Otro estilo de liderazgo

Otro estilo de liderazgo
La Iglesia, que no es ajena a los cambios sociales, está percibiendo que tiene que ofrecer
otro estilo de liderazgo. Otra manera de presentarse, otros criterios desde los cuales pueda
leer los acontecimientos sociales sin juzgarlos y
las situaciones humanas sin agredirlas. La Iglesia, después de tantos siglos y no pocos intentos, manifiesta en su Papa actual que está
orientando el estilo de liderazgo necesario para este siglo. El que la gente necesita y entiende; el que el Espíritu suscita.
Es verdad que son muchos los frentes abiertos.
El cambio de paradigma, más que iniciado, no
está exento de ambigüedades. Debemos entender en este aspecto, como en tantos otros,
que nada en sí es blanco o negro, todo tiene
sus matices y los paradigmas limpios no existen, sino que en la sucesión de los mismos a lo
largo de la historia, los siguientes bebieron de
los anteriores y los superaron. Quienes somos
hoy religiosos y religiosas estamos facilitando
una nueva vida religiosa, que no vemos quienes la vivimos, pero que se está fraguando y
posibilitando para que las generaciones futuras, en este siglo XXI, la expresen.
El liderazgo necesario en la vida religiosa de
este tiempo no es el que tiene respuestas para
todo, sobre todo, cuando éstas se sacan del
«baúl de los recuerdos», sino el que es capaz
de provocar la libertad y la responsabilidad de
cada uno. El liderazgo que necesita la vida religiosa es y debe ser siempre evangélico. . el
liderazgo tiene que apoyarse en tres verbos: «
dialogar, dar pistas y, sobre todo, escuchar».
Porque solo quien asume como guía vital el
principio evangélico de la sencillez es capaz de
dialogar poniéndose, en verdad, en el lugar de
la otra persona;
solo quien convierte la Palabra en la fuerza motriz de
su existencia puede llegar a ofrecer pistas, siempre
nuevas y antiguas, como son las de Jesús, y solo
quien entiende que el liderazgo es servicio es capaz
de pararse, detenerse y convertir a sus hermanos o
hermanas en el centro de su existencia con una escucha activa a cada uno, en su mismidad y originalidad. Es la escucha la primera vía de gobierno, nueva
e imprescindible, para el liderazgo del siglo XXI. …».
El liderazgo que necesita la vida religiosa en este siglo XXI, se puede sintetizar en el
siguiente decálogo:
+Es un liderazgo posibilitador de otros liderazgos, no los imposibilita. Es un liderazgo
de comunión.
+Es un líder que cree en lo que ofrece.
+Es capaz de hacerse cargo del estado de ánimo de sus hermanos.
+Es capaz de cambiar ese estado de ánimo.
+Es alguien que es capaz de ir por delante.
+Es alguien que acepta la incertidumbre del momento.
+Está, en todo lo que vive, informado por la esperanza.
+Se percibe en él, con facilidad, una ética, honestidad y verdad.
+Tiene una mente global. No puede ser líder en la vida religiosa alguien con mente
regional o «provinciana».
+Armoniza con destreza los principios firmes con la ternura.
ENCUENTRO DE
FORMACION ANIMADORAS
DE COMUNIDAD
Temáticas y acompañantes
“Nutriendo las cualidades para un nuevo estilo de liderazgo”, Hnas Maribel Albornoz, Lidia Panizza y Mabel Castán, fmmdp
“Nuevos paradigmas de la Vida Religiosa”, Gaetano Beltrane, Sacerdote
Comboniano
“Jesús: generador de nuevas relaciones”, Hna Inés Menocal, Carmelita
del Sagrado Corazón
“Vidas que construyen”. De ayer y de hoy, vidas que
sostienen la esencia de la Vida Religiosa, Hna Miriam Solares, fmmdp
Nutriendo las cualidades para un
nuevo estilo de liderazgo
Seguimos impulsando la formación permanente
como proceso integral y continuo que nos ayude a
una conversión de la mirada y del corazón creciendo desde una espiritualidad transformadora,
en relaciones humanas y humanizadoras, que nos
animen a vivir con alegría y pasión en fidelidad
creativa nuestra consagración
L I MA , 1 3 A L 2 0 D E O C TU B R E D E 2 0 1 4
Desde nuestros documentos
(Capítulos General y Provinciales)
Partimos en primer lugar de una constatación:
Percibimos en los hombres y mujeres de nuestro
tiempo una forma nueva de sentir, vivir y convivir, de
valorar, de creer y de esperar.
Descubrimos en sus búsquedas de sentido, sed de
trascendencia, nuevas formas de relacionarse con
Dios, con los otros, y con el mundo, también nuevas
solidaridades se entretejen en el trabajo por la paz, la
justicia, el cuidado de la creación, liderados por grupos y /u organismos de distinto signo político, religioso, cultural, étnico.
Por eso anhelamos:
Estilos de vida comunitaria más humanos, más femeninos, más acogedores, espacios donde se perciba
nuestra dimensión contemplativa.
Una profunda relectura de las raíces carismáticas y un
acoger el legado de nuestra M. Fundadora.
¿Qué animación necesitamos para dar
cauce a estos anhelos?
¿Cómo resignificar nuestra relación con Dios, la
vivencia de los sacramentos, nuestra vida de
oración en común, para no estancarnos en la
rutina, ni car en un ritualismo vacío de sentido?
¿Qué nuevos espacios habrá que inaugurar para
que fluya la vida del Espíritu en medio nuestro?
¿Qué estilos de relaciones intrapersonales e interpersonales, ayudarán a una vida comunitaria
más compasiva, más solidaria?
¿Qué nuevas fronteras necesitamos visitar para
redimensionar nuestra misión, en diálogo con
nuestros entornos?
¿Qué liderazgo puede posibilitar, facilitar, emponderar, acompañar estos procesos para que
sean creativos y fecundos?
Vivencia profética del Evangelio en las distintas realidades donde estamos presentes como Instituto
Espiritualidad transformadora, que enraizada en la
Palabra de Dios y el Carisma de María Ana, dialogue
con el mundo de hoy y se abra a
su sed de humanización y trascendencia, asumiendo corresponsablemente con tantos hombres y mujeres de nuestro tiempo, el cuidado de la VIDA en
todas sus manifestaciones.
Propuesta
para estos días:
Betania
casa de encuentro,
corazón de humanidad

Promover la formación y el acompañamiento de
animadoras de comunidades hacia nuevos estilos
de animación, desde la clave de la circularidad

Hacer una experiencia de nuevos estilos de animación a partir de la deconstrucción del paradigma
tradicional de la VR, hacia una VR mística y profética, casa de encuentro ,comunidad de amor , co-
razón de humanidad

Porque sabemos que nuestra calidad humana
define la calidad de nuestra consagración.
Nuestra estructura antropológica relacional es
la que nos da auténtica identidad cristiana y
consagrada. Esta realidad troncal es la que une
las fuentes, realidad y espiritualidad con la vida
y sus frutos: la Eclesialidad y la Misión

Revisar nuestras respuestas existenciales y nuestras
estructuraciones

Propiciar una profunda relectura de las fuentes de
espiritualidad femenina en sus contextos y de
nuestras raíces carismáticas acogiendo y actualizando el legado de nuestra M. Fundadora

Buscar las fuentes de la Sabiduría para
regar nuestras vidas

Redescubrir y recrear algunas de las tradiciones de la sabiduría, abandonadas y
olvidadas, fortaleciendo nuestra interioridad, haciendo nuestra la causa de Jesús,
comprometida con la historia.
*En la dinámica del encuentro se buscará integrar nuevos
lenguajes, y prácticas de oración que nos ayuden a interiorizar los contenidos propuestos