¡No quiero ir a la escuela!

¡No quiero ir a la escuela!
Para prevenir y detectar un acoso escolar o ayudar a un hijo que pasa por esa
situación, es fundamental que los padres hablen cada día con él. —(EFE /
David Maung)
• Omar Goncebat
Agencia EFE
Con el inicio de las clases también comienzan las quejas de muchos niños que
se resisten a volver a sus rutinas, horarios y obligaciones escolares,
después de vivir una temporada de mucho ocio y libertad durante las
vacaciones.
El principal indicio de
‘bullying’ que pueden
advertir los padres
suele ser la
resistencia a ir al
colegio.
En ocasiones, detrás de la resistencia de los pequeños y adolescentes a
retomar sus actividades y deberes en la escuela o el colegio, hay un malestar
con raíces mucho más serias que la difícil readaptación a la escuela, ya que
en lugar de tener la alegría de volver a jugar con sus amigos, sienten el
temor de sufrir el acoso constante de algunos de sus compañeros.
“El ‘bullying’ ocurre cuando una niña o niño sufre de forma reiterada en el
tiempo un acoso físico o bien psicológico, en este último caso en persona o
también a través de las redes sociales o con las nuevas tecnológicas”,
explica a Efe, la psicóloga clínica Margarita García Marqués, especializada
en abusos.
El ‘bullying’ suele suceder normalmente en las clases y en los patios del
centro educativo, de acuerdo a García Marqués, fundadora y directora de la
Asociación para la Sanación y la Prevención de los Abusos Sexuales en la
Infancia, Aspasi.
Para esta psicóloga la forma más frecuente de acoso escolar es el psicológico
o emocional, consistente en que el niño o niña sea humillado, ridiculizado o
excluido por otro o por un grupo de compañeros, cuando hay testigos de esta
humillación que la consienten o que incluso la fomentan.
“El principal indicio de ‘bullying’ que pueden advertir los padres en sus
hijos suele ser la resistencia o negación del menor a ir al colegio, así como
que experimente problemas de diarreas, cólicos o dolores de cabeza cuando
llega el lunes por la mañana y, por tanto, volver a sufrir el acoso sin poder
defenderse”, destaca la directora de Aspasi.
Preguntas clave
Consultada por Efe sobre qué deben preguntarle los padres a su hijo si
detectan indicios de que estaría sufriendo acoso escolar, García Marqués
aconseja: “hay que comenzar a hablar al niño de todo lo que está bien y de
aquello que no lo está”.
Si el menor está
sufriendo
psicológicamente, hay
llevarlo a algún
especialista en acoso
para que le ayude a
fomentar su autoestima.
—(EFE / Rolex Dela
Peña)
Esta psicóloga pone un ejemplo de cómo aplicar esta técnica, consistente en
preguntarle al niño “¿Por qué los viernes te sientes muy bien, y sin embargo
el domingo por la noche últimamente te empiezas a poner enfermo? ¿Quieres
contarme lo que te pasa?”.
Otra forma de indagar al niño consiste en decirle: “Sabes, tengo la sensación
de que algo difícil te debe de estar pasando los lunes por la mañana. ¿Te das
cuenta que siempre enfermas, tienes diarrea o te sube la fiebre en ese
momento?, ¿Quieres contarme lo que está pasando en el colegio? Me gustaría
que entre los dos buscáramos una buena solución a lo que sea que está
pasando”.
Si las respuestas del hijo confirman o sugieren con firmeza que está siendo
acosado, esta psicóloga recomienda a los padres que hablen de inmediato sobre
esta situación con las autoridades del colegio, con sus profesores y con el
director.
“Los padres del niño puede informarse o buscar un psicólogo especializado
para que les de pautas para trabajar con su hija o hijo”, señala García
Marqués, haciendo especial hincapié en que nunca deben tratar a su hijo como
una víctima ni decirle que es un cobarde, y siempre deben enfocarse en
ayudarle, dándole herramientas psicológicas para superar lo ocurrido.
Buena comunicación
Según Margarita García Marqués, para prevenir y detectar un acoso escolar, o
cualquier otro tipo de abuso y ayudar positivamente a un hijo que está
pasando por esa situación, aconseja:
— Hablar cada día con los hijos, tomarse el tiempo necesario para escucharlos
y observarlos, enterarse de los pormenores de sus actividades y sentimientos,
y animarlos a que compartan con ellos las preocupaciones, dudas y problemas
que tengan.
— Expresar a los hijos el amor que se siente hacia ellos, y decirles que,
ocurra lo que ocurra, siempre podrán contar con su amor y comprensión, que
estarán a su lado, porque los quieren mucho y son lo más importante para
ellos.
— Hacer que el hijo o hija sepa y sienta que sus padres le apoyan, alabando
su franqueza, ya que los niños tienden a sentirse culpables de los abusos que
sufren y hay que quitarles ese peso de encima.
— Enseñarles la diferencia entre los “secretos buenos”, por ejemplo un regalo
de cumpleaños para papá o un hermano, y los “secretos malos”, es decir
aquellos que al callarlos nos hacen sentir mal, como las humillaciones que se
sufren en el colegio.