En su memoria - Diario de Colima

En su memoria
Glenda Libier Madrigal Trujillo
Página 8
No se muere de haber nacido,
ni de haber vivido,
ni de vejez.
Se muere de algo.
Simone de Beauvoir
L
a muerte es lo único seguro que
tenemos al nacer los seres humanos, y tenemos que vivir con
eso, entendiéndolo y aceptándolo.
Lo que sin duda nos causa más inquietud
es no saber cómo es que terminará nuestra
existencia.
Dirección General:
ARMANDO
MARTÍNEZ
DE LA ROSA
Coordinación:
GLENDA LIBIER
MADRIGAL
TRUJILLO
Las opiniones
expresadas aquí
son exclusivas
de sus autoras
y no representan
necesariamente
la opinión de esta
casa editora. Las
fotos que aquí
se publican son
de apoyo para
ilustrar los textos.
Las seguimos
invitando para que
nos acompañen
los miércoles y
nos hagan llegar
sus comentarios
al correo:
[email protected]
Actualmente, a nivel global las mujeres enfrentamos un grave problema de violencia,
que todos los días se refleja en estadísticas
nacionales y locales, y que, por su incidencia,
nos está pidiendo a gritos que volteemos a
verlo, que lo visualicemos. Por supuesto,
hablo del feminicidio. Pero, como sociedad civil, ¿lo estamos percibiendo? ¿Nos
importa? ¿Nos impacta? ¿Nos afecta? ¿O
le pondremos atención hasta que nos pase?
En este Día de Muertos (y de muertas
también) quiero hablar de Susana Chávez,
una mujer que nació en Ciudad Juárez, Chihuahua, el 5 de noviembre de 1974. Ella se
convirtió en poeta en su tierra, donde fue precursora de las lecturas poéticas. Transmitía
sus creaciones literarias en radiodifusoras y
periódicos locales; daba lecturas para invidentes, para prostitutas, y también y sobre
todo, para recordar a las mujeres desaparecidas y asesinadas en esa ciudad fronteriza.
Participó como directora en cortometrajes y
como modelo para la portada de la película
16 en la lista, que aborda la desaparición y
crímenes de mujeres en Juárez.
El 6 de enero de 2011, Susana Chávez dejó
este mundo, víctima de feminicidio, ese gran
mal social al que ella se enfrentó y combatió
a través de su activismo cultural y social.
“Susana murió el jueves, abatida por tres
adolescentes que conoció dos horas antes
y quienes la invitaron a beber dentro de un
domicilio cercano. Luego de bailar y reír,
de platicar y discutir, la escritora sucumbe,
dentro de un cuarto de baño, asfixiada por
sus irascibles anfitriones”, resume una nota
del portal electrónico Animal Político.
“De 36 años, apenas cumplidos el 5 de noviembre pasado, y tras más de una década
involucrada en la lucha contra los feminicidios en su natal Ciudad Juárez, el cadáver
de la poeta es hallado de madrugada, unos
minutos después de que sus atacantes la
arrojaron a la esquina de Cristóbal Colón y
Ramón Corona (…) Susana estaba bocabajo. Le falta una mano, los jóvenes se la han
serruchado”, agrega el reporte periodístico.
“Tras abandonar el cadáver, los adolescentes asesinos partieron, cada cual de vuela a
casa. Horas después, fueron capturados”,
concluye la nota.
Susana se convirtió en el primer caso de
feminicidio de Ciudad Juárez del año 2011,
donde no para la violencia extrema contra
las mujeres, pese a la intervención reciente
y definitiva de la Corte Interamericana de
Derechos Humanos, para que el gobierno
mexicano atienda, resuelva y frene los crímenes de mujeres, a partir de la resolución
a la sentencia Campo Algodonero.
En su obra poética, Susana solía abordar
esa violencia feminicida que habitaba a su
alrededor. Ocaso, que a continuación se cita,
lo escribió en mayo de 2004.
He perdido la cuenta de tus huesos/ introdu-
ciendo mi palabra al tiempo/ entonces me
fui a alguna parte/ con el apetito dormido.
Fuiste tú el sitio del crimen,/ quién me
volvió clandestina melodía,/ a quien contemplo mezclada de imágenes/ sentada en
una butaca del cine/ para ver mi sombra./
Nos enredamos en el vacío/ y de la nada
surge tu boca/ a desprenderme a Dios del
aliento/ en un espejismo que me brota/ por
un rumor indefinido./ Surges despuntando
tu lengua/ liberando a Sofía de tu interior./
Aquí estás, embalsamada,/ casi real entre
los árboles./ Pareces un chacal,/ un alebrije
que me conquista/ más allá de lo intocable./
Te veo desatada en una ventana/ alrededor
de mi otra parte/ dándole a mis ojos el cierre
final./ A veces, también te veo/ atrapada en
un secreto/ que duele entre mi carne./ Así
voy avanzando paso a paso/ tomando de
una mano tu ruptura/ y acariciando con la
otra/ los cabellos de alguien/ por quien toco
la magnánima vehemencia./ Así voy en mí
misma/ perdiendo la cuenta de tus huesos.
Por Susana y por todas nuestras mujeres
asesinadas y desaparecidas, involucrémonos
en la lucha contra la violencia de género, para
que no nos falte ni una más.
Año 22 2
•
Miércoles 2 de noviembre de 2016
•
Número 1167
Plan b
¿Prostituidores o
empresarios?
Lydia Cacho
3
SENDEROS VIOLETA
Matilde Montoya, la
primera médica mexicana
Rossy Villarruel Figueroa
4
QUINTO PODER
El feminicidio-suicidio,
el desprecio por la vida
Argentina Casanova
5
¿Hasta cuándo las
mujeres dejaremos de
vivir con miedo?
Sara Elizabeth Cernas Verduzco
6
MONEDERO
Forjando la igualdad
Carmen R. Ponce Meléndez
7
Mujeres de primer mundo
8
En su memoria
Lourdes Carrillo de Calvario
Glenda Libier Madrigal Trujillo
Fotografías de Daniela Martínez Badillo,
realizadas en el Panteón Municipal de Colima.
Plan b*
Mujeres de primer mundo
¿Prostituidores o empresarios?
Lourdes Carrillo de Calvario*
P
E
ntre las mujeres del primer mundo y
las tercermundistas hay una enorme
diferencia y una herencia cultural que
sigue subyugando a éstas últimas.
Mientras la canciller alemana, Ángela Merkel,
encabeza a la poderosa Unión Europea, Hillary
Clinton, hija de un ex militar de la Marina, se
prepara para ser la primera Presidenta de los
Estados Unidos.
rostitución o “trabajo sexual”, forma
de explotación o independencia laboral. La discusión sobre la posible
legalización del comercio sexual
que se da en este momento en la
Constituyente de la Ciudad de México ha despertado, nuevamente, discusiones infructuosas
y debates indispensables, a la vez que insultos,
descalificaciones y una poderosa marea de cabildeo al interior del gobierno de Miguel Ángel
Mancera, a fin de que se considere la legalización
del comercio sexual de seres humanos como un
trabajo regulado.
Hillary es considerada paradigma de la mujer
moderna que triunfa por méritos propios, aunque
desde que era la primera dama estadunidense
(esposa de Bill Clinton) consiguió ser fuente de
inspiración también para las mujeres de ideas
conservadoras, enfrentó escándalos y superó
obstáculos que moldearon su temple, adquiriendo experiencia política y del acontecer mundial.
Patricia Mercado, secretaria de Gobierno de
la capital mexicana, defendió recientemente la
legalización de la prostitución para reconocerla
constitucionalmente como “trabajo sexual”.
Esto significa que las personas en el comercio
sexual deben estar registradas y bajo supervisión gubernamental, pagar impuestos, recibir
seguridad social, etcétera. Este debate atrajo ya
la atención de legisladores de otros estados de la
República que esperan resultados para plantear
en sus propios congresos la legalización.
Debo decir que durante 5 años viajé por el mundo
entrevistando a cientos de mujeres, niñas, jóvenes, heterosexuales, gays, queer, transexuales,
involucradas en el comercio sexual, en la trata
de personas, bajo las garras de la delincuencia
organizada, regenteadas, administradas por
novios, padres, hermanos y o empresariado
de bares, agencias de “edecanes” y burdeles
especializados en proveer de sexo de pago a las
élites. El resultado de esa larga investigación es
mi libro Esclavas del Poder.
Gracias a esas cientos de entrevistas de largo
aliento logré comprender las diversas formas
en que personas de todo el mundo normalizan
y naturalizan casi todas las violencias, incluidas
la estructural que causa la feminización de la
pobreza; ellas asimilan la discriminación como
un hecho irremediable. Algunas famosas actrices porno, que me dieron entrevistas e incluso
escribieron sus biografías, me contaron historias
desgarradoras sobre cómo construyeron su narrativa erótica, plagada de discriminación, abusos,
explotación, enfermedades.
En 2016, el Parlamento europeo determinó que
la prostitución, como forma de consumo sexual
de mujeres por un precio, constituye una práctica
de desigualdad. Richard Poulin profesor emérito
del departamento de sociología y antropología
de la Universidad de Ottawa, autor del libro
Sexo, capitalismo y crítica del valor, estudió
científicamente a los países que han legalizado o
regulado el comercio sexual. Además investigó
a los hombres, que son 95 por ciento de consumidores de sexo comercial del mundo.
Algunos resultados de sus investigaciones son
útiles para el debate:
“La prostitución no es un acto individual, no es
una elección ni una relación de compra-venta
en igualdad. Los hombres compran sexo para
sentirse superiores y esto no afecta sólo a las
prostituidas, sino a todas las mujeres”, (yo añadiría que lo mismo sucede en el sexo comercial
con transexuales, la virulencia de los ataques y
el creciente asesinato por parte de clientes no
es casualidad).
Poulin asegura que la sociedad responsabiliza a
las mujeres por estar en el mercado sexual; los
hombres, en cambio, son denominados clientes
o empresarios cuando en realidad son prostituidores. Sus investigaciones han probado que
la legalización del comercio sexual incrementa
la desigualdad y favorece tres veces más a los
dueños de los burdeles en que se puede ejercer
legalmente, muchos de ellos pertenecientes a la
delincuencia organizada. El experto propone que
se analice la industria del sexo como un todo: la
trata, el turismo sexual y la industria pornográfica
como un corpus cultural y comercial que banaliza
las relaciones mercantiles de los cuerpos de las
mujeres y profundiza la normalización de la
discriminación.
La trampa, según él, consiste en argumentar que
se defenderán los Derechos Humanos de las
“trabajadoras sexuales”, pero si los derechos de
las otras mujeres están en constante y creciente
riesgo, la dinámica no cambiará por decreto legal.
Habrá que imaginar a la Ciudad de México con
sus ventanas iluminadas que exhiban mujeres
en venta, a los turistas sexuales fascinados con
sus paseos.
La ideología neoliberal imperante, según el
profesor, es que cada cual es responsable de su
suerte, el fracaso económico es un problema
individual, se exime al Estado y al sistema de
toda responsabilidad en el reforzamiento de
las desigualdades y violencias. Lo que se ha
demostrado es que con la legalización hay una
expansión del comercio sexual y se multiplica el
número de prostituidores extranjeros que verán a
las mexicanas como mujeres fáciles de comprar
gracias a un decreto constitucional. *Plan b es una columna cuyo nombre se inspira
en la creencia de que siempre hay otra manera
de ver las cosas y otros temas que muy probablemente el discurso tradicional, o el Plan A,
no cubrirá/Cimacnoticias
Este 8 de noviembre será crucial para su triunfo.
Los analistas recomiendan: “Hay que tomar con
pinzas los discursos de dientes afuera que dicen
solidarizarse con la creciente situación límite de
millones de mujeres en el mundo. Este mundo
que a partir de noviembre será dirigido por el
feminismo masculino de Hillary Clinton, o la
misoginia homofóbica de Donald Trump”.
Numerosas mujeres son gobernantes en Europa.
Muy simbólico es que una mujer sea la Alcaldesa
de Roma, antigua capital del mundo occidental.
También, en el Fondo Monetario Internacional,
la señora Christine Lagarde es quien dicta los
ordenamientos para la economía mundial. El
mejor mundo para las mujeres lo están viviendo
las mujeres de países nórdicos, en donde ya casi
alcanzan la igualdad con los hombres, aunque
aún hay rezago en ingreso laboral y obligaciones
familiares igualitarias.
En Latinoamérica, las naciones hermanas y de
mayores recursos en el cono sur, Argentina y
Brasil, con las presidentas Cristina Fernández y
Dilma Rousseff, respectivamente, brindaron una
opción democrática y de gobierno con acento
en el bienestar social, pero fueron sometidas
por fuerzas neoliberales para arrebatarles los
gobiernos que costaron décadas de esfuerzo y
sacrificio popular bajo dictaduras, y ahora vuelve a encumbrarse la ultraderecha criolla, aliada
a los intereses extranjeros, que son apuntalados
por la manipulación mediática de los periodistas
de La Nación y Clarin.
Renacerá la inequidad y la subyugación del
pueblo, las mujeres perderán muchos logros por
los que lucharon décadas. Como señal de lo que
viene en Argentina, un “periodista” (Lanata) en
el programa televisivo Periodismo para todos,
referente a la ex presidenta Cristina Fernández
de Kirchner, expresó: “Ojalá la historia la juzgue
como la mierda que fue”, en clara violencia
verbal y violencia de género, que son la antesala
del feminicidio que incuba engendros, como
el que ese día en Mendoza, Argentina, mató a
cuchilladas a la ex mujer, tía y abuela, y una
niña de nueve meses fue herida de gravedad. El
niño de 11 años se salvó porque se escondió en
el baúl de un auto y desde un teléfono celular
alcanzó a denunciar: “Papá mató a mamá”.
Hace unos días, en Rosario, Argentina, se
reunieron 70 mil mujeres en el 31 Encuentro
Nacional de Mujeres (Enam) bajo la consigna
“Ni una más” y el gobierno de Mauricio Macri,
impuesto por EU, las reprimió con armas de
fuego (José Steinsleger, La Jornada 26-10-16).
En la pasada colaboración apunté el asesinato de
Lucía, la adolescente que fue violada, torturada y
asesinada en Mar del Plata, Argentina. El miércoles pasado, aún bajo la lluvia se movilizaron
400 mil mujeres vestidas de negro y en el colmo
de la manipulación mediática y el cinismo, la
“primera dama” esposa de Macri, Julia Awada,
quien es dueña de una red de talleres textiles
donde trabajan en semiesclavitud mujeres y
niñas inmigrantes, también envió tuits “a favor
de la demostración”.
Todo nos devuelve al inicio. Así, estudios sobre
los 65 siglos de “civilización” declaran que se
erigió sobre los cuerpos de millones de esclavos, y por debajo los de millones de mujeres.
Seguimos igual.
La designación peñista de Raúl Cervantes
Andrade en la PGR nos ubica a las mujeres
mexicanas en la total indefensión. Cervantes
fue denunciado por su ex esposa por violencia
intrafamiliar (casi la ahorca) y quedó impune,
padece alcoholismo y más. Fruto del amiguismo
su designación se aprobó en sólo 24 horas por
sólo 82 senadores, a su toma de protesta acudieron 42. Expone su futurismo político para ser
nominado Primer Fiscal de la Nación (chamba
por nueve años con mega sueldo) “La iglesia
en manos de Lutero”. ¿Esto nos ofrece Enrique
Peña Nieto contra la violencia de género y la
impunidad?
*Ex presidenta de la ACPE
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Lydia Cacho
QUINTO PODER
¿Hasta cuándo las mujeres
dejaremos de vivir con miedo?
El feminicidio-suicidio,
el desprecio por la vida
Sara Elizabeth Cernas Verduzco*
A
U
la memoria de las compañeras asesinadas, acosadas, violentadas de diferentes maneras; a nuestras muertas,
desaparecidas, a las sin nombre que se
encuentran hechas pedazos o cenizas; a las que
extrañamos, esperamos y seguimos buscando;
a las familias que en pausa esperan el regreso
de una miembro de su familia; a cada uno y
una de ustedes, que han sufrido violencia o los
crímenes de género.
n factor de riesgo que es posible detectar constantemente cuando las mujeres
acuden a los centros para denunciar
la violencia es que el esposo-pareja
manifiesta deseos suicidas, y esto se convierte
en un elemento indicativo del nivel de violencia
que puede llegar a ejercer contra ella y los hijos,
dado el poco valor que reconoce a la vida.
Poca atención se pone a este factor de riesgo,
y eso lo vemos en las persistentes noticias de
feminicidio-suicidios.
Hoy, 2 noviembre, bajo la consigna NI UNA
MENOS, la sociedad colimense volverá a salir
para manifestar su dolor y repudio frente al
incremento de casos de feminicidios y transfeminicidios en todo el país.
Sin embargo, estos casos que aparecen en las
páginas de los diarios, abordadas con coberturas que suelen naturalizar el poder que tiene el
hombre de decidir en la vida de otra persona, no
sólo invisibilizan el hecho al publicar que “muere
una mujer y su esposo”, cuando se trata de un
feminicidio-suicidio, sino que contribuyen con
este enfoque a normalizar que él pueda disponer
de la vida de ella.
En las instituciones que reciben las quejas o
denuncias no se toma en cuenta este criterio
para mirar las acciones preventivas que podrían
evitar el asesinato de mujeres a manos de sus
compañeros que han decidido poner fin a su vida,
pero antes acabar con la de quien consideran “su
propiedad”.
El acto mismo del feminicidio-suicidio tiene
implicaciones de soberbia egocéntrica, en la que
un sujeto que decide poner fin a su vida, cree
tener derecho a terminar también con la vida de
quien le rodea, de su familia, a la que en gran
medida considera su propiedad, la extensión de
su cuerpo y de su vida.
Como un común denominador latente en todo el
país, así como en países en los que prevalece la
misoginia y el machismo, los casos de feminicidio-suicidio ocupan un día o dos, un encabezado
de los medios, sin embargo, no ocupan la atención
de sociólogos, antropólogos o de otras áreas, y
son pocos los espacios que se conceden a estos
hechos más allá de la nota roja.
No se advierte como un problema que enmascara
la violencia del poder, porque al final quien decide
acabar con la vida de otra persona -antes de acabar
con la propia-, siente que puede y tiene derecho a
hacerlo, porque no le importa, no escucha, ni le
interesan los deseos de vivir de la otra persona.
Hay también un deseo de llevar a este nuevo
De una generación a otra se han transmitido
tradiciones, costumbres y roles machistas sumamente normalizados. Desde siempre, las mujeres
hemos sido relegadas y omitidas de ciertas tareas
asignadas solamente a los hombres, debido a que
las mujeres también tenemos tareas propias de
nosotras, pero que sencillamente nos oprimen,
nos discriminan y nos violentan.
espacio de muerte a quien considera como una
extensión de su propio cuerpo. Ahí radica la
creencia que desde la antigüedad se traducía
en incinerar a los muertos junto a una esposa,
o sus bienes.
Creencia que tiene su origen en un mito de la vida
más allá de la muerte y la necesidad de llevar
consigo los bienes o propiedades que son suyos,
pero también que “le harán falta”.
En septiembre se cometió un feminicidio-suicidio
en el municipio de Carmen, Campeche. Hace un
par de fines de semana lo cometió un sujeto en el
norte del país, en Sonora. ¿Qué tienen en común
dos hombres en contextos sociales diferentes, en
geografías distantes, en modos de vida distintos?
El patriarcado.
Eso es lo que ambos tienen en común. El sistema
social en el que viven, independientemente de
sus niveles de ingreso, cultural o profesional.
Uno era un hombre rural y el otro un docente
de inglés, ambos crecieron en un sistema de
permisibilidad que les ha hecho creer que pueden
tomar la vida de quien consideran “su mujer, su
pareja”, y extender este control y posesión “más
allá de la vida”.
Como cada una de las aristas en torno al feminicidio, ésta constituye por sí misma un tema de
estudio, análisis y reflexión para saber lo que hay
detrás, para mirar qué mueve a una persona no
sólo a privarse de la vida porque ya no puede
sobrellevar su realidad, sino a sentir el poder y
tener el control para decidir también acabar con
la vida de otra persona.
El sistema social en el que vivimos nos ha hecho
creer y sentir que la muerte de un hombre es una
tragedia, un hecho lamentable, pero las mujeres
mueren. Mueren todos los días y a todas horas,
mueren porque quienes se creen “sus dueños” han
decidido que la necesitan ahí, acompañándolo
en la muerte, igual que ayer, cuando no había
posibilidad de la viudez sino morir quemadas o
sepultadas vivas junto al esposo.
A fin de cuentas la única diferencia entre ese ayer
y el hoy, es que antes “otros las mataban” para
ellos, hoy son ellos mismos –dado el control que
tienen sobre su contexto- quienes pueden decidir
acabar con la vida de ellas.
*Integrante de la Red Nacional de Periodistas y
del Observatorio de Feminicidio en Campeche/
Cimacnoticias
Miedo cuando bebemos, miedo cuando usamos
falda o short, cuando salimos tarde, cuando
caminamos por una calle oscura, cuando nos
quedamos en casa de amigos, cuando aceptamos
bailar. Nosotras siempre con miedo a que nos
violen y nos asesinen...
¿Hasta cuándo las mujeres dejaremos de vivir
con miedo?
No sabemos hasta cuándo. Lo que sí sabemos
es que ya no podemos seguir viviendo con este
miedo que nos carcome día con día y cruzadas
de brazos viendo como asesinan a una mujer
más. Nos merecemos una ciudad segura y que
se escuchen nuestros reclamos ante la insensibilidad de este gobierno.
Duelen los asesinatos de siete mujeres cada
24 horas, a manos de sus parejas, esposos,
familiares, amigos o desconocidos. Duele que
México sea primer lugar en asesinatos a transexuales y segundo lugar mundial en crímenes
por homofobia.
Nos duelen las mujeres encontradas recientemente en Colima atadas de pies y manos,
envueltas en sábanas o con un tiro en la cabeza,
quienes han perdido su nombre e identidad y
continúan en calidad de desconocidas.
Salimos de nuestras casas también este 2 de
noviembre para exigir que no nos sigan violentando ni asesinando. El punto de reunión será la
entrada a la Feria de Todos los Santos, a las 6 de
la tarde; además realizaremos un performance
y un altar de asesinadas, en memoria de las que
ya no están con nosotras nosotros.
Marchemos sin miedo por las que nos faltan, pero
también por las que aún quedamos; por las que
han sido abusadas física y sexualmente; por las
que han sufrido acoso callejero y acoso laboral;
por las estigmatizadas; por las no encontradas,
las desaparecidas y las violentadas.
Saldremos de las fosas, los canales, los ríos,
los tiraderos, las brechas, las maletas... Nos
quitaremos las bolsas negras de basura en las
que fuimos emplasticadas después de que nos
mataron, y tomaremos la vida que nos quitaron.
Aunque sabemos que una marcha no resuelve
el problema, es un mecanismo de visibilización
y sensibilización. Por tal motivo, es de vital
importancia salir por quienes ya no pudieron
estar con nosotras.
Convocamos a todas las mujeres a que se sumen
a esta concentración en las instalaciones de la
Feria; a todas las familias que han quedado
destrozadas por estos crueles delitos; a la sociedad colimense para que salga a manifestar
su rechazo ante el incremento de los casos de
feminicidios en la entidad, y transfeminicidios
en todo el país y, para exigir que no nos sigan
asesinando.
Este 2 de noviembre no sólo será el Día de Todos los Santos; será el día de las muertas, de las
asesinadas, de las que siguen siendo esperadas
o buscadas; de nuestras muertas que se unen a
la lucha y a las que llevamos en nuestros pasos
diarios.
Para que ninguna agresión se quede sin respuesta: Nosotras por nosotras.
*Impulsora del Colectivo Calle sin Acoso Colima e integrante de Mujeres en Alerta. Politóloga
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Argentina Casanova*
MONEDERO
SENDEROS VIOLETA
Forjando la igualdad
Matilde Montoya, la primera médica mexicana
Rossy Villarruel Figueroa*
“
E
l pasado 20 de octubre se festejó
el Día del Médico y la Médica,
por lo que vale la pena recordar a
la primera mujer en ostentar ese
grado académico, no sin bastantes
obstáculos sociales y culturales. Nació el 14
de marzo de 1857 en la Ciudad de México,
época en la cual era impensable que una mujer siquiera accediera a saber leer y escribir,
pues toda la instrucción que recibía era para
dedicarse a labores propias de su género, es
decir, a criar y cuidar hijos, casa y marido.
Sin embargo, Matilde rompió las reglas y,
apoyada por su madre, principalmente, siguió
adelante en sus propósitos.
El cuidado es un bien público esencial para el funcionamiento de las sociedades, un derecho fundamental y
una necesidad en diversos momentos
del ciclo de vida. En América Latina, la forma en
que es provisto origina desigualdades profundas.
Estas se expresan en una organización social
que asigna a las mujeres el trabajo de cuidado
remunerado y no remunerado, con frecuencia,
a expensas de su bienestar, oportunidades laborales y protección social, bajo la ausencia de
respuestas públicas suficientes y adecuadas para
quienes requieren de cuidado y sus cuidadoras, y
una oferta de mercado sumamente segmentada”.
Es uno de los planteamientos del documento:
“Políticas de cuidado en América Latina. Forjando la igualdad”, de la Comisión Económica
Para América Latina y el Caribe (Cepal).
Este tema es particularmente importante en
México –uno de los países más desiguales de
América Latina- las mujeres dedican 28.8 horas
semanales al trabajo no remunerado de cuidado, en tanto que los hombres únicamente 12.4
horas. Una brecha de género que tiene graves
consecuencias económicas, civiles y políticas
para las mujeres.
Esta desigualdad está muy marcada por la maternidad, ya que en el cuidado a personas de 0 a
5 años se aprecia la brecha de género más alta,
las más afectadas son las mujeres pobres, las
indígenas y las afrodescendientes.
No existe ningún reglamento, decreto o ley
que establezca que esta actividad debe recaer
exclusivamente en las mujeres, sin embargo, la
cultura patriarcal así lo establece. Es el llamado
“suelo pegajoso” o carga de género.
Romper con esto es parte de la luchas de las mujeres por la igualdad, pero requiere el compromiso
del Estado, mediante políticas públicas. Cerrar
las brechas de género en aras del desarrollo.
Forjando la igualdad, mediante la construcción
de políticas públicas para la igualdad.
¿QUÉ IMPLICACIONES TIENE?
Es una limitante muy importante en el desarrollo
económico, político y profesional de la sociedad
y de las mujeres, una de las causas de la pobreza
femenina, porque no les permite acceder a un
ingreso, limita su autonomía económica.
Según datos de la Cepal, en México para 2010
la tasa de participación de las mujeres en el
mercado laboral (trabajo remunerado) fue de
44.2. En contraste, en Perú alcanza 60.7 puntos
porcentuales, incluso en Guatemala es más alta
(45.1).
La tasa de participación masculina es prácticamente del doble, 75.9 por ciento. Datos de
Enoe-Inegi (2015).
Con el nivel de ingresos sucede lo mismo, el
porcentaje de mujeres que ganan más de cinco
salarios mínimos apenas es de 4.9 (el equivalente a más de 11 mil pesos mensuales), datos
de Enoe-Inegi, tercer trimestre 2015.
Por eso la proporción de mujeres con un ingreso
inferior a la línea de bienestar es superior a la
masculina (31.5 –versus- 29.1 en los hombres).
Datos de Coneval, 2012.
Para forjar la igualdad, la Cepal plantea tres
aspectos centrales para el debate regional sobre
estas políticas. “En primer lugar, las políticas
de cuidado deben articularse a los sistemas de
protección social en expansión en los países.
En segundo lugar, estas políticas públicas deben
responder a un enfoque de igualdad de género
con un diseño que articule una oferta para
personas que requieren cuidados y los proveen
y que promueva cambios en la división sexual
del trabajo vigente y mayor corresponsabilidad.
En tercer lugar, debido a su naturaleza multidimensional, es necesario avanzar en respuestas
integradas y no fragmentadas y sectoriales
frente a los derechos que se busca garantizar.
Para ello los Mecanismos para el Adelanto de
la Mujer deben participar activamente en su
institucionalidad.
El estudio indica que América Latina y México
enfrentan una oportunidad histórica para abordar
integralmente las desigualdades que conlleva la
actual organización social del cuidado, transversalizando un enfoque de igualdad de género
y de derechos desde la génesis de las políticas
de cuidado. Aprovechar esta oportunidad
permitirá impulsar el avance hacia la igualdad
en la región de manera sostenible, inclusiva y
universal, fomentando sociedades democráticas
y orientadas a consolidar garantías universales
para el ejercicio de la ciudadanía y el goce del
bienestar”.
*Economista especializada en temas de género/
Cimacnoticias
Twitter: @ramonaponce
Fue criada como hija única, ya que su hermana
mayor falleció a muy temprana edad; en ese
tiempo las madres sólo se dedicaban al hogar.
Su madre, que sabía leer y escribir, desde
chiquita le enseñó el arte de las letras, situación favorable para ella, pues le encantaba
leer libros y todo el tiempo libre le dedicaba
a eso, con la extrañeza de su padre, quien no
entendía el por qué una mujer debía saber
tanto y casi de todo. Cuando la inscribieron en
la escuela primaria superior no la recibieron
porque sólo contaba con 11 años de edad; entonces decidieron pagarle clases particulares
para hacer el examen oficial de maestra de
primaria, lo cual logró exitosamente a los 13
años, pero la traba seguía existiendo porque
era muy joven para trabajar.
Fue entonces que su padre decidió ya no
apoyar las aspiraciones de su hija, ya que
su conservadurismo era más fuerte que el
deseo de su única hija de seguir una carrera
académica exclusiva de varones. Su padre
falleció poco tiempo después, y madre e hija
se trasladaron a vivir a la ciudad de Puebla,
donde se establecieron, y Matilde entró a
trabajar como auxiliar de cirugía con unos
médicos que confiaron en ella, por lo que se
asevera que fue ahí donde afianzó su deseo
de convertirse en médica también.
Primeramente se inscribió en la Escuela de
Obstetricia y Partería, que dependía de la
Escuela Nacional de Medicina, pero como
el dinero que había sólo ajustaba para seguir
viviendo, no fue posible pagar las cuotas
escolares, viéndose en la necesidad de abandonar las clases, pero no el deseo de seguir
adelante, por lo que se inscribió en la Casa
de Maternidad, donde sólo pudo obtener el
título de Partera cuando tan sólo contaba con
16 años de edad. Esa profesión la ejerció hasta
los 18 años, cuando ella y su madre tuvieron
que regresar a la Ciudad de México.
Ya instaladas en la capital del país, decidió
volver a solicitar su ingreso a la Escuela
Nacional de Medicina, presentó los exámenes correspondientes y fue aceptada, no sin
pasar por grandes dolores de cabeza, debido
a las críticas constantes que se hacían a su
persona, algunas en tonos bastante fuertes,
como esta: “Debía ser perversa la mujer que
quiere estudiar Medicina, para ver cadáveres
de hombres desnudos”.
Aun siendo aceptada debido a los excelentes
resultados en todos los exámenes presentados,
volvió a surgir la gran traba: por un lado, no
había cursado algunas materias formalmente
y, por otro, el reglamento interno de la escuela
señalaba claramente que era para “alumnos”
y no “alumnas”. Fue cuando Matilde, en su
desesperación redactó una carta al general
Porfirio Díaz, presidente de la Republica,
explicándole su situación y, éste, a través de las instancias correspondientes le
permitió cursar las materias en conflicto.
Por otro lado, el mismo Presidente envió
un decreto de reforma a la Cámara de
Diputados, para modificar el reglamento
de la escuela y que ella pudiera acceder a
la instrucción que deseaba sin traba alguna, al menos de esa índole, porque para
muchas mentes depredadoras, Matilde se
tituló por decreto y no por méritos propios.
sus pacientes. Fundó, junto con otra colega, la
Asociación de Médicas Mexicanas, pero jamás
fue invitada a pertenecer a alguna agrupación
aparte, pues la mayoría estaban conformadas
por hombres y tenían prohibido el ingreso a
mujeres, aun siendo profesionalmente iguales.
Nunca se casó, pero adoptó cuatro hijos, de los
cuales le sobrevivieron dos, hembra y varón.
Indudablemente, la doctora Montoya fue
un ejemplo para las miles de mujeres que le
siguieron en su propósito de conseguir un
título de profesiones consideradas exclusivas
para hombres, y hoy día la brecha está casi
zanjada y el acceso es casi totalmente libre.
Matilde ejerció por casi 50 años como médica,
y falleció el 26 de enero de 1938, a la edad
de 79 años.
*Feminista
[email protected]
Cel. 3121324714
El 24 de agosto de 1887, Matilde Montoya
estaba dispuesta a presentar su examen
profesional cuando llegó una nota avisando que el mismísimo Presidente de la
República salía de Palacio para dirigirse
a la Escuela Nacional de Medicina, a
presenciar el examen profesional de la
señorita Matilde Montoya. Cambiaron
el escenario, para que fuera digno del
personaje en cuestión y Matilde respondió
todas y cada una de las preguntas, sin
titubeos y con la seguridad que siempre
la caracterizó.
Ejerció su carrera de forma privada,
atendiendo dos consultorios y cobrando
las consultas según las posibilidades de
Matilde Montoya
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Carmen R. Ponce Meléndez*