¿Por qué perdió Duarte? Por tarugo, abusivo, ambicioso y… corrupto

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Homenaje a
Juan María
Alponte
Benito Juárez: La muerte silenciosa
Por Juan María Alponte / pág.11
Director: Carlos Ramírez
indicadorpolitico.mx
Lunes 24 de Octubre de 2016
[email protected]
Número 355
$5.00
¿Por qué perdió Duarte? Por tarugo,
abusivo, ambicioso y… corrupto
Por Carlos Ramírez / pág. 3
¿Reinaugurarán el Castillo
en San Juan de Ulúa?
Suplemento
Por Jesús Sánchez / pág. 9
Un presidente sin importancia
Por Armando Reyes Vigueras / pág. I
revistaindicadorpolitico
@carlosramirezh
¿Hay cultura de la legalidad?
Por Armando Reyes Vigueras / pág. 4
@CR_indipolitico
carlosramirezh
2
24 de Octubre de 2016
C o n s p i r ac y T h e o ry
Luis Miranda Nava,
nuevo prospecto del
PRI para Edomex si
hay una gran alianza
opositora en 2017.
Miranda Nava le come el mandado
a Del Mazo Maza en Edomex
En el PRI nacional hay inquietud porque ya empezaron los acelerados políticos mexiquenses, que quieren madrugar para imponer
a su candidato a la gubernatura. En el Grupo Atlacomulco están
seguros de será uno de sus integrantes, pero deberán esperar a las
indicaciones de Los Pinos para saber el nombre.
Desde hace varios años Alfredo del Mazo Maza, diputado federal, sueña con esa postulación e incluso ha presumido, en “petit comité”, que “se la debe su primo, el presidente Enrique Peña
Nieto”. No obstante, en el cuarto de guerra del CEN del tricolor
ya enviaron los diagnósticos sobre los posibles escenarios que se dararían en 2017.
Alfredito III, por ser nieto e hijo de dos exgobernadores mexiquenses, no la tiene segura; ya que es considerado como del “jet set”,
un “junior de la política”, pero no gente del pueblo. Si se diera una
coalición opositora en esa entidad, Del Mazo Maza perdería, según
los diagnósticos.
Lo anterior ha hecho a que se volteé hacia otros prospectos y el
que más posibilidades de triunfo tiene sería el actual secretario de
Desarrollo Social, Luis Enrique Miranda Nava, quien se desempeñó
hasta hace unos meses como subsecretario de Gobierno en la Secretaría de Gobernación.
Tiene otros dos puntos a su favor: es gente de alta confianza del
presidente Enrique Peña Nieto, incluso hay un compadrazgo de por
medio y pasó la prueba de fidelidad como funcionario mexiquense
cuando Peña era gobernador. El otro punto es que es un político
consumado y puede sacudir conciencias, ya que conoce a la perfección la entidad. No obstante, sabe que contra una coalición opositora es muy complicado competir.
La moneda está en el aire y tocará a Los Pinos ser el fiel de la balanza para seleccionar al perfil que intente preservar para el tricolor
la gubernatura más valiosa de la federación.
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Mtro. Carlos Ramírez
Presidente y Director General
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Diario Indicador Político es una publicación diaria editada por el Grupo de Editores
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artículos son de responsabilidad de sus autores. Oficinas: Durango 223, Col. Roma,
Delegación Cuauhtémoc, C. P. 06700, México D.F.
indicadorpolitico.mx
Mantas por Luy
Índice
3
¿Por qué perdió Duarte?
Por tarugo, abusivo, ambicioso y… corrupto
Por Carlos Ramírez
4
¿Hay cultura de la legalidad?
Por Armando Reyes Vigueras
5
Distritación, ¿dónde está el interés de oponerse?
Por Rosy Ramales
7
9
Agenda del día
I
Suplemento:
El Imparcial
I
Suplemento: Torre de babel
Un presidente sin importancia
Por Armando Reyes Vigueras
¿Reinaugurarán el Castillo en San Juan de Ulúa?
Por Jesús Sánchez
11
Benito Juárez: La muerte silenciosa
Por Juan María Alponte
13
Lo que hay de Podemos y de Iglesias,
en el boicot a Felipe González
Por José Oneto
15
Trump no reconocerá su derrota
Por Pablo Sebastián
17
Los Pinos 2018: la silla embrujada
Columna Indicador Político
24 de Octubre de 2016
¿Por qué perdió Duarte? Por tarugo,
abusivo, ambicioso y… corrupto
A
Por Carlos Ramírez
pesar de que la lista de políticos priístas corruptos es Política para dummies:
mayor al 0.1 por ciento que aceptó el nuevo presidente
La política es el mundo de la realidadnacional del PRI, Enrique Ochoa Reza, resulta que sólo
real, no de los sueños y deseos.
uno —el 0.00002 por ciento de sus militantes— ha cimbrado la
estructura tricolor de poder. Y si hay muchos otros, entonces el
Sólo para
caso de Javier Duarte de Ochoa simboliza el peor pecado de los
sus ojos:
políticos priístas corruptos: la arrogancia.
En la segunda mitad de los 30 del siglo
XX, el diputado carrancista Luis Cabrera
acusó de corruptos a los políticos del régimen de la Revolución Mexicana. Ahí mismo
los revolucionarios de la pureza discursiva
quisieron fusilarlo y entre los gritos sobresalió uno: “¡¡¡pruebas pruebas!!!”; la respuesta
de Cabrera fue peor: los acusó de corruptos,
les dijo más o menos, no de tarugos. En
efecto, sólo los tarugos dejan pruebas de sus
irregularidades.
Duarte y algunos otros gobernantes, políticos y funcionarios priístas —y ciertamente muchos del PAN, del PRD, de Morena—
que viven del gasto público han dejado sus
caminos políticos plagados de pruebas de
irregularidades. Pero los hay como Andrés
Granier, Duarte y Padrés que no sólo dejaron muchas pistas obvias de sus corruptelas,
sino que cometieron otro pecado mortal en
el ejercicio del poder: la soberbia, el asumir
que el poder investido los protegería de la
persecución de la ley.
Y Duarte y los políticos procesados por
corrupción cometieron el tercer pecado de
la soberbia del poder: la impunidad, saber
que su propio poder derivado del cargo, sus
alianzas con fuerzas superiores, pares e inferiores serían suficiente blindaje, y entonces
asumir el enriquecimiento personal como
el objetivo central de su elección.
Duarte y los otros procesados antes, ahora y después no son los únicos corruptos,
sino que pueden considerarse los tarugos
por dejar tantas pistas a sus pasos. Por eso
en un rasgo de sinceridad muchos políticos
del poder de todos los partidos suelen contestar: bueno, honesto, honesto, lo que se
dice honesto, pues creo que no; honestón sí.
Cómo habrá estado la presión pública
y mediática sobre el Presidente de la República y el PRI que no hubo más camino
que procesar a Duarte, sobre todo después
de que desde durante dos años y medio
se fue desmoronando su consenso político personal por abusos en el poder y por
confiar en el apoyo presidencial. Por todos
lados informaron a Los Pinos que Duarte
iba a destruir Veracruz en las elecciones de
gobernador…, y no atendieron el escenario
de emergencia: Duarte destruyó los tejidos
sociales, políticos y de desarrollo.
Duarte cometió el pecado de la insolencia: no cambio, siguió igual durante meses,
hasta que el cántaro se quedó en el fondo del
pozo de tanto echarlo. Pero eso sí, el sistema
político teme la violación de la ley mafiosa
de la omertá y seguirá ayudando —no protegiendo— a Duarte para que no revele secretos del poder.
Duarte se hundió por sí mismo por
creerse invulnerable, no por corrupto.
The White House 2016: pues las cosas
no van como dicen los medios en México:
en los espacios del establishment, Hillary
Clinton ganó el tercer debate, en las redes
Donald Trump quedó muy arriba… A
pesar de los desgarramientos de vestiduras
sobre el sistema electoral democrático de los
EE.UU., en la historia ha habido muchas
elecciones fraudulentas… Y si Trump está
derrotado, ¿por qué la desesperación de Barack y Michelle por declarar a diario contra
el republicano?
• Patética la imagen del cantante
Vicente Fernández promoviendo la
campaña de Hillary Clinton.
• La extradición de “El Chapo”
Guzmán ha metido al país en una
guerra criminal. El problema no
radica en no extraditarlo, sino en
no prepararse para la ofensiva de
los familiares del capo en busca de
venganza.
• Como se esperaba, la intervención de la Suprema Corte en la selección de magistrados para el Tribunal Electoral fue inútil porque en
el Senado votaron por magistrados
que llevaban el sello de los partidos.
La partidocracia sigue pervirtiendo
el sistema democrático.
• La aprobación del presupuesto en
medio de una crisis en los ingresos
se solventó con un aumento artificial en los ingresos: ajustes contables
al tipo de cambio, el precio de petróleo y la recaudación dejó la cifra
final como la quería Hacienda.
• Sigue la presión internacional por
derechos humanos sobre México.
La ONU quiere paralizar la capacidad de respuesta policiaca a las
agresiones callejeras. Pero del lado
mexicano siguen policías sin capacitación para el uso de la fuerza.
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@carlosramirezh
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24 de Octubre de 2016
Columna Mundo Electoral
¿Hay cultura de la
legalidad?
U
Por Armando
Reyes Vigueras
na pregunta que nos deberíamos estar haciendo en
estos momentos es aquella que busca responder al
tema de si en el país existe realmente una cultura
de la legalidad. Ante tantas evidencias de corrupción en los
ámbitos político, empresarial, deportivo y social, no estaría
de más que iniciáramos una discusión para impulsar el tema.
Legalidad
Si existe un tema en el que se debería dar
un amplia discusión, es el de la legalidad.
Diariamente tenemos evidencia de actos
de corrupción, impunidad y un desprecio
casi absoluto de todo lo que implique respetar a la ley.
¿A que se debe este fenómeno? Por un
lado, la existencia de una autoridad que
no hace su tarea, es decir, no hace que se
respete la ley, lo cual se ha denunciado en
múltiples ocasiones y, por otro, una ciudadanía que no respeta las reglas porque
sabe que no habrá consecuencias.
Esto nos ha llevado a que tengamos
funcionarios públicos más interesados en
servirse del cargo que en servir a quien
paga sus sueldos, pues en última instancia
los impuestos de todos nosotros son los
que sostienen a esa burocracia que no trabaja como debiera.
Es así que buena parte de los problemas de corrupción que tenemos derivan de
esta falta de cultura de la legalidad —aunque otras personas hablen de ética, moral
o algún otro concepto—, lo cual se refleja
en una sociedad que ha generado una clase política que más que ayudar a resolver
los problemas que enfrentamos como país,
busca resolver su situación económica.
Impulsar una cultura de la legalidad,
empezando por las escuelas de educación
básica y pasando por los partidos políticos, debiera ser uno de los objetivos que
como nación nos fijemos para alcanzarlo
cuanto antes, pero en tanto se tenga a un
gobierno federal, a administraciones estatales o municipales y a los propios partidos políticos inmersos en escándalos de
corrupción, esta acción se irá retrasando,
pues no habrá quien la pueda implementar.
Por fortuna, la sociedad mexicana comienza a mostrar más indicios de que la
intolerancia a la corrupción va en aumento. La manera en que se expresa el repudio
en redes sociales en contra de personajes
como Javier Duarte o Guillermo Padrés
—con todo y su intento de defensa alegando una campaña en su contra—, es
muestra de que cada vez hay más mexicanos que ya no están dispuestos a soportar
este tipo de acciones.
Asimismo, la proliferación de “lores”
y “ladies” en ese mismo espacio virtual,
es otra prueba del rechazo que actos de
prepotencia o intentos por salir impunes
provoca en la ciudadanía. Si este tipo de
sentimientos se logran trasladar a las urnas, con un voto razonado, las cosas podrían empezar a mejorar. Sólo hay que
recordar que, en las pasadas elecciones
para renovar 12 gubernaturas, el tema de
la corrupción de los gobernadores ayudó
a que muchos electores definieran su voto.
Para 2018, se podría pensar en que
este mismo tema sea uno de los que más
interés despierte entre los electores, además de que será un arma para los partidos
que busquen descarrilar a los adversarios.
Pero no hay que esperar a la próxima
elección federal para empezar a hacer una
campaña para que prevalezca una cultura
de la legalidad. Sería un lugar común expresar que podemos empezar por nosotros
mismos, pero es algo que conviene recalcar porque si empezamos por nosotros podemos contagiar a otros para que ayuden
a que esto se convierta en una realidad.
Que los distintos órdenes de gobierno
no emprendan, más que de manera aislada y ocasional, campañas para promover
este tipo de iniciativas no extraña, pues
muchos de los que forman parte de estas
estructuras no creen en esos conceptos y
se encuentran más cómodos amparados
en la complicidad que da formar parte de
una administración en donde la corrupción es la norma. Incluso, muchos justifican así este fenómeno, pues aseguran que
no se puede combatir algo tan arraigado
en México.
Tal vez este tipo de experiencias llevaron a Enrique Peña Nieto a afirmar que la
corrupción era algo cultural.
No obstante, lo anterior, se tienen casos de países que se vieron inmersos en
un ambiente de corrupción desde el gobierno, como Corea del Sur, en una generación pudieron revertir la tendencia y
convertirse en una potencia mundial.
En tanto la cultura de la legalidad no
sea una norma y parte de nuestra idiosincrasia, seguiremos teniendo casos de
gobernadores, en función o con licencia,
que son acusados de actos de corrupción
y no pisan la cárcel.
Del tinter
En círculos periodísticos y de gobierno ven la llegada de un nuevo personaje a
esta telenovela que mezcla corrupción y administración pública. Fiel a la necesidad
de armar una escenografía para entretener al público, y emparejar el marcador, podría
sumarse un gobernador de extracción amarilla a la lista de cuestionados por malos
manejos e irregularidades. Esté pendiente del próximo episodio que tendrá locaciones
en el sureste mexicano, en una entidad que está próxima a la toma de posesión de un
dino tricolor junior.
@AReyesVigueras
Columna Crónica Política
24 de Octubre de 2016
Distritación, ¿dónde
está el interés de
oponerse?
Por Rosy Ramales
V
aya, perredistas, priistas y al parecer hasta panistas oaxaqueños se oponen a la distritación federal planteada por el Instituto Nacional Electoral (INE) para las elecciones del 2018.
5
6
24 de Octubre de 2016
Bueno, no se oponen a la distritación,
más bien se oponen a la reducción de 11 a
10 distritos electorales federales en el estado
de Oaxaca, no así al aumento de distritos,
que implica el aumento de diputados. Por
lo menos esa es la postura de perredistas: No
10, pero sí 12.
¿Qué tal? Uno más nada más porque sí,
sin siquiera argumentar criterios técnicos,
nada más aludir al censo poblacional del
2015. Ja. ¿Una cuota más? Caray, el PRD
todavía ni se repone de la debacle electoral
y ya está peleando la posibilidad de una
diputación más. ¿Tendrá electores para
ganar 12 diputaciones?
Y los priistas tampoco esgrimieron criterios técnicos para oponerse a la distritación.
Usaron un argumento basado en la necesidad de tener más diputados para gestionar
más recursos y aplicarlos a los distritos, municipios y comunidades indígenas. Ups.
En la Legislatura local panistas también
habrían fijado una posición en contra de la
distritación planteada por el INE.
Mmm… ¿no habrá gato encerrado?
De acuerdo al planteamiento del INE,
el distrito electoral que desaparecería sería el
II, con cabecera en Teotitlán de Flores Magón, el cual, si mal no recordamos, incluye
algunos municipios cuenqueños. ¿Qué políticos tienen intereses en esa zona?
En fin, que la distritación no es asunto
de capricho del INE, sino de aplicación de
una fórmula científica para redistribuir la
población sin aumentar ni reducir los 300
distritos electorales federales existentes en
el país. Y esa redistribución impactará en
algunas entidades federativas reduciendo o
aumentando el número de distritos.
¿Y QUIÉN SE ENORGULLECIÓ?
Como ya es sabido, el miércoles pasado la
Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) validó
las elecciones de gobernador de tres entidades federativas: Oaxaca, Veracruz y Aguasca-
Columna Crónica Política
lientes. Y las tres han quedado firmes.
Las resoluciones hicieron eco en la Cámara de Diputados Federal, y el coordinador
del PAN, Marko Cortés Mendoza, afirmó
que los diputados de grupo parlamentario se
congratulan por la confirmación del triunfo
de Miguel Ángel Yunes Linares, como gobernador electo del estado de Veracruz.
Y también expresó, a nombre de su bancada, su beneplácito por el fallo del Tribunal
Electoral del Poder Judicial de la Federación
que ratificó el triunfo del candidato panista al gobierno de Aguascalientes, Martín
Orozco Sandoval.
“Con esta acción de las autoridades
electorales se desecharon los infundios que
maquinó el PRI en contra del proceso electoral del pasado 5 de junio, en donde los
ciudadanos decidieron por la mejor opción
para gobernar la entidad en los próximos
seis años”, dijo.
¿Y qué diputado federal del PRI, del
PVEM o del Panal, habló orgulloso de la
ratificación del triunfo de Alejandro Ismael
Murat Hinojosa en la elección de Gobernador de Oaxaca? ¿Alguien de los partidos
aliados? No nos enteramos. Y en la página
de la Cámara de Diputados no aparece comunicado sobre pronunciamiento alguno.
¿O no lo vimos?
Tampoco ningún diputado local festinó
la ratificación. ¿Lo haría el Comité Directivo Estatal? Mmm… perdón por tanta pregunta… es que no nos enteramos. Hicimos
un viajecito relámpago y estuvimos fuera de
área por algunas horas, pero hasta donde revisamos no vimos nada.
Ah, bueno, sí los diputados locales priistas emitieron un comunicado manifestando
congratularse con la ratificación de Alejandro Murat, pero hasta ayer por la tarde…
¡casi 24 horas después del fallo de la Sala
Superior del TEPJF! Y hasta lo comprometieron asegurando que sí cumplirá todos y
cada uno de sus compromisos.
EL JUEGO DEL LOBO
Tanto anuncio del presidente del PRI, Enrique Ocho Reza, de ir con todo en contra de
los corruptos, que asustó y previno a Javier
Duarte de Ochoa, exgobernador de Veracruz y priista, acusado de enriquecimiento
ilícito. A la par, diversas autoridades también anunciaron su captura. Entonces lógicamente el acusado puso pies en polvorosa.
Hasta parece el juego de El Lobo: “Jugaremos en el bosque mientras el lobo no está
aquí…¿lobo estás?”. Traducido al caso del
exgobernador: “Jugaremos a que te agarro
mientras logras escapar… ¿Duarte estás?”
Algo más o menos así. En este México
nuestro todo es posible. Y casi todo ocurre después de intensas negociaciones. No
extrañe entonces la captura repentina de
Duarte o su desaparición eterna. Mmm, por
cierto, ¿qué habrá ocurrido con el diputado
aquél involucrado en el asesinado de José
Francisco Ruiz Massieu? Manuel Muñoz
Rocha… hay versiones distintas: Que murió y que está vivo pero quién sabe dónde.
En fin. Lo que sí, con todo y su carga de
proselitismo, tiene razón el grupo parlamentario del PRD de la Cámara de Diputados
Federal cuando ha señalado que el repliegue
de priistas evidencia que han dejado solo a
Javier Duarte, pero éste no actúo solo en su
fuga; alguien lo ayudó… alguien tan poderoso como para hacer imperceptible la huida
dentro o fuera del país.
Y CHONG YA NO COMPARECIÓ
Cómo estarán las cosas, que el Senado de la
República acordó posponer la comparecencia del Secretario de Gobernación, Miguel
Ángel Osorio Chong, prevista para el jueves
a las 12:00 horas.
No se informó nueva fecha ni los motivos para posponer la presencia del titular
de la Secretaría de Gobernación en el marco
de la glosa del Informe de Actividades del
Presidente de México, Enrique Peña Nieto.
¿El motivo sería Javier Duarte de Ochoa;
la probable fuga y localización? Osorio
Chong es el responsable de la política interna
del país y de temas de seguridad nacional, y
el caso del exgobernador de Veracruz tiene
que ver son ambos rubros.
En fin, quizá otro haya sido el motivo,
pero como el presidente del Senado, Pablo
Escudero Morales, solamente informó el
acuerdo de diferimiento, pues deja lugar
a dudas y a conjeturas, máxime cuando la
comparecencia coincidía con la polémica
desaparición de Duarte de Ochoa.
[email protected]
Agenda del día
Aprueban presupuesto 2017;
prevén alza en gasolina
A
nalistas y legisladores de oposición advirtieron que subirá el precio de las gasolinas y habrá un estancamiento económico,
tras la aprobación de la Ley de Ingresos de la
Federación para el ejercicio Fiscal 2017, con una
votación de 406 votos a favor, 43 en contra y 0
abstenciones.
Al argumentar el dictamen, la priista Fabiola
Guerrero Aguilar señaló que los ajustes realizados al proyecto económico llevan a un nuevo cálculo de ingresos presupuestales por 4 billones
888 mil 892 millones de pesos, lo que significa
una diferencia adicional respecto a lo inicialmente enviado por el Ejecutivo a la Cámara de
Diputados por 51 mil 380.2 millones de pesos.
Informó que, con base en modificaciones
en la Miscelánea Fiscal y a las mejores estimaciones del mercado, en primer lugar se ajusta
el tipo de cambio de 18.20 pesos con que fue
entregado por el Ejecutivo, a 18.62 pesos en el
dictamen aprobado, es decir, 42 centavos más.
No obstante, el analista René Sauer adelantó que con la liberación prevista de los precios
de las gasolinas habrá un aumento del más del
15 por ciento, lo que a su vez detonará la infla-
ción. Representantes de partidos de oposición,
en especial Morena y PRD coincidieron en lo
anterior, ya que se deja para los pobres la carga
tributaria y para los ricos las exenciones fiscales.
Asimismo, el presupuesto establece un recálculo de la plataforma de producción petrolera
de 19 mil barriles diarios más.
Ambas situaciones generan un incremento
en la estimación de ingresos petroleros por 17
mil 369.9 millones de pesos, precisó.
“En materia de transparencia, la Comisión considera indispensable establecer la obligación para
que la Secretaría de Hacienda y Crédito Público reporte los informes trimestrales, el comportamiento
del precio del petróleo observado respecto al precio
promedio amparado por las coberturas petroleras
del ejercicio 2017, así como en las subsecuentes
se haya constituido como un complemento de la
cobertura contratada”, subrayó.
Conforme a una estimación de eficiencia
recaudatoria del Servicio de Administración
Tributaria (SAT), continuó, se hizo un ajuste de
10 mil 18.9 millones de pesos a los ingresos
tributarios y de 23 mil 991.4 millones de pesos
a los no tributarios.
Inminente extradición de
“El Chapo” en 3 meses
T
ras conocer la decisión de un juez federal, el
comisionado Nacional de Seguridad, Renato Sales Heredia, adelantó que entre enero y
febrero del próximo año se podría dar la extradición
de Joaquín “El Chapo” Guzmán a Estados Unidos.
Luego de que se diera a conocer que el juez
Décimo Tercero de Distrito de Amparo en Materia
Penal en la Ciudad de México negó dos solicitudes de amparo para que el capo evitara su extradición, la defensa del narcotraficante se prepara
para apelar.
En el marco de la VII Cumbre de Seguridad “La
Seguridad y Defensa Nacionales”, Sales Heredia
dijo conocer que la defensa de Guzmán Loera alista
interponer un recurso de revisión, por lo que será el
Tribunal Colegiado quien dé la última determinación sobre la extradición del narcotraficante.
Sales Heredia resaltó que fue un avance muy
importante la determinación del juez de Distrito, quien confirmó la resolución de la Secretaría
de Relaciones Exteriores.
Como se recordará, el juez federal Alberto
Chávez Hernández anunció que sí procede la extradición de Joaquín Guzmán Loera a Estados Unidos.
El titular del Juzgado Decimotercero de Distrito de Amparo en Materia Penal en la Ciudad de
México anunció a la Procuraduría General de la
República (PGR) y al equipo legal de “El Chapo”
que le negó dos demandas de amparo y desechó
tres solicitudes más por estar mal formuladas.
Por su parte, José Refugio Rodríguez, abogado de Joaquín Guzmán, informó que comparecerán el próximo martes 25 de octubre, con lo que
buscan ganar tiempo.
“Tenemos 10 días para interponer un recurso
de revisión, a partir del día siguiente hábil, vamos a comparecer ante el juzgado hasta el próximo martes, por lo que los 10 días corren a partir
del próximo jueves”, dijo.
Señaló que, junto con el capo y el resto del
grupo de abogados, analizan interponer una queja ante la CNDH.
Podemos interponen la queja ante la Comisión de Derechos Humano, así se suspende la
ejecución de la extradición, en lo que se pronuncian, mientras no exista sentencia en proceso, no
puede ser extraditado si tiene casos pendientes
en territorio nacional”, señaló.
24 de Octubre de 2016
2017 será un año
difícil, previene Peña
Nieto
E
l presidente Enrique Peña Nieto
aceptó que se prevé que 2017 sea
un año “difícil” en términos de gasto público y aclaró que los gobiernos
no son un “barril sin fondo” de donde
puedan obtenerse recursos de manera
ilimitada.
El mandatario señaló la necesidad
de cuidar la estabilidad económica y recordó que los fondos presupuestales a
veces resultan insuficientes, por lo que
es necesario priorizar el gasto. “Vamos
a tener el próximo año, y creo que hay
una gran sensibilidad, un año difícil en
términos de gasto público. Hay una razón central, porque los ingresos de los
que dependían, y todavía dependen en
forma importante los gobiernos, los ingresos petroleros, han caído”, explicó.
Eso, abundó, “nos lleva a construir
un mecanismo de protección de la estabilidad económica; créanme que lo más
sano, lo más importante, es cuidar la estabilidad de nuestra economía”.
Señaló que todos los gobiernos enfrentan el desafío de no contar, a veces,
con los recursos económicos suficientes
para atender todas las demandas sociales.
“Esto un reto que nos es común.
Es la constante en todos los gobiernos.
Algunos suponen que en los gobiernos
tuviéramos casi un barril sin fondo, una
bolsa de la que puede salir todo el dinero que sea necesario. Y no es así”,
advirtió el presidente Peña.
7
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Columna El Rincón del Chamán
24 de Octubre de 2016
¿Reinaugurarán el
Castillo en San Juan de Ulúa?
A
sí como van las cosas con los escándalos de los exgobernadores y otros personajes en la mira del nuevo Sistema
Nacional Anticorrupción, no quedará de otra
que reinaugurar el Castillo o Fortaleza, hoy
convertido en museo, de San Juan de Ulúa.
Por Jesús Sánchez
9
10
24 de Octubre de 2016
Los expertos en puntos de vista se han
preguntado a dónde irán a parar tantos
personajes expulsados de sus partidos y
otros que se han servido con la cuchara
grande del presupuesto y los contratos del
gobierno, y la única respuesta remite a la
reinauguración de San Juan de Ulúa que
fue cerrado hace más de 100 años como
prisión por decreto de Venustiano Carranza, pero que operó durante 200 años
como penal federal de alta seguridad.
San Juan de Ulúa tenía espacio para
200 prisioneros y en sus mazmorras estuvieron como huéspedes no sólo personajes
icónicos como Chucho el Roto y su lugarteniente La Changa en la época de Porfirio
Díaz, sino importantes políticos como los
expresidentes Benito Juárez y Antonio López de Santa Anna.
En realidad era una cárcel política porque también estuvieron detenidos en las
húmedas celdas Ricardo Flores Magón y
Juan Malpica por órdenes de Victoriano
Huerta, así como Filomeno Mata, Felipe
Carrillo Puerto y los huelguistas de Cananea y Río Blanco.
De prosperar los juicios contra los
exgobernadores en capilla, principalmente Javier Duarte y Guillermo Padrés, los
penales más famosos de México, Almoloya en el Estado de México o Puente Grande en Jalisco, no son garantía. Y si no que
le pregunten al “Chapo”.
Y como la fila de espera de exgobernadores y malandrines señalados de corrup-
Columna El Rincón del Chamán
tos es tan grande que únicamente se ve
como opción San Juan de Ulúa. ¿Qué no?
Bueno, eso siempre que los encuentren.
Columnómetro del licenciado
Aquiles Baeza
1.- Cuando el poder costaba un huevo
En algunas sociedades antiguas como
la Rapa Nui, ocupar el escalón más alto
del poder político para gobernar —aunque sólo fuera por un año—, requería de
un esfuerzo supremo, literalmente el poder les costaba un huevo.
De acuerdo a la tradición oral que
subsiste de esta sociedad muy alejada en
el tiempo y la geografía (en la puerta de
Oceanía, en medio del Pacífico), el modelo de gobierno de los Rapa Nui era muy
dinámico pues el rey no podía permanecer eternamente y la decisión política para
elegir al jefe supremo requería como condición ineludible que el o los aspirantes
a llegar a la cúspide del poder tenían que
pasar la prueba del huevo.
En la cosmogonía del hombre-pájaro
“Tangata manu”, base de este pueblo cuya
raiz es muy cercana a los polinesios pero
que hoy sus habitantes en la Isla de Pascua
tienen un acuerdo de trato especial con
Chile, llegar al poder no era por dedazo ni
por decisión de partido, tenían que completar un ritual que podía acabar con ellos
en el intento, de no estar bien preparados.
Los candidatos tenían que lanzarse
al mar desde la gran isla “Motu Nui”, y
a nado limpio llegar a uno de los islotes
cercanos aunque no tanto —el “Motu kao
kao”— para buscar y encontrar el primer
huevo de una ave estacional conocida
como “manu tara” o chirrión sombrío; hacerse de éste, regresar, subir por un acantilado y entregar el huevo sin daño.
Los viejos —instalados en algo así
como un Consejo electoral— deliberaban
para decidir si el o los candidatos que lograban regresar a la Motu Nui se habían
apegado al ritual y confirmar al ganador,
en consecuencia.
De ahí que literalmente les costaba un
huevo llegar al poder.
En realidad no había tantos candidatos en esas competencias tradicionales
como para diezmar a la población de aves
que hoy siguen poniendo sus huevos en
el lejano islote. Ya no existe esta competencia y los Rapa Nui han optado por las
elecciones por voto directo de sus autoridades civiles.
Paralelismos
En México hay quien puede decir que
les ha costado un huevo llegar al poder,
aunque el sentido es otro y nada tiene que
ver con el ritual milenario y cosmogónico
de los Rapa Nui.
Pero lo que si tenemos a la vista es una
cada día creciente lista de tiradores para
participar en la candidatura presidencial
de 2018. Son tantos que si hoy les impusieran como condición conseguir un huevo como lo hacían los antiguos polinesios,
sin duda acababan con la especie de aves
“manu tara”.
Y si bien llegar al poder puede costar
algo más que un huevo, hoy cuesta más
mantenerlo.
2.- Los senadores andan muy ocupados y por eso no tienen tiempo de atender las comparecencias que ellos mismos
han convocado. Tienen pendientes las de
Claudia Ruiz Massieu y la de Miguel Ángel
Osorio Chong. Cuando se realicen seguro
ya se les olvidó para qué los llamaron.
3.- Con las encuestas en contra, los
asesores del pato Donald coincidieron en
que fue un error acudir a Los Pinos porque dicen que hay mucho salitre. Bueno,
eso dicen.
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Adrián y el azote
de la maldad
Por Juan José Vijuesca
N
i soy taurino ni tampoco antitaurino. En tiempos acudí
a plazas de toros como un espectador en busca de esa
magia y de ese arte que pregonan los entendidos. Me
declaro ignorante en la materia al no conseguir captar ni la esencia ni tampoco el virtuosismo que emana de esta valerosa profesión. Me retiré de los ruedos, o sea, dejé de asistir para dejar
sitio a quienes en todo este mundo de la tauromaquia atesoran
conocimientos y razones suficientes. Respeto, por tanto, a los
que están a favor y también en contra.
Ahora bien, en el concierto de esta animosidad entre defensores y detractores, que ni entro ni salgo, lo que no tiene cabida
es cruzar los límites de la cordura existencial. Confieso que mi fe
en la especie humana pasa por el respeto de obra y de darle culto
a la palabra; no entiendo otra manera porque he sido educado
en ello y para ello, por eso me parece de todo punto execrable
cuando leo a una antitaurina desear la muerte a un niño enfermo de cáncer que sueña con ser torero. Me refiero a ese niño de
tan sólo ocho años de edad, llamado Adrián, que aspira a ser
lo que el ideal de su corta edad le llama en aspiraciones. Todos
hemos tenido esa misma edad, incluso la causanteen declaraciones y quienes la han secundado jaleando idéntica afirmación.
Miren ustedes, a los ocho años uno quiere ser aquello que la
imaginación te hace mover los sueños, por eso es tan importante
ser un niño, porque a esa edad, por suerte, no te mueve ninguna
ideología ni tampoco la maledicencia hacia ningún gremio ni
asociación pública o privada. Ser niño significa ser feliz, por eso,
si odio a la especie humana en alguna de sus vertientes es la de
atentar contra la infancia.
El pequeño Adrián, como queda dicho, no sólo tiene ocho
años, también padece sarcoma de Ewing. Hoy quiere ser torero
a lo lejos, es decir, el día de mañana, pero es posible que acabe
siendo astronauta, fontanero, científico o tal vez el mejor de los
investigadores. Quizás dentro de unos años de él dependa salvar
vidas humanas, tal vez entre sus semejantes se encuentren personas que hoy desprecian su niñez envuelta en unas ganas de vivir
que, a pesar de todo, miren por dónde, es el mundo del toro
quien le está regalando la mejor de las terapias. Adrián vivirá
para ser lo que él quiera ser y estoy convencido que lo hará para
el no rencor a pesar de que los impresentables de hoy, los mismos que le agreden con maldad despiadada, antes que después,
recogerán el desprecio de la miseria en que se desenvuelven.
Duele lo sucedido por varias razones. Primero, porque en
España y en pleno siglo XXI es descarnado que alguien, supuestamente joven, en su derecho a ser antitaurino, siembre en el
resto de la sociedad el escalofrío con tales aseveraciones. Segundo, duele y mucho, como no puede ser de otra manera, que
determinadas voces hayan guardado silencio. Uno puede ser o
dejar de ser, pero por encima de todo ha de prevalecer nuestra
condición de seres racionales capaces de diferenciarnos de quienes se alimentan de la manera más aberrante como lo es la de
atacar a los niños y a su tierna y desvalida infancia.
w w w. e l i m p a r c i a l . e s
I
La Revolución Húngara de 1956. Los
antecedentes
Por Alejandro San Francisco
L
a Revolución Húngara se desarrolló entre 23 de octubre y
el 10 de noviembre de 1956, en un ambiente cargado de esperanzas, dramatismo y muerte. Como ocurrió en distintos
lugares de Europa Oriental, el problema tenía sus antecedentes en
la Segunda Guerra Mundial, cuando la expansión del nazismo se
apoderó de su territorio, que antes de la Primera Guerra formaba
parte del Imperio Austro-Húngaro.
La dominación germana estuvo marcada por las características
formas de arbitrariedad dictatorial que eran propias del régimen de
Hitler y que se expresó con fuerza en otros territorios. La situación
comenzó a cambiar, al menos parcialmente, cuando las fuerzas nacionalsocialistas comenzaron a replegarse ante el avance del Ejército
Rojo que terminaría ingresando a Berlín en los primeros meses de
1945. ¿Qué pasó con Hungría en ese momento?
La respuesta es necesariamente ambigua. Por una parte, los húngaros esperaban salir cuanto antes del dominio hitleriano, pero abrigaban
temores sobre las posibles consecuencias. Esta doble percepción aparece nítidamente en Liberación, novela corta de Sándor Márai (Barcelona, Salamandra, 2012), que reproduce el siguiente diálogo:
“¿Qué harán los comunistas? ¿Qué tipo de orden impondrán?
¿Quién será el señor y quién el criado?...
A ella —Erzsébet, protagonista de la obra— ya sólo le queda la guerra, la soledad y ese hambre. Y la liberación, que ya no puede tardar...
Desde que tiene uso de razón, hace 25 años, ha oído hablar de los
bolcheviques como de seres demoníacos y depravados que se dedican
a devorar niños en las iglesias, a celebrar ceremonias sacrílegas para
ultrajar todo lo bello, todo aquello en lo que la gente cree. Claro que
ella, en esos 25 años, siempre ha sabido que las cosas son diferentes.
Sabe que los bolcheviques están organizando una nueva sociedad, y
que al hacerlo seguramente cometen errores y crueldades, pero los
guían la fe y el entusiasmo, elevados ideales.
Con el paso de las semanas la “liberación” efectivamente llegó,
pero las consecuencias no fueron las esperadas por algunos, como
relata el propio Márai, tanto en su novela como en sus memorias.
En esos días reaparecían la crueldad, la miseria, los asesinatos, la
desesperanza. Las semanas de lucha entre bolcheviques y nazis, las
miles de muertes que acompañaron los enfrentamientos, y la penosa constatación de que las personas parecían no aprender del sufrimiento, eran manifestaciones de una civilización moribunda y de
una liberación que se convertía en una nueva esclavitud.
El fin de la guerra dejó a una Hungría devastada, con miseria y
una inflación desatada, con abusos del poder e intereses que ganaban con la desesperación. Era parte de la destrucción descrita con
crudeza por Keith Lowe en Continente salvaje. Europa después de la
Segunda Guerra Mundial (Barcelona, Galaxia Gutenberg, 2012).
Ahí el historiador británico explica como numerosas mujeres fueron violadas por los soldados soviéticos, en una cifra difícil de precisar, pero que estaría entre las 50 mil y las 200 mil húngaras violadas:
“eran violadas con tanta violencia que la fuerza de los ataques de los
hombres les rompía la espalda”.
II
w w w. e l i m p a r c i a l . e s
Así comenzó a establecerse el régimen comunista en Hungría
y en otras naciones de Europa del Este, lo que permitía decir a
Winston Churchill en marzo de 1956, al denunciar que se había
levantado una cortina de hierro o telón de acero en Europa: “Tras él
se encuentran todas las capitales de los antiguos Estados de Europa
central y Oriental. Varsovia, Berlín, Praga, Viena, Budapest, Belgrado, Bucarest y Sofía, todas estas famosas ciudades y sus poblaciones
y los países en torno a ellas se encuentran en lo que debo llamar la
esfera soviética, y todos están sometidos, de una manera u otra, no
sólo a la influencia soviética, sino a una altísima y, en muchos casos,
creciente medida de control por parte de Moscú, muy fuertes, y en
algunos casos, cada vez más estrictas”.
Como ha mostrado Anne Applebaum en su excelente libro El Telón de Acero. La destrucción de Europa del Este 1944-1956 (Barcelona,
Debate, 2014), después de la Segunda Guerra Mundial se desarrolló
un proceso que significó la reproducción del modelo político y económico soviético en distintos países. Entre ellos se concentra Polonia,
Alemania Oriental y Hungría, aunque se refiere tangencialmente a
Checoslovaquia, Rumanía, Bulgaria y Yugoslavia.
El proceso en Hungría fue extraordinariamente violento, más
considerando que había sido un país aliado con los nazis durante
la guerra. Por lo mismo, la represión fue muy dura, encabezada por
una nueva policía secreta que contaba con el respaldo de la Unión
Soviética y del partido comunista local. Entre los grupos afectados
estuvieron los genéricamente denominados “fascistas”, los jóvenes,
personas instruidas, el clero. Se vivía una curiosa situación entre
un incipiente estado democrático y un control de los órganos de
seguridad por parte de los comunistas.
En los años siguientes la situación cambiaría, después de unas
elecciones en que el Partido de los Pequeños Propietarios obtuviera
un sólido 57 por ciento de los votos, frente al 16,9 por ciento del Partido Comunista, en las elecciones nacionales de noviembre de 1945.
Sin embargo, la URSS rechazó un eventual cambio de dirección en
las zonas que dominaba, e hicieron saber a Budapest que Hungría,
“gracias a la noble Unión Soviética, ha recibido la oportunidad de rejuvenecer rápidamente de manera democrática”. Por lo mismo exigía
una presencia fuerte de “la clase trabajadora” en el Parlamento.
Hacia 1947 las cosas habían cambiado, con un sólido poder comunista, que se volvería creciente hasta dominar totalmente la escena política y social. Esto implicó la persecución de las instituciones
religiosas, el control de la propaganda, las reformas económicas, la
intervención de las organizaciones civiles, en definitiva, la consolidación del modelo de dominación totalitaria que antes había estado
bajo la influencia nazi, y que después de la guerra había pasado al
dominio soviético.
Contra ese estado de cosas, y con las complejidades ideológicas
y prácticas propias del mundo de la Guerra Fría y de la realidad
húngara posterior a 1953, año de la muerte de Stalin, surgiría en
1956 la Revolución Húngara, que marcaría un antes y un después
en la historia del siglo XX.
La siempre novelada
historia
Por Roberto Alifano
C
ualquiera que sea el enfoque filosófico o la intención ideológica,
me asiste la certeza de que los que se empeñan en explicar hechos del pasado como una verdad científica, sujeta a esquemas
precisos que pueden predecir la direccionalidad del futuro, aventuran
teorías engañosas. En La sociedad abierta y sus enemigos, Karl Popper,
advierte que el principal error que puede cometer un estudioso del pasado es aceptar ciertas reglas determinantes que permiten predecir la
evolución del hombre. “Lo que llamamos historia no es otra cosa que
una cronología del crimen internacional y de los asesinatos colectivos;
aunque también la de algunos intentos políticos para suprimirlos, o ignorarlos”, puntualiza con tono irónico. En ese volumen, Popper critica
a los llamados historicistas, y pone en evidencia esas ideas especulativas
que persiguen meros beneficios políticos.
Los teóricos de la artificiosa entelequia conciben a la historia
como una verdad científica irreductible, no establecida sólo en el
análisis del pasado, sino además del presente, para predecir fenómenos futuros. Afirman que este método tiene la capacidad de
anticipar acontecimientos sociales, e inspirados en algunas nobles
ideas de Benedetto Croce y Leopold von Ranke, consideran la
realidad como producto de un devenir histórico que alcanza la categoría de “ciencia del espíritu”. Según el historicismo, la filosofía
es un complemento esencial de la historia y su tarea consiste en
establecer una teoría pretendidamente definitiva.
Con el correspondiente respeto a Croce y von Ranque, creo
que las acepciones propias de la denominada ciencia histórica se
pierden en su propio laberinto al proponer efectuar una exploración sistemática de los hechos históricos. Sin ánimo de caer en
la añeja polémica, yo sigo convencido de que la historia es, en sí
misma, una jugada de dados, una empecinada apuesta al pasado,
un desfile de contradicciones, la mayoría de las veces meramente
descalificadores, entre los que se cuenta el riesgoso revisionismo.
Llamamos historia a la narración de cualquier suceso ocurrido en el pasado, incluso los imaginarios o subjetivos. Creer que
esos hechos tienen una dirección racional, que los historiadores
—y por ende los sociólogos, economistas o ideólogos— pueden
detectar por anticipado, me parece un absurdo. El futuro no se
puede predecir, y de allí su encanto o su fatalidad; la evolución
del hombre en el pasado no permite deducir una direccionalidad
en el acontecer humano. Si bien es cierto que la acumulación
de los conocimientos influye en la historia, también es lógico
suponer que no hay manera de predecir, por métodos racionales, la evolución del conocimiento científico. Por consiguiente,
como defiende Popper, no es posible anticipar el curso futuro
de una historia que improbablemente será, en buena parte, determinada por inventos o hallazgos técnicos y científicos que no
w w w. e l i m p a r c i a l . e s
III
podemos conocer con antelación.
Menos riguroso que sarcástico, con acento literario, Oscar
Wilde bromeaba que “la historia no es más que una serie de crónicas policiales, y que los historiadores son falsarios que describen
con precisión hechos que nunca ocurrieron”. Solemne en sus conceptos, Thomas Carlyle consideraba que la historia se confunde
con la justicia, y que los vencedores son aquellos que merecen la
victoria. De allí su culto a los héroes. Juegos de conceptos, acaso
triviales y jocosos, pero también inteligentes formas de sintetizar.
¿Qué es, entonces, la historia? ¿Es posible manejarla con
normas precisas, con criterio científico, o es una improvisación
múltiple y constante? La historia no tiene demasiada lógica
ni leyes direccionales que le otorguen exactitud y es menos
una cronología exacta que una novelada fantasía. Imprecisa,
rudimentaria, infiel, la organizan siempre los historiadores
mediante puntos de vista o interpretaciones por lo general
parciales y subjetivas, cuando no ideologizadas. Ese animado
causal que ofrece la apariencia de un orden, no es sino una
suma de contradictorios sucesos que, para poder entenderlos,
las ciencias sociales reducen a síntesis y arbitrarios esquemas. Al
historiar se puede ser generoso o avaro, ingenioso o imaginativo;
casi nunca objetivo. La historia, en todos los casos, es una ínfima
versión, una caricatura de los hechos reales, que reflejan apenas
un átomo del universo inacabado que es la vivencia que la
rodea, ese “todo” que se hace y se rehace incesantemente y que
no se agota en lo cultural, lo social o político, lo económico o
religioso. La verdadera historia, la real, la total, no es abarcable
ni asequible al conocimiento o al razonamiento del hombre.
Pero, por qué no concebir la historia como una manera de
novelar el pasado, o de encantarlo literariamente, otorgándole
interés. En ese camino encontramos que los mejores historiadores son los novelistas, que describen pormenores de una época
pretérita con sus debidas quimeras. Quizá, si queremos enterarnos de la cotidianeidad del siglo XIX, lo mejor es leer la comedia
humana de Balzac, quede modo casi exhaustivo nos muestra a la
sociedad francesa de su época.
Toda historia, en el fondo, tiene algo de ficción, a veces,
de solapada forma de ficción. Hubo una larga época en que las
páginas de Plinio eran leídas en busca de exactitudes; hoy nos
encantan por sus imaginativas maravillas. Heródoto de Halicarnaso, considerado como “el padre de la historia” por Cicerón,
crédulo hasta la ingenuidad, describió con minucia todo aquello
que se le refería, obviamente sin constatarlo. Su historia, como
toda historia, no pasa de ser una atrayente saga del pasado. Plutarco, el sacerdote de Delfos, cuya asombrosa memoria retenía,
al parecer, todos los versos que había leído, no dejó su historia,
pero tuvo el raro privilegio de vivir en dos sitiales de la época antigua: Atenas y Roma, coincidiéndolas. Fue, además, el artífice
de ese pormenor de la historia, que es la biografía.
Hay quienes apostamos a que la historia sea libre, recurrente,
insólita y, por lo tanto, incontrolable y capaz de sorprendentes
ingeniosidades. Ahora bien, el hecho de que no existen leyes que
la controlen no significa que no haya ciertas tendencias en la
evolución humana. En campos específicos, las ciencias sociales
pueden establecer que, bajo determinadas condiciones, ciertos
hechos ocurrirán quizá inevitablemente. Así, la emisión de moneda sin respaldo financiero, o los desmesurados endeudamientos, traerán consigo, sin duda, el fenómeno de la inflación. Otro
tanto puede ocurrir con la violencia, predicha por los analistas,
IV
w w w. e l i m p a r c i a l . e s
que rebota muy a menudo en sociedades que parecían haber alcanzado elevados niveles de civilización.
Thomas de Quincey escribió en sus Apuntes biográficos, que
“la historia es una disciplina tan infinita como indefinida, ya que
hechos similares pueden combinarse o interpretarse de diversas
maneras”. Algo que Voltaire, con su habitual acerado estilo, anticipó en una famosa página de sus Cartas filosóficas, donde afirma
que “los sucesos que refiere la historia son imprecisos siempre,
cuando no deleznables”. Opinión compartida por Edward Gibbon, casi con idéntica irreverencia; su History of the Decline and
Fall of the Roman Empire, esa larga y atrapante novela, protagonizada por generaciones humanas, aceptada como la más grande
obra histórica escrita en lengua inglesa, es la muestra más insigne del sobrio pesimismo y del agnosticismo militante del siglo
XVIII hacia la historia oficial. Cuando Gibbon se refiere a la
tarea de historiar, abunda en interpretaciones críticas y afirma,
de manera explícita, que “la historia depende de la voluntad del
historiador y que, quizá algún día, no podrá ser escrita por excesos en la acumulación de datos, por lo general imprecisos”. No
menos contundente es Géza Róheim en su Relato de un esquizofrénico. “Ciertas historias son imposibles de contar —puntualiza—. Esto se debe a que la amplitud de hechos es tanta y variada
que no hay forma de abarcarlas”.
Por otro lado, es bueno tener en cuenta que el pasado es de
arcilla y podemos modificarlo fácilmente; de hecho, siempre lo
hacemos. Recordarlo, es a veces como recordar un sueño. La historia es otra forma del sueño que apenas refiere un matiz, un
hilo, de esa gran trama que es la vida humana. “La historia es
una pesadilla de la que quiero despertarme”, deslizó Joyce, casi al
azar, en Ulyses. De Quincey, Vico, Abeljandún, Spengler, Gibbon
y Popper perciben que la historia encierra un dibujo, evidente
o secreto. El cacique Toro Sentado comentó alguna vez ante un
atónito interlocutor que “la historia es una falta de respeto para
con los muertos”. No le faltaba razón.
El concepto que han tenido sobre la historia escrita los grandes pensadores es coincidente. Como la novela, la historia es una
organización arbitraria de la realidad humana, que defiende a los
hombres contra la angustia que les produce intuir el mundo o la
existencia como un mero desorden.
Menos confiables que minuciosos, otra especie que ha contribuido a la historia desde las historias personales, han sido y son
los libros de memorias, que sirven a sus autores para poner, por
lo general, la casa en orden; en un orden favorable, se entiende,
ya que hasta los mea culpa tiene como fin último el favorecer a
los arrepentidos. Pocos, muy pocos, son los que se atreven como
Rousseau o Montaigne a mostrar sus heridas descarnadamente;
una mayoría las oculta. En casi todos los casos, como bromeaba
Wilde, esos textos de memorias están escritos por “quienes han
perdido la memoria o no tienen nada que valga la pena recordar”.
Finalmente me atrevo a argumentar que la historia, empírica o
ideológica, es un impreciso fenómeno del conocer humano, pues
no hay una sola forma de ver la realidad si ambas llegan al mismo
resultado. Siendo prisioneros de ritos o de costumbres —otras de
astucias o perversos intereses—, los hombres condicionamos el
pasado de acuerdo a nuestras preferencias. Schopenhauer creía,
con sobrada razón, que la historia no evoluciona de manera concisa o rigurosa y que los hechos que refiere “no son menos casuales que las nubes, en las que nuestra imaginación vislumbra
extrañas configuraciones de animales o de monstruos.”
24 de Octubre de 2016
Suplemento
Un presidente sin
importancia
E
Por Armando Reyes Vigueras
n sexenios anteriores, el Presidente de la República era la figura máxima del sistema político mexicano. Su Poder —con mayúscula— llegaba a tal extremo que
era uno de los temas prohibidos para los medios de comunicación, los cuales no
podían ejercer la crítica —aunque la prensa marginal o los muy arriesgados si la llevaban
a la práctica—, y cuando se cometía un error no faltaba el funcionario que ofrecía su
cabeza con tal de salvar la reputación del mandatario en turno, pues una de las máximas
del sistema era que el Presidente nunca se equivocaba y cuando preguntaba qué hora era
el coro respondía al unísono: “las que usted diga, señor”.
Cambio de papel
Muchas cosas han cambiado desde que el PRI empezó a competir
por el voto de los mexicanos, durante la década de los 90, época en
la cual los ciudadanos empezaron a ejercer sus sufragios ayudando a
establecer las bases de una democracia que, aunque no se consolida
aún, modificó el tablero de juego para los participantes.
Con el triunfo en el año 2000 de Vicente Fox, apoyado en la
Alianza por el Cambio —formada por el PAN y el PVEM—, las
reglas que regían en el sistema político-electoral fueron modificadas,
pero muchos de los actores no repararon en la forma en que este
tipo de cambios alteraría lo que sucedía en distintas instituciones
del país.
La figura presidencial, empezando por Fox Quesada hasta llegar a Peña Nieto, se transformó de una entidad todopoderosa a ser
un pararrayos en los últimos años. El exgobernador de Guanajuato
quitó toda solemnidad a la Presidencia de la República tanto con
sus dislates como con la incorporación de la “pareja presidencial”
—forma de justificar las intromisiones y aspiraciones de Marta Sahagún—, en tanto que Felipe Calderón se encargó de convertirla
en objetivo de variadas críticas —desde el supuesto fraude electoral
hasta los asesinatos provocados por la “guerra” contra el narcotráfico— lo que debilitó, en cuestión de imagen, a la institución presidencial. Ahora, Enrique Peña Nieto tiene sumido su mandato en
niveles bajísimos de aceptación ciudadana, sospechas de actos de
corrupción, así como la percepción de una incapacidad para conducir a buen puerto al país.
Lo que en sexenios anteriores funcionaba a manera de fusible —
en un sistema en el que un funcionario menor se “sacrificaba” para
evitar afectar al Presidente—, ahora es asumido directamente por el
propio mandatario federal.
¿Cómo explicar que eventos tan disímbolos como las falta de
operación para concretar las llamadas reformas estructurales o la
desaparición de los normalistas de Ayotzinapa en Iguala, pasando
por temas económicos, de inseguridad o, en otro extremo, la falta de
resultados en el ámbito deportivo caigan a la cuenta del Presidente?
En primera instancia, a reserva de ampliar esta explicación, tenemos a un personaje como Enrique Peña Nieto que ejerce un puesto tratando de revivir las reglas de un sistema que ya fue rebasado.
Creer que el regreso del PRI a la Presidencia era la oportunidad de
I
II
24 de Octubre de 2016
reinstalar el Presidencialismo Imperial, fue
uno de los primeros errores, lo cual se agravo cuando se dejó de considerar que el México de 2012 era distinto al de los años 80,
última década en la que el tricolor pudo
operar a sus anchas sin oposición que lo
detuviera.
En segundo lugar, pensar que con un
gabinete de amigos —aún y cuando había
funcionado en el Estado de México, al menos en la mente de este grupo— podría funcionar en el ámbito federal, con una oposición en crecimiento y una ciudadanía más
exigente, fue el otro error que se cometió.
A esto súmese la costumbre del propio
Peña Nieto a no cambiar de colaboradores, pese a sus evidentes errores, y se comenzara a entender el porqué de la situación que hoy vive de manera particular la
actual administración.
Enrique Peña Nieto se ha convertido
en el pararrayos del Gobierno Federal, en
quien se centra la mayor parte de las críticas,
con bajos niveles de aprobación ciudadana y
a quién se culpa de todo lo malo que pasa en
el país, incluso hasta convertirse en un lastre
para su propio partido.
Que la oposición ha aprovechado esta
coyuntura, ni duda cabe. Que los propios
priístas estén pasmados sin saber qué hacer, pues siguen amarrados a su tradicional
disciplina esperando línea de “arriba”, sólo
es parte de un escenario que muestra una
transformación silenciosa que se ha vivido
en el escenario político.
Lo preocupante es que sea el propio Presidente quien tiene que cargar con todas las
críticas y con todos los señalamientos, pues
los colaboradores sólo ofrecen la cabeza
cuando la plaza pública clama sus nombres
y los señala para ocupar su sitio en el patíbulo mediático, en tanto que todo el aparato
informativo del Gobierno Federal no atina
a ayudar a preservar la imagen presidencial,
ni a ofrecer respuestas claras y rápidas en los
temas que comienzan a endosarse al propio
Peña Nieto.
Lo de menos es que se caricaturice la
imagen presidencial o que la prensa —sea
a través del llamado círculo rojo o en redes
sociales— critiquen un día sí y otro también
al Presidente, sino que la función de “fusible” haya desparecido del tablero político,
porque si esa función ahora la va a ejercer
el propio Peña Nieto las consecuencias para
todos los actores serán imprevisibles.
Torre de Babel
Percepción y humor social
Para el grueso de la población, México va
mal. Son muchos quienes califican al actual
gobierno federal como mal administrador y
el causante de muchos de los males que nos
aquejan. Pese a que el PIB crece, la respuesta inmediata es que lo hace a tasas que no
ayudan a recuperar el empleo o a mejorar el
nivel de vida de la población. Las obras que
se realizan son vistas con lupa para revisar
si no hay algún acto corrupto detrás de las
mismas.
Tampoco ayuda mucho que el gobierno federal mantiene abiertos demasiados
expedientes relacionados con conflictos de
intereses, como la famosa Casa Blanca, o
relativos a la inseguridad como Ayotzinapa,
Tanhuato o Tlatlaya.
La devaluación del peso frente al dólar
tampoco ayuda a mejorar el ánimo social,
mucho menos las frivolidades de miembros
del gabinete federal o de legisladores como
Emilio Gamboa y su aterrizaje en helicóptero en una zona natural protegida.
Y, por si fuera poco, la invitación a
Donald Trump agudizó el rechazo hacia el
gobierno de Enrique Peña Nieto, pues las
declaraciones del candidato republicano en
contra del país lo hicieron una persona non
grata para un amplio sector social, al que no
le cayó nada bien que fuera recibido en Los
Pinos.
Como es posible adivinar, la ciudadanía tiene razones para construir una imagen negativa del actual mandatario federal
y de su administración. Los resultados de
las más recientes elecciones abonan en este
sentido, pues el votante ya comienza a cobrarse en las urnas los desatinos de Peña
Nieto y compañía.
Pero del lado gubernamental se aprecia que no hay entendimiento acerca de lo
que pasa en la sociedad. Se presumen cifras
macroeconómicas para presumir que el país
marcha bien pero el ciudadano común y corriente siente en su bolsillo que algo anda
mal.
Las reacciones en redes sociales son minimizadas —de manera similar a lo que se
hizo en el caso de los primeros informes
provenientes de Iguala en el caso de los normalistas desaparecidos en Ayotzinapa—, al
igual que lo que se expresa en espacios de
análisis y opinión.
La cantidad de “memes” con la figura
presidencial, al igual que las marchas y lo
que se comenta en reuniones con amigos o
familiares no es tomado en cuenta por los
encargados de llevar el pulso de la opinión
ciudadana, ni siquiera los resultados de encuestas que muestran una pronunciada caída en la aprobación ciudadana.
En lugar de corregir o demostrar que
se escucha lo que la gente opina, se tiene la
actitud de que los demás están equivocados
—sin considerar el tamaño de la población
descontenta—, que las decisiones adoptadas fueron las correctas y que todo marcha
adecuadamente.
Vamos, ni siquiera la opinión de medios
internacionales que también hacen eco de
la inconformidad —en especial con aquello
de que “no entienden que no entienden”—,
logra que haya alguna corrección en la parte
gubernamental.
La idea de que las reformas son las necesarias y que demostrarán sus beneficios en
algunos años, omitiendo la irritación social
por los temas vinculados a la corrupción o la
frivolidad de la clase política, demuestra que
la ceguera y el autoengaño son la constante
en este sexenio.
Ni siquiera la campaña para resaltar las
“buenas noticias” de esta administración ha
servido para revertir la tendencia que se ha
expresado en los últimos días con la frase
“Renuncia ¡ya!” dirigida a Peña Nieto incluso en los conciertos que ofreció en México
Roger Waters.
La percepción ciudadana no es fruto
de generación espontánea, sino resultado
de una falta de sensibilidad política que se
refleja en una pésima estrategia de comunicación política desde el gobierno federal.
Omitir o querer creer que temas como el
plagio de la tesis de Peña Nieto, entre muchos otros, no impactan y desplazan de la
agenda de medios a los que el gobierno federal busca impulsar, es una demostración
de la soberbia que permea en toda la estructura gubernamental federal.
Incluso en el PRI también hay inconformidad con la dirigencia designada desde Los
Pinos y los rumores expresan el descontento
de los propios militantes.
Dejar de escuchar y encerrarse en un
mundo virtual ha sido la actitud del equipo
de Peña Nieto. Aludir al “humor social” y
no hacer nada en consecuencia, demuestra
que no se entiende el lugar y la función que
tienen en estos momentos.
Torre de Babel
No es que no se reconozca nada de lo
realizado por el presidente Peña Nieto, sino
que lo que se reconoce es todo lo que ha
hecho, lo bueno y lo malo, y el balance es
negativo.
Escenarios electorales
Es llamativo que buena parte de la prensa
mexicana se vuelque a informar acerca de
elecciones que tendrán lugar hasta dentro
de un año o dos. Desde que Vicente Fox
anunció anticipadamente su intención de
competir por la candidatura presidencial en
el año 2000, distintos políticos de diferentes
signos partidistas han hecho del “madrugete” una de sus armas preferidas en sus estrategias electorales.
Como hemos señalado, el futurismo es
parte de las aficiones de un gran número de
ciudadanos en la última parte del siglo XX,
quienes al conocer el nombre de los integrantes del gabinete presidencial comenzaban a pronosticar quien sería el bueno o el
“tapado”. De igual manera, algunos columnistas comenzaban a mencionar las actividades de tal o cual funcionario en virtud
de una competencia para quedarse, gracias
a sus méritos, con la ansiada candidatura.
Todo esto en tiempos del PRI aplanadora.
Pero luego del triunfo del PAN a inicios del siglo XXI, el panorama cambió y
este tipo de discusiones futuristas se dan
prácticamente para cualquier candidatura,
al grado de que ahora tenemos un elenco
bastante amplio con aspiraciones de figurar
en la boleta en las futuras elecciones, llámese para gobernador o para presidente de la
república.
Esto tiene distintos ángulos que conviene revisar. En primer término, nos debemos
preguntar si tanta información que se está
difundiendo de los aspirantes a las diferentes candidaturas generará en el ciudadano:
a) la intención de acudir a las urnas el día
de la votación, abatiendo por fin los altos
índices de abstencionismo que hemos vivido o si será todo lo contrario al tratarse de
información que se basa en especulaciones y
ataques; y b) si con tantos datos de los que
posiblemente figuren en la boleta electoral
en los siguientes comicios, el ciudadano podrá emitir un voto razonado.
Cabe decir que tanta información puede
llegar a no decir nada y saturar al ciudadano,
generando más rechazo por los temas electorales como se ha podido apreciar desde
2015, fecha en que en paralelo a las campañas de los partidos se presentaron movimientos que pedían anular el voto, retirar
la propaganda de las calles, protestar en la
boleta y algunas variantes más.
Sin duda, se trata de fenómenos que
aún no han sido estudiados por los investigadores sociales, pero que pueden impactar
directamente en los resultados electorales
y en una sociedad que rápidamente está
aprendiendo a informarse en redes sociales,
instrumentos que también le permite intercambiar puntos de vista y expresar su apoyo
o rechazo acerca de cualquier candidatura.
En materia de encuestas se puede apreciar el impacto de los aspirantes adelantados, pues ahora tenemos series de sondeos
más amplios, variantes que cuestionan lo
mismo el conocimiento entre la población
que el tema de por quién nunca depositarían su sufragio, así como sería una votación
de acuerdo a distintas combinaciones de
candidatos.
Así, el hecho que nos muestra una competencia adelantada entre aspirantes de un
mismo partido y de ellos con otros posibles
competidores de otros institutos políticos,
cada uno con distintas estrategias que buscan impactar en el público, no hace sino
confirmar que la legislación electoral que
tenemos —compleja y abundante— está
atrasada respecto a las intenciones de promoción de quienes buscan figurar en las listas de candidatos.
El problema es que después de la siguiente elección federal, con independencia
del resultado, volverán las ideas para una
nueva reforma electoral y prohibir algo de
lo mucho que se ha hecho en estos tiempos.
Por ejemplo, se puede ampliar el catálogo de
actos anticipados de campaña o modificar
los requisitos para convertirse en candidato,
todo al gusto de ganadores o perdedores.
Asimismo, el dinero que en la actualidad
se utiliza en la promoción de los aspirantes
que recorren el país, también puede ser motivo de la nueva reforma, además de que pudieran surgir nuevas limitaciones para complicar la ya compleja legislación electoral.
Hasta que no se les ocurra que los puestos de elección sean honorarios o con salario
mínimo, tendremos a los adelantados de
siempre que buscarán la manera de darle la
vuelta a la ley para irse promoviendo con
24 de Octubre de 2016
miras a la próxima campaña.
Eso de que un político no piensa en la
próxima elección, sino en la próxima generación, es un cuento que pocos creen el día
de hoy ante tanto adelantado que busca ser
candidato.
Rechazo y antipatía
Peña Nieto cuenta con una mala imagen entre amplios sectores de la población, hecho
que data desde la campaña electoral 2012.
Además del rechazo por ganar la elección
entre los simpatizantes de López Obrador,
el actual mandatario se ha granjeado la antipatía de más personas con base en varias
acciones que no han agradado a la opinión
pública.
Sin duda, la falta de capacidad para cuidar la imagen del Presidente de la República
y la continua comisión de desaciertos han
contribuido a generar una pésima imagen
del funcionario en cuestión.
Los hechos que han dañado la imagen
de Enrique Peña Nieto se pueden enlistar
para comprender la forma en que se ha demolido este fragmento de la institución presidencial, en momentos en que una parte de
la sociedad escala el rechazo a esa parte de
México que vive de la corrupción y de violar
las leyes.
Desde la forma en que se reaccionó inadecuadamente ante el emergente fenómeno de #YoSoy132, con todo y la salida del
auditorio en la Universidad Iberoamericana,
pasando por la falta de respuesta a la pregunta de los libros que había leído en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara,
hasta temas como la Casa Blanca o, más recientemente, el plagio en su tesis, Peña Nieto no puede culpar a muchos por permitir
que su imagen esté en caída libre y, de paso,
se lleve a su gobierno y a su partido.
La falta de comprensión del presente,
con una sociedad más activa que tiene en
las redes sociales canales para expresarse,
además de una oposición robustecida y una
creciente intolerancia hacia los actos de corrupción o de prepotencia, han sido el marco en el que Peña Nieto ha tratado de llevar
la Presidencia de una República que no está
satisfecha.
Súmenle a todo esto movimientos sociales que cuentan con reclamos como la
aparición de los normalistas de Ayotzinapa,
III
IV
24 de Octubre de 2016
la inseguridad creciente en varios estados
del país, entre otros asuntos, y la deficiente respuesta lo cual ayuda a comprender
porque Peña Nieto se encuentra en dicha
circunstancia.
Adicionalmente, su equipo no ayuda
mucho a su causa. Frivolidades se han sumado a la construcción de una imagen a la
baja del mandatario, pues en su equipo se
permite que él sea señalado como el culpable de todos los males, sin lograr acertar a
dar una respuesta convincente, pues en la
mayoría de las ocasiones piensan que con
dejar pasar el tema es suficiente para ayudar
al Presidente.
Claro está que la oposición ha aprovechado cada uno de los errores de la administración de Peña Nieto. Quizá sin proponérselo, los adversarios del priísta han logrado
algo que ni ellos mismos imaginaban: poner
permanentemente contra las cuerdas al Presidente de la República y, con él, a su partido, para cosechar importantes triunfos electorales, como vimos el pasado 5 de junio.
Así, para la ciudadanía —al menos para
un sector mayoritario—, Peña Nieto es una
persona poco confiable, con una pobre cultura general e incapaz de tomar buenas decisiones, por lo que es sencillo burlarse de él,
como se puede comprobar con la cantidad
tan grande de memes, chistes y caricaturas
que circulan en redes sociales y medios digitales acerca de su persona.
Que muchas de sus decisiones sean
cuestionadas constantemente, que la prensa
extranjera también lo señale por casos de corrupción y que le hayan dedicado un editorial con aquella frase de “no entienden que
no entienden”, sólo es parte de esa dinámica
en la que un equipo poco preparado para
enfrentar el reto de encabezar una administración federal trata de revolver retos diarios
que no pueden superar con atingencia.
Y para acabarla de amolar, Enrique Peña
Nieto invita a platicar a Donald Trump pese
a que el candidato republicano se ha mostrado contrario a todo lo mexicano.
En redes sociales, de nueva cuenta, se
cuestionó la decisión y —quizá más importante— se expresó la duda acerca de qué
motivó este tipo de acciones en un marco
en el que no se encuentran razones para dialogar con alguien como Trump. Lo único
seguro es que los memes por el encuentro
serán abundantes.
Como apuntaría Raúl Trejo Delarbre en
Facebook, “Peña Nieto está cometiendo el
error más grave y quizá más costoso de su
deplorable administración”.
Ajustes y cambios
Las modificaciones a los equipos de trabajo
en las áreas de gobierno son algo que sucede en todas las administraciones públicas.
La mayor parte de las veces son a causa de
los deseos de los propios integrantes de los
gabinetes para continuar con su carrera política buscando una candidatura.
Esta razón es la que genera la mayor parte de los cambios, aunque esto sucede en la
parte final de la administración.
Otra razón es la muerte, natural o por
accidente, de alguno de los integrantes de
las secretarias de estado, como fue el caso
del gobierno de Felipe Calderón quien tuvo
que nombrar a un nuevo secretario de Gobernación a raíz del fallecimiento de Juan
Camilo Mouriño.
En otras ocasiones, son las crisis derivadas de causas como filtraciones, errores o
información que evidencia alguna irregularidad lo que provoca que haya movimientos
en los equipos.
Tal es el caso que enfrenta el mandatario
actual, quien tuvo que modificar la estructura de su equipo de campaña luego de la visita de Donald Trump y de la cercanía de los
procesos electorales en 2017 y 2018, al igual
que tuvo que nombrar de nueva cuenta a
titulares de dependencias como Conagua o
Profeco en fechas recientes. No sucedió lo
mismo en la Conade, al parecer porque la
crisis que generó en los Juegos Olímpicos no
llegó a mayores.
Lejos de la evaluación que otros analistas han hecho de los movimientos, lo que
se debe revisar es la manera en que las circunstancias obligan a un jefe de gobierno a
realizar cambios en su gabinete y la manera
en que los lleva a cabo.
Peña Nieto no es una persona afecta a
modificar la estructura de su equipo cercano, sino que realiza cambios obligado
por las circunstancias. Así sucedió en la
Secretaria de Energía o en Pemex, pues las
constantes críticas no han tirado a ninguno
de los secretarios con los que llegó, como
era el caso de los titulares de hacienda y
gobernación.
Pero las circunstancias cambiaron y el
secretario de Hacienda se tuvo que retirar
a su casa debido a la crisis que se generó
luego de la visita del candidato republicano y las protestas de la administración de
Obama, pues en la visita a China y el encuentro entre ambos mandatarios, dio la
impresión de que el mandatario estadounidense pidió muestras de que los errores
tienen consecuencias.
Por lo demás, los cambios en un equipo de gobierno no necesariamente son para
mejorar, sino para apaciguar una crisis o
para responder a un imprevisto. La experiencia indica que si bien un equipo de gobierno no llega intacto al final del periodo
—sea trienio o sexenio—, las razones para
modificarlo no siempre son las mismas y no
responden a necesidades idénticas.
Díaz Ordaz no cambió de secretario
de gobernación luego del 2 de octubre en
Tlatelolco, pero López Portillo sí tuvo que
cambiar a los titulares de Hacienda y Programación y Presupuesto luego de que ambos personajes discutieran públicamente;
Salinas de Gortari tuvo que hacer ajustes
luego del nombramiento de Colosio como
candidato presidencial del PRI; Zedillo tuvo
que aceptar la renuncia de Jaime Serra luego
del “error de diciembre”; Fox mantuvo a la
mayoría pero tuvo que modificar su alineación cuando Santiago Creel se fue a buscar
la candidatura panista que no consiguió; y
Calderón tuvo que ajustar ante el fallecimiento de colaboradores cercanos.
Es así que no todos los cambios son por
los mismos motivos.
En cuanto a resultados, tampoco se tienen de la misma manera, pues —por poner
un ejemplo— la Secretaría de Gobernación
mejoró con la llegada de Carlos Abascal en
tiempos de Vicente Fox, pero los cambios
en la misma instancia con Felipe Calderón
no tuvieron el mismo impacto.
Ahora, estamos ante nuevos movimientos y habrá que darles tiempo a los flamantes titulares de Hacienda y Desarrollo Social
para evaluar si fue positivo el movimiento.
La gran pregunta es si en realidad ayudan a mejorar las áreas de gobierno o son
sólo reactivos ante la presión de la opinión
pública en el marco de una crisis. Las evidencias apuntan a una simple reacción para
tratar de apaciguar los ánimos de los críticos, pero no para corregir lo que estaba mal
aprovechando una segunda oportunidad.
@AReyesVigueras
Columna México y el mundo
24 de Octubre de 2016
En homenaje al maestro Juan María Alponte, Diario Indicador Político publica una
selección de las columnas más destacadas de nuestro inolvidable articulista.
Benito Juárez:
La muerte silenciosa
Por Juan María Alponte
T
engo la fortuna —ganada a pulso— de tener en mi extensa biblioteca, 30 mil libros. Un texto relevante de
Artemio del Valle-Arizpe, “El Palacio Nacional. Monografía Histórica y Anecdótica” convierte la tertulia, a la vera de
un café, en nada menos que la historia.
Homenaje a
Juan María
Alponte
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24 de Octubre de 2016
Columna México y el mundo
Me interesan y me inquietan los últimos días de Benito Juárez.
La vida es, sin duda, un ejercicio complejo que diseña el día a día
como si nunca pudiese detenerse la esfera, inquebrantablemente serena, del reloj de la vida. El Palacio Nacional tiene, entre sus muros,
la vida pública de un pueblo.
Parece que fue ayer, pero los dos últimos virreyes de España en
México, ya virreyes más de nombre que de los apellidos del poder,
el sexagésimo virrey de España en México, Félix María Calleja del
Rey, vivió, entre 1813 y 1816, el hirviente ejercicio moral del levantamiento del pueblo mexicano en busca de la Independencia.
En su tiempo fue apresado por José María Morelos y Pavón, y lo
que parecía el fin de un levantamiento por la Independencia supuso
lo esencial: la fecunda proyección del futuro.
Félix María Calleja del Rey vivió lo suficiente pasa ser nombrado, en Madrid, conde de Calderón en memoria —la memoria
es equívoca y prodigiosamente alterable— pero lo cierto es que
ya, cada victoria, presagiaba el fin de un Imperio. Sólo es preciso leer entre líneas. Su sucesor como virrey —el sexagésimo
primero— Juan Ruiz de Apodaca, conde del delicado gobierno
entre 1816 y 1821. En suma, estaba situado ya entre los últimos
virreyes.
En efecto, el sexagésimo tercer virrey, Juan O’Donojú (18211821) el 28 de septiembre de 1821 firmó el Acta de Independencia. Las fechas, como los hombres, desfilan, mueren y dejan,
tras sí, lo inesperado: que fuese O’Donojú el virrey que firmó el
Acta de Independencia. Duró poco en el poder; no en los libros
porque, al firmante del Acta de Independencia, le enterraron,
con honores, en el Altar de los Reyes de México.
Quien sabe qué hubiera hecho
si lo hubiera anticipado, en Sevilla, cuando se embarcó, por última
vez, para México. Creyó, pensó,
que le esperaba el paraíso. Toda va
despacio hasta que viene el viejo
estilo de Atila.
Más interesante y aleccionadora es la muerte de Juan O’Donojú
y su reconocimiento de la Independencia de México porque España, viviendo sobre la sordera
histórica, no reconoció la Independencia de México, realmente, hasta
el 28 de diciembre de 1836. Una
larga, dolorosa y ardiente epopeya
se terminaba para iniciar la época
de los ciclones.
Es bien sabido que la contienda, altiva y nunca mirando atrás,
continuó y se culminó, en 1811,
con Miguel Hidalgo y Costilla,
pero su nacimiento nos permite,
al revés, vivir el rastro de la muerte de Juárez. Es cierto que le interrogaba, cada día, sobre el estado
de su salud, José María Lafraga,
cuando salió del despacho de
Juárez, se limitó a decir a los que
esperaban, anhelantes, “que no le
había visto bien”.
El doctor Alvarado, médico de cabecera del Presidente manifestó a su familia que esperaba un desenlace funesto. Se llamaron, ante
el tono de urgencia, a otros doctores para que emitieran su juicio. Él
estaba tranquilo y llegó a decir, con énfasis lúdico, “que un indio no
abandonaba nunca el poder”.
Los generales, sin embargo, fueron preparando las medidas adecuadas para el último momento. Finalmente murió. Benito Juárez,
sigue siendo —dado el funesto final de 1872— una figura nacional
que tiene algo de asombroso, ya que cada día que pasa está más vivo
y en muchos aspectos inédito.
Don Balbino Dávalos le dedicó su último epitafio: “Era un brazo
más, pero de bronce; una mano no más, pero de amigo”. La muerte
es la forma más enérgica de la vida para algunos seres humanos. Lo
prueba un hecho singularmente esclarecedor de un carácter.
En efecto, el 16 de julio de 1872 — dos días antes de morir— Darío Balandrano, como de costumbre, era el director del Diario Oficial,
le hizo entregar a Juárez los periódicos del día, ya que Benito Juárez
comenzaba su jornada leyenda minuciosamente la prensa cotidiana.
Fue la última vez.
El 18 de julio de 1872 murió Benito Juárez. El día 19 fue la
jornada de su inhumación. Los cronistas de aquellos días dijeron
que 250 mil personas, casi la totalidad de la población del Distrito
Federal, en la época, le acompañaron en las calles para despedirle.
Los doctores Alvarado, Barreda y Lucio embalsamaron el cadáver. Benito Juárez iba vestido de frac con guantes negros. Su
cara tenía la expresión del sueño. Una vida extraordinaria que,
sin más, espera, todavía, una biografía a tenor de la luz que un
pueblo requiere para vivir la plenitud de la historia.
Columna ¡Viva la Pepa!
24 de Octubre de 2016
Lo que hay de Podemos y de Iglesias,
en el boicot a Felipe González
Por José Oneto
F
elipe González ha sido el exdirigente socialista que más ha luchado por desbloquear la situación política española y el
que, desde antes de la disolución del Parlamento
en Octubre del año pasado, contempló la posibilidad de una gran coalición, entre PSOE y PP,
como mejor solución a la situación política que
se vislumbraba entonces, sin conocer siquiera,
los resultados de las elecciones generales del 20
de Diciembre. A esa Coalición a la que Rajoy
se apuntó pronto y a la que invitó no sólo a los
socialistas, sino a Ciudadanos.
Después de fracasada esa opción a la que pudo y, de hecho
quiso unirse Ciudadanos, a pesar del rechazo que siempre ha
manifestado hacia el actual Presidente en funciones, González
ha venido haciendo todo lo posible, con periódicas declaraciones desde fuera de España, para que la mejor opción para el país
a la vista de los resultados del nuevo mapa electoral (“un cuatripartito a la italiana sin italianos”, suele repetir) era abstenerse
para propiciar un Gobierno de Rajoy (se intentó primero con
otro candidato a lo que se sumó C´s), en el que los socialistas,
a pesar del tan anunciado “sorpasso”, ocupasen el liderazgo de
primer partido de la oposición, que necesariamente, tenía que
compartir con Podemos.
Durante semanas y meses, especialmente desde las páginas
del diario El País, medio sobre el que González, ejerce una decisiva influencia, el expresidente del Gobierno que más tiempo
ha permanecido en el poder (14 años) y que más ha influido
en la transformación económica y social de España, ha venido
acomodando a su partido, y a la opinión pública, para que no
se celebren unas terceras elecciones que, por otra parte, tampoco garantizan la posibilidad de un Gobierno estable, en unos
momentos claves para el país y para una Unión Europea que
tras el Brexit, ha entrado en un periodo de replanteamiento
total de su futuro.
En esta tarea de rectificación de esa decisión del Comité
Federal tomada días después de las primeras elecciones (No,
no, y no, a Rajoy y al PP) que Pedro Sánchez, dimitido secretario general, ha defendido hasta el final, le ha acompañado
el periódico El País y quien fue su director y fundador, actual
presidente ejecutivo de Prisa, Juan Luis Cebrián. Cebrián, en la
postura editorial del periódico, en las encuestas, en las columnas de opinión, en los análisis electorales, ha procurado que el
PSOE rectificase, que no hubiesen unas terceras elecciones, y
que dejasen gobernar al PP y a Rajoy, como partido más votado, absteniéndose en la segunda votación en la que sólo valen
los Síes y los Noes. De esta forma, Rajoy, que cuenta con los
apoyos de Ciudadanos y Coalición Canaria (170 votos), saldría
elegido, como está ya previsto, el próximo 29 de Octubre, 48
horas antes de que termine el plazo para la disolución de las
actuales Cortes.
Todo este recorrido sirve para poner en contexto el vergonzoso espectáculo que se ha producido este miércoles en el aula
Francisco Tomas y Valiente (asesinado por ETA), de la Facultad
de Derecho de la Universidad Autónoma de Madrid en dónde
200 energúmenos no han dejado que González y Cebrián hablasen a un centenar largo de universitarios, que querían oírles
sobre lo que opinaban sobre España y Europa, dentro de unas
Jornadas sobre Sociedad Civil y Cambio Social organizadas por
Prisa.
Convencidos por ese discurso populista de que la política
está en la protesta en la calle con los que sufren, que ya es
hora de que el miedo y el sufrimiento cambie de bando, que
la política no hay que hacerla en el Parlamento, donde todavía
no se tiene la fuerza suficiente (el enfrentamiento que dentro
de Podemos existe entre Pablo Iglesias e Iñigo Errejón), doscientos bárbaros, con el precedente de protesta que ya hubo
en la Universidad contra Rosa Díez, la fundadora de UPyD
(Unión Progreso y Democracia) y con la diversión que para
ellos supuso el asalto la capilla de la Ciudad Universitaria de
Madrid, no hacían sino repetir el discurso de la cal viva y las
manos manchados de sangre con el que Pablo Iglesias boicoteó
la investidura de Pedro Sánchez.
El PSOE por parte del portavoz de la Gestora que dirige el partido, ha culpado a Pablo Iglesias de haber señalado
el camino a los energúmenos de hoy que repetían los mismos
argumentos de su discurso, mientras repitan punto por punto
sus consignas, y su terminología bélica. Evidentemente, todos
tan activos en tuitear, ninguno ha condenado el boicot, que ha
impedido hablar a González y Cebrián y, a defender sus ideas
en un recuento universitario.
@oneto_p
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Suscríbete a nuestro canal de YouTube, en el cual podrás ver la
videocolumna Agenda Política de Carlos Ramírez, con el análisis de lo
más importante en la política, economías y el ámbito social de México
y el Mundo, además de la serie Los Pinos 2018: La Silla Embrujada, en la
que se revisan los pasos de los aspirantes de la candidatura al 2018 y la
historia de la sucesión presidencial. No te los pierdas.
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Los Pinos 2018
Agenda Política
Columna El Manantial
24 de Octubre de 2016
Trump no reconocerá
su derrota
E
Por Pablo Sebastián
l tercer y último debate presidencial en los Estados Unidos ha reproducido el
grueso de los principales desencuentros y enfrentamientos políticos y personales de Donald Trump y Hillary Clinton a lo largo de la que ha sido la más
dura gran campaña electoral que se ha celebrado en ese país. Tercera, pues, y última
oportunidad perdida por un Trump muy agresivo que insiste en afirmar que no reconocerá su derrota si finalmente pierde las eleciones frente a una Clinton cada vez
más serena y segura de su victoria.
No hubo nuevas revelaciones ni cambio de posiciones entre los
candidatos en el último debate, pero ello beneficia a Hillary Clinton
porque todas las encuestas le dan una ventaja de más de 10 puntos
—algunas de hasta 15 puntos por el apoyo de las mujeres— sobre
su adversario Donald Trump que necesitaba desesperadamente un
vuelco en este tercer encuentro que desde luego no logró ni ganó.
Y buena prueba de lo ocurrido esa noche fue que Trump insistió en
que existe una conspiración contra él, que hay fraude electoral, que
los medios están en su contra y que no reconocerá la victoria de su
adversario si él pierde.
Y todo anuncia que el próximo día 8 de septiembre Trump perderá a pesar de sus diatribas y descalificaciones a Clinton y a otros
muchos colectivos como las mujeres, los musulmanes o los latinos
y los inmigrantes que por primera vez aparecieron en este debate
—sin duda el más completo y mejor conducido— con Trump insis-
tiendo en instalar su muro en la frontera mejicana, mientras Clinton
habló de regularizar a los ilegales.
No aparecieron en el debate con la intensidad esperada la ruptura de las relaciones de Trump con primeros dirigentes del partido republicano, pero Trump lanzó un mensaje hábil a los votantes
conservadores al recordar que en el nuevo mandato presidencial se
renovarán tres puestos decisivos en el Tribunal Supremo lo que dependerá en gran medida del nuevo presidente y lo que preocupa a
muchos ciudadanos conservadores.
De la misma manera que dentro de USA y fuera —especialmente en Europa— preocupa el llamado “peligro Trump” por la agresividad y falta de experiencia política de este magnate empresarial cuyos
modales y “aventuras” —volvieron a salir en el debate sus presuntas
agresiones sexuales a varias mujeres que lo denunciaron— son para
la política americana una mala novedad.
Como preocupa su amenaza de que no reconocería una victoria
de Clinton con el argumento de la conspiración en su contra, porque ello podría tener consecuencias en la imagen de la unidad del
país que suele salir reforzada cuanto termina el recuento electoral.
Para el que apenas faltan 20 días en los que Clinton reforzará su
imagen de vencedora, pero en los que tampoco se ha de descartar
una sorpresa en esta tensa y trepidante campaña electoral.
En la que Trump pretendió a la desesperada presentarse como
el antídoto del “establishment” político de Washington y el líder
de la “América profunda” pero en la que finalmente se ha mostrado
como un “outsider” bronco y falaz entrometido en la política y en el
Partido Republicano que puede pagar caro este liderazgo tan controvertido tanto en la votación presidencial como en las de la Cámara
de Representantes y de una parte del Senado que también van a estar
en juego en la gran noche electoral.
psebastianbueno
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Los Pinos 2018:
La silla embrujada
24 de Octubre de 2016
Escenario semanal:
T
ermina una semana más y nos acercamos a las elecciones de 2018. El interés que la clase política y la ciudadanía muestran en el tema no se
reduce, incluso la manera en cómo se interpreta este tipo de dinámicas, se utiliza para analizar lo que sucede del otro lado de la frontera en
la campaña presidencial de Estados Unidos.
El tercer y último debate entre Hillary Clinton y Donald Trump, en el que este último no aceptó la posibilidad de reconocer los resultados de
los comicios si no le eran favorables, para muchos sonó similar a lo hecho por Andrés Manuel López Obrador en ocasiones parecidas, aunque los
contextos y personalidades de ambos políticos sean distintas y se trate de una mera coincidencia.
Pero este hecho fue aprovechado por quienes no quieren que el tabasqueño pueda hacer realidad lo que las encuestas han marcado en últimas
fechas, en las que se ubica al exjefe de Gobierno de la Ciudad de México como puntero en preferencias ciudadanas, por lo que este tipo de acontecimientos dan la oportunidad de recordar los negativos que se mantienen en la mente de muchos votantes y que podrían ser la diferencia en la
próxima elección federal.
López Obrador se mantiene con discreción, administrando su tiempo y mensajes, pues sabe que hay que aguantar una carrera de resistencia.
En el establo tricolor las cosas parecen calmarse. Tal vez por la tendencia a que la carrera por la candidatura presidencial se decidirá entre Miguel Ángel Osorio Chong y Eruviel Ávila, pero el resto de los aspirantes muestra poca actividad, a la vez que las columnas de opinión y espacios de
análisis debaten acerca de si alguno de los dos nombrados —como aquí hemos venido sosteniendo—, llegará a la recta final y en qué condiciones.
Por cierto, Manlio Fabio Beltrones tiene más actividades públicas. La semana que termina participó con la tribu perredista Galileos en un
encuentro para discutir temas políticos, junto a Roberto Gil y José Woldenberg. Si bien no aprovechó el encuentro para mostrar sus planes o aspiraciones futuras, si hay que registrar su continua presencia pública que lo mantiene en la lista de posibles para el 2018.
En el bando azul, si bien Margarita Zavala de Calderón tuvo que ausentarse por una operación de emergencia, no bajó en la posición que tiene
en la carrera por la presidencia. Ricardo Anaya acusa cada vez más presión, tanto por la falta de cumplimiento de sus promesas de campaña para
ser presidente nacional del PAN como por seguir de juez y parte en la competencia interna, a la vez que Rafael Moreno Valle continua su estrategia
para arrancar formalmente su campaña para ser el candidato del blanquiazul en 2018, aunque su campaña informal para el mismo fin lleva varios
meses.
Miguel Ángel Mancera da la impresión de acomodarse cada vez más en la candidatura perredista para el 2018. No hay que perder de vista
la labor que Alejandra Barrales, presidenta nacional del sol azteca, está realizando para revitalizar al partido, lo cual abona a la causa del jefe de
gobierno capitalino, incluso en la eventual formación de una alianza de izquierda que lo apoye en su aspiración.
En el terreno independiente, la declaración del líder zapatista Galeano, antes Marcos, de que postularán a una mujer indígena como candidata
independiente, generó lo mismo rechazo que algunas reflexiones de parte de Jorge G. Castañeda, uno de los aspirantes por este sector, quien le
dio la bienvenida a la iniciativa.
Los suspirantes:
Suben:
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•
•
•
Manlio Fabio Beltrones
Miguel Ángel Mancera Espinosa
Margarita Zavala de Calderón
Jorge G. Castañeda
Bajan:
•
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•
•
•
•
•
Ricardo Anaya
José Antonio Meade
Rafael Moreno Valle
Claudia Ruiz Massieu
Jaime Rodríguez Calderón
Andrés Manuel López Obrador
Miguel Ángel Osorio Chong
E
CU
NTA REGRESIVA
:
Faltan 1 año, 9 meses y 16
días para las elecciones
presidenciales.
La silla endiablada:
E
ntre los símbolos que identifican a la institución presidencial, la banda es sin duda el más notorio. De acuerdo al artículo 34 de la Ley sobre
el Escudo, Bandera e Himno nacionales, “la Banda Presidencial constituye una forma de presentación de la Bandera Nacional y es emblema
del Poder Ejecutivo Federal, por lo que sólo podrá ser portada por el Presidente de la República, y tendrá los colores de la Bandera Nacional
en franjas de igual anchura colocadas longitudinalmente, correspondiendo el color de rojo a la franja superior. Llevará el Escudo Nacional sobre los
tres colores, bordado en hilo dorado, a la altura del pecho del portador, y los extremos de la Banda rematarán con un fleco dorado”.
Lo que pocos han notado, es la forma en que la banda presidencial rivaliza con la silla en la que cada mandatario federal aparece para la foto
oficial, lo que hace que en los hechos sean dos símbolos que identifican al jefe del Ejecutivo mexicano. Vicente Fox mandó hacer una réplica de su
oficina en Los Pinos en el Centro Fox, en la cual uno de los mayores atractivos es sentarse en la silla de su escritorio. Si hubiera sido una réplica del
despacho en Palacio Nacional, no duden que habría una larga fila para sentarse en la Silla Embrujada, por algo Fox no mandó hacer una imitación
de este mueble, pues sabe que hay límites.
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Hablemos de
política... con
Carlos Ramírez
Todos los miércoles
a las 22:15 en Efekto TV
canal 234 de Sky