“La bendición del Señor es riqueza que no trae dolor consigo

“La bendición del Señor es riqueza
que no trae dolor consigo”.
Apolos Cervantes
Como ser bendecido en su trabajo o negocio; por:
Apolos Cervantes
Publicado por: El Verbo Editorial
Carretera Intenacional al Norte Km. 1205 L-19B
Mazatlán, Sinaloa; México.
Tel. (669) 984 75 10
©2013 Pablo Zamora Calvo
Correo electrónico: [email protected]
Distribuido por: Libros y regalos con mensaje
www.librosyregalosconmensaje.com
©Todos los derechos reservados.
Prohibida su reproducción parcial o total, por cualquier
medio. Excepto breves citas, que incluyan la fuente.
ISBN: Pendiente
1ra Impresión 2013
Contenido
1
2
3
4
5
6
7
8
9
10
11
12
13
14
2
Introducción
El principio de la bendición financiera
Las fuentes del triunfo
Cómo encontrar al mejor patrón
Cómo subir de puesto a pesar de la competencia
Cómo vivir en abundancia rodeado de pobreza
Cómo generar prosperidad: El método de Dios
Un principio confiable para generar
ingresos y negocios permanentes y estables
Prudencia y buen juicio para decidir
Cómo encontrar realización en su trabajo
Cómo liberarse de las deudas y mantenerse libre
Cómo bajar sus gastos y elevar su calidad de vida
Cómo liberarse de las preocupaciones
Cómo evitar los tres problemas relacionados
con el dinero
Dos valores y motivos de felicidad
3
4
8
23
32
36
45
56
60
71
81
93
102
116
133
138
Introducción
Introducción
“Sr. Presidente: Mi nombre es Blanca Tammy J.
Rodríguez y soy ciudadana mexicana. He decidido
quitarme la vida porque mi situación económica es
bastante difícil, y es muy doloroso para mí no poder
darles a mis hijos lo que necesitan. Amor tienen mucho, pero no sólo de amor vive el hombre...”
E
sta nota salió publicada en un diario local en la sección de
cartas de los lectores.
Los problemas económicos tienen consecuencias graves en las
familias. Algunas no serán tan dramáticas como la de esta mujer,
pero seguramente tú estarás de acuerdo conmigo en que muchos de
los problemas familiares tienen como raíz el dinero.
Laura y su esposo Luis han decidido que ella vuelva a trabajar. El
dinero que él gana no les alcanza. Sus dos hijos pequeños quedarán
a cargo de la mamá de Laura. Después de seis meses siguen los
mismos problemas que antes. Aún trabajando Laura, el dinero no
les alcanza. ¿Qué deben hacer?
Los problemas económicos trajeron una nueva presión sobre
Laura, quien además de trabajar fuera tiene que seguir trabajando
en su casa hasta tarde. Ahora los problemas de este matrimonio no
sólo son económicos, sino también emocionales; cada vez tienen
más conflictos entre ellos. En este caso la raíz del problema también es el dinero.
Alejandro se ha sentido enfermo del estómago y con problemas
de colitis. Todo comenzó cuando el Banco lo emplazó a que pagara
la deuda atrasada que tenía sobre su casa o que la desocupara. La
familia ha vivido presionada por este problema y otros que van
relacionados. Alejandro cree que aun los pleitos entre los hijos, sus
4
rebeldías y enojos tienen su raíz en este problema económico.
Roberto reniega con su mujer cada vez que ella le pide dinero
porque nunca le alcanza; ella siempre le recuerda que la vida está
muy cara y que no es suficiente lo que le da, entonces él le contesta:
“¿Qué quieres que haga? ¡Es todo lo que gano!” Cada semana se
repite la misma historia en este hogar.
Al Lic. Castillo, no le hace falta el dinero; pero él tiene un temor
que no le ha confesado a nadie: Teme perder todo lo que tiene.
Teme que en cualquier momento su negocio pueda ir mal. Para
asegurarse de que esto no suceda, se ha vuelto muy avaro y codicioso. Su corazón se ha visto afectado por estos sentimientos y ya no
es la persona sonriente y feliz que era antes.
Alberto tiene un negocio con el que lleva ya tres años y a pesar
de su intenso trabajo, no prospera. Se siente frustrado porque otros
que se dedican a lo mismo, les va mejor que a él.
Él tiene buenos propósitos con su negocio, quiere progresar porque de esa manera podría ayudar más a sus familiares pobres y a los
necesitados del mundo. Muchas veces se molesta con Dios porque
parece que Él no ve sus buenas intenciones. En cambio, aquellos
malvados que gastan su dinero sólo en fiestas y otras cosas no santas, progresan. ¿Cuál será el problema de Alberto?
Las consecuencias que traen los problemas de dinero son bastante dramáticas. En muchos casos son causa de divorcios, peleas
en los hogares, y separación de familias cuando uno de los padres
se va a trabajar a otra ciudad para poder ganar lo suficiente. Por eso
cada matrimonio debería estudiar el plan de Dios para sus finanzas
y así evitar estos problemas.
En la Biblia encontramos principios para administrar un negocio de manera eficiente, así como la forma de hacer más redi- tuable nuestro trabajo. Estos principios nos pueden ayudar a resolver
nuestros problemas económicos y a obtener una verdadera libertad
financiera. Dios no nos quiere ver luchando diariamente con este
tipo de problemas, ya sean reales o ficticios. Él quiere que sigamos
sus principios y obtengamos lo que nos promete, que no es volvernos ricos, sino darnos lo que necesitamos y bendecir nuestros
5
Introducción
trabajos y empresas.
La manera en que el hombre aprende a manejar su dinero y su
vida por sí mismo, lo podría llevar a las siguientes consecuencias:
Mucho trabajo y pocos resultados
“Sembráis mucho, y recogéis poco...” (Hag 1:6).
Lo que gana no le rinde
“... y el que trabaja a jornal recibe su jornal en saco roto”
(Hag 1:6).
Siempre está en quiebra
“El te prestará a ti, y tú no le prestarás a él;...” (Dt 28:44).
Obtiene riquezas, pero éstas le proporcionan mucho dolor
“Hay un mal doloroso que he visto debajo del sol: las riquezas
guardadas por sus dueños para su mal” (Ec 5:13).
Dios da estas promesas pero tienen una condición: “...si obedecieres los mandamientos de Jehová tu Dios, que yo te ordeno hoy,
para que los guardes y cumplas” (Dt 28:13).
Los principios que trataremos a continuación, no son principios
ideados por mí o por algún sabio de este mundo. Estos principios vienen de Dios y Él es quien los respalda. Dios ha hablado, y
es preciso saber qué es lo que quiere que hagamos con relación a
nuestra economía. Dios se interesa por todas nuestras necesidades
y no podía pasar por alto esta área.
Muchas personas siguen principios heredados por sus padres,
otros traen ideas de los amigos, otros de algún gurú iluminado de
nuestro tiempo. Sin embargo, lo que leerás a continuación, no son
ideas de los hombres, son los principios de Dios, por eso tienen
autoridad. Presta atención a lo que Él te ha ordenado, procura obedecerlo con cuidado y Él hará lo que prometió. Dios te bendecirá.
Manejar nuestro trabajo y dinero basados en los principios de
Dios, trae las siguientes bendiciones:
Bendiciones sobre nuestro trabajo
“Jehová te enviará su bendición sobre tus graneros, y sobre todo
aquello en que pusieres tu mano;...” (Dt 28:8).
Bendición sobre tus propiedades, sobre tu tierra y tu país
“... y te bendecirá en la tierra que Jehová tu Dios te da”
(Dt 28:8).
Tendrás solvencia económica
“...y prestarás a muchas naciones, y tú no pedirás prestado”
(Dt 28:12).
Siempre estarás en la cima, nunca en el fondo
“Te pondrá Jehová por cabeza, y no por cola; y estarás encima
solamente, y no estarás debajo...” (Dt 28:13).
6
7
Capítulo 1
El principio de la bendición
financiera
J
uan Antonio es un hombre que cree firmemente en Dios, aunque
a veces se desespera porque parece no recibir ayuda de Él. Lo que
gana por su trabajo como vendedor apenas le alcanza para comer. Su
desesperación aumenta cuando ve que al resto de los vendedores, que no
son creyentes, les va mejor que a él. Su esposa hoy le comentó que vencía el
pago de la renta y que además tenían que llevar a su hija con un médico
particular porque había tenido fiebre toda la noche.
—¿Crees que es tan fácil ganar dinero? La crisis está muy dura, nadie
quiere comprar nada —le contestó Juan Antonio visiblemente molesto.
—Creo que Dios nos ayudará, Antonio —le contestó su esposa
tratando de calmarlo.
—¡Creo que sí! No debemos perder la fe, Rosario. Haré lo que pueda
—contesta un poco más calmado y se despiden.
Antonio fue a la iglesia motivado por su necesidad, y esa noche durante
la reunión se hizo un llamado especial para juntar dinero para uno de
los miembros que estaba en graves apuros económicos. Al pasar el platillo
de las ofrendas frente a Juan Antonio, él pensó dentro de sí: <<Si me
fuera bien en las ventas podría ayudar a muchas personas>>. Levantó
sus ojos al cielo y dijo: —¡Señor, ayúdame para poder ayudar!
Sin embargo, Juan Antonio siempre ha dicho lo mismo durante la
mayor parte de su vida: “Cuando me sobre voy a dar”. Y dejó pasar el
platillo de las ofrendas sin dar nada.
8
Al salir de la iglesia y subir a su coche, se le acercó una mujer con un
niño visiblemente enfermo y le extendió la mano. Juan Antonio solo le
hizo señas que no tenía dinero para darle. No podía dejar de pensar en
su hija enferma.
De ahí fue a ver a su hermano, un empresario próspero; y luego de
hablar con él, salió con un nuevo préstamo de la familia por mil pesos.
Eso lo hizo sentir aliviado. Por un momento... resolvió el problema.
Pero Juan Antonio pronto vuelve a entrar en el círculo vicioso de la
necesidad, y sigue en un trabajo que no le produce ingresos suficientes.
Algunos de los miembros de su comunidad de fe le preguntan si ora
pidiendo que Dios le provea, y él siempre les contesta que sí. Sin embargo,
a pesar de haber leído en su Biblia vez tras vez la ley de la bendición
financiera al estilo de Dios, nunca la ha puesto en práctica, pues en su
corazón no existe la fe ni la compasión necesaria para ponerla en acción.
Dios quiere ayudar a Juan Antonio y pone en el corazón de su esposa
Rosario estudiar la Biblia. Ella está buscando consuelo por la enfermedad
de su hija; pero sus ojos se topan con la promesa de bendición financiera
que nunca falla:
“Dad, y se os dará; medida buena, apretada, remecida
y rebosando darán en vuestro regazo; porque con
la medida con que medís, os volverán a medir”.
Lucas 6:38
La ley de Dios para la provisión se relaciona con un acto de desprendimiento, “el que da recibe”.
Para poder recibir bendiciones de parte de Dios, primeramente
tengo que dar a otros. Antes de cosechar, tengo que sembrar. Antes
de tener, tengo que perder.
Muchos buscamos siempre que alguien nos dé; esto es así en todos los
órdenes de la vida. Queremos que los demás nos traten bien primero,
para luego nosotros tratarlos bien; queremos que nos quieran primero, para luego querer nosotros; queremos recibir primero y luego
dar; queremos cosechar y después sembrar. Pero Dios no trabaja así.
Jesús fue muy claro en este principio: “El que siembra va a cosechar,
9
Cómo ser bendecido...
El principio de la bendición financiera
el que siembra abundantemente va a cosechar abundantemente”.
Esta es una promesa de Dios confirmada por el mismo Señor
Jesucristo. “Dad y se os dará”.
Lo contrario es necesariamente una consecuencia de la misma
promesa, el que no da, no recibirá de parte de Dios todo lo que Él
desea para nuestra provisión.
Es lógico pensarlo así. Dios no le dará a personas que solo desean tener para su propio beneficio; eso sería una manera de alimentar su egoísmo.
Algo que debes considerar también es que las bendiciones que
vienen de parte de Dios no son para maldición. Vemos personas
que parecen recibir muchas bendiciones, sin embargo, estas les sirven para mal. Por ejemplo: A algunas personas prósperas “su prosperidad las echará a perder”; por lo cual, la prosperidad en lugar de
ser una bendición, es en realidad una maldición disfrazada porque
no proviene de Dios.
Lo importante no es tener prosperidad y necesidades cubiertas,
sino bendiciones que provengan de nuestro Padre celestial de quien
procede todo lo bueno.
El canal que Dios usa para bendecir de una manera providencial es el principio señalado en Su Palabra: “Dad y se os dará”. Si
alguien está siendo bendecido por algún otro medio, seguro que no
es de Dios, y es necesario tener cuidado en ello.
Las bendiciones que puedes recibir de parte de Dios también
pueden venir encubiertas. No siempre significa que si das a otro
cien pesos recibirás mañana más de cien; puede que así sea, pero no
necesariamente.
Las bendiciones de Dios pueden venir en envoltorios menos vistosos, pero generalmente son mejores que las que esperamos porque Él nos da más de lo que le pedimos. Una de esas bendiciones
puede ser la salud de tu familia. Dios puede apartar las enfermedades graves y costosas de tu hogar. ¿Cuánto has recibido por ello?
¡Cuánto daría un hombre próspero sin Dios por una familia feliz, por sentir amor y paz en medio de su hogar! Esta puede ser otra
manera de recibir de Dios.
10
Uno de nuestros vecinos que prosperaba más que nosotros en los
tiempos en que éramos niños, le comentaba a mi padre que gracias
a sus recursos sus hijos estudiarían en otro país lo que qui- sieran
y donde quisieran. Seguramente eran nobles los propósitos de este
hombre sin Dios.
Sin embargo con el tiempo, ninguno de sus hijos terminó una
carrera universitaria, y viven por debajo del nivel de vida de su padre. Ellos podrían haber estudiado, pero no recibieron de Dios los
talentos y dones para aprender y el gusto por hacerlo.
Dios puede bendecirte dándole habilidades y talentos a tus hijos.
¿Cuánto vale eso?
Dios también puede bendecir a tus hijos permitiendo que todo
lo que emprendan prospere. “Y todo lo que hace prosperará”, es la
promesa del Salmo 1.
Que Dios abra un camino de victoria para tus hijos es una de las
variadas formas en las que Él te puede bendecir.
Amigo mío, ¿qué esperas para sembrar?
“Pero esto digo: El que siembra escasamente, también segará escasamente; y el que siembra generosamente, generosamente también segará.
Cada uno dé como propuso en su corazón: no con tristeza, ni por necesidad, porque Dios ama al dador alegre. Y poderoso es Dios para hacer que
abunde en vosotros toda gracia, a fin de que, teniendo siempre en todas
las cosas todo lo suficiente, abundéis para toda buena obra; como está
escrito: Repartió, dio a los pobres; su justicia permanece para siempre.
Y el que da semilla al que siembra, y pan al que come, proveerá y
multiplicará vuestra sementera, y aumentará los frutos de vuestra justicia, para que estéis enriquecidos en todo para toda liberalidad, la cual
produce por medio de nosotros acción de gracias a Dios”.
2 Co 9:6-11
Veremos cómo funciona este principio.
Para obtener una cosecha intervienen ciertos factores, algunos
que el sembrador puede controlar y otros que no. La siembra dependerá primeramente del tipo de semilla que se siembre y de la
11
Cómo ser bendecido...
El principio de la bendición financiera
cantidad. Si la semilla es buena, crecerá la planta y dará fruto; si la
semilla es abundante, el fruto también será abundante. Esto nos
enseña que debemos dar algo que sea valioso; dar de lo que nos
sobra no es precisamente dar. De la calidad de lo que siembres
depende la cosecha. La cantidad también es importante. El que da
poco, poco recibirá.
Es necesario también aprender a esperar. Cuando sembramos
no cosechamos al instante. Siempre es necesario que la planta crezca y el fruto madure. Queremos todo en el momento, y nuestra
falta de paciencia mata a la planta. Esto le pasó a una pequeña que
le pidió a su padre sembrar una planta que daba flores muy bellas.
Su padre la ayudó a cavar el hoyo en el jardín; abonaron la tierra y
plantaron la pequeña semilla. La niña no podía soportar la espera y
cada mañana iba y desenterraba la semilla para ver si ya había crecido. La planta nunca creció, murió antes de desarrollarse y tener
oportunidad de dar fruto. Que no le pase esto a las semillas que
siembres. Que la impaciencia por el fruto no mate a la planta.
Algo muy importante, obviamente, es el clima, el sol y la lluvia.
Eso no depende del que siembra, sino de quien domina los tiempos
y las estaciones. Eso déjaselo a Dios, Él sabe lo que hace.
Finalmente, la tierra también afecta el crecimiento de la planta.
Si la tierra es buena, el fruto también será bueno. Esto nos enseña
que debemos sembrar nuestra semilla en buena tierra; dar sin sentido no es sabio.
El campo de los necesitados
“El alma generosa será prosperada...”
Proverbios 11:25
12
Pancho y las alturas
Francisco tiene diecisiete años. Un nombre común para un joven
común. Siempre que Francisco escuchaba su nombre, sentía una
pequeña molestia. No aceptaba que sus padres le hubiesen puesto
ese nombre, a su juicio, tan feo. Pero éste no es el único problema
de Pancho, como le dicen sus conocidos.
Francisco es un muchacho solitario; pero nadie lo sabe y se
siente mal porque parece que nadie lo toma en cuenta. No es un
galán como “el Richard”, a quien todos se acercan, especialmente
las chicas. Tampoco es como Esteban, un joven inteligente, el más
brillante de la clase, a quien todos buscan principalmente cuando
comienzan los exámenes. Y los dos únicos compañeros que le hablan a Pancho, lo tratan con desprecio.
Sumado a esto, Francisco viene de una familia de bajos recursos,
así que tiene que usar calzado que no están de moda. Cada vez que
toca Educación Física es un mal día para Pancho.
Hoy lo humillaron los amigos de “el Richard”, burlándose de su
camisa; y lo que más le dolió fue que lo hicieran frente a un grupo
de muchachas en donde se encontraba Renata, una joven bonita e
inteligente, perteneciente a la élite de las jóvenes ricas, una persona
inalcanzable para Pancho; pero como soñar no cuesta nada...
Al voltear, Pancho vio que Renata era la que más había disfrutado aquella burla. Eso lo hizo sentir tan mal, que lo único que pudo
hacer fue apartarse y sentarse en su pupitre fingiendo estar ocupado
observando su cuaderno. Por dentro, Pancho lloraba amargamente.
Experiencias como estas hicieron de él una persona meditabunda,
solitaria y triste.
Para oscurecer más el cuadro, la situación en la casa de Pancho
no es muy buena. Sus padres discuten a menudo y su madre siempre amenaza con irse. Esto profundiza aún más la tristeza en la vida
de Francisco.
En las alturas no han pasado por alto este drama, y es discutido
por Gabriel, nombrado “príncipe de los ángeles”, y otro ángel designado para proteger a Francisco. Les preocupa su situación, sa-
13
Cómo ser bendecido...
El principio de la bendición financiera
ben que si no cambia, puede tener consecuencias mayores: llevar a
Pancho a la autodestrucción. Así que desean enseñarle una lección;
quieren que deje de preocuparse por él mismo. Le enviarán a un
necesitado y motivarán a Francisco para que salga de su encierro.
Pancho sale de su casa dando un portazo al oír discutir a sus
padres. Quiere ver a alguno de sus compañeros. Al dar vuelta en
una esquina, observa a un anciano en el piso temblando de frío.
Francisco piensa seguir su camino, pero dentro de él escucha una
voz que le dice: “Ayúdalo”. Está indeciso; pero al voltear, observa
a los ojos del anciano y alcanza a ver su necesidad. En las alturas
todos están esperando ver la reacción de Francisco. ¿Qué decidirá?
¿Escuchará la voz de su conciencia?
En ese momento Pancho ve a lo lejos un automóvil y alcanza a
reconocer al “Richard” y compañía. Al irse acercando, se da cuenta
que los acompaña Renata. ¡La reconocería a cien metros de distancia! Se detienen delante de él y al verlo le hacen señas. El corazón
de Francisco se acelera mientras camina hacia el auto. En las alturas
corre el desaliento, pero el ángel protector actúa rápidamente moviendo a Fernanda hacia un lado y de esa manera Francisco puede
ver el brazo del “Richard” sobre los hombros de Renata. De inmediato Pancho se detiene y vuelven a su mente los ojos del anciano.
Con una señal les dice adiós a sus compañeros. El auto arranca
con un rechinar de llantas dejando una estela de polvo. Francisco
se aproxima al anciano, se quita la chaqueta y lo cubre con ella. Lo
ayuda a levantarse y lo lleva a un refugio para indigentes que se encuentra en una iglesia cercana. Luego sale a comprar dos tortas con
el único dinero que trae y se las lleva al anciano. Este, al ver al joven
sonríe, y Francisco ve a través de sus ojos un destello angelical. El
anciano sólo le dice: “¡Gracias!”. En ese momento Pancho siente
muy dentro de él una alegría profunda. Por un momento olvida sus
problemas familiares y aún los ojos de Renata.
Esa noche regresó a dormir a su casa. Las luchas y las preguntas
de sus padres no pueden apagar la pequeña alegría que ha experimentado.
En las alturas comienza una fiesta que durará mucho tiempo.
14
Los ángeles están felices. Sólo resta que Francisco haya entendido
el mensaje y lo aplique.
Al día siguiente, al salir de la escuela, Pancho se dirige al refugio
para ver al anciano pero no lo encuentra. Pregunta a las personas
del lugar, pero nadie sabe nada. Francisco se siente preocupado. En
ese momento el encargado le entrega un sobre escrito con letras
doradas y le dice: “Creo que es para usted joven, el anciano sabía
que usted volvería”.
Sorprendido, Francisco se retira de inmediato del lugar y en
cuanto sale, abre el sobre y lee esta frase: “Hay más dicha en dar
que en recibir”. Continúa leyendo: “Gracias por ayudarme, pero te
has ayudado más a ti mismo cuando compartiste conmigo. Existen
muchas personas a tu alrededor con quienes debes compartir tu
tiempo, tus capacidades y tus posesiones. ¿Qué recibirás a cambio?
Lo que recibiste al compartir conmigo. Gracias... en el camino nos
encontraremos…” La firma era una especie de “T”.
Francisco queda intrigado. Pero la vida sigue. Ahora se da cuenta
de que siempre hay oportunidades para compartir, no sólo grandes
cosas, sino también pequeñas. Así es que se acerca a Festo, un
joven con quien nadie habla, y comparte con él su amistad. Esa
amistad hace que ya no se sienta tan solo en la escuela.
Francisco también se percató de que Frida a veces no tiene dinero para ir hasta la biblioteca, entonces cada vez que puede le paga
el autobús. Por este motivo Frida lo tiene en alta estima.
En su hogar, comparte más tiempo con su hermanito que no
tiene con quien jugar. Francisco se da cuenta de que todos necesitamos de otros de alguna manera.
Como por arte de magia las cosas empiezan a cambiar. Ya no
se fija en sus zapatos, ni en las espinillas de su cara. Pancho ya no
le da tanta importancia a las modas y al “qué dirán”. Se concentra
en lo importante, y su alegría hace que sus compañeros se acerquen
más a él.
Hoy se le ve caminar seguro de sí mismo por los pasillos de la
escuela, con todo y los mismos zapatos. Posee una motivación interior permanente. No se altera por lo que sucede a su alrededor.
15
Cómo ser bendecido...
El principio de la bendición financiera
Otros jóvenes siguen luchando por parecerse a los famosos de la
farándula, sin llegar jamás a sentirse mejores interiormente.
Francisco también ha logrado olvidar a Renata. Frida le presentó
a su hermana Karla, dos años menor que ella, a quien le ha hablado
muy bien de Francisco. Karla ha comenzado a pensar en él. Pero
esto forma parte de otra historia…
En las alturas están felices, aunque Gabriel piensa: “¿Por qué
existen personas que jamás lo entenderán? ¿Por qué muchos vivirán para sí y también morirán para sí?”
Desde las alturas hacen votos ahora mismo sobre ti. Esperan
que puedas entender esta lección: “Hay más dicha en dar que en
recibir”. Y la fiesta y el trabajo continúan…
La primera tierra fértil se encuentra en las cosas de arriba; y la
segunda, rodeándonos cada día. Toda persona necesitada es tierra
fértil para quien desee sembrar. Espero que tus ojos no se cierren a
la necesidad. Te perderías muchas bendiciones.
Aquel que da al necesitado tiene promesas de parte de Dios.
Será feliz
“Más bienaventurado es dar que recibir” (Hch 20:35).
¿Cómo te sentiste la última vez que compartiste algo con quien
no podía devolverte el favor? Es más feliz el que da que el que recibe. Por eso nunca vas a ver feliz a una persona egoísta. El que nunca
ha sentido la alegría de compartir con el que está en nece- sidad, es
porque sólo se ve a sí mismo.
Un notable psiquiatra aconsejaba a una señora que sufría constantes ataques de nervios: “Cuando se sienta mal, salga de su casa y
haga algo por aquel que no pueda devolverle el favor”.
La vida centrada en uno mismo no conduce a la felicidad, sino
que hunde a las personas en el laberinto de la depresión y la infelicidad.
La Biblia enseña principios que beneficiarán más a quien los
pone en práctica que a quien se beneficia de esa obediencia, aunque
muchas veces parezca lo contrario.
16
Salud
“¿No es más bien el ayuno que yo escogí... que partas tu pan con el
hambriento, y a los pobres errantes albergues en casa; que cuando veas
al desnudo, lo cubras, y no te escondas de tu hermano? Entonces nacerá tu luz como el alba, y tu salvación [salud] se dejará ver pronto;...”.
(Is 58:6-8, énfasis añadido).
Recibirás sanidad, esta es otra de las promesas de Dios para
quien comparte con el necesitado.
Características de los verdaderos seguidores de Jesús
“...pues por la experiencia de esta ministración glorifican a Dios
por la obediencia que profesáis al evangelio de Cristo...” (2 Co 9:13a).
Pablo de Tarso escribió esto a los de Corinto para motivarlos a
dar. Los verdaderos seguidores de Jesús, en todas las épocas han
tenido siempre presente que el dar es expresión necesaria de aquel
que tiene fe.
En el inicio del cristianismo vemos a Pablo despedirse de unos
amigos por última vez, y uno de sus últimos consejos es: “Siempre
les he enseñado que así se debe trabajar y ayudar a los que están en
necesidad”.
Dar, produce acciones de gracias a Dios de quien recibe
Un hombre confiaba en que Dios le iba a proveer para la medicina costosa que su hijo necesitaba con urgencia, había orado por eso.
Pero la respuesta no llegaba, y al pasar el tiempo se sintió tentado
a pedir prestado. En esos momentos, uno de sus amigos llegó a
visitarlo. Al ver su necesidad le entregó en el acto doscientos pesos
para lo que le hiciera falta, y se despidió. El hombre con lágrimas
en los ojos salió rápidamente en su bicicleta rumbo a la farmacia
más cercana, agradeciendo durante todo el camino a Dios por su
bondad.
“Porque la ministración de este servicio... también abunda en
muchas acciones de gracias a Dios” 2 Corintios 9:12.
17
Cómo ser bendecido...
El principio de la bendición financiera
Una mujer rogó una mañana fervientemente a Dios, tener el
privilegio de conocerlo y de hacer algo por Él.
A media mañana tocó a su puerta un mendigo pidiendo algo de
comer, y la mujer le contestó que no podía darle nada en ese momento porque debía salir rápidamente de su casa.
Por la tarde llegó una mujer pidiéndole ayuda para enviar unas
provisiones para el estado de Chiapas, en donde últimamente se
habían producido inundaciones. La mujer desconfió de esta persona y le dijo que no podía en ese momento.
A las siete de la noche tocó a su puerta un anciano sucio, la mujer abrió. Este hombre le pidió un lugar en su cochera para pasar
la noche porque no quería quedarse en la calle por temor a que lo
asaltaran. La mujer estaba saliendo para una reunión en la iglesia y
se le hacía tarde. Además, no podía confiar en un extraño. Entonces
le dio una moneda para calmar su conciencia y le dijo: “Discúlpeme
señor, pero regrese después porque ahora debo salir urgentemente”.
Subió a su auto y salió rumbo a la iglesia a alabar a Dios.
Ya en la noche mientras oraba, le preguntó a Dios por qué no
había ido a visitarla, y Él le contestó que lo hizo en tres oportunidades, pero que en ninguna de ellas lo atendió.
La mujer comprendió que Dios se refería al mendigo, a la mujer
y al anciano. “¡Perdóname Señor! —exclamó—, pero no sabía que
tú vendrías disfrazado así”.
Si Jesucristo te pidiera que le des de comer, ¿qué harías? ¿Te
gustaría hacer algo por Él? Sería hermoso, ¿no crees? Puedes hacer
muchas cosas por Él, además de las que acostumbras hacer. ¡Haz
algo por los necesitados!
Jesucristo se identificó claramente con los necesitados. Cuando profetizó acerca del juicio de las naciones, habló sobre lo que
habían hecho los de su derecha, sus ovejas: “Porque tuve hambre,
y me diste de comer; tuve sed, y me disteis de beber; fui forastero y me
recogisteis; estuve desnudo, y me cubristeis; enfermo, y me visitasteis; en
la cárcel, y vinisteis a mí” (Mt 25:35-36).
Es muy aleccionador el hecho de que Cristo no mencione as-
pectos religiosos como acciones que caracterizan a sus ovejas. Sin
embargo, en estos tiempos se considera como servicio a Dios participar en el grupo de alabanza, predicar en las calles y ser enviado
como misionero; cuando lo que distingue a sus ovejas son las acciones hacia los necesitados.
Quizás el Maestro quiso señalarnos lo que realmente es importante: el amor. Cuando haces algo por algún necesitado, es cuando
el amor se manifiesta realmente; porque cuando alguien canta en el
grupo de alabanza, es difícil saber cuál es su verdadera motivación,
puede hacerlo por muchas razones, pero no necesariamente por
amor. Un acto de abnegación por el necesitado es más fácil que
salga de un corazón cambiado. No estoy diciendo que compartir el
mensaje de Dios sea malo; sin embargo, este pasaje pone al descubierto que Cristo presta más atención al corazón que a los símbolos
externos de una religión.
Finaliza esta parte del pasaje señalando que estos hombres y
mujeres estaban extrañados porque nunca lo habían visto a Él en
los necesitados a los que habían ayudado. Entonces Jesús con una
sonrisa les dirá: “...De cierto os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de
estos mis hermanos más pequeños, a mí me lo hicisteis” (Mt 25:40).
Te aseguro, amigo mío, que lo que hagas por cualquier necesitado que se cruce en tu camino, lo estás haciendo por el Rey.
¿Cuántas cosas puedes hacer por el Señor? Jesús llama a cada
necesitado su “hermano más pequeño”.
Cada niño en la calle pidiendo algo de pan es uno de los hermanos pequeños de Jesús. Atiende a las necesidades que ves en sus
ojos. Cada anciano abandonado es un hermano pequeño de Jesús.
Cada enfermo que no puede pagar un médico o un medicamento,
también es un hermano pequeño del Maestro.
Abre tu corazón y luego tu cartera, y da los pasos necesarios para
cubrir la necesidad que hay frente a ti. Dios no es deudor de nadie.
“A Jehová presta el que da al pobre, y el bien que ha hecho, se lo volverá
a pagar” (Pr 19:17).
¡Se los aseguro!, sentenció Cristo. Él está en cada necesitado esperando la acción de una de sus ovejas.
18
19
Cómo ser bendecido...
El principio de la bendición financiera
Que no seas tú quien permanezca a la izquierda del Rey, junto con
los cabritos, porque a estos Él les contestará: “...De cierto os digo que en
cuanto no lo hicisteis a uno de estos más pequeños, tampoco a mí lo hicisteis.
E irán éstos al castigo eterno, y los justos a la vida eterna” (Mt 25:45-46).
Se dice que Lutero, el reformador alemán, un día vio venir por
la calle a un mendigo. Al no tener un solo centavo en sus bolsillos,
bajó de su pared un escudo de armas que un amigo le había obsequiado y dijo: “Escudo de armas, Cristo te necesita para que este
hombre pueda comer pan en este día”.
Con la venta de ese escudo, el mendigo podría comprar pan para
un mes y algo más.
La verdadera fe es la que obra por amor. Porque el que no ama
no ha conocido a Dios.
Siembra en buena tierra.
Esto confirma nuevamente el principio bíblico de la bendición
financiera: “Dad y se os dará”.
Requisitos para dar a la manera de Dios:
Por amor
“ Y si repartiese todos mis bienes para dar de comer a los pobres...
y no tengo amor, de nada me sirve” (1 Co 13:3).
Podemos dar por obligación, por presión, para sentirnos
orgulloso de lo que hacemos, o porque amamos a las personas.
Con alegría
“...Porque Dios ama al dador alegre” (2 Co 9:7).
Sistemáticamente
Podemos dar cada vez que vemos o escuchamos a alguien contar
sobre una necesidad de manera emotiva. Eso es dar por impulso.
Aunque esto es mejor que nada, lo mejor es hacerlo de manera
sistemática.
Invertir en lo que produzca
Este mismo principio lo podemos aplicar a las inversiones.
20
Jesús dijo. “Además, el reino de los cielos es semejante a un tesoro
escondido en un campo, el cual un hombre halla, y lo esconde de nuevo;
y gozoso por ello va y vende todo lo que tiene, y compra aquel campo”
(Mt 13:44).
Para enseñar sobre la importancia del Reino de los Cielos, Jesús
dijo que el que lo encuentra debe dejar otras cosas menos valiosas.
Sin embargo, esta misma alegoría nos habla acerca del principio de
la inversión redituable. Adquirir algo que sea más valioso de lo que
yo invierta en él.
Una persona puede sembrar o invertir dinero, tiempo y esfuerzo
en conocimientos o estudios, confiando y esperando que esta inversión le genere mejores ganancias.
Podemos sembrar en maquinarias o equipos que nos generen
ahorros o ingresos mayores a lo invertido. Esto también es sembrar
en buena tierra.
La lista de campos en los cuales invertir es muy amplia; pero el
requisito es que los ingresos o ahorros sean mayores a la inversión.
Creo necesario mencionar que las inversiones en campos riesgosos no son buena tierra, así como las inversiones en algo que
usted no domine. Siembre en aquello que domine, y evite entrar en
negocios que le prometan enormes ganancias, pues generalmente
son fraudes.
Campos fértiles en donde podemos invertir:
•
•
•
•
Desarrollo de habilidades.
Obtener conocimientos.
Tecnología relacionada con mi trabajo.
Equipo y maquinaria que mejore mi trabajo o me
ayude a ser más eficiente.
• En su personal (en caso de que lo tenga).
Un predicador trabajaba durante toda la semana en su campo,
pero los domingos se encargaba de la pequeña iglesia que había en
el centro del pueblo. Su ayuda económica provenía de las ofrendas
que los feligreses depositaban ese día.
21
Cómo ser bendecido...
Este predicador acostumbraba poner en la canasta de las ofrendas
una moneda de diez pesos, pensando que de esta manera animaría
a los feligreses a dar. El lugar para depositar las ofrendas se encontraba en la parte de atrás de la pequeña iglesia.
Un domingo, su hija vio que su padre ponía la moneda antes de
que comenzara la reunión. Al concluir, ambos esperaron hasta que
el último feligrés hubiese salido. Con expectación se acercaron al
lugar de las ofrendas y vieron decepcionados que sólo se encontraba la moneda que el campesino había depositado. Al ver esto, su
hija le dijo: “Papi, si hubieras puesto más, ¡hubieras recibido más!” .
Espero que al final no se te diga esto: “Si hubieras dado más,
hubieras recibido más”.
“Dad, y se os dará; medida buena, apretada, remecida y rebosando darán en vuestro regazo; porque con la misma medida con que
medís, os volverán a medir” (Lc 6:38).
22
Capítulo 2
Las fuentes del triunfo
El caballo y su amigo pájaro
La historia cuenta que un hermoso caballo tenía por amigo a un
pájaro. El caballo envidiaba su capacidad de volar, pero su amigo,
muy optimista, siempre lo animaba con frases como estas: “Todo lo que el hombre puede imaginar, lo puede crear”. “Querer
es poder”. “¡Sí, se puede!”
Al escucharlo, el caballo se entusiasmaba, sus ojos se volvían más
vivaces y su motivación se elevaba al máximo.
—Bueno, lo voy a intentar —le dijo el caballo a su amigo.
—Claro amigo, así me gusta. ¡Eres un triunfador! —le dijo alegre el pájaro porque había decidido triunfar.— Qué bueno que no
eres conformista como los otros caballos. Ellos nunca van a poder
volar.
El caballo estiró su cuello, paró sus orejas, y animado siguió a su
amigo hasta una monte cercano.
—Mira, desde aquí saltarás; toma toda el impulso que quieras,
y lo intentas con todas tus fuerzas. ¿De acuerdo, amigo? Recuerda
que todo está en tu mente.
Su amigo asentía con la cabeza convencido y animado casi hasta
la histeria.
—Vamos a gritar, grita conmigo: ¡Sí se puede! ¡Sí se puede! El
caballo motivado tomó distancia y decidido corrió a toda velocidad. Brincó, movió todo el cuerpo, hasta la cola, pero cayó estrepitosamente al suelo.
El pájaro fue hasta donde estaba y lo animó a levantarse diciéndole:
—Recuerda que es necesario intentar hasta lograrlo. Va-
23