1976, p.129).
55
2014 11 20:
La casa del padre.
En un grupo de psicoanalistas de tamaño suficiente como para que cada uno cuente
como uno más para fortalecer el liderazgo que centra la extensión del grupo, suele primar la
dedicación a difundir el psicoanálisis bajo el calificativo de buena nueva, y a lograr cada
uno ser visto / elegido / demandado / amado, en las modalidades ya sea de la histeria o de la
neurosis obsesiva. Es la casa del padre.
El ancho mundo más allá es fuera de la casa del padre.
El analista de la casa del padre se parece al hoplita94, el ciudadano a la vez soldado
de las ciudades de la Grecia clásica, que debía comprarse o procurarse él mismo su
equipamiento para estar en condiciones de librar las batallas dentro de una falange, la
eficaz organización táctica que se basaba en mantener a los guerreros apretadamente juntos
y en filas en una unidad cerrada. Era un gran honor ser hoplita.
2014 10 28:
Para el sostén de la cura las escrituras del psicoanálisis son indispensables, también
lo es el deseo del analista, del que cabe señalar que “no cesa de no escribirse”. Si Lacan
decía que “nos ahorraremos el dar las reglas de la interpretación”95 (E, 1958, p.568),
concierne a eso. Agrego un breve texto con el relato de una analizante de Lacan en el que
nos parece encontrar, de la manera más patente, la ilustración de un “acto analítico” que
sólo puede provenir de un “no cesa de no escribirse”.
“Soy alemana, nací en 1938 así que viví la guerra, su horror, su angustia y la
preguerra, el hambre, las mentiras. Siempre quise abandonar Alemania por eso. En
las primeras sesiones le pregunté ¿puedo enfrentar ese sufrimiento?” y mientras le
decía eso, yo comprendía que no porque tenía una idea, un dolor, que solo podría
arrancarme el psicoanálisis. Había una forma de mirarme, de decirme: “¡No.
Tendrás que vivir con eso toda la vida!”.
“Un día en una sesión, hablé a Lacan de un sueño que había tenido. Le dije: me
despierto todos los días a las 5 de la mañana, y añadí que era justo a las 5 de la
mañana cuando la Gestapo venía todos los días a buscar a los judíos a sus casas.
Entonces, Lacan se levantó como una flecha de su sillón, vino hacia mí y me hizo
una caricia extremadamente dulce en la cara. “Yo comprendí: “geste à peau” “geste
à peau”. El entrevistador acota: “Él transformó “Gestapo” en un “geste à peau”, un
gesto en la piel...
Continúa ella: “En un gesto tierno, hay que decir. Un gesto extremadamente dulce.
Y eso no disminuyó el dolor; pero hizo otra cosa, la prueba es que 40 años después
cada vez que lo cuento, siento todavía la caricia, un gesto, un llamado a la
94
Esta palabra proviene de “hoplon”, ὅπλον, plural de “hopla”, ὅπλα, que quiere decir “artículo de
armamento” o “equipamiento”.
95
“Nous nous épargnerons de donner les règles de l‟interprétation.” (É, 1958, p.594).
56
humanidad. Fue un gesto también con el que hizo una apelación a la humanidad, o
algo por el estilo.”
Esta intervención contiene el “toque” (touche), la caricia que Lacan ejerce sobre la
mejilla de su paciente. Se trata de una intervención particular donde no medió
palabra alguna de su parte; no apeló directamente al juego homofónico en francés
entre Gestapo y “geste à peau”.96
Este tipo de intervenciones refiere “actos” que los analistas demasiado inclinados a
las enseñanzas más profesorales que analíticas rara vez relatan.
2014 10 25:
Sobre silencios.
El haber advertido que la salida de los padecimientos anímicos que Freud
denominaba neurosis implicaba operaciones discursivas en transferencia resume el salto
que da el psicoanálisis en el hacer de los hombres con los hombres. En efecto, no hay cura
analítica que no requiera extremar la dilucidación de la transferencia, que es al mismo
tiempo lo que venimos llamando atravesamiento del fantasma. No son dos procesos
paralelos entre los cuáles uno da cuenta del otro sino dimensiones que integran una misma
materia.
La transferencia no se reduce fenomenológicamente al cerrado de la boca. Cuando
el analizante se topa con la llamada “presencia del analista” puede también callar hablando.
El silencio no es sólo mudez sino palabras que silencian otras. Esto significa, por ejemplo,
que al avanzar en la cura dirá cosas molestas para el oído del analista. El “quedarse en
blanco” del paciente no es lo más incómodo para aquél porque todavía no pone a prueba
sus dificultades para cargar con el significante cualquiera que la transferencia le adjudica.
Que la cura no pueda realizarse sino en transferencia implica que no habrá manera
de que el analista no se encuentre embretado en las fantasmagorías del analizante y que
deba, por lo tanto, salir de ahí no solo sino con ese otro que aquí viene a ser un partenaire.
De este modo, el analista tiene que vérselas con problemas que le depara el otro/Otro sin
saber del todo en qué ni cómo lo involucran. No lo sabe porque está en juego su propio
deseo inconsciente. Este concepto medular está implicado en la fundamental observación
de Lacan de que mientras la transferencia lleva la demanda hacia la identificación el deseo
del analista ha de llevarla a la pulsión (cf. L, S11, p.281).
2014 10 13:
Estandarizaciones.
96
Carlos Faig. URL: https://www.facebook.com/notes/expreso-al-corazón/ex-analizante-delacan/676452635758199.
57
Esta época del psicoanálisis, pasados más de treinta años desde la muerte de Lacan,
muestra su práctica extendida en el mundo, enseñada en muchas universidades y
reconocida como una profesión de buena inscripción en el mercado. Las ideas del
psicoanálisis han sido fecundas en numerosos terrenos de la cultura y una pléyade de
discípulos de Lacan ha desmenuzado, interpretado y vuelto a interpretar sus textos
alimentando con ello a nuevas generaciones de psicoanalistas que se empeñan en llevar a la
práctica sus enseñanzas. Por otra parte, un número cada vez más extendido de pacientes
recurren al psicoanálisis buscando alivio para sus malestares anímicos. El psicoanálisis, en
esta gran expansión que tuvo, que implica necesariamente una mayor presencia en el
mercado globalizado e integrado, debe enfrentar de manera cada vez más marcada,
requerimientos de estandarizaciones capaces de hacer sus servicios mercantilmente más
regulables.
Estas operatorias, inherentes en general a las profesionalizaciones de las prácticas
laborales contemporáneas, ¿inciden en lo medular del discurso psicoanalítico mismo, en el
vínculo analítico propiamente dicho? ¿Qué hay de nuevo hoy, si lo hay, en esa experiencia
privada que llamamos sesión analítica? Estas preguntas vienen capturando más mi atención
en la investigación que llevamos a cabo en la universidad. Siempre creímos que para no
extraviarse había que seguir en la escritura del psicoanálisis la vía que indicaba Lacan que
era la de la lógica. Así lo expresaba: “La doctrina freudiana es una doctrina racionalista. Es
únicamente en función de lo que logra articularse, en proporciones defendibles, en nombre
de cierta reducción lógica, como algo puede admitirse o, por el contrario, excluirse”97 (S16,
1968-1969, Paidós, p.245)98. Ello, según se considera, resulta necesario para mantener “en
acto” al discurso analítico99. Es necesario pero no parece suficiente. No parece suficiente
porque los resultados no vienen siendo suficientes.
¿Por qué hoy habrían de ser suficientes las mismas herramientas que sí lo fueron,
además de necesarias, en la época de Lacan, hace ya más de treinta años? No es sólo que
los bichos se vuelven resistentes a los mismos antibióticos, además mutan. La hipótesis, a
mejorar y poner a prueba, es que hoy se extiende y consolida una concepción en la que se
combinan en grados varios tres componentes que resumen los términos “progresismo”,
“formalismo” y “lógico-positivismo”.
Precisando: el “progresismo” en la valoración de lo nuevo que se piensa y escribe
(lo último es mejor que lo anterior), el “formalismo” en el criterio de verdad que se espera
sea la fuente de las certezas (ideal paranoico de reducción de la función de la metáfora a
fórmulas vacías) y el “lógico-positivismo” en la eficacia buscada en la práctica (técnicas
para hablar menos y decir más).
2014 10 11:
97
“C'est en cela que la doctrine freudienne est une doctrine rationaliste; c'est uniquement en fonction de ce
qui peut s'articuler dans des propositions défendables, au nom d'une certaine réduction logique, que quoi que
ce soit peut être admis ou au contraire exclu.”. (S16, 1968-1969c, 23 avril 1969)
98
Esta investigación lleva desde 2008 en su nombre el sintagma “Psicoanálisis y Psicosis Social”, aunque
sigue el mismo camino que las anteriores, que comenzaron en 1998 con el título “Función de exclusión del
Sujeto en producciones científicas contemporáneas”. Cf. http://www.raulcourel.com.ar/investigacion.htm.
99
“El discurso del analista”, decía Lacan, “no es sino la lógica de la acción” (S18, 1971, Paidós, p.57).
58
No se puede leer nada sin la suposición de que hay una razón en aquello que se va a
leer. Se puede decir que es una transferencia al texto que leemos, que le suponemos un
saber que buscamos.
2014 10 10:
El pase y el cartel no alcanzan.
El pase y el cartel hoy no alcanzan para detener el empobrecimiento del
psicoanálisis. Éste se expresa en:
- Un “progresismo” que consiste en la inclinación a afirmar que lo último que se
piensa y escribe en psicoanálisis es mejor que lo que se decía y escribía
anteriormente (Se aplica tanto a Freud como al mismo Lacan).
- Un “lógico-positivismo” que impregna el espíritu de eficacia de la práctica y que
espera de las técnicas que sirvan para hablar menos y decir más.
2014 10 03:
La neurosis como un orden cerrado.
En La Instancia de la Letra… Lacan dice:
“… la estructura del lenguaje es… que sea articulado. Esto quiere decir que
sus unidades, se parta de donde se parta para dibujar sus imbricaciones
recíprocas y sus englobamientos crecientes, están sometidas a la doble
condición de reducirse a elementos diferenciales últimos y de componerlos
según las leyes de un orden cerrado” (E, p.468-469).
¿Qué significa aquí “orden cerrado”? Un colega comenta con otros si debería o no
entenderse como “universo cerrado”. La conversación, en la que participan varios analistas,
pasó a girar sobre los conceptos de universal, conjunto, límite y conexos. No hubo ninguna
referencia a aspectos como, por ejemplo, los involucrados en la siguiente consideración que
hace Freud en su texto Sobre la iniciación del tratamiento cuando expresa:
“… la neurosis de un ser humano posee los caracteres de un organismo; sus
fenómenos parciales no son independientes unos de otros, pues se condicionan y
suelen apoyarse recíprocamente; siempre se padece de una sola neurosis, no de
varias que por azar coincidirían en un individuo. El enfermo a quien, según su
deseo, uno librara de un síntoma intolerable, bien podría hacer la experiencia de que
se le agrava hasta adquirir ese carácter un síntoma hasta ese momento llevadero (F,
vol. XII, p.132).
Freud advertía que cuando no se analizan los sucesivos desplazamientos de la libido
de unos síntomas a otros (satisfacciones sustitutivas) los beneficios de la cura no son
duraderos. Entendía que el análisis de la neurosis no encuentra su cierre antes de ceñir el
fantasma que llamamos fundamental. No hubiera estado de más que en nuestra
59
conversación notáramos que es pertinente escribir un concepto de Freud como éste
presentando a la neurosis como un “orden cerrado”, que se distinguiría de uno infinito por
el cierre que le daría la función de axioma que cumple el fantasma fundamental en el
progreso de la cura.
La definición de la estructura del lenguaje que da Lacan ut supra muestra de este
modo su pertinencia para escribir el aspecto referido de la experiencia freudiana.
2014 10 01:
La diferencia que hacemos en psicoanálisis entre “lapsus” o “equivocación” y
“error” se enriquece teniendo en cuenta los teoremas de incompletitud de Gödel, que nos
permiten tomar al error como indicación de inconsistencia (contradicción lógica) y al lapsus
y a la equivocación como indicadores de incompletitud.
La referida diferencia es congruente con la distinción entre sistema matemático y
discurso: el primero ha de ser, en primer término, consistente, no contradictorio, al segundo
le cabe la proposición: “no hay universo del discurso”.
2014 09 30:
Puntos de partida.
¿Participó Lacan del ideal de mathesis universalis? No podía no haber estado allí sí
perteneció a su época: ¿cómo se sostendría en ésta el psicoanálisis sin escribir de él todo lo
que se pueda en letras matemáticas?
Destaquemos la comunidad que atraviesa el nacimiento de la filosofía y el de la
reflexión lógico matemática: “El ser es y el no ser no es” equivale a “x ≠ x”.
El principio de identidad (se escribe “x = x”), base de las bases del mundo que
conocemos, enseña sólo la mitad de lo que está en juego. La otra mitad, que desde Hegel en
adelante no se puede dejar de lado, será ceñida en el psicoanálisis por Lacan cuando
advierte que el principio de identidad es una infracción a la ley del significante, se puede escribir
“x ≠ x”.
2014-09-29:
Dos reflexiones sobre práctica analítica y matemática.
“Yo no he dicho matematizar todo, sino comenzar a aislar un mínimo
matematizable”. (Lacan, 1975)100
1. Sobre la corrección matemática del psicoanálisis.
100
Lacan, J. (1975). Conferencia del 24 de Noviembre de 1975 en la Universidad de Yale.
60
Hoy no alcanza con corregir al psicoanálisis con la matemática. La función que
cumplían las palabras de Lacan en 1979, cuando decía que las matemáticas corrigen el
objeto101, no es necesariamente la que más requiere el psicoanálisis en la actualidad.
No alcanza con intervenir en el psicoanálisis con la lógica, la matemática, la
filosofía o la epistemología para resolver los problemas actuales de la práctica analítica. La
situación no es la misma que hace sesenta años, cuando en La Dirección de la Cura Lacan
destacaba que “no hay límite para los desgastes de la técnica por su
desconceptualización”102 (L. E, 1958, p.581).
Se ha extendido un modo de desconexión entre la elaboración escrita del
psicoanálisis y el discurso psicoanalítico propiamente dicho (que se concreta en la práctica
de la cura), consistente en que de la clínica y de la técnica casi no se habla ni se escribe. El
propósito expreso suele ser evitar la degradación de éstas en una praxeología de
fundamentos débiles. La lectura de lo que sucede concretamente (es decir: discursivamente)
en las curas y de lo que los analistas leen en ellas es escasa y a menudo mal vista103. No era
ese el camino que seguía Lacan, muy atento a lo que pensaban y escribían quienes ejercían
la práctica analítica. Así se expresaba en su seminario sobre los escritos técnicos de Freud:
“¿Qué hacemos cuando hacemos análisis? El análisis de estos breves escritos
continuará en el mismo estilo. Partirá de la actualidad de la técnica, de lo que se
dice, se escribe, y se practica en relación a la técnica analítica” (S1, p.24).
Allí mismo subrayaba: “Freud nunca dejó de hablar de técnica” (S1, p.21), para
agregar: “No hay obra alguna, dejando de lado lo que ha escrito sobre temas mitológicos,
etnográficos, culturales, donde Freud no aporte algo sobre técnica” (S1, p.22).
Sin duda es preciso que los analistas atendamos a problemas de lógica, filosofía,
literatura, historia, historia del lenguaje, gramatología, lingüística, semiología, derecho,
sociología, politología, economía y otros. En efecto, el psicoanálisis es un discurso que no
está solo, sus términos y categorías están en la cultura de la época. El sostén de su práctica,
no obstante, también requiere que no se haga menos con las textualidades de las
anatemizadas clínica y técnicas.
En su texto “Neurosis y psicosis”, en 1923, Freud comenta así el resumen al que ha
llegado en sus reflexiones sobre las distintas relaciones entre Yo, Ello y Superyó en las
neurosis de transferencia, las neurosis narcisistas y las psicosis:
“Es verdad que a primera vista no sabemos decir si hemos obtenido efectivamente
intelecciones nuevas o sólo hemos enriquecido nuestro acervo de fórmulas” (F,
Vol.19, Amorrortu, p.158).
101
“C‟est un fait que les mathématiques corrigent et que ce qu‟elles corrigent est l‟objet même” (Lacan, J.,
1979, Lacan pour Vincennes! Ornicar?, N°17/18,1979, pp. 278).
102
“Il n‟y pas de limite aux abrasements de la technique par sa déconceptualisation.” (É, 1958, p.609).
103
Por otra parte, es común que los analistas no lean los textos más significativos de otros analistas que no
sean los de su propia escuela, agrupación o corporación.
61
Tal vez respondía a un espíritu similar el alerta de Lacan sobre el riesgo de derivar
hacia el nominalismo cuando decía:
“… es claro que lo que no soy es nominalista. Quiero decir que no parto de que el
nombre es algo que se aplica, así, sobre lo real. Y hay que elegir. Si se es
nominalista, se debe renunciar completamente al materialismo dialéctico, de modo
que, en suma, la tradición nominalista, que es hablando con propiedad el único
riesgo de idealismo que puede producirse en un discurso como el mío, queda
evidentemente descartada” (L, 1971, S18, Paidós, p.27).
2. Matemática y delirio. Matemas y neologismos.
¿En qué del hacer matemático se reconocería la “rúbrica del delirio” que Lacan
advierte en la “intuición delirante” y en la “fórmula”? (cf. L, S3, p. 53).
Eso concierne al compromiso del matemático en el asunto. Hay “intuición
delirante” si la matemática funciona para él como una “lengua fundamental” que satisface
la función de ofrecerle una certidumbre como la que encontraba Schreber en el fondo de su
experiencia psicótica. “La intuición delirante es un fenómeno pleno que tiene para el sujeto
un carácter inundante, que lo colma”, observaba Lacan (S3, p.53). La fórmula matemática
guarda de la fórmula psicótica el vacío de significación, precisamente en el punto en que no
remite a otra cosa que a sí misma (cf. ídem).
Las letras matemáticas, los matemas de los escritos científicos matemáticos,
considerando las funciones $ y a, son neologismos que por sí solos no hacen lazo social;
para hacerlo han de entrar en discurso como significantes y haciendo metáforas que el
sujeto requiere para hacer sociedad. De estas razones no se desprende que la matemática
pueda ofrecer una salida de la psicosis social.
Decía Lacan en La Tercera: “sólo hay un síntoma social: cada individuo es
realmente un proletario, es decir, no tiene ningún discurso con qué hacer lazo social”104 (L,
1974, p.86).
2014 09 22:
Suponer que la transmisión puede hacerse vía matema no alcanza, el matema no
sólo no hace todo105. La matemática está hecha para corregir el objeto106, en efecto, pero no
para ponerlo en causa. Para esto último el análisis en intensión, que no se hace en
extensión, es indispensable.
2014 09 18:
104
“Il n‟y a qu‟un seul symptôme social: chaque individu est réellement un prolétaire, c‟est-à-dire n‟a nul
discours de quoi faire lien social” (L, 1974, p.187).
105
106
Cf. Gödel, K. (1981). Obras completas. Jesús Mosterín y otros (Trad.). Madrid, España: Alianza Editorial, pp.91-96.
Cf. “Lacan pour Vincennes!”, Ornicar?, N°17/18,1979, pp. 278.
62
Una expresión como “dinámica de la verdad” en un texto de psicoanálisis no se
aclara del todo con la definición ni con la etimología de la palabra “dinámica”.
2014 09 14:
El psicoanálisis, siendo discurso, no se puede sustraer a estar en el mercado. En
consecuencia, no puede evitar “circular” –su trabajo y él mismo– como mercancía. Por lo
tanto se vende y se compra.
Pero, ¿qué vende un analista?
Lacan destacaba que se paga, o no, “el precio del acceso al deseo”. El supuesto
analizante, ¿paga este precio?
¿Es “vendible” la causa del deseo?, ¿podría serlo bajo otra forma que la del fetiche,
que es la de toda mercancía, según Marx había advertido?
Sucede que el objeto a –causa de deseo– no es comerciable como una mercancía ni
fungible como el dinero.
2014 09 11:
Elenchos.
Es difícil separar a elenchos de la “lucha” por la verdad como lucha de los cuerpos,
según se muestra en la política. El psicoanálisis no puede no leerlo.
Elenchos tiene algo en común con el fútbol: la búsqueda del agujero a
abrir/taponar107 en el otro.
Tampoco elenchos puede ser suficiente como método en la dialéctica de las ideas
entre analistas en la elaboración de la doctrina.
Un argumento da razón de sus enunciados hasta ofrecer los flancos y agujeros que
la lógica ciñe. Pero para que la lógica ciña estos flancos y agujeros el argumento ha de estar
escrito, fijado en letras, hecho legible. En el caso de la concepción moderna del saber
entronizado por la universidad, esta legibilidad es condición reconocida de partida.
2014 09 09:
El ser ha de ser uno bien pensado, consistente, claro y distinto, por lo tanto en algún
punto necesariamente acordado.
2014 09 08:
Sobre agrupamientos de analistas.
107
En efecto, es “taponar”, no “abrir”.
63
El único modo en el que la psicología de las masas, que es la del yo, no opere entre
analistas es que, bajo el conjuro de la psicosis, no haya lazo social, este último siempre
apoyado en una equivocidad irreductible. En tal caso se impondría la subjetividad científica
delirante de una manera en la que no sólo nadie hablaría de nada que no esté estrictamente
bien escrito (en letras y fórmulas matemáticamente sostenibles), sino tampoco querría
hacerlo y no se sentiría mal por eso: solución final al malestar. Esta solución es imposible
debido a que el malestar es precisamente alimentado por ella.
Una de las razones por las que es necesario que los analistas se relacionen entre sí
hace a la tarea, inacabable, de reescribir el psicoanálisis.
De lo que hablen entre ellos es esperable que los funcionamientos contribuyan a la
producción de esas reescrituras. Los efectos de masa son restos de esas operaciones, sin que
haya por eso que llegar al asesinato en la lucha por la jefatura de una horda. Se alimenta ese
fantasma si un agrupamiento que queremos ocupado en la dilucidación de cuestiones del
psicoanálisis (su práctica, sus lecturas y sus reescrituras) se arroga la misión de extender el
psicoanálisis sobre el mundo. Este anhelo se hace difícil de diferenciar del de imperar, que
tomando al padre por agente supremo en la masa nutre en exceso la inclinación a
sustituirlo, es decir: a matarlo y ocupar su lugar.
La práctica del psicoanálisis implica la renuncia a imperar, que participa, por
ejemplo, del empeño en regular su ejercicio en el plano de la ley social jurídica y en el de
conferir títulos o reconocimientos de estatus sociales o profesionales.
Sería conveniente que la condición para dirigir una cura analítica, la de “no dirigir al
paciente”, se extienda a las enseñanzas del psicoanálisis por fuera de lo que pasa en un
consultorio. Esta condición implica una renuncia a ser profesor del otro en el sentido
universitario. Valdría incluso si no sucediera que la forma generalizada de docencia dista de
parecerse a diálogos educativos como los de Platón (e.g. Menón) o los de San Agustín con
su hijo Adeodato.
La introducción de la expresión “transferencia de trabajo” requiere distinguir entre
amor al saber y amor a quien es situado o se sitúa en el lugar del SsS. Por esta razón es
también recomendable no superponer las funciones de analista con las de profesor, ni
viceversa. Contribuiría tal vez a cuidar más la distancia entre interpretación analítica y
evaluación en un examen.
No se trata de escribir en la entrada de un agrupamiento de psicoanalistas una
proposición que se oponga a la que decía “No entre aquí quien no sepa geometría”, ni de
objetar como inconvenientes o innecesarios los deseos de tener buenos profesores.
Renunciar a gobernar pacientes no lo es a escuchar profesores, incluso a pagarles por eso,
aunque sí lo es a los exámenes habituales: más correctivos que racionales.
Convendría también avanzar en el estudio de las incidencias del derecho positivo
sobre las regulaciones (estatutos, reglamentos, etc.) de los lazos sociales que se dan los
agrupamientos de psicoanalistas a sí mismos.
64
El decir de un analista entre analistas, como cualquier decir, tiene como destinatario
a un Otro que no hace todo. El campo discursivo del psicoanálisis no es el todo de los
analistas ni ningún todo.
Puesto que la operación analítica se apoya no en ser sino en deser, no hay conjunto
de analistas que lo sea.
2014 09 04:
La invención del psicoanálisis es la de una enunciación que se apoya en una lectura
de la incidencia del enunciante en un lazo social estructuralmente asimétrico, que posibilita
la asunción de una posición distinta en él. Condensamos en esta formulación el concepto de
que, concibiendo la transferencia, puede aparecer un hacer discursivo nuevo en una masa o
grupo que llamamos psicoanálisis.
2014 09 04:
Sobre positivismo lógico.
A propósito de la interesante idea de relacionar con la afasia el propósito del
empirismo lógico positivista de reducción de la metáfora108, y de la palabra misma, a dato
elemental, me veo llevado a estas disquisiciones.
Una cosa es practicar el no nombrar en presencia del objeto con la finalidad de que
éste opere como última palabra, otra cosa es proponerlo. Proponer a los demás o a sí
mismo, por ejemplo, callar todo aquello que no sea formalmente falsable, no es igual a
hacerlo uno mismo.
En el caso de Wittgenstein, es un hecho que dijo, hablando y escribiendo, mucho
más que lo promovido por su proposición “de lo que no se puede hablar hay que callar”
(Tractatus…, pp. 11 y 183)109. Esto está presente en sus escritos cuando dice, por ejemplo,
que en las expresiones éticas y religiosas usamos continuamente símiles (en nuestra lectura
quiere decir “metáforas”); “pero un símil”, señala a continuación, “debe ser símil de algo”
(Conferencia…, p.18) 110, para agregar:
“Y si puedo describir un hecho mediante un símil, debo ser también capaz de
abandonarlo y describir los hechos sin su ayuda”. En nuestro caso, tan pronto como
intentamos dejar a un lado el símil y enunciar los hechos que están detrás de él, nos
encontramos con que no hay tales hechos” (id.).
A renglón seguido aclara: “Así, aquello que, en un primer momento, pareció ser un
símil, se manifiesta ahora un mero sinsentido” (id.). Esto quiere decir que para la lógica de
la ciencia empírica y experimental la metáfora es un sinsentido. Es destacable aquí la
108
Tema tratado por Paula Hochmann el 03/09/2014 (http://seminariodeinvestigadores.blogspot.com.ar/)
Wittgenstein, L. Tractatus Logico-Philosophicus. Madrid: Ed. Alianza, Madrid, 1992.
110
Wittgenstein, L. Conferencia sobre ética. Lecciones sobre estética. Barcelona, España: Ed. Folio, 2007.
109
65
identificación entre sentido y referente empírico, que obliga, en ausencia de este último, a
indicar que existe un sinsentido. De este modo, su concepto es que en materia de religión y
de ética se dicen cosas sin sentido que sólo muestran la existencia del lenguaje mismo (cf.
p.20).
Wittgenstein entiende que, en efecto, hay experiencias éticas y experiencias
religiosas. Congruente con su empirismo, considera que estas experiencias, como cualquier
experiencia, tienen en sí mismas un valor absoluto y que eso no es un sinsentido. De allí
deriva lo siguiente, lo cito:
“Después de todo, a lo que nos referimos al decir que una experiencia tiene un valor
absoluto, es simplemente a un hecho como cualquier otro y todo se reduce a esto:
todavía no hemos dado con el análisis lógico correcto de lo que queremos decir con
nuestra expresiones éticas y religiosas” (id.) ¿No es éste acaso un reconocimiento de
que la lógica no está acabada?
Y después: “… veo ahora que estas expresiones carentes de sentido no carecían de
sentido por no haber hallado aún las expresiones correctas, sino que era su falta de sentido
lo que constituía su mismísima esencia. Porque lo único que yo pretendía con ellas era,
precisamente, ir más allá del mundo, lo cual es lo mismo que ir más allá del lenguaje
significativo” (p.21). Hay aquí una distinción entre sentido y lenguaje: a la ciencia lo que es
de la ciencia y a dios lo que es de dios, reeditando la posibilidad de convivencia entre
científicos e iglesias111. La continuación de la cita autoriza a pensarlo:
“Mi único propósito (…) es arremeter contra los límites del lenguaje. Este arremeter
contra las paredes de nuestra jaula es perfecta y absolutamente desesperanzado. La
ética, en la medida en que surge del deseo de decir algo sobre el sentido último de la
vida, sobre lo absolutamente bueno, lo absolutamente valioso, no puede ser una
ciencia. Lo que dice la ética no añade nada, en ningún sentido, a nuestro
conocimiento. Pero es un testimonio de una tendencia del espíritu humano que yo
personalmente no puedo sino respetar profundamente y que por nada del mundo
ridiculizaría” (id).
Esta proposición no supone necesariamente el propósito de que la ciencia gobierne
todo, que sólo ella diga. Que no lo supone se hace evidente a partir de que no hay
positivista lógico ni científico que se prive de hablar del otro lado del río, donde encuentran
no sólo posible sino también aceptable decires no sólo religiosos sino varios otros de los
que no esperan que se den razones. Si esto es así, el positivismo lógico colado como
filosofía de las ciencias en la psiquiatría, la psicología, las psicoterapias y a menudo en el
mismo psicoanálisis, implica una sordera antes que una afasia. El sordo no distingue entre
uso de la palabra y movimientos de los labios.
2014 08 31:
111
Que había habilitado Tomás de Aquino ya en el siglo XIII.
66
Reduciéndose a religar con la alteridad el psicoanálisis se hace religión, y se hace
ejército cuando se reduce a defender, amurallar y rechazar su más allá.
El psicoanálisis religa con lo inconsciente, lo no sabido, lo Otro, y si dios es un
significante inconsciente, no excluirá un religar (uno) con dios.
En la masa opera tanto la función de la religión (iglesia) como la del militar
(ejército). La primera, destinada a fracasar, renovarse, volver a fracasar and so on,
construye o reconstituye la alteridad que la segunda destruye. Ambas masas, iglesia y
ejército, se requieren mutuamente, no es la una sin la otra.
Hay que partir de que el sujeto sólo quiere ser leído, para lo cual, primero, sólo
quiere ser escuchado, oído sin pronunciar palabra.
Salvo en segundas instancias, el uso de la palabra, dado que es siempre intruso en el
balance de la naturaleza, no pacifica. Hay un silencio que sí pacifica, más allá de lo que
calla o dice.
2014 08 19:
Sobre psicoanálisis y escritura literaria (a propósito de una conferencia de Jacques Nassif).
Jacques Nassif destacaba recientemente en una conferencia112 que la literatura no
tiene territorio y que por eso puede sobrepasar las fronteras que le impone la universidad (la
letra fija y también trasciende). Señalaba, además, que no podemos competir con los
universitarios. Ambas reflexiones son estrictamente complementarias y no va una sin la
otra113.
Otra observación de Nassif: la práctica del psicoanálisis empieza sin referencia a la
escritura. Eso es inherente a la atención flotante, sin la cual no hay psicoanálisis (sin objetar
que sin escritura tampoco lo habría). La escritura psicoanalítica viene después, como ya se
desprende de las recomendaciones de Freud en “Consejos al médico…”.
En su libro sobre las muñecas parlantes se ilustra bien el valor de la escritura
literaria en el psicoanálisis114. Enriquece sobremanera el entendimiento, por ejemplo, de la
función de la máscara en el lazo social, siendo un recomendable complemento a la lectura
de “La significación del falo”. Interesa también en los debates sobre la relación (tensión)
entre matemáticas y literatura en el psicoanálisis, dejando palpar con claridad que aquí la
función de aquellas no puede objetar de antemano la de la literatura115.
Claro que la literatura no resuelve la equivocidad ni la incerteza, se vale de ellas sin
pretender esquivarlas (la certeza puede ser una presentación de la increencia). Las
matemáticas, en cambio, sí lo pretenden y, como primer paso para conjurarlas, reemplazan
112
Nassif, J. (2014). Conferencia en la UBA, 15/8/14.
A mi entender, las corporaciones de psicoanalistas son universidades.
114
Nassif, J. (2012). El libro de las muñecas parlantes. Xoroi Ediciones, 2014.
115
Es claro que la literatura dista de reducirse a la poesía o a la novela.
113
67
escrituras fonográficas por algebraicas. Sucede, no obstante, que no hay matemáticas sin
literatura, al menos no sin la que sostiene el lenguaje cotidiano (cf. Lacan, S1, Paidós,
p.13). Si el psicoanálisis es discurso en el movimiento que la ciencia matematizada produce
en la historia, no podrá no valerse en su escritura de letras algebraicas además de las
fonográficas. Proposiciones verbales escritas y matemas se requieren aquí mutuamente
dando razón de por qué no es posible que una escritura del psicoanálisis sea acabada.
2014 08 22:
Sobre el escribir.
Dos funciones del escribir: una es ordenar el pensamiento, la otra es hacer visible
“el yo” más allá del momento (los casos van desde la sepultura hasta el de Joyce, que con
su escritura hace su nombre, su nom, no su prénom).
2014 07 27:
Del teatro a la Tablet.
En el teatro se comparte con alrededor de un millar de personas, potenciales
interlocutores, un espectáculo en el que vemos y escuchamos a los actores y ellos pueden,
eventualmente, vernos y escucharnos.
En el cine se comparte con alrededor de un millar de personas, potenciales
interlocutores, un espectáculo en el que vemos y escuchamos a actores que no pueden
vernos ni escucharnos.
Con la televisión en el living se comparte con nunca más de una decena de
personas, potenciales interlocutores, un espectáculo en el que vemos y escuchamos a
actores que no pueden vernos ni escucharnos.
Con la televisión en el dormitorio se comparte, o no, con otra persona, potencial
interlocutora, un espectáculo en el que vemos y escuchamos a actores que no pueden
vernos ni escucharnos.
Con la tablet no se comparte con nadie, ni hay potencial interlocutor, un espectáculo
en el que vemos y escuchamos a actores que no pueden vernos ni escucharnos.
En el lazo social el intercambio escrito no puede sustituir al intercambio dialogado.
2014 07 18:
Filosofía.
¿Por qué habríamos los analistas de ocuparnos de la filosofía, de estudiarla,
entenderla, entrar en sus problemas y depararnos con sus impasses?
La filosofía está en las raíces de la trama discursiva en la que estamos inmersos, en la
que hablamos y vivimos. Se lo reconozca o no, no hay manera de que haya análisis que no
68
se valga de categorías que la filosofía ha aislado, problematizado, revisado y vuelto a
revisar. Incluso para ir más allá, primero hay que pasar por acá, por eso el análisis
categorial de los conceptos es insoslayable.
El psicoanálisis no puede progresar pasando por alto los impases del pensamiento
occidental que la filosofía no ha dejado de ceñir. Estamos más atrapados de lo que
advertimos en los impasses de la filosofía.
Además, ¿cómo inscribir el psicoanálisis en la cultura sino haciéndolo no sólo al
lado de las ciencias sino también de la filosofía?
Las raíces filosóficas del pensamiento de Freud no necesitan su explícito
reconocimiento para estar allí.
¿Hubiera habido un Newton fuera de una cultura que produjo a Francis Bacon,
Descartes, Pascal, Spinoza, Locke y Leibnitz, y antes a Roger Bacon y Guillermo de
Ockham, y más atrás a Platón y Aristóteles, y antes a Parménides, Demócrito y muchos
otros? El método, los criterios e ideas con que Freud creó el psicoanálisis nacieron de
aquellas bases, fertilizadas por otros entre quienes, además del fundamental Kant, no
pueden faltar Hume, Rousseau y Diderot, Hegel y Schopenhauer, Comte y Kierkegaard,
Marx, Nietzsche y también Husserl, y la lista sigue.
¿Cómo no tener en cuenta para situar lo propio en el siglo XX, por ejemplo, las
diferencias entre el pensamiento de un Heidegger y el positivismo lógico del Círculo de
Viena?
2014 07 13:
Para ganar más dinero es muy conveniente que las sesiones duren poco tiempo,
cuanto menos tiempo más dinero.
2014 07 11:
Sesiones cortas.
Conviene preguntar si en una generalización del acortamiento de la duración de las
sesiones no se confunde la práctica analítica con un “hacer callar” subsidiario del
positivismo lógico. Hace pensar en eso la progresiva afirmación de la idea de que se
extiende una locuacidad vacua, un bla-bla que no lleva a nada y que es conveniente
interrumpir para que la cura avance.
Las razones que se ofrecen, ¿son homólogas a las de Platón en su República
sosteniendo la inconveniencia de los poetas para la polis?
Si el objeto a llega a nombrar una orientación del movimiento histórico social que
ofrecería una salida a los impasses de la modernidad contemporánea, ¿no conllevaría eso el
requerimiento de que otras orientaciones pasaran al silencio?
69
2014 07 06:
¿Cómo “corregir”?
Es un hecho que buena parte del pensar corrige ideas pensadas antes, y que esto se
escribe.
La filosofía y las ciencias, antiguas y modernas, son pensares que se corrigen a sí
mismos, además de corregir a otros. Los debates sobre cómo se corrigen los contenidos de
Wikipedia ofrecen un buen ejemplo de una discrepancia de fondo.
Los artículos de la enciclopedia libre pueden ser corregidos siguiendo un protocolo
que requiere referencias a publicaciones anteriores que deben ser citadas. Se cuenta que el
mismo creador del sitio, Jimmy Wales, fue muy criticado cuando corrigió un error en la
fecha de nacimiento de su propia biografía sin cumplir con el procedimiento. Como la
información no era verificable, Wales bromeaba: “quizá debería subir una nota de mi mamá
como evidencia"116.
La anécdota ilustra dos criterios que se contraponen al fundamentar una corrección.
En un extremo está el dato documentado, una información escrita considerada fidedigna,
razón suficiente para corregir. En el otro está la palabra de quien corrige. Esta palabra, en el
caso de la fecha de nacimiento de Wales, es objetada porque carece de respaldo
documentado, escrito.
En nuestro mundo, si una corrección se apoya sólo en el decir que la enuncia no es
suficientemente confiable, a menos que se atribuya a quien habla ser alguien que
verdaderamente sabe. Esta atribución, no obstante, no escapa a la regla de que para dar por
cierta una idea es preciso referir una escritura anterior, como muestra la misma broma de
Wales. De todos modos, no hay escritura primera que no suponga un decir que la antecede.
2914 07 03:
Sobre la situación actual del psicoanálisis.
Me interesa promover con otros psicoanalistas reflexiones sobre la situación actual
del psicoanálisis.
En las últimas décadas el psicoanálisis se ha convertido en una profesión ya no
marginal en la sociedad ni en el mercado. Hoy es enseñado por una extensa y heterogénea
pluralidad de asociaciones, escuelas, instituciones y grupos, que distan de hacer un solo
conjunto y que en buena medida no comparten mucho más que el uso de la palabra
psicoanálisis, con distintos significados por cierto. Innumerables universidades, por otra
parte, lo han asimilado y propagan enseñanzas estandarizadas con su nombre.
En 1972 Lacan decía que en el futuro el psicoanálisis daría lugar a un discurso
apestoso (pesteux) al servicio del discurso capitalista. Han pasado 42 años, ¿eso ha
sucedido? Y si ha sucedido, ¿de qué manera?
116
Cf. Rua, M. (2014). “Jimmy Wales, el señor Wikipedia”. En La Nación Revista. Buenos Aires,
06/07/2014.
http://www.lanacion.com.ar/1706768-jimmy-wales-el-senor-wikipedia .
70
Por estas razones y algunas otras no menos claras convendría que los analistas
demos pasos hacia un profundo examen de la situación actual del psicoanálisis.
2014 06 29:
Fútbol.
El fútbol es un juego universal que permite la unión bajo una misma camiseta o
bandera de los más diversos grupos e idearios, de manera que sus raíces calan muy hondo
en la psicología humana.
La satisfacción que procura consiste en meter la bola en el agujero del otro mientras
éste trata de meterla en el del uno. Tan propio de la naturaleza humana parece este afán que
no extraña que se dedique la mayor energía e inteligencia a solazarse con semejante
entretenimiento. Todo esto se viviría con temor o angustia si no fuera porque las reglas del
juego prohíben matar o dañar físicamente al rival. Diferenciado así de la guerra se facilita
disfrutarlo con soltura y pasión.
Por otra parte, la hornada de negocios que subtiende la organización y el
funcionamiento del mundo futbolístico, hoy extendido globalmente, es homóloga a la
extremadamente más grande que es la propia del ordenamiento social y económico de todo
el planeta.
Estos distintos aspectos, ¿cómo se relacionan entre sí?
Dejar atrás la facilidad con que la humanidad continúa resolviendo sus diferencias
mediante la guerra, ¿será tan improbable como abandonar el gusto por los enfrentamientos
deportivos y lúdicos de los que el fútbol es un paradigma?
La lucha deportiva es una saludable alternativa inventada por la cultura para
sublimar las pulsiones que Freud llamaba de destrucción. Así el fútbol puede dar cauce a
las inclinaciones de los hombres a agredir sin los estragos que produce la violencia.
2014 06 20:
Filosofía.
La respuesta de Lacan a estudiantes del filosofía de 1966 interesa en la necesaria
consideración de los nexos discursivos entre psicoanálisis y filosofía. Resumo: no es al
reconocimiento del encierro del sujeto en la conciencia adonde lleva el psicoanálisis sino al
del encierro en el cuerpo…
El psicoanálisis no es una metafísica ni el analista un filósofo, no obstante, bien
harían muchos analistas en aprender de los procedimientos de estudio comunes en la
filosofía la atención a la letra que no soslaya las etimologías.
Da razón suficiente de ello que mientras en la filosofía la lectura de los textos
mayores difícilmente prescinda de las fuentes primarias o de encarar las discordancias que
se producen entre sus distintas versiones, los psicoanalistas suelen contentarse con
traducciones insuficientemente examinadas. Por razón equivalente la utilización de
ediciones bilingües es común en la enseñanza de la filosofía y no en la del psicoanálisis.
71
2014 06 10:
Escritura psicoanalítica.
La escritura psicoanalítica requiere no sólo del sistema de escritura fonográfico
alfabético sino del matemático algebraico y de otros topológicos, que van del geométrico
euclidiano a los nodales, también de los estilos propios de la comunicación científica, del
ensayo, tanto científico como literario, incluso periodístico, del artículo filosófico, de la
novela, la poesía y el drama.
2014 06 08:
Sobre “extensiones”.
La extensión no está primero.
La observación de que el objeto a es un nuevo astro en el cielo social es de carácter
sociológico. Se trata de un concepto no psicoanalítico sino sociológico puesto que el objeto
a en la cura analítica opera de manera diferente a la de un astro en el cielo.
El psicoanálisis no tiene ninguna necesidad de oponerse a que aparezcan nuevos
ideales en el mundo, aunque no por eso la tarea propia del analista dejará de mantener la
distancia entre su función y la del ideal, aunque éste sea llamado objeto a.
Nada impide tampoco que haya un partido político que se llame, por ejemplo,
“izquierda lacaniana”, aunque no podría identificarse como un conjunto de psicoanalistas
que se ocupan de las cuestiones intrínsecas del discurso analítico. Por otra parte, es
probable que de un tal partido participen principalmente psicoanalistas, cosa que dista de
inspirar la idea de que de ese modo sería más fácil gobernar algún país, municipio o
siquiera un club.
2014 06 06:
Vocación de analista.
La vocación es un llamado del Otro, puede serlo incluso de Dios.
¿Quién tiene vocación de analista? Vocaciones son las de sacerdote, médico,
abogado, profesor, sociólogo, incluso psicólogo. Se puede aspirar a ser capitán de barco,
investigador, rabino, legislador, intendente o maestro, de manera que cuando se aspira a ser
reconocido como psicoanalista, es porque éste es el nombre de un oficio inscripto en el
mercado social. Pero vocación por la tarea misma de psicoanalista no hay. La tarea de
psicoanalista es un requerimiento del sujeto dividido de la ciencia, que no cesa a pesar de la
vocación de otra cosa y que no se hace por placer, se hace más allá del placer.
El ser analista es ser así llamado por otro/Otro, no tarea analizante sino materia a
analizar.
72
2014 06 04:
¿Por qué los miembros de una agrupación, escuela, sociedad o asociación de
psicoanalistas rechazan la lectura de autores otros (“index” implícito a veces explícito) que
los que ofrecen bases o reafirman aquellos que pueden compartir unos con otros?
Es el catecismo acompañado del concepto de que hay textos que es bueno no leer
porque infectan las cabezas. Se asegura así que el pensamiento se ordene facilitando su
compaginación con los de los demás, pero de este modo no hay propiamente lectura.
El rechazo a la lectura es la paranoia.
2104 06 03:
Traducción:
La traducción es un pretexto para historizar, el pasado es el tema con que se labora
ahora en la retroacción de un “habrá sido” (futuro perfecto).
La cuestión aquí es el sentido que se agrega, distinto a la verdad de la enunciación en el
tiempo del escrito dado a traducir.
2014 05 24:
Sobre el decir.
Heidegger escribía a su mujer Elfride: “Siento como una necesidad creciente la
posibilidad del decir simple; pero es difícil, habida cuenta de que nuestra lengua sólo vale
para das Bisherige, lo que ha sido hasta ahora” (1945, p.300)117. Cualesquiera fueran las
razones de Heidegger para necesitar un “decir simple”, serían diferentes a las que podría
tener un analista en la conducción de una cura. Aquél puede limitarse a escribir sus
pensamientos, mientras éste, por la índole de su práctica, antes de escribir nada ya habrá
hablado y escuchado –o creído escuchar– las consecuencias.
2014 05 23:
Deser del analista.
Habría que tratar que el concepto de deser del analista no se convierta en una
coartada para desconocer otros seres en los que no se aliena menos. Esto es posible puesto
117
Heidegger, M. (1915-1970)."¡Alma mía!" Cartas de Martin Heidegger a su mujer Elfride. Citado en
Badiou, A y Cassin,B. (2010). Heidegger. El nazismo, las mujeres y la filosofía. Buenos Aires: Amorrortu
Editores, 2011, pp.86-87.
73
que el ego, siendo un conjunto de identificaciones, es, por tanto, un conjunto de seres entre
los que se descompone el que llamamos del analista.
Así como el deseo del analista no es un deseo puro, tampoco el deser del analista
hace de éste un cero. Si el objeto a pudiese ser un cero no alcanzaría, no del todo, para
operar como causa de ese movimiento que es el deseo. “No del todo” porque el objeto a es
la causa de que haya deseo como resultado de un anudamiento borromeo –no hubo mejor
forma de escribirlo– entre lo simbólico, lo real y lo imaginario. También el cero.
Nadie hablante puede ser cero, y si llega a creerlo es sólo por un instante (salvo en
la psicosis, cuando podría extenderse en la vivencia de fin del mundo).
El deser del analista tampoco es higiene sino, en todo caso, salida de la fascinación
que provocan en el occidentado tanto el cero como la asepsia.
Legiones de psicoanalistas se prohíben hacer otra cosa que interpretaciones
entendidas como juicios sintéticos a priori estrictamente derivables de escritos
psicoanalíticos. La índole apofántica de las interpretaciones puede ser indebidamente leída
como recomendación de prudencia, reafirmando la conveniencia prevenida del silencio en
vez de favorecer las variaciones técnicas derivables de los principios de la atención flotante.
Puede incluso renunciarse al preguntar indispensable para que haya una historia.
A veces o a menudo se refuerza el descrédito del hablar sobre la clínica y la práctica
concretas procurando resguardarlas de inconsistencias, inevitables sin embargo desde que
se entiende en qué sentido no hay metalenguaje. La doctrina parece ponerse a tono con la
sentencia de Wittgenstein: “de lo que no se puede hablar (con lógica consistencia) hay que
callar”. Pero el decir del analista, mediodecir, no es decidible por tablas de verdad o
sucedáneos.
¿Acaso se ha desembocado en una identificación ya sin dialéctica entre psicoanálisis
y psicosis social?
2014 05 22:
Hablar vacío.
El hablar vacío queda del lado del analista, no del paciente (hay muchos más
pacientes que analizantes), cuando no hay trabajo de historización en transferencia, que
sucede en el tiempo de abertura del inconsciente, no de su cierre.
2014 05 21:
Positivismo y afasia.
“En el positivismo todo lleva finalmente a la afasia”, precisa Paula Hochman en su
exposición de hoy, concepto que deriva de que ante lo dado, ante la contundencia atribuida
a la presencia del referente, las palabras sobran. Se detienen así las sustituciones de unas
palabras por otras ante el encuentro del nombre que corresponde a la cosa. Es la
concordancia entre el enunciado y el hecho que en la filosofía de Comte da razón de lo
74
sostenible como verdadero. Es también el concepto de Wittgenstein de que lo que no puede
ser dicho con claridad se debe callar118.
Pero el hombre de la civilización cuya lógica diagramó el grupo de Viena no logra
callar y hace síntomas. Por una parte dice y reitera ese decir de Wittgenstein ya hecho
aforismo, como enseñan los científicos que no cesan de aplicarlo –siempre es cómodo–
como guía que sería supuestamente para lo mejor. Por otra alimenta en ellos la represión
que da razón de los síntomas que hacen, porque los hacen. Lacan caracterizaba al síntoma,
precisamente, como “el mutismo en el sujeto que se supone que habla”119.
2014 05 17:
Terminofilia.
¿Qué uso hacemos de los términos psicoanalíticos en la práctica de la cura?
Seguro que no es menos inconveniente hablar de ángeles que de falo, deseo
inconsciente o pulsiones, después de todo, la cuestión de los ángeles no es si existen o no,
tampoco cuánto tiempo permanecen en el cielo y cuánto en la tierra. La cuestión es qué
decimos de ellos, incluso qué decimos en su nombre.
Las pulsiones, los deseos inconscientes y los falos, como los ángeles, el diablo, las
brujas y Dios, no necesitan existir para ser. Lo que existe es el decir.
2014 05 13:
Sobre la gramática y la lógica en el psicoanálisis.
La cuestión entre lógica y gramática que interesa al psicoanálisis se relaciona con la
necesidad de tener en cuenta la diferencia entre proposiciones de estructura oral y fórmulas
con sintaxis no gramaticales. Lo que sigue se focaliza en el concepto de que si nuestra
práctica se cuadra a un propósito redencionista de mejorar el decir, acompaña la pretensión
de que la lógica sea un instrumento regulador del pensamiento.
¿Qué pasó en la lógica? La matematización fue el camino que siguió el pensamiento
para hacer la ciencia moderna, incidiendo además en que la lógica simbólica, matemática,
se formalizara distinguiéndose de la gramática. La lógica procedió a “la sustitución de las
gramáticas de nuestras lenguas naturales por una gramática en la que las formas del
discurso están (…) calcadas sobre las formas lógicas” (Blanché, 1963, p.17).
El empirismo lógico, en el paradigma del positivismo, llevó los pasos de la escritura
lógico matemática bastante más allá de las gramáticas de las lenguas. El desarrollo de las
ciencias profundizó el empirismo proveniente de Locke, Berkeley y Hume. En esa
perspectiva, el peso adquirido por Newton se ve en el hecho, por ejemplo, de que G.W.
Leibniz, contemporáneo suyo, que había comenzado a construir con el nombre de analysis
118
119
Cf. Wittgenstein, L. (1918) Tractatus Logico-Philosophicus. Madrid: Alianza Editorial, 1992, p.183.
Lacan (1964). S11, Paidós, p.19.
75
situ una geometría que podría considerarse post-euclidiana, después llamada topología, no
tuviera mucho curso en su época.
Las referencias sobre qué encuentra el psicoanálisis respecto a la relación entre
lógica y gramática son varias, a veces suenan discordantes pero si se sigue el hilo se ve que
dan la cuenta. Empiezo por una de L’étourdit:
“… la gramática mide ya fuerza y debilidad de las lógicas que se aíslan de
ella, para, con su subjuntivo, escindirlas, y se indica concentrar de ellas su
potencia, por desbrozarlas a todas. Pues, insisto en ello una vez más, “no hay
metalenguaje”…” (OE, p.474).
La lógica formal no sólo se diferenció de la gramática sino que, bajo la primacía del
positivismo lógico, se olvidó del decir –“el decir queda olvidado detrás del dicho” (OE,
p.474) – y, bajo el imperio del positivismo lógico, indujo, además, a olvidar ese olvido. Sin
embargo, tras esta diferenciación entre lógica y gramática, las funciones de ambas vuelven
a confundirse una y otra vez, como advierte el psicoanálisis, que no puede soslayar la
lectura de ese olvido.
El párrafo citado de L’étourdit lo subraya.
Esto sigue en la línea de Freud, que encuentra que las operaciones del fantasma no
se pueden aprehender sin la dimensión gramatical (eg. la inversión de voz activa a voz
pasiva o viceversa en “Pegan a un niño”, etc.). Pero el párrafo de L’étourdit referido debe
ser articulado también con proposiciones que si se aíslan demasiado rápido de sus
respectivos contextos discursivos, parecen expresar lo contrario, por ejemplo: “construir al
sujeto como se debe, a partir del inconsciente, es asunto de lógica” (L, 1966, Presentación
de la traducción francesa de las memorias de Presidente Schreber, Intervenciones y textos
2, Ed. Manantial, p.29), o esta otra: “el discurso del analista no es sino la lógica de la
acción” (S18, p.57), o bien: “en la estructura del inconsciente hay que eliminar la
gramática. No la lógica, sino la gramática” (S24, p.22).
Estas discordancias no lo son más que las que encontramos entre el sujeto definido
por una parte como “sujeto que habla” (Introducción a los Nombres del Padre, Paidós,
p.69) y por otra como “sujeto de la ciencia” (E, La ciencia y la verdad, p.816).
2014 05 12:
Intercambios de reflexiones.
Agradezco a mis compañeros los comentarios rápidos, que facilitan intercambios
breves, sueltos, a mitad de camino entre el orden fresco de las ideas cuando se charla y el
que empieza a ajustarse a nuevas exigencias de rigor cuando se las empieza a escribir.
Me parece también que extremar las discordancias llevando el hilo de cada idea
hasta donde aguante es de la mejor dialéctica, y que soportemos hacerlo sin ponernos locos
por discordar creo que resume lo que más quiero… en la vida.
Ahora no puedo seguir, por lo que sólo agrego una cita del seminario 1 que dice así:
“Es preciso entender que no disecamos con un cuchillo sino con conceptos. Los
conceptos poseen su orden original de realidad. No surgen de la experiencia
humana, si así fuera estarían bien construidos. Las primeras denominaciones surgen
76
de las palabras mismas, son instrumentos para delinear las cosas. Toda ciencia,
entonces, permanece largo tiempo en la oscuridad, enredada en el lenguaje. En
primer lugar existe un lenguaje ya acabado, del que nos servimos cual si fuese una
mala herramienta. De vez en cuando se producen vuelcos: del flogisto al oxígeno,
por ejemplo. (…) La raíz de la dificultad estriba en que sólo pueden introducirse
símbolos, matemáticos u otros, gracias al lenguaje cotidiano, pues es preciso
explicar cómo se los va a utilizar”. (S1, Paidós, p.12-13)
Los temas en los que estamos son de fondo, no reducibles a conflictos superables
del todo, a menos que se haga una salida “tertuliana”. Y entonces agrego esta cita que tengo
de Las prescripciones contra los herejes de Tertuliano:
“Todas las herejías en último término tienen su origen en la filosofía (…) es el
miserable Aristóteles el que les ha instruido en la dialéctica, que es el arte de
construir y destruir, de convicciones mudables (…) siempre dispuesta a
reexaminarlo todo porque jamás admite que algo esté suficientemente examinado
(...) Quédese para Atenas esta sabiduría humana manipuladora y adulteradora de la
verdad (…) No tenemos necesidad de curiosear una vez que vino Jesucristo, ni
hemos de investigar después del Evangelio. Creemos, y no deseamos nada más allá
de la fe: porque lo primero que creemos es que no hay nada que debamos creer más
allá del objeto de la fe”. (De Genoude, 1852, p.71; trad. nuestra)
Sigo en otro momento.
2014 05 10:
Si se examina el uso que se hace de la palabra “singular” en psicoanálisis se
encuentra que se suele confundir con el que corresponde a una proposición particular (tipo
“I” en lógica aristotélica).
El uso de la expresión “singularidad del caso” se desliza hacia el sentido de
“particularidad del caso” desde el mero hecho de que “caso” refiere necesariamente un
particular. De este modo, decir “particularidad del singular” o “singularidad particular”
resulta equivalente. Habría entonces que precisar mejor las acepciones específicas de
“singular” y de “particular” en psicoanálisis y, sobre todo, advertir de qué modo pasan del
dicho al hecho.
2014 05 09:
Transmisión “integral”.
El interés en una transmisión integral del psicoanálisis tiene dos vertientes. Una es
la que busca contrarrestar un tipo de interpretación que degrada su práctica, la otra es su
utilidad para estandarizar esa práctica, con la consecuente facilitación de su regulación y
autentificación según cánones sindicales, corporativos o estatales.
77
La primera es requerida necesariamente por una práctica discursiva que no se apoya
en cualquier escritura sino en unas específicas que llamamos habitualmente con los
nombres de Freud, Lacan y algunos otros. La segunda tiende a someter la lógica de la
primera a una función gramatical normativa –el diccionario define esta gramática como
“arte de hablar y escribir correctamente una lengua” (RAE) – indispensable para asegurar la
unidad de las sociedades, como ilustra, por ejemplo, la función que tuvo la gramática
castellana en la unificación española.
Tales dos vertientes conducen, al menos en algunos aspectos, a resultados
contradictorios entre sí. El problema de cada analista, inevitable, es que la elección entre
ambas es forzada.
2014 05 08:
Que la escritura sea soporte del pensamiento no significa que el pensamiento sea
reducible a escritura.
2014 05 05:
Corregir pensamientos.
La práctica de las matemáticas permite corregir pensamientos y, en consecuencia,
corregir el objeto120. Si las matemáticas no corrigieran los pensamientos no podrían ser
aprendidas ni desarrolladas más allá de lo imaginable, como ha sucedido. En el caso de la
cura analítica, si bien es una práctica discursiva que tiene, entre otros, apoyos en las
matemáticas, no corrige pensamientos en el sentido de que no opera educando.
Lo observado conlleva, obviamente, que las matemáticas no pueden ocupar el lugar
del psicoanálisis y que éste no puede ocupar el lugar de las matemáticas. Del mismo modo,
que el psicoanálisis no sea filosofía, ni viceversa, implica que el psicoanálisis no puede
ocupar el lugar de la filosofía, como tampoco el de la lógica, el de la religión ni el de las
ciencias. No compite con ellas.
En su “Respuestas a estudiantes de filosofía”, Lacan precisa: “… lo que enseño no
se dirige de primera intención a los filósofos. No es, si puedo decirlo así, en vuestro frente
que combato” (Lacan, 1966, OE, Paidós, OE, p.223). En el seminario sobre los cuatro
conceptos, expresaba:
“… tengo mi ontología (…) como cualquiera (…). Pero, ciertamente, lo que intento
esbozar en mi discurso – el cual, si bien reinterpreta a Freud, está de todos modos
esencialmente centrado en la particularidad de la experiencia que él traza – no
pretende para nada abarcar todo el campo de la experiencia”. (L, 1964, S11, Paidós,
p.80)
Es la idea de Lacan cuando dice: “C‟est un fait que les mathématiques corrigent et que ce
qu‟elles corrigent est l‟objet même” (Lacan, J., 1979, Lacan pour Vincennes! Ornicar?, n°17/18,1979,
pp. 278.
120
78
2014 05 04:
Psicoanálisis y sofística.
A las varias aproximaciones y distancias entre psicoanálisis y sofística, que se tratan
con mayor o menor rigor en este tiempo, agrego una pequeña observación: los sofistas no
se sindicalizaban. Los psicoanalistas sí lo hacen.
2014 04 30:
Libertad, igualdad y fraternidad.
Tan delirante como el discurso sobre la libertad que es propio de la subjetividad
moderna son los discursos sobre la igualdad y sobre la fraternidad (cf. L, E, p.550).
Libertad, igualdad y fraternidad son conceptos equivalentes que integran un mismo delirio,
tres presentaciones que velan, respectivamente, la determinación, la diferencia y la
segregación. Los seis términos se articulan de a pares. Son tres pares en los que cada
término no está sin su antinómico correspondiente: libertad-determinación, igualdaddiferencia, fraternidad-segregación.
2014 04 29:
Las corporaciones (cuerpos) requieren el silencio (privación de voz) de los
pensamientos de sus integrantes que van, o pueden ir, más allá de lo conveniente.
Lacan (nos) atribuía a los analistas estar inscriptos, no sin que les (nos) resulte
incómodo, en el discurso universitario. Su idea era, así la expresaba, que esto sucede debido
a “que cierta forma de rigor en el progreso de un discurso aísla, en posición dominante en
ese discurso, lo que resulta de la selección de esos glóbulos de plus-de-gozar, en calidad de
los cuales ustedes se encuentran atrapados en el discurso universitario” (L, 1971, S18,
Paidós, p.11).
2014 04 27:
El pase no tiene importancia estadística en la difusión del psicoanálisis. Es marginal
a las consecuencias del discurso analítico en la civilización.
2014 04 10:
79
La apariencia.
Un problema de traducción.
El título del seminario de Lacan que en francés es D’un discours qui ne serait pas
du semblant, ha sido traducido al castellano como “De un discurso que no fuera del
semblante”. La traducción más conveniente hubiera sido “apariencia” y no “semblante”.
Se suele escuchar en el hablar ligero argentino expresiones tales como “hacer
semblante de analista”, en una acepción que inspira la idea de una pose o afectación. Si
bien la palabra “apariencia” puede cargar similar sentido, este uso no se ha extendido con el
mismo matiz que en el de “semblante”. Sugiero al colega de habla castellana hacer la
prueba de reemplazar al leer en la traducción mencionada (de Editorial Paidós 121),
“semblante” por “apariencia”. Advertirá cuánto se enriquece el entendimiento con el
cambio.
Mi impresión es que es común entre quienes traducen –no necesariamente entre los
más avezados– cuando los diccionarios ofrecen opciones varias, preferir las palabras
fonéticamente más próximas. El hecho de que el término “semblante” resulte más próximo
a “semblant”, tal vez haya influido para que se lo elija en lugar de “apariencia”. No sería
una buena razón, la cercanía en el plano fonético no se traslada directamente al plano de las
significaciones. Un caso parecido es el de la traducción generalizada de “parole” por
“palabra”, tema que traté en otro lugar122.
Cabe señalar también que en la formulación D’un discours qui ne serait pas du
semblant la preposición du ha de entenderse como un genitivo objetivo (cf.S18, p.18), de
manera que semblant no indica una cualidad del discurso sino el objeto que el discurso
refiere, esto es: que por delante no tenemos sino apariencias, con la expresa aclaración de
que éstas no son sinónimos de falsedades: la apariencia no es lo contrario de lo verdadero.
En efecto, Lacan aclara que “de la apariencia” (du semblant) no quiere decir “la apariencia
de discurso” (cf., S18, p.13), y señala que si este fuera el caso estaríamos ante la posición
lógico positivista, que exige de un verdadero discurso que diga algo verdadero, para lo cual
sería preciso que los significados estén sometidos a una prueba que decida si son o no
verdaderos. Insiste a este respecto cuando dice que “no hay semblante de discurso (decimos
mejor: “no hay apariencia de discurso”), no hay metalenguaje para juzgar al respecto, no
hay Otro del Otro, no hay verdadero sobre lo verdadero”, etc. (cf. S18, p.14).
2014 04 09:
Sobre goces.
121
Lacan, J. (1971). De un discurso que no fuera del semblante. Buenos Aires: Ed. Paidós, 2009.
Cf. "La traducción de “parole” en el psicoanálisis", Memorias del II Congreso Internacional de
Investigación y Práctica Profesional en Psicología y XVII Jornadas de Investigación. Sexto Encuentro de
Investigadores del Mercosur”. Buenos Aires, Facultad de Psicología, UBA, 22, 23 y 24 de noviembre de
2010. ISSN: 1667-6750, pp. 124-125. URL: “La traducción de “parole” en el psicoanálisis”.Mercosur”.
Buenos Aires, Facultad de Psicología, UBA, 22, 23 y 24 de noviembre de
122
80
Llamar saber al goce del Otro no es igual a llamar goce del Otro al saber. En el
primer caso el sentido se inclina a una desmitificación del goce del Otro123 situándolo en el
lenguaje. En el segundo, al revés, deriva hacia una especie de fetichización del saber.
El “otro goce” son los goces (pulsiones), siempre son otros. Escritura precisa la de
Lacan escribiendo la pulsión en su grafo arriba a la derecha, para nada significado, no
consecuencias sino acciones/verbos: tragar, engullir, morder, soltar, retener, evacuar,
golpear, afirmar, negar, etc.
2014 04 05:
La vigencia del discurso analítico es insostenible sin que su enseñanza renueve los
significantes que lo transmiten y, en consecuencia, sin cambios en las letras que lo escriben,
con las que se inscribe en la cultura.
Dice Lacan el 10 de marzo de 1971: “la única manera de estar-ahí sólo tiene lugar
poniéndose entre paréntesis” (S18, Paidós, p.72). Cuarenta y tres años después, ¿cumple
este decir la misma función discursiva que entonces? Tal vez la lección fue aprendida tan
cabalmente que para el sostén del discurso analítico hoy resulte indispensable que el
analista también se tome por lo que no deja de poner fuera de los paréntesis.
2014 04 02:
La psicosis social deriva de la manera de hacer que sigue el ideal occidentado.
No puede haber desconstrucción de la instancia de la letra, sólo insistencia en hablar
acerca de qué es ella (cf. S18, p.120).
2014 03 27:
Certidumbres.
Un vínculo no se sostiene sólo de la búsqueda de certezas.
El psicoanálisis encuentra que la creencia y la búsqueda de certeza se entrelazan.
La certeza de Freud no es una certeza respecto de la verdad de un pensamiento sino
de que, estando éste, sus articulaciones tienen consecuencias. Se trata de eso cuando Lacan
dice que no hace falta que Dios exista para hacer de las suyas, tanto como el Diablo, las
brujas, etc. El punto a destacar es el saber: en el análisis se supone que sabemos de las
cosas, no que estamos seguros. La certeza de Freud concierne a su método de búsqueda en
lo que toca al saber, que no es igual a buscar un saber que sea conclusivo en la certidumbre,
como quiere Descartes. No significa tampoco que ésta falte, sino que está separada del
saber. Por eso también la conclusión de un análisis no es saber absoluto.
123
“El año pasado di en llamar saber al goce del Otro”. (Lacan, S17, Paidós, p.12)
81
2014 03 26:
Técnica como escritura sintomática.
¿Qué sería una técnica que no fuera escritura sintomática? Sería que el lazo social
de su práctica implique que el paciente/consultante/analizante importe e interese al analista,
no como objeto de lectura sino como semejante, que pueda haber identificación, es decir:
posibilidad de confusión y locura. Sin la posibilidad de la locura no hay lazo social, no
psicosis sino locura, locura como posibilidad. Esto es: no psicosis paranoica, porque en ésta
el lazo social no se produce debido a que la regla de escritura no lo permite.
Aclaremos: el conocimiento es paranoico en tanto no puede dejar de encadenar los
pensamientos en escrituras sin metáforas. En la extensión del conocimiento paranoico la
razón se aboca a la exclusión de la literatura metafórica.
2014 03 24:
Técnicas.
¿Qué quieren decir tanto Freud como Lacan cuando precaven respecto a que las
técnicas que a ellos les son útiles no necesariamente serán útiles a otros? No seguiré la idea
de que se trataba de recursos protrépticos, las consideraré esencialmente congruentes con
una concepción de la relación entre la ciencia, la razón y el vínculo social, en la que la
ciencia y la razón operan “dentro” del vínculo, no en su exterior. Efectivamente, Freud
llevó su ciencia a las consultas médicas en tanto ellas implicaban lazos sociales. Abordó a
sus pacientes, examinándolos, estudiándolos, en la dialéctica vincular de las consultas. No
llevó el consultorio al laboratorio sino el laboratorio al consultorio, que nunca dejó de ser
consultorio. No eliminó la conversación reemplazándola por el interrogatorio, no practicó
un diálogo dentro de un examen sino un examen dentro de un diálogo. Lacan otro tanto.
Lo referido es inherente al concepto de que el psicoanálisis se lleva a cabo al calor
del amor de transferencia. Una condición de éste, sine qua non, es la posibilidad del
analista de hacer y sostener el lazo social, que no podría hacerse sin eros ni ágape, ambos
sublimados ya que la oferta no es de amistad.
2014 03 22:
El psicoanálisis no es psiquiatría, psicopatología ni psicología, pero no puede evitar
tomar sus categorías y conceptos transformándolos en el seno del discurso que elabora. No
puede porque, siendo discurso, las palabras de estas disciplinas, tanto como las de otras,
están en sus usos cotidianos, en las dialécticas de y sobre las curas, en los hablares y en sus
escrituras.
82
En el lenguaje no hay fronteras geográficas, idiomáticas ni disciplinarias. El
discurso deja ver las continuidades tanto como las discontinuidades.
Sobre la construcción.
La tarea de construcción del lado del analista no conlleva necesariamente lluvia de
sentido sobre el síntoma porque no tiene por qué ser mucho hablar del analista, bien puede
tomar la forma de escansión o de puntuación: punto, coma, interrogación, exclamación, tal
vez gesto, ruido e intervalo.
En la construcción no hay lógica por un lado e historia por otro (cf. Wittgenstein y
comentarios al respecto, etc.).
La cura analítica, en lo que implica de deconstrucción del yo, es desmontaje de las
identificaciones que lo componen y que involucran ideales.
Ahora bien, ¿cómo podrían reconocerse estos ideales sin que los unos sean distintos
de los otros? El problema es el siguiente: la función esencial del Ideal es de ordenamiento,
por lo que sólo puede ser uno. Reducido a ser “Uno” no es más que marca, vacío de
identificación, de modo que no se confunde con significados cualesquiera. Pero estas
distinciones no son de método sino de resultados a producir en la cura. Llegar allí requiere
un largo recorrido por los significantes que hacen la multitud de sentidos en los que el yo se
aliena, tarea que no se realiza in absentia in effigie.
2014 03 15:
Propuestas para el panel de cierre de la 8ª Jornada sobre Psicoanálisis y Psicosis
Social: ¿Qué hacer diferente?
-
-
Cada uno tiene que hacer su propia búsqueda.
Como es lógico, cada uno tiene que avanzar en su propia comprensión (tiempo para
comprender), a partir de lo que él mismo ve, esto es: “el punto del mundo donde
residimos”124, que no es París, pero no por geografía sino porque el discurso es
siempre otro.
Estudiar “el prejuicio a hablar de técnica” (Lacan hace notar que en Freud hay
técnica por todas partes. En La Dirección de la cura está completamente supeditada
a la estrategia y a la política.
2014 03 12:
Técnica.
124
Palabras de Lacan en el post-scriptum de “Una cuestión preliminar a todo tratamiento posible de la
psicosis”, en Escritos. Buenos Aires: Ed. Siglo XXI, 2002, p.550.
83
En el ejercicio de una técnica habitualmente se desconoce que hay amor a ella. Se
desconoce la función de este amor en la práctica de la técnica, incluso que el hombre puede
amar a la técnica como se ama a sí mismo.
Así, la adhesión a una técnica o a la fijeza de una técnica, como a los dogmas,
cumple una función de sostén imaginario que queda fuera de atención, que no entra en el
cálculo.
No hay tecnificación positivista sin amor a la técnica.
2014 03 11:
Técnica.
Siendo el terreno de la técnica altamente versátil (Cf. La dirección de la cura…),
¿cómo eso se traslada a escrituras?
Mientras el analizante vacía en la cura sus convicciones acerca de sí mismo
entendiéndose de nuevos modos, el analista dice su experiencia renovando las palabras de
su escritura. La eficacia discursiva del cambio involucra “su función de intérprete en la
discordia de los lenguajes” y en ella sus reflexiones sobre la subjetividad de la época y
sobre “la espira a la que su época lo arrastra”. No es sin estas consideraciones que puede
producirse el reconocimiento de los extravíos de la comprensión y de que alimentar al
síntoma de más sentido que el que ya tiene sólo lo afirma. Tanto analizante como analista,
parejos en esto, han de hacer tabla rasa, al modo de Descartes, de las composiciones de
lugar acabadas, tomándolas como asociaciones discursivas contingentes.
Se ha extendido la idea, como si fuera tema definitivamente resuelto, de que en boca
cerrada no entran moscas. El psicoanálisis objeta ese concepto: “en boca cerrada sí entran
moscas”, o mejor: la boca cerrada está llena de ellas.
El sostén extendido y sin más disquisiciones de la regularización de las bondades
del silencio parece continuidad de un cientificismo experimentalista que espera que la
operación analítica sea aséptica. El silencio, se piensa entonces, es más aséptico que el
ejercicio de la palabra. Sólo que, por el hecho de que se trata de discurso –de dialéctica– el
silencio tampoco es aséptico.
La sacralidad positivista que adquiere el aislamiento indispensable de la variable
independiente para medir la dependiente en un experimento, que se representa en el
embeleso que despierta la pulcritud silenciosa del laboratorio, atraviesa la práctica analítica
no sólo en lo referido. La observación de la función interpretativa de lo que se dio en llamar
“vacilación calculada de la neutralidad” deja leer la suposición de que la neutralidad es la
norma.
Se confunde la tentativa del analista de producir una respuesta a la
demanda/pregunta del analizante con las condiciones en que ésta podría satisfacerse:
respuesta no es satisfacción. Si bien “las palabras del analista pueden ser más frustrantes
que su silencio”, también puede suceder lo contrario, puesto que la realización del acto de
hablar humano, en el que “siempre” se llama a una respuesta, también “siempre” se la
encuentra. Es decir: el silencio es también una respuesta y no hay razón para que no sea
84
inadecuada. Mutatis mutandis, la observación de Lacan de que el analista “ha de tener
tetas” no implica que las dé.
2014 03 09:
Tensión del matema.
La función del matema en el psicoanálisis está atravesada por una tensión entre dos
polos. Por un lado, responde a la idea de una formulación matemáticamente bien acabada
que posibilitaría una transmisión integral, necesariamente liberada de equívocos y, por lo
tanto, translingüística. Por otro lado, y a la vez, debe mantener una proximidad con las
funciones metonímica y metafórica del lenguaje en el habla, implicada en la recomendación
de Lacan de ejercitarse en una “matemática dialéctica” (“La cosa freudiana”, p.404125). Es
que su función debe corresponderse con que el psicoanálisis es una experiencia que se
ubica entre el habla y la escritura, o entre la letra y el significante (ídem., p.461).
El siguiente esquema resume esta “tensión”:
matemática – verdad formal – letra  Matema  significante – dialéctica
La psicosis social en el psicoanálisis es el desconocimiento generalizado,
“socializado”, de esta tensión y otras homólogas, que replican el inherente al narcisismo.
Eso está en el fondo cuando Lacan señala su “no hay progreso”.
La tensión referida se encuentra también en la lectura que el psicoanálisis hace de lo
que llamamos “el sentido”. Son “tensiones” que van de la mano de las equivocidades
inherentes al ejercicio del lenguaje, no son eliminables salvo excluyendo el inconsciente.
El uso que hacemos del término “sentido” está en tensión entre dos polos: uno es la
búsqueda de un saber hacer con el síntoma, el otro resulta del tipo de bla-bla que lo
alimenta.
La cuestión interesa a qué entendemos cuando decimos que el “sentido alimenta el
síntoma” (cf. La 3ª, p.84). Sucede que depende de quién y de cuándo.
El sentido que alimenta el síntoma no es obligadamente el sentido que se elabora en
el bla-bla. La satisfacción del bla-bla no es sinónimo de habla vacía.
2014 02 24:
La ciencia no reemplaza a la religión como quiere el positivismo, la reformula.
Ofrece el nuevo órganon, que es la lingüística de la escuela de Viena y el lenguaje devenido
código informacional.
2014 02 21:
125
Lacan, J. (1956). La cosa freudiana, o el sentido del retorno a Freud en psicoanálisis. En Lacan, J. (1966).
Escritos. Vol. I. Trad. Tomás Segovia. Buenos Aires: Siglo XXI Editores, 2008.
85
El objeto a y el ideal (psicoanálisis y religión).
El objeto a es una invención de escritura a la que conduce el ejercicio riguroso del
psicoanálisis, riguroso en dos fases: en la de la práctica de la cura y en la de la escritura de
esa práctica, destinada a inscribirla en la historia del pensamiento. La primera fase no es
posible sin que el analista se mantenga en una posición distinta y distante a la del Ideal,
para llevar el análisis no hacia la identificación sino hacia la pulsión. En correspondencia
con la primera, no podría en la segunda escribirse lo contrario. Nada, entonces, de objeto a
en el cielo marcando un rumbo a la vista.
Ahora bien, tal vez la puesta del objeto a en el cielo126, puesta discursiva, sea un
destino inevitable por el sólo hecho de que su producción es impensable sin la ciencia, y la
ciencia ha sido catapultada como ideal a la función de gobernar el mundo por el
positivismo. La “idealización” del objeto a es un paso homólogo al del positivismo
respecto a la ciencia: hace que sus hallazgos se conviertan en directivas de mando
garantidas por los sabios.
¿Cómo podría escapar el psicoanálisis, extendiéndose, a que sus significantes sean
ordenadores de discursos (Significantes Maestros o Significantes Amos)? ¿Puede escapar
de ser asimilado por la religión, que asimiló la filosofía por medio de la teología sujetando
al Dios de los filósofos a los designios del Dios que habla y truena? Después de todo,
como expresa Lacan: “No hay Nombre-del-Padre que se sostenga sin el trueno” (S18,
p.15).
La religión no desaparecerá, absorberá al psicoanálisis.
Sobre la creencia en la ciencia.
No se trata de no creer en la ciencia, sino de la anulación de la división subjetiva.
Leemos lo siguiente en el seminario de los cuatro conceptos:
“En el fondo de la propia paranoia tan animada, en apariencia, por la creencia, reina
este fenómeno del Unglauben. No el no creer, sino la ausencia de uno de los
términos de la creencia, el término donde se designa la división del sujeto. En
efecto, si no hay creencia que sea plena y entera es porque no hay creencia que no
suponga en su raíz que la dimensión última que tiene que revelar es estrictamente
correlativa al momento en que su sentido va a desvanecerse”. (S11, p.246).
2014 02 14:
“Brillos”.
Consideremos:
126
Referencia a la expresión “el objeto a ocupa un lugar en el cénit social”, de J.A. Miller, en su conferencia “Una
fantasía”, en el IV Congreso de la AMP (2004), Comandatuba, Bahia. Brasil.
86
-
-
-
-
La identificación con la belleza de la bondad, la verdad, la sabiduría, la
inteligencia, etc. Todo eso brilla.
La valoración de “elegante” que se aplica a una fórmula matemática que da
cuenta de la mayor extensión de cuestiones con el menor número de elementos y
operaciones. Es la elegancia de la navaja de Occam.
Lo maravilloso que puede ser un teorema, como destaca, por ejemplo, el
matemático Chaitin. Algunos lo son hasta tal punto, dice, “que pueden quitarnos
la respiración” 127.
La estrecha relación entre poder y majestuosidad, estudiada por Agamben, que
se refiere a la relación entre “el poder como gobierno y gestión eficaz y el poder
como majestuosidad ceremonial y litúrgica” observando que son “dos aspectos
que han quedado curiosamente descuidados tanto por los filósofos de la política
como por los politólogos”128.
La eficacia del fetiche en la captura de la voluntad del otro.
La identificación de lo limpio con el brillo, que se ve en la eficacia que tiene el
propósito de convencer sobre los beneficios de la higiene.
También la idea de que la matemática y la filosofía han de hacerse sin necesidad
de mucho brillo. Más aún: que no se hacen bien si no se escapa de la captura en
las primeras luces, las de las sombras (como ilustra, no sin aporía, el mito de la
caverna).
Estas puntualizaciones insinúan que la razón matemática, la filosófica, la teológica y
la política se mueven en correspondencia con la posibilidad no de dejar al lado todo pathos
sino dejándose llevar por la atracción de lo claro y distinto como bello. Es la atracción
estética en un pathos que es aquí especie de primer motor.
El tiempo y lo colectivo o social (éste es elemento no matemático) inciden sobre el
ejercicio de la razón y sobre la aserción de certidumbre, según muestra Lacan en su escrito
sobre el tiempo lógico.
El pathos en la matemática es el amor a la matemática, como el pathos de la
filosofía es el amor a la filosofía y el pathos del psicoanálisis es el amor al psicoanálisis.
El “amar una idea como a sí mismo”, propio de la locura según Freud, no es
idéntico al cristiano “amar al prójimo como a sí mismo”.
En lo que concierne al amor en la cura (transferencia), se trata, entre otras cosas, de
distinguir el amor al saber de la atracción de “la teta”. Ésta es una consideración a hacer
cuando leemos en Lacan que es necesario que el analista “tenga tetas”. ¿Qué posibilidad
habría de separarse de una teta sin tratarla primero como una idea? No obstante, la idea no
es una teta.
Sin el amor operando en la cura como transferencia no hay psicoanálisis; sin ese
punto de fascinación que media entre el deseo y el amor, llámese agalma o fetiche, no hay
psicoanálisis. Esta operación no necesita quedar más cerca de la sofística que de la
filosofía, siendo su lectura cuestión central en el análisis de la transferencia. No obstante,
no hay ocupación sofística que pueda sostenerse sin filosofía.
127
Chaitin, G. (1997). The limits of mathematics [Los límites de la matemática]. Singapur, Singapur: Ed. Springer-Verlag
Singapore Pte.Ltd., 1998, p.55 (trad.nuestra).
128
Agamben, G. El Reino y la Gloria, p.10.
87
Si se mira bien, hay filosofía en singular y sofísticas en plural.
Pregunta: ¿hay “El psicoanálisis” o “Los psicoanálisis”? El psicoanálisis no cesa de
no escribirse, razón por la cual es preciso reescribirlo, condición sine qua non de la
repetición de lo medular de su experiencia.
2014 02 08:
Fracasar con arte.
En el Tate Modern Museum hay una exposición de “autodestructive art”. Se trata,
antes de arrojar a la basura el resultado de un proyecto artístico fracasado, de trabajar
artísticamente el deshecho. Fracasar, sí, pero con arte, no de cualquier forma.
2014 01 30:
Nombre del padre (apellido y nombre de pila) *
“El tótem significa que el hombre, que no tiene motivos
para estar tan orgulloso por ser el último de la creación,
ese que se hizo con barro,
lo que no se dice de ningún otro ser,
se buscará ancestros honorables”.
(Lacan, 1963. De los nombres del padre,
Paidós, p.98).
La traducción automática de la expresión nom du père al castellano como “nombre
del padre” no tiene suficientemente en cuenta que la acepción habitual entre los
francófonos de nom es “apellido”, no “nombre de pila”.
Si Lacan hubiera querido referirse al nombre de pila del padre dejando de lado el
apellido hubiera dicho prénom du père, pero no hizo eso.
El nombre propio se vale del nombre de pila y del apellido procurando identificar al
sujeto, operación que involucra tanto la genealogía del hablante cuanto su singularidad,
diré, corporal. Mientras el apellido (nom) permite distinguir la persona singular de otras que
tienen el mismo nombre de pila, el nombre de pila (prénom) la distingue de otras de la
misma familia.
No es conveniente pasar por alto la diferencia entre “nombre de pila” y “apellido”:
mientras el primero enfatiza la referencia a la persona singular del padre, el segundo refiere
su inscripción en un linaje. Así, la expresión nom du père, al nominar una persona singular,
alude a su genealogía, incidencia del linaje en el ordenamiento simbólico en que se
constituye el sujeto. Se trata del papel de un pasado de antepasados que se cuela
inexorablemente en el presente desde que no hay sujeto sino del discurso, que está hecho
con restos de procedencias lejanas, la mayoría inexploradas.
88
La confusión entre apellido y nombre de pila, agreguemos, encierra un aspecto
religioso que concierne a la filiación divina, no ajena a la voluntad del padre129. La novedad
cristiana es aquí la encarnación de Dios en un hombre, el reconocimiento de Jesús como
hijo de padre igual que cualquier otro hombre (todos los padres, el padre, Dios Padre). El
NP se hace aquí su propio nombre, historizando la divinidad en un reconocimiento
genealógico. Eso en el lugar mismo de un barramiento identificatorio que supone la caída
habida del paraíso: carne y divinidad, muerte y eternidad.
La caída del paraíso metaforiza la imposibilidad de una fijación que detenga la
vacilación del sujeto entre nom y prénom. El sujeto en tanto tal está imposibilitado de
identificarse, de modo que Jesús no se identifica todo al padre ni todo al hijo. Véase su
respuesta a la pregunta del sumo sacerdote Caifás, que ante la opción de afirmar él mismo
por sí o por no su filiación divina sólo expresa: “Tú lo has dicho”130.
Observemos también que la relación de contingencia entre el nombre y lo nombrado
permite que un mismo nombre (cualquier nombre, incluyendo los nombres propios)
nombre objetos diferentes. Las distinciones entre significaciones y referentes vienen aquí al
caso y no son ajenas al problema filosófico de la relación entre lo uno y lo múltiple, que
está en el tuétano de la cuestión misma del lenguaje.
La religión cristiana se justifica como “verdadera religión” asentándose sobre la
suma del ecumenismo (todos los hijos) y el monoteísmo (un padre), paso formulable como
ligazón entre la función del número “1” como único, sin par, con la de unicidad de la clase
universal o conjunto.
La referencia a “Un dios” puede reunir en esta formulación acepciones diferentes,
tales como las de “solamente un dios”, “un solo dios” y “un dios solo”.
2014 01 29:
Imitaciones.
El sacrificio de Cristo no es imitable, no lo es porque implica el costo del deseo en
su faz inalienable; es un pago que, no pudiendo ser pagado por otro, supone una
identificación imposible. Debido a que Cristo es aquí inimitable la propuesta de “Imitación
de Cristo” fracasa necesariamente. Del mismo modo, el Cristo lavando los pies de los
discípulos, como se ve en la célebre pintura de Tintoretto, no es imitable por los papas. En
igual sentido, tampoco los analistas pueden imitar las técnicas de Freud, de Lacan o de
cualquier otro.
2014 01 28:
Asepsia.
129
Lacan destaca que no hay NP que se sostenga sin el trueno (S18, p.15).
Inspira este párrafo un magistral “Cristo ante el sumo sacerdote” pintado por Gerard van Honthorst en
1617.
130
89
Hay en la idea que se suele tener del análisis una confusión entre la responsabilidad
que cabe al analista en la cura y un accionar que se quiere “aséptico”, subsidiario del
método experimental propio de la cientificidad moderna. La cuestión es que no hay
posibilidad de asepsia alguna en el discurso a partir de que el sujeto entra en consideración.
2014 01 04:
Desde Tonbridge.
Sería preciso hacer un balance de “performances” de las sociedades de los distintos
países correlacionando los malestares subjetivos con las clásicas variables económicas,
educativas y otras usuales en los censos poblacionales. Estudios comparativos de índices de
agresividad, por ejemplo, resultarían de interés.
2013 12 27:
Psicosis social.
Entenderé por psicosis social simplemente la extensión en la sociedad de una
identificación –podría decir: una “confusión”– entre el yo y una idea o argumentación. Sólo
pongo “una idea o argumentación sola” en lugar de la palabra “delirio”.
La tarea de considerar la psicosis social en la práctica misma del psicoanálisis es en
un todo recomendable sólo teniendo en cuenta las reflexiones de Lacan en el Post-Scriptum
de “Una cuestión preliminar…”.
La psicosis social alimenta una deriva en la lectura de la transferencia que es
forclusiva, acotando el involucramiento del sujeto en el amor a “un” saber.
El impasse en el que se encuentra el psicoanálisis es la pérdida de la distinción entre
habla y escritura.
2013 12 27:
Un texto de B. Cassin.
No es frecuente que se exploren las consecuencias de que no hay filosofía sin
escritura alfabética plena (la griega) y de las diferencias entre la función de ésta y la del
hablar. Barbara Cassin trabaja en ello. Se ve cuando señala, por ejemplo, el asombro de
Benveniste ante la singularidad del psicoanálisis (Cassin, 2012, p.54) 131.
131
Cassin, B (2012). Jacques el sofista: Lacan, logos y psicoanálisis. Buenos Aires: Ed. Manantial, 2013.
90
Hablar perdiendo el tiempo.
La razón que muchos psicoanalistas dan acerca de la conveniencia de acortar la
duración de las sesiones suele ser que se habla demasiado por el mero gusto de hablar y que
se pierde el tiempo. No va de suyo que esta valoración de la importancia del hablar no sea
una consecuencia de la extensión que ha tomado en la civilización de la ciencia y el capital
la idea de que decir mucho cualquier cosa carece de utilidad económica. Puesto que hablar
es con tanta frecuencia pérdida de tiempo y dinero, algunos se proponen cortar tanto goce
inútil como manera de poner en valor el hablar, cosa que seguro aumenta el valor
económico del tiempo que se emplea en ello. Pero la cuestión es que, si bien la conclusión
de la sesión abre para el analizante un nuevo tiempo de comprender, su momento sólo
puede ser el resultado lógico del tiempo de comprender del analista, de su trabajo, puesto
que él lo decide, por supuesto, en ese asimétrico vínculo en el que actúa, como debe ser.
El analista, entonces, no está eximido de dar razones de los pasos habidos en su
tiempo de comprender que, como se sabe, requiere de tiempos ineludibles de suspensión en
el proceso lógico que conduce a la precipitación del momento de concluir (cf. E, 1945,
p.198).
2013 12 20:
Tipologías.
En el psicoanálisis erastes y eromenos no son términos tipológicos ni
caracterológicos, refieren posiciones en el narcisismo, no personalidades. Del mismo modo,
tampoco las comparaciones que hace Freud entre el hombre y la mujer se prestan a una
tipificación aplicable a analizantes o pacientes (eg. F, Introducción del narcisismo, XIV,
pp.85-87). Por otra parte, el alcance pleno del concepto freudiano de bisexualidad implica
que la masculinidad y la feminidad son posiciones libidinales que la índole discursiva de la
condición humana requiere móviles, no fijas.
Siguiendo a Freud, la opción profunda del sujeto en lo que respecta a lo pulsional no
es entre “deseo sí” y “deseo no” sino entre idealización y sublimación o, más en el fondo,
entre libido narcisista y libido de objeto. Es decir: entre libido yoica y libido sexual.
2013 12 19:
Los ideogramas chinos cumplen una función vincular más eficaz y directa que las
letras de los sistemas fonográficos alfabéticos.
Las funciones de traductor, lenguaraz y gramático han sido prontamente
indispensables a necesidades imperiales.
91
La duración de una sesión no puede responder al propósito de acortar o alargar.
Debe durar lo que el discurso analítico (vínculo analítico) requiere. A veces es preciso
esperar que se produzca una transferencia (un “decirnos”), a veces es preciso dejar para
otro momento a fin de sostener el lazo.
2013 12 15:
Ego y síntoma.
Conviene ponderar bien en qué medida el “ego”, en el seminario sobre el síntoma
(S23), es el mismo que el del seminario sobre los escritos técnicos de Freud (S1) y también
el mismo que el de Introducción del narcisismo (F, 1914). Las novedades conciernen a las
necesarias reescrituras exigidas por el sostén del discurso analítico. En la elaboración del
llamado sinthome se destaca el papel de éste respecto a la función del yo (ego), esto es: la
relación entre narcisismo y vínculo social.
El inconsciente opera una mediación entre el narcisismo y la pulsión. Eso resiste
una escritura fija. Los síntomas son siempre pluralidad, renovación de metáforas, eficacias
limitadas por contingencias discursivas. Por este hecho la persistencia de un síntoma
implica displacer y malestar, mientras que la producción de otros resulta de la necesidad del
alivio buscado en el campo del Otro, es decir: en el vínculo social. Los síntomas son
acontecimientos discursivos.
Es congruente con ello que no haya “El síntoma”, sino “síntomas”, proposición que
precisa un aspecto de la observación de Lacan de que “la mujer es el síntoma del hombre”:
aquella que él ama es de tal modo su malestar, concepto que guarda relaciones con el de
estasis o embalse de la libido (cf. Introducción del narcisismo). La libido estancada, de
presentación o apariencia única, sea como i(a) o como i (a’), para “ir y venir” necesita de
la producción de nuevos significantes, o sea: nuevas metáforas.
Lacan, que sigue a Freud, advierte que en el enamoramiento el objeto está en
estricta equivalencia con el ideal del yo (cf. S1, p.194). Eso concierne a la libido narcisista
implicando, precisamente, la anulación de la alteridad del objeto, su desconocimiento. En
efecto, en el ego, reflejo “del” otro o reflejo “en” el otro, el sujeto procura infructuosamente
la perfección que no encuentra en la discordancia siempre puntual de la pulsión. El amor no
es la sublimación, a la vez que la sublimación no resuelve in toto el problema que Freud
identificaba como estasis de la libido narcisista.
El concepto de que el amor es transferencia enseña, precisamente, que la
elaboración de síntomas, tanto como de las otras formaciones del inconsciente, es el trabajo
libidinal de mediar entre la perdida perfección del yo/otro y la demanda sexual que afronta
una alteridad irreductible.
2013 12 07:
Nuestra cuestión es: ¿cómo se presenta la subjetividad científica (cf. post-scriptum
de Una cuestión preliminar…) en la práctica analítica hoy?
92
La matemática no inventa, el matemático lo hace.
2013 12 06:
La nota de Juan Forn en Página 12 de hoy, dedicada a Nobokov, termina con una
cita de este autor que dice así: “No es fácil de entender pero si lo entiendes lo entenderás
todo y saldrás de la prisión de la lógica: el todo es igual a la más pequeña parte del todo, la
suma de las partes es igual a una de las partes de la suma. Ese es el secreto del mundo”.
2013 12 04:
Técnica:
No hay que sorprenderse de que la práctica analítica sea “encuadrada” por el
espíritu cientificista positivista experimental. Que sea experimental asegura que el
experimentador se mantenga como variable independiente. La función analítica puede de
este modo ser acotada en términos de pertinencias técnicas, cuestión que requiere una
consideración nada ligera.
Técnicas puede haber muchas, pero no infinitas ni cualquieras. No hay tantas
técnicas como significantes cualquieras. Tampoco el problema técnico es reducible a la
singularidad del analista.
Es una técnica admisible el acortamiento de la sesión, como también lo es su
alargamiento. Las técnicas ocupan el lugar que les da Lacan en La dirección de la cura….
No hay tampoco primacía técnica de atender al retruécano, la atención flotante no es
un escáner de lapsus ni olvidos.
La transferencia no se deja circunscribir en un conjunto cerrado, ni es una relación
de variables dentro del amor al analista.
No se trata de que el psicoanálisis sea “sucio”, como suelo decir yo mismo apelando
a una presentación que bien puede evocar una fantasía anal. Tampoco es una sofística,
como propone B. Cassin. No se trata de tomar distancia de un pensar claro, incluso certero
que se pretenda verdadero. Se trata de que el psicoanálisis no puede dejar de ser vínculo
social. En este aspecto sucede algo nuevo: no hay una nueva matemática ni una nueva
filosofía, hay un nuevo vínculo social.
La técnica se especifica por su función en el discurso. La función discursiva de las
“sesiones cortas” no es la misma hoy que en 1953.
¿Podría producirse una “matemática dialéctica”? Tal “matemática dialéctica” no
sería una nueva matemática (ahorrémonos un debate escolástico con el positivismo lógico),
tal vez pueda ser una nueva dialéctica.
93
¿Sería su método una mayéutica? No, porque que haya analista significa que, en un
lugar homólogo al de Sócrates, hace otra cosa que la que hace el filósofo, en el siguiente
punto: no conduce a una palabra sostenible como verdadera. Hay una diferencia no
soslayable entre palabra verdadera y habla verdadera.
¿Dónde se encuentra un analista? No es útil elegir un roster y dentro de éste a
alguien. Tampoco es así como hace la gente.
2013 11 30:
Plutocracia.
Tras la democracia, la plutocracia132. Nadie manda, los gobernantes gestionan
dineros ajenos y no son soberanos, cosa que no los exime de responder por qué133.
Si bien el funcionamiento de las sociedades/polis requirió y requiere el monopolio
del ejercicio de la violencia por el Estado/Leviatán, hoy el decidido peso que tienen las
regulaciones financieras ha desplazado la importancia de las licencias para pecar que se
conceden los gobernantes: la licencia para robar es ahora primera respecto a la licencia para
matar. Cuando el capital y no los tanques son la punta de lanza, la acumulación de dinero
antes que la de armamentos es la condición de partida. Antes que el gatillo fácil es útil la
plata fácil. Por eso, tanto el príncipe como el aspirante a serlo se inclinan a eximirse de
cumplir con el mandamiento que dice “no robarás”, antes que con el que dice “no matarás”.
2013-11-27:
Una estimulante nota de Noé Jitrik refiere distintas expresiones de la insatisfacción
del escritor que considera el precio que exige el arte134.
2013 11 24:
Sobre el “escribir bien”.
Se dice que la cura avanza en dirección a un “escribir bien el fantasma”. La idea es
que los síntomas son escrituras del fantasma no bien logradas, o ineficaces, o demasiado
mortíferas, o descaminadas de lo preferible, etc. Cabe examinar el sentido de los términos y
los supuestos que pueden implicar.
132
133
Noam Chomsky dice que Estados Unidos es gobernado por un solo partido: el “Business Party”.
El psicoanalista encuentra que el dinero y valores equivalentes tienen sus raíces en la coprofilia.
134
Noé Jitrik. “El mejor: insatisfacciones”. Página 12, 27/11/2013, contratapa. En
http://www.pagina12.com.ar/diario/contratapa/13-234411-2013-11-27.html
94
¿En qué sentido se usa la expresión “escribir bien”?, ¿en qué sentido el síntoma es
un fantasma mal escrito? Empezando por la segunda: el síntoma puede ser tal precisamente
porque escribe muy bien el deseo, en paradigma lógico positivista. De aquí se deriva una
observación a propósito de la primera pregunta: escribir bien es en primer término, en una
acepción muy extendida, escribir con rigor lógico. Todo depende entonces de aprehender
qué plantea el psicoanálisis a la lógica.
En el extremo: no todo se escribe… Quiere decir: hay que ordenar las ideas, pero
no se puede del todo.
La traducción al castellano (que comienza con el pasaje del alemán al francés), que
ha afirmado en el uso del psicoanálisis en nuestra lengua la palabra “fantasma”, merece
estudio. Es probable que concluyamos que acabó siendo un neologismo en el que se coló un
símil antropomórfico.
2013 11 24:
La lata me mira, pero no me habla. Me hace hablar.
2013 11 20:
Cuestiones del escribir.
James Baldwin decía: “Uno de los riesgos del escritor norteamericano es convertirse
en una personalidad. En América, o eres un éxito o eres un fracaso, no hay nada en el
medio, y si eres un éxito la leyenda empieza a opacar tu trabajo” 135. Y remataba: “… lo que
se supone que debe hacer un escritor es escribir. En la arena pública, hay que sonar como si
uno supiera de qué está hablando. Frente a la máquina de escribir, en cambio, uno no sabe
qué está haciendo y sabe que no lo sabe. El momento en que un escritor lleva la persona
pública a la máquina de escribir, está terminado”136.
Borges, en el prólogo a El jardín de los senderos que se bifurcan, escribe:
“Desvarío laborioso y empobrecedor el de componer vastos libros; el de explayar en
quinientas páginas una idea cuya perfecta exposición oral cabe en pocos minutos”.
Muchos libros de psicoanálisis no son resultados de escritura sino transcripciones de
hablares, pero escribir no es lo mismo que hablar. ¿Cuánto eso responde al anhelo de
convertirse en autores, que fue decisivo, por ejemplo, en la no continuidad de Scilicet? La
idea de Baldwin es similar a la que advierte que escribir no es lo mismo que hacerse autor.
La intención de escribir, además, difiere de la intención de hacerse leer, Borges tiene eso
presente cuando en El Aleph escribe: “Comprendí que el trabajo del poeta (se refería al
particular poeta que era el personaje del cuento) no estaba en la poesía; estaba en la
invención de razones para que la poesía fuera admirable”137.
135
Citado por Juan Forn en “Un martillazo para el amigo”, Página 12, 22-11-2013, p. 40.
idem.
137137
Borges, J.L. (1949). Ficciones; El Aleph. Obras Completas, Vol 5. Buenos Aires: Ed. Sudamericana,
2011, p. 315.
136
95
El psicoanálisis es un discurso, no es escritura ni habla, para ser ambas. Es un
ejercicio del lenguaje en el que escribir y hablar, hablar y escribir, leer y escuchar, y
escuchar y leer, cumplen funciones anudados. Este anudamiento es borromeo, no hay
enlaces entre ningunos dos.
En la literatura eso fue escrito, por ejemplo, por Borges (¡volvemos a Borges!) en su
Pierre Menard, autor del Quijote, que muestra (y tal vez demuestra) que la letra
fonográfica a veces se fija a sí misma al tipo de eternidad que simboliza la proposición 1=1.
La lectura de este texto deja reconocer en esa letra no sólo la fijeza de una significación
sino también que ella nunca significa lo mismo, indicando dónde no es reemplazable por la
proposición 1=1. Está allí la enseñanza de Borges: Miguel de Cervantes y Pierre Menard
dicen cosas completamente distintas con exactamente las mismas letras porque escriben en
épocas diferentes. Es lo irreductible de lo oído a lo visto que referimos como evanescencia
de los significantes.
2013 11 17:
La AMP es una orden evangélica nueva, aunque es dudoso que se dé el caso de que
haya una asociación o agrupación de psicoanalistas que no sea evangélica.
En verdad, cada una de ellas es una familia.
Hegel cuestionaba la oposición entre locura y racionalidad, advertía que sólo un ser
racional puede ser loco e, incluso, que la locura es un estadio necesario en la formación del
espíritu humano (ver su Antropología…).
2013 11 15:
Temas de técnica.
Las reflexiones que siguen vienen a propósito de la extensión en la clínica de un
tecnicismo del significante que consiste en una particular, aunque extendida, modalidad de
“atención flotante”, por la cual se desestima aquello que se cree comprender para prestar
atención sólo a los equívocos, lapsus y olvidos. Pero la atención flotante no es un escáner
de equívocos, lapsus y olvidos. Esto último ajustándolo a una técnica de recombinación de
fonemas análoga a la de la búsqueda de anagramas en las palabras. De allí se pasa a la
asignación acrítica de un valor positivo al no entender nada, para lo cual se hipostasian
formulaciones de Lacan separándolas de sus inscripciones discursivas. De este modo se
afecta la lectura de sus condiciones de producción y, con ello, del alcance de sus
pertinencias conceptuales.
Se afirma así una especie de asepsia técnica apoyada a menudo en una monótona
repetición de proposiciones, escritas hace sesenta años o más, tomadas como leyes de la
naturaleza y no como procedimientos que muestran, en condiciones discursivas
determinadas, la necesidad de alivianar la práctica del análisis del peso que toman las
“certezas comprensivas” o “comprensiones certeras”. Pero tales observaciones, si bien son
útiles, no son mandamientos.
96
El analista no puede desatender la ciencia, inmediatamente la biológica puesto que,
moviéndose necesariamente entre pensamientos, está obligado a sacar al pensamiento del
cerebro. No hay que imaginarse que ellos están en los sesos, enseñaba Lacan, bromeando
que para él están en los pliegues de la frente, y que se puede, asimismo, pensar con los
pies138. Como se ve, aunque para pensar haga falta el cuerpo, los pensamientos están fuera
del cuerpo. El concepto no contradice el espíritu del proceder de Freud, que después de
decir que “todas nuestra provisionalidades psicológicas deberán asentarse alguna vez en el
terreno de los sustratos orgánicos” (F, vol.14, p.76), agrega: “siempre me he esforzado por
mantener alejado de la psicología todo lo que le es ajeno, incluido el pensamiento
biológico” (p.76).
La inscripción discursiva de las técnicas en la cura analítica no es en absoluto lo
mismo a que ésta se oriente buscando arquetipos culturales, de modo que debe alivianarse
también del peso que éstos ejercen como “sentido del ser”. Es, en el fondo, la objeción de
Freud a Jung.
Freud da por hecho que, al fin de cuentas, no se topa con otra cosa que con
“apariencias de ser”. El concepto está presente cuando señala la orientación del análisis
hacia el “kern unseres wessen” (Análisis terminable interminable). Este núcleo del ser no
podría ser sino apariencia puesto que de él no es posible darse una idea, o sea: del objeto
que es tal núcleo sólo se puede hacer “semblant”139, esto es: sólo apariencia. De ese núcleo,
que el análisis ciñe en la cura, único sitio donde puede ceñirlo, Lacan advierte que está
intrínsecamente ávido de ser, es decir: de apariencia de ser.
S1 es un “significante que sólo se escribe porque se escribe sin ningún efecto de
sentido”140. Subrayo entonces: aquello que en la cura llamamos trabajo analítico,
elaboración, durcharbeiten, working through, no podría avanzar sin producir vacíos de
sentido. Cosa necesariamente posible a partir de que “el fonema nunca tiene sentido”141.
Este “sinsentido”, sin embargo, no se libra del problema de que es preciso que el
pensamiento atribuya ese sin sentido, dándole el sentido de sin sentido. La estructura es la
misma que la desplegada en la proposición “el ser es, el no ser no es”. La función de la
paradoja estará después presente en la necesidad de negar el vacío que tenía Aristóteles y
que seguirá haciendo lo suyo desde la introducción del cero en la matemática hasta la
función que darán los astrofísicos al éter (una manera de que no haya pleno vacío), ya casi
en el tiempo de Einstein. Las fórmulas de la sexuación reescribirán de eso aquello que
concierne al psicoanálisis y que sólo éste, por necesidad discursiva, inventa: no hay lado
“no todo” de la fórmula sino al lado del falo y su negación. Las flechas en el matema lo
indican.
2013 11 12:
Sobre el psicoanálisis y la filosofía.
138
Lacan, J. (1974d). La tercera. Intervenciones y textos 2. Buenos Aires: Ed. Manantial, 1988, pp.78 y 80.
Idem., p.80.
140
Idem., p.83.
141
Idem., p.93.
139
97
¿Qué atención le debe el analista a la filosofía? No podría pasar por alto la índole de
los pensamientos que se revisan a sí mismos, actividad medular de la cultura occidental que
habitamos. No deja el psicoanálisis de considerarla cuando llega a calificarse de “antifilosofía”, que es más bien una especie de anti-idealismo filosófico (cf., La 3ª, p.82). 142
El idealismo filosófico, observaba Lacan, acaba advirtiendo un nexo de la función
de representación con el cuerpo, para considerar que “tal vez el análisis nos introduzca a
considerar el mundo tal cual es: imaginario” (La 3ª, p.82). Ese idealismo viene desde
Parménides (cf. La 3ª, p. 78). De Platón dirá que estaba inmerso en la apariencia (p.80), que
lo siente pero que no lo sabe y que “No hay un solo discurso en que el semblante143 no lleve
la voz cantante”, incluso el analítico (La 3ª, p.81). ¡Y agrega que no hay que hacer un
semblante más semblante de la cuenta, un “semblante ostentado”! Un semblante –una
apariencia– fijado en el cielo social sería un semblante ostentado, porque sólo ostentado
podría estar así fijado.
Pero, ¿qué problema tendría el psicoanálisis con el idealismo filosófico?
Ha de tener que ver, como compete al psicoanálisis, con su hacer con el síntoma.
Decía Lacan en su “Respuestas a estudiantes de filosofía”: “… ustedes se equivocarían si
creyesen que me preocupo por la metafísica al punto de hacer un viaje para encontrarla. La
tengo a domicilio, es decir, en la clínica, donde converso con ella en términos que me
permiten responderles a ustedes…” (Lacan, OE, p.227).
De modo que se empieza por el síntoma. En “La tercera” leemos: “Llamo síntoma a
lo que viene de lo real. Esto significa que se presenta como un pececito cuya boca voraz
sólo se cierra si le dan de comer sentido” (La 3ª, p. 84). De donde, puesto que está claro que
tenemos que vérnosla con que es real que la cosa anda mal, la inclinación a satisfacer lo que
se nos pide - hacerlo andar bien – tiene un peso que no conviene minimizar. Eso hace que
sea del mayor interés esa “elucubración” sobre el ser de lo real, finalmente: su apariencia.
“Lo mejor sería”, expresa lacan, “que reventara lo real del síntoma, y ahí está el
asunto: ¿cómo hacer?” (La 3ª, p.84144). Parte de eso es la cuestión de “Cómo quitarles el
uso filosófico de mis términos…” (La 3ª, p. 78). Esto lo dice, es importante subrayarlo, a
los analistas que lo escuchan en 1974 (que no es hoy). Es discurso concreto de ese año, en
Francia y puntualmente en París.
2013 11 10:
Filosofía y psicoanálisis:
Lacan señala que el movimiento de la filosofía ha sido trasladar el saber del esclavo
al bolsillo del amo (S17). Pero esta lectura no acaba la filosofía en el sentido que no acaba
142
Las referencias a “La 3ª” son de: Lacan, J. (1974d). La tercera. Intervenciones y textos 2. Buenos Aires:
Ed. Manantial, 1988.
143
Preferimos traducir semblant por “apariencia”.
144
Las citas de “La 3ª” son de: Lacan, J. (1974). La tercera. Intervenciones y textos 2. Buenos Aires: Ed.
Manantial, 1988.
98
la cuestión de la verdad. Sobre esta última Lacan formula una novedad: concebirla no como
una cualidad o atributo sino como un lugar discursivo a ser ocupado por funciones distintas.
En ese planteo se puede diferenciar entre poner en el lugar de la verdad el saber del esclavo
hecho escritura (filosofía) y poner allí el habla, de un analizante, por ejemplo. El saber,
simbolizado S2, no es el mismo en un caso que en el otro. En el segundo incluye el habla.
El filósofo y la masa:
¿Hay nexo entre la filosofía de Heidegger y el efecto grupal de segregación, no
leído por aquella? Considérese, por ejemplo, tanto la persecución a su maestro Husserl de la
que participó el filósofo como el desconocimiento aparentemente apático de su activa
militancia nazi que primó en los ámbitos académicos desde la posguerra en adelante. La
concepción de la filosofía como una especialidad desatendiendo su condición discursiva
apoya como coartada una pretensión de inocencia que muestra en qué sentido hay allí una
debilidad mental.
2013 11 08:
El psicoanálisis se ha extendido. Miles de analistas de variados calibres se agrupan
en pequeñas o grandes sociedades. Eso tiene su lógica y no conlleva de por sí un
inconveniente para el psicoanálisis, salvo en un aspecto: el empobrecimiento que implica
que cada analista reduzca su atención a sólo las producciones escritas en su propia cofradía.
¿Por qué es tan poco común que los analistas citen y comenten textos de analistas de
distintas inscripciones institucionales a las suyas propias? Citar y comentar no es estar de
acuerdo, pero sí es indispensable para situar las propias ideas en relación a otras, distintas…
salvo que el propósito sea ajustar aquellas a estas últimas. El resultado es la reducción de
los debates intelectuales, indispensables al sostén discursivo de cualquier idea.
2013 11 06:
Fundamento de la matemática:
El fundamento de la matemática se escribe x = x, igualdad que, escribiendo primero
x1, x2 como (x1 = x2) = (x = x), no escribe x diferente de x.
El supuesto de la matemática es, entonces, este desconocimiento. Es decir: se
sostiene haciendo idéntico lo diferente. Es la estructura del lenguaje: la articulación entre la
letra, siempre una, y el significante, siempre dos.
No hay matemática sin lenguaje, cuya estructura es la de la repetición. Siendo por la
letra que dos se identifican, la letra es ella misma desconocimiento de la estructura
diferencial del significante. Este desconocimiento está en la base de la matemática que,
escribiéndose 2=1, escribe condensadamente el amor.
La matemática es ahí el amor al Uno, es decir: a éste y no al otro.
99
No hay hacer matemático, entonces, que no se asiente sobre una estructura
homóloga a la del enamoramiento. Él nace donde nacerá el psicoanálisis: en una confusión
(identificación) sobre el amor en el pensamiento (Breuer).
Otra presentación de lo mismo:
La igualdad, la que funda la matemática, se puede escribir como un enlace entre dos
redondeles.
a
b
Este enlace, visto de frente, es equivalente al mismo enlace visto de atrás, y se
puede escribir ab=ba. O sea: al modo de la igualdad que produce el espejo, del narcisismo.
Este ab=ba supone conmutabilidad, que implica una igualdad, es decir: una no diferencia.
Siendo los redondeles equivalentes, no siendo diferentes, no hay qué relacionar. Aquí,
entonces, no hay relación.
2013 11 05:
La serie televisiva dinamarquesa Borgen ofrece un buen ejemplo de asistencia
psiquiátrica que ilustra desatenciones palmarias a los decires y dichos de una adolescente
en tratamiento, que en la ficción es nada menos que la hija de una primera ministro. Los
síntomas de la chica se aúnan en un mutismo que no deja de ser percibido y sobre el que se
procura operar. El propósito será que hable para restablecer o construir una identificación
con los roles necesarios para un adecuado funcionamiento social. La convocatoria a la
expresión libre de sus pensamientos sirve a este propósito sin ir más allá.
2013 10 25:
Psicoanálisis silvestre.
Lo que sigue es la reconstrucción del fragmento final de una entrevista entre un
consultante y un analista. Se han preservado los nombres de ambos.
El consultante se encuentra relatando la conversación con un amigo en el que éste le
cuenta un problema personal con otra persona. En ese marco analista y consultante tienen el
siguiente diálogo:
Analista: Y entonces usted le dijo…
Consultante: Le dije que debería chuparle un huevo.
Analista: ¿Qué Ud. debería chuparle un huevo?
Consultante: … ¿Qué quiere decir?
Analista: Como dijo eso le pregunto si piensa que debería hacerlo.
100
Consultante: ¿Yo o él?
Analista: Bueno, esa es la pregunta.
Consultante: ¿Ud. piensa que yo querría chuparle un huevo?
Analista: Le pregunto.
Consultante: ¡Pero Ud. es un tarado!
El consultante se va.
2013 10 22:
Comodidad o humor.
Está la comodidad en atender solamente a lo que se puede controlar y no a lo que
no. A falta de eso, si la cosa se vuelve penosa, tiene el mayor valor el sublime recurso que
da el humor. La misma lógica rige cuando el operario reducido a engranaje encuentra su
placer en la radio que no deja de acompañarlo cada día en la fábrica, y cuando el burócrata
matiza su encierro en la pila de papeles y aparatos con las sonrisas que ve en la fotografía
de su familia sobre el escritorio, por ejemplo.
2013 10 20:
Destacamos con frecuencia que la psicología de las masas es probablemente el
principal aporte del psicoanálisis a la politología, pero no lo es menos el concepto de deseo
inconsciente, sin el cual la idea de la sociabilidad en que se apoya la política no puede salir
de la certeza de que la guerra es finalmente inevitable. Esto último es un fantasma que
reafirmó el pensamiento de Hegel, como enseñan en la Fenomenología del Espíritu sus
conceptos sobre el gobierno, la libertad y el terror.
2013 10 19:
Las asociaciones, sociedades, instituciones y escuelas de psicoanálisis involucran
siempre transferencias sin análisis, como todo grupo. Esto es inevitable, refiere la función
del tiempo en lógica.
Ir a la “Adenda a la Psicología de las Masas”.
Lacan observa también que el lenguaje juega frente al hablar el papel de un “muro”,
justamente teniendo en cuenta que el uso de la palabra es la vía de la cura, de donde su
101
afirmación de que “las precauciones contra el verbalismo que son un tema del discurso del
hombre „normal‟ de nuestra cultura no hacen sino reforzar su espesor”145(E, 1953a, p.272).
El problema de cualquier asociación o agrupamientos de psicoanalistas es que, en
tanto se quieren mundiales (¿es posible evitarlo?), se escriben como esferas, no como toros.
Sus tareas conciernen así a las que engloban esas esferas, diferentes a las que conciernen al
psicoanálisis, que se ocupan de cosas tóricas, no esféricas.
¿Cuántos son los toros? Incontables y no convergen porque lo que envuelve está
abierto. Por eso no hay convergencia de los analistas sino divergencia.
La divergencia, en consecuencia, no es un problema a resolver.
La confusión de la politología es ver/conocer su objeto como si fuera una esfera.
La confusión del psicoanalista es creer que lo verdadero es lo real.
2013 10 17:
Así como la duración de la sesión puede operar al servicio de la técnica, en tanto el
final cumple papel de puntuación, también pueden hacerlo las distintas funciones de la
lengua: desde la interpretación a la sugerencia o a la orden, la indicación y la evasiva, la
chanza, el chiste y la amonestación, la interpelación, el embretar y el preguntar, la
distracción e, incluso, la desatención, el gesto y el equívoco, la reiteración, la negación, la
indiferencia, etc., etc. No sólo pueden, lo hacen. Por el sólo hecho de su dialéctica, operan
en ella las diversas figuras literarias.
3013 10 10:
¿Ideales de analistas?
Nietzsche decía que no es verdad que los hombres, en el fondo, busquen la
felicidad. Pensaba que sólo los ingleses hacen eso. Sin embargo, la promesa final de todos
(o de casi todos) los políticos contemporáneos que luchan por el poder es la felicidad. ¿Cuál
de ellos no participa del ideal utilitario de la mayor felicidad para el mayor número? Pero
ésta es un ideal (i), no es el Ideal (I).
¿Puede el ideal (i) de felicidad ser reemplazado por otro ideal que satisfaga,
asimismo, la función ordenadora del Ideal (I)?
¿Puede ser leída la distinción entre ideal (i) e Ideal (I), como hace el psicoanálisis,
sin pasar primero por la distinción entre un ideal 1 (i1) y un ideal 2 (i2)?
Si llamamos ideal 1 (i1) a la felicidad buscada, ¿a qué algo que no fuera la felicidad
podría llamarse ideal 2 (i2)? La ética del psicoanálisis no puede ofrecer una respuesta
porque se apoya en el objeto a, no en el ideal.
145
El párrafo completo de Lacan dice así: “Ici c‟est un mur de langage qui s‟oppose à la parole, et les
précautions contre le verbalisme qui son un thème du discours de l‟homme «normal» de notre culture, ne font
qu‟en renforcer l‟épaisseur.” (É, 1953b, p.282).
102
¿Cuáles son los ideales de los analistas? La pregunta no es por el Ideal (I), sino por
el ideal (i). ¿Es un ideal solidario y ecuménico?, ¿es el ideal de una “humanidad
analizada”?, ¿es el ideal de un saber verdadero, acaso positivista?
Mencionemos entre los tantos ideales que se cuelan entre los analistas, sin ser todos,
los siguientes:
1) Ideales (ideales) de normalidad, que se demuestran en criterios diagnósticos
normativos, psicopatologizantes, en los que se identifican sujetos con yoes y yoes
con categorías nosográficas. Es la generalización de la nominación de pacientes,
incluso de analizantes, con adjetivaciones sustantivadas, por ejemplo: “la histérica”,
“el obsesivo”, “el psicótico”, “el perverso”, etc. Incluso la expresión “diagnóstico
de estructura” imprime al uso de los conceptos una deriva que favorece lo señalado.
2) Ideales (ideales) de progreso social y económico, que se demuestran en la
identificación entre avance del trabajo analizante en la lectura que efectúa de su
historia y acomodamiento de su pensamiento a condiciones sociales al servicio de
los bienes.
3) Ideales (ideales) de prestigio intelectual, a menudo sujetos a bibliometrías,
comúnmente solidarios de una tácita o explícita asociación de la eficacia analítica
con los parámetros de éxito más extendidos en la cultura. Lo ilustra J.A. Miller
cuando expresa: “El analista (…) forma también parte de la cultura. Por ello Lacan
les da relevancia a factores como el prestigio y el peso social en la eficacia de la
interpretación analítica”146 (Miller, 2007, p.245). Esta cita, que no refiere otra
eficacia que la de la sugestión, agrega sustento al ideal siguiente.
4) Ideal (ideal) de ser bueno, ideal de dar contento, o de contentar, o de ser amado, o
de ser único amado, o único escuchado, o de ser mirado.
Sigue la lista.
¿Sería el fin del análisis una idealización compatible con dar al objeto a la función de
astro en el firmamento social?
2013 10 08:
¿Qué es una moda?
La moda permite que se sostenga la eficacia del ideal cambiando aquello que lo
representa. Se produce un espejismo por el cual lo demandado parece coincidir con lo
deseado. Renovando el objeto que se idealiza la promesa de satisfacción del Ideal se puede
sostener. Es un cambio al servicio de una permanencia, una especie de gatopardismo que es
crucial para el funcionamiento del consumo en el mercado. Su función está del lado,
entonces, de un engaño al deseo, que Lacan ha mostrado muy claramente valiéndose del
neologismo “letosa”.
146
Miller, J.A (2007). El ultimísimo Lacan. Buenos Aires: Ed. Paidós, 2013, p. 245.
103
2013 10 07:
Príncipe y súbdito.
Cuando Maquiavelo dice que “un príncipe nunca carece de razón para romper una
promesa” se refiere al decir de un príncipe, de uno solo. Príncipe, en efecto sólo hay uno,
particularidad que significa que no hay sujeto, siempre súbdito, que pueda serlo. El ser de
príncipe se distingue del ser de súbdito, es decir: de todos y de cualquiera que no lo es en
cualquier polis. Todo el desarrollo de Maquiavelo lo supone, de ello depende que su
arbitrariedad esté por encima de la de los hombres.
La democracia, hecha república de gobiernos representativos, no es gobernada por
leyes de naturaleza acéfala, sin príncipe. Su sistema de gobierno, en rigor, es unicéfalo.
2013 10 04:
Hay una extendida negación de la índole social del psicoanálisis.
Escuchar al otro es siempre dejarse hipnotizar. Como en la hipnosis, lo oído es oído
porque es un pensable identificado con un ya pensado, por una resonancia de lógicas antes
que de palabras.
La formulación “el amor es amor al saber” supone un saber alter que es propio.
Lo “irreductible” de la masa (Psicología de las masa y análisis del yo) es lo
irreductible de la hipnosis, será también lo irreductible de la función imaginaria para
constituir el lazo social (está en el síntoma Joyce).
2013 09 21:
Cuando Lacan usa las palabras “verdad” y “realidad”, por ejemplo en el seminario
1, no lo hace al modo de la filosofía, no está filosofando. La Ciencia y la verdad, el escrito,
es un texto de otro propósito, concierne a situar la experiencia freudiana de la cura, la que
había inaugurado Freud, en el pensamiento de su tiempo. No es al revés, Lacan no se asume
como portavoz del pensamiento, del saber, de la filosofía o de las ciencias de su tiempo.
La cuestión es que el saber (positivista) no puede suplir la falta del deseo del
analista, que es lo que sí hay en Freud, en Lacan y en algunos otros (no hay razón suficiente
para considerar que Freud y Lacan fueron los únicos que sostuvieron experiencias de
discursos que pudieran llamarse psicoanalíticas).
No hay otra manera de leer que despacio.
Todos corren enloquecidos a estudiar y a no leer.
2013 09 06:
104
Rosh Hashaná.
A propósito de “Rosh Hashaná”, el saludo "Ketiva Ve Chatima Tova" quiere decir
algo así como "que seas escrito, inscripto o reescrito para un buen nuevo año". Tiene que
ver con que Dios abre los libros para el juicio de la creación de la humanidad empezando
con cada individuo. Éste es nuevamente escrito (“ketiva”) cada año, aunque el destino no se
sella hasta “Yom Kippur”, de manera que no se trata de una fatalidad escrita de antemano.
Es una vía antigua para reescribir la propia historia. Hoy, para hacerlo, debido a que el
mundo dista de interesarse por estas cosas, es preciso analizarse.
2013 07 28:
El objeto a en el cielo.
Cabe esta pregunta: considerar que el objeto a está en el cénit social ¿es idéntico a
pensarlo en la función del agente en la escritura del discurso analítico? Si éste fuera el caso
será preciso elucidar si se ha producido un pasaje del ámbito privado de la consulta
analítica, en la que el objeto a domina la escena, a un ámbito público de masas regido por el
Ideal. La tesis supondría una reformulación radical de la distinción entre lo público y lo
privado.
2013 07 25:
Locura y normalidad.
Se piensa comúnmente que la locura es una anormalidad, un trastorno del
funcionamiento corriente de la mente, del pensamiento o de la conducta, socialmente
disruptiva o conflictiva. Éste es, aproximadamente, el sentido que el término toma no sólo
en la calle sino también entre psiquiatras y psicólogos.
Que la locura sea identificada con una desviación de lo normal o con una falta o
insuficiencia de la razón viene de largo, aunque en torno a los siglos XIV y XV eso
comenzará a tener otro carácter, articulándose, incluso, como un aspecto que no falta en la
dialéctica misma de la racionalidad y del saber. Erasmo de Rotterdam, Cervantes y
Shakespeare son sólo unos de los que muestran en sus obras los nexos entre razón y
sinrazón.
Hay abundantes referencias de las distintas disoluciones y reformulaciones de las
fronteras entre locura y normalidad a lo largo de los últimos siglos y especialmente de las
últimas décadas. Se puede ver que en Hegel toma pleno cuerpo el cuestionamiento de una
dicotomía entre la locura y la razón, pero recién con Freud el psicoanálisis encontraría una
acabada puesta en razón de la locura misma. No obstante, aunque la locura pudo dejar de
ser tratada como un defecto de la razón, siguió nombrando la enfermedad mental por
antonomasia, opuesta, en el uso de las palabras, a lo llamado normal.
105
Es difícil que, de inicio y de modo espontáneo, no se piense que lo loco es algo
malo, al menos inconveniente y en todo caso indeseable. Por eso se trata de que la locura
sea reducida, dominada, puesta en caja, hecha útil para aquello que se considere bueno, más
allá de qué sea esto para cada uno. Debido a esto, cuando alguien pierde los estribos y trata
de resolver a gritos o trompadas un entredicho, se dice que se está ante un ataque de locura,
aunque éste sea leve, temporario y no deje secuelas.
El psicoanálisis trae en la materia una significativa novedad al reconocerla como la
posibilidad propia del hombre de confundir su ser mismo con su yo, la imagen que tiene de
sí, y al advertir que cuando más libre se siente en el uso de su razón, más siervo resulta de
la identificación en la que se abisma. No hay aquí oposición entre locura y razón y tampoco
entre locura y normalidad. Éstas son solidarias entre sí de un modo que contraría la habitual
inercia del sentido común, que hace de la locura una anormalidad a corregir. La definición
propiamente psicoanalítica de locura dista de ser la que se encuentra en el discurso
corriente, pudiendo ser incluso la opuesta, por ejemplo: el gritar ni el insultar pueden no ser
locuras y sí serlo una elevada autoestima o el acomodamiento liso y llano a la expectativa
de algún otro.
La palabra “demanda”.
Traducir demande por “demanda”, sin más, desestima el matiz que la palabra toma
en francés, en el que se usa habitualmente para significar “pregunta”. Cuando en lengua
castellana nosotros usamos coloquialmente el verbo “preguntar”, los franceses utilizan
“demander”.
Las etimologías involucradas enseñan que la traducción de demander, en el sentido
de preguntar o interrogar, por “demandar” señala una supeditación a un pedido o
requerimiento dirigido a otro. Al mismo tiempo, muestran un dirigirse al Otro (lazo social)
en el fundamento de toda pregunta o interrogación.
¿Cómo incide lo señalado cuando leemos; en La Dirección de la Cura, que se
requiere que haya propiamente “demanda de análisis” para…? ¿De qué se trata?
No alcanza con “pedir” análisis, es necesario que haya “pregunta”147 dirigida al otro y
expectativa de respuesta. ¿Debe esta pregunta o interrogación llegar a serla en un sentido
propiamente “científico”? Cabe, puesto que el psicoanálisis se elabora en el movimiento de
la cientificidad moderna.
Esta cientificidad exige, yendo a lo fundamental, el encuentro de un orden siempre
puntual, “orden pensado”. Este orden va más allá del gramatical, más allá de lo que puede
ser bien escrito, gramaticalmente, de lo que se dice.
147
Preguntar: (del lat. percontāri). 1. tr. Interrogar o hacer preguntas a alguien para que diga y responda lo que
sabe sobre un asunto. U. t. c. prnl. 2.… Ver definición completa en el Diccionario de la RAE.
Interrogar: (del lat. interrogāre). 1. tr. Preguntar, inquirir. 2. tr. Hacer una serie de preguntas para aclarar un
hecho o sus circunstancias. Etymology: From “inter” (“between; among”) + rogō (“ask; request”, también
“pedir” en castellano). O sea: hay una relación entre preguntar y demandar, así como la hay entre interrogar y
pedir. Ver también Questio en latín, pregunta en ciencia, etc.
106
Heidegger hace notar que la gramática constituye una palabra sobre la palabra,
mientras que la etimología trabaja sobre palabras en palabras148.
Detrás de la gramática no está el logos matemático sino la demanda, el uso de la
palabra, el habla (no la matemática sino el grito).
Lo que está detrás149 de la gramática de la pulsión es el habla, que bascula hacia el
otro en el lazo social.
Lacan, en el grafo, ubica la pulsión en el vector del goce, es decir: en la relación de
la demanda/pregunta con el goce antes que con la función significante (falta en el Otro).
Se trata de reconocer en la práctica del psicoanálisis un ejercicio nuevo del lenguaje
en el movimiento que llevó del predominio de la oralidad en la cultura al de la escritura
alfabética.
De la oralidad a la escritura (ver más adelante: dualismo)
Habla

Escritura 
filología
gramática
 etimología
 lógica matemática
Con la escritura alfabética la novedad será la de un nuevo orden en un lazo social
que se extiende.
¿Qué queda aquí de la demanda? Precisamente, el lazo social. Tomado por el revés:
para que haya análisis es preciso que haya búsqueda de orden en el lazo social.
El uso del verbo ser introduce el problema de la identificación, es decir: la
problematización sobre la distinción entre la identidad y la diferencia. Es el fondo de la
pregunta ¿qué es?
Ahora bien: “qué es” no es lo mismo que “qué es esto” o que “qué es esto que
dices”, o que “qué dice este escrito”.
La pregunta por el ser parte –en lo que el psicoanálisis advierte – de la necesidad de
aclarar un escrito.
Incluso la duda, en su fundamento subjetivo, es una pregunta dirigida a un hablante
para que aclare lo que dijo o lo que escribió.
La aclaración requiere de una forma legible que haga a lo escrito tan claro como lo
entendido en lo oído. Eso tiene consecuencias, a precisar, para la lectura de la escritura
matemática.
Nótese que la gramática procede también de la necesidad de aclarar lo escrito, esto
es: verificarlo aclarando lo dicho. Pero lo dicho no es lo mismo que lo verdadero, ni que lo
objetivo en el sentido de la verificación empírica o experimental.
148
Heidegger M. (1953). En guise de contribution à la grammaire et à l’étymologie du «mot être». Paris : Éd.
Du Seuil, 2005, p.8.
149
Detrás o delante, según dónde se empiece.
107
Después la gramática será reemplazada por la lógica, primero la aristotélica
(Organon) después la lógica matemática. Son los dos polos que leemos en la palabra griega


2013 07 15:
Una anécdota de Ernesto Sábato.
Ernesto Sábato relata una conversación sobre la particular experiencia comunitaria
de los kibutz en Israel. Su interlocutor le expresa, como crítica, que hacer allí un par de
zapatos cuesta diez veces más que hacerlo en una fábrica, a lo que él responde: “¿quién le
dijo a Usted que un kibutz fue concebido para competir en la producción de zapatos? Lo fue
para hacer hombres enteros”.
La reflexión muestra en qué sentido Sábato opinaba que el progreso puede ser
reaccionario y que muchos reaccionarios tienen discursos progresistas.
2013 07 10:
Psicoanálisis y feminismo.
El feminismo suele sostener el concepto de que el psicoanálisis, al reconocer la
función que tiene el falo en la sexuación, acaba en una concepción “machista” que alimenta
la exclusión política y el sometimiento de las mujeres a los designios de los hombres. No
advierte, sin embargo, que se trata precisamente de lo contrario.
El psicoanálisis ha puesto en claro cómo sucede que la diferencia anatómica entre
hombres y mujeres sea leída en términos de posesión o falta de pene y no de posesión o
falta de útero. Al hacerlo, no sólo ha separado con claridad la diferencia anatómica de la
diferencia psicológica en lo que significan los términos “hombre” y “mujer”, sino que ha
señalado la necesidad de distinguir la función del pene, un órgano (objeto) que puede ser
tanto poseído como no poseído, al igual que el útero, de la función del falo, un significante
que no tiene otra contrapartida que su falta. Por eso no es correcto decir “falta de falo” en
lugar de “falta de pene”, no se confunde “fantasma de castración” con “privación de pene”
y de ningún modo detentar poder –sea político, económico u otro– es asimilable a tener
pene.
Para lo central del debate: el falo, un significante, no está menos en la mujer que en
el hombre. El alcance de la función del falo no podría estar mejor señalada que en
portugués, idioma en el que la palabra “falo” significa “hablo”, permite destacar de
inmediato que el hablar, no el pene, caracteriza a la especie humana como el conjunto de
los hablantes.
2013 07 05:
108
Psicoanálisis y política.
En primer lugar, habría que tener la prudencia de advertir que el psicoanálisis es una
práctica social, discursiva, que se funda precisamente en la renuncia a gobernar al otro y en
el reemplazo de este propósito por el de escuchar para entender. Sin esta renuncia a
gobernar y sin el propósito de escuchar no podría haber análisis. Aquello que llamemos
política “del” o “en el” psicoanálisis no podría siquiera ser una que conciba el escuchar
como un paso para conducir como destino final al gobernar. En tal caso sería una política
que tendría como destino final no escuchar.
Una reflexión que se plantee relacionar psicoanálisis y política se inclinaría a
indagar en primer término qué se lee en la práctica discursiva llamada política, antes que en
lo que se puede decir de ella, habida cuenta que es el decir el que siempre es político.
2013 07 03:
Un problema de la democracia.
La democracia, desde su nacimiento en la Grecia clásica con la igualación del
derecho a tomar el cetro y a hacer uso de la palabra en una asamblea, supone el
ofrecimiento de una escucha para el hablar convocado. Esta suposición, aunque obvia, no
es siempre considerada con la misma atención que el derecho a hablar, aunque el valor de
éste depende de ella. Una diferencia entre ambos aspectos reside en que el hablar hace
notorio su carácter de afirmación fálica en su presentación imaginaria, mientras que la
escucha, por ser silente, no es visible, salvo para una mirada que sea efecto de operaciones
realizadas en otro lugar. El resultado frecuente es que las demandas del hablar “en
democracia”, aun si escuchadas, no son debidamente atendidas. De allí que no debe
extrañar que gobiernos ostensiblemente respetuosos, incluso promotores, de la libre
expresión de las ideas, cosechen cada vez más antipatías y rechazos a cuantas respuestas
ofrecen a las expectativas que tal libertad fomenta.
No es posible que los gobernantes se abstengan en lo público de responder a las
demandas de la manera en que puede un analista hacerlo con eficacia en lo privado, pero la
función que cumple la dimensión inconsciente del discurso en la vida social y política es
una realidad que, no advertida y no leída, conduce al desencanto y al odio como respuestas
a las promesas de amor. La democracia implica una oferta de escucha que, al alimentar la
extensión infinita de la demanda, se despliega hasta el límite que nombra la finitud
necesaria de las respuestas posibles. De este modo histeriza.
2013 06 30:
El “conócete a ti mismo” es el mandato de desconocimiento que origina la
civilización que llamamos occidental. Error de lectura constituyente, es el borramiento
inherente a la metáfora fundante del helenismo trágico.
109
2013 06 11:
“El psicoanálisis, cuando lo es, es una sofística trágica,
entre muertes y caídas, no un resurgir,
búsqueda activa”.
2013 05 27:
Sobre el verbo ser.
¿Cuál es la diferencia entre que esté y que no esté el verbo ser en la lengua? Si está,
si puede ser dicho, es usado al hablar. No es lo mismo traducir what a wonderful World!
por “¡Qué mundo maravilloso!” a hacerlo por “¡Qué maravilloso es el mundo!”. En este
segundo hay una aserción que falta en el primero. (S23, p. 144: lo simbólico no es el
lenguaje del ser)
En la consideración del movimiento de la oralidad a la escritura el psicoanálisis nos
enfrenta con un problema nuevo: el de la dificultad de que una lectura dualista alcance para
ceñir una cuestión que involucra un acto, el cual, en tanto tal, rebasa los términos de su
cognición. Es el mismo problema que señala Lacan cuando observa que el problema frente
a una muda no es el de explicar por qué ella está muda sino de hacerla hablar. La dificultad
reside, precisamente, en que bien puede suceder que se la haga hablar sin producir una
explicación al respecto.
En última instancia, el psicoanálisis insiste: “no cesa de no escribirse”. De este
modo, ¿cabe otra cosa que insistir en escribir? La ciencia no tiene otro camino, la religión
tampoco, y el de la magia, ¿no consiste acaso en un hablar que se inscriba, o sea: en escribir
otra cosa?
El psicoanálisis, ¿podría representarse de otro modo que señalando un déficit de
escritura, sea ésta alfabética u otra?
La implicación de un objeto que no cesa de no escribirse es la de un acto que no es
escritura y que no llegará a serlo. El psicoanálisis, entonces, conduce necesariamente a
aceptar, a no desconocer, que “no cesa de no escribirse”, “que no cesa…”, “que… otra
cosa”. Una “otra cosa”, reconocemos aquí, que no es negación de negación sino
afirmación, donde afirmación no es negación de negación.
¿No es acaso el invento de Freud el de un dejar hablar sin insistir en una coerción
sobre el habla a partir de un escrito? En esta línea, el psicoanálisis hace lugar en el campo
de la ciencia, escrita. no sólo a un no escrito sino a un imposible de escribir, y hace lugar
también a un movimiento de escritura de otra cosa que no tiene otro reconocimiento que el
que proviene de un no estar escrito. Pero esto último, ¿implica acaso que no queda más que
escribir, esto es, con letras nuevas?
Lo primero a advertir es que hay que escuchar aquello que se dice, que en este caso
compromete a lo que los analistas hablan.
110
El acmé de la enseñanza del psicoanálisis en el Occidente contemporáneo es que no
todo es escritura. De ello se deriva la invitación libertaria a salir del susto de dos mil
quinientos años que previene de la inconveniencia de todo acto que no haya sido validado
por el Otro, donde validado es equivalente a autorizado, ordenado y verificado.
Un problema es el dualismo.
La división se repite:
-
La gramatología no tiene en cuenta no sólo la etimología sino tampoco el objeto
mirada.
Freud lee con la gramática, Lacan lee en el psicoanálisis introduciendo la
función de la mirada en la topología.
2013 05 27:
Aspectos del lenguaje.
Una desagregación del título del clásico escrito de 1953 podría formularse así:
“Función del habla, la escritura, la escucha y la lectura y campo del lenguaje en
psicoanálisis”.
La distinción entre habla y lenguaje, lingüística, fue profundizada por el
psicoanálisis, primero por Freud, después por Lacan y por sus continuadores. La distinción
y relación entre el significante y la letra (cf. La instancia de la letra…) y entre el habla y la
escritura (cf. Lituraterre), y la topologización nodal del lenguaje, son algunos de los hitos
claves. Sucede que en esta experiencia es crucial advertir que el significante sólo puede ser
escuchado, no puede ser leído sino como letra.
La letra, en efecto, es lo que se lee, no lo que se escucha. Lacan precisa que lo que
se escucha es el significante. Que la letra no se escucha tiene implicaciones, supone que no
tiene necesidad de estar ajustada a la índole lineal, de palabras sucesivas, no simultáneas,
del habla. Esta posibilidad de la letra de admitir en su índole un carácter de simultaneidad,
de no diacronía, no puede ser escuchado. Tenerlo en cuenta invita a estudiar las
derivaciones del equívoco que consiste en tomar la letra como si fuera un significante.
Entre los problemas que se derivan de ello está el que se tomen las letras de los
textos escritos por Lacan, por Freud o por cualquiera como “sus” significantes (es decir:
“de” Lacan o “de” Freud), cuando sólo pueden operar en el discurso concreto como
significantes del lector. Encuentra correspondencia con este equívoco que el estudio de la
obra de Lacan, de la de Freud o de otras se deslice hacia una hermenéutica sostenida
sacerdotes, necesarios para proveer claves cuya falta se cree subsanable al margen del
propio trabajo interpretativo.
Cuando la letra visible del Otro es tomada como su voz se hace superyó. Sin análisis
de ello –esto es: sin su lectura– el sujeto, fijado en posición de ser hablado por otro,
enloquece150. No obstante, el sujeto es de inicio demanda al Otro y deseo al Otro,
disposición a ser hablado por él, por eso el psicoanálisis, desde su concreción fundante,
inicial, por Freud, no podría ser sino congruente de la proposición siguiente: “en el corazón
150
Cf. Acerca de la causalidad psíquica, p…
111
de la dialéctica del ser está el desconocimiento esencial de la locura” (ídem, p.83). La
locura es así una posibilidad siempre abierta en la esencia del hombre, que concierne al
riesgo de sucumbir “al atractivo de las identificaciones” (ídem, p.87). Es la posibilidad,
entonces, que hay que contemplar inmediatamente en la distribución de los lados del lazo
social entre amo y esclavo, según fue ceñido por Hegel, entre otros. Hagámoslo advirtiendo
que en esta consideración amo y esclavo son recíprocamente amo y esclavo, el uno respecto
del otro, pero lo son, agreguemos, en tanto uno habla y el Otro escucha. Amo es quien
habla, esclavo es quien escucha, si uno tiene en cuenta la reflexión psicoanalítica al
respecto no hay otra definición acabada de estos dos términos en su reciprocidad (cf. S10,
clase2).
Es que, en primera instancia, basta para iniciar un vínculo con que otro cualquiera
nos dirija su palabra. Por eso el líder es tal encarnando al objeto como voz y mirada.
Consideremos la primera: el líder gobierna las voluntades con la dirección que dan sus
palabras, asentándose este poder en la fascinación de la voz/mirada, coherente con la avidez
del sujeto por la voz/palabra del otro/Otro. Aquí se encuentra la razón primera de la función
del locutor, clave del ordenamiento discursivo global en nuestro tiempo.
2013 05 18:
Un micrófono es un macrófono.
2013 05 12:
Psicoanálisis y confesión: hay diferentes involucramientos de la enunciación.
El forzamiento de la confesión sigue la operación de la perversión (Cf. Kant con
Sade).
2013 04 30:
Escritura y discurso.
En materia de escritura, el psicoanálisis no debe dejar desapercibida la coerción que
la psicología de las masas ejerce sobre ella.
La apreciación de que el discurso analítico no está solo conlleva que los otros
discursos tampoco. Tenerlo o no en cuenta tiene consecuencias, hace advertir que:
1. El matema de los discursos no es una tipología de los discursos en la que es posible
ubicarse en uno exceptuándose de participar de los demás. No es posible estar o
permanecer en un solo discurso.
2. En consecuencia, el discurso analítico no puede ser una tecnología especializada o
profesional. No es, a fortiori, una medicina.
3. El psicoanalista no existe, no lo hay o no es profesional.
112
2013 04 26:
Desconocimiento:
Hay una construcción simbólica del desconocimiento inherente a la escritura. La
construcción occidental del conocimiento es al mismo tiempo la del desconocimiento.
Impasse:
No sólo no hay salidas del lenguaje, tampoco hay salida del fantasma.
Todos los impasses son, finalmente, uno de lenguaje: el borramiento del sujeto.
Fantasma:
La cura analítica produce reescritura del fantasma, esto es: que el analizante,
analizando, haga a su fantasma escribir más allá del síntoma. El “del” de la expresión
“escritura del fantasma” es un genitivo subjetivo, no objetivo.
2013 04 23:
Escrituras del psicoanálisis.
El hacer del psicoanálisis no está orientado hacia la escritura no escrita del ser,
como no está para escribir la relación sexual. Su observación específica sobre la escritura
en Occidente es que se pretende que ella se escribe sola.
En efecto, la aspiración de la filosofía y de la matemática sigue el ideal de una
escritura que pueda hacerse sola y que se asuma como escribible por sí misma. Occidente
procura que la escritura fije la verdad, se espera que ésta deje de ser cuestión del sujeto
reduciéndose a efecto de escritura, pero, como no es suficiente para el hablante, es preciso
Dios para asegurarla. Allí es indispensable la religión.
La filosofía y la ciencia, hijas de la escritura, tienen, por lo tanto, sed de Dios.
El psicoanálisis, respecto de la escritura, atiende a que ella no se escribe por si sola,
no puede soslayar la imposibilidad de una escritura de-subjetivada.
El psicoanálisis produce a este respecto un desplazamiento: pasa del problema del
ser que no se escribe al problema de que la escritura no se escriba sola.
No hay “La escritura”, hay escrituras, parciales, en correspondencia con que hay
pulsiones, no pulsión.
2013 04 22:
Ella quiere ser de él, pero en un sentido diferente a cómo él quiere que ella lo sea.
La película “Los ángeles de Charly” ilustra una pertenencia que, dada las destacables
capacidades de las damas protagonistas, lleva a concluir que él, el hombre, no puede
ofrecerles otro atributo que el de llevar nombre de hombre.
113
Conviene evitar la demanda (pregunta o requerimiento dialéctico) cuando el otro
está loco. Es preferible esperar los momentos en que no lo está. Esta flexibilidad no es
abstinencia sino orden no paranoico.
2013 04 21:
Será preciso indagar en qué posición analizante están los analistas en estos terrenos.
Si en tanto participantes de un grupo, iglesia o ejército, están en posición inanalizable,
ajena a sus lecturas, si en tanto occidentados derivan inercialmente a la inanalizablidad.
Resulta así cuando la posición de analista, de profesor de escuela o de otra forma de
liderazgo constituye el sostén sine qua non de la sociabilidad y consecuente socialización.
La situación es homóloga a la de Joyce, quien hace de la construcción de su obra su Ego y
la consistencia de su nombre en el mundo.
La cuestión no es la creencia en el título de psicoanalista, que carece de extensión,
sino la identificación con el serlo más allá de lo sostenible en el decir hablado.
No se trata de nominaciones, cualesquiera sean (analista, no-analista, analizante), ni
de que escriba bien, sino del habla sine qua non que Lacan llamó “bien decir”, condición
del anudamiento propiamente borromeo entre S, R e I. Esta solución es distinta a la del
paradigma Joyce, que enlazando S y R sostiene, vía la letra, su socialidad.
El habla, entonces, sostiene sine qua non el lazo social no “desabonado del
inconsciente”, expresión ésta que es solidaria de la proposición que señala que “la presencia
del analista (…) debe incluirse en el concepto de inconsciente” (S11, p. 133). Esta habla
sine qua non, por lo tanto, es una que no avanza sin el riesgo de decir el significante
cualquiera de la transferencia.
2013 04 16:
La proposición “el Otro no existe” se lee de manera similar a “Dios no existe”. De
este modo se advierte que la no existencia no conlleva que no implique efectos. Que el Otro
no exista no implica que no sea ni que no tenga consecuencias, del mismo modo que Dios,
sin necesidad de existir, no deja de sostener la iglesia romana. El hecho de que esto suceda
desde hace más de dos milenios enseña el poder del verbo.
2013 04 15:
El problema de la increencia (inanalizabilidad) es que creyéndose asentar la certeza
sólo en una escritura se desconoce que ella, la certeza, involucra un no pienso.
¿En qué medida un analista participa de la increencia, fundamentalmente moderna,
en el sentido de que nada espera de otra cosa que no sea una escritura rigurosa, es decir:
lógico-matemática?
114
2013 04 13:
Profesión imposible.
El psicoanálisis es una profesión imposible151 justamente porque no es una
profesión.
El engaño del plus de gozar.
En lo que concierne a la plus valía, en la acción de su extracción para incrementar el
capital, ceñimos no la pérdida del bien “robado” sino la pérdida de decisión, de
inteligencia, el engaño que el plus de gozar hace al deseo. Es la pérdida de subjetivación en
el hacer en el mundo, incluso en el sentido vital de afirmar la vida, que no es sino la propia.
En este punto no hay contradicción entre lo deseante y lo vital. El lenguaje, si bien puede
destruir la vida, en el caso del hombre, debido a la índole prematura de su nacimiento, es el
medio por el cual también la salva, tanto hablando en la demanda como escribiendo en los
sueños que preservan su dormir.
2013 04 12:
Escritura.
La escritura es parte esencial del ordenamiento de las ideas. Tomar notas, resumir o
escribir citas va acompañado de un alivio respecto al malestar con que se presenta lo no
sabido. Es un alivio solitario, incluso independiente, a diferencia del que proviene del
hablar a otro y ser escuchado.
2013 04 09:
Teoría-técnica, escritura-habla, matemática-lazo social.
La relación teoría-técnica en el psicoanálisis no es idéntica a la relación entre
escritura y habla ni entre matemática y lazo social. Para hacer las comparaciones entre estos
tres pares es preciso partir de definiciones de cada uno de los seis términos. Haré ahora una
sola observación general: el alerta que tenemos respecto a las reducciones de la práctica
analítica a una tecnología, que nos lleva a cuidarnos de no disociar la técnica de la teoría, si
bien distingue y no quiere tal “disociación”, no implica que sean identificadas o puestas en
continuidad como en un nudo trébol. Es preciso articular bien las diferencias a la vez que
las concomitancias entre las acciones de escribir y hablar en cada ejercicio del lenguaje.
151
Cf. S17, p. 179 y S24, p.56:”desde el punto de vista ético nuestra profesión es insostenible.”
115
Sobre la relación entre matemática y lazo social, ¿la hay? No es lo mismo la cópula
lógica o el enlace de dos redondeles que la cópula del apareamiento sexual. De ahí en
adelante es preciso estudiar el lazo social desagregando y analizando sus componentes.
2013 04 05:
La escritura topológica ha enriquecido la escritura del psicoanálisis pero ésta no
puede reducirse a aquella. El proceso de puesta en razón por una vía de matematización que
sigue el principio de la navaja de Occam, procurando la formulación a la vez más
abarcativa y económica, que referimos habitualmente con la palabra “reducción”, es
observado en su fundamento por la razón que Lacan refiere como la de Freud (Instancia de
la letra…). La infracción que el principio de identidad hace a la ley del lenguaje – el
significante no puede identificarse a sí mismo – es la piedra angular del corte que comienza
a producir el psicoanálisis en la epistemología moderna.
2013 04 03:
Traducción.
En varios sitios me he ocupado de problemas de las traducciones de textos de
psicoanálisis del francés al castellano. Además de las dificultades puntuales de cada caso, y
de las generales que conciernen a la cuestión de la traducción misma, hay algunas que tal
vez sean propias de nuestro país. ¿Por qué la inclinación, por ejemplo, a traducir
“semblant”, que es de uso coloquial en francés para decir “apariencia”, por “semblante”,
que en nuestro castellano adquiere un matiz otro que no es el subrayado por el vocablo
“semblant”? ¿Por qué traducir “demand” de manera prácticamente automática por
“demanda” y nunca o casi nunca por “pregunta”, que es la acepción generalmente principal
que tiene, también coloquialmente, el término francés?
Una cosa es traducir palabras usadas en sus acepciones habituales por palabras de
otro idioma equivalentes también en sus acepciones habituales, otra cosa es convertirlas, al
traducirlas, en palabras nuevas del idioma de cuyas acepciones deben excluirse las
resonancias que acompañaban sus usos. Esto último sería legítimo si se tratara de matemas,
pero no siendo éste el caso, ¿por qué proceder de este modo?
Tal vez participe de ello el gusto argentino por el afrancesamiento o por la imitación
de lo que se hace en algún Olimpo.
Tal vez el espíritu matematizante sea puesto en continuidad con el religioso. Si
nadie puede vivir del todo sin religión, no es de extrañar que se mezclen así las cosas.
Tampoco es menos cierto que ningún occidental puede vivir sin matemáticas, de modo que
no faltan chances para que se produzca la referida puesta en continuidad.
Se puede considerar el caso de que la matemática, en congruencia con la religión
católica, apostólica y romana, sea no sólo bendecida por el papa sino arbitrada por él. Esta
función de arbitraje queda velada, encubierta, por una de protección, más básica, como
corresponde a un santo padre, sin que eso signifique que el matemático conceda a éste la
potestad de arbitrar en cuestiones matemáticas. Tampoco obsta para que la matemática no
116
sea profesada como fe, apreciación que se puede tener en cuenta al describir distintos
aspectos de la profesión de matemático.
2013 03 26:
No de cualquier manera.
Se circula por la derecha y se pasa por la izquierda.
No se vende gato por liebre.
Periodista no miente.
Algún acuerdo básico:
- En el tráfico: atender a la regla básica de no pasar por la derecha.
- En el periodismo: compromiso con la verdad.
- En la universidad: buscar a los que hacen su propio trabajo, sin encargárselo a otros.
2013 03 24:
De Joyce y el self-made-man.
En el “cenit del socielo”152 contemporáneo no está el objeto a sino el síntoma,
entendido de la manera en que lo hacía Lacan cuando usaba la palabra “sinthome”: aquello
que mantiene en sociedad al “occidentado”, integrándolo a ella como un “self-mademan”153. Como no hay manera de que un hombre esté en el mundo sin que haya
recibido/tomado del Otro los medios discursivos para hacerse tal hombre, una de dos:
recibe de los otros los medios o los inventa haciéndose solo. Este último es el caso que
Lacan ilustra con Joyce.
El problema del occidentado, que si no es psicótico lo parece, es que ha de crearse a
sí mismo debido a la insuficiencia paterno-materna para darle la satisfacción de pensarse
suficientemente hijo de Dios. Esta especie de solución adquiere la forma, aparentemente
lograda, de una independencia visceral –un eufemismo–, que se corresponde con una
paradoja inherente a un aspecto esencial de la sociedad democrática que el próximo párrafo
resume.
Es condición sine qua non para que se produzca un self-made-man que el
ordenamiento socio-económico-político sea democrático liberal, ya que sólo en éste puede
igualarse aquel que nada recibió de partida con el man-made-by-others, por cuna,
educación o herencia. Es que el self-made-man es producido en una cultura que identifica –
confunde – igualdad de derechos ciudadanos con independencia del otro, elementos que, en
conjunto, configuran la paradoja aludida. Esto es congruente con que la independencia por
sí sola no asegura que se haga lazo social.
152
J-A. Miller, en “Una fantasía. Conferencia en Comandatuba” (2004), encuentra que en la contemporaneidad el objeto a
ha sido ubicado en la cumbre del “cielo” social: sería una especie de “objeto celeste”. Cf.
http://www.congresoamp.com/es/template.php?file=Textos/Conferencia-de-Jacques-Alain-Miller-en-Comandatuba.html
153
Concepto tratado en Courel, R. (2012). El psicoanálisis en el impasse de la civilización occidental. Buenos Aires: E.
Verba Manent, 2015, pp.223-243.
117
Se argumenta que sin la posibilidad de negarse a hacer sociedad no puede haber una
que sea “plenamente” democrática, razón por la cual ésta no encuentra en la independencia
del self-made-man la posibilidad de sostenerse “plenamente”. Es la idea de Habermas
cuando refiere que “en un Estado democrático de derecho una ley que hiciera del derecho al
voto una obligación sería un elemento tan extraño como una solidaridad impuesta por
ley”154. Con una perspectiva diferente, Rancière ciñe el punto en su concepción de la
política, en esencia coincidente con la acción idiosincrática del self-made-man. Lo es en
que para él en un acto propiamente político el sujeto se desclasifica liberándose de
cualquier tipificación155, pero su idea no es suficiente para resolver la paradoja del
liberalismo, relacionada con el concepto libertario del que Lacan expresamente señaló las
falencias. En efecto, en el hombre el lazo social resulta no de una oposición entre ley y
deseo sino de su coincidencia, que se refleja en la fórmula “el deseo es el deseo de Otro”,
con dos salvedades fundamentales: una es que esta ley no es la de la coerción que impone
la polis sino la del lenguaje, la otra es que este deseo es inconsciente.
Sin duda cabe esta pregunta: ¿participa el analista del ideal del self-made-man?
2013 03 20:
Occidente:
La civilización occidental comienza a construirse a partir de que se dispone de la
scripta plena, un sistema de transcripción a grafías de lo hablado/dialogado. Es también el
inicio de la política en el sentido occidental, asentada sobre el debate entre logos sofístico y
logos filosófico.
Segregación:
Las formas de la segregación son también formas de la otredad. La construcción de
la otredad en Occidente (que se reconoce, por ejemplo, en la de lo femenino) va de la mano
de la construcción de la segregación. La observación es análoga a la de Marx cuando señala
que la construcción de la riqueza va de la mano de la construcción de la miseria (Marx,
Miseria de la filosofía).
El psicoanálisis en Occidente:
El psicoanálisis está en el acabado de Occidente. La invención del objeto a es la
escritura, pertinente a su campo, de una condensación del alcance que tiene el programa de
matematización geométrica del universo.
2013 03 17:
154
Habermas, J. y Ratzinger, J. (2005) Entre razón y religión. Dialéctica de la secularización. Trad. de Isabel Blanco,
Pablo Largo. Mëxico: Ed. Fondo de Culrura Económica, 2008, p. 16.
155
Cf. en este mismo texto la nota del 2012-07-08, titulada “Sobre C. Schmitt y J. Rancière”. También Rancière, J. (1998)
En los bordes de lo político. Trad. Alejandro Madrid. Buenos Aires: Ediciones La Cebra, 2007, passim. También
Rancière, J. (2008) El espectador emancipado. Trad. Ariel Dillon. Buenos Aires: Ed. Manantial, 2011, passim.
118
Equivocar.
El psicoanálisis conlleva otra significativa novedad en lo que toca al saber: la
certeza de que hay aquí un plano en el que nos equivocamos a cada momento y que, en
consecuencia, posibilita la opción de corregirnos o no. Pero no se trata de la veracidad,
pertinencia o propiedad de los pensamientos, tampoco de que nuestra lectura o concepción
del mundo sea o pueda ser errada, temas todos que tienen importancia en otro sitio. Se trata
de haber caído en la cuenta de que no hacemos a cada instante sino poner en el decir una
cosa en el lugar de otra.
Desde Freud, el hecho de que equivocarse se reitera a cada momento afectando a
todo humano señala la única concepción de la igualdad entre los hablantes capaz de poner
en razón la democracia. Sin esta lectura se desconoce la estructura y se alimenta la no
salida de sus impasses.
Siendo el psicoanálisis una experiencia radical con la función del saber en el lazo
social, no podría no toparse con el palo en la rueda que implica hablar sin necesidad para el
saber maestro.
Invención del objeto a.
El problema cuya creación es concomitante a la invención del objeto a consiste en
que, al dar un nombre a un innombrable, produce una identificación que identifica un no
identificable. La cuestión, que no es otra que la que está en la base de toda
traducción/transcripción, no podría tener mejor expresión que la de Lacan cuando advierte
que parte del límite, “del límite del cual hay que partir (…) para establecer la serie de lo
que a él se acerca”156 (S20, p. 11).
2013 03 15:
“Corte de sesión”.
¿Cuál es el momento de concluir una sesión?
Para que el corte de sesión como puntuación en el discurso sirva a la cura, para que
esté “bien hecho”, la elección del significante ha de ser el resultado de la conclusión por
parte del analista de un tiempo de comprensión que habrá sido el que le corresponde en su
lugar. Puede ser, por ejemplo, el de la construcción freudiana, habida cuenta de que no
corresponde aplicarle mecánicamente la idea, generalizada, de que el sentido alimenta al
síntoma. Sin ese trabajo, el corte de sesión se reduce a la sola arbitrariedad de un oyente,
confirmación inconsciente de una transferencia no analizada. Nada allí para la elaboración
del analizante puesto que no es un momento de concluir con consecuencias de razón para
un futuro instante de ver.
156
“D‟une limite dont en effet il faut partir (…) pour établir la série de ce qui s‟en aproche”. En J. Lacan
(1972-1973b) Le Séminaire de Jacques Lacan. Livre XX: Encore. Paris: Éditions du Seuil, 1975, p. 10.
119
2013 03 10:
No hay psicopatología del sujeto.
No sólo el psicoanálisis no es una psicopatología ni ésta es parte del psicoanálisis.
Esto se debe a que en su médula el psicoanálisis ha de ceñirse a un sujeto vaciado de todo y
cualquier sentido. Este sujeto es sólo un supuesto a lo que habla y escribe, no tiene
patologías porque carece de cualidades, de él sólo puede decirse que es representado por un
significante para otro significante.
No hay, entonces, psicopatología del sujeto.
2013 02 26:
Disolución del Seminario de Investigación del Proyecto Ubacyt.
(e-mail del 26 de febrero de 2013)
Estimados:
Habiendo recibido la noticia de Félix, Roberto, Alejandra y Mónica de que no
continuarán en el seminario de los miércoles a la mañana pienso que éste, de seguir, sería
completamente otra cosa, por lo cual sería mejor que se disuelva y que entre quienes
queramos, cuando queramos, nos encontremos para considerar posibles planes.
Si bien me da mucha pena, pienso que es lógico que un grupo en el que se ha
trabajado de la manera en que lo hicimos tenga un tiempo limitado de vida. Aunque se trata
de un espacio en la universidad, hemos funcionado con un espíritu bastante acorde al de un
cartel, y eso conlleva atender a las consecuencias de que es imposible, por una
imposibilidad de orden lógico, que un grupo (cualquier grupo) se mantenga en el tiempo.
Más allá de cierto punto, sólo la iglesia sobrevive.
Puede entonces ser no un fracaso sino un logro que un conjunto de buenas personas,
después de haberse reunido durante algunos años para hacer lo que querían, se separen y se
vuelvan a juntar, con otras o entre ellas mismas, para continuar haciendo aquello que
quieren hacer. Es una demostración de que sí es posible que la relación con la causa prime
sobre las relaciones de grupo. De todas maneras sentiré mucho la falta de lo compartido con
cada uno en este espacio durante varios buenos años en un trabajo que, según pienso, fue
excepcional. Sé que mis inquietudes y reflexiones de hoy son sólo un muy pequeño paso
propio tras lo tanto pensado y vuelto a pensar escuchándolos y conversando en las
reuniones que tuvimos. Por todo eso les estaré siempre muy agradecido.
No dudo, además, de que cada uno de ustedes continuará haciendo con el
entusiasmo de siempre lo que quiere, por lo que le deseo también a cada uno lo mejor en
todo lo que haga.
Quedo de mi parte con la mejor disposición para hablar de pasos futuros con quien
lo desee.
Los saludo con afecto.
Raúl Courel
120
2012 10 12:
Sobre la situación del psicoanálisis hoy.
Que tomamos la palabra quiere decir que usamos la que ya está escrita. Como en el
psicoanálisis las últimas que hasta el momento se han logrado sostener más allá de la vida
del autor son las de Lacan y están en francés, hablamos con ellas. Nos apropiamos de esas
letras, sin que se dilucide del todo en qué medida somos hablados por ellas, es decir: si se
trata de una presentación de la locura que consiste, precisamente, en ser hablado por
otro/Otro.
Platón tal vez hubiera considerado que los poderes de los escritos en los que nos
respaldamos en otras circunstancias y para otros hoy no son los mismos porque los
momentos no son idénticos y no lo somos nosotros ni los otros (cf. Carta7)157.
Sostendríamos, entonces, pensamientos que nos llegan de escrituras ajenas, no como
resultado de nuestro propio pensar (cf. Platón, Fedro, 275a)158. Otro tanto cuestionaría
Descartes en su décima regla para la dirección de la mente159.
Los temas de los que se ocupaba Lacan no son inmediatamente los nuestros, él no
habla hoy ni en nuestro contexto, de modo que sería preciso leer en sus dichos su método y
hacer su mathemata, pero en el estricto sentido que le daban los griegos: “aquello que
puede ser aprendido y que así, al mismo tiempo, puede ser enseñado” (según Heidegger),
que no tiene ninguna exigencia de olvidar que cada uno de nosotros habla hoy y en nuestro
propio contexto.
2012 09 15:
Psicoanálisis, profesión y mercado.
La afirmación de que el psicoanálisis no es una psicoterapia implica diferenciarlo de
la práctica social de un servicio profesional que se presta en el mercado laboral a título de
psicoterapia, así inscripto en la estructura socioeconómica. Eso implicaría que no puede
comprarse ni venderse como psicoterapia, pero ¿es una profesión? Incluso: ¿puede
considerarse una mercancía adquirible en el mercado si su práctica no se identifica con una
profesión? Sucede que, en el funcionamiento social, mercantil, el psicoanálisis se vende y
se compra y los analistas son reconocidos como profesionales, al margen de que hayan o no
papeles que los reconozcan como tales.
El funcionamiento contemporáneo de la economía no deja margen a que los
profesionales no estén sindicalizados. Para lograr peso – y “pesos” – tratan de organizarse
de manera similar a abogados, contadores, médicos, abogados, docentes y tutti quanti, cada
uno en el contexto de su actividad. Sucede con toda actividad cuya oferta se extiende en el
157
Platón. Carta VII. Obras completas. Tomo IV. Buenos Aires: Bibliográfica Omeba, 1967
Platón. Diálogos III, Fedón -Banquete -Fedro. Barcelona: Ed. Gredos, 2007.
159
Descartes, R. (1637). Discurso del Método - Reglas para la dirección de la mente. Barcelona, España:
Hyspamérica Ediciones Orbis S.A., 1983, pp.190-194.
158
121
mercado. De modo que pasa también con el psicoanálisis: su situación no puede ser ajena
al mercado de su práctica. No lo fue en su comienzo ni lo es hoy, implicando que, aun
cuando la palabra “psicoanalista” refiera un accionar muy especial, una posición discursiva,
no un status profesional, y la nominación de tal se distinga de una diplomatura, la índole de
su mercado determina en alta medida los lugares de su elaboración.
Un profesional es un especialista en una disciplina en tanto es reconocido como tal,
es decir: es “disciplinado”.
2012 09 10:
Profesión.
El psicoanálisis “es” una especialidad, incluso una profesión. No podría no serlo
desde que es un “servicio” que se presta, se cobra y se paga, es decir: no es marginal al
mercado. El hecho de que involucre al sujeto no lo exime de eso, más bien lleva a atender
al mercado, a diferencia de las tecnologías dominantes que separan unas cosas de otras para
no volver a juntarlas, etc.
¿Qué pasará con la profesión de analista? Lacan anticipa que se convertirá en una
práctica apestosa al servicio del discurso capitalista. Pero entonces, ¿qué pasará con el
discurso nuevo que el psicoanálisis inauguró? No hay por qué suponer que desaparecerá,
sobre todo si se alimenta del triunfo de la cientificidad en la vertiente que se afirma en el
capitalismo, cuya función forclusiva no ofrece al hombre recursos para hacer lazo social. Sí
cabe pensar que podrá clarificarse la distinción entre discurso analítico y profesión de
analista. Esta última podrá, por ejemplo, disolverse en los diferentes campos en que la
cuestión del sujeto esté en el tapete, es decir: en cuanto sitio el sujeto hace las suyas (narrar
y traducir).
2012 08 17:
Una adenda a la psicología de los grupos.
Sobre el silencio en los agrupamientos de analistas.
“Virtud grande es callar… guarda cuidadosamente la lengua,
porque en el mucho hablar no faltará pecado”
(San Ambrosio, Tratado de las vírgenes, Ed. TOR, p.82)
El psicoanálisis como hecho social no escapa a las condiciones discursivas de la
civilización, observación de la mayor importancia para el sostén de su práctica misma.
Considerando el funcionamiento grupal de los analistas Lacan advirtió que en la vía del
poder sobre un grupo juega un papel esencial el ejercicio del silencio. En su escrito
“Situación del psicoanálisis en 1956” señalaba que la organización contemporánea de los
122
psicoanalistas “obliga al habla160 a caminar entre dos muros de silencio” (Ev,2, p. 204).
Tales “muros” están constituidos por las “suficiencias” y los “zapatitos”161, ambos roles
silentes en sus funciones de sostén de la invisibilidad contemporánea del poder. Es “una
política de silencio tenaz”, observa Lacan, “la que debe encontrar su vía hacia la Beatitud”
(Ev, 2, p. 205). Una “razón de grupo” explica esos silencios, ellos callan porque presienten,
aun desconociéndolo, que “no hay que turbar a las Beatitudes162” (Ev, 2, p. 205).
La “ignorancia crasa” que Lacan observa en el psicoanálisis por la falta de “crítica
de sus fuentes”, junto a los “efectos de identificación imaginaria cuya esencia reveló
Freud”, presentes como “suficiencia encarnada”, fundan “la comunión del grupo… a
expensas de toda comunicación articulada” (Ev2: 211). Lacan no vacila en referir esta
psicología, social, con la expresión “terror conformista” (Ev2: 212). Pero no se trata sólo
del funcionamiento grupal de los analistas, los términos con que Lacan se refiere a éstos
pueden intervenir en la lectura del funcionamiento de los grupos en general. Por esta razón,
este escrito suyo puede ser considerado un complemento de la Psicología de las masas y
análisis del yo de Freud.
2012 07 17:
Psicología de las masas.
Destacamos con frecuencia que la psicología de las masas es probablemente el
principal aporte del psicoanálisis a la politología, pero no lo es menos el concepto de deseo
inconsciente, sin el cual la idea de la sociabilidad en que se apoya la política no puede salir
de la certeza de que la guerra es finalmente inevitable. Esto último es un fantasma que
reafirmó el pensamiento de Hegel, como enseñan en la Fenomenología del Espíritu sus
conceptos sobre el gobierno, la libertad y el terror.
2012 07 14:
La psicología de las masas freudiana considera dos prototipos: la iglesia y el
ejército. Participan ambos de una misma operación del sujeto en el lenguaje en torno a la
función del ideal, ¿en qué difieren? El sistema organizativo empresarial corporativo
contemporáneo es militar.
La polaridad y dialéctica de posiciones e intereses entre la sociedad religiosa y la
sociedad gubernamental se reconoce a lo largo de la historia de la humanidad, atravesando
la de Occidente desde la antigüedad hasta la actual separación y combinación entre Iglesias
160
En el texto en castellano dice “palabra”, pero encontramos que la traducción del francés aquí debe ser
“habla”.
161
En francés petit souliers, significando personas que estando disconformes soportan su disconformidad
disimulándola, brevemente: “disconformes disimulados”.
162
Para la lectura de este “rol” en el grupo de analistas conviene recordar la acepción de “beatitud” que refiere
la bienaventuranza eterna de las almas y que supone un estado de felicidad y placidez que es premio a la
virtud, antónimo de pecado.
123
y Estados. Los estudios de G. Agamben sobre las relaciones entre el poder y la gloria
conciernen a la cuestión.
2012 07 09:
Sobre política y moral.
El psicoanálisis subvierte, al menos en teoría, la lectura moral de la política dando
un nuevo paso después del de Maquiavelo hacia el 1500. La “operación eficaz” en el
psicoanálisis no consiste en conducir a un bien ni a un mal sino en la lectura de una función
que permanece oculta a la razón en el sentido de Kant, objeto propiamente no objetivable,
que Lacan nombró objeto a, causa del deseo en sentido freudiano. El paso indica a la
politología –lo advierta ésta o no– el límite de la lectura moralista que lleva hasta la
indiferenciación entre el éxito político y la canallada, apoyada sobre la función de
desconocimiento que es inherente a la estructura del yo legible como debilidad mental,
concepto que encuentra ideas antecedentes, por ejemplo, en las de Erasmo de Rotterdam en
su “Elogio de la Estulticia”.
2012 07 08:
Sobre C. Schmitt y J. Rancière.
La proposición de que Kelsen finalmente desestima la función propiamente política
en el derecho (o que acaba apoyando su desconocimiento), resultado de una razón sin
sujeto ni objeto patológico (como pasa en Kant), puede partir tanto de una reflexión
psicoanalítica como de una de Carl Schmitt, aunque los sentidos y derivaciones sean
distintos.
Las razones de Schmitt se respaldan en lecturas consecuentes de cómo se presentan
y se presentaron las cosas a lo largo de la historia, especialmente en la occidental, que
focaliza. Se puede buscar en ellas argumentaciones que muestren similitudes con las de
Sade en “Filosofía en el tocador”, ver qué se encuentra y después pensar de nuevo.
El concepto de la autonomía de la política respecto de la religión y la moral
(posibilidad teórica de aislar, como fundante por sí sola, la contraposición amigoenemigo163) es finalmente subsidiario del mismo paradigma epistemológico que sostiene el
de autonomía de cualquier ciencia matematizada, que puede bastarse con la sola coherencia
interna basada en una axiomática. Ante este planteo, cabe la observación de Lacan de que
“la ciencia es animada por algún misterioso deseo, pero ella, al igual que el inconsciente,
tampoco sabe qué quiere decir ese deseo”164.
En consecuencia, la ciencia jurídica se hace “teoría pura del derecho” en Kant y
Kelsen y la ciencia política se hace “teoría pura de la política” entre Maquiavelo y Schmitt,
sin saltear a Hobbes ni a algunos otros sin duda de mucho peso. Son autonomías no
163
Schmitt, C. (1932). El concepto de lo político. Madrid: Alianza Editorial, 2009, p. 56. Url:
https://arditiesp.files.wordpress.com/2012/10/schmitt-carl-el-concepto-de-lo-policc81tico-completo.pdf
164
Lacan, S7, p. 386.
124
voluntariosas sino esencialmente lógico-matemáticas. De este modo, Kant, Sade, Kelsen,
Maquiavelo, Hobbes y Schmitt se ven atravesados por similar espíritu que Newton, del
cual, según Lacan, Kant hizo una enfermedad165.
Respecto a J. Rancière habría que ver si su manera de concebir la política no cierra
también su fundamento sobre la relación amigo-enemigo, si da o no un paso que admita una
salida de la psicología de las masas y en qué sentido habilita una distinción entre política y
policía. Esta última, según él, no sólo supone un organismo represor sino el orden que
clasifica las competencias de cada grupo en la sociedad, incluso por consenso. La política,
en cambio, concerniría a un acto de un integrante de cualquiera de tales grupos que se
desclasifica, es decir: que rechaza su tipificación. Así se expresa: “He tomado el partido
singular de dar a la potencia de lo heterogéneo o del uno-de-más el nombre de démos y de
plantear en consecuencia la democracia como opuesta al consenso”166, y puntualiza:
“La política (…) es –y no es más que– el conjunto de actos que efectúan una
“propiedad” suplementaria, una propiedad biológica y antropológicamente
imposible de encontrar, la igualdad de los seres hablantes. Existe como
complemento de cualquier bios. Se oponen así dos estructuraciones del mundo
común: una que no conoce más que el bios (desde la circulación de la sangre a la
regularización de los flujos de población) y otra que conoce los artificios de la
igualdad, sus formas de reconfiguración del “mundo dado” en común efectuadas por
sujetos políticos. Sujetos que no afirman otra vida sino que configuran un mundo
común diferente”.167
Es para seguir.
2012 05 14:
Sobre “síntoma” y “sinthome”.
¿Hay sólo “síntoma” o hay “síntoma” y “sinthome”? ¿Qué enseñan estas diferentes
escrituras?
El síntoma, además de la función que llamamos metafórica, ¿cumple un papel de
sostén del sujeto en sociedad, llamándose entonces “sinthome”, en cuyo caso sólo se trata
de subrayar otra función del viejo síntoma?
¿En qué se recubren y en qué no las referencias de los términos “síntoma” y
“sinthome”?
Si la palabra “sinthome” designa una función otra que la designada por la palabra
“síntoma”, ¿por qué no usar una palabra diferente? Uno se ve llevado a suponer que,
aunque involucre algo nuevo, no excluye del todo el ser el síntoma clásico, una formación
del inconsciente legible como metáfora, en el fondo de la cual el análisis aprehenderá un
fantasma.
165
Cf. Lacan, S23, p. 121.
Rancière, J. (1990). En los bordes de lo político, Ed. La Cebra, p.14.
167
Id., pp.15-16.
166
125
Supongamos provisoriamente, aunque dista de ser el punto al que llegaremos en esta
breve nota, que de esto se trata y que lo llamado “sinthome” sigue siendo síntoma. En este
caso, nosotros, en castellano, podríamos quedarnos con la misma palabra “síntoma” sin
decir “sinthome”, ni “sínthoma”, como a veces se hace. Es que las observaciones sobre la
palabra “symptôme” hechas por Lacan, que hablaba y escribía en francés, no se aplican a la
palabra “síntoma” en castellano. Nosotros no necesitamos agregarle la letra “h” porque no
tuvimos la necesidad de advertir que la concepción moderna del síntoma en Francia se
había vestido de griego escribiendo “symptôme”, con “y”.
Hay que considerar que el viejo síntoma no es ajeno a la religiosidad, por lo que
hace falta detenerse en cómo entender que Lacan traiga a colación que, en francés,
“symptôme” se escribía “sinthome” antes de que Rabelais, médico, buscara salir, usando el
griego, de la latinización que había impuesto la iglesia romana168. Como en nuestro caso el
vocabulario de la medicina se mantuvo más latino, queda más a la vista el espíritu católico
que hacia el siglo XV había regido el mundo durante por lo menos mil años. De aquí que el
uso por el francés Lacan de la palabra “sinthome” (que además es homófona de Saint
Thomas) lleve a focalizar una función religiosa. Finalmente, el síntoma es un hecho de
lenguaje que se lee como metáfora, que involucra a Dios/Padre en la operación que lo
subtiende que llamamos metáfora paterna. Pero, ¿cuál es el alcance que cabe dar a la
religiosidad como una función inherente al síntoma, qué cuestiones de fondo se abren aquí?
Nuevamente: ¿hasta dónde coinciden y hasta dónde divergen “síntoma” y “sinthome”?
La idea de un anudamiento de la estructura que se hace no con la función paterna
sino con el llamado “sinthome”, que se escribe como reparación de una relación no
borromea entre simbólico, real e imaginario, aparece en Lacan a propósito de Joyce.
Supone que éste inventa una propia generación porque la de su padre no es suficiente. No
tiene por qué ser psicótico, como tampoco tiene por qué serlo un “self made man” nacido
de todas las miserias. Que tuvieran que procurarse los medios para arreglarse solos, y
lograran hacerlo, prueba que funcionaron no fuera sino dentro de discurso.
Crecer sin amparos paternos o divinos y sin deudas correspondientes no hace
necesariamente una sociabilidad prescindente de religiosidad y de función paterna. La
neurosis obsesiva enseña con frecuencia el ideal de hacerse solo y no deberle nada a nadie.
Es la locura del obsesivo que se cree ateo y juega a ser un Gran Padre, sin que se trate ya
del dios que se encarna en el hijo del hombre sino de éste haciéndose Dios, como un
Akenatón contemporáneo identificado él mismo con el Dios de un monoteísmo que
reemplaza el politeísmo que le precede.
Tal vez para enriquecer los debates sobre síntoma y sinthome habría que advertir
cuánto el psicoanálisis se queda en una conversación entre cristianos.
Sin duda es para continuar.
2011 11 17:
Lectura:
168
Cf. Lacan, S23, p.160.
126
Llamamos lectura al acto por el cual un pensamiento se sitúa topológicamente
extrínseco a un pensamiento. La consideración de cómo opera en la filosofía requiere
introducir el concepto freudiano de narcisismo, que implica la función de la alteridad en el
pensamiento, esto es: la consideración en él mismo de la estructura de identidad y
diferencia propia del lenguaje.
2011 10 06:
¿Transferencia de trabajo?:
En las últimas décadas, entre los analistas, actividades que se suelen caracterizar
como efectos de “transferencia de trabajo”, a menudo han funcionado, sin que sea
advertido, como respuestas a esta invocación: In manus tuas, Domine, commendo spiritum
meum.169 La oración, o su inversa, condensan el concepto de una transferencia sin análisis.
2011 08 05:
Las “sombras” de la caverna en la escritura de Platón encuentran una última
reescritura, matemática, topológica, en el cruzamiento entre dos rectas cuya lectura
desconoce que una pasa por arriba de la otra. Este desconocimiento es referido,
precisamente, con la palabra “sombra”.
2011 07 27
Ciencia y discurso.
La ciencia propiamente tal no es un discurso, tampoco la matemática, la lógica ni la
tecnología. Todas ellas son escrituras que se quieren bien hechas, productos del acto de
escribir en tanto no es reducible al de transcribir lo hablado. Son escrituras en cuya
producción moderna cooperan los discursos del amo, universitario y de la histérica.
2011 07 05:
El “corte” del psicoanálisis en la civilización
Una escritura topológica.
¿De qué “corte” se trata en la expresión “el corte del discurso psicoanalítico en la
civilización de la ciencia moderna y la economía capitalista”?170 ¿Qué “corte” es éste? 171.
169
“En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu”.
Investigación “Psicoanálisis y Psicosis Social. El corte del discurso psicoanalítico en la civilización de la ciencia
moderna y la economía capitalista”. UBACYT Nº P027 Programación 2008-2010.
171
Nuestro uso de la palabra “corte” es deudora del concepto de “ruptura epistemológica” de G. Bachelard.
170
127
Cuando estudiamos la universidad se hace claro que ella sostiene una función clave
en la reproducción de esta civilización, de modo que cabe la pregunta: el “corte” del
discurso psicoanalítico ¿qué produce efectivamente en la universidad? La pregunta es
fundamental.
Hablamos en el marco de algo que se presenta en la universidad como
“investigación en psicoanálisis”, recordaré dos formulaciones, una de Freud y otra de
Lacan.
La primera es la distinción por parte de Freud entre tratamiento psicoanalítico e
investigación científica, que hace en “Consejos al médico sobre el tratamiento
psicoanalítico” después de señalar que “la coincidencia de investigación y tratamiento en el
trabajo analítico es sin duda uno de los títulos de gloria de este último” (Freud, 1912, OC,
Vol.12, p.114).
La otra es la observación de Lacan de que el psicoanálisis no es una investigación
(S11). Hay en ambas formulaciones el señalamiento, por una parte, de una continuidad y,
por otra, de una discontinuidad. La relación entre esta continuidad y esta discontinuidad no
es una disyunción exclusiva. Para referirme a esto me apoyaré en una escritura topológica.
Escribiré la coincidencia “entre investigación y tratamiento” como la continuidad
propia de la superficie unilátera de la banda de Moebius, y la distinción o separación entre
ambas como resultado de un corte mediano de la banda en una sola vuelta, que la hace
bilátera (notemos que si efectuamos el corte en dos vueltas tenemos como resultado dos
bandas: una bilátera y la otra unilátera, moebiana).
Tomaré la primera banda de Moebius como escritura de la continuidad entre
investigación y tratamiento (Freud) y la segunda, bilátera, como escritura de la
discontinuidad entre ambos. De ahí en más, todo nuevo corte en dos vueltas sobre la parte
moebiana restante producirá una nueva banda bilátera y una nueva banda unilátera. Tras
cada nuevo corte, en consecuencia, habrá una nueva banda bilátera, una nueva diferencia o
separación, manteniéndose, por otra parte, una banda unilátera. De este modo: una vez
producida la estructura de continuidad y discontinuidad por el corte hecho en dos vueltas
ella se repite cada vez que se produce un nuevo corte en dos vueltas.
Hay, por lo tanto, dos posibilidades de corte:
- Una en una sola vuelta, que produce solamente una estructura bilátera: una
esfera por ejemplo.
- Otra en dos vueltas, que produce una estructura no solamente bilátera,
como una esfera, sino, además, una nueva estructura unilátera moebiana.
El primer corte produce sólo discontinuidades mientras que el segundo produce
discontinuidades y continuidades. Ninguno, ningún corte, produce sólo continuidades.
Para ir al punto: pruebo escribir de estos dos modos los cortes posibles del discurso
psicoanalítico en la civilización de la ciencia moderna y la economía capitalista. Uno
produce sólo discontinuidades y el otro produce discontinuidades y continuidades, siempre
ambas.
Se querría que el corte del psicoanálisis fuera el segundo. ¿Por qué el segundo?
Porque es preciso no sólo tener en cuenta la disyunción entre investigación y tratamiento
propiamente dicho sino lo que Freud llama, según recién cité, “coincidencia de
investigación y tratamiento en el trabajo analítico”. Esta “coincidencia”, si uno tiene en
cuenta que la operación del deseo inconsciente está en la médula del tratamiento, implica
que el deseo está en juego también en la investigación, de donde se derivan varias
consecuencias de índole tanto teórico-conceptual como práctica.
128
2011 07 01:
Amor cortés.
En Aún Lacan dice del amor cortés que "es una manera muy refinada de suplir la
ausencia de relación sexual fingiendo que somos nosotros los que la obstaculizamos... "(L,
S20, Paidós, p. 85) y después: "El amor cortés es para el hombre, cuya dama era
enteramente, en el sentido más servil, su súbdita, la única manera de salir airosos de la
ausencia de relación sexual"(id).
Este seminario está lleno de cosas: "un goce del cuerpo más allá del falo... del cual
quizá nada sabe ella misma"(id). Eso está a un paso del goce de los místicos, Lacan se
refiere a la Santa Teresa pintada por Bernini: "¿y con qué goza? Está claro que el
testimonio esencial de los místicos es justamente decir que lo sienten, pero que no saben
nada" (p. 92). Allí inmediatamente distingue el goce femenino del "puro joder", dice que en
la época de Freud y de Charcot se quiso reducir a eso el goce místico, y termina su
exposición refiriéndose al "deseo de un bien en segundo grado, un bien cuya causa no es un
objeto a" (p.93).
Más adelante, Lacan observa que la caída del amor cortés fue un efecto del discurso
de la ciencia. Hay un párrafo en el que dice, después de señalar que la ciencia llevó a que
hablar sea "pura pérdida" (perder el tiempo) y a que surja el psicoanálisis. Entonces agrega:
"con eso no se van a arreglar las cosas en la relación del hombre con las mujeres. El genio
de Freud es haberlo visto... Mientras dure este giro se podría tal vez vislumbrar algo en lo
tocante al Otro, ya que con eso tiene que vérselas la mujer"(p.104).
Freud y Lacan advirtieron que la mujer vislumbra algo que no vislumbra el hombre.
También inauguraron una manera nueva de abordar las cuestiones que se desprenden de las
cualidades y características que muy agudamente otros –como San Agustín, por ejemplo–
atribuían a las mujeres y no a los hombres.
2011 06 25:
El nudo no es sólo un modo de marcar lo no marcado, de ligar lo no ligado. El nudo
da la estructura de la invención.
2010 09 27:
Sobre Adam Smith y John M. Keynes.
La economía no es ciencia reducible a econometría, los hombres hacen con los
números de la economía cosas regidas por otras lógicas. Adam Smith había advertido que
los compradores optan por lo más barato imponiendo una competencia entre los vendedores
que los hace bajar los precios; supuso entonces que el mercado no estaba sometido a
voluntad alguna sino a una ley impersonal que suponía una aspiración universal de los
129
hombres a ganar más vendiendo y a pagar menos comprando. De allí el extendido concepto
de que si se deja que esa ley opere libremente, sucede naturalmente un acomodamiento
feliz entre los intereses contrapuestos en juego, todo con la inexorabilidad de una ley
matemática,
Después John Maynard Keynes observó que no es cierto que el comprador compre
forzosamente lo más barato. En la especulación bursátil, por ejemplo, prefiere comprar lo
que sube de precio, no lo que baja. Keynes se había topado con que el comportamiento del
hombre en la economía no se ajusta necesariamente a una racionalidad utilitaria y que su
ambición y designios podían ir bastante más allá. Daba así pie a la invención de políticas
económicas contra-cíclicas capaces de evitar detenciones o pausas en la actividad
económica y su crecimiento.
Es interesante que Keynes sea visto con frecuencia como un pensador que,
advirtiendo fallas fundamentales en las políticas de libre mercado, abrió puertas de posibles
salidas de la economía capitalista. En verdad no hizo sino perfeccionarla, mostrando que la
producción intensiva y la generación de ganancias no está obligada a detenerse ni a
disminuir en razón de las leyes de la economía. Con él, el afán de producir, no con fines
utilitarios sino de acumulación sin fin de plus-valía y de su correlativo plus-de-gozar,
encontró nuevas posibilidades de potenciación.
2010 09 15:
Economía.
La trama misma de la actividad económica es cultural, de modo que, en esencia, ella
no responde al propósito de “hacer más con el menor gasto”. Las leyes que regulan el
accionar de los seres humanos, hablantes, no priorizan siquiera el “buen equilibrio de la
vida”. Por el contrario, con harta frecuencia muestran claramente su inclinación al exceso y
a ir más allá de lo conveniente. La racionalidad de los planes de los sujetos no sigue
necesariamente los cánones de lo recomendable para la salud, la seguridad, la previsibilidad
o la productividad, valores que la buena economía considera encomiables.
El sistema económico capitalista, industrial y de mercado se encuentra con las
consecuencias de una paradoja en la lógica de sus principios. Ésta requiere, por una parte,
extremar tanto el trabajo intelectual como el consumo, pero estos dos propósitos se
contradicen. Efectivamente, el trabajo intelectual requiere del sujeto el deseo de
elaboración intelectual; el consumo, en cambio, requiere que el sujeto se satisfaga con los
objetos que la industria produce, satisfacción distinta a la que produce el trabajo intelectual.
Es deseable partir en la economía de la función de lo que falta, no de lo que hay.
En lo concerniente al sujeto los límites de la econometría son los de la medición. La
economía no es una ciencia exacta, tiene parecidos con la psicología, especialmente en que
no es posible replicar experiencias o predecir las conductas. Pero, ¿por qué? Porque el ser
humano no actúa del mismo modo que los animales. La actividad humana, cultural,
incluyendo la económica, muestra regularidades que reducidas a leyes biológicas carecen
de utilidad.
La conducta económica no se puede predecir porque el cálculo del sujeto no permite
la predicción (ley del significante).
130
La premisa del sistema de Adam Smith (el self interest es siempre el motor) se
puede considerar a la luz de los conceptos de narcisismo y agresividad tratados por Lacan
en su estudio sobre la causalidad psíquica, etc. (cf. A.Smith, “Theory of moral sentiments”
p. 40).
Los conceptos de Adam Smith son congruentes con la biología, no con el
psicoanálisis.
2010 09 10:
Sobre el mal.
¿Qué es el mal? Una primera presentación se corresponde con su ubicación
diferencial y opuesta al "Bien", aunque está la posibilidad de concebirlo de otros modos. El
mal constituye una categoría de la moral, de la religión y también de la teología.
Existe el mal que consiste en apartarse de lo justo, lícito u honesto y aquel otro que
reside en el daño, la desgracia, la calamidad, la enfermedad o el dolor. Hay males de todo
tipo, intensidades y extensiones, y hay épocas en las que se destacan unos y las hay en las
que sobresalen otros.
La maldad puede vincularse a la voluntad obstinada y también a la ausencia de
vocación alguna, que suele acompañar a la ociosidad. Está el mal de la prolijidad y el del
descontento del perfeccionista, el de exigir lo mejor y también el de rechazarlo. La maldad
es ocasión de llanto, pero también de risas. Hay males que se sufren y otros que se
paladean.
Existe el mal de ojo, maleficio que resulta de la posición de alguien respecto a un
otro, está el de la maldición y también el de la mala educación. Lo malo y la maldad
polarizan las significaciones que se despliegan en las alternativas del bien y hay tantos
males cuanto bienes nuestros ideales son capaces de encontrar, tantos cuantas ocasiones de
goce el sujeto muerde o puede morder, ya sea de Dios o de mujer, de capricho o de
empecinamiento.
El mal de la violencia no es idéntico al mal de la perfidia. Asociado al crimen y al
asesinato, se presenta como anti-vida. Vinculado al odio, se opone al amor; relacionado con
el sexo y la desmesura se mezcla con éste. Del lado de la mujer, se piensa, el mal encuentra
facilitadas sus vías de presentación, y el que encierra la corrupción del poder no es el
mismo que el que teme la religiosa en el claustro. Asociado tradicionalmente a la mentira,
el mal ha permitido destacar sus relaciones con la verdad, y ha sido también identificado
con el goce tranquilo y des-comprometido de la indiferencia ante el dolor del prójimo.
El mal se esconde en la invocación de los más elevados ideales, en cuyo nombre se
han producido masacres devastadoras: ha sido bajo la idea de satisfacer al buen Dios que
las más crueles acciones se han llevado a cabo. El terrorismo es en nuestra época signo de
maldad asociándose a ideales y fundamentalismos, también puede hacerlo a la frivolidad y
a la banalidad. De allí que alguien pueda ser asesinado debido tanto a que sus ideas podrían
hacer peligrar un gobierno como a que un equipo de fútbol hizo dos goles menos que su
contrincante.
La perspectiva religiosa hizo del mal el resultado de la incidencia exógena del
diablo, llamado "el malo". Identificado con Satán y el Anti-Cristo, el mal aparece en el
131
cristianismo como oposición al padre. En el campo de la ciencia el mal ha sido depurado de
esas inscripciones, a la vez que la verdad se volvió extendidamente fría dejando de estar
reñida con las posibilidades de generar las mayores desgracias. El psicoanálisis lo hizo
abordable en este campo valiéndose del concepto de pulsión de muerte, entre otros.
2010 09 05:
Psicoanálisis, capitalismo y universidad.
El saber que extiende el discurso universitario en la actualidad es principalmente
tecnológico y útil a la economía capitalista. De allí que hoy la extendida canalización de la
enseñanza del psicoanálisis en sistemas de perfil universitario pruebe la pertinencia del
pronóstico de Lacan, hecho en 1972 en Milán, de que el psicoanálisis acabaría al servicio
del discurso capitalista.
Es preciso despegar el rigor intelectual lógico y matemático, capaz de desprenderse
de ilusiones y locuras varias, de coerciones del pensamiento protocolizables y de índole
utilitarista.
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En www.raulcourel.com.ar/tex-apuntes.pdf, 2016-11-08.
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