Señor Carlos II haciendo las mercedes de hábito, como se ponía sin

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Señor Carlos II haciendo las mercedes de hábito, como se ponía
sin exceptuar la Orden de Santiago, que de las que V. M. da á
.los soldados, no tienen con qué tomarlos y todos tienen la devoción al glorioso Santiago, como á quien debe España la. fe y lo
que visiblemente siempre la ha favorecido en tantas ocasiones,
y esperamos ver á V. M. su patrocinio en todas las guerras y en
particular contra los infieles, como así se lo suplican á su glorioso Patrón. Así lo esperan de la grandeza de V. M.—Es copia en
papel sellado, cuarto del año 1703.
JOSÉ GÓMEZ CENTURIÓN,
Correspondiente.
II
DOS LÁPIDAS ORGENOMESCAS
Los cántabros Orgenomesqui, de Meia, Orgenomesci, de Plinio,
cuya costa marítima comprendía parte de las actuales provincias
de Oviedo y de Santander, siendo su ciudad capital 'ApYsvópiecxov,
y su puerto Vereasueca (San Vicente de la Barquera?) nos han
dejado, en testimonio de su historia antigua, numerosas lápidas; entre las cuales, dos insignes mutuamente se relacionan é
ilustran. De la primera trataron, sin avenirse en la interpretación,
D. Aureliano Fernández Guerra (Cantabria, págs. 49 y 50. Madrid, 1878) y D. Emilio Hübner (Inscriptiones Hispaniae Iatinaey
núm. 5.729. Berlín, 1892).
1. Existe en el Museo Arqueológico Nacional, sala vi, número 6.628. Mide 42 por 45 centímetros. Provino del lugar de BodeSy que con otros cinco forma la feligresía de Santo Tomás de
Coliía, creyéndose que su iglesia de Santa Marina fué la primitiva
parroquial. Cruza el término de esta feligresía el arroyo de Santo
Tomás, y pasa por el cercano lugar de San Pedro de Bode> en la
feligresía de Santiago de Pendas. Dista cinco cuartos de legua
de Cangas de Onís, su capital de partido.
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Mionumeniuni) p(osiium) D{is) M{anibus). Bovecio Bodeicivesy Orgenom(escum) ex gente Pembelor(um), vi{ro) su(o)¡ ann(orum) Z, u(xor) posuit
m{em]oria{m)t c{pnsulahi) XD.
Monumento puesto á los dioses Manes. A Bovecho, natural de Bodeichua, territorio de los Orgenomescos, de la gente de los Pémbelos, fallecido en edad de 50 años. Su mujer le puso esta memoria, contándose la
era 490 del consulado.
Bodeicives no es vocablo patronímico, sino geográfico. Lo
prueba la inscripción 5.711 en la colección de Hübner: Bodero
Bodives, Doideri /(ilius), a{nnorum) XXV, filio suo m{ater)
pipsuit). De Bodiva y Bodeiciva se forman regularmente Bodivensis y Bodeicivensis, que en ambas lápidas suprimen la n y la
terminación i del dativo.
Á la gente de los Pémbelos, y al solar de Bodeichua, probablemente corresponden los lugares que se llaman ahora Pembes y
Bodes. El vocablo griego 7téJMtéXos (antiguo, viejo) y el cántabro
TOMO LXI.
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ftembe/us, fácilmente se asocian; é importa notar que en castellano, gallego y portugués, el sustantivo bode significa macho de
cabrío; animal deí que principalmente se alimentaban los lusitanos y los pueblos del Norte de España, y que sacrificaban á
Marte, según Estrabón lo atestigua (ni, 4, 7 ) : xpayo^ayoOat 61
(jtáXtaxa, xaí T& "Apet. xpáyov Góouai.
2. En Luriezo, provincia de Santander, distante nueve kilómetros de la villa de Potes. Publicada en el tomo XLVI del BOLETÍN, pág. 305, y estudiada por D. Eduardo Jusué, su descubridor
y doctísimo Correspondiente de la Academia.
Monitmentum) Ambati Pentovieci, Ambatic{um), Pentoví f{ilü), anniprum) LX. Hoc mon{umentuni) pos(uerunt) Ambahis et Doiderus f{ilit)
súi...
Monumento sepulcral de Ambato, del solar de Pentovio, de la gente
Ambática, hijo de Pentovio, de edad de 60 años. Este monumento le pusieron sus hijos Ambato y Doidero.
En el segmento inferior, que falta, estaría marcada la era del
consulado.
La era consular de la inscripción de Bovecio, aunque algo
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dudosa, señala en mi concepto el elevado número del año XD>
ó 490. Cercanos á éste son los indubitables de otras dos lápidas, halladas en dos parajes, poco distantes de Bodes, pero al
otro lado ó á mano derecha del río Sella, Salia de Mela, cuya
cuenca occidental dividía los Astures de los Cántabros.
3. En Gamoneda. Hübner, 5 7 3 8 . Piedra alta 37, ancha 47
decímetros.
D M M * POSS
DOV • F1L • SVE
CAR FLA AN XX
C • CCCCXXCII
D{is) M[anibus). Mipmtmeniuni) poss{uií) Dov{erus) fil{i¿) sue car{e)
Flaivié) an(norum) XX c{onsulatu) CCCCXXCII.
A los dioses Manes. Este monumento puso Dovero á Flavia, su querida
hija, fallecida en edad de 20 años en el consulado 482.
Al pie de la inscripción, cuya fotografía siento no haber
adquirido, y cuyo diseño publicó Martínez Vigil, aparece una
yegua joven, emblema por ventura de Flavia, marcada con
estas letras "EL A V I I (Tela vii) y sujeta por las riendas á un
árbol fúnebre. El significado de la marca es dudoso, tanto más
cuanto que su diseño no inspira la mayor confianza. En otras
lápidas se registran Talavhis y Talevius% variantes quizá de
Telavius.
4. En Soto de Cangas de Onís. Hübner, S-744-—Fernández
Guerra, Cantabria, pág. 45.
Esta piedra existe original en la sala vi del Museo arqueológico nacional, allí clasificada con el núm. 16.512. Mide 45 por 31
centímetros. La lectura de su texto, excepción hecha del que le
sirve de coronamiento, es indubitable.
Llübner presentó de ella un dibujo, algo inexacto, y la comentó así:
«Quod in fastigio lapidis positura est ornamentum fortasse
palmae tantum ramus est; Guerra putabat A -f- £2 esse. A fine
legendus est titulus christianus in Britannia repertus, Inscr. Brit.
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christ.) p . 170; sed tamen hic quoque titulus non videtur christianae aetatis esse.
Guerra tribuit aerae christianae a. 436; égo circiter a. 269»,
Posuii Severa matri suae Dovidenae annorum L, aera CCCCLXXll,
m {onumenium).
Severa puso este monumento á su madre Dovidena, fallecida en edad
dé 50 años en la era 474.
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Lo raro de esta inscripción, así como la británica citada por
Hübner, procede de la irregular dirección de sus renglones, que
van subiendo en zíg-zag de abajo arriba, y en la caprichosa disposición de sus letras, trazadas ya recta ya inversamente. En el
renglón tercero, la o de annorum toma la figura de D; y en el
quinto, la d> 6 primera letra de jDovídene, la triangular de la
griega A.
Todo es anormal en esta inscripción, inclusa la cifra del coronamiento, que acaso es una palmera, con sus ramas inferiores
quebrantadas y emblemáticas de la difunta Dovidena.
Estos y otros epígrafes, que llevan inscrita la era consular, discutió Hübner ( i ) , opinando que su principio cronológico antecede casi dos siglos al de la era vulgar española, y que arranca
del año 206 antes de Jesucristo. Las eras consulares, consignadas
por las tres lápidas cantábricas sobredichas (474, 482 y 490), se
reducirían, por consiguiente, á los años 268, 276 y 284 de la
vulgar cristiana. Partiendo de la era vulgar española, que F e r nández Guerra adoptó, se reducirían á los años 438, 444 y 452,
demostrando que á mediados del siglo v el culto pagano no
había fenecido en la región cantábrica del río Sella; lo cual tuvo
lugar en muchos pagos, ó parajes, así de Italia y Francia, como
de España (2). Para soltar la dificultad, hay que acudir á razones más convincentes, que reservo para otro estudio.
Madrid, 18 de Octubre de 1912.
FIDEL FITA.
( I ) Inscripiionum Híspamete, chrisiiatiae supplementum, praef., páginas vn-ix. Berlín, 1900,
(2) Véase el tratado de correciione. rusticorum escrito por San Martín
de Braga en la segunda mitad del siglo vi, y el canon xi del concilio xu
Toledano (9 Enero 681).
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