iii congreso internacional del catecumenado

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III CONGRESO INTERNACIONAL DEL CATECUMENADO
CONCLUSIONES Y PROYECCCIONES
Estimados participantes del III Congreso Internacional para el Catecumenado:
La comisión organizadora de este gran encuentro de oración, reflexión,
recolección y exposición de experiencias catequéticas en torno al catecumenado
me ha solicitado intentar realizar un nexo entre el anterior congreso celebrado en
la ciudad de Paris el año 2010 con el que estamos concluyendo esta mañana y
plantear su proyección para el futuro próximo.
Para responder a este encargo me pareció importante traer a la memoria la gran
motivación que impulso la celebracion del primer Congreso del catecumenado
porque hay una secuencia histórica en la cual percibo un fruto de la acción del
Espíritu para la catequesis catecumenal.
Desde los primeros siglos, la práctica de la iniciación cristiana evoluciono de
distintas maneras según las situaciones socioculturales, políticas y religiosas en
los países donde se puso en obra. Así, el catecumenado desapareció en algunas
regiones del mundo mientras que en otras, apareció como un brote de esperanza
impulsando la vida de la Iglesia. Esta realidad diversa fue el objeto del primer
coloquio internacional celebrado en la ciudad de Lyon Francia girando alrededor
de las perspectivas pastorales y de lo que se coloca en juego a nivel teológico
cuando se trata el tema del catecumenado.
El segundo Congreso Internacional realizado en la universidad católica de Paris
trato el tema de la relación entre el catecumenado y la catequesis buscando
recoger las nuevas perspectivas que este gran instrumento catequístico y litúrgico
está suscitando en nuestro tiempo como un medio privilegiado para realizar la
nueva evangelización.
El objetivo hace cuatro años fue preguntarse, no sobre el catecumenado en sí mismo,
sino sobre las relaciones que este tiene con la catequesis en particular y con la misión
de la Iglesia en general. De esta manera el II congreso busco evaluar como el
catecumenado es efectivamente hoy una fuerza de renovación y de inspiración para la
responsabilidad catequética de la Iglesia.
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Frente a un discurso más bien pesimista y negativo con el que muchas veces la
Iglesia es presentada por la sociedad en que vivimos la participación en el II
congreso donde participaron más de 300 personas, incluidos obispos, sacerdotes,
diáconos, religiosas y un numeroso grupo de laicos relacionados con la tarea de la
catequesis proveniente de diferentes países tuvo la virtud de exponer a través de
una variada oferta de talleres, prácticas y grupos de trabajo catequísticas de orden
catecumenal, dejando en los participantes un espíritu de esperanza que nos
recordó que Jesucristo está muy vivo y presente en la historia invitándonos más
que nunca a colaborar en la transmisión de su Evangelio. Sin embargo la gran
pregunta que quedo resonado en el aire el día de la clausura y que interpretara tan
bien unos de los participantes, el Hermano Jose Maria Perez Navarro, fue la
siguiente: ¿Seremos capaces de organizarnos con audacia e imaginación para
hacer accesible el Evangelio a todos aquellos que han dado un paso en la fe y
quieren convertirse en cristianos? De esta manera quedo planteado el reto.
Hoy al concluir el III congreso Internacional del Catecumenado, por primera vez
celebrado en América, recuerdo con ustedes la motivación que nos ha movido a
llegar hasta los confines de la tierra para ayudarnos con la fuerza del Espíritu a
buscar caminos desde la iniciación cristiana para responder a lo que los obispos
Latinoamericanos y del Caribe describen en el documento de Aparecida con estas
palabras como un cambio de proporciones inimaginables: “Vivimos un cambio de
época, cuyo nivel más profundo es el cultural” (DA 44)…. “Tenemos un alto
porcentaje de católicos sin conciencia de su misión de ser sal y fermento en el
mundo, con una identidad cristiana débil y vulnerable. Esto constituye un gran
desafío que cuestiona a fondo la manera como estamos educando en la fe y como
estamos alimentando la vivencia cristiana, un desafío que debemos afrontar con
decisión, con valentía y creatividad, ya que, en muchas partes, la iniciación
cristiana ha sido pobre y fragmentada (DA 286-287).
Para eso hemos orado, trabajado y compartido estos días con dedicación y mucha
esperanza.
Quisiera para concluir plantear un nuevo desafío en tres puntos que nos ayude a
preparar el IV Encuentro Internacional del Catecumenado.
Primero valorar el don de este Encuentro como un soplo del Espíritu Santo.
¿Cómo no va ser un regalo del Señor haber podido dedicar una semana de
nuestra vida para orar, pensar y compartir en torno al catecumenado y a procesos
catequísticos de inspiración catecumenal como un medio para evangelizar la
nueva sociedad que ya está en medio de nosotros?
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En segundo lugar: ¿Cómo no darnos cuenta que el Señor mismo nos ha reunido
de diferentes puntos de la tierra para estrechar nuestros lazos de conocimiento
mutuo, amistad, compañerismo, vocación por catequizar frente a una sociedad
que reclama lo mejor de nosotros mismos para esta nueva época que estamos
viviendo?
En tercer lugar: creo que el gran desafío para los próximos cuatro años es transitar
desde el análisis de la realidad del catecumenado al cómo ese catecumenado se
aplica y se hace concreto para las diferentes acciones catequísticas que están
llamadas a evangelizar al pueblo de Dios.
Al mismo tiempo creo que entre congreso y congreso debe haber un mayor
contacto e intercambio entre este grupo de servidores aprovechando el don de las
comunicaciones que el Señor también regala para nuestra época a quienes
llevamos a cabo la aplicación del catecumenado en variadas diócesis del mundo
en los cinco continentes.
De esta manera pasaremos con mucha mayor facilidad de un análisis de lo que es
el catecumenado en nuestra época a cómo puedo aplicar este don que el Espíritu
suscitó en los primeros tiempos para evangelizar a todos los tiempos.
Muchas Gracias
Padre Jorge Barros Bascuñan
Director del área de Evangelización y Catequesis del Instituto Pastoral Apóstol
Santiago y director del Departamento de Catequesis de la arquidiócesis.
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La importancia del COMO aplicar toda la riqueza del catecumenado entre un
congreso y otro del catecumenado
El valor de la reflexión y de pensar la catequesis catecumenal durante una
semana en un país situado en los confines del mundo
El valor de un encuentro internacional sobre el catecumenado
Unidad, compañerismo, apoyo mutuo frente a la gigantesca tarea de catequizar en
una sociedad adversa